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1^ J,

Edición del volu,nen: Trinidad Nogales Basarrate Julián Gonzalez

Coordinacidn editorial: M Josd Perez del Castillo Eugenia Lopez Gonzalez Dpto. de Investigacion del M.N.A.R.

Dtseiio y Inaquetación: Ceferino Lopez

JUNTA DE EXTREEIADU _________ MW

Proyecto PR10613286 Foros Romanos de Extremadura. Andlisis y Dfusidn del Patrimonio Extremeño. ConsejerIa de Infraestructuras y Desarrollo TecnolOgico de la Junta de Extremadura

Proyecto 3PR0513003 Lusitania Romana: Investigacion para la dUusidn del pasado cultural del Occidente de la Peninsula Ibérica. Consejeria de Infraestructuras y Desarrollo TecnolOgico de la Junta de Extremadura

Ministerio de Educación y Ciencia AcciOn Complementaria HUM2005-25435-E/HIST CofinanciaciOn FEDER.

Culto Imperial: poiftica y poder (Hispania Antigua, Serie ArqueolOgica, 1)

Copyright 2007 © aL'ERMA>> di BRETSCHNEIDER Via Cassiodoro, 19 - 00193 Roma http://www.lerma.it

Tutti diritti riservati. E vietatala riproduzionedi testi e ifiustrazioni senza il permesso scritto dell'Editore

Atti del Congresso aCulto Imperial: Politica y Podera Nogales T. y Gonzalez J. (Eds.) In collana Hispania Antigua, collana diretta da Julián Gonzalez, Universidad de Sevilla - Departamento de Filologla Griega y Latina.

ISBN 88-8265-438-9

Culto Imperial: polItica y poder

Trinidad Nogales Julián Gonzalez

Editores

Actas del Congreso Internacional Culto Imperial: polItica y poder

Mérida Museo Nacional de Arte Romano

18-20 de mayo, 2006

INDICE

Prólogo

Presentación

I. El Culto Imperial: perspectivas y problemas

29 - DUNcAN FIsHwIcK: Imperial processions at Augusta Emerita

49 - JEAN-CHARLES BALTY: Culte imperial et image du pouvoir: les statues d'empereurs en "Hüftmantel" et en "Jupiter-Kostum"; de la representation du genius a celle du diuus

75 - EUGENTO LA ROCCA: I troni dei nuovi dei

ios - G1LLES SAURON: Le forum et le théâtre: le decor du culte imperial d'Arles a Mérida

125 - EMMANUELLE Rosso: Culte imperial et image dynastique: les divi et divae de la Gens Flavia

153 - ALEXANDRA DARDENAY: Le role de l'image des primordia Vrbis dans i'expression du

cute imperial

IL El Culto Imperial en las provincias hispanas

BAETICA

173 - JULIAN GONZALEZ: El origen del Culto Imperial en la Bética segiIn la documentación epigráfica

191 - JOSE MARIA LUZON y ELENA CASTILLO: Evidencias arqueologicas de los signos de poder en Itáiica

215 - ANGEL VENTURA VILLANUEVA: Reflexiones sobre la arquitectura y advocación del templo de la caile MorerIa en el forum adiectum de Colonia Patricia Corduba

239 - JOSÉ BELTRAN FORTES y Aiiuin U. STOW: Un aspecto del culto imperial en ci suroeste bético: ci puteal' de Trigueros (Huelva), un altar dedicado a Augusto

251 - JUAN M. CAMPOS CAjAScO y JAVIER BERMEJO MELENDEZ: Manifestaciones de cuito imperial en ci foro de la ciudad hispanorromana de Turobriga

275 - SERGIO GARcL&-Dms DE LA VEGA y SALVADOR Oioofmz AGULLA: Nuevos datos para ci estudio del culto imperial en la colonia Augusta Firma (Ecija-Sevilla)

299 - Jost ANTONIO GARRIGUET MATA: La decoración escultórica del templo romano de las cailes Claudio Marcelo-Capitulares y su entomb (Córdoba). Revision y novedades

323 - ANTONIO PEA JURADO: Reflejos del Forum Augustum en Italica

LUSITANIA

349 - JOSÉ DENcARNAcA0: 0 culto imperial na epigrafia da Lusitânia ocidental: Novidades

e reflexOes

369 - PEDRO MATEOS CRUZ: El conjunto provincial de Culto Imperial de Augusta Emerita

395 - Jost CAmos SAQUETE y JOSE MARIA AivMuz MARTINEZ: Cuito imperial en Augusta Emerita: complejos monumentales y documentos epigraficos

415 - WALTER TRTLLMICH: Espacios pdblicos de culto imperial en Augusta Einerita: entre hipótesis y dudas

447 - TiuInuiii NOGALES BASARRATE: Culto imperial en Augusta Emerita: imágenes y pro-gramas urbanos

541 - JONATHAN EDMONDSON: The Cult of Mars Augustus and Roman Imperial Power at Au-gusta Einerita (Lusitania) in the Third Century A.D.: a New Votive Dedication

577 - MANUEL SALINAS DE FRIIAS y JUANA RODRIGUEZ CORTES: El Culto Imperial en el contexto politico y religioso del conventus emeritensis

597 - PILAR FERNÁNDEZ URWL: El Culto Imperial en la ideologIa neroniana y su reflejo en Lusitania

613 - JAVIER ANDREU PINTADO: Apuntes en torno al Culto Imperial y a la conducta munificen-te de las elites en Lusitania

TARRACONENSIS

641 - SEBASTIAN F. RAMALLO AsENslo: Culto Imperial y arquitectura en la Tarraconense me-ridional: Carthago Nova y sus airededores

685 - JUAN MANUEL ABASCAL, MARTfI' ALMAGRO-GORBEA, JOSÉ MIGUEL NOGUERA y RosARio CEBRIAN: Segobriga. Culto imperial en una ciudad romana de la Celtiberia

705 - Jiitio MANGAS: El culto imperial en el noroeste de Hispania

721 - MANUEL MARTIN-BUENO: El Culto Imperial en el Valle del Ebro

739 - IsABEL RODA: Documentos e imágenes de culto imperial en la Tarraconense septen-trional

763 - J. M. MAClAS, J. J. MENCHON, A. MUOZ y I. TEIXELL: Excavaciones en la catedral de Tarragona y su entomb: avances y retrocesos en la investigación sobre el Culto Im-perial

Listado de autores

PROL000

AA unque nos ainemos cuanto queramos, senadores, no podemos igualar a los hispanos en

a los galos enfortaleza, a los ptnicos en astucia, a los griegos en las artes, ni en este

A A sentimiento nativo y propio de los itOlicos y de los latinos, pero en la piedad, en la religion

y en esta sabidurla especial por la que aprendimos que todo el mundo y cuanto en e'l se contiene se

gobierna y administra por la voluntad de los dioses, superamos y con mucho a todas las gentes y

naciones (Cicerón, Har. Resp. 19).

Ciertamente el hombre romano tenla un profundo sentido de la necesidad de la piedad de los dioses. El

mismo término religiOn (religio) , intraducible al griego, es caracterIsticamente latino y como tal ha pasado

a los modernos idiomas occidentales. Plinio recuerda que los antiguos romanos no emprendIan nada en

la vida sin haberse acercado antes a sus dioses por la oración: "Nuestros antepasados establecieron que

todos los actos que hayamos de realizar y los discursos que vayamos a pronunciar los comenceinos

siempre con la invocación a los dioses, para que nada se einprenda si no apoyados en la prudencia y

contando con la ayuda, el consejo y el honor de los dioses inmortales" (Plinio, Paneg. 1,1).

Al romano le envuelve siempre un ambiente de religiosidad, Sn casa era para 61 lo que el templo para el

hombre moderno, donde estaba su culto y sus dioses. En la ciudad todo se lo recordaba, su vida estaba

jalonada de actos solemnes de culto (nacimiento, toma de la toga viril, matrimonio ... ). Todos los dIas

sacrificaba en su casa, todos los meses en la curia, muchas veces al aflo en la gens y también habIa que

tributar culto a los dioses de la ciudad.

Pero el romano concibe a sus dioses desde un aspecto estrictamente funcional. Unos dioses que

scan capaces de responder a las necesidades de su existencia, a los cambios de la vida social, a las

recomendaciones mismas de la poiltica. La religion romana carece de mitos. El mito presenta organizado

y dramatizado el contexto de un dios, se trata de explicar, en un mnndo fuera del natural y de la vida

histórica y ordinaria de una población, la vida de un dios. Pero en Roma la mitologIa se encaminará a una

religion de la vida ciudadana y la polItica, con lo que la historia misma tendió a convertirse en mito. La

mitologla romana fue, ante todo, una recreaciOn del hombre, como la griega lo fue del arte.

El romano piensa históricamente frente a otras religiones que lo hacen de forma fabulIstica; los

personajes que realizan sus grandes hazaflas, son personajes reales. El pensamiento romano es nacional,

frente al pensamiento cósmico de otros; no le interesan referencias ajenas a su historia patria. Tienen un

pensamiento práctico frente al filosófico, no especulan, las virtudes han de ir orientadas hacia la vida,

hacia el engrandecimiento de la patria. Mantienen la relatividad y el empirismo frente a lo absoluto y

lo dogmático, conservan la tradición pero actualizada, buscan el equilibrio entre el pasado y el futuro,

seguros de qne no han conseguido la perfección absoluta en ningOn terreno. Tienen un pensamiento

politico frente al moral, la suprema realidad de un romano es Roma, por tanto la vida de la ciudad su

maxima preocupación, y la religion no es más que un elemento de la administraciOn püblica. Los dioses

tenfan derecho de cindadania y también debIan preocuparse por los intereses de Roma. Patria, dioses y

familia serán siempre los grandes temas de un romano.

Estas caracterIsticas definen el espIritu y el pensamiento religioso del mundo romano, y suponen el nücleo

desde donde se desarrolla y extiende toda la grandeza y la magnificencia que alcanzará la religion romana

en sus más diversas manifestaciones. Pero el romano mantendrá durante toda su historia una tendencia a

la austeridad y al intimismo en la práctica religiosa, y recordará como un bien a recuperar in castitas, in

pureza más original y antigua de in religion, incluso cuando ya los contactos con Oriente y, sobre todo,

las cirdunstancias históricas y polIticas deriven la religion hacia nil profundo infiujo del panteón griego

en cuanto a los dioses inmortales; a los que luego habrá de sumarse el culto a la continuidad del poder

de Roma, el culto imperial.

A finales de in RepiIblica yn era costumbre de las principales familias romanas el remitir el origen de

su propia estirpe a heroes o dioses griegos, imitando a las grandes casas reales helenIsticas. Grandes

dirigentes como Pompeyo recurren a metáforas ampliamente difundidas con el fin de exponer sus

triunfos militares en Oriente, como lo fue su identificaciOn con Hercules o Dionisos. César no dudó en

autoexaltarse como ser divino; construyó en el foro un templo a su "antepasada" Venus Genetrix.

Todo ello tiene cabida porqne la miseria del presente en los ditimos tiempos republicanos, con su

arbitrariedad polItica y in falta de esperanza concreta y realista del futuro, produce una impaciencia,

un anhelo de cambio incluso entre los ciudadanos más cultos; de suerte que las antiguas proclamas y

consignas republicanas de un Cicerón ya no surtIan efecto alguno. Quien pretendiera acceder y asegurarse

el poder, en esa Roma y en ese tiempo, habIa de reivindicar para si la calidad de "salvador", envolviendo

Sn representaciOn personal en la aureola divina de los dioses griegos, ya que el Onico lenguaje del que se

disponla a ese efecto era el de la mitologIa griega.

Plutarco cuenta cómo, tras el asesinato de Julio César, el senado decretó que se le reverenciara como a un

dios, justificándolo en función de los importantes éxitos militares que logró en vida. Fue pues el primer

hombre romano honrado con honores divinos, instituyéndose a partir de él el culto a los emperadores,

consolidándose poco a poco, hasta normalizarse totalmente en época de antoninos y severos.

Para in mentalidad romana, esa que se inclinaba por la religiosidad particular, mas cercana a los dioses

tutelares de la familia que a los OlImpicos, fue difIcil admitir la idea de que el césar, un mortal, fuera

un dios. El que el culto estuviera destinado al Genios o al Numen del emperador, o que se sustanciara a

partir de la devoción de las virtudes imperiales (in Piedad Augusta, la Fortuna Augusta...), facilitarIa el

proceso. El mismo Augusto, ante una situación en modo alguno consolidada, tuvo que derrochar grandes

dosis de prudencia, que le lievaban a mantener una actitud de rechazo de toda tentativa de divinizar su

persona, pero compatibilizándolo con otra consistente en hacer notar su presencia y in de su casa. En esta

situación ambigua en distintas ciudades, tanto en Oriente como en Occidente, comienzan a levantarse

altares al emperador. El culto imperial conectarIa ndemás con esa corriente del pensamiento religioso

romano, concreto, funcional e Intimamente iigado a los intereses de la patria y de la res publica.

En época augusten este proceso de progresiva identificaciOn de una clase dirigente con la divinidad se

habIa concretado, logrando que mito e historia se materializasen en un presente intemporal. Despnés de

un intenso proceso de cambio se habIa llegado a nna época estática, nn presente de exaltaciOn mftica

e intemporal. La armonIa en el interior y la fuerza en el exterior serIan duraderos, la fecundidad y el

bienestar serlan perdurables, mientras el emperador garantizase la continuación del poder en el gobierno,

los romanos venerasen a sus dioses, uno de ellos el mismo emperador, y lievasen una vida virtuosa segdn

el ejemplo de sus antepasados. Para que esta formulación tan parca se hiciese efectiva, los principes

requerlan de imágenes sugerentes y de un espacio marco de transmisión de consignas y de propaganda

imperial.

La ciudad era el lugar de encuentro con los dioses, la religion el medio para ilevarlo a cabo y mantener

estas relaciones. Un espacio concebido para la vida, pero envuelto en una arquitectura que dibuja

ambientes que hablan de formas de vida y de poder.

Cicerón expresa el ideal segiin las antiguas normas "el pueblo romano detesta el lujo privado, pero

ama la ostentación y el esplendor en los edUicios publicos (publica magnificencia) ". El pueblo romano

solo podrá tolerar el lujo privado si tiene una justa correspondencia en la presencia del Estado en

los edificios pOblicos, los palacios de la plebe. Es en parte la explicaciOn de los grandeS despliegues

arquitectónicos surgidos en las ciudades, desde el Principado y durante el alto Imperio, auténticos

desarrollos escenograficos desde donde alabar el poder y la significacion de Roma, cuando ya tienen un

responsable directo, el emperador y el linaje gobernante del momento.

Es oportuno hacer una reflexiOn sobre la significaciOn y el estado del culto imperial en Hispania desde

Mérida. La fundaciOn de la colonia Augusta Emerita, de carácter estratégico y organizador, directamente

relacionada con la consecución de la pax romana, es, en el lenguaje de los sImbolos, un homenaje en

forma de culto a Augusto, el pacificador.

SerIa poco después de ser considerada como capital de la Lusitania, cuando se pudieron apreciar las

primeras muestras ciudadanas del culto imperial, aunque no se oficializara hasta época tiberiana. Y

fue a través de un templo donde no solo se rindió culto a Roma, al antecesor del emperador y donde se

reconocen las virtudes del prIncipe reinante, sino también donde se produjo el encuentro de los ciudadanos

con las autoridades, representantes del poder imperial.

A este espacio se le afladirIa otro adyacente, una porticus, en el que se interpretaba el mensaje de las

razones divinas y humanas del poder que, ejercitado correctamente, era garantla de un bienestar general.

Las efigies de los summi yin, los hombres a los que Roma debIa su grandeza, asI como grupos célebres que

recordaban el nexo de union entre Troya y Roma (Eneas, Ascanio y Anquises) no faltaron en Emerita.

A la muerte de Augusto, y con los emperadores siguientes, se testimonia el culto imperial en la colonia

emeritense. El teatro, espacio preferente de representación del poder imperial, tiene testimonios de culto

a la dinastla julio-claudia, con un buen nOmero de representaciones escultOricas.

En tiempos de la dinastIa flavia, Emerita asiste a una revitalización del culto imperial en la colonia, que

se mantendrá ya con fuerza ininterrumpida hasta el Bajo Imperio.

Culto que ha dejado un buen ndmero de vestigios en la arqueologIa emeritense, cuyos edificios más

significativos están mas o menos directamente relacionados con él. Y de los que nos ocupamos, a través,

sobre todo, del trabajo del Consorcio de la Ciudad Monumental Histórico ArtIstica y Arqueologica de

Mérida y del Instituto de ArqueologIa de Mérida, con un impulso a la conservación y a la investigación,

que está dando relevantes frutos en importantes monograflas. También en el plano de la difusión, los

espacios de culto imperial están siendo adecuados cada vez más a la visita pdblica, incorporándose, en

algunos casos, por primera vez a las zonas abiertas al piiblico. Con actuaciones, lo que es más importante,

en las que el patrimonio intangible de estos espacios se reconoce y se respeta. Como ejemplo, el proyecto

de la futura adecuación del Templo de Diana, en donde el püblico podrá adueflarse de un nuevo espacio

de Historia, mientras entiende una historia que le habla de hombres y mujeres que practicaban la religion

de la union de un pueblo con sus dirigentes, la religion del ciudadano, de aquel del que el mundo romano

nos ofreció la más amplia panoplia.

FRANCISCO Muioz RAMIREZ

Consejero de Cultura - Junta de Extremadura

E1' 1 Museo Nacional de Arte Romano, desde 1838 en que fue creado, viene desarrollando un

infatigable esfuerzo por analizar, conservar y difundir, de modo riguroso y cientIfico los

d aspectos más sefleros de la arqueologIa emeritense, misión que se le encomendó desde

orIgenes siguiendo los ejemplos de Museos internacionales del mayor rango en materia arqueológica.

En este largo camino se han esforzado generaciones de emeritenses y foráneos empeflados en ahondar en

las raIces de la que fuera la novena ciudad del mundo conocido al decir del poeta Ausonio. No siempre el

camino ha sido fácil, pues a la carencia de medios se unió la dificultad, cuando no la desidia, de muchos

eslabones de la larga cadena que han de ser los proyectos culturales.

Desde las entraflas del Museo de Mérida, y de la mano de conservadores de museos y entusiastas locales,

se gestaron a comienzos del pasado siglo XX los programas de excavaciones sistemáticas en los más

destacados monumentos de Augusta Emerita: Teatro, Anfiteatro y Circo, dejando paso más tarde a zonas

funerarias, casas, templos y, más recientemente, a los Foros de Augusta Emerita, lugares emblemáticos

que fueron exhumados en las décadas de los aflos setenta y ochenta con el entusiasmo de muchos de

nosotros, desde el embrión de lo que iba a ser el futuro Museo Nacional de Arte Romano.

La recuperación paulatina de los espacios forenses, los liamados Foro Provincial y Municipal, fue un

objetivo perseguido desde el Museo, ya Nacional de Arte Romano, consciente de la importancia e

interés de estos recintos tanto para la definición urbanistica de la colonia como para el conocimiento

de la ideologIa imperial, que plasmaba en los foros sus mensajes en imágenes; el espacio provincial se

encuentra bastante definido en los aledaños del Arco de Trajano, como puerta de ingreso, los restos del

templo de culto imperial de la calle HolguIn y el Parador de Turismo; el Foro municipal, con el templo

ilamado de Diana y un segundo recinto porticado de gran magnificencia, posee una extension quizá más

compleja. Sus materiales se exhiben de manera destacada en el imponente edificio realizado por Moneo,

constituyendo uno de sus bloques temáticos más admirados. El Museo Nacional de Arte Romano es el

gran Centro de Interpretación de la arqueologIa emeritense, concebido y creado para esta ambiciosa

misión de ser el catalizador de la romanidad del occidente hispano, como capital que fue de la nueva

provincia de Lusitania.

Esta empresa de intervención arqueológica y posterior estudio de los Foros del Museo Nacional de Arte

Romano, ha venido dando como resultado numerosos trabajos de investigación de enorme importancia,

magnIficamente editados, y que han situado a la investigación emeritense, por derecho propio y de

los equipos implicados en esta tarea, en el nivel internacional más representativo. Los avances en la

investigación emeritense han servido de referente a la arqueologIa de la propia Roma, desde donde

partieron muchos de los modelos implantados en Augusta Emerita.

El Museo Nacional de Arte Romano forma parte del proyecto del nuevo Museo de los Foros Imperiales de

Roma, como ente colaborador en el nuevo discurso programático de 1111 centro referente de la arqueologIa

romana metropolitana. Los frutos de los programas de estudio e investigación del centro emeritense, que

se hubieron de realizar con una evidente carencia de medios tanto materiales como humanos, se recogen

en estos programas internacionales del mayor calado, donde la presencia del Museo viene siendo ya una

constante desde hace varios decenios.

Para conmemorar nuestros XX aflos de vivencia en la nueva sede, tras la inauguración de 1986 por

SS. MM. los Reyes de Espafla en presencia del Presidente de la Repdblica Italiana, elegimos como

acto emblemático la realización del Congreso Internacional Culto Imperial: politica y poder, en los

prolegómenos del DIa Internacional de los Museos, deseando asI destacar el importante papel de nuestros

Museos en la labor investigadora del Patrimonio Arqueológico y ArtIstico. Este Congreso, en estos XX

años de andadura, ha sido el mayor referente por su entidad, rigor y calidad.

El desarrollo de este Congreso, gestado y coordinado por el Departamento de Investigación del Museo

Nacional de Arte Romano, constituyó todo un éxito; fue un éxito de ponentes, ya que estuvieron presentes

celebradas personalidades del mundo de la investigación sobre el Culto Imperial nacional e internacional,

y un éxito de asistentes, porque participaron casi un centenar de personas, profesores y estudiantes

universitarios, de postgrado, profesionales de la arqueologIa y un amplio abanico de püblico genérico

que, en esta heterogeneidad, no hicieron sino enriquecer los actos.

Y los éxitos han de reconocerse en su justa medida a las instituciones que los hicieron posibles, en

primer y destacado lugar al Ministerio de Cultura, a la Subdirección de Museos Estatales, que apostó

decididamente apoyando este evento con interés y entusiasmo, y ala Subdirección General de Cooperación

y Comunicación Cultural, que también ha participado en el programa. A la Fundación de Estudios

Romanos que, en estrecha colaboración con el Departamento de Investigación del Museo, favoreció y

canalizó las ayudas propias y externas. A la ConsejerIa de Cultura de la Junta de Extremadura que ha

alentado este proyecto editorial. A las diferentes areas y servicios del Museo que, nos consta, participaron

con interés. Una mención destacada a todo el equipo del Departamento de Investigación del Museo,

dirigido por la Prof. Dra. T. Nogales Basarrate y que contó en esta ocasión con la inestimable aportación

y presencia del Prof. Dr. J. Gonzalez de nuestra querida Universidad Hispalense, todos ellos se esforzaron

porque tanto el Congreso como la edición del mismo scan hoy ya un referente de primer orden, en el

marco de los Actos del XX Aniversario de la nueva sede del Museo Nacional de Arte Romano.

Desde nuestra responsabilidad institucional, pero también desde mi propia vertiente de investigador del

mundo romano, no puedo por menos que congratularme de ver editadas estas importantes Actas del

Congreso, cuyos textos se han ensamblado gracias al esfuerzo de todos en el pasado ejercicio 2006, y que

yen la luz en estos albores del nuevo aflo de 2007, constituyendo un eficaz medio de difusión de la ciencia

desde este faro de la arqueologIa romana peninsular que, con luz propia y a pesar de las dificultades,

viene siendo al Museo Nacional de Arte Romano de Mérida desde aquel lejano aflo de 1838. Valga esta

nueva aportación como homenaje a cuantos ban favorecido el caminar del Museo de Mérida.

JOSÉ Ma ALVAREZ MARTINEZ Director del Museo Nacional de Arte Romano

PRESENTACION

Las intervenciones de cada provincia se redujeron a un mimero limitado, tratando de revisar el fenómeno

desde una óptica lo más completa posible, aportando las comunicaciones aspectos más puntuales que

gendricos. A pesar de ello, teniendo en cuenta los lImites de extension de las participaciones y la ulterior

limitación editorial, somos conscientes de que el elenco de participantes podrIa haberse ampliado

considerablemente, y siguiendo la expresión castellana "son todos los que están, pero no están todos los

que son".

Los temas genéricos han servido para enmarcar distintos problemas sobre cuestiones tan variadas como

el de las interesantes y sugerentes procesiones cultuales en Augusta Einerita que nos mostró el Prof.

Fishwick, los tipos estatuarios imperiales masculinos en la iconograffa del dulto imperial que analizó

el Prof. Balty, los tronos de esos nuevos dioses que nos presentó el Prof LaRocca, o en el interesante

artIculo del Prof. Sauron que establecIa sendos paralelismos entre centros urbanos como Arles o Mérida,

para finalmente concluir con los conceptos dinásticos flavios del culto imperial y los sImbolos de los

primordia urbis de los que nos hablaron las Prof Rosso y Dardenay.

En la revision territorial comenzamos por la provincia Baetica, desde donde se partió con el análisis de

los documentos jurIdicos de la mano de un especialista en la materia, el Prof Gonzalez, quién revisó

esos excepcionales documentos epigráficos como fuente de conocimiento de la instauración y evolución

del culto imperial en este amplio territorio; las intervenciones siguientes se centraron en centros de la

importancia de Italica, Corduba o Astigi, entre otras colonias citadas, y eso fue posible de la mano de los

Prof Luzón y la Dra. Castillo quienes han revisado y cuestionado diversos documentos y complejos de

culto imperial, asI como de la interesante aportación del Dr. Peña Jurado sobre el modelo metropolitano

en Italica, por el Prof. Ventura para los edificios y complejos forenses, asf como del Prof Garriguet

para la iconografIa, de la capital bética Corduba; los recientes hallazgos, fruto del trabajo sistemático en Astigi, fueron presentados por los Profs. Ordóflez y S. Garcia - Dils, como directores de los trabajos del

complejo forense. Otro conjunto forense presentado por los Profs. Campos y Bermejo fue el de Turobriga,

con interesantes aportaciones. Los Profs. Beltrán y Stylow analizaron un ejemplo monumental del SO

bético, el altar de Trigueros, dentro del mismo espacio geografico onubense.

En la provincia Lusitania se presentaron visiones de conjunto, como las aportaciones del Prof Encarnacao

basadas en sus trabajos sobre los repertorios epigráficos lusitanos, el papel del culto imperial en el proceso

de aculturación en la progresiva romanización de la Lusitania oriental que nos mostraron los Profs.

Salinas y Rodriguez Cortés, la vision desde la óptica de las elites locales que nos aportó el Prof Andreu,

o el panorama neroniano que bien conoce la Prof Fernández Uriel.

Como es logico, dentro del ámbito lusitano, la capital provincial Augusta Emerita es objeto de atención

preferente, no ya en las referencias constantes en las aportaciones citadas de Fishwick y Sauron, sino

también en los sucesivos trabajos sobre aspectos puntuales y complementarios de los foros de Augusta Emerita, excavados y puestos en valor gracias al esfuerzo pionero del equipo del Museo Nacional de

Arte Romano en las décadas de los 70 y 80, y continuado en las recientes intervenciones del Consorcio,

todo ello propiciando novedosas manifestaciones que el siempre fecundo subsuelo emeritense nos aporta,

y que esperemos que se vean continuados en los futuros programas de todos los equipos implicados.

La vision de conjunto que nos ofrecen los Profs. Alvarez y Saquete sobre el culto imperial en Augusta

Emerita merced a los documentos epigráficos y su correspondencia en los complejos monumentales,

bien conocidos éstos dltimos por el Prof. Alvarez y a quién se deben buena parte de las identificaciones

todavIa en curso de foro municipal y provincial, son cruciales para centrar el fenómeno, asI como

las aportaciones de Saquete sobre señeras figuras provinciales. Las recientes excavaciones en el foro

provincial, aün en prensa en una anunciada monografIa, se resumen en este trabajo por el Dr. Mateos.

Este artIculo viene a confirmar las teorIas precedentes y, con el concurso de las nuevas planimetrIas y

los estudios arquitectónicos del equipo, completan la vision del recinto que en el pasado no se alcanzaba

a vislumbrar.

El Prof. Trillmich pone en cuestión ciertas manifestaciones del culto imperial tanto en el Teatro como

en el Foro colonial; plantea la posibilidad de un cambio de ubicaciOn para el caso del grupo dinástico

de Augusto, Tiberio y el prIncipe de la exedra del peristilo teatral, que segdn su criterio vendrIan del

frente escénico, y analiza el programa del templo liamado de Diana y su próximo paralelo de Leptis

Magna, donde concurren muchos elementos en comiIn. Por su parte, la Prof. Nogales Basarrate desde las

imágenes de los complejos püblicos defiende el argumento de, si no de un cuito institucional, si de una

exaltación del emperador y su estirpe. El teatro, desde la época fundacional augustea hasta la dltima fase

constantiniana, pone de manifiesto esta idea. En los foros, en el templo colonial y su espacio porticado

anejo, asI como en el complejo provincial hay unos evidentes mensajes en las imágenes allI presentes,

ciclos visuales de un culto al emperador y sus sucesores.

El Prof. Edmondson, revisa un epIgrafe del siglo III d.C. dedicado al culto de Mars Augustus, y analiza

las inscripciones coloniales votivas dedicadas a sucesivas divinidades y asimiladas al culto imperial.

Plantea la posibilidad de ubicar el templo de Marte en las proximidades de la zona del foro provincial,

hipótesis compleja por la cronologIa de los relieves del templo de Marte reempleados en el Hornito de

Santa Eulalia.

La más extensa provincia hispana, in Tarraconensis, ha revelado en el curso de los recientes años

importantes novedades. El Prof. Ramallo nos acerca a los complejos orientales de Carthago Nova,

cabeza de convento jurIdico y centro donde las excavaciones del teatro y del foro han puesto en evidencia

importantes manifestaciones tanto epigráficas, como urbanIsticas y escultóricas, con una intervención

directa de la casa imperial. Segóbriga, caput Celtiberiae, se nos revela de la mano del equipo de los

Profs. Abascal, Almagro, Noguera y Cebrián como uno de los complejos de culto imperial de mayor

interds. El area del foro, excavada todavIa, ha proporcionado unas inscripciones y programas estatuarios

interconectados que en nada desmerecen los de otros nücleos provinciales. Sus aportaciones son esenciales

para demostrar in precocidad del culto imperial en Hispania.

Subiendo a los territorios septentrionales, el culto imperial del NO hispano, con sus connotaciones

históricas en el proceso de romanización, es tratado por el Prof. Mangas y el Prof. MartIn-Bueno, director

del importante complejo arqueológico de Bilbilis, que nos presenta las muestras más sefleras de un culto

imperial puesto de manifiesto en el teatro en su hipotético sacellum o edIcula de in summa cavea, asI

como en la zona forense con notables hallazgos recientes de carácter urbanIstico y arquitectOnico.

IMPERIAL PROCESSIONS AT AUGUSTA EMERITA

Duncan Fishwick

Imperial processions at Augusta Emerita

With these traces may be compared a new dedication at Mérida, too little of which has survived to show

whether it appertains to provincial cultic practice, as plainly the case with Albinus' inscription, or to municipal usage3:

Divo [ugusto] I et Diva[e Augustae] I sacrum 1...] I

(AE, 1997, 777a)

The relevance of this fragmentary marble block is that it may originally have served as a pedestal to

support statuettes of Divus Augustus and Diva Augusta, very much as in the case of the stone recording

the inscription of Albinus. Lastly, a further marble remnant, long overlooked in the store rooms of the

Mérida museum, has recently been disinterred by J. Edmondson, who kindly forwarded an account

of the partially preserved text. As his detailed analysis is currently in preparation, it is sufficient to

note here that on Edmondson's preliminary view what looks to be a pedestal records that a new third-

century governor of Lusitania had made a dedication to Deus Mars Augustus' apparently mentioning

his renovation of some temple in return for the god's granting of the vow he had made. In the top of

the block on which the text is recorded there occurs once again a rectangular slot for the insertion of

a bust or statuette. There is no immediate indication of whom the likeness represented but it will be

recalled that at some temple in the territory of the Bituriges Cubi by Neuilly-le-Rdal a certain Atespatus

deposited busts of Augustus and Livia evidently in fulfillment of his vow to the unidentified god in whose sanctuary (presumably) the objects were placed:

Caesari Augusto lAtespatus Crixifil. v.s.l.m.

Liviae Augustae lAtespatus Crixifil. v.s.l.m.

(CIL 13, 1366)

These ex voto busts are plainly inscribed with the names of Augustus and Livia in the honorific dative',

whereas the name of the deity to whom the vow was paid is not mentioned as this would have been

clear from the identity of the sanctuary. Quite possibly, then, the newly resurrected marble pedestal at

Emerita may have supported a statue or bust of the emperor which the provincial governor offered in payment of the vow to which the god had responded.

Beyond these indirect traces of busts or statues at Emerita we have the explicit testimony of inscriptions

mentioning statues or busts that evidently corresponded to the evidence mentioned above'. Of particular

interest is a Flavian dedication at Emerita attesting that the provincial council of Lusitania in company

3 EDMONDSoN (1997) 89-91.

4 See EDMONDSON, this volume (infra). On Augustan gods see FISH WICK, IGLWII, 1,446-454.

5 FJSHWICK 1990, 124-125; id., ICLWII, 1,535 with n. 363; cf. VAN ANDRIOA 2000, 36,42, noting that the identication of the female bust as Livia has been contested. WITSCHEL 1995a, 260, n. 10, follows HIRSCHFELO ad GIL 13, 1366 in supposing that the peregrine Atespatus, son of Crixus, paid his vow to Augustus and Livia, in which case the two busts would be cult objects in their own right; so also CLAUSS 1996,401-402; 1999, 33-35 with Ab. I. This is surely implausible. Nothing in the way Augustus or Livia are addressed or in the iconography of the busts gives the slightest indication of deity, nor is it conceivable that already in the lifetime of Augustus someone should pay his vow to the living emeror ut deo, a practice for which there is no clear evidence throughout the entire history of the Roman empire; see FISHWICK 1990. In contrast the practice of depositing imperial busts in a sanctuary in fulfillment of a vow is commonplace. See further VAN ANDRIGA 2000, 35ff. 6 FISHWICK, JGLWIII, 3, 274-5.

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DUNCAN F!SHCK

with L.(?) lunius Latro, provincial priest, and C. Anuntius Catellius Celer, provincial legate, dedicated

to Titus a gold protomd of 5 lb weight:

T. Caesari Aug. f. / Vespasiano pontif. limp. XII trib. pote. vii / cos. vi Iprovincia

Lusitania / C. Arruntio Catellio / Celere leg. Aug. pro.pr. / L. Iunio Latrone

Conimbrice(n)seflamine lprovinciae Lusitaniae / ex auri p. v.

(CIL 2, 5264)

Apart from its precious metal this object compares closely with the busts or statues that have left their

traces elsewhere at Emerita7 . Equally explicit is a lost inscription at Tarraco recording that Cn. Numisius

Modestus was commissioned by the provincial council of Hispania citerior ad statuas aurandas Divi

Hadriani

Cn(aeo) Numisio / Cn(aei) fil(io) Serg(ia tribu) / Modesto / Carthag(iniensi), omnib(us)

I honorib(us) in re p(ublica) sua / functo, electo a I concilio provinc(iae) / ad statuas

aurandas I Divi Hadriani, / flam(ini) p(rovinciae) H(ispaniae) c(iterioris), I p(rovincia)

H(ispania) citerior

(MT 294)

As these are to be gilded, the statues in question must have been intended for ritual purposes, not

simply as decorative statues to stand about the temenos. The exact stage at which the gilding took place,

whether before or after the death of Hadrian, is unclear, but the likeliest interpretation is that gilding,

more precisely re-gilding, took place before the death of Hadrian, who is deceased and deified at the time

the inscription was set up - probably, then, within a year or two following the completion of Modestus'

term as provincial priest'. Lastly, the well-known regulation of the Lex Narbonensis, the sole surviving

example of similar regulations sent out to a vast array of western provinces, states that - apparently with

the consent of the provincial governor - the retiring flamen can use surplus provincial funds for statuas

imaginesve - evidently statues or busts of the living emperor destined for ritual purposes as these are

very possibly to be placed in the vestibule of the temple - a word largely to be restored:

26. Quiflamonio abierit is ex ea pecunia [

27. as imaginesve imperatoris Cae[aris..

28. vinciae praeerit intra idem t[emplum?

(GIL 12, 6038, lines 26-8)

65... statu]

.45... arbitratu(?) eius qui eo anno pro-]

7 FISHWICK 1981, 86-96; id., ICLW III, 1, 166-167; 3,275. Among the fragmentary texts analysed by Stylow,forthcoinzng, occurs a pre-Flavian record (inscription 3), the final lines of which may attest the dedication - by the province in collaboration with the governor of Lusitania and the provincialflainen 7 - of what appears to be a silver statue of 50 lbs. weight. Conceivably this was a likeness of some living Julio-Claudian emperor that was kept at the provincial temple and transported along with other imagines statuaeve on the occasion of imperial festivals: see below, pp. 26-31

with n. 33. On co-ordinate dedications see Fisuwica, ICLW III, 3,294-299.

8 If statues of Hadrian were gilded towards the very end of his life or post mortem following his deification, this would imply the prior use of cheaper bronze statues, an unlikely supposition given that imperial busts are commonly of precious metal, whether solid or plated. In Egypt statues of the emperor were evidently gilded when first placed in the temple, the costs defrayed by a special tax; further contributions covered the costs of re-gilding: see FIsHwlcK, ICLW II, 1, 548. The likeliest interpretation of the Tarraco record would seem to be that the provincial council commissioned Numisius Modestus to re-gild Hadrian's statues at the close of his reign, by which time - as at Ephesus: cf. FISHWICK, O.C. II, 1, 552 - long used imperial images could well have become damaged by wear and tear. Re-gilding post martens, while not impossible, seems less likely, given that the living emperor was rather the focus of processions. See furtherETieNNE 1958, 140 with n. 4; FisHwIcK, 0. C. II, 1, 541 with n. 389; III,

3,274-275; CLAUSS 1999,294. For imperial busts see below, pp. 20-21.

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