A MI G O MI E L G R A N Á R B O L · Cl a r o, por q u e si t oma mos su a g u a o comemos l os a...
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Un día de verano, en pleno invierno, junto al
mar y el bosque, descubrí que podía
comunicarme con otros Seres vivos.
¡Sííííí! Descubrí la vida de otros Seres. Seres
vivos, con los cuales, compartimos y damos
vida a este hermoso planeta azul, que
llamamos “Tierra”.
Me sentí tan feliz, pero TAAAAAAN FELIZ que mi corazón
latía: BUM BUM BUM, de alegría. La sonrisa, en mi rostro era
indestructible. Y mis deseos por contarle a todo el mundo, lo
que podía hacer, me hacían saltar de un lado para otro, como
una pulga llena de alegría.
Comencé haciendo diversas pruebas, para comprobar que lo
vivido era cierto y no, un producto de mi imaginación. Pues, nadie
me había comentado, que los Seres humanos tenemos este Don.
Después de variados intentos,
descubrí que sus voces, sólo las podía
escuchar dentro de mí. ¡SÍÍÍÍ!, es como
una comunicación por telepatía. En el
fondo de mi corazón —que no es
TAAAAAN al fondo—, puedo escuchar
sus mensajes, sus emociones, su
sentir.
Debo confesar, que al final del día, temí contarle a mi
familia y amigos. Sentí que sería incomprensible para
ellos y se burlarían de mí. Por tal motivo, lo guardé como
un gran secreto, que ahora sin miedo y con mucho gusto,
te lo cuento a ti.
Un día de verano, en pleno
invierno, iba caminando muy
tranquila para visitar la mar,
cuando desde mi corazón —sin
pensar—, saludé a un GRAN
Árbol que apareció en el camino.
Y adivina, ¡qué pasó! SÍÍÍÍÍ, él me
contestó.
Por unos pequeños momentos,
pensé que me había vuelto loca o
era producto de mi imaginación,
pero no, ¡él me saludó!
Al otro día, cuando iba nuevamente a la mar, volví a caminar por
el mismo lugar, y cuando divisé al GRAN Árbol a lo lejos, mi
corazón se puso MUUUUUY contento y noté, que aquel GRAN
Árbol, también estaba MUUUUY contento al verme.
Al tercer día, después de lo
sucedido, ocurrió lo mismo:
lo divisé desde lejos y mi
corazón comenzó
nuevamente a latir: BUM
BUM BUM, de alegría. Lo
miré, y sus ramas
comenzaron a vibrar, como
si su emoción de alegría por
verme, hicieran bailar a
todas las hojas que lo visten
de verde.
Al llegar a su lado, lo saludé y
nuevamente, en un acto sin
pensar, lo abracé con todo mi
amor, así como cuando abrazo a
mamá, a papá o a un ser muy
querido. Creo que siento un gran
cariño por él, desde el primer
momento en que compartimos.
Al cuarto día, volvió a suceder lo
mismo: lo diviso desde lejos y mi
corazón comienza a latir BUM BUM
BUM de alegría y sin dudarlo, lo
saludo desde lejos. Sentí como todo
su Ser nuevamente, vibraba al
verme. Nos abrazamos largo rato, y
comenzamos una LAAAAAARGA
conversación.
Me contó, que yo me puedo comunicar, con
todos los vegetales, animales e insectos. ¡Me
puedo comunicar con todo lo vivo! Además, me
contó, que todos los Seres estamos hechos de
los mismos elementos. Según la teoría celular,
estos elementos químicos son: carbono,
hidrógeno y oxígeno.
¿Lo sabías?
Es decir, somos una GRAN, pero GRAN, GRAN Familia, con
MUUUUUUCHOS y DIVERSOS integrantes. Viviendo
TOOOOODOS JUNTOS, en una GRAN casa circular que flota y
danza con otros planetas y soles, en la inmensidad del espacio
infinito.
Donde cada uno de nosotros, cumple un IMPORTANTÍSIMO rol,
para mantener, cuidar y embellecer, nuestro hogar.
Un hogar lleno de agua, tierra,
vida, misterios, colores, aromas
y formas bellas.
Y para ti,
¿cuál de todos los paisajes o
formas del planeta, son los más
bellos?
El GRAN Árbol, también me contó, que
era importante escuchar lo que la
NATURALEZA nos tiene que decir,
puesto que todos los Seres que la
integran, tienen una GRAN, pero GRAN
experiencia en el CÓMO podemos vivir,
TOOOODOS en armonía, abundancia,
amor y belleza.
Para cuidar y respetar la belleza,
la abundancia y la magia que la
vida crea, NOSOTROS los Seres
humanos, podemos escuchar,
observar, reflexionar y aprender
CÓMO la vida emerge, se
desarrolla y evoluciona.
De esta manera, podemos evitar
vivir en ambientes que nos dañan,
como es el caso de aquellas
ciudades que no han respetado los
ciclos y la vida natural,
contaminando TERRIBLEMENTE
nuestra vida y nuestro hogar.
Otra cosa importante,
que me contó,
es que estamos todos
conectados.
¡SÍÍÍÍ!, como una
gran tela de araña.
Si algo le pasa a alguno de nosotros,
los Seres vivos, nos afecta a todos.
Por este motivo, es tan importante
cuidarnos entre TODOS.
Para comprender mejor esta conexión, presta MUCHA
ATENCIÓN, OREJA y CORAZÓN, que te daré un par de
ejemplos:
Si contaminamos una planta de tomate con insecticida, sus
frutos, es decir, los tomates, estarán en su interior
contaminados. Así, como cuando una madre que amamanta,
come algún alimento, ese alimento, sale también por su leche. Y
como estamos todos TAN, pero TAN, conectados, al contaminar
una planta de tomate, y yo al comerme el tomate, también me
estoy contaminando.
Otro ejemplo:
Cuando el Ser humano, contamina un río, el río —sin querer—
contaminará todo lo que le rodea: tierra,vegetales, animales y
humanos. Claro, porque si tomamos su agua o comemos los
alimentos de su tierra,
estaremos también dando, contaminantes a nuestro cuerpo.
Y lo MÁS, pero lo MÁS interesante,
es que toda la materia se transforma. Entonces, además, nosotros
los Seres humanos, estaremos eliminando de nuestro cuerpo
contaminantes, y estos, volverán a la tierra y a la mar. Por eso,
como una abejita, vaca o conejo, lo que elimines de tu cuerpo,
pueda ser un alimento sano para TOOOODO el planeta.
El GRAN Árbol, también me contó, que él y otros Seres vivos, sienten
MUUUUCHA, pero MUCHA pena, al ver como algunos Seres humanos,
contaminan, dañan y matan la vida por un pedazo de papel llamado
“Dinero”, o por la falta de consciencia de lo hermoso, amable y generoso
que es nuestro planeta “TIERRA”.
¿Has visto la diferencia entre
un paisaje habitado por
humanos, generadores de
tóxicos y basura, versus uno,
habitado por humanos que
protegen y cuidan la vida?
Hoy, el GRAN Árbol y yo, somos grandes amigos.
Él me siente venir, y sus ramas comienzan a vibrar,
igual que mi corazón. A su vez, asumí el compromiso
de cuidar de Él, de MÍ y de TOOOODOS los Seres del
planeta, pues como ya el GRAN Árbol nos comentó,
somos una GRAN familia, unida en este hermoso,
amable y generoso, planeta azul, al cual llamamos
“Tierra”.
Verde, amarillo, rojo y azul, este cuento se va cantando y
volando hacia el Sur, para contarle a otros Seres humanos,
que no estamos solos, sino por el contrario, TOOOOODOS
SOMOS una GRAN Familia que debemos AMARNOS, para
CUIDARNOS y RESPETARNOS.