1-Bases Para El Abordaje Sociocultural de Proyectos de MFC

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Proyecto de Gestión Comunal de Bosques Inundables Bases para el abordaje sociocultural de proyectos de Manejo Forestal Comunitario Serie: Manejo Forestal Comunitario Herramientas conceptuales. N° 1 Rodrigo Arce Rojas UNION EUROPEA

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Proyecto de Gestión Comunal de Bosques Inundables

Bases para el abordaje sociocultural de proyectos de Manejo Forestal Comunitario

Serie: Manejo Forestal Comunitario

Herramientas conceptuales. N° 1

Rodrigo Arce Rojas

Pucallpa, Agosto del 2008

UNION EUROPEA

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Arce, Rodrigo2008Bases para el abordaje sociocultural y gerencial del Manejo Forestal Comunitario

Serie: Manejo Forestal Comunitario

Herramientas conceptuales. N° 1

El Proyecto: “Modelo de gestión comunal sostenible de bosques inundables en la Amazonía andina peruana” es una iniciativa conjunta entre el Instituto de Investigaciones de la Amazonia Peruana (IIAP) y la Comisión Europea a través de sus Programas: Medio Ambiente en los países en desarrollo y Bosques Tropicales y de otro tipo en los países en desarrollo.

Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP)Pucallpa, Región Ucayali

La Unión Europea no necesariamente suscribe todos los comentarios del consultor.

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IIAP

Presidente: Dr. Luis Campos BacaDirector de Ecosistemas Terrestres: Dr. Dennis del CastilloGerente Regional IIAP Ucayali: Ing. Francisco Sales

Equipo Técnico del Proyecto Bosques Inundables

Coordinador: Carlos LinaresResponsables de Resultados:Política y Legislación Forestal: Danny Pinedo (Raúl de los Ríos) (Martín del Alcázar)Gestión Sostenible de Bosques: Miguel Ocampo (Octavio Galván)Redes de Valor: Napoleón Jerí (Melina Panduro)Monitoreo y Comunicaciones: Vladimir Núñez (Miluzka Rodríguez)Asesor MFC: Rodrigo Arce Equipo Administración: Jorge Baldeón (Israel Wong, Raúl Flores)Asistentes: Milagros Souza, Romy Orbe, Pedro Sotomayor, Vladimir López

Facilitadores Zonales:Enrique Babilonia (Arturo Claussi)Mariana CernaGermán Velásquez (Isabel del Águila)Rafael Lomas (Juan Vela)Néstor MarínGuillermo PastorWalter SolanoNerio Reátegui (Vicente Rodríguez)Rolando ReáteguiRister Torres

Escuela Radial Forestal:Policarpo SánchezRuth Ventura

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Presentación:

El Proyecto Bosques Inundables se complace en poner a disposición de la colectividad involucrada al Manejo Forestal Comunitario en el Perú y al personal del propio proyecto la sistematización de toda la documentación producida con relación al desarrollo de aspectos socioculturales y gerenciales del manejo forestal comunitario.

Se presenta como una serie de Herramientas Conceptuales en el entendido que el proceso de abordaje teórico y metodológico del manejo forestal comunitario es un proceso en construcción. El documento ofrece pautas, guías, orientaciones, pistas que en algunos casos son aplicables a cualquier proyecto de manejo forestal comunitario y en otros casos corresponde a especificidades culturales con las que trabaja el Proyecto Bosques Inundables.

Es indudable que los aspectos socioculturales del manejo forestal comunitario son de igual o mayor importancia que los aspectos técnicos por cuanto estos factores son lo que finalmente determinan el éxito o el fracaso de un proyecto de manejo forestal comunitario. Damos un paso osado en este sentido por cuanto el proceso de entendimiento e interiorización de la cosmovisión indígena es un reto permanente en un marco de esfuerzo intercultural por elaborar propuestas culturalmente sensibles.

Esperamos que las propuestas contenidas en este documento sirvan como orientadoras del quehacer en el campo y en la interrelación cotidiana con la gente. Quedan todas y todos cordialmente invitados a mejorarlos, enriquecerlos o incorporar nuevas cuestiones o preguntas que nos permitan contribuir al diseño de modelos viables de manejo forestal comunitario.

Dr. Carlos LinaresCoordinador del Proyecto Bosques Inundables

Agosto del 2008

1. Algunos aspectos conceptuales del Manejo Forestal Comunitario (MFC)

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1.1. El concepto de MFS:

El Manejo Forestal Sostenible como concepción es construcción externa a la realidad de las comunidades nativas y ribereñas de la Amazonia, lo que no implica reconocer en las prácticas locales elementos de sostenibilidad de manejo del bosque. Sin embargo, es necesario hacer esta primera precisión con la finalidad de tender un puente en lo que aspiran las comunidades locales y lo que aspira un proyecto de Manejo Forestal Comunitario. El primer reto es entonces tender este puente conceptual para hacer referencia a las mismas categorías y a los mismos objetivos que impliquen un involucramiento mutuo de los actores.

Tan importante como pensar cómo hacer para que ellos y ellas nos entiendan es desplegar los esfuerzos necesarios que nos permitan comprender las motivaciones psicológicas, sociales, culturales y económicas que van a favor de una cultura del manejo forestal sostenible. Por todo ello, el enfoque intercultural de respeto mutuo es una condición absolutamente necesaria.

También es importante aclararnos sobre lo que significa manejo o gestión forestal sostenible.

Según la Comunidad Europea (1997) el Manejo Forestal Sostenible significa “la gestión y utilización de los bosques y de los terrenos arbolados de un modo y con una intensidad tales que conserven su diversidad biológica, su productividad, su capacidad de regeneración, su vitalidad y su capacidad de cumplir, en el presente y en el futuro, las funciones ecológicas, económicas y sociales pertinentes, a escala local, nacional y mundial, sin causar perjuicio alguno a otros ecosistemas”

En esta misma dirección el Reglamento de La Ley Forestal y de Fauna Silvestre (DS 014 2001-AG) define al Manejo forestal de la siguiente manera: “Gerencia del bosque para la obtención de beneficios económicos y sociales en forma permanente, de modo tal que se asegure la sostenibilidad de las especies y de los ecosistemas objeto de manejo”.

Conceptualmente, (Darby1, 1999) la clave para el manejo forestal sostenible radica en no cortar más de lo que el bosque produce al crecer y garantizar que el aprovechamiento no altere la composición biológica ni la estructura física del bosque a largo plazo (si bien serán necesarias ciertas alteraciones de corto plazo para asegurar la regeneración de especies heliófitas; véase Fredericksen 1998).

Existen muchas definiciones sobre manejo forestal desde aquellas que ponen énfasis a la provisión constante de madera (rendimiento sostenido) hasta aquellas que toman el manejo forestal en un sentido lato, es decir asociando el manejo a la cadena de valor más allá de la connotación estrictamente ecosistémica. No obstante, la connotación productivista es la más predominante.

También es cierto que frente a las dudas que generan los impactos de la intervención sobre el bosque tropical hay cierta reticencia de hablar de manejo forestal “sostenible”. Se están ensayando otros nombres. No obstante, reconociendo que el manejo forestal

1 Darby, J. 1999. La Certificación y el Manejo Forestal Sostenible en Bolivia. BOLFOR. Documento Técnico 79.

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sostenible no existe como tal nosotros si lo usaremos porque lo sostenible alude a una aspiración de integralidad que no queremos perder. Lo sostenible en este contexto es una llamada permanente de entender las relaciones bosques-sociedad-cultura y no quedarnos en una visión reduccionista que sólo mira el recurso. En un proyecto de manejo forestal sostenible no sólo estamos hablando de madera sino de bienes y servicios del bosque como punto de partida.

1.2. El concepto de forestería comunitaria:

Existen muchas definiciones sobre manejo forestal comunitario. Nosotros compartimos aquella definición planteada por Kenny-Jordan et. al. que refiere que “El desarrollo forestal comunitario en sentido amplio alude a todas las actividades de manejo de recursos naturales renovables que tienen como propósito fundamental mejorar las condiciones sociales, económicas y emocionales de las comunidades rurales, a partir de su propia realidad y desde su propia perspectiva2”. Lo novedoso de la definición es que incluye el bienestar emocional como punto de llegada, nosotros también adicionaríamos el hecho de que constituye punto de partida.

Si esto es así, tenemos que reconocer que cuando hablamos de forestería comunitaria estamos considerando todo el espectro, es decir, desde opciones más vinculadas a la calidad de vida de autosuficiencia hasta opciones de alta articulación al mercado. En la actualidad es posible reconocer paradigmas que no son absolutos sino permeables que se condicionan mutuamente. Las comunidades exigen opciones de ingresos económicos y la sociedad empieza a apreciar los principios de sostenibilidad que están implícitas en la cosmovisión indígena.

Otros nombres para el MFC son: Manejo de Bosques Comunales, Manejo Indígena, Forestería Comunal centrada en la gente. Nosotros usaremos el MFC por ser una terminología más difundida.

A nivel internacional se diferencia de manejo forestal estatal, manejo colaborativo de recursos y manejo forestal comunitario que estaría bajo la gestión más directa de la comunidad. En tal sentido el manejo colaborativo es la intersección entre el manejo estatal y el manejo comunal de los bosques.

1.3. Manejo Forestal Familiar

El manejo forestal comunitario (MFC) hace alusión a la comunidad mientras que el manejo forestal familiar (MFF) hace referencia a la familia manejando su bosque predial. Consecuentemente el MFF puede asimilarse a las propuestas a título “individual” (aunque en realidad involucra generalmente a la unidad familiar).

El MFF puede incluso darse al interior de una comunidad. Si bien es cierto un comunero de una comunidad nativa no es propietario de la tierra que le es asignada para que la trabaje, en la práctica ejerce una especie de titularidad del área que ocupa mientras la trabaje.

2 Kenny-Jordan, C. Herz, C. Añazco. M, Andrade, M. 1999. Construyendo cambios. Desarrollo forestal comunitario en Los Andes. FAO. Quito.

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Es el caso por ejemplo de bolainales que se cultivan en una chacra asignada a un comunero por parte de la comunidad. En este caso el Grupo de interés no está conformado por miembros que comparten un objetivo común sino que es la integración de los objetivos individuales. Esta modalidad también es importante considerar como Grupos de Interés porque tienen sus propias particularidades. Si bien es cierto en las actividades productivas se mantiene la individualidad, en actividades vinculadas a capacitación y servicios es importante que se manejen a nivel de Grupo porque así es más fácil su atención y además incrementan su capacidad de negociación respecto a una actuación individualizada.

1.4. Las tensiones en la forestería comunitaria:

Tenemos que tener muy en cuenta el hecho de que culturalmente el manejo forestal, tal como lo queremos entender, no forma parte del imaginario ni de la práctica indígena. Esto es importante decirlo para manejarnos realistamente entre lo que significa la proactividad y el optimismo y las suficientes precauciones para no terminar ideologizado.3

Ello nos va a ayudar a definir estrategias mucho más sintonizadas a la realidad local. Por ello es importante reconocer algunas tensiones que están en juego.

Desde un extremo podríamos tratar de encontrar las explicaciones sobre la situación del manejo forestal comunitario en el Perú atribuyendo todos los problemas y dificultades considerando el marco estructural a nivel global y nacional. Desde el otro extremo podríamos hacer un inventario de problemas y dificultades desde la realidad de las propias comunidades. En todo caso nos quedará una sensación de frustración y de inoperancia porque el reto podría aparecer demasiado grande e irrealista. El cuadro 1 presenta las debilidades y amenazas del Manejo Forestal Comunitario elaborado por los participantes del Taller de Manejo Forestal Comunitario y Certificación en América Latina y direcciones futuras realizado en Santa Cruz.

Cuadro 1: Debilidades y Amenazas del Manejo Forestal Comunitario

DEBILIDADES AMENAZAS

Debilidad organizacional y administrativa para manejar sistemas de producción.

Bajos niveles de productividad. Falta de sostenibilidad económica de la

actividad forestal. Falta capacidad técnica sobre el manejo

forestal y de relacionamiento con el mercado.

Visión indígena no siempre compatible con la empresarial.

Gestión propia insuficiente/prevalencia de la informalidad.

Baja capacidad gerencial. Insuficientes recursos financieros. Poca

Dependencia de mercados externos e internos

(Competencia desproporcionada con grandes empresas)

Dependencia de agentes externos. Influencia de lógicas e intereses externos a las comunidades.

Falta de seguridad en la tenencia de tierra Inestabilidad política e institucional Políticas, legislación inadecuada.

Inseguridad jurídica de tenencia de tierras Insuficiencia de infraestructura física

(caminos, instalaciones sanitarias) En algunos casos la base de recursos

3 Ronnie de Camino afirma que “Puede existir una definición ideal de manejo forestal comunitario, pero en un llamado al realismo, hay que reconocer que no existe una situación ideal de manejo forestal comunitario en casi ningún lugar y que hay que cuidarse de idealizar las bondades sin reconocer las dificultades” En: WWF-Bolivia/GTZ/Grupo de Trabajo Forestal con Pueblos Indígenas. Estado de experiencias actuales del Manejo Forestal Comunitario y Certificación en América Latina y direcciones futuras. Memoria del Taller Regional. Santa Cruz

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inversión. En algunas áreas el “caciquismo” afecta

la equidad y transparencia de acceso a los bosques.

Algunas costumbres y visión asistencialista (paternalista).

forestales es pobre (bosques desordenados) o superficies muy limitadas.

Políticas de gobierno centralistas, restrictivas y que pueden inducir a la corrupción.

Fuente: WWF-Bolivia/GTZ/Grupo de Trabajo Forestal con Pueblos IndígenasEstado de experiencias actuales del Manejo Forestal Comunitario y Certificación en América Latina y direcciones futuras. Memoria del Taller Regional. Santa Cruz

Pero el tema está en que es un problema de perspectiva. No se trata de polarizar sino más bien reconocer que la realidad exige una mirada escudriñadora muy amplia que nos lleve a desarrollar la capacidad de diálogo entre los procesos micro y los procesos macro. Esta no es sino otra forma de reconocer las estrechas interrelaciones que existen entre los sistemas. Por lo mismo, no se trata de quedarse en una perspectiva pesimista u optimista, lo que se trata es de encontrar una perspectiva realista que permita potenciar las oportunidades y fortalezas, minimizar las debilidades y mitigar las amenazas.

En esta misma línea argumentativa tampoco se trata de privilegiar únicamente la dimensión económica, la dimensión técnica, la dimensión cultural o la dimensión ecológica. Lo que se trata es de ponderar adecuadamente las diferentes dimensiones que permitan encontrar los puntos de equilibrio reconociendo que estos puntos no son estáticos, sino altamente dinámicos. Eso es preparase para una gestión de la complejidad y la incertidumbre. No es un tema únicamente de la forestería comunitaria sino de todos los temas. La fragmentación o especialización de temas ha sido importante para avanzar pero también ha mostrado sus limitaciones porque ha contribuido a que perdamos la perspectiva. Tampoco es una tensión entre la extremada especialización y la pretensión holística y sistémica, es jugar con la sintonía del dial para saber en qué momento es más conveniente tener una mirada especializada y en qué momento es más necesario contar con una mirada panorámica. Lo más pertinente es tener una mirada que conjugue apropiadamente lo micro y lo macro.

Pero no es únicamente una mirada especializada o una mirada integradora desde la perspectiva occidental únicamente, porque sino reproducimos las relaciones de poder que subestima4 el aporte de los saberes y la cultura local. Lo que se trata es de encontrar puentes que nos permitan entender que hay distintos conceptos, categorías, significados, códigos, percepciones, impresiones, atribuciones que están en juego y que es absolutamente respetuoso y necesario un código comunicacional y una empatía emocional que favorezca un diálogo intercultural. Reconocer que hay distintas cosmovisiones y distintos paradigmas nos prepara para desarrollar nuestra capacidad de escucha sincera del otro. No se trata únicamente de tolerar el punto de vista sino de valorarlo apropiadamente. Gashé5 (2004) sugiere que es importante estar conscientes de las relaciones de dominación/sumisión que están en juego precisamente para tratar de revertirlo mediante el interaprendizaje.

4 Lo contrario también es cierto, que se pueda sobrestimar los saberes locales, así como eventualmente se podría subestimar o sobrestimar el aporte de los conocimientos científicos. Por ello estamos hablando de un encuentro ponderado de saberes que permite identificar no quién tiene la razón sino lo razonable. Ello requiere sin embargo estar claro en la necesidad de compartir poder.5 Op. Cit.

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1.5. Factores de éxito del manejo forestal comunitario comercial a nivel Internacional y nacional:

Uno de los temas críticos a trabajar se refiere a las “bajas capacidades de organización y gestión” interna puesto de relieve por múltiples diagnósticos. Nosotros consideramos que no se trata de formar empresarios de la noche a la mañana sin considerar sus marcos culturales, sino desarrollar un proceso gradual de fortalecimiento de las capacidades de emprendimiento y de gestión tomando elementos de reflexión a partir de su propio marco cultural. Por ello, la necesidad de desarrollar metodologías culturalmente sensibles.

La experiencia nos dice que no hay que forzar a la gente sino entender su lógica y luego subirnos a su lógica en cuanto sea razonablemente sostenible. Por ello es importante que el personal tenga la mentalidad más abierta posible y no encasillarse en la trampa de la Ley, la trampa del experto o la trampa del Estado. Un proyecto de manejo forestal comunitario tiene el encargo de ser muy creativo y para ello se requiere el más amplio respeto y promoción de la diversidad. En este punto por ejemplo merece especial atención entender las dinámicas locales de poder y de toma de decisiones. No se trata únicamente de trasladar modelos empresariales a ciegas, vemos algunos fracasos en las concesiones, sino de ser muy creativos. La experiencia dice que forzar iniciativas comunales puede ser contraproducente. Hay que prestar especial atención a grupos de interés que tienen sus propios mecanismos de motivación interna.

Las Propuestas para facilitar la articulación de la visión indígena con la visión empresarial, mostradas en el Cuadro 2, no logran dar cuenta apropiadamente de la dimensión cultural y menos psicológica.

Cuadro 2: Propuestas para facilitar la articulación de la visión indígena con la visión empresarial

Dimensionar previamente la vocación y potencialidad de las comunidades. Facilitar a las comunidades en la definición de su visión de desarrollo futuro Promover el manejo integral de los recursos de acuerdo a la capacidad de las

comunidades. Promover la cadena de custodia maderable y no maderable relacionada a la

capacidad de las comunidades. Promover la aceptación de un régimen manejo y cadena de custodia diferenciada

de MFCC, que incorpore con más énfasis los costos sociales. Promover la búsqueda de nichos mercado locales apropiados a la escala de la

producción de las comunidades.

Fuente: WWF-Bolivia/GTZ/Grupo de Trabajo Forestal con Pueblos IndígenasEstado de experiencias actuales del Manejo Forestal Comunitario y Certificación en América Latina y direcciones futuras. Memoria del Taller Regional. Santa Cruz

Pacheco (2004) ha sistematizado las experiencias de manejo forestal comunitario comercial y recoge los siguientes factores de éxito, mostrados en el Cuadro 3.

Cuadro 3: Factores de éxito del Manejo Forestal Comunitario comercial

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Los factores relacionados con el manejo forestal comercial comunitario exitoso son varios y Complejos, sin embargo entre los que promueven una transición exitosa Pacheco6 ha identificado los siguientes: (1) habilidades técnicas y gerenciales, acceso a información de mercado, capital, y tecnología(2) desarrollo de economías de escala en la producción a través de integraciones verticales y horizontales; (3) articulación de las empresas de manejo forestal comunitario a servicios estratégicos para el negocio forestal y redes de socios comerciales; y (4) la superación de problemas de acción colectiva y desarrollo de instituciones

El Reporte y conclusiones del Taller sobre Transparencia en el Sector Forestal en la Cuenca Amazónica (Septiembre, 2006, Lima, Perú) da cuenta de los factores de éxito para lograr el manejo comunitario sostenible del bosque: i) Crear y construir capacidades locales (de manejo, mercado, técnica; todos los tres desarrollan en un largo proceso), iii) Sistemas de control interno, iv) Marco legal para Forestería Comunitaria, v) Creación de una visión, de una identidad empresarial comprometida y comunitaria, vi) Asociaciones entre industria, gobierno y comunidades, vii) Proceso de concientización y viii) Adecuar política publica a los derechos colectivos de los pueblos indígenas.

6 Pacheco, D. 2004. Manejo forestal comercial comunitario enpropiedades colectivas indígenas de lastierras tropicales de Bolivia. CERES.

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Por su parte, los participantes indígenas del Taller Regional Experiencias Locales de Manejo Forestal Comunitario, organizado por DED/COICAP/SNV dan cuenta de los siguientes factores, mostrados en el Cuadro 4.

Cuadro 4: Elementos a tener en cuenta para la sostenibilidad del Manejo Forestal

Territorio comunal saneado Plan de Desarrollo Comunal

ADMINISTRACIÓN CAPITAL Recursos Naturales

Bosques de calidad Potencial Forestal de acuerdo a la clasificación de suelos

Social Organización Comunicación Transparenciainstitucional

RelacionesHumanas

Recursos Humanos

Tecnológico Método de Trabajo EquiposFinanciero Recursos propios Créditos

MERCADO Accesibilidad Estrategia de

Mercado

Calidad de productos

Fuente: DED – COICAP – SNV. 2005Taller Regional Experiencias Locales de Manejo Forestal Comunitario. Corop Yanesha, Octubre 26 a 28 del 2005

Lo interesante de los cuadros es que además de los aspectos ecológicos, tecnológicos, comerciales y financieros que ya se conocen, se pone énfasis en aspectos sociales. Pacheco (2004) por ejemplo señala “la superación de problemas de acción colectiva y desarrollo de instituciones” y los participantes indígenas del taller de Selva Central reconocen hasta 5 factores en la dimensión de gestión social: organización, comunicación, transparencia institucional, relaciones humanas y recursos humanos (llamado ahora gestión del talento humano). Esta observación coincide con la de Merino7

(2003) que manifiesta que las experiencias exitosas de manejo forestal comunitario en México indican que el desarrollo de las instituciones comunitarias y el capital social de las comunidades dueñas y usuarias de los bosques son fundamentales para la conservación y manejo sustentable de los recursos

Rik Overmars (2006) del SNV da cuenta que en los casos exitosas del MFC en el Petén - Guatemala - un informe concluyó que los proyectos y las ONG no han invertido, desde un inicio suficientemente en la preparación de la gente de asumir los retos del negocio forestal.

2. Enfoques a considerar en los proyectos de manejo forestal comunitario:

Debemos caer en cuenta que el manejo forestal sostenible, incluyendo el manejo forestal comunitario, es en última instancia gestión de personas, antes que gestión de árboles8. Por ello es importante reconocer la diversidad de actores que participan en torno a iniciativas del manejo forestal comunitario. El entendimiento de lo social y lo cultural en las dinámicas de manejo forestal comunitario requiere por tanto ser ampliada a una dimensión individual en la que se puedan entender las motivaciones psicológicas de las

7 Merino, L. 2003. Los bosques de México. Reflexiones en torno a su manejo y conservación. Ciencias 72 Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM. pp: 69-678 Poschen, P. 2000. Criterios e Indicadores Sociales para El Manejo Forestal Sostenible. Una guía para los textos de la OIT. Documento de Trabajo 3. ILO/GTZ

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personas que están involucradas en el manejo forestal comunitario. Consideramos que esta dimensión no ha sido suficientemente explorada aún9.

Pero no es sólo el entendimiento desde la perspectiva de los técnicos del proyecto, sino que, en opinión de Gashé (2004) implica que se facilite el discurrir de las motivaciones subjetivas para ampliar la capacidad de acción de cada sujeto-actor. Esto es, favorecer las opiniones y emociones aún cuando eventualmente no sea coincidente con los objetivos del proyecto. Eso es privilegiar el sentido de la libertad y una sociabilidad activa.10

En tal sentido, algunos de los enfoques que se deben de tomar en cuenta en los proyectos de MFC son:

2.1. Interculturalidad

En un proyecto de MFC el componente cultural tiene igual importancia que el componente ecológico pues se entiende que la diversidad cultural está estrechamente relacionada con la diversidad biológica. No obstante estamos hablando de una propuesta intercultural respetuosa donde occidente no es el que define cuáles son los términos sino que es una construcción conjunta. De ahí la importancia de hacer más visible y respetable las propuestas, las percepciones y el sentir de los comuneros (as).

Pero también es importante que abordemos el tema desde una perspectiva de voluntad dialogante y negociadora de ambas partes. No puedo haber diálogo si es que no hay actores y el diálogo no puede ser constructivo si se basa en la profundización de las asimetrías de poder.

De allí que un proyecto de MFC debe contribuir al fortalecimiento de la autoestima y el orgullo del comunero (a) que les permita a entrar a un diálogo intercultural. Para ello es importante que se favorezca el entendimiento de las motivaciones profundas de los comuneros (as).

La interculturalidad cobra especial dimensión durante el acompañamiento. Así por ejemplo podríamos encontrar posiciones internas o externas que hablen del derecho de no ser acompañados. Otros por lo contrario dirán que el derecho es más bien ser acompañados.

Los fuertes impactos que ha tenido la cultura occidental sobre la cultura amazónica han llevado a algunos a considerar que es mejor evitar todo tipo de contacto que “contamina y desestructura” la cultura original. Sin embargo entre el deseo y la realidad hay mucho trecho. Independientemente de nuestra voluntad la cultura occidental permea en la comunidad en mayor o en menor medida. Entonces la pregunta es: ¿Qué es lo más prudente, preparar a las comunidades al diálogo intercultural o dejarlos a merced de la influencia externa?

9 Gashé, J. (2004) por su parte plantea la hipótesis que hasta ahora la concepción de los proyectos de desarrollo no han tomado en cuenta la alteridad fundamental que caracteriza al tipo de sociedad al que los promotores se dirigen. Una concepción alternativa y crítica para proyectos de desarrollo rural en la Amazonia. En: IIAP. 2004. Crítica de proyectos y proyectos críticos de de desarrollo. Una reflexión Latinoamericana con énfasis en la Amazonia. Iquitos. 10 Op. cit.

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Precisamente la defensa de los valores y principios de la cultura indígena pasa por construir el ciudadano político con capacidad de construir agendas, con capacidad dialógica y propositiva en el MFC. Caso contrario estaríamos legitimando un modelo de intermediación que requiere de interlocutores externos, que no está mal si se lo concibe transicionalmente pero que es limitante si pretender ser permanente.

El tema de la interculturalidad es central en el proyecto. A la fecha nuestro entendimiento del tema nos sugiere reconocer que una relación de respeto no significa desconocer que en la práctica ya se han dado una serie de fenómenos de aculturación y que lo que se verifica es más bien una especie de codeterminación. Lo importante es reconocer que tanto la cultura y la identidad son fenómenos totalmente moldeables pero que es necesario que fluya de manera natural, no impositiva ni coercitiva.

Al respecto, AGENDA Perú11 (2000) nos advierte que “necesitamos visualizarnos como un país diverso, pero sin caer en el absurdo de incorporar tanta diversidad que haga imposible imaginarnos como comunidad y articular una visión compartida de lo que hemos sido, somos país. Por esta razón, la construcción de una identidad plural, integrada y en continuo despliegue requiere patrones de interacción humana firmemente insertos en el marco de las instituciones democráticas, que garanticen la libertad de pensamiento y acción, y que establezcan las condiciones para que todos los peruanos nos relacionemos de igual a igual entre nosotros”.

Por las razones anotadas anteriormente, avanzar en una propuesta de modelo de manejo forestal comunitario viable, sostenible, implica partir con una actitud de mucha humildad y apertura para reconocer que las propuestas tecnocéntricas que anteriormente hemos ensayado no han dado los resultados esperados. Pero significa además reconocer que una propuesta de modelo de manejo forestal comunitario no debe partir únicamente de las cabezas de los iluminados sino que constituye un emprendimiento conjunto donde las comunidades locales y las instituciones de investigación y desarrollamos apostamos de manera asociada para encontrar primero el código comunicacional común, segundo la confianza suficiente para creer mutuamente en nuestra transparencia y tercero formular participativamente la propuesta.

Las razones anotadas anteriormente sustentan el hecho de que no puede haber una relación de donante-beneficiario sino una relación auténtica de sociedad. Por ello hablamos de socios locales (las comunidades) y socios institucionales. Nosotros como ejecutores de proyectos nos convertimos los facilitadores de esta relación societal para compartir los alcances y riesgos de esta propuesta. Democratizar el riesgo, cosa que no es muy frecuente hacerlo, implica magnificar nuestro compromiso precisamente para reducir los riesgos y compartir los beneficios.

Consideramos que los indígenas y ribereños, tratados apropiadamente como socios locales12 en esta búsqueda de opciones viables de manejo forestal comunitario, en mérito a una cultura del bosque que forma parte consustancial del ser amazónico, son los protagonistas de este emprendimiento no sólo técnico, sino, sobre todo, cultural, político y económico. Como proyecto por tanto estamos al servicio de nuestros socios locales y nuestro rol es acompañarlos para que se encuentren en mejores condiciones para la toma

11 Agenda Perú. Perú, 2000. Agenda y Estrategia para el siglo 21. Lima 12 Gashé (2004) opina que para lograr horizontalidad se debe asumir que el proyecto contemple y asuma a ambos actores, el promotor urbano y el promotor bosquecino, como beneficiarios del proyecto.

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de decisiones y ejecución de acciones conducentes a un manejo forestal sostenible. Esta propuesta debe ser muy clara en el personal del proyecto porque hacemos las veces de facilitadores y acompañantes en este proceso.

Aquí también hay que aclararnos que de lo que se trata es que exista una distribución ponderada de los beneficios. Las comunidades, de tener éxito el proyecto como así lo esperamos, ganarían en opciones sostenibles de gestión de sus recursos forestales, los socios institucionales ganarían con un know how sobre cómo desarrollar propuestas forestales interculturales sostenibles, los bosques ganarían porque se conservarían mejor y la Cooperación Internacional ganaría por que habrían contribuido a la conservación y manejo de bosques y en la lucha contra la pobreza de comunidades locales como parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Cuadro 5: El bosque en la cosmovisión indígena:

Ahora bien, es interesante conocer que desde la cosmovisión indígena no existen categorías separadas de hombres, naturaleza y Dios sino que se funden en una unidad humanos-naturaleza-deidades en la que todos cuidan de los otros. Así los humanos crían (cultivan en la terminología agronómica) y a la vez son criados por la naturaleza (pacha). Esta cosmovisión se traslada a la organización local (organicidad) en el que también participan las plantas, animales, los cerros, las ánimas y las deidades. Por lo mismo los saberes no sólo son atributos de los hombres y mujeres sino que sabe la naturaleza, saben los dioses. Bajo esta concepción no sería apropiado hablar de recursos ni menos de manejo porque estamos haciendo referencia a relaciones de convivencia y de respeto entre todos los seres vivos e inertes y no una condición de predominio de uno sobre otro (PRATEC13, 2005).

Interculturalidad y desarrollo económico en las comunidades

Hay un supuesto básico con el que frecuentemente trabajamos: “Si le ponemos tecnología, capital, capacitación y asistencia técnica, entonces vamos a poder lograr que las comunidades nativas puedan tener un manejo forestal rentable”.

En aras de poder darle más consistencia a nuestro trabajo tenemos que revisar la consistencia de este propuesto apoyándonos en investigaciones realizadas por diferentes autores en diversos países.

En la práctica lo que estamos diciendo es que necesitamos pasar de una economía tradicional a una economía moderna. Única opción (¿?) posible para superar la situación de la pobreza en la que se encuentran las comunidades nativas. En otras palabras estamos diciendo que hay que fortalecer un sistema capitalista de acumulación que permita revertir la economía de subsistencia propia de economías tradicionales.

Aquí se mezclan dos factores: i) la forma cómo entendemos el desarrollo y ii) la forma cómo operacionalizamos nuestros enfoques en el desarrollo del proyecto.

Si uno hace una revisión exhaustiva de la literatura sobre el desarrollo encuentra que es un concepto altamente trabajado y con distintos significados. Así se pasa desde una propuesta de crecimiento económico hasta las propuestas de ampliación de capacidades y derechos que cobra expresión en el desarrollo con enfoque de derechos.

13 Proyecto Andino de Tecnologías.

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Lo que vemos es que en las sociedades latinoamericanas, incluyendo las comunidades nativas, es que los diferentes conceptos no constituyen necesariamente una línea evolutiva sino que conforman complejos de ideas, acciones, propósitos donde se mezclan:

Crecimiento económico Redistribución de la riqueza Cobertura de servicios básicos Capacidades sociales Sustentabilidad Respeto cultural Fortalecimiento de capital social (Arguello, 2004)

Queda claro entonces que siendo el tema de acumulación económica importante, no se reduce a ella. En Santa Rosa de Dinamarca por ejemplo se ha recogido la expresión “no sólo voy a trabajar por un plato de lentejas”. Para los pueblos indígenas del mundo, el bosque también es importante como espacio lúdico y recreativo; la valoración del bosque para la mera supervivencia no basta. El bosque tiene valor como el escenario de la creatividad cultural (Lino, 2007). El desarrollo del capitalismo ha sido posible por dos factores básicos: i) una ética económica de mística, ahorro y disciplina y ii) un marco estructural que lo favorece según lo explica Weber. Si esto es así, entonces habría que pasar revista si estas condiciones existen en las comunidades nativas y si existe una estructura estatal que favorece el desarrollo del capitalismo en las comunidades. También habría que preguntarse cuánto tiempo se requiere para lograr tal condición (¿es posible dar saltos cualitativos acelerados en función a la temporalidad de los proyecto?) y preguntarse básicamente qué tanto quieren esta condición las propias comunidades.

La forma cómo se han articulado los indígenas al mercado responde fundamentalmente a la economía de la habilitación que no es precisamente un referente de negocios equitativos. Lo que tienen en común es que cada uno desea algo que el otro posee. Pero cada uno entiende poco o nada de lo que el otro piensa ni de su forma de valorar el intercambio (Chevalier, 1982; Taussig, 1980).

Según Smith (1995) los indígenas amazónicos necesitan urgentemente desarrollar un nuevo orden moral que integre la vida económica orientada al mercado con el resto de su sociedad. Así habría que considerar la convivencia entre valores de solidaridad, reciprocidad, iniciativa, disciplina y visión de futuro. Considérese además que la dimensión económica no está separada de otras dimensiones de la vida comunitaria y que las comunidades no pueden quedar altamente vulnerables al mercado porque sería fatal para su sistema de equilibrio. Lo que necesitan es tener capacidad de maniobra para jugar con el mercado, entrar cuando lo consideren conveniente y saber desarrollarse sin la imprescindibilidad del mercado.

Si esto es así, entonces tenemos que hacer todos los esfuerzos necesarios para aplicar la interculturalidad en el desarrollo del proyecto. Interculturalidad no sólo para entender mejor a las comunidades nativas sino también para que ellos y ellas hagan el esfuerzo de entendernos pero no para que acepten acríticamente nuestras propuestas, sino para tener la predisposición para negociar las propuestas. Esto es lo que se denomina incorporar un enfoque participativo en un marco de comunicación asertiva.

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La interculturalidad no es una palabra mágica que basta con mencionarla o convocarla para que se manifieste. Requiere un propósito deliberado de empatía es decir poner todos los esfuerzos necesarios para escuchar, para sentir, para debatir las propuestas que tiene cada quien. Cuando la interculturalidad se usa sólo para legitimar una propuesta externa (no interesa cuánta buena intencionalidad tenga) entonces quiere decir que no hemos comprendido lo que significa la interculturalidad. Lo contrario de la interculturalidad es la imposición, el sometimiento aún cuando lo hayamos hecho con la mejor de las intenciones.

La interculturalidad, supone ir más allá de reconocer la existencia de diferentes culturas y debe buscar un intercambio y reciprocidad en la relación mutua, así como la solidaridad entre los diferentes modos de entender la vida entre dichos grupos (Javier de Lucas).

Por ejemplo cuando actuamos con la premisa que las economías indígenas son irracionales, poco efectivas y no competitivas estamos actuando con fundamentalismo. Porque se desconoce que las manifestaciones económicas de las comunidades son múltiples y tienen su funcionalidad para el sistema de equilibrio psico-social que mantienen. Lo importante es reconocer que las comunidades se articulan al mercado según sus conveniencias (UPS, 2000)

De un estudio de doce experiencias de desarrollo indígena en América Latina (Carrasco et. Al., 2001) se concluyó que si bien el involucramiento de los pueblos indígenas en todas las fases del proyecto tienden a asegurar que se tomen en cuenta las prioridades locales, lo más importante para lograr una máxima participación es que los planes de desarrollo sean internalizados por el grupo participante. Los grupos más proclives a participar en las actividades de desarrollo tenían más orgullo en su cultura y aquellos casos en que la producción orientada al mercado reforzaba la identidad fueron más exitosos. Recomiendan además que el objetivo de la asistencia técnica debiera ser la promoción de un alto grado de autonomía y autodeterminación indígena.

Por palabras de los mismos indígenas: “para que exista el “desarrollo”, primero tienen que aceptar nuestra historia, nuestras organizaciones, nuestra cultura, nuestra identidad” (Cussi et. Al. 2001).

La promoción y consolidación de una empresa forestal comunitaria requiere necesariamente la existencia de un espíritu empresarial, el cual en muchos casos a nivel comunitario no es tan evidente por lo que es importante que este proceso sea negociado con la propia comunidad. Ellos y ellas irán definiendo los límites. Por eso como premisa previa es que en estos procesos de negociación se tienen que establecer claramente derechos y responsabilidades.

2. 2. Género y Equidad

Hablar de género no implica pensar sólo en mujeres. Significa que tenemos que prestar atención a las relaciones culturales construidas entre hombres y mujeres y que definen situaciones de poder. Cierto es que nos encontramos inscritos en una cultura machista y las comunidades nativas no se escapan de ello. No obstante también tenemos que reconocer que desconocer la situación y el aporte de las mujeres implica no tomar en cuenta el 50 % de la energía cultural de la comunidad.

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Encontramos que las comunidades tienen formas especiales de concebir la realidad y sus preocupaciones, sueños y aspiraciones no siempre son coincidentes con aquellos que tienen los varones. Por ello la importancia de tratar de encontrar estas especificidades y ser sensibles a sus demandas y planteamientos. Por ello es importante trabajar tanto en opciones productivas donde ellas se sientan más cómodas aún cuando eso signifique en ocasiones tengan que redefinir sus relaciones con los varones.

Cierto es que algunas opciones productivas, atribuidas a mujeres, son mucho más sencillas, requieren menos capital y tecnología que actividades forestales de mayor envergadura. En ese sentido estas actividades de mujeres puede ser una potencialidad. Ello no obvia que ellas puedan trabajar directamente en opciones de manejo forestal comunitario maderero. En ocasiones hemos encontrado que, a despecho de lo que podríamos pensar, el éxito en iniciativas de emprendimiento de mujeres genera el celo de los varones que no quieren perder el poder de tomar decisiones sobre los ingresos que generan las mujeres. De todas maneras, es algo que tenemos que asumir. La cultura no es estática y en tanto se adecuen a principios universales de derechos de las personas es posible también cambiar algunas pautas culturales.

Cuadro 6: El enfoque de Género:

Trabajar con enfoque de género no sólo significa trabajar con mujeres, sino favorecer relaciones equitativas entre hombres y mujeres. Ello incluso puede chocar con algunos aspectos culturales pero es importante que hombres y mujeres puedan discutir en un ambiente de concordia la importancia de favorecer la participación de las mujeres. Ello permitirá tener mejores ánimos para enfrentar situaciones social y culturalmente legitimadas que en el fondo mantienen relaciones inequitativas. Se requiere mucho tino para trabajar esta situación pero es importante que tanto hombres y mujeres puedan discutir con asertividad los temas en cuestión. El papel del Facilitador del proyecto es favorecer el diálogo y ayudar a que existan acuerdos de carácter permanente. No es para imponer su particular punto de vista sino ayudarle a los hombres y mujeres de la comunidad a tomar mejores decisiones en pro de la equidad de género.

El enfoque de género no obvia que se pueda trabajar opciones productivas que están más acordes con la naturaleza femenina. No obstante es importante que en estos acuerdos también participen los varones para que sean opciones familiarmente aceptadas. Se ha visto que no tomar en cuenta esta situación provoca, en algunas ocasiones, bloqueo por parte de esposos celosos que sienten que empiezan a perder poder. Un mejor entendimiento de esta situación permite que los varones en vez de ser obstáculos se conviertan en Facilitadores de opciones para las mujeres que termina beneficiando a la familia.

El enfoque de género debe ser un elemento explícito tanto en los planes de trabajo como en los indicadores de monitoreo y evaluación del proyecto.

La interculturalidad en el abordaje del género y la equidad implica no juzgar superficialmente las relaciones de poder que se dan entre hombres y mujeres de las comunidades socias. Tenemos que conocer más a profundidad la naturaleza de estas relaciones entre hombres y mujeres y de qué manera influyen en el MFC. No obstante, en mérito también a la interculturalidad tenemos la posibilidad de propiciar la reflexión local sobre relaciones de género que desde el punto de vista de los derechos humanos son atentatorios contra la dignidad humana. Es la reflexión local la que determinará los cambios necesarios, si hubiera necesidad de establecerlos.

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Este tema es muy delicado en tanto como Facilitadores no necesariamente entendemos a profundidad las relaciones culturales históricamente determinadas. Más aun si reconocemos que nosotros mismos tenemos sesgos y prejuicios sobre el tema.

Lo primero que tenemos que aclarar es que cuando hablamos de género no estamos haciendo referencia únicamente a mujeres si no a las relaciones culturales construidas entre hombres y mujeres en una localidad y tiempo determinados.

Ahora bien, lo que pasa es que en muchas situaciones el papel de la mujer en la comunidad aparece subestimado y es por eso que lo que se trata es de valorar y hacer visible el importante rol que cumplen las mujeres en el desarrollo comunal.

Encontramos entonces que culturalmente se van asignando determinados tipos de roles a los hombres y a las mujeres. Por ejemplo el hombre puede dedicarse a la caza y la pesca y las mujeres al cultivo de la chacra y la crianza de los niños y niñas. En otros contextos culturales el hombre cultiva la chacra grande (la de mayor superficie y más lejana) y las mujeres se dedican cultivar la chacra pequeña (como por ejemplo el huerto familiar cercano o adyacente a la vivienda familiar).

Sin embargo no siempre la cultura asigna roles diferenciados. En muchos casos la actividad agrícola es responsabilidad de hombres y mujeres aunque las funciones específicas puedan cambiar, por ejemplo los hombres haciendo surcos y las mujeres (incluso los niños) echando las semillas y cubriéndolas con tierra.

Lo importante es entender estos marcos culturales para que en lo posible podamos respetarlos. No obstante el respeto alude a condiciones de equidad y de respeto de derechos humanos.

Como todos sabemos la cultura no es estática sino muy dinámica. Los propios roles pueden cambiar. Por ejemplo antes no había mujeres tractoristas en las minas y ahora podemos ver orgullosas y eficientes tractoristas mujeres. Corresponde entonces a cada comunidad, hombres y mujeres ir definiendo los roles tratando de que cada vez haya más equidad.

Por esas razones es que se ha puesto mucho énfasis en que se pueda conocer las propias necesidades, demandas, sueños, perspectivas, proyecciones, sentimientos y emociones de las mujeres. En muchos contextos la voz de las mujeres no es favorecida en el espacio público y eso es algo que tenemos que mejorar.

No debemos asumir que lo que plantean los varones adultos es lo mejor para toda la comunidad. También las mujeres y los niños tienen sus puntos de vista y es necesario favorecer su expresión para tomarlo muy en cuenta.

También es cierto que para determinadas actividades las mujeres se sienten más cómodas trabajando sólo entre mujeres. En otras ocasiones las mujeres se sienten más cómodas trabajando con Facilitadoras. En otros casos es indistinto.

En otras ocasiones vemos que las mujeres tienen mejores cualidades para la realización de trabajos que requieren delicadeza, mucho compromiso y atención. No es la idea de generar estereotipos con relación a la naturaleza del trabajo pero tampoco es la idea de desaprovechar cualidades que son más atribuibles a cada sexo. Por ejemplo se afirma

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que las mujeres son más intuitivas. Se dice también que las mujeres son menos sujetas a la corrupción.

Una investigación realizada por Indiana University descubrió que los hombres escuchan con sólo un lado del cerebro, en tanto que las mujeres lo hacen con los dos. Pero esto no significa que sean mejores auditoras que los hombres. Sólo procesan de manera diferente el lenguaje (Oblitas, 2006).

No es que las mujeres sean calladas o tengan vergüenza de hablar en público por naturaleza. Eso es una construcción cultural. Quiere decir entonces que es cuestión de que generemos los espacios, la oportunidad y el trato adecuado para que las mujeres también puedan expresar libremente sus puntos de vista. Significa entonces que tenemos que trabajar para que las mujeres puedan fortalecer sus competencias comunicacionales no sólo frente a los varones de la comunidad sino también frente a hombres y mujeres de otras culturas.

El abordaje de género debemos trabajarlo entonces como estrategias para que haya más equidad entre hombres y mujeres, para que niños, ancianos o discapacitados puedan también tener una voz y un rol activo en el desarrollo comunal.

2.2.1. El trabajo con enfoque de género:

Trabajar con enfoque de género en el manejo forestal comunitario entonces es hacerse las siguientes preguntas básicas:

¿Quién tiene acceso a los recursos naturales? ¿Quién toma las decisiones sobre el manejo forestal comunitario? ¿Cómo se distribuyen los beneficios?

Los resultados a las preguntas en muchos casos son más favorables a los hombres que a las mujeres. Es por eso que se trata de hacer visible el rol de las mujeres en el manejo forestal comunitario tomando en cuenta los aspectos productivos, reproductivos y afectivos en la comunidad. De ahí entonces que se piense que trabajar género es únicamente trabajar con las mujeres. Ya hemos dicho género no es mujer. Género es trabajar las condiciones para que haya equidad en las relaciones.

Como respuesta a las relaciones de opresión que sentían las mujeres por parte de los hombres se generó el movimiento feminista, luego se discutió el papel de la mujer en el desarrollo y finalmente llegamos al enfoque de género cuya discusión y tratamiento incluye a hombres y mujeres. En tanto que todavía nos encontramos en una sociedad machista, aunque se reconoce que hay ciertos avances hacia la equidad por esfuerzo y coraje de las propias mujeres que han ido ganando legítimamente más y más espacios de poder y toma de decisiones, también se reconoce que hay mucho por trabajar para lograr una equidad plena.

Trabajar género no es tener una lucha confrontacional contra los varones, sino generar procesos de reflexión y propuesta donde hombres y mujeres puedan ir construyendo y fortaleciendo relaciones más equitativas.

Para nuestro caso significa por ejemplo generar condiciones para que las mujeres puedan participar activamente en la selección de opciones productivas (ellas tienen sus propias

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necesidades y perspectivas de desarrollo familiar y comunal), en la planificación y la gestión, en la implementación de las acciones productivas concordadas con el proyecto, en el proceso de evaluación y seguimiento de las acciones del proyecto. Es muy importante generar condiciones para que se democratice el poder en la comunidad entre hombres y mujeres.

Puesto que se trata de relaciones culturales hay que tener mucho cuidado que los actores externos tratemos de imponer nuestras miradas y prácticas culturales fielmente a la comunidad. Esa es una actitud antropocéntrica nuestra. Las comunidades también tienen sus propias formas de construir y vivir la equidad. En tanto no impliquen atentar contra los derechos humanos fundamentales las diferencias culturales pueden ser parte de su propio equilibrio.

Finalmente, mencionar que trabajamos el tema de equidad entre las personas por una cuestión de principios antes que por una exigencia administrativa.

2.3. Democracia y Ciudadanía:

La democracia y ciudadanía son construcciones de occidente. Ello no quiere decir que no existan formas locales de vivir la democracia, la participación y la ciudadanía. Aquí entramos en tensiones cuando se cruzan las visiones individualistas con las visiones asociativas. Pero ya sabemos que estas relaciones no se dan de manera polarizante pues se dan todos los matices. El respeto a la cultura no nos debe hacer perder de vista de lo que estamos hablando es de una relación enriquecedora entre el respeto al individuo y el respeto a los colectivos donde ambos abordajes se retroalimentan mutuamente. Este tema es de especial significancia cuando abordamos el componente de Organización comunal.

Apostamos por el fortalecimiento de las organizaciones tradicionales, sin embargo también trabajamos con otras expresiones organizativas que están más articuladas a la lógica de una democracia formal y de economía de mercado. Son con estas últimas que tenemos que trabajar con especial énfasis para lograr el fortalecimiento de las capacidades locales de participación y negociación en los espacios de diálogo y concertación local y regional. Tengamos presente que en nuestro marco legal e institucional actual las agendas de desarrollo se establecen en la elaboración de los planes concertados de desarrollo local / regional y es ahí donde los propios comuneros o sus representantes tienen que hacer incidencia política para atraer medidas favorables al MFC.

2.4. La participación:

El concepto de participación que tenemos en el proyecto tiene que ver con la toma de decisiones y con la gestión del poder. Por esa razón es que no hablamos de beneficiarios sino de socios. Nosotros no usamos la participación como una estrategia o una herramienta para involucrar a las comunidades. La participación es un derecho y por lo tanto favorecemos que las comunidades puedan elegir apoyándoles con información y capacidades para que tomen decisiones ponderadas, reflexivas, aquilatadas.

Por ello comprar la participación es algo proscrito en el proyecto. Cierto es que las comunidades tienen una serie de prioridades y no siempre hay coincidencia con lo que proponemos. Por esa misma razón es que nosotros tenemos que contribuir con los

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mejores y más apropiados insumos de información para que ellos puedan elegir y participar voluntariamente porque así lo consideran conveniente. No es qué tanto los involucramos en nuestra dinámica sino en qué medida entendemos su dinámica y corremos dentro de su dinámica. Sólo así es posible favorecer una mutua empatía. Por ello es importante prestar mucha atención a sus tiempos, ritmos y dinámicas locales para poder adecuarnos. Pero también es importante que ellos puedan entender los tiempos, ritmos y dinámicas de los negocios y los ciclos empresariales para que puedan tener una relación ventajosa. Es ahí donde también se verifica la interculturalidad.

Cuadro 7: Definición de participación

Proceso social que resulta de la acción intencionada de individuos y grupos en busca de metas específicas, en función de intereses diversos y en el contexto de tramas concretas de relaciones sociales y de poder (Velásquez y Gonzáles, 2003)14

La participación en los Grupos de Interés:

En primer lugar debemos reconocer que la participación es una construcción social es decir no existe en la persona (no hay un gen de la participación), sino que es aprendido socialmente. En el Perú la participación se da básicamente en dos sectores: i) un sector económicamente deprimido que encuentra en la participación una estrategia para satisfacer demandas básicas y ii) un sector progresista que encuentra en la participación un valor de ciudadanía. A nivel de poblaciones económicamente deprimidas la participación todavía tiene mucho énfasis en la satisfacción de necesidades básicas. Como valor democrático la participación apunta a la gestión del poder esto es ayudar a redistribuir el poder y redefinir los roles de los actores.

Bajo este contexto la participación en las comunidades todavía está muy influenciada por las carencias. Consecuentemente el lema es: “participo porque puedo beneficiarme tangiblemente en algo”. Además la tangibilidad del beneficio debe verse en el más corto plazo porque las urgencias económicas no permiten el “lujo” de esperar tanto tiempo. Considérese que las escalas de tiempo en las comunidades no coinciden con las nuestras. Hay que tomar en cuenta que bajo condiciones de extrema pobreza material (bajo indicadores oficiales) lo que predominan son las estrategias de sobre vivencia. Sólo algunos están orientados a estrategias de consolidación y todavía se aprecia muy lejana para la mayoría una estrategia de acumulación propia de la inserción a los mercados globalizantes, de la que no escapan las comunidades nativas.

Si esto es así, es muy fácil que se puedan deslizar formas primarias de participación por transacción. Logramos la participación de la gente a cambio de alimentos o bienes. En sentido estricto estamos comprando la participación y podríamos afirmar que no es una participación genuina, auténtica que nosotros estamos buscando. La participación que buscamos está marcada por la horizontalidad en las relaciones y porque los comuneros y comuneros desarrollan cada vez procesos de empoderamiento y control más autónomo. Es decir, toman decisiones informadas y ponderadas y gestionan políticamente los procesos sociales.

Sociedades más democráticas y participativas implican el ejercicio activo de la ciudadanía. A este nivel se ha logrado una perfecta relación entre individualismo y sociedad en donde el egoísmo y altruismo se conjugan armónicamente para favorecer el

14 Velásquez, Fabio y Gonzáles, Esperanza. ¿Qué ha pasado con la participación ciudadana en Colombia? Fundación Corona, Bogotá, 2003. pág. 50

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interés colectivo respetando la individualidad de la persona. Ello significa haber pasado de una condición de necesidades básicas o fisiológicas a una condición de necesidades de trascendencia y unidad humana. Lo que está en juego no es únicamente la satisfacción de necesidades básicas sino necesidades de afecto, reconocimiento, afiliación y pertenencia social.

Consecuentemente, para favorecer la participación tenemos que reconocer la escala de necesidades humanas y favorecer el fortalecimiento de la autoestima e identidad, el reconocimiento y el afecto. Es importante que desarrollemos una comunicación empática para favorecer el reconocimiento del “nosotros” antes que del tu y yo de manera separada. Sólo en la medida en que nos veamos como socios de un emprendimiento conjunto se verá favorecida la participación. No son los objetivos del proyecto únicamente los que están en juego sino los objetivos de la gente de carne y hueso con sus propias peculiaridades. Reconocer esta realidad es clave. No es sólo una cuestión de palabras por las que hemos proscrito en el proyecto el uso de beneficiarios sino porque estamos en la búsqueda auténtica de construcción de una realidad de pares. Estamos juntos en este esfuerzo de generar opciones viables para las comunidades nativas. El proyecto es sólo un medio, el objetivo final es lograr poblaciones manejando autónomamente sus bosques.

Tenemos que reconocer que, independientemente de las buenas motivaciones o intenciones que podamos tener, la gente también tiene su propia lógica. La historia de la comunidad no empieza con el proyecto ni terminará con el proyecto, la comunidad trasciende a los proyectos y por ello tenemos que ser respetuosos en entender las motivaciones de la comunidad. No es qué tanto somos eficaces en lograr que los comuneros y comuneras se integren a nuestros proyectos sino en qué medida somos efectivos en incorporarnos en la dinámica comunal. Las propuestas externas que se naturalizan en la comunidad son aquellas que generan los menores trastornos posibles. Contradictoriamente, las comunidades que hacen suyas las propuestas externas son más proclives al cambio pues la clave está en que ellos y ellas lo han autodeterminado, no se les ha sido impuesto. En esta dirección se dice que cuando el gobierno de los bosques está en manos indígenas mejores posibilidades hay de sostenibilidad pues se reduce la dependencia a factores y actores externos. Para todo ello se requiere entonces mucha comunicación y sobre todo desplegar al máximo la capacidad de escucha, escuchar no sólo lo que queremos oír sino sobre todo lo que la gente quiere decir.

Ello no quiere decir que tengamos que hacer todo lo que diga la comunidad sino desplegar oportunidades para que podamos entender bajo qué marco de creencias, pensamientos y sentimientos se expresan las actitudes y el discurso. Así podemos confrontar paradigmas y si es el caso revisar nuestros propios paradigmas. Esta es una forma respetuosa de hacer fluir la participación que no es unilateral sino es el encuentro de actores internos y externos en la búsqueda de caminos sensatos.

Como facilitadores nuestro rol entonces es desplegar el menú de posibilidades para que los comuneros y comuneras puedan tomar las mejores decisiones en base a mayor y mejor información, en base a reflexiones ponderadas, midiendo el alcance y los efectos de sus decisiones. Es por eso que decimos que nuestra labor no es convencimiento ni de adoctrinamiento sino de contribuir a que se desarrollen las capacidades locales de hacer las cosas, de pensar las cosas y de favorecer las condiciones para que se manifieste el ser de las personas en toda su plenitud creadora.

La gente en las comunidades no es reacia a las propuestas tecnológicas externas y tampoco al trabajo con actores externos. Es reacia frente a instituciones y proyectos que imponen agendas sin considerar las propias dinámicas socioculturales y económicas de la comunidad. Es reacia cuando desconoce que los comuneros y comuneras tienen sus

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propios sistemas de vida para procurarse la satisfacción de las necesidades básicas. Es por eso que se pueden ver algunos casos exitosos de interacción institucional donde la gente ha logrado interiorizar una propuesta externa e incluso adaptarla a sus propias condiciones.

Cierto es que aquí entramos muchas veces a una tensión entre los tiempos de la comunidad y los tiempos de los proyectos e instituciones, tensión entre la agenda comunal y la agenda de los proyectos e instituciones. Las tensiones no se resuelven desarrollando estrategias de asimilación, de sensibilización o concienciación. Las tensiones se resuelven generando espacios respetuosos de comunicación asertiva y sobre todo ejerciendo genuinamente una capacidad de escucha que quiere decir interesarse vivamente por las propuestas, sentimientos y emociones de las comuneros y comuneras.

Quiere decir entonces que la exigencia no es “cómo hacer participar a la gente” sino cómo construimos conjuntamente una cultura participativa de generación de espacios de comunicación y de toma de decisiones. La exigencia es cómo manejamos el tema de poder (en el caso institucional aludido a recursos económicos, información, capital relacional) para redistribuir el poder. En el camino hay que aprender mutuamente como manejar responsablemente el poder que compartimos.

Todos estos conceptos tienen su aplicación metodológica en entender mejor los espacios de comunicación, socialización y toma de decisiones y subirnos a su lógica. No sólo son los talleres y cursos los espacios de socialización. De ahí que tenemos que aprovechar de mejor manera el concepto y la práctica del Bosque Escuela que presta mucha atención a la cotidianeidad. Una mejor participación, de ambos lados, es producto del mejoramiento de condiciones de comunicación, confianza, transparencia. Consecuentemente tenemos que prestar mayor atención a generar condiciones objetivas (materiales e institucionales) y subjetivas (emocionales) de la participación. No esperemos que la gente cambie sus fiestas o sus encuentros deportivos por reuniones con el proyecto. La lógica es cómo hacemos para que las fiestas y los encuentros deportivos también formen parte de los elementos para consolidar una relación de sociedad, de afecto y de empatía.

Lo anteriormente anotado nos pone de evidencia un tema relacionado con el diseño organizacional. Con una semana, o menos de trabajo, por cada comunidad nos queda muy poco tiempo para trabajar todas estas dimensiones de la participación. Lo ideal es que haya una persona viviendo permanentemente en la comunidad aunque eso resulta presupuestalmente imposible. Si esto es así, entonces tenemos que apelar a otros mecanismos. Una figura es que el técnico indígena pueda estar más tiempo en las comunidades y tenga un periodo mayor de rotación para que la presencia del proyecto no esté muy distanciada. Eso tampoco lo resuelve todo pero en algo ayuda. Otra opción es trabajar implícitamente con la figura de los promotores comunales no rentados pero que sí requieren un mecanismo estratégico de incentivos. Se ha mencionado que en otros lugares se ha usado esta figura exitosamente y donde la motivación ha sido la oportunidad de profesionalización o tecnificación.

El tema de la participación es uno de los factores clave de éxito de los proyectos por lo que amerita prestarle la debida atención que se merece. Es parte del diseño de los modelos viables de manejo forestal comunitario que estamos buscando.

Cuadro 8: Por una cultura participativa

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Una cultura participativa implica favorecer condiciones para que todos y todas podamos expresar nuestra voz en la toma de decisiones sobre asuntos que atañen al desarrollo comunal. Pero este concepto también es aplicable a la familia a un grupo de personas que persiguen objetivos comunes.

La cultura participativa es lo contrario a una cultura autoritaria donde la voz del jefe de la comunidad, el padre de familia, o el líder del grupo impone siempre su manera de pensar sin dar lugar a discusiones o a la confrontación de ideas. Las personas que actúan de esta manera están convencidas que su opinión es la que vale y que la opinión de los demás no cuenta. Por lo tanto esta es una persona que no tiene capacidad de escucha.

Una conducta autoritaria que mata las opiniones de los demás miembros del grupo pierde toda la energía cultural, años de sabiduría y experiencia que están en el grupo. Su conducta también mata la creatividad y la innovación pues provoca que las demás personas ya no se esfuercen en hacer llegar propuestas pues saben de antemano que van a ser rechazadas.

En las comunidades nativas nos interesa por tanto promover una cultura participativa en la que todos y todas podamos decir libremente lo que pensamos o sentimos. Un espíritu participativo no es característico de todas las sociedades por lo que debemos generar condiciones en todo momento y espacio para que todos se acostumbren a expresar sus opiniones y a ser parte activa de la toma de decisiones. Es algo que tenemos que lograr deliberadamente haciendo participar a todos y todas en las asambleas e incluso en las simples conversaciones cotidianas.

Una cultura participativa implica mayores posibilidades de desarrollo comunal al involucrar a todos en la toma de decisiones, lo que refuerza el compromiso y la apuesta por las decisiones tomadas.

2.5. Desarrollo y Derechos Humanos

Actualmente se concibe al desarrollo como ampliación de capacidades y expansión de derechos. Además debemos tener presente que el concepto de ruralidad asociado sólo a lo agrario/forestal locales ha sido superado. De ahí que el tema del fortalecimiento de las capacidades locales sea fundamental para que sean los propios actores quienes inscriban el MFC en el marco de su desarrollo personal y comunal. Esta propuesta de corte más estratégico supera una visión asistencialista de necesidades básicas, moviliza a los actores para que definan su visión de desarrollo personal y comunal, identifiquen barreras que impiden el pleno ejercicio de sus derechos humanos y construyan e implementen agendas tendientes a superar estas barreras. Esta es una propuesta de MFC que revalora el papel central que han tenido y tienen los comuneros (as) en la conservación de los bosques. Justifica también porque los otros actores hacen las veces de socios o acompañantes en este proceso y no los reemplazan o hablan por ellos o a nombre de ellos.

Cuadro 9: Incidencia en políticas públicas favorables a la institucionalización del manejo forestal comunitario

Son múltiples las motivaciones por las que los decidores políticos deciden avanzar en la construcción de leyes favorables a diferentes situaciones de la vida comunal. En ocasiones hay una auténtica motivación por generar condiciones para un ejercicio auténtico de los derechos

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humanos, en otras ocasiones porque quieren acelerar el proceso de articulación de las comunidades al mercado y en otras ocasiones porque reciben la presión de grupos sociales.

Ello explica entonces por qué unos sectores están más normados que otros, por qué no se terminan los procesos de reglamentación, por qué no se asignan los recursos correspondientes o por qué la aplicación de la norma choca con una inoperatividad institucional. También tenemos que ser sinceros en reconocer que muchos decidores hacen cálculos políticos al momento de promover una Ley, sólo quieren apoyar aquellos proyectos de Ley que les den réditos políticos.

Nosotros en las comunidades que vivimos en los bosques realizamos una serie de demandas, petitorios; presentamos quejas y denuncias. Para ello nos valemos de oficios y memoriales. Eso está bien, pero es insuficiente. Tenemos que avanzar más allá, tenemos que incidir en la formulación de políticas públicas que son grandes mandatos y compromisos para que las autoridades puedan desarrollar lineamientos y orientaciones, elaborar normas y regulaciones, desarrollar planes y programas, asignar presupuestos favorables al desarrollo de la comunidad y al desarrollo del manejo forestal comunitario

Esta acción de incidencia política se ve favorecida cuando nos agrupamos y de ahí la importancia de articularse a las organizaciones regionales indígenas y a las federaciones provinciales o distritales. Pero también podemos agruparnos como conjunto de comunidades sea porque nos vemos afectados en grupo o sea porque queremos aprovechar una oportunidad o una potencialidad en grupo.

Esto quiere decir que la incidencia política no siempre tiene que nacer a raíz de una situación de exclusión social. También podemos hacer incidencia política para aprovechar mejor las potencialidades de nuestra comunidad o las oportunidades que se presentan a partir de nuestra rica diversidad biológica y altísima diversidad cultural.

La incidencia política en el fondo está orientado a modificar las relaciones de poder. Hay que tener claro que nosotros con nuestros votos elegimos a las autoridades pero la soberanía siempre reside en el pueblo. Por ello es que existen mecanismos para elegir a las autoridades pero también existen mecanismos para revocarlos si es que consideramos que han traicionado su compromiso.

Mediante la incidencia en políticas públicas hacemos que no sólo atiendan casos puntuales sino tratamos de que se incorporen grandes lineamientos de acción para las autoridades. Con ello reducimos la discrecionalidad del funcionario que debe ajustarse más bien a las grandes directivas. Por ejemplo una cosa es que un funcionario resuelva un conflicto territorial (caso puntual) y otra cosa es que el funcionario actúe en función a una política de respeto a la territorialidad de las comunidades nativas (modelo de actuación general). Eso no quiere decir que deje de atender el caso puntual sino que su conducta de funcionario esté orientado claramente por una política pública, común para todos los funcionarios.

En ocasiones es importante aliarse a socios estratégicos para hacer más viable la propuesta de incidencia política. En tal sentido existen instituciones públicas y privadas que están comprometidas con las comunidades nativas y el manejo forestal comunitario. Atención que no es sólo cuestión de que normen en el sentido que nosotros queremos sino que la norma vaya en sentido del bienestar general de todos los peruanos y peruanas. Aquí los intereses del colectivo deben primar sobre los intereses particulares. Lo que estamos diciendo es que la norma que estamos proponiendo beneficia a las comunidades pero a la larga beneficia también a todo el país.

Para poder realizar un buen proceso de incidencia política tenemos que interpretar adecuadamente la realidad, identificar las dificultades, cuellos de botellas, factores críticos que están obstaculizando el desarrollo comunal y el manejo de los bosques comunales. También hay que identificar fortalezas, potencialidades y oportunidades. El análisis de la realidad debe complementarse con mayor información de casos similares para poder elaborar una propuesta sensata que esté basada en buena información. Todo este trabajo debe realizarse de manera participativa de tal manera que la propuesta sea fiel sintonía de lo que está sucediendo y que plantee claramente alternativas de solución. No basta con presentar el documento propuesta sino que también hay que hacer el respectivo seguimiento. En ocasiones es conveniente que nos apoyemos en los medios de comunicación para sustentar la validez de nuestra propuesta.

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Ahora bien, hemos hablado de la importancia de realizar incidencia en las políticas públicas. Pero también es importante que hagamos incidencia hacia adentro es decir en nuestras autoridades, líderes y dirigentes para que tomen decisiones a favor del desarrollo comunal y del desarrollo forestal comunitario.

Es necesario que nuestras autoridades, líderes y dirigentes también se movilicen en base a grandes acuerdos orientados al desarrollo comunal y desarrollo forestal comunitario. Por ejemplo debemos incidir para que en nuestras comunidades no se tomen decisiones que terminen perjudicando a los bosques y nuestras propias expectativas de desarrollo a partir del aprovechamiento sostenible de los bienes y servicios de los bosques.

Tenemos que hacer incidencia hacia adentro para que trabajemos en base a planes de trabajo claros con visión, misión y valores que le den direccionalidad y sentido a toda la gestión. Pensamos que nuestra gestión no puede ser únicamente reactiva o de queja sino altamente propositiva y de identificación y aprovechamiento de oportunidades.

En tal sentido la incidencia hacia adentro busca democratizar la gestión comunal, contribuir al buen gobierno local, hacer una gestión más efectiva y que consolide las capacidades de emprendimiento en alternativas forestales sea que estén orientadas al mercado u orientadas al bienestar comunal en salud, alimentación o vivienda.

2.6. Tecnologías apropiadas:

La generación de propuestas tecnológicas alternativas apropiadas implica una apuesta expresa por la industria forestal local y por las cadenas de valor sobre la base de la producción sostenible de bosques. Es importante identificar tecnologías apropiadas de procedencia externa pero también es importante poner en valor los conocimientos y la sabiduría locales. El proyecto no tiene que ser tecnocrático sino de buscar la fusión creativa entre la ciencia occidental y la ciencia indígena o ribereña. Es necesario establecer alianzas estratégicas locales para que nos puedan ayudar en esta tarea de generar tecnología apropiada. Aquí el tema de los costos es fundamental para no hacer de la tecnología un cuello de botella. No nos negamos a la tecnología de punta en tanto sea económicamente asimilable por las comunidades y sea culturalmente sensible. La propuesta entonces es qué tanto generamos tecnologías apropiadas a sus condiciones socioeconómicas y culturales y no qué tanto ellos y ellas se acomodan a nuestras propuestas tecnológicas.

3. Aspectos Socioculturales del Manejo Forestal Comunitario:

3.1. Aportes de las ciencias sociales en el abordaje de los proyectos de Manejo Forestal Comunitario (MFC).

Todos hemos constatado la importancia de abordar los asuntos sociales en los proyectos de MFC. Estamos conscientes también que en los proyectos de MFC predominan los profesionales orientados hacia las ciencias de la tierra y por lo tanto tenemos algunas dificultades para abordar los temas sociales.

A riesgo de simplificar demasiado creemos conveniente desarrollar unas pautas básicas que nos ayuden a abordar lo social en los proyectos de MFC. Ello no exime el necesario apoyo que debemos tener directamente desde los propios especialistas sociales.

Obviamente no se trata de convertir a un profesional biofísico a un profesional social en quince minutos sino básicamente se trata de inducir a ganar una actitud o una

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predisposición sociológica. Son miles las preguntas que deben resolver los especialistas, nosotros sólo invitamos a pensar en algunas preguntas y a agudizar el sentido inquisitivo, propositivo y metodológico. Como Facilitadores tenemos que facilitar las cosas, no obstante, también es una invitación a profundizar gradualmente las materias especializadas.

Aún cuando esta guía básica está dirigida a Facilitadores (ingenieros, técnicos, promotores) la idea es que no nos quedemos en el plan de investigador y la comunidad como objeto de investigación. Es importante que también los comuneros y comuneros se involucren en el proceso de investigación de su propia comunidad, su comportamiento y sus costumbres. De esta manera a través de un proceso de investigación participativa avanzamos en la construcción del actor, del ciudadano forestal activo, con mejores condiciones para tomar decisiones sensatas sobre sus bosques.

3.2.1. El entendimiento de lo social:

En nuestra experiencia los profesionales de las ciencias de la tierra tienen diferentes formas de entender lo social. Revisemos algunas de estas concepciones:

1. Lo social como una complejización innecesaria2. Lo social como un instrumento para facilitar lo técnico

3. Lo social como un requisito para completar el triángulo de la sostenibilidad

4. Lo social como una propuesta transformadora y liberadora

Desarrollemos:

1. Lo social como una complejización innecesaria: desde esta perspectiva lo social es una fuente de complicación de la vida del proyecto pues distrae los objetivos técnicos. Por añadidura es fuente de conflictos.

2. Lo social como un instrumento para facilitar lo técnico: esta es una visión utilitarista de lo social donde el papel de los especialistas sociales es lograr que las propuestas técnicas puedan implementarse de manera eficaz y eficiente descuidando a la persona humana.

3. Lo social como un requisito para completar el triángulo de la sostenibilidad: esta es una visión que toma a lo social como un requisito o un complemento que hay que desarrollar pero sin mayor compromiso con las personas. Lo que priman son los objetivos técnicos del proyecto, no las personas.

4. Lo social como una propuesta transformadora y liberadora: bajo esta perspectiva se entiende que las personas son el eje del proyecto y lo técnico, siendo importante, constituyen el medio para facilitar el despliegue de capacidades, facultades y potencialidades de las personas. Es decir, es una visión que pone en igualdad de condiciones a la parte social y técnica, aspectos que se trabajan de manera muy estrecha e interrelacionada.

Como es de suponer, nosotros nos inscribimos en esta perspectiva. Coincide plenamente con la finalidad superior de los proyectos de mejorar las condiciones de vida de la gente y

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para ello se vale de medios. En nuestro caso el medio es el manejo comunitario de bosques.

Debemos tener en cuenta que los proyectos de campo de MFC son de Desarrollo & Investigación y por tanto inscritas en una propuesta de investigación-acción. Es por eso que no nos quedamos en el activismo acrítico sino en una propuesta de reflexión-acción-reflexión. La ciencia no transforma la realidad, sólo la describe. Los proyectos sí tienen el encargo de transformar la realidad en un sentido positivo.

3.1.2. Distorsiones sobre lo social:

No obstante, debemos advertir que también se dan algunas distorsiones sobre lo social:

1. Lo social como equivalente a ser buena gente: No basta con ser buena gente. El tratamiento de lo social implica rigurosidad y objetividad para analizar los fenómenos sociales. Sólo así se puede llegar a generar propuestas que ataquen las raíces del problema. Una expresión extrema de esta posición es la ideologización que trata de justificar todo aquello que dice o hace la comunidad aunque no tenga un correlato con el sentido común o la sostenibilidad.

2. Lo social como sustento para propuestas populistas: esta es otra distorsión que sustenta propuestas asistencialistas y paternalistas. En nuestra historia hemos visto procesos en los que por favorecer a un sector de la población se han sacrificado principios técnicos elementales resultando al final un fracaso tanto para los supuestos beneficiarios como para las organizaciones promotoras.

3. Lo social como pretexto para victimizar a la víctima: es importante que en todo proceso social se pueda analizar objetivamente la cuota de responsabilidad que le compete a cada actor. Echar toda la culpa a la comunidad de un fracaso es victimizar dos veces a la víctima. No tomar en cuenta los procesos de exclusión, marginación e incluso racismo es desconocer que la realidad comunal no se restringe a ella sino que es producto de las complejas relaciones que se dan entre el Estado, las empresas y la comunidad.

4. Lo social como escudo para no revisar cuestiones internas de la comunidad: Esta distorsión es contraria a la anterior. Esta cuestión aparentemente principista termina siendo funcional a los intereses externos porque no se ataca a fondo la cuota de responsabilidad comunal. Por ejemplo sustentar que no se revisen los actos de corrupción comunal porque son cosas internas, “trapitos sucios que se lavan en casa” no ayuda a abordar el problema en toda su magnitud.

3.1.3. El sentido de las ciencias sociales:

Ya hemos visto entonces que el propósito fundamental de lo social en los proyectos de MFC es contribuir a mejorar las condiciones de vida de las personas y de los colectivos con los cuales interactúan.

Debemos caer en cuenta que en el fondo las ciencias sociales tratan de estudiar el comportamiento de las personas. Este tratamiento se da de manera individual o colectiva, en el presente o en el pasado o por orientaciones específicas (comportamiento económico, político o ambiental).

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En el caso de los proyectos de MFC tenemos el encargo de estudiar el comportamiento de indígenas y mestizos ribereños respecto a su interacción con los bosques para desarrollar marcos filosóficos, teóricos, metodológicos y procedimentales que nos permitan optimizar los beneficios del buen aprovechamiento de los bosques comunales garantizando el mantenimiento de sus condiciones productivas.

Podríamos decir “zapatero a tus zapatos” y separar lo social de lo técnico. Pero eso no es posible en el marco de un proyecto. Obviamente cada uno tiene un nivel de responsabilidad sobre lo social pero todos tenemos que ver o por lo menos de crear condiciones para favorecer el entendimiento y tratamiento de lo social. Se puede afirmar que lo social es tan importante como para dejarlo únicamente en manos de los científicos sociales, por que el tratamiento de lo social debe formar parte de la cultura organizacional de un proyecto de MFC. La gestión forestal no es sino en el fondo gestión de personas o emociones y por tanto todos estamos llamados.

3.1.4. Desglosando lo social en el proyecto:

3.1.4.1. La sociología

Para desglosar lo social en el proyecto vamos a valernos de la definición de Sociología de la UNALM:

Cuadro10: Definición de Sociología

La Sociología nos permite entender la estructura y dinámica de la Sociedad Humana, en sus diversas manifestaciones, de la conducta social de individuos pertenecientes a grupos determinados  a la  de  instituciones y organizaciones con diferentes formas y grados de vinculación con comunidades nacionales supra nacionales (corporaciones-pactos) o intranacionales (regiones).

Examina las expresiones de la estructura social, clases, sexo, edad, raza, ocupación, etc.; así como las formas de institucionalización que adquieren a través del gobierno, otras formas de poder, la política, economía, religión, cultura. Examina también cómo individuos y colectividades, construyen, mantienen y alteran la organización social; El sociólogo se pregunta acerca de los orígenes y consecuencias del cambio social, cómo se logran los acuerdos sociales, el consenso o la dominación y su duración o permanencia.

En el examen de  la dinámica social se incluyen los elementos pertenecientes a otras disciplinas que estudian elementos del mismo campo social; como la población (Demografía), la racionalidad (Economía) y el contexto (mercado) en la producción de sus bienes y servicios , los valores y costumbres adquiridos (Antropología), la conducta individual (Psicología), su lengua y literatura(Lingüística) y su pasado remoto o reciente (Historia), Para el sociólogo estas disciplinas proporcionan las variables exógenas cuando se tratan de explicar los componentes claves de la socialización, el poder, control, cooperación, violencia, orden y cambio sociales con el objetivo de contribuir al planteamiento de alternativas para la gestión, planeamiento y/o transformación de las instituciones.

Fuente: Universidad Nacional Agraria La Molina, Departamento de Ciencias Humanas, 2006

Nosotros vamos a simplificar el tratamiento de lo social en el cuadro 11:

Cuadro 11:Componente Algunas preguntas básicas que nos debemos hacer en los

proyectos de MFCEstructura social ¿Cómo está organizada la comunidad?

¿Qué factores aseguran la buena marcha de la organización?¿Qué factores limitan la organización?¿De qué manera la estructura social, clase, género, edad,

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ocupación afecta la organización?¿Cuál es el mapa de los actores con los cuales interactúa la comunidad?¿Cómo es la vinculación gremial en sus distintos niveles?¿Cómo son las relaciones con los agentes externos?

Dinámica social ¿Cómo se entiende la participación?¿Qué factores influyen sobre la calidad de la participación?¿¿Cómo se construyen los acuerdos sociales?¿Cómo se mantienen los acuerdos sociales?¿Cómo se socializan los acuerdos sociales?¿Cuál es la estructura actual de poder en la comunidad?¿Qué explica las actuales relaciones de poder al interior de la comunidad?¿Cuál es la racionalidad económica de la comunidad?¿De qué manera las costumbres y valores adquiridos influyen sobre los emprendimientos productivos?¿De qué manera el peso de la historia influye sobre los emprendimientos productivos?¿De qué manera el movimiento poblacional en la comunidad influye sobre los emprendimientos productivos?¿Qué explica las actuales relaciones de poder con agentes externos?¿Cómo se entiende y vive el buen gobierno en las comunidades?¿Cómo se entiende y se vive el liderazgo en la comunidad?¿Qué mecanismos locales existe de vigilancia comunal para el cumplimiento de los acuerdos existentes?

Cambio social ¿Qué factores favorecen el cambio social?¿Qué factores limitan el cambio social?

3.1.4.2. La antropología como componente de lo social:

La Antropología es la ciencia social que estudia todas las dimensiones del ser humano de forma similar a la sociología, pero holísticamente. Principalmente enfocada desde la cultura y por medio del método etnográfico como exponente clásico15.

Ahora veamos la definición de cultura. La cultura es el comportamiento socialmente aprendido, la "maneras de vivir juntos". También se dice que la cultura es la forma como percibimos el mundo, nos comunicamos, nos expresamos y nos organizamos. Consecuentemente la cultura no es únicamente un componente sino un punto de llegada. La cultura es un fin en sí mismo y no un medio, y que todo aquello a lo que le otorgamos valor forma parte de la cultura16

“La cultura está conformada tanto por lo material como por lo espiritual. Según esta visión, toda manifestación humana es un producto cultural; por lo tanto, la economía como el desarrollo material y las creencias que sobre ésta se construyen y se transforman, integran la cultura. No es posible, entonces, separar

15 es.wikipedia.org/wiki/Antropología16 UNESCO, 1997. Nuestra Diversidad Creativa. Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo.

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la cultura de las actividades económicas, y menos aún pensar el desarrollo fuera de la cultura, ya que constituiría un contrasentido”17

Desde la perspectiva del proyecto algunas de las preguntas básicas que nos debemos hacer son:

¿Cómo las comunidades conciben los bosques? ¿En qué medida la cosmovisión indígena sobre los bosques está vigente? ¿Cuáles son los factores que influyen sobre la actual cosmovisión indígena sobre

los bosques? ¿Qué expresiones de cultura oral existen en la comunidad sobre las relaciones

entre los hombres y los bosques? ¿De qué otras maneras se expresan las relaciones entre los hombres y los

bosques? ¿Qué particularidades existen en el lenguaje? ¿Qué factores afectan la comunicación indígena? ¿Qué factores afectan la comunicación entre indígenas y foráneos? ¿Cómo se organiza la comunidad? ¿Cómo se manifiesta el poder en la comunidad? ¿Qué costumbres debemos conocer con relación al proyecto? ¿De qué manera se construyen las relaciones de poder entre hombres y mujeres?

3.1.4.3. La psicología como componente de lo social:

La psicología es la ciencia del comportamiento. En el desarrollo forestal muy poco nos hemos preocupado por esta disciplina pues es fundamental. El MFC implica hablar de personas y de biodiversidad. No se puede entender la biodiversidad alejada de las personas que como unidad biopsicosocial es muy compleja.

En los proyectos de MFC debemos preocuparnos por algunas de las siguientes preguntas:

¿Cómo se comporta la gente con relación a los objetivos y tareas del proyecto? ¿Por qué se comportan de esa manera? ¿Cuál es el patrón emocional de la gente? ¿Con qué patrones mentales se acercan a los temas del proyecto? ¿Con qué patrón mental se comunican? ¿Cómo aprenden los comuneros y comuneras? ¿Cómo se motivan? ¿Qué los desmotiva? ¿Cómo se encuentra su identidad y autoestima? ¿Encontramos capacidad de logro?

Cuando hablamos de Psicología a secas estamos haciendo referencia al individuo pero si hacemos referencia a los grupos humanos estamos hablando de Psicología social por que los grupos humanos también presentan un comportamiento, una personalidad que podríamos llamar más apropiadamente “una grupalidad18”. Por lo tanto las preguntas anteriores también pueden hacerse extensivas a los grupos humanos.

17 Romero, R. 2005. ¿Cultura y desarrollo? ¿Desarrollo y cultura? Propuestas para un debate abierto. Cuadernos PNUD. Serie sobre Desarrollo Humano Nº 918 Llamado técnicamente “sintalidad”

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3.1.4.4. La filosofía como componente de lo social:

La filosofía es etimológicamente amor a la sabiduría. La filosofía nace de la admiración y el inconformismo permanente, inconformismo para no quedarse satisfecho con las respuestas primarias o superficiales. Una actitud filosófica busca encontrar la explicación última de las cosas y para ello se vale de preguntas y repreguntas hasta encontrar una explicación temporalmente satisfactoria, teniendo presente que una “verdad” es válida para ese tiempo y espacio a la luz de los conocimientos vigentes en ese momento.

Consecuentemente, una actitud filosófica implica no contentarse ni siquiera con las propias impresiones primarias de uno mismo. Es buscar permanentemente la explicación de las cosas y las razones que llevan a sustentar tal explicación o entendimiento. Una actitud filosófica está ajena a todo tipo de dogmatismos.

En un proyecto de MFC esto es especialmente relevante porque estamos hablando de dos culturas, dos formas de entender y vivir la realidad. Por eso estamos hablando de un proceso de interculturalidad que nos lleve a revisar los enfoques y los códigos que están de por medio.

3.1.4.5. La historia como componente de lo social:

Se puede afirmar de manera simplificada que la historia es el relato de hechos pasados que han sido considerados dignos de recuerdo por una sociedad. Para el proyecto es importante conocer la historia para poder explicar los hechos presentes.

Cada comunidad tiene su propia historia, que contiene los principales hechos que le han ocurrido a lo largo del tiempo. Se puede reconstruir esta historia si se investiga por qué y cómo se formó la comunidad, qué problemas tuvo que confrontar y solucionar para formarse, mantenerse y desarrollarse. Es común encontrar que muchas personas, especialmente los niños y jóvenes, no conocen su historia local. En las escuelas y los colegios enseñan la historia del mundo y del país, pero no la de la propia comunidad. Esta historia la conocen porque se pasa de padres a hijos, a través de conversaciones, pero rara vez se encuentra escrita y guardada para las generaciones futuras. De esta manera, muchas cosas importantes de la historia comunal se pierden con el tiempo.

Gracias a la historia sabemos de dónde venimos, y esto nos ayuda a pensar hacia dónde vamos.

En muchas comunidades, por ejemplo, las primeras familias se habían asentado en el lugar porque encontraron muchos recursos naturales, tales como suelos para la agricultura, bosques con árboles maderables, ríos con buena pesca, minerales como oro para explotar, etc.

Al conocer los recursos naturales que existían cuando se formó la comunidad, podemos compararlos con los que existen ahora. Esta comparación entre el pasado y el presente es valiosa, porque nos ayuda a planificar el uso de los recursos naturales que todavía existen, con el fin de asegurar que las familias de hoy y de mañana tengan suficientes recursos para vivir.

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También es importante conocer los grandes acontecimientos que determinaron el cambio de rumbo en la historia de la comunidad. Esto es lo que los historiadores llaman la periodificación de la historia.

Para recoger toda esta información debemos conversar con las personas mayores. Ellos y ellas son quienes más han vivido esta historia, y tienen más que contar. También podemos revisar las actas y archivos antiguos de la comunidad, si es que los hay. Asimismo, puede que exista información en algún libro o estudio realizado por personas o instituciones de afuera, y debemos tratar de conseguirla para que la historia sea lo más completa posible.

En una reunión con los moradores más antiguos, hombres y mujeres, es posible encontrar bastante información sobre la historia. No hay anciano a quien no le guste contar su historia. Suele suceder que los hombres recuerdan ciertas cosas y las mujeres otras. Mientras cuentan los moradores más antiguos, los facilitadores anotan todo lo que dicen en un pizarrón, papelógrafo o en tarjetas, como puntos de la historia. Las tarjetas permiten una mejor maniobrabilidad para ordenar los hechos cronológicamente. Después de tener anotados los puntos podemos volver a ponerlos en orden, año tras año.

Mejor es dejar que la gente hable a su propio paso, a su propio ritmo, sólo haciendo preguntas para aclarar cosas o para indagar más información sobre los hechos que van narrando. Aquí están algunas preguntas que podríamos usar como para que la gente comience a conversar:

1) ¿Cómo eran estas tierras antes de que llegaran los primeros habitantes? ¿Qué recursos naturales había?

2) ¿Quiénes fueron los primeros habitantes, de dónde y por qué vinieron?

3) ¿Cuándo y cómo se formó la comunidad?

4) ¿Cuáles eran los límites de la comunidad cuando fue fundada, y cómo han cambiado estos límites con el tiempo?

5) ¿Qué problemas tuvieron para formar la comunidad, y cómo los solucionaron?

6) ¿Cómo ha ido creciendo o disminuyendo la población con el tiempo?

7) ¿Cómo se desarrolló la organización de la comunidad, y cómo ha venido cambiando? ¿Por qué ha cambiado?

8) ¿Cuáles fueron los sucesos más importantes en la historia de la comunidad? ¿Cuáles fueron los tiempos más difíciles y los tiempos más felices?

9) ¿Cómo han venido usando los recursos naturales de la comunidad? ¿Qué problemas hubo en el pasado, y qué problemas hay actualmente?

10) ¿Cuál ha sido el rol de la mujer en el desarrollo de la comunidad?

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Por otra parte, las líneas de tendencia ayudan mucho en la elaboración de la historia de la comunidad. Algunos aspectos que podrían tratarse son:

. Las inundaciones en la comunidad

. Las horas de caminata para recoger leña, o

. Los días necesarios para conseguir mitayo (piezas de caza).

También es posible hacer historias gráficas o combinadas con textos. Las variantes dependen de las condiciones especiales donde se aplicará la herramienta y del grado de innovación que tenga el facilitador.

La historia no sólo se puede aplicar a la comunidad. También se puede referir a un producto o actividad (como, por ejemplo, la historia de la producción bananera, la historia forestal, la historia del eucalipto, la historia del turismo, la historia de la pesca, entre otros).

3.1.5. Técnicas sociales básicas:

Una de las técnicas básicas que usa el científico social es la observación participante que quiere decir en palabras simples introducirse en las diferentes dimensiones de la vida comunitaria, con permiso y aceptación del grupo o persona por supuesto, para conocer la realidad social tal como se da naturalmente. Es cierto que nuestra presencia influye pero tenemos que tomar todas las precauciones posibles para no provocar sesgos por nuestra presencia. Esta observación también es válida para el uso de libretas o grabadoras. A algunos les incomoda o otros no, todo depende de cada situación particular. Lo importante es que tengamos un método definido de registro.

Las metodologías participativas son también medios muy importantes. Seguramente muchos de ustedes han practicado su uso en el levantamiento de diagnósticos socioeconómicos pero hay que seguir practicando. Lo importante es que se encuentren mecanismos que permitan que el diálogo y la propuesta comunal fluyan naturalmente. Finalmente no es relevante si lo conseguimos mediante una herramienta participativa o directamente a través de un diálogo asertivo.

Sugerimos que cada facilitador tenga un cuaderno o libreta de campo donde vaya haciendo sus registros sobre todo lo que percibe en la comunidad respecto a lo social. Cuando detecta situaciones problemáticas que escapan a su alcance entonces esta situación debe ser compartida con un especialista. Finalmente se recomienda que complementen su formación con la práctica y la lectura permanente de temas especializados según lo vayan requiriendo. Paulatinamente verán que mejora su vinculación con lo social. Los prepara además para tener una mejor interacción con los especialistas.

3.2. Caracterización de los actores del Manejo Forestal Comunitario

3.2.1. Aclarando conceptos:

Las ciencias sociales, a diferencia de las ciencias exactas, aluden a conceptos, categorías que en la mayoría de los casos no se ajustan a patrones rígidos. Diríamos más bien que estamos hablando de un modelo tipo “foco encendido” en la que hay una parte sólida

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reconocible tangiblemente e irradiación luminosa que gradualmente se va difuminando inclusive hasta desaparecer. Ello da la opción que pueda haber otros “focos” prendidos y eventualmente haya cruces o traslapes de irradiación.

Revisemos sino algunos conceptos que frecuentemente usamos en ciencias sociales.

El Estado:

El Estado no es una realidad homogénea. No sólo reconocemos que existe un Estado débil o ausente, sino que a veces el Estado se pone al servicio de grupos de interés económico o político contrariando abiertamente su naturaleza orientada al bienestar general. Encontramos también un Estado que no coordina al interno e incluso realiza acciones abiertamente contradictorias. Para superar esta situación se habla de Reforma del Estado.

Otra expresión del Estado refiere a la normatividad que muchas veces es extensa, dispersa y no necesariamente integrada de ahí que se den lugar para incentivos perversos que deshace lo que desde otra instancia se está tratando de construir.

La sociedad civil:

La sociedad civil es un complejo de organizaciones privadas que están fuera del Gobierno y como tales demandan mayor participación en la gestión y en la toma de decisiones. Sin embargo en estos grupos se encuentra una gran diversidad de intereses, posiciones y necesidades, que se traduce también en una diversidad de discursos, demandas y luchas. Para superar esta situación se habla de Reforma de la Sociedad Civil.

La ciudadanía:

Las personas tienen diferentes entendimientos y motivaciones respecto a la democracia, la participación, los derechos y las obligaciones. Se dice que estamos frente a un déficit de ciudadanía y para superar esto se plantea la construcción de ciudadanía real, inclusiva.

La comunidad:

La comunidad es un concepto idealista. La comunidad no es una entidad homogénea, compacta. También es un hervidero de posiciones, intereses y necesidades que se traduce en una dinámica bastante compleja.

Así podríamos seguir con muchos otros conceptos y prácticas y encontrar que en ciencias sociales los temas no se dan de manera polarizada sino que existe un gran espectro que permite visualizar todo el conjunto de posibilidades. La definición de un fenómeno se ubica en uno u otro extremo pero que eventualmente, según las circunstancias, se puede mover de sintonía.

Los fundamentos de toda esta complejidad radican en que las personas son complejas. El análisis que tiene que realizarse no siempre se ajusta a una lógica lineal de causa y efecto sino más bien a una lógica circular o elíptica en la que a veces hay puntos de encuentro y reencuentro.

Si uno analiza el desarrollo de las personas desde el punto de vista de la Psicología del Desarrollo encuentra que hay personas adultas con rasgos de niño y por ello tienen un terror de salirse de su zona de comodidad y avanzan literalmente sólo hasta donde les permite llegar el inexistente cordón umbilical que los ata a mamá. Otros ya reconocieron su “Yo” y se atreven a salirse de su zona de comodidad y competencia. Ahí están los creativos e innovadores pues son capaces de convivir con la complejidad y la incertidumbre.

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Lo mismo podemos decir de los niveles de conciencia que no se dan únicamente en el sentido evolutivo de la historia sino que se manifiestan aún en las personas adultas. Por ejemplo un intelectual que le da valor a la ciencia y a la eficiencia puede ser un racista dando a entender que todavía no ha logrado superar sus miedos profundos a las diferencias. En el otro sentido, personas con gran nivel económico e intelectual pueden apelar a la ecología profunda para reconocer que el hombre y la naturaleza forman parte de un solo ser condición tipificada en el nivel de conciencia arcaico-instintiva. De ahí que la cosmovisión de unicidad entre sociedad, naturaleza y cultura no sea tan arcaica como se podría pensar.

¿Significa esto que tenemos que dejar de lado las tipologías? En absoluto, no. Lo que estamos tratando de decir es que es importante conocer las tipologías como un intento de categorización y para favorecer el entendimiento de un fenómeno social. Pero la llamada de atención es que estas categorías no se dan de manera absoluta, a veces se manifiestan de manera conjunta en una persona o sociedad y en otros casos cambian en función del tiempo y las circunstancias. No es decirle adiós a las tipologías ni decir tampoco que todo es relativo, es caer en cuenta que las dinámicas sociales son muy complejas y aquí no valen las generalizaciones fáciles.

Quiere decir entonces que nos encontramos frente a una condición de complejidad e incertidumbre que es más omnipresente que la condición de certidumbre. Reconocer esta situación nos predispone para el cambio, para revisar creencias, valores y paradigmas que gobiernan nuestro accionar. Significa además reconocer que nos encontramos en una serie de tensiones como:

Individualismo-asociatividad

Egoísmo-Altruismo

Subsistencia-Mercado

Pragmatismo-Idealismo

Corto plazo-largo plazo

Importante-urgente, entre muchas otras tensiones.

Lo prudente en este caso no es irse a los extremos, tampoco en hacer una media aritmética para encontrar el punto de equilibrio que estamos buscando sino desplegar las condiciones de diálogo y participación para poder conjugar intereses. Para ello se requiere una profunda capacidad de escucha y de respeto. No es únicamente la salida tecnocrática de hacer lo que saben los sabios ni de hacer únicamente lo que dice el pueblo porque eso sería caer en populismo. En este caso el equilibrio significa llegar a un punto de solución sensata, sensatez en sentido de la humanidad y sensatez en sentido de la naturaleza. Lo racionalmente económico puede ser insensatamente destructivo del ambiente.

La administración de las tensiones es el enfoque que nos permite tratar con las diferentes perspectivas. Por ejemplo desde la ecología ambiental se trata de definir los límites ambientales de un modelo económico en base a un diálogo de pares en la que los pares

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no alude únicamente a los técnicos sino también a todos los que están directa o indirectamente involucrados en el tema.

Todas estas consideraciones sociales son de vital importancia en la gestión de proyectos que muchas veces se ven en camisas de fuerza de la lógica convencional, el tecnocratismo o las leyes del mercado. Así como se dice que en el Perú hay varios Perúes, también hay que reconocer que existen diferentes culturas, conocimientos, saberes, significados, conciencias y no podemos pretender que con el pensamiento único podemos gestionar exitosamente los proyectos. De ahí la importancia y trascendencia del enfoque y las prácticas interculturales para una realidad pluricultural y de alta diversidad ecológica que nos caracteriza.

Esta realidad genera mayores exigencias para la gestión de proyectos, sus indicadores de monitoreo y evaluación y la expresión de sus efectos y sus impactos. No todo puede remitirse a una cuantificación ni tampoco todo puede ser medido en términos monetarios. Implica afinar nuestros enfoques, prácticas y métodos a esta realidad compleja e incierta.3.2.2. Los Grupos de Interés en el contexto de las comunidades

Hablar de manejo forestal comunitario alude en primera instancia a trabajar con el conjunto de la comunidad. Sin embargo, la experiencia nos ha demostrado que no necesariamente toda la comunidad está interesada en participar en la propuesta que llevamos como proyecto. De ahí que usemos el concepto de Grupos de Interés que nos permite trabajar con las personas realmente interesadas.

Cuadro 12: ¿Qué son los Grupos de Interés?

Son las personas de la comunidad que, como su mismo nombre lo indica, tienen una motivación real para participar activamente en la empresa forestal. Es decir, están predispuestos a dedicar tiempo, esfuerzos y recursos para hacer que la empresa forestal de la comunidad salga adelante.

El Grupo de Interés es la expresión organizativa de la comunidad que trata de implementar el emprendimiento productivo en sus etapas iniciales. Trata de convocar, en base a criterios establecidos por la propia comunidad, a los verdaderamente interesados en el MFC, ello en el reconocimiento que un emprendimiento productivo no puede darse impositivamente sino más bien debe ser expresión plena de motivación personal.

Es importante trabajar con las organizaciones previamente establecidas en la comunidad antes que crear nuevas instancias. No obstante tampoco se trata de forzar para que una de las organizaciones internas tenga que asumir forzosamente el emprendimiento. Otra vez prima el concepto de acto voluntario. Quiere decir que si una de las organizaciones existentes se identifica con el emprendimiento en buena hora, sino existe organización alguna ahí si se justifica formar un grupo especial.

Pero aún cuando una de las organizaciones internas pretenda asumir el emprendimiento, tampoco hay que asumir que todo el grupo deba involucrarse sino los (las) verdaderamente interesados (as). En tal sentido el concepto de grupo de interés es versátil sea se aplique a nivel de la comunidad o se aplique a nivel de un grupo interno. Se entiende además que el número de miembros del grupo de interés no es estático sino que se mueve en función a la propia dinámica productiva, en algunas casos se reducirá en otros casos se ampliará, la idea es que se vaya identificando al núcleo básico que apuesta consistentemente por el emprendimiento productivo.

Todos los integrantes del Grupo de Interés tienen los mismos derechos y obligaciones aunque eventualmente puedan surgir algunos cargos como consecuencia lógica de las necesidades funcionales del grupo. Por eso no es conveniente que hablemos de trabajadores y dirigentes

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porque todos somos trabajadores y todos somos responsables de la buena marcha del Grupo de Interés.

Si en la comunidad existe más de una línea productiva identificada entonces corresponde trabajar un Grupo de Interés por cada opción identificada. En etapas iniciales no es conveniente complejizar la organización porque todavía hay que conocer la lógica empresarial con variables más conocidas.

Normalmente hablamos de Grupos de Interés como expresión particular de la organización comunitaria. No obstante, hay una pequeña variante referida a suma de intereses de “propietarios” individuales. Esto es válido para comunidades ribereñas mestizas donde cada uno es “dueño” de su parcela y también para comunidades indígenas donde cada comunero “ejerce propiedad” del el área que le es asignada temporalmente. Esta pequeña diferencia tenemos que tenerla presente al momento de considerar las variantes de Grupos de Interés.

No obstante, tampoco hay seguridad que las personas que originalmente integran los Grupos de Interés vayan a permanecer en todo el emprendimiento. En la práctica las personas tienen la posibilidad de ratificar o rectificar su decisión en función a cómo se sientan en el Grupo. Esta flexibilidad es fundamental para garantizar la libre determinación de las personas y de otro lado garantiza que las personas que se queden formen parte de un equipo compacto.

Lo que no debemos dejar de lado es que el Grupo de Interés forma parte de la comunidad y los recursos productivos que se usan forman parte de la comunidad. Ello nos invita a pensar tanto en términos del Grupo de Interés como en términos de la Comunidad como un todo.

Pero no es sólo el aspecto de recursos comunes que se ponen al servicio de los Grupos de Interés sino que además también hay consideraciones legales a tener presente. La personería jurídica corresponde a la Comunidad, los arreglos con el Estado se hacen a título comunal (por ejemplo permisos forestales) y la representación legal de la comunidad recae en el Jefe de la Comunidad.

Consecuentemente garantizar la viabilidad del Grupo de Interés pasa por tener buenas relaciones de coordinación, comunicación y empatía con toda la comunidad.

Es cierto que los proyectos son diseñados con una misión o encargo institucional y en función a ello se elaboran y se ejecutan los presupuestos. Es cierto también que como proyectos puntuales no podemos resolver todo el pasivo social. No obstante podemos contribuir de manera ingeniosa a resolver en parte la problemática de las comunidades nativas como entorno inmediato de los Grupos de Interés.

No se trata de un tema de presupuesto se trata de un tema de voluntad política para generar condiciones estructurales que permitan a la comunidad construir mejores condiciones de vida. Es por esa razón que en el diseño organizacional se ha considerado la presencia de Facilitadores Zonales quienes tienen el encargo de contribuir a que los Grupos de Interés desplieguen el conjunto de sus capacidades, facultades y potencialidades en un entorno comunal favorable. Ese entorno comunal inmediato es precisamente la comunidad y por ello no podemos dejar de atender aspectos sustanciales de la comunidad.

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Cuadro 13: Definición de Facilitador Zonal:

Un Facilitador es una persona que acompaña a un número determinado de comunidades. Un Facilitador es en esencia una persona que contribuye a lograr arreglos sociales que tengan carácter permanente y sostenible. Puesto que el manejo forestal es en el fondo gestión de personas, antes que únicamente árboles, los arreglos sociales implican llegar a acuerdos, consensos sobre enfoques, métodos y prácticas que generen, mantengan o incrementen factores de sostenibilidad forestal.

Consecuentemente el facilitador de un proyecto contribuye a lograr arreglos sociales favorables a la construcción de modelos viables de manejo forestal comunitario (MFC). Estos arreglos sociales comprenden los actores involucrados directamente en el proyecto como de los actores externos que tienen influencia directa o indirecta sobre el MFC.

Relaciones entre la comunidad y el Grupo de Interés

Reconocemos que cuando el Proyecto Bosques Inundables desea establecer una relación con una comunidad socia pueden darse las siguientes alternativas:

1. Que sólo un grupo de la Comunidad desee asociarse en torno a una Opción Productiva Comunal determinada (Grupo de Interés)

2. Que varios grupos deseen asociarse en torno a igual número de Opciones Productivas Comunales

3. Que toda la comunidad desee asociarse

En cualquiera de los casos estamos haciendo referencia que existe el pleno conocimiento y consentimiento de toda la comunidad.

Reconocemos también que un Grupo de Interés:

Puede crecer por el involucramiento de nuevos miembros Puede decrecer por el abandono de diversos miembros (por migración, por

pérdida de motivación, actividades productivas propias, etc.)

Es cierto que a veces hay mucha desconfianza por parte de los comuneros para integrarse a los Grupos de Interés sea por historias pasadas negativas, recelo contra las instituciones o cualquier razón personal. Pero también es cierto que cuando los comuneros y las comuneras empiezan a ver tangiblemente los resultados de los trabajos de los que se integraron desde el principio entonces se entusiasman y también desean ser incorporados. En algunos casos el entusiasmo es contagiante y toda la comunidad desea integrarse y en este caso toda la comunidad es el Grupo de Interés.

En otros casos muy puntuales, es el apoyo puntual el que motiva a integrarse (por ejemplo los pequeños incentivos como botas o machetes).

Es importante que aclaremos las relaciones que se dan entre la comunidad y el grupo de interés o grupos de interés (cuando se tratan de varias opciones productivas).

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En primer lugar recordemos que el Grupo de Interés se crea en el entendido que no todos desean involucrarse en la propuesta de sociedad. Esta decisión es legítima. Es la buena voluntad y la predisposición de asumir los derechos y obligaciones que emergen del establecimiento de una relación de sociedad. Aquí se deja al comunero o comunera a ejercer plenamente su derecho a elegir, se respeta su autodeterminación.

Sin embargo, también es importante reconocer que esa decisión inicial puede verse modificada por diferentes factores. De repente la persona no ponderó muy bien la disponibilidad de su tiempo, aparecieron nuevos factores restrictivos u otros motivos. En igual forma pueda que la persona ahora comprenda mejor los alcances del trabajo asociado, ha desarrollado la confianza en la institución o aparecieron nuevos factores impulsores que la motivan a ingresar al Grupo de Interés. Esto nos hace comprender que la composición del Grupo de Interés es dinámica, en el entendido que sigue una dinámica social natural que permite reconocer quiénes son las personas auténticamente interesadas en el emprendimiento productivo.

Lo que está claro también es que el Grupo de Interés no es una isla dentro de la comunidad sino que forma parte estrecha de ella. Por eso es que se ha considerado una serie de medidas tales como:

Que la conformación del Grupo de Interés se haga en presencia y con aprobación de la comunidad

Que existan mecanismos de coordinación y rendición de cuentas a la comunidad Que los reglamentos de los Grupos de Interés estén inscritos en el Estatuto

Comunal Que se desarrollen acciones complementarias de desarrollo comunal dirigidas a la

comunidad más que al Grupo de Interés como tal Que haya participación en las utilidades en tanto estamos hablando que el

territorio y los bosques son comunales y no únicamente del Grupo de Interés

Para la comunidad, un Grupo de Interés (varios Grupos de Interés) constituye una expresión de su fortaleza emprendedora y organizativa. Un Grupo de Interés forma parte de los esfuerzos de la comunidad de consolidar liderazgos, de favorecer expresiones de organización local con fuerte sentido de emprendimiento y capacidad de logro. En tal sentido, es una escuela viva de liderazgo y de emprendimiento.

Si toda una comunidad decide ser a la vez un Grupo de Interés entonces tiene que asumir en su real dimensión las obligaciones que de ello se desprende. No es sólo la afiliación la que determina el éxito del emprendimiento productivo, sino la participación activa en los trabajos y en la gestión, en el desarrollo de actitudes proactivas dirigidas a mejorar los ingresos de sus integrantes.

Es importante reconocer que en una empresa la retribución que se recibe está en función del esfuerzo y los aportes desplegados. A mayor esfuerzo corresponde mayor compensación. El solo hecho de ser considerado miembro no da lugar a compensación. Esto es muy importante entenderlo porque una entidad empresarial necesita ser cuidadosamete tratado. Si afectamos el capital básico entonces la experiencia fracasa con la consiguiente frustración para todos. Se concluye entonces que tenemos que cuidar nuestro emprendimiento productivo a que se capitalice y sea cada vez más y más productivo. Inicialmente se necesita mucho sacrificio, fuerte paciencia, persistencia y fe.

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Luego de un tiempo oportuno recién se verán los resultados. No podemos pedirle frutos al caimito si es que antes no ha fructificado. Todo tiene su tiempo de maduración.

La comunidad puede funcionar como una empresa. Sin embargo esta condición tiene ventajas y desventajas. Por ello en determinado momento la comunidad puede decidir crear una sociedad mercantil la que más se adecue a sus características y a la vez la que le permita articularse ventajosamente al mercado y al sistema crediticio.

Es posible entonces que el Grupo de Interés (o Grupos de Interés) puedan avanzar hacia la conformación de una empresa formal con el tipo de sociedad más adecuado. Lo importante es que sea producto de un serio proceso de reflexión y de dimensionamiento de la envergadura del trabajo y las exigencias que tal situación demanda. El solo hecho de constituirse como empresa no provoca que seamos empresa. La empresarialidad es un punto de llegada que lo logramos a través del tiempo previo fortalecimiento permanente de capacidades.

Si un Grupo de Interés se constituye empresarialemente entonces debemos tratarla como tal, como una empresa. Existe la tentación de que el negocio del Grupo de Interés se convierta en la caja chica de la comunidad y eso no funciona porque termina afectando el negocio. Para eso, hemos señalado ya, existe el sistema de participación en la distribución de beneficios.

La constitución empresarial entonces debe ser producto de un serio proceso de reflexión, de saber que ya se tiene identificado a un grupo humano compacto, cohesionado, integrado, que trabaja de manera armónica en pos de objetivos compartidos. No es correr por correr. Cada caso tiene su propia situación particular, su propio ritmo y dinámica que le dirá cuándo es el momento propicio para su formalización empresarial. En otras experiencias se ha fracasado cuando se ha querido correr. Tengamos en cuenta que hacer empresa tiene una cosmovisión que no necesariamente coincide con la cosmovisión indígena. De ahí que se ha hablado de desarrollar propuestas económicas con identidad o culturalmente sensibles.

Todos estos aspectos entonces deben ser cuidadosamente tratado entre los directivos de la comunidad y los directivos y miembros de los Grupos de Interés. Debemos buscar que haya una relación armoniosa que garantice el éxito del emprendimiento productivo e impacte favorablemente a la comunidad. Hay casos en que los propios directivos comunales son parte del Grupo de Interés, entonces ellos (o ellas) deben favorecer para crear este clima de confraternidad y de comunicación abierta.

Si toda la comunidad recibe por ejemplo un aserradero portátil, la comunidad puede ponerlo al servicio del grupo de interés y luego tener una participación en la distribución de beneficios. El aserradero portátil no puede dar trabajo a todos, pero si se puede emplear mecanismos creativos para que den ocupación a la mayor cantidad de personas. Se entiende que el manejo del aserradero es un trabajo especializado que entraña peligro si es que no se sabe manejarlo. Además hay otras formas de beneficiarse por ejemplo prestando servicios para preparación de tablas que se pueden usar en construcciones de casas, de la escuela o el local comunal.

Se insta entonces que manejemos las relaciones entre comunidades y grupos de interés con mucha sensatez. Hay que reflexionar profundamente cada situación y tomar la mejor decisión. No podemos dejarnos ganar únicamente por nuestras emociones del día.

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Queremos que los Grupos de Interés tengan éxito porque precisamente queremos que la comunidad tenga éxito en su lucha por su bienestar colectivo.

3.2.3. Manejo Forestal Comunitario y el Pueblo Shipibo

Debemos partir diciendo que en esencia un proyecto de manejo forestal comunitario es un proyecto de gestión de cultura antes que de gestión técnica. Por ello es importante que exploremos algunas de las características culturales shipibas más relevantes para los proyectos.

Cuadro 14: La cosmovisión indígena y el bosque

Cosmovisión es una palabra que no se usa mucho en las comunidades pero que en la práctica es un aspecto fundamental en la vida comunal y personal.

La cosmovisión refiere a la forma cómo los indígenas ven, sienten y perciben al mundo. De la forma cómo ven, sienten y perciben al mundo o a los bosques depende sus discursos, y prácticas en relación al bosque.

La cosmovisión es la esencia de la cultura de un pueblo. No obstante la cosmovisión no es algo fijo que se mantiene con el tiempo pues la relación con otras culturas, el propio discurso, los sentimientos y pensamientos pueden alterar la cosmovisión.

Es así cómo anteriormente los pueblos indígenas del mundo tenían una cosmovisión en la cual el hombre no estaba separado de la naturaleza, tanto humanos, naturaleza y dioses formaban parte de una unidad armoniosa. Aunque todavía es posible encontrar este tipo de cosmovisión en pueblos indígenas del Perú y el mundo el contacto con otras culturas hegemónicas o dominantes ha provocado que esta forma de ver el mundo se vaya diluyendo.

La cultura de la sociedad mayor es predominantemente antropocéntrica lo que quiere decir que pone al ser humano como centro fundamental de toda la trama de la vida y sus relaciones. Todo aquello que es distinto es subestimado, rechazado o incluso invisibilizado. En la propia historia de la cultura occidental están las bases para comprender el por qué existe un concepto de primacía del hombre sobre la naturaleza. Bajo esta concepción la naturaleza puede ser fragmentada, estudiada y de esta manera se aspira a que pueda ser dominada.

Hasta la propia concepción del manejo obedece a esta forma de pensamiento. La naturaleza puede ser conocida y dominada al servicio del hombre. Es por eso que en comunidades de matriz cultural más pura no existe una relación de dominio del hombre sobre la naturaleza sino una relación de convivencia, tanto el árbol como el río, o la piedra son seres vivos que merecen el respeto.

Sin embargo, esta forma de tratar a la vida se ha ido debilitando. Es así como se puede encontrar matices desde una cosmovisión sobre el bosque más o menos original hasta una cosmovisión más parecida a la de la cultura occidental.

Corresponde a las comunidades reconocer claramente con qué cosmovisión ahora están interactuando con los bosques y de esa manera poder negociar mejor con las instituciones públicas y privadas una cosmovisión compartida. Ése es el reto de un enfoque de interculturalidad.

Es interesante conocer que el grupo étnico que actualmente se conoce como “shipibo”, es el producto de complejos procesos históricos de asimilación, contacto, migración y mestizaje, procesos mediante los cuales se han fusionado a lo largo del tiempo con otros grupos pano como los conibo y los setebo (Tournon, 2002).

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Como muchos grupos étnicos en el mundo, los shipibos se auto consideran joni-kon, o sea "la gente verdadera o por excelencia. El hombre shipibo es por naturaleza pescador (“el hombre de la tahuampa”). Para los shipibos, la anaconda es símbolo del origen de la creación y representa el espíritu del agua.

Cuadro 15:

Con relación a la cultura shipiba se puede afirmar que es una cultura vinculada al agua, pero hay que entender al agua como componente de los bosques puesto que la mayor parte de asentamientos shipibos se ubican en bosques indundables. La cultura shipiba está muy asociada a los ríos las Tahuampas y cochas y tienen en la tortuga de río un platillo preferido. El problema está que bajo las nuevas condiciones socioeconómicas el shipibo se ve urgido por extraer los recursos del bosque sin tomar en cuenta consideraciones de reposición porque en su anterior cosmovisión no era necesario. En tal sentido la propuesta del proyecto de introducir el MFC en su filosofía y práctica es muy pertinente en tanto se busca recuperar la relación de convivencia perdida.

Los Shipibos son un pueblo de características peculiares. A diferencia de los demás, el eje de su comunidad se halla en la mujer, constituyendo lo que se conoce como sociedades matrifocales, donde las mujeres con hijas mayores son el centro o eje social de las familias extensas, en cuanto las nuevas familias se establecen muy cerca de la morada o las chacras de la madre.

Entre los pueblos shipibos las mujeres gozan de un alto grado de libertad y son ellas las que tienen una carga mayor en lo que respecta a la agricultura, base de su economía. Los roles sexuales colocan en las mujeres responsabilidades que en otras etnias son consideradas como labores masculinas: el roce y quema inicial de la chacra y tareas que exigen esfuerzo físico, como cortar troncos, cargarlos, transportar leña, cargar agua a casa, etc, son todas tareas que entre los pueblos shipibos recaen en las mujeres. Entre ellos, en general el aporte de los varones es pobre (Neyra, 2006). Es claro también que esto no es absoluto y que ha ido cambiando en el tiempo.

Afirma Skielboe (2003) que la pesca es incuestionablemente su actividad económica más importante en el contexto de la subsistencia. Es la principal fuente de proteínas de alta calidad pero también juega un rol en términos de generación de ingresos.

La caza es solamente una fuente secundaria de proteínas, y se realiza mayormente durante la inundación estacional cuando los animales se concentran, buscando refugio en las restingas. La agricultura de rozo y quema que se practica puede ser para autosubsistencia o para fines comerciales, pero en todo caso son muy dependientes de la variación estacional del nivel de las aguas del río (Skielboe, 2003). Campos (1977), estudió los resultados de la pesca y la caza de una aldea situada en las orillas de una llanura aluvial e interfluvial del río Pisqui. Por consiguiente, la caza es de mayor importancia en este lugar que en los típicos asentamientos Shipibo de la llanura aluvial. Chirif (1977), ofrece una más reciente monografía titulada “Los Shipibo- Conibo del Alto Ucayali”. Behrens (1981), usó los datos del autor Bergman (1974 y 1980) para construir un modelo matemático de la pesca y la caza de los Shipibo

Además de la horticultura de roza y quema destinada a la subsistencia, la caza, la pesca -actividad de gran importancia para la economía doméstica- y la crianza de aves de corral

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y animales menores, los shipibos practican la agricultura comercial. La producción agrícola destinada al mercado local temporalmente (arroz, maíz, y maní, plátano todo el año se vende a los regatones o es comercializada directamente en los centros poblados de Contamana, Masisea, o en la ciudad de Pucallpa (Skielboe, 2003). El manejo de recursos se basa alrededor de los periodos de inundación y de los suelos inundables. El Conocimiento agrícola de la etnia shipibo conibo no es muy antiguo, por lo que presentan un mediano conocimiento sobre tipos de suelo. Los shipibos conibos presentan un gran conocimiento sobre plantas medicinales (Alegre, Arévalo y Luque, 2004).

En las últimas décadas sus actividades económicas se han vinculado a la explotación maderera mediante contratos lesivos redactados ante notarios conocidos por los madereros la que es entregada a los habilitadores o colocada directamente en los aserraderos (Skielboe, 2003). Desde la certificación de comunidades shipibas (Pueblo nuevo, Curiaca, Puerto belén, Preferida de charashmana y Callería) se puede afirmar ahora que también han incursionado al manejo forestal.

Aspecto importante de la producción destinada al mercado es la artesanía, constituida por tejidos de algodón para confeccionar (pampanillas, cushmas, telas pintadas con diseños shipibos para mantas, shicras, chalecos etc., cerámica pintada en tinajas, , estatuillas de madera y adornos corporales, fabricada incluso en talleres artesanales organizados. En la cerámica utilizan la arcilla, el lacre, copal, apacharama para darle una buena presentación y un acabado a sus productos cerámicos, lo hacen manualmente, no hay una secuencia uniforme y simétrica de las figuras geométricas y tamaño adecuado

Es necesario señalar que un sector creciente de la población shipiba viene integrándose al ambiente urbano de la ciudad de Pucallpa y al poblado de Yarinacocha cercano a dicha ciudad (Perú Ecológico, 2007).

Aunque la época de la “fiebre del caucho” no tuvo para los shipibo las consecuencia devastadoras que tuvo para otros grupos, sí fueron explotados por los barones y su cultura fue afectada profundamente. Herencia de este proceso es el patronazgo que consistía en la casi total dependencia del empleado al empleador llamado patrón. Aunque físicamente estos personajes han desaparecido todavía es posible entrever su presencia entre los habilitadores (Eakin, Lauriault y Boonstra, 1980). La época de caucho, abarcó desde el año de 1880 hasta 1914.

Tradicionalmente, entre los shipibos, el shamán, el guerrero o los ancianos eran las personas que solían dirigir a las comunidades. Específicamente el shamán se encargaba del poder espiritual. Lo que tienen en común esos roles es que suponen un elevado manejo de información y de conocimiento. En la actualidad, y como producto del avance de “occidente” sobre el resto del mundo, las formas indígenas de poseer saber y su respectivo prestigio han cambiado. Ahora, los líderes shipibos (y los dirigentes indígenas en general) construyen su legitimación basándose en su capacidad para interactuar con “occidente” de la manera más igualitaria posible. Para ello, es decir para ser oídos, deben demostrar, entre otras cosas, un buen dominio del castellano y una elevada educación en el sistema oficial que privilegia el credencialismo (Belén y López).

De la caracterización presentada por los autores podemos inferir el siguiente esquema económico:

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Esquema 1:Trueque Trueque Trueque

Patronazgo HabilitadorActividades comerciales individuales (productos agropecuarios, pesca, artesanía)Actividades comerciales colectivas (manejo forestal comunitario)

El esquema nos permite ver que el trueque es algo que todavía se mantiene bajo la figura de la solidaridad en el reparto de alimentos. Esto es una forma de seguridad alimentaria porque lo que tengo yo lo comparto ahora cuando no tenga tú compartirás conmigo. Es la economía del don que se mantiene vigente. Pero el esquema además nos permite ver que el hombre shipibo, como la mayoría de agricultores amazónicos, son oportunistas, es decir, se dedican a múltiples actividades según la estación, la oportunidad o las necesidades. Ello explica las migraciones y son parte de los factores que debemos manejar.

Significa que en un shipibo actual podemos encontrar una diversidad de actividades que implican el mantenimiento de su propio equilibrio. Cuando el proyecto ingresa y no toma en cuenta estos aspectos rompe su equilibrio, esto independientemente de las buenas intenciones del proyecto.

No es que los comuneros sean negligentes, simplemente tienen que desarrollar las acciones que sean necesarias para mantener su propio equilibrio que les garantice la alimentación y el sustento de la familia.

Ahora bien esta realidad ocupacional se cruza con los valores de solidaridad y acumulación que están en juego. En la matriz cultural original lo que prima es el valor de la solidaridad, bajo condiciones de escasez y de inseguridad la asociatividad y la solidaridad son las estrategias fundamentales de vida. Veamos el esquema:Esquema 2:Campo del valor de la solidaridad

Acumulación

Solidaridad

Campo del valor de la acumulación

solidaridad

Entonces lo que podemos apreciar es que aún cuando los valores de solidaridad se han ido relajando no quiere decir que hayan desaparecido del todo. Más aún si es que existen condiciones internas y externas que atentan contra un proceso de empresarialización y capitalización de los comuneros y comuneros. El comunero tiene que valerse de intercambios y de comercialización de sus productos agrícolas, piscícolas, resinas, pieles, etc. Ello se complementa con la comercialización de artesanía fundamentalmente a cargo de mujeres.

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Cuadro 16: La economía del don

La economía del don es una forma solidaria de entender las relaciones de intercambio en las comunidades. La economía del don es una manera distinta de vivir a una economía que privilegia la propiedad, la asignación de precios y la acumulación.

La economía del don es una respuesta a una cosmovisión, a una forma de entender el bienestar y el buen vivir en la comunidad. Es una forma de seguro de salud y seguro de vida en las comunidades. Cuando comparto comida estoy confiando en que cuando tú tengas y yo no tenga tú compartirás conmigo.

La economía del don alude al hecho de reciprocar cada vez con mejores atributos de lo que recibí. De esta manera hay un incremento gradual de la calidad de los intercambios.

La economía del don todavía se mantiene fuerte en muchas comunidades y personas. Cierto es que con la introducción de la cultura occidental y sus valores de acumulación esta manera solidaria de entender las relaciones de intercambio se van perdiendo.

Es importante que las comunidades sepamos reconocer bien cuáles son nuestros valores que nos ayudan al buen vivir. Así podremos darnos cuenta de mejor manera si las propuestas que traen las instituciones y proyectos provocan impactos positivos o negativos. Si son impactos positivos haremos los esfuerzos necesarios para revisarlos y si lo creemos conveniente interiorizarlos. Por el contrario si son impactos negativos es importante que advirtamos todo que están causando los proyectos e instituciones. La idea básica es que desarrollemos relaciones de interculturalidad que se base en la autoestima equilibrada y el respeto mutuo.

También tenemos que tomar en cuenta que la lógica de la recolección y la pesca (otra forma de recolección de productos de ríos y cochas) aún se mantiene vigente en las prácticas de los comuneros y comuneras. La lógica del cultivo ya se introdujo hace algún tiempo pero la lógica del manejo como tal es reciente y no consolidada. La vinculación de los shipibos con madereros bajo prácticas ilegales simplemente es otra forma de recolección, ello independientemente que el recurso forestal pertenezca al Estado. Para ellos el bosque es suyo, lo pueden vender o regalar si quieren, el recurso no pertenece al Estado. Es por ello que las prácticas ilegales no tienen tal carácter en su mentalidad aunque intelectualmente algunos puedan conocer que se requieren autorizaciones y permisos del Estado.

Esquema 3:Lógica de la recolección y pesca

Lógica del cultivo

Recolección y pesca

Lógica del cultivo

Recolección y pescaLógica del manejo forestal

Otro aspecto que tenemos que tomar en cuenta es la dinámica del tiempo. Se ha mencionado que para las comunidades su horizonte temporal es muy corto. Dos o tres años es un tiempo demasiado largo para sus necesidades económicas. Las urgencias son

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mayores al entendimiento de que el camu camu es una opción rentable. Lo pueden entender pero las urgencias pesan más.

No se trata únicamente que ellos acepten nuestras propuestas productivas porque nosotros consideramos que son opciones interesantes, tienen mercado, buen precio. No es sólo la parte cognitiva la que manda sino también, aunado a todos los factores anteriormente explicados, la parte de vinculación emocional y afectiva con la propuesta técnica, con los profesionales, con la institución. La confianza no se consigue por inducción sino con comunicación, transparencia y respeto. Parte de ese respeto quiere decir que la comunidad se toma su tiempo para procesar las alternativas que nosotros le planteamos. Por ello hemos enfatizado que nuestro rol no es de inductores sino de Facilitadores del proceso de toma de decisiones de la comunidad. Sólo en la medida que se logre sintonía intelectual y afectiva con nuestra propuesta podemos garantizar que haya éxito en la participación. Si no nos corremos el riesgo de obtener el sí de la comunidad pero de manera muy precaria, poco sostenible.

Cuadro 17: Entendiendo el tiempo en la vivencia comunal

Es importante reconocer que cada cultura tiene una forma de concebir el tiempo. Así podemos reconocer que para algunas culturas el tiempo es oro y hay una presión por usar el tiempo lo más intensivamente posible, para otras culturas el tiempo tiene su propio ritmo y está en función de las vivencias comunales.

Una cultura que tiene prisa se moviliza por la creencia que no hay tiempo que perder para acumular riqueza, conocimientos, experiencias, relaciones. Es una lógica de vida intensa. Una cultura que tiene como lógica no la acumulación sino la reciprocidad tiene su propio ritmo.

Es por eso que se puede apreciar diferencias cuando una persona de procedencia andina se instala al interior de una comunidad nativa amazónica producto de un casamiento mixto. Vemos rápidamente que el inmigrante andino trabaja de sol a sol, incluso puede estar trabajando hasta altas horas de la noche apoyado por una lamparita o un petromax. Luego es la persona que tiene la tienda comunal, tiene embarcaciones, motores e incluso puede llegar a ser el prestamista de la comunidad. Por el contrario el comunero amazónico, como inicialmente no busca acumulación, está más preocupado en cómo conseguir los alimentos del día trabajando en las chacras o extrayendo productos de los bosques o las cochas. Esto no es generalizado pero sí ofrece una buena idea del contraste. Con el tiempo estas formas de ver y vivir el tiempo también pueden cambiar.

Otro tema es cómo las instituciones públicas y privadas y sus proyectos conceptualizan y viven el tiempo. La planificación y el cumplimiento de metas son grandes motivadores de actuación. El problema está cuando las instituciones y proyectos piensan que su tiempo es más importante que el tiempo de las comunidades y subordinan las agendas comunitarias por las agendas de la institución o proyecto. Luego es muy fácil decir que las comunidades son negligentes o son conformistas porque la gente citada no acude, acuden pocos o se retiran muy rápido.

Para evitar estos contratiempos de las instituciones y proyectos deben ser más sensibles y respetuosos a los tiempos de la comunidad. No es la comunidad la que tiene que acomodarse a los tiempos institucionales sino las instituciones son las que tienen que acomodarse a los tiempos comunales. Cierto es que las exigencias empresariales en comunidades demandan un uso del tiempo más intensivo pero debe ser producto de una negociación respetuosa antes que una imposición.

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La gente no está ahí sólo por el proyecto, la gente tiene sus propias actividades y estrategias para satisfacer sus necesidades. Esto tiene que ser claramente comprendido para que el tiempo se use efectivamente tanto para las comunidades como para las instituciones.

Quiere decir entonces que para trabajar con los shipibos hay que entenderlos a ellos y ellas y trabajar en función al potencial cultural y social que tienen, lo contrario es trabajar contra las leyes de la física. No es que no se puedan generar procesos de cambio, la cultura por definición es dinámica pero tiene que seguir respetuosamente sus propios cauces, toda imposición trae a la larga problemas de rebelión o deserción.

Un error que cometemos es que traslapamos mecánicamente nuestras visiones y paradigmas a una cultura distinta. Ya hemos visto que los shipibos son una complejidad cultural, social y económica. Por eso es que hemos estado promoviendo el concepto de hacer negocios culturalmente sensibles. Los problemas socioculturales que tenemos en el proyecto no son de ellos, los problemas fundamentales son de nosotros que no hemos alcanzando comprender al hombre y la mujer shipibos. Claro que ellos y ellas quieren desarrollo, quieren ingresos, quieren empleos, quieren mejores condiciones de vida para ellos y sus hijos. Pero también quieren respeto, quieren que no se violenten sus formas de vida. La legislación nacional e internacional también lo considera así y pone como elemento fundamental la autodeterminación como parte del buen gobierno indígena y su relación con la sociedad en un marco de pluralidad y gestión de la diversidad.

Cuadro 18: El concepto de bienestar en las comunidades

Un error muy común en los proyectos es pensar que lo que plantea la institución o proyecto es lo que más le conviene a las comunidades. Algunas veces podría ser así pero no siempre. Esto porque podríamos estar partiendo de conceptos de calidad de vida de manera distinta. Ya hemos mencionado que la cultura occidental privilegia más el sentido de acumulación y las comunidades privilegian más el sentido de solidaridad y reciprocidad.

También hemos mencionado que estas concepciones no se dan de manera pura y que puede haber diferentes grados de vivenciar el enfoque. Justamente, por estas razones los proyectos deben ser muy sensibles a la forma cómo conceptualizan y viven el concepto de calidad de vida. Este es un concepto que no se usa prácticamente en las comunidades y más se puede hablar de bienestar o el buen vivir en las comunidades.

Si bien es cierto que todas las comunidades buscan de alguna u otra manera mejorar sus ingresos porque con la introducción de la cultura occidental surgen cada vez más y más nuevas necesidades. El propio proceso de educación escolar tiene exigencias de útiles escolares, uniformes y otros costos. Sin desconocer esta situación, hemos encontrado que las comunidades tienen diferente forma de expresar su bienestar. Algunas se reflejan en las siguientes expresiones: Somos felices cuando: i) Tenemos qué comer y podemos compartir, ii) la naturaleza nos brinda todo lo que necesitamos, iii) No nos enfermamos, iv). Hay paz y tranquilidad en la comunidad, v). No nos peleamos entre familias.

Quiere decir entonces que el buen vivir se traduce en la posibilidad de compartir alimentación, tener salud y tener buenas relaciones en la comunidad.

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Conceptualización forestal en las comunidades shipibas

El tema de propiedad de los bosques en comunidades nativas se inscribe en una tensión entre la concepción indígena del bosque y la concepción del Estado.

Resulta contundente que para las comunidades nativas simplemente los bosques que se encuentran en su territorio “son de su propiedad” independientemente de lo que digan las leyes o independientemente de las actividades de capacitación que se puedan haber hecho o piensen hacerse. Existe una razón fundamental que explica esta situación y es que ellos y ellas son habitantes ancestrales incluso anterior al concepto o la presencia del Estado. El Estado asume que los pueblos indígenas deben acomodarse al ordenamiento jurídico nacional como parte del Estado de Derecho. Estas tensiones también se manifiestan en los tipos de derecho. Uno que considera que el Estado es dueño del subsuelo y el vuelo. Otro que considera el concepto de todo el territorio. Esto también lo reconoce la Defensoría del Pueblo (2007) quien manifiesta que su cultura las orienta hacia un sentimiento de propiedad respecto de los recursos que se encuentran en las zonas donde habitan y, por ello, ese factor cultural debe ser comprendido y abordado cuidadosamente.

Consecuentemente el paradigma con el que se manejan es que los bosques son de ellos y pueden disponer no sólo para su uso interno sino también para comercialización pues para ellos esta actividad se ajusta a sus derechos económicos de subsistencia. Nosotros, que actuamos con la Ley en mano reconocemos que los bosques son propiedad del Estado y que más allá del uso directo en la comunidad cualquier forma de comercialización requiere de los respectivos permisos forestales.

Resulta obvio entonces que estamos frente a un conflicto de paradigmas. La habitual articulación de comunidades nativas a patrones madereros se ve exacerbada además por las propias necesidades de ingresos de las comunidades y de algunas autoridades que hacen de las relaciones con los madereros una oportunidad de lucro personal. Pero no hay que extrañarse, porque los extractores forestales sin bosques hacen lo mismo aunque en ellos con mayor conocimiento de causa de la ilegalidad de su proceder.

El resultado es que existen comunidades que están trabajando con nosotros para formalizar el aprovechamiento forestal y a la vez siguen manteniendo relaciones de comercio ilegal con madereros. De ahí que nosotros mismos enfrentemos el tema de la ilegalidad permanentemente. En concordancia con la Ley nosotros no deberíamos trabajar con comunidades que hacen tala ilegal porque si no terminaríamos siendo cómplices.

Afirman los especialistas que si quieres hacer cambios superficiales trabaja con las actitudes. Si quieres hacer cambios profundos y sostenibles entonces tienes que trabajar con los paradigmas. Pero no basta con plantear únicamente actividades de capacitación o educación ambiental, es decir la construcción de un pensamiento orientado al manejo forestal sostenible. Los expertos en psicología recomiendan que se deba trabajar en las

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dimensiones emocionales, además de las intelectuales, para provocar procesos de cambio.

Para revertir esta situación se sugiere considerar:

1. Un mejor entendimiento de las motivaciones profundas que llevan a que las comunidades se mantengan en la ilegalidad (no sólo razones económicas sino también razones socioculturales)

2. En base a este entendimiento promover discusiones con las autoridades forestales para generar opciones de gradualidad en el aprovechamiento de bosques comunales. No basta que se busquen aliados inversionistas y en la práctica la comunidad sólo de su nombre y se generen algunos puestos de trabajo temporales.

3. El esquema de interacción debe avanzar hacia un modelo integrado en el que no prime únicamente una versión tecnicista sino además considera la integralidad del ser. Es por ello la necesidad de ser ampliamente participativos no por moda o por cliché sino para favorecer ampliamente que se pueda capturar sinceramente las percepciones, sueños, temores e ideales de la gente.

4. Sincerar el manejo forestal a condiciones de atención de necesidades fundamentales en la comunidad que no impliquen necesariamente articulación a mercados o fuentes de financiamiento que generen presiones innecesarias a las comunidades. El manejo forestal también puede articularse al esquema de diversificación productiva que tienen los propios comuneros. El proceso de articulación al mercado debe ser gradual más acorde a sus propias posibilidades y experticia que vayan ganando en el proceso. Son ellos y ellas los que definen en qué nivel se quedan o hasta qué grado quieren avanzar.

5. Los procesos de capacitación entonces tienen que inscribirse en estos enfoques pues no sólo se trata de dar a conocer lo que dice la Ley sino de entender las motivaciones profundas que tiene el Estado para promover la sostenibilidad. Lamentablemente es el propio Estado que da mensajes contradictorias y en algunas ocasiones pesa más el factor económico o político antes que un concepto de sostenibilidad. Estos mensajes de incongruencia finalmente nos pasan la factura y se traduce en una pérdida de confianza en la administración pública y les quita la moral para la exigibilidad y el cumplimiento de la norma.

6. Cualquier acción que se emprenda en apoyo a la cadena productiva debe estar completamente inscrita en un marco conceptual claro. Ello no significa que sea una herramienta rígida de gestión sino por lo contrario una herramienta flexible que sea capaz de recoger la retroalimentación de la realidad para mejorar el esquema de interacción. Cualquier acción aislada puede tener el riesgo de inconsistencia o aún de insostenibilidad si es que se está absolutamente claro porqué se están haciendo las cosas de esa manera y no de otra.

7. La promoción de una cultura de prevención también debe ser sensible a las características socioculturales de las comunidades. La idea es subirse a las fuerzas sociales naturales en tanto sean legítimas y sean nuevas formas de abordar el tema de la sostenibilidad.

8. Las tecnologías deben así mismo ser sensibles a las características económicas y socioculturales de las comunidades. La idea básica es que las tecnologías deben ser para facilitar la vida comunal y no complejizarla innecesariamente o incluso quebrar el equilibrio familiar o comunal. La tecnología es apropiada en tanto no afecte tu equilibrio emocional, sino simplemente no podemos llamarla “apropiada”.

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9. Tenemos que promover mecanismos de control social local para que se tomen las mejores decisiones sobre los bosques.

10. Finalmente tenemos que trabajar con los actores de la cadena de habilitación para promover la realización de negocios social y ambientalmente responsables. Se debe favorecer negocios en los que ambos actores de la transacción salgan ganando y no sólo una de las partes.

Las migraciones y su impacto en los proyectos de Manejo Forestal Comunitario orientados a la producción de camu camu

Existen algunas condiciones básicas que son necesarios para el manejo de camu camu por parte de las comunidades nativas. Estas condiciones son:

1. Que sean sedentarias2. Que tengan el sentido de propiedad3. Que sean proclives al manejo4. Que tengan visión de largo plazo5. Que busquen acumulación

Analicemos la consistencia de cada condición:

1. Que sean sedentarias Las comunidades nativas están ahora fuertemente sedentarizadas sin embargo no debemos perder de vista que existen diversos motivos por los cuales se mantienen patrones de migración.

2. Que tengan el sentido de propiedad Las comunidades nativas tienen un sentido dilatado de propiedad pues la propiedad es comunal. Cuando se establecen chacras se crea temporalmente un sentido de “propiedad” en tanto lo cuidan personal o familiarmente y son beneficiarios de sus cosechas.

3. Que sean proclives al manejo Las culturas nativas aún cuando tienen chacras de maíz, yuca, plátano, papaya o arroz todavía se mueven en gran medida en la extracción de productos de bosques y cochas, es decir una cultura extractiva (sin connotaciones peyorativas de la extracción) y que por añadidura no requieren riego del hombre (o mujer).

4. Que tengan visión de largo plazo

Aquí hay un choque cultural de visiones porque para el comunero (a) un año ya es un largo plazo y tres años o más ya es una eternidad. Por nuestra historia económica esta condición no es sólo de las comunidades nativas pues los peruanos en promedio somos de mirada y actuación cortoplacista. Este es un tema crucial porque tiene que ver con los periodos de maduración de los productos que estamos promoviendo.

5. Que busquen acumulación La acumulación es un valor propio de la cultura occidental. No siempre esto es así en las comunidades. Los productos de la selva no se pueden acumular porque se deterioran y porque uno de los principales valores tiene que ver con la solidaridad y la reciprocidad, es decir, la economía del don.

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Quiere decir entonces que para el éxito del manejo de las condiciones biofísicas tenemos que tomar muy en cuenta las condiciones socioculturales. Algunos factores podemos manejarlos otros simplemente no son posibles de control por parte nuestra.

Ahondemos el tema de las migraciones y su influencia en las actividades de proyectos de Manejo Forestal Comunitario. Estamos trabajando muy bien con los Grupos de Interés y de repente uno o varios miembros desaparecen. Averiguamos y nos damos con la sorpresa que han migrado. Estas migraciones pueden ser de carácter eventual o permanente. Las migraciones pueden ser internas (dentro del territorio de la comunidad) o pueden ser emigraciones hacia comunidades o pueblos distintos.

Nos corresponde entender las razones por las cuáles se dan las migraciones para ver en qué medida podemos manejarlo. Es importante luego determinar las formas más frecuentes de migración para su respectivo tratamiento, si es posible.

Razones económicas:

Búsqueda de fuentes de empleo (rurales o urbanos) o ingresos Comercialización de artesanía en ciudades

Razones socioculturales:

Estudio (jóvenes) Fallecimiento de un miembro de la familia Vergüenza de un miembro de la familia por actos censurados por la comunidad Problemas familiares Problemas comunales Invitación de familiares o amigos a ocupar nuevas tierras

Razones ambientales:

Erosión de suelos Desbarrancamiento de sus tierras Agotamiento de sus recursos y búsqueda de nuevas fuentes Destrucción de chacras por causas de fuertes vientos

De la lista, no exhaustiva, podemos deducir que nosotros como Proyectos de MFC estamos ofreciendo en parte atender esas necesidades económicas pero debemos estar conscientes:

Que no incluye a toda la comunidad sino parte de la comunidad Que tenemos que competir con otras fuentes de provisión de ingresos inmediatos

que tienen las comunidades Que tenemos que desarrollar las actividades en medio de una cultura que todavía

es fuertemente extractivista, que la visión de mediano o largo plazo son para la comunidad todavía de horizonte lejano.

Significa además que nosotros deberíamos ver de alguna manera elementos de capacitación, asistencia técnica e incluso apoyo en aspectos específicos para tratar directamente las causas ambientales de migración o mínimamente facilitar procesos de sinergia institucional con gobiernos locales o instituciones privadas.

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Implica además que el personal del proyecto tiene que estar más sensible a estas dimensiones socioculturales que tienen mucha influencia en la gestión de los aspectos biofísicos.

3.2.4. Marco conceptual para trabajar con ribereños

En esencia las poblaciones ribereñas están conformadas básicamente por descendientes de indígenas amazónicos que actualmente desconocen o niegan su procedencia indígena tanto por un proceso de mestizaje como consecuencia de procesos históricos y políticos. Aún cuando son poblaciones con fuerte articulación al mercado, todavía mantienen una matriz cultural básica que los hace muy proclives a iniciativas de manejo y conservación de recursos naturales. Es más, existen muchos casos de conservación local con fuerte iniciativa comunitaria. Por ejemplo, el proyecto In Situ trabajó con muy buenos resultados la conservación de la diversidad de cultivos nativos.

Sin embargo la tensión está ahí presente. Muchas comunidades desarrollan básicamente una agricultura de subsistencia y cuando pueden generan excedentes para el mercado. Diríase no obstante que la pretensión mayoritaria es incorporarse al mercado. El gran problema que tienen es que muchas veces son los intermediarios los que se llevan las ganancias y la situación de pobreza campesina se mantiene. Ha habido intentos anteriores de establecer un sistema de local de precios para mejorar la capacidad de negociación de las comunidades.

Por ello no es gratuito que el camu camu haya cobrado un inusitado auge. Es un cultivo que tiene una demanda creciente y con precios que dejan márgenes razonables de ganancia.

En el ámbito forestal podemos encontrar diferentes modalidades de articulación al mercado, sea vendiendo directamente madera redonda en los mercados o siendo habilitados por terceros a cambio de comprometer la venta de madera a precios fijados por el habilitador.

Padoch & Pinedo-Vásquez (1996) han demostrado que existen sistemas de manejo forestal ribereño de carácter sostenible pero que por realizarse en tierras del Estado son considerados ilegales. Este es un tema que hay que aclarar si es que en verdad queremos proponer alternativas viables que partan de las condiciones socioeconómicas y culturales de los ribereños y que a la vez contribuyan a la conservación de los recursos naturales.

En la práctica lo que encontramos una alta diversificación de actividades económicas complementarias. Así se dedican a la agricultura, la ganadería, la caza, la pesca, la recolección, e incluso se emplean como obreros o como proveedores de servicios varios en las ciudades.

Un primer tema que hay que resolver refiere a la estructura de la tenencia de la tierra. Hay una gradación que va desde lo ilegal hasta lo legal según se muestra en el esquema.

Esquema 4:

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Precario Certificado de posesión/permiso de usufructo

Título en proceso de reconocimiento

TítuloIndividual/colectivo

Ilegal <------------- ------------- Legal

Esta situación se complica cuando estamos hablando de la ubicación de tierras dentro y fuera de las Zonas de Amortiguamiento de las Áreas Naturales Protegidas.

Independientemente de la condición legal lo cierto es que los moradores se sienten “dueños” de las tierras que ocupan y de sus recursos. Es más, esta posición es reforzada por el Estado cuando se establecen escuelas o postas médicas.

Aún cuando lo predominante es que el concepto de comunidad refiera en la Selva a la suma de predios individuales, por ejemplo, COPAPMA ha impulsado la creación de comunidades campesinas. En el modelo más frecuente la gente vive el concepto de propiedad individual en la producción agropecuaria y el concepto de comunidad para la realización de trabajos de interés común. El Proyecto In Situ ha registrado diversas formas de trabajo colectivo que se aplican tanto en el interés productivo (individual) como en obras de interés comunitario.

La estructura de la tenencia de la tierra también tiene implicancia en la organización productiva. Como hemos mencionado, la organización productiva predominante es a título individual aunque se registran algunos casos de manejo colectivo de chacras o de recursos.

Se deben generar opciones de tenencia de tierra que premien el buen manejo de los recursos naturales. Así como hay disposiciones y mecanismos que sancionan a los infractores también es bueno generar alternativas de acceso a los recursos que formalicen de manera creativa la actual ocupación de tierras cuando se basa en el manejo sostenible de recursos. Lo contrario termina penalizando a bosquecinos que en la práctica han sido los verdaderos guardianes de los bosques. Por diferentes razones, muchas veces las comunidades no pueden asumir un proceso largo y costoso de reconocimiento jurídico. De ahí que se solicita mucha creatividad para que sin salirse del marco nacional e internacional se pueda democratizar el acceso a los recursos forestales en tanto, insistimos, se ubiquen en propuestas de manejo sostenible de recursos. Frecuentemente se dice que la mejor forma de protección es identificando a un privado o dándole un valor económico al bosque. Apliquemos estos principios entonces al caso de las comunidades ribereñas.

Si el modelo de organización productiva es individual y la orientación básica es la agropecuarización del bosque entonces lo que podría suceder es que los bosques sean destinados para aprovechamiento forestal de troncos con fines comerciales, extracción de madera de construcción u otros productos con fines de autoconsumo o como zona de reservas para futura ampliación agropecuaria.

Esquema 5:

Aprovechamiento de troncos del bosque con fines comerciales

Aprovechamiento de bienes y servicios con fines de autoconsumo

Bosques de reserva para ampliación futura de actividades

Bosques de protección

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agropecuariasUso intensivo --------- -------------- Protección

La cuestión inmediata es analizar si son las comunidades las que tienen que ajustarse a nuestra lógica, a nuestro mandato institucional. O somos nosotros los que tenemos que subirnos a su lógica, a su práctica real.

Para resolver esta situación tenemos que tomar en cuenta dos aspectos fundamentales:

1. Finalidad humana: Que la solución esté orientada a mejorar la calidad de vida de las poblaciones ribereñas

2. Finalidad de conservación: Que la solución esté orientada a mantener la productividad de los ecosistemas y guardar el equilibrio de los procesos ecológicos esenciales

Consecuentemente, el reto del proyecto es resolver creativamente esta paradoja: Cómo hacer para que asegurando ingresos económicos, contribuyendo a la calidad de vida de las poblaciones ribereñas, se pueda promover procesos de manejo y conservación de bosques inundables.

Podríamos ahora partir de la hipótesis de una orientación forestal de ocupación del predio. Por ejemplo cuando hablamos de la cultura del bosquecino en la que la vida se basa en el aprovechamiento razonable de los recursos del bosque y la agricultura y ganadería son más bien actividades complementarias.

Ello nos obliga a reconocer que necesitamos más información sobre el patrón actual de uso de los recursos. Consecuentemente necesitamos trabajar:

Mapas de Uso de la Tierra del Predio Mapas de Uso de la Tierra a nivel comunitario Definición de interacciones productivas y de conservación entre predios Mapas del futuro a nivel predial y comunal para graficar el predio o comunidad que

soñamos

Con esta información, construida participativamente, estamos en condiciones de saber qué es lo que quiere la comunidad, qué es lo que quieren los comuneros y ver efectivamente hay puntos de encuentro con lo que quiere el proyecto.

Entonces la discusión participativa se lleva no hacia qué es lo que quiere la gente o qué es lo que quiere el proyecto sino qué es lo que se necesita hacer para resolver el tema de generar opciones sostenibles de ingresos económicos a partir del manejo y conservación de los recursos forestales.

Ello también nos va a ayudar a resolver la pregunta si es que queremos trabajar con agricultores individuales y/o con la comunidad en su integralidad.

Lo que podemos avizorar es que si privilegiamos una entrada forestal con complemento agropecuario se va a necesitar trabajar de manera colectiva, aún cuando la propiedad se mantenga a título individual. Ello porque la superficie media de parcelas es muy pequeña para favorecer procesos de manejo y conservación que definitivamente requieren mayores escalas. Así mismo porque trabajando de esta manera es más factible el

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establecimiento de corredores ecológicos que eventualmente puedan sustentar algunas opciones productivas.

Probablemente, esto lo podremos saber con mayor certeza luego que se haga el mapeo de uso de la tierra, la disponibilidad de especies forestales valiosas sea muy escasa. Entonces no queda otra opción que elaborar opciones productivas a partir de los recursos forestales existentes. Otra opción interesante refiere a capitalizar a los predios y las comunidades a partir de plantaciones nativas de rápido crecimiento sobre terrenos actualmente degradados.

De lo analizado nos quedan dos opciones. Una mirada hacia adentro y una mirada hacia fuera.

La mirada hacia adentro (del predio y de la comunidad)

Para resolver las opciones al interior del predio/comunidad tenemos que apelar a otras alternativas desarrolladas a la fecha.

Forestería análoga:

La forestería análoga es una opción técnica orientada a recuperar la estructura y funcionamiento originales del bosque. En la práctica es pasar de una condición predominante agropecuaria a una condición forestal pero incorporando especies de interés comercial, lógicamente ecológicamente compatibles. En esta opción lo agropecuario forma parte del proceso en una etapa de transición pero la idea es recuperar el estado original del bosque (hasta donde sea posible).

Sistema agroforestal Tambopata:

Esta es una opción que desarrollamos en Madre de Dios con la FADEMAD. Parte del reconocimiento que la agroforestería en la actualidad tiene una visión de parcela que hace abstracción del agroecosistema en el que se ubica. Nosotros consideramos que la agroforestería no sólo debe verse como asociación de cultivos/ganado con árboles sino que tenemos que ir más allá, planteando un enfoque agroforestal que refiere a las interacciones entre capital natural y capital cultivado.

Esta forma de abordaje de la agroforestería es totalmente distinta porque no estamos viendo la parcela de especies asociadas únicamente sino la gran diversidad de interacciones entre cultivos y los recursos bióticos y abióticos de los bosques. Por lo mismo se generan otras opciones interesantes como manejo de fauna, entomoforestería, aquaforestería, manejo de bosques secundarios, entre otras opciones. La lógica es subirse al potencial biótico y no irse contra él.

El modelo busca su sensibilidad económica incorporando especies eje. Implica convivir con el bosque y a la vez generar ingresos económicos en una diversidad de escalas. Es más proclive además a propuestas de pequeños bionegocios donde se ponga en valor la biodiversidad o incluso la agrobiodiversidad. Por ello esta opción puede muy bien complementarse con las acciones desarrolladas por el Proyecto In Situ que ha favorecido mediante acompañamiento comprometido la recuperación, revaloración y conservación de la agrobiodiversidad. En consecuencia es una opción más amigable a los comuneros que

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respeta su forma tradicional de desarrollar agricultura e incorpora nuevas opciones productivas a partir de la selva.

Es posible también que en este esquema podamos trabajar el tema de los servicios ambientales. Es un tema pendiente en la agenda del proyecto.

Un tema que tiene que aclararse en todo esto refiere a la situación del camu camu. Aunque es una especie silvestre (por tanto forestal), se encuentra en un serio proceso de domesticación. La pregunta es qué tanto estamos trabajando en la sostenibilidad de los bosques inundables si es que apostamos por el camu camu.

La mirada hacia fuera:

La mirada hacia fuera implica en explorar otras opciones de acceso a los recursos forestales. Lo que está más inmediato es la opción de bosques locales que se han ampliado hasta 4999 ha y dar pie a manejo forestal con fines comerciales. En todo caso habría que conocer cuál es la disponibilidad de áreas para la zona.

4. Guía para abordar los asuntos técnicos en el proyecto

El encargo expreso de un Proyecto de MFC es generar modelos viables de manejo forestal comunitario. Si esto es así, implícitamente se está reconociendo que las condiciones actuales existentes no necesariamente conducen a experiencias viables del Manejo Forestal Comunitario Sostenible (MFC-S). La tarea entonces es hacerlo viable. Cuando hablamos de que sea viable estamos haciendo referencia a que:

Sea accesible Sea entendible Sea aplicable Sea practicable Sea replicable Sea controlable Sea rentable

Todo esto sin sacrificar los principios básicos de regeneración del bosque.

El MFC no es únicamente una variante del MFS en la que se ha cambiado de actor: las comunidades locales indígenas o mestizas. En realidad lo que cambia es la realidad socioeconómica y cultural, lo que se cambia es de software cultural. Aquí está el reto: cómo hacer para que la propuesta de MFC-S se interiorice, se desarrolle y prospere en tanto estamos hablando de dos software distintos. Esto implica tener en cuenta la matriz cultural indígena. Es por esa razón que nosotros estamos hablando de desarrollar opciones forestales productivas culturalmente sensibles. Es por esa razón que la interculturalidad es un tema a trabajar en el proyecto.

La realidad socioeconómica de las comunidades nativas también es un punto clave que hay que tener presente. Independientemente de los indicadores que podamos usar lo cierto es que hay pobreza material, hay desnutrición, hay mortalidad infantil, la educación formal es de baja calidad, la ciudadanía política es reducida. A ello se suma muchos aspectos tales como frustración, desencanto, baja autoestima, desconfianza hacia los agentes externos todo ello producto de procesos de exclusión y marginación, cuando no

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hasta de racismo. Esta dura realidad no puede ser desconocida si es que queremos desarrollar las opciones viables de MFC-S. No sólo estamos hablando que sepan manejar (técnicamente) sus bosques si no que tengan las actitudes y conductas favorables al desarrollo exitoso de emprendimientos productivos forestales.

Quiere decir entonces si es que queremos hablar de opciones viables de MFC-S tenemos que trabajar todas estas dimensiones considerando a los pobladores locales en su ser integral (mente, cuerpo, corazón, espíritu).

Existe ya mucha teoría, métodos, procedimientos, manuales sobre cómo hacer MFS pero generalmente ha sido pensado con el software cultural de occidente. Esto es válido tanto para bosques templados como para bosques tropicales. Lo que todavía no está completamente desarrollado es la teoría y metodología para avanzar en MFC considerando el software cultural de las comunidades nativas. Ese es el reto que hemos asumido y ello requiere:

Osadía intelectual para ser innovadores y creativos Compromiso auténtico con los clientes del MFC o sea los hombres y mujeres de

las comunidades nativas Esfuerzo para traducir todo lo que sabemos y hacemos (que viene de occidente) a

la realidad de las comunidades nativas.

Partimos de la premisa de que tenemos que partir de lo mejor de la experiencia, lo mejor de la ciencia y tecnología para justamente en base al pleno dominio tener la capacidad de poder simplificar, no sólo por cuestiones de lenguaje, de costos sino también porque en el MFC se busca democratizar el poder del conocimiento. El cuadro 19 resume los campos del MFS y el MFC.

Cuadro 19:

Campo del Manejo Forestal Sostenible

Campo del Manejo Forestal Comunitario

Actores Productores con experiencias y conocimientos sobre articulación a la economía de mercado

Productores comunitarios con relaciones de mercado distorsionadas por los malos referentes de negocios forestales donde la comunidad sale altamente desfavorecida

Tratamiento de lo técnico Aprovechar lo mejor de la ciencia y de la tecnología en beneficio del MFS

Adaptar lo mejor de la ciencia y tecnología para facilitar el acceso al conocimiento y la práctica de comuneros y comunerasRescatar, revitalizar e incorporar el conocimiento local a las prácticas del MFC

Tratamiento del poder El poder técnico se queda en los profesionales

Se democratiza el poder del conocimiento

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Tratamiento de la norma Las operaciones forestales están acotadas por la norma

Las normas deben adaptarse a la realidad socioeconómica y cultural de las comunidades nativas y no al revésRevitalizar e incorporar las normas locales en las prácticas del MFCPromoción del carácter piloto del proyecto para tener capacidad de innovación y propuesta

Previsión sobre la sencillez Evitar que las prácticas de MFC constituyan una fuente de ilegalidad de la madera

Existe una serie de barreras que nos impiden avanzar en esta dirección. Mencionamos las siguientes:

Cuadro 20:

Barreras ExplicaciónNuestra formación y nuestra experiencia Frecuentemente caemos en la trampa del

experto, en la trampa del libro, en la trampa de que todo el mundo lo hace así, en la trampa de la experiencia lo dice.

Nuestras creencias Pensamos que todos piensan, sienten, valoran y obran como nosotros (occidentales) lo hacemos

Nuestras Leyes Pensamos que las leyes tienen que cumplirse así no calcen con la realidad

Nuestra institucionalidad Pensamos que el MFC tiene que adecuarse a la institucionalidad existente y no generamos una propuesta inversa

Nuestros procedimientos Pensamos que los procedimientos ya están dados y son universales

Frente a esta situación nosotros debemos ser capaces de generar opciones, siempre pensando cómo hacemos viable el MFC-S.

Cuadro 21:

Barreras OpcionesNuestra formación y nuestra experiencia Ser capaces de salirnos de nuestra zona de

comodidad para generar opciones innovadoras y creativas con gran sentido común y sensatez

Nuestras creencias Ser capaces de gestionar nuestros paradigmas, de revisarlas, de recrearlas e incluso desecharlas si fuera necesario

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Nuestras Leyes Ser capaces de interpretar las leyes y de generar nuevas propuestas de normativas más sensibles a las condiciones reales de las comunidades nativas

Nuestra institucionalidad Ser capaces de imaginarnos y de propiciar la generación de una institucionalidad más acorde a las necesidades del MFC

Nuestros procedimientos Ser capaces de generar procedimientos más sencillos, más baratos, más comprensibles y accesibles para facilitar la práctica del MFC-S

Quiere decir entonces que en la parte técnica tenemos que tener la capacidad de poder interpretar los conocimientos y la experiencia locales y de reinterpretar todo lo que sabemos para hacerla más sencilla, más aplicable, más barata. Más accesible. Todo ello sin sacrificar los principios fundamentales de la sostenibilidad. Por supuesto la sostenibilidad ecológica es la base que sustenta la viabilidad de los negocios forestales sostenibles. También es importante que no generemos una puerta falsa para favorecer la ilegalidad. De todo ellos somos conscientes.

Supone por lo tanto un esfuerzo doble de simplificar métodos y procedimientos, justamente haciendo gala del aprovechamiento de nuestra mejor teoría. Existen muchos manuales, guías que se presentan como aplicables al MFC pero no son sino aplicaciones de otros contextos sin un esfuerzo de lograr una mejor sintonía con la realidad de las comunidades nativas.

Aquí es importante mencionar que lo más importante es buscar el sentido común, lo sensato, lo pertinente, lo apropiado, lo factible y no tanto la fidelidad al método. El método puede ser recreado si es que en verdad tenemos profundo dominio de la teoría. Adaptamos el método a la realidad y no pretendemos que la realidad se acomode a nuestro método. Ahí está la esencia del espíritu innovador y creativo que hay que desplegar en su máxima dimensión.

Claro está que no se pretende desconocer la experiencia ni lo validado. Pero también hay que reconocer que aún la experiencia y la validación pueden estar inscritas en otra lógica, en otro software cultural por lo que en el proyecto nos corresponde ajustar donde se conveniente e inventar cosas ahí donde no existen.

Sabemos que las leyes no son sino producto de su tiempo y de la correlación de fuerzas políticas en un momento dado. Se pretende universalidad y alta durabilidad pero eso es en un contexto ideal. Lo real es que las leyes no necesariamente son pensadas en la lógica de favorecer a las comunidades nativas sino de modelos económicos predominantes que terminan excluyendo o aplastando a las comunidades. Es una forma muy directa de presionarlos para que las comunidades nativas se homogenicen, se integren a la nación peruana.

Cierto es que esta no es una teoría sencilla y requiere un doble esfuerzo. Esfuerzo que de todas maneras hay que realizar si es que en verdad queremos contribuir a la generación de opciones viables de MFC-S, tal como es nuestro encargo y que responsablemente todos (as) hemos asumido

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5. Impactos socioculturales de los proyectos

Las instituciones y proyectos llevan creencias, paradigmas, valores, pensamientos, ideas, sentimientos, discursos, actitudes y prácticas a las comunidades. Este conjunto de elementos se da a partir de aspectos económicos, sociales, institucionales, políticos, legales, tecnológicos y ambientales. En su accionar impactan tanto en lo social como en lo cultural. Estos impactos pueden ser positivos o negativos.

Los impactos sociales se dan:

En la estructura social que refiere a la forma cómo está organizada la familia, la comunidad

En la dinámica social que refiere a cómo funciona la comunidad, cómo se comunican, cómo se ponen de acuerdo, cómo tomas sus decisiones, cómo resuelven sus diferencias entre otros tantos aspectos

En los procesos de cambio social que alude a las transformaciones de la estructura y dinámica social.

Los impactos culturales se dan:

En las creencias, paradigmas, valores, En los pensamientos e ideas, En los sentimientos, En los discursos, En las actitudes y En las prácticas

Es importante que los proyectos sean muy cuidadosos con los impactos que causan sobre la comunidad. Se trata de que los impactos sean positivos en términos de contribuir a mejorar las condiciones de bienestar o el buen vivir en las comunidades. Pero también es posible que en nombre del bienestar puedan causar impactos negativos.

Consecuentemente, es importante que las comunidades estén muy alertas sobre los diferentes impactos que causan las instituciones y los proyectos para que puedan advertírselo oportunamente.

Es importante que no nos quedemos en una actitud pasiva sino que estemos muy atentos al tipo de cambio que se está provocando y si es un cambio que nosotros hemos decidido producto de la reflexión conjunta con la institución o proyecto.

Literatura citada:

Arguello, María. 2004Introducción al desarrollo local sustentable. Camarén, Quito.

Carrasco, T.; Iturralde, D. y J. Uquillas. 2001Doce experiencias de desarrollo indígena en América Latina. Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe. Ediciones Abya Yala. Quito.

Cussi, S.; Calle, D. y A. Mamani. 2001. Historia de la Federación de los Ayllus y comunidades originarias de la provincia Ingavi. En: Doce experiencias de desarrollo

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indígena en América Latina. Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe. Ediciones Abya Yala. Quito.

Lino, Julio. 2007Forestería en las comunidades Garífunas. Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo. Honduras.

Smith, Richard. 1995El horizonte económico de los indígenas amazónicos. En: Amazonia: Economía indígena y mercado. COICA- OXFAM América. Lima y Quito.

UPS, 2000Diálogo intercultural. Memorias del Primer Congreso Latinoamericano de Antropología Aplicada. Ediciones Abya Yala. Quito.

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