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Índice  

Presentación  ............................................................................................................................      5  

Pensamiento  y  vida  

El  silencio  y  la  interiorización  para  encontrarse  con  Dios.  Hno.  Andrés  Corcuera  .....................  9  

300  años  después.  Hno.  Francisco  J.  Gutiérrez  Castillo  ...........................................................  11  

Historia  de  una  cena.  Hno.  Aquilino  Antón  ..............................................................................  13  

Reflexionando  sobre  la  “presencia  evangelizadora”  del  Hermano.  Hno.  Jorge  A.  Sierra  ........  14  

¿¿¿Alahu  akbar,  Dios  todopoderoso???  Hno.  Carmelo  Bueno  ................................................  16  

El  belén  La  Salle  2014.  Hno.  Pedro  Río  ....................................................................................  17  

Experiencias  de  un  pasado.  Vivencias  de  un  presente.  Hno.  Cecilio  Gómez  ...........................  19  

Conversaciones  con  Fray  Caetano  Brandão.  Hno.  Pedro  Ozalla  ..............................................  22  

CIL  sobre  la  Regla  revisada.  Hno.  Alberto  García  Arteaga  .......................................................  26  

Deporte  educativo.  Hno.  Jesús  Gil  ...........................................................................................  28  

Crónica  de  una  visita  muy  deseada.  Hno.  Esteban  de  Vega  ....................................................  31  

Las  ciencias  adelantan  que  es  una  barbaridad.  Hno.  José  Carlos  García  Moreno  ...................  33  

La  oración  contemplativa.  Hno.  José  Antonio  Revuelta  ...........................................................  35  

La  vocación  es  un  proceso.  Hno.  Jesús  Gil    ..............................................................................  38  

¿Proponer  a  otros  un  camino  de  vida?  En  nuestras  manos  está...    

Hno.  Luis  Miguel  Fernández  ....................................................................................................  40  

Pág.  525.  Hno.  Pedro  Río  .........................................................................................................  44  

El  rey  Alfonso  VIII  y  el  monasterio  de  Bujedo.  Hno.  Mariano  Valdizán  ...................................  46  

Un  nuevo  beato  mártir  y  Bujedo.  Hno.  Mariano  Valdizán  ......................................................  48  

La  Sociedad  de  Misiones  Africanas  de  Lyon,  en  Bujedo.  Hno.  Mariano  Valdizán  ...................  50  

Vida  en  comunidad  

Braga:  Somos  tres  en  uno-­‐una.  Hno.  Pedro  Ozalla  ..................................................................  55  

Bujedo  al  habla.  Hno.  Francisco  Tudanca  ................................................................................  57  

El  día  a  día  en  “La  Salle”  de  Burgos.  Hno.  Jesús  Gil  ..................................................................  59  

Crónica  de  la  Residencia  de  Burgos.  ........................................................................................  61  

Crónica  de  La  Salle  Ferrol.  Hno.  Pablo  Castrillo  .......................................................................  63  

Gijón,  segundo  semestre  2014.  Hno.  Ricardo  Castrillo  ................................................................  65  

   

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Crónica  de  la  comunidad  de  La  Felguera.  Hno.  Manuel  Gutiérrez  ..........................................  68  

Desde  La  Santa  Espina.  Hno.  Alberto  García  Arteaga  .............................................................  71  

Comunidad  de  Palencia.  Hno.  José  Antonio  Revuelta  .............................................................  73  

Desde  Santander.  Hno.  José  Carlos  G.  Moreno  .......................................................................  74  

Comunidad  Pastoral  de  Santiago.  Hno.  Rafael  Muñoz  ............................................................  76  

Comunidad  La  Salle  Santiago.  Hno.  Luis  Varela  ......................................................................  77  

Comunidad  de  La  Salle  –  Ujo.  Hno.  Santiago  V.  Carro  ............................................................  80  

De  camino  hacia  el  Padre.  Residencia  La  Salle  -­‐  Arcas  Reales.  Hno.  Pedro  Méndez  ...............  82  

Comunidad  Pastoral  La  Salle-­‐Girón.  Hno.  Fernando  González  ................................................  84  

Comunidad  de  Nuestra  Señora.  Hno.  Fortunato  Berciano  ......................................................  87  

Verano  vivo  y  fecundo  

Desde  Primaria  hasta  Universidad.  Nano  Pardo  .....................................................................  91  

Madurai  (India)  2014.  Cristina,  Julio,  Hno.  Luis  y  Susana    .......................................................  93  

Al  caer  el  sol.  Equipo  PROYDE  Moçambique  2014  ..................................................................  94  

Los  gritos  de  los  ojos.  Hno.  Tirso  Verdugo  ..............................................................................  96  

“Escuela  que  fomenta  el  amor  al  patrimonio”.  Hno.  Aquilino  Antón  .....................................  98  

Encuentro  de  Hermanos  jóvenes  de  la  RELEM  en  Líbano.    Hnos.  Jean-­‐Claude  Abou,  Javier  López  y  Jorge  Sierra  ............................................................  100  

Vida  eterna  

Hno.  Amancio  Elvira  (1923-­‐2014).  Hno.  Andrés  Corcuera  .....................................................  105  

Hno.  Ramón  Roldán  (1924-­‐2014).  Hno.  Andrés  Corcuera  .....................................................  107  

Hno.  Enrique  M.  de  las  Moras  (1924-­‐2014).  Hno.  Andrés  Corcuera  .....................................  109  

Hno.  Luis  Peraita  (1926-­‐2014).  Hno.  Andrés  Corcuera  ..........................................................  111  

 

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i has dado un vistazo a las dos páginas anteriores (índice), a lo mejor te ha llamado la atención que en los cuatro grandes capí-tulos en que se estructura el

contenido de este número, aparece la palabra “vida” (o “vivo”). Y no es casua-lidad. Es un intento de llamar la atención a los pesimistas que tienden a ver los aspectos negativos, de envejecimiento, de “falta de…”, o de “ya no…”.

Nuestro Sector está vivo, muy vivo (y nuestro Distrito, y nuestro Instituto). Las 52 propuestas de futuro del Capítulo General, las 5 puertas que quiere abrir el Capítulo de Distrito, las Asambleas MEL de Distrito (celebrada) y de Sector (para dentro de poco)… Sí, muchas reuniones (¿demasiadas?), pero siempre enfocadas a mirar hacia adelante, a pro-gramar, a proyectar… En definitiva, a creer en el futuro y a crear el futuro por-que, como decía Woody Allen, “es don-de voy a pasar el resto de mi vida”.

Y esta vida estalla en las páginas que tienes a continuación. ¡En ellas se ve cuánta vivencia, cuánta actividad, cuánto compromiso, cuánta generosidad!

Y permíteme que hoy te invite de ma-nera especial a leer el primer gran blo-que. “Pensamiento y vida” lo hemos titulado. Es muy variado y muy intere-sante: desde “el silencio y la interiori-dad” a la “presencia evangelizadora”, desde el “deporte educativo” a la “ora-ción contemplativa”, desde la “historia de una cena” a las sabrosas historias bujedanas... Ya en los títulos aparecen palabras como “Experiencias”, “viven-cias”, “proceso”, “proponer”…

Es un “pensamiento” que nace de la “vida” y una “vida” bien asentada sobre un sólido “pensamiento”. Experiencia y reflexión. Insisto: leedlo.

Después, nada menos que 16 comuni-dades ponen a nuestra disposición reta-zos de su vida en estos últimos meses (lástima que esta vez ninguna comunidad lasaliana de seglares se haya sumado al corro). Sí, la mayoría de los títulos no son muy originales ni muy sugerentes… pero esconden un hermoso ramillete de vida sencilla y fraterna. Nadie ha con-quistado el Everest, pero ¡qué importa! Nos interesan más las pequeñas fiestas comunitarias, las reuniones fraternas, los Proyectos Comunitarios (¡proyectos!, ¡futuro!)…

Con el frío que hace, ya casi nos hemos olvidado del verano. Por eso conviene recordar que ha sido –una vez más– un verano vivo y fecundo. La vida, que en la naturaleza estalla en el granado fruto del verano, se ha entregado también generosamente en múltiples actividades: Bujedo, Mozambique, Roma, Líbano, Celada, Nueva Guinea… nombres que van apareciendo como símbolo de entre-ga y compromiso.

Y, finalmente, el recuerdo de nuestros Hermanos que han alcanzado la verdade-ra vida. Cuatro Hermanos que han con-vivido en los últimos años en una misma comunidad y que, pasito a pasito, han ido desfilando hacia la Casa del Padre. El más joven, 88 años. Vidas largas y llenas y, ahora, vida eterna y plenitud definitiva.

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REVISTA DEL

SECTOR VALLADOLID N Ú M E R O

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Presentación  

© Hermanos de las Escuelas

Cristianas

Distrito ARLEP –

Sector Valladolid

Edición: Secretaría sectorial.

Maquetación: Hno. Jorge Sierra.

Depósito legal: VA55-2011

Imprime: Reprografía Mata —

Valladolid

Imagen de portada: Encuentro de

SalleJoven en el Barrio Girón

(Valladolid).

N.º 9— Enero 2015

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El silencio y la interiorización para encontrase con Dios Reflexiones a partir de una experiencia

Hno. Andrés Corcuera

Hay un “antes” en cualquier experiencia de in-teriorización y encuentro con Dios

l Visitador auxiliar de Bilbao ya nos lo había anunciado unos días antes: van a ser unos días de silencio, y el franciscano que nos va a

acompañar prepara las oraciones para que estemos más centrados. Me dije, ¡ojo que esto va en serio! Hay que prepararse, disponerse para vivir la expe-riencia que se me ofrece.

Y me acordé enseguida de las propuestas de Geles, fran-ciscana misionera, que en el retiro de 2013, nos había acompañado en Bujedo. Se me quedaron grabadas y ano-tadas al inicio de los ejercicios espirituales (nosotros decimos más: retiro). Empezó dicien-do: “Estamos en ejercicios espirituales para el cara a cara con Dios. ¿Estáis dis-puestos?”. Y añadió esta cita de san Ignacio, maestro en los ejercicios espirituales: “La primera anotación es que por este nombre, ejercicios espiri-tuales, se entiende todo modo de examinar la cons-ciencia, de meditar, de contemplar, de orar vocal y mental y de otras espirituales operaciones, según que adelante se dirá. Porque así como el pasear, caminar y correr son ejercicios corporales, por la misma ma-nera, todo modo de preparar y disponer el ánima para quitar de sí todas las afecciones desordenadas

y, después de quitadas, para buscar y hallar la vo-luntad divina en la disposición de su vida para la salud del alma, se llaman ejercicios espirituales”.

Pues todavía con esos ecos bujedanos llegué a San Asensio, a finales de octubre, para iniciar los ejerci-cios espirituales de 2014.

¿Qué te trae por aquí Elías?

José Luis Elorza, franciscano y nuestro acompañan-te durante esos días, comenzó los ejercicios espirituales con esta pre-gunta del libro de los Reyes. Es la pregunta que Dios le hace a Elías, este profeta del siglo IX a. C. que huye de la tierra de Israel, huye de sí mismo, de su identidad profética… Pero el ángel del Señor sale a su en-cuentro y le invita a “comer y beber” a coger fuerzas para cumplir su man-dato: “Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. ¡El Señor va a pasar!” Y el Señor pasa y le pregunta: “¿Qué haces aquí Elías?” (I Reyes 19, 9) Y él le dice: “me consume tu celo, el abandono de los israelitas, destruyen-do altares y asesinando profetas. Me quieren matar y huyo”.

Esta es la experiencia de Elías y, desde ella, Elorza nos preguntó: ¿Qué hacéis aquí, provinciales? ¿Por qué venís a este retiro? ¿Porque toca? ¿Buscáis al-go? Con estas preguntas ya tuve suficiente para ese primer día. Como Elías, intenté ir al Horeb donde Israel vivió experiencias importantes. Yo tenía que

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vivir las mías. A algunos allí Dios les “ha desmonta-do”. De repente Dios llama al corazón y nos toca, nos desmonta…

No es fácil ponerse “cara a cara” con Dios. Nos te-nemos que ayudar para que el encuentro se produzca. En esos días de ejercicios espirituales así lo hemos intentado. Estaban orientados como un tiempo de encuentro con el Señor a través de la profundización en la oración personal. Para ello, el acompañante del retiro nos motivó desde la oración de la mañana en el sentido del día, que continuaba luego en la charla después del desayuno, ofreciéndonos unos textos bíblicos y, sobre ellos, una meditación que nos ayu-daba a continuar en ese camino interior durante todo el día. Y para facilitar este clima de interiorización y recogimiento nos propuso, y luego lo acordamos entre todos, tener el desayuno y la comida en silen-cio, con música de fondo, reservando la cena para dialogar y compartir vivencias del día. Este ritmo no me resultó forzado; al contrario, me ayudó. También el haber llevado la Biblia personal y tenerla como compañera de viaje en estos días fue un acierto.

Más de una vez pensé en estas jornadas que tener unos días exclusivamente dedicados a la oración e interiorización, en un lugar que lo favorece, es un privilegio que no todo el mundo se lo puede permitir. ¡Aprovechemos estos momentos a tope! Son la clave para encontrar sentido a lo que somos y para seguir caminando.

“El camino que te espera es largo”

Los ejercicios espirituales no son huida de la vida y de la realidad, ni meros “días espirituales, en “burbu-ja espiritual”,… Son días para vivirlos en relación con nuestra vida humana como cualquier otro mo-mento de oración e interiorización. Siempre tenemos que estar conectados con nuestro pasado remoto y con el reciente y mirando al futuro: ¿qué me espera?, ¿qué novedades se han hecho presentes en mi vida? Y también ¿qué temores anidan en mi interior?...

En este sentido es bueno es bueno ir escribiendo al-go sobre nosotros mismos, mirando al futuro: intui-ciones que tengo, opciones a tomar, replantear algu-nas cosas de mi corazón y de mi vida…

Y entre retiro y retiro conviene subir alguna vez más “al monte”, así el futuro nos puede reclamar “subir a Dios”, para estar y confrontarme con el Dios de mi vida y de mi misión. Ahí estarán las novedades que esperamos o tememos, las dificultades de cierta gravedad de la vida corriente, como Jesús y Juan Bautista de la Salle cuando tenían que tomar decisio-nes importantes o en sus crisis. Este Dios, que en ocasiones nos llegará “en tromba”, de ordinario ven-drá como “susurro de suave brisa”.

El camino entre retiro y retiro es largo como el de Elías. Desde el encuentro con Él volvemos a la vida y afrontamos el conflicto. En mi caso, Bujedo, 13, y San Asensio, 14, me están ayudando en el camino.

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300 años después Hno. Francisco J. Gutiérrez Castillo

omo todos los veranos, un grupo de Herma-nos “de mediana edad” nos hemos reunido para compartir la vida, la fe, la misión, la

fraternidad. Esta reunión habitualmente es en Bujedo, pero este año decidimos cambiar de escenario; nos hemos ido a Parmenia.

Una vez más hemos podido dialogar, rezar, con-frontar, pasear, recordar viejas anécdotas, descansar, hacer turismo… En definitiva, renovar energías e ilusiones, renovar esperanzas y convicciones. No pretendo hacer una crónica del encuentro, sólo un par de reflexiones de un Hermano al que le cuesta mucho escribir.

Bien sabemos que tan importante como el texto es el contexto, el cual lo condiciona y le dota de nuevos significados. Por eso, nuestra decisión de ir a Parmenia.

Como aquella vieja serie de televisión “Paisaje con figuras”, donde se recordaba a personajes históri-cos españoles en un momento significativo de su vida en el lugar donde sucedió, nosotros hemos querido acercarnos a los acontecimientos de 1714 en la vida de nuestro Fundador, donde él los vivió.

Eso se puede hacer desde cualquier lugar. Es cier-to, pero hemos querido acercarnos espiritual y físi-camente. Sentir a Juan Bautista de La Salle paseando cabizbajo y meditabundo por aquella colina, sumido en un mar de dudas y sin saber qué hacer con su vida ¡a la edad de 63 años! Sentirlo en aquella capilla en oración profunda, una oración que se había converti-do en noche oscura. Sentirlo necesitado de luz, de guía, de consejo… algo que Dios le manda a través de una humilde ermitaña y, sobre todo, a través de la llamada de sus Hermanos.

Alguien puede pensar: “Qué bonitas excusas para justificar el cambio, y ya sabemos todos que el ansia de cambio ha perdido a muchos”. Puede que sea cierto y el ansia de cambio haya perdido a muchos que ya no son Hermanos (o lo son de otra manera), pero quizá también el ansia de rutina, la monotonía, la regularidad por la regularidad, la falta de renovación, han perdido a algunos que seguimos siendo Hermanos.

Creo que Parmenia nos dice: “Porque mis pensa-mientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vues-tros pensamientos” (Isaías 55: 8, 9).

Parmenia nos dice: “Sueño con una opción misio-nera capaz de transformarlo todo, para que las cos-tumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecua-do para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación” (Evangellii Gaudium, 27).

Parmenia nos dice: “El mundo de hoy, que busca humanidad, tiene necesidad de tu energía, de tu es-peranza, de tu fraternidad, de tu testimonio” (Mensa-je Final 45.º Capítulo General).

Parmenia nos dice: Necesitamos renovar nuestra vida y renovarla buscando la voluntad de Dios: “Pa-dre, ¿cuál es tu voluntad para los Hermanos de La Salle junto a tantos lasalianos y lasalianas en este siglo XXI? ¿Qué quieres de nosotros?”.

La Salle a lo largo de toda su vida, pero especial-mente en aquellas circunstancias, tuvo necesidad de acompañamiento. Esta es la segunda idea que quiero resaltar de nuestra estancia en Parmenia. Lo mismo que él, nosotros también estamos necesitados de acompañamiento si queremos encontrar y recorrer los caminos del Señor.

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Sentir la necesidad y dejarme acompañar por Dios (la oración, el retiro,..). No voy a competir con tan grandes autores que han profundizado en este tema y cuyas obras podemos encontrar en todas nuestras bibliotecas.

Sentir la necesidad y dejarnos acompañar por per-sonas concretas (Sor Luisa) que son espejo en el que podemos ver reflejado nuestro rostro y descubrir si se asemeja o no al rostro de Jesús. También en el tema del acompañamiento personal podemos encontrar muchos interesantes testimonios.

Sentir la necesidad y dejarme acompañar por la comunidad de la que formo parte (“Nosotros princi-pales Hermanos de las Escuelas Cristianas… le ro-gamos humildemente y le ordenamos, en nombre y de parte del cuerpo de la sociedad al que Vd. prometió obediencia”). En esta época en la que hemos pasado de las grandes aportaciones y conquistas del persona-lismo cristiano a un exagerado individualismo, me gustaría reivindicar la importancia del acompaña-miento comunitario. San Juan Bautista de La Salle nos dice en su meditación 113,2: “Como no se debe

vivir en la Comunidad sino para llevarse unos a otros a Dios, hay que aplicarse, de modo particular, a estar unidos en Dios y a no tener sino un mismo corazón y un mismo espíritu”. Y la Regla en su ar-tículo 50 insiste: “Juntos buscan a Dios y se encuen-tran con Él”. No se trata de caer en una dependencia infantil, se trata de ser consciente de que Dios me ha dado Hermanos para acercarme más a Él. La confian-za, el respeto, los gestos amables, los humildes servi-cios, la presencia proactiva, el diálogo sincero, la transparencia de vida, el compartir la experiencia de Dios, la comunicación de mis situaciones vitales, el discernimiento conjunto, la escucha atenta… son los medios que tenemos a nuestro alcance para acompa-ñarnos mutuamente en la comunidad.

Que después de dejarnos rescatar por Dios, a tra-vés de los Hermanos, de nuestras “Parmenias” parti-culares, digamos como La Salle: “Aquí estoy, ¿qué deseáis de mí?”. Aquí estoy, Señor, ¿qué deseas de mí?

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Historia de una cena Hno. Aquilino Antón

icho así parece muy poco atrayente, ya que cenas hay todos los días, especialmente para los que no estamos afectados por la crisis

económica. ¡Ojo amigo!, no te dejes engañar, ya que es una larga historia.

Todo comenzó con los alumnos de 2.º de Bachi-llerato de Palencia. En el curso anterior fueron consi-derados como un mal grupo, con pocas posibilidades de cambio o mejora y, además, señalados como poco comprometidos con causas altruistas.

Había que hacer algo diferente para enderezar esos mimbres e intentar educarlos en todos los valo-res lasalianos. Se nos ocurrió invitar al Delegado de Cáritas Diocesana para que nos hablara de su actua-ción en Palencia; fue algo impactante para los jóve-nes. Y, aprovechando el momento, se les propuso realizar una cena solidaria para ayudar a Cáritas.

La implicación de la clase fue enorme. Todos arrimaron el hombro: unos diseñaron los canapés y otros el menú. Cambiamos la fecha, aconsejados por el Equipo de Pastoral, e insertamos la actividad en la Campaña de Navidad.

Pedimos mesas y sillas al Ayuntamiento. Todos pusimos un euro para poder montar 300 canapés. Un alumno trajo un saco de patatas, y dos empresas nos apoyaron con el resto de la cena.

El 12 de diciembre fue el día señalado, y esa tar-de tuvo un ajetreo enor-me; un grupo preparaba la sala con las mesas y sillas; otro grupo montaba los canapés; un tercero pelaba patatas y partía chorizos, y dos alumnos acompaña-ron al tutor para cocinar las “patatas a la riojana” en la cocina de la comu-nidad.

Los padres abarrotaban la sala y los alumnos fue-ron sirviendo la cena. Mientras los padres degustaban el menú, aplaudían la música en directo de tres alum-nas: viola, trompeta y órgano. Los padres disfrutaron muchísimo viendo cómo sus hijos habían logrado algo precioso, y los alumnos adquirieron una notoria identidad como grupo que es capaz de lograr los sue-ños y objetivos.

Si fueron eficaces al preparar las cosas, también lo fueron al desmontar y dejar todo limpio y en su sitio. Así termina la historia de esta cena que logró unir y concienciar a un grupo de jóvenes en un momento maravilloso.

“… a las ocho de la tarde ya estaba todo prepa-rado, las primeras familias llegaban y estuvieron muy satisfechas con nuestro gran trabajo. Una vez más abrimos nuestros corazones para una buena causa, para los más desfavorecidos. Hubo buen am-biente y nos sentimos todos muy realizados. Colabo-ramos todos y lo hicimos sin ninguna obligación…”. Alex, Valeria y Miguel.

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Reflexionando sobre la “presencia evangelizadora” del Hermano

Hno. Jorge A. Sierra

rccuentemente, tenemos la sensación de estar sepultados en palabras y documentos bellísi-mos… pero que se quedan en el papel. Es un

comentario habitual cuando recibimos las conclusio-nes de un Capítulo General, o de un Foro cualquiera. Personalmente, pienso que es bueno que tengamos “palabras bonitas”, pero que, desde luego, no es sufi-ciente. En este momento, estamos viviendo una nue-va oportunidad de poner palabras, ilusión y horizonte a lo que somos, en el II Capítulo de Distrito. En la primera sesión nos hemos dado cinco ámbitos de trabajo y reflexión; y yo, con la alegría y el agrade-cimiento que supone participar en el Capítulo, me he incorporado a uno que se llama, de forma quizás un tanto rimbombante, “presencia evangelizadora del Hermano”.

¿Por qué estas palabras? Es el título que le hemos dado a una “puerta” que queremos abrir y ya dejar abierta. Es un ámbito sobre el que nos gustaría refle-xionar y, quizás, dar una luz para ayudarnos en el día a día. Fijaos que ninguna palabra está puesta al azar. Hablamos de:

• “Presencia”: es decir, de lo que somos y vivi-mos, allí donde estamos. En la comunidad, en la escuela, en las parroquias, en PROYDE, de voluntariados… en todos los “sitios”, en senti-do amplio, donde buenamente hemos visto que podemos aportar algo. Es una palabra que tiene un hondo significado para los lasalianos.

• “Evangelizadora”: porque desde luego no to-das las presencias son iguales. Cuando deci-mos evangelizar estamos diciendo anuncio, proclamación, testimonio… de nuestra fe en Jesús, que no nos podemos guardar para noso-tros. Hay presencias, trabajos y momentos vita-les que son más fácilmente comprensibles co-mo evangelizadores que otros, pero siempre con la certeza de que lo importante no es lo que se hace, sino desde dónde. Y como cristia-nos, más aún, como consagrados, todas nues-tras presencias tienen la potencialidad de ser evangelizadoras, algunas expresamente, otras desde el servicio discreto, todas animadas por la misma convicción de fe.

• “Del Hermano”: porque en un Capítulo nos queremos dar una palabra de esperanza a los Hermanos, pero no sólo. Cuando consigamos tener estructuras y foros de decisión realmente participativos para todos, podremos decir “del lasaliano, del asociado”, donde entramos los que nos comprometemos desde la mediación concreta de la vida religiosa y los que lo hacen desde su vocación familiar, comunitaria, de fermento en la masa. Ojalá lo que nos digamos sean más que palabras bonitas para todos los que sentimos como propio esto de La Salle.

¿Y de qué “presencias evangelizadoras” estamos hablando? Seguro que caben muchas respuestas. Para mí, es una presencia evangelizadora la clase, la cate-quesis, pasar por el patio y hablar con los chavales y familias, participar, aunque sólo sea “estando” en todo lo que se organice en un colegio desde lo pasto-ral, la reflexión de la mañana que hacen algunos Hermanos cuando se lo piden, el servicio sencillo de atención a alumnos con dificultades, o de portería, o de ayuda en la secretaría de CONFER o PROYDE. Muchos de ellos son servicios sencillos, que ya ha-cemos, algunos “porque toca”, otros porque ha sido el único lugar que hemos encontrado, quizás otros porque vemos que podemos dar algo significativo. Me consta que la gente lo nota y lo valora, siempre desde los valores tácitos de lo lasaliano: la naturali-dad, la fraternidad, la sencillez…

Me recuerda algo que leí hace poco en un libro de

uno de los autores religiosos que más estoy disfru-tando en los últimos meses, el jesuita estadounidense James Martin. “Jim” estudió en una gran universidad

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Pensamiento  y  vida  para convertirse en ejecutivo de una multinacional, General Electric, pero después de seis años de un gran sueldo y un mayor vacío, decidió responder a una vocación, descubierta casi de casualidad, hacia la vida religiosa como jesuita. En su autobiografía “In Good Company. The Fast Track from the Corporate World to Poverty, Chastity and Obedience” (En bue-na compañía. El ascenso desde el mundo corporativo a la pobreza, castidad y obediencia), cuenta la anéc-dota de la sorpresa que le supuso conocer que en la Provincia jesuita de Nueva Inglaterra se editaba cada año un “anuario” donde, junto al nombre de cada jesuita, se ponía su servicio a la evangelización, en forma de siglas latinas. Martin, que llevaba años sin pisar una iglesia fuera de las fiestas de guardar, dedi-có tiempo a descubrir qué significaba cada sigla, y así vio que “Mag. Sch.” significaba que era profesor en un instituto, “Bib. Miss.” se refería un estudioso y catequista de la Biblia en países de misión o que “Orat pro Eccles. et Soc.” era un servicio común entre los jesuitas más mayores, puesto que se centra-ba en “orar por la Iglesia y la Sociedad”.

Pero lo que más le llamó la atención –y a mí lo mismo– es que todos los miembros de la provincia, todos, tenían su “ministerio en la evangelización”. Sin excepción, sin grados, sin dudas. Incluso aparecía un servicio, “Cur. val.”, para indicar que su ministe-rio era cuidar su salud, puesto que estaba enfermo. Pienso que también nosotros, si nos propusiésemos hacer un anuario similar, agotaríamos las siglas lati-nas para referirnos a lo mucho que hacemos, o mejor, a lo mucho que somos y vivimos, cuando lo hacemos

desde y por el Señor que nos llama. Al leer esto últi-mo, ¿has pensado cuál podría ser “tu” sigla, es decir, tu “presencia evangelizadora”, tanto la que ahora tienes como la que te gustaría tener?

Muy pronto tendréis noticias nuestras, en forma

de una encuesta libre en la que queremos palpar la realidad de los Hermanos y Asociados del ARLEP, en todos los lugares y de todas las edades, en torno a nuestras “presencias evangelizadoras”. También ha-remos una pregunta similar a nuestros compañeros en la misión: equipos directivos, de pastoral, animado-res… Desde ya, gracias por participar en la encuesta, que recibiréis por correo electrónico en breve, si no la habéis recibido ya.

Tenemos la oportunidad de seguir profundizando en esto y en los otros cuatro ámbitos del Capítulo en los próximos meses: foros, encuentros, correos… Que, mientras tanto, podamos seguir colaborando a la vita-lidad de La Salle desde las presencias sencillas e inter-pelantes, algunas en apariencia ineficaces pero, sin embargo, tan necesarias para hacer significativa nues-tra vida, hacia nosotros mismos y hacia los demás.

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¿¿¿Alahu akbar, Dios todopoderoso???

Hno. Carmelo Bueno enía pensado escribir sobre una cuestión re-ciente, como ‘mi navidad’, pero la realidad se me impone y me nace de dentro (y nacer

también pertenece a la navidad) escribir sobre este otro asunto que se resume en dos palabras: Alahu akbar. Es una expresión de la lengua árabe y que traducido a la lengua en la que estoy escribiendo sería: Dios todopoderoso.

La expresión árabe Alahu akbar resulta ser una de las noventa y nueve jaculatorias o invocaciones en el rosario de cuentas de la piedad religiosa del mu-sulmán. Y que nadie me venga a decir que no ha visto en más de una ocasión ese rosario en alguna persona de su alrededor. Esta práctica de pasar las cuentas del rosario, mientras se verbalizan las excel-sidades de la única divinidad, forma parte del enrai-zamiento de la religiosidad popular dentro del mundo árabe.

La expresión “Dios todopoderoso” se suele escu-char, al menos tres veces, en labios de consagrados sacerdotes –obispos, cardenales y papa incluido– en la celebración de la misa o de la eucaristía católica. Estas palabras en bocas también cristiano-católicas, cierta y afortunadamente, no asesinan a nadie. Ahora, tal vez, no. Pero lo hicieron en el pasado reciente y, mucho más, en el pasado muy pasado, porque así nos lo relata la historia de este mundo cuando reinaban los católicos reyes nuestros, y andábamos con nues-tros antepasados embarcados en la conquista de la evangelización, en la que se asesinó a personas de toda condición en nombre del Dios todopoderoso, único y verdadero.

Además, y como escribo en Horizonte y para Hermanos, puedo recordar una cosa de cierto interés. En esos tres libritos titulados Temas Lasalianos dejé sembradas unas páginas sobre el uso que hacía Juan Bautista de La Salle del término “cristiano” en sus escritos. Y para la buena persona, pensadora y teólo-ga, de Juan Bautista el cristiano verdadero era solo el católico, apostólico y romano. Y era este cristiano verdadero el único que estaba en la verdad por creer en el único Dios verdadero. Tenía bien asimilado el pensamiento tridentino y jesuítico. Esta manera de pensar, de creer, de celebrar, de manifestarse… lleva dentro de sí el virus de la radicalidad violenta y des-humanizadora. Lleva el virus de la eliminación del otro, del gentil, del diferente, del desigual… ¡a no ser que se convierta… y viva!

Como repulsa al reciente atentado asesino de Paris está surgiendo la campaña “Un lápiz para la paz”. Desde esta misma iniciativa, he meditado y decidido para mí –que ni digo ni doy misa– que podría elimi-narse de las oraciones de petición de la liturgia la expresión: “Dios todopoderoso”. Y ya, de paso, será oportuno plantearse una vez más la urgencia de vol-ver a Jesús de Nazaret, el sembrador-evangelista de la fe y de la religión del único mandamiento: “amaos unos a otros” (Juan 13,35). Más de uno sabréis que llevo una temporada traduciéndolo, por si le suena, como. ¡Creo en ti! ¡Te quiero!

Habrá muchos que no quieran ni oír hablar de “la componente religiosa” como una de las causas de la muerte de las doce, por ahora, personas en el atentado de París. Quien olvide este dato y se quede solo en las muchas raíces políticas, económicas, sociales, estratégicas o internacionales, corre el serio peligro de ser tragado por una de las peores corrientes de la deshumanización que es la ignorancia. Y la ignoran-cia suele caminar bien amarrada a la mano de la obe-diencia ciega a la autoridad del que se cree que cami-na más arriba, por ser poseedor de no se sabe qué verdad divina.

Todo esto, como en semilla, qué requetebién lo dejó expresado nuestro inspiradísimo José Luis Cor-tés, en esta que es una de sus viñetas. b

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El belén La Salle 2014 Hno. Pedro Río

l belén de este año, quiere sumarse a la cele-bración del 75.º Aniversario del Colegio La Salle.

¡Qué mejor motivo para este homenaje que hacer-nos eco de su fundador, san Juan Bautista de la Salle!

Juan Bautista de La Salle nació en la ciudad de Reims -Francia- en 1651 y murió el siete de abril de 1719 en San Yon, cerca de Rouen. Era de familia burguesa que no entendió cómo Juan de La Salle se desprendía de todos los bienes en favor de los más necesitados de su tiempo. A ellos dedicó sus bienes y sobre todo su vida.

¿Pasamos al belén?

Lo primero que se ve son las cuevas. Es la parte oculta de la ciudad. Aquí es donde vivían y siguen viviendo los más pobres y necesitados. Es el ambien-te que nos muestra la película “El Señor de La Salle” cuando Andrés, después del tirón que da a la cadena y crucifijo de Juan Bautista de La Salle, va a refu-giarse en su mundo y entre los suyos, donde se masca la pobreza, la miseria y hasta la violencia.

Sigue la ciudad con sus casas, la plaza, su fuente, la torre del reloj y el mercado. Tiene un aire a la Pla-za de Rouen presidida por un monumento a san Juan Bautista de La Salle. Se ve todo muy animado con productos y gente que va y que viene. Dentro del recorrido de la ciudad, pasamos por el mesón. En otra zona, con aire de Reims, vemos el palacio de la fami-lia La Salle. Le conocían por el nombre de Hôtel de la Cloche.

Avanzando en el recorrido, podemos ver un cole-gio La Salle con su torre, sus aulas, su patio con los niños y su maestro lasaliano. Las puertas abiertas son una invitación a entrar. En el pequeño espacio ajardi-nado podemos contemplar un hermoso monumento a Juan Bta. de La Salle acompañado de un niño.

¿Y allá en lo alto?

Los autores del belén, sobre todo Marga, se han informado y empapado de datos y detalles de la vida del Fundador de La Salle. Han vuelto a ver la pelícu-la, han visto postales, han leído muchas cosas y claro, en este currículum no podía faltar Parmenia.

Parmenia está en lo alto de la montaña. Representa el espíritu de La Salle. Hasta aquí llegó el Fundador. Venía a descansar, a retirarse, a pensar y reflexionar. A orar. Sintió la vida como fracaso. Y es ahora cuando el Señor le pide por medio de sus Hermanos que siga al frente del Instituto. Parmenia es para los lasalianos el símbolo de la renovación y de la fidelidad a un ca-risma, los pobres, y a una manera de vivirlo: “juntos y por asociación”.

Por Parmenia nos encontraremos con los Reyes Magos que vienen de Oriente guiados por la estrella. Esa estrella que es también signo y símbolo de la fe del lasaliano.

¿Pero dónde está...?

Acaba el recorrido- también podíamos decir que comienza el recorrido- en una casa cueva donde está el Misterio. Es un lugar sencillo, al lado de un peque-ño taller de carpintero. Y es que Jesús nace cada día

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de forma sencilla. La clave está en que le sepamos reconocer, como lo hicieron los Reyes Magos. Por eso dirá La Salle en una de sus meditaciones: “Pues sabemos que Jesús ha de venir hoy a nosotros, y le reconocemos por quien es, preparémosle morada que le sea digna y dispongamos de tal modo el corazón a recibirle, que gustoso establezca dentro de él su resi-dencia” (Med. 85 para la Vigilia de la Navidad de Jesucristo).

–Además de las muchas horas que habéis dedica-do en la confección del belén desde que lo iniciasteis a finales de octubre ¿Cuántas horas, cuántas tardes dedicadas para atender a las personas que vienen a visitarlo?

- Mira, eso no se calcula. Lo que se hace con gus-to e ilusión tiene otra escala de valores. Sí que es verdad que año tras año experimentamos, a medida que llegan las vacaciones de Navidad, que nos coge el toro, que no nos da tiempo a terminarlo. Pero al fin siempre salimos airosas. Ese año gracias sobre todo a Miguel, que nos ha ayudado muchísimo y bien.

–¿Cuántos años haciendo el belén?

–Pues con este creo que ya son catorce y todos los años tratando se ser originales.

¿Por qué este año ese contexto lasaliano?

–Nos lo propuso el Director del colegio, Diego Fernández Requejo. Al final del año pasado nos in-formó de que en el año 2014 se celebrarían los 75 años de la fundación del colegio y nos pareció buena la idea. A partir de ahí os pedimos a los Hermanos información, nos ofrecisteis materiales, algunas pu-blicaciones, la película de El Señor de La Salle. Con todo ello, ya nos hicimos un plan. Además, por lo que nos señalan, creo que hemos acertado.

–¡Ya lo creo que habéis acertado y con sobresa-liente!

¿Alguna anécdota, algún detalle que nos queráis hacer presente?

–Ah, sí, un detalle de los niños. Fíjate si observan en las cosas. Uno de los edificios representa un cole-gio La Salle. Por una de sus ventanas se puede ver el detalle de una clase, con sus mesas, y en el encerado aparecen unas cuentas. Mira, mira, unas cuentas… y están bien hechas (fue el comentario gracioso de unos peques).

–¿Y los mayores qué suelen decir?

–Aprecian el trabajo que ha supuesto hacerlo, pe-ro lo más bonito es ver cómo responden a las pre-guntas que les hacen sus hijos/as o nietos/as. No penséis que sabría responder a lo que preguntan.

¿Por qué hay un camello y dos caballos? ¿Pero no tienen que ser camellos? ¿Por qué los Reyes Ma-gos están hoy donde estaban hace dos días? ¿Y por qué no han puesto al buey y la mula en la cueva de Belén? ¿Los caramelos son gratis?...

–Bueno, Mar-ga. Gracias por el tiempo que nos das. Gracias por esta catequesis que ofreces a los niños y a los adul-tos haciéndonos ver que Jesús nace cada año en lugares diferentes, con un mensaje de paz y de amor a todos los hombres de buena voluntad. Da las gracias de nuestra parte a Amedia, a María José, a Raquel y a Miguel.

–De tu parte. Bueno y agradecemos también la colaboración de los profesores y alumnos de CFGM “Instalaciones eléctricas y automáticas” del Colegio La Salle.

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Experiencias de un pasado. Vivencias de un presente

Hno. Cecilio Gómez

an pasado bastantes años desde aquel día de finales de agosto de 1994 en el que, desde el avión, contemplé por primera vez el suelo

africano: es un recuerdo que no olvido, al igual que la sensación especial que en ese momento me causó. Después, lo repetiría varias veces, pero aquella pri-mera fue algo diferente.

Desde muchos años antes había surgido en mí un deseo hondo de dedicar unos años de mi vida a aque-lla gente y concretamente en África, no en otro lugar. África la veía, más aún entonces, como un continente solo conocido por las clases de Historia, a través de libros redactados por europeos: una parte del mundo, prototipo de miseria, de grandes desigualdades y problemas, de abandono, y olvidado por los que nos llamamos primer mundo.

No iba con la idea de remediar nada; simplemente ser uno más de los muchos misioneros y voluntarios que han gastado y siguen gastando allí sus vidas. Iba con la idea de hacerme cercano a gente necesitada; de amarlos y sentir en mi propia carne, al menos un poco, la situación de necesidad, de privación de casi todo, con la que ellos viven a diario.

Mi destino fue, como es sabido, Guinea Ecuato-rial: veinte años, desde aquel primer viaje, aunque interrumpidos en dos ocasiones.

No quisiera extenderme, pero tendría que hacer una diferencia entre los seis y ocho primeros años y el resto del tiempo: entre ambos, el descubrimiento y

explotación en Guinea Ecuatorial del petróleo y con él, el cambio en algunas cosas: medios de comunica-ción, coches, aspecto externo de algunas ciudades…; si bien, este cambio únicamente ha afectado a una parte muy pequeña de la población; el resto sigue viviendo con mucha pobreza.

De aquellos primeros años recuerdo la atención que desde nuestra comunidad de Bomudi prestába-mos a ancianos y ancianas, algunos ciegos, que vi-vían solos, desprovistos de todo: una visita semanal, unos vasos de arroz, una latilla de sardinas y, a algu-nos, la Comunión que nos pedían y, sobre todo, un rato de conversación con ellos, aunque algunos casi no hablaran el español. Se complementaba, cada día, en la comunidad, con todo tipo de atenciones mate-riales…

Después de estos años que allí he pasado, no sé si habré aportado algo a aquella buena gente; pero lo que sí puedo decir es que ha sido mucho más lo que de ellos he recibido:

- Tener la suerte y la satisfacción de haber vivido esa realidad, dejando de lado otras comodidades.

- Sentir en uno mismo el cansancio, el sudor, más de una y de dos recaídas en enfermedades, allí muy comunes… sin hacer mayor problema.

- Enfermedades. Son uno de los riesgos: me vie-nen a la memoria los nombres de varios Hermanos con los que viví y que no pudieron superarlas: Hnos. Pedro Ibáñez, José Couselo, Alfredo Rojo, cercano a nosotros, y más recientemente, Raúl Basconcillos.

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- Aprender a vivir sin grandes necesidades, relati-vizando muchas cosas, por otro lado legítimas y normales en una sociedad como la nuestra.

- Conocer personas, familias sencillas, sufridoras, que son capaces de vivir la vida incluso con alegría, privadas de casi todo; y conocen la nuestra, porque la televisión, el móvil, la radio… hoy día, llegan a todas partes.

- Y, cómo no, palpar muchas veces a un Dios-Padre, que se hace cercano, que lo sientes en la ayuda a una necesidad, casi más que en un rato de oración o un acto religioso.

Son algunas de las experiencias de un pasado. ¿Todas positivas? ¿Todas buenas? No se trata de idealizar. Ha habido también momentos difíciles, casi duros. Uno lleva siempre consigo, aquí y allí, lo que es; su propia persona, con sus luces y sus sombras. Pero sí es verdad que cuando ahora lo recuerdas, son un estímulo y una fuente de paz.

Y ahora, ¿qué?; vuelta a otra realidad, diferente en bastantes cosas, que tenía un poco olvidada, pero no mucho; algo más complicada, pero normal: la vida continúa.

El Hno. Secretario del Sector, ya en dos ocasio-nes, ha invitado a los que nos encontramos en esta etapa de “jubilación activa” a manifestar cómo la vivimos.

Me gusta esto de “jubilación activa”; es la misma expresión que utilizó el Hno. Andrés Corcuera cuan-do le comuniqué mi regreso de aquellas tierras. Su respuesta fue rápida: Como comunidad, Santander y tu dedicación, como “jubilado activo”, Los Corrales de Buelna. De modo que, cada mañana, junto con otros dos Hermanos, salida de Santander para estar en Los Corrales a las ocho; y al final de la tarde, casi a

la misma hora, regreso a la comunidad; así los cinco días laborables de la semana.

Tengo que manifestar que me agradó el contacto –una vez más– con la gente de este valle de Buelna. De aquí salí para ir a Guinea Ecuatorial y de nuevo regreso. Aquí me correspondió preparar la celebra-ción del centenario de la fundación de la primera escuela, y aquí celebraremos en 2015 los 125 años, así como las Bodas de Oro del monumento a nuestro Fundador erigido en la localidad, enfrente de la pa-rroquia.

Celebraciones, motivo de satisfacción, como lo son el encuentro con bastantes profesores y profeso-ras del colegio, ya conocidos, con antiguos alumnos y personas, en una localidad pequeña, como Los Corra-les; o con alumnos y alumnas actuales, hijos de los que conocí en el centro hace unos años.

Comienzo el día con alguna clase de apoyo en lec-tura, lengua… a alumnos que necesitan ese refuerzo; algunos son pequeños; pero los hay más mayores, en especial alumnos extranjeros: lectura, comprensión de un texto, vocabulario…

Realizo todos los días alguna hora de sustitución en portería, en un tiempo en el que el recepcionista tiene su descanso. Igualmente, hay que hacer encar-gos a correos, banco o del tipo que sea.

Otra ocupación con la que me he comprometido es la atención a la Asociación de los Antiguos Alum-nos. En un lugar como Los Corrales, con una anti-güedad de 125 años, no hace falta decir que el núme-ro de antiguos alumnos lasalianos es muy elevado. Es una zona donde se nota que es mucho lo relacionado con La Salle.

La Asociación, desde su fundación como tal, en junio de 1955, se ha caracterizado por ser una de las que han tenido una continuidad más regular; incluso puede hablarse de épocas de esplendor y elemento referencial en la localidad. Hoy, los tiempos han cambiado mucho. La Asociación como tal sigue, con

 

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Pensamiento  y  vida  su Presidente y un grupo de asociados que continúan fieles. Pero su vitalidad, en conjunto, ha caído mu-cho. Intentaremos animarla y darle algo más de vida.

Desde hace mes y medio he ofrecido mi colabora-ción a Cáritas Parroquial: tres días a la semana, con una dedicación de casi dos horas al final de la tarde. En esta meritoria labor están ocupados desde hace más de veinte años tres personas a las que conozco mucho: tres buenos afiliados a la Asociación de An-tiguos Alumnos. En este momento se atienden, en Los Corrales y pueblos cercanos, a unas ciento treinta familias: bastantes, de inmigrantes; pero hay también muchas de este y otros valles cercanos.

Algo que me ha llamado mucho la atención: la so-lidaridad de tantas personas, aquí en Los Corrales, muy sensibilizadas con la labor que Cáritas Parro-quial viene realizando: la consideran como algo suyo y colaboran con sus aportaciones.

Y… sí, de las doce horas que uno pasa en el Cole-gio, todavía queda tiempo, sobre todo si no se está implicado en las clases. Es la dedicación que me ocupa más horas; me refiero al archivo del colegio: una sala pequeña, con armarios en las cuatro paredes, desde el suelo hasta el techo. Muchas carpetas y mu-chos más papeles. Algunos escritos valiosos de 1890, fecha de la fundación, si bien no abundan los anterio-res a 1950; hay bastantes lagunas y años en los que o no se guardaron datos o se han perdido. Muy diferen-te es a partir del presente siglo donde hay, en abun-dancia material de todo tipo. Poco a poco va tomando forma.

Un archivo, una biblioteca… buenos lugares para ocupar el tiempo, estar entretenido y hacer cosas útiles y apropiadas para estas edades. Y no digamos si este o estos “jubilados activos” tienen buena prepa-ración en el manejo del ordenador –que no es mi caso…–. Porque, ¿de qué se trata?: de, con tiempo y paciencia, ir informatizándolo todo. A eso hay que llegar.

En fin, ahí quedan… Un pasado que veo, mucho más que como un simple recuerdo, como una semilla sembrada en el surco, que seguirá dando su fruto; bastantes de estos frutos los vemos ya: alumnos de hace unos años, hoy con su carrera universitaria ter-minada y ejerciendo un trabajo en su país de origen.

Y un presente. ¡Ojalá que condicionantes como la salud, las fuerzas, la ilusión… permitan que pueda seguir siendo “activo” durante mucho tiempo!

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Conversaciones con Fray Caetano Brandão, Arzobispo y Fundador (1740-1805)

Hno. Pedro Ozalla a novela histórica está de moda. Se publica y se lee mucha novela histórica. Las adapta-ciones cinematográficas son éxito seguro.

Por ejemplo: “El tiempo entre costuras”, de María Dueñas.

Miguel Delibes: “Para mí, una novela requiere, al menos, un hombre, un paisaje y una pasión”. La bio-grafía de Caetano Brandão los posee. Sus persona-jes: reyes, obispos, clérigos, monjas, frailes, pue-blo…; su paisaje, Brasil-Amazonas y Portugal; Las pasiones reales, episcopales, clericales, populares…: lascivia, concupiscencia, ambición, lujo, ostentación, concubinato, amancebamiento, incesto, relajación monacal, versus la austeridad y la pasión evangeli-zadora de un reformador franciscano: Caetano Brandão.

El arzobispo y este FSC pasean la ciudad de Braga de Este a Oeste.

- Estamos en el Seminario, Monseñor.

- Impresionante edificio. Todo reformado: Seminario menor y dependencias del Arciprestazgo. En esta inmensa finca vecina: Moderna Casa Sacerdotal, Palacio Arzobispal, la prestigiosa Universidad Cató-lica y el Seminario interdiocesano.

(Camino de la Catedral). -¿Dónde se formó usted?

- Llevaba tres años estudiando Derecho en la Univer-sidad de Coímbra, cuando elegí la vida franciscana. Ingresé en la “Ordem Terceira Regular da Penitên-cia”. Sigo tres cursos de Filosofía. Después otros cinco de Teología. Todo en Coímbra.

Llegamos a la Avenida de La Libertad. La avenida más espectacular de la ciudad. Centro financiero y comercial: la tienda Zara, el Teatro Circo, la lujosa cafetería Brasileira… El arzobispo se sienta. Medita. Y al final, allá abajo, el pequeño río Este. Bien en-cauzado. Cómodo paseo peatonal. Los atletas co-rren. Otros movemos pensativos pasos terapéuticos.

Catedral. El Arzobispo ora intensamente. Yo me dis-traigo: La Catedral, 1989: “IX Centenario de su dedicación”. La sobriedad románica de las tres na-ves…

- Excelencia, despierte. Mire, es su sepultura. La única en el presbiterio de esta capilla. Leo la leyen-da:… “Arcebispo e Senhor de Braga. Primaz das Hespanhas… Prelado exemplar e muito distinto pela sua sabeduria e virtudes. Torno-se notável pela fun-dação de importantes Estabelecimentos de Benefi-cencia…”.

(Nos sentamos en una terraza). - ¿Quién le eligió obispo de Braga?

- La reina Doña María I, la Piadosa, súbdita fidelísi-ma de la Santa Iglesia. Me eligió obispo de Belém do Pará, en El Brasil. Después, de Braga. El Papa con-firmó las elecciones.

- ¿Qué motivos tuvieron la Reina y el Papa para su elección?

- En fin, Hno. Pedro, el Nuncio dijo que yo no ambi-cionaba el Arzobispado Primado. También dicen que la Reina solo se fijó en las grandes virtudes del prela-do franciscano. Pero mis dos predecesores en Braga, fueron Arzobispos Príncipes; Don José, hermano del rey João V y Don Gaspar, hijo natural del mismo rey. Ambos elegidos por los reyes pero por motivos muy diferentes.

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- ¿Cómo encontró la diócesis?

- ¡Ay, Hno. Pedro! Yo soy franciscano. Me cuesta decirlo: “La diócesis estaba llena de vicios”. Mis dos predecesores, Don José y, sobre todo, Don Gaspar, vivían principescamente, con la opulencia propia de una corte regia. Este último poseía más de sesenta animales: caballos, mulas…, treinta y tres coches, salas decoradas con tapices y pinturas…

- Y la ciudad ¿cómo lo interpretaba?

- Braga se complacía con su fausto, brillo, ostenta-ción, y magnificencia. Pero le admiraba por su trato personal. Además gestionó con diplomacia momen-tos de tensión: La expulsión de los jesuitas, la ruptura de relaciones con la Santa Sede. Aunque en todo eso influyó mucho el Marqués de Pombal.

- ¿Y su labor pastoral?

- Actuó más como señor y príncipe que como pastor. Tuvo poco conocimiento personal de su extensa ar-chidiócesis. En sus treinta años de arzobispo, hizo dos visitas pastorales.

- Y el pueblo, el clero, los religiosos, ¿cómo vivían sus compromisos?

- Todos carecían de la suficiente formación humana y religiosa. El pueblo: concubinato o mancebía, embria-guez, maltrato de la mujer, vicio del juego, incesto. El clero: concubinato, alcoholismo, nepotismo, algunos vivían en la prostitución, frecuentaban casas de jue-go… Desconcierto vocacional. El deán de la catedral se declaró abiertamente enemigo del prelado…

La vida religiosa padecía sus males singulares: las monjas vivían una vida casi mundana, pobreza casi solo nominal, inexistencia de vida comunitaria; a veces, el número de criadas excedía al de monjas. Violación de la clausura. Con el pretexto de salud, salidas excesivas a baños termales. Frailes que no

cumplían ni con la clausura ni con el celibato; dados a juegos prohibidos y amistades particulares. Prolon-gadas estancias en casas de familiares o amigos.

- Le llaman “Reformador contestado”. ¿Por qué?

- Porque intenté solucionar la situación de la diócesis y tuve muchos opositores. Lo intenté con circulares, cartas pastorales, amonestaciones fraternas…, pero sobre todo, con visitas pastorales que me permitían el encuentro personal, la predicación próxima, la admi-nistración de sacramentos…

- ¿Cuántas visitas realizó?

- En el Brasil permanecí seis años e hice cuatro visi-tas, a pie o a caballo, con peligros, enfermedades y largas distancias. En alguna recorrí 7.000 kilómetros. En Braga, visitaba con frecuencia los suburbios y centros de misericordia. En la Archidiócesis, en casi 16 años, hice trece visitas. Alguna duró ocho meses.

- Sus biógrafos dedican mucho espacio a las críticas y alabanzas de su vida. Nos repartimos las secciones. Usted, ¿qué prefiere?

- Prefiero recordar las críticas: Me criticaron todos: la nobleza, el cabildo, los sacerdotes, los religiosos y parte del pueblo. Todos, porque vieron perder privi-legios, porque a la ostentación, lujo, y despilfarro siguió la austeridad franciscana. El cabildo y la no-bleza no soportaban la venta de tapices y de todas las piezas de oro y plata… Todo ello para dedicarlo a obras de misericordia.

- Ya vale. Sigo yo con las alabanzas, pero con la condición siguiente: no me interrumpa, por favor. Usted en vida ya recibió alabanzas del Ayuntamien-to, del nuncio, del pueblo… Y sobre todo, después de muerto. Usted dejó escrito que el funeral se celebra-ra con la mayor sencillez. Pero, el deán de la cate-dral –su gran opositor– preparó un funeral real.

 

 

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Elogió su amor a los pobres, su humildad, manse-dumbre, inteligencia, desprendimiento…

- (Me estoy durmiendo, Hno. Pedro).

- Pero tendremos que cumplir la condición de no interrumpirme. En publicaciones del siglo XIX y XX, dicen que era “notabilísimo mitrado”, “bondadosí-simo prelado”, “gigantísima personalidad”, un san-to, un espíritu innovador y revolucionario, precursor de la Teología de la Liberación.

(Abandonamos la terraza, pero antes lea: “Rua Frai Caetano Brandão”). Paralela y vecina de la cate-dral.

Plaza del Ayuntamiento. Una de las más bonitas de Braga.

- Lea la placa del lado norte: “Aqui nasceu há du-zentos anos o primitivo Colégio dos Órfãos de S. Caetano”, (15.12.1991).

- La Diócesis tenía unas casas. Compré otras. Aco-modamos todo y resultó un cómodo edificio para 150 niños.

(Camino del colegio, desde 1886, en el edificio ac-tual). - ¿Qué se propuso con esta fundación?

- Todas mis numerosas fundaciones sociales brotan de mi corazón de pobre franciscano. Los historiado-res dicen que la fundación suprema fue el “Colégio S. Caetano”. Mis intenciones las dejé claras en mi libro “Plano da Educação dos meninos órfãos e expostos do Seminário de S. Caetano). (Seminario en aquel tiempo también significaba centro educativo).

Me propuse la educación cristiana de niños huérfanos y abandonados para que fueran miembros útiles a la Iglesia y al Estado. “Meninos tirados da última misé-ria e despreso, sem amparo nem recurso algum hu-mano”.

- ¿Por qué bajo el amparo de San Cayetano?

- Por la admiración que tengo a ese santo. Se preocu-pó mucho de los niños y jóvenes abandonados. Vues-tro Fundador también le profesaba mucha devoción, según explica en la Meditación 153.

- ¿Qué niveles de estudios seguían?

- Elemental, secundario, con dos salidas: técnico-profesional o superior. Además organizamos talleres de carpintería, zapatería, alfarería, tipografía y mu-chas actividades: teatro, pintura, música, Aula de cirugía, con prácticas en el Hospital. Una botica para recaudar ingresos para el colegio. Para los tiempos libres y vacaciones, compré la Quinta das Carvalhei-ras. Con esa formación, los alumnos encontraban trabajo con facilidad. Algunos consiguieron puestos brillantes.

- ¿A quién confió el colegio?

- El director debería ser sacerdote. En 1856, pasó a institución del Estado. Los salesianos permanecieron 16 años. En tiempo de la República, los expulsaron. El 13.02.1911, se fueron a España. Los Hermanos de La Salle llegaron el 7.08.1933.

- Usted distinguió dos tipos de dirección que todavía funcionan. ¿En qué consisten?

- La dirección interna, confiada a los Hermanos de La Salle. A ella le compete la programación de todas las actividades educativas. La dirección externa, nom-brada por el arzobispo cada tres años, se responsabi-liza de toda la administración. Los Hermanos no po-seéis nada. Ni los coches. Tenéis un salario, vivienda, y comida gratuita como todos los educadores.

- Por favor, Monseñor, colóquese aquí: “Rua da Cruz de Pedra”. Vemos la Catedral. Por esa calle circuló su predecesor, D. Gaspar. Nos dicen que “con huma pompa e magnificencia que igalou aos grandes Triunfos con que a famosa Roma recebia os seos Imperadores vitoriosos”. Usted, ¿cómo se diri-gió a la catedral?

- También la historia dice que suprimí los caballos… y que caminé a pie a la catedral.

 

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Pensamiento  y  vida  ᵠ Hemos llegado al colegio. Lea, por favor: “Colégio de São Caetano, Lar de Infância e Juventude”. Irmâos de La Salle.

- Qué patio interior más hermoso…

- No se distraiga. Mire. ¡Qué monumento! Casi 10 metros de alto: “A DON CAETANO BRANDÃO. OS EXALUMNOS”. II.IX.MCMVI.

En el vestíbulo, otra placa: “A DON CAETANO BRANDÃO. 2º CENTENARIO, 1791-1991, (…). EN 1791 TENÍA 21 ALUMNOS. En 1798, 150; 1992, 148. (2014, 40 alumnos).

(Planta baja). A esta maravilla la llamamos Los La-gos…. (Son las dependencias de la comunidad).

- Me alegro, Hermano, de que las grandes reformas del edificio comenzaran aquí. Está muy bien. (En la capilla, ora intensamente. Y yo me distraigo con los naranjos…).

- Son amplias habitaciones para visitas… Es mi habi-tación. Siéntese, por favor. Observe:

- ¡Qué maravilla, la finca de naranjos…!

- Fue la gran finca. Ahora, después de expropiacio-nes para la autovía, gasolinera, viviendas, otro gran colegio público, polideportivo y piscina municipal, todavía queda una finca amplia de naranjos.

- (Desde la galería de la tercera planta). Mire, D. Caetano, desde aquí se aprecia muy bien la planta baja. Es la reformar más original y funcional. Techo traslúcido. Ese atrio central separa “los dos lagos”: surtidores, peces, tortugas, plantas, las cuatro pal-meras llegan hasta aquí, casi 15 metros. Esas 14 semicircunferencias de cemento son los muros de los lagos. Nos sirven de asiento. El conjunto forma casi un parque interior. Es el lugar privilegiado para celebraciones, convivencia y recreo.

- Hermano, ¿qué tal los alumnos y educadores?

- Los educadores dicen que los alumnos son afables, tolerantes, participativos, sensibles a la amistad y a las injusticias, la mayoría sienten el colegio como su propia casa; pero tienen baja autoestima, indiferentes a los valores religiosos, se dejan influir fácilmente por el ambiente y el consumismo, a veces son violen-tos. Son 14 educadores. Atienden a los 40 internos todo el día y todos los días de la semana. Es un grupo de educadores comprometidos y lasalianos. Crean un ambiente amistoso, divertido y festivo.

(Estamos en el atrio). - Muchas gracias, Don Cae-tano, arzobispo, pobre franciscano, misionero, re-formador…

Otra placa:

- Hermano, VANITAS VANITATUM ET OMNIA VANITAS, menos permanecer pobre en el Colegio S. Caetano.

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NO  BICENTENÁRIO  DA  MORTE  DO  FUNDADOR  DO  COLÉGIO  DE  S.  CAETANO,  DOM  FREY  CAE-­‐TANO  BRANDÃO,  “ARREBATADO  A  PROMOVER  A  BOA  EDUCAÇÃO  DOS  MENINOS  Y  MENINAS  POBRES”.  HOMENAGEM  DA  COMUNIDADE  

EDUCATIVA.  17,  DEZEMBRO  DE  2005  

 

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Pensamiento  y  vida     CIL sobre la Regla revisada

Hno. Alberto García Arteaga urante todo el mes de noviembre de 2014 tuve el privilegio y la responsabilidad de participar en el CIL sobre la Regla revisada.

El privilegio porque supone una riqueza muy grande compartir la vida y la riqueza humana y espi-ritual de cincuenta Hermanos de toda la geografía lasaliana, sin contar con los conferenciantes, de los que siempre habría que hacer una mención especial porque, además de su riqueza personal, te aportan las investigaciones especiales que han realizado en torno al tema que se les encomendó. Quieras que no, tomas el pulso al Instituto, te enteras de cómo respiran los Hermanos de las diferentes regiones y de diferentes edades y mentalidades, y eso te enriquece y te forma, te hace relativizar problemas, te hace ver otros cami-nos por los que abrir esas puertas de futuro. Además de los tres Hermanos del Staff, fuimos cuarenta y nueve: once de la región PARC, nueve de la región RELAF (nunca tantos Hermanos africanos en un CIL), catorce de la región RELAL (el más numero-so), doce de la región RELEM (dos belgas, dos ita-lianos y los demás españoles… ningún francés) y tres de la región RELAN. Como os dije antes, debemos añadir los ponentes que han sido más de ocho.

La responsabilidad, porque íbamos con la misión de asimilar bien el texto de la regla renovada para, después, elaborar una serie de herramientas que ayu-den a Hermanos y comunidades de nuestra región a acoger, asimilar y vivir la regla revisada. Apasionante tarea si tenemos en cuenta las expectativas de tantos Hermanos y los esfuerzos de tantos otros en el traba-jo preparatorio. Pero, también, ardua tarea si tenemos en cuenta que debe ser cada Hermano el que ponga su corazón y sus entrañas en esa asimilación y viven-cia. Traigo aquí la anécdota del Quijote del regidor que le dijo a Sancho: “Hoy dormirás en el calabozo” y Sancho respondía: “No, señor, hoy no dormiré en el calabozo” y como el regidor insistiera basándose en su autoridad y en la fuerza de sus guardias, Sancho le aclaró: “Vuestra merced podrá encerrarme en el calabozo, pero si yo no quiero dormir, no dormiré”. De la misma manera podemos poner en las manos de los Hermanos hermosas herramientas para compren-der, asimilar y orar con la regla pero si cada uno no pone todo su ser en el empeño estaremos perdiendo el tiempo.

Cada ponente se esforzó por desarrollar la parte del temario que les habían encomendado. Algunos eran perros viejos en estas lides: habían estudiado la regla, la historia de la regla desde sus orígenes y su evolución a lo largo de nuestra historia; otros habían pertenecido a las comisiones que elaboraron los bo-rradores y, por fin, otros habían sido capitulares, sin hablar de los que habían pertenecido durante algún tiempo al gobierno del Instituto. Como veis, una ri-queza extraordinaria, aunque alguno se excusaba diciendo que había tenido poco tiempo desde el Capí-tulo y algún otro pedía disculpas por haber utilizado la numeración que salió del Capítulo y no la que ha-bía utilizado la comisión que trabajó la redacción final. Hubo quien echó mano a sus apuntes especiali-zados que tenían preparados desde hace bastante tiempo (los que hacían referencia al sentido de la Regla en las congregaciones religiosas o a la historia de la Regla en nuestro Instituto); otros tuvieron que realizar un trabajo reciente y novedoso al tener que comparar la regla anterior con la revisada para darnos las claves de esos cambios en el capítulo o capítulos de regla que le habían encomendado. A la mayor parte de ellos les pusimos buena nota y les agradeci-mos sus presentaciones. La mayor parte de los docu-mentos los descargaban en el “google drive” para poder consultarlos con algo de anterioridad o bien en el momento de la exposición.

Los grupos lingüísticos para orar y para compartir algunas de las cuestiones que los ponentes nos pro-ponían fueron un lujo de respeto, fraternidad, expan-sión y sinceridad. Compartimos nuestra vida y la de nuestras comunidades o distritos.

Las oraciones y Eucaristías conjuntas eran otro cantar. Muy bien preparadas, pero sin papeles. Todo proyectado sobre pantalla grande o pared y echando mano de los cantos o antífonas más sencillas o fáciles

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Pensamiento  y  vida  de aprender. La decoración y los símbolos, muy es-cogidos y apropiados al tema de la oración. Eran muchas cabezas y corazones puestos en acción para que la alabanza al Padre tuviese “nivel”. Casi todos los días nos brotaba un “gracias” hacia las personas que la habían preparado. “A Dios sean dadas”, que fue Él quien las inspiró y animó.

No sé si fuisteis asiduos lectores de las crónicas que enviábamos a la página web del Distrito. Ahí os relatábamos el ritmo de trabajo de cada semana: las conferencias, los momentos de reflexión, los diálogos de los grupos lingüísticos y el trabajo de los famosos viernes en la “caja de herramientas” por regiones.

De esto último quisiera comentaros que el trabajo del grupo de nuestra región quedó reducido al de los españoles e italianos. Los belgas al principio estuvie-ron con nosotros y, los que sabían francés, iban tra-duciendo lo que se hablaba, pero en la segunda se-mana se desligaron. Creo que nos organizamos muy bien y las pautas de trabajo fueron muy apropiadas: Un documento de ambientación-concienciación para que cada Hermano asuma la tarea de asimilar, vivir y orar la regla revisada; un documento sobre la histo-ria-evolución de nuestra regla desde los orígenes; otro sobre los trabajos de revisión desde los dos últi-mos Capítulos Generales; un documento en el que aparecen en paralelo la regla del 87 con la de 2014; una guía de lectura para cada capítulo; un documento para profundizar en cada capítulo de la regla revisada siguiendo el esquema: “recordar – cono-cer/profundizar – vivir – orar” y otros documentos de temas transversales. Creo que la tarea no está acaba-da, pero sí que podemos darnos por satisfechos por-que los objetivos han sido cumplidos con creces. Además el último viernes tuvimos la puesta en co-mún y pudimos enriquecernos, en concreto nosotros, con todo lo realizado por nuestros hermanos de la RELAL e intercambiar algunas herramientas.

Algo de lo que más me impresionó, refrendada con datos estadísticos y que aparece en el documento

que hemos preparado sobre la revisión de la regla en estos últimos años, ha sido la cantidad de Hermanos que han participado en el proceso con sus notas o con su trabajo en comisiones y que desembocó en los diálogos y decisiones de la asamblea capitular. Dios quiera que esa expectación, interés e inspiración con-tinúe en esta nueva fase de asimilación y vivencia.

Termino dejándoos, para abrir boca, los diez crite-rios a tener en cuenta en todo el proceso de revisión acordados por la Comisión en 2010. No tienen pérdi-da y os pueden dar idea del trabajo serio que los Hermano venían haciendo. ¡Que os sienten bien!

1. Un texto sencillo y claramente inspirador que establezca la identidad del Hermano.

2. El texto de la Regla de 1987 sigue siendo el texto básico para cualquier revisión.

3. El texto revisado debe tener como base el Evangelio, san Juan Bautista de La Salle y los primeros Hermanos, así como la tradición viva del Instituto.

4. Un texto que establezca claramente el voto de Asociación para el servicio educativo de los po-bres como central para la comprensión de los de-más votos a la luz de los documentos recientes de la Iglesia y del Instituto.

5. La Misión compartida en relación con nuestra común vocación bautismal y con el carisma lasa-liano como un don para toda la Iglesia.

6. La necesidad de educar para el mundo de hoy en toda su diversidad.

7. Una revisión que tenga en cuenta la demogra-fía del Instituto y en particular el impacto del en-vejecimiento de los Hermanos en diversos secto-res.

8. Un texto que tenga en cuenta la teología de la Trinidad y de la Reconciliación en el contexto de un mundo secular y multirreligioso.

9. La enorme diversidad en edad y situación so-cial del "público” – destinatarios con lo que ac-tuamos.

10. Una llamada tanto a las comunidades de los Hermanos como a los demás lasalianos a vivir la “comunión”.

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Deporte educativo Hno. Jesús Gil

l deporte, como todo fenómeno humano, es fiel reflejo de la sociedad en la que nace y se desarrolla. De un modo especial en nuestras sociedades modernas está al servicio del inte-

rés y de los beneficios económicos de unos pocos.

Sin embargo, hay otra visión y otro uso del deporte, orientado más bien hacia la consecución de un mun-do y una sociedad mejores. El juego y los deportes poseen la virtud de desarrollar capacidades en los niños y jóvenes de gran importancia: el sentido cooperativo de la actividad humana, el disfrute per-sonal y grupal por encima y al margen del éxito, la integración de los más desfavorecidos, el respeto y la valoración de los demás y de las reglas que rigen las relaciones humanas etc.

Deporte, oportunidad para la convivencia

El deporte por sus características universales permi-te desde una perspectiva general la integración de los diferentes grupos sociales, profesionales y de un desarrollo psíquico y físico diferenciado. Podemos observar que, cuando se estudia la realidad del depor-te, la tendencia es a realizarlo desde una perspectiva etnográfica. Pero nos olvidamos de los grandes pro-tagonistas, los niños y niñas, sujetos que poseen sus propias percepciones y pensamientos sobre el juego tradicional en el contexto escolar, y que deben tener también su espacio de expresión; por ello debemos indagar en el concepto de juego que poseen los chi-cos y chicas de cada región.

Retomando el tema de los juegos tradicionales, son ellos el primer contacto con los demás y nos permiten desarrollar mejor los lazos de unión entre los pueblos y las personas. Acompañan al ser humano desde la infancia hasta la vejez. Se juega a cualquier edad. Los juegos se adaptan al crecimiento del individuo, ayu-dándole a cubrir de forma natural las necesidades que se le plantean tanto físicas como sociales, de relación, individuales o colectivas.

Pero la adaptación de los deportes y juegos tradi-

cionales y populares no es exclusiva de sus protago-nistas ya que el tipo de juego lo determinará, no sólo la edad y el género de los jugadores, sino los entor-nos que manipulan: ¿a qué?, ¿con quién?, ¿dónde?, ¿cuándo y cómo se juega? Esto hace que los deportes y juegos formen parte inseparable de la propia evolu-ción de la sociedad, convirtiéndose en hechos coti-dianos de carácter cultural.

La sociedad actual necesita reconocer una serie de valores que, gracias a los nuevos hábitos de relación, han sido sustituidos por otros bien distintos, y que conducen a la indiferencia ante los demás, declarando el egocentrismo como lo esencial.

El deporte y el juego desarrollan elementos de re-lación fundamentalmente. Existen unas normas que todos debemos respetar, al igual que en nuestra so-ciedad y en todas en general, también nos exige un continuo esfuerzo, una permanente relación con los demás, tanto como componentes de nuestro grupo como del adversario. Adversario que otro día puede ser nuestro compañero de equipo, como ocurre cuando sorteamos los equipos de juego. A nivel personal, encontramos las mejoras de la autoestima, de la capacidad en el esfuerzo y, sobre todo, de la participación y el estar con todos.

El deporte como medio educativo

El deporte y el juego en los pequeños no deben quedar reducidos a una actividad aislada, sino que deben servir al proceso educativo y liberador de energía y de autoestima

No deben reducirse a un recurso, sino que deben emplearse de forma coherente dentro del proceso educativo. Cuando ponemos en práctica un deporte o un juego debemos intentar desarrollar una serie de objetivos de carácter general que permitan propor-cionar a dicha actividad una intervención pedagógica acertada. Destacamos las siguientes:

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Opinamos  - Proporcionar momentos de alegría y diversión.

- Favorecer la integración de la persona a través de su participación en juegos y actividades de tipo lúdico.

- Ofrecer un medio de ocupación del tiempo libre.

- Intentar acercarse a esos deportes tradicionales de cada región, que son un bien cultural y una ex-presión de las formas recreativas de cada rincón de la geografía mundial.

- Desarrollar la creatividad de los chicos/as a tra-vés de la invención de nuevos juegos.

- Potenciar las dimensiones de los deportes y jue-gos dentro del desarrollo infantil y juvenil.

- Fomentar el espíritu crítico frente a la manipula-ción de los medios de comunicación y de las perso-nas que distorsionan de alguna manera el ideario deportivo.

- Inculcar actitudes de participación, cooperación y respeto hacia el adversario, intentando evitar las situaciones de competitividad.

- Aprender a utilizar todos los medios y recursos disponibles a la hora de realizar un deporte.

- Intentar desarrollar como educadores la investi-gación, análisis y creación de formas más adaptadas en los deportes y en los juegos.

- Aprovechar el deporte como uno de los elemen-tos esenciales para mejorar la coeducación, con modificaciones de deportes y juegos que faciliten el desarrollo de los mismos sin diferencias de sexo.

Como podemos observar, las posibilidades educati-vas de los deportes y de los juegos son muy variadas y extensas, por lo que hemos recogido un número limitado, pero que han tenido un gran éxito en nues-tras acciones pedagógicas.

Algo ponemos en juego

Antes de hablar de los conceptos, procedimientos y actitudes, vamos a especificar los objetivos generales.

Con respecto al conocimiento y desarrollo corporal nos encontramos con los siguientes objetivos:

• Resolver situaciones que exijan una percepción espacio – temporal más compleja mediante la in-troducción de elementos nuevos y en mayor mo-vimiento.

• Resolver problemas que exijan el análisis de los estímulos del entorno, la selección de las con-ductas más eficaces, el dominio de destrezas mo-toras y análisis de los resultados producidos.

• Transmitir sensaciones, ideas, estados de áni-mo y mensajes sencillos, a través del lenguaje corporal y hacerse capaces de entender y contestar los de los demás, aumentando la complejidad de los mensajes expresados.

Con relación a la salud corporal, los objetivos que podemos observar son:

• Adoptar hábitos higiénicos y posturales con-cretos en la vida cotidiana y en la propia actividad física.

• Valorar la actividad física como fuente de sa-lud.

• Participar en diversos tipos de juegos, aceptan-do las normas y el hecho de ganar o perder como algo propio de la actividad, cooperando con sus compañeros u oponiéndose a ellos en las ocasio-nes necesarias, de forma no agresiva.

Con respecto al desarrollo de los juegos en estas edades, tenemos que diferenciar entre conceptos, procedimientos y actitudes. Los conceptos que deben ser tratados son:

• Juegos adaptados y de iniciación deportiva.

• Reglas básicas de los deportes adaptados y de iniciación deportiva.

• Juegos populares y tradicionales. Conocimien-to de los más característicos de su región.

Con respecto a las actitudes que deberían fomen-tar:

• Participación en diferentes tipos de juegos con-siderando su valor funcional o recreativo.

• Sensibilidad y aceptación ante los diferentes niveles de destreza.

• Valoración de las posibilidades como equipo y de la participación de cada uno de sus miembros con independencia del resultado obtenido.

 

 

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• Confianza en las propias posibilidades y valo-ración de las mismas en la elección de las activi-dades para el empleo del tiempo de ocio y recreo.

• Como podemos observar, el juego y el deporte son fuentes de cultura, y deben unir a los jóvenes, estableciendo y fórmulas de solidaridad y de hu-manismo, huyendo del consumo desmesurado y de los muchos despropósitos con los que, desde él, se estimula a la sociedad.

• Aceptación, dentro de una organización en equipo, del papel que corresponda desempeñar como jugador, independientemente de su capaci-dad y habilidad motriz.

Se nos reta a todos los educadores a no dejar redu-cido el deporte de chicos y jóvenes al rendimiento y a la competición.

Tal práctica deportiva resulta, además insuficiente, inadecuada desde el punto de vista de la formación de actitudes y hábitos positivos.

Debemos dar prioridad a un enfoque de la práctica deportiva, desde la reflexión y la práctica, el desarro-llo de las distintas capacidades: cognitivas, motrices, de equilibrio personal, de relación interpersonal y de inserción social.

Deporte y tiempo de ocio

Hoy día nuestra sociedad no se entiende sin el ocio y el tiempo libre. Sin embargo, no es suficiente con el tiempo libre para tener una experiencia de ocio.

La nueva realidad que nos rodea ha aumentado nuestras posibilidades de elección, de manera que la satisfacción no se consigue con tener más o gastar más, sino optando por aquello que nos haga sentirnos mejor con nosotros y nuestro entorno.

El ocio no debe ser identificado con el tiempo, puesto que el tiempo en sí mismo no define la acción humana. No es suficiente con el tiempo libre para tener una experiencia de ocio. La importancia del ocio radica en ser un ejercicio libre de identidad, autorreconocimiento y voluntad.

Para los jóvenes, el ocio es un ámbito de socializa-ción importante, porque durante ese tiempo transcu-rren gran parte de sus relaciones de amistad. Para ellos tiene gran importancia las relaciones con los amigos, relaciones que se cultivan durante los tiem-pos de ocio.

El ocio juvenil es un ocio exterior, que transcurre fuera del hogar. Las relaciones sociales con amigos y la música constituyen el núcleo de las aficiones juve-niles. También cabe destacar que la práctica deporti-va se va abandonando a medida que se cumplen años, y este hecho ocurre también dentro del colectivo juvenil. Son los jóvenes los que hacen más deporte.

• Tiempo de deporte, tiempo para la educación.

• El que practica deporte tiene muchos problemas resueltos: mejor salud y más fácil conservarse sin vicios.

• Practica deportes variados y no te sentirás atado a nada; serás persona libre.

• Deportes limpios y personas más liberadas. b  

 

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Crónica de una visita muy deseada Hno. Esteban de Vega

omo todos sabéis, la fiesta del Noviciado es la Inmaculada. En cada ocasión buscamos el modo de hacer de esta fiesta un día muy es-

pecial. En los últimos años, concretamente, hemos invitado a muchos Hermanos y lasalianos a celebrar con nosotros este día, y lo cierto es que hemos tenido la alegría de ver, año tras año, que la casa se nos lle-naba, literalmente, de personas que venían a vivir con nosotros esta jornada, aunque venir supusiera comer de pie.

Este año no hemos sido nosotros lo que hemos in-vitado, sino que, más bien, "nos hemos dejado invi-tar", y nos hemos ido a celebrar nuestra fiesta a Sevi-lla. ¿Por qué a Sevilla? Podríamos decir que fuimos porque en esa bella ciudad la fiesta de la Inmaculada se reviste de un brillo especial, como realmente pu-dimos apreciar; pero no fue ese el motivo. Nos fui-mos a esta ciudad porque allí se encuentran nuestros buenos amigos del postulantado: Álvaro, Sebastián y Antonio, junto con sus Hermanos de comunidad Mar-tiniano, José Javier, Eusebio y Eutimio. Y se unió también Miguel, postulante que actualmente reside en la comunidad de Arucas. Como no cabíamos en la comunidad de Felipe Benito, donde se encuentra el postulantado, residimos en Dos Hermanas. Hasta allá se trasladaron ellos, para celebrar la primera parte de nuestro encuentro, que consistió en un compartir tranquilo de nuestra vida de novicios y postulantes. Hasta allí viajaron también los Hnos. Andrés y Jesús Miguel, procedentes de Lliria, donde acababan de vivir la Asamblea de la MEL. Nos acompañaron du-rante todo el encuentro y volvieron con nosotros al terminar.

Hago un alto en esta crónica para presentar a los postulantes. Quizá bastantes ya los conozcan, pero me imagino que para la mayoría del Sector le resulta-rá interesante conocer a los jóvenes que actualmente están en la casa de formación. Y empiezo por el más joven: Álvaro, joven canario antiguo alumno de Aru-cas. El año pasado vivió el primer período del postu-lantado, en Tenerife. Actualmente tiene 20 años y estudia el primer curso de Teología. El siguiente en edad es Antonio, aunque el salto es considerable, pues tiene 40 años. Es originario de Cantabria, pero donde más tiempo ha vivido ha sido en Palencia. Es, por lo tanto, del Sector de Valladolid, y es licenciado en Historia y Arte. Sebastián es el tercer postulante de la comunidad de Sevilla, de 42 años. Es mallor-quín y hasta ahora había vivido una experiencia pro-longada de comunidad en Palma de Mallorca, de donde es originario. Actualmente se prepara para la prueba de acceso a la universidad para mayores de 40 años. Estos son los tres jóvenes del segundo período de postulantado, que viven en la comunidad de Felipe Benito y que son acompañados especialmente por el Hno. Martiniano, del Sector de Madrid.

Como ya he dicho, tenemos aún otro postulante, de 22 años, que realiza su primer período de forma-ción en la comunidad de Arucas. Procede de la loca-lidad de Cubas de la Sagra y es antiguo alumno del centro de Griñón. En Arucas continúa con sus estu-dios universitarios.

A estos cuatro jóvenes (bueno, está claro que en el caso de alguno de ellos hablar de "jóvenes" es una especie de analogía) añadimos a Filipe y Joel, novi-cios portugueses, ya sobradamente conocidos por todos por haber participado varios años en el día del Sector y en distintos encuentros de zona.

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Continúo con el relato de nuestro encuentro. Transcurrido el momento más reflexivo, en torno a una mesa, y tras haber celebrado la eucaristía domi-nical y haber comido con todos los Hermanos de Dos Hermanas, nos fuimos al centro de la ciudad de Sevi-lla, a dejarnos empapar del ambiente andaluz. Y, efectivamente, pudimos comprobar en las calles sevi-llanas que la ciudad se engalana de modo muy espe-cial no sólo para celebrar la navidad, sino también la fiesta de la Inmaculada. Las calles eran un hervidero de gente y vimos muchos tunos entonando cantos para ambientar los alrededores de la catedral, turistas atraídos por la posibilidad de celebrar la fiesta, terra-zas abarrotadas de personas...

En Felipe Benito celebramos la vigilia de la Inma-culada, junto con la comunidad educativa del centro. Con muchos de los miembros de esta comunidad ce-namos a continuación en los locales de la comunidad de los Hermanos. Tras la cena, los más jóvenes, a los que se unieron tres Hermanos del Sector de Madrid, que también se acercaron a la fiesta, salieron a dar un paseo por el centro de Sevilla, a seguir contagiándose del ambiente festivo que transpiraba la ciudad.

El día 8 nos movimos por el entorno del Colegio de La Purísima. Antes de la eucaristía visitamos la iglesia en la que se encuentra la imagen de la Maca-rena, visita obligada, puesto que La Purísima está a

pocos minutos de la basílica de la Macarena. Y a las 12 de la mañana nos congregamos en la iglesia del colegio de La Purísima para celebrar la eucaristía junto con toda la comunidad educativa del colegio. Contemplamos admirados que, aunque en el colegio no hay comunidad de Hermanos, el cariño que se nos profesa por parte de los alumnos, antiguos alumnos y familias es impresionante. La iglesia estaba a rebosar y la eucaristía fue un auténtico derroche de lasaliani-dad. El coro rociero del centro animó la celebración con sus cantos y puso un ambiente de alegría que difícilmente se puede encontrar fuera de Andalucía. Incluso los alumnos de infantil del colegio pusieron su nota de simpatía cantando, al final de la misa, un canto a la Virgen, vestidos de tunos. Todo muy sevi-llano, como podéis ver en la foto.

Y así, entre celebración y celebración, transcurrió nuestro encuentro. De La Purísima nos trasladamos de nuevo a Dos Hermanas, para concluir allí con la comida nuestra celebración. A la comida asistieron todas las comunidades de Sevilla. No pudimos pro-longar durante mucho tiempo la despedida pues, siendo esta la tarde final del puente, temíamos encon-trarnos unas caravanas impresionantes. Y así fue: hubo caravana, aunque afortunadamente menor de la que nos habíamos temido.

Salimos de Madrid el día 6 por la tarde, bajo la lluvia, y volvimos de Sevilla en un día que parecía más bien primaveral. Volvimos con el corazón cal-deado. Mereció la pena un viaje de varias horas, para encontrarnos con amigos con los que tenemos mucho en común, tanto que, si Dios quiere, no tardaremos mucho en poder llamar "hermanos”. Realmente fue un modo muy adecuado de celebrar la fiesta de nues-tra patrona.

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Las ciencias adelantan que es una barbaridad

Hno. José Carlos García Moreno

ice D. Hilarión, charlando con su amigo D. Sebastián, en la zarzuela “La verbena de la Paloma” (del maestro Tomás Bre-tón y libreto de Ricardo de la Vega):

- “… hoy las ciencias adelantan que es una bar-baridad,

- Que es una brutalidad,

- Una bestialidad…”.

Es cierto, parece que el “Tiempo” se ha impreg-nado de esta época, se ha puesto las pilas y se ha introducido en la “generación del milenio”, bañada por lo científico-técnico, civilización de la “escepsis empírica”, de la “razón científica moderna” o “empí-rico-racional”, la llaman algunos autores. Las modas, estilos, gustos… cambiaban cada década y así se habla de la década prodigiosa, de los años 70, 80… Ahora es distinto, la generación de los jóvenes es la generación “X”, la de los “millennials”, la siguió la “Y” que aún están sin entrar en la bolsa de trabajo y ya estamos hablando de la “Z”. Tremendo, pero al mismo tiempo fascinante… Estamos en tiempos de la velocidad, ríase usted ya de la barrera del sonido… de la luz…; las ciencias adelantan que es una barba-ridad y a una velocidad que es una brutalidad.

Pues sí, estamos en una época fantástica que exige mucha cintura, es decir, flexibilidad, miras amplias, horizontes inmensos y sobre todo mucha tolerancia. Sin tolerancia no puede haber comprensión y sin compresión no encontraremos cercanía y menos aún, fraternidad. Por otra parte, necesitamos reflexión, interiorización… para que lo que hacemos tenga un sentido y sepamos quienes somos y qué pretendemos.

¿Dónde quedó el posmodernismo? En el fondo quizás haya sido un inicio de esta estrepitosa carrera: anulación de los “grandes relatos”, superación de lo racional para dar paso al sentimiento… ¿Dónde ha quedado lo trascendente, el concepto Dios…? Hoy hablamos de los “nuevos ateos”, al estilo de Stephen Hawking, que afirman que hoy solo tienen sentido y deben ser acogidas como verdaderas las proposicio-nes que pueden ser controladas empíricamente, las que pueden ser experimentadas, medidas, pesadas, cuantificadas. Nunca las que pueden ser argumenta-das o mostradas como lógicamente consistentes y razonables. Estamos ante la unidimensionalidad de estos ateos para los que sólo existe la civilización “científico-técnica”.

Difícil lo tiene la Pastoral, se hable de umbral, “nuevo marco pastoral” (“mariposa”), la pastoral como proyecto, o “nueva evangelización”. El tapiz que es nuestro mundo, está constituido por una múl-tiple variedad de hilos con colores muy variados, de diferentes texturas, formas, plasticidad… que nos hace hablar de sociedad multicultural, poliédrica, de cultura mosaico… con todo lo que eso significa a la hora del anuncio del Reino. Yo me pregunto: ¿qué haría hoy Jesús?, ¿cómo transmitiría su Buena Nue-va? Desde luego que con mucha imaginación, creati-vidad y lenguaje asequible a todos. Pero sobre todo con mucho cariño, humildad y amor.

Este verano compartí diez días en Bujedo con los muchachos que acuden a las Colonias o a los Encuen-tros, como hice cursos anteriores, y me llamaron la

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atención varias cosas en las que antes no me había fijado:

- Nunca había sido consciente de que los niños su-frieran tantas enfermedades, alergias, intoleran-cias… y que tuvieran que tomar un montón de fármacos, hasta el punto de ver la tapa del piano del comedor grande repleta de cajitas con el nom-bre de los niños y sus medicinas. Es algo nuevo y significativo.

- Visitamos la Residencia de S. Miguel del Monte y bastantes niños lloraban, no porque les dieran miedo los ancianos, sino porque se acordaban de sus abuelos. Eran chavales de 12, 13 años… Lo emocional está a flor de piel.

- Caí en la cuenta de que los animadores son muy jóvenes. No sé si será signo de poca constancia para seguir en la brecha del acompañamiento… Mi pensamiento en ese momento fue: es preciso tener una buena escuela de formación de anima-dores. El éxito que se tuvo en los primeros tiem-pos del “Proceso catecumenal” en buena medida se debió, creo yo, a que se cuidó mucho la forma-ción de animadores con cursos de semana en Bu-jedo durante los veranos y la participación de los Hermanos en las nuevas actividades y procesos. Solo con animadores con buena base se puede rea-lizar una pastoral “eficiente”. Este ha sido siempre un problema para la evangelización. La propia Iglesia, los llamados “movimientos de Iglesia”…, han sufrido crisis por la carencia de buenos líde-res. Líderes, que por otra parte, fundamentalmente deben ser testigos, lo que lo hace aún más difícil.

Se ha cambiado el paradigma, es cierto, no se puede actuar como hasta ahora, no podemos vivir como hasta el presente. Se impone una mayor apertu-ra al Espíritu que impulse creatividad, dinamismo en la búsqueda, ilusión, entusiasmo y coherencia en nuestras opciones, que es lo mismo que hablar de sinceridad, trasparencia, verdad... Nos toca vivir un momento fantástico, lleno de enigmas y misterios que pueden acercarnos al “Misterio”, al Dios de los cre-yentes, al Dios de Jesucristo. No todo es ciencia y técnica, existen vivencias, emociones, experiencias del mundo trascendente… Lo cierto es que “sólo el amor es capaz de mover montañas”. No sé si somos conscientes de la necesidad de fortalecer nuestra fra-ternidad comunitaria que es lo que da sentido a nues-tra existencia y es la fuente de nuestra “misión”... El papa Francisco nos dice que “no nos dejemos robar la comunidad”, pero… hay verbos que no admiten el imperativo: leer, fraternizar, amar…, aunque las ciencias adelanten que es una barbaridad.

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La oración contemplativa Hno. José Antonio Revuelta

ios está azul” (Juan Ramón Jiménez). “Está” y es. Está azul y es arcoiris. Dios es misterio. Dios es inefable; inexpresable por inconcebible e in-

comprensible. O con san Agustín: “Intimior intimo meo, superior summo meo” [Dios me es más íntimo que yo mismo, pero trasciende todo lo mío].

Ante este panorama arracional, poco nos puede acercar al “Totalmente-Otro” el voluntarismo de la oración vocal comunitaria, de algunas devociones o de la meditación de temas y contenidos.

Por eso, en el cristianismo, la oración contempla-tiva fue la forma ordinaria que se enseñó y practicó hasta el Renacimiento. Incluso el Vaticano II, en su decreto “Ad gentes”, anima a los misioneros de los Institutos Religiosos a “considerar atentamente el modo de aplicar a la vida religiosa cristiana las tradi-ciones ascéticas y contemplativas, cuyas semillas había Dios esparcido con frecuencia en antiguas cul-turas antes de la proclamación del Evangelio” (Ad gentes, n.º 18).

Causas que produjeron el declive de la mística (contemplación)

• Los tratadistas coinciden en señalar como más influyente a san Ignacio de Loyola. A pesar de haberse adentrado en experiencias místicas. Porque no siguió la tradición contemplativa y rebajó los "ejercicios espirituales" a medita-ción o reflexión discursiva, con imágenes y contenidos. En ellos actúan especialmente el entendimiento y la voluntad. Las nuevas Órde-nes lo adoptaron y practicaron hasta nuestros días. ¡Una cruel violación espiritual! Otras causas podrían ser:

• El enfrentamiento de la Iglesia establecida con el Quietismo y su radical condena de esta co-rriente. La pedagogía del Quietismo consiste en un dejar hacer pasivo y en abandonarse a la guía de la gracia. Esto y algunos abusos, gene-ró en la Institución un miedo latente ante toda mística, haciendo que cayera en descrédito.

• El Jansenismo y sus influencias. El Jansenismo se acerca mucho al Determinismo: el ser hu-mano está predestinado y poco puede hacer pa-ra cambiar esta condición. Dios escoge a la persona y le concede la gracia de actuar bien, obrando así su redención.

• La sobrevaloración de las visiones y revelacio-nes privadas y la consecuente desvalorización de la liturgia cristiana.

• El confundir la auténtica naturaleza de la con-templación con fenómenos como la levitación, el hablar en lenguas, los estigmas y las visiones.

• El confundir la mística con la beatería.

• La desfiguración de la imagen de los místicos y la equiparación de la mística con un ascetis-mo divorciado de la realidad.

• El incremento del legalismo de la Iglesia Ro-mana. Etcétera.

Vuelta a las raíces

Dentro de nuestra pobreza occidental, nunca se ha perdido totalmente la oración contemplativa. Es más, desde la segunda mitad del siglo XX, se está volvien-do a ella, se tiene sed de ella, incluso fuera del campo religioso. Para acercarse a la Realidad “cosmoteán-drica” [universo, Dios, persona] (Panikkar, 1999).

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Acaso como respuesta a la superficialidad, mediocri-dad, prisas e hiperactividad hodiernas.

Partimos de que “El ser humano, biológica y psí-quicamente, posee la misma ancestralidad que el universo” (Boff, 2003: 58). Esta es la conclusión a la que llegan las nuevas ciencias, la psicología de lo profundo, la psicología transpersonal, la nueva antro-pología... La persona es una dimensión de la Tierra y del universo. Interiorizar esta realidad de pertenencia, experimentarla y sentirse insertado y cargado por la dinámica del universo y por el Espíritu que la im-pregna es poseer ‘nueva conciencia’.

Todos los seres, en su largo proceso de evolución compleja y relacional, se van envolviendo sobre sí mismos hasta el punto de poseer niveles de interiori-dad. Esta interioridad hace que se presenten grados de conciencia cada vez más profundos, hasta alcanzar forma refleja en el ser humano. Con la reflexión co-menzó propiamente el "homo sapiens-demens". Y seguimos complejificándonos.

Dos modos de conocer básicos

1. El racional, científico y simbólico. Es el del Antiguo Paradigma: mecanicista, cartesiano, newto-niano, dualista. Tiene por base la razón. El conoci-miento racional es lineal, fijo y analítico, por lo que tiende a ser fragmentario.

Cuando en la historia de la humanidad despierta el conocimiento simbólico parece que se plantea una escisión en el universo entre el conocedor y lo cono-cido, entre el sujeto y el objeto, entre el pensador y el pensamiento. Entonces nuestra conciencia más íntima queda sin conocerse, pues se dedica al mundo ex-terno. Es como la mano, que puede asir objetos, pero jamás podrá asirse a sí misma.

Este tipo de conocimiento dualista ha sido la pie-dra angular de la filosofía, de la oración, de la teolo-gía y de la ciencia en occidente.

En realidad, no se trata con “el mundo mismo”, sino con “representaciones simbólicas” de ese mun-do. Por más refinadas y analíticas que sean sus imá-genes del mundo, no dejan de ser eso: imágenes. Tienen con la realidad la misma relación que una imagen de la luna tiene con la luna.

Nuestra concepción ordinaria del mundo es como un complejo de cosas que se extienden en el espacio y se suceden en el tiempo.

Sin embargo, la física cuántica y el Principio de Indeterminación de Heisenberg nos aseguran que, de alguna manera misteriosa, el sujeto y el objeto están íntimamente unidos.

Los físicos concluyeron que –en última estancia- sujeto y objeto son una y la misma cosa. También ocurre en la lógica, según el Teorema de la Incomple-titud de Gödel -una cura de humildad para las ciencias autodenominadas "exactas" (Cf. p. web). El conoci-miento dualista es inadecuado en muchos aspectos, sobre todo, en los que se relacionan con la persona.

2. El afectivo, intuitivo y no dualista.

Los hombres de ciencia reconocen lo improceden-te del conocimiento dualista, admitiendo la posibili-dad de otro modo de conocer la realidad.

A lo largo de la historia, muchas personas aban-donan por unos momentos el conocimiento dualista (sin darse cuenta), vivenciando directamente la reali-dad fundamental: un paisaje, por ejemplo. El conte-nido de esta experiencia o vivencia no dual es lo que se considera como realidad absoluta. No se puede probar lógicamente, pues es un hecho vivencial. Sur-ge durante un estado expansivo de la conciencia.

Entendemos que hay un propósito universal y que nosotros formamos parte de él: Nos estamos volvien-do conscientes de nosotros mismos. Al igual que el universo se contempla, reflexiona y se vuelve cons-ciente de sí mismo en el ser humano.

En términos más estrictos, no hay una cosa que se llame “Realidad” y otra cosa que se llame “conoci-miento de la Realidad”, porque eso es dualista. –Acontece que es que es difícil expresarse teniendo un lenguaje tan dualista–. El conocer y lo real se funden en la Experiencia Primaria.

 

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Pensamiento  y  vida  Si la Realidad es inexpresable, no por eso deja de

ser vivenciable.

Aquí es donde se sitúa el conocimiento místico.

Se trata de un conocimiento transformador y uni-ficante.

Su cualidad está situada al final de una escala de percepción donde ninguno de los planos anteriores quedan anulados. Es un conocimiento directo, pene-trante, vivificador, en el que ‘conocer’ es igual a ‘ser’, porque se da una ruptura de barreras, cierta comunión, extinción de la dualidad; con lo que resul-ta que, al comprender realmente, se transforma uno en lo que se conoce:

¡Es la sensación de todos los místicos que en el mundo han sido!

Conocimiento como dos caras de la misma reali-dad:

“La perforación de la opacidad del mundo por parte de un conocimiento que ha alcanzado su pleni-tud no anula el mundo de las formas, sino que permi-te percibirlas de un modo totalmente diferente, sin por ello extinguirlas, sino descubriéndolas gráciles y ellas mismas transparentes. (...) No hay otro mundo, sino un único mundo; lo que ocurre es que lo perci-bimos de manera diferente” (Melloni, 2003: 301).

Coda

De modo que "la contemplación se desarrolla en una nueva dimensión que supera lo tridimensional.

Los otros modos servirían de preparación. ¡Y no va-mos a permanecer toda la vida preparándonos!" (Enomiya-Lassalle, 1980: 53). No nos desanimemos: Es verdad que nadie puede volver atrás y comenzar de nuevo; pero cualquiera puede empezar hoy y crear un nuevo final.

+ Hasta la próxima, que será experiencial, con-creta y práctica.

b

Referencias bibliográficas

Boff, L. (2003). La voz del arcoiris. Madrid: Ed. Trotta. Concilio Vaticano II. (19707). Constituciones. Decre-tos. Declaraciones. Legislación postconciliar. Ma-drid: BAC. Dawson, J. W. (1999). Gödel y los límites de la lógi-ca. Extraído el 25 - 11 - 2014, desde http://paginaspersonales.deusto.es/abaitua/konzeptu/nlp/godel.htm Enomiya-Lassalle, H. M. (1980). El zen entre cris-tianos. Meditación oriental y espiritualidad cristiana. Barcelona: Herder. Melloni, J. (2003). "El Uno en lo Múltiple. Aproxi-mación a la diversidad y unidad de las religiones. Santander: Sal Terrae. Panikkar, R. (1999). Invitación a la sabiduría. Ma-drid: Espasa-Calpe.

 

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Pensamiento  y  vida    La vocación es un proceso

Hno. Jesús Gil a persona en proceso de maduración mira a su pasado con agradecimiento pues reconoce que los acontecimientos vividos son positivos. Y

cuando esa persona se abre al futuro lo interpreta como una aventura por descubrir y construir. En de-finitiva, todos avanzamos, cada cual a su ritmo y según las circunstancias particulares, hacia la integra-ción de nuestro ser real, buscando la dirección exis-tencial que da sentido a lo que hacemos y lo que po-demos llegar a ser.

Llega el día, cada cual sabe cuándo y cómo, en que la búsqueda se nos presenta como amanecer que poco a poco certifica lo que queremos ser y hacer concreta-mente, conscientes de que cada decisión tomada im-plica exclusión de otras. Esta exclusión exige renuncia, pero basada en la confianza del amor.

Cuando semejante decisión es fruto de un proceso de discernimiento y búsqueda de Dios y de su volun-tad, la llamamos vocación pues es experimentada como llamada profunda que no cesa de “llamarnos”, pues es un clamor interior que busca ser respondido positivamente. Por eso la otra cara de toda vocación es la respuesta que requiere decisión: “Heme aquí, Señor, pues me has llamado”.

Ni que decir tiene que la llamada o vocación no se da de una vez sino que, entendida como proceso, se extiende a lo largo de la vida. Dios, agente primero e iniciador del proceso a través del Espíritu de su Hijo, golpea a la puerta de nuestro ser profundo a través de las circunstancias cotidianas.

Dios se manifiesta – VOCACIÓN – Él nos hace una llamada y nos exige una respuesta. “Ven y ve-rás”. “Heme aquí, pues me has llamado”.

El método más eficaz para atraer vocaciones es el contagio

Cuando alguien ha sentido esta llamada y se pone en camino necesita el apoyo de la oración, el acom-pañamiento y el ajuste progresivo de todo su ser a esta llamada que le atrae y le va armonizando. Paula-tinamente esta llamada interior va señalándole un estilo de vida concreto que puede ser el de la vida de HERMANO de La Salle. Y así empieza el primer nivel de la formación que llamamos “aspirantado” o “pos-tulantado”.

Los miembros del Instituto trabajamos por las vo-caciones no para ganar adeptos para la causa humana, sino para la del Reino de Jesús que nos ganó el cora-zón. Sabemos que Él desea que haya operarios para esta causa, pues nos dijo que la “mies es siempre inmensa” en comparación al número de los braceros que trabajan para el Reino.

Toda pastoral vocacional se basa en estar conec-tados al deseo de Dios: Pidan al dueño de la mies de manera confiada, sabiendo que si somos lo que de-bemos ser, Él atraerá a los que de verdad han sido llamados y están dispuestos a responder que SÍ.

Desde este punto de vista el encargado de voca-ciones y su equipo deben ir a los jóvenes, y a los no tan jóvenes, con gran dosis de humildad, pues son meros colaboradores e intermediarios entre Dios y la persona llamada, y receptividad para saber acoger, acompañar y ayudar a madurar la llamada del Señor en los que han sido tocados por la gracia.

Puesto que el enfoque de esta reflexión es acerca de la fuerza profunda entre pastoral vocacional y formación inicial, aquí hay mucho que decir acerca del estilo específico de la vida personal y comunitaria que hemos de vivir para que nuestros candidatos y hermanos menores no se sientan defraudados, sino más bien ayudados, apoyados y acompañados.

Lo que les dijimos en las campañas vocacionales debe ser contrastado con nuestra manera de vivir hoy y, si fuera necesario, debe ser puesto en cuestión, cambiado, enmendado y purificado. Y es que a la larga el método más eficaz de atraer vocaciones a la vida religiosa es el contagio, pues en él la fuerza del

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Pensamiento  y  vida  convencimiento elimina toda ambivalencia y toda verborrea de nuestro lenguaje inconsistente.

No podemos engañar a los jóvenes, pues son ellos los mejores asesores de nuestras formas de vivir, en nuestro deseo de decir el sí incondicional al Señor. Jesús de Nazaret y su estilo de vivir nos enseñan de modo excepcional el método evangélico del contagio a través del cual Jesús comenzó, con tan solo un pu-ñado de gentes, los doce apóstoles, el mayor cambio que jamás haya ocurrido en la historia de la humani-dad: la llegada del Reino. Y en ello estamos también nosotros. Os invito a mirar juntos el método vocacio-nal de Jesús. Aprendamos de su pedagogía.

Se nos pide ser testigos más que gestores de ex-trañas campañas. Lo primero es lo primero.

Algunas notas a tener en cuenta:

-­‐ Jesús nunca prometió el éxito como garantía.

-­‐ Nunca les ofrece una vida fácil. Les pide que carguen con la cruz de cada día. Deben dejar sus posesiones materiales, sus conocidos y sus relaciones para emprender un viaje como peregrinos en la tierra.

-­‐ Jesús no es un teórico. No dice seguid esta doc-trina sino sencillamente: “ven y sígueme”. Sus segui-dores no entran a formar parte de ninguna clase de sociedad concreta.

-­‐ Jesús discierne la vocación de los suyos de ma-nera misteriosa y sorprendente. No llama a los inteli-gentes, sino a sencillos pescadores.

-­‐ Está claro que el método preferido de Jesús fue el del contagio a través de la relación interpersonal.

-­‐ Pero no todo fue fácil para Jesús. De hecho pa-rece que en el campo de la formación fracasó, ya que todos le abandonaron.

-­‐ Esto no quiere decir que Jesús no hubiera hecho bien su trabajo.

-­‐ Seguir a Jesús significa en definitiva aprender a tener su mente y su corazón; y esto no es nada fácil. Se nos pide ser testigos más que gestores de extrañas campañas.

-­‐ Podemos decir que aquellos discípulos tenían buena voluntad. Buena intención sí, pero con una mentalidad distinta de la del Reino en el que el pri-mero es el último.

-­‐ Donde la regla absoluta es el amor, donde el per-dón vence al odio y al resentimiento, donde el corazón es lo que vale.

-­‐ El lema de las campañas vocacionales que tenía Jesús de Nazaret era: “Cambia, hazte como un niño y entonces comprenderás lo que te digo”.

-­‐ No le gustan las dobles agendas. Por eso aceptó que aquel joven rico se marchara, aunque para Él fuera una de las mayores frustraciones, pues “le había mirado y le había amado”.

-­‐ En el proceso formativo hubo un momento de crisis cuando la mayoría de sus aspirantes decidieron dejar a Jesús solo.

-­‐ La enseñanza de Jesús había llegado a ser no so-lo demasiado dura, sino un verdadero escándalo.

-­‐ El mejor agente vocacional es el del que usa el método del contagio, optando por ser testigo. La hu-mildad es su característica esencial: “yo debo dismi-nuir para que el otro aumente”.

-­‐ Entre los agentes vocacionales, Jesús contó con la Samaritana, cuya reputación anterior no había sido muy buena y logró convertir a todo un pueblo por su testimonio.

-­‐ A Jesús no le interesaba la cantidad, sino la cali-dad. Por eso optó por tener doce personas solo como sus más íntimos amigos.

-­‐ La auténtica campaña vocacional comenzó tras su partida cuando, una vez resucitado, el Espíritu cambió la mentalidad de los discípulos.

-­‐ Será bueno revisar la forma en que generalmente promovemos y acompañamos a las vocaciones.

-­‐ Quizás nos sorprendamos al ver la diferencia en-tre el método de Jesús de Nazaret y el nuestro. Quizás nos pida conversión para poner más acento en ser testigos que en programas más o menos complicados, campañas que al final acaban en un pequeño fracaso.

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¿Proponer a otros un camino de vida? En nuestras manos está… (A propósito de una lectura de la circular 466)

Hno. Luis Miguel Fernández

“La vocación es una llamada de Dios. Es un misterio, a veces inexplicable, que no puede reducirse a una operación de marke-ting. Sin embargo, la forma como vivamos nosotros, Hermanos, nuestra vida de reli-giosos no es indiferente para quien se pre-gunta a propósito de la vida religiosa.” (Circular 466, 3.2; 3.5; 3.8; 3.6)

ue la lectura de la circular 466 y, luego, otras que se me permiten en la tranquilidad de Bu-jedo, quienes me sugirieron esta reflexión. Ya

sé que no es nada original. Pero me sale compartirla, y así responder a la llamada provocativa de nuestro secretario del sector para Horizonte.

De la vida de santa Hildegarda de Bingen.

Una de esas lecturas fue la de un libro cuya prota-gonista había suscitado el interés de un Hermano de la comunidad, culto y curioso. Se trata de una santa medieval alemana, poco conocida por nosotros hasta que Benedicto XVI la distinguió con el título de “Doctora de la Iglesia”; que por algo sería. Se trata de santa Hildegarda de Bingen. ¡Mujer, sabia, santa y de carácter!

No cuento su vida. Sólo un detalle cultural, propio de aquellos tiempos, que se une a las citas de la circu-lar, para una reflexión, que tiene algo que ver con la “pastoral vocacional para tiempos modernos”.

El libro cuenta que, en aquellos tiempos (siglo XII, XIII…), era notable el número de mujeres jóve-nes que se acercaban a las comunidades monacales, sobre todo a algunas más carismáticas. Y que entra-ban en ellas con gusto. La historia sugiere una razón “sociológica” para esta elección. Aquellas mujeres, nobles, y también plebeyas, sufrían la práctica de los “matrimonios de conveniencia”, cuando las casaban con varones desconocidos para ellas, de costumbres rudas, caballeros o nobles, frecuentemente capricho-sos y pendencieros. Era un contrato cuasi mercantil, y que las convertía en paridoras de hijos, “floreros” que lucir en fiestas o en la corte y siempre sujetas a las disposiciones o caprichos de sus “dueños”. La alter-nativa del convento era un oasis de libertad, donde podían disfrutar de otros niveles de autonomía y de cultura, y descubrir y vivir el amor de otro Esposo que, este sí, llenaba las aspiraciones más profundas de sus personas.

Me llamó la atención. Y recordé otros caminos vocacionales.

De tiempos pasados y no tan remotos; también de los nuestros…

Muchas vocaciones surgidas de motivaciones dig-nas de admiración, de veneración:

- Una fe profunda, que descubría la llamada del Espíritu a seguir al Señor, porque el amor infini-to de Dios encarnado en Jesús llegaba al hondón

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Pensamiento  y  vida  de sus aspiraciones más verdaderas y querían seguirlo en una vida de consagración total.

- Una sensibilidad social con necesidades huma-nas, detectadas por un Fundador lleno del Espíri-tu, que daba sentido a vivir un carisma y a hacer una opción de vida radical por el Evangelio. Respuesta a la llamada a poner las propias capa-cidades al servicio de necesidades urgentes des-atendidas: ahí era construcción del Reino de Dios.

Junto a estos motivos muy nobles, hubo otros me-nos sublimes, ligados a necesidades o ventajas perso-nales. Motivos que, luego, sí, podrían depurarse y sublimarse, superando en la fe los propios intereses y proyectándose en el compromiso misionero. Recono-cíamos ahí motivaciones sociológicas, favorecidas por un ambiente “de cristiandad”, que han llegado hasta casi, casi, ahora:

-­‐ De cuando entrar de monje era encontrar un abrigo seguro para la vida, fuera de incertidum-bres o de violencias, en la armonía del trabajo y la oración.

-­‐ De cuando hacerse sacerdote era promoción per-sonal: tanto para el clero bajo, humilde, simple, pero con aureola de dignidad sagrada; como para el clero noble, bien situado. Cultura y dignidad. Ser cura era ser alguien notable. Con aspiracio-nes a obispados, abadías u otras prebendas. “Ha-cer carrera” (“carrerismo”, se dice ahora).

-­‐ De cuando ser religioso o religiosa suponía una opción que mitigaba, en los padres, las preocu-paciones por sacar adelante una familia numero-sa, y proporcionaba, a los hijos, una salida digna y un porvenir. Era un remedio a una vida de po-breza y sin horizontes personales. También ha-bía motivos religiosos: contar con alguien que rezara por sus vidas y familia.

-­‐ De nuestras historias vocacionales, providen-cialmente guiadas en nuestros años muy jóvenes por motivos semejantes: familia numerosa, am-biente cristiano, facilidad para hacer estudios… El Reclutador convertía en providencia vocacio-nal estas aspiraciones más sencillas.

Pero hoy, ¿se puede proponer el servicio consa-grado como camino de vida?

¿Qué podemos ofrecer como “gancho”, como “seducción” para las vidas jóvenes? En un mundo

secular y cuando tantos colaboradores seglares ha-cen bien lo mismo que nosotros. ¿Por qué ser Her-mano hoy? ¿Para qué función en la misión? (466, I.32) ¿Cuál el sentido de nuestra vida consagrada?

-­‐ No nos vale ya la oportunidad de hacer unos es-tudios. Están al alcance de todos; y obligatorios.

-­‐ No vale tampoco la promoción social, el presti-gio de ser miembro significado de la Iglesia; la misma Iglesia ha perdido, le han quitado, una parte notable del relumbrón de su relieve social. Y, para más INRI, ni siquiera nosotros somos “curas”.

-­‐ Mantener un centro de enseñanza no es ya res-puesta a una necesidad descuidada por la socie-dad, por la que merezca la pena dar la vida ra-dicalmente. La enseñanza está atendida. Hay multitud de profesionales a espera de trabajo. Nuestros colaboradores en los colegios de La Salle hacen bien esta labor, algunos incluso muy bien; hasta están vocacionalmente com-prometidos, conscientes de compartir la misión lasaliana, incluso asociados de corazón al ca-risma.

-­‐ Y tenemos el contrapeso añadido de los pocos hijos en las familias. ¿Quién se desprende del hi-jo único, o casi, del báculo de la vejez?

En resumen, no es fácil que el prestigio social, el ambiente cristiano, la promoción personal o lo impor-tante del trabajo en sí puedan ilusionar una vida. Ni el hacer carrera (466, 1.32).

Entonces, ¿Qué ofrecer para suscitar la pregunta vocacional, el atractivo de una opción de vida religio-sa? ¿Qué de propio, que responda a apetencias del joven de hoy? ¿Hay algo más profundo, más allá del tener el pan asegurado o alcanzar una parcela de pres-tigio o de poder, que ya fueron las tentaciones de Jesús?

 

 

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Tiene que ser… “Ven y verás”…

Algo que muestre, sensible a los ojos y al corazón, una vida que merece la pena, que encarne los valores de Jesús e ilusione las expectativas de una vida plena: ¿Será lo que llamamos testimonio de una vida y co-munidad evangélica? Por ejemplo:

-­‐ Vida y comunidad construidas sobre una fe real, testimonial y asequible; fe compartida (466, 2.30); ambiente de fe que se ofrece con genero-sidad y sencillez; y ritmos de vida acomodados, en la medida de lo posible, para facilitar el parti-cipar este ámbito de oración; que nuestra viven-cia de fe sea real, testimonial y asequible.

Una espiritualidad visible, creíble y pro-fética, que estructure la dimensión contem-plativa de nuestra vida y nos guíe a revisar nuestra manera de vivir, para volver a ser los “Hermanos pobres que los pobres vienen a buscar” y para lograr que nuestras comuni-dades sean una referencia espiritual (2.2).

¿No es irónico que algunos de nuestros colaboradores se sientan más cómodos com-partiendo su fe que nosotros, que hemos con-sagrado nuestra vida al seguimiento de Je-sús? (2.30).

-­‐ Comunidad que nos esforzamos por vivir la fra-ternidad, el perdón y la misericordia, la unión y la acogida; y lo testimoniamos. La tensión de ser Hermanos, como nuestro ideal, siempre por al-canzar. Dinámicas, como alimento de la comu-nidad. Presencia en la comunidad educativa, con gratuidad y sencillez. Y en la acción pastoral, también los jubilados. Abierta a las comunidades eclesiales. Siempre acogedora con quien se aproxime para beber algo de su vida, de su sen-tido fraterno o de su fe.

Este ideal de fraternidad no deja insensi-bles a las jóvenes generaciones. Es un ideal

que no se reduce a la vida común. “Estamos hartos de la vida en común, pero hambrien-tos de vida comunitaria”, decía un joven re-ligioso (1.13).

-­‐ Comunidad comprometida en la misión de la educación humana y cristiana de niños y jóvenes, especialmente los más necesitados. Misión que vivimos nosotros y a la que animamos a nuestros colaboradores para que vivan, desde la fe, este espíritu de celo. Con prioridad por el cuidado de la educación en el espíritu del cristianismo, la la-bor de la evangelización y catequesis como nues-tra principal función (cfr. R. 15). En función de este objetivo, jerarquizar nuestras actividades y la orientación en la animación de nuestras obras. Buscar el servicio al hermano, la solidaridad con los que sufren, la entrega a los jóvenes y a los que nos necesitan (5).

Debemos preguntarnos: el desencanto con respecto a nuestra vida religiosa hoy, ¿no proviene de esta desintegración funda-mental? Sin mantener la unidad viva entre la misión, la vida y la experiencia de Dios, nuestra forma de vida religiosa fraterna pa-rece fragmentada, integrada por bloques erráticos provenientes de un conjunto que ya no es inspirador ni estimulante (1.1).

 

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Vino nuevo para odres nuevos; comunidad de ros-tro y alma renovada; está claro que no sirve vivir de rutinas que, en otros tiempos, pudieron camuflarse; no tiene sentido acomodarnos en nuestros espacios de vivienda, refugiándonos en las seguridades que nos ofrece un dudoso clima hogareño. Menos, vivir como huéspedes de una pensión, aunque sea nuestra; donde cada uno se traza su “modus vivendi” y respeta el de los demás, evitando conflictos. Un estilo así difícil-mente desvela la riqueza de una vida de radicalidad cristiana. Este “modus” sí sería suicida, de nuestra parte.

“Ven y verás”… Evidentemente, la oferta de una vida como la nuestra debe ser algo por lo que merez-ca la pena entregarse; algo que justifique dejar un modo de libertad y de autonomía, una realización de la afectividad; algo que permite descubrir otras pers-pectivas de libertad, compartida en el proyecto co-mún del Reino; un compromiso de vida y de servicio apostólico que motive vivir con el corazón libre de otras bellas opciones ligadas a la construcción de un hogar; un humilde y esforzado esfuerzo por vivir la fraternidad, la aceptación de las personas, la preocu-pación por el hermano, la misericordia y el perdón; que hagan por sentir cuán bello es estar los hermanos unidos y qué diferente es esto de una soltería bien llevada; un ambiente de fe que ilumina esos valores y los expresa en la oración al Padre misericordioso. En síntesis: el testimonio de alegría de la buena noticia que refleja quien sigue con pasión a Jesucristo; que ama, sirve y perdona en la transparencia de la frater-nidad; y que comparte el soplo del Espíritu en los encuentros de cada día. ¿Escuchamos unas palabras de nuestro Papa Francisco: “… sólo una Iglesia (co-munidad) que alberga en su seno al Misterio puede

maravillar y atraer a la gente… la misión nace de ese hechizo divino, de ese estupor del encuentro”?

Tenemos necesidad del testimonio de una vida de oración y de un celibato equilibrado, vividos en comunidad. Nosotros, seglares, necesitamos ver hombres y mujeres que viven en comunidades donde las personas se per-donan y se reconcilian mutuamente. Por fa-vor, sean eso para nosotros. El mundo, la iglesia y los jóvenes tienen necesidad de su ejemplo (466, 1.42).

¿Cuál es nuestra oferta? Nuestra vida, ciertamen-te. Sería muy pobre la de querer subsistir. La opción es para servir al Reino de Dios, en la misión educati-va de la Iglesia. Ofrecemos el sueño, descubierto y vivido, de Dios sobre nosotros. Es nuestro reto, nues-tra parte. No nos vale pensar en propagandas pasadas, ni echar las culpas a nadie. “Está en nuestras manos”; pobres manos. La llamada viene del Dueño de la mies, que llama a los que quiere, cuando y como quiere (466, 3,27). Él cuida de sus hijos. Puede sacar de las piedras hijos de Abrahán. Para Dios nada es imposible. Mas lo Suyo es obrar “por medio de”. Por eso, tal vez, nos dijo: “Orad al Dueño… que en-víe…”. Ese orar es prez, es esperanza y es, sobre todo, vida.

Orábamos un día 25 sobre una reflexión de Fer-nando Torre: “No te pido que nos mandes vocacio-nes”. Él sugería una fórmula para justificar nuestra preocupación: RCT (Rostro, comunidad, Trabajo). ¿Qué poner de nuestra parte en este negocio? Toda nuestra vida: centrada en la persona de Jesús; pasión por Dios y la humanidad; confianza absoluta en su presencia; don gozoso para la construcción de la co-munidad; oración para que el Reino de Dios sea y suscite obreros para darlo a conocer. Y dejarnos de quejas y vanas justificaciones. Y puertas abiertas. “Ven y…”.

Lo vimos en la circular 466, hace ya más de un año. Y en otras comunicaciones. Lo estamos leyendo ahora en los documentos del Capítulo General. Está claro en los papeles. Está, ciertamente, puesto “en nuestras manos”. Con la ayuda de Dios, será nuestra humilde, noble, entrañable, fraterna, realidad.

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Pág. 525 (*) Hno. Pedro Río Aparicio

ichel Sauvage ha supuesto para muchos Hermanos, al menos para los de nuestra generación, una gran referencia. Aquellos

dos volúmenes de Catequesis y Laicado (1962); el tesón mostrado en la elaboración de la Declaración sobre el Hermano de las Escuelas Cristianas en el mundo actual (l966) así como la Regla del 39.º Capí-tulo General, nos marcaron.

El binomio M. Campos-M. Sauvage con las pu-blicaciones Anunciar el evangelio a los pobres (1976) y Explicación del método de oración (1998) nos ofrecen la visión teológica que faltaba a nuestro carisma lasaliano.

Me encantó encontrarme con el libro “La frágil esperanza de un testigo”- El itinerario del Hno. Mi-guel Sauvage 1923-2001. (Estudios Lasalianos, n.º 18). Fue la base de mi lectura, además del periódico, en el verano pasado. Desde hace unos años y por aquello de que dicen que lo exige el guión, me toca hacer la crónica anual de la comunidad (el Histórico) que hay que enviar a Roma. En la agenda personal, obsequio de Seresca, aparece mi pequeño diario. En el día 6 de agosto, miércoles pone: Cumpleaños de Sara. Misa a las 8 h. en Carmelitas-Agustinos- Pág. 525 de Sauvage. Tanto me llamó la atención lo que leí ese día que dejé tan solo esa referencia: el de la página. Suficiente.

Todo parte del contenido del capítulo XIV: Nue-vas orientaciones en la teología de la vida religiosa. En uno de los apartados: “Nuevos horizontes de la vida religiosa postconciliar”, M. Campos pregunta a M. Sauvage: ¿Qué sentimientos producen en Ud. los cambios que se han dado a partir del Vaticano II?

He aquí sus respuestas:

1.º- Mi primer sentimiento es el de la acción de gracias, pues en él reconozco una cierta actuación de Dios. Me he visto guiado más de lo que yo mismo he podido manejar esos acontecimientos. Fueron las circunstancias las que me llevaron a ello.

2.º- Un sentimiento paradójico. Pensé que al principio era un hombre pacífico, que ni siquiera tenía ganas de pelearme. No solamente no me sentía en absoluto combativo, sino que los combates me atemorizaban. Fue poco a poco como me fui convir-tiendo en luchador En otras palabras, en las relacio-nes me ensucié las manos sobre ciertas cuestiones. Pude mantener rivalidades con personas, aunque nunca busqué hacer mal. No obstante, a veces hice daño.

3.º- Un tercer sentimiento: cierta frustración. El movimiento surgido del Vaticano II en la Iglesia y en el 39.º Capítulo General para la revitalización de nuestro Instituto, se ha visto interrumpido bajo mu-chos aspectos (hace presente qué fallos se dieron a nivel de Iglesia).

En lo que a nuestro Instituto se refiere, mi cons-tatación es del mismo tipo. Si la renovación al servi-cio de los pobres movilizó a numerosos Hermanos, globalmente el Instituto como tal sigue siendo un Instituto de escuelas. Hemos pasado de las escuelas de los Hermanos a las escuelas de los laicos, pero con la misma visión. No nos hemos comprometido verdaderamente en la operación de vuelta a las fuen-tes, de renovación, de redescubrimiento de lo que es, en profundidad, nuestra misión. Si partiésemos de los pobres hoy, de las necesidades actuales, tendríamos un Instituto muy diferente, aquel con el que yo sueño.

Pienso, en efecto, que la institución lasaliana tiene futuro en una Iglesia renovada, pero constato, al mismo tiempo, que el Instituto físicamente, mate-rialmente, está desapareciendo tal como es. No me

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Pensamiento  y  vida  siento frustrado porque este Instituto desaparezca, pero lo estoy porque el movimiento no es impulsado por parte de los responsables.

Seguramente, más de uno dirá que tal vez no dejé constancia de la página más feliz de las casi 700 que componen la publicación. Y seguro que tienen razón. Me llamó la atención la página que aparece en el título, esta: la 525.

Y ahora que todo el mundo trata de ofrecer sínte-sis: ¿Qué diez cosas –DECÁLOGO– podría hacer pre-sentes al recordar al Hno. Michel Sauvage? Sería la segunda parte de mi pequeña aportación.

1- Las páginas 667-676 de la bibliografía crono-lógica de M. Sauvage son una clara muestra de su gigantesca labor intelectual en la triple dimensión teológica: bíblica, catequesis y estudios lasalianos.

2- En el itinerario de todas las persona hay un he-cho, una persona, una vivencia que imprime un ca-rácter indeleble. En este caso, fue la elección del Hno. Nicet Joseph como Superior General en 1956.

3- En el Concilio Vaticano II ejerció como teólo-go de su hermano Jean, entonces obispo de Annecy Intervino notablemente en el Perfectae Caritatis y como redactor de la Gravíssimum educationis mo-mentum.

4- A nivel de Instituto fue el principal redactor de la Declaración sobre el Hermano en el mundo ac-tual. Tal vez, su protagonismo, carácter y rivalidades ideológicas –él mismo lo confiesa– le trajeron diver-sas críticas y distanciamientos.

5- Reconoce la labor y entusiasmo del Hno. Gui-llermo Félix para crear en España un centro de estu-dios religiosos superiores adaptado a la preparación

teológica y pedagógica, de catequesis y educación. Surgía así Estudios Lasalianos-San Pío X en octubre de l955.

6- Su vinculación con el Jesus Magister en Roma como profesor y director y su compromiso en la ela-boración y publicación de Estudios lasalianos.

7- Los Capítulos Generales de l956 y, sobre todo, de l966 son plataformas donde pone en juego todos sus recursos teológicos, catequísticos y lasalianos, que dan un carácter de madurez ideológica al Instituto.

8- Su esfuerzo por devolver al Fundador a la His-toria, renovando y revolucionando los Estudios Lasa-lianos, aportando sus trabajos a la cantera que viene naciendo por medio de los Cahiers lasaliaens.

9- Sus aportaciones al carácter laical del Instituto, de manera especial en el desarrollo del Capítulo Ge-neral l966-67, sobre la identidad del Hermano. Tanto que en el periodo l966-76 es elegido Asistente de Formación.

10- Trascurridos los cincuenta años de la Decla-ración del Hermano en el mundo actual, bueno es leer ahora las págs. 402-441 del libro para entender el proceso por el que tuvo que pasar. Y con respecto a la Regla, diría algo similar: leer el cap. 12, páginas 444-459.

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(*) M. SAUVAGE y Miguel CAMPOS. La frágil es-peranza de un testigo. El itinerario del H. Michel Sauvage (1923-2001). Estudios Lasalianos n.º 18, página 525.

 

 

Pensamiento  y  vida    

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El rey Alfonso VIII y el monasterio de Bujedo.

Hno. Mariano Valdizán

e está conmemorando el VIII centenario de la muerte (6 de octubre de 1214) de Alfonso VIII, el gran rey de Castilla (1148-1214), el heroico

caudillo de la decisiva batalla de Las Navas de Tolosa (1212), que agrandó de manera ya permanente la Re-conquista castellana hacia el sur peninsular, hasta Sie-rra Morena, dejando grandemente adelantada la ya secular marcha hacia Andalucía; marcha que su nieto Fernando III el Santo y su bisnieto Alfonso X el Sabio continuarán agrandándola eficazmente, hasta el mar; y que Isabel y Fernando consumarán casi dos siglos después. (Parece oportuno recordar ahora que en aque-lla decisiva batalla de Las Navas participó brillantísi-mamente con sus huestes Don Diego López, XI Señor de Vizcaya, II de Haro, que era sobrino carnal de la fundadora del monasterio de Bujedo, D.ª Sancha Díaz de Frías, a su vez hermana de Don Lope Díaz, X Señor de Vizcaya, I de Haro. En recuerdo de la memorable participación de Don Diego en aquel señero triunfo, las cadenas de la tienda del Miramamolín pasaron a enriquecer el escudo familiar, del mismo modo que al escudo de Navarra

En agradecimiento a Dios por aquella victoria y como testimonio permanente de aquel definitivo triunfo de Las Navas, el rey Alfonso y su esposa Leonor Plantagenet fundaron en Burgos, capital del reino, el insigne monasterio de las Huelgas y el im-ponente Hospital del Rey; monasterio cisterciense donde, en espléndidos sepulcros, descansa el real matrimonio, así como ocho de sus hijos.

 Sepulcro  de  D.  Alfonso  VIII.

Estatua  de  D.  Alfonso  VIII  en  Plasencia

Es el momento de recordar entre nosotros que fue en aquel reinado cuando tuvo lugar la fundación del monasterio premonstratense de Bujedo de Candepaja-res, en presencia del monarca; y que, incluso, el rey actuó como fundador del mismo, honoríficamente, por homenaje hacia el monarca de la fundadora, D.ª Sancha, que le hizo aquel honor en el acto de la fun-dación (8 de agosto de 1168), como figura claramente en el acta fundacional del monasterio:

“Et ego Sancia Diaz pono in defensione tua, rex Aldefonse, has supradictas hereditates, ut tu protegas et defendas…”. [“Y yo, Sancha Díaz, pongo bajo tu tutela, rey Alfonso, las predichas heredades, para que tú las protejas y defiendas…”]. Y a continuación: “Ego Aldefonsus rex similiter dono et concedo has suprascriptas hereditates vobis Sancio, Abbati Sanc-tae Mariae Buxeti, omnique conventui…”. [“Y yo, el rey Alfonso, del mismo modo, dono y concedo los bienes arriba indicados a vos, Sancho, Abad de Santa María de Bujedo, y a todo el convento…”]. (Ya se ve que se trata de un latín decadente, en el que se refleja el naciente romance castellano del momento).

Posteriormente el rey estuvo presente en el monas-terio de Bujedo al menos otra vez, documentada, ocho años después. El 6 de septiembre de 1176, a causa de las disputas con el rey de Navarra sobre las cercanas y fronterizas tierras riojanas, que el rey navarro se había anexionado injustamente durante la minoridad de Al-fonso, este volvió al bujetense monasterio, después de haberse apoderado brillantemente del castillo navarro

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Pensamiento  y  vida  de Leguín (cercano a Pamplona, y el castillo más antiguo e importante del reino). Es como para supo-ner que, a su regreso, satisfecho por su triunfo miliar, se acercó a su conocido monasterio de Bujedo, que, de paso, le quedaba cercano; y como en busca de algún descanso después de las duras jornadas de lu-cha. Seguro que los monjes le recibieron con el ma-yor entusiasmo y cordialidad. Y en esta ocasión el rey expide en el mismo Bujedo, ya se ve que en co-rrespondencia a esa amistad y muy seguramente a petición de los monjes, una carta real en la que se señalan claramente los términos del monasterio, obli-gando a los concejos de Miranda, de Cellorigo y de-más circundantes a respetar dichos límites y a no introducir en ellos sus ganados; y, a la vez, concede al monasterio dos importantes privilegios: exención de portazgo y libertad de pastos, en todo el reino, sin pago de tributos. Esos serían los deseos y peticiones de los monjes, que sin duda aprove-charon aquella oportuna circuns-tancia de tener al triunfante mo-narca entre ellos para exponérse-los, y al que honrarían debida-mente en aquella memorable y favorable ocasión, como era ra-zonable que hicieran.

El real documento señala sus datos históricos, en latín fácil-mente inteligible: “Facta carta in abbatia prescripta, era Mª CCª, VIIIº. Idus septembris (fecha que corresponde al 6 de septiembre de 1214), in reditu expeditionis Navarre, quando serenissimus prenomi-natus rex A.(ldefonsus) Legin cepit.” - “Et ego rex A., regnans in Castella et Toledo, hanc cartam manu propia roboro et confirmo. (Signo del rey)”. Entre los testigos figura Diago Lupiz. Este, ahora como Di-dacus Lupi de Faro, Diego López de Haro (sobrino de la fundadora, el futuro héroe de Las Navas), en enero de 1193 (19 años después de aquella primera concesión del rey Alfonso al volver de la conquista del mencionado castillo de Leguín), por orden del monarca vuelve a confirmar desde el mismo monas-terio de Bujedo la anterior carta real de 1214, repi-tiendo y fijando los términos propios y jurisdicciona-les del monasterio, y obligando de nuevo a los conce-jos de Miranda y de Cellorigo y demás municipios colindantes, a respetar dichos límites jurisdiccionales

y a no introducir en ellos sus ganados. Se ve que el monasterio se había quejado al rey de que no respeta-ban debidamente lo ordenado sobre los términos del monasterio, y el monarca vuelve a confirmar aquella su concesión, ahora por medio del cercano conde de Haro: “Facta carta in Buxeto, era Mª CCª XXXI”.

En otros lugares y fechas, el rey Alfonso VIII concedió al monasterio otros cuatro privilegios: 1) En Burgos, el 17 de mayo de 1170, a poco más de un año de la fundación del monasterio, le donó “el lugar de San Juan de la Hoz de Miriel con sus términos y dependencias” (en la Hoz de Foncea); entre los testi-gos firman el mismo conde Diego López, sobrino de

la fundadora D.ª Sancha, así co-mo su hijo Lupo, que será su sucesor.

2) El 12 de agosto de 1174, en Belorado, el rey y su esposa Leonor conceden al monasterio “la iglesia de Santa María Mag-dalena de Zabarrula y sus here-dades” (entre Valgañón y Oja-castro, Rioja).

3) Al año siguiente, en Medi-na, agosto de 1175, el rey dona “la villa de Quintanilla con todas sus posesiones” (entre Bujedo y Ameyugo; donde posteriormente se estableció el paralelo monaste-rio premonstratense femenino).

4) El 16 de septiembre de 1187, en Burgos, el rey y su esposa conceden al monasterio “la iglesia de Santa Colomba de Ayega con sus posesiones” (Ála-va, en el mismo límite con Burgos). En esta comarca, que es del Valle de Mena, el monasterio tuvo otras posesiones, entre las que se encuentra el inmediato lugar de San Pelayo de Ayega, donación de la funda-dora D.ª Sancha, con extraordinario pórtico románico en su bella románica iglesia.

Queda claro que la relación del rey Alfonso VIII con el monasterio de Bujedo no se redujo al momento y acto de su fundación, sino que fue notable y durade-ra, y siempre grandemente positiva para el cenobio. Parece oportuno recordarlo en esta fecha centenaria del gran rey de Castilla.

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D.  Diego  López  de  Haro

 

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Pensamiento  y  vida    Un nuevo beato mártir y Bujedo

Hno. Mariano Valdizán

l pasado día 1 de noviembre era beatificado en la catedral de Vitoria, como Mártir, el sa-cerdote diocesano D. PEDRO DE ASÚA Y

MENDÍA, cuyo proceso de beatificación comenzó en 1964. Este nuevo beato tuvo una bonita relación con nuestra casa de Bujedo, con su majestuosa iglesia monasterial.

Había nacido en Valmaseda (Vizcaya) el 30 de agosto de 1890. A los pocos días de comenzar la guerra civil, fue detenido en Erandio (Vizcaya) por ser sacerdote y, trasladado a Liendo (Cantabria, entre Laredo y Castro Urdiales), allí fue asesinado en el monte Candina, el 29 de agosto de 1936, a sus 46 años.

En 1915 había terminado en Madrid la carrera de Arquitectura, que comenzó a ejercer en Madrid y Vizcaya. Persona muy espiritual y de vida muy pia-dosa, en 1917 fundó en su pueblo natal la Adoración Nocturna. En 1920, ingresó en el seminario dioce-sano de Vitoria, y fue ordenado sacerdote en 1924. Nombrado arquitecto diocesano, se ocupó de las nu-merosas obras de la diócesis; por orden del prelado, ese mismo año inició el estudio y la confección de los planos para la construcción del nuevo seminario de Vitoria, comenzado en 1926 y concluido en 1930; seminario que siempre fue considerado como uno de los mejores de España, y no solo de España, y que continúa en actividad. Presidieron la inauguración, el 30 de septiembre de 1930, el rey Alfonso XIII, el nuncio Monseñor Tedeschini, el prelado que lo co-menzó Fray Zacarías Martínez y el obispo del mo-mento D. Mateo Múgica. Se le deben igualmente otros numerosos templos y construcciones religiosas. A la vez que esos trabajos técnicos, siempre ejerció gran y ejemplar actividad sacerdotal. Era tal su as-cendiente técnico y sacerdotal, que el papa Pío XI le honró concediéndole, el 27 de noviembre de 1930, el título de “Camarero secreto numerario de Su Santi-dad”.

Y de aquí es de donde viene su relación con nues-tra casa de Bujedo. Encontrándose entonces desterra-do en esta casa el obispo de Vitoria D. Mateo Múgica (desde el 30 de junio de 1932) por orden del sectario Gobierno de la Republica, fue en la bujetense iglesia monacal donde, en oportuna ceremonia, el día 17 de

diciembre de 1932 tuvo lugar el nombramiento ofi-cial de ese título pontificio e investido D. Pedro de Asúa de los atributos correspondientes. Esta es la simpática relación con esta casa y con esta secular iglesia, del nuevo beato mártir de Cristo, ejemplar sacerdote y arquitecto al servicio de Dios. Así el nue-vo beato queda relacionado con nuestros santos már-tires de Turón, cuyas venerables reliquias reposan ahora en el mismo templo y en el que anteriormente habían templado el vigor de sus almas para el marti-rio; e igualmente queda más hermanado con el cente-nar largo de nuestros Hermanos mártires también ya beatificados, que, durante años, en este mismo tem-plo encendieron y aceraron su espíritu para ser capa-ces de confesar a Cristo con su sangre en los mismos días en que lo hizo el nuevo beato.

Seguro que al virtuoso arquitecto que era D. Pedro de Asúa, le embelesó la singular belleza arquitectónica de la premonstratense iglesia medieval, que resultó tan a propósito para resaltar aquella hermosa ceremonia de homenajeadora investidura. Aquel mismo día, y duran-te tres días, a causa de la violencia política del Go-bierno republicano con el prelado, el obispo de Vitoria también tuvo que impartir las órdenes sagradas a sus

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Pensamiento  y  vida  seminaristas en esta iglesia; así aquellos días la cen-tenaria iglesia del medieval monasterio hizo de cate-dral de Vitoria, y así quedó hermanada con la vitoria-na catedral; a la que, por otra parte, había visto nacer.

Conocía yo desde hacía mucho tiempo el hecho que acabo de referir, que relaciona al nuevo mártir con la casa e iglesia de Bujedo. Al acercarse el día de la beatificación, volví a recordarlo, y me pareció oportuno escribir estas líneas. No recuerdo la fuente de aquel mi antiguo conocimiento y, para confirmar-lo, acudí, como a suma autoridad, a la Crónica de la casa de Bujedo. Y, para mi sorpresa, allí no se hace mención del hecho. Se relacionan muy explícitamen-te las actuaciones del prelado vitoriano en la iglesia monasterial en los días 16, 17 y 18 de diciembre de 1932, en que confirió todos los grados de las sagradas órdenes a numerosos grupos de seminaristas diocesa-nos. Pero no se menciona el acto de la dicha investi-dura a D. Pedro de Asúa. Se señala el nombre de ocho distinguidos sacerdotes que asisten a los actos, indi-cando sus respectivos cargos diocesanos; y el primero que figura entre ellos es “Don Pedro de Asúa (Mons.), Camarero secreto de S.S. y Arquitecto”; pero no se menciona el acto de su investidura de tal nombramien-to pontificio. Se ve que el cronista no quiso unirlo a las sagradas ordenaciones, o creyó suficiente con señalar lo que indica de Don Pedro; es una clara laguna infor-mativa. Esa ausencia documental produjo en mí una

muy seria duda sobre lo que yo creía conocer. Para aclararla, acudí a un sacerdote conocido y cercano, D. Juan Carlos Pinedo (de Vitoria, sobrino de nuestros dos recordados Hermanos Pinedo, y que ya me había hecho otros señalados favores hace muchos años); el cual me ha confirmado mi creencia, que me dice que figura en una antigua biografía del ahora ya beato D. Pedro de Asúa, publicación que yo nunca conocí. Era, pues, cierto mi antiguo recuerdo, que en este momento brindo a estas páginas de nuestra revista familiar.

La tardanza de dos años en la investidura pública del título pontificio otorgado a Don Pedro de Asúa, es fácilmente explicable por las difíciles circunstan-cias de aquellas fechas, entre ellas dos fundamenta-les: el inesperado cambio del régimen político de España con sus inmediatos desórdenes antirreligiosos y el destierro del prelado de su diócesis, decretado por el hostil Gobierno republicano el 17 de mayo de 1931, al mes de proclamarse la República el día 14 de abril de 1931 (residió en Francia, en La Puye, Poi-tiers). Un año después se le permitió volver a España, pero “fuera de su diócesis”; que es cuando, en un gran servicio a la Iglesia, fue acogido en nuestra casa de Bujedo, del 30 de junio de 1932 hasta el 11 de abril de 1933, en que se le permitió volver a su dióce-sis, tras casi dos años de destierro de la misma.

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Pensamiento  y  vida    La Sociedad de Misiones Africanas de Lyon, en Bujedo

Hno. Mariano Valdizán

s bien conocida entre nosotros la presencia en el exmonasterio premonstratense de Bujedo de los misioneros de la Sociedad de Misiones

Africanas, de Lyon, desde noviembre de 1880 a enero de 1891; poco más de 10 años. Su finalidad fue establecer en el antiguo monasterio un Colegio Apos-tólico, es decir, un centro de reclutamiento y de for-mación de misioneros para dicha Sociedad (que no es una congregación religiosa, sino una sociedad sacer-dotal de actividad misionera; lo mismo que el actual Instituto Español de Misiones Extranjeras).

Se comenzó a admitir candidatos en el verano de 1882; en noviembre de 1883 se erige el centro canó-nicamente, y esa actividad formativa duró hasta 1889, es decir, durante solo siete cursos. Varias razones: problemas económicos, el estado muy deteriorado del edificio y, sobre todo, que habían cesado de momento las dificultades persecutorias para aquellos misione-ros en Francia (que había sido la causa inmediata de su refugio en España), hicieron que surgieran dudas sobre la continuación de esta reciente fundación es-pañola; aunque los misioneros de esta casa siempre defendieron la continuación de la misma. En enero de 1891 la propiedad fue vendida a nuestro Instituto.

P.  Augustin  Planque,  Superior  General  en  la  época  de  Bujedo  

Enseguida hubo aspirantes procedentes de las co-marcas cercanas (y aún no tan cercanas, como al menos un navarro y un francés). “Aquí seguimos recibiendo peticiones de ingreso de las villas próxi-mas. Y son presentados y traídos a aquí por los pa-dres que, a fuerza de ruegos de los propios hijos, terminan por venir a presentar las solicitudes de admisión. El domingo recibí dos peticiones. El lunes he recibido otra. Son peticiones de muchachos de entre 11, 12 y 14 años; y creo que son inteligentes. El que nos vino el lunes, viene de un pueblo vecino, Ame-yugo. Este niño ya no quería regresar y había dicho adiós a su madre. Los padres habían hecho todo lo posible para desanimarle, pero en vano, pues terminó por decirle a su padre que se marcharía solo si no querían acompañarle. Esta es la energía de un niño de 11 años y 9 meses. Parece que el alma de la católica España se despierta y, si este movimiento dura, nues-tra casa estará pronto totalmente llena, teniendo en cuenta sobre todo que son los pueblos cercanos, de donde se pensaba que jamás saldría cosa buena”. Así escribía el primer superior de esta casa, Padre Lemair, al superior general, en Lyón, en carta de 16 de mayo de 1882. (El P. Lemair fue el primer Superior en Buje-do, hasta1886; le sucedió el P. Ray hasta el final, en 1891).

Aquel Colegio Apostólico de Santa María, que así se denominó, contribuyó a formar un grupo de aspi-rantes en la vocación misionera africana. Pero, de todas formas, en aquellos siete primeros y cortos años de actividad vocacional misionera, no pudieron ser demasiados los aspirantes llegados, formados y constantes en su decisión. De aquellos muchachos que pasaron por Bujedo, se conocen varios que llega-ron a trabajar apostólicamente en la Sociedad de Mi-siones Africanas de Lyon. No lo sé, es de suponer que estos no fueron los únicos. Los presento:

El mencionado aspirante francés, JULIEN JAY, que llegó a Bujedo en el primer año de actividad formati-va, de 17 años, permaneció aquí durante aquel curso 1882-83, y de Bujedo marchó a Lyon, donde llegó a ordenarse de sacerdote.

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Pensamiento  y  vida  TEODORO ORTIZ, natural del mismo pueblo de

Bujedo, estuvo vinculado a las Misiones Africanas varios años; estuvo en Samos (Grecia). Posteriormen-te dejó las Misiones Africanas para continuar como sacerdote diocesano.

NICOLÁS BASTIDA, del vecino pueblo de Foncea, trabajó un año en Níger y otro en Ghana. Dejó poste-riormente las Misiones Africanas y siguió como presbítero en Chile, donde acabó su vida como párro-co en la ciudad de Los Vilos.

MAXIMINO GARCÍA, del pueblo burgalés de Yudego (cercano a Castrojeriz, a unos 90 kilómetros de Bujedo); trabajó en Costa de Marfil y en Túnez; murió en Madrid como sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas, en 1923.

SIMEÓN ALBÉNIZ, del pueblo navarro de Mara-ñón, a unos 50 kilómetros de Bujedo. Tuvo una in-tensísima vida misionera, en Irlanda, Méjico, Ghana, Grecia, Francia y en España como animador misione-ro. Murió en Croix-Talmer, Francia.

EUGENIO ARRIBAS, del pueblo burgalés de Carce-do de Burgos, pueblo inmediato a la capital. Tuvo una breve vida misionera, pues murió a los 24 años, al año de su llegada a la misión. Fue el primer alumno de Bujedo en llegar a África. (Por entonces, la media de vida de aquellos misioneros en la “costa de los esclavos” era de dos años y medio. A las dos semanas de su llegada en 1859, murieron por la fie-bre amarilla los dos misioneros que acompañaron al fundador de la Sociedad; y, al mes de llegar, a sus 45 años, moría también el mismo obispo fundador, mon-señor Morion de Brésillac. En menos de un mes mu-rieron cinco, pues también fallecieron otros dos que habían llegado poco antes. Era aquel el primer equipo misionero de la Sociedad destinado a África).

Buen ramillete espiritual, sacerdotal y misionero, de aquel breve Colegio Apostólico de Misiones Africanas. Y, vista la posterior e inmediata vida del antiguo monasterio, está claro que aquel Colegio Apostólico misionero fue un fecundo preámbulo de

la después impar casa lasaliana de Bujedo, tan fe-cundo semillero de apóstoles, de misioneros, de más de un centenar de mártires beatificados por la Igle-sia; y de hasta ocho santos, que, además, son los primeros canonizados de la cruenta persecución religiosa en la España contemporánea. Este resurgir espiritual no pudieron sospecharla ni los misioneros de las Misiones Africanas que se iban, ni los lasalia-nos que llegaban. Seguro que los dos fundadores, el apostólico obispo Morión de Brésillac y Juan de La Salle, no menos apóstol, se saludaron sonrientes en el cielo, en aquel amistoso cambio de habitantes en la espiritual casa de Bujedo; y hasta no fue menos san Norberto de Prémontré, que sigue considerando suyo este su antiguo santo monasterio, gozoso de que con-tinúe en él el halo de espiritualidad que sus hijos le imprimieron en su primitiva y lejana fundación, ya muchas veces centenaria.

Pero ese preámbulo del Colegio Apostólico de Misiones Africanas en relación con nuestra posterior casa de formación, no lo fue solo en el sentido tem-poral e histórico: veo como muy claro y seguro que la actividad de aquel primer colegio misional preparó el ambiente vocacional en las comarcas cercanas a Bu-jedo, lo que facilitó el posterior e inmediato recluta-miento para la nueva casa de formación lasaliana. Había unos claros precedentes inmediatos.

Fieles a su norma de “ser testigos de la Misión en la propia tierra de los misioneros”, la Sociedad de Misiones Africanas tiene en Madrid una casa de ani-mación misionera (calle Asura, 34), que cuenta con una asociación de amigos y bienhechores; un grupo de ellos, acompañados de varios misioneros, hicieron el día 22 de junio una “Peregrinación al Colegio Apostólico de Santa María de Bugedo - Viaje a los orígenes: el Padre Eugenio Arribas”. Y quedaron en volver a hacer pronto otra visita. Está claro que la Sociedad Misionera Africana no ha olvidado sus orígenes bujetenses en España. Tampoco en Bujedo debe olvidarse; fueron nuestros predecesores en esta ya casi milenaria casa.

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Braga: Somos tres en uno-una

Hno. Pedro Ozalla

antísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres… y un…

“3 en 1”: Comunidad de Maravilha, Braga y Barcelos, tres comunidades y un solo Espíritu y una sola Asociación.

Se reúne “3 en 1”, en septiembre , en Casa “Cae-tano Brandão”, en la costa del Atlántico. Oran, com-parten proyectos personales, y nace un Proyecto Co-munitario con tres variantes. Llegan el último día los animadores de grupos, y se inicia el Calendario Pas-toral. Para novembro: “Partilha um dia com as pes-soas que estão a viver o projeto a “Fazenda da Espe-rança” para a reabilitação de toxicodependentes em Viseu”. Em Dezembro: “Tertulia com pessoas da Associação de Homossexuais Católicos”.

2 y 3 de Outubro: “I Congresso Intermunicipal: Protecção de Crianças e Jovens”. Unos disfrutan en el Congresso. Los educadores que hacen guardia en Braga, redactan con humor su Proyecto Alternativo: “Educadores de referência”: Espírito de Missão. Es-piritualidade, Valores Lasalistas, Reflexão, Con-vivência.

Llega el Hno. Visitador Auxiliar: Convoca a “3 en 1”. Salta una vez más el Tema. Los fogosos promoto-res repiten: ¿Qué necesidades urgentes tenemos que

atender? Se sueña con una comunidad nueva en Por-tugal. La pedrea abunda más en preguntas que en soluciones posibles. El Provincial ve ilusión y entu-siasmo en la novedosa propuesta. Las ansias y el fuego agitan a varios. Sentencia el Superior: “Asunto verde todavía. El tema queda para otra reunión”. Un discípulo de Qohélet sigue pensándoselo: “Éramos pocos, y parió la abuela”.

Celebraciones lúdicas – festivas – cristianas, con alumnos: “Festa dos caloiros”. A los dos FSC nuevos los incluyen en la categoría de novatos.

13.11.14: Magusto colegial y “Semana do lema do ano”. Convivencias en “Casa Caetano Brandão” en la costa atlántica.

Asamblea de Antiguos Alumnos. Anima D. José Ramón Batista Peñaranda, Presidente de exalumnos del Arlep. Dijo, entre otras cosas: Clases de exalum-nos: antiguos alumnos de Registro, antiguos alumnos espectadores, antiguos alumnos simpatizantes de corazón, antiguos alumnos comprometidos con gra-tuidad y creatividad.

Ya llegan los Reyes Mágicos:

“3 en 1” se alegra: “Comemorações do Dia de S. Geraldo, padroeiro da cidade de Braga. Atribuição de Medalhas Municipais por el Ayuntamiento. Theatro

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Circo. 5 de Dezembro. Concedieron seis medallas de plata y cinco de oro. MEDALHA DE OURO: CO-LÉGIO SÃO CAETANO.

Una Asociación nos entrega 500 euros para com-prar de productos de perfumería.

Associação Centros de Apoio Nacional a Jovens e Adultos organiça no Colégio, “Concursso Solidário de jogos”. Participação, um bem alimentar ou de higiene pessoal.

El Banco de Alimentos nos visita casi toda las semanas. Ahora aumenta los donativos.

Ceia e Festa de Natal: Participan autoridades y el sucessor de Caetano Brandão, nuestro Arzobispo, Jorge Ferreira da Costa Ortiga, Primado das Hespan-has: Oración: “O Natal nas tuas mãos”, ceia y fiesta hasta que el esqueleto se rindió.

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Bujedo al habla Hno. Francisco Tudanca

biertos al tiempo de Pascua, una pluma veterana se hace más suelta y alegre para seguir recordando la historia semimonacal

de este recinto bujedano.

Es ya tradición pascual convocar, en estas fechas, un día de convivencia por tierras castellanas o burga-lesas, para disfrutar el arte y encontrarse con impen-sados tesoros históricos y artísticos. La primera visita del día se realizó en Grijalba, un pequeño pueblo con una gran iglesia, fundamentalmente gótica, que ya necesita con urgencia atajar el mal de la piedra caliza. Luego, Sasamón, cuyo templo, con aires de colegiata, fue sede episcopal, antes que Burgos, y cuyo "humi-lladero" luce un crucero de talla muy original. Final-mente, Melgar de Fernamental, con otra iglesia, la más grande de toda la archidiócesis, que es todo un museo de arte gótico y renacentista.

Metidos en mayo, el día 11 se celebró la fiesta de La Salle, día de hermandad para todos los moradores y auxiliares en este noble misión de atender a quienes ya necesitan la ayuda humana, médica y asistencial propia de su edad. Resultó muy familiar. Circunstan-cialmente, se complementó con la fiesta de las fami-lias del Colegio La Salle de Burgos, bien atendidos por la Directiva de la Asociación de Padres, presencia que nos recuerda nuestros años de labor educativa. Igualmente, unos días después los alumnos de Ujo viven aquí unos días en plan de "aula de la Naturale-za", aplicando el lema del año: "Somos armonía de colores", y dando un simulacro de color a la actividad de cada día".

Terminamos el mes con un Retiro comunitario, junto con las dos comunidades de Burgos, recordan-do La Carta de Parmenia, mediante un interesante montaje audiovisual, preparado por el H. Jorge Ro-dríguez, con imágenes de "El Señor de La Salle" y de Parmenia, alusivas a ese acontecimiento clave en la vida del Santo.

Entramos en junio. Es normal que en ese mo-mento la vida ordinaria se vuelva cansina, las refe-rencias externas aminoren y la dinámica comunitaria se ralentice. Sólo un hecho se destaca: Un nutrido grupo de antiguos aspirantes a nuestra vida, más de 50, se cita en Bujedo. Sus vivencias gratificantes lo

reflejan estas o parecidas exclamaciones: "¡Cuánto te debemos, Bujedo, en nuestra nueva vida! ¡Qué bueno es que nos volvamos a encontrarnos y sentirnos en esta casa! ¿Qué tal si volvemos a hacer que este sue-ño sea de nuevo realidad?

Y nos asomamos al verano, que comenzó con la visita de un grupo de la comunidad a las Edades del Hombre de Aranda. Dos de sus bellas iglesias acogie-ron unas 150 obras de arte pictórico, escultural o de orfebrería, alusivas al tema "Eucharistia". La impre-sión fue magnífica, al igual que en otras ediciones anteriores.

Se aprovechó asimismo para conocer otras reali-dades típicas de la ciudad, como la "Bodega de las Ánimas", preparada para conocer lo que, en su tiem-po, fueron 300 bodegas en una extensión de 7 km. de subsuelo.

A la vuelta pudimos disfrutar con la visita del his-tórico Monasterio de la Vid, pariente cercano del de Bujedo, porque fue sede de los Premonstratenses, prácticamente en la misma época que el nuestro.

Un hecho que se repite en Bujedo, año tras año, son las colonias y campamentos de los alumnos/as de colegios de nuestro Sector. Con sus objetivos pro-pios, sus lemas formativos y sus dinámicas adapta-das, se suceden en sucesivos turnos en este mes de julio, para profundizar en su formación humana y cristiana. Es una gran labor del Equipo de Animación Pastoral y de los animadores que colaboran eficaz-mente.

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Al mes de esa anterior visita, otro grupo comuni-tario se desplazó a La Rioja para contemplar la "Re-presentación medieval del Reino de Nájera". Similar al Cronicón de Oña, en el patio de la Basílica de San-ta María la Real, unos 200 actores locales dan vida a reyes, reinas, obispos, abades, nobles caballeros, campesinos y juglares; personajes reales o imagina-rios que nos ofrecen escenas de la corte najerina, en tiempos de Santiago III el Mayor y de su hijo García. El espectáculo resulta admirable: cortes, procesiones, fiestas, duelos e incluso batallas, a base de decorados, vestimentas medievales, juegos de luz y sonido, etc. crean una estampa extraordinaria.

Este espectáculo podría ser un estímulo excelente para animar el taller de restauración, que se monta en Bujedo, en el mes de julio, gracias a las manos artís-ticas del Hno. Ricardo Castrillo, que se "entretiene" en recuperar estatuas o relieves deteriorados, que vuelven a aparecer como nuevos.

Llegamos al 15 de agosto, día del Sector. El "Salón de Verano" del Patio de los Olivos, con la presencia de los Hnos. Visitadores del Distrito y del Sector, fue testigo de la conmemoración de las Bodas de Oro de la profesión perpetua y de la exposición del Plan del Año del Sector de Valladolid, para pasar a la Eucaristía solemne , donde se celebró la Profe-sión Perpetua de los Hnos. Rafael Palomera y Jorge Sierra, y la renovación de los compromisos de las comunidades cristianas de Galilea (VA) y Maravilha (P). El día permitió la visita a la Exposición en torno a Santa Teresa, en el quinto aniversario de su naci-miento, organizada por el Hno. Carlos Cantalapiedra, dentro de su habitual calidad y belleza.

En este mes, desde Turón, animados por el Sr. Pá-rroco, D. Rafael, se desplazaron a Bujedo un grupo de unos 40 turonenses para venerar las reliquias de los Hermanos Mártires, en el 70 aniversario de su marti-rio. Serenado ya el ambiente y reconocido su valor martirial, quieren expresar su cariño y admiración, y encomendar a su protección el valle de Turón y sus moradores.

Y arribamos al último trimestre del año. Esa pe-regrinación aludida nos animó para que el día 9 de octubre fuese una fiesta especial en honor de los Már-tires, en la que nos acompañaron los Hermanos de la Residencia de Burgos y los de San Asensio. Pórtico de la celebración de la Eucaristía fue la interpretación de la obra musical del Hno. Jorge "In memoriam

martyrum", que se escuchó en silencio contemplativo para mejor calar en ese mensaje martirial.

En estas fechas, constituida la nueva comunidad, se celebró el acontecimiento con un nuevo paseo, y su concreción fue la visita a La Santa Espina y sus alre-dedores, que celebraba este año el 125 aniversario de su fundación. Fue proverbial la acogida de la comuni-dad, que nos acompañó, tanto en la visita a ciertos lugares clásicos del monasterio como al histórico pue-blo de Urueña. Allí pudimos contemplar una serie de bellezas naturales, como sus extensas murallas; un conjunto de monumentos de gran valor artístico, como el Museo Etnológico y la románica Ermita de la Anunciada; y una magnífica colección de campanas, todo ello presentado por unos grandes “cicerones”.

Centrándose ahora en nuestra propia casa, se puede aludir al célebre "mal de piedra", imprescindible, por otra parte, para que refrendase el dicho: "O renovarse o... quedarse viejo". Para eso, vistas las goteras de la biblioteca-archivo, se llevó a cabo la reparación del tejado del pabellón sur de la casa. Esperemos que las fuerzas de la naturaleza lo respeten por una temporada larga. Otra sorpresa. Desde hace algún tiempo, la en-trada al recinto conventual, decía alguien, se parecía más a una batalla contra elementos atmosféricos de tormentas y riadas que a un camino de peatones y vehículos. Pues bien, por fin el Ayuntamiento ha lo-grado de la Diputación el asfaltado de la entrada y del Camino de la Retura, que bordea la tapia del monaste-rio. ¡Albricias!

Llegado el Adviento y el comienzo del Año de la Vida Consagrada, era obligado intensificar los mo-mentos especiales de oración con motivo de la cele-bración del "Voto Heroico", el día 23 de noviembre, de la celebración de la Reconciliación y de la Unción de los Enfermos, y del Retiro mensual, que nos prepa-rase a las próximas fiestas.

Y ya en Navidad destaca la instalación, en el Patio de los Olivos, de un grandioso Belén, cuya iniciativa y trabajo ha sido del Hno. Jorge. Más de cien buenas figuras en silueta de madera, coloreadas, de tinte naif, y distribuidas en distintos rincones, alusivos al Pesebre tradicional con María, José y el Niño, rodeados de pastores y zagalas, el aprisco de las ovejas, las lavan-deras en el río junto al pozo, los Reyes que vienen de Oriente, el palacio de Herodes, etc. De esta manera resultó un conjunto vistoso, dentro de una atmósfera de luz, de paz y de alegría, que admiró a los visitantes.

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El día a día en “La Salle” de Burgos Hno. Jesús Gil

n los primeros días de septiembre los alum-nos con alguna materia pendiente realizaron los exámenes correspondientes y se tuvieron

los finales de curso,

El día 10 fue la apertura del curso 2014 – 2015; como siempre, lo iniciaron los alumnos de Infantil y Primaria. El colegio se llenó de actividad. Días des-pués iniciaron su andadura los de la ESO y Bach. A continuación dieron entrada las jornadas de sensibili-zación realizadas con notable aprovechamiento.

Después del intervalo veraniego, todos nos fuimos incorporando a la comunidad.

Y pasadas las vacaciones estivales nos dispusimos a poner al día nuestro proyecto para el año escolar que en breves fechas va a tener entrada. Con alto grado de buen ambiente nos pusimos manos a la obra en este monasterio de tanta paz y con mucho sabor a todas las cosas serias y que marcan una esperanza alentadora de futuro.

Como ya es tradición, estas reuniones y revisiones las tenemos en nuestra casa solariega, próxima a Mi-randa. En buen ambiente celebramos reuniones y mesa para dejar constancia de que allí habíamos esta-do compartiendo nuestro saber estar esperanzador.

El último adiós al verano, un grupo de buenos amigos nos reunimos para dar el adiós definitivo a nuestras prolongadas vacaciones. Con el transcurrir de la mañana fuimos haciendo acto de presencia to-dos los componentes del grupo. Nos saludamos y festejamos como bien se merecía el día de grato en-cuentro. Bien por la fraternidad creada, y estupendo por el buen clima que allí experimentamos. El próxi-mo año más y mejor. Que no decaigan las buenas costumbres. Hay que seguir adelante con mucha es-peranza, ilusión y buen ánimo. Un adiós al verano que nos cobijó espléndidamente.

Llegado el final de agosto, la comunidad sintió la necesidad de poner al día lo que iba a ser su plan del año para llevar una vida espiritual, social y humana más fraterna y entrañable que de costumbre. Y para ello nos retiramos a nuestro monasterio para allí ver y encontrar la paz y sosiego que la planificación de co-sas serias lo requieren. Allí, en ambiente de soledad y retiro, gastamos el día bien empleado en las cosas

serias que nos trae y presenta la vida común. Tam-bién tuvimos tiempo de descanso y sosiego para repa-rar fuerzas. Vimos que las cosas estaban bien cuida-das y pudimos disfrutar de todo lo que la naturaleza puso a nuestro alcance. El proyecto comunitario anual fue bien revisado; se le dio un buen ambiente rodeado de buen humor. Ahora nos queda el llevarlo a la práctica con soltura y alegría. Solo así haremos presente de verdad que el estilo lasaliano merece la pena.

La nueva realidad que supone el Distrito Arlep se empieza a reflejar en algunas estructuras. El hecho de que al menos un Hermano del equipo participe en los encuentros de zona o Foro de Hermanos y Asociados hace que vayamos conociendo otras caras y otros hechos.

Encuentro de zona: Un día bueno y espléndido de inicio del otoño. Ni frío ni calor.

Todo acogedor y risueño para dar la bienvenida a todo el Sector. Y allí estuvimos todas las comunida-des; la mayor parte con la plenitud de sus miembros.

Dimos entrada a la reunión con una oración mag-níficamente preparada por el Hno. Visitador del Sec-tor. Un nuevo estilo de orar y estar en la presencia de Dios. A continuación entraron en escena los tres grandes que estuvieron presentes, y en primera línea del Capítulo n.º 45 del Instituto. Los tres con su gra-cia y buen humor nos informaron de todo lo que se

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trató en Roma. No faltaron algunos chascarrillos para amenizar la asamblea; los tres nos dejaron con el buen recuerdo de que allí no había secretos.

Ampliamente notificados y bien informados que-damos todos los allí presentes. Ahora, bien podremos afrontar todas las reuniones que versarán sobre el Capítulo General. Por mucha y detallada información no quedará; a nosotros nos resta ahora el interiorizar todos los temas tratados con exactitud y magnífica amplitud.

La tarde fue toda entera para el Hno. Antonio Bo-tana. Él nos habló de todos los intríngulis que tuvie-ron que afrontar sobre el trabajo de la revisión y puesta al día de la Regla que va a estar al frente de toda nuestra vida de Hermanos en los años sucesivos. La verdad es que el diálogo entre los participantes, Hermanos y Asociados, no fue muy prolongado, pero sí el suficiente para poner en claro algunas dudas o temas que no estaban del todo claros en la reunión.

Tiempo para pensar, día de reflexión y bien pen-sar. Dimos entrada al día con un rato largo de oración vocal. Siguió un periodo de retiro pensando y dialo-gando con los Hermanos de la casa. Finalizamos la mañana con una oración vocacional entre las dos comunidades. Buena media hora de reflexión. Se nos pasó la mañana en un santiamén. Cuando las cosas funcionan bien, da gusto estar y participar todos a una. Siguió el tiempo de compartir y reponer fuerzas.

La tarde fue aprovechada para dar un buen paseo. Todos los que pudieron tomaron el buen sol y día para pasear por los alrededores del monasterio. ¡Qué bien disfrutamos del gran día soleado y con un hora-rio todavía de verano! Despedimos el tiempo vera-niego que hemos tenido toda la semana, que quedará en nuestra mente como buen cierre de este estío de finales de octubre.

Finales de noviembre. Otra jornada que dedica-mos al Señor para poner a punto nuestra vida espiri-tual. Es el fin de mes y aquí nos tienes una vez más. Ya se nos termina el año litúrgico; y detrás nos llega el Adviento con sus brazos bien abiertos a la esperan-za, la paz y la alegría que este tiempo nos comunica. El monasterio de Bujedo nos abrió sus puertas y nos deseó una alegre y esperanzadora entrada del año litúrgico. Aquí rezamos, reflexionamos y nos dispu-simos a dar entrada y bienvenida al mes de diciembre que nos encierra muchas horas de alegría y bien para toda la humanidad. Nosotros no podíamos estar

ausentes en todo lo que nos dicen estas fiestas que ya sentimos muy cercanas.

Vigilia de Adviento. Ya es costumbre entre noso-tros el celebrar los acontecimientos especiales en unión con los “grupos cristianos” del colegio. Y este año no debíamos hacerlo de otra manera. Así que todos unidos, nos reunimos en la capilla colegial para decirle al adviento que contara con nosotros.

Una vigilia que pasará a formar parte de nuestra historia. Oramos y reflexionamos con los grupos de alumnos más sensibles, a la hora de poner en práctica todo lo que nos enseñan en la “pastoral” tan bien llevada y animada por el grupo de antiguos alumnos y profesores, que tan bien saben animar estos actos con buena dosis de ánimo y entrega.

Revisión de la vida de cada día. Antes de termi-nar el año, hicimos una revisión de toda nuestra vida. No pudo faltar una larga oración antes de empezar el día. Rezamos y rezamos bien. También compartimos nuestra oración, y nos ayudamos a rezar y saber pen-sar. Entre los planes que teníamos para el día, no podía faltar una visita bien fraterna a todos los mora-dores de la casa, y así lo hicimos. El trabajo del inicio de esta jornada fue bien pensado y fraternalmente realizado.

No faltó un tiempo largo para pensar en nuestras cosas personales y también en las comunitarias. Acto seguido vino la comunicación fraterna de todo el entramado que tiene nuestra vida, construida para ser vivida en comunidad. En la revisión del plan del año, fuimos amplios y generosos, sólo aplicamos la censu-ra a los puntos principales; algunas observaciones sí que nos hicimos unos a otros; esta revisión nos ayu-dará para un futuro mejor. En general vimos que las cosas no marchan mal, pero algo sí que debemos corregir y enmendar.

Y de la tarde, ¿qué? Nos tomamos un largo des-canso; los más fuertes no dudaron en recorrer las cercanías del monasterio. Pasado un largo paseo, emprendimos el viaje de vuelta. Después de tres cuar-tos de hora, más o menos, nos presentamos en nues-tra casa ordinaria. Un buen descanso relajante y re-constituyente; al llegar a casa todo nos sonaba igual que de costumbre, pero la novedad estaba y sigue estando en nuestro interior. En resumen: un día alegre y fraterno. Que vengan muchos como éste. Esto es una forma bonita y barata de terminar un trimestre. Con estas nuevas fuerzas escalaremos mejor la cuesta de enero. b

 

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Crónica de la Residencia de Burgos

ra el 13 de agosto cuando llegan a la Residencia de Burgos los Hermanos Javier, Miguel Ángel y José M. Gutiérrez acompañando al Hno. Ángel Calderón, que va a formar parte de esta comuni-

dad los próximos años. Le acogimos con todo cariño.

Esa noche cena y descansa aquí el Hno. Manuel Gutiérrez, de la comunidad de La Felguera.

El día 15, Asunción de la Virgen María, los Her-manos celebramos la fiesta en Bujedo y dos Herma-nos, Jorge Sierra y Rafael Palomera, hacen su Profe-sión Perpetua en la Congregación. Celebración muy entrañable y de tantas vivencias en la Fe y en el Insti-tuto.

Al día siguiente, tienen su reunión los Hermanos directores para planificar el nuevo curso.

Días después, algunos Hermanos de la comunidad se trasladan de nuevo a Bujedo para compartir con los Hermanos bujedanos y recoger unas 14 cajas de ciruelas para consumo comunitario.

El día 28, también algunos miembros de la comu-nidad aceptan la invitación de la familia Ruiz Martín, que se reúnen con ocho Hermanos de Arcas y cuatro de Bujedo, y con los Hermanos César y Rufino visi-tan la bodega familiar y la iglesia después de haberlos agasajado con sabrosa y fraternal comida; pasamos un día ameno en la población de Marcilla de Campos de la provincia de Palencia.

Se reúne la Comunidad de la Residencia de Cortes y se elabora el Proyecto Comunitario.

El día 5 de septiembre asistimos en la Parroquia de San Pablo al funeral de Dña. Julia, madre del Hno. Mario Vinumbrales. Asisten también Hermanos de otras comunidades del Distrito y el Visitador, Her-mano Jesús Miguel Zamora.

Al día siguiente sale para Madrid el Hno. José M.ª Amigo, quede allí partirá hacia Huehuetenango (Gua-temala), su nueva comunidad.

El día 14, domingo, asiste toda la comunidad al funeral y entierro en Bujedo del Hno. Amancio.

Día 20, acudieron algunos Hermanos a Santander a una reunión de Zona donde pasamos un día muy fraternal con Hermanos de Astorga, Arcas Reales, Palencia y Santander. La comunidad anfitriona nos explicó los cambios en la ciudad con ocasión del Campeonato Internacional de Vela. Tuvimos la co-mida en el comedor del Colegio, bien aderezada y sabrosa, preparada por el Hno. Zugazúa

El día 26, durante el rezo de vísperas, el Hno. Di-rector recoge las papeletas del primer sondeo de las votaciones de Hermanos Capitulares del Sector, que participarán en el II Capítulo de Distrito ARLEP.

El día 27, sábado, asistieron algunos Hermanos en el Colegio Lourdes a un encuentro de Hermanos y de Asociados. Presentaron el 45.º Capítulo General los Hnos. José Antolínez, Arsenio Turégano y Antonio Botana. Las explicaciones aclaratorias sobre el desa-rrollo del mismo, realizado en Roma, fueron muy satisfactorias a los oyentes. El Hno. Antolínez, como miembro de la Comisión Preparatoria, expuso los

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pasos y etapas de la misma a la Asamblea General del Capítulo. Arsenio, como Hermano joven, invitado por el Superior General, formó parte de la reunión de Hermanos jóvenes en Manila, y el Hno. Botana, co-mo miembro de la comisión que elaboró el borrador de la Regla.

Algunos Hermanos asisten en Palencia al funeral de la madre de Nano Pardo, miembro del Equipo de Misión del Sector.

El 9 de octubre se celebra en Bujedo la fiesta li-túrgica de los Santos Hermanos Mártires de Turón. Nos reunimos cerca de 40 Hermanos. Tuvimos un concierto de órgano de la Missa in Memoriam Martyrum, a continuación la eucaristía y el ágape fraternal.

Con ocasión del DOMUND se entrega a la Obra Misionera una aportación económica recogida en la comunidad para las misiones.

A finales de mes algunos Hermanos de la Resi-dencia van al Monasterio de La Santa Espina, com-parten el día con los Hermanos de esa comunidad y recogen almendrucos.

Cuatro Hermanos de Bujedo comparten con noso-tros un día, comemos todos juntos y pasamos una buena jornada de hermandad.

Unos días antes de Navidad se hace la revisión del Proyecto del año.

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Crónica de La Salle Ferrol Hno. Pablo Castrillo

on el mes de agosto clausuramos el período de vacaciones. En la segunda quincena del mismo tuvieron lugar acontecimientos parti-

cularmente significativos para notros.

El día 15 celebramos con alegría y agradecimiento la profesión perpetua del Hno. Jorge y el Hno. Ra-fael. Aunque era algo sabido y esperado, no careció de interés e ilusión para nuestra comunidad de Ferrol. Con ella coronamos un curso en el que, juntos, pro-fundizamos el sentido de la vida consagrada. Comu-nitariamente reflexionamos y discernimos con inten-sidad e ilusión. Preparación que compartimos con la comunidad de Ujo, a la que pertenecía el Hno. Ra-fael, y con el Hno. Andrés Corcuera. Así que nuestro gozo fue grande.

Nos alegramos mucho del encuentro con sus pa-dres y de acompañarle con ellos. Aunque fuese poco tiempo, disfrutamos de su compañía en nuestra casa de Ferrol.

Fueron numerosas las personas que manifestaron su simpatía, amistad y cariño al Hno. Jorge, hacién-dose presente en estos momentos tan significativos para él. Como muestra señalamos algunas de estas representaciones: el equipo directivo del colegio, media docena de profesores; los que presidieron la Eucaristía (un salesiano y el coadjutor de nuestra Unidad Pastoral) y animadores de “Salle Joven”. Como queda apuntado, habría que añadir muchas más personas. Ya sabíamos de la cordialidad, cerca-nía, atención de nuestro Hermano pero la realidad es distinta y supera lo que se dice.

Todo esto colmó nuestro gozo. Nos indujo a ala-bar al Señor por los innumerables dones que el Padre le ha concedido y la respuesta que el Hermano ha dado. Le encomendamos al Señor para que sea feliz en su presencia y le sea fiel durante toda la vida.

En la última semana del mismo mes de agosto, nos trasladamos a la Casa de Ejercicios de Ponte-deume para hacer el Proyecto Comunitario. En nues-tra comunidad no ha habido variaciones en los dos últimos años. La revisión que realizamos al final del curso fue seria y puntual. Constatamos que el Proyec-to del curso fue válido en líneas generales. Todo ello facilitó mucho el trabajo. Prácticamente en la mañana compartimos los Proyectos personales y renovamos el Proyecto Comunitario.

En el mes de octubre, celebramos en el colegio la campaña del DOMUND; aprovechamos para explicar el significado de la misma y su repercusión en nues-tra fe. Como siempre, hicimos la colecta para las misiones. Teniendo en cuenta la situación económica, la aportación de los alumnos fue aceptable. También la comunidad se implicó y unió su aportación a la de los alumnos.

En el mes de octubre celebramos los cumpleaños de los Hnos. Justino y Jorge. Aunque no coincidían en el mismo día, celebramos ambos el día 26, en el Colegio La Salle de Santiago, siguiendo la tradición de fraternidad de las comunidades de Galicia. Nos alegraos de la veteranía del Hno. Justino y de la savia nueva del Hno. Jorge. Con sencillos e intelectuales obsequios, les deseamos muchas felicidades. Los días 7 y 8 de noviembre tuvo lugar el encuentro de “Salle Joven” de Asturias y Galicia. Este curso correspondía la organización a Ferrol. ¿Cómo habilitar un centro

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pequeño para acoger a 250 personas? ¿Dónde encon-trar espacios para dormir, comer, jugar, reunirse...? Ciertamente parece imposible. Los organizadores de Ferrol, Hno. Jorge, animadores, y profesores, hicie-ron el milagro. Aunque la lluvia y el tiempo no ayu-daron se desarrolló con alegría y satisfacción. La comunidad ayudó a superar las estrecheces y a que los chicos participasen y se encontraran a gusto; creo que lo logramos.

Un año más, el 21 de noviembre celebramos una tarde de convivencia de familias, alumnos y profeso-res, con juegos para todos, desde los pequeñitos a los mayores, rifas, concursos, etc. Fue un encuentro agradable; una ocasión para compartir los distintos estamentos de la Comunidad Educativa en torno a un chocolate y tarta. Los veteranos también nos hicimos presentes.

En el mes de noviembre se renovó la junta direc-tiva de la Confederación de religiosos de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol. Al Hno. Fernando se le pidió que aceptara la presidencia de la misma, como servi-cio a los Religiosos de la Diócesis; aunque sus traba-jos son numerosos, tenemos que agradecer su dedica-ción y eficiencia. Ya se notan los aires renovadores.

También en el mes de noviembre nos implicamos en la Semana Vocacional del Colegio, en torno al lema “¿Qué quieres ser de mayor?”. Los cuatro Her-manos pasamos por las clases compartiendo nuestra experiencia vital, junto a un matrimonio, una religio-sa y un sacerdote cercanos.

Como ya es tradicional, finalizamos el primer tri-mestre con la Campaña de Navidad. Con iniciativas, creatividad y alegría se consiguió recoger una tonela-da de alimentos. Los mismos alumnos, acompañados de animadores y profesores los distribuyeron. Los entregaron al “Refuxio”, Cáritas Parroquial y Centro O’Mencer (Centro de atención a la mujer maltratada y marginada, atendido por las Hermanas Oblatas, con las que colaboramos). Son encuentros que impactan a los alumnos y les ponen en contacto con realidades duras.

Y, por supuesto, con los eventos de entrega de no-tas, Festival de Navidad de Primaria, cena de profe-sores y celebraciones en las clases.

Afrontamos el nuevo año 2015 con esperanza y alegría.

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Gijón, segundo semestre 2014 Hno. Ricardo Castrillo

l mes de julio, mes de reposición de fuerzas y de actividades extraescolares: Campo de tra-bajo del Hno. Luis con sus «guajes»; el Hno.

Ricardo, en Bujedo, de «restaurador» junto al Hno. Carlos Cantalapiedra; y los Hnos. Pepe y Pablo, guardando la casa y acogiendo a los visitantes: espe-cialmente a la comunidad del Noviciado de Madrid.

El día 7 varios Hermanos nos desplazamos, desde Bujedo, a Quintanavides para asistir al homenaje que se tributó en la parroquia del pueblo al Beato Hno. Daniel Antonio, Nicolás Rueda Barriocanal, mártir en Tarragona, con ocasión de colocar, en el templo, una placa conmemorativa con su fotografía y un texto manuscrito.

El 12 de agosto, para celebrar los 75 años del Hno. Pepe, salíamos de Gijón camino de Burgos. La comunidad del colegio de esta ciudad nos acogió fraternalmente tres días.

Al día siguiente, “Las Edades del Hombre” cen-traron la mitad de la jornada, en Aranda de Duero. La tarde la llenamos con la visita de Clunia y sus restos romanos, pero también nos dio tiempo para visitar varios pueblos como Caleruega, Covarrubias, Peña-randa de Duero…

En la capital, Burgos, el Fórum y Atapuerca fue-ron los platos fuertes del día, aunque tuvimos tiempo de saludar, en S. Pedro de Cardeña, a nuestro antiguo “Hno. Chipri”, que nos enseñó el convento (incluida la clausura de los frailes). Después de la comida es-tuvimos en S. Juan de Ortega.

El día 15, Día del Sector en Bujedo. Gran fiesta en todos los aspectos, como en años anteriores. Y si el año pasado celebró sus Bodas de Oro el Hno. Pablo, este año lo hizo el Hno. Pepe.

Con el regreso a casa comenzamos las primeras reuniones para organizar el nuevo curso: lugares de actividad paraescolar, clases de apoyo en distintas zonas de la ciudad,

Y finalizando el mes, en Lastres, como ya es tra-dicional, todos los Hermanos residentes en Asturias programamos el plan del curso 2014-15.

Inauguración en el mes de septiembre, día 7, vís-pera de la fiesta de Covadonga, de las reuniones de la CONFER. Presidió los diversos actos el Sr. Arzobis-po. Fue como la jornada de apertura para organizar los distintos encuentros y actividades que se tendrían a lo largo del curso. Coincidió con la etapa “reina” de la Vuelta ciclista a España a los Lagos, de modo que la circulación se puso imposible para nosotros. En consecuencia, varias horas de retraso para volver a casa.

El día 20 algunos Hermanos nos desplazamos a Santander para responder a la invitación del Hno. José Carlos para tener un encuentro de fraternidad. La jornada, esta vez, coincidió con las fiestas marine-ras internacionales de Santander, un aliciente más para pasar un día interesante en compañía de nuestros Hermanos.

Y en plan de encuentros, una semana después, en Valladolid, nuevo ídem con el tema de la Regla, a la

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que asistieron la mayor parte de las personas que formamos el Sector.

A nivel local, en Cimadevilla, inauguración “ofi-cial” de una calle, prolongación de la del colegio S. Eutiquio. Se aprovechó el acto para rendir homenaje a D. Emilio Muñiz “El Negro”: así se llama el nuevo vial. Asistió al acto, en silla de ruedas, este personaje muy conocido por su labor en el barrio, y antiguo alumno de nuestra antigua escuela.

El día 9 de octubre, fiesta de los Mártires de Tu-rón nos juntamos, aparte de la gran cantidad de veci-nos de la comarca, un grupo numeroso de Hermanos y asociados venidos, alguno incluso de Roma, Hno. Meoli, para celebrar la bendición de la restauración de la parroquia, y la dedicación de una capilla a nues-tros mártires; el acto fue presidido por el Sr. Arzobis-po de Oviedo, el obispo Martínez Camino, auxiliar de Madrid, y nuestros Hermanos Visitadores.

Para aprovechar el «puente» de este mes, pasamos el día 11 en Cangas de Narcea, sobre todo para visitar la ermita de la Virgen del Acebo. Pasamos una jorna-da muy agradable, pues nos acompañó un tiempo veraniego.

La fiesta de Sta. Teresa la celebramos en la pa-rroquia de los Padres Carmelitas de Gijón. Si bien, unos días más tarde, el día 18, tuvimos una reunión en Oviedo, en el convento de las MM. Carmelitas. Se programaron los distintos actos y reuniones, con mo-tivo del Año de la Vida Consagrada, dentro del Arci-prestazgo.

El último sábado de mes celebramos los Herma-nos de las comunidades de Asturias la mañana del retiro mensual, en la finca de Castiello de Bernueces. La tarde, aprovechando que era el día de puertas abiertas en la antigua Universidad Laboral, lo dedi-camos a visitar, casi exhaustivamente «La Laboral».

Desde el mirador de la torre de la antigua iglesia pudimos tomar vistas panorámicas de Gijón y sus barrios más cercanos, impresionante.

Casi habíamos perdido la esperanza, y eso que es-tábamos ya en noviembre, de que nos visitara el Sr. Arzobispo, pero el domingo, día 5, estuvo con noso-tros recorriendo el colegio y compartiendo la comida con nosotros y con el director del centro.

Cuatro días después nos desplazamos a La Felgue-ra para felicitar al Hno. Guti en sus 65 años. Lo hici-mos, primero, fervorosamente, en la capilla de la co-munidad, y lo celebramos largamente en el comedor.

Y, en plan de “cumples” el día 23 brindamos, en Gijón, por el 80 aniversario del Hno. Ricardo.

Dos días después tuvimos la misa comunitaria y pedimos especialmente por las vocaciones. Presidió D. Fernando Fueyo, nuestro querido antiguo alumno, que nos animó como él sabe hacerlo.

Del mes de diciembre destacamos la reunión-comida con el Equipo Directivo del colegio. Nos juntamos nueve personas para intercambiar impresio-nes sobre la marcha del centro.

También nos han visitado Asun y Verónica, del catering Seresca, con regalos de su parte. Comparti-mos la comida e impresiones.

Hemos revisado, también en este mes, en una de las reuniones semanales, el Proyecto Comunitario.

El día 12, despedida del primer trimestre: misa con profesores y alumnos, muy bien preparada por el equipo de pastoral colegial; regalos del “amigo invi-sible”; comida con los profesores, en el restaurante del Acuario…

 

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Al día siguiente el Hno. Luis se desplazó a Palen-cia con sus “jóvenes” para asistir al bautismo de una joven del grupo palentino.

No podemos olvidar la gran fiesta que se organi-zó, en el Colegio del Santo Angel, para celebrar los 175 años de la fundación, los 150 de la llegada a España y los 125 del su establecimiento en Gijón. Presidió la conmemoración de estos aniversarios la Superiora General: exposición conmemorativa, con banderas de los países que regentan; charlas de la Provincial y otras personas; recorrido de las distintas dependencias, especialmente del pequeño “espacio-habitación” donde falleció el Fundador, en el colegio de Gijón. Se nos dio, a los asistentes, un “recuerdo” conmemorativo original.

Con los jóvenes del grupo de oración animado por el Hno. Luis tuvimos una participada celebración en la capilla y un variado pincheo en el comedor.

El Hno. Ricardo tuvo con sus “antiguos catequis-tas”, como en otras ocasiones, otro encuentro lleno de recuerdos.

El Hno. Pablo organizó, como en otros años, el “Belén Viviente” con personas del barrio, los días 21 y 23, en la parroquia de S. Pedro. Un éxito de actua-ción reconocido por los numerosos asistentes.

La fiesta de Nochebuena la celebramos en Ujo to-dos los Hermanos, en la parroquia, con la misa del Gallo, y la cena, en la comunidad del cole.

Celebramos la Navidad, con una fervorosa y crea-tiva oración en la capilla y con variedad de «platos» caseros en el comedor de La Felguera,

El día 26 el Hno. Luis y sus “jóvenes” salieron hacia Valladolid para el Encuentro de Oración. Los siguientes días lo hicieron los demás Hermanos para celebrar con sus familiares estas fiestas tan entraña-bles…

Esperamos culminar estas fiestas navideñas en Gi-jón, el día 6, con los regalos que nos van a traer, se-guro, los Reyes Magos.

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Crónica de la comunidad de La Felguera

Hno. Manuel Gutiérrez

on el verano solemos dar término, todos, al proyecto comunitario, para dejar hueco al nuevo que hacemos a finales de agosto. Los

Hermanos de La Felguera teníamos programado, como cierre de nuestro proyecto, unas vacaciones comunitarias en la segunda quincena de julio, sana práctica, ésta… Elegimos la casa de la Gafa y allí nos fuimos a descansar y convivir en serena y fraterna compañía con los Hermanos que ya se nos habían adelantado en llegar. Me voy a atrever a nombrarlos porque así me lo pide el buen recuerdo que tenemos todos de aquella convivencia, los que nos convoca-mos allí fuimos los Hermanos: Ángel Crespo, Aqui-lino Antón, Faustino, Ángel Hernando, Francisco Gutiérrez, Florencio Ramos, Alfredo García, Tomás González, Zuga, Abilio Sancho, José Antonio Re-vuelta, José Luis Peña y el que esto escribe, Hno. Guti. Es una experiencia que hay que vivir para valo-rar… Y no voy a entrar en detalles por eso mismo, pero sí quiero recordar que el 24 de julio celebramos el cumpleaños del Hno. Víctor Mata con un sabroso ágape en el que coincidimos 25 Hermanos, agasaja-dos por el Hno. Reboiras; para rematar, presenciamos el espectáculo de luz y sonido en el marco inigualable de la plaza del Obradoiro y sobre el escenario de la monumental fachada barroca de la catedral, aunque esta vez un tanto camuflada por los andamios. Hubo más… pero solo quiero escribir los sonidos, registra-dos en mi memoria, de las campanadas de la cercana Iglesia de Miñortos, semejantes a aquellas otras que embriagaban a Rosalía…

Doy un salto en el tiempo sobre otras actividades vacacionales, como las visitas a la familia, o el día del sector en que acompañamos a Rafa y Jorge en su compromiso definitivo, y paso a comentar cómo hi-cimos nacer el nuevo proyecto comunitario desde la villa marinera de Llastres; para entonces, ya estaba con nosotros Rufino, dispuesto a llevar el timón de nuestra nueva comunidad; pues lo hicimos como “dios manda”, igual que vosotros… y no faltó la ce-lebración de la llegada a nuestro grupo de Hermanos de Asturias, de Santi V. Carro, “morenito”, del pro-pio Rufino y de Teodoro “morenín”, aunque éste no estuvo presente ya que aún andaba por tierras cen-troamericanas; tampoco faltó una reunión para po-nernos de acuerdo en la forma de funcionar como comunidad de comunidades de Asturias.

No sé si ya comenté lo del curso de aprendizaje cooperativo que hicimos dos Hermanos de la comu-nidad junto con muchos profesores en Gijón, creo que ya se sabe que nos gustó…

Esto es personal: uno tiene la sensación de que el tiempo pasa en septiembre más lento que en los me-ses más veraniegos; los días parece que se alargan para meter en ellos todo lo que hay que hacer y pro-gramar de cara a comenzar el nuevo curso; pero el 8 de septiembre hay que parar y dedicárselo a la Santi-na y/o a la no menos santa Virgen del Carbayu, pa-trona de Langreo. Fueron muchos los afanes de aque-llos días por el comienzo del curso, trufados, además, de alarmantes noticias sobre el ébola… y luego, los

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Vida  en  comunidad  ajustes de horarios, cosa harto complicada… Para remate, Chari, nuestra cocinera, se pone enferma; menos mal que Florencio coge la sartén con celeri-dad. El 12 de septiembre acompañamos en Oviedo al Hno. Ángel Díaz en la celebración por la muerte de su madre. Tuvo lugar en la Parroquia de San Melchor de Quirós, primer santo asturiano.

También, como todos vosotros, acudimos la cita de Valladolid, donde nos saludamos y nos informa-mos sobre el 45.º Capítulo General, por boca de sus participantes.

Ya en octubre, tuvimos el Turón el triduo para la celebración de los 80 años el Martirio de los Herma-nos Santos; la comunidad estuvo allí. D. Rafael, el párroco, coordinó con fervor y eficacia este evento en el que también participaron el Prelado de la diócesis de León y el obispo auxiliar de Asturias, que presi-dieron sendas eucaristías. Aprovecho para decir que D. Rafael nos haría una visita a comienzos de no-viembre, en la que presidió la eucaristía y cenó con nosotros; como recuerdo el Hno. Director le entregó una escultura de nuestro Fundador.

Y llegó el puente del Pilar en que habíamos pre-visto en nuestro P. C. tener una visita cultural a Ma-drid, y allá que nos fuimos, haciendo parada y fonda en La Santa Espina. Fue poco el tiempo que pasamos en el Monasterio pero nos dio para celebrar una euca-ristía con los Hermanos, cenar y visitar la viña de la que nos llevamos una muestra generosa; la acogida de los Hermanos fue muy fraterna y nos gustaría corresponderles… Aquella mañana, invitaba a viajar y pronto nos vimos en Madrid. La comunidad de acogida de MM32 cumplió como siempre, doy fe por esta y por otras muchas veces… A la comida de este día invitamos a Ramón, hermano del que esto escri-be, y también vino por la tarde mientras visitamos la exposición de Sorolla; luego nos perdimos por el

Madrid castizo y hasta paramos en la chocolatería de San Ginés; para entonces ya llovía… Después tuvi-mos una cena ligera y a continuación, pasamos al Teatro Lara, donde nos esperaban… “La llamada” era la obra que habíamos reservado por mediación del Hno. Antxon Andueza; un musical con pretensio-nes religiosas de otros tiempos pero muy bien am-bientado y entretenido.

El día 12 de octubre era el día señalado para que el Hno. Teodoro se incorporase a la comunidad: allí estaba en la avenida del Valle y nos lo llevamos con ilusión, pero antes, nos despedimos del Hno. José Cambón, antiguo compañero de Tejares, que se esta-ba reponiéndose de un problema serio de salud; desde aquí deseamos su pronta y definitiva sanación.

Los días pasan entre laudes y vísperas, que llena-mos de actividad y desvelos pero sin cejar en el pro-pósito de construir la comunidad, que no es solo un deseo…Por eso, valoramos mucho los momentos de ocio y convivencia, como el que tuvimos en la finca “S. Eutiquio”, cerca de la Universidad Laboral de Gijón, un buen día de relax, reflexión y oración que compartimos todos los Hermanos de Asturias.

Los cumpleaños de los Hermanos, también son momentos para construir la comunidad y la fraterni-dad entre todos los Hermanos de Asturias: Se cele-bró, el 9 de noviembre, el mío, del que guardo el mejor recuerdo. Días después lo compartiría con mis padres en la residencia de S. Sebastián de los Reyes, aunque ellos ya no se emocionen, porque sus 90 años y el deterioro no se lo permiten, pero ahí están…

Llegó el Adviento con su corona y sus velas, me-moria llameante de nuestro compromiso de esperar al Mesías con esfuerzo e ilusión. En las vísperas de la Inmaculada acompañamos a la profesora Amelia y a su hermana en la despedida definitiva de su madre; y el día de la Inmaculada celebramos el encuentro con los antiguos alumnos como ya es tradicional, pero no rutinario, porque tuvimos una eucaristía muy bonita, animada por el Hno. Rufino.

El tiempo va con paso ligero hacia el final del tri-mestre y del año, pero la lluvia cae lentamente y sin descanso, tanto que tuvimos goteras en la comuni-dad… Ya era la segunda vez, pero esta vez encon-tramos la causa y lo digo para que si esto lee Laure, se quede tranquilo porque el agua procedía de un tubo abierto, pero lejos de donde salían las goteras; esto parecerá poco relevante para una crónica pero es que nos tuvo varios días pendientes del problema.

 

 

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Con el final del trimestre, como hicisteis vosotros, se tiene la comida con el profesorado; me hago por-tador de la buena impresión de los Hermanos que asistieron a la que se tuvo en el Langreotel y en la que se celebró la jubilación de M.ª Jesús, Felisa, y Cristina. Esta última fue nuestra cocinera los últimos 14 años, pero una enfermedad ha hecho que le con-cedan la jubilación, muy a su pesar; desde aquí le agradecemos los desvelos que tuvo con nosotros y deseamos su pronta curación.

La Navidad, hoy por hoy, es el tiempo en que más se comparte mesa y regalos, guste o no… Nosotros hemos compartido varias mesas y también regalos. Agradecemos, ahora, la invitación de la Escuela de padres que adelantaron su fiesta de Navidad al 21 de diciembre; compartimos con ellos la celebración y la mesa repleta de cosas aportadas por todos; ya en el karaoke nos reservamos un poco… Un año más tu-vimos la comida de confraternización con las familias de Fito y Fran, directores de Ciaño y La Felguera,

respectivamente; pues fue eso, confraternidad y co-municación en plano corto que afianzó nuestro com-promiso mutuo. Y finalmente, nuestra Navidad en la comunidad de comunidades de Asturias se desarrolló según marca el “coutumier”: Nochebuena en Ujo; gracias por aquello colorao con patas, que estaba mu rico, y por los regalos... El día de Navidad nos junta-mos los 14 Hermanos en La Felguera; por modestia no podemos presumir, pero sí, del buen ambiente que se creó. Y después de San Esteban, San Teodoro, 27: homenajeamos al “morenín” y aprovechamos para hacer una visita los belenes de Gijón. Ese día comi-mos a la carta…

Y esta crónica tiene ya que terminar…Si comen-zábamos con unas vacaciones la cerramos con otras y con ellas el año. Los Hermanos que tienen familia cercana fueron con los suyos y dos Hermanos queda-ron en casa.

Y aunque ya era 2015, que aprovechamos para desearos que sea bueno en salud y paz, pero el día 6 nos juntamos de nuevo los 14 en Gijón y cerramos las Navidades con un buen rato de convivencia que incluía la comida; no me olvido del solomillo, Pablo, y de los detalles y buenos deseos de Luis.

Quien esto lea podrá llevar cuenta de todas las comidas de las que hago mención y que no hablo nada de las vísperas y bendición… Pero sigo pensan-do que de poco valdría esto sin aquello y que a lo mejor es bueno aplicar lo de: ”no hagáis diferen-cia…”. Bueno, pues que todo siga igual hasta la pró-xima, o mejor, digo.

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Desde La Santa Espina Hno. Alberto García Arteaga

asaron las vacaciones de Navidad. La primera visita que recibimos fue la de los Hermanos de las comunidades de La Santa Espina y de la

Comunidad Pastoral del Barrio Girón.

Las fiestas del 125 aniversario llegaron a su fin con la visita de Dña. Silvia Clemente, consejera de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, a nuestra escuela.

La charla de nuestro querido Javier Burrieza en el salón de actos sobre la historia del monasterio y, sobre todo, la historia de la Escuela puso en valor el trabajo meritorio de tantos Hermanos que pasaron por aquí poniendo su granito de arena en esta historia de salvación para tantos jóvenes de toda España. Espe-ramos ver pronto su trabajo impreso para que sirva de lectura entretenida y a la vez cultural para todos los lasalianos.

A continuación, Antonio Piedra y Alberto Martí-nez-Peña presentaron el libro “La Espina. Una mo-rada luminosa” con prólogo de José Jiménez Lo-zano.

Las palabras de D.ª Silvia Clemente transmitieron esperanza y buenas noticias a los jóvenes alumnos que llenaban el salón, pues les comunicó las nuevas ayudas aprobadas para que los jóvenes de la región puedan abrirse un futuro digno en su tierra.

Una comida fraterna en la bodega bonita, con los productos de la tierra, regados con los vinos de la casa, puso fin a esta celebración entrañable.

El nuevo curso ha comenzado con menos alumnos que años anteriores, pues el PCPI desaparece y no hemos implantado la formación profesional básica, pensando que al próximo año podamos comenzar con el ciclo superior de aceites y vinos. Con todo, son 95

los alumnos internos y los hay que son guerreros, ¡vive Dios! Podríais pensar que al ser un poco mayo-res en edad (tenemos pocos alumnos con menos de 18 años), tendría que notarse más madurez y sereni-dad, pues os equivocáis: siempre hay una cola que despunta y pone su pica en Flandes.

Ahí está la labor de los profesores-educadores que, con mano firme y experiencia, van sembrando, a través de sus clases teóricas y prácticas y mediante las actividades extracurriculares y el diálogo cercano, ese ambiente de convivencia necesario para el buen aprovechamiento de la formación profesional y hu-mana que aquí se imparte.

La Excursión de Convivencia de toda la escuela fue a la Boca del Asno y a La Granja de S. Ildefonso. No cabe duda de que el contacto con la naturaleza y con el arte hace que cada alumno se manifieste como es y se entablen relaciones más cercanas y familiares. Siempre hay un cambio cualitativo en el ambiente de la escuela a partir de esta jornada de convivencia, y el conocimiento de cada alumno se hace más real y profundo.

Otra fecha destaca en el primer trimestre y es la celebración de la fiesta de la escuela que, desde este año ya no se llamará del Beato Isidoro Primo, sino “Tres Estrellas”, pues a partir de ahora celebraremos

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fiesta por los tres beatos que pasaron por esta escuela: dos como alumnos y uno como profesor, y que fue-ron beatificados, dos de ellos, recientemente. El poema del Hno. Carmelo Bueno, armonizado por el Hno. Jorge Rodríguez pone el mensaje lasaliano a este día en el que los juegos, el chocolate y la entrega de premios siembran otra vez alegría y buena dispo-sición entre todos los miembros de la comunidad educativa. Aquí os van las fotos y el himno…

HIMNO: TRES ESTRELLAS

Tres estrellas de La Salle, Buenas maestras y hermanas, Sembraron en esta Espina Sus sueños de luces blancas. 1. Juan Pablo, Agustín y Edmigio Tres hermanos lasalianos, Que en la tierra de esta Espina, Y en sus aulas, se sembraron. En la tierra de esta Espina Encantados les cantamos 2. Edmigio, Agustín, Juan Pablo, Tres espigas castellanas, De la cosecha del Reino, Tres palabras encarnadas De Jesús y su evangelio, En la Espina, en nuestra casa. 3. Juan Pablo, Agustín y Edmigio, Mártires y solidarios, Unidos mano con mano, Pisaremos vuestras huellas Al contar vuestras historias A los aires de esta tierra.

¿Qué más contaros de este trimestre que no se-páis? Pues aquí la vida es muy normalita y corremos el riesgo de caer siempre en los mismos relatos: aten-demos al turismo haciendo de guías turísticos del monasterio y de las mariposas; somos una comunidad acogedora; damos “paseos sanitarios” por el entorno para poner a raya al colesterol y otras amenazas, etcé-tera.

Sólo dos cosas más. La primera es que nos encan-ta recibir visitas: Los Hermanos de Cortes vinieron con su furgoneta y se volvieron a casa, además de con aire sano del páramo en los pulmones, con una buena carga de almendrucos y algún que otro racimo de la viña. Los hay que saben escoger las fechas y, como este año la naturaleza ha sido generosa en al-mendrucos, nueces, uvas… pues aprovechan para llevarse provisiones para aligerar el apartado de la alimentación en su presupuesto comunitario. Y noso-tros, encantados.

Y la última cosa es que nos gusta, para los mo-mentos de ocio comunitario de los viernes por la tarde, cuando ya los alumnos se han ido a sus casas, visitar esa riqueza cultural que nos rodea y tenemos tan cerca: castillos, iglesias, monasterios: Monteale-gre, Torrelobatón, Toro, Wamba, Moreruela. Sola-mente en días no laborables de escuela, podemos hacer una salida más larga. Pues ahí nos tenéis visi-tando en un día de ocio la villa romana de “La Olme-da”. ¡Una maravilla, oiga! ¡Y qué bien lo explica esta chica (la guía)! Pues ahora a comer a Carrión de los Condes. Y si pasamos a visitar a la familia de Antolí-nez, entonces sí que el día queda redondo. Y así fue. Gracias por llegar hasta aquí.

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Comunidad de Palencia Hno. José Antonio Revuelta

os días estivales van cediendo campo hasta llegar a las conocidas reuniones de planifica-ción del nuevo curso académico. La comuni-

dad de los Hermanos percibe una sensación empática con toda la comunidad educativa, aunque no todos estemos implicados directamente en las dos obras de Palencia.

Por estas mismas fechas deseamos al Hno. Aqui-lino buen acopio de conocimientos y vivencias en su visita a Holanda. Dos profesores holandeses, acom-pañantes de sus jóvenes de intercambio de English en Palencia le invitaron con gastos pagados. De ese mo-do agradecían al Hermano su amabilidad y el desvi-virse por ellos acá. También convivieron con la co-munidad algún día.

A gusto organizamos el Proyecto Comunitario del año en nuestro Cen-tro La Salle-Managua, de la misma Palencia. Diríase que el hervor pro-gramático de las instituciones con-duce a ocupar todas las casas aptas para encuentros, foros, retiros y simi-lares.

La pronta visita canónica del Hno. Visitador del Sector nos hizo caer en la cuenta de que el año escolar comenzaba en firme. Como también firme será la permanencia del Hno. José Antonio Revuelta en la comunidad. ¡Adiós, Madrid!

Noto que los seis Hermanos vivimos cercanos a la familia. Además, cuatro de ellos visitan periódica-mente a sus ancianas madres.

Las reuniones comunitarias del domingo-noche dan juego para la evaluación y prospectiva de la hoja de ruta del grupo. Por ejemplo, todos participamos expresamente en las encuestas solicitadas: Sobre el 45.º Capítulo General, el Capítulo del Distrito, la MEL...

En Santander, la comunidad tomó parte en el pé-same y entierro de la hermana de los Hnos. Ángel, Basilio y Santos.

También en Santander se tuvo el encuentro con las comunidades de la misma ciudad, de Valladolid, además de la nuestra y de algún Hermano más que se unió. Reemplazó –por este año– a las conocidas

Convivencias de Inicio de Curso, que los Hermanos de la región celebraban cerca del pantano de Aguilar de Campoo.

A primeros de octubre, la CONFER palentina convocó su primera Asamblea General. Ya sabemos que los religiosos varones se acercan pocas veces; sin embargo asistimos dos Hermanos Con fuerza mayor, puesto que nuestro Director, Hno. Ángel Hernando, funge como vicepresidente y ecónomo de la misma.

El domingo, 19 del mismo mes, contemplamos la esmerada exposición de Las Edades del Hombre, en Aranda de Duero. Las dos iglesias-salas lucían a tope en sus visitantes. Tal vez por el día de la semana, porque faltan pocas fechas para el cierre, o porque Madrid queda cerca. Los Hermanos no salíamos de

nuestro concentrado asombro. Pronto pisamos tierra, pues es imperdonable no probar el corde-ro mesetario en un día y lugar como ése.

Un refocile realmente fraterno lo disfrutamos en la villa de San Cebrián de Campos (Palencia), en casa del Hno. Aquilino Antón.

Fue un encuentro satisfecho de las comunidades de N.ª S.ª de Lourdes y de Palencia. Tras los saludos, peregrinación a la ermita de N.ª S.ª del Prado; algo distante del pueblo, para algunos. Oración conjunta (guitarra incluida), regreso para abrir apetito… y al comedor. En hermandad fueron probados manjares y caldos de la tierra. A continuación, visita a la históri-ca iglesia de san Cebrián. Nuevo agradecimiento al Hno. Aquilino.

El 28 de noviembre: Vigilia de Adviento en la ca-pilla del colegio (iglesia de san Bernardo), comanda-da por los grupos cristianos “Salle Joven”.

Y el 29, Retiro de Adviento de la CONFER, en las nazarenas, con dos charlas sobre los dos eventos que inauguramos el mismo día.

Por la tarde-noche damos inicio al Año de la Vida Consagrada y al Año de Santa Teresa de Ávila, al medio milenio de su nacimiento, con una Eucaristía presidida por el señor Obispo, en la “Bella Descono-cida”. b

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Desde Santander Hno. José Carlos G. Moreno

omenzamos un curso más con sus ajustes y buenas disposiciones para avanzar en el camino, en el tiempo. La comunidad ha

despedido a los Hnos. Jorge Medina y Abel Campo, trasladados a Valladolid y recibido a los Hnos. Ra-fael Palomera, Luis Rebolledo y Cecilio Gómez. El Hno. Óscar Cordovilla se ausenta durante los tres meses que permanece en el CEL. La comunidad de Santander se hace presente en los dos centros cánta-bros: S. Juan Bautista, de los Corrales de Buelna y La Salle, de Santander. Anotamos también como novedad que en el centro de Los Corrales hay nuevo director: D. José Manuel Merino.

A finales de agosto los Hermanos dedicamos una jornada a elaborar el Proyecto Comunitario. Lo reali-zamos en Los Corrales, dentro de un clima fraterno, por lo que resultaron muy eficaces la reflexión y el contraste de pareceres.

Septiembre es un tiempo de preparación y co-mienzo del curso escolar. Se van finalizando las obras en el Colegio La Salle en su último piso, así como la instalación de un ascensor, y se construyen unos accesos conforme a la ley. Con el fin de crear un buen ambiente convivencial en el claustro, se or-ganiza una excursión del profesorado, que se traslada a Laredo donde visitamos la población, sus bellas calles, panorámicas marítimas y parroquia. El día 20 tenemos el encuentro de “Aguilar” que en esta oca-sión celebramos en Santander y al que acuden Her-manos de: Arcas, Astorga, Burgos, La Felguera, Pa-lencia y Ujo, amén del Hno. Andrés Corcuera. Fue un día muy agradable y fraterno. Visitamos el litoral con la adaptación realizada e instalación de casetas con motivo del campeonato internacional de regatas.

Otra de las salidas efectuadas en este trimestre ha sido a Aranda de Duero con el fin de visitar Las Eda-des del Hombre. Salimos el viernes día nueve, ca-mino de Valladolid, pasamos la noche en Arcas, don-de pudimos saludar a los Hermanos de la Residencia, para al día siguiente trasladarnos a Aranda. Una jor-nada distendida muy agradable e instructiva.

El día 9 de septiembre el Director del Centro San Juan Bautista de Los Corrales convoca la comisión de preparación del 125.º aniversario de la fundación, que se irá reuniendo a lo largo del trimestre. Dicha comisión está constituida por representantes de pro-fesores, padres, alumnos, antiguos alumnos y comu-nidad de Hermanos. Representando a los Hermanos están los Hnos. Saturnino, Cecilio, Rafael y José Carlos. El trabajo que se ha realizado en el trimestre ha sido el de definir fechas, actividades, presupuestos y finalidad de cuanto se va a realizar.

El día 29 de noviembre se inaugura el Año de la Vida Consagrada con una Eucaristía en la catedral, presidida por D. Vicente Jiménez, Obispo de Santan-der, a la que acudimos algunos Hermanos. La cate-dral estuvo llena sobre todo de religiosos. En estas fechas la CONFER Diocesana tiene su Asamblea anual y en ella es nombrado miembro del equipo animador el Hno. José Carlos. En estos días el Hno. Rafa acude al encuentro de “La Cosa” en Valencia.

El día 8 de diciembre, día de la Inmaculada, se ce-lebra la fiesta de los antiguos alumnos de Los Corra-les, a la que asistimos una representación de la co-munidad. Se tiene la Asamblea en la que intervienen D. Salomón Cuadrado, presidente, D. José Manuel Merino, director del centro, y el Hno. Cecilio, asesor de la Asociación, quienes hicieron una llamada a la revitalización de la misma. Seguidamente tuvimos una Eucaristía y a continuación un vino español. Desde estas fechas se comienza en los centros la Campaña de Navidad con recogida de alimentos.

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Vida  en  comunidad  Al terminar el trimestre se celebran en los centros

festivales de Navidad, se adornan las estancias y se tienen diversas actividades de tipo festivo. Una gran estrella se instala en la fachada del Bloque A de Los Corrales y un magnífico árbol se coloca en la entrada del Colegio La Salle de Santander, donde se celebra un concurso, ya tradicional, de Belenes originales, realizados con diversos elementos llenos de creativi-dad. En ambos centros el claustro celebra un ágape fraterno de despedida del trimestre y felicitación na-videña en la que participamos los Hermanos.

En el trimestre hemos tenido visitas del Hno. An-drés Corcuera, del Equipo de Misión, Hnos. Javier Mendoza y Rubén Rodríguez, mejicanos, y Hno. Aniceto Ramírez que trabaja en Ruanda con niños de la calle. La comunidad ha compartido las inquietudes del grupo “gente pequeña” que se está preparando para realizar un proyecto en el Tercer mundo. La

sesión fue muy instructiva e ilusionante al tratar con jóvenes comprometidos con otras gentes más necesi-tadas. También hemos compartido inquietudes, pro-yectos, preocupaciones, ilusiones y cena en dos oca-siones con los Equipos de Animación de los centros. Con los dos asociados de Cantabria: Teo y Pili, pro-fesores del Colegio La Salle hemos compartido en algunas ocasiones la eucaristía, la reflexión y la cena.

Los Hermanos de la comunidad, además de su trabajo diario participan en Voluntariados, PROYDE, catequesis parroquiales, CONFER, Asociación de Antiguos Alumnos, Escuela de Padres, Salle-joven, apoyos escolares…

Un trimestre que ha pasado muy rápido y que ha sido movido y lleno de actividades.

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Encuentro  de  comunidades. El  Hno.  Aniceto  Ramírez,  que  trabaja  en  Ruando  con  los  "niños  

de  la  calle".

Celebración  conjunta  de  los  grupos  SalleJoven  de  Corrales  y  San-­‐tander  en  el  colegio.

José  Manuel  Merino,  nuevo  director  del  Colegio  San  Juan  Bau-­‐tista  -­‐  La  Salle  de  Los  Corrales  de  Buelna.

 

 

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Comunidad Pastoral de Santiago Hno. Rafael Muñoz

l terminar el curso anterior los Hermanos de la comunidad participamos en diversas ex-periencias: el Hno. Luis Rebolledo, un ve-

rano más, participó en un proyecto misionero de PROYDE; en este caso en La India.

El Hno. Luis Miguel, junto con dos profesores de La Inmaculada y un universitario del colegio La Salle, vivió una experiencia interesante en Mozambique.

El Hno. Germán colaboró en la animación de una de las colonias de verano en Bujedo y el Hno. Rafael estuvo pendiente de las obras de renovación de los tejados del colegio y remozamiento de las fachadas de La Inmaculada.

Incluso tuvimos oportunidad de participar en mo-mentos de encuentro y formación con otros Herma-nos del Sector en Parmenia, el Hno. Rafael, y con Hermanos del Distrito y de la Región RELEM en Líbano, el Hno. Germán.

Con este bagaje de experiencias y encuentros nos reencontramos en la segunda mitad del mes de agos-to. Fue en este momento cuando despedimos al Hno. Luis Rebolledo camino de su nueva misión en San-tander.

Un trimestre intenso

El monasterio de Trasmañó, cerca de Vigo, fue testigo de nuestra reflexión al comenzar el nuevo curso a finales de agosto; y el de Armenteira, a fina-les de diciembre, fue el marco de nuestra evaluación del primer trimestre.

Sin afán de ser exhaustivos, podríamos resaltar que el trimestre ha sido un periodo de profundización en el ser de la comunidad, asimilación progresiva de sus objetivos, de ir compartiendo la vida según las peculiaridades de cada Hermano, y de ir avanzando en la incardinación en la realidad particular de la realidad del entorno… con la pretensión de irnos incorporando progresivamente a la realidad educati-vo-pastoral a la que pretendemos servir, haciendo equipo con el resto de agentes. Esperemos que la nueva ubicación de la comunidad vaya siendo un factor más para su enriquecimiento y servicio.

El momento que vive la comunidad es de hacer nuevos planes y propuestas pastorales que permitan hacer compartible la vida de la misma comunidad, así como un conjunto de actividades más específicas de tipo pastoral, acordes a la finalidad con la que ha sido fundada, teniendo en cuenta las necesidades del en-torno y la demanda real de los jóvenes y adultos a los que se pretende acompañar en su crecimiento perso-nal y cristiano.

El traslado real a los nuevos locales se ha realiza-do, tras algunos meses de acondicionamiento, en las recientes navidades de 2014. La casa dispone de es-pacios para cuatro Hermanos residentes, una posible estancia temporal de otra persona, espacios multiusos de reunión y vida familiar, zona de jardín compatible con actividades al aire libre…

En la felicitación navideña os hemos dado a co-nocer algunos de los espacios de la casa y algunas de las propuestas y pretensiones de la comunidad. Desde estas líneas os reiteramos la invitación a visi-tarnos cuando os parezca oportuno. Con gusto os acogeremos.

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Comunidad La Salle Santiago Hno. Luis Varela

la hora de enfilar esta crónica, me ronda por la cabeza el cambio que se está produ-ciendo en nuestras comunidades y concre-

tamente en esta de Santiago, de mis amores.

Somos 11 Hermanos, en una gama de 22 años de diferencia, de los cuales solo uno está en edad de ejercer la docencia oficial subvencionada, en un co-legio que cuenta con 83 profesores seglares y algunos más como sustitutos.

Naturalmente, un Hermano de La Salle nunca se jubila, muere con las botas puestas. Y las tareas no faltan, tanto dentro del propio centro como en el ge-melo de La Inmaculada, o fuera de ellos: Escuelas Católicas, CONFER, Caritas, parroquias de Santiago, Coral La Salle...

Esto ya supone, no solamente un cambio de men-talidad, sino también en los hábitos tradicionales de movernos todos como un solo hombre tras un objeti-vo más uniforme.

Tanto las diferencias de edad como la diversidad de tareas hacen más compleja la armonización de la vida comunitaria: prioridades, calendarios y horarios, distribución de funciones, modos de descanso...

Tal vez habrá que hacer como el tío Zoilo, de aquella lejana aldea que, cuando le empezaron a pe-sar las piernas, tuvo que cambiar, muy a su pesar, su bicicleta de "piñón fijo", ¡herencia querida!, por otra con "cambio de marchas". Pero, aceptó el reto, y siguió en la tarea.

La Salle nos indicó el camino. La Misión sigue siendo la misma, pero los tiempos han cambiado y debemos dejar atrás el "piñón fijo", y enfrentar el futuro con creatividad y discernimiento. Tarea deli-cada para, como dice el refrán: "no terminar tirando al niño con el agua de la palangana".

En este empeño y, dado que la tarea hemos de rea-lizarla de modo comunitario, nos puede dar una pista el dicho atribuido a San Agustín: "In necesariis, uni-tas; in dubiis, libertas; in omnibus, caritas".

La aplicación de estos principios la dejamos como tarea particular de casa...

Vamos ahora a cosas más concretas del correr del último período del año 2014.

Acontecimientos significativos de la comunidad

Hay acontecimientos que parecen más ligados a la espiritualidad de la Iglesia o a la misma ciudad de Santiago de Compostela que a nuestra propia comu-nidad de La Salle. Con todo, creo que merecen ser incluidos en este apartado por su íntima relación con la comunidad, ya sea por el influjo en el devenir de la misma, por la participación en los actos y celebracio-nes, por la acogida dispensada, o simplemente por el ambiente que crean en el entorno de la comunidad.

Así me gustaría mencionar aquí:

- El record de peregrinos llegados este año a los pies del Apóstol Santiago, después de recorrer un largo camino que les da derecho a recoger el docu-mento de "La Compostela" que los acredita como peregrinos auténticos, no meros turistas. Pues bien, este año alcanzaron la cifra de 237.810, cifra que supera incluso la de Años Santos Jacobeos. No pocos peregrinos se alojaron en nuestras dependencias.

- El "Año jubilar del VII Centenario de la peregri-nación a Santiago de San Francisco de Asís. (1214-2014). La Familia Franciscana ha programado, con tal ocasión, numerosos actos, celebraciones y pere-grinaciones, en muchos de los cuales ha participado la comunidad.

- El "V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús", cuya apertura contó con diversos actos en la Catedral y en la iglesia de las Carmelitas Descal-zas. El 20 de diciembre los religiosos de la CONFER

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nos reunimos en la iglesia de El Carmen para cantar unas Vísperas solemnes y tener luego una conviven-cia con las monjas de clausura, que nos obsequiaron con pastas de su fabricación.

- Y ya más cercanos a nosotros, el 45.º Capítulo General de La Salle y el Sínodo Diocesano de San-tiago, que han sido objeto de numerosas y tesoneras reuniones comunitarias para estudiar sus documentos.

Otros acontecimientos de relieve

Omitidos no pocos que son comunes a las comu-nidades del Sector, reseñaríamos de modo especial:

- Las frecuentes reuniones que hemos tenido las distintas comunidades de Galicia, para intercambios comunitarios o simplemente para los cumpleaños de Hermanos de cualquiera de estas comunidades.

A este respecto mencionaría, de modo especial, el encuentro que tuvo lugar el 24 de agosto, para cele-brar la Profesión Perpetua del Hno. Jorge Sierra, de la comunidad de Ferrol, acompañado de sus padres. Acto muy sentido y caluroso, con oración y comida fraterna.

- También mencionaría las buenas relaciones que hemos mantenido entre la comunidad y el cuerpo educativo del colegio, mediante reuniones periódicas con la Directora, con el Equipo Directivo, con la comunidad de "Parmenia", o mediante celebraciones religiosas o festivas.

- El 22 de mayo, D. Julián Barrio, Arzobispo de Compostela, hizo su visita a la comunidad y al cole-gio La Salle. Tuvo la ocasión de hablar con los Her-manos, profesores y alumnos. La visita concluyó con una comida en compañía de los Hermanos y Equipo Directivo del colegio

- El 7 de septiembre, el Hno. Claudio, por muchos años animador de la Escuela de Padres de Santander,

acudió a Bujedo para celebrar en compañía de su grupo las Bodas de Plata de la fundación.

- Varios Hermanos de la comunidad debieron pa-sar por el quirófano, afortunadamente con éxito, así mencionamos: Hno. José Pérez Cabello, operación de vejiga urinaria, 30 de mayo y 9 de junio; Hno. Cri-sógono Santos, operación de cataratas, 22 de julio y 9 de septiembre; y Hno. Justino Fernández, 4 de no-viembre, también de cataratas.

- La Coral La Salle, cuya dirección asume el Hno. Santos y en la que participan otros tres Hermanos, celebra sus 20 años de existencia. Para ello ha orga-nizado los días 4 y 5 de octubre una excursión por tierras salmantinas con paradas especiales en Sala-manca, visita a la Virgen de la Peña de Francia y La Alberca.

- El 11 de octubre pudimos gozar, después de va-rios intentos frustrados por razón de otras ocupacio-nes, de la espectacularidad de la playa de las Catedra-les, cerca de Ribadeo. Toda una gozada. Completa-mos el día con la visita a San Martiño de Mondoñe-do, Foz, Puerto de Burela y el lago artificial de As Pontes.

- Algunos Hermanos vienen siguiendo el progra-ma de senderismo animado por los profesores del colegio, para algunos sábados del curso. Este año lo han hecho coincidir con algún tramo del Camino de

 

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Vida  en  comunidad  Santiago. Así, en el mes de octubre han recorrido parte del Camino Inglés a Santiago, por tierras de la comarca ferrolana.

- El día 12 de noviembre recibíamos con pesar la infausta noticia del fallecimiento de D.ª Carmen Re-boiras, madre de nuestro Director Hno. Xosé y de su hermano Ramón, profesor del colegio. Acudimos al funeral al día siguiente en S. Xulián de Laiño (Coru-ña), acompañados de gran afluencia de vecinos de la localidad y numerosas representaciones de Santiago. Para los que no pudieron asistir este día, se tuvo una Misa el día 24 en la iglesia compostelana de Las Ánimas.

- El día 2 de diciembre fallecía en Vigo D.ª Mar-celina Peraita, hermana del Hno. Luis, de la Resi-dencia de Arcas Reales, Valladolid. Dado que la sa-lud de este Hermano ya no le permitía acudir junto a sus familiares de Galicia, cuatro Hermanos de nuestra comunidad nos desplazamos a Vigo, el día 3, para asistir al funeral, en representación de la familia lasa-liana, y para acompañar a su familia con nuestro afecto y nuestra oración.

- El día 12 de diciembre el Hno. Luis Varela, co-mo uno de los tres pioneros que quedan de los prime-ros tiempos del nacimiento del Instituto San Pío X, en Tejares, Salamanca, fue requerido para acudir a Madrid, para colaborar en la presentación del libro "El Instituto San Pío X, al servicio de la Palabra y de la Escuela Cristiana (1955-2005)", obra del Hno.

Alejandro Pérez Urroz. Una investigación exhaustiva que pone de manifiesto la originalidad del Instituto y los avatares sin cuento para llegar a su implantación como centro universitario, primero en Salamanca y luego en Madrid. El solemne acto académico, muy concurrido, tuvo lugar en "La Salle Campus Madrid", donde está actualmente ubicado el San Pío X.

-Ya en otro orden de cosas, quiero resaltar la im-portancia que han tenido las obras realizadas en la cocina y en el comedor colegial durante todo el ve-rano, para su total renovación. Obras que aunque pertenecen propiamente a las dependencias colegiales nos afectan indirectamente también a la comunidad. Señalo al respecto el esfuerzo que se ha hecho para poder atender el comedor de Cáritas que el Colegio viene prestando a esta institución durante el mes de agosto, a pesar de las obras.

- Con la cena navideña, acompañando a los profe-sores del colegio, el día 19; y la celebración conjunta de la Navidad con las comunidades lasalianas de Galicia los días 24 y 25, damos por terminada esta panorámica del año en curso y nos deseamos mutua-mente un año 2015, lleno de Gracia y Prosperidad.

Estos son algunos de los hechos puntuales del úl-timo período del año 2014. Con ellos hemos intenta-do ponernos en las pistas que nos señalaban nuestro querido tío Zoilo y el Santo de Hipona. No sé si lo hemos logrado. Dejamos el veredicto al lector.

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Comunidad de La Salle - Ujo Hno. Santiago V. Carro

acia la “Escuela de niños” de Bustiello.

Es el 18 de septiembre y hacia allí nos encaminamos con los alumnos de la ESO en

una mañana de convivencia. Naturalmente que no están los Hermanos ni mucho menos. Pero el edificio ahí sigue bien plantado. No como el de Caborana, a no muchos metros más arriba que ha sufrido efectos renovadores que casi le han hecho desaparecer.

Como bien plantada sigue la escuela de Colunga, cerca de Lastres, donde estuvimos todos los Herma-nos de Asturias haciendo el proyecto comunitario el 30 y el 31 de agosto. Lugar marinero y pintoresco donde los haya. Y donde tuvimos buenas horas de convivencia. Buen sitio de turismo.

Y hablando de escuelas bien plantadas, hermosos edificios, ahí está la que fue nuestra de Llanes. Buen lugar para sacar buenas fotos de lo que fue otro lugar de entrañables recuerdos para algunos y donde el Hno. Nicolás convivió con antiguos alumnos que, un año más, le invitaron el 7 de septiembre.

Hasta ahora apenas llueve en Asturias, apenas llueve en Ujo. Aunque el 14 de septiembre hubo gran aparato eléctrico que parecía caer sobre el edificio. Pero las casas, para uno que llega de nuevo, unas, la gente las decora y conserva con gran exquisitez, mientras otras de al lado se caen por falta de inquili-nos. Son los tiempos que nos tocan.

El 26 de septiembre nuestros alumnos tuvieron la función religiosa en la inauguración del comienzo de curso y, a la salida, todo el pueblo se sorprendió con una demostración de baile de todo el colegio en plena calle.

Mes de octubre: jornada escolar de mañana y tar-de. A partir del 6 de octubre triduo en Turón en honor de los mártires. El primer día preside el obispo de León y al final nos pidió una foto de los Hermanos con él en el altar de los mártires. La iglesia ha queda-do muy bien. El último día del triduo la hicimos con el obispo auxiliar de Oviedo.

Retiro de todos los Hermanos en Gijón, 25 octu-bre, oraciones en el hórreo y canto de la salve en la gruta de esta extensa y bien empleada finca. La “La-boral”, impresionante.

Gracias al Hno. Paco porque a pesar de los cam-bios en la Ley de Educación, el centro tiene horarios y tutores aunque de la noche a la mañana se lo pon-gan patas arriba. Damos gracias a Dios por la pacien-cia y el buen humor con que lo sabe llevar, que no es poco.

Los del club de montañismo siguen fieles el tercer domingo que cada mes. El Hno. Alfonso organiza, anima y participa con entusiasmo. Y de sus subidas a las alturas nos llegan setas y castañas que bien saben.

El 31 de octubre un curso de primaria sorprende a las demás clases con unas pizzas que han cocinado ellos mismos y de las que invitan a los compañeros en pleno patio.

Lluvias el 3 de noviembre por la tarde, ¿durarán? Pues no. El 4 el señor arzobispo preside la eucaristía en el pueblo y luego nos sorprende visitando nuestro colegio, rezando vísperas con nosotros y cenando. Y hablando de sorpresas llegó a decir que le tuvieron

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Vida  en  comunidad  que operar y se dio cuenta en ese tiempo de que no era imprescindible. Gracias por su detalle y por su cercanía.

El 6 de noviembre ya tenemos algo de nieve en las cumbres más elevadas. El 7 por la tarde el “amagües-tu”: gran esfuerzo de los alumnos en los carteles y sus explicaciones.

El 9 celebramos en La Felguera el “cumple” de Guti con unos platos de alto rango y esmerada elabo-ración. La ocasión lo merecía.

Si os acercáis a comer también podréis probar la escarola y otros productos hortícolas que el Hno. Nicolás cuida con esmero en un rincón del colegio en macetas y tiestos...

Me llama la atención el ruido de fondo de los co-ches de la autovía: tapa el sonido más meditativo y

natural del río Caudal, pero poco a poco uno se acos-tumbra.

El 23 de noviembre nos alegramos todos los Her-manos de Asturias con el Hno. Ricardo Castrillo que ya he entrado en los ochenta, y que los siga llevando así de bien. El mes se despide con lluvias y algo de nieve en las cumbres.

En diciembre se preparan los villancicos y festival de Navidad que fue el 18 para el colegio por la ma-ñana y para los padres por la tarde. Muy variado y con gran esfuerzo de todos. El 19 por el patio te reci-bían si estabas por allí con “abrazos gratis” y eso es lo que os mando a todos porque nos sobraron y esta-mos en Navidad y Año Nuevo.

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De camino hacia el Padre Residencia La Salle - Arcas Reales

Hno. Pedro Méndez

a en los estertores de este viejo año, me dispongo a comentar el quehacer de esta comunidad en estos últimos meses. Me

viene a la mente, por asociación, cierta semejanza con esos viejos libros, gastados, con hojas amarillentas, depositados en los anaqueles de las bibliotecas. A pesar de su aspecto astroso, guardan en su interior sabias ideas y ricas experiencias. Por comparación, señalaré alguna que ha marcado el ritmo de esta veterana comunidad en estos últimos meses.

Un año más tuvimos el ya tradicional encuentro en Marcilla de Campos. La familia del Hno. César Ruiz, con su hermano D. Javier al frente, nos invitó a estrechar la hermandad en torno a la mesa. Acudimos Hermanos de Bujedo, Cortes, Arcas y el Hno. Rufino. También nos acompañó nuestro párroco, el P. Laurentino, franciscano conventual, hijo del pueblo y primo del Hno. Rufino. Además de la convivencia, aprovechamos la jornada para pasear por las calles tranquilas del pueblo y visitar la parroquia.

La llegada del Hno. Juan González Díaz, un "joven" de 71 años, a esta veterana comunidad, ha sido para nosotros como una bocanada de aire fresco. Trae la misión de remplazar al Hno. Amancio Tudanca en la atención de los grupos que nos visitan y otros menesteres. Lo ha tomado con mucha ilusión. Para festejarlo y, al mismo tiempo, dar las gracias al Hno. Amancio por su trabajo fielmente desarrollado durante quince años, tuvimos una comida fraternal y distendida en el parque, en torno al brocal. Nos acompañaron Don Javier Ruiz y esposa. Un modo de corresponder a las atenciones que nos prodigaron dos semanas antes.

En el capítulo cultural cabe reseñar la visita a varias exposiciones. En primer lugar nos introdujimos en el mundo onírico de Goya a través de sus grabados. Los Caprichos, los Desastres de la Guerra, la Tauromaquia y los Disparates con su mundo alucinante, fueron objeto de nuestra observación reposada. Los pinceles de F. Cuadrado

Lomas con los paisajes sobrios de nuestros campos castellanos centraron nuestra atención en otra exposición. Tampoco podía faltar la visita a la ya tradicional exposición del colegio de Lourdes. Muy interesante por su variedad y mezcla de estilos.

El día de la Presentación visitamos el monasterio de San José en Medina del Campo, la segunda casa reformada del Carmelo de Santa Teresa de Jesús. Aprovechando la apertura de la clausura con motivo del Jubileo Teresiano, recorrimos los espacios originales de la época teresiana, conservados perfectamente. Quedamos sobrecogidos por la austeridad de las celdas. Un camastro, un Cristo en la pared, la jofaina, el candil, la rueca y una tabla era todo el ajuar que necesitaban aquellas buenas religiosas. También visitamos la celda original de Santa Teresa, el locutorio donde tuvo lugar el primer encuentro de la Santa y san Juan de la Cruz, la iglesia conventual, el patio antiguo con el “Corredor de la Santa”, el museo con obras artísticas, enseres personales y reliquias de la Santa y san Juan de la Cruz. Dentro de este ambiente teresiano, también visitamos el santuario Ntra. Sra. del Carmen y el Museo de las Ferias.

Entrando en el capítulo de enfermería cabe reseñar que al Hno. Julián Tejedor le operaron a primeros de septiembre de la cadera para ponerle una prótesis. Ha habido otras operaciones menores.

A finales de octubre nos sorprendió la empresa de restauración con una comida medieval. El comedor

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Vida  en  comunidad  apareció engalanado con blasones y gallardetes. Se-gún entrábamos nos colocaban un babero. Las coci-neras aparecieron ataviadas con indumentaria de época. No podía faltar el Hno. Amancio con refajo y peluca rabiosamente pelirroja, todo un sosias de la Maritornes cervantina. Una buena rebanada de pan hacía de plato. No había cubiertos. Los cinco dedos que Dios nos ha dado fueron el único instrumental. Un pocillo de barro hizo las veces de vaso. Un faroli-llo en cada mesa iluminó nuestro yantar. De esta guisa dimos buena cuenta al jamón, morcilla, cordero y lechuga, acompañados de rebanadas de pan mor-disqueadas del “plato”. Un cuenco de arroz con leche completó la comida. Una musiquilla medieval nos llevó a épocas pretéritas. Los Hermanos estaban tan a gusto que se olvidaron de telediarios y otras historias.

Cambiando de registro tengo que señalar que el Hno. Agustín anda un tanto desorientado. Se le ha recomendado no salir de la enfermería solo. El Hno. Miguel también tiene ciertos problemas. Mientras se recupera, el Hno. Francisco F. Cilleruelo, Subdirector, ha asumido la dirección y responsabilidad de la comunidad.

Me corresponde ahora tener un sentido recuerdo por los cuatro Hermanos que nos han dejado en un intervalo de cuatro meses. El Hno. Amancio Elvira llevaba unos meses en silla de ruedas, pero estaba relativamente bien. El día 13 de septiembre se le bajó a misa como todos los días. Al acabar la misa nos dimos cuenta que estaba muerto. Una muerte tranquila, plácida, sin quejas ni gestos que manifestasen dolor. No había guardado cama ningún día.

Un mes después, en el día de santa Teresa de Jesús, fallecía el Hermano Ramón Roldán. Llevaba un mes largo en situación delicada y había recibido la Unción de los Enfermos. En la eucaristía ofrecida por

su eterno descanso, vinieron familiares y profesores de Palencia.

Parece que el ya viejo tumor del Hno. Enrique se despertó por estas fechas. A finales de septiembre pasó a la enfermería. Un mes después recibió la Unción de los Enfermos con mucha devoción durante la eucaristía; 17 días después fallecía. Se celebró el funeral en la capilla de Lourdes y fue inhumado en el panteón de los Hermanos del cementerio del Carmen de nuestra ciudad

En la madrugada del 29 de diciembre, fallecía inesperadamente nuestro Hno. Luis Peraita. En los últimos meses había ido decayendo física y mentalmente. Estaba ya en silla de ruedas, pero hacía vida bastante "normal". Al entrar en la capilla para la oración de laudes nos encontramos con el féretro. Tampoco había estado ningún día en cama. Su salud gastada por los 88 años había dicho basta. Sentimos la despedida de nuestros Hermanos queridos, pero nos alegramos de que para ellos la muerte ha sido el último Amén y el primer Aleluya.

La reunión comunitaria en la víspera del inicio del Adviento versó sobre el capítulo 5.º de la Exhorta-ción Evangelii Gaudium del Papa Francisco. Apare-cieron ideas muy interesantes. Mencionaré un par de ellas. Un Hermano dijo que los tres años de la predi-cación de Jesús estuvieron centrados en las Bienaven-turanzas, en el Reino, pero nunca lo definió. En cam-bio cuando los apóstoles salieron a predicar después de la Resurrección, nos hablaron expresamente del kerigma, de que Jesús es Reino. Otro Hermano aludió a que este texto puede ser leído en clave lasaliana. En él se dice: “evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que oran y trabajan. Siempre hace falta cultivar un espacio interior que otorgue sentido cristiano al compromiso y a la autoridad”. Nuestro Fundador dice algo parecido en la meditación 198.1: “Vuestro deber es subir todos los días a Dios por la oración, para aprender de Él todo cuanto debéis enseñarles, y descender luego a ellos… para instruir-los sobre lo que Dios os haya comunicado”.

Dicen que hablar es plata y callar, oro. No creo haber conseguido lo primero, intentaré cumplir lo segundo. Que en el nuevo año 2015 tendamos puentes de paz, amor y felicidad para caminar todos hacia la Luz.

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Comunidad Pastoral La Salle - Girón Hno. Fernando González

ace ya casi un año que no tenéis noticias de nuestra comunidad en esta revista, en con-creto desde enero de 2014. Así que vamos a

retomar nuestro relato a partir del invierno pasado.

La sana rutina del segundo trimestre, con el día a día de las clases en los colegios de Lourdes y La Sa-lle, es algo que se agradece. Sin embargo, nuestra comunidad, por su talante pastoral, vive cada semana y, especialmente durante los fines de semana, varia-das experiencias que nos enriquecen y dan sentido evangelizador a nuestra vida. Como puede ser el Fin de Semana de estudio y convivencia que tenemos con universitarios en enero; las reuniones de algunos grupos de reflexión pastoral a nivel local o de Sector; además de nuestra participación en los GACHS o en el Consejo de Distrito. Pero sigamos nuestro recorri-do por las cuatro estaciones.

Primavera:

Nuestra comunidad da mucha importancia a la formación y a los procesos personales; por eso, du-rante cinco fines de semana, Luis y Fernando hemos participado en los Talleres de Crecimiento Personal que anima Esther Lucía y que se organizan en Madrid desde el CEL. Ha sido una experiencia configuradora y muy valiosa también por la vivencia en grupo. Mientras, Roberto hacía un curso on-line sobre espi-ritualidad con las teresianas.

Entre marzo y abril hemos participado en los reti-ros distritales propuestos durante el curso para hacer Distrito: en concreto, Tomás coordinó el de Bujedo y Roberto y Fernando participamos en Sevilla. Luis se incorporaría, ya en verano, al de San Asensio. Aun-que se trata de una grata experiencia y muy valiosa

por la fraternidad que hemos vivido, lo vemos como una experiencia excepcional ya que nuestra opción es seguir celebrando la Pascua con los jóvenes o con la gente de la parroquia.

Los fines de semana siguen estando ocupados en nuestras agendas hasta fin de curso: participación en la Jornada de Comercio Justo de la ciudad con los grupos de PROYDE joven; participación en la Mar-cha de PROYDE con el colegio; participación en la reunión de acompañantes de grupos de gente peque-ña-PROYDE en Madrid; Finde Estudio y Conviven-cia para los exámenes de junio; reunión del Grupo de Trabajo del Sector sobre pastoral; reunión del Grupo de Acompañamiento del Sector; retiro comunitario para revisar la evolución de nuestra comunidad pasto-ral que nos pedían en el GACHS; renovación de los Votos en la fiesta de la Trinidad, junto con la comu-nidad seglar de Emaús con quienes hemos comparti-do algún momento más de celebración y de reflexión a lo largo del curso.

Verano:

Esta época es momento para seguir cuidando la formación y el carisma personal e institucional. Así que iniciamos el verano con la Semana Lasaliana en la que participó Roberto aportando su experiencia como Hermano y como educador social y acompañante de voluntarios. Por otra parte, Fernando se apuntó al cur-so de Posgrado en Orígenes del Cristianismo que or-ganizan el Instituto Teológico Agustiniano y la

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Vida  en  comunidad  Universidad de Valladolid, en el que se cuenta con grandes especialistas que permiten adquirir una vi-sión crítica y muy profunda del cristianismo de los siglos I y II.

También el verano es tiempo de apuestas pastora-les y, por tercer año consecutivo, organizamos un Campo de Trabajo en nuestra comunidad. Roberto y Álvaro Alcubilla coordinaron esta iniciativa en la que participó un grupo de 3.º de Universidad del colegio de Lourdes: para los jóvenes, además de una vivencia de la fraternidad, supuso descubrir variadas experien-cias de solidaridad que hay en la ciudad y, sobre to-do, que no es necesario salir fuera para implicarse con los más pobres, con frecuencia ocultos en barrios no tan lejanos de su vida cotidiana.

El verano es tiempo también para convivir con la familia y cuidar a los familiares más débiles y enfer-mos. Así lo hicimos los cuatro Hermanos de la co-munidad, dispersos por la geografía gallega y caste-llana. Además, aprovechamos la estancia de Juan Pablo, en su descanso del curso vivido en tierras afri-canas, para salir unos días por Extremadura con Rosa y José Luis. Algo que nuestro párroco nos agradece porque no encuentra otra ocasión para descansar du-rante el año.

Y cuando esta época toca a su fin, buscamos un espacio para el encuentro sosegado con nuestros Hermanos del Sector. Concretamente con los del Sindicato: los más jóvenes arriesgando su vida en el Líbano, y los que somos un poco más entrados en años arriesgándonos a vivir la experiencia del Funda-dor en Parmenia. En ambos casos resultó ser un tiempo intenso para compartir vida e interrogantes en profundidad.

Otoño:

El inicio del nuevo curso es momento para despe-dir a Roberto, que es enviado a la comunidad de Bra-ga, y para acoger a Jorge que se incorpora desde San-tander. Nuestra comunidad sigue renovándose desde que la inauguramos hace seis años y cada Hermano deja una impronta personal. Siempre intentamos con-jugar la misión específicamente pastoral con la mi-sión particular de cada Hermano. Un tensión elegida que nos fuerza a ser lúcidos y fraternos.

La puesta en marcha del nuevo curso parece no terminar nunca por el esfuerzo que supone en varios ámbitos: tanto pedagógico –con las clases y los nu-merosos proyectos de innovación– como pastoral

–con las apuestas de voluntariado, grupos cristianos, grupos de adultos, SalleJoven, catequesis parro-quial…

Pero este esfuerzo tiene su recompensa, porque podemos disfrutar de una red de relaciones persona-les en torno a lo educativo-pastoral, que nos permite un acompañamiento mutuo en nuestro camino de discípulos y evangelizadores. Uno de los nudos de esa red fraterna siguen siendo los encuentros del Sin-dicato y de la COSA. Este último, sobre pastoral vocacional, tuvo lugar en Valencia y en él participó Jorge.

Nuestra apuesta por el acompañamiento a distin-tos niveles y, sobre todo, a partir del equipo que hemos creado en el colegio de Lourdes nos llevó, junto con Álvaro Alcubilla, a dar cursos de forma-ción sobre acompañamiento personal a profesores del claustro de La Salle-Córdoba y, otro fin de se-mana, a delegados de pastoral del Sector de Andalu-cía en Sevilla. En Córdoba aprovechamos la ocasión para visitar la obra socioeducativa de Estrella Azahara y en Sevilla para hacer una visita al Postu-lantado y compartir una tarde con esa comunidad de formación y su entorno pastoral.

Como es costumbre en esta comunidad, cada fin de semana tiene su afán. Además de participar en el En-cuentro de Zona del Sector sobre el Capítulo General, reservamos dos fines de semana largos, de puente, para tener nuestros dos retiros trimestrales. Durante estos tiempos privilegiados dedicamos un día entero al silencio y otro día a compartir reflexión y al ocio co-munitario. El primero fue en el monasterio de El Pau-lar para realizar el Proyecto comunitario y el segundo en el monasterio de Suesa para vivir una experiencia pastoral. De esta última experiencia volvimos encan-tados por encontrarnos con una comunidad muy traba-jada, que discierne mucho sus opciones evangelizado-ras y que conjuga muy bien la autenticidad personal

 

 

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con un contexto de flexibilidad. Todo ello les permite ser creativas y dar respuesta a las necesidades de evangelización de los jóvenes.

Invierno:

Entramos en la recta final del trimestre. Por nues-tra comunidad, durante varios fines de semana como cada año, han ido desfilando grupos diversos: desde los Hermanos del Sindicato, hasta grupos de confir-mación de la parroquia, pasando por grupos cristia-nos para tener sus convivencias. Destacamos el grupo de 3.º de Universidad que animan Mónica y Fernan-do, y el de 1.º de Bachillerato que animan Gemma y Guenther. Los jóvenes se encuentran como en su casa, con total libertad para moverse por ella, para reunirse, cocinar, etc. Lo valioso es que los Herma-nos compartimos con ellos momentos de convivencia y de celebración de la fe. Por último, hemos acogido también a los miembros de un grupo cristiano de Gijón, acompañados por el Hermano Luis de los Ríos, que han participado en el Encuentro de Oración del Sector. Algunos de ellos son conocidos de años

anteriores por haber participado en nuestro campo de trabajo o en los fines de semana de estudio.

Finalmente, reseñamos una experiencia eclesial que ya se ha consolidado después de cuatro años. Es el Foro de Pastoral local que convocamos, cada mes, un martes por la tarde en nuestra comunidad y en el que participan pastoralistas de varias congre-gaciones. Tras un breve momento de oración, conti-nuamos con la reflexión sobre diversos temas que afectan a la pastoral con jóvenes. Este curso estamos profundizando en el acompañamiento personal des-de la riqueza de experiencias que tenemos cada uno de los participantes. También pondremos en marcha algún itinerario compartido para acompañar proce-sos vocacionales de jóvenes vinculados a nuestras instituciones.

Hemos llegado al fin de este relato y cerramos es-ta breve etapa del ciclo de la vida con este tiempo de invierno. Que suavemente la vida nos empuje hacia una primavera existencial y espiritual.

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Comunidad de Nuestra Señora Hno. Fortunato Berciano

omenzamos el nuevo curso 2014-2015 en la comunidad con dos bajas importantes: El Hno. Rufino, director de comunidad que nos

deja para desempeñar la misma función en La Fel-guera. Y la jubilación del Hno. Juan González y su marcha a la comunidad de Arcas Reales. Tenemos que agradecer el que hayan venido otros dos Herma-nos para sustituirlos: El Hno. Francisco Javier Gutié-rrez que viene de La Felguera y asume el cargo de director de comunidad, y el Hno. Abel, que viene de Santander y se incorpora también al claustro de pro-fesores del colegio. Tanto a los Hermanos que se han ido como a los que se han incorporado les hemos deseado lo mejor en su despedida y en su incorpora-ción.

La nueva comunidad se reunió el 7 de septiembre en La Santa Espina. Ya es conocida por todos la bue-na acogida que los Hermanos de La Santa Espina prodigan siempre a los que nos acercamos allí. Gra-cias, Hermanos, por vuestras atenciones en todo. Allí fuimos para hacer el Proyecto Comunitario. En este día nos hemos encontrado con los Hermanos de la comunidad del Colegio La Salle de Valladolid. He-mos realizado cada comunidad nuestro proyecto y también hemos compartido las dos comunidades distintos puntos de los proyectos de cada comunidad. Aunque este día se comenzó el P.C., se terminó de concretar los días 15 y 22 en la reunión comunitaria.

En el colegio comenzaron las clases los días 10 para Infantil y Primaria y 17 para Secundaria y Ba-chillerato.

También a finales de mes, el 27, tuvimos el En-cuentro de Zona, con la presencia de todos los Her-manos del Sector. Un día importante con la presencia de los Hermanos Visitadores, tanto del Distrito, como del Sector, así como la interesante charla del Hno. Antonio Botana.

Comienzan también las votaciones de los repre-sentantes para el 2.º Capítulo de Distrito.

Ya en octubre, el día 6 nos incorporamos a la Co-munidad de Galilea en su oración, aquí, en el colegio, en la capilla de Emaús. Una experiencia positiva que nos abre a otra forma de orar distinta a la tradicional de cada día. Ojalá se repita con más frecuencia.

El 25 de este mes de octubre, sábado, celebramos un encuentro-intercambio con la comunidad de Palen-cia. Tuvo un carácter de retiro mensual del “Camino” de Sta. Teresa. Visitamos la exposición pictórica en la capilla de San Bernardo del Colegio. Después nos dirigimos a San Cebrián de Campos para pasar el día. Al llegar hicimos también nuestra pequeña peregrina-ción, (a unos tres kilómetros) hablando en grupos, como queriendo imitar las andanzas de la Santa. Tu-vimos la oración en la ermita del pueblo. Regresamos a la casa del Hno. Aquilino y disfrutamos de una bien preparada comida. Visitamos la iglesia del pueblo dedicada a los santos Cornelio y Cipriano. El Hno. Aquilino explicó las distintas partes y sobre todo el retablo. Una joya de las muchas que hay en Palencia. Esperamos su visita a nuestra comunidad.

Celebramos este año con un carácter especial la fiesta de los Mártires Españoles del siglo xx. Noso-tros le hemos dado un carácter especial, pues entre los mártires está el Beato Hermano Mariano Pablo, antiguo alumno del colegio, a quien la Asociación de Antiguos Alumnos ha nombrado co-patrón, y la fiesta

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la pasamos al sábado, 8. Se invitó a todas las familias a participar en la Eucaristía que se tuvo en el colegio y fue presidida por nuestro Arzobispo, D. Ricardo Blázquez y el párroco de S. Ildefonso, donde fue bautizado el beato. Al terminar la celebración, el historiador D. Javier Burrieza, antiguo alumno, glosó algunos datos de la vida del Beato Hno. Mariano Pablo. Finalmente se bendijo un cuadro-retrato reali-zado por el pintor D. Miguel Ángel Soria. El cuadro junto con una reliquia del beato, están colocados en un lateral de la capilla, junto a dos nuevas vidrieras.

A lo largo de este mes de noviembre hemos teni-do, en las reuniones de comunidad, la oportunidad de comentar la exhortación Evangelii Gaudium, del papa Francisco.

Algunos Hermanos asistieron en la catedral a la inauguración del año de la vida consagrada, el lunes, de la 1.ª semana de Adviento.

Pero han seguido las distintas reuniones comunita-rias y una especial con el equipo de Misión del cole-gio, el día 10. Se ha tratado de que la Pastoral sea fundamental en el colegio. También se ha hablado de la Pastoral extra curricular, como los numerosos gru-pos cristianos que hay en el colegio, con experiencias significativas, la educación en la justicia, voluntaria-do, Proyde, socios, etc. Un tema que nos preocupa es el de Misión Compartida y Asociación, sobre todo con los profesores nuevos. No ha pasado desaperci-bido el tema de la Pastoral vocacional con grupos de reflexión, cultura vocacional y acompañamiento.

También hay que hacer mención a la Eucaristía que se celebra un domingo al mes, abierta a profeso-res, alumnos y padres, en el colegio. Ha tenido buena acogida y participación.

Del 2 al 4 de diciembre hemos recibido la visita del Hno. Provincial, Andrés Corcuera. Ha sido un encuentro como comunidad y compartir con él lo que nos interesa, preocupa o apasiona. La base está en el lema del año “En nuestras manos está”, que nos invita a profundizar en el valor de la esperanza. Ha habido ocasión para tener una entrevista distendida y animada con él. La reunión comunitaria tuvo como motivo principal el Proyecto Comunitario y Personal, escuchando y contrastando la realidad que vivimos.

El pasado 6 de diciembre salimos para ver la ex-posición y el Santuario mariano Ntra. Sra. del Car-men de Medina del Campo. Por falta de previsión no pudimos verlo, pues estaban todos los grupos ya con-certados. No obstante, Medina tiene muchas otras cosas para ver y aprovechamos la mañana. Nos gustó mucho la exposición sobre Sta. Teresa y S. Juan de la Cruz, así como La Casa de los Arcos, el Palacio Real Testamentario, etc. Una salida comunitaria que agra-dó a todos.

Como años anteriores la comunidad propuso en el P.C. algunos días de formación. Este año el tema escogido es lasaliano. Las dos charlas de hora y me-dia cada una a cargo del Hno. Josean Villalabeitia, fueron apreciadas muy favorablemente. Esto se reali-zó el 13 de diciembre.

El día 21 hicimos la revisión del PC. Hemos esta-do en Arcas Reales por la mañana viendo lo que ha sido para cada uno este primer trimestre. Ha sido positivo el poder hacer algunas observaciones a cada uno de los que hablaban.

Y, sin querer, hemos terminado el primer trimes-tre. Algunos se sienten cansados y esperaban ya estas vacaciones de Navidad. Ojalá sirvan efectivamente de merecido descanso y se pueda iniciar el segundo trimestre con la ilusión del principio de curso.

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Verano vivo y fecundo

 

 

fecundo  

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Desde Primaria hasta Universidad

Nano Pardo

n mes de julio más se dieron cita en Bujedo un gran número de chicos y chicas que ve-nían a disfrutar de unos días de encuentro,

alegría, fiesta, oración y celebración. Y un montón de cosas más.

Del 5 al 14 de julio celebramos la colonia de sex-to de Primaria. Los piratas vuelve a ser un buen re-clamo para convocar a más de 140 chicos y chicas de todo nuestro Sector a vivir unos días en los que va-mos descubriendo cómo en estos días en Bujedo se pueden vivir los valores de la cercanía, el esfuerzo, la gratuidad y la fraternidad. Y, de vez en cuando, mirar al horizonte y contemplar el regalo de la serenidad que Dios nos ofrece son indispensables para un buen camino. Este año tocó comandar esta tripulación a Xoan Viña y al Hermano Germán Bolado. Estos edu-cadores supieron llevar a buen puerto a estos niños y niñas coordinando y animando a unos voluntariosos jóvenes animadores que fueron 28 y que entre juven-tud y veteranía cumplieron con creces sus funciones.

Del 14 al 23 de julio llegaron a Bujedo otro grupo de chicos y chicas de primero de la ESO, dispuestos a vivir una gran aventura. La Aventura del Señor de Los Anillos. Bujedo se convierte en esas fechas en “La Comarca” y allí los 140 aventureros y aventure-ras viven en la “Tierra Media”. Los Hermanos Jorge Sierra y Rafa Palomera, acompañados de otros 26

animadores, están siempre dispuestos a poner a estos niños en situaciones apasionantes para disfrutar de estos días e ir desafiando las distintas situaciones que la aventura les depara.

En esas mismas fechas se celebró, simultánea-mente a la colonia de 1.º de la ESO, el campamento con los chicos y chicas de segundo de la ESO. Todo un reto para el grupo de animadores y animadoras, en este caso coordinados por el Hermano Jorge Medina y Carlos del Álamo. Después de la experiencia vivi-da, podemos decir que el reto fue superado de manera muy satisfactoria. Los muchachos disfrutaron de los días y pudieron vivir la Ciudad de la Utopía como una auténtica experiencia de construcción de su pro-pia ciudad en el campamento.

También en Bujedo se dieron cita los chicos de tercero de la ESO y de cuarto de la ESO, con sus

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respectivos encuentros del Caballero de la Armadura Oxidada y el Grupo, respectivamente. Grandes ado-lescentes que supieron encontrarse, celebrar, y refle-xionar sobre su vida y sobre la experiencia que están viviendo de grupo cristiano. Iñaki Asegurado, que tuvo la suerte de coordinar estos dos encuentros, agradece a todos los muchachos su vida compartida. También hay que agradecer al grupo de animadores que estuvo con ellos. Personas que a lo largo del cur-so acompañan sus caminos y que en verano quieren seguir haciéndose presente en Bujedo para seguir sintiéndose cercanos y compañeros de viaje.

Además de toda nuestra gratitud a los animadores y coordinadores que participan en estas actividades, quisiera destacar este año la labor que algunos Her-manos del Sector prestan como apoyo indirecto pero indispensable para las actividades. Así los Hnos. Laureano Rivas, José Antonio Porras, José Carlos García Moreno y Alfonso García realizaron la ines-timable labor de llevar a los niños al médico cuando se requiere, atender el teléfono en las comidas y du-rante las cenas o cuidar el dormitorio mientras los animadores están en la reunión preparatoria del día siguiente. Gracias de verdad por vuestro testimonio de servicio y disponibilidad.

Y no podemos terminar esta crónica de lo que fue la actividad pastoral en el mes de julio pasado, sin hacer referencia al tercer encuentro que celebramos en Roma con los chicos y chicas de primero de Ba-chillerato y a los campos de trabajo celebrados con los grupos de segundo de bachillerato y universita-rios.

romaexperience3 como así quiere llamarse el en-cuentro que Diego Fernández Requejo y el Hermano Juan González Castromil coordinan desde el curso pasado, supuso toda una experiencia para los 50 chicos y chicas que se dieron cita en la Ciudad Eterna. En esta ocasión, como el año anterior, estuvieron hospe-dados (polideportivo, suelo, saco y esterilla) en el Isti-tuto Pío IX que gentilmente nos ofrece todas las facili-dades para poder prever la infraestructura logística para este encuentro. Roma ofreció la posibilidad, con sus monumentos y con su rica historia, de hacer un recorrido también histórico por todas las experiencias vitales que se van desarrollando en lo cotidiano de la vida de estos jóvenes. La experiencia de fe también es contrastada y vivida en estos días de encuentro.

Los campos de trabajo celebrados en el barrio Girón, coordinados por el hermano Roberto Hierro, donde vivieron en la comunidad pastoral jóvenes de Lourdes; el campo de trabajo celebrado en Basida donde grupos de Burgos pudieron compartir unos días y hacer visible el Reino y la fraternidad cristiana con aquella comunidad tan acogedora de Navahondi-lla; el campo de trabajo en la casa de Acogida de Cáritas en Villagarcía de Arosa, donde grupos de Palencia, Burgos, Gijón y Lourdes fueron conscientes de la realidad del mundo que nos rodea…

Este curso también tuvimos dos experiencias más: En Padrón, donde el buen hacer y disponibilidad de Virginia Alonso nos ofreció la posibilidad de disfru-tar a un grupo de Lourdes del trabajo y la acogida con los residentes de la asociación Amipa; y en Monforte de Lemos en que participó un grupo de Santiago.

Además de estas experiencias, cabe destacar toda la realidad pastoral que se celebra también en Portu-gal durante los meses de verano, De esta manera podemos poner fin a esta crónica llena de vida y ex-periencia que un año más nuestro sector ofrece en verano a los que habitualmente participan de las ofer-tas evangelizadora de nuestras obras educativas.

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 Madurai (India) 2014 Cristina, Julio, Hno. Luis y Susana

el 27 de junio al 7 de agosto, partimos cua-tro voluntarios, emocionados por llevar a cabo el Proyecto que PROYDE nos ha asig-

nado este verano, en el colegio La Salle Boys’ Town en Madurai (India).

Como grupo consolidado, y sobre todo con mu-chas ganas de hacer, participamos en la responsabili-dad adquirida de llevar a buen término el proyecto: el Hermano Luis Rebolledo, que asumió la responsabi-lidad como coordinador de grupo, Julio Lens, Susana de Faes y Cristina Ortiz de Guinea.

Nuestro objetivo fue hacer realidad un sentimien-to, que nos impulsó a vivir una experiencia desde la fe cristiana; descubrir la necesidad del grupo o co-munidad y vivir desde ahí para llevar a cabo la labor encomendada siendo sensibles y creciendo como personas.

En cuanto a nuestra labor de construcción finan-ciada por PROYDE, el proyecto de acondicionamien-to de dos aulas para Formación Profesional, ha sido interesante: han quedado amabas aulas lo suficiente-mente agradables para estimular educativamente a los cincuenta alumnos de entre 15 y 23 años acogidos en Boy’s Town.

El marcharnos de allí y ver que los chicos están dando clases en las aulas que nosotros les preparamos hace que haya merecido la pena cada ladrillo puesto, cada escombro cargado y cada brochazo de pintura.

La relación con alumnos, trabajadores, Hermanos de la comunidad y entre nosotros en la ejecución del proyecto es lo que realmente tiene validez.

Desde el primer momento, la comunidad de Her-manos de Boy´s Town, nos acogieron con gran cari-ño, implicándose en que estuviéramos bien atendidos y participáramos en los distintos momentos de la vida comunitaria: oración, ocio, reuniones, comidas…

Tuvieron mucho interés en que conociéramos las costumbres y la cultura de su país, por lo que nos facilitaron en total seis salidas culturales a otros esta-dos, donde entre otras muchas cosas visitamos gran-des obras de La Salle.

El mundo lasaliano tiene un fondo y ser común. Entre otros aspectos, hemos observado que tanto los Hermanos como los profesores o personal de servi-cios y administración se preocupan por los alumnos, miran por ellos. Se percibe el dar, entregarse a los demás aunque los ambientes y formas de actuar sean diferentes en España o en la India.

Nos hicieron sacar el máximo partido a las sali-das, mostrándonos todas las caras de la India, lo que ha hecho que, además de realizar el proyecto, pudié-ramos llevarnos personalmente la parte más enrique-cedora gracias a conocer de primera mano sus gentes y su modo de vida.

Así, después de seis intensas semanas nos vamos con las maletas llenas, llenas de las experiencias vi-vidas, la ilusión demostrada, las sonrisas regaladas, amabilidad recibida y la satisfacción del trabajo reali-zado.

Pero todo lo vivido y recorrido, no hubiera sido posible sin el apoyo de nuestras familias, amigos, los Hermanos de Boys’ Town, y las personas que han compuesto los demás proyectos en este año, con los cuales hemos compartido jornadas de preparación, nervios, ganas…

Damos las gracias en especial al Hermano Luis de los Ríos (San Eutiquio La Salle - Gijón), a Iñaki Asegurado, Ángel Díaz y a PROYDE por hacer posi-ble que “mucha gente pequeña, haciendo muchas cosas pequeñas, en muchos lugares pequeños pode-mos cambiar este mundo”.

Nanri Brothers.

Nanri maneberghel.

Nanri Boys’ Town.

Nanri PROYDE.

Nanri India.

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Al caer el sol Equipo PROYDE Moçambique 2014

icen que África está lejos (a pesar de que no estamos ni a 20 kilómetros), pero quién pensaría que tanto. Después de más de 30

horas y de pisar tres continentes, llegamos al aero-puerto de Beira, en un avión de hélices de las Líneas Aéreas Mozambiqueñas. El autobús para acercarnos a la terminal no estaba… porque no existe. La sensa-ción de libertad de poder caminar por la pista desierta hacia esa puerta de aluminio, típico de las últimas décadas del siglo XX, hacía presagiar que la aventura aún acababa de empezar.

Después de pasar un fuerte control militar forma-do por un total de unos quince miembros, apoyados en la pared, y otro en la cinta de seguridad de male-tas, conseguimos ver al Padre Ottorino, al cual ya conocíamos en persona de una anterior visita suya a Santiago de Compostela.

Después de hacer noche en la sede de la Asocia-ción Esmabama y poder conocerla durante esa maña-na, nos dirigimos muy temprano a la Misión de Man-gunde, una de las cuatro que junto con Estaquinha, Machanga y Barada conforman Esmabama. Sería nuestro lugar de proyecto con PROYDE.

Lo que sería un viaje de cuatro horas terminaría a las 3 de la mañana. Después de cruzar el río en una plataforma metálica llamada batalao, tirada por un motor… que no funcionaba y se sustituía por una cuerda enganchada a dos tractores, uno en cada orilla del río, se rompe el coche a los dos kilómetros. La asistencia en carretera se consiguió llamando a Esta-quinha, y llegó a las dos horas en forma de máquina excavadora, para remolcar el coche, y de la ambulan-cia de la Misión, que transportaba carga muy variada (comida, libros, material de construcción…) y, por supuesto, personas.

Cuando llegamos, todo era muy oscuro, lo que junto con el cansancio, conseguía que no apreciára-mos la gran labor que teníamos delante. Esa noctur-nidad comienza a desaparecer a las 5 de la mañana, cuando las escobas (ramas de árboles secas atadas) empiezan a realizar ese sonido contra la tierra que es lo primero que se escucha cada amanecer en La Mi-sión.

El matabisso, desayuno, es a las 6 de la mañana para así poder llegar a clase cuanto antes. Este hora-rio es relativamente flexible, ya que muchos llegan después de caminar varias horas, por lo que el “go-teo” de alumnos es constante. Mientras unos volunta-rios van a dar cursos sobre higiene y salud, o pintar los dormitorios del internado, otros nos dirigimos a compartir experiencias con los profesores nativos.

Llegamos a las aulas en las que las mosquiteras ya no existen, no hay luz ni pupitres. La realidad es que se aprovecha cualquier trasto viejo para sentarse y poder atender a ese cadro (pizarra de tiza) en el que los profesores copian el libro. Estos, aunque los apor-te el gobierno, ya no es que escaseen, es que hay dos por cada setenta alumnos.

El turno de mañana termina a las 12:00, hora en la que vamos a tomar o almorço para volver cuanto antes al turno de tarde. En ese momento, procuramos juntarnos todos los voluntarios en torno a la mesa, pero no siempre es posible. Cuando sí se produce la convivencia es para compartir reflexiones, cómo nos sentimos, cómo ha ido la jornada… Y eso será des-pués de que se ponga el sol. Aquí se cumple el mito: África se paraliza cuando se pone el sol. Bueno, me-nos el Padre Ottorino, cuya implicación y perseve-rancia hacen que sus días rindan más de 24 horas.

Las clases tienen que terminar antes de lo previsto ya que muchos niños tienen que llegar a casa antes de que se “funda” el sol. Y digo “fundirse” porque nun-ca hemos visto una puesta de sol tan rápida y bonita, reflejando en el horizonte unas llamas que hacen que ardan todas las emociones y sensaciones que has

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Verano  vivo  y    fecundo  vivido a lo largo del día. Creo que es en ese momento cuando te enamoras de África.

A esto también ayuda sus gentes, por ejemplo, las Madres Combonianas que viven allí y se encargan, básicamente, del internado femenino y del centro de salud. Un lugar donde el paciente llega por la mañana en un camión lleno de personas y animales… y se marcha por la tarde en el viaje de vuelta. Donde el enfermero José ejerce de médico, va a visitar a fami-lias, algunas de ellas huérfanas, en medio de los po-blados, monta una escola de pau donde los niños aprenden durante el fin de semana, crea asociaciones, lleva la contabilidad… y ahora, se está formando para introducir la informática en la Asociación.

Es una de las muchas personas que crean ese “oa-sis” que es Esmabama para las gentes del Distrito de Chibabava. Otras son los Padres Bastos y Tomé, que se encargan de la parroquia y de alguna clase, de manera altruista. Fruto de ese esfuerzo han consegui-do una “iglesia nueva” en edificios y en la forma de pensar de los labregos. Esos sermones en las misas de tres horas, que aunque parezcan muy cortas por las canciones y las dançarinas, crean un clima de comu-nidad donde los sermones van acompañados de anti-guos alumnos y alumnas que ahora son médicos, profesores… un ejemplo para que, sobre todo sus hijas, sigan estudiando y vean un futuro nuevo.

Poco a poco esta idea está calando. Muestra de ello son frases como las que decoran algunas paredes de alguna estancia de la Misión: “Educar a un niño es educar a una persona. Educar a una mujer es educar a una familia”.

En Mangunde conocimos también a Hugo Coll, un voluntario catalán que está desarrollando con PROYDE un proyecto agrícola muy interesante; con sistemas de riego mediante motobombas desde el río, y sistemas de regadío más modernos que la regadera manual, brindando así la oportunidad de buscar otros cultivos que no sea solo el milho.

Los últimos días los pasamos con la comunidad de Hermanos de Beira, donde además de tener un cole-gio, mantienen un Centro Asistençial donde los jóve-nes y niños de la ciudad pasan las horas en las que no tienen cole, evitando así las calles y posible caída en la prostitución, drogas… Este centro es visitado por muchos estudiantes de diversas edades, ya que su biblioteca es referencia en la ciudad.

África nos ha cautivado…Con todo esto, sólo po-demos decir: obrigado a todas las personas que nos encontramos en nuestro camino por el impresionante Moçambique.

Muito obrigado!

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Los gritos de los ojos Hno. Tirso Verdugo

ay muchas cosas que te logran cautivar en Nicaragua, pero si algo, para mi, sobresale de todo son los ojos. Ojos que te miran, ojos que

te observan, ojos que te siguen, ojos que te hablan de sufrimiento, alegría, valentía, superación… ojos que son todo ternura y amor.

Son ya nueve los años, que gracias a PROYDE y a mis Hermanos de comunidad que costean mis gastos, he podido disfrutar de tantas miradas, tantos ojos car-gados de afecto, dolor pero sobre todo de superación y amor.

Y en estos momentos que escribo esto, mis ojos tam-bién se cubren de niebla y dolor por el estado delicado de salud de nuestro Hermano Moisés Rodríguez Rojo, que con tanto cariño, delicadeza y desvelo junto al Hno. Manuel Estrada y los demás Hermanos de la Co-munidad del Pedagógico de Managua nos atienden, nos acompañan y nos han dedicado tanto tiempo para en-señarnos algunas de las muchas bellezas de esa precio-sa tierra.

Una vez hecha esta pequeña y merecida mención de agradecimiento, diminuta para todo lo que se merecen, paso a comentar nuestro proyecto de este verano de 2014.

Formamos este año el grupo con destino a Nicaragua, Sara Serrano (Santander), Patricia Miyares (Gijón), Hno. Rufino Arconada y yo.

Siguiendo el plan solicitado por los responsables del Vicariato de Buelfiels, nuestro proyecto iba a estar centrado en dos poblaciones o parroquias importantes, como eran Nueva Guinea, donde ya habíamos estado hace dos años y El Rama en la que habíamos estado en el año 2007.

La misión de los voluntarios, un año más, tiene múlti-ples funciones como son talleres de formación con maestros rurales, que están en las comunidades o pe-queñas escuelas diseminadas por el campo, y cuando digo diseminadas no es ningún eufemismo, es la pura realidad. Cuando uno llega por primera vez a alguna de estas escuelas después de haber salido de la población que nos acoge, o parroquia como dicen por aquí (nada que ver con nuestro concepto castellano de parroquia y sí algo con el gallego), y haber viajado dos horas en bus, otro par de horas en ruta (camión con bancas adosadas a la caja), unas dos a cinco horas en bestia (caballo, mula, mulo…) o tal vez atravesar un río en bote… y te en-cuentras una escuela de madera, con una casita al lado que hace de cocina y almacén, y con suerte una o dos casas relativamente cerca… entonces entiendes lo de escuelas diseminadas.

Disculpen las digresiones, pero me vienen a la mente y sobre todo al corazón tantas cosas y sentimientos que me gustaría decir, que me resulta difícil contenerme.

Decía que una misión importante del Proyecto de PROYDE es trabajar con estos “maestros empíricos”. Algunos, cada vez menos, afortunadamente, solo han podido cursar la primaria, y compatibilizan sus estu-dios sabatinos de la secundaria con ser maestros en sus comunidades el resto de la semana. Si quienes me leen vieran los ojos abiertos y ansiosos de aprender de mu-chos de estos maestros… sabrían cuán gratificante humanamente es nuestra tarea en estas semanas aquí.

Junto a esos talleres con los maestros rurales, está la visita a algunas de esas escuela perdidas o diseminadas por esta salvaje tierra que nos acoge con calor, lluvia, a

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Verano  vivo  y    fecundo  veces ondas tropicales, algunos pequeños terremotos… pero sobre todo con unos niños/as con grandes ojos que nos comen y nos hablan de cariño, de sorpresa, de afecto y de ganas de superarse… y cuando ves esos ojos… las dificultades del viaje, lo incómodo de la hamaca, tijera o cama… los mosquitos o “zancudos” o los ratones y arañas… que pueden acompañarte, son sencillamente anécdotas del paisaje.

Y en esas escuelas tienes oportunidad de hablar a los padre y madres, de conocer sus historias y animarlos en su tarea de educación de sus hijos e hijas, y cuando miras sus ojos cargados algunos de sufrimiento, de penuria, pero sobre todo de fe y decisión de seguir luchando para sus hijos e hijas puedan lograr una vida mejor que la suya… la humedad, el cansancio… pasan a un plano secundario. Cuando escuchas a algunos que te dicen que para ellos nuestra visita a su comunidad es un sueño nunca esperado, que si ellos son tan impor-tantes como para que nos desplacemos desde tan lejos, para estar con ellos… y miras sus ojos sinceros, que les sale de dentro lo que te acaban de decir… no puedes dejar de decirles con la misma sinceridad que ellos, que sí, que para nosotros ellos y sus hijos son impor-tantes.

Como nuestra colaboración es con la Pastoral Edu-cativa del Vicariato, en ocasiones podemos trabajar con niños y jóvenes de las parroquias, lo que sería un equivalente a nuestros “Grupos Cristianos”, allí, “In-fancia Misionera”. Podemos compartir actividades y dinámicas.

Este año, también tuvimos la oportunidad, dirigidos por el Hno. Rufino, de tener una mañana de “retiro” con un grupo de maestros del Colegio La Salle de Nueva Guinea, aunque aquí no hay Hermanos y la comunidad que se creó aquí duró muy poquitos años, pero los maestros y los dirigentes del centro bebieron profundamente el estilo lasaliano y lo siguen mante-niendo en pleno vigor.

Una bonita experiencia de entusiasmo y trabajo en-tregado la hemos vivido unos día con el P. Enrique Córdoba, manchego del IEME, que desde hace media docena de años dirige la parroquia de San Juan Bautis-ta de La Salle, en un rinconcito perdido entre los ríos y las plantaciones de palma para la extracción de aceite. Hace dos años tuvimos la oportunidad de conocer su obra, su trabajo en la parroquia y su deseo de dar a conocer la figura de nuestro Fundador. Ha logrado que el pleno de la Alcaldía nombrara a san Juan Bautista de La Salle el Patrono Oficial del pueblo y poner como fiesta de la población el 7 de abril, con procesión por el pueblo, misa solemne, juegos y carreras de caballos, elección de reina … etc.

Ha realizado una bonita ampliación de la capilla que les resultaba insuficiente para lo que iba creciendo la comunidad católica, en cuyos diseños tuve el honor de colaborar el año pasado.

Y este año, los últimos diez días de mi estancia allí han estado dedicados a pintarles un Viacrucis para terminar de embellecer la bonita capilla de nuestro Fundador.

El brillo de unos ojos agradecidos, ojos muy grandes que te dejan llegar hasta el fondo de su corazón, es lo que cada año me traigo para nuestra tierra aquí al otro lado del océano… y esos ojos que me gritan cargados de gratitud y de ilusión… me hacen caminar despierto durante otro año a la espera de que Dios me siga dando salud para volver a ver otros ojos que de nuevo me hablen de alegría, lucha, superación, cariño… y de Dios. b

 

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“Escuela que fomenta el amor al patrimonio” “El consejero de la UNESCO, Ángel Morillas, ha visitado la igle-sia de Celada de Roblecedo”

Hno. Aquilino Antón

sí titulaba el “Diario Palentino” un amplio artículo, con la visita del consejero de la Unesco a la actividad, o campo de trabajo,

que los alumnos del Colegio La Salle de Palencia han realizado las últimas ocho campañas veraniegas, rehabilitando la iglesia parroquial de Celada de Ro-blecedo, en la Montaña Palentina.

El consejero de la Unesco manifestaba al periodis-ta estar muy impresionado con la transformación del templo, recuperando su espíritu románico, siendo una actividad realizada por los alumnos y dos jubilados. “No me canso de comentar en los centros asociados a la Unesco, de España y del mundo, la labor que realizan los alumnos de La Salle; es el mejor ejemplo a imitar”.

En esta campaña de julio del 2014 hemos realiza-do varias actividades: completar la parte del coro que fue desmontado hace unos 300 años; apertura de la puerta románica de acceso a la torre y sus cuatro escalones en caracol, que han permanecido cegados unos tres siglos; limpieza de paredes y cañón de la capilla del Cristo, de estilo románico tardío; coloca-ción del Cristo gótico restaurado en la citada capilla.

Como todos los años, el ambiente ha sido estu-pendo y muy educativo. Lo único que no nos acom-pañó fue la climatología; fue necesario pedir a los vecinos mantas y edredones para poder pasar las noches más abrigados.

Como resumen del espíritu del campo de trabajo, hago un extracto del diálogo de dos ex alumnos, ac-tualmente universitarios de 2.º y 3.er curso, que han participado en varias campañas. El diálogo, totalmen-te espontáneo, pertenece al video que solemos reali-zar al final de cada campaña. Son Pablo y Enrique.

P.- Nosotros llevamos varios años viniendo a Ce-lada. Para nosotros esta experiencia supone, por

ejemplo: el valor de cumplir con un horario, el tener que levantarse pronto para ir a trabajar, y tener que ir después de comer a la obra un par de horas más. El valor del trabajo y de las cosas bien hechas con esfuerzo.

E.- También es un valor el trabajo altruista con la gente del entorno, que no nos lo piden, pero esa for-ma de trabajar para los demás sin recibir nada a cambio es una riqueza para nosotros.

P.- Igualmente la convivencia con el resto de compañeros que está trabajando con nosotros; tener que estar conviviendo con ellos para ducharnos, y

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Verano  vivo  y    fecundo  todas las cosas normales que hay que compartir. Y eso es muy bueno.

E.- Además, el convivir con un entorno, con unas gentes que de forma normal no están próximas a nosotros, en un espacio dominado por una naturale-za casi virgen que de otra forma viviríamos, pero de manera muy distinta.

P.- Estos días en Celada también nos supone te-ner que alejarnos de la dependencia tecnológica, pues no tenemos cobertura, estamos sin ordenador, móvil y todas esas cosas, viviendo lo que es cada momento con intensidad, saboreando una forma de vivir diferente.

E.- Como dice Pablo, esto nos da la oportunidad, a veces forzosa, y que de otra forma no podríamos tener, de convivir de una manera totalmente alejada de la tecnología, de los roles de la sociedad actual, lo que genera un trato más personal, más íntimo con las personas que venimos a realizar esta actividad, ya sea en el trabajo, fuera del trabajo en los ratos libres y por la noche.

P.- También tenemos nuestros momentos de ocio como: salir a pasear por el bosque, nuestras partidas de risk, de póker.

E.- Y los baños en el agua helada del riachuelo, aunque haga mucho frío como estos días.

P.- Todo esto nos deja muchos momentos de ocio que acaban siendo muy buenos recuerdos.

E.- Y siempre quedan ahí en la memoria. Toda esta actividad del campo de trabajo en Celada, tanto Pablo como yo, la recomendaríamos a todo el mundo.

Para finalizar quiero invitaros a conocer esta acti-vidad, el ambiente tan educativo que se respira, y el bellísimo pueblo de Celada, en pleno Parque Natural de la Montaña Palentina; de paso, deciros que se come de maravilla, casi demasiado bien, al contar con dos cocineras, Silvi y Garbiñe, que voluntaria-mente vinieron desde Guipúzcoa para ayudarnos en la actividad. No puedo olvidar la gran ayuda de Este-ban, profesor de primaria en el cole, porque sin su ayuda, no hubiese sido posible la actividad.

Las imágenes son del grupo ante la capilla y Cris-to restaurados, también el grupo a la puerta del tem-plo, y la foto del consejero de la Unesco, cuando nos visitó en septiembre, realizada por el periodista.

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Encuentro de Hermanos jóvenes de la RELEM en el Líbano

Hnos. Jean-Claude Abou, Javier López y Jorge Sierra

ada dos años, la RELEM convoca a sus her-manos jóvenes a encuentros donde poder abrir y afianzar lazos de fraternidad y de co-

municación; conocerse y compartir fe y vida en algún rincón de la región con especial cuidado y mimo.

Este año, los Hermanos del Distrito del Próximo Oriente han sido nuestros anfitriones. El Líbano, el país de destino. Y ante la llamada del Hno. Jaques D’Huiteau, y del grupo organizador, Hnos. Joël Pa-lud, José Andrés Sánchez y Jean-Claude Abou-Atme, para allá nos embarcamos un pequeño grupo desde España.

El viaje, una aventura. Escala en Estambul, donde aprovechamos el frescor de la mañana y las ocho horas de escala para visitar la mezquita azul, Santa Sofía (ambas cerradas por lo temprano de la hora) y el Gran Bazar. Pudimos apreciar el contraste de una gran ciudad frontera entre la civilización occidental y el mundo árabe.

La llegada a Beirut fue una fiesta. El Hno. Sami junto al Visitador del Distrito, Régis Robbe, y los Hnos. Louis, Malak, Claude, y Hossan, fueron el pequeño comité de bienvenida que nos acogió en el aeropuerto internacional de Beirut. También desta-camos a Hasam, nuestro chófer inseparable, que con increíble destreza colaba el autobús por rincones donde un SEAT Seiscientos no habría podido pasar aquí en España.

En Beirut visitamos el colegio Sacré-Cœur, el más antiguo del país y testigo de la guerra que asoló el Líbano en los años noventa del pasado siglo, dimos un paseo por el centro de la ciudad y culminamos con la visita a los Hermanos mayores en el Mont La Sa-lle, quienes nos ofrecieron una cena de fraternidad.

Desde allí, al norte, cerca de Trípoli, Kfaryachit, nuestra base. Algún que otro control del ejército en las carreteras y una pastilla contra el infarto debajo de la lengua. ¡Dios mío! ¡Cómo conducen! En este viaje se ha demostrado que en una autopista de dos carriles entran cinco coches en paralelo a 120 Km por hora. No se matan, porque Dios/Alá no lo quiere. Pero nuestros corazones lo sufrieron.

Ya acomodados con sencillez en la sala de juegos de los niños, la mañana del martes, 5 de agosto, se distribuyó en tres partes. En primer lugar, visitamos el colegio para conocer bien el lugar. En segundo lugar, el Hno. José Andrés presentó el tema y pro-grama del encuentro. Por último, los Hermanos Ar-senio y Hossam compartieron con nosotros sus expe-riencias en Manila (Encuentro Internacional de Her-manos Jóvenes) y el Capítulo General. Por la tarde, visitamos el pueblo de Zgharta, y luego nos fuimos a Ehden, el Santuario de Nuestra Señora de la Fortale-za, para asistir a la misa con un grupo de jóvenes, según el rito maronita. Luego nos invitaron a cenar con la familia del Hno. Louis en el pueblo de Ra-chiine, que nos recibió haciendo gala de la conocida hospitalidad libanesa.

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Al día siguiente, el Hno. Guillermo presentó un tema muy interesante con el título: "Los lugares que hemos abandonado" y nos dividimos en pequeños grupos para compartir juntos en torno a este tema. A finales de la mañana, nos reunimos con algunos vo-luntarios del centro de apoyo a niños discapacitados para preparar las actividades del viernes. Por la tarde, varios profesores de Kfaryachit se unieron a nosotros en un partido de fútbol, donde demostramos que en el deporte no nos vamos a ganar la vida. Por la noche nos fuimos a dar un paseo alrededor del lago Bnaché y fuimos invitados a cenar en un restaurante por Walid Farah, director seglar del colegio de Kfar-yachit.

El jueves 7 de agosto fue un día eminentemente espiritual bajo el lema "El desierto". Animado por el Hno. José Andrés y su profundo conocimiento de la Biblia, y guiado por el Hno. Habib Zraibi, el retiro se realizó en forma de peregrinación y paseo por el Va-lle de Kadisha, el “Valle de los Santos”, significativo para la Iglesia maronita, ya que albergó a los cristia-nos durante la persecución bajo el Imperio Otomano. Celebramos la eucaristía en un antiguo monasterio, junto al padre Fadi Jandah que acompañó al grupo. Por la tarde, visitamos al patriarca maronita Bechara Raii. Todos quedamos impresionados por la cálida bienvenida del cardenal-patriarca.

Al día siguiente nos centramos en los fenómenos de exclusión social, comenzando por una presenta-ción del Hno. Roberto Hierro. Es un tema que no puede quedar en la teoría, así que pusimos en práctica nuestros conocimientos de juegos y dinámicas de campamentos junto a los animadores del centro de discapacitados de Zgharta para dinamizar el tiempo de ocio (juegos, canciones ...) de personas con disca-pacidad física e intelectual en la reserva natural de la aldea de Ehden. Tanto los voluntarios habituales como los chicos y chicas del centro se mostraron encantados con la participación de los Hermanos y el

ambiente agradable que se creó (parece mentira lo internacionales que son las canciones de campamen-to…). Por la noche, disfrutamos en francés de la pelí-cula "Y ahora, ¿dónde vamos?", de Nadine Labaki, en torno al tema del diálogo interreligioso y las rela-ciones entre cristianos y musulmanes en Oriente.

La mañana del sábado día 9 fue el turno del Dis-trito de Oriente Próximo, en las personas de los Hnos. Hossam, Malak, Louis y Jean-Claude, que nos presentaron su compromiso como Distrito para el servicio a los más pobres. Así, conocimos las obras de Bayadeya, Sudán, Bourj Hamoud y Khoronfish. Por la tarde, participamos en un Foro Lasaliano que agrupó a los diferentes miembros de la familia lasali-ana en el Líbano: las madres jóvenes lasalianas, el movimiento de Jóvenes Lasalianos, los scouts, Sig-num Fidei, el centro de discapacitados de Deddeh... Fue un tiempo muy enriquecedor donde pudimos escuchar cómo la educación lasaliana y la presencia de Hermanos y lasalianos es realmente transformado-ra de la sociedad.

El penúltimo día discurrió en torno al diálogo in-terreligioso. En la primera parte, el Hno. Joël Palud presentó el tema. En la segunda parte, varios ex alumnos musulmanes dieron testimonio de su convi-vencia y aprendizaje con los Hermanos en los cole-gios del Líbano, evocando la fraternidad, el respeto a las diferencias del otro y de la igualdad de todas las personas, y nos proporcionaron pistas importantes acerca de su experiencia y sentido en la institución lasaliana. Fue un momento impresionante, rico en significados. Por la tarde, los jóvenes hermanos visi-taron el Museo de Kahil Gibran y una de las reservas de los famosos cedros del Líbano, ciertamente de proporciones bíblicas.

El último día se dedicó a la convivencia y visita cultural, empezando en las excavaciones de la mile-naria ciudad de Biblos, donde pudimos visitar los

 

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Verano  vivo  y  fecundo  zocos y la antigua fortaleza, y un baño en el Medite-rráneo en la playa de Chekka. Por la tarde, evaluamos el encuentro y terminamos con una cena festiva en un restaurante de Ehden, invitados por el director del Colegio de Deddeh, M. Selim Greij. También fue una oportunidad para tener un detalle de agradecimiento con todos los que contribuyeron al éxito de este en-cuentro.

El encuentro transcurrió en un ambiente de frater-nidad, alegría, compartir. Dentro de la temática de desierto, frontera, periferia, los encuentros con los antiguos alumnos de los colegios de La Salle, con las madres de los alumnos, el grupo Signum Fidei, nos aportaron una visión de la gran integración que entre musulmanes y cristianos se produce en esta pequeña región del mundo. El respeto al otro, el compartir, el celebrar la fe, independientemente de cuál, es una tónica entre los lasalianos libaneses.

Y cómo no, tiempo para conocer el país. Biblos, el Valle de los Santos, Kadisha, los cedros, el Museo K. Gilbran, el lago de Ehden..., lugares todos que respi-ran ese misterio de Oriente mezclado con el sabor de occidente. Destacar dos momentos del encuentro. El día que compartimos con los jóvenes disminuidos psíquicos, viendo la labor de los voluntarios e inten-tando animar el encuentro con ellos, y la gran acogi-da por parte de la familia del Hno. Louis, donde pu-dimos celebrar su cumpleaños junto con el del Hno. Guillermo Moreno.

Desde aquí, no nos queda más que agradecer a to-dos los Hermanos del Próximo Oriente su acogida, sus atenciones, su alegría y fraternidad con todos nosotros. Gracias de corazón.

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Vida eterna

 

 

Nos  esperan  

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Hno. Amancio Elvira Manero (1923-2014)

Hno. Andrés Corcuera Homilía en el funeral (14 de septiembre de 2014)

stimado celebrante, hermanos del Hno. Amancio (Gloria, Gerardo, Lucía, Zacarías y Mari Cruz), sobrino Jorge, Hermano de La

Salle, y toda la familia que hoy le acompañáis, Her-manos de la comunidad de las Arcas Reales y de otras comunidades y amigos lasalianos que nos he-mos reunido para despedir los restos mortales de nuestro Hermano y celebrar juntos la Vida en Cristo resucitado. Sed bienvenidos y gocemos de la presen-cia misericordiosa de Dios Padre, impulsados y acogidos por su Espíritu.

Mientras estábamos preocupados por la salud del Hno. Fernando Rol-dán, otro ilustre veterano, el Hno. Amancio se nos ha ido a la casa del Padre sin hacer ruido. Aunque había pasado el viernes, día 12, con cierto desasosiego y tenía algunas molestias, nada hacía presagiar un desenlace inminente. Tanto es así que ni siquiera guardó cama y, como todos los días, le bajaron a Eucaristía de la comunidad en su silla de ruedas... y durante la celebración expiró. Así de apacible y plácido fue su tránsito. En un momento pasó de la celebración sacramental a la celebración plena y de-finitiva en la gloria.

Atrás quedan 91 años, vividos intensamente a ca-ballo entre dos siglos, repartiendo la sabiduría logra-da con mucho esfuerzo en el yunque diario de la es-cuela del pupitre y la escuela de la vida. Una vida que se nos antoja envidiable, como la de tantos Herma-nos, a todos los que hoy le acompañamos, porque ha estado llena de lo que Pablo, el apóstol, recuerda a los de la comunidad de Colosas: “… ternura, agrado, humildad, sencillez, mansedumbre, tolerancia…

amor mutuo…” (Col 3, 12). En una palabra, una vida llena de Dios.

Celebramos su funeral en domingo, día del Señor, con la invitación que nos hace la Iglesia a celebrar la fiesta de la “Exaltación de la Cruz”. Para muchos esta expresión indica dolor, sufrimiento, resignación; sin embargo, en la tradición bíblica, esta es una señal de “liberación” en cuanto que el levantar (acción central

del relato) anuncia rebeldía y es expresión de resurrección. Os invito hoy, creo que así nos lo diría el Hno. Amancio, a vivir esta fiesta en perspectiva liberadora, en unión a las muchas formas nuevas y alternativas de experiencias de fe como camino de instauración del reino de Dios.

Porque, Hermanos, no es el su-frimiento el que salva sino el amor de Dios que se solidariza con la historia dolorosa del ser humano. No es la sangre la que, en reali-dad, limpia nuestro pecado, sino el amor insondable de Dios que

nos acoge como hijos. La crucifixión es el aconteci-miento en el que mejor se nos revela su amor.

Descubrir la grandeza de la Cruz no es atribuir no sé qué misterioso poder o virtud al dolor, sino confe-sar la fuerza salvadora del amor de Dios cuando, encarnado en Jesús, sale a reconciliar el mundo con-sigo.

En esos brazos extendidos que ya no pueden abra-zar a los niños, y en esas manos que ya no pueden acariciar a los leprosos ni bendecir a los enfermos, los cristianos “contemplamos” a Dios con sus brazos

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abiertos para acoger, abrazar y sostener nuestras po-bres vidas, rotas por tantos sufrimientos.

En ese rostro apagado por la muerte, en esa boca que ya no puede gritar su indignación por las vícti-mas de tantos abusos e injusticias, en esos labios que no pueden pronunciar su perdón a los pecadores, Dios nos está revelando como en ningún otro gesto su amor insondable a la Humanidad.

Por eso, ser fiel al Crucificado no es buscar cruces y sufrimientos, sino vivir como él en una actitud de entrega y solidaridad aceptando, si es necesario, la crucifixión y los males que nos pueden llegar como consecuencia. Esta fidelidad al Crucificado no es “dolorista” sino esperanzada. A una vida “crucifica-da”, vivida con el mismo espíritu de amor con que vivió Jesús, solo le espera resurrección.

Esta resurrección le espera a nuestro querido Hno. Amancio. 91 años dan para llenar mucho de una vida, cuando se vive como él la vivió. Nuestro Her-mano supo hacer ese servicio a la vocación lasaliana bien. Muchos de los que aquí estáis podríais llenar muchas páginas con retazos de su vida, expresiones, momentos particulares de su hacer que contribuyen a engrandecer un poco más la historia lasaliana en su persona.

Una trayectoria, la de Amancio, que comenzó hace ya muchos años, en Palazuelos de la Sierra (Burgos), en el hogar de Nicasio y Felipa, sus padres, en marzo de 1923. Bujedo se convierte en cuna de formación de Amancio, desde los 12 años. Toma el hábito en 1939 y al año siguiente consagra su vida a Dios con la primera profesión religiosa, que refrendará a los 25 años en Valladolid. Desde su salida a comunidad a los 19 años, comienza a ejecer su apostolado en su querido Santan-der. En 1942 va a la Salle de Valladolid (el “Hispano”, como le gustaba recordarle) donde estará hasta el año 1962 como profesor y Jefe de disciplina. Santander y La Salle de Valladolid serán sus “dos amores” educa-tivos y de vida religiosa, y con frecuencia los recuer-dos y alusiones a estos lugares lasalianos se agolpaban en sus conversaciones.

Aunque en su larga vida también ha estado en otras comunidades y obras educativas: En 1962 reali-za el segundo noviciado en Bordighera y se incorpora ese mismo año como profesor y subdirector al cole-gio La Salle de Palencia; en 1966 se inicia como director en Los Corrales de Buelna y, sin dejar Can-tabria, el 1972 va como director del colegio y de la

comunidad de La Salle en Santander, donde perma-necerá hasta 1980. De 1980 al 85 será profesor en el colegio Ntra. Sra. de Lourdes, para incorporarse el curso 85/86 al colegio La Salle de Valladolid donde será profesor y luego Hermano jubilado durante 27 años (con una breve interrupción para hacer el CEL-TE en Granada en 1998) hasta el año 2012 en que va a la Residencia de las Arcas Reales, donde ha vivido los dos últimos años. Como veis, una larga vida, acompañada, sobre todo, por la brisa del Cantábrico y las cencelladas vallisoletanas, y en la que su querida lengua castellana, el liderazgo de las obras educativas y comunidades, las vivencias y recuerdos con sus muchos alumnos, antiguos alumnos y profesores y, como no, los intensos momentos vividos con su que-rida familia, especialmente los vividos los años de su larga jubilación, han llenado, felizmente, la vida de nuestro Hermano Amancio.

Siempre que celebramos la muerte de un Hermano es tiempo de resurrección. Es tiempo de gozo, tiempo de esperanza y de alegría, tiempo de fecundidad y de hondura de la fe.

Hoy despedimos al Hno. Amancio de entre noso-tros y, con mimo y casi temblor, se lo devolvemos al Señor que nos lo entregó, no porque fuera posesión nuestra, sino como regalo precioso que hemos cuida-do y enriquecido, y del que nos permitió disfrutar unos años fecundos. Devolvemos al Padre un cuerpo cansado, agotado por la edad; pero lleno de una vida interior extraordinaria y chispeante, manteniendo su energía, y a veces su genio hasta el final.

Amancio, Hermano, han sido muchas las confi-dencias e inquietudes que hemos compartido en los últimos cuatro años. También lo has hecho con mu-chos y muchas que nos acompañan en esta celebra-ción (me dirías ahora con esa risa socarrona y en tono enérgico: ¡no digas nombres, por favor!). No te preo-cupes, no los voy a decir. Pero si te susurramos unas y otros: ¡Gracias por todo lo que has compartido con nosotros!

Nosotros seguimos caminando en la tierra, re-cordando tu buen hacer; no descanses en hacernos comprender que “… hay mayor gozo en dar que en recibir”.

Gracias, Padre Dios, por la persona de nuestro Hermano. Hasta siempre, Amancio. Descansa en paz. ¡Así sea! b  

 

 

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Hno. Ramón Roldán Castro (1924-2014) Hno. Andrés Corcuera

Homilía en el funeral (16 de octubre de 2014)

stimado celebrante, familiares, Hermanos y amigos todos que nos hemos reunido para despedir los restos mortales de nuestro Her-

mano, y celebrar juntos la Vida en Cristo resucitado. Sed bienvenidos y gocemos de la presencia miseri-cordiosa de Dios Padre, impulsados y acogidos por su Espíritu.

Se nos ha ido un Hermano. A veces, la enferme-dad y la muerte nos llegan de forma repentina e ines-perada. Otras, también la muerte llega cuando, des-pués de una lucha serena y confiada, uno se abandona no al poder de la muerte, sino en los brazos confiados y amorosos del Padre bueno que acoge. Así ha ocu-rrido con nuestro Hermano Ramón, entre nosotros más conocido por Fernando, su nombre de religioso, o por Roldán, su primer apellido.

Fernando, nuestro hermano, se resistía a darle una palabra de ánimo a la muerte. Disfrutó hasta el final de una salud aceptable, que se fue apagando poco a poco. En las últimas semanas ha sido progresivo su deterioro físico, especialmente después de cum-plir los 90 a finales de agosto. Pero de lo que sí estamos seguros es de que fue cumpliendo el ca-mino que Dios le señaló como cristiano, allá por 1924, y que refrendó más tarde como Hermano de La Salle.

Por eso, son enormemente enriquecedoras y nos llenan de consuelo las palabras de la primera lectura de la liturgia de esta fiesta: “Hemos sido sepultados, con Cristo, en la muerte… para ser renacidos con Él a una vida nueva” (Rom 6, 4.7). Es un viejo tributo el que tenemos que pagar por nuestra condición limi-tada: dejar que nuestro cuerpo desaparezca, gastado por el trabajo y la entrega, para resucitar a una vida gozosa, porque “… si hemos muerto con Cristo, tam-bién viviremos con Él” (Rom 6, 8).

Es verdad que una larga vida de 90 años en servi-cio del Evangelio se va preparando desde antes, en el inicio de su existir. Por eso, sus padres, Lorenzo y

Josefa, se alegraron mucho cuando ve la luz de la vida Ramón, en el pueblo de Velilla de los Oteros (León), el 25 de agosto de 1924. A partir de 1937, el día que cumple 13 años, Bujedo le recibe y será su casa de formación durante seis años, en los que va madurando sus opciones hasta hacer su primera pro-fesión, aquí, en esta casa, en el año de 1941 para luego continuar el escolasticado dos años más.

En el año 1943 es destinado a su primera comuni-dad, en Turón, donde estará tres años. Luego, se su-ceden diferentes comunidades en las que ha vivido con algunos de vosotros: Burgos, Mieres, Ciaño, Los Corrales de Buelna, La Salle de Valladolid y otra vez Mieres del año 1959 al 63. Y será en el curso 63-64 cuando llega a su querida ciudad de Palencia, en la

que pasará la mayor parte de su vida como Hermano.

Me cuentan que llegaste a la “ciudad de las mantas” y de la “bella desconoci-da” despotricando por el cambio, pero pronto te “enamoraste” de ella y de sus gentes. Un cariño que duró casi 50 años llenos de docencia, vida de comunidad, amigos, familia, paseos y algún acciden-te en esa carretera camino de la finca y la piscina tan queridas para ti… ¡Cuánta vida y cuántas aventuras, Fernando!

Tus antiguos alumnos, algunos hoy Hermanos y Asociados seglares, recuer-

dan tu energía docente y tus habilidades como rotu-lista, pendolista, amanuense o calígrafo. Los innume-rables carteles que han salido de tus manos hablan del detalle y el cariño con que los hacías. ¡Cómo te lucías en tus clases de plástica! También recuerdan tu pro-digiosa memoria, especialmente para recordar el nombre de tus antiguos alumnos y versos y más ver-sos de lo que se terciara para quien te quisiera dedicar un poco de tiempo, y capítulos del Quijote si fuera necesario. Todos ellos vestigios de tus inolvidables años de escuela sin duda.

En los dos cursos que viví contigo como director del Colegio La Salle de Palencia y compañero de comunidad me contaste muchas historias y aventuras;

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también me diste muchos consejos de Hermano expe-rimentado. Pude comprobar tu sentido del humor y la cantidad de chistes que tenías escritos en una larga lista. También esa habitación plagada de carteles pintados por ti y de fotografías de personas queridas.

Luego, como Visitador auxiliar de Hermanos y comunidades, me tocó proponerte dejar tu querida Palencia para ir a la Residencia de las Arcas Reales. Bien saben los Hermanos con los que vivías en la comunidad que no fue nada fácil este cambio. Las raíces palentinas eran muy profundas, pero al final lo aceptaste con la disponibilidad que te acompañó toda la vida. Quiero leer ahora unas palabras del texto que te dedicó Javi Valle, Asociado y primer director se-glar del colegio, en tu despedida el 25 de junio de 2012: “Fernando, viviste la escuela a tiempo comple-to, de lo que tanto se habla actualmente. A verano completo incluso, instalado en tu cuartel general de la finca. Nada más terminar las clases, allí seguías compartiendo y sirviendo a unos y a otros, con alum-nos y padres, ¡tantas horas! Tiempo y más tiempo dedicado con gusto, y seguro que pocas veces agra-decido. Los que han trabajado casi 40 años contigo dicen que eras caritativo, tenías numerosos detalles con las personas; te calentabas un poco pero ense-guida pedías perdón. En fin, buenos recuerdos dejas por aquí. Gracias, amigo. Con nuestro mejor deseo hoy solo te decimos: hasta luego”. Y así lo han he-cho, porque han sido muchas las visitas de Herma-nos, profesores y amigos de Palencia las que has tenido los dos últimos años de tu vida en la Residen-cia de Valladolid.

Una vida fecunda la tuya en el servicio de los de-más en los centros y comunidades. Trataste de hacer realidad el Evangelio de hoy: “No perdáis la calma: creed en Dios y creed también en mí” (Jn 14, 12).

Con frecuencia, Hermanos, la vida nos conduce por derroteros donde la prisa o la falta de sosiego anulan nuestra capacidad de estar con las personas, o nos roban tiempo para la acogida o la escucha del que necesita una palabra de ánimo y aliento. Jesús nos

anima a no perder la calma y vivir con sosiego, por-que el Evangelio se saborea en la tranquila medita-ción o en esa oración serena de cada día que renueva el ánimo.

Nuestro Hermano quiso ser cercano a todos y, a lo largo de su vida, se apropió de las palabras de Jesús en su Buena Noticia: “Yo soy el camino y la verdad y la vida” (Jn 14, 6). No quiso hacer oídos sordos a ese ruego de Jesús y supo guiarse por la Palabra de Jesús, llegar hasta la meta por el camino del servicio que le marcó el Maestro, entregar su vida para recobrarla multiplicada en una vida que no tiene fin, ofrecida por el que es la Vida, y buscar la verdad para encon-trarla en Jesús, Verdad que colma todas las angustias.

Ahora, le vemos por los jardines del cielo, gozan-do de largos y bellos paseos. Le habrá recibido su amigo el Hno. Mínguez y tantos Hermanos y amigos que le han precedido en su dilatada vida. La escuela del cielo tiene entrada gratuita para todos los que han sabido hacer de su vida una búsqueda de la verdad que da la auténtica sabiduría: la de una vida puesta al servicio de los demás.

Ahora, sentado ya en una confortable silla, repasa lo aprendido en el libro de sus 90 años de vida, lo que ha vivido, y escucha de nuevo al Maestro la lección sencilla. “Nadie va al Padre sino por mi” (Jn 14, 6). Y, en esto, en este esfuerzo por hacer realidad estas palabras, nuestro Hermano ha sacado la mejor nota.

Fernando, ahora te devolvemos un ¡gracias! gene-roso y te pedimos, porque confiamos en ti, que, desde allá arriba, desde donde se vislumbran nuestros afa-nes, sigas inspirando en el corazón de los que te re-cordamos, el esfuerzo por el trabajo bien hecho, el deseo de buscar la verdad y perseguir la cultura como buenos educadores y, sobre todo, una confianza ilimi-tada en Dios.

Ramón, Fernando, Roldán, Hermano, descansa fe-liz en las manos del Padre.

¡Así sea!

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Hno. Enrique Martín de las Moras (1924-2014)

Hno. Andrés Corcuera Homilía en el funeral (15 de noviembre de 2014)

Stimados celebrantes, familiares del Hno. Enrique, Hermanos de La Salle y amigos todos:

La fe en Cristo Resucitado nos congrega de nuevo en torno al altar para celebrar y dar gracias por nues-tro Hno. Enrique. Os invito a que celebremos esta Eucaristía de acción de gracias a nuestro buen Padre Dios en esta capilla del Colegio de Lourdes, tan que-rida por el Hno. Enrique, y en la que deseaba que se celebrara su funeral para ser luego enterrado en el cementerio del Carmen en Valladolid, junto a otros Hermanos de La Salle, cerca del pan-teón en el que descansan sus padres y hermanos, para “esperar juntos la re-surrección”. Con estas palabras me lo expresaba en la primera entrevista que tuve con él el año 2010. ¡Pues aquí estamos, Hno. Enrique, celebrando juntos la Eucaristía en este que fue tu querido colegio como alumno y como profesor!

La muerte, hermanos, siempre nos desconcierta; rompe algo de nosotros; nos cuestiona… Cuántas veces nos preguntamos ¿Qué va a ser de todos y cada uno de nosotros? ¿En qué van a quedar todos nuestros esfuerzos y trabajos, nuestras luchas y sacrificios, nuestras aspi-raciones, anhelos y esperanzas? San Juan Bta. de La Salle en su primera meditación nos dice: “Quien ig-nora la duración de su vida, no debe descuidarse en emplear los medios necesarios para lograr su salva-ción” (Med 1,1). Todos nosotros estamos convenci-dos de que nuestro Hno. Enrique ha utilizado todos los medios que tenía entre sus manos para prepararse a este momento de encuentro con quien ha dado sen-tido a toda su vida, el Señor Jesús.

En Enrique vemos reflejado lo que hemos pro-clamado en la carta a los Gálatas: “Ayudaos mutua-mente a llevar los unos las cargas de los otros… pues lo que uno siembre, eso cosechará…” (Gal 6, 2.7). Y

es verdad todo esto, y más, al constatarlo desde las múltiples muestras de afecto hacia el Hno. Enrique, su persona, su actuar, su vivir, recibidos a lo largo de los años, y más en los últimos días, desde Bolivia, Perú, Suecia o EEUU; en ellos se insiste en “… su entusiasmo, su generosidad con todos los alumnos y antiguos alumnos...”.

Enrique insistió en su vida en hacer realidad la Pa-labra de Dios escuchada hoy: “… no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo vendrá la cosecha” (Gal 6,9). No cabe duda de que, para todos, el mensa-

je de la Palabra de Dios nos desafía a no echar en saco roto las palabras que se nos dirigen. Nos recuerda que fiarse de Dios es asentar la vida sobre roca, y que no por ello debe uno gloriarse de lo recibido, pues todo es regalo de Dios. “Somos siervos inútiles”, dice el evangelio. Y nos sigue insistiendo en que, una vez terminada nuestra labor, “… hemos hecho lo que teníamos que hacer”. Por eso, no se trata de hacer mucho, de ocupar cargos o puestos de responsabilidad. Se trata de “servir, de hacer discípulos” como recuerda el Evangelio de Mateo hoy proclamado. No se nos va a medir por los logros obtenidos, los puestos ocupados, los

honores recibidos, las fotos que cuelguen de las pági-nas de periódicos o revistas, o en la página Web… La medida del valor de nuestra vida es el amor en el servicio, el ir gastando poco a poco la vida, entregán-dola en disponibilidad y apertura al plan de Dios sobre nosotros.

No es fácil dejar, como nuestro Hermano, casa, tierra, país, amigos, familiares, conocidos… y afron-tar la aventura de situarse en otro país, cultura, gen-te… y labrar desde ahí la tierra donde plantar la semi-lla del Reino. Nuestro Hermano Enrique, fiado del Dios que salva y devuelve la vida, ofreció los mejo-res años de su vida en ese servicio en Latinoamérica.

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Seguramente, que en el hogar de Enrique y M.ª del Rosario, sus padres, se cocieron al calor de la casa en el pueblo de Olivares de Duero (Valladolid), muchos de esos valores que hicieron que, cuando Enrique llega a este mundo el 15 de julio de 1924, encontrara un buen clima para crecer y madurar y aprendiera pronto cómo hay que estar en la vida. A los 16 años ingresa en el postulantado de Bujedo para incorporase cuatro meses después al noviciado. En septiembre de 1940, toma el hábito de Hermano y refrenda su disponibilidad a Dios con su primera profesión religiosa en 1941, a los 17 años. Más tarde, lo que había decidido, lo confirma de manera defini-tiva, en 1949 en Arequipa (Perú) con su profesión perpetua, diciendo a todos –y a sí mismo– que la opción por entregar la vida a Dios es ¡para siempre!

Se licenció en Filosofía en Arequipa (Perú) en 1949 y en Hispánicas en 1951. Y serán filosofía, literatura, música, religión y latín las asignaturas que más impartió a lo largo de su misión educativa. Mi-sión que inicia en Santander en el año 1942 para pa-sar como profesor al aspirantado de Premia de Mar en el curso siguiente. De 1945 al 47 le encontramos en Melilla, inesperadamente llamado al servicio mili-tar. Más de una vez me contó que le asustaron decla-rándole prófugo pero que enseguida se aclaró la si-tuación y pasó estos dos cursos entre el cuartel y el colegio, sirviendo a la patria y al Instituto. Pero será en 1947 cuando cruce el charco y llegue a su querida Arequipa donde estará de profesor de la Escuela Normal hasta 1950. El curso 50-51 va a Bolivia don-de estará como profesor y subdirector-prefecto hasta 1959. La misma tarea hará del 59 al 63 en la ciudad de Cochabamba. Después de hacer el segundo novi-ciado en Roma vuelve como director del colegio de Cuzco en Perú. Los siguientes años estará de nuevo en Cochabamba como subdirector y en la ciudad de Oruro (también en Bolivia) como director hasta 1972, en que regresa a España. Fueron 25 años de misión lasaliana en estos dos países tan queridos para él. Y sin duda que el cariño es recíproco, porque muchos antiguos alumnos de estos países, repartidos ahora por todo el mundo, le han seguido queriendo y visi-tando hasta su muerte. Después de regresar a España le veremos en el colegio de Burgos y, sobre todo en Valladolid: Colegio Mayor, Lourdes y La Salle.

Fue en el colegio La Salle donde nos conocimos en el curso 73-74: nos dabas la filosofía de 5.º de Bachillerato. Recuerdo tus reflexiones de la mañana con múltiples alusiones a tus años en Latinoamérica.

A los Aspirantes de Arcas nos cogiste mucho cariño, que hemos mantenido hasta el final. Final que se ha producido, a los 90 años, en la Residencia La Salle de las Arcas Reales a la que llegaste en el año 2002 con dolor, por lo que te costó comprender y aceptar la que sería tu última obediencia.

Hermanos y lasalianos: ante el cuerpo sin vida del Hno. Enrique es la Palabra de Dios la que nos esti-mula: “No tengáis miedo… El Jesús que buscáis no está aquí, entre los muertos. ¡Ha resucitado!” (Mt 28, 5-6). Sí, es estimulante saber que no seguimos a un difunto. El mensaje de Jesús sigue vivo en su persona porque Dios garantiza la veracidad de la palabra y la vida de Jesús al devolverle la vida. Pero todo ello trae una contrapartida: no podemos quedarnos en una contemplación bobalicona de Jesús o en un recuerdo compungido de los seres queridos que se nos fueron. El ángel les dijo a las mujeres: “Decid a los discípu-los: Ha resucitado” (Mt 28, 7). Esa debe ser nuestra insistencia. Y Jesús nos invita a “… hacer de todos los pueblos, discípulos… enseñándoles a guardar todo lo que os he dicho…” (Mt 28, 19). Es, pues, un compromiso, un recuerdo que se transforma en ur-gencia. Y ahí sí, ahí es bueno recordar a los que nos han precedido con esa fuerza del testimonio de su vida.

Quizá nos abrume la dificultad de la empresa o que no corren buenos tiempos para extender el men-saje de Jesús. O, incluso, nos pille a todos un poco despistados este deseo de Jesús, o acaso, con el temor inicial de las mujeres y los discípulos en el cuerpo. Entonces, ¿cómo hacer realidad las palabras del Maestro, cómo darles su valor cuando nos dice: “Sa-bedlo: Yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el final de la historia” (Mt 28, 20)? ¿Confiamos de ver-dad en la Palabra de Jesús?

Damos gracias al Padre Dios, por la persona de nuestro Hermano. Seguro que la música, que tanto le agradó aquí en la tierra, ya la disfruta en el cielo pero con tonos y melodías celestiales y con esa elegancia que siempre le caracterizó. Él intercede ahora por todos nosotros delante de Nuestra Señora de Lourdes a la que tanta devoción tuvo desde su niñez.

Descansa en Paz, Hno. Enrique, en esta tierra va-llisoletana que te vio nacer. Como me decías hace unos años: “esperamos juntos la resurrección”.

Así sea.

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Hno. Luis Peraita Zaldo (1926-2014) Hno. Andrés Corcuera

Homilía en el funeral (30 de diciembre de 2014)

Stimado celebrante, Hermanos y amigos to-dos: cuando estábamos todos contentos por haber celebrado el Nacimiento del Niño Dios

y disfrutando de unos días de descanso y convivencia comunitaria y familiar, propio de las vacaciones de Navidad, vemos que la alegría nunca puede ser com-pleta y siempre hay alguien que sufre o lo pasa mal o, incluso, nos deja para ir la Casa del Padre.

La vida pasa de puntillas y, sin quererlo, parece que se nos escapa. Y en el intento de atraparla, descubri-mos el paso de Dios por ella. Como proyecto, se nos regala la vida; sin esperarlo, nos encontramos con el paso a una vida más larga. Hoy nos ha sorprendido este paso a una vida más larga de nuestro Hermano Luis. Quizá este acontecimiento inesperado nos ayude a ahondar más en el senti-do de la esperanza de nuestro pere-grinar cristiano por la vida. Pablo decía a sus fieles de Tesalónica, en un momento parecido al que ahora estamos viviendo: "No os aflijáis como los hombres sin esperanza" (1Tes 4, 13).

Ayer, cuando preparaba la homilía y leía en la li-turgia de inicio de la Eucaristía de este día 30 de di-ciembre, me encontré con un versículo del capítulo 18 del libro de la Sabiduría que nos dice: “Un silen-cio sereno lo envolvía todo, y, al mediar la noche su carrera, tu Palabra todopoderosa, Señor, vino desde el trono real de los cielos”. Esta Palabra vino ayer para Luis, lo hizo de madrugada, en esa habitación de la Residencia La Salle de las Arcas Reales, vino en silencio, y lo acogió para recibirlo en las manos amo-rosas del Padre Dios.

Atrás quedan 88 años, vividos intensamente, a ca-ballo entre dos siglos, repartiendo la sabiduría logra-da con mucho esfuerzo, en el yunque diario de la escuela del pupitre, de los patios y los deportes, y en la escuela de la vida. Una vida que se nos antoja en-vidiable a todos los que hoy le acompañamos, porque ha intentado estar llena de lo que Pablo, el apóstol,

recuerda a los de la comunidad de Colosas: “… ter-nura, agrado, humildad, sencillez, mansedumbre, tolerancia… amor mutuo…” (Col 3, 12). En una pa-labra, una vida llena de Dios.

La vida de nuestro Hermano, por encima de todo, refleja el servicio a la causa de Jesús y del Reino, la fidelidad a una llamada, la alegría en el seguimiento, la dedicación en el esfuerzo escolar a los niños y

jóvenes y, sobre todo, la confianza en el Dios que le llamó. Aspectos todos que han jalonado su vida adornándola con todo aquello bonito que hoy permanece en el recuerdo de cada uno de nosotros. La buena caligrafía, la lectura y cálculo le acompañaron siempre en el aula. Todavía recuerdo, allá por el curso 79-80, cuando me recibió en su clase de 4.º de EGB, en el Colegio Ntra. Sra. de Lourdes, para hacer las prácticas de magisterio: el orden, el silencio y el trabajo eficiente me ense-ñaron mucho del buen hacer de un Her-mano, de un maestro lasaliano… También

el gusto por el deporte, su responsabilidad como coordinador del deporte escolar en algunos colegios y los buenos ratos que pasó viendo a su querido Real Madrid… son algunas facetas de su vida que se nos ha ofrecido como vida plena, intensa, feliz.

La Palabra de Dios que hemos escuchado nos in-vita hoy a “…ser agradecidos, a enseñarnos unos a otros lo mejor que sepamos… a cantar con el cora-zón henchido de gozo, al Señor que nos llamó, con salmos himnos y cánticos inspirados…” (Col 3, 16-17). Y no cabe duda de que estamos haciendo esto en el marco de la Eucaristía, acción de gracias por la vida resucitada de Jesús y canto de gozo por la vida entregada de nuestro Hermano Luis. Porque Luis supo hacer lo que recomienda la carta de Pablo. Sí, le gustaba y disfrutaba en el encuentro con los Herma-nos, a veces acompañado de su cigarrillo y esa copita después de la comida, porque le atraía la fraternidad y porque le gustaba sentirse querido por los Herma-nos, auxiliares de enfermería, amigos, con los que ha compartido sus últimos años y su larga vida.

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Vida  eterna  

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Una vida que comenzó en el pueblo de Prado-luengo (Burgos), en el hogar de Isidro y Saturnina, sus padres, el 18 de agosto de 1926. Bujedo se con-vierte en cuna de formación de Luis, desde los 13 años. Toma el hábito en 1943 y al año siguiente con-sagra su vida a Dios con la primera profesión religio-sa, que refrendará con la profesión perpetua en 1951 en esta casa de Bujedo. En su salida a comunidad a los 20 años, comenzó a ejercer su apostolado en Tu-rón (1946-1954). Los siete años siguientes los pasó como profesor en esta casa de Bujedo. En la famosa “escuela gratuita” tuvo muchos alumnos de estos pueblos de alrededor, que le recuerdan con cariño. En 1961 va al colegio de Burgos donde será profesor y ecónomo hasta el 1964 para regresar a tierras asturia-nas en las que había iniciado su misión. Estará en Ciaño cinco cursos y tres en Ujo.

Pasa después un curso haciendo tareas de ecóno-mo en el Colegio Mayor de Valladolid y dos en Pa-lencia (1973-75), donde ejerció de prefecto. A partir de 1975 le encontramos en tierras gallegas, en la escuela de Ferrol en la que estará hasta 1978, en que se incorpora al colegio Ntra. Sra. de Lourdes en el que estará 10 años ejerciendo tareas de profesor y coordinador del deporte escolar. En 1989, tras un año en que realizó el CEL, sigue en la ciudad de Vallado-lid, pero cambia de centro: deja el colegio Lourdes para incorporarse al colegio La Salle. En él pasará 18 años (con una pequeña interrupción para realizar el CELTE en 1997) en los que desempeñará diversos servicios, principalmente relacionados con la coordi-nación del deporte escolar. Seguro que, entre otros, Luis se habrá encontrado por el cielo con el Hno. Santiago Núñez y tendrán la oportunidad de cantar algunas canciones de sobremesa y discutir amiga-blemente de esos acontecimientos futbolísticos que tanto les gustaban.

Ya en el 2007 se incorpora a la Residencia de Hermanos en Valladolid. En los últimos siete años desempeñó algunos servicios a la comunidad, espe-cialmente el de sacristán. El deterioro progresivo de su salud en los últimos meses le impidió desempeñar esta función, pero siguió sentándose cerca del altar para supervisar el buen hacer litúrgico de su sustituto. En total, once comunidades que se beneficiaron de la persona del Hno. Luis, su buen hacer como religioso y como Hermano.

Es tiempo de Navidad. Por eso, la pregunta de Je-sús a Pedro, se repite de nuevo como un eco en cada uno de nosotros: ¿Me amas? Seguramente, nuestro

Hermano Luis le respondió con la perplejidad de Pedro: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero” (Jn 21, 15). Y, como deseando asentar las convicciones y la rotundidez de la respuesta, otras dos veces la pregun-ta: ¿Me amas? De nuevo, Luis, con el corazón acaso roto por esa especie de duda en la triple pregunta, pero convencido de ello, le dijo sí con todo el cora-zón; un sí que se ha prolongado durante su larga vida porque supo entender que no hay mayor gozo que amar entregándole la vida a Dios. Y vio que ser Her-mano podía llenar plenamente de felicidad una vida. ¡Extraordinario testimonio para todos!

Hoy le despedimos de entre nosotros y elevamos al Padre una oración por su eterno descaso. Como ayer me escribía un amigo suyo, «seguro que en el cielo organizará, como él sabe, muchos deportes con los bienaventurados, para dar rienda suelta a estas fiestas y torneos navideños en el cielo. Y, seguro que la organización, como solemos decir, saldrá muy bien, "como los mismos ángeles". No cabe duda de que ha ido al cielo a disfrutar del abrazo del Padre y serán muchos deportistas los que se acuerden de él por lo que hizo, por el tiempo que dedicó y por todo lo que, como educador, "manitas" para las cosas sencillas, hizo en su tiempo de colegio y de residen-cia. No le faltarán ni tornillos, ni cepillos de madera, ni puntas, ni remaches para hacer más agradable la vida de los que con él convivan en el cielo. Y, de vez en cuando, también nos llegará el aviso, no sabemos cómo, pero seguro que llegará, de que Luis ha hecho alguna vitrina, alguna estantería, algún nuevo cajón para colocar muchas de las obras buenas de los que han sido sus alumnos, compañeros de comunidad o sus Hermanos. Que disfrute de la Navidad celestial y que descanse en los brazos amorosos del Padre para siempre».

Hno. Luis, que toda tu vida sea hoy una ofrenda agradable al Padre Dios, con la gracia del Espíritu, y engendrada con la misericordia de su Hijo, semilla y fermento de nuevas llamadas y respuestas. Te pone-mos en el altar, junto con Jesucristo, víctima y sacri-ficio, para que, en Cristo y con Él, seas resurrección y esperanza, vida plena para nuestra misión, y para que ya nada ni nadie te aparte del amor de Dios. En esta mañana, expresamos contigo como Agustín: “Nos hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón estará in-quieto hasta que no descanse en Ti”. Que Él te con-serve en su paz eterna. Ten por seguro que has vivido y has amado con un corazón grande. ¡Acompáñanos desde el cielo! ¡Descansa en la paz, Hermano! b