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Las posibilidades de la voz del alumnado para el cambio y la mejora educativa Nº 359 SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2012

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Las posibilidades de la voz del alumnadopara el cambio y la mejora educativa N 359 SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2012N 359 SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2012MINISTERIO DE EDUCACIN, CULTURA Y DEPORTESECRETARA DE ESTADO DE EDUCACIN, FORMACIN PROFESIONAL Y UNIVERSIDADESInstituto Nacional de Evaluacin EducativaC/ San Fernando del Jarama, 1428002 MadridTelfono: (+34) 91 745 92 29 [email protected]: SECRETARA GENERAL TCNICASubdireccin General de Documentacin y PublicacionesCatlogo de publicaciones del Ministerio: mecd.gob.esCatlogo general de publicaciones oficiales: publicacionesoficiales.boe.esEdicin: 2012NIPO papel: 030-12-154-0NIPO lnea: 030-12-087-4ISSN papel: 0034-8082ISSN lnea: 0034-592-XDepsito Legal: M.57/1958Maqueta e imprime: Estilo Estugraf Impresores, S.LPol. Ind. Los Huertecillos, nave 13 - 28350 CIEMPOZUELOS (Madrid)[email protected] N 359 septiembre-diciembre 2012 Revista cuatrimestralFecha de inicio: 1952CONSEJO DE DIRECCIN/MANAGING BOARDPRESIDENTE/CHAIRMontserrat Gomendio KindelanSecretaria de Estado de Educacin, Formacin Profesional y UniversidadesVOCALES/MEMBERSMara Amparo Camarero OlivasSecretaria General de UniversidadesAlfonso Gonzlez Hermoso de MendozaDirector General de Evaluacin y Cooperacin Territorialngel de Miguel CasasDirector General de Formacin ProfesionalFederico Morn AbadDirector General de Poltica UniversitariaJos Canal MuozSecretario General TcnicoIsmael Sanz LabradorDirector del Instituto Nacional de Evaluacin EducativaAmparo Barbolla GrandaSubdirectora General de Documentacin y PublicacionesCarmen Aguilera Lucio-VillegasDirectora del Centro Nacional de Innovacin e Investigacin EducativaCONSEJO EDITORIAL/EDITORIAL BOARDDIRECTORA/CHAIRIsmael Sanz LabradorEDITOR JEFE/EDITOR IN CHIEFJos Luis Gaviria SotoEDITORES ASOCIADOS/ASSOCIATED EDITORSJuan Manuel Escudero (Universidad de Murcia); Mariano Fernndez Enguita (Universidad Complutense de Madrid); Juan Manuel Moreno Olmedilla (Senior Education Specialist. Banco Mundial); Carlos Marcelo (Universidad de Sevilla); Juan Carlos Tedesco (unesco); Alejandro Tiana Ferrer (Universidad Nacional de Educacin a Distancia).REDACCIN/ASSISTANT EDITORS/MANUSCRIPTSJefe de Redaccin: Beatriz Gonzlez DorregoEdicin electrnica: Paloma Gonzlez ChascoEquipo de RedaccinMercedes Daz ArandaLuca lvarez VivasAlicia Lpez MendozaLaura Mora AprileDavid Reyero Garca (Apoyo al proceso editor)Gdula Pilar Garca Angulo (Portada)CONSEJO ASESOR/EDITORIAL ADVISORY BOARD InternacionalAaron Benavot (State University of New York (SUNY-Albany); Abdeljalil Akkari (Profesor de la Universidad de Ginebra, Suiza); Jorge Baxter (Organizacin de Estados Americanos); Mark Bray (University of Hong Kong); Jos Joaqun Brunner (Universidad Diego Portales, Chile); Andy Hargreaves (Lynch School of Education. Boston College. Editor-in-Chief of the Journal of Educational Change); Seamus Hegarty (President, International Association for the Evaluation of Educational Achievement, iea); Felipe Martnez Rizo (Profesor del Departamento de Educacin. Universidad Autnoma de Aguascalientes, Mxico); Jaap Scheerens (University of Twente, Netherlands. ines Project, ocde); Andreas Schleicher (Head of the Indicators and Analysis Division, Directory for Education, ocde).NacionalTeresa Aguado (uned); Sagrario Avezuela Snchez (ies Lzaro Crdenas, cam); Margarita Bartolom (U. de Barcelona); Jess Beltrn Llera(U. Complutense); Antonio Bolvar (U. de Granada); Josefina Cambra (Colegios de Doctores y Licenciados); Anna Camps (U. Autnoma de Barcelona); Colectivo Io (Madrid); Csar Coll (U. de Barcelona); Agustn Dosil (U. de Santiago); Gerardo Echeita (U. Autnoma de Madrid); Jos Manuel Esteve (U. de Mlaga); Joaqun Gairn (U. Autnoma de Barcelona); M. ngeles Galino; J. L. Garca Garrido (uned); Jos Luis Gaviria (U. Complutense); Daniel Gil (U. de Valencia); Jos Gimeno Sacristn (U. de Valencia); Fuensanta Hernndez Pina (U. de Murcia); Carmen Labrador (U. Complutense); Ramn L. Facal (ies Pontepedria, Santiago de Compostela. Revista Iber); Miguel Lpez Melero (U. de Mlaga); Carmen Maestro Martn (ies Gran Capitn, cam);Elena Martn (U. Autnoma de Madrid); Miquel Martnez (U. de Barcelona); Rosario Martnez Arias (U. Complutense); Mario de Miguel (U. de Oviedo); Ins Miret (Neturity, Madrid); Gerardo Muoz (Inspeccin de Madrid); Gema Paniagua (E. Atencin Temprana, Legans); Emilio Pedrinaci (ies El Majuelo, Sevilla); Ramn Prez Juste (uned); Gloria Prez Serrano (uned); Ignacio Pozo (U. Autnoma de Madrid); M. Dolores de Prada (Inspeccin); Joaquim Prats (U. de Barcelona); Manuel de Puelles (uned); Toms Recio (U. de Cantabria); Luis Rico (U. de Granada); Enrique Roca Cobo; Juana M. Sancho (U. de Barcelona); Consuelo Uceda (Colegio La Navata, Madrid); Consuelo Vlaz de Medrano (uned);Mercedes Vico (U. de Mlaga); Florencio Villarroya (ies Miguel Cataln, Zaragoza. Revista Suma); Antonio Viao (U. de Murcia).7La REVISTA DE EDUCACIN es una publicacin cientfca del Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte espaol. Fundada en 1940, y manteniendo el ttulo de Revista de Educacin desde 1952, es un testigo privilegiado de la evolucin de la educacin en las ltimas dcadas, as como un reconocido medio de difusin de los avances en la investigacin y la innovacin en este campo, tanto desde una perspectiva nacional como internacional. La revista es editada por la Subdireccin General de Documentacin y Publicaciones, y actualmente est adscrita al Instituto Nacional de Evaluacin Educativa de la Direccin General de Evaluacin y Cooperacin TerritorialCada ao se publican cuatro nmeros, tres ordinarios y uno extraordinario. Los nmeros ordinarios tienen cuatro secciones: Monogrfca (agrupa los artculos sobre un tema solicitados y recibidos mediante convocatoria temtica abierta), Investigaciones y estudios, Informes y ensayos, y Experiencias educativas (innovacin), todas ellas sometidas a evaluacin externa. En el primer nmero del ao se incluye, adems, un ndice bibliogrfco, y en el segundo un editorial con la Memoria anual que recoge las principales estadsticas del proceso editor de ese perodo, la evolucin de los ndices de calidad e impacto, as como el listado de revisores externos. Por su parte, el nmero extraordinario se dedica en su totalidad a un tema de especial relevancia y actualidad en ese perodo, y su contenido recoge exclusivamente aquellos trabajos recibidos y aceptados en esa convocatoria temtica.Desde sus orgenes hasta 2006 la Revista de Educacin se public en formato impreso. Desde 2006 se ha venido publicando en doble formato, impreso y electrnico. La edicin impresa inclua los artculos de la seccin monogrfca en toda su extensin, los resmenes de los artculos del resto de las secciones en espaol e ingls y un ndice de los libros reseados y recibidos en la Redaccin. La edicin electrnica inclua los artculos y reseas completos y es accesible a travs de la pgina web (www.revistaeducacion.mecd.gob.es), en la que adems los lectores tienen acceso a otras informaciones de inters sobre la revista. Desde el segundo nmero de 2012 (358 mayo-agosto), la Revista de Educacin se convierte en una publicacin exclusivamente electrnica.La Revista de Educacin tiene un perfl temtico generalista, pero solo evala, selecciona y publica trabajos enmarcados en un conjunto de lneas de investigacin consolidadas, principalmente sobre: metodologas de investigacin y evaluacin en educacin; polticas PresentacinRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 20128pblicas en educacin y formacin; evolucin e historia de los sistemas educativos; reformas e innovaciones educativas; calidad y equidad en educacin; atencin a la diversidad; currculo; didctica; organizacin y direccin escolar; orientacin educativa y tutora; desarrollo profesional docente; cooperacin internacional para el desarrollo de la educacin. Estas son las lneas de demarcacin del perfl temtico de la revista desde los aos 60.La Revista de Educacin aparece en los siguientes medios de documentacin bibliogrfca: Bases de datos nacionales: isoc, beg (gencat), psicodoc, dialnet, y redined (Red de Bases de Datos de Informacin Educativa). Bases de datos internacionales: Social Sciences Citation Index (ssci), Social Scisearch, scopus, Sociological Abstracts (csa Illumina), pio (Periodical Index Online, Reino Unido), iresie (Mxico), icist (Canad), hedbib (International Association of Universities - Unesco International Bibliographic Database on Higher Education), swetsnet (Holanda). Sistemas de evaluacin de revistas: Journal Citation Reports/Social Sciences Edition (jcr), European Reference Index for the Humanities (erih), Latindex (Iberoamericana), scimago Journal & Country Rank (sjr), resh, Difusin y Calidad Editorial de las Revistas Espaolas de Humanidades y Ciencias Sociales y Jurdicas (dice), CARHUS plus+, Matriu dInformaci per a lAvaluaci de Revistes (miar), Clasifcacin Integrada de Revistas Cientfcas (circ). Directorios: Ulrichs Periodicals Directory. Catlogos nacionales: Consejo Superior de Investigaciones Cientfcas (csic-isoc), Red de Bibliotecas Universitarias (rebiUn), Centro Nacional de Innovacin e Investigacin Educativa (Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte), Catlogo Colectivo de Publicaciones Peridicas en Bibliotecas Espaolas (Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte). Catlogos internacionales: WorldCat (Usa), Online Computer Library Center (Usa), Library of Congress (lc), The British Library Current Serials Received, Kings College London, Catalogue Collectif de France (CCFr), Centro de Recursos Documentales e Informticos de la Organizacin de Estados Iberoamericanos (oei), COPAC National, Academic and Specialist Library Catalogue (Reino Unido), sUdoc Catalogue du Systme Universitaire de Documentation (Francia), zdb Zeitschriftendatenbank (Alemania).La revista no comparte necesariamente las opiniones y juicios expuestos en los trabajos frmados.Revista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 20129PresentationRevista de educacin is a scientifc journal published by the Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte. Founded in 1940, and since 1952 called Revista de Educacin, it has been a privileged witness of the development of education in the last decades, and an acknowledged means for the dissemination of education research and innovation, both from a national and international perspectives. It is currently assigned to the Instituto Nacional de Evaluacin Educativa within the Direccin General de Evaluacin y Cooperacin Territorial and it is published by the Subdireccin General de Documentacin y Publicaciones of the Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte.Four issues are published each year, three regular ones and one focused on an especial topic. Regular issues include four sections: Monograph, Research and Studies, Reports and Essays and Education Experiences (innovation), all of them submitted to referees. In the frst issue of the year there is also an index of bibliography, and in the second number a report with statistic information about the journal process of this period and the impact factors, as well as a list of our external advisors.From 2006 to the second number of 2012 (May-August 358), Revista de Educacin was published in a double format, paper and electronic. The paper edition included all the articles in the especial section, the abstracts of articles pertaining to the rest of sections, and an index of reviewed and received books. The electronic edition contains all articles and reviews of each issue, and it is available through this web page (www.revistaeducacion.mecd.gob.es), where it is possible to fnd more interesting information about the journal. From the 358 number Revista de Educacin becomes exclusively an online publication.Revista de Educacin assesses, selects and publishes studies framed in well established lines of research, mainly: methodologies of education investigation and assessment; analysis of education systems and public policies; evolution and history of contemporary education systems; education reforms and innovations; quality and equity in education; curriculum; didactics; school organization and management; Revista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 201210attention to diversity and inclusive education; educational guidance and tutorship; teacher selection, training and professional development; international cooperation for the development of education. Revista de Educacin is available through the following data bases: National databases: isoc, beg (gencat), psicodoc, dialnet, y redined (Red de Bases de Datos de Informacin Educativa). International databases: Social Sciences Citation Index (ssci), Social Scisearch, scopUs, Sociological Abstracts (csa Illumina), pio (Periodical Index Online, Reino Unido), iresie (Mxico), icist (Canad), hedbib (International Association of Universities - Unesco International Bibliographic Database on Higher Education), swetsnet (Holanda). Journal evaluation systems: Journal Citation Reports/Social Sciences Edition (jcr), European Reference Index for the Humanities (erih), Latindex (Iberoamericana), scimago Journal & Country Rank (sjr), resh, Difusin y Calidad Editorial de las Revistas Espaolas de Humanidades y Ciencias Sociales y Jurdicas (dice), carhUs plus+, Matriu dInformaci per a lAvaluaci de Revistes (miar), Clasificacin Integrada de Revistas Cientficas (circ). Directories: Ulrichs Periodicals Directory. National catalogues: Consejo Superior de Investigaciones Cientficas (csic-isoc), Red de Bibliotecas Universitarias (rebiUn), Centro Nacional de Innovacin e Investigacin Educativa (Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte), Catlogo Colectivo de Publicaciones Peridicas en Bibliotecas Espaolas (Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte). International catalogues: WorldCat (Usa), Online Computer Library Center (Usa), Library of Congress (lc), The British Library Current Serials Received, Kings College London, Catalogue Collectif de France (CCFr), Centro de Recursos Documentales e Informticos de la Organizacin de Estados Iberoamericanos (oei), copac National, Academic and Specialist Library Catalogue (United Kingdom), sUdoc Catalogue du Systme Universitaire de Documentation (France), zdb Zeitschriftendatenbank (Alemania). Revista de Educacin does not necessarily agree with opinions and judgements maintained by authors.Revista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 201211ndiceRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012MonogrficoLas posibilidades de la voz del alumnado para el cambio y la mejora educativa / The Potential of the Student Voice for Change and Improvement in EducationEditora invitada: Teresa Susinos Radateresa sUsinos rada. Presentacin. Las posibilidades de la voz del alumnado para el cambio y la mejora educativa ................................................................................................................... 16teresa sUsinos rada y noelia ceballos lpez. Voz del alumnado y presencia participativa en la vida escolar. Apuntes para una cartografa de la voz del alumnado en la mejora educativa .... 24michael Fielding. Beyond Student Voice: Patterns of Partnership and the Demands of Deep Democracy ............................................................................................................................... 45mar rodrgUez-romero. El impulso innovador de la voz del alumnado desde las comunidades discursivas del cambio educativo .............................................................................................. 66sUsana rojas perna, ignacio haya salmn y sUsana lzaro-Visa. La voz del alumnado en la mejora escolar: nios y nias como investigadores en Educacin Primaria .............................. 81esperana tarrs serra, gemma boix pino, natlia nadal pedrero, m. assUmpci garca cornell e ignasi Vila mendibUrU. El misterio de la biblioteca Mil.lnium o cmo promover relaciones colaborativas desde la participacin del alumnado ................................................. 102ngeles parrilla-latas, m. esther martnez-FigUeira y mara ainoa zabalza-cerdeiria. Dilogos infantiles en torno a la diversidad y la mejora escolar............................................................... 120sara bragg y helen manchester. Pedagogies of Student Voice ................................................... 143adelina calVo salVador, carlos rodrgUez-hoyos y marta garca lastra. Lo mejor de todo es que nos escuchis. Investigar el aumento de la participacin de los estudiantes en los Programas de Diversifcacin y de Cualifcacin Profesional Inicial ......................................... 16412Revista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012alison cook-sather. Amplifying Student Voices in Higher Education: Democratizing Teaching and Learning through Changing the Acoustic on a College Campus ........................................ 184Investigaciones y estudiosmara soledad ibarra siz, gregorio rodrgUez gmez y migUel ngel gmez rUiz. la evaluacin entre iguales: benefcios y estrategias para su prctica en la universidad ............... 206roco jimnez corts. Educacin inclusiva y formacin inicial del profesorado: evaluacin de una innovacin didctica basada en la produccin cinematogrfca desde la perspectiva del alumnado ................................................................................................................................... 232adriana mercado salas y pedro gil monte. Caractersticas psicomtricas del Cuestionario para la evaluacin del sndrome de quemarse por el trabajo en maestros mexicanos ............ 260jos migUel carot, andrea conchado, alejandra corts y jos gins mora. Los valores labora-les de los graduados en Educacin en Espaa ........................................................................... 274lUis ponce-de-len barranco y pilar lago castro. La orientacin profesional en los conservatorios de msica de Madrid. Anlisis de la situacin actual y propuestas de mejora .. 298Vctor acosta, ana moreno y mara axpe. La accin inclusiva para la mejora de habilidades de lenguaje oral y de lectura inicial en nios con Trastorno Especfco del Lenguaje (tel) ........... 332lidia e. santana Vega, lUis a. Feliciano garca y ana b. jimnez llanos. Toma de decisiones y gnero en el Bachillerato ........................................................................................................... 357mara dolors caada pUjols. Enfoque docente de la enseanza y el aprendizaje de los profesores universitarios y usos educativos de las tic ............................................................... 388robert rUiz bel, llUs sol salas, gerardo echeita sarrionanda, ingrid sala bars y mireia datsira galliFa. El principio del Universal Design. Concepto y desarrollos en la enseanza superior ..................................................................................................................................... 413asUncin manzanares moya y mara jos galVn-boVaira. La formacin permanente del profesorado de Educacin Infantil y Primaria a travs de los centros de profesores. Un modelo de evaluacin ............................................................................................................................ 431mara del pilar seplVeda-rUiz, ignacio caldern-almendros y Francisco jaVier torres-moya. De lo individual a lo estructural. La investigacin-accin participativa como estrategia educativa para la transformacin personal y social en un centro de intervencin con menores infractores ................................................................................................................................. 456jUdit oller badenas e ignasi Vila mendibUrU. Efectos de la presencia social de las lenguas escolares en el desarrollo lingstico del alumnado extranjero. Un estudio emprico en Catalua ..................................................................................................................................... 481Revista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 201213maite arandia loroo, idoia Fernndez-Fernndez, mara jos alonso-olea, arantxa Uribe-etxebarria Flores, nekane beloki arizti, arantza remiro barandiaran, nerea agUirre garca y jess otao maiza. Formacin y desarrollo profesional de los educadores sociales en el mbito de la infancia desprotegida: contexto y perspectivas en la comunidad autnoma vasca .......................................................................................................................................... 505carolina araya-ramrez, sandy taUt, Vernica santelices-etchegaray, jorge manzi-astUdillo y Fanisa mio-Flores. Teora subyacente del programa de Asignacin de Excelencia Pedaggica en Chile ..................................................................................................................................... 530esperanza m. ceballos Vacas, nieVes t. correa rodrgUez, ana delia correa piero, jUan a. rodrgUez hernndez, beatriz rodrgUez rUiz y ana Vega naVarro. La voz del alumnado en el conficto escolar ........................................................................................................................ 554jos ignacio barbero-gonzlez. El darwinismo social como clave constitutiva del campo de la actividad fsica educativa, recreativa y deportiva ...................................................................... 580mario pena garrido y natalio extremera pacheco. Inteligencia emocional percibida en el profesorado de Primaria y su relacin con los niveles de burnout e ilusin por el trabajo (engagement) ........................................................................................................................... 604Ensayos e informeslaUra mndez zaballos. El conocimiento situado y los sistemas de actividad. Un modelo terico para repensar el prcticum ........................................................................................... 629blas payri. La infuencia de las condiciones de escucha en las pruebas de lengua extranjera .. 643Experiencias educativas (innovacin)nUria manzano-soto, ana martn-cUadrado y marta rUiz corbella. El reconocimiento delas competencias profesionales adquiridas por experiencia laboral: la formacin de orientadores, asesores y evaluadores............................................................................................................... 657Reseas y libros recibidos ........................................................................................... 675MonogrficoLas posibilidades de la voz del alumnado para el cambio y la mejora educativaThe Potencial of the Student Voice for Change and Improvement in EducationRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 16-23Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201216Presentacin. Las posibilidades de la voz del alumnado para el cambio y la mejora educativaPresentation. The Potential of the Student Voice for Change and Improvement in EducationTeresa Susinos RadaUniversidad de Cantabria. Facultad de Educacin. Santander, Espaa.La expresin voz del alumnado es an poco comn entre nosotros, si bien es un trmino perfectamente reconocible en otros pases (principalmente anglosajones), en donde se utiliza con mucha frecuencia para hacer referencia a todas aquellas iniciativas que emprenden las escuelas y que estn dirigidas a aumentar el protago- nismo del alumnado en la toma de decisiones sobre el diseo, la gestin y la evalua-cin de cualquier aspecto de la vida escolar. En muchos de estos pases este vocablo se identifca con una tradicin antigua de participacin del alumnado en consejos y foros escolares (ej. Students Councils) que constituyen estructuras estables y, a veces, con dinamismo en las escuelas. De igual modo, su signifcado en el lenguaje pedaggico se conecta con la introduccin de las administraciones educativas de diversos mecanismos de control administrativo y legal de los centros, en los cuales la consulta al alumnado es considerado un elemento prescriptivo dentro de los procesos de evaluacin y mejora escolar.El enunciado Voz del Alumnado (Va) tiene, como tal, una historia breve y podra identifcarse como un movimiento reciente, contemporneo, de fnales de los aos 80 que, para algunos autores, se encuentra ligado a la Declaracin de los Derechos Susinos Rada, T. Presentacin. Las PosibiLidades de La voz deL aLumnado Para eL cambio y La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 16-23Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201217de la Infancia y al reconocimiento de nios y nias como ciudadanos-consumidores con derecho de participacin en las instituciones educativas, tal y como ha expresado Jean Rudduck. En todo caso, es la expresin la que tiene un origen prximo en el tiempo, porque la idea profunda de ensear y practicar la participacin con el alumnado hunde sus races en tradiciones pedaggicas comprometidas con la educacin para la democracia que pueden ser rastreadas en la historia escolar de numerosos pases1. Por otra parte, el hecho de que la voz del alumnado, como movimiento o tenden-cia educativa, no forme an parte del vocabulario habitual en nuestro pas no signifca de ninguna forma que no existan numerosas iniciativas con fnes similares. Muchas experiencias, programas y acciones de participacin estudiantil entre nosotros vie-nen siendo desarrolladas y ordenadas bajo otros epgrafes tericos como la inclusin educativa, la educacin para la ciudadana, el liderazgo estudiantil, las escuelas demo-crticas, la gestin participativa o los derechos de la infancia.Entre nosotros, los consejos escolares han constituido la principal experiencia de participacin institucionalizada del alumnado en los centros (y tambin del resto de la comunidad educativa), tal y como ha sido ampliamente expuesto en diversas inves-tigaciones. Sin embargo, sus resultados han sido exiguos si los analizamos desde la perspectiva de la gestin democrtica y participativa y, en general, no han conseguido germinar en la cultura de los centros, han tenido un papel principalmente formal y en ellos la participacin de los estudiantes ha sido muy residual.En todo caso, como se defender en este monogrfco, la participacin de los alumnos en la vida escolar no puede reducirse a los canales institucionales ms o menos formalizados, ni a la participacin delegada o elitista a travs de representantes porque este constituye solo uno de los mltiples espacios posibles para escuchar al alumnado y fomentar su presencia activa en la escuela. Y justamente este constituye el principal argumento de este monogrfco: cmo avanzar hacia una comprensin ms compleja de la idea de la participacin estudiantil que desborde los estrechos lmites de lo que habitualmente constituyen nuestras rutinas docentes?Adoptar y compartir una expresin (voz del alumnado) que identifque entre nosotros esta preocupacin por cmo, cundo, dnde y con qu fnalidades participan nues-tros jvenes en la gestin comn de la vida escolar tiene, en mi opinin, un poder germinal fuera de duda porque permite dar visibilidad y convertir en un problema (1) As, por ejemplo, Fielding ha dado a conocer la experiencia de varios centros educativos que en su opinin se anticipan en el tiempo como ejemplos reales de democracia escolar vivida. En su opinin, este trabajo de arqueologa pedaggica tiene mucho inters para el movimiento de la voz del alumnado porque aumenta la credibilidad y el reconocimiento de sus postulados.Susinos Rada, T. Presentacin. Las PosibiLidades de La voz deL aLumnado Para eL cambio y La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 16-23Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201218pedaggico lo que con frecuencia pasa inadvertido. Nos desvela una situacin hasta el momento invisible para la mayora de nosotros y, como veremos en estas pginas, nos invita a reordenar nuestros pensamientos y nuestras prcticas para dar cabida a nuevas formas de administrar lo que vamos descubriendo que pueden y deben decidir y gestionar los jvenes. As pues, hablar de la voz del alumnado pone en el centro de las preocupaciones de las escuelas y de los profesores la inquietud de cmo es posible organizarse para que la participacin de los alumnos sea autntica y sea en s misma un objetivo pedaggico relevante. Esta preocupacin, como veremos, se convierte en un manantial de ideas, proyectos y tambin tensiones y contradicciones que los centros deben ir resolviendo. Tal y como veremos en este monogrfco, preguntarnos por la voz de nuestros estudiantes tiene la capacidad de alimentar cambios importan-tes en la cultura de los centros, esto es, en las relaciones, en los fujos de poder y en las subjetividades de alumnos y profesores.El monogrfco se ha organizado de forma que los primeros artculos tienen un carcter ms terico y nos invitan a refexionar sobre aspectos esenciales y los princi-pios pedaggicos en los que se enraza este movimiento. Igualmente en estos artcu-los se propone un marco para el anlisis de los signifcados posibles del trmino voz del alumnado que nos ayude a discernir entre las mltiples iniciativas existentes.Posteriormente, varios artculos permitirn conocer experiencias e investigacio-nes que se desarrollan en Espaa y en otros pases. En ellas se pueden apreciar ini-ciativas de voz del alumnado llevadas a cabo con estudiantes de todos los niveles educativos y que se referen a experiencias de alumnos investigadores en Educacin Primaria, a iniciativas de consulta para mejorar los centros de todo un municipio, a la participacin de todo el alumnado de un centro en un proceso de escritura colabo-rativa o a la utilizacin de formatos de enseanza creativa para dar voz al alumnado. Existen igualmente ejemplos de experiencias que se desarrollan en los niveles de Educacin Secundaria y universitarios.El monogrfco comienza con un artculo de carcter introductorio, Voz del alumnado y presencia participativa en la vida escolar de T. Susinos y N. Ceballos en el que pretendemos proponer un marco semntico que nos d pistas para ordenar el universo conceptual y prctico de la voz del alumnado. Para ello proponemos cinco ejes analticos en los que se discute cmo el grado de protagonismo que asume el alumnado en las iniciativas de voz del alumnado puede ser un elemento que sustenta modelos de educacin cvica radicalmente diferentes. Se analizan igualmente cules pueden ser los objetos hacia los que se dirige la participacin de los estudiantes, los territorios en los que se desenvuelve, cmo materializa la participacin en las distin-Susinos Rada, T. Presentacin. Las PosibiLidades de La voz deL aLumnado Para eL cambio y La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 16-23Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201219tas edades y condiciones personales o acadmicas del alumnado y, por ltimo, qu formatos puede adoptar la participacin del alumnado y qu permiten expresar y qu silencian dichos formatos. El artculo pretende fnalmente abrir vas de debate y proponer nuevos hilos argumentales sobre las posibilidades de la participacin de los estudiantes en el camino hacia escuelas ms inclusivas y democrticas.El artculo siguiente ha sido escrito por Michael Fielding, considerado uno de los autores indispensables y de mayor reconocimiento en el movimiento de la voz del alumnado. En esta ocasin, Fielding ahonda en sus propuestas tericas sobre cmo puede animarse la colaboracin entre alumnos y profesores con la perspectiva de avanzar hacia un modelo de aprendizaje intergeneracional. Fielding defende en su texto la necesidad de realizar un anlisis radical (en la raz) de cmo son las relacio-nes escolares, la forma en que atendemos al otro como persona nica y con pleno derecho, y defende la necesidad de que las iniciativas de la voz del alumnado pres-ten atencin a las relaciones y al cuidado de los otros tanto como a la justicia, los derechos y el poder en las instituciones. El artculo desarrolla algunas ideas de gran profundidad y relevancia para comprender la nocin de participacin democrtica en las escuelas y que nos iluminan en el trabajo de desarrollar iniciativas concretas. Algunas de estas refexiones de calado son, por ejemplo, cmo el uso que hacemos de los espacios interpersonales y arquitectnicos animan o difcultan una relacin formal e informal con muchas personas (espacialidad democrtica), cmo la rendicin de cuentas de los centros educativos puede ser reorientada hacia una tarea compartida (no meramente burocrtica) para que adquiera un nuevo sentido democrtico o la necesidad de acompaarnos de utopas reales que actan como prcticas prefgurativas de nuestros propios proyectos. Podemos afrmar, en fn, que el artculo de Michael Fiel-ding constituye todo un plan de trabajo argumentado que nos permite comprender la necesidad de poner la voz del alumnado en el centro de nuestro trabajo conjunto, lo cual es el camino ineludible para avanzar hacia escuelas democrticas en las que los jvenes y los adultos vivan y aprendan la democracia juntos.Posteriormente, Mar Rodrguez Romero escribe un artculo en el que se realiza una refexin sobre las conexiones que la autora encuentra entre dos modalidades de la voz del alumnado, tal y como han sido caracterizadas por M. Fielding en sus escritos anteriores (orientacin instrumental y orientacin personal de la voz del alumnado) con la formulacin que ella misma haba realizado en un trabajo previo sobre las comunidades discursivas del cambio en educacin. En particular, el artculo argumenta que la orientacin instrumental de la voz del alumnado confuye y se identifca con la comunidad discursiva de la reestructuracin, mientras que la orientacin personal Susinos Rada, T. Presentacin. Las PosibiLidades de La voz deL aLumnado Para eL cambio y La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 16-23Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201220sera la que corresponde con la que ella defne como comunidad discursiva de la poltica cultural. Las tesis argumentales del artculo tienen gran inters como re-fexin terica sobre las iniciativas de voz del alumnado y nos ayudan a obtener una comprensin ms profunda sobre el tipo de cambio educativo que producen y ani-man las diferentes iniciativas de la voz del alumnado en funcin de su orientacin y, por lo tanto, del tipo de comunidad discursiva al que se adscriben. Como se puede apreciar, el artculo se encuentra interconectado con las tesis que viene desarrollando Fielding en sus escritos y, por tanto, ambos artculos pueden leerse conjuntamente y ganar as en profundidad analtica.Tras estos primeros artculos de orden terico se presentan varios artculos que resumen investigaciones y experiencias de la voz del alumnado, que se desarrollan en todos los niveles del sistema educativo.As, el artculo de Susana Rojas, Ignacio Haya y Susana Lzaro titulado La voz del alumnado en la mejora escolar: nios y nias como investigadores en Educacin Pri-maria presenta una investigacin realizada en tres aulas de dos centros de Educacin Primaria. En l se analiza cmo a travs del dilogo sostenido entre el alumnado, los profesionales del centro y el equipo externo de investigacin se reconoce la auto-ridad del alumnado para participar en las iniciativas de mejora del centro que ellos previamente han detectado, defnido y analizado. Los profesionales de las escuelas adoptan una posicin no jerrquica sobre el saber y acompaan al alumnado en sus decisiones ofreciendo apoyo a lo largo de todo el proceso de investigacin. Este tra-bajo conjunto y de relacin horizontal se mantuvo durante todo el proceso, desde la defnicin del problema, el desarrollo de las propuestas de mejora o la refexin sobre las condiciones ticas que deben sustentar todo el proyecto. Como experiencia desarrollada por parte de todo el centro escolar se describe en el artculo de Esperanza Tarrs, Gemma Boix, Natlia Nadal, M. Assumpci Garca e Ignasi Vila Mendiburu, una experiencia desarrollada en el colegio La Farga de Salt (Gerona), centro cuyo alumnado est constituido casi en su totalidad por nios ex-tranjeros no comunitarios. En este proyecto todo el alumnado del centro elabora de forma colaborativa un cuento con el apoyo de autores e ilustradores de literatura in-fantil a lo largo de todo un curso escolar. El artculo constituye un ejemplo singular de las enormes posibilidades que ofrece la participacin estudiantil dirigida al diseo y el desarrollo conjunto de una actividad curricular relevante, que est conectada con las experiencias vitales de los alumnos y en la que se integren diferentes lenguajes (ic-nico, matemtico, oral y escrito) a travs de una propuesta de aprendizaje interniveles y tambin intergeneracional. Son igualmente destacables en el texto los ejemplos de Susinos Rada, T. Presentacin. Las PosibiLidades de La voz deL aLumnado Para eL cambio y La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 16-23Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201221diferentes formatos de deliberacin democrtica utilizados en la experiencia para la eleccin de los personajes, la trama o el mismo ttulo del cuento entre el alumnado. Por ltimo es digno de resaltar cmo en esta experiencia la voz del alumnado pro-mueve y anima igualmente una lnea de continuidad entre los saberes familiares y los escolares y la aceptacin jubilosa de una identidad mestiza y diversa a travs de este proceso de construccin de textos identitarios (por oposicin a los textos alejados de la propia experiencia y de sus intereses vitales). El texto siguiente de ngeles Parrilla, M. Esther Martnez y Mara Ainoa Zabalza de la Universidad de Vigo corresponde a una iniciativa que ejemplifca el uso de la voz del alumnado como una actividad desarrollada por varios centros escolares en un marco de trabajo comunitario. La propuesta forma parte de un proyecto de investiga-cin en el que la consulta al alumnado se incluye en un plan ms amplio de desarrollo de escuelas inclusivas en varios colegios de Educacin Primaria que pertenecen a un mismo municipio gallego de Pontevedra. Destacan particularmente en el artculo las modalidades elegidas para conseguir conocer la opinin y las propuestas de mejora que alumnos de diversos centros y edades realizan en el mbito de la atencin a la diversidad y que proponen para la mejora de sus propios centros. Igualmente, se aprecia el esfuerzo de imaginacin realizado para servirse de tcnicas variadas y origi-nales que permiten diversifcar los mecanismos que se utilizan para escuchar la voz de los alumnos y que nos dan pistas de otras formas posibles de ampliar la participacin con nuevos formatos. El artculo de Sara Bragg y Helen Manchester desarrolla una conocida experiencia de creacin de una red de escuelas en el Reino Unido y con una perspectiva sobre la voz del alumnado comprometida con el cambio social y con un modelo de pedagoga crtica. Desde una perspectiva postestructural, este trabajo se centra en explorar las pedagogas de la voz de los estudiantes desde el trabajo que desarrolla la organizacin Creative Partnership. Esta es una organizacin en la que participan casi 600 escuelas que se sitan preferentemente en reas socialmente desfavorecidas y que se encuen-tran repartidas por 36 ofcinas regionales. Las escuelas mantienen un funcionamiento muy autnomo y la principal sea de identidad de sus proyectos est recogida en la expresin young people at the heart of what we do. Esto demanda de los alumnos participantes un papel protagonista en la planifcacin, desarrollo y diseminacin de su trabajo de creacin artstica. Lo que los centros buscan es que sus proyectos ten-gan un impacto local y por otra parte, el proyecto pretende favorecer la ampliacin del currculo, especialmente en la va artstica. Se argumenta en este artculo que la voz del alumnado tiene que ser entendida como una iniciativa promulgada dentro de Susinos Rada, T. Presentacin. Las PosibiLidades de La voz deL aLumnado Para eL cambio y La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 16-23Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201222y a travs de espacios y prcticas especfcas y desde ah, ser posible analizar qu subjetividades y narrativas posibilitan estas prcticas entre los alumnos, profesores y todos los participantes. El artculo defende, por tanto, que la voz del alumnado puede ser un punto de partida para un proyecto de ms envergadura que transforme a los sujetos, a las instituciones y a la sociedad.En el terreno poco explorado de las experiencias de participacin posterior a la enseanza primaria encontramos los dos ltimos trabajos del monogrfco que se centran en describir iniciativas desarrolladas en los programas educativos de segunda oportunidad o en la enseanza universitaria.El artculo de Adelina Calvo Salvador, Carlos Rodrguez-Hoyos y Marta Garca Lastra describe la experiencia llevada a cabo en dos Programas de Cualifcacin Profe-sional Inicial y un Programa de Diversifcacin Curricular con la fnalidad de dar voz al alumnado y escuchar sus propuestas y preferencias para la mejora del centro y de los programas formativos que estn cursando. Podemos apreciar en este artculo que en todos los programas se ha realizado una consulta abierta al alumnado utilizando diversas metodologas o formatos expresivos con el fn de que el alumnado pudiera expresar libremente sus preferencias de cambio y mejora. Adems de comprender con detalle cmo se ha desarrollado en cada uno de los centros el proyecto, el artculo realiza un anlisis conjunto de las tres experiencias. Este anlisis ofrece interesantes conclusiones que dan pistas muy relevantes sobre cmo actan las iniciativas de la voz del alumnado en entornos educativos de segunda oportunidad y lo que aprenden de ellas los docentes, el alumnado y los propios centros. El artculo tiene especial re-levancia en nuestro pas porque proporciona un ejemplo de buenas prcticas sobre el aumento de la participacin en estos tramos de enseanza de segunda oportunidad que vienen siendo tan marginales en la literatura pedaggica y porque ofrece en sus propuestas y refexiones una visin no defcitaria de dicho ciclo de enseanza y de su alumnado.Por ltimo, Alison Cook-Sather de la Universidad de Pennsylvania describe tres programas de la voz del alumnado que se desarrollan en una Escuela Superior Uni-versitaria de Estados Unidos. Estos programas forman parte de una amplia investiga-cin de la que se exponen en el artculo los objetivos, las fases, la metodologa y los resultados. El objeto principal del artculo no es describir minuciosamente el proceso metodolgico, sino ms bien los resultados de los tres programas. Para ello, se sirve de observaciones y anotaciones que hacen los alumnos a lo largo de su experiencia de participacin en la mejora docente y el posterior dilogo que ello genera entre pro-fesor y alumno. Tal y como afrma la autora, los alumnos experimentan la posibilidad Susinos Rada, T. Presentacin. Las PosibiLidades de La voz deL aLumnado Para eL cambio y La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 16-23Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201223de escuchar y dialogar con sus profesores de una forma nueva, con una economa de poder diferente y adquieren una comprensin de determinadas relaciones o decisio-nes que antes no tenan. El artculo tiene al menos dos puntos importantes de inters: por una parte, mostrar experiencias de voz del alumnado en los niveles universitarios que trascienden los formatos estandarizados y despersonalizados de la evaluacin de la docencia que se utilizan en nuestro pas y, por otro, constituye un buen ejemplo prctico de un programa que cuestiona la creencia de que la experiencia y el conoci-miento son necesariamente jerrquicos.Por ltimo, me gustara agradecer la colaboracin de todos los autores que par-ticipan en este monogrfco cuyo principal objetivo ha sido proporcionar una com-prensin ms matizada, compleja y actualizada de los posibles signifcados que tiene la voz del alumnado. Confo en que todo este esfuerzo permita apreciar y reconocer la riqueza y el dinamismo de este movimiento y su condicin de ingrediente inextri-cable de la construccin de escuelas ms democrticas e inclusivas.Revista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201224Voz del alumnado y presencia participativa en la vida escolar. Apuntes para una cartografa de la voz del alumnado en la mejora educativaStudent Voice and Participatory Presence in School Life. Notes for Mapping Student Voice in Educational ImprovementDOI: 10-4438/1988-592X-RE-2012-359-194Teresa Susinos RadaNoelia Ceballos LpezUniversidad de Cantabria. Facultad de Educacin. Santander, Espaa.ResumenEn este artculo se analizan los diferentes signifcados que puede adoptar el concepto voz del alumnado, el cual, aunque se suele utilizar como una expresin abierta para hablar de cualquier iniciativa que favorece y anima la participacin estudiantil en las escuelas, es, en realidad, una expresin polismica que hace referencia a experiencias escolares con alcances y sentidos pedaggicos muy variables y difusos. Para ello, proponemos aqu un marco con cinco ejes de anlisis que nos permiten cartografar cmo puede ser la participacin de los estudiantes en la vida escolar y nos ayudan a comprender mejor la profundidad y la direccin que adoptan las distintas iniciativas de participacin, as como en qu medida contribuyen verdaderamente a la mejora y el cambio escolares. En concreto, se discute cmo el grado de protagonismo que los alumnos asumen en sus iniciativas puede ser un elemento que sustenta modelos de educacin cvica radicalmente diferentes. Se analizan asimismo cules pueden ser los objetos hacia los que se dirige la participacin de los estudiantes (desde el mbito ms curricular al organizativo) y los territorios en los que se desenvuelve (desde el aula hasta el ni-Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201225vel comunitario). Se discute, adems, cmo se materializa la participacin en funcin de la edad y de las condiciones personales o acadmicas de los alumnos. Por ltimo, se analiza qu forma-tos puede adoptar la participacin del alumnado y qu permiten expresar y qu silencian. El artculo pretende, fnalmente, abrir vas de debate y proponer nuevos hilos argumentales sobre las posibilidades de la participacin de los estudiantes en las escuelas como herramienta para una educacin ms inclusiva y democrtica.Palabras clave: voz del alumnado, mejora escolar, democracia participativa, inclusin educativa.AbstractThis article sets out to analyse the different meanings conveyed by the concept of student voice. The expression student voice has come to be used as an umbrella term to cover any kind of initiative that enhances and encourages student participation in schools. However, it is in reality a polysemic term that refers to school experiences that vary greatly and range widely in pedagogical reach and meaning. A framework is therefore proposed with fve axes of analysis for charting student participation in school life and reaching a better understanding of the depth and approach of different participation initiatives and the extent to which they truly contribute to school improvement and change. The size of the role played by the student in student voice initiatives can be an element/factor that supports radically different civic education models. The targets of student participation range from the more curricular sphere to the organisational, and the terrains in which students operate vary from the classroom to the community. In addition, participation is enacted differently depending on student age, personal conditions and academic status. Student participation can adopt various formats; there are certain things that each format silences or allows students to express. Lastly, the article seeks to open up channels for debate and to provide new arguments as to the possibilities of student participation in schools as a tool for a more inclusive, democratic education.Key words: student voice, school improvement, participative democracy, inclusiveeducation. Introduccin. Voz o participacin estudiantil en la mejora escolarA pesar de que en los ltimos aos se ha popularizado bastante la expresin voz del alumnado para hacer referencia a iniciativas variadas que las escuelas emprenden con Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201226la intencin de aumentar el protagonismo del alumnado en la toma de decisiones sobre el diseo, desarrollo, la gestin o la evaluacin de cualquier aspecto de la vida escolar, esta no se ha acompaado de un consenso bsico sobre su semntica profunda, por lo que, en este momento, es necesario abrir una discusin al respecto. Por eso nos ha parecido oportuno, en este primer artculo de un monogrfco dedicado a la voz del alumnado, proponer un marco que nos d pistas para ordenar el universo conceptual y prctico de este terreno de estudio y colaborar as en la construccin de una teora de la participacin del alumnado como instrumento de cambio y mejora escolar.No es una tarea fcil ni puede considerarse concluida con un trabajo como este. Una empresa de esta envergadura ni se describe defnitivamente, ni se aprehende en un texto limitado como este trabajo: solamente se construye y se vive a la luz de un proyecto compartido.Por lo tanto, este artculo pretende sobre todo abrir vas de debate y proponer nuevos hilos de pensamiento sobre las posibilidades de la participacin de los estu-diantes en las escuelas. Para ello nos guiaremos en gran medida por el conocimiento que hemos ido adquiriendo con la investigacin que nos ocupa en los ltimos aos1. Desde esta experiencia compartida con los centros escolares y tambin a partir del anlisis que hemos realizado de otras muchas experiencias sobre voz del alumnado (Va) recogidas en la literatura pedaggica, proponemos cinco ejes de anlisis que nos sirven para guiar y ordenar nuestra refexin sobre el signifcado y el sentido de la participacin del alumnado en los centros educativos. La participacin en la vida escolar como proyecto de mximos o de mnimos: Hasta dnde pueden o deben decidir los alumnos?La primera y fundamental fuente de diversidad entre las iniciativas sobre la voz del alum-nado tiene que ver con el alcance ltimo de cada una de ellas, esto es, con la intensidad del compromiso que la escuela adquiere con la idea de que sus estudiantes participen, con el protagonismo real que ellos asumen, con qu es lo que la escuela somete a opi-(1) Anlisis de los procesos de inclusin-exclusin educativa en la educacin obligatoria. Desarrollo de proyec-tos locales de cambio y mejora escolar (directora: Teresa Susinos, i+d+i, edU2008-06511-c02-02/edUc). En este proyecto de investigacin que estamos desarrollando hemos situado la participacin del alumnado en el corazn de la mejora escolar, como elemento movilizador de los cambios que los centros van adoptando progresivamen-te para conseguir comunidades educativas ms democrticas e inclusivas.Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201227nin de los jvenes o qu grado de autonoma tienen los estudiantes en el proyecto que se desarrolla. Nos encontramos as un continuo de experiencias en uno de cuyos extremos se encuentran aquellas iniciativas en las que la participacin estudiantil tiene espacios muy limitados y claramente establecidos. Generalmente, estas acciones son abundantes en las escuelas y se limitan a ofrecer al alumnado oportunidades aisladas para opinar sobre asuntos previamente fjados y acotados por los adultos; as pues, su fnalidad es estrictamente consultiva. En el extremo opuesto de este continuo, existen otras experiencias que se defnen por haber adoptado la voz del alumnado como sea de identidad del centro, como un camino que se emprende, un horizonte que es capaz de impregnar toda la vida del centro, en la gestin tanto de lo organizativo como de lo curricular; en ellas, la voz del alumnado, su participacin y su nivel de autonoma es cada vez mayor. Entre estos extremos las diferentes iniciativas de Va se pueden ordenar, de forma ideal, en etapas, las cuales podran tambin entenderse como una ruta o plan de trabajo ordenado por el que las escuelas van avanzando con el tiempo. Varios autores han propuesto diferentes estadios o niveles para ordenar este asunto (Hart, 1992; Shier, 2000; Brown, 2001; Fielding, 2001; Fielding y McGregor, 2005). Nos encontramos as con la conocida propuesta de Hart (1992), que describe una esca-lera de participacin que transita por cinco estadios o escalones, o con la apuesta de Shier (2000), quien, para establecer una clasifcacin, combina los criterios de po-der y de responsabilidad de los estudiantes en el proceso de mejora. Por otro lado, atendiendo a lo que se considera el mximo nivel de participacin, la propuesta denominada alumnos investigadores (Brown, 2001; Fielding, 2001; Fielding y McGregor, 2005) se caracteriza por constituir un nivel mximo de responsabilidad y compromiso por parte de los alumnos, los cuales se encargan de seleccionar las cues-tiones que sern investigadas, realizar la investigacin con el apoyo de los adultos, dar sentido a los datos y fnalmente dar a conocer los resultados.Ms tarde, Fielding (2011) aument y reorganiz las categoras anteriores y propu-so seis niveles de complejidad creciente (tal y como recuerda en este monogrfco) que culminan en un nivel nuevo que l denomina democracia participativa, en el cual los adultos y los estudiantes asumen un compromiso y una responsabilidad com-partidos para la gestin del bien comn.Finalmente, otros trabajos como los de Mitra (2007) o Martnez Rodrguez (2010) ofrecen una clasifcacin de estas experiencias en funcin del grado real de parti-cipacin y del grado de implicacin de los alumnos y sus aportaciones. Junto con todas las anteriores, tambin las hemos tenido en cuenta para elaborar nuestra propia clasifcacin (Tabla i).Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201228TABLA I. Distintos niveles de protagonismo de los estudiantes en las iniciativas de va segn varios autoresMenor protagonismo ----------------------------- Mayor protagonismoHart (1992)Los alumnos son asignados a los proyectos e informados.Los alumnos son consultados.Los adultos inician los proyectos y la toma de decisiones se comparte con los alumnos.Los alumnos inician y dirigen las propuestas.Los alumnos toman las decisiones y las comparten con los adultos.Shier (2000)Los alumnos son escuchados.Los alumnos son invitados a expresar sus puntos de vista.La opinin de los alumnos se tiene en cuenta.Los alumnos participan en la toma de decisiones.Los alumnos comparten el poder y res-ponsabilidad de la toma de decisiones.Brown (2001)Los alumnos como fuente de datos.Los alumnos como participantes activos.Los alumnos como participantes activos y coinvestigadores.Los alumnos como investigadores.Fielding (2001) y Fielding y McGregor (2005)Los alumnos como fuente de datos.Los alumnos son consultados y considerados agentes activos.Los alumnos como coinvestigadores.Los alumnos como investigadores.Mitra (2007)Los adultos escuchan a los alumnos.Hay colaboracin entre los adultos y los alumnos.Los alumnos lideran los procesos de cambio.Martnez Rodrguez (2010)Los alumnos como fuentes de datos.Los alumnos como colaboradores de los adultos e invitados a proporcionar retroalimentacin acerca del currculo o del estilo de las clases.Los alumnos como investigadores en la formacin del profesorado y como evaluadores del sistema escolar.Fielding (2011)Los alumnos como fuen-te de infor-macin.Los alumnos como agentes de respuesta activa.Los alumnos como coin-vestigado-res.Los alumnos como creadores de saber.Los alumnos como autores conjuntos con los adultos.Democracia participativa.Susinos y Ceballos (2012)No existe autntica participacin.Los alumnos como fuente de informacin.Los alumnos como coinvestigadores.Aprendizaje intergenera-cional.Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201229En nuestra opinin, es posible representar la intensidad o el alcance de la parti-cipacin de los alumnos en un continuo que comienza con las iniciativas en las que estos participan como informantes, o con aquellas experiencias que toman sus opinio-nes como un elemento ms que se utiliza para que los profesores tomen decisiones sobre determinados aspectos del currculo o del centro. Se ha sealado con acierto (Hart, 1992; Fielding, 2011) que estas iniciativas podran tener una funcin ms bien testimonial y que hacen que la participacin del alumnado sea un elemento residual en la toma de decisiones. En estos casos, la Va constituye una accin ms simblica que real en la que la opinin de los alumnos se utiliza para ciertos fnes previamente decididos por los adultos2. En la medida en que el inters por conocer el punto de vista de los alumnos sobre un aspecto determinado conlleva una participacin ms intensa de estos y se propi-cia un mayor debate y autonoma en la gestin del asunto en cuestin, se puede ir avanzando hacia modelos de Va ms comprometidos con una participacin real que garanticen que la opinin de los alumnos se tiene en cuenta y es valiosa y que, por lo tanto, su papel en la gestin del cambio es de mayor relevancia. En un estadio posterior encontramos las experiencias en las que los alumnos adquieren mayor protagonismo en el diseo y desarrollo de proyectos y en las cuales su intervencin en la mejora escolar va mucho ms all de la mera consulta. Aqu exis-tirn diferencias que pueden explicarse en funcin de la intensidad del apoyo que los docentes presten a los alumnos a lo largo del desarrollo del proyecto; en este sentido, se considera que el modelo que se ha denominado alumnos investigadores es aquel en el que el apoyo adulto es mnimo y, por tanto, la autonoma y la responsabilidad de los alumnos es mxima (Fielding, 2007).El estadio ltimo es el que debera situarse en el horizonte de un proyecto inclusi-vo de voz del alumnado y Fielding lo denomina aprendizaje intergeneracional como democracia vivida. Hacia ese lugar caminan las escuelas en las que el aprendizaje compartido entre jvenes y adultos no se reduce a uno o varios proyectos concretos, sino que se convierte en una forma habitual de gestionar la vida del centro, tanto en lo curricular como en lo organizativo, y en la que adultos y jvenes aprenden unos de otros durante el proceso de trabajo compartido y en los espacios de dilogo con una fnalidad deliberativa sincera.(2) Estas intervenciones se han resumido en el concepto de tokenism, trmino que tiene difcil traduccin al espa-ol y que designa las polticas o prcticas de inclusin superfcial o demaggica dirigidas a grupos minoritarios (en este caso el alumnado) que se limitan a proponer gestos de aceptacin o consideracin de dichos colectivos, pero sin abordar verdaderamente las causas ltimas de su exclusin.Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201230En esencia, podemos afrmar con Bolvar (2007) que las distintas iniciativas de Va se podran defnir bien por su coherencia y compromiso con la que podramos deno-minar tradicin liberal de entender la ciudadana y la participacin, bien por su iden-tifcacin con el modelo de ciudadana republicana. En el primer caso, las actividades o iniciativas de participacin del alumnado que fomenta la escuela estn inspiradas en una visin minimalista y formal de la participacin y forman parte de una enseanza cuya principal preocupacin es garantizar que los derechos y deberes del alumnado se respeten y compartan. La voz del alumnado que se promueve aqu (como consulta, alumnos como informantes, alumnos como representantes) plantea una participacin perifrica y una regulacin y promocin de los sistemas de representacin estamental dentro de la comunidad escolar como sistemas prioritarios o exclusivos de participa-cin. Responde, por lo tanto, a una idea de democracia acorde con la educacin de personas neoliberales, cuyo compromiso con el bien comn es muy dbil y queda siempre supeditado al benefcio individual o privado.En el extremo opuesto, hallamos las iniciativas de Va que estn comprometidas con un modelo de democracia participativa que defne la propia cultura de esa escuela. Aqu las iniciativas de participacin del alumnado estn presentes en todos los mbitos del currculo y de la gestin del centro porque el centro entiende la pre-sencia participativa de los alumnos y la enseanza de la deliberacin conjunta como un proceso y un compromiso educativo. En defnitiva, en este modelo se ensea a participar mediante la prctica de la propia participacin en una democracia vivida. Estos proyectos de Va se guan por los principios de una suerte de economa moral en la que alumnos y profesores trabajan y aprenden juntos por el bien comn y sin excluir a nadie. El objeto de la mejora: Qu puede mejorar en la escuela con la participacin de los estudiantes? En el anlisis de las experiencias de Va podemos tambin preguntarnos cul es el objeto que se elige como aspecto de mejora escolar, esto es: dnde situamos el foco de atencin de los procesos de cambio?, cul es el objeto hacia el que se dirige la participacin y la voz del alumnado?, qu queremos cambiar? Para esto ltimo, necesitamos las opiniones, los puntos de vista y la presencia activa del alumnado? Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201231Varios autores han propuesto distintas formas de aclarar este asunto, pero no existe una frontera ntida entre las experiencias que se dirigen a la mejora del mbito curri-cular o del organizativo y las que buscan mejorar la gestin del centro, por ejemplo.En un sentido amplio, se puede entender que existen dos mbitos u objetos pre-ferentes para las actividades de Va: la va curricular y la va organizativa. La primera de ellas tiene que ver con el compromiso de la escuela con metodologas y contenidos que se ajustan a los valores propios de una cultura democrtica en la que necesaria-mente se cuenta con la participacin del alumnado. Este tipo de iniciativas exige el empleo de procesos deliberativos en la vida ordinaria del aula (refexin, crtica, argumentacin, debate pblico, etc.) y una reconstruccin del currculo por parte del centro que permita que los alumnos tomen decisiones sobre su propio aprendizaje. En el segundo caso, las experiencias de Va organizativas se destinan a que la escuela est organizada democrticamente, a que existan las estructuras, los espacios y la voluntad para que la participacin del alumnado se deje notar en la toma de decisio-nes que afectan a cualquier mbito de la gestin de la vida del centro. Varios autores han propuesto clasifcaciones para defnir cules pueden ser los dis-tintos objetos de la participacin estudiantil. As, para Rudduck (2007), el foco de los procesos de cambio puede situarse en cuestiones como la autonoma del alumnado, la pedagoga, el mbito estrictamente curricular, los aspectos sociales y, por ltimo, los aspectos institucionales relacionados con el incremento de las responsabilidades dentro de la gestin de la escuela. Smyth (2007) organiza su propuesta en mbitos ms amplios como la cultura escolar, la pedagoga, la enseanza y el aprendizaje y la estructura escolar. Fielding y Bragg (2003), por su parte, proponen una triple clasi-fcacin: el proceso de enseanza-aprendizaje, la escuela y la poltica curricular y la organizacin escolar y el medio ambiente.Con la cautela que hemos sealado previamente sobre el sentido unitario que tiene toda la actividad que se desarrolla en las escuelas y sobre la difcultad que existe para diseccionar partes que puedan ser gestionadas por el alumnado, en nuestra opi-nin, el objeto de la participacin del alumnado puede dirigirse a la mejora de la orga-nizacin y la gestin educativas, a la negociacin del currculo escolar, a los cambios en el entorno fsico y social de la escuela, a la mejora docente y a la intervencin en la comunidad.Las prcticas de Va referidas a la organizacin, gestin y poltica escolar tienen en comn su preocupacin por buscar vas para dar mayor presencia a los alumnos en las estructuras que gestionan la vida escolar; en la mediacin y los procesos de regulacin y mejora de la convivencia; en la comunicacin; en la toma de decisiones Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201232sobre la vida escolar; en la administracin y control de los recursos materiales y humanos o en la distribucin de las tareas, funciones y responsabilidades en la escuela. Si algo caracteriza, por tanto, estas experiencias es la ruptura con el modo tradicional de entender el trabajo en las escuelas de manera jerrquica, segn el cual este se desarrolla bajo el exclusivo control de los adultos y con un papel pasivo por parte de los alumnos (Martnez Rodrguez, 2005; Rudduck y Flutter, 2007; Fielding y Bragg, 2003; Fielding, 2011). As las escuelas que promueven este tipo de iniciativas de Va se comprometen ms con modelos de relacin y gestin de lo comn ms fexibles y dialgicos y promueven una participacin autntica del alumnado en la vida diaria de los centros. Esta participacin en el gobierno de los centros no debe confundirse con una gestin del consentimiento, con el asentimiento pasivo y la aceptacin de las decisiones que otros normalmente adultos ya han tomado previamente. De nuevo, estas iniciativas tendrn que resolver cmo hacer posible que se escuchen las diferentes voces y que se incorporen a la vida diaria del centro (Apple, 2005; Susinos, 2009; Fielding, 2001). Esta democratizacin de las estructuras de participacin y gestin proporciona una ocasin nica para el aprendizaje expe-riencial de los procesos de decisin democrtica, permite desarrollar habilidades de participacin y dilogo deliberativo y aprender acerca de la justicia, el poder, la toma de decisiones conjunta, etc. (Thomson, 2007).En nuestro pas, la participacin de los estudiantes en la organizacin y la gestin escolar se relaciona inevitablemente con la experiencia que han tenido los centros escolares en el funcionamiento de los consejos escolares y los representantes estu-diantiles de aula o centro (delegados), todos los cuales son sistemas de participacin a travs de la representacin delegada y estamental. Sin obviar ni restar importancia a los debates que han existido sobre las limitaciones en el funcionamiento real de estas estructuras de representacin y de participacin elitista, no es objeto de este trabajo detenerse aqu, sino que ms bien queremos defender que estos sistemas de partici-pacin delegada o a travs de representantes no deberan ser la nica va propuesta por las escuelas para aumentar la voz del alumnado en la gestin de los centros. Como ejemplo de ello, existen numerosas experiencias que han abordado con otros medios asuntos como la convivencia y las relaciones que se establecen en los procesos de aprendizaje como clave del xito o fracaso escolar (Riley y Docking, 2004) o la reor-ganizacin de los consejos escolares a travs de grupos de trabajo o subcomits que debaten y realizan propuestas sobre aspectos relacionados con la mejora de la escuela (Flutter, 2007).Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201233Las prcticas cuyo objeto es mejorar el currculo escuchando la voz del alum-nado se sirven de mecanismos diversos de negociacin del currculo que afectan a la organizacin y seleccin de contenidos, de actividades de aula, de los modos de evaluacin y de cualquier otro elemento curricular (Thomson, 2007). De este modo, las experiencias permitirn a los alumnos desarrollar preguntas crticas acerca del mundo y de lo que aprenden (Fielding, 2003; Rudduck y Flutter, 2007); adquirir las habilidades necesarias para aprender a aprender, razonar y poder investigar temas complejos (Apple, 2005) o disear y gestionar los procesos de aprendizaje (Bullock y Wikeley, 2001). Estas experiencias, que se sitan en la lnea de un currculo participativo, consideran que se aprende mientras se comparte con otro(s) que tiene(n) ideas y valores diferentes de los propios, pero valiosos para el aprendizaje.El debate sobre la Va en la mejora del currculo entronca igualmente con el con-cepto de justicia curricular que introdujo Connell (1997), para quien la participacin constituye un elemento nuclear en dicho proceso. Segn Connell, un currculo es socialmente injusto cuando, de forma directa o indirecta, incluye o promueve prc-ticas que impiden la participacin de algunos grupos o alumnos particulares; muy especialmente las prcticas curriculares son injustas cuando reducen la capacidad de las personas de mejorar su mundo (p. 72).Otras experiencias de Va se centran en cmo los alumnos participan en la mejora de la escuela y su entorno (ciudad, pueblo o barrio en el que se enclava la escuela). Por ejemplo, alumnos que investigan acerca de los usos del espacio de recreo y de su diseo fsico. Las posibilidades de relacionar esta cuestin con determinados conte-nidos curriculares y esta forma de participar en el diseo de los espacios alteran las prioridades tradicionales en el uso de los espacios y revierten en una transformacin de las reglas de uso y poder en las instituciones (Pupils at Wheatcroft Primary School, 2001; Bragg, 2007; Manion, 2007). De igual forma, otras experiencias extienden su radio de accin a la mejora del entorno fsico, social o relacional del municipio o entorno urbano de la escuela. Por ltimo, existen iniciativas de Va que se proponen aumentar la participacin del alumnado con vistas a la mejora docente. Son experiencias en las que los alum-nos dialogan acerca de las caractersticas que posee un buen docente (Bragg, 2007; Flutter, 2007; Calvo y Susinos, 2010), sobre qu consideran que es una buena leccin (Fielding y Bragg, 2003), sobre posibles nuevas metodologas de enseanza en estas ltimas, se da voz pedaggica a los alumnos, algo de lo que habitualmente carecen (Fielding y Bragg, 2003; Riley y Docking, 2004).Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201234El territorio de la participacin: Hasta dnde llega el espacio que gestionan los alumnos?Otro de los ejes que proponemos en este trabajo es el mbito en el que se desarrolla la experiencia de Va. Aqu podemos encontrar ejemplos que van desde las iniciativas que se desarrollan en un aula (Fielding y Bragg, 2003; Susinos, Rojas y Lzaro, 2011), aque-llas que se desarrollan en ciclos o etapas, aquellas que son iniciativas propias de todo el centro educativo (Bragg, 2007) o aquellas que renen a varios centros en red (Riley y Docking, 2004; Mitra, 2007) y que aspiran a instalarse en toda la comunidad social circundante implicando a todas las instituciones locales (Department for Children, School and Families, 2008). De nuevo, encontramos que este eje se puede entender como un continuo por el que podran ir transitando los centros en su profundizacin hacia el ideal de la participacin estudiantil, pero tambin es posible que las experien-cias sean concebidas y desarrolladas desde su origen como actividades circunscritas al aula, al centro o con un sentido de comunidad local.Las experiencias desarrolladas en el mbito del aula o del ciclo son las ms nu-merosas y, generalmente, se desenvuelven en proyectos de mayor inmediatez, que necesitan menos intermediacin o participacin de otros agentes y que van dirigidas a gestionar lo inminente y lo circundante como, por ejemplo, las normas internas de funcionamiento del grupo o las actividades cotidianas del aula grupo.Naturalmente, las experiencias con vocacin de ampliar el territorio a modelos ms comunitarios tienen un alcance mayor y deberan estar en el horizonte de las experiencias de Va, si bien este objetivo no debera impedir su puesta en marcha. Aunque un cambio relevante en las organizaciones educativas es aquel que termina instalndose en la cultura del centro, tambin hemos comprendido que muchas veces este cambio no comienza por la accin consensuada y simultnea de todo el claustro. Con frecuencia, la iniciativas de Va comienzan de la mano de un grupo de profesio-nales en un aula o ciclo y pueden ir extendindose hasta convertirse en un proyecto de todo el centro, siempre que se cumplan determinadas condiciones en el proceso. Es aqu donde adquiere relevancia la accin de las denominadas comunidades de prctica que describi Wenger y que permiten explicar algunos procesos de cam-bio institucional. Las comunidades de prctica en las organizaciones educativas estn constituidas por un grupo de profesores que comparte un discurso comn y genera proyectos de accin compartidos sobre los que se trabaja y discute activamente. Estas comunidades de prctica son a la vez comunidades de confanza y de sentido para estos profesionales; as, muchas de sus prcticas y de sus discursos profesionales son Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201235compartidos y se realimentan mutuamente. De este modo, las prcticas se apoyan en narraciones que las sustentan, en nuestro caso, en un discurso complejo, ramifcado y extenso sobre la participacin del alumnado como elemento clave para la mejora educativa. Por su parte, estos discursos mantienen a su vez conectadas a las perso-nas que participan en un proyecto comn, de tal forma que prcticas y discursos se conectan, se enriquecen mutuamente y evolucionan y avanzan de forma conjunta (Lpez Yez, Snchez Moreno y Altopiedi, 2011). Pues bien, entendemos que lo que los profesores ven, experimentan y observan en sus experiencias de Va enriquece su discurso, ampla sus preguntas y sus dudas. Todo ello favorece que, de nuevo, se lleven a la prctica ideas que ensayan estas hiptesis. Tambin sucede al revs: desde una formulacin compleja y ramifcada de la participacin estudiantil es capaz el pro-fesorado de promover prcticas ms diversas y ms matizadas de Va.Por lo tanto, podemos decir que las experiencias de Va desarrolladas en un territo-rio limitado podran ser el germen de una experiencia ms amplia de centro si dichas experiencias consiguen asentarse en una comunidad de prcticas y crecer desde ah.Todos los nios de todas las edades pueden participar? Niveles educativos, capacidades diferentes y otros argumentos evolutivosCuando examinamos las experiencias de Va que se producen a lo largo de las etapas educativas se puede apreciar que su funcin no es homognea en los grupos de edad, sino que son mucho menos frecuentes en los niveles iniciales y fnales de la esco-larizacin. Ms all de constatar este hecho, nos interesa aqu buscar hiptesis para comprender por qu existen estas diferencias entre las distintas edades escolares y discutir hasta qu punto las limitaciones en la participacin del alumnado dependen de una suerte de determinismo evolutivo sobre la infancia o de una visin ablesta de la misma.Como ya hemos expresado con anterioridad (Susinos y Rodrguez-Hoyos, 2011), la participacin como derecho universal est en el corazn de un modelo de escue-la inclusiva y este es uno de los principios que han de orientar las acciones que la escuela debera emprender. Sin embargo, en todas las escuelas existen alumnos (ms o menos numerosos, ms o menos visibles) cuya opinin o iniciativa es inaudible o irrelevante para la institucin, lo cual constituye un hecho que contradice y limita Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201236este sentido inclusivo y potestativo de la participacin que defendemos. As, encon-tramos en primer lugar que la Va suele aparecer muchas veces como una opinin nica, reducida al mnimo, uniforme, en vez de ser tan diversa como los propios estu-diantes. Esto signifca que es habitual que, salvo que la escuela se haga consciente de esto y lo prevenga, la voz de aquellos alumnos que dominan la escena y los cdigos de la participacin escolar es la que prevalece y la que termina por eclipsar otras voces estudiantiles (Arnot y Reay, 2007). Otros alumnos sin voz pedaggica rara vez tienen la oportunidad de participar y de experimentar que su opinin se tiene en cuenta y tiene valor para la gestin del bien comn. Tal y como han denunciado algunos auto-res (Arnot, 2006; Torres, 2000), esto nos alerta del riesgo de que los mismos sistemas que se proponen para gestionar de forma ms participativa y democrtica la institu-cin educativa puedan en realidad constituirse como instrumentos de perpetuacin de los fujos de poder preexistentes.En segundo lugar, como ya hemos sealado, tambin se puede constatar que las etapas de Educacin Primaria y Secundaria Obligatoria son los momentos preferidos para desarrollar estas experiencias, visto lo cual, resulta muy interesante preguntarse por qu en otras etapas educativas (como las de Educacin Infantil y las que suceden a la enseanza obligatoria) no se producen tantas iniciativas de Va. Sin ningn nimo de llegar a conclusiones defnitivas, este hecho nos lleva a plantear algunas hiptesis que pueden tener inters como pistas exploratorias en este ejercicio de rastreo de las experiencias de Va.Las iniciativas de Va son poco probables all donde domina una idea de la infancia con el nico sentido de pasaje hacia la edad adulta, como una etapa de inmadurez, de espera y transicin. Esta visin hegemnica de la infancia es ms visible e incues-tionable cuanto menores son los nios (Educacin Infantil) y responde a la tradicin heredada del pensamiento moderno construido principalmente a partir de los dicta-dos de la psicologa del desarrollo tradicional (Burman, 1998). Dicha visin del nio como sujeto esencialmente heternomo y dependiente se ha instalado en las escuelas desde su origen e incluso estas mismas caractersticas son constitutivas del concepto de alumno. Ello se ha convertido en un impedimento para considerar al alumno como sujeto agente de su vida y con competencia como actor del cambio social y cultural; de hecho, ms bien justifca que este permanezca instalado en la situacin de sujeto que recibe cuidados (Jociles, Franz y Poveda, 2011; Gimeno, 2003).Aunque esta idea preestablecida de pasividad y tiempo menor abarca toda la poca que se ha defnido como infancia y juventud, tambin se debe a otras diferen-cias que la escuela sanciona y legitima (Cruddas, 2001; Lindley, Brinkhuis y Verhaou, Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-2012372011; Susinos y Rodrguez-Hoyos, 2011). En este caso, y desde una mirada alejada de los presupuestos del dfcit, es necesario recordar que no son los alumnos los que no pueden participar, sino que hemos construido un modelo de escuela para que no puedan hacerlo y que las estructuras y las normas escolares se erigen como barreras que limitan o impiden la presencia activa y protagnica de los jvenes. Sin embargo, existen ya numerosas experiencias en estas etapas educativas que nos muestran cmo los alumnos de cualquier edad o condicin tienen puntos de vista propios, preferen-cias o desagrados, argumentos y narrativas singulares sobre la vida escolar que ellos deberan poder expresar y que tendran que ser tenidas en consideracin para la ges-tin de lo comn (Susinos, 2009).En otros casos, ocurre que, como adultos, hemos determinado que existen otras prioridades para ocupar el tiempo escolar, que tienen que ver con asuntos como las exigencias de pruebas externas (pruebas de acceso a la universidad o de las evalua-ciones externas), con un currculo basado exclusivamente en las disciplinas, con un profesorado de formacin excesivamente academicista o con una acusada ausencia de expectativas sobre los jvenes (como sucede por ejemplo en los pcpi y explican en este monogrfco Calvo Salvador, Rodrguez-Hoyos y Garca-Lastra).Todas estas refexiones nos llevan a concluir que el debate sobre el poder y el reconocimiento es fnalmente un elemento esencial en las iniciativas de Va, puesto que nos permite desvelar cmo son nuestras prcticas escolares, qu voces considera-mos autorizadas, quin tiene capacidad de actuacin, quin tiene poder para decidir, quin est excluido y otros interrogantes ineludibles en un proyecto de democracia participativa (Susinos y Rodrguez-Hoyos, 2011). Los formatos de la participacin: necesitamos el dilogo, pero tambin el silencio. Hacia otras formas de opinar y expresarseLas experiencias de voz del alumnado se desarrollan principalmente mediante la comunicacin oral en todas sus modalidades o formatos (asamblea, pequeo grupo, entrevista, debate, exposicin) y nadie duda que este es el mecanismo privilegiado de comunicacin humana y el que nos permite ensearnos mutuamente las habilida-des que requiere la deliberacin conjunta y el dilogo respetuoso en que se basa la construccin de la vida cvica. Sin embargo, ms all de constatar este hecho, pode-Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201238mos preguntarnos: Este formato exclusivamente oral privilegia a algunos alumnos respecto a otros? Permite recoger la voz de todos los alumnos? Qu queda sin decir cuando hablamos? Qu aaden otros medios expresivos a las experiencias de Va?Al igual que, como decimos, hay una tendencia a depender de los mtodos orales, tambin es posible ejercitar nuevos modos creativos de escucha como la elaboracin de vdeos, fotografas o de formatos plsticos de expresin (Bragg, 2011; Cremin, Mason y Busher, 2011; Bragg y Manchester en este monogrfco). En este caso, la creatividad se pone al servicio de que ningn alumno (por caractersticas ligadas a su cultura, modos de comunicacin, clase o sexo, tipo de lenguaje o forma de presentar sus ideas) se quede sin espacio para opinar o participar. Cuando aceptamos que la participacin se expresa exclusivamente a travs de una actividad verbal (o de otro tipo) del alumnado que se desencadena a iniciativa del profesor, olvidamos que en muchas ocasiones el silencio es igualmente participativo y tiene una misin indispensable en el intercambio y el dilogo educativo. En este sen-tido, analizar el silencio puede ser considerado como un aspecto crtico e imprescin-dible para comprender cabalmente la voz del alumnado y la participacin. La mayor parte de los anlisis e investigaciones sobre el silencio del alumnado par-ten de un enfoque defcitario en un doble sentido. En primer lugar, porque entienden que el silencio es un dfcit de participacin y por otro porque se da por hecho que el silencio es un problema de alumnos individuales a los que se tilda de tmidos o pasivos y que, con frecuencia, se asocia al sexo o a la procedencia cultural o social. Sin embargo, esta visin naturalizada del silencio es inconsistente con la idea de que las identidades se construyen localmente mediante prcticas culturales compartidas que nunca son defnitivas ni estn prefjadas. Constituye una explicacin determinista que no deja lugar para comprender, promover y reconocer al sujeto como agente en los procesos sociales y de construccin de su subjetividad y que tiene una funcin estabilizadora y conservadora de las condiciones pedaggicas preexistentes (Susinos, 2009). Tal y como propone Katherine Schultz (2009), el silencio de los alumnos no tiene un nico signifcado, sino que ms bien puede entenderse como un contenedor de signifcados. Por una parte, se puede interpretar como una negacin activa a la parti-cipacin, como una respuesta de desinters, de resistencia o rechazo, que fnalmente conduce al desenganche de algunos alumnos (Gonzlez, 2010), lo cual constituye un reto ineludible para los ideales de la participacin y la inclusin educativa (Smyth, 2007). Sin embargo este es solo uno de los signifcados posibles del silencio y, al con-trario de lo que comnmente se cree, la mayor parte de los silencios estudiantiles no Susinos Rada, T. y Ceballos Lpez, N. voz deL aLumnado y Presencia ParticiPativa en La vida escoLar. aPuntes Para una cartografade La voz deL aLumnado en La mejora educativaRevista de Educacin, 359. Septiembre-diciembre 2012, pp. 24-44Fecha de entrada: 03-10-2011 Fecha de aceptacin: 27-03-201239son de esta naturaleza. Se trata, ms bien, de silencios necesarios, productivos y esen-cialmente participativos. Con ellos, los alumnos comunican asentimiento, escucha activa y seguimiento consciente. Son silencios indispensables para crear un espacio en el que los dems participen, para construir la interaccin, y rompen con la idea de que escuchar es una actividad pasiva.En otras ocasiones, los silencios son recipientes para los secretos, las memorias, los sentimientos que son difciles de poner en palabras. Este sentido del silencio como expresin de lo inefable es un campo apenas explorado en la educacin formal ms bien desestimado o evitado y para el que necesit