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    ACERCA DEL CONCEPTO DE SALUD MENTAL

    Juan Fernando Prez 1

    Voy a comenzar haciendo algunas consideraciones sobre algunos aspectos que con elpsicoanlisis y otros saberes es posible proponer acerca del tema general de este curso.

    En el ttulo que le hemos dado al curso, y en los dems referentes que ustedes pueden encontraren el plegable que se distribuy para su difusin, es posible reconocer en forma clara que hay unconcepto central para todo el trabajo que se realizar en estas clases; es el concepto de salud mental

    LA SALUD MENTAL COMO PROBLEMA PERTURBADOR DE NUESTRO TIEMPO

    Acabo de indicar que la salud mental es un problema que podramos llamar fundamental yperturbador de nuestro tiempo; esto significa que la llamada salud mental, no ha sido siempre ases decir, que no siempre ha sido un fenmeno ni fundamental, ni perturbador para todas las pocas.

    Michel Foucault, ese conocido historiador de la civilizacin occidental, cuya obra seguramentemuchos de ustedes conocen, demostr en forma elocuente, en un libro que infortunadamentecomienza a ser poco ledo, un libro que se llamaLa historia de la locura en la poca clsica ,2 quehubo un tiempo crucial en la historia de Occidente para aquello que nos interesa en este curso, untiempo que se desarrolla ms o menos entre el siglo XVI y el XVII, es decir en el momento que seproduce lo que podramos llamar el triunfo de la razn, el nacimiento de lo que conocemos comola poca de la ciencia. Es el momento en el cual no slo triunfa el discurso de la ciencia(Coprnico, Galileo, Kepler,...) sino que la locura se convirte en un fenmeno de orden pblico.Ello significa que no siempre la locura fue un fenmeno de orden pblico. A partir de all, demanera progresiva, la locura se va ha convertir en un fenmeno intolerable para los ciudadanos ypor lo tanto se hace en un asunto de polica; se trata ya de algo a sancionar, a desterrar de la vidacorriente, un asunto que va a resultar (y convendra meditarlo), que se convierte en una de lasrepresentaciones fundamentales del mal para el mundo occidental.

    Antes de que la locura pase a ocupar ese lugar, hubo otras formas de representacin del malque fueron tratadas en forma semejante a aquella que va producirse con la locura. Foucault muestraque en Occidente ocurri un hecho durante los siglos precedentes, al crearse una infraestructurasocial enorme, en torno de la representacin bsica del mal de la poca. Ese fenmeno fue la lepraEuropa se hallaba entonces poblada de una enorme cantidad de dispositivos para recluir a losleprosos, de leprosarios, en los cuales vivan miles y aun millones de personas que padecan esemal. stos sirvieron durante mucho tiempo a la civilizacin occidental de imagen visible y sensiblede lo que llamaramos el mal. Y hacia finales de la Edad Media se produce lo que Foucaultdenomina el gran vaco, es decir, que la lepra desaparece como fenmeno masivo en la culturaoccidental y todo ese enorme dispositivo queda desierto. As por ejemplo, una ciudad como Parscontaba hacia el siglo XV con cerca de doscientos leprosarios, algunos con capacidad para ms demil personas, lo cual permite imaginar la magnitud del problema; y todo ese dispositivo, que existapor toda Europa, de repente queda vaco. Y entonces se producen algunas situaciones de diversandole que hacen que ese vaco resulte difcil de tolerar para la civilizacin occidental, en tanto noes slo fsico sino que es un vaco en la mentalidad de la poca.

    Los seres humanos necesitamos de representaciones del mal; sin ellas nos resulta difcilorientarnos en la vida. Varios fenmenos entonces van a sustituir en el imaginario colectivo a lalepra en ese momento, hasta que finalmente, por un proceso que podra ser muy interesante segui

    1 Psicoanalista. Analista Miembro de la Escuela (AME) de la Asociacin Mundial de Psicoanlisis y de la Nueva EscuelaLacaniana (NEL). Presidente, a la fecha, de la Nueva Escuela Lacanana, NEL.e.mail: [email protected] Foucault, M.,Historia de la locura en la poca clsica . Mexico : FCE (Coleccin Breviarios). Nos. 191 y 192, 1976.

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    en detalle (que ustedes podran seguir con la lectura deLa historia de la locura en la poca clsica ,por ejemplo), hasta que ms o menos hacia el siglo XVI o XVII, ese gran dispositivo de losleprosorarios, comienza de nuevo a ser ocupado. Aparece entonces un fenmeno propio de la era dla razn, temido como prdida, una prdida fundamental de lo que podramos llamar el bien mspreciado para el sujeto moderno, el uso adecuado de la razn. Y en ese sentido la locura se va aconvertir progresivamente en esa representacin del mal que haca falta a partir de la desaparicinde la lepra. Por tanto, la locura, hacia el siglo XVI y XVII se va convirtiendo en un fenmeno deorden pblico, en un fenmeno especfico del polica; la tolerancia tradicional de las sociedadeshacia la locura va a ir desapareciendo poco a poco, hasta que finalmente sta se instala como unfenmeno insoportable para los ciudadanos.

    Y habr de tenerse en cuenta que el paso de la locura de ser fenmeno agenciado por la policaa ser un fenmeno de la salud, es un paso lento y complejo, que en realidad slo se consuma haciael siglo XIX, cuando se ejecuta lo que Foucault llama el gran encierro, ese acto masivo deencerrar a los locos. Se produce de manera lenta, como resultado de ese triunfo ya radical de larazn, de la ampliacin de los logros de la ciencia y de las tcnicas cientficas; por tanto, productode la aparicin de nuevas formas cientficas para referirse al mundo, entre ellos especficamente lamedicina, la cual se ha convertido en el siglo XIX en un saber y en una tcnica cientfica. La policacede entonces su lugar en los manicomios al mdico y comienza a aparecer, por consiguiente, elconcepto de salud mental.

    La salud mental, las estrategias creadas para su control y el psicoanlisis

    Es necesario decir que ese trnsito de la locura, de ser un fenmeno de polica para convertirseen un fenmeno de la salud, es un trnsito que en s mismo no implica ni la modificacin absolutade la concepcin de la locura como fenmeno de orden pblico, ni la modificacin, durante largosaos, de las estrategias bsicas de tratamiento de la locura. Quiero decir que a pesar de ese trnsitose conserv la idea de que la locura era un fenmeno de orden pblico y aun hoy sigue sindolo. Seconservaron, como se sabe, las estrategias para el tratamiento de los locos a partir esencialmente delo que podramos llamar la importancia de la circulacin pblica; es decir, que se perfeccionaron lomecanismos fsicos, y hoy clnicos, que permitieron controlar la perturbacin de la circulacin

    pblica, del orden pblico, que puede suscitar a veces el loco, a travs de un refinamiento de lossemblantes, para el caso ya con semblantes cientficos, pero bajo las mismas estrategias policivasCreo que esto es esencial, y conviene tenerlo en cuenta, por cuanto a pesar de ese ciertorefinamiento en las categoras para referirse al problema, ello no implica que ni la concepcin, nlos dispositivos de tratamiento hayan variado en el fondo.

    Entre nosotros quizs podemos aun reconocer algunas huellas vivas de lo que fue la estrategiatradicional de los pueblos para tratar la locura. sta, durante siglos, antes de que se diese, repito, loque Foucault llam el gran encierro, haca parte de la vida colectiva, y entonces era posible, encada lugar, en cada sociedad, encontrar siempre historias y leyendas de muy variada ndole en lascuales se puede observar la presencia ms o menos amable del loco en la vida corriente. Ustedesseguramente, por ejemplo, habrn odo hablar de Cosiaca, o de personajes de este tipo queexistieron hasta no hace mucho tiempo entre nosotros y que desaparecieron en la segunda mitad de

    siglo XX, producto igualmente de la conversin de la locura en un asunto de orden pblico; esdecir, que lo que antes perteneca al orden colectivo es hoy mirado bajo criterios que podramosllamar de segregacin; por consiguiente, desaparecieron todos esos personajes que de una u otramanera creaban una picaresca que engros la literatura popular y la vida colectiva de muchassociedades.

    Este vistazo rpido acerca de la historia de la locura permite reconocer, creo yo, el sentido deuna tesis profunda, clara y aun sencilla, y tambin dira que provocadora, que un psicoanalista denuestro tiempo ha formulado como definicin esencial de la salud mental. Me refiero a una tesis deJacques-Alain Miller, quien afirma que la nica definicin posible de la salud mental es el orden

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    pblico.3 Es decir, que se puede afirmar en ese sentido, que la tesis de Miller se halla encontinuidad con la investigacin de Michel Foucault. Por lo dems Miller, al sealar que hoy siguesiendo vlida la idea de que la salud mental es un fenmeno de orden pblico, reconoce en nuestrotiempo la vigencia de los fundamentos del gran encierro. La aparicin del mdico en el llamadoHospital Mental, es decir, la transformacin del leprosario en hospital, mental ahora, va a darseen la proximidad esencial que existe, por ejemplo, en lo que Foucault reconoci que se produceentre el hospital mental y las crceles. La aparicin del hospital mental, que se produjo propiamenten el siglo XIX, de todas formas va a tener consecuencias importantes, en particular en cuanto a quva permitir la aparicin de una serie de invenciones y teoras sobre la locura, para dar paso alintento de investigacin racional y cientfica de lo que antes era bsicamente una forma deperturbacin de la sociedad.

    Miller, a pesar de los criterios que vamos a considerar para situar el concepto de salud mental yde todos los matices que se han producido a partir de los hechos sealados, indica algo que enprincipio parece un tanto simplista, pero que considero fundamental como criterio bsico paradefinir en qu consiste la salud mental. Dice Miller que ese criterio es la capacidad paracomportarse bien en la calle; que aquel que se presume que goza de buena salud mental es quien ecapaz de comportarse bien en la calle y que, por el contrario, el signo por excelencia de unaperturbacin mental es la dificultad para respetar las normas de conducta que rigen elcomportamiento pblico, entre ellas una, la capacidad para volver a la casa. Es decir, que siquisiramos reconocer en qu consiste un trastorno mental de acuerdo con ese criterio, lo quetendramos que definir es si al salir a la calle alguien es capaz de volver a la casa, y casi conseguridad, a partir de ello, podramos hacer el diagnstico de que nos hallamos en presencia dealguien que no goza de salud mental. Por esto, creo yo, se ratifica que el concepto de salud mentaest profundamente relacionado con el orden pblico.

    Y en esto naturalmente habremos de incluir otro hecho importante: es el orden familiar. Porquecomo se sabe, la sociedad contempornea tiene como fundamento del orden pblico elfuncionamiento familiar. No puedo infortunadamente extenderme demasiado en este punto, peroespero que estos elementos brinden un criterio de orientacin frente a la concepcin esencial de loque es la salud mental para el psicoanlisis, concepcin que desde luego difiere de la del discurso dla poca; porque por lo dems, el discurso de la poca propone pensar el asunto en otros trminos

    trminos aparentemente cientficos, pero que, como seguramente se podr ver en este curso, tienenun sentido ligado de manera radical al discurso del amo contemporneo.

    LA POCA Y LA ADAPTACIN

    Ahora bien; si se mira con algn cuidado el problema, se podr reconocer que esos trminos,en apariencia cientficos, no difieren de lo que acabo de sealar, y que all, en el discurso modernohay un trmino que es de uso muy frecuente y finalmente central en la literatura psicopatolgica ypsiquitrica, y aun en la neuropsiquiatra de nuestro tiempo, para referirse al problema de la saludmental: adaptacin. ste ser objeto de algn anlisis durante este curso. Pero no puedo evitarconsiderarlo aun sea rpidamente en este contexto.

    Bajo la nocin de adaptacin se define a los miembros de una sociedad como sujetos que

    gozan de buena salud mental; y para hablar claro, estn bien adaptados cuando no perturban elorden pblico.Esto nos permite reconocer que con el ttulo dado a este curso, hemos dicho tambin que

    vamos hablar de un tema que hemos llamado el silencio de los sntomas. Y puede decirse que estaexpresin es una forma sinnima de hablar de adaptacin, la cual justamente significa que si haysilencio de los sntomas (y esto es vlido, como ustedes bien lo saben, inclusive para la salud fsica

    3 Miller, J-A.,Salud mental y orden pblico . En: Introduccin a la clnica lacaniana. Barcelona : ELP/RBA Libros,2007. Pg. 119.

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    ello significa que hay salud mental. Es ms, sabemos que esto fue una definicin que en algunapoca algunos consideraron como posible para definir la salud en general; es una definicinpeligrosa, y a pesar de que todos lo sabemos, tanto pacientes como mdicos, especialmente losorganismos de salud, as lo consideran. Y esto trae diversas consecuencias en la poca que ennuestro pas podramos llamar de la ley 100, en la cual se asume el silencio de los sntomas comoequivalente, de hecho, a la salud.

    Para avanzar un paso ms, destaco que, a pesar de lo indicado, o tal vez por ello mismo, existeun problema para la sociedad contempornea que consiste en la dificultad que tiene el discurso de lpoca para precisar qu se entiende por salud mental. Busqu una serie de posibles definiciones desalud mental y encontr la siguiente que vern, es muy utilizada en diferentes contextos a pesar deque ningn organismo oficial la adopta como suya, pero en el fondo es la que usan: Estado debienestar emocional y psicolgico en el cual un individuo puede utilizar sus capacidades cognitivasy emocionales, funcionar en sociedad y resolver las demandas de la vida diaria. Busquen enInternet y la encontrarn en ms de un lugar, si bien no adoptada por la Organizacin Mundial de laSalud u organismos similares. A lo largo del curso habr posibilidades de hacer precisiones alrespecto, de examinar ms exhaustivamente esta definicin. Por ltimo, estimo yo (al menos esa fuela deduccin que extraje despus de analizarla un poco), que esta definicin no se podra sustentarsin el valor que tiene para la poca el concepto de adaptacin.

    Para el psicoanlisis, especialmente a partir de Lacan, el concepto de adaptacin es unconcepto no slo puesto en cuestin, sino que es rechazado radicalmente como posibilidad operspectiva de la dimensin teraputica del psicoanlisis. Hay que decir que se produjo, antes deLacan y despus de Freud, en ese perodo intermedio de la historia del psicoanlisis en el cualjustamente el psicoanlisis aspir a convertirse en una rama de la ciencia contempornea y a ser reconocido por el discurso de la poca como un discurso que haca parte del mismo. Y el conceptode adaptacin lleg a tener all un estatuto central, es decir, en ese perodo que algunosacostumbran, tal vez siguiendo a Lacan, a designar con el nombre de perodo de los postfreudianos.

    Lacan hizo un cuestionamiento firme a esa perspectiva en la medida en que constituye elfundamento de una violacin de la tica del psicoanlisis. Lacan insisti con claridad, casi desde locomienzos de su trabajo, en que con ese concepto se negara algo esencial del descubrimientofreudiano, es decir, el hecho de que en el ser humano habita algo radicalmente incurable, lo cual

    debe constituir la base de la tica del psicoanlisis. La idea de que lo incurable no es simplementealgo posible de tomar o dejar, idea que el discurso de la poca trat como una posicin pesimista deFreud o en general del psicoanlisis, es la base de su posicin ante lo real. Afirm entonces que si elpsicoanlisis ha de servir para algo, para alguien, tendr que contar con ese real como condicinesencial de su acto y que es a partir de ello que le ser necesario construir tanto sus concepciones,sus conceptos y sus definiciones, como las formas de relacin con el paciente y los objetivos de laexperiencia analtica. Inclusive es sta la razn ltima por la cual Lacan comenz a poner encuestin, a pesar de que tambin lo promovi, el trmino cura, y por la cual el vocabulariocontemporneo de la orientacin lacaniana tiende a sustituirlo por el trmino experienciaanaltica.

    Esa posicin ante lo real implica que el psicoanlisis y el psicoanalista no podrn garantizar deninguna manera, ni menos prometer, la ausencia del sufrimiento, prometer sujetos bien adaptados

    sino que su tarea tendr que consistir en permitirle al sujeto asumir una posicin ante aquello que lohace sufrir, esto es ante su sntoma, para transformarlo en algo diferente a la queja, al merosufrimiento o al dao u obstruccin de la vida de otros. Que es con eso que tendr que ser capaz deenfrentar la existencia, porque detrs de ello existe una ley de hierro a la cual cada uno de nosotroest sometido, de una manera singular ciertamente, a causa de la historia propia, ley definida por lomodos de goce que elegimos para enfrentar la existencia y con lo cual, si no contamos, falsificamonuestra existencia. Esa es esencialmente la perspectiva del psicoanlisis, que, como se ve, difiere dela aspiracin a cualquier cosa que se pueda denominar salud mental.

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    ANOTACIONES SOBRE LA MENTE COMO NOCIN

    Es necesario que digamos algo ms sobre el concepto de salud mental, en la medida en que elmismo incluye un trmino de importancia para lo que este curso propone. Me refiero al concepto demente , a ese viejo trmino ya presente en el vocabulario de los latinos en la Antigedad Clsica, queustedes pueden reconocer, por ejemplo, en ese aforismo que la poca pretende convertir en unaespecie de gua de nuestro tiempo: mente sana en cuerpo sano. En dicho aforismo tambin esposible reconocer una diferencia que no resulta fcil de ser tratada hoy; es la diferencia entre lamente y el cuerpo. Por que al hablar de la mente es necesario casi siempre considerar el tipo derelacin que tiene sta con el cuerpo.

    Saben bien que, al menos en la epistemologa moderna, hay un criterio de definicin esencialde lo que podramos llamar una disciplina autnoma, un saber, aun una ciencia, y es la existencia delo que se denomina su objeto de estudio. Es decir, ninguna disciplina se puede constituir como tasi no consigue definir cul es su objeto de estudio, objeto que tiene que ser propio y distinto al deotras disciplinas. Es ste el criterio mnimo de la epistemologa moderna para definir que hayrazones para hablar de un saber independiente. As por ejemplo, si se trata de definir qu es labiologa y qu es lo biolgico, lo definimos a partir de su objeto de estudio. La biologa tiene comoobjeto de estudio la sustancia viva, y todo lo que tenga que ver con la sustancia viva, lo llamamosen el vocabulario contemporneobiolgico . Y as se habla igualmente para la qumica, para la fsicay para todas las dems disciplinas constituidas como tales.

    A partir de la medicalizacin de la salud mental, se ha redefinido varias veces el objeto deestudio de las llamadas ciencias psi, y si bien existen corrientes y escuelas antagnicas, alrespecto hay ciertas tendencias dominantes, entre las cuales inclusive lleg a ocupar en algnmomento un lugar el psicoanlisis, por un extravo terico de ciertos psicoanalistas, y se propuso laidea del inconsciente como objeto de estudio de las ciencias de lo psquico y lo mental. Ahora bienms o menos a partir de la dcada del 50, o quizs un poco antes, y tal vez hasta la dcada del 70,ese objeto de estudio para la psicologa, para la psiquiatra y para otras disciplinas, tuvo un nombreque ustedes conocen bien, que es lo se llamla conducta ; es decir, el objeto de estudio de lopsquico fue la conducta, por razones que estaban definidas por la aspiracin de crear una ciencia delo psquico. Y una condicin de una ciencia de lo psquico, sera la de que los fenmenos de los

    cuales ella se ocupe, sean observables; en la medida en que sean observables habra la posibilidadde construir una ciencia; y as, durante un cierto tiempo, pareci ser que la conducta cumpla conese requisito, en una tautologa que finalmente hoy inclusive los mismos cientficos de lo psquico,reconocen como tal.

    Pero hubo un inconveniente mayor: el de dejar en el limbo una serie de fenmenos que no esposible, o no era posible, ser estudiados a pesar de su induble existencia y de su pertenencia alcampo de lo denominado psquico. Y es un debate contemporneo, el de la observacin directa(como se afirma) de tales fenmenos. Me refiero a problemas como los del pensamiento, porque apesar de que todos sabemos de que existen hechos que llamamos pensamientos, en la medida enque no son, o no eran, susceptibles de ser observados directamente, quedaban excluidos de esapresunta ciencia, o slo eran considerados indirectamente bajo la nocin deconducta . Por tanto, apartir de ciertas precisiones tericas y de algunos reconocimientos clnicos que se establecen desde

    el siglo XIX, y a partir del descubrimiento de ciertas metodologas de estudio que permiten losavances de la tcnica, el concepto de conducta va ceder su paso al concepto demente , que seconvierte, ms o menos a partir de la dcada del 70, en el objeto de estudio de esa presunta (algunocreen hoy que es cierta), ciencia de lo que tradicionalmente llamamos lo mental, lo psquico, entanto ha permitido el estudio directo de fenmenos que la nocin de conducta no permita. Paralas ciencias de lo psi, la mente sustituye a la conducta como objeto de estudio.

    Se impone en ese orden de ideas, tanto por la razn que acabo de indicar, como en razn de laimportancia que en la poca tiene el concepto de salud mental, precisar un tanto ms qu entiende lainvestigacin contempornea bajo el concepto de mente.

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