Un artista que lleva el

humor en los colores

Entre colores, perros, murales, animacio-nes digitales, esculturas, la cotidianidad, arte y su hermosa familia, vive este person-aje: Francisco Munguía.

Su casa en Guadalupe lo retrata muy bien, paredes de bloque decoradas con sus obras, en la sala hay una cuna propiedad de su hijo, Fausto, de cuatro meses, en la terraza un mural llena de color, al fondo del lugar viven 23 perros rescatados de la calle que su esposa, Déborah Portilla, alimenta y educa.

Hay tres cosas que unen a esta familia: el arte, el amor y los animales. Munguía esgraduado de artes plásticas con énfasis en cerámica de la Universidad de Costa Rica.

La cerámica es solo una faceta de tal-ento. A lo largo de su trayectoria, ha trabajado en diferentes formatos, diver-sos lienzos, murales y recientemente avanza con el arte audiovisual.Como buen artista, de niño sus juguetes favoritos eran un reflejo de su vocación: pinturas, pinceles, lápices de color y crayones.

Ya más grande, recuerda que pasaba haci-endo caricaturas en sus clases del colegio.Estaba claro que eso era lo suyo y ese fue el camino que siguió.

¿23 perros?

Sí, 23. De hecho, hasta hace poco fueron 24, cada uno de los perros son protagonistas de sus creaciones.Sus animales han sido rescatados de situa-ciones de violencia, agresión o abandono y, junto a su esposa, Déborah, les han dado hogar seguro y oportunidad de vivir sin limitaciones ni complejos.

Cinco de los animales tiene tres patas, perodentro de la famila Munguía Portilla, las diferencias no son motivo de humillación. Francisco y Déborah se conocieron porque ambos colaboraban con albergues de animales. Él aportaba en la parte gráfica y ella se encargaba de que los animales tuvi-eran una mejor calidad de vida. En una campaña de castración y adopción se conoci-eron y hoy forman una pareja lindísima.

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