A LA CULTURA POPULAR Y TRADICIONAL DE PUEBLA DE GUZMAN,

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" APROXIMACION A LA CULTURA POPULAR Y TRADICIONAL " DE PUEBLA DE GUZMAN, " " SEGUN DOCUMENTACION " " DE SEBASTIAN GARCIA " VAZQUEZ JUAN PEDRO GARRIDO ROIZ Este artículo es parte de un trabajo de investigaciónmás amplio sobre la Cultura Populary Tradicional en el Andévalo. 76 Hacía mucho tiempo que conocía- mos y apreciábamos al pintor Sebas- tián García Vázquez , pero fue en un ya lejano Día de la Peña, cuando nos presentaron en su ..casa•• de allí arri- ba, junto a la ermita de la Virgen de la Peña, al hombre, Sebastián, que nos obseq uió con su conversación y sus viandas. Él mismo, aquel día, nos habló de su libro, e hizo las diligen- cias oportunas para que se nos diese una fotocop ia pues ya estaba agota- do y guardado como oro en paño por algunos puebleños. Desde aquel día entablamos una sincera amistad. Al intentar conocer etnográfica- mente a los habitantes de la antigua alquería de Juan Pérez que deven- dría en la Puebla de Guzmán, resulta inestimable un estudio tan directo como el de Sebastián García Váz- quez, testigo de excepción de la his- toria del Andévalo , de sus hombres, de sus tierras y sus cosas. Sebastián García Vázquez, no sólo pinta bien, y en sus cuadros en- contramos representaciones de gran valor en orden a la documentación de la cultura y tradiciones populares, sino que también escribe bien, con fuerza narrativa y con bastante humor irónico muy andevaleño. La obra que parcialmente comen- tamos 1 se refiere a un período en- marcado en los años 1920-1930, época en la que todavía las formas de 1 Sebastián García Vázquez. El Pino de la Calle Larga Sevilla, ECESA . 1961. vida y mentalidad tradicionales eran vigentes; esto confiere el doble valor a la obra al tratarse, por una parte, de documentación de una forma de vida desaparecida y por otra, de punto de partida para un análisis de los proce- sos de transformación y cambio de las sociedades rurales. En todo caso, las observaciones y datos contenidos en la citada obra, bien expresados en su forma litera- ria, poseen un inestimable valor para documentar una forma de vida que ha pervivido hasta los años sesen- ta, época de mi primera visita a Pue- bla de Guzmán, llevado de la mano de mis amigos Benito y Juan Mateo, los hijos de la inolvidable maestra, Doña Fantina , costumbres que aún subsisten. Como ha hecho notar E. L1obera, relatos como el que aho ra nos ocupa, contienen frecuentemente más información etnográfica que mu- chas pretendidas monografías. LAS CASAS Nos habla de las casas de Puebla de Guzmán y de las calles más lar- gas , que son las que bajan de Le- vante a Poniente, hacia donde van las aguas de este término buscando la ribera de Malagón, el río Chanza -frontera con Portugal- y el Guadia- na, hasta descansar en el Atlántico. Descr ibe la casa tradicional: ..La fachada es muy baja. Un poco más

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"APROXIMACIONA LA CULTURA POPULARY TRADICIONAL

"DE PUEBLA DE GUZMAN," "SEGUN DOCUMENTACION

" "DE SEBASTIAN GARCIA"VAZQUEZ

JUAN PEDRO GARRIDO ROIZ

Este artículo es parte de un trabajo de investigaciónmás amplio sobre la Cultura Populary Tradicional en el Andévalo.

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Hacía mucho tiempo que conocía­mos y apreciábamos al pintor Sebas­tián García Vázquez , pero fue en unya lejano Día de la Peña, cuando nospresentaron en su ..casa•• de allí arri­ba, junto a la ermita de la Virgen de laPeña, al hombre, Sebastián, que nosobsequió con su conversación y susviandas. Él mismo , aque l día, noshabló de su libro, e hizo las diligen­cias oportunas para que se nos dieseuna fotocop ia pues ya estaba agota­do y guardado como oro en paño poralgunos puebleños. Desde aquel díaentablamos una sincera amistad.

Al intentar conocer etnográfica­mente a los habitantes de la antiguaalquería de Juan Pérez que deven­dría en la Puebla de Guzmán, resultainest imable un estudio tan directocomo el de Sebastián García Váz­quez, testigo de excepción de la his­toria del Andévalo , de sus hombres,de sus tierras y sus cosas.

Sebastián García Vázquez, nosólo pinta bien, y en sus cuadros en­contramos representaciones de granvalor en orden a la documentaciónde la cultura y tradiciones populares,sino que también escribe bien , confuerza narrativa y con bastantehumor irónico muy andevaleño.

La obra que parcialmente comen­tamos 1 se refiere a un período en­marcado en los años 1920-1930,época en la que todavía las formas de

1 Sebastián García Vázquez . El Pino de laCalle Larga Sevilla, ECESA. 1961.

vida y mentalidad tradicionales eranvigentes; esto confiere el doble valora la obra al tratarse, por una parte, dedocumentación de una forma de vidadesaparecida y por otra, de punto departida para un análisis de los proce­sos de transformación y cambio delas sociedades rurales.

En todo caso, las observaciones ydatos contenidos en la citada obra ,bien expresados en su forma litera­ria, poseen un inestimable valor paradocumentar una forma de vida queha pervivido hasta los años sesen­ta, época de mi primera visita a Pue­bla de Guzmán, llevado de la manode mis amigos Benito y Juan Mateo,los hijos de la inolv idab le maestra,Doña Fantina , costumbres que aúnsubsisten.

Como ha hecho notar E. L1obera,relatos como el que aho ra nosocupa, cont ienen frecuentementemás información etnográfica que mu­chas pretendidas monografías.

LAS CASAS

Nos habla de las casas de Pueblade Guzmán y de las calles más lar­gas , que son las que bajan de Le­vante a Poniente, hacia donde vanlas aguas de este término buscandola ribera de Malagón, el río Chanza-frontera con Portugal- y el Guadia­na, hasta descansar en el Atlántico.

Descr ibe la casa tradicional: ..Lafachada es muy baja . Un poco más

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Podemos observar la arquitectura popular tradicional de ElAndévalo con la hilera de casas de una sola planta conpocos huecos al exterior y tejado a dos vertientes muy pocoelevado. En la parte de la derecha y bajando por unaestrecha calle que desemboca en la principal, vemos unacasa qu e podemos considerar acomodada, con una plantasuperior y puertas de jambas y dintel de ladrillo bajo unacapa de cal. La ventana, con guarda po lvos, presenta unareja de forja, Calle de l Cebojo 1951, elemento inusual en lacomarca.

y se alcanzaría con la mano el alerodel tejado».

De ventanas no tiene ninguna.Como no las tienen casi ninguna delas casas antiguas y pobres. Las dosúnicas habitaciones que sirven dedormitorio, una en el primer cuerpoy otra en el segundo, reciben la luzdel día por la puerta que da al pasode la casa , que por cierto pocasveces se ven abiertas.

La casa consta de tres cuerpos onaves. En el último, que da al corral,es donde se está casi siempre. Allíse cocina, se come y se recibe.Desde la puerta de la calle a la delcorral va en línea recta un paso em­pedrado. El hueco del muro entre losdos primeros cuerpos remata enarco de medio punto, remetido unoscentímetros sobre el plano del muro.Una moldura sencilla y poco salienteda la vuelta al arranque de estearco.

Casa de Puebla de Guzmán en fase de restauración ,mostrando el tipo de arquitectura popular a base de lajas depizarra y vanos enmarcados por ladrillos. (Foto: J. P.Garrido.)

El suelo , de ladrillos , lo cubren-excepto el último cuerpo- con este­ras: de palma en las casas modestasy en las ricas de junco fino. Estas es­teras no cubren todo el suelo; dejana la vista un margen más o menosancho que pintan de un rojo oscuro,casi carmín, mezcla de polvos de al­magre, aguarrás y pez rubia, prepa­rada al fuego. Esta misma pinturasube a la pared como tres o cuatrodedos, formando un zócalo alrededorde toda la casa. "Cejilla" le llaman aeste zócalo. Digamos también que elpaso empedrado lo pintan de amari­llo con tierra ocre. iEstán bonitas asílas casas, con el suelo rojo, brillante,cortado a lo largo por el pasillo depiedras menudas , enjalbegado contierra amarilla!, tanto las casas ricas,esas casas grandes (.. .), las de ladocena de arcas de cedro cubiertascon bancales de pura lana y de lis­tas de colores, y en el corral leña deencina y corchos de la colmene ría,como las casas modestas tambiénhuelen bien, pues casi en ningunafalta la pintura de los suelos.

Todavía puede verse en la casa ,en los dos primeros cuerpos, fuerade las habitaciones, un listón delga­do de madera que corre a lo largo dela pared a la altura de la vista. Deeste listón para abajo, la pared estáde cal, y por encima, de tierra blanca,que en realidad, aunque así se lellama, no es de un blanco puro, sinomás bien gris hueso. Esta tierra esblanda. No se puede escribir sob reella con lápiz, porque se hunde lapunta. La gente nueva creerá queesa tira de madera tiene por objetosubrayar la separación de los dostonos de la pared. Pero no es así.Hasta final de siglo esa tira de made­ra estuvo cumpliendo su verdaderoobjeto, que era sostener, pendientespor medio de unas argollas peque­ñas, unas colgaduras que llegabanhasta un palmo por encima del ceji­lla. Estas colgaduras, que evitaba nque se añarase la pared que cubrí­an, que entonces también estabande tierra blanca, eran en las casasacomodadas de junco fino, decora­das con dibujos en colores: En lascasas del todo pobres se conforma­ban colgando una tela de arpillera,en la que pintaban a mano unos mo­tivos bien sencillos, a base de ramoscon hojas y flores. Hay que suponerque las mujeres que tenían este arte,no se quebrarían la cabeza buscan­do variación en los motivos.

Con todo lo pobre que es la casa,se permite, como muchas de suclase, un pequeño lujo arquitectóni­co, que en ella viene a ser como elprimoroso y entretenido peinado conque una trabajadora que no puedelucir ricas galas sale a la calle.

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Un grupo se encuentra midiendo el trigo en un interior de unclásico «doblao» o «soberao», estancia alta muygeneralizada en la arquitectura tradicional de El Andévalopara almacenar alimentos, generalmente cereal. Es dedestacar el realismo del retrato de los personajes, tresmasculinos y dos femeninos, con la indumentaria cotidianautilizada en la época. Farega de Trigo (1936)

Este pequeño lujo lo tiene en lapuerta de la calle , y consiste en elenmarcamiento de ésta, formado pordos pilastras no muy salientes que,sobre bases algo más abultadas,suben hasta encima del dinte l parasostener encima de éste una corn i­sa de varias molduras, donde los la­drillos forman un juego más o menosentre tenido. Si este marco de lapuerta no estuviera encalado comotoda la fachada -como lo está el din­tel, que en casi todas las casas es untronco de encina labrado en formarectangular-, llamaría algo la aten­ción y dejaría ver su gracia.

No todas las blanqueadorashacen bien los cejillas. Hay que con­tar con buena vista y buen pulso. Deaquí que las habilidosas en este tra­bajo estén cons ideradas como ver­daderas art istas, y que las amas decasa las traten de usía. En los díaspróximos a las fiestas grandes -lasde la Virgen de la Peña y la Feria-,como en todas las casas ent ra elblanqueo general y la pintura de lossuelos, estas maestras del pincel nodan abasto con las horas del día ytienen que trabajar hasta de noche,alumbrándose con un candil -conpeligro de que la pintura del cacharrosalga ardiendo; a alguna le ha cos­tado la vida-oRealmente no son ma­estras del pincel , sino del hisopo ;pues con un hisopo, que forman conun trocito de pellejo de oveja y unpalo de jara por mango, es con loque trazan el cejilla y con lo que sale

mejor. Sepa tamb ién el que no losepa, que la cal la aplican a la paredcon una espec ie de manopla, quehacen también con un trozo de pielde oveja con la lana hacia afuera.

Las casas de lo mejorc ito se ca­racterizan , aparte de por que sonlas más grandes y tienen ventanasenrejadas, porque guardan por lomenos seis arcas de cedro -las hayque hasta doce-, y allá sus dos do­cenas de lebrillos grandes -algunosmás grandes que muelas de moli­no- y una "chanca» o saladero, queson recuerdos de las grandes ma­tanzas que con su chac ina dieronfama a La Pueba -y dinero parahacer esas casas- hasta el últimosiglo.

LAS MATANZAS

Nos habla también de estas ma­tanzas que antiguamente se hacíanaquí en la Puebla " Yo le he oídodecir a la gente vieja, que cualquierade las casas que se dedicaban a esenegocio mataba cientos y cientos decoch inos. La casa de los Redinessola, en cualquiera de sus matanzas,llenaba de cintas de toc ino la calleLarga, desde esta esquina hasta laotra de la tienda de los Carranzas. Ylas de los Tenorios lo mismo. Las po­nían en la acera de la sombra , endos hileras. Porque es que el sol noles conviene a las carnes.

La carne estaba antes que nada,y para conservarla no hay más reme­dio que dejarla toda una noche al se­reno. Los jamones, lo que quierenprecisamente es mucho frío. Y en elcorral de una casa, por grande quesea, ¿cómo iban a caber tanta cintade tocino y tantos jamones? Todavía,de pequeño, alcancé yo algunas ma­tanzas regulares: pero ya la Pueblahacía tiempo que había dejado deser el pueblo chacinero de siglos an­teriores. Al tocino, que ya es blancode por sí, lo cubren de sal , parecíaque la acera estaba nevada. Denoche, para los chavales, aquello erauna fiesta. Los encargados de cus­todiar la matanza puesta al sereno,encend ían una o más candelas enmedio de la calle , y allí nos íbamostodos los chiqu illos a calentarnos.Cuando la Puebla acaparaba lamayor parte de la industria chacinerade la provincia -en el siglo pasado-,fue su mejor época. Era, lo que sedice , un pueblo rico. Para todoshabía trabajo. ¡La de chacina que hamandado este pueblo para América!No sólo se mataba el ganado deaquí -y entonces se engordaba másnúmero que ahora, porque había en­cinares-, sino que salían a comprar­lo a Aroche , a Jabugo , a Cortega-

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Escena clásica en un «casino» de los mencionados en eltexto. Debe observarse el sucinto mobiliario y adorno delrecinto (reducido éste a un calendario y lo que parecen serbandos y avisos) y la indumentaria de los retratados. Tiposde 1940 (1975).

na ... por toda la sierra . Hasta a Por­tugal se iba a comprar cerdos.Luego.. . - las vueltas que da elmundo-, los cerdos de aqu í, la ma­yoría, se los llevan ahora a Jabugo ya Cortegana. En realidad, lo que vinoa darle la puntilla al negocio fue el fe­rrocarril de Huelva a Zafra, que aba­rató el transporte de los pueblos dela sierra. En la Puebla había quetransportarlo todo a lomos de caba­llerías hasta Huelva, y esto resulta­ba caro. En aquel tiempo, la gente deaqu í conocían Cád iz mucho mejo rque Huelva y Sevilla . Como Cád izera el pue rto donde se embarcabanlos productos que se mandaban aAmérica , eran muchos los que teníanque ir all í a asuntos del negoc io, y al­gunas familias allí se establecieroncon tienda de chac ina . De entoncesviene la costumbre de ir mujeres deaquí a vender bellotas a C ádiz.»

EL AGUARDIENTE

Sobre las bebidas nos dice: «Delas bebidas , aquí, como en todos lospueblos del Andévalo, la preferida esel aguardien te. Al fino se le atacapoco. Puede que sea porque losvinos que aquí llegan son malos depor sí o porque llegan averiados detanto tumbo como dan en los carrosdesde que sa len de l Condado. Locierto es que por cada copa de vino,se beben cien de aguard iente. Omás. Y será ilusorio, pero parece queel aguardiente está hecho para for­talecer en la lucha con esta tierra tanrecia.

Como estos aguardientes son tanfuertes y las gargantas no son dehierro, es costumbre aguarlos mitady mitad. De aquí que a la copa se lellame agua íllo. Como en otros luga­res le llaman una paloma por el colorblanco que toma con el agua, y en

Valverde de l Cam ino un puchereteLos valverdeños sab rán el por qué .

A cualquier hora se bebe el aguar­diente. Lo mismo por la mañana, enayunas o no, que antes del almuerzoo de la cena . Y según los cazadores,cuando más gusta es por la madru­gada; cuando, enredados por los pe­rros, sa len en cuadrilla al campo. Ybebido en la cue rna . El aguardienteen la cuerna, cuando ésta va entreamigos de mano en mano y travesa­da se vierte por su omb ligo de bocaen boca , es glor ia anticipada.

Por eso lo que no se cons igue , nise conseguirá nunca que los albañi­les de la Puebla hagan econom ía al­guna , en el aguardiente. En estepunto se estre llan todos los dueñosde obras . La primera advertencia delos albañ iles es que el material quehay que acarrear primero es elagua rdiente ; que no se vea escasezde éste , y sobre todo que se lestenga siempre a mano. Porque sonmuchos años de experiencia los quetienen demostrado que sin aguar­diente el mortero no sale con la con­sistencia necesaria.

BEBIDA RITUAL

Sobre la beb ida ritual puntua liza :«La beb ida que sólo el nom brarlanos causa miedo, es la que aquí sellama ponche ; pero que con prop ie­dad no es ese su verdadero nombre,ya que en su composición no entraningún licor espiritoso. Más como es-

El cuadro Ilustra el eje central de la obra literaria quecomentamos: las danzas, canelones y costumbres conmotivo de esta fiesta.También es un magnifico exponente de la arqu itecturatrad icional en la que se enmarca la escena. Baile del Pino 1978.

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tamos en la Puebla, seguiremos lla­mándole ponche por seguir la cos­tumbre. Hácese este ponche convino, agua -de ésta algo menos- ,azúcar, canela y melocotón troceda­do. Para que esté en su punto hayque esperar algunas horas a que elvino tome bien la canela y el melo­cotón se empape del caldo . Ahora ,por San Juan , los melocotones nohan llegado a madurar, y verdes ,claro está no sirven. No hay meloco­tones. Bueno, y ¿qué? ¿No hay otraclase de fruta? Por ejemplo, peras.Pues ya está descubierto lo quehabía que descubrir: el ponche deperas."

LA FIESTA DEL PINO

y preciosa nos resulta la descrip­ción de la Fiesta del Pino el Día deSan Juan, hoy ya desaparecida,aunque vigente en otras localidadesdel Andévalo.

Retrato de una pareja pobleña acomodada con Indumentariasolemne de la época .Obsérvese en el tondo de la pintura los elementosarquitectónicos y de adorno de los que se hace mención enel comentarlo de texto: suelo de baldosas coloreadas conpez rubia, paso de bajas de pizarra para el acceso de lascaballerías al corral emplazado al lado de la casa , arcón demadera de cedro, zócalo decorado de la pared de lahabitación ( que pued e ser estucado), silla de lenera, puertade madera trabajada con excisiones que conforma motivosderivados de la " Estrella de ¿? " Y paño que recubre elarcón. Puebla de Guzmán 1880 (1954).

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" San Juan está ya en la mano yesta tarde grupos de muchachas sal­drán a los pinares próximos para tra­erse los pinos que serán colocadosen distintas calles para los bailes dela mañana. La fiesta del Pino es sólopara la gente joven. Ella la organiza yella la disfruta. Gastos puede decirseque no tiene ninguno; pues nada re­presenta el consumo de luz de unoo dos focos por la noche ; y el pino,elemento principal , lo consiguen desu dueño antes de abrir la boca parapedírselo. Aunque el dueño del pinarsea el menos servicial de los veci­nos, como esta costumbre viene desiempre, ni por un momento mascarála intención de negarlo. En cuanto apermiso de la autoridad para ocuparla calle, es seguro que nunca, en lavida, nadie, ni los propios alcaldes ,han caído en la cuenta de que enrigor de verdad y legal debería pedír­sele. Habría que ver la cara de extra­ñeza que pondría el alcalde si se lefuera tocando esa gaita.

Ya van por las calles mozos ymozas en dirección a los pinos .Ellas, cada una al suyo, a animarlo yanimarse toda la noche. El que quie­ra verlas o hacerles la corte, allí tieneque ir a buscarlas. Irán los grupos deamigos en rondas volantes de pino apino, una y otra vez, para verle a lasniñas las caras y que las niñas losvean a ellos. El pino de su preferen­cia será aquel en que la gracia de al­guna los retenga. Allí será el cruzar­se los flechazos de ojos y estar a laexpectativa del paso, a cada dos otres minutos, de la moza que intere­sa, o el meterse en la rueda detrásde ella.

La mujer, al llegar al pino jamás secolocará ni detrás ni delante de nin­gún varón.

Hasta hace bien poco, para las fa­milias puritanasen el amor yen lascostumbres, en las que sin excep­ción entraban todas las de " orejaqrande» y alguna de oreja mediana,estos bailes de San Juan, en que lamujer se planta en medio de la callea espera r muy a las claras que unhombre, que no se puede escoger,sino el que quiere, se le ponga de­trás, aunque no sea de su clase, noeran bien mirados.

A propós ito de las que se teníanpor ser de la oreja grande explicaque ser de la oreja grande quieredecir pertenecer a familia de buen li­naje. Y será casualidad; pero con laoreja grande coincide mucho el tenertierras amillaradas. Casi se puedeasegura r que a más tierras, másoreja; o lo que es igual: mejor familia.Así, hay familias de oreja grande,mediana , chica y hasta sin orejas.Dicen que esta expresión local tienesu fundamento en que por la oreja

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grande se conocían los cerdos deuna de las buenas castas.

Día de San Juan alegre porqueesta fiesta de San Juan es fiesta decoplas -de muchas coplas-, de mú­sica y de bailes.

Mozosy mozas al oír las pandere­tas allí cerca , como si les hubieranaplicado por detrás una corrienteeléctrica o de pronto creyeran que elpino se iba de la calle , aceleran elpaso y bajan casi corriendo, atrope­llando y haciendo sonar algún pe­drusco suelto.

No se espera a forma r el corrosino a que Juan Rebollo, el encarga­do de la luz eléctrica, acabe de insta­lar las luces en el pino.

No se cansan las manos de aler­tar las sonajeras lunas. Las zurrandespiadadamente, como si hubierarivalidad en sacarles más estrépido.y sobre este golpeteo alocado y mo­nótono que llena la sonor idad de lacalle, van las coplas dando vueltas ala par que las cantoras.

Este baile del Pino tiene muymarcado su acento campesino, nosólo por el hecho de ser un árbol sueje material y espiritual , sino por lacircunstancia de que en estos díasestá el pueblo metido de lleno en lasfaenas de la recolección. Es en estaépoca cuando el pueblo está másabierto al campo, y el campo entramás en el pueblo. Todo un cicloagrario de barbechos, binas, siem­bras y verdores, ha llegado a su últi­ma hora, que se está ya marcandoen la esfera dorada de las eras ,donde las bestias trotan sin descan­so, pateando la greña revuelta, azu­zados por los gañanes de resta llarde látigos y con cantes que animanel aire sobre los pagos de rastroje­ras y templan la última prisa por verel montón de oro el trigo calculadode antemano.

Empiezan las panderetas a tocar­las con el son del Pino, y van todascolocándose alrededor del árbol ,una detrás de otra. Por lo pronto nomuy juntas, para que la rueda seagrande.

Comienza el corro a moverse,dando la vuelta al pino. Las que nollevan panderetas, que son la mayo­ría mueven los brazos, subiéndolosy bajándolos alternativamente, conbalanceo constante y ritmo de baile.Cuando una mano sube por encimade la cabeza, enmarcándola con sucurva , la otra llega, por debajo, alarranque del brazo contrar io. Doshay que van muy saltarinas, tocandolos palillos.

Hacen su aparición tres sujetos.Endomingadosa más no poder. Bue­nos pantalones de pana; buenosbotas, lustrosos a fuerza de sebo, ybuenos sombreros de ala plana.

y lanzan la primera copla, acom­pañándose con las panderetas.

A renglón seguido, deteniendo lamarcha y con música más alegre y li­gera que la copla primera, cantan elestribillo.

En tanto -que cantan el estribillo,las figuras suspenden la marcha,quedando de cara al pino, y sindejar el movimiento de brazos, mue­ven también el cuerpo hacia uno yotro lado, buscando una vez a la queva delante y otra a la que va detrás.Por cada Ole, olé a una y por cadaverso a otra . Siempre procurandoque se encuentren las caras, para locual al principio del baile las queestán próximas se ponen de acuer­do. Cuando una figura se quedamuy separada de la inmediata, sebuscan dando unos pasos como debaile. Si en estos movimientos queacompañan al estribillo alguna seequivoca y da su espalda a la quese vuelve hacia ella, dícese que leestá dando calabazas; que es lo quehacen las niñas con el mozo que sele pone detrás, cuando su galanteoo simplemente su compañ ía no lesagrada.

A su casa por sillas. La traída delos asientos quiere decir que va aempezar el baile de «sevillanas". Alfinal , para cerrar la fiesta , comosiempre, el broche de unas vueltas alpino y coplas de San Juan comodespedida.

También es natural que a SanPedro le dediquen coplas como selas dedican a San Juan , porque eldía es el 29 -como nos han recor­dado en una copla-, y ese día, aun­que caiga entre semana, es de rigorbaila r el pino. Si entre San Juan ySan Pedro hay algún domingo oalgún sábado , también se baila enesos días. Y todav ía después deSan Pedro se sigue bailando dos otres domingos más; pero esto enreal idad es una prórroga, a cuyofinal, el pino, de tanto sol como hatenido que aguantar en medio de lacalle y del polvo que se le subecuando barren el empedrado , tieneel ramaje seco y suc io, y lo mismolas banderas y las cadenetas depapel, cuyos colores alegres se fue­ron con los días que alegraron . Yael último día de baile , pino, coplasy pandereteo tienen sabor a fiam­bre descompuesto. Es la muerte delpino, que ha llegado por sus pasoscontados.

TÉCNICAS

Agricultura: horticultura

En el Andévalo ha tenido (y quizátodavía tiene) importancia el cultivo

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de huertas en los escasos lugarescon tierras aluviales y cierto grado dehumedad producida por arroyos deintermitente caudal o por la existen­cia de manantiales. En algunaszonas del Andévalo la producción decítr icos era de excelente calidad ,aunque en limitada producción la hi­cieron poco relevante para transac­ciones comerciales.

Es un sistema de cultivos que cre­emos introducido por los primeros re­pobladores de origen norteño, quizádel área del Bierzo, quienes se asen­taron en las proximidades de acuífe­ros originando sistemas de regadío.Esto se observa nítidamente en lasierra Alta, donde abundan los acuí­feros pero no así en el Andévalo,donde la escasez de agua y lo ero­sionado de los suelos imponen unaslimitaciones a estos tipos de cultivos.

No faltan pues estos culti vos enPuebla de Guzmán, y a ello aludeGarcía Vázquez en la página 33, desu obra «El Pino de la Calle Larga».También en su obra pictórica quedóplasmado este tipo de actividades deimportancia en la economía familiar.

CICLO ANUAL

Agricultura: técnicas agrícolas

De la trilogía mediterránea (trigo,aceite y vino) pesea las en genera lno muy buenas tierras, el trigo tieneun papel; no sabe mos si en épocamás antigua, antes del proteccionis­mo económico del trigo desplegadopor el régimen liberal, tuvo la impor­tancia que en los años a los que serefiere la obra que comentamos, sealude al ciclo agrario que culminaprecisamente en los días de la cele­bración de la fiesta del Pino (pág.49).

Hay varias composiciones pictóri­cas vinculadas a esta actividad(campos de trigo, molinos y almace­namiento y medición del mismo, ope­ración ésta última que se desarrollaen la parte alta de la vivienda, el "do­blao" o "sobrao". (V. Farrega de trigo1936).

Los campos de trigo, y los molinosforman parte del paisaje forjado porlas actividades humanas.

Las eras están lejos (algun as).Hay que ir todos los días madrugan­do para aprovechar la luz del día(Pag.49).

Esta gente del acarreo se vuelveenseguida al campo. El pueblo no lasdetiene más tiempo que el precisopara descargar el grano y subirlo alos doblados. Enseguida a recogerlos sacos y las cuerdas, llenar las al­forjas con el "corto" o provisiones derepuesto, y al campo otra vez.

Los vientos: Brisas que vienendiariamente en junio del Atlántico,por el lado del Algarve la mareallaman a éste airecillo fiel... los cam­pesinos que están a la espera conlos bieldas en la mano preparadospara aventar las parvas deshechasen las horas del calor. No estánmenos a la espera los molineros. Ylos chiquillos para darles guitar a laspandargas de colorines.

GANADERíA

Tecnicas ganaderas

...... Un buen año en el precio delos cerdos o en la lana (Pág. 117).

Importancia del ganado de cerda:volúmen matanzas (Págs. 132 y133).

Prácticas (Pág. 133).

INDUSTRIAS RURALES

Industrias derivadas del pastoreoy agricultura

Desde los primeros repobladoresdel siglo XIII, el cerdo ha sido elemen­to básico en la economía de subsis­tencia de los núcleos crist ianos. Enel Andéva lo,como en toda la parteoccidental de la Península, aunquecon mayor extensión en la Extrema­dura Orienta l Leonesa , la cria delcerdo como especialidad ganaderase vincula a las dehesas pobladasde encina y alcornoques y en algu­nos lugares en condiciones climáti­cas especiales el castaño, que debiollegar con las repoblaciones.

En todo el Andévalo , ha sido im­portante esta actividad que originauna justamente afamada industriachor icera. Así lo explica Sebast iánen la pág. 133.

Naturalmente que esta producciónse vincula a los medios de transpor­te, y en este sentido la puesta en fun­cionamiento de ferrocarril de Zafra aHuelva ha sido en éste y otros as­pectos decisivos (Pág. 134).

... el pan de cuatro libras amasadoen casa pág. 48.

.....tres molinos.... en los que estáel camino de La Ratera hace pocoaire y los triangulos blancos de lonavan girando muy despacio ...(pág.55).

Desde la torre de la iglesia se po­dian ver todos los molinos, creo queunos 18.Tres están en ruinas y otroshace tiempo que no muelen . Lo quea ellos tocaba moler lo muele ahorael molino movido a vapor de D. Emi­lio Leclerk.

Un pueblo coronado de molinos.De harina. De pan (Pág. 59).

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Tecnicas de transportey comercio

Son actividades indisolublementeunidas. Las transformaciones provo­cadas por el motor de explosión ymáquinas de vapor, unido a los tra­zados de carreteras y ferrocarri lesson hechos técnicos que han provo­cado cambios sustanciales de todoorden. Sin embargo , el Andévalo nose integró a esta revolución técnicahasta fechas tardías, lo que ha pro­vocado a la vez, que una "cristaliza­ción" de las formas de vida a conse­cuencia del aislamiento , una depresión económica que ha ocasiona­do una gran pérdida de la poblacióndesde los años 40, agravado con eldesaarrollismode los 60 y la crisis dela mineria y sus mercados, por lo queGarcía Vázquez pudo hacer las ob­servaciones que a continuación re­producimos:

En Puebla de Guzmán no empezóa haber carros hasta 1930 o des­pués. El servicio de mercanciasdesde Huelva , lo hacían carros deGibraleón, una o dos veces a la se­mana (pág. 49).

El transporte se hace por recuasde caballerías (pág. 49).

COMERCIO

- Contrabando (Págs. 127 y128).

- Contrabando de armas (Pags.131)

- Exportación de cerdo a Améri­ca (Pág, 133)

- Relaciones con Cádiz (Pág.134)

- Venta de bellotas a Cádiz (Pág.134)

- Las cajas de cedro venían deAmérica a través de Cádiz(Pág. 134).

VIDA MATERIAL

TECNICAS DE CONSUMO

Alimentacion y bebidas

Las beb idas ,a parte de valorescalor íficos y medicinales, tienen unuso ritual, bien para solemnizar lasfiestas o rubrica r contratos, comopara consolidar amistades. Ciertoes que tiene su derivación y practi­ca en el abuso de la beb ida porsimple adicc ión. En todo caso elestar borracho por acc idente noestá mal mirado, aunque si se cen­sura, eso si con humor, al que pre­senta contínuos estados de embria­guez.

BEBIDAS EN EL CICLO FESTIVO

Ponche: ...en su compos ición noentra ningún licor espiritoso. Haceseun vino, con agua, azúcar, canela ymelocotón troceado. Hay que espe­rar unas horas a que el vino tomebien la canela y el melocotón se em­pape de caldo (Pág. 101).

• En Puebla se ha hecho deperas, según queda referido enla Pág. 102)

BEBIDA-OBJETOS USUALES

Nos habla de las "liaras", recipien­tes hechos de cuerno de buey con lapunta trucada como todos los cuer­nos que se usan para el aguardiente(pág. 141) Son decorados.

...Aquí como todos los pueblos deel Andévalo, la preferida es el aguar­diente... (Pag 87).

Al vino se le ataca.Como estos aguardientes son tan

fuertes es costumbre aguarlos por lamitad. De aquí que a la copa se lellame aguaillo. A cualquier hora sebebe el aguardiente. En el campo sebebe en la cuerna.

Habitat

La disposición general responde aun modelo variable que se agrupa entorno a la iglesia, frecuentemente for­taleza . Las calles suelen presentarun trazado de este a oeste, un traza­do regular (la mayoría responden acriterios urbanísticos del siglo XVIII)y sin que ocupe un lugar especial lasfuentes públicas, cuando existen ,pues las gentes les gusta el agua delos pozos y algibes existentes en loscorrales de las viviendas (ver pág 41Y55 Y"paisaje").

La calle Serpa es la calle de loscasinos. En Puebla de Guzmán nose le llama casino sólo al estableci­miento abierto por una sociedad conlos fines principales de la lectura,juegos de mesa y sentarse a pasarel tiempo, sino a todos donde se des­pacha café y bebidas (pág. 85)

- Calles paralelas orientadas deLevante a Poniente . Son lasmás largas (Pág. 86).

Vivienda

Afortunadamente, la vivienda tradi­cional se conserva en la mayor partede las poblaciones de el Andévalo,aunque sujeta a modificaciones. Res­ponde ésta al modelo mediterráneo yse aprecian modificaciones, ya inicia­da en los años 20 por la difusión de laarquitectura regionalista de A.Gonzá-

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lez, y también por tuncionalidad , ha­biendo desaparecido en la mayoriade las viviendas el clásico caminoempedrado que guiaba el acceso delas caba llerías en la parte posteriorde las viviendas, donde se ubicaba elcorral en el que se emplazaban losretretes de la casa.Afortunadamentehoy día existen modernas instalacio­nes sanitarias instaladas asímismoen este espacio.

Claro está que hay que distinguirvariable; sobre todo en los elementosde adorno mobiliaro, que revelan elestatus social de los ocupantes,como certeramente observa el autorcuya obra comentamos.

Pero el modelo sigue respondien­do en esencia a la casa rural dioce­chesca, época de la que se conservatodavía gran número de estructuras,más o menos modificado por el mo­delo sevillano del aludido Anibal im­propiamente considerado "andaluz" ypor la incorporación de técnicas ymodelos recientes.

Descripción de vivienda típica:....Es una casa como la mayoria

de las del pueblo, y la mayoria sonmuy modestas. No tiene más plantas

que la baja y "doblado" sólo en losdos primeros scuerpos. La fachadaes muy baja. Un poco más y se al­canzaría con la mano el alero del te­jado. No tiene ventanas , como casininguna de las casas antiguas y po­bres . Las dos únicas habitacionesque sirven de dormitorio están en elprimer cuerpo y otra en el segundo.Reciben la luz del día por la puertaque da al pozo de la casa que porciento pocas veces se ven abiertas.(pag. 114; ver problemas de destruc­ción de la pág 117).

Las chimeneas de bajo ancho yhondo, con poyos altos corridos a loslados donde se pone la loza de diarioy la que no cabe en la platera o en elchimero (Pág. 117).

MOBILIARIO

Las casas ricas tienen hasta diezy doce arcas de cedro y las más po­bres tienen por lo menos dos (Pag.118) de otras maderas apenas si seencuentran. La arcas de cedro veníade América a través de Cádiz, dondehabían llegado lenos de azúcar.