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LA FALSEDAD DEL CANON: ANALISIS CRiTICO DE L A HISTORIA CONSTITUCIONAL DE PUERTO RICO JUAN M. GARCIA PASSALACQUA* Ante la c l de una pared que nada nos veda imaginar como infinita un hombre se ha sentado premedita trazar con rigurosa pincelada en a blanca pared mundo entero: puertas, balanzas, tdrtaros, acintos, tingeles, bibliotecas, laberin- tos, anclas, Uxmal, el infinito, el cero. Puebla de formas la pared. La suerte, que de curiosos dones no es avara, le permite dar fin a su poria En el preciso ins- tante de la muerte descubre que esta vasta algarabla de lineas es la imagen de su cara. Jorge Luis Borges 1985) El constitucionalismo puertorriquefio es magro. Se estudia poco y se ensefla menos. Y lo peor se entiende err6neamente. Por esas tres razones se ha convertido en canon y ejemplo del mismo la obra de Jos6 Trias Monge. Es hora de que otros cuestionemos ese enten- dimiento. Hemos de hacerlo en este ensayo mediante un anflisis critico de los cinco volunenes de 1,963 pfginas de su Historia Constitucional de Puerto Rico; publicada entre 1980 1983 y en 1994 por la Editorial Univer- sitaria de la Universidad de Puerto Rico ain en espera de un anunciado filtimo volumen. 1 A guisa de tracto constitucional este texto de cinco tomos es en verdad una memoria de poder de su autor e intenta ser en el mejor de los casos una historia oficial cuestionable. I. Los ERRORES FUNDAMENTALES La obra bajo estudio adolece de errores fundamentales. Primero Jos6 Trias Monge nos presenta desde el comienzo mismo de su obra la misma como colonial de miedo. 2 La adopci6n por el jurista de la ya desacreditada teoria de un pueblo miedoso es contradi- cha por la realidad de un pueblo que ha sabido hacer sobrevivir su nacio-  Juris Doctor Harvard Law School; Maestria en Derecho Civil Tulane University; Co- fundador del Harvard International Law Journal y Profesor del Centro de Estudios Avanza- dos de Puerto Rico y el Caribe en San Juan. 1 5 ost TRIAS MONGE, HISTORIA CONSTITUCIONAL DE PUERTO Rico 45 n.28 152, 420  1994).  ost TRIAS MONGE HISTORIA CONSTTUCIONAL DE PUERTO Rico 1980); 4 ost TRIAS MONGE HISTORIA CONSTITUCIONAL DE PUERTO Rica 5 1983).

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La Falsedad del Canon

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  • LA FALSEDAD DEL CANON: ANALISIS CRiTICO DE LAHISTORIA CONSTITUCIONAL DE PUERTO RICO

    JUAN M. GARCIA PASSALACQUA*

    Ante la cal de una pared que nada nos veda imaginar como infinita un hombrese ha sentado y premedita trazar con rigurosa pincelada en La blanca pared elmundo entero: puertas, balanzas, tdrtaros, jacintos, tingeles, bibliotecas, laberin-tos, anclas, Uxmal, el infinito, el cero. Puebla de formas la pared. La suerte, quede curiosos dones no es avara, le permite dar fin a su poria. En el preciso ins-tante de la muerte descubre que esta vasta algarabla de lineas es la imagen de sucara.

    Jorge Luis Borges (1985)

    El constitucionalismo puertorriquefio es magro. Se estudia poco y seensefla menos. Y lo peor, se entiende err6neamente.

    Por esas tres razones, se ha convertido en canon y ejemplo del mismo laobra de Jos6 Trias Monge. Es hora de que otros cuestionemos ese enten-dimiento. Hemos de hacerlo en este ensayo mediante un anflisis critico delos cinco volunenes de 1,963 pfginas de su Historia Constitucional dePuerto Rico; publicada entre 1980-1983 y en 1994 por la Editorial Univer-sitaria de la Universidad de Puerto Rico, ain en espera de un anunciadofiltimo volumen.1

    A guisa de tracto constitucional, este texto de cinco tomos es en verdad,una memoria de poder de su autor e intenta ser, en el mejor de los casos,una historia oficial, cuestionable.

    I. Los ERRORES FUNDAMENTALES

    La obra bajo estudio adolece de errores fundamentales.Primero, Jos6 Trias Monge nos presenta, desde el comienzo mismo de

    su obra, la misma como una historia colonial de miedo.2 La adopci6n porel jurista de la ya desacreditada teoria de un pueblo miedoso, es contradi-cha por la realidad de un pueblo que ha sabido hacer sobrevivir su nacio-

    * Juris Doctor, Harvard Law School; Maestria en Derecho Civil, Tulane University; Co-fundador del Harvard International Law Journal y Profesor del Centro de Estudios Avanza-dos de Puerto Rico y el Caribe en San Juan.

    1 5 Jost TRIAS MONGE, HISTORIA CONSTITUCIONAL DE PUERTO Rico 45 n.28, 152, 420(1994).

    1 1 Jost TRIAS MONGE, HISTORIA CONSTTUCIONAL DE PUERTO Rico 1 (1980); 4 Jost TRIASMONGE, HISTORIA CONSTITUCIONAL DE PUERTO Rica 5 (1983).

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    nalidad por encima de una elite que si ha sido politicamente medrosa 5En vez de culpar a la clase politica a la que perteneci6 y pertenece, elautor culpa a trav~s de su obra,' a la victima.

    Es de rigor, periodizar los miedos. Qui6n los produce, a qui~n afectan,con qu6 se transmiten, c6mo se superan. Nada de ello hace el autor. Su-perados estAn, como demostraremos.

    Segundo, otra critica fundamental a la obra es que a trav6s de la mismase trata (para infortuna, muy efectivamente) de seftalar una diferencia devisos 6ticos entre derecho y realidad,5 creando una distinci6n entre laconstituci6n "formal" y la constituci6n "real". Esa teoria abre en el lectorla posibilidad de justificar acciones politicas que contradigan los dictadosde la carta constitucional.

    En sintesis, esa teoria trata de justificar precisamente las crasas viola-ciones a los preceptos de derechos civiles y humanos que se cometieron enPuerto Rico desde la creaci6n de las "listas" de separatistas' hasta su de-nuncia pfiblica por la prensa y derogaci6n por inconstitucionalidad a finesde La d6cada de 1980.1 El autor las considera meras "deficiencias". 8 Ese esel enorme y muy grave defecto moral de esta obra.

    Tercero, a trav6s de toda la obra se confunde la cuesti6n del statuspolitico con la cuesti6n del estatuto legal, con s6lo un brevisimo destelloen contrario.9

    Una nueva generaci6n de pensadores puertorriqueflos nos ha recrimi-nado con acierto por este grave error.'0 El status, es decir la relaci6n delpueblo de Puerto Rico con la metr6poli de turno durante mfs de 500aflos, ha cambiado muchas veces, sin que varie el estatuto legal. Nos es-forzaremos en esbozar esos cambios en este ensayo.

    Cuarto, el fundamento te6rico de este texto es que ha existido enPuerto Rico desde tiempos de Espafta, un "liberalismo reformista" que a

    3 JUAN ANGEL SIL9N, HACIA UNA Visi6N POsrrIvA DEL PUERTORRIQUEIo (1970).1 1 ThfAS MONGE, supra nota 2, a las pdgs. 1, 6, 21, 64, 83, 181-182; 4 TRfAS MONGE, supra

    nota 2, a las pigs. 217-18, 251.1 1 TRIAS MONGE, supra nota 2, a las pigs. 21, 35, 43, 65, 72, 109; 2 Jost TRIAs MONGE,

    HISTORIA CONSTITUCIONAL DE PUERTO Rico ix, x, 151, 171, 205 (1981); 3 Jost TRIAs MONGE,HISTORIA CONSTITUCIONAL DE PUERTO Rico 109, 135, 169 (1982), 4 TRIAS MONGE, supra nota2, a la pig. 252.

    6 1 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la pig. 58.Informe sobre discrimen y persecuci6n por razones politicas, 51 REV. COL. As. 1 (1990)

    y 52 REV. COL. AB. 163 (1991).S 3 TRIAS MONGE, supra nota 4, a la pig. 172.

    2 TRIAS MONGE, supra nota 4, a las pigs. 231-32.'0 Juan M. Garcia Passalacqua, Mis A116 de la Angustia: Una Respuesta a los Posmoder-

    nos, 10 CUPEY 153-59 (1993).

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    su vez se ha dividido en "autonomistas y asimilistas","' con grandes dosisde "personalismo". 2 El primer error de esa visi6n es adoptar la especie deque en esta isla no sucedi6 nada antes del siglo XIX. Muy por el contra-rio, antes del nacimiento del liberalismo reformista en nuestro suelo, na-ci6 y se cri6 una afirmaci6n cultural de la "patria" (asi con ese nombre) anivel de masas que data desde el filtimo tercio del siglo XVII, que tuvoexpresi6n no juridica, pero veridica, en la cultura oral de nuestra gente. 18

    A la fecha de la invasi6n norteamericana, el cuadro que presenta el au-tor es uno rural, analfabeta, de economia precaria, con condiciones detrabajo deplorables, impuestos excesivos, atrasado en sus servicios p(Ibli-cos, con un fondo de pavoroso pauperismo,1 ' en fin, un cuadro dedesgracia.

    Esa situaci6n va creando, segin 61, dos tipos de puertorriquefto: el re-signado y d6cil por un lado, y el rebelde y violento, del otro. De nuestrosprimeros cuatro siglos surgi6 un pueblo, "pero un pueblo trigicamentedividido, receloso de la ley, incierto en su destino, marcado por el azotedel coloniae". '5 Eso es falso. Mientras se dividi6 si, la elite, el pueblocreci6 unido, afirmando, en su cultura, su nacionalidad. La invasi6n nor-teamericana es vista como una "sacudida" que afect6 instituciones y valo-res. Otro juicio equivocado. Afect6 si, las instituciones, pero si hay algoque la historiografia reciente 6 ha hecho claro es que los valores de la na-cionalidad -otra vez a nivel de las masas- contrario a las teorias queTrias adopta, sobrevivieron con gran fuerza. Esa fuerza se evidenci6 final-mente en la votaci6n mayoritaria de cincuenta y tres por ciento a favor dela nacionalidad y de la patria en el plebiscito de 1993.

    El error es mis extrafio adn cuando el mismo Trias reconoce que yapara 1929 el ex-presidente Teodoro Roosevelt hijo, reconocia "el fracasodel sueflo imperialista"." En vez de afirmar ese fracaso, esta obra deTrias plantea una visi6n de autonegaci6n, que no hace 6nfasis en la gestade supervivencia de ese mismo pueblo (mfs allA de los d6ciles y los vio-lentos en su elite durante esos cuatro siglos) a nivel de las masas. Ese esel defecto clave de la teoria constitucional de Jos6 Trias Monge.

    Sin embargo, ese juicio injusto estd acompahado, tambi6n desde elprincipio, de otro mfs acertado. Trias plantea que la otra cara de la mo-

    1 TRfAS MONGE, supra nota 2, a las pAgs. 59, 67.12 1 id. a la pfg. 83.18 FRANCISCO LLUCH MORA, LA REBELI6N DE SAN GERMAN (1701-1712) 18 (1987).

    1 TRIAS MONGE, supra nota 2, a las pigs. 2-6.18 1 id. a la p~g. 6.16 Angel L. L6pez Cantos, Caracteristicas del Puertorriqueho desde el siglo XVIII, 10

    CRUZ ANZATA 99 (1987)."7 1 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la ptg. 7.

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    neda ha sido "la indecisi6n metropolitana" 18 sobre qu6 hacer con PuertoRico. Con acierto, sefiala que nunca se ha impartido significado concreto ala teoria de la libre determinaci6n de los puertorriquefios por el gobiernode Estados Unidos.' 9 Pero malinterpreta al hegem6n.

    En ese sentido, esta "historia constitucional", mis que de Puerto Ricoes una historia de Espafia y de Estados Unidos y de su trato constitucio-nal a Puerto Rico. Vista desde esa otra perspectiva, la obra es algo (itil, ytiene redenci6n social.

    II. Los TIEMPOS DE ESPAIRA

    El autor plantea que varias de nuestras instituciones y actitudes deri-van de la 6poca del Derecho Indiano de Espafia. Los poderes omnimodosde los gobernadores espafloles se enfatizan por encima del esquema jur-dicos pero ni siquiera se mencionan las muy efectivas medidas de resis-tencia de la poblaci6n civil, que incluyeron el cimarronaje, el contra-bando, el pasquin, y las mfiltiples rebeliones de esclavos, militares, yciviles durante los cuatro siglos de autoritarismo espafiol (particularmentea partir de la rebeli6n de San German en 1701), disminuyendo otra vez elrol de la poblaci6n y su poder frente a la autoridad.

    Jos6 Trias Monge construye todo un esquema de inevitabilidad ante ladistancia entre derecho y realidad bajo Espafia, haciendo 6nfasis en larepresi6n, en que los gobernadores encarcelan y destierran, censuran yvigilan, y efectivamente reprimen2 1 Este contraste entre derecho y vida,entre la norma juridica y la realidad politica "ejerce profunda influen-cia. . .sobre las actitudes del puertorriquefto hacia la ley y hacia las per-sonas investidas de autoridad".'2 N6tese que en esta pfgina el autor citael Informe del Comit6 del Gobernador para el estudio de los DerechosCiviles de 1959. Dar6 aqui otra perspectiva.

    Va adn mfs lejos. Sin mencionar nunca un acto de resistencia bajo Es-pafla, aduce que el desarrollo politico puertorriquefio fue afectado poresos modos espafioles del derecho como ajeno, con condici6n de mandato,desconfianza en la ley como manipulable, la representaci6n del podercomo algo externo y remoto, la indiferencia al proceso politico, y la ten-dencia a intentar conquistar el favor de la metr6poli.23 Hay, segfin Trias,dos rasgos definitorios del periodo de las Leyes Indianas: el asimilismo yel autonomismo como variantes de un solo movimiento liberal para tras-

    1 id. a las pAgs. 11, 271.1 id. a la pfg. 11.

    10 1 id. a la pfg. 18.1 id. a la pag. 20.1 id. a la pAg. 21.1 id. a la pfg. 22.

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    cender la colonia, que a su vez postula como m~todo el reformismo insti-tucional,24 pero que no hace mella en la coraza de centralizaci6n yautoritarismo2

    Insisto que es esta visi6n de autonegaci6n de la afirmaci6n puertorri-quefia, lo que mfis peligrosamente permea esta obra.

    El constitucionalismo espafiol, si es que asi puede llamarse a la sucesi6nde esfuerzos legales sin base social alguna, recibe la atenci6n del autor. Yotra vez se nos sefiala "la considerable distancia que media entre el orde-namiento juridico y la realidad politica, entre la constituci6n normativa oformal y la constituci6n real o positiva"26 Ello lo lleva a calificar las cons-tituciones como "aspiraciones bdsicas" para "el alivio y quizfs la cura detensiones" en el cuerpo social. 27 Esta absurda concepci6n del rol del cons-titucionalismo en la historia se nos antoja te6ricamente equivocada, y otravez una mera excusa para cubrir con paflos de malva las acciones de graveinconstitucionalidad que se dieron en Puerto Rico entre 1947 y 1957. Esimprescindible cambiar el enfoque.

    El surgimiento de un ideario liberal a partir de 1867 recibe encomiosamenci6n, asi como el origen de los partidos.28 Y se aduce que tambi6ndesde el principio se dividi6 entre asimilistas y autonomistas, ignorandototalmente la existencia del separatismo29 que se menciona no como reali-dad, sino como "acusaci6n" contra los autonomistas.80 Esta visi6n adolecede un desconocimiento del concepto auton6mico en la realidad, en queera, y es, desde su origen hist6rico en Espafia, una forma de separatismo.

    La fundaci6n del Partido Autonomista en 1887 se analiza desde la dis-tinci6n entre la autonomia neta y la descentralizaci6n 3 ' reconociendo im-plicitamente que la meta era separatista, y apunta que la Carta Aut6no-mica va a conceder muchos mis poderes que los pedidos por la elitelocal.32 En ese debate, sefiala con acierto las diferencias entre los hombresde Ponce y los hombres de San Juan," en que estos filtimos advertian quela autonomia vendria de todos modos.3 4

    Aqui Trias se inventa dos teorias c6modas. Primero, la distinci6n entre

    1 id. a la pig. 29.1 id. a la pig. 30.1 id. a la pAg. 35.

    27 1 id." 1 id. a las p[gs. 53-54." 1 id. a la pfg. 59" 1 id. a la pig. 64." 1 id. a la p~g. 76." 1 id. a la phg. 78." 1 id. a la pig. 83." 1 id. a la pfg. 84.

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    el liberalismo "realists" y el liberalismo "doctrinal", 5 que va a tratar derecobrar luego para explicar los aflos de 1950. Segundo, otro precedentepara los hechos de 1950 usando una Ley de Bases espafhola de 1895 comofundamento subliminal para lo que serA en 1950 la Ley 600. Ninguna delas dos relaciones tiene fundamento juridico o hist6rico aguno. En su es-fuerzo se olvida del papel protag6nico del separatista Ram6n EmeterioBentances en el asesinato del Primer Ministro de Espaiha, C~novas delCastillo. Por el contrario, le da papel protag6nico en la concesi6n de laCarta Aut~nomica a Puerto Rico a Estados Unidos. s6

    El estudio por el autor del breve regimen auton6mico es adecuado.Hace notar, con acierto, que en las primeras elecciones reales en la isla,participaron 144,420 votantes3 7 Aduce que en la misma se produjo unalucha ideol6gica entre la elite, mientras a nivel de masas prevaleci6 comocriterio diferenciador el personalismo. Sin embargo, el autor se distrae(como tantas otras veces en el texto) en el anflisis de los textos, de laCarta misma, y no reconoce que la Anica importancia de ese momentohist6rico fue precisamente el sufragio y la elecci6n de un Parlamento In-sular, que inici6 la movilizaci6n de las masas en la historia constitucionalde Puerto Rico.

    III. Los EFECTOS DE LA INVASI6N

    La invasi6n norteamericana de 1898 es vista por el autor muy acertada-mente como parte del inter6s norteamericano en el Caribe.8 Hace 6nfasiscorrecto en la carta de Teodoro Roosevelt a Henry Cabot Lodge para queno accediese a la paz con Espafia antes de la captura de Puerto Rico.3 9Pero la ve motivada esencialmente por razones econ6micas, 0 haciendo6nfasis en la cuesti6n arancelaria. o" Su efecto principal, sefiala con acierto,es la no incorporaci6n de Puerto Rico al cuerpo politico norteamericano."

    Su critica a la ocupaci6n militar que sucede a la invasi6n se limita asefialarla como causante de "barreras de comprensi6n" entre ambos pue-blos. 43 Reconoce como problema fundamental el choque de dos culturas,pero lo limita a un "fondo bab~lico",4 ' sin darle su fundamental impor-tancia. Esa importancia crucial en la verdadera historia constitucional de

    1 id. a la p~g. 88." 1 id. a las pfgs. 104-06.

    1 id. a la pfg. 129.1 id. a las pfgs. 135-37.1 id. a la pfg. 144.

    40 1 id. a la pfg. 151.1 id. a las pigs. 110, 122.1 id. a las pfgs. 152-53, 156.1 id. a las pfgs. 164, 184, 303.1 id. a la pfg. 185.

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    Puerto Rico4 '5 la analizaremos mis adelante en este ensayo.El vistazo a la escena politica local durante la ocupaci6n es acertado.

    En 1899 combaten en la elite, asimilistas y autonomistas, pero el autorreconoce que surge un Partido Obrero Socialista al que se le niega repre-sentaci6n electoral, y que tampoco comparece a las elecciones bajo la LeyForaker."6 El autor concluye que durante el periodo de la ocupaci6n mili-tar "no varia" la escena politica puertorriquefla, 7 lo que contradice suaseveraci6n anterior de la invasi6n como "trauma", y tiende a corroborarnuestra visi6n.

    Trias Monge compra la teoria norteamericana de la masa analfabeta,atemorizada, d6cil y resignada y del invasor bien intencionado pero des-conocedor." Es una especie. Las masas, personalistas, miran hacia Bar-bosa y Mufioz como una unidad. Por eso recurren a Iglesias como otra. Elerror ha sido adjudicar el pro-americanismo de esas masas como anti-in-dependentismo. La divisi6n real, mfs que dentro de la elite liberal refor-mista, es entre elite y masas."9 Lo que al autor le parece "un Puerto Ricoatontado"5 es en realidad una elite atontada, mientras la masa mira ha-cia otro lado, y con su picaresca, busca maneras de sobrevivir.

    El encuentro de las dos culturas"1 es tambi6n el encuentro local de ma-sas y elite. En su texto, el autor se aleja de esa divisi6n interna que noreconoce, y se refugia en un anAlisis del mundo colonial a fines de siglo,usando a los ingleses, franceses, holandeses, y aun a la Ordenanza del No-roeste de los norteamericanos, para alejarse en el preciso momento de larealidad puertorriquefia. Una que, repetimos, confrontaba la dignidad dela elite (que era su jaiberia) con la jaiberia de las masas (que era su digni-dad). Esa fue nuestra verdadera realidad constitucional de entonces.

    El autor analiza con eficiencia el debate norteamericano entre la visi6ncivico-religiosa y la visi6n militar de 1898.2 Ofrece la visi6n de William G.Sumner de la Universidad de Yale, de compararnos con negros e indios.53Y elabora eficientemente el debate Yale-Harvard de esos afios que tantaatenci6n merece hoy.54 Aqui Trias cae en la trampa juridicista criolla decomparar la Ley Foraker con la Carta Auton6mica, un ejercicio innecesa-

    " Vase LEO S. ROWE, THE UNITED STATES AND PORTO Rico; WITH SPECIAL REFERENCE TOTHE PROBLEMS ARISING OUT OF OUR CONTACT WITH THE SPANISH - AMERICAN CIVILIZATION(1904)." 1 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la pig. 181.47 1 id.8 1 id. a la pfg. 182." Vase, JUAN M. GARCIA PASSALACQUA, DIGNIDAD V JAIBERfA (1993)."o 1 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la pfg. 184." 1 id. a la pfg. 185." 1 id. a la pfg. 198." 1 id. a la pfg. 205.

    1 id. a la pfg. 206.

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    rio y redundante, que no tiene relevancia alguna55 porque ignora la cues-ti6n central.

    La Ley Foraker debe ser comparada, no con la Carta Auton6mica, sinocon el tratamiento congresional a los territorios adquiridos por EstadosUnidos antes de Puerto Rico. El autor hace lo propio," pero pierde devista el asunto cardinal. En el momento de aprobar la Ley Foraker, quie-nes ostentaban el poder, en Estados Unidos creian que podian "hacernos"norteamericanos. La cuesti6n central era la aculturaci6n.

    Trias o no lo ye, o lo ignora. La mission civilisatrice, dice con acierto"era clara. Pero luego de plantearla, se aleja de ella sin tratarla, en vez dereconocer la heroicidad de los puertorriquefios violentos y de los puerto-rriqueftos de la diaspora, quienes mantuvieron en alto el estandarte denuestra cultura y nacionalidad frente al intento de destruirla mientrasnuestra elite politica la ignoraba. El autor culpa "a obscuros y pedestres"funcionarios de la metr6poli y a su "supervigilancia", o en alternativa dia-l6ctica a "un Washington ausente", de las barreras de incomprensi6n,conflicto de valores, o ausencia de diflogo eficaz. 8

    No entiende el autor que no podia haber comprensi6n, ni valores enconjunto, ni di~logo eficaz, porque eran imposibles entonces entre una na-cionalidad y un imperio. Comprensi6n, valores compartidos y dihlogo se-rian posibles solamente despu6s de la caida de ese imperio en Vietnam.

    En su anilisis de la Ley Foraker de 1900 hace 6nfasis en la vieja especiede que provey6 un gobierno civil y que "contenia"" numerosas disposicio-nes econ6micas, cuando toda la historiografia seria aduce,1 con raz6n,que dicha ley tenia muy poco de gobierno propio, y fue primero que todo,el basamento econ6mico de la relaci6n entre el pueblo de Puerto Rico yEstados Unidos, que no ha cambiado en un siglo desde entonces. Esteerror es muy grave porque en 6l se fundamentar otra teoria espfirea, deque el siglo ha presenciado una marcha continua hacia el gobierno propio,en vez de significar que realmente ha sido una tacafia resistencia al go-bierno propio de parte de Estados Unidos, mientras a nivel de masas,contra viento y marea, se ha producido si una continua marcha, mediantela cultura, hacia la afirmaci6n nacional.

    Aunque Trias plantea con acierto que de la Ley Foraker se deriva el"falso dilema" entre poderes politicos y ventajas econ6micas, tildfndolo

    1 id. a las pigs. 227-29.1 id. a la pig. 252.1 id. a la pig. 233.1 id. a la pig. 234.1 id. a la pig. 226.

    0 LYMAN JAY GOULD, LA LEY FORAYER; RAICES DE LA POLITICA COLONIAL DE ESTADOS UNI-Dos 55, 62-66, 108-18 (1975).

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    de "mitologia", 61 es irrisoria la alegaci6n de que de la Ley Foraker "deri-van" rasgos definitorios de la relaci6n actual." Los rasgos definitorios dela relaci6n actual son afn los de la legislaci6n territorial que llev6 el nom-bre de la Ley Foraker, y que estA todavia vigente.

    El primer volumen del texto bajo anilisis termina, y el segundo enfa-tiza, la "singularidad" del "experimento" colonial' en Puerto Rico (esaalegada singularidad es otro concepto desechable a base de la universali-dad del colonialismo y sus productos, en los nuevos textos sobre el postco-lonialismo)." Concluye que ha faltado diflogo, 5 lo que nos ha dejadodesde entonces en una "penumbra y limbo" juridicos" en que la "politicaad hoc" de Estados Unidos nos llev6 al "desamparo actual" ' de fines desiglo.

    Como haremos muchas mds veces en este andlisis critico, debemos de-nunciar aqui esta literatura del plaiiido. No se funda una verdadera his-toria constitucional en la triste queja humilde. Se debi6 fundar en laafirmaci6n de la resistencia.

    El texto bajo estudio adjudica la importancia que tienen a los CasosInsulares, decididos por el Tribunal Supremo de Estados Unidos entre1901 y 190568 y al importante debate entre las elites juridicas de Harvardy Yale que les'anteceden."9 Sefiala con acierto el crucial elemento deracismo que conforma las opiniones de la 6poca,70 muy en particular elcaso clave De Lima v. Bidwell,7 1 que establece la distinci6n seminal entreterritorios incorporados (encaminados hacia la estadidad) y no incorpora-dos, sobre la base de una distinci6n cultural y racial.

    Y resefia la divisi6n de los jueces, que inaugura una era de "penumbray limbo",' que durari todo el primer cuarto de siglo de relaci6n entrePuerto Rico y Estados Unidos. Merece destacarse ese hecho. Es decir, losprimeros veinticinco aflos de la relaci6n estuvieron matizados en la eliteboricua por la indefinici6n de la metr6poli, que no daba sefiales claras dequ6 se proponia hacer con la colonia, hasta 1922, desatando a partir deese afio toda una nueva 6poca, con nuevas fuerzas politicas.

    ' 1 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la pig. 229.*, 1 id. a la pig. 227.' 2 TRIAS MONGE, supra nota 4, a las pigs. 110-11.

    Vase, PATRICK WILLIAMS & LAURA CHRISMAN. COLONIAL DISCOURSE AND POST-COLONIALTHEORY (1994).

    " 1 TRIAS MONGE, supra nota 2, a La pig. 234." 1 id. a la pig. 271.6 1 id. a la pig. 303.

    1 id. a la pig. 234 n.1.1 id. a las pigs. 236-42.

    70 1 id. a La pig. 247.7' De Lima v. Bidwell, 182 U.S. 1 (1901).

    1 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la pig. 271.

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    IV. LA RESISTENCIA DE LA NACIONALIDAD

    Ain asi, se produjo prontamente una primera revuelta puertorriqueiacontra la colonia norteamericana, en el Ambito de la no violencia. Es lahuelga legislativa de 1909. El texto no la estudia adecuadamente. Triassefiala, al analizar los comienzos del gobierno civil (alegadamente civil,pues la mayoria de sus personeros respondian a la Marina de Guerra), enlos patrones de asimilismo cultural y gradualismo politico, asi como unmanejo ad hoc de los problemas,73 haciendo 6nfasis en el "desamparo" delpuertorriquefto y en la incomprensi6n. ' Ni una palabra merece en el cie-rre del primer tomo, la resistencia.

    El texto analizado resefia -en el segundo tomo- c6mo entre 1904 y1913 surge con fuerza el independentismo en Puerto Rico,75 incluy~ndosecomo la "base quinta" de la fundaci6n del Partido Uni6n de PuertoRico,76 y un lamado "a las armas" de Rosendo Matienzo Cintr6n en 1906.

    Sin embargo no elabora sobre la huelga legislativa de 1909, que es sumayor expresi6n, y que va a constituir (junto a la visita del Secretario dela Guerra y la resultante Ley Olmstead) el primer cambio importante enel status constitucional de Puerto Rico desde la Ley Foraker. El autoradmite que el evento fue humillante, caus6 resentimiento y tendi6 a radi-calizar nuestra politica,77 pero deja ahi un tema que merece mucho mayoranilisis porque lleva a la fundaci6n por Rosendo Matienzo Cintr6n, LuisLlor~ns Torres y Manuel Zeno Gandia, del primer Partido de la Indepen-dencia 78 en 1911 y al reclamo de la soberania por el Partido Uni6n en1913./

    Es importante significar que unos meses antes del inicio de la PrimeraGuerra Mundial, la elite puertorriquefla y las grandes mayorias electora-les demandaban, sin ambajes, la soberania. Ello lleva al plan del Departa-mento de la Guerra para despojar del voto a aquellos que se oponian a laciudadania norteamericana, y a promover la extensi6n de la misma.80

    Por el contrario, fiel a su teoria del "gradualismo",0' el autor nos lleva ala transici6n de la Ley Foraker a la Ley Jones de 1917.82 Ve la aprobaci6nde la Ley Jones como un entrejuego de instituciones y personalidades,

    73 1 id. a la pig. 285.7, 1 id. a la p~g. 303.75 2 TRfAS MONGE, supra nota 4, a la pig. 38.7" 2 id. a las pigs. 11-12.77 2 id. a la p~g. 25.7a 2 id. a La pfg. 37.71 2 id. a la pfg. 38.80 2 id. a la pfg. 39.81 2 id. a las pigs. 15, 55, 66, 107, 112, 127, 169, 319.s 2 id. a la p~g. 66.

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    complicindola innecesariamente. Su raz6n de ser fue el interns del Depar-tamento de la Guerra norteamericano en el cuadro de la pre-guerra en laregi6n del Caribe.

    Trias de nuevo hace 6nfasis en lo menos importante, el alegado mejora-miento en el gobierno propio,88 y deja de un lado el anilisis de la impor-tante cuesti6n de la ciudadania norteamericana para los puertorriquefios,dictada, como han demostrado todos los mAs recientes estudios,84 por con-sideraciones militares en el Mar Caribe,8 5 para afirmar "su jurisdicci6nsobre la Isla"86 y negarle a Alemania un derecho proveniente de invasi6nde la Isla.

    Desde esa perspectiva metropolitica, es importante anotar que en 1916,cuando se discutia la Ley Jones en el Congreso, el congresista de mayorantigtiedad Horace Towner, propuso conceder amplios poderes de go-bierno propio (a la manera del commonwealth ingles) para lograr que losboricuas abandonasen sus ansias de independencia 8 7 SerA esa mismapersona la que se designe gobernador en 1923, apenas un aflo antes deque entre en escena la alternativa de un "estado libre asociado" promo-vido por la reci6n creada Alianza.

    El Estado Libre Asociado8 8 se propone, pues, por Miguel Guerra Mon-drag6n como acomodo a la persecuci6n abierta de Estados Unidos contrael ideal independentista, 89 y 6se es el prop6sito de su radicaci6n por Phi-llip Campbell en 1922.

    De ahi, a su vez, pasarA al fen6meno de la creaci6n de La Alianza en1924, sin mayor explicaci6n 9 que una alegada uni6n de unionistas socia-listas y republicanos para enviar una Comisi6n a Washington9 en la queel liderato centrista "aceptaba el gradualismo reformista"." Aqui se evi-dencia que la teoria del "gradualismo" del autor no es otra cosa que unahoja de parra para el colonialismo m~s craso. Es una explicaci6n complejapara una realidad mucho mAs sencilla, que tiene su propio nombre. LaAlianza se produce luego del ataque frontal y oficial contra la indepen-dencia por el gobernador Ernest Montgomery Reily en 1921, incluyendola activaci6n en la Isla de un Servicio Secreto,93 y fue una imposici6n de

    83 2 id. a las pags. 88-106." ARTURO MORALES CARRI6N, PUERTO Rico; A POLITICAL & CULTURAL HISTORY 193, 197-99

    (1991).85 2 TRfAS MONGE, supra nota 4, a las pfigs. 36, 39, 47, 66, 77, 110.

    2 id. a la pfg. 47.'7 2 id. a la p~g. 79.

    2 id. a la plg. 118.2 id. a la pfg. 170.2 id. a la p~g. 113.2 id. a la p~g. 123.2 id. a la pfg. 124.2 id. a la p g. 119.

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    Estados Unidos.La sorprendente fundaci6n de La Alianza por Antonio R. Barcel6 y

    Jos6 Tous Soto (tambi6n han demostrado j6venes historiadores)9" fue dic-tada en Washington por el Secretario de la Guerra John W. Weeks, que(reunido aparte con los otros dos partidos) indic6 que temia la elecci6ndel anarquista socialista espahiol Santiago Iglesias Pantin como el primergobernador electo de Puerto Rico en 1932, por razones de seguridadnacional.

    Adolece esta historia constitucional, pues, de no analizar elementos cla-ves de ese acontecer: el 6xito de la huelga legislativa de 1909 en aglutinarlas fuerzas puertorriquefiistas; la concesi6n de la ciudadania norteameri-cana en 1917 como precauci6n a una posible invasi6n de Alemania y suefecto desnacionalizante; la influencia decisiva de los criterios de seguri-dad nacional y naval en el Caribe; y, lo que es mfs importante, el efectofundacional de la decisi6n del caso de Jesfis M. Balzac por el TribunalSupremo de Estados Unidos.

    El texto resefla cuidadosamente Balzac v. People of Porto Rico,9 5 y sudecisi6n undnime de que Estados Unidos no se propuso nunca incorporara Puerto Rico como un territorio encaminado a la admisi6n como unestado.96 Sin embargo, no analiza el impacto enorme que esta tan espe-rada clarificaci6n tuvo en el devenir constitucional de Puerto Rico. Cerra-das las puertas de la anexi6n, es esa decisi6n la que desata la legalizaci6npolitica del independentismo, y IlevarA a la fundaci6n del Partido Nacio-nalista ese mismo aflo. La fundaci6n del Partido Nacionalista es, comoaduce el autor, una respuesta al abandono de la independencia por el Par-tido Uni6n, y tambi6n la respuesta boricua a la decisi6n del Tribunal Su-premo norteamericano de que no vamos a la anexi6n.

    Otra vez, haciendo 6nfasis en la "incomunicaci6n e incomprensi6n", 7 elautor ignora lo positivo del evento, la respuesta boricua a la definici6nnorteamericana. De hecho, en vez de significar el surgimiento del naciona-lismo politico como un factor positivo, Trias escoge significar la aparici6nde la violencia como factor politico98 y no delata el paso norteamericanodel gradualismo a la represi6n.

    Hay otro factor que el autor dibuja sin precisar su impacto: la confron-taci6n entre el Presidente Calvin Coolidge con los dos lideres de LaAlianza con motivo de la visita a la Isla del h6roe norteamericano Charles

    " Nilsa Rivera Col6n, La Alianza: jmpuesta por los Estados Unidos?, en CoNTRoVERSS^SHIST6RICAS - 4 CUADERNOS DEL ATENEO PUERTORRIQUEiO 76 (1995).

    95 258 U.S. 298 (1922)." 2 TRIAS MONGE, supra nota 4, a las pigs. 162-63.", 2 id. a las pfgs. 170-71."8 2 id. a las pAgs. 172-73. Cf. IVONNE ACOSTA, LA PALABRA COMO DELITO (1993).

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    A. Lindbergh en 1928.99 La visita motiva un intercambio de cartas en quela respuesta del presidente norteamericano es tan humillante,' que gati-Ila la formaci6n de un grupo de j6venes que deciden crear una revista quetendri enorme influencia en la historia posterior, Indice. En ella se deba-tirAn la ya prevalente corriente del nacionalismo y una nueva teoria, el"insularismo" de Antonio S. Pedreira, que tendrA efectos nefastos ennuestra elite.

    En 1932 se funda un nuevo partido independentista, el Partido LiberalPuertorriqueflo. Negando la realidad evidente, sin embargo, Trias haceaqui una ex6gesis de lo que llama "la literatura sobre el regimen", tra-tando de exponer un alegado "fermento intelectual" en busca de "nuevasf6rmulas" de gobierno. 0 ' Por otro lado, sefiala con acierto el reconoci-miento por el ex-gobernador Teodoro Roosevelt hijo, del fracaso delsuefio imperialista de 1898.102 Luego de analizar la Ley Jones en acci6n, elautor concluye haciendo otra vez la distinci6n entre la constituci6n formaly la real, resistiendo la utilizaci6n del nombre adecuado, colonialismo.103

    Finalmente, reconoce la crisis del "colonialismo ilustrado" en la d6cadade 1930, en todo un extenso capitulo.10 4

    Sobre este periodo, el autor hace la adecuada distinci6n entre el statusy el estatuto, entre los textos y los hechos sobre la relaci6n con EstadosUnidos.'0 5 Sin embargo, se nos hace dificil entender qu6 de "ilustrado"puede tener el historial de persecuci6n desnacionalizante que se desata enPuerto Rico a partir del surgimiento del nacionalismo en 1922, luego queel Tribunal Supremo nos ha negado inclusi6n en el cuerpo politico de Es-tados Unidos. Hay una explicaci6n.

    El mal llamado "gradualismo" tenia como sustrato la esperanza de laamericanizaci6n de los puertorriquefios. Al abandonarse por los nortea-mericanos esa esperanza de americanizaci6n de nuestras masas luego de lamuy acertada evaluaci6n de Teodoro Roosevelt hijo, se reconoce la exis-tencia de esa nacionalidad como "dinamita en el umbral" de Estados Uni-dos."6 Ejemplo de ese reconocimiento de inasimilabilidad en lo culturales la devoluci6n del nombre propio "Puerto Rico" en vez de "Porto Rico"por el Congreso en 1932, pero en lo politico Estados Unidos acude a partirde entonces a la represi6n brutal de esa nacionalidad.

    o 2 id. a la p~g. 130.100 2 id. a las pdgs. 131-32.'01 2 id. a la pfg. 140.102 2 id. a la pfg. 149.

    2 id. a la p4g. 171.'o, 2 id. a las pfgs. 172-217.'0' 2 id. a la pfg. 172.o' Vase, WENZELL BROWN, DYNAMITE ON OUR DOORSTEP (1938).

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    En uno de sus errores hist6ricos mis graves, Trias sefiala s6lo la "apari-ci6n" de la violencia 10 y el "refuerzo" de la presencia militar estadouni-dense "no necesariamente en consecuencia de lo anterior",'08 como si lamilitarizaci6n fuese efecto, y no la causa de la violencia.

    Al analizar el periodo de 1932 a 1940 se le escapa al autor su signo misdefinitorio: el acceso de las grandes masas analfabetas al sufragio. En losprimeros treinta y cinco afios del siglo, el tracto electoral se habia mante-nido estable en unos 350,000 votantes. Sin embargo, en 1936 la lista deinscritos ha ascendido a 548,000, cifra que se mantiene estable otra vezhasta 1948. Esos nuevos 200,000 votantes rurales y analfabetas cambiarfnla historia, al respaldar a Luis Muioz Matin en 1940.109

    En este momento de su relato, cayendo en el personalismo que critica,Trias introduce las dos figuras cimeras de la politica puertorriquefia: LuisMufloz Marin y Pedro Albizu Campos.1 Las presenta como antag6nicas.9se es otro de sus mayores errores. J6venes intelectuales1" han demos-trado que Mufioz y Albizu fueron ambos expresi6n de un mismo naciona-lismo cultural, en afirmaci6n del cual el primero escogi6 la ruta pacifica yel segundo la ruta violenta. Sus similaridades son mayores que sus dife-rencias, como lo son sus efectos en nuestra historia.

    Trias hace un muy breve recuento de la ola de represi6n metropolitanay de violencia nacionalista que comienza con el intento del anexionismode apoderarse de la bandera nacionalista. Ello leva el 16 de abril de 1932al asalto al Capitolio, al asesinato del Jefe de la Policia, culmina en laMasacre de Ponce en 1937, y termina con el atentado de asesinato contrael juez federal y el gobernador Blanton Winship en 1938.112 Ese sexeniode violencia merece mayor anAlisis.

    Por ejemplo, el autor se olvida totalmente del mis grave fracaso consti-tucional, ignora decir que Pedro Albizu Campos sale absuelto por un ju-rado boricua en su primer juicio por sedici6n, y de que la metr6poli tieneque convocar y "traquetear" un nuevo jurado norteamericano para lograr

    107 2 TRIAS MONGE, supra nota 4, a la pfg. 172.108 2 id. a las pfgs. 173-74.'09 2 id. a la pfg. 259."0 2 id. a las pAgs. 179-83."I Vanse, Silvia Alvarez Curbelo, La conflictividad en el discurso politico de Luis Mu-

    ihoz Marin: 1926-1936; Luis Angel Ferrao, Nacionalismo, hispanismo y &ite intelectual enel Puerto Rico de los aihos treinta; Maria E. Rodriguez Castro, Foro de 1940: Las pasiones ylos intereses se dan la mano; Angel Quintero Rivera, La ideologia populista y la institucio-nalizaci6n universitaria de las ciencias sociales; Mayra Rosario Urrutia, Detrds de la vi-trina: expectativas del Partido Popular Democrdtico y politica exterior norteamericana,1942-1954; James L. Dietz, La reinvenci6n del subdesarrollo: errores fundamentales delproyecto de industrializaci6n; citados en DEL NACIONALISMO AL POPULISMO: CULTURA Y POLI-TICA EN PUERTO Rico 13, 37, 61, 107, 147, 179 (1993).

    1 2 TRIAs MONGE, supra nota 4, a las pfigs. 183-86.

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    una convicci6n. Trias habla meramente de "la remoci6n de Albizu delpais" ' 8 y alega -en una frase terrible- que Albizu "se apag6", como siel hombre se hubiese apagado solo, o por cuenta propia." 4

    La verdad hist6rica es que Albizu fue protagonista de una lucha literal-mente a muerte con Muftoz, y que fue Albizu la victima de una persecu-ci6n feroz que lo llev6 a la muerte, que muchas veces dirigi6 e implement6el mismisimo Jos6 Trias Monge.

    En las pfginas mfs desdorosas de este libro, ocurre una evaluaci6n in-noble del nacionalismo por su verdugo. 15

    Al examinar su importancia, el autor le adscribe al nacionalismo escasoprofesionalismo, organizaci6n rudimentaria, un concepto primitivo de laviolencia, una base estrecha, una aristocracia desdefiosa de la masa, pobreplanificaci6n, y personalismo.11 Luego de este rosario de criticas, sin em-bargo, Trias no puede negar la importancia del movimiento politico, reco-nociendo que el mismo afectaria "de modo significativo y complejo nues-tro quehacer politico".1' Pero por otro lado, concluye con dos falsedades:que el nacionalismo le hizo grave dafto a la causa independentista, y queinfluy6 en la reorientaci6n del pensamiento de Luis Mufioz Matin en1936.118 Lo primero es falso porque el momento ilgido del independen-tismo en Puerto Rico es precisamente el periodo entre 1940 y 1946, comosucesi6n y efecto del via crucis nacionalista. Lo segundo es falso porque,contrario a la historia oficial, como veremos, Muftoz esconde su idearioindependentista luego de ser derrotado tres veces por Rexford Tugwell yHarry Truman en 1946, nunca antes.

    Baste sefialar por ahora que al fundarse Acci6n Social Independentistay luego el Partido Liberal Neto, Mufioz insisti6 en demandar la indepen-dencia inmediata, y como preferencia en el programa politico del PartidoPopular en 1940.119

    Trias admite que la politica colonial de Estados Unidos cobra en esa6poca "una nueva conciencia" de los problemas puertorriquefios,20 perole niega al nacionalismo su gesta de ser precisamente el gatillazo de esaatenci6n, aunque le reconoce haber insertado en la relaci6n con EstadosUnidos la opci6n violenta, que llama eufemisticamente, "acci6n di-recta", 2 ' y que es la que siempre ha recibido atenci6n.

    8 2 id. a la pig. 185.114 2 id. a la phg. 188."1 2 id. a las pfgs. 182-90."o 2 id. a las pags. 187-88.

    2 id. a la pfg. 188."8 2 id.". 2 id. a las pfgs. 188-89.120 2 id. a la pfg. 190."' 2 id.

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    En contrario, reitera la especie de que Franklin Delano Roosevelt de-mostr6 "desinter6s" en Puerto Rico. 2 2 Ello coincide con la imagen deRoosevelt en la historia oficial como benefactor mediante el Nuevo Trato.Fue al rev~s. Primero que todo, Roosevelt disefia en el seno de su propiogabinete el operativo del Proyecto Tydings de independencia para ame-drentar al pueblo de Puerto Rico. 2 ' Segundo, impone la enseflanza eningles en las escuelas nuevamente, como medida para acelerar la america-nizaci6n.124 Tercero, coloca al Departamento de la Guerra a estudiar laposibilidad de un status de "Dominio" a la inglesa en vez de la indepen-dencia, para Puerto Rico. Cuarto, envia a Rexford Guy Tugwell -segfinla propia admisi6n de 6ste en sus memorias- 12 5 para desmantelar el sen-timiento independentista y asegurarse la lealtad de los habitantes a lasnuevas bases militares y navales. Quinto, reforz6 extraordinariamente lamilitarizaci6n de Puerto Rico, " 6 nombrando gobernadores al GeneralBlanton Winship y al Almirante William D. Leahy.12 7 Finalmente, esa es-trategia norteamericana tenia como eje central la sustituci6n por RexfordTugwell del fuerte liderato intermedio independentista en el reci~n fun-dado Partido Popular Democritico por un cadre de j6venes tecn6cratas"desradicalizados" educados en universidades norteamericanas,"2 ' de loscuales Trias mismo era uno.1 9

    El texto de Trias Monge examina los eventos en el Congreso y en lostribunales federales entre 1933 y 1940, haciendo 6nfasis correcto en las"bizantinas discusiones" juridicas que entonces y a~ln ahora han lastradoel entendimiento de nuestra historia constitucional.3 0 Sefiala tambi6n conacierto que, mientras eso ocurria en nuestra elite, la metr6poli comienzala etapa de uso de fondos federales dirigidos a las masas puertorriqueftas:obras pfiblicas y carreteras, viviendas, educaci6n, conservaci6n de suelos,y los programas de la Puerto Rico Reconstruction Administration(PRRA) y la Puerto Rico Emergency Relief Administration (PRERA),entre otros.12 '

    Tambi6n sefiala acertadamente el autor c6mo la metr6poli inicia unapolitica para "forzar" a la elite politica local a promover la inserci6n delas masas en el proceso politico y la protecci6n de sus votos mediante el

    122 2 id. a la pig. 194.123 2 id.124 2 id. a la pfig. 195.125 Vase REXFORD G. TUGWELL, THE STRICKEN LAND: THE STORY OF PUERTO Rico (1947).120 2 TRIAS MONGE, supra nota 4, a la pfg. 197.127 2 id. a la pAg. 217.118 2 id. a las prgs. 268, 271.119 2 id. a la pAg. 272 n.13.130 2 id. a la p~g. 231."32 2 id. a las pfigs. 219, 224.

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    colegio cerrado. 18 Es en ese contexto -que evidencia la estrategia metro-politana de pasarle por encima a la elite favorecedora de la independenciay comunicar a la metr6poli directamente con la masa- que se radica elinfame Bill Tydings de independencia punitiva en 1936, junto a otro pro-yecto, quizis mis importante pero olvidado, de reforma electoral, paramovilizar a las masas que creen anti-independencia.

    Ha sido mucha la mitologia en la historia oficial de este evento, princi-palmente adjudicando el Bill Tydings al deseo de venganza del senadorpor el asesinato del Jefe de la Policia Insular por los nacionalistas y laimportancia de la oposici6n de Luis Muhoz Marin al proyecto, como ra-z6n de su fracaso.

    Esta especie ha ocultado la mucho mis siniestra determinaci6n metro-politana: amenazar a las masas con el cese de los programas de ayuda,acabar los pr6stamos, cesar las asignaciones de fondos piblicos, imponertarifas a los productos, derogar prospectivamente la ciudadania ameri-cana. Todo ello con el solo prop6sito de amedrentar a los 200,000 nuevoselectores que se inscribirian para las elecciones de 1936, transportados enmasa para hacerlo en vehiculos de la PRERA.

    Desnacionalizaci6n, juridizaci6n, mantengo social y masificaci6n analfa-beta son cuatro estrategias metropolitanas para detener el avance inde-pendentista ante la crisis colonial.

    Sin embargo, la metr6poli se levaria una sorpresa: el proyecto de inde-pendencia punitiva fue recibido con aceptaci6n por la elite politica(incluso el lider anexionista Rafael Martinez Nadal), principalmente porla juventud del Partido Liberal, entre ellos, Gilberto Concepci6n de Gra-cia, Ernesto Ramos Antonini y Victor Guti6rrez Franqui, que fundaron elFrente Unido Pro Constituci6n de la Repfiblica."I

    Al evaluar el periodo en cuesti6n, Trias contradice la evidencia presen-tada por 6l mismo al alegar "desinter~s" del Congreso, cuando es precisa-mente el Congreso el que se utiliza (hay que admitir que efectivamente)por la administraci6n de Roosevelt para en efecto chantajear a la lite bo-ricua contra la independencia. Pero con acierto, sefiala que la diferenciafundamental entre las Filipinas (a las que se les promete en ese momentola independencia) y Puerto Rico era el papel medular que nuestra islatenia en las consideraciones de seguridad nacional militar de EstadosUnidos, que llevan a una politica clara (y no ad hoc como aduce Trias) de"acallar la demanda de independencia o invitar a su repudio".1" A eso nopuede llamirsele, como hace Trias, "colonialismo ilustrado".3 6

    10, 2 id. a las pfgs. 224-25."s 2 id. a la pfg. 228.1 2 id. a las pAgs. 235-36, 238.1 2 id. a la pfig. 239.

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    Ante el respaldo a la independencia y la evidente probabilidad de suaceptaci6n aun con medidas punitivas, la administraci6n de Franklin De-lano Roosevelt abandon6 el proyecto de ley que la ofrecia. 186 La lecci6nles obligaria a desarrollar una nueva estrategia de tres puntos. No son la"inacci6n" y el "gradualismo" que alega el autor, 187 sino: la seducci6n delas masas mediante programas de ayuda econ6mica, la violaci6n de lavieja elite mediante la represi6n descarnada del independentismo, y lapenetraci6n de la juventud de la elite para mediatizar su ideologia, prefi-riendo j6venes tecn6cratas.

    Esa sustituci6n de politicos por tecn6cratas en la elite, dictada por lametr6poli, fue crucial en los pr6ximos afios.

    V. LA ERA DE MUfROZ

    El texto resefiado sefiala con acierto la expansi6n del tracto electoral yla atenci6n a ese sector, como un factor clave en el advenimiento de laEra de Luis Mufloz Marin.18 8

    La fundaci6n y hegemonia del Partido Popular Democrftico entre 1938y 1968 merece una historia aparte. Sin embargo, Trias intenta unas apro-ximaciones a la misma que merecen anlisis.

    Esa historia se retrotrae al surgimiento de una juventud lidereada porLuis Mufioz Marin, Ernesto Ramos Antonini y Victor Gutierrez Franquien el Partido Liberal, que culmina en la fundaci6n de Acci6n Social Inde-pendentista (ASI) en 1936.135 Perdidas las elecciones de ese aho, Muflozconsigue que se radique en el Congreso un proyecto de independencia congarantias econ6micas y reclama el liderato de los liberales, siendo expul-sado en Naranjales. De ahi se funda la semilla de lo que ser& el PartidoPopular DemocrAtico.

    Trias no aporta nada nuevo a esa historia, pero sefiala con acierto queese partido "fue en efecto la rebeli6n de una nueva generaci6n". 140 Hacefalta en la historiografia boricua, para una explicaci6n de mayor enverga-dura, la resefia de los viajes de Luis Mufioz Marin a los campos de la islaentre el 14 de julio de 1938 y el 11 de agosto de 1939, en que logra educary movilizar a los 200,000 analfabetas "agregados" que iniciaban su cursoen la historia. ' I

    Antes de la sorprendente victoria de 1940, Trias se pregunta c6mo y por

    2 id. a la p~g. 235.137 2 id. a la pALg. 237.

    2 id. a las pigs. 173, 259.139 2 id. a la pig. 250.140 2 id. a la pfg. 252.

    2 id. a las pfgs. 253-54.

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  • LA FALSEDAD DEL CANON

    qu6 en el breve plazo de dos afios a partir de la fundaci6n del partido sedetuvo su propaganda independentista y se declar6 el status fuera de con-troversia.4 2 En ello ignora el fundamental rol del Almirante William D.Leahy, que afin no se ha documentado suficientemente.' 8

    Trias cae en la mitologia anecd6tica al explicar el alegado cambio ideo-l6gico del Partido Popular,1 4' inclusive a base de la especie sobre el jibaro"sabio", Nicanor Guerra que le tenia miedo a la independencia.14' En1940 no hay ningin cambio ideol6gico, sino un silencio impuesto por Es-tados Unidos. Se acaba de iniciar la Segunda Guerra Mundial, y se pos-pone el asunto hasta despu~s de la guerra como condici6n de la metr6polipara permitir el acceso al poder de la nueva elite. 14 6

    En esta transformaci6n fundamental del status tiene rol protag6nico,como ya hemos sefialado, Rexford G. Tugwell, a quien Trias le dedica uncapitulo."7 Examina su tratamiento del problema econ6mico, la reorgani-zaci6n del gobierno y la cuesti6n del status, admitiendo como elementosfundamentales la "desradicalizaci6n" del joven liderato del Partido Popu-lar, el intento de "mayor homogeneidad de valores" entre la sociedadpuertorriquefla y la norteamericana, 4 8 su influencia en convencer al lide-rato de buscar una "tercera via" de status,1 49 y en la traslaci6n populistahacia el centro. 150 Todo ello, en aras de la importancia militar estrat6gicade la Isla y la necesidad de retener el control de la misma.151

    Entre 1943 y 1945 ocurre el desgaje del sector independentista del Par-tido Popular. En 1943, con el apoyo explicito de Mufloz, se celebra elCongreso Por-Independencia. Luego de la victoria arrolladora del popu-lismo en 1944, se celebra el segundo Congreso. A principios de 1945 Mu-floz decreta la incompatibilidad entre ser popular y ser miembro del Con-greso. Para contrarrestar la fiebre independentista, hace aprobar en laAsamblea Legislativa una resoluci6n solicitando que se aplique a PuertoRico el principio de libre determinaci6n de la Carta del Atl _ntico.

    Entre enero y mayo de 1945, como respuesta a la agitaci6n independen-tista, se discute en el Congreso un tercer Bill Tydings de independencia.Mufioz consigue, en respuesta, la radicaci6n de un proyecto para la cele-

    14' 2 id. a la p~g. 260.143 Hay otros indicios en 2 id. a las pfgs. 268, 272, 277. V~ase adems, JORGE RODRfGUEZ

    BERUFF, PUERTO RICO AT THE OUSET OF THE SECOND WORLD WAR: STRATEGIC INTERESTS, CO-LONIAL POLICY AND INTERNAL POLITICS (1995).

    2 TRIAS MONGE, supra nota 4, a las pfgs. 260, 263-64."4 2 id. a la pfg. 263.

    Trias lo admite como "otro" factor. 2 id. a la pfg. 264.147 2 id. a las pfgs. 266-71.148 2 id. a la pfg. 268.149 2 id. a la pfg. 277.,6o 2 id. a la p~g. 279.'8, 2 id. a la pfg. 293.

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    braci6n de una consulta sobre tres f6rmulas politicas, afiadiendo a las dostradicionales, el "dominio" o autonomia,152 que s6lo diferia de la indepen-dencia en la retenci6n de la ciudadania estadounidense. El proyecto fuerespaldado por el Presidente en 1945, pero muri6 sin siquiera celebrarsevistas p~iblicas. En ese momento, a partir del 21 de febrero de 1946, elPartido Popular se juega sus iltimas fichas de reclamo ante EstadosUnidos. " -

    Contrario a lo aducido por Trias,'" no hay cambio ideol6gico, sino tresderrotas simultfneas que sufren Mufioz y el liderato intermedio del par-tido luego de terminar la guerra, en 1946: el fracaso del proyecto del espa-hiol como idioma oficial, el veto al proyecto de plebiscito sobre indepen-dencia y el veto al proyecto sobre el gobernador electivo. Luego deamenazar a Mufioz con ponerlo en prisi6n, todos los vetos son refrenda-dos por un veto del Presidente Harry S. Truman.1 5 5 Estos hechos, entrefebrero y junio de ese afo, constituyen la filtima batalla de Mufloz por laindependencia. La mayoria del liderato independentista en el populismosigue a Gilberto Concepci6n de Gracia a fundar un PartidoIndependentista.

    Trias admite que a partir del verano de 1946, el liderato populista "sedio por vencido" y comenz6 a buscar acomodos, "perdida por Mufloz todaesperanza".' 56 Antonio Fern6s Isern y Abe Fortas se dedicarfn a partir deentonces a producir un gobernador electivo para Puerto Rico en las elec-ciones de 1948, con un estilo de presentaci6n ante el Congreso de tipo"gradualista" que Trias critica con acierto.1 5 7

    De ahi en adelante se darA una pugna permanente dentro del PartidoPopular entre dos sectores remanentes: asimilistas y autonomistas, 158 unconflicto que, como veremos, fue mucho mfs de sustancia que de "estilo"como alega Trias, 15 y que dictar la historia politica del resto del sigloxx.

    VI. LA OPCI6N ESTADOLIBRISTA

    Expulsado el sector independentista, entronizados los j6venes tecn6cra-tas de inclinaci6n anexionista,"6' qued6 en manos del Dr. Antonio Fern6s

    2 id. a la pfg. 305.'. 2 id. a las pfgs. 311-12.14 3 TRIAS MONGE, supra nota 4, a las pfgs. 5, 12.

    2 TRIAS MONGE, supra nota 4, a las pfgs. 312-14. MANUEL DE HEREDIA, Luis MuAozMARIN: BIOGRAFIA ABIERTA 231-35 (1973).

    110 2 TRIAS MONGE, supra nota 4, a la p~g. 314.117 2 id. a las pfgs. 325-26.1 2 id. a las pfgs. 324-25.

    2 id. a la p~g. 326."0 Entre otros esten Teodoro Moscoso, Sol Luis Descartes, Rafael Pic6 y Jaime Benitez.

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  • LA FALSEDAD DEL CANONIsern la lucha por un status de "dominio" dentro del Partido PopularDemocr~tico. Entramos ahora en la historia de la creaci6n del Estado Li-bre Asociado.

    Es grave, e inexplicable, el reiterado intento de Trias de minimizar ocriticar la egregia figura autonomista de Antonio Fern6s Isern.'1" Mien-tras tanto, guarda silencio total sobre su propio rol protag6nico en esta-blecer en la isla el r6gimen persecutorio de "la mordaza '1 62 y de la repre-si6n nacionalista1" como si 61 nada hubiese tenido que ver. Lo (Inico queadmite es su rol en la decisi6n hecha a partir de 1948, de abandonar lateoria de que la f6rmula auton6mica mantenia las puertas abiertas a lasotras dos, y comenzar a "atacar" a las dos f6rmulas tradicionales.16

    El tercer tomo de su Historia Constitucional constituye la principalcontribuci6n del autor a esta disciplina, pues examina con dedicaci6n ycuidado el r6cord en la formulacifn del texto constitucional,' 5 siendo es-tas casi doscientas piginas las finicas en que parece liberarse de su parti-dismo, y convirti6ndose en fuente itil para futuros litigios de cuestionesconstitucionales, la funci6n que debi6 tener el texto.

    El testimonio de Jos6 Trias Monge sobre el proceso de creaci6n delEstado Libre Asociado es valioso. El mismo lo llama "angustioso" y "conlimitaciones". 66 Sin embargo, hay que tomar ese testimonio con un granode sal, y expurgar la especie, abonando otra visi6n alterna, usando su pro-pio texto.

    El problema fundamental en la creaci6n de la condici6n politica estado-librista fue lo que hemos Hamado en otros escritos el malentendidomdximo factible entre Estados Unidos y Puerto Rico.

    Abe Fortas y Jos6 Trias Monge son los responsables de ese malenten-dido, pues el autor admite1 67 que fueron ellos los que se dieron a insertaren la legislaci6n de bases, la peregrina frase in the nature of a compactpara definir la relaci6n. Y de la decisi6n de no discutir y aclarar el asuntodurante el proceso de aprobaci6n de la Ley de Bases y de Ia Constituci6nde Puerto Rico.168 Los norteamericanos tuvieron una visi6n completa-mente distinta a la de los puertorriqueflos. 69

    REXFORD G. TUOWELL, THE STRICKEN LAND 472-73 (1947).161 3 TRIAS MONGE, supra nota 4, a las pfgs. 9-10, 17, 25, 33, 36, 54, 56, 246, 252, 293.'n 3 id. a las pigs. 15, 78. Vase, IVONNE ACOSTA, LA MORDAZA (1987).

    3 TAS MONGE, supra nota 4, a las pigs. 59, 172.3 id. a Is plig. 13.168 3 id. a las pfgs. 81-269.1 3 id. a Ia pfig. xii.16" 3 id. a la pfg. 32.14 3 id. a la pfg. 51.109 3 id. a la pfg. 284.

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    Ese malentendido fue lo que llev6 a la creaci6n de lo que Trias mismoadmite fue "la endeble criatura que naci6 de parto tan doloroso", 1 0 unaConstituci6n que, muy a pesar de la timidez de sus creadores, se ha con-vertido a nivel de masas en un documento fundacional de su nacionali-dad, como lo demuestra la derrota del intento de alterarla en el refer6n-dum de 1994.

    Trias adopta la falaz teoria del "viraje ideol6gico del Partido Popu-lar"'" como si hubiese sido el partido en si, y Luis Mufloz Matin, el quelo hubiese sufrido.

    El alegado viraje no fue otra cosa que una imposici6n de Estados Uni-dos, brillantemente diseflada y orquestada, y Muftoz no abandon6, niantes ni entonces, sus esfuerzos por producir una asociaci6n soberanacon Estados Unidos, como veremos en el testimonio del mismisimo autor,en los voltsmenes posteriores.

    Es a Antonio Fern6s Isern a quien le corresponde haber disefiado, entre1946 y 1948, la nueva f6rmula 7 2 con mayores poderes que los de unestado de Estados Unidos." 8 El error de las elecciones de 1948 fue que envez de denunciar la colonia y buscar una alianza de autonomistas e inde-pendentistas contra el anexionismo, a instancia admitida de Trias, se opt6por atacar al independentismo 1 7 4 y negar la existencia del colonialismo. 7 5

    La Guerra Fria, a la que el autor llama con eufemismo "el ambiente en1949' ' 7 impuso sus reglas.

    En ese contexto, se comenz6 a elaborar una "Ley de Bases" para larelaci6n con Estados Unidos. Hay que preguntarse cuhl fue el prop6sitode Fortas y Trias al introducir en los textos de Fern6s el concepto de inthe nature of a compact. iFue en realidad para dignificar la relaci6n confrase tan ambigua, o el verdadero prop6sito fue impedir una declaraci6nunilateral de independencia por Puerto Rico? El autor calla. Pero de he-cho, ambos impusieron en el borrador el requisito de aprobaci6n por elPresidente y el Congreso, segn admite Trias.'"7

    El historial legislativo de la Ley de Bases, segfm el mismo Trias pruebauna y otra vez, demuestra que el Congreso nunca consider6 la bilaterali-dad de un pacto, sino unas enmiendas a la condici6n de territorio no in-corporado de Puerto Rico bajo la clfusula territorial de la Constituci6n de

    170 3 id. a la pig. 312.171 3 id. a la pfg. 1.171 3 id. a la pfg. 6."' 3 id. a la pfig. 10.174 3 id. a las pfgs. 11-13.17' 3 id. a la pag. 21.17' 3 id. a la pfig. 22.

    77 3 id. a las pfgs. 33, 52.

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    Estados Unidos, que no se alteraba en lo absoluto.17 8El refer6ndum sobre la Ley de Bases llev6 a la revuelta nacionalista.

    Sobre 6sta, el autor se limita a indicar que hubo 28 muertos, 49 heridos, y"hubo un alto ndimero de arrestos en masa", y "otros excesos", 7 olvi-dando que los de 1954 los orden6 6l mismo, admisi6n que hizo afios des-pu6s en vista pfiblica de la Comisi6n de Derechos Civiles de Puerto Rico,indicando "toda la culpa cae sobre mis hombros". 180 Esa admisi6n lo hu-biese dignificado, de haberse incluido en esta parte de la historia consti-tucional de su autoria.

    Los capitulos sobre la Convenci6n Constituyente de 1950 son 6itiles, enlo referente a los manejos internos de la misma. Dice Trias que "(e)s du-rante la campafha para la elecci6n de delegados a la Convenci6n Constitu-yente que curiosamente se enjuicia a Albizu Campos por alegadas viola-ciones a la Ley 53 de 1948, una de las Ilamadas leyes de la mordaza yequivalente local de la Ley Smith para castigar intentos de subvertir elgobierno".'O Curiosamente, dice. Ya esto raya del ocultamiento alcinismo.

    Terminado el proceso de redacci6n de la Constituci6n, Trias nos ofreceuna admisi6n importante. Luis Mufhoz Matin "nunca se satisfizo con loentonces logrado", 82 cosa de la que puede ser testigo estrella, el autor deeste anilisis critico. 183

    El proceso de ratificaci6n por el Congreso ocupa otro capitulo en el ter-cer volumen. En este proceso se hace evidente la distancia entre las dosvisiones, la local y la metropolitana, entre la teoria del pacto bilateral visa vis la teoria del consentimiento colonial,1 8 4 tema sobre el cual "[no] seinclin6, sin embargo, Muftoz a hablar con todas sus letras"1 65 pero sobre elcual los norteamericanos fueron claros;86 dos visiones que a falta de clari-ficaci6n, nos persiguen afn, pero estAn a punto de resolverse, a fin desiglo.

    Sobre este punto crucial, pasa Trias en el cuarto tomo de su Historia

    "7 3 id. a las pfgs. 43, 46, 50-51.3 id. a la pfg. 59.

    18o Informe sobre discrimen y persecuci6n por razones politicas: la prdctica gubernamen-tal de mantener listas, ficheros y expedientes de ciudadanos por razbn de su ideologiapolitica, 51 REV. COL. AB. P.R. 1, 1-58 (1990).

    181 3 TRIAS MONGE, supra nota 4, a la p~g. 78.18 3 id. a la pfg. 268.188 Juan M. Garcia Passalacqua, Memories in honor of the patriarch, THE SAN JUAN STAR,

    Feb. 18, 1996, a la pig. 113; Juan M. Garcia Passalacqua, What would Muftoz Matin havesaid?, THE SAN JUAN STAR, Feb. 11, 1996, a la pig. 101.

    3 TRfAS MONGE, supra nota 4, a la p~g. 271.8 3 id. a la pig. 280.

    188 3 id. a las pAgs. 283-85.

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    Constitucional a la "pesadilla" del caso de Puerto Rico ante la Organiza-ci6n de las Naciones Unidas (ONU).9 7 En ese proceso, para obtener quePuerto Rico fuese excluido de la lista de territorios sin gobierno propio,Estados Unidos hizo alarde de la existencia de un pacto bilateral entrePuerto Rico y Estados Unidos en el record pfiblico de Naciones Unidas.

    La descripci6n de Trias no dilucida qui6n decidi6 solicitar de la ONU elretiro de la lista:'8 ,Estados Unidos o Puerto Rico? Elabora con precisi6nla lucha por determinar si la isla habia dejado de ser un territorio de Es-tados Unidos. Los puertorriquefios insistieron en que se contestasen pre-guntas claves.189 Nunca se logr6. Estados Unidos se sorprendi6 de la im-portancia e intensidad del debate. 190 La Embajadora de Estados Unidosaleg6 la existencia de "un pacto bilateral de asociacifn",119 que luego senegaria. s

    En medio de ese debate se produce uno de los episodios mis interesan-tes de la historia constitucional nuestra. El Embajador Henry CabotLodge ley6 una oferta "a nombre del Presidente" de mayor o total inde-pendencia para Puerto Rico. 9" Documentos declasificados reciente-mente'" revelan c6mo esa oferta fue producto de una improvisaci6n delEmbajador sin el debido estudio o compromiso de los poderes que corres-pondian, en Washington, pero una en que insistirian por unos aflos mks(hasta el advenimiento de la revoluci6n cubana) los mfe altos niveles dela Casa Blanca.

    A esa oferta respondi6 la Asamblea Legislativa de Puerto Rico con unaresoluci6n que es galimatias que afn hoy desdice de nosotros, causadasegin el autor por la "deprimente" caracteristica del Partido Popular deacercarse en su ret6rica al otro partido mis fuerte.1 95

    Es de gran importancia sefialar aqui la admisi6n de Trias de que losdocumentos sobre la fundamental "contradicci6n" privada entre la teoriaboricua del pacto bilateral y la teoria metropolitana de la colonia por con-sentimiento, se han "extraviado".1 6 Pero, son varias las admisiones de las

    197 4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a las pigs. 9-10, 122.4 id. a las pigs. 9, 51.

    189 4 id. a la pfg. 19.190 4 id. a La pig. 43.191 4 id. a la pig. 45.191 4 id. a la pig. 46.

    4 id. a la pig. 53.'" "It would also do no harm to hint at the almost certain honor which would attach

    itself to Governor Mufioz should he become the first President of Puerto Rico". Letter toHonorable Henry Cabot Lodge, Jr., from Mason Sears, Delegate to the United Nations,January 8, 1954, Classified-Top Secret, Declassified March 25, 1992. Secret. Dwight D. Ei-senhower File.

    199 4 TRIAs MONGE, supra nota 2, a las pigs. 71-72.' 4 id. a la pig. 14 n.17. EstAn en posesi6n de este autor.

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    "diferencias" y el "abismo" entre Puerto Rico y los Estados Unidos en elcaso ante Naciones Unidas. 19 7 El Congreso, admite tambi6n, nunca hacumplido lo dicho ante la ONU. 1" Esa grave contradicci6n que obra aflnen los archivos extraviados, dej6 a Mufloz "desinteresado, sombrio y ape-sadumbrado". 1" Ante la "inocencia paradisiaca" de los puertorrique-filos,2 0 0 queda solamente ahora, segfin el propio autor, que hable el Con-greso. '0 Por fin, lo hizo el 6 de marzo de 1996."22

    En este cuarto tomo entra el autor en los esfuerzos por revisar la rela-ci6n a partir del momento mismo de su creaci6n.

    Habia una "profunda insatisfacci6n" con lo alcanzado, y eso se le ocult6a Puerto Rico.'08 En privado, se discuti6 si la relaci6n debia revisarse deforma fundamental o progresiva. Aqui se olvida el autor de otro cambiofundamental en el status, la extensi6n a Puerto Rico de la Ley de SeguroSocial de Estados Unidos, que motiv6 un gran debate en el seno del Par-tido Popular y que ha tenido serios efectos subsiguientes. Se radic6 en elCongreso un proyecto "cosm6tico" en 1953,101 que se abandon6, cayendo,segfin Trias, en una "parAlisis" 2 5 en lo relacionado al status politico dePuerto Rico, entre 1954 y 1958. Queda sin dilucidar en el texto la raz6n orazones para esa "parflisis" de un cuatrenio ante el Congreso. Pudo habersido, sugiere Trias, motivada por el ataque nacionalista al Congreso en1954,1" o por el resurgir del anexionismo en las elecciones de 1956,1" opor el advenimiento del macartismo en Estados Unidos,'208 o por la "tri-secci6n" de la elite local entre independentistas, estadistas y estadolibris-tas,209 o por la admisi6n como estados de Alaska y Hawaii,210 o una com-binaci6n de algunas o todas ellas.

    El hecho es que esa parlisis politica temporal fue seguida en elpr6ximo sexenio, entre 1958 y 1964, de importantes acontecimientos en larelaci6n de Puerto Rico y Estados Unidos.

    10 4 id. a las pfgs. 18-19, 22, 122.4 id. a las pfgs. 18-19, 22, 122, 43, 46, 57, 116.

    " 4 id. a la pfg. 56.'*0 4 id. a la plg. 51.201 4 id. a la p~g. 59.**' SAN JUAN STAR, March 7,1996, a las pfgs. 1 y 3.203 4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a las p~gs. 62, 69.204 4 id. a las pigs. 60-61, 73.205 4 id. a la pig. 74.2" 4 id.207 4 id. a la pfig. 97.'01 4 id. a la pfg. 82."09 4 id. a las pigs. 122-25."'o 4 id. a la pig. 100.

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    VII. LA AFIRMACI6N DE LA NACIONALIDAD

    La explicaci6n es que no hubo tal par61isis, sino un gran secreto. Esquizis perdonable, por no haber tenido acceso a los documentos mis im-portantes de aquella 6poca, que esta Historia Constitucional adolezca deuna gravisima omisi6n.2 1'

    La elite populista puede haber caido en la "parf1isis" que sefiala Trias,pero otros se ocuparon de Ilamar la atenci6n al problema. El ataque alCongreso en 1954 por cuatro nacionalistas lidereados por Lolita Lebr6n einspirados por Pedro Albizu Campos, muy decididamente movi6 a la CasaBlanca sobre Puerto Rico. Trias ignora este hecho hist6rico, excepto paradecir que "pes6 aparentemente" en la decisi6n de Mufioz de no tomarle lapalabra a Eisenhower ni impulsar un nuevo convenio.12 La verdadera ra-z6n es que Mufioz sabia que cualquier nuevo impulso podia resultar enque Estados Unidos decidiese "empujar" hacia la independencia a PuertoRico.21 s

    J6venes acad6micos han descubierto documentaci6n norteamericanahasta hace pocos afios clasificada que prueba que, a los niveles mfs altosde seguridad nacional de Estados Unidos, en el gabinete del PresidenteDwight D. Eisenhower, se consider6 seriamente ese afho, como respuestaal ataque, conceder la independencia a Puerto Rico y convencer a LuisMufloz Matin de ser el primer Presidente de la Repiblica de PuertoRico.214

    El autor de este anflisis critico puede dar fe personal de que ese hechoocurri6, y de que fuentes muy allegadas a Mufioz me han corroborado eseofrecimiento formal y secreto de 1954, a pesar de que Trias creia que "noquedaba rastro".21 3

    En este momento crucial, Luis Muftoz Matin reafirm su teoria de"asociaci6n por convenio" 1 6 y rechaz6 la oferta de independencia de Es-tados Unidos; pero bajo el liderato de Roberto Sinchez Vilella y ArturoMorales Carrin 217 inici6 la internacionalizaci~n "a la inglesa" (es decir,mediante actuaciones en vez de documentos constitucionales) de Puerto

    311 JUAN M. GARCIA PASSALACQUA, UNA GUERRA CIVIL EN LA CONCIENCIA: VISI6N DE LuisMuRoz MARIN, PRONTUARIO CENTRO DE ESTUDIOs AVANZADOS DE PUERTO Rico Y DEL CARIBE,MULTIGRAFIADO 164 (1996).

    4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la pAg. 74."t 4 id. a las pigs. 89, 91, 97-98.114 RONALD FERNANDEZ, CRUISING THE CARIBBEAN: U.S. INFLUENCE AND INTERVENTION IN THE

    TWENTIETH CENTURY 281-90 (1984).$15 4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la pAg. 83.336 4 id. a la pig. 75.217 4 id. a la pfg. 79.

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    Rico en America Central y el Caribe.2 18

    En un articulo publicado por la importante revista Foreign Affairs titu-lado "Puerto Rico y los Estados Unidos: Su Futuro en Comfin",2 19 respon-di6 a la oferta de independencia reclamando, esta vez con mayor certeza,la culminaci6n del Estado Libre Asociado con soberania y un pacto bilate-ral. El 6nfasis ptblico a partir del 17 de julio de 1954 fue en la "personali-dad nacional'2 20 de los puertorriquefios con un especial tributo a Jos6 deDiego, inclusive en el suefio de una sola bandera,'2 2 1 pero ahiadiendo sualegado "temor a la libertad".2 " Estos son los afios del discurso de "Aga-pito's Bar" contra la americanizaci6n, de la creaci6n del Instituto deCultura, de la creaci6n de la Comisi6n Sobre Derechos Civiles, del pro-nunciamiento en la Universidad de Kansas City sobre el rol medular de lacultura boricua,'223 y de muchas otras iniciativas dirigidas al fomento de lanacionalidad.

    En secreto, ademis, Mufioz orden6 la preparaci6n de un proyecto deley de soberania para Puerto Rico.2 2 4 Trias se equivoca al alegar que Mu-fioz nunca tuvo su presentaci6n en mente.2 5 Eso es falso. El proyecto semantuvo en secreto en Puerto Rico, pero el borrador fue su respuesta a laoferta norteamericana de la Repfiblica, y del conocimiento de Washing-ton. En el mismo "Estados Unidos abandonaria sus derechos de soberaniasobre Puerto Rico, habiendo de ejercer de ahi en adelante tan s6lo aque-llos poderes que el pueblo de Puerto Rico le delegase y que Estados Uni-dos accediese a asumir".'2 ' Luego de ello, se entraria en un convenio deasociaci6n con ciudadania comfn, defensa comin, comfin mercado y co-mfin moneda. Era la contrapropuesta formal de Mufioz, su forma de quese declarase la independencia de Puerto Rico, como admite Trias.2 2 7 Sinembargo, s6lo reconoce que "dej6 su huella". 228

    La raz6n de su error es que Trias ignora totalmente el largo e impor-tante proceso de introspecci6n hist6rica de Luis Mufioz Marin que ocurri6a mediados de 1958 y principios de 1959. En ese momento, el constitucio-nalista Carl J. Friedrich supervis6 y aprob6 una tesis en Harvard que pro-ponia la "libre asociaci6n soberana" como la soluci~n al problema admiti-

    4 id. a las pfgs. 77-120."" Luis Mufloz Matin, Puerto Rico and the United States, Their Future Together, 32FOREIGN AFFAIRS 541-55 (July 1954).,20 4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a las pfgs. 89-90, 97."' 4 id. a la pAg. 92.

    4 id. a la pig. 96.4 id. a la p~g. 92.

    " 4 id. a las pigs. 101-02." 4 id. a la pfg. 101.226 4 id. a la pfg. 102227 4 id.228 4 id.

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    damente colonial de Puerto Rico. Su autor fue reclutado por Mufioz, y suintervenci6n culmin6 con las Conferencias Godkin dictadas en la Univer-sidad de Harvard en abril de 1959. En ese proceso y en esas conferencias,en cuya redacci6n particip6 el autor de este anilisis critico -como se de-riva de la faz de los textos totalmente ignorados por Trias a pesar deobrar en la Fundaci6n que lleva su nombre- Luis Muftoz Matin opt6 pory propuso a Estados Unidos decididamente una f6rmula de libre asocia-ci6n soberana como condici6n politica para Puerto Rico, basada en elpleno reconocimiento de la nacionalidad cultural del pueblo de PuertoRico.2 2 9

    Trias aduce, quizfis proyectando su propia visi6n y la de Abe Fortas,que entonces se le tenia "pavor en las clases dirigentes al t6rmino libreasociaci6n "28 Y oculta las Godkin.2 31 Admite, sin embargo, que Mufhozestuvo tentado en ese momento de "deshacerse" de algunos de los tecn6-cratas desnacionalizantes que habia criado Rexford G. Tugwell, 282 los cua-les, aflado yo, intentaron una fallida "faena politica" contra la nueva ten-dencia nacionalizante. Ello llev6 a una denodada batalla interna y a unagran crisis en la elite populista sobre la "libre asociacifn".

    Hay que preguntarse por qu6 una omisi6n tan importante en este textode historia constitucional. No tenemos respuesta.

    VIII. GUERRA FRIA EN EL CARIBE

    A partir de enero de 1959 entramos en una nueva etapa en nuestra his-toria constitucional, una vez mis, ajena a la lucha juridicista sobre textosy mis textos infitiles, que obsesiona al autor de esta HistoriaConstitucional.'32

    Haciendo 6nfasis en las teorias end6genas de petit politique boricua,Trias adscribe la movilizaci6n sobre status de esa 6poca al crecimiento delmovimiento anexionista en las urnas en las elecciones de 1956, 2" a la ad-misi6n como estados de Alaska y Hawaii a la uni6n norteamericana,3 5 y a

    " Las conferencias usaron como base una tesis de maestria en Harvard. Vase, ESTADOLIBRE ASOCIADo, DEPARTAMENTO DE ESTADO Y UNIVERSIDAD DE PUERTO Rico, PRIMER INSTI-TUTO DE VERANO DE RELACIONES INTERNACIONALES - DOCUMENTOS BAsicos; THE ALTERNATIVE:A FEDERAL SOLUTION TO THE COLONIAL PROBLEM 69-94 (Departamento de Hacienda 1963).

    220 4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a Is p~g. 120.201 Pedro A. Reina P~rez, Harvard 1959: Dos Voces Caribeftas en el Umbral de la Guerra

    Fria", CLARIDAD, 20-26 de enero de 1995, a la pfg. 19; Pedro A. Reina P~rez, Asociaci6nPolitica y Nacionalismo Cultural: Las Conferencias Godkin de Luis Muftoz Marin, CLAm-DAD, 14-20 de abril de 1995, a la pfg. 19.

    4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la p~g. 124.2 4 id. a las phgs. 102-20.

    4 id. a las pfgs. 97-98.22 4 id. a las pfgs. 89, 98-100.

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    que "se le temia al transcurso del tiempo excesivo y a un debilitamientodel impulso reformista" 23 Son teorias superficiales, que no consideran ala metr6poli y a la regi6n.

    El surgimiento de un nacionalismo militante en Cuba cre6 en la mentede los ordenadores de politicas de seguridad nacional norteamericana unanueva prioridad para Puerto Rico. Y en Mufioz mismo -dato que Trias sireconoce y del que yo fui testigo personal- un ansia de no quedarse atrfsen la descolonizaci6n del mundo. 3 7 Esos factores gatillan la iniciativa.

    El 11 de marzo de 1959 se radic6 en la Asamblea Legislativa una resolu-ci6n para reformular el convenio entre Puerto Rico y Estados Unidos ydias despu6s se radic6 un proyecto con ese prop6sito en el Congreso deEstados Unidos.2 a Trias elabora nuevamente sus textoss 9 que son lo me-nos importante. Importantes fueron sus efectos.

    En las vistas en el Congreso de Estados Unidos la cuesti6n crucial fuenuevamente la existencia o no del pacto bilateral' 0 frente a la colonia porconsentimiento. 41

    El eje de la discusi6n fue nuevaniente la cuesti6n del pacto.2 4 2 Muilozvisit6 a Eisenhower y le plante6 su preocupaci6n de que Estados Unidosestuviese abandonando la teoria de la existencia del pacto que habia ava-lado ante las Naciones Unidas2 s4 Trias no consigui6 la versi6n final y me-nos la reacci6n de Eisenhower, pero nuevas investigaciones evidencianque el Presidente no entendia, y pidi6 se le explicase, la obsesi6n de Mu-fhoz con la cuesti6n.2 4 4 Se le inform6, err6neamente, que se habIa resuelto.A la fecha de hoy, sabemos que no se ha resuelto.

    El proyecto fue rechazado principalmente por la objeci6n total de laMarina de Guerra de Estados Unidos,2 4 5 y la alegaci6n de inconstituciona-lidad de un pacto bilateral bajo la Clfusula Territorial de la Constituci6nde Estados Unidos, a pesar de laudables esfuerzos de juristas boricuas, 24

    336 4 id. a la pig. 126., 4 id. a las pfigs. 86, 199. JUAN M. GARCiA PASSALACQUA, TEMATIC COMPILATION OF CON-

    VERSATIONS OF GOVERNOR Luis Muioz MARfN ON A DRAFT FOR THE GODKIN LECTURES FROMFEBRUARY 25 TO MARCH 10, 1959, STRICTLY CONFIDENTIAL (La Fortaleza, 1959) (en los archi-vos de la Fundaci6n Luis Mufioz Marin).

    28 4 id. a la pig. 126.4 id. a las pigs. 130-49.

    340 4 id. a la pig. 151.4 id. a la pig. 152.

    2' 4 id. a las pAgs. 167, 227.4 id. a la pig. 153.

    " "When you have examined the commonwealth question that seemed to bother him somuch, please give me a report". Dwight D. Eisenhower to Jerry Morgan memorandum ofJune 17, 1959. (Secret Control Files, Eisenhower Library 1959).

    4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a las pfigs. 155, 182.346 Hiram Cancio, The Power of the Congress to enter into a compact with the People of

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    a los que Estados Unidos no hizo caso alguno.24 7 "No se entendian laspartes sobre el significado del pacto ni aun sobre su existencia". 2 8

    El ya previsible fracaso en lograr esa nueva relaci6n, llev6 a una reeva-luaci6n y crisis de la elite populista en el pueblo de Cidra a fines de 1959,que queda ignorada en el texto de Trias,'" pero que es indispensable parael entendimiento de nuestra historia constitucional. En ella se enfrenta-ron a gritos los sectores autonomista (lidereado por Arturo Morales Ca-rri6n y Roberto Sfnchez Vilella) y asimilista (lidereado por HeribertoAlonso y Teodoro Moscoso) dentro del Partido Popular. Esa reuni6n ter-min6 dividida, como el rosario de la aurora, y sin acuerdos, incluso con elretiro airado de Mufioz de la Mesa Presidencial.8 0

    Sin embargo, en su momento ms aciago, sin acuerdo formal de su Con-sejo General, 5 1 la miniscula elite juridica populista radica enmiendas alproyecto que aceptan considerar la admisi6n de Puerto Rico como estadode la uni6n norteamericana cuando se Ilegue al nivel de vida del estadomas pobre'25 y la propuesta improvisada y luego abandonada, de que lospuertorriquefios voten por el Presidente de Estados Unidos,5 3 ambasabandonadas luego. En vista de la grave divisi6n interna entre los dossectores del partido, se abandon6 el proyecto y se cambi6 el enfoque es-trathgico para tratar de conseguir primero la anuencia de la Rama Ejecu-tiva de Estados Unidos.2"

    Jos6 Trias Monge reconoce que en ese momento el partido era unaagrupaci6n "aburguesada, timorata y fofa, olvidadiza a ratos de los valo-res de la patria"2 55 pero nadie recuerda que hiciera mucho para cam-biarlo. Otros hicimos entonces, y estamos haciendo hoy, todo lo posiblepara defender esos valores.12 "

    El advenimiento de John F. Kennedy a la presidencia de Estados Uni-dos va a iniciar un nuevo esfuerzo de reformular la relaci6n con EstadosUnidos, que se inicia con un memorando presidencial en que el nuevopresidente coloca en 1961 todos los asuntos relacionados con Puerto Rico

    Puerto Rico, 22 REV. COL. AB. P.R. 341 (1989).', 4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la pfg. 155 nn.89 y 90.148 4 id. a la p~g. 162."' 4 id. a la plg. 156.'o La grabaci6n obra en los archivos del ex-gobernador Roberto SAnchez Vilella.' Status Politico: Falt6 unanimidad al Pacto de Cidra, en 4 REECE B. BOTHWELL GON-

    ZALEZ, PUERTO Rico: CIEN AROS DE LUCHA POLfTICA 242 (1979).4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la pig. 157.

    "' 4 id. a la pfg. 169.28 4 id.2 4 id. a la pfg. 161.

    Vase, JUAN M. GARCIA PASSALACQUA, VENGADOR DEL SILENCIO: CRONICA DE MIS TiEM-POS (1991).

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    bajo la jurisdicci6n de la Casa Blanca.2 57

    Mufioz negoci6 con Kennedy la aprobaci6n de un "Nuevo Pacto deAsociaci6n"2 5 8 con Estados Unidos, a lo que se comprometi6 el Presi-dente. Esta vez en 1962 se abandon6 el engendro de 1959 y se parti6 comoen el cuatrenio de 1954 a 1958 del reconocimiento inequivoco de la nacio-nalidad y de la soberania total de Puerto Rico259 y la firma simulthnea deun tratado internacional de asociaci6n. 60 tsa era la opci6n propuesta poreste analista en 1958, y a esos efectos fui invitado a regresar a La Forta-leza en junio de 1962." 1 En la lucha interna, habia triunfado, por fin, elsector autonomista.

    Trias elabora en detalle las negociaciones secretas en el grupo conjuntode puertorriquefios y norteamericanos.262 En las negociaciones al mfs altonivel de la Casa Blanca, la Marina y el Departamento de Defensa de Es-tados Unidos o se ausentan, o se oponen."' Los juristas norteamericanosvuelven a la carga contra la idea del convenio."" Por esas dos razones, elesfuerzo falla.

    En la (iltima sesi6n del grupo secreto conjunto, la Casa Blanca por vozde su representante Lee White, contrario al deseo expreso del lideratopuertorriquefio, propone un "cambio de estrategia" 6 para que antes deradicar la propuesta en el Congreso se deba celebrar un plebiscito enPuerto Rico.2 66 Eso es lo que Casa Blanca le impone a un liderato delPartido Popular que Trias describe como "profundamente dividido". " " Elintento de incluir el voto por el presidente de Estados Unidos en la pro-puesta "escindi6 al Partido Popular" 68 e inici6 la enajenaci6n de losautonomistas.

    Trias no explica adecuadamente el motivo del fracaso de este otro es-fuerzo, pero en el tomo subsiguiente ofrece los datos sin correlacionarlos.En 1960, las Naciones Unidas habian establecido un nuevo estado de de-recho internacional sobre descolonizaci6n con sus resoluciones 1514 y1541.269 Trias admite sin ambajes que bajo el nuevo estado de derecho, el

    26 4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a La pig. 177.4 id. a la pfg. 173.

    2 4 id. a las pfgs. 178, 180, 183.0 4 id. a la pig. 181.

    Juan M. Garcia Passalacqua, supra nota 183.4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a las pigs. 181-98.4 id. a las pfgs. 155, 182, 197.4 id. a las pags. 184, 194.

    26 4 id. a la pfg. 189.4 id. a la pfg. 197.4 id. a las pfgs. 189 n.36, 190.4 id. a la pAg. 191.

    ,o 5 TRIAS MONGE, supra nota 1, a las pfgs. 176-83.

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    status de Puerto Rico "no cumplia" con los requisitos descolonizadores.2 ' 0A partir de ese momento, el gobierno revolucionario de Cuba empefi6 susesfuerzos a reabrir el caso colonial de Puerto Rico.' 7 1 La ofensiva cubanase increment6 a partir de 1964.272 Estoy seguro que, en aras de evitar unahumillaci6n, esa fue una de las razones que motivaron el retiro de MufozMarn en 1964. En 1962, Estados Unidos estaba interesado (inicamente enun plebiscito27 3 que validase la colonia por consentimiento ante la inmi-nente denuncia de Cuba en Naciones Unidas de la situaci6n colonial dePuerto Rico. Mufioz queria, por su parte, el reconocimiento del pacto bi-lateral soberano. Nunca se encontraron en consenso las dos prioridades yvoluntades.

    Es por eso que nuevamente se propone, '74 pero se cuelga,275 el proyectode soberania y se revive en la hist6rica confrontaci6n en la vistas en elCongreso entre Luis Mufioz Matin y John P. Saylor, la crudeza de la colo-nia.2 7 Mufioz deja alli su testamento politico:

    If he was right, then Puerto Rico is still a colony of the UnitedStates. If it is still a colony of the United States it should stopbeing a colony as soon as possible for the honor of the UnitedStates and for the sense of self-respect of the people of PuertoRico.17

    En (iltima instancia, contrario a lo que alega Trias de que "hizo todo loposible","'7 Kennedy traiciona a Muftoz cuando su representante oficialen las vistas pfiblicas reneg6 de los acuerdos con Luis Mufioz Matin, se-fia6 dudas sobre la naturaleza del pacto, y propuso una comisi6n paraestudiar todos los aspectos de la cuesti6n del status.279 La conclusi6n deTrias es que doce afios despu6s de creado el Estado Libre Asociado, "nohabia pasado nada" para mejorarlo, 8 0 pero se equivoca al alegar que Es-tados Unidos deseaba y consigui6 una "tregua" en la discusi6n. Fue locontrario.

    No cabe duda hist6rica de que motivados por la presencia de la Guerra

    270 5 id. a la pAg. 175.5 id. a la pfg. 185.

    '" 5 id. a la pfg. 190.4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la pfg. 197.

    s' 4 id. a la pfg. 201.4 id. a la pig. 202.

    '7 4 id. a la pfg. 205-07.277 4 id. a la p~g. 207, citando de Creation of a Status Commission for the case of Puerto

    Rico: Hearings on H.R. 5945 Before the Subcomm. on Territories of the House Comm. onInterior and Insular Affairs, 88th Cong., 1st Sess. 4 (1963) (statement of Luis Mufioz Ma-tin, Governor of Puerto Rico) Estas vistas se conocieron como "the Aspinall Hearings".

    278 4 id. a la pig. 216.278 4 id. a las pfigs. 211-12.280 4 id. a las pfigs. 216-18, 244.

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    Fria en el Caribe, y amenazados por el reto de la Cuba revolucionaria enla Organizaci6n de Paises No Alineados y ante las Naciones Unidas sobreel caso colonial de Puerto Rico, lo que deseaba y obtuvo Estados Unidosfue lo que recomend6 la Comisi6n de Status:28 ' "se jugaria al plebis-cito"' 82 con una grosera intervencifn de agencias de inteligencia (que seprob6 luego en una investigaci6n por la administraci6n de Jimmy Carter)para santificar la colonia por consentimiento2 83

    Coincidimos con Trias Monge en sefialar este momento preciso como elcausante de que el autonomismo puertorriquefio perdiese su cohesi6n. 28"Unos optaron por santificar lo existente, como existiese; otros, optamospor continuar la lucha por la libre asociaci6n. El plebiscito, en efecto,agrav6 las tensiones internas en el populismo.2 85 Esa diferencia generariala divisi6n final e inauguraria una nueva era politica en 1968.

    Sin embargo, se crea por vez primera desde 1898 una Comisi6n de Sta-tus para estudiar "todos" los aspectos de la relaci6n,28 6 y es importante yvaliosa la adici6n, por vez primera, al temario de la relaci6n, de la "cues-ti6n de la cultura".2 87 Pero la Comisi6n nunca cumpli6 pfiblicamente conla redacci6n de un informe sobre una parte crucial del temario que inclulala esencia de la relaci6n.288 Ante esta comisi6n hacen su debut politicoRafael Hernlndez Col6n y Carlos Romero Barcel6, que monopolizarfn elpr6ximo cuarto de siglo.

    En medio de los estudios de la Comisi6n, Luis Mufioz Marin se retirade la gobernaci6n y nomina a Roberto Sinchez Vilella, que triunf6 con lamayoria mfs grande desde 1944. Desafortunadamente, Mufloz no respald6los esfuerzos en la Asamblea de Programa del Partido Popular de ungrupo de veintid6s j6venes, entre ellos este analista, de dirigir la cuesti6ndel status en las deliberaciones de la Comisi6n de Status hacia el cumpli-miento de las resoluciones 1514 y 1541 de Naciones Unidas. 28 9

    Las "reflexiones finales" de Trias Monge en este cuarto tomo 29 son unerror sobre otro error. En su tono plafiidero, se ve montado en un trenhacia destino incierto, del cual desciende a pensar sobre la naturaleza delviaje, la explicaci6n para por los menos los primeros cuatro tomos de la

    ... 4 id. a la pfg. 242.182 4 id. a la p4g. 244."' EDGARDO PAREZ VIERA Y JUAN M. GARCIA PASSALACQUA, EL JuIcIO DE LA HISTORIA: CON-

    TRAINSURGENCIA Y ASESINATO POLITICO EN PUERTO Rico (1996) (manuscrito in6dito, archivodel autor).

    4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la pfg. 218.18 4 id. a la p4g. 245.

    4 id. a las pAgs. 220-44.187 4 id. a las pAgs. 220, 224, 229.

    4 id. a la p~g. 224 n.8.189 4 id. a la p~g. 223 n.6.

    ' 4 id. a las pigs. 249-52.

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    Historia, que cierra con un abultado y muy 6itil ap6ndice de documentosconstitucionales esenciales.2 91

    Jos6 Trias Monge concluye convencido de que a Puerto Rico nunca sele ha reconocido su derecho a la libre determinaci6n. Cree en la mentadaindecisi6n de Estados Unidos. "Siguen cerradas las puertas y muda la es-finge", 2 "1 concluye. Ve el proceso como uno degradante, en que la lacradel colonialismo no ha podido ser eliminada por un puertorriquefio asus-tado, o cinico indiferente, ciego, o rebelde. Es una y otra vez, culpar a lavictima. Proponemos otra interpretaci6n hist6rica.

    El autor tiene la osadia de alegar que "nos falt6 pueblo".2 93 En realidad,teniamos un pueblo orgulloso de su nacionalidad y protector de lamisma,29' y lo que nos falt6 y nos falta ahora mis que nunca, es una eliteque merezca ese nombre. Esa elite, representada por Trias mismo, se con-fiesa en 1983 (a la fecha de publicaci6n de este tomo), en medio de un"mar de discordia y niebla densa",2 9" y lo finico que puede hacerse sonpreguntas. Obviamente, es la historia de su fracaso.

    IX. EL RETO ANEXIONISTA

    Jos6 Trias Monge tarda diez afios en producir el pr6ximo tomo de suHistoria Constitucional, que cubrird de 1968 a 1976, la era de lo que he-mos llamado en otros escritos,291 el reto anexionista.

    El autor describe la nueva era como una en que termina un alegado"consenso" existente durante la hegemonia del Partido Popular Democr&-tico,2 1 1 consenso que se le olvida fue logrado mediante persecuci6n de unsector, a sangre y fuego. Por otro lado aduce que se abre una 6poca de"fraccionamiento" y "disputa tribal" que genera una "garata del fin delmundo"2 98 en una sociedad dolida que se envuelve en una guerra santafrente a un Estados Unidos "distraido y perplejo". 99

    Por el contrario, una visi6n mis justa de los hechos nos lleva a concluirque a partir de 1968 la cuesti6n del status sufri6 una saludable transfor-maci6n, en que sali6 de las manos y los cuartos obscuros de una limitadi-

    291 4 id. a las pigs. 253-446.292 4 id. a la pig. 250.293 4 id. a la pig. 252.294 Federal Government Budget, 1987: Hearings About the Federal Budget for the fiscal

    year 1988 Before the House Judicial Committee, 100th Cong., 1st Ses. 5-1, 5-2 (1987) (sta-tement of William Webster, Director del F.B.I.).

    "1' 4 TRIAS MONGE, supra nota 2, a la pig. 252.... JUAN M. GARCIA PASSALACQUA, HEGEM6N: OTREDAD Y MISMIDAD EN LA OTR