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SINTAXIS DE LOS CASOS RETROVERSION Y COMENTARIO DE TEXTOS JOSÉ MOLINA YÉVENES

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  • SINTAXIS DE LOS CASOSRETROVERSION Y COMENTARIO DE TEXTOS

    JOS MOLINA YVENES

  • JOS MOLINA YVENES

    SINTAXIS DE LOS CASOSRetroversion y comentario de textos

    E dicin preparada p o r M atas Lpez, A nton i P rim y P ere J. Q uetg las

    B arcelona 1996

  • I a edicin: EUB, S,L., 1996

    Distribucin: Les Punxes distribuidora, S.L. Sardenya, 75-81 08018 Barcelona

    Produccin: PPU, S.A.

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    Herederos de Jos Molina Yvenes

    EUB, S.L., 1996Muntaner, 48-50, 3o, 4, 08011 Barcelona

    Impreso en Espaa

    ISBN:84-89607-70-2 Dep. Legal:L-793-1996

    Impreso por:Poblagrfic, S.L.Av, Estaci, s/n. Pobla de Segur. Lleida

  • NDICE

    P r logo ............... ...................................................................... 9

    FUNCIN DE LOS CASOS

    Captulo I. Nominativo ( 1 -7 ) .................................. 19Captulo II. Vocativo ( 8 - 1 1 ) .................................... 31Captulo III. Acusativo ( 1 2 -3 5 ) ................................ 35

    I. Acusativos integrantes del sistema interno( 16-18 )..................................................... .......... 39

    II. Doble acusativo ( 19-27).................................. 50III. Acusativos integrantes del sistema externo

    ( 28-35)............... ................................................. 61Captulo IV. Dativo ( 3 6 -5 8 )....................................... 77

    I. Uso adverbal ( 37-49)......................................... 77II. Construcciones dobles ( 5 0 -5 4 ) ..................... 93

    III. Uso adnominal ( 55-58).................................... 97Captulo V. Genitivo ( 59-74).................................... 103

    I. Genitivo en sintagma nominal ( 6 1 -6 6 ).......... 106II. Genitivo en sintagma verbal ( 67-72)............ 122

    III. Construcciones autnomas del genitivo( 73-74)................................................................ 128

    Captulo VI. Ablativo ( 75-78).................................... 131

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  • RETROVERSIONY COMENTARIO DE TEXTOS

    Captulo I. Teora de la retroversion ( 1-8)........... 151Captulo II. Algunas particularidades sintcticas

    del latn ( 9 -1 4 ) ...................................... 161I. Empleo de pronombres y pronominales

    ( 9 -1 2 ) .................................................................... 161II. Preposiciones y perfrasis ( 13-14)................... 164

    Captulo III. Orden de las palabras en la frase latina( 1 5 -1 7 )............... ...................................... 169

    Captulo IV. La construccin sintctica afectiva......... 175Captulo V. La expresin del agente de la pasiva

    a lo largo del l a t n ...................................... 179Captulo VI. Ejercicios de comentario de textos

    y retroversion ...................................... .. 185

    Bibliografa............................................................................... 203

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    ArmauirumqueMAN 9072

  • PRLOGO

    Quien suscribe escuch el nom bre de Jos Molina Yvenes por prim era vez en octubre de 1980, cuando, recin llegado a Barcelona desde el Estudio General de Lrida para cursar los dos ltimos aos de carrera en la especialidad de Filologa Latina y a la sazn m atriculado en la asignatura de Gramtica Latina I: Fontica y Morfologa, im partida por el Dr. Virgilio Bejarano, ste se refera con frecuencia al malogrado profesor M olina como autor de una Iniciacin a la fontica, fonologa y morfologa latinas que, a la postre, se acab convirtiendo tam bin para mi promocin en el m anual de base para estudiar dicha materia. Hace bien poco, la Dra. Esperanza Borrell ha preparado una cuidada edicin revisada y actualizada de aquellos carismticos Estudios Latinos I del profesor Molina (Publicacions de la Universitt de Barcelona, 1993), una lgica respuesta al inters ininterrum pido que ha venido suscitando entre los universitarios la mencionada obra desde que vio la luz en 1966 (2a edicin: 1968, 3a: 1969).

    Jos Molina Yvenes, como creo que es notorio, ha quedado en la memoria de todos como el paradigm a de una dedicacin ms que prom etedora a los Estudios Clsicos, pero cruelmente truncada por la adversidad. Nacido en G ranada el 22 de diciembre de 1923, en la Universidad de su ciudad natal estuvo matriculado en Filosofa y Letras entre los aos 1943 y 1946; se licenci en Filologa Clsica por la Universidad de

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  • Barcelona en 1949. H asta diciembre de 1959, fue profesor ayudante y adjunto interino de Latn en los Institutos Verda- guer y Menndez Pelayo de Barcelona; desde esa fecha y hasta octubre de 1969, desempe en el segundo de los centros referidos las funciones de profesor adjunto num erario y ms tarde agregado de Latn; en este ltimo ao accedi a la categora de catedrtico y desde entonces y hasta 1972 fue D irector del Seminario de Latn en el INEM de Vilanova i la Geltr.

    La vinculacin del profesor Molina con la Universidad de Barcelona abarc el perodo com prendido entre el curso 1960- 61, en que fue nom brado ayudante de Filologa Latina, y el curso 1971-72, en cuyo registro figura inscrito con el rango de profesor adjunto; cabe precisar que a lo largo de esos aos desempe las funciones de profesor encargado de Lengua y Literatura Latinas, as como de Retroversion, y que sus ltimos tiempos como docente universitario transcurrieron en la Delegacin de Tarragona.

    D urante el curso 1963-64 realiz los cursos de doctorado e inscribi su tesis, que, con el ttulo de La ditesis causqtiva en latn y bajo la direccin del Dr. Lisardo Rubio, pensaba defender en septiembre u octubre de 1972. La fatalidad, empero, se interpuso en sus proyectos: el profesor Jos Molina Yvenes m ora repentinam ente a consecuencia de un fallo cardaco el 14 de mayo de 1972, a la edad de 48 aos.

    Dej una obra escrita por desgracia escasa, en la que destacan, junto a su celebrado manual de fontica, fonologa y morfologa, dos trabajos ms: Los pronom bres latinos y las huellas de ausencia de flexin (Emerita 34, 1966, pp. 87-93) y Las formas en -mn y los infinitivos latinos (Actas del III Congreso Espaol de Estudios Clsicos. III, M adrid 1968, pp. 159-164). Nadie hasta hoy, sin embargo, conoca la existencia de una indita Sintaxis de los casos de Jos Molina Yvenes,

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  • algo as como la primera entrega de un manual completo de sintaxis latina que, sin ninguna duda previsto por su autor (como veremos un poco ms adelante), ya no tuvo tiempo de ser concluido. Nadie ajeno a su entorno familiar ntimo saba nada sobre el particular; nadie, al parecer, excepto su com paero de estudios en la Universidad de Barcelona y amigo, Antoni Prim i Serentill, de Benavent de Lleida, catedrtico de Latn de Enseanza Media ltim am ente adscrito al Instituto Samuel Gili i Gaya de la capital del Segri , hoy jubilado, y poseedor de una copia del original de la Sintaxis por una antigua deferencia de doa Teresa M aspoch Moll, viuda del profesor Molina.

    Resulta de veras curioso que nadie sospechara de la existencia de dicha sintaxis. Pese a que el propio Antoni Prim haba com partido en varias ocasiones su secreto con latinistas de fama y vala, animado por el deseo de facilitar, a quien quisiera asumirla, la edicin de unos papeles que juzgaba valiosos y que llevaban ya demasiados aos pudrindose en el olvido en medio del desconocimiento general, nadie le hizo caso. Hasta que un buen da, en septiem bre de 1992, m antuvimos en mi despacho de la Universidad una conversacin que alterara el curso de los acontecimientos: yo s me com prom eta, tras exam inar durante un par de semanas el material, a em prender la edicin de la Sintaxis de Molina Yvenes, paralo cual decid contar desde el principio con la colaboracin inestimable y el apoyo acadmico del Dr. Pere Quetglas, antiguo profesor mo, catedrtico de Filologa Latina y estudioso de la sintaxis del latn.

    ACpues, lo que el pblico estudiante y lector conocer a p a r tira e ahora como Sintaxis de los casos latinos del profesor Molina es el resultado de la edicin de noventa folios mecanografiados y ya preparados para la im prenta (aunque con adiciones manuscritas) que versan sobre los siguientes particula

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  • res: I. Nominativo, II. Vocativo, III. Acusativo, IV. Acusativos integrantes del sistema externo, V. Dativo, VI. Genitivo (en forma parcial, ya que falta el genitivo adverbal). Llama hasta cierto punto la atencin que el estudio del dativo preceda al del genitivo, pero tan slo en razn de nuestro actual modelo y hbito de ordenacin de los casos; no creemos que deba darse a este detalle ninguna otra trascendencia ni, por otra parte, estamos autorizados a alterar el orden expositivo que, por motivos seguramente razonables, el autor se traz en un principio. Lo que s llam poderosam ente nuestra atencin fue que el profesor Molina, por lo menos en apariencia, no hubiera dejado escrito un captulo dedicado al ablativo. Era lgico pensar que su inesperada m uerte le hubiera impedido concluir muchas cosas, entre las cuales sta, pero decidimos indagar. .

    Y as fue como doa Teresa M aspoch, su viuda, accedi a "hurgar concienzudam ente en todos sus papeles son sus propias palabras, hasta que, junto con una carta que remiti a quien suscribe con fecha 29 de julio de 1993, nos envi lo que en realidad es el ablativo que faltaba: un esbozo quiz concebido como tema de unas futuras oposiciones, pero que contiene en esencia las concepciones sintcticas del profesor Molina, pues las desarrolla con suficiente claridad; slo ha sido necesario referenciar las citas de autores y dar rem ate a algunas informaciones incompletas. De paso, ha quedado satisfecha una intuicin del profesor Quetglas: era probable que, si se hurgaba, acabaran apareciendo otros papeles de sintaxis de Jos Molina Yvenes que podan resultar interesantes de cara a una posible edicin, en especial si se daba con algo relativo a retroversion, un tema muy del agrado del profesor Molina y al que parece que se dedic con notable acierto. Y as ha sido: gracias a la paciente bsqueda de doa Teresa Maspoch, hoy podemos aadir a la Sintaxis de los casos

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  • una segunda parte que contiene cuestiones diversas sobre retroversion y comentario de textos.

    En relacin con el ablativo, es indudable que el profesor Molina tena previsto y decidido redactarlo, ya que en el 17 4o) de su original, y hablando del acusativo que en poca arcaica adm iten como rgimen ciertos verbos deponentes, rem ite a un pargrafo an sin numeracin en el cual se explica, como oportunam ente se ver, que en el latn clsico esos mismos verbos se construyen con un ablativo instrum ental. A este respecto, dice textualm ente la viuda del profesor Molina en la carta antes aludida:

    Estoy segura de que por algn motivo no haba redactado todava el ablativo. Primero iba a leer su Tesis sobre los causativos, segundo ir a oposiciones de ctedra de Universidad y luego publicar su sintaxis.

    Por lo que se refiere al proyecto de sintaxis que tena el profesor Molina, conviene explicar que, sin ninguna duda, el autor prevea para su estudio un alcance mayor que el de la descripcin y anlisis de los casos, y as se deja entrever a tenor de lo que l mismo insina en la nota 2 de la pgina 31 del original (nuestra prim era nota al 22), en la que afirma que del participio en funcin de atributo del complemento directo se tratar en la parte correspondiente al estudio de las formas nominales del verbo.

    En resumidas cuentas, sacamos a la luz una obra que no es ni mucho menos producto del prurito clasificador de unos latinistas que han actuado de espaldas a verdaderos proyectos originales, sino una obra que, en los lmites precisos de la docum entacin superviviente, refleja un trabajo escrito y m adurado por su autor hace ya muchos aos para que pudiera convertirse en poco tiempo en una publicacin de alcance cientfico y pedaggico til a la comunidad universitaria.

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  • Quien suscribe estas pginas ha tenido la suerte de acceder al texto de una muy esclarecedora carta manuscrita de don Jos Molina Yvenes a su amigo el profesor Antoni Prim, fechada el da 7 de marzo de 1970, en la que, tras referirse a la tercera edicin de su Iniciacin a la fontica, fonologa y morfologa latinas, y tras adm itir en ella un excesivo laconismo debido a que fue publicada como ayuda para sus clases sin contar con la enorme difusin que despus tuvo, el autor declara a rengln seguido:

    La Sintaxis, con ser resumida, creo que te gustar ms, no slo por el tema, mucho ms grato, sino por su intencin de abrir nuevos caminos y obligar a que el lector piense por su cuenta, libre de las trabas de la casustica y de los encasillamien- tos absurdos.

    Prrafo, en verdad, muy significativo, por cuanto ilustra bien el espritu que anim a Jos Molina Yvenes como docente y como investigador de la lengua latina: los captulos de este libro, qu duda cabe, van a constituir el novedoso testimonio de un estilo caracterizado por la ms llana claridad, por la aguda concisin del razonam iento y por una sorprendente destreza en el difcil arte de la ejemplificacin; no en vano era el suyo un estructuralism o que persegua acomodarse a la dificultad cotidiana del estudio, a las necesidades concretas de la inmensa mayora de los alumnos m atriculados en asignaturas de gramtica latina.

    Para concluir, unas breves observaciones de carcter formal. Hemos respetado el estilo de escritura del profesor M olina en sus aspectos esenciales, se ha completado la inform acin contenida en unas pocas referencias que el autor dej inacabadas y se ha unificado el criterio con arreglo al cual se citan las revistas y las fuentes literarias: las prim eras siguen las abreviaturas de L A nne Philologique, salvo casos aislados

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  • en que las publicaciones no pertenecen al m bito de dicho repertorio bibliogrfico, en que se ha optado por escribir entero el ttulo o bien por emplear una abreviatura de buen sentido; los autores y obras latinas aparecen segn las abreviaciones del Oxford Latin Dictionary y, subsidiariamente, segn el ThLL (s son autores y obras griegas, segn el Liddell-Scott). Finalmente, y tal y como se ha indicado antes, puesto que no se trataba de hacer mera arqueologa sino de proporcionar tambin al lector una sintaxis casual ntegra, hemos optado por suplir, en la medida de lo posible, los aspectos no tratados por el profesor Molina. Todas las adiciones sustanciales van enm arcadas entre los signos {}.

    En el captulo de agradecimientos, no puedo dejar de encom iar pblicamente el infatigable entusiasmo mostrado por Antoni Prim en llevar adelante la iniciativa de dar a conocer la obra indita de quien, ante todo, fue su amigo a lo largo de muchos aos, el profesor Molina Yvenes. A doa Teresa M aspoch, viuda de Molina, es m enester reconocerle la generosidad m ostrada con nosotros en el trance nos consta que para ella emotivo, pero a la vez doloroso de remover el pasado en busca de docum entacin que pudiera resultarnos til. Y con el profesor Quetglas, entre cuyos mritos en esta publicacin hay que destacar de m anera especial el haber dado interpretacin y sistema a los papeles dispersos de Jos Molina Yvenes, hay que reconocerse en deuda por la buena disposicin con que desde el principio acogi esta creo interesante aportacin que, desde la rem ota Ilerda, hoy se hace a la brillante historia de los Estudios Latinos en la Universidad de Barcelona.

    M atas L pez Lpez Lrida, enero de 1995

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  • FUNCIN DE LOS CASOS

  • C a p t u l o I

    NOMINATIVO

    1. El nominativo (gr. ) se llam as a causa de su empleo para la mera designacin (nomen, ) de las cosas. Por tal circunstancia1 se denomin tambin recto () frente al resto del paradigma, que supone una cada respecto a la posicin de descanso del nominativo e integra el bloque de los casos oblicuos ().

    Coincidentemente con este planteam iento antiguo de los casos, algunos gramticos estructuralistas consideran el nom inativo como el caso de la m era referencia,2 como un caso cero, aislado del contexto gramatical, a la m anera del vocativo. Esta interpretacin esttica del nominativo como posicin de descanso3 es aplicable a algunos de sus usos, pero, en cuanto que el nominativo se integra en el sistema dinmico de las oposiciones gramaticales, es tambin un caso indicador de funcin, un ergativo.4

    1. Cf. Rubio, Sint. estruct., I, p. 77 ss.; Bassols, Sint, hist., I, 26.2. Cf. De Groot, For R. Jakobson, p.189.3. Cf. Lfstedt, Synt., I, p. 76; Behaghel, IF 14,1903, p. 438 ss.4. Cf. Molina, Est. lat., I, 140 3o (con bibliogr.); Martinet, Lingstica

    general, pp. 234-235; Pottier, Systmatique..., p. 269 ss.; Rubio, Sint, estruct., pp. 81 ss. y 95 ss.

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  • 2. Existen idiomas con gramaticalizacin a nivel m orfolgico de la oposicin que en la cadena hablada designa respectivam ente un sujeto esttico o dinmico. Las lenguas indoeuropeas histricas presentan neutralizada esta correlacin, si bien es muy probable que en un perodo anterior las funciones estticas se expresasen con el nominativo (caracterizado morfolgicamente por alargamiento o por desinencia cero), m ientras que las dinmicas se habran recogido con el ergativo (desinencia -s).

    3. E latn se sirve habitualm ente del nominativo en las siguientes funciones:

    I) En el sujeto esttico, sea de un verbo de estado (Ou., Met. II, 777 pectora fe ile uirent su corazn est verde de bilis), sea de un verbo en la ditesis pasiva (Liu., XXI, 7, 1 Saguntum sum m a ui oppugnabatur Sagunto estaba siendo atacada con extrema violencia).

    II ) En el sujeto dinmico de los verbos que indican accin: Liu., XXI, 11,3 Rom ani tem pus terunt legationibus m ittendis los romanos pierden el tiempo enviando em bajadas.

    III) Por razones de concordancia, en el atributo del sujeto, que se puede expresar:

    Io) A travs de la cpula esse: Ter., Ph. 458 res magna est el asunto es grave; Ter., Hau. 796 ius sum m um saepe sum m a est malitia suprema justicia es a m enudo suprema malicia.

    Nota. La atribucin a travs de la cpula la pueden realizar, por transferencia adjetival, un genitivo (Cic., Fam. II, 13, 2 Pompei totus sum soy pom peyano hasta la m dula; Cic., Sest. 36 nullius consili fu i no m ostr ningn juicio; Cic., Q. Rose. 33 ager pluris est el terreno vale m s) o un ablativo (Caes., Gal. V, 14, 3 [Britanni] capillo sunt promisso los britanos llevan una larga cabellera).

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  • 2o) A travs de otros verbos que, a pesar de conservar su catga semntica, funcionan como atributivos a la manera de esse.5 Estos verbos son:

    a) Los que indican el origen, la m utacin, la permanencia o el fin de algo (fio, orior, euado, maneo, morior, etc.): Cic., Rep. II, 48 f i t [rex] continuo tyrannus el rey inm ediatamente se transform a en un tirano; Caes., Gal. VI, 32, 5 m unitiones integrae m anebant las fortificaciones permanecan intactas.

    b) Los que expresan apariencia (uideor, appareo): Sal., Cat. 54, 6 esse quam uideri bonus malebat prefera ser bueno que parecerlo; Hr., Carm. II, 10, 21 rebus angustis anim osus atque fortis appare en las adversidades m ustrate animoso y valiente.

    c) Los pasivos que atribuyen una cualidad con el pensamiento (habeor, iudicor, putor, etc.), con la palabra (dicor, nominor, uocor, etc.) o con la accin (eligor, creor, fio , etc.):6 Cic., Amic. 59 Bias sapiens habitus est unus e septem Bias fue considerado uno de los siete sabios; Cic., Ac. I, 17 qui erant cum Aristotele, peripatetici dicti sunt los acompaantes de Aristteles fueron llamados peripatticos; Liu., XXII, 35, 2 C. Terentius consul unus creatur C. Terencio fue nom brado cnsul nico.

    Nota I a. Si el participio de perfecto de uno de los verbos pasivos del apartado c) funciona como atributivo, el atributo aparecer, naturalm ente, en el caso del sustantivo modificado por el participio: Cic., Phil. 11, 16 cum Dolabella hesterno die

    5. Las dos races que por suplecin integraron el paradigma de esse tuvieron tambin originariamente un valor concreto del que se vaciaron al transformarse en mera cpula.

    6. Cf. 22-24.

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  • h o s t e decreto bellum gerendum est hay que com batir contra Dolabela, declarado ayer enemigo pblico.

    Nota 2 . No debe confundirse el atributo introducido por los verbos del grupo 2o) con el adjetivo apuesto al sujeto, que puede aparecer junto a cualquier verbo y es portador de un matiz circunstancial propio de las aposiciones, sea para indicar lugar (Liu., XXI, 4, 8 princeps in proelium ibat acuda a la lucha el prim ero), tiempo (Cic., S. Rose. 81 qui R om ae erant assidui los que siempre estaban en Rom a) o m odo (Cic., Ver. IV, 65 inanes ad regem reuertuntur regresan ante el prncipe con las manos vacas).

    3o) Directarnente, sin intervencin de ningn verbo atributivo, en sentencias y aseveraciones intemporales, clara supervivencia de la frase nominal indoeuropea: Cic., Off. I, 10 sum m um ius summ a iniuria suprema justicia [es] suprema injusticia; Verg., A. IV, 569-570 uarium et m utabile semper fem ina la mujer siempre [es] inconstante y voluble.

    IV) En frases sin verbo, propias del estilo rpido e incisivo que prescinde de cuanto se evidencia por el contexto o por la situacin. No supone cambio de estructura el que a estos sintagmas nominales7 pueda, a veces, incorporrseles el llamado infinitivo histrico, el cual, en definitiva, es tam bin un nombre: Verg., G. II, 490 fe lix qui po tu it rerum cognoscere causas! feliz el que ha podido com prender las causas de las cosas!; Ter., Ad. 462 quid autem ? qu pasa, pues?; Cic., Ver. IV, 66 Rex primo nihil metuere, nihil suspicari. Dies

    7. Entre los distintos significados del trmino sintagma (cf. Lzaro, F., Diccionario de trminos filolgicos, Madrid 1953, s. m. ) , lo utilizo en el sentido amplio de relacin de interdependencia gramatical establecida entre signos lxicos pertenecientes a categoras que se complementan entre s. Al sintagma lo llamaremos nominal cuando la interdependencia es de nombre con nombre; verbal, si los trminos que inciden se agrupan en tomo a un verbo.

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  • unus, alter, plures; non referri el prncipe al principio ningn tem or, ninguna sospecha. Un da, dos das, ms das; [el candelabro] sin devolverse.

    V) Favorecido por el contexto situacional, en ttulos de obras o al comienzo de una biografa (nom inativo rotulador o temtico). Brutus. Ibis. Nep., Them., 1,1 Themistocles, Neocli filius, Atheniensis.

    Nota. El ttulo de una obra, al quedar aclarado por el contexto situacional, puede aparecer, en vez de en nominativo, en un ablativo con de indicador del tema: D e legibus, De repblica, etc.; pueden incluso concurrir ambos puntos de vista: Laelius de amicitia, Cato M aior de senectute, e tc .8

    4. N eutralizacin de oposiciones. En relacin con el concepto antes expuesto del nom inativo como posicin de descanso al ceder la tensin sintctica, hay una serie de usos propios de la lengua coloquial que suponen una neutralizacin de las oposiciones establecidas entre el nominativo y el resto del paradigma, trm ino caracterizado de la correlacin. Tales neutralizaciones se dan ms a m enudo en las oposiciones nom inativo / vocativo y nominativo / acusativo, reflejo de la misma tendencia que se observa a nivel morfolgico desde poca todava prehistrica,9 pero espordicam ente el nom inativo puede ser el archivalor de otras oposiciones neutralizadas,10 en especial al avanzar en la lengua hablada la difusin

    8. Cf. Ernout-Thomas, Synt., 14.9. Cf. Molina, Est. lat. 172, 173, 178, 179, 186, 212, 245, 247,

    253 6o.10. Los nombres propios tienden a aparecer en nominativo (cf. Bassols,

    Sint, hist., I, 33 y los ejemplos que damos ms adelante de Propercio I, 18, 31 en 6 y de CIL VI 10052 en 7 Io), incluso en el latn tardo de zonas que haban generalizado el acusativo (cf. Bastardas, Particularid., 10).

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  • de las preposiciones y el sincretismo de los casos, reducidos prcticam ente al nom inativo y al acusativo, que fueron los de mayor pervivencia.

    5. Neutralizacin morfolgica de la oposicin sintctica nominativo / vocativo. En el plano morfolgico, el latn slo establece la oposicin nominativo / vocativo para el singular de determ inados temas en o/e. Pues bien, en la cadena hablada, incluso para tales temas abundan las neutralizaciones morfolgicas como consecuencia de la carga emotiva, relaja- dora de la preocupacin formal, con que se enuncian las advocaciones. Justam ente esta carga emotiva, marcada con la entonacin, es el signo relevante que m antiene la oposicin a nivel sintctico. As, en un mismo contexto, vemos alternar el nom inativo y el vocativo: Pl., As. 664 da, meus ocellus, mea rosa, m i anime, mea uoluptas, argentum mihi.

    Kurylowicz11 ha hecho ver atinadam ente que las funciones de la aposicin, del adjetivo apuesto y del atributo vienen expresadas no por las desinencias casuales, sino por la concordancia de las desinencias. Esta observacin justifica los vocativos del tipo Verg., A. II, 283 quibus, Hctor, ab oris exspectate uenis? (exspectate concierta con el vocativo Hector y no con el sujeto tu, recogido slo por la desinencia verbal), Hor., Carm. II, 7, 5 Pompei, meorum prim e sodalium! o Tib., I, 7, 53 sic uenias hodierne (el adjetivo apuesto hodierne va en vocativo, sin la presencia de un sustantivo en dicho caso), frente a frases como Plin., Nat. VII, 117 salue, prim us om nium parens, o en griego Horn., II., IV, 189 , en las cuales primus y adoptan la forma de nominativo en vez de la de vocativo.

    11. Cf. BSPL 9, 1949, p. 40.

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  • 6. Neutralizacin de la oposicin nominativo / acusativo. La ntima conexin e interdependencia que el nominativo y el acusativo m antienen con el ncleo verbal establece una clara oposicin entre ambos casos a nivel sintctico.12 Esta oposicin, en el singular de los nom bres de gnero animado y, a veces, en su plural, queda m arcada morfolgicamente, pero en los nom bres de gnero neutro la oposicin es nicamente contextual; en efecto, slo el contexto o la situacin nos aclarar en una frase como templum oppidum tegit cul es el sujeto y cul el objetivo de la nocin expresada por el verbo ( el templo cubre, oculta, protege la ciudad?; la ciudad cubre, oculta, protege el tem plo?).

    Pues bien, la oposicin que morfolgicamente establece el par nom inativo / acusativo de nom bres de gnero animado puede, en la cadena hablada, quedar neutralizada cuando el nom bre introduce una mera designacin que se relaja sintcticamente, como en el caso del llamado nominativo de denom inacin; en efecto, frente a frases de ntim a trabazn sintctica como aliquem perfectum oratorem dicere (Cic., Brut. 35)o form osam resonare doces Amaryllida siluas (Verg., Ecl. 1, 5), etc., en el lenguaje potico y coloquial es frecuente encontra r en vez del acusativo un nominativo, posible supervivencia m etalingstica13 de la construccin originaria: Itin. Silu. 1, 2 quam dixi ingens (por ingentem), Prop., I, 18, 31 resonent m ihi Cynthia siluae (por Cynthiam).

    7. EI grupo nominativo-acusativo en oposicin con los restantes casos. El nominativo y el acusativo, en ntima cone

    12. Cf. Rubio, Sint. estruct., p. 104 ss.13. Funcin metalingstica es aquello en que el lenguaje es a la vez

    instrumento de comunicacin y objeto de esa misma comunicacin, como cuando se precisan los trminos empleados en una conversacin o en un texto.

    25

  • xin e interdependencia con el ncleo verbal, se oponen en bloque a los restantes casos,14 que suponen una transferencia funcional15 adjetiva o adverbial. Esta transferencia, que caracteriza al trmino m arcado de la oposicin, puede quedar neutralizada, con lo cual el archivalor aparece representado por cualquiera de los casos integradores del bloque no caracterizado, es decir, por un acusativo o, con mayor frecuencia, por un nominativo. As tenemos:

    Io) El nom inativo (y acusativo) apositivo. Una aposicin explicativa puede aparecer en nominativo, sin concordancia con el elemento al que se refiere. La pausa favorece la dislocacin sintctica: Tab. defix. 270 ,11-12 [Audollent] anim a et cor uratur Sextili, D ionysiae filius (en vez de fili, genitivo referido a Sextili); CIL VI 10052 uicit Scorpus equis his: Pegasus, Elates, Andraemo, Cotynus (en vez de Pegaso, etc.). Con menos frecuencia adopta la forma de acusativo: Cato, Agr. 3 7 ,2 stercus unde facias: stramenta, lupinum, paleas, fabalia, frondem iligneam, querneam (en vez de los separativos referidos a unde).

    Nota. Anloga a esta construccin es la del llamado nom inativo descriptivo, que, a veces, alterna con un com plem ento de cualidad: Curt., IX, 7,12 om nes curru uehebantur, exim ia m agnitudine corporum, decoro habitu, l i n e a e u e s t e s intexto auro purpuraque d i s t i n c t a e .

    2) El nom inativo (y acusativo) pendens. Por un fenmeno de anfora, propio de la lengua afectiva, un elemento oracional se proyecta lejos del ncleo verbal y, cuando se

    14. La morfologa hetita es un claro ejemplo de esta dicotoma (cf. Meillet, Introduct. pp. 339-349).

    15. Cf. Rubio, Sint, estruct. I, pp. 99-104.

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  • restablece la secuencia, queda recogido m ediante un anafrico:16 Cato, Agr. 157, 3 cancer ater, is olet; Pl., Trin. 889 Pax, id est nom en mihi.

    Si la secuencia no se restablece inm ediatamente con el anafrico,17 puede producirse un anacoluto, con lo cual la conexin es slo semntica, pero no sintctica: Pl., Poen. 659 tu, si te di am ant, agere tuam rem occasiost; Cato, Agr. 34, 2 ager rubricosus...ibi lupinum bonum fiet; August., Serm. 260 fem inae quae non habent uiros, licet eis nubere.

    Esta dislocacin se da tam bin en espaol. As, en el lenguaje espontneo de Sta. Teresa (Moradas primeras, II), encontram os: El alma que por su culpa se aparta desta fuente y se planta en otra de muy negrsima agua y de muy mal olor, todo lo que corre della es la mesma desventura y suciedad.18

    En ocasiones, el elemento proyectado aparece en acusativo:19 Verg., A. IX, 426 me, me, adsum qu ifeci, in m e conuer- tite ferrum; Ter., Eu. 657-658 illum nescio qui fuerit; Chiron. 526 totam curationem, haec est.

    3) EI nom inativo (y acusativo) absoluto. Si a un nominativo o a un acusativo pendens se le incorpora un participio, antes de que la secuencia se restablezca con el anafrico, el sintagma prolptico funciona a la m anera de un ablativo absoluto. As, en latn arcaico encontram os ya el nominativo absoluto: Piso, Frg. 27 [Peter] hi contempnentes, nemo ei assurgere uoluit; y en tardo: Greg. Tur., Franc. II, 64, 21 illi audientes..., oritur inter eos contentio. (Acusativo absoluto tenemos tam bin en Greg. Tur., Franc. VIII, 339, 27 arcessi-

    16. Cf. Tesnire, Synt. struct., p. 172 ss.; Havers, IF 43, 1926, p. 210 ss.; Hofmann, Lat. fam., 99; Bassols, Sint, hist., I, 31 ; Tovar, Sint., 29.

    17. Como anafricos pueden funcionar pronombres, adjetivos y adverbios; cf. Tesnire, Synt. struct., pp. 89-91.

    18. Cf. Vossler, Fit. len. p. 173 ss.19. Cf. Hofmann, Lat. fam., 105.

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  • tum que W aldonem diaconem ..., sum m am ei sacerdotii deputant).

    Nota. Desde el s. III, estos sintagm as haban llegado a tal punto de identificacin con los ablativos absolutos, que a m enudo no existe ya ei anafrico (Cf. ejemplos y teoras en Bassols, Sint. hist., I, 38 y 73).

    4o) El nom inativo (y acusativo) exclamativo. Si se quiere recoger una idea de dao o provecho con respecto as la persona aludida en una exclamacin, puede usarse un dativo: Pl., Ps. 1317 uae uictis!; Pl., Men. 275 uae tergo meo!, Ter., Ad. 124 ei m ihi! Pero, por lo comn, no hay razn que justifique un dativo y se acude ya al nom inativo ya al acusativo, casos ambos utilizados en las construcciones metalingsticas (Ter., An. 224 fabulae!; Pl., Mos. 1087 nugas!); incluso con nominativo o con acusativo puede haber una idea de dao o provecho que es sugerida por el contexto o que aparece recogida slo m ediante el lxico:20 Verg., G. II, 493 fortunatus et ille, deos qui nouit agrestes! Dichoso tambin aqul que conoce a las divinidades cam pesinas!; Ter., Eu. 418 hom inem miserum!; Pl., Bac. 455 fortunatum Nicobulum !; Pl., St. 709 bene nos, bene te!

    Nota. Como introduccin y recalco de estos giros exclamativos, son frecuentes las interjecciones.21 As:

    1 ) Con dativo, adems de uae y ei, pueden aparecer ettt (Pl., Cur. 625 em tibi!), en (Verg., A. VII, 543 en tibi!), etc.

    20. Exclamaciones como uae misero mihi! (Ter., Hec. 605) y ei miserae mihi! (Afran., Com. 394 [Ribbeck]) suponen una hipercaracterizacin: lxico + morfema de dativo.

    21. Para el valor semntico y estilstico de las interjecciones, consltese el excelente estudio de Hofmann (Lat. fam., 8-45).

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  • 2o) Con nominativo son frecuentes o (Ter., Eu. 560 o festus dies!), ecce (Petr., 5 7 ,8 ecce magister tuus!), en (Cic., D e io tA l en causa!).

    3) Con acusativo el nm ero de interjecciones empleado es mayor: heu y eheu (Cic., Phil. 7, 14 heu m e m iserum !), ah (Cic., Rep. I, 59 ah te infelicem !), o (Ter., Ph. 360 o audaciam !), em (Cic., Phil. 5, 15 em causam !), ecce (Pl., Cist. 283 ecce m e!), pro (Cic., Ver. IV, 7 pro deum homi- num que fidem !), etc.

    5o) El nom inativo (y acusativo) adverbial. En una frase telegrfica castellana como dormir dos das M adrid, en vez de dorm ir durante dos das en M adrid, son posibles las ausencias de los transferentes adverbiales durante y en porque los sintagmas dos das y M adrid son de por s suficientes en significado para aclarar el mensaje. De igual m anera, en latn, en vez de un ablativo o de un giro preposicional, son posibles el nominativo o el acusativo, los dos casos utilizados en los llamados usos metalingsticos, a condicin, claro est, de que su significado en el cdigo se baste por s solo para expresar su funcin en un determ inado contexto de la cadena hablada. Tal es el caso de los nominativos y acusativos adverbializados aduersus y aduersum, prorsus y prorsum , rursus y rursum, posibilidades ambas de las que, a veces, se ha generalizado una sola, sea la de nominativo (deinceps, mordicus, trans, etc.), sea la de acusativo (m ultum , aliquantum , iam, partim , etc.).

    Este uso neutro de las oposiciones existentes entre los casos pudo verse favorecido por la amplia difusin latina de los adjetivos apuestos, en cierta medida equivalentes semnticos de los adverbios, aunque su influjo fue con seguridad menor que el atribuido a ellos por la lingstica tradicional.

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  • C a p t u l o II

    VOCATIVO

    8. En la sintaxis afectiva de las lenguas indoeuropeas, la persona o cosa personificada a la que se invoca o llama aparece en vocativo.

    M orfolgicamente, en el singular de los nombres de gnero animado, el vocativo estaba caracterizado en indoeuropeo por el tema puro; su aislamiento en la frase vena m arcado por la entonacin y por las pausas, que, adems, actuaban como nico signo distintivo en el plural, nm ero en el que el vocativo adoptaba la desinencia del nominativo. Esta neutralizacin morfolgica del plural aparece en latn extendida al singular, si se exceptan determinadas formaciones de la declinacin tem tica.1 En los nombres de gnero inanimado, al no ser susceptibles de invocacin, no existi una forma propia de vocativo.

    9. La circunstancia de que el vocativo se hallaba aislado en el contexto gramatical determ in que Jos tratadistas indios no lo incluyeran entre el nm ero de los casos; tampoco lo consideraron un caso los estoicos, quienes lo llamaron

    1. Cf. Molina, Est. lat., 172, 179, 190 y 250 Io.

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  • . En el s. I a. C. aparece ya sistem ticam ente incorporado al paradigm a nominal, aunque a m enudo se m encionan sus especiales caractersticas. M odernamente, algunos estructuralistas2 no lo consideran un caso o lo llaman 'caso actitudinaF, en oposicin a los restantes casos, a los que denom inan referenciales. Rubio3 lo incluye en el grupo de los casos nom inales (nominativo - acusativo - vocativo), frente a los dems, que suponen una transferencia del nombre; la originalidad del vocativo dentro de su grupo consiste en que funciona en la sintaxis expresiva-impresiva, es decir, en el lenguaje que pretende influir en la actuacin del oyente, m ientras que el nom inativo y el acusativo lo hacen en la sintaxis declarativa.4

    10. En latn el vocativo no introduce por lo comn la frase, por pervivencia, al parecer, del indoeuropeo, lengua en la que se cree que era encltico.5

    1 1 . Igualmente tuvo el indoeuropeo la posibilidad de construir el vocativo precedido de la interjeccin *o para la expresin de un patetism o elevado,6 norm a que conserva el latn: Cic., Att. XIV, 17, 3 0 m i Cicero.

    2. Cf., por ej Hjelmslev, La catgorie..., I, p. 96; De Groot, Word 5,1949, p. 5; Brndal, Essais de littg. gen., pp. 122 y 143.

    3. Sint, estruct., pp. I l l y 128.4. Para los usos neutros de la oposicin nominativo / vocativo, cf. 5.5. Cf. Wackernagel, IF 1, 1892, p. 412 ss.6. En griego tiende a difundirse el uso de , especialmente en tico (cf.,

    por ej frente al latn Quirites), aunque en la poca helenstica se frena su empleo, que se va reduciendo paulatinamente a sus lmites originarios (cf. Meillet-Vendryes, Gramm, comp., 784-785).

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  • En latn pueden tambin aparecer, como refuerzo del vocativo, otras interjecciones:7 heus (Pl., Mos. 939 heus uos, pueri), eho (Pl., Mer. 189 eho tu), ohe (Ter., Ph. 1001 ohe tu), hem (Ter., An. 859 hem Dromo), ehem (Ter., Hau. 622 ehem m i uir), pax (Petr., 66, 7 pax Palamedes), pro (Ter., Ad. 196 pro supreme Iuppiter), etc.

    7. Cf. Hofmann, Lat. fam., 8-45.

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  • C a p t u l o III

    ACUSATIVO

    12. En indoeuropeo se utiliz el acusativo para indicar la m eta u objetivo1 hacia donde se proyectaba un proceso, fuese nominal o verbal. Era, pues, el acusativo el caso de un com plemento circunstancial, trm ino claro del proceso, como en el llamado acusativo de direccin, o trmino algo ms velado, equivalente a nuestra idea de con referencia a (re ferencia es de la raz defero llevar):

    la accin de amar que tiene como m eta al padre, lat. amare patrem (cf., en sintagma nominal, m anum iniectio [Ley sagrada de Luceria], receptio...meum uirum [Pl., As. 920], hanc curatio...rem [Pl., Am. 519], etc.).

    la accin de m archar que tiene como m eta la casa, lat. ire dom um (cf. reditus Rom am [Cic., Phil. 2, 108], iter Italiam [Verg., A. III, 507], etc.).

    la accin de andar proyectada a diez mil pies, lat. am bulare decem milia pedum (cf. el tipo murus decem pedes altus, propiam ente m uro alimentado o desarrollado hacia una m eta de diez pies).

    1. Cf. Jakobson, TCLP 6, 1930, p. 249.

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  • la accin de reinar que tiene como m eta treinta aos, lat. regnare triginta annos (cf. el tipo puer decem annos natus).

    la accin de chirriar referida a sonidos inslitos, lat. rudere insueta (cf., en sintagma nominal, Lucr., II, 796 om ne genus perfusa coloribus, propiam ente la accin de baar con colores referida a todo tipo de ellos).

    el dolor referido a los ojos, lat. dolere oculos (cf. Verg., A. I, 589 os hum erosque deo similis, propiam ente la cualidad de la uniform idad con un dios orientada hacia el rostro y los hom bros).

    Cuando el ergativo indoeuropeo se transform de complem ento circunstancial en sujeto del proceso y logr atraerlo ,2 surgieron las condiciones precisas para el lento pero progresivo desarrollo de la construccin transitiva, tal como la concebimos en las lenguas romances al haber entrado en un juego de oposiciones el sujeto (nominativo) y el complemento directo (acusativo). Dicho en otros trminos: los primitivos complementos circunstanciales de origen del proceso (ergativo) y de meta hacia donde se proyectaba, se transform aron, con el nacim iento de la reccin, en el grupo funcionalmente conectado

    sujeto proceso complemento directo

    que no es ya una construccin vertical de elementos ms o menos inconexos, sino una disposicin horizontal3 que constituye el sistema interno de la frase.4

    2. Cf. Molina, Est. lat., p. 82.3. Cf. Blinkenberg, Transitiv., pp. 22-23.4. Cf. Pottier, Systmat., p. 267 ss.

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  • 13. Los primeros documentos latinos nos m uestran ya escindido el carcter unitario del antiguo acusativo, y la prstina indistincin local5 va desapareciendo mediante la adicin de adverbios que se transform an en preposiciones. A pesar de este cambio de estructura, aparecen, desde un punto de vista sincrnico, con morfema de acusativo y en uso apreposicional, de un lado el complemento directo, parte integrante del sistema interno de la frase y no realizador de transferencia funcional del nom bre, y de otro lado una serie de usos libres, en realidad residuos del antiguo valor circunstancial del acusativo, ubicados por tanto en el sistema externo y realizadores de una transferencia adverbial. Esta incmoda dualidad tenda a ser eliminada, en especial desde finales de la poca republicana, m ediante la utilizacin de otros casos para los usos libres o con el empleo de preposiciones, las cuales, cuando se pueden incorporar slo al acusativo o slo al ablativo, rebajan el morfema casual a la simple expresin de nm ero (y, a veces, tam bin de gnero).6

    14. La circunstancia de que bajo un mismo morfema casual se expresasen relaciones sintcticas que ya se haban disociado ha entraado dificultad para los gramticos antiguos y modernos.

    En efecto, los gramticos griegos, al elegir un nom bre para este caso, lo llamaron , trm ino que, aunque prescinde de los usos lingsticos ya en regresin, recubre el amplio empleo de resultado originado por una causa ( causa) y de complemento habitual de la ditesis causativa,

    5. Cf. Mirambel, Journal de psychol. 43, 1950, pp. 142-156.6. Las preposiciones que admitan la doble posibilidad de adscribirse a

    un acusativo o a un ablativo (in, sub, super, subter) no rebajaron el valor del morfema casual hasta tanto no se produjo el sincretismo entre ambos casos.

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  • como veremos ms adelante. Entre los gramticos latinos, slo Prisciano (Gramm. Lat. II, 185, 25) estuvo atinado en su espordica traduccin casus causatiuus, m ientras que los dems acudieron a la denom inacin de casus accusatiuus, que supone la interpretacin de con el significado marginal de acusacin y no con el fundam ental de causa.

    15. Tambin muchos gram ticos m odernos se han dejado confundir por la concurrencia de distintas construcciones sintcticas de un mismo m orfem a casual. As H. Jacobsohn7 lanz la hiptesis de que el acusativo era el resultado del sincretismo de dos casos, uno de ndole gramatical, el acusativo propiam ente dicho, y o tro de carcter local, el lativo. Su teora goz de amplia difusin,8 pero paulatinam ente se va volviendo a una interpretacin unitaria del acusativo,9 que con anterioridad haba sido propugnada por la teora localista .10

    7. Cf. Festschrift /. Wackernagel, pp. 204-216.8. Uno de sus ms ardientes defensores, Kroll (cf. Sint, cient., pp.

    38-39), ha sido posiblemente el instigador de su aceptacin indiscutible en Espaa durante una veintena de aos (cf. Bassols, Sint, hist., 45 y Tovar, Sint., 26 y 34, as como los manuales de sintaxis griega de Cirac y Lasso de la Vega), aunque ltimamente ha sido rechazada entre nosotros (cf. Molina, Est. lat., 140 3o y Rubio, Sint, estruct., p. 119 ss.).

    9. Aunque con ligeras variantes, cf., por ejemplo, J. Humbert, Syntaxe grecque, Paris 19603, 418; Blatt, Synt. lat p. 77 ss.; Ernout-Thomas,Synt., 21; etc.

    10. La teora localista puede verse en Brugmann, Grundriss..., Il2, 2, 615; Bennett, Synt. Early Lat., II, p. 191 ss.; Barone, Studi sui significato fondamentale dellaccusativo..., passim. Un resumen de las distintas posturas ante la teora localista en Lasso de la Vega, J. S., Sintaxis griega, I, Madrid 1968, 131.

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  • I. ACUSATIVOS INTEGRANTES DEL SISTEMA INTERNO

    16. La transitividad. Segn lo afirm ado anteriormente, la transitividad de un verbo no puede ser una cuestin de morfologa, ni siquiera en los escasos ejemplos que citan los manuales. En efecto, si, por ejemplo, iacre echar funciona como transitivo frente a iacre estar echado, se trata de una m era coincidencia, ya que, desde un punto de vista m orfolgico, nos hallamos simplemente ante la oposicin de un verbo de accin (indiferente, por tanto, a la transitividad) con un verbo de estado, sentido en el que ms tenda a gramaticali- zarse -- y que, por lo comn, funciona como intransitivo, pero que no excluye el funcionamiento transitivo (por ej., habere, terire, e tc .).11 Es decir, que la nocin de transitividad no es intercam biable con la de verbo de estado, ni la de intransitivi- dad con la de verbo de accin.12

    17. Los verbos que habitualm ente se denom inan transitivos, como legere, amare, etc., son en realidad neutros en lo que a la transitividad se refiere, pero, por una cuestin semn- tico-sintctica, se acude a una de sus dos posibilidades funcionales: puer legit o puer librum legit, uir am at 'est enam orado (cf. Ter., An. 185) o uir uxorem amat.

    La eleccin entre una u otra posibilidad depende de m ltiples factores:

    Io) De que el escritor o el hablante conceda im portancia slo a la accin verbal o, por el contrario, quiera resaltar a una persona o cosa determinada: Cic., Amic. 59 ita amare oportere

    11. Cf. Molina, Est. lat., 284 2o.12. Cf. Tesnire, Synt. struct., p. 73.

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  • ut si aliquando esset osurus conviene am ar como si alguna vez tuviese uno que odiar', frente a Cic., Off. I, 68 diuitias amare o Cic., Mil. 35 aliquem odisse.

    2o) De la mayor o m enor claridad que aporte la cadena hablada o el contexto situacional. As, en vez de soluere ancoram (C ic .,A tt. h 13, 1) o soluere nauem (Caes,, Gal. IV, 36), se puede usar slo soluere si las circunstancias lo toleran (e portu soluentibus en Cic., Mur. 4; Alexandrea soluerunt en Cic., Off. Ill, 50); iguales razones contextales justifican las posibilidades conscendere nauem (Caes., Gal. IV, 2 3 ,1 ) frente a conscendere Thessalonicae em barcarse en Tesalnica (Liu., XLIV, 23, 9) o mouere castra (Cic., Fam. XV, 2, 8) frente a Canusio mouere llevarse las tropas de Canusio (Cic., Att. IX, 1, 1).

    En todas las lenguas, la asignacin al contexto o a la situacin externa del valor semntico que el hablante confiere a un verbo es especialmente frecuente en el lenguaje especializado y en el coloquial,13 tendentes al laconismo, sobre todo en expresiones yusivas.

    3o) Con verbos afectivos puede aparecer un acusativo, indicador de la persona o cosa hacia la que se orienta el sentimiento, o un ablativo, que expresa la causa que lo provoca: lugere mortem (Cic., Phil. 12, 2 5 )/ lugere morte, dolere casum (Cic., Sest. 145) / dolere contrariis rebus (Cic., Amie. 17); pars stupet donum exitiale M ineruae unos sienten estu

    13. Cf. las frases espaolas Bahamontes abandon la carrera / Ba- hamontes abandon en el quilmetro 16 o simplemente Bahamontes abandon, ya que el nombre del conocido ciclista aporta por s solo claridad al mensaje; Juan recibe felicitaciones / El director no recibe los sbados / "El boxeador recibi duramente / El novillero maneja bien la capa, pero no sabe recibir, etc.

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  • por orientado hacia el don... (Verg., A. II, 31) / stupet Albius aere Albio siente estupor provocado por el bronce (Hor., S. i, 4, 28), como en castellano "llorar la m uerte de alguien / llorar por la m uerte de alguien, rer las bromas de alguien / rer con las bromas de alguien, etc. Para esta doble posibilidad es indiferente que el valor afectivo no le corresponda al verbo en el cdigo, con tal que lo adopte en el mensaje: pastor Corydon ardebat Alexin el pastor Coridn arda [en amor] orientado a Alexis (Verg., Ecl. 2, 1) / arsit Atrides uirgine rapta el Atrida ardi [de amor] provocado por una doncella prisionera (Hor., Carm. II, 4, 7).

    Muchos de los verbos pertenecientes a este grupo han generalizado la construccin con acusativo, como ridere (Cic., Att. XIV, 14, 1 ioca tua risi he redo tus brom as), flere (Pl., Capt. 139 egone ilium non fleam ? no voy yo a llorarlo?), etc., pero para otros el empleo del acusativo est limitado al de pronom bres o adjetivos neutros (stomachari om nia en Cic., Att. XIV, 21, 3; illud laetari en Cic., De imperio Cn. Pompei u. Manil. 3; etc.).

    Se trata, pues, de una cuestin particular de cada verbo el que funcione con un acusativo, con un ablativo o con un giro preposicional, si bien se advierte cierta tendencia a la propagacin del empleo transitivo.14

    4o Los deponentes utor, fruor, potior, fungor y uescor se construyen en latn clsico con un ablativo instrum ental (cf. 78 2), pero, en la poca arcaica, admiten tambin un acusativo:

    oleam albam ...u ti (Cato ,Agr. 118) / aere utebatur (Caes., Gal.IV, 31, 2)

    14. Cf, Bassols, Sint, hist., 49 2o.

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  • ingenium frui (Ter., Hau. 401) / commodis... frui (Caes., Gal. Ill, 22, 2)

    potitur commoda (Ter., Ac?. 871) / imperio potiri (Caes., Gal.I, 2, 2 )15

    fungi fortunas (Pl., Mos. 47) / aedilitate fungi (Cic., Off. II, 57)

    uescaturdapem (Acc., Trag. 218 [R ibbeck]/ca rn e uesci (Cic., Tuse. V, 90).

    Estos deponentes, incluso despus de haber abandonado la construccin transitiva, continuaron utilizando el gerundivo, que la presupone.16 Como en el apartado anterior, se trata de una doble posibilidad, intencional en su origen (cf. en esp. cum plir las obligaciones / cum plir con las obligaciones, usar el dinero / usar del dinero, etc.), pero con tendencia en latn a generalizar el empleo del instrum ental.

    5o) Algunos verbos m uestran un uso neutro de la oposicin activa / pasiva (verbos diatticam ente neutros), es decir, que la misma persona o cosa, por una mera cuestin de estilo, funciona como sujeto o como complemento directo, sin que ello implique un cambio en la voz del verbo: los peligros aum entan con esto / "esto aum enta los peligros, fr. le m oteur cale / caler le m oteur, lat. signa canunt las seales [de combate] resuenan (cf. Sal., Cat. 59, 1) / tubicines signa canunt los cornetas dan la seal de com bate (cf. Sal., fug. 99, 1), sudor m anat (Lucr., VI, 944) / sudorem m anat (Plin., Nat. XXXVII, 170), etc.

    15. Con potior es posible tambin un genitivo, que se justifica por la etimologa del verbo (cf. Molina, Est. lat., 331 3o).

    16. Cf. Kroll, Sint, cient., p. 46 (con bibliografa).

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  • El empleo transitivo de los verbos dietticam ente neutros responde, por lo general, a un valor causativo ocasional; as, esto aum enta los peligros equivale a esto hace aum entar los peligros.

    6o) En efecto, la fuerza causativa adoptada por un verbo puede provocar la construccin transitiva. As, flagrare arder / flagrabat Elissam (Stat., Silu. V, 2, 120) haca arder o inflamaba [de amor] a Elisa; lucre brillar / lucebis facem (Pl., Cas. 30) hars brillar o encenders la antorcha; resonare resonar / lucos...resonat cantu (Verg., A. VII, 11-12) hace resonar a los bosques con su canto.

    Este valor causativo ocasional es especialmente frecuente en nuestras lenguas romances (avanzar, retroceder, entra r, subir, e tc .),17 ya que en ellas hay una escasa morfolo- gizacin de la ditesis causativa (fr. -iser, -fier, esp. -izar, -ficar, etc.), la cual se suple con el valor factitivo ocasional de un verbo no m arcado.18

    7o) Son tambin ocasionalmente transitivos los verbos declarativos por braquiloga: suspirar (= decir suspirando, lat. suspirare [cf. Hr., Carm. III, 2, 9]), gemir (= decir entre gemidos, lat. gemere [cf. Cic., Red. Sen. 12; Verg., G.Ill, 226]), vocear, vociferar, "clam ar (= decir a voz en grito, lat. uociferari [cf. Liu., IV, 1, 6; Verg., A. II, 679]), clamare, clamitare, etc. [quorum clam itant nom ina cuyos nom bres proclam an a voz en grito, en Plin., Ep. IX, 6, 2]).

    17. Cf. Blinkenberg, Transitiv., pp. 103-104.18. Para las marcas morfolgicas de la ditesis causativa en latn, cf.

    Molina, Est. lat., 283 2; 284 Io; 285.

    43

  • 8o) En el latn histrico aparece establecida una oposicin entre verbos simples de movimiento con uso intransitivo y los mismos verbos compuestos de preverbio con funcionamiento transitivo: Arnus praeter Florentiam flu it /A rn u s Florentiam praeterfluit. Los preverbios ms utilizados en estas construcciones son circum-, praeter-, trans- y, con menor frecuencia, ab-, ad-, ex-, ob-, etc. La justificacin diacrnica de la dualidad de construcciones no presenta dificultad con la in terpretacin general del acusativo que venimos aplicando; tanto los preverbios como las preposiciones tuvieron un origen de adverbios independientes cuya misin consista en concretar la localizacin del juicio emitido; con el tiempo, se adscribieron al verbo (preverbios) o al nom bre (preposiciones). Es decir, que Arnus Florentiam flu it ms el adverbio praeter, que despus fijara su posicin, significaba originariam ente el Arno fluye hacia Florencia por delante o por fuera, esto es, el Arno bordea Florencia; igualmente, egredi m unitiones (Caes., Ciu. III, 52, 2) significaba en un principio al exterior (e-) la accin de m archar (gradi) orientada a las fortificaciones, de donde salir de las fortificaciones, y decurrere laborem (Verg., G. II, 39) de arriba abajo (de-) la accin de correr orientada al trabajo, o sea, ir hasta el final del trabajo.

    De esta manera, los preverbios tendieron a gramaticalizar- se en la expresin de una idea mom entnea frente a la durativa representada por el verbo simple, aunque el proceso para aspectualizar la accin verbal con este recurso no lleg a sistem atizarse por com pleto,19 pero s lo suficiente como para que el sintema o agrupacin de monemas20 se sintiese semn

    19. Cf. Molina, Est. lat., 274 5o; Magarios, Emerita 2/2, 1934, p. 307 ss. y 3/1, 1935, p. 120 ss. (con bibliografa sobre el tema).

    20. Cf. Molina, Est. lat., 166 ss.

    44

  • ticam ente solidario hasta el punto de poderse repetir el p reverbio en forma de preposicin: Cic., Ver. III, 100 per omnes d u ita tes percurrit oratio mea mi discurso tiene amplia repercusin por todas las ciudades, Caes., Gal. VI, 31, 4 e finibus suis egredi salir de su territorio, etc.

    Nota. Los verbos intransitivos de movimiento compuestos con los preverbios ante- y prae- integran sintemas a los que se les puede adscribir un acusativo: Cic., Amic. 62 praecurrit amicitia iudicium la amistad se anticipa al juicio; Cic., Att. VIII, 9, 4 (Pompeius) antecesserat legiones (Pompeyo) se haba m archado antes que las legiones. Pero, en el sentido abstracto de "aventajar, "sobrepujar que les confiere la incorporacin de un dativo, el uso del acusativo es lgicam ente menos frecuente: Cic., Catil. 4 ,19 m ihi studio paene praecurritis casi me aventajis en celo; Cato Galbae aetate anteibat (Cf. Cic., Tuse. I, 5) Catn aventajaba en edad a G alba. La explicacin comn a todos los verbos que adm iten la doble construccin de acusativo y de dativo se da al estudiar este ltimo caso ( 36 ss. y en especial 37, nota).

    9o) Un verbo funciona como intransitivo, segn hemos visto, cuando por s solo se basta para que el oyente o el lector interprete correctam ente el mensaje. Este funcionamiento ser, pues, el habitual con verbos como sudar, bailar, jugar, correr, vivir, com batir, ir, llover, etc. Pero, con mayor o m enor amplitud segn la parcela del lenguaje que consideremos, pueden actuar mviles estilsticos que aconsejen el empleo de un complemento directo. As, el acusativo aparece en latn:

    a) Si se siente la necesidad de concretar (a menudo con un acusativo, aunque caben otras posibilidades intencionales) el trm ino que delimita la accin verbal:

    45

  • sudare mella (Verg., Eel. 4, 30) y en pasiva balsama sudantur (Tac., Ger. 45) frente a sudare umore (Lucr., VI, 943), cf. esp. "sudar sangre.

    saltare staticulum (Pl., Per. 824), cf. esp. bailar un tango.

    ludere aleam (Suet., Aug. 70) frente a ludere ale (Cic., Phil. 2, 56) jugar los dados, cf. esp. jugar un partido, jugar la pelota.

    currere M stadia (Plin., Nat. VII, 84) correr mil estadios, cf. esp. correr el m aratn.

    uiuere annum (Cic., Sen. 24) vivir un ao.21

    m ultam certare (Liu., XXV, 3, 14) com batir (= entablar debate sobre la m ulta) frente a certare officiis (Cic., Fam. VII, 31, 1) o de aliqua re (Cic., de Orat. II, 76), cf. esp. com batir la injusticia.

    y en otras construcciones genuinas del latn, como ir exsequias (Ter., Ph. 1026), lapides p luit (Liu., XXVIII, 27 ,16) frente a Cic., Diu. II, 58 sanguine pluit, Tyrrhenum nauigare (Verg., A. I, 67), etc., que sorprenden al lector moderno, habituado a un concepto ms evolucionado y restringido de la transitividad.

    21. El hecho de que a este acusativo suela llamrsele de duracin, adscribindolo al sistema externo de la frase del latn clsico, es un encasi- llamiento basado en el lxico, es decir, en el significado de la palabra annum, no en la construccin, que era sincrnicamente transitiva, como lo atestiguan sintagmas del tipo tertia uiuitur aetas (Ou., Met. XII, 187), en pasiva personal. Igualmente suele llamarse acusativo de extensin al ejemplo citado de Plinio currere M stadia, pero el mismo autor (Nat. XXIII, 26) usa la construccin pasiva bina stadia ambulantur. En otras circunstancias el acusativo queda ya ms desligado, en el sistema externo. Se trata, pues, de distintos grados en la escisin del antiguo acusativo unitario.

    46

  • b) Si, por una mera cuestin estilstica, se recurre a un sintagma verbal de figura etimolgica22 que repite con el acusativo una raz verbal habitualm ente usada en funcionam iento intransitivo: uiuere uitam, pugnare pugnam , bellare bellum, currere cursum, ludere ludum , somniare som num , etc. El acusativo, al cubrir el mismo campo semntico que el verbo, no aade ningn concepto al mensaje, de aqu que suela llevar una determ inacin que lo justifica:

    uiuere uitam duram (Ter., Ad. 859) o tutiorem (Cic., Ver.II, 118).

    magnam pugnam pugnare (Lucil., 1323 [Marx]).

    bellum hoc bellare (Liu., VIII, 39, 16).

    eosdem cursus currere (Cic., Agr. 2, 44).

    consim ilem ludere ludum (Ter., Eu. 586-587).

    m irum som nium somniare (Pl., Rud. 597).

    De esta forma, el grupo integrador del sintagma nominal funciona junto al verbo como la variante estilstica de un adverbio o de un complemento circunstancial (duritia o duriter uiuere, consim ili modo o consimiliter ludere, etc.). No obstante, el acusativo de la figura etimolgica puede aparecer sin la determinacin, como mera insistencia de la idea expre-

    22. La figura etimolgica es una de las variantes de la adnominatio, recurso estilstico muy del gusto de los escritores latinos y griegos (), por el que se repite una palabra entera o su elemento esencial: Heic est sepulcrum hau pulcrum pulcrai feminai / nomen parentes nominarunt Claudiam (cf. Rubio, L.-Bejarano, V., Documenta ad linguae Latinae historiam inlustrandam, Madrid 1955, 31); facere facinus, uocem uocare (Ennio); haeret pede pes densusque uiro uir (Verg., A., X, 361); etc. Cf. Marouzeau, Styl, lat., pp. 65-68.

    47

  • sada por el verbo, pero entonces suelen ir como aditam ento otras adnominaciones: Pl., Capt. 391-392 seruitutem seruire huic hom ini optum o qui m e honore honestiorem semper fecit et facit.

    La figura etimolgica aparece tambin en la ditesis pasiva: Cic., Mur. 34 pugna quae sum m a contentione pugnata [est].

    Nota. Hemos advertido que la figura etimolgica es un simple caso particular de la adnom inatio. Puede, por tanto, aparecer junto a un verbo habitualm ente transitivo (facere facinus) e integrar una construccin de doble acusativo: Cato, Agr. 139 te...bonas preces precor.

    c) Cuando, en circunstancias idnticas a las descritas en el apartado anterior, el autor acude, no a la figura etimolgica, sino al acusativo de otro sustantivo de significado afn, reali-1 zador de un efecto estilstico parecido, pero con la sorpresa inherente a la variacin lxica: Hor., Carm. IV, 9, 19-21 pugnauit...dicenda M usis proelia; Verg., A. IV, 467-468 longam...ire uiam; Prop., I, 1, 18 notas ire uias; Pl., Poen. 1187 uiuim us uitalem aeuom.

    La construccin pasiva la tenemos, por ejemplo, en Sal., fug. 54, 7 proelium male pugnatum .

    d) O tra de las circunstancias en que el acusativo conserva su primitivo valor de persona o cosa hacia la cual se orienta o se refiere el proceso es el llamado acusativo adverbial. Desde un punto de vista estricto, tenemos la misma construccin en legere m ulta la accin de leer referida a muchas cosas que en laetari m ulta la accin de alegrarse referida a muchas cosas, si bien en el prim er caso se habla de complemento directo y en el segundo de acusativo adverbial. La explicacin de esta dualidad radica en que, al desarrollarse la transitividad ( 12), el acusativo que se incorporaba a los verbos polarizados en el

    48

  • funcionamiento intransitivo supona, para el nuevo sistema, una construccin sintctica relajada, en cuyo sentido se puede hablar de valor adverbial.23 Una vez que el procedimiento lleg a mecanizarse, term in por adquirir amplia difusin, a la que no fue ajeno el influjo griego, especialmente en los poetas y en los prosistas poetizantes (Tito Livio, Tcito, etc.): Cic., de Orat. 1 ,35 cetera...adsentior Crasso en lo dems estoy de acuerdo con Craso; Cic., Mil. 18 quid illa commemoro? por qu traigo a colacin aquellos hechos?; Caes., Gal. IV,1, 8 eque m ultum frum ento, sed m axim am partem lacte atque pecore u iuunt no se alimentan mucho de trigo, sino fundam entalm ente de leche y carne; Cic., Catii. 1, 10 quos ego...id temporis uenturos esse praedixeram quienes haba yo pronosticado que vendran en ese m om ento; Hr., Carm. I, 22, 23 dulce ridentem Lalagen amabo am ar a Llage, la de dulce sonrisa; Tac., Ann. IV, 60 falsum renidens sonriendo hipcritam ente.

    18. Remitimos a los prrafos correspondientes para el estudio de los acusativos denominados apositivo ( 7 I o), pendens ( 7 2o), absoluto ( 7 3o) y exclamativo ( 7 4o). Aqu aludiremos a un tipo de acusativo que Rubio24 considera como una relajacin sintctica. Se trata de Kalendas Nouem- bres, etc., en frmulas indicadoras de fecha, como data ante diem IV Kalendas Nouembres. Segn la explicacin general que hemos dado del acusativo, no existe relajacin alguna, sino que el tipo est justificado por cuanto indica, en el sistema latino de fechar, la meta u objetivo inherente al morfema de

    23. Tngase, sin embargo, en cuenta que tan adverbiales como estos acusativos son los restantes residuos de su valor originario que, integradores del sistema externo de la frase, son catalogados como de duracin, de extensin en el espacio, de relacin y de direccin.

    24. Sint. estruct., p. 132.

    49

  • acusativo; en efecto, el significado del ejemplo es realmente por delante el da cuarto con referencia a las calendas de noviem bre.

    II. DOBLE ACUSATIVO

    19. Doble acusativo de persona y de cosa. Ya hemos sealado ( 1 7 2o) que una raz con funcionamiento habitual intransitivo puede construirse con un acusativo si adopta fuerza causativa ocasional (lucere brillar / lucebis facem [Pl., Cas. 30] hars a la antorcha brillar o encenders la an to rcha). Tambin una raz norm alm ente intransitiva puede, con determ inados recursos morfolgicos,25 proporcionar un verbo causativo con funcionam iento transitivo habitual:

    sto estoy en pie / sisto aliquem o aliquid hago a alguien o a algo estar en p ie, o sea, yo coloco a alguien o algo (Verg., A. II, 245 monstrum ...sacrata sistim us arce colocamos el m onstruo [= el caballo de madera] en la sagrada ciudadela).

    placeo yo soy agradable / placo aliquem o aliquid yo hago a alguien o a algo ser agradable, aplaco a alguien o algo (Verg., A. II, 116 sanguine placastis uentos aplacasteis a los vientos con la sangre [de Ifigenia]).

    Como consecuencia de esto, si, en vez de considerar una raz habitualm ente intransitiva, examinamos una transitiva que reciba una marca morfolgica especializada en la creacin de causativos o que simplemente adopte valor factitivo en la cadena hablada, es lgico que pueda aparecer un sintagma

    25. Cf. Molina, Est. lat., 283 2; 284 Io; 285 2o; 289 6o.

    50

  • verbal con dos acusativos: doceo grammaticam pueros hago a los nios aprender la gram tica. En este sintagma pueros es el acusativo de la ditesis causativa, pues slo a una persona se induce a realizar algo, y grammaticam es el rgimen de la raz aprender; o dicho de otra forma, la frase doceo grammaticam pueros es equivalente a facio pueros discere grammaticam. En la construccin pasiva, como los nios son inducidos por m a aprender la gram tica, el acusativo de persona ser nom inativo sujeto, m ientras que el de cosa continuar en acusativo, puesto que lo nico invertido es la ditesis causativa: pueri grammaticam a m e docentur.26

    20. En la prosa clsica, los verbos que adm iten doble acusativo de persona y de cosa son los siguientes:

    doceo (raz *doc-, causativa con vocalismo o, frente al grado cero de disco aprender < *di-dc-sco):27 Cic., de Orat. II, 216 eam [artem] tu ...nos docebis t nos ensears este a rte , y en pasiva Caes., Gal. V, 42, 2 [Nerui] haec...ab his docebantur los nervios reciban tales enseanzas de stos.

    celo (raz *kel-, causativa de *kel-, que tenemos en occulo < *ob-cel-o y, en grado cero, en el adverbio clam) ocultar, m antener a alguien en la ignorancia de algo: Cic., Orat. 230 O uirum simplicem, qui nos n ihil celet! hombre ingenuo, que nada nos oculta!, y la construccin pasiva en Nep., Ale. 5, 2 id Alcibiades diutius celari non potu it

    26. Para la construccin castellana enseo gramtica a los nios y su pasiva correspondiente, cf. 50. El ingls puede utilizar en la pasiva, por razones estilsticas que tienden a resaltar el sujeto, el procedimiento latino o el castellano.

    27. Cf. Molina, Est. lat., 132 3o y 284 Io.

    51

  • Alcibiades no pudo ser m antenido por ms tiempo en la ignorancia de esto.

    poseo (< *porc-sco < *prk-sk-o)28 pedir, reclam ar, forzar a alguien a que entregue algo: Cic., Ver. I, 3 Verres parentes pretium pro sepulturam liberum poscebat Verres exiga a los padres que entregasen una cantidad por la sepultura de sus hijos (la pasiva en Ou., Met. I, 137).

    postulo, creacin itlica sobre la raz de poseo, cuyo rgimen adopta: Cic., Tul. 39 haec...praetorem postulabas pedas esto al p re to r.

    precor, tambin de la misma raz: Cic., Q. fr. I, 3, 9 quod precarer deos lo que yo pedira a los dioses.

    flagito.29 Caes., Gal. 1, 16,1 Caesar Haeduos frum entum ... flagitare Csar instaba a los eduos a que le entregasen el trigo (la pasiva, por ejemplo, en Caes., Ciu. I, 87, 3).

    rogo (causativo con vocalismo o de reg alinear, sealar), limitado casi exclusivamente, en el sintagma con dos acusativos de persona y de cosa, al giro rogare senatorem [m agistratum ] sententiam pedir al senador o al magistra-

    28. El sufijo *-sk-, adems de su gramaticalizacin en sentido iterativo, presenta, por lo comn con vocalismo radical cero, valor causativo en algunas lenguas indoeuropeas (gr. yo enseo, toc. A praks- y toe. B preks- pedir, idntico al poseo latino, lat. pasco yo hago pacer, etc.). Las ideas iterativa y causativa estaban ntimamente relacionadas (cf. Rodrguez Adrados, Evolucin..., p. 387), hasta el punto de que, segn Pedersen, ambas iban unidas en indoeuropeo.

    29. Tambin es una formacin iterativa (cf. Molina, Est. lat., 283 5o), propicia, por lo tanto, a la expresin de la idea causativa.

    52

  • do que exponga su opinin (la construccin pasiva en Cic., Phil. 5, 5).30

    iubeo (en latn arcaico ioubeo)-?x Cic., Fam. XIII, 26, 3 litterae non quae te aliquid iuberent una carta no para encargarte que hagas algo (la pasiva, por ejemplo, en Caes., Gal. Ill, 6, 1 ).

    m oneo (formacin causativa de la raz *menHii-pensar, que tenemos en memini, etc.): Cic., Att. XIV, 19, 1 id ipsum quod m e mones lo mismo que me haces pensar (la pasiva, por ejemplo, en Cic., Amic. 88).

    oro:32 Cic., Ver. V, 119 id postrem um parentes suos liberi orabant sta era la ltima peticin que los hijos hacan a sus padres.

    cogo, que, sin ser una formacin morfolgica de causativo . (< *c-go), funciona en latn como auxiliar factitivo33 en virtud de su significado: Cic., Rep. I, 3 ciuis qui id cogit om nesu el ciudadano que obliga a todos a realizar esto

    30. Tito Livio (III, 65, 4) emplea rogare con dos acusativos, ambos de persona: plebem Romanam tribunos plebei rogare, pedir a la plebe romana que designe sus tribunos; este doble acusativo de persona no es frecuente, pero tampoco supone una anomala. En efecto, el rgimen de la ditesis causativa ha de ser un nombre de persona, pero el otro acusativo, en teora, ser de persona o de cosa segn el significado de la raz verbal; no obstante, el doble acusativo de persona, por su anfibologa, puede arruinar el sentido del mensaje, de aqu que el afn de claridad imponga un giro preposicional en vez del acusativo de la ditesis causativa: Cic., Ver. 5, 128 flagitare ab aliquo aliquem.

    31. El acusativo de cosa est atestiguado slo con neutros de pronombres o adjetivos.

    32. En la prosa clsica el acusativo de cosa est atestiguado slo con neutros de pronombres o adjetivos, pero cf. infra 21 2o.

    33. Cf. Tesnire, Synt. struct., pp. 266-267.34. El acusativo de cosa es siempre un pronombre o adjetivo neutro.

    53

  • (la pasiva, por ejemplo, en Cic., Rab. Post. 17 ego hoc cogor).

    Nota. Con todos estos verbos son posibles otros tipos de sintagmas, cuya eleccin viene determ inada por razones particulares de estilo, por afn de claridad o simplemente porque los recursos morfolgicos para la creacin de causativos se haban ido desgram aticalizando:

    docere aliquem de aliqua re (Caes., Gal. VII, 10, 3), docere aliquem equo (Liu., XXIX, 1, 8) instruir a alguien en la equitacin, docere aliquem in aliqua re (Cic., Orat. 40).

    celare aliquem de aliqua re (Cic., Ver. IV, 29), celare alicui aliquid (B. Alex. 7, 1).

    poscere ab aliquo aliquid (Cic., Ver. II, 117).

    postulare ab aliquo aliquid (Cic., Amic. 35), postulare ab aliquo de aliqua re (Cic., Balb. 34).

    precari aliquid ab aliquo (Cic., N. D. III, 84).

    flagitare ab aliquo aliquid (Cic., Tuse. I, 34) , flagitare ab aliquo aliquem (Cic., Ver. V, 128).

    rogare aliquid ab aliquo (Pl., Per. 39), rogare aliquem de aliqua re (Cic., Q. fr. III, 1, 4).

    monere aliquem de aliqua re (Cic., Att. XI, 16, 5; cf. meminisse de aliqua re), monere aliquem alicuius rei (Tac., Ann. I, 67; cf. meminisse alicuius rei).

    orare rem ab aliquo (Verg., A. XI, 358).

    21. Fuera de la poca clsica, la construccin de doble acusativo goz de una mayor difusin. As:

    54

  • Io) En latn arcaico, que lgicamente conservaba mspujante la morfologizacin de causativos, encontramos elsintagma con los siguientes verbos:

    condono: Ter., Ph. 947 argentum quod habes condonamus te el dinero que tienes te lo perdonam os.

    consulo : 5 Pl., Men. 700 consulam hanc rem amicos consultar este asunto a mis amigos.

    dono: Ter., Hec. 849 egone te pro hoc nuntio quid donem? qu te dara yo por esta noticia?

    eludo: Pl., Cur. 629-630 anulum ...parasitus...te elusit el parsito te birl el anillo.

    insimulo: Pl., Am. 859 m e insimulare...facinus tam m alum acusarm e de tan mala accin.

    percontor: Pl., Ps. 462 sunt quae te uolum us percontari hay cosas que queremos preguntarte.

    prohibeo: Pl., Am. 1051 eque m e Iuppiter eque di omnes id prohibebunt ni Jpiter ni los dioses todos me harn desistir de esto.

    uorto: Pl., Am. 121 uortit sese im aginem .36

    2o) En poca imperial se extiende, de una parte, a verbosque se relacionan semnticamente con los que conservaban la

    35. Pedersen y Mller lo consideran causativo (cf. infra 38 y Ernout- Meillet, Diet., s. u. consul).

    36. Este doble acusativo es consecuencia de la substitucin de la voz media reflexiva con complemento directo (cf. Verg., A. IX, 646 formam uertitur oris) por la activa acompaada de pronombre reflexivo (cf. 33).

    55

  • construccin en la poca clsica; de otra, por arcasmo, a los usados en el perodo preclsico; y, en fin, por helenismo, a los que traducen la amplia gama de significados a los que corresponde doble acusativo en griego.37 Citaremos algunos ejemplos: Hr., Ep. I, 20, 26 forte m eum si quis te percontabitur aeuum si por ventura alguien te pregunta mi edad; Petr., 44 Iouem aquam exorabant imploraban de Jpiter la lluvia; Stat., Theb. X, 507 aliquem leges erudire; Suet., Aug. 58 quid habeo aliud deos inmortales precari? qu otra cosa podra yo pedir a los dioses inm ortales?; Suet., Ves. 16 quam (=libertatem) imperium adeptum suppliciter orabat suplican temen te tra taba de obtener de l, tras su elevacin al Imperio, la libertad; Gaius, Inst. IV, 51 (y otros juristas) certam pecuniam aliquem condemnare condenar a alguien a depositar una determinada cantidad; Itala, Leu. 8, 7 uestiuit eum tunicam et praecinxit eum zonam = t le puso la tnica y le ci el cinturn.

    22. Complemento directo con atributo. En las gram ticas se citan como verbos que adm iten esta construccin los que significan atribuir a alguien una cualidad por el pensamiento, por la palabra o por la accin:38

    Io) Por el pensamiento: habere, iudicare, ducere, existimare putare, credere, etc.: Cic., Tuse. I, 97 mortem m alum iudicare considerar la m uerte un m al; Liu., VIII, 31, 4 furere...quod se Q. Fabius magistrum equitum duxerit se

    37. Cf. Cirac, S., Manual de gramtica histrica griega, III, Barcelona 1957, 473 ss.; Lasso de la Vega, Sint, gr., 167 c).

    38. Del participio en funcin de atributo del complemento directo (tipos uideo puerum ludentem, audio puerum canentem, nolo te offensum) se tratar en la parte correspondiente al estudio de las formas nominales del verbo.

    56

  • enfurece de que Q. Fabio se tenga por m aestre de caballera; Liu., XXI, 39, 8 Scipionem H annibal praestantem uirum credebat Anbal tena a Escipin por un hom bre prom inente.

    2) Por la palabra: uocare, nominare, appellare, dicere, etc.: Cic., Leg. I, 22 anim al...quem uocam us hom inem el animal al que llamamos hom bre; Cic., Tuse. IV, 52 [ira] quam bene Ennius initium dixit insaniae (la ira) a la que Enio llam con propiedad umbral de la locura.

    3o) Por la accin: facere, creare, designare, eligere, reddere, redigere, etc.: Caes., Ciu. Ill, 59, 2 locupletes...eos fecerat los haba hecho ricos; Cic., N. D. II, 52 M esopotamiam fertilem efficit Euphrates el Eufrates vuelve frtil a Mesopotam ia; Liu., I, 32, 1 Ancum Marcium regem populus creauit el pueblo eligi rey a Anco M arcio.

    23. Estas construcciones son consecuencia de un funcionamiento causativo de los verbos correspondientes, con la m odalidad de que actan como factitivos de estado,39 es decir, que no indican inducir a hacer, sino inducir a estar o a ser.40 No es, pues, extrao que el sintagma aparezca tambin con causativos de accin que ocasionalmente adoptan la acepcin de causativos de estado: Cic., Ver. II, 174 quos populus iudices poscit a los que el pueblo reclama como jueces (= pide que sean los jueces); Liu., I, 22, 1 Tullum H ostilium ...regem populus iussit el pueblo m ostr su deseo de que Tulo Hostilio fuese el rey; Plin., Ep. III, 4, 4 postulare aliquem aduocatum pedir a alguien que sea el abogado.

    39. Esta opinin la defend ante el profesor Rubio, quien la comparti y recogi en su Si/, estruct. (I, pp. 127-128).

    40. Por ej., el verbo facere no es causativo en milites castra fecerunt; es causativo de accin en Caesar pontem fecit Csar hizo construir un puente; es causativo de estado en te diuitem faci te hago (ser) rico.

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  • Corrobora esta interpretacin la circunstancia de que la idea de estado puede venir recogida con esse,41 en vez de quedar relegada al sentido contextual: Cic., Ver. IV, 150 te saluum uolunt te quieren sano y salvo / Cic., Sen. 73 uult se esse carum suis quiere ser caro a los suyos; Caes., Gal. II, 28, 1 uictis nihil tutum arbitrabantur nada consideraban seguro para los vencidos / Caes., Gal. VI, 23, 3 se fore tutiores arbitrantur se creen que estarn ms seguros.

    Nota. Existen tam bin otros sintagmas con los que se realiza una transferencia atributiva. Tal es, por ejemplo, el caso de pro + ablativo; as, en vez de aliquid certum habere (Cic., Att.IV, 17, 7; Liu., XXII, 7, 10), se puede em plear aliquid pro certo habere (Cic., Att. VII, 12, 5; Liu., IV, 55, 8).

    Igualmente se da con in numero o in loco + genitivo, que, con la omisin de in, supone la evolucin de numero y loco hacia un funcionam iento como posposiciones de genitivo: aliquem in hostium numero ducere (Caes., Gal. VI, 32,1) o habere (Caes., Gal. I, 28, 2), aliquem hostium numero habere (Caes., Gal. VI, 6, 3), aliquem in hostium loco habere (Caes., Ciu. II, 25, 6), aliquem hostis loco habere (Caes., Ciu. III, 21, 2). Estas transferencias atribu tivas se dan tam bin a m enudo con esse. Para la transferencia atributiva en genitivo (tipo hoc miserorum puto), cf. 60.

    24. Al integrar este sintagma los verbos que funcionan como causativos de estado, es lgico que, en la pasiva correspondiente, aparezcan en nominativo los conceptos que en la ditesis activa son el com plemento y su atributo: Liu., XXII,35, 2 C. Terentius consul unus creatur (cf. 3 III 2 c y nota I a).

    41. La ditesis causativa, tanto indicando accin como estado, es la promotora de la construccin de infinitivo con acusativo sujeto.

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  • 25. Doble acusativo del todo y de la parte. Con unaacumulacin apositva de sintaxis muy simple, la lengua afectiva y coloquial, despus de indicar la persona o cosa a la que se orienta el proceso verbal, incorpora un segundo acusativo, que, satisfecha la descarga anmica, precisa la parte afectada. Por tanto, en la cadena hablada, nos aparecer, en primer trm ino, el acusativo del todo,42 y, por lo comn, antes del acusativo de la parte, se enuncia el proceso verbal: Verg., A. X, 698-699 Latagum saxo...occupat os faciem que a Ltago con un peasco se anticipa a herirle boca y rostro; Pl., Men. 858-859 hunc senem...dedolabo...uiscera a este viejo le tritu rar las entraas; Chiron. 128 dabis portulacam m anum plenam dars verdolaga, una mano llena.

    26. Observacin sobre otras construcciones de doble acusativo. Las restantes construcciones de doble acusativo catalogadas en las gramticas no presentan dificultad de interpretacin. Estn integradas por un verbo transitivo de movimiento com puesto de preverbio; de los dos acusativos uno es complemento directo y el otro es el trm ino del movimiento, en el que la ausencia de preposicin, cuando stas se haban generalizado, queda justificada por el preverbio: Caes., Gal.II, 5, 4 flum en Axonam ...exercitum traducere m aturauit se apresur a conducir el ejrcito a la otra orilla del ro Aisne;43 Pl., Truc. 762 m anum te iniciam lanzar mis derechos legales contra ti (= te llevar a juicio);44 Pl., Cur. 270 hoc anim um aduorte presta atencin a esto.

    42. Aunque se trata de un sintagma distinto, guarda cierta relacin con los recursos prolpticos que hemos visto en el nominativo y en el acusativo pendens ( 7 2o).

    43. La repeticin del preverbio en forma de preposicin la tenemos, por ej., en Caes., Gal. I, 35, 3 multitudinem trans Rhenum traducere.

    44. Repeticin del preverbio tenemos, por ej., en Cic., Dom. 64 se in medios hostes inicere lanzarse contra el grueso de los enemigos; tambin

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  • Nola. Naturalmente, en la construccin pasiva el acusativo de direccin se mantiene: Caes., Gal. I, 31,16 deterrere ne multitudo Germanorum Rhenum traducatur impedir que un grupo importante de germanos sea trasladado a la otra orilla del Rin.

    Se evidencia, pues, que, desde el punto de vista del latn histrico y a nivel sintctico, es un contrasentido hablar en estos casos de doble acusativo, ya que, en tal momento, uno de ellos pertenece al sistema interno de la frase y el otro al sistema externo. Para adm itir aqu un doble acusativo, hay que rem ontarse a una poca anterior al nacimiento de la transitividad y aceptar el origen unitario del acusativo, con lo cual tam bin se podra hablar de dobles acusativos en sintagmas como dom um pueros duxerunt, biduum iter fecerunt, etc., que presentan en sincrona un complemento directo ms Un complemento circunstancial.

    27. Complemento directo en sintagma nominal. Enindoeuropeo debi de ser frecuente el sintagma nominal en el que incida un acusativo para indicar el trm ino hacia el cual se proyectaba el proceso de un nom bre verbal, pero, a medida que la oposicin nom bre / verbo cobraba identidad y dentro de los verbos surga la transitividad, el genitivo, en el uso catalogado como objetivo ( 62 y 66 6o), fue paulatinam ente asumiendo la funcin correspondiente al complemento directo de un nom bre verbal.

    Como consecuencia, al iniciarse el perodo histrico del latn, slo los nombres verbales que haban quedado adscritos a la conjugacin y precisamente por tal circunstancia, conser

    se puede indicar con el morfema de dativo la persona perjudicada: Cic., Ver. V,106 alicui catenas inicere cargar de cadenas a alguien.

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  • van viva la posibilidad de recibir un acusativo objetivo. No obstante, el estadio anterior se puede rastrear en frases del latn arcaico en las cuales, junto al verbo sum ,45 aparece unas veces un sustantivo abstracto en -tio o en -tor y otras un adjetivo verbal (por lo comn de los que indican ciencia o conocimiento) acompaado de un complemento directo: CIL I2 401 (315 a. C.) m anum iniectio estod chesele m ano (= impngasele un castigo); Pl., Am . 519 quid tibi hanc curatio est rem? a qu te preocupas de este asunto?; Pac. (en Gel., I, 24) hoc uolebam nescius ne esses yo quera que no fueses desconocedor de esto.

    En la baja latinidad, por la tendencia del acusativo a transform arse en el caso nico, la construccin se vigoriza, incluso sin el concurso de sum: Greg. Tur., Conf. 17 nomen erant ignari ignoraban el nom bre; Oros., Apol. 16, 2 aduen- tum praecursores.

    Nota. En Sisena, Salustio y Tito Livio se conservan sendos ejem plos de uitabundus con acusativo objetivo (por ej., Liu., XXV, 13, 4 uitabundus castra hostium procurando evitar el cam pam ento de los enemigos), cuya justificacin hay que buscarla en la analoga semntica que tiene el adjetivo verbal con el participio en -nt- de la raz correspondiente.

    III. ACUSATIVOS INTEGRANTES DEL SISTEMA EXTERNO

    28. Como ya se indic ( 13), el primitivo valor del complemento circunstancial propio del acusativo, como indi-

    45. El nombre verbal ms sum equivale, en cierta medida, al verbo correspondiente, lo que justific el mantenimiento del acusativo.

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  • cador en sentido amplio de la m eta u objetivo hacia donde se proyectaba un proceso, se conserv despus del nacimiento de la transitividad; no obstante, como era natural, su empleo inici un proceso de regresin en el que tendieron a suplantarlo los giros preposicionales o el ablativo y, en alguna ocasin, el dativo.

    Atendiendo a consideraciones de ndole pedaggica, conservaremos para los usos en regresin la clasificacin tradicional, mas con la advertencia previa de que las distintas denominaciones asignadas a ellos aluden al significado lxico del nom bre o del verbo con el que entran en relacin y no al funcionamiento unitario del m orfem a de acusativo.

    Por otra parte, cuando con el nacimiento de la transitividad el acusativo se escindi en los dos grupos que form aron respectivam ente los sistemas interno y externo de la frase, pervivieron una serie de usos neutros que representan el eslabn entre ambos sistemas y, por tanto, en las clasificaciones se adscriben a uno u otro segn el ncleo verbal al que se acoplan o a la poca en que aparecen.

    29. Acusativo de direccin. Se llama as al acusativo que acompaa a un proceso nominal o verbal indicador de movimiento, para recoger el trm ino de ste.

    En vdico, en donde el empleo de preposiciones presenta escaso desarrollo, es norm al la conservacin del simple acusativo para toda clase de nombres; en el griego histrico se nos ofrece con ms limitacin, la cual todava se acrecienta en latn.

    En efecto, el latn tendi a recurrir a las preposiciones, las cuales conferan una mayor precisin en la localizacin y a reservar, en cambio, el simple acusativo para los funcionam ientos propios del sistema interno de la frase, de forma que, como veremos ms adelante, la direccin expresada sin pre

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  • posicin es residuo de un sistema anterior en decadencia, pero que se resiste a desaparecer.

    La dicotoma de las preposiciones que se incorporan al com plemento de direccin enfrenta de una parte a in, que, como antiguo adverbio con el significado de dentro, indica movimiento orientado al interior, y de otra parte a las restantes, ndices de proximidad con distintos matices: ire in urbem / ire ad (sub, circum, praeter, etc.) urbem.

    Con nom bres de persona, in, por su valor semntico, expresa hostilidad: ire in Caesarem ir contra Csar / ir ad Caesarem ir junto a Csar. No obstante, si la idea de hostilidad se infiere claramente del contexto situacional o lxico, puede neutralizarse la oposicin y emplearse como archivalor el trm ino no caracterizado: ad hostes contendere (Caes., Gal.V, 9, 1) m archar contra los enemigos.

    Veamos ahora cules son los residuos latinos del simple acusativo para indicar la direccin en el sentido en que tenda a generalizarse in:

    30. En uso adverbal lo encontramos:

    Io) En nombres comunes:

    a) El acusativo de supino, que se adscribi al paradigma verbal en una poca en que la direccin se expresaba con el simple acusativo. Precisamente con ir su uso fue tan frecuente que dio origen al infinitivo de futuro pasivo.46 No obstante, su empleo nunca estuvo muy extendido y carecen de l verbos muy usuales. En la poca clsica, por ejemplo, Csar se limita a utilizar frum entatum , gratulatum, pabulatum y rogatum; en Cicern aparecen adems cubitum , salutatum y sessum; en

    46. Cf. Molina, Est. lat., 318 2o,

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  • Salustio, por arcasmo, se extiende el uso a otros verbos (ultum , adiutum, etc.).

    b) El adverbio foras, acusativo de un *forae al que tam bin pertenece el ablativo adverbializado foris,47 es de la raz *dherH- cortar, acotar, que tenemos en fores puerta ,forus puente de un barco, forum vestbulo de una tumba, mercado, plaza pblica. Ej.: Ter., Hau. 1000 senex exit foras el viejo sale afuera.

    El adverbio pessum, propiam ente supino de la raz que aparece en pior, pessim us y que significa caer; pero, al haber sido sustituido el verbo por cado, el supino qued aislado y se adverbializ con el significado de al fondo, al exterm inio: cum naui abire pessum (Pl., Rud. 395) irse al fondo junto con la nave; istum pessum premere (Pl., Mos. 1171 ) aniquilar a se.

    c) Locuciones conservadas por el lenguaje tcnico o por el popular: infitias ire (Pl., Ter., Nep., Liu., Quint., etc.) ir a la negacin, negar; suppetias aduenire (Pl., Men. 1020) u occurrere (B. Afr. 39) llegar (o correr) en ayuda; exsequias ire (Ter., Ph. 1026) ir a un entierro; uenum agere (Pac., Trag. 121 [Ribbeck]), ire48 (Liu., Ill, 55, 7), dare (Liu., XXIV, 47,6) conducir, ir, dar a la venta; m alam crucem ire (Pl., Per. 352), aunque tambin con in (Pl., Poen. 271 abi in malam crucem vete y que te cuelguen).

    d) D om um a casa: Pl., Rud. 904 redeo dom um vuelvo a casa. Si a dom um le acom paa una determinacin, el acusativo de direccin queda ms desligado de su empleo

    47. Foras y foris se oponen respectivamente a domum y domi.48. De unum Ire procede unlre ir a la venta > ser puesto en venta

    > ser vendido.

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  • primitivo, que haba quedado casi adverbializado, y, en consecuencia, puede adm itir in: dom um Pomponi uenire (Cic., Off. Ill, 112), pero tambin uenire in M. Laecae dom um (Cic., CatilA , 8).

    Rus al campo, a la propiedad ru ra l: Pl., Cas. 103 abi rus vete a tus propiedades rurales. Como en el caso de dom um y por la misma razn, puede usarse in si le acompaa una determinacin: Cic., Tuse. V, 102 in sua rura uenerunt fueron a sus propiedades rurales (a su casa de cam po).

    e) Con verbos compuestos de un preverbio que concreta la direccin: incurrere hostes (Sal., Hist. II, 30) avanzar corriendo contra los enemigos, adu