Amandina se levantó, caminó hacia Gua, y recargó su cabeza sobre el cuerpo dorado del dragón.

—Entonces… ¿Tengo papás? —preguntó Amandina.Una ardilla, una hormiga, y otros animales se acercaron alrededor de la bruja blanca.

—No sé si están vivos —respondió la bruja, recargada sobre un encino.

—¿No sabes, bruja blanca? —preguntó y se levantó rápidamente.

—No. Amandina dio vueltas en círculo alrededor de la semilla de una manzana.

Autor: RodiaDibujos: Rodia

Impreso en México / Printed in MexicoPor Vettoretti impresores S.A. de C.V.Calle Zacatecas No. 30 Col. Ricardo Flores MagónCuernavaca, Morelos.

Prohibida la reproducción sin permiso por escrito del autor.

Tiraje: 5,000 ejemplares

REGALA UN BARCO

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—¡Lo importante es que existe la posibilidad! —argumentó Qì. Los pájaros cantaban y las hojas bailaban con el viento. —Pero… ¡Vivirás muchas sorpresas! —dijo el dragón empujándola con su ala para animarla. —Además, el niño que está leyendo esta historia, ¡también las quiere descubrir! —dijo Qì. —¡Muy bien! —afirmó Amandina parándose enfrente de los que la rodeaban—, ¡vámonos ya! —gritó para partir. Poco a poco llegaron más animales al escucharla con tal motivación.

La bruja blanca levantó las manos para hacer el círculo plateado. Bajo la luz del sol, parecía una perla; una piedra preciosa.

—Debes de saber algo importante —dijo la bruja—. Antes de buscar a tus papás, deberás encontrar a los del círculo plateado. —Quiero encontrar a mis papás ¡ya!, antes de que me olviden. —Tus papás nunca te olvidarán —observó Gua, el dragón.Amandina sonrió. —El éxito del viaje es la paciencia —dijo con cariño y precaución Qì. —Sí, soy paciente. ¡Voltea a tu alrededor! Estoy acompañada por la música del bosque y de ustedes.

—¿Son una clase de grillos o caracoles que no conozco? —preguntó Amandina. —Los que vas a conocer también saltan, ríen, juegan y disfrutan —dijo la bruja blanca— pero… —¡¿Pero qué?! —preguntó Amandina intrigada.

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—Los del círculo no son de tu especie; como tampoco los abejorros, ni las mariposas.

—Ya entiendo… por eso no puedo volar, ¡porque no soy una mariposa!—replicó Amandina.

Una catarina necesitaba cruzar un charco. Los animales empezaron a murmurar entre ellos. Amandina fue corriendo por la hoja.

—¡Está muy pesada! Ayúdame, cochinilla, a jalarla —imploró apresurada. Juntas la empujaron y lograron acercar la hoja a la orilla del charco.

—¡Grillo!, estira tus patas para formar un puente con tu cuerpo —ordenó Amandina desesperada por ayudar a la Catarina. El grillo brincó y alargó sus patas lo más que pudo.

—Así es, no eres una mariposa. Pero gracias a que eres un humano amable, todos te ayudarán —comentó la bruja blanca—. No importa que no sean los de tu especie, porque viven en el mismo lugar, pisan las mismas piedras y caminan en la tierra.

—Pues sí, pero los del círculo, ¿corren tan rápido como yo?, ¿tienen un dragón?, y… ¿un amigo con luz, como Qì? —desafió Amandina a la bruja, pues ella se sentía tan grande como el dragón. —Ellos pueden correr, tienen amigos y muchas cosas que enseñarte. Los tienes que encontrar para conocer

tus talentos y eso se logra con la ayuda de la naturaleza. La bruja blanca recogió una hoja seca y la soltó. Todos observaban cómo caían lentamente. —Mira la hoja. Creía que era la última vez que volaría, pero como ves, no fue así —dijo la bruja blanca— aun así seguirá su camino.

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—Catarina, ¡súbete a la hoja! ¡Ahora vengan todos para empujar este barco! —gritó Amandina. La Catarina subió y navegó sobre la hoja, en la tranquilidad del agua. —¡Muy bien! —exclamó la bruja contenta.

Gua, Qì, y todos los que los observaban, vieron a la orgullosa navegante llegar al otro lado. —Ya entiendo —concluyó Amandina—. Agarré una hoja para convertirla en un barco y auxiliar a la catarina, es decir, en cualquier lugar podemos encontrar lo que necesitamos para ayudar.

—Así es. Estoy muy orgullosa de ti —expresó la bruja blanca —. Organizaste a los que te rodeaban para formar un equipo. Ya puedes comenzar tu viaje

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Todos le aplaudieron a Amandina contentos. Había sido un éxito su idea.

La bruja blanca abrazó a Amandina y le susurró; —Vamos por el buen camino.

Amandina aprendió a resolver los problemas con ayuda de la naturaleza. Está lista para buscar a los del círculo plateado, pues sabe que siempre hay alguien que está dispuesto a ayudar.

8 Fin

Glosario

Ayudar: Transportar agua en la cáscara de un cacahuate para regar una planta.

Disfrutar: Mojarse bajo la lluvia y gritar de felicidad.

Equipo: Organizar a siete acociles o camarones para ir al fondo de un lago, y encontrar una ostra para jugar con su perla.

Paciencia: Esperar que un niño lea esta historia para que Amandina continúe su viaje.

Sorpresa: Descubrir que tienes alas y que por las noches puedes volar.

Talento: La capacidad de escuchar a un conejo blanco para enseñarte cómo comer frutos silvestres.

- Para ser tan fuerte como el dragón, sólo necesitas enseñarle al niño que se aburre de tanto pelear, un juego divertido en el que todos rían. - ¿Quieres ser el mejor de tu colonia? Enséñale al niño que se pelea cómo divertirse junto con sus amigos. - Los blagos tenían espinas que lastimaban a Amandina, pero ella como tú, tienen el poder de ver lo bueno, de escuchar lo bonito y conocer personas hermosas como los del círculo plateado.

DERECHOS DE LOS NIÑOS

DERECHO AL DESCANSO, EL ESPARCIMIENTO, EL JUEGO,LA CREATIVIDAD Y LAS ACTIVIDADES RECREATIVAS