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Desastres en masa: actuación de grupos de investigación. Importancia de los procedimientos odontológicos AUTOR Dr. Juan López Palafox Doctor en Odontología. Especialista en Odontología Forense. Coordinador de los Equipos de Identificación de Víctimas en Desastres, de España (DVI). Jefe del Laboratorio de Antropología Forense de la Comisaría General de la Policía Científica (CGPC) desde 1988 hasta 2000. Madrid. Introducción El resultado final de las grandes catástrofes son los daños humanos. Una característica de las víctimas resultantes es la fragmentación y frecuentemente la calcinación. La calcinación se viene haciendo rutinaria también en muchos cadáveres que se investigan de forma aislada. La aplicación de las técnicas modernas a los fines destructores que se persiguen en los conflictos bélicos o en casos de atentados terroristas cobra importancia en la investigación de los cuerpos quemados. El caso más extremo al que se puede llegar es la explosión de una bomba atómica. La explosión de las bombas de Hiroshima y Nagasaki originó una esfera de fuego que, una diezmilésima de segundo después de estallar, alcanzó una temperatura de 300.000º K. Una décima de segundo después alcanza una temperatura de 2.000º K, tres décimas de segundo después sube cerca de 7.000º K y un segundo después la temperatura es de 6.000 º K (Mirabet, 1979). Respecto a incendios no provocados, debemos recordar el accidente de Los Alfaques en la provincia de Tarragona, que describe Mirabet en su tratado sobre quemados. El 11 de junio de 1977 explosionó accidentalmente una cisterna que transportaba 43.000 litros de propano licuado. El incendio súbito, que envolvió un camping en una nube burbujeante de 2.054º C, causó 260 quemados, de los que la mitad murieron instantáneamente, totalmente carbonizados. Nuestra larga experiencia en la investigación de catástrofes nos permite hacer una valoración objetiva de las circunstancias y procedimientos adecuados para obtener los mejores resultados. Desde el siniestro del aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife (1977), cuando colisionaron dos aviones Boeing 747, hasta nuestros días, nuestros equipos han investigado más de tres mil víctimas en catástrofes de todo tipo: 1970: Montseny. 1974: Los Rodeos, Tenerife. 1977: Los Rodeos, Tenerife.

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Desastres en masa: actuación de grupos de investigación. Importancia de los

procedimientos odontológicos AUTOR Dr. Juan López Palafox Doctor en Odontología. Especialista en Odontología Forense. Coordinador de los Equipos de Identificación de Víctimas en Desastres, de España (DVI). Jefe del Laboratorio de Antropología Forense de la Comisaría General de la Policía Científica (CGPC) desde 1988 hasta 2000. Madrid.

Introducción El resultado final de las grandes catástrofes son los daños humanos. Una característica de las víctimas resultantes es la fragmentación y frecuentemente la calcinación. La calcinación se viene haciendo rutinaria también en muchos cadáveres que se investigan de forma aislada. La aplicación de las técnicas modernas a los fines destructores que se persiguen en los conflictos bélicos o en casos de atentados terroristas cobra importancia en la investigación de los cuerpos quemados. El caso más extremo al que se puede llegar es la explosión de una bomba atómica. La explosión de las bombas de Hiroshima y Nagasaki originó una esfera de fuego que, una diezmilésima de segundo después de estallar, alcanzó una temperatura de 300.000º K. Una décima de segundo después alcanza una temperatura de 2.000º K, tres décimas de segundo después sube cerca de 7.000º K y un segundo después la temperatura es de 6.000 º K (Mirabet, 1979). Respecto a incendios no provocados, debemos recordar el accidente de Los Alfaques en la provincia de Tarragona, que describe Mirabet en su tratado sobre quemados. El 11 de junio de 1977 explosionó accidentalmente una cisterna que transportaba 43.000 litros de propano licuado. El incendio súbito, que envolvió un camping en una nube burbujeante de 2.054º C, causó 260 quemados, de los que la mitad murieron instantáneamente, totalmente carbonizados. Nuestra larga experiencia en la investigación de catástrofes nos permite hacer una valoración objetiva de las circunstancias y procedimientos adecuados para obtener los mejores resultados. Desde el siniestro del aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife (1977), cuando colisionaron dos aviones Boeing 747, hasta nuestros días, nuestros equipos han investigado más de tres mil víctimas en catástrofes de todo tipo:

• 1970: Montseny. • 1974: Los Rodeos, Tenerife. • 1977: Los Rodeos, Tenerife.

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• 1977: Los Alfaques, Tarragona. • 1980: Tenerife Norte. • 1982: Málaga. • 1983: Mejorada, Madrid. • 1983: Barajas, Madrid. • 1983: Discoteca Alcalá-20, Madrid. • 1985: Monte Oiz, Bilbao. • 1985: La Línea de la Concepción, Cádiz. • 1998: Melilla.

Además de estos desastres, nuestra experiencia se ha completado con investigaciones en lugares apartados de nuestra geografía nacional:

• Katmandú, 1992. • Ruanda, 1994 y 1996. • Méjico, 1994. • Kosovo, 1999. • Roma, 1999 (víctimas de accidente en Kosovo).

En este tiempo hemos diseñado y mejorado los manuales de actuación en desastres, demostrando la importancia que tiene la odontología forense en las identificaciones. Para esa actuación rápida se debe disponer de laboratorios portátiles revisados y controlados periódicamente, capaces de ser trasladados a cualquier lugar, en el menor tiempo posible. Generalidades La palabra catástrofe proviene del griego Katastrepho, destruir. Larouse lo define como suceso desgraciado que altera gravemente el orden regular de las cosas. Sopena lo califica como suceso infausto y extraordinario que trastorna el orden natural de los acontecimientos. Las catástrofes se caracterizan por el número elevado de víctimas, los daños materiales y las dificultades que se presentan para restablecer el orden normal. En estas situaciones es necesario adoptar medidas especiales, con la participación de grupos de trabajo muy cualificados (fig. 1 –Málaga, 1982).

Factores determinantes

1. Repercusión social. 2. Elevado número de víctimas. 3. Distintas nacionalidades de las víctimas.

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4. Necesaria intervención de grupos de especialistas muy dispares. Clasificación de las catástrofes y sus consecuencias Noto diferencia las lesiones y estados patológicos predominantes, dependiendo de la situación de las víctimas, en cuanto a dispersión-accesibilidad y mecanismos de las lesiones. Este autor hace las siguientes categorías:

• Catástrofes naturales. • Tecnológicas. • Sociológicas.

Las naturales son para Noto todas catástrofes en las que interviene la energía liberada por elementos naturales: agua, tierra, aire, fuego. Las tecnológicas son relativamente recientes, cuanto menos en sus formas más graves, y su progresión es paralela al avance de la industria en todos sus aspectos. Dentro de este grupo se encuadran todos los accidentes industriales, los accidentes de tráfico, aéreos o marítimos, destrucción de obras públicas, como puentes, túneles, presas, diques, etc., o cualquier otro cuya causa inicial tenga relación con las tecnologías modernas. Entre las catástrofes sociológicas, dos tipos: accidentales, que se originan en estadios de fútbol, concentraciones religiosas, etc., o las catástrofes sociológicas provocadas por actos terroristas y tumultos callejeros graves. Para nosotros, la clasificación es más simple y guarda estrecha relación con la dificultad en la identificación de las víctimas:

• Naturales: Inundaciones, terremotos,… • De tráfico terrestre: automóvil, autobuses, ferrocarriles. • Marítimos: naufragios, explosiones,… • Incendios: fuera o dentro de los grupos anteriores. • Aéreos: con víctimas sólo entre los ocupantes u otros.

Actuación general en las catástrofes. Legislación A pesar de que la Legislación no se refiere a las actuaciones en la identificación de víctimas, consideramos necesario incluir entre los expertos en identificación la figura del odontoestomatólogo, con experiencia en Odontología Forense, por ser los elementos dentarios los que habitualmente se recuperan con valor identificativo. El Real Decreto 1378/85, de 1 de agosto, establece las medidas provisionales necesarias para la actuación de los órganos y autoridades competentes en los casos mencionados. En su artículo 4 hace mención a las actuaciones de prevención y control de las emergencias, de acuerdo con los planes territoriales y especiales de Protección Civil, confeccionados anteriormente por los Ayuntamientos y Gobiernos Civiles. En su artículo 9 se refiere de forma concreta a la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. La Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, señala como función específica, en su artículo 11i, la de colaborar con los servicios de Protección Civil en los casos de grave riesgo, catástrofe y calamidad pública, en los términos que se establezcan en la legislación vigente. Dirección y coordinación de los servicios. Generalidades La Ley 2/1985, de 21 de enero, configura la Protección Civil como un servicio público y atribuye su competencia a la Administración Civil del Estado y restantes administraciones públicas, en idénticos términos. La dirección y coordinación de las actuaciones relacionadas con Protección Civil, en

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situaciones de emergencia, de acuerdo con lo dispuesto en el Real Decreto 1378/85, de 1 de agosto, corresponderá:

a) A los alcaldes, siempre que la emergencia no rebase el respectivo término municipal. b) A los gobernadores civiles o delegados del Gobierno en las comunidades autónomas. c) A los delegados del Gobierno, al ministro del Interior o a la persona que en su caso

designe el Gobierno. Cuando las circunstancias lo requieran, determinarán quién debe asumir el mando único en la dirección de las actuaciones en la zona siniestrada, recayendo esta responsabilidad en la autoridad o persona más idónea en cada caso. Quien ejerza el Mando Único constituirá de inmediato en la zona de emergencia el puesto de mando básico, al que se incorporarán los jefes, directivos y responsables de los distintos servicios actuantes (fig. 2).

Prevención de los desastres Análisis de riesgos potenciales:

• Mapas de la demarcación. • Descripción de industrias peligrosas. • Situación y planes de emergencia de aeropuertos, puertos, enclaves ferroviarios, etc.

Recursos:

• Medios humanos y materiales disponibles. • Vías de acceso. • Medios de comunicación. • Centros médicos, capacidad material y humana. • Direcciones y teléfonos de servicios de emergencia locales.

Griffiths destaca la importancia del entrenamiento de los miembros del equipo de identificación. Señala la necesidad de incluir en los simulacros a los alumnos de odontología, que deben ser orientados hacia áreas concretas de la identificación en general, con especial interés en el conocimiento de la radiología, craneometría, autopsia dental y otros. Fase de intervención inmediata El éxito o fracaso de las investigaciones depende de las actuaciones correctas o equivocadas que se realizan en los primeros momentos.

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Es necesario informar a los grupos que intervienen de la importancia que tiene identificar a las víctimas, debiendo preservar los cuerpos y todos sus efectos. Todos los autores consultados ratifican nuestras experiencias respecto a la presencia del odontólogo forense en esta fase de intervención inmediata, que debe ayudar en las investigaciones, conociendo la importancia de los elementos dentarios, especialmente prótesis, que pueden mezclarse o perderse haciendo imposible toda identificación. Atención a las víctimas. Clasificación. Existen distintas clasificaciones para establecer prioridades en el rescate de víctimas. En unas se distribuyen según colores, en otras por números. Nosotros hemos seguido parcialmente las clasificaciones utilizadas por Noto y cols. en su manual de Medicina de Catástrofe: A) Rojo: urgencias absolutas:

• Incluye todas las víctimas cuyo estado exige la asistencia inmediata para garantizar la vida a corto plazo y permitir su transporte hacia un centro médico o quirúrgico.

B) Amarillo: urgencias relativas:

• Son todas las víctimas en las que se necesita realizar maniobras sencillas de estabilización de las lesiones, evacuación más o menos diferida sin un control especial o acto quirúrgico sin riesgo respecto al pronóstico vital.

C) Verde: heridos leves:

• Son todos aquellos con lesiones benignas y que, tras su atención en el lugar del suceso o en un centro ambulatorio, podrían pasar a su domicilio.

• Se incluirían los afectados por shock emocional, que requieren un trato muy especial. D) Negro: fallecidos:

• Deben quedar en el lugar de su hallazgo, sin alterar la forma en que aparecieron, hasta que los funcionarios de Policía Científica realicen sus primeras investigaciones sobre el cadáver y la Autoridad Judicial ordene su traslado.

• La manipulación precipitada de los cadáveres es la causa principal de las identificaciones negativas (fig. 3).

Fase de investigación

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Los servicios de Policía Científica y otros grupos de investigación comienzan su trabajo en el mismo lugar del suceso, antes de efectuar ningún traslado de los cadáveres. Una vez rescatados los heridos y concluida la fase de emergencia, se debe aislar la zona del siniestro, facilitando únicamente el acceso a los equipos de investigación. Ya hemos indicado en el punto anterior la importancia de que el odontoestomatólogo forense complemente el equipo de investigación desde los primeros momentos. Oficina del Desastre Los británicos designan con este nombre al área de dirección y coordinación de todos los servicios. En ella se establece el Puesto de Mando Único, que controla las actuaciones de todos los grupos de trabajo durante la fase de investigación. Los países nórdicos incluyen en este grupo la figura del odontoestomatólogo como miembro del equipo director. Fase de rescate de cadáveres y objetos Acotamiento de los hallazgos Cada cuerpo u objeto debe ser controlado debidamente, completando su acotamiento y numeración. Fotografía y vídeo del cadáver y su entorno A continuación deberá fotografiarse cada cadáver y su entorno, manteniendo visible el número descriptivo que se le hubiera asignado. Con esta medida, evitamos errores que pueden aparecer ulteriormente por intercambio accidental de objetos (fig. 4).

La Identificación La identificación, que puede ser difícil, se logra tras el cotejo de datos ante y postmortem (fig. 5). Las identificaciones directas o por objetos personales, realizadas por familiares, deben

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ser corroboradas por otros métodos adecuados. La Federación Dental Internacional, en su Reunión de Trabajo número 7, describe la totalidad de métodos odontológicos en la identificación de víctimas en desastres. Según la FDI, los odontólogos forenses deben encabezar los equipos de identificación. Igualmente señala la importancia de los registros completos de radiografías, modelos, fotografías, prótesis y comentarios complementarios. Describe los colores necesarios para la transmisión de datos en formularios internacionales:

• Amarillo: formularios antemortem. • Rosa: formularios postmortem. • Verde: conciliación. • Azul: dictamen de identidad.

Esta distribución ha sido aceptada por el Comité Permanente de Interpol para la Investigación de Víctimas en Desastres. Equipo Postmortem La identificación debe comenzar en el mismo lugar del hallazgo, observando el cadáver y su

entorno. Todo ello debe ser anotado cuidadosamente antes de establecer su traslado (fig. 6). La OIPC-Interpol considera esencial para el éxito de las investigaciones el establecimiento de un “Mando Único” en los trabajos postmortem. Este equipo debe estar conformado por:

• Médicos legales. • Expertos policiales. • Odontólogos forenses.

• Antropólogos. • Dactiloscopista. • Fotógrafos. • Biólogos. • Personal auxiliar.

Cada hallazgo debe ser numerado con un sistema único, con tarjetas que no se destruyan. Este mismo número se debe dar a cada pertenencia del cadáver cuando sea retirado del mismo, tras su fotografía, con testigos métricos y numéricos adecuados. Las condiciones del lugar de trabajo deben ser las adecuadas para las tareas tan difíciles que se realizarán:

• Refrigeración (cámara o local refrigerado anexo). • Fácil acceso. • Ventilación. • Teléfono, agua, electricidad. • Control y seguridad. • Zona de atención a familiares, alejado del lugar de trabajo. • Zona de oficinas de identificación. • Zona de descanso, de autoridades y de prensa.

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Para el último accidente ocurrido en Melilla se utilizó la Lonja de Pescado, por las condiciones que ofrecía, que incluía todos los requisitos descritos anteriormente. Además ofrecía las posibilidades de mantener un sistema de seguridad absoluto, filtrando el paso de personas al interior de la sala (figs. 7 y 8).

Metodología de identificación:

• Análisis general del cuerpo. • Objetos personales y documentos. • Joyas. • Cicatrices, tatuajes. • Necrorreseña dactilar. • Patologías. • Estudio dentario. • Muestras biológicas. • Estudio ADN.

Equipo Antemortem El equipo antemortem, encargado de recoger datos de familiares, amigos y facultativos, tiene la misma importancia que el grupo anterior, puesto que de sus resultados depende el éxito de la identificación. Este grupo trabajará totalmente aislado del equipo anterior, evitando que los familiares estén próximos a los cuerpos, que no deben ser vistos directamente, salvo en casos necesarios y con las medidas de seguridad adecuadas. En este grupo debe existir otro odontoestomatólogo que filtre la información dental necesaria, contactando directamente con profesionales, a los que solicitará historias clínicas y cualquier tipo de información dental.

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En la composición de este grupo se deben incluir también psicólogos para facilitar la relación con los familiares. Análisis de resultados

Los resultados positivos se obtienen tras el cruce de información ante y postmortem, según el siguiente esquema:

• Recepción de datos antemortem. • Recepción de datos postmortem. • Recepción y evaluación de muestras. • Cotejo de datos e identificación de víctimas. • Actas de entrega e identificación.

Importancia de la Odontoestomatología en la investigación de los desastres Todos los desastres investigados se han caracterizado por la gran fragmentación y carbonización de los cuerpos (fig. 9). Las características de los cuerpos investigados hacen necesario el método odontológico para individualizar los resultados positivos (fig. 10).

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La dactiloscopia, a pesar de su carácter individualizador, puede resultar negativa por las destrucciones de los cuerpos. El estudio por ADN puede resultar más sencillo a través de los elementos dentarios, gracias a la protección que ofrecen a la contaminación externa. Incluso en desastres, como el investigado en Melilla (1998), a pesar de la facilidad para el estudio dactilar, la odontología fue el procedimiento clave para resolver los casos más complejos (fig. 12).

En todos los desastres conocidos se ha demostrado la importancia del método odontológico. Los países escandinavos cuentan entre sus miembros con un odontólogo como principal responsable de los estudios postmortem y también incluyen un odontólogo en el equipo antemortem, para la transcripción de datos A.M. al formulario amarillo de Interpol. Para autores como Ceccaldi (1982), es importante la presencia del odontoestomatólogo, con una formación especial en este campo. Descripción de resultados en algunos desastres conocidos

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Como ejemplo de todo lo expuesto, consideramos necesario mostrar algunos datos estadísticos que avalan nuestra postura. El 27 de noviembre de 1983, el Boeing 747 de la compañía Avianca, que hacía maniobra de aproximación a Madrid, se estrellaba, muriendo 184 personas, de las que se identificaron plenamente 160 (fig. 13). Consideramos importante este accidente para nuestro estudio por tres razones importantes:

1. La gran variedad de las nacionalidades: 21 diferentes. 2. El elevado número de víctimas: 184. 3. Las enormes fragmentaciones y quemaduras de los cuerpos: únicamente 11 cuerpos

pudieron ser reconocidos directamente. Resultados de la investigación, según los procedimientos Del total de 160 identificados, 74 lo fueron gracias a la aplicación de procedimientos odontológicos (figs. 14 y 15).

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MÉTODO NÚM. CADÁVERES Antropología 7 Por patologías 9 Por ropas y documentos 15 Joyas 29 Reconocimiento 11 Dactilares 15 Odontológicos 74 No identificados 24

Entre los métodos odontológicos, en relación con las nacionalidades, las víctimas de países nórdicos fueron las que prioritariamente se identificaron por el estudio dental:

• Suecia: de 20 cadáveres de esta nacionalidad, todos fueron identificados aplicando procedimientos odontológicos.

• Las dos únicas víctimas de nacionalidad noruega fueron identificadas gracias al estudio de su dentición.

• De los 19 alemanes identificados, 9 lo fueron gracias al estudio odontológico. Distribución de los procedimientos odontológicos

MÉTODO NÚMERO RADIOGRAFÍAS 13 PRÓTESIS REMOVIBLE 10 OBTURACIONES-PRÓT. FIJAS 30 ODONTOGRAMA 21

Estos resultados demuestran claramente la importancia del método odontológico. Cifras similares hemos recogido de nuestras restantes experiencias o de las descritas por otros autores: Solheim (1992), habla de los procedimientos empleados en la identificación de 158 víctimas del desastre ocurrido al transbordador “Sulykka” el 5 de abril de 1990 y señala que 107 cuerpos fueron identificados exclusivamente por estudio dental. Este autor explica la distribución del equipo noruego, con cuatro equipos de trabajo, en cada uno de los cuales figuraban dos odontólogos, que realizaron un total de 136 radiografías. El británico Derek Clark (1991) describe la tragedia ocurrida en la plataforma petrolífera “Piper Alpha” el 6 de junio de 1988. En el incendio ocurrido murieron 167 personas totalmente carbonizadas. De las 136 víctimas identificadas, 90 lo fueron mediante el estudio dental. Uno de los desastres con mayor impacto de los últimos tiempos fue posiblemente el ocurrido cuando el Boeing 747 de la compañía Pan Am sobrevolaba la ciudad escocesa de Lockerbye, el 21 de diciembre de 1988. Un artefacto explosivo hizo saltar por los aires el aparato, que cayó sobre la pequeña localidad. El saldo final fueron los 259 ocupantes del avión y 11 residentes en la ciudad. De los 253 cuerpos identificados, 209 lo fueron por estudios dentales. En nuestro país, además de los resultados investigados en Mejorada, los restantes estudios demuestran la importancia del método odontológico: así vemos, cómo de los 51 cuerpos investigados en el accidente ocurrido el 13 de septiembre de 1982 al avión de la compañía Spantax en Málaga, 41 se identificaron por métodos odontológicos.

ACCIDENTE NÚM. TOTAL VICTIMAS

NÚM. TOTAL IDENTIF.

IDENTIF. ODONTOL.

Transbord Sulykka, 5-4-90 158 158 107 Planta Piper Alpha, 6-6-88 167 136 90 Lockerbye, 21-12-88 270 253 209 Málaga, 13-9-82 51 51 41

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El último accidente ocurrido en nuestro país, en Melilla, cuando el avión de la compañía Paukner se estrellaba en las proximidades de la ciudad de Melilla, muriendo 38 personas –a pesar de que los cuerpos fueron investigados en un tiempo record de dos días gracias al estudio de dactilares, disponible en archivos antemortem y recuperados de los cuerpos–, en tres cadáveres fragmentados se aplicaron procedimientos odontológicos para completar la identificación, que de otro modo no había sido posible. La radiología oral, el estudio de las prótesis y de cualquier patología dental, constituyen los métodos imprescindibles en toda investigación de un desastre (figs. 16 y 17).

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