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    Los primeros problemas del analista:

    ¿Qué teorías? ¿Qué métodos?

    ¿Por dónde empezar?

     Adriana Bolívar

    Universidad Central de Venezuela

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    INTRODUCCIÓN¹

    Cuando los interesados en investigar en el cam po de los estudios del discurso

    se plantean problemas de investigación encuentran a su disposición un amplio

    abanico de posibi lidades para seleccionar teorías y métodos. Algunas de las pre-guntas más comunes qu e hacen los estudiantes del área de l ingüíst ica y de otras

    disciplinas son: ¿Qué orientación teórica debo seguir? ¿Por qué esa y no otra

    orientación? ¿Qué implicaciones metodológicas tiene la escogencia de una(s)

    t e o r í a ( s ) y n o o t r a s ? ¿ E s e l a n á l i s i s d e l d i s c u r s o t e o r í a o m é t o d o , o a m b a s c o s a s ?

    ¿ Qué signi f ica hacer anál isis crít ico? En este capítulo me propongo anal izar bre-

    vemente el por qué de los problemas, con referencia especial a las condiciones deldiscurso, las teorías de base, los enfoques y las disciplinas implicadas, y a la com-

    plejidad que se encuentra en la lingüística y otras disciplinas en las ciencias socia-

    les. La meta es hurgar en cuestiones epistemológicas que preocupan a los estu-diantes de postgrado, tales como: la act i tud ante el conocimiento (cómo concebir

    "discurso"), las generalizaciones (cómo se llega a generalizar), la legitimación de lainvestigación (cómo  se obtiene credibilidad), el papel de los investigadores (la

    responsabilidad social y la ética), así como destacar algunas nociones centrales y

    procedimientos.

    1 . EL POR QUE DE LOS PROBLEMAS

    Las interrogantes antes referidas se originan en distintas situaciones. Primero,nos encontramos con que el anális is del discurso es practicado por lingüistas y no

    lingüistas y así tenemos que, aunque a los lingüistas les interesa el discurso desde la

    perspectiva de la teoría lingüística para a veriguar cómo funciona el lenguaje, a los

    no lingüistas les atrae el d iscurso para comprender procesos, analizar contenidos,

    Este capítulo es una versión extendida de la ponencia "El problema de la selección de teorías y métodos en

    análisis del discurso", presentada en el V Coloquio Nacional de

     Análisis

    del Discurso, celebrado en Maracaibo

    entre el 20 y el 23 de ju n io de 2005, auspiciado por la Universidad del Zulia y la Asociación Latinoamericana

    de Estudios del Discurso.

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     y explicar problemas cognitivos, sociales y culturales más que lingüísticos. En se-gundo lugar, nos encontramos con analistas que traen diferentes concepciones delo que significa discurso, y eso nos lleva a comprender por qué se habla de discursocomo "técnica", "método" y/o "teoría del lenguaje". Esto nos conduce directa-mente a la definición de lenguaje que los analistas manejan, porque el conceptode lenguaje puede incluir lo verbal y también otros lenguajes como el gestual, elvisual, el musical, etc. La discusión puede tocar el terreno de la multimodalidad

    donde se trabaja con textos complejos en los que se mezclan y entrecruzan distin-

    tos tipos de lenguajes. Todo ello requiere un aparato descriptivo más complejo yde mayor alcance. De ahí que el problema  se complique cuando se trata de estu-diar un problema social en el que el criterio para la escogencia de textos son lasacciones realizadas y no sólo los tipos de textos en sí mismos.

    En tercer lugar, los problemas de la selección de teorías y métodos surgen porque, además de tener objetivos diferentes, los analistas del discurso se hanformado en disciplinas distintas en las que se favorecen teorías y métodos basadosen supuestos sobre la realidad desde variados ángulos y con sustentación en sabe-res diferentes (véase Titscher et al., 2001) en los que las categorías de análisis

     pueden ser predeterminadas o emergentes (el dilema de lo ítico y lo ímico), con

    diferentes actitudes ante el conocimiento, porque para algunos puede ser una

    realidad "objetiva", estática, y para otros "subjetiva", dinámica y cambiante, oambas cosas. La situación se complica cuando agregamos a lo anterior que todoslos analistas tienen una visión de mundo que difícilmente pueden evadir, particu-larmente si se dedican al análisis crítico del discurso.

    2. LAS DIMENSIONES DEL DISCURSO

     No obstante lo anterior, es posible visualizar el discurso en función de ciertascondiciones que lo definen. Primero que nada, el discurso es interacción social

     porque los significados se crean, se retan, se transforman, mueren y renacen ensociedad y no en compartimientos aislados fuera de contexto. Los grupos socialesy las instituciones son vitales para el análisis del discurso. Segundo, el discurso escognición  porque las personas construyen su conocimiento del inundo y adaptan

    sus representaciones a los contextos en los que viven según las opciones y/o limi-taciones que se les ofrezcan. Tercero, el discurso es historia porque para interpretarlos significados del presente es necesario conocer la dinámica en que se crearon,saber cuáles fueron los eventos que los moldearon y qué valores culturales se invo-lucraron. Cuarto, y sobre codo, el discurso es diálogo porque para que existan lasinteracciones se necesita un yo, un tú, un nosotros, y un otros. Por último, el discur-so es acción porque con la palabra se construyen y transforman las realidades (véa-se MacDonell, 1986; Bolívar, 1997). Aunque los analistas del d iscurso están cons-cientes de estas condiciones para el análisis, por lo general colocan el énfasis en unaspecto más que en otro; de ahí que nos encontremos con teorías cognitivas, so-

    cio-cognitivas, históricas, histórico-cognitivas, interaccionales, y otras. Quienes se

    inician en los estudios del discurso pueden, con razón, considerar que ningún

    análisis podrá cubrir todos estos aspectos, pero en la práctica el foco de la investi-gación será determinado por los objetivos y las preguntas que cada uno/a se haga.

    3. LAS TEORÍAS DE BASE

    Una primera mirada a las grandes teorías y métodos en discurso nos acerca allibro Titscher

    et al(2001) que reúne un total de doce enfoques en las ciencias

    sociales, unos desde el punto de vista de la sociedad y la cultura y otros desde lalingüística. Por un lado, las teorías sociológicas, antropológicas, psicológicas,f i l

    y, por otro, las teorías lingüísticas. A su vez las teorías lingüísticas ofrecenun amplio marco de opciones que, en sí mismas muestran diferentes enfoques.Por ejemplo, bajo lingüística estructural se incluye al estructuralismo cultural deLevi-Strauss, la lingüística estructural de Saussure, el formalismo ruso de Todorovy Propp, y la Escuela de Praga representada por Jakobson. Todas ellas sirven de

     base para el método de la semiótica narrativa (Greimas) (véase Titscher at al.,

    2001:51). También encontramos los aportes de la lingüística cognitiva, represen-tada por Shank y Abelson, que sirve de apoyo a la lingüística textual y a unavertiente del análisis crítico del discurso (Wodak, van Dijk). Además de lo ante-rior, en este cuadro se incluye a la lingüística sistémica propuesta por Halliday,

    que sirve de fundamento a otra vertiente del análisis crítico (Fairclough, y en parte Wodak).

    Como hemos visto, no todas las teorías sobre el discurso tienen una base

    lingüística. Después de realizar una investigación bibliométrica, Titscher et al.

    (2001:217), reportan que los métodos más citados por los investigadores en las

    ciencias sociales, según el Social Science Citation Index (SCCI) de 1991 a 1998,fueron los siguientes, en orden decreciente: la teoría fundamentada ("G roundedTheory"), la etnografía de la comunicación, el análisis crítico liderado por

    , el análisis de contenido estándar (cuantitativo), el análisis de la conversa-ción y el MCDA ("Membership Categorization Device"), ambos ubicados en la

    etnometodología. También se mencionan otros como el SYMLOG ("System for

    the Múltiple Level Observation of Groups"), el análisis de contenido abierto (cuan-

    titativo), la semiótica narrativa, la hermenéutica objetiva, el análisis crítico en lacorriente de Wodak, y la pragmática funcional. Es interesante notar dos cosas

    sobre la fuerza de las teorías y los métodos en el mundo académico. Primero, queestos datos llegan hasta el año 1998 y, por lo tanto, no se conoce el estado de la

    cuestión en los últimos años. Segundo, que algunos nombres no aparecen men-cionados, tal vez porque se trata del SCCI, o porque se han dejado afuera por

    otras razones.Vale la pena destacar, en todo caso, que en cualquiera de las disciplinas de las

    ciencias sociales  se debe tomar en cuenta, desde el inicio, que la selección detextos para el análisis puede abordarse con diferentes propósitos y, al menos, des-de tres perspectivas: a) como objetos de estudio en sí mismos, cuando se estudian,

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     por ejemplo, las conversaciones, las entrevistas, las noticias, etc.; b) como rasgosde grupos investigados, y los textos pasan a ser enunciados en un contexto parti-cular o "componentes manifiestos de una comunicación" que permiten decir algosobre las personas que los produjeron; y c) como rasgos de una situación particu-lar que se documenta mediante textos (véase Titscher et al., 2001:32).

    4. LO QUE CONTIENEN LOS MANUALES SOBRE ANÁLISISDE DISCURSO

    Otro aspecto muy importante que contribuye a la (des)orientación de losinvestigadores novatos es lo que dicen los manuales sobre análisis del discurso,que incluyen copiosa información sobre nociones básicas así como temas o artí-culos sobre el estado del arte. Si examinamos algunos de los más influyentes en

    nuestro ámbito académico, debemos tomar en cuenta, por lo menos, los que nofaltan en las bibliografías dadas a nuestros alumnos: Schiffrin (1994, 2001); vanDijk (1997a, 1997b, 2000a, 200b); Calsamiglia y Tusón (1999); Charaudeau yMaingueneau (2002); Wetherell et al., (2001); Wodak y Meyer (2001, 2003).

    El libro de Schiffrin (1994),  Ap pr oac hes to Dis cou rs e, incluye la teoría de losactos de habla, la sociolingüística interaccional, la etnografía de la comunicación,la pragmática, el análisis de la conversación, y el análisis variacionista. Se trata deun manual escrito en inglés y pensado para personas de habla inglesa, y ofrece

     buenas definiciones y orientaciones. Deja afuera el análisis y referencias a losestudios sobre género, discurso político, y otros temas que la misma autora se-ñala. Estas omisiones se compensan, posteriormente, en Schiffrin et al., ([2001]2003) cuando se expande el espectro con cuarenta y un artículos de mayor alcan-ce, muy ricos en bibliografías. Es notorio que ni entre los autores de estos artícu-los, ni en las bibliografías, se encuentran nombres que representen a la corriente

    francesa o alemana, para no mencionar a los analistas de habla hispana, que tam- poco figuran.

    Los dos volúmenes publicados más tarde en inglés por van Dijk (1997a,1997b), traducidos rápidamente al español (van Dijk, 2000a, 2000b), llenaronun vacío muy esperado porque abordan el discurso desde dos grandes perspecti-vas, como estructura y proceso (volumen 1) y como interacción social (volumen

    2). Cada volumen cubre una gran variedad de temas. En el primero, la historiadel análisis del discurso, discurso y semántica, discurso y gramática, estilos deldiscurso, retórica, narrativa, argumentación, géneros y registros, cognición, cog-nición social y discurso; en el segundo, el discurso y la interacción en sociedad,

    discurso y pragmática, análisis de la conversación, diálogo institucional, discursoy género, discurso etnicidad, cultura, y racismo; discurso organizacional, análisiscrítico del discurso, discurso y política , y aplicaciones del análisis del discurso.

    Estos dos volúmenes amplían considerablemente el alcance del primer ma-nual de van Dijk que, en su momento, tuvo la función de mostrar que el análisisdel discurso había alcanzado ya su madurez como disciplina (van Dijk, 1985). Latraducción al español de la publicación de 1997 es probablemente uno de los

    textos más consultados por estudiantes de postgrado en América Latina, aunque

    también en este manual, las referencias a autores del mundo hispano son escasas.El manual de Calsamiglia y Tusón (1999), escrito en español, con ejemplos

    en español, convertido en "la biblia" de estudiantes universitarios de pregrado y

     postgrado, amplía el horizonte y da cabida a una mayor cantidad de corrientes enel campo del discurso. Por ejemplo, se da más atención a la corriente francesa (seincluyen a Adam y a Charaudeau que casi no aparecían en otros manuales), y se

    refuerzan las referencias a e studios en alemán (Weinrich, Werlich). Se mencionan

    muchos nombres de investigadores españoles, pero las referencias a analistas deAmérica Latina son casi nulas (aparece Ciapuscio de Argentina). En el primer

    capítulo, Calsamiglia y Tusón (1999:15-26) ponen especial cuidado en destacar

    las disciplinas implicadas en el análisis del discurso: la antropología lingüística

    (Duranti), la etnografía de la comunicación (Gumperz y Hymes), el interaccio-

    nalismo simbólico (Goffman), la etnometodología (Garfi nkel), la sociolingüísti-ca interaccional (Bordieu, Foucault), y así ubican al estudiante en el mundo de lasteorías y métodos. También resaltan el giro lingüístico que han tomado los estu-

    dios a partir de cambios en el pensamiento filosófico, de modo que se puedevisualizar cómo se estudia e l lenguaje en e l contexto social y cultural a partir de lateoría de actos de habla y de la pragmática, en especial el principio de coopera-

    ción y la teoría de la relevancia. Después de la aparición de este manual se han

    dado desarrollos interesantes en el campo de la socio-pragmática cultural (Spen-cer-Oatey, 2003), que también han sido abordados en español (Bravo y Briz,2004), y valdría la pena explorarlos.

    Es importante destacar que el manual de Calsamiglia yTusón (1999) permi-te al estudiante una visión amplia de los abordajes desde la lingüística. Aquí se

    toma en cuenta la lingüística funcional (Praga, Malinowski, Firth, Halliday, Mar-tin, Eggins); la lingüística textual (Beaugrande, van Dijk, Adam); la teoría de la

    enunciación (Bajtín, Benveniste, Kerbrat-Orecchioni, Charaudeau); la retórica

    clásica y la nueva retórica (Perelman).A los libros anteriormente mencionados, se debe agregar el diccionario de

    análisis de discurso editado por Charaudeau y Maingueneau en francés en el año2000, ya traducido al español en 2005. En este diccionario se encuentra una

    definición de los términos más usados en el análisis del discurso, especialmenteen la orientación francesa. Complementa y amplía muy bien aspectos del manualde Calsamiglia y Tusón (1999).

    5. LA PERSPECTIVA DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL

    Uno de los manuales más útiles desde el punto de vista de los métodos y

    técnicas para practicar el análisis del discurso se encuentra en el campo de la

     psicología (Wetherell etal., 2001). Estos autores incluyen en sus enfoques prefe-ridos al análisis de la conversación, la lingüística interaccional y la lingüística de

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    corpus (mencionada muy poco en otros manuales), el modelo de acción discursi-va (Edward y Potter), el análisis crítico del discurso (Fairclough) y el análisis ge-nealógico (Faucault). Lo atractivo de este libro es que, junto con cada enfoque, se

     presentan investigaciones que lo ilustran y muestran el método y las técnicas de

    investigación empleadas. Los analistas pueden encontrar respuestas a sus pregun-tas sobre cómo generalizar, cómo legitimar la investigación en discurso, cómoabordar datos en el plano micro y macro. Como se puede inferir rápidamente, no

     se contemplan algunos de los enfoques incluidos en Titscher et al., (2001), pero

    se presenta un método para aplicar los principios de Foucault, con el foco en lahistoria (que tampoco se ven con esta precisión en otros textos). Queda claro en

    este libro que la meta no es desarrollar la teoría lingüística, pero sí ofrece herra-

    mientas lingüísticas fundamentales para interpretar los textos. En español tam- bién se han publicado manuales que resumen en parte esta perspectiva (véaseIñiguez Rueda, 2003). Para complementar el análisis de datos vale la pena con-

    sultar a Silvermann (2001).Lo que nos queda claro de este libro es que la psicología discursiva reconoce

    el papel fundamental del análisis lingüístico y, aunque los autores expresan en laintroducción que "our book is intended for social scientists but surely language isthe province of linguists" (Whetherell et a1., 2001:i) 2 , también admiten que elnuevo foco en el lenguaje ha hecho que  se introduzcan transformaciones impor-

    tantes en la teoría social.

    6. LA SELECCIÓN DE LOS ENFOQUES Y/O MÉTODOS

    La decisión sobre los enfoques a escoger es difícil y, como ya hemos expresa-do antes, dependerá de la pregunta de investigación que cada investigador se

    haga. Dentro de las ciencias sociales, también se encuentran manuales que en-frentan esta decisión y toman partido por algunos para poder armar una propues-ta propia. Tenernos el caso de Phillips y Jorgensen (2002) quienes, con la visiónde los estudiosos de la comunicación, seleccionan solamente tres enfoques cen-

    trales en el análisis del discurso: la teoría del discurso (según Laclau y Mouffe), el"análisis crítico del discurso (Fairclough) y la psicología discursiva (Potter y We-therell). Estos autores se enfocan en el problema de la relación entre discurso eideología y revisan varias posturas, desde Marx, Althusser, Gramsci, hasta llegar aLaclau y Mouffe. Se plantean el problema de la definición y alcance de discursocomando en cuenta la forma de aproximarse al concepto de ideología, y discutenel problema de la construcción del sujeto en la dinámica social. Se trata de un

    libro que puede crear una interesante polémica en el debate epistemológico queestá siempre en marcha en las universidades.

    ²Trad. de la autora: nuestro litro está dirigido a los científicos sociales pero sin duda el lenguaje es el campo

    de los lingüistas.

    Corno hemos visto, todos los manuales favorecen algunas teorías más que

    otras y dan cabida a algunos nombres, pero n.o a todos. En este libro de Phillips yJorgensen (2002) se hace patente cómo el conocimiento se construye en el mun-

    do de la academia. Por ejemplo, ellos hacen una d iferencia entre el análisis críticodel discurso (originalmente propuesto por Norman Fairclough en 1985) y un

    "movimiento crítico" en el que, según ellos, se encuentran una variedad de enfo-ques "no siempre muy bien definidos". Se hace muy evidente la crítica a los ma-nuales de análisis crítico del discurso que no incluyen a la psicología discursiva, a

     pesar de que "cumple con todos los requisitos para pertenecer al club" (Phillips yJorgensen, 2002:60), pero se reconoce que esta "exclusión" puede deberse al he-

    cho de que la psicología discursiva se basa más en la retórica que en la lingüística(algo que supuestamente practican los analistas críticos). La razón por la queFairclough es escogido como el analista crítico más completo es que, según ellos,su propuesta se basa en premisas filosóficas, propone un método y técnicas espe-cíficas de análisis lingüístico.

    Es evidente que en la decisión de teorías y métodos opera un componente

     personal o individual en el que se cruzan diversos factores: la formación en cada

    disciplina, el acercamiento o alejamiento de las líneas existentes o disponibles, elgrado de relevancia que se otorgue al lenguaje y al uso de los textos como materialde investigación y, también, la forma de concebir el compromiso social.

    7 . EL ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO

    El análisis crítico del discurso (ACD) es uno de los desarrollos del análisis deldiscurso que ha tomado mucha fuerza en los últimos años porque los analistasreconocen abiertamente su compromiso social y político, lo cual genera discusiónen el campo de las ciencias sociales y la lingüística, especialmente en cuanto a losmétodos empleados. Por consiguiente, debernos abordarla discusión sobre lo quesignifica practicar el análisis crítico con el propósito de orientar a aquellos que

    deseen incursionar en el estudio y análisis de los textos desde esta perspectiva. ElACD se ha extendido de tal modo que ya existen varias publicaciones y manuales

    traducidos al español, en los cuales se recogen los orígenes, los principios y losenfoques más empleados por autores europeos (e.g.Wodak y Meyer, 1997, 2001).En dichos manuales casi no se mencionan los estudios llevados a cabo en AméricaLatina, lo que genera un gran vacío en el momento de proponer un proyecto deinvestigación en nuestro contexto social, político y cultural. Las obras que dan

    atención al análisis crítico de problemas en el mundo hispano y América latinason raras excepciones (van Dijk, 2003).

    Los estudios en América Latina sí existen, como se puede constatar en losartículos de este libro, pero son menos conocidos y menos aplicados porque mu-chos de ellos tienen sus orígenes en las teorías imperantes, de modo que los in-vestigadores prefieren volcar sus esfuerzos en las teorías originales. No obstante,

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    creemos que muchos de estos trabajos aportan una mirada diferente y pueden

    servir de base para desarrollos del ACD en América Latina³.

    7.1 ¿Qué necesitamos saber primero sobre el ACD?Se puede considerar que todo análisis científico social que cuestiona la pura

    descripción de los eventos como objetos, y que se concentra más en la forma en

    que se construyen los significados en la interacción social, es crítico, en el sentidode que toma en cuenta la d inámica social y las luchas por el poder, sea este poder

    económico", "político", "coercitivo" (militar), o "simbólico" ( Thompson,1998:35). Por eso, tal vez, cuando se quiere conocerla historia del análisis crítico,se empieza por incluir a Carlos Marx como uno de los primeros que planteó eI

     problema de las luchas sociales y los efectos de la dominación del poder económ ico en la vida de las personas, en su concepción del mundo y en sus acciones. Lo

    económico es indudablemente un aspecto clave, pero en las consideraciones de loque significa ideología nos encontramos con diferentes aproximaciones al con-

    cepto, que inciden en la forma de concebir el discurso y los textos, así corno los

    métodos escogidos.Phillips y Jorgensen (2002) son dos de los autores que se han ocupado de

    examinar la forma en que el concepto de ideología es manejado por varios autoresen la filosofía, principalmente Althusser, Gramsci, Foucault, Laclau y Mouffe, yanalizan las similitudes y diferencias entre las propuestas y la forma en que han

    influido en el análisis del discurso en las ciencias sociales, especialmente eny en Potter y Wetherell. El concepto de ideología no puede darse por

    sentado porque es importante conocer en qué espacio epistémico se encuentran oubican los analistas. Phillips y Jorgensen (2002:20), aunque con ciertas reservas

     por temor a simplificar, colocan los enfoques en un continuum en el que en unextremo se encuentra el materialismo histórico (Marx, Althusser), en el que todoestá supeditado a lo económico, y en el otro la teoría discursiva que todo lo ve a

    través del discurso (Lauclau y Mouffe). Entre estos dos polos, estarían ubicados

    Gramsci, Foucault y la psicología discursiva. Lo que se quiere mostrar es que, porun lado, está la creencia de que existe una ideología dominante (la de la burgue-

    sía) que actúa sobre los dominados (el proletariado) y, por el otro, el planteamien-to de que no existe una sino varias o muchas ideologías que se construyen en la

    cotidianidad. De hecho, la palabra ideología no sería necesaria porque nos encon-traríamos ante ideologías que se construyen en un discurso en constante cambio,en una lucha discursiva cuya meta es lograr la hegemonía de una perspectiva particular. Ambos extremos están cargad os de premisas filosóficas sobre el signifi-cado de ideología y poder, pero no son enfoques analíticos discursivos sino filosó-ficos. Si colocamos los enfoques filosóficos en una línea en que s e vea la relación

    Los capítulos que sigilen recogen una amplia bibliografía de las investigaciones realizadas en Venezuela,especialmente los trabajos de Barrera Linares, Adriana Bolívar, Irma Chumaceiro, Frances D. De Erlich,

    Lourdes Molero y Julián Cabeza, Maritsa Montero, Marra Fernanda Madriz.

    con el papel del discurso en la constitución del mundo nos encontraríamos conque unos se inclinan más hacia un lado o hacia otro, como se ve en el d iagrama 1que sigue, adaptado de Phillips y Jorgensen:

    Según este diagrama, podernos interpretar que en el extremo derecho, eldiscurso e s determinado por la economía y, aparentemente, no valdría la penaanalizar el discurso sino la economía.

    Alejándose del materialismo histórico encontrarnos a los que se apartan endiferentes grados del determinismo de la filosofía de Marx. Según Phillips y Jor-gensen (2002:31), el principal problema con el materialismo histórico es "la faltade cualquier explicación para la transformación de la conciencia: ¿Cómo va areconocer la clase trabajadora su verdadera posición en la sociedad y sus verdade-ros intereses si su conciencia está determinada por una ideología capitalista?" (mitraducción). Justamente ahí reside el problema porque las críticas al materialismohistórico y al determinismo han conducido a rechazar la idea de una sociedad

    gobernada por una sola ideología y un solo discurso y a inclinarse por el argu-mento de que la sociedad es plural y que el sujeto se construye en discursos dife-rentes e incluso contradictorios.

    Como ya hemos mencionado antes, Phillips y Jorgensen (2002) se concen-

    tran solamente en la teoría discursiva de Laclau y Mouffe, en el análisis crítico deFairclough y en la psicología discursiva de Potter y Wetherell. Desde su punto devista, estos tres enfoques tienen en común que se ubican en el construccionismosocial, y que rechazan las "teorías universalizantes como el marxismo o el psicoa-nálisis" (2002:6). Para ellos, estos enfoques analíticos discursivos se fundamentanen la teoría estructuralista o post-estructuralista del lenguaje con variantes encuanto a la forma en que se aplica el término post-estructuralista. Ernesto Laclauy Chantas Mouffe representan el post-estructuralismo más extremo porque se basan en la idea de que "el discurso construye e l mundo social en e l significado yque, debido a la inestabilidad fundamental del lenguaje, el significado nunca

     puede ser fijado de manera permanente. Ningún discurso es una entidad cerrada,

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    sino más bien se transforma constantemente en contacto con otros discursos. Porlo tanto una palabra clave en la teoría es la lucha discursiva" (Phillips y Jorgensen,2002:6). Norman Fairclough también coloca el énfasis en el papel activo del dis-curso, pero es evaluado como menos post-estructuralista porque distingue encre

     prácticas discursivas y no discursivas, razón por la que generalmente se le ubica

    como neo-marxista. La psicología discursiva comparte con el análisis crítico deFairclough el interés empírico en el análisis del lenguaje en la interacción social, pero se d iferencia de él en que su interés está en "explorar las formas en que el yo,los pensamientos y las emociones se forman y transforman en la interacción so-

    cial y en arrojar luz sobre estos procesos en la reproducción social y cultural y elcambio" (Phillips y Jorgensen 2002:7, mi traducción). Según estos investigado-

    res, en la psicología discursiva el énfasis e stá en los individuos como productos y productores del discurso en diferentes contextos, mientras que en la teoría de

    Laclau y Mouffe los individuos son solo sujetos del discurso (Ibíd .). Escogensolamente a estos tres autores porque su objetivo es acercarse al análisis del discur-so desde la perspectiva construccionista y porque, aunque los enfoques muestrandiferencias en cuanto al alcance del discurso y el foco del análisis, consideran quelos enfoques son similares en que parten del construccionismo, comparten las

    misma visión del lenguaje, vienen del estructuralismo y post estructuralismo, y sucomprensión de los sujetos se basa en una versión del marxismo estructural (véasePhillips y Jorgensen, 2002:3).

    El artículo de Fairclough y Wodak, publicado en 1997, en el segundo volu-men de Di sco urse St udi es. A M ult idis cip linary Intr odu ction, editado por Teun vanDijk, dedicado al discurso corno interacción social, figuran explícitamente los

    siguientes enfoques críticos: el análisis del discurso francés (Pêcheux , 1982), la

    lingüística crítica (Fowler et al., 1979; la semiótica social (Hodge y Kress, 1988;Kress y van Leeuwen, 1990); el cambio socio-cultural y cambio en el discurso

    (Fairclough, 1989; 1992a, 1994); estudios socio-cognitivos (van Dijk, 1980, 1985,1987, 1991, 1993a); el método histórico-discursivo (Wodak, 1975, 1986; Lutz yWodak, 1987; Wodak et al., 1990; Wodak y Matouschek, 1993); el método delectura, y la escuela de Duisburg (Jager y Jage r, 1993).

    Las investigaciones en el campo del ACD están marcadas por la necesidad dereflexionar qu.e tiene todo analista comprometido con su sociedad. El manual de

    Wodak y Meyer (2003) comienza con una cita de van Dijk, quien llama la aten-ción sobre la diferencia entre ciencia no crítica y crítica:

    Más allá de la descripción o aplicación superficial, la ciencia crítica de cadaesfera de conocimiento plantea nuevas preguntas, como las de la responsabili-

    dad, los intereses, la ideología. En vez de centrarse en problemas puramente

    académicos o teóricos, su punto de partida se encuentra en los problemas so-

    ciales predominantes, y por ello escoge la perspectiva de quienes sufren más

     para analizar de forma critica a quienes tienen el poder, a los responsables, y a

    los que tienen los medios y la oportunidad de resolver dichos problemas (van

    Dijk, 1986:4, en Wodak y Meyer, 2003:17).

    Por esta razón, en este campo las propuestas son variadas, como puede verseen Wodak y Meyer (2001, 2003) donde se incorporan nombres como Wodak,van Dijk, Fairclough,  Jager, Me yer , y Scollon, quienes proponen enfoques desdeuna perspectiva cognitiva, histórica, social y cultural. Los investigadores que se

    acercan a esta línea de investigación pueden encontrarse abrumados ante la varie-dad de definiciones. Una rápida revisión de los términos empleados por los auto-res en este manual nos muestra que el análisis crítico es identificado mediante eluso de las siguientes palabras:

     paradigmaenfoquemétodo analítico

    ni método ni teoría perspectiva crít icauna actitud

    teoría y método

    momento (elemento)

    agenda programa programa de análisis social

    Esta variedad de definiciones y enfoques obliga al analista a tomar decisionesimportantes (y a leer mucho). Por eso, es recomendable buscar primero los con-

    ceptos que unen a todos los analistas críticos quienes, a pesar de los enfoques

    diferentes, tienen en cuenta las condiciones del discurso, una definición de dis-

    curso como  práctica social, y ofrecen explicaciones en las que se repiten palabrasclave como: pode r, co ntro l, acce so, ideo log ía, l egiti midad, i legi timidad, abuso de po -der, ética(s).

    8. LAS NOCIONES CENTRALES

    Ante los problemas que presenta la selección de teorías y métodos,  se deberecalcar la necesidad de trabajar con rigor sobre la definición de nociones funda-mentales en el análisis del discurso. A continuación presento algunas de las que

    generan mayor inquietud entre los investigadores y las razones por las que hay

    que considerarlas.

    La noción de contextoPuesto que el objeto de estudio del discurso son los textos en contexto, lo

     primero que hay que hace r es definir el alcance del contexto. La definición deter-minará en muchos casos si el estudio será de tipo micro (como en el análisis de laconversación) o macro (por ejemplo, en el análisis crítico cuando se trabaja con el

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    cambio social o político). Es importante también tener claro de qué tipo de con-

    texto se está hablando: físico, cognitivo, social, cultural, político, histórico.

    La noción de textoDe lo anterior se deriva que es necesaria una definición de texto, que depen-

    derá de la teoría sobre los textos y de la concepción de lenguaje que se adopte. Entodo caso, se debe pensar si al hablar de texto se trata de: el objeto físico texto, deun constructo teórico, de un producto de la interacción social, o de ambas cosas.

    La noción de ideologíaEsta es una definición difícil, pero ineludible, incluso para quienes solamen-

    te se deciden por describir modos de organización de los textos o tipologías, sin

    hacer referencia explícita al aspecto ideológico. Es así porque las de finiciones másgenerales de ideología la describen como un sistema de creencias y valores com- partidos por un grupo. Es difícil, entonces, interpretar cualquier texto sin tomaren cuenta lo que los actores involucrados piensan o sienten en un contexto y

    cultura particular.

    La construcción del "sujeto"Este es otro punto que está muy relacionado con lo anterior y con la defini-

    ción de discurso porque, a pesar de que en los análisis generalmente no  se dicecómo se representa a los participantes en la interacción social, es posible inferirvisiones que favorecen a un sujeto o actor social pasivo, afectado o "víctima" de

    élites dominantes, o activo y dinámico, responsable de sus actos y co-constructorde la sociedad y de las instituciones. Este es un punto polémico que puede discu-tirse desde la dimensión histórica, cognitiva, política, y otras.

    La noción de interacciónCasi todos los analistas hablan de interacción. Así tenemos referencias a la

    interacción entre los niveles de análisis (por ejemplo, gramática, semántica y prag-mática), la interacción entre hablantes, entre lectores y textos, entre escritores ylectores, para no seguir mencionando otros usos. Es de gran relevancia no usar eltérmino de manera general porque la decisión sobre qué tipo de interacción se

    estudiará tiene consecuencias en los modelos de análisis para explicarla. Por ejem- plo, no es lo mismo explicar cómo un lector interpreta un texto que cómo un(a)escritor(a) compone un texto, porque se trata de dos tipos de interacción queameritan conceptos de base y métodos específicos (véase Bolívar, 1998).

    La noción de género discursivoEsta es tal vez una de las nociones más estudiadas desde la lingüística en

    análisis del discurso. El analista necesita saber con qué tipos de texto se enfrenta ycómo se organizan. Esta necesidad es evidente porque los textos son la materializa-ción de procesos cognitivos y sociales que quedan estampados en "géneros" o tex-tos relativamente estables, reconocidos institucionalmente. Si usamos una metá-

    fora de contenido, podemos decir que cada ámbito de la esfera humana se llena detextos creados, recreados y transformados por las personas que conforman ese

    ámbito. Por ejemplo, en el ámbito académico, podernos identificar textos como laclase, el seminario, la charla, la ponencia, el artículo de investigación, el ensayo;mientras que en el ámbito político podemos hablar de textos tales como reunión

    de gabinete, rendición de cuentas, discurso electoral, alocución presidencial, etc.En todos los casos se debe describir la estructura interna de los textos porque ellarefleja las acciones sociales y culturales que les dan su estructura. También hay queobtener información lingüística sobre los modos de organización o bases textuales(narración, argumentación, descripción, explicación, diálogo).

    La gramática de baseLos analistas necesitan usar una gramática de base para poder analizar los

    textos, obtener credibilidad, y hacer generalizaciones con base empírica. Hay quetener cuidado con la gramática escogida pues cada gramática se basa en supuestosteóricos sobre como funcionan las lenguas. No es lo mismo una gramática que

     busca universales lingüísticos pensando en hablantes homogéneos, que una gra-

    mática que busca explicar los significados en d istintos contextos, de acuerdo conlo que los hablantes mismos dicen y hacen con los textos. Por eso es importante

    seleccionar una gramática que tome en cuenta el lenguaje en contexto de situa-ción y de cultura. La gramática sistémica funcional (Halliday, 1994) es a menudo

    escogida en diferentes ámbitos (enseñanza de lengua y literatura, traducción, in-teligencia artificial, análisis crítico) porque permite explicar el significado tom an-do en cuenta tres grandes dimensiones: la experiencia del mundo, las relaciones

    interpersonales y la organización de los textos. Para algunos autores, esta gramá-tica es esencial en el análisis crítico del discurso, como lo plantea Wodak (2003:7):

    Tanto si los analistas con un enfoque critico prefieren centrarse en las caracte-

    rísticas microlingüísticas, las macrolingüísticas, las textuales, las discursivas olas contextuales, como si su ángulo de aproximación es fundamentalmente

    filosófico, sociológico o histórico, en la mayoría de los estudios  se hace referen-cia a la gramática funcional sistémica de Halliday. Esto indica que una com-

     prensión de las afirmaciones básicas de la gramática de Halliday y de su enfo-

    que del análisis lingüístico resulta esencial para una adecuada comprensión delACD.

    La selección de una gramática impone una tarea adicional al analista de dis-curso, porque debe aprender a interpretar los textos mediante el uso de categoríaslingüísticas.

    La noción de conocimientoHablamos permanentemente de conocimiento sobre el mundo, sobre mate-

    rias, sobre fenómenos, sobre eventos, sentimientos, etc. Es necesario, entonces,

    comprender qué significa "conocimiento", cómo se construye en la interacción

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    social, de qué manera los factores sociales, culturales, ideológicos, afectan el co-nocimiento del mundo, y cómo este conocimiento opera en la construcción de

    realidades en la vida cotidiana, en las instituciones. Todavía más, se necesita saberde qué manera  se usa el conocimiento en la lucha por eI poder, en cualquiercontexto.

    La noción de "crítica"Esta noción necesita un estudio profundo, particularmente en el caso del

    análisis crítico, porque la teoría crítica se manifiesta en las ciencias sociales, dondela lingüística ha hecho aportes importantes con la lingüística crítica (Fowler et al,1979). Por eso, se hace necesario aclarar el término desde una perspectiva inter ymultidisciplinaria. Los estudios críticos, por consiguiente, deberían realizarse engrupos multidisciplinarios de manèra que los lingüistas y los no lingüistas corn-partan teorías y métodos para analizar los problemas que se planteen.

    9. ¿CÓMO PROCEDER?

    Esta es la pregunta más frecuente, junto con ¿por dónde debo empezar? No

    hay receta posible porque la investigación es biográfica (en el sentido de que cada persona trae su visión de mundo, sus propósitos y metas) , pero sí es posible seña-lar algunos pasos necesarios para iniciar el análisis.

    Plantearse un problema de investigación y, al menos, una pregunta No es suficiente decir "yo quiero analizar el discurso de los medios" o "me

    gustaría estudiar el discurso político venezolano" sino explicitar qué exactamentese quiere estudiar, por qué y para qué. La pregunta es clave para decidir despuéssobre las teorías y los métodos que ayudarán en la investigación. Un estudiante de postgrado en el nivel de maestría puede replicar investigaciones previas o apren-der a aplicar rigurosamente una teoría y un método, pero se espera que tina)estudiante de doctorado haga avances en la teoría y en los métodos.

    Estudiar profundamente una teoría a la vezLa abundancia de teorías y métodos promueve la lectura de muchas pro-

     puestas pero, si un invest igador o estudiante de postgrado desea alcanzar su meta,debería estudiar una sola a la vez para poder conocerla a fondo y hablar de ella

    con autoridad.

    Poner a prueba la teoría y evaluarlaEl siguiente paso es aplicar la teoría estudiada, tal vez no toda pero sí los

    aspectos que sean necesarios para la pregunta de investigación. Como resultado se podrán evaluar las ventajas y desventajas del modelo e scogido. Cuando se está enesta etapa, hay que ser paciente y no pasar a otra teoría en la mitad del trabajo

     porque entonces se corre el riesgo de invalidar los resultados. Éste es uno de loserrores que muchos cometen; e l análisis mezcla criterios de distintos modelos sinuna argumentación sólida, y el proceso invalida la investigación. Esta confusión

     puede conducir a análisis no confiables y a que no se concluya la investigación.

    Escribir los resultadosCada vez que se haga un análisis se deben escribir los resultados obtenidos.

     No se puede confiar en la memoria ni en los esquemas que uno guarda. Además,

     poner en blanco y negro lo ya hecho da una gran satisfacción de progreso y delogro (sobre todo si los resultados se presentan en un congreso, en un seminario,o ante un grupo para quien la investigación es pertinente).

    Pasar a otra teoríaDespués que se ha agotado una teoría, se debe pasar a otra y se reinicia el

     proceso con nuevas preguntas o preguntas más complejas.

     Aplicar un métod o a la v ezLo mismo que aplica a las teorías sirve para los métodos. No se deben mez-

    clar y confundir. Esto no quiere decir que los analistas no puedan proponer mé-

    todos sino que, antes de hacerlo, hay que conocer bien los métodos ya existentes.

    Evaluar /escribir los resultadosSe repite el ciclo anterior. Se evalúa el método y se escribe sobre sus ventajas

    y desventajas.

    Pasar a otro métodoSe exploran y aplican tantos métodos como sean necesarios (sin perder de

    vista los objetivos de la investigación).

    No olvidar que el analista del discurso trabaja con textos en contextosEste es un requisito fundamental para poder entender las teorías y los méto-

    dos, porque los textos mismos se encargan de mostrar el mundo que se materiali-

    za en ellos. El papel del analista, entonces, consiste en hacer la lectura minuciosay rigurosa que arroje la mayor cantidad de significados para poder hacer afirma-ciones con el aval de la evidencia que proviene de los textos (sean orales, escritos,mixtos, gráficos).

    Construir nuevas teorías y proponer métodosSólo entonces, cuando  se ha visto cómo funcionan las teorías y los métodos

    en el análisis del discurso, tanto en la lingüística como en otras disciplinas, podre-mos proponer nuevas teorías y métodos. Ese es nuestro gran reto en América

    Latina.

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    CONCLUSIONES

    Esta breve introducción en los primeros problemas que enfrentan los inves-tigadores en estudios del discurso nos hace ver que el análisis del discurso va másallá de ser UNA técnica o UN método para estudiar la comunicación humana,

     porque hemos vislumbrado que existe una amplia variedad de teorías y métodos

    en las ciencias sociales y en la lingüística. En consecuencia, la primera tarea es

    ubicarse en este campo de conocimiento para tener una idea más clara de lo que

    se quiere hacer, por qué y para qué, porque de otro modo se estarían desconocien-do los avances en esta disciplina y los debates epistemológicos que se dan en su

    seno (véase Taylor, 2001).En esta introducción también se hace evidente el papel central del lenguaje

    en las investigaciones sobre el discurso porque, aunque los intereses de los filóso-fos, psicólogos, sociólogos, comunicadores sociales, historiadores, antropólogos,y otros interesados en la comunicación humana, puedan ser diferentes, ninguno

     puede prescindir de los textos y del habla para explicar los problemas que estudia.Es por esta razón que la contribución de los lingüistas se hace fundamental para

    comprender e interpretar mejor los problemas sociales, cognitivos y culturales.

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    La teoría de los actos de habla y ladelimitación

    de los usos lingüísticos

    Nancy Núñez

    Universidad Central de Venezuela