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ECUADOR Debate CONSEJO EDITORIAL José Sánchez-Parga, Alberto Acosta, José Laso Ribadeneira, Simón Espinosa, Diego Cornejo Menacho, Manuel Chiriboga, Fredy Rivera Vélez, Marco Romero. Director: Primer Director: Francisco Rhon Dávila. Director Ejecutivo del CAAP José Sánchez Parga. 1982-1991 Editor: Hernán !barra Crespo Asistente General: Margarita Guachamín REVISTA ESPECIALIZADA EN CIENCIAS SOCIALES Publicación periódica que aparece tres veces al año. Los artículos y estudios impresos son canalizados a través de la Dirección y de los miembros del Consejo Editorial. Las opiniones, comentarios y análisis expresados en nuestras páginas son de exclusiva responsabilidad de quien los suscribe y no, necesariamente, de ECUADOR DEBATE. © ECUADOR DEBATE. CENTRO ANDINO DE ACCION POPULAR Se autoriza la reproducción total y parcial de nuestra información, siempre y cuando se cite expresamente como fuente a ECUADOR DEBATE. SUSCRIPCIONES Valor anual, tres números: EXTERIOR: US$ 45 ECUADOR: US$ 15,50 EJEMPLAR SUELTO: EXTERIOR US$. 15 EJEMPLAR SUELTO: ECUADOR US$ 5,50 ECUADOR DEBATE Apartado Aéreo 17-15-173B, Quito-Ecuador Telf: 2522763 . Fax: (5932) 2568452 E-mail: [email protected] Redacción: Diego Martín de Utreras 733 y Selva Alegre, Quito. PORTADA · Magenta DIAGRAMACION Martha Vinueza IMPRESION Albazul Offset (O caap IISSN-1012-14981

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ECUADOR

Debate CONSEJO EDITORIAL José Sánchez-Parga, Alberto Acosta, José Laso Ribadeneira, Simón Espinosa, Diego Cornejo Menacho, Manuel Chiriboga, Fredy Rivera Vélez, Marco Romero.

Director: Primer Director:

Francisco Rhon Dávila. Director Ejecutivo del CAAP José Sánchez Parga. 1982-1991

Editor: Hernán !barra Crespo Asistente General: Margarita Guachamín

REVISTA ESPECIALIZADA EN CIENCIAS SOCIALES Publicación periódica que aparece tres veces al año. Los artículos y estudios impresos son canalizados a través de la Dirección y de los miembros del Consejo Editorial. Las opiniones, comentarios y análisis expresados en nuestras páginas son de exclusiva responsabilidad de quien los suscribe y no, necesariamente, de ECUADOR DEBATE. © ECUADOR DEBATE. CENTRO ANDINO DE ACCION POPULAR Se autoriza la reproducción total y parcial de nuestra información, siempre y cuando se cite expresamente como fuente a ECUADOR DEBATE.

SUSCRIPCIONES Valor anual, tres números: EXTERIOR: US$ 45 ECUADOR: US$ 15,50 EJEMPLAR SUELTO: EXTERIOR US$. 15 EJEMPLAR SUELTO: ECUADOR US$ 5,50

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PORTADA · Magenta

DIAGRAMACION Martha Vinueza

IMPRESION Albazul Offset

(O caap IISSN-1012-14981

ECUADORDEBATE 85Quito-Ecuador, Abril del 2012

PRESENTACION / 3-6

COYUNTURA

Diálogo de Coyuntura: Protesta social y reactivación de la oposición política / 7-24Conflictividad socio-política: Noviembre 2011-Febrero 2012 / 25-34

TEMA CENTRAL

El reino (de lo) imaginario: Los intelectuales políticos ecuatorianos en la construcción de la Constitución de 2008Pablo Andrade A. / 35-48Los intelectuales en su laberinto (la ilusión de lo político)Roberto Follari / 49-58Gramsci y los intelectualesHernán Ibarra / 59-72La desvinculación social y el intelectual disidenteOsmar Gonzales Alvarado / 73-84Intelectuales indígenas ecuatorianos: tensiones y desafíos ante el sistema educativo formalAlejandra Flores Carlos / 85-100Gobernabilidad y autonomía. Dos cuestiones claves para el estudio de los profesionales y expertosRicardo González-Leandri / 101-110

DEBATE AGRARIO-RURAL

Comunidades y territorio en la Costa del EcuadorRafael Guerrero / 111-136

ANÁLISIS

Condición laboral y proyecciones culturales en San Andrés, cantón GuanoJuan Fernando Regalado / 137-154La derrota de las organizaciones socialistas en México (Estado de Hidalgo)1917-1942Pablo Vargas González / 155-174

RESEÑAS

San Roque: indígenas urbanos, seguridad y patrimonio / 175-178Runakunaka ashka shaikushka shinami rikurinkuna, ña mana tandanakunata munankunachu: la crisis del movimiento indígena ecuatoriano / 179-182

2 Índice

o existe una palabra más sujetaa la libre interpretación o a ladenigración que la de intelec-

tual. ¿Quiénes son los intelectuales?Hasta comienzos de los años setenta

del siglo pasado la respuesta era relati-vamente simple: los intelectuales ecua-torianos eran sobre todo los escritoresque producían literatura y eran recono-cidos por sus otros colegas por ofreceralgún producto relativamente publica-ble, preferentemente en la Casa de laCultura. Con el desarrollo de las cien-cias sociales, la expansión de las univer-sidades, la multiplicación de iniciativaseditoriales y cierto mercado del arte, seprodujo una mayor presencia de losintelectuales y una ampliación de lo quepodría denominarse el campo culturaldurante la década del ochenta. Todoesto tenía una connotación políticahacia la izquierda o el centro, aunque elantiintelectualismo de la izquierda soloaceptaba a aquellos intelectuales quecomulgaban y militaban en su seno.

En los años noventa, la crisis delsocialismo real provocó desconcierto ydesmoralización entre los intelectualesde izquierda, aunque no se produjo unejercicio de crítica a esos regímenes. Laretracción del Estado tuvo como efectouna disminución sensible de recursospara actividades culturales mientras queel mercado no ofrecía una alternativafirme al mundo artístico y cultural. Lasuniversidades públicas caían en un pro-fundo marasmo y la Casa de la Cultura

dejó de poseer su carácter de lugar con-sagratorio. Muchos practicantes de lasciencias sociales encontraron su tabla desalvación en la consultoría y la asesoría.Y surgían los economistas como losexpertos que asumen la capacidad deenrumbar la sociedad. Con las moviliza-ciones indígenas de esta década se vuel-ven visibles los intelectuales indígenas.

En lo que va del comienzo del sigloXXI se advierte una complejización de laesfera cultural. El predominio de loaudiovisual produce un desajuste enquienes provienen de las capacidadesde manejo de la escritura. Se torna másimportante la presencia en los medioscomo proveedores de opiniones ycomentarios. Amplios contingentes deartistas e intelectuales rechazan las for-mas tradicionales de expresión cultural yuna atmósfera posmoderna relativiza elorigen y la validez de los conocimientos.La palabra de los periodistas adquieremayor peso y reclaman su puesto los lla-mados gestores culturales. El ámbito delas ciencias sociales se halla presionadoa cumplir un papel funcional hacia lasactividades estatales.

En los actuales momentos, en estemarco de mutación se produjo unapolémica en torno a la libertad deexpresión que hizo posicionarse anúcleos de intelectuales con manifiestospúblicos que evidenciaron alineamien-tos contrarios o favorables al gobierno.Al respecto se puede mencionar algoque hace tiempo dijo Monsiváis: “Los

PRESENTACIÓN

N

intelectuales llaman la atención sobrecausas, son decisivos en la promociónde los derechos humanos, generanmicroclimas en la opinión pública, perole son desconocidos a la mayoría y, sóloen casos excepcionales, sus ideas pene-tran en sectores amplios”.

Este número de Ecuador Debate estádedicado a la cuestión de los intelec-tuales con la intención de llamar laatención a una problemática poco trata-da en las ciencias sociales. Los artículosreunidos son elaboraciones que sitúanel papel de los intelectuales frente a lapolítica, los problemas de conceptuali-zación y el lugar de las profesiones. Sinduda, son abordajes que seguramenteincidirán en el desarrollo de estudios yreflexiones.

Acerca de las concepciones sobre elparticipacionismo, neoconstitucionalis-mo y presidencialismo que atraviesan laConstitución de 2008, Pablo Andradeconsidera que en su gestación intervi-nieron activamente intelectuales antiliberales que confluyeron en un textoconstitucional altamente imaginario.Para Roberto Follari, los intelectualesprovenientes de las Ciencias Sociales ylas Humanidades se hallan sometidos aregímenes de visibilidad para una mino-ría e invisibilidad para la mayoría. Existela suposición de que los intelectualesejercen el pensamiento crítico, ignoran-do a aquellos que se sitúan en otra ori-lla o asumen funciones pragmáticas. Enrealidad, los intelectuales están siempreavocados a una intervención en la polí-tica que va más allá de los espacios aca-démicos donde operan otras reglas.

Las elaboraciones de Gramsci sobrelos intelectuales son frecuentemente

mencionadas aunque sin tomar encuenta los múltiples aspectos que pro-cesó en su rica y compleja obra. HernánIbarra propone una lectura contemporá-nea de Gramsci que procura situarlo ensu originalidad y aportes a la compren-sión de las relaciones entre intelectua-les, cultura y política.

Como afirma Osmar GonzalesAlvarado, las intensas transformacionesde la sociedad y la política han alteradoel papel de los intelectuales. En lasactuales circunstancias su intervencióndebe estar asociada a una recuperacióndel espacio público y la política queconsidere una posición crítica que nopuede estar por encima de los conflictossociales. Asegura Alejandra FloresCarlos que la formación y desarrollo dela intelectualidad indígena en elEcuador se encuentra condicionada porla inserción en un aparato de educacióndominante. Esto produce una tensiónentre la necesidad de potencializar suidentidad y cultura frente a unas barrerasque limitan el acceso de los intelectua-les indígenas a la esfera cultural domi-nante puesto que todavía impera la dis-criminación y el racismo. Aunque elespacio de las profesiones ha estadoasociado a la configuración de su auto-nomía y las relaciones con el Estado,Ricardo González- Leandri propone irmás allá de la dicotomía entre interven-ción y autonomía respecto a las profe-siones tomando en consideración el pro-ceso político y sus condicionamientos.

En la Sección Debate Agrario-Rural,Rafael Guerrero plantea una definiciónteórica de la comunidad territorial sus-tentada en el concepto de identificacióny la teoría del desarrollo rural territorial

4 PRESENTACIóN

con el objeto de analizar las principalescadenas productivas que surcan la costacentro sur del Ecuador. Además se estu-dia a los principales movimientos agra-rios que caracterizan un territorio quesobre todo es agrario y rural.

La Sección Análisis incluye dos artí-culos, uno sobre cambios culturales enuna parroquia rural de Chimborazo yotro sobre la historia local de la izquier-da mexicana. El conocimiento de lastradiciones culturales en el marco de lahistoria local de San Andrés permiteentender los procesos de cambio social.Anota Juan Fernando Regalado que laposibilidad de una política culturallocal debe ir más allá de las dicotomíasentre patrimonio material e inmaterialque tome en cuenta la gestación delpatrimonio cultural colectivo en acción.Pablo Vargas González muestra la mar-ginalidad de la izquierda en el procesode conformación del Estado social enMéxico entre 1917 y 1940, y se estable-ce como en los procesos políticos insti-tucionales que se desarrollaron en unaregión –el estado de Hidalgo- las orga-nizaciones de ideología radical y detendencia socialista fueron sometidas yexcluidas durante décadas.

En Diálogo sobre la Coyuntura, IvánCarvajal, Pablo Andrade, José SánchezParga y Hernán Ibarra abordan la dispu-

ta en torno a los medios y la moviliza-ción conducida por la CONAIE que haposicionado el tema de la minería agran escala como una cuestión de opi-nión pública. Se trata de una configura-ción del espacio político que revela elpeso gravitante de los medios y la arti-culación de una oposición de izquierda.

La Conflictividad socio-políticaNoviembre 2011-Febrero 2012 muestraque a pesar del sensible decrecimientodel número de conflictos respecto delperíodo anterior (de 286 a 252), se man-tiene elevada la alta frecuencia de laconflictividad, que se inicia en el año2009, basada en una estrategia de opo-sición política adoptada por determina-dos actores sociales.

En la Sección Reseñas, Lucía Duráncomenta San Roque: indígenas urbanos,seguridad y patrimonio compilado porEduardo Kingman; y Víctor Bretón rese-ña Runakunaka ashka shaikushka shina-mi rikurinkuna, ña mana tandanakunatamunankunachu: la crisis del movimien-to indígena ecuatoriano de Luis Tuaza.

Este número de la revista contó conla discusión, apoyo y sugerencias deRafael Polo, a quien agradecemos suamistad y cooperación.

Los Editores

ECUADOR DEBATE 5

-ernán Ibarra. La perspectiva deun año electoral condiciona todoel panorama político donde se

advierte la importancia que han adqui-rido las posiciones de actores opositoresal gobierno. El un escenario es la disputapor el papel de los medios donde sejuega la configuración del espacio pú-blico. El otro escenario es el de las mo-vilizaciones que tratan de articular unaoposición social al gobierno.

En torno a la disputa del papel de losmedios se encuentra el dilatado debatesobre la Ley de medios donde el puntode vista del gobierno acerca de la regu-lación y control de la comunicación noha podido conseguir una mayoría en laAsamblea Nacional por el debilitamientode la bancada de Alianza País. Los casosdel diario El Universo y el de los perio-distas Juan Carlos Calderón y Christian

Zurita, autores del libro El gran hermanoque recibieron sentencias judiciales des-mesuradas tuvieron una amplia resonan-cia internacional puesto que implicabanel uso de una legislación penal sobre losdelitos de opinión. El posterior perdón aEl Universo y el desistimiento del juicio aCalderón y Zurita evidenciaron un retro-ceso a las posiciones del gobierno.

El escenario de las movilizaciones setradujo en la Marcha por el agua, la viday la dignidad que terminó articulando unconjunto de demandas sociales y étnicasbajo la iniciativa de la CONAIE que havuelto a ser un eje conductor de la pro-testa al poner en cuestión la ejecuciónde la minería en gran escala. La res-puesta del gobierno fue descalificar a lasmovilizaciones y sus líderes eligiendo elcamino de la contra movilización, asu-miendo además la trama de una conspi-

COYUNTURA

Diálogo sobre la Coyuntura: Protesta social y reactivación de la oposición política

Participantes: Iván Carvajal, Profesor de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador; JoséSánchez Parga, Investigador Principal del CAAP; Pablo Andrade, Profesor de la UniversidadAndina Simón Bolívar; Hernán Ibarra, Investigador Principal del CAAP.

La disputa en torno a los medios implicó un revés para el gobierno y la movilización condu-cida por la CONAIE ha posicionado el tema de la minería a gran escala como una cuestión deopinión pública. Se trata de una configuración del espacio político que revela el peso gravi-tante de los medios y la articulación de una oposición de izquierda.

H

ración en continuidad de su imaginariodel 30-S como un golpe.

Tanto el litigio con los medios comolas movilizaciones implican un revéspara el gobierno puesto que los mediosprivados retoman una acción crítica quese encontraba debilitada y las moviliza-ciones ponen un serio cuestionamientoa la realización de las operaciones mi-neras cuyos contratos están previstos ha-cerse en este año. Las movilizacionesgeneran una opinión anti extractivista ypotencializan las posiciones y argumen-tos ecologistas.

En este marco conflictivo se encuen-tra un horizonte de reconfiguración delespacio político con la inscripción departidos y movimientos sin que se puedaadvertir figuras concentradoras de unaoposición política.

¿Podrá esa oposición social tradu-cirse en una oposición política? ¿Cuál esel alcance de las posiciones anti extrac-tivistas?

Iván Carvajal. Por supuesto que esta-mos en una coyuntura electoral, pero nocreo que algunas cuestiones tenganmucho que ver con la cuestión electoral,sino que tendrían una cuestión muchomás profunda. Comenzando por la mar-cha indígena y de los sectores socialesque se vincularon ponen un escenarioalgo nuevo y con un alcance que irá másallá de los efectos en las estructuras delos partidos políticos y no se diga de lacuestión electoral. Aparecen problemasque van a tener una repercusión muchomás profunda en el largo plazo y que enel corto plazo pueden ocasionar ciertotipo de conflictos, pero no creo que elgrado de conciencia social sobre los pro-blemas asociados a la minería a gran es-

cala, al problema del agua y los aspectosecológicos esté suficientemente maduroen el Ecuador. Creo que es una cuestióntodavía de grupos muy importantes sí,pero muy minoritarios como para entraren acciones que puedan ser decisivas ycambiar escenarios. Lo que si pasa esque efectivamente la puesta de ese pro-blema en el escenario sí decide en cam-bio sobre el carácter del gobierno y elcarácter del Estado, de una maneramucho más precisa y firme porque ubicaal gobierno actual y al Estado ecuato-riano en su conjunto en una perspectivaque es esta línea hegemónica en todaAmérica Latina de las nuevas articula-ciones con los nuevos centros capitalis-tas financieros mundiales, con la entradade China de manera agresiva en el con-tinente justamente a través de las minasy los sistemas financieros asociados.

Esto implica un giro en cuanto se re-fiere al gobierno y algo que dijo PabloOspina en una entrevista, también defineel hecho de que la izquierda dentro delgobierno que todavía parece existir ahí yano tiene función, ahora tiene una funciónmás bien represiva. El punto estaría en-tonces en que un gobierno que supues-tamente fue de izquierda llegó a su topeen ese juego de jugar a la revolución y alsocialismo y ahora sí tiene otra funciónmás clara, allí hay contradicciones quehabría que examinar en el gobierno.

Ahora bien, ello se asocia y coincidecon otro problema general, que es el dela opinión pública; y este es un prob-lema que al menos desde el punto devista de la izquierda no ha sido suficien-temente debatido, discutido y pensado.A propósito de la marcha apareció un co-municado que es bastante absurdo (que

8 Diálogo sobre la Coyuntura: Protesta social y reactivación de la oposición política

incluso yo mismo lo firmé por circun-stancias especiales), que evidencia unatraso en la comprensión de los procesospolíticos actuales, y que no reconoce laimportancia que tiene la apertura de losespacios públicos de debate. Pero delotro lado, la defensa de la libertad de ex-presión y de la libertad de opinión im-pulsada por los medios es también muylimitada, pues tampoco plantea la prob-lematización de lo que es el espaciopúblico, el problema de la opinión, deldebate de los asuntos que atañen a lo so-cial. Nos encontramos con la emergen-cia de nuevos problemas que son detrascendencia estratégica, pero frente alos cuales la derecha responde de unamanera absolutamente convencional. Laprueba más evidente es el resurgimientodel Partido Social Cristiano que impulsaNebot, en los exactos términos en queestaba hace cinco años, la continuidaddel PrE tal como estaba antes, la con-tinuidad del gutierrismo tal como estabaantes, y esta articulación de patronesmás bien liberales y minoritarios quepueden estar representados por políticoscomo César Montufar y otros grupos queserían algo más coherentes desde elpunto de vista ideológico en la con-tinuidad del liberalismo republicanoclásico, pero que tampoco ofrecen unplanteamiento nuevo desde el centro. ypor el otro lado tenemos una izquierdaen la que curiosamente afloran nuevosproblemas, pero que ideológicamenteestá 40 años atrás, y me refiero no sola-mente al modo de pensar de intelec-tuales como Alejandro Moreano, autordel pronunciamiento al que me referíaanteriormente y en quien reconozco unaenorme integridad moral, sino a estos

sectores que aparecieron con la llamadarevolución ciudadana… Como que susconcepciones no corresponden a losproblemas contemporáneos.

El gobierno ha girado ya definitiva-mente hacia la derecha, ha destruido elimaginario de la revolución y del socia-lismo en la sociedad por un buen tiempo.Creo que esto se ha ido bastante a pique.Ha sido un gobierno que ha tenido unaclaridad en cuanto se refiere a los aspec-tos de manejo económico, una claridadde un gobierno de derecha. No se puededesconocer las mejoras para salir de lapobreza eso es una cuestión que hay quepensarla bien porque a la vez tenemosese indicador de la desigualdad, el índicede gini, república Dominicana y el Ecua-dor son dos países que en estos últimosaños al contrario de lo que acontece enAmérica Latina expanden la brecha entrelos que más tienen y los que menos tie-nen, y uno se pregunta ¿cómo esto es así?Al mandar más circulante dinamizó elcomercio, pero esto implica mayores ne-gocios de los bancos y de las grandes em-presas comerciales básicamente. Vemosque no ha habido transformaciones encuestiones decisivas como la cuestión dela tierra, es una cuestión que está pen-diente, es uno de los grandes aspectosconflictivos que va surgir de inmediato,que pasa ahí con el campesinado. Hayproblemas muy serios en lo que tiene quever con la desocupación, con el trabajoprecario y no ha habido por lo tanto uncambio profundo en lo social y en lo eco-nómico. En lo político hay ciertamenteuna tendencia autoritaria; habría queconsiderar algo que a mí me parece tam-bién fundamental, el hecho de que lacontradicción interna que tiene la propia

ECUADOR DEBATE / COyuNTurA 9

Constitución, para comenzar desde lapropia definición de Estado plurinacionalqué es una realidad conflictiva, pero nohay una resolución estructural del Estadoy todo lo que implica esta gran contra-dicción entre la parte garantista y la partehiperpresidencialista concentradora depoder y el recurso de la democracia ple-biscitaria.

Pablo Andrade. Con relación a lacuestión de la anti minería o el anti ex-tractivismo, este es un tema que efecti-vamente es una novedad en la opiniónpública y es una novedad que estásiendo debatida. Creo que los medios decomunicación basándose en la concien-cia de la debilidad temporal del go-bierno, por el papelón internacional deEl Universo, efectivamente actuaroncomo una especie de caja de resonanciadel movimiento anti minero y en ese sen-tido ayudaron a posicionar un tema quehasta ese momento era muy periférico.Pero posicionar un tema hacia el centroo relativamente más hacia el centro nonecesariamente significa que detrás deeso hay tal cosa como una posibilidad degenerar un apoyo social a una voluntadsocial, me parece que éste es un temaque para llegar a tener esa importanciaimplica sin lugar a dudas pasar por lacuestión del modelo de desarrollo y lacuestión del Estado; todavía hay muchocamino por andar.

Si vemos los resultados de la Marchadel agua y por la vida yo diría que sonbásicamente tres: uno, el tema de la mi-nería está en la opinión pública, está endebate; dos, ese debate es todavía mino-ritario y sin lugar a dudas no afecta al go-bierno; y tres, efectivamente la CONAIEestá de vuelta. La CONAIE estuvo de sa-

lida y ahora está de vuelta al centro delescenario como un articulador impor-tante, como un interlocutor, tal vez conla posibilidad de la conformación de unaoposición de izquierda.

yo vengo sosteniendo desde algúntiempo que el trayecto del gobierno erahacia conformar un escenario en el cualocupase un lugar de partido dominantecon pequeños nichos a la derecha, pe-queños nichos a la izquierda. Creo queeso se está conformando efectivamentey los desarrollos de estos meses muestranclaramente que eso es lo que está ocu-rriendo. Esto si nos avoca a pensar nece-sariamente en el escenario electoral; ami me gustaría mirar un poco como pro-cedió, cuál fue la dinámica, la interac-ción entre el gobierno y ese potencialpolo de izquierda con relación a las úl-timas manifestaciones. Al inicio delasunto cuando se convocan las manifes-taciones y salen desde El Pangui hacia el8 de marzo, desde el lado del gobiernotenemos una imagen muy fuerte, muyunificada, desde el lado de la izquierdaen cambio esta izquierda encabezadapor la CONAIE aparece débil, reducida aun núcleo pequeño básicamente anti mi-nero, muy regional, muy local, ZamoraChinchipe y creo que en ese sentido lamanifestación ciertamente descortés delPresidente de la república de caricaturi-zar a la marcha como cuatro pelagatosen ese momento era una definición rela-tivamente adecuada, eso al 8 de marzo.Pero esta situación cambió entre el 8 yel 22 de marzo, cuando llega la marchaa Quito; hay modificaciones tanto en elgobierno como en esta oposición socialo esta oposición de izquierda. Desde elgobierno se va esbozando algo así como

10 Diálogo sobre la Coyuntura: Protesta social y reactivación de la oposición política

una escisión yo diría actitudinal entre unconjunto de decisores políticos que tie-nen una actitud relativamente tolerantey que de hecho tuvieron un papel claveen la llegada, que fue muy importantepara evitar confrontaciones sociales; yuna actitud estridente, quien manifiestamás claramente esa estridencia, es elpropio Presidente de la república y meparece que esa estridencia -que ya habíaempezado el 8 de marzo- se manifiesta através de agencias estatales y de seg-mentos claros del partido político. Pro-pongo que llamemos a esta fracción lamáquina (electoral) correísta.

Las bases correístas que se movilizanestán claramente articuladas en torno alMinisterio Coordinador de la Política, laSecretaria Nacional de la Comunicación,el vice Ministerio de la Gobernabilidad,la Secretaría de Pueblos, eso es diríamosla cara estatal de lo que yo he empezadoen llamar la máquina electoral de Co-rrea, o si se prefiere, la organización pro-pia de Correa que no necesariamentecoincide con Alianza País. Esto se mani-fiesta desde el lado del gobierno una vezmás desde el lado de Correa en dosmodos de acción. El primero es el de lamáquina electoral que aprovecha laoportunidad para hacer un acto de cam-paña. El otro es la acción estatal mode-rada que también se origina dentro delaparato partido de PAIS que se manifiestaen algunos elementos que resultan cu-riosos. Veamos esos elementos. Primero,la policía se comporta de manera civili-zada a lo largo de toda la marcha, esdecir el Ministerio del Interior muestraque tiene una policía que puede salir yocupar las ciudades o hacer vigilanciadurante el trayecto, nótese que es una

policía desarmada, que está armada bá-sicamente con toletes y gas de pimienta;solamente en el Congreso la escolta dela Asamblea usa caballos en el resto deltrayecto son toletes y gas de pimienta. Ensegundo lugar, hay un sector de PAIS quefacilita el encuentro entre las manifesta-ciones de la CONAIE y decisores políti-cos, concretamente, un decisor políticoque ha demostrado ser clave en algunosmomentos: el Presidente de la Asamblea.Esto hace que la Asamblea que estabamuerta como lugar de referente de re-presentación popular repentinamentevuelva a la vida. Creo que ahí jugómucho la reacción de Cuenca, de Azuayque había sido una provincia digamosnuclear para el electorado de Correa yque en esta ocasión mostró que por lomenos había tomado distancia. No olvi-demos que la fuerza principal de Fer-nando Cordero es Cuenca y creo que ahíse ve obligado a tomar distancia y a en-trar en un escenario diferente con la opo-sición social.

Del lado de la oposición también haycambios interesantes en el transcurso dela marcha. Lo que era una debilidad ini-cial se va convirtiendo en fortaleza y seva ampliando, se van incorporando nue-vos grupos, algunos de ellos medio ines-perados, el ejemplo más claro es el surde Quito, que era además uno de los bas-tiones electorales de Alianza País, repen-tinamente pone un número significativode personas, recibe muy entusiastamenteesta marcha. Cuenca es un momento de-cisivo dentro de la marcha y además aun-que no lo buscan se produce unencuentro con los medios de comunica-ción durante el transcurso de la marcha,es decir la coalición temporal de oposi-

ECUADOR DEBATE / COyuNTurA 11

ción social, incluye a los medios de co-municación y esto les permite a los mar-chistas sumar, yo creo, un conjunto dedescontentos inor gánicos, están ahí sim-plemente porque no están contentos conel gobierno. Veamos el desenlace en laúltima etapa y mantengamos este con-traste entre gobierno e izquierda. En eldesenlace es que el gobierno pone enprueba su fuerza, ahora queda claro quela máquina del presidente no es igual aPAIS y es una máquina que tiene una for-taleza interesante, una vez más asentadapor un lado en programas de agenciasgubernamentales, por ejemplo, progra-mas de las radios comunitarias, todo loque coordina y los acuerdos que tiene laSecretaría de Pueblos con una serie denacionalidades y organizaciones. Estánlos viejos intermediarios de la Costa queefectivamente constituyen una parte muyimportante de la máquina del presidenteen Guayas, en Manabí, en las provinciaselectoralmente más importantes de lacosta. Además se incorporan algo asícomo nuevos actores a la coalición delgobierno, concretamente en la provinciade Imbabura. Aparece una especie dealianza con las organizaciones indígenasdel norte, contrasta la movilización queobtuvo la CONAIE en el norte con la mo-vilización que obtuvo el gobierno en elnorte. Del lado de la CONAIE marcharonlos 200 que le quedan y al lado del go-bierno marcharon 5000 y es muy clarode dónde salen, son los beneficiarios delos programas de Mario Conejo, de An-drango en Cotacachi y las comunidadesconectadas directamente a esa vía.

Otro elemento interesante del desen-lace es la desactivación del Vicepresi-dente, el vicepresidente hasta ese

momento era un potencial rival electoraldel presidente. Ese día fue el primero queen un acto de enorme resonancia el Vi-cepresidente salió no solamente a decirque Correa contaba con su total y abso-luto respaldo sino que en caso de una re-elección él sería el primer campañista afavor del presidente, eso lo deja automá-ticamente fuera del escenario al menosen el plano discursivo.

En cuanto a la izquierda me pareceque hay un encuentro entre las multitu-des de izquierdas que se bajaron del pro-yecto de Alianza País –no de PAIS que alparecer es otra cosa-, un reencuentrocon los indígenas y un efecto claro esque los indígenas muestran que en casode que vaya a existir tal cosa como unaoposición de izquierda al gobierno ellostienen necesariamente que ser incluidosen esa oposición electoral, lo cual losvuelve a revivir como actores políticoselectorales, no solamente como actoressociales.

También me parece claro que losmedios no logran ocupar el papel quequeda vacío de una oposición orgánicade derecha, son aliados coyunturales enla insatisfacción con el presidente y esoes todo. Me parece que algunas agenciasdel Estado forman una especie de co-lumna vertebral de la máquina electoralpropia del presidente, pero hoy por hoyEstado y partido no coinciden total-mente, si es que esto es así, cómo es quese produce el control parcial de elemen-tos claves del Estado, ¿quién controlaesos elementos?

una ausencia notable en todo esteasunto, los militares, no hubo un solomilitar por ningún lado, estaban dedica-dos a sus tareas, cosa bien rara, ¿por qué

12 Diálogo sobre la Coyuntura: Protesta social y reactivación de la oposición política

no estuvieron los militares en el drama?En el 90 fueron apoyo logístico, en el 92lo mismo, en 2000 fueron parte de lacoa lición golpista, en 2001 actuaron re-presivamente, en 2005 fallaron a favoren definitiva por la coalición anti go-bierno, esta vez no estuvieron por nin-gún lado. ¿Por qué no estuvieron losmilitares? es una pregunta interesante.

En la cuestión minera me parece quetambién un desplazamiento interesante:de haber sido el elemento central al ini-cio de la marcha, hacia ser uno de loselementos hacia el final de la marcha. Loanti minero, lo antiextractivista era unareivindicación básicamente de pobla-ciones afectadas o potencialmente afec-tadas a más de la izquierda ecológicaquiteña que estuvieron ahí; sin embargoen el arribo a Quito esta coalición origi-nal fue físicamente marginada, y me pa-rece que en su lugar aparece otromovimiento anti minero que es un mo-vimiento con base regional en ZamoraChinchipe, en partes de Loja y sin lugara dudas en Cuenca. Me parece que esedesplazamiento vale la pena pensarlo,investigarlo y me parece que tambiénhabría que pensar finalmente como hi-pótesis si estas brechas que se hanabierto al interior del gobierno entre má-quina propia del presidente versus otroselementos de PAIS puede o no conver-tirse en debilidad electoral, creo que no.Hay sectores que no son parte de la má-quina del gobierno y que tienen una es-pecie de comportamiento coalicionalsolamente en momentos estratégicos,por ejemplo, la FEINE a veces es aliadaal gobierno, a veces no, fue aliada delgobierno en momentos electorales y nolo fue esta vez.

En definitiva, en el corto plazo esta-mos en un escenario en el cual efectiva-mente se van a producir definiciones,que no pasan necesariamente por unaclara división entre derecha e izquierda,que pasa sí entre una división entre quie-nes siguen formando parte o no de laelite en el poder.

José Sánchez Parga. Pienso que hoylos conflictos sociales actúan como opo-sición política. Hemos constatado cómola conflictividad social clásica de losaños 80 y principios de los 90 y los mo-vimientos sociales, se transforman con elmodelo neoliberal y dentro de las cate-gorías conceptuales de Touraine: los mo-vimientos dejan de ser reivindicativos yse vuelven protestatarios, es decir, dejande ser políticamente representables, de-mocráticamente gobernables y se con-vierten ellos mismos en políticos. Esacorriente que se inicia ya en los 90, creoque de alguna manera se reactiva conuna nueva característica política, aladoptar la forma de oposición política. yes en este sentido que he tratado de veren estos dos últimos años 2009-2011, elcomportamiento del conflicto indígena,que hoy es un conflicto de permanenteoposición política y que en gran medidase explica sobre todo por dos razones:una los indígenas, hoy más que nunca ysobre todo después de esta suerte deConstitución indigenista, están plena-mente integrados al sistema político entodos los aspectos y por consiguiente laúnica manera de existir de manera dife-rente es en oposición política y esto pa-recen tenerlo muy claro los indígenas,las organizaciones y dirigentes del mo-vimiento indígena. Cuando se estudianlas elecciones a ECuArruNArI y a la

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CONAIE, esas elecciones son apasio-nantes, ya que los dirigentes candidatosparecen forzados a hacer alarde de antigobiernismo, y demostrar en sus posi-ciones y declaraciones quién está enmayor oposición al gobierno. Tal ha sidoel caso de líderes indígenas, que se hanconsagrado sobre todo por su anti go-biernismo; como ha sido el caso deLourdes Tibán, quien ha sido entrevis-tada 22 veces en 2 años por los mediosnacionales, y una vez por la cadena nor-teamericana CNN. Es evidente ciertacomplicidad mediática de LourdesTibán, que cuanto más personaliza suoposición al gobierno y sobre todo alPresidente, tanto más es reclamada porlos medios.

Creo que este fenómeno es muy sin-gular porque afecta la composición, elfuturo de lo que está haciendo el movi-miento indígena también, a este nivel esmuy interesante ver lo que ha ocurridocon esa serie de conflictos que se inicianen enero de 2009 con la Ley de minería,porque contra esa ley tiene lugar la pri-mera gran manifestación de hostilidadindígena contra el gobierno de Correa.Después viene la Ley de aguas en sep-tiembre, a continuación, en junio surgenlas movilizaciones contra la Ley petro-lera; después viene el conflicto contraLey de educación intercultural muy bienresuelta en noviembre. A partir del 2010van a ser prensa y medios los motivos delas movilizaciones indígenas, sobre todocon esa suerte de detonante que fue elconflicto en torno a la radio shuar Aru-tan. Curiosamente todos estos conflictosy movilizaciones de los indígenas tienenla misma estructura, el procedimiento deconvocatoria, la negociación con las

otras organizaciones regionales y loca-les; cómo se van captando los medios enla preparación del conflicto y cómo losmedios con su sostenida cobertura com-parten el conflicto indígena y entrancomo grandes aliados; más allá de actuaren cuanto cajas de resonancia poderosaentre la opinión pública; y por último lamisma oposición política que sirve desoporte y de sostén, pero también de vi-trina, a las movilizaciones indígenas. Dehecho, ese centenar de firmas difundidaen las redes sociales de Internet a favorde la movilización de marzo 2012 tienelugar fue justo un mes después de la di-fusión de esa otra lista internacional deun centenar de firmas a favor de El Uni-verso en su juicio con Correa. Hay ade-más un soporte al conflicto y oposiciónindígenas de otras fuerzas políticas y dela oposición parlamentaria, todo lo cualconfigura un fenómeno nuevo en las de-mocracias actuales: las nuevas formas deoposición política.

Creo que en cambio los otros con-flictos sociales de alguna manera reper-cuten o son repercutidos un poco poréstos. Es un fenómeno muy curioso y quees parte de la forma de hacer oposiciónpolítica que ha cambiado en las demo-cracias actuales, aquí y en todo el mundoes distinto y lo sabemos incluso porqueha sido la más representativa que eran siustedes quieren la inglesa, el otro go-bierno de alguna manera una oposiciónque cogobernaba, esto se ha terminadoen Inglaterra, se ha terminado también enEspaña. La oposición era oposición elec-toral. Se tiene gobiernos que se pasan encampaña política y tienen oposicionesque están en campaña política tambiény obviamente muy personalizados y por

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consiguiente también mucho más hosti-lizada la relación de la oposición misma,yo creo que el personalismo de la polí-tica la ha hostigado mucho.

Hernán Ibarra. Tengo la impresión deque han confluido procesos que estabanpresentes en la escena política pero quecada uno de ellos marchaba en direc-ciones diversas. Este proceso en torno alos medios de comunicación me pareceque tenía una dinámica donde efectiva-mente estaba en juego el predominio delEstado en el control de los medios de co-municación que es lo que más se ha dis-cutido en la Ley de medios. y es curiosoque hace pocos años se haya aprobadouna Ley de medios extremadamente res-trictiva en Hungría, un país con un go-bierno de centro derecha. Entonces estoplantea que también independiente-mente del gobierno que sea de centroderecha o de centro izquierda o de iz-quierda, hay una tendencia a crear con-troles y regulaciones sobre los medios,pero en una circunstancia bastantenueva que ha irrumpido con muchafuerza con las redes sociales e internet.Además se ha producido a escala inter-nacional la caída de los tirajes de losmedios impresos. Estamos en un nuevoescenario donde este debate sobre la Leyde medios se ha atascado en este temade la intervención del Estado, pero tam-bién en esta discusión persisten términosideológicos antiguos con una visión li-beral de la libertad de expresión, dondeese derecho liberal surgido original-mente de la revolución francesa definióefectivamente a la capacidad de los in-dividuos de expresarse libremente a tra-vés de una multitud de panfletos yperiódicos y luego en el siglo XIX todo

esto dio lugar al aparecimiento de milesde periódicos y revistas en Europa.Cuando se mira la historia europea elaparecimiento del debate de la libertadde prensa estaba dado por el surgi-miento de una iniciativa impresionantea nivel empresarial y también de la so-ciedad civil.

El debate de la libertad de prensa noestuvo muy presente en el Ecuador. unode los pocos casos que se puede men-cionar es el debate en 1953 relativo a unproyecto de Ley de Prensa que presentócuriosamente ArNE en el Congreso paracontrolar los contenidos de la prensaque consideraba que estaba publicandocrónica roja y estaba también produ-ciendo efectos morales perversos. ArNEtenía un periódico, Combate, opuesto aEl Comercio, además era un periódicode apoyo a Velasco Ibarra. Entonces esaes una de las pocas circunstancias de de-bate sobre una Ley de prensa que hasido registrada. Cuando el gobierno mi-litar de los años setenta estableció porprimera vez una Secretaría de comuni-cación, incluso en esa época, se teníacuidado de que eso podría implicar elenjuiciamiento y la censura, pero comoera una dictablanda se puso poca aten-ción a la creación de esa Secretaría decomunicación, que se mantuvo como unaparato largos años y con una legisla-ción muy específica. También hubo unalegislación anterior sobre la radiodifu-sión en la década del cuarenta, que exi-gía que las radios tengan una cuotaespecífica de música nacional, era unadisposición legal de estricto orden na-cionalista. Estos son los antecedentes re-motos anteriores a este debate de la Leyde medios, pero cuando en el curso de

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este debate emerge esta movilizaciónconducida por la CONAIE produce unresultado bastante inesperado al poneren el tapete el extractivismo como unproblema decisivo del debate público,que lo posiciona, para definir así mismolas actitudes de los actores sociales y po-líticos.

Estoy de acuerdo que efectivamenteesto está sobre todo dimensionado enuna escala local, lo que pasa es que losmedios lo han proyectado a una escalade debate público, no es tanto un mo-delo de desarrollo el que está en juegoen este momento sino como las activi-dades extractivistas o mineras van a tenerque resolverse caso por caso. No va a serposible lanzar una andanada de contra-tos mineros como era el intento del go-bierno sino que van a ser negociacionescaso por caso y con mucho cuidado. Po-siblemente se van a presentar otros temasque han sido muy sensibles en el Perúpuesto que ha sido muy notable el casodel canon minero como recursos para eldesarrollo regional y local que es algoque aquí todavía no se discute. Esepuede ser un punto que cree factores deapoyo a la minería en los niveles localesy regionales, porque el canon mineropodría implicar una ingente cantidad derecursos que va a ser sobre todo muy co-diciada por los gobiernos locales, que vaa ser un nuevo actor muy específico enla conflictividad minera.

Iván Carvajal. yo quisiera retomar loque decía José a propósito de la oposi-ción política de los movimientos socia-les, porque efectivamente esa es la grannovedad del último período. Es la nove-dad del siglo XXI, aunque comenzara unpoco antes. Se trata de una oposición po-

lítica, porque es efectivamente en la po-lítica donde se juega la cuestión queentra en contradicción con la organiza-ción estatal o se mueve en ciertos límitesde la organización estatal. y por esomismo evidencia una debilidad organi-zativa en cuanto se refiere a la forma po-lítica clásica de la lucha por la toma delpoder, más aún, estos son movimientosque desplazan el asunto de la toma delpoder, y ésta es una situación muy im-portante a tomar en cuenta. Es decir,estas luchas ecologistas, estas luchas porformas distintas del desarrollo, las opo-siciones a los efectos de las burbujaseconómicas y las crisis, como que ya nopueden ser organizadas en función deuna lucha en torno de la estructura polí-tica que está vigente en el Estado. Perovan a desatar una conflictividad perma-nente, van a estar ahí presionando, ac-tuando de una manera constante, y a lavez, en este mismo momento, yo diríaque no hay una correspondencia entreesa lucha, que convoca, que incita cier-tas actuaciones regionales, es cierto, y loque pasa por ejemplo en los escenariosconvencionales de lo político. Son mo-vimientos que parecen no tener una co-rrespondencia con el juego político,carecen de una representación política.Surgen entonces nuevos problemas quetienen que ver con la representación po-lítica, o con su acabamiento, es lo quepasa con el M-15 de España y movi-mientos semejantes, lo que incluso pasalas luchas democráticas del norte deÁfrica, con esos movimientos que termi-nan derrumbando dictaduras, aunqueluego aparece otra realidad en la recon-figuración del poder político. Esto es algoque ofrece alguna novedad, aunque creo

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que estamos todavía en los comienzosde un proceso político sustancialmentenuevo. Para mí, esto también se articulacon la cuestión de la opinión pública,con los nuevos medios de comunicaciónsocial, con la lucha democrática. Esdecir, aparecen nuevos aspectos, nuevosfactores, pero hay problemas en la for-mación de pensamiento, en la circula-ción de las ideas; hay serias dificultadesen la configuración de ideas políticas.

En nuestro medio, por ejemplo, lasuniversidades se han paralizado desdehace algún tiempo como centros de pro-ducción de ideas y de reflexión. No es ca-sual que no haya congresos, encuentrosde ciencias sociales. No digo que no hayapor allí académicos e investigadores. Perono hay un debate sostenido y con ideasnuevas y audaces sobre la actualidad. Escomo si una pesada sombra del pasadoanulara la capacidad intelectual e inven-tiva. El espacio público del debate parecedisolverse, y no solamente en el Ecuador.

Por último, quiero referirme a otro as-pecto: las diferencias regionales en elEcuador. ¿Qué eco tuvo la movilizaciónindígena en Guayaquil, si es que tuvoalgún eco?

Pablo Andrade. Fue más importantela movilización en torno a la estatua deFebres Cordero.

Iván Carvajal. Lo cual es una tonteríapor donde se la mire, casi como que esun juego para distraer la atención pú-blica, y esto tiene que ver con algo quetu decías, ¿qué es lo que mueve efecti-vamente el aparato de Correa?, ¿quémueve y dónde mueve? La base electoralde Correa, que para sus propósitos polí-ticos es fundamental, se ha desplazadopor completo, lo que genera otra cues-tión interesante ya en términos electora-

les: ¿será capaz la oposición de iz-quierda de disputar espacios a AlianzaPaís? No digo la presidencia de la repú-blica, sino espacios en la Asamblea, enlos gobiernos locales, por ejemplo, enCuenca hay una movilización fuerte conel prefecto Carrasco, pero eso, ¿cómo seva a expresar electoralmente?

Pablo Andrade. No necesariamenteporque Carrasco tiene máquina propia,pero esa no coincide necesariamentecon alguno de los opositores que estu-vieron en Cuenca en marzo. Por eso yohablaba de una “posible oposición de iz-quierda”, es decir para que los opositoresse transformen en una oposición organi-zada tendrían que romper una serie debarreras de comunicación que les per-mita organizarse y efectivamente dispu-tar espacios.

El fenómeno interesante es que laAsamblea Nacional estaba muerta yahora vuelve a la vida como un posibleespacio codiciado y disputado, la CO-NAIE tiene que estar en esa oposición,tiene que ser incluida porque si no losopositores son demasiado pequeños, yano hablamos ni siquiera de nichos. To-memos como ejemplo los antimineros¿Pueden, por sí solos, generar un movi-miento nacional que vaya a disputar ytenga representación en la Asamblea Na-cional? No. Sí quieren ganar representa-ción en la Asamblea tienen que ir másallá, hacia los indígenas que no coinci-den con los antimineros, no son lomismo, pero están cerca. Los antimine-ros y los indígenas, a su vez, tienen queincluir una serie de opositores más omenos inorgánicos y otros que sí son re-lativamente orgánicos, es decir tienenque ampliarse. Entre esos opositores or-gánicos pueden entrar antiguos miem-

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bros de la coalición de gobierno porejemplo, Carrasco que fue miembro deAlianza País; pueden entrar gente inclusocomo ruptura de los 25 en ciertos temaso algunos personajes, pero para eso to-davía tiene que pasar algún tiempo.

La maquinaria electoral del presi-dente ha mostrado también sus límitesgeográficos, fuertes. La maquinaria fun-ciona de lo que yo veo para Manabí,Santa Elena, una buena parte para la pro-vincia de Santo Domingo de los Tsachi-las, Los ríos y El Oro prácticamente lacosta, excepción hecha de Esmeraldas.

Iván Carvajal. Esa maquinaria que túlocalizaste en esos puntos muy precisos,¿no es una maquinaria que se muevemás bien en relación con la Sierra? Loque habría que preguntarse es por quéesa maquinaria se asocia con cierto pa-sado izquierdista.

Pablo Andrade. La organización pro-pia es distinta a lo que fue Alianza País,los miembros y los modos de articula-ción de esa organización propia tambiénson diferentes, un ejemplo de relativainstitucionalización de la maquinariapropia es Avanza, un nuevo partido po-lítico que tiene su origen en antiguosmiembros de la Izquierda Democráticay en el control del IESS y la capacidadque provee el IEES de captar lealtadespor la vía de los programas de viviendabásicamente y los créditos a bajo interés,eso es un modo. Otro modo es el deMario Conejo que también puso su gra-nito de arena para este asunto, en másde un sentido, primero le dio un gran res-paldo simbólico al presentar al presi-dente rodeado de indígenas en un lugarsagrado de los indígenas, haciendo undiscurso y mostrando que tiene una po-

lítica de favorecer a los indígenas. Luegotienes las nacionalidades que están vin-culadas a la Secretaría de Pueblos, quetienen acuerdos muy claros de toma ydaca; y luego tienes la máquina políticaen su versión de la Costa que tiene otrosliderazgos y otros orígenes, tienes a anti-guos intermediarios que vienen de largadata, algunos de ellos son lo que quedadel velasquismo, lo que queda del rol-dosismo, que fueron a parar inicialmenteen Alianza País y ahora se han trasladadohacia la máquina del presidente.

José Sánchez Parga. Me parece quehay mucho gobierno intermedio, juntasparroquiales, instituciones y espacios po-líticos, que se prestan a vínculos y rela-ciones clientelares. Quería retomar elcarácter extremadamente reactivo y pro-testatario de la conflictividad más actualen todo el mundo, que la hace muy es-pectacular, muy escénica y televisiva,más teatral que efectiva, como sosteníaTouraine. En Galicia hay un partidodesde hace mucho tiempo que se llamael partido de los ciudadanos indignadosy cabreados. Es su nombre oficial, y esmuy representativo de una conflictividadque no es organizable ni políticamenterepresentable, que no tiene propuestas,que se mueve entre el muro de las la-mentaciones y la trinchera, en un imagi-nario “extra-político” o “anti-político”.Se trata de un fenómeno muy curioso, yaque al no poder traducirse en propues-tas políticas y de gobierno, estarían in-curriendo en el implícito reconocimientode que “no hay alternativas”.

Otro punto que quería tocar es eltema de los medios. Pienso que nosotrosestamos muy metidos en la reyerta co-yuntural, no se ha hecho una reflexión

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sobre lo que han sido las transformacio-nes de los medios en las últimas décadasen términos económicos y políticos. Losmedios no son lo mismo que hace 20años, esto ha cambiado; la relación delos medios con la economía y con la po-lítica ha cambiado. y hoy los medios,forzado es reconocerlo, ya no son ins-trumentos de la política, son actores po-líticos, y por consiguiente resultaabsurdo seguir hablando de medios li-bres.

La relación nueva muy interesanteporque son dos problemas que se juntan,que son los nuevos intelectuales, inte-lectuales mediáticos que responden ados fenómenos desde mi punto de vista.A esta nueva necesidad que podríamosllamar el nuevo espíritu del capitalismo osea cómo los medios necesitan una ideo -logía y la más propicia son los intelec-tuales que quieren ser periodistas yperiodistas que quieren ser intelectuales;ahí hay una complicidad, la cual ha sidomuy bien estudiada sobre todo en Fran-cia. y por último aspectos o problemasque se derivan de estos mayores, porejemplo cómo se pasa tan fácilmente delibertad de expresión a libertad deprensa, o libertad de opinión, cuando enrealidad se trata de dos cosas distintas.Es lo cuestionable de una libertad deprensa sin una prensa libre, tanto porquees privada como porque es política. yono veo que el Ecuador sea un espacio deprensas plurales, ya que las condicioneseconómicas y políticas de los medios lesimponen una evidente homogeneidad.Estas cuestiones, que deberían ser discu-tidas, no pueden ser objeto de crítica ydebate, precisamente por falta de espa-cios públicos no ocupados por intereseseconómicos y políticos.

Iván Carvajal. Ni siquiera discutimosla prensa pública. Aquí no tenemosprensa pública.

Hernán Ibarra. Pero se podría decirque tenemos El Telégrafo autodefinidocomo prensa pública.

José Sánchez Parga. No he leídonunca El Telégrafo, a veces veo la televi-sión pública.

Hernán Ibarra. Como se sabe, el Es-tado define a sus medios como unaprensa pública, pero si consideramosque no es una prensa pública ¿qué es?¿cómo se la define?

Pablo Andrade. Como propaganda,como la antigua categoría que funcio-naba muy bien para describir el uso dela opinión pública por los gobiernos eu-ropeos a inicios del siglo XX, y que si-guen funcionando a inicios del siglo XXI.Sin lugar a dudas hay matices, creo queen la televisión pública no todo es pro-paganda; El Telégrafo, El ciudadano quees un medio virtual, el PP y en gran me-dida la radio pública son vehículos depropaganda y yo los incorporo a mi ca-tegoría vaga de “máquina”. La cuestiónque está de por medio es el predominiodel Estado en el control de medios. Dehecho es algo más general, fíjense quede alguna manera lo que no estamos deltodo acostumbrados a pensar -porqueseguimos funcionando en los parámetrosde la cabeza de los 70 u 80 sobre todoen la izquierda- es la cuestión del re-torno del Estado. El retorno del Estadofue por mucho tiempo una bandera,ahora que está de vuelta en América La-tina, nos damos cuenta que no es tansencillo; es un fenómeno problemáticoque nos convoca a pensarlo en términoscríticos. Esto puede sonar liberal pero no

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quiero enfocarlo dentro de una perspec-tiva liberal quiero verlo desde otra pers-pectiva. El retorno del Estado implicauna reconstrucción y de alguna maneraun relanzamiento de proyectos de cons-trucción estatal que inevitablemente ge-neran tensiones, algunas conocidas, yotras nuevas, porque el Estado retorna encondiciones bien diferentes a las queprevalecían en la segunda mitad delsiglo XX.

Entre otras condiciones importantesestá la cuestión de la presencia de orga-nizaciones, movimientos, etcétera quehan hecho que la sociedad sobre la cualeste Estado intenta imponerse o intentaretornar en algunos casos sea completa-mente distinta de la sociedad altamentesimplificada que existía en Ecuador enlos años 40 ó 50 e incluso en los 70. Esdecir, me parece que lo que señalabaIván de una contradicción con la orga-nización estatal, en realidad deberíaverse como un conjunto de contradic-ciones que asume al menos dos tipos di-ferentes de formas. La una sería unacontradicción antagónica y excluyentede lado y lado, de las nuevas formas deorganización social y del Estado. La otraes algo así como una interacción con elEstado de las organizaciones sociales, delos movimientos, que no es ni contradic-toria ni excluyente sino de alguna ma-nera colaboradora aunque con losinstrumentos más raros.

El tema de la minería se presta bienpara mostrar esas complejidades. En laminería se disputan las formas en queesos recursos naturales van a gobernarse,y cómo van a administrarse las regalíasde su explotación. Esta disputa no es po-sible sin que primero las dos partes (y las

compañías mineras transnacionales)acepten que el Estado es propietario delos recursos del subsuelo, cierto, las co-munidades indígenas dicen eso es unaficción jurídica que vale la pena discutir.Esta duda pone en juego otro tema de go-bierno: aún si aceptamos que el Estadoes propietario, ¿puede hacer con estos re-cursos lo que quiera si o no? La posicióndel Estado es sí, la posición de las orga-nizaciones sociales y las comunidadesindígenas es no. Cuando el movimientoantiminero y los indígenas definen su po-sición, provocan un proceso legislativoque supone que el Estado tiene que acep-tar la participación de esas comunidadesy movimiento en la definición de las nue-vas reglas para el gobierno de los recur-sos naturales, por ejemplo la consultaprevia, la aplicación de ciertas disposi-ciones de la Ley de minería, la publica-ción de los contratos, etcétera. Elconjunto de las interacciones lleva a des-arrollar nuevos modos de gobernanza delos recursos naturales. A lo mejor lo quehe dicho les puede resultar excesiva-mente optimista, pero creo que aquí hayuna relación nueva que nos cuesta de al-guna manera pensar porque sale de laforma típica exclusión y antagonismo.

José Sánchez Parga. Creo que aquíhay otra cosa: si nosotros consideramosque el sistema político es un régimen,una sociedad civil, una sociedad políticade Estado y el gobierno a lo que estamosasistiendo es una suerte de extrema fu-sión entre gobierno, Estado y sociedadpolítica, ahí está el problema. No creoque pueda haber mucho más Estado yque estamos en presencia de esto, es unaespecie de fusión o de rearticulación go-bierno-Estado; no se respeta esa cierta

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autonomía que tiene el Estado comoaparato, como institución, y esa fusiona-lidad que tiene el gobierno con el Estadoactual y la clase política. Otro problematambién en nuestra sociedad es ¿qué so-ciedad civil tenemos nosotros?, porquesomos una sociedad civil tan poco civily extremamente politizada, ¿por qué?,porque no hay espacio de representaciónpolítica de las demandas y porque estasociedad civil tan frágil como invadidapor la sociedad de mercado. Hoy nues-tra sociedad más que civil es una socie-dad de mercado, no hay que ver unretorno del Estado, hay que ver el usoque está haciendo el Estado de un deter-minado modelo de gobierno. Este re-torno del Estado es fantasmal, creo quelo que hay es un nuevo uso de los mo-delos de gobierno del aparato y de la ins-titución estatal, que permea todo elsistema político; el Estado es esas doscosas, eso es lo que hay que analizar.

Hernán Ibarra. El retorno del Estadono es simplemente una ficción. Es algoque ha ocurrido bajo condiciones muyprecisas, tenemos una altísima inversiónpública como nunca antes existió en lahistoria del Ecuador, una inversión pú-blica que alimenta redes y circuitos conintereses privados también, pero sobretodo bajo la rectoría de una elite tecno-crática que se está constituyendo nueva-mente en este regreso del Estado. No nosolvidemos también la cantidad nueva deministerios que se han creado, la nuevacantidad de instituciones y empresas pú-blicas, las políticas públicas que puedenser descoordinadas entre sí, pero sin em-bargo existe por una lógica de planifica-ción que es impresionante. Se estácreando un aparato de Estado nuevo que

también tiene problemas muy serios defuncionalidad, por ejemplo, carece dereales políticas agrarias, aunque un apa-rato como SENPLADES tiene una canti-dad impresionante de propuestas y dedocumentos que habría que leerlos conatención, porque no todo eso son fic-ciones.

Pablo Andrade. Creo que hay una fu-sión y un intento de dirigir y de refun-cionalizar al Estado; también hay unnuevo aparato estatal basado en unaserie de nuevas dimensiones y de otrasdimensiones viejas que sin embargo fue-ron prácticamente borradas en la décadade los 90. un ejemplo de novedad, el Es-tado se ha extendido en su capacidad derecaudar impuestos y de seguir minucio-samente los negocios que hacemostodos los ecuatorianos desde comprar unpar de zapatos hasta hacer una consul-toría. Eso es una nueva dimensión com-pletamente diferente de cómo ha sido elEstado ecuatoriano en términos históri-cos. una de las grandes debilidades dela estatalidad en el Ecuador ha sido suincapacidad para cobrar impuestos yahora por primera vez tenemos un Es-tado que puede cobrar impuestos. Escierto que esto no empieza con este go-bierno pero sin lugar a dudas las dimen-siones que alcanza en este gobierno sonmuy superiores.

La territorialidad del Estado se haasentado y la última marcha acaba demostrar precisamente eso. Hace 10 ó 20años llegar o salir de El Pangui era unaodisea. Ahora los que protestan contra laminería en el sector han marchado porcarreteras bastante cómodas, que son ensí una prueba física de la dimensión te-rritorial del Estado.

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Hay un nuevo Estado en una serie dedimensiones: territorial, administrativa,de cobro de impuestos y de gobernanzade recursos naturales, esto es lo intere-sante y por esto digo que hay temas quetenemos que repensar.

Iván Carvajal. Coincido en que hayuna expansión y reorganización del Es-tado, una ampliación del aparato buro-crático, una mayor articulación territorialnacional, todo eso es cierto. Coincidocon José, porque hay un aspecto funda-mental, que es esta fusión gobierno-Es-tado y algo que es importantísimo,porque es cierto también que hay unpartido de gobierno que subsume alconjunto de las posibilidades de repre-sentación y actuación. La tendenciahacia donde apunta es una especie dePrI como además se está dando en va-rias partes del mundo. una articulaciónde Estado, gobierno y partido único.

Pablo Andrade. La hipótesis del PrI,la constitución de un partido dominantecon características muy semejantes,muy fuertes, es una tendencia en Amé-rica Latina.

Iván Carvajal. Es una tendencia queaparece en varias partes del mundo, enrusia por ejemplo, con distintas caracte-rísticas por las diferencias históricas, perocon muchos elementos semejantes. Loque sí resulta extremadamente curioso esque esto se dé justamente en un mo-mento en que hay también pulsiones dela realidad por ir hacia formas regionales(pensemos en uNASur), y a la vez, porla vigencia de conflictos internos vincu-lados con esa cuestión irresoluble para elEstado ecuatoriano y para la sociedadecuatoriana que es la presencia indígena,que no se está resolviendo.

José Sánchez Parga. En una investi-gación reciente nos preguntábamos quesignificaba ser indígena para un indígenay los resultados fueron bastante inespe-rados. Si hoy los indígenas dicen queantes nos llamaban indios, después losantropólogos a inicios de los 60 comen-zaron a llamarnos indígenas; hoy quie-ren llamarse por sus propios nombres.Dicen yo soy de Cotopaxi como usted esdel Carchi. Esto no significa que se sien-tan y se consideren lo mismo que losotros ciudadanos, pues tienen su propiahistoria y mantienen sus diferencias,pero que no tienen por qué definirsecomo étnicas. Por eso tienen un discursodiferente como cualquier otro ciudadanopor esto de la discriminación positiva aveces con grandes ventajas más queotros, pero al mismo tiempo otro tipo dediferencia que tiene grandes dificultadesa expresarse socio políticamente.

Iván Carvajal. Otra cuestión acu-ciante es saber si tiene sentido plantearseun Estado plurinacional. ¿Es una frase re-tórica, una mera declaración, o existealgo que está ahí en la realidad comouna fractura, y que encuentra una expre-sión declamatoria en la Constitución?

Pablo Andrade. Si le llamas realidada la realidad jurídica, efectivamenteexiste tal cosa como los pueblos indíge-nas, jurídicamente hablando. Si llamasrealidad al orden de lo fáctico tenemosotras complejidades, porque lo fácticoremite a una serie de elementos que porun lado apuntan a la integración con-creta de organizaciones e individuos aun cierto orden político y una sociedad,y por otro lado apuntan a la dificultad deexpresión política de los sujetos jurídi-cos ficticios “pueblos indígenas”, y en

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ese caso al parecer el reconocimientodel sujeto jurídico no es suficiente.

yo creo que el problema práctico esla expansión de otra dimensión estatalque hemos creado básicamente en la fic-ción pero que algún rato tiene que llegara la realidad que es la ficción de lo plu-rinacional e intercultural. El problema demeter muchas cosas en una Constituciónes que finalmente uno termina creandoun país que no existe ni ha existido yprobablemente no va a existir nunca, sivamos a ese nivel hay posibilidades deque ciertos sujetos jurídicos puedandesa rrollar esas dimensiones en el in-tento de convertirlas en una realidad,pero al avanzar en esos intentos entranen conflicto con otras posibilidades deconstrucción de estado. Este es un go-bierno de una nueva elite que, al igualque todas las elites ecuatorianas que hangobernado desde 1830 hasta hoy día, esmodernista, capitalista y liberal. No haynovedad por ese lado, otra cosa es que laizquierda se haya tragado un conjuntode espejismos. Este fenómeno de ilusiónes, sin embargo, comprensible. Marxdecía alguna vez que si en ciertas con-diciones alguien no veía un espejismo esque tenía problemas con la vista.

Hernán Ibarra. Cuando vemos laConstitución y la definición del Estadoplurinacional que está allí, nos encon-tramos con un problema que tiene deri-vaciones muy precisas hacia temas quetienen que llevarse a la práctica congrandes conflictos como las circunscrip-ciones territoriales. Está un tema no re-suelto que es el de la definición deregiones, la definición de la división po-

lítico administrativa, el tema de la justi-cia indígena, es decir hay una serie deelementos que están ahí en ese debateque me parece no son temas estricta-mente de ficción sino que son demandasde los movimientos indígenas y que vana estar ahí como exigencias. Cualquierorganización indígena va a enarbolarestos elementos que están en la Consti-tución y va a plantear que justamentepor eso es necesario hacer una defini-ción más precisa en la legislación deaguas y también van a surgir definicio-nes en la Ley de minería donde hay queintegrar los principios de la plurinacio-nalidad, entonces es un elemento que sibien ha podido sonar como un recursodiscursivo en la Constitución, sin em-bargo es un elemento que tiene profun-das implicaciones políticas para losactores estatales y no estatales.

Pablo Andrade. El lugar de encuen-tro de esa disputa es una vez más el lugarde encuentro de las ficciones jurídicas.La ley de tierras, los desarrollos de la Leyde minería, la posibilidad de entender lasautonomías de una forma diferente a laque administrativamente ha designado elgobierno -que son los gobiernos autóno-mos descentralizados-. La no coinciden-cia de esas ficciones jurídicas es lo quelleva a un debate interesantísimo y a unaposibilidad de interacción muy nuevaentre formas de conducción de la polí-tica en clave decisionista y formas deconducción de la política en clave de-mocrática y yo creo que en esta tensiónganamos la posibilidad de una nuevainstitucionalidad.

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