50 años: Facultad De Derecho y Ciencias Social UNL
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2 Prólogo
Doctor José Luis Prado Maillard
Presentación
Licenciado Héctor S. Maldonado Pérez
Para mis compañeros de Generación 1956-1961
Licenciado Isaías Rodríguez Arizpe
Recuerdos de medio siglo
Licenciado Hermilo Salazar Suárez
El valor verdad
Licenciada María Graciela Huerta Treviño
Entre la ley, la moral y la ética
Licenciado Adrián Quiroga Rodríguez
Exordio
Licenciado Benito Juárez Valdez
Derecho natural y nación
Licenciado Felipe Olivares Rosales
24 Propuesta de reforma al precepto 685 de la Ley Federal del Trabajo
Licenciado Ernesto G. Ramos
27
33
De criminología y otras cosas
Licenciado J. Lázaro Salinas Guerra
Sociedad organizada vs delincuencia organizada
Licenciado Alfonso García Alanís
42
48
50
Don Alfonso, la Jubilación Dinámica y la política
del ISSSTELEÓN
Licenciado Herberto Javier Núñez Espinosa
Los derechos derivados de la antigüedad
Licenciado Héctor S. Maldonado Pérez
Breves comentarios sobre la función notarial
Licenciado Mario González Mendoza
La Biblioteca de Alejandría
Licenciado Juan Roberto Zavala
37
CONTENIDO
Portada
UNLFacultad de Derecho y Ciencias Sociales
Generación 56-61
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL2
Existen muchas formas para celebrar algún aconte-
cimiento significativo en nuestras vidas. La Gene-
ración 56-61, egresada de nuestra facultad, selec-
cionó, junto con otros actos, un evento académico a través
de la publicación de esta revista, en donde algunos de los
integrantes de este cincuentenario grupo de egresados ex-
ponen temas jurídicos y sociales.
La Facultad de Derecho de la que ustedes egresaron, en
aquel tiempo, 1961, se denominaba Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales, pues formaba profesionistas del derecho
y de otras actividades conexas. De ellas se desprendieron
las licenciaturas de Comunicación Social y Ciencias Políti-
cas.
Más tarde, nuestra escuela pasó a ser “Facultad de
Derecho y Criminología”, y continuó con su tarea de for-
mación de profesionistas del derecho, y ahora de criminó-
logos. Una y muchas veces, se han revisado los programas
de estudios, para mantenerlos actualizados y ajustarlos a
los nuevos momentos que vivimos y a los cambios que ha
sufrido la sociedad.
A partir del año 1980, nuestra facultad amplió sus
metas en su tarea educativa y creó estudios superiores:
maestrías de diferentes especialidades. Su propósito es
ofrecer estudios superiores que proporcionen a los profe-
sionistas del derecho un nivel profundo de conocimientos
y especialización en las diversas ramas que comprende,
cumpliendo así nuestra escuela con el compromiso de
proporcionar a la comunidad y al nuevo mercado de tra-
bajo, profesionistas más capaces, actualizados y expertos,
que colaboren en el desarrollo de nuestra entidad.
En estos últimos años, con el mismo deseo de ser una
institución educativa de las mejores del país, con apoyo
de nuestra Universidad Autónoma de Nuevo León, he-
mos integrado a los estudios superiores el Doctorado en
Derecho, expresión académica que otorga a los estudiosos
la excelencia en estudios profesionales.
La Facultad de Derecho y Criminología se siente or-
gullosa de haber formado a los integrantes de esta ge-
neración, los que se han distinguido en actividades del
servicio público, académicas, de asesoría, impartición de
justicia y, en fin, como agentes promotores del derecho,
en busca siempre del bien común en nuestro Estado.
Los felicito por estos 50 intensos años que han vivido
como profesionistas, y les recuerdo que esta institución es
su casa, y siempre los recibirá con regocijo y cariño.
Doctor José Luis Prado Maillard
Prologo
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 3
Ayer esperábamos, ansiosos, la llegada de la fecha de
terminación de nuestros estudios; hoy celebramos
una fecha que ya se llegó: cumplir 50 años de ejerci-
cio profesional. A la meta de ayer, llegamos y a la meta de
hoy, también, gracias a la vida, gracias a Dios.
Como parte de los festejos para conmemorar estos 50
años de abogacía, con el respaldo del actual director de
nuestra escuela, doctor José Luís Prado Maillard, editamos
esta revista. En ella, un grupo de compañeros integrantes
de nuestra Generación 56-61, de egresados de la Facultad
de Derecho y Ciencias Sociales, exponemos temas jurídi-
cos, de cultura, de circunstancias y valores o de remem-
branzas. Cada uno de los que aquí escribimos es respons-
able, con base en su experiencia, madurez, conocimientos
y convicciones, de lo que aquí se expone. Nuestro agradec-
imiento, a nombre de todos los integrantes de la gener-
ación, por las colaboraciones aportadas.
¡Cómo ha cambiado nuestro país en estos últimos 50
años! Ha cambiado el mundo del derecho; nos sorprende
también el cambio generacional y los valores de la socie-
dad de la que formamos parte; ha cambiado el entorno de
la institución social más tradicional: la familia; hay innova-
ciones en los convencionalismos sociales, en los usos y en
las costumbres; sin embargo, la preparación que en su mo-
mento nos otorgó nuestra escuela y la que hemos acumu-
lado en este último medio siglo, nos han permitido vivir,
desarrollarnos, formar nuestra familia y, en fin, ajustar-
Presentaciónnos, sin perder la dignidad y la fe, a estos cambios.
A los compañeros que se han ido, nuestro recuerdo
siempre fresco y afectivo; a quienes aún disfrutamos de la
vida, nuestra felicitación por este medio siglo de ejercicio
profesional, y nuestro deseo de que este puñado de pro-
fesionistas, orgullosamente miembros de la Generación
56-61, se conserve unida y siga disfrutando de la vida por
muchos años más. ¡Ánimo, raza!
A nuestros maestros: ¡gracias! Siempre estaremos
agradecidos por sus enseñanzas y orientaciones, y hoy
renovamos el compromiso de no defraudarlos y de seguir
utilizando el derecho como instrumento de justicia y de
respeto para alcanzar el bien común, el equilibrio social, y
lograr un mejor mundo para nuestros hijos y para nuestro
querido México.
La Generación 56-61, egresados de la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales, hoy convertida en Facultad
de Derecho y Criminología, de la Universidad Autónoma
de Nuevo León, felicita a esta Institución educativa por los
progresos académicos que ha alcanzado y por seguir for-
mando profesionistas cada vez mejores. Nuestro respeto,
respaldo y admiración al doctor José Luís Prado Maillard,
por acompañarnos y respaldarnos en la celebración de
nuestros primeros 50 años de vida profesional. Un com-
promiso: si en algo podemos servir a nuestra escuela, es-
tamos a sus órdenes: lo haremos con gusto, con alegría y
con agradecimiento.
Licenciado Héctor S. Maldonado Pérez
Hola, jóvenes.
Así que estamos festejando el medio siglo de nuestra gradua-
ción. Maravilloso, ¿no es cierto? Estoy seguro de que muchos de
nosotros hemos dedicado algunos momentos a recordar cómo
comenzó esta historia. Me gustaría unirme a esos recuerdos y
compartir los míos. ¿Me acompañan?
El ingreso a la Universidad de Nuevo León, en Preparatoria, era
para mí un sueño. Provenientes de una, en aquel entonces (1951),
pequeña población de Tamaulipas, mis padres se trasladaron a
Monterrey en busca de la realización de su visión,
parte de la cual era conseguir que sus
hijos se educaran. Ya mi her-
mano mayor había iniciado
la migración unos años
antes y estaba
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL4
Para mis compañeros
de la Generación
1956-1961 Licenciado Isaías Rodríguez Arizpe
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 5
luchando cada día con la realidad de ser un alumno más de
la Facultad de Medicina en la Universidad de Nuevo León.
Los hijos mayores que le seguíamos habíamos comen-
zado a planear cuándo y cómo sería el momento en que
tendríamos que alejarnos de nuestra familia. No tuvimos
que hacerlo porque emigramos todos juntos. Ahora, cuan-
do recuerdo a algunos de ustedes que habían llegado de
diversos pueblos de Nuevo León y Tamaulipas, dejando
sus terruños y sus familias a tan temprana edad, com-
prendo mejor por lo que pasaron. Estoy seguro que esa
experiencia ayudó, en parte, a que se fueran convirtiendo
en hombres de responsabilidad.
En aquellos tiempos no había exámenes de admisión en
la Universidad. Lo más temible eran las novatadas a las
que éramos sujetos los recién llegados a manos de los
alumnos de grados superiores. La trasquilada al grito de
“¡pelo!, ¡pelo!”, me aterrorizaba; a veces la podíamos librar
mediante el pago de la cuota, o a través de la protección de
algún alumno del grado superior. Afortunadamente todas
esas experiencias pasaron rápido y muy pronto estábamos
ya instalados en el local de la Preparatoria No. 2, en Juárez
y Cinco de Mayo, frente a la plaza del Colegio Civil.
El local no era la gran cosa pero en aquellos cuartos,
que difícilmente podríamos llamarles ‘aulas’, escuchamos
al profesor David Martell disertar acerca de la Historia
Universal, (no sé por qué llegó a mi memoria justo ese
nombre en este momento, al profesor de francés, lu-
chando por enseñarnos la pronunciación nasal de aquel
idioma, o al maestro de latín, el profesor Jasso (¿así se apellidaba?) tratando de
que aprendiéramos las declinaciones de los sustantivos. Algunos compañeros no
pasaron esa aduana y vieron truncadas sus carreras. Hoy que pienso en ello, ha-
biendo cursado todas las materias del currículum de la Facultad de Leyes, no me
parece del todo justo que por haber reprobado latín hayan terminado en otras
actividades, habiendo querido ser abogados. Pero nosotros bien sabemos lo elu-
siva que es la justicia.
También recuerdo las tardes de café en el “Acapulco”, con aquella fabulosa
radiola que tenía más de cien canciones que podía reproducir, a veinte centavos la
pieza o seis por un peso. Los ‘viernes sociales’ con las obligatorias visitas al Cine
Rodríguez, en donde por cincuenta centavos (en gayola) veíamos tres superpro-
ducciones de Hollywood. ¡Qué tiempos aquellos!
LOS INICIOS
El tiempo voló, literalmente, y un buen grupo de nosotros pudo traspasar los
umbrales de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, en la vieja casona de
Abasolo y Diego, claustro venerado en cuyos rincones aprendimos, de aquellos
augustos maestros, el ABC del Derecho. Algunos de los catedráticos eran recono-
cidos litigantes; otros, respetables funcionarios del Poder Judicial, todos ellos
comprometidos con su, y nuestra, querida facultad, felices de aportar a nuestra
preparación, a nuestro desarrollo. ¡Aún me emociono al recordar sus cátedras!
Tengo muchos recuerdos de las clases en ese local. Como aquel cuando, que-
riendo impresionar al maestro, que había preguntado cómo debería proceder el
agente del Ministerio Público en un caso de homicidio, el alumno le respondiera
que “lo primero que había que hacer era asegurarse de que el cadáver ya estuviera
muerto”. Recuerdo las tardes en las que, al contar con algo de tiempo libre nos
dirigíamos en grupo al Café Flores, en donde por menos de un peso podíamos
tomar una taza de café y una dona.
A veces, el peso algunos lo reuníamos a base de pequeños préstamos de veinte
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL6
centavos con un compañero, o de un tostón con otro, présta-
mos que sabíamos serían incobrables. Me acuerdo mucho de
aquel compañero que, cuando alguien le pedía un peso presta-
do, decía que sólo traía un billete de a cien pesos. ¡Qué manera
tan sutil de evadir las solicitudes de préstamos!
Yo necesitaba trabajar en algo, ganar algo de dinero
para mis pasajes. Recuerdo que en los tiempos de la pre-
paratoria, a veces por ahorrarnos el pasaje, las más de las
veces por disfrutar de la compañía, Heberto Nuñez, Her-
milo Salazar y yo solíamos caminar de regreso a casa; He-
berto nos acompañaba un buen trecho y Hermilo y yo le
seguíamos hasta la colonia Nuevo Repueblo (donde vivía
Hermilo) y yo todavía caminaba hasta la Roma, donde
vivía. A fin de ayudar para cubrir mis gastos personales
alguien me sugirió que buscara trabajo en el periódico
. Cuando fui a pedir trabajo me lo dieron de
“corrector de pruebas”, donde trabajaba yo de las diez de
la noche a las tres de la mañana. Mi padre iba a recogerme
a esas horas de la madrugada para que yo pudiera dormir
un par de horas antes de tener que irme a clase de siete
de la mañana. Lorenzo de Anda y Heberto Nuñez también
trabajaban ahí.
A CIUDAD UNIVERSITARIA
Al entrar al tercer año se iniciaron las operaciones de la Facul-
tad de Derecho y Ciencias Sociales en la Ciudad Universitaria.
Aquello fue todo un cambio de vida. Los que nos transpor-
tábamos en camión, teníamos que caminar desde donde nos
dejaba el ruta San Nicolás hasta las puertas de la facultad, a
veces en medio de lodazales porque, habiendo sido la nues-
tra la primera escuela que se cambió allá, todavía no estaban
terminados los jardines que ahora existen. Cuando ya dom-
inábamos un poco mejor “el sistema”, algunos tomábamos
un autobús que nos dejaba en Colón y Avenida Universidad,
y ahí no faltaba el compañero que nos “levantaba” y nos
llevaba hasta la misma Facultad. No pocos ya teníamos el
“ride contratado” de antemano con quien tenía automóvil.
Para las 6:15 de la mañana ya estábamos rodeando el auto
del compañero, para asegurar nuestro lugar en el vehículo.
Son tantos los recuerdos que tomaría todo un volumen
narrar las experiencias y las aventuras vividas en los tres
años finales de nuestros estudios. Yo guardo un recuerdo
muy vívido en mi memoria. Fue en la clase de Derecho
Civil III, Contratos, con el licenciado Enrique Garza Plaza
(extraño que estos nombres surjan en mi mente al revi-
vir el momento). Ya no recuerdo por qué, caprichosos
que éramos, pero simplemente decidimos que queríamos
a otro maestro como titular de la materia, y como la Di-
rección no se plegara a nuestra solicitud y no nos hiciera
caso, nos lanzamos a huelga. Absurdo, pero así son los
estudiantes, o así éramos nosotros. Mi solidaridad con el
grupo me costó el año. Me pasé el cuarto año corriendo
de la clase de Contratos (en donde el maestro me permitía
decir: “¡Presente!”, y salirme del salón, consciente de que
yo ya había cursado la materia), a la de Derecho Agrario,
donde el licenciado Albino, comprensivo a más no pod-
er, me permitía llegar un poco tarde, sin contarme falta
o retraso. Gracias a estos apoyos, logré avanzar a quinto
año con mi grupo. ¿Saben una cosa? Muchos de nosotros
hemos sido maestros en alguna parte a lo largo de estos
cincuenta años, y habríamos actuado exactamente igual
que lo hizo la administración de nuestra escuela en aquel
entonces; bien por el licenciado Federico Páez Flores.
Al menos yo aprendí una gran lección: el orden y el ejer-
cicio de la autoridad deben ser siempre una prioridad en
las instituciones.
mi sentido de solidaridad me requirió pagar el precio), me fui a trabajar
al despacho del licenciado Héctor Zapata. Muy pronto se dio cuenta él
mismo de que yo no era la persona que él necesitaba en su despacho y me
sugirió buscar una oportunidad en el despacho del licenciado Armando
García Gámez, quien me brindó la oportunidad de la vida. Ahí aprendí lec-
ciones que jamás habría aprendido en las aulas. Y seguí en la brega.
Todo esto sucedió durante los años 61 al 63, y antes de que se asus-
ten con la perspectiva de que mi narración cubra los siguientes cincuenta
años, permítanme dar un giro a mis pensamientos e invitarlos a reflexio-
nar un poco sobre nuestra vida.
CINCUENTA AÑOS DESPUÉS
Todos, al comenzar nuestros estudios, teníamos una imagen mental de
lo que queríamos lograr. Esa imagen, quizás algo modificada, seguía mo-
tivándonos al salir de la facultad. Unos queríamos ser litigantes desta-
cados, otros pensábamos en ser funcionarios de carrera, seguramente
algunos pensaban en la cátedra y otros en el periodismo o algo diferente;
algunos, quizás, aun no sabían a ciencia cierta qué querían alcanzar en
su vida profesional.
Pero ahí estábamos todos, todavía llenos de sueños. Algunos proba-
blemente realizaron sus expectativas a plenitud, hayan sido las que hayan
sido. Otros se vieron frustrados en la búsqueda de sus propósitos, cual-
quiera que haya sido la causa. Otros, como yo, cambiamos totalmente de
rumbo. Hoy, a cincuenta años de aquellos felices días de nuestro adiós
a las aulas, tenemos que hacer un alto en nuestro camino y hacer un in-
ventario de nuestra vida, porque el tiempo de rendir cuentas ya no está
muy lejano.
Y la rendición de cuentas trascenderá a nuestros años de estudio, y aún
de trabajo. Tenemos en mucha honra el ser miembros de la Generación
56-61 de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de
Nuevo León pero eso no lo es todo. Somos mucho más que abogados. So-
mos seres humanos, somos personas, y la vida es mucho más que trabajo,
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 7
FUGAZ CARRERA REPORTERIL
Después de un tiempo de trabajar como “corrector de
pruebas” en , me movieron a la Redacción, donde en parte
seguía corrigiendo y editando las notas de los reporteros.
Un poco más tarde me ascendieron a “reportero”, y aunque
me dieron la fuente del Gobierno del Estado, no le sacaba
una “nota” a nadie. Supongo que no supe establecer los
contactos, realizar los “intercambios” o establecer una es-
trategia eficaz para obtener la información; el hecho es que
llegaba a la Redacción del periódico con las manos vacías.
Obviamente, ni los jefes ni yo estábamos contentos con esa
situación. Ahí terminó mi carrera de periodista.
Alguien me sugirió que me fuera de “meritorio” a un Juzga-
do. Me decidí por los juzgados del Ramo Penal, y encontré
un huequito en el Juzgado Primero, con el licenciado José
Antonio Hernández Martínez. El famoso “Munguía”, quien
había sido escribiente titular por años en ese juzgado, y
quien conocía más Derecho Penal que muchos abogados,
sin haber él pisado las aulas de la Facultad, me tomó como
su asistente. Un par de meses después surgió una vacante
y fui nombrado escribiente titular, habiendo sido dado de
alta en la nómina oficial y todo lo demás.
¡Qué fantástico entrenamiento el de un escribiente! Ve
una multitud de casos y tiene la oportunidad de identifi-
carse con las necesidades de las personas. Recuerdo una
viejecita a quien ayudé a sacar a su hijo libre bajo fianza,
una fianza de 300 pesos que le requirió sacrificios heroicos
para reunir, y que me llevó, unos días después, una tina con
tunas (era lo que vendía para ganarse la vida), como mues-
tra de gratitud por mi intervención. Supongo que yo habría
sido un buen abogado defensor, pero de seguro habría
tenido que sacar dinero de mi bolsa para cubrir las fianzas
de mis defendidos. Al dejar mi puesto como escribiente
en el Juzgado Primero de Letras del Ramo Penal (otra vez
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL8
diplomas, casos ganados, dinero acumulado y cosas por el estilo. Por eso es que
me atrevo a plantearme, y a plantearte, esta pregunta: Viendo como un todo es-
tos últimos cincuenta años ¿estamos satisfechos con lo que hemos logrado? Al
mirar nuestra vida total en retrospectiva, ¿podemos dar gracias a Dios por lo que
hemos alcanzado? ¿Estamos felices? ¿Nos sentimos realizados?
Sé que algunos dirán que somos seres insatisfechos por naturaleza, y que
nunca debemos sentirnos contentos con lo alcanzado hasta el momento; que
siempre habrá mucho más que lograr. Otros dirán que somos lo que somos
porque del destino nadie escapa (por más que nuestro maestro de filosofía en
preparatoria citaba la famosa frase que decía que “el hombre es el arquitecto de
su propio destino”. Algunos trataríamos de segmentar nuestra vida y decir que
profesionalmente nos ha ido bien pero que en lo personal no; otros quizás dirían
lo opuesto. De seguro habrá quienes digan “No tengo ninguna reclamación”.
Tú, ¿qué responderías a la pregunta? Yo quiero invitarte a que pienses en lo
que viene a corto o largo plazo. Ya no muchos de nuestra generación estamos
profesionalmente activos. Todos te-nemos tiempo para pensar, “Y de aquí, ¿qué
sigue? Y después de la muerte, ¿qué sigue?”. Un escritor bíblico dice que la vida
es “como un vapor que aparece, y de pronto se va”. Algunos de nuestros queri-
dos compañeros ya no están con nosotros. Se nos adelantaron en el viaje para
el cual todos tenemos ya reservado nuestro boleto, sólo que aun no sabemos
cuándo partiremos. Hace unos días escuchaba en la radio la noticia acerca de la
muerte de un hombre de ese medio; su amigo, otro conocido hombre de la radio,
al rendir homenaje a su amigo que había partido, citó a un gran pensador quien
dijo, “Todos somos inmortales, pero tenemos que morir para averiguarlo.” Mu-
chos de nuestros compañeros ya lo averiguaron. Otros esperan para hacerlo.
Cuando me invitaron a escribir un artículo para esta revista, me sorprendí y
respondí, “¿Pero yo qué te puedo decir acerca de las leyes? Me retiré de la prác-
tica de la profesión hace 48 años.” Quien me invitó me dijo, “Escribe de lo que
quieras.” Le ofrecí escribir algunos párrafos ofreciendo
una perspectiva de la vida y una invitación a ver la vida
como algo que trasciende al aquí y al ahora. Me dijo, “¡A-
delante!”.
Yo dejé la práctica profesional dos años después de
haber salido de las aulas, y me enfoqué en el estudio, in-
terpretación y aplicación de las leyes eternas. Ahí encontré
mi verdadera vocación, señalando a los hombres el camino
hacia Dios. Esta vida ha sido un regalo muy significativo
para todos nosotros. El paso por las aulas de nuestra Fa-
cultad, como han podido ver, dejó en mi mente recuerdos
imborrables. Sé que así ha sido con todos nosotros. Haber
conocido a cada uno de mis compañeros de generación, y
de otras generaciones, ha sido un privilegio que tengo en
gran estima.
Cuando, en el verano de 1963 anuncié a mi jefe, el licen-
ciado García Gámez, que dejaba el trabajo porque iba a
hacer estudios en un Seminario Teológico percibí, tanto
en su mirada como en sus palabras, un profundo respeto
cuando me dijo, “El hombre tiene que ser lo que tiene que
ser”. Yo tenía que ser un hombre de leyes, de las leyes
divinas.
Ha sido un placer escribir estas cuartillas. He pensado mu-
cho en lo que habría de decir. Hay mucho más que quisiera
decir acerca de la gran satisfacción de ser lo que se debe
ser, y estar en donde se debe estar. Espero con ansia verlos
cara a cara, y saludarlos una vez más. Mientras tanto, me
reitero su entrañable amigo.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 9
La generación 56-61 de abogados de la UANL celebra ju-
bilosamente, en este 2011, 50 años de haber egresado de
la Facultad de Derecho de la Universidad. De los cinco
años de la carrera, los dos primeros los cursamos en la antigua
Facultad de Leyes, ubicada en las calles de Abasolo y Diego de
Montemayor, en un edificio actualmente remozado, en el que
se celebran eventos universitarios. A partir del tercer año de la
carrera, ocupamos el recién construido y primer edificio de la
Ciudad Universitaria, el cual se destinó a la Facultad de Leyes.
En su libro Ciudad Universitaria. Crónicas de su Fundación,
el ingeniero José Guadalupe Lozano Alanís hace referencia a
los trabajos topográficos llevados a cabo para la ubicación del
edificio de Leyes, y expresa lo siguiente: “Al parecer algo de
provecho dejó la visita del Presidente (se refiere a don Adolfo
Ruiz Cortines), pues de inmediato se aceleraron los preparati-
vos para construir el primer edificio: La Facultad de Leyes. Yo
recibí un plano de la poligonal del predio universitario con la
ubicación y localización de dicho edificio. Mi trabajo consistió
en hacer la localización en el terreno, así como la ubicación
astronómica correspondiente de tal manera que la fachada que-
dara dirigida hacia el oriente”.
CAMBIO A CIUDAD UNIVERSITARIA
sí pues, en el año escolar 1958-59, el alumnado de Leyes se
trasladó a la Ciudad Universitaria. De los corredores de la
planta alta del edificio, divisábamos los trabajos de construc-
ción de la Torre de Rectoría. Los diferentes grupos que inte-
gramos la generación se identificaban por las primeras letras
del alfabeto: A, B, C y D. Quien escribe esta remembranza
perteneció al grupo B; pero, no obstante la existencia de los
diferentes grupos, prevalecía la unión, el espíritu solidario y
el compañerismo que hasta nuestros días perdura.
La generación 56-61 de Leyes la conformábamos alre-
dedor de 200 estudiantes, procedentes en su mayoría de la
antigua Escuela de Bachilleres de la UNL; otros compañeros
procedían del Instituto Franco Mexicano, y otros, que eran
minoría, de escuelas preparatorias de estados vecinos. Al té-
rmino de nuestra carrera, había compañeros normalistas que
ya habían concluido sus estudios profesionales de la carrera
magisterial.
Hoy, los espacios físicos de la Ciudad Universitaria pre-
sentan un tráfico automovilístico muy intenso. En la época
de la iniciación de la Ciudad Universitaria, el tráfico era
bastante moderado. Los espacios destinados a jardines en su
inicio eran tierras semiáridas, con vegetación precaria.
Recuerdos de medio sigloLicenciado Hermilo Salazar Suárez
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL10
Andando el tiempo estos pobres terrenos, gracias a los
trabajos de jardinería, se convirtieron en espacios arbola-
dos, y hoy lucen opulentos y bien cultivados jardines.
UNA CIUDAD APACIBLE
Evocamos la fisonomía de la ciudad de Monterrey. Por
esos ya remotos años, era una ciudad apacible, con estilo
todavía penetrado por valores de antaño: decoro, romanti-
cismo, laboriosidad, que le imprimían un carácter muy es-
pecial de ciudad noble de gente generosa, cualidades estas
reconocidas por propios y extraños.
Actualmente, las cosas son muy distintas; por desgra-
cia hemos perdido la paz, tan necesaria para sosegar el
espíritu. Hoy, el crimen pasea arrogante por las calles de
la ciudad. Pero ¿Será así siempre?
Sin embargo, no todo está per-
dido, y tampoco procede la lamen-
tación de que todo tiempo pasado
fue mejor. Hay, es cierto, graves
conflictos sociales, pero con una
acción concertada podemos en-
frentar la situación que hoy impera
y superarla.
Volvamos a mirar el medio si-
glo que cumple este año la gene-
ración de Leyes 1956-61. Los
compañeros, hombres y mujeres,
enderezamos nuestros pasos por
sendas distintas, como corre-
sponde al destino variado que nos
ha tocado vivir. Algunos compañe-
ros, desde estudiantes aprendían
al lado de los maestros la función
clásica del abogado: litigar; otros
se vincularon a quehaceres magis-
teriales, políticos y de la adminis-
tración pública; unos más se espe-
cializaron en algunas de las ramas
del derecho, principalmente del
derecho laboral; hubo otros compañeros que, desde estu-
diantes, realizaron trabajos periodísticos. Y así, de diversa
manera, ocuparon lugares destacados en el foro y en las
actividades de carácter social.
Es difícil, sin caer en injustas omisiones, mencionar a
todos los compañeros que destacaron en alguna actividad,
sea propiamente jurídica o de índole cultural o política.
Sin embargo, fueron muchos los compañeros de esta nues-
tra generación que, gracias a su inteligencia y tenacidad,
lograron sitios prominentes en sus tareas profesionales.
CEREMONIA DE GRADUACIÓN
Los miembros de la generación 56-61 de abogados ten-
emos grata memoria de la ceremonia de graduación
de pasantes de esta carrera, llevada a cabo en el Aula
Magna “Fray Servando Teresa de Mier”, y que apadri-
nara el intelectual y político, por ese año del 61 senador
de la república, licenciado Manuel Moreno Sánchez. A este evento escolar asis-
tieron, entre otras personalidades, el ciudadano gobernador, licenciado Eduar-
do Livas Villarreal; el entonces director de la Facultad de Leyes, doctor Arturo
Salinas Martínez. Asistieron asimismo, con ánimo entusiasta, padres de familia y
demás familiares de los graduandos. Por parte de los miembros de la generación
pronunció un emotivo discurso el joven Bernardo Flores Flores, presidente de la
generación.
EN BUSCA DEL PADRINO
Para hacerle la invitación de apadrinamiento al senador Moreno Sánchez, se
trasladó una comisión de estudiantes del quinto año de Leyes a la ciudad de
México, y a través de una hermana del compañero y amigo Salvador Ardines
Revilla, se logró la concertación de una entrevista con el periodista y po-
eta don Renato Leduc, el que a su vez logró extenderle la invitación al maes-
tro Moreno Sánchez para que aceptara ser padrino de nuestra generación, cometi-
do que se logró satisfactoriamente. Todos los integrantes de nuestra generación
guardamos una inmensa gratitud a nuestra Alma Máter, pues gracias a la pre-
paración recibida en las aulas tuvimos la oportunidad de lograr en la mayoría
de los casos un lugar decoroso en los espacios laborales; todos y cada uno de
nosotros, apoyados por nuestras familias, pudimos llegar a la meta anhelada de
obtener un título profesional. Muchas cosas han pasado desde aquel día de fines
de abril en que terminaron las clases. Los recuerdos de esos tiempos que hoy por
hoy se ven lejanos, son muchos y muy gratos. El recuerdo de los maestros que nos
impartieron cátedra está impregnado de la más sincera gratitud.
El tener una profesión, cualquiera que ésta sea, es muy bueno, porque lo lleva
a uno a estar integrado a una generación preparada para el futuro. Entre más se
cultive el ser humano, mejor será la sociedad en que vivimos. Siempre hay que
aprender experiencias para conocer mejor a nuestros semejantes. Finalmente,
quiero mencionar que entre los compañeros destaca uno que se ha convertido
en un líder auténtico de nuestra generación, ya que gracias a él nos hemos man-
tenido unidos para convivir y seguir adelante en nuestra trayectoria profesional y
de vida. Nos referimos a nuestro compañero y amigo Héctor S. Maldonado Pérez.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 11
El hombre, en sus diferentes épocas y circunstancias,
ha luchado por la libertad y la seguridad, valores por
los que muchas personas han ofrendado su vida. Este
tema adquiere cada vez más importancia, en la medida en
que se manifiestan los antivalores, los cuales pueden es-
tar presentes en todo el quehacer del hombre: en su vida
personal, tanto en sus relaciones familiares, cuando comete
adulterio, abandona a su familia, en la conducta violenta,
etcétera, así como en su desempeño profesional o de su
oficio, no importa si es médico, artesano, abogado, comer-
ciante, etcétera.
Esto es, por ejemplo, cuando falta a la ética propia de
su ocupación, violando el secreto profesional, alterando
los precios, conduciéndose con mentiras, entre otras co-
sas. Así pues, la deshonestidad se filtra en todas estas
áreas; y, aún más, estas conductas personales influyen en
la sociedad y la determinan.
En tal virtud, y tratándose del ejercicio profesional, es
de suma importancia la aplicación de las normas deon-
tológicas. En el caso del jurista, yo diría que éste debe
tener vocación por la justicia, esa constante y perpetua
voluntad de darle a cada uno lo que es suyo, la cual se
construye sobre la base de la verdad; porque el Derecho no puede ser
instrumento para tropelías, para injusticias, para contrariar su fin na-
tural. Por las razones señaladas, es de mucha trascendencia fomentar y
poner en práctica las normas deontológicas o del deber ser.
CÓDIGO DE CONDUCTA
Así pues, quien se refiere a la deontología jurídica, está haciendo
alusión al código de conducta bajo el cual tiene el deber de actuar di-
cho profesional, quien -es menester decirlo- se nutre de dos vertientes:
el derecho y la moral.
De ahí que destacamos el valor verdad en el ejercicio de la pro-
fesión de abogado, de lo cual tiene conciencia, con independencia de
que lo lleve a la práctica o no; por ejemplo, cuando ofrece una prueba
testimonial, y de manera particular prepara a los testigos, pues él mis-
mo elabora el interrogatorio.
En este caso se pueden dar dos clases de situaciones: una, que va
dirigida a que, en su declaración, los testigos sean enfáticos y precisos,
lo cual no es indebido, siempre y cuando los hechos estén apegados a
la realidad; y otra, cuando se narran hechos falsos, y entonces tiene que
aleccionar a los testigos para que declaren de acuerdo a esos hechos,
presentando personas que por algún interés se prestan para ello.
A fin de evitar esta conducta, las declaraciones se for-
El valor verdadLicenciada María Graciela Huerta Treviño
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL12
mulan bajo protesta de decir verdad, y bajo la adverten-
cia sobre el delito en que incurren las personas que de-
claran hechos falsos ante la autoridad judicial. En relación
con esto, ya desde tiempos de los aztecas, los testigos se
veían obligados a decir verdad, de acuerdo a la siguiente
cita: “Los testigos, según el tratadista, se veían obligados
a decir verdad, en primer lugar, por temor a la Tierra, por
el juramento que debían hacer al poner un dedo en ella,
y luego tocarse la lengua, porque la diosa Tierra, que en sí
nos sustenta y de sí nos mantiene, de decir verdad; y, en
segundo, por el miedo que les infundían los jueces, que
eran muy hábiles y sagaces en inquirirla” .1
CONDUCIRSE CON VERDAD,
IMPERATIVO EN EL ABOGADO
¿Por qué traemos estos conceptos en relación con el valor
verdad? Es un imperativo que el abogado, en el ejercicio
de su profesión, se conduzca con verdad en cada inter-
vención que tenga en los procedimientos en que participa.
Esto podría parecer utópico; sin embargo, si él, en su fuero
interno lo decide así, lo puede hacer; si bien es un deber
hacerlo, tiene que influir su voluntad para llevarlo a cabo.
Así, encontramos que, cuando se dirige al juez, debe
conducirse con verdad, presentando los hechos que consti-
tuyen su acción de manera verídica.
La ley adjetiva abunda en menciones del valor verdad,
el que se desestima cuando se consulta, porque lo que
le interesa en primer término al litigante es conocer en
detalle el procedimiento que debe seguir, el recurso que
ha de interponer, también vigilante en que los términos no le
precluyan, etcétera.
Pero la legislación procesal civil, a la que me estaré refirien-
do, no sólo nos dice qué trámite seguir para impulsar el proce-
dimiento, sino que también nos habla de una característica de
suma importancia, que debe tenerse en cuenta en cada actua-
ción a su cargo, particularmente cuando ofrece los elementos
de prueba e interviene en su desahogo. Este hilo conductor, que
debe estar presente en todo el procedimiento, y debe permear-
lo, es el valor verdad, el que los abogados, las partes, los testi-
gos, el juez, los peritos y todo interviniente deben procurar.
EL JUEZ
Por lo que hace al juez, éste inquiere sobre la verdad de los
hechos, porque él requiere por sí mismo conocerla, y no aceptar
a ciegas la “verdad” de una de las partes, que, por la habilidad
de su abogado y el desinterés o ineptitud del abogado de la
parte contraria, logra demostrar. En este caso, el juez sólo san-
ciona o dicta el derecho de acuerdo a lo facilitado por una de
las partes. Sin embargo, queda en su conciencia que la otra
parte no fue debidamente atendida por su abogado.
Dadas estas circunstancias, el juez puede hacer uso
de las facultades ordenatorias que la ley le permite, de-
cretando la práctica de cualquier diligencia, así como la
aportación, o ampliación de pruebas que estime necesarias
y conducentes para la consecución de la verdad y la jus-
ticia, valores que deben constituir el interés fundamental
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y común de las partes y de la autoridad judicial, como
lo establece el artículo 49 del Código de Procedimientos
Civiles.
Esto debe ser, obviamente, no con la intención de fa-
vorecer a una de las partes, sino para allegarse más elemen-
tos que le permitan conocer la verdad real sobre la verdad
formal, puesto que conocer la verdad de los hechos es
uno de los fines fundamentales con arreglo a los cuales
el proceso civil debe ser instrumentalmente orientado. En
esa investigación o descubrimiento de la verdad radica el
principio lógico del proceso.
Estas cuestiones no derivan de la teoría, sino son ex-
periencias recogidas durante la función que Dios me ha
permitido desempeñar.
BAJO PROTESTA DE DECIR VERDAD
El código que comento hace muchas menciones respecto
a la verdad y, sin ser exhaustiva, podemos mencionar las
siguientes: El artículo 180 Bis- IV, al referirse al trámite de
la separación de cónyuges, no requiere de formalidad es-
pecial, pero sí establece que se debe precisar en ella, bajo
protesta de decir verdad, las causas que la motivan.
Por su parte, el Artículo 227 establece que los terceros,
en todo tiempo, están obligados a prestar auxilio a los tri-
bunales en la averiguación de la verdad.
Tratándose de la declaración de parte, que queda
comprendida dentro de la confesional, ésta se hace bajo
protesta de decir verdad, de acuerdo con lo que establece el
artículo 272.
Asimismo, el artículo 330 contempla la probabilidad de que
las partes no puedan presentar a sus testigos, en cuyo caso así lo
deben manifestar, bajo protesta de decir verdad.
Igualmente, el diverso numeral 337 establece que los testigos
deberán declarar bajo protesta de decir verdad.
En este contexto, viene al caso la siguiente cita: “Contra la
ética de la verdad significa a favor de una ética de la duda. Más
allá de las apariencias, la duda no es un absoluto contrario a la
verdad, sino que, en cierto sentido, implica su afirmación. Con-
tiene por tanto un elogio de la verdad, pero de una verdad que
debe ser siempre re-examinada y re-descubierta. A lo que es con-
traria la ética de la duda es a la verdad dogmática, que es aquella
que quiere fijar las cosas de una vez por todas e imposibilitar o
descalificar la crucial pregunta “¿será realmente verdad?”.” 2
En síntesis, podemos decir que el ser humano quiere que
siempre le hablen con la verdad, y desde luego que es un deseo
muy legítimo; sin embargo, él no está dispuesto a actuar de la
misma manera, pues ésta es como una avenida en dos sentidos,
en donde, en la medida en que seamos recíprocos en este deseo,
estaremos cumpliendo en este aspecto con el principio bíblico
que dice:
“Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan
con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto
es la Ley y los profetas”.3
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Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 13
En tiempos recientes, el Instituto Mexicano del Seguro Social ha
lanzado una campaña bajo el rubro de prevención fiscal, a través
de la cual invita a patrones a denunciar despachos de asesoría
en materia fiscal, laboral y de seguridad social, que ofrecen a sus
clientes esquemas de sustitución laboral mediante la constitución de
sociedades cooperativas, en nombre colectivo, empresas integrado-
ras integradas, sociedades en comandita simple, sociedades civiles,
etcétera, y -dice el IMSS- con el principal propósito de eludir el cum-
plimiento de sus obligaciones en materia de Seguro Social, lo que ha
despertado la inquietud de muchas empresas, así como también el
temor de aquéllos que siguen estas prácticas.
Desde hace algunos años, orillados principalmente por la reduc-
ción de los márgenes de utilidad que se ha venido presentando en
la mayoría de las áreas de nuestra economía, y en busca de aho-
rros malentendidos, algunos “asesores” han ideado esquemas que van
de lo simple a lo complicado, para forzar realidades, pretendiendo
imponerlos donde no corresponden. Bajo la bandera de sociedades
cooperativas, sindicatos, sociedades civiles y otras figuras legales, es-
tos asesores prometen importantes ahorros en materia de cuotas del
Seguro Social, INFONAVIT y hasta en Impuestos Sobre el Producto del
Trabajo, suponiendo que, por ejemplo, en el caso de cooperativas,
los socios podrían recibir por un lado un salario y por otro lado una
retribución en su calidad de socios, considerándose la primera mera-
mente un salario y la segunda un dividendo de su participación en la
sociedad, o bien remunerando la mayoría de los sueldos bajo rubros
genéricos como “previsión social”.
LEYES PERMISIVAS
En todos estos esquemas, el común denominador es que, de una o de
otra manera, las leyes de nuestro país permiten a organizaciones es-
peciales, como son estas cooperativas o sociedades civiles o sindica-
tos, que las personas tengan doble aspecto, como patrón y socio a la
Entre la ley, la moral y la éticaLicenciado Adrián Quiroga Rodríguez
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL14
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 15
vez. Es el caso, por ejemplo, de las sociedades civiles que,
en el Estado de Yucatán, tienen como característica muy
particular de su legislación, el que la sociedad civil tenga
entre sus objetivos el proveer “alimentos” a sus asociados,
convirtiendo de esta manera este concepto en presunto
concepto deducible de la base para pago de impuestos,
por considerarlo un gasto necesario para el cumplimiento
de su propósito.
Pero el asunto no es que cooperativas no puedan pa-
gar dividendos o que sociedades civiles no puedan pagar
alimentos o que sindicatos no puedan cobrar cuotas, no;
el verdadero tema es que relaciones de trabajo se ven
disfrazadas bajo esquemas de cooperativas, sociedades
civiles y sindicatos, y bastaría con que las autoridades fis-
cales enderezaran sus caminos de fiscalización para que,
en lugar de tratar de combatir la legalidad de estos esque-
mas, combatieran la simulación, que es lo que tanto nos
ha afectado.
La popularidad de estos ahorros es tan importante,
que algunos despachos de nuestro país manejan más de
200 mil trabajadores bajo esquemas de este tipo, que son
altamente agresivos en cuanto a la planeación fiscal, y rea-
lizan manejos que llevan a no pagar cuotas ni impuestos
sobre más del 70 por ciento del ingreso de los trabaja-
dores.
PROTECCIÓN DE DERECHOS BÁSICOS
Esta situación no debe ser, no sólo desde el punto de vista legal, sino moral y
ético, porque se ha olvidado un poco la esencia de estas obligaciones de seguri-
dad social, que es, sin duda, la protección de los derechos básicos de cualquier
hombre, como son el acceso a servicios médicos o el acceso a garantías que per-
mitan seguir recibiendo ingresos aun después de ocurrida una contingencia, de
modo tal que estos esquemas en que las personas están aseguradas con salarios
muy inferiores en relación a los ingresos reales que perciben, tienen un doble
aspecto negativo: por un lado, se provoca un detrimento enorme, al obligar a la
institución a proporcionar servicios médicos a cambio de cuotas muy bajas, y, por
otro lado, al ocurrir la contingencia, las personas se encontrarán desprotegidas de
un ingreso que les permita seguir subsistiendo, provocando con ello problemas
sociales realmente importantes.
Los efectos inmediatos son, como ya se ha mencionado, el desequilibrio finan-
ciero de la institución, porque nuestro esquema de seguridad social es solidario;
es decir, lo que pagan en cuotas altas algunas personas que no usan el sistema,
redunda en beneficio de absorber los costos de servicios que reciben otros que
cubren las cuotas bajas, y que además lo utilizan con frecuencia. Por ello, este
tipo de esquemas no sólo es perjudicial para la persona que presta el servicio o la
empresa que lo recibe, sino también para la institución o la sociedad en general.
Parece que muchas de las empresas que se aventuran por estos caminos de
ahorros ficticios no consideran realmente los impactos que ocasionan estos a-
rriesgados manejos, porque no sólo se trata de las cuotas de Seguro Social que se
dejan de pagar o las aportaciones a los fondos de vivienda que no se cubren o los
Impuestos sobre Producto de Trabajo que se evaden, sino es también la muestra
que se da a la sociedad y a los propios trabajadores sobre la clase de empresa que
los tiene contratados, lo que impide que se forme esa valiosa identificación entre
patrón y empleador, quienes de manera conjunta llevan los negocios rumbo al
éxito que no puede conseguirse sin la colaboración de este capital humano.
En estos tiempos en que se ve casi de todo, es muy importante que empre-
sarios y trabajadores reflexionemos sobre lo que queremos transmitir a las ge-
neraciones futuras: si queremos presentar esquemas donde se tuerza la Ley en
beneficio de unos cuantos y en perjuicio de muchos, o bien esquemas perma-
nentes donde se garantice, en lo posible, la perpetuidad de estos sistemas de
seguridad social.
NOTA DE LA REDACCIÓN:La Generación 56-61 de la Facultad de Derecho está rindiendo sus frutos, ya que antes fueron los miembros de dicha generación quienes, haciendo historia, formularon sus temas sobre alguna materia y los publicaron en la revista de nuestra Facultad; esa semilla florece, pues ahora son los hijos de algunos de ellos, como es el caso del hijo del licenciado Ramiro Quiroga Garza, quienes presentan un trabajo para su publicación.
La carrera vertiginosa de la vida nos ha llevado por
el escenario de nuestra sociedad, y hoy, al cumplir
cincuenta años de navegar por el proceloso mar de
la Abogacía, nos satisface evocar aquel lustro que convivi-
mos en las aulas de nuestra querida Facultad de Derecho
y Ciencias Sociales de la Universidad de Nuevo León (hoy
Universidad Autónoma de Nuevo León).
Durante ésos cinco años, comprendidos de 1956 a
1961, la vida estudiantil de nuestra carrera profesional,
fuimos enlazando los caracteres, identificándonos, fami-
liarizándonos, hasta lograr la culminación de nuestros
anhelos y la satisfacción de los esfuerzos de nuestros
queridos padres o familiares; esos primeros cinco años
sirvieron para que nuestros recordados y dilectos maes-
tros fueran formando en nosotros los cimientos morales
del derecho, valorando las virtudes de la profesión que
dignamente se manifiesta en esta generación.
“El tiempo: es el existir en movimiento, como eje fun-
damental de la sociedad y en nosotros”.
Fuimos venciendo las adversidades, al tiempo que
gozábamos y disfrutábamos las satisfacciones que se nos
presentaron, logrando penetrar en la sociedad con una
imagen digna, lo que nos satisface y nos llena de orgullo;
pero también adquirimos la responsabilidad de compro-
meternos y cumplir cabalmente hasta el final de nuestra
vida profesional.
RECONOCIMIMENTO
A NUESTROS PADRES Y MAESTROS
Es por demás encomiable la formación que nos dieron
nuestros padres y maestros para salvar los inevitables es-
collos de la existencia humana y profesional, y para man-
tenernos en un lugar preponderante del medio social y
cultural, cumpliendo así con el juramento que efectuamos
al titularnos en aquel momento inolvidable del examen
profesional.
EXORDIOLicenciado Benito Juárez Valdez
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL16
Hoy, al cumplir cinco décadas de haber terminado
los estudios, también recordamos con pesar que la ma-
dre naturaleza nos ha arrebatado a un buen número de
inolvidables compañeros, que serán inmortales, porque
seguirán viviendo en nuestros pensamientos, ya que nos
permitieron disfrutar de su presencia gran parte de sus
existencias.
UNIDAD PERMANENTE
Vale la pena recordar que esta Generación 1956-1961 se
ha distinguido por mantenerse unida desde sus inicios,
mediante la celebración de reuniones y aniversarios cada
cinco años; ha tenido continua convivencia y ha acompa-
ñado a los compañeros enfermos en su lecho de dolor,
así como a sus familiares cuando se ha presentado el mo-
mento del último adiós.
Y esto –es de justicia mencionarlo- ha sido gracias a la
incansable labor de nuestro compañero, el licenciado Héc-
tor S. Maldonado Pérez -claro que con el apoyo y auxilio
de compañeros solícitos-, quien ha logrado, en ocasiones
especiales, que compañeros que viven en otras entidades
federativas se trasladen a esta ciudad. Vaya para él nuestra
gratitud por su esfuerzo y participación. Gracias, Héctor.
Esta generación se ha distinguido en los escenarios de
diversas actividades profesionales, con dignidad y decoro,
ya sea en la Judicatura, como litigantes; en la docencia,
como catedráticos, y en la función pública, como funcio-
narios federales y estatales, como notarios públicos, como
magistrados, así como en los espacios políticos, sociales,
culturales e internacionales, y en toda representación que
han realizado, tanto en nuestra ciudad como fuera de
ella.
Por la satisfacción y el gozo de haber llegado a los 50 años
de vida de nuestra Generación 1956-1961 nos complace
compartir el placer que sentimos por haber servido a la
sociedad, a nuestra familia, y, modestamente, devolverle
“algo” a nuestra Alma Máter, nuestra universidad.
Tengan la seguridad de que todavía existe la energía
propia de todos y cada uno de nosotros, para poder trans-
mitir y ceder la experiencia a quien la solicite, y así con-
tinuar dignificando esta bella profesión.
¡Felicidades a todos los integrantes de la Generación
1956-1961!
La carrera vertiginosa de la vida nos ha llevado por
el escenario de nuestra sociedad, y hoy, al cumplir
cincuenta años de navegar por el proceloso mar de
la Abogacía, nos satisface evocar aquel lustro que convivi-
mos en las aulas de nuestra querida Facultad de Derecho
y Ciencias Sociales de la Universidad de Nuevo León (hoy
Universidad Autónoma de Nuevo León).
Durante ésos cinco años, comprendidos de 1956 a
1961, la vida estudiantil de nuestra carrera profesional,
fuimos enlazando los caracteres, identificándonos, fami-
liarizándonos, hasta lograr la culminación de nuestros
anhelos y la satisfacción de los esfuerzos de nuestros
queridos padres o familiares; esos primeros cinco años
sirvieron para que nuestros recordados y dilectos maes-
tros fueran formando en nosotros los cimientos morales
del derecho, valorando las virtudes de la profesión que
dignamente se manifiesta en esta generación.
“El tiempo: es el existir en movimiento, como eje fun-
damental de la sociedad y en nosotros”.
Fuimos venciendo las adversidades, al tiempo que
gozábamos y disfrutábamos las satisfacciones que se nos
presentaron, logrando penetrar en la sociedad con una
imagen digna, lo que nos satisface y nos llena de orgullo;
pero también adquirimos la responsabilidad de compro-
meternos y cumplir cabalmente hasta el final de nuestra
vida profesional.
RECONOCIMIMENTO
A NUESTROS PADRES Y MAESTROS
Es por demás encomiable la formación que nos dieron
nuestros padres y maestros para salvar los inevitables es-
collos de la existencia humana y profesional, y para man-
tenernos en un lugar preponderante del medio social y
cultural, cumpliendo así con el juramento que efectuamos
al titularnos en aquel momento inolvidable del examen
profesional.
EXORDIOLicenciado Benito Juárez Valdez
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 17
Derecho natural y naciónPREÁMBULO:
A MIS COMPAÑEROS DE GENERACIÓN
Bien vimos, hace cincuenta años, que terminados los estudios
universitarios de la carrera de abogados, se habían vencido las
preocupaciones, y aquel grupo de alumnos, caracterizado por
la amistad, integró la generación 56-61 de la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales, de la Universidad de Nuevo León.
A la luz de esta antigua amistad, me gustaría mencionar en este
escrito a todos los compañeros, pero esa lista es de todos cono-
cida; por lo mismo, únicamente me limitaré a mencionar a tres, que
representan la amistad, el estudio y la alegría que distinguió a esta
generación: Bernardo Flores Flores, intelectual, estudioso, siempre
amigo, con sus comentarios claros y precisos; jamás una mala pa-
labra a nadie; Carlos Aréchiga Rivera, maestro, educado en grado
sumo, formal y compañero en toda su presencia, y finalmente Car-
los García Rodríguez, alegre y platicador, con sus comentarios y
alma buena.
¡Qué gratos recuerdos de los buenos días en que convivimos
todos! Hoy, estos tres compañeros que he mencionado, ya se han
ido de este mundo. Ellos y el resto de los que ya han partido, serán
recordados siempre con agrado en los pensamientos de los aún vi-
vientes.
MAESTROS NOTABLES
Esta generación tuvo la suerte de contar con extraordinarios maes-
tros; no puedo recordar a todos, pero sí quiero mencionar a tres de
ellos, que, durante los dos años de preparatoria (en aquellos años
la preparatoria era especial) y los cinco de profesional nos benefi-
ciaron y deleitaron con sus enseñanzas; así, nombro con respeto a
Francisco Zertuche, José Juan Vallejo y Genaro Salinas Quiroga, tres
excepcionales maestros universitarios.
Durante esos años vivimos inolvidables y solemnes actos y
hechos universitarios en los que nos tocó ser parte activa. Varios
de nosotros fuimos fundadores de la segunda preparatoria. Fuimos
la última generación en estudiar la preparatoria especial, ya que los
posteriores alumnos pasaron a estudiar el bachillerato único.
Románticamente, nos tocó despedir el viejo edificio de la Fa-
cultad de Derecho y Ciencias Sociales, y tuvimos el alto honor de
ser los primeros en ingresar, aquel único e histórico primer día de
clases, a la entonces nueva Ciudad Universitaria. A nuestra gene-
ración tocó la suerte de ser de los primeros en tomar una clase en
el consagrado recinto.
Desde hace cincuenta años, cuando salimos de la universidad,
se implantó la costumbre de reuniones periódicas; antes, menos
regularmente; ahora, más frecuentemente, y queda para nosotros,
los aún vivientes, la gran tarea dejada por quienes ya partieron, de
seguir engrandeciendo a esta generación; de obrar con entusiasmo
en las tareas cotidianas, de apoyar a familiares y amigos y, en la
medida de nuestras fuerzas, contribuir con la sociedad.
Licenciado Felipe Olivares Rosales
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL18
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 19
LOS GRIEGOS
Zeus, el gran dios de la mitología griega, era inmortal; tuvo un primo llamado
Prometeo, con la diferencia de que éste era mortal. Prometeo decía que había
creado a los primeros hombres, moldeándolos con arcilla, lo cual no era cier-
to, y se le conoció solamente como el bienhechor de la humanidad.
Prometeo se enfrentaba a Zeus por su afecto hacia los seres humanos; se
dice que durante un acto solemne dividió en dos partes una res, y puso en una
las mejores carnes y vísceras, y las cubrió con partes del animal; en la otra
parte puso los huesos, cubiertos con grasa, y pidió a Zeus que eligiera una
parte, y la otra quedaría para los hombres. Zeus seleccionó los huesos con
grasa, y al darse cuenta de que se trataba sólo de huesos, entró en cólera con
Prometeo y los mortales que habían sido favorecidos por aquella patraña.
Para castigarlos, Zeus decidió no proporcionarles de nuevo el fuego, y en-
tonces Prometeo salió en auxilio de los mortales. Se dice que robó las semillas
del fuego del Sol, y las llevó hasta la Tierra, ocultas en un tallo, que es una
parte de la planta que sostiene las hojas.
Zeus montó más en ira, e ideó dos castigos: para los mortales ordenó
que se formara de la tierra a una mujer, que con sus atractivos perdiera a los
hombres y sembrara el desastre del género humano. Para crear a esta mujer,
los dioses y diosas del Olimpo le dieron gracias específicas, y por esa razón
la llamaron Pandora, considerada por la mitología la primera mujer que hubo
en la tierra.
Pandora tenía el conocimiento de las artes que le otorgó Atenea; de Afro-
dita recibió la belleza; Hermes la hizo astuta y seductora, y fue vestida por las
Gracias; cuando bajó a la Tierra, recibió de los dioses una caja, con órdenes
de no abrirla; al fin mujer, abrió la caja y al hacerlo salieron de ella todos los
pecados y males, que se esparcieron por todos los lugares de la Tierra. Al
darse cuenta de lo que había hecho, cerró la caja, pero se dio cuenta de que
sólo había quedado en ella la esperanza, que es lo único que no podrá perder
jamás la especie humana.
CASTIGO PARA PROMETEO
Para Prometeo, Zeus ideó un castigo con más vanidad y arrogancia: lo en-
cadenó con fuertes cables en el Cáucaso, y decidió que un águila le devorara
el hígado cotidianamente, el cual debería regenerársele constantemente. Zeus
prometió que jamás lo desencadenaría de la roca, pero Heracles, que pasaba
por la región, mató al águila y liberó a Prometeo.
Zeus no objetó esa liberación; pero, a fin de que su palabra fuera cum-
plida, ordenó a Prometeo que llevara una anilla hecha con el material del
cable utilizado, unida a un pedazo de roca a la que había sido encadenado, lo
cual aceptó el mortal cumplidamente.
Sin embargo, Prometeo seguía con sus deseos de trascender y de ser in-
mortal, y cuando Quirón, el centauro, que era inmortal, manifestó su deseo de
morir, lo aprovechó Prometeo para cambiarle su mortalidad por la inmortali-
dad. Zeus aceptó el cambio, y así Prometeo pasó a ser inmortal.
Durante siglos, Prometeo ha sido una figura con una larga historia de in-
terpretaciones y estudios, y aún actualmente es evocado con ingenio; prime-
ro, encarnó la lucha por el bienestar de los seres humanos, por lo que fue con-
denado, y sufrió martirio y aflicción; después, aceptó ser liberado, a cambio
de cumplir las reglas que se le imponían; y por último, logró su integración al
mundo de la inmortalidad y los dioses.
SIGLO DE ORO DEL HOMBRE
La centuria considerada del año 500 al 400 antes de Cristo ha sido llamada
por muchos “El Siglo de Oro del Hombre”, y el general ateniense Pericles le
dio su nombre: “El Siglo de Pericles”.Zeus
Generación 56-61 Facultad de Derecho y 20Fue un siglo en que el pueblo griego metodizó un admirable cono-
cimiento del entendimiento, pensamiento e inteligencia, que no
tienen antecedentes en la historia: filosofía, arte, ética, física,
etcétera.
En este siglo nacieron Anaxágoras, en 500; Sófocles,
en 495; Protágoras, en 485; Heródoto, llamado el
padre de la historia, en 484. Muchas veces escu-
chamos repetir estos nombres al maestro Genaro
Salinas Quiroga. ¡Qué gratos recuerdos!, y más
cuando se llega al gran Sócrates, nacido en el
año 470, un hombre sencillo, que afirmaba:
“sólo sé que no sé nada”.
SÓCRATES Y PLATÓN
Sócrates prefirió seguir siendo pobre para no
ir contra su concepto de la verdad y la justicia;
sus inquietudes acerca de la moral y el espíri-
tu de los seres humanos le hicieron expresar:
“conócete a ti mismo”; es considerado uno de
los más grandes genios de todos los tiempos,
y sus doctrinas se conocen gracias a Platón,
uno de sus discípulos.
Platón, nacido en el año 427, fue un pensa-
dor y escritor genial; espíritu libre y superior,
nos legó un pensamiento, que para aquellas
lejanas épocas, era difícil de comprender, y
aún en los tiempos actuales es difícil de en-
tender en todo su significado: “Lograr satisfacer
las necesidades humanas en la medida en que
éstas existan y se presenten, en su totalidad; con-
trariamente a lo que impone la realidad objetiva,
de que la satisfacción de la necesidad está medida y
limitada por las posibilidades”.
LOS ROMANOS
Si los griegos fueron los pensadores de una sociedad ideal,
y los primeros en elaborar una doctrina de la ley natural,
fueron los romanos quienes trataron de materializar estos
conceptos.
Lucio Sergio Catilina, nacido el año 108 antes de Cristo,
tramó una insurrección armada para obtener más poder;
Marco Tulio Cicerón, informado de la conspiración, la descu-
brió y pronunció su primer famoso discurso, de los llamados
Las Catilinarias, en el cual mencionó la famosa frase que ha
pasado de generación en generación hasta nuestros días
“Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nos-
tra?” (Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra
paciencia?).
Marco Tulio Cicerón (106-43 A.C.),
trató diversos temas; sus obras reve-
lan su creencia en Dios y su deter-
minación; sus trabajos filosóficos
están basados en fuentes griegas,
y debemos verlo como político y
orador romano; pero, más que
todo, como un gran pensador.
Ha sido uno de los grandes hom-
bres de la historia, y confirmó la
doctrina elaborada por los griegos
de la ley natural; afirmó que la justi-Julio César
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 21
cia es el resultado del derecho natural, y escribió antes
del nacimiento de Cristo: “El verdadero derecho es la recta
razón conforme a la naturaleza; es de aplicación universal,
inmutable y eterna; llama al hombre al bien con sus man-
datos y lo aleja del mal mediante sus prohibiciones”. Se le
recuerda como un gran orador y hombre de Estado.
“Panem et circenses”, (al pueblo pan y circo) era la fa-
mosa frase de los tiempos de Julio César en la Roma anti-
gua, donde el criterio político se inclinaba a la demagogia,
y se falseaba y desnaturalizaba el cometido de la autori-
dad y ayuda mutua, que perdía su eficiencia, y quedaba
solamente el móvil del poder y el grado sumo de la su-
premacía política.
Maquiavelo consideraba que, “Desde su punto de vista,
el gobernante debería preocuparse solamente del poder, y
sólo debería rodearse de aquéllos que le garantizaran el
éxito en sus actuaciones políticas”.
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
En 1774, Thomas Jefferson afirmó: “Los primeros colo-
nos vinieron como individuos particulares más que como
agentes del gobierno británico. Por tanto, los gobiernos
oficiales que formaron encarnaban el derecho natural de
los expatriados de un país para elegir las condiciones…”;
dos años después, el 4 de julio, escribió la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos de América, la cual
está compuesta de tres partes; en la primera parte, se es-
tablece: “To assume, among the Powers of the earth, the
separate and equal station to which The Laws of Nature
and of Nature’s God entitle Them”, y que los individuos
están dotados de derechos básicos inalienables, que les
pertenecen.
NACIÓN, ESTADO, PAÍS
En su esencia, los dos términos: nación y estado son con-
ceptos entrelazados, que han sido objeto, durante los úl-
timos siglos, de escrutinios jurídicos y sociológicos para
determinar su naturaleza; las teorías que han buscado
definirlos nos legaron distintos criterios para su interpre-
tación y comprensión; desde las teorías clásicas, hasta las
de homogenizarlos o diferenciarlos.
Existen tres elementos esenciales para la existencia de
un Estado, dos de ellos materiales: el territorio y la po-
blación, y uno jurídico: la autoridad. La dimensión jurídica
del estado le da una identificación absoluta al estado y al
derecho.
a).- La población es la totalidad de sus habitantes.
b).- El territorio es el espacio incluido, que fija material-
mente sus límites determinados donde se abarca; también
puede decirse que es el área geográfica donde se localiza
y se satisfacen las necesidades de su población.
c).- El poder, gobierno, es la autoridad encargada de
lograr los fines comunes, llamado por algunos señorío, so-
beranía o simplemente poder de mando.
Si el estado es formal y jurídico, la nación es espiritual,
sociológica y filosófica; es una comunidad que proviene
de realidades naturales; integrada por individuos unidos
por vínculos naturales y espontáneos, el suelo, la historia,
el folklore, la música, la comida, costumbres, religiones o
creencias, idiomas y otros conceptos que los integran y es
anterior y superior a la sociedad política llamada estado.
También es común y usual utilizar el concepto de
País, el cual es señalado por algún libro como: Territorio;
región, patria; en otros sólo se dice: “Véase Nación”. Este
nombre es considerado genérico.
Thomas Jefferson
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL22
Julio César
MÉXICO
Hemos terminado el año 2010, en que se cumplieron 200 años de
aquel 16 de septiembre de 1810, cuando Miguel Hidalgo y Costi-lla,
llevando un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe,
lanzó el Grito de Dolores, día glorioso de la Independencia de Mé-
xico. Habiéndoseles ofrecido el indulto a él y a Allende, Hidalgo re-
dactó la respuesta en que manifestaba: “Están resueltos a no entrar
en composición ninguna, si no es que se ponga por base la libertad
de la Nación, y el goce de aquellos derechos que el Dios de la Natu-
raleza concedió a todos los hombres, derechos verdaderamente inalie-
nables…”.
Hidalgo fue finalmente capturado, condenado a muerte, y fusi-
lado; su cabeza y las de otros insurgentes fueron exhibidas en la Al-
hóndiga de Granaditas, en Guanajuato.
Han pasado sólo veinte décadas desde ese día glorioso de la inde-
pendencia, y en este escaso periodo de tiempo México ha sufrido toda
clase de calamidades: perdió la mitad de su territorio (una de las más
grandes pérdidas que país alguno haya sufrido), y hasta el nombre se
le ha cambiado: ahora es oficialmente Estados Unidos Mexicanos.
Un ejemplo de lo que ha pasado es cuando el gobierno de México
vendió a los Estados Unidos de América un terreno que comprendía
una franja de lo que hoy en día es el sur de Nuevo México, y casi la
cuarta parte del sur de Arizona. La zona tiene unos 76.735 kilómetros
cuadrados; limita al este con el río Bravo (río Grande), al norte con el
río Gila, y al oeste con el río Colorado.
El 3 de diciembre de 1822, J. R. Poinsett, ministro norteamericano
en México, escribió a su país sobre la visita a Iturbide: “Nos recibió
una numerosa guardia, subimos… entre una valla de centinelas… un
general brigadier nos esperaba ahí para anunciarnos, estaba en su ga-
binete y nos acogió con suma cortesía, con él estaban dos de sus fa-
voritos… Antes de la última revolución en que triunfó, tuvo el mando
de una pequeña fuerza al servicio de los realistas y se le acusa de
haber sido el más cruel y sanguinario perseguidor de los patriotas…
su ejercicio del poder ha sido arbitrario… gracias a una prodigalidad
desmedida, ha atraído a los jefes, oficiales y soldados a su persona,
y mientras disponga de los medios de pagarles y recompensarles se
sostendrá… un gobierno que no está fundado en la opinión pública,
sino establecido por la corrupción y la violencia, no puede existir sin
amplios recursos para pagar a la soldadesca y para mantener a sus
pensionados y partidarios”.
El 1 de diciembre de 1859 se firmó el Tratado McLane-Ocampo:
“Cede la República Mexicana a los Estados Unidos y sus conciuda-
danos y bienes, en perpetuidad, el derecho de tránsito por el Istmo
de Tehuantepec, de uno a otro mar, por cualquier camino que exista
o que existiese en lo sucesivo… Conviene la República Mexicana en
que si en algún tiempo se hiciese necesario emplear fuerzas militares
para la seguridad y protección de las personas y los bienes que pasen
por algunas de las preciadas rutas, empleará la fuerza necesaria al
efecto; pero si por cualquier causa dejase de hacerlo, el gobierno de
los Estados Unidos, con el consentimiento, o a petición del gobierno
de México… podrá emplear tal fuerza. Sin embargo, en el caso excep-
cional de peligro imprevisto o inminente para la vida o las propie-
dades de ciudadanos de los Estados Unidos, quedan autorizadas las
fuerzas de dicha república para obrar en protección de aquellos sin
haber obtenido previo consentimiento… la República de México con-
cede a los Estados Unidos el simple tránsito de sus tropas, abastos
militares y pertrechos de guerra por el istmo de Tehuantepec y por
el tránsito o ruta de comunicación a que alude este convenio desde
la ciudad de Guaymas, en el golfo de California hasta el rancho de
Nogales, o algún otro punto conveniente de la línea fronteriza entre
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 23
Thomas Jefferson
la República de México y los Estados Unidos cerca de 111°
Oeste de longitud de Greenwich… La República Mexicana
cede por el presente a los Estados Unidos a perpetuidad, y
a sus ciudadanos y propiedades, el derecho de vía o tránsi-
to al través del territorio de la República de México, desde
las ciudades de Camargo y Matamoros, o cualquier punto
conveniente del Río Grande en el Estado de Tamaulipas,
por la vía de Monterrey, hasta el puerto de Mazatlán, a la
entrada del Golfo de California, en el Estado de Sinaloa; y
desde el rancho de Nogales o cualquier punto conveniente
de la línea fronteriza entre la República de México y los
Estados Unidos… En consideración a las presentes estipu-
laciones… conviene el gobierno de los Estados Unidos en
pagar al gobierno de México la suma de 4,000.000 de du-
ros, dos de los cuales se pagarán inmediatamente después
de canjeadas las ratificaciones de este tratado, y los otros
dos millones quedarán en poder del gobierno de los Esta-
dos Unidos, para pagar las reclamaciones de ciudadanos
de los Estados Unidos contra el gobierno de la República
Mexicana, por daños y perjuicios sufridos… Los Estados
Unidos, no ratificaron este tratado.
TRES DÉCADAS
En los años de 1880 a 1910, fueron perceptibles resulta-
dos importantes: la economía se estabilizó y se expandió;
llegaron capitales extranjeros para invertir en especial en
recursos mineros; se tuvo una moneda fuerte, utilizán-
dose el patrón plata y no el patrón oro, utilizado por
otros; en este periodo hubo una vitalidad económica, y se
construyeron vías férreas que promovieron el desarrollo
económico; aumentó la producción de plata y oro; en las
regiones del norte, la ganadería se extendió; en estados
como Veracruz, Tabasco, Oaxaca y Chiapas, la producción
de café aumentó; se desarrollaron zonas algodoneras,
como La Laguna; aumentó la producción de henequén, y
la industria textil se desarrolló; aumentó el comercio ex-
terior; se exentó de impuestos a los emprendedores que
iniciaran una nueva empresa; se impulsó la industria, y
cuando por sequía fallaba la agricultura, se importaban
rápidamente cereales del exterior, utilizando los ferroca-
rriles; se pacificó y promovió la innovación en sistemas de
comunicaciones.
TRES DÉCADAS DEL SIGLO XX
En los años de 1940 a 1970, en los que se dio un gran
impulso al desarrollo económico y social, se promovió la
educación; la enseñanza se fortaleció, al formalizarse la
entrega de los libros de texto gratuitos; la industria tuvo
un fuerte impulso; se hicieron obras de irrigación y electri-
ficación; se fortalecieron las universidades; se promovie-
ron medidas tendientes a mejorar áreas sociales; se pro-
curó la obra pública; se fortaleció la política exterior; se
mejoraron las relaciones diplomáticas; se tuvo poca deuda
externa, y se defendió a México por sobre todas las cosas.
Los países buenos son como las mujeres bonitas: to-
dos los hombres quieren llegarles. Y así, en esos años
inmigraron a México buscando, el ambiente que se tenía,
personas de diferentes países: Cuba, Costa Rica, Venezue-
la, Colombia, España, Argentina, etcétera. Menciono sólo
a tres de los personajes que llegaron, que por su arte se
dieron a conocer: Marga López, María Antonieta Pons y Carmen Montejo, extraor-
dinarias artistas, que se arraigaron en el pensamiento y corazón de los mexicanos
y se integraron totalmente a esta nación, y son parte de los buenos tiempos. En las
épocas actuales, esta migración se da a lugares como Miami o Los Ángeles.
Las circunstancias de estas décadas, el desarrollo social y las facilidades que se
dieron, permitieron tranquilidad; el pueblo demostró numerosas expresiones de
felicidad; de las carpas salían incontables comediantes populares, como Cantin-
flas; de los pueblos, artistas y cantantes, como Pedro Infante y Jorge Negrete;
se disfrutaban los deportes y los juegos infantiles; se caminaba por las noches
con tranquilidad; había pobreza, pero alcanzaba para vivir; se reía, y las comidas
populares y la música de las regiones florecían en todo su esplendor. Se opinaba
del milagro mexicano. Para muchos, México era líder de América Latina, y uno de
los mejores países de la región.
UN LUSTRO
Los años de 1988 a 1993 constituyeron un lustro en que se dio impulso a la mo-
dernización; se logró rehabilitar la economía; se estimularon las exportaciones y
se firmó un importante Tratado de Libre Comercio, con los países del norte del
continente, creando una de las zonas de libre comercio más grandes, que le dio a
México presencia internacional.
El complicado marco de empresas con capitales públicos, mixtos o privados,
se resolvió con precisión, y se vendió la mayoría de éstas a empresarios priva-
dos; estos movimientos impulsaron a algunas de estas empresas a los primeros
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL24
Julio César
Propuesta de reforma al precepto 685 de la Ley Federal del Trabajo
Licenciado Ernesto G. Ramos
En atención a la naturaleza eminentemente protec-
tora del trabajador por parte del derecho del trabajo
y del propio procedimiento laboral, en aras del al-
cance de una verdadera justicia social, me permito poner
en consideración la propuesta de Reforma a que se alude
en el título de este breve trabajo:
El segundo párrafo del Artículo 685 de la Ley Federal
del Trabajo establece: “Cuando la demanda del trabajador
sea incompleta, en cuanto a que no comprenda todas las
prestaciones que de acuerdo con esta Ley deriven de la
acción intentada o procedente, conforme a los hechos ex-
puestos por el trabajador, la Junta, en el momento de ad-
mitir la demanda, subsanará ésta. Lo anterior sin perjuicio
de que cuando la demanda sea obscura o vaga, se proceda
en los términos del Artículo 873 de esta Ley”.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 25
Por su parte, el Artículo 873 del citado Cuerpo de
Leyes dice, en su también segundo párrafo, que asimismo
se presenta de nuestro interés en estos comentarios, lo
siguiente: “Cuando el actor sea el trabajador o sus benefi-
ciarios, La Junta, en caso de que notare alguna irregulari-
dad en el escrito de demanda, o que estuviere ejercitando
acciones contradictorias, al admitir la demanda le señalará
los defectos u omisiones en que haya incurrido y lo pre-
vendrá para que los subsane dentro de un término de 3
días”.
En principio, destacando que siendo la Ley Laboral, en
su contenido general, tanto sustantivo como adjetivo, emi-
nentemente proteccionista del obrero, como ya lo dijimos,
con la finalidad de lograr el alcance de la justicia social
en el precepto que se analiza, se observa obviamente tal
finalidad, pero sólo en forma interpretativa, faltándole cla-
ridad y precisión; en efecto, en complemento de lo ante-
rior, es esencial observar que la tutela proteccionista ha-
cia los derechos del trabajador se deriva del contenido de
dicho precepto, pero sin claridad literal o gramatical; es
decir, le falta nitidez u objetividad.
Es decir, cuando prescribe el Artículo 685, en su se-
gundo párrafo en comento, que: “Cuando la demanda
del trabajador sea incompleta, en cuanto a que no com-
prenda todas las prestaciones que, de acuerdo con esta
Ley, deriven de la acción intentada, conforme a los hechos
expuestos por el trabajador, no deja establecido en qué
consiste lo “incompleto” de la demanda, pero es evidente
que se refiere a que lo derivado de la acción intentada o
procedente en su demanda, conforme a los hechos ex-
puestos por el trabajador, consiste en la obligación para la
Autoridad Laboral de resolver o decidir sobre lo planteado
por el empleado en sus hechos, y esto significa que debe
decidir en su fallo, si procede o no condenar al patrón en
algunos conceptos o prestaciones derivados de los hechos
expuestos en la demanda, aunque explícitamente no los
haya reclamado.
Por ejemplo, un trabajador establece en su demanda que laboraba de 8:00 a
18:00 horas, de martes a domingo, descansando los lunes de cada semana, y que
tenía un año de antigüedad, pero que su empleador nunca le pagó el tiempo extra
ni la prima dominical; que ganaría $200.00 pesos diarios según lo contratado,
pero su patrón sólo le pagaba $150.00 pesos por día; sin embargo, no reclama
tiempo extra, prima dominical ni diferencias de salario en su capítulo de “concep-
tos reclamados”.
En esto se nota lo incompleto de su demanda en cuanto no comprende esas
prestaciones que, de acuerdo con la Ley, son de su pertenencia; pero no hay de-
fectos ni omisiones en ello, ni nada que subsanar, pues se subsana lo que adolece
de error; en tal orden de ideas, en lo anterior, como se dice, no hay error, si se
percata que de la acción intentada derivan los conceptos que de acuerdo con la
Ley le tocan al trabajador conforme a los hechos expuestos en su escrito inicial
de demanda.
Así, si el patrón no justifica el horario en el ejemplo citado; que pagaba el sala-
rio convenido y que pagaba la prima dominical o, en esto último, que el obrero
no laboraba los domingos; en pocas palabras, si el patrón no justifica lo contrario
a lo que afirma el empleado, la Autoridad del Trabajo debe avocarse al cono-
cimiento de dichas prestaciones y resolver su procedencia o improcedencia con-
forme a derecho, ya que de los hechos narrados por el citado obrero, conforme
a ellos; es decir, de los mismos derivan o se comprenden las prestaciones que de
acuerdo con la Ley le corresponden, pues derivan de la acción intentada y ahí se
comprenden.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL26
Si el trabajador, por el contrario, no expresara que nunca se
le pagó el tiempo extra, ni que no se le pagara la prima domini-
cal, en esas circunstancias la Autoridad Laboral no tendría que
resolver al respecto, porque no habría prestación que pudiera
derivarse de ello; pero sí en relación a la diferencia salarial en-
tre $150.00 pesos y $200.00 pesos, por razones obvias.
Ahora bien, los dos párrafos citados (de los Artículos 685 y
873) aparentemente se contradicen; pero no es así, pues mien-
tras que el primero habla de que la Junta subsanará lo posible-
mente incompleto de la demanda del trabajador, el segundo
establece que se prevenga al obrero para que subsane, no lo
incompleto, sino alguna acción contradictoria o irregularidad
en su demanda en un término de tres días.
Se advierte, por una parte, que el primer dispositivo
dice que la Junta debe hacerlo, y el segundo, que lo debe
hacer el trabajador con prevención de un término de 3 días
para ello; aunque hay que observar que no es lo mismo
“demanda incompleta” que “irregularidad en la misma”
y ejercitar “acciones contradictorias en la misma”, como
lo hacen ver, lo primero, el Artículo 685, y lo segundo, el
Artículo 873; lo incompleto no necesita subsanarse o corre-
girse, sino simplemente complementarse o completarse,
deviniendo eso, en el caso de no realizarse, de los hechos pro-
pios expuestos en la demanda; lo que no sucede con lo segun-
do; es decir, si es irregular o son contradictorias las acciones
en la demanda.
Esto sí requiere corrección o subsanación, porque ni la
Autoridad Laboral ni el trabajador, en su escrito de demanda,
sabrían qué se pretende; por ejemplo, si pide en el capítulo de
conceptos reclamados la reinstalación, y en los hechos afirma que se
le despidió y por ello solicita su indemnización o manifiesta solicitar
pago de tiempo extra y en sus hechos expresa laborar 8 horas diarias
diurnas, eso sería una contradicción de acciones y una irregularidad,
respectivamente, ambas con necesidad de corregirse o regularizarse,
en lo cual la Ley ordena, atinadamente, prevenir al demandante para
subsanar tales situaciones.
Ahora bien, lo incompleto, en los términos analizados, en ninguna
forma encaja en lo oscuro o vago, palabras que igualmente menciona
el Artículo 685 en comento, pues esto último (oscuro o vago) sería
igualmente una i-rregularidad, ya que lo incompleto es obviamente
algo que puede complementarse o, valga la redundancia, completarse
o comprenderse, según lo explicado.
En consecuencia, lo que debe hacerse, en el caso del
Artículo 685 de la Ley Federal del Trabajo, es tenerse al tra-
bajador por ejercitando, conforme a sus hechos narrados,
su reclamo de conceptos que de acuerdo con la Ley le co-
rresponden, aunque no los refiera, por comprenderse como presta-
ciones derivadas de la Ley por la acción ejercitada, y la Autoridad
Laboral, obligarse a resolver al respecto tomando en cuenta lo que
pruebe el patrón conforme lo establece el Artículo 784 de la Ley Labo-
ral misma.
Como corolario de todo lo anterior, se propone reformar el artículo
685 de la Ley Federal del Trabajo, agregándole un tercer párrafo que
diga: “La Autoridad Laboral resolverá conforme a derecho, si, de acuer-
do a los hechos expuestos por el trabajador en su acción ejercitada,
tiene a su favor alguna prestación o concepto que se comprenda como
derivado de dichos hechos”.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 27
La primera parte del tema que voy abordar se la dedico,
principalmente, a mis compañeros de la Generación de
Abogados 1956-1961, quienes iniciamos nuestros estu-
dios profesionales en la antigua Facultad de Derecho, de las
calles de Abasolo y Diego de Montemayor. Este año estamos
celebrando los cincuenta años de haber egresado de nuestra
querida facultad.
Asimismo, la dedico a mis alumnos de la carrera de Crimi-
nología, a quienes por treinta años impartí las materias de
Derecho Penal Parte General I, Introducción al Estudio del
Derecho, Procedimientos Penales I, Investigación Criminal, y
la última, que me fue asignada para poder llenar los requisi-
tos para tramitar mi jubilación como maestro, una materia
interesantísima que trata sobre la problemática de los Meno-
res Infractores.
Quiero hacer mención de que, entre las actividades que
vamos a desarrollar por nuestro aniversario, está la de expon-
er temas de Derecho, y, en mi caso, sobre Criminología, en la
revista de nuestra facultad, encomienda dada por el compa-
ñero y presidente de la generación, licenciado Héctor Santos
Maldonado Pérez, reconocido y estimado maestro de
De Criminología
y otras cosasLicenciado J. Lázaro Salinas Guerra
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL28
la misma, con la anuencia del director de la Facultad de Derecho
y Criminología, doctor José Luis Prado Maillard, a quien ex-
presamos nuestro agradecimiento por la atención y deferencia
dada a nuestra generación.
Deseo igualmente agradecer infinitamente a mi ma-estro en
la carrera Judicial y de Procuración de Justicia, licenciado Mar-
co Antonio Leija Moreno, actual decano de la facultad y cofun-
dador y coordinador por 20 años de la carrera de Criminología,
quien en febrero de 1975, empezando apenas el segundo se-
mestre del curso, me invitó a impartir la clase de Procedimien-
tos Penales I, propuesta que fue aceptada por el director en
funciones, que lo era el inolvidable
y querido amigo, licenciado Neftalí
Garza Contreras, (QEPD).
FUNDACIÓN
Paso ahora a referirme a la fundación
y fundadores del inicialmente llama-
do Colegio de Criminología, ahora
facultad. Siendo director de la Facul-
tad de Derecho y Ciencias Sociales el
licenciado Neftalí Garza Contreras
(QEPD), y subdirector el talentoso
abogado Everardo Chapa, se pro-
puso y se echó a cuestas la creación
de tres nuevas carreras, lo que logró
satisfactoriamente: Colegio de Peri-
odismo, Colegio de Ciencias Políti-
cas y Colegio de Criminología.
Para este último, en esa labor
tan importante, se valió de una per-
sona que, teniendo los conocimien-
tos suficientes en las disciplinas
criminológicas, le diera eficaz y ma-
terializada orientación: licenciado
Héctor F. González Salinas (QEPD),
reconocido maestro de nuestra es-
cuela, quien aceptó de inmediato la
encomienda del director. González
Salinas fue alumno y gran amigo de
don Alfonso Quiroz Cuarón, consi-
derado en ese tiempo el personaje
más entendido en las complicadas tareas de la Criminología y
de las ciencias y técnicas afines, a quien acudió, dada su gran
capacidad, producto de sus estudios y prácticas materializa-
das de investigación. Quiroz Cuarón lo auxilió y llevó por buen
camino el planteamiento de la licenciatura.
Después de arduas tareas, se logró la aprobación del Con-
sejo Universitario, con la anuencia del rector, doctor Luis Eu-
genio Todd. Las clases de la carrera se iniciaron en el mes de
septiembre de 1974, bajo la supervisión del licenciado Héctor
F. González, y con la colaboración en las tareas, de los licencia-
dos Marco Antonio Leija Moreno y Guillermo Urquijo Alanís.
CLIMA DE VIOLENCIA
Hay mucho que comentar sobre la aplicación de la criminología
en estos lamentables tiempos de tanta criminalidad en el Es-
tado y en el país, pues, ¿cuándo se había visto en Nue-
vo León, como el día de hoy, al elaborar este tema, que
acontecieran 23 muertes violentas en 23 horas, sin contar
los secuestros, robos a mano armada, a plena luz del día;
ataques a señoras de todas las edades para despojarlas
de sus vehículos, aun trayendo sus niños a bordo; robos
a casa habitación, también a la luz del día; asesinatos de
policías, agentes de tránsito, presidentes municipales,
custodios de centros penitenciarios; ataques a ciudades
y poblaciones del Estado, muchas de las cuales han que-
dado sin policías muni-cipales por el miedo y temor de ser
muertos?
En fin, somos testigos de
un caos generalizado, en el
que se incluyen muertes de
personas inocentes ajenas a
actividades delictivas. Pero,
¿por qué está sucediendo
esto? La respuesta es bien
sabida: la corrupción, la
impunidad y la falta de pre-
paración de los elementos
encargados de la prevención
e investigación de los deli-
tos, incluidos igualmente
algunos malos y corruptos
miembros del poder judicial,
quienes, con resoluciones
contrarias a derecho, basa-
dos en su personal opinión,
dejan en libertad en oca-
siones hasta a delincuentes
peligrosos, que, una vez
libres, vuelven a delinquir,
con lo que se crea un círculo
corrupto-impune-criminal.
35 MIL MUERTES EN
CUATRO AÑOS
Pero lo anterior, hay que ha-
cerlo notar, no es exclusivo
de nuestro Estado, sino que
afecta al país entero, pues el ejecutivo federal y sus ase-
sores en seguridad no han podido a la fecha, ni podrán en
años, terminar su lucha contra la delincuencia organizada.
Sus propias estadísticas señalan ya más de 35 mil muertes
en cuatro años de gobierno, y como menciono líneas a-
rriba, entre ellas un sinnúmero de personas inocentes.
Y si bien se ha logrado detener a 30 mil delincuentes
de diferentes organizaciones delictivas, y se ha decomisa-
do una gran cantidad de armamento, drogas y más, tam-
bién es cierto que las fuerzas policiacas no cuentan con la
capacidad para enfrentarlos; si no fuera por la presencia
de las fuerzas militares y navales, la situación en el Estado
y en el país sería mucho peor de como se encuentra.
Licenciado Marco Antonio Leija Moreno, fundador del Colegio (ahora facultad) de Criminología, de la Facultad de Derecho, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 29
Con respecto a lo anterior, se han producido comentarios de
numerosos intelectuales, jurisconsultos, escritores tanto nacio-
nales como extranjeros. Dadas las condiciones que vive México,
me llamó la atención un artículo del editorialista Luis Rubio, “Las
Verdades”, donde dice textualmente:
“El sistema judicial es una de nuestras lacras. Por el lado
del Ejecutivo los ministerios públicos son una vergüenza: su in-
competencia exige un replanteamiento total por corrupción o
por mera incapacidad. Por el lado del Poder Judicial, la Suprema
Corte, aunque tímida en asumir su carácter constitucional, se ha
convertido en un pilar central de la gobernabilidad del país. Sin
embargo, todo el sistema de tribunales incumple con su objetivo
modular: se gastan carretadas de dinero, pero la justica no llega.
No es que todo sea corrupción, sino que todo está diseñado para
que nada funcione”.
Y yo agrego que “claro está, si ya sabemos que de diez delitos
cometidos, sólo uno o dos llegan hasta la sentencia.
FALTA DE COORDINACIÓN
Por último, refiero las consideraciones de otro autor, quien en su
artículo “Ya basta”, cita, entre otras cuestiones:
“El Ejecutivo Federal no ha asumido cabalmente su respon-
sabilidad. La falta de coordinación en el gabinete de seguridad
es elocuente. No se puede convocar a una guerra y luego dejar
que cada corporación actúe como bien lo entienda. Los resulta-
dos están a la vista. La velocidad del contagio es alarmante. A
principios de 2009, Patricia Espinosa, secretaria de Relaciones
Exteriores, confinó el problema a tres Estados: Baja California,
Chihuahua y Sonora. Hoy, a dos años de distancia, la lista incluye
a Nayarit, Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León, Guerrero
y Michoacán, amén los estados como Jalisco, que em-
piezan a descomponerse. “Monterrey ¿es un caso ais-
lado o un caso paradigmático? Enlisto: 1999.- Fortune
la declara la ciudad más atractiva para hacer negocios.
2002, El New York Times la define como urbe modelo.
2005.- América Economía la ubica como la
metrópoli más segura. “Cinco años después, los
bloqueos y las ejecuciones a-rrasan con la Ciu-
dad. ¿Qué pasó? Es sin duda la gran pregunta.”
Yo me atrevo a responderle: A la incapacidad de las
autoridades para combatir la delincuencia que ya está
muy organizada, y ellas no quieren o no saben, por inte-
reses políticos, cómo organizarse para hacerle frente.
Recuerden aquel gobernante que, en una cabalgata con
sus pares vecinos, espetó: “El narco nos hace los man-
dados”. Pues a la fecha ni él ni sus sucesores han po-
dido ni podrán a corto plazo acabar con ese problema.
Y continúa el articulista: “¿No hay de qué preocu-
parse o estamos ante un fenómeno imparable que va de
la periferia al centro? Imposible responder categórica-
mente. Pero es un hecho que todos los indicadores son
preocupantes. La degradación se está acelerando. Cada
vez hay más zonas fuera de control. Incluso las ca-
rreteras, las supercarreteras, se han vuelto peligrosas.”
LOS DELINCUENTES ERAN OTROS
Así es en efecto. Cuando el que esto escribe fungió en la
década de los años setenta como agente del Ministerio
Licenciado Héctor F. González Salinas (QEPD). Licenciado Guillermo Urquijo Alanís.
fundador del Colegio (ahora facultad) de Criminología, de la Facultad de Derecho, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
El licenciado Neftalí Garza Contreras (QEPD), director de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Nuevo León, creó el Colegio de Criminología, ahora facultad, en 1974.
Fundador del Colegio (ahora facultad) de Criminología, de la Facultad de Derecho, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL30
Público de la agencia encargada de la investigación del de-
lito de robo, los delincuentes sólo robaban a los choferes
de los tráileres los viáticos, las llantas de refacción y algo
de carga. Pero en la actualidad son desesperantes para los
transportistas del país los recurrentes robos de las uni-
dades de carga, por lo que han exigido el apoyo de las au-
toridades; han protestado en demanda de seguridad, para
poder continuar con su negocio, que sabemos requiere
nuestro país, pues es fuente de ingresos y de trabajo para
miles de mexicanos.
Pero, como sabemos, este problema ha resultado im-
parable, y, por el contrario, se ha incrementado enorme-
mente, al grado de que, según informes de la Unión de
Transportistas de la República, el año anterior fueron
robadas en las carreteras del país 560 unidades de carga,
lo que representa un aumento del 30 por ciento con respec-
to al año anterior.
Y termina el artículo que cito: “Todo indica que en el
futuro la violencia y el deterioro serán mayores. La gran
cuestión es cómo llegarán el país y el Estado al 2012, y
adicionalmente el costo y el tiempo que lleva enderezar la
nave. ¿Ya basta? Sí, pero ¿qué hacemos?”
EXIGENCIA CIUDADANA
Debe la ciudadanía exigir a las autoridades encargadas de
la seguridad el cumplimiento de sus obligaciones: preser-
var la paz y la seguridad de todos para realizar deberes de
trabajo, estudio, atención a la familia; que los hijos acudan
a sus centros de estudio y de trabajo, en un ambiente tran-
quilo, óptimo, en donde puedan realizarse las personas
de bien.
Desafortunadamente los atracos han llegado, de forma
inaudita, hasta el seno de nuestra querida universidad, lo
que ha obligado al rector a tomar nuevas medidas de se-
guridad, a fin de proteger a los empleados de la misma y
a los estudiantes.
Las acciones llevadas a cabo en días pasados por el
ejecutivo estatal en materia de seguridad, relevando a los
responsables, los cuales, no obstante contar con la expe-
riencia de toda una vida en esa área, no pudieron o no
quisieron, por motivos que sólo ellos saben, cumplir con
la encomienda que les fue confiada.
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO
Con relación al párrafo anterior, quiero resaltar como
menciono en líneas anteriores, que a inicios de los años
setenta, fui designado agente del Ministerio Público inves-
tigador en delito de robo en esta ciudad, con oficinas ubi-
cadas en el edificio de la Policía Judicial, cuyo titular era el
estimado maestro de nuestra generación, licenciado Ale-
jandro Garza Delgado (QEPD), quien tenía como secretario
a un joven y prometedor abogado-politólogo, licenciado
Jorge Fernando Garza Guzmán, y a don Eliseo, cuyo ape-
llido no recuerdo, como jefe del Departamento de Identi-
ficación, hombre que sólo hizo estudios empíricos, pero
muy dedicado, responsable y capaz. El resto del personal
-los llamados en ese tiempo policías judiciales-, estaba
conformado por ex boxeadores, ex luchadores, choferes, etcétera, gente sin pre-
paración criminalística, sin cultura; si acaso tal vez el 50 por ciento haya cursado
la educación básica; pero, dirigidos por persona tan capaz como lo fue el maes-
tro Alejandro, lograban esclarecer los más difíciles casos delictivos cometidos
en la ciudad y en el Estado.
BOTONES DE MUESTRA
Para muestra, mencionaré sólo dos relevantes: el esclarecimiento del homicidio
cometido por el doctor Alfredo Ballí, y la detención de integrantes de la Liga
23 de septiembre, que dieron muerte al estimado industrial don Eugenio Garza
Sada De estos casos le tocó conocer al licenciado Marco Antonio Leija Moreno,
en esas fechas juez cuarto penal.
El licenciado Leija Moreno, en algunas de sus amenas pláticas, recordando
los casos más sonados que resolviera, refiere que “Manix”, como coloquialmente
llamaban los medios periodísticos al licenciado Garza Delgado, no dejaba cabos
sueltos en las investigaciones, lo que motivaba que al hacer los detenidos su
declaración preparatoria, no hallaban él, como juez, ni el agente del Ministerio
Público Adscrito sobre qué interrogarlos.
TAMBIÉN ENTONCES HABÍA PILLOS
Ahora bien, ¿por qué lograba el maestro Alejandro tales resultados? Pues,
además de su capacidad y don de mando, como queda dicho, porque la policía
no era tan corrupta como hoy en día, así de sencillo. No crean que los policías
judiciales de ese tiempo eran blancas palomitas o piadosos hermanos de la cari-
dad; no, eran pillos, por no llamarlos de otra manera. Para ejemplificar, cuando
remitían a la agencia los objetos recogidos a los detenidos por robos o a los com-
pradores, verificaba si faltaban algunos de los señalados en el parte de policía, lo
que sucedió en más de una ocasión, por lo que les reclamaba a los comandantes,
a quienes llegué a quitar radiograbadoras, estéreos para autos, televisores, etcé-
tera, pero nunca ningún elemento fue detenido ni muerto por tener nexos con
grupos delictivos.
Sabemos que en los últimos años, cientos de elementos policiacos han sido
dados de baja, y muchos han sido consignados por su participación y compli-
cidad con la delincuencia organizada en los tres niveles de gobierno, e incluso
algunos han sido muertos. Mientras no se depuren totalmente los cuerpos poli-
ciacos, la inseguridad seguirá latente.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 31
CORRUPCION
Se ha mencionado hasta la saciedad que existe corrupción entre
los integrantes o encargados de la investigación de los hechos
delictivos y órganos jurisdiccionales, lo que se pretende expli-
car con el argumento de bajos sueldos para policías, peritos y
demás. Esto es cierto. Para darles una idea, cuando el suscrito
fue de-signado director de Servicios Periciales en el Estado, en
noviembre de 1997, me enteré de los bajísimos sueldos que de-
vengaban, pues quien tenía el más alto era de dos mil 500 pesos
mensuales, y dos ganaban mil 800 pesos, a pesar de que eran
pasantes o licenciados en criminología. Claro, con esos sueldos,
abogados sin escrúpulos tratan de corromperlos. Por ello, en
ocasiones se dice que los peritajes se hacen al gusto del mejor
postor.
Como hecho anecdótico, contaré que ahí realizaba su servi-
cio social un ex alumno, de nombre Jorge Enrique Cruz Flores,
quien había sido segundo lugar en aprovechamiento de su ge-
neración; y al poco tiempo me recomendaron como meritoria,
sin ganar sueldo, a la ex alumna Diana Rocío González Vázquez,
pri-mer lugar de la misma generación. Lógico, se trataba de
jóvenes estudiosos y muy dedicados, pero meses después quisie-
ron retirarse, pues el primero había concluido su encomienda
escolar, y la segunda por necesidad de obtener un ingreso.
El suscrito acudió ante el procurador, que, al enterarse de las
condiciones de los jóvenes, les dio plaza; para ello, “partió” una
de comandante, por lo que estos brillantes estudiantes perci-
birían un sueldo de dos mil 500 pesos men-suales cada uno.
Con el tiempo, el primero buscó nuevos horizontes, y se tituló
de abogado posteriormente; la segunda continúa laborando ahí,
con un sueldo más o menos decoroso.
IMPUNIDAD
La impunidad podría definirse como “el estado en que se en-
cuentra un hecho delictivo que no ha sido debidamente cas-
tigado con la pena que el mismo merece”. Estimo que para la
impunidad, muchas veces se da, aunada a la corrupción, la de-
ficiencia de la labor desempeñada por quienes deben re-
solver el hecho delictivo. ¿Y por qué? Pues consi-dero que
por la falta de preparación de los agentes responsables,
quienes no reciben capacitación adecuada; por la falta de
equipo de laboratorio y demás herramientas requeridas
para cumplir cabalmente la labor investigadora, a todo lo
cual se suman intereses monetarios, políticos y desaten-
ción gubernamental.
Los servicios Periciales de 1997–1998 sólo contaban
con una unidad en buenas condiciones, un vehículo Tsuru,
obtenido nuevo, con lo pagado por la aseguradora por el
robo de dos camionetas; las condiciones del laboratorio
eran regulares, pero las necesidades eran muchas; muy es-
casos los bienes o aparatos para cubrirlas, lo que motiva-
ba que me viera obligado a llevar dos máquinas de escribir
manuales, en tanto que el jefe de los Servicios de Medicina
Forense llevó una computadora, (era soltero).
Ahora bien, en las condiciones de trabajo que men-
ciono, ¿cómo va a querer la sociedad que no se dé la
impunidad, si agregamos la poca paga a ministeriales y
peritos? ¿Qué buena labor esperamos, si no
se integran debidamente, las averiguaciones?
Por ello, muchas veces los jueces no tienen e-
lementos para poder sancionar a los culpables,
con lo que se da la impunidad.
IMPREPARACIÓN
La falta de preparación se hace presente con
frecuencia, porque las autoridades federales y
estatales no han asignado el presupuesto nece-
sario para capacitar continuamente a peritos,
ministeriales y demás personal coadyuvante
del Ministerio Público, para la integración de
las indagatorias, a pesar del crecimiento de la
criminalidad y de la aparición de nuevos deli-
tos, como el cibernético.
OBJETIVOS GENERALES DE LA CRIMI-
NOLOGÍA
Los criminólogos Juan Pablo de Tavira y Jorge
López Vergara consideran que la criminología
“Es la ciencia que se encarga del estudio del
delito como conducta humana y social; que investiga las
causas de la delincuencia, la prevención del delito y el
tratamiento del delincuente.
Como sabemos, la criminalista es una ciencia penal
auxiliar, que, mediante la aplicación de sus conocimien-
tos, metodología y tecnología al estudio de las evidencias
materiales, descubre y verifica científicamente un hecho
delictivo y al o a los presuntos autores, aportando pruebas
a los organismos que procuran y administran justicia.
Con todo lo anteriormente expuesto; es decir, al aplicar
los conocimientos científicos que estas ciencias nos apor-
tan, contando con los elementos humanos capacitados en
la investigación de los delitos, los hechos se resolverán
satisfactoriamente, dando así seguridad a la sociedad, que
espera de las autoridades el cumplimiento de su deber.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL26
PERFIL DEL INVESTIGADOR
EL PROCESO DE SELECCIÓN
Para llevar a cabo un proceso de selección con mecanis-
mos transparentes y confiables, es necesario que se rea-
lice con el concurso de terceros. ¡Qué mejor que elementos
del sector educativo apliquen las pruebas, exámenes y
evaluaciones correspondientes en el proceso de reclu-
tamiento y selección!
Es por ello que se destaca la necesidad de realizar
convenios de colaboración con instituciones del sistema
educativo de investigación, para evaluar y seleccionar en
su caso, a quienes obtengan los mejores resultados en
los exámenes y pruebas, de acuerdo con los parámetros
que se establezcan, lo cual representa acciones sin pre-
cedentes, tanto cualitativa como cuantitativamente, para
contribuir a un mecanismo riguroso de selección, a fin de
que los aspirantes a agentes investigadores del Ministerio
Público cubran los requisitos técnicos, científicos, éticos,
físicos y psicológicos.
Sólo así podrá garantizarse a la ciudadanía que di-
chos aspirantes a convertirse en servidores públicos de la
Procuración de Justicia, tengan las aptitudes y actitudes
suficientes para cubrir su desempeño y se eviten así des-
viaciones o abusos. Estos convenios deben cubrir los re-
querimientos administrativos y académicos que permitan
realizar los estudios correspondientes en las siguientes
áreas:
1.- Área de resistencia Valoración física
2.- Área de trabajo social Valoración social
3.- Área de psicología Valoración psicológica
4.- Área académica Conocimientos generales
5.- Área de servicios médicos Valoración médica
Dichas valoraciones se realizarían de manera secuencial,
para contribuir así al logro de los objetivos institucio-
nales. Sería muy largo y tedioso para el lector relatar el
contenido general de cada una de las evaluaciones, pero
citaré someramente unos puntos que considero muy im-
portantes para seleccionar a los aspirantes:
•Laestructura familiar: seobtiene informaciónqueper-
mite determinar a qué tipo de familia pertenece, las rela-
ciones de sus miembros, la economía de la familia y su
nivel educativo. Los datos analizados son importantes, ya
que se considera que de la familia emanan las reglas, nor-
mas, patrones de conducta, hábitos, costumbres, etcétera,
situación determinante si se considera que se trata de
personas que estarán en contacto directo con la sociedad,
procurando su bienestar y seguridad.
•Laevaluaciónpsicológica.Éstaesimportantísima,pues
con ella se obtienen y valoran datos básicos de capacidades
intelectuales, emocionales, habilidades individuales.
Igualmente, en estas evaluaciones existen categorías
de exclusión, como son una patología severa que implica
rasgos de personalidad, con tendencias adictivas, proble-
mas severos de control de impulsos agresivos., no contar
con recursos para afrontar situaciones de conflicto; no
tolerar presiones, no asumir responsabilidades, etcétera…
En fin, se señalan muy diversos temas que los psicólogos
deben explorar en los aspirantes a agentes investigadores.
CONCLUSIONES
I.- La criminología es la ciencia que se encarga del estudio
del delito como conducta humana y social; de investigar
las causas de la delincuencia, de la prevención del delito y
del tratamiento del delincuente.
II.- El licenciado Neftalí Garza Contreras (QEPD), director
de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nuevo
León, creó el Colegio de Criminología, ahora Facultad, en
1974. Fundadores: licenciados Hector F. González Salinas
(QEPD), Marco Antonio Leija Moreno, Guillermo Urquíjo
Alanís.
III.- Maestro de la generación: licenciado Alejandro Garza
Delgado (QEPD). Capacidad, don de mando, agentes sin
preparación criminalista. Resolvía casos relevantes.
IV.- Si se quiere combatir la corrupción, la impunidad y
la falta de preparación de los policías, debe el gobierno
pagar buenos sueldos, incluso a peritos, dotándolos de
equipo, de laboratorios modernos, y dándoles continua
preparación académica.
V.- Que sean instancias educativas las que apliquen las
pruebas, exámenes y evaluaciones correspondientes en
proceso de reclutamiento y selección del investigador, con
mecanismos transparentes y confiables.
Bibliografía
Leija Moreno, Marco Antonio. El Colegio de Criminología UANL. Relación Histórica y Vivencias. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Autónoma de Nuevo León.
Montiel Sosa, Juventino. Criminalística Uno. Editorial Porrúa.
González de la Vega, René; Miguel Óscar Aguilar Ruiz, Gustavo R. Salas Chávez, José Antonio Arenas Villanueva. La Investigación Criminal. Editorial Porrúa.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 33
Bibliografía
Leija Moreno, Marco Antonio. El Colegio de Criminología UANL. Relación Histórica y Vivencias. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Autónoma de Nuevo León.
Montiel Sosa, Juventino. Criminalística Uno. Editorial Porrúa.
González de la Vega, René; Miguel Óscar Aguilar Ruiz, Gustavo R. Salas Chávez, José Antonio Arenas Villanueva. La Investigación Criminal. Editorial Porrúa.
La sociedad nuevoleonesa asentada en tierras áridas,
con climas extremos y alejada del centro, domicilio
de los poderes federales, siempre y con dedicación y
esfuerzo, había logrado progreso familiar, cultural, educa-
tivo y económico.
De un tiempo acá hemos sentido que se ha aflojado la
disciplina, las buenas costumbres, los valores, el civismo
ciudadano y, sobre todo, la solidaridad de la comunidad.
Normalmente, el ser humano piensa que lo malo que
le acontece es culpa de los demás: del gobierno, los veci-
nos, los maestros, la corrupción, los policías, los ninis, los
medios de comunicación, las sectas religiosas, los Estados
Unidos, los españoles y no sé cuantos más. La verdad es
que no hay mejor maestro para los menores que sus pa-
dres, mejor policía que uno mismo en el cuidado de su
seguridad, que los mexicanos entregados al trabajo, para
sacar a México adelante.
Sociedad Organizada
VS
Delincuencia OrganizadaAlfonso García Alanís
Alfonso García Alanís
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL34
DEMOS A LA FAMILIA
EL LUGAR QUE LE CORRESPONDE
La patria potestad que ejercemos los padres con los hijos
genera derechos y obligaciones. La educación (principios,
valores) corresponde a los padres. La enseñanza (gramáti-
ca, física, etcétera) a los maestros. El preocuparse y ocu-
parse de los hijos; valorar a la familia como la célula de la
sociedad; el matrimonio entre hombre y mujer como base
de dicha célula social; el trabajo diario y honesto como
fundamento del progreso; el amor a México como la única
patria que es nuestra, y el respeto y cuidado de nuestros
mayores; el apoyo a las autoridades que elegimos, y en
general el bien ser y actuar de quienes integramos la co-
munidad es lo que puede proporcionar los elementos que
modifiquen la inseguridad que padecemos -¿por qué no
decirlo?- por descuido o flojera de nosotros. Tenemos que
actuar en consecuencia.
¿Qué de bueno pueden obtener los muchachos (jóvenes
de ambos sexos) cuando salen de la casa a las 12 de la no-
che para divertirse en la oscuridad de los “antros” y no
sé que otros lugares? Y, en su caso, regresar a las 6 de la
mañana (si es que no dicen que dormirán con los amigos),
sin que sus padres, en la mayoría de los casos, sepan con
quién andan ni el lugar de esparcimiento donde están. Y
a esto habrá que añadir la inseguridad que existe en esta
sociedad, venida a menos en mucho por culpa nuestra.
Y digo por culpa nuestra (reconozco y acepto la enfer-
medad como principio de la cura), porque valoramos más
los bienes materiales (dinero, casas, autos, joyas, ropa)
que lo realmente valioso, que es la familia, la seguridad,
el trabajo, la salud física, nuestra patria. Cambiemos de
forma de ser y pronto veremos que la tranquilidad regresa
a Nuevo León.
Fomentemos la amistad y las buenas relaciones con
nuestros vecinos. La conseja popular dice que es mejor
tener un buen vecino que un buen hermano, porque al ve-
cino lo tenemos cerca las 24 horas del día y al hermano lo
vemos más esporádicamente.
LOS VALORES
Muchas personas confunden la educación en los valores
(amistad, honestidad, respeto a los demás) con una edu-
cación moral o religiosa. Esto no es así; tal punto de vista
obedece al prejuicio y a la ignorancia. Educar en los valores
es buscar que la persona -niño, joven o adulto- aprenda a
descubrir el significado de lo que conoce y hace para darle
su justo lugar en su vida personal y social; es decir, la
persona debe conocer lo que es su cuerpo, cómo funciona;
conocer lo que es la economía y sus leyes.
Pero lo importante es que llegue a respetar su cuerpo y
los de los demás; que cuide su salud y no atente contra la
integridad de sus semejantes; lo importante no es conocer
las leyes económicas, sino que éstas las pueda aprovechar
para crear riqueza que sirva para satisfacer necesidades
humanas y no al consumismo.
Como sociedad, debemos -empezando con los veci-
nos, el barrio, la colonia- convocar a foros regionales para
superar la crisis que estamos viviendo. México no se ha
acabado con los recientes sucesos; los mexicanos que
creemos en nuestro país y que tenemos fe en nosotros
mismos, sabemos que, rescatando la unidad de la comu-
nidad, podemos avanzar con tenacidad y mayor coraje en
la inseguridad; en lo económico dentro de un modelo de
una economía de mercado con responsabilidad social; en
la sociedad, con un nuevo pacto que congregue a todos los
sectores alrededor del logro del bien común.
Debemos seguir avanzando con rapidez en la política,
con democracia participativa; todos buscando el beneficio
de México y no los intereses creados; no las luchas de li-
berales y conservadores de antaño que en la actualidad se
siguen dando entre los diversos partidos políticos (PAN,
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 35
vigilar, cuidar y educar a los hijos; tener comunicación y buenas
relaciones con nuestros vecinos; hacer el bien en nuestro barrio o
colonia y otros que formen la cultura de la solidaridad social.
Si el gobierno hace su parte y pone un centro de atención
inmediata en colonias donde proliferan los pandilleros y gente
marginada, ayudará mucho a desterrar la inseguridad que cada
vez es mayor. En estos centros de atención inmediata habría, las
24 horas del día, patrullas con policías de barrio; médico, farma-
cia, comedor, peluquero, regaderas para baño, talleres de oficios
varios, justicia de barandilla, camioneta para reparar alumbrado
público y todo esto con cobros simbólicos para algunos servicios
($5.00 médico, comida, corte de cabello).
Hay quienes quieren hundirnos en la confusión, en una mayor
pobreza y dependencia de otros países. Hoy se requiere de mucho
más que discursos para preservar y lograr crear los empleos pro-
ductivos que México necesita.
Se requiere mucho más que de palabras para que puedan so-
brevivir miles de empresas pequeñas y medianas (las que generan
el mayor número de plazas de trabajo); se requiere que los juicios
laborales no duren más de 90 días (plazo establecido por la Ley
Federal de Trabajo vigente), y no cargarle al patrón los salarios
caídos, por no ser su culpa que las juntas de conciliación, así como
abogados y líderes sin escrúpulos alarguen los asuntos en per-
juicio de trabajadores y empleadores.
COMPROMISO CON MÉXICO
Se necesitan cambios importantes en nosotros y en el gobierno en
turno. Urgen propuestas inteligentes y creativas (en lugar de los
continuos pleitos entre los partidos políticos). Exijamos ir más allá
de la condena a nuestro gobernador y nuestro alcalde (a quienes
elegimos), de la queja estéril; renovemos nuestro compromiso
con México (no hablemos mal de nuestro país. Es el único que te-
nemos). Estemos conscientes que usted y yo somos la esperanza
de las nuevas generaciones y convirtamos nuestra frustración en
poderoso acicate para enfocarnos en las soluciones y no en los
problemas que nos aquejan. No propongo dejar en la impuni-
dad a todos los responsables de éstas y otras crisis que hemos
padecido; es mejor exigir que la justicia, conforme a derecho,
determine quiénes son merecedores de castigo, pues es fácil
fabricar culpables, levantar falsos en medio de la crisis gene-
ralizada. Busquemos construir un país donde impere la ley, no
las pasiones.
La mayoría del pueblo mexicano: obreros, campesinos, em-
presarios, maestros, amas de casa, autoridades, han puesto su
parte y se han sacrificado. Son otros -y éstos son minoría- los
que no han cumplido con su deber; y hay otros más que, por in-
tereses personales o de grupos políticos, nos están empujando
a esta crisis.
UNIDAD ANTE LA CRISIS
Unámonos como sociedad y no echemos por la borda los esfuer-
zos y sacrificios que hicieron nuestros padres; no podemos ha-
cerles el juego a los delincuentes y tampoco a los que preten-
den capitalizar a su favor la crisis. Apoyemos a nuestro presi-
dente, a nuestro gobernador, a nuestro alcalde y a otros funcio-
narios que, en su momento, hacen su mejor esfuerzo para salir
de este fango. Recordemos que hay más funcionarios públicos
buenos que malos.
Ante la situación existente, las reacciones desde el disgusto
hasta la impotencia han sido generalizadas; lo peor es caer en
la desesperación (toque de queda, suspensión de garantías indi-
viduales, estado fallido) y en el inmovilismo que ésta produce,
porque esto conduce a la violencia sin freno, al estancamiento
y al cinismo.
La desesperación llega cuando ya no se tiene fundamento
para seguir luchando en la vida; la esperanza se fundamenta en
la fe, en la confianza cierta en algo o en alguien. ¿En qué pode-
mos hoy basar nuestra esperanza para seguir nuestro camino?
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL36
FE EN NOSOTROS, EN MÉXICO
Y EN LOS VALORES
En primer lugar, debemos tener fe en nosotros mismos, en
el México que queremos lograr; en ocuparnos de los hijos
que le vamos a dejar a México, y, en resumen, debemos
fijarnos metas en las que podamos creer, y tener líderes
para conseguirlas.
En segundo lugar, nuestra esperanza debe basarse en
tener fe en los valores del ser humano, en la posibilidad de
cambio para bien y en la solidaridad de la comunidad (Hay
más gente buena que mala).
Por otro lado, nuestra esperanza se debe alimentar en
las oportunidades que podemos encontrar a nuestro al-
rededor (vecinos, barrio, colonia, trabajo y otros), con el
mismo realismo que podemos identificar los problemas
y obstáculos.
México ya no es el mismo de hace 15 ó 20 años, so-
cial, política y económicamente; la mentalidad de los
mexicanos, en su mayoría, ha cambiado; y nos mostramos
más exigentes de nuestros derechos, aunque, desafortu-
nadamente, menos responsables en el cumplimiento de
nuestros deberes cívicos (no se respetan los símbolos pa-
trios, se critica a México y sus autoridades; los alumnos
no respetan a sus maestros; los menores no respetan a
sus mayores, y otros). La propia experiencia de las últimas
décadas nos ha mostrado el fracaso de diferentes modelos
económicos y políticos, por la carencia de un profundo
sentido humanista.
PREVENCIÓN DEL DELITO
Monterrey y su área metropolitana es, por su progreso,
atractiva para mucha gente de todas partes de la repu-
blica, tanto de la ciudad como del campo, y extranjeros de
varias nacionalidades (personas más buenas que malas).
Debemos estar muy conscientes de esta gran migración y
solidarizarnos con la gente de bien y prevenir los delitos
(no hay mejor vigilante de la seguridad que nosotros mis-
mos) uniéndonos contra los delincuentes, ayudándonos
en caso de emergencia, denunciando ante el ejército y la
marina a los sospechosos (por ser hoy por hoy las autori-
dades confiables que reprimen a los delincuentes).
La enseñanza, desde la preparatoria, debe ser con el
plan escuela-empresa (práctica) en una proporción del 40
por ciento teoría y el 60 por ciento práctica. Al final, el tra-
bajo seguro lo tiene el profesionista que sabe aplicar sus
conocimientos teórico-prácticos en su especialidad.
Los médicos egresados de la Facultad de Medicina y
Hospital Universitario de la UANL son cotizados como
triple A por hospitales nacionales y extranjeros. Este ejem-
plo debe aplicarse a todas las profesiones de universi-
dades públicas y privadas. Las licenciaturas, maestrías y
doctorados sin práctica completa no sirven de casi nada.
Por otro lado, la mayoría de los organismos interme-
dios y colegios de profesionistas han dejado de cumplir
con su misión ante la comunidad, espacio que han tomado
algunos de los medios de comunicación (cuyos comen-
taristas opinan y se convierten en ministerios públicos,
jueces y otros más, presionando a las autoridades. so pre-
texto de que la sociedad quiere saber) que comunican y
venden noticias regularmente amarillistas que parecieran
tener más seguidores que los editorialistas profesionales
y tratan asuntos que alimentan nuestros conocimientos.
Cuando hay un accidente automovilístico se paran más de
cien curiosos, y lo que causan son más accidentes.
HORARIOS ESCALONADOS
Si la comunidad se pone de acuerdo en que la entrada a
las fábricas sea a las 7:00 a.m.; a los lugares de enseñanza
a las 8:00a.m., y a los comercios y oficinas a las 9:00a.m.,
también las salidas serían escalonadas, y mejoraría mucho
la vialidad en nuestra región. Este solo ejemplo debe servir
para hacer muchas otras cosas que, sin mayor costo, be-
neficien a la comunidad.
La sociedad organizada, más temprano que tarde,
acabará con la delincuencia organizada. Estamos conven-
cidos de que la respuesta a la crisis de seguridad, social,
política y económica por el México que queremos cons-
truir, no es sólo de carácter técnico; está en un liderazgo
moral que vertebre (una) a la sociedad, para conseguir el
país que deseamos; para lograr un desarrollo sostenible,
una economía de mercado con responsabilidad social y
una democracia participativa.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 37
A petición de nuestro compañero y coordi-
nador editorial para esta revista jurídica,
licenciado Lázaro Salinas Guerra, sobre
algún tema que pudiera ser de interés para la
Generación de Abogados 1956-1961, egresada de
nuestra querida y respetada Facultad de Derecho
y Ciencias Sociales (como se le llamaba anterior-
mente a nuestra Escuela de Derecho y que ahora
es también de Criminología), decidí rendir un tri-
buto de admiración y reconocimiento al señor
ministro de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, don José de Jesús Gudiño Pelayo.
Este reconocimiento es por su magistral
ponencia, al resolver el amparo en revisión
501/99, promovido por nuestro compañero y
amigo, el abogado Telésforo Salvador Ardiñes
Revilla, resuelto por la Primera Sala del máximo
tribunal, el 16 de agosto de 2000, contra la in-
constitucionalidad de los artículos 3°, 6° y 13° del
decreto de reformas, publicado en el Periódico
Oficial del Estado el 13 de octubre de 1993, (nueva
Ley del ISSSTELEON), mediante el decreto número
241, publicado en el Periódico Oficial del Estado el
24 de diciembre de 1993, así como contra sus ac-
tos de aplicación, específicamente en los artículos
ya antes mencionados.
Además, quiero rendir el mismo tributo a
quien considero el mejor gobernador del Estado,
Por el abogado Herberto Javier Núñez EspinosaEx Magistrado de la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Nuevo León hasta el año de 1985
Abogado Herberto Javier Núñez Espinosa
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL38
don Alfonso Martínez
Domínguez, por su acti-
tud visionaria y resuelta,
al crear la pri-mera Ley
de Seguridad y Servicios
Sociales para los Traba-
jadores al Servicio del
Estado de Nuevo Leon
(ISSSTELEON), previendo
los nuevos requerimien-
tos que por virtud de
la reforma al artículo
115 de la Constitución
Federal fue necesario
implementar, a fin de
proporcionar de forma
eficiente seguridad social a los trabajadores al servicio del Estado.
Así, se creó el organismo descentralizado con personalidad ju-
rídica y patrimonio propios, cuyo objetivo fue el establecimiento de
un régimen de seguridad social a favor de los trabajadores públicos
y sus familiares o beneficiarios, con el propósito de proteger la salud
de los mismos y garantizar los derechos y prestaciones que dicha ley
les confiera.
El artículo sexto de la ley del ISSSTELEON de 1983 estableció, en-
tre otros, el derecho a la jubilación en los siguientes términos:
“Artículo 6.- Se establecen con carácter obligatorio, las siguientes
prestaciones:
“I.- Servicio médico para enfermedades profesionales y accidentes de
trabajo.
“II.- Servicio médico para accidentes no profesionales y maternidad.
“III.- Jubilación”.
Y continúa el señor ministro en su Magistral Ponencia: “así las co-
sas y habiendo quedado plenamente acreditada la inconstitucionali-
dad del artículo Decimo Tercero Transitorio de la ley del ISSSTELEON
de 1993, lo procedente es conceder el amparo y la protección de la
justicia federal al quejoso, a efecto de que, para el tramite, determi-
nación y monto de su jubilación, únicamente se le aplique la ley del
ISSSTELEON abrogada, publicada en el de Nuevo Leon el día vein-
tiuno de enero de mil novecientos ochenta y tres”.
Y agrega que sirve de apoyo a lo anterior la tesis publicada en
la página 80, volumen CXXXVI, sexta época, del , y que es del tenor
siguiente:
“RETROACTIVIDAD, TEORIAS DE LA.- Sobre la materia de i-
rretroactividad, existen diversidad de teorías, siendo las más fre-
cuentes, la de los derechos adquiridos y de las expectativas de
derecho y la de las situaciones generales de derecho y situaciones
concretas o situaciones abstractas y situaciones concretas, siendo
la primera, el mandamiento de la ley, sin aplicación concreta de
la misma, el derecho adquirido es definible, cuando el acto rea-
lizado introduce un bien, una facultad o provecho al patrimonio
de la persona, y hecho efectuado no puede afectarse ni por la
voluntad de quienes intervinieron en el acto, ni por disposición
legal en contrario; y la expectativa de derecho es una esperanza
o una pretensión de que se realice una situación jurídica con-
creta de acuerdo con la legislación vigente en un momento dado.
“En el primer caso, se realiza el derecho y entra al patrimonio; en
el segundo, el derecho está en potencia, sin realizar una situación
jurídica concreta, no formando parte integrante del patrimonio; es-
tos conceptos han sido acogidos por la Suprema Corte, como puede
verse en las páginas 226 y 227 del apéndice al tomo L del al esta-
blecer, que para que una ley sea retroactiva, se requiere que obre
sobre el pasado, para cambiar, modificar o suprimir los derechos
individuales adquiridos’. ‘Al celebrarse un contrato, se crea una
situación jurídica concreta, que no puede destruirse por la nueva
ley, si no es incurriendo en el vicio de retroactividad. Si una obli-
gación ha nacido bajo el imperio de la ley antigua, subsistirá con
los caracteres y las consecuencias que la misma ley le atribuye.’”
Sostiene Gudiño Pelayo que en la parte primera del volumen
145-150, Séptima Época del , dice:”
“DERECHOS ADQUIRIDOS Y EXPECTATIVAS DE DERECHOS, CON-
CEPTO DE LOS, EN MATERIA DE LA RETROACTIVIDAD DE LEYES.- El
derecho adquirido se puede definir como el acto realizado que in-
troduce un bien, una facultad o un provecho al patrimonio de una
persona, y ese hecho no puede afectarse, ni por disposición legal en
contrario; la expectativa de derecho es una pretensión de que realice
una situación jurídica concreta, conforme a la legislación vigente en
un momento determinado.”
Explica asimismo que, en este orden de ideas, es evidente que
atenta la determinación que antecede y los efectos naturales del
amparo concedido, no resulta necesario verter pronunciamiento al-
guno sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad del artículo
sexto transitorio, asimismo reclamado, pues este precepto establece
las tablas porcentuales para definir el monto de la pensión a cubrirse,
ya que sobre este punto habrá de aplicarse al quejoso la ley abrogada
y, consecuentemente, los porcentajes que entonces se contemplaban
en la ley para tales casos.
Además de lo anterior, también es fundado el concepto de vio-
lación resumido en el inciso 2) del considerando sexto de la presente
resolución, relativo a que el artículo tercero transitorio de la ley im-
pugnada viola lo dispuesto en el numeral 14 de la Constitución Fe-
deral, pues deja sin efectos los convenios y acuerdos celebrados bajo
la vigencia de la anterior Ley del Instituto de Seguridad y Servicios
Sociales de los Trabajadores del Estado de Nuevo León.
Trayectoria del ministro don José de Jesús Gudiño Pelayo
El distinguido ministro y nunca bien
llorado José de Jesús Gudiño Pelayo
tuvo, en forma sucinta y abreviada,
la siguiente trayectoria en su fructífera vida
judicial:
Nació en Autlan, Jalisco, el 6 de junio de
1943.
Estudió la Licenciatura en Derecho en la Uni-
versidad Iberoamericana de México, Distrito
Federal, y obtuvo el título respectivo el 24
de enero de 1972, con la tesis El concepto de
propiedad ejidal a la luz del Derecho Natu-
ral.
Trayectoria laboral en el Poder Judicial de la Federación:
Secretario de Estudio y Cuenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, adscrito a la Primera Sala
Juez Primero de Distrito en el Estado de Sonora, con residencia en la ciudad de Hermosillo.
Juez Primero de Distrito en el Estado de Tamaulipas, con residencia en la ciudad de Tampico.
Juez Primero de Distrito en el Estado de Baja California, con residencia en la ciudad de Mexicali.
Magistrado de Circuito adscrito al Segundo Tribunal Colegiado del Séptimo Circuito, con residencia en la
ciudad de Veracruz, Veracruz.
Magistrado de Circuito, adscrito al Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil de Tercer Circuito, con
residencia en Guadalajara Jalisco.
Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Otros estudios profesionales: Estudios de Administración Pública, en la Escuela Nacional de Adminis-
tración local, Madrid, y en la Escuela Nacional de Administración Pública de Alcalá de Henares, España.
Concluyó la Maestría en Derecho por la Universidad Iberoamericana, con la tesis El amparo Mexicano.
Problemas fundamentales, el 24 de agosto de 1990.
Trabajos Publicados: Los libros: Problemas Fundamentales del Amparo Mexicano, Introducción al
Amparo Mexicano; El estado contra sí mismo. Las Comisiones Gubernamentales de Derechos Humanos y la
deslegitimación de lo estatal; Controversia sobre controversia. Discusión en torno al alcance de la compe-
tencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en controversias institucionales; La justicia federal al
final del milenio; Ingeniería judicial y reforma del Estado. Preocupaciones, inquietudes, esperanzas….; La
improcedencia y el sobreseimiento en la controversia constitucional; la contradicción de criterios judiciales
en el derecho angloamericano y en el mexicano. Una posible explicación a la distinta perspectiva con que
se aborda, y Diseños y coincidencias, así como diversos artículos y conferencias.
Actividad docente: Ha impartido la cátedra de Juicio de Amparo en diversas universidades: Universi-
dad Autónoma de Baja California, Unidad Mexicali; Centro de Estudios Universitarios Cristóbal Colon, Ve-
racruz, Veracruz; Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Guadalajara, Jalisco;
Universidad de Guadalajara, Universidad Panamericana, sede México; Universidad Autónoma de Tlaxcala,
División de Estudios de Posgrado; Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México
y Universidad Iberoamericana, Plantel Santa Fe.
Reconocimientos: Ha sido merecedor de los siguientes premios: Presea Tepantlato al Mérito de la
Investigación Académica, otorgado por el Instituto de Ciencias Jurídicas de Egresados de la Universidad
Nacional Autónoma de México, campus Aragón, en octubre de 2000; Premio Miguel Villoro Toranzo,
concedido por el Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana, Plantel Santa Fe, en enero
de 2002; Reconocimiento por su contribución al estudio del Derecho y la impartición de justicia, otorgado
por la Barra de Abogados México-Texas (Texas-México Bar Association), en Monterrey, Nuevo León, en
octubre de 2002; en el marco del Programa Nacional de reconocimiento a Profesores de las Universidades
Públicas de la Nación con obra escrita, le fue otorgado por el Instituto Nacional del Derecho del Autor y
la Facultad de Derecho de la UNAM en agosto de 2005.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 39
El referido artículo transitorio dispone:
“Se dejan sin efectos los acuerdos y convenios
celebrados con anterioridad relativos a las ma-
terias que regula esta ley; así mismo, se dejan
sin efecto las resoluciones emitidas por el Con-
sejo Directivo del Instituto, en lo que se opon-
gan a la presente Ley”.
Sostiene que los derechos y prestaciones
que se incorporaron a los convenios y acuer-
dos que la Ley impugnada pretende dejar sin
efecto, también constituyen derechos adquiri-
dos, por lo que no pueden ser modificados
ni revocados, pues ello constituye una trans-
gresión a la garantía consagrada en el artículo
14 constitucional, relativa a la irretroactividad
de las leyes.
Expresa igualmente que esta Suprema Corte
de Justicia de la Nación se ha pronunciado so-
bre la inconstitucionalidad de este articulo,
concluyendo que, efectivamente, contraviene
lo dispuesto en el diverso 14 constitucional. En
sesión de fecha quince de junio de mil novecien-
tos noventa y cinco, al fallar en el amparo re-
visión 1382/94, sustentó lo siguiente:
Las relaciones de servicio que se rigen por
el apartado ‘B’ del artículo 123 constitucional,
a saber: las que surgen entre los Poderes de la
Unión, el Gobierno del Distrito Federal los Esta-
dos y sus trabajadores, la jubilación constituye
una prestación de seguridad social consagrada
constitucionalmente a favor de los trabaja-
dores.
Ahora bien, el que la jubilación constituya
un derecho legal tratándose de la trabajadora
especificada no significa que las condiciones
y cuantía en que opere, conforme a leyes apli-
cables, no pueden ser superadas, mediante acu-
erdos y convenios, en virtud de que las normas
laborales sólo consagran los derechos mínimos
de que deben disfrutar los trabajadores con
motivo de la relación de trabajo, pero ninguna
disposición legal prohíbe que tales derechos
puedan superarse; por el contrario, autorizan
la asociación de los trabajadores para tal fin.
Así, el artículo 40 de la Ley del Servicio Civil
del Estado de Nuevo Leon establece que “Las
Organizaciones de Trabajadores al servicio del
Estado o Municipios, son las asociaciones de-
pendientes de una o de varias unidades bu-
rocráticas constituidas para estudio, mejora-
miento y defensa de sus intereses comunes.
“Conforme al acuerdo de quince de mayo
de mil novecientos ochenta y seis, del Consejo
Directivo del Instituto de Seguridad y Servicios
Sociales de los Trabajadores del Estado de Nue-
vo Leon, las percepciones
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL40
de los jubilados se aumentaban a la misma proporción
y fecha en que se incrementaran los salarios de los tra-
bajadores en activo; por lo tanto, resulta claro que este
acuerdo creó entre los jubilados una situación jurídica
precisa, consistente en la certidumbre de que al aumentar
su jubilación en la misma proporción y fecha en que se
aumentaran los salarios de los trabajadores en activo, sus
ingresos les permitirían mantener un nivel de vida y una
posición económica y social similar a la que disfrutaban
cuando aún trabajan, y a la correspondiente al personal
en activo, lo que ciertamente constituye un derecho ad-
quirido que el mencionado artículo tercero transitorio
suprime, al dejar sin efecto dicho acuerdo con violación
del artículo 14 constitucional en el perjuicio de la quejosa
Rosa Lydia Gutiérrez Ríos, pues deja sin efectos al sistema
de jubilación dinámica que la favorecía, y se da margen
a que en su lugar aplique el nuevo sistema previsto en
la Ley reclamada, en el articulo 69 conforme al cual es
renta mensual vitalicia la cantidad de recursos derivados
del cálculo actuarial que se efectúe a la fecha de retiro
del servidor público y que se entregará a éste de por vida,
por concepto de jubilación, o en su caso como pensión
a sus beneficiarios y cuya cuantía mensual se actualizará
en el mes de enero de cada año, aplicándole un factor;
que se obtendrá de dividir el Índice Nacional de Precios
al Consumidor del mes de diciembre del año inmediato
anterior, entre el citado índice correspondiente al mes de
diciembre del segundo año inmediato anterior a aquel en
el que se efectúe el ajuste. Este nuevo sistema produce una
afectación a la quejosa de que se trata, pues los incremen-
tos que previene se sujetan al Índice Nacional de Precios
al Consumidor, que atiende a factores de índole nacional,
mientras que los aumentos que gozaba dicha quejosa res-
pondían con más precisión a las necesidades, factores
y circunstancias de los trabajadores y, por ende, de los
jubilados del Estado de Nuevo Leon. Además constituye
un hecho notorio el que por regla general, tratándose de
trabajadores en activo, los aumentos de salario pretenden
por lo menos mantener el poder adquisitivo de aquellos,
lo que no ocurre tratándose de los aumentos de las per-
cepciones de los jubilados.
No pasa inadvertido a este Tribunal Pleno que la ju-
bilación dinámica prevista en la Ley reclamada pudiera
resultar en algún momento de mayor beneficio para los
jubilados que la prevista en el acuerdo que dicha Ley deja
sin efectos, como podría suceder, por ejemplo, cuando en
un año no se acordara incremento para los trabajadores
en activo o se acordara en una cantidad mínima al fin del
año; empero, no debe perderse de vista que la ley se rec-
lama con motivo de su mera entrada en vigor y, por ende,
al presentarse la demanda de garantías se ignoraba cuál
sistema de jubilación dinámica podría resultar más ben-
eficioso, pues de hecho en algunas ocasiones puede serlo
uno y en otras otro. Sin embargo, basta que el artículo
tercero transitorio reclamado afecte la situación jurídica
precisa de que gozaba la quejosa jubilada, para tener por
acreditado el interés jurídico de acudir al juicio de amparo, a que la aplicación
del nuevo sistema resulte perjudicial, ya que podría ocurrir que primero le ben-
eficiara y luego le perjudicara, y por aceptar la aplicación benéfica se tuviera por
aceptada la perjudicial, cuando que la mera afectación de la situación jurídica
precisa en que se encuentra la legitima para reclamar el precepto legal que pro-
duce tal afectación a fin de evitar, al obtener la Protección Federal, la aplicación
del nuevo sistema cuando le resulte perjudicial”.
Preceptúa, además,: que similares consideraciones adujo este Alto Tribunal,
en sesión plenaria de veintinueve de agosto de mil novecientos noventa y seis,
al resolver por unanimidad de diez votos los amparos en revisión 1382/94, pro-
movido por Lucilda Pérez Salazar y otros: amparo en revisión 1166/94, pro-
movido por María de la Luz Vargas M. y otros; amparo en revisión 1261/94 pro-
movido por Jesús Gerardo Colunga Torres y otros; amparo en revisión 1268/94,
promovido por Susana Patricia Silvia Reina y otros y amparo en revisión 1318/94,
promovido por José Jesús Limón Rodríguez y otros.
Subraya que: sirve de apoyo a lo anterior, la tesis P./J. 63/96 que, con motivo
de los fallos precitados pronunció el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo IV, noviembre 1996, pagina 19 y dice:
JUBILACION DINAMICA DE LOS TRABAJADORES DEL ESTADO DE NUEVO
LEON ESTABLECIDA EN 1986 EL ARTICULO TERCERO TRANSITORIO DE LA LEY
DEL INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DEL ESTADO, PUBLI-
CADA EN EL PERIODICO OFICIAL DEL 13 DE OCTUBRE DE 1993, AL DEJAR SIN
EFECTOS AQUELLA, VIOLA LA GARANTIA DE IRRETROACTIVIDAD. El Consejo
Directivo del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del
Estado de Nuevo León, mediante acuerdo de quince de mayo de mil novecientos
ochenta y seis, determinó incrementar las percepciones de los jubilados en la
misma proporción y fecha que aumenten los salarios de los trabajadores en
activo.
Dicho consejo en los términos de la Ley del Instituto publicada en el Periódi-
co Oficial de veintiuno de enero de mil novecientos ochenta y tres, tiene la repre-
sentación legal del Instituto, y por ende es el órgano facultado para dictar acuer-
dos que mejoren los derechos establecidos en la ley a favor de los trabajadores.
El acuerdo mencionado fue ratificado en el convenio del veintinueve de mayo
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 41
de mil novecientos ochenta y seis, celebrado entre el Gobierno del Estado y el
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Sección 50.
El artículo tercero transitorio de la Ley del instituto, publicada en el Periódico
Oficial de trece de octubre de mil novecientos noventa y tres, dejó sin efectos los
acuerdos y convenios celebrados con anterioridad relativos a las materias que
regula la ley, entre ellos, el acuerdo y convenio mencionados, estableciéndose
en dicha Ley el incremento anual de la renta mensual vitalicia de los jubilados
conforme a un factor que se obtiene a través del Índice Nacional de Precios al
Consumidor. El artículo tercero transitorio viola la garantía de irretroactividad
en perjuicio de los gobernados consagrada en el artículo 14 constitucional al
dejar sin efectos el derecho adquirido por los jubilados consistente en el incre-
mento de sus percepciones en la misma proporción y fecha en que aumentaron
los salarios de los trabajadores, afectando la situación jurídica especifica esta-
blecida en su favor con anterioridad a la vigencia del artículo citado.
Por el mismo tenor dice el ministro ponente que lo procedente es revocar la
sentencia recurrida y conceder el amparo y Protección Federal al quejoso tam-
bién respecto al artículo tercero transitorio de la Ley reclamada.
Por lo expuesto y fundado se resuelve:
PRIMERO.- Se revoca la sentencia recurrida
SEGUNDO.- La justicia de la Unión AMPARA Y PROTEGE a Telésforo Salvador
Ardines Revilla contra las autoridades y por los actos especificados en el primer
resultando de esta ejecutoria.
NOTIFIQUESE; Con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos al Juzgado de
Distrito de su origen, y en su oportunidad, archívese como asunto concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
por unanimidad de cinco votos de los señores ministros Juventino V. Castro y
Castro, Humberto Román Palacios, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas, presidente y ponente José de Jesús Gudiño Pelayo.
Firma el ministro presidente y ponente, con el secretario de Acuerdos de la
Primera Sala que autoriza y da fe.”
Dejando lo que anteriormente resolvió la Suprema Corte de Justicia y que es
jurisprudencia obligatoria para todos los tribunales de la república, incluyendo
las autoridades administrativas como es el caso del ISSSTE DE NUEVO LEON, que
se ha negado a reconocer los derechos de los jubilados al no ajustar los incre-
mentos que obtienen los trabajadores activos, como ya lo determinó la H.S.C.J.N,
el suscrito asevera que, contraviniendo el espíritu de la ley del ISSSTELEON
que animó al gobernador Martínez Domínguez a crear entre las prestaciones y
derechos de los trabajadores al Servicio del Estado, los diversos directores del
Instituto, incluyendo a uno que finalmente terminó su polémica gestión deman-
dando él mismo a la administración estatal que le dio tal puesto, ha continuado
regateando el legitimo derecho que tienen los burócratas estatales para que su
jubilación sea cubierta al mismo tiempo y en la misma proporción que se cubre
su salario a los trabajadores activos a fin de mantener un nivel de vida decoroso
y acorde a la situación económica que tenían antes de obtener su justa y legal
jubilación ya sea en forma voluntaria o necesaria, según las circunstancias, ha
sido perversamente retardada u obstaculizada, escatimando así una prestación
que está señalada desde el artículo 123 de la Constitución Federal, así como de
la Estatal, violando entonces los dos ordenamientos constitucionales que con-
sagran dicha prestación jubilatoria a quienes han dado parte o la mayoría de su
vida al servicio del Estado.
Afirmo también que esta conducta perversa es patente en el retardo del in-
stituto o total olvido cuando se le hacen peticiones que se traducen en mejor
servicio médico o en prestaciones en dinero, como es la
que nos ocupa, tratándose de los jubilados o pensionados,
quienes de esa manera, en lugar de recibir una justa y le-
gal respuesta a sus reclamos, encuentran largas o pretextos
a sus demandas, si es que antes no los ha sorprendido y
afectado un mal mortal a su salud, lo que abreviaría sus
inquietudes en beneficio del multicitado Instituto.
No voy a expresar nombres de compañeros burócratas
estatales que como el suscrito ha sostenido una lucha legal
y desigual aproximadamente durante 10 años o más, re-
clamando una jubilación justa y legal conforme a mis más
de 30 años de servicio al Estado de Nuevo León, e irónica-
mente, en el ramo de la administración de justicia, misma
que se me ha denegado a lo largo de todo este tiempo de
batalla legal contra el ISSSTELEON que desafortunadamente
contradice y deja sin efectos las sanas intenciones que tuvo
en mente el gobernador Martínez Domínguez cuando pro-
movió su creación y mantenimiento, fines que no parecen
haber entendido sus más altos directivos.
Incluyo a las actuales autoridades del ISSSTELEON, con
motivo de haberse descubierto recientemente que algunos
empleados de dicho instituto obtienen mayores beneficios
económicos mensuales que sus mismos jefes, lo cual ex-
plica que carezcan del numerario suficiente para cubrir
jubilaciones o pensiones que con mucho mayores mere-
cimientos deberían recibir personas que actualmente es-
tán muy cerca o sobrepasan la tercera edad, que es cuando
más necesitan de recursos para afrontar enfermedades y
otras carencias a las que tienen derecho constitucional-
mente como ha quedado patente en los razonamientos y
argumentos del maestro y excelso ministro Gudiño Pelayo,
lamentablemente fallecido el pasado fin de año.
PACÍFICA Y RESPETUOSAMENTELic. Herberto Javier Núñez Espinosa
En casi todas las legislaciones, la relación
laboral propicia la permanencia del traba-
jador en la empresa, porque su situación
jurídica hace nacer en su favor un derecho. “La
permanencia de las relaciones de trabajo en tanto
subsistan las causas y la materia que le dieron ori-
gen y no surja una causa razonable de disolución”
(Mario de la Cueva. Derecho Mexicano del Trabajo,
Tomo I, página 757), es una tesis que ha sido principio
fundamental del Derecho Mexicano. Se permite que los
trabajadores no se separen de su empleo, sino por justa
causa.
La edad más apropiada para el trabajo, especialmente
en las fábricas y en general en la industria de transfor-
mación, es cuando el hombre, por su juventud, está en
capacidad de desarrollar con eficiencia trabajos físicos,
que con el tiempo le ocasionan, en edades avanzadas, des-
gastes y disminución de posibilidad de ser productivos.
INSTITUCIONES DE PREVENCIÓN SOCIAL
Para cuidar al hombre cuando ha dejado de ser productivo;
cuando ya no interesa al empleador, porque sus energías
están disminuidas, porque su eficiencia ha mermado, han
surgido las Instituciones de la Prevención Social, que con
Los derechos
derivados
de la
antigüedad
Licenciado Héctor S. Maldonado Pérez
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 43
templan bien las disminuciones de cargas de trabajo o la
jubilación.
Pero, además del salario y de las prestaciones que
percibe el trabajador, ¿qué le queda o qué derechos ad-
quiere a medida que se va acumulando su antigüedad en
una empresa? ¿Qué valor tiene para un trabajador su an-
tigüedad? ¿Qué beneficios le produce, durante la relación
o cuando ésta concluye? ¿Qué trato especial le da la Legis-
lación Laboral al derecho de antigüedad?
Éstas y otras interrogantes pretendemos dejarlas
contestadas en este breve trabajo sobre los derechos de-
rivados de la antigüedad de los trabajadores. Una defin-
ición sobre la antigüedad la cita Barassi en su Tratado de
Derecho del Trabajo. Refiere: “La duración del servicio
prestado ininterrumpidamente, en una empresa determi-
nada; es por ello, el resultado de la continuidad y, en el
fondo, su expresión. La continuidad es su substancia” (pá-
gina 212. Tomo II).
En principio, la antigüedad puede ser elemento de
preferencia para reingresar a una empresa o para aspirar a
un ascenso escalafonario; la antigüedad también es factor
para enriquecer los derechos durante el tiempo que dura
la relación, más descansos por vacaciones, más aguinaldo,
etcétera… también puede ser factor en la estabilidad del
trabajador, y, finalmente, la antigüedad es un elemento
que, en muchas ocasiones, cuando el trabajador termina
su relación en forma voluntaria, por despido, por rescisión
o por reajuste, enriquece el monto de la indemnización
que recibe.
Vamos a referirnos, a la luz de la Legislación Mexicana,
a los derechos derivados de la antigüedad, sin dejar de
recurrir a la doctrina para desarrollar nuestro tema.
I.- EL DERECHO DE ANTIGÜEDAD COMO FACTOR
DE PREFERENCIA EN LA OCUPACION
En el artículo 111 de la Ley Federal del Trabajo de 1931, se marcaba
como obligación de los empleadores la de preferir, en igualdad de cir-
cunstancias, a los trabajadores que hayan servido satisfactoriamente
con anterioridad, respecto de los que no estaban en esta posición.
Sin embargo, esta disposición legal no constituyó sino una mera de-
claración, en virtud de que la ley no previó una sanción por incumplim-
iento, excepto la de carácter administrativo que estaba prevista en el
articulo 677 y que consistía en una multa de veinte hasta cien pesos.
Al renovarse la Legislación Laboral Reglamentaria, en el año 1970,
a iniciativa del presidente Díaz Ordaz, se creó un nuevo capítulo en la
Ley Federal del Trabajo, el capítulo cuarto, denominado Derecho de
Preferencia, Antigüedad y Ascenso, dentro del Titulo Cuarto, relativo a
Derechos y Obligaciones de los Trabajadores y de los Patrones.
En efecto, el legislador titular del poder revisor de la Constitución si-
guió reconociendo la obligación patronal contemplada en la anterior
Legislación, ahora en el artículo 154, imponiendo la obligación de dar
preferencia “a quienes les hayan servido satisfactoriamente por mayor
tiempo”, sólo que ahora sí se reglamentó este derecho, para dejar de
ser tan sólo una declaración.
Se creó este derecho con posibilidades de ejercitar acciones en caso
de su incumplimiento, equiparándose su violación al de un despido
injustificado, lo que dio nacimiento al derecho de reinstalación o de
indemnización, tal y como está previsto para el caso análogo referido
en el artículo 48 de la Legislación Laboral vigente.
Cierto que el artículo 153 establece: “El incumplimiento de las obli-
gaciones contenidas en el articulo 154 y 156 da derecho al trabajador
para solicitar ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, a su elección,
que se le otorgue el puesto correspondiente o se le indemnice con el
importe de tres meses de salario”. La parte final de este precepto tam-
bién da derecho al pago de salarios dejados de percibir. Además, a fin
de que el trabajador esté en condiciones de hacer valer este derecho, se
establece la forma o procedimiento para exigir esta preferencia, según
es de verse
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL44
en lo dispuesto por el artículo 155, independientemente de que
el artículo 158 declara obligatorio para el patrón que se deter-
mine su antigüedad y se le expida la constancia respectiva.
A este respecto, el legislador expresó en la iniciativa de ley:
“En los últimos años se ha agravado el problema de algunos
trabajadores que sin tener el carácter de trabajadores de plan-
ta, prestan habitualmente sus servicios supliendo las vacantes
transitorias y temporales, o ejecutando trabajos extraordinarios
o para obra determinada que no constituyen una actividad nor-
mal permanente de la empresa. En lo sucesivo, estos trabaja-
dores estarán protegidos por las normas que se acaban de men-
cionar, de tal manera que en igualdad de circunstancias deberán
ser preferidos para la continuación de los trabajos y para que
cubran las vacantes que ocurran”.
II - EL DERECHO DE ANTIGÜEDAD COMO FACTOR DE
ASCENSO
No podemos dejar de citar nuevamente al maestro De la Cueva,
porque el estudio que contiene su original obra es una fuente
ineludible del investigador, y al respecto, cuando habla del
derecho de ascenso, lo define de la siguiente manera: “Se llama
derecho de ascenso la aptitud del trabajador para cubrir las va-
cantes que ocurran en puesto de categoría superior al que desem-
peña. Adoptando el segundo criterio, se entiende por derecho
de ascenso la obligación de la empresa de cubrir las vacantes
que ocurran, con los trabajadores de la categoría inmediata in-
ferior”. (Obra citada, página 770).
El derecho de ascenso es, pues, la materialización de una
perspectiva de derecho que, ya existiendo una relación laboral,
tiene un trabajador para aspirar a mejorar en categoría y en
salario, siendo cierto que este ascenso puede ser temporal o
definitivo.
La Ley de 1970 enriqueció abundantemente el derecho sus-
tantivo de ascenso y su reglamentación. En efecto, en el artículo
159 se indica en qué casos se puede mover un escalafón y, por
lo tanto, darse ocasión a una oportunidad de ascenso.
¿Cuáles son estos casos?: a) Cuando hay una vacante defini-
tiva; b) cuando se da una vacante provisional y; c) cuando existe
un puesto de nueva creación.
Cierto que la ley actual no contempla como base de ascenso
el escalafón ciego, pero la antigüedad sigue siendo factor im-
portante. Al respecto, la razón que da el legislador la expresa
en su iniciativa: “Uno de los problemas que ha preocupado a las
empresas y a los trabajadores, relacionados con los derechos
de antigüedad, se refiere a la manera como deben cubrirse
las vacantes que ocurren en la empresa”, y después de anali-
zar lo que es el escalafón ciego y el escalafón por capacidad,
se razona: “El proyecto se coloca en una posición intermedia:
Se parte del principio de que la antigüedad es la base de los
ascensos, pero si la empresa, a lo que está obligada según
se explica en un capitulo anterior, organiza los cursos de ca-
pacitación para los trabajadores, aquel a quien le correspon-
da el ascenso, deberá demostrar su capacidad para el puesto
nuevo…” Luego, cuando se establecen las reglas en el referido
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 45
artículo 159, se condiciona el derecho al que tenga apti-
tud y antigüedad; en igualdad de condiciones, se preferirá
al trabajador que tenga aptitud, antigüedad y familia a su
cargo, y, de subsistir la igualdad, la preferencia la determina
la mayor aptitud; esto, cuando se haya cumplido con la obli-
gación de capacitar. En el caso en que esto no haya ocurrido,
la vacante se otorgará al trabajador más antiguo y al que
tenga mayor familia a su cargo.
Para que se prepare la acción o se ejercite el derecho cuan-
do se dé la oportunidad, la ley ordena que previamente se
forme un cuadro general de anti-
güedades. Es oportuno advertir
que, para efectos escalafonarios,
la antigüedad debe ser la que se
tenga en la categoría inmediata
inferior y no la antigüedad en la
empresa.
III- DERECHO DE ANTIGÜE-
DAD COMO FACTOR
EN LA ESTABILIDAD EN EL
TRABAJO
Nuestra Legislación contiene di-
versas disposiciones de donde
se desprende que la antigüedad
es un elemento que determina la
estabilidad en el empleo, y va-
mos a analizarlas desde que se
inicia hasta que pudiera sobreve-
nir una causa de terminación.
A) La antigüedad provoca la
extinción de una posible causa
de rescisión.
Efectivamente, la relación de
trabajo, de acuerdo a nuestra
legislación, debe ser por tiempo
indefinido, salvo cuando se justi-
fique la existencia de una relación
por tiempo fijo o por obra deter-
minada. Esta justificación debe
estar prevista en la ley, para que sea efectiva. Algo señalan
al respecto los artículos 36, 37, 38 de nuestra Legislación
Laboral.
Congruente con ello, la relación de trabajo surte todos
sus efectos desde el momento mismo en que se empieza a
prestar el servicio, pues en nuestra Legislación no existe el
contrato a prueba. El primer beneficio que otorga el transcur-
so del tiempo en favor de un trabajador que ha iniciado una
relación, lo establece el artículo 47, fracción I de nuestra ley,
que permite como una causal de rescisión o despido aquélla
que se base en el engaño que haga el trabajador al patrón,
al inicio de la relación, exhibiendo certificados falsos o re-
ferencias en donde se le atribuya al prestador de servicios
capacidad, aptitudes o facultades de que carece.
Sin embargo, si se llega a dar este supuesto y no se hace
valer por el patrón dentro de los primeros treinta días, precluye
este posible derecho de despido justificado en perjuicio del pa-
trón. El referido precepto legal expresamente señala: “Engañarlo
el trabajador o en su caso el sindicato que lo hubiese propuesto
o recomendado con certificados falsos o referencias en los que
atribuyan al trabajador capacidad, aptitudes o facultades de que
carezca. Esta causa de rescisión dejará de tener efecto después
de treinta días de prestar sus servicios el trabajador”.
B) La antigüedad como factor para ser titular del derecho a
la reinstalación obligatoria.
En la fracción XXII del artículo
123, Apartado A de la Constitución
General de la República, se declara
que un patrón no puede despedir
a un trabajador sin justa causa,
y si lo hace, éste tiene el derecho
de exigir que se le siga proporcio-
nando el trabajo. Esto es lo que se
conoce en la Doctrina Mexicana
como reinstalación obligatoria y
que fue confirmada en las refor-
mas constitucionales promovidas
por el presidente Adolfo López
Mateos en el año 1962, y consti-
tuyen un verdadero esfuerzo le-
gislativo para dar estabilidad a los
trabajadores.
Si el trabajador no ha cum-
plido un año de antigüedad, el pa-
trón puede despedir al trabajador
sin justa causa, con la obligación
de pagarle una indemnización;
pero si ya cumplió un año y se
rebasa esta antigüedad, el trabaja-
dor, para ser despedido, necesita
haber cometido alguna falta grave
de las que determine la ley, según
lo expresa el artículo 48 de la Ley
Federal del Trabajo.
Las excepciones al principio de la
reinstalación obligatoria son las que prevé el artículo 49 de la
Ley Federal del Trabajo, señalando, entre otras, la circunstancia
de que el trabajador no haya alcanzado un año de antigüedad.
C) La antigüedad como factor de permanencia en la relación
laboral.
1- Si un trabajador ha llegado a cumplir más de veinte años de an-
tigüedad, no obstante que llegare a actualizar alguna de las cau-
sales de rescisión ordinarias que prevé la Ley, el patrón no puede
despedirlo, según disposición que la Ley Federal del Trabajo con-
tiene en el capítulo de derecho de preferencia, antigüedad y as-
censo. Cierto, el artículo 161 de nuestra ley preceptúa que, cuando
la relación de trabajo haya tenido una duración de más de veinte
años, el patrón sólo podrá rescindir por alguna de las causas se-
ñaladas en el artículo 47, pero si éstas son particularmente graves;
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL46
de lo contrario, sólo se hará acreedor el trabajador a una
sanción disciplinaria.
2- La antigüedad como factor para seguir conservando
el trabajo en casos de reducción de los trabajos.
La ley establece, en su capítulo especial, las causas por
las cuales se puede decretar la terminación colectiva de
las relaciones de trabajo; pero esta terminación no siem-
pre es total, sino que, en ocasiones, solamente produce la
reducción de los trabajos y en este caso lo que ocurre es
que se terminan relaciones individuales de algunos traba-
jadores, preceptuándose en el artículo 437 que, cuando
esto acontezca “Se tomará en consideración el escalafón
de los trabajadores, a efecto de que sean reajustados los
de menor antigüedad”.
3- La antigüedad como factor determinante para que
subsista la relación laboral en el caso de implantación de
maquinaria o de procedimientos de trabajo nuevos.
Cuando una empresa moderniza sus sistemas de pro-
ducción e instala maquinaria que obliga a desplazar la
mano de obra, porque la máquina es más productiva y re-
quiere menos operarios, entonces se provoca un fenóme-
no de reducción de personal, mismo que está previsto en
el artículo 439 de nuestra ley, pero nuevamente la antigüe-
dad se constituye en escudo protector de la estabilidad en
el trabajo.
IV.- LA ANTIGÜEDAD COMO FACTOR QUE DETERMINA
MAYORES DERECHOS CUANDO LA RELACION DE TRA-
BAJO ESTÁ VIGENTE
La antigüedad en el trabajo es determinante para incre-
mentar el derecho de vacaciones. La ley indica que, a me-
dida que la antigüedad del trabajador va siendo mayor, el
patrón está obligado a mejorarle su derecho a descansar
con motivo de vacaciones. El artículo 209 establece una
escala que regula el derecho de vacaciones según los años
de antigüedad de cada trabajador. También, en ocasiones,
pero por vía de conquista en la contratación colectiva, al
trabajador más antiguo se le otorga mayor cantidad de
aguinaldo o de despensa o de alguna otra prestación de
carácter de previsión social.
V.- LA ANTIGÜEDAD COMO FACTOR IMPORTANTE
EN LA DETERMINACION DEL MONTO DE
LAS INDEMNIZACIONES
Ya hicimos referencia a que el artículo 123, en su fracción
XXII, establece que cuando un patrón despida sin justa
causa a un trabajador, éste tiene el derecho de exigir una
indemnización o que se le reinstale en su trabajo. La Ley
ordinaria, en el artículo 48, fija que la indemnización en
este caso serán tres meses de salario. Sin embargo, como
nuestra legislación tolera algunas excepciones al principio
de estabilidad, y además permite que el trabajador dé por
terminado el contrato de trabajo cuando el patrón le da
causa, en estos casos la indemnización resulta mayor que
la de tres meses, y su incremento va en relación con la
antigüedad, pues se agrega el concepto de veinte días por
cada año.
Son varios los casos en que la ley ordinaria reglamenta
una indemnización superior a los tres meses. Algunos
ejemplos nos ilustran al respecto: articulo 49, artículo 51,
articulo 439, y en los casos de incumplimiento de un laudo
por parte del patrón.
VI.- LA ANTIGÜEDAD COMO GENERADORA DEL PAGO
DE UNA PRIMA
A partir de la Legislación Mexicana de 1970, el trabaja-
dor mexicano disfruta del reconocimiento de la antigüe-
dad para los efectos de recibir una prestación económica
al terminarse la relación laboral, en las causas y bajo las
condiciones previstas por la Ley.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 47
La prima de antigüedad no es una indemnización, ni tam-
poco una prestación de seguridad social; la iniciativa del legis-
lador la definió diciendo que: “Se trata de una prestación que
se deriva del solo hecho de trabajar, por lo que, al igual que
las vacaciones, debe otorgarse a los trabajadores con el tran-
scurso del tiempo, sin que en ella entre la idea de riesgo; o,
expresado en otras palabras, es una institución emparentada
con la que se conoce con el nombre de fondo de ahorro, que
es también indepen- diente de las prestaciones otorgadas
por el Seguro Social” (Iniciativa de la Ley Federal del Trabajo
enviada por el C. Lic. Gustavo Díaz Ordaz, Presidente Constitu-
cional de los Estados Unidos Mexicanos).
La ley ordinaria, en su artículo 162, establece las condi-
ciones jurídicas que se deben dar para que proceda el pago de
la prima de antigüedad, amén de que otros preceptos diversos
también requieren su pago.
El maestro mexicano Francisco Ramírez Fonseca, en un
estudio especial sobre la prima de antigüedad, expresa al re-
specto: “Así pues, para nosotros, la prima de antigüedad es
la suma de dinero que recibe el trabajador de planta cuando
renuncia a su trabajo o cuando es despedido con o sin justa
causa o cuando él rescinde su contrato de trabajo por causa
imputable al patrón, o cuando se dan otros supuestos legales”
(La Prima de Antigüedad, página 37).
VII.- JUBILACION
Un derecho más creado por la antigüedad es la jubilación.
Roberto Muñoz, en su ya citada obra, define la jubilación en
la reforma: “Es el derecho de los trabajadores de recibir una
pensión vitalicia después de la disolución de su relación de
trabajo por razón de edad avanzada, largo tiempo de pre-
star los servicios o incapacidad para seguirlos prestando”. Desde
luego que no coincidimos cabalmente con esta definición; sin
embargo, sí estamos de acuerdo en que deviene este derecho
de la antigüedad en el servicio.
La jubilación puede estar prevista en la Ley o en el Contrato
Colectivo de Trabajo. La Ley Laboral Mexicana no sostiene esta
constitución, pero existe en la gran empresa reglamentada
convencionalmente en la contratación colectiva.
Hay que dejar consignado, sin embargo, que la jubilación
no tiene como origen y factor único la antigüedad, pues en
ocasiones también se deriva de la edad del trabajador; en la
mayoría de los casos se combinan, para su procedencia, edad
y antigüedad.
La jubilación no siempre es obligatoria; en ocasiones, cuan-
do se fundamenta la antigüedad, es optativa para el trabaja-
dor.
Como última referencia a los beneficios que otorga la an-
tigüedad al trabajador, cabe citar que, de acuerdo con la Ley
del Seguro Social vigente en nuestro país, también la antigüe-
dad del trabajador como asegurado es determinante para las
diversas prestaciones de seguridad social que este cuerpo de
disposiciones contempla en beneficio de los trabajadores asal-
ariados.
Breves comentarios sobre la función notarial
Licenciado Mario González
MendozaNotario Público
Número 97
En México, el notario público es un profesional del
derecho que tiene a cargo una función de orden públi-
co, por delegación del ejecutivo estatal. Cada Estado
de la República Mexicana tiene su Ley del Notariado, que
señala que el notario es la persona investida de fe pública,
para hacer constar los actos y hechos a los que las partes
interesadas deban o quieran dar autenticidad conforme a
las leyes, autorizándolo para intervenir en tales actos y
hechos, revistiéndolos de las formalidades legales.
Podemos decir que el Notariado, en el ámbito de la Ad-
ministración Pública, se califica como un órgano descen-
tralizado por colaboración, con una forma jurídica espe-
cial, en la que el notario no es un funcionario ni servidor
público en el sentido del Derecho Administrativo y, por lo
tanto, no recibe sueldo del Estado ni está sujeto a la Ley
de Responsabilidades de los Servidores Públicos; práctica-
mente es un particular perito en derecho, que, por desig-
nación y delegación del Estado, tiene fe pública, que presta
un servicio por cuenta de sus clientes, y es, además, un
auxiliar del fisco local, federal y municipal, pues calcula,
retiene y entrega impuestos y derechos, asumiendo una
responsabilidad solidaria.
Para llevar a cabo su función, el notario debe escuchar,
interpretar y aconsejar a las partes, preparando, redactan-
do, certificando y autenticando el instrumento correspon-
diente. En ese hacer y actividad, el notario debe ser impar-
cial; debe procurar conciliar los intereses de las partes,
guardar el secreto profesional y dar cumplimiento a las
normas éticas y jurídicas.
IMPARCIALIDAD DEL NOTARIO
La imparcialidad es deber fundamental del notario. Este
concepto está integrado a varios deberes notariales, a sa-
ber:
- Al actuar, el notario debe estar libre de cualquier com-
promiso o relación que le impida aconsejar a las partes y
redactar los instrumentos con justicia y con seguridad ju-
rídica para todas las partes que intervienen. Precisamente
por esto, las diversas leyes del Notariado establecen in-
compatibilidades y prohibiciones para actuar y ejercer ese
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL48
oficio. Efectivamente, la función del notario es incompa-
tible con todo empleo, cargo o comisión pública distinta
de la enseñanza o beneficencia; con cualquier trabajo per-
sonal subordinado y con el ministerio de cualquier culto.
-En algunos estados, la actividad notarial es totalmente
incompatible con la del abogado postulante o litigante en
asuntos contenciosos, salvo en causa propia. Por excep-
ción, en el Estado de Tamaulipas, los notarios pueden
ejercer su función notarial y, con el carácter de patrono
o apoderado, dirigir los asuntos particulares que se le en-
comienden y que sean inherentes a dicha profesión; pero
en tales asuntos, cuando haya contienda, no deberán ac-
tuar con el carácter de notarios. Por lo tanto, en Tamau-
lipas, los notarios pueden litigar aun en negocios conten-
ciosos.
-Considerando que el notario tiene la obligación de
asesorar y proteger los intereses de quienes concurren
ante su presencia, y redactar el contrato con absoluta im-
parcialidad, resulta una evidente incompatibilidad con la
práctica de abogado o litigante que representa o defiende
a una de las partes en contra de la otra. Es conveniente
aclarar que no existe incompatibilidad de litigio con el
ejercicio del notario cuando actúa como árbitro o intervie-
ne como abogado en los procedimientos de jurisdicción
voluntaria en donde, de acuerdo con la Ley del Notariado,
estará autorizado para actuar.
ACTUAR CON EFICIENCIA Y PROFESIONALISMO
El notario, al redactar los instrumentos en que intervenga,
debe aplicar sus conocimientos jurídicos y su experien-
cia para satisfacer las necesidades de sus clientes, dán-
doles seguridad jurídica. Por esta razón, el notario tiene
la necesidad de capacitarse y mantenerse actualizado
constantemente, con el estudio de los constantes cambios
que existen en las instituciones y leyes jurídicas; tiene que
investigar en los textos de los ordenamientos legales y
aprender de las disposiciones y de la realidad social.
Con esta preparación técnica y científica, el notario
podrá desempeñar su cargo con la eficiencia requerida. Es
por eso que la normatividad determina que el profesional
del derecho, para ingresar al Notariado, debe presentar exa-
men de oposición. Además, los colegios de notarios pro-
mueven cotidianamente conferencias, seminarios y cursos
para conseguir y mantener esa superación profesional.
SECRETO PROFESIONAL
Los interesados en un servicio notarial se ven en la necesi-
dad de informar al notario de datos y circunstancias que,
de ser conocidas por terceras personas, en algunos casos,
podrían dañar su reputación y su patrimonio. Efectiva-
mente, quien acude con el notario le transmite en confian-
za información para resolver sus problemas jurídicos, con
la convicción de que el notario es un profesional discreto
que no va a revelar los secretos escuchados.
Este deber del notario está previsto claramente en las
leyes del Notariado, y además su violación es severamente
sancionada por los códigos penales. Sin embargo, es pre-
ciso aclarar que los notarios quedan excluidos de respon-
sabilidad respecto de informes que son obligatorios para
el notario dar, de acuerdo con la ley, y también en los actos o documentos que
se inscriben en el Registro Público de la Propiedad, a los cuales tienen acceso
terceras personas por la publicidad registral.
LIMITE TERRITORIAL
El notario tiene fe pública en el Estado donde le fue otorgado su nombramiento.
Por lo tanto, los actos que autoriza fuera de esa competencia territorial carecen
de valor, y son anulables. La función principal del notario es proporcionar seguri-
dad jurídica; por ende, si un notario actúa fuera del ámbito de validez territorial
que le corresponde, perjudica y coloca a sus clientes en un estado de inestabili-
dad jurídica, y viola todos los procedimientos notariales. Sin embargo, procede
aclarar que la fe que otorga el notario dentro de su territorio, sí puede referirse
a cualquier otro lugar, siempre que se dé cumplimiento a lo previsto en la Ley de
Notariado vigente y aplicable en la entidad de su competencia.
SERVICIOS SOCIALES
El notario coadyuva y coopera con el Estado y con la Federación en la solución
de problemas sociales que afectan a su comunidad. Así, consecuentemente, y a
través de los colegios estatales y la Asociación del Notariado Mexicano, el notario
participa en la elaboración de actas y escrituras públicas en forma gratuita o a un
mínimo costo, cuando se trate de colaborar en el arreglo de problemas, como son
los que contemplan los programas de regularización de la tenencia de la tierra y
la titulación de la vivienda popular. Al efecto se han celebrado diversos convenios
de concertación con el gobierno federal y gobiernos estatales.
Otro ejemplo es la prestación de servicios para el otorgamiento de testamen-
tos en el mes de septiembre de cada año, en ayuda de personas de escasos re-
cursos.
Considerando la globalización social y económica, y principalmente los asom-
brosos avances tecnológicos en materia electrónica, y que el Derecho Notarial,
y en particular la actuación del notario, cumple un rol de gran importancia en
la sociedad, tanto local como internacionalmente, es relevante señalar que con-
stantemente se celebran convenciones y jornadas que buscan uniformar los cri-
terios y normas aplicables que coadyuven a consolidar y mejorar las relaciones
entre los pueblos.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 49
el año 47 a. C., en que Julio César se apoderó de Alejandría, quemándose buena parte del acervo en el combate, la biblioteca tenia 700 mil volúmenes, con ejemplares repetidos de varias obras y contenía la mayoría de la producción escrita de la antigüedad.
Para don Alfonso Reyes, arriba citado, esta cifra no es exagerada, si se considera, primero, que ahí se custodiaba toda la literatura griega, de la que hoy sólo poseemos una pequeña parte, y que las dimensiones de los rollos de papiro eran relativamente pequeñas, pues sólo Homero, con sus dos grandes epopeyas, se llevaba unos 24 volúmenes.
En la época de Ptolomeo II se catalogaron todos los volúmenes (que eran rollos de papiro o pergamino) y los tómos (hojas cortadas que podían colocarse en partes o libros), que contenían obras de casi todo el mundo: Grec ia, Persia, India, Palestina, África, y posteriormente de Roma.
LAS COPIAS MÁS EXACTASDEL MUNDOEs de mencionar que, aunque la biblioteca tenía catálogo y estaba a disposición de todo aquél que la quisiera utilizar, los libros eran caros, pues cada uno se copiaba a mano. Sin embargo, a decir de Carl Sagan, la biblioteca tenía las copias más exactas del mundo, y el arte de la edición crítica se inventó ahí. Ejemplo de ello es que nosotros conocemos el Antiguo Testamento por las traducciones griegas hechas en la Biblioteca de Alejandría.
Buena parte de su desarrollo se debe a lo acertado de los nombramientos de sus bibliotecarios, como Demetrio de Falera, invitado por el primer Ptolomeo, y otros notables hombres de ciencias y letras de la antigüedad, como Aristófanes y Apolonio. Su interés y el de las autoridades de la ciudad por aumentar el acervo los empujaba a enviar compradores para obtener materiales escritos de todo el mundo conocido. Célebre es el hecho
de que todo barco que atracaba en el puerto de Alejandría era revisado para copiar los rollos que llevara.
PRECURSORA DE LAINVESTIGACIÓN CIENTÍFICAPero la institución -a decir de J. Tomás Nogales, de la Universidad Carlos III de Madrid- no se limitaba a ser depositaria de estas obras, sino que impulsaba y financiaba la investigación científica, con lo que se generaban nuevos conocimientos. Un grupo de eruditos, sostenidos con fondos de la colectividad, trabajaba en ella explorando la física, la literatura, la astronomía, la geografía, las matemáticas, la biología y la ingeniería.
En un momento de su historia el museo y la biblioteca reunieron más de cien sabios, con sus correspondientes discípulos. Los resultados fueron asombrosos. Eratóstenes calculó con precisión el tamaño de la tierra, la cartografió, y afirmó que se podía llegar a la India navegando hacia el oeste desde España. Hiparco anticipó que las
primera vez recogió y copió la obra de Homero, poniendo su biblioteca a disposición de los atenienses, o la de Aristóteles, que fue la primera organizada metódicamente; la de Perseo, rey de Macedonia, y la de Demóstenes, de quien se afirma que copiaba los libros de su puño y letra; por esa misma época se empiezan a establecer las primeras bibliotecas públicas.
unque las colecciones priva-das de libros empiezan a aparecer hacia el siglo IV a. C., como la de Pisístrato, tirano de Atenas, que por
Atenas y Corinto, por ejemplo, contaban con buenas bibliotecas. Rodas era, dice don Alfonso Reyes, un centro librero de importancia, y de ahí procede un catálogo donde abundan las obras de política y deretórica.Éfesoparecehabercontadotambién con librería y biblioteca.
CENTRO DEL SABER Y DE LA CULTURA HELÉNICASDe entre ellas, la más famosa y la considerada como una de las maravillas del mundo antiguo fue la de Alejandría, fundada entre los años 320 y 280 a. C. por los primeros Ptolomeos, como depositaria y centro del saber y la cultura helénica, y lugar a donde médicos, geógrafos, poetas, filósofos, matemáticos y filólogos acudían en busca de conocimientos y respuesta a sus preguntas.
La biblioteca se inició con la fundación del famosísimo Museo por Ptolomeo I Sóter, primer faraón de la estirpe de los Lágidas, como “Lugar de las musas, hijas de la diosa de la memoria”, y en él se cultivaron todas las ciencias. Sesupone que fue su hijo Ptolomeo II, Filadelfo, quien construyó e inició la formación de la biblioteca, con la ideade unir el estudio de las ciencias y la conservación de los textos que las contenían.
Ambos, museo y biblioteca, estaban cerca del mar, en el barrio de Bruquión, y formaban parte del complejo palaciego, junto con un observatorio astronómico, un jardín botánico y un zoológico. Este complejo constaba de una galería cubierta y una construcción semicircular con bancas corridas, donde los lectores y visitantes podían sentarse o caminar mientras leían, meditaban o conversaban. La biblioteca tenía 10 grandes piezas o salas, cada una dedicada a una disciplina diferente.
Como para la época se le cosideraba la institución mas importante dedicada al saber, los propios poetas, filosofos y científicos se ocupaban de su mantenimiento.
ACERVO DE 700 MIL VOLÚMENESAunque los historiadores difieren en el número de volúmenes que guardaba la biblioteca, según Aulio Gelio, para
el año 47 a. C., en que Julio César se apoderó de Alejandría, quemándose buena parte del acervo en el combate, la biblioteca tenia 700 mil volúmenes, con ejemplares repetidos de varias obras y contenía la mayoría de la producción escrita de la antigüedad.
Para don Alfonso Reyes, arriba citado, esta cifra no es exagerada, si se considera, primero, que ahí se custodiaba toda la literatura griega, de la que hoy sólo poseemos una pequeña parte, y que las dimensiones de los rollos de papiro eran relativamente pequeñas, pues sólo Homero, con sus dos grandes epopeyas, se llevaba unos 24 volúmenes.
En la época de Ptolomeo II se catalogaron todos los volúmenes (que eran rollos de papiro o pergamino) y los tómos (hojas cortadas que podían colocarse en partes o libros), que contenían obras de casi todo el mundo: Grec ia, Persia, India, Palestina, África, y posteriormente de Roma.
LAS COPIAS MÁS EXACTASDEL MUNDOEs de mencionar que, aunque la biblioteca tenía catálogo y estaba a disposición de todo aquél que la quisiera utilizar, los libros eran caros, pues cada uno se copiaba a mano. Sin embargo, a decir de Carl Sagan, la biblioteca tenía las copias más exactas del mundo, y el arte de la edición crítica se inventó ahí. Ejemplo de ello es que nosotros conocemos el Antiguo Testamento por las traducciones griegas hechas en la Biblioteca de Alejandría.
Buena parte de su desarrollo se debe a lo acertado de los nombramientos de sus bibliotecarios, como Demetrio de Falera, invitado por el primer Ptolomeo, y otros notables hombres de ciencias y letras de la antigüedad, como Aristófanes y Apolonio. Su interés y el de las autoridades de la ciudad por aumentar el acervo los empujaba a enviar compradores para obtener materiales escritos de todo el mundo conocido. Célebre es el hecho
de que todo barco que atracaba en el puerto de Alejandría era revisado para copiar los rollos que llevara.
PRECURSORA DE LAINVESTIGACIÓN CIENTÍFICAPero la institución -a decir de J. Tomás Nogales, de la Universidad Carlos III de Madrid- no se limitaba a ser depositaria de estas obras, sino que impulsaba y financiaba la investigación científica, con lo que se generaban nuevos conocimientos. Un grupo de eruditos, sostenidos con fondos de la colectividad, trabajaba en ella explorando la física, la literatura, la astronomía, la geografía, las matemáticas, la biología y la ingeniería.
En un momento de su historia el museo y la biblioteca reunieron más de cien sabios, con sus correspondientes discípulos. Los resultados fueron asombrosos. Eratóstenes calculó con precisión el tamaño de la tierra, la cartografió, y afirmó que se podía llegar a la India navegando hacia el oeste desde España. Hiparco anticipó que las
primera vez recogió y copió la obra de Homero, poniendo su biblioteca a disposición de los atenienses, o la de Aristóteles, que fue la primera organizada metódicamente; la de Perseo, rey de Macedonia, y la de Demóstenes, de quien se afirma que copiaba los libros de su puño y letra; por esa misma época se empiezan a establecer las primeras bibliotecas públicas.
unque las colecciones priva-das de libros empiezan a aparecer hacia el siglo IV a. C., como la de Pisístrato, tirano de Atenas, que por
Atenas y Corinto, por ejemplo, contaban con buenas bibliotecas. Rodas era, dice don Alfonso Reyes, un centro librero de importancia, y de ahí procede un catálogo donde abundan las obras de política y deretórica.Éfesoparecehabercontadotambién con librería y biblioteca.
CENTRO DEL SABER Y DE LA CULTURA HELÉNICASDe entre ellas, la más famosa y la considerada como una de las maravillas del mundo antiguo fue la de Alejandría, fundada entre los años 320 y 280 a. C. por los primeros Ptolomeos, como depositaria y centro del saber y la cultura helénica, y lugar a donde médicos, geógrafos, poetas, filósofos, matemáticos y filólogos acudían en busca de conocimientos y respuesta a sus preguntas.
La biblioteca se inició con la fundación del famosísimo Museo por Ptolomeo I Sóter, primer faraón de la estirpe de los Lágidas, como “Lugar de las musas, hijas de la diosa de la memoria”, y en él se cultivaron todas las ciencias. Sesupone que fue su hijo Ptolomeo II, Filadelfo, quien construyó e inició la formación de la biblioteca, con la ideade unir el estudio de las ciencias y la conservación de los textos que las contenían.
Ambos, museo y biblioteca, estaban cerca del mar, en el barrio de Bruquión, y formaban parte del complejo palaciego, junto con un observatorio astronómico, un jardín botánico y un zoológico. Este complejo constaba de una galería cubierta y una construcción semicircular con bancas corridas, donde los lectores y visitantes podían sentarse o caminar mientras leían, meditaban o conversaban. La biblioteca tenía 10 grandes piezas o salas, cada una dedicada a una disciplina diferente.
Como para la época se le cosideraba la institución mas importante dedicada al saber, los propios poetas, filosofos y científicos se ocupaban de su mantenimiento.
ACERVO DE 700 MIL VOLÚMENESAunque los historiadores difieren en el número de volúmenes que guardaba la biblioteca, según Aulio Gelio, para
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 51
estrellas nacen, se desplazan lentamente, y al final perecen; fue el primero en catalogar las posiciones y magnitudes de las estrellas y en detectar estos cambios.
Euclides creó un texto de geometría, que sirvió durante muchos siglos. Galeno escribió obras básicas sobre la anatomía y el arte de curar, los que dominaron la medicina hasta el Renacimiento.
Además, mencionamos, entre otros muchos, a Herófilo, fisiólogo que estableció que la sede de la inteligencia es el cerebro y no el corazón; a Herón de Alejandría, inventor de cajas de engranajes y de aparatos de vapor; a Arquímedes, genio mecánico; al astrónomo y geógrafo Tolomeo, cuyo universo centrado en la tierra perduró hasta el Renacimiento, y una célebre mujer nacida en Alejandría el año 370 d.C., Hipatia, que fue matemática, astrónoma, física y jefa de la escuela neoplatónica de filosofía. Por eso se puede afirmar que la biblioteca de Alejandría es precursora de la investigación científica.
El genio florecía en aquellas salas, dice Carl Sagan. “La Biblioteca de Alejandría es el lugar donde los hombres reunieron por primera vez, de modo serio y sistemático, el conocimiento del mundo”.
Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL52