12 índice cuadernos de arquitectura...

162
cuadernos de arquitectura virre ina! FACULTAD DE ARQUITECTURA UNAM Editor: Juan B. Artigas Consejo Editorial: Xavier Cortés Rocha Fernando Grecne Carlos Chanfón Olmos Ricardo Arancón Garcia Elisa García Barragán Guillermo Tovar de Teresa Luis Ama! Simón Javier Villalobos Jaramillo Juan Antonio Siller C. Ramón Vargas Salguero Enrique Cervantes Diseño gráfico: Juan B. Arligas y Eduardo Ceceña Impresión: Consorcio Editorial Comunicación, S.A. de C.V. Cuauhtémoc 76, Col. Copilco el Bajo, México D.F. C.P. 04340, Tel: 550 66 61 y 550 66 01 Edición electrónica: Glypho, Taller de Gráfica, S.C. Tiraje: 1500 ejemplares Distribución y correspondencia: Dr. Juan B. Artigas y/o Lic. Berenice Hemández, Facultad de Arquitectura, UNAM. Circuito Interior, Delegación Alvaro Obregón . Apartado Postal20442, C.P. 01000, México D.F. Portada: Claustro de la Merced, Ciudad de México. Dibujo de Alfredo Valencia Notas: El consejo editorial se reserva el derec ho de selec- ción y autoriza la reproducción parcial de artículos, debidamente entrecomillados, siempre que se cite la fuente . No se devolverán originales. Los editores sólo responden del interés científico de la publicación, el contenido y las ilustraciones de cada artículo son responsabilidad de sus autores respectivos. Estos Cuadernos de Arquitectura Virreina! no persiguen fines lucrativos. Q Derechos reservados: Facultad de Arquitectura, UNAM y cada uno de los respectivos autores. 12 índice Editorial................................. .. .......... .................... .......... ...... ................ ..... ....... .. 1 Los territorios parroquiales de la ciudad arzobispal ..... .. ................ ..... .. ........... 4 Roberto More no de lo s Arcos Dibujos Alfredo Va lencia . .. ........ .. ............................ .. ......... .. .. . .. ........... .. .. ... ..... 19 Análisis del espacio urbano en la Ciudad de México, 1803 ............................... 24 Carlo s Cruz Rodea México en una laguna ...... ............................. ............ .. .. .. ........... .... ........ ............. 36 Gloria Guerra, Pedro Hiriart: fotografias La casa habitación en la Ciudad de México en el s. XVI .... · ................ · ..... ...... .... 44 Ricardo Arancón García De cómo sucumbió el barroco en la arquit.:ctura novohispana: el caso de Guerrero y Torres ..... ......... .. .. ................ ......... .............. ..... .. ........... .................... 49 Ignacio González-Polo, Juan B. Artigas: fotografias Entre los libros y el andamio: Melchor Pérez de Soto, arquitecto novo- hispano Guillermo Bolis M. .............................................................................. 59 Las jigas compostelanas y la presencia de Santiago en América: la primera iglesia construida en México dedicada al apóstol y el primer convento fran- ciscano asociado a ella Jorge Olvera H..... .......... ......... .................................. .. 70 Cursos de seminario (1 960): Waldemar Deonna 1 Escuela Nacional de Arqui- tectura, cursos de seminario 1958, Lecciones 9 y 10Juan de la Encina ........ .. 85 Monumento a la raza, testimonio de una restauración ....................................... 90 Juan B. Artigas Informe del estudio realizado a los tres remates de la fachada de la ex-aduana Luis Torres Montes ......................................................................... 102 La conservación de argamasa en la capilla de "La Conchita"... ......... .... . .. ..... . 115 Coral García Valencia -¡)ibujos Vicente Mendiola ......................................... .. .............. .. ... .. . .. .. ...... .. . ... 122 Interrelación de la arquitectura y el entorno social. .......................................... 127 María Dulce de Mattos Alvarez, Oweena Camille Fogarty: fotografias Eventos, Semana Iberoamericana de arquitectura "Del Nuevo Mundo al Mundo Nuevo" .............................................. .................................................. 135 El orden visual en la arquitectura y el urbanismo o cuando la norma es: la ausencia de normas ........................................................................................ 137 Juan B. Artigas Centros Históricos, encuentro internacional para el intercambio de experiencias dt acciones de preservación, restauración y reutilización en centros históricos ... 142 Conclusiones del encuentro internacional sobre centros históricos ................... 144 El fideicomiso del centro histórico de la Ciudad de México .............................. 146 Samuel Valenzuela. Viñeta del arquitecto Gallo La experiencia en España de intervención en centros históricos ....................... 151 José Ra món Moreno. Viñeta de Luz María Herrasti El centro histórico de Quito ................................................................................ 156 Dora Arízaga Guzmán

Transcript of 12 índice cuadernos de arquitectura...

Page 1: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

cuadernos de arquitectura virreina!

FACULTAD DE ARQUITECTURA UNAM

Editor: Juan B. Artigas

Consejo Editorial: Xavier Cortés Rocha Fernando Grecne Carlos Chanfón Olmos Ricardo Arancón Garcia Elisa García Barragán Guillermo Tovar de Teresa Luis Ama! Simón Javier Villalobos Jaramillo Juan Antonio Siller C. Ramón Vargas Salguero Enrique Cervantes

Diseño gráfico: Juan B. Arligas y Eduardo Ceceña

Impresión: Consorcio Editorial Comunicación, S.A. de C.V. Cuauhtémoc 76, Col. Copilco el Bajo, México D.F. C.P. 04340, Tel: 550 66 61 y 550 66 01

Edición electrónica: Glypho, Taller de Gráfica, S.C.

Tiraje: 1500 ejemplares

Distribución y correspondencia: Dr. Juan B. Artigas y/o Lic. Berenice Hemández, Facultad de Arquitectura, UNAM. Circuito Interior, Delegación Alvaro Obregón. Apartado Postal20442, C.P. 01000, México D.F.

Portada: Claustro de la Merced, Ciudad de México. Dibujo de Alfredo Valencia

Notas: El consejo editorial se reserva el derecho de selec­ción y autoriza la reproducción parcial de artículos, debidamente entrecomillados, siempre que se cite la fuente. No se devolverán originales.

Los editores sólo responden del interés científico de la publicación, el contenido y las ilustraciones de cada artículo son responsabilidad de sus autores respectivos. Estos Cuadernos de Arquitectura Virreina! no persiguen fines lucrativos.

Q Derechos reservados: Facultad de Arquitectura, UNAM y cada uno de los respectivos autores.

12 índice

Editorial....................... ..... ..... .. .......... .................... .......... ...... ................ ..... ....... .. 1 Los territorios parroquiales de la ciudad arzobispal ..... .. ................ .... . .. ........... 4 Roberto Moreno de los Arcos Dibujos Alfredo Valencia . .. . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . .. .. . .. . . . . . . . . . . . .. .. ... . . . . . 19 Análisis del espacio urbano en la Ciudad de México, 1803 ............................... 24 Carlos Cruz Rodea México en una laguna ...... ............................. ............ .. .. .. ........... .... ........ ............. 36 Gloria Guerra, Pedro Hiriart: fotografias La casa habitación en la Ciudad de México en el s. XVI .... · ................ · ..... ...... .... 44 Ricardo Arancón García De cómo sucumbió el barroco en la arquit.:ctura novohispana: el caso de Guerrero y Torres ..... ......... .. .. ................ ......... ........ ...... ..... .. ........... .................... 49 Ignacio González-Polo, Juan B. Artigas: fotografias Entre los libros y el andamio: Melchor Pérez de Soto, arquitecto novo-hispano Guillermo Bolis M. .............................................................................. 59 Las jigas compostelanas y la presencia de Santiago en América: la primera iglesia construida en México dedicada al apóstol y el primer convento fran­ciscano asociado a ella Jorge Olvera H..... .......... ......... .................................. .. 70 Cursos de seminario (1 960): Waldemar Deonna 1 Escuela Nacional de Arqui­tectura, cursos de seminario 1958, Lecciones 9 y 10Juan de la Encina ........ .. 85 Monumento a la raza, testimonio de una restauración.... ................................... 90 Juan B. Artigas Informe del estudio realizado a los tres remates de la fachada de la ex-aduana Luis Torres Montes ......................................................................... 102 La conservación de argamasa en la capilla de "La Conchita"... ......... .... . .. ..... . 115 Coral García Valencia

-¡)ibujos Vicente Mendiola . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . .. .. . . . .. . .. .. . . . . . . .. . ... 122 Interrelación de la arquitectura y el entorno social . ... ....................................... 127 María Dulce de Mattos Alvarez, Oweena Camille Fogarty: fotografias Eventos, Semana Iberoamericana de arquitectura "Del Nuevo Mundo al Mundo Nuevo" .............................................. ........ .......................................... 135 El orden visual en la arquitectura y el urbanismo o cuando la norma es: la ausencia de normas ........................................................................................ 137 Juan B. Artigas Centros Históricos, encuentro internacional para el intercambio de experiencias dt acciones de preservación, restauración y reutilización en centros históricos ... 142 Conclusiones del encuentro internacional sobre centros históricos ................... 144 El fideicomiso del centro histórico de la Ciudad de México .............................. 146 Samuel Valenzuela. Viñeta del arquitecto Gallo La experiencia en España de intervención en centros históricos ....................... 151 José Ramón Moreno. Viñeta de Luz María Herrasti El centro histórico de Quito ................................................................................ 156 Dora Arízaga Guzmán

Page 2: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

editorial

Aun cuando procuremos centrarnos en una de sus épocas, como fue la del Virreinato de Nueva España, la Ciudad de México es, sin duda, uno de tantos temas inabarcables dada su amplitud y complejidad, sus riquezas y sus miserias, en una palabra, sus contrastes, que reflejan, indiscutiblemente, una inmensa gama cultural de convivencias o sim­plemente de yuxtaposiciones sociales y de etnias disímbolas; estratos de muy diversa índole cada uno de los cuales requiere de un hábitat específico para proteger sus formas acostumbradas de vida. Esto sucede aunque consideremos las concesiones necesarias de cada grupo hacia los demás y hacia las actividades comunitarias. Así era y así continúa siendo en la actualidad.

Como muchas otras ciudades iberoamericanas,fue centro fundamental de trasculturación de los distintos grupos indígenas, en tanto tuvieran capacidad de asimilación a los cambios, como de los españoles, de criollos y de mulatos, etcétera, etcétera, etcétera. Todos ellos mestizos en mayor o menor grado, por los requerimientos de la interacción que crea la convivencia continua. Ya hemos comentado antes que la división del mundo entre "rostros pálidos y pieles rojas", o entre "indios y españoles" resulta un esquema demasiado simplista que pudiera conducir a las aberrantes teorías racistas que todos repudiamos. No ha sido éste el caso de la Ciudad de México.

Aunque enclavada en lo más encumbrado y céntrico del territorio, la capital fue el lugar obligado de paso entre Occidente, desde mucho más allá de la Península Ibérica y de la cultura del Renacimiento; a través del Océano Pacífico, la Mar del Sur que decían entonces, hacia Centroamérica y América del Sur, que enviarían sus productos en barco a Oaxaca y Acapulco, y en las exploraciones que alcanzarían Canadá y Alaska por el norte del Continente. Hacia poniente habrían de llegar a las Filipinas, China y Japón. Toda esta geografia revertería de manera directa en la Ciudad de México, desde donde se expandería hacia el interior del país, y de él hacia fuera, pasando también por la metrópoli, los productos y costumbres originarios de la propia tierra. La magnitud y trascendencia del intercambio fue tan amplia que no cabe todavía dentro de la comprensión del mexicano común moderno, más que muy parcialmente. También es cierto que esta época, cada vez más alejada de nuestra moderna manera de vivir, necesita de mayor estudio y difusión, aunque no falte quien pueda creer que ya lo sabe todo.

1

Page 3: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

2

Así como sucede en las urbes pluriculturales, cada uno de los grupos humanos habitaría barrios propios, más próximos o más lejanos del centro citadino, para aislarse de la cultura de los demás, de la misma manera que en las ciudades mediterráneas, durante las épocas de tolerancia habían convivido israelitas, islámicos y cristianos. Parece ser que es muy dificil para el hombre vivir totalmente trasculturado de la sociedad que le da origen, y que las innovaciones en la forma de vida requieren de tiempo p~ra su aceptación cabal en lo profundo del ser.

La división en barrios que se dio entre los pobladores de la Ciudad de México, acentuada durante el siglo XVI, no puede interpretarse exclusi­vamente como de carácter racial y menos si el término racial conlleva o pretende conllevar connotaciones discriminatorias. Precisamente, dentro del todo que es la ciudad, los barrios representan las diferencias entre sus habitantes. Además, la capital del virreinato gozaría también de la representatividad de los grupos humanos del territorio, algunos de los cuales también habitaron la Ciudad de México. Según vemos, la asocia­ción cultural es básica- cada uno vive a su manera- para la agrupación humana. Tal parece que no existe otra posibilidad.

Toda esta diversidad, aunada al i'!tenso devenir de los tres siglos del virreinato marcarían el rostro de la urbe con surcos cambiantes, unos apelmazados sobre los otros. Diferentes estilos arquitectónicos conti­guos o sobrepuestos de manera sorprendente al transitar de un edificio al siguiente o entre las partes de uno mismo .

Si en su origen, el ahora llamado Centro Histórico de la capital se debió al agua, y es por ello que sin el agua se vuelve incomprensible nuestra ciudad, hoy se debe al espacio regular de su traza de damero, quebrado apenas por los vestigios de alguna antigua acequia, modifi­cado por los diferentes ensanches pero unitario en su conjunto. Su personaje principal sigue siendo, pues, su espacio urbano, el cual ejerce su tiranía geométrica desde su mismo origen del siglo XVI. Es un tema sobre el cual es necesario insistir ya que se repite en buena parte dE las ciudades del país y del continente todo. Primero el agua y después el aire, aquí.

Sea este número doce de los Cuadernos de Arquitectura Virreina! un acercamiento a los temas mencionados de los barrios, del agua, del aire y de la trasculturación. Presentaremos también trabajos de su historia, sus personajes citadinos y de realizaciones edilicias de aquellos tiem­pos; pasaremos después al tema de la restauración, y, desde él, al preocupante asunto de la relación entre el Centro Histórico y el resto de la urbe, a su crecimiento desorbitado e incontrolado y su desarrollo futuro . ¿Cómo son las ciudades que queremos tener?

No sé si el lector comparte la experiencia de efectuar recorridos por la urbe virreina! y del México Independiente, donde siempre se descu­bren singulares arquitecturas, basta trasponer una puerta para ser sorprendido por soluciones arquitectónicas impensadas, de arquerías elegantes y patios señoriales, de tapices y azulejos, esculturas,

Page 4: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

vidrieras y yeserías de delicada factura, muy pocos de ellos han alcanzado la difusión o los libros, aun cuando es cuantioso lo publicado acerca de la ciudad.

Es por ello que, sin lugar a ninguna duda, podemos expresar que el Centro Histórico de la Ciudad de México, ahora en vías de recuperación en una de las actuaciones más amplias que jamás se hayan llevado a cabo, nos es todavía, en muy buena parte, desconocido; entre sus constantes resultan que siempre nos sorprende, que es inabarcable e imprevisible el encuentro, dada su multiplicidad. Aun así en esta recopilación y selección de investigaciones hacemos de la Ciudad de México el motivo central.

Queremos señalar, en cuanto a la restauración de los edificios antiguos de la capital, en relación con los del interior del país, que durante la última década, la balanza de interés y de inversiones se ha cargado de/lado de la ciudad, prácticamente con exclusividad. Tal vez se deba al desconocimiento de las necesidades del interior por parte de quienes han ocupado los puestos públicos de decisión. La hoja no ha permitido ver el árbol ni el árbol/es ha dejado ver el bosque.

De cualquier manera, la organización nacional al respecto ha sido incompetente. Tal vez sea necesario, administrativamente, separar la gran ciudad, que bien pudiera allegarse recursos propios, del inmenso grupo de edificios y localidades menores de toda la República que han quedado en el abandono, porque la capital se está llevando todo el financiamiento . La Catedral de México, la Villa de Guadalupe y el Palacio Nacional, aún con toda su importancia, no son los únicos monumentos de interés en esta nación. Seguimos mostrando gran ineptitud en la atención del acervo arquitectónico histórico de México. Unicamente atendemos, o pretendemos atender, en ocasiones más con periodicazos que con acciones, los edificios en crisis, pero no exi te una actividúd sistemática ni continua.

En estos Cuadernos de Arquitectura Virreina/llevamos años denun­ciando esta situación de abandono de la arquitectura, en particular la del siglo XVI Por citar dos casos, Metztitlán en Hidalgo y no sólo el convento de los Santos Reyes, sino el de la Comunidad, y el antiguo Cabildo Indígena, único en pie del siglo XVI -Cuaderno número 7. La capilla abierta de San Pedro y San Pablo Teposcolula -Cuaderno número 10-, continúa desmoronándose piedra por piedra, y así sucesivamente.

Seguramente que el programa de Ciudades Coloniales resolverá algunas carencias. ¿Pero quién controla y atiende los edificios aisla­dos? De momento nadie. Es indispensable que las nuevas autoridades nombradas, tanto en la flamante SEDESOL como en la SEP, presten la atención debida a estas carencias, no tanto en la formación de listas de inmuebles, puesto que muchas de ellas ya existen y sólo sería cosa de ordenarlas, como en acciones concretas de RESTAURACIÓN en los edificios de los pueblos alejados.

Juan B. Artigas. Diciembre 1992.

Page 5: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

los territorios parroquiales de la ciudad arzobispal~ roberto moreno de los arcos

A sazoscuroeselorigendelasprim.itivasparroquiasdelaCiudad de México vuelta a fundar por el conqui tador Corté . Pero en e te acto, el de la refundación de la ciudad con la misma planta que le dieron sus primeros habitante , e donde se encuentra la más arcaica traza de distribución de la ciudad cri tiana. Para poder explicarla e preciso volver un poco a sus antecedentes en la podero a Ciudad de México antes de su cerco y toma por los europeos.•

LA CIUDAD DE TEZCATLIPOCA Para el pensamiento prehispánico, permeado todo por su com­plejísima religión, la manifestación urbana, la ciudad, refleja en su planta al universo. Esta no es una característica propia de los indios mex.icanos, ya que se encuentra en muchas culturas orientales. Concebido por nuestros antepa ado el universo dividido en cua­drante o rumbo , a manera de una inabarcable flor de cuatro pétalos, sus ciudades, por lo general, adoptaban e a traza. La flor del universo, con su centro sagrado, se calca sobre la tierra para erigir la ciudad que albergará a los hombres, como aquélla alberga a los dioses en su constante dinámica de opuestos. He acabado por creer que cada pueblo prehispánico tiene como adoración principal un dios que lo vincula directa o indirectamente -a través de a(lvocaciones-con uno de los dos principios opuestos del primer desdoblamiento del dios único: Tezcatlipoca o Quetzalcóatl. Aun­que ambos dioses son en el fondo, uno solo, encaman ambos la lucha de contrarios que sólo se resuelve en la instancia uprema de la identidad única, pero que se conciben subdivididos en cuatro para dar sentido a la dialéctica del movimiento universal.

Los mexicanos eran el pueblo de Tezcatlipoca en su advocación de Huitzilopochtli. Sus aliados de la triple alianza, Texcoco y Tlacopan, tienen la misma vinculación, por lo me­nos clarísima en el primer caso.2 Sus primeros enemigos, la triple alianza de Cholula, Tlaxcala y Huexotzingo, tenían filiación de QuetzalcóatJ.3 Sus últimos y definitivos enemigo , los españoles, fueron también reconocidos como de la estirpe de Quetzalcóatl.

Pero la religión prehispánica mesoamericana era una espe­cie de antiquísima confederación de dioses y pueblos, unida

4

*Este artículo fue publicado en la Gaceta Oficial del Arzobispado de México v. XXII, septiembre-octubre de 1982, nos. 9-10. Dado su interés lo incluimos en la presente recopilación. Contamos con la autorización del autor.

por la admi ión de la unicidad de los mitos. De e ta suerte, i bien unos pueblo son de Tezcatlipoca y otros de Quetzalcóatl en su primigenia filiación -cosa que le permite repetir la có mica lucha de contrarios en guerras rituales como la "florida" entre México y Tlaxcala o una menor de que adelante haré mención- reconocen y adoran al otro principio y le erigen templos y le rinden culto. Y es que el primer desdoblamiento del dios único Ipalnemohuani o Tloque Nahuaque es en do principios opuestos que e subdividen en cuatro en una alterna lucha que da su sentido al universo: dos Tezcatlipoca y dos Quetzalcóatls ubicados en los cuatro pétalo de la flor universal. Sus luchas habían dado origen y fin a cuatro soles o era de característica di tintas y el México prehi pánico vivía en el quinto sol, que era el resumen de todos los anteriores, lo que obligaba a repetir cotidianamente lo ritos de la lucha universal.4

La dialéctica del universo, con u rejuego de dioses, rum­bos, elementos, colores y demás, se ha reconstruido, a través de las fuentes, en la siguiente figura:

NORTE TEZCATUPOCA

SUR QUET7ALCOA TI.

Figura 1

Page 6: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Sin embargo, tal distribución me parece dudo a. E tan difícil di cernir bien en estos temas que opto por eñalar que tal como pu e la figura 1 e como parece deben interpretar e la fuente ,5 pero que para los fines de la explicación de la planta religio a de la ciudad de México, con ervada por lo 'evangelizadores (y factible de reconstruir por sus te timonios) me parece mucho más razonable presuponer que los dioses opuestos e tán ju tamente en e quinas encontradas y que los ejes de la cruz son justamente lo de norte-sur y este-oeste, de tal manera que los rumbo son en realidad noroeste, noreste, suroe te y ure te, tal como mue tro en la figura 2.

Aunque quedo obligado a explicar en otra ocasión la razone de e ta preferencia, pienso que, de alguna forma, irve mejor para comprender la ciudad prehi pánica de que en este momento me ocupo.

Sabemo muy bien que en la peregrinación los mexicas se reconocían como pueblo de Huitzilopochtli (una de las advocaciones de Tezcatlipoca, cuyo bulto también llevaban consigo) y que, al llegar el momento de la fundación de u ciudad, u dios les dijo: " ... 'por cuatro parte a en taos, repar­tíos, fundad eñoríos', y le obedecieron luego, e asentaron los mexicanos por cuatro parte ... ' Se repartieron a continuación lo calpulli con u dio e menore y bautizó el propio Huitzilopochtli a los cuatro campa o rumbo míticos con los nombres de Moyotlan, Teopan, Atzacualco y Cuepopan. 6 Como abemos por diversa fuente que, aparte del gran templo o

1 Este breve en ayo es un resumen muy comprimido de mi próximo libro

Historia de la división parroquial de la ciudad de México: 1524-1974,

cuyo primer volumen estoy cerca de terminar. Mi deuda de gratirud por

quienes lo han hecho po ible es muy grande. Mencionaré tan o lo a uno

cuanto . Don Guillermo Porras Muñoz; admirado hi toriador y fino

amigo, siempre me ha brindado su apiente auxilio. Monseñor Jorge

Durán Piñeyro ha contribuido con mucho a mis investigaciones, lo mismo

que el P. Antonio de Parres,párrocode la Santa Veracruz;el P. Reginaldo

Tello, párroco de San Pablo; el P. Héctor Tello, párroco de Santa Cruz y

Soledad y el P. José Olivares, párroco de Santa Catarina Mártir, quienes

me han franqueado u archivo . Mi hijo Manuel ayudó no poco con los

planos.Lamae traEisaFro tmeorientóenalgunos pectosde lahi toria

de la Iglesia. Mención e pecial merecen el Mtro. André Lira con quien

he comentado todo este trabajo y he di frutado del u yo -paralelo en

alguna forma- sobre las parcialidade de indio y el Pbro. Dr. Juan

Francisco López Félix, director de la Gaceta Oficial del Anobispado de

México, cuya genero a ayuda me ha sido fundamental. A todo ellos y a

quienes menciono en el libro, mi más rendida gratitud. 1 Fray Juan de Torquemada, Monarquía indiana . Introducción por

Miguel León-Portilla. 3 v. 4a. ed . México, Editorial Porrúa, 1969.

(Biblioteca Porrúa, 41 -43). Tezcatlipoca como dio princial de

Texcoco en lib. Ill , cap. xxvn, V. 1, p. 305. 3 lbidem, lib. U, cap. XLlX, v. 1, p. 162. Torquemada refiere que no

valió a la triple alianza Tlaxcala-Cholula-Huexotzinco " la ayuda de

su falso dios Quetzalcóatl". Camaxtle, dio de lo tla.xcalteca y lo

huexotzincas es una advocación de Quetzalcóatl. Fray Toribio de

QUETZALCOATL BLANCO

TEZ CA TLIPOCA AZUL

TEZ CA TU POCA NEGRO

QUETZALCOATL ROJO

Figura 2

templo mayor que e ubicaba en el centro y Jo pequeño templos de cada calpulli en particular, erigían otros cuatro para los cuatro campa, me atrevo a creer que cada uno de estos barrio de México erigió uno y que han de corresponderse con alguna de la advocacione - masculinas o femeninas- de

Benavente Motolinía, Memorias o libro de las cosas de la Nueva

Espaiia y de los naturales de ella. Edición de Edmundo O'Gorman.

México, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, 1971, p. 70

dice claramente que Tlaxcala, Huexotzinco y Cholula "adoraban

un dio y lo tenían por principal, e l cual nombraban por tres nombres,

conviene a aber, Camaxt/e, y de éste usaban más en Tlaxcala y

Huexotzinco; llamábase a imi mo Quetzalcóatl y este nombre se

u aba mucho en Cholula; también le nombraban Mixcóatf' . Para las

filiaciones de lo pueblos con los dioses, aunque con distinta per -

pectiva que la que yo propongo: Alfredo López Austin , Hombre­dios. Religión y política en el mundo náhuat/. México, UNAM,

In tituto de Investigaciones Históricas, 1973, p. 47-77. 4 Roberto Moreno, "Lo cinco ole cosmogónicos", Estudios de

Cultura Náhuatl, México, 1967, V. vn, p. 183-2 10. Las corre pon­

dencia que en aquel entonce propu e on la siguientes: 1 er. sol:

Tierra-Tezcatlipoca-negro-norte-nahui océlotl; 2o. sol: viento­

Quetzalcóatl-blanco-oeste-nahui ehécat/; 3er. sol: fuego ­

Tialocatecuhtli (Tezcatlipoca)-rojo-este-nahui quiáhuitl; 4o. sol:

agua-Chalchi uhd icue (QuetzaJcóatl)-amari llo-sur -na hui at l. 5 En la ineludible obra de Miguel León-Portilla (quien es mi gufa en

el libro multimencionado, pero que no es re ponsable de los errores).

La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes, México, UNAM,

lnstiruto de In ve ligaciones Hi tórica . 1966, p. 111 , e da la iden­

tificación que parece más correcta de los colores y rumbos. 6 Fernando Al varado Tezozómoc, Crónica Mexicáyotl. Traducción por

Adrián León. México, UNAM, In tituto de Historia, 1949, p. 74-75.

5

Page 7: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Figura 3

N

MEXICO TIA TELOLCO HuitzJlopochtll (Tezclltlipoca)

CUEPOPAN ¿Q.Jetzalcóatl?

¿ T onantzin? ¿OhuacóatJ?

MOYOllAN Tezcatlipoca

ATZACUALCO ¿ T ezcatlipoca?

¿Hultzilopochtli?

TEOPAN ¿Q.Jetz.alcóatJ?

MEXICO TENOCHT1Tl.AN Hultzilopochúi (Tezcatlipoca)

Tezcatlipoca o Quetzalcóatl. La forma del asentamiento ería la que se mostró en la figura 2 y se describe mejor en la figura 3.

Pero ocurrió un hecho, por demás misterioso, que dio al traste con la planta ideal de la ciudad y que otorgó a México una singularidad o tal vez incluso una aberración. Es el caso que unos cuantos mexicas, por razones que no he de tratar aquí, a los trece años de fundada la ciudad e separaron y fueron a instalar e en un islote al norte, el Xaltilloli o Tlatelolco, donde fundaron una ciudad, que no se puede calificar de gemela de Tenochtitlan en cuanto no se dividió en cuatro campa, sino que se limitó a asentar en orden cierto número de calpullis y estableció un solo templo enorme con la misma advocación de Huitzilopochtli­Tezcatlipoca, lo que convence que eran, si no del mismo grupo, de la misma filiación divina. En suma, eran hermanos y aunque alguna fuente los insulta, diciendo que "se fueron a establecer allá en Xaltilolco porque eran unos grandísimos bellacos, nada humanos y envidiosí irnos y así son ahora sus nietos, quienes no viven correctamente",' no nos debemos impresionar dema­siado, pues consta que siempre los tlatelolcas combatieron como mexicas, formando una de las tres unidades de la triple alianza México-Tiacopan-Texcoco. Aparentemente se trató de una escisión de tipo polftico o económico, pero de ninguna manera religiosa, lo que se muestra, entre otras cosas, porque siguieron adorando al dios tribal Huitzilopochtli y, lo que es más, participaban de igual a igual en las ceremonias a este dios que se hacían en su ciudad hermana México-Tenochtitlan, y les correspondía la mitad del ídolo de semillas que se repartía en la fiesta de su advocación y la otra mitad e dividía entre los cuatro campa de Tenochtitlan, de lo que se infiere que Tlatelolco ni era ciudad por sí ni era una campa más de México.8 De esta manera, la guerra o guerras que sometieron a los tlatelolcas bajo la égida tenochca tuvieron razones distintas a las religiosas y el binomio México-Tenochtitlan México-Tlatelolco es un ca-

6

so curioso de ciudad cuya planta es una anómala flor de cinco pétalos como se muestra en la figura 3.

Pero sea como fuere, es un hecho que a e ta traza y división ocia!, política, cultural y religiosa se atuvo la ciudad cristiana,

de que me ocuparé a continuación.

LA CIUDAD CRISTIANA DE LA SEPARACIÓN RACIAL: 1524-1772

Para poder presentar sumariamente el problema de la erección y desarrollo de la parroquias de la ciudad de México, es preciso que se tenga presente que la corona española, conqui tadora y pobladora de las tierras americanas, legisló en el entido de separar las "república "de indio y españoles, y que asimiló a esta última todas las raza no indias y los productos del mesti­zaje. Es también necesario recordar que la evangelización de tan enorme número de gentiles requirió de la utilización de religio­sos de órdenes regulares, en tanto se creaba el suficiente número de clérigos seculares. Una de los temas poco estudiado de nuestra historia colonial es el de la larga lucha entre las órdenes regulares y el clero y las autoridades religiosas y civiles en torno a la secularización de curatos. Pero, por último, es de saber que los regulares, que tenían expresamente prohibida la función de párrocos, gozaban de una dispensa por la cual podían atender e impartir los Sacramento a los indios -pero ólo a ellos- y admini trarlos en parroquias que se conocían como doctrinas o curatos de indios. Esto es lo que da origen a la etapa de separación racial de nuestra historia de las parroquia : aunque los regulares sólo podrían atender a los indios, los seculares podían hacerlo con éstos y todos los demás grupos raciale .

Por lo dicho, fácilmente e comprenderá que hubo un largo tiempo en que la Ciudad de México tuvo dos di tribuciones parroquiales paralelas, una para la población indígena y otra pa­ra el resto de sus habitantes: españoles, mestizos, negros y cas­ta , lo cual, bien vi to, implicaba una e pecie de privilegio para los nativos a no ser por la contraparte de que los tributos e les cobraban por el padrón parroquial. Incluso hubo un tiempo una parroquia de lengua para indios mixtecos o indígenas filipinos. Toda esta anómala si tuación proviene de las causas enunciadas ya y de un acto tra cendental del capitán Hernán Cortés: contra lo que le aconsejaron muchos hombres prudentes, resolvió repoblar la Ciudad de México conservando exactamente la misma planta y divi sión que tenía, con la única variante de que el cu&drángulo que ocupaba el templo mayor se amplió mucho y se le dio una "traza" para albergar a la república de e paño le . De esta manera, a la rareza de la ciudad prehispánica se añadió otra: ya no ólo era una ciudad por el agregado de dos ciudades hermanas, in o que se convirtió entre ciudades: la e pañola, al centro, rodeada por la de Tenochtitlan, a u vez flanqueada en el norte por la de Tlatelolco.

La nueva Ciudad de México tenía en lo civil tres autorida­des: las de españoles (Ayuntamiento, Audiencia, virreyes) , en u centro, y las de indio en us extremo con los gobernadores

y regimientos de Tenochtitlan y Tlatelolco. A toda la ciudad se le conservó el nombre de México (aunque los españoles, por

Page 8: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

estar en esa parte, le añadían Tenochtitlan); a las antiguas ciudades e las empezó a llamar barrios y posteriormente parcialidades, rebautizadas como San Juan Tenochtitlan y Santiago Tlatelolco. A los campa de la primera se les llamó también barrios o parro-quias, con sus nuevos nombres de Santa María Cuepopan, San Sebastián Atzacualco, San Juan Moyotla (sede del gobernador de la parcialidad) y San Pa­blo Teopan.

En lo religioso, la división parecería obvia: una parroquia en la ciudad española y cinco doctrinas en la de indios, lo que se puede ver en la figura 4.

La realidad fue distinta. Ocupémonos en primer lugar de la parroquia de españoles. Por diversos testimonios consta que va­rios clérigos acompañaron a las huestes conquistadora . De he­cho, la capilla que erigieron éstas en una de las salas de palacio de Axayácatl (que les permitió descubrir el tesoro tan funesto a su ca u a) puede considerarse como una efímera protoparroquia de la ciudad. La primera después de la conqui ta, con advoca­ción de Santiago, se puso o pretendió ponerse justo encima del derribado templo de Huitzilopochtli, al decir de Bernal Díaz.' El caso es que el Sagrario anduvo itinerante sus primeros años -las casas de Cortés, diversos ángulos de la plaza- hasta llegar a su actual y definitiva ubicación. Las funciones parroquiales con tan por lo menos desde 1523 ó 1524, según testimonios aducidos por Marroqui. 10 Debemos creer que los límites territoriales e correspondían ju tamente con los de la traza, pero que se extenderían, como en efecto se extendieron, conforme la población e pañola desbordaba sus límites origi­nales. En momento no determinado aún, cambió la advocación de esta parroquia a la de María Santísima de los Remedios .

En cuanto a las doctrinas de indios, su origen es mucho más confuso. Por un precioso texto de fray Toribio Motolinía venimos en conocimiento de que a la llegada de los doce primeros franci canos en 1524 se inició la doctrina entre los indios de la ciudad: " los indios de México y Tlatelolco se comenzaron de ayuntar, los de un barrio o feligresía un día y los de otro barrio otro día; y allí los iban los frailes a enseñar y a bautinr los niños; y donde a poco tiempo los domingos y fies­tas se ayuntaban todos, cada barrio en su cabecera a donde te­nían u salas antigua ... " AñadeMotoliníaquenoseenterraban allí sino en San Franci co el Viejo, ha taque e construyeron iglesias y que en esto "anduvieron los mexicanos cinco años m u y fríos o por e 1 embarazo de 1 os es paño les y obras de México o porque los viejo de lo mexicanos tenían poco calor. De pués de pasados cinco años [ 1529 ó 1530] despertaron muchos de ellos e hicieron igle ias y ahora [ 1540] frecuentan mucho las misas cada día y reciben los Sacramentos devotamente".11

Estos fueron los principios del orden nuevo de la ciudad cristiana. Conforme se fueron construyendo las iglesias la si­tuación tomó distinto cariz. Por lo pronto, las do grande feligresías de Tenochtitlan y Tlatelolco tuvieron doctrina, la primera alrededor de 1525 ó 152612 y la egunda poco después de 152713 con la construcción de los dos grandes conventos francis­canos de las parcialidades, el primero de los cuales admini tró a los indios en la famosa capilla de San Jo éde lo Naturales. Quiere

N_t_ SA.NTIAGO Tl.A lELOLCO

+ Santiago

+ + Santa Maria San~n

TRAZA

+ +

Sagrario

+ s.....wn San Pllbio

1

SAN JUAN TI:NOCH'TTTLAN

Figura 4

esto decir que durante algunos años mientras paralelamente se con eguían uno a uno los Sacramentos para los indios- la triprutita Ciudad de México solamente tuvo la parroquia del Sagrario y las dos doctrinas de Tenochtitlan y Tlatelolco.

No tengo bien documentada la erección de las doctrinas de lo barrios o campa de Tenochtitlan, entre otras cosas porque di tinta fuentes las atribuyen a distintas personas. Los francis­canos dicen haber sido fundadas por fray Pedro de Gante " ... porque en aquellos cuatro barrio , como en cabeceras que eran de México, olían ellos tener en tiempo de su infidelidad los principales templos de us ídolos y pareció convenir que a donde hubo particular memoria y adoración de Jos demonios, la hubiese ahora de Jesucristo ... Lláman e estas cuatro iglesias

7 lbidem, p. 75-76. 8 Torquemada, op. cit., lib. VI, cap. XXXVIH, v. Il, p. 72-73. El relato

de torquemada nos informa que la estatua de granos y semillas que

de pués se comían los mexicas y los tlatelolcas sufría la occisión ritual de manos del sacerdote Quetzalcóatl.

9 Bemal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la

Nueva Espaíia, 2 v. México, Editorial Porrúa, 1960, cap. 91. 10 José María Marroqui, La ciudad de México, 3 v. México, Jesús

Medina, editor, 1969, III , 545-548. 11 Fray Toribio de Benavente Motolinía, Historia de los indios de

Nueva EspGIIa. Edición de Edmundo O'Gorman. México, Porrúa,

1969, p. 78 . 12 Josefina Muriel , "En tomo a una vieja polémica: erección de los dos

primeros conventos de San Francisco en la ciudad de México",

Eswdios de Historia Novohispana. México, 1978, v. 6, p. 7-38.

u Byron McAfee y R. H. Barlow, "Uno analescoloniale deTlatelolco",

Memorias de la Academia Mexicana de la Historia, v. VIl, abril­

junio de 1948, No. 2. p. 152- 187, p. 163.

7

Page 9: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

5lBn Pablo

Sa•l S.Cb:: stián

Santa Maria

Santa María, y la vocación es la de la Asunción, San Juan Bautista, San Pablo y San Sebastián". 14 Háyalas erigido Cortés o la segunda Audiencia, como también se afirma, éste parece haber sido el origen real de las cuatro capillas; a saber, sustituir los templos mayores de los cuatro campa. Ya sus glifos post­hispánicos conservados en el Códice Osuna 15 son enormemen­te significativos y nos ayudan, por cierto, a comprender mejor la ciudad prehispánica.

El sentido de Santa María, la Asunción, representada por la corona es muy claro en su sustitución de Tonantzin-Cihuacóatl, de vinculación con Quetzalcóatl (Tlaxcala tenía la misma advocación cristiana), lo cual, de pasada, nos da una cierta explicación de la guerra ritual que a pedradas se hacia cada año (hasta los inicios del siglo XIX) entre los indios del barrio de Santa María y los tlatelolcas, lo que no ocurría en el también fronterizo barrio de San Sebastián.

La flecha representa a San Sebastián y su simbolismo de joven soldado parece una clara sustitución de Huitzilopochtli (como también lo es Santiago) o de Tezcatlipoca-Telpochtli. San Pablo, representado por la espada, tiene un significado que ignoro, aunque me atrevo a proponer que sustituye a Quetzalcóatl.

En el caso de San Juan (nombre del barrio y de la toda la ciudad de Tenochtitlan) el glifo que aparece en el Códice Osuna y se ratifica varias veces en el Códice Aubin, 16 representa la copa de San Juan Evangelista y, sin embargo, la relación citada arri­ba dice que la advocación es de San Juan Bautista. Esta extraña contradicción sólo se puede explicar por el testimonio de fray Bernardino de Sahagún, quien denuncia que en el pueblo de Tianquizmanalco, que tenía la advocación de San Juan Evange­lista, en realidad seguían haciendo la fiesta de Tezcatlipoca­Telpochtli por la razón siguiente: "como a los predicadores oyeron decir que san Juan Evangelista fue virgen, y el tal en su lengua se llama telpochtli, tomaron ocasión de hacer aquella

8

fiesta como la solían hacer antiguamente ... " 17 Sabedores los franciscanos de esa idolatría quizá resolvieron cambiar la primitiva advocación de Tenochtitlan, aunque da la impresión de que para Sahagún ya era lo mismo, que cualquier de los dos San Juan representaba a Tezcatlipoca. De esta curiosa manera, la ciudad de Tezcatlipoca comenzó su vida cristiana conser­vando mucho de su división y sentido anterior.

Sea de esto lo que fuere, las cuatro capillas de Tenochtitlan devinieron en parroquias en el transcurso de los años siguientes a su construcción . Se atribuye a dos Sebastián Ramírez de Fuenleal esta erección y asignación de territorios, lo que bien puede ser atenta la real cédula de 20 de febrero de 1534 en laque el rey le ordenaba que en acuerdo con don fray Juan de Zumá­rraga y por haber sido informado de la "gran población de naturales que hay en esa ciudad de México y cómo para su conversión y policía convenía que además de las parroquias que en ella hay hechas se hagan otras de nuevo", proveyeran de ha­cerlas.18 A pesar de que carezco de documentos sobre estas erecciones, parece seguro que los franciscanos en realidad las tu­vieron durante muchos años como vicarías de San José de los Naturales, de lo que se viene en conocimiento por los pleitos que se suscitaron hacia 1560 por la secularización de dos de ellas. De cualquier forma, la planta que se adoptó alrededor de 1534 deslindó los territorios de las cuatro feligresías de Tenochtitlan que con la de Tlatelolco dieron su traza cristiana a la ciudad indígena del resto del siglo XVI y es lo que se muestra en el plano l. Volvamos ahora a la ciudad de españoles.

Bien pronto la población blanca desbordó los límites de la taza, sobre todo hacia el norte y el poniente en procura de la zona de tierra más firme. El eje poniente de la calzada Tacuba se convirtió, además, en un sitio de importancia militar, por ser la salida más segura de la ciudad en caso de una rebelión indígena. El hecho es que la población "española" (con la inclusión de negros, mestizos y castas) creció tanto en tan poco tiempo que el ayuntamiento se preocupó por la insuficiencia del Sagrario para atender a toda la gente y solicitó al monarca la institución de cuatro parroquias más. Por cédula dell7 de abril de 1538 se aprobó lo que solicitaba la ciudad,l9 aunque por entonces no tuvo efecto. A nueva solicitud del Ayuntamiento se reiteró la

14 "Relación particular y descripción de toda la provincia del Santo

Evangelio ... " 1569, en Joaquín García Icazbalceta, Códice Francis­

cano, Siglo XVI. México, Salvador Chávez Hayhoe, 1941 , p. 6. 15 Pintura del gobernador, alcaldes y regidores de México. "Códices

Osuna". 2 v. Madrid, Ministerio de Educación y Ciencia, 1973-

1976, lám. 38 v. 16 Historia de la nación mexicana. Reproducción a todo color del

Códice de 1576 (CódiceAubin). Edición y traducción por Charles S. Dibble . Madrid, José Porrúa Turanzas, 1963, passim.

17 Fray Bernardino de Sahagún, Historia de las cosas de la Nuera

Espmia. 4 v. México, Porrúa, 1956, III, 353. 18 Alberto María Carreño, Un desconocido cedulario del siglo XVI

perteneciente a la Catedral Metropolitana de México. México,

Ediciones Victoria, 1944, pp. 89-90.

Page 10: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Pl:lno 1

... ~ ....... DISTRIBUCIÓN PARR ~: OQUIAL: JS34

1 Sa · ~o en la trua

J. JI .

111. IV. V.

San loR (San 1 Santa Maria (Cuan Moyotla)

San Pablo (Zoq ~pan) San Scbastiin (~lpan)

:mtiago Tlatclol:cualco)

Plano 2

PARROQUIAS JS68-I'¡~Ml0LAS

I.Sagnrio 2. Santo Vcraauz 3. Sllllta Catarina

Page 11: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

orden e19 de enero de 1541 , pero como e l arzobispoZumárrnga opinó en contra de las erecciones de las parroquias,20 se suspen­dió la ejecución del mandato real, eguramente con la compla­cencia del monarca.

No fue sino hasta que el Ayuntamiento reiteró su peticio­nes en 1562 que se emitió real cédula del 2 ele mayo de 1563 reviviendo el asunto.21 Y con todo pasaron alguno. años para que, a nueva in tancia de las autoridades de la ciudad ante el virrey y el arzobi po-según acuerdo del cabildo de 28 uejunio de 1568- se lograra un sustancial avance.22 A finales de 1568 e erigieron olamente do. parroquias más para españole : la

Santa Yeracruz al ponienh: y Santa Catarina en el norte. Lo límites no parecen haber e fijado de de el principio, pero paulatinamente hubo acuerdo entre las tre parroquias obre ellos, de uerte que los tenemos ya bien documentado en 1614 por la actas de cabildo.23 Como se verá por el plano 2, no iguie­ron una traza geométrica exacta, . ino que se u aron como lindes las acequias que atrave aban la ciudad. En línea general e , corre pondió al Sagrario e l centro, el este y parte del sur; tocó a la Santa Yeracruz el oeste y otra parte del ur, a más del noroe te; Santa Catarina quedó con el noreste.

Sin embargo, lo límite de la parroquias que aparecen en el plano 2 sólo dan idea de su juri ·dicción dentro de la Ciudad de México, pero en realidad abarcaban mucha poblaciones fuera de su recinto. Lamentablemente ólo tengo documentada la de la Santa Veracruz, que era enorme. Por testimonio de u párroco en un escrito de 1762 e sabe que administraba a lo españole que vivían en los pueblos de San Antonio de las Huerta , Tacuba, Tacubaya, San Angel, Mixcoac, Nativita , Coyoacán, San Agus­tín de las Cuevas (Tialpan), Chapultepec, Nonoalco, Molinos del Rey y de la Pólvora (Santa Fe) a más de lo barrios de la Ciu­dad de México.24 El plano 3 muestra parte de tal exten ión jurisdiccional obre el célebre plano francés de N. Ferde 1715.

Lo de eos del Ayuntamiento, tan largamente peleados, se habían cumplido sólo de manera parcial. Yeremo adelante cómo iguió in istiendo, pero ya que nada logró sino hasta 1690, yen el ínterin sí hubo cambio en las parroquia de indios, debo volver a tratar de éstas.

Tenemos, pue , a partir de 1568, a la Ciudad de México con tres parroquias de españoles y cinco doctrinas de indios (o dos, con cuatro vicarías). La planta de los territorios de éstas, que e mo tróen el plano 1, había ufrido una modificación. Es el caso que, al igual que lo españoles salieron de la traza, los indios penetraron en ella, ya sea para servidumbre doméstica, ea para ejercer e l comercio o por otras razones, de tal suerte que lo límites juri ·diccionales de la doctrina de indio tuvieron que ampliarse hacia el centro de la ciudad simplemente prolongan­do lo eje de la cruz en que e la dividió. Esta ituación e mpestra en el plano 4.

A mediados del iglo XVI se encontraba en u apogeo el problema de la secularización de curatos, del que no me ocuparé aquí. Baste saber que lo arzobi pos seculares la pretendían a todo trance y que la corona e paño la titubeó mucho ante la ra­zones que exponían éstos y las que daban las órdenes religiosa para conservar u doctrina . La o lución definitiva llegó a me-

10

diados del iglo XVIJI, pero las batalla y escaramuza tuvie­ron repercusione en la si tuación de la doctrinas de la ciudad.

Hacia 1562 el arzobispo Montúfar había logrado eeularizar San Pablo y se la asignó al provisor de naturales del arzobi pa­do.25 En 1569 lo franciscano e quejaban de que ya también le había quitado San Sebastián y que pretendía que fuemn parroquias para indio y españole " todo mezclado ".26 En tanto el conflicto franci cano -arzobispo se agudizaba, lo agu tino se valieron de las vaci lacione del monarca para ólicitarle una doctrina en In Ciudad de México - y proponían

San Pablo- que permitiera a sus estudiantes practicar el idioma mexicano en la predicación y admini !ración de acm­mento , lo que fue ordenado por Felipe li el23 de diciembre de 1574.28 A pe arde la protesta del arzobispo, entraron en su posesión, por acuerdo del virrey, el30dejuliode 1575.Z9 Quizá los meno disgu tado con esto hayan ido los franci cano porque adquirían un fuerte aliado en us luchas, obre todo porque aún estaban en disputa las de m á doctrina de la ciudad.

La cosas parecieron llegar a u fin con la real cédula de 6 de diciembre de 1583, dirigida a todos los prelado de India , por la cual y "porque conviene reducir e te negocio a su principio y que en cuanto fuere posible e re tituya al común y recibido u o de la lg le ia lo que toca a la dichas rectoría de parroquia y doctrina ... " e debía proceuer a la secularización, pero mientras no hubie e clérigo idóneos e deberían repartir las doctrinas equitativamente entre la órdene .30 No ob tante, poco después -seguramente por la fuerte. presione - el rey u. pendió su ejecución tras consulta con personas de " mucha ·

19 Franci co del Barrio Lorenzot, Compendio del cedulario nuevo de

la muy noble, insigne y muy leal e imperial ciudad de México,

Biblioteca Nacional de México, M . 1275, f. 18 v. 2° Carreña, op. cit., p. 142-144. 21 Barrio Lorenzot, op cit., f. 34. 22 EdmundoO'Gorman,GuíadelasactasdeCabildudelaciudaddeMé.rico.

Siglo XVI. México Fondo de cultura Económica, 1970, p. 380. 23 Libro décimo noveno de actas de Cabildo, que comien::.a el primero

deenerode 1613 y termina en] de agosto de 1614. México, Impren­

ta de la Compañía Editorial Católica, 1903, p. 394-395. 24 José Tirso Díaz, Libro directorio para los curas de esta parroquia de la

Santa Veracm z. .. 1762-1771 . M . en el An:hivo de la mi ma parroquia.

Deseo reiterar aquí mi gratitud al P. Parres por sus fina~ atenciones. 25 Francisco del Pa o y Troncoso, Epistolario de la Nueva Espaíia.

1505- 18 18. 16 v. México, Antigua Librería Robredo, 1940, IX,

161 - 163. 26 "Relación .. . " c itada a nota 14, p. 6-7. 27 Descripción del arzobispado de México hecha en 1570 y otros

documentos. Prólogo por Luis García Pimentcl. México, Jo é Joa­

quín Terraza , 1867, p. 267-269. 28 Franci co Gonzálezde Cosí o, Un cedulario mexicano del siglo XVI.

México, Ediciones del Frente de Afirmación Hispanista, 1973,

p. 196- 197. 29 Códice A ubin, p. 84. 3° Carreña, op cit., p. 361-362.

Page 12: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

ct:NEGA ~ S. AIITONIO AliAD

Santiago

Plano 4

11

Page 13: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

letras, prudencia e inteligencia", lo que comunicó al III Concilio Provincial Mexicano el 1 o. de junio de 1585_31

Fue seguramente e ta cédula la que puso fin a la disputa por la doctrina de San Sebastián. Los carmelita , recién llegados a México, recibieron la ermita de parte de los franciscanos, pero no la jurisdicción, que st: peleaba con el arzobi po y los párrocos de Santa Catarina. Con anuencia del virrey y el arzobi po se ocuparon de la fe ligresía indígena a partir de enero de 1586. Mantuvieron la doctrina por algunos años, pero, tras de algunos incidente , la dejaron en poder de lo agustinos a partir de 1607.32 Esto la po eyer011 hasta su secularización en el siglo XVIII, con lo cual estuvo en sus manos todo el oriente de la ciudad de Tenochtitlan, así como los franci canos poseían todo el poniente.

En el siglo XVII se mantuvo así el e tado de cosa . Las únicas novedades en torno a las doctrinas de indios corrieron a cargo de las órdenes de San Agustín y Santo Domingo. La pri­mera de ellas, que administraba San Pablo y San Sebastián, sin duda la porción de Tenochtitlan de mayor densidad de pobla­ción nativa, pronto vio la necesidad de subdividir su doctrinas con la creación de una tercera. Como en todos los caso , los orígenes de este curato carecen de documentación accesible, pero por te timonios secundarios se pueden rastrear algunos datos. Se trata de Santa Cruz Contzinco, conocida hoy como Santa Cruz y Soledad de Nuestra Señora (advocación del primer curato del siglo XVIII esta última) erigida en 1633. Es obvio que la facilidad de u creación, sin los largo pleito habituales, estuvo dada porque u territorio e formó de otro curato agustino,33 el de San Pablo, como puede cotejarse en el plano 5. Obsérvese también la reducción que tiene San Pa­blo de toda una hilera de casas en sus límites con San José del barrio de San Juan. Si no hay error en el plano 4, fue alguna compensación a los franci canos. El caso es que esta subdi vi ión inició la ruptura de la planta original de la ciudad cri tiana, que había durado cien años. La administración de Sacramentos debió iniciar e en Santa Cruz en los primeros meses de 1633, pues la primera acta de matrimonio tiene fecha de 27 de mayo de ese año. Se con ervó en manos de la orden, al igual que San Sebastián, hasta el año de 1750.

La novedad dominica, después de haber fraca ado en un plan para que se le asignaran los curato de Santa María y San Sebastián, -que recibió aprobación papal en 1571- fue la erección de una parroquia de lengua. Será fácil comprender que ·e había negado a lo dominicos una doctrina en la Ciudad de México en atención a que eran expertos en lenguas del sur de la Nueva E paña y no en mexicano. Según noticia de Sedano, usualmente exacto en la historia de las parroquias, los indios mixtecos, zapotecos y los comprendidos en la denominaciones de "extrm'agante " y "vago ", esto e , in parroquia fija , se congregaron hacia 161 O en una cofradía de la capilla de Nue tra Señora del Ro ario en Santo Domingo. Pronto devino en parro­quia de lengua, pew los franciscano y lo agu tinos metieron pleito so pretexto de que eran indio que ya hablaban náhuatl. Por cédula de 1623, 1672 y 1676 se amparó a Jo dominicos.34 La parroquia de Indios Extravagantes y Chinos (indígenas filipino ),

12

cuya documentación ignoro dónde para, existía como tal al tiempo del terrible motín de 1692, pues está publicado el informe que con tal motivo rindió fray Juan Pedrique sobre su doctrina, que dice componerse de indios "mixtecos, zapotecos, m estitlán, criollos y otras naciones" y que habitan en todos lo barrio de la ciudad.35

Sedano remite a Cabrera y Quintero para probar su exi tencia todavía cuando el mat/azáhuat/ de 1736- 1737 y calcula que se extinguió hacia 1753.36 En cuanto a las parroquias de indios eso e todo para el siglo xvn.

bespués de grandes esfuerzos e intento fallidos a todo lo largo del siglo XVII, en que hubo incluso un plan formal del visitador Carrillo para ubdividir la ciudad española en seis parroquias, frustrado por ia gran inundación de 1629, tenemo que llegar a 1690 para ver el obedecimiento -parcial otra vez- de una real cédula de 18 de junio de 1689 para que se erigieran tres parroquias más.37 Su resultante fue la in titución de la parroquia de San Miguel el 21 de enero de 1690 en la ermita de San Luca , trasladada a su actual iglesia el 17 de agosto de 1692.38 Por un tiempo fue ayuda de parroquia del Sa­grario. Sus límites se dan en el plano 6, donde e puede apreciar que tocó a San Miguel el rumbo ureste con una acequia por linde. Con cuatro parroquias de españoles se mantuvo la Ciudad de México casi por ochenta años más.

LA CIUDAD NORMALIZADA Y SU ESTANCAMIENTO: 1772-1902

Quedó trazado a grandes rasgos el problema de la división de territorios parroquiales en la etapa de separación racial. El ma­yor obstáculo para cambiar la situac ión anómal::t de una ciudad con dos divisiones paralelas em el de la existencia de curatos en mano de regulare . La solución era sabida desde el siglo XVI; habí::tque ecularizarlos. Veamoscómoenfrentóel racionalismo diecioche co el problem::t.

31 Jbidem , p. 360-364. 32 P. Dionisio Victoria Moreno, Los cann~ .1as descal;ps y la conquista

espirinl(l/ de México, 1585-1612. México, Porrúa, 1966, p. 283-308. 33 Félix O ores de Sotomayor, Apuntes históricos sobre el origen de

esta parroquia de Sanw Cru z. y Soledad de Nuestra Seiiora en

Méjico, y ra:.ón de sus curas regulares y seculares hasw 1832, con

algunas otras noticias. Archivo de la Parroquia de Santa Cruz y oledad, Ms. 12 f. s. n. Debo a la enorme comprensión del P. Héctor

Tello el acceso a este precioso archivo. 34 Francisco Sedano, Noticias de México. (Crónicas de los siglos X\'1

a XVIII). Mé xico, Departamento del Di trito Federal , 1974,

III, 20-22 . 35 Edmundo O'Gorman, "Sobre los in onvenites de vivir los indios en

el centro de la ciudad", Boletín del Archivo General de la Nación.

México, 1 a. serie, t. IX, enero-marzo de 1938, no. 1, p. 1-34. 36 Sedano, op. cit. , II, 22. 37 Marroqui , op. cit., Ill, 556-557. 38 Luis Vargas Guzmán, Breve noticia que contiene la historia de la

fundación de la parroquia de ( 111 Miguel Arcángel de México .. .

México, Imprenta Victoria, 1923, p. l .

Page 14: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

CENEGA DE S AIITONIO AIIJoD

Plano 5

PARROQ UlAS ESPAflOLA 1690-1772 S

l. Sagrario 2. Santa Veracruz !· Santa Catarina . San Miguel

13

Page 15: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

A la verdad, los prelados seculare no habían quitado nunca el dedo del renglón; lo quepa aba era que el E tado español no tenía demasiada pri a y aunque con vaci lacione y pa o atrá , poco a poco imponía la política ecularizadora. Desde finales del iglo xvn se había definido de qué parte e taría el triunfo. Re taba con olidarlo paulatinamente. Para el ca o de la Ciu­dad de México sabemos por mucha fuente (y Marroquí lo recoge) que lo agu tinos dejaron us parroquia de Santa Cruz y Soledad y San Seba tián a Jos cura eculares en 1750. San Pablo lo cedieron al arzobi po Lorenzana poco má de 15 año de pués39 y ca u ó un largo litigio. También hubo problemas con lo franci canos.

Porrea! orden de 1 o. de febrero de 1753, Fernando VI reiteró que se exonera e "enteramente a la religione "del cuidado de la doctrina y que conforme vacaran e le pusieran clérigos. El tono de la orden es muy duro, pues declara que e a unto de u única competencia e inhibe a toda la autoridade , desde el

Con ejo de India y lo virreye abajo de e cuchar o admitir recur os en contrario.40 En cuatro año tuvo que modificar un poco Jos término . Porrea! cédula de23 de junio de 1757 y para que u "providencias e ejecuten iempre con la suavidad posible", ordenó que no e proveyeran lo curato sino en ca o de vacante efectiva y en acuerdo del virrey y el arzobi popara certificar e de la idoneidad del u tituto ecular y, obre todo, que para que lo religio o pudieran recoger e en algún lugar y tuvieran manutención," e con erve a cada religión una o dos parroquias de las má pingües y en las que tienen convento de los que hace cabeza".41 Esta fue la orden deci i a. A su cum­plimiento obedece la ce ión de San Pablo por lo agu tinos y Santa María - in aparente lucha- y San Jo é y Santiago por los franci canos.

El litigio de los franci canos por con ervar San José de los Naturales y Santiago Tlatelolco e inició de de 1758. El asunto es muy largo y complicado y me ocupo de él en otra parte. Lo que ino a cortarlo de manera ca i definitiva fue la llegada de franci co Antonio Lorenzana como arzobispo de México. En muy poco tiempo e empapó del problema y con enorme energía se pu o a ecularizarcuratos. Los de su ciudad arzobispal le intere aron mucho, porque bien pronto concibió la necesi­dad de una nueva divi ión . Ya el 25 de abril de 1767 daba un dictamen contrario a la petición franci cana de conservar San Jo é.42 La petición era por gracia, dado que habían escogido para u perpetuación y como lo más pingües lo convento de Toluca y Texcoco, en Jos término de la orden de 1757. En 28 de diciembre informó Lorenzana de la secularización de San Pablo y remitió un exten o dictamen del párroco de la Santa Veracruz obre lo inconveniente de que Jos regulare conser­varan San Jo é.43

Paralelamente a sus ge tiones, informe y demás corre pon­dencia, el arzobi po Lorenzana había nombrado - igno de los nuevos tiempos ilustrados-al bachiller Jo é Antonio de Al­zate, pre bítero aficionado a la ciencia naturale , física y matemática, para que e tudiara el problema de la ciudad y le propu iera un nuevo plan de distribución de territorio parro­quiale . En obediencia de tal mandato, Alzate recopiló mapas

14

y de cripcione. topográfica y recorrió per onalmente todo lo barrio y callejone . Su informe, rendido el 23 de enero de 1769 hacía ver al arzobi po la grave dificultade de la doble planta exi tente , como el hecho de que una ola ca a, atrave-ada por una acequia, tenía tre párroco : lo del Sagrario y la

Santa Veracruz para e pañole y el de San José para indios. Su propuesta e que en lugar de la diez existente (6 de indios y 4 de e pañole ) e ubdividiera la ciudad en trece parroquia , para dar territorio proporcionado y, por consiguiente congrua ba tan te para lo cura -ya todo seculares- en la forma i­guiente: Sagrario, San Miguel, Santa Veracruz, Santa Catarina Mártir, Santa María, Salto del Agua {de nueva creación; en la actualidad en Regina Coeli), an Juan de la Penitencia (en u titución de San Jo é), Santa Cruz Acatlán o San Antón

Tepito (de nueva creación), Santo Tomá (nuevo; se in taló en la capilla de la Palma), Santa Cruz, San Seba tián, San Pablo y Santiago Tlatelolco ( anta Ana, d spués de la secularización). A e to añadía una memoria y un plano, del que deriva el grabado que he venido usando para ilu trar este trabajo.

A Lorenzana le tomó do día remitir el proyecto de Alzate al virrey marqué de Croix,4-1 y a é te otros dos para enviar el proyecto, muy recomendado, al rey.45 No e co a de eguir todo lo avatares de la eculariza ión de an Jo é y Santiago. Pe e a pro te ta po teriore , lo franci cano e avinieron e126 de febrero de 1769-un me m á tarde de la deci ion e del ar­zobispo- a quedar e con Toluca y Texcoco; y que en vi ta de que San José y Santiago e taban en u convento de San Fran­ci co y Tlatelolco, que se mudaran de allí las parroquiale .46

Con e to el camino de Lorenzana e taba llenado, de tal manera que, aunque lo trámite recibían todo género de e torbos, logró la aprobación del rey al nuevo plan de territorios parroquiale con cédula fechada el 12 de marzo de 1771.47

Poco meno de un año tomó a Lorenzana poder llevar a feliz término u ge tión. E ta vez el problema fue con lo curas que se veían afectados por la reducción de sus territorios. Larga fueron las negociaciones y a lapo te todo quedó tal cual propu o Alzate, excepto por el triunfo de los cuatro curas del Sagrario, que lograron reducir en su beneficio el territorio de San Miguel y que e les dividiera u juri dicción en tre · icarías, de la que no vale la pena decir nada porque jamá ex.i tieron. Vencido lo ob táculo , Lorenzana pudo publicar u edicto de 3 de marzo de 1772 por el que a ignaba límite a todas las parroquias de México.48 La nueva situación e plasma en el plano 7.

No e puede pa ar adelante in eñalar que e te acto repre­enta el fin de la ciudad colonial regida por el principio de la eparación racial ; pero, lo que quizá e má importante, se

iniciaba la ruptura con la forma que habían permanecido ubterráneas de la ciudad antigua. El racionali mo de Alzate y

Lorenzana quizá no alcanzó a captar el grave golpe que con el reacomodo de barrio y parroquia y con la mezcla - aunque con libros sepa-rado - de e pañoles e indio había dado a los último vestigio de la ciudad de TezcatJipoca.

Hubo mucho problema para la implantación del nuevo si tema. Lo que importa, in embargo, e que se pa ó a una nueva etapa de e tancamiento que duró todo el iglo XIX en

Page 16: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

que por di tinta razones sociales, económicas y políticas no variaron nada los términos de lo territorios parroquiale fijados por Lorenzana. Lo único que debe mencionarse de importancia para el tema que no ocupa es que, por su proximidad al casco urbano, desde muy poco despué del edicto de redistribución, e habituó a con iderar dentro de la ciudad a San Antonio de las Huertas como la parroquia catorceava. En el doloro o y largo siglo XIX sólo a esta parroquia le sobrevino una mudanza. En 1862, so pretexto de la defensa de la garita de la Tlaxpana, el gobierno liberal de Benito 1 uárez ordenó u demolición. Se estableció la parroquial provisionalmente en la igle ia de San Cosme y allí permane­ció.49 Los límites de San Antonio de las Huertas o SanCo me no on claro , ni lo podían ser, porque fue muy lento el proceso de aproximación de la ciudad hacia e a parroquia.

En urna, y aunque decirlo parezca precipitado, con todas su convul ione y problema religio o de otro tipo, el siglo XIX, para el tema de la divi ión parroquial de la ciudad de México, e un larguísimo letargo.

LA CIUDAD DEL SIGLO XX La paz porfuiana puso cimientos a la explosión demográfica en la ciudad. Ya de de los finale del iglo XIX se empezó a des­dibujar la urbe diecioche ca. La "colonias" aparecían trazadas -con modelos europeos- como proyecto inmediatos para albergar nuevas ambicione de la cla e medias en formación. De una ciudad cuya población e contaba con centena de millar

:ENEGA DE S ~TONIO ABAD

a otra que e acerca a la decena de millón en tan ólo 80 año , se produjo una mudanza tan acelerada que ni siquiera los suce o revolucionarios representan un freno importante, sino al contrario. Quizá lo más difícil de este vértigo de crecimiento es la organización de la in titucione que permiten la vida urbana. Para la Iglesia el reto ha ido enorme y su actuación frente al problema ha ido prueba de vitalidad institucional.

Como ha ta ahora no me ha sido dado estudiar cuidadosa­mente --como merece- la ituación del iglo XX, veo en el desarrollo de los territorio parroquiales de la ciudad do grandes etapas, que son la únicas que mencionaré aquí. El

39 Archivo General de India (AGI), México, 2637. 40 Biblioteca Nacional de México, Ms. 1380, f. 443 v. 446. 41 AGI. México, 2637. 42 AGI, México, 727. 43 AGI, México, 727. 44 AGI, México, 727. 45 AGI, México, 727. 46 AGI, México, 727. 47 Biblioteca Nacional de México, Archivo Franciscano, caja 82, ex p.

1321 ' f. 20-22. 48 Fortino Hipólito Vera, Colección de documentos eclesiásticos de Mé­

xico .. . 3 v. Amecameca,lmprenta del Colegio Católico, 1879. 1,445. 49 Luis Alfaro y Piña, Relación descriptiva de la fimdación, dedicación,

etc. de las iglesias y convelllos de México. México, Villanueva, 1863.

Plano 7

PARROQUIAS 1772-1902

1. Sagrario 2. San Miguel 3. Santa Vcracruz 4. Sanla CaJarina S. San José 6. Sanla Cruz 7. San cbaslién

8. San Pablo 9. SanJa Maria 1 O. San la Cruz Acatllln 11 . Santa Ana 12. Salto del Agua 13. Santo Tomás

15

Page 17: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María
Page 18: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

1 Z P.JitiC/11 .f<~cillfltll 3 li¡Juf1dó" .4 Pllt~ail'!isllhifll. S Ciutlt~tl•lt~ 6 Penitenci4"14 1 üs Yiict~trlll&. a' Cvtlfltles tn Sn.LiufYI. 9 Arzollispatlo !fJ Srtl. le' Arr,6tsp"tl" 11 CBu tle Correor 12 ~-~!ro Kt~cÑ!nlll tn (tlfrlhwt:rilfl. !J H.Monlé o'd't~tltJrl 14 C!ltJ!v/19"' f! AltJm•ó.r.

17

Page 19: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

1977 ZONAS PASTORALES

~· l ~ 1'\fN ~ ~ 6 dle<'.WM ~J J*'OqiMJ l . Ctt'oiORcy 4d«~ l2~y2-..ur ... r.,.. .. s..-1 r oc Jnús • de<eni&Of. •2 P~-~' fll n~Ardngel4~ot40~s V s..n~o~ )d«~ ~rwroquou \1 S..1.Joie5d«:.n.~ot41~yi"'Cena,.

"' s.n P.tll6o ~ ) d«.n.tot )6 ~~ Wl Son..Loln&ucMt. )de("~ 19~1

) ~toq&.M~ ck IMgUtt 1"10 t.m~GN~·

1 P*JtOqVII de mo 1 e~ c:Ofl r•~oón J*rf'lqt.NI 2~•C)elt~

primer momento es de redistribución parroquial , a lo que . 1gue el crecimiento por agregación; al . egundo momento se lo 1uede llamar de reorganización pa toral.

No es poco lo que la ciudad había crecido en la última década del siglo XIX. Puede decirse que se iniciaba el proceso por el que la mancha urbana se extiende y devora lo antiguo pueblo que otrora la rodeaban. Por e te tiempo - 1900- se trataba tan solo de pueblecito que tradicionalmente formaban parte de lo ejido de la ciudad o eran dependencias de las do parcialidade de indios: Nonoalco, la Concepción Tequipeuhca, Chapultepec. Había entonces que hacer frente al crecimiento. Por edicto dioce ano del 1 o. de mayo de 1902 el arzobi po Pró peroMaríaAlarcón y Sánchez de la Barquera50 redi tribuyó los límites parroquiale y erigió nuevas parroquia y vicaría . . Con e to e cambió, de pués de 130 año cabale , la di visión de Lorenzana, "considerando --<lice- que de de entonces han cambiado no poco las circun tancias de nue tra ciudad arzobi!>pal, no ólo por haber aumentado la población, sLno por er hoy mucho má necesario redoblar el celo y la vigilancia

pa toral. .. " Se aumentaron las parroquia del Sagrado Corazón de Jesú , Concepción Tequipeuhca, San Antonio Tomatlán y las vicarías de San Franci co Tepito, San Miguel Nonoalco, El Espíritu Santo, San Pedro, Campo Florido y San Antonio de la Huertas. Contamo , por suerte, con un plano impreso en 1904 que contiene esta divi ·ión y se publica aquí.S' Con leve variantes en cuanto a los límites que indica el edicto, permite

18

ver la nueva traza de la distribución parroquial. Lo importante es que a partir de ella y durante mucho. año se enfrentó el crecimiento por simple agregación. Todavía e puede ver la impronta de e a traza en la actual división parroquial.

En 1920 la ituación no había cambiado mucho. En edicto del arzobi po José Mora y del Río, de fecha 1 o. de marzo de e. e año, con el escalafón de la parroquias del arzobispado de Mé­xico, aparecen siete parroquias más que en 1902, ca ·i todas las que entonces eran vicarías. Pero a partir de entonce el creci­miento fue cada vez más acelerado. o he logrado recabar la información pa o a paso, pero con algunos dato. puede dar e una idea de la magnitud del problema. En el precioso plano de 1956- 1957 e regi tran 119 parroquia :en 44 años se aumenta­ron 95 parroquias más a la 24 de 1920. El ritmo exigía un cambio importante en entido cualitati vo.

La reorganización pa toral e dio entre 1964 y 1967 con la erecci ' n de gerencia o zonas de pastoral subdividida. en deca­natos. Coincidió con un hecho de la mayor transcendencia: el arzobispado de México, de tan va tos límites en u origen, . e redujo a solo y todo el Di ·trito Federal. Con esto, entre otro · efectos, dejó de atender a la enorme población urbana que rebasa los límites civile , obre todo en el nore te. En ntras palabras, la Ciudad de México, para lo efectos de la hi toria de las parroquias, se redujo considerablemente.

El sistema de zona pa torale -decanatos-parroquias se encuentra en pr ceso. En el último plano-actualizadoa 198 1-del moderno y más atareado Alza t.;, Mon eñor Jorge Durán Pi­ñeyro, secretario del Consejo de Planificación y Estadística Eclesiá ·tica, se registran 8 zonas pa ·torales, 33 decanato , 3 12 parroquias y 3 vicarías fijas. El cambio cualitativo permitió enfrentar el crecimiento. Aparentemente entramo en una nueva etapa de desarrollo por agregación, pero e o ya ale de mi tema.

Para el historiador de la división parroquial no es menos di­fícil enfrentar el vértigo del crecimiento del siglo XX. Meto­dológicamente implica una vuelta permanente a la fuentes de de el siglo XVI para registrar la historia de parroquialc de pueblo ab orbidos por la mancha urbana. Pero in duda el esfuerzo vale la pena. Con la ayuda de todos podré llevar a buen fin mi intento que es sólo primera piedra para cuando alguien escriba la historia espiritual de la Ciudad de México. O

Ciudad de México, mayo de 1981.

50 Ej. en la Biblioteca acional de México. 51 J. Trinidad Basurto, El ar::.vbis1mdv de México. México, Tallere

Tipográfico de El Tiempo, 190 1-( 1904). Se encuentra información sobre el siglo XX en la Mitra, en los periódico. católicos, en la Cace/a

del Arzobispado, en los Directorios del Consejo de Planifica ·ión y Estadí. tica Eclesiástica y en los planos que edita el arzobispado.

Page 20: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

dibujos.

alfredo valencia

Presentamo en e ta oca ión cinco dibujos a tinta de Alfredo Valencia, de su erie México a través de mi pluma, fe­

chada en 1989, buena parte de la cual hemo ido publicando, poco a poco, como para hacerla durar, ya que no es frecuente encontrar la calidad que distin­gue a u autor. Representan época dife­rente de la gran arquitectura de la Ciudad de México. Se trata de lo patio de la antigua e cuela de San Ildefonso y del Palaci de Minería, ademá de u e ca­lera, de la cúpula de Loreto y la e calina­la del edificio del Correo Central. O

19

Page 21: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Palacio ck Minerfa. Ciudad ck México.

20

Page 22: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Polacic de Milll!ria, Ciudad de México.

2

Page 23: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Iglesia de Lorew. Ciudnd de México.

22

Page 24: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Ccrreo Cenlrol, Ciudad de México

23

Page 25: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

24

análisis del espacio urbano en la ciudad de méxico._ 1803.

carlos cruz rodea

~ ...... ......,. ,.,, es e e r

........ ......,. . - -- ... ... , .... ..

Fig. 1

...

Page 26: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Barrio de Santiago

A1 observar con detenimiento los planos de la Ciudad de México de esa época y en particular el del levantamiento urbano de Diego García Conde, nos percatamos inmediata­mente de la presencia de un gran espacio central (Fig. 1 ), no sólo por u ubicación, sino porque de ahí emanaba la vida de la ciudad, y ahí se concentraba lo más importante; podríamos decir que el orden de los elementos que se ubican en el espacio tienen una direccionalidad hacia este punto. Esto no es un accidente, obedece a una estructura espacial a nivel geográfico y su origen se remonta al nacimiento de la Ciudad de México en 1519, un islote al centro y cuatro conexiones, una al Tepeyac, otra a Iztapalapa, una más a Tacuba y otra al embarcadero de San Lázaro; estos cuatro grand~s e importan­tes ejes funcionaban como conectores e paciales entre el exterior de la ciudad y la ciudad misma.

En cada eje, lo elemento que lo integran tenían una secuen­cia particular, por ejemplo: el eje marcado con la A (Fig. 2), al norte, partiendo de la Plaza Central. En su trazo e ob ervan dos bloques, dos calles y sobreviene la Plaza de Santo Domin­go. Esta se formaba por un ensanche aliado poniente de la calle y existía un "telón" constituido por la barda del Atrio del Templo de Santo Domingo. El espacio resulta extraordinaria­mente armónico, por la relación que guardan sus elementos y la función para la que fue di eñado. Po teriormente e ob er­van cuatro bloques, otra apertura del espacio, es decir la Plaza de Santa Catarina, no tan importante como la anterior, pero sí de presencia respetable. Esta plaza es distinta en su trazo a la de Santo Domingo; u proporción es cuadrada. De pués de Santa Catarina le siguen cuatro calle con sus respectivos bloques y nuevamente un ensanche del e pacio, en este caso la Plaza llamada La Lagunilla. De este en anchamiento irregular e desprende en línea oblicua hacia el noroe te una callejuela

que después de tres bocacalles desembocaba en un gran espacio casi tan grande como el de la Plaza Mayor, llamada Plaza de La Viznaga. En su extremo inferior izquierdo salía una calle que nos llevaba a la gran explanada, que era el Centro del Barrio de Santiago Tlatelolco.

Recreo

Fig. 2

Marquez

Viznaga

Plaza de la Lagunilla

Plaza de Santa

Plaza Santo Domingo

25

Page 27: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Plaza

Indio triste

El eje denominado B (Fig. 3) es aquel que comunicaba a la Plaza Principal con la zona del antiguo embarcadero de San Lázaro. Esta comunicación espacial se iniciaba en el cruce de la calle de Seminario y Santa Teresa, se observa una pequeña ca­llejuela que daba acceso al templo del mj mo nombre, el trazo continuaba por la calle del Hospicio de San Nicolás, pasando por la calle entonces llamada del Indio Triste, Venegas, y haciendo un paréntesis espacial modesto, de forma cuadrangular, conoci­do como la Plaza de la Santísima; el trazo proseguía por Maravi­lla y se encontraba un "accidente" en los paramentos. Ahí se localizaba La Pulquería de Celaya, ante de llegar a la zona de Mixcalco, donde finalmente la visual se fuga. El e pacio entonces crecía hasta encontrar sus límites en las cordillera que formaba la parte oriente de la cuenca de México.

El eje llamado C (Fig. 4), es el que se desarrollaba al sur de la Plaza Mayor y tenía una estructura especial, porque el ritmo de las calles que lo atravesaban eran muy desiguales; por ejemplo, sin mediar más que el propio límite de la plaza, ju to donde se ubicara parte de la Acequia Real y al oriente del eje de la calle, se localizaba un gran espacio. Este es el que se dedica aún al mercado llamado del Volador. Despué·s de dos bloques, la calle de Jesús del Conde, ahí se encontraoan un par de plazas en esquinas contrapuestas. Estas eran la Plaza de Jesú y la Plaza de la Paja.

En djrección sur se pasaba el Puente de Minas, San Felipe de Jesús, Estampa de San Miguel , La Vende, y se llegaba de ma­nera directa a la Plaza del Arbol , que se integraba a una mayor llamada del Rastre, ~:;ta a su vez con otras dos, la de San Lucas y la de la Capitanía de Necatitlán.

Des pué de este complejo sistema espacial , ocurría lo mi mo con el eje A, e fugaba el espacio con vista hacia el sur a partir de la garita de San Antonio Abad.

26

Plaza de

Fig. 4

Plaza San Lazaro

Fig. 3

41--- Plaza Mayor

Mercado del

~---t-Plaza de Jesús

:---...Plaza de la Paja

Plaza de

Garita de San Antonio Abad

Page 28: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Hasta e te momento hemos analizado los ejes A, B y C a partir de la Plaza y en un sentido centrífugo, sin embargo, creo que el análisis espacial de las vía cambia enormemente i e invierte el sentido del análisis. E to haremos con el eje D (Fig.

), que corresponde a la antigua Calzada de Tlacopan, com­puesta por sus diferentes tramos. Nos situamos a la altura de la garita que, en e te caso se encuentra mucho más alejada que las de los ejes A y C, en paraje que se conocía como San Cosme. En él ya para e a época, se encontraban varias construcciones que conformaban un espacio amplio, recto y di continuo en sus paramentos, en medio del cual permaneció muchos año el Acueducto proveniente de Santa Fe. Esta misma característica e pacial se presentaba en el tramo de Buena Vista; en cambio, a la altura de Puente de Al varado y a partir de la plaza del gran Conjunto de San Fernando, la secuencia de volúmenes se densifica y entonces se acentúa la horizontalidad de los bloques, que e veía animada con la verticalidad de las torres y el colorido de las cúpulas. Tal sería la impresión de un viajero al pararse en la "boca" de la Plaza de San Fernando y observar más adelante y hacia la izquierda, a San Hipólito; un poco más adelante a la derecha, San Diego, y al avanzar e casos do bloques, la gran impre ión, un enorme e pacio confinado por importantes edificios, pero enriquecido en su ambiente y temperatura con cientos de árbol e colocados además conforme a un trazo en í mismo armónico. Toda e ta impre ión para el caminante de aquella época debió ser maravilloso, el bosque en la ciudad. Después de caminar poco menos de cien metros el supuesto caminante e percataría que a su izquierda ocurre algo, una nueva plaza, en esta ocasión con do templos: uno San Juan de Dio y otro que le da el nombre a la plaza, Santa Veracruz; alguno metro más, pero del lado contrario, se observaba la con trucción del antiguo convento de Santa 1 abe!. Se llegaba al final del Acueducto de Santa Fe, donde se localizaba la fuente de agua de la Mariscala. A partir de allí se pa aba a la calle de Santa Isabel. El espacio e transformaba al exi tir una gran reducción, dos volúmenes impre ionantes, lo limitaban una triple altura que haría entir al caminante un sentimiento de opre ión que egurarnente e tran formaría en admiración por la magnificencia de las construcciones. Así mismo pasamos por los hospitales de San Andrés y Betlemitas. En este último caso, la horizontalidad del volumen contrastaba con la torre del templo, ésta irrumpía el espacio. Más adelante, Santa Clara con u pesada cúpula, y con el remetimiento de paño que permite un en anche de la calle, cuyo objeto sin duda era dar un mayor e pacio al observador para que pudiera contemplar las portadas del templo. Más adelante nada e pecial, e pasaba por la calle hoy llamada de Motolinía y e llegaba a la esquina de Manrique, en donde nuevamente la volumetría indicaba algo, en esta ocasión la pre encía de una torrecilla que recor­taba el cielo y nos marca que hemos llegado a lo que fuera la Antigua Alcaicería . Continuamo y a medida que vamo avanzando van mejorando yaumentandodealturalascon truccio­ne , el espacio se hace un poco más reducido y de pronto se abre, de manera abrupta. Hacia nuestro costado derecho observamos primero un espacio magnífico de 280 vara en su lado corto, y Fig. 5

27

Page 29: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

cerca de 400 en su lado largo. La vista se amplía hasta cuatro planos, lo espacios entre los volúmenes existentes se unen irremediablemente, es decir el verdadero espacio lo conforman los paramentos de las calles de Escalerillas, Seminario y Palacio, Portal de las Flores y Portal de Mercaderes. No obstante y dentro de este gran espacio aparecieron construcciones como la del Mercado del Parián y la misma Catedral y Seminario, que dan la sensación clara de que se encuentran dentro del espacio de la plaza.

Hasta este momento sólo he descrito los cuatro ejes principales, enunciando sus variaciones espaciales; in em­bargo, existen otras calles que formaban parte de la retícula, propia de esta ciudad en esta época. Tal es el caso de la calle del Reloj (Fig. 6) , que como nos muestra el dibujo existen nueve calles y ocho bloques con un ritmo regular y casi al fi nal se localiza una plaza ubicada en la calle de Zapateros y el Reloj . Después de esta plaza hay dos bloques y e inicia el desdibuj amiento del espacio ha ta confundirse con la Plaza de San Antonio Tepito.

Otro verdadero eje lo constituía la acequia que penetraba hasta la Alhóndiga hoy Roldán, y que provenía del Canal de la Viga, pasaba por la compuerta de la Acequia Real; esta vía fluvial remataba en Alhóndiga o Primera de Santísima, con un ensanche escalonado y receptivo. Después se localiza el Templo y Plaza de la Santísima y a la siguiente calle, en el costado izquierdo, San Nicolás, un espacio cuadrangular que se cons­tituyó posteriormente en la plaza también. Tres calles después se localiza la Plaza de San Juanko y un par de calles más hacia el norte la calle daba acceso a la Plaza de San Sebastián, que a su vez se ligaba con otros espacios. Este eje se interconectaba hacia el oeste con otros si temas, de la Plaza de la Santí ima se podía llegar a la Plaza del Carmen, hacia él por la calle de Mixcalco a la Plaza del mismo nombre, a la Plaza Loreto y más hacia el poniente con Plaza de la Cruz del Factor, la de Santo Domingo y la de la Concepción, la misma Plaza Principal y más adelante con la Alameda y Santa Veracruz.

En el sentido oriente-poniente, son notables las vías de San Jerónimo, iniciando su trazo con la Pulquería de los Pelos, pasando por la Plaza del Colegio de San Pablo, por el ensanche enfrente del templo de San Jerónimo a manera de plaza. Finalmente el trazo remataba con la Plaza de las Vizcaínas.

Con menos riqueza en la variedad espacial está la vía de Regina y Mesones.

He de crito los principales ejes de comunicación espacial con sus componentes más notables. A continuación e enuncia la tipología de los espacios más importantes que se han identificado en este análisis de la Ciudad de México al final del siglo XVITI.

8

Pa eo Calzada Calle Principal Acequia Calle Secundaria Plaza Principal

Plaza Importante Plazuela Plazoleta Ensanche de Calle Diferenciación Virtual de Espacios

Como producto de este análisis podremos concluir en e ta etapa que la ciudad a finale del iglo xvrn, po eía un si te­ma de intercomunicación e pacial a través de cuatro ejes, que la comunicaban con el resto del sistema de la cuenca. También contaba con un sistema de calles principales, que contenían generalmente un ensanche, una plaza, plazoleta o varias com­binaciones. E te sistema e aprecia en las figuras, en donde vemos los cuatro ejes principales, otras calles importantes como las del Apartado, San Ildefon o, Donceles, San Nicolás, La Estampa de Jesús, Regina, San Jerónimo y de norte a sur la del Coliseo del Reloj , Venegas y Santísima, principalmente.

En la expo ición de estos subsistemas se ha denotado la diversidad de los ritmos en cuanto a la ubicación de los bloques. En la parte central de la ciudad las variac iones de la calles son meno re , la proporción predominante de los espacios e rectan­gular, con tendencia a la proporción cuadrada. Una buena parte de los espacios abiertos tiene paramentos diversos; e observa una tendencia al trazo ortogonal de esto paramentos. Entre má céntricas on las plazas, más regular es su conformación. Es frecuente observar el contraste de la hori zontalidad de los cuerpos limitantes, con la verticalidad de torres cúpulas, empezando por la Plaza Mayor, iguiendo por Santo Domingo, Santa Catarina, San Sebastián y Carmen, San Lázaro y muchas otras. Como ejemplo de esto mo tramos la conformación espacial de Santo Domingo (Fig. Il) y la de la Plaza Principal que merece mención especial (Fig. 1). En ella se di stingue un gran espacio envolvente tal y como lo describimos en la primera parte de este texto. Sin embargo, hay que acusar que dentro de este gran e pacio existían otros de carácter diferente, tal es el caso del Atrio de la Catedral, que marca una diferencia en el de la Plaza Mayor. Se puede pensar que el Atrio se constituyó como un espacio "preparatorio" para el ingre o o salida del templo. Le llamamos a e te e pacio "virtual", porque no existía una barrera física que impidiera la visual, sin embargo, existió una reja, que por tran parente permitió integrar los dos tipos de espacio. Por otro lado aquel trazo helíptico de la balaustrada con bancas que enmarcaban la Estatua Ecuestre de Carlos IV le creaba un ámbito especial a la escultura. Al interior se conformaba un espacio en el cual el observador se relacionaba en términos de escala con la estatua ecuestre del monarca. Otro espacio y sensación era la que se percibía estando fuera de la limitante . Ahíla relación era ya con los componente de la Plaza, la escala del espacio era mayor.

Por otro lado pode m o mencionar que las calles que compo­nían la ciudad eran de 7 a 12 metros de ancho por lo regular, que la altura promedio se componía de planta baja, entresuelo y primer piso, alcanzando una altura aproximada a los 12 metros. Estas alturas combinada con la longitud de la cuadra, que era básicamente de dos dimensione , 100 y 200 varas . Conformaban las calles básicamente espacios que tendían a la horizontalidad, y que sí alcanzaban una liga con la e cala humana. Estas dimensiones también permitían una ilumina­ción adecuada de los paramentos que a su vez proporcionaban una buena iluminación al interior de losedificios,con mucho mayor abundancia esto e daba en los ensanches, plazoletas o plazas.

Page 30: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

XXIV.-j.~ ....

Plaza Mayor XIII Plaza del Arbol, La Garrapata, XXV Plaza Loreto

11 Plaza Santo Domingo del Rastro, y de San Lucas XXVI Plaza de la Alhóndiga

lll Plaza Santa Catarina XIV Plaza San Fernando xxvn Plaza del Colegio de San Pablo XXVIII Plaza de las Vizcaínas

IV Plaza del Recreo XV Alameda Central XXIX Plaza Regin¡l V Plaza del Organo XVI Pluza Santa Veracmz XXX 1· Plaza San Jerónimo VI Plaza de la Viznaga XVII Plaza San Antonio Tepito XXXI Plaza de 1 Lagunilla VIl Plaza de la Santísima XVlll Plaza Santísima XXXII Plaza de la Concepción de

VIII Plaza Mixcalco XIX Plazoleta de San Nicolás Cuepopan, Plazuela del

IX Pulquería Celaya XX Plaza San Juanico Montero, Plazuela del Jardín XXXIII Plaza San Antonio

X Plaza San Lazara XXI Plaza de San Seba tián XXXIV Plaza Fuente del Santísimo XI Plaza del Volador XXII Plaza del Carmen XXXV Plaza del Sapo XII Plaza. de Je ús y La Paja XXIV Plaza de la Cruz Jel Factor XXXVI Plaza de la Viznaga

29

Page 31: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Fig. l Fig.ll

Plau Santa Calllrina

Fig.IU JI, •• Fig.JV

~ - Plaza del Organo ,,...JI

Fi¡¡.V

Esta lumino idad no sólo era útil para tomar luz para el espacio público, sino que permitió un factor má , la ornamentación de las ca as y templos tuvieron así forma de denotar la riqueza de su relieve y contrastes volumétrico . Otra de las características del espacio, ademá de la iluminación, e u direccionalidad. Ya hemo de crito en partes anteriore una de la manifestacione de esta djreccionalidad al describir la ubicación de lo ejes y del resto de las calles. Pero a mi entender, confirmando en otras de mis consultas bibliográficas al texto. Sistema de Ordenamiento. Introducción al Proyecto Arquitectónico, de Edward T. White, que nos dice en el capítulo de e pacio página 56: "un e pacio interno conformado por do parede y un techo horizontal se puede denominar estable, en cambio un e pacio con entrante y salientes en lo muros y con variacione de altura e inclinación en la cubierta se puede denominar un espacio direccional dinámico". Esto ucede en muchas de nue tras plazas ya descritas, que a pe ar de la horizontalidad de lo volúmene , obre viene la pre encia de torres y cúpulas en diferente altura y plano . E to da una

30

Fig.VI

direccionalidad dinámica a la liga e pacial de la Plaza con el e pacio cele te. Esta peculiaridad, como dice Don Juan de la Encina al describir otra de las caracterí ti ca del e pacio, tenía una intención de expre ión estética.

En complemento a lo anterior dicho, expondré alguno co­mentarios de diver o croni tas y observacione propia que nos mue tran cuál era la imagen y cualidad e pacial de la Ciudad de México al final del iglo XVIII. La ciudad e encontraba en un marco de e plendor natural. Al fondo del pai aje por el suroriente, do colosos de penacho blanco; hacia el oriente se desdibujaba la ciudad, de pués del Barrio de San Lázaro y e percibía el e pe jo en el que eguramente e reflejaba con nitidez la luz de la luna en la noches cálida de verano, e to no mo traba la dirección de Texcoco. E taban claramente definido el camino de La Viga hacia Iztapalapa, y el de San Antonio Abad hacia Tlalpan; e te último rematado visualmente con el majestuo o Aju co. El entorno se definía por una alta y verde cordillera que iba de Contreras hasta Cuauhtitlán, inte-

Page 32: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Plaza de la Santlsima Plaza de San Sebastian

Fig.VII Fig.XXI

.-t Plaza Mixcalco _ .. Fig.Vnt

Plaza San Uzaro

•Jil Pulquerla Celaya

Plaza del Volador

rrumpiéndo e por una gran boca donde e introducfan fuertes corrientes de aire que renovaban la atmósfera de esta parte de la cuenca. Nuevamente se levantaba una protuberancia mon­taña a que e conocfa como Sierra de Guadalupe; después de é ta, una nueva de pre ión por la que ingre aban los vientos dominantes y que fundía la vista con el magnífico lago de Texcoco; no podría pasar inadvertido el Peñón de los Baños y el Cerro de la E trella que fuera sitio e pecial de religiosidad en la época indígena y donde se llevaba a cabo la ceremonia del "FuegoNuevo",querenovabael espíritu de vida e inmortalidad de nue tro gran pueblo mexica.

A las ya mencionadas calzadas se sumaba la del Tepeyac; to­das ellas con una sorprendente nivelación, aunque un tanto polvo. a . Los ahuehuetes, eucaliptos, fresnos y ahuejotes delimi­taban el camino; hacían 5entir la seguridad de su trazo, permitían que el viajero di frutara de la bondad de la sombra y le daban una e cala humana a e to largo camino . Al ob ervar la per pecti­va panorámica que no ilustra una parte de e te magnífico "valle",

1--•.. ; Plazu de Jesús y La Paja

1 ..

m •• Fig.XI

Plazas del Arbol, La Gampata, El Rastro y San lúcas

Fig. XIII

Fig.X

Fig. XII

no podemos sustraernos a la penetración que hacen torres y cúpula al espacio atmo férico, creando por un lado la en ación de que van en pos del ámbito cele te y por otro lado que e e cielo azul, esa ex ten iónlacu tre rematada por los volcanes, no podrían existir sin las siluetas de tan altas estructuras.

Era sin duda una preocupación ca i frenética de autoridades y gente de opinión de la época, el alineamiento de las construc­ciones considerándose entonces, que un remetimiento o protu­berancia eran un defecto urbano. Se logró una gran unidad en las con trucciones. Sus paramentos eran lineal e en la mayoría de los casos; sobre ello e dibujaban múltiple ritmo de los vanos correspondiente a lo locale de renta de hospitales, colegio y aún palacete . Irrumpían la monotonía los herrajes de los balcones. Lo nichos marcaban referencia inequívoca en el e pacio ya que servían de referencia urbana. La grande portadas barroca. producían en cada plaza, edificios públicos y las mansione de ricos minero y comerciante , un deleite visual , y permitían uno de los pocos desenfrenos de la época.

31

Page 33: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Plaza de la Cruz del Factor

Fig. XXIII Fig. XXIV

Plaza de Loreto Pina de la Alhondiga ---Fig. XXV Fig. XXVI

Plaza del Colegio de San Pablo Plaza de las Vizcafnas

r ¡~ ..... ,_. Fig. XXVII Fig. XXVIII

Plaza Regina Plaza San Jerónimo

--Ftg. XXIX

El cincelado de las diversas canteras que vestían de tonalidades sepias las fachadas de nuestra ciudad, las calle se identifica­ban con el color mismo de la tierra propia de e ta cuenca y de sus alrededores. El tezontle poco a poco vino ganando terreno, primero en basamentos prehi pánicos, de pué en los muros de cal y canto; su nobleza le permitió alternar con las mejores obra que aba e de cincel, pasión y conocimiento, expresaron la forma de sentir de una época. Antes de que Revillagigedo tomara la ciudad en sus manos, se hablaba de la inmundicia de las acequias, del agobio de la basura de la mezcla de vendimjas en plazas y paseos; la falta de seguridad por las noches hacía que mucho de e tos espacios no se pudieran disfrutar deambulando por las calle de recta traza y de señorío sin igual.

Sin duda uno de los espacios má sorprendente desde aquella época lo fue la Alameda, flanqueada por magnífico edificios como el de Corpus Christi, San Diego, San Hipólito San Juan de Dios, Santa Yeracruz y Santa Isabel. La homogeneidad de este espacio no sólo radicaba en el trazo, sino

32

Fig. XXX

en las alturas que, variando entre do y tre niveles, mantenían una armonía excepcional. Ya anteriormente e de cribió e te sitio y e definió como un "bo que en la ciudad"; no existía otro lugar semejante dentro de la antigua traza, su magnitud, su densidad, u humedad y su aroma lo hacían excepcional. El contra te se establecía con Jo iluminado de la céntricas calles, que a medida que e alejaba su trazo de la gran Plaza Central, eran víctima del "pecado urbanístico" de la época, el no alineamiento, la variación exagerada en los tipo y calidad de materia , y en la "de proporción" de u altura .

La di posición de la Plaza obedecía, ademá de otra co as a un requerimiento útil. E te era el aba to. Ahí es donde se ha­cía la "Plaza", donde el habitante má humilde recurría a mercar, donde los eñores y señora de la mejores familias también acudían, ya fuera en sus carruajes de ostentación o ya fuera e trenando el en baldosado promovido por Revillagigedo, no sin queja por los de balanceo producidos por sus tacones y Jo ajustado de u corsés.

Page 34: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Plaza San Fernando Alameda Central ... _ iE&t3-·~p IP Cr'•-

Fig. XIV Ftg. XV

Plaza Santa Ven~cruz Pla.za de San Antonio Tepito

" ... 't" ,. .. . • r: 1 ~~~ .... ... ................ .

Fig. XVI

.... .... •• • Fig. XVII

Plaza Santísima Plazoleta de San Nicolás

·-1 Fig. XVIII Fi¡. XIX

Plaza de San Jacinto Plaza del Cannen

Sin embargo, todas las calles, directa o indirectamente, nos conducen al espacio urbano dedicado a la Plaza Principal má grande del continente. E te espacio, circundado de magníficos edificios dedicados al ervicio público y a la residencia de la más alta investidura política durante siglos, es sin duda el crisol y culminación de todas las emocione que pudieran producir en lo diferentes tipos de espacio que componen este armónico conglo­merado urbano. Tal pareciera que este fuera el eje del continente y que los colosos Iztaccíhuatl, Aju coy Popocatépetl estuvieran observando la integridad de e te magnífico espacio creado igual por el indígena que por el hombre de ultramar, pero su tentado y nutrido diariamente por el me tizo que lo reclama como parte de u identidad.

1

11 Fig. XX Fig. XXII

ANALISIS DEL ESPACIO URBANO EN EL CENTRO HISTORICO DE LA CIUDAD DE MEXICO EN 1991

En 1991 se sigue conservando el gran espacio cultural hoy conocido como la Plaza de la Constitución. Esta ha sufrido diferentes transformaciones, algunas de ella positivas para su conformación y otras completamente nocivas a su unidad. Las que han resultado po itivas son la elirrunación del Mercado del Parián, a í como la balau trada y la e tatua ecue tre de Carlos IV. También ha sido conveniente la intervención del antiguo Palacio dd Ayuntamiento que. al incrementar su altura, resulta mejor proporcionado a las dimensione de la plaza; el nuevo edificio del Departamento sin ser una obra arquitectónica trascendental respeta el color, la textura y los ritmos de compo­sición del antiguo Ayunta!.lliento, y forma una mancuerna muy aceptable ya que le da armonía al tratamiento del e pacio en ese paramento, al conservar además de lo anteriormente dicho el portal, que es una penetración de la plaza.

33

Page 35: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Plaza de la Lagunilla

" 1

.... ... ~"-¡·' r ..

Plau de la Concepción de Cuepopan, Fig. XXXI Plazuela de Montero, Plazuela del Jardln Fig. XXXII

Plaza San Antonio

'-" ' ...... .... -¡ .... l .. -a

·~~·~·1f-:1 ., • •• ¡

Fig. XXXIV Fig. XXXIII Plaza Fuente del Santlsimo

Plazuela de la V1U1o1~a

.j' Fig. XXXVI

El nuevo edificio del Departamento, al er su altura similar, se integra fe lizmente al espacio de la bóveda celeste. Más o menos en lo mi mos término pa a lo mismo con el Palacio Nacional. Al incrementarse un nivel y con lo paramento del antiguo Centro Mercantil y Monte de Piedad, corren la misma suerte lográndose resultado similare y desde el punto de vis­ta espacial ba tante aceptables. La Catedral y Sagrario Metro­politanos, al haber sido despojado del eminario, ganaron una presencia siendo perfectos "telone "al paramento de Guatema­la y Seminario. Ambos a la fecha han ufrido alteraciones; en el caso de Seminario incluso la muti lación de e te "ciclorama" casi perfecto que daba fondo al Sagrario y la Catedral.

En la descripción de la e tructura espacial de la ciudad de inicios del iglo XIX aparecían cuatro ejes que significaban la estructura a la cual e ado aban otros elemento que formaban todo un istema de interconexión e pacial de una ciudad. Hoy las cosas han cambiado no sólo de c.leel punto de vista formal, ino en cuanto a su función. Aquí conviene recordar algunas de la consultas bibliográficas. Juan de la Encina y Edward T. White mencionan una liga inseparable entre la actividad y el e pacio.

Actualmente el Centro Histórico con erva alguno de los e pacios que describimos cuando hablamo de la ciudad del iglo XVIH-XIX en otros ca o di ver os e pacios han de apa­

recido y también exi ten situacione que han incorporado nuevo elemento espaciale que conforman en la actualidad un nuevo si tema e pacial que permita la interconexión peato­nal y vehicular en el Centro Hi tórico.

34

Fig. XXXV

Lo ejes de Santo Domingo hasta Brasil permanecen en su trazo original. Por fortuna aún con tamo con la Plaza de Santo Domingo que es sin duda la que con erva el mayor número de elementos que le fueron caracterí ticos en esa época original; también con crvando su traza original no queda Santa Catarina.

En el caso del eje B subsi te u trazo original, la secuencia de las calle que lo atraviesan desde el siglo XVIII, a í mi mo la plazoleta que exi te en la esquina de Guatemala y San tí ima que hoy recibe este último nombre; actualmente ha desapareci­do un pequeño ensanchamiento que estaba en la siguiente calle y de igual manera la antigua Plaza de Mixcalco hoy la ocupa el mercado del mismo nombre. La antigua Plaza de San Lázaro en aquello año de 1803, aún no conformada hoy, permanece con un trazo incierto y re idual de la Plaza de li1 Soledad y de una erie de predio afectado por lo i mo de 1985.

El eje C de aparece el predio y e pacio dedicado original­mente al Mercado del Volador. Más hacia el sur aún con erva u trazo original la Plaza de Jesú hoy llamada del Lic. Verdad.

En contrapo ición a ésta ub iste todavía e l trazo y el e pacio de la antigua Plaza de la Paja. Tre calle más adelante aparece una nueva plaza que e abre a manera de atrio al frente del Templo de San Miguel y que marca lo límite actuale del perímetro "A" del Centro Hi tórico.

Este punto ha ido particularmente dañado de de el punto de vi ta e pacial, ya que no ólo e abrió la visual al continuar ha ta e e punto el viaducto de San Antonio Abad. Ademá e in. talaron ahí una erie de volúmenes irreverente a manera

Page 36: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

•Monumentos catalogados por el Decreto del 11 de Abril de 19110.

de edificios que han alterado la armonía de alturas que conformaban el espacio del sistema de las antiguas Plazas de La Garrapata, Del Arbol, del Ra tro y de San Lucas.

Pasando al eje D, quizá de los menos alterados todavía, podemos disfrutar como una de las "puertas de acceso" al perímetro "A" del Centro Histórico, San Fernando. Aunque alteradas algunas de las alturas de los inmuebles que lo rodean, aún conserva cierta escala humana y una proporción entre sus elementos. San Hipólito, alterado y cruzado por Reforma, sin embargo un poco más hacia el oriente sigue siendo impresio­nante el juego espacial que le imprime la Alameda por un lado, a pesar de la total transformación de su paramento ur, cuya destrucción y altura se ve protegida por la presencia de los ya no tan numerosos árboles, pero que aún agregan un factor muy positivo a la ambientación de este eje hoy llamado A venida Hidalgo. Es notable la reciente recuperación del espacio y del amable ambiente que proporciona la Plaza de Santa Veracruz, que a pesar de ser víctima de los hundimientos diferenciales y ahora ser una plaza hundida, recuperó en su reciente restaura­ción y limpieza, lurnino idad, transparencia (profundidad de espacio), todos ellos elementos y cualidades de un buen espacio urbano. Al trasponer el Eje Central, que en sí mismo e tablece una desvinculación entre una y otra parte, en el eje que analizamos e recobra esta pérdida al observar las cualidades de la Plaza

Tolsá, espacio que no existía en la traza de 1803 y que sin embargo le viene a agregar al eje de Tacuba un espléndido remanso intermedio entre la Alameda y la conexión con la Plaza

...... ESPACIOS DE ALTO Vkl.Oit HisroRICO UR8AHO

Principal. La altura de los inmuebles que la conforman es de escala "monumental", queriendo expresar con esto lo que White menciona al respecto en el capítulo 6 sobre el espacio (pág. 55) de su obra Sistemas de Ordenamiento: "la escala monumental surge al hacer que el tam011o del espacio sobrepa­se al requerido por las actividades que se van a desarrollar en él para expresar su 'grandeza' o rnonurnentalidad". Tal es el caso del espacio que genera el Correo, el Palacio de Comunicaciones y el Palacio de Minería. Después de esta plaza todavía se conserva el paramento de Betlernitas así corno una parte del antiguo Convento de Santa Clara. Sin embargo, en los tramos sub ecuente de este eje, particularmente en la esquina de Tacuba y Motolinía, se instalaron sentlos edificios cuya altura y apariencia a pesar de su elevación no inspiran el sentimiento de rnonurnentalidad por la mediocridad de su composición. Continuando nuestro recorrido vernos con sorpresa agradable que en Tacuba e Isabel la Católica aún se conservan muchos de los elementos originales de la antigua Alcaicería, no así en las fachadas subsecuentes, que aumentaron también el número de niveles desproporcionando esta altura del ancho de las calles. Sin embargo al desembocar a la actual calle de Monte de Piedad no recompensa nuevamente las pérdidas anteriores el aspecto que guarda la Plaza de la Constitución con el espacio atrial de la Catedral, la limpieza insuperable de su explanada y la buena presencia del modificado exPalacio del Ayunta­miento y el nuevo edificio del Departamento, cerrando e ta impresión la Suprema Corte de Justicia. O

35

Page 37: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

__p .t .~ ~d-1 Y:/l!lJC .!!J¿. ../! C.l/1/.0.4.0 !Z>E (?ffE:{·Jt't1. ¡;: ( J+r ~ fVflW_,.w/Dfñrt;l' ?,,J k ~111' lltliw ,,, :J,/,1¿{;/; t~ álrl• {':p,;t h a>mlfitk,r //' aw., J;,¡"~t)rv_. y ,- - t/'

U' 1 {~trlltlni~.Jc;",~c/ (- 1,.4' '! 4 /'" nJ.~': ·:,,q;;f..~ cl!.!!J,~-, 1,,.1(,.1/.,;, _.{,¡;1-f-ar' tl" 7.'~N .. u1.f • 1'(;/J:.'Yiui;H_,~hll ¡;étrnnr,¡dq~,./·~.-I"J.:t'.."17~u 'ltf7!/,.m~•·rrr.ñ'~m.,w ,¡· 2 e;>¿' r, r/11~1,1/¡n .J. tl'"1 1'/uy,;,t¡.,, ... r ( j;t¡; 1 ft.~tl.fltn~/1 J rr:.u~J ~.;,.,..;,(~ .. ~:~.:lfn.t ~k.·n ,./.'(11_~ t/~ # ~~"·" nr~r;r,.w,,;,,. /,;,.(..W:i:U,.,((.ill

Jr J l,.~.)t,r..!I';Jitu:¡•r 1 .tm .. '.~~N~/ tJ'J,·m/nfl" J~,Y,¡, rJ 11'8 /l:~i/..1~ .~t.J.:l~'-1.12 :f.l¡4r."lr,~f~, a//~.f~ ;;.~;.J~l!6Qt~¿,.~~.%:M'?.-'91.r~Ct:V..IÜ tr 4- V.~hl~~l"-.tl r,!;.rp, .J. i":J •• ,, e>~i.ta ._f:.t¡,r.·h'ir.r.~r.tf!:..,J¡•./ /'/'"'" ,¡y,hY~':lt ,m)..;,(l,{/~~-.1,~ f ~ cft;r. ".kr~llr ,1_

n· .; .. .. T!Errhr,, l't";L, ,...: " :! .1,~ZIIV/4t•fJt..t: PU~ t':r..,r:r""'; .!.llrff, _, rrq !l?lN'I1Nl4.f. 2r~rt. l!tlm•6Jd' '1trtyr.t~:.-Lu 1(-rr? (f-u~ 1 :1

r;· 6 57;.,--;.('",'"~' r:,rmlr: ,!/. 1·-l.'l;~¡lllt',.,J c;'l~\ '1t-n~T/"r,.,,/," t? io ~1FL- ti:.,~t.utrl.•.lro-t:'};;u,., ~a-.-z//Yq t${"~/ .. J .. ~. y;;-é~~J't "A~, NO~ ,.¡;,,, •iJ l:-1¡, """ .¡

Plano de Juan Gómez de Trasmonte, 1628.

36

Page 38: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

méxico en una laguna.

gloria guerra pedro hiriart: fotografías

LA CIUDAD EN 1628

L a ciudad virreina! de México en 1628, pintada en el plano de Juan Gómez de Trasmonte es singularmente extraña a la misma ciudad en 1992.

Dos ciudades separadas por cuatro siglos y una obra que de­saguó sus lagunas y definió su fisonomía actual. Perdimos la ciudad lacustre y la transparencia del valle circundo por la for­taleza de sierras cubiertas de espesos bosques de encinos, pinos y robles, por cuyas vertientes se deslizaban los ríos que lle­naban las lagunas de México y Texcoco e invadían la ciudad con canales, acequias, zanjas y lagunillas.

En la ciudad lacustre de Trasmonte lo que más sorprende a la mirada e la inmensa laguna que le otorga su belleza. Cir­cunda la villa la línea precisa del albarradón de San Lázaro, construido en 1555 a semejanza del de Nezahualcóyotl, con sus compuertas que dan salida a las aguas de las acequias y paso a las embarcaciones; separa y defiende la ciudad de las aguas resplandecientes y tranquilas pero también amenazantes.

Del bosque de ahuehuetes de Chapultepec, parte el acueduc­to de 900 arcos, construido en el año de 1620. Entra a la ciudad por la calzada de Tacuba llevando el agua fresca de los manan­tiales hasta los palacios y conventos de muros de tezontle y a las fuentes donde los aguadores la recogían para venderla. El aguador era un personaje popular en la Nueva España, cono­cido por los vecinos en los barrios donde vendía el agua.

LA INUNDACION DE 1629

Un año después de que Trasmonte pintó su plano, la ciudad se inundó por los siguientes cinco años con las lluvias torrenciales de 1629.

La ciudad fue devastada por la inundación y la catástrofe se extendió a sus habitantes. De los 80,000 indígenas murie­ron 30,000 y muchos de los 50,000 negros y mulatos y 16,000 españoles y criollos se salvaron emigrando a otras regiones.

Los dominicos nombraron a San Antonio Taumaturgo co­mo "patrón de las aguas", pero aun así Tlaloc inundó las calles y las plazas y los vecinos aterrados cerraron sus tiendas, casas, palacios, conventos e iglesias adornados de alfarjes, y los ca­rruajes y caballos dejaron de circular tomando su lugar las

1 "FORMA Y LEY ANT ADO DE LA CIUDAD DE MEXICO", JUA GOMEZ DE TRASMO TE, 1628 Esta vi ta del plano está tomada desde el lomerio del ponien te, cerca de Chapu ltepec. En el plano se registra un núcleo urbano y una región circundante. En la zona urbana, el au to r exageró la extensión constru ida, sin embargo, los edificios, conventos, iglesias, hospitales y colegios están situados, correctamente, a excepción de una cuadra de la alameda, que no aparece.

En la región circundante, se advierte la isla de Tenochtitlan rodeada de las lagunas, los terrenos pantanosos, la ca as de los indios diseminadas y en el oriente el albarradón de los indios.

37

Page 39: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

canoas que vogaban con los muertos por la inundación a los ce­menterios. La figura oscura de los frailes deambulaba por los canales ungiendo con la extremaunción a los moribundos.

El lago constituyó la amenaza a vencer por varias generacio­nes que trabajaron por expulsar el agua fuera del valle, y al de­saguarla no supusieron la inmensa y decisiva transformación que se revertiría cuatro siglos después, en un esfuerzo descomu­nal por traerla de lugares cada vez más lejanos de la ciudad.

EL LAGO

E1 valle de México se encuentra dentro de una grandiosa zo­na volcánica y cubre un área de 9,600 km cuadrados. Una ca­dena de altas montañas forman el ciclópeo muro que rodea la cuenca, impidiendo la salida natural de sus bgos. La gran pla­nicie central tiene una altitud que oscila entre los 2,240 m en el sur y 2,390 en el norte. Esta cuenca cerrada contenía varios lagos que formaron un gran cuerpo de agua poco profunda, de aproximadamente 1 ,000 km.

Una característica del valle de México es que cuando caen tormentas en el noroeste y norte, pueden producir desastrosas inundaciones, mientras que lluvias prolongadas e inten as en el sur sólo crean un crecimiento de los ríos. Esto es porque en la sierra de Chichinautzin, en el sur, cubierta de malpaís, geológicamente tan joven, al caer lluvias copiosas se infiltran y no producen escun·imientos extraordinarios como en el norte.

Así los ríos de Cuautitlán y Las Avenidas, en el norte, han sido los causantes de las inundaciones que sufrió la ciudad de México en 1449, 1465, 1555 y 1629; sólo la de 1865 fue causa­da por lluvias del sur.

38

El funcionamiento hidrológico en el valle de México a la llegada de los españoles, era el de una serie de lagos y lagunas rodeados por extensos bosques que cubrían las laderas montaño­sas y mantenían fijo el suelo a é las.

Los depósito de agua subterráneo llenos a u capacidad, mantenían el flujo en numerosos manantiales propiciando que la evaporación y la evapotran piración de los lago y la vegetación, mantuvieran un nivel de humedad estable en la atmósfera, nunca sujeto a variaciones bruscas de temperatura.

EL DESTINO DEL LAGO

En el mes de agosto de 1521, los soldados españoles al mando de Hemán Cortés conquistaron la ciudad de México y en menos de 50 año su fisonomía se transformó en la de una villa española con casas, palacios, conventos e iglesias. De la antigua ciudad sólo quedaron las calzadas y los canales principales.

Un área de 13 manzanas era la zona destinada a los blanco . En ella residían el alto clero, los magistrados, comerciantes, la aristocracia y la mayoría de los españoles.

La comunidad colonial indígena rodeaba a esta primera traza en una porción en forma de L que se conformaba con cuatro barrios: Atzacualco al noreste, Teapan-Xochimilco al sure te y San Juan Moyotla al suroeste. La conquista no sólo marcó una discontinuidad en la historia, sino también en el ambiente.

Las repercusiones por los nuevos asentamientos no se hi­cieron esperar: posiblemente la ignorancia hizo que destruyeran algunos muros del albarradón de Nezahualcóyotl que tenía 12,000 m de largo y 4 m de ancho, para dar pa o a las embarcaciones. Paralelamente se inició la de fore !ación de los bosques para

Page 40: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

cubrir las necesidades de construcción y combu tibie de las nuevas ciudades y edificios. Las áreas de cultivo sufrieron fuertes modificaciones como consecuencia de la implantación de nuevos cultivos, tecnologías agrícolas y la introducción de ganado.

Pero sin duda la modificación más grande se realizó por las grandes obras hidráulicas del valle: se construyeron presas, se re­llenaron canales y realizaron nuevos conductos de agua; Cortés mandó reconstruir lo caños del acueducto que llevaban antes el agua desde Chapultepec. En 1525 se hizo la primera pila y caja repartidora de agua en el lugar conocido como la Mariscala. En 1526, Motolinía realizó una petición para que e hiciera un caño que hiciera llegar el agua al convento de San Francisco y en 1553, la escasez de agua propició la prolongación del canal de San Lorenzo hasta la fuente de Tlatelolco. En ese periodo la parte sur de la ciudad se aba tecía con el acueducto de Belén.

Las fuertes lluvias de 1555 inundaron la ciudad ante la sor­pre a de los españoles, quiene de inmediato mandaron cons­truir el albarradón de San Lázaro, que consi tía en un muro de piedra que daba la vuelta a la ciudad y en su construcción colaboraron todos los indígenas de la zona. Pero la más grande empresa preindustrial fue drenar la cuenca de México, convir­tiéndola en cuenca abierta por medio de un túnel y un canal.

La ciudad de México sobrevivió a las inundaciones, pero el destino de sus lagos estaba marcado por el proyecto del de agüe del valle de México.

LA OBRA DEL DESAGÜE QUE DURO SOLO UN A~ O

Francisco Gudiel y Ruy González presentaron el primer proyecto para las obras del desagüe del valle. El proyecto no

e realizó en e a época ya que las lluvias menguaron, pero las indicaciones de la propuesta fueron las que se siguieron en la construcción del desagüe por er las acertadas.

El virrey Vela co arribó a la ueva España en 1590. En la misma flota venía por coincidencia Enrico Martínez y Juan Ruiz de Alarcón. El virrey Vela co ternero o de las inundaciones que se produjeron en 1579, 1580 y 1604 propu ose realizaran las obras para el desagüe; se presentaron varios proyectos y fue aprobado

2 "TE UXTITLA , MEXICO", ALO SO DE SA TA CRUZ, 1560 Aunque atribuidos a Santa Cmz, este plano por sus características pictográficas mantiene elementos de códice indígena. En el plano, la ciudad ya mestiza es cruzada por canales y calles, y protegida de las aguas por el albarradón de San Lázaro, sin faltar por supuesto las canoas tripuladas por indios pescadores y ca­zadores de p:íj.,ros.

3 "PLA DEL REAL DESAGÜE DE GUEGUETOCA", JOSE DE PAEZ, 1753 Para la realización de este plano que ha trascendido por su belleza, su autor se basó en la carta del valle de México delineada un siglo atrás por Carlos de Si­gücnza y Góngora.

Representa el sur de la Ciudad de México y la población de Tul a al norte. La e cala gráfica está en 50 varas.

A un costado del plano hay una c~plicación acerca de las copiosas aguas de 9 ríos provenientes del suroeste del valle, que alimentaban los río Cuautitlán y Tepotzotlán, y desembocan a¡¡tes de las obras, en las lagunas de Citlaltepec y Zumpango, que también recibían las aguas de Pachuca. Todas e tas aguas producían desbordamientos hacia la laguna de Texcuco que se vertía irreme­diablemente en la ciudad.

Para evitar estos derrames se realizó la "prodigiosa obra", a través de la cual los ríos del norte desaguaban en el de TuJa.

En su parte final se menciona: "gracias a esta obra y a la inteligencia del e­ñor Domingo Tres Palacios y Escandón, la ciudad e vio altamente beneficiada.

39

Page 41: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

40

Proyecto de desagüe de la laguna de Texcuco

Page 42: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

ciCle Enrico Martínez, quien proponía que el de agüe e practicara de Huehuetoca a la laguna de Citlaltepec, con una distancia de 14, 50 vara . El fin de esta obra no dice Enrico Martínez es "el de

quitar de la laguna de México el agua que fuese nece aria para asegurar a la ciudad de la inundación que se teme, y si por algún impedimento no se lograse el intento, e acomodase la obra para desaguar por ella la laguna de Zumpango." La propue la de Martínez coincidía con la de Gudiel.

Para con eguir la mano de obra e hicieron pregone , convo­cando a los negros, mulatos y me tizos ofreciéndole pago. Lo salarios de los indio ~:: ran de 5 reales por cinco días, un almud de maíz por emana, una libra de carne por día y la ida y vuelta a sus pueblos.

Se convenció a los vec ino para que prestasen a sus escla­vos, a los que se les daría de comer. Para cubrir el costo de las obras se tasaron las casas y posesiones de la ciudad, dando por re ultado una estimación de 20'267,554 pe os de oro y como gravamen el uno por ciento.

La obra fue dirigida por el jesuita Juan Sánchez y Enri­co Martínez, que ademá de er astrónomo, a trólogo, geógra­fo, médico, ingeniero, arquitecto y escritor, era un ex-celente matemático. El29 de septiembre de 1607 el virrey Vela co da la primera azonada, y en meno de un año, el 17 de septiembre de 1608, el arzobispo bendecía la obra y junto con el virrey y En rico vieron correr las aguas por el tajo abierto de ochistongo.

En un informe de Enrico Martínez al rey se con igna: que de Zumpango a Nochistongo se con truycron 15,950 varas, de las cuales 7,670 vara eran de socavón en donde se abrieron 42 lumbreras cuadradas y la más profunda tenía 57 varas y 7,500 varas a tajo abierto, de la orilla de la laguna de Zumpango hasta Huehuetoca, con más de 13 varas de fondo. En un testimonio de la época e afirma que habían servido en la obra 4 71 ,514 in­dios, muriendo 21 y 1,644 indias cocineras.

El tajo de Nochistongo permitió que, a un año de iniciada la obra, el agua corriera franca hacia el mar sin amenazas que asolaran a la ciudad. Al mismo tiempo se introdujeron cambios importantes para el equilibrio ecológico del valle.

o solo salían la aguas negras y las de lluvia, sino también las aguas de los manantiales y lo lagos, pre figurando el desecamiento de la unidad lacustre cuya primera consecuen­cia fueron las tolvaneras.

Las crítica para En rico Martínez sobre el desagüe de Nochi -tongo no se hicieron esperar, a raíz del azolve y los derrumbe que se produjeron al no estar recubierta la obra y haberse hecho sólo una primera parte de su proyecto y no el de agüe total del valle. En rico Martínez fue juzgado en el año de 1624 y Juan Go­méz de Tra monte formó parte del grupo que lo enjuició.

En el año de 1629 se ·le solicita a Enrico Martínez reparar algunas partes de la obra, pero en vez de esto e tapa la boca del desagüe y se rompe el vertedero, penetrando las agua de Cuautitlán a la laguna de Zumpango que desaguó en la de San Cristóbal y é ta en la de México, anegando irremediablemente la ciudad. Enrico muere viejo y enfermo en 1632. Con él con­cluye el periodo más trascendente de la grandiosa obra del de­sagüe del valle de México.

LAS OBRA OUE DURARO TRES SIGLO

En 1621 lkgó a gobernar la ueva E paña el marqué de Galvez y con él una catástrofe. Era el virrey hombre inflexible e incapaz de sufrir objeción alguna y al ob ervar la contradic­ciones de persona entendidas sobre la obra del desagüe, decidió la obra rcprc entando e ta medida el mayor desastre para la ciudad pues el día de San Mateo llovió durante 36 horas seguida causando la tremenda inundación de 1629, en que est'uvo la ciudad sei años anegada. El virrey de Galvez tuvo que alir huyendo ante el alboroto popular. En esta época e pcn ó en cambiar de a iento la ciudad, pero el proyecto se desechó in i tiéndo e en continuar el desagüe general del valle por Huehuetoca.

En 163 7 el marqués de Cadereyta se ocupó de las obras. Pri­mero restauró la calzadas, albarrada y diques, así como el de­sazolve de 22,000 varas de acequias en la que trabajaron 20 mil indio y convocó a una junta que decidió que el desagüe de Huehuetoca e hiciera a canal abierto profundizándolo y en-anchándolo para que además de la lagunas de Zumpango y

Huehuetoca, también desaguaran la otra lagunas que toma­ron el camino del valle. La novedad en este proyecto era que se abandonaba en definit iva la obra del ocavón y e tomaba la idea de que todo se hiciera a tajo abierto.

Por e te tiempo Gcmelli Carreri vi itó las obras del de agüe y dejó una constancia de lo que vio: "según queda dicho, seco­menzó este trabajo en el año de 1637, siendo lo peor el que tienen que abrirse valles profundísimos para descubrir el antiguo lecho de las bóvedas que entonces hicieron cavando la tierra debajo, a la manera de los conejo ,todavía se trabaja diariamente, pero aún más en el tiempo de lluvias, por que en él la corriente de la aguas ayuda a llevar hacia abajo las pie­dras que se sacan, sin esto no bastarían muchos siglos para cumplir la obra. El modo que trabajan es el siguiente: fijan una gran viga a la orilla del río o cerca de las bóvedas, cuelgan de ellas muchas cuerdas a cuyas extremidadc atan a los indios por la cintura, y suspendidos van cavando la tierra o sacando las piedras a Jo largo del canal para hacerlas caer a la corrien-te, en donde muchas veces caen también ellos."

En el año de 1714 hubo un fuerte temblor que destruyó mu­chas obras del desagüe. El superintendente de la obra era el mar­qué de Villahetmo a. Entre 1742 y 1764 se realizaron obras de mantenimiento y se continuaron las obras del desagüe, a tajo abierto, a cargo de Fernando Tres Palacios y Escandón, super­intendente de la obras del desagüe durante los virreinato del conde de Fuentclara, el conde de Revillagigedo, el marqués de la Amarillas, el marqués de Cruillas y el de Cajigal de la Vega.

4 PROYECTO DE DESAGÜE DE LA LAGUNA DE TEXCUCO, JOSE ANTO 10 DE ALZA TE, 1767 En 1763 la Ciudad de México sufrió otra de sus comune e incontrolables in un· daciones y el Padre Alza te con la documentación que pudo recoger elaboró e plano dei "Proyecto para el desagüe de la laguna de Texcuco" y por consiguien· te la de Chalco y San Cristóbal.

41

Page 43: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Una vez más la Ciudad de México se encontraba anegada en el año de 1795 y Mier y Tres Palacios dieron inicio a la apertura de dos canales de 8,900 y 13,000 m para desaguar las lagunas de Zumpango y San Cristóbal , en el tajo de Huehuetoca. Este canal se llamó canal de Guadalupe, pero no dio el resultado ueseado, pues en ocasiones el agua revertía sobre la lagunas de Zumpango y San Cristóbal , y ésta sobre la de Tcxcoco.

De 1607 a 1798 se realizaron a tajo abierto un total de 15,000 vara : 7,000 varas abiertas por Enrico Martínez, 3,587 por Fray Luis Flores, 40 varas por el fiscal Martín Solí , 2,196 vara por Fray Manuel Cabrera y 2,677 por el Real Tribunal del Con ulado.

A principios del nuevo siglo el problema del de agüe no se había resuelto en definitiva, por lo que el virrey Iturrigaray in­vitó a Humboldt en 1804 a visitar las obras y de aquí un nue­vo intento para el desagüe general, a través de un canal de 31,091 m que se iniciaba en el extremo noroeste del lago de Tex­coco y tem1inaba en la compuerta de Vertideros en Hue­huetoca, propuesto por Ignacio Castera .

Es dificil de cribir las obras hidráulicas durante la colonia, pero podemos concluir que la obra de desagüe del va lle de México se continuaron durante el siglo XIX, y que trajo un cambio fundamental y vertiginoso en las ideas y la vida social, política y económica de la ueva España.

EL DESTINO DE LA CIUDAD

La crítica situación política en la época independiente, agra­vada por los conflictos internacionales, hicieron que las obra del desagüe fueran casi abandonada . Un testimonio de la marquesa de Calderón de la Barca nos da una semblanza de la ruptura del equilibrio ecológico e hidráulico en el empeño de drenar artificialmente la cuenca y de aguar sus lagos.

De 1607 a 1830, se habían gastado ocho millones de pesos y la gran obra no ll egaba aún a su fin . Sin embargo, los lími­tes de sus do lagos, el de Zumpango y el de San Cri tóbal , al norte del valle, se habían reducido, y el lago de Texcoco, el má hermoso de los cinco, dejó de recibir us derrames. De e te modo ha disminuido el peligro de las inundaciones; pero también ha disminuido el agua y la vegetación, y los subur­bios de la ciudad, cubiertos una vez por el verdor de u jardines, no presentan en el día ino una costra de sa les eflorescentes. Especialmente lo llanos cerca de San Lázaro, que con su estéril blancura parecen el adecuado marco a las infortunadas víctimas de la lepra, encerradas detrás de las paredes de ese hospital.

En 1847 se decidió continuar la obras de desagüe y se presen­taron dos proyecto para el desagüe total de la cuenca, uno de Francisco de Garay y otro de M.L. Smith. El proyecto má com­pleto era el de Garay, cuya obra comprendía tres ataque simul­táncvs: primero, un canal a cielo abierto de 39.5 km que comenzaría en el lago de Texcoco, terminando en el extremo noroeste de llago de Zumpango, para después unirse con el túnel. Segundo, un túnel de casi 1 O km que arrancaría del borde de la laguna y terminaría en Tequixquiac, contando con 241umbreras

42

de entre 30 y 98 m de profundidad a intervalos de 400 m cada una. Tercero, el tajo de desembocadura, llamado de Tequixquiac.

La parte más sobresaliente del proyecto consistía en la refe­rente a la propuesta del gran canal , cuyo objetivo principal era dominar las aguas del va lle de modo que la Ciudad de México y us poblaciones vecinas queda en al abrigo de una inunda­ción. El canal , además recogería la aguas de lo ríos que en­contrara en u curso.

La intervención france a hizo que se postergara el proyec­to. El empuje final de las obras del desagüe e da a partir del momento en que Díaz se afianza al poder. El desarrollo de la obra estuvo en el inicio en las manos de Garay y después del ingeniero Luis E pinoza, que la llevó a su conclusión. La fase final de la obra del túnel y el gran canal es un mérito indudable de la técnica mexicana y en particular del ingeniero E pinoza, aunque en amha obras participaron compañías extranjera .

En febrero de 1894 se conduyó la última lumbrera del túnel, la número dos, y desde esa fecha , bajo la superficie de Tequix­quiac se movían do ejército de obreros que un día en el me de agosto, entre gritos de júbilo se encontraron al dejar franco en toda su longitud, el túnel de Tcquixquiac. Con salvas de aJ1i Hería, repique y fuegos artificiale se inaguró el desagüe dd valle de México, el 17 de marzo de 1900.

A las 9:00a.m., el pre id ente Porfirio Díaz, acompañado de su gabinete, el cuerpo diplómatico y la junta directiva del desa­güe, dio la orden de levantar las compuertas de San Lázaro que dan salida a los residuo ·y aguas de la ciudad, pord gran canal y el túnel de Tequixquiac, que es la continunción del ca­nal; siendo este acto de inauguración el que solemniza la feliz conclusión de las obras destinadas a gobernar las aguas del valle de México. que desde los tiempos más antiguo ·han sido la causa de molestas y peligrosas inundaciones.

También felicitó al ingeniero Espinoza y a la junta directiva del desagüe por su invaluable servicio a la obra.

En una guía turística editada en e a época, aparece: Una gran modificación ha ufrido el valle de México, co11

la apertura del Gran Canal. Las aguas que anteriormente no po­dían salir de este recinto formando los lagos, hoy han quedado todos ellos reducido a Texcoco, disponiendo a nuestro antojo dar snlida a las aguas del valle cuando son abundantes o rete­nerlas para el riego de los campos cuando éstos lo necesitan.

Sin embargo, por increíble que parezca, omos partícipe de e ta historia con las obra del drenaje profundo, que e cons­truye en nue tra ciudad desde hace más de 30 año .

LA CIUDAD SI LAGO

En el año de 1877, Jo é María Vebsco e in taló en una tienda de campaña en uno de los cerro de la Villa de Guadalupc y desde ahí pintó la sutil luz y el aire del valle de México, y un lago menguante, disminuido,que iba perdiendo su agua resplandec ientes, dejando una ciudad in u lago . O

Page 44: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

José María Ve/asco, 1877. Vista de la Ciudad de México.

43

Page 45: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

la casa habitación de la ciudad de méxico en el siglo XVI.

ricardo arancón garcía

CA5A5 UNIFAMILIARES INDIGENAS QUE SOBREVIVEN EN EL VIRREINATO

44

CASA CON 00:) "ABtnc IONE.5 JUNTO A CAMPO DE CULTIVO

TIPOS DE CASAS DE UNA "ABITAClON

LOS ANTECEDENTE : LA CASA JNDIGENA

L a traza renacenti ta que para la Ciudad de México realizó Alonso García Bravo quedó incrustada en el corazón de Méxi­co-Tenochtitlan. Dentro de ella vivieron los e pañoles y fuera los indígenas, que no cambiaron us costumbre y mantuvieron su tradicional forma de vida; us ca a , por tanto, respondieron a la mi m a solución que anteriormente habían tenido. La mayor parte eran jacales ue una sola habitación o cuando mucho de dos, una delante y otra atrás, que se utilizaban para dormir y guarecerse de la lluvia y del frío, puesto que la mayor parte de las actividade tenía lugar al aire libre, ya que lo benigno del clima a í lo permitía. Estosjacales se levantaban en los tlalmilli, terreno de una uperficie de 500m2 en promedio en los que se edificaba la habitación para la familia y e cultivaba la tierra para el sustento aprovechando la humedad con~tante del uelo gracias al sistema de chinampas que constituyo la mayor parte de la ciudad. 1 E te tipo de parcelación aparece claramente representado en el "Plano en papel de maguey" (ca. 1557 -1562) de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

El crecimiento de la familias por el crecimiento de los hijo obligó a aumentar el número de habitaciones en un mismo terreno, multiplicándose la casas que independien­te entre sí y in conformar un conjunto armónico, delimita­ban espacios irregulares adyacentes al área cultivable. Con esto urge un tipo de habitación colectiva para grupo relacionados por el parentesco, semejante al 'palacio" de Chiconautla y cuya consecuencias se manifie tan en los año po teriore a la onquista como se ob erva en diverso documento de la egunda mitad del iglo XVI. En e to conjuntos existía una ola cocina en que se preparaban lo alimento para toda la familia .

Page 46: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

sta solución fue conocida en el siglo x v l como ··corral oe indios", aplicando la acepción del término "corral" que lo define como espacio cerrado y descubierto, haciendo al u ión a las áreas libres entre las habitaciones, que son las que constitu­yen el elemento característico de la compo ición . Tipológicamente estas ca as son el antecedente más remoto de las vecindades, que mucho más tarde constituirían la más importante de las variantes de la habitación colectiva.

El tipo más importante de la casa habitación fue el de los señores principales, que podrían el a si ficarse como palacios. En su segunda Carta de Relación, Cortés describe así estas ca as un año antes de la toma de Tenochtitlan:

"Hay en esta gran ciudad muchas casas muy buenas y muy grandes y Jaca u a de haber tantas ca as principales es que todos los señores de la tierra, vasallos del dicho Moctezuma, tienen sus casas en la dicha ciudad y re id en en el la cierto tiempo del año y además de to hay en ella muchos ciudadanos ricos que tienen así mi mo muy buenas casas. Todas ellas, demás de tener muy bueno y grandes aposentamientos, tienen muy gentiles vergeles de flores diversas maneras, así en Jos apo entamientos altos como bajos".2

El texto anterior da una idea de lo que fueron estas residen­cias, que constaron de dos pisos, privilegio de la nobleza, pues las casas del pueblo fueron siempre de uno solo y que con -ti luyeron la versión más desarrollada y monumental y también más monumental de la casa tenochca. Salvo algunas represen­taciones en códices posthispánicos como la del palacio de Texcoco del Mapa Quinatzin y la del palacio de Moctezuma del Códice Mendocino que pueden dar una idea aproximada de los palacios prehispánicos, no se cuenta con información confiable acerca de ellos, pues los restos que de ellas se pueden haber conservado e tán sepultados bajo construcciones posteriores.

LAS CASAS DEL SIGLO XVI

En lo solares en que se dividieron las manzanas de la traza de la nueva Ciudad construyeron sus casas los conquistadores y los primeros colonizadores aprovechando el material de los derruidos edificios y con la abundante mano de obra indígena: " ... la séptima plaga fue la edificación de la gran Ciudad de México, en la cual los primeros años andaba más gente que en la edificación del templo de Jerusalén ... porque los indios hacen las obras ... la piedra o viga que había menester cien hombres, traíanla cuatrocientos .. .'? Gracias a la abundancia de material y la sobrada mano de obra fue posible reconstruir la ciudad en un plazo relativamente corto, pero no e hizo en toda ella en forma simultánea, pues en el plano de Alonso de Santa Cruz aparece una densidad de construcción mayor en la manzanas cercana a la Plaza y sobre las calzadas en lo Jugare periféricos. Tomando como ejemplo el ángulo noroe te, en las cercanía del Convento de la Concepción y el puente del Zacate, lo que sería más tarde la plaza de la Concepción, hay grande espacios vacíos. Aún tomando en cuenta que los planos de esta época no pueden ser tomados como documentos exactos, e notable la mayor abundancia de edificios en determinados Jugare con respecto a otros.

• 1

lc~C: 1

( '

1 1 1

J 1 1 1

'" Habiraci6n colectiva indígena en el Virreinato, S. XVI: agrupamiento de ca~as de un solo cuc~rro con 1111 patio colectivo". Casa en el barrio de Swr Pablo, 1564, AGN.

Como la ciudad no se amuralló para su defensa, se permitió a los vecinos españoles construir a lo largo de la calzada de Tacuba, que era la má fácil y rápida comunicación con la tierra firme, como lo habían podido comprobar pocos años antes los conquis­tadores, que por esta vía habían logrado escapar cuando la Noche Triste. Las casas construidas sobre la calzada, además de cumplir con su propósito defensivo fueron también fincas de recreo, cercanas al núcleo urbano pero con áreas mayores que les permitieron contar con jardines y huertos. No obstante la inten­ción de defender la ciudad, en 1535 el virrey Mendoza ordenó la suspensión de obras sobre la calzada por dificultar la protección.4

Esto no prosperó, pues en 1554 Cervantes de Salazar se refiere a " ... cuántas, qué grandes y qué magníficas casas adornan ambos lados de la calzada ... ".5

Como previsión a los ataques indígenas que nunca tuvieron lugar, pero también como recuerdo de la arquitectura que los conquistadores, muchos de ellos extremeños, habían habitado en sus lugares natales, los edificios levantados durante los primeros cuarenta o cincuenta años posteriores a la conquista, fueran o no habitacionales, tuvieron la apariencia de fortalezas: " ... se cuentan en este barrio o ciudadela de los españole (la

1 Morales Schechinger, Carlos: "Propiedad urbana mexica y la es­tructura de Tenochtitlan", conferencia dentro del curso "Teoría e Historía del Urbanismo en México l. Epoca Prehispánica", organi­zado en la División de E tudios d~.: Posgrado por el Seminario de Arquitectura Prehispánica, febrero de 1991 .

2 Corté , Hemán: Cartas de Relación. Editorial Porrúa, México, 1960. 3 Benavente (Motolinía), Fray Toribio de: Historia de lo Indios de la . Nueva España. Editorial Salvador Chávez Hayhoe, México, 1941 .

4 Actas de Cabi ldo de la Ciudad de México, lll . p.132. 5 Cervantes de Salazar, Francisco: México en 1554, p.62. Editorial

Porrúa, México, 1978.

45

Page 47: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

1 1

"Habitación colectim indfgena. Siglo XVI: casas de una a tres habitaciones alrededor de 1111 patio irregular ..... . ", Casa 1'11 el barrio de Yamican, Ciudad de México, 1553. AG .

traza) más de cuatrocientas casas principales, que ninguna ciudad de E paña las tiene por tan gran trecho mejores ni má grandes; y todas son casa fuertes, por ser labrada de cal y canto ... " ,6 y se insiste en el carácter defensivo, pues" ... las casas de los indios quedan alrededor de este ca tillo, cuartel o ciudadela de los españoles, de modo que están cercados por todas partes ... "/ a lo que se añade lo que Cervantes de Salazar pone en boca de los interlocutores de su diálogo: las casas " ... según su olidez, cualquiera diría que no eran casas, sino fortalezas ... " " ... Así convino hacerlas al principio, cuando eran muchos los enemigos, ya que no se podía resguardar la ciudad, ciñéndola de torres y murallas".8

No eran infundados los temores de un levantamiento indíge­na, y en los textos de la época se insiste constantemente en e las casas- fortalezas, pero no se cuenta con testimonios fehacientes de que efectivamente así fueran . Casi toda la ciudad hubo de ser reconstruida después de la fuerte inundación de 1629, y los restos de lo ed ific ios del siglo XV I, que por otra parte para la fecha de este desastre ya no conservaban los caractere primi­tivos, yacen a una pro fund idad de cuando menos tres metros bajo el nivel de la reconstrucción. Para imaginar en fo rma aproximada lo que eran aquellas casas hay que recurrir a los planos de la Plaza Mayor que se conservan en el Archivo d~ Indias y que han aparecido y se han comentado en multitud de

46

publicaciones, pero a los que es indispensable hacer referencia para determinar el carácter, auténtico o no, de las fortal ezas urbanas. En el más antiguo , que presenta el a pecto de la Plaza a principios de la década de 1 560 se observa como rasgo común en todos los edifi cios que los paramentos de sus fa chada , incluida la Catedral, on aparentemente de sillería, lo que, indudablemente, les da un aspecto ho co que no invita al espec tador a acercárse les y que desde luego hace que parezcan forta lezas, pero parece di fic il que hayan sido construidas con bloques de piedra pues el sistema constructivo de los muros, y no solamente en la capital fue comúnmente de cal y canto, e decir de mampostería de piedra irregular unida con mortero de cal. Los sillare olamente se emplearon para reforzar la e quinas siguiendo el mismo método empleado en las construc­ciones religiosas . Este sistema puede observar e en el palacio de Cortés en Cuerna vaca, ya terminado por lo años en que se dibujó el plano del Archivo de Indias. E muy posible que lo que se haya querido representar en e a fachadas no haya sido la construcción de sillería sino el tipo de acabado que fue usual en esta época y que todavía puede verse parcialmente en algunos edificios conventuales contemporáneos, que consiste en un grue o aplanado de cal sobre el que se trazó un e grafiado simulando el aparejo de sillería y que des pué era policromado.

Este uso de los materiales queda confirmado por el propio Cervantes de Sal azar cuando hace decir a su imaginario perso­naje Alfaro: " ... La jambas y dintele no son de ladrillo u otra materia vil , sino de grandes piedras colocada con arte .. .'? y hablando de las Casas Nuevas " ... ¡Cuán extensa y fuerte es su fachada! De arriba a abajo son todas de calicanto ... ", 10 en lo que coincide con el Conquistador Anónimo; no ugiere en manera alguna, la construcción de sillería . o obstante, al mencionar las casas del doctor López, dice Alfaro: " ... ¿De quién on estas casas cuya fachada de piedra labrada se eleva toda a plomo ... ?". Con e ta afirmación surge la duda de que probablemente hubiese construcciones o por lo menos fachadas de piedra cortada regularmente, aunque tal vez en este ca o se tratara no de definir adecuadamente la arquitectura ino de una licencia tomada por el autor, cuyos diá logos fueron escritos para la enseñanza del latín en la Universidad y no con el propó ito directo de reseñar la arquitectura, aunque por us observacione se deduce que no le era del todo ajena.

Además de los muro supuestamente de gran re i tencia, otros elemento aparentemente re lacionados con el carácter militar de esta arquitectura de mediados del siglo XV I son la escasez de vanos (exceptuando los de la tiendas de las planta bajas) y su di sposición en la fachada , y en algunos caso lo almenados y torres. Por lo que respecta a los vanos, al ni vel del terreno destacan las portadas con las jamba de piedra que menciona Cervante , pero también pre entan las columna abalaustradas características de lo plateresco, prácti camente lo único que rompe la sequedad del imafronte y lo que es curioso, los "dinteles de grandes piedras" no lo son, sino arcos planos dovelados, eso sí "colocados con arte", pues el labrado de dovelas ya es testimonio de aprendizaje por parte de los artesanos indígenas de los principios de la e tereotomía. Las

Page 48: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

ventanas en las plantas altas eran pocas y colocadas aparente­mente en forma arbitraria, pero en realidad respondían a las necesidades de iluminación de las habitaciones y no a una composición de fachada . El aspecto visual era más cercano a la concepción medieval: un muro que constituyese una gran superficie en la que las ventanas fueran simples accidente .

En algunos casos, las almenas aparecen coronando las fachadas en lugar de balaustradas o pretiles. Desde luego, como solo contamos con el testimonio del plano de la Plaza Mayor es imposible saber si las había en otros edificios, aunque es de suponer que fuera así en las casas principales. Los cronistas, que tantas veces se preocupan por lo detalle , callan al respecto, pero si la intención era cumplir con las necesidades de la defensa llegado el caso, sería lógico que contaran con almenas. La duda de la intención defensiva surge cuando se observan los dos edificios almenados, ambos propiedad del Marqués, las Ca as Viejas y las Nuevas. Las dos presentan ese coronamiento, y en ambos ca o por error en el dibujo o porque así fueran en la realidad, aparecen las almenas más separadas entre sí de lo que exigían las necesidade militare , pues no ofrecían seguri­dad para quienes circularan por detrá de ellas, ya que presen­tarían al atacante el cuerpo descubierto y serían fácil blanco para los proyectiles enemigos. Puede en este caso tratarse más bien de un remate decorativo o imbólico del rango social del propietario. También en el palacio de Cortés en Cuerna vaca las almenas están muy separadas entre í y son demasiado angos­tas, lo que las hace inútiles como elementos militares. Esto hace que coincida la arquitectura urbana con la monástica a la que durante mucho tiempo se le aplicó la denominación de "con­vento fortaleza", conceplü totalmente superado hoy en día.

Algunas casas contaron con torres: " ... Adornan mucho la plaza cuatro torre ; las dos que están a las esquinas de la casa donde el virrey y oidore viven, que hizo el Marqués; la de la casa de Montejo y la de Joan Guerrero ... ": 1 Estas torres, de las que aparecen en el plano de las Casas Viejas, destacaban por encima de la altura uniforme de las casa de la ciudad, y siendo cuatro, y aun algunas más, como las dos del arzobispado, no proporcionarían mucha seguridad, máxime estando todas en­clavada en el propio centro de la plaza. También en este caso como en el de las almenas y la suntuosidad de las fachadas deben haberse tenido más en cuenta la untuosidad de lo edificios, la vanagloria de lo propietarios y la significación urbana y social de la arquitectura que las meras necesida­des defensivas.

Por lo que respecta a la altura, las casa generalmente eran de dos pisos, que " ... tampoco exceden de la altura debida, con el fin ... de que la demasiada elevación no les sea causa de ruina, con lo terremoto que ... suele haber en esta tierra; y también para que todas reciban el sol por igual , sin hacerse sombra unas a otras ... "," ... que la ca as no se hicieran muy alta .. . para que la ciudad fuese má salubre, no teniendo edificios elevadísimos que impidieran los diversos vientos que con ayuda del sol disipan y alejan las miasmas pe tíferas de la laguna vecina": 2

La altura uniforme no solamente era una precaución contra los terremotos ni se relacionaba con la salubridad, era también un

Fachada de las Casas Viejas ( 1563 ): Las Casas Viejas de Cortés en 1563. Palacio con aspecto de forta/e:p torreada, co11 la fachada apare/llememe de sillería, que bien pudo haber sido solamente un esgrafiado sobre la superficie de/nutro. Las almenas, muy separadas entre sí tienen carftcter más decorativo que militar. En la planta baja hay accesorias con enrradas menos imporumres que la puerro principal, enmarcada en una porrada plareresca. Vanos escasos y dispues/Os irregularmenre. Galería con columnas en forma de balausrre y rechwnbre plana que• recuerda la disposición semejame dl' los parios renacenrisras espwioles.

medio para lograr la estética urbana. Mediante su altura, que no excedía la anchura de las calles, se contribuyó a la armonía de la ciudad y a dar una sensación de amplitud y de proporción. En relación con la altura debe mencionarse también, por último, la galería del tercer pi o de las Ca a Viejas, que las hacían sobresalir entre las demás. Era, si se atiende a la representación en el plano, un amplio mirador arquitrabado sobre columnas platere cas; esto fue excepcional en su momento y es algo que no vuelve a aparecer en un edificio habitacional hasta fines del siglo XVIII.

A fines del siglo aparece una nueva etapa expresiva. En el plano que data de 1596 aparecen los mismos edificios pero completamente transformados, lo que refleja indudablemente un cambio en la forma de vida. La apariencia militarcomo expresión de un lujo que no se había despojado totalmente de medievalismos ha dado paso a una armonía y un orden compo itivo de filiación manierista en el que hay regularidad, ritmo y homogeneidad en la composición de la fachadas. Aunque con seguridad ninguno de los dos planos debe haber ido totalmente fidedigno y en sus autores posiblemente haya dominado la imaginación sobre la exactitud, los cambios entre uno y otro son palpables: la arquitec­tura de los últimos años del siglo parece anunciare! advenimiento del barroco, aunque todavía no deja de ser demasiado austera.

6 El conquistador anónimo: Relación de algunas cosas de la Nueva España y de la gran ciudad de Temestitan México, escrita por un compañero de Hemán Cortés.

7 Op. cit. s Cervantes de Salazar, op. cit., p.42. 9 Op. cit. p.42. 10 Op. cit. p.46. 11 Op. cit. p.48. 12 Op. cit. p.42.

47

Page 49: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

DO DO

D O D o o o D ~

rnl lrll mm Fachada de las Casas Viejas ( 1596): Llls Casas Viejas de Canés m 1596. El aspecro de la fachada ha cambiado norablemenre en relación a/ edificio de 1563. Aparece aquf la composición que rerá comiÍn en/a época barroca: el piso bajo con las accesorias fl(mqueando la pmm a princ-ipal. con las ven lanas del enrresuelo encima, u rrara de accesodas di' raw y p/aro; la ploma principal no presenra vanos, pasiblememe par descuido del dibujame. Sobre ésra, en los e.\7remns remara en rorres ya sin almenas, wrida.f por la galería, e/ememo que desaparecerá en épocas posreriores.

Ahora ya no contamos con la ayuda de Cervantes de Salazar y no es posible llegar má lejo de lo que las imágenes indican, pero éstas hablan de una arquitectura más amable en la que las portadas han adquirido mayor pre tancia y marcan un eje de simetría que posiblemente no haya existido más que en la imaginación del dibujante, ya que la composición simétrica no fue, al menos en la época barroca algo que caracterizara a la arquitectura habitacional como tampoco parece haberlo sido antes de esta fecha. De todos modos la simetría de las fachadas da una nueva prestancia a los edificios.

Las Casas Viejas ya no tienen torre , la hay todavía en la casa de los Guerrero, pero han perdido el a pecto militar. Ahora son una especie de edículos de columnas clásica , ya no plateresca , con aspecto de miradore . En esta forma sobrevi­virán en el barroco como una habitación en la azotea para gozar del aire fresco y asomar e a la calle y, lo mismo que las almena serán una prerrogativa de la nobleza, por lo que solamente habrán de existir en las residencia palaciega y en los edificios de gobierno, y iempre con sentido simbólico.

Esto puede decirse en cuanto a la evolución de las fachadas, pero ¿qué sucedió en cuanto a los espacios internos, a la olución de las plantas, a la distribu ión de las habitaciones?

Poco puede decirse sobre esto que no entre en el terreno de lo especulativo, pues las referencias con que se cuenta on míni­mas. Solamente por una comparación .on los iglos XVII y XVIII, y en el supuesto de que en el XVf haya existido ya una disposición parecida en vista de Jos antecedentes españole que

48

dan origen a la ca a urbana puede er imaginado en forma razonable lo que serían esto edificio en u interior.

El clima del valle de México permitió aplicar una solución parecida a laque e siguió en España en lugare con condicione semejantes, la que derivaba, a travé del tiempo, de la que habían dado las cultura clá ica , influyendo más profunda­mente sobre la penín ula ibérica la de la casa romana con la habitacione alrededor d lo patios que favorecían la vida hacia el interior, con e ca a comunicación con la calle, co a que se hizo má intensa por la influencia musulmana más exagera­da a este respecto que obligaba a di. poner la casa en forma totalmente introvertida. Por e to adq• irieron gran importancia lo patios que se convirtieron en el centro de la vida domé ti ca, por lo que desde el punto de vi ta formal fueron lo más de tacado de la composición.

También tuvo importancia el patio en el México prehispánico, pero con un sentido di tinto. Los patio teotihuacanos, antece­dente más remoto de lo de Tenochtitlan aun los porticado de la época tardía, no conforman una circulación continua alrededor del espacio abierto que a vece e tá ocupado por un adoratorio, si no e que é te se encuentre cerrando uno de lo lados del cuadrángulo. Se trata de patio cuya función era semejante a la plaza como lugar de reunión para la celebración religio a y no de lugar de convivencia. Entre los tenochca hubo este tipo de patio en u edificios más significativo , mientras que en el común de las ca as fue del tipo irregular que se produjo como re u hado de la agregación de nueva habitaciones al núcleo primitivo.

En las casa del iglo XVI el patio fue la parte nuclear del conjunto, con una preponderancia que habría de mantener e ha ta fines del virreinato. Posiblemente estaba rodeado por una circulación a su alrededor, a diferencia del patio barroco con galería entre lados y el cuarto cerrado por un muro. La casa del doctor López, cercana a anto Domingo y que vi itan lo tre personajes del diálogo de Cervantes, mereció como comentario " ... hermoso es el patio, y le adornan mucho las columna , también de piedra, que forn1an portale a los lado ... ".13 Las habitaciones, en dos pi o , formaban crujías sobre el perímetro del patio, cuya circulaciones les daban acceso. La privadas ocupaban la planta alta pue toque en la baja la fachada estuvo ocupada por tienda , la "acce oria " que al igual que en las ca a de la antigua Roma producían rentas al propietario. En los dos plano a que se ha hecho referencia aparecen la Casas Viejas y a partir de entonces forman parte integral de la casa habitación. i el neocla ici mo, que rompió con tanto e que­mas tradicionales, o al menos pretendió romper, abandonó'e ta solución que facÍlitaba también el ai !amiento de la habitación con respecto a la vía pública y daba privacía a la casa. o

13 Op. cit. p.48.

Page 50: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

de cómo sucumbió el barroco en la arquitectura novohispana: el caso de guerrero y torres.* ignacio gonzález-polo juan b. artigas: fotografías

Durante los trescientos años que duró Nueva España, el crio­llo, al asimilar la cultura europea, bu có afano amente una expresión que al mismo tiempo que fuera propia, resultara equiparable con la occidental.

En este entido, en el terreno de las artes, al aceptar el criollo el molde barroco, encontró en la literatura y la arquitectura las manifestaciones má sohre alientes de su diferencia y su orgullo.

Mas si en la literatura , fue en donde halló este surgimiento, es en la arquitectura, donde logró su mayor alcance y lucimiento.

Asf, durante la últimas fa es del proce o evolutivo del barroco, se observa en la arquitectura novohispana un afán de experimentación que cuajó, en una corriente de especula­ción innovadora.

Las obras de Arrieta, Custodio Durán, Lorenzo Rodrfguez, Bal­bás, Sigüenza e Iniesta, entre otro , apuntaron hacia variante signi­ficativas del diseño y la función de los repertorios ornamentales.

Pero, en suma el arquitecto con quien culminó dramática­mente este proceso, fue Francisco Antonio Guerrero y Torres (1727-1792). 1

Si a alguien debe el nombre "de los Palacios" la Ciudad de México, ese es, sin duda, Guerrero y Torres, cuya versatilidad como gran proyectista produjo edificios domé ticos de la cate­goría de la residenci;l:de Jos condés .de. Santiago de-Cali¡naya,

* Texto de la conferencia magistral sustentada por el autor en la Sociedad Mexicana de Geografía y E tadfstica, el día 23 de junio de 1992. Debidamente complementada para su publicación en este Cuaderno.

la de los marque e del Jaral , los condes de San Mateo de Val­paraíso, y las casas gemelas del mayorazgo de Guerrero, además de la del doctor Manuel de la Borda.

Inventor y empresario y maestro mayor de las obras del Real Palacio, la Catedral e Inquisición, Guerrero y Torres, a quien sólo restó el importantísimo cargo del maestro titular de las obra de la Nobilísima Ciudad, para tenerlo todo en lo que atañe a la máxima jerarquía a que podía a pirar en grado vitalicio un individuo de su profesión en Nueva España, fue el arquitec­to de moda indi cutible en la Ciudad de México durante la década de los setenta del siglo XVIII.

De no ser por la irrupción del neoclásico, es probable que este arti ta hubiese dejado una e cuela de gran originalidad e tilfstica.

¿Cómo explicar esto a aquello que creen que la arquitec­tura, como otras manifestaciones del barroco, había ya agotado u po ibilidades creativas?

1 Quien esto escribe independientemente de precisar con nuevos datos el nacimiento y muerte de este personaje, fue el primero en descu­brirlo como inventor, como empresario y como autor de varias obras importantísimas para evaluar su gran trayectoria como arquitecto de "gran séquito" en Nueva E paña, v.g. el palacio de los condes de Santiago de Calimaya. Vid. bibliografía en mi libro: El palacio de los

condes de Santiago de Calimaya. (Museo de la Ciudad de México).

3 ed. MéJtico, Departamento del Distrito Federal, 1983: 141, y mi tesis de Doctorado en Historia intitulada, Vida y obra del arquitecto

Francisco Antonio Guerrero y Torres, en preparación.

49

Page 51: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Capilla d•l Pocito (1777-1791) en la Villa de Guadalupe.

50

Page 52: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

En lo e ca o quince años que imperó aproximadamente el barroco neóstilo2 en la Ciudad de México ( 1770-1785), se dio en un momento preciso y muy especial de la cultura mexicana, el paso a un nuevo orden en la arquitectura, que el neoclá icono dejó pro perar.

Durante esta última modalidad e empleó, con talento y e amalgamó en una ínte i con acento propio, el uso de materiales de nue tro paí y lo que trajo consigo la tradición mudéjar amplia­mente desarrollada en cúpulas, azulejo y ajaracas. Igualmente e rompió con la rigidez estructural de plantas, e pacios y fachadas; se re tableció el uso de la columnas y las pilastras, y e explotó a la saciedad el empleo de la línea mixta y la moldura móvil.

La renuncia, pues, a un modo artístico tan entrañable a no otro como el barroco, que bien pudo correr paralelo o ser re petado como tal y no cancelado como condición inevitable para el cambio, ignificó el acceso a un arte culto, frío y convencional.

Lo propósito del neoclásico eran, bajo lo auspicio borbónicos del despoti mo ilu tracto, revivir las formas de la antigüedad clásica grecolatina, propugnar con rigidez "a la elevación de las costumbres y el buen gu to por las artes".

Sin embargo, cuando ese espíritu, cuyo origen provenía del academicismo francés, de pués de cruzare! océano encontró en América el gran aliento del barroco mexicano, alegre, innovador y atrevido, e ablandó en u rigidez, cobrando un ello original sui generis.

Por ello es bien significativo que en los edificio que produjo la primera generación -por no decir la única que hubo- de arti ta neoclásico "novohi pano , se encuentren a menudo resabios barrocos que lo di tinguieron notablemen­te de us maestro penin ulare , pe e a que también éstos llevaban con igo un barroquismo espacial evidente.3

Un ejemplo excepcional, i acaso, e el del arquitecto coatepense José Damián Ortíz de Castro(l750-1793), autor del proyecto con que concluyó a su muerte. Manuel Tolsá, la solu­ción del segundo cuerpo de las torres y el remate de la catedral de México, su mayor obra.

Ignacio Castera, dotado de gran actividad y arquitecto favorito del virrey, egundo conde de Revillagigedo, fue acre-

2 Sobre dicho concepto para e ta modalidad véa e el artículo de Jorge Alberto Manrique, 'El neó tilo: la última carta del barroco mexicano". Historia Mexicana. México, XX, núm. 5 (79), enero­marzo 1971 :335-367.

3 Vid. al respecto a Salvador Pinoncelly. Manuel Tolsd, artífice de México. México, Departamento del Distrito Federal, 1974. 169 p., ilu . (Metropolitana, 49). Y a Enrique del Moral en su artículo: "Apuntes para la :~rqnitccturadel México Independiente". Boletíndt:l Centro de Investigaciones Históricas y Estéticas. Caraca. , Ven., núm. 13, enero 1972: 58-87.

51

Page 53: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Palr1C1 1e los Condes en San Mareo de Va/paraíso ( 1769-1779), hoy matriz del Banco Nacional de México.

mente criticado por el ingeniero barceloné Miguel Costansó, por . u propen ione barroca .4

Francisco Eduardo Tre guerras ( 1759-1833), prolífico, con­trovertido y disper o artista que e di tinguió en el Bajío como tallador, pintor, e cultor y arquitecto, fue objetado má de una vez por la Academia de San Carlos (que por cierto nunca lo reconoció como académico de mérito), por sus remini cencias barrocas. Si bien e el a icista, el barroqui mole fue connatural, porque iendo criollo, se funden en su obra principal diversas tendencias.

Así, en un artículo con su iniciale Tresguerras, llevado de u ver átil ingenio que se apartó sin duda del trillado camino del

neoclásico, expre ó lo que igue en 1808, a propó ito de su obra la iglesia del Carmen de Celaya:

... no puede el autor convenirse con una monotonía insípida (entiénda e el neoclásico), y bien que condena la dema iada licencia que suele parar en extravagancia (entiénda. e el barroco), con todo, e acomoda con la naturaleza, porque de la variedad resulta la hermosura, y un orden desordenado y armonioso.5

Lo cierto es que el neoclásico, arte ajeno y puritano, sin relieves y, en oca ione , cuando faltó el genio, acartonado y frío, no correspondió en nada, ni ha correspondido nunca a la idiosincracia mexicana.

52

Por ello, aunque hubo criollo que manife taron u repudio al barroco, no quiere decir nece ariamente que fuera una opinión unánime entre el público culto y popular mexicano de los siglos XVIII y XIX.

Dice el texto del Pensador Mexicano en el diálogo entre un francé y un italiano, acerca de nuestra catedral metropolitana:

Es la iglesia¡nayor del reino, no sólo de México. Su arquitectura no e delicada, pues le obra bastante cargazón. En el crucero tiene un pino que parece pina): hechura antigua y digna del desprecio del gu to del día; dentro tiene un tabemá ulo de plata de tosca hechura, que incluye dentro otro de oro, en el que lo más primoro o e el metal. Detrás de e ta pirámide o llámese cipré , e tá en la testera del templo, un retablo conocido por el Altar de los Reyes, que no es más que un acopio de leña, dorado a lo antiguo y bien indecente ... '

L_a mejor evidencia de que el neoclá ico no tuvo un apego popular, lo demue tra la proliferación de arti ta y arte anos, negro , indígena y españoles, que sin recato continuaron realizando obra barrocas hasta fines del virreinato.'

Hubo inclu o intelectuale criollos que cue tionando al arte barroco por u derroche y otro aspectos poco utilitario , no pudieron sustraer, sin embargo, su verdadera inclinación e té­tica tan manifiesta como espectadores en sus e critos.

Page 54: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Así, Antonio Alza te ( 1737-1799), el más prominente polígrafo de la época, se volcó en elogios de "monumento oberbio " como "el Colegio que nombran de las Vizcaína ,

que en la Ciudad de México", dice, "es uno de los edificios de . mayor con ideración que adornan a esta capital".8

También hubo quienes si n ocultar su emoción artística alabaron, como el autor anónimo erudito de lo Acuerdos curiosos, a algunos retablo barrocos de la provincia:

... ostentan tanta eriedad, 1najestad y abundancia de fanta. ía, que junto a esto, u bellísimo y permanente dorado, no puede menos que agradar aun a los u jetos inteligente .9

Que el gusto por el "arte viejo" no había muerto en 181 O, lo prueban lo tardío del en amblado del retablo sin dorar de lapa­rroquia de Dolore en Guanajuato, y que el cura Hidalgo e encontrase pre ente o relacionado con la dedicación de iglesia como la de Guadal u pe de San Luis Potosí, o de San Felipe Neri de Querétaro.

Para botón bastan alguno párrafo como el que e lee en el populo o Calendario de Ga/ván , que a la letra dice, a propósito de los edificio que tenía nue tra capital con orgullo en 1829:

adie puede ver sin admiración -exterior e interior- la Cate­dral y los templo de la Profesa, San Francisco, anto Domingo, San Agustín, Loreto y Jesús María ... Atraen también la atención del viajero en línea de edificio : el Palacio de Gobierno ... los colegio de San lldefon o .. . , el Colegio de Niña de San Ignacio conocido por las Vizcaínas, el Ho picio y otro ... 10

Aun bien entrado el siglo XIX, el gusto y el espíritu tradicio­nales per ·i tieron en gentes culta y letradas como el historiador Lucas Al amán ( 1792-1853), y como el autor del Pensil Ameri­cano, Ignacio Carrillo y Pérez ( 1765-1820), quien entre otras co­a enunode usnumero o fa cículo edueledelade trucción

en 1790 de la portada vieja de la Real y Pontificia Univer idad para unificar, dice, su fachada, con el eco "orden Toscano ... más propio para palacio de campo, entrada de jardine , etc." 11

o "digna de una troje, pero nunca de una Univer idad", agrega Francisco de la Maza.

El neoclásico tuvo un programa dual: destruir y suplantar, mientras que el barroco, en muchos ca os, hasta re cató elemen­to de obras anteriore y lo incorporó a su e tilo (v.g. In cabeza de serpiente prehispánica empotrada en el ba amento del palacio de los condes de Santiago, hoy M u eo de la Ciudad de México).

A partir de la constitución de la Academia de San Carlos "el tono dictatorial del acuerdo de ésta, aun acompañado --ex­presa Diego Angulo- por el gesto amable de la invitación, es tan indiscutible, que basta como muestra de cómo se impo­nía con pa o firme en Nueva España la intran igencia del neoclasicismo" .12

Es muy sintomático que el neoclá ico, de en ti do internacio­nal y en el caso de acento francés , hiciera aquí su presencia como un último extertor de coloniaje español a travé de la Real Academia de San Carlos. Pero lo es más aun que alguno lo

aceptasen con una furia tal , como para destruir innumerables obras barrocas, sustituyéndola por otras expresiones - no siempre equiparables del nuevo espíritu ilu trado- cuando dicha institución creada en 1783, cerró sus puerta maltrechas justamente el año de la proclamación de nue tra independencia .

Los prejuicios con que se manejó dicha institución en u afán de fiscalizarlo todo -como un tribunal de la inquisición del arte-para imponer el neoclá ·ico, no dejaron ver belleza alguna fuera d~ las formas clá icas, y por ello fueron proscritas las demás, especialmente aquellas que más se apartaban de las que proclamaba el e píritu academici ·ta.

Como árbitro rector del "buen gusto" la Academia de San Carlos exigió en primer lugar que, "Todo los que se ha­yan reali7ado como arquitectos u hombres práctico en el oficio que no sean de la Academia", no pudieran construir in presentar ante en ella u examen facultativo, ni tampoco los que fueren académicos de mérito, sin antes haberpre entado para su aproba­ción su. planos. Para ello contó la in titución con un formidable aparato burocrático inflexible de cen ore , cuyo mejor aliado lo halló indirectamente en la capital en la Junta de Policía del Ayuntamiento Metropolitano, que no permitió ni siquiera a los di ·cípulo más aventajados en la filas del neoclá ·ico se e capa-

• Archivo Histórico de la Academia de San Carlos (en adelante citado AHASC), gaveta 3, exp. 414, y gaveta 4, exps. 51 1 y 515.

5 Diario de México. México, 15 diciembre 1808: 691 . 6 Jo. é Joaquín Fernández de Lizardi. 'Sigue el diálogo entre el francé

y el italiano", en El Pmsador Mexicano. México, núm. 17, 23 diciembre 1813: 152. Igualmente véa e el interesante ensayo de Erne to Lemoine intitulado: "Estética y política en el pen amiento de Carlos María de Bustamante". Anales de/ lnstitlllo de ln l'estiga­

ciones Estéticas. México, X, núm. 40, 1971 : 51 -69. 7 AHASC, gaveta9, exps. 1031 -1034. 8 "Peritia lit mihi amor. La arquitectura en Nueva España ¿Se ha

perfeccionado? ¿Ha de merecido?". Gazeta de Literatura de Méxi­

co (edición original). México, núms. 22 y 24, 19 julio y 16 agosto 1790: 176 y 180.

9 Acuerdos curiosos. 4 v. Ed. fac . Pre entación de Mariano Palacio Alcacer. lntr. de Mercedes Meade de Angula. Vers. paleográfica y notas por Virginia Armella de A. pe, Mercedes Meade de Angula y Concepción Amerlinck de Cor i. México, Gobierno del E tado de Querétaro, 1988-1989: IV, 104.

1° Calendario manual para el año de 1829, arreglado a/ meridiano

de México. Mariano Galván Rivera, edt. [México] Imp. a cargo de Arévalo [ .a.]

11 La Universidad de Mhico en 1800. Nota de Manuel Romero de Terreros. México, UNAM: Instituto de Investigaciones Estéticas, 1946: 2 1-26. Vid. Franci e o de la Maza. Del neoclásico al art nouveau y Primer viaje a Europa (dos estudios inéditos). lntr. de María del Carmen Millán. México 1974. Sep Setentas, 150: 15.

12 Diego Angula lñiguez. La arquitectura neoclásica en Méjico. Dis­

curso leído por el Excmo. Sr. D ... , el día JOde noviembre de 1958 en

su recepción p1íblica. Madrid, Real Academia de Bella Artes de San Fernando, 1958: 14.

53

Page 55: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Dos vistas del Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya ( 1777-1781 ), hoy Museo de Ciudad de México.

ran "con excesos notorios al atropello del alto respeto de sus personas" .13

Uno a unodramáticamentelo arquitecto · barroco sucumbie­ron ante el radical embate opre orde la Academia de San Cario . Pero hubo quiene entre lo " neoclásico "como el criollo Jo é del Mazo y Avilé , que por manife tare en franca rebeldía contra la actitud de la Academia: " no estamos en el iglo de sujetarno a la autoridad sino a la leye de la razón", fue suspendido de su grado de académico de mérito el 20 de noviembre de 1797. 14

Los má in urrectos entre los barrocos como Guerrero y Torres, prominente titular de la obra del Real Palacio, la Catedral e Inquisición, fueron duramente agredidos y humilla­dos , objetados y multado ; con la amenaza creciente de retirarle u licencia si persi rían construyendo "contra las reglas del buen gusto". 15

La batalla del movimiento neoclá ico contra el arte barroco fue cabal y completa; no sólo lo reputó de mal gu to, ino de extravagante, producto de de varíos, ridículo, de arreglado, di paratado y reprobado por la buena arquitectura.

Por ello, José Manguino expresaba al rey el 2 de diciembre de 1784 que:

54

La ninguna sujeción de lo mae tro de arquitectura a la reglas que pre cribe este noble arte es el origen de la deformidad que e nota

en los edificios público de e ta capital. Algunos de ellos se elevan a una altura que no pennite la notoria debilidad del terreno, con inminente riesgo de que e arruinen, y priven de la luz nece aria a las ca as inmediata , cuyos moradores viven en un racional conti· nuo obre alto, porque conocen el grave peligro que le cerca. Yue tra Alteza tiene un fiel te timonio de esta verdad en las do que labró el conde de San Mateo en las calle del Angel y San Francisco, y lo peor es que a u ejemplo e han con truido otra .

En toda e mira de atendida la elección y gu toen la decoración de la fachada , que es lo que con tituye la elegancia y hermo ura exterior de un edificio, y en muchas de ella e ven con horror un con fu a, desagradable mezcla de los tre órdene y de otro que no e conocen. La puerta y ventanas se colocan arbitrariamente i

correspondencia ni imetría. Las e caleras son tan peligrosa como in ufrible , y la di tribución interior no ofrece aquel desean o y comodidad que fue el preci o objeto de u invención.

Finalmente, apenas se hallará ca a en que e puedan di tinguir con claridad lo diferente miembro que deben componerla, y en

13 Vid. mi artículo "La posición de lo criollo en la Academia de San Carlos ( 1785-1800)", en la revi ta Universidad de México. Méxi­co, XL VI, núm. 480-481, enero-febrero 1991 : 67-77.

14 AHASC, gaveta 4, exp . 570 y 571. 15 Archivo Histórico de la Ciudad de México (en adelante citado

AHCM), Policía en general: 3627, exp . 39, 40 y 42.

Page 56: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

55

Page 57: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Casas gemelas del Mayorazgo de Guerrero (en. 1780) en la cnlle de Moneda y Correo Mayor.

ninguna e advierte la menor proporción del todo con sus parte y de é tas con aquél, en que consiste la gracia de una buena construcción, cuyos defecto diman:m de que lo profe ore dan principio a la obra antes de combinar u ideas obre el papel, porque regularmente ignoran la delineación y dibujo geométrico, y de esta falta de combinación resulta precisamente la general monstruosidad de las fábricas que desfiguran las hermosas calle de e ta célebre capital del nuevo mundo, y sirven de ridículo asunto a lo ojos de todo hombre inteligente, de pué de haber co tado crecida urna a su dueño .

Un abu o tan notable no se puede mirar con indiferencia, y, para cortarlo de raíz, acordó e ta Real Academia, en junta particular celehrada el día 26 de noviembre próximo anterior, representarlo a Vue tra Alteza, a fin de que e digne mandar pasar el correspondiente oficio al ilustre Cabildo de esta Nobilísima Ciudad, previniéndole que de ningún modo pem1ita que en lo sucesivo e empiece fábrica alguna de cualquiera cla e que sea, sin que preceda la presentación de lo re pectivos planos y aprobación de ellos, por la indicada Real Academia, imponiendo a los arquitectos la pena que juzgue oportuna en caso de contra­vención . Cuya providencia será ba tante por ahora, interín que los Estatuto que espera, reglen su gobierno y declaren las facultades que deben tener en esta parte_l6

Y si bien es cierto que en 1790 los arquitectos barrocos más destacados fueron incorporados a San Carlos como

56

"académico de mérito" ,17 no fue precisamente para honrar· lo , ino para controlarlos:

... con la precisa calidad de que antes de empezar cualquier obra de iglesia, convento u otro edificio con iderable, han de pre cntar directamente los plano a e ta Junta Superior de Gobierno. sujetar e in réplica ni excu a alguna a las correccione que se hagan en ellos, con apercibimiento de que, en caso de contra ven· ción, se les castigará severamente. 18

Ha ta el final, Francisco Antonio Guerrero y Torre , la última y mejor carta del barroco mexicano que se produjo

en la arquitectura de la capital novohispana, murió en la línea, no sin antes mostrarnos de lo que todavía era capaz Un año antes de u fallecimiento culminó, extramuro de la

ciudad -único lugar en donde pudo hacerlo mere gmtis-, 11

su hermosísima y tardía capilla del Pocito, en la Villa de Guadalupe, no sólo "último canto del cisne barroco", sino "síntesis ejemplar de viejas tradicione renovada en este

suelo, con aplau o general -dice Ju tino Fernández- po nuestro gu to por el color y la exuberancia". 20

Sus últimos proyectos importante abortado por la Acade­mia de San Carlos fueron, uno sensacional de planta curvilíne en forma de trébol, para el Santuario de Nue tra Señora de lo Angeles en Tlaltelolco, arra ado en sus inicios en 1791,

Page 58: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

el del templo de San Jo é de México ( 1790), frustrado primero, con la enmiendas despiadada que se le hicieron , y lue­go, por el deceso del artista acaecido el 20 de diciembre de 1792.21

Ciertamente el neoclásico ignificó la despedida de una época y el inicio de otra. Pero, de e o a convenir que el tránsito de lo barroco a lo neoclás ico, aparte de significar la irrupción de una moda, coincidió "con una mudanza radical en la forma de ser y de pensar de la sociedad novohispana", está de pensarse.

Podemos hablar sí, de una "renovación espiritual" y de una "modernidad ideológica", pero si n dejar de ser lo que somo , lo que siempre hemos sido su tanci almente desde la era prehispánica: propensos a la exuberancia, la emotividad, el colorido y la variedad.12

Por ello, adentrar e en la significación del barroco no sería posible sin comprender la participación de los indígenas en l:l compleja estructuración de la ociedad colonial novohispana y su aportaciones, como la omnipresencia de un grandioso pasado que repo aba en la mente de todo ellos.

La peculiar adaptación de lo indios a las· formas de vida occidental, a í como la interpretación que efectuaron de nume­ro os aspecto de la realidad, en e pecial, a través de u trabajo, coadyuvaron a los cambio que implicaba e te proce o.

De ahí que sólo con la fantasía e tética del barroco fue posible con truir, como lo hizo con una orientación política el culto franci scano Jo é Joaquín Granados en sus Tardes

16 AHCM, Obras p1íblicas en general: 151 O a, ex p. 73 , fs. l -2v. 17 Archivo General de la Nación, México (en adelante citado AGN),

Ayuntamielllvs: fs. 149- 150. 18 /bid. 19 Vid. Ignacio Gonz<í lez- Polo . "Guerrero y Torre y la repercu­

ión de su obra: la Capilla del Poci to ( 1780)", en la Memorias del// Simposium Internacional de Arre Barroco Iberoamerica­

no, en prensa. 20 Justino Fernández. El arte del siglo XIX en México. 2 ed. Méx ico,

UNAM: In tituto de lnve tigacione E téticas, 1967: l. 21 Vid. nota 19. 22 A propó ito dd barroqui mo patent e en alguno ed ific ios

prehi pánicos, v.g. en la cultura maya, la expresión que han

acuñado para definir e te fenómeno alguno arqueólogos como

horror vacui, es elocuente. 23 José Joaquín Granados y Gálvez. Tardes americanas. Gobierno

gentil y católico: breve y particular noticia de toda la historia indiana ... trabajadas por Wl indio y un esp011ol. México, Imp.

Matriten e de Felipe de Zúñiga y Ontiveros, 1778. [90]540 p.

Detalle de la fachada del Palacio de los Marqueses del Jaral del Berrio ( 1780-1785), más conocido como Palacio de lturbide.

57

Page 59: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

americanas (1778) , la hermosa arquitectura de un 'indiano edificio" en el que todo los glorioso pa ado , prehi pánico y e pañol del mexicano, e confunden y unifican en un ar­te "tequitqui"Y

Y i bien es cierto que, subrepticiamente e tán lo pro­pó ito de e te escritor en exaltar la perpetuación del gobierno español, al meno no llegó a lo excesos de "el Caballito" del eximio Tolsá, cuya pata izquierda pi a irres­petuosamente el águila y e l carcaj, blasón de nue tro antiguo imperio.

En ese caso lo que sucedió -y en eso sí coincido plenamente con la erenidad de juicio del hi toriador Justino Fernández- , "que México e tan complejo y vigoro o como para cambiar su destino", y in embargo 'ha podido seguir iendo de otro modo ". Vi ta a í la cosas no exi te en

nuestra hi toria " ni uspensión de er, ni fal ificación de ser, sino modo de ser iendo''.l4

Por e llo, cuando el arte neoclásico llegó a México, ya corrían por sí en el ambiente ideológico, intelectual y cu ltural criollo, viento fre cos renovadore del pa ado.

Gracia a la información de la diferentes teoría revolucio­naria europeas, al aburgue amiento de la ocicdad, a la contaminación de las tendencias filosófica materiali tas, etcétera, el barroco en la arquitectura tran formó u conciencia y se halló an ioso de novedade .

¿Pero, e to quiere decir que dicha renovación tenía su su tento en un modelo español o europeo? No, por ello, a dife­rencia del neoclásico que se inspiró en lo moldes estilísticos de la antigüedad griega, el barroco novohispano volvió sus ojos retro pectivamente a lo fundamento híbrido que lo susten­taban , enriqueciéndolos con originalidad.

El rompimiento ca i total con la tradición propia y el desvío del cur o natural, puede decirse que se produjo en México con la llegada del neoclá ico, pero no ante .

Y aunque muchas cosas pasaron, en lo ocial, en lo político, lo económico y lo cu ltural, durante má de iglo y medio, ellas se enmarcaron siempre en cierto esquemas bá ico , ... a­si invariable .

58

De de el ·iglo XVII la Nueva España ansío a de justificar e como algo diferente de Europa y de España en particular, había optado por aferrar e a tradicione que ya había hecho propia y ofrecían una seguridad en término de conciencia.

En el momento en que el país ya no e tuvo tan seguro de u viejos valores, obre vino la cri is que provocó en el siglo XIX: la incertidumbre, la vacilaciones, el caos y el deslumbramien­to por todo aquello que, justamente no era propio.

Por ello, el neocla ici mo a la po tre resultó en nue tro rriedio tan pa ajero y volátil, que ólo pueden computársele en el arte cuarenta años de exi tencia.

¿Quiere decirse con esto que de conozcamos los prove­cho o re ultado de este movimiento? De de luego que no. Con la Real Academia de Bella Arte de San Cario e manife tó en todo u e plendor el talento de Jo é Damián Ortíz, Ixtolinque, Alconedo, Fabregat, Gil y Tol á: e supe­raron técnicamente la artes y lo oficios en nuestro país, y nue tra capital, con e l vigoro o empeño del virrey egundo conde de Revillagigedo, e tran formó convirtiéndose en una de las primera del mundo por u concierto urbanístico y u limpieza in igual.

in embargo, con la Academia y el neoclásico e forjó también la fi ura que trajo como con ecue~ci a una repercu ión profunda en la expre ión y la identidad de los mexicano .

Todo proceso histórico en ara del progre o, por muy obvio o complejo que é te parezca, requiere u tiempo para madurar. De ahí que " la insurgencia haya estado dominada en México ideoló­gicamente -dice Brading- por mitos y principios firmemente arraigado en la cultura de los do siglo anteriores". 25

La in titucionalización del arte ha dicho con gran abiduría el historiador español don Juan Ortega y Medina, está conde­nada al fracaso: "los estilo cambian cuando surge la necesidad de cambiarlos; cuando una nueva en ibilidad estética brota nece ariamente por agotamiento de la anterior; cuando lo viejo y lo caduco ya no pueden dar má de í... Un e tilo perdura en tanto que la sen ibilidad estética de la ociedad no se siente acudida por un in tintivo, impulsivo e irrefrenable deseo de

tran formación". 26 0

24 Femández, Op. cit.: 5. 25 David A. Bradi ng. Miro y profecía en la historia de México. Trad.

del inglés por Tomá Segovia. México, Vuelta, 1988: 77 26 Comentario a Eduardo B~ez Macías. "La Academia de San Carlos

en la Nueva España como instrumento de cambio", en Las

academias de arte (VII Coloquio Internacional en Guanajuato). México, UNAM: In titulo de ln ve tigacione Estética , 1985: 58

Page 60: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

entre los libros y el andamio: melchor pérez de soto, arquitecto novohispano. guillermo boils. m.

~stas páginas se ocupan de Melchor Pérez de Soto, arqui­tecto criollo de La Nueva España. Hacia mediados del siglo XVll, destacó en el gremio de los constructores, hasta ser designado maestro mayor de La Catedral de México. Personaje profundamente apasionado por Los libros, Llegó a formar una de las bibliotecas particulares más completas del virreinato en aquellos años, al conjuntar más un millar y medio de volúmenes. Asimismo, se trata de un individuo que fue llevado ante el tribunal del santo oficio a causa, en parte, de ese mismo acervo de libros. En Los calabozos de La inquisición moriría el personaje que nos ocupa, a manos de su compañero de celda, en marzo de 1655, unas semanas después de haber sido detenido.

Sin embargo, su biografía resulta más significativa en tanto bibliófilo, o bien como arquitecto, que en Lo relativo a los sucesos casi de nota roja, con que terminara su existencia. Por tal motivo, aquí se exploran sobre todo los dos primeros aspectos señalados de su vida. Con mayor enfásis, este trabajo examina el desempeño que tuvo como arquitecto, uno de los asuntos menos estudiados de su persona. En especial se aborda su labor en la catedral mexicana, al comenzar la segunda mitad del XVll. En la parte final del artículo se incluye un apartado dedicado a su cautiverio. Empero, éste es contemplado, desde el ángulo de su actividad como arquitecto y como coleccionista de libros.

México, D.F., 1991.

MELCHOR PEREZ DE SOTO, MAESTRO MAYOR DE LA CA TE ORAL DE MEXICO

Durante poco má de do años, entre el 8 de febrero de 1653 y el 16 de marzo de 1655, el arquitecto Pérez de Soto ocupó el cargo de mayor prestigio en la arquitectura virreina!: el de Mae tro Mayor de la Catedral de México. Hasta donde todo indica, a él correspondió ser el primer criollo que ocupara dicho pue to. En efecto, de pués de haber transcurrido más o menos un iglo, de de que e in tituyera ese nombramiento en la Nueva E paña, todos los arquitectos a quienes se les había otorgado el mi mo, habían sido peninsulares. Esta circun tan­cia otorga cierta singularidad al personaje del que se ocupan estas página .

De igual forma, la actuación de e te arquitecto destaca por haber alcanzado el cargo en la década cincuenta del iglo XVII, decenio que fuera de gran actividad constructiva en la catedral mexicana. En aquellos año se llevaron a cabo jmportantes obras en la edificación catedralicia, misma en la que tocó a Pérez de Soto tener participación directiva. Entre ellas estuvo un avance su tancial - tal vez definitivo- en el cierre de las 4 bóveda para cubrir los brazo del "crucero" en ese templo. Al respecto, hacia comienzos de 1655 este arquitecto declararía ante el tribunal del santo oficio, que había comprometido u palabra ante el virrey, Duque de Alburquerque, de que conclui­ría e a tarea en un máximo de 2 años. • Ello resultaba esencial,

1 Manuel Romero de Terreros. Un bibliófilo en el Santo Oficio. Librería Robredo, México, 1920. pág. 74.

59

Page 61: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Estado actual de la Catedral de México, con la torre oriental en primer término, la que se concluyera de cerrar en su segundo cuerpo, bajo la maestría ma)or de Melchor Pérez de Soto ifoto 1991 ).

toda vez que ya se habían terminado las 3 bóvedas de la nave mayor, que u tituyeron a la cubierta original de madera en aquel ternplo.2

Asimismo, en ese tiempo se avanzó en la con trucción de la torre-campanario oriental del máximo templo novohispano. E ·a obra e había iniciado el primero de febrero de 1551 , a cargo del ingeniero mayor del reino: Juan Lozano. Ca i 4 años más tarde, el viernes 1 8 de diciembre de 1 654, con Pérez de Soto corno Mae tro Mayor, e cerró la bóveda del segundo cuerpo de dicha torre. Ese evento estuvo revestido de gran solemnidad, con la pre encia de autoridades civiles y eclesiástica . De suerte que " ... subió el virrey hasta el remate de ella y luego, por mano de don Fernando Altamirano, mayordomo de la obra y te orero de la caja real, se repartieron a los oficiales, peones y sobrestantes 200 pesos que les dio de u hacienda el virrey".3 Aunque la conclu­sión definitiva de lo dos cuerpos de la torre se con umaría en realidad unos meses más tarde, el sábado 20 de marzo de 1655, 4 día después de la muerte de Melchor Pérez de Soto.

Acompañando la edificac ión de la torre estuvo la labor del tra lado de las campanas de la vieja catedral a la nueva. En particular, requirió considerable ingenio y esfuerzo el desplaza­miento de la campana mayor, llamada doña María, con us 440

60

quintales de peso, equivalentes a más de 20 toneladas. Esta tarea e inició a la 4 de la tarde del martes 24 de marzo de 1654,

cuando e inició su de censo de de el viejo campanario. Para esa operación, colocaron la campana en un castillejo de madera, el que se deslizó sobre unas planchas de metal, hasta llegar al ni­vel del suelo. Lo cierto es que dicha tarea había ido ometida a concurso público, al que e pre entaron cinco po tore : un hombre italiano, de la ciudad de Roma; un capitán apellidado Navarro, el arquitecto Murillo (hasta donde todo parece indicar, se trata de Diego López Murillo, tío materno del propio Pérez de Soto y que había destacado por su part icipación en la edificación del templo de Regina); el propio Maestro Mayor de Catedral y el mercedario Fray Diego Rodríguez. La propuesta de este último fue la que resultó triunfadora y, por tanto, obtuvo el contrato para el traslado de las campanas.4 Como quiera que sea, tocó a Pérez de Soto supervisar la operación y repre entó una de sus primordiales preocupacione . A tal punto le inquietaba el trabajo que, desde su cautiverio en el calabozo de la inquisición, mandó a principios de 1655, un men. aje a sus colaboradore · en la obra, con ilustraciones de una maquinaria para subir las campana a la torre oriental, a í como otras in trucciones para la misma tarea.

Page 62: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

De otra parte,la labor de Pérez de Soto, como correspondía a todo Maestro Mayor de la Catedral capitalina, representaba una conside­rable respon abilidad, toda vez que se trataba del edificio que bien podría considerarse el más importante de América, durante el periodo colonial. Importancia basada lo mismo en el volumen de la obra realizada, que estaba entre las más grandes del nuevo mundo, como en la riqueza rutística del inmueble, y lo objetos de arte atesorado en él. Más aún, debe destacarse que el nombramiento de Maestro Mayor era vitalicio y lo designaban y firmaban autoridades civiles de la más alta jerarquía. Entre é tas estaban el virrey, el presidente de la real audiencia, así como los oidore de la mi ma.5

Sin embargo, por encima del prestigio inherente al cargo, la envergadura y la complejidad de la actividades a realizar de parte de quien lo ocupaba eran eminentemente técnicas, y por ello requerían de un especial nivel de calificación en cue tiones constructiva . Esto cobraba singular relevancia en un periodo en que la obra catedralicia estaba en su apogeo, en virtud de que, como vimos, para esos años se estaban cerrando las últimas bóvedas del edificio, al tiempo que e iban conclu­yendo otros elemento arquitectónicos fundamentale para la fábrica. Y en verdad era notable entonce el furor edificatorio con que se estaba ejecutando aquella obra. Manuel Toussaint hace un recuento de los progresos registrado hacia los co­mienzo de la egunda mitad del siglo XVII, y é to resultan por demás notables.6

De cualquier forma, el primero de febrero de 1656, cuando aún no se concluía la obra de la catedral, e hizo la olemne dedicación del templo, atendiendo a que ya e lo había cubierto en su totalidad. Esto tuvo lugar al aiio siguiente de la muerte de Pérezde Soto y e tuvo acompañado de grandes festividades por toda la ciudad, mi mas que e prolongaron durante cosa de do emanas y tuvieron un amplio concurso popular en los barrio

y la plaza mayor.7

No ob tante lo anterior, llama la atención que queden muy e ca as evidencias registradas, acerca de la pre encía de Pérez de Soto en el desarrollo de la obra de catedral. Tal vez por el hecho mismo de haber sido ometido a proce o por el santo oficio, u nombre fue minimizado. O quizá dos años hayan sido poco tiempo, como para dejar huella documental de la importancia de e a participación. Lo cierto es que en el libro de Martha Fernández sobre los mae tros mayores de la Cate­dral de México en el siglo XVII, se examinan 11 de los 15 que ocuparon e e cargo en aquel siglo. Entre los 4 que no examinó e a autora, estuvo Pérez de Soto.8 Esta cuestión in duda reclama mayore e fuerzos de indagación futura en archivos, a fin de rastrear el nivel de participación de este arquitecto.

Ciertamente, lo que más se conoce de nue tro personaje e acerca de su proce o inquisitorial y de u descomunal biblioteca per onal. Toda vez que ambos asunto de u vida se encuentran ampliamente documentados, a raíz del propio proce o que siguiera el anto oficio contra el arquitecto.9 De ahí deriva lo fundamental de la información que ha permitido eguir algunos rasgo de su trayectoria como Maestro Mayor de la Catedral. A imismo, con el re paldo de esa documentación se ha podido conocer su intervención como arquitecto en vario otro

Torre campanario oriente de la Catedral de México con el primer y segundo cuerpos y parte del tercero (joto 1991 ).

2 Gregario M. de Guijo. Diario de sucesos notables 1648-1664. Ed. Porrúa, México, 1953. Tomo I, pág. 175.

3 /bid. tomo 1, pág. 265. 4 Guijo. O p. cit., Tomo I, pág. 248-9. Véa e también: AbelardoCarrillo

y G. Campanas de México. HE, UNAM. México, 1989, pág. 34-5. 5 Efraín Ca tro Morales. "Los maestros mayore de la Catedral de

México". Artes de México. México, No. 182-3, 1976, pág. 137-8. 6 Manuel Tou sai nt. La Catedral de México, Ed. Porrúa. México,

1973 (segunda edición), pág. 34. 7 Eugenio Noriega Roble . "La Catedral de México" . Artes de

México. México, No. 182-3, 1976. También hay una detallada

crónica de cribiendo el acontecimiento, en el libro de Guijo, O p. cit. Vol. 11, pág. 47 a 54. ·

8 En realidad la autora alude un par de ocasiones a Pérez de oto en su

trabajo, pero no e extiende en señalar las razone para excluirlo;

alvo una referencia a que los 11 examinados por ella fueron, en su opinión, " ... los más importantes de la Ciudad de México para el

egundo iglo virreina!" Martha Femández.Arquitecrura y gobiemo

virreina/. IIE, UNAM. México, 1984, pág. 22. 9 AGN. "Causa criminal contra Melchor Pérez de Soto, astrólogo,

sobre tener libros prohibidos de la astrología judiciaria y usar de

61

Page 63: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Torre oriental de catedral en su estado actual desde el lado norte, con el 2o. y Jer. cuerpos, además de la bóveda, en forma de campana. Estas últimas, son posteriores a la época de Pérez de Soto (Foto C. Bolis).

inmuebles de la Nueva E paña. Precisamente, e ta cuestión es la que e delinea en el s ig uiente apartado.

OTRAS ACTIVIDADES ARQUITECTO ICAS DE PEREZ DE SOTO

El hecho de alcanzar el más alto rango al que podía a pirar un mie mbro del gremio arquitectónico novohi pano de su tiempo, sin duda le brindó amplias oportunidade para e l desempeño de su oficio. Pero, ademá , ha de considerar e que, i e le nombró para el cargo máx imo de la obra catedralic ia fue porque, in lugar a duda había destacado en su trabajo de arquitecto de -de algunos año ante del nombramiento. Más aún, tratándose de un pue toque hasta entonce no había ido ocupado por ningún nacido en América. Esto último le confiere cierta validez a u calidad como persona conocedora y practicante de la acti vi­dad arquitectónica.

Entre la obra más importante en que intervino, se sabe, por ejemplo, que le toco realizar --o cuando meno supervi ar la realización de- varios trabajo en e l Palacio Virreina!, en virtud de que el cargo de Mae tro Mayor de la Catedral u ponía

62

que lo era también de la casa reales. La tarea realizada por Pérez de Soto all í, consistió, básicamente, en hacer alguna repara-ciones al edificio. Acerca de ella, e l arquitecto llevó un regi tro (¿bitácora de obra?; ¿libro de cuentas de la misma'~)

ha ta integrar un legajo, con hoja de medio pliego, hoy desaparecido. Ese legajo estaba fechado: 1653 y e con. igna su existencia en la relación de libro y documentos que confi có el tribunal de l anto oficio al arquitecto a raíz de su detención. 10 Por la fecha del documento, e de suponer e que Pérez de Soto ya era Maestro Mayor de Catedral cuando realizó los trabajo del Palacio Virreina!.

Otra de la acti idade que destacan en su práctica del oficio, fue la de lo peritajes que hizo a la con trucción del fuerte de San Juan de Ulúa, en el puerto de Veracruz. Esta tarea, probable­mente la llevó a cabo hacia lo últimos año de la década 40 ó comienzo de la del 50, del ·iglo XVII. Así, en varia ocasiones le COJTespondió inspeccionar las obra de ampliación y mejora­miento de aquella fortificación . E l propio virrey en persona le había encomendado hacer e a upervi ión a las obra de la for­taleza y, en especial, " ... que reconocie e e l daño que tenía un lienzo de ella y de all í volvió a mes y medio a e ta ciudad''. 11

Obviamente, i e tuvo en e l puerto varia emanas su interven­ción, a í fuera sólo en calidad de inspección, tuvo alguna im­portancia en la ejecución de e a obras defensiva . lnclu o, como . e erá más adelante, en su biblioteca contaba con varia decenas de libro obre fortificacione . y otras con truc­ciones militare , lo que realza su preocupación por e te gé­nero arquitectónico.

En un entido imilar a l anterior, la documentación obre el proce o a Pérez de Soto registra u actividad como perito en otro campos. A í, lo tenemo a comienzos de lo año cincuenta inspeccionando una minasen Tete la. Este trabajo también le fue encomendado al arquitecto por el prnpio virrey. O bien, e obtiene infonnación obre tarea ·imilare , en un men aje que el arquitecto envió a u mujer de de su celda en el anto oficio. Ese men aje fue interceptado por la autoridade y anexado al expediente y en él Pérez de Soto alude a que había hecho la ta ación de alguna c;a a que e taba labrando Cri tóbal de O una, agregando que tal evaluación al referido colega, bien pudiera ser una de la ca u a que lo habían lle ado a pri ión. De donde se infiere que la tasación mencionada, no ha de haber ido muy favorable al trabajo de Osuna.

De igual forma, está documentada su participación e n obras de otro · edificio de la capital novohi pana. E e l ca ·o de una ventana "de vidriera" que di ·eñó y con truyó para e l Colegio de San Pedro y an Pablo, perteneciente a la orden de la Compañía deJe ú . · o hay e lementos uficientes para cuan­ti ficar la magnitud de e ta obra para losjc u ita . Empero, e de suponerse que e trató de un trabajo de importancia , dado que Pérez de oto lo menciona en u proce o. Tampoco está muy clara la fecha d.: realización de e tatarea, aunque probablemen­te haya itlo anterior a 1653; e decir, ante de que se nombrara al a rquitecto Mae tro Mayor de Catedral. Por e o mi mo año (fines de la década 40 ó comienzos de la 50 del iglo XVII) participó en alguna obras del convento de La Encarnación de

Page 64: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

la Ciudad de México. En el edificio de e ·a in. titución, le tocó editicar una ce lda para el alojamiento de la. cuñada de don Pedro Cabañas, que habían tomado lo hábito .12

En ·urna, ha. ta donde todo indica, Pérez de Soto había adquirido, desde tiempo antes de u nombramiento, una " ... bien establecida reputac ión profesional". 13 Misma que debe haber ignificado para é ·te, que se le encomendaran múltiple traba­

jo de edificación y avalúo de inmuebles. Así, en el inventario de u libro · requi . ado. por el ·anto oficio, aparecen vario cua­derno ele cuenta. , de la obra que realizara e inclu o un abul­tado " ... ca11apacio de cuartillo intitulad : libro de lo que recibo y voy gastando ... (así como) ... dos libros de a cuartilla, de corte de pago de la obra que estaba atendiendo".•~ Probablemente é to hayan ido de lo trabajos en catedral.

ARQUITECTO DE TRADICIO FAMILI AR La formación de Melchor Pérez de oto como constructor y arquitecto fue producto de us antecedente. familiares inmedia­tos. Intervino en ello de manera deci ·iva la figura de u padre, Juan Pérez de Soto, de olicio albañil y carpintero. E te, un gallego nacido en la población de Tuy, era hijo de mode to. labradore . e embarcó a América . iendo muy joven, donde e hizo aparejador y aprendió carpintería para la edificación. Esta­blecido en la ciudad de Cholula, el padre de nuestro e ludiado de arrolló varia tarea de tacadas interviniendo, entre otras, en la reconstrucción de la cubierta de la Capilla de lo · aturale o Capi lla Reul. 15

En 1606 nació Melchor Pérez de Soto en aquella ciudad cercana a la Puebla de lo Angele . Poco tiempo de pués de su naci miento, la familia e de plazó a la capita l del virreinato, en busca de mejore oportunidades. Y en efecto all í e abrían mayore po ·ibilidade. para cualquier oficio ligado a la con truc­ción, como le ocurrió al padre de Melchor, quien continuó con . u a tividad, sobre todo de carpintero. Así, intervino en iglesia como la Profesa, Santa Iné , el Santuario de Guadal u pe y el Co­legio de Nuestra Señora de la Caridad.16 Lo más e guro e que la ituación de la fami lia haya mejorado en la Ciudad de México,

toda vez que el pequeño Melchor pudo eguir curso en la escuelas de Francisco Clavijo y Juan Becerril, en las que apren­dió las primeras letra. , para pro eguir uno años más tarde, con lo estudios de lat ín. Nada má que é to lo interrumpió en definitiva, cuando todavía era casi un niño, a fin de seguir lo paso. de su padre. 17 Como es sabido, era de lo m á común de de la tradición del gremio medieval, que lo hijos de lo arte ano heredaran el oficio, a vece por varia generaciones.

Por el lado materno, Pérez de Soto también tuvo importantes antecedentes en el oficio constructivo-arquitectónico. En efecto, un hermano de su madre, Diego López Murillo, era también arquitecto, con cierto reconoci miento en la Nueva E paña de aquello año . Por cierto que nue tro Mae tro Mayor eñaló a ese tío materno como uno de los po ible re pon ab le de u cauti verio en la inquisic ión. En el ya mencionado mensaje clandestino que envió a u espo a desde u celda, Pérez de Soto expre a ospecha acerca de dicho familiar, de quien pi en a que pudo haberlo denunciado, in fundamento , por razones de

Segundo y tercer cuerpos de la torre campanario oriente de la Caredral de México, desde el ángulo sureste (joto 1991 ).

ell a". Ramo: lnquiJición 1649- 1654. Vol. 11, fol . 224-327. El inventario de libros fue publicado en: AG -UNAM. Documenros

para la hisroria de la culrura en México. (Pro!. de Julio Jiméncz Rueda), AG -U AM . México, 1947, 188 pp.

10 Archivo General de la ación-U AM. Op. cir. pág. 10. Véa e también: Romero de Terreros. Op. cir. pág. 13.

11 Romero de Terrero . Op. cir . pág. 6. 12 /bid. pág. 6. JJ lrving Leonard. L(l época barroca en el México colonial. Fondo de

Cultura Económica (Colección Popular No. 129). México, 1974,

pág. 134.

•~ AGN Op. cir. pág. 9. 15 Kubler señala que l a~ obras de reconstrucción de e e edificio se con­

cluyeron hasta 1608. Véa e: Gcorge Kubler. Arquirecwra mexicana

del siglo XVI. Fondo de Cuhura Económica. México, 1983, pág. 562. 16 Efrafn Ca tro Morale . Op. cir. pág. 141. 17 lrv ing Leonard. Op. cir. pág. 132. 18 Romero de Terrero . Op. cir. Véa e también: Hcinrich Berlin.

"Artífice de la Catedral de México" en: Anales del In titulo de lnve tigacione Estéticas, UNAM. México, No. 11 , 1944, pág. 39.

63

Page 65: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

o o

Planta de la Catedral de México de Manuel Toussaint.

envidia profesional. Co a que, por otra parte, deja ver que la relación con el hermano de su madre, no debe haber sido de lo más positivo en aquel entonce .

Hay además otro elemento ~mportante que refuerzan la inclinación hacia el oficio arquitectónico de nuestro estudiado. Así, cuando en 1612 cumplió los 6 años de edad, er pequeño Melchor fue confirmado en la catedral, por el arzobi po Fray García Guerrera. Su padrino de confirmación, fue precisam.en­te Sebastián Zamorano " ... un gran arquitecto que hubo en esa ciudad".18 Además de que es de suponerse que a la ca a del joven criollo probablemente acudían otros practicantes de la actividad paterna. Ello bien pudo contribuir, si no a su apren­dizaje, cuando menos a estimular su interés por la edificación.

Asimismo, un hermano de su espo a también e dedicó a la construcción. Incluso colabora directamente con el propio Pé­rez de Soto, ya de de ante de que éste fuera nombrado Maestro Mayor. Hay registro de esa colaboración en algunas de las visitas para inspeccionar obras en el interior del reino. En efecto, en el viaje ante señalado a las mina de Tete la, en el año de 1646, nue tro arquitecto acudió en compañía de su cuñado; y tal vez también lo hizo un poco antes, en la inspección a la fortaleza de San Juan de Ulúa. Empero, la relación cop el cu­ñado tiene lugar cuando Pérez de Soto ya goza de reconocí-

64

Planta de las bóvedas, con las que cerraron en el tiempo de Melchor Pérez de Soto, de Manuel Toussaint.

miento entre el gremio y la ociedad. Como ea, lo cierto es que el per onaje deci ivo en la vocación arquitectónica de Pérez de Soto lo constituyó u padre. Y aunque no se sabe con precisión a qué edad e inició, el proce o de aprendizaje de Melchor, éste debe haber sido de de temprana edad, inclu o desde los años en que el niño acudía a la e cuela.

LA BffiLIOTECA EXCEPCIONAL DE UN ARQUITECTO Si u pre encía en la arquitectura de aquel tiempo fue destacada, tanto o más lo fue la que tuvo como lector y coleccionista de libros. Casi 1600 volúmenes de u propiedad fueron regí trado en el inventario que levantó el santo oficio, cuando e tomó pre o a Pérez de Soto. Para tal efecto, durante varias emanas e tuvie­ron trabajando un actuario y un e cribano de e e tribunal en la ca a del arquitecto, para documentar la totalidad de su biblio­teca. Tan cuantioso acervo lo itúa como el poseedor de la colección de libros más importante, en manos de un particular, para la Nueva E paña de u tiempo. Esto ha llevado a que algún estudio o considere que " . .".era uno de los hombre más culto de México".1,

En concordancia con lo anterior, la tarea de nue tro per onaje como bibliófilo e la que m á e ha estudiado. Hasta hay una te­¡ doctoral que e ocupa del análisis de esa colección, a partir

Page 66: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

B61•edns del crucero en el lado oriental, desde el interior de la Catedral de México (foto / 99/).

del inventario. Una síntesis de esa di ertación doctoral lo publicó su propio autor, D. Castanien, en forma de artículo.20

Junto a ese trabajo, e tán otros ensayos y estudios realizados hace alguna década por autores mexicano . Entre ello están lo ya citados aquí, de Julio Jiménez Rueda o el de Manuel Romero de Terrero . En todos ellos se examina con algún detenimiento, determinados géneros de libros, conforme a los propósitos o intereses analíticos de quienes hic ieron tales e tudios. Ca i iempre predomina la revisión de los textos sobre literatura o a trología. E to último por e tar asociado al proce o inquisitorial que se iguió contra e l arquitecto. Empero, sólo de pasada se alude a los materiale relativo a a unto arquitectó­nicos, contenidos en el inventario.

Como quiera que ea, e l conjunto de libros que conforma­ban la biblioteca del Mae tro Mayor de Catedral, era de lo má completo. De esa suerte, es inevitable concebirla en términos de un proyecto intelectual, cuyo autor muestra un evidente afán de erudición. Esto contribuye a hacer sobresaliente dicho acervo para la colonia en aque l tiempo, tanto por la cantidad de libros, como por la variedad de temas que lo integran. Lo mi mo incluye ciento de texto literario de di versos género y época , que libro religio os (má de la mitad de l acervo), libros obre viaje , biografía , historia, di versas ciencias natu-

Bóvedas del crucero poniente en la catedral (foto 1991 ).

ra les, astrología y fi lo ofía. Resulta bien cierto aquello de que " .. . desde luego no es la biblioteca de un especialista que se interesaba solamente por los volúmenes añejos de u profe­sión".21 Antes bien, se advierte un amplio espectro de a untos, entre los que e encontraban algunos textos de lo más polémico en el mundo católico de aquel tiempo. Veamo en seguida los libros de arquitectura de esa biblioteca.

De manera destacada dentro de la colección están los tratado de arquitectura. Estos suman varias decenas de ejemplares y comprenden los principales tratadi sta . En primer té rmino, está el trabajo de Vitrubio: Los JO libros de

19 Julio Jiménez Rueda. Herejías y supersticiones en la Nueva

Espaiia. Los heterodoxos en México. UNAM, Imprenta Universi­taria, México, 1946. pág. 216.

20 Donald G. Ca tanien. "The Mexican Inquisition Cen ors. A Private Library, 1655" en: Hispanic American Historical Review. No. 34,

1954. pp. 374-392. 21 Julio Jiménez Rueda. Prólogo al inventario AGN, Op. cit. pág. XI. 22 Martha Fernández. "El inventario de bienes de un artis ta

novohispano: el arquitecto Juan Montero" en: Anules IIE, UNAM, México No. 54, 1984. pp. 27-59. pág. 39.

65

Page 67: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

arquitectura, del cual e con ignan 5 ejemplare ; uno en latín , otro en italiano y los restantes en castellano. De igual forma, contaba con ejemplare del tratauo de León Bautista Alberti: De Re Aedificatoria, uno de ellos en italiano y el resto en nuestra lengua; ademá de otro libro en italiano

·-cuyo autor no menciona el inventario- obre el arquitecto renacenti sta . Hay 3 ejemplares del tratado de Andrea Palladio: Los cuatro libros de Arquitectura: uno en italiano, otro en castellano y el tercero no queda claro en qué ll!ngua e tá e crito. Asimismo están consignados tres ejemplares del tratado de Seba tián Serlio: Tercero y cuarto libro de arqui­tectura, los tres en castellano. De l libro de Jacome de Yignola: Regla de los cinco órdenes de architectura, tenía un ejemplar, de edición ca tellana .

La li sta también incluye los libros de los tratadi stas e paño­les. Así, del trabajo de Diego de S agredo: Medidas del Romano, se anotan dos ejemplares. De Diego López de Arenas: Bre1•e compendio de la carpintería de lo blanco, t;tmbién se registran dos ejemplares. Está también el texto de Juan de Arfe y Yillafañe: De varia conmiser;1ción para la escultura y arquitec­tura, con un ejemplar; al igual que varios manuales de albañilería u otros oficios ligados directamente a la construcción. Además está el tratado de Alberto Durero sobre geometría y pintura; el de Luca Paccioli: Ln divina proportione; o las Obras de Juan Mena. Se consigna también un ejemplar del libro de Fabio Yegecio: De Re Militar,junto con varias decenas de los de otro autores sobre fortificaciones y otras construccione militares.

Es importante también e l alto número de obras que contie­ne la li sta (a lrededor de 50 títulos) dedicadas a la geometría y las matemáti cas. Allí aparecen dos ejemplares de Euclides, junto con otros autores más contemporáneos a Pérez de Soto, o bien del renacimiento. Asi mismo están decenas de textos que se ocupan de relojería, mecánica y de sol; de hidráulica; res istencia y propiedades de materiales en general y de lo de construcción en particular. En fin, toda una serie de cuestiones ligadas a la edificación o de ciencias que ayudan a la misma.

En total , el inventario se extiende por má de 94 páginas, en la edición impresa que hiciera e l Archivo General de la Nac ión, sobre el manuscrito. Con igna 15921ibro y otros documentos. Sin embargo, cuando se fueron devolviendo varios lotes de la biblioteca a la viuda de Pérez de Soto, en las semanas siguien­tes a la muerte del arquitecto, la suma de estos ascendió a 1663 títulos. Estos 71 libros extra, probablemente no fueron regis­trados por el actuario, cuando se los requi ó de la ca a del Maestro Mayor de Catedral.

Por último, resalta más aún la biblioteca de Pérez de Soto, si e la compara con la de otro arquitecto destacado del siglo XVII :

Juan de Montero. Este, quien también fuera Mae tro Mayor de Catedral hac ia fines del referido siglo, murió en 1695. A su muerte se levantó un inventario de los bienes que había tenido en vida, entre los que e hallaban un total de " ... 20 libros de historias y tratado y sus herramien tas de trabajo". 22 Todo esto fue tasado en un valor de 8 pesos. Empero, lo que pone de manifiesto ese número de 20 libro --que ape na representan

66

poco más del 1% de los que tenía Pérez de Soto- es la descomunal importancia como bibliófilo de este último. En efecto solamente de tratados arquitectónico , Pérez de Soto más que duplica el total de los lihros de Montero.

PEREZ DE SOTO ¿TRATADISTA DE ARQUITECTURA? Un documento que se registra en el inventario es el que motivó la inclusión del presente apartado. Se trata ele un cuaderno manuscrito, con algunas hojas sueltas, en el que Pérez de Soto hace u·na refutación a un libro de Jerónimo Sánchez de Carranza. El inventario lo consigna en los siguientes términos: "Libro de a cuarto manuscrito, con algunas hojas sueltas, que comienza: Tratado de la destreza práctica en declaración de algunos lugares oscuros que tiene el libro de Jerónimo Sánchez de Carranza por estar en teórica, por e/ maestro Me/chor Pérez de Soto". 23

En primer término, llama nuestra atención que Pérez de Soto titulara a su manuscrito como " tratado". ¿En verdad lo era? Es difícil saberlo sin tener el documento. Este desapare­ció, eguramente de pués que la mayoría del lote de libros devueltos a la viuda del arquitecto, fueron vendidos como papel por ésta.24 Por tanto, sigue en pie la duda respecto al carácter tratadístico o no del documento. Por lo que deja ver el título, tal vez sólo era un documento de alegato en favor de la habilidad práctica y, en alguna medida, contra la "oscuridad" que presen­taba, a los ojos del arqui tecto, el libro de Sánchez de Carranza. Es decir, conforme al título de su trabajo, la propuesta de Pérez de Soto se ci menta en la destreza práctica; por ende, es mediante ella que busca aclarar aquellos lugares que llama "o curo " del texto que comenta. Más aún, se refuerza con mayor vigor la idea de la importancia de la práctica, en la med ida en que el título del manuscrito concluye atribuyendo esas partes oscuras, al hecho de " ... estaren teórica".

Como vimos atrás, Pérez de Soto es un constructor que tuvo importantes intervenciones en obra. arquitectónicas de su tiem­po. Pero también es un hombre de libros, que los acumulaba por cientos y c ientos. En e e sentido, e de uponerse que debe ha­ber sido un ávido lector. A tal punto, que contrató traductores del latín , en varias ocasiones. Luego, si mandaba que le tradujeran textos, era para leerlos. Como bien sabemos, . er lector es una primera condición necesari a -aunque no suficiente- para ser escritor. De ahí que no es tan remoto que su manuscrito haya ido concebido para er impreso. Sobre todo, porque e difícil con­siderar que haya e cri to un cuaderno, refutando al autor de un libro "teórico", para su propio consumo.

En apoyo a la reflexión anterior, está e l aludido documento que Pérez de Soto intentó hacer llegar a su esposa de~de la cár­cel de la inquisición . La lectura del mismo revela un manejo ágil y articulado del caste ll ano; lo que bien podría er un e lemento a considerar, sobre su capacidad como escritor. No obstante, fuera de esos documentos, además de sus cuadernos de obras incluidos en el inventario, no quedan vestigios de otros mate­riale escri tos por él. Aunque sí hay evidencias de que deseaba mejorar su conocimiento del español , por la cantidad de tex tos obre gramática, diccionarios, tratado · de ortografía y otro

Page 68: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

asunto relacionado con la lengua, que se inventariaron en su biblioteca.25

En suma, aún en el caso de que el escrito en cue tión no hubiera tenido importancia tratadí ·tica, es innegable que su u, tor tenía ·ingulare inquietude intelectua les o, cuando meno librescas. En consecuencia no se trata, en su caso, de l arquitecto exclusivamente prác tico , que solía tener libro de tratadistas como un apoyo complementario a u actividad con tructiva. Antes bien, estamos frente a una personali ­dad culta, para quien los tratados eran algo más que meros manuales de consulta . Si su manusc rito era o no un tratado, si e elaboró con propó itos de impre ·ión o sin ellos, no hace

gran diferencia con respecto a la osten ible preocupación intelectual de este arquitecto cri o llo. Después de todo resulta significativo que, sin haber acudido a la educación formal más all á de los nive les básico , Pérez de Soto lograra conjuntar tal cantidad de libros; sobre todo desempeñando una activi­dad como la arquitectura, que entonce se ·ituaba dentro del ámbito estri cto de lo artesanal.

EL PROCESO CONTRA MELCHOR PEREZ DE SOTO Ell3 de enero de 1655 por la mañana, fue arrestado el arquitecto Pérez de Soto. Durante poco má de dos me es estuvo confi na­do en lo calabozos del anta oficio, hasta que el 16 de marzo de ese año -o la madrugada del 17- fue asesi nado por su compa-ñero de celda. Este, un mestizo que no se encontraba bien de su facultades mentales se sui cidó, ahorcándo e con una sábana, varios días después. Los cargos contra el arquitecto eran, en lo esencial, que se ded icaba a la práctica de la astrología judiciaria.26 Vario testigos acudieron a declarar en su contra, entre lo cuaJe estuvo uno de los estudiantes de latín , que Pérez de Soto había contratado como traductor de algunos textos.

Al momento de la muerte del arquitecto, el tribunal del anto oficio no había di ctado entencia alguna en torno al caso.

Sin embargo, su expedien te se había iniciado desde cinco años ante de u detención. El san to oficio había recibido varias de­nuncia contra Pérez de Soto, en las que e indicaba quepo eía libro prohibidos de astrología judiciaria; o bien que había pre­decirlo diverso eventos que, supuestamente , luego ocurrieron. El a unto e complicó para e l Maestro Mayor de Catedral, a raíz de que hubieron más denuncia. en u contra; de tal uerte, que en la fecha apu ntada se ordenó u arre to.

En realidad el arquitecto nunca upo la causa real de u proce o y cautiverio. Como era acostumbrado, los inqui id ores sólo le pedían que confesa e us crímenes, in indicarle cuá­le eran las ca u as de u detención.z' Ello se advierte de manera por demás elocuente en el mensaje que escribió tratando de hacer llegar a su e po a. Allí expone alguna conjetura obre las posibles razone por la que se hallaba pre o. Entre ella eñalaba con cierta insistencia las envidia de algunos de sus

colegas con respecto a su cargo en la catedra l, las que consi­deraba que podían haberlos movido a inventarle falsos para perjudicarlo. Entre los posibles re pon able menciona a Luis Gómez de Tras monte, quien por cierto, le sucedería en e l cargo de Mae tro Mayor y cuyo nombramiento le sería otorgado unos

Entrnda oriente del crucero de la Catedrnl de México ifoto 1991).

me es más tarde , hacia comienzos de 1655. Además de éste, señala a otros practicantes del oficio, como u propio tío, Diego López Muri llo, así como Cri tóbal de O una, Diego de Barrientos, Matías de Oliveira, " ... o alguno de los que quieren ser maes­tros mayores; o alguna mujer que, por no hacer caso de ella, en orden de venganza, hayan levantádome algún f~l. o testimonio".28

Y en verdad, un puesto como el que Pérez de Soto tenía , era muy codic iado en el gremio de los arquitectos novohispanos e

23 AG . Inventario ... Op. cit. pág. 8. 24 Leonor de Montoya, la vi uda, era analfabeta y solicitaba al anto

oficio la devolución de los libros porque quería:" ... venderlos como papel usado porque parecen muchos y me encuentro en circun tan­cia muy precarias". Tomado del expediente inqui ' itorial por lrving Leonard. Op. cit. p. 149.

25 Esto es ubrayado en el trabajo de Donald Castanien. O p. cit. pág. 378.

26 "Ca u a criminal contra Melchor Pérez .. . " AG O p. cit. fol. 267. 27 Véa e: Solange Alberró. Inquisición y sociedad en México 1571-

1780. Fondo de Cultura Económica. México, 1988. 28 Romero de Terreros. Op. cit. pág. 30. 29 AG . Jn vellfario ... Op. cit. pág. 8. 30 Solange Alberró. Op. cit. pág. 69.

67

Page 69: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

directamente e llo pudo haber contribuido a acrecentar re en­niento en su contra. Pero, además la propia actividad de la mstrucción en ocasione. se acompañaba de confl ictos lega­s o, cuando menos, llegaba a su citar algún tipo de conformidad entre lo arquitectos y quiene los contrataban. e ahí que en el li stado de la biblioteca de nuestro arquitecto ·encontrara un cuaderno " ... manuscrito forrado en pergami­J que tiene por título: 'libro donde e asienta lo que sega tó 1 pleito "'.29

Empero, todo lo anterior no ignifica que e l origen de u oce o estuviera en conflicto derivados de u trabajo. Si no

1á bien, que éstos pudieron hacer más grave la si tuación rocesal del arquitecto. Después de todo, desde 1616 la 1quisición había promulgado un decreto, o pena de total ex­omunión prohibiendo la adivinación del futuro mediante ho­) copos. No ob tantee a di po ·ición , Pérez de Soto se había edicado algunas veces a ese tipo de práctica , además de su ádente interés por la astrología, aunque siempre alegó ante el ·ibunal que no creía en ellas y que su preocupación por la trología e taba ligada con la práctica de u oficio arquitec­

)nico. De cualquier forma que hubiera ido, el desenlace ~ ultó lamentable. Pérez de Soto murió, después de habers~:;

Jmido durante semana. en una profunda depres ión. Como echo paradójico, unos meses despué de la muerte de Pérez e Soto, en el mismo año de 1655, se inauguró el edificio de :1 inquisición, en la plaza de Santo Domingo, de la capital ovohispana.30

Un último asunto con re lación al proceso y cautiverio del ar­¡uitecto Pérez de Soto e refiere al sentido de responsabilidad ,rofesional que é te seguía teniendo desde su calabozo. Así, tdemás del mensaje que escribiera para su mujer, hizo otro les tinado a u colaboradores en la fábrica de catedral. Eran los lías en que e estaban instalando la campanas en la torre oriente le la catedral; de modo que mandó instrucciones, indicando :ómo debería ir la otabanca, encima de la cornisa, para realizar :sa operación. Más aún, incluyó en el mensaje un dibujo, que ya :asi e ha borrado, de cómo debería ser esa maquinaria. !\simi mo, indicaba las dimensione que dl!bería tener la ;otabanca, el tipo de piedra que e debería usar para ello y la Forma en que se la debería colocarY

~ONCLUSIONES

En la Nueva España de Pérez de Soto Ja·arquitectura era una actividad eminentemente práctica. El status de quienes la realizaban era e l de artesanos. Y hasta en ocasione , algunos que destacaron en e e oficio eran anal fa betas. Esto, desde luego, no llegó a ocurrir en el caso de lo mae tro mayores de la Catedral de México. Hasta donde e sabe de ésto , todos eran personas que acudían a tratado de arquitectura, manua­les de con trucción u otro libros, para el de empeño de us labores. Si la mayoría de e llos no tuvieron la má · mínima trayectoria inte lectual, todos en cambio abían leer, e cribir, y hacer cuentas; aparte de contar con significativa experien­cia en la a e ti vidade edificatoria o en artes ligada a las mi ma .

68

Pérez de Soto viene a ser una uerte de sínte i entre la práctica y el intelecto, circunstancia que lo define con un perfil muy singular para u tiempo. Llegó a ser un artesano de taca­do, sobre aliendo en la construcción y actividades ligadas a ella; al tiempo que lo hizo en la conformación del acervo bibliográfico particu lar más importante del siglo XVII novohispano. Hombre de libro , como lector, fue asimismo hombre de planos y de andamio. No cabe guda que un decidido espíritu inquieto e movía dentro de él, al grado de impulsarlo a incursionar en campos prohibido por la in ·titución religio a. Esa inquietud k llevó a aventurar e por la astrología adivinatoria, olvidándo e de lo rie go que suponía u conocimiento y, sobre todo, u práctica.

Lo cierto es que la relación de lo arquitecto m á renombra­do con los scctore. privilegiados de la sociedad colonial, Jos hacía personas públicas, que adquirían cierto nive l de reconocimien­to. Así, como vimos aquí, nuestro Maestro Mayor recibía encargos del propio virrey o del obispo. A pe arde ello, era ex­cepcional que un arquitecto novohispano del siglo XVII llegara a poseer una importante fortuna, como era el caso de quien se han ocupado estas páginas. En cambio, ese reconoci­miento sí implicaba cierto compromisos frente a la colectivi­dad. La notoriedad pública de un Mae tro Mayor, lo ponía ante lo ojos de la sociedad toda y en e pecial, ante los de las autoridade civiles y ecle iá tica .

Del mi. mo modo, es preciso no desatender a la existencia de rivalidades personales y/o profesionales entre los practicantes de un mismo oficio. En efecto, Jos maestros del gremio arquitec­tónico competían entre . í por las obras, obre todo por las más im­portantes. Empero, donde la competencia podía tornar e más decidida, era para ocupar e l cargo de Maestro Mayor en alguna catedral , dado que é te era vitalicio y significaba recibir el nombramiento de mayor prestigio arquitectónico de una ciudad. Este hecho, junto con otros aquí apuntado ·, bien pudo ocasionar --o cuando menos contribuir a- el desenlace de afortunado que tuvo quien e tuviera al frente de la obra catedralicia mexica­na, en un periodo deci ivo de su construcción. O

3 1 Romero de Terreros. Op. cit. pág. 32.

BIBLIOGRAFIA Archivo General de la Nación. "Causa cri minal contra Melchor Pérez de Soto -astrólogo- sobre tener libros prohibidos de la astrología judiciaria y u ar de ell a". Ramo Inquisición 1649-1654. México, Tomo 440, 107 pp. en folio. Archivo General de la Nación/UNAM. (Prólogo de Julio Jiménez Rueda) Documentos para la historia de México. AGN/U AM. México, 1947. Alberró, Solange. Inquisición y sociedad en México 1571-1780. Fondo de Cultura Económica. México, 1988. Berlín, Heinrich. "Artífice de la Catedral de México". Anales del Instituto de Inve tigaciones Estética , UNAM. México, No. 11 , 1944.

Page 70: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Carrillo y Gariel, Abelardo. Campanas de México. IIE, UNAM. México, 1989. Castanien Donald. "The Mexican Inquisition Censors. A Private Library, 1655" Hispanic American Historical Review No. 34, 1954. Castro Morales, Efraín. "Los mae tros mayores de la cate­dral de México" Artes de México. México, No. 182-183, Año XXI, 1976. Fernández, Martha. Arquitectura y gobierno virreina/. Los maestros mayores de la Catedral de México en el siglo XVI/. IIE, UNAM. México, 1984. Fernández, Martha. "El inventario de bienes de un artista novohispano: el arquitecto Juan Montero" Anales del IIE, UNAM. México, No. 54, 1984. Guijo, Gregorio M. de. Diario de sucesos notables 1648-1664. Ed. Porrúa. México, 1953, 2 tomos. Jiménez Rueda, Julio. Herejías y supersticiones en la Nueva España. Los heterodoxos en México. Imprenta U ni ver itaria, UNAM. México, 1946. Kubler, George.Arquitectura mexicana del siglo XVI. Fondo de Cultura Económica. México, 1983. Leonard, Irving. La época barroca en el México colonial. Fondo de Cultura Económica. México, 1974. "Colección Popular" No. 129. Noriega Robles, Eugenio. "La Catedral de México" Artes de México. México, No. 182-183, año XXI, 1976. Romero de Terreros, Manuel. Un bibliófilo en el santo oficio. Librería Robredo. México, 1920. Sariñana, Isidro. La Catedral de México en 1668. (ed. de Francisco de la Maza.) HE, UNAM, suplemento 2, No. 37 de los Anales del IIE. México, 1968. Toussaint. Manuel. La Catedral de México. Editorial Porrúa. México, 1973 (2a. edición).

6~

Page 71: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

las figas compostelanas y la presenci de santiago en américa: la primera iglesia construida en méxico dedicada al apóstol y el primer convento franciscano asoci,ado a ella.

jorge olvera h .

• (,D ónde estuvo la primera iglesia que se construyó en la Ciudad de México a raíz de la conquista? ¿Dónde el primer convento franciscano asociado a ella?

Actualmente - a pesar de tema tan controvertido hasta fechas relativamente recientes- estamos ya en condiciones de poder contestar a estas preguntas. Sabemos ahora, por ejemplo, que dicha iglesia se construyó entre 1524 y 1525 y que fue dedicada a Santiago Apóstol.

"Después de la conquista - nos dice Al faro y Piña- 1 esta es la primera iglesia que se fundó en la Ciudad de Mé­xico. Estuvo situada al oriente a un lado de la Catedral. Al principio se llamo Santiago y erigida ya en parroquia, estuvo allí mucho tiempo la imagen de Nuestra Señora de los Remedios".2

En el Escudo de Armas de México, párrafo 251 (Cabrera y Quintero 1981: 115, 252) se lee, que "D. Fernando Cortés dio orden a Juan Rodríguez de Villafuerte 3 para que erigiese casa a Nuestra Señora de los Remedios." Después dice que "A poco tiempo después de la conquista, tuvo el título de Santiago, que después per<lió permaneciendo el de Nuestra Señora de los Remedios."

Sabemos también quiénes pudieron ser sus primeros párroco : "Se cree que la expresada iglesia parroquial fue administra­

da por el clérigo D. Juan Díaz, como capellán que era del

70

ejército de Cortés, hasta el año de 1523 en que por nombramien­to del emperador le sucedió el Br. Pedro Villagrán."4

Precisando más sobre su ubicación, sabemos ahora que esta iglesia, poco después de construida, pasó a formar parte del primer convento franciscano que se estableció en la Ciudad de México y que este convento - gracias a las investigaciones de la Dra. Josefina Muriel (1978: Vol. VI, 18), después confirma­das porno otros como más adelante veremos- "estuvo situado en la manzana que actualmente forman las calles de Justo Sierra al norte, República de Guatemala al sur, del Carmen al oriente y de República de Argentina al poniente ... Esta manzana -continúa la Dra. Muriel- la formó la traza que hizo Alonso García Bravo al prolongar la calzada de Tacuba pasándola por encima de un edificio que los españoles tenían especial interés en destruir, el sangriento templo de Huitzilopochtli" (Muriel 1978: Vol. VI, 9).

Los más antiguos vestigios de este primitivo convento se encuentran (cuando menos algunos y naturalmente el sitio mismo) localizados exactamente sobre el basamento piramidal del Templo de lo Caballeros AguiJa en el área del Templo Mayor de Tenochtitlan.

Ocho bases de columnas de su claustro original fueron descubiertas durante las recientes excavaciones del proyecto del Templo Mayor, llevadas a cabo por el notable arqueólogo

Page 72: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

mexicano, Eduardo Matos Moctezuma, quien con gran acierto tuvo a bien ordenar un levantamiento en planta de estos vesti­gios en la zona que denominó "patio colonial", que fue donde aparccieron(Matos Moctezuma 1982:julio a di c. 1981 ), ya que era la única fonna de rescatarlos mientras seguían las exca­vaciones exploratorias del gran Teocali (F ig. 1 ).

Con estos datos de localización del primitivo convento, ya fue posible ubicar la iglesia asociada a él, y con la excelente descripción de la misma, recogida por la Dra. Josefina Muriel (1978: VI , 9, 16-17) podemos ahora saber con exactitud que dicha iglesia y convento estuvieron localizados "en la manzana que actualmente fonnan las calles de Justo Sierra al norte, República de Gu~temala al sur, del Cannen al oriente y de República de Argentina al poniente."

Sabemos también que su construcción se pudo haber inicia­do hacia 1524 pero la categórica afirmación de Mendieta ( 1945: H, 65) que dice que se edificó en 1525, no deja lugar a duda : "La primera igle ia que hubo en toda las Indias - nos dice el propio Mendieta- de lo que se llama N u e va España y Perú, fue la da San Francisco de México (es decir, la del primer convento franciscano que hemos logrado loca liza r), la cual se edificó el año de mil quinientos ve inticinco con mucha brevedad, porque el gobernador Don Fernando Cortés puso en la edificación mucho calor, y por poca que pusiera bastara, según era la multitud de la gente ... "

Esta primitiva iglesia, como era de e perarse fue pequeña como el propio convento. "El arzobispo Moya de Contreras y la Audiencia - no dice la Dra . Josefina Muriel- la describen al rey en 1585 como una iglesia 'corta, angosta y antigua ' y los vecinos añaden que era 'pequeña, vieja y oscura' . Mendieta la describe a grandes rasgos, pero con exactitud . Nos dice que su cuerpo o sea la nave, estaba cubierto de madera 'y la capilla mayor de bóveda (Fig. la), en ella pusieron las annas de Cortés; no porque él la hubiese edificado a su costa (que en aquellos tiempos, ni muchos años después, no se les pagaba a los indios los que trabajaban en edificios de igle ias, sino que cada pueblo hacía la suya, y aún a las obra de México otros muchos pueblos ayudaron ... '" (Mendieta, loe. cit.). La capilla mayor o prebisterio, al cubrirse de bóveda "asu tó a los indios - nos dice la Dra. Muriel- por er la primera con truida en la Nueva España y fue hecha por un cantero de Castilla" (M uriel 1978: VI , 16).

Mendieta mi smo nos cuenta acerca de la impresión que recibieron lo indígena cuando e construyó e ta primera bóveda: " ... labraban sin hierro con olas piedras co a muy de ver, después que tuvieron picos y escoda y los demá instru­mento de hierro y vieron obra que los nuestro hacían, se aventajaron en gran manera, a í hacen y labran arcos redondos, escacianos y terciados, portada y ven tanas de mucha obra ... y han hecho muchas muy gen ti le igles ias y casas para españoles.

1 Alfa ro y Piña, Luis. Relación descripliva de lafimdación, ele, de las

iglesias y conl'en/os de México, con una rese1ia de la l'ariación que

ha sufrido duran/e el gobiemo de D. Beni10Juárez. México, Ti p. de M. Villanueva, 1863.

La mayoría de los autores que han tratado sobre la ubicación de la primera iglesia que hubo en la Ciudad de México, nunca consultaron para ello a Al faro y Piña, quien trae los datos de dicha igl esi:~ en su Relación descriptil•a ... Brtjoel rubro de Sagrario Mctropolitrtno, y no leyeron este inciso porque pensaron que era probablemente una repetición de lo que ya e había escrito sobre los :~ntecedentes del sagrario localizado en el área de la Catedral. Simplemente lo pasaron por alto. La primera iglesia que se construyó en México - como lo dice Alfa­ro y' Piña- fue también el primer sagrario y la primera parroquia de la ciudad.

2 Si bien duran te la conquista se invocó muchas veces a Santiago Apóstol, como narra Bern a! Díaz del Casti llo, sin embargo, era natural y de esperarse que después de la advocación de Santiago la primiti va iglesia tomara también lrt advocación de la Virgen de los Remedios, ya que Cortés mi smo traía por estandarte la imrtgen de esta Virgen y hasta es posible que después de la conquista la donara a esta primitiva capilla o parroquia que él mismo mandara con .>truir.

3 Cabrera y Quintero, Cayetano de. Escudo de Armas de México

escrito por el presbítero Cayetano de Cabrera y Quin/ero para

conmemorar el fina l de la fim es/a epidemia de matlazalwallc¡ue

asoló a /u N u el'(/ Esp(llia entre 1736 y 1738. Edición facsimilar con un estudio hi stórico y una cronología de Víctor M. Ruiz Naufal. México, Insti tuto Mexicano del Seguro Social , 1891 , Capítulo 11 pp. 115, párrafo 25 1. Según Boyd-Bowman ( 1964: 1, 14-95), Juan Rodríguez de Villa fuerte "sin duda hermano o prtriente de Gonzalo Rodríguez de Villafuerte y originario de Salamanca, se encuentra en Cuba en 1518 ó 151 9 y en la conquista de México en 151 9 ó 1520. Fue capitán de Bergantín . Casado en la Ciudad de México en 1525, desbaratado en la conqu ista del los motines, capitán en la conquista de Yopelcingos, hacia 1530. Vecino de Zacatula en 1528 - 1540". Boyd-Bowman no menciona , sin embargo, su profesión de arquitecto o constructor; con esto vemos que se daba mayor importancia al carácter castrense de los conquistadores y primeros pobladores de la Nueva España que a sus méritos académicos, oficios o profesiones.

4 Según Cabrera Quintero, apud Sigüenza y Góngora, " ... la primera iglesia que se erigió en México fue la parroquia en el mismo sitio que hoy es el cementerio de la Catedral (sic.), y que se llamó Santiago (que fue acaso donde se colocó la antrt imagen y donde, según lo anales de aquel conquistador, mandóCortésaJuan Rodríguez de Villa fuerte, ' que erigie e ca a a Nra. Sra. de los Remedios'. Lo que probó y dedujo di cho autor(D. Cario de Sigüenza y Góngora) no sólo de los autores del margen (Herrera, Torquemada, Cortés Epistl, 1 & 2, Berna! Díaz, cap. 92 y 185), sino de varios instrumentos amiguos, razones y di sposiciones que halló en los primeros libro de abildo de la Ciudad de México". "De que también e infiere que esta Iglesia y Parroquia de Santiago la admini tró el Venerable Clérigo D. Juan Díaz, como capellán que era del ejército de Corté hasta el a ñu 1523 (uno antes de que vinieran lo religioso de San Franci co) por nombramiento del Emperador le sucedió con título de Cura el Br. D. Pedro de Villagrán (no Villa García, como e cribe Gil González de A vi la) ... "

71

Page 73: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

TEMPLO DE SANTIAGO APOSTOL

/

/

<_

Templo de Santiago Apóstol. Dibujo: Arq. Gustavo Manrique.

Lo que ellos habían alcanzado y tuvieron en mucho cuando lo vieron ,fue hacer bóvedas y cuando e hizo la primera (que fue la capilla de la iglesia vieja de S. Francisco de México, por mano de un cantero de Castilla), maravillándose mucho de los indiosenvercosade bóveda, ynopodíancreersinoqueal quitar de los andamios y cimbra, todo había de venir abajo. Y por esto cuando e hubieron de quitar lo andamios, ninguno de ellos osaba andar por debajo ... " (Mendieta 1945: III 61).

Parece increíble, pero con solo estos datos podemos recons­truir en lo general, aquella primitiva iglesia - hoy desapareci­da- no sólo formal sino estructuralmente. Al decir ' corta y angosta ... " el arzobispo y la Audiencia, y los vecinos "pequeña y oscura", nos están diciendo, sin querer que la iglesia era aparte de pequeña como era natural , de una ola nave, del tipo Hallenkirche, y de terrado sobre viguería de madera y con u prebisterio cubierto con bóveda, lo má probable de ladrillo; y

72

como se de cribe como' oscura" probablement~ sin ventanas. Su única iluminación debió proceder de una claraboya horizon­tal localizada en lo alto, en un escalonamiento formado por un prebi terio elevado con respecto a la nave, que sería más baja. E te i tema empleado en la baja Andalucía y e pecialmente en el Al-jarafe (Markman 1947: 540) de de el iglo XIII (llega al

uevo Mundo primero a Chiapas y Centroamérica, y luego al norcentro de la ueva E paña en el iglo XVI y al no roe te ha ta los siglos XVII y XVIIl inclusive) se empleó para iglesias fortificadas que sólo tenían un vano de acceso (la puerta principal) y carecían de ventana , vulnerables a los ataques enemigos (Oivera 1989: 214).

Para dar una idea de este tipo de construcción re1igio a fortificada, reproducimos el corte longitudinal de una capilla de e te tipo de cubierta y excavada por el autor en León, Guanajuato hacia 1984-1985 (Fig. 2); así como otro corte longitudinal de la

Page 74: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

iglesia de San Miguel en anta Fe, uevo México, reproducido por Kubler en Religious Architecture of New Mexico5 ( 1940: 80, fig. 28); con la al vedad de que estas construccione están cubierta , no con bóveda , ino con techo planos de viguería (Fig. 3).

Este sistema de iglesias cuya naves se cubren en techos de iguería en forma de alfarjes o artesonados, y los pre biterios

con bóvedas rebajada o de crucería, tienen u origen en la España de la reconquista en que surge el arte mudéjar, que es la fusión del gótico cristiano con el arte del Islam. El mudéjar se manifiesta en todo el territorio de la reconquista, pero especial-

Foto del Templo de los Caballeros Aguila y basas de columnas del primitivo ctaust ro ji·anciscano.

Corte longitudinal de la iglesia de San Miguel, en Santa Fe, Nttei'O México.

5 "Poco e abe - nosdiceKubler- deotro artífice involucradosen

proyectos particulare (a rafz de la conquista). Tenemos el nombre

de Luis de la Torre, quien asesoró a Cortés hacia 1523 obre la

construcción de las "casas nuevas" sobre el lado oriente de la Plaza

Mayor ... de la Torre se encargó de lo plano con la ayuda de Juan

Rodríguez que era revocador o constructor en ladrillo". Es po ible

que el tal Juan Rodríguez ea Juan Rodríguez de Villa fuerte, ya que

en la fecha en la que aparece trabajando con Luis de la Torre coincide

con las obras que estaría haciendo para Cortés (Kubler 1948: Y.l.-114).

73

Page 75: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

¡:

. ' .. t:

Plano del templo mayor realizado por Eduardo Matos Moctezuma.

74

Page 76: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

mente en la baja Andalucía donde aclquier un mayor énfa i . En aquella región la mezquita musulmanas, techadas con artesone o alfarjes, on convertida en igle ia cri tiana mediante el recurso de incorporar a aquello alones o naves un ~rebi terio o santuario, que se cubre con bóveda de crucería gótica y e agrega a una áb ide que e localiza en el extremo de la nave.

E te e quema se convierte en el plan bá ico para la construc­ción de la igle ia mudéjare de la baja Andalucía, para luego cr exportado a hiapas y Centroamérica en el iglo XVI

(Markman 1974; Tossaint 1946). El i tema, despué de reconocer e u irtude , tanto en su

lugar de origen, en la penín uta, como en la ueva E paña, principalmente como un medio económico el con truirigle ia con materiale regionale de bajo co lo (Markman: op. cit.), es llevado al norccntro y centro de la ueva E paña en el iglo XV!l por mi ionero je uita . Pero e lógico uponer que primero se empleara en la Ciudad de México, en la primera igle ia dedicada al Apó tol antiago, por er como e ha dicho, un medio rñpido y barato de con truir, pero principalmente por la condicione d in eguridad que aún prevalecían en aquello día tan cercano a la conqui ta.

Ha ta alguno detalles de la portada podemo imaginar (ya que e ta primitiva construcción fue totalmente de truida des­pué de que lo franci cano epa aron a su nue o e tableci­miento ), egúnlo datos que no dan croni ta como Torqucmada y Mendieta citados por la Dra. Muriel: ' Sobre la portada se pu ieron la am1a de Corté que el emperador le había conce­dido apena el 7 de marzo de 1525. La razón de ello, que no menciona Mendieta, fue que a él le debían el itio en que e levantaba y los indio con que contaron para edificarla".

A fin de dar una idea conjetural de cómo e vería parte de la portada de esta primiti a igle ia (primera parroquia y agrario de la iudad de Mé ico), reproducimo el e cudo de armas que Cario V concedió al conqui tad r y que e compone de cuatro cuartele , orla, lema y cimera (Fig. 4), cuyo elemento herál­dicos debi ron extender e, con u timbre y lambrequín por buena parte de la portada, a la que debió bu car e - por la premura con la que e con truy · una solución sencilla.

o entraremos en la de cripción de dicho elemento heráldi­co por ahora, por razones ob ia pero darcmo el dato de la once ión:

Dada en /a villa de Madrid a siete días de/mes de marco aiio delnascimiento de nro. salvador !hu xpo de mil y quinien­tos e veynre e cinco mios./ Yo el Rey. Yo Francisco de lo Co1 os secretario de us esarea y catho/icas mage tade la fize escrebir por su mandado.- Seria/ada con una rúbrica.- Regi ·­trada- D. Juan de Samano.- Fr. G. Epsicopu Oxomen i .­Doctor Carvajal.- Juan de Reina por Canciller. (Martínez Cosio /949: 114- 11 5).

abemos también, por dato de la Dra. Muriel , que al principio e ta igle ia era pobre y carecía de retablo, pero que con el tiempo tuvo uno, y ha ta abemos lo que repre entaba: " ab mo que Miguel de Dueña mercad r le dejó a u muer­te 'el Relato del de cendimicnto de la cruz que es el de la

Escudo de Armas de Hemán Cortés.

oledad'. Adcmá el itio donde los indígena aprendieron a elaborarlo fue la escuela que fray Pedro (de Gante) e tablece­ría en el convento". E te dato e de primera importancia, toda cz que no revela dónde e tu o el primer Colegio de Arte de

la ueva España. E ta con ideraciones preliminares, que aparentemente no

han d viado del tema enunciado: La Figa Compo tela nas y la Presencia de Santiago en América, eran, in embargo, necesatia , toda vez que el pre ente trabajo e inédito y no hay antecedente claros di fundido obre esta primera iglesia dedi­cada al Apó tol Santiago, con truida en la ueva España en fecha temprana.

El dato que no a a llevar directamente a tratar obre las tiga compo telanas, e el que ya en otro en ayo he­mo publicado (01 era 1992: 37, 41-42) y en el cual relatamo cómo precisamente en el área exca ada del Templo Mayor de lo aztecas, y en la zona correspondiente al Templo de los Caballeros AguiJa, fue descubierta una figa compostelana de azabache por el arqueólogo Franci co Hinojosa, en el nivel del siglo XVI.

¿Qué hacía aquella manita de azabache en el primer convento franci cano que se con truyó en Mé ico, dado que u principal utilidad era, de acuerdo a tradicione y creencias populares españolas, la de proteger a lo niños "contra el mal de ojo"?

Pero para con te tara e ta dificil pregunta veamos qué otra persona podían llevar el azabache, aparte de lo niño . O ma y cull ( 1916: 4-5) nos dicen que también per ona mayore lo

75

Page 77: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

76

Lámina l. Figa cor talla del Apóstol Santiago.

Infante con jigas.

Lámina 2. Figa en posición de seiíal de la cruz.

podían gastar "y ha de e timarse muy natural que hubiera de llevar e pue to si surtiese algún efecto de adorno personal .. .' Entre esta per onas mayores, las que má u aban manitas de azabache en collares de este mismo material, eran no sólo la campe inas española , sino también los lucían las dama de la nobleza y la abadesas, y hasta las infantas e infante , y las reinas mismas.

o es caso in ólito el de la manita de azabache encontrada entre Jos ve tigio del primitivo convento franci cano de la Ciudad de México; lo verdaderamente singular es el hecho de que se han hallado otra figa o manitas de azabache en excavaciones arqueológicas re a 1 izada en otros conventos franciscanos , como el caso de Santiago Tlatclolco en la Ciudad de México, donde " fue hallada arqueológicamente, dentro de un contexto po corte iano una figa de hueso o marfil , aproximadamente de unos 2.5 cm . de largo, con una perforación trnn ver al a la altura de la muñeca, para colgar­se" (Kelly 1977: 24).

E ta manitas o figa no sólo e han hallado en la Ciudad de México, ino también arqueológicamente en la misione franci cana de onora, Texas y ucvo México, y aún recien­temente en la ruina de un convento dominico de hiapa , pero ocupado po teriormente por franciscano .

¿ reía la mayoría de los frailes de la Orden Menor en e poder infalible de esto tali mane ? E tá bien que uno o dos de ello pudieran abrigar e ta creencia, pero no todo los misione­ros franci canos que venían al uevo Mundo iban a traer liga para proteger e "contra el mal de ojo" y conservarlas ha ta e grado de llevár clas a la tumba.

o, e lo ería ab urdo. La verdadera razón y clave de a unto por lo cual esta manitas de azabache se encuentran invariablemente asociadas a entierros franciscanos o en igle-ias o capilla franci canas, no e por una creencia fetichi t

de los franciscano en la virtud de poderles librar del "mal de ojo" ino porque el fundador de su orden, an Franci co de A í , hizo la peregrinación a antiago de Compo tela, en E paña, como ya e ha demo trado, para vi itar la tumba del Apó tol.

Y era en ompostela donde e labraban la fa m o as liga de azabache, las cuales e con eguían allí y conservaban por lo peregrinos como recuerdo o souvenir, y como con tancia de u peregrinación a la tumba del Apóstol. Es por e ta poderosa razón que lo miembro de la Orden eráfica, a fin de emular a su fundador, hacían la peregrinación, desde lo lugares má remotos al ·antuario del Apóstol y con ervaban esto tali ma­ne , que no amuleto , como reliquias, porque los má antiguo solían llevar una pequeña imagen del Apó tol tallada en otro extremo de la figa (La m. 1 ).

La aparición constante e ininterrumpida de la ligas en los e tablecimientos franci cano , revelada mediante cxcavacione arqueológicas, parece confirmar- ya de una manera incquÍ\O­ca- la tradición de que an Francisco de A ís hizo efectiva­mente la peregrinación a antiago de ompo tela, E paña, iniciando a í y promoviendo con su ejemplo la peregrinación de su hermano de hábito al afamado antuario del Apóstol.

Page 78: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

El simbolismo de la figa, como ya lo hemos explicado amplia y detalladamente en nuestro ensayo "Una tradición del Viejo Mundo común a Chiapas y Centroamérica, que e remonta a más de 2500 años ... " (Oivera 1992: 35-45), es el

. mismo al través de todos los tiempo . En España, no sólo data de la Edad Media y la dominación árabe, sino que se remonta a la época romana y fenicia, y en otras latitudes, hasta Egipto. En una mano que ampare a los niños contra los malos espíri­tus, creían los egipcios. En el M u seo Ashmolean de Oxford se conserva un amuleto egipcio, de cerámica azul, con taladro para le vario colgado. Entre los objetos hallados en la cuevas de la necrópolis cartaginesa de Ibiza se han vi to dijes en forma de higa; a í vemo cómo el origen de la mano en higa o figa pudo ingresar a la península Ibérica y arraigar - obre todo en el norte de España, en Galicia y Asturias, procedente de Egipto, Fenicia o Cartago, al través de la conquista romana, ha ta esas regiones hispánica .

"En tumbas estruscas, nos dicen Os m a y Scull (1916: 8), han aparecido amuletos en forma de mano que pueden ser hasta de lo siglos X al V antes de Jesucristo".

Pero no só lo se han hallado amuletos en forma de liga en las tumbas estruscas, ino que ha sido descubierta una magnífica pintura mural en la tumba estrusca de Tarquinia (Holloway 1986: V.90, 4, 447- 452), que data de m(;'<iiado del siglo Vl ante de Cri to . En ella se ven dos figuras humanasjovene , que parecen danzar una hacia la otra. Una de ellas es blanca y la otra negra , como en negativo; pero la figura blanca del joven está haci éndole el signo de la mano en forma de cuerno (que ante del análi i de e te mural e creía un signo obsceno) a la figura negra que le aproxima. Como es una pintura mural de carácter funerario, se abe ahora que la figura blanca representa el alma del difunto y la negra la de un mal espíritu que trata de vencerla en su último trance postmortem.

En la tumba de la Leona, en Tarquinia hay una instancia específica en que una figura humana está haciendo el igno del cuerno contra "el mal de ojo". El cuerno aislado es también una potente arma para alejar "al ojo maligno" (como e puede ver en amuletos moderno que bien son individuales o en forma de media luna).

E ta parecería ser la má antigua representación de la mano en po tura de figa, pero pue to que también e han hallado amuleto de liga en Umrit. diremos que todo ellos tienen su origen y arrancan de tiempos bíblico . En Exodo 37: 25- 28, Dios ordena: " alocarás el altar de oro para el incienso frente al arca de la Alianza . Se hará de madera de acacia recubierta de oro. Tendrá dos cúbitos de alto un cúbito de largo y un cúbito de ancho. Tendrá cuatro cuerno o proyeccione en la cuatro esquinas sobre su superficie o tapa ... " Estos cuernos son el ímbolo de "la fuerza y omnipotencia de Dios" (Lam. 2) .

El significado de la mano en higa o sea el puño cerrado y asomando el pulgar por entre el índice y el dedo de en medio, es el del cuerno, símbolo de la omnipotencia divina, desde la má remota antigüedad.

Arriba: Figuras etruscas de la tumba de Tarquinia. Abajo: Altar israelí hallado arqueológicamente.

77

Page 79: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

"Como el principal adorno y defen a de muchos anímate está en sus cuernos, éstos son a menudo símbolo de fuerza, honor, victoria y poder", Deut. 33: 17 (Rand s/f: 161 - 162).

Como los franciscanos sabían todo esto, no tenían empacho en conservar los talismanes de la figas de azabache como reliquias en recuerdo de su peregrinación al santuario del Apóstol Santiago y en homenaje al fundador de su orden, San Francisco de Asís.

Es por ello que sólo en conventos franciscanos yen ningunos otros se hallan estas figas de azabache a ociadas a entierro de los frailes de la Orden Seráfica.

El hallazgo, pues, de la figa de azabache, descubierta por el arqueólogo Francisco Hinojosa, en la zona contigua al sitio donde se encontraba el primer clau tro franciscano construido en México, confirma las excelentes investigaciones de la Dra. Josefina Muriel , que logró localizar el sitio del primer convento franciscano que se construyó en México, y con ello ayudó a la ubicación de la primera iglesia (primera parroquia y primer sagrario) construida en la Ciudad de México y dedicada al Apóstol Santiago. O

BIBLIOGRAFlA Alamán, Lucas, 1969, Disertaciones sobre la historia de la

República Mexicana, Editorial Jus, S.A. - T.l. -México. Alfaro y Piña, Luis, 1863, Relación descriptiva de la funda­ción, dedicación, de las iglesias y conventos de México, con

una reseña de la variación que ha sufrido durante el gobierno de D. Benito Juarez. - México. - Ti p. de M. Villanueva. Bermúdez de Pedraza, Francisco, 1604, Antigüedad y Exce­

lencia de Granada . Lib. 1, Cap. X.- pp. 17-18. - Madrid. Boyd-Bowman, Peter, 1964, lndice Geobiográfico de Cua­renta mil Pobladores Españoles de América en el siglo XVI. -Tomo I.- 1493-1519.- Bogotá Instituto Caro y Cuervo. Brett, Michael y Wener Forman, 1985, The Moors. -Islam in the West. - Orbis - London. - p. 70. Cabrera y Quintero, Cayetano de, 1981, ESCUDO DE ARMAS D MEXICO.- Escrito por el presbítero Cayetano de Cabrera y Quintero para conmemorar el final de la funesta

epidemia de matlazahuatl que asoló a la Nueva España entre 1736 y 1738. - Edición Facsimilar con un e tudio histórico y una cronología de Víctor M. Ruíz Naufal.- México. -Instituto

Mexicano del Seguro Social. Chávez Hayhoe, Salvador, ed., 1941, Cartas de Religiosos de Nueva España 1539- 1591.- ueva Colección de documentos para la Hi toria de México.- Editorial SalvadorChávez Hayhoe. -México, D.F .. - pp. 189-192. Diccionario de Autoridades, 1969, Edición facsímil. - Real Academia Española. - Editorial Grados, S.A. - 6 tomos en 3. - Madrid.

78

Domínguez Ortiz, Antonio y Alfonso E. Pérez Sánchez, Julián Gallego, 1990, Velázquez. - Museo del Prado. -Ministerio de Cultura. - 23 de enero 1 3! de marzo. - p. 51. Eguilaz, 1886, Glo ario etimológico de las palabras españolas de origen oriental. - Madrid. Elworthy, 1895, The Evil Eye. - Londres. -p. 255 . Ferrandis Torres, José, 1943, Datos documentales para la historia del arte español.- V. 3, pp. 209, 183, 192-194, 191 , 177. - Madrid. Filgueira Valverde, José, 1950, "La azabacheria de orfebres y el arte Portugués". -En Ourivesaria Portuguesa. -No. JI. Freeman, James M, 1972, Manners and Customs ofthe Bib/e. - Logos intemational. - Plainfield, New Jersey. Frézier, Amédee Francois, 1761 , Relation du voyage de la mer du aux cotes du Chily et du Pérou. - París. Guerra de Lorca, 1586, Catechesesmystagogicas pro advenis ex secta mahometana ad parochos et Potes tates. - Madrid. Gilman Proske, Beatrice, 1966, "The use of jet in Spain".­Tirada aparte del Homenaje al Prof Rodríguez-Moñino. -Editorial Castalia.- Madrid. Halloway, L. Ross, 1986, "The Bull in the 'Tomb ofBulls' al Tarquinia".- American Journal of Archacology.- Tomb ofthe Lione es, detail ofrearwall. (Courtsy Fototeca Unione pre o Academia Americana Rome, Mo cioni neg. 24045).- Vol. 90. - No. 4. - Octubre 1986. lcaza, Francisco A. de, 1925, Diccionario Autobiográfico de Conquistadores y Pobladores de Nueva España. - Año de 1923. - Vol. l.- Madrid. Kelly, Isabel, 1977, " ome sixteenth-Century Jet imports to the New World".- The Bead Journal.- A Quarterly Publication of Ancient, Ethnic and Contemporary Jewelry. - V. 3, o. 2. Keeney, Michael, 1976, "Ojo de venado' (Thevetia nítida).­

En, Maloney, The evil eye. - pp. 175-192. Kubler, George, 1940, Religious Architecture ofNew Mexico.

-In the Colonial Period and since the American Occupation.­Colorado Springs.- The Taylor Museum. 1948 Mexican Architecture ofthe Sixteenth Century.- Vol. I. - New Heaven.- Y ale Univer ity Pre s. Maloney Clarence ed., 1976, The evil eye. - ew York Columbia Univer ity Press. Markman,S.D., 1974, "MudejarSurvival inArch.itectural Design and Construction in Colonial Chiapas, Mexico".- XL/Internacio­

nal Congress of Americanists.- Mexico City, 2-9, 1974.- p. 540. Matos Moctezuma, Eduardo, 1982, El Templo Mayor de Tenochtitlán. - Planos, cortes y perspectivas. - Coordinador Eduardo Matos Moctezuma. - Dibujante Víctor Rangel. México. - Instituto acional de Antropología e Historia. Mendieta, Fray Jerónimo de, 1945, Historia Eclesiástica

Indiana . - Editorial Salvador Chávez Hayhoe. - México. -Tomo ll , p. 65 y Tomo Ill p. 61.

Page 80: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Meodoza, Virginia R. R. de, 1951, "Amuletos". - Almanaque de

Previsión y Seguridad.- Monterrey, Nuevo León. - Cía. Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey. - pp. 67-72; 44-46, 78. Muriel, Josefina, 1978, "En torno a una vieja polémica:

· erección de los dos primeros conventos de San Francisco en la Ciudad de México, siglo XVI". - Estudios de Historia

Novohispana.- Vol. VI. U.N.A.M. - México. Nieremberg, S.J. Juan Eusebio, 1635, Ocultafilosofia de la simpatía y antipatía de las cosas. - Madrid. Olvera H. Jorge, 1992, Arqueología Histórica Poscortesiana.

- Una tradición del Viejo Mundo común a Chiapas y Ceotroamérica, que se remonta a más de 2,500 años; los amuletos de azabache o ámbar contra el "mal de ojo". -Encuentro de Intelectuales Chiapas Centroamérica. - Volúmen

2. - Patrimonio Cultural. - Gobierno del Estado de Chiapas. -Consejo Estatal de fomento a la Investigación y Difusión de la

Cultura. - DIF=CHlAP AS. - Instituto Chiapaneco de Cultura. - Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

1989, The Archeological Discovery ofthe Remains and Burial Place of Arizona 's and Sonora 's Great Heroe: Eusebio Fran­

cisco Kino, S. J. - South Western Mission Research Center. -Tucson, Arizona. (En prensa).

Osma y Scull, G.J., 1916, Catálogo de Azabaches Composte­

lanos precedido de apuntes sobre los amuletos contra el ajo, las

imágenes del apóstol- Romero y la Cofradía de los azabacheros

de Santiago. - Madrid MCMXVI. C. Plinii, s/f, Naturalis Historia, Lib. XXXVI, c. XXXIV. Rand, W. W., s/f, Diccionario de la Biblia.- Editorial Caribe. - Miami, Florida U.S.A.

Salillas Rafael, 1905, La Fascinación en España. - Madrid. Santamaría, Francisco J., 1942, Diccionario General de

Americanismos. -Primera Edición, Tomo JI. -Editorial Pedro Robredo. -México D.F.

Torquemada, Fray Juan de, 1944, Monarquía Indiana. - 3a.

edición México. - Editorial Salvador Chávez Hayhoe. - T. III. -Lib. XV, p. 36

Toussaint Manuel, 1946, Arte Mudéjar en América. - México, D.F.

Villena, Enrique de, s/f, Tratado de ojo o de fascinación. -Biblioteca Nacional.- Códice No. 6.599: antes F. 101 y S. 126. -Madrid. Wasley, William W. y James E. Ayres, 1965, "Report on the

artifacts from Mission San Ignacio, Sonora, wich were taken

for analysis to the Arizona State Museum, Tucson, Az. ". -Arizona State Museum, Tucson, Arizona. Wright, G. Ernest, 1976, "The World ofDavid and Solomon". - Everyday lije in Bible Times. - National Geographic Book Service. - Merle Severu. - Chief. - Published by the National Geographic Society. - Melvin M. Payne, Presiden!. -p. 222. (Altar ofburnt offerings: painting by Peter V. Bianchi).

80.-.A..LTAR OF INCENSE.

~---~--~-----------El altar del incienso.

79

Page 81: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

cursos de seminario (1960): waldemar deonna.

juan de la encina

lección 9

Volvamos de nuevo al en ayo de Huizinga, del que no ervimos en la última lección. Aunque en e e e tudio se hacen poca cita obre lo que pudiéramos llamar "reali mo ético", parece que no erá ocio o o redundante el que ampliemo lo dicho a e e re pec­to en la lección anterior con otro ejemplo , ademá de lo expuesto en la mi ma.

El primer ejemplo de ese reali mo ético que vamo a citar es algo crudo. Lo tomo preci amente de un famo o libro del mi mo Huizinga, "El Otoño de la Edad Media", entre acándolo del capítulo IX, que lleva por título "La Imagen de la Muerte".

Pero antes, y como preparación, e conveniente citar lo que dice el gran hi toriador holandé en relación con el entimiento de la muerte en la po tri ­mería de la Edad Media. Dice a í: "El e píritu del hombre medieval enemigo iempre del mundo, se encontraba a gu to entre el poi voy lo gusano . En lo tratado religio o obre el meno precio del mundo, estaba n ya co nju rados todo los horro re de la de composición. Pero la pintura de lo deta­lles de e te e pectáculo vi no má tarde. Sólo hacia fines del siglo XIV se apoderaron la artes plásticas de e e motivo". Ya vimos en la lección última cómo el pintor sevillano Valdé Leal, promediado el iglo XVII, lo tomaba de nuevo como expre ión de todo el gu to por los horrore de la po trimerías de la Edad Media. Bien es verdad que en E paña durante el Renacimiento y el Barroco el e píritu medieval iguió latiendo con energía. Y igue diciendo Huizinga: "era nece ario cie1to grado de fuerza expre iva realista para tratar ese tema acertadamente en la e cultura o la pintura y e ta fuerza se alcanzó en 1440. Hacia la mi ma época se propagó e e motivo ecle iá tico a la literatura popular. Hasta bien entrado el iglo XVI

80

-en España ha ta má tarde y en México ub i te todavía en forma humorística- e ve repre entado con abominable di ver idad en lo epulcro el cadáver de -nudo, com1pto o mrugado, con la mano y Jo pie retorcido y la boca entreabierta, con los gusanos pulu­lando en u entrañas. El pensamiento gu taba detener e una y otra vez en e ta e panto a vi ión. ¿No e extraño - e pregunta ahora el hi toriador- que no dé nunca un pa o más, ni vea cómo la corrupción misma tiene también u término y e convierte en flore ?".

Se tuvo miedo a la vida, e la negaba, se negaba la belleza que hay en ella, porque la vida va unida a la caducidad, adolore , a tom1entos. "Un monje-leemo en Huizinga- creía haber dicho todo lo que había que decir mo trando la uperficialidad de la belleza corpo­ral". Yaquívieneelejemploalquemer feríaante .Dejó e critoe e monje, menospreciador de todo lo encanto de la vida, la siguiente y muy desapacible línea :"La belleza del cuerpo -decía-e tá ólo en la piel. Pue si los hombre vi e en lo que hay debajo de la piel, a í como e dice que el lince de Beocia puede ver el interior,

sentirían a coa la vi ta de la mujeres". Se equivocaba el buen fraile, porque el hombre abe muy bien lo que hay dentro del cuerpo y no se ve a imple vi ta , y no por e o iente a co por la mujeres bonitas ... a Dios gracias, po­

demos decir. ' Su lindeza -sigue diciendo e fra ile­con iste en muco idad y angre, en humedad y bi li . El que con idera todo lo que e tá oculto en la fo a nasales y en la garganta, o en el vientre, encuentra en toda parte inmundicias. Y i no podemos tocar con las punta de lo dedos una mucosidad o un excremento, ¿cómo podemos sentir deseos de abrazar el odre mi mo de los excrementos?" ¡Pobre fraile a cético y como debía andar de de compuesto para que e le ocunieran tale piropo o galantería ! Hoy e le mandaría a la clínica de

Page 82: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

un p iquiatra émulo de Freud. El, que tanta repugnancia sentía por la con titución del cuerpo humano, y sos­pechosamente por el cuerpo de la mujer, e olvidó que era obra de Dio y que e a estupenda máquina corporal, por decirlo así, que tanto le repugnaba, era todo una maravillosa creación. Así lo entendieron los renacentistas, una vez curados de sentimiento tan horrorosamente sombrío . Con tino observa Huizinga:

"Hay, sin duda, en toda e tas reflexiones un espíritu enormemente materialista, que no puede soportar la idea de la caducidad de la belleza, sin dudar de la belleza mi m a". Y ob érvese cómo lamen­ta especialmente la belleza femenina (principalmen­te en la literatura, menos en las artes plástica).

"Porque la belleza, en el entido terrenal y huma­no, hay que negarla, hay que resolverse violentamen­te contra ella, hallándole un plinto repugnante sobre el que e ustenta. Y lo cierto es que mayor negación de la vida no cabe. Para ello se valieron aquellos espíritus asediosos y mi antrópicos de un reali mo desmesurado, de índole que rebaja a lo más ínfimo al er humano. Este realismo, por de agradable que

no parezca y hasta no ca u e náu eas, como el de los existencialistas de nuestros días, es reali mo de tipo ético, pue va encaminado al aborrecimiento de la vida terrenal , perecedera, en favor de la otra vida, la supraterrenal y eterna, la vida en Dios".

Veamos otro ejemplo de ese mi mo tipo de reali -mo. Lo tomaremos del "Libro de la oración y medita­ción", de Fray LuisdeGranada(l504-1583). Estamo en la época renacen ti ta. El fraile español, granadino, gran escritor, gran orador, hombre de exqui ita en­sibilidad, tiene mejor gusto que el fraile citado por Huizinga, y no incurre en exce os de de cripción realista. Sin embargo ... Refiriéndose a él ha escrito Azorín: "No es realista quien deforma -agrandán­dola-la realidad" .

Coincide en este punto con Huizinga. "En Fray Luis -agrega- hay un tino discreto, un tacto, un buen gusto, que le pre ervan de vi ione repulsivas. Es

reali ta y no llega al alma. Lo que él nos pinta es la catá trofe inevitable de la fugitiva, cotidiana, existen­cia. Lo que él nos pone ante nuestros ojos es la fragilidad de nue tros días". Describe Fray Luis el fin del mundo y del hombre de esta manera." Así -dice­estará el aire lleno de relámpagos y torbellinos, y cometas encendidos. La tierra estará llena de aberturas y temblorosos e pantos, los cuales se cree serán tan grandes, que ba tarán para derribar, no sólo las casa fuerte. y las torres soberbia , m á aun, hasta los monte y peñas arrancarán y tran formarán sus lugares", etc. Ahora trata del fin del hombre y de u carne perecedera. Ha muerto el pobre hombre, cumpliendo la ley natural y divina. Y llega el enterrador. "Luego abre un hoyo como de siete u ocho pies de largo -e cribe el P. Granada- aunque sea para Alejandro Magno, que no cabía en el mundo, y con sólo esto se da allí el cuerpo por contento ... Luego el enterrador toma la azada y el pisón, y comienza a transtornar huesos sobre hueso , y tapiar encima la tierra muy tapiada". El lector comien-za a impresionar e por medio de esta descripción reali ta pero todavía el fraile e critor ascético, que sabe graduar los efectos, tiene que tocar las fibras má íntimas y verdadera del humano corazón. "De esta manera -dice-le dejarán aposentado sus amigos en aquella ca a tan e trecha, en aquella tierra del olvido y . en aquella cárcel tan tenebro a, en la cual quedará acompañado de perpetua oledad", etc., etc.

No hemos de proseguir copiando tal descripción, si bien el gran fraile va desarrollando in crescendo la imagen de la muerte corporal y sus horrores. Para muestra, basta, como e dice, un botón.

Lo dos ejemplos citados nos declaran cómo el entimiento estético realista sostiene la intención

ética del escritor y la va infiltrando en el corazón de lo lectores por medio de esas pinturas verbales.

Nos cumple volver de nuevo a Huizinga. Si bien en todo momento de nuestra digresión lo hemos tenido presente. Pu irnos nue tra atención, en la lección última, en algunos de sus conceptos obre el

81

Page 83: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

realismo e tético, a saber: el " ilu trativo" y el "enfático'. Vimos entonces la significación que dio a esto dos términos y, para abreviar no voy a detenerme en repetirlo .

Para Huizinga "el reali mo enfático", al que pare­ce conceder la mayor importancia, y con harta razón, como ya vimos en la lección anterior "en el fondo es tan antiguo como el lenguaje mismo y las mismas arte plá tica ".Porque "toda palabra, toda imagen, sirven para expre ar algo que e concibe como reali­dad y trabaja con lo recurso de la elección ugesti­va". Es evidente que todas las palabras expre an una realidad concreta, aun la de ignificado má ab trac­to. pue por medio de la metáfora, o mejor dicho, de la transpo ición metafórica, alcanzaron esa ignifi­cación. Puede habérsele borrado con el tiempo el cuño, e decir, u original en ti do metafórico pero lo filólogos aben bien de qué realidad, ensación e imagen concreta arrancan.

Sigue diciendo Huizinga: "Lo ejemplo de reali mo enfático que pudiéramo poner, tomado de la hi toria del arte y de la Literatura no . erían más que puntos culminantes de una erie de curvas". Una pintura de Velázquez, lo retrato de Felipe IV o de su enano de Corte, la Familia de Cario IV, de Goya, on ejemplos que no pue­den ilustrar obre este punto. La ilu ión de la vida palpita en tales pinturas con singular energía pero no e una vida cualquiera, ino caracterí tica, concretamente definida, dotada de rasgo único y ignificativo , que indudable­mente corresponden a cada uno de lo per onaje retrata­do en esas obras. Goya, queriéndolo o no, llega en alguno momento alacaricaturadelo personaje reale , obre todo en la efigie de la Reina María Luí a de Pararn;

y lo mi mo en aquella especie de obe o muñeco, nacido para ser engañado, repleto de bondad o a necedad, que fue el Rey Cario IV, e po o de María Lui a.

Velázquez, en realidad, rara o ninguna vez llega a la caricatura corno Goya, pero ambo grande pintare y no grande porque lo digan ello , tienen el don de percibir los ra. go caracterí tico y m á reveladore de

82

la estructura física -y de añadidura de la psíquica­de aquello seres, y trasladarlo al lienzo con un vigor y una obriedad expresivo y portento o .

"E caracterí tico -agrega Huizinga- y al mis­mo tiempo plenamente compren ible, la gran homogeneidad del efecto realista en época y paise muy alejados los uno de los otros, lo mismo en el campo de las arte del dibujo como en la Literatura; pero e o e hi tóricamente equivocado. Ya deja­mo indicado cómo aparece el realismo en los prime­ro ve tigio del arte que no on conocidos, o ea, en el rupe tre y mobiliar prehi tórico. Todo hace creer in embargo, que a e e reali smo le antecediera el uso

de forma ab tracta . Aun concediendo esto, de todo modo , e e reali mo aparece en tiempo remotí i­mo y aurorale de la cultura humana.

Según creo, con lo que a e e propó ito llevamo expue to, queda en claro el concepto de realismo artí ticoen u diversa fa e ,quea umonecesitaría­mo tomarnos mucho tiempo, exponer otras opinio­nes obre e e tema y argüir citando otros mucho ejemplo. ; pero no podemo tomarlo con tanta exten­sión pue el reali m o artí tico no e objeto de nuestro cur o y ólo aparece en él de una manera marginal.

He m o de vol ver de nuevo a Deonna, luego de e ta digre ión sobre e e tema. Y hemo de tomarlo preci a­mente en el punto o lugardondelodejamo . Veremo a í algo del juego entre real i m o e ideali m o, que e con tanteo ca i con tan te en la hi toria del arte." ... El reali mo -a evera e e autor- e de arrolla no solamente en la rama inferí ore d 1 arte por ejem­plo, en la pinturas de lo va o. griego ino también en lo tipo superiore ". Vimo anteriormente que en el Egipto antiguo e l reali moe taba localizado en la obra pudiéramo llamar de arte demótico o popular, no afectando este real i m o in o muy ecundariamen­te al arte hierático y acerdotal de la altas cla e . O ea, de lo faraone u familia y lo alto dignatario

de u Corte y acerdote de u templo , i bien ya vimo también que e había introducido en lo murales

Page 84: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

de las tumbas de los grandes señores. Lo mi mo parece suceder en la civilización helénica. "Las convenciones -observa Deonna- que atan el arte, se observan tanto más rigurosamente que la perso­nas repre entada que proceden de los más altos rangos de las clases sociales. Porque la regla de la 'buena compañía' y del protocolo exigen una parti­cular pre tancia". E tas convenciones y e to ca os, pueden verse a lo largo de la hi toria del arte, y también en el arte de nuestro día , aunque en él aparezcan un tanto atenuadas, sufren e taso las otra variantes, má o menos refinada según los tiempos; pero siempre actúan .

"En el arte egipcio la imágenes de los faraones o de los dio e son envaradas, rígidas, hierática , gra­ves; pero el artista hubo de comunicar a los ro tros de lo e clavo , de los labriegos, de las danzarinas, un realismo más grande, siguiendo más de cerca a la naturaleza.

De modo que eso que llamamo ideali mo, idealización se aplica a lo dio e y las altas clase , que e creían altísimas, y iguen creyéndo e y si no e divinizan, como los faraones y los emperadore

romanos, etc., e porque nuestra época repele tale altitudes en el hombre; pero la intención no les falta.

En cambio, en la llamada clase bajas se podía ejercer el reali mo, acercarse todo lo posible a la verdad natural. De m o de nuevo la palabra a Deonna; 'El ideali mo del iglo V, (a. de C.) aleja de sí todo lo accidental de las forma ; no quiere reproducir los rasgos individuale , elimina el paisaje, no quiere pintar sobre lo ro tro la pa iones que rebullen en el corazón humano, no la fealdad que de figura . Todo e o rasgo de reali mo les parecen indigno tanto de lo dio es como de los griegos del noble linaje, y los re erva para lo eres inferiores. E to podían er, por su linaje, sileno , átiros, centauros, seres todavía próximos a la animalidad, o bárbaro de preciado por los griego ; podían er por u

condición ocial, tañedores de flauta, acróbata , cirqueros, hombres y mujeres del común; podían ser también, por su condición, gentes amigas de embria­gar e, gente vulgar, de baja estofa, viejos, seres feos y deformes, según los concibe la enorme variedad de la naturaleza.

Vean cómo han cambiado los tiempos desde los días de la Grecia clá ica a lo del barroco y a los nuestros. Vean, por ejemplo, la obra de Velázquez, real izada para la Corte de la E paña . Junto a retratos de reyes, reinas, príncipes, prince as, y magnate , aparecen lo de aquellos que se llamó "alimaña de palacio", o sea, los enano , locos y bufone . E a tropilla de eres feo y deforme pululaba por los palacio de la época y estaba allí para divertir a lo grande de la tierra, del mi mo modo que la dama actuale bu can para u adorno y entreteni­miento gatos de Angora, perrillos pekinese o cual­quiera otra clase de e os animalillo que llaman perros faldero . Y la más refinada y snobs tienen extraña afición a los changos, sobre todo a la especie de lo titís, a quiene be uquean, acarician y perfu­man. Vean también como lo tapiceros del siglo XVII, de Flandes, tejieron tapices con escena tabernaria de Tenier , y cómo Goya un siglo más tarde, decoró las estancia de los reyes de E paña con escenas de los matone , oliviantado por mujere de rompe y rasga.

Podemos imaginarnos que ese arte que entró de manera tan desconsiderada en las mansiones de los grandes de la tierra, pudieron aca o servir para lo mi mos efectos que los borracho en las casas de lo noble griegos. Cuenta la hi toria que esos nobles aco tumbraban a emborrachar a sus esclavos, como ejemplo para sus hijos, pues de ese modo pragmático podían ver la fealdad del vicio para que se apartaran de él. Tal vez fuera e o; pero lo más probable e que les divertía lo feo, lo deforme y lo chabacano y vulgar. Sucedió, pues, que la deformidad, la fealdad, lo teratológico, caía en gracia a los artistas y su

83

Page 85: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

clientela, y dos grandes pintore como Velázquez y Goya -entre otros menos geniale -, siguiendo corriente profunda del e píritu del pueblo e pañol entre democrática y anárquica , no dieron má importancia en el fondo -e téticamente, e entien­de- a los reye y a los magnate que a la gente popular, y a lo bello que a lo feo y deforme.

En la altas clases de u tiempo pudieron tal vez hallar má ejemplo de deformidad y fealdad que en la mi mas cla es inferiore , en la que por u mul­titud hay de todo. El reali m o, el gu to por la realidad concreta, por la naturaleza había invadido también el espíritu de las cla es alta de esa épocas, lo cual no quiere decir que cuando e hacían retratar oficial­mente por lo grande y mediano pintore no exigie­ran que se lecomunicaraaltoempaquereal o corte ano. Y en tales caso acontece haber no e casa diferencia entre lo vivo y lo pintado.

"E teduali mo-pro iguenue troautor-apare­ce tanto en la pintura como en la e cultura. En la centauromaquia de Olimpia, lo centauro tienen la faces brutale , pero los Lapitha aparecen tranquilo en medio del tumulto, y ólo alguno rasgos discre­tos traicionan en ello el dolor y la cólera. En el frontón de Ecnomaos, los sere inferiore , ervido­res, anciano , son los únicos que tienen ro tro expresivos y actitudes familiare ".

Podemo ver en e tos ejemplo cómo alternan ideali mo y reali mo. Lo dio es y lo grandes de la tierra deben er bellos y serenos. No deben mo trar ningún sufrimiento ni ninguna alteración del áni­mo, ninguna deformídad fí ica. La expre ión de lo movimiento del alma y de la formas vulgare y de la actitudes triviales, o humana , dema iado huma­nas, eso queda para la gente baja o para aquello sere que repre entan y imbolizan míticamente la animalidad humana.

Ma deberecalcarsequeestereali mo "no eráuna tendencia general del arte griego, no se impondrá a

84

todo Jos tipo , como no ea en la época helení tica. Ha ta entonces no veremo a los dio es y a los mortale de rango aparecer corroído por lo ufrimiento , tomar lo ra go caracterí ticos de la individualidad, repre entar con exactitud la di­versa raza ; en una palabra, no se verá que todo los tipo artí tico toman el camino que habían ya toma­do de antemano y conqui tado lo tipo inferiores". Entonce , en lo que afecta al arte helenístico, e entra en el pleno dominio del reali mo, que todo lo invade y todo lo domina, lo mi mo que ucedió en lo tiempo el barroco en la cultura de Occidente.

Aunque los ejemplo citado lo tomara Deonna del arte heleno, e te juego de lo ideal y lo real en el arte e da igualmente en otra parte . El arte gótico-v.gr.­puede suministrarnos ejemplos corroborante .

"En el arte ideal del iglo XIII cristiano, en el que lo per onaje tienen la erenidad propia del iglo V pagano, el reali mo la fealdad de lo ra go quedan re ervado a lo mon truos, a los ere vile , a lo aldeano en Notre-Dame de Parí , pueden ver e ro -tro gro ero , la nariz chata, lo labio grue os, al lado de lo ángele de clá ica belleza. En lo retrato de niño del iglo XVI, los jóvene príncipes aparecen en actitude rígida , egún disponía la etiqueta del tiem­po; pero lo hijo del pintor, o lo muchachos del arroyo, no asumen e te empaque rígido, e tirado y propio de hombrecito prematuro , y on reali ta .

Para Deonna, por con iguiente, y la observación parece exacta, "el realismo comienza en lo tipo inferiore ",y la naturaleza del asunto determina u pre encia o la rechaza. Ma debe tener e también en cuenta que exi ten época ha ta cierto punto pura­mente reali ta, de modo que el real i mo invade en­tonce todo lo campo del arte.

En la próxima lección comenzaremo a e tudiar, aunque ea de una manera umaria, otro a pecto de lo que e ha llamado ritmo evolutivo artí tic o . Ha ta entonce , pue . D

Page 86: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

escuela nacional de arquitectura cursos de seminario 1958.

lección 10

E s hora de que penetremo ya en aquel campo que Deonnade ignacon el nombre de ritmo evolutivos del arte, o mejor dicho, que volvemo nuevamente, luego de la anterior digresión obre el realismo artístico, a ese mismo campo. Al reanudar nuestras excursiones por él, nos ale primeramente al paso el "principio de similitud". Sería absurdo negar los influjos que un arte puede ejercer sobre otro. La hi toria está llena de casos de esa índole. "El mundo minoano o creten e --decía nuestro autor-tan profundamente original, sufrió, in embargo, la influencia de Egipto y Babilonia, como él ejerciera a su vez la suya sobre Egipto y otras muchas comarca . La Grecia auroral hizo muchos empréstitos en la civilización faraónica y en el Oriente asiático; pero, por acción de retomo, transmitió a ese Oriente arcaísmos y muchas formas y procedimientos. Má tarde, el arte helenístico es el re ultado de una fusión del antiguo e píritu jonio, medio oriental, con el e,spíritu propiamente helénico. La cultura artística romana es una mezcla del arte helenístico y del arte indígena de la península itálica, o sea, laltaliaactual. El arte Bizantino, como decía Choi y, e "el espíritu griego ejerciéndose en medio de una sociedad emiasiática obre elemento tomado de la vieja A ia; y el arte Bizantino mismo, e el iniciador del arte occidental".

Podemo tomar otro claro ejemplo de influjo de un arte en otro, in salimo del territorio mexicano, en el arte dicho colonial, en el del siglo XIX y en el actual. En eso artes, si los estudian, podrán hallar ejemplos de e 'ta intercomunicación de distintos arte , y aun tam­bién en el arte dicho precortesiano. Puede decir e que la intercomunicación es ley hi tórica del arte.

Porque, si hay algo que no ale al paso en la historia del arte, son preci amente estas intercomu­nicaciones. "Pero -observa Deonna- existen tam­bién coincidencias y toda la agacidad de lo

arqueólogo debe ejercitarse en discernir si dos for­ma se parecen porque han nacido por coincidencia". El arqueólogo Pottier dejó dicho, a este propósito, que existen estas "coincidencias" porque la humani­dad e eternamente una y se recomienza sin cesar; hay contactos e influencia porque en todas parte y siempre, el má fuerte influye en el más débil. Entre estos dos polos, coincidencia y contacto, o ciJa siem­pre la verdad histórica, que la ciencia moderna per igue con ardiente pa ión in que jamás pueda del todo haberla con eguido".

Por demás, algunos teórico e historiadores no se han detenido lo debido en la con ideración de las coincidencias. Las han atribuido generalmente a la imitación, o sea, al influjo de un arte en otro. De este modo han surgido algunas tesis y teorías como la llamada "pambabilinia" o "pamelimita" de Mogan, según la cual lo menores detalles de la cultura egipcia y egea proceden de Caldea. También surgió la teoría de la influencia exclu iva de Egipto en los comienzos del arte griego, o la de la influencia egea en el arte de la Europa del norte o de la China. "No podrán resolver e eso complejo problemas -se­gún la opinión de Deonna- con tal manera de juzgar intransigente, ni sistematizar las influencias posibles".

Porque lo cierto es que pueden darse formas muy imilare en muy distintos lugares y en distintas

épocas sin que hayan mediado entre ellos influen­cias y contactos. Y precisamente por e o los llamados "paJi genista "tienen en parte razón. El prehistoriador francés Déchelette a everaba, llamando al orden a los partidarios de explicarlo todo por influencia y con­tactos, que "cuanto más se avanza en el conocimiento de la civilizacione primitiva , má e reconocen los efectos constantes de un determinismo que rige el desenvolvimiento de la industria humana. ¿Qué pre-

85

Page 87: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

hi toriador erá tan osado hoy que se atreviera a explicar por una teoría "monogeni ta" las manos rojas de la cavernas australiana y la mano roja de la grutas perenaicas, las manos del Perú y las manos de la misma índole de Egipto? Y, in embargo, la mayor parte de esa analogías parecen ofrecer un criterio más neto, más caracterí tico, que el pulimen­to de los instrumentos de piedra o la forma circular de la cabaña. Nunca nos mostraremo dema iado cir­cunspecto en toda conclusión relativa a las influencias exteriores".

Nono podemosextendermá enestetema.Peroserá conveniente observar que en nue tra cultura occidental obre las similitudes domina una trama de influencias,

aunque también e produzcan en ella espontáneamente imilitudes sin relación directa, de influjo, de contacto,

con ninguna otra forma exterior. Exi te un juego, muy difícil de di cernir en la culturas avanzada , entre e pontaneidad e imitación. Las coincidencias y imilitu­de , al er obra de arti tas de genio, uelen recibir tal elaboración que la hace di tinta . El genio transforma todo cuanto recibe en la mi terio a y activa cuenca de su espíritu. Los e tilos se forman por una e pecie de entramado de creacione in di viduale , por similitude y contactos. Los grandes e tilo , ya lo abemo , no on obra de un olo individuo, por genial que éste fuere; tienen mucho de colectivo.

Ahora bien, atendiendo al "principio de imili­tud", in referimos a él de una manera directa, pues todavía no lo habíamos formulado en las lecciones anteriore , y iguiendo a Deonna, hubimos de ob er­var que exi tía una semejanza de tendencias entre el arte del iglo IV griego y el XIV cri tiano, y que es­tas semejanzas no hicieron ino acentuar e en los siglos po teriore , o sea, en el iglo III griego y en el XV cri tiano. En ambos iglo , volviendo por un momento al tema de las tres lecciones anteriores, el realismo correrá desembarazadamente, in la con-

S6

tención que tuvo en la centurias anteriores. Caerá en el exceso, hasta que, al fin, e hubo de producir otra reacción idealista. De este modo tendremos en tiem­po tan apartado y en artes tan diversos, corrientes artí tica que se muevan bajo conceptos y caracte­re estético similare .

Para que veamos de una manera aun má clara la actuación en la hi toria del arte del principio de imilitud, recurriremos nuevamente a la condicio­

nes sociales dentro de la cuale e de arrolla y vive un determinado arte. Pongamos un ejemplo antiguo. En el pa o de la edad clá ica griega a la que inmediatamente le uceden, e a condicione socia­le han variado notablemente. Aparece en el escena­rio de la hi toria helénica Alejandro el Magno hijo de Filipo de Macedonia. Bajo u formidable ímpetu guerrero de aparecen los e tado griego indepen­diente ; e arrolla a los per a que parecían señorear; y e quiebra la separación entre griego y "bárbaros", es decir, entre griegos y orientale , entre la cultura helénica y la oriental. E ta dos cultura , ante adver­sas, se ponen ahora en contacto directo y e mezclan más que nunca, predominando en cierto modo la helénica, que era la cultura del conquistador. El heleni m o salta de la Grecia continental e isleña y del A ia Menor hacia los pueblos orientales, urgiendo a í la cultura que e ha llamado y llama helenística, radicada principalmente en la ciudade siria en Alejandría. Comienza una era co mopolita, en algún sentido parecido a la actual. Todos aquello pueblo se unifican bajo la mano dura y genial del conqui tador. Un poder absoluto, centrado en un solo hombre, ha u ti tu ido a la erie de podere particulare , de parra­

mado por los territorios a iáticos y de la Helade, y con frecuencia enemigo entre í. A la muerte del conqui tador se proce aban de nuevo.

"De esta manera - anotaba Deonna-, vol viendo la e palda a lo intere e del Estado, en cuya adrnini tra-

Page 88: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

ción no toma ya parte, el ciudadano no e preocupa más quede su intereses particulare , y el "individualismo" triunfa por toda partes en e ta nueva ociedad, en la cual la clase han quedado nivelada y cada individuo hace su camino por us propio medio , y en la que los aventureros y los advenedizos comienzan a jugar un papel de importancia, al mismo tiempo que el arte abandona los templo y e hace cómplice del lujo, a menudo de enfrenado, de lo particulare . La fuerte virtude de antaño han desaparecido; el patrioti mono inflama m ~ lo corazones de los ciudadanos; el e cep­tici mo e acrecienta y cunde por toda parte ".

Sucede e to en Grecia y lo pai e del oriente mediterráneo que e donde e de arrolla, a partir de Alejandro, la cultura dicha helení tica. Si atendemos a lo que ucede en el iglo XV en Italja, ob ervare­mos fenómeno hi tórico parecido o emejantes. Se produce el mi mo hecho de concentración de podere en una mano que ha ta entonce e taban di per o y limitado . " ... El gran hecho - igue diciendo Deonna- que domina el cuatrociento 'e la tran formación de la comuna' en 'señoría', y nace así la vida de la corte, la que impone nueva reglas de conducta, análogas a la que regían en la corte helení tica ". Se afirma la per onaJidad del indivi­duo, e de vanecen la vieja tradicione patriótica y religio ·a , de modo que, egún dice Monnier en su excelente libro de Le Quattrocento, "el ideal de Dio , el ideal de la patria, el ideal de la familia, toda estas pieza capitale de la conciencia colectiva, que reforzaban a la humanidad como los contrafuer­te a las fábrica de las igle ia y la levantaban en lo alto, embarazaron la tierra con su propio e com­bro ... Todos lo lazo e aflojaron, toda la cadena e rompí ron". El lujo, por u parte, creció y e

incrementó por manera inaudita, y no hubo otra preocupación que la del propio y egoí ta biene tar. Lo grande rivalizan entre ello en el fasto y la

pompa de u ca a y per o na . La fie tas de Loren­zo de Médicis en Florencia o la de la Corte de Ferrara han dejado memoria imperecedera, y recuerdan a la magníficas fie tas alegórica de los Tolomeos y Seléucidas. "En efecto -recalca Deonna- i inten­tamo evocar el recuerdo de lo Attálidas, de lo Seléucida , de los Legida , no se le puede repre en­tar de otra manera que con los ra go de los tirano italiano del siglo XV. Se hallan en con tante lucha lo uno con lo otro . Llevan a .la guerra, no ejército inflamado por el patriotismo, ino ejércitos de mer­cenario . Al mi mo tiempo, on fino letradoc, agru­pan en torno suyo a los artista y literato , y en las bibliotecas y los mu eos de Pergamo y Alejandría e facilitan lo trabajo de lo sabio ".

Los intelectuales aparecen movido por un gran amor hacia el hecho concreto y po itivo, hacia la realidad mi ma. Las ciencias experimentale adquieren importan­cia; en realidad allí e echaron u ba es. Los arti ta y lo poetas dirigen u mirad a la clase hurniJde de la sociedad y 'Theocrito , Herodas, lo mi mo que durante el Renacimiento Pontano o Policiano hacen entrar en u escritos al pueblo entero, hirviente y natural".

Si queremos reforzar la breve pintura que hace Deonna del e tado de la ociedad italiana del siglo XV, en paralelo con la helení ti ca, podemo recurrir también, entre otro vario ru toriadore al gran crítico e hi toriador italiano del iglo XIX Francesco de Santi , el cual en u comentario a la Memorias de Guicciardini, escribe lo iguiente:

"Italia pereció porque los loco eran poquí imo y lo má eran sabio ... El ideal ya no era Farinata, eran lo Médici ; el escritor de e o tiempo no era Dante, ino France co Guicciardini. La ociedad e había

tran formado: pulida, elegante, culta, erudita, de preo­cupada, amante del vivir tranquilo enamorada de lo placere del espíritu y de la imaginación, como lo entimo en lo ver o de Angelo Policiano. Toda

87

Page 89: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

seriedad y dignidad de objetivo había de aparecido de aquella insípida realidad. Patria, religión, libertad, honor, gloria, todo lo que e ti mula a los hombres a lo actos magnánimos y engrandece a las naciones, admi­tido en teoría, no tenía ya sentido en la vida práctica, ya no era el motivo de la vida ocia!. Y porque faltaron e tos estímulo , lo únicos que tienen la virtud de mantener vivo el carácter y el temple de las naciones, faltó después toda energía intelectual y toda la activi­dad en los usos y en los manesteres de la vida, y el paí terminó en aquel sopor, que nuestros vencedores tras­ladaron con burla inmortal a su vocabulario y llamaron do lee fa miente" . Como botón de muestra, basta con lo tran cripto; pero todo el estudio, que lleva por título El hombre de Guicciardini, es decir el italiano del Rena­cimiento, es un brillante análi is de un momento de máxima prosperidad e inventiva en lo intelectual y artí tico, momento que in embargo anuncia la caída rápida de un país. El Renacimiento italiano fue, por consiguiente, el fulgor de un relámpago.

Hay todavía otras varias semejanzas entre las do épocas dichas: la renacentista y la helenística. Una de ellas es que ambas época son aficionada al cultivo de la erudición. "La potencia creadora -afirma Deonna- declina, la originalidad se agota al mi mo tiempo que se debilita la conciencia moral y política". Que la potencia artística creadora declina y lo mismo la originalidad, en lo que respecta al siglo XV italiano, es algo que hay que tomarlo con infinitas reserva pues ese iglo es grandemente creador.

Ahora bien, es probable que Deonna e refiera, como parece ser, simplemente a los humanistas y a los que cultivaron entonce la quimera de la resurrec­ción de la antigüedad, del arte y las letra grecorromanas, porque a e guido dice: "El apogeo de la civilización griega correspondió al siglo V a.C. corno el de la cristiana al iglo XIII d. C. luego la humanidad parecía agotada y qui o recoger e, de -

88

can arde sus esfuerzo ; miró entonce hacia atrá y e puso a e tudiar el pa ado má bien que a intentar

crear y mirar hacia el porvenir". A í urgieron legio­nes de humani ta , eruditos, gramático , filólogos, arqueólogos, comentari ta . "Como los griego helenísticos escrutan, comentan, critican lo escrito de u predecesore a partir de Homero, del mi mo modo los humanistas del Renacimiento se sumergen con delicia en la antigüedad hallada de nuevo. Viven entre lo grandes señores, trabajan en las bibliotecas, de deñan el habla popular, los dialectos sabroso , que dejan para la gente humilde para hablar y e cribir en latín, la lengua sabia de los letrados y hombres de ingenio". Formóse de esta manera una e pecie de mandarinato de hombre de letras, los cuales se comportaban con arrogancia y "creían que el mundo e taba pendiente y ligado a u fútile querella ". Conocidas son las disputa entre humani ta , en las que sin ningún miramiento ni decencia e arrojaban lo dicterio meno urbanos; pero, e o í, en la lengua abia, que era, claro está, el latín, a poder ciceroniano.

Antes de que finara el Renacimiento, e habían de acreditado por su intemperancia y vanidad.

De esta nueva concepción de las letras urgió un hecho de bastante gravedad que, de haber dominado, hubiera acabado con la cultura original de las letra y las artes. "Esta literatura de e cuela -anota Deonna­de biblioteca, abia y cosmopolita, ya no es, como en el siglo V griego y en el XIII cristiano, la expre ión de la ciudad entera: ha dejado de er una literatura nacio­nal. No e in pira ya en la aspiracione del pueblo y, en consecuencia, ya no e dirige a él, ino a la gente de la Corte, a lo letrado de profesión. Literatos y eruditos no on otra cosa que ciudadano de la República de las Letra y lo acontecimientos políticos no son para ello in o pretextos para rimar o para e cribir bello di cur­

sos. Así e realiza en el mismo punto de la erudición de los dos periodo (los iniciado en el iglo IV griego y

Page 90: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

en el siglo XIV cristiano), la disociación entre la obra literaria y la realidad".

Ya veremo en u momento lo dos tipo de arte que se producen tanto en el iglo III griego como en el XV cri tiano. Pero ante , iguiendo también a Deonna, debemo notar que en ambos iglos la condición ocia! del arti ta, que ya había comenzado a ubir en el iglo IV griego y en el XIV cristiano, se afirmó más y más. Sus obras se cotizaron a precio elevado y e les colmó por parte de lo dominadore de lo pueblo , de los grandes de la época, de e peciale honore . Lo mi mo príncipes practica­ban en ocasiones las artes. La vanidad de lo artistas fue creciendo como la clara de huevo batida. No se con agraron únicamente a sus artes. Se salieron de ella y cultivaron las letras, alguna ciencia y la didáctica: qui ieron hacer obra de teóricos, de precepti ta , y formularon principios y normas para u arte . Así, un Alberti, un Va ari, un Vignola e dan

la mano a través de los siglos con un Xenócrates de Sycione y un Antigono de Carysto . Lo conocimien­tos de aquellos hombres fueron en cierto modo enciclo­pédico . "Si antígeno de Carystos, pintor y e cultor, había compue to biografías de filó ofo , Alberti fue a la vez humani ta, poeta, juri ta, arquitecto, pintor, escultor, matemático e ingeniero. Estos artista erudi­to hallaron en la literatura un ar enal de motivos nuevo para sus obras. Antes el arti ta estaba estrecha­mente ligado a la colectividad, era un producto suyo; no atendía má que a aquellos asuntos que abía podrían ser entendidos por todos, puesto que alían de la tradición y de las creencias religiosas; ahora ya no

están sostenidos por la fe y el patriotismo de us antepa ados; quiere ante todo hacer obra original y cree alcanzarlo bu cando u inspiración en la obra litera­ria . De e ta manera se formó aquel arte tan literario, que bebe a plena boca en la erudición, convirtiéndo e, como la literatura, en el dominio de una minoría letrada. El abi moque se cavó entre el pueblo y el arte hubo de conducir al concepto del "atte por el arte;'.

El arte acabó cortando todas sus marras con el sentimiento del pueblo en que e producía e fue vaciando de pen amiento y se convirtió en puramente formal: la forma por la forma misma, sin ningún otro contenido que ella mi ma. Renuncia a u alta mi ión de otro tiempos. No trasmite ya al ignorante las verdades eternas, como lo hacía en lo templo del iglo V griego y en las catedrale del iglo XIII cri tiano.

E tas cue tione on bastante antigua . En lo histó­ricamente conocido, he m o de dar la razón de Deonna cuando las hace arrancar del siglo IV a. C., o sea, cuando la cultura cosmopolita y mundana comenzó a desarro­llar e y tener auge. No han surgido, pues, en nue tro días, como algunos quieren hacérnoslo creer, y el caso e que e a mi ma preocupación la vemos por lo demá aparecer con tantemente en la crítica del siglo XIX. Sucede a veces en la historia que e de cubre lo que ya era conocido de otra épocas, porque hemos olvidado, o desconocemos, e a e pecie de ritmo con que se desarrolla la hi toria universal.

Demos por terminada aquí la lección de hoy, puesto que tenemos que considerar otros aspecto de e te tema y otros tema de largometraje, por decirlo así. Quédese ello para la próxima o próximas lecciones. O

89

Page 91: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Fachada norte.

90

el monumento a la raza, testimonio de una restauración. juan b. artigas

C on el nombre popular de "Monumento a la Raza" se conoce el ed ilicio situado en la Ciudad de México, en el crucero de la avenida de lo In urgente orte y Calzada Vallejo, en la De­legación Cuauhtémoc. Es una de las imágenes distintiva de la capital. Monumento que todos hemos vi to "a lapa ada", muy de pri a por lo intrincado del nodo urbano en cuyo centro se si­túa y la cantidad de automóviles y camiones de pa ajeros y de carga que lo tran itan la veinticuatro horas del día . Todo ello quiere decir que, en realidad, no lo hemos visto nunca.

Se trata de un edificio dedicado a la Ciudad de México, aun cuando en la actua liJad quedan únicamente a la vi talos aspec­tos exteriores que rememoran la gran Tcnochtitlan, y pudiera pen ar e que ólo a ella se refiere la construcción; ciertamente, us formas externa , lo dos grande grupos e cultóricos

situados al oriente y al poniente, la cuatro placas de bronce colocada en el nivel uperior y el águila con la serpiente obre el nopal de la cúspide, nos remontan a los tiempo prehi pánico y a la caída de la gran Tenochtitlan.

El vo lumen principal está dado por tre pirámide truncada obrepuestas y decreciente , de ba e cuadrada, orientadas u

caras según los cuatro puntos cardinale . Al estar dividido el volumen principal entre secciones horizontales cada una de ella lleva un fri o de relieve inspirado en los de erpientes emplumadas del sitio arqueológico de Xochicalco. Culmina la "pirámide" en un dado que contiene cuatro placas de bronce, cada una de ellas con una efigie en relieve, el grabado de un glifo mexica y una in cripción literal, que dicen, re pectivamente: "Ytacohuatl, Rey de México", "Nezahualcóyotl, Rey de Tex­coco" "Totoquihuatzin Rey de Tlacopan" y "Cuauhtémoc". Este último no lleva inscripción literal sino el grabado del glifo mexica del "aguila que desciende". Este pede tal da a iento a una escu ltura de la lucha del águila contra la erpiente sobre el nopal. Pieza magnífica.

En la cara sur de la pirámide se localiza la e calera central, entre do alfardas, que lleva ha ta la plataforma superior. En la

Page 92: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

ba e de la cara oriente e itúa un grupo e cultórico monumental de recia expre ividad plástica, con la leyenda 'Grupo Funda­ción de México" y Luis Lelo d Larrea, e cultor, 1940 '; por encima de él entre otra dos alfarda un tragaluz para iluminar el interior de la pirámide. El talud del poniente pre enta en u base otro grupo escultórico, no tan logrado plá ticamente como el oriental, con el nombre de' Grupo Defen a de Tenochtitlan" y la firma del mi mo autor con la mi ma fecha. La parte alta central de dicho talud se re uelve como en la cara oriental con un tragaluz entre alfardas.

En la fachada norte hay otro tragaluz central bajo el cual e abre la puerta de entrada al interior del monumento. Tanto en e tacara como en la opue la, el remate inferior de las al farda e re uelvc con una enorme cabezas de erpiente inspira­

da en los motivos imitare de la pirámide de Quetzalcóatl en Teotihuacan. La puerta e de lámina metálica con frisos de bronce de dibujo geométrico, de calidad artí ti ca, que interpre­tan lo fri o de Mitla, en Oaxaca egún vemo en 1940 el concepto de arte prehispánico fundía diferente culturas de lugare y tiempo también di tintos como Milla, Teotihuacan la gran tenochtitlan y Xochicalco; no se diferenciaban unos de otro como e hace hoy en día, porque el conocimiento e ha ampliado y e ha vuelto má profundo en cada una de aque­lla cultura .

Pero olvi ndo a lo monumentale grupo escultórico , el del oriente e una compo ición de figuras predominante­mente verticale , con un feroz guerrero en el centro y otro dos próximo a él , uno a cada lado, también en pie. A un co tado aparece sentada una mujer fuerte con un niño en brazos, en el otro, una pareja d jóvene como el surgimiento de la vida. E una magistral interpretación del nacimiento de una ciudad y de un pueblo, de gran mérito artí tico.

u po ición hacia el ol naciente acentúa el imboli modela repre entación.

El grupo del poniente rememora la derrota de los caballero águila y tigre entre varios guerrero herido y una mujer con un niño pequeño a u lado como signo de deva tación. Lapo i­ción del grupo corre pon de al ocaso del sol. Significa el heroís­mo de quienes defienden con u propia vida las "forma de vida" que quieren para sí mi mos.

La cuatro placa de bronce del pede tal uperior e fundie­ron en Francia por''Thiebaut Freres Fondeur "y llevan la ini­ciale "J. F.C.' probablemente deJe ús F. Contrera , el cono­cido e cultor mexicano que en 1891 labró el de nudo femenino que lleva por título Malgré tout (a pe arde todo) en mármol blanco, que se encontraba un costado de la Alameda Central y que hoy puede di frutar e en el M u eo de Artes de la calle de Tacuba felizmente protegido de la intemperie. E to cuatro

91

Page 93: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

92

bronces fueron elaborados para ocupar el frente del pabellón mexicano de la Feria de Parí de 1889*.

La e pléndida escultura superior con la temática del escudo de México fue elaborada, según sus inscripcione , por "G. Gardet, statuaire y marte/e para la maison Ph. Monduit ". Statuaire es estatuario el que hace estatuas, e decir el escultor. Marte/e quiere decir martillado, hecho a golpes de martillo, porque el material de la escultura es lámina de cobre.

Se trata de una escultura monumental de gran fuerza expre­'siva; de punta a punta de alas mide cinco metro y e enta y cinco centímetros, y del pico a la cola tres metros ochenta cen­tímetros, mientras que la erpiente mide cinco metros y treinta centímetro de largo en su con tan te sinuosidad; la altura de ·de la base del pedestal al punto más alto es de cuatro metros diez centímetros. La obra e tá real izada en lámina de cobre obre re­tícula de acero; las placa de cobre se recortan a veces siguiendo el plumaje del ave, y otras, lleva líneas d~ remache , también metálico , que circunda la formas para resaltar su hechura mecánica. e trataba de aplicar los procedimiento de la indu trialización al ervicio del arte, en un momento en que la tecnología debida a la Revolución lndu tria! mostraba su pujanza al pem1itir alcances nunca antes soñados por el hombre. Es el momento del empleo de la máquina de vapor y de la instalación de las vías férreas . Este grupo escultórico e fabricó por encargo del gobierno del general Porfirio Díaz, según se dice, para coronar el Palacio Legislativo, que ya sabe el lector que no se concluyó, que su estructura fue desmantela­da y quedó convertido en el Monumento de la Revolución. Esta escultura mereciera ser colocada, a buen resguardo de la in­temperie porque ya e tá deteriorada, y ituar sobre la pirámide un duplicado de material más resistente a la corro ión, porque desde abajo no e apreciable su calidad excepcional y única­mente se acabará de destruir.

La culminación de todo e te escenario es, pue , el águila con la serpiente sobre el nopal , además de por su posición, por su calidad artística y por u imboli mo. Son múltiples lo sím­bolos atribuidos al águila en toda las culturas, y todos ellos coin­ciden en destacar la altura de su vuelo como la elevación del espíritu. Se identifica con el sol, el calor vital , el origen del día y por lo tanto de la vida. Es, en suma, luz, vitalidad y acción, elevación y dominio, la pasión espiritual.

La serpiente como reptil e ha interpretado como lo terreno y como la energía pura y sola. Es también el ser protector de las fuentes de vida y de la inmortalidad, y se identifica frecuentemen­te con las fuerzas de la destrucción. En algunas representaciones prehi pánicas la serpiente ha sido muerta y cuelga exánime del pico del ave. El grupo del Monumento a la Raza la pre enta como un animal poderoso en plena lucha. ¿Por quién tomaremos partido, por el águila o por la serpiente, por la convergencia de cualidades del águila o por la multiplicidad de simboli mos de la serpiente? Tal vez en ocasiones venza una de ella y otras veces la otra, quizá la periodicidad de la victoria ea cíclica.

Al nopal se atribuyen los símbolos de la tierra, dellugardon­de se nace, del mundo donde se lleva a cabo la batalla del ave y del reptil , donde todo acontece. La dureza queda di minuida

Page 94: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Página 92 Arriba: Grupo escultórico del oriente antes de la restauración. 1 Abajo: Detalle al terminar. Página 93 Arriba: Grupo del oriente. 1 Abajo: Cabeza de serpieme.

93

Page 95: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Página 94 Arriba: Deterioro en uno de los pisos. 1 En medio: Molde para 1•aciado. 1 Abajo: Reposición de la parte daíiada. Página 95 Arriba: Elaboración de partes faltan tes en plastilina. 1 En medio: Reposición de los dedos. 1 Abajo: Puede apreciarse la sección repuesta de la mano.

94

por su flores y su fruto , y su propia savia es fuente de regenera­ción. E el elemento e table que emerge de la tierra y del agua.

El fatalismo expresado en el "Grupo de la defensa de Te­nochtitlan" propiciaría el triunfo de la destrucción sobre la vida, la victoria de las fuerzas negativas. Sin la lucha del águila y la serpiente que culmina toda la composición, la e peranza queda­ría eliminada y con ella la acción de la voluntad del hombre.

El Monumento a la Raza no acababa en lo externo ya que en su interior cobijaba la ciudad virreina!, la otra etapa pre­paratoria de la ciudad actual. Esta continuidad e te renacer desde la propia destrucción nos reporta al simboli m o del A ve Fénix, ave mítica del tamaño del águila que "cuando veía cer­cano u fin, formaba un nido de madera y resinas aromáticas, que exponía a los rayos del sol para que ardieran y en cuyas rama e consumía. De la médula de sus huesos nacía otra ave fénix ... "Simboliza la periódica destrucción y recreación" ya que "todos po eemos en nosotros un fénix que no permite so­brevivir a cada instante y vencer a cada una de la muerte que llamamo ueño o cambio" (Cirlot). Tal ha sido el renacer de la Ciudad de México, de de la ceniza de la gran Tenochtitlan, de de las inundaciones del siglo XVII y de de lo temblores de tierra, y ... aquí estamos. Aquí eguimo estando, porque po­seemo los sentidos de permanencia y de tra cendencia.

Pues bien, las etapas artísticas de construcción de cemento annado y vidrio, de fundido de bronce para la Feria de París de 1889y de cobre amartillado e tán repre entadas en el Monumen­to a la Raza. Se buscaba la exaltación romántica del indigenismo mexicano, aun cuando la expresión neoclá ica del gusto artí tico obligaba a los ademane grandilocuente de los reye antiguo , y el cuerpo humano se con truía con la plenitud de lo verdade­ros apolos de la antigüedad clásica. o deja de ser intere ante que el mexicano e hiciera repre entar a veces como indígena prehíspánico y otras como español, según es el ca o del kiosco de la Alameda de Santa María de la Ribera, en el cual se recurrió a las formas de la arquitectura hispanomusulmana. E claro que el mexicano está entre ambo polo , a veces má próximo a un extremo que al otro, aunque también es claro que no es ninguno de los dos, que e él mismo y es en él donde debe de buscarse, si es que esta búsqueda per igue el fin de encontrar e.

El proyecto del conjunto monumental se debe al ingeniero Francfsco Borbolla, según un informe del arquitecto Miguel Angel Cela quien me proporcionó el dato. La construcción e efectuó con lo materiales constructivo de avanzada en 1940. Sobre una estructura de viga de acero, que siguen la inclina­ción de lo taludes, e colocaron placas de concreto armado que dan el tem1inado exterior, quedando aparente el material; los frisos se realizaron con revoltura de cemento blanco, arena y pol­vo de mármol, también aparente igual que los terminado de las cuatro cabezas de serpiente y de lo do monumentale gru­pos escultóricos. El relato de la eñora Amparo Alegría, viuda del escultor Luis Lelo de Larrea, nos da a conocer que en el interior de la pirámide se instaló un museo de la Ciudad de Mé­xico, cuya pieza fundamental era una gran maqueta del cen­tro de la capital. Había en él, además, otras esculturas de Lelo de Larrea.

Page 96: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Lo traga luce fueron originalmente de block de vidrio sus­tentado por una cuadrícula de lámina metálica. Cemento, vidrio y acero, materiales del momento; bronce y cobre en los relieves y en la escultura superior, respectivamente.

El conjunto puede incluir e dentro de la corriente denomina­da Art-Decó que e tuvo en boga en Europa entre la dos guerras mundiales, si bien se encuentra imbuido por las corriente nacionali ta que a fines dd siglo XlXoriginaron el Modernismo o Art- ouveau; posee, ademá , cierta do i de romanticismo, que con i te en buscar inspiración en formas alejadas, ya ea en el tiempo o a la distancia de la actualidad en que se vive.

En 1940 no había muchos museos en la Ciudad de México, por ello el hueco interior de la pirámide se pen ó como museo de la ciudad. El e pacio interno e tablecía la diferencia entre un monumento, para er vi to desde el exterior, y un edilicio, que debe ser utilizado, también interiormente. En 1940 e podía en­trar al edificio, más tarde, antes de 1962, el monumento fue convertido en fuente y se construyeron los estanques de lo cos­tado norte y sur, además de que e colocaron surtidores en lo alto de los tres escalones de la pirámide y el agua re balaba por los taludes inclinados; e iluminaba por la noche con luces de colores. El escurrimiento constante del agua dañó el edificio y las bombas colocadas en su interior cambiaron el uso del recinto interno.

A partir Jel último bime tre de 1987 y durante el primero de 1988, la Delegación Cuauhtémoc llevó a cabo obra de re tauración en el monumento, cuya dirección quedó a cargo del su crito. Los trabajo cubrieron, a grandes ra go , los siguientes a pecios.

Una vez verificado que la e tructura del edificio se encontraba en buenas condiciones se procedió a efectuar limpieza del exterior de lo taludes de la pirámide, retirando la suciedad acumulada durante cerca de treinta años y una capa de pintura que, egún alguien comentó, fue fabricada e pecialmente con la cual e había pretendido impermeabilizar las superficie ; seguramente trabajó eficientemente durante algún tiempo.

Se efectuaron una serie de calas con substancias químicas y se detern1inó el empleo de removedores y de chorro de agua a pre ión, sobre las superficie de cemento normal. También se resanaron grietas y se inyectaron fisuras en toda la superficie. Los fri os de los taludes, una vez limpios, e resanaron y conso­lidaron; en ocasiones fue necesario afianzar parte desprendidas de la placas de concreto que formaban la base de apoyo en los taludes. Hubo que rehacer algunos fragmentos de fri o, de varios metros cuadrados de extensión, tomando modelo de la erpientes en buen estado, haciendo moldes; a í había ocu­

rrido con los originales y así se llevó a cabo la reposición. Don­de la de trucción era grande se prefirió reponer a con olidar y re anar, ya que fue factible utilizar lo i temas constructi­vo y los materiales iguales que los originales.

El acabado de las fachada e realizó con hidrofugante para evitar, dentro de lo posible, la penetración del agua a la e truc­tura; este procedimiento no alteraba los acabado aparente con que fue concebido el monumento en 1940. Se acabaron en blanco lo fri o dado que este es su material de construcción y se dejó en gris el hormigón norn1al. Cuando llegamos al edi-

95

Page 97: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

En estas dos páginas, detalles de "los cuatro reyes",firma del fundidor y detalle del friso de la puerta metálica durante el proceso de la limpieza.

96

ficio toda las superficies eran grises por la suciedad, en tono uniforn1e, sin contra te , tono acrecentado por la capa de pintura.

Las cabezas blancas de serpiente del arranque de las al fardas e tán construidas obre muro de tabique que dan apoyo a las formas. En u parte superior se habían colocado unas tapa de cemento blanco, so tenidas por dos viguetas de madera, ya deteriorada· el acabado final e obreponía a dichas tapas. Dicha capa exterior e taba agrietada por intemperización, con zonas desprendidas, aunque era posible recuperar la totalidad de la forrha, máxime que el modelo se repite cuatro veces.

Al destapar las cabezas de erpiente el interior hueco esta­ba lleno de polvo y tierra acumulados, suciedad y humeda­des. Se acuñaron lo muros de la estructura de tabique y fueron aplanado por dentro con impermeabilizante integrado, sobre una malla metúlica como apoyo. Se pusieron viguetas de con­creto a cambio de las de madera y se proporcionó al ida para el agua que, a pesar de todas las providencia tomada , puclie e penetrar a la estructura. Por fuera, estas cabezas, e consolida­ron e repu ieron grietas y repu ieron lo fragmentos faltan tes, dándoles el acabado en blanco para así reintegrar u estructura continua. Se impregnó el exterior con agua de cal para afian­zar lo blanco de las forma .

La consolidación de los grupos escultóricos monumentales e llevó a cabo de manera semejante a la descrita, resanando u

estructura interna laberíntica, de muros de tabique, adecuados para dar la forn1a externa. Sobre dicha base, muy irregular, e ha­bían fijado las placa de concreto armado, y nosotros lo hici­mos con las que estaban desprendida . La afinación exterior se realizó con mortero de cemento blanco y polvo de mármol, i­guiendo el procedimiento original. Es en esta capa externa donde, a veces, hubo que remodelar y dar continuidad a la for­mas, dados su de ga·;te y deterioro, y su parte faltantes, en par­ticular en la prominencias o zonas delicadas y más expuesta al desgaste natural y al deterioro por la acción del hombre.

Las tres capas del procedimiento de elaboración producen, necesariamente y con el paso del tiempo, otro tantos cuerpos con coeficiente de dilatación diferentes dado lo cual e separan

Page 98: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

97

Page 99: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Arriba: Firma del escultor. En medio: Proceso de limpieza. Abajo: El autor a vuelo de aguila.

98

unas de otras. Presentaban humedades y agrietamiento y de -prendimiento de exteriores.

Las escultura habían perdido los fragmentos más expue -to , según u posición y delicadeza de ejecución. En algunos lugares e habían practicado re anes - y esto ocurría en todo el edifici que i bien protegieron temporalmente no forma­ban parte con el conjunto de la obra. Por todas las razones ante­riores e efectuaron diversas pruebas y calas para diagno ticar con precisión los daño de cada una de las pnrtes y proceder a definir los procedimiento que cada una requería. En el ca o de repo icione. de parte faltantes se llevaron a cabo diferente modelados, procedimientos de cimbrado y de fijación de la partes nuevas a las exi ten tes. A í fue con dedos, pies, mano , cabezas, fragmento de rostro , como parte más expresivas de la forma. Se atendió a las ugerencia de la fonna existente para que isualmente e integrasen en continuidad todos los elementos. o se efectuó ningún cambio, ni de concepto ni de detalle. E así como merece e pecial mención la labor escultórica llevada a cabo en e_ tos grupos monumen­tale , tanto por u minucio idad como por la mano de obra empleada. El equipo de trabajo en obra estuvo coordinado por el arquitecto Gabriel Salazar, el restaurador Miguel Angel A brego y el escultor Alejandro Moral e ; contamos además con la abia ase oría del arquitecto Ramón M. Bonfil y del químico Luis Torres.

Lo tres grandes tragaluces del inmueble fueron originalmen­te de bloques de vidrio de 30x30x 1 O centímetros, sostenidos por una cuadrícula metálica que forma parte de la estructura ge­neral. Muchos de lo vidrios estaban roto y la gruesa lámina e tructural degradada en capas por la oxidación; la piezas de madera en que apoyaron lo bloque también e hallaban en mala condiciones. Fue necesario retirar toda la pieza de vi­drio, ya estuviesen entera o rota ; e adquirieron las piezas nece arias para completar el tragaluz de la fachada norte, mientras que en las otra do e substituyó el material por vidrio plano, ante la imposibi lidad de adquirir material como el origi­nal. La limpieza del soporte metálico e realizó con discos de abrasi o y con la aplicación de chorro de arena a presión, para aplicar inmediatamente antioxidante y pintura de acaba­do. Para fijar los vidrio plano de ub titución al nivel de acabado se soldaron ángulos de hierro a la distancia requerida de la uperficie, enseguida fue colocado el vidrio con m a tique y un doble sello exterior. El mismo acabado se proporcionó a los bloques originale .

Las cuatro placa de bronce de lo reyes mexicas y el águila superior también estaban pintada , como protección de emer­gencia co11tra la intemperie. El criterio de re tauración con i ·tió en destacar la calidad de lo metale , su colorido y pátina naturales y protegerlos con bamiz que será nece ario revi ar y renovar periódicamente, dado que hasta cie11o punto on impre­visibles los efecto de la polución atmo férica y de la lluvia ácida en un lugar con la contaminación de la Ciudad de México.

Por la magnitud del águila y la expo ición al calor del sol, obre todo en la parte superior de la ab y del cuerpo del ave, la contracciones y dilataciones de la lámina de cobre on con-

Page 100: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

99

Page 101: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

siderables y actúan constantemente sobre la líneas de ensam­ble de las piezas con que está construida; se aplicó sobre dichas juntas, material elástico con objeto de que absorba los movi­mientos diferenciale entre las diferentes placas. El grupo del águila con la serpiente sobre el nopal había perdido algunas partes, como son dos pencas del nopal y la cabeza de la serpiente. Fueron rehechas con lámina de cobre con un proce­dimiento de martillado a fuego, sobre c·imbras de concreto armado; estas últimas fueron extraída de modelados previos en plastilina y yeso que permitieron corregir las formas y adecuarlas a las existentes, y definir los procedimientos de fijación al resto de la estructura. Datos estos que dejamos consignados como testimonio necesario en este género de intervencione .

En agosto de 1992 habían sido retiradas del monumento las cuatro placas de bronce de Jesús F. Contreras para acarles duplicado que quedaron instalados en el recientemente crea­do Museo Militar, situado en la calle de Tacuba y Filomeno Mata, en la antigua capilla del convento de Betlemitas. Las

100

grande placas pueden verse desde la calle. Ciertamente que los relieves serán mejor apreciado en su nuevo de tino.

In istimos en que el bello conjunto upcrior debe reinstalarse en otro lugar, aunque no a la intemperie. o es posible que nadie que no haya subido hasta el águila pueda imaginar la calidad de la e cultura, en su forma y en su excepcional elaboración; es, ademá , el símbolo de México. Mientra tanto tendremos que contentamos con las fotografia que aquí presentamos que, aunque se tomaron de cerca, no son má que un pálido reflejo dd original. Y el original seguirá iendo como hasta ahora, silueta a la distancia.

Un buen lugar parn ella sería aquel que permitiera verla desde arriba y de de abajo para apreciarla cabalmente, y mejor que un museo sería un espacio público, concurrido y techado. Podría quedar muy bien dentro de buena arquitectura moderna, siempre y cuando se recuerde que toda obra de arte condiciona un espacio estético a u alrededor que puede realzarla si e tá bien logrado, o puede anularla en caso contrario. Colocarla en el lugar adecuado sería una recuperación importante para la Ciudad de México. O

Page 102: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

101

Page 103: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

informe del estudio realizado a los tres remates de la fachada poniente del edificio de la ex-aduana.

luís torres monte

l. DATOS GENERALES DEL PROBLEMA

ÜBRA: Ree tructuración y Re taurnción de la Secretaría de Educación Pública.

OBJETO DE ESTUDIO : Tre remates barroco de princi­pios del iglo XVIIl que coronan la fachada poniente del edificio de la antigua aduana, ituado en la calle de República de Bra ' il donde e aloja parte de la Secretaría de Educación Pública.

MOTIVO DEL ESTUDIO: El estado avanzado de dete­rioro que pre entan los remates, con decapado, corración ( ic), ero ión, suciedad superficial, etc., que han oca ionado pérdida parcial de nervaduras y otro e lemento labrados importan­tes, para dar un dictamen sobre el tratamiento de con erva­ción del material constructivo que lleve a la re tauración adecuada de los remates.

1.1. ANTECEDENTES A solicitud de los arquitecto Ramón Bonfil Castro y Carlos Martínez Hortigosa, responsables de e tablecer lo criterio. de restauración del edificio de la ex-aduana por parte de ICONSA e INAH respectivamente, se realiza el siguien te estudio para dictaminar sobre la condición de lo tre remates de la fachada poniente del edificio, de acuerdo a las iguicntes instrucciones anotadas en la bitácora de la obra. 1.1.1 . Caracterización del material con tructivo (identifica­ción tipológica). 1.1 .2. Descripción del objeto de estudio.

102

1. 1.3. E tudios del medio ambiente donde se ubican los objeto . 1.1.4. Examen mega cópico y me o cópico (a simple vi~ta y mediano aumento) del objeto. 1.1.5. Diagnóstico. 1. 1.6. Tratamiento técnico con especificaciones para el ca o. 1. 1.7 . Supervisión d 1 tratamiento técnico.

Para lograr este objetivo e ha efectuado el e tudio detalla­do de los tre remate durante los días 24, 26, 27 y 28 Je di­ciembre. Se procede a la redacción del pre ente informe lo día 28 al31 de diciembre y del2 al 8 de enero. Se entrega el pre ente informe con carácter de preliminar al tratamiento, en virtud que puede ervir para la realización del mi . mo.

Se ha tomado un registro fotográfico tan completo como e po ible, para documentar el e tado de con ervación de lo tres remates. Lo negativo están a di posición de lo intere­ado para sacar copias.

2. DESCRIPCIÓN DE LOS REMATES Los remates se nomhran izquierdo, central y derecho en relación a un observador ituado de frente al edifico, y la de cripción de los e lemento emplea la mi ma convención de citar la parte en relación al observador, de manera que el remate izquierdo e el que está al norte y el derecho e locali za hacia el ur del edificio.

Los remates izquierdo y derecho on prácticamente idénti­cos, constan de do frontone quebrado , uno inferior recto y otro uperior curvo que enmarcan un tablero centra l donde e encuentran motivo decorativos, limitado a lo lados por uno roleo encillo. pero de nervadura grue a, que terminan en la

Page 104: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

parte inferior en una espiral completa, mientras la parte superior está formada por una voluta simple y pequeña. A cada lado del remate se encuentran sendos florones . Los roleos de ambos remates se encuentran restaurados en "piedra plástica" e color muy claro y, tomando en consideración lo encillo de

la nervadura que los forma, podemos asumir que es dudoso ean copia del motivo original.

El remate central es una especie de "rosetón" decorado con guirnaldas, rosetas y roleos, y tiene al centro un reloj de sol en mármol , donde se ve la ombra, a causa de suciedad di­ferencial , de un águi la; los números están labrado en el már­mol y se han incrustado con una argamasa blanca. Este remate no está flanqueado por florones, sino que tiene do de los pi­náculos normales que sirven de remate al resto de la superfi-ie superior de la pared. Ambos pináculos están restaurados

en "piedra plástica" .

. l. De cripción del remate izquierdo La comisa del frontón recto, situada en la parte inferior del re­mate, mide en su parte más ancha 5 .O m y el remate tiene una altura total aproximada de 3.76 m, desde la parte inferior de la comisa del frontón bajo, hasta la parte superior del frontón alto. El ancho del retablo central es de 2.12 metro , pero en la parte 'inferior se abre hasta unos 2.51 metros. El frontón inferiores recto, quebrado con aleros diagonales de 1.65 m de largo aproximado.

En la parte central del tablero, sobre una peana de nubes bajo un do el de donde caen unas tela a forma de pabellón,

que están sostenida en cada flanco por un ángel alado, se encuentra la representación del Señor San José con el Niño Jesús y báculo florecido. El Niño Jesús toma al Señor San José con su mano derecha y con la otra ostiene las guirnaldas laterales que descienden de la cintura de los ángeles, estando ésta formadas por flores y roleo que se continúan hasta la arte inferior, abajo de la peana de nubes, y que en el centro,

justamente bajo la peana, dan lugar a la formación de un nudo o concha. Toda la escena queda enmarcada por el dosel , el pabellón de telas, las guirnaldas y la concha, e tan do apoyada en u parte inferior en un friso de media caña. Se anota que considerando la e tatura humana media en la época de talla de este remate, el Señor San José y el Niño están repre enta­do de tamaño natural , pues San Jo é mide 1.53 m, estatura muy cercana a la media de la época.

El frontón uperior es curvo y abierto, con u alero uperiore en forma de cuartos de círculo casi perfecto, con un

radio de giro de 0.7 m. Bajo cada cuarto de círculo hay media valva dt concha, formada con siete u ocho acanaladuras. En el campo central del frontón hay un e pací o vacío que tiene alcen­tro una perforación de sección cuadrada, dando la impresión de que se trata de una caja donde se introducía la espiga de algún elemento iconográfico o decorativo faltante, quizás trabajado originalmente en piedra.

2.2. De cripción del remate central El remate central es un rosetón que ti ene en la parte media un reloj del sol. El material de la placa del reloj de sol e mármol

Arriba: Remate izquierdo, detalle: angel sexado ( izq). E d. ex-aduana. Fachada poniente calle república de Brasil SEP, 27 de diciembre del991. Abajo: Remate i-:_quierdo Ex-aduana SEP, fachada de la calle central, diciembre del991 . Foto del Arq. Ramón Bonfll.

103

Page 105: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Remate izquierdo. Detalle: parte inf. i~q. de la Guirnalda, nube de la base. Ed. ex-aduana SEP. Fachada poniente calle República de Brasil, 27 de diciembre de 1991.

Remate i;;quierdo. Detalle: parte superior del roleo derecho. Ed. ex-aduana SEP. Fachada poniente calle Reptíblica de Brasil, 27 de diciembre de 1991.

Remate izquierdo. Vista posterior. Ed. ex­aduana, SEP. Fachada poniente calle República de Brasil, 27 de diciembre de 1991 .

Page 106: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

blanco, por lo cual re alta del re to del monumento, cuyo material constructivo e color gris amarillento o rojizo. El ro­setón está descansando obre una peana que con. ta de una cor­nisa de si lueta compue taque tiene en la parte superior un friso escalonado de cinco grada , en las cuale se po ando ángel e que a manera de portaestandnrte ll evan en us manos el bor-de circular de la moldura que enmarca al reloj de sol. El remate mide en <;u parte más ancha 1.96 m y tiene una altura de 2.23 m a partir de la corni a media de la peana, que sumada a la parte inferior de é ta da una altura total aproximada de 3.04 m. La peana, in contar los frisos escalonado upcriores, mide 0.81 m de altura desde su base, y tiene un ancho máximo de 2.26 a la altura de la cornisa. La base de la peana con ta de do cuerpo . El menor, más hacia el frente, mide 1.25 m de largo, El otro se encuentra remetido en ángulo recto y mide en su base 1.76 m; e abre en línea curva hacia aiTiba hasta el máximo largo de la

cornisa media. El reloj tiene grabado · los números y e tán incrustados con

una pa ta blanca que los hace muy notables a la vista. Se ob­serva que lo dígitos ólo incluyen aquellos que por la orienta­ción de la fachada hacia el poniente, se ría po ible leer, pue. las horas anteriores a la doce del día no arrojarían ombra con esa orientación. Se ob erva con mucha claridad la silueta de un águila, que e marca en el mármol acausade una suciedau dife­rencial , pues por cierto tiempo tuvo sobre la uperficie meno sucia, la obrepo ición, posiblemente en metal , del e cu­do nacional.

Sentados sobre los friso uperiore de la peana e encuen­tran do infantes. Quizás do ángele , aunque no están alado , que so tienen con la mano opuesta aliado al que e encuentran, a la media caña del 'enmarcado circular" que tiene el reloj de ol, mientras que con la otra mano sostienen la manta que ama­

nera de vestido, de cansa sobre u regazo y se enreda hacia la e palda. Atrá de cada uno de lo infantes, está una especie de poste o asta de sección circular, que se eleva ha ta la parte uperior de la roseta, en la cual se enredan hojas y flores, que

termina en la parte uperior en una espiral que e enro ca ha­cia el centro, habiendo en el espacio que queda entre las espirales, el ro tro de un' querubín". Alrededor del reloj de sol, formando un arco que se inicia a partir de la cabeza de los infante , sale unaguirnaldade flore . Asimi mo, abajod la cara y e piral es de la parte uperior, y sobre el arco de flore descrito, e encuentra una guirnalda con espirales floreadas. Hacia el lado

externo de las espirales superiore , exi ten enda rosetas y bajo ellas, a e palda de los ángele hay guirnalda y roleos floreado · descendentes.

En la parte media superior del rosetón, sobre la cara del que­rubín , hay un remate que no puede apreciarse perfectamente desde lo andamios, pero que parece un florón en miniatura.

2.3. De ·cripción del remate derecho El remate derecho tiene una forma general idéntica al de la iz­quierda, con medidas ligeramente diferentes, pero con el fron­tón curvo uperior más peraltado, de manera que en vez de cuarto de círculo, los alero on cuarto de elip e, pues la

Remate central. Ed. ex-aduana SEP. Fachada poniente calle República de Brasil, diciembre de 1991.

Remate central. Detalle Guirnalda izq. Ed. ex-aduana SEP. Fachada poniente calle República de Brasil, 28 de diciembre de 1991.

105

Page 107: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Remate central. Detalle: pináculo de rcdio. Ed. ex-aduana SEP. Facluuia poniente calle República de Brasil, 28 de diciembre de 1991.

Remate central. Detalle: reloj de sol. Ed. ex-aduana SEP. Fachada poniente calle República de Brasil, 28 de diciembre de 1991.

Página 107 Arriba: Remate derecho. Ed ex-aduana SEP. Fachada de la calle de Brasil, diciembre de 1991. Foto del Arq. Ramón Bonfil. 1 Abajo: Remate derecho . Detalle: parte inf alero izq. hidrólisis y grietas. Ed. ex­aduana SEP. Fachada poniente, 28 de diciembre de 1991 .

106

altura es de 0.93 m mientras que la base del arco es de 0.70 m. Otra diferencia notable es que el tablero es liso y no tiene ninguna escena labrada, posiblemente a causa de haber ido eliminada en el pasado. La descripción del do el, pabellón, guirnaldas y concha que enmarcan al tablero central e idéntica a la exi tente en el remate del norte, pero la parte central del tablero no tiene la repre entación de escena alguna. La imi­litud del marco de guirnalda , con las del tablero izquierdo sugiere por si metría, que en el derecho í debió exi tir otra escena religiosa que fue raspada.

La medidas son ligeramente diferentes a las del otro remate, teniendo un largo a la altura de la corni a mayor del frontón recto de 5.18 m y 2.66 m en la abertura de los aleros inclinados, teniendo una altura total de 3.66 m. La principal di­ferencia con el alero izquierdo consiste en el mayor peralte del frontón superior curvo, donde, con el fin de compensar la for­ma del sector oval , las nervad uras radiales de la valva on sólo 5 y e curvan en vez de ser recta. , siendo esta curvatura muy notable en la valva del lado izquierdo. Se nota también que la concha se encuentra obre un campo Ji ·o que ha sido resanado completamente con " piedra plástica" y la acanaladura y nervadura inferiores de la concha del lado derecho on también reposicione en "piedra plástica". El campo entre las conchas presenta un resane completo con argamasa blanca y no mue tra resto del material con ·tructivo origi nal, ni hay evidencia del posible e lemento que pudiera haberse encontra­do en esa área.

El enmarcado que hace e l relieve labrado de dose l, pabe­llón, guirnaldas, roleos y la concha inferior es idéntico al del remate izquierdo, pero se encuentra más degradado. También ex isten en los vérti ·e superiores los ánge les que so tienen el pabellón y las gu irnaldas, pero ésto no e encuentran alados en cambio, e l ánge l izquierdo e tá exuado y hay cierta ev idencia para deduci r que el ánge l derecho también lo estuvo.

Se ob ervan sobre la parte li sn del tablero muchas rayaduras, que apoyan la suposición que el motivo ex istente ori gi nal fue eliminado. Los tres sillare inferiores, y el illar superior central abajo del do el, on de color amarillento y de tamaño mayor a los otros sillares del remate, que on más pequeño y de color grisáceo. E to hace suponer que e to sillares y las guirnaldas, que se encuentran muy degradadas, pertenecen a diferente época.

2.4. Descripción del material constructivo En general se ob ervan cinco diferente materiales con tructivos:

1) La cantera, que tiene do variantes: 1 a) Cantera gris con menor grado de meteori smo y, 1 b) Cantera amarillenta, con mayor meteori zación. 2) El mármol de la placa del reloj de ol. 3) El mortero de junta y raj ueleado. 4) La piedra plá tica.

2.4.1 . La cantera es una piedra volcánica que tiene inclu-sione de fragmento ligeramente erosionados de otros materiales pétreos, ptincipalrnente de ba. alto negro. Es una piedra cris-

Page 108: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

talina de grano fino, de color gris amarillento que caracteriza a la ande itacristalina con inclusiones de fragmento li­geramente ero ionado de una roca volcánica con alto conte­nido de mineraJe ferromagne ianos; hay también inclusión de otros materiales pero son meno notable y abundante .

E ta de cripción sugiere que la piedra procede de las can­tera d.: la zona de los Remedios del Municipio de Naucalpan, conocida como piedra Chiluca por proceder de la cantera a. í llamada pero que ahora se ha agotado. En la actualidad, la piedra de Los Remedios, procede de do cantera activa . E tas Lre canteras e localizan dentro de una mi ma formación geológica, aunque la caracterí tica de cada manto on lige­ramente diferente . La canteras en expl tación on Echegaray y el Púlpito del Diablo. En la actualidad la piedra procedente del Púlpito del Diablo tiene inclusiones finas, de 1 a 3 mm, de minerales ferromagne iano , mientra que la piedra de Eche­garay no las presenta y es má amarillenta. 2.4.1.1. Una de la variantes de la piedra de con trucción de los remate , pre ente principalmente en el remate izquierdo, tie­ne lo fragmento incluido de tamaño que varía entre 5 ó 6 cm. lo má grandes, y entre 1 y 2 mm, para la inclu iones má finas . Podría el a ificar. e como una andesita cristalina, pues a pesar de la inclu ione no tiene veteado ni la evidencia vi ual de tratar e de una tova, o ea que no e una roca sedi­mentaria piroclástica, siendo muy parecida a lo canto que proceden de la cantera del Púlpito del Diablo. En comparación con la otra variante, éste e de color gri áceo y presenta un menor grado de deterioro.

107

Page 109: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

2.4.1 .2. La otra piedra, que está repre entada en algunos illares y en mucha de las piedras con labrado, e una piedra

de grano muy fino, con pequeña inclu ione de mineraJe fe­rromagne iano y de color amari llento, indicando un mayor grado de deterioro, iendo má parecida a lo actuule si li are que se obtienen de la cantera de Echegaray.

E ta piedra denota una mayor antigüedad y posiblemente es la que fue colocada en la construcción original, mientras que la piedra de. crita con an terioridad es posiblemente una piedra empleada en una restauración po terior. 2.4.2. El mármol de la placa del reloj de sol es de color blanco, e tá formado por un cri tal fi no muy blanco, y aparenta no tener veta o manchas de color negro. Su uperficie se encuentra muy sucia con mugre que con ta de polvo y hollín , se observa que e marca en forma diferencial en la fi gura de un águila,

ev idenciando que el tiempo de expo ición de e a superficie al medio ambien te fue diferente , por habe r e tado cu­bierto por una placa que tenía la forma de ese animal. 2.4.3. Los si li are se encuentran unidos con un mortero de cal que incluye en algunas juntas pequeñas piedras para hacer un rajueleado. Este material de rajueleado e· tezontle o en oca­siones resinto negro. No todas las junta incluyen estos fragmen­tos de piedra, indicando posiblemente que el junteo con dife­rentes morteros es de diferentes épocas. 2.4.4. Lo faltante a la piedra han ido resanados con un mortero a ba~e de cal, cemento y arena , de color muy blanco, diferentes al de la piedra. Se hace notable que la piedra aún en el caso de resane antiguo , y a pesar de la ucicdad acu­mulada por el pa o del ti empo, no llega a igualarse y confun­dir e con la piedra del material constructivo. E ta piedra plástica es más dura que la original, posee mucho menor poro idad que la piedra y mortero originales y en consecuencia, e degrada lentamente y por lo mismo se ensucia muy poco y

no llega a confundirse con la piedra antigua.

3. CONDICIQNES DEL AMBIENTE EN EL CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO La Ciudad de Ml!x ico ha sido e ludiada a profundidad y seco­nocen con mucha precisión las condiciones ambientales. En los estudio climáticos y de contaminación ambienta l efectuados por SEDUE y la UNAM, la Zona Metropolitana de la Ciudad de México se ha dividido en cinco regiones geográficas que son: 1) noroe te, 2) noreste, 3) centro, 4) suroeste, y 5) sureste.

El ed ificio de la ex-aduana se encuentra loca li zado en la re­gión centro de la zona metropolitana de la ciudad, en una parte de gran nctividad, pues está fre nte de la plaza de Santo Domin­go, que congrega un conjunto importante de imprentas y nego­cios de artícu los de oficina. La ca lle de República de Bra il, a donde da su fachada principal y la do ca lles que flanquean el edificio, on arterias de gran tráfico de vehícu los. A imismo, otras calles y aceras en los alrededores comparten la gran acti­vidad comercial del Centro Histórico, teniendo una densidad de población superior a los 14,000 habitantes /km2 (e l XI Censo General de Población y Vivienda de 1990 informa de una den­sidad de población de 12,379 habitantes /km2 para la zona me-

108

tropolitana). Durante las horas de acti vidad y por la naturaleza mi ma del edificio e realizan frente a sus fachada , con mucha frecuencia, concentracione humana de gran ugre ividad.

El centro de la Ciudad de Méx ico e locali za a 19" 24' de lati­tud norte y 99° 13' de longitud oeste del meridiano de Greenwich y tiene una altura obre el nivel medio del mar de 2,240 m. El clima de la ci udad se de cribe como templado de altura, con lluvia en verano, la precipitación media anual es de 672 mm. mientras que a causa de gran in. olación, ti ene de 100 a 200 día con ol, la evaporación media anual va ría entre los 965 y 191 O mm ., con una temperatura media de 14 "C, pero hay evi­dencia que durante los últimos 20 año ha ex istido notable tendencia a aumentar, siendo má correc to pen aren una tem­peratura med ia anual superior a los 15"C en el Centro Hi tóri­co. Durante la última parte del iglo XIX y la primera parte del iglo XX, la zona cercana al edi ficio, localizada hacia el norte

y ori ente del mi mo, tuvo importante de arrollo indu -trial y comercial, de manera que aunque si n alcanzar lo altos ni veles de contaminación actuales, el edificio ha estado expue lo, como otros edificios importantes del Centro Hi stórico, a diferentes forma de contaminac ión ambiental. Durante lo últimos años además ha desaparec ido la mayoría de las área ve rdes en el Centro Histórico.

El comportamiento diario de las variaciones de temperatura y humedad relati va a la ¡,temperie en la Ciudad de México, sigue un patrón carac terí ti co repetiti vo, ólo alterado a CatL.:

de la lluvias. El ciclo e guido por e to cambio es el siguiente: la temperatura máxima ocurre a medio día, entre las 12 y la 4 de la tarde, aunque la mayor parte de los máximos e tán entre 1 y 2, siendo los me. es más cálido mayo y junio, donde e al­canzan máx imas en tre 24 y 3 1 oc, aunque el verano suele alcanzar la · temper.tturas promedio má · altas. En la noche hay un enfriamiento progre ivo, existen mínimos hacia la 6 de la mañana. Lo me es de in vierno son los má fr ío , exi ·tiendo temperaturas máx imas de 15-16 ''C a medio día y mínima cercanas a oo en la madrugada.

La humedad relativa e tá ligada a e te ritmo pero con ma­ximos y mínimos invertidos, siendo las horas más seca entre mediodía y las 4 de la tarde y el momento más húmedo entre las 3 y 6 de la mañana. La humedad relati va se altera con la lluvia pero la · área no expue tasa la precipitación pluvia l directa pre­sentan en el invierno variac ión entre 50 y 100% y en el verano entre 15 y 60%. Cuando hay lluvia constantes, la humedad pre­senta valore constantes muy prolongados del orden del 70%, por24horasoaun tiempo mayores. El vcranoe la e tación más cálida y variable, mientra que el invierno e la más fría y e table. Los cambios extremo en un mi mo día on del orden de24-25 °C y 85-86%dehumedad. Ca i todas las noche de tem­porada de lluvias alcanzan 100% de humedad relativa (de agosto a septiembre), es decir se llega al punto de rocío y hay condensación de agua en la madrugada. La velocidad de variación de humedad es de más o menos 5%/hora.

Se estima que a cau a de la concentración de edificios y el hecho de e tar si tuada la ciudad en una cuenca cerrada, prácti­camente rodeada por montañas, la circulación del aire es

Page 110: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

e casa en el Centro Hi ·tórico, iendo la velocidad del viento de 8 km/hr la mayor parte del año. Estas característica hacen que In extinción de contaminantes sea extremadamente lenta. Además, por la frecuentes inversiones térmicas característi­cas de los me es fríos, e dificulta In extinción de los producto nocivos hacia la alta atmósfera, con el aumento de la concen­tración de contaminantes.

E' te informe pre enta los resultados de la contaminación de óxidos de nitrógeno (NO, 0

2, NxO), bióxido ele azufre (S0

2)

y partículas de sólido totales, cuando e di sponen de lo dato ·, hasta lo año de 1990. Se anotan también datos de lluvia ácida con u conductividad eléctrica.

Lo dato son extraídos principalmente de los artículos proporcionados por el Dr. Humberto Bravo y colaboradore , de la Sección de Contaminación Ambiental del Centro de Ciencias de la Atmó fera de la UNAM, del Reporte Interno de la M en C, lleana Vela co Ayala de la UAM Iztapalapa y del libro en prensa "E tudio de las condiciones climatológicas en el Museo Nacional de Antropología" de las restauradoras Ma. Olvido Moreno y Frida Montes ele Oca (la bibliografía . e incluye al final del informe). Se presenta la Tabla No. 1 de la conwminación atmosférica en la Ciudad de México en 1983, tomada de Bravo y Colaboradores ( 1987), para comparar con lo datos que e anotan más adelante.

Las pa11ículas suspendidas totale. en la zona centro de la ciudad pre en tan niveles medios, del orden de 100 a 250 J..lg/m3

anuale . Estos valores on tomados de la e tnción Museo de Mo­nitoreo de SEDUE, localizada en el centro de la ciudad. Se observa el iguiente patrón durante los últimos años: en 1974 aproximadamente 85 pg/m3 que superan la norma aceptada de 75 para que sea aire aceptable para la salud, hay un aumento progre ivo hasta 1979, donde el valor anual alcanza valore · de 240 J..lg/m3 tomando valore variables durante 1980 a 1982, donde alcanzan un máximo de 270 J..lg/m3, mostrando una tendencia a la baja durante lo año. reciente , con concentracio-

Remate derecho. Detalle: bajo del florón derecho, piedras marcadas, ww muy degmdada. Ed. ex-aduana SEP. Fachada poniente a la calle de Brasil, 27 de diciembre de 1991.

Remate derecho. Detalle: florón derecho con resane. Ed. ex-aduana SEP. Fachada poniente calle República de Brasil, 27 de diciembre de 1991.

109

Page 111: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Tabla No.1 Problemática de la contaminación del aire en la zona metropolitana de la Ciudad de México, 1983 (Bravo: 1987, 2).

CONTAMINANTE FUENTES FIJAS Ton/año %

Partículas 141,000 16 Monóxido de Carbono 120,000 13 Hidrocarburos 140,000 16 Bióxido de Azufre 400,600 45 Oxidos de Nitrógeno 93,000 lO

894,000 19

nes del orden de 200 1Jg/m3, pero se mantienen arriba de la norma de calidad de aire. Se observa que las partículas su pendida tienen aumento notable de humo en el Centro Histórico.

Su efecto sobre los materiales de con trucción erá con­secuencia de su adherencia, siendo la partículas más peli­grosas el humo. En general, la porción que se precipita de estas par-tículas es de naturaleza alcalina, y la precipitación total mostrará en la lluvia una acidez menor si no se separa la precipitación seca. La región más contaminada es el noreste a causa del desecamiento del lago de Texcoco, pero se ob erva disminución por la recuperación de los espejos de agua, que ha producido abatimiento de contaminantes sóli­dos en la zona centro.

En la tabla No. 2 se presenta la compo ición de la lluvia ácida, utilizando los valores de la e tación de monitoreo del aeropuerto, que es la más cercana di ponible del Centro Histórico, publicadas en el trabajo citado de Bravo (1987, 12), actualizado hasta 1989 para la Ciudad Universitaria.

En la tabla mencionada, los valores que tienen la letra H se refieren a la precipitación húmeda, que no incluye las partícu­las que por lo general son de naturaleza alcalina y bajan la acidez; los valores con una T incluyen la precipitación total. Los datos anteriores a 1985 son de la precipitación total y dan menor acidez.

Las tendencias anuales de la contaminación de S02 muestran

máximos en los cuatrimestres de invierno, siendo nTás bajos los valores detectados en el verano. En la publicación de Bravo et. al. (1990:-135.4) se anota por cuatrimestres durante 1987-1988 en ppb (partes por billón) en doce estaciones de monitoreo de SEDUE.

Un análisis de la tabla No. 3 muestra que hay una concentra­ción important~ de so2 en la zona centro, pues las estacione de monitoreocercanas (Aeropuerto, Merced, la Villa, Azcapotzalco y Tacuba), arrojan valores elevados, y si consideramos que Xalostoc, localizado hacia el nore te del centro, tiene vientos con dirección dominante al suroeste, es de esperar una concen­tración elevada de este contaminante en el Centro Histórico. Sin emhnrgo, en virtud del cambio de combustible en la termoeléctrica del Valle de México y el cierre de la Refinería de Azcapotzalco, la concentración de compuestos de azufre ha disminuido su incremento anual.

110

FUENTES MOVILES TOTAL Ton/año % Ton/año %

12,800 0.3 153,800 3.0 3,600,000 89.0 3,720,000 75.0

385,000 9.5 525,000 11.0 11,000 0.3 411 ,600 8.0 39,000 0.9 132,000 3.0

4,047,800 81.0 4,942,400 100.0

Tabla No. 2

Año pH so=4 mg/Jt N0·3

mg/lt conductividad 1JÜhms·1/cm

1980 5.95 12.27 1.17 1981 5.86 9.10 2.13 1982 5.56 8.10 6.09 1983 5.24 5.06 2.91 1984 6.42 18.25 2.45 1985 6.44 18.25 3.01 75.04

datos para Ciudad Univer itaria 1987 4.43 H 5.50 H 2.3 H 37.70 H

5.50 T 16.40 T 4.5 T 23.50 T 1988 4.56 H 4.71 H 1.71 H 57.8 H

4.79 T 4.56 T 1.94 T 59.7 T 1989 4.67 H 7.45 H 2.51 H 37.4 H

4.94 T 6.97 T 2.91 T 38.3 T

La tendencia diaria de lo contaminantes muestra una di mi­nución nocturna, que e inicia desde la tarde hasta las 7 u 8 de la mañana, con incremento para llegar al máximo hacia medio­día. La contaminación está relacionada con la actividad de vehículo , con la temperatura y la radiación ultravioleta, pues el patrón muestra relación directa con la actividad humana y la insolación. Los más alto valores ocurren durante el invierno por la inver ión térmica, la falta de lluvias y de vientos.

Tabla No. 3 Sitio Invierno Primavera Verano Otoño Aeropuerto 40.3 34.3 35.0 40.0 Azcapotzalco 69.0 39.6 33.5 41.0 Iztapalapa 49.3 53.3 37.3 63.3 La Presa 41.0 32.3 20.0 37.6 La Villa 57.0 53 .0 38.6 54.6 Merced 44.3 42.3 52.3 67.3 Pedregal 50.3 34.6 23 .6 25.0 San Agustín 36.3 29.3 30.0 77.0 Tacuba 63.6 53 .3 61.6 67.6 Tlalnepantla 65 .3 51.0 54.3 60.6 Universidad 31.6 22.6 17.3 25 .0 Vallejo 69.6 47.3 29.0 35.0 Xalostoc 80.0 83 .0 26.0 67 .8

Page 112: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Se concluye que la contaminación sí repre enta un peligro para los materiales pétreo en el Centro Histórico, siendo más afectado por la lluvia ácida, el mármol. La piedra de Los Remedio (Echegaray, Chiluca y Púlpito del Diablo) es poco atacada, in embargo, la hidrólisis prc ente en los sillares más antiguos, indica que la lluvia ácida sí e tá tran formando con lentitud a lo feldespatos y los componentes ferromagne ianos, pues a causa de u alta porosidad (próxi ma al 16%) y permeabilidad, son accesible al agua de lluvia en forma moderada. Lo óxido de hierro e di uelven a un pH abajo de 5.6 y como puede ver e la lluvia tiene promedios inferiores a 5.0. El tezontle, el recinto y la piedra braza del pedregal on poco afectadas por las condiciones de la Ciudad de México.

4. EXÁMEN MEGASCÓPICO Y MESOSCÓPICO DE LOS REMATES Se efectuó un examen tan completo como fue posible de lo tre remate , tanto a simple vi ta como a 1 O aumento , para caracterizar lo problemas de deterioro pre ente en cada uno de sus elementos. Se hizo el levantamiento de esto deterioros y e efectuó la toma de fotografías de condición a color. En p1imer lugar se pre en tan cada uno de lo deterioros identificados, en punto apat1e se de criben lo deterioro presentes en cada uno de lo tres remate .

4.1. Co tra de suciedad con polvo y hollín Las superficie de talla original presentan una costra de color negro muy compacta, sobre la cual se ha depo itado polvo y ho­llín. La costra e una típica capa superficial de deterioro de la piedra, formada por una capa dura que se ha desarrollado por la disolución de los minerales cementante del núcleo, por ac­ción de la lluvia acidulada con ácido carbónico formado por la hidróli i del CO, armo férico di uelto, y que precipitan uperficiaimente d-urante la evaporación del agua. La costra

mide más o menos 1 mm de e pesor e incluye polvo y hollín de la contaminación sólida. Se local iza sobre casi toda , las su­perficies horizontale y sobre zona uperiores de la talla aunque é ta ean curva , a cau a de la depo ición del polvo y hollín y a que la in olación produce hacia arriba la evaporación del agua de lluvia.

4.2. Superficie de piedra corroída Mucha superficie verticales de la piedra labrada, obre todo aquellas de talla original antigua, pre entan la pérdida progre-iva de la co tra dura de crita en el punto anterior, quedando

entonces expuesta a la intemperie la superficie poco con i tente que ha perdido la costra superficial, con tendencia a la pulverización. La corro ·ión y pérdida de costra e produce por acción del viento, por la fuerza impul ora de la lluvia, por la tensión superficial del agua al evaporarse y por la pre ión que ejercen al cristalizar internamente los componente. oluble e hi­drolizados. Esta superficie pulverulenta y azucarada es muy de­leznable y está ufriendo un proceso con·o ivo, descrito como "corro ión" en la literatura hispana que produce pérdida progre-iva de material del núcleo y parte de la uperficie con talla

antigua.

4.3. Estallamiento Algunas áreas de la piedra, a causa de la cri. talización profunda de lo componente soluble que generan presiones internas, están sufriendo una eclosión o reventado que genera "grietas", "exfoliación o decapado" y "estallamiento" de la superficie y parte interna de la piedra. Este proce o se observa en alguna par-tes de la piedra antigua en contacto con la "piedra plástica" que se empleó en los re anes y reposiciones, pues a causa de haberse empleado cemento, este material es menos poroso y más duro y se protege a causa de la mayor friabilidad de la piedra original, que e la que se degrada.

4.4. Hidróli i La piedra más antiguas y las superficies inferiore de alero. , cornisas, etc., donde e acumula el agua de lluvia y e dificulta la evaporación de la mi ·ma por er uperficie protegidas del sol y el viento, e tán u friendo un proceso de hidrólisi de lo compo­nente con hierro (entre ellos los minerales de color negro que on de naturaleza ferromagnesiana). En el proceso la piedra se colorea de amarillo por la formación de limonita, iendo evidencia que hay un proceso de "limonitización", por tran formación durante la hidrólisi de los minerales con hierro, en arcillas limoníticas.

4.5. Disolución y arenización de mortero Lo morteros e tán ufriendo un procc o complejo de di olu­ción y areniznción por la reacción de los componente calcá­reo con la lluvia ácida, dejando la juntas expue ta a la acumulación de la humedad por e tar dejando hueco en las parte abiertas donde el material del mortero e ha perdido.

4.6 Causas del deterioro El deterioro es consecuencia ele los procesos naturale de hidrólisis acelerada por la presencia de lluvia ácida. No hay intluencia directa de la actividad vandálica del hombre, pero la actividad normal de la zona y el gran número de autotransportcs que circulan produciendo emanacione contaminante , son la principal cau a del deterioro, incluyendo también la vibra­ciones por temblare y circulación de ehículos que aceleran los desprendimient s del material con tructivo deleznable. En la actualidad la paloma no e tán pre entes porque han ido ahuyentadas por la pre. encía de los trabajadore , pero debemo asumir que muchos de lo procesos de corrosión e hidrólisis han sido a i ·tidos por los excremento y deyeccione de esto volátile , que ahora e encuentran en otros edificio vecino . No e notan procesos importantes de biodeterioro, aunque se puede

a umirqueacau aclelacontaminacióncon azufre, las tiobacterias deben e tar colaborando a los proceso químicos. Se pudo identificar en uno de lo remate la pre encia de líquene de lo géneros crusto a, pero é to microorganismos no se de arrollan en zona contaminadas con compuestos de azufre.

5. CONDICIÓN DE LOS REMATES A continuación e de cribe con brevedad el deterioro encon­trado en cada uno de los remates iguiendo con la convención de descripción anotada al principio de e te informe.

111

Page 113: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

5.1. Condición del remate izqu ierdo El remate izquierdo o norte presenta en general buena condi ­ción, preservando gran cantidad del relieve que e encuentra en el tablero central. Podemos anotar lo siguiente deterioro :

Faltantes : Los roleos laterale. del tablero central, que han sido resanado ; toda la uperfic ie po terior, también re anada, nervadura y acanaladu ras de la concha izquierda , las tre infe­riores se encuentran totalmente perdidas; part de la acanaladura y nervadura de la valva izquierda, algunas de las nervadura están re anadas; parte del brazo izquierdo y el pecho del ángel izquierdo; parte derecha del tablero central , abarcando parte de la caja o perforación.

Pátina o costra negra : Dosel y pa11e del pube llón y guir­nalda en la parte uperior hori zontal; frontón superior, in inc lu ir la concha ; aleros del front ' n inferior en . u parte u­perior; floronc ; parte uperiore de la guirnalda y roleos; áreas en bajorrelieve de ambos per onaje ,

Corrosión : Cara y cuerpo del eñor San Jo é y el iño, muy notable en us cara y cuerpo , sobre los vestidos · superficies verticale de la guirna lda en sus tramos de cendcntes· cara y parte de lo cuerpos dt: lo ángeles; amba concha ; la concha inferior y la gui rnalda en su parte horizontal inferior. Se ob erva en la cara del iño un retoque rec iente para re altar las faccione de la cara que presentan pérdida importante por la corrosión.

Estallamientos: Decapado en la partesuperiordcltablerodel frontón curvo, cerca de la concha derecha, parte superior del ro­leo derecho, incluyendo grieta, re ane y parte del núcleo del remate, brazo izquierdo del ángel ; moldura inferior del do el.

Hidrólisis: Notable en la molduras inferiore de lo alero del frontón recto, distribuido en ca i toda la talla dd tablero, obre la partes inferiore protegidas del sol y la lluvia,

florone ·, alguna. moldura de lo frontone y u aleros . Grietas: En las unione de los roleo re anados con el table­

ro central , sobre todo en el lado izquierdo, parte uperior del ro­leo derecho; grietas en las moldura de ambo alero del frontón inferior.

Pérdida de mortero en las juntas : Generalizando en el ta­blero central y en sus tallas; muy notable en los vertidos dd Ni­ño y del Señor San José, sobre la cara de ángel derecho y de San Jo é y en el empotre de los florones.

5.2. Condición del remate central Faltan/es : El remate central presenta muy pocos faltantc , e encuentra muy completo, lo. pináculo laterale on totalmen­te resanado , lo mi smo que la parte po terior del remate; hay fa ltante importante de la cornisa media de la peana, el ángulo del primer cuerpo de la cornisa en el lado derecho; presenta tre perforacione rectangulare en la primera moldura uperior de la peana, e paciada unos 40 cm; pérdida por estall amiento en la moldura uperior izquierda, en la parte inferior de !aju nta, faltante en el roleo uperior derecho e izqui rdos.

Pátina o costra negra: La co tra negra e tá muy generalizada, salvo en las partes perdidas y en la ección inferior de la peana, la placa de mármol presenta uciedad pero no tiene la costra negra.

112

Corrosión : La corrosión e muy esca a en la superficie la­brada a causa de la existencia de la co 'Ira, que aunque presenta en la tall a del florón un a pecto negruzco ha protegido a la u­perficie. Sólo e observa e te proceso en alguno de los faltan­te anotados en la guirnalda, espirales y rosetas ya anotados; e tá presente en la parte inferior de la peana que no tiene costra negra.

Estallamientos : En la ari ta derecha del primer cuerpo de la peana, en la roseta superiores derecha e izquierda, en In e piral superi or derecha e izquierda y en el remate central uperior del ro etón pequeño e tallamientos en la cabeza dd querubín, e -tallamiento menores en la ba e de la peana; pequeño e tallamientos y ero iones en alguno deta lle de los role guirna ldas y hoja de la guirna lda.

Hidrólisis : La hidrólisis e generali zada en todos lo si lla­re , pero a causa de la pátina negra y a la acción protectora de ésta. o hay gran tran formación química de lo mineraJe constitutivos de la roca; e ob erva con claridad en la parte inferior de la peana.

Grietas: Son esca as ; se observa entre algunos illare que han perdido el cementante y a cau a de Yibracione , pero sin rotura de piedra ; existe una separación importante entre la cornisa media y el primer cuerpo inferior de la peana; hay una grieta importante en la junta vertical entre los do · primero sillare derechos de la ba e de la peana.

Pérdida de mortero enlasjrmtas: E te remate pre enta una mayor parte de pérdida de mortero, posiblemente porque e el que ha sido menos intervenido en el pa ado y no se efectuó en re tauracione anteriores ningún rajueleo o rejunte. La pérditla de junta se ob erva con frecuencia en Jugare donde hay e tallamiento, decapado o pérdida de talla ; e ta pérdida e ob ervan también en la tres pieza de la laja de m{trmol del reloj de ol.

5.3. Condición del remate derecho Faltantes: Los dos roleo latera le del frontón central y la parte po tcrior que e encuentran totalmente resanado ; parte cen­tral del fron tón curvo upe rior, también resanada, así como la áreas li sa alrededor de las do alva ; tela del pabe llón en

aria porcione , on re ane en piedra plástica parte inferior del marco de guirnaldas, . obre todo en la porción horizontal y en la concha inferior· pérdidas de parte importante de los florones , con resane , faltan te en la moldura inferiore · de ambos alero del frontón recto; pérdida menores en mucha parte del enmarcado de guirnaldas, en hojas, flore y roleo .

Pátina o costra negra : La co tra negra está pre ente en la mayor parte de las superficie plana o curva de l remate prin­cipalmente aque lla · que e tán orientada hacia arriba, como la uperficie uperior de alero y corni ·as de ambos fron tones, ta­

ll a uperior de la guirnalda , y en casi roda la parte exi rente de los flo rones.

Corrosión : Se pre ·enta en la ba e de lo fl orone y en otra parte de lo mi smo obre la superficie ve rti ca l de la talla de la guirna lda y la concha en el travesaño inferior de la mi ma y en la moldura inferiores de los alero del fron tón inferior.

Page 114: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Esta/lamientos : Sobre la parte inferior de la guirnalda , con grie tas, faltante , decapado, corrosión y eclo ión impor­tante, posibleme nte asi ti da por la pre. encía de un resane an terior muy duro que propició la ec losión de alguna porcione de la gu irnalda. Las mo lduras inferiores de lo aleros de! fro ntón rec to, parte de amba va lvas en las concha del frontón superior.

Hidrólisis : La hidróli si e tá pre en te en forma notab le en la moldura inferiores de los e lementos uperiores del frontón recto, y en los tre ·illares descritos anteri ormente; se observa asi mi smo en va ri a de las porcione má degradadas de lo tloreos de l marco de guirnalda.

Grietas : En ambo aleros recto de l frontón inferior, pero on muy importantes en e l e lemento horizon tal inferior de la guirna lda que enmarca e l tablero central , donde hay varios frag mentos de talla a punto de desprenderse, existien­do incluso algunos fragme ntos de hojas o flores que ya se han de prendido.

Faltantes de mortero en lasjuntas: Posiblemente por haber ido intervenido en época relativamente reciente, e te remate

presenta muy poca pérdida de mortero en la juntas, iendo notables é ·tas en la uperfície inclinada de los miembro superiores del frontón recto .

Otros deterioros : Este remate presenta una mancha y una e­ríe de perforacione abajo de la moldura que so tiene el marco de guirnalda; on cinco línea o curas horizontales, marcadas con suciedad de la contami nación y un conjunto de hile­ra inc linada de cinco perforaciones de clavo. Estos J eterioros se deben a una instalación eléctrica que tuvo e l remate en el pa­sado. En la cornisa del fron tón cu rvo existe en forma excepcio­nal la pre encía muy débil de líquenes del género cru tosa.

6. PROPUESTA DE TRATAMIENTO En virtud de l análi sis efectuado a los deterioros y problemas que presentan lo remates, que han sido de critos en lo dos punto anteriore , e recomienda la realización de las siguientes opera­cione para efectuar el tratamiento de esto remate : reemplazo de piedra muy degradada sin importancia decorativa o artística y que presenta un estado avanzado de deterioro, limpieza de la mugre sobre la pátina negra, rejunteado, e liminación de mate­rial deleznable obre parte a re anar, consolidación e hidrofuga­ción de la piedra, re ane e integración de faltantes.

6.1 El criterio para la remoción de los sillares y elementos degradados El criterio recomendado a eguir para e fectuar reemplazos por piedra nueva debe ser el iguiente: la piedra no debe tener parte de talla ni decoración labrada importante , deben ser si llares y/o e lementos de carga, separación o soporte, su e tado de deterioro hace más segura y es nec~.: sa ri o su reemplazo cuando los e lementos decorativo de tall a están tan degradados que ya no aportan nada al aspecto estético del elemento decorativo. La decisión debe ser tomada rápida­mente de común acuerdo entre lo arquitectos responsables de los criterio de re tauraci ón y e l uscrito.

6.2. Limpieza Se debe efectuar la limpieza de todas aquella uperfic ie de piedra que conservan co tra negra o pátina con uciedatl ; la limpieza debe er localizada, hecha por operario cuidado o y no debe tocar las área donde la costra negra e encuentre per­dida, pues en esas parte se encuentra expuesta la uperfície de­gradada, y la fricción de la limpieza provocaría la pérdida de porcione originales con talla y rel ieves importantes.

La limpieza se reali zará con una solución de un detergente no iónicd, un producto etoxilado de nonil fenol como elli apol N, agepón, tritón x 100, surfacpol , etc. empleando una concen­tración de 1 g/1 en agua de preferencia destilada. El procedi­miento a seguir será el siguiente:

1) Humectación de la uperficie a limpiar con el líquido de limpieza.

2) Humectación prolongada de la superficie a limpi ar, previniendo la evaporación por cubrir 1!1 área a limpiar con po­lietileno flexible , se deja el máximo tiempo que permite una jornada de trabajo.

3) Limpieza por acción mecánica con escobeta o cepi llo de ixtle o de raíz, se hace ólo la fricción requerida para la limpieza, y re tri ngiendo el trabajo mecánico a la zona con co tra negra.

4) El proceso se inicia en la parte uperior del remate, sin dejar secar hasta el momento en que se completa el frotado .

5) Enjuague lo más perfecto posible para eliminar al má­ximo los restos del detergente.

6.3 . Rejunteo Se recomienda la reali zación del rejunteo de la . iguiente manera:

1) Sólo . e procederá a la realización del rejunteado o rajue­leado de aquella juntas cuyo mortero se encuentre en mal estado.

2) Se removerá el máximo posible del mortero antiguo. 3) Se empleará un mortero blando aba e de cal, cemento y

arena, empleando piedra molida del mi mo tipo para ayudar a la igualación de l color en la junta con el resto de la piedra en el remate. Se recomienda una mezcla de partida para ajustar con­forme a las nece idades del trabajo de 8:2: 1, con cemento blanco y cal apagada.

4) Si e emplean fragmento de piedra para rajuelco, que ésta ea tezontle o recinto.

6.4. Remoción de piedra de leznable Cuando e tenga que efectuar la integrac ión de parte faltan te con piedra plá tica, obre porciones de piedra origi na l, e reco-

nda verificar si la uperfic ie tiene la solidez requerida para poder recibir, 1 re ane sin que u fragilidad facilite la caída del mi mo pero kniendo mucho cuidado de verificar que la remo­ción no está eliminando parte de talla importante; ésta debe consolidarse a toda co ta, fijar e con resina epóxica, pero no remover e. La remoción se detendrá cuando la piedra original mue tre suficien te re i tencia para recibir el resane.

6.5 . Consolidación e hidrofugación La piedra degradada debe consolidarse con una re in a de ilicón olegomérica, un iloxano tipo ilicato de eti lo (se recomienda

113

Page 115: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

en e pecialla marca Wacker), empleando el con olidante OH. Este se aplicará de la siguiente manera:

1) La piedra debe estar lo más seca posible y fría. 2) Se aplicará por escurrimiento desde la parte superior, o

por impregnación se cubre la parte a tratar con estopa impreg­nada del consolidante.

3) Se recomienda trabaj ar en la tarde o noche. 4) Se recomienda emplear el consolidante OH disuelto en

nafta al l Oó 15%. 5) Tomar precaucione extremas en contra del fuego pues el

consolidante, lo mismo que e l hidrofugante, on inflamable . 6) La aplicación Jel con olidante requiere que se cubra con

lámina flexible de polietileno, para prevenir la evaporación y aumentar la penetración.

7) Después de la aplicación del consolidante se deja com­pletar la reacción de hidrólisis del mismo, antes de aplicar el hidrofugante.

8) El hidrofugante recomendado es e l llamado Hidrofugante 290 de la compañía Wackcr; e aplicará siguiendo el mi. mo procedimiento que el recomendado para el consolidante.

6.6 Compensación de faltantes y fijado de fragmentos y grietas Para la integración de faltante e recomienda el empleo de piedra plástica iguiendo la ugerencia que se ha expresado pa­ra el mortero de resane.

Las grietas existentes de deben adherir con una resina epó­xica tixotrópica; e recomienda el producto colmasol de la Com­pañía SIKA. Inyectado o escurrido a partir de la abertura de la grieta. Para efectuar la inyección e efectuarán perforaciones de unos 5 mm de diámetro, espaciadas uno 40 cm si la abertura es grande; e coloca una fracción de tubo de plástico en el hueco,

114

dejando una saliente de .5 a 1 cm y se inyecta la resina con una aguja hipodérmica; e debe tener precaución extrema pue los escurrimientos de resina podrían er impo iblc de remover 111

dañar la piedra original. D

BIBLIOGRAFIA

'Bravo, H., A. R. Ca macho C ., F. Perrin G., l. Sahaved•·a, R. o a, R. Ton·es J . "Contaminación atmosférica en/a Ciudad de

México", trabajo presentado en el Tercer Encuentro de Conser­vadores· del Patrimonio Cultural, 17-23 de Octubre de 1987. Bravo, H., R. Sosa and R. Torre : "Study of the Horizontal Sulplwr Dioxicle Concentrar ion on the Metropolitan Zone of Mexico City" (en prensa), Pro eeclings of the 83rd Annual Meeting and Exhibition, Air and Waste Managements A s., Pittsburg, Pa, June 24-29, 1990. Bravo, H., G. Roy Cola R ., R . So a E ., R. Torre J. "Tendencia del problema de la contaminación atmosférica por o::.ono en/a wna sureste de la Ciudad de México", en Memoria VII Congreso Nacional: La ingeniería ambiental y la salud, Soc. Mex. de lng. Ambiental A. C. eptiembre 1990. Moreno G. María Olvido y Frida Montes de Oca: "Estudio de las condiciones climatológicas en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México" INAH (.::n pren a) 1990. Velasco Ayala , Ileana: 'Reporte Interno." lnnuencia de algu­nos factore del medio ambiente urbano en el deterioro de lo monumento hi tórico en !a Ciudad de México. Univer idad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa: Reimpre o 1991 .

Ciudad Satélite, Estado de México a 8 de enero de 1992.

Page 116: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

la conservación de argamasa en la capilla de "la conchita".

coral garcía valencia

E, barroco en argamasa1 fue una de las expre ion e regionales dd barroco me icano. Se caracteri za tanto por el tipo de orna­mentación como por el material con que e llevó a cabo y e si ngulariza por la decoración en relieve, cuya eje ución y tra­tamiento de formas se deben principalmente a la creatividad de arti ta indígena .

Este género lo constituyen la obras que adornan lo exterio­re de edificio : portada , arco atriale. , torres, fachada prin­cipales, etc.

No se ha preci ado el momento en que comienza a producirse el barroco en argamasa, ni el centro de irradiación de e ta expresión. Sin embargo, Guadalupe de la Torre comenta que "fue durante la primera mitad del iglo xvrr cuando se utilizó por primera vez y e alcanzó u mCu.imo de arrollo en el ·iglo iguiente".2

Re pecto a u posible relación con el barroco e pañol, Ma­nuel Tou aint con idera que alguno elemento decorativo fueron una herencia e pañola de tradición mu ulmana.3 Pero Marco Díaz, de ·pués de analizar vario ejemplo sevillano aclara que "todas [esas] obra . on tan per onales y diferenciada de lo mexicano que sólo se pueden \' incular por la profusión de­corativa que permite el material '. ~

La argama a e un material dúctil consti tuido por cal, arena y agua, a los que, eventualmente, se les agregaba fibra vege­tales. Una vez endurecido producía un material resistente a la intemperie, el cual era encalado y policromado.

Técnicamente, e trabajó tanto por modelado, obre un nú­cleo de piedra, madera o ladri llo, como por moldeado, para motivos repetiti vo . En cuanto a u factura, lo relieve produ-

cid os variaban en u espesor por lo cual, Guadal u pe de la Torre lo ha cla ificado en tre tipo .5

1) El relieve que apena. sobre ale del paño y que utiliza forma menuda y delicada .

2) El relieve de mayor volumen pero plano. 3) El relie e de volúmene muy obre aliente y entrante

muy pronunciada , de perfile redondeado y carno o y de al­ta calidad de modelado.

Lo relieve del barroco en argama a on todos de autor anóni mo. Sus creadore ·"concibieron obras que reflejaban sus predileccione devocionale , u gusto por la exhuberancia for­mal y su peculiar entido del color, obrando con entera libertad artí tica. Al realizar su trabajo, la fanta ía de los arti ·ta e dejó llevar in cortapi a por una e pontánea elección de forma naturale y simbólica del repertorio barroco. Además, e inspiraron en modelo de obra urbana , tomando de ella elemento formal e que re interpretaron y pla maron con liber­tad, ceñido o no a las norma artí tica . A í, en mucho itios encontramo monumentos excepcionale y capricho o , pro­ducto de una libertad e ingenuidad carente de principio , que se permitió olucione formaJe de gran originalidad".6

' Gundalupe de la Torre, "El barroco en argamasa", pp. 'J':J'L-'Jf:J 1. 2 Ibídem, p. 953. 3 Ibídem, p. 954. 4 Marco Díaz, Arquitectura religiosa en Atlixco, p. 91 . 5 Torre, op. cit. , p. 954. 6 Ibídem, p. 953.

115

Page 117: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María
Page 118: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

La decoración en argamasa fue acogida con entusiasmo en varias regiones de la Nueva España y aplicada tanto obre edi­ficios civi le como religio o . En e l Estado de México, el Valle de Texcoco e uno de lo centros donde la argamasa fue una constante. El relieve en este material es la nota más popular de la arquitectura texcocana.7 Ejemplo de ello son: los arco atriales de Texompan y Papalotla, la portada de la Trinidad y la de la capilla de San Felipe.

En el e tado de More lo la monumental fachada del santuario de Jesús Nazareno en Tepalzingo es un e. pléndido repre en­tante. En la Sierra Gorda de Querétaro los templos franciscanos de Conca, Tilaco, Jalpan, Tancoyol y Landa presentan magní­fica portada de este género.

En la región poblana e encuentra otro de los centros má importante del barroco en argamasa. En Zacapechpan, munici ­pio de Cholula, e localiza un ejemplar, al parecer único, en cu­ya portada e combinaron la pintura mural y el relieve en argamasa. La ciudad de Atlixco8 contiene uno de los conjuntos más interesante de templos decorado con argamasa como la capilla de la Tercera Orden y el templo de la Maced.

En el e tado de Tlaxcala, la obra más importante es e l san­tuario de la Virgen de Ocotlán, en la ciudad capital. En el de Veracruz, e l de Santa Gertrudis en Orizaba. En Chiapa., Santo Domingo en San Cristóbal de las Ca as.

En e l Distrito Federa l, en la zona ur, encontramo vario ejemplos de arquitectura civi l con fachadas decorada con ar­gamasa. En e ll a el e lemento ornamental que predomina es la ajaraca9 y las podemo ob ervar tanto en San Angel como en Coyoacán. En cuanto a arquitectura religio a, tenemos las por­tadas del templo de la Magdalena Contreras y la capilla de la Concepción en Coyoacán, mejor conocida por "La Conchita", ambas de factu ra y diseño muy semejante .

En el edificio de "La Conchita" lo relieve en argama a están pre ente tanto en la portada como en las cuatro cara. ex­teriores de las torres y una pequeña sección de l muro testero. Como típica decoración del siglo XVIII, e tá constituida por diverso tipo de e lementos forma les, entre los que e encuen­tran los mixtilíneos , los quebrados y lo figurativos. Los mixti­líneos conforman ajaracas en la portada; los quebrado , e tría zigzaguean te en la jambas de las torre , y los figurativo los encontramos como flores di ver as, roleos vegeta le , querubines, anagramas y representaciones ast rale . En la portada, con ex­cepción de lo e lemento. quebrado se conjugan todo estos tipo · de elementos forma le , los cuales e encuentran domina­do bajo la fuerte pre encía de dos grandes oportes e típites.

Técnicamente, en la decoración de e ta capi ll a encontramo argama~a trabajada tanto por modelado como por moldeado. La moldeada e tá presente en los elementos repetitivos, como las ajaraca de lo paño latera les de la portada o las estría de las torre . La moldeada la observamos en la decoración fitomorfa de las en juntas del arco ele ingre o o las estípites, a í como en el conjunto de anagramas del muro testero. Todo e te trabajo de argama a se encontraba, originalmente, encalado y policromado en azul , ocre y rojo, predominando e te último. Policromía de la cual sólo se con ervan algunos re to .

Página 116 Arriba izquierda: Capilla de la concepción. Foto tomada por Kahlo 1930 (más o menos). 1 Arriba derecha: Fachada principal. Estado antes de la conser1•ación. 1 Abajo i::.quierda: Fachada principal en proceso de conservación. 1 Abajo derecha: Fachada principal. Ajacaras en argamasa. Proceso: aplicación del consolidan/e por aspersión

Página 117 Arriba: Fachada principal. Detalle de Ajaraca al fado i::.q. del entablamento de/nicho. Estado antes del proceso. 1 Abajo: Fachada principal. Ajaracas en argamasa. Proceso: Ribeteo y resanado de lagunas.

7 Raú l Flores Guerrero, "El barroco popular en Texcoco", p. 39. 8 Dfaz, op. cit., pp. 91-93. 9 AJARACA, "del árabe al-saraka: el lazo. Decoración de líneas laza­

da y norone . Lazo. Motivo frecuente en la decoración árabe y mudéjar" en Jo é Ramón Paniagua, Vocabulario básico de Arqui­

tectura , p. 33.

117

Page 119: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

118

El estado de deterioro de la argama a era ba tante grave. El material había sido atacado, básicamente, por tre ti pos de agen­tes de deterioro: físico-químico , biológicos y humano.

El agente físico-químico má importante era la contamina­ción ambiental y, aunados a ella, la vibración y el viento. El ata­que de la acidez ambiental había degradado el material cemen­tante, o ea, la cal, llegando en el exterior a la falta de cohesión extrema y la pulverización total. En el interior, entre la capa de argamasa y la mampostería, además de la falta de cohe ión, la intensa y constante vibración del tránsito vehicular ocasiona­ba desprendimientos, formaba cámaras de aire, desmorona­mientos y deformaciones del repellado.

La acelerada degradación del material había oca ionado grandes pérdidas, dejando de cubierta la mampo tería. Las juntas de la mampostería, realizadas con una mezcla semejante de argamasa, también sufrieron el mismo deterioro. En con e­cuencia, paulatinamente se perdió el junteo, permitiendo la filtración de lluvia ácida al interior de los muros con las con-abida consecuencias.

Como agente de deterioro de tipo biológico, encontramos, ademá de lo líquenes, a las hormigas. En este ca o una e pecie de hormiga, al parecer nocla ificada, que excavando a nivel de repellado, e le veía circulando debajo de las zonas recubiertas con argamasa. Su presencia se uspendió con la llegada de la primavera, momento en el que, por u ciclo vital se transfomla­ron en coleópteros y emigraron a otro lugar. Lo cual fue razón suficiente para invalidar, ante la administración, toda in ve liga­ción obre u ataque, control o exterminio.

A la pé ima condicione de con ervación antes eñalada , se sumaba el deterioro oca ionado por la intervención de su­puestos restauradores, quienes habían intentado la con olida­ción de la argamasa durante la temporada de trabajo del año anterior. Para ello, habían aplicado, superficialmente, algún ti­po de acrilato en emul ión que si bien endureció la uperficie también selló el poro del material y, en consecuencia, el muro no tran piró, se acumuló humedad debajo del material plá tico y se empezaron a desprender grandes secciones de e a capa en­durecida. Afortunadamente sólo intervinieron la fachadas de la torres que dan a la bóveda y el conjunto de anagramas del muro te tero.

Así la cosas, la nueva propuesta de con ervación se ini­ciaba con la eliminación de la intervención anterior y la reali­zación de la investigación y las pruebas pertinentes para su correcta conservación.

Respecto a la intervención anterior no se localizó registro alguno, pero después de algunas pruebas e detectó el tipo de material empleado y la forma de eliminarlo ca i en su totalidad.

Arriba: Fachada principal (ajaracas entre el nicho central y la ventana izquierda). Estado antes del proceso. Abajo: Fachada principal (ajaracas entre el nicho central y la ventana izquierda). Estado después del proceso.

Page 120: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Arriba i:::.quierda: Fachada posterior. Anagrama en argamasa. Después del proceso de conservación. Arriba derecha: Fachada posterior. Anagramas. Proceso: perforación de los puntos de inyección. Abajo i:;:quierda: Fachada posterior. Anagrama en argamasa. Proceso: cuadriculado sobre la tela de velado. En medio derecha: Fachada posterior. Relie1•e en argamasa. Ve/culo, cuadriculado y marcado para la inyección del consolidan/e. Proceso:lnyección de lechada de cal. Abajo derecha: Anagrama de la fachada posterior. Proceso: Inyección de lechada de cal.

119

Page 121: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

120

Po · teriormente e realizaron pruebas de compo ición y color para la pa ta de resane y ribeteo. Lo componentes de lapa ta fueron: cal hidratada, arena-lavada y cernida-, pigmento mi­neral , agua de ti lada y emul ión acrílica diluida a bajo porcen­taje. Ante de aplicar la pa ·ta en laguna y borde. , ésto e humedecían con agua de tilada alcoholizada, terminando el proce o con una cuidadosa limpi..:za del excedente.

Paralelamente se realizaba la inve tigación obre el mate­rial con o lidante. Se llevaron a cabo 51 pruebas con diferentes método y materiales, entre lo cua le estaban : cal viva, cal hi­dratada, bicarbonato de sodio .Y si 1 icato de sodio. Cada uno de e llos e probaron en mezcla de diferentes proporciones y reforzado con un agente tenso-activo. Las mezcla fueron aplicadas tanto en caliente como en frío sin obtener lo objetivos de eados de cohesión y a lta penetración. Se procedió entonce a la inve ·tigación de consolidan tes di uelto en solventes de baja ten ión superficial. Entre e llos se localizó un esterde silicio de la ca a Wacker Mexicana con característica ideales para el ca o: afinidad con lo materiale con tituyente de la argamasa, alta penetración, resistencia a lo ácidos y no ob trucción de los poros de l material. La. prueba de labora­torio se llevaron a cabo en el In titulo de Investigaciones Antropológica de la UNAM con la a esoría del Ingeniero To­rres. Las prueba in si tu fueron a eso radas por el señor Roland Hilde l, Gerente Técnico de Wacker Mexicana. El re u hado de la etapa de inve tigac ión fue atisfactorio, determinándose aplicar el con olidante por el sistema de venocli ·i .

Los elemento decorativos que habían perdido la capa de re­pellado y cuyo grado de deterioro no permitía u fijado al muro, fueron previamente con olidados por aspersión . Una vez curado el con olidante, e procedió a reponer el repellado para fijar­lo al muro. Algunos fragmento fueron de prendido por el si tema de bisagra ante de u fijado. Este i tema se utilizó tam­bién para fragme ntos desprendidos de menor tamaño, los cuale e adhirieron a la mampo !ería con la misma pa ta de re ane me­

diante presión prolongada. La presión se mantenía con fleja­do de tabla obre el área a adherir, anclando lo · puntos de ten ión en las laguna cercana .

Alguno fragmen to aislados, a punto del desplome, fueron de prendido por el método Stacco a Macelo, consolidados y re­colocados en su itio.

En las fachadas poniente y no11e de la torre , el estado de de­terioro de la argamasa era todavía má grave porque, ademá de todos los daño comentados, e taban expue tasa lo viento do­minantes . La erosión eólica había hecho verdaderos e tragos sobre ellas. Lo pequeño fragmento de pintura mural , re istentemente adheridos y protegido bajo los corni amiento , habían perdido todo rastro de repellado. A esto fragmento e les veló y desprendió para reponer el repellado perdido y re­colocarlos en u itio por flejado.

Elequipodecon ervacióne tuvoconstituidoportre Re tau­radores : Elena Barrios, Javier Godín y Lui Cisniega, quiene estaban a istidos por tre ayudante : Mónica Suárez, Alejandra Nieto y Osear Picazo. Al grupo de Restauradore , inicial y temporalmente, e unieron lo Re tauradores: Luz de Lourdes

Page 122: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Yelázquez, remanda Yeg:1 y Charles Dabó, asistidos por Ve­rónica Hernández y Enrique Tabira.

El personal de trabajo se encontrab:1 distribuido por el mo­numento en varios equipos de dos o tres integrantes. Cada uno ele los grupos realizaba diferentes procesos egún el área de t;·abajo. Conforme se terminaba la inyección, el fijado, el re ane y el ribeteo, e procedía a la consolidación. Como re­cordarán, el istema de aplicación del consolidante fue el de venoclisis, ya que era la única forma de asegurar la impregnación total del material. Para controlar el grado de impregnación, el velado protector e cuadriculó y, dentro ele la cuadrícula se eñalaron lo puntos de inyección. Cada punto e perforó con

broca de joyero y taladro manual para evitar el estrellamiento de la argamasa. El grado ele impregnación también e regulaba por la relación espesor-consolidante por área determinada.

Una vez impregnada una sección, la cual se mantenía cu­bierta con polietileno para retardar la evaporación, se cubría con compresas de solvente para lavar y absorber excedentes de consolidante. Terminado el curado se retiraba la tela del ve­lado de protección mediante compre as de o! vente y se pro­cedía a integrar el tono dJ! los re anes alterados por el consolidante. Para concluir se aplicó un hidrofugante que, por falta de presupue to, sólo cubrió la . ección de anagramas del muro testero.

El área total consolidada fue de 59m2. El área total resanada

fue de 17m2• El ribeteo alcanzó 320m, lo mismo que el junteo. La conservación de la argamasa de este edificio estuvo su-

jeta a tre principio bá ico : 1) Pre ervación del material en u e. tado actu:1l de deterioro. 2) No recon trucción. 3) Dejar muestra evidente de la intervención. O

BIBLIOGRAFIA

Díaz, Marco, Arquitectura religiosa en Atlixco, México, U AM, 1974, ils. , 127 p. Flores Guerrero, Raúl, "El barroco popular en Texcoco", en Anales del Instituto de In vestigaciones Estéticas, no. 34, Mé­xico, UNAM, 1956 ils. , pp. 35-51. Paniagua, Jo é R., Vocabulario básico de arquitectura, Ma­drid Edit. Cátedra, 1978, 597 p. Torre, Guadalupe de la, "El barroco en argamasa", en Historia del arte mexicano, t. 7, México, Eclit. Salva!, 1982, il ., pp. 952-967.

Página 120 Arriba: Torre Norte. Proceso 1•elado protector Abajo: Torre Norte. Inyección del consolidante por venoclisis.

Arriba: Fachada principal ventana i~q. Estado antes de la restauración. 1 Abajo: Fachada principal l'entana izq. Reposición de aplanados en derrames.

121

Page 123: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

dibujos.

vicente rnendiola

122

Page 124: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

123

Page 125: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

124

Page 126: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

125

Page 127: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

126

Page 128: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

interrelación de la arquitectura y el entorno social.

maría dulce de mattos alvarez oweena camille fogarty : reportaje fotográfico

Á 1 hacer un análisis retrospectivo de la vida del hombre en e te planeta a lo largo de la historia, se puede uno perca­tar de que muchos proceso de cambio se han dado de forma "natural" y gra­dual y que el ser humano fue dominando al medio en la medida que su conoci­miento en relación a la naturaleza e fue profundizando. Cada descubrimiento o cada nuevo in trumento utilizado re­presentó un avance en su dominio sobre el entorno.

Sin embargo, desde el momento más primitivo, ha demostrado que es el úni­co ser capaz de captar y analizar el medio circundante y po teriormente tran formarlo . E to proceso de trans­formación, ocurridos a lo largo de la hi toria y que tienen al ser humano como centro, no necesariamente han ido rápido , exito o y concluyentes;

mucho de ellos, realizados a ba e de experimentos, pudieron explicar en su momento, fenómenos ante inexplica-

El reportaje fotográfico que acompaña este e crito cubre diversos aspectos de la ciudad actual; parte del mismo ilu tra el artícu lo siguiente. Gracias a la agudeza visual de la autora, la imágene expre­san, por sí mismas, algunas de la diaria vivencia de la urbe moderna . Todas las fotografía on toma actuale de la Ciudad de México.

bies; pero con el avance de la ciencia, e pudo verificar que algunas de estas ex­plicaciones no eran las más cercanas o acorde a la realidad. También e pudo detectar que muchos de e to de cubri­mientos han llevado al hombre a situa­ciones muy difíciles de controlar.

Sin re tar importancia a lo cambio graduales por lo cuaJe ha pasado la humanidad y in querer implificar los grandes momentos históricos de nues­tro antepa ado , no parece importante re altar dos grandes procesos en épocas más recientes que han provocado cam­bio rápido en la humanidad; nos referi­mo a la Revolución Industrial en el siglo xvm y al proce o de urbanización masiva del iglo XX, acompañado de un de arrollo tecnológico sin precedentes.

En el presente siglo, los cambio han sido cualitativa y cuantitativamente tan importante que mucha veces resulta difícil percatarnos de u profundidad y analizarlos en su globalidad, a í como en u e pecificidad. Esto, frecuentemente

nos lleva a vi ualizar e te proceso super­ficialmente o como algo fuera de nuestro alcance, pero además, aparentemente ajeno a nue tra vida cotidiana y a nues­tro contexto.

Si reflexionamos sobre nue tro en­torno en el siglo XX podemo constatar que de una población eminentemente rural en el principio del mi mo, hoy es­tamos inmersos en la ciudad que má

crece en el mundo, la cual dispone de una zona metropolitana con un sinnúmero de problemas diario , tales como tran por­te, contaminación, vivienda, trabajo, subempleo, basura, etc., con amplias zona periféricas con sus conocido "cinturone de pobreza", con e ca­so recur os de infraestructura e intermi­nables problemas.

Es evidente que el hecho de contar con una población eminentemente urbana trae como con ecuencia la necesidad de la creación y concentración de recursos fí i­co de infrae tructura urbana, los cuales provocan movimientos ociales y cultu­rale importantes en la vida de la pobla­ción, resultantes de la nece idad de adaptación al nuevo medio. Muchas ve­ce , la intención inmediata y directa apa­rente no es la de provocar transformaciones importante en la forma de vida ocial de la población, ino de buscar mejores con­diciones económicas para el de arrollo del paí , pero el cambio global, aunque m á lento e · inevitable.

Es importante considerar también que a lo largo de este iglo, como ya e men­cionó anteriormente, la tecnología mun­dial ha avanzado de tal manera, que frecuentemente no nos percatamo de que el aparato o la máquina rige gran par­te de nuestra vida. A título de ejemplo, mencionaremos nada má aquellos que entran a los hogares, como la televisión el aparato de sonido ofi ticado, la vi-

127

Page 129: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

deoca etera, el teléfono celular, el nin­tendo, la computadora, el horno de microondas, etc. Todos son elaborados por el hombre y teóricamente con el fin de proporcionarle biene tar.

Hoy caminar por la ca lle tiene un enfoque diferente que al principio del si­glo; el concepto de "barrio" se ve altera­do entre otros factores por lo ejes vi ale que rompen su e ·tructura interna; la mi ma presencia de gran número de automóvile - muchos de ellos en la banquetas, dificultando desde el paso de l peatón- cambia no sólo la configu­ración de la ciudad, sino propicia condi­:iones diferentes de interrelac ión ocial. Lo mismo sucede con la exi tencia de :alles cerradas, a veces, con un policía :ontrolando la entrada· al privatizar este !Spacio, e reduce el concepto de calle .omo lugar público y común, dando ac­:eso solamente a un determinado grupo :le per onas.

Es evidente que la complejidad de !Sta situación ex ige soluciones de con-

128

junto y específicas, también complejas. Por esta razón, las diferente áreas de conocimiento tienen el gran reto de bus­car nuevas alternativa que permitan dar por lo meno algunas respue ta al pro­blema. ¿Cuál sería el papel de la arqui­tectura en e ·te contexto? Este erá el tema del pre ente ensayo.

EL PAPEL DE LA ARQUITECTURA l . Perspecrims. Considerar la arquitec­tura, por lo menos parcialmente• como una conciencia aplicada, nos ll eva para u análisi , a tomar en cuenta dos pers­

pectiva fundamentale : a. La perspectiva de la evolución

intema, e decir los cambio de lengua­je e pecífico y configurador de la realidad dd h~:~ho arquitectónico y las causa de re­novación intema. propia de su lenguaje.

Para ejemplificar e ta afirmación se puede mencionar la arquitectura egip­cia, la del renacimiento, la moderna, etc., con u característica formaJe y técnica propia y su fundamento teó-

ri o específico que las hacen diferen­ciar unas de otra .

b. Las cau. as ex ternas, es decir, u aparición e inserción en el contexto so­cial más amplio, que demandan de esta área de conocimiento nuevas alternati­vas de olución.

Como ejemplo, e puede mencionar la Revolución Industrial, la cual provo­ca la transformación de la relacione sociales al evidenciar su efectos, sobre todo en lo relacionado a lo problt:mas planteados por la ciudades industria­les, por los cambio en lo si ·tema producti vo y con tructivo , por el ur­gimiento de nuevas relacione económi­ca y ociales , personificadas en la masas proletarias y por el afianzamien­tos de la cla es y relaciones de propie­dad burgue. a, entre otro aspectos.

E importante resaltar que e ta dos perspectivas fundamentales expre an "los problema y dificultade · de la his­toria de la arquitectura que es esencial­mente historia de cosas entrelazadas con la vida de los hombre ; no tanto y no ólo hi storia de la humanidad a través

de sus testimonios como agente transfor­mador de la corteza terre tre, sino tam­bién historia del extraordinario tejido que el tiempo ha formado ent re el hom­bre y las forma. arti ficia le de u propio ambiente; hi toria de épocas definidas en . í mismas, pero también historia de un coloquio que se ha desarrollado entre generacione di tantes en el tiempo y el espacio". 2

2. ContextualiY1ción . Lo estudio­sos de la arquitec tura han men ionado ampliamente que uno de us objetivo primordiale se refiere a la ati facción de una nece idad humana. Ya Alberti en u obra "De Re Aedificatoria" men­ciona que 'la arquitectura nace de la necesidad; es al principio una re pue -ta concreta a las ex igencia má ele-

o es el objeti vo de este trabajo reflexio· nar i la arquitectura e arte o ciencia, o si hay prepondernncia de una obre otra. E -to implicaría reabrir una discu ión que con ideramo muy importante, pero, para la cual aun lo arquitecto no han podido dar una re puesta definitiva.

Page 130: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

mentales del hombre y más tarde e convierte en in trumento para hacer más cómoda la vida y para expre arel poder y la riqueza" .3 E. te mi smo autor menciona que " la casa es símbolo de la familia, condición de su existencia hi -tórica, e identifica con la institución familiar protegiendo su cohesión y su misma existencia".~

En lo relacionado a la vivienda, otro autor afirma ser "el espacio de influen­cia donde las relaciones entre el hombre y su entorno se e tablecen de forma más inmediata y directa. Con tituye el habitat donde el hombre viene a refugiar e del mundo exterior. Representa e l círculo de apropiación per onal que cualquier hombre tiene como lugar de refugio y protección y le pone muros, techo y puerta . Ademá de la protección con­tra e l calor y el frío, del aislam iento de la ob ervac ión ajena y de los ruidos ex teriore , estos e lemento delimitado establecen los concepto de " mi casa", e l "adentro" y el "afuera", e l " mundo privado" y el " mundo compartido o público".5

E evidente que la obra arquitec­tó nica no se reduce a la vivienda, s ino que di spone tambi é n, princi ­palmente de una infinidad d e equipamiento urbano , e l cual permi ­te al hombre desarrollar una serie de actividades transitorias y públicas que son parte de su vida formativa o profe ional o aquéllas re lacionadas a aspecto culturales, recrea ti vo y de cu lto . Nos referimos a unidades edu­cacionale , centros de trabajo, ed ifi ­cios gubernamentales, hospita les, centros de espectáculos, templo re­li gioso , etc.

A partir de esta premisas y en ba e a los conceptos antes mencionados, coin­c idimos con la corriente teórica que afirma que esta área de conocimiento se preocupa por una categoría particular de necesidade que es mucho má com­pleja y amplia que la necesidad mate­rial de protegerse. E to implica que el objetivo primordial de conformar y con­cretar estructuras arquitectónicas se vincula directamente a la satisfacción de nece idades que demandan espacio con características e pecífica , en las

cuales e pueden de arrollar una o má funcione concreta .

Pero, la solución a e ta necesidades espacia les sólo erá global si puede abarcar toda las exigencia del hombre para la realización concreta de sus acti­vidades; es decir, debe satisfacer no só­lo las necesidades materiales , si no también las e pirituales.

A í, la funcionalidad de la obra está vinculada a tres aspectos fundamenta­les: re pender a las necesidades de protección del medio externo, a las demandas de su movimiento en e l es­pacio para la concretización de sus actividade y finalmente las relacio­nadas con la apropiación del espacio satisfaciendo necesidades de comuni­cación , sean ellas culturales, psicoló­gicas o estéticas.

Concebir la arquitectura desde este punto de vista en donde la acción de u o toma una connotación mucho más am­plia y compleja, conlleva a bu car el significado de la obra arquitectónica.

Conforme afirma Segre, " los siste­mas arquitectónicos asumen u signifi­cado a través de determinada estructuras en imágenes que se dan en el proceso de articulación significativa de su elemen­tos componente , acordes a la realidad objetiva; a lo recu rsos materiale y valore que condicionan u conforma­ción. Si los sistemas arquitectónicos y urbano materiali zan la satisfacción de determinados sistemas de problemas o necesidades que se plantea el hombre en una soc iedad específica y bajo la afluen­cia de los factores inherentes a un de a­rrollo económico-social determinado, es lógico que la relación entre el hombre­sujeto y la arquitectura-objeto se pro­duzca fundamentalmente a travé de la acción de uso".6

Tomar al hombre como centro de es­ta relación implica afirmar que el u o que e dé a la obra arquitectónica depen­de principalmente de cómo el usuario, a través de sus pautas de compo11amiento la conciba, la perciba y la interprete.

129

Page 131: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Así, la significación e refiere entre otros factores, a la rel ac ión entre la obra arquitectónica como istema de ig­nos y su uso a través de las pautas de comportamiento.

"Esta signifi ación asume un carác­ter complejo y llena lugar en diferentes niveles y su comprensión se producirá desde los más e lementales y primarios , los más directos y eviden tes, ha ta los más complejos y elaborado . . Esto e debe a l doble carácter de lo istema en u uso; la arquitectura tiene una finalidad práctica en la medida que actúa como contenedor de la más disímilc actividades human as, pero también constituye una expresión ar­tística, refleja determinado valore estéticos; por tanto el hombre e puede si tuar ante ella como usuario-especta­dor, y es a partir de este doble uso que se generan diferentes nivel es de signi ­ficación ; lo ignificado directo vin­culados a la función práctica que tiene la arquitectura y los ignificados más

130

elaborados o complejo , reflejo de lo valores ideológicos-culturale que con­di c ionan la obras". 7

Despué de haber contex tuali zado la arquitectura como un importante atis­fa ctor de necesidades humanas, consi­deramo reJevante agregard análi si de cómo e ta área de conocimiento ofrece y proporciona transformaciones físicas en e l medio natural.

Si retomamos el proceso hi tórico, vemo que en un principio, el hombre di sponía solamente del medio natural para atisfacer us necesidade . Las obras de la naturaleza le proporciona­ban la condicione bá icas para obre­vivir. Como ya hemo mencionado anteriormente, una de la meta. funda­mentales de u vida ha ido la de cono­cerla para dominarla y gradualmente ir ampliando este conocimiento y eviden­temente irlo transformando. E te proce­so, a medida que se va volviendo más complejo va exigiendo del hombre más tran formacione y una de la muy im-

portante es cómo el medio natural e va transformando; on la con trucc ión de casa y edificios el paisaje natural cam­bia profundamente. La utilización del suelo para el cu lti vo programado tam­bién proporciona cambios cualitativa­mente importante. En otras palabra el hombre se apropia del medio natural para tran formarlo y la arquitectura ha sido una de las principale responsables de e ta transformació n.

Es evidente que gracias a este proce­so transformador de la naturaleza se pueden dl.!lectar la grandes obras con -truidas, ya que la arquitectura tiene el gran privilegio de ·er una de la expre-ione importante de lo nivele · de

civi li zación y cultura de lo diferentes pueblos en di tinta · épo as.

Federico Silva afirma que "la arqui­tectura e ·tá hecha de formas ma ·i a , públicas , abierta. , con las que e expre a una comun idad y nos habla de la esca la espiritual de su hombres; si de alguna manera la sociedad refleja lo que es su estructura , grado de desarrollo económi­co, organi zación, hábi tos, gu tos, etc., e a través de su edificios. Técnicas, ma­teriale , soluciones formule · hablan de formas de vida, lo mi m o en sus relacio­ne más compleja , como en cue tionc muy obvias '.8

Sin embargo, la transformación de un medio natural en uno artificial, también trae como consecuencia la necesidad de búsqueda de formas armónica y estéti ­cas que propician una vi ·ión agradable del propio medio. E decir, las caracte­rísticas externas y apariencia. del objeto arquitectónico son de gran importancia, ya que la percepción vi ·ual : más agra-

2 Ponoghesi, Paolo. El Angel de la Historia,

pp. 10 y 11 . 3 ldem, p. 33.

• ldem, pp. 19 y 20. 5 Solana D., Jesús. Di.mlo, A11e y Función, p. 52. 6 Segre, R. y Cárdena , E. rítica Arqtiitec-

túnica Parámetros Básicos para el Análi­

sis Crítico de la Arquitectura , pp. 58 y 59. 7 ldem , pág. 59. 8 Federico ilva en Loui e oelle. Agustín

Henuínde::.. Arquitectura y Pensamiento,

pp. 6 y 7.

Page 132: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

dable cuando e te bjeto pre enta orden, armonía proporción, coherencia entre formas , textura y cromatología pre en­te en ellos, e decir connotacione. de ti e. tético. n e to no e quita la importancia de la funciona lidad de la ca­sa o edi licio y de sus con di ion e de uso, pero tienen que e tar acompañados de los factore ante mencionado .

3. La arqui1ectura en el siglo XX. Podemo afirmar que la formación y de arrollo de la ciudades no on caracte­rística de nue tro siglo, pero el creci­miento anárquico y de ordenado de las grande ciudades, í lo es. Sin querer re­ducir los grande. problema. económico y ociales tan complejos que este siglo presenta a imples problemas de diseño arquitectónico reconocemo ·que los cam­bio que el entorno fí ico constantemcnte proporciona, tiene con ecuencia · no sólo de de el punto de vista de la ciudad mi ma, ino que ocasiona un diálogo diferente de lo habitante con ella, de­mandando un proceso de adaptación con !ante al nuevo medio circundante.

Al tomar como contexto la Ci udad de Méx ico, vemo la ex i tencia de una multiplicidad de fuctore externo - a la arquiter: tura que han oca ionado un . in­número de cambio en la conformación física de la mi ma. Entre mucho otro e puede referir a un proce o migratorio

rural-urbano de los pequeños pueblo. a la mediana y gran ci udad en bu ca de satisfactore de sobrcvivencia, ya que es en d Distrito Federal en donde se concentra el poder político, económ ico y social; con ecuentemente en e ta área e tán concentrados el gran parque indu -tri al, lo recur os de infrae tructura de alud , recreación y educación, etc.

E. to, aunado al de arrollo interno de la arquitectura , oca iona que la ciudad crezca no sólo en exten ión , sino tam­bién en sentido verti cal; que las vía pú­blica permitan la comunicación de la ciudad de punta a punta, para que lo vehículo puedan circular; que gran número de la vivienda individuale o de veci ndad con toda us virtude de economía e in terrelación o ial va­yan iendo u tiruida. por condomi­nio y lo patio por e racionamiento o elevadore .

Hasta hoy me resulta muy significativa la afirmación de un ociólogo bra ileño al referirse a la gran Sao Paulo de lo etenta -vivimos en unanuevaselvaendonde lo animales por dominar on los creado por el propio hombre: a fa lto, vehículo moto­rizados, grandes obra de concreto, ía pública interminables, grande industria contaminantes, etc. ¿Podrá el hombre controlar ·u propia obra?

Como afirma Norberg chulz la idea de fijar centro o lugare (proximidad), direccione o recorridos (continuidad) y zonas o territori os (circunscripcione ) son elemento fundamenta le para el er humano de de el punto de vi:.ta p icoló­gico y social. La arquitectura recoge y mantiene e to elemento como re pue ta a la nece idade ante mencionada ; inicialmente en relación a la vivienda y po teriormente vinculada al complejo proce o urbano que in olucra a las gran­de ciudade .9

Sin embargo, hoy a nombre de la funciona lidad y modernidad de la ci u-

dad, e to - concepto son profundamen­te alterados.

El centro de la ci udad con ·u mag­nífica e tructura arquitectónica , hoy tiene un ignificado muy diferente de lo que repre entó por alguno siglo . Solamente para ejemplificar, el Pala­cio Nacional está situado en el centro y a pe ar de er ha ta nue tro dfa un ímbolo del Poder Ejecutivo, el Pre­

sidente ólo lo utiliza en itua ione excepcionale como ciertas ceremo­nia oficia le . Lo mi . mo sucede con la C..ttedral y con otro gran número de edificios arquitectónicos.

La zona o el barrio deja de ser o por lo menos pa a a ser de una manera me­no importante, un centro de interre­lación ocial, en donde las per ona por conocer. e mutuamente podían caminar tranquilamente por la calle , o permitir que us hijo e recrearan de una forma tranquila y ocializada por la tarde .

Lo mismo u cede con el recorrido e decir, la calle ; alguna dejan de erto-

131

Page 133: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

talmente públicas y otra ofrecen peli­gros que obligan a la reducción de las caminatas a la estrictamente necesa­rias. A e to e añaden las grandes distan­cias a recorrer, las cuales exigen el uso del automóvi l o de tran porte público , en donde el anonimato e el factor pre­ponderante. Inclusive en esto recorri­dos e puede vislumbrar una cantidad de imágenes visuales relacionadas a la pu­blicidad nunca antes visto.

A partir de e ta reflexiones cabría indagar cuál e el papel que viene desem­peñando la arquitectura en tal contexto. Conforme a fuma Carlos Lira, "la Ciudad de México, al igual que mucha otra capitule del mundo, ha tenido que intentar dar solución y re puesta a una erie de necesidade diversificadas que el modo de vida actual ha hecho indispensable. Si la arquitectura obedece a una serie de condicionante económicas, política , o­ciale , religiosas, tecnológicas, etc. no es difícil entender, para quienes vivimos en esto últimos años del siglo XX, la comple-

132

jidau que implica dar re pue ·ras arquitec­tónicas adecuadas a tan di ímbola y aun contradictorias condicionantes".10

Gracias a esta complejidad, actual­mente en México se puede hablar de una diversidad arquitectónica muy amplia, orientada por lo menos hacia dos vertien­tes. La primera se refiere a la vivienda, la cual se presenta en múltiples manifesta­ciones: edificios, condominios horizon­tales, casas individuales, multifamiliares, etc., y que buscan dar respuesta a la numerosa gama de necesidades de las diferentes clases sociales. Estas manifes­taciones tan diversificadas permiten ha­blar de una tipología específica de dicha vertiente.

Sin embargo, es importante resaltar que la problemática de la vivienda de la Ciudad de México no sólo ha sido de cantidad como también de calidad, lo que ha afectado el modo de vida y las tradiciones de la población. Para men­cionar apenas un factor generador de es­te problema, podemos percatarnos que

una u e la consecuencias del creci mien­to de me urado de la ciudad y de su zona metropolitana e refiere a la dispo­nibilidad y al paccio que adquiere11 lo terreno .Estapucdeserunadela m. ti­ples razones por la cuales la utiliza, aón racional del espacio se vuelve una de la prioridade má apremiantes, prin­cipalmente en las viviendas para la cla e media y la de e ca os recurso ; con­secuentemente, la reducción del espacio interno es casi inevitable.

Para dar un ejemplo de la afirmación anterior, analicemo qué ucede con la cocina mexicana. El quehacer culinario en México e complejo y laborioso y exige un espacio diferente al de la culturas en donde la actividad culinaria e mucho má imple y menos elabora­da. Además, buena parte de la actividad ocial y económica del mexicano gira

alrededor de la comida. Los de ayuno · de negocio y de convivio, las actividadc religiosas y ociale , tale · como el ro merito de Semana Santa, el mole tradi­cional de la bodas, Jo tamales de Pri­mera Comunión ·on alguna de estas muchas manifestacione . A pesar de reco­nocer que este problema tiene una varie­dad amplia de cau aJes, nos permitimos preguntar si la reducción tan drástica del espacio relativo a la comida seguirá permitiendo la elaboración de platillos laboriosos y complicados, o poco a poco erán sustituido por aquellos semi o

completamente indu ·trializado .. La egunda vertiente e refiere a

lo equipamiento públicos y privado · de prestación de servicios, los cuales de­mandan la creación o reorganización de espacio que puedan re ponder a las múltiples necesidades generadas por las nuevas actividades. Nos rcferimo a lo · centro médico , educacionales, computacionale , recreati vos, comer­ciales, indu triales, guarderías, hoteles, etc. Algunos de ellos no on originados en e. te siglo, pero en él adquieren una nueva dimensión y demandan de la ar-

9 Con. últe e a Chr. orberg Schulz. Arqui­

tectura Occidental, pp. 225 y 226. ' 0 Lira, Cario . . Para una Hi~·toria de la Ar­

quiteclllm Mexicana , p. 183.

Page 134: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

quitcctura la creación y reorganización del e pa io interno para dar cabida a nueva funciones, la cuale , en la ma­yoría de lo ca os, traen implícita la uti­li zación de por lo meno una cantidad razonable de aparatos y maquinaria re­su ltante del avanzado y novedoso de-arrollo tecnológico.

Gracia a la diver idad anterior­mente men ionada y a la búsqueda que la teoría y práctica arquitectóni a: han de arrollado para dar re pue ta al com­plejo conjunto dt.: nueva nece ·idades originada en el siglo XX, actualmente e puede hablar que la arquitectura en

México ha adquirido un carácter plura­lista. En relación a e te a pecto, Cario Lira afirma que: "e. importante eñalar el hecho de que, tal vez, las múltiple. direcciones que la arquitectura está to­mando, no . ean má que el lógico re ul ­tado de la compleja nece. idades del hombre actual. E natural entonce. que en una sociedad económica política y socialmente conflictiva como la nues­tra , con u mi ta y ademá culturalmente caóti a por el bombardeo constante de i temas de vida diferentes a lo pro­

pio , la necesidade arquitectónicas can de una variedad tal, que difícilmen­

te podrán er cubierta bajo un único criterio. La multiplicidad de nece ida­des y la amplia gama de per pecti a egún la u ale ésta son considerada ,

han dado a la arquitectura un carácter pluralista ... Sin embargo, el pluralismo de la arquitectura contemporánea, ·e refleja más clarame nte en edificios co­merciale , de ofic inas, de espectácu lo , etc. e · decir, en lugares en lo cuale. el hombre de arrolla una se rie de activida­de tra n itoriasydecarácterpúblico".11

Para fi nali zar e te ensayo, conside­ramos importante enfatizar que a pesar de todo el proce o de búsqueda que ha recorrido la arquitectura (como las de­más área de conoci miento) aú n hacen fa lta nuevos y l::!rgo cami no por ex­plorar. omo ya e mencionó a lo largo de e ·te trabajo, los proce o rápido · y mucha vece · incontrolable de urbani­za ión por lo cuales ha pasado este iglo, lo. diferente proce ·o y nivele

de desarrollo que han viven iado lo pai e · del continente y la evo! u ión

interna y propia de la arquitectura, aún no se han podido conci liar para ofrecer una re pue ta global Llcl espacio arqui­tectónico en lo que e refiere al e pacio físico y e piritual de l hombre.

En el mundo actual no sólo es eviden­te el dominio de va lor de cambio obre el valor de u o humano, individual y soci:-.1 de la obra arquite tónica, sino que además e ta área de cono imiento no ha podido ofrecer aún, respue ta globale y generali zada que proporcionen la crea­ción de obra en donde el hombre viva de una manera digna y e apropie de un es­pacio que le ofrezca una vida ana y agradable desde el punto de vista físico y emocional. Este problema ·e vuelve todavía má ~umplejo, cua ndo e anali ­za el proce o de crecimiento de la pe­queñas y grande ciudade que son una realidad inherente al iglo XX.

o parece muy oportuna la reflexión de Cario Lira al afirmar que: 'en e te e rado de co a , debemo partir enton­ce , del hecho de que la arquitectura

siempre ha ido reflejo de la ociedad que la genera portal motivo, la arquitec­tura actual no e más que la re: puesta lógica a una ociedad en crisi y e a í reflejando e t:l cri is, como cubre real ­mente u univer al y ance tral fu nción"_l2

De esta manera, al asu mir que la ar­quitectura es una de las área de cono­c imi e nto qu e e ·tá directamente vinculada a la tran, formación de la ociedad, adquiere e pecial importan­in u bú. queda actual y pro pectiva en

lo que e relaciona a técnicas y herra­mientas científica. que proporcionen la activación de mecani mo tecnológi­co y creacione e tética que puedan contribuir no ólo a u de arrollo inter­no, sino ademá al conocimiento e intervención en lo procesos del con­texto ocial má amplio. Al tomar en cuenta esta interrelación, la arquitec­tura podrá ofrecer nueva alternati a de olución a las compleja demanda de la o iedad actual. O

133

Page 135: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

BIBLIOGRAFIA Conrado Sondereguer, Pedro. Me­moria y Utopía en La Arquitectura Mexi­cana. Tilde Editores. México, 1990. Cuaderno de Arquitectura y Con­servación del Patrimonio Artístico. El Peatón en el Uso de las Ciudades. S.E.P., INBA, México, 1986. García Salgado, Tomá . Conferencias del Bicentenario de la Fundación de la Escuela de Pintum, Escultura y Arqui­tectura. UNAM. México, 1984.

134

Lira Vásquez, Carlos. Para una His­toria de la Arquitectura Mexicana, Tilde Editare . México, 1990. Noelle, Louise. Agustín Hernández. UNAM. México, 1988. Paulhans, Peters. La Ciudad Peatonal. Editorial Gustavo Gilli , S.A., Barcelo­na, 1979. Portoghesi, Paolo. El Angel de la His­toria , Ed. Herman Blume, Madrid, 1985. Segre, Roberto y Cárdena , Eliana. Crítica Arquitectónica Parámetros Bá-

sicos para el Análisis Crítico de la Arquitectura en Cuaderno Arqui tectu­ra Docencia 2, UNAM. Méx ico, Octu­bre, 1986. Solano Donoso, Jesús. Dise1io, Arte y Función . Salvat Edi tare , S.A. Espa­ña, 1985. Schulz Norberg, Christian. Arquitec­tura Occidental. Ed. Gustavo Gilli , S.A., 1979, E paña.

Page 136: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

eventos

Con motivo de la celebración del quinto centenario del ini io de la fusión cultural en América, la Sociedad de Alumno de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Iberoamericana ha convocado a arquitectos, poetas, filóso­fos e historiadores para elaborar una revi ión histórica que, sin culpables ni víctima , genere una óptica objetiva e interior para presentar una posicion cla­ra al re pecto, así como alternativa para la ana evolución de nuc ·tra cultura.

Con este evento celebramos no sólo el contacto entre do culturas que cono­cen el mundo dc~de muy diferentes a pectos, sino también el proce o que inicia con e te encuentro y hasta la fecha sigue generando una diversidad de puntos de vi ta que es necesario conciliar hacia una visión del futuro má unitaria y comprometida.

Como marco histórico a esta celebra­ción, vivimo el fin del milenio, pe­culiar era en la que todo el planeta atravie a por una intensa etapa de tran -formación que involucra todos los as­pecto de la naturaleza humana. E nece ario que América Latina se adapte de manera óptima a estos cambio, e -tableciéndo e en una posición de de la cual pueda proyectarse una perspectiva mejor de la que hasta ahora conocemo y que depende en gran medida de nue ·tra capacidad de diálogo crítico donde e revelen las deficiencias que calan nue -tra naturaleza.

OBJETIVOS GE ERALES - Identificar lo valores cultura­les propios a la arquitectura latinoa­mericana y plantear alternativas

Semana Iberoamericana de arquitectura "Del Nuevo Mundo al Mundo Nuevo" 30 de marzo al 3 de abril de 1992. Sociedad de alumnos de arquitectura y urbanismo. Universidad Iberoamericana Santa Fe, Ciudad de México.

de reinterpretación con tecnolo­gías contemporánea . - Evaluar las implicaciones ecoló­gica , políticas económica y ocia­le del momento histórico actual para generar una arquitectura má apro­piada y coherente en América Latina. - Definir los esquemas de inter­acción entre arquitecturas regionales. - Complementar la orientación académica de la Univer idad Ibero­americana con la experiencia arqui­tectónica de América Latina.

PROGRAMA Lunes 30 de mano

Criterio de análi is y evaluación de la arquitectura

9:00 a 10:30 Ceremonia de inauguración Di cur o Inaugural Augusto H. Alvarez, México

10:30 a 12:00 Ricardo Legorreta, México

12:30 a 14:00 Gigliola Carozzi, Italia-México

14:00 a 15:30 Jo é Adolfo Wiechers, México

15:30 a 17:00 Comida Mexicana

17:00 a 20:00 Mesa Redonda: Augusto H. Alvarez Ricardo Legorreta Gigliola Carozzi José Adolfo Wiecher Ponente : Jorge Ballina, México Loui e Noelle, México Santo Ruiz, México Moderador: Luis Mariano Acévez, México

20:00 a 21 :00 Inauguración exposición "Casas Acariciadora ·"

Mariana Yampolsky - Osear Hagcrman

Biblioteca Francisco Xavier Clavijero

Martes 31 de mano El concepto de la arquitectura en

América Latina 9:00 a 10:30

Cario Mijares, México 10:30 a 12:00

Enrique Browne, Chile 12:30a 14:00

Carlos González Lobo, México 14:00 a 15:30

Aurelio Nuño, México 15:30 a 17:00

Comida Mexicana 17:00 a 20:00

Me a Redonda: Cario Mijares Enrique Browne Carlos González Lobo Ponente : Alejandro Yillalobos, México Con uelo Somorrostro, México Enrique Miralda, México Moderador: Carlos Flores Marini , México

Miércole 1 de abril Arquitectura norte - sur

9:00 a 10:30 Norberto Nardi, Argentina - EUA

10:30a 12:00 Cri tián Fernández Cox, Chile

12:30 a 14:00 Mariana Waisman, Argentina

14:00 a 15:30 Josep Ma. Botey, España

135

Page 137: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Un aspecto de la mesa con los arquitectos Félix Candela, Juan B. Artigas y Osear Hagerman.

15:30 a 16:00 Teatro Danza experimental, Grupo "La Maroma: "Que má solar que América"

15:30 a 17:00 Comida Mexicana

17:00 a 20:00 Me a Redonda: Norberto Nardi Cristián Fernández Cox Mariana Waisman Jo ep Ma. Botey Ponentes: Jo é Lui s Barrios, México Jo é R. Nava, México Moderador: Guillermo Casas, México

Jueves 2 de abril Alternativa arquitectónicas

contemporáneas 9:00 a 10:30

O carHagerrnan-MarianaYampol ky, México

10:30 a 12:00 Mario Schetnan, México

12:30 a 14:00 Juan José Díaz Infante, México

14:00 a 15:30 Félix Candela, E paña - México- EUA

15:30 a 17:00 Comida Mexicana

17:00 a 20:00 Mesa Redonda: Osear Hagerman

136

Juan José Díaz In fa nte Félix Candela Ponentes: Juan Benito Artigas, México Ricardo de Pirro, México Fernando Rovalo, México Moderador: José Lui Creixe ll , México

Viernes 3 de abril Cuatro ejemplos de arquitectura

mexicana 9:00 a 10:30

Enrique Norten 10:30 a 12:00

Agustín Hernández 12:30 a 14:00

Francisco Serrano 14:00 a 15:30

Teodoro González de León l5:30a 17:00

Ceremonia de clausura y brindis

t• FERIA IBEROAMERICANA DEL LIBRO ARQUITECTURA, DISEÑO Y ARTE

Intervienen treinta de la m á impor­tantes empre as editoria les y di stri­buidora de libro de arquitectura, di eño y arte, tanto nacionales como extranje­ras, exponiendo cerca de 2000 títulos que u ted podrá admirar y adquirir a precios accesible en e ta importante mue tra bibliográfica.

EXPOS ICION COLECTLY A DE ARTE UNIYERSIT ARIO

Con el afán de crea r un espacio alter­nati vo a la expresión art ística de alum­nos y profesores de la U. I.A ., el Taller de Arquitectura abre sus puertas a la expos ición de trabajo de arquitectura y di sciplinas complementari a como fo­tografía, pintura, escultura y textile .

EXPOSICION INDUSTRIAL Participan en e ta mue tra veinte

empresas re lacionadas a la construcción que exponen, de manera personalizada a arquitectos y estudiantes, tanto su pro­ducto como u ervicio ·, poniéndo e a sus órdene para faci litar el quehacer arquitectónico cotidiano. O

Page 138: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

el orden visual en la arquitectura y el urbanismo o cuando la norma es: la ausencia de normas. juan b. artigas

e iertamente que el título de e ta mesa "Alternativa arquitectónicas contemporáneas" e por demás suge­rente y plantea una erie de incógnitas en las que todos hemos tenido que pensar a través del ejercicio profesio­nal y a fuerza de andar en lo diferente medio urbanos de nuestro paí y de otro itio . . Hoy, como resultado del compromiso adquirido de inquirir es­to temas en voz a lta no podemo ya posponer una erie de experiencia y de juicios al respecto, aunque ean estrictamente de índole personal. Ni tampoco tan per anales, ni más bien todo lo contrario. Tema é te que afecta tanto al arquitecto en u mesa de traba­jo como a la sociedad entera que dis­fruta o padece lo aciertos o de aciertos del proyecto individual y de su adecua­ción al entorno.

... Y va de cuento. En una ocasión, con motivo de un viaje a San Antonio, Texas, me a omaba por la ventanilla del avión poco antes de de cender en el campo aéreo. Debajo de mí, en medio del paisaje árido había un diminuto desarrollo urbano con el trazo de calles y lotes, aparecía con la nitidez de un dibujo obre el papel. Podría dibujarlo de memoria. Lo que más me asombro es que aquella realización tenía límite preci os. Sí, una línea perimctral defi­nida, perfecta. Y ¡Oh a ombro! la do o tres ca as ya edificada quedaban, cada una, dentro de u terrenos. No había ninguna construcción a la vi ta, definitiva o temporal, fuera del trazo geométrico, ni ningún coche abandona-

do convertido en chatarra, ni ningún puesto de jícama .

Realmente me sorpre ndió , no lo van a creer ustedes, que cada cosa estuviera en su sitio. Ya estaba con­vencido que tal precisión sólo po­dría e ncontrarse en los mecanismos de relojería. Resultaba que e l orden, la organización, eran po ibles. Mi incertidumbre no tenía límites ¿A qué planeta habíamos llegado? Había entonces a lgo más, mucho más, además de "echarle ganas -muchas ganas- " al a unto que uno tuviera que re olver.

¡Vaya, quiero decir que no ba ta con las ganas! Que la arquitectura es asunto de orden individual personal-profesio­nal, pero a la vez de organización multigremial: arquitectos-ingeniero -urbanistas-juristas-políticos, y, claro está, de crecimiento demográfico; repercute en toda la sociedad porque va a incidir directamente de manera vivencia! en todo los usuarios, de cada uno de lo edificios y de la localidad entera.

Ya no sé si interpreté bien el título genérico de esta reunión "Alternativas ar­quitectónicas contemporáneas", porque sin proponérmelo con cientemente, tal vez por deformación profe ional, deduje: la única "altcmativaarquitcctónicacontemporánea'' es hacer las co as bien, es hacer buena arquitectura y urbani mo, con la uficiente calidad e tética para que contribuya a que " ·e esté bien" en los lugares, para que la vida sea digna de su nombre.

No sé si lo que está ocurriendo físi­camente en el centro del país ea lo

correcto, ustedes juzgarán. Voy a narrar alguna vivencia muy reciente :el jue­ves 12 de marzo fui a un lugar del municipio de Toluca que hasta hace poco tiempo era un pueblo, a San An­drés Cuexcontitlán, ya conurbado con la capital del Estado de México. Pero ¿conurbado cómo?

Ocurre que buena parte de los pue­blos de México tienen un urbani mo muy particular, en el cual la ca a fami­liar e ubica dentro del terreno de cultivo y, por ello, la casas no se alíncan obre las calles. Puede uno marchar por alguna de ellas in percibir que aquello ea un pueblo, como me pasó a mí una vez en Morelos, en el pueblo de Mariaca, hará ahora treinta años, caminaba entre dos cercas de piedra, bajo la arboleda, in ver ninguna vivienda, porque éstas queda­ban en el interior del huerto y no apare­cían a la vista. Era una delicia el fre cor e imponía el ilencio del lugar.

San Andrés C uexcontitlán pasó de una urbanización de viviendas sobre diminutos terrenos de labran­za, a formalizar e en pueblo con ca-as, a veces una junto a la otra, y con

calles trazadas y pavimentadas, y como la mayor parte de la casas no abían que ocurriría e te cambio, cada

una e quedó donde e taba haciendo ca o omiso de lo trazos geométricos. Hoy aquel lo no tiene orden ni con­cierto, e l día de mi vi ita había un tractor preparando un terreno para sembrar una de la mejores esquinas de la plaza principal. El caos de conurbación capital -pueblo, pueblo

137

Page 139: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Marabunta

Excélsior, martes 25 de agosto de 1992, De la Torre.

tras pueblo, primero ll enando los co ·tactos de la carretera de comuni ­cac ión y poco de pués la di ·ranci a en tre di cha vía y los términ os de las diferentes localid ades va en aumen­to por instantes. Se es tán acaba ndo los pueblo de México. Algui en dij o que Méxi co empezaba en los ca mi ­nos de terracería , pero ese Méxi co es tá cada vez más di stant e. Lo va­ll es se han ll enado de bl oq ues de cemento. La zona industri al de Toluca llega desde hace tiempo has ta Lerm a, es fác il que su extensión supere la de vivienda de la capital del Estado. ¿Esto es el prog reso?

Yendo desde Puebla hacia Tepeaca, la conurbación que igue el camino se ex tiende por decenas de kilómetros en la mi rna carretera de dos carril es que daba servicio hace cuarenta años. Es un fraca o rotundo de nue tro desarrollo urbano y de nuestra planificación regio­na l. Lo centros urbanos tradicionale están sobre aturados, pero corno ti enen

138

serviCIOS hay que echarles todo el peso encima hasta que revienten ¿no habría po ibilidad de equ ilibrar el desarrollo?

Y qué dec ir de la conurbac ión de Ecatepec con los municipios aledaño . En la vía Méx ico-Texcoco ya se acabó el campo. Y no hay duda que todo esto es una alternativa , rea l, contemporánea que no quisiéramos pero que ahí está, aunque el término de arquitec tónico le quedaría grande. El deterioro de la ca­lidad de vida es notable, aunque habría que preguntar a los habitante s conurbados si sus fam ilias viven mejor que hace cincuenta año . En todo caso la ca lidad de vida es relati va a los diferentes grupos sociales del país, y hacen fa lta arquitec tos que compren­dan y resuelvan las neces idades de cada uno de ellos.

Ahora bien, en México estamos acos­tumbrados a vi vir en ciudades un núme­ro considerable de sus habitantes; siempre ha sido así. Zacatecas, Oaxaca, V eracruz, Puebla, Mérida, Tlaxca la, San Cristóbal

de Las Casas, Guanajuato, Cuernavaca, Taxco, lugare que vnn pronto n cumplir cinco siglo. ele vida. Ciudade de impor­tancia a nivel continental e interconti­nental. Lo que haría una ciudad se ría u capacidad de concentrar, concel}trar, los grupos sociales con mnyor pos ibil idad de de arro llo, poder e influencia en el medio general, de concentración de co­nocimiento, ele oportunidad de vida. Grandes ciudades por us ni veles de comunicación y de comercio, por la reunión del capital, por u capacidad de servicios.

Y no todo en nuestras ciudades tra­dici onales son sinsabore . Le reco­mi endo que se den una vuelta por Zacatecas o Tl aco talpan , Oaxaca o Vi ll ahermosa. En la capital de In Re­pública se van recuperando zona com­pletas como es la acera norte de la Alameda Central; ha recobrado la es­ca la que había perdi do en pre encia de edificios detonante · que el temblor del 85 nos hizo el favor de quitar. Ha vuelto a esta secc ión el orden visual y destacan su. ed ifi cios an ti guos magní­ficos. No otros, seres ele asfalto, que siempre hemos hollado el cemento aún tenemos lugare donde pa ear. Sobre todo ahora que pretendemos dotar de vida al Ce ntro Históri co de la iudad de Méx ico y que en buena parte e empieza a lograr.

Con motivo de la restauración del edificio que albergará la Casa de Tabasco en la Ciudad de México, acudo al centro de la capi tal dos o tre · veces por semana ¡Qué ciudad tan señora! No acabaría uno de descubrir las maravi ll as de pa­tios que hay en ell a, cada rincón es una sorpresa de calidad arquitectónica. Aquí sí que hay arqui tectura , las más de las veces ignorada.

Cierto que los vendedores ambulan­tes pueden acabar, si se les deja, con cualquier . itio. Qué bueno que los están retirando. No e. pos ible que todo espa­cio hab itab le, con todos los ·ervicios de urbani zación, sea inva lidado por pues­tos de jícamns y por chatarra, por más que las jícamas nos gusten y que el au­tomóvi l sea nece. ari o. No es posible que cada uno haga lo que quiera , cuando quiera, como y donde quiera . Voy a

Page 140: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

referirme a una ciudad in ambuluntaje. Es asu nto de orden y concierto.

La gran arquitectura del centro de la Ciudad de México empieza en e l "espa­cio urbano", en su relación ancho de ca lle-altu ra de las construcciones, entre ca lles, plaza y alameda . Se convierte el e pacio urbano en e l actor principal de esto lugares. ¿Podríamo imag inar una ti enda de hot dogs y hamburguesas ocupando e l itio de l Palacio de Mine­ría, con use tacionamiento a la vi ta y u anuncio giratorios en lo alto, in respetar los alineamientos, con los edi­ficios dejados caer en cualquier parte del terreno? Son dos conceptos e. pacía­le antitético . Precisamente Tolsá co­nocía perfectamente la planitud que debían presentar lo ed ificios dentro de la traza de nuestras ciudades, siguiendo e l a lin ea mi e nto. Su virtuosi mo e cu ltórico le llevó a de arrollar infini­dad de planos en pocos centímetros de profundidad para no romper la uperfi­cie vertical de la calle. Por eso e l ve tí­bulo del Palacio de Minería se creó hacia dentro y no hacia fuera del volu­men. Por eso la Teresas de Querétaro tienen también plana su fachada. Por eso e l Neoclásico de nuestras ciudade es diferente del de Estados Unido , donde los ed ificios se proyectaban de bulto, en terrenos j ard inados cuyas fa­chadas no tienen por qué seguir los trazos de la acera .

Pue bien, no tenemos iquiera que imaginar un de orden semejante al que no queríamos de los '·perros ca lien­tes" ; hay algunos relati vamente cerca del Palacio de Minería. Habrán pasado u tedes por la esquina de Puente de Al varado y Paseo de la Reforma, sobre Reforma a la glorieta del Caballito, en e l lado poniente. ¡Qué desquiciamiento de volúmene y de formas , texturas, colore etcétera, de todo lo que nos enseña la buena arquitectura! Una dimi ­nuta ca a con man ardas que e quedó ch ica , debajo de la paredes más o me­nos pretencio a de edificios má a ltos, feísimos. El centro de la composición vi­sual es un letrero luminoso que vomita una interminable carrera de letras y pun­tos su pensivos , más veloces que los claxonazo , luce de emáforo , cerrone

¿Surgirá la belleza de la Ciudad?

Excélsior, miércoles 2 de septiembre de 1992, De la Torre.

de coches vecinos para dar vuelta o no darla. Toda la de licia de la gran metrópoli junta. Le entra a uno más prisa todavía.

En la mi ma esquina de la ciudad pero una cuadra antes ahora circulando por Reforma hacia ChapuJtepec. Ve­mos a nuestra iJ:J;¡H'ierc.lit una ~ri e de edificios nuevos, uno grande de color como rosadito, como de cartón , que no respeta a lineami e ~tos, aliendo en pi­co hac ia fuera y hacia dentro, hac ia donde pudo, porque ningún e lemento visua l lo fija en ningú n sitio. Nada tiene que ver en ca lidad de materi al, ni en dimen ionamiento de ventanas, ni en la relac ión mac izo-vano, con ninguno de lo de alrededor. Si de toros se trata ·e le ped iríamo a l torero que brindara un burel de rega lo. Si se hubiera tratado intencionalmente de producir de azón formal, no e hubiera conseguido con más éx ito.

Surge la pregunta ¿acaso no ex isten normas de ordenamiento vi ual ? Parece

ser que no. Todo esto en la que pretende ser la más "elegante" vía de comunica­ción de la capital. e olvidó aquí el cuidado de l espacio urbano: se olvidó lo principal. ¿Y qué opinan ustedes del mamotreto que levantó un periódico en la ca lle de Bucarcli , esviajado con res­pecto. del plttno de Ja calle? ¿Tan mal e laboradas están las normas que permi­ten tales aberrac iones? E e l cao vi­suai.'Por lo visual se llega a lo vivencia ) y ese sabor nos lo ll evamos con nosotros y llega a formar parte de nuestra percep­c ión del mundo. Podríamos ll egar a convertirnos en lo mismo, es como i a uno le aliera una oreja en el lugar de la nariz. La armonía de l entorno incide po itivamente en la manera de vivir.

Acabemo de entrar de una vez al Centro Hi tórico de la capital. Insisti­mos en que si se de truyera su espacio arquitectónico, a escuadra y cordel, se perdería su orden. Ahí e tá e l bombazo del Templo Mayor e perando que algún arquitecto aporte la solución plástica o

139

Page 141: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

O Parque Nacional o Fraccionamiento

Excélsior, martes 22 de septiembre de 1992, De La Torre

que e convoque a un concurso interna­cional para recuperar el espacio cívico de la Plaza Mayor.

Lo cierto es que, en términos genera­les, e está bien en el centro de la ciudad, es acogedor. Todavía se encuentra todo en el lugar, igue iendo centro comer­cial de primera importancia. Es acertado plantar árboles en él porque se humani­za el espacio. La inmediatez entre ca­lles, plazas y espacios interiores es definitiva, es lugar de entrar y al ir con naturalidad, de pasear, de comunica­ción con las amistades o con los eventos que en él se organizan, escuchar un concierto, tomar una copa en La Opera, o café con una banderilla en el E la, antiguo Tupinamba; la delicia de lo churros con chocolate de El Moro para los niño . Buenos restaurantes. Esta relación entre el dentro y el fuera del e pacio urbano se da en nue tras ciuda­des tradicionale como no se da en los barrios modernos, donde todo esta se­parado, donde la vida es má ai lada,

140

donde hay que tra ladar e para convi­vir. Peri ur y tanta plaza comerciales on para pa ar y para comprar, no son

preci amente Jugare para quedarse, para vivirlo , y los centro urbanos tradicio­nale urbanos í lo son. No é ha ta qué punto los arquitectos hemos analiL.ado e tos fenómenos, pero en ello re ide el éxito o el fraca o de mucho proyectos.

Los zócalo de las ciudade reunían toda las actividade , mientra que las plazas moderna on e pecializadas, las hay de educación en nue tra univer­sidades, para ir al cine, para comprar y vender, en general son para una sola actividad; hoy cada co a nos queda apar­te de la demás, antes estaban juntas. ¿Será posible y conveniente recuperar aquellas caracterí tica ?.

El Centro Hi tórico se continúa en barrios populares en tre de us co tado . Lo que podríamos llamar La Gran Ciudad se sigue hacia la Alameda , ahora en vías de recuperación, decíamo , en u tramo norte. Se seguía la ciudad - e eguía,

decimos ahora, porque el temblor del 19 de eptiembre de 1985 la convirtió en páramo- a través de la Avenida Juárez ha tala glorieta del Caballito, esta última también recuperada. En laAvenidaJuárez se paseaba muy bien. De de el Zócalo y la calle de Madero e continuaba por Juárez, llena de edificios de reunión de convivencia, de ir a bu car novia, con la arboleda enfrente. El Hotel del Prado fue el lugar de la vida citadina. Me acuerdo que lo perro de Arquüectura eran lleva­do al Pasaje del Prado a pedir limosna en aquellos elegantes y vitales lugarejos. De de el iglo XVI la Alameda norma la vida de esta ección de la urbe.

Juárez era el nodo de unión entre el centro de la ciudad y el desarrollo urbano de este iglo, de de u inicio . E una sección que e necesario, indi pen able, recuperar, porque e rompió la continui­dad, la vida cívica se partió en do dejando el hueco de la Avenida Juárez enmedio. ¿Qué opinan u tedes del ab­surdo parque "del llanto", monumento al m a oqui mo, en el lugar donde otrora bullía el Hotel Regí , centro de reunión de lo vi itantes del interior del paí , con u bare bohemios y comercio , rodea­

do de alas de cine? Hoy está convertido en lugar para carpas y tiendas de campa­ña, algo a í como un trailer park - pero in erlo--, en el punto más caro de la

capital, lleno de manifestantes que allí pernoctan protestando por algo, por lo que sea, con razón o sin razón. ¿Hay algo o alguien que pueda satisfacer toda las causa de prote ta? ¿Cómo e po ·ible que no e resuelva esta ituación? ¿Cual­quiera puede hacer lo que quiera, donde quiera, cuando quiera y como quiera? ¿A co ta de lo que ea? ¿No tenemos lo demá derecho a tener una ciudad que valga la pena? Volvemos a la jícama y a la chatarra. De no haber habido en Méxicoquienesderrumbaranjacale para construir fábricas, hospitales y e cuelas, el México moderno no existiría. Pare­ciera que e aprueba el culto al desorden y a la falta de normatividad bajo el pretexto de la democracia, y la democra­cia no e el de orden. La civitas es, exactamente, todo lo contrario. Quienes pretenden el derecho de cubrir la calle con alfombrasdechácharas y chacharitas

Page 142: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

pi otean el derecho de los habitante del país a transitar y convivir en las calles, a poder entrar y salir comodamente de los edificios.

Y es que el centro de la Ciudad de México es recuperable. Ahora más que nunca, después de la destrucción del si mo del ochenta y cinco. E una oca­sión única, no se volverá a presentar. Hay voluntad política de recuperar el Centro Hi tórico y posibilidade de in­ver ión económica - no la vayamo a alejar-. Los particulare e tamo con­vencido y tomamo papel activo en ello, y es que todo somos particulare , hasta los político cuando e les acaba la chamba. Hay aciertos e n la re­cuperación de la ciudad que no deben er invalidado , por ejemplo ante los

problema todavía no re uelto del " mog", problema . que tendrán que resolver e con ventiladore ya ean de a pa o de rúnele . E un problema de física, de circulación de ma a de aire y de redi tribución nacional de la industria. ¿Leonardo da Vinci no hubie­ra ya preparado vario proyecto ? Ha­brá que uccionar donde e té el mog no donde no e té.¿ Tal vez un ventilador metido en un avión o en un Zep lín? Habrá que echarle imaginación y cien­cia al asunto.

Todo de(ltnderá, en primera y en última in tancia de las olucione con­cretas, y éstas de la normas vi uales que se fije cada uno para resolver lo proyectos, de la capacidad de lo arqui­tectos e ingenieros en lo individual, y de su preparación profe ional para el aná­lisi arquitectónico. De la capacidad de los gremios para organizar la medida correcta , también en el orden vi ual, porque tal vez la norma preví ta en legislacione anteriore no ean útile , tal vez bloqueen la olución de alguna de e tas nece idades. La voluntad polí­tica en estos aspectos ha demo trado e tar pre ente.

Como pueden ustedes darse cuenta, hay mucho que hacer en nue tro medio. E nece ario reflexionar con tan temen te en e tos uce o cotidiano porque en todo repercuten profesioni taso no. Ana­lizar lo que e tá pasando e el único camino para inventar el porvenir, para

Marabunta

Excélsior, sábado 14 de noviembre de 1992, Luis Xavier.

crear una arquitectura que permita una vida digna para una vida que alga la pena ser vivida. Pero ni en lo individual ni como grupo e puede ni e ético hacer lo que uno quiera, donde, cuando y como uno quiera. Todo e cue tión de aceptar las normas del juego.

Hasta aquí la conferencia dictada en la Semana de Arquitectura que organi­zaron e tudiantes de la Univer idad Iberoamericana. Ante u publicación, quiero agregar una noticia y una re­flexión.

Otra manera de controlar el smog ería no producirlo ¿Imagina el lector la

recuperación de' la región m á transpa­rente del aire" en México, y en otra ciudade contaminada como Atena y Estambul, o en lo grande conglome­rado humano del Bra il? Se comenta a ciertos nivele que e ha inventado un motor para automóvi le que reduce con-iderablemente el con umo de ga olina

y con él, la producción de smog. Sería deseable que u inventore encontra-

ran cómo comercializarlo con base en un beneficio de carácter social y no exclu ivamente de venta a quienes ólo ven por u propio lucro.

Sería intere ante que e ta publica­ción irvie e para comprobar la veraci­dad del hallazgo científico y promover su aplicación. Este es otro ca o en el que se requerirá de voluntad polftica y valor ante el cambio, cambio que tendrá que llegar. Pudiera tratar e de un pa o de cierta tra cendencia , porque no gana­mo nada con esconder la cabeza bajo la arena. E nece ario hacer frente al pro­greso, y aunque todo cambio implica el rompimiento de un equilibrio e tableci­do, el nuevo equilibrio e alcanza de manera natural, como reacción ante la nueva nece idades creadas. Poder re -pirar en nuestra ciudades contamina­da ería un logro con iderable que redundaría en la calidad de la vida de todo no otro . O

141

Page 143: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

CENT.RoS HrsTORICO

ENCUEI\'TRO lNTERNACI.ONAL

encuentro internacional para el intercambio de experiencias de acciones de pre­servación, restauración y reutilización en centros históricos, ciudad de méxico, 1 al 3 de diciembrede 1992. instituto de arquitectura y urbanismo, a.c. cam-sam departamento del distrito federal.

PROGRAMA DE ACTIVIDADES:

•Noviembre 29 y 30 Transcurso del día. Hotel de la Ciudad de México Av. 16 de Septiembre, Esq. Plaza de la Constitución. Llegada de vi­sitantes, registro en el hotel.

•Noviembre 30 20:00 hr . Hotel de la Ciudad de México, Salón Mirador. Piso 4. Coctail de Bienvenida.

•Diciembre 1 9:00-10:00 Museo Franz M ayer.

CEREMONIA INAUGURAL A.rq. Mauricio Rivero Borre!. Presentación del Evento. Presidente del Colegio de Arquitectos de México y la Sociedad de Arquitectos Mexicanos.

Lic. Manuel Camacho Solís. Jefe del Departamento del Distrito Federal.

A.rq. Javier Carvallo González. Bienvenida. Coordinador jeJ Evento.

11:00- 12:00 Museo Franz Mayer <\rq. Jean Claude Thoret. Director de Arquitectura y Urbani -no. Ministerio de Equipamiento y Vivienda. Francia, Par ís. "Centro Histórico: ¿Patrimonio Arquitectónico o Urbano? El ;aso francés ". Comentarista: Arq. Luis Arturo Ramos.

12:15- 13: 15 Museo Franz Mayer [ng. Roberto Goméz Aguado. Presidente de la Asociación l.facional de Constructores Inmobiliarios. México. "La Rentabi­'idad de la Inversión particular en el Centro Histórico de la '::iudad de México: Acciun..:s de Vivienda, Demanda, Finan-

142

ciamiento y Capacidad de Pago". Comentarista: Arq. Héctor Girón de la Peña.

13 :15- 13:25 Mu eo Franz Mayer Comentario Informativo Lic. Eduardo Díaz Guzmán. Direc­tor de Servicios al Contribuyente. Secretaría de Hacienda.

13 :25- 14:20 Museo Franz Mayer Arq. José Ramón Moreno. Director General de Arquitectura y Vivienda en Andalucía. España, Sevilla. "Acciones de Vivienda en Centros Históricos". Comentarista: Dr. J uan B. Artigas.

14:30 Hotel Cortés. Comida.

16:30 - 17:30 Museo Franz Mayer Arq. Joel Gorski. Arquitecto Municipal Brasil, Porto Ale­gre. "Casa de Cultura Mario Quintana: Preservación y Afirmación Cultural de una Comunidad ". Comentarista: Arq . .Pilar ·Chinchilla.

17 :30- 17:40 Mu eo Franz Mayer Comentario Informativo: Don José Villamayor. Empresario.

17:50- 18:45 Museo Franz Mayer Arq. Rocío Garzaleonard. Directora de la Coordinación de Conservación y Regeneración Urbana - Gobierno del Estado de uevo León. Monterrey, N.L. "El Fideicomiso para el Rescate del Patrimonio Cultural de Monterrey". Comentaris­ta : Arq. José Luis Cortés.

18:45 - 19:45 Museo Franz Mayer Arq. Stefano Gizzi (Maya Segarra). Cultore della Materia para las Di ciplinas Histórica . Facultad de Arquitectura de la Universidad de Roma. Italia, Roma. "Intervenciones recien­tes efectuadas en el Centro Histórico de Roma". Comentarista: Arq. Salvador Aceves.

Page 144: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

•Diciembre 2 9:30- 10:30 Museo Franz Mayer Arq. Alberto González Pozo. Asesor Internacional, ex-Pre­sidente del Colegio de Arquitectos de México, la Sociedad de Arqui tecto Mexicanos y del ICOMOS-MEXICO. México . "Recursos de los Organi mos Internacionales para la In versión en Centros Hi tóricos ".Comentarista: Dr. Salva­dor Díaz Berrio.

l 0:30 - 1 l :30 Museo Franz Mayer Arq. Dora Arizaga Guzmán. Directora del Fondo de Salva­mento - l. Municipal de Quito. Ecuador, Quito. "El Fondo Ecuatoriano para el Salvamento del Centro Histórico de Quito". Comentarista: Arq. Jaime Ortíz Lajous.

1 1 :30 -1 1:40 Museo Franz Mayer Comentario Infom1ativo: lng. Hipólito Gerard. Ejecutivo BA AMEX.

12:00 - 12:45 Museo Franz M ayer Arq. Samuel Valenzuela. Director del Fideicomiso del Cen­tro Histórico de la Ciudad de México. México. "El Fideicomi­so del Cen tro Histórico de la Ciudad de México ". Comenta­rista: Arq. Javier Villa lobos Jaramillo.

12:45- 13:45 Museo Franz Mayer Lic. Augusto Ribeiro . Subgerente Promocio Ciutat Vella. España, Barcelona. Arq. Salvador Vilarrubi. Arquitecto Municipal de Mahon, Menorca , España. España, Menorca. " La Gestión Urbana en la Promoción de Cascos Antiguos.

asos: Barcelona y Mahon". Comentarista: Dr. Ricardo Prado Nuñez. 13:45- 13 :55 Museo Franz Mayer Comentario Informati vo: Lic. Héctor Flores Santamaría. Director Regional en el Distrito Federal. AFI SA.

13 :55- 14:55 Museo Franz Mayer Dr. Sylvio Mutal. Proyecto Regional de Patrimonio Cultural PNUD- UNESCO. Perú, Lima. "La Gestión y Obtención de Recursos no oficiales para la recuperación de Centros Histó­ricos". Comentari ta : Arq. Fernando Islas.

15:00 - 16:30 Pinacoteca Virreina! -Recorrido y Comida.

16:30 -19:30 Recorrido Centro Hi tórico - Visita al Cabi ldo.

eDiciembre 3 9:30- 10:30 Museo Franz Mayer Arq. Giorgio Lombardi. Director Studio Lombardi & Associati, Italia, Venecia . "La Recuperación de Espacios Públicos en áreas históricas como: Venecia, Brescia y Milán con enfoque en los aspectos metodológicos, téc­nicos y administrativos". Comentarista: Arq. Sergio Zaldi­var Guerra.

10:30 - 1 1:30 Museo Franz M ayer Arq. Martha Barrero Morales. Asistente Presidencia Banco Popular, Colombia, Bogotá. "Políticas de Finan-ciación para Proyectos de Vivienda en la Rejimciona/ización de los Centros Históricos". Comentarista: Rodolfo Santamaría.

11:45- 12:45 Mu eo Franz Mayer Arq. Francois Tomas. Ecole D' Architecture Saint-Etienne, Francia, Saint-Etienne. "De centralización y Preservación de los Centros Históricos de Francia ". Comentari sta: Arq. Javier Villalobos Jaramillo.

12:45- 13 :45 Mu eo Franz Mayer Arq. Pauto Orlindo de Azevedo. Proyecto IPAC-Ba. Secre­taría de Industria e Comercio, Brasil, Salvador Ba. "La Gestión de los Centros Históricos Latinoamericanos, Brasir' . Comentarista: Arq. Carlos Flores Marini.

14:30- 16:00 CANACO- Salón de Usos Múltiples. Comida.

16:00 - 18:00 Auditorio CANACO, Ponencias Opcionales o Tarde Libre.

20:00 - 20:30 Museo José Lui Cuevas. Recorrido.

20:30 Museo Jo é Luis Cuevas. Lectura de Conclusiones y Cena de Clausura.

Arq. Javier Carvallo G., Coordinador del Evento Arq. Javier Villalobos Jaramillo, Vicepresidente del Cole­gio de Arquitectos de México Dr. Juan B. Artigas y Arq. Fernando Abascal, Relatoría. O

143

Page 145: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

CENTRoS HsTORicoS ENCUENTRO INTERNACIONAL

Conclusiones del encuentro internacional sobre centros históricos. Ciudad de México, diciembre 3 de 1992.

T odos los participantes en este Encuentro Internacional, dejan constancia de su reconocimiento a quienes hicieron posible su rea­lización: al Departamento del Distrito Federal, a través del Con­sejo del Centro Histórico y de la Coordinación General de Reor­denación Urbana y Protección Ecológica; a las organizaciones comerciales,financieras, cultura­les y de difusión, que con su asis­tencia y sus apoyos muy diversos impulsaron el diálogo y el inter­cambio de experiencias que sig­nifica esta reunión. Especial reconocimiento a los museos que nos dieron su espacio de gran dignidad y emoción.

El Centro Histórico se debe considerar como una entidad or­ganizada y eficiente del Distrito Federal, para que las acciones que en él se ejercen, no se dificul­ten por divisiones administra­tivas, territoriales y politicas que existen en cuanto a delegaciones diferentes, y que tenga un orga­nismo que coordine y sea

144

concertador en cuanto a las di­versas dependencias que intervie­nen en la salvaguarda de este patrimonio.

De manera cotidiana y persis­tente analizar las necesidades de las diferentes áreas que confor­man el Centro Histórico, pues las características, usos, condicio­nes y solicitudes de los habitantes de cada una, demandan acciones buscando soluciones y bienestar.

Aprovechar la disposición de los expertos que han participado en la reunión, cuando deseen co­laborar en los estudios y proyec­tos que el Centro Histórico siempre requiere.

Utilizar los antecedentes exis­tentes y actualizarlos, creando un centro de información que apoye los estudios, proyectos y acciones que se lleven a cabo por el gobierno en sus diferentes ni­veles, por la iniciativa privada y por todos los núcleos y fuerzas de la sociedad.

Analizar el por qué el Centro Histórico de la Ciudad de Mé-

xico no ha aprovechado fuentes de recursos internacionales que muchos otros centros ya ejercen. Utilizar la información pro­porcionada por el Director del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNESCO), en el sentido de que a corto plazo se puede disponer de recursos económicos para la elaboración de estudios, proyectos y otras acciones, como ya se aplican en otros centros históricos.

Actualizar y mantener en for­ma dinámica el inventario de la oferta de baldíos e inmuebles en el Centro Histórico, a efecto de atraer inversionistas y promoto­res inmobiliarios, quienes en esta reunión han manifestado específi­camente estar dispuestos a parti­cipar a corto plazo.

Aprovechar la apertura cre­diticia actual como un instrumen­to que permita el acceso a financiamiento de vivienda; y proponer mecanismos ágiles para que las per onas de bajos recur­sos y de otras condiciones supe-

Page 146: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

ren obstáculos que les impiden ser sujetos de crédito.

Motivar a la iniciativa priva­da a participar en diversos pro­gramas de vivienda: de propiedad particular, de interés social, de tiempo compartido y de renta; buscando esencialmen­te que sean inversiones redi­tuables y de verdadero apoyo al Centro Histórico.

Utilizar la buena disposición de quienes usan, viven y admi­ran el Centro Histórico, para mantener y/o recomponer el equilibrio social y la diversidad de funciones que en él se reali­zan y se traducen en beneficio del mismo.

Aprovechar los recursos huma­nos de las instituciones académi­cas de nivel superior que continuamente realizan análisis, es­tudios y proyectos mediante mayor coordinación con los organismos oficiales que se ocupan de preser­var el patrimonio cultural.

Difundir los incentivos fiscales y otros apoyos que existen y que por no conocerse no se aprove­chan como debieran.

Analizar y atender las necesi­dades que el turismo de visita a la zona, demanda de modo constan­te (información, servicios, seña-

lización y otros), ya que una am­plia área está totalmente desaten­dida,· como es el caso de la zona de la Merced, donde se ubica un importante patrimonio histórico­artístico.

Incrementar las acciones de dignificación y revitalización, uti­lizando la dinámica social que ha manifestado su interés por parti­cipar organizadamente en diver­sos programas, dotando al Centro Histórico del equipamiento con el que ahora no cuenta en una amplia zona del mismo: áreas verdes, juegos infantiles, mobi­liario urbano, centro de cultura, de deporte, de recreación y otros.

Considerar que si bien las accio­nes aisladas son positivas, éstas deben corresponder a una estrate­gia persistente e integral, ya que de otra manera se corre el riesgo de seguir desatendiendo ciertas áreas, como sucede a la fecha.

Si bien es cierto que se conocen muchos aspectos del Centro His­tórico, es necesario responder ciertas incógnitas, como por ejem­plo: ¿cuáles son las acciones prio­ritarias en lo referente a problemas sociales?, ¿dónde se ubican los inmuebles que repre­sentan distintos tipos de riesgo para los habitantes?, ¿en qué zona

se localizan edificios vacíos o subutilizados y por qué?, ¿en qué calle, manzana, plaza o barrio no se realiza ninguna o casi ninguna acción?, ¿qué relación existe en­tre patrimonio y servicios en los diferentes puntos?, ¿cuál ha sido el resultado de ciertas acciones realizadas recientemente en vi­vienda, cultura y otros?

Todos los asistentes reconocen el esfuerzo realizado por el go­bierno par atender el rico patri­monio del Centro Histórico; sin embargo, también consideran ur­gente incrementar las acciones emprendidas a la fecha por todos los sectores que buscan, deman­dan y desean nuevas, útiles)' va­liosas realizaciones. El Centro Histórico de toda ciudad lo recla­ma y merece. Eso significa la frase popular mexicana que sur­ge aquí en el núcleo central de la Ciudad de México: "¡Echame una manita!".

Este documento ratifica que con­viene siempre recordar que para el centro histórico de cada ciudad, es válido el bello pensamiento de un cronista mexicano: "Solamen­te tienen alma las viejas ciudades que conservan la huella de los pueblos que la formaron" (Artemio de Valle Arizpe). D

145

Page 147: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

ENCUEN1RO INTERNACIONAL

el fideicomiso del centro histórico de la ciudad de méxico.

samuel valenzuela

ANTECEDENTES Y PROBLEMA TICA

La historia de la Ciudad de México se inicia cuando una tribu peregrina, que buscaba el sitio elegido por sus dioses para la ubicación de su principal centro ceremonial, encuentra en 1325 su destino y construye su propio territorio sobre el peque­ño islote en donde un águila parada sobre un nopal devoraba a una serpiente. Los mexicas construyen ahí sus templos, casas y palacios ligando la ciudad construida en e llago con la tierra firme, mediante tres calzadas y consolidando así a Tenochtitlan como el centro político, religioso, cultural y comercial del vasto Imperio Azteca.

En 1519 cruzando el océano llegan los españoles en enor­mes casas que andan sobre el agua y conquistan a los aztecas en 1521 . Sobre las ruinas de la ciudad indígena, cuyo esquema sirvió de base a la nueva traza de Alonso García Bravo, se cons­truye la nueva Ciudad de México, incorporada al Imperio Español y que pronto se constituiría como centro de la Nueva España, con un radio de acción cultural y comercial que llegará al Oriente, a las Filipinas, a Europa y al resto de América. La religión indígena subsiste, pero se ve fuertemente trastocada o sustituida por la fe católica; el horizonte urbano cambió a tem­plos, conventos y palacios.

En el siglo XIX, con la lucha por la Independencia y la Re­forma se cambia la estructura social y política del país. Nos con-vertimos en una República Federal, cuyo centro político sigue siendo la Ciudad de México. Estos cambios modifican también su estructura urbana; tras las leyes de Reforma se abren calles y desaparecen conventos.

La zona que hoy conocemos como Centro Histórico de la Ciudad de México, en 1900 era toda la Ciudad de México; su población no llegaba a 400 mil habitantes y su superficie era de aproximadamente 1 O kilómetros cuadrados.

En 1940 se registra una población de un millón 700 mil personas que ocupan una superficie de 117 kilómetros cua­drados. En esta época no se le ll amaba Centro Histórico, sólo centro, y era realmente el centro a donde la población acudía para efectuar sus compras, a realizar algún trámite a las

146

oficinas de gobierno, a los eventos culturales, a la Universi­dad. Había más viviendas que ahora de diferentes estratos sociales y un sistema de transporte elemental pero eficiente de tranvías y autobuses.

A partir de esa fecha se inicia el crecimiento acelerado de la ciudad como producto del modelo económico, la migración rural y el descenso de la mortalidad hasta llegar en 1990 a una población de 15 millones de habitantes que ocupan una super­ficie de 1250 kilómetros cuadrados.

La compleja problemática que presenta el centro H1stonco es causada fundamenta lmente por este acelerado proceso de crecimiento de los últimos 50 años, ya que no se ha generado una estructura urbana adecuada para disminuir la presión de una población diez veces mayor a la de 1940.

Algunos de los principales impactos negativos que sufrió el Centro Histórico durante este proceso son los siguientes:

• Una gran parte de las principales actividades económicas y sociales abandonaron el centro, lo que propició un proceso de deterioro fisico que formó un círculo vicioso: deterioro fisico , abandono de actividades y edificios, o usados con ac­tividades tan poco rentables que no sólo no contribuían a su mantenimiento sino que aceleraban su deterioro, Jo que pro­vocaba más abandono y más deterioro. Con e te proceso au­mentó la inseguridad, el deterioro de la imagen urbana y el decaimiento del turismo en la zona.

• No toda la actividad económica abandonó el centro, se que­daron algunos giros de comercio al mayoreo y especializa­do que al ir creciendo fueron demandando mayor espacio y causando la destrucción de los edificios al adecuarlos co­mo bodegas.

• En lo que respecta a la vivienda, e observó un proceso de expulsión obre todo de la población de ingre os medio y altos, que no estaba dispuesta a vivir en una zona deteriorada y in servicios habitacionales, y salió a buscar una localiza­ción alternativa que le proporcionara un mejor nivel de vida.

• Dentro de e te proceso general, otro factor a considerar fue la salida de la Univer idad y de las actividades ociales, ha-

Page 148: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

bitacionales y culturale que de ella se derivaban; e to fue un impacto negativo muy fuerte para el Centro Hi tórico.

• La expansión del istema vial de la ciudad mantuvo su cen­tro en esta zona y la mayoría de las principales arterias que lo conforman continuaron dirigiéndo e al centro y provocó que el 50% de lo vehículos que lo cruzan sean de paso y lo hagan por una traza que no permite el movimiento fluido de vehículos, complicándose con la maniobra de carga y descarga, así como las invaciones del arroyo por el comer­cio ambulante.

• El abandono de los espacios y la insuficiencia de alternati­va de empleo propiciaron que aumentara desproporcionada­mente el comercio ambulante y que se localizara anárquicamente, instalándose en zonas que entorpecen el tránsito vehicular y peatonal, en áreas con uso de suelo incompatibles o en sitios de uso colectivo.

• Una dificultad adicional es la naturaleza del mercado inmo­biliario, que hace que los monumentos tengan en general una menor rentabilidad que otro edificio . Si considera­mos que la zona está deteriorada, el espacio construido es limitado y el trabajo de restauración en oca iones e más caro que la construcción normal , es evidente que el poten­cial económico del edificio es menor. A lo anterior debe agregar e que por u antigüedad lo pro­blema jurídicos de los monumentos son mayore y además la respuesta de la burocracia ante una olicitud de licencia o permi o de construcción suele ser aún más compleja, tardada y llena de obstáculos que en los edificio convencionale .

• Ante esto se requieren nuevos mecani mo y una nueva ac­titud de la burocracia para pasar de su tradicional actitud de control a una función de promoción de nueva actividade en edificios restaurados, que no explique por qué no e puede, sino cómo sí e puede.

El efecto conjunto de los factore mencionado rompió el equilibrio de las funciones urbana y provocó el proce o de de­terioro del Centro Hi tórico, que e vio agravado por el limitado enfoque que prevaleció durante mucho años bajo el cual la re tauración y mantenimiento del Centro Hi tórico era una responsabilidad del gobierno. Esta visión no sólo tuvo la limitación de los recursos financiero ; también estaba limitada por el uso público final de lo edilicios que ca i icmpre tenían que er oficinas públicas o mu eo .

Los esfuerzos por detener el proce o de deterioro del Centro H i tórico no on nuevo . En primer lugar tenemos que destacar el programa propuesto por Don Jo é de Iturriaga a principio de 1960; la acciones que en el marco de la Olimpiada Cultu­ral de 1968 se realizaron en la que figuraban de manera particular la restauración de la plaza de mayor valor ubicadas dentro del primer cuadro de la ciudad. Se intervinieron la plazas de Loreto, Sto. Domingo, Regina San Fernando, Santa Yeracruz, Santa Catarina y otras.

A principio de los años 70' , e realizó una nueva interven­ción en la zona centro de la ciudad con un proyecto de Re­novación Urbana que buscaba la unificación de materiales y

equipamiento. Así se intervinieron las calle de Yenustiano Carranza, 16 de Septiembre, Madero, 5 de Mayo, Tacuba, Palma, Isabel la Católica, Motolinía, Bolívar, Filomena Mata, Gante, Juárez e Hidalgo.

Derivado del descubrimiento de la Coyolxauhqui y d..: ex­ploracione arqueológicas posteriore del Templo M a) or, el 11 de abri l de 1980 el Poder Ejecutivo Federal expide un decreto que declara a e taparte de la ciudad como Zona de Mo­numento Históricos y crea el Consejo del Centro Histórico, integrado por diferente miembros del sector público para proponer la coordinación de las actividades que requiera la re­cuperación, protección y conservación de la zona.

En e te decreto se delimita la zona del Centro Hi tórico de la Ciudad de México. Abarca 668 manzanas y 1436 edilicios de valor monumental en una uperficie de 9.1 kilómetros cua­drado dividida en dos perímetros: el "A" con una uperficie de 3.2 kilómetros cuadrados, que es el área de mayor concen­tración de monumentos y comprende lo que fue la ciudad ha ta el inicio de la independencia, y el perímetro' B" con 5.9 kiló­metros cuadrado de extensión. Tiene como función el amor­tiguar los efecto del resto de la gran urbe y correponde al movimiento que tuvo ha ta finales del siglo pa ado.

Algunas de las accione más importantes de principios de lo 80's on lo siguientes:

• Se construyó la Central de Tran porte de Pa ajero Oriente. • Se destinó la antigua Penitenciaría de Lecumberri al Archi­

vo General de la ación. • Se con truyó la Central de Aba topara trasladar la bodegas

que e taban en el barrio de la Merced. • El Gobierno Federal llevó a cabo importante obras de re -

tauración del Palacio Nacional y varios templos del centro.

A partir de 1984 se refuerza el decreto que dio origen a la zona denominada Centro Hi tórico, aumentando el número de lo integrante del Consejo, creando una Vocalía Ejecutiva. El reconocimiento internacional al Centro Histórico de la Ciudad de México se formaliza en la Convención General de la UNESCO que en diciembre de 1987 lo declara "Patrimonio de la Humanidad".

El Centro Hi tórico fue de la zona de la ciudad má afec­tada por lo si mos del 19 y 20 de eptiembre de 1985, sobre todo a lo edilicio de vivienda popular. El programa de Reno-ación Habitacional Popular que se implementó para la recons­

trucción de las viviendas dañada por lo terremotos permitió la intervención en el Centro Hi tórico de aproximadamente 800 inmueble , incluyendo 109 edificios catalogados como monumento , y demostraron que í se puede atender e ta demanda de la zona y que la vivienda es un elemento estraté­gico para el equilibrio urbano, dándole vida y eguridad a la zona despué de que cierran los comercios y oficinas.

PARA CONSERVAR EL CENTRO HI TORICO Hace década que no exi lían imultáneamente condiciones tan favorables para revertir el proceso de deterioro del Centro

147

Page 149: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

Hi tórico y será muy grave que no las aprovechemos porque de pués puede er demasiado tarde. oncretamente nos referi­mo a lo iguientes factores.

• EJtiste un consenso en la sociedad y el gobierno en relación a la necesidad impo tergable de hacer el máximo esfuerzo porrevertirel proce o de deterioro del Centro Histórico. Ha -ta el momento no hemos encontrado a nadie que e té en contra de un proyecto de esta naturaleza que no permite con-ervar nue tra raíces y afirmar nuestra identidad nacional en

un momento en que el mundo e tá cambiando aceleradamente. • Producto del mejoramiento de la economía del país, la ciu­

dad registra la mayor invt-rsión inmobiliaria de lo últimos 25 años y aunque esta in ver ión no se ubica de manera natu­ral y automática en el centro, antes bien tiende a localizarse en otras zonas de la ciudad como Reforma, Polanco y Santa Fe, es necesario atraer al meno una parte al centro, para impulsar su recuperación.

• En lo que hay que hacer, en general todos e tamo de acuer­do; ya ca i nadie piensa en una re tauración de mu eo. Todos estamos de acuerdo en que el centro debe ser un lugar de actividades variadas donde puedan convivir comercios, oficinas, restaurantes, hoteles y viviendas para distinto grupo sociales.

Mas que un plan en el sentido tradicional del término, el Programa iEchame una manita! es una convocatoria para pro­mover la participación con un enfoque integral que busca supe­rar la visión que considera el a pecto monumental como único y aislado, y toma en cuenta lo procesos económicos y sociales para atraer in ver iones que ofrezcan una rentabilidad atracti va y permitan intervenciones de calidad en los edificios y propi­ciar la participación directa de los re idente del Centro Hi -tórico y de todos los interesados en su con ervación para lograr tener una cobertura masiva y amplia.

El primer paso de este Programa fue dado por la socie­dad civil que en diciembre de 1990 con tituyó el Patronato de l Centro Histórico de la Ciudad de México, A.C., integrado por distinguidos repre entantes de diferentes ectores sociale : co­merciantes, banqueros, empresarios, pcriodi ta y profe io­ni ta , etc., que manifestaron su di po ición a poner todo su esfuerzo para apoyar el rescate del Centro Histórico de la Ciudad de México.

E te Patronato de la sociedad civil con tituyó el Fideicomi o del Centro Hi tórico de la Ciudad de México, como un organi mo privado encargado de la operación del Programa: i Echa me una manita! , que el ll de marzo de 1991 e anunció ante el Presidente Carlos Salina de Gortari.

El objetivo principal del fideicomiso es promover y e timu­lar la participación ocia! a través de apoyo financiero incenti­vos fi cale , ase oría técnica, facilidade admini trativa , para que local por local , edificio por edificio y calle por calle e logre rescatar nuestro patrimonio hi tórico y cu ltural.

Por los re ultados que e han obtenido podemos afirmar que en el Centro Hi tórico de la Ciudad de México está en

148

marcha el inicio de una nueva tendencia para su recuperación como lo prueban lo siguiente dato :

• Exi ·ten 428 obras de di fe rente tipo y magnitud en el(\ ntro Hi tórico, con una inver ión superiora lo 800 mil mili .ne de pe o . La participación en las obras del sector pri ado aumentó del40% en 1990 al 85% en 1992. En e160% de las manzanas del perímetro "A" dt!l Centro Hi tórico e tamos atendiendo al menos una olicitud y e tamos trabajando parcial o totalmente en el 15% de los edificio que confor­man el Perímetro "A".

• Se está trabajando en el rescate de la imagen urbana iniciando con la calles de Tacuba y de 5 de Mayo. Con e te programa e e tán atendiendo los a pecios de banquetas, pavimento ,

alumbrado público, mobiliario, anuncios y, fachada y e pe­ramos concluirlo en febrero del año próximo.

• El gobierno de la ciudad ha emprendido un ambicioso pro­grama para reubicaren plazas comerciales a los comerciante ambulantes del Perímetro "A" del entro Histórico· ha ta el momento se ha iniciado la con trucción de 8 plazas para alojar 3 500 pequeño comerciante .

• Está en operación un programa con la pa11icipación de lo ve­cinos para mantener u vivienda . A la fecha e ha intervenido en 34 condominios con aproximadamente 660 viviendas, que en su mayoría fueron con tmida hace 6 año por los programas emergentes de vivienda y que ya requerían de mantenimiento para evitar entrar en un proce o de deterioro.

• Con la iniciativa de pcr ona que no residen en el Centro Histórico pero que le intere a participar, e llevó a cabo un programa de limpieza de plaza , fuentes, fachadas de igle-ias y mu eo ; nos reunimos en 26 oca ione con un gmpo

de má o meno 120 per o na los sábado de cada do sema­nas para trabajar en coordinación con el In titulo Nacional de Antropología e Historia y la Delegación Cuauhtémoc del Departamento del Di trito Federal.

• Con la participación de lo restaurantcros del Centro Hi tóri­co e han organizado evento m en ualc para recordar fecha histórica , promover la convivencia ciudadana y la promo­ción del Centro Hi tórico· este año e realizaron 1 O evento .

• Otro programa que está funcionando e el de recolección de trebejo de la azoteas, con lo que se busca evitar que e acu­mulen objeto y ba ura que ob truyen la bajada pluviales generando encharcamiento y obrecarga en los techo . A travé de los jefe de manzana de cada zona preví tase con­voca a los re identes para que lo ábado algan a tirar su trique . e han hecho recorrido durante 16 ábado y se han recolectado 1 12 camionc .

• En lo que re pccta a la actividadc culturales también e está trabajando. Enjulio e inauguró el M u eo Jo é Lui Cuevas· en el edificio del antiguo olcgio de ri to e organizar n 7 evento de Poe ía y Mú ica; de pué de 25 año que no e rea­lizaba, el14 de noviembre e efectuó con gran éxito y la a i -tencia de má de 1 000 per o na , el Baile de Máscara en la Academia de San Carlos que marca el reinicio de una de las tradicione del Centro; la emana pa ada el Pre idente de la

Page 150: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

República inauguró la exposición: México: esplendores de 30 siglos, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

• En los primeros meses del año próximo entrará en operación un Circuito Turístico para promover que la población vuel­va a visitar el Centro Histórico. Proporcionaremos los servi­cios para recorrer en un vehículo especial tipo tranvía sus calles principales. Con este circuito se define simultáneamente un área para impulsar inversiones en actividades que promuevan la res­tauración de sus edificios.

Lo resultados anteriores se han logrado porque contamos con los instrumentos que conforman un paquete que hace atractiva la participación de los interesados en la conservación del Centro Histórico, y que se opera con un esquema de atención sin mostrador para todos los solicitantes.

La atención sin mostrador se brinda a través de un ejecutivo de proyecto que se encarga del seguimiento permanente de todo el proceso y es el conducto único para ayudar a los parti­culares a conseguir el financiamiento en los bancos, obtener los incentivos que el gobierno otorga, los permisos y licencias que se requieran, y canalizar el apoyo técnico especializa­do, dependiendo del tipo de obra y las necesidades de cada pro­puesta de intervención.

El paquete que se ofrece a los particulares interesados en la intervención de sus inmuebles e conforman con los siguien­tes elementos.

FfNANCIAMIENTO El esquema crediticio opera con recursos de acional Finan­ciera a través de seis bancos de primer piso: Banamex, Banco­mer, Serfin, Somex, Cremi y Banpeco, los cuales tienen sucur ales específicas para apoyar a los interesados en llevar a. cabo acciones para la recuperación, protección, conserva­ción y desarrollo del Centro Hi tórico.

La evaluación de la solicitud de financiamiento se realiza conforme a las políticas crediticias de cada institución en fun­ción de la viabilidad del proyecto, un flujo de efectivo que per­mita su pago y la existencia de una garantía que lo respalde con bienes inmueble , avales o finanzas.

El crédito se puede de linar a inversiones fijas y necesida­des de capital de trabajo, lasta as de interés son preferenciales y no e tán sub idiadas; los programas diseñados para canalizar la inver iones en los inmuebles son:

• Re tauración, Rehabilitación y Construcción de Inmuebles. Restaurando o rehabilitando total o parcialmente los inmue­ble destinados a actividades comerciales y de servicios, así como promoviendo el aprovechamiento de lotes baldíos.

• Reacondicionamiento de E tablecimientos Comerciales y de ervicios. Realizando el mejoramiento de locales comerciales y de servicios (tienda , restaurantes, cantina , farmacias, ferrete­rías, e tacionamiento , hoteles, talleres, etc.)" mediante la adqui ición de mobiliario y equipo, así como el

acondicionamiento de aparadores, instalaciones y servicios sanitarios.

• Restauración de Fachadas y Rehabilitación de Obras Exteriores (Imagen Urbana) Realizando trabajos de restauración de fachadas, repara­ción y aprovechamiento de muros colindantes y bardas, re­ordenamiento de anuncios y publicidad, arreglo y reparación de cortinas, toldos o marquesinas, etc.

fNCENTIVOS FISCALES En la Ley del Impuesto sobre la Renta, publicada en el Diario Oficial de la Federación, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público autoriza:

• Reducción de la depreciación inmobiliaria de 20 a lO años, es decir el 1 0% anual en vez del 5%.

• Si se trata de una deducción anticipada, se autoriza el 77% de la inversión en un solo año en vez del 51%.

El Departamento del Distrito Federal otorga un subsidio equivalente al l 00% por concepto de:

• Impue to Predial • Impuesto sobre adquisición de inmuebles • Contribución de mejoras • Derechos de expedición de licencias de construcción • Inscripción en el Registro Público de la Propiedad.

Estos incentivos se aplican a los inmuebles catalogados que obtengan el Certificado de Re tauración que expide la Coordi­nación General de Reordenación Urbana y Protección Ecológica del Departamento del Distrito Federal.

A la fecha se han tramitado subsidios para apoyar a 44 obras e timadas en 140 mil millones de pesos.

SISTEMA DE TRANSFERENCIA DE POTENCIALIDAD El Departamento del Distrito Federal reconoce el potencial de construcción no utilizado por las fincas patrimoniales, permi­tiendo la transferencia del potencial no construido a un inmueble de otra zona de la ciudad, el cual pagará lo derechos a través del Fideicomiso de Transferencia de Potencialidad, mismos que se destinarán a la re tauración de las fincas originales que transfi­rieron su potencialidad.

PROYECTOS GRA TUJTOS Cuando consideramos que el solicitante tiene una propues­ta viable y en función del tipo de obra ya sea de restauración, obra nueva, acondicionamiento de locales comerciales, rediseño de anuncios o intervención en las fachadas .

Hasta el momento, con e te esquema de trabajo se han ela­borado cerca de 100 proyectos con más de 30 consultores dife­rente . Durante 1991 y 1992 e tos proyectos los paga el fideicomiso y, en ca o de que la propue ta sea aceptada, el proyecto ejecutivo es por cuenta del inversionista. E te esque-

149

Page 151: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

ma de trabajo evita los riesgos de la inversión mal canalizada y eleva la calidad de las obras.

FACILIDADES ADMINISTRATIVAS Todos los trámites relacionados con las obras a ejecutar en el Centro Histórico se gestionan a nombre del propietari o en las oficinas del fideicomiso. Al inicio de las opl.!raciones del fideicomiso, era necesario recorrer entre 5 y 1 O ventanillas donde se presentaban entre 8 y 1 O requisitos y por lo menos 25 juegos de planos para obtener los permisos y licen­cias correspondientes.

Ahora los procedimientos se han ido ajustando en función del volumen, la experiencia y di posición de Jos organismos involucrados en la expedición de las licencias de obra y todos los trámites que de ahí se derivan. Hemos logrado reducir hasta 4 veces el tiempo que se requería para obtener una licencia.

En el fideicomiso se apoya la gestión de los siguien­tes trámites:

En el Departamento del Distrito Federal, a través de la Ventanilla Unica del Colegio de Arquitectos: • Constancia de Uso del Suelo • Licencia de Uso del Suelo • Fusiones o Subdivisiones de Predio • Exención de Cajones de Estacionamiento • Redensificación de Vivienda • Certificado de Restauración • Alineamiento y Número Oficial • Licencia de Obra • Licencia de Anuncios

150

En la Tesorería del DDF: • Reconocimiento de Subsidios

En la Dirección General de Operaciones y Construcción Hidráulica del DDF: • Yo. Bo. y Lineamientos para Proyectos Hidráulicos y

Sanitarios

En el Instituto de Bellas Artes: ·• Licencia de Obra

En el Instituto Nacional de Antropología e Historia: • Vo. Bo. para Usos del Suelo • Licencia de Obra • Yo. Bo. de Arqueología para Obras Nuevas • Licencia de Anuncios

Los intere ados en participar en el Programa: iEchame una manita! solo tienen que llamar al teléfono 709 55 89 ó acudir a nue tras oficinas ubicadas en la calle de República de Chile No . 8, para recibir atención personal para su proyecto. En síntesis, el Fideicomiso del Centro Histórico funciona como un promotor y gestor que apoya y facilita el proceso.

La tarea de conservar el Centro Histórico es de largo plazo, pero ya se ~:;t.í logrando revertir su tendencia de deterioro Y. esperamos que con la participación de todos se consolide para lograr su permanencia y autonomía. O

México, D.F., 30 de noviembre de 1992.

Page 152: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

ENCUENTRO INTERNACIONAL

la experiencia en españa de intervención en centros históricos.

josé ramón moreno

AUSTERIDAD FRENTE A DESPILFARRO

R eclamar a finales de los años seten­ta, una política de austeridad para la ciudad y el territorio, no era más que poner de manifiesto la preocupación de ámbitos culturales y profesionales por la crisis generalizada de la ciudad y el reconocimiento que el urbanismo espe­culativo y despilfarrador de las últimas décadas, era el gran responsable de la destrucción patrimonial de un elevado número de ciudades europeas.

Es entonces cuando la tensión entre centro y periferia se hace más eviden-te al comprobarse la inadecuada relación entre ambos. La paradoja de un centro consolidado carente de población y una periferia reciente con graves déficits de infraestructura y equipamientos, no ha­ce sino acentuar la falta de vertebración y entendimiento entre ambos secto­res urbanos.

La crisis de la ciudad toca fondo. No existe sensibilidad política para di­mensionar la gravedad del problema ni mecanismos legales suficientemen­te contundentes.

En general, el centro de las ciudades sigue un proceso de abandono por parte de la clase dominante que prefiere vivir en urbanizaciones privilegiadas del ex­trarradio, enajenando de paso sus propie­dadeswbanasalespeculadormáscercano. De esta forma, caen edificios de gran interés que son sustituidos por conjuntos de viviendas plurifamiliares ajenos a las constantes tipológicas tradicionales o por edificios del sector servicios que van

terciarizando implacablemente el núcleo central de las ciudades históricas en Europa Occidental.

CENTRO Y PERIFERIA De este modo, vienen a coexistir en este territorio central, una población enveje­cida y de escasos recursos que apenas puede mantener su propia vivienda, con un creciente desarrollo de edificios ad­ministrativos o sucursales bancarias o, en el mejor de los casos, algún inmueble residencial que, desde luego, elude respe-tar parámetros tradicionales ade­cuados al lugar.

De otra parte, la periferia se ha ma­sificado con modelos tipo lógicos de du­dosa condición urbana, para acoger migraciones rurales atraídas por una ensoñada mejora de la calidad de vida.

El fenómeno de la especulación se produce, pues, en ese doble ámbito que constituye la esencia de la ciudad: en la periferia, constituyendo viviendas de muy baja calidad constructiva y arquitec­tónica, con total ausencia de dotaciones y en muchas ocasiones, de infraestructu­ra. En el centro, destruyendo el modelo y alterando los usos.

La segregación espacial toma carta de naturaleza. La ciudad es el reflejo te­rritorial de la lucha de clases, identificán­dose perfectamente áreas espaciales con formas de vida. Territorio y nivel de ren­ta, en plena concordancia.

MONUMENTO Y CIUDAD La reflexión teórica que se produce a lo largo de los setenta, promueve un cam­bio radical de posición ante la ciudad.

La presión cultural y social hace mella en la acción administrativa, que gene­ra cambios legislativos.

No sólo se cuestiona la planificación wbana que se ha realizado en la etapa posterior a la última gran guerra sino que, desde el ámbito patrimonial, la noción de monumento se enriquece con nuevas apor­taciones que van a incorporarse al discur­so del nuevo quehacer wbanístico.

En efecto, a lo largo del siglo XX se han sucedido encuentros de especia­listas en los que se ha ido definiendo y perfeccionando la temática relaciona­da con el denominado Patrimonio Histó­rico-Artístico.

No es hasta 1954 que en la Conven­ción de la Haya, se define por primera vez el concepto de "bien cultural" ex­presado de la forma siguiente:

"Se consideran bienes culturales, cual­quiera que sea su origen o su propietario:

a) Los bienes muebles o inmuebles que presenten una gran importan­cia para el patrimonio cultural de los pueblos, tales como los monu­mentos de arquitectura, arte o histo­ria, religiosos o laicos, los sitios arqueológicos, los conjuntos de construcciones en tanto que pre­senten ellos un interés artístico o histórico.

b) Los edificios cuyo destino prin­cipal y efectivo sea el de conser­var o exponer los bienes culturales muebles definidos en la línea an­terior.

e) Los centros que contengan un nú­mero considerable de bienes cultu-

151

Page 153: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

raJes definidos en los apartados anteriores y denominados centros monumentales."

En Venecia, en el año 1964, se e ta­blecen criterio de actuación para la correcta interpretación de las épocas presentes en cada "bien cultural" a fin de respetarlas o enfatizada sin detri­mento del entendimiento global del ob­jeto de intervendón.

Más adelante, en octubre de 1975 y en Amsterdam, la visión del monumen­to incluye grupos de edificios, pueblos tradicionales, entornos, etc, introducien­do el concepto renovador de "con erva­ción integrada".

Es en Quito, precisamente, yen 1977, cuando se llega a la definición de "Cen­tro Histórico" como el referente de "asentamientos humanos vivos, fuerte­mente condicionados por una estructu­ra fisica proveniente del pasado y reconocibles como representativos de la evolución de un pueblo".

Ya se reconoce no sólo el valor patri­monial de una morfología edificada, reducida muchas veces al epite lio del conjunto, sino al concepto tipológico que responde a usos y formas de vida, y por tanto a complejas relaciones cultu­rales y sociales que han generado los centros de nuestras ciudades.

Se trata por fin , de una conservación integral de los núcleos históricos en que puede tener igual peso la significación ambiental de una calle que el reconoci­miento monumental de un edificio.

La planificación integral de cualquier sector urbano pasa por un entendimien­to globalizado del problema. Ya no es válido plantear soluciones parciales a conflictos sectoriales.

Hay un rechazo generalizado al "zo­ning" uniformador del planeamiento preexistente y por otra parte una pues­ta en valor de la planificación cuida­dosa, flexible y de pequeña escala.

FINAL DE ETAPA El empuje que supone la fonnulación de una doctrina urbanística en que la austeridad es la clav.: y en la que se con­tienen criterios razonables de regenera­ción de la ciudad dañada, coincide con

152

las crisis energéticas de principios de la década, que acaban bruscamente con la etapa desarrollista promovida por un capital incipiente e inculto.

E el momento oportuno para que el poder civil reconozca lo evidente y promueva un nuevo o corregido marco legal que impida la total destrucción de los centros histórico , dando lugar a normas de tipo cautelar que van resol­viendo, al menos parcialmente, algunas de las contradicciones que inevitable­mente se presentan.

Desde una legislación básica y po­sibilitadora, se puede planificar. Los poderes públicos precisan el plan para legitimar, en un si tema democrático, las aspiraciones de la mayoría.

El plan pern1ite el establecimiento de estrategias urbanas y de mecanismos compen atorios que pueden mejorar las condiciones de vida de los ciudada­nos, a travé del rescate de plusvalías desde lo privado hacia lo colectivo.

LA EXPERlE CIA ESPAÑOLA En E paña, todo comienza a cambiar cuando e aprueba la nueva Constitu­ción en 1978 refrendando los anhelos democratizadores de la población que ya conoce, desde el año anterior, lo pri­meros pasos de ayuntamientos elegidos libremente.

Desde el principio, los ayuntamien­tos proceden a revisar su planificación urbanística. Hay dos criterios, al menos, coincidentes: deben limitar e al máxi­mo las tendencias expansionistas de las ciudades y deben protegerse inmedia­tamente los centros históricos.

Por un lado, restricción del suelo ur­banizable que, en lo últimos tiempos era el instrumento básico del promotor especulativo; y, por otro, suspensión cautelar de licencia de con trucción en el Centro Histórico y en áreas singula­res del territorio municipal, con el doble objetivo de frenar la de trucción patri­monial y de tener tiempo suficiente para la elaboración del planeamiento espe­cial que garantizara, al menos transito­riamente, una adecuada intervención en el tejido urbano consolidado.

Se produce, por tanto, una vuelta a la ciudad heredada, una mirada cuida-

do a a las áreas centrales, una recupe­ración del atractivo perdido para ciertas capas sociales que prefieren adquirir y restaurar edificios de carácter tradi­cional, para vivir otra vez en ! nú­cleo hi tórico.

En la década de los ochenta, España desarrolla una legislación que pern1ite un tímido de. pegue de la acción rehabi­litadora con un marco de ayudas finan­cieras que, aunque in uficientes y de compleja tramitación burocrática, sir­ven para ir transformando progre iva­mente el modelo de politica de vivienda que se había mantenido hasta entonce , basado esencialmente en la producción de viviendas de nueva planta.

DESCENTRALIZACIÓN ADMINISTRATIVA Es entonces cuando el escenario del poder competen ial cambia radicahnen­te en el país, al transferir el estado cen­tral numerosas competencias a las comunidades autónoma , en un proceso descentralizador que ha modificado en gran medida la acción planificadora y de ge tión en los campo del urbanismo y la vivienda.

En estos momentos, las competen­cias exclusivas en estas materia corre ponden a las regiones o comuni­dades autónomas, que di sponen de ór­ganos legislativos y de gobierno para desa rrollar lo que mejor convenga a cada territorio en concordancia con una planificación económica que sigue correspondiendo al gobier­no central.

El gobierno central es, por tanto, quien e tablece el marco económico general de la política de vivienda, seña­lando fundamentalmente los tipos de ayudas financieras a que tienen derecho los usuario o adquirientes.

A partir de este marco básico, nego­ciado previamente con las comunida­des autónomas, son éstas la que diseñan su propia política aplicando los recur­so económicos, procedentes del estado o de su exclusiva recaudación, en el sector habitacional de acuerdo con un programa de gobierno y con un con­trol presupuestario por parte del parla­mento regional.

Page 154: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

DISTRIBUCION COMPETENCIAL Así, en poco menos de diez años, se ha ido perfeccionando una estructura ad­ministrativa que tiene tres niveles bási­cos: estado centra l, comunidades autónomas y ayuntamientos.

El estado central planifica económi­camente y distribuye recursos en fun­ción de déficit contra tado ; las comunidades autónomas, diseñan y le­gislan la política concreta y gestionan su propio presupuesto; los ayuntamien­tos son órganos colaboradores de esa política, cooperando en diversas mate­rias con la región (tale como obtención del déficit municipal, aportación de suelo para la construcción de vivienda , ges­tión en la contratación o promoción de obras y definición de los futuro usuarios de las viviendas con truidas o rehabilitadas).

Los ayuntamientos, a u vez, on competentes en la planificación urbanís­tica de su terri torio, con un control pos­te rior de legalidad por parte de la comunidad autónoma.

De esta forma , son los ayuntamien­to los que proponen y elaboran sus pro­pios planes de ordenación urbana, en los que definen las áreas de la ciudad y la estrategias a medio plazo (ocho años) para cada una de ellas. En los estu­dio previos es donde se detectan los déficit s infraestructurales, de equi­pamientos y de viviendas, así como la cualificación del parque inmobiliario (estado de con ervación, viviendas va­cantes, etc.).

PLANEAMIENTO ESPECIAL E AREAS CENTRALES Lo habitual es que el Centro Hi tórico de una ciudad mediana o grande, quede delimitado mediante un plan especial, que a pesar de sus características de cierta ingularidad, ha de ir vinculado y articulado con el resto del territorio, pa­ra no perder la noción de globalidad que debe presidir cualquier instrumento de planificación urbana.

En general , el diagnóstico que ofre­cen los cascos centrales de nuestras ciu­dades corresponde en cierta medida con el análi is que se hacía anteriormente: patrimonio degradado, edificios repre-

sentativos del sector terciario; interven­cione de nueva planta con tipología inadecuada ; déficits de reposición en redes básicas y en elementos de mobil ia­rio urbano, etc, etc.

Al mi mo ti empo, la población que se mantuvo en ellos, presenta caracterís­tica de envejecimiento, con muy baja densidad habitacional de e ca a movi­lidad y con bajo recur os económico .

Sin embargo, la vis ión contrastada de un Centro Histórico permite diagnos­ticar la presencia de mucho factores positivo : la imagen urbana como ele­mento primordial de recuperación; el mantenimiento de la e tructura tipoló­gica residencial y repre entativa· la baja tasa de ocupación que permitirá la incor­poración de nueva poblac ión; o la per­vivencia de estructuras comerciales que provocan la atracción puntual de habi­tantes de otros sectores.

La convicción, por fin , de reconocer que un centro urbano recuperado y re­novado es capaz de ofrecer una mejor calidad de vida.

LA T lCIA TIVA PRIVADA En España, ya puede comprobar e la veracidad de esta afinnación . En diez años, mucha áreas centrale e han renovado o están en fase de recupe­ración, con una oferta residencial de suficiente calidad como para que la ren­tabilidad quede a egurada. En estos últi­mos tiempos, una buen parte del negocio inmobiliario está radicado en la intervención en áreas centrales· desde supuestos más respetuosos que los de antaño, obligados - de de luego-- por normas y reglamentos municipales que así lo establecen.

El sector privado interviene en el área central de de la promoción general o de de la iniciativa individual.

En el primer caso, si el promotor cumple las condiciones establecidas en las ñormas sobre vivienda (superfi­cie, precio de venta, dest inatario , etc.) puede acogerse a ayudas financie­ras que establece el estado.

Sin embargo, las máximas ayu­da son personalizadas hacia el futuro usuario. Si é te accede a una vivienda construida por un promotor que cum-

pie, a su vez, con lo establecido tiene opción a una serie de beneficios ( subven­ción a fondo perdido; préstamos con intereses privilegiados; beneficios fis­cales, etc.), si por su parte demuestra fehacientemente una determinada si­tuación sociocconómica.

Se trata de dirigir las ayudas públicas hacia los sectores más necesitados. La "ayuda a la piedra" que era la caracte­rística principal de políticas anteriores por la "necesidad" de que el sector de la con trucción actuará como locomotora de la economía, ha dado pa o a la ayuda per analizada.

La iniciativa individual, de la familia que quiere rehabilitar u propia vivien­da, tiene una serie de ayuda y beneficios fi scale que pueden reducir a la mitad el costo real de la obras a realizar.

Las ayuda públicas que provienen del estado, pueden complementarse con la procedentes de la comunidad autó­noma o del propio ayuntamiento.

LA INICIA TfV A PÚBLICA Al sector público le corre ponde una tarea múltiple en lo que se refiere a su intervención en la área centrales de las ciudades.

Esa primera re ponsabilidad de la planificación municipal es exclusi­va de la iniciativa pública, a través de lo s ayuntamientos o sus oficinas de gestión.

En algunos casos, el plan especial que se realiza sobre esta área, tiene su propia gerencia desde la que se planifi­ca y gestiona con una cierta autonomía del poder municipal en lo que se refiere al ámbito administrativo, buscando una mayor agilidad y eficacia que la adminis­tración ordinaria.

El plan especial debe incorporar en­tre sus documentos un plan de etapas y el correspondiente estudio económico en el que se reflejan y evalúan las actuaciones previstas, así como el agen­te público que se responsabiliza de su financiac ión. Por ejemplo, un plan es­pecial en una ciudad del litoral , puede prever actuaciones en la franja costera que deba sufragadas la administración central , ya que ella es la competente. Puede, asimismo, establecer accione

153

Page 155: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

de rehabilitación de viviendas o promo­ciones de nueva planta en vivienda pú­blica, cuya competencia y financiación corre ponde a la comunidad autónoma. Y puede, en fin diseñar espacios públi­co o renovar rede de infraestructura con lo presupuestos municipales.

PLANEAMIENTO Y GESTIÓN Todo plan debe ser un instrumento ne­gociado entre toda las administracio­ne competentes, a umiendo cada una el grado de re ponsabiliJad (e onómica, fundamentalmente) que le corre pon­da, en el plazo de tiempo que el plan e tablezca. Y, todo ello, coordinadamen­te a través de la gerencia o la oficina del plan especial.

En el caso concreto de vivienda, la acción pública debe presentar e como ejemplificadora de lo que se preten­de realizar.

o se debe actuar exce ivamente obre el territorio ya que debe mantener

el equilibrio con la iniciativa privada y sobre todo con las pautas de integra­ción social.

La iniciativa pública directa ha de resolver el problema de los más necesi­tado , ofreciendo un producto adecua­do y digno.

Existe un gran campo de acción: des­de el aprovechamiento de vacío urba­nos en que la acción expropiatoria permita su ad cripción al patrimonio público hasta la ayudas económicas personalizadas para la rehabilitación de viviendas degradadas.

Desde la reutili zación de edifi­cios de titularidad pública para equi­pamiento o viviendas, ha ta la im­plantación de e cuelas-taller para la recuperación de oficios y la autocons­trucción rehabilitadora.

Desde facilitar proyectos técnicos elaborados por funcionarios, hasta orga­nizar en cada barrio una pequeña ofici­na de información y asesoramiento a lo ciudadanos.

La intervención en el patrimonio de las áreas centrales precisa: descentrali­zación, diversidad de instrumentos, fle­xibilidad admini trativa , gestión permanente y gestores con imaginación y capacidad creativa.

154

REHABILITACIÓN PÚBLICA De toda esta gama de po ibilidades de actuación, convendría destacar la rehabilitación del patrimonio público edificado como objeto de acción pnon­taria, como incentivo y como modelo.

La comprobación de cómo, tras una intervención pública en un área central, se puede generar una acción renovadora en su entorno, es la ba e J e partida para generar confianza y promover imultá­neamcnte operaciones de mayor escala con un claro respaldo social.

Hay, en e te tipo de acción pública, algunos factore que convendría de tacar.

En el ca o de e di licio re idencia­les, hay que establecer el manteni­miento de los actuales pobladores como regla básica. La posibilidad de opera­ciones combinada que permitan un realojo transitorio no debe upon r el desarraigo definitivo del barrio ori­ginal, ni la egregación espacial de la población.

La acción rehabilitadora sobre edifi­cio de uso colectivo (mercados, escue­las ... ) o residenciales de titularidad pública, debe lograr un equilibrio entre la preservación de tipologías tradiciona­les y su adecuación a formas actuales de vida y comportamientos.

La intervención en inmuebles consi­derado como biene cultura le no debe atender sólo al edificio, sino también a su entorno, en la búsqueda razonable de una conservación integral que no deje al monumento ai lado del contexto.

La combinación de la acción pública con la iniciativa privada bajo el marco regulador del plan puede resultar satisfac­toria i e diferencia claramente de de el principio la 'clientela" de cada operador.

FINANCIACIÓN DEL PLAN La experiencia española demuestra que las capa socia l e de menores recur­sos deben ser atendida exclusivamente porel ectorpúblico medianteoperacio­nes directa de viviendas de nueva plan­ta o de acciones rehabilitadoras que e ofrecen en alquiler con una renta men­sual no superior al 1 0% de lo ingre­sos familiares .

Los recur os públicos para financiar el planeamiento pueden provenir de la

distintas administracione en razón de lo convenio que se realicen durante la elaboración del documento para que tengan cumplido reflejo en el plan de etapas y en el estudio económi­co-financiero.

Por otra parte, la ge tión activa del plancamiento general de una ciu­dad, puede y debe obtener recursos eco­nómico y patrimoniales como pa1.:. financiar una cierta proporción de las inversione públicas.

La ce iones obligatoria de los particulare para la localización de equipamientos o la forn1tilas de "aprovechamiento medios" en edi­ficabilidad permiten a los ayuntamien­tos un amplio margen de maniobra , obre todo en lo referente al mercado

de suelo. Para que la ge tión de un plan resul­

te posible, ha de exi tir no ólo una clara voluntad política de llevarlo a cabo, sino un en tramado legi lativo que garan­tice la legalidad y la viabilidad de las e trategias marcadas.

En España difícilmente podrían haber e desarrollado experiencias urba­na de cierta calidad, i no e hubiera contado con una Ley del uelo, co­mo norma básica del planeamiento, y con una profunda revi ión y reforma de la leyes fi cale , que han dado la posi­bilidad de que la administracione pública dispusieran de recur o econó­mico uficiente como para hacer viable la voluntad política de acometer la renovación urbana de sus ciudades y, en concreto, de sus áreas centrales.

A partir de aquí , el objetivo final de recuperación del sec tor se estable­ce según estrategias diver ificada que tienen como principios bá ico aque­llos que tienden a conseguir la máxi­ma rentabilidad social del patrimonio edi ti cado, respetando el tejido urba­no consolidado y la e tructura pobla­ciona l e tabili zada.

PARTICIPACIÓN CIUDADANA Contar con el apoyo ciudadano e otra de las regla imprescindible en e to procesos de renovación urbana. La in­formación y divulgación de las distin­ta fa es del pluneamiento y posterior

Page 156: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

gestión deben refrendarse con la opi­nión y participación de los pobladores, en primera instancia, y de la ciudad en­tera, posteriormente.

Articular democráticamente la parti­cipación puede er tan importante como gestionar adecuadamente el plan. Con­seguir que la ciudadanía y la acción de gobierno vayan en la misma dirección, es garantía del éxito final.

A MODO DE CONCLUSIÓN La complejidad de estos procesos de renovación, en que la actuación se centra en tejidos urbanos consolidados con una determinada composición social, deter­mina que la intervención pública ha de ser extremadamente cuidadosa en el di­seño del plan y permanentemente activa en su gestión, lo que exige una dedica­ción constante de equipos pluriprofesio­nales bajo el patrocinio del poder local.

La dificultad inicial de obtención de recursos, no debe ser paralizadora de la acción pública.

La experiencia confirma que una pri­mera inversión en la renovación de in­fraestructuras, es suficiente como para generar expectativas de mercado. Que una experiencia pública que demuestre la viabilidad económica de una operación rehabilitadora sirve de niodelo al sector privado. Que una presión social organiza­da es capaz de generar mecanismos im­previstos de recuperación urbana.

De todas formas, la experiencia euro­pea y más concretamente la de España en esta última década en la que, efectiva­mente, se ha producido un cambio de modelo sobre el tratamiento de la ciu­dad, revalorizando las áreas centrales y reequipando las periferias no es necesa­riamente transportable a las grandes ciu­dades de América Latina, en las que los

----,

problemas de saldos migratorios, tasas demográficas, niveles de tugurización, concentración de la pobreza y graves restricciones presupuestarias, alcanzan proporciones desconocidas en Europa.

La diferencia de escala es tan sustan­cial, que podría invalidar la metodolo­gía expuesta, al menos en los aspectos má concretos.

Sin embargo, la necesidad de contar con instrumentos legales de tipo urbanís­tico y fiscal que permitan una planifi­cación democrática capaz de rescatar plusvalías para la colectividad y de or­ganizar un territorio equilibrado en el que sea posible la convivencia, sería suficiente para iniciar una efectiva recu­peración de las áreas centrales en las ciudades de la región. o

Sevilla, España Febrero /992.

155

Page 157: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

ENCUENTRO INTERNACIONAL

el centro histórico de quito.

dora arízaga guzmán

L a preocupación de tratar sobre la conservación y preservación del patri­monio histórico cultural, se ha converti­do en un tema de debate y discusión importante y permanente, que está to­mando cada vez más fuerza y concien­cia, no solo a nivel de técnicos sino que la prensa, los políticos y otros sectores de opinión lo han incorporado como una preocupación cotidiana, superando am­pliamente conceptos que hasta hace poco se circunscribían al momento aislado y su entorno. En la actualidad se habla de zonas, áreas o centros históricos, como parte fundamental de integración al es­tudio de la política urbana de la ciudad, concepto que tiene que ver no solo con la territorialidad o con los aspectos fun­cionales y fisicos, sino que considera lo económico, lo social, lo cultural, lo ecológico y la gestión.

El caso de Quito, uno de los centros más grandes y mejor conservados de Latinoamérica, no está ausente de los problemas comunes y similares que ca­racterizan a los centros hjstóricos. El abandono del habitante tradicional, la migración campesina, los problemas de tráfico y contaminación ambiental, la venta ambulante, la situación de usos y funciones, la falta de identidad y de interés de los sectores que ocupan el centro, se pueden anotar como los pro­blemas más importantes que se tienen que enfrentar en la conservación de los centros históricos. Estos aspectos deben ser tratados por constituir elementos que provocan la continua agudización del

156

deterioro urbano-arquitectónico y por las deplorables condiciones de vida de la población que allí habita.

En este marco interesa presentar la experiencia llevada a cabo por la Muni­cipalidad de Quito, en la que se puede decir que se está p.romoviendo la institucionalización del desarrollo y conservación del centro, a través de la asistencia técnica, finaciamiento y ac­tuación, todo esto inmerso en la con­cepción de la planificación urbana del Plan de Distrito Metropolitano de la ciudad de Quito, al que se ha incor­porado la temática de los Centros His­tóricos y del análisis nacional que considera el respeto a las identidades étnico-culturales.

CARACTERIZACION DEL CENTRO HISTORICO DE QUITO El centro de Quito y su área o zona histórica se desenvuelven entre una con­tinua contradicción, en donde coexis­ten la riqueza cultural e histórica manifestada en su traza urbana, su arquitectura, su paisaje, con la pobreza social y económica, y en donde es­tán vigentes la cultura del pasado y del presente.

Se podría decir que es un centro de heterogeneidades determinadas por sus actividades, usos y estructura social.

Se debe entender también que las áreas históricas están inmersas en la crisis urbana y de gobemabilidad de la ciudad, por lo que no debe abstraerse de las condiciones sociales globales.

Es por esto que el centro debe enten­derse como un centro de todos los po­bladores de la ciudad, y que su disfrute no puede ni debe ser exclusivo de sus habitantes o de sus propietarios y mucho menos de los agentes externos. Se debe propender a que sea un centro democrá­tico, y mucho más cuando se habla del Centro de Quito como Patrimonio de la Humanidad, aspecto que ha sobre­pasado los márgenes de la sociedad lo­cal y nacional y se ha convertido en internacional.

De allí que se busca una ciudad dife­rente venida de la diferencia y que tran­site hacia la diferencia; es decir una ciudad que respete las identidades cultu­rales y sociales. Queremos una ciudad que respete el pasado histórico, que cons­truya desde hoy un futuro socialmente equilibrado. Que permita una vida dig­na, justa y creativa. Que respete la natu­raleza. Una ciudad que expresa el derecho a la ciudad. Una ciudad demo­crática. Queremos una ciudad más hu­mana, donde los niños, los jóvenes, los ancianos, organizadamente (la ciudada­nía) hagan suya su ciudad y su futuro. Es por ello un problema para la mayoría y una responsabilidad de todos.

Bajo estos parámetros, la política de actuación en el centro se inscribe en la propuesta general sobre la ciudad, defi­nida por la Municipalidad en términos del derecho de la ciudad democrá­tica sobre la base de tres principios: democratización, descentralización y participación.

Page 158: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

• Democratización: conseguir una ma­yor representación de la sociedad lo­cal tendiente a la autoge tión

• Descentralización: el proceso de cen­tralización característico de los proce­sos de urbanización en el paí , han llevado a profundizar las diferencia entre los sectores de la ciudad, por lo que se hace necesario hacer de la ciu­dad una ciudad con policentralidad, es decir, crear varios centros sin que se pierdan las caracterí ticas del centro hi tórico que además de centro urba­no es el centro político del paí .

• Participación: recuperar una práctica ocial enraizada, que viene desde tiem­

pos prehi pánicos, las minga , lasco­muna , los ayllus y que han sido relegados por las administraciones sin tomaren cuenta que son agentes urba­no con mayor importancia en su cons­titución y desarrollo.

OBJETIVOS GE ERAL ES DE LA MUNICIPALIDAD DE QUITO PARA EL CENTRO HISTÓRICO l. Pre ervar el patrimonio histórico

cultural: e pretende proteger y recu­perar el conjunto de valores cultura­les, como rescate del proceso urbano global y como la sínte is nece aria entre el pasado y el futuro deseado.

2. Potenciar el de arrollo socioeco­nómico: entendido como el impulso de los procesos de mejoramiento de las condiciones de vida de la población, la supervivencia y dinamización de las di ver as identidades y culturas.

3. Reafirmar la diversidad: siendo pro­ducto de la diversidad y de las dife­rencias, se bu ca que en la ciudad y en u centro histórico, se reafirme esa diversidad social y cultural.

4. Fortalecer la identidad nacional: la preservación y conservación del pa­trimonio cultural deberán er enten­dido comoelementosnece ario para el de arrollo de la identidad nacional.

S. Vigorizar la pre encía del gobierno local municipal en el centro hi tórico de Quito: el contacto del organismo administrador y planificador de la ciu­dad, con los residentes y lo usuarios del centro histórico es un mecanismo

decisivo para orientar las políticas de intervención e involucrar a la pobla­ción en la defensa de su patrimonio.

6. Impulsar la descentralización: mediante la organización legal administrativa y territorial más efi­ciente, considerando los diferentes niveles necesarios de gestión, legis­lación y planificación del territorio y los servicios, dentro del propósi to de desconcentración que plantea la nue­va estructura policéntrica del distri­to metroplitano.

7. Disminuir la sobreutilización del centro: plantear las acciones más apropiadas para equilibrar la pre­sión funcional de la ciudad sobre el centro hi tórico, en atención de los márgene que pueda soportar su estructura.

ESTRATEGIAS La acción planificadora está concebida no como una acción lineal ino como un proceso continuo de retroalimenta­ción entre lo propuesto y lo obtenido, tratando de superar la planificación 11-ica con la incorporación de los órde­

nes económico y ocial. Se ocupa de e ta instancia el Plan Mae tro de la Dirección de Planificación.

También se adoptó como e trategia, la planificación por proyectos como una manera de iniciar un proceso de actua­ción en el área, mediante la ejecución y realización de e ludios, programas y proyecto e pecíficos. La entidad encar­gada de llevar a cabo esta e trategia es el Fondo de Salvamento, unidad que ma­neja recursos económicos creados por el Congreso acional con el fin de restau­rar, conservar y proteger lo biene hi -tóricos, artísticos religiosos y cultura le de la ciudad de Quito.

EL PLAN Como actuación de la política de plani­ficación por proyecto , se inició la ela­boración del e tu dio del plan maestro de rehabilitación de los centros históricos, bu cando en é te que se compaginen los valore históricos con lo problemas de carácter socioeconómico que caracteri­za el área central, aspectos que lo hacen diferente a las otras zona de la ciudad

por lo que se plantea como premi a la intervención, la preservación y el desa­rrollo, lo que implica por un lado la rehabilitación del patrimonio histórico cultural y por otro el mejoramiento de la calidad de vida de la población.

El propósito central u objetivo general del estudio es el de proporcionar, den­tro del marco técnico-poi ítico del Plan de Distrito Metropolitano, las líneas gene­rales y operativas de intervención para orientar y unificar institucionalmente las acciones relativas a la rehabilitación, con ervación y desarrollo de las áreas históricas de Quito, en sentido integral, considerando aspectos culturale , ocio­económicos, medio-ambientale , urbanís­ticos, arquitectónicos y administrativos.

1 ámbito de análisis comprende el territorio, correspondiendo a la evolu­ción histórica que le ha dado el carácter de centro, como los elementos natura­les, flora y fauna e inclusive los hitos culturales como la tradición, fie tas, co lumbre y otras.

El plan contiene cuatro áreas: socioeconómica, histórica, urbana y ar­quitectónica. Para el efecto se han utili­zado varias unidades de análi i , dependiendo del carácter y tipo del estu­dio especí tic o; los predios y edificios en la definición tipológica y en la valoriza­ción arquitectónica; lo espacios urba­nos en la caracterización del sistema urbaní tico, subsistemas e paciales y actividades urbana ; los barrio , en el modo de vida colectiva en la cohesión social, en la identidad urbana y en la evolución de la ciudad; las áreas homo­géneas, en la convergencia de aspectos físicos, funcionales y ociales; las zona , áreas y sectores en los equipamiento , infraestructuras y carac­terización general; las unidades socio­culturales en la caracterización de si tios ecológicos, arqueológi­cos, comunas y población con identi­dad colectiva.

Estas unidades de análisi van configurando una metodología para el estudio y el planeamiento de áreas histó­ricas con cualidades muy particulares con re pecio al planeamiento general, como es la decisiva importancia que tienen, en el proce o global, los in-

157

Page 159: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

ventanos de arquitectura civil y monu­mental y el inventario de los proyectos institucionales en el área de estudio así como el peso de los aspectos normativos y la especificidad de las unidades de análisis, entre otras.

Como producto del plan se generan líneas de acción, programas y proyecto integrales en: l. Propuesta de ordenamiento urbano o

territorial del Centro Histórico. 2. Protección y rehabilitación del patri­

monio arquitectónico. 3. Programa de desarrollo y apoyo a

la vivienda. 4. Programa de desarrollo y apoyo

al turi mo. 5. Empleo y capacitación. 6. Programa de equipamiento urbano,

espacios públicos y áreas de preser­vación.

MARCO LEGAL E INSTITUCIONAL Como producto del plan se cuenta con una ordenanza general que define los criterios de actuación en lo referente a usos de suelo, zonificación, agregación y subdivi ión, propiedad horizontal o com­partida, normas generales de interven­ciónenedificio ,calles, plazas, conjuntos, normas particulares y especiales, proce­dimientos de trámites, requisitos y estí­mulos. Quizá lo más relevante de esta ordenanza es la creación de un fondo para rehabilitación de viviendas, destinado ex­clusivamente a la concesión de créditos para la rehabilitación de edificaciones protegidas que serán utilizadas en vivien­da. Este fondo se nutre con el producto de la venta de edificabilidad adicional de la que señala el Reglamento Urbano de Quito, en otras zonas de la ciudad ya determinadas como apropiadas para un mayor crecimiento.

También se cuenta con el Código de Arquitectura y Urbanismo Ordenanza del Comercio Informal , que tiende a organizar y contribuir al desarrollo del comercio minorista en espacios de cir­culación pública, sin afectar al patrimo­nio o al medio ambiente; mejorar la calidad de los servicios de las ventas callejeras; y propender a descentralizar la actividad comercial callejera creando

158

las condicione materiales y organi­zativas en otros Jugare de la ciudad.

El municipio cuenta con instancias para la gestión importantes como la Comisión Municipal del Centro Hi tóri­co que ti ene repre entantes de distintos sectores sociales (partidos políticos, igle­sia, Colegio de Arquitectos) represen­tantes de la comunidad que su misión principal es de decisión política; la Fun­dación Capiscana, creada para promo­ver los valores culturale y obtener financiamiento, y cuenta con represen­tantes de distintos sectores de la socie­dad civil; la Dirección de Planificación, como ya se señaló, se ocupa de los planes y programas, administración y asesoría, a través de la Oficina del Cen­tro Histórico y recientemente, al incor­porarse la Comisaría, del control y sanción de las acciones, y e l Fondo de Salvamento, que se ocupa de la ejecu­ción de programas y proyectos.

ACTUACIONES DEL FONDO DE SALVAMENTO Como ya se dijo anteriormente, a la par que se realizaba el Plan Maestro de Con­servación del Centro Histórico de Quito, se han realizado operaciones paralelas a manera de planificación de proyecto , con la ejecución de obras y realización de programas, proyecto e pecífico que contaban con financiamiento proveniente del gobierno nacional, cercano a los US $ 3 '000,000dedólares fondocreadoaraíz de los sismos del 5 y 6 de marzo del año 1987 denominado Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural, cuya adminis­tración está encargada a la Municipali­dad de Quito. Inicialmente e te fondo debería de servir para superar la emer­gencia y a futuro para la conservación, protección y restauración de lo bienes históricos, artístico , religiosos y cultura­le de la ciudad de Quito.

Los recursos asignados debían tener una duración de tres años (para los años 1988, 1989 y 1990). Hoy gracias a trá­mites realizados por la Municipalidad de Quito ante el parlamento y a una mayor conciencia ciudadana, se ha crea­do un impuesto sobre la renta de los contribuyentes del cantón Quito, el 6%, lo que hace que exi tan recur os perma-

nente cercanos al millón y medio de dólares anuales. A esto hay que sumar la consecución de créditos de organismos nacionale e internacionales y el apoyo de gobiernos amigos como el caso de España y Bélgica, quienes han financia­do algunos proyectos que han permitido desarrollar varios programas en el Cen­tro Hi tórico de Quito.

Lo programas y proyectos real izado han sido enfrentado como acciones posi­bles de ser llevados a cabo en corto plazo con el carácter de demostrativos, buscando que las intervenciones generen resultados tendientes a la transformación paulatina de las zonas hi tóricas intervenidas, y que puedan replicarse en otros sitios. Todo esto dentro del concepto demantenerel equili­brio entre con ervación y de arrollo, bajo el objetivo fundamental de la rehabilita­ción integral del centro histórico de Quito, y de las políticas planteadas por el Plan, lo que implica la rehabilitación del patrimo ni o histórico-cultural , el mejoramiento d~ la calidad del ambiente urbano y de la vida de los habitantes y usuarios del centro.

OBJETIVOS ESPECIFICOS Bajo los conceptos anteriormente ano­tados, al Fondo de Salvamento planteó los siguientes objetivo específicos que normarían su actuación: • Potenciar lo valores socioeco­

nómico , culturales, ambientales y arquitectónicos del centro, a fin de elevar la calidad de vida de la pobla­ción que vive y usa el centro.

• Promover un proceso sostenido de rehabilitación, que inicialmente de­penda de la inversión y gestión muni­cipales , pero que al volverse financieramente atractivo, se convier­ta en una actividad compartida con el sector privado bajo la supervisión y normas de la Municipalidad.

• Intervenir en edificios nucleados, que por sus características específicas pue­dan constituirse en elementos genera­dores y demostrativos del proceso iniciado, en el que se advierta el es­fuerzo de las in tituciones públicas y privada , y e evidencien las vol unta­de y compromisos asumidos.

• Complementar la rehabilitación de los inmueble y del ambiente urbano con

Page 160: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

la dotación ymejorade equipamiento, redes de infraestructura, medios de transporte, espacios públicos y cultu­rales, con la finalidad de mantener el criterio de integridad.

• Lograr que las propuestas y pro­yectos que se realicen en el centro, sean un aporte en la continuidad de la hi toria.

• Consideramos que tenemos una obli­gación con ésta, y más aun terminan­do el siglo XX, pues si partimos de que el centro de ha caracterizado por ser el cúmulo y la sumatoria de los distintos momentos sociopolíticos y económicos, su arquitectura ha permanecido para recordamos y en­señamos lo que hemos sido y lo que somos.

• Tratar de que todos los proyectos resuelvan los estándares que exigen la vida moderna, y que a través de su lectura arquitectónica se evidencie la convivencia del presente y del pasa­do sin competencia entre ellos.

• Compartir la experiencia de la rehabi­litación y de las intervenciones con la mayor cantidad de técnicos y de la población en general, y conseguir que sus aspiraciones, propuestas, comentarios, críticas, etc., permitan el orientar y/o reorientar las polí­ticas de intervención, contribuyendo así a la defensa de la con ervación del centro como una tarea socialmen­te compartida.

• Generar empleo y crear mano de obra especializada, con el fin de mantener la tradición de técnicas constructivas en vías de desaparición y su correcta utilización .

LÍNEAS DE ACCIÓN Como ámbito territorial de actuación se asumió el área histórica del centro, y las áreas históricas periféricas o núcleos parroquiales del cantón Quito. Las inter­venciones tienen básicamente dos líneas mae tras : intervenciones de carácter in­tegral o concentradas, e intervenciones de carácter nucleado.

Para las primeras e han determinado zonas identificadas con un alto índice de deterioro, superior al resto del conjunto en sus aspectos socioeconómico , fisi -

co-ambientales, en las cuales e requie­re de la ejecución inmediata de proyec­tos específicos y de una alta inversión pública y privada , con el fin de revalorizarlas y articularlas de mejor manera al sistema urbano. Como ejem­plos del proceso iniciado, se han tomado áreas del barrio La Tola y San Roque.

En éstas, el Fondo está proporcio­nando proyectos de mejoramiento am­biental, dotación de infraestmctura y servicios, consolidación de las activida­des residenciales y comerciales, con la construcción de nuevas planta y restau­ración. Para el efecto se han adquirido inmuebles que estaban sin uso o propie­dades de la municipalidad que estaban en estado de mina o abandonados. Den­tro de esta categoría e incluyen accio­nes que tienen que ver con el conjunto en general del centro, como el plan de ilu­minación de calles, monumentos y espa­cios públicos; plan de mejoramiento de infraestructura : redes de teléfonos, luz, agua y alcantarillado · plan de reordenamiento de tránsito, eñalización, peatonización y parquemientos públicos.

Las intervenciones de carácter nucleado constituyen intervenciones puntuales diseminadas en el centro o en parroquias, que en su mayoria respon­den a demanda poblacionales, y en otro ca os, inducidas por la propia mu­nicipalidad para paliar déficits de servi­cio o cambio de usos . Dentro de esta segunda línea maestra se ubican los pro­yectos de restauración y rehabilitación de pequeñas igle ia y capillas popula­res, escuela estatales, edificios de la propiedad de la municipalidad que se encontraban abandonados , o estaban

cupados con uso contrapuestos a la vocación del edificio, y/o estructuras de carácter religioso o civil afectados por los sismos de marzo de 1987.

También se incluyen proyecto de mejoramiento o redi eño de espacios públicos como parques, plazas y plazo­letas, baterías de servicios higiénicos, guarderías y lavanderías pública .

En la mayoría de lo caso se ha tratado de incorporar el elemento ar­quitectónico a er intervenido con el en­tomo urbano, complementándo e entre sí. Así por ejemplo e ha tomado el ca o

de la re tauración de alguna iglesia, con el mejoramiento del parque y la dota­ción de baterías de servicios higiénicos.

Cada caso de intervención ha deman­dado su propia re pue ta y asistencia, en unos casos se ha tenido que usar tecno­logía sofisticada, como el caso de la restauración de las iglesias y monumen­tos afectados por el i m o; en otros, se ha necesitado la combinación de tecnolo­gías tradicionales, muchas de ellas ya desconocidas o en desuso, con el avance tecnológico actual.

PROGRAMAS Y PROYECTOS Para los dos tipos de intervenciones, tanto concretada como nucleadas, se adoptaron programa específicos que comprenden: • Intervención en redes de infraes­

tructura : los cambios de uso del u e lo del centro, las nuevas deman­

da y necesidades, la vetustez, la falta de mantenimiento de la redes de agua, alcantarillado, teléfonos, energía eléctrica, tornan prioritaria la intervención en estos aspectos, tratando de mejorar los niveles de servicio en unos casos, y en otros adaptándolos a los criterios moder­nos que la técnica aconseja, por ejemplo, con la redes telefónicas y eléctricas. Se plantea la elimina­ción del cableado aéreo y su sustutución por cableado subterrá­neo, consiguiendo así mejorar el nivel estético del éentro.

• Intervención en espacios públicos: con tituye el mejoramiento de par­ques, plazas, veredas y calzadas, con­siderados como e pacios vitales de interacción social y de realización de actividades culturales, sociales, cívicas y a veces hasta deportivas. Se pretende intervenirlas con el fin de contrarrestar el proceso de dete­rioro ambiental, y de recuperar espa­cio que on parte de la hi storia y que se mantienen vigentes prácticamente de su nacimiento colonial, con todo el valor cultural , ambiental, urbano, arquitectónico, etc. Se les ha dota­do de servicios y e ha propiciado la participación comunitaria para su mantenimiento.

159

Page 161: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

e Intervención sobre el sistema de trá­fico y estacionamientos: las fuertes presiones vehiculares que soporta el centro y los niveles contaminantes son alarmantes, lo que obliga a co­rregir el sistema actual de tráfico, en términos de reordenamiento del trán­sito vebicular que considere vías ex­presas para transporte público y privado, restricción del transporte privado, dotación de estacionamien­tos vehiculares, zonas exclusivas para el peatón, ampliación de vere­das para disminuir los conflictos per­manentes entre peatón y vehículos.

• Intervención en unidades básicas de equipamiento tales como baterías sa­nitarias, lavanderías públicas y guarderías; estos servicios son fun­damentales como equipamiento co­munitario para las familias de escasos recursos económicos que viven y tra­bajan en el centro. Suplen en gran medida la falta de infraestructura al interior de las viviendas que hoy son ocupadas como multifamiliares. Se pretenden mejorar los servicios exis­tentes en unos casos y en otros crear­los, contribuyendo así a mejorar las condiciones ambientales e higiéni­cas del centro y a dignificar los sitios de trabajo de los usuarios.

e Intervención en edificios civiles y religiosos: se inscribe este programa en la necesidad de recuperar el patri­monio cultural, y ponerlo en función social, mediante la adaptación de nuevos usos en unos casos, o en otros fortaleciendo los mismos, para lo cual se han asumido nociones y principios contenidos en documentos interna­cionales y de la experiencia local, para la conservación y restauración de monumentos, tendiendo siempre a conservar los valores histórico-cul­turales y arquitectónicos más signifi­cativos de los edificios, principio aplicado sobre todo en los monu­mentos religiosos que sufrieron el sismo del año 1987.

CONCLUSIONES l. La responsabilidad del gobierno local

no debe restringirse al dictado de nor­mas y al cuidado de su cumplimiento, si las demandas sociales rebasan la capacidad operativa del estado, o si el patrimonio histórico, artístico, ambien­tal y ecológico de la ciudad se encuen­tran afectados por la ocupación inadecuada de sus espacios, por el de­terioro de sus instalaciones, por la de­gradación del medio ambiente, por la desarticulacón de su integridad e iden-

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

DR. JOSÉ SARUKHÁN RECTOR

DR. FRANCISCO BARNÉS DE CASTRO SECRETARJO GENERAL

DR. SALVADOR MALO AL V AREZ SECRET ARJO ADMINISTRATIVO

DR. ROBERTO CAST AÑÓN ROMO SECRET ARJO DE SERVICIOS ACADÉMICOS

LIC. RAFAEL CORDERA CAMPOS SECRETARJO DE ASUNTOS ESTUDIANTILES

DR. LEONCIO LARA SÁENZ ABOGADO GENERAL

XA VlER CORTÉS RODA DIRECTOR DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA

GABRIEL MÉRIGO SECRETARIO GENERAL

FERNANDO GREENE CASTILLO JEFE DE LA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO

160

ti dad cultural y por la disminución de la calidad de vida, sino a tratar de corregir Jos desequilibrios existentes.

2. El compromiso de Jos políticos debe ser asumido en la promoción, la ges­tión y todo lo que implica conseguir el desarrollo y la conservación del centro histórico.

3. La necesidad de la participación de los diversos agentes sociales en la búsqueda del fortalecimiento de la identidad nacional.

4. Encontrarycrearmecanismos finan­cieros, legales, técnicos que permi­tan mantener un proceso sostenido para garantizar la conservación y el desarrollo de los centros históricos.

S. La prensa y la opinión pública deberán jugar un papel protagónico en el apoyo a la gestión y el segui­miento a la conservación del centro.

México, D.F., diciembre de 1992.

BIBLIOGRAFÍA Plan Maestro de Conservación de las Areas Históricas del Cantón Quito, Di­rección de Planificación. Seminario Interno de Discusión, Pro­yecto bid, Municipalidad de Quito. Varios documentos de trabajo. Fondo de Salvamento. O

Page 162: 12 índice cuadernos de arquitectura virreina!arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/cuaderno_12.pdf · Interrelación de la arquitectura y el entorno social ..... 127 María

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

PREHISPÁNICO EL IGLO DE LA INDEPENDENCIA

-.:u .. tol\~ f.Lllh"l.-•1 .. 1\

OBRAS MAESTRAS EN LOS MUSEOS

DE CIUDAD DE MÍXJCO

Realización: Pablo Ortíz Monasterio y Patricia Mendoza Prehispánico: Eduardo Matos Moctezuma Virreinato : Guillermo Tovar de Teresa y Juan B. Artigas Independencia: Eloísa Uribe Monumentos y Escultura Pública: Jorge Alberto Manrique Murales del Centro Histórico: Esther Acevedo Obras Maestras en los Museos de-la Ciudad de México: Rafael Tovar y de Teresa.

~ CIUDAD DE MEXICO U Consejo Nacional

para la Cultura y las Anes

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••