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  ACTUACIONES URBANAS EN CAUCES Y RIBERAS: EL CASO DEL EBRO EN ZARAGOZA Ramón Mª GUTIÉRREZ SERRET 1. INTRODUCCIÓN 1.1. OBJETO La presente comunicación pretende dar una panorámica de la situación actual de las actuaciones fluviales de carácter urbano, exponiendo, en pri- mer lugar, las consideraciones generales que son comunes a todas ellas. Posteriormente, se presenta el marco legal en el que las mismas han de desarrollarse, se pasa revista a los diferentes tipos de actuaciones que pue- den acometerse (obras de defensa, rehabilitaciones de cauces, obras para usos recreativos, etc.) y se exponen algunos ejemplos de realizaciones espa- ñolas. Por último se analiza el caso del Ebro a su paso por Zaragoza, comen- tando las actuaciones que en este tramo urbano se quieren llevar a cabo para la plena integración río-ciudad, restaurando sus márgenes y creando una lámina de agua que, en épocas de estiaje, permita el desarrollo de acti-  vidades deportivas y recreativas. En relación con este último aspecto de la comunicación —el Ebro a su paso por Zaragoza—, debe destacarse lo singular de esta situación en el contexto urbanístico español, habida cuenta de que no existe en el resto de España ninguna ciudad de la importancia de Zaragoza que esté atra-  vesada por un río de la mag nitud q ue tien e el Ebro. Por ello los eje mplos nacionales de actuaciones urbanas sobre ríos son poco representativos para el caso de Zaragoza, pues el comportamiento del Ebro está mas pró- ximo a los ríos centroeuropeos que a los peninsulares, aunque lo variado de su régimen le confiere características específicas. 159

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  • ACTUACIONES URBANAS EN CAUCES Y RIBERAS: EL CASO DEL EBRO EN ZARAGOZA

    Ramn M GUTIRREZ SERRET

    1. INTRODUCCIN

    1.1. OBJETO

    La presente comunicacin pretende dar una panormica de la situacinactual de las actuaciones fluviales de carcter urbano, exponiendo, en pri-mer lugar, las consideraciones generales que son comunes a todas ellas.Posteriormente, se presenta el marco legal en el que las mismas han dedesarrollarse, se pasa revista a los diferentes tipos de actuaciones que pue-den acometerse (obras de defensa, rehabilitaciones de cauces, obras parausos recreativos, etc.) y se exponen algunos ejemplos de realizaciones espa-olas. Por ltimo se analiza el caso del Ebro a su paso por Zaragoza, comen-tando las actuaciones que en este tramo urbano se quieren llevar a cabopara la plena integracin ro-ciudad, restaurando sus mrgenes y creandouna lmina de agua que, en pocas de estiaje, permita el desarrollo de acti-vidades deportivas y recreativas.

    En relacin con este ltimo aspecto de la comunicacin el Ebro a supaso por Zaragoza, debe destacarse lo singular de esta situacin en elcontexto urbanstico espaol, habida cuenta de que no existe en el restode Espaa ninguna ciudad de la importancia de Zaragoza que est atra-vesada por un ro de la magnitud que tiene el Ebro. Por ello los ejemplosnacionales de actuaciones urbanas sobre ros son poco representativospara el caso de Zaragoza, pues el comportamiento del Ebro est mas pr-ximo a los ros centroeuropeos que a los peninsulares, aunque lo variadode su rgimen le confiere caractersticas especficas.

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  • 1.2. ACTUACIONES FLUVIALES URBANAS. TIPOLOGAS

    De forma simplificada y principalmente a efectos expositivos, las actua-ciones fluviales en general y las de carcter urbano en particular, puedenenglobarse en las cuatro grandes categoras siguientes:

    Obras de defensa contra inundaciones.

    Obras para la correccin y estabilizacin del cauce.

    Obras de restauracin y rehabilitacin.

    Obras de carcter recreativo y deportivo.

    No obstante, debe destacarse que las separaciones establecidas con laclasificacin expuesta son ficticias, pues en la actualidad y mucho ms en elfuturo, las obras mencionadas no se acometen de forma aislada, ya que enla mayora de los casos estas actuaciones suelen tener objetivos mltiples;por ejemplo, recuperar unas mrgenes degradadas aprovechando la reali-zacin de una obra de defensa y a la vez acondicionar un tramo del ro parausos deportivos.

    1.3. CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE OBRAS FLUVIALES

    Un aspecto previo que deben presidir las actuaciones fluviales es la con-sideracin del ro como un ecosistema de gran riqueza y complejidad en elque las obras fluviales inciden introduciendo modificaciones, que segn sumagnitud pueden llegar a ser muy importantes.

    Estas circunstancias hacen ineludible que las actuaciones fluviales ten-gan que plantearse analizando el ro en todos sus aspectos: ecolgico,hidrulico, morfolgico, sedimentolgico, urbanstico, deportivo, etc., deforma que las soluciones que se adopten compatibilicen, en la mayor medi-da posible, todos estos aspectos.

    En cualquier caso es fundamental intentar conocer el funcionamientoglobal del ro y buscar las alternativas menos impactantes y ms acordes consu configuracin natural, pues en unos casos la dinmica fluvial puede inva-lidar, cuando menos, las obras construidas y en otros pueden ser las obraslas que invaliden el funcionamiento del ecosistema fluvial, con difcil y cos-tosa recuperacin.

    Adems, no debe olvidarse que los conocimientos sobre los ros distanmucho de ser completos. En este sentido, la hidrulica fluvial ha de recu-rrir muchas veces al empleo de modelos fsicos para la solucin de diversosproblemas ante la imposibilidad de abordarlos con modelos matemticos.Estos desconocimientos an son ms acusados, por su juventud, en la eco-loga fluvial cuyo desarrollo no ha empezado a tomar importancia hasta losaos 70.

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  • Todas estas consideraciones hacen imprescindible en la actualidad la par-ticipacin de equipos pluridisciplinares en la redaccin de los proyectos flu-viales, en la ejecucin de las obras y en el seguimiento de su evolucin. Eneste sentido, la simple consideracin de los patrocinadores del presente ciclode conferencias convierte a las mismas en un ejemplo sintomtico, que, contoda seguridad, redundar, no slo, en beneficio del Ebro y Zaragoza, sinotambin en otras actuaciones, pues no son muchas las ocasiones en las quelas personas ligadas a estos temas de los ros tenemos la posibilidad deexponer y discutir opiniones.

    1.4. PARTICULARIDADES DE LOS TRAMOS URBANOS

    Algunos aspectos de singular importancia en los tramos urbanos de losros son: el desarrollo urbanstico, la cantidad y la calidad del agua y el man-tenimiento del tramo sobre el que se ha actuado. A su anlisis se dedicanlas siguientes consideraciones:

    1.4.1. Desarrollo urbanstico

    En relacin con la planificacin urbana es patente que en gran nmerode ciudades sta se ha hecho de espaldas al ro y adems en muchos casosocupando parte del cauce de avenidas, especialmente cuando stas no sonmuy frecuentes y utilizando su cauce como elemento colector de las aguasresiduales de la ciudad.

    En la actualidad a nivel internacional y Espaa no es una excepcin,existe un importante movimiento para la recuperacin del papel que losros deben tener en la ciudades. Esto en los casos de ros con caudalesimportantes, como es el caso del Ebro, se presenta con mayores posibilida-des de xito que en los de caudales exiguos o que incluso estn secos granparte del ao, en los que de alguna manera se le acaba perdiendo el res-peto al ro (RIERA, 1990).

    En cualquier caso el ro dentro de la trama urbana no puede ser un ele-mento a esconder, muy al contrario debe formar parte importante de la ciu-dad en la que ha de imbricarse. Para ello, dependiendo de la naturaleza delro que se trate, ser necesario acometer algunas de las actuaciones citadasen el apartado 1.3.

    En el caso espaol, en gran parte de las ciudades con riesgos de inun-daciones se han realizado ya importantes obras de defensa, por lo que estasactuaciones cada vez sern menos frecuentes en zonas urbanas y muchoms en las rurales donde, en general, tienen una difcil justificacin. Encambio, existe una demanda creciente de actuaciones de rehabilitacin y

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  • para actividades recreativas y deportivas. Una vez ms puede ponerse comoejemplo de esta demanda al Ebro a su paso por Zaragoza.

    1.4.2. Cantidad: caudales circulantes

    Ya se ha indicado que el problema de las inundaciones (exceso de recur-so) ha sido resuelto con garantas aceptables en muchas de las ciudadesespaolas afectadas por tales catstrofes, lo que no quiere decir, obviamen-te, que el problema est resuelto en su totalidad.

    Tambin se ha hecho referencia a la situacin contraria de escasez delrecurso, la cual es muy frecuente en muchos de nuestros ros. Unas veces estoocurre de forma estacional y otras con carcter casi permanente. En el pri-mer caso de nuevo se cita al Ebro; en el segundo cualquiera de los ros de lavertiente mediterrnea (Turia, Jcar y Segura, Guadalmedina, Guadalhorce,etc.) son ejemplos carismticos, que adems en determinados momentos y deforma muy rpida pasan de la sequa a la inundacin. Es evidente que lasactuaciones en unos y otros casos requieren planteamientos diferentes.Pueden indicarse como ejemplo de estas actuaciones las obras en el Nervinen Bilbao o el encauzamiento del Genil en Granada.

    1.4.3. Calidad del agua

    Es ste un factor decisivo para el xito en las actuaciones de rehabilita-cin de un tramo urbano de ro o de su acondicionamiento para usosdeportivos o recreativos. Por ello antes o a la vez que se plantee alguna deestas actuaciones es fundamental considerar el tema de la calidad del agua,debiendo comenzarse por resolver este arduo problema para posterior-mente abordar las otras actuaciones.

    1.4.4. Mantenimiento y conservacin

    Un tramo de ro sobre el que se ha actuado no debe abandonarse a susuerte y mucho menos si se trata de un tramo urbano, es fundamental dis-poner un mantenimiento constante del mismo mediante el cual se vigiletodo el ecosistema fluvial que en gran manera se ha urbanizado.

    Este mantenimiento ha de extenderse a la calidad del agua, a sus nive-les (caso que stos se regulen artificialmente), a la fauna y a la flora, ascomo a los parques fluviales que se hayan establecido en sus mrgenes,comprobando que todo ello evoluciona segn lo previsto en el Plan deGestin Ambiental que debe figurar en el proyecto de la actuacin, a pocoimportante que sta sea; de forma que se pueda actuar con medidas correc-toras si los indicadores ambientales as lo denotan. Un ejemplo de mante-

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  • nimiento y conservacin singular, que se comenta en el apartado 5, es elcaso del ro Manzanares a su paso por Madrid.

    Por ltimo, y a modo de sntesis de las consideraciones expuestas podradecirse que un tramo urbano de ro debera ser un tramo rural mejorado.En cierto modo, como indica G Jaln (1995), entre tramo urbano y tramorural podra establecerse un paralelismo similar al que hay entre bosque yparque urbano.

    2. MARCO LEGAL

    Como primer antecedente legislativo en materia de actuaciones fluviales,aunque enfocado a la defensa contra las inundaciones, hay que remontarsea la anterior Ley de Aguas, vigente desde 1879 hasta 1986, en cuyo artculo58 encomienda al antiguo Ministerio de Obras Pblicas el estudio de losmedios y la ejecucin de las actuaciones para evitar los daos que las inun-daciones producen.

    Con este mandato los servicios del Ministerio se han encargado, durantems de 100 aos, de la lucha contra las inundaciones, mediante la construc-cin de presas, encauzamientos, cortas, desvos, limpiezas de cauces, etc.; y encolaboracin con otros organismos de la Administracin han realizadonumerosos trabajos de correccin hidrolgico-forestal. Incluso, en algunazona, se dispuso de un sistema de alerta contra avenidas, que aunque conmedios escasos permiti reducir sustancialmente los daos y fue el antecesordel actual Sistema de Alerta e Informacin Hidrolgica (apdo. 3.2.).

    Posteriormente la promulgacin, en enero de 1986, de la vigente Ley deAguas (L.A.) ha determinado un tratamiento integrado de las actuacionesfluviales en las diferentes cuencas.

    En el caso de las de defensa contra inundaciones, en su artculo 40,encuadra estas actuaciones dentro del contexto de los futuros PlanesHidrolgicos de Cuenca, fijando su contenido mnimo en lo que se refierea criterios sobre estudios, actuaciones y obras para prevenir y evitar losdaos debidos a las inundaciones.

    En relacin con las actuaciones de proteccin y recuperacin del medioambiente hidrulico, el artculo 13 3 establece como uno de los principiosgenerales a seguir por la Administracin Pblica del Agua ... la conservaciny proteccin del medio ambiente y la restauracin de la naturaleza ..., y enel 40 g) se refiere a que los Planes Hidrolgicos de Cuenca deben ... incluirlas medidas para la conservacin y recuperacin del recurso y entorno afec-tados ....

    Esta nueva Ley de Aguas y con mayor detalle sus dos Reglamentos, deli-mitan las zonas de cauce pblico, servidumbre, polica e inundables, los

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  • usos de cada una de ellas y las autorizaciones necesarias para actuar en lasmismas, segn se indica en la figura 1 y en los trminos que seguidamentese exponen:

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    Figura 1. Zonificacin del Dominio Pblico Hidrulico.

    La Ley de Aguas (Captulo II, Ttulo 1, Artculos 4 a 8 y 11) trata delos cauces, riberas y mrgenes, indicando:

    Artculo 4. lveo o cauce natural de una corriente continua o disconti-nua es el terreno cubierto por las aguas en las mximas avenidas ordinarias.

    Artculo 6. Se entiende por riberas las fajas laterales de los cauces pbli-cos situadas por encima del nivel de aguas bajas, y por mrgenes los terre-nos que lindan con los cauces.

    Las mrgenes estn sujetas, en toda su extensin longitudinal:

    a) A una zona de servidumbre de 5 m de anchura, para uso pblico, quese regular reglamentariamente.

    b) A una zona de polica de 100 m de anchura en la que se condiciona-r el uso del suelo y las actividades que se desarrollen.

    En las zonas prximas a la desembocadura en el mar, en el entornoinmediato de los embalses o cuando las condiciones topogrficas o hidro-grficas de los cauces y mrgenes lo hagan necesario para la seguridad depersonas y bienes, podr modificarse la anchura de ambas zonas en la for-ma que reglamentariamente se determine.

  • Artculo 11.2. El Gobierno, por Decreto, podr establecer las limitacionesde uso de las zonas inundables que estime necesarias para garantizar la segu-ridad de las personas y bienes. El Consejo de Gobierno de las ComunidadesAutnomas podr establecer, adems, normas complementarias de dicharegulacin.

    El primero de los Reglamentos mencionados, el del Dominio PblicoHidrulico, completa los artculos anteriores, detallando los conceptos demxima crecida ordinaria y zona inundable:

    Artculo 4.2. Se considera como caudal de mxima crecida ordinaria lamedia de los mximos caudales, en su rgimen natural, producidos duran-te diez aos consecutivos, que sean representativos del comportamientohidrulico de la corriente.

    Artculo 14.3. Se consideran zonas inundables las delimitadas por losniveles tericos que alcanzaran las aguas en las avenidas cuyo perodo esta-dstico de retorno sea de 500 aos, a menos que el Ministerio de ObrasPblicas y Urbanismo, a propuesta del Organismo de Cuenca, fije, en expe-diente concreto, la delimitacin que en cada caso resulte ms adecuada alcomportamiento de la corriente.

    Adems, el artculo 7 establece los usos de los terrenos de servidumbres;el artculo 9 indica la actividad y uso del suelo que requieren autorizacindel rgano de Cuenca para su desarrollo; el artculo 10 permite la realiza-cin en las mrgenes de trabajos urgentes para protecciones provisionales;el artculo 16 se refiere a que las obras que se ejecuten no podrn originardaos ni aguas arriba ni abajo; el artculo 78 indica la necesidad de autori-zacin del Organismo de Cuenca para cualquier obra a realizar en la zonade polica y, por ltimo, el artculo 126 describe la tramitacin de las auto-rizaciones de obras de defensa en terrenos de Dominio Pblico1.

    El otro Reglamento, el de la Administracin Pblica del Agua y de laPlanificacin Hidrolgica, no tiene un articulado especfico relativo a obrasde defensa, ni a obras fluviales en general, nicamente en su artculo 87indica que el futuro Plan Hidrolgico incluir un programa de estudiospara la delimitacin de zonas inundables y remite a los tambin futurosPlanes Hidrolgicos de Cuenca la fijacin de los criterios para los estudios,actuaciones y obras relacionados con las avenidas.

    El Plan Hidrolgico Nacional actualmente est en fase de elaboracin, sinembargo desde abril de 1993 existe un Proyecto de Ley, no aprobado en laanterior legislatura. Dicho documento trata las actuaciones fluviales en el cap-tulo V, dedicando el apartado 4 a la defensa contra avenidas e inundacionesy el 5 a la proteccin y recuperacin del medio ambiente hidrulico.

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    1 Entre los conceptos legales de ribera y margen definidos por la Ley de Aguas, y la zonade vegetacin riparia, segn los casos, puede existir una cierta desconexin.

  • Para la primera actuacin la defensa contra las inundaciones seplantea el ao 2012 como horizonte para la resolucin de los principalesproblemas, para los cuales, con carcter general, se estudian las diversassoluciones posibles, justificndolas tcnica, econmica, social y ambiental-mente; se valoran y se priorizan, estableciendo un programa de inversiones.

    En la segunda la proteccin y recuperacin del medio ambientehidrulico se analizan, entre otros, aspectos relativos a los caudales eco-lgicos, a la restauracin de mrgenes y riberas y al fomento del uso socialdel Dominio Pblico Hidrulico.

    En febrero de 1995, se aprob la Directriz Bsica de Planificacin deProteccin Civil ante el Riesgo de Inundaciones, en la que se analizan losriesgos, la zonificacin territorial, los sistemas de previsin, las medidaspara la proteccin de personas y bienes, y se indican los contenidos quedeben tener los Planes de Proteccin Civil frente a inundaciones naturaleso derivadas de roturas o mal funcionamiento de presas, en el mbitoNacional, Autonmico y Municipal.

    En lo que respecta a los aspectos ambientales de las actuaciones fluvia-les en general es obligado citar el Decreto del ao 1986 de Evaluacin deImpacto Ambiental y su Reglamento. En ninguno de ellos figuran estasobras, a excepcin de las presas, como objeto obligatorio de estudio deimpacto ambiental, aunque probablemente en un futuro esta exigencia loser con carcter nacional. No obstante, la legislacin complementaria delas Comunidades Autnomas, en algn caso, pide tales estudios.

    No es este el caso de Aragn, donde la regulacin autonmica en mate-ria ambiental, que figura recogida por el Decreto 45/1994, de 4 de marzo,de la Diputacin General de Aragn, de evaluacin de impacto ambiental,no slo no ampla las exigencias de la legislacin nacional, sino que tex-tualmente indica ...no resultando admisible la extensin de la evaluacina supuestos distintos de los contenidos en el Real Decreto Legislativo, nor-ma en la que no existen habilitaciones al poder reglamentario para llevar acabo dicha extensin.

    Por ltimo, en lo relativo a las transferencias y coordinacin de actua-ciones en los tramos urbanos de los ros entre las diferentes Administracio-nes Estatal, Autonmica y Municipal que pueden estar implicadas,debe hacerse, de forma general, referencia a los correspondientes estatutosde autonoma y a su desarrollo posterior.

    En el caso de Aragn, y especficamente en lo que se refiere a actuacio-nes fluviales, ha de hacerse mencin al Real Decreto 1598/1984, de 1 deagosto, sobre traspaso de funciones y servicios de la Administracin delEstado a la Comunidad Autnoma de Aragn en materia de abastecimien-tos, encauzamientos y defensa de mrgenes de ros. En este R.D. [anexo I,apdo B) b)] figuran como funciones del Estado que asume la ComunidadAutnoma en materia de ros las de Programar, aprobar y tramitar, hasta

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  • el abono de las certificaciones, las inversiones de su inters en materia deencauzamientos y defensas de mrgenes en reas urbanas.

    3. MEDIDAS DE DEFENSA CONTRA INUNDACIONES

    3.1. CONSIDERACIONES GENERALES

    Las actuaciones de defensa contra inundaciones pueden clasificarse en dosgrandes categoras: medidas preventivas y actuaciones de emergencia.

    En la primera categora se engloban las medidas estructurales (presas,encauzamientos, trasvases, etc.) y las no estructurales o actividades de ges-tin (conservacin de suelos, reforestacin, zonificacin territorial, siste-mas de alarma y previsin, etc.), actuaciones ambas que, evidentemente,son complementarias.

    Las medidas de emergencia (evacuaciones, salvamentos, medios deemergencia, problemas sanitarios, etc.) caen dentro del mbito de los ser-vicios de Proteccin Civil y estn reguladas de forma especfica por lacitada Directriz Bsica... de Inundaciones.

    3.2. MEDIDAS DE DEFENSA NO ESTRUCTURALES

    La utilizacin de medidas no estructurales, consistentes en gestionar elmedio susceptible de inundarse mediante actuaciones ajenas a la construc-cin de obras fluviales, se va implantando cada vez ms en todo el mundo.Entre estas medidas pueden citarse las siguientes:

    Conservacin de suelos y reforestacin.

    Zonificacin territorial y regulaciones legales.

    Implantacin de un sistema de seguros.

    Instalacin de sistemas de alarma y previsin.

    Gestin integrada del sistema hidrulico.

    Vigilancia y control fluvial.

    De todas ellas, por el gran esfuerzo realizado para su implantacin anivel nacional, cabe destacar la instalacin del Sistema Automtico deInformacin Hidrolgica (SAIH), de forma que hoy de las 10 cuencaspeninsulares 5 lo tienen ya en funcionamiento (Jcar, Segura, Sur, Ebro yPirineo Oriental), en 2 (Tajo y Guadalquivir) est en fase de construcciny en las 3 restantes (Guadiana, Norte y Duero) se encuentra en proyecto ocon alguna parte construida.

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  • El SAIH consiste en esencia, en la instalacin de una red de sensorespluviomtricos y estaciones de aforos distribuidos por toda la cuenca hidro-grfica, que captan y transmiten va radio fundamentalmente y entiempo real los datos necesarios al Centro de Proceso, de forma que una veztratados informticamente se puedan tomar rpidamente las decisionesoportunas. Esta red ya ha funcionado satisfactoriamente en muchas cuen-cas (Sur, Segura, Jcar, Ebro y otras).

    3.3. MEDIDAS DE DEFENSA ESTRUCTURALES

    Tipologas. Como obras especficas de defensa contra las inundacionespueden citarse las siguientes: presas de laminacin, encauzamientos, caucesde derivacin de avenidas, cortas y diques longitudinales en el llano deinundacin. De todas ellas, las presas, cuya importancia es mxima en losplanes de defensa, prcticamente son inexistentes en los tramos urbanos.

    Junto a ellas se encuentran las obras para la fijacin y la correccin dela pendiente y las de proteccin de mrgenes, las cuales se tratan en el ep-grafe siguiente y cuya aplicacin es en los tramos o zonas locales afectadaspor procesos de erosin, de manera que ambas actuaciones constituyen elconjunto de medidas estructurales de que se dispone para actuar sobre losros, en la lucha contra las inundaciones, en la proteccin de zonas localeso en la rehabilitacin de tramos degradados.

    Caudal de diseo. Antes de hacer algunas consideraciones sobre lasobras mencionadas, es de inters referirse a los criterios actualmente habi-tuales, en Espaa y en el mundo, en relacin con la garanta o avenida dedefensa, entendiendo por tal aqulla frente a la que queda protegida lazona sobre la que se acta.

    Desde un punto de vista econmico el dimensionamiento de una obrade defensa sera la consecuencia de una evaluacin econmica de las diver-sas alternativas posibles, considerando los costes de implantacin y explo-tacin y los beneficios originados por la misma (daos evitados), y todo ellopara avenidas con diferentes perodos de retorno, a fin de determinar elptimo.

    No obstante, con anlisis de este tipo la justificacin de muchas de estasobras construidas no tendran, en este momento, una clara justificacin,debiendo apoyar su construccin en razones sociopolticas y en otras dedifcil cuantificacin (daos colaterales, mayor desarrollo futuro, etc.)

    En cualquier caso, junto a las evaluaciones econmicas, en Espaa y enotros muchos pases, son de aplicacin unos criterios de defensa orientati-vos, que consideran perodos de retorno entre 100 y 500 aos si se trata dezonas urbanas, reservando este valor de 500 aos a los casos en los que exis-tan riesgos de prdidas de vidas humanas, entendindose por tales las de

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  • personas que vivan o trabajen en zonas con esos riesgos y no a potencialesvctimas de carcter espordico. Todo ello a la vista de las condiciones de laciudad. Adems, debe comprobarse que, en otras zonas, no se agravan losdaos preexistentes y estudiar lo que ocurrira con avenidas superiores a lade defensa as como los efectos ambientales de las obras.

    En relacin con las obras enumeradas anteriormente algunas conside-raciones destacables, excepcin hecha de las presas son:

    Encauzamientos. Son actuaciones empleadas con gran profusin en lostramos urbanos, en los que otras soluciones, en muchas ocasiones, son dedifcil implantacin. Se suelen emplear diques longitudinales y umbrales defondo transversales para regularizar y fijar la pendiente y, a veces, tambinincluyen soleras continuas o discontinuas2 y pueden combinarse con espi-gones.

    A fin de minimizar los impactos ambientales deben adoptarse, en gene-ral y siempre que se pueda, soluciones blandas respetando la vegetacin deribera, encauzando lo estrictamente necesario y adaptndose al ro, sinconstreir su cauce en relacin con el existente. Todo ello habida cuentade los condicionantes que impondr la ciudad, pero teniendo presente questa no debe crecer a costa del ro.

    Cauces para la derivacin de avenidas. Consisten en la construccin deun cauce artificial o en la ampliacin de uno existente por el que se deri-van parte o la totalidad de los caudales al mar, en el caso espaol. Un ejem-plo relevante es el nuevo cauce del ro Turia en Valencia, construido alinicio de los aos 60, con el que se saca al ro de la ciudad derivndolo almar.

    Diques sobre el llano de inundacin. Con esta solucin se disponen, enlas zonas de inundacin, sin afectar al cauce del ro, diques longitudinalesque impiden el paso de las aguas en las avenidas fuera de las zonas prote-gidas. En estos casos la reduccin de la laminacin en situacin de riadas esmenor que en el caso de los encauzamientos, pero su aplicacin en los tra-mos urbanos obviamente es muy difcil.

    4. OBRAS PARA LA FIJACIN Y CORRECCIN DE LA PENDIENTE YPARA LA PROTECCIN DE MRGENES

    Se trata de actuaciones locales en tramos de ro con inestabilidad en supendiente o en sus mrgenes. Dentro de este grupo de medidas se encuen-tran los umbrales de fondo o traviesas para estabilizar la pendiente, de los

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    2 Esta solucin produce gran impacto en el ecosistema fluvial.

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    Figura 3. Protecciones vegetales de mrgenes. Disposiciones.

  • que en la figura 2 se muestran algunos tipos; los espigones, no demasiadofrecuentes en tramos urbanos; y diferentes tipos de revestimientos para lasmrgenes, tales como: escolleras, gaviones, piezas prefabricadas de hormi-gn, mamposteras, muros, protecciones vegetales, etc.

    De todos los revestimientos citados cada vez se estn empleando conmayor profusin las escolleras, las piezas de hormign, aunque su precio eselevado y los muros con acabados ornamentales en las mrgenes abruptas.

    Protecciones vegetales. Es imprescindible destacar el fundamentalpapel que tiene la vegetacin del ro natural o procedente de plantacio-nes, no slo como proteccin mecnica de las mrgenes, sino en todo elecosistema fluvial, proporcionando cobijo a la fauna, sombreando el cauce,y por supuesto creando un entorno, en el caso de los ros metropolitanos,de gran aliciente para la poblacin, siempre que el ro est cuidado. En laactualidad cualquier proyecto fluvial debe considerar la vegetacin comoun elemento bsico.

    Aunque su implantacin en los tramos urbanos es restringida y presen-ta dificultades, en este momento empiezan a tomar importancia y cada vezla tendrn ms, las protecciones de mrgenes realizadas con elementosvegetales, como son los estaquillados, los rulos, las esteras de fajinas, losgaviones rellenos de ramas, etc., los cuales muchas veces se utilizan juntocon protecciones ms tradicionales (escolleras, malecones, etc.). Ejemplosde estas protecciones (figura 3), utilizadas en tiempos pretritos cuando nose dispona de otros materiales, se encuentran en diversas restauraciones deros de la cuenca del Norte y de Navarra, cuya climatologa es muy favora-ble a estas soluciones.

    5. OBRAS DE RESTAURACIN Y REHABILITACIN

    El objetivo de estas actuaciones es la reposicin del ro a un estado pre-vio a una serie de degradaciones que han deteriorado el sistema fluvial. Elconsiderar las restauraciones como un retorno al estado natural es una uto-pa y adems en los tramos urbanos obviamente eso no es lo que se busca.En cualquier caso debe quedar claro a priori lo que se quiere alcanzar conla rehabilitacin.

    Ahora bien, la rehabilitacin requiere espacio para el ro y eso no esfcil en las ciudades, en muchos casos imposible, luego habr que actuar enconsonancia. Adems, las restauraciones llevan tiempo hasta que se venfructificar y previamente debe haberse eliminado el origen de la degrada-cin que se quiere corregir.

    Las actuaciones de restauracin han de hacerse con una visin globaldel ro: hidrolgica, hidrulica, morfolgica, biolgica y, por supuesto, enlas ciudades, urbana.

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  • En estos casos la restauracin del ro supone recuperarlo para la ciudady, en general, consistir en: mejorar la calidad del agua, evitando vertidos ydepurando, y si es posible incrementar la cantidad, adecuar las mrgenes(estabilizacin, limpieza y mantenimiento), recuperar la vegetacin ripariade inters, revegetar las zonas previstas para ello, mejorar el hbitat pisc-cola, crear parques fluviales para actividades deportivas y recreativas, ytodas estas actuaciones compatibilizadas con la defensa contra inundacio-nes y con la estabilizacin del cauce.

    Para alcanzar estas metas, sobre las que cada vez existe mayor inters,muchas de las tcnicas ingenieriles consideradas tradicionales han y estnevolucionando hacia soluciones menos impactantes, soluciones blan-das, en las que segn las circunstancias se conjugan las obras tradiciona-les con revegetaciones y con diversas medidas correctoras: creacin dehbitats y frezaderos artificiales para la fauna, repoblaciones pisccolas,pasos y escalas de peces. Pero sobre todo es fundamental actuar sobre elro respetando su configuracin en lo posible: manteniendo la morfolo-ga del tramo (sinusoidad, pendiente, anchos), los rpidos y los remansos,la vegetacin, y de nuevo en los tramos urbanos teniendo en cuenta a laciudad.

    6. OBRAS PARA ACTIVIDADES RECREATIVAS Y DEPORTIVAS

    Los tramos urbanos de los ros son reas particularmente adecuadaspara las prcticas deportivas y el ocio. En el primer caso, adems de losdeportes nuticos piragismo, navegacin a remo, vela o motor laszonas ribereas de las ciudades pueden albergar instalaciones deportivas deuso mltiple. Por otro lado, permiten la creacin de parques urbanos osuburbanos, que pueden permitir actividades como el bao, la pesca o elrecreo en general. Todo ello siempre de acuerdo con una adecuada plani-ficacin del espacio fluvial, en la que se respete el espacio del ro, conju-gndolo con la ciudad.

    Estas actividades requieren, evidentemente, que el ro rena unas deter-minadas condiciones, entre las que, con carcter general, se encuentran lacantidad y calidad del agua, la adecuacin y el mantenimiento de sus mr-genes y riberas, as como la creacin de instalaciones deportivas y tursticas(clubes deportivos, embarcaderos, etc.). Algunas de ellas, como por ejem-plo la cantidad caudales circulantes, son particularmente difciles enlos ros espaoles, ya que su irregular rgimen impide, en muchos casos, lasactividades mencionadas.

    No obstante estas dificultades, actualmente existe un creciente interspor el aprovechamiento recreativo y turstico del ro y por los deportesnuticos, de manera que las realizaciones que, de esta ndole, se han lleva-

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  • do a cabo han tenido una gran repercusin en la ciudad, atrayendo el inte-rs de sus habitantes por la recuperacin del ro llevada a cabo.

    Un ejemplo de esta naturaleza es la rehabilitacin del Genil a su pasopor Granada, en la que aguas arriba de la ciudad se ha construido un tra-mo deportivo de aguas bravas para la prctica del piragismo. Algunasotras realizaciones recreativas y deportivas son el acondicionamiento de lasmrgenes del Guadiana en Badajoz, del Mio en Orense, la recuperacinecolgica del Manzanares en Madrid, o el Parque Fluvial del Jcar enCuenca y por supuesto el Canal Olmpico en Seo de Urgel.

    Adems de estas realizaciones existen diversos proyectos para el acondi-cionamiento deportivo y recreativo de tramos urbanos de ros. Algunos deellos son (GANYET, 1995): tramo de aguas bravas en el Noguera Pallaresa enSort; tramo deportivo en el Jaln en Ateca; ro Urumea en San Sebastin yro Caudal en Mieres.

    7. ACTUACIONES FLUVIALES DE CARCTER URBANO. REALIZA-CIONES ESPAOLAS

    Como complemento e ilustracin de las consideraciones generalesexpuestas en los anteriores epgrafes, se presentan ahora algunos ejemplosde actuaciones fluviales efectuadas sobre tramos urbanos referidas al casoespaol, con sus resmenes y con la documentacin fotogrfica incluida alfinal de la comunicacin se intenta dar una idea de la situacin de estasactividades en nuestro pas.

    De nuevo en el caso del Ebro ha de hacerse mencin a su carcter sin-gular en el contexto peninsular, por lo que no es fcil asimilar las actuacio-nes que en Zaragoza se desean acometer con las ya realizadas en otras ciu-dades espaolas, no obstante, salvando las diferencias, de alguna de ellas yquizs de todas en su conjunto se puedan extraer conclusiones de utilidady aplicacin.

    Como documentos de inters en los que figuran con gran detalle unaparte importante de las actuaciones que aqu se resumen se deben men-cionar los textos de las diferentes Jornadas sobre Encauzamientos Fluvialesque peridicamente se vienen celebrando en el CEDEX y en especial los delos aos 90 y 95 (III y IV Jornadas).

    Las actuaciones que se presentan y sus caractersticas ms importantes son:

    Granada. Encauzamiento del Genil.

    La decisin de reordenar los cauces de riego de la zona alta de la vega,Granada, que hasta la fecha de la obra (1995) atravesaban la ciudad,enviando los caudales del regado por el encauzamiento del ro Genil hapermitido mejorar la capacidad del encauzamiento existente y a la vez con-

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  • seguir una recuperacin del antiguo encauzamiento que durante largosperodos permaneca seco.

    El tramo sobre el que se ha actuado tiene una longitud de 3,38 km y estdividido en dos tramos. El superior (1,34 km) tiene un canal central deaguas bravas para la prctica del piragismo y bermas para paseo ajardi-nadas y pavimentadas. El inferior (2,04 km), correspondiente al antiguoencauzamiento, se ha rehabilitado y escalonado con 7 compuertas abatibles(6 de 2,5 m de altura y una de 5 m) de forma que en el tramo urbano sedispone de una lmina de agua. Hasta 30 m3/s el vertido se puede realizarpor su cresta y en avenidas estarn abatidas sin afectar a la capacidad de laobra.

    La actuacin ha supuesto un muy favorable impacto social en la ciudadque ha redescubierto el ro. En su primer ao de funcionamiento la sequaoblig a la utilizacin de turbinas aireadoras3 para el mantenimiento delagua estancada en el cauce, habida cuenta de la inexistencia de caudalescirculantes. Adems, en el tramo deportivo, ante la gran aceptacin des-pertada, se ha previsto un sistema de recirculacin por bombeo (Q

    max: 4,6

    m3/s) para poderlo utilizar con independencia del rgimen de los caudalesde riego y de las sequas.

    Madrid. Encauzamiento del Manzanares.

    En los aos sesenta se realiz una primera canalizacin del Manzanares,respetuosa con el entorno por el que discurra el ro, creando una lminaestable de agua mediante la construccin de varios azudes de compuertas.Posteriormente en los aos ochenta, merced al Plan Integral de Sanea-miento, se aborda el encauzamiento de prcticamente todo el tramo urba-no as como la recuperacin del ro.

    Se crea un parque a lo largo del ro, donde todava era posible, y seadoptan diversas medidas para la recuperacin de la fauna, implantandohbitats artificiales para los peces y para patos que son evidentemente intro-ducidos artificialmente (hoy se ven especies naturales junto a las introduci-das).

    Para el mantenimiento de toda esta infraestructura fluvial el Ayunta-miento dispone de importantes medios humanos y materiales que contro-lan el estado del ro a diario. Debe indicarse que en pocas de estiaje aguasarriba de la ciudad, el caudal es de unos 200-300 l/s, y aguas abajo 1,5-2m3/s y en el ro existen carpas, y otras especies de ciprnidos. En estas po-cas es necesario introducir artificialmente aire en el ro mediante turbinas.

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    3 Solucin utilizada en otros ros peninsulares con escaso caudal: Manzanares (Madrid),Guadalmedina en su desembocadura (Mlaga).

  • Mlaga. Encauzamiento del Guadalmedina.

    Este cauce, de enorme variabilidad de caudales y aportaciones slidas,que atraviesa la ciudad dividindola en dos, ha sido desde tiempos inme-moriales empujado por el desarrollo urbano hasta su encajonamiento y haocasionado inundaciones en la ciudad. Para evitar estas circunstancias seconstruy la presa del Agujero y recientemente la del Limonero, y ademsel Ayuntamiento de Mlaga y la Junta de Andaluca han reacondicionado elcauce para poder evacuar 600 m3/s (1992,) recuperndolo para la ciu-dad.

    Murcia. Plan General de Defensas de la Cuenca del Segura.

    Dentro de este Plan de Defensas, llevado a cabo a lo largo de todo estesiglo, adems del encauzamiento del ro Segura a su paso por Murcia, eje-cutado en varias etapas, se han realizado el de otras muchas poblaciones,entre las que cabe citar las ciudades de Orihuela, Rojales y Guardamar enel Segura, Lorca en el Guadalentn, Totana y otros pueblos en diversas ram-blas.

    Todas estas actuaciones se caracterizan por situarse en ros de gran varia-bilidad de caudales cuando no secos, y por haber sido ocupados los terrenosdel ro por la ciudad, lo que en muchos casos ha hecho inevitable el recurrira soluciones duras, muros de hormign o mampostera, cuyo diseo,como es el de la capital, se ha cuidado para encajarse en el medio urbano,realizando zonas ajardinadas en las mrgenes cuando esto era posible. Enotras situaciones (ltimas actuaciones en Murcia) se han utilizado escolleras.

    Valencia. Nuevo cauce del ro Turia.

    En los aos sesenta, al sur de la ciudad, se construy un nuevo caucederivando el ro directamente al mar. El cauce antiguo hoy se utiliza paraactividades recreativas y deportivas, existiendo diversas zonas ajardinadas.El nuevo cauce tiene una longitud de unos 12 km y est diseado para eva-cuar 5.000 m3/s. En sus mrgenes discurren las vas de circunvalacin deValencia.

    Lrida. Encauzamiento del Segre.

    La expansin de la ciudad hace dcadas fuera de los lmites del cascourbano tradicional supuso que parte de la poblacin careca de las medidasde defensa necesarias, lo que se puso de manifiesto en la catastrfica ave-nida de noviembre de 1982. Adems, el ro haba sufrido una progresivadegradacin que condicionaba el desarrollo urbano. Todo esto ha desem-bocado en la construccin del encauzamiento que hoy disfruta la ciudad.

    Consta de dos tramos. El superior 2.775 m comprende el cascourbano propiamente dicho y ha sido encauzado en su totalidad. El inferior2.200 m se sita en zona rural y nicamente se crearon protecciones yse eliminaron los obstculos a las avenidas.

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  • En el superior se dispone un canal de aguas bajas de 36 m de altura y1,50 m de profundidad que permite la circulacin de 50 m3/s, caudal quees superado 100 das al ao (Q

    265). El canal de aguas altas tiene anchuras

    variables de 145 a 160 m y puede desaguar 3.500 m3/s que corresponde aun perodo de retorno ligeramente superior a los 50 aos.

    El encauzamiento se ha realizado no slo con un propsito de defensacontra inundaciones, sino que de acuerdo con el planeamiento urbansticomunicipal ha creado unos espacios fluviales recuperando el ro para la ciu-dad.

    Badajoz. Acondicionamiento de las mrgenes del Guadiana.

    Al objeto de recuperar un tramo del Guadiana de unos 4 km a su pasopor Badajoz se han realizado diversas actuaciones tendentes a la rehabilita-cin del ro, para ello se ha actuado en un primer tramo de unos 1.000 m(Puente de la Universidad a Puente Real) limpiando las mrgenes y dra-gando los acarreos depositados.

    En el segundo tramo la rehabilitacin ha consistido en la creacin de unlago de 420 m de ancho medio, 4 km de longitud y 2 m de calado medio,limitado por sendos malecones, con nueve islas, la mayor de 3 ha. En ambasmrgenes se han habilitado zonas de playa de unos 60-70 m de anchura y1.300 m de longitud en cada margen. Asimismo se han dispuesto paseoslongitudinales accesibles a vehculos, pero que no sirven como vas decomunicacin, y un embarcadero.

    Por ltimo se han repoblado las mrgenes con especies autctonas arb-reas y arbustivas fresnos, chopos, lamos, adelfas, etc. y se ha retiradouna antigua plantacin forestal de eucaliptos.

    Junto a las realizaciones descritas podran exponerse otras muchascomo son: en el Nervin los encauzamientos de la Pea y Miravalles(Bilbao), el Segre en la Seo de Urgel, el Guadalquivir en Sevilla, elBernesga en Len, etc. Para gran parte de ellas se remite a las Jornadas deEncauzamientos Fluviales citadas anteriormente.

    8. EL CASO DEL EBRO A SU PASO POR ZARAGOZA

    Para finalizar esta comunicacin, se presentan algunas consideracionestcnicas relativas a las actuaciones que en el tramo urbano del Ebro se quie-ren acometer, las mismas versarn fundamentalmente sobre la estabiliza-cin de su lmina, para disponer as de un espejo de agua con un caladoque, en las pocas de estiaje, permita las actividades deportivas.

    Antes de entrar en consideraciones tcnicas debe indicarse que las mis-mas son fruto del estudio que el CEDEX, a travs de su Centro de EstudiosHidrogrficos, est realizando para el Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza.

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  • Por lo tanto, cuanto se expone en los siguientes prrafos no debe conside-rarse ms que como un conjunto de ideas preliminares que se estn anali-zando a fin de encontrar la solucin ms adecuada que armonice con todoslos usos del ro.

    Hecha esta consideracin de base, se comienza exponiendo los requisi-tos que, en principio, deben tenerse en cuenta para la estabilizacin de lalmina y creacin del consiguiente espejo de agua.

    Obviamente esta estabilizacin requiere construir un azud de control deniveles aguas abajo del tramo urbano, que debe cumplir, como mnimo, lassiguientes condiciones: proporcionar calados suficientes en el tramo urba-no para actividades recreativas y deportivas en pocas de estiaje; no incre-mentar niveles en avenidas; no provocar afecciones aguas abajo del azud;no provocar cambios significativos en los niveles freticos; no modificar elcauce actual del ro; no empeorar la calidad del agua, ni provocar la reten-cin de sedimentos; integrar la actuacin en la trama urbana.

    Para satisfacer estas condiciones se est realizando el correspondienteestudio hidrulico y ambiental analizando el diseo del azud y la adecua-cin de las mrgenes, para los caudales mnimos de estiaje y comprobandoque en las avenidas no se produce incremento de niveles aguas arriba, ni semodifica negativamente la situacin actual4.

    El azud se ha planteado con compuertas abatibles para que, en poca deaguas altas, estn abatidas y no provoquen obstculos ni al agua, ni al trans-porte slido y dispondr de control automtico de niveles y de una escalade peces. Para su emplazamiento se han considerado tres ubicaciones pr-ximas a la desembocadura del ro Gllego.

    En principio se desea que el remanso de las aguas llegue hasta el puen-te de la Almozara, disponiendo en todo el tramo de unos calados mnimosque permitan los deportes nuticos, teniendo en cuenta los condicionantesque particularmente el puente de Piedra impone.

    Para el desarrollo del trabajo se ha requerido levantar perfiles batimtri-cos del ro, as como realizar un estudio preliminar de su calidad ecolgica.

    En este estudio ambiental se analizan, como indicadores del estado eco-lgico del ro, la vegetacin de la ribera, la fauna pisccola y los macroin-vertebrados bnticos y las algas como indicadores de la calidad del agua.

    La vegetacin presenta la disposicin tpica de los grandes ros: una pri-mera lnea de arbustos sauces, tamarices y chopos, no superior a 4 m.Detrs se sita una banda arbrea bastante cerrada que puede llegar a msde 15 m de altura, formada por lamos y por especies del estrato anterior

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    4 Caudales considerados: estiaje 30 m3/s; medio 250 m3/s; perodo de retorno 2 aos2.000 m3/s; 100 aos 4.300 m3/s; 500 aos 5.100 m3/s.

  • con porte arbreo. A veces existe una tercera lnea de rboles, ms resis-tentes a la sequedad, olmos y fresnos. En reas remansadas se desarro-lla una comunidad de carrizal y en las zonas de playa tamarices.

    Existen, adems, otras especies arbreas que no son propias de la comu-nidad de ribera introducidas, directa o indirectamente por la accin delhombre. Se identificaron nogales, ailanto, falsas acacias, higueras y pltanosde sombra.

    Aguas arriba del ncleo urbano el estado de la vegetacin es muy bue-no en amplios segmentos del ro. En la ciudad, la ribera presenta un mosai-co de escombreras, retazos de vegetacin natural, parques, muros de defen-sa, con distintos niveles de degradacin. Aguas abajo de la ciudad, hasta ladesembocadura del Gllego, se aprecian tambin los mismos efectos dedegradacin.

    Las especies pisccolas ms comunes son: barbos, madrillas, alosas queremontan el Ebro, carpas, carpines y blenios.

    Los indicadores biolgicos utilizados para analizar la calidad del agua,en la fecha de los controles, denotaron un cierto nivel de contaminacin.No obstante, este importante aspecto para el xito de las actuaciones enestudio requiere de mayores precisiones y datos en diferentes momentosdel ao.

    En relacin con el mismo y para que en la poca de aguas bajas la cali-dad no empeore se plantea el desvo de los caudales del ro Huerva, duran-te esos perodos, hasta aguas abajo del azud, mediante una pequea obrade derivacin y una conduccin. Tambin puede ser necesario el desvo delos aliviaderos de algunos colectores que hoy desaguan en el tramo aremansar.

    Por ltimo indicar que todas las labores que se estn realizando tienencomo centro la Propuesta Inicial de ideas sobre el tratamiento del ro Ebroa su paso por Zaragoza, que ha elaborado el Ayuntamiento, y que eviden-temente estarn sujetas a las consideraciones oportunas de los organismosimplicados en el ro, la Confederacin Hidrogrfica del Ebro y laDiputacin General de Aragn, segn se indic al tratar el marco legal delas actuaciones fluviales (epgrafe 2).

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