1926-10-005 La Salud en El Personal de Altos Hornos

download 1926-10-005 La Salud en El Personal de Altos Hornos

of 3

description

Informe sobre salud laboral en altos hornos de producción acero

Transcript of 1926-10-005 La Salud en El Personal de Altos Hornos

  • N. 10. Octubre, 1926. D Y N A

    5

    Lograda la fusiOn, es preciso filtar el liquido para retirar las particulas solidas pero aun no ha termina-do la preparaciOn, puesto que quedan una porciOn de diminutos corptisculos imposibles de retirar por filtra-ge, y el agua vegetativa y de lluvia. El filtrage se ne-va a efecto en autoclaves con filtros de forma c6nica colocados sucesivamente y cada vez mas finos y pa-ra agotar los residuos de toda huella de materia util,

    con aire enrarecido sin mas ventaja apreciable que la de la continuidad y uniformidad de productos.

    Las colofonias se clasifican en varias clases, dife-rentes para cada fabricante segtin su coldr.

    Tal es, a grandes rasgos, una fabrica moderna de resinas, ajustada al esquema. Para su emplazamiento debe elegirse un terreno inclinado en que la acciOn de la gravedad exima de la colocacion de motores, para

    Exterior de una f6brica de Resinas

    se les inyecta vapor, inyecciOn que puede reemplazar al trabajo de las bombas centrIfugas, para conducir el liquido a los decantadores.

    He aqui el secreto de una buena fabricaciOn. Una decantaciOn larga, deja la trementina pura y transpa-rente. Es claro. que para mantenerla liquida, precisa conservarla caliente y por ello los decantadores se construyen con dobles paredes dejando una camara de aire o un aislamiento de serrin de corcho, amianto, etc. que impida la irradiacion de calor. Con ello en 12 horas no llegan a 8 los grados perdidos.

    La trementina caliente, tiene una densidad muy poco inferior a la que a su temperatura tiene el agua. Esto obliga a prolongar la operaciOn y da origen a que el polvillo no acabe de retirarse de las capas in-feriores. Pero hagamos el agua mas densa por la adicion de cuerpos solubles en ella y no en la tremen-ina entonces se efecttia un verdadero lavado que proporciona una trementina exenta de polvillo hasta en las capas mas inferiores.

    El agua y lo arrastrado, se extrae por orificios de purga y ya queda en los decantadores el liquido que sucesivamente ha de it destilandose en los alambiques corrientes; estos no ofrecen otra particularidad que la de tener en su interior un paquete constituido por una serie de tubos destinados a repartir bien el calor por coda la masa puesto que la trementina es muy mala conductora del mismo.

    El liquido obtenido del condensador, es una emul-qk de agua y aguarras que se sepa ran por diferen-cia de densidad. El aguarras se Infra por sal y se con-duce con bombas a los depositos previa decantaciOn.

    En el alambique ha quedado en estado liquid() el roducto seco (colofonia) que se retira en vagonetas se ffeva a unos platos de hierro estanado para ex-

    ponerlo a la acciOn decolorante de los rayos solares durante unos dfas. Este producto se envasa en barri-:as de madera de pino construidas en la misma fabri-ca, y asf se exporta.

    La destilaciOn se verifica en algunos tipos de fa-bricas de modo continuo y de ello son modelo las de vacio en que la destilaciOn se produce en columnas

    Interior de una f6brica de destilaciOn por vacio

    elevar, bombas etc. moviendose por si la masa desde su ingreso hasta el alambijue.

    Espana ocupa el tercer lugar entre los paises pro-ductores de resinosos y la diferencia de su produ-cciOn con los paises que Ia superan, podrfa acortarse en plazo no lejano, si por el Estado, corporaciones y particulares se impulsasen las repoblaciones con pino marftimo en los innumerables terrenos rasos, aptos para ello, de que en Espana disponemos.

    La salud en el personal de hornos altos Por D. PEDRO ELIAS, Ingeniero Industrial

    Con arreglo a las tendencias modernas, entre las varias funciones que son competencia del tecnico, existe indudablemente y aun a mi juicio con caracter de prioridad, esta de la inspeccion de las condiciones sanitarias y de protecciOn del personal sometido a su vigilancia.

    Sirva esto de justificaciOn a mi atrevimiento al tra tar de exponer algunas observaciones relativas al tra-bajo y permanencia del personal en los hornos altos, desde el punto de vista de los efectos que se produ-cen en su estado de salud, percances mas frecuentes y remedios que puedan aplicarse en los casos de air-gencia.

    Como punto de partida, empezare por dar cuenta de unas notas estadfsticas, de las cuales podremos obtener algunas consecuencias, claro que con as re- servas que siempre hay que hacer al estudiar estadfs-ticas.

    Estos datos se refieren en primer lugar a las bajas por defuncion ocurridas durante 15 anos en el depar-tamento de Hornos Altos de Ia fabrica de Baracaldo de Altos Hornos de Vizcaya.

    El ntimero total ha sido de 62, es decir un prome-dio anual de 4, lo que representa en ntimeros redon-

    monseCuadro de texto

    monseCuadro de texto

  • N. de obreros EDADES 0/. del total

    N. de obreros 0/,,, del total Afios de servicio

    Mas de 60 &los de 51 a 60 de 41 a50 de 31 a 40 de 20 a 30

    Mas de 30 de 21 a 30 de 11 a 20

    hasta 10

    23 34 71

    214 342

    16 38 69

    155 64

    342

    4,60 11,10 20,30 45,30 18,70 100,0

    6,7 10, 20,8 62,5

    100,0

    6 D Y N A N. 10. Octubre, 1926.

    dos del 1 0/0 anual sobre el total de obreros del depar-tamento.

    Pasando a la clasificaciOn de las causas de defun-cion, obtendremos el estado siguiente:

    CAUSAS N. de defunciones 0/0 del total

    Por accidentes del trabajo 8 13 Por afecciones a las vfas respi-

    ratorias 31 50 Por edad

    7 12 Por tuberculosis pulmonar.... 3 5 Por afecciones cardiacas 2 3 Por otras causas (suicidios, ac-

    cidente casual) 2 3 Por causas que se ignoran 9 14

    Las causas de accidentes de trabajo se subdividen en:

    Quemaduras 4 Cafdas ExplosiOn Montacargas 1 InfecciOn 1

    La consecuencia inmediata que se desprende del examen de esos estados es que la mortalidad en el personal de hornos altos no resulta exagerada tenien-do en cuenta lo rudo del trabajo, aunque para poder obtener conclusiones se requiere otro dato importante, cual es del tiempo que permanece el obrero sometido a tal trabajo, y a ese fin examinaremos los estados siguientes:

    Pero lo que desde luego llama la atenciOn, en el estado primero, es la gran proporci6n de bajas pro-ducidas por afecciones a las vfas respiratorias, ya que esa cifra que representa un 50 /. del total indica que indudablemente debe existir alguna razOn para que de tal modo se prodiguen las defunciones por tal causa.

    Y este es el objeto principal de que me haya deci-dido a emborronar unas cuartillas.

    Racer algunas consideraciones sobre los motivos que a mi juicio influyen de modo esencial en el estado sanitario del Personal de los hornos altos.

    Dos son en Mi opinion tales motivos; el primero la atmOsfera en que vive durante su trallajo el personal y el segundo el alcoholisrizO, si bien este ultimo no es peculiar-de loa horaos altos, ya que por desgracia es .mu g t general el abuso debebidas alcohOlicas,'pero que

    no obstante, en el horno alto, aunque no lo justifique, to atenua la consideraciOn de la temperatura elevada a que estan sometidos y el efecto producido en el or-ganismo por el esfuerzo que requiere el trabajo red-zado.

    Respecto at primer motivo, nos podemos dar cuen-ta de su influencia estudiando los efectos producidos por el Oxido de carbono, que forma parte del gas de los hornos altos, y que normalmente impurifica la atmos-fera que los rodea.

    Sin entrar en detalles que no encajan en el caractet de este artfculo, ni to permiten mis conocimientos sobre el asunto, indicare solamente a Mut recorda-torio, la acciOn que el Oxido de carbono ejerce sobre la hemoglobina, con la cual forma un compuesto que at no ser, como la oxihemoglobina, reversible en su disociaciOn, reduce la capacidad oxidante de la sangre pudiendo en casos graves producir la muerte por as-fixia.

    Pero sin Ilegar a ese extremo, se comprende fa-cilmente, que en organismos sometidos a la accion constante de una atmOsfera con proporciones de Oxide de carbono que sin ser tOxicas, sean apreciables, in-dudablemente ha de experimentar un quebranto que aunque de progresos lentos, se traduciran en un em-pobrecimiento sanguine con su natural consecuencia de una menor defensa caso de invasion microbiana.

    Y en efecto, la experiencia demuestra que la casi totalidad de los 'obreros atacados de bronconeumonia o pulmonfa fallecen en un plazo de 3 a 4 dfas.

    Como no se puede impedir en absoluto la existen-cia de desprendimientos gaseosos, este efecto es ine-vitable desde el punto de vista de protecciOn del per-sonal, tendiendose unicamente a atenuarla en lo posi-ble y fomentando en los obreros habitos de higieney regimen de vida adecuada a la neutralizaciOn de aquellas acciones nocivas para su organismo.

    En cambio, los casos de intoxicaciOn, si bien no muy frecuentes, son susceptibles de remedio eficaz fundados en la acciOn destructora del oxfgeno sobre aguel compuesto antes mencionado, to hemoglobin oxicarbonada.

    Y a tal objeto, es suficiente de ordinario someter al obrero intoxicado a una inhalaciOn de oxfgeno pare restituirlo a sus condiciones normales, en un plaza que no exceda de 10 minutos o un cuarto de hora.

    Si la intoxicaciOn ha Ilegado a adquirir caracteres de gravedad, se requiere la nplicaciOn de la respira-ciOn artificial; pero aparte de la dificultad que suele presentarse en los casos urgentes, de disponer de per-sonal apto para realizarla, es mucho mas seguro y cOmodo el empleo de aparatos dispuestos especial. mente a tal fin, los cuales inyectan y extraen alternati-vamente oxfgeno en los pulmones del intoxicado, coo to cual se restablecen las funcionen respiratorias, ter minandose la operaciOn con la inhalaciOn ordinaria.

    La experiencia me ha convencido de la acacia del procedimiento.

    Como remedio complementario, ya que a la rem. don suele acomparar una crisis nerviosa, es suficiente administrar al accidentado una corta cantidad de ague adicionada con unas gotas de eter.

    Aunque en la estadfstica de defunciones se corn-prueba que la proporciOn por causa de quemadura es importante, como accidente de caracter menos grave es todavia mas frecuente.

    Pero siendo siempre de naturaleza tal, que su tra-tamiento y curaciOn requieren la intervenciOn del fa cultativo, solo se puede indicar coma recurs en casos de , urgencia y elk* por le conveniencia de obrar con

  • N.10. Octubre,.1926. D Y N A 7

    rapidez si se quiere que el remedio sea eficaz, el use de la disoluciOn de acido picrico.

    Otra observaciOn a este respecto, es que los casos graves de quemaduras se producen mas por extension que por profundidad en la lesiOn, originada en general por la combustiOn de la ropa del propio individuo. Esto se traduce en una regla practica de protecciOn, que consiste en el empleo de ropa de lana, en vez de usar)a de algodem, ya que en aquella la combustiOn se localiza sin llama y en esta se propaga rapidamente a todas las prendas.

    Baracaldo, 10 de Octubre de 1926.

    Revista de Revistas La crisis carbonera.Resnmen de las publicaciones recientes, por Mack Eastman, Jele de Secci6n en la Division de Investi-

    gaciones de la Olicina Internacional del Trabajo. LAS SOLUCIONES PRECONIZADAS

    de Informaciones Sociales.-Mayo 1926. CONTINUA LION

    En Polonia, en Checoeslovaquia, en Francia, en Belgica y en America, es esencialmente la misma la acttiud de los antagonistas, aunque en la forma o en el detalle se ins-piren sus reivindicaciones en particularidades locales. Por ejemplo, los mineros belgas, conscientes de las dife-rencais fundamentales que existen entre una mina y otra, y alas convencidos que sus colegas de paises mas ricos o mas grandes de la dificultad de crear nuevas explotacio-nes, pidieron en el otofio Ultimo la creation de una Caja de compensation que permitiese a las minas pobres reci-bir una ayuda de los yacimientos prOsperos. Hasta en el Nuevo Mundo empiezan a pesar sobre la

    industria las explotaciones de escaso rendimiento, y, al reclamar el abandono de estos yacimientos poco remu-neradores, el United Mine Worker's Journal declara ca-tegoricamc ate que "existen demasiadas minas y demasia-dos mineros". El alio ultimo se yendio con perdida el 20 por 100 de la produccion americana. La Comision Nacio-nal de 1923, en su Memoria sobre las industrial de la an-tracita y de la hulla, condenaba severamente, en terminos singularmente analogos a las declaraciones de los infor-mantes europeos, los metodos atrasados que se aplicaban a los problemas mecanicos y la falta de interes con que se deja de sacar partido de los progresos del maquinis-mo. El Gobernador Pinchot preguntaba: %Hay una sola industria que disfrute tan poco como la de la antracita de los progresos del pensamiento industrial moderno?" La Comision se alzaba tambien contra la explotacion de los yacimientos empobrecidos y hacia notar que, a pesar de los deficits cronicos de, muchas empresas, la "cifra de nacimientos" sigue siendo para las minas mucho mayor que la "cifra de defunciones".

    Todas estas opiniones, todos estos argumentos, todas es-las conclusiones ha podido observarse que se refieren a situaciones locales o nacionales mks bien que a la crisis sundial en conjunto. Los soluciones preconizadas por los propietarios y los tecnicos se e.ncaminan casi exclusiva-raente a intensificar la producciOn y a desarrollar el maquinismo de la industria national a fin de reforzar su position respecto de la conourrenc:ia extranjera.

    Sin embargo, coma hemos visto, toda medida national provoca medidas de retorSiOn mas alla de las fronteras. Toda innovationpolitica, econornica o tecnicaensa-pada por un pais produce casi inmethatamente, entre sus rivales, una reaccion igual, 'si no -contraria. Ere to eua4 re-

    sultan una atmosfera de irritation y un atascamiento de los mercados. Algunos espiritus inteligenes y algunas or-ganizaciones han comprendido el peligro que presenta emejante callejOn sin salids y la necesidad de encami-narse sin perdida de tiempo hacia las soluciones inter-nacionales. Una de estas organizaciones es la Federation Internacional de los Mineros cristianos, que en su resolu-tion del 8 de julio de 1925 denuncia "la superproduccion del carbon, cada vez mas importante", y el peligro de ciertos metodos que "tienen por resultado hater mas as-pera la competencia entre los distintos paises y provoca una agravacion de al crisis. "El saneamiento de la situa-tion, afiade, no es posible mas que sobre la base de un acuerdo internacional."

    Igualmente cuara es la actitud adoptada por la Federa-tion Internacional de los Mineros. Como demuestra la re-solucion votada por su Comite el 28 de abril de 1925, con-sidera que la competencia ciega no sirve mas que para agravar el mal y que "hay que perseguir la unification de las condiciones de trabajo de los mineros en el terreno internacional". El 28 de julio se manifesto el Comae Eje-cutivo en favor de la nationalization de las minas y de la reglamentacion internacional de la produccion, sin pedir, no obstante, que esta Ultima medida preceda a la primera. El Secretario de la FederaciOn, Sr. Franck Hodges, sostu-vo en la prensa, ante la Comision de encuesta britanica y en muchas reuniones, que_ es muy de desear la creation inmediata de un Consejo Internacional del Carb6n, corn-puesto de delegados de los Gobiernos, de los propietarios y de los obreros. Este Consejo, destinado a combatir los efectos desastrosos de las concurrencia, tendria autoridad sobre el comercio mundial del carbon. Si se permanece a la expectativa acabara la lucha envenenando las rela-ciones internacionales; ya ahora se aglomeran los nuba-rrones precursores de la tempestad. Este Consejo tendria como nude a Alemania y la Gran Bretafia, sin olvidar a America. Una de sus facultades seria determinar las ne-cesidades mundiales de carbon, graduar la exportation de los grandes paises productores y reglamentar los pre-cios y los salarios. Sobre este ultimo punto se propone la propia Federation emprender un movimiento en favor de la unification de la jornada de trabajo y de las condicio-nes de colocaciOn de los mineros en todos los paises pro-ductores de carbon. Por otra parte, la Oficia Internacio-nal del Trabajo prepara ya una Memoria documental y objetiva sobre la cuestiOn. Finalmente, en una resolution adoptada por unanimidad en Bruselas el 16 de abril Ulti-mo, el Comite Ejecutivo ha declarado que "la Tunica ma-nera de salir de la crisis carbonera internacional... es examinar la reglamentacion internacional de la produc-cion y de la distribuciOn del carbon".

    En Inglaterra, The New Leader, favorable al control internacional preconizado por la Federation, critica la actitud mas bien negativa del Sr. A. J. Cook y de los mi-neros britanicos, que quieren obtener en primer lugar la nationalization ,de las minas. Y pregunta si habra que esp.rar durante cincuenta o cien afios ,a que los Estados Unidos hayan nacionalizado tambien sus minas de carbon.

    Algunos jefes obreros britanicos se inclinan al estable-cimiento de acuerdos internacionales periodicos que, en vez de graduar las exportaciones y fijar los precios, sefia-laria la cifra total de la produccion. Afirman que los ae:uerdos de esta sclese tendrian mas facil realization. Evitarian la superproducciOn, el atascamiento de los mer-cados, is competencia a navajazos, pero no intervendrian en el *ego de la ley de la oferta y la demanda a tray& del mundo. Bastaria entonces fijar las cantidades conce--didas ,en( cada pais a cada uno de los productores, evitan-dose de este modo todo conflicto internacional, excepto -en el momenta de graduar la produccion de cada Estado.

    Cualqoiera que sea el valor respectivo de estas diferen-tes teorias, los mineros britanicos han expresado asi, en terminos muy claros, Su punto de vista practico: "Los Inneros britanicos se dan ouenta de que el problema del earbOn es WI problema internacional que debe ser eatu-

    monseCuadro de texto

    monseCuadro de texto

    Page 1Page 1Page 1