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BUSINESS I APRENDE DE LOS MEJORES 4 I body LIFE 2 I 2012 www.bodylifespain.com Aprende de los mejores 5 lecciones de deportistas de élite En estos tiempos convulsos, de incertidumbre e incluso de desesperanza, el deporte – practicarlo, seguirlo o ambos – es una de las pocas formas de evasión que nos queda. Y, en España, es, además, una de las escasas fuentes remanentes de alegría. Conoce las virtudes de los mejores y aplícalas en tu centro deportivo para mejorar tu gestión. H ace unas décadas, los aficiona- dos españoles al deporte po- dían aferrarse a los triunfos de sus clubs de fútbol (fundamentalmen- te, si eran del Real Madrid y, a veces, si eran del FC Barcelona) y poco más. El resto eran, generalmente, meda- llas de segunda en deportes de ter- cera (que, eso sí, en aquellas épocas de carestía deportiva se maximizaban mediáticamente). Luego, algo empezó a cambiar: aparecieron algunos cam- peones individuales en deportes como el tenis, el ciclismo o el golf (¡Ay, Se- veriano!). Y, ¡por fin!, llegó la gloria: la edad de oro del deporte español. Emulando a Martín Girard (es decir, al alter ego periodístico del director de cine Gonzalo Suarez) emulando a su vez a Bill Brinon, autor de “Una breve historia de casi todo”, podríamos decir que se necesitaron millones de átomos errantes para que Iniesta diera a un ba- lón la patada que transformó a la Roja en campeona del mundo de fútbol en Sudáfrica. Y, por extraño que parezca, se requirió la conjunción de otros tan- tos billones de átomos para que, por ejemplo, yo viera el gol del crack de Fuentealbilla plácidamente sentado ante la pantalla de un televisor. Benchmarking personal: emulando a los buenos, aprendiendo de los malos. Con tan sólo veintiún años, Rafa Nadal se convirtió en el número dos del tenis mundial. El número uno en aquel momento era el suizo Ro- ger Federer, el tenista más completo y laureado de todos los tiempos. No obstante, Nadal se convirtió en una especie de “bestia negra” para Federer, derrotándole de forma casi sistemática en cualquier final en la que se enfren- taran. Por aquel entonces, Nadal, en una larga entrevista, ante la pregunta de qué le diferenciaba de Federer, con- testaba lo siguiente: “Es más completo y elegante que yo. Tiene todos los gol- pes. Pero también es mayor que yo. La cuestión es intentar copiarle. Cuando uno lo hace tan bien, hay que cogerle de referente y mejorar.” Si nos preguntan cuál es, o ha sido, nuestra principal fuente de aprendizaje, probablemente la respuesta más in- mediata nos remite a lugares físicos que asociamos con la formación más o menos estándar, es decir, el colegio, la universidad, las escuelas de negocio, y, eventualmente, el trabajo. Seguramen- te, también pensaremos en libros, re- vistas, televisión, prensa, internet, etc. Sin embargo, existe otra fuente de aprendizaje, mucho más cercana que cualquier otra pero al mismo tiempo menos inmediata: las personas que conforman nuestro círculo personal y profesional. Nadal nos daba la pista al hablar del modelo Federer. Todos deberíamos ser conscientes de la im- portancia de identificar modelos de referencia en quienes poder inspirar- nos para desarrollar nuestros puntos de mejora. El aprendizaje de terceros no solo se debe circunscribir al cono- cimiento y aptitudes técnicas, sino que puede extenderse al terreno de las habilidades y actitudes. Todos conoce- mos a personas de las que admiramos su forma de comunicar o su estilo al negociar o su capacidad de encajar ad- versidades…

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BUSINESS I Aprende de los mejores

4 I body lIFe 2 I 2012 www.bodylifespain.com

Aprende de los mejores5 lecciones de deportistas de éliteEn estos tiempos convulsos, de incertidumbre e incluso de desesperanza, el deporte –practicarlo, seguirlo o ambos – es una de las pocas formas de evasión que nos queda. Y, en España, es, además, una de las escasas fuentes remanentes de alegría. Conoce las virtudes de los mejores y aplícalas en tu centro deportivo para mejorar tu gestión.

Hace unas décadas, los aficiona-dos españoles al deporte po-dían aferrarse a los triunfos de

sus clubs de fútbol (fundamentalmen-te, si eran del Real Madrid y, a veces, si eran del FC Barcelona) y poco más. El resto eran, generalmente, meda-llas de segunda en deportes de ter-cera (que, eso sí, en aquellas épocas de carestía deportiva se maximizaban mediáticamente). Luego, algo empezó a cambiar: aparecieron algunos cam-peones individuales en deportes como el tenis, el ciclismo o el golf (¡Ay, Se-veriano!). Y, ¡por fin!, llegó la gloria: la edad de oro del deporte español.

Emulando a Martín Girard (es decir, al alter ego periodístico del director de cine Gonzalo Suarez) emulando a su vez a Bill Brinon, autor de “Una breve historia de casi todo”, podríamos decir que se necesitaron millones de átomos errantes para que Iniesta diera a un ba-lón la patada que transformó a la Roja en campeona del mundo de fútbol en Sudáfrica. Y, por extraño que parezca, se requirió la conjunción de otros tan-tos billones de átomos para que, por

ejemplo, yo viera el gol del crack de Fuentealbilla plácidamente sentado ante la pantalla de un televisor.

Benchmarking personal: emulando a los buenos, aprendiendo de los malos.

Con tan sólo veintiún años, Rafa Nadal se convirtió en el número dos del tenis mundial. El número uno en aquel momento era el suizo Ro-ger Federer, el tenista más completo y laureado de todos los tiempos. No obstante, Nadal se convirtió en una especie de “bestia negra” para Federer, derrotándole de forma casi sistemática en cualquier final en la que se enfren-taran. Por aquel entonces, Nadal, en una larga entrevista, ante la pregunta de qué le diferenciaba de Federer, con-testaba lo siguiente: “Es más completo y elegante que yo. Tiene todos los gol-pes. Pero también es mayor que yo. La cuestión es intentar copiarle. Cuando uno lo hace tan bien, hay que cogerle de referente y mejorar.”

Si nos preguntan cuál es, o ha sido, nuestra principal fuente de aprendizaje,

probablemente la respuesta más in-mediata nos remite a lugares físicos que asociamos con la formación más o menos estándar, es decir, el colegio, la universidad, las escuelas de negocio, y, eventualmente, el trabajo. Seguramen-te, también pensaremos en libros, re-vistas, televisión, prensa, internet, etc.

Sin embargo, existe otra fuente de aprendizaje, mucho más cercana que cualquier otra pero al mismo tiempo menos inmediata: las personas que conforman nuestro círculo personal y profesional. Nadal nos daba la pista al hablar del modelo Federer. Todos deberíamos ser conscientes de la im-portancia de identificar modelos de referencia en quienes poder inspirar-nos para desarrollar nuestros puntos de mejora. El aprendizaje de terceros no solo se debe circunscribir al cono-cimiento y aptitudes técnicas, sino que puede extenderse al terreno de las habilidades y actitudes. Todos conoce-mos a personas de las que admiramos su forma de comunicar o su estilo al negociar o su capacidad de encajar ad-versidades…

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Aprende de los mejores I BUSINESS

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¿Qué podemos aprender de los deportistas de élite?

No forzosamente nos debemos limi-tar a identificar modelos en personas cercanas. También podemos fijarnos en referentes más lejanos pero paradigmá-ticos, como los deportistas de élite….

Más allá de la capacidad de golpear una pelota, agarrar una raqueta o con-ducir un bólido (destreza técnica), las mejores cualidades o habilidades no técnicas de algunos conocidos depor-tistas nacionales nos pueden inspirar.

Lección 1: el talento quizá se tiene, pero sobretodo se gana

Sin talento hay muy poco que hacer. Rafa Nadal cogió una raqueta por pri-mera vez a los 3 años. Fue su tío, y ac-tual entrenador, Toni Nadal, quien per-cibió su talento al ver cómo colocaba las piernas sin que nadie le hubiera en-señado. A esa misma edad, los 3 años, es cuando Fernando Alonso montó por primera vez en kart.

Los expertos dicen que cada perso-na nace con un talento diferente. La clave está en saber identificarlo. Y el súmmum es elegir una profesión que permita desarrollarlo. Muchos autores sostienen que la excelencia profesio-nal –sea deportiva, artística u otra- no es innata; puede lograrse con moti-vación, muchas horas de esfuerzo y el método de trabajo y los mentores adecuados. Sin duda alguna, el talento implica mucho trabajo. El deporte nos da innumerables ejemplos. Fernando Alonso ganó su primera carrera sobre un kart con seis años, para lograr un año después el título de campeón in-fantil de Asturias.

Alejándonos un momento del depor-te, pensemos en Mozart: es conside-rado un genio precoz, y lo fue, pero ya llevaba ¡18 años! de estudio intensivo cuando empezó a componer sus prime-ras obras maestras…

Por tanto, el talento innato, si existe, es insuficiente. El escritor canadien-se Malcolm Gladwell explica que una persona necesita unas 10.000 horas de aprendizaje y práctica para dominar una habilidad compleja y lograr resul-tados brillantes. La clave es practicar, practicar y practicar.

Lección 2: mentalidad ganadoraNuestros mejores deportistas lo han

ganado todo, pero… ¡lo quieren seguir

ganando todo! Cuando estás en la élite deportiva esa es precisamente la mayor dificultad, seguir ganando.

Veamos el caso de Nadal. Si algo le caracteriza es su mentalidad ganadora. Sin embargo, ahora, su extraordinaria fuerza mental parece menor. El año pa-sado, cuando parecía que afrontaba un año triunfal al ir cediendo Federer, se topó con un nuevo hueso: Djokovic (a quien dominaba por 16-7 en el balance de enfrentamientos directos antes de 2011). Pero…, las tornas cambiaron. En 2011 se produjeron 6 enfrentamientos (¡6 finales!) entre el tenista mallorquín y el serbio. ¿El resultado? 6 derrotas de Nadal. Lo nunca visto. El invencible vencido. Djokovic es ahora para Nadal lo que Nadal era para Federer: su bestia negra. Es una situación nueva para el tenista mallorquín. Pero su mentalidad ganadora, aunque tocada, no decae. “Tengo que ser mejor”, declaró tras su última derrota. Seguro que está en sus “cuarteles de invierno” elaborando la fórmula anti-Djokovic y preparándose para volver en primavera por sus fueros.

El “hambre” de ganar y la ambición son características comunes a los gran-des deportistas. Hace un tiempo, Fer-nando Alonso afirmaba que lo que le importa de una carrera no es la velo-cidad en sí, sino “adelantar y ganar: es una cosa mental. Incluso yendo en bici-cleta también tengo que adelantar. Lu-char es lo que más me gusta”. Espíritu de competición y orientación al logro en estado puro.

La mentalidad ganadora surge de la automotivación. Los mejores depor-tistas españoles la tienen. Y lo nunca visto: ¡han logrado contagiar la menta-lidad ganadora a la afición española!

Lección 3: el equipo por encima de las individualidades

El Barça de Guardiola rezuma talento por los cuatro costados y en todas sus líneas pero es, ante todo, un equipo. Un equipo de alto rendimiento, para ser exactos (y como tal, ayuda a explo-tar el talento individual). Como todo buen equipo tiene un líder claro. Bue-

“El ejemplo negativo, el antiejemplo, es también una excelente fuente de aprendizaje.”

Benchmarking

Es la búsqueda en otras organi-zaciones, e incluso en otros sec-tores, de mejores prácticas en un proceso o servicio determinado, con el fin de que una empresa pueda aprender cómo hacer mejor las cosas. No se trata de copiar directamente un modo de hacer o una práctica determina-da, sino de comparar, emularla, interiorizarla y adaptarla a la propia organización y cultura. ¿El aprendizaje a partir de otras personas debe limitarse a conoci-mientos y actitudes positivas? Evidentemente no. El ejemplo negativo, el “antiejemplo”, es también una excelente fuente de aprendizaje. La observación de estos referentes negativos nos ayuda a aprender cómo no queremos ser, por tanto, es interesante identificar y examinar sus carencias o incompetencias para modular, a partir de ese “antiespejo”, nuestros propios comportamientos.

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no, dos: uno fuera del campo, el propio Guardiola y otro dentro, Messi.

Como he escrito en muchas ocasio-nes, el trabajo en equipo se sustenta en 5 C, a saber: Complementariedad, Co-ordinación, Comunicación, Confianza y Compromiso. La complementariedad significa que cada miembro del equipo domina una parcela determinada (en fútbol, la portería, la defensa, etcéte-ra) y que todos esos conocimientos o habilidades sumados son necesarios para sacar el trabajo adelante (ganar). La coordinación conlleva, como hemos visto, la existencia de un líder claro a la cabeza del equipo, que impulsa la actuación organizada del conjunto. La comunicación es esencial, debe ser abierta y transparente entre todos para poder coordinar las distintas actuacio-nes individuales. La confianza supone que cada persona cree en el buen hacer del resto de sus compañeros. Esta con-fianza le lleva a aceptar el hecho de an-teponer el éxito del equipo al propio lu-cimiento personal (ay, existen grandes deportistas con egos tan inflados que ahí, precisamente ahí, tienen su talón de Aquiles). Por último, el compromiso supone que cada integrante del equipo se implica para aportar lo mejor de sí mismo y poner todo su empeño en el éxito colectivo.

Lección 4: fluir y disfrutarEl conocido psicólogo de apellido

impronunciable, Mihaly Csikszentmi-halyi, en su clásico libro “Fluir: una psicología de la felicidad” define las “experiencias de flujo” como estados de conciencia en los que un sujeto se encuentra tan absorto en una tarea que pierde completamente la noción del tiempo y, más allá del resultado de la acción, obtiene placer simplemen-te con la realización de la misma. Eso es exactamente lo que les pasa a los baloncestistas de la selección espa-ñola o a los jugadores del Barça: fluye su juego y fluyen ellos. El básquet y el fútbol es su trabajo. Y disfrutan de él. Especialmente en las grandes citas, son conscientes de que están haciendo his-toria. Y se les nota. Transmiten no sólo talento, mentalidad ganadora y sinto-nía, sino también pasión e ilusión.

Para disfrutar, cualquier individuo, sea o no deportista de élite, debe sen-tir ilusión por lo que hace. La ilusión es el motor de las personas. Cuando acometemos tareas suficientemente retadoras (no tan difíciles que frus-

tren, no tan fáciles que aburran), po-demos llegar a fluir y disfrutar.

Lección 5: gestión y digestión del éxito y el fracaso

Según el filósofo Ralph Waldo Emer-son, el éxito consiste en obtener lo que se desea (y la felicidad, en disfrutar de lo que se obtiene). El éxito es, por tan-to, un concepto relativo. Los deportis-tas de élite siempre tienen objetivos ambiciosos. Pero suelen asumir el es-fuerzo “non stop” y la gradualidad que les llevará a conseguirlos. Es habitual oír a Guardiola insistir en la necesi-dad de ir “peldaño a peldaño”: se trata de no agobiarse pensando en qué va a pasar al final del campeonato, sino úni-camente en el día a día, en el reto del siguiente partido, e ir avanzando.

Para digerir el fracaso, hay que sa-ber asumir responsabilidades, tener capacidad de aprendizaje, auto-co-nocimiento, auto-control y capacidad de auto-motivación. Nadal reúne esas capacidades. Al hacer balance del año 2011 (en el que ganó Roland Garros, la Davis, etcétera, pero perdió sus 6 finales frente a Djokovic, ese sería su único “fracaso”), dijo “he sido un te-nista demasiado previsible”. El tenista español es plenamente consciente de que se caracteriza por su capacidad de concentración, por un ritmo muy alto de juego y por un nivel mental de su-peración también muy alto. Y de que el año pasado le faltó un punto de agresividad. Según él, no fue al límite.

El temor al fracaso muchas veces impide lograr el éxito. Hay que lograr lo contrario, que el temor nos espolee a trabajar duro para que no se produz-ca el fracaso. Como nos enseña Nadal, gestionar adecuadamente el éxito y el fracaso consiste, probablemente, en no creértelo demasiado cuando estás arriba, ni hundirte cuando estás aba-jo. Por algo se dice que “una persona inteligente siempre se recupera de un fracaso, mientras que una persona es-

túpida nunca se recupera de un éxito”.Resumiendo, el escritor irlandés

Bernard Shaw no identificaba ningu-na virtud saludable en la práctica del deporte. En consecuencia, se jactaba de que el único deporte que él había practicado en su vida era el de ir al en-tierro de sus amigos deportistas.

Los aficionados al deporte sí vemos virtudes y cualidades sanas: los de-portistas de élite se preparan, se en-trenan, sufren, disfrutan y aprenden. Nosotros, sus seguidores, podemos no sólo disfrutar de ellos y con ellos, sino también aprender de ellos. Como hemos visto, podemos extraer unas cuantas lecciones sobre determinadas habilidades de Nadal, Alonso y com-pañía e incorporarlas para ser mejores en nuestra profesión y en nuestra vida. ¡Inspirémonos en ellos!

Bibliografía“Lecciones de gestión del Eurobasket”, Carmen Sánchez-Silva, El País, Suplemento Negocios, 11 septiembre 201.“Patadas a contra pie”, Martín Girard, El País, 1 noviembre 2011.”ZigZag”, Enrique de Mora, “Empresa Activa (Ura-no), 2009.“Fuera de serie (Outliers)”, Malcolm Gladwell, Pun-to de lectura, 2010.“¿Qué tiene Fernando Alonso que no tenga yo?”, Enrique de Mora, Expansión & Empleo, 3 y 4 sep-tiembre 2005. “Los retos del 2012: las principales citas deporti-vas del nuevo año”, La Vanguardia, 2 enero 2012.“El talento no se tiene, se gana”, La Vanguardia, 7 junio 2009.“Fluir: una psicología de la felicidad”, Mihaly Csiks-zentmihalyi, Kairos, 1997.El éxito, un asunto de sugestión, gestión y diges-tión. Enrique de Mora. Capital Humano, nº 188, mayo 2005.

Enrique de Mora.Autor de los libros “Animaladas”, ZigZag” y “Funny-Pop” y del blog “Pop Corner” (www.funny-pop.es). Miembro del Top Ten Business Consulting Spain.

“Una persona necesita unas 10.000 horas de aprendizaje y práctica para dominar una habilidad compleja y lograr resultados brillantes.”