1ª ESCUELA PARA PADRES:

EL PAPEL DE LAS NORMAS EN LA FORMACIÓN DE

NIÑOS Y ADOLESCENTES.

Las Normas

Junto al afecto, es uno de los elementos esenciales que debe estar presente en la educación que entregan las familias.

Son acuerdos que nos permiten convivir con distintos grupos sociales (familia, colegio, vecindad), respetando los derechos de los demás.

Se orientan al bien común.

Permiten desarrollar la capacidad de posponer la satisfacción inmediata, en beneficio de metas a más largo plazo. (Por ejemplo, veo sólo una hora de televisión al día para dedicar más tiempo al estudio diario y así obtener un mejor rendimiento)

Pregunta para la Reflexión

Se los invita a contestar mentalmente la siguiente pregunta:

¿Qué normas existen en nuestro hogar?

Lo esperable es la existencia de un cierto número de normas que entregue límites a niños y adolescentes.

Los límites otorgan seguridad e incluso, aunque no lo creamos son deseados, pues nos ayudan a ordenar nuestra conducta y a relacionarnos con los demás con mayor éxito.

Si en nuestro hogar no existen normas, es hora de que trabajemos en ello cuanto antes, con el objeto de evitar el desarrollo de niños o adolescentes poco tolerantes a la frustración o que sufren de sobre manera, cuando deben posponer la satisfacción de sus necesidades.

Por otra parte, si constataron que en sus hogares existen muchas normas, tengamos cuidado.

No hay que olvidar que las normas existen para ser cumplidas.

Si tenemos tantas normas que las olvidamos, éstas no tienen sentido, pues es casi imposible su

cumplimiento.

Ahora, puede que muchos padres se pregunten por qué tienen dificultades con sus hijos, si un su hogar existen normas sin exageración.

Pero, las normas para ser efectivas deben cumplir con ciertas características en su implementación, las cuales, son tan importantes, que explican su éxito o fracaso.

Muchas familias fracasan no por la ausencia de normas, sino por el modo cómo éstas funcionan.

Por ello, los padres tienen, a veces, la sensación que han hecho de todo por sus hijos, pero nada les ha resultado. Lo que ocurre en estos casos es que han hecho lo adecuado, pero han fallado en el modo de llevarlo a cabo (por ejemplo, se otorgó una sanción, pero no se mantuvo)

¿Cómo implementar normas en el hogar?

Deben ser construidas en conjunto, con la participación de los adultos y también de los hijos.

Se debe explicar las razones de las normas a los hijos.

Las sanciones que se determinen ante los incumplimientos de las normas deben ser posibles de cumplir (por ejemplo, no voy a sancionar a un niño dejándolo sin computador por todo el año, si finalmente, va a ser imposible cumplirlo).

Las sanciones deben estar acordes a la falta y a la edad del niño.

Lo ideal es que las sanciones tengan un propósito formativo y de reparación.

Función formativa: la sanción ayuda a entender el error, con el propósito de no volver a cometerlo en el futuro, no por miedo a la sanción, sino por comprensión de la situación.

En este caso, una conversación sobre la importancia de los estudios, unida a la incorporación de un horario de estudio riguroso, puede corresponder a una medida efectiva, en el caso de un niño que ha bajado su rendimiento, pues tiene relación con la falta.

Función reparatoria: se liga con la idea de reparar el daño. Por ejemplo, pedir disculpas, invitar a jugar al compañero al que se agredió.

Otro elemento importante a la hora de pensar en las faltas de los niños es invitarlos a la reflexión, a través de un proceso:

1) Lo primero es escucharlos para comprender por qué actuaron de cierta manera.

En esta parte del proceso es esencial darles a conocer que se comprenden sus sentimientos, aunque no se justifica su manera de actuar.

2) Luego, se analizan las consecuencias de sus acciones. Es esencial que este análisis surja del niño o joven, no del adulto para que sea significativo.

3)Orientar al niño o adolescente a buscar formas de reparar sus errores

En todo este proceso el adulto guía la reflexión, pero sin intervenir con sus argumentos.

Se trata de dejar de lado los sermones, sobre todo con los adolescentes, quienes no los escuchan.

Para lograr lo descrito, los adultos deben ser capaces de ser objetivos.

Esto implica no dejarse llevar por el enojo o la pena a la hora de colocar sanciones.

SE ACONSEJA NO TOMAR DECISIONES IMPORTANTES EN MOMENTOS DE

CONFLICTO EMOCIONAL.

Los adultos deben ser capaces de contener a niños y adolescentes, no debe ocurrir al revés.

Otras sugerencias relacionadas con las sanciones es que éstas deben ser lo más contingente posibles en el tiempo a las faltas.

Aunque parezca obvio, LAS SANCIONES DEBEN CUMPLIRSE.

Ésta es una de las mayores dificultades que tienen los padres, la inconstancia en el cumplimiento de las sanciones.

Por último, no olvidemos que no sólo hay que preocuparse de las sanciones, sino también de reforzar a niños y adolescentes.

ESTA ES LA CLAVE PARA TENER ÉXITO EN LA LABOR EDUCATIVA.

Para esto, más que centrarse en la entrega de cosas materiales, hay que valorar a los niños.

Ejercicio: Se los invita a describir a su hijo, refiriéndose sólo a aspectos positivos.

Preguntas para Terminar

Se los invita a responder mentalmente las siguientes preguntas:

¿Qué sabía de lo que se acaba de exponer?

¿Lo pongo en práctica?

De acuerdo a lo expuesto, ¿cuáles son mis fortalezas como madre o padre?

¿En qué aspectos puedo mejorar?

¿Qué aprendizaje rescato? (Se aconseja centrarse sólo en un aprendizaje)

De acuerdo a lo aprendido, ¿a qué me comprometo?