365 dias de confesion
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365 días de Confesión Historia de un Diario Nuevo
Lo que calla el corazón con el tiempo no es otra cosa que recuerdos que no maduraron…
Autor: Julio César López Munguía
NOTA SELECTA DE UN DIARIO NUEVO 13/02/13
Vísperas de san Valentín
Hace casi ya un mes un atolondrado sentimiento encerró a mi corazón en la
prisión más cruel de la vida, un rincón donde el aliento muchas veces no llega,
un lugar donde no se encuentra a nadie, pensé en la intensidad de sufrimiento
que deja un amor cuando termina, me sumergí entre mis libros y poemas que
días antes habían sido insultados frente a mi rostro, la verdad no imagine caer
mas bajo, ese “Episodio Negro” cubrió mi risa de melancolía y mi nobleza de
amargura llena. Hoy, repasando todos esos momentos de amor puro, de amor
honesto me he dado cuenta que en estas cosas también quiero ganar....he
cogido el mejor soneto de mi repertorio de poemas de febrero, he repasado
mirándome al espejo una y otra vez, sintiéndome orador y poeta, he pisado la
depresión y la esperanza me enorgullece, yo no quiero perder a mi amor, no
quiero lamentarme por un error que jamás existió y una tonta decisión que todo
a su paso fulmino, yo Julio Cesar he planeado en conquistar el amor, no
porque sea san Valentín sino porque no me atrevo, no puedo decir que
millones de momentos pueden ser cambiados por un desliz de la realidad, los
sueños son escenas que no están lejanas de los ojos ni de las manos, yo soñé
con poder....con poder besar otra vez esos labios carmesí de mi dulce y tierna
Yuliana...Yo voy a recitarle como si fuera un momento de opera mi mejor
poema hechas por mis manos...mañana me arriesgaré y espero que después
de cada 14 los días solo vuelvan a ser como aquellos que estoy seguro que
ella también extraña.....
14 DE FEBRERO-2013
San Valentín 1ra Parte.
Me puse aquella camisa con la que conquiste su amor la primera vez, incluso
días antes me había recortado el cabello, antes de partir le sugerí la opinión a
las princesas que deambulan en mi casa, entonces supe que nada me
detendría. El aroma disipándose con lentitud por todo mi cuerpo era perfecto.
La cara de niño me hace inocente aun cuando expreso mi gesto más veterano,
Dios mío empiezo a sentir ese mismo nerviosismo vertido de miedo que un día
casi paraliza mis sentidos. Son las 6.00 de la tarde y el escenario es
fenomenal, toda esta en su lugar, las lilas y las hortensias de colores, la
sucumbida foto autografiada por mi amor perdido. La balada de antesala es
prodigiosa, no hay duda que todo anuncia una confesión de amor profundo.
Ahí está ella, con su traje casual, sus ojos enmarañados por la manera en que
los míos la contemplan, callada y lejana se le ve hermoso ese cabello suelto
que baila sensual con el viento, entonces le digo y me digo a mi mismo ya es
hora…..
Mis manos cogen los suyos alcanzando a rozar un brazalete fino de apariencia.
Dios santo que es este miedo que me aterra y deja gélido mis sentidos, será
que ella ya tiene otro compromiso; preguntas tontas y al mismo tiempo no tan
inciertas deambulan por mi cabeza…Me aproximo como buscando percibir sus
latidos y muy cerca a sus oídos le susurro lo que por dentro mi corazón me
está imponiendo y entonces las palabras que hacen dueto con el silencio son
estás….
Amor mío es realmente triste cuando busco tus ojos y solo encuentro soledad,
quizá no he sonreído mucho desde la última vez que buscamos un beso en
medio de nuestro cosquilleo y nuestras bromas, yo no he abandonado mi
promesa por eso hoy quiero confesarte lo que no he dejado de sentir por ti,
perdóname si el sentimiento es tanto, pero cada palabra no es otra cosa que la
locura y la desesperación que me acosaba durante todo este tiempo que me
has abandonado….
Me levante del asiento y sin mirar a la multitud de personas mayores. Me
encamine sobre el escenario, no imagine que el público también compartía de
alguna u otra manera algo similar a la misma emoción que yo sentía; una vez
arriba mire directo a los Ojos de mi noble niña y entonces me olvide del mundo
y enfatice en el poema que había elegido
Con el respectivo respeto y el saludo cordial a cada uno de ustedes, esta
bendita noche de san Valentín quiero dedicarle este poema a una persona que
me inspiro aun cuando no podía verla, que me alentó cuando quizá estaba a
punto de olvidarme, yo me aferre a sus recuerdos y hoy nadie mas que ella
sabe que no quiero perderla. Espero que también disfruten de esta breve
confesión de amor y que Cupido se apiade de mí, este poema se titula “NO TE
QUIERO PERDER”
(No elegí otro fondo que no sea “dulce noviembre“, y así todo esto ocurrió)
Temo perderte, Saborear tu silencio y sentir que vuelvo a perderte. Temo caer en el olvido y perderme yo en la locura
Locura que no frena que simplemente tortura
No te quiero perder No porque es algo similar a la muerte.
Pero quizá ya estoy muerto y así sea mi suerte Que delirio el de amarte sin poder tenerte
Dulce niña, invento de Cupido
Quiero hablarte de mis poemas y mis cuentos Quiero orar contigo y velar tu vida hasta mi último latido
Quiero amarte y que despierte ese amor dormido
No te quiero perder Aun cuando dices que todo está definido
Mi noble niña, que hare con los bellos momentos Acaso no has visto que aun en mi corazón partido
Existe amor, ese amor sincero que te llama tan compadecido
14 DE FEBRERO-2013
San Valentín 2da Parte.
Sentí venirse el mundo, los aplausos y esos ojos llorones de algunas parejas
me pusieron sensible, No imagine improvisar la cuarta estrofa, el poema me
quedo corto, ahí arriba era como si el tiempo se detuviera.
Mi noble niña tengo el corazón aturdido y tiritando de amor, no imaginas lo
mucho que te amo, feliz día de san Valentín, le dije con la misma expresión
tibia y enamorada.
Sus labios se enredaron con sus sentimientos, había entrado en un estado de
conmoción sentimental, me miró fijamente y sin titubear pudo pronunciar feliz
san Valentín, es muy hermoso lo que hiciste, grabaste el mejor recuerdo de
amor en mi corazón, no te podre olvidar pero…….Un intrépido timbre de celular
interrumpió nuestra conversación, la luz de sus ojos se esfumo como el aroma
matutino de primavera.
El miedo que se ocultaba detrás de mi tristeza ahora era evidente, nadie me iba
a salvar de semejante decepción.
–Lo siento, no sé qué decir….me miraba tímidamente como la vez que la
conocí, eres alguien increíble porque lo demuestras y no sé si mas adelante me
lamente como tonta y querré buscarte, pero hoy te soy honesta, estoy saliendo
con Alguien, no puedo decir nada mas, lo siento me tengo que ir.
Era notorio, el maquillaje se le iba a caer, se marchó como acudiendo a la
llamada que recibió y en el mueble de mármol solo quedo su lagrima
desplomada sobre el poema que le obsequie, quizá debió ser un presagio a un
final que trate de retenerlo con todas mis fuerzas.
Mi entorno se volvió gris, un sentimiento extraño volvió a golpear mi corazón y
esta vez ni Cupido ni nadie entendería mi situación. Escape del Karaoke, sin
rumbo, como si un desconocido me hubiese robado los sueños, Cruce tantas
avenidas sin fijarme en los semáforos, sentía escalofríos y no dejaba de pensar
en aquella lagrima que resbalo de sus ojos, me detuve por un instante,
entonces repace por última vez el maldito poema inventado en febrero, no creí
haber escrito una quimera bautizada en una confesión de amor, ya no había
explicación, ya no me sembraría esperanzas, yo creo que fue otro episodio
negro, pues un san Valentín triste se resumió en el intenso suspiro que sin
autorización emergió de mi….Ya nada parecía romántico, todo era posible, la
noche sin estrellas, un corazón roto y un poema perdido que se lo llevo el
viento.
Continuara….
15 DE FEBRERO-2013
Tardes de verano.
En medio de tanta tristeza derramada, había algo que me reanimaba, con el
venir de los años no tendría recuerdos inmaduros ni siquiera lamentos tontos.
Mi corazón sedado de angustia volvía en sí después de una nefasta decepción,
pero ya nada ocultaría, ni suspiros largos, ni confesiones de amor, esos gritos
del corazón ya no ocupaba lugar en mí.
El clima anunciaba un aguacero ligero, miraba el cielo y sentía como si por
detrás de esas nubes negras se ocultaba mis sentimientos, pero que fenómeno
tan extraño el de la naturaleza, a veces deseo ser parte de todo el invento
irrazonable que Dios creo sobre la tierra, ser como la lluvia tan imprescindible,
o como el viento que divaga libre por el universo.
Un cálido rayo de luz se despejo de en medio de dos nubes inmensas y el
aguacero se desvaneció en los brazos del sol que iluminaban la tarde
veraniega. La mirada perdida de mi mascota y el rabo sin energías me recordó
que me tocaba bañarlo, al final terminamos bañándonos los dos, él estaba más
vivaracho y yo me sentía reconfortado con ganas de jugar al futbol. Por la
noche se sentía un bochorno de calor, volví a darme un baño, creo que estaba
alterando mi rutina, me conecte al internet y enseguida recibí un e-mail sin
remitente de un contacto desconocido que decía “Eres el chico más noble y
detallista sobre la faz de la tierra, cuanto daría por conocerte”.
Realmente me sentía reconfortado, era como si un aliento cálido revestía mi
alma de coraje.
Eran las 4.00 de la mañana, cuando un impulso sosegado de melancolía me
despertó amenamente, me senté, en seguida me cubrí las piernas con las
cortinas viejas del cuarto que había abandonado, y así escribí el primer capítulo
de la historia prometida a una joven que conocí en el mercado antiguo de la
ciudad.
Aun recuerdo cuando acompañe a papá a vender algunos artefactos viejos,
entre ellos una maquina yuki ya pasado de moda. Irene nos disparo el precio y
creí que al final del negocio papá y yo habíamos salido perdiendo, quizá en un
futuro no muy lejos pueda comprometerme con alguien que sea aficionada a
las industrias y la moda. Recuerdo como si fuera ayer cuando la mire y conocí
su trabajo, tan directa ella , tan arrogante y hermosa, no duro mucho pero
mientras papá se despedía de su máquina de confección yo todavía no
encajaba en su mirada fría y algo perdida, no como la manera en la que ella
cubrió de lleno mi mirar, vestía de negro como si su corazón se le había
muerto, me aventó el dinero sobre el mostrador, entonces entendí que toda su
ira vestida de dolor se las desquitaba con la gente mayor porque en realidad el
dinero era de papá. Distante y a la vez cercana, su mirada y su risa eran como
el fuego que se apaga en la lluvia. Papá cogió el dinero y nos retiramos, Vaya,
que mujer tan gruñona, decía papá como recordando a mamá en aquellos
malos momentos.
Irene Ramos Cortes, edad 20 años, antes de salir de la tienda alcance a revisar
el documento de identidad que estaba asolado como un papel inservible
navegando por el pavimento encerado, ella estaba distraída atendiendo a papá
cuando rescate el documento y lo amontone sobre los recibos que pernoctaban
en el mostrador.
Estando en casa pensaba en la mirada fría de Irene a la vez en el secreto que
esconde detrás de su ira, era misteriosa, yo me propuse a investigar, sin
convertirme en un iluso entrometido de vidas jóvenes.
Amanecí quieto en el mueble de cuatro patas, separe las cortinas nuevas de
mi ventana y todo seguía igual, la ciudad no iba a cambiar el cielo estaba ahí,
como un manto infinito que cambia de aspecto mientras pasan las horas, cerré
el cuaderno y con ello todos mis pocos recuerdos que conservo de Irene.
Descubrir por detrás de las paredes de mi cuarto a las dos princesas mayores
del hogar preparando quizá un caldo verde o tal vez una sopita, es la escena
que mas extraño cuando estoy fuera de casa, en realidad cada personaje de mi
familia es una pieza invaluable que hace fuerte y feliz este corazón completo,
bendita la vida por dejarme ver esos ojos de mi madre y acariciar esas manos
expertas de mi dulce abuelita, con esos pensamientos divagando por mi mente
voy tomándome la sopita que mi abuelita me ha servido, el desayuno es largo
cuando se sienta a la mesa la engreída de la casa, a poco la miro y me hace
sus gestos chistosos como esperando a los míos responder sus bromas, la
escucho balbucear como ambulancia alocada y acaso nos trata de recordar a
todos que mañana es su catorceavo cumpleaños, sonrió, sin pensar que
mientras ella se convierte en una hermosa señorita, yo voy pasando de moda
dejando mi juventud y esperando otra etapa, Oyes Julio escuchas ese ruido,
agrega la pequeña como despertándome de una corta pesadilla, si claro es un
avión volando cerca, cuantas veces de niño el solo ruido de los aviones me
llevaba a divisar las nubes, el sol, todo el cielo tratando de seguir el rumbo de
cada avión que veía volar, ya déjame terminar el desayuno tengo muchas
cosas por ordenar, le decía mientras ella miraba el cielo azul por la ventana, la
niña que poco a poco deja de ser niña se parece tanto a mi, me imagino como
hubiera sido si mamá la hubiera concebido machito, tiene mis ojos, y sus labios
son idénticos a los míos, si hablamos de su carácter diría que ella es mi claro
reflejo, a veces le enseño a patear un balón con fuerza, pero ella termina por
animarme a jugar vóley en la sala, mañana es su onomástico, me preguntó si
le regalaría un poema como a su hermana mayor, le dije, te gustan esas
cursilerías como tratando de averiguar si en eso también se parece a mi, ella
contesta, dedicar un poema es algo romántico y vale mucho mas que un
perfume caro, ya no había ninguna excusa ella es mi pequeña hermanita que
se parece tanto a mi.
Después del almuerzo di unas vueltas por todo el barrio pensado en el
obsequio perfecto para su santo, cuando cumplió 13 le regale un conejito con
melena de león al que le lloro como magdalena cuando se le murió, así que
otro animalito no era algo ideal, recordé que me preguntó por mis poemas,
ahora me pregunto yo, ¿Por qué de entre tantos poemas no hay una elegida
para alguien que me hace feliz cada mañana y tan infeliz cuando se marcha?,
esa mismísima tarde de verano decidí componerle el mejor verso de
hermandad y esculpirla con todo el sentir en el reverso de su retrato.
17 y 18 DE FEBRERO-2013
Acontecimientos Festivos
Cuando mi hermanita nació arruino mi cumpleaños, nadie se iba a acordar del
travieso Julio que se sentía dueño de los días de febrero, y así fue, mamá
estaba en cama, papá y toda mi familia estaban a la expectativa de la última de
mis hermanas, cuando llegó a casa con su mantita rosada y esas chapitas en
su rostro pequeño, todos vibrábamos de alegría, aun recuerdo desde que vi
sus ojitos tan inocentes ya me hacia esos gestos tan ocurrentes, al día
siguiente yo cumpliría 9, mama siempre decía que yo había nacido un viernes a
las 9.00 de la mañana, que rompía en llanto si la que me arrullaba no era
mamá, ya no seria el engreído ni tampoco dueño de los días de febrero, en mi
cumpleaños todos me dieron propinas, incluso las tías que llegaban a casa
traían regalos y dulces para mamá y mi hermanita, cuando alguien le hacia
recordar que el niño travieso cumplía años ese día, metían las manos al
bolsillo, aquel día tan triste deje de ser tan niño porque entendí que los
abrazos, los besos y el tiempo son cosas mas valiosas que el dinero, por lo
tanto el mejor regalo que recibí era la que Dios me envió “Mi pequeña
hermanita menor”, que sin la necesidad de hablar me enseño a compartir los
abrazos, los besos y el tiempo.
Ya el obsequio esta listo y el verso construido de amor no es otra cosa que el
lazo sagrado que a ella y a mi nos ata, no estuvo en el desayuno no la vi
corretear por los cuartos de la casa, me preguntaba si estaba frente al espejo
proyectando su imagen y haciéndose preguntas y propuestas, en su mirar
había algo diferente, estaba feliz pero en el fondo se daba cuenta que no
siempre seria la niña de todos, la abrase con ternura, y después de un beso en
la frente le regale todo mi tiempo, aprovecho para pedirme de todo, incluso
estoy seguro que pensaba que por hoy seria su esclavo, me sugirió que
intercambiáramos cuartos, desconocí la razón y todos los motivos y sin duda ni
excusa cedí a cada petición suya, te das cuenta Julio ahora el cuadro
cambiable que me obsequiaste se ve perfecto en aquel ángulo de la pared, y
mi nuevo cuarto ya tiene aspecto femenino ,agregaba la pequeña, umm tienes
razón, respondí con un poco de melancolía, pues iba a extrañar divisar la
ciudad y el trafico por las mañanas desde la ventana del cuarto que ya no es
mío, estaba ansiosa por colocar todos sus obsequios y esta vez le dio prioridad
a los perfumes y la ropa, claro después del mágico cuadro que yo le había
regalado, estábamos en su habitación cuando la noche se asomo por la
ventana de su nuevo cuarto, le dije que siempre mirara las estrellas y que
cuando haya plenilunio me llamara para contarle la historia de amor del sol y la
luna, me quede con ella hasta que el sueño la atrapo le acomode la almohada
y sin ruido alguno me fui a descansar.
Julio Julio! Despierta despierta, puedo pasar, pero si ya estas adentro porque
me despiertas le decía mientras ella sonreía, mire el reloj de pared y recién era
las 12.00a.m., se subió sin permiso a mi cama y me abrazo fuerte deseándome
un feliz cumpleaños, se levanto a medianoche para convertirse en la primera
personita en arrullarme en sus pequeños bracitos, te quiero mucho Julito me
decía evitando bostezar, ahora el pequeño era yo, me sentí tan agradecido y
cuando se retiro ya no volví a dormir, esa madrugada escribí otro capitulo para
Irene.
A la semana entrante regrese al mercado antiguo de la ciudad, llevaba puesto
un polo atlético de color blanco con mi nombre tatuado en la espalda, me
acerque al puesto de Irene y esta vez la joven amargada de mirada fría sonreía
plenamente mimando a un niño que en brazos tenia, Hola, titubee como
sumido entre las cosas que diría, Buenos días Joven en que le puedo ayudar,
me respondió cortésmente, quisiera saber cuanto es el precio de aquella
maquina de confección, Irene había duplicado la cantidad que papá había
recibido por su maquina Yuki, disculpe joven, acabamos de venderlo respondió
alegremente, ya veo, en seguida pregunte por otros artefactos, enfatice en
algunos teléfonos que me llamaron la atención, me dio el precio de cada uno
de ellos y hasta entonces la conversación no era otra cosa que de negocios,
Por un instante me olvide de todo y solo me situé en el recuerdo de esa
primera vez que la vi y sin ningún disturbio me encare a llamarle por su
nombre, Irene quiero el Motorola de ahí, le dije señalando con el dedo el equipo
casi nuevo, me miro nuevamente con esa mirada aterradora, yo estaba de
espaldas por la falta cometida, cuando gire lentamente la cabeza ella estaba
sonriendo tiernamente con el aparato en la mano, Julio Cesar aquí tiene el
celular y despreocúpese que antes lo probaremos, me dijo casi dejándose
ganar por una carcajada, Introduje mi chip, descubriendo intrépidos sonidos y
muchas aplicaciones en el móvil que había elegido, Dime Julio Cesar cual es tu
numero, parecía mas una orden que una pregunta, entonces le revele cada
digito con la sutileza de una voz pidiendo perdón por el atrevimiento, perfecto,
fue la ultima palabra que pronuncio cuando desapareció, en seguida asistí a
contestar el teléfono, Hola Jovencito, oyes con claridad mi voz, era el timbre
angelical que emergía de la boca sensual de una linda muchacha que a veces
era fría y otras veces cándida, si claro no hay problema te escucho
perfectamente, conteste, por arte de magia apareció tan sigilosamente del
cuarto donde el pequeñín se entretenía con algunos juguetes, me miro, y yo
seguía con el celular pegado a las orejas, ella levanto el pulgar como
refiriéndose que no había ninguna falla en el equipo que le iba a comprar
seguido de un guiño me atrapo, esta ves en su coquetería tan seductora, al fin
cerramos el negocio, le sonreí como atenuando el calor que me aprisionaba
por dentro, y esta ves sin ningún temor y con la confianza que me hacia sentirla
tan cerca le dije: Gracias Irene, volveré pronto y espero poder encontrarte, a lo
que ella agrego, Adiós Julio Cesar, espero que cuando vuelvas por tercera vez
me puedas contar como supiste mi nombre,… por tercera vez, acaso ella sabia
quien era cuando torpemente preguntaba por la maquina Yuki que ya no era de
papá, me quede en silencio hablando con mi yo interior que hace unos
momentos había quedado encantado por el impredecible carácter de Irene, Ya
no habría una tercera vez, no la volvería a ver en su trabajo, no quería ser
entrometido ni arrebatarle el tiempo perjudicando sus ventas, asi que
quedamos en comer helados el domingo al atardecer, y sin mas que decir me
despedí con un gesto que traducido es “encantado de conocerte Irene Ramos
Cortes”
Eran como las 2.00 de la madrugada cuando quede postrado a la cama
vencido por el sueño que mi pequeña hermanita había interrumpido, al cabo de
unas horas el timbre ruidoso del celular volvió alborotar mis sueños tan
apetecidos, Era la mejor amiga de Patricia mi otra hermana, ¡Feliz Cumpleaños
Julio, que Dios bendiga tus días, y que alcances todas tus metas!, se le oía tan
entusiasmada y no era de extrañarse, Kelly la beatísima amiga de toda mi
familia, la mujer caída del cielo siempre atiborrando los momentos de paz,
alegrando los instantes y recordándose de los cumpleaños de los demás, No
olvido aquel febrero pasado, cuando llego a casa repartiendo abrazos y con los
obsequios que con nostalgia hasta el día de hoy conservo, Gracias Kelly tu
siempre tan atenta, respondía yo con gratitud, mas tarde me daré una vuelta
por tu casa espero no arruinarte los planes, indicaba la amiga de mi hermana,
No, como crees estaré todo el día con la familia, me manifestaba como
invitándola a venir, Cuando salí del cuarto con el cabello desarreglado, sentí el
abrazo mas cálido, era como si la mismísima virgen María me arrullaba en sus
brazos, sabia que era mamá, siempre con sus lagrimas, algunas de alegría
otras de tristeza, ahí estaban ellas buscando las mías que a diferencia de los
suspiros antes de resbalar por el tobogán que es mi nariz, me piden permiso,
Los demás hacían cola, ahí estaban Mi dulce abuelita, que esta vez me
sorprendió con un billete de 100, Papá con la reflexión mas interesante, mis
hermanos a los que ya se le había adelantado la menor de todos, también
estaba Mi abuelito con el abrazo de oso triturando los huesos de mi espalda,
hicimos mancha y en conjunto nos sentamos a la mesa a tomar desayuno,
abrimos el ultimo pastel navideño que toda mi familia acostumbra guardar
hasta los días 17 y 18 de febrero, y acompañado de un chocolate caliente
festejamos mi aniversario, el sol llegaba hasta el mas recóndito rincón de la
sala, el cielo me miraba como mostrándome la belleza de todo ese azul, todo
parecía fluir con armonía, los amigos se hacían presentes, al rato llegaron mas
familiares y entre ellos mi bendita tía Lola, que hace años atrás me salvo de
una tragedia, reunidos en la mesa y atrapados por la tarde de verano, nos
pasamos horas conversando, refrescando la garganta con algunas bebidas
amenas, el ocaso estaba apunto de terminar, cuando tome del closet mi
chaqueta vieja y me encamine al aposento de mis padres a descansar, toda mi
familia se quedaba en la casa de los abuelos, yo me había acostumbrado a la
soledad nocturna además de que la vivienda que por mis padres me
encargaba de cuidar queda mas cerca al centro universitario, en el trayecto
saboreaba las choco tejas que mi dulce hermanita menor me había combinado,
los molles que desvanecían su sombra y las cucardas salvajes que por el
camino se propagaba, eran las únicas plantas que alegraban la calle, en mi
mente no había otra cosa que gratitud y amor, cuando de pronto una voz
resonó por todo mi cuerpo, era Yuliana que estaba acompañada de su
hermana, no se si fue coincidencia o sorpresa, vestía elegantemente dejando
caer ese cabello a la altura de su cintura, y sus grandes ojos fijos parecían
cristales que esperaban la llegada de la luna, Hola Julio César, como estas, a
donde vas tan apresurado? Me interrogo dándose cuenta que mi respiración no
era normal, su sola imagen frente a mis ojos agito todo mi organismo, voy a
casa le respondí, ambos parecíamos extraños, habían pasado solo cuatro días
desde la ultima vez que hablamos y para mi era como si no la hubiera visto en
cuatro veranos, estaba mas sensata y me hablaba de sus planes para este
año, me conto que estaba asistiendo al Gimnasio, que había dejado el trabajo
para dedicarse de lleno a sus estudios de medicina, Me hace feliz que sonrías,
que estés bien de salud y que tus planes sigan en pie, resumí en tres cosas su
felicidad llamada Jean Carlos, claro muriéndome por dentro, desatando un
infernal incendio en todo mi corazón, esperando a ser extinguido por un abrazo
suyo, no quería entender los motivos ni que ella me explicara su nueva vida
que ya no estaba junto a la mía, Miro su reloj de pulsera que hacia juego con el
mismo brazalete que había observado cuando acaricie sus manos por ultima
vez, y con un gesto sorprendido dijo: vaya ya es tarde nos tenemos que ir, era
indiscutible la oscuridad de la noche se avecinaba sigilosamente, La mire
quemándome por dentro, y pisando firme podía darme cuenta que su cuerpo
entero, no era toda mi inspiración. Lo que llevaba dentro, ese corazón
acongojado que lloro de amor, era lo que iba a extrañar por el resto de los días.
Nos despedimos tan raramente como deseando volver el tiempo atrás, pero era
algo imposible el corazón volcado en cenizas no sobrevivió a esa quemadura
de alto rango sentimental.
Así se fue de mi vida, dándome muestras de olvido, alborotando mis
sentimientos y desapareciendo junto a su hermana en la noche de mi santo.
En casa los recuerdos me torturaban, dolido y desconcertado prepare algo
parecido a un ritual, prendí fuego a los dibujos y todas esas cartas de amor
que mi amada me entrego, deliraba yo, con algunas frases de resignación entre
las paredes de mi casa con la luz apagada, y a la vera de mi ventana escribí en
un papel magullado una nota de sufrimiento y resignación…
…Soledad nocturna, amiga mía
Ven compañera a embriagarme de mis lágrimas
Suprime de mi memoria su nombre
Concédeme el deseo de olvidar que un día pude ser su hombre
Soledad oscura, noche infinita
Bailemos de tristeza sobre la pista del lamento
Brindemos el cáliz amargo por su felicidad
Y mi desdicha que hoy entre los dos termina
Soledad, confidente mía
cúbreme el corazón muerto con el manto sacrosanto
Cuando llegue el día, tendré alas
Y un nuevo corazón sin recuerdos ni lamentos
Soledad nocturna, amiga mía
Condóname por los caprichos míos
Quiero tu silencio para ostentar mi paz
Y ya nunca nunca para lastimarte por ella.
Días de Enero-2013
Recuerdo del Episodio Negro
Víctimas de los chistes ocurrentes que se desencadenaban en la plaza de la
ciudad, estábamos mi noble niña y yo, tan enamorados, esperando la salida de
la cuadrilla de negritos a recorrer las calles con sus bailoteos típicos, Amor, por
favor puedes comprarme un helado untado con barquillos de chocolate, ten el
dinero ya no soporto la temperatura, me dio un billete de 10, Pero bonita, no te
incomodes dijiste que te comprara, así que hoy invito yo, es mas yo deseo uno
con malvavisco, me dirige a la tienda pensando en el calor tan devastador que
hacia, compre los pedidos, el mío era como una torre bañado de diversas
cremas y con un agradable aroma, al regresar la note agitada, en realidad el
calor le comía hasta los huesos, Ten mi niña, esto es tuyo, le cedí mi torre
armada de cremas, en su pierna una mancha horrible arruino su jean ajustado,
me apresure a limpiarla con la servilleta que había hurtado de la tienda, en la
plaza las bombardas tronaban y el bullicio anunciaba un espectáculo elegante,
nos pusimos de pie buscando el árbol mas coposo para defendernos del sol
insaciable, ¿Amor sucede algo?, te noto preocupada, mas bien se le veía
molesta, conocía cada unos de sus gestos y sin esperar una respuesta me
aleje dejando un espacio adicional para que se cubriera del todo, los danzantes
hacían poesía con sus movimientos, el plumaje que llevaban en la cabeza
tenían los colores de un arcoíris, me imaginaba que sentirían esas personas
que se ocultaban detrás de esas mascaras negras, soportando el peso de ese
sombrero plumoso, sumado al sol infinito, al fin y al cabo eran solo hombres
bailando y divirtiéndose en grande, al regresar junto al árbol pude darme que
su enojo había calmado, el solo posarse en ese tronco viejo, bajo los peciolos
de aquellas hojas que eran su techo le habían devuelto la calma, quería
contarle un chiste, pero solo a mí se me ocurrió decirle: Amor cuidado con las
seis patas, el artrópodo mas común se deslizaba como un acróbata cerca de su
cabellera, ¡mátalo! ¡Mátalo!, tranquila ellas no pican solo devoran algunas
moscas, era una especie de araña campestre, ella busco desesperada algún
objeto en su bolso para fulminarla, alcance a cogerla en mi palma y luego la
solté entre los arbustos, las circunstancias me recordaban de aquel día de
navidad cuando ella me salvo de la cucaracha que me acorralo en la cocina,
ella seguía entretenida con su bolso, me acerque a rebuscar con ella, su celular
timbrara con un tono trémulo, me dijo que era el señor del restaurant, al que no
quería responderle, Me prestas tu cortaúñas un momento, ella me respondió,
aquí no Julio, mi noble niña solía cortarme las garras dos veces al mes era mi
manicurista personal, Solo un momento, me he quebrado una uña, mentí ante
su negación, esta bien, me respondió algo nerviosa, el celular seguía vibrando
entre sus cosas metida en el bolso, quizá quería privacidad, cariño regreso en
un momento, no me pregunto si quiera a donde iba, su celular la tenia
preocupada o quizá loca, en unos segundos estábamos ambos de espalda
separados por el espesor del tronco de aquel viejo árbol coposo, la fiesta
seguía en la plaza, me preguntaba si alcanzaría a oír la conversación que
mantenía con el dueño del restaurante el “Viajero”, el ruido era enérgico, ese
sonido que salía de tantas trompetas, me robo la concentración, mi noble niña
ni siquiera se imaginó que estaba de pie a unos centímetros en la misma
posición que ella, inclinado sobre aquel eucalipto, los nervios me cayeron del
cielo, como castigo por quejarme del sol, empuñaba con fuerza mi mano
derecha, con el cortaúñas dentro de mis torcidos dedos, la cuadrilla de negritos
se alejaba ahora por las calles principales, y en un segundo atine a oír la frase:
Voy a terminar con él, un reverendo dolor se impregno en mi alma, cogí con
furia la parte mas filuda del armamento que empuñaba y mientras ella decía
“ya no lo amo” yo talle en el tronco duro. La palabra COBARDE y sin querer oír
mas me aleje bañado de furia y pena.