20 Pecados capitales

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P. PECADOS CAPITALES

I QUÉ CUENTAN LAS FÁBULAS

Los pecados capitales son oficio de fábula. de una u otra forma están

implícitos y explícitos en muchas de ellas. En su forma externa podemos

asegurar que estas fábulas contienen una enseñanza moralizante para los

oyentes o lectores. Estos destinatarios son niños o personas que deben ser

formadas por las carencias sociales o de otro tipo que exteriorizan. En su

contenido interno, las fábulas contienen otros mensajes que sirven no para el

merecedor de las enseñanzas, sino para los que deben enseñar; son los

personajes identificados como educador y educando y el rol que juegan en

los apólogos.

De esta forma, las fábulas se definen como reaccionarias y

tranquilizadoras para los responsables de la enseñanza. Ejemplo de lo que se

está diciendo pueden hallarse en la temática de esta clase de fábulas. Entre

todos ellos, un solo ejemplo de un tema concreto buscado en la codicia o

avaricia de los hombres. Es la fábula de Fedro, Los dos mulos y los dos

ladrones, libro 2, núm. 7.

...”Enseña esta fábula que en la pobreza de los hombres está su

seguridad, y que las grandes riquezas están expuestas al peligro.”

Fedro insiste en esta teoría de que cada cosa y cada cual debe estar en su

sitio. Para ello, en la fábula El pavo real se queja a Juno de su voz, libro 3,

núm. 18.

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...”Es el capricho del destino el que ha dado a cada cual su parte: a ti la belleza

(se refiere al pavo real), al águila la fuerza, al ruiseñor la armonía, el buen augurio al

cuervo y el presagio siniestro a al corneja, y todas las aves están contentas con sus

dones. ¡No ambiciones lo que no te han dado, no sea quese torne tu esperanza

engañada en lamento!”

El contenido de estas fábulas tiene como centro de interés ese pecado

genérico a la condición humana denominado: la avaricia. La fábulas, como el

lector ha de suponer, tienen un carácter conservador; quiere esto decir, que en

muchas ocasiones la lícita manera de acaparar más fortuna se ve truncada por

la opinión contraria de no dejar amasarla.

De aquí se desprende que algunos pueden verse perjudicados por el

que desea amasar riqueza por invertir su posición en la escala social; entonces

se les descubre otro pecado del que se hablará en estas fábulas y no es otro

que la envidia. Así pues, si difícil es intentar superarse en la escala social más

difícil es para aquellas personas que por su tesón son capaces de enfrentarse

y salvar los obstáculos que se le interponen en los fines.

Hay una amplia referencia la libro de Rafael González Castell ya que en

él se fabulan todos los pecados capitales (peligro de muchos males) y para

cada pecado existe una virtud que lo enmienda. En unas y otras fábulas R.

González Castell de forma ritmada acierta en el verso que utiliza y con

grandes dosis de humor ensalza o maltrata al animal que dentro de la fábula

deben interpretar sus papeles.

Rafael González Castell, que será nombrado relativa frecuencia por su

trabajo Los amigos de Colín. Sus fábulas son concebidas en apartados para

imprimir el ritmo necesario a cada una de ellas sin perder el tono moralizante

que unido al humor son dignos de destacar; consiguiéndolo a través de

exageraciones, comparaciones, etc.

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1 De final: la codicia de bienes materiales. El afán de riquezas y tesoros, de poder y de oros, y de hombre vanales. La avaricia. Hay quién no se detiene en daños ni en descloros Ni en súplicas ni en lloros. No harán de nada caso. Y el que no diera un paso por evitar un acto de malicia, por dar una limosna, por loar el decoro ¡quizás que vaya a gatos por un duro a Galicia! Y aún puede que más lejos. Os contaré el mal paso que dio un cangrejo, padre de un cesto de cangrejos ¡No fue chico el fracaso!

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Un pescador de caña, un caprichoso inglés de esos tiesos flemáticos, que a todo dicen:“Yes” una mañana fresca al río fue de pesca, y en rebusca de nuevas sensaciones y deemociones finas puso al fin de la caña en vez de algún gusano, de mosca o lagartija, una hermosa sortija que costó muchas libras esterlinas. Y he aquí que un pez, por suerte o porque tuvo mal día en vez de hallar la muerte se llevó aquella alhaja y se escapó de “naja” Mostró luego el botín en un grupo de peces venidos al tún tún: un congrio y un atún: un besugo, un carpa y un delfín: y un calamar más negro que el betún: y un cangrejo de río. Pues en aquellos días no habrá entre los peces tonterías ni esto es tuyo o mío. Y ni una divergencia se pudiera encontrar Entre peces de río los peces del mar.

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Pero, entre todos ellos al cangrejo cegaron los destellos de la joya. Se quedó ensimismado. Y nadaba a corriente, distraído. Despreció a la centolla. Ni contestó al saludo de un lenguado ni de un pulpo al cumplido. ¡Este vida es así! Y pensaba y decía para sí: “Quiero tener mucho dinero. Se extasiaba ante un ramode corales y calculaba su valor en reales. La esponja merecía su aprecio y su lisonja. A las ostras ... con perlas... no se hartaba de verlas. Y era tal su avaricia, que al querer se banquero y no tener dinero ni aun para un simple banco ... ... de sardinas en lata y sin espinas, enfermó de hictericia. Algo así como el Midas fabuloso que en oro transformaba todo lo viera, todo lo que tocaba. Todo en lo que pensaba su deseo ambicioso.

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¡Qué más! Si hasta un mochuelo que, al quedarse, sin sol, enluteció el cielo, reflejaba en las aguas la luz fosforescente de su mirar de sabio, pensativo e indulgente, despertó la codicia del cangrejo imprudente; que creyendo esmeraldas las pupilas redondas, saltó violentamente de las marinas ondas y se sintió cogido y en la red metido, quedando aletargado, letal, desvanecido. Por el volver en sí, ¡tal era su locura! ¡su terca y avarienta chifladura! que, al verse sumergido en un tibio océano de oro descolorido, dio gracias al Neptuno de los mares profundos y altridente imperial

diciendo: ¡Qué delicia! Nado en oro

mi sueño es efectivo y real. ¡Nunca hubo otro tesoro igual que mi tesoro.

5 Porque es la avaricia un pecado tan malo, y tan grande y tan fuerte que no tiene perdón ni a la hora de la muerte que es la hora de la Eterna Justicia.

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II QUÉ TIPO DE FÁBULA

Esta fábula corresponde al Tipo 3 C; este tipo de fábula se caracteriza por

tener a los animales como únicos intervinientes. Su carácter moralizante se

debe a la necesidad de formar a las personas que abusen de los pecados

capitales; de esta forma, siempre tendrán un reconfortante donde pueden

recuperar su identidad alejados de la tentación malvada. En cuanto a la

clasificación que se conceptúa como novedosa, las fábulas que estudian los

pecados capitales pueden encontrase en todos los tipos aunque

mayoritariamente se contraigan al tipo señalado.

Juan E. Hartzenbusch, de manera humorada se introduce en la fábula El

sastre y el avaro despistando la atención del lector con una serie ejercicios

ortográficos vulgares que se asocian con aquéllos que deben su destino.

Hay mucha gente que dice cólega

y epígrama y estaláctita,

púpitre,ménalgo, sútiles,

hóstiles, córola y áuriga.

Se oye a muchísimos périto,

y alguno pronuncia mámpara,

díploma, erúdito, pérfume,

Pérsiles, Tíbulo y Sávedra.

Los que introducen esdrújulos

contra el origen y práctica,

imitación de su método,

lean la presente fábula...

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III MOTIVO, TEMA Y PERSONAJES

Hijas mías: La envidia es un feo pecado.

El que la siente,

anda siempre enfadado,

macilento,

sin humor,

con la tez

de sospechosa amarillez

y para así dejarlo demostrado

de modo concluyente,

voy a contar un cuento.

“Pues, señor ... ... ...

El humor está presente en todo el fabulario; de esta manera, avisa a los

envidiosos que pueden ser identificados. Prueba de ello es la descripción en

los primeros versos de la fábula de los que padecen esta enfermedad y al

igual que la anemia tiene una características, el sarampión otras, la envidia

contiene estas características físicas fáciles de identificar.

Recordando al libro Los amigos de Colín, es digno de destacar cómo R.

González Castell se burla de la codicia del pelícano al cual atribuye de avaro

de la siguiente forma:

... Precisamente en aquellos momentos,

(casualidades de esas que pasan en los cuentos,)

el Pelícano lleva en la bolsa del pico

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que le sirve de cofre, cabás y guardarropa,

un corsé de señora, un abanico,

doce tortugas grandes para hacerse una sopa,

diez quilos de sardinas, pasta para cocreta,

azúcar, queso – bola ,

unb disco de gramola,

y las ruedas de una bicicleta...

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IV. ANÁLISIS SIMBÓLICO

Muchos son los animales que aparecen en estas fábulas y muchos

son los símbolos que pueden adjudicarse a estos animales y su aparición en

cualquiera de las fábulas. El elenco de los animales es muy diverso y

coexisten desde pequeños crustáceos hasta mamíferos de gran tamaño; cada

animal representa un atributo que en síntesis podemos decir que son:

La abeja. La laboriosidad El buey La tenacidad, la resistencia El burro. La necedad, la humildad, la ignorancia La cigarra. La vida tranquila La corneja La longevidad El cuervo La vanidad El elefante La fuerza, el respeto La hormiga. La previsión El león. La majestad, la realeza, la fuerza. La liebre La timidez El lobo. La maldad, la rapiña El mulo La terquedad La paloma La inocencia El pavo real La jactancia, el orgullo El perro La fidelidad La serpiente La maldad El toro La fuerza La tórtola La fidelidad conyugal La urraca La charlatanería vacua La vaca. La abundancia La zorra. La astucia y el fraude

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V. LITERATURA COMPARADA. CON QUÉ OTROS TEXTOS PUEDE RELACIONARSE.

Muchos son los apólogos en los que aparece la avaricia, codicia como eje

central de la misma. Veamos un repaso de algunos de ellos en los más

diversos autores de fábulas. El resto de los pecados puede anotarse de manera

análoga que este capítulo y el interés estriba en conceder pautas para el

lector.

Esopo, El ruiseñor y el gavilán, núm. 8; El hombre y el león de oro,

núm. 61; La mujer y la gallina, núm. 89; El caballo y el

palafranero, núm. 139; La corneja ylos pichones, núm. 162; El perro

y la sombra, núm. 184; El lobo y el pastor, núm. 228; El caminante

y Hermes, núm. 259; La gallina de los huevos de oro, núm. 286.

Fedro, El perro que soltó su presa por otra. Libro 1, núm. 4; El

perro, el tesoro y el buitre, libro 1, núm. 27; El novillo, el león y el

ladrón, libro, 2, núm. 1; Los dos mulos y los ladrones, libro 2, núm.

7.

Samaniego, Los dos machos, Libro cuarto, núm. IX; La gallina de

los huevos de oro, Libro quinto, núm. VI; La mona y la zorra,

Libro quinto, núm. XV; El enfermo y la visión, libro sexto, núm.

VII.

Igualmente que estos autores podemos encontrar otros que de manera

similar tratan los defectos con ánimo didáctico: La Fontaine, modelo de

fabulista para escritores posteriores dice: “je me sers d’animaux pour

instruire les hommes”. Con esta aseveración podemos concluir que autores

como Gay, Lessing, Campoamor, Tolstoy, Melo, etc. tienen presente la

intención instructiva de la fábulas.

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El perro engañado por el reflejo, en el libro Calila y Dimna es un

referente obligado y tomado como modelo por muchos autores para

confeccionar un apólogo acorde con la situación o momento histórico del

autor. Por su brevedad, concisión y claridad se incluye la versión de Carmen

Bravo Villasante.

Esto sería como aquel perro que dicen que iba por un río y llevaba un

pedazo de carne en la boca, y vio el reflejo que hacía. Y por abrazar el reflejo

abrió la boca y se le cayó lo que llevaba, y se lo llevó el agua y no encontró

ninguna cosa más.

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, en el Libro del Buen Amor, incluye otra

versión de la mencionada del Calila y Dimna; la versión que se recoge es de

Ernesto Livavic Gazzano con el título El perro que llevaba un trozo de carne en

el hocico.

Un perro carnicero un río atravesaba,

y un buen trozo de carne en la boca apretaba;

en la sombra del agua, otro se reflejaba

y, por querer tomarlo, cayó el que ya llevaba.

Por la sombra engañosa y el pensamiento vano,

la carne que tenía la perdió aquel alano:

no logró lo que quiso, su fin no era sano,

y perdió, por ganar, lo que tenía en la mano.

Cada día sucede al codicioso tal:

por tener más y más, pierde su capital;

de esta mala raíz nace todo mal;

es la mala codicia un pecado mortal.

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Del mismo tema J. Camarena y M. Chevalier en su Catálogo Tipológico

del Cuento Folclórico Español, cita el cuento tipo 34A El perro suelta la carne

por atrapar su reflejo, con versiones en el área del castellano, vascuence,

portugués y las versiones literarias correspondientes pág. 62.

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VI. AMPLIAR INFORMACIÓN

BIBLIOGRAFÍA

1. BERGUA, J.B. Fábulas completas (Esopo, Fedro, La Fontaine,

Iriarte, Samaniego) Clásicos Bergua. Colección Tesoro Literario.

2. BRAVO VILLASANTE, C. Calila y Dimna.. Editorial. J. J. De

Olañeta.

3. CANEL, I. Antología de fábulas. Ed. Aldebarán.

4. FLORES DEL MANZANO, F. Mitos y leyendas de la tradición

oral en la alta Extremadura. ERE

5. GONZÁLEZ CASTELL, R. Los amigos de Colín. Diputación

Provincial de Badajoz.

6. HARTZAENBUSCH,J. E. Fábulas. Ediciones. Internacionales

Universitarias. Cita con las Letras.

7. SAMANIEGO, F. M. Fábulas. Edición. de Ernesto Jareño. Clásicos

Castalia.

INTERNET Y OTRAS ARTES

Véanse directorios de fábulas alusivas al tema en

www.unex.es/interzona.

CORRESPONDENCIAS

P. Fábula de peces y animales marinos.

A. Fábulas con el agua como elemento.