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www.tiempoargentino.com | año 2 | n·577 | domingo 18 de diciembre de 2011 edición nacional | 6,50 pesos | recargo envío al interior 0,50 pesos En la argEntina dE 2001, pasó algo más quE El corralito: hay 30 crímEnEs quE siguEn impunEs Hace 10 años De la Rúa huía en helicóptero y dejaba 36 muertos en las calles Las víctimas tenían, en promedio, 25 años de edad. Las dos más chicas, apenas 13. La mayoría era pobre y las mat la policía, aunque también hubo vigiladores y comerciantes homicidas. Todos los rostros y todas las historias, en un relevamiento inédito de nuestro Equipo de Investigaci n, provincia por provincia y familia por familia. informe especial fracasó lobb y de fondos bui tre el caso de la fábrica siap B Economía B Economía B Política La trama oculta de las corridas cambiarias Estados Unido s no sancionará a la Argentina Más pruebas de complicidad con la dictadura Los orígenes e intereses ocultos de los cinco ataques especulativos que debió enfrentar Cristina. El presupuesto que se aprobó no incluye la orden de votar contra nuestro país en el BID y el BM. Una ex detenida denuncia a un sindicalista y a dos empresarios de “entregar” obreros a los militares. SE p. 25 p. 8 a 10 p. 48-49 p. 34-35 B Mundo B Policiales Más de 400 muertos por una tormenta en Filipinas Burlando: “Si fuera ministro implantaría el rigor y el orden” Hay miles de desaparecidos por los aludes e inundaciones. La destrucción es total. Entrevista al abogado de los casos Candela, Píparo y del cuádruple crimen de La Plata. Sólo Capital y GBA. Escriben y opinan I N V  E S T  I G A C I ó N H I S T  ó R I C A 2 0 0 1 2 0 1 1 Hernán Brienza, Alberto Dearriba, Felipe Yapur, Víctor Ramos, Hilda Sábato, Jorge Muracciole, Sandra Chaher, José Vilariño, Mariano Beristain, Andrés Asiain, Guillermo Wierzba, Ramiro Castiñeira, Federico Bernal, Néstor Espósito, María Iribarren, Bernando Stamateas, Alberto Cormillot, Tamara DiTella, entre otros. Lecturas: Un caño, la revista deportiva se hizo libro. p. 34-35 p. 2-7 sólo capital y gran buenos aires RECLAME EL PóSTER DE LA MEMORIA

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www.tiempoargentino.com | año 2 | n·577 | domingo 18 de diciembre de 2011 edición nacional | 6,50 pesos | recargo envío al interior 0,50 p

En la argEntina dE 2001, pasó algo más quE El corralito: hay 30 crímEnEs quE siguEn impunEs

Hace 10 años De la Rúa huía

en helicóptero y dejaba 36muertos en las callesLas víctimas tenían, en promedio, 25 años de edad. Las dos más chicas, apenas 13.La mayoría era pobre y las mat la policía, aunque también hubo vigiladores ycomerciantes homicidas. Todos los rostros y todas las historias, en un relevamiento inéditode nuestro Equipo de Investigacin, provincia por provincia y familia por familia.

informe especial fracasó lobby de fondos buitreel caso de la fábrica siap

B Economía B EconomíaB Política

La trama ocultade las corridascambiarias

Estados Unidosno sancionaráa la Argentina

Más pruebas decomplicidad conla dictadura

Los orígenes e interesesocultos de los cincoataques especulativos quedebió enfrentar Cristina.

El presupuesto que seaprobó no incluye la ordende votar contra nuestropaís en el BID y el BM.

Una ex detenida denunciaa un sindicalista y a dosempresarios de “entregar”obreros a los militares.

SE p. 25p. 8 a 10 p. 48

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BMundo

B Policiales

Más de 400 muertos pouna tormenta en Filipi

Burlando: “Si fueraministro implantaríael rigor y el orden”

Hay miles de desaparecidos plos aludes e inundaciones. Ladestrucción es total.

Entrevista al abogado de los cCandela, Píparo y del cuádrupcrimen de La Plata.

Sólo Capital y GBA.

Escriben y opinan

I N V  E S T  I G AC I ó N H I S T  ó R I C A

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Hernán Brienza, Alberto Dearriba, Felipe Yapur, Víctor Ramos, Hilda Sábato, Jorge Muracciole, Sandra Chaher, José Vilariño, Mariano Beristain, Andrés Asiain, Guillermo Wierzba, RamCastiñeira, Federico Bernal, Néstor Espósito, María Iribarren, Bernando Stamateas, Alberto Cormillot, Tamara DiTella, entre otros. Lecturas: Un caño, la revista deportiva se hizo lib

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2 | tiempo argentino | documento | año 2 | n·577 | domingo 18 de diciembre de 2011

Si imagináramos un grupo dediez argentinos en 2001, vería-mos a seis pobres, dos indigen-

tes y sólo dos de clase media o mediaalta. Sabríamos que dos no teníantrabajo, cuatro estaban en negro y dos, “subempleados”. La mitad nocontaba con obra social ni con nin-gún sistema de salud privado. Seenfermaban. Sobre todo, los quesufrían necesidades básicas insatis-fechas, sin cloacas, inodoros ni espe-ranzas. De los que tenían más de 25años, sólo el 34,3% había completa-do o superado el nivel secundario. Elresto no. Pero tenían algo en común:

cada uno de ellos debía U$S 3800,gracias a que la deuda externa alcan-zaba los U$S 180 mil mil lones.

Cada grupo de estos diez argenti-nos se multiplicaba hace diez años alo largo y ancho del país, y delineabaasí el mapa de la mayor cri sis des-de la recuperación democrática. Elpresidente Fernando de la Rúa, susministros y funcionarios sumaronanarquía desde el propio aparatoestatal. Los bancos, por orden gu-bernamental, les prohibieron a losahorristas d isponer de sus depósi-tos. El hambre y los saqueos fueronrespondidos con cárcel, palos y ba-las. El estado de sitio dictado por Dela Rúa, el 20 de diciembre, no fueotra cosa que el marco legal para de-

tener a 4500 personas en todo el país y permitir el asesinato de 36. Pibes y pibas. Inocentes. Desesperados.Cinco presidentes se sucedieronmientras las cacerolas se agitabanal grito de “que se vayan todos”.

Muchos se fueron, pero las vícti-mas y sus familia res no. Se queda-ron a llorar su impotencia y soledad.Hoy, a diez años de la tragedia, si-guen llorando. La mayoría no sabequién ni por qué mató a sus padres,a sus hijos, a sus hermanos. Sólo hay seis condenas.

Tiempo Argentino quiso conocersus historias, sus caras y deseos. Du-rante un mes y medio, este equipo deInvestigación, con la tarea inclaudi-

cable de Fernando Pittaro y Manuel Alfieri, intentó reconstruir lo que elEstado nunca hizo. Y en ese cami-no, la verdad fue dejando al desnudoindiferencia y olvido. Las víctimasno son 39 como se repite aquí y allá,sino 36: 12 en la provincia de Buenos

 Aires, nueve en Santa Fe, siete en la

Capital Federal, tres en Entre Ríos,dos en Córdoba y una en Tucumán,Corrientes y Río Negro. Siete eranmenores de edad. Los más chicos,Rosa Eloísa Paniagua y David Mo-reno, apenas tenían 13 años.

El número de muertos fue ambi-guo desde un principio. Los recortes

periodísticos de la época hablabandel “asesinato de más de 30 perso-nas”, pero jamás se hizo un conteoexhaustivo. Ante la ausencia decifras concretas, la Coordinadoracontra la Represión Policial e Insti-tucional (CORREPI) elaboró, a par-tir de lo publicado en los medios, un

registro que enumera un total d víctimas. Todas las publicacioposteriores tomaron esa cifra ccierta. Pero en Santa Fe se comal pibe Ricardo Villalba dos veprimero, con su nombre corr

 y luego, con el de Ricardo Álv Villalba. En Corrientes, la ComProvincial de la Memoria info

que allí no fueron dos las persoasesinadas, sino una, Ramón A

 Y sobre la tercera supuesta víctSergio Pedernera, diferentes onismos vinculados a los DerecHumanos –Círculo SindicaPrensa (CISPREN), Servicio PJusticia (SERPAJ), HIJOS– confirron a este diario que los muertoesa provincia sólo fueron los jóvDavid Moreno y Sergio Ferreyrate trabajo permitirá enmendaerrores y, si nueva informaciócontradijera, volverá a modific

Más angustia nte que no tclaro quiénes fueron las víctiuna década después, es sabersólo hubo justicia para seis fa

Quiénes fueron los asesinados yquiénes los asesinos del 19 y 20Tiempo Argentino se propuso conocer las caras y las historias de las víctimas de la represión. Son 36 y no 39 como screía. Sólo hubo condenas para seis crímenes. El resto permanece impune. El relevamiento nunca se había hecho.

Ordenan nuevas pericias

A pedido del CELS, el 29 deseptiembre de 2011, la FiscalíaNacional en lo Criminal yCorreccional Federal Nº 5, a cargo deHoracio Luis Comparatore, ordenórealizar nuevas pericias paraaclarar lo ocurrido en la Avenida deMayo y 9 de julio el 20 de diciembrede 2001, en horas de la tarde.Las tareas serán eectuadaspor personal de Preectura,Gendarmería y del InstitutoBalseiro, luego del “análisis del totaldel material ílmico y otográfco

que existe en la causa” para“establecer en la medida de lotécnicamente posible, el horarioy lugar de cada una de lasimágenes correspondientes aese hecho”.Las pericias son parte del AnexoII, donde se investiga quiénesueron los responsables delos asesinatos de GastónRiva, Diego Lamagna y CarlosAlmirón, y de las heridas querecibieron otras siete personasa causa de balas policiales.

Crisis y violencia - Las calles porteñas ueron epicentro de una revuelta popular que recorrió a la Argentina. La represión también alcanzó los distintos punt

Equipo de Investigación:

Cynthia Ottaviano, CarlosRomero, Fernando Pittaro,Manuel Alferi.

A diez años de la peor crisis política y social de la democracia

Documento Los días 8, 9 y 10 de diciembre se realizó en Rosario elprimer Encuentro Nacional de Familiares de Víctimas del 19y 20 de diciembre de 2001. “Se nos hizo necesario reunirnopara conversar sobre cómo nos aectó el asesinato denuestros seres queridos”, maniestaron los presentes.

encuentro de familiares en rosario

Para comunicarse con esta sección:[email protected]

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n  Juan Delgado, 28 años, asesinado en Santa Fe.Murió el 19 de d iciembre mientras esperaba la entrega de bolsones de

comida frente a un negocio, en las calles Necochea y Cochabamba, en laciudad de Rosario. De acuerdo con el relato de los testigos, la represióncomenzó, inesperadamente, cuando llegó el dueño del local, junto a

 varios patrulleros.Como muchos, Juan intentó escapar, pero fue alcanzado por los dis-

paros y derribado por un efectivo que le puso su “cachiporra” entre laspantorrillas. Cuando buscó ponerse de pie, un policía de la seccional,apodado “Toro”, quiso dispara rle con una Itaka, pero como ya habíaagotado su carga, sacó un revólver y gatilló.

La autopsia confirmó que Delgado no sólo recibió ocho disparos de

arma de fuego, sino que además su cuerpo presentaba fuertes golpes y múltiples heridas de balas de goma. La causa por su muerte está caratu-lada como homicidio, pero hasta ahora ningún policía fue imputado.

nVíctor Ariel Enrique, 21 años,asesinado en Almirante Brown.

 Víctor murió durante el saqueoal comercio Noé, en el barrio DonOrione, de la localidad de Claypo-le, partido de Almirante Brown.

El único sospechoso fue el co-merciante Ángel Villanueva, im-putado por “homicidio en ocasiónde robo por tenencia ilegal de ar-ma de guerra”. El 4 de octubre de2004, la causa Nº 2486 se elevó a

 juicio oral y el 8 de junio de 2006 Villanueva fue absuelto por el TOCNº 2 de Lomas de Zamora.

n  José Vega, 19 años, asesina-do en Moreno. 

Según la CORREPI, a José lomataron en Moreno, pero la Di-rección de Derechos Humanosdel distrito no t iene informa-ción al respecto. Alicia Vicchio,periodista de larga trayectoriaen la zona, sostuvo que “loscronistas de la época tampocorecuerdan el asesinato”.

Tiempo Argentino se comu-nicó con varias comisar ías de lalocalidad y con referentes socia-les. En ningún caso fue posiblecontactar a la familia Vega.

n Luis Alberto Fer nández, 27 años, asesinado en Tucumán.La tarde del 20 de diciembre, Luis vendía sandías frente al hiper-

mercado Libertad, de Avenida Roca al 3400, donde comenzaron a juntarse vecinos para pedi r alimentos. Ante la negativa de los comer-ciantes, el gr upo intentó saquear el lugar. “De repente empezaronlas corridas y los tiros, y vino u n gendarme y le disparó a Luis en lacabeza”, afirmó Silvina Centeno, su esposa.

Ingresó al hospital Padilla esa m isma tarde, con una herida de balaen la cabeza. Se mantuvo en estado crítico hasta el 22 de diciembre,cuando falleció.

El entonces ministro de Gobierno de Tucumán, Antonio Guerrero,sostuvo que Fernández “fue herido durante un hecho confuso quela justicia tendrá que aclarar”. Hasta la fecha, el caso no fue esclare-cido.

n Rubén Pereyra, 20 años, asesinado en Santa Fe.

En la noche del 19 de diciembre, Rubén esperaba la llegada de camio-nes de comida al supermercado Libertad, junto a vec inos de la zona.Pero cuando los vehículos aparecieron, de su interior no salieron racio-nes de alimentos, sino policías. “Empezaron a reprimir a la gente, habíachicos y mujeres. Rubén quedó en el frente de batall a y un disparo de lapolicía lo mató”, sostuvo María Mar tínez, viuda de Pereyra. Agr egó quelas fuerzas de seguridad pusieron obstáculos al velatorio de su esposo y que, producto de las amenazas, ningún testigo quiso declarar en la cau-sa. Todos los oficiales acusados por el asesinato fueron sobreseídos.

Este año, Aldana, hija de María y Rubén, cumplió diez años. El mismotiempo de impunidad que pasó desde que asesinaron a su padr e.

n Damián Vicente Ramírez, 14 años, asesinado en La Mat anza.El 19 de diciembre, Damián estaba en su casa del Barrio 22 de

Enero, en Ciudad Evita, partido de La Matanza. Afuera, los saqueos y la represión crecían a c ada momento. “El portón de mi casa estabacerrado, cuando lo abrí, Damián se escapó por debajo de mi brazo

 y salió cor riendo”, recordó Raquel A rrieta, madre del adolescente.

Minutos más tarde, ocho hombres armados comenzaron a dispararcontra un grupo de personas reunidas en la esquina de Cristia nía

 y Maciel. En medio de ese tumulto estaba Damián, que recibió elbalazo de una 9 mm.

“Era un negro espectacular.Tenía unos ojos hermosos y unaspestañas que le llegaban a las ce-

 jas. Estaba en 8º año, jugaba en laescuelita de River en Don Bosco y a veces acompañaba a mi esposoa la panadería”, relató Raquel.

En 2007, por este y otros asesi-natos fueron condenados el em-presario Luis Mazzi, a 15 años deprisión, y el custodio de uno delos comercios, Bernardo AlonsoJoulie, a seis años de cárcel.

n Carlos Almirón, 23 años, asesi-nado en la Capital Federal.

El 20 de diciembre, alrededorde las cuatro de la tarde, Carlos fueasesinado sobre Avenida de Mayo

 y 9 de Julio. Le dispararon en elmedio del pecho con una escope-ta calibre 12:70, de las que ese díautilizó la Policía Federal.

Había llegado a la Plaza deMayo junto con un grupo de des-ocupados, cuando la represión

 ya estaba en marcha. Murió a lasonce de la noche en una camilladel Hospital Argerich, luego de seroperado sin éxito.

La primera persona que lo vio

sin vida fue su c ompañero de lu-cha, “Beto” Estévez, quien llegó encolectivo al lugar y fue el encarga-do de avisarle por teléfono a la fa-milia. “La noche anterior –explicóBeto– se quedó en mi casa porquehabía estado de sitio y ya no teníacómo volverse.”

Marta, la mamá de Carlos, viveen una humilde casa de Villa Al-berti na, en la localidad bonaeren-se de Lomas de Zamora. Cuandohabla de su hijo, los ojos se le po-nen vidriosos. Lo recuerda como“un chico estudioso, alegre y cari-ñoso” y agrega que “el dolor uno lolleva adentro par a toda la vida”.

El 19 de diciembre, cuando ha-blaron por última vez, Marta le

había pedido que se cuidara, quese portara bien.

n  José Daniel Rodríguezaños, asesinado en Entre Ríos.

José militaba en la CorrieClasista y Combati va (CCC) draná. Había llegado desde Boun pueblo del interior entrerrdonde había nacido.

El 21 de diciembre, en los adedores del supermercado WMart, esperaba recibir una rade comida junto a cientos de sonas, cuando la policía provindesató una feroz represión.

Según testigos, José cayóser alcanzado por un balazola espalda. “Pasaron varios sin que pudiéramos encontra

 Algunos decían que estaba eComisaría 5ª, pero nadie sabíada. Un chico del barr io nos coque un patrullero se había llevel cuerpo”, relató Alejandro Sguren, coordinador de la CCCParaná.

Finalmente, su cadáver areció en las cercanías del misupermercado Wall Mart, vadías después, el 30 de dic iemEstaba dentro de una zanja, tdo por unas gomas.

El caso nunca fue esclareci

n Graciela Machado, 36 añasesinada en Santa Fe.

El 19 de diciembre, Gracifue al supermercado La Gal

ga, en Villa Gobernador Gálv junto a uno de sus nueve hijosu nuera, para recibir bolsonde comida. Al poco t iempo menzó una violenta represió

En la refriega, Gracielagolpeó la cabeza contra el carde un negocio y perdió la cociencia en el acto. Cuando lleal Hospital Gálvez, ya había llecido de un paro cardíaco.

“Consideramos que Gracies otra víct ima de 2001, ya qsu corazón no resistió la repsión, las corridas, los gases y palos”, sostuvo Celeste, hermna de “Pocho” Lepratti.

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domingo 18 de diciembre de 2011 | año 2 | n·577 | documento | tiempo argentin

n Ramón Alberto Arapí, 22 años, asesinado en Corrientes.Ramón se encontraba con un gr upo de amigos en el barrio Nuevo de

Corrientes, cuando llegó al lugar una camioneta Ford F-100, sin leyen-das identificadoras ni patente tr ipulada por cinco hombres. Todos ellosllevaban puesto el uniforme azul de la policía correntina.

Ramón intentó esconderse, pero dos policías lo corrieron y alcanza-ron. Uno de ellos lo golpeó y le pegó un tiro que entró por el pecho y saliópor la espalda, causándole la muerte.

La mayoría de los testigos identificó a la camioneta Ford como perte-neciente a las fuerzas de seguridad, ya que desde hacía tiempo ci rculabapatrulla ndo el barrio. Además, el Libro de Guardia secuestrado en lacomisaría loca l mostraba una corrección grosera hecha sobre el horariode regreso de la camioneta, justamente, el día del asesinato de Arapí.

Ramón era hijo de una familia humi lde, a la cual ayudaba trabajandocomo changarín, ya que era beneficiario de un Plan Trabajar.

n Mariela Rosales, 28 años, ase-sinada en Lomas de Zamora.

Según los peritajes llevadosadelante por la justicia, esta jovenfue asesinada de un balazo en Ca-mino de Cintura, a la altura de lalocalidad bonaerense de Lomasde Zamora.

Por el homicidio de Mariela es-tuvo imputado y sospechado deser el autor material del disparo, elcomerciante Víctor Lepore, dueñodel supermercado Hola, ubicadoen la localidad lomense de VillaCentenario.

n Marcelo Alejandro Pacini,15 años, asesinado en Santa Fe.

El 19 de diciembre, Marcelollegó sin vida al Hospital Cu-llen tras recibir un balazo enel rostro. El comerciante Víctor

Clemente, que trabajaba en unmercado, confesó en sede poli-cial que gatilló la escopeta.

“Fue detenido y luego libe-rado a las dos horas. El asesinosigue en libertad. A Marcelo ledispararon de atrás y el dolorque tenemos sólo puede calmar-se con justicia”, sostuvo NélidaPacini, hermana de Marcelo.

n Walter Campos, 17 años, asesinado en Santa Fe.El 20 de diciembre, junto a sus vecinos, Walter esperaba ayuda a li-

mentaria en un centro comunitario del barrio de Empalme Graneros.Pero la impaciencia generó discusiones y corridas entre el grupo.

 Walter y otro joven habrían increpado a una de las personas quese encargaba de reparti r los bolsones de comida, por lo que personalpolicial comenzó a persegui rlos. A la carrera, el muchacho y su com-pañero cruzaron el a rroyo Ludueña. Después de eso, Walter se desvió

 y se detuvo en una pequeña calle paralela a las vías.Según sus familia res, habría necesitado dejar de correr a causa

de los problemas cardíacos que padecía. En ese momento, un fran-

cotirador de la Policí a de Santa Fe, que se encontraba apostado enla otra orilla del arroyo, le habría disparado. El proyectil lo impactómortalmente en la cabeza.

n Alberto Manuel Márquez, 57 años, asesinado en la Capital Federal.El 20 de diciembre por la mañana, A lberto había estado hablando con

su hija Claudia para organizar las fiestas de fin de año. Fue su últi maconversación. Horas más tarde, lo asesinaron con dos balazos en el tórax,durante la represión policial en 9 de Julio y Sa rmiento, donde había idopara protestar contra las medidas de ajuste del gobierno aliancista.

 Alberto tenía tres h ijos: Claudia, Daniel y Hebe. Era productor in-dependiente de seguros y durante toda su vida había militado en laJuventud Peronista. “Lo que más duele es haber perdido al abuelo demis hijas, que no pudieron disfrutarlo. Mi viejo es un héroe, porqueforma parte de la h istoria, porque hizo que un presidente tuviera querenunciar”, recordó Claudia.

n Elvira Avaca, 46 años, asesinada en Río Negro.Elvir a había ido a buscar a su hija Daniela a la plaza, donde vendía

remeras pintadas a mano. De regreso a su casa, las sorprendió untiroteo. Daniela f ue levemente herida en el tobillo izquierdo, perosu madre recibió un impacto directo en la zona lumbar, que la hizodesplomarse contra el pavimento. Eran las nueve de la noche del 19

de diciembre.Según la autopsia, la muerte de Elvira se debió a una hemorragia

interna, a causa del paso del proyectil por el bazo, estómago y pul-mones. Las primeras versiones indicaron que el disparo provino del

techo del supermercado Alarcón,durante un saqueo. Sin embargo,el juez Rubén Norry dispuso el se-cuestro de muchas de las armasde fuego usadas por la policía.

“Mi mamá era una mujer muy alegre, compañera, solidaria y una excelente abuela. Era la me-

 jor mamá del mundo”, dijo, endiálogo con Tiempo, Daniela De-llabarca.

Elvira fue la única víctima fataldel sur del país.

n Claudio Lepratti, 35 años, ase-

sinado en Santa Fe.El 19 de diciembre, Claudio sesubió a la terraza de la EscuelaNº 756, del barrio de Las Flores,donde colaboraba con la prepa-ración de comida para los alum-nos. “¡Hijos de puta, no disparen,que hay pibes comiendo!”, gritó.Pero un policía, desde el móvil Nº2270 del comando radioeléctrico,abrió fuego directamente contrasu cuerpo. La bala de plomo se alo-

 jó en la tráquea y lo mató.Le decían “Pocho”. Era profesor

de Filosofía y militante comunita-rio. El ex policía Ernesto Esteban

 Velázquez, autor del balazo queacabó con su vida, f ue condenadoa 14 años de prisión pero hoy goza

de libertad condicional. “Nuncacumplió la condena porque se sabeque salía para festejar navidadeso cumpleaños”, sostuvo SandraMartínez, una de las organizado-ras del Primer Encuentro Nacionalde Familiares de Víctimas del 19 y 20 de diciembre de 20 01.

En homenaje a Claudio, LeónGieco le dedicó el tema “Ángel dela bicicleta”, que en sus versos dice:“Dejamos ir a un ángel / y nos que-da esta mierda / que nos mata sinimportarle / de dónde venimos,qué hacemos, qué pensamos / sisomos obreros, curas o médicos /¡Bajen las armas, que aquí sólo hay pibes comiendo!”

n Graciela Acosta, 35 años,sinada en Santa Fe.

La tarde del 19 de diciemGraciela iba a buscar a sus ha 200 metros del supermercLa Gallega, en Villa GobernaGálvez. Allí, un cordón poliarmado con escopetas y pistocustodiaba el local. De inmedcomenzó la balacera.

Uno de los periodistas pretes, Eduardo Nocetti, relatócuando se acercó a los agepara saber si usaban balas dema, le respondieron: “A los neestos si no le da mos con plomolos paramos con nada.”

Según las autopsias, Gracrecibió el impacto de un protil 9 mm, que ingresó por debde una tetilla y le ocasionó gradaños internos. Por su asesinla Sala Cuarta de la Cámar

 Apelación en lo Penal de Roscondenó a once años de prisiópolicía Luis Armando Quiroz,el delito de “homicidio agravpor el uso de a rma de fuego”.

Graciela pertenecía a la “Cosión de Desocupados”, era unalitante social y tenía siete hijo

n Carlos Spinelli, 25 años, asinado en Malvinas Argentinas

Trabajaba en una mensaje y, mientras estaba arriba demoto, fue fusilado desde un atomóvil Volkswagen Gol blanen Pablo Nogués, partido de M

 vinas A rgentinas.La familia de Carlos prefi

no dar su testimonio para esta vestigación ni aportar fotografde la víctima. Su abuela, Luisólo respondió que “nadie vnada, no hubo testigos” y agre“Nos quedamos con el recuerde que era un buen chico.”

 A los pocos meses, por el dlor y la angustia de la pérdidel padre de Carlos falleció de

ataque cardíaco.

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n  Jorge Demetrio Cárdenas, 52 años, asesinado en la Capital Federal.La noche del 19 de diciembre, Jorge se encontraba en las escalinatas

del Congreso de la Nación pidiendo la renuncia de De la Rúa. La zonaestaba colmada de manifestantes que presionaban para ingresar alParlamento. La policía, apostada en la puerta del edif icio, comenzó areprimir y Jorge recibió un tiro por la espalda.

Lo trasladaron al Hospital Ramos Mejía, donde fue intervenido qui-rúrgic amente. Sin embargo, el 2 de agosto de 2002 –casi un año des-pués–, falleció en el Hospita l Eva Perón, de Merlo. Juan Manuel, uno delos hijos de Jorge, sostuvo que su padre murió “de un paro cardiovascularrespiratorio a c onsecuencia de la bala”.

Según los legajos policiales, en las escal inatas del Congreso se en-contraban el subcomisario Roberto Rodríguez, los principales MarceloTaladrid y Juan Antonio Araya, el sargento primero Walter Gómez y lossargentos Daniel Roldán y Guillermo Duma.

n Pablo Marcelo Guías, 23 años,asesinado en San Francisco Solano.

Cuando el país entró en crisis,Pablo vivía en un asentamien-to en la localidad bonaerense deSan Francisco Solano, partido deQuilmes.

Fue asesinado mientras parti-cipaba del saqueo a un mercadode su barrio. Recibió un puntazoen los riñones.

Su familia prefirió no hacer de-claraciones y la Municipalidad deQuilmes tampoco pudo aportarinformación sobre el caso.

n Sandra Ríos, 19 años, ase-sinada en Avellaneda.

Según la CORREPI, Sandrafue asesinada en Avellaneda,durante las trágicas jornadasde represión y muerte.

 Ante la consulta de este dia-rio, desde el Consejo de Dere-chos Humanos de esa localidadsostuvieron: “ Teníamos enten-dido que no había muerto nadieen Avellaneda como productode la represión del 19 y 20 de di-ciembre de 2001. Sin embargo,seguiremos investigando paraintentar esclarecer el caso.”

n Gustavo Ariel Benedetto, 23 años, asesinado en la Capital Federal.Gustavo se bajó del colectivo unas cuadras antes de llegar a su

destino, la Plaza de Mayo. Eran las 4 de la tarde del 20 de diciembre,cuando un grupo de manifestantes empezó a descargar su broncacontra una sede del Banco HSBC. A los pocos minutos, empezaronlos tiros. Uno de los disparos descargados desde el interior del banco,impactó en la cabeza de Gustavo, q ue murió en el acto.

El joven vivía en La Tablada, junto con su madre Olga y su hermanaEliana, quien se enteró de lo sucedido a través de la televisión. Ellalo recuerda, sobre todo, como “un tipo muy amiguero. Tenía amigospor todos lados, en la secundaria, en el grupo de teatro. Él organizaba

todas las salida s de fin de año”.Pocos días después de su asesinato, el 1

ode enero de 2002, Gustavo,

que quería ser profesor de Historia, hubiese cumplido 24 años.

n Diego Lamagna, 27 años, asesinado en la Capital Federal.El 20 de diciembre, Diego emprendió el viaje desde Sarandí, su ciudad

natal, hacia el centro porteño para sumarse a las protestas contra elgobierno de la Alianza. L o asesinaron sobre la Avenida de Mayo, con undisparo de escopeta de la Pol icía Federal, entre las 15:30 y la s 16:30.

El joven era experto en acrobacias en bicicleta. Comenzó la prácticade este deporte a los once años, cua ndo falleció su pad re y debió empe-zar a trabajar en una panadería del barrio para sostener a su familia.

Todos los policías imputados en la investigación por su homicidiofueron beneficiados con la falta de mérito. “Fue patético a nivel judicial.Pasaron diez años y no hay un solo policía preso. Nadie me va a devolvera Diego”, sostuvo su hermana, Karina Lamagna.

n Yanina García, 18 años, asesinada en Santa Fe. Yanina vivía en la zona oeste de la ciudad de Rosario, junto a su

marido y Brenda, su hija de dos años. El 19 de diciembre, alrededorde las 6 de la tarde, se encontraba en la casa de su madre, Lila Man-silla.

“Yanina se fue para su casa a buscar algo. A dos cuadras había

un supermercado donde se juntó mucha gente a pedir comida. Ellaestaba en la puerta cuando vio corridas y disparos. De repente, sin-tió un balazo en el pecho. Se desmayó y la llevamos al hospital máscercano”, relató Lila.

Los médicos lograron asistir-la, pero tuvieron que trasladarlaa otro lugar para operarla. “Noalcanzaron a hacerle la cirugía.En la autopsia salió que la bala erade plomo, de una escopeta de lapolicía”, agregó su madre, quienquedó al cuidado de Brenda, quehoy tiene 12 años.

Diez de los uniformados queparticiparon de la represión aqueldía fueron indagados por la justi-cia. Ninguno fue preso.

n Cristian Eduardo Legendre, 19

años, asesinado en Merlo.Lo asesinaron de cinco bala-zos, la tarde del 19 de diciembre,mientras veía cómo un grupo depersonas iba con bolsas vacías alautoservicio Steffi, en el barrio Pe-trachi, de Merlo.

Cristian había ido hasta el lu-gar, pero se quedó en la vereda deenfrente, con la remera al hombro

 y su bicicleta al costado. Nunca seimaginó que, a los pocos minutos,el hombre que se había bajado deun automóvil y caminaba con unarma en la mano, lo mataría a sa n-gre fría.

Miguel Ángel Lentini rezonga-ba y gritaba en voz alta: “¿Por quéno les van a hacer esto a los polí-

ticos?” Era el padre de la dueñadel comercio y decidió abrir fue-go contra los que pedían comida.Cristian recibió dos tiros en el pe-cho y, cuando se dio vuelta, otrostres en la espalda. El agresor siguiótirando a la gente y no mató a na-die más de milagro.

El joven falleció en el acto. Esemismo día, su pequeño hijo cum-plía dos meses. El asesino, quehoy tiene 75 años, estuvo prófugocuatro meses, pero en octubre delaño pasado el Tribunal Oral Nº 3de Morón lo condenó a diez años

 y ocho meses de prisión. Sigue enlibertad hasta que la sentenciaquede firme.

n Roberto Agustín Gramajaños, asesinado en Almirante Br

El 19 de diciembre, un grde jóvenes intentaba saqueautoservicio Nico, de las cal

 y 26 del barrio Don Orione, enmirante Brown.

De acuerdo al relato de un tgo, dos policías se escondierouna obra en construcción y de allí abrieron fuego. Uno gacon balas de goma, pero otro el arma reglamentaria y efectres o cuatro disparos. Uno dbalazos atravesó la cabeza deberto, que iba de su casa a la dtío. Murió internado en el HosOñativia, de Rafael Calzada.

Según denunció ante el CDiego Ismael Tauil, abogadotrocinante de la familia Gramdesde el 19 de diciembre de 2hasta el 2 de enero de 2002, el finterviniente no adoptó ningmedida de investigación relete. Tauil sostuvo que la fiscalíordenó ningún rastrillaje de lna en busca de testigos del hecque tampoco solicitó el secuede las armas del personal polni les tomó declaración.

n Gastón Riva, 30 años, asenado en la Capital Federal.

El 20 de diciembre, Gastse encontraba en el centro pteño. Manejaba una motocompañía de su amigo DanGuggini, por Avenida de Marumbo a la Casa Rosada.

“A los 50 metros, un grude cuatro policías empezdisparar. Riva se encorvó y

 yó”, declaró Gugg ini en la cau judicial. Gastón fue asesinaentre las 15:30 y 16:30 horas.dispararon en el tórax con uescopeta calibre 12:70, de que empleó la Federal.

Era motoquero, estaba cado con María Arena y tenía t

hijos: Camila (que hoy tiene 1 Agusti na (13) y Matí as (12).

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domingo 18 de diciembre de 2011 | año 2 | n·577 | documento | tiempo argentin

nRomina Iturain, 15 años, asesinada en Entre Ríos.El 20 de diciembre, en la ciudad entrerriana de Par aná, Romina fue a

pasar la tarde a la casa de su tía, en la calle Larramendi. A sólo 300 me-tros del lugar, la policía disparaba contra vecinos que querían ingresara un supermercado Wall Mart. Ante la balacera, la muchedumbre corriópor un camino que llevaba a la vivienda de los Iturain. Romina intentóponerse a salvo ingresando en la casa, pero un disparo la alcanzó.

“Fue una bala encamisada de una 9 mm, el ca libre de las armas regla-mentarias de la policía”, aseguró Rosario Romero, abogada de los Iturain.Sin embargo, como las autoridades no enviaron al perit aje todo el arma-mento usado en el operativo, no se identificó al autor del di sparo.

Las amigas de Romina, de la escuela de Nº 91 de la Baxada de Para ná,

escribieron un poema en su memoria. “¿Por qué balearon tu risa y tussueños florecidos? / Quiero gritar que te extraño / que aún te busco entodas partes”, son algunos de los versos.

n Rubén Aredes, 24 años ,asesi-nado en la Capital Federal.

Rubén se encontraba en CiudadOculta, donde vivía desde niño,participando de un corte de calles.

 Allí, efectivos de la Policía Federalle dispararon por la espalda. Heri-do, fue hasta una parada de colec-tivos, con la intención de llegar alhospital más cercano. Murió a lamedianoche en el Santojanni.

Rubén trabajaba en una tripe-ría, donde ganaba 300 pesos pormes. Anahí, su esposa, quedó viu-da con dos hijos.

n  Julio Hernán Flores, 15años, asesinado en Merlo.

Durante los saqueos, Julioayudaba en el supermercadode su tío, en la local idad bonae-rense de Merlo. Murió por unbalazo que recibió en medio deun tiroteo.

Por el caso, el 19 de septiem-bre de 2005 la Fiscal ía Nº 3 deMorón condenó a Mario Chokepor hurto (un año y cuatro me-ses), a Julio César Iglesias por ro-bo agravado (siete años) y a Clau-dio Castro por robo agravado poruso de armas (seis años).

n Ricardo Villalba, 16 años, asesinado en Santa Fe.El 19 de diciembre, Ricardo estaba entre los vecinos movilizados

de Parque Casas, uno de los tantos barrios santafesinos donde sereclamaban a limentos. De pronto, se hicieron presentes numerososmóviles policiales, que llegaron disparando balas de goma y arrojan-do gases lacrimógenos.

“Sabía que mi hijo estaba en la calle, pero no tenía idea de lo queestaba pasando. De repente, viene una chica y me dice que a Ricardole habían pegado un tir o en la cara. Nunca supe bien cómo fueron lascosas, pero en el barrio siempre dijeron que fueron los de la comisaríadécima”, recordó, conmovida, Mabel, madre de Rica rdo.

La bala i mpactó en uno de los ojos del joven y fue una veci na quienllamó a la ambulancia que nunca llegó. Finalmente, lograron trasla-darlo al hospital donde, cuatro días más tarde, falleció.

n Rosa Eloísa Paniagua, 13 años, asesinada en Entre Ríos.

El 20 de diciembre, Rosa había acompañado a su padre a pedir comidaal supermercado de la calle San Juan, en Paraná, c erca del barrio Macca-rone. Pero no hubo reparto de alimentos: sólo una brutal represión.

Las corridas comenzaron al mediodía. No se habían producido sa-queos, ni entrega voluntaria de comida. Sin embargo, un móvil polic ialse detuvo y empezó a disparar contra la gente. A plena luz del día, Rosarecibió un balazo por la espalda, de una pistola reglamentaria 9 mm.

Por el hecho, el cabo Silvio Martínez fue procesado y luego condenadoa 10 años de prisión. “Pero los responsables polít icos, que son el gober-nador Montiel, el ministro Carbó y el jefe de policía Ojeda, nunca fueroninvestigados”, denunció Jesús Esquivel, tío de la niña a sesinada.

n Ariel Máximo Salas, 30 años, asesinado en Laferrere. Ariel había salido temprano de la joyería de Almagro donde tra-

bajaba, sobre la calle Valentín Gómez 3828. Era 19 de diciembre y eldueño del comercio lo había autorizado a retirarse antes. “La esposalo llamó al t rabajo porque su nena de seis años estaba muy asustadapor los saqueos”, contó David Salas, her mano de Ariel. “Entonces, se

 volvió para L aferrere en el 180”.Nunca pensó que al descender del colectivo recibiría varios d is-

paros de escopeta en la cabeza y el pecho. “Había un comerciantedisparando a todos lados, la gente corría, era un caos”, explicó David.El padre de Ariel, Juan Domingo,agregó que “cuando quiso cruzarpara su casa, le pegaron un tiro”.Murió en el Hospital de Haedo,por una hemorragia interna.

En 2007, por su asesinato fue-ron condenados el empresarioLuis Mazzi, a 15 a ños de prisión,

 y el custodio de uno de los comer-cios, Bernardo Alonso Joulie, aseis años de cárcel. César EnriqueMaquiche, otro de los custodiosacusados, resultó absuelto.

n David Ernesto Moreno, 13

años, asesinado en Córdoba.Lo asesinaron el 20 de diciem-bre. Ese día, la policía cordobesahabía empezado a disparar con-tra vecinos que pedían mercaderíafrente al supermercado Mini Sol,de la calle Piedra Labrada al 8000,en el barrio Villa 9 de Julio.

David corrió, intentando huirde los disparos. En la confusión,su cuerpo quedó tendido en la es-quina del comercio. Un móvil po-licial lo trasladó al dispensar io delbarrio Argüello, pero no resistió y llegó sin vida.

El oficial inspector Hugo Cáno- vas Badra lo había acribil lado por laespalda al gatillar cinco proyectilesde plomo con una escopeta calibre

12.70. También hirió a otras trespersonas. El uniformado estuvonueve meses preso, desde octubrede 2003 hasta julio de 2004, por eldelito de “homicidio simple y lesio-nes graves”, hasta que la CámaraSexta del Crimen dictó su falta demérito. Hoy está en libertad.

El año pasado, la hermana deDavid se encontró con CánovasBadra en la calle. “Mamá, el hijode puta que mató a David está l i-bre. Me lo acabo de cruzar en lacalle”, le contó por teléfono a Rosa,su madre.

En memoria del joven, la calledonde lo fusilaron hoy lleva sunombre.

n Sergio Miguel Ferreyraaños, asesinado en Córdoba.

Sergio se encontraba en epuloso barrio de Vi lla Liberta

 junto a sus familiares, cuandoservó cómo la policía reprimlos vecinos de la zona. Eran lasla tarde del 20 de dic iembre. Hdisparos y gases lacri mógenotodos lados.

Entre las corridas y las emcadas, Sergio sintió un impen su vientre. Lo llevaron hel Centro de Salud Nº 4 2 y, dallí, al hospital de urgencias, dde constataron que había sidorido con un proyectil de plomla zona hepática.

Después de operarlo, los mcos pudieron detener la hemogia. El muchacho regresó a sugar, donde vivía con sus padocho hermanos. Pero, con el code las horas, su estado de sa lufue deteriorando: fatigas, mar

 vómitos y náuseas se convirtien síntomas cotidianos.

Finalmente, un año despfalleció. Fue el 26 de dic iembr2002, en su c asa, luego de ser adido en el Hospital Misericor

n Diego Ávila, 24 años, asenado en Villa Fiorito.

 A Diego lo apuñalaron elde diciembre, frente al sup

mercado Family, ubicado etonces sobre la calle Martín Cronado al 600, de Villa Fiorit

El principal sospechofue el comerciante Quing LGian, que en mayo de 2002 sobreseído por pedido del fisDaniel Gualtieri, de la UFI Nde Lomas de Zamora. La cau277553 fue archivada.

Diego vivía en el asenmiento La Cava, de Villa Fior

 Ante la consulta de este diala Secretarí a de Derechos Hmanos de Lomas de Zamora

 jo no tener ningún contacto clos familiares de la víctima.