a Princesa oe - anayainfantilyjuvenil.com · 11 Capítulo uno ˜ Normalmente tenemos clases de ......
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Para mi querida Zoecon todo mi cariño.
VF
Con especial agradecimiento a JD.
www.clubprincesas.com
Título original: Princess Zoe and the Wishing Shell1.ª edición: octubre de 2013
© Del texto: Vivian French, 2008© De las ilustraciones: Orchard Books, 2008
© Diseño de cubierta: Sarah Gibb, 2008© Orchard Books, 2008
© De la traducción: Eva Cano Fernández, 2013© De esta edición: Grupo Anaya, S. A., Madrid, 2013
Juan Ignacio Luca de Tena, 15. 28027 Madride-mail: [email protected]
ISBN: 978-84-678-4073-5Depósito legal: M-16.282-2013
Impreso en España – Printed in Spain
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artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijadaen cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio,
sin la preceptiva autorización.
El Castillo Esmeralda ofrece estudios completos para las princesas del Club, que podrán disfrutar de un
curso al lado del mar. Los estudios incluyen:
La Real Academia para la Preparación de Princesas Perfectas
(más conocida como «Academia de Princesas»)
Lema de nuestra escueLa: Una princesa perfecta siempre debe pensar primero en los demás,
antes que en sí misma; y ser amable, sincera y afectuosa.
M
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Reina Molly (Deportes y juegos)
loRd HenRy (Historia natural)
Rey JonatHan (Capitán del Yate Real)
Reina MadRe Matilda (Etiqueta y arreglos florales)
Una visita al Acuario y a la Piscina Educativa del Mundo
Marino Esmeralda
Una visita a la Isla de las Aves Marinas
Clases de natación (siempre bajo vigilancia)
Avistamiento de ballenas
La directora, la reina Gwendoline, supervisa a las estudiantes, que además reciben el cuidado
del hada madrina de la escuela, el hada Angora. Asimismo, en los cursos participan expertos y tutores
especializados, como:
KW W( §
S SCada año se celebra la Competición de la Tiara, para que nuestras alumnas se esfuercen en pasar de curso.
Todas las princesas que en el Castillo Esmeralda obtienen los puntos exigidos son invitadas al baile de honor, donde se les entregará la Banda Esmeralda.
Al año siguiente, las princesas galardonadas con las bandas pueden continuar los estudios en los
Torreones de Diamantes, nuestra residencia especial para princesas perfectas, en la cual podrán proseguir
su educación al más alto nivel.
TENGAN EN CUENTA, POR FAVOR, que nuestras princesas deben presentarse
en la Academia con un mínimo de:
M
Veinte tRaJes de baile (con todas las enaguas, lazos,
bandas, etc., necesarios)
doce Vestidos de día
siete tRaJes para ocasiones especiales,
como las fiestas del jardín
doce tiaRas
Zapatos de baile cinco pares
Zapatillas de teRciopelo tres pares
botas de MontaR dos pares
Trajes de baño, pareos, sombrillas, sombreros y
cuantos accesorios para estar al aire libre se requieran.
¡Hola!, soy la princesa Zoe,
y estoy MUY contenta de que estés aquí
con nosotras en el Castillo Esmeralda
No sé a ti, pero a mí me cuesta MUCHÍSIMO
concentrarme en clase cuando fuera hace
un sol espléndido y el mar está ahí al lado.
Sé que a Amelia, Leah, Ruby, Millie y Raquel
les pasa lo mismo… ¿Las has conocido ya?
Comparten la sala narciso conmigo,
y somos todas muy buenas amigas…
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TCapítulo uno
Normalmente tenemos clases de
buena conducta los viernes por la
mañana, y a veces da un poco de
miedo porque tenemos a la reina
madre Matilda de profesora, y es
MUY estricta. Puesto que estába-
mos llegando a final de curso, ha-
bíamos estado practicando para el
Día de Fin de Curso del Castillo
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La Princesa ZoeT T
Esmeralda. Todas íbamos a desfi-
lar por el muelle de un extremo a
otro antes de que se nos entregaran
las bandas, y la reina madre Matil-
da se pasaba cada clase vociferan-
do:
—¡Den seis pasos, luego DEN LA
VUELTA! ¡POR FAVOR, intenten
ser elegantes, princesas!
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y la caracola de los deseosT T
—Estoy segura de que estaré tan
nerviosa ese día que no me acorda-
ré de nada —dijo Raquel con pesi-
mismo mientras caminábamos ha-
cia el salón de baile—. Tengo
mucho miedo de no tener los sufi-
cientes puntos-tiara para conseguir
la banda.
—Yo también —añadió Amelia.
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La Princesa ZoeT T
—¡Pues anda que yo! —me que-
jé—. La última vez que traté de su-
mar mis puntos tenía alrededor de
treinta, y Diamonde se pasó toda la
semana pasada presumiendo de que
tenía por lo menos doscientos.
—Bueno… —dijo Ruby con cara
de incredulidad— me extraña mu-
cho que tenga tantísimos más que
tú, Zoe.
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y la caracola de los deseosT T
—Sí, Ruby tiene razón —Leah
me dio palmaditas en la espalda—.
Seguro que tú tienes UN MON-
TÓN más que ella. ¡A lo mejor es
que no sabes contar!
Agradecí que mis amigas me
apoyaran tanto, pero realmente es-
taba angustiada. Había soñado ya
un par de veces que era la única
princesa de toda la escuela que no
conseguía la Banda Esmeralda, y
me preocupaba que pudieran ser
de los sueños que se hacen reali-
dad…
—¡Mira! —Amelia me dio un co-
dazo—. ¡El hada M está en el salón
de baile en lugar de la reina madre
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La Princesa ZoeT T
Mati! Será que al final no tenemos
clase de buena conducta.
Eché un vistazo, y Amelia tenía
razón. El hada M, el hada madrina
de la escuela, estaba de pie en el es-
trado al fondo del salón de baile.
Había muchas filas de sillas y me-
sas colocadas como si fuéramos a
tener un examen. El corazón me
dio un vuelco. No recordaba que
nadie hubiera dicho nada de tener
que estudiar o repasar, pero era
consciente de que últimamente me
había pasado mucho tiempo miran-
do por la ventana y era posible que
no lo hubiera anotado en mi cua-
derno de clase.
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y la caracola de los deseosT T
—Princesas, siéntense, por favor
—tronó el hada M. Sin duda, tiene
la voz MÁS ALTA de todo el Cas-
tillo Esmeralda, y todas nos apresu-
ramos a nuestros sitios.
—Bueno —prosiguió—, sé que
esperaban tener una clase de buena
conducta, pero hay una tradición
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La Princesa ZoeT T
de fin de curso muy especial en el
Castillo Esmeralda. —Rebuscó en
su enorme bolso negro y sacó una
caracola preciosa. La apoyó cui-
dadosamente en la mesa que tenía
delante y continuó—: Esta caraco-
la de los deseos fue el obsequio de
un hada marina muy generosa. Si
piden un deseo meditado y desin-
teresado, ¡ese deseo se les conce-
derá!
Hubo un murmullo, y el hada M
nos sonrió.
—¡Que levante la mano quien se
acuerde de la clase que les di sobre
cómo pedir deseos con sensatez y
sabiduría!