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151 Antecedentes Para la elaboración del presente proyecto de inter- vención del Retablo de los Genoveses, se ha partido del examen de los estudios realizados con anteriori- dad a la incorporación del I.A.P.H. a esta tarea. Estos son “Recomendaciones previas al proyecto de inter- vención en la Capilla de los Genoveses de la Iglesia de Santa Cruz (antigua catedral), Cádiz.”, fechado en sep- tiembre de 1994 y “Estudio de la Capilla de los Geno- veses de la Iglesia de Santa Cruz de Cádiz”, de 1995. Esta información se ha contrastado con las poste- riores y reiteradas visitas a la capilla y su entorno, in- cluyendo sus fosas de enterramiento, completándose con los siguientes informes: geológico, climatológico, arquitectónico e histórico-artístico. Los desarrollos de estas actuaciones se han engloba- do en el proyecto denominado “Intervención global para la consolidación, restauración y conservación preventiva del Retablo de los Genoveses” que se en- cuentra actualmente en fase de redacción y cuyas lí- neas básicas se exponen a continuación. Un retablo italiano en Cádiz El Retablo de los Genoveses significó el punto de partida de una modalidad que ha contribuido a la in- dividualización de Cádiz dentro del territorio anda- Capilla de la Nación Genovesa en la Catedral Vieja de Cádiz. Propuesta de intervención global para la consolidación, restauración y conservación preventiva de su retablo María Campoy Historia del Arte Pedro Rodríguez Jefe del Departamento Departamento de Investigación Centro de Intervención del I.A.P.H. Documento Reflexiones en el tiempo INTERVENCIÓN 1. El Barrio del Pópulo de Cádiz con las catedrales Vieja y Nueva. (Oficina del Plan URBAN)

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Antecedentes

Para la elaboración del presente proyecto de inter-vención del Retablo de los Genoveses, se ha partidodel examen de los estudios realizados con anteriori-dad a la incorporación del I.A.P.H. a esta tarea. Estosson “Recomendaciones previas al proyecto de inter-vención en la Capilla de los Genoveses de la Iglesia deSanta Cruz (antigua catedral), Cádiz.”, fechado en sep-tiembre de 1994 y “Estudio de la Capilla de los Geno-

veses de la Iglesia de Santa Cruz de Cádiz”, de 1995.Esta información se ha contrastado con las poste-riores y reiteradas visitas a la capilla y su entorno, in-cluyendo sus fosas de enterramiento, completándosecon los siguientes informes: geológico, climatológico,arquitectónico e histórico-artístico.

Los desarrollos de estas actuaciones se han engloba-do en el proyecto denominado “Intervención globalpara la consolidación, restauración y conservaciónpreventiva del Retablo de los Genoveses” que se en-cuentra actualmente en fase de redacción y cuyas lí-neas básicas se exponen a continuación.

Un retablo italiano en Cádiz

El Retablo de los Genoveses significó el punto departida de una modalidad que ha contribuido a la in-dividualización de Cádiz dentro del territorio anda-

Capilla de la Nación Genovesa en la Catedral Vieja de Cádiz.

Propuesta de intervención global para laconsolidación, restauración y conservación

preventiva de su retablo

María Campoy

Historia del Arte

Pedro Rodríguez

Jefe del Departamento

Departamento de Investigación Centro de Intervención del I.A.P.H.

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1. El Barrio del Pópulo de Cádiz con las catedrales Vieja y Nueva. (Oficina del Plan URBAN)

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luz. Al no haber constancia de otras obras de estascaracterísticas anteriores a 1671, año de su edifica-ción según reza en la inscripción localizada en las re-pisas de sus hornacinas, la consideramos la primerade su especie que se realiza en Cádiz1.

Las palabras de Hipólito Sancho de Sopranis dancuenta de la importancia de esta obra y de su reper-cusión social en la época. Aunque la presencia demármoles genoveses en la región venía de antiguo, elimpacto de esta obra se tradujo en la aparición deuna nueva clientela que, al margen del ámbito geno-vés, demanda obras en mármol más por ostentaciónque por interés ar tístico, frente los acostumbradosretablos de madera dorados2.

La capilla genovesa fue fundada en la Catedral Vieja

de Cádiz en 1487 por iniciativa de mercader geno-vés Francesco Usodimare, quien la adquirió con elbeneplácito del obispo Pedro Fernández de Solís.Dedicada a Santa María y al patrón de la señoría li-gur San Jorge, tenía uso como enterramiento de losnacionales y para la celebración de sus fiestas.

A raíz de los desastres ingleses de 1596 y las poste-riores obras de restauración de la Catedral Vieja, elcabildo decide dotar al templo con un nuevo retablomayor, eliminado por el obispo García de Haro añosatrás para colocar en su lugar un coro al estilo italia-no. El nuevo proyecto, ejecutado por el maestroAlejandro de Saavedra, dejaba fuera de la composi-ción la imagen de un antiguo crucificado que hastaentonces había presidido el altar. Por la devoción po-pular que se le profesaba, el cabildo optó por donar-la a alguna de las capillas vecinas, yendo a parar a lade los genoveses.

Constatado el depósito de la imagen con carácterperpetuo, el colectivo genovés se compromete enprueba de gratitud, a ejecutar un retablo donde darcobijo a sus imágenes. Para ello pensaron en una ricay ostentosa decoración de mármoles con predomi-nio de blancos y negros, que fuese digno marco don-de exponer a la veneración pública la imagen delSanto Cristo de Aguiniga y de la Virgen del Socorroen los lugares preferentes, y la de los cuatro aboga-dos de la Señoría en las hornacinas de los interco-lumnios3.

La inscripción nos dice el resto: “ESTA CAPILLA ESPROPIA DE LA / NACIÓN GINOVESA. REEDIFI-COSE / CON ESTE RETABLO DE IASPES / Y ALA-BASTROS AÑO DE 1671".

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2. Situación de la Capilla de laNación Genovesa en la iglesia

de la Santa Cruz, catedral viejade Cádiz, y zona propuesta

para ubicar los talleres de res-tauración de elementos pétre-

os, (Plan URBAN y estudioMLM&PRP)

3. Sección transversal de laCapilla, mostrando el corte delas criptas de enterramiento y

el alzado frontal del retablo,(estudio MLM&PRP)

4. Sección longitudinal de laCapilla mirando hacia el

Sureste, (estudio MLM&PRP)

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Atribuciones

Del autor/res de la obra no hay noticias directas, pe-ro los acontecimientos posteriores apuntan la atri-bución a los hermanos Andrea y José Antonio An-dreoli, naturales de Carrara, que trabajaron en Cádizen la segunda mitad del siglo XVII.

En primer lugar por la elección de los italianos parala construcción de una obra de la importancia de laPor tada lateral de la Catedral Vieja. En el acta capi-tular del 28 de septiembre de 1671 hay constanciade que la por tada se tenía ajustada con el nuevomaestro genovés, advir tiendo de “ la buena ocasiónque era para la proyectada portada estar aquí el ma-estro que iba a Génova”4.

La explicación es la siguiente. El cabildo, molesto deque en el primer templo una corporación extranjeratuviese, a su modo de ver, un altar superior al quehizo para ellos Saavedra, encarga a Andreoli unaportada de la que se espera si no mayor sí el mismoéxito que el retablo genovés.

El contrato se formaliza en sucesivos años y las ins-trucciones dadas hablan por si solas –la forma y cali-dad de las esculturas debe ser similar a las del retablode la capilla genovesa, así como la hechura de la por-tada ha de ser también salomónica–. El recuerdo dela obra ejecutada para los genoveses está, por sucercanía física y cronológica, muy presente 5.

De los hermanos Andreoli hay escasas noticias.Nunca tuvieron residencia fija en Cádiz, apareciendosólo durante pequeños periodos de tiempo suficien-tes para cerrar los contratos. No se encargaban derealizar los montajes, limitándose a confeccionar laspiezas en Italia que traían en barco desde Génova.Una vez descargadas en la bahía, otorgaban la car tade pago de haber entregado la obra y cobraban latotalidad del dinero. En su ausencia, su colaboradorSimón de Rivas, milanés afincado en Cádiz con elque compar tían un taller en el Baluar te de SantaCruz, en un sitio llamado "Los Barrancos del Car-bón", se encargaba de cerrar diversos tratos. Allí al-macenaban las obras hasta su completa instalación,y allí iban los clientes a adquirir piezas o hacer en-cargos.

Una última circunstancia viene a afianzar la atribucióna los hermanos italianos. El hallazgo del contrato delRetablo mayor de la Iglesia de Santo Domingo de Cá-diz, de hechura idéntica al genovés, y que ejecutaronlos hermanos Andreoli entre 1683 y 1691.

El mencionado contrato ha permitido además, de-terminar el verdadero alcance de las actuaciones delos italianos en Cádiz, quedando constancia de quesu trabajo se limitaba a la materialización en mármolde los encargos que les encomendaban, jamás del di-seño. Ello justifica el título con el que se hacían lla-mar "maestros en arquitectura de mármoles" o "maes-t ros en obras de jaspes " , nunca arquitectos oescultores 6.

Del mismo modo, la por tada lateral de la catedralya estaba proyectada cuando se solicitó su ejecucióna Andreoli, teniendo conocimiento de que la trazacorrió a cargo del ensamblador Juan González deHerrera 7.

En cuanto al diseño del retablo ligur, Sancho de So-pranis considera que en la distribución del conjuntocier tos elementos decorativos recuerdan remota-mente, y en el retablo dominicano mucho más, a al-gunas obras de Francisco Dionisio Rivas, salvandodistancias por tratarse de retablos en madera 8.

Por el contrario, Fray Vicente Díaz considera que elretablo de Santo Domingo debió diseñarlo el pro-pio Juan González de Herrera, por las semejanzasque presenta con la desaparecida portada lateral dela catedral, dibujada por el mismo Díaz según la des-cripción de Jerónimo de Concepción.

Para Alonso de la Sierra esta práctica era frecuenteen Cádiz durante las últimas décadas del siglo XVII.A falta de maestros marmolistas en la ciudad, secontrataba a especialistas llegados de Italia que eje-cutaban los encargos que previamente habían dise-ñado los maestros locales.

Creemos que en el Retablo de los Genoveses tam-bién se llevó a cabo esta práctica. Primero por las se-mejanzas que presenta su único cuerpo con el prime-ro del retablo dominicano, con la mismaconfiguración de sus calles, y en segundo lugar, por elrecuadro del crucificado localizado en la calle central.Esta solución fue ideada por maestros locales paraintegrar estas imágenes en los retablos. Sabemos quese había experimentado antes en el desaparecido re-tablo de la vecina capilla de los vizcaínos, siendo pro-bable que se tomara como modelo en el genovés 9.

Junto al Retablo de los Genoveses fueron encargadascuatro esculturas de mármol para decorar sus hor-nacinas: San Jorge, San Juan Bautista, San Lorenzo ySan Bernardo. Están atribuidas al carrarés EstebanFrugone, escultor del que hay constancia que cola-boró en otras obras significativas de los Andreoli enCádiz, tal y como consta en las inscripciones localiza-das en varias esculturas de los mencionados Retablomayor de Santo Domingo y Portada lateral de la Ca-tedral Vieja 10.

Sobre este ar tista no hay noticias de su presenciaen Cádiz. Se cree que nunca estuvo en la ciudad yque sus obras eran traídas desde Génova por loshermanos Andreoli junto con las piezas labradas pa-ra la por tada. Pensamos que debió de ocurrir otrotanto con las esculturas del retablo dominicano.

Por el contrario, la falta de inscripciones en las escul-turas del retablo genovés junto con las diferencias esti-lísticas que expondremos a continuación, han llevado adescartar la atribución de la estatuaria a este escultor.

Primero porque el estilo y ejecución de estas imáge-nes difiere con respecto a las que se encontraban en

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la por tada, además de que fueron ejecutadas en fe-chas muy próximas siendo las de la portada de 1673y las del retablo de un par de años antes, resultandoimposible atribuirlas a una misma persona.

En segundo lugar porque dentro de las esculturasdel retablo que nos ocupa, se aprecia falta de uni-dad, conformando dos grupos de estilo, composicióny características diferentes. Por una parte, las de SanBernardo y San Lorenzo están concebidas medianteformas y actitudes cerradas con predominio de lafrontalidad, frente a las de San Jorge y San Juan Bau-tista, de gestos más espontáneos y composicionesmás abiertas.

Que los Andreoli contraten a dos ar tistas para eje-cutar la estatuaria de una obra no es excepcional. Enel aludido Retablo de Santo Domingo hay constanciaepigráfica de que además de Frugone intervino otroescultor llamado Jacopo Antonio Ponzanelli 11.

Es probable que Andrea y José Antonio Andreoliposeyeran un taller en Génova donde almacenabanesculturas de distintos artistas. La falta de inscripcio-nes en las imágenes obedece a cier tos ajustes quese realizaban para acoplarlas a sus respectivos luga-res mediante el recorte de peanas, y en menos oca-siones, suplementándolas con piezas para realzarlas ycasarlas con los lugares asignados 12.

Tal vez sea este el motivo de que no se hallen lasinscripciones en las esculturas del retablo de la na-ción genovesa, por lo que resulta imposible formularuna atribución coherente.

Descripción

El Retablo de los Genoveses se localiza en la cabece-ra de la nave del evangelio de la Catedral Vieja deCádiz. Ocupa todo el frente y los dos laterales de lacapilla y consta de un banco, un único cuerpo confi-gurado a modo de tríptico –compuesto de tres ca-lles en el plano frontal y dos en los laterales–, y unático que remata todo el frontal.

Por su ubicación en el templo se denomina retablode crucero. Está realizado en mármoles de Carrara,jaspes y calizas, siguiendo la línea de los retablos ita-lianos, y consta de una estructura muy básica, consis-tente en una planta rectilínea poligonal a partir de lacual se articula todo el retablo.

Por sus características responde al estilo barrocoen el uso de la columna salomónica como sopor teque se impone en la segunda mitad del XVII y elempleo del orden compuesto en los capiteles. Seobservan otros recursos propios de la época, comoel resalte de la calle central mediante el uso de co-lumnas pareadas, la presencia del frontón par tido oel empleo de la línea quebrada a lo largo de todoel entablamento.

Asimismo, durante este periodo se lleva a cabo unasimplificación estructural en los retablos, reduciéndo-se considerablemente el número de cuerpos y calles.Ello se traduce en una disminución de los motivosdecorativos que terminan replegándose a áreas con-cretas. En el retablo que nos ocupa, la decoración se

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5. Retablo mayor de la iglesiade Santo Domingo en Cádiz

6. Reconstrucción de la antiguaPortada lateral de la CatedralVieja según Fray Vicente Díaz

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localiza en el banco, los alrededores de las hornaci-nas y en el fondo del ático.

Otro aspecto decorativo a destacar es la constantebúsqueda de contrastes mediante el uso de már-moles blancos y negros. Consiste en seleccionar elmismo color en los elementos arquitectónicos repe-tidos, pero evitando que coincida en aquellas piezasque se presentan correlativas. De esta manera secrean contrastes entre las zonas resaltadas y las másretrasadas –sopor tes en mármol negro separandolas calles en blanco– y en las superposiciones de ele-mentos, tanto en sentido vertical –fustes oscuros en-tre basas y capiteles claros–, como en horizontal–calles en mármol blanco mientras el interior de lashornacinas es de caliza negra–, creando un juego dealternancias en todo el retablo e identificando cadaelemento dentro del conjunto.

Procedamos a su descripción formal

En el banco, adosado al sotabanco, destaca la mesade altar sobre un doble peldaño. Está profusamentedecorada mediante ángeles atlantes de medio cuer-po sobre pedestales, coronados por volutas que al-ternan con cenefas dispuestas en vertical, situándoseen el centro el anagrama de Cristo. El resto del sota-banco lo decoran paralelepípedos rectángulos dedistintas dimensiones y disposición, ver tical u hori-zontal, en serpentinita con el borde de caliza roja.

Continuamos con la predela, de disposición similar,pero con un reper torio decorativo basado en la al-ternancia de paralelepípedos rectángulos en calizaroja remarcados por aristas blancas y negras y círcu-los negros en las esquinas, con otros decorados configuras tetralobuladas en falsa piedra de ágata e ins-critos en un rectángulo de mármol negro. Sobre lamesa de altar se sitúa el sagrario, acoplado por suslaterales a una triple grada adornada con motivosflorales y rombos alternos.

Sobre el conjunto del banco se sitúa el único cuerpodel retablo. Está conformado por calles frontales ylaterales delimitadas por columnas salomónicas y pi-lastras respectivamente. Ambos sopor tes están re-matados por capiteles compuestos de ovas y hojasde acanto con volutas, y asentados sobre basas áti-cas sobre un plinto.

Remata el cuerpo un entablamento quebrado queconfigura los planos laterales mediante nivelesrehundidos y resaltados alternos, mientras en el pla-no frontal se adelanta la calle central, a par tir de lacual van retrocediendo las calles y entrecalles/sopor-tes contiguas.

Los planos laterales presentan una única calle en elcentro, flanqueada por un doble sopor te separadopor medio de un alargado paralelepípedo coronadopor un rombo inscrito en un rectángulo. Mientras laentrecalle/soporte que abre los laterales se compo-ne de dos pilastras, la que lo cierra presenta sólo

una junto a una columna salomónica. Esta última sesitúa en la esquina y une los planos laterales con elfrontal, pero sólo actúa como sopor te del entabla-mento frontal.

Las calles se conforman de una hornacina semicilín-drica coronada por cuarto de esfera y decorada me-diante un tarjetón, un relieve con la cabeza alada deun querubín y un rombo dispuesto en horizontalcon lóbulos circulares en sus vér tices y aristas. En labase de la hornacina se localiza una repisa prismáti-ca que descansa sobre una ménsula decorada conuna exagerada moldura de perfil de volutas y pañoscolgantes.

En el plano frontal las calles se presentan idénticas aexcepción de la central, más ancha y alta que las la-terales y resaltada mediante columnas salomónicaspareadas. Tiene una configuración distinta. La mitadinferior la ocupa una hornacina similar a las que sehan descrito, aunque más baja y ancha y profusa-mente decorada. Aparece coronada por un frontóncurvo con volutas en las esquinas y cuyas enjutas seadornan con relieves de cabezas aladas de querubi-nes. Toda la decoración está remarcada por unamoldura sostenida por columnillas de fuste recto y li-so con capiteles compuestos sobre basas áticas real-zadas mediante dados. Decoran los huecos hasta lasjambas rombos y óvalos alternos, que continúan enel frontal de la base alternando también con motivosflorales y círculos. En su interior se asienta la imagenescultórica en mármol policromado y dorado de laVirgen del Rosario de los Milagros.

Esta mitad contrasta con la parte superior de la callecentral, despojada de adornos y que tan sólo pre-senta un recuadro estucado en negro con la formadel crucificado que acoge sobre dos cruces planassuperpuestas.

Toda esta calle se encuentra delimitada por una doblemoldura, que en la par te superior rompe el entabla-mento quebrado y alcanza al ático, asentado en la cor-nisa sobre un friso corrido rematado con dentículos.

Preside el ático un frontón calado que muestra la ba-se rota por la presión del recuadro del crucificado,rozando los dentículos que adornan la cornisa. Bajoel ápice aparece el relieve con la cabeza alada de unquerubín, de factura similar a los anteriores.

Sobre el frontón se asientan las esculturas del PadreEterno flanqueado por dos ángeles. Están realizadasen mármol blanco y presentan los rostros y la barba(del Padre) policromados. Al fondo del ático se dis-pone una decoración radial, compuesta de motivosflorales que se interrumpe en el centro, mediante unplano oscuro que resalta la figura central.

Finalmente, cierran la capilla por ambos lados gigan-tes pilastras rectas con acanaladuras en falsa piedrade ágata.

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Cambios en el programa iconográfico

Par te de la escultura que compone el retablo en laactualidad, está desvinculada de su iconografía original.

La Catedral Vieja, junto con otras iglesias de su en-torno, padeció el expolio de sus bienes con objetode decorar las capillas y por tadas de la CatedralNueva de Cádiz, habida cuenta de la falta de recur-sos económicos con que afrontarlas.

Entre todas las obras que se requisaron se encontra-ban las cuatro esculturas de mármol que ocupabanlas hornacinas laterales del único cuerpo del Retablode los Genoveses.

Fueron enviadas a la Catedral Nueva en la segundamitad del siglo XVIII. Las imágenes de San Jorge ySan Juan Bautista al altar de la capilla de San José, ylas de San Lorenzo y San Bernardo a la capilla delSanto Ángel de la Guarda. Ambas capillas se locali-zan en la girola de la catedral.

Con motivo de este traslado sufrieron una interven-ción consistente en la eliminación casi total de la po-licromía que presentaban, siguiendo las pautas mar-cadas por el Neoclasicismo. Originariamente eranmonócromas, pero al entusiasmo del retablo se unióuna fuerte crítica por la frialdad de las imágenes queno casaban con los gustos locales “aplicándoseles unaligera policromía consistente en el dorado de los cabe-llos y suaves encarnaduras en los rostros”. Sin embar-go, hay constancia de que esta policromía fue mucho

mas extensa, conservando resto que atestiguan queestuvieron totalmente policromadas. El resto de lasesculturas originales del retablo conserva su antiguapolicromía aunque muy deteriorada.

En su ubicación original se localizan actualmente cua-tro esculturas en madera policromada procedentesde antiguos retablos desaparecidos de la CatedralVieja. Conocemos la procedencia de la Virgen y elSan Juan Evangelista, ubicados en las hornacinas late-rales de las calles frontales, que forman par te delCalvario que adornaba antiguamente la vecina capillade los vizcaínos.

En los planos laterales se localizan dos santos identi-ficados como San Antonio de Padua y San Juan dePrado, que debieron pertenecer a un mismo retablodel que se desconoce su situación en la catedral, yque rendía culto a la orden de San Francisco.

Por otra par te, el crucificado original que presidía elretablo fue reemplazado en la década de los sesentapor el Cristo de la Espina, también procedente de lacapilla vizcaína. Es probable que, tras desaparecer elretablo de los vizcaínos y quedar sin resguardo lasimágenes del Calvario, se decidiera colocarlas en lashornacinas vacantes del retablo genovés. Para nodesmembrar el conjunto, se determinó reemplazarel crucificado original y colocar en su lugar el de losvizcaínos.

Creemos que el crucificado original, el Cristo deAguiniga, fue enviado a la capilla de los Obispos si-

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7 y 8. San Lorenzo y SanBernardo. (Procedentes del

Inventario de Bienes Mueblesde la Iglesia Católica. Diócesis

de Cádiz).

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tuada en la cripta de la Catedral Nueva. Había sidodonado el 10 de diciembre de 1600 por el rico co-merciante gaditano afincado en Nueva España, Cle-mente de Aguiniga, que lo regaló durante las restau-raciones llevadas a cabo en la Catedral Vieja conmotivo del saqueo inglés. Posteriormente, el 7 demayo de 1651, el cabildo lo cedió a la nación geno-vesa definitivamente, sustituyendo la antigua cruzque adornaba la capilla ligur.

Se trata de un Cristo de caña realizado en pasta demédula de maíz y policromado. Representa a un cru-cificado muer to de tres clavos con la cabeza caídahacia la derecha y el sudario atado al mismo lado. Laimagen que le reemplaza es de iconografía similar.

Con respecto a la patrona de la capilla, la Virgen delSocorro, no tenemos suficientes noticias. Debió re-emplazar a la imagen gótica de Santa María, ubicadaen el altar de la capilla desde su origen en el sigloXV, para desaparecer en el ataque inglés de 1596.Hay noticias de ella anteriores a 1651, año en el quese proyecta el retablo "para dar cobijo al crucificado ya la Virgen del Socorro". Creemos que reemplazó a laimagen medieval a comienzos del siglo XVII, cuandose procedió a adecentar las capillas de la catedral apetición del cabildo.

Tampoco sabemos si la imagen original es la actual.Esta Virgen, entronizada como una maestá, sostieneen su izquierda al Niño que sujeta con ambas manosuna filacteria. La imagen no se corresponde icono-gráficamente con la Virgen del Rosario de los Mila-gros con la que se identifica en la actualidad, al noacompañarle ni encontrar indicios de su atributo, elrosario. Tampoco es la Virgen del Socorro, ya quesuele representarse de forma totalmente opuesta ycon una actitud menos dulcificada. Los atributos lo-calizados junto a sus pies, dos llaves cruzadas sobreuna corona real, hacen alusión a la Iglesia de San Pe-dro en el Vaticano, coincidiendo su iconografía conla Virgen de la Santa Sede.

La documentación referente al traslado de las imáge-nes de los santos a la Catedral Nueva no mencionala ubicación individual de estas esculturas antes desu expolio, por lo que debe deducirse a par tir deotras consideraciones.

Tomando como referencia los aspectos iconológicose históricos expuestos en el presente estudio, y ha-biendo constatado que las cuatro imágenes confor-man dos parejas formalmente diferenciadas, conclui-mos que el emparejamiento actual es producto desu planteamiento original, proponiendo el siguienterepar to. La pareja formada por San Jorge y San JuanBautista se ubicaría en el plano frontal del retablo. ASan Jorge, como patrón de Génova y de la capilla delos genoveses, le corresponderá el lado del evange-lio, asignándose a San Juan Bautista el lado de laepístola, lugar dónde se le ubica con más asiduidad.

En las calles situadas en los planos laterales se lo-calizarían San Lorenzo, como titular de la catedral,

en el lado del evangelio, mientras San Bernardo lohará en la hornacina que resta en el lado de laepístola.

Este conjunto representan a los cuatro abogados dela señoría defensores de la república de Génova yson par te inseparable de la iconografía original delRetablo de los Genoveses.

Finalizamos con las esculturas ancladas que presidenel retablo, el Padre Eterno y los dos ángeles, comolas únicas imágenes que han permanecido unidas almismo desde su constitución.

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9. Plantas de la capilla cortandopor la alacena del Sagrario ypor las hornacinas de las calleslaterales, (estudio MLM&PRP)

10. Muestra de la representa-ción de alteraciones sobre elfrontal del retablo, (estudioMLM&PRP)

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Estado de conservación de la capilla y del retablo

Complementaremos la definición y la patología ma-teriales, así como la aproximación a sus causas, des-critas en el informe geológico, con la mención decier tas irregularidades, disimetrías y faltas de coinci-dencias entre piezas, indicios evidentes de correccio-nes en la puesta en obra del conjunto, probablemen-te para compensar defectos de fabricación o para elaprovechamiento de piezas equivocadas suministra-das desde el taller de origen 13.

El ejemplo más notable de este tipo de actuacioneses, sin duda, el de la columna salomónica del extre-mo izquierdo del lienzo frontal, cuyo fuste “gira ensentido contrario al que le corresponde”, y deberíahaber sido devuelta y sustituida por otra. Junto a es-te podríamos citar, entre otros, las correcciones delos frontones, especialmente en la cúspide del recto,

para modificar su ángulo de apertura, haciendo casoomiso de la inclinación de los dentículos, y otros mu-chos de rellenos de juntas de anchura excesiva, pos-teriormente estucados imitando la policromía de laspiedras naturales que sustituían.

Es imposible por ahora discernir cuantas de estasoperaciones corresponden a la construcción originaly cuantas a momentos posteriores, salvo las apunta-das en el citado informe, basadas en la composiciónde los mor teros, especialmente en la presencia deLitopón.

Estudio climático de la capilla

Contamos con tres registros gráficos continuos queabarcan desde el 24 de Abril hasta el 14 de Junio de1995, tomados respectivamente a nivel del suelo, a 4y 7 m de altura, complementados por medicionesdiscontinuas del mismo periodo tomadas a cadametro de altura desde 0 hasta 10.

Asimismo, contamos con registro continuo desde el1 de Mayo hasta el 30 de Septiembre de 1999, a lasmismas tres alturas.

De los resultados de dichos estudios, se deduce quelas peores combinaciones de temperatura seca-hu-medad relativa, por resultar más próximas a las desaturación del aire, se dieron en primavera y otoño,aunque las condiciones de pleno verano no son mu-cho mejores.

Diagnóstico preliminar

Como se recoge en el informe geológico, el deterio-ro de las piedras y elementos férricos de anclaje delas mismas al soporte mural se debe a la gran hume-dad ambiente del lugar, unida a la existencia de cloru-ros, y a las combustiones de velas y otros ar tilugiosrelacionados con el culto, así como por la afluenciade fieles desde su fundación hasta hace poco (la capi-lla lleva sin uso desde hace cuatro años).

Dicha humedad interna produce, aún hoy, condensa-ciones visibles en el suelo y sobre los paramentos delretablo, incluso sobre el polvo depositado en el mis-mo en gran abundancia.

Esto se puede ver propiciado, en nuestra opinión,por la humedad de la masa mural, debida a filtracio-nes de agua de lluvia por puntos débiles, como elventanal cegado en la zona del ático del retablo, porlos rincones de cubier ta cercanos a la embocadurade los bajantes y, en alguna medida también por as-censión del agua procedente del terreno, especial-mente de las áreas vecinas más elevadas.

El agua que eventualmente llegue a la masa del sueloy de los muros, especialmente al muro exterior, verestringida su evaporación por la presencia de un en-foscado de baja permeabilidad al vapor, en su cara

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11. Ejemplo de representacióndel despiece aplicado al altar y

sus gradas, (estudio MLM&PRP)

12. Cubiertas de la CatedralVieja, mostrando su proximidad

al mar y el deterioro de susazulejos, (estudio MLM&PRP)

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externa, y a los aplacados de mármoles y calizas delretablo por la interna, con lo que su permanencia ydifusión en la fábrica aumentan, afectando así a losmorteros de unión y disminuyendo su capacidad deaislamiento térmico, e incluso su resistencia mecánica.

Este efecto de pared relativamente fría, propiciadoademás por la orientación de la cara externa del mu-ro hacia el Nordeste, hace bajar la temperatura inter-na y superficial de los aplacados del retablo por deba-jo del punto de rocío, con más frecuencia, y enépocas de más calor de lo que parece intuitivamente,y por tanto de más humedad absoluta en el aire deCádiz.

Los procesos de oxidación de las garras y anclajes, ori-ginan la fisuración y las roturas locales de las masas depiedra y los aplacados. La consecuente falta de suje-ción lateral por pérdida de sección de dichos herrajes,aumentada por los ataques de los cloruros del aire ylos sulfatos de algunos morteros de yeso o de produc-tos de alteración en forma de costras, dan lugar a ines-tabilidades y sobretensiones, que provocan la apariciónde fisuraciones, grietas, roturas, fragmentación -origi-nando la caída y pérdida de partes de las tallas-, etc.,junto con la disminución de estabilidad de las escultu-ras superiores.

Se observan además alteraciones relativamente pun-tuales (y controver tidas) tales como la ejecución yposter ior eliminación voluntar ia de la policromíaañadida a las esculturas y otras no significativas parala generalidad en que nos estamos moviendo.

El diagnóstico es pues de decohesión gradual y cre-ciente de los materiales rocosos del retablo, sobretodo los expuestos a temperaturas por debajo delpunto de rocío, especialmente rincones y par tes al-tas; y de rotura, desplazamiento y ruina progresivade sus elementos constituyentes por falta de adhe-rencia y anclaje al soporte mural.

En cuanto a la escultura localizada en el Retablo delos Genoveses, por su disparidad cabe clasificarla endos grupos en base a su composición material. Poruna parte estarán las esculturas pétreas -Padre Eter-no, ángeles laterales, San Jorge, San Juan Bautista,San Lorenzo y San Bernardo- y por otro, el Crucifi-cado de Aguiniga, que como antes se indicó es depasta de médula de caña de maíz.

Las pr imeras, realizadas básicamente en mármolblanco de Carrara, presentan un estado de conser-vación medio, si se excluyen la gruesa capa de polvode diversa procedencia que las cubre, la eliminacióncasi completa de la policromía -cuyos restos apare-cen oscurecidos por costras de suciedad- con la ine-vitable secuela de cier ta cantidad de arañazos, y al-guna inter vención de conser vación puntual pararellenar una grieta, caso de la imagen de San JuanBautista, así como diversas mutilaciones y desapari-ciones de miembros (algún ala, dedos de las manosmás expuestas, etc.), probablemente debidas a mani-pulaciones poco cuidadosas.

No se aprecian a simple vista alteraciones de impor-tancia en la piedra, a pesar del alto grado de hume-dad de su entorno actual.

Respecto al crucificado, para cuyo “cobijo” y el de laVirgen del Socorro se edificó el retablo que nos ocu-pa, las circunstancias son muy diferentes, pues presen-ta graves deterioros, tanto en el soporte como en lapolicromía y las capas de preparación de la misma.

Los más graves son una grieta que lo recorre desdela cabeza hasta el muslo derecho, además de otrasdos que cruzan la espalda, así como varias fisurascoincidentes con los ensambles y con la ubicaciónde los clavos, debidas a la oxidación parcial de losmismos. Algunos dedos de las manos están mutila-dos y se observan orificios debidos a la presenciade xilófagos.

La policromía, presenta diversas áreas craqueladasen el tórax y el cuello, así como levantamientos enlos bordes y lagunas correspondientes a las zonas defractura del soporte, estando fuertemente oscureci-da por acumulación de residuos procedentes de loshumos, sobre todo por debajo de los brazos.

Es posible que muchos de los daños descritos se ha-yan ocasionado o agravado a causa de la gran hume-dad de la cripta donde se ubica, con especial inci-dencia en el ablandamiento del sopor te y laconsiguiente pérdida de la policromía.

Acciones de consolidación, restauración yconservación preventiva que proponemos

Comenzaremos por las que nos parecen mas ur-gentes:

• Frenar la ruina de los elementos más inestables delconjunto.

• Retirar las esculturas de madera procedentes deotros retablos.

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13. Paramento exterior delmuro soporte del frontal delretablo de la Capilla, mostrandoel ventanal cegado con un tabi-que, punto débil en la defensacontra la entrada de agua delluvia, (estudio MLM&PRP)

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• Acometer la limpieza inicial del mismo, por restaura-dores especializados, sin perder los fragmentos suel-tos ni los detritos de rocas pulverizadas y los restosdel ventanal cegado del ático para investigar más afondo sus revestimientos, realizándose las consolida-ciones provisionales necesarias.

• Signar las piezas en general, con el apoyo del despie-ce ya realizado, que permite interpolaciones y ajustes.

• Continuar la toma de datos climáticos de los espa-cios y las masas constructivas de la capilla y del exte-rior, extendiéndolos a la temporada invernal, de for-ma que sir va de base para optimizar el sistema(pasivo, activo o mixto) de regulación de su tempe-ratura, en función de la humedad relativa presente yde su evolución previsible.

Estas actuaciones que podríamos calificar de urgen-tes, deben continuarse con una intervención ordina-ria que contemple:

• El desmontaje sistemático y completo de las piezasdel retablo, y su retirada a taller, dejando marcas se-guras e indelebles de su posición en la capilla y enmodelo gráfico informático, con referencia a puntosfijos, para permitir el posterior remontaje del mismo.

• Su limpieza y consolidación individual, eliminandomateriales de alteración tales como las costras, res-tos de elementos férricos corroídos, morteros, re-sinas y materiales de acabado inadecuados, repa-rando gr ietas y fisuras y disponiendo grapas,anclajes y refuerzos de acero inoxidable, fibra de vi-drio o de carbono.

• Devolución de la cohesión a la piedra hasta dondesea posible e imprescindible, tomando los datos signi-

ficativos geométricos, mecánicos, ponderales, cromáti-cos, etc. y su evolución a lo largo de los procesos arri-ba indicados, por los medios más adecuados en cadacaso, con apoyo del Depar tamento de Análisis delpropio Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.

• La sustitución de las piezas o fragmentos no recupe-rables por otros de materiales análogos de entre losque estén al alcance en el mercado actual de rocasornamentales.

• Las pruebas de montaje “en blanco” que aseguren lacorrección del remontaje definitivo en la capilla.

En cuanto a las actuaciones en la zona de la propiacapilla de los genoveses, mientras se produce la res-tauración de las piezas en taller, estarían:

• El picado general del revestimiento mural exterior ysu sustitución por otro adecuado.

• Las intervenciones sobre las cubiertas, sus desagües,los muros y el suelo de la capilla, necesarias paraimpedir la entrada de agua en la masa de los mis-mos, sea por infiltración o por capilaridad, así comofacilitar la evacuación de la que contengan mediantedesecación o drenaje, según los casos.

• La consolidación estructural de suelos, paredes ymasas constructivas de apoyo y anclaje de las piezasdel retablo, reforzándolas en caso necesario con ele-mentos puntuales de sostén, que permitan repartirel peso y la sujeción de las mismas, de forma que nose acumule en grandes tramos verticales.

• La extensión de una capa aislante térmica por losparamentos interiores de muros y bajo solería, parapaliar o erradicar el efecto de pared fría.

• La instalación de un sistema sencillo de oreo y precal-deo del aire exterior, a partir del ventanal del áticodel retablo, que permita también la extracción del ai-re interno por las mismas vías, en caso necesario.

• La disposición, si es posible, de elementos térmicosradiantes por la espalda del retablo y por el frente,combinados con la propia iluminación a disponer, demodo que se garantice un mantenimiento efectivode la temperatura de la piedra por encima de la derocío del aire ambiente en los momentos críticos, abajo costo energético y de mantenimiento.

• El remontaje del conjunto, la solución de las lagunas,la reintegración de las piezas escultóricas que se hadecidido incorporar, una vez restauradas como másadelante se refiere.

• La puesta en valor y en servicio de la capilla, con di-fusión pública de los procesos anteriores y controlde las variables cuya influencia es determinante parael futuro de su conservación, contando con el com-promiso expreso de los responsables directos de sucustodia, correcto estado de limpieza, utilización ymantenimiento.

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14. Detalle del ápice del fron-tón recto del retablo, en el que

se aprecian las cuñas paramodificar el ángulo con el que

se realizó en taller, (estudioMLM&PRP)

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Para la escultura se propone, en el caso de las imáge-nes pétreas, un tratamiento de limpieza y consolida-ción similar al resto de los demás componentes delretablo, con las diferencias que impone la presenciade la policromía en mayor o menor medida y los lími-tes de su singularidad, que imposibilitan cualquiercompleción de zonas desaparecidas, debiendo sertratados en todo caso por restauradores especializa-dos, en los talleres a disponer en la propia iglesia dela Santa Cruz.

Lo mismo cabría decir para los procedentes de laCatedral Nueva, con la adición evidente de los co-rrespondientes transpor tes, a realizar con las debi-das precauciones, en embalajes adecuados.

Por el contrario, el Crucificado de Aguiniga constitu-ye un caso apar te, tanto por su naturaleza materialcomo por su estado de conser vación, por lo queproponemos que las intervenciones para su consoli-dación-restauración se lleven a cabo en las depen-dencias del Instituto Andaluz del Patrimonio Históri-co en su sede de Sevilla. Los traslados precedente yposterior entre Cádiz y Sevilla y su estancia en estaúltima, se harían con las precauciones debidas paraevitar el estrés termohigrométrico de la obra.

Finalmente proponemos que las esculturas no origina-les del retablo queden descartadas, siendo objeto deuna intervención puntual de carácter urgente, al mar-gen del proyecto que se describe en este artículo.

En cualquier caso, el I.A.P.H. emitió un informe preli-minar sobre el estado de conservación así como lapropuesta de tratamiento de estas esculturas, reco-mendándose la intervención del Crucificado, la Vir-gen y San Juan Evangelista, por ser de calidad supe-rior a las dos restantes, antes identificadas.

Asimismo, para el traslado de estas cinco imágenes,del retablo de los genoveses al destino que propon-ga su propietario -el Obispado de Cádiz-Ceuta- po-drá disponerse de los mismos medios empleados enel traslado de las esculturas originales.

Una actuación global como la que proponemos, dellevarse a cabo, garantizaría un aumento razonablede la perdurabilidad del Retablo de la Nación Geno-vesa, con una clara mejoría de su lectura iconológicay formal, siempre que se cumplan los compromisospara su correcto uso, mantenimiento y conservaciónpreventiva.

15. Detalle central del frontal del altar, con los ángeles atlantes yel anagrama de Cristo entre taraceas de mármol, (estudioMLM&PRP)

16. Detalle de los capiteles compuestos de una pareja de colum-nas salomónicas que flanquea la calle central del retablo y produ-cen el avance relativo de la misma sobre las laterales, (estudioMLM&PRP)

17. Interior de una de las criptas de enterramiento, (estudioMLM&PRP)

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UM

EN

TO Equipo de trabajo. Centro de Intervención del IAPH

Análisis geológico

Jesús Espinosa Gaitán

Geólogo. Departamento de Análisis

Fotografía

José Manuel Santos Madrid

Fotógrafo. Departamento de Análisis

Estudio Climatológico

Raniero Baglioni

Asesor en conservación preventiva. Departamento de Tratamiento

Estudio Arquitectónico

Pedro Rodríguez Pérez

Arquitecto. Jefe del Departamento de Investigación

Estudio Histórico-Artístico

María Campoy Naranjo

historiadora del Arte. Departamento de Investigación

Bibliografía

ALONSO DE LA SIERRA FERNÁNDEZ, Juan y Lorenzo: Guía

Artística y Monumental de Cádiz. Madrid, 1995.

ALONSO DE LA SIERRA FERNÁNDEZ, Lorenzo: "Mármoles ita-

lianos en Cádiz durante el siglo XVIII. Un retablo de Alessandro

Aprile". Revista Atrio nº 7, año 1995. Págs. 57-66.

CARBAJAL NAVARRO, José y OTERO FERNÁNDEZ, Rafael:

“Recomendaciones previas al proyecto de intervención en la Ca-

pilla de los Genoveses de la Iglesia de Santa Cruz (antigua cate-

dral), Cádiz”. Septiembre de 1994.

CONCEPCIÓN, FRAY GERÓNIMO DE: Emporio del Orbe. Cá-

diz Ilustrada. Amsterdam, 1690.

DÍAZ, VICENTE: "El Retablo de Santo Domingo en Cádiz". Archi-

vo Dominicano. Salamanca, 1995. Págs. 341-360; "De Fruco a Fru-

gone, o la solución de un enigma". Diario de Cádiz, 9 de diciem-

bre de 1990; "Los autores de las imágenes del retablo de Santo

Domingo". Diario de Cádiz, 7 de octubre de 1990

RAVINA MARTÍN, Manuel: "Mármoles genoveses en Cádiz". Ho-

menaje al Prof. Hernández Díaz. T.I. Sevilla, 1982. Págs. 595-615.

SANCHO DE SOPRANIS, Hipólito: "Las naciones extranjeras en

Cádiz durante el siglo XVII". Estudios de Historia Social de España.

T. IV, volumen 2, 1962. Págs. 661-700; "La capilla de los nacionales

genoveses". La Información del Lunes. Cádiz, 2 y 30 de marzo, 13

de abril y 4 de mayo de 1959.

URRUTIA, Javier de: Descripción de la Catedral de Cádiz. Cádiz,

1843.

VORSEVI, S.A. : “Estudio de la Capilla de los Genoveses de la Igle-

sia de Santa Cruz de Cádiz”. Septiembre, 1995.

NOTAS

1. Sancho de Sopranis, H.: "Las naciones extranjeras en Cádiz du-

rante el siglo XVII". Estudios de Historia Social de España. T. IV, vol.

2, 1962. Pág. 695.

2. Ravina Martín, M.: "Mármoles genoveses en Cádiz". Homenaje al

Prof. Hernández Díaz. T. I. Sevilla, 1982. Págs. 596 y 597.

3. Sancho de Sopranis, H.: "La capilla de los nacionales genoveses".

La Información del Lunes, 30 de marzo de 1959.

4. Sancho de Sopranis, H.: "Las naciones extranjeras en Cádiz du-

rante el siglo XVII". Estudios de Historia Social de España. T. IV,

vol. 2, 1962. Pág. 694.

5. Ravina Martín, M.: "Mármoles genoveses en Cádiz". Homenaje al

Prof. Hernández Díaz. T. I. Sevilla, 1982. Págs. 599 y 600.

6. Díaz, Vicente: "El retablo de Santo Domingo de Cádiz". Archivo

dominicano. Salamanca, 1995. Pág. 350.

7. Alonso de la Sierra, L.: "Mármoles italianos en Cádiz durante el

siglo XVIII. Un retablo de Alessandro Aprile". Revista Atrio nº 7,

año 1995. Pág. 61.

8. Se refiere concretamente al Retablo Mayor de la Iglesia de

Ntra. Sra. de la Consolación (Los Terceros) de Sevilla.

9. Sancho de Sopranis, H.: "Las naciones extranjeras en Cádiz du-

rante el siglo XVII". Estudios de Historia Social de España. T. IV,

vol. 2, 1962. Pág. 719

10. La imagen de Santa Catalina en el retablo dominicano consta

de la inscripción "STEPHANUS FRUGONIS CARRARENSIS FE.T",

mientras en la portada lateral se localiza la firma "STEPH: S FRU-

GO. S CARRARIEN FECIT H. c" en la imagen de San Pablo. Am-

bas inscripciones hacen referencia al mismo artista.

11. Se trata de la escultura de Santo Domingo donde reza la si-

guiente inscripción “(IACO)BVS ANT. VS PONZANELLIVS F", lo-

calizada por Fray Vicente Díaz.

12. Díaz, Vicente: "El retablo de Santo Domingo de Cádiz". Archi-

vo dominicano. Salamanca, 1995. Pág. 354.

13. Remitimos al artículo de D. Jesús Espinosa Gaitán publicado en

el nº29 de este mismo boletín.