058-11.14.10 Doctrinas Básicas de la Biblia - Como amansar la tentación - Parte 6

Doctrinas básicas de la Biblia ¿Cómo amansar la tentación? - Parte 6

Pastor: Joshua Pinto 1 Faro a las Naciones 11/14/10

¿Cómo amansar la tentación? - Parte 6

1 Corintios 10:12-14 “12

Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no

caer. 13

Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero

Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más

bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir. 14

Por tanto, mis queridos hermanos, huyan de la idolatría.” (NVI)

¿Saben cómo es que un esquimal mata un lobo?

El esquimal toma un cuchillo, empapa la cuchilla con sangre y luego deja que se congele.

El esquimal repite este proceso varias veces hasta que toda la cuchilla quede completamente

cubierta en sangre y bien congelada, como una paleta de sangre gigantesca.

Después de ese proceso, el esquimal toma el cuchillo y lo entierra en la nieve con la cuchilla

apuntando hacia arriba.

Así que cuando el lobo es atraído por el olor de la sangre, se acerca y comienza a lamer el

cuchillo cubierto en sangre.

El lobo mientras que satisface su hambre lamiendo esta paleta gigantesca de sangre, se le

adormece su lengua.

No obstante, el lobo continua lamiendo el cuchillo hasta cortarse su propia lengua y

eventualmente él mismo se desangra a muerte satisfaciendo sus propios deseos.

¿Porque les cuento esta historia? Porque Satanás usa esta misma táctica para tratar de derrotar a

los hijos de Dios.

Satanás sabe que puede hacernos caer en la tentación y que al caer en ella nos convertiremos en

cristianos impotentes e inútiles.

La salvación no es una defensa contra la tentación; por el contrario, es más probable que

Satanás ataque a los creyentes que los no creyentes.

Después de todo, Satanás ya tiene a la persona perdida y su mayor deseo es hacer que los hijos

de Dios caigan en pecado.

Pero primero que todo, dejemos un par de cosas claras acerca de la tentación:

1- Aunque la tentación no se puede evitar, ella si se puede superar.

2- Aunque la tentación es difícil soportar, ella puede ser útil para ayudarnos a crecer en Jesús.

Todo creyente necesita y debe saber cómo cambiar la tentación en triunfo.

Por esto es que es importante entender la tentación y saber cómo lidiar con ella; cuando la

tentación viene las personas suelen hacerle frente en una de tres maneras.

1- La primera manera en que las personas suelen hacerle frente a la tentación, es simplemente

cediendo a ella.



Es la razón por la que muchas personas viven con la mentalidad que, “si se siente bien hacerlo,

hágalo”.

Casi todas las personas perdidas viven así; pero lamentablemente, muchos creyentes también lo

hacen.

2- La segunda manera de enfrentar la tentación, es pelear con ella diariamente.

Así que hay personas que se pasan todo el tiempo luchando contra la tentación en sus propias

fuerzas. Pelean, pero fracasan una y otra vez.

¿Por qué? Porque ninguna persona puede superar su naturaleza perversa por sí mismo.

Si nosotros pudiéramos derrotar el poder del pecado por sí mismos, entonces habría sido inútil

que Jesús muriera por nosotros.

Este tipo de personas odian lo que hacen; pero continúan haciéndolo, puesto que no tienen el

poder propio necesario para detenerse de hacerlo.

3- Por último, el tercer método de enfrentar la tentación es aquellos que vencen la tentación por

el poder de Jesucristo.

Estas personas cambian sus tentaciones en triunfos.

Ahora, esto quizás puede sonar como una ilusión para algunos de nosotros; pero quiero que hoy

podamos entender que podemos ganar sobre la tentación.

Es posible vivir en victoria y hay algunas cosas que necesitamos saber para poder hacer esto.

Así que, el día de hoy quiero predicar sobre el tema, Como amansar la tentación.

I- El objeto de la tentación. (¿Quién?)

¿Quién es afectado por la tentación?

1 Corintios 10:12 “12

Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer.”

Todos los seres humanos estamos sujetos a la tentación; desde los mejores a los peores, desde

los mayores a los menores, hombres y mujeres, ricos y pobres, sanos y enfermos, etc. (Jesús,

Pedro, David, etc.)

Todos los días somos asaltados por una amplia gama de tentaciones.

Y lo más interesante del ataque de la tentación es que todos tenemos una área en particular

donde somos susceptibles.

Ahora, también es importante entender que no es pecado el ser tentado, Jesús mismo lo fue.

Hebreos 4:15 “15

Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras

debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.”

Así que, aunque no es pecado ser tentado, tenemos que entender que el pecado entra en la

escena cuando cedemos a la tentación.



Entonces, nuestro mayor peligro viene a ser cuando pensamos que ya hemos llegado a un lugar

en nuestra relación con Dios donde estamos por encima de pecar.

Proverbios 16:18 “18

Antes del quebranto está la soberbia, y antes de la caída, la altivez de espíritu.”

Cuando nuestro orgullo nos dice que no podemos caer o pecar, entonces nos estamos dirigiendo

a un gran abismo.

En el área de la tentación, el orgullo, lo único que hace es tentar al diablo a que nos tiente.

Pero entonces, ¿Por qué Dios no mata al diablo y elimina la atracción hacia el pecado?

Bueno, si eso llegara a suceder, entonces tú y yo perderíamos la capacidad de ser vencedores en

Jesús.

Sin oposición, no hay victoria y Dios no nos ha llamado a una vida fácil, Él nos ha llamado a

una vida de victoria.

Una vida de victoria que no podemos disfrutar hasta que hayamos enfrentado el mal y lo

hayamos vencido.

II- La fuente de la tentación. (¿Dónde?)

¿De dónde es que la tentación proviene?

1 Corintios 10:13 “13

Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género

humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan

aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que

puedan resistir.”

Nuestro texto dice que no hemos “sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano”.

Así que, no podemos pensar que nuestras tentaciones son tan grandes que no las podemos

soportar porque somos los únicos que estamos sufriendo tal ataque.

¡No! Las tentaciones son comunes y a todos nos vienen las mismas tentaciones de las mismas

fuentes.

1 Juan 2:16 “16

porque nada de lo que hay en el mundo -los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida- proviene del Padre, sino del mundo.”

De este texto bíblico podemos resumir que hay tres fuentes primarias de donde la tentación

proviene: El mundo, La carne y El diablo. Echemos un vistazo a estas tres fuentes.

A- El mundo.

1 Juan 2:15 “15

No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”

En la Biblia, la palabra “mundo” significa “sistema u orden”.

La Biblia dice que este sistema llamado mundo es malo.



Santiago 4:4 “4¡Oh gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con

Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios.”

Entonces, es posible que un creyente sea tan mundano que no se pueda ver ninguna diferencia

entre él y los del mundo.

No debemos permitir que el mundo nos forcé a su molde, hemos sido llamados a ser diferentes

y distintos al mundo.

Romanos 12:2 “2No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la

renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”

B- La carne.

Gálatas 5:17 “17

porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la

carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais.”

Cada uno de nosotros nacimos en la carne y desde el niño más inocente, al adulto más piadoso,

hay una inclinación a nuestra naturaleza, una inclinación hacia el pecado.

Hemos heredado esto de nuestro primer padre, Adán, y la conocemos como la “naturaleza

antigua”.

Por esta razón es que hay una guerra civil desatada en el corazón de cada creyente.

Muchas veces cuando fracasamos como creyentes tenemos la tendencia de culpar el pecado

sobre el diablo, pero en realidad en muchas ocasiones nuestro fracaso se debe a nuestra carne.

Sí, el diablo nos tienta y nos señala hacia el pecado; pero recuerda, nosotros tenemos la

responsabilidad de la decisión final.

C- El diablo.

Juan 8:44 “44

Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis

hacer. Él ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, pues es mentiroso y padre de mentira.”

El objetivo principal del diablo es provocar una caída tan grande, para que Dios sea deshonrado

y para que quedemos inútiles para la obra del reino de Dios.

El diablo conoce todas las debilidades que tenemos y él las explota para tratar de hacernos

pecar.

El diablo nos dice que tan maravilloso el pecado es, nos dice que nos saldremos con las

nuestras, e incluso nos dice que nos lo merecemos; pero recuerda, el diablo te odia y él está

tramando tu derrota.

A Satanás le encanta apuntar a los creyentes caídos y reírse de ellos, para pararse ante Dios y

acusarnos.

¡No le demos esa satisfacción!



III- La silla de la tentación. (¿Cómo?)

¿Cómo es que somos tentados?

El hombre fue creado a la imagen del Dios trino.

Consecuentemente, el hombre es un ser trino; entonces tenemos cuerpo, alma y espíritu.

Así que, cuando somos tentados, siempre somos tentados en una de estas tres áreas.

No obstante, si vamos a vencer nuestras tentaciones y a vivir vidas victoriosas, tenemos que

comprender como es que seremos atacados en estas áreas.

A- El alma

El alma es la palabra usada para describir el “yo” que vive dentro de mi cuerpo.

Es nuestra mente, nuestra voluntad y nuestras emociones.

El mundo es el tentador principal del alma.

El mundo le dice al alma, “necesitas más, puedes tener más, has lo que tengas que hacer, pero

acumula más”.

El mundo siempre apela al ego, el orgullo.

Una persona mundana es aquella que se entrega a los placeres y a los deseos de su alma.

Un ejemplo es Lot. Lot miró, se inclinó, vivió y se perdido en el mundo.

Génesis 13:10-11ª “10

Lot levantó la vista y observó que todo el valle del Jordán, hasta Zoar,

era tierra de regadío, como el jardín del Señor o como la tierra de Egipto. Así era antes de que

el Señor destruyera a Sodoma y a Gomorra. 11

Entonces Lot escogió para sí todo el valle del Jordán, y partió hacia el oriente...”

B- El cuerpo.

El cuerpo es el cascaron donde está el alma y el espíritu.

Entonces, la carne, refiriéndose a la “naturaleza antigua” siempre atacara y tentara el cuerpo.

Por eso es que sentimos la tentación de la pereza, la lujuria, excesos, pecado sexual, etc.

Estas son las tentaciones de la carne y un ejemplo de esto es David cuando cayó con Betsabé.

2 Samuel 11:1-4ª “1En la primavera, que era la época en que los reyes salían de campaña,

David mandó a Joab con la guardia real y todo el ejército de Israel para que aniquilara a los

amonitas y sitiara la ciudad de Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén. 2Una tarde, al

levantarse David de la cama, comenzó a pasearse por la azotea del palacio, y desde allí vio a

una mujer que se estaba bañando. La mujer era sumamente hermosa, 3por lo que David mandó

que averiguaran quién era, y le informaron: Se trata de Betsabé, que es hija de Elián y esposa

de Urías el hitita. 4Entonces David ordenó que la llevaran a su presencia, y cuando Betsabé

llegó, él se acostó con ella.”



C- El Espíritu.

Como el alma es nuestra conciencia, entonces el espíritu es nuestra conciencia de Dios.

El espíritu es el área principal para el ataque satánico.

Nuestro espíritu es lo que nos distingue de los animales.

Sólo el ser humano puede conocer a Dios de una manera personal y tener una relación con El.

Es en el espíritu que podemos conocer a Dios y el espíritu es el ámbito del servicio a Dios.

Juan 4:24 “24

Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.”

Nuestro espíritu es quien adora y se comunica con Dios.

Satanás odia esta comunión y guerrea contra el espíritu, en un esfuerzo de cortar nuestra

comunión con Dios.

Él pone dudas en nuestras mentes que nos distraen, él coloca la falsa doctrina para desviarnos

de la verdad.

Satanás ataca directamente el espíritu.

Un ejemplo esto es la negación de Pedro, la tentación fue dirigida directamente al espíritu.

Pedro no estaba bajo un ataque de ego, o en virtud de un asalto sexual, él fue llevado a dudar la

verdad.

IV- La victoria sobre la tentación. (¿Qué?)

¿Qué podemos hacer para ser victoriosos sobre la tentación?

Hay tres palabras que debemos recordar cada vez que enfrentemos la tentación: Fe, Huye, y

Lucha.

A- Para vencer el mundo necesitamos “Fe”.

Fe de que Jesús cuidara de nosotros cuando estamos dispuestos a renunciar al apagamiento de

las cosas de este mundo.

Fe de que Dios tiene todo bajo control y que no hay nada en este mundo que pueda venir en

nuestra contra y vencernos.

Si estamos amando al mundo, no estamos amando a Dios.

1 Juan 2:15 “15

No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”

Santiago 4:4 “4¡Oh gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con

Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios.”

Si realmente queremos la victoria sobre el mundo, entonces debemos amar a Jesús más que lo

que amamos al mundo y esto requiere de fe.



Hebreos 12:2 “2Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien

por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.”

Es poner nuestra fe en Aquel que nos ofrece la victoria

1 Juan 5:4 “4porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha

vencido al mundo, nuestra fe.”

B- Para vencer la carne necesitamos “Huir”.

La clave para derrotar las tentaciones carnales es huir de ellas.

1 Corintios 6:18ª “Huid de la fornicación…”

1 Corintios 10:14b “…huid de la idolatría”

2 Timoteo 2:22b “…huye también de las pasiones juveniles…”

No podemos exponernos a la tentación carnal y esperar salir sin ser tocados por ella.

Proverbios 6:27 “27

¿Puede alguien echarse brasas en el pecho sin quemarse la ropa?”

Un ejemplo es José y la esposa de Potifar.

Génesis 39:12 “12

Entonces ella lo asió por la ropa, diciendo: Duerme conmigo. Pero él, dejando su ropa en las manos de ella, huyó y salió.”

C- Para vencer al diablo necesitamos “Luchar”.

Si nos paramos firmes y luchamos contra diablo, él huirá.

Santiago 4:7 “7Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”

No podemos huir del diablo, pero si podemos alejarlo de nosotros.

Tenemos que enfrentarlo en el poder de la sangre derramada de Jesucristo.

El diablo no tiene miedo de ti, pero tiembla ante la sangre del Cordero.

¡Lucha contra Satanás y él huirá!

Efesios 4:27 “27

ni den cabida al diablo.”

1 Pedro 5:8 “8Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda

como león rugiente, buscando a quién devorar.”

Conclusión

Yo no sé con qué tentaciones puedes estar lidiando en tu vida.

No obstante, si estás respirando, yo sé que estás luchando.

Nuestro mayor recurso ante la cara de la tentación es una estrecha relación con Jesucristo.

Mi consejo es que traigas tu necesidad de Él.



Cualquiera que sea la necesidad, la prueba, o la tentación, ven y ponla delante del Señor y Él te

ayudara.

Él nos ha prometido gracia en medio de la tentación.

¿Por qué no aceptar Su Palabra hoy?

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