02 - Pablo VI, El Papa Misionero I [imágenes reducidas]€¦ · El Papa Benedicto XVI afirma que...

4
PABLO VI El Papa que nos enseñó “cómo se ama, cómo se sirve, cómo se trabaja y cómo se sufre por la Iglesia” Perfil Humano, Pastoral y Misionero del Papa Montini Desearía comenzar esta entrega con unas palabras de Benedicto XVI que manifiestan la importancia de Pablo VI para la Iglesia y para el mundo: “Con el paso de los años resulta cada vez más evidente la importancia de su pontificado para la Iglesia y para el mundo, así como el valor de su alto magisterio, en el que se han inspirado sus sucesores, y al que también yo sigo refiriéndome. Haciendo mía la exhortación que os dirigió al mundo el Papa Juan Pablo II, os repito de buen grado: «Estudiad con amor a Pablo VI (...); estudiadlo con rigor científico (...); estudiadlo con convicción de que su herencia espiritual continúe enriqueciendo a la Iglesia y pueda alimentar la conciencia de los hombres de hoy; tan necesitados de palabras de vida eterna»” (Discurso al “Instituto Pablo VI”, 23.V.2007). En pocas líneas, el cardenal Lucas Moreira Neves describe los rasgos sobresalientes de la rica y religiosa personalidad del Siervo de Dios, Pablo VI: una exquisita caridad, una plácida y luminosa pureza de corazón, una irrefrenable búsqueda de la verdad en la caridad, un agudo sentido del deber y de las propias responsabilidades, un iluminado, intensísimo abrasador amor a la Iglesia, tal como lo contemplaba reflejada en la palabra de Dios, una notable capacidad de padecer por la Iglesia, sin perder nunca la paz del corazón. Pablo VI era especialmente un hombre cordial, y lo manifestó clara y bellamente en su primera encíclica “Ecclesiam Suam”. Poseía esa cordialidad de quien sabe que “no se habla a la inteligencia del hombre afirmabasi, a la vez, no se llega a su corazón” (Civilta Católica). Luego de que el Cónclave de Cardenales lo eligiera Papa, imparte su primera bendición con el nombre de Pablo VI Lo coronan con la tradicional tiara, que a partir de su pontificado es reemplazada por la mitra. Pablo VI ordena subastar la tiara y con lo obtenido envía un barco cargado con trigo para la India

Transcript of 02 - Pablo VI, El Papa Misionero I [imágenes reducidas]€¦ · El Papa Benedicto XVI afirma que...

Page 1: 02 - Pablo VI, El Papa Misionero I [imágenes reducidas]€¦ · El Papa Benedicto XVI afirma que “con el pasar de los años se aprecia cada vez más la grandeza que demostró presidiendo

PABLO VI El Papa que nos enseñó “cómo se ama, cómo se sirve,

cómo se trabaja y cómo se sufre por la Iglesia”

Perfil Humano, Pastoral y Misionero del Papa Montini

Desearía comenzar esta entrega con unas palabras de Benedicto XVI que manifiestan la importancia de Pablo VI para la Iglesia y para el mundo:

“Con el paso de los años

resulta cada vez más evidente la

importancia de su pontificado para

la Iglesia y para el mundo, así

como el valor de su alto magisterio,

en el que se han inspirado sus

sucesores, y al que también yo sigo

refiriéndome. Haciendo mía la

exhortación que os dirigió al

mundo el Papa Juan Pablo II, os

repito de buen grado: «Estudiad

con amor a Pablo VI (...);

estudiadlo con rigor científico (...);

estudiadlo con convicción de que su

herencia espiritual continúe

enriqueciendo a la Iglesia y pueda

alimentar la conciencia de los hombres de hoy; tan necesitados de palabras de vida eterna»” (Discurso al

“Instituto Pablo VI”, 23.V.2007).

En pocas líneas, el cardenal Lucas Moreira Neves describe los rasgos sobresalientes de la rica y religiosa personalidad del Siervo de Dios, Pablo VI:

� una exquisita caridad,

� una plácida y luminosa pureza de corazón,

� una irrefrenable búsqueda de la verdad en la caridad,

� un agudo sentido del deber y de las propias responsabilidades,

� un iluminado, intensísimo abrasador amor a la Iglesia, tal como lo contemplaba reflejada en la palabra de Dios,

� una notable capacidad de padecer por la Iglesia, sin perder nunca la paz del corazón.

Pablo VI era especialmente un hombre cordial, y lo manifestó clara y bellamente en su primera encíclica “Ecclesiam Suam”. Poseía esa cordialidad de quien sabe que “no se habla

a la inteligencia del hombre ―afirmaba― si, a

la vez, no se llega a su corazón” (Civilta Católica).

Luego de que el Cónclave de Cardenales lo eligiera Papa, imparte su primera bendición con el nombre de Pablo VI

Lo coronan con la tradicional tiara, que a partir de su pontificado es reemplazada por la mitra. Pablo VI ordena subastar la tiara y con lo obtenido envía un barco cargado con trigo para la India

Page 2: 02 - Pablo VI, El Papa Misionero I [imágenes reducidas]€¦ · El Papa Benedicto XVI afirma que “con el pasar de los años se aprecia cada vez más la grandeza que demostró presidiendo

Nos enseñaba en su primera encíclica que la cordialidad nace de un “interior impulso de caridad,

que tiende a hacerse don exterior de caridad” (E.S. 66).

Al acercarnos a Pablo VI descubrimos “el secreto

de la verdadera cordialidad, su natural sensibilidad de

ánimo, delicada y equilibrada, más refinada aún por su

espiritualidad; un carisma para entender a los hombres

y las situaciones y salir a su encuentro; una notable

capacidad de dar y recibir el don de la amistad; una

apertura a los demás hecha simpatía hacía todo lo que

en ellos había de humano y, no menos importante, una

extraordinaria compasión hacia todo sufrimiento

humano” (Card. Moreira Neves).

Pablo VI se presentaba a los hombres y mujeres con cordial discreción, casi inadvertidamente, “pero

nada escapaba a la mirada aguda de sus ojos azules,

vivaces y expresivos, atentos a penetrar en la intimidad

de su interlocutor. No era impetuoso sino persuasivo;

animaba con palabras apropiadas, palabras que

resonaban durante mucho tiempo” (Monseñor Romeo Poncilori).

Bien podríamos aplicar y definir el encuentro de Pablo VI con sus interlocutores con el lema que el cardenal Newman eligió para ser escudo, ya que dichos encuentros eran “Cor ad cor loquitur” (“un

corazón que habla a otro corazón”).

El Siervo de Dios estaba a gusto con la gente. Muestra de esto son las audiencias generales de los miércoles que él comenzó. Buscaba un contacto con la gente y para poder recibirlos en todo tiempo, creó una casa espaciosa, la actual sala de audiencias “Pablo VI”. Es el lugar donde escuchaba, enseñaba, consolaba, animaba y amonestaba, afirma el Card. Moreira Neves.

Su corazón de Pastor sensible al dolor de los demás se manifiesta en la carta que dirigió a las Brigadas Rojas:

“Os escribo a vosotros, hombres de las Brigadas Rojas: devolved a Aldo Moro a la libertad, a su

familia y a la vida civil.

No os conozco y carezco de medios para establecer contacto con vosotros. Por eso os escribo

públicamente, aprovechando el intervalo antes de que se cumpla el plazo para ejecutar la sentencia de

muerte que habéis pronunciado contra él. Es un hombre bueno y recto, a quien nadie puede achacar

ningún crimen o acusar de falta de sentido social, o de haber cometido injusticias, en desmedro de la

pacífica armonía social.

No tengo un mandato que me autorice a

hablarles, y no me ata ningún interés privado

en relación con Aldo Moro. Pero lo amo como

a un miembro de la gran familia humana,

como a un amigo de nuestros tiempos

estudiantiles y, con un galardón muy especial,

como hermano en la fe y como hijo de la Iglesia

de Cristo. Y precisamente en el nombre

supremo de Cristo formulo a ustedes un

llamado, que ciertamente no ignorarán, un

llamado a ustedes, que son enemigos

desconocidos e implacables de este hombre

decente e inocente; de rodillas les imploro que

liberen a Aldo Moro, sencillamente y sin

condiciones, no tanto a causa de mi

intercesión humilde y bien intencionada, sino

porque él comparte con ustedes la dignidad

común de un hermano en la humanidad y porque yo me atrevería a abrigar la esperanza de que en

Bendición Navideña

Page 3: 02 - Pablo VI, El Papa Misionero I [imágenes reducidas]€¦ · El Papa Benedicto XVI afirma que “con el pasar de los años se aprecia cada vez más la grandeza que demostró presidiendo

conciencia ustedes no querrían que la causa del

verdadero proceso social se manchara con sangre

inocente o sufriera a causa del padecimiento inútil.

Ya hemos tenido que llorar y lamentar a tantos que

murieron cumpliendo con su deber. Todos debemos

temer el odio que degenera en vendetta o se hunde en

la desesperación. Y todos debemos temer al Señor,

que vengará a los que mueren sin causa ni pecado.

Hombres de las Brigadas Rojas, permitid que

yo, intérprete de las voces de tantos de nuestros

conciudadanos, alimente la esperanza de que en

vuestros corazones triunfarán los sentimientos

humanos.

En la oración, y siempre por amor por vosotros

espero una prueba en ese sentido”. Paulus PP. VI

Y también en las palabras que pronunció en el funeral de su amigo Aldo Moro: “¿Quién puede

escuchar nuestro lamento si no tú, oh Dios de la vida y de la muerte? Tú no has atendido nuestra

súplica... por su incolumidad”.

Pablo VI, un hombre espiritual que se manifiesta desde el comienzo de su ministerio Petrino en su primera encíclica. Radicalmente espiritual, a la vez que teológica, es la invitación dirigida a toda la Iglesia para que tome conciencia de sí misma en el espejo del designio amoroso de Dios (cfr. E.S.

19).

El cardenal Moreira Neves afirma que es “ex abundancia cordis” que afirma Pablo VI escribe su primera encíclica.

Pablo VI, un hombre del Concilio. Su pontificado está fundamentalmente vinculado al Concilio Vaticano II, hizo del Concilio su programa de gobierno pastoral (cfr. E.S. 36).

El Papa Benedicto XVI afirma que “con el pasar de los años se aprecia cada vez más la grandeza

que demostró presidiendo la segunda parte del Concilio Vaticano II, llevándolo felizmente a término y

gobernando la Iglesia en la delicada fase postconciliar” (3.Vlll.2008).

Pablo VI, un hombre de la Iglesia. Desde el primer momento de su pontificado expresa “un

pensamiento amoroso y reverente a la Santa Iglesia” (E.S. 2) “La Iglesia es nuestro amor constante, afirmaba, nuestra solicitud primordial, nuestro pensamiento fijo, el primero y principal hilo conductor

de nuestro humilde pontificado”.

Él expresó este amor a la Iglesia en su testamento: “Siento que la Iglesia me rodea: ¡Oh

Iglesia santa, única, católica y apostólica, recibe

con mi saludo y bendición mi supremo acto de

amor”!

Abriendo su corazón expresó su amor y su relación con la Iglesia: “Ruego al Señor que me

dé la gracia de hacer de mi próxima muerte un

don de amor a la Iglesia. Puedo decir que

siempre la he amado; fue su amor que me sacó de

mi avaro y selvático egoísmo y me llamó a su

servicio; y que por ella, y no por otra cosa me

parece haber vivido.

Pero desearía que la Iglesia lo supiese; y

que yo tuviese la fuerza de decírselo como una Bendiciendo un niño durante un paseo hospitalario

Saludando a estudiantes adolescentes

Page 4: 02 - Pablo VI, El Papa Misionero I [imágenes reducidas]€¦ · El Papa Benedicto XVI afirma que “con el pasar de los años se aprecia cada vez más la grandeza que demostró presidiendo

confidencia del corazón que sólo al final de la vida

se tiene coraje de hacerlo” (“Pensamiento sobre la

muerte”).

Fue Juan Pablo I, en su memorable discurso de su primer Ángelus, quien expresó bellamente la relación de Pablo VI con la Iglesia: “En quince años

de pontificado este Papa ha mostrado, no sólo a mí,

sino a todo el mundo, cómo se ama, cómo se sirve,

cómo se trabaja y cómo se sufre por la Iglesia”.

Pablo VI, un hombre de la renovación: La Iglesia tenía necesidad de transitar el camino de la renovación pastoral, y la providencia divina lo puso como promotor y guía de esta renovación, que determinará, e inspirará el Concilio.

El deseo de trabajar por la renovación de la Iglesia lo expresa diciendo: “sea manifestado una

vez más nuestro deseo de favorecer a la reforma”

(E.S. 46).

Renovarse para la Iglesia, en el pensamiento de Pablo VI, es renunciar al inmovilismo y aceptar el aggiornamento en espíritu de pobreza, de desapego de todo lo que es relativo, y de confianza solamente en el absoluto de Dios (cfr. E.S. 52); en espíritu también de caridad que es la más íntima “Experiencia Espiritual de la Iglesia” (E.S. 58).

Pablo VI, un hombre del diálogo. Su ministerio está íntimamente unido a esta actitud espiritual, a esta disposición en la relación con los otros y así lo expresa: “El diálogo debe caracterizar

nuestro oficio apostólico, herederos como somos de un estilo tal, de una directiva pastoral que nos ha

llegado de nuestros predecesores del último siglo” (E.S. 69).

Pablo VI quedó en la memoria de la Iglesia como el Papa del diálogo y quiso una Iglesia que para él se hiciera palabra, mensaje, coloquio con el mundo (cfr. E.S. 67).

En definitiva, que la Iglesia se haga diálogo de salvación.

Encuentro con el cardenal Karol Józef Wojtyła, futuro Papa Juan Pablo II

Laicos argentinos auditores en el Concilio Vaticano II, Juan Vázquez y Margarita Moyano, ambos de nuestra diócesis

Vista panorámica de la Sala Conciliar durante una de las sesiones del Concilio Vaticano II