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  • Cuarenta días que Conmovieron al istmoHemerografía, doCumentos y testimonios

    del movimiento CHegomista. JuCHitán 1911

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    Cuarenta días que Conmovieron al istmoHemerografía, doCumentos y testimonios

    del movimiento CHegomista. JuCHitán 1911

    elisa ramírez Castañeda

    CUARENTA DÍAS QUE CONMOVIERON AL ISTMO.HEMEROGRAFÍA, DOCUMENTOS Y TESTIMONIOS DEL MOVIMIENTO CHEGOMISTA. JUCHITÁN 1911.@Elisa Ramírez CastañedaIlustración de portada: Dr. LakraDiseño: Carlos Franco | Yeimi Zárate Ordaz

    Primera Edición, 2010

    GOBIERNO DEL ESTADO DE OAXACALic. Ulises Ruiz OrtizGobernador Constitucional del Estado de Oaxaca

    SECRETARIA DE CULTURALic. Andrés Webster Henestrosa

    SUBSECRETARÍA DE PLANEACIÓN Y DIFUSIÓN CULTURALLic. Emilio de Leo Blanco

    DIRECCIÓN DE VINCULACIÓN Y DIFUSIÓNLic. María del Carmen de Fátima Fuertes Casasnovas

    DEPARTAMENTO DE REALIZACIÓN Y DIVULGACIÓN EDITORIAL Lic. Alejandra Martínez Guzmán

    Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra,por cualquier medio, sin autorización del editor.

    ISBN:

    Impreso en México

  • Para Francisco Toledo.

    También para Adolfo Gilly y Jacinto Barrera,

    quienes me escucharon hablar de este tema,

    a la náusea, en diferentes décadas.

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    UN LEVANTAMIENTO LOCAL, aislado, de poco peso en la historia nacional; anécdota contada por los participantes a sus hijos, reivindicada por nietos y bisnietos. Un movi-miento sangriento, sin plan o programa, con propuestas e ideario ambiguos —tanto para los enemigos como para las masas levantadas, devotas, espontáneas, furibun-das. Una revuelta temprana al iniciarse apenas el maderismo. Un descontento ances-tral que no llegó más allá del trágico exabrupto —indios sublevados al mando de un cacique, opereta cuyas partituras racistas fueron recogidas abundantemente por la prensa, para atacar o adular a Madero. Archivos cuidadosamente seleccionados para justificar cada acción de los participantes; menciones genéricas en historias locales y bibliografías puntillosas —que repiten versiones oficiales o contraversiones de los rebeldes, igualmente “oficiales”.1La abundante información hemerográfica acerca de la rebelión chegomista, en su mo-mento, parece obedecer a su violencia: más de trescientos muertos y miles de heridos en apenas unas días y la infortunada muerte de su líder, poco más de un mes después de haberse levantado en armas. Posteriormente adquiere resonancia por su continui-dad, al enlazarse a cadena de levantamientos y rebeliones previos y posteriores en la región del Istmo de Tehuantepec.

    La confrontación entre el Presidente Madero y el Gobernador Benito Juárez Maza di-vide las opiniones y pone de manifiesto la torpeza de ambos, así como la de quienes los respaldan públicamente. El conflicto enfrentó al Congreso Local de Oaxaca y el Go-bierno Federal, y de allí deriva la sonada discusión acerca del pacto federal y la sobe-ranía de los estados; es la primera contradicción pública entre las promesas del Plan de San Luis y quienes se ceñían a la Constitución del 57. El escándalo suscitado por Madero, apenas llegado a la silla presidencial, prefigura su destino desde este primer tropiezo, anuncia la rebelión posterior de los Soberanos en Oaxaca, y la continuidad —secular— de la lucha istmeña por su autonomía.

    La ambigüedad del levantamiento dio lugar, desde entonces, a las más diversas inter-pretaciones: aquí reunimos versiones de la prensa y documentos de los cuales se han derivado posteriormente tanto la interpretación radical, de los juchitecos, que con-sideran a José F. Gómez como héroe autonomista por excelencia, como la de quienes lo tildan de cacique ambicioso, títere vazquista o porfiriano oportunista.

    1. Basta ver las declaraciones Che Gómez, primero, y luego de su viuda o sus hijos en distintos momentos, para ver cuan sesgada era también la versión de los rebeldes.

    ¿Has oído que está bien ganar las batallas?Yo afirmo que perderlas está bien, las batallas se pierden

    con el mismo coraje con que se ganan.¡Vivas a los vencidos

    y a aquellos cuyas naves de guerra se hundieron en el mar,y a aquellos que se hundieron en el mar,

    y a todos los generales que han sido derrotados, y a todos los héroes vencidos,y a los innumerables héroes desconocidos, iguales a los más famosos!

    Walt Whitman, Hojas de Hierba, trad. Jorge Luis Borges

    introduCCión

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    Los archivos de José F. Gómez, una de nuestras fuentes, contienen un anómalo docu-mento del 5 de diciembre de 1911, del día mismo en que se anuncia la muerte del cabecilla. Este espejo, intacto y extraviado, es emblema de cuanto ocurrió en el Istmo durante aquellos agitados días.

    Recibí de la Jefatura Política de esta ciudad un espejo luna francesa biselada de mi legítima propiedad, que se extravió en mi casa cita frente al jardín Carlos Pacheco, en la revuelta estallada el día 2 del p. pdo., dicho espejo se halla en calidad de depósito.

    Francisco Fuentes.2

    Una revolución en un Estado peculiar —sin el aura agrarista de Morelos— encabeza-da por un líder carismático —sin la carga mesiánica de Zapata. Un ejemplo que no puede explicarse comparándolo a otras regiones, ni siquiera en el mismo estado. Conflicto en-tre los representantes de un poder tradicionalista y los líderes que encabezan descon-tentos regionales, cuando las autoridades locales se afiliaban y buscaban resquicios para reacomodos: se medían las fuerzas —y se sobreestimaban.El movimiento se incuba y desencadena en un periodo liminar, ahondado por la falta de compromiso de un Presidente y un Gobernador interinos con un líder que trata de consolidar sus derechos y privilegios respaldado por un pueblo con una larga tradición de lucha que lo sigue fielmente. Las rebeliones periódicas; el descontento endémico de la zona data de tiempos prehispánicos y parece perdurar hasta nuestros días. Este le-vantamiento forma parte de una vieja tradición de lucha y rebeldía de Juchitán frente al gobierno del estado de Oaxaca e inaugura también un largo capítulo de enfrenta-miento entre Oaxaca y la Federación.3 La lucha por la separación del Istmo de los estados de Oaxaca y Veracruz —intención que se le atribuyó desde un principio a José F. Gómez—, ha sido propuesto en todos los Congresos Constituyentes de nuestra historia y sigue siendo un reclamo vigente. El separatismo no solamente incluía a los verdes;4también los opositores de Che Gómez, juchitecos ilustrados de la ciudad de México, porfiristas o maderistas, opinaban en su momento que la separación del Estado sería una solución a los constantes conflictos de esa región con Oaxaca. El levantamiento en el Distrito de Juchitán se explica tanto por sus antecedentes por-firista como a la luz de las promesas de una revolución que apenas inicia, donde cabían todos los reclamos acumulados, respaldados por la verdadera fe en la democracia y el respeto a la voluntad del pueblo. El tiempo nuevo apenas se inaugura; esperanza y li-bertad parecen momentáneamente posibles: en este periodo deben ajustarse nuevos métodos con los mismos personajes y buscan su lugar nuevos personajes que preten-den navegar con viejos métodos. Y cada cual interpretó como quiso y pudo la partida de don Porfirio. Hasta en el último rincón de la República se había estremecido con la re-

    2. AJFG doc. 120.3. Consúltese la Cronología al final. El territorio fue independiente en diversas ocasiones: de 1823 a 1824, en 1853, 1856. En el Congreso Constituyente de 1916, Crisóforo Rivera Cabrera y el coronel José Gómez Bustamente presentaron nuevamente una iniciativa de ley para crear el Estado del Istmo. Diario de los Debates del Congreso Constituyente, en Guchachi Reza, diciembre de 1980 y marzo de 1981.4. Desde la década de 1880, los pueblos del Distrito de Juchitán se habían dividido en dos parti-dos: el rojo y el verde. El verde fue encabezado desde su inicio por la familia Gómez y el rojo por la de Francisco León. Se distinguían por usar distintivos de éstos colores: ramitas o flores en el sombrero los varones, pañuelos, huipiles o cintas de colores las damas.

    nuncia del Dictador; y en todos ellos se vivían descontentos. Si bien se cubrían con la capa de planes genéricos, en diferentes regiones se organizaron grupos armados para saldar viejos agravios, avalados ahora por el nuevo argumento del sufragio popular o la lucha por la justicia.

    En las altas esferas federales y estatales, el aparato continuaba sostenido por los porfirianos que tuvieron que avalar al nuevo régimen —sea con armas, elecciones o declaraciones. Sin embargo, se conservó intacto el viejo sistema de dependencias, compadrazgos, corrupción y rencillas. En círculos concéntricos, las imposiciones se replican desde la Presidencia y los po-deres federales hacia los Gobiernos estatales; de éstos a los Jefes Políticos: el poder se extiende como olas opresivas, consecutivas e infranqueables. La lucha contra el centralismo —la zona ferrocarrilera contra Juchitán, Juchitán contra Oaxaca, Oaxaca contra la Federación, la Federación por encima de todos, esbozando apenas la tibia modificación del férreo sistema jerárquico porfirista, lleno de contradicciones y bemoles, pero de una innegable eficacia hasta entonces para mantener el control de aquella región. La momentánea ruptura de los círculos resultó fatal en este caso, pues se pretendió saltarse uno de los eslabones. El sistema entero se agitó momen-táneamente, para volver a acomodarse —temoral y parcialmente.Una vez estallado el conflicto —cuyo pretexto era la imposición de un Jefe Político de Juchitán para anular la influencia regional de un caudillo peligroso, en una zona estratégica— las negociaciones directas entre José F. Gómez y Benito Juárez Maza re-sultaron imposibles. Todos buscaron causas ocultas en la rebelión; tal vez no las hubo: ni entonces ni ahora se desean en Juchitán componendas con los poderes estatales que mermen su autonomía. El nuevo y flamante Presidente intentó pasar por encima del Gobernador y éste —re-curriendo a leyes, argumentos, aliados, usos y costumbres porfiristas— luchó contra la imposición del centro, que interfería en sus decisiones dentro del Estado. Los inten-tos de Madero por negociar directa o secretamente con los rebeldes provocaron aira-das protestas del gobierno de Oaxaca y una acre discusión acerca de la ingerencia del Poder Ejecutivo y las fuerzas federales en problemas locales. La causa de la soberanía de los estados logró el apoyo unánime de los opositores de Madero —incluidos una buena cantidad de políticos, diputados y senadores oaxaqueños, aún muy presentes y poderosos en el escenario político—; de enemigos de Che Gómez en el Istmo, de repre-sentantes de intereses internacionales —de gran monta en la región— y de quienes, en los municipos, dependían de ellos y se sentían, a su vez, oprimidos e ignorados por el Jefe Político del Distrito.

    La intransigencia de las partes, la falta de decisión de quienes ejercieron el interinato cuando se gestaba el problema, la Prensa opositora, el escándalo que acompañó el le-vantamiento y el asesinato del líder juchiteco le dieron una difusión pública inusitada. Apenas se estrenaba un México sin dictadura cuando los periódicos, en primera pla-na, anunciaban miles de muertos el día mismo de la toma de poder de Madero; no bien se tanteaban las fuerzas y corrientes en las Cámaras cuando debían enfrentarse a un Estado que amenazaba con separarse de la Federación; llegaban aún las felicitaciones al nuevo régimen cuando ya se clamaba justicia por el asesinato del licenciado Gómez. Madero, Pino Suárez, Gómez, Juárez Maza, diputados, comisionados de paz, testigos

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    diversos declaran, aclaran, explican públicamente sus acciones. Desde el momento mismo en que ocurrieron los hechos las versiones acerca de lo que sucedió fueron radicalmente contradictorias. Las de la Presidencia, la de los Comisionados, las de la Prensa, las de los participantes.

    Imposible analizar el conflicto sin hacer un breve repaso de lo que ocurría en la región y en el resto de la República. En la introducción tratamos de ubicar al Istmo y explicar, en parte, la imposibilidad de encontrar alianzas o apoyo al levantamiento en otros lugares, dadas las condiciones de la región. La calificación de “local” o “no local”, es decir vinculado o no a otros movimientos antimaderistas, ocupó todos los escritos del mo-mento. La explicación de alianzas secretas entre vazquezgomistas, reyistas, felicistas y chegomistas será constante: todas las partes afirman tener documentos que expli-can las motivaciones secretas de sus enemigos.5

    La segunda parte de este escrito es un minucioso recorrido por esos cuarenta días que estremecieron al Istmo: desde la manifestación pacífica para protestar por la lle-gada de Enrique León a Juchitán, el 30 de octubre de 1911, hasta la salida de Benito Juárez del Istmo, tras su viaje pacificador y el asesinato del líder. Los enfrentamientos duraron en Juchitán menos de una semana, lo demás fueron escaramuzas aisladas, enfrentamientos menores y negociaciones fallidas. Las fuer-zas federales sufrieron la baja de tres oficiales y 93 soldados y un jefe, once oficiales y 309 soldados heridos; los juchitecos perdieron a un cabecilla, y alrededor de 450 re-beldes, tuvieron más de mil 200 heridos. Para el 12 de enero los presentados o am-nistiados eran 2,671. Participaron en el conflicto Juchitán, Unión Hidalgo, Chicapa, Niltepec, El Barrio, Santo Domingo Petapa, Zanatepec, San Dionisio del Mar, Ixtaltepec, Santa María Petapa, San Miguel Chimalapa, Xadani, Laollaga, Chihuitán y San Mateo —pertenecientes los últimos cuatro al municipio de Tehuantepec.6El movimiento no terminó con la muerte de su líder, duró hasta mediados de 1912 cuando se presentó Felipe López y se incorporó a las Fuerzas Federales que luchaban en otros estados. Meses después del asesinato del cabecilla verde, varios pueblos y nu-merosos grupos de alzados crearon aún graves disturbios en la región. A estas secuelas inmediatas se dedica el tercer capítulo.

    Las consecuencias a más largo plazo se tratan en un capítulo final, que trata del des-tino de los alzados y su participación en levantamientos y conflictos posteriores. En Oaxaca la discordia con la Federación persistió; el maderismo no rompió con las viejas políticas, ni terminaron las tácticas oaxaqueñas de negociación y oposición: amenazar con reasumir la soberanía como hicieron antes en 1823, 1858, 1871 y, finalmente, cumplen entre 1915 y 1920.

    5. Según la viuda de Gómez, Juárez envió una misiva donde aseguraba que le perdonaría si se aliaba a Bernardo Reyes; Che Gómez, según los oaxaqueños, estaba de acuerdo con Vázquez Gómez o Rosendo Pineda. Madero fue acusado de estar coludido con el Gobernador Interino Chapital. Como hay documentos y comunicación entre todos ellos, lo único que queda claro es la amplia circulación y difusión de documentos filtrados por todas las dependencias de gobiernos y la infidencia de todos los involucrados en el conflicto.6. Reporte final de la Cruz Blanca Neutral; Informe a la Legislatura de Oaxaca el 21 de diciembre de 1911; revista Neza, mayo de 1936, pp. 1, 3 y 4.

    Durante los siguientes años se dieron cambios irreversibles en el estado y la región: la decadencia del ferrocarril y del tránsito interoceánico, debido a la apertura del Canal de Panamá y el inicio de la Primera Guerra Mundial, el hambre generalizada, la migración. Y sucedió también que el peso que tuvo de la tierra de Juárez y de Porfirio Díaz durante medio siglo fue desplazado por el surgimiento del Norte, que a partir de entonces se convirtió en el foco de donde partían las decisiones políticas del país en las dos décadas siguientes.

    LOS PROTAGONISTASLos actores de este conflicto, el licenciado José F. Gómez y Benito Juárez Maza, fueron personajes políticos medios durante el Porfiriato, adultos más que maduros en 1911, con carreras y compromisos previos que, en la confusión del momento, tratan de aco-modarse al cambio y, como los gatos, caer parados utilizando su influencia y relaciones para negociar o conservar sus posiciones y privilegios: para sí mismos o para sus seguidores. Ambos tuvieron puestos públicos que los mantuvieron lejos del Estado: maniobra política típicamente porfirista para neutralizar su influencia sobre sus pai-sanos oaxaqueños. Juárez “chico” nació en 1852 y siguió a su padre a Veracruz cuando niño. Vivió fuera de México y regresó al país en 1867. Estudio derecho sin licenciarse nunca, pero tuvo un bufete donde trabajó como pasante. Ingresó a servicio consular protegido por Díaz y vivió en Washington, París y Roma. Casó con la belga María Klerián Pioys en 1888, año en que regresó a México. Fue diputado por el Territorio de Tepic, el Estado de Méxi-co y Oaxaca, fundador del Partido Democrático y Presidente Club Central Democrá- tico. Tras ser derrotado por Pimentel en las elecciones para Gobernador del Estado, en 1910, vivía en la ciudad de México.7Juárez Maza se presenta como candidato a Gobernador por segunda vez en 1911, y gana las elecciones a su contrincante, Félix Díaz. Asume su cargo el 23 de septiembre de 1911. Sus obsesiones, desde el principio de su breve Gubernatura, son los rebeldes Ángel Barrios y José F. Gómez. Como gobernador del Estado se caracteriza por su celo de las formas y la defensa a ultranza de la legitimidad, con visible falta de imaginación. Es dado a la paranoia y cubre de documentos cada una de sus decisiones; justifica por escrito todos sus actos y los agravios contra él cometidos: en el caso de Juchitán, y su disgusto con la Federación incluso promovió un folleto intitulado “La Causa de Oaxaca”, escrito por Bolaños Cacho.8 Nadie utiliza más que él las claves, los telegramas cifrados, las confirmaciones y los acuses de recibo de documentos. La intriga, la dela-ción, sus alianzas muestran que tiene cierta fascinación por el complot. Es fidelísimo masón, dignísimo mártir y luchó contra el alcoholismo y las peleas de gallos en el Es-tado. Muere el 20 de abril de 1912, a los siete meses escasos de haber tomado protesta como Gobernador, en su despacho, mientras revisaba su correspondencia. Fue sepul-tado en la ciudad de México.José F. Gómez nació en nació 1858; fue hijo de Gregorio Gómez y de Rosalía López, y sobrino de Cosme, líder regional de una rebelión de la decada de 1880. Tuvo cinco her-manas: Tomasa, Rita, Andrea, Virginia y Paula. Ilustrado y de holgados medios —sus

    7. Peter V. N. Henderson: “Un Gobernador Maderista”, 1975.8. Miguel Bolaños Cacho: “La Causa de Oaxaca”, 1911. Ver completa en documentos anexos de la base de datos.

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    hijas seguían siendo dueñas de sus haciendas de San Juan Chimalapa a mediados del siglo pasado— fue el mediador por excelencia entre su pueblo, con quien hablaba za-poteco y cuyas querellas conocía y compartía, y la clase política, “científica” e ilustrada. Protegido de Rosendo Pineda, estudio Jurisprudencia y se graduó en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca. Casó con la señora Rosaura Bustamante, quien tenía ya un hijo —Mario Palacios—, en 1907; tuvieron seis hijos: Eloísa, María Luisa, Rosaura, Estefanía y José F. Gómez Bustamante, Chechito, nacido en 1892.Tuvo los puestos de Juez de Primera Instancia en La Paz; Juez de Distrito en Chil-pancingo y Sinaloa, Administrador del timbre en Tlaxcala, Diputado, Recaudador de rentas y Agente del Ministerio Público, que lo mantenían alejado de su terruño. En 1910, en Tlaxcala, entró en negociaciones con Vázquez Gómez y Madero. Tenemos noticias de que se encuentra en Juchitán en marzo de 1910. Se levantó en armas el 2 de noviembre de 1911 y murió en la madrugada del 5 de diciembre del mismo año.

    Hay otros protagonistas claves en este conflicto: las Cámaras de Diputados federal y estatal, la de Senadores, los presidentes Francisco León de la Barra y Madero, los comisionados de paz, las fuerzas federales.

    En el conflicto tuvieron una presencia muy importante los periódicos y periodistas, ca-zadores de noticias que escriben amplios reportajes; enviados especiales en constante competencia se arrebatan las noticias, dialogan, se increpan, contradicen y responden desde las páginas impresas. La manera en que ventilan o repiten la información mues-tra abiertamente filias y fobias donde reflejan la reciente apertura de la libertad de prensa. Los documentos —privados y hasta cifrados— llegan a los periódicos, filtra-dos por las partes. Todos los periodistas alegan haber sido los primeros en llegar, comparten hoteles, oficinas de telégrafos e informantes: inauguran la modalidad mexicana de los reportajes de guerra, usan distintivos de la Cruz Roja o Blanca Neu-tral que los protejan, son protagónicos, arrogantes e impúdicos; firman con sus nom-bres. Los reporters participan en la historia, la escriben, opinan, investigan, presionan. Los enviados especiales trabajan a veces para más de un diario, desde el lugar de los hechos —aunque ya no hay, decepcionantemente, sino pocos hechos qué reportar cuan-do por fin llegan a Juchitán, por lo cual alargarán, inventarán, estirarán los que tienen. Son también dignos representantes del legalismo, centralismo y racismo imperantes: ni uno sólo de ellos concede a la “indiada” el poder de decidir —atribuyen el conflicto solamente a su líder— como sucederá muchos años después, en Chiapas, donde en un principio también se confunden los liderazgos y su presunta manipulación de los seguidores con la justa reivindicación de las condiciones que obligan a un levanta-miento de tal violencia.Encabezan las primeras planas con escandalosos títulos, con ocasionales fotos, o grabados tomados de fotos, con atrayentes subtítulos; tienen al público en ascuas, se convierten ellos mismos en noticia y atractivo principal de sus lectores. Luis Ro-dríguez Contreras escribe para El Diario del Hogar, Aldo Baroni para El Demócrata Mexicano, Leopoldo Zea para El Imparcial y León Sánchez para El País.

    Como veremos, también se usan los periódicos para averiguaciones judiciales, recla-mos y argumentaciones, sean éstos privados y personales —y para hostigamiento, desprestigio o defensa de los oponentes. Los escandalosos encabezados, las fotografías

    e imágenes pregonan de lleno la prensa moderna, con veloces rotativas y enormes ti-rajes a bajos precios, su responsabilidad como forjadora de opinión, con escritores in situ que muestran apasionadas preferencias y toman partido en cada renglón.

    Para los juchitecos, presentes en unos cuantos testimonios, la muerte no es una cifra abstracta; se sabía —y se recuerda— el nombre de los muertos. A cien años de dis-tancia se conoce la filiación roja o verde de cada persona y el pueblo sigue dividido en bandos. Eslabón de una antiquísima tradición de luchas —en 1660 ya se tienen noticias de un levantamiento en Tehuantepec— ésta es su única participación en la Revolución por reivindicaciones propias, en su territorio: Juchitán. El levantamiento de Jose F. Gómez se conserva vivo en la memoria y los relatos de los participantes. La lucha por el poder entre los partidos verde y rojo dividió al pueblo y a las familias; tal separación persistió durante el periodo armado de la Revolución, en el cual parti-ciparon activamente, respaldando a diversas facciones: los juchitecos fueron feroces mercenarios de distintos bandos rebeldes durante dos décadas.9

    La historiografía regional interpreta la rebelión chegomista de maneras muy distintas: Tamayo, Ángel Bustillo, Ramírez, Iturribarría, y más recientemente Martínez —todos ellos historiadores de la ciudad de Oaxaca— repiten esencialmente la versión dada por Juárez Maza del movimiento y la muerte de José F. Gómez, a partir de los informes del Gobernador al Congreso del Estado o del documento de Bolaños Cacho. No les parece que el nombramiento de un Jefe Político sea causa suficiente para la rebelión y buscan razones y alianzas ocultas al movimiento chegomista. Igualmente, las anteriores rebe-liones juchitecas les parecían mero bandolerismo antiautoritario. Los juchitecos, en cambio, le han dado un carácter épico, étnico y revolucionario al movimiento en sus análisis, como en el escrito temprano de Herón Ríos, del año 1969, “Apuntes biográficos de José F. Gómez y Gregorio Meléndez”. Leticia Reyna y Jean Meyer recalcan su carácter campesino y étnico. Víctor de la Cruz o Gonzalo Jiménez consideran el levantamiento como una rebelión contra el centralismo del Estado y lo enlazan a una serie de rebeliones, oposiciones y descontentos contra las autoridades oaxaqueñas, casi como si las contradicciones internas en Juchitán no existieran. No dudan del maderismo de Gómez ni de que su muerte sea responsabilidad directa de Juárez Maza.10

    9. El gusto y la fascinación de los juchitecos por la historia, su orgullo étnico, la clara concien-cia de su singularidad se muestran en la abundante producción y consumo y de historia local —ediciones hechas en el propio pueblo incluidas— que no hemos encontrado en otras partes. El que la historia sea motivo frecuente de plática, diferencias, indagaciones —en cualquier lu-gar y no solamente en épocas de turbulencia— es una de las características notables de este pueblo. Las reimpresiones de cuadernillos de Corridos o Cancioneros denotan que les gusta can-tar; la de Títulos Primordiales, Documentos y Cartas del Archivo de José F. Gómez, Rebelión de Che Gorio Melendre, Muerte de Adolfo C. Gurrión, Charis, antología biográfica, Sobre la Muerte de Jesús Carranza y muchos más publicados en diferentes fechas por el Patronato de la Casa de la Cultura del Istmo, H. Ayuntamiento Popular de Juchitán, Ediciones Toledo y varios sellos más muestran que su interés es realmente consistente. En el pueblo, varias calles llevan los nombres de persona-jes regionales notables, y todos saben quiénes fueron.10. “… la continuidad histórica de la resistencia de los grupos indígenas de la parte sur del Istmo de Tehuantepec, especialmente del grupo zapoteco, desde el inicio del proceso de colo-nización hasta la actualidad, y a la luz de estos hechos explicar y entender la lucha del pueblo

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    ALGUNAS ACLARACIONES Y AGRADECIMIENTOSLos juchitecos hablan siempre de la historia de su pueblo, sus héroes, sus agravios: en entierros, bodas y reuniones de toda índole. Muchos viejos contaban a los niños de cuando los chegomistas les habían avanzado un cañón a los federales. Como no tenían cómo encenderlo, o no sabían como manejarlo, no lograron disparar hasta que alguien gritó: ¡Chingue su madre San Vicente! La Casa de la Cultura del Istmo, Lidxiguenda biani, en Juchitán, planeó docenas de ex-posiciones reuniendo materiales que pudieran dar una imagen visual de los perso-najes juchitecos notables: aunque todos lo conocieran —como los postes labrados de las puertas de los ranchos, como los tangu yu hechos para festejar el Año Nuevo— a todos les gusta verse retratados en la familiaridad. No se trataba de dar a conocer la historia, sino de exponer documentos y objetos, a manera de un espejo. Decidimos in-vestigar el levantamiento de José F. Gómez por ser el relato más recurrente —también abundan los que refieren de las peripecias y batallas de los colorados, años después, en la serranía; los de los soldados obregonistas de Charis— y luego siguieron otras de homenaje a Adolfo C. Gurrión, los doctores Carrasco y Robles, etcétera. En el caso de Che Gómez documentos y la prensa permitían una museografía más vistosa.No se trataba de hacer un libro ni un ensayo, sino de una exposición. Buscamos a los familiares, quienes vendieron su archivo tras múltiples, complejas, aburridísimas ne-gociaciones. Luego comenzamos con los periódicos: si con ilustraciones, bueno; si con grandes y escandalosos titulares, mejor aún. Tras algunos meses de trabajo —inter-mitente, intemperante—, entrevistas —todos los participantes dispuestos, no dis-puestos—, traducciones, hurgar en los baúles en busca de atuendos y fotos, se montó la exhibición. La tensión entre Juchitán y Oaxaca en esos momentos —1976— llegaba a sus momentos más álgidos al mismo tiempo que se acercaba en el calendario de actividades del Patro-nato la fecha para la exposición; y se añadían violentas pintas con justos reclamos al romántico retrato de bodas de nuestro héroe y doña Rosaura que invitaba a la muestra. El día de la inauguración vino la banda municipal y llegaron multitudes hasta el patio de la Casa de la Cultura del Istmo que se llenó, al igual que las calles aledañas. Los hom-bres, voluntariamente, sin que se les hubiera solicitado, llegaron con una ramita verde en el sombrero; las mujeres llevaban alguna prenda, pañuelo, moño o adorno verdes. Cuando se reseñó la exposición en los periódicos de Oaxaca como una provocación, insurrección, ideologización, tergiversación de la historia, lo que más ofendió a es- tos tardíos chegomistas, fue que en los periódicos se les insultara y denodara por rojos. Pocos meses después, el Gobernador Zárate Aquino renuncia a su cargo.

    No se trata pues, en este libro, de hacer un análisis exhaustivo ni una interpretación final del levantamiento; sino, esencialmente, de tener una compilación más amplia de

    juchiteco y de la COCEI en nuestros días, como continuación de esa resistencia étnica y hacia un proceso inverso, el de descolonización.” Víctor de la Cruz: Rebeliones indígenas en el Istmo de Tehuantepec, 1983, p. 55.Jean Meyer considera la rebelión de Juchitán como un conflicto esencialmente étnico: “En no-viembre de 1911, Juchitán se había levantado en el Ismo de Tehuantepec. Era el último episodio de las guerras juchitecas, guerras locales, episodios mal conocidos de la lucha entre los blancos y mestizos contra los indios, en la segunda mitad del siglo XIX. […] Sublevación sangrienta (se habla de mil muertos), pero sin significación nacional.” La Revolución Mexicana, 1973, p. 39.

    documentos. Este trabajo, que inicié y abandoné intermitentemente hace más de tres décadas, de manera personal, se convirtió pronto en un trabajo colectivo: muchos es-tudiosos oaxaqueños han abrevado de los documentos reunidos —publicados parcial-mente. A su vez, ellos han recopilado o publicado nuevos materiales que enriquecen este volumen.11 Agradecezco a los empleados de las hemerotecas, bibliotecas y archivos por su pacien-cia y atenciones. A quienes, a lo largo de los años, me han hecho llegar nuevos documen-tos sobre el tema, lo han publicado en sus propios trabajos o en la revista Guchachi’ reza. A Francisco Toledo, por su apoyo a todos nosotros, a lo largo de los años, por sus recopilaciones, entrevistas, parentela, financiamiento e interés; a Freddy Aguilar por su trabajo en la Hemeroteca del Estado en Oaxaca; a Víctor de la Cruz, Benigno Jimé-nez, Gloria de la Cruz, Graciela Toledo, Héctor Zarauz, Francisco José Ruiz Cervantes, Jacinto Barrera Bassols, por materiales adicionales; a Andrés Henestrosa por abrirme las puertas de su biblioteca, sus historias y por el saludo verde en zapoteco y español. Por sus contactos para las entrevistas, traducciones, transcripciones y recopilaciones a Francisco López Orozco (+), Guadalupe de la Rosa (+), Víctor de la Cruz y Macario Matus (+). A todos los que nos brindaron sus palabras; a quienes toleraron mis pero-ratas monotemáticas que tanto han variado a lo largo de los años y me dieron sabios consejos acerca de los temas y personajes aquí tratados aunque, como se indica siem-pre, no tienen culpa alguna de textos, opiniones, ni formato final. Todos los documentos recopilados, artículos de periódicos y entrevistas completos se reproducen en el disco compacto y en las bases de datos correspondientes. Muchos de ellos, no incluidos ni transcritos, aparecen materiales adicionales de los archivos.

    11. Cartas y telegramas del archivo José F. Gómez se publicó en 1982 y 1988. Existen numerosos ensayos y documentos editados por el Patronato de la Casa de la Cultura de Juchitán, Ediciones del H. Ayuntamiento Popular de Juchitán, Ediciones Toledo y en la revista Guchachi’ reza; mu-chos otros materiales utilizados constan en la bibliografía, al final.

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    ARCHIVOS SE HAN RESPETADO LAS FORMAS de apelación y despedida de los documentos; se ha corregido y actualizado la ortografía de los originales; se han respetado en cambio en los manuscritos. En el caso de telegramas cifrados, contamos con su transcripción manuscrita o con la sustitución de cifras por letras en el formulario mismo de dichos telegramas. Todos los documentos constan de una foja a menos que se indique lo contrario.Cuando los documentos no se transcriben literalmente, se pone el texto entre cor-chetes, igual cuando hay una palabra ilegible o faltante en el original. La letra R: corresponde a la respuesta incluida en el propio documento. Cuando en los telegramas se indica una sola hora, corresponde a la de recibido; si hay dos, la primera se refiere a hora del envío. Muchos mensajes carecen de estos datos.En el caso de documentos que carecen de fecha u hora, se ha procedido a acomodarlos de acuerdo con su contexto más que a su colocación original en los archivos.Las bases de datos pueden consultarse separadamente por archivo o en la base global; la transcrpción de los documentos transcritos y otros más, no utilizados en este texto.

    ARCHIVO JOSÉ F. GÓMEZ (AJFG) Este archivo fue adquirido por Francisco Toledo, más tarde lo tuvo la Asociación Civil José F. Gómez y actualmente se encuentran resguardado por la Biblioteca Burgoa de la ciudad de Oaxaca. Cómo llegaron a manos de la familia Gómez todos estos documentos resulta un mis-terio, pero fueron celosamente resguardados durante años. No hay duda acerca de los documentos que nombro extemporáneos: permanecieron en la familia o fueron reuni-dos depués de los acontecimientos centrales. Los del momento mismo de la rebelión, hasta el 2 de noviembre tampoco son enigma: Che Gómez los reúne antes de salir de Juchitán. ¿Pero los del archivo de Enrique León? El archivo consta actualmente de fotos y documentos: oficios, cartas, un recibo, tele-gramas y memoranda que son, en todos los casos, transcripciones manuscritas de los telegramas cifrados o borradores de los mensajes que debían enviarse. La mayor parte provienen de la Jefatura Política o de la Secretaría de Despacho del Estado y están ru-bricados por Enrique León y Benito Juárez. Los documentos incluyen el periodo de Gómez como Jefe Político; hay muchos más posteriores, de cuando ocurrió el levantamiento y ocupó este cargo Enrique León.El archivo comienza el 20 de junio de 1911 y termina el 1º de marzo de 1912.Los documentos nos fueron entregados en legajos cosidos, numerados a partir de noviembre de 1911— con algunos faltantes. La numeración es arbitraria, no se ciñe a la fecha. Hay muchas notas manuscritas en papel membretado con el encabezado Memorandum. En el mismo papel hay transcripciones de telegramas cifrados y unas cuantas notas meconoescritas. Las confirmaciones de telegrama, cartas manuscritas y mecanogra-fiadas llevan todas rúbrica. Hay también documentos extemporáneos anexos, sin numeración. Los primeros datan de 1905 y 1908. Los documentos extemporáneos posteriores abarcan del 21 de octubre de 1912 hasta 1969.Al archivo original reunido por su familia, se añadieron posteriormente algunos docu-mentos: La causa contra Mario Palacios; la Causa contra Tomás Carballo (a) Matanche,

    fuentes

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    proporcionada por Benigno Jiménez. En ambos expedientes faltan documentos anexos que el texto indica estar añadidos. Las declaraciones en la Causa contra Mario Palacios son de una uniformidad sospecho-sa. Si bien sabemos que todos los paticipantes mienten, aquí hasta para desmentir un equívoco de fecha se ponen todos de acuerdo.

    FONDO BENITO JUÁREZ MAZA (ABJM)Este fondo se encuentra actualmente en la Biblioteca Burgoa de la ciudad de Oaxaca. Consta de cinco “Copiadores” encuadernados y una caja de documentos. Los copiadores no están numerados, estan fechados, y cada uno contiene 500 copias mecanografiadas de documentos. Hay pocos documentos manuscritos: telegramas en clave y su respectiva transcripción. Casi todas las copias van rubricadas por el Gober-nador. Algunas veces el secretario apunta en tercera persona de qué trata el documen-to, en cuyo caso no va firmado; en este caso, puede o no ir calzados con el nombre del Gobernador. No se indica el tipo de documento y hasta donde se puede deducir del escrito, lo indico. Todas las fojas están foliadas; la encuadernación deja la mitad de los documentos en el verso del folio correspondiente. Casi todos tienen alguna letra y uno o dos números en crayón, que no coincide con el número de foliación. Como se trata de copias mecanoecritas, muchas carecen de la fecha completa. Nunca llevan adjuntos los documentos —recortes, cartas, telegramas— a los que se refieren los textos. Para facilitar el manejo he numerado los copiadores, que llevan fechas a lapiz en la portada, que no corresponde exactamente a la de los documentos contenidos.

    1. Del 23 de septiembre al 5 de octubre de 19112. Del 5 al 23 de octubre de 19113. Del 28 de octubre al 9 de noviembre de 1911 4. Del 9 al noviembre 30 de 19115. Del 30 de noviembre 30 de 1911 a enero 8 de 1912

    No existe un sexto tomo ni documentos entre marzo y abril de 1911, últimos meses de su ejercicio como Gobernador.La caja 7 contiene 500 documentos sueltos numerados con este dígito. Casi todos son mensajes dirigidos a Juárez Maza: abarcan enero y febrero de 1912. Gran parte de ellos tienen una nota que resume el contenido en la parte superior, a lápiz; a veces con-tienen respuesta taquigráfica. Su formato es tan diverso como sus remitentes; aquí sí hay muchos manuscritos.Se utilizaron documentos que abarcan desde el 25 de septiembre de 1911 y el 28 de febrero de 1912. Solamente transcribo los documentos relacionados con el Istmo o con nuestro tema: soberanía, informes, jefaturas políticas, movilizaciones.Entre los tres mil documentos revisados solamente hay uno dirigido a Gómez y nin-guno que exprese el punto de vista de sus simpatizantes, ni aquellos que se citan en el informe que rindió el Gobernador ante la Cámara del Estado el día 20 de diciembre— el archivo es evidentemente fragmentario.

    ARCHIVO GILDARDO MAGAÑA (AM)Este fondo se encuentra actualmente en la Centro de Estudios sobre la Universidad de la Universidad Nacional Autónoma de México.

    Se revisaron las cajas y anexos del Fondo de Francisco León de la Barra, de marzo a noviembre de 1911. Se incluyen también cinco documentos extemporáneos, de los años 1914 a 1919. Es muy difícil localizar todos los documentos de Oaxaca, ya que los listados incluían, cuando los consulté, solamente los nombres de los remitentes, y están revueltos.Todos los telegramas y documentos van dirigidos a León de la Barra a menos que se indique lo contrario. Se dividieron los documentos en dos grandes secciones: del Istmo y del Estado. Se hizo un sección de documentos de Oaxaca, que sirven para confirmar lo que sucedía simul-táneamente a los descontentos que maduraban en Juchitán.Los que aclaran el destino de algunos participantes en el conflicto se incluyen con los del Istmo.

    OTROS DOCUMENTOS: La base de datos documental recoge también telegramas y documentos que reprodu-cen los periódicos o la bibliografía consultada, donde consta el nombre del recopila-dor cuando es posible; pueden consultarse tanto en las transcripciones de los diarios como en las bases de datos de documentos o de hemerografía. “La Causa de Oaxaca” se encuentra en el fondo Brioso y Candiani de la Biblioteca Bur-goa de Oaxaca.Un legajo con documentos sobre la adjudicación de una finca en Chimalapa a José F. Gómez, de 1896, proviene del Archivo General del Estado de Oaxaca. La recopilación es de Gloria de la Cruz.Tenemos ocho documentos de noviembre y diciembre de 1911 tomados de los National Archives Microfilm Publications, records of the Department of State Relating on the Intemal Affairs of Mexico 1910. Fueron enviados por el cónsul de Salina Cruz Lewis W. Haskell al Secretario de Estado de Washington, con copia a su embajada en México. Se encuentran en el legajo Informes al Departamento de Estado Estadounidense so-bre la rebelión de los juchitecos en 1911. Documentos desclasificados en 1958. La re-copilación es de Francisco Toledo; fueron publicados en Guchachi’ reza, septiembre de 1983, p. 13- 19.

    TESTIMONIOS Los relatos fueron recopilados casi todos en 1976 y 1977. Gran parte de las entrevis-tas fueron concertadas por Francisco López Orozco y Francisco Toledo. Los relatos recopilados por Francisco Toledo y/o Elisa Ramírez son los de Máxima Eraclia López Riu Marín, Toribio Salinas, Antonina y Amado, Josefina Arenas, Andrés Henestrosa, Benigno Jiménez, Justo Pineda, Eloísa Gómez Bustamante viuda de Larrañaga y Herón Ríos; la traducción del zapoteco y las demás entrevistas fueron hechas por Macario Matus y Víctor de la Cruz. Las versiones en español de los testimonios, a partir de las transcripciones o de las primeras traducciones son mías.Las primeras versiones impresas de las entrevistas aparecieron en La Cultura en México, Suplemento de la revista Siempre!, núm. 789, “Homenaje a José F. Gómez, Juchitán 1858-1911”, el 8 de abril de 1978.

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    HEMEROGRAFÍALas noticias vía telegráfica a las redacciones, desde el Istmo, Oaxaca u otras corres-ponsalías, llegan hasta el día siguiente a México o a Oaxaca y a veces son publicadas con varios días de diferencia. Los periódicos de Oaxaca reproducen las noticias de los diarios nacionales generalmente dos días después, ya que tardaban por lo menos un día en llegar por tren. Igualmente, las procedentes de los diarios estatales salen con el mismo retraso en la capital.Los semanarios abrevan de los periódicos diarios, ya que no tienen corresponsales en el Istmo, sino en los Estados; su carácter semanal los obliga a hacer resúmenes analíti-cos. Son extemporáneos, pero más críticos. Las notas se repiten y copian, añadiendo adjetivos o interpretaciones; se reproducen en este texto sólo fragmentos. Los corchetes son míos, los paréntesis son de las notas periodísticas. Quito los titula-res internos, en casi todos los casos. Corrijo la ortografía o señalo con el sic correspon-diente los errores más evidentes.Se indica en el listado solamente el número de los diarios reproducidos en la base de datos, donde se encuentran las notas completas, no se incluyen todos los textos consultados.Solamente cito la fecha de los diarios cuando no corresponden al día en que se les menciona en el texto, los demás son siempre del día en que se incluyen. El Ahuizote, México D. F.Director, Miguel Ordorica. Publicación semanal. Oaxaqueñista, antimaderista, anti-juarista. Contiene caricaturas. Secciones: Editorial y Revista de los Estados.Noviembre 11, 18, 25; diciembre 2, 9, 16, 23 y 30.

    El Avance, Diario Independiente, Oaxaca. Miembro de la Prensa Asociada de los Estados: “Pro-Patria”. 3 centavos.Director, Marcelino E. Muciño. Miguel Cuevas, su fundador, fue Presidente del Club Central Antirreeleccionista de Oaxaca.Este diario es el compañero oaxaqueño de El Demócrata Méxicano. Cubre las noticias de Oaxaca, sobre todo las de la Cámara estatal. Publica documentos y discursos antes que el Periódico Oficial de Oaxaca. Tiene corresponsal en Tehuantepec. Pésima orto-grafía.Octubre 3, 11, 12, 17, 21; noviembre 4, 5, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 22, 23, 24, 25, 28, 30; diciembre 1, 3, 5, 6, 7, 10, 21, 22.

    Correo del Sur, Oaxaca.Director Francisco Salazar.Según el Archivo Magaña (caja 24, s/e. núm. 533) Ranulfo Bravo, jefe político de Coixtlahuaca, nombrado por Pimentel, funge como su director. Antijuarista, desde su primera candidatura contra Pimentel, más tarde es maderista. Tienen corresponsal en Juchitán.Su numeración es desordenada: los encabezados han sido corregidos por los emplea-dos de la Hemeroteca de Oaxaca ya que están evidentemente mal cabeceados.Noticias más breves que en las de circulación nacional. Más cercanas a rumores y

    conocimiento de políticas locales, reproduce textualmente largos editoriales de los diarios nacionales.Octubre: 29, 30; noviembre 2, 5, 7, 8, 9, 10, 11, 14, 16, 18, 19, 21, 22, 24, 25, 28, 29, 30, diciembre 1, 9.

    El Correo Español, México D. F. Director, Luis Juliet de Elizalde.Noticias tomadas de la prensa nacional, no tienen corresponsal en Oaxaca ni en el Istmo.Noviembre 2, 3.

    El Demócrata Mexicano. Diario Libre, México D. F.Director, Lic. José Ferrel.Tomo 1. Contiene 10 páginas, cuesta 2 centavos Incluye fotos. Pelea constantemente contra El País.Este diario fue fundado por los maderistas y es el único que muestra cierta simpatía hacia los alzados.Enviado Especial: Aldo Baroni. Al principio, considera a los rebeldes cuasi zapatistas, reseña su salvajismo. Hay un giro absoluto de opinion al llegar allá. Regresa a la capital el día 17 de noviembre como comisionado de Che Gómez; ya no vuelve al Istmo como correponsal. Su ingerencia y fanfarronería serán duramente criticadas por otros dia-rios. A partir de esa fecha el periódico informará sobre todo lo que sucede en la ciudad de México y la de Oaxaca.Noviembre 9, 10, 11, 12, 14, 15, 17, 24, 25, 26, 27, 29; diciembre 6.

    El Diario, México D. F.Jefe de redacción, Manuel de la Torre. Cuesta 2 centavos. Fundado en 1906 por Benjamin de Casseres (antes del Philadelphia Press) y Ernesto T. Simondetti, periodista italiano. El Diario tuvo rápido auge, siguiendo el modelo estadounidense, con amplia cobertura internacional, encabezados grandes y sen-sacionalistas e ilustraciones. Estuvo subvencionado por Díaz. Incluye reportajes y publicidad. En 1910 su circulacón era de 48 000 ejemplares, sólo sobrepasada por El Imparcial.Maderista, desde el principio es parco con los adjetivos. Su enviado se vinculada a la Cruz Blanca; reproduce muchos de sus telegramas y notificaciones. Recurre con fre-cuencia a entrevistas con miembros prominentes de la colonia oaxaqueña de la capital.Noviembre: 4, 6, 9, 10, 11 12, 13, 14, 15, 17, 18, 19, 20, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30; diciembre: 1, 2, 3, 5, 6, 7.

    Diario del Hogar, México D. F. Fundador, Filomeno Mata. Director, Juan Sarabia. Luis Rodríguez Contreras hace una interesante reseña global en varios números con amplia información previa sobre Che Gómez, brindadas por los enemigos del líder. El reportero entró a Juchitán el día 5 de noviembre con los refuerzos de Manzano por lo cual favorece, resalta y abunda la información militar.Noviembre 12, 19, 20, 21 y 27 .

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    Gil Blas. Diario de mediodíaDirector Francisco Montes de Oca.2ª época, año XVIIIPeriódico reyista que apoya a Juárez Maza.Noviembre 3 y 11.

    El Imparcial, México D. F. Fundado por Rafael Reyes Spíndola, destacado científico oaxaqueño. Se publicó entre 1896 y1914, tuvo subvención del gobierno porfirista. En 1907 tiraba 125 000 ejemplares de 8 a 10 paginas, se vendía a un centavo. Introduce modernas máquinas: los primeros linotipos y rotativas; supone una revolución publicitaria y periodística, organiza sorteos. Sus páginas incluyen ilustradores litográficas y foto-grafías. Conocido por sus sensacionalistas reportajes policiacos. Es el que tiene la mayor cantidad de despachos internacionales. Comprado por Madero, tiene un tiraje de cien mil ejemplares en 1910. En 1913, dirigido por Salvador Díaz Mirón, apoya la causa huertista. Leopoldo Zea, es el corresponsal en Juchitán, polémiza con colegas, entra con la Cruz Roja y es el último en salir del Istmo. Además de El Demócrata, es el único que entrev-ista a José F. Gómez. Trata de minimizar el levantamiento y resalta el conflicto entre Oaxaca y la Federación.Noviembre: 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30; diciembre: 1, 2, 3, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 21.

    El Mañana, México D. F. Publicación bisemanal de “propaganda, publicidad, poesía, noticias”. Director, Jesús M. Rábago. Circuló entre 1911 y 1913.Su director fue después Secretario Particular de Victoriano Huerta.Noviembre 28; diciembre 1.

    Nueva Era. Diario Independiente, político, de información. Patria, Verdad, Justicia, México D. F.Director, Juan Sánchez Azcona (desde el 5 de noviembre), director gerente, Cleto Muro Sandoval. Director político Serapio Rendón. Cuesta 2 centavos.Publicado entre julio 1911 y 1913. Al llegar Francisco Madero a la presidencia, pasa a manos de Querido Moheno.Noticias de la Cruz Blanca. Tiene corresponsales en Oaxaca y Rincón Antonio. Desde el principio acusan a los rebeldes de vazquistasNoviembre: 2, 3, 8, 9, 10, 12, 15, 17, 18, 25, 26, 28, 29; diciembre 6.

    El País, Diario Católico, México, D. F.Director, Trinidad Sánchez Santos. Cuesta un centavo.Fundado en 1899, heredero de El Tiempo. Católico, conservador, antimaderista. Su director fue encarcelado en 1911. Sin subvención, se mantiene de donativos. Muestra un odio feroz a Gómez desde el principio.El reportero León Sánchez entra con la Cruz Blanca Neutral; publica noticias y telegramas completos de dicha brigada. El enviado escribe sobre todo desde Salina

    Cruz y Tehuantepec. Entrevista a curas, sigue el caso del Médico Argüello de principio a fin. A partir de los datos de la Cruz Blanca se determina, finalmente, el número de muertos y heridos.Noviembre: 2, 3, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 20, 23, 25, 26, 27, 29, 30; diciembre 1, 2, 3, 5, 6, 7, 8, 10, 11, 22, 23, 24, 29.

    La Patria. Diario politico, cientifico, literario, comercial y de anuncios, México D. F.Publicado entre 1877 y 1913. Fundado por Ireneo Paz. Noticias extemporáneas, y las de su corresponsal en Salina Cruz, falsas. Son intere-sante sus editoriales.Noviembre: 7, 8, 9, 10, 11, 14, 16, 24, 28, 29, 30; diciembre 6, 7, 9, 11, 15, 22.

    Periódico Oficial del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Oaxaca. Secretaría de Despacho, Oaxaca.Publica en febrero, marzo y abril de 1912 las sesiones de la Legislatura estatal correspondientes a los días octubre 31; noviembre 1, 6, 9, 24, 25, 27, 28; diciembre 4, 6, 7, 20.

    Regeneración. Publicación semanalCuarta época, dirigida por Juan Sarabia y Antonio Villarreal.Noviembre 11, 18; diciembre, 16(Notas por cortesía de Jacinto Barrera Bassols).

    Siglo XX. Semanario Ilustrado de política y literatura. México D. F.Director, José R. del CastilloNoviembre 12 y diciembre 10.

    Prensa ExtranjeraNew York Times, 18 de noviembre.New York Herald, noviembre 30, diciembre 1, 7.New York Daily Tribune diciembre 1 y 7.New York Sun diciembre 1.(Investigó Francisco Toledo).

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    OAXACA ERA EL ESTADO NATAL DE DON PORFIRIO: nunca lo olvidó y siempre fue ob-jeto de su especial apego y nostalgia. También el Istmo le era muy querido. Su favor por Tehuantepec se ha explicado aduciendo su antiguo amor por Juana Catalina Romero, considerada la mujer más rica de su Distrito en la primera década del siglo XX. Juana Cata fue dueña de extensos ingenios, agente del Banco Nacional de México en Tehuan-tepec y Salina Cruz, viajó a Francia y Mánchester para adquirir la más moderna maqui-naria, participó en exposiciones universales y se le consideraba cacica y protectora de Tehuantepec, donde fundó escuelas y sociedades. Beneficios y beneficencias le dieron un peso regional importante, que disminuyó políticamente con la caída de don Porfirio —no decayó, sin embargo, su poder económico ni mermó su prestigio ni su belleza.12 Igualmente antiguo era el resquemor de Díaz contra los juchitecos: data de 1870, por los conflictos que tuvieron éstos con su hermano Félix, cuando era Gobernador del Estado. Jamás les hubiera perdonado la aprehensión, tortura y muerte de su hermano, en 1872, si no hubiera tenido poderosos motivos económicos para olvidar a afrenta.13Después de la Intervención, dada la valentía mostrada por los juchitecos, el joven Por-firio Díaz protegió a seis niños del Istmo, que fueron educados en el Instituto de Cien-cias y Artes de Oaxaca y en el Colegio Militar. Ya adultos fueron agentes políticos de don Porfirio. Entre ellos, uno de los más prominente fue sin duda Rosendo Pineda, científico de pura cepa —uno de los fundadores del grupo— “eje de diamante”, “minis-tro sin cartera”, “dedo meñique” del Caudillo —que nos interesa particularmente por ser originario de Juchitán y protector, a su vez, de José F. Gómez.14

    El amor del Caudillo por Oaxaca, aunado a poderosos intereses económicos, hicieron que el estado prosperara rápidamente durante el Porfiriato y ocupó el quinto lugar como receptor de inversiones extranjeras —fue además uno de los primeros en comer-cio internacional, a través de los ferrocarriles del Istmo. En 1910 Oaxaca tenía un población total de 1,040,398 habitantes; 2,026 eran extran-jeros. Juchitán era la segunda ciudad del Estado y Tehuantepec, por su número de habitantes, ocupaba el tercer lugar. La clase ilustrada habitaba en la ciudad de Oaxaca y las grandes ciudades; además, una numerosa y cohesionada colonia de oaxaqueños notables vivía fuera del Estado, volvía regularmente a su lugar de origen, invertía, pro-tegía y defendía su patria chica. Matías Romero era terrateniente en la zona de la población que más tarde tomará su nombre, donde estuvo el centro neurálgico de los

    12. Ver Chassen, Francie R.: “Juana Catarina Romero: Empresaria y benefactora”, 2000.13. Henderson, Peter V. N.: Félix Díaz, The Porfirians, and the Mexican Revolution, 1981, pp. 2-3. Cosío Villegas: La República Restaurada, pp. 662 y ss. Tras la represión de los rebeldes de Juchi-tán, encabezados por Binu Gada, el Chato Díaz roba la efigie de San Vicente; luego les fue devuel-ta, cortada en trozos. Dos años después, los juchitecos apoyaron a Juárez contra los Díaz cuando se levantaron con el Plan de la Noria. Al huir Félix por el Istmo, los tecos tienen la oportunidad de capturarlo y lo fusilan— la leyenda popular narra que le cortaron las plantas de los pies y le hicieron caminar en la arena caliente antes de matarlo, en venganza por los agravios cometidos contra el Santo Patrono. 14. Rosendo Pineda nació en Juchitán el 1º de marzo de 1851. Estudió la carrera de abogado en el Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca. Fue Secretario Particular de Porfirio Díaz (Revista Neza, noviembre de 1935, p. 3). Otros niños de Díaz fueron el General Juvencio Robles, quien luchó contra los zapatistas, y el General Rosalino Martínez, Oficial Mayor de Marina y Guerra hasta su muerte, en 1907; éste último acabó con los rebeldes yucatecos, reprimió las huelgas de textileros de Veracruz; su cuñado, Mariano Saynes fue Presidente Municipal de Ju-chitán en diversas ocasiones.

    anteCedentes

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    ferrocarriles del sur. Esteban Maqueo Castellanos era poderoso político originario de la zona colindante con Chiapas y dueño de grandes fincas en Chimalapa y de las Haciendas Marquesanas que algún día pertenecieron a Hernán Cortés. En la capital de Oaxaca, cercano a Díaz, el Obispo Gillow —educado y devoto— tenía enorme influen-cia sobre doña Carmelita y los feligreses porfiristas de toda la nación. Salina Cruz, surgida prácticamente de la nada a partir de los primeros trabajos del Ferrocarril Nacional, fue el puerto principal del Estado y tenía seis mil habitantes en la prime-ra década del siglo XX. En el Istmo, otros poblados importantes fueron Ixtaltepec y San Gerónimo —hoy Ciudad Ixtepec. Tlaxiaco también fue una ciudad comercial muy próspera y Cuicatlán tuvo un acelerado crecimiento asociado a la construcción del Fe-rrocarril del Sur. El auge minero del esta-do, hasta la crisis de 1910, permitió la explotación de las vetas oaxaqueñas a casi cien compañías nacionales y extranjeras con una inversión de diez millones de dólares, solamente superada por Guanajuato.15 El Banco de Oaxaca tenía sucursales en la capital del Estado y Tehuantepec; el Orien-tal, en la ciudad de Oaxaca y Tlaxiaco. Ligadas entre sí solamente por el vías férrea y telégrafo, cada una de estas ciudades tenía más relación con su región que con la capital del Estado: el Istmo y Tuxtepec con Veracruz; la Mixteca con Puebla; la Costa con Guerrero. Las oligarquías locales tenían estrechos vínculos con las colonias de oaxa-queños residentes en la ciudad de México y otras partes de la República y con los extranjeros de sus localidades.

    A finales del Porfiriato había en Oaxaca 26 Distritos, 8 ciudades, 516 municipios, 630 agencias y 996 pueblos.16 No hubo, como en otros lugares, enormes latifundios; las haciendas eran pocas —en comparación con otros estados de la República. En algu-nas regiones hubo enormes plantaciones que producían insumos para la exportación: café, tabaco, plátano y algodón. En el Istmo se cultivaban caña, hule, cítricos y aún tenía cierta importancia la producción de añil. Sin embargo, la ganadería, las salinas, los bosques y el comercio fueron el origen de inmensas fortunas.A pesar de su vertiginoso desarrollo material y demográfico o de sus renombrados políticos y profesionistas, el 91% de la población de Oaxaca era analfabeta, la mitad de sus pobladores hablaban lenguas indígenas —y el grado de monolingüismo era muy al-to—y solamente participaban en política —a favor o en contra del Caudillo— las clases acomodada o media, formada ésta por profesores, comerciantes, pequeños propie-tarios y artesanos. Solamente ocho ciudades contaban con infraestructura mínima. En la región de Tehuantepec, la población estaba conformada por 97% de indígenas, a diferencia del centro, donde sólo eran el 50% del total.17

    La dictadura funcionaba en Oaxaca. La impunidad de los favorecidos y la incondi-cionalidad de los seguidores hicieron a la oligarquía oaxaqueña fiel y cercana a don Porfirio; se controlaron eficientemente todos los descontentos —tal fue el caso de

    15. Paul Garner: Regional Development during the Porfiriato, 1995; Chassen Francie R.: “Los pre-cursores de la Revolución en Oaxaca”, 1985. 16. Francisco José Ruiz Cervantes: La Revolución en Oaxaca, 1986.17. Para la economía del porfiriato en Oaxaca, ver Cossío, Francisco José Ruiz Cervantes: “De la Bola a los Primeros Repartos”, 1988; Francie R., Chassen-López: “From Liberal to Revolutionary Oaxaca”, 2006 y Garner: 1995.

    José F. Gómez durante las décadas previas a su levantamiento. Para atajar a los más inquietos se les ofrecían puestos relevantes —gubernaturas, senadurías y diputa-ciones—; a los cuadros medios se les empleaba en los juzgados, recaudaciones y aduanas. Los Jefes Políticos controlaban sus distritos y mediaban los conflictos, en sus lenguas, con sus propios métodos, y a la manera porfirista: sin incomodar ni contradecir a sus superiores.18La oposición oaxaqueña, en cambio, fue tratada con todo el rigor que solía ejercerse, enconado por el agravio de una presunta ingratitud: no reconocían la generosidad del don Porfirio hacia su estado natal. El Partido Liberal Mexicano tuvo importantes seguidores en Oaxaca. En el Istmo, formaron la Asociacián Juárez; sus miembros protestaron en 1905 por el encarcelamiento de Gurrión, en Juchitán.19 Reprimidos o encarcelados, muchos de ellos se vieron obligados a salir eventualmente de México. Al inicio del maderismo algunos regresaron al Estado, entre ellos Ordiozola, quien en-cabezó el Club Liberal Regenerador de Cuicatlán y publicó el efímero diario El Bien Público. Los magonistas del Istmo fueron Gurrión, Plutarco Gallegos y Pino.20 Plutarco Gallegos, de Tehuantepec, publicó La Semecracia, que alcanzó apenas dos números.Tras el fracaso de los levantamientos magonistas de 1906 y 1908, Adolfo C. Gurrión y Plutarco Gallegos estuvieron presos en San Juan de Ulúa, y luego en la prisión de Santa Catarina, en la capital de Oaxaca con Ángel Barrios, quien al salir de la cárcel luchó con los maderistas en la Mixteca y mucho más tarde se unió a los zapatistas. La Asociación Juárez reunió en 1902 a varios jóvenes, algunos de ellos anteriores mili-tantes de las filas del PLM y a otros más, de distinto grupos pero casi todos proce-dentes del Instituto de Ciencias y Artes. Entre los primeros militantes encontamos a Montiel, Brioso y Candiani, Ismael Puga, Constantino Chapital, Abraham Castellanos, José Inés Dávila, Heliodoro Díaz Quintas, Vargas y Gurrión —volveremos a encontrarnos con todos ellos más adelante. Tras varias fracturas y separaciones, por fin coinciden para

    18. [Díaz] fue sustituyendo a los militares gobernadores de los Estados por abogados pacíficos, legistas serenos, ambiciosos, moderados, tímidos, bonachones, burgueses egoístas, profunda-mente olientes a poca cosa; en una palabra, el general Díaz concibió reemplazar a sus procónsules vigorosos, guerreros y escandalosamente amenazantes para los egoísmos de su ambición, por personas enteramente inofensivas hasta para los más humildes criminales del orden común, siempre que no se tratase de periodistas o de desafectos al divino orden de cosas. Cuando la revolución estalló, los gobernadores de los Estados se encontraban sin ejército, sin Guardias Nacionales, sin armamento, sin espíritu militar en su gobierno, sin virilidad, sin ánimo de com-batir […] porque la dictadura, para suprimir probabilidades de pronunciamientos, había qui-tado a los Estados las armas mortíferas y hasta los clavos. […] Formando siempre el elemento radical vienen después los incomprendidos con importantes cargamentos de ofensas que ven-gar, vienen saturados de odio, cristalizados sus sentimientos en terror, salpicados por las toxinas de todas las morbosidades, lívidos moralmente por falta de virtudes, sarnosos por erupción de sus cóleras, impotentes: poetas fracasados, jurisconsultos sin consulta, periodistas sin editor, ora-dores de silbido de víbora, viciosos con patente de comisaría, neurasténicos con todas las fobias contra la decencia, morfinómanos, alcohólicos, marihuanos, cocainómanos, nulidades machaca-das por atroces y groseras decepciones, ambiciosos sin mérito roídos hasta la osamenta por el desdén de sus contemporáneos, y envidiosos sin médula por la mielitis de su amor propio de pavos con olor de cuervos. Discurso de Bulnes en la Cámara, 18 de noviembre de 1911. Páginas Escogi-das, 1978, pp. 123-125. 19. Protesta reproducida en Guchachi’ reza, septiembre de 1985, p. 31. Investigó Francisco José Ruiz Cervantes.20. Francie R. Chassen: 2006.

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    postular como candidato para gobernador a Juárez Maza. Benito Juárez Maza, ilustre más por su nombre que a sus aptitudes, tuvo diversos puestos por el favor que le dispensaba don Porfirio; perdió esas elecciones y regresó definitivamente a Oaxaca en 1911, tras muchos años de ausencia, y murió apenas unos meses después, en 1912.

    Aunque en el Istmo, y en general en todo Oaxaca, la mayoría de la tierra estaba en manos de los pueblos y de pequeños propietarios —parcelas o ranchos ganaderos— hubo algunas haciendas; todos los grandes propietarios fueron connotados políticos. Había en el Istmo cinco haciendas de hasta mil hectáreas —de un total de 138 que existían en el Estado—, 11 de hasta cinco mil hectáreas —de 58— y seis de más de cinco mil hectáreas —de solamente 29 de dicha extensión. La Hacienda de Santo Domingo, en Juchitán, de 7,7500 ha. pertenecía a M. Castellanos vda. de Maqueo; El Modelo, de 48,000 ha. era de Carlos Oest; Chivela de 29,000 hectáreas era de Juan Maqueo; Provi-dencia, de Wenceslao G. Santos; Guadalupe y Anexas, con 11,217 hectáreas, perteneció a los herederos de Ramón Pino.21 En el Istmo las luchas por la tierra fueron pocas y más bien se limitaron a rivalida- des entre cabeceras —entre los pocos hacendados y sus apareceros o peones y entre comunidades.22 Francisco León tuvo una larga historia de conflictos agrarios: sus ha-ciendas El Tamarindo y Piedra Parada, a pesar de no contarse entre las mayores del Istmo, invadían tierras vecinas.23 José F. Gómez actuó como defensor de los agraviados por el terrateniente en 1895. Zanatepec y Niltepec también entraron en conflicto con los terrateniente. Las Haciendas Marquesanas de Esteban Maqueo Castellanos tuvie-ron desde esas épocas interminables litigios con los campesinos que no se resolvieron sino hasta varias décadas después.

    José F. Gómez, se unió con su tío a la revuelta del partido verde contra Francisco León, en 1882. Francisco León era en ese momento Jefe Político de Juchitán. En 1888, tras la muerte de Cosme Gómez, encabeza la oposición contra este cacique y desde entonces, los grupos antagónicos del Distrito de Juchitán se dividen en partidos rojos y verdes.24Un viejo corrido de aquellos tiempos habla de los métodos utilizados por León contra sus enemigos —destierro, prisión y trabajos forzados— y nos presenta a Febronio Chiñas, lugarteniente de Gómez, casi treinta años después:

    Un gorrión hermoso/ de pecho encarnado,ya me llevan preso, ¡ay caray!/para Quintana Roo mentado.¡Ay Dios!, ¡Ay Dios!, ¿qué haré?, /ya me llevan para allápor culpa de Pancho León, ¡ay mamá!/ para Valle Nacional.

    21. En Ruiz Cervantes: 1988, p. 348, 349 y 352. Tomado de C. Esteva, Nociones Elementales de Geografía Histórica del Estado de Oaxaca, 1913. 22. Ver Garner y Chassen ya citados. Encontramos documentos relacionados a conflictos de esta naturaleza en Petapa: AM 22-7-650.23. Tuvo problemas en estas haciendas en 1882, como los tendrá veinte años después: ABJM 7-269.24. León había sido Jefe Político en 1881 y luego entre 1885 y 1890; de padre chiapaneco, ven-dió terrenos al Ferrocarril Nacional de Tehuantepec. Fue jefe del partido rojo y se mantuvo en la política hasta su muerte, en 1916. Vicente E. Matus hizo una pequeña biografía del notable hombre, quien es recordado por sus obras públicas en la ciudad de Juchitán: construyó el Pa-lacio Municipal con trabajos de reos y financiados mediante contribuciones extraordinarias. En Ursulino Rueda Saynes: Personajes revolucionarios Juchitecos, 1990.

    Estamos en el año de 882, los tecos en armas contra la dictadura porfiriana, los tecos en armas contra la tiranía porfiriana. (Recitado)Febronio Chiñas dijo: /¿por qué fue la rebelión?El pueblo no está conforme, ¡ay caray!/ porque hacen imposición.Un gorrión hermoso…25

    En 1893, José F. Gómez regresa a Juchitán, como candidato a Presidente Municipal. El Jefe Político, Lic. Juan Puerto, se queja ante el presidente Porfirio Díaz por brindar su protección a un candidato distinto al que apoya el Gobernador del Estado, quien aboga por derechos que sus usuarios ignoraban les correspondían.

    Circuló enseguida en todo el pueblo, el rumor de que si José F. Gómez salía electo presidente, haría devolver las salinas de Echeverría a los juchitecos, quienes tienen deseos de seguir aprovechando de ellas, como las han aprovechado en tiempos pasados, que haría mas extenso el terreno de Juchitán, rumbo a las haciendas mar-quesanas y en cuyos terrenos tiene aún pretensiones este mismo pueblo, no obstante de que sus dueños les han cedido muchos terrenos que el mismo Gómez otorgaría muchas franquicias más a este mismo pueblo.[…] halagados los habitantes de este pueblo con tantas promesas, acogió una buena parte la candidatura de Gómez, y vio de una manera hostil la otra candidatura que no hacía ningunas promesas. Para obtener mayoría la de Gómez, el padre de éste que lo es Gregorio Gómez, gastó un pico regular de dinero en comprar votos, grati-ficar a los individuos a quienes por disposición de la ley electoral se comisiona para formar las boletas y repartirlas a los ciudadanos, resultando de esto que los mismos comisionados hicieron varias operaciones indignas.

    Dos años después, el Jefe Político de Tehuantepec Edmundo Bermúdez, se queja a su vez de las acciones de Gómez, más un engorro que una amenaza ideológica. Hoy cali-ficaríamos sus reivindicaciones de populistas.

    Creo de mi deber informar a Ud. que el Sr. Lic. José Gómez de Juchitán se ocupa in-fatigablemente de este distrito, desde hace un año que me hice cargo de la Jefatura Política hasta esta fecha, en patrocinar agrupaciones de indígenas, escarbando ne-gocios ya fenecidos y con cuya remoción pudieran ocasionarse conflictos muy fácil-mente, y con mayor razón tratándose de asuntos de terrenos, haciéndoles creer a sus patrocinados que tienen derechos que tal vez nunca habían pensado en adquirir.En los diversos asuntos que ha gestionado ante la Jefatura yo no he dado un solo paso por haberlos juzgado muy claramente ilegales y de todo punto inconvenien-tes, pero es el caso que el Sr. Gómez me hace perder mucho tiempo. Yo comprendo que estos trabajos obedecen al dominio que él quiere ejercer en todo el Istmo por encima de las autoridades, pues aún ahora que estuve últimamente en Oaxaca, supe por el secretario del Gobierno del Estado, que ya no podían soportar al Sr. Gómez de Juchitán.26

    25. Guchachi’ reza, septiembre de 1982, p. 31. Testimonio cantado de Melquiades Toledo Bacha. 26. Correspondencia de Porfirio Díaz, CPD L.18 C.38 D.18832, diciembre 11 de 1893 y CPD L.20 D.727, mayo 21de 1895. En Guchachi’ reza, noviembre-diciembre de 1993, pp. 8-10. Investigó Héctor Zarauz.

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    En 1895 Che Gómez era Presidente Municipal de Juchitán y prometió el reparto de haciendas y salinas de los terratenientes al pueblo, por eso El Eco del Istmo le califica de “socialista”.

    El “Sr. José”, como vulgarmente se le llama aquí a Gómez desde que regresó de México vino con el firme propósito de hacerse elegir Presidente Municipal, hacien-do creer a los incautos, que obedecía a una combinación, a la que no eran extrañas, personas de alta representación en el Gobierno; pero más que a estas pretensiones y a sus intrigas, la mayoría de sufragios que obtuvo en las elecciones verificadas el día 3, se la dio la halagadora promesa que hizo al pueblo de que pronto sería restituido en la posesión de las Salinas de este Distrito. Inconscientemente Gómez fue más allá de donde aconsejaba la prudencia: se colocó en una posición difícil, declarándose socialista, supuesto que pide en nombre del Socialismo la repartición del bien ajeno.Comprendiendo Gómez que es insostenible su posición, pues tiene además la exi-gencia de sus partidarios que piden el premio de sus servicios se marchó a México últimamente y para explicar su intempestiva marcha, a los ojos del vulgo, ha dicho que va con el objeto de promover la separación del Gobernador del Estado (?) y del juez y jefe político de este Distrito. La separación del pagador del 12º Batallón que reside en este punto entra también en los propósitos de Gómez, sin duda para man-tener a los necios en la creencia de que su opinión es decisiva en todos los ramos de la administración. Al separarse Gómez no olvidó darle instrucciones precisas a su sustituto a la Presi-dencia Municipal, a fin de que las cosas marchen por buen camino. ¿Entrará en esas instrucciones la expropiación de las Salinas? Ya lo veremos.27

    Los argumentos usados tanto por Gómez como por sus enemigos serán idénticos quince años después.

    Todos los problemas nacionales, en mayor o menor medida, se reproducían en Oaxaca y Juchitán; tal es el caso de los compadrazgos y favoritismos. Los principales per-sonajes de nuestro drama fueron protegidos de don Porfirio y de Rosendo Pineda, respectivamente. Así como Díaz protegía y se servía de Rosendo Pineda, éste apadri-naba a Gómez. Las relaciones entre Rosendo Pineda y Che Gómez fueron estrechas y contradictorias. Pineda no solamente le concedía puestos que lo alejaban del Istmo, donde siempre fue un personaje rebelde y conflictivo; también se valía de la influencia del Che y de su familia en el Distrito cuando lo consideraba necesario para mantener el control sobre la zona, intervenía en pleitos familiares de su protegido y le subarren-daba asuntos legales que resultaban incómodos a su inevestidura. Se dirigía a Che Gó-mez y Castillejos en términos de “compañero servido y amigo que le desea todo linaje de prosperidades”.28

    27. El Eco del Istmo, 1º de enero de 1894, p. 2, en Guchachi’ reza, septiembre de 1983, p. 11. Jean Meyer dice: “…en el Istmo, los juchitecos han reanudado su guerra desde 1911. Habiendo conocido la autonomía bajo la administración colonial, no se habían resignado a perderla des-pués de la Independencia, por lo cual se produjeron las guerras de 1850-53, 1870, 1882 y 1911, siendo siempre para el control de las salinas, de la tierra y de la política”. La Revolución Mejicana, 1973, p. 78.28. Documento de Rosendo Pineda, 1905. Investigó H. Zarauz.

    En unos documentos manuscritos de 1896 que parecen borradores, enviados a José F. Gómez, se ha tachado el C. que antecede el nombre del licenciado, añadiéndole el de Jefe Político. Firmados por Cervantes, nos informan que se vende a Che Gómez un lote de terreno comunal perteneciente a San Miguel Chimalapa, de este Distrito, y con una extensión superficial de 767 h. 46a. 62 c y 5 m 1 cm por la cantidad de $ 447.69, mismos que serán abonados con un rédito de un seis por ciento anual. Solamente su calidad de Jefe Político le permitía hacer este tipo de transacciones.29

    Cómo arreglaban, diferían y aprovechaban mutuamente sus relaciones Gómez y Pine-da consta en varios documentos.30

    Abre la boca, los ojos y todo lo que abrir puedas y quédate estupefacto[:] la promesa del General [está] cumplida.Eres diputado propietario por el Estado de Guerrero. Confiesa que no esperabas esta ganga. Ahora no digas nada a nadie, y procura sobre todo no hacer alarde de esto.31

    Desde la ciudad de México, Rosendo Pineda le escribe a Gómez, quien por entonces estaba en La Paz, Baja California, el 16 de enero de 1905.

    Querido José:Contesto tu última carta de 31 de diciembre próximo pasado.El compadre Eutimio recibió los recados respectivos al asunto que le encomen-daste y dice que se ocupa en él. Respecto de expensas, le dije que me las pidiera, pues te había yo ofrecido suplirlas, entretanto el interesado las sitúa aquí, como es de justicia. Procura, pues, que así sea, porque tiene muy poco chiste que yo pague los gastos de clientes de abogados extraños.Con esta táctica tuya y con el perico que tienes, ya no me cabe la menor duda de que eres un hombre verdaderamente notable.Tu hermana Andrea estuvo en México con su marido: vinieron a dejar a su hijo Sótero, a quien quieren dedicar a los estudios, porque dicen que tiene aptitudes no comunes. Andrea se quejó amargamente conmigo de las cosas que dice que tú le has hecho. Era bueno que procuren liquidar de una vez la testamentaría de tus padres para dar fin a las quejas y cargos que tu hermana formula en tu contra.También ha estado a verme el compañero Siles, que anda ya a la cuarta pregunta y no encuentra salida; y como tú ni siquiera le has contestado las cartas que te ha escrito, el pobre hombre al fin me hizo confesión de su aflictiva situación, y resul-ta que tú puedes salvarle de ella enviándole los fondos suyos que tienes en tu poder y que prometiste traerle desde Junio o Julio del año pasado. Ten, pues, compasión de este pobre hombre y remítele su dinero lo más pronto que sea posible.Con mis recuerdos a Rosa y a los muchachos soy siempre tuyo afectísimo

    Rosendo Pineda (Rúbrica)

    Don Rosendo escribe unos días después, el 28 de enero de 1905, al licenciado Severo Castillejos, apoderado legal de Gómez en Juchitán. La carta habla de cuitas más o menos

    29. Secretaría del Gobierno del Estado L. y S. de Oaxaca. Expediente núm. 557 Sección 1ª. 5 ff, AGEO. Investigó Gloria de la Cruz.30. AJFG, documentos extemporáneos previos sin numeración.31. José C. Valadés: El Porfirismo, 1967, tomo II, p. 282.

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    comunes en todas las familias y sugiere que arreglen el juicio testamentario que perjudi-ca el buen nombre tanto de los hermanos inconformes como de los abogados que los re-presentan —hay documentos al respecto incluso posteriores a la muerte de Che Gómez.

    Cuando estuvo en esta ciudad Doña Andrea Gómez de Jiménez se quejó conmigo amargamente de su hermano, nuestro amigo el Licenciado Gómez, con motivo de la testamentaría de sus señores padres. Esta disidencia en la familia Gómez no debe prolongarse para bien de todos, y especialmente por el buen nombre de José; y yo creo que el medio más eficaz para poner fin a este estado de cosas es la con-clusión de la testamentaría, que poniendo a cada cual en posesión de lo suyo, tran-quilizará los ánimos y hará tal vez olvidar los agravios. Con este propósito escribo a Ud. esta carta, porque Ud. como apoderado de José, puede sin duda coadyuvar grandemente a la mejor y más breve liquidación del enojoso asunto.

    Al mes siguiente, Pineda escribe nuevamente a Castillejos; nos queda claro también, a través de esta carta, que no todos los puestos otorgados a los istmeños pasaban por ma-nos de Pineda. “Ignoraba yo que hubiese Ud. salido electo Juez en ese Distrito, y celebro que haya consentido en tomar posesión del puesto y servirlo algún tiempo, para que el Señor Lic. Pimentel vea la buena voluntad de Ud. de ayudarle, dentro de lo posible.”32 Desde Juchitán, Julio J. González envía a su compadre y cuñado José F. Gómez, ya en Tlaxcala, un conjunto de documentos que refleja los métodos y el carácter cuasi infa-lible del licenciado Gómez, como patriarca y gestor de la familia; le remite copia de cada una de las misivas que envía y recibe para que su cuñado exprese su opinión, a veces no muy favorable: “me has regañado como a un chucho el más inservible”, se queja.Los reclamos “morales”, en estas cartas, también dan cuenta de la ingerencia de Che Gómez en la vida cotidiana de quienes vivían a miles de kilómetros de distancia. Los juicios testamentarios y los desacuerdos familiares siguen, pero se introducen otros asuntos interesantes, como las demandas a ferrocarriles, la enemistad con Pimentel y la mecánica para la solicitud de puestos.

    Juchitán Mayo 1º de 1908Estimado hermano: […] Quedo entendido y conforme con la explicación que me haces respecto a la fra-se “debilidad” de que te hablé en mi carta anterior. Efectivamente extrañaba de ti aquella calificación hecha en mi persona en el sentido que interpretaba dicha frase, pero está bien hermano ya veo que no ha sido tu intención lastimarme.Respecto de la muchacha crianza de Virginia de que me hablas, no es cierto que yo haya formado vida común con ella, mas sí es verdad que después de dos meses de estar en cama gravemente enfermo sin quién pudiera darme mis alimentos debi-damente, hice que aquélla viniese a encargarse de ellos, y de allí han venido ciertos comentarios para el público, tal como se te ha informado. Pasemos a otro asunto […].Por la gravedad de Paula con el tumor que se le agrandó, con muchos dolores y demostraciones de maduración que la tienen actualmente en continuo tormento, no pude hacer con mi madrina el viaje a Tonalá violentamente, mas sí lo hicimos el 25 del mes pasado. [Arreglan allá problemas de una propiedad con los franceses de Espidora Chemidlin y Cía.].

    32. AJFG, cartas de Rosendo Pineda docs. extemporáneos previos s/n. El padre de los Gómez murió en 1901.

    […] Como tú sabes mi situación difícil y por lo mismo me veo en el caso de mover-me de diversas maneras para ver cómo salvarla; espero pues que en esta vez me ayudes con tu acostumbrada actividad como te lo suplico y me has ofrecido siem-pre en los asuntos que paso a manifestarte.A mi hermano Florentino y a una vecina suya (pariente de su esposa) les ha incen-diado el Ferrocarril sus potreros sufriendo con este hecho daños y perjuicios de consideración. Debido al mencionado incendio han perdido éstos sus ordeñas, y por esto mismo han muerto varios de sus ganados.Consulté el asunto a Dn. Rosendo Pineda y a Dn. Víctor Manuel Castillo, y estos abogados me contestaron en los términos de las cartas que en copias te adjunto. Como representante que soy de los interesados dichos, creí conveniente optar por el consejo de Dn. Rosendo, es decir, ocurrir primero a la Empresa en solicitud de un arreglo amistoso, pero antes de esto veo necesario ocurrir a ti a fin de que me aconsejes lo más pronto posible como te lo suplico la forma en que debo dirigir- me a la Empresa, si conviene aceptar o no el Lic. que nos propone Dn. Rosendo para encargarse de la reclamación en México, sirviéndote así mismo formular o corre-gir el borrador del escrito de mi hermano y su socio que también acompaño de la manera que tú creas conveniente, es el caso que tu contestación me servirá de luz para todo en cuanto a este asunto debo hacer.Don Víctor Manuel Castillo sé que actualmente no se encuentra en México. Por su carta antes mencionada verás que tenemos el proyecto de cortar en Sociedad cien mil durmientes en el FNT [Ferrocarril Nacional de Tehuantepec]. Últimamente es-tuvo dicho Sr. por estos lugares, viniendo de Tuxtla Gutiérrez Chis.; me dijo que es muy amigo tuyo.También hallarás adjunta una carta del Sr. J. Y. Limantour, contestación de otra que le dirigí cuyo borrador te acompaño. En este asunto entiendo que para realizar-lo no me falta más que tu valiosa ayuda ante dicho Ministro, tomando en cuenta tus buenas relaciones con el dicho Sr. Si a bien lo tienes particípale que te he dado cuenta de su contestación y en el caso que quiera favorecerme que sea en el Esta- do de Chiapas o el de Veracruz. A todo esto te suplico me digas con toda franqueza si verdaderamente puedes ayudarme para estar entendido.Respecto de la reclamación del incendio te ruego que pongas toda tu atención, inteligencia y voluntad en el asunto, pues esto nos puede dejar alguna utilidad de importancia; ve si es necesario y si te es posible hacer que conozca del asunto el Señor Presidente Díaz, para darle más fuerza y seriedad a la reclamación de que se trata. […]Te adjunto un mensaje que el Sr. Gobernador me dirigió el 12 del mes pasado cre-yendo sin duda que era el día de mi natalicio, así como la contestación que le di y la aprobación de Severo en este respecto. Tú sabes que el Sr. Pimentel en su administración no ha marchado de acuerdo con nosotros. ¿De dónde ha venido esa demostración de afecto para mí? A ti te toca comentarla. […]Sin más qué comunicarte por ahora sírvete favorecerme con tu contestación cuanto antes. Sírvete asimismo saludar a mi comadre y a las niñas muy afectuosamente, y que con todas te conserves bien son los deseos de tu hermano que te quiere,Julio J. GonzálezPD. Paula sigue gravándose rápidamente, ya está en cama, tiene la chiche una in-

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    flamación grandísima; conviene que aconsejes a mi madrina se interese por que arregle su disposición testamentaria. El Doctor Barrios le ha asistido, éste dice que todavía cree buen éxito en una operación violentamente en México. Ya no soy más largo por depositar estos papeleo al correo antes que pase la hora. Vale.

    Adjunta los documentos a los que se refiere su misiva, incluyendo el agradecimiento por la felicitación a Pimentel, y una copia de esta carta a Limantour desde la hacienda Bola de Oro, del 3 de abril de 1908:

    Verdaderamente no sé cuáles sean mis aptitudes y por eso no me resolvería a pre-cisar un empleo, sin embargo en mi concepto creo que podría desempeñar el de Inspector del Timbre que si bien necesita algunos conocimientos especiales segu-ramente que los he adquirido al cuidado de mis pequeños intereses como Finquero y como Comerciante que he sido toda mi vida.El propio Sr. mi cuñado, citado ya, puede dar a Ud. mis referencias y aún reco-mendarme a la consideración de usted, asimismo los Señores Licenciado Dn. Rosen-do Pineda y Dn. Víctor Manuel Castillo que me honran con su amistad.Esperando Sr. obtener la gracia solicitada a que me obliga no tanto mi salud que exige cambio de clima, sino el deseo de estar al servicio de usted, me doy el placer de manifestarle mis agradecimientos por la deferencia con que no dudo acogerá mi carta, y ofrecerme su más atento y S.S.

    Julio J. GonzálezEl ministro le contesta que considerará la oferta para cuando haya una vacante. Este conjunto de documentos contiene también el acta donde se da cuenta del incen-dio provocado por el Ferrocarril Pan-Americano en los potreros de “Bola de Oro” y “La Esperanza”, la anuencia por escrito de Víctor Manuel Castillo para que González le represente en el caso contra la Compañía del Ferrocarril y para arreglar el asunto relativo a la venta de durmientes y la respuesta de Pineda al cuñado de Gómez.

    México, 14 de abril de 1908Contesto a su carta del 30 de marzo próximo pasado.Es evidente que la Compañía Ferrocarril debe responder de los daños causados por sus locomotoras al hermano de Ud. en sus potreros; pero es indispensable esta-blecer bien las causas del daño y su importancia para que la reclamación prospere.Mi opinión es que antes de intentarla debería procurarse un arreglo amistoso con la Compañía, cuyo domicilio principal está en esta Ciudad, según me informé.Yo no podría intervenir en el caso por mis relaciones estrechas de amistad con los abogados de la Compañía; pero si su hermano de usted se resuelve a gestionar la in-demnización de los daños que se le han causado, tal vez pudiera encargarse del ne-gocio el Lic. D. Julián Morineau. Esto es lo que puedo decirle con relación al asunto que me consulta.Soy de Ud. atto. S. S: y su amigo.Rosendo Pineda (Rúbrica)33

    En junio de 1908 otra de las hermanas Gómez se comunica a Tlaxcala con el Licenciado para anunciarle la triste noticia de la muerte de su hermana Paula y la de un sobrino; continúan los engorrosos trámites.

    33. AJFG, ésta carta y los siguientes, documentos extemporáneos previos s/n.

    Por fin después de tanto padecer ingresó Paula a las entrañas de nuestra madre tierra, con todo el conocimiento necesario hasta los últimos momentos de su vida. Murió a las dos en punto de la mañana del día quince del presente mes disponiendo y mandando todo cuanto debía hacerse. Ya en los últimos suspiros para dejar de existir preguntó si se había recibido alguna carta tuya; por fin terminaron los pa-decimientos de nuestra pobre hermana (QDg).Ayer a las 4 pm. murió José el hijo mayor de Félix, de una desintería grave (DEP) hoy será sepultado.Andrea insiste en sus pretensiones. No obstante de que el Juez en auto que última-mente mandó notificarnos, ordena la formación de nuevos inventaros, nulificando los anteriores, tanto el presentado por Andrea como el nuestro, aquella insiste en que sea válido el inventario practicado por ella no siendo conforme con lo mandado por el Juez y como dicho funcionario se halla enfermo, aún no ha resuelto sobre la oposición de Andrea.Recibí tu mensaje en el que me dices que por correo me remites $100 para ayudarme en los gastos de los funerales de Paula. Gracias.Si se consiguen los $6,000 con alguien, dándole la casa en venta con pacto de retro-venta por tres años con un interés módico, te avisaré oportunamente para que hagas el pago a Cueto.Sin más qué comunicarte, mis saludos a la familia toda cariñosamente y que te conserves bien con ella son los deseos de tu hermana que te quiere.

    Tomasa G. vda de Toledo.

    La historia del paso interoceánico en México, las vicisitudes del ferrocarril en el Istmo y los proyectos y conflictos en la planeación de un corredor transístmico merecen, por sí mismos, un libro entero —existen varios. Tras cambios de concesiones, ventas, requisiciones e interrupciones, por fin el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, que comunica Puerto Méxic