3 Sintaxis Basica - 2 Posiciones Del Adjetivo
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Sintaxis básica � 2) Posiciones del adjetivo
Las lenguas que abundan en marcas morfológicas suelen tener un alto grado de
libertad en la distribución de palabras, dado que precisamente esas marcas evitan el riesgo
de ambigüedad. Hay sectores de la lengua, sin embargo, muy proclives a organizarse de acuerdo con parámetros estrictos ligados con el orden de los términos. Preparemos el
terreno para una explicación sobre esta particular cuestión relacionada con el texto número
3:
Observen ante todo que este texto finaliza con un punto y coma y eso significa que se trata de una pregunta, de un texto interrogativo. La referencia que sigue en la Guía indica que también está tomado de un texto de Platón: Protágoras, 331a.
La aparición de , la tercera persona singular de presente del indicativo del verbo involucra varios aspectos. El primero de ellos es que no tenemos un pronombre único del que se haga uso en griego para aludir a la tercera persona. Nosotros en castellano tenemos el trío �él/ella/ello� (recuerden que la tilde en el caso de �él� se debe a la
necesidad de diferenciarlo del artículo).
Persona (del singular)
Pronombre personal en caso nominativo
Verbo Castellano
Primera �yo soy�
Segunda �tú eres�
Tercera ------ () �él/ella/ello es�
Observen que la forma () tiene una ny () entre paréntesis. En la página 25
de nuestra Guía, en el punto 6 del apartado �Otros signos�, se lee la explicación
correspondiente a la ny eufónica.
Se puede añadir a y en finales de palabra, 1°, si la siguiente comienza por
vocal, para evitar el hiato: ; 2°,
si está ante signo de puntuación:
Observen que el último ejemplo es el correspondiente a la oración que precisamente
ahora estamos resolviendo. La palabra �eufónico� tiene que ver con la idea de �buen
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sonido�. Evidentemente la terminación en iota () no le sonaba bien al oído griego. Tengan en cuenta que la eufonía griega no es necesariamente la nuestra.
Entonces, las dos novedades tienen que ver, por un lado, con la ny eufónica y, por
otro, con esta ausencia de un pronombre que indique de una manera inequívoca la tercera
persona. Allí, como sujeto de un puede aparecer cualquier nombre en nominativo singular.
Otro aspecto novedoso es la palabra que está en segundo lugar,. Voy a ponerles el enunciado:
Aunque no coinciden exactamente, las terminaciones son parecidas a las del enunciado de un adjetivo como . No me refiero al acento, sino al hecho de que hay una diferencia entre la terminación de y la de , ya que en la primera forma hay una ny (), pero a pesar de esta diferencia se trata de un adjetivo. Son tres formas de nominativo singular, de género masculino, femenino y neutro,
respectivamente.
Es un pronombre-adjetivo-demostrativo. Corresponde, como primera aproximación,
a nuestro pronombre-adjetivo-demostrativo �ese/esa/eso�. Aquí sí podemos mencionar tres géneros, ya que la forma �eso� es de género neutro.
Un sustantivo, , está presente allí acompañado por el artículo . En el diccionario van a presentar enunciada esta palabra como , con el dato del género dado por el artículo. Otra novedad es la presencia del adjetivo, un adjetivo posesivo que significa �tu/tuyo/tuya�. En la forma �tuyo/a� tenemos variación de
género, además de número. La forma �tu�, que tiene solamente variación de número
(�tu/tus�), va sin tilde, porque eso es lo que marca la diferencia con el pronombre personal
�tú�.
Voy a adelantar a la explicación la indicación de que en el marco de la oración es
importante, de una manera casi mecánica, observar la ubicación del adjetivo. Un adjetivo,
en un texto dado, puede estar en las siguientes posiciones:
1. artículo + adjetivo + sustantivo
2a. adjetivo + artículo + sustantivo
2b. artículo + sustantivo + adjetivo
Estamos asumiendo, naturalmente, que entre el adjetivo y el sustantivo hay concordancia de género, número y caso.
En la posibilidad 1, luego vamos a realizar una explicación de esto, estamos ante la
llamada �posición atributiva del adjetivo�
Cuando el adjetivo, en cambio, precede o está a continuación de la unidad artículo-sustantivo, es decir en 2a y 2b, se da la llamada �posición predicativa del adjetivo�.
Tengan a mano estos datos para consultarlos en todo momento. Incluso se pueden hacer una fichita sobre la sintaxis del adjetivo, porque esto tiene que ver con la relación
sintáctica entre el adjetivo y el nombre. Este texto que estamos resolviendo nos va a
plantear algunos problemas que prácticamente van a agotar este juego de relaciones entre
sustantivos y adjetivos en una oración dada. En nuestra oración la concordancia entre
adjetivo, artículo y sustantivo está presente en el caso nominativo. Ahora procedamos a una explicación referente a esta cuestión de la posición del adjetivo.
Planteemos un ejemplo de cada una de estas posiciones:
1.
2a.
2b.
En la primera posibilidad planteada, tenemos al adjetivo enmarcado entre el artículo
y el sustantivo. En este caso, el adjetivo será un atributo. Por eso, estamos ante la posición
atributiva del adjetivo. La posición 2a nos presenta el adjetivo en primer lugar, luego el
artículo y el sustantivo. Entonces, por un lado, tenemos el núcleo, que está constituido por
el artículo fusionado con el sustantivo, y, por otro, tenemos un predicativo sujetivo
. Se trata de la posición predicativa del adjetivo, del mismo modo que en 2b, en
donde sólo hay un cambio de posiciones que no afecta el análisis:
1.
atrib. núcleo
2a.
p. suj.=P. Sujeto
2b
Sujeto p. suj.= P.
Dicho sea de paso, aunque como ven, frente a cuestiones como las que estamos pensando, es realmente externa la cuestión de la acentuación, en 2b el acento de se ha vuelto agudo, por ir seguido de un signo de puntuación, mientras que en 1 y
2a tiene su forma grave, ya que a continuación tenemos otra palabra.
En los casos 2a y 2b hablamos de �predicativo� en el sentido de que se adjudica una propiedad al sustantivo que no está presente en el concepto antes de la aparición del
adjetivo en cuestión. En cambio, en el caso del atributo, ya viene esa propiedad dada como
parte del mismo concepto sustantivo. En el primer caso, en el que no coloqué un punto, no estamos ante una oración, sino ante un puro concepto: �el bello hombre�. Aquí no hay una
oración, ya que la expresión carece de predicación. Tanto es así que desde el punto de vista
lógico la expresión �el bello hombre� no es pasible de ser analizada en términos de verdad o
falsedad; esa expresión está necesitando las determinaciones de un predicado. No ocurre de
esta manera en los casos 2a y 2b, ya que allí ya estoy diciendo algo de �el hombre�, estoy
diciendo que es bello, lo que sí puede ser afirmado como verdadero o falso.
¿Estamos suponiendo entonces, en 2a y 2b, la presencia del verbo cópula? Es un
tema delicado, pero, con verbo o sin verbo, estamos ante un caso de predicación, como
ocurre en �Linda la mañana� en castellano. 2a y 2b son oraciones enunciativas -porque estoy dando información, no la estoy pidiendo- reales -porque la doy como real, no como posible o imposible-.
Entonces, en cuanto a la sintaxis del adjetivo, tanto en griego como en castellano, cuando está presente el artículo, tenemos la indicación de las posiciones. Nosotros incluso
estamos en una perspectiva mejor que la del latino para observar este fenómeno, porque en
latín no hay artículo.
Vayamos ahora a la oración en cuestión:
Ya se observó la cuestión referente a las terceras personas, que es una cuestión
propia de las lenguas indoeuropeas, en donde sí podemos hablar de �sujeto tácito�. La
tercera persona es el número de lo que no está presente. Como lo expresó un gran lingüista,
Benveniste, es una no-persona, no es ni �yo� ni �tú�, sino que remite a lo que no está
presente en el discurso, a lo que no forma parte de la comunicación. Como se acostumbraba
a decir, �los de afuera son de palo�. De esta manera, todo, el universo, por así decir, ingresa
a la lengua a través de la tercera persona. Precisamente por eso, en este tipo de oración hay
que tomarse la tarea de ubicar al sujeto, no surge de la desinencia verbal.
Por otra parte, sabemos que es un adjetivo-pronombre-demostrativo, aproximadamente equivalente a �ese/esa/eso�. Está en la página 440 del
diccionario, primera columna. lo hallamos en la página 540, primera
columna, �tu/tuyo/tuya�. El diccionario, a su vez, trae el artículo, enunciado , masculino, femenino y neutro, en la página 417.
El problema que vamos a enfrentar con merece una pequeña reflexión. Más
allá de que se encuentra en posición predicativa en la oración (), siempre es atributo. Podríamos terminar allí la discusión, señalar sólo que hay una aparente
contradicción con lo mencionado antes respecto de la posición del adjetivo, pero eso no nos
sirve para entender. Es un hecho empírico: en la mayor parte de sus ocurrencias, funciona siempre como atributo más allá de la posición que ocupe, aunque resulte curioso.
Pero hay que tratar de entender por qué, así que, más allá de que luego nos vamos a
manejar empíricamente poniéndole �atributo�, quisiera exponer una breve explicación al
respecto.
En esta oración que estamos resolviendo, tenemos, curiosamente, un posesivo, un
demostrativo y un artículo. Lo que resulta sobre todo curioso es la yuxtaposición entre
demostrativo y artículo, porque el artículo, en su origen, fue un demostrativo. La génesis
del artículo viene dada por el debilitamiento de una cierta carga demostrativa que tenía en
su origen. Por ejemplo, en latín no hay artículo, no llegó a ese desarrollo. Nuestros
pronombres �él/ella� provienen del latín ille/illa, un demostrativo justamente. Por así
decirlo, se suelda al sustantivo y pierde parte de su carga demostrativa.
Está muy cuestionado actualmente si tenemos derecho a llamar �adjetivos� a los
artículos, posesivos y demostrativos, lo mismo que a los indefinidos y numerales. Claro, formalmente son semejantes, pero en realidad es lo único que tienen en común. Les leo una
cita del mejor repertorio gramatical de lengua española que conozco, los tres tomos de la
Gramática Descriptiva de Bosque y Demonte, que tienen setenta y pico de artículos,
estudios profundísimos sobre las categorías de palabras, etc., etc.
Una de las editoras, Demonte, en un extenso estudio habla del adjetivo en castellano. En determinado momento, quiere apartar del estudio del adjetivo a este grupo al que nos estamos refiriendo y arguye por qué no formarían parte de los adjetivos.
Los determinantes (artículos, posesivos y demostrativos) y los cuantificadores
(numerales e indefinidos) constituyen clases cerradas, con un número fijo de miembros, desprovistos de significado léxico. A estos términos, a los que no
es posible darles una definición de diccionario, no corresponden en verdad a
ningún campo nocional, no les falta sin embargo significado gramatical o
funcional. (p. 136)
A continuación, pone un lindo ejemplo. La palabra �casa� es un sustantivo, un
término de clase, es puramente nocional. Tiene un significado de lengua. Sin embargo,
tanto �casa� como �casa grande� -acompañado incluso de un adjetivo-, necesita algo para que sea plenamente referencial, para no sólo describir un conjunto de propiedades, sino
designar un objeto del mundo: necesita el artículo, �la casa grande�. Ahí tienen la función
del artículo.
Los demostrativos pertenecen al campo deíctico de la lengua, al campo situacional, ubican espacio-temporalmente en las coordenadas lingüísticas del circuito de comunicación
al concepto. Quiero decir que frente a la atribución de una propiedad que realiza un
adjetivo, merecería ser pensado si en verdad estos determinantes y cuantificadores forman parte del grupo de los adjetivos.
Por este lado, pensé, viene la especificidad deNo podría comportarse
plenamente como un predicativo, porque, según parece, ésa es una atribución propia del
adjetivo. Cuando leemos , �ese razonamiento�, esa señalización dada
por el demostrativo está casi al mismo nivel que el artículo. De hecho, como les dije, el
artículo también es un demostrativo. Nadie pensaría a un artículo como predicativo
sujetivo, sería absurdo. Por eso mismo, no puede pensarse tampoco al demostrativo como predicativo. Del mismo modo, hay un conjunto de otras palabras, cuantificadores y determinantes, que, a pesar de su posición aparentemente predicativa, van
a ser siempre atributos desde el punto de vista sintáctico. No pasa con otros adjetivos que
son, según su posición, atributos o predicativos.
Apliquemos lo dicho al análisis sintáctico de nuestra oración:
p. suj. atributo núcleo verbo
Predicado Sujeto Predicado
La traducción de esta oración es: �¿Tuyo es ese razonamiento?�. Se trata de una
oración simple interrogativa -porque se está requiriendo información- real. En castellano es imposible la sucesión de palabras tal como está dada en griego: �ese el razonamiento� es
absurdo.
Ahora voy a escribirles la lista de las palabras que funcionan de esta manera en la oración, es decir que siempre, a pesar de su posición, son atributos. Éstas son las más
usuales:
Los dos primeros adjetivos significan �todo�, aunque tienen matices diferentes. El
primero es equivalente al latín omnis y el segundo es el del latín totus. Más allá de que el
significante �todo� en castellano venga de totus, el significado abarca ambos términos
griegos. es un �todo� distributivo, como vemos en �todo hombre es
mortal�. es un �todo� en el sentido de �entero�. Pensemos, por ejemplo, en la
expresión latina que se observa en la Catedral Metropolitana: totus tuus. Esto es �tuyo
entero�, no tendría sentido pensarlo distributivamente, sería inconcebible omnis tuus.
significa �mismo� y, finalmente, vamos a tener un adjetivo que
aparece en la primera oración que ya les habrán dado de tarea, , que significa �solo�.
Esto era lo que quería decirles con respecto al tema del adjetivo. En cuanto a la
traducción que hemos hecho de la oración planteada, quisiera mencionarles el desideratum, la meta de la traducción: reflejar la lengua que vamos a traducir lo más fielmente posible,
pero tener como restricción el no violentar nuestra sintaxis. Por eso mencioné que el
demostrativo y e artículo juntos en castellano no resultan posibles (�ese el discurso�). Hay
mucha carga demostrativa todavía en el artículo castellano, por lo que no soporta un nuevo
demostrativo. Se podría mantener el artículo también en la traducción con un enroque,
diciendo �el razonamiento ese� en lugar de �ese razonamiento�. Esto varía el orden, pero
permite traducir el artículo.
Vamos a continuar con el texto número 4 de la lección :
La segunda palabra de la oración es el adjetivo . Observen que hay una diferencia en la terminación del femenino si lo comparamos con el modelo
. Esta alfa es otra posibilidad de terminación de los femeninos, ya nos
ocuparemos de ello más adelante. La otra palabra es el sustantivo
. Así está enunciado en el diccionario, con los dos artículos, el
masculino y el femenino. Les aclaro, para que no resulte desconcertante, que no refiere a �hombre� en tanto varón, para eso existen otras palabras, sino al
hombre en el sentido del género humano, es decir hombre o mujer. Por eso el diccionario
trae ambos artículos. Aquí en la oración lo hallamos con el artículo masculino.
Voy a prescindir momentáneamente de la palabra, a la que después
integraremos en el análisis.
Con las indicaciones referentes a la posición del adjetivo, podemos considerar que
el adjetivo será predicativo sujetivo, puesto que queda fuera de la unidad dada
por el sustantivo con su artículo que vienen a continuación, es decir está en posición
predicativa. No hay verbo en este texto, pero la condición de oración, más allá del punto
que señala el final, está dada por esta posición predicativa del adjetivo.
Nos referimos ya a las clases de los determinantes y los cuantificadores. Por otra parte están los adjetivos que atribuyen propiedades, que dan cuentas de propiedades
transitorias o definitivas de un sustantivo. Es el caso de la mayor parte de los adjetivos, clase en la cual entra. Las otras son clases cerradas, pero en este grupo uno incluso puede generar neologismos, son productivos. Los otros no, porque sería absurdo
querer inventar un deíctico, por ejemplo.
Siendo fieles a la etimología, podemos traducir este adjetivo como �urbano�. El
adjetivo �urbano� es de origen latino, está en evidente relación con urbs, �ciudad�, del
mismo modo que se relaciona a la palabra -un sustantivo de un tipo morfológico que ustedes todavía no conocen- que significa, también, �ciudad�, aunque
ustedes seguramente estarán más familiarizados con .
Lo opuesto sería �rústico�, lo que tiene que ver con el ámbito rural. �Urbano� hace
referencia al refinamiento de la ciudad, opuesto a la rusticidad del mundo agrario. En una época existían incluso manuales de urbanidad, se utilizaban incluso en las escuelas, era un
género dedicado a explicar los modos del comportamiento social.
Si traducimos la oración sin tener el cuenta el término , tenemos �Urbano, el
hombre�, con una coma que, como dicen los manuales de gramática, sirve, a pesar de que
no es estrictamente necesaria, para señalar la ausencia del verbo �ser�.
Había una historieta, cuando yo era chica, en una revista femenina que leía mi
madre, un unitario que ocupaba una página cada semana, que tenía por protagonista a Don
Calixto Campolargo. Era un rústico, cuya rusticidad estaba indicada en el apellido. La
mujer se llamaba �Doña Urbana�. Desde el humorismo de las revistas para el gran público,
sin ninguna pretensión de refinamiento, está planteada esta misma oposición entre
rusticidad y urbanismo. La oposición planteaba en la historieta dos modos de vida
diferentes, la del campechano, el hombre rústico, y la señora con pretensiones.
Nuestra oración proviene del Fedón de Platón. Este pasaje está sobre el final de este
diálogo. En él, se hace un relato del último día de vida de Sócrates, condenado a beber el
veneno, la cicuta, por una decisión de la , por una condena judicial. En lo que podemos llamar provisoriamente el aspecto anecdótico del diálogo, en ese final hay un
momento en el que ha llegado la hora. Desde la mañana Sócrates está reunido en la prisión
con un grupo de amigos, discípulos, seguidores, conversando sobre temas de filosofía,
particularmente sobre qué pasa después de la muerte. Sócrates ha manifestado su confianza
en que después de la muerte, como él ha vivido de un modo adecuado para ello, lo espera
una vida mejor. Ha tratado de convencer a los discípulos de que no es un momento para
llantos ni para dolor, porque él está seguro de que es un tránsito a un modo mejor de vida.
Es más, considera que no tiene sentido violentarse ante la muerte cuando se ha vivido de
una manera determinada, que es el modo de vida del filósofo.
No obstante esto, los discípulos dan rienda suelta a sus emociones, unos lloran,
otros se desesperan, y en un momento Sócrates les dice que él hizo salir a las mujeres para
evitar eso. Este desborde emotivo de sus discípulos, desesperados ante la pérdida inminente
del maestro, parece contrastar con la conversación de Sócrates tendiente a justificar su
actitud ante la muerte. En esa circunstancia se acerca el encargado de darle el veneno, el verdugo, de quien se podría haber esperado un comportamiento rústico. Pero sucede que el
verdugo se acerca a Sócrates, le da algunas indicaciones para que el veneno haga su efecto,
y después le dice algo así como que todos los hombres cuando están en esa situación gritan y, a veces, incluso lo insultan o lo agreden, y en cambio Sócrates se ha comportado de una
manera digna. El verdugo percibió en la actitud de Sócrates ante la muerte una actitud que
sus discípulos parecían no haber terminado de entender. Incluso, el verdugo expresa su emoción mediante una lágrima y se va. Entonces, cuando el verdugo se retira, Sócrates se
vuelve hacia sus discípulos y dice esto, , como haciéndoles ver que en quien hubiese esperado un comportamiento rústico, encuentra un comportamiento urbano, mientras que sus discípulos se están comportando de una manera
poco urbana con esos desbordes emotivos.
es una palabra invariable. A lo sumo, en alguna circunstancia la pueden encontrar con un acento. Un estudioso de la lengua griega, Rodríguez Adrados, dice
quees quizá la palabra más funcional de la lengua griega, la que tiene más funciones,
es polifuncional o multifuncional. La van a encontrar operando, en principio, como conjunción o como adverbio.
Como adverbio, tiene el significado básico del adverbio de modo. No de un modo
determinado, sino que la podemos asimilar a nuestro adverbio de modo �cómo�, que puede
ser indefinido o interrogativo según la intención del hablante, pero que tiene un valor que
está entre el modo y la comparación. Como modificador de un adjetivo, pone un cierto
énfasis en lo que el adjetivo expresa. Vean cómo queda el análisis sintáctico de la oración:
c. de modo núcleo
Predicado= pred. suj. Sujeto
Como ven, el adverbio es, por así decir, un modificador directo, modifica al adjetivo sin ninguna mediación. La traducción es: �Qué urbano el hombre.� Es una
expresión que casi nos está pidiendo signos de admiración.
En este caso, es posible mantener en castellano el mismo análisis, el mismo
ordenamiento de las palabras. Podríamos también poner un �cuán� en lugar de �qué�.