Aas Gregor y Riedmiller Andreas - Arboles de Hoja Caduca

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Cómo clasificarlos: Cómo conocerlos:

• Código de identificación por colores • Curiosidades y sorpresas de fácil utilización. de nuestros árboles.

• 350 fotografías en color de los árboles, • El árbol a lo largo del año: sus ho¡as, flores, frutos y cortezas. germinación, floración,

• Rápida identificación mediante polinización, fructificación el 11 cuadro de ho¡as". y semilla.

Cómo protegerlos:

• Protección del árbol en la naturaleza y en los parques.

• El árbol en la ciudad. • Observaciones sobre

la plantación . y poda de un árbol.

_ Editorial Everest, S. A.

Cómo clasific.arlos, reconocerlos y protegerlos. Los árboles de ho¡a caduc.a más importantes de Europa. Clasificación mediante código de identificación por colores. Guía de protección del árbol de bosques y ¡ardines.

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Gregor Aas Andreas Riedmiller

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Yemas de falso plátano abriéndose.

Clasificación simplificada de los árboles caducifolios

e Apartado clasificatorio (páginas 46·143) Fotografías en color de los árboles caducifolios, de sus hojas, de sus flores, de sus frutos y de sus cortezas. Textos que registran las características más importantes

e Código de identificación por colores (véase contraportada) Mediante franjas de colores y símbolos de hojas se distinguen tres grupos de árboles: - árboles caducifolios con hojas pinnadas

árboles caducifolios con hojas indivisas y opuestas - árboles caducifolios con hojas indivisas y alternas

e Tipos de hoias (solapa posterior) Visión panorámica de las hojas de los grupos arbóreos más extendidos. Las referencias a las páginas facilitan la búsqueda de la especie en cuestión.

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Clasificación mediante el código de identificación por colores:

Páginas 50-71 Árboles caducifolios con hojas pinnadas. Cada hoja consta de varios folíolos.

Páginas 72-87 Árboles caducifolios con hojas indivisas y opuestas. Las hojas se encuentran en la rama una frente a otra.

Páginas 88-143 Árboles caducifolios con hojas indivisas y alternas. Las hojas se alternan a lo largo de la rama.

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Inflorescencias roias del castaño de Indias

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,

Gregor Aas Andreas Riedmiller

verde

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Clasificación, conocimiento y protección de los árboles caducifolios más impor­tantes de Europa. Guía de protección del árbol en bosques y jardines

350 fotografías en color de Andreas Riedmiller 25 dibujos de Gyorgy Jankovics

EDITORIAL EVEREST, S. A.

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Hoias de ciclamor

7 Prólogo

Dendrografía 1 O ¿Qué es realmente un árbol?

Diferencia entre arbusto y árbol. El árbol tiende hacia arriba.

/

Arboles de hoja caduca y coníferas. El gingko, caso aparte. Designación científica.

16 Notas sobre la arquitectura de los árboles caducifolios. Y e mas terminales y yemas laterales.

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~

lndice

"Tipo roble'' y "tipo chopo". Segundos renuevos.

/

Ultimas reservas: yemas latentes. Brotes largos (macroblastos) y brotes cortos (braquiblastos ).

20 Las hojas de los árboles caducifoHos. Disposición. Constitución. Tipos de hoja. Las hojas son muy variables

24 Las flores no siempre son fácilmente reconocibles. Las flores: brotes con hojas metamorfoseadas. Inflorescencias. Polinización y fecundación.

28 Semillas y frutos. Tipos de frutos. Cómo "se mueven" los árboles. ¿Cuándo y cuántas veces florecen y fructifican los árboles?. Reproducción sin semillas.

32 Los difíciles comienzos: la germinación. Lo que importa es el momento preciso Nacimiento de un árbol.

38 Las yemas: forma en reposo de los brotes tiernos. Escamas protectoras. Yemas foliares y yemas florales. Y e mas laterales y yemas terminales. Identificación de los árboles en • • 1nv1erno.

38 La corteza: piel del árbol. Corteza y súber: diferencia. ¿Pueden clasificarse los árboles caducifolios por su corteza? Tipos de corteza.

44 Los á1rboles de hoja caduca a lo largo del año. El inyierno impone el reposo. Comienza la primavera. Verano: período de fructificación. Otoño: despedida con color.

Clasificación de los árboles caducifolios 48 Consejos e indicaciones.

/

50 Arboles caducifolios con hojas pinnadas.

/

72 Arboles caducifolios con hojas indivisas y opuestas.

/

88 Arboles caducifolios con hojas indivisas y alternas.

Protección 146 Volviendo a los árboles caducifolios.

De la multiplicidad a la unicidad. Protección. Plantación.

/

Arboles caducifolios en un medio urbano.

152 Índice de especies y temático.

Prólogo

Sentimos un enorme cariño por los árboles. Sobre todo por los que presentan un aspec­to venerable, como los tilos, los robles y los castaños que adornan las plazas, las calles y los jardines. Los árboles caducifolios pre­sentan la particularidad de cambiar de as­pecto cuatro veces al año. Al delicado ver­de de las yemas sucede el verde intenso de las hojas estivales, que adquieren en otoño tonos rojos, amarillos o pardos. En invier­no percibimos la silueta finamente articula­da del árbol: se observa claramente su es­tructura.

Este nuevo título de "Grandes Guías de la Naturaleza" presenta los árboles caducifo­lios más importantes de Europa central e incluye, además, las especies mediterráneas y los árboles exóticos de nuestros parques. Se reproducen las hojas de cada especie, por ser ésta la característica m.ás importan­te, aparte de las fotografías del árbol ente­ro, de sus ramas, sus flores, sus frutos y de su corteza que aparecen en el capítulo co­rrespondiente a la clasificación. El código de identificación por colores permite acce­der rápidamente a los grupos de árboles y facilita la identificación de las especies bus­cadas.

Esta nueva guía Everest, no obstante, no es un simple manual de clasificación. En sus páginas se describen la constitución y el pro­ceso vital del árbol, su importancia en los ci­clos naturales y su adaptación al clima y al medio ambiente.

Por otro lado nuestros árboles caducifolios son seres delicados. Quien se disponga ma­nejarlos, encontrará indicaciones sobre la protección de estos árboles y sugerencias sobre el modo de plantarlos y cultivarlos en el propio jardín.

Los autores y diseñadores de esta guía Eve­rest desean a sus lectores que el trato con los árboles de hoja caduca les resulte satis­factorio y grato.

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En otoño los árboles de hoia caduca brindan una espléndida paleta con las más diversas tonalidades amarillas, pardas y roias.

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Los árboles caducifolios constituyen una parte fundamental de nuestro medio ambiente. Ocupan amplias extensiones de nuestro paisaie y son elementos importantes de nuestros parques y iardines. A pesar de todo, desconocemos en gran medida su proceso vital. La breve 11 dendrografía" que sigue es una introducción a la biología de este tipo de árboles. Estudia la constitución del árbol, su proceso de crecimiento y de ramificación, su florecimiento, su fructificación y la aparición de un nuevo árbol a partir de una semilla. Ahora bien, más allá de la mera transmisión de conocimientos, las siguientes páginas aspiran a inducir al lector a que salga al campo y a que realice sus propias observaciones en el maravilloso mundo de los árboles caducifolios.

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Dendrografía

¿Qué es realmente un árbol?

Tanto los árboles como los arbustos son plantas leñosas, debido a que sus ramas

y troncos se lignifican en mayor o menor medida y consecuentemente aumentan de diámetro .. El vigor y la lignificación de sus ramas y troncos permiten a los árboles .cre­cer más que las otras plaptas y soportar el enorme peso de sus copas. Y esto por sí mismos, creciendo erguidos, a través de ge­neraciones y generaciones, a pesar de todas las inclemencias del tiempo. La lignificación distingue a las plantas leño­sas de las herbáceas, como la flor de los prados; cuyo tallo, una vez alcanzado el ta­maño inicial, no aumenta de diámetro o lo hace mínimamente. Las plantas herbáceas no se lignifican J;J:Un~a o ~ólo experimentan UnB; leve lignificación en SU base.

Diferencia entre árbol y arbusto Comparados con los arbustos, los árboles son más altos y generalmente tienen un tronco principal con una copa ramificada a más o menos metros de altura sobre el sue­lo. Por el contrario los arbustos se ramifican

Copa de un haya. Las copas de los árboles cadudfolios suelen presentar una estructura mucho más irregular que la de las piceas y los abetos. En muchos casos, como sucede en esta haya, resulta difícil identificar el tronco principal. Las copas de las hayas se caracterizan por la relativa perpendicularidad de sus ramas.

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en la misma base, por lo cual tienen varios troncos. Aunque normalmente son más ba­jos que los árboles, es su diverso tipo de ra­mificación la característica más importante en el momento de distinguir estas dos for­mas vegetales. El eje principal de un árbol se prolonga creciendo hacia la cima; a su vez también las ramas crecen en dirección a la cima. De este modo con el tiempo los ár­boles se diferencian por el tronco y por la copa. Los arbustos, por su parte, desarrollan constantemente brotes nuevos a partir de su base, presentando pequeños troncos de diámetro más o menos uniforme. N o es posible establecer una separación ne­ta entre el tronco principal y la copa. Pase­ando con cierta atención por el campo y por el bosque se observa que en mucho casos no es tan fácil distinguir entre árboles y ar­bustos y que frecuentemente se dan casos intermedios entre ambas formas vegetales. A la naturaleza le tienen sin cuidado nues­tras definiciones de sus fenómenos. Así, por ejemplo, en condiciones favorables

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Arbolo arbusto

11Hayas venteras11 en las cumbres de la Selva Negra

de desarrollo el haya es, sin duda ninguna, un árbol. En un monte alto y cerrado su co­pa se desarrolla al final de un largo tronco, carente d~ ramas hasta muy arriba. Esta es­pecie desarrolla una forma totalmente dis­tinta en montes cercanos a los límites de ar­bolado, por ejemplo en los Vosgos y en los Apeninos. En estas zonas las fuertes hela­das y las grandes nevadas impiden que se forme un tronco erguido y que se alcancen grandes alturas. De ahí que en las zonas montañosas el haya, y también el serbal de los cazadores y el abedul, parezcan más un arbusto que un árbol. Incluso en condicio-

, . . nes optlmas, otras especies presentan carac-terísticas tanto de arbusto como de árbol. El cerezo-aliso, por ejemplo, se desarrolla frecuentemente con varios troncos, que pueden alcanzar hasta quince metros de al­tura, lo cual no es usual en un arbusto. El sauce cabruno crece unas veces en forma de árbol y otras en forma de arbusto. El sauce negro es normalmente un arbusto,

Las condiciones a·mbientales determinan en gran medida el aspecto de los árbole_s. Estas hayas alcanzan menor altura y desarrollan sus copas por un solo lado por la acción de vientos const.antes y fuertes que soplan en una determinada dirección.

aunque en ocasiones con el tiempo se con­vierte en todo un árbol.

. El árbol tiende hacia arriba Aunque la altura no constituye el criterio determinante para distinguir un árbol de un arbusto, generalmente los árboles son más altos que los arbustos. Las variedades aus­tralianas de eucalipto, por ejemplo, son, con sus alturas superiores a los cien m.etros, los seres vivos más altos de la tierra. Los árboles caducifolios de nuestras Iatitu-

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Dendrografía

Sauce cabruno en invierno

des alcanzan; por el contrario, alturas más modestas. Sin embargo - siempre que se den condicio­nes favorables- , el roble albar, el haya, o el tilo superan los treinta metros. Las grandes alturas son muy importantes para las plantas, pues ofrecen grandes ven­tajas en la lucha por la luz, que constituye un factor decisivo en la vida vegetal. Con todo, son muchos los árboles de hoja cadu­ca que en cuanto a la altura no se distin­guen nada o se distinguen muy poco de los grandes arbustos. Finalmente, por su ramificación, los bonsais son también árboles, aunque a los cien años su diámetro sólo tenga unos pocos centíme­tros, debido a que el hombre no les permite que se desarrollen totalmente hasta alcan­zar un tamaño superior.

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A diferencia de los órboles, los arbustos se ramifican en mayor o menor medida ya en su base. De áhí que, como sucede en este sauce cabruno, pueda formarse todo un ramillete de pequeños troncos en forma de varillas.

Árboles de hoia caduca y de hoia perenne. Los árboles suelen clasificarse en caducifo­lios y perencifolios. Por regla general las hojas de los primeros son planas. En nuestras latitudes éstos se muestran verdes en verano, mientras que en la estación invernal se presentan sin ho-• Jas.

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El gingko, un caso aparte

Por su parte, un buen número de perennifo­lias como la picea y el abeto, tienen hojas en forma de aguja o de escamas, como el ci­prés, tan frecuente en nuestros jardines y cementerios. Con pocas excepciones (el alerce, por ejemplo) conservan sus hojas verdes durante todo el año. Los botánicos por su parte manejan otro criterio para dis­tinguir los árboles de hoja caduca de las co­níferas. Los primeros son angiospermas (Angiospermae), es decir, sus semillas se encuentran en las flores siempre recubiertas por un ovario, en tanto que las coníferas son gimnospermas (Gymnospermae), con las semillas al desnudo, como su nombre in­dica, y no recubiertas por un ovario.

El gingko, un caso aparte El gingko ( Gingko biloba) es un árbol que siempre induce a la confusión. Aunque es caducifolio, no es una angiosperma, sino una gimnosperma como las coníferas. Las clasificaciones botánicas consideran el ging­ko como el único representante de un gru­po único distinto de las coníferas.

Hoias de gingko. Aunque es un árbol caducifolio; no ·es una

• • angiosperma, s1no una gimnosperma como las coníferas. Se le ·considera como un ''fósil vivo", pues es el único representante de una familia que alcanzó su período de esplendor hace más de 1 00 millones de años.

Designación científica Como es usual en la sistematización bioló­gica, también en los árboles caducifolios el nombre latino consta de dos palabras. La primera designa el género, es decir , el grupo formado por especies afines (por ejemplo, las diversas variedades de roble llevan el nombre genérico de Quercus ). La especie se designa con el segundo nom­bre (Quercus robur, carvallo, a diferencia del Quercus petraea, roble albar). Tras el nombre científico viene (general­mente abreviado) el nombre del botánico (o de la. botánica) que fue el primero en describir la especie teniendo en cuenta las reglas de la nomenclatura. Dentro de la es­pecie existen como unidades inferiores la subespecie (abreviación: ssp.) y la variedad (var.). Una x delante del nombre de la es­pecie sirve para designar las especies híbri­das (por ejemplo, Aesculus x carnea, casta­ño de Indias rojo.

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Dendrografía

Notas sobre la a de los árboles ca

• u1tectura ucifolios

Los árboles caducifolios pueden alcanzar grandes alturas, debido a que su creci­

miento se prolonga durante décadas ente­ras. En nuestras latitudes los árboles no cre­cen de una manera continua, sino en forma de impulsos más o menos acentuados, pues cada año desarrollan nuevos vástagos.

Yemas terminales y yemas laterales Para comprender el crecimiento del árbol y su ramificación es preciso observar deteni­damente la explosión de una yema en pri­mavera. Cuando los días son suficientemente largos y cálidos, las yemas se convierten en brotes recubiertos de hojas. En un momento dado del período vegetativo este brote concluye su desarrollo con la formación de una yema terminal en su extremo. A estas alturas, en las axilas de las hojas se han formado ya al­gunas yemas laterales. En la primavera si­guiente brotan tanto las yemas laterales co­mo las terminales. La yema terminal da

Brotes troncales de un sauce. Son brotes formados al estallar las yemas dormidas del tocón de un árbol caído. Gran parte de nuestros bosques se cultivaron antiguamente como bosques de brotes troncales (montes baios y medios). El

• • • re1uvenec1m1ento se efectuó plantando directamente los árboles en el tronco; la . , . . generacaon saguaente se formó a partir de brotes troncales.

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lugar al brote guía, que continúa el eje ma­terno desarrollado por el brote anual del año anterior. Suele ser el más largo y vigo­roso de los brotes nuevos. Las yemas latera­les originan brotes laterales como ramifica­ciones de los ejes maternos. A su vez los nuevos brotes desarrollan yemas terminales y laterales que brotarán el año siguiente. Este proceso, repetido constantemente du­rante muchos años, determina un sistema de brotes cada vez más ramificado. Por en­grosamiento, los brotes laterales se convier­ten en ramas y el brote guía del joven arbo­lito se convierte normalmente en el tronco. Por variación de este principio de creci­miento las distintas especies de árboles pue­den presentar diversos tipos de copas. El diámetro del tronco y de las ramas, la inten­sidad de la ramificación, el ángulo que for­man los ramos con las ramas y éstas con el tronco y, finalmente, el perfil de la copa formada son otras tantas características que definen el aspecto de una especie.

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"Tipo roble" y ''tipo chopo''

Rama de un haya en la fase en que brotan las hoias

Adviértase que el proceso descrito de creci­miento en longitud es un esquema básico simplificado, que en la naturaleza presenta muy diversas variantes. Las influencias del medio ambiente imponen modificaciones de la arquitectura de un árbol fijada genéti­camente dentro de ciertos marcos.

11Tipo roble 11 y "tipo chopo". En cuanto a la duración del crecimiento longitudinal anual de los brotes pueden distinguirse dos tipos: • El "tipo roble", en el que el crecimiento

longitudinal anual de los brotes al ini­ciarse el período vegetativo tiene lugar en un impulso corto pero vigoroso. En condiciones climáticas favorables bastan dos o tres semanas para que los brotes y las hojas del roble, del haya, del fresno y del castaño de Indias se desarrollen ple­namente.

• El "tipo chopo", en el que los brotes van creciendo longitudinalrnentea lo largo

En primavera los nuevos brotes se desarrollan a partir de las yemas. Las yemas terminales originan brotes guía y las laterales dan lugar a brotes laterales. En el haya estos últimos suelen ser cortos.

de todo el período vegetativo formándo­se constantemente nuevas hojas. Este ti­po incluye los chopos , los sauces, los abedules, los alisos y las robinias. Sin embargo, muchas de las especies arbóre­as no pueden clasificarse inequívoca­mente en ninguno de los dos tipos.

Segundos renuevos En nuestras latitudes lo normal es que los árboles echen hojas una vez al año, concre­tamente en primavera. No obstante, algu­nas especies arbóreas (el hecho es frecuente en el carvallo y en el roble albar) lo hacen también en verano. En estos casos se for­man yemas en los brotes que, formados el

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Dendrografía

mismo año, habrían de estallar en la prima­vera siguiente. Esta brotadura anticipada suele acaecer a finales de junio, en torno a la fiesta de san Juan.

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Ultimas reservas: yemas latentes También puede darse el caso inverso. En muchas especies arbóreas una parte de las yemas formadas durante el verano no brota en la primavera siguiente, sino que se man­tiene en estado de reposo, por lo que se se habla en estos casos de "yemas latentes". En casos extremos las mismas pueden bro­tar incluso décadas enteras después de for­marse. Los brotes troncales, es decir, los brotes que aparecen en el tocón de un árbol caído, se forman así. La brotadura de estas yemas es también la causa de que en tron­cos gruesos de robles, de olmos y de carpes aparezcan con frecuencia brotes jóvenes. El desarrollo de tales ramas se debe muchas veces a que el tronco se ha quedado sin los árboles próximos que le daban sombra. Al caer directamente sobre el tronco mayor cantidad de luz hace que broten las "yemas latentes". Tratándose de robles de gran va­lor, sin ramas hasta su parte más alta, estas ramas constituyen el espanto de los guardas forestales, pues reducen sensiblemente el valor de los troncos, sobre todo desde el punto de vista de su aprovechamiento para la fabricación de muebles, por la presencia de nudos en la madera. Por otra parte, la posibilidad de que puedan brotar las yemas latentes representa una gran ventaja para el mismo árbol. Un roble que, debido a una helada tardía se haya quedado sin hojas en primavera, gracias a las "yemas dormidas" puede encontrarse muy pronto en situación de tener su copa plenamente poblada de hojas.

Brotes largos (macroblastos} y brotes cortos (braquiblastos}

Atendiendo a su longitud los brotes de ·mu­chas especies arbóreas se clasifican en lar­gos y cortos. Los brotes largos permiten al árbol funda-

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mentalmente desarrollarse en el sentido de la altura y de la amplitud, es decir, ganar es­pacio. Como consecuencia de una extensión clara de su eje pueden alcanzar una longi­tud comprendida entre varios centímetros y algunos decímetros. A su vez los brotes cor­tos hacen posible que el espacio conquista­do se pueble de hojas de un modo intenso y uniforme, aprovechando al máximo la luz disponible. Su longitud se limita a unos po­cos milímetros o centímetros y generalmen­te no están ramificados. Al comprimirse los ejes de los brotes las hojas se presentan muy juntas. En el haya se distinguen clara­mente los brotes largos y los cortos. El eje principal de una rama de varios años culmi­na generalmente en un brote largo, que en verano se distingue por el hecho de que las hojas aparecen individualmente sobre el mismo brote netamente separadas las unas de las otras. Por el contrario, las ramas late­rales suelen ser brotes cortos. En este caso las hojas suelen estar muy juntas, casi como en una roseta. También tiene brotes largos y cortos el álamo temblón, el falso plátano, el serbal de los cazadores, el cerezo, el peral y el manzano. En otras especies, como el ti­lo, el carpe blanco o el roble, los brotes lar­gos y los cortos se suceden entre sí. Con fre­cuencia resulta imposible establecer una distinción neta entre ambos tipos de brotes.

Castaño con ramas adheridas en el tronco. Las ramas adheridas surgen al brotar las 11yemas latentes". Gracias a ellas el árbol puede regenerar la copa 11 desde abaio". Se trata de algo necesario cuando por enfermedad o por desga¡arse ciertas ramas la copa pierde algunas de sus partes.

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Las hoias de los árboles caducifolios

1 as hojas tienen gran importancia en la l.clasificación de los árboles. En las espe­cies de verdor estival las hojas están dispo­nibles durante todo el período vegetativo, mientras que en las de verdor permanente, lo están durante todo el año.

Disposición Las hojas aparecen dispuestas en el eje cau­linar según determinadas leyes. Por su lige­ro engrosamiento, se denomina nudo el punto de inserción de las hojas en el tallo (véase dibujo inferior).

Disposición alterna Se habla de disposición alterna cuando de cada nudo sale una hoja. La doble hilera constituye un caso especial de esta disposi­ción. En este caso las hojas están en el tallo en dos líneas longitudinales, de forma que las de dos nudos próximos se encuentran exactamente enfrente la una de la otra. Así, todas las hojas de un tallo se extienden cla­ramente en un plano.

nudos

opuestas alternas

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Disposición opuesta Se habla de disposición opuesta cuando dos hojas se encuentran en el mismo nudo una enfrente de otra.

Disposición verticilar La disposición verticilar, en la que de un mismo nudo brotan tres o más hojas, es po­co frecuente en los árboles de nuestras lati­tudes.

Constitución Una hoja completa (véase pag. 22, arriba) consta de limbo, pecíolo y base foliar. La base foliar generalmente se reduce a un mínimo engrosamiento de la base del pecío­lo. Puede tener dos o más pequeños apéndi­ces: las estípulas. En muchas especies arbó­reas las estípulas caen al poco de abrirse las hojas, mientras que en otras, como los sau­ces, se conservan más tiempo. El limbo,la parte más importante de la hoja, está reco­rrido por toda una red de cGnductos, las ve­nas o nervios foliares, que llevan el agua y los principios nutritivos a las células y trans­portan los productos obtenidos a través de la fotosíntesis. El nervio principal o central, que es una prolongación del pecíolo, se ra­mifica en los nervios laterales, que a su vez también se ramifican. Las palmatinervias carecen de nervio central , pues de un mis­mo punto de la base del limbo salen varios nervios foliares de diámetro similar.

Disposiciones de las hoias en el eie del tallo. Se habla de disposición opuesta cuando de un mismo nudo salen dos hoias. Las hoias son alternas cuando cada nudo sólo tiene una ho¡a.

Ho¡a de roble amentano en otoño.

El cambio de color que las hoias experimentan en otoño se debe a la desintegración del colorante verde de la hoia: la clorofila. De este modo se imponen los tonos amarillos y roios.

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limbo

. nerviO

medio

1---- pecíolo

estípulas

Partes de una hoia

El limbo o lámina foliar está atravesado por una red de conductos: los nervios (o venas) foliares. El coniunto de todos ellos constituye la nervadura de la ho¡a.

Tipos de hoia Hojas indivisas Los limqos son simples o indivisos cuando su superficie es continua.

Hojas pinnadas Una hoja pinnada está formada por varios folíolos separados entre sí (pinnas ). Los fo­líolos se asientan en el raquis, que constitu­ye la continuación del pecíolo.

Diversos contornos de hoias. Son enteras las hoias con borde liso. En las hoias aserradas se suceden alternativamente los dientes y las incisiones agudas. En las hoias dentadas los dientes, afilados, se unen mediante incisiones redondeadas.

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La hoja es imparipinnada cuando consta de varios pares de folíolos y un único folíolo al final del raquis (por ejemplo, el nogal). La hoja es paripinnada cuando carece de folía­lo terminal (por ejemplo, el algarrobo). El castaño presenta hojas pinnatipalmea­das; todos los folíolos salen de un punto si­tuado al final del pecíolo. Las hojas son do­blemente pinnadas cuando los folíolos son también pinnados (por ejemplo, el raigón del Canadá).

Las hoias son muy variables Generalmente las hojas presentan caracte­rísticas específicas muy marcadas. Lo cual no impide, sin embargo, que las hojas de di­versos árboles de una misma especie o in­cluso las de un mismo árbol puedan variar mucho. A quien haya estudiado ·atentamen­te varias hojas de un roble le habrá sorpren­dido la gran variedad de sus formas y de sus tamaños. Así, las hojas de la base de un ta­llo anual son distintas de las del extremo y las de los segundos renuevos, las de los bro­tes troncales y las de las ramas adheridas son distintas de las que brotaron en prima­vera. Es preciso tener en cuenta estas dife­rencias para determinar la especie.

e ntero dentado aserrado

)

En las hoias simples o indivisas el limbo constituye una superficie continua. Atendiendo a la forma las hoias se clasifican en lanceoladas, ovadas, redondeadas y lobuladas. En las hoias palmatipartidas los nervios que conducen a los diversos lóbulos parten de un punto en base del limbo (hoia palmatinervada). A su ve:z los nervios de los lóbulos de las hoias pinnatilobuladas son nervios laterales del nervio medio.

En las ho¡as compuestas, el limbo está formado por varios folíolos separados entre sí (pinnas). En las hoias imparipinnadas, además de los folíolos laterales pares el raquis lleva en el extremo un folíolo terminal, que falta en las ho¡as paripinnadas. Se llaman palmatipinnadas las hoias cuyos folíolos salen radialmente del extremo superior del pecíolo.

Tipos de hoia

pinnati­

lobulada

lanceolada

Formas de hoias simples

tmpar

pinnada

folíolo

terminal

. raqms

Formas de hoias compuestas

ovada

redondeada

palmatipartida

. . pan-

pinnada

palmati­

pinnada

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Las flores no siempre son fácilmente reconocibles

Son muchas., pro~ablemente, las personas que, aun c~noc1endo las hayas, los ro­

bles y los fresnos, no tienen conciencia de haber visto sus flores. A diferencia de las vistosas y claramente visibles flores del ser­bal de los cazadores, del cerezo silvestre, del castaño o de la aromática flor del tilo, las flores de muchas de nuestras especies arbóreas pasan desapercibidas. Ahora bien, quien haya observado con detenimiento las flores del fresno o hayá visto un arce real en plena floración, habrá comprobado que las mismas no son menos maravillosas.

Las flores: brotes con hoias metamorfoseadas' Las flores son el extremo comprimido de un brote cuyas hojas se han metamorfoseado o transfoFmado en función de la reproducción sexual de las plantas. Una flor completa, como la de cerezo sil­vestre, de arce real o de falso plátano, cons­ta de sépalos, de pétalos, de estambres y de carpelos. Los pétalos y los sépalos juntos forman el periantio. En los árboles de hoja caduca este tipo bá­sico de flor presenta numerosas variantes. Con frecuen.cia el periantio está formado por hojas de la misma naturaleza, por lo

pétalo

estambre

. estilo sépalo

ovan o pedúnculo floral

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cual no consta de cáliz y de corola. Los ro­bles y los olmos, por ejemplo, poseen pe­riantio simple. Las flores del sauce no tie­nen ni sépalos ni pétalos, por lo cual se las califica de desnudas. Teniendo en cuenta la forma de la corola, mejor dicho, sus relaciones ·de simetría, se distingue entre flores radiales y flores cigo­morfas. Las primeras se presentan en forma de radios o de estrella y pueden dividirse en mitades iguales según varios planos de si­metría. Por el contrario, la flor cigomorfa (como la de las leguminosas) sólo admite

, un plano de simetría. Las flores con estambres ·y carpelos se lla­man hermafroditas (por ejemplo,las del tilo, la robinia y el cerezo silvestre). Por el con­trario las flores unisexuales sólo tienen o es­tamb_res (flores masculinas) o carpe los ( flo­res femeninas) . Se dice que las flores están

· monoicamente distribuidas (o que la espe­cie es monoica) cuando el árbol tiene tanto flores masculinas como- femeninas (como el roble, el abedul y elf) haya). Están distribui­das dioicamente (la especie es dioica) cuan­do las flores masculinas y las femeninas se encuentran separadas en individuos distin­tos (como el sauce y el chopo).

Constitución de una flor completa. Una flor hermafrodita consta de sépalos (su coniunto es el cáliz), de pétalos, generalmente de ·vistosos colores (su coniunto es la corola), de estambres y de carpelos. Los últimos, individualmente o agrupados, forman el ovario, que recubre los rudimentos seminales.

>

Rama de roble c.arvaiJo con flores masculinas y femeninas

En muchos árboles caducifolios las flores están distribuidas monoica mente, es decir, las flores masculinas y las femeninas se encuentran en el mismo individuo. En el roble carvallo las ·flores masculinas aparecen dispuestas en largos amentos péndulos y las femeninas, poco vistosas y de color ro¡o, en inflorescencias situadas en el extremo de los tallos anuales.

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Inflorescencias En los árboles de hoja caduca las flores apa­recen aisladas sólo en contadísimas ocasio­nes. En la mayor parte de los casos las flores se unen formando inflorescencias. Teniendo en cuenta las características y el grado de la ramificación se pueden distinguir varias for­mas (véase dibujo abajo). El amento es uno de los tipos más frecuentes en los árboles anemógamos. Es una inflorescencia péndula (raramente erguida, como en el sauce) y es­piciforme, que después de la floración se desprende totalmente. Los gatillos del aliso, del abedul y del roble o los del sauce perte­necen a este tipo. En este caso la flor, única, es tan pequeña que sólo puede reconocerse observándola atentamente con ayuda de una lupa.

raétmo panícula

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Polinización y fecundación Para que una planta pueda producir semi­llas son precisas la polinización y fecunda­ción de sus flores. La polinización significa que los granos de polen de los estambres pasan a los órganos femeninos de la flor (concretamente en los árboles de hoja ca­duca al estigma del pistilo). En nuestros bosques la polinización se efectúa por me­dio de los insectos o a través del viento. Entomopolinización Los insectos son atraídos bien por el llama­tivo color de la corola, bien por la fragancia del néctar. Al buscar su alimento en las flo­res, los insectos se cargan del polen, que es adherente y que ellos transportan de una flor a otra.

Diversas inflorescencias. En la mayor parte de los árboles de hoia caduca se

. ¡untan varias flores para formar una inflorescencia. Teniendo en cuenta el modo de su ramificación y la circunstancia de que las flores (representadas en el dibuio por un círculo) sean pedunculadas o sésiles se distinguen diversas formas de inflorescencia.

simpk

capítulo éO 111 JHIL'S 1 a

Polinización y fecundación

Inflorescencias masculinas del fresno excelso

Anemopolinización Dada su · búsqueda selectiva de las flores, los insectos son los polinizadores más segu­ros. Por el contrario, el éxito de la anemo­polinización o polinización a través del viento depende mucho más del azar. El he­cho de que, a pesar de todo, nuestros árbo­les de hoja caduca sean mayoritariamente anemógamos (por ejemplo,el roble, el haya, el carpe blanco, el aliso, el abedul, el olmo) se debe a que en el curso de la evolución se han adaptado perfectamente a esta forma de polinización. La más importante de estas adaptaciones consiste en la producción de ingentes canti­dades de polen. Basta tocar con la punta del dedo el amento masculino maduro de un aliso para formarse una idea de la enorme cantidad de granos de polen que puede des­prenderse de una sola inflorescencia. El he-

Las inflorescencias del fresno contienen numerosas florecillas apétalas y asépalas. En el fresno, además de las flores hermafroditas hay flores exclusivamente masculinas (como en la fotografía) y flores exclusivamente femeninas.

cho de que la mayor parte de los árboles de hoja caduca florezcan en una época del año en que las hojas o no han salido todavía o sólo están empezando a salir, facilita el transporte del polen de un árbol a otro. Cuando las circunstancias climáticas son fa­vorables, el polen puede ser trasladado a grandes distancias. Ahora bien, la probabi­lidad de alcanzar el estigma de una flor de la misma especie es proporcionalmente in­ferior a la distancia, de modo que general­mente los árboles anemógamos suelen. ser polinizados por individuos próximos. Tras la polinización el polen pasa por el estilo al interior del ovario, donde se fecunda el óvulo y se inicia el desarrollo de la semilla y del fruto.

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Semillas y frutos

El fruto se define como la flor en su fase de maduración seminal. Generalmente se de­sarrolla a partir del ovario, cuyas paredes se convierten en la piel del fruto. Pero junto a los ovarios también pueden intervenir en la formación del fruto otras partes de la flor , como los pedúnculos. Las semillas se desa­rrollan dentro de los frutos en proceso de maduración. El número de semillas por fruto varía de es­pecie a especie. Por regla general el roble, el haya, el aliso o el abedul contienen una semilla por fruto, el samaridio del arce con­tiene dos semillas y la cápsula del castaño hasta tres. Las legumbres de la robinia y de la gleditsia de tres espinas contienen varias semillas.

Tipos de frutos Atendiendo a su estructura los frutos se cla­sifican en diversos tipos.

Folículo Está formado por un solo carpelo y se abre en la madurez en una sutura longitudinal.

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Legumbre Generalmente es alargado, se forma tam­bién de un solo carpelo pero casi siempre se abre bivalvamente en una sutura ventral y en otra dorsal. Es el fruto típico de las legu­minosas (ejemplo: robinia).

Cápsula Se forma a partir de varios carpelos, secos, membranosos o lignificados en la madurez, y se abre por orificios (ejemplo: paulonia, sauce).

Drupa En el fruto en drupa el pericarpo se divide en varias capas. Un hueso interno, duro y lignificado, recubre las semillas y aparece rodeado por un sarcocarpo carnoso y jugo­so (ejemplo: cerezo silvestre).

Nuez En el caso de la nuez el pericarpo se lignifi­ca totalmente y forma una cáscara más o menos dura que no se abre en la madurez (ejemplo: nogal)

Las inflorescencias femeninas del castaño contienen generalmente tres flores (rara vez una o. dos}, cuya característica más destacada son sus estigmas, filiformes y blanquecinos. La inflorescencia aparece rodeada en su base por un involucro común de escamas lanceoladas.

Propagación de las semillas

Infrutescencia del castaño con tres frutos

Frutos compuestos Derivan de flores con varios ovarios, cada uno de los cuales da lugar a un fruto parcial o frutito. La fruta compuesta cae en su tota­lidad.Las magnolias tienen frutos folicula­res compuestos. También la manzana es un fruto compuesto y su sarcocarpo se forma a partir del pedúnculo floral.

Cómo 11 se mueven" los árboles El hecho de que los árboles puedan con­quistar nuevos espacios vitales, concreta­mente, el hecho de que tras la última glacia­ción hayan podido "emigrar" a Centroeuro­pa desde sus áreas de repliegue situadas mucho más al Sur, se debe a su capacidad de adaptación. Las unidades de propaga­ción son las semillas o los frutos, y en conta­das ocasiones .las infrutescencias enteras.

De la pequeña inflorescencia femenina del castaño (fotografía página 28) se origina una infrutescencia casi del tamaño de un puño. Cada flor da lugar a una castaña brillante, en cuya punta se advierten claramente el estilo y el estigma. La cúpula, vigorosamente espinosa, rodea las castañas hasta su madurez.

Propagación de las semillas por animales Para propagarse los frutos de peso necesi­tan a los animales. El roble, por ejemplo, "no se movería" si no existieran arrendajos ardillas, palomas torcaces y diversos mamí­feros pequeños. Esperando malos tiempos todos ellos acumulan aplicadamente bello­tas y construyen numerosos almacenes, par­te de los cuales serán olvidados, por lo que en la primavera siguiente podrán aparecer brotes de roble. Los expertos hablan de la

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"siembra del arrendajo" para los casos en que de pronto aparecen pequeños robles muy alejados de sus padres. Considerando esta función no se explica la pésima fama que el arrendajo, desacreditado como vul­gar ladrón de nidos, tiene entre la gente. También los pájaros propagan los frutos en drupa o en pomo, como los del cerezo, el mostajo o el serbal. Los pájaros se comen los frutos, pero expulsan los huesos o semi­llas de difícil digestión.

Propagación de las semillas a través del viento La otra forma de propagarse las semillas o frutos se efectúa a través del viento. Las semillas de sauce y de chopo no sólo son minúsculas, sino que además están pro­vistas de penacho, y el viento puede fácil­mente transportarlas a varios kilómetros de distancia. También están perfectamente adaptados al vuelo los livianos y alados frutos del abedul y del olmo. Los pesados frutos del arce y del fresno tienen un ala unilateralmente lin­guliforme, que no sólo reduce la velocidad de caída, sino que determina un desplaza­miento helicoidal, de modo que según la in­tensidad del viento caen a mayor o menor distancia del árbol. Sucede prácticamente lo mismo con los ti­los, sólo que en este caso son infrutescen­cias enteras las que por los mecanismos del vuelo se alejan del árbol materno. El aliso constituye un caso aparte; sus fru­tos se propagan a través del viento y del agua. Los "flotadores" de la cáscara, llenos de aire, facilitan el desplazamiento acuáti­co.

¿Cuándo y cuántas veces florecen y fructifican los árboles? La edad en que los árboles florecen y fructi­fican por vez primera -se habla de "puber­tad" o de "florabilidad" de los árboles cam­bia de especie a especie. En ef momento de la primera floración influyen, además, toda una serie de factores ambientales. En general los árboles aislados (solitarios)

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florecen antes que sus congéneres situados en un bosque cerrado. En condiciones favo­rables el chopo, el sauce, el abedul o la ro­binia alcanzan la "pubertad" a los 1 O años, mientras que el roble o el haya necesitan de 30 a 40 años para llegar a ella. Muchas especies presentan cada año distin­ta intensidad de floración y de fructifica­ción. En el roble y en el haya las tempora­das buenas de semillas, las llamadas cosechas plenas, se presentan con intervalos más o menos irregulares de algunos años, en tanto que el sauce, el abedul o la robinia florecen y fructifican cada año. En general se puede afirmar que las espe­cies arbóreas fructifican con taiJ.ta mayor anterioridad cuanto más ligeras sean sus se­millas y frutos. Las especies fotófilas dan fruto generalmente antes que las umbráti­cas, que frecuentemente intercalan pausas. Muchas veces sucede que, aunque la flora­ción haya sido intensa, no existan frutos o éstos sean muy pocos, pues las heladas tar­días han podido quemar las flores o la pro­longación de un tiempo desapacible ha im­pedido la polinización.

Reproducción sin semillas Muchos árboles de hoja caduca se reprodu­cen perfectamente sin flores ni semillas, ·

Vástagos radicosos U na de estas formas de propagación ase­xual (vegetativa) es la formación de vásta­gos radicosos. En las raíces rastreras apare­cen vástagos que se convierten en brotes .erguidos y a flor de tierra y que con el tiem­po pueden dar lugar a individuos indepen­dientes. El álamo temblón, el álamo blanco, el aliso gris y la- robinia suelen desarrollar vástagos radicosos. Muchas veces lo hacen con tanta intensidad que se forman auténticas espesu­ras alrededor del árbol materno. Arraigo de brotes También se da el caso inverso de que los brotes arraigan, surgiendo así individuos in­dependientes. En ocasiones sucede que las ramas de un árbol, dobladas o inclinadas

Vástagos radicosos y arraigo de brotes

Las núculas del olmo montano aparecen rodeadas por un ala membranosa

hacia tierra, terminan formando raíces cuando el contacto con el suelo se prolonga. Los delgados tallos de la mimbrera se quie­bran fácilmente y caen al agua, siendo arrastrados por la corriente. Si se detienen en un lugar adecuado, las ramitas pueden echar raíces y con un poco de suerte surgirá un nuevo árbol. En la práctica de la jardinería el arraigo de brotes es un método de larga tradición en la reproducción vegetal. En la reproducción asexual la planta materna y todos sus des­cendientes por vía vegetativa son genética­mente semejantes. Todos los individuos for­man un clon.

Para adaptarse a su propagación a través del viento, los frutos de muchos árboles de hoia caduca son alados. Como su peso específico es relativamente ba¡o, estos frutos ofrecen al viento muchas posibilidades de ataque, por lo que pueden desplazarse a grandes distancias. En el olmo la núcula está rodeada por un ala membranosa muy delgada. Por esta razón este fruto ·se designa también con el nombre de sámara.

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Los difíciles comienzos: la germinación

Los árboles producen semillas con gran profusión. Un abedul de grandes proporcio­nes puede llegar a producir en un año más de un millón de frutos. Tratándose de árboles caducifolios con fru­tos pesados la cantidad es sensiblemente menor, aunque tras una producción plena pueden aparecer en un hayedo hasta 500 hayucos por metro cuadrado. La misma na­turaleza hace que en tal caso las apreturas

• no sean excesivas. Muchas de las semillas carecen de embrión o el mismo no tiene viabilidad; son semillas "estériles". A ves y mamíferos, desde el ratón hasta el jabalí, las aprovechan, y no pocas de ellas son pasto de hongos e insectos. De las res­tantes únicamente germinan las que caen en un terreno que ofrezca niveles de calor y de humedad satisfactorios para la germina-. /

ClOn.

Lo que importa es el momento • preCISO

Las semillas de los olmos, de los álamos y de los sauces están ya maduras en primave­ra o al iniciarse el verano. Son inmediata­mente germinativas, pero lo son por poco tiempo. Totalmente diferente es el caso de los hayu­cos, que caen al suelo en otoño. La germi­nación en los lugares en que cualquier día pueden presentarse las primeras heladas podría ser mortal. De ahí que el comienzo de la vida del árbol deba aplazarse hasta la primavera siguiente, lo cual es posible por­que las semillas de muchas especies arbóre­as no pueden germinar inmediatamente después de su maduración. Esta paraliza­ción de la germinación se debe a determina­das sustancias existentes en la semilla o en

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el sarcocarpo, que deben eliminarse antes para que pueda iniciarse el proceso germi­nativo.

Nacimiento de un árbol El embrión de las semillas presenta ya to­dos los órganos del germen futuro: radícula, tallo con cotiledones y yema terminal. El primer signo visible de la germinación es la aparición de la radícula que, obedeciendo la ley de la gravedad, se dobla hacia abajo y penetra en el suelo. Después se levanta el tallo y se forman las primeras hojas, que en la mayor parte de nuestros árboles de hoja caduca son los dos cotiledones. En cuanto a su forma los cotiledones suelen diferir muchísimo de las hojas normales, por lo cual incluso algunos aficionados in­veterados tienen dificultad para reconocer los gérmenes de los árboles. En algunas especies arbóreas de frutos grandes, como el roble, el nogal o el casta­ño, los cotiledones permanecen dentco de la cáscara. Su única función es la de servir de reserva y alimentar al germen en su desa­rrollo hasta que éste pueda valerse por sí mismo. También el hombre sabe apreciar­los. En definitiva lo que comemos de una castaña o de una nuez no es más que sus carnosos y sabrosísimos cotiledones de re­serva.

Fotografía de la derecha: Gérmenes de haya. Una vez que la radícula enraiza al germen en el sue.lo, el tallo se levanta y los cotiledones se despliegan rompiendo la cáscara.

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Yemas: forma en reposo de los brotes tiernos

e a da año por primavera resulta fascinan­te observar la rapidez con que reverde­

cen los árboles de hoja caduca. Es muy fácil perderse este espectáculo de la naturaleza. Si el tiempo acompaña bastan muy pocos días para que un haya, por ejemplo, se pue­ble totalmente de hojas. ¿Cómo es posible este despliegue de energías?. El reconfortante sol de primavera no en­cuentra a los árboles desprevenidos. El año anterior habían ya desarrollado hojas, brotes y hasta flores que se resguardaron del frío invernal acondicionados en forma de yemas. Las yemas no son más que el estadio, inten­samente comprimido y compacto, de inacti­vidad y de invernada de los nuevos brotes.

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Sólo se necesita una estímulo desencade­nante -la subida de la temperatura y la ma­yor duración del día son muy importantes en este sentido- para que el brote, comple­tamente formado con anterioridad, abando­ne su posición inicial, haga saltar el recubri­miento escamoso, empiece a estirarse y desarrolle boj as.

Escamas protectoras Las escamas de las yemas impiden la dese­cación de los recientes y tiernos tejidos. Ta­les escamas no son más que órganos foliares transformados. En el fresno, por ejemplo, proceden de la base floral. Observando de­tenidamente una rama de fresno recién bro-

Escamas protectoras

Rama de falso plátano en invierno.

tada se descubren en su base interesantes formas de transición entre las puras yemas escamosas y la hoja pinnada normal. En otros árboles caducifolios (como el ha­ya, el roble, el abedul y el tilo) las yemas es­camosas están formadas por estípulas. En muchos casos la pilosidad eleva la eficacia protectora de las duras y apergaminadas es­camas. En el castaño de Indias, en muchos

Fotografías de la izquierda: Yemas del castaño de Indias. Este árbol es fácilmente reconocible en invierno por el tamaño sorprendentemente grande de sus yemas (izquierda). Las escamas protectoras son de color caoba muy brillante y generalmente muy viscosas. La sección longitudinal de una yema terminal (derecha) permite descubrir la inflorescencia ya formada en invierno.

En las puntas de los diversos brotes de esta rama helada de un falso plótano se observan los pedúnculos de las infrutescencias.

álamos, en el abedul y en el aliso las esca­mas de las yemas tienen un recubrimiento resinoso y viscoso. El número de escamas varía según las di­versas especies, aunque tampoco es unifor­me dentro de la misma especie ni en el mis­mo individuo. Los sauces se caracterizan porque sus ye­mas están protegidas por una sola escama en forma de capucha. Los plátanos y los ali­sos tienen relativamente pocas escamas, mientras que las hayas, los robles, los olmos y los álamos tienen muchas. Las yemas "desnudas", que carecen total­mente de escamas protectoras (por ejem­plo, la pterocaria de hojas de fresno), cons-

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, Yema floral de arce .abriéndose.

tituyen una forma especiaL En este caso la pilosidad de las hojitas recogidas impide la . . / exc~s1va evaporac1on.

Yemas foliares y yemas florales En una yema pueden haberse formado pre­viamente diversos órganos. Las yemas foliares (vegetativas) contienen exclusivamente el brote con sus hojas y las yemas florales (generativas) contienen úni­camente flores. En el olmo las yemas flora­les, más bien esféricas, se distinguen a sim­ple vista de las foliares , más delgadas y eoniformes. Finalmente las yemas mixtas contienen pro­yectos de tallos, hojas y flores . Es el caso del haya, el roble o el falso plátano. Independientemente de, que un árbol desa­rrolle yemas especiales para sus flores o no las desarrolle, la posibilidad de que florezca y la intensidad en que lo haga corresponden al período vegetativo anterior a la floración.

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Salida de la hoia en el arce. La yema se .abre, las escamas opuestas se retiran, el tallo nuevo empieza a alargarse y desarrolla sus hoias.

ó

Yemas laterales y yemas terminales Teniendo en cuenta su posición respecto del eje caulinar se distingue entre yemas-la­terales o axilares y yemas terminales. Las primeras aparecen a los lados del eje en las axilas foliares, directamente sobre el punto de inserción del pecíolo. En el plátano las yeinas se ocultan en una cavidad acanutada del pecíolo, por lo cual sólo son visibles tras la caída atonal de la hoja. Como sus hojas de sustentación,las yemas laterales se dispo­nen en el tallo alternadamente, en dos hile­ras u opuestamente. La yema situada en el extremo superior de un tallo es la yema ter­minal.

Identificación de los árboles en invierno

Yemas foliares y florales del cerezo abriéndose.

Identificación de los árboles • • en 1nv1erno

En ocasiones no resulta fácil identificar los árboles caducifolios en invierno, cuando es­tán desnudos y desprovistos de hojas. Es relativamente fácil identificar las hayas, los robles o los arces, pues suelen conservar en invierno sus hojas secas. Otras especies arbóreas, como el fresno y el arce, conservan durante algún tiempo sus frutos en el árbol. Asimismo observando las hojas caídas en el suelo al pie de un árbol desnudo, siempre que las mismas procedan del árbol en cuestión, se obtienen valiosas indicaciones sobre la especie concreta. También resultan ilustrativos el porte y el tipo de corteza. Sin embargo, para una identificación más segura es imprescindible en muchos casos un brote con yemas. El co­lor y la posible pilosidad de los brotes, la existencia de espinas y de verrugas subero­sas, la posición de las yemas, el tamaño, la forma y el color de las mismas, el número y

Existen yemas foliares y yemas florales. La yema terminal de esta · rama de cerezo es una yema exclusivamente foliar que dará lugar a un brote con hoias, pero sin flores. Deba¡o, dos yemas florales laterales, de cada una de las cuales se formará una inflorescencia con flores todavía cerradas.

la forma de sus escamas, etc. son caracterís­ticas que permiten una identificación segura de la especie. N o obstante, el intento de una descripción de las características distintivas de cada es­pecie desbordaría los límites de este libro. El interesado encontrará las correspondien­tes indicaciones y referencias en la biblio­grafía especializada.

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La corteza: piel del árbol

Los árboles se caracterizan por el progresi­vo engrosamiento de sus ramas y de sus

troncos. Este engrosamiento es debido al cámbium, zona anular y microscópicamente delgada (véase dibujo inferior) de células meristemáticas. Esta zona se encuentra exactamente entre el leño y la corteza y re­cubre todo el cuerpo del árbol, desde el tronco hasta las ramas pasando por las pun­tas de los brotes y las raíces. Hacia el interior el cámbium produce leño, cuya función más importante, aparte de la estabilización mecánica de la planta, es la de transportar el agua con todos los principios nutritivos en ella disueltos desde la raíz has­ta las hojas. Hacia el exterior el cámbium produce líber, tejido que comparado con el

Cámbium Líber

Súber Leño

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leño es más bien delgado. El líber cuinple fundamentalmente dos funciones: conduc­ción y almacenamiento de asimilados. Los asimilados son los materiales, funda­mentalmente hidratos de carbono, obteni­dos por fotosíntesis y en virtud de los pro­cesos inherentes a la misma. Por una parte los centros de producción -las hojas verdes­deben suministrar asimilados a los elemen­tos que más los necesitan, es decir, a las puntas de los brotes, a las flores, a las semi­llas y a los frutos, pero por otra deben con­ducirlos a donde se almacenen como reser­vas. Junto al leño de las ramas, el tronco y las raíces también se almacenan asimilados en el mismo líber.

Sección transversal de un tronco. El engrosamiento progresivo de los árboles se debe a la finísima zona celular existente entre el leño y la corteza. Este teiido, conocido con el nombre de cámbium, produce leño hacia el interior y líber hacia el exterior. Se designa con el nombre de corteza todo lo que queda fuera del cámbium.

De la corteza al súber

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Corteza de abedul ¡oven.

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Corteza y súber: diferencia Se llama corteza al tejido que queda fuera del cámbium. Además del líber están los te­jidos que protegen de la acción perjudicial del clima a los tejidos conductores y de al­macenamiento, y sobre todo al delicado y sensible cámbium. El nuevo brote, verde todavía, aparece re­cubierto por la epidermis, tejido fino y pa­recido a la piel. En muchos casos a las po­cas semanas y normalmente a lo sumo al final del primer período vegetativo, el brote adquiere un tono pardo o gris, pues la pri­mera capa protectora se sustituye por un te­jido suberoso de recubrimiento que los bo­tánicos designan con el nombre de peridermis. En la mayor parte de los casos este tejido de recubrimiento es una corteza fina y más o menos lisa. El que la misma pueda ser muy gruesa se comprueba en el alcornoque, cuya corteza se aprovecha in­dustrialmente para obtener corcho. En al­gunas especies la corteza suberosa se re-

Súber de abedul.

El árbol cambia de corteza, de 11Cara", a lo largo de su vida. El tronco del abedul ¡oven presenta una corteza lisa y lumi.nosamente blanca con lenticelas en fran¡as transversales. De esta corteza se desprenden permanentemente finísimas bandas (izquierda). Con el tiempo la corteza se rasga y se forma un súber duro, con surcos longitudinales profundos.

fuerza en los brotes y en las ramas en forma de bandas o de alas. Estas bandas suberosas son típicas del negrillo y del arce menor. Las verrugas suberosas (lenticelas ) , obser­vables en la corteza generalmente en forma de granos claros á de cortas franjas trans­versales, son poros ·que facilitan el inter­cambio de gases a través de la corteza. Su tamaño, forma , disposición y frecuencia constituyen otras tantas señales distintivas.

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Manzano con liquen en su corteza.

Para muchos seres vivos, como los insectos, los hongos, las algas y los líquenes, la corteza constituye un elemento vital muy importante. Hasta la fecha se sabe muy poco acerca del hecho y de la forma en que el árbol y sus líquenes se influyen recíprocamente.

En algunas especies, como el carpe blanco, el haya o el aliso, la corteza suberosa, del­gada y más o menos lisa, se mantiene en el tronco durante toda la vida. Pero en la ma­yor parte de los árboles esta "segunda piel" se rasga más pronto o más tarde como con­secuencia del aumento de perímetro que provoca su progresivo engrosamiento. An­tes de que esto suceda la planta desarrolla nuevas capas protectoras en la corteza exis­tente. Las partes de corteza que quedan fuera de tales capas mueren paulatinamen-

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te. Esta parte exterior de la corteza, que ge­neralmente es rugosa y agrietada, se llama súber. Con el tiempo, al depositarse repeti­damente nuevos tejidos secundarios con la subsiguiente estratificación de otras partes de la corteza, el súber puede llegar a tener varios centímetros de espesor. En algunas especies puede mantenerse relativamente delgado debido a que las partes de súber más externas se escaman poco a poco. Así, por ejemplo, el plátano y el falso plátano tienen este tipo de corteza que se exfolia en forma de escamas.

Tipos de corteza

¿Pueden clasificarse los árboles caducifolios por su corteza? Se suele decir que la corteza y el súber son la "cara" del árbol. Un árbol modifica las estructuras y el color de su corteza a lo lar­go de su vida. Además los influjos externos alteran constantemente la corteza, que por ser la capa protectora más externa está di­rectamente expuesta al clima. Son muchos los animales y plantas, como los insectos, las algas, los hongos y los líquenes, que vi­ven en la corteza o incluso viven de ella. Los árboles derribados, los desprendimien­tos de piedras, los venados y también el hombre provocan daños en la corteza que determinap la aparición de cicatrices en la "cara" del!árbol. No obstante, hasta cierto punto las cortezas son propias de la especie, de modo que pue­den ser de utilidad en el momento de iden­tificar las plantas. Así, un aliso común y un aliso gris se pueden distinguir desde lejos sólo por el aspecto de su corteza. Si el pri­mero desarrolla muy pronto un súber ne­gruzco, agrietado y escuamiforme, el segun­do conserva a lo largo de toda su vida una corteza fina y de color gris plateado. Obser­vando la corteza es fácil distinguir un roble de un abedul. Ahora bien, es muy difícil, y en ocasiones imposible, distinguir las varie­dades de roble o de abedul.

Corteza de álamo cano con verrugas suberosas. Las verrugas suberosas (lenticelas) son perforaciones de la corteza parecidas a poros que sirven para el intercambio de gases. En muchos casos presentan una forma, un tamaño y una disposición característicos de la especie, por lo que pueden constituir un medio de clasificación. En los casos típicos del álamo cano son romboidales.

Tipos de corteza Los árboles de hoja caduca pueden clasifi­carse teniendo en cuenta los diversos tipos de corteza o de ·súber. El aliso gris, el haya y el sorbo silvestre pertenecen a las especies de corteza fina y siempre lisa, que sólo se suberifica excepcionalmente y en edad muy avanzada. El plátano, el falso plátano y el castaño de Indias desarrollan un súber que se exfolia en forma de escamas. En muchos abedules y en el cerezo silvestre la corteza se despliega en bandas transversales sube­rosas y delgadas, pero sólo hasta que apare­ce un súber profundamente agrietad0. Los tilos suelen tener un súber no muy grueso y suavemente agrietado, mientras que el ro­ble carvallo, el roble albar, el álamo negro y la robinia presentan, al menos en edad avanzada, un súber grueso y profunda­mente agrietado. Ahora bien, la clasifica­ción por tipos de corteza tiene el inconve­niente de que no refleja satisfactoriamente la gran variación existente entre árboles de la misma especie, aparte de resultar extre­madamente difícil expresar verbalmente to­da la individualidad de la corteza con su va­riedad de estructuras y de colores (pags. 42-43).

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Cortezas de árboles caducifolios Cortezas de árboles caducifolios

Plátano híbrido común Carpe Castaño de Indias 1

Falso plátano Arce menor

Ailanto Cerezo negro americano · Cerezo silvestre Castaño Roble carvallo Tilo silvestre

_Aliso gris Aliso común Pterocaria de hoias de fresno Fresno excelso Robinia Álamo negro

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Los árboles caducifolios a lo largo del año

N uestro clima se caracteriza por la suce­sión rítmica de las estaciones del año.

Frente al período vegetativo del semestre veraniego está el frío invierno.

El invierno impone el reposo Para que una planta supere la estación fría debe estar protegida. Por otra parte, no es sólo el peligro de congelación lo que hace difícil la vida de las plantas en invierno, sino también, por paradójico que a primera vista parezca, la sequedad invernal. Las hojas que un árbol de fronda conservara en in­vierno evaporarían ·en los días buenos más agua que la que pudiera proporcionar un suelo helado. Consiguientemente las plan­tas se secarían. Las coníferas están protegi­das de la sequedad invernal porque sus ho­jas evaporan cantidades de agua relativa­mente pequeñas. En nuestras latitudes los árboles de hoja caduca han desarrollado una estrategia distinta: se desprenden de sus hojas antes de la llegada del invierno y las sustituyen por otras nuevas en primave­ra; son verdes en verano y estári desnudos . . en 1nv1erno.

El haya desarrolla hoias delicadamente verdes,

• muy 1untas y con pilosidad sedosa. Esto sucede en el árbol aislado, de forma que su copa verdea de abaio hacia arriba y de dentro hacia afuera. En una colonia las hayas más vieias tardan más en poblarse de hoias que los eiemplares ióvenes que crecen baio ellas.

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Comienza la primavera Para el árbol la pausa invernal termina mu­cho antes de que aparezcan las hojas. Ya en los meses de febrero y de marzo se movili­zan las reservas acumuladas el año anterior y, como el agua, acceden desde el suelo has­ta las puntas de los últimos brotes. Los ár­boles empiezan "con la savia". Observando atentamente se comprueba que las yemas se hinchan. El mol?lento preciso de su aber­tura depende de diversos factores. En este caso desempeñan un papel decisivo la lon­gitud de los días y el tiempo que pueda ha­cer. Los primeros en brotar son el sauce cabru­no, el abedul común y el abedul pubescen­te. Las hojas aparecen relativamente tarde en el nogal, en el fresno, en el roble y en la robinia. Sin embargo, muchas veces no son las hojas las primeras en anunciar la primavera. La mayoría de los caducifolios de nuestras lati­tudes florecen antes de desarrollar sus hojas o al menos mientras las mismas brotan, sen~ cillamente porque de esta manera la polini..: zación a través del viento es mucho más fá-

• Del invierno al otoño

En el nogal las flores aparecen ala vez que las hoias.

cil. (El sauce cabruno, uno de árboles que antes florecen, se poliniza a través de las abejas.)

Verano: período de fructificación La primavera es en realidad tiempo de de­sarrollo. En verano .muchos árboles detie­nen su crecimiento o al menos lo frenan. El azúcar producido en las hojas a través del proceso de asimilación o bien se utiliza para formar frutos o bien se almacena en forma de reservas para el año siguiente.

Otoño: despedida con color El cambio de color es una señal evidente del envejecimiento de la hoja.La albúmina Y las materias colorantes de la hoja se de­sintegran y pasan de la hoja a las reservas de invierno. La desaparición de la clorofila deja paso a las restantes materias colorantes y las hojas cambian de color. Pero no en todos los ár­boles; las hojas del aliso y muchas veces

Las flores del nogal aparecen ¡unto con las hoias, que suelen presentar tonos roiizos poco antes de brotar y que con el tiempo adquieren un color verde oscuro.

también las del fresno están todavía verdes en el momento de caer. Tampoco abandona al azar el árbol el desprendimiento de la ho­ja. En su momento el árbol desarrolla en la base del pecíolo un estrato de separación, es decir, un punto de fractura en el que, im­pulsada por el viento de otono, la hoja se quiebra y cae al suelo.

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Rama de falso plátano con frutos poco antes de su maduración.

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A muchos, en sus excursiones por el bosque o en sus paseos por el parque les basta con disfrutar de la belleza de los árboles. Las páginas que siguen pretenden ofrecer una ayuda a quienes quieran saber ante qué árbol se encuentran. Se registran en forma de fichas las características distintivas más importantes de los diversos árboles caducifolios. Se ofrecen además datos de interés sobre su biología y su ecología. La clasificación de los árboles exige imperiosamente una observación exacta de los mis­mos. Haciendo este esfuerzo no sólo se amplía el área del saber, sino que se consigue ún conocimiento más profundo de los árboles y se logran sorprendentes visiones de la fasci ­nante multiplicidad de sus formas y de sus manifestaciones vitales. Tal vez se desarrolle en.:. tonces la disposición a respetarlos.

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Clasificar sin problemas

Conseios e indicaciones

Código cromático como elemento auxiliar En las páginas que siguen los árboles caducifolios se clasifi­can en tres grupos de color te­niendo en cuenta el tipo y la posición de la hoja:

Banda azul: En las páginas 50-71 se inclu­yen los árboles caducifolios con hojas pinnadas. Son hojas cuyo limbo consta de varios folíolos separados entre sí.

Banda amarilla: En las páginas 72-87 se inclu­yen árboles caducifolíos con hojas indivisas y opuestas. Son hojas cuyo limbo consta de una sola parte , aunque puede ser lobulado y hendido. E n un nudo del eje del vástago hay siempre dos hojas, una frente a otra.

Banda verde: En las páginas 88-143 se inclu­yen árboles caducifolios con hojas indivisas y opuestas. Son hojas cuyo limbo consta de una sola parte, aunque puede ser lobulado y hendido. En· cada nudo del eje del vástago sólo brota una hoja.

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Elección de las especies E n esta Guía Everest se reco­gen prácticamente todas las especies de árboles caducifo­líos originarias de Centroeu­ropa, numerosas especies fo­ráneas cultivadas en nuestros bosques y en nuestros parques y una selección de los árboles caducifolios más importantes de Europa meridional. Se ha prescindido de árboles que, aunque ocasionalmente pre­senten forma de árbol, casi siempre se desarrollan como arbustos.

Las fichas .

En cada uno de los tres gru-pos de color las distintas espe­cies se clasifican, con pocas excepciones, por su inclusión en unidades sistemáticas supe­riores (género, familia). Cada una de las fichas propiamente dichas está precedida en mu­chos casos de un texto que describe las características co­munes de la unidad corres­pondiente (normalmente el género). En estos casos se re­comienda que, además de la ficha correspondiente a cada especie, se repase la caracteri­zación general. Así se han descrito, por ejemplo, varias especies del género de las ul­máceas (pags. 124-126). E l texto que precede a las fichas de las diversas especies indi­cará al lector cómo puede re-

conocer un olmo y le descu­brirá los datos de más interés sobre los olmos en general. Los textos descriptivos de las fichas contienen datos breves y precisos que hacen posible la identificación de la especie. Nombres de las plantas: Al frente de cada ficha aparece el nombre español de la especie; en ocastones aparece un se­gundo nombre usual. Viene a continuación el nombre cien­tífico de la especie. En la par­te superior de la página se cita el nombre de la familia a que pertenece la especie corres­pondiente. Cada ficha incluye los puntos siguientes: Aspecto: Se indica la altura que (en las mejores condicio­nes) puede alcanzar un'a espe­cie concreta. Se indica además si la especie es estacional o siempre verde. (Si este dato no aparece en este apartado habrá aparecido en la descrip­ción del género.) Hojas: Las hojas ofrecen ca­racterísticas distintivas muy importantes, por lo cual se describen detalladamente. Los tecnicismos que puedan aparecer aquí se explican en las páginas 20-23. Flores: Las flores y las inflo­rescencias pueden reflejar ca­racterísticas muy importantes de la especie. E l problema es­tá en que sólo puede contarse

Observaciones sobre las fichas

con ellas en contadas ocasio­nes, pues el período de flora­ción de los árboles, si se da, es muy corto. Además muchos árboles únicamente desplie­gan sus flores en la parte su­perior de su copa. La época del año en que una especie florece normalmente se regis­tra en notación romana (I-XII =enero -diciembre). Las indicaciones relativas a la estructura de las flores y de las inflorescencias se encuen­tran en las páginas 24-27. Frutos: Los signos romanos.. indican la fecha de madura­ción de los frutos. Los frutos (clase, disposición, forma, color, tamaño; pags. 28-31) pueden servir de ayuda en la clasificación de la espe­cie con las mismas limitacio­nes que las flores. En muchas especies durant~ el invierno los frutos permanecen en el árbol o debajo de él, por lo que mediante ellos se puede identificar la especie incluso aunque haya caído la hoja. Corteza: La corteza de un ár­bol puede observarse durante todo el año. Ahora bien, sólo en muy pocas especies puede obtenerse una identificación precisa a partir exclusivamen­te de la corteza y, además, se requiere mucha experiencia. Por otra parte debe tenerse en cuenta que en la mayoría de las especies el árbol modifica mucho su corteza a lo largo de su vida (pags .. 38-43). Distribución: Se indica aquí el área natural de difusión de una determinada especie. Es­ta circunstancia se cita expre-

samente en las especies arbó­reas que, aunque foráneas, se cultivan en Centroeuropa. Localización: Bajo este epí­grafe se ofrecen datos relacio­nados con la ecología de una especie; por ejemplo, sobre los lugares en que suele en­contrarse, el suelo preferido, su carácter de umbrática o fo­tófila y sobre la intensidad en que pueden afectarle las hela­das o las sequías. Identificación: Se indican las características distintivas más importantes de una especie, sobre todo las que la distin­guen de especies afines. Notas de interés: Este aparta­do completa la ficha con indi­caciones relativas a la especie en cuestión, por ejemplo, so­bre la calidad y utilidad de su madera, sobre el aprovecha­miento de sus frutos, sobre sus enfermedades, etc.

Fotografías en color En la mayor parte de las espe­cies las fotografías reflejan el aspecto exterior del árbol y permiten apreciar detalles im­portantes, como las hojas, las flores, los frutos o la corteza.

Imprescindible para una correcta clasificación Para poder identificar con plena seguridad un árbol de­ben tenerse en cuenta varias características. Donde mejor se advierten la forma y el tamaño típicos de la hoja es en las situadas en las ramas laterales de un ár­bol. Las hojas de los brotes troncales, de las ramas adherí-

das y de los vástagos muy vi­gorosos suelen ser atípicas. Las fotografías en color y las fichas permiten la identifica­ción de los árboles cuando es­tán con hojas, aunque con una pequeña experiencia se puede identificar un árbol también cuando carece de ellas. Para ello son imprescindibles fun­damentalmente las caracterís­ticas del brote y de las yemas invernales. El intento de refle­jar estas características en re­lación con todas las especies arbóreas hubiera desbordado los límites de este libro. No obstante, el capítulo titulado "Y e mas: fornia en reposo de los brotes tiernos" (pags 34-37) sirve de introducción a la posibilidad de identificar los árboles en su estado de desnu­dez y a los problemas que su identificación plantea.

Símbolos

Hojas pinnadas

Hojas indivisas y opuestas

Hojas indivisas y alternas

Abreviaturas m, cm, mm .... Referencias rela­tivas al tamaño en las fichas: altura del árbol, longitud de la hoja, tamaño de la flor y del fruto.

o masculino S? femenino

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Distintivo azul

#

Arboles de hoia pinnada

En este grupo se incluyen los árboles de hoias cuyo limbo consta de varios folíolos (pinnas) separados entre sí.

Serbaldeloscazadores

Castaño de Indias

<0111111 El raigón del Canadá tiene hoias grandes doblemente pinnadas.

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Nogal común

Las Juglandáceas La familia de las juglandáceas (Juglandaceae) incluye 7-8 gé­neros con unas 60 especies. Son plantas leñosas (árboles o arbustos), de verdor estival, con hojas alternas imparipin­nadas. Las flores, unisexuales, distribuidas monoicamente. El fruto es un aquenio o una drupa. Las juglandáceas se en­cuentran en las zonas templa­das del hemisferio Norte. En realidad el nogal común no es originario de nuestras latitudes, pero se ha aclimata­do en ellas desde hace mucho

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Hojas pinnadas

Juglandáceas

tiempo. Su lugar de origen es el Suroeste asiático y el Medi­terráneo oriental. Fueron los romanos los que lo importa­ron a Europa. Sus semillas, de sabor agrada­ble y ricas en aceite, se consu­men directamente o se expri­men para obtener el aceite de nueces, que se utiliza como aceite de mesa y de quemar o como base de determinadas pinturas. En años de buena cosecha un árbol de copa grande puede producir hasta 150 kilogramos de nueces. La madera de las juglandá-

ceas se considera la más valio­sa de las diversas clases de madera existentes entre noso­tros. Es de una dureza compa­rable a la del roble, pero se puede trabajarla bien, y ade­más resulta extraordinaria­mente decorativa por los vi­vos y oscuros tonos de su corazón. La madera de las ju­glandáceas se utiliza sobre to­do en la fabricación de mue­bles y en el interior de las viviendas. Además es muy so­licitada por torneros y tallistas y es la mejor para las culatas de escopetas y fusiles.

Hojas pinnadas

Juglandáceas

Frutos verdes

El nogal se cultiva fundamentalmente por sus frutos. Necesita suelos profundos, ricos

• • • • en sustancaas nutratavas y protegidos de las heladas tardías, pues las flores son muy sensibles. El cultivo intensivo del nogal únicamente es rentable en zonas de clima moderado (clima de viñedo).

Hoias

.{$;.'

Inflorescencias masculinas

Nogal Noguera luglans regia L. Aspecto: Hasta 25 m de altu­ra. Hojas: Hojas pinnadas de 20-45 cm de longitud, con 5-9 (generalmente 7) folíolos casi siempre elípticos, enteros y de hasta 15 cm de diámetro; folí­olo terminal pedunculado y mayor que los laterales. Flores: IV, V. Flores en amen­tos cilíndricos vigorosos, de hasta 15 cm, e n los brotes del año anterior; en inflorescen­cias de 1-5· unidades en el ex­tremo de los brotes ·con hojas, cada una con dos estigmas

grandes y acodados. Frutos: IX,X. 4-5 cm, entre globulares y ovales, cáscara cárpica lisa, verde primero y parda después, reventona en la madurez. Hueso (" nuez") pardo claro, duro, con surcos superficiales. Corteza: Súber de color entre gris claro y gris oscuro, longi­tudinalmente agrietado. Distribución: Suroeste de Asia y Mediterráneo oriental. Aclimatado en extensas zonas del Sur, del Oeste y del Cen­tro de Europa. Localización: Desde la llanura a las montañas de tipo medio. Preferencia por los suelos

profundos, frescos, calizos y ricos en sustancias nutritivas. Especie fotófila. Notas de interés: El nogal presenta diversas variedades cultivadas, que generalmente se reproducen por injerto. Identificación: Fácilmente re­conocible por sus hojas piona­das alternas con folíolos ente­ros, que aumentan claramente de tamaño del pecíolo a la punta. Las hojas frotadas y la cáscara verde de los frutos despiden un intenso aroma. Mientras brotan las hojas pre­sentan generalmente tonos ro­JIZOS.

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Nogal negro americano

Nogal negro americano Juglans nigra L. Aspecto: hasta 45 m de altura. Hojas: Hojas pinnadas de 30-60 cm de diámetro, con 11-21 folíolos lanceolados, finamen­te aserrados, muchas veces sin folíolo terminal. Los folíolos centrales de una hoja son los mayores. Pedúnculo piloso. Flores: IV, V. Flores en amen­tos de 7-12 cm de longitud dis­puestos en los brotes del año anterior. Flores en grupos de 2-5 en el extremo de los bro­tes foliados. Frutos: 4-5 cm, globulares, cáscara de color amarillo ver­doso hasta pardo que no re-

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Hojas pinnadas

Juglandáceas

vienta en la madurez. Hueso negro, de cáscara gruesa, muy duro, con grandes surcos lon­gitudinales. Corteza: Súber con surcos longitudinales profundos, de color pardo oscuro a negro. Distribución: Este de Améri­ca del Norte. En Centroeuro­pa, sobre todo en parques. Localización: Preferencia por los suelos profundos, ricos en sustancias nutritivas y bien re­gados. Sensibilidad a las hela­das tardías. Especie fotófila. Notas de interés: Su madera es de las más apreciadas. Al igual que la del nogal común se utiliza sobre todo en mue-

Hoia

frutos

bies y en enchapados. Muy 1

apreciada también en Europa. En nuestras latitudes los luga­res ideales para su cultivo fo­restal son las vegas de las zo­nas de clima moderado. Semilla comestible, aunque rodeada por una cáscara muy dura y difícil de abrir. Identificación: Tiene hojas pinnadas mayores y con más folíolos que el nogal común (pag. 53). Los folíolos son lan­ceolados y finamente aserra­dos en los bordes; los centra­les son los mayores. Pedúnculos pilosos, a diferen­cia de la pterocaria de hojas de fresno.

Pterocaria de hoias de fresno

Ho¡as

Pterocaria de hoias de fresno Pterocaria del Cáucaso, Nogal alado común Pterocarya fraxin~folia Spach Aspecto: Hasta 30m de altu­ra, generalmente con varios troncos. Hojas: Hojas pinnadas de has­ta 60 cm de longitud, con 11-25 folíolos lanceolados aserra­dos en el borde. Pedúnculo glabro. Flores: IV, V. En amentos colgantes . Amentos o ama­rillos, 6-14 cm de longitud; amentos S? de hasta 20 cm de longitud. Frutos: X. Infrutescencias col­gantes de 30-60 cm de longi-

Hojas pinnadas

Juglandáceas

tud con numerosos aquenios alados, de color verde claro, 1,5-2,5 cm de anchura. Corteza: Gris oscura,con sur­cos longitudinales (pag. 42). Distribución: Cáucaso, Norte de Persia. En Centroeuropa, en parques. Localización: En suelos fres­cos y hasta húmedos. Notas de interés: Por su copa, frondosa y cupuliforn1e, la pterocaria de hojas de fresno es un árbol ornamental muy solicitado en los parques, so­bre todo cerca del agua. Des­taca por la proliferación de sus vástagos, que con cierta frecuencia originan una densa

Frutos

La pterocaria de hoias de fresno llama la atención sobre todo por su enorme copa cupuliforme y por sus largas infrutescencias con pequeños aquenios alados. Este árbol de adorno, muy apreciado y generalmente con varios troncos, prefiere suelos profundos y frescos y la cercanía del agua.

vegetación bajo las copas de los árboles viejos. Identificación: Son típicas sus infrutescencias, largas y col­gantes, con pequeños aque­nios alados, que con frecuen­cia se mantienen en el árbol durante la estación invernal. Se parecen muy poco a los frutos de otras juglandáceas. Las yemas de invierno care­cen de escamas y las laterales son claramente pedunculadas. U na especie muy parecida, cultivada en parques, la Pte­rocaria del Japón ( Pterocarya rho~folia) , ti ene hojas más pe­queñas y sus yemas de invier­no presentan 2-3 escamas.

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Ailanto

Ailanto , ,

.t\.rbol del cielo, Arbol de los dioses, Falso zumaque Ailanthus altissima Swingle Aspecto: Hasta 25 m de altura. Verdor estival. Hojas: Alternas. Grandes, de 40 a 60 (o 90) cm de longitud. Pinnadas con 9-25 (hasta 41) folíolos, de hasta 12 cm de lar­gos, pocos y grandes dientes en el tercio inferior y enteros en el resto. Flores: VI, VII. Hermafrodi­tas o. unisexuales. Pequeñas, blanquiverdes, en panículas de hasta 25 cm de longitud. Frutos: IX, X. Sámaras de 3-5 cm de longitud en fascículos

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Hojas pinnadas

Simarubáceas

Hoias

Frutos

densos. Semillas en el centro de un ala alargada y volteada

~

por los dos lados. Corteza: Lisa, con bandas lon­gitudinales finas y claras, rara vez ligeramente hendidas ( fo­tografía pag. 42). Distribución: Este de Asia. ,

Arbol ornamental, frecuente-mente asilvestrado, en Euro­pa meridional y en áreas cáli­das de Centrocuropa. Localización: Necesita luz y calor; escasas exigencias en cuanto al resto. Notas de interés: Actualmen­te el ailanto se encuentra en casi todas las zonas de clima cálido de la tierra. Cultivado

en un principio como árbol ornamental, se asilvestra rápi­damente. A ello contribuyen su rápido crecimiento, su abundante fructificación y su extraordinaria capacidad de desarrollar vástagos radicosos. Por su insensibilidad a la se­quedad y a los escapes de los gases, suele desarrollarse en áreas urbanas, en las que po­cos árboles sobreviven. Identificación: Reconocible por sus enormes hojas piona­das con folíolos que en suba­se tienen pocos dientes gran­des. Al frotarlas , las hojas y también las flores desprenden un olor desagradable.

Hoias

Samaridios

Arce negundo Bordo Acer negundo L. Aspecto: Hasta 23m de altu­ra, frecuentemente con varios troncos. Verdor estival. Hojas: Opuestas. Hojas piona­das con 5-10 folíolos de 5-10 cm, acuminados, en general tosca e irregularmente aserra­dos; folíolo terminal muchas veces trilobulado. Flores: 111, IV . . Distribuidas dioicamente. Verdeamarillas. O .en ramilletes densos, S? en racimos colgantes. Frutos: VII, VIII. Samaridios con aquenios delgados y poco divergentes, formando un án-

Hojas pinnadas

Aceráceas

Arce negundo en floración

El arce negundo es un árbol ornamental muy difundido en diversas formas en nuestros iardines. Las preferidas son las variedades con hoias irregularmente anchas, blancas y bordeadas. El inconveniente del arce negundo está en que sus ramas se quiebran fácilmente por el viento.

gulo agudo. Las alas suelen estar curvadas hacia dentro. Corteza: Súber pardo gris su­perficialmente agrietado. Distribución: América del .Norte. En Europa, en parques y en ocasiones asilvestrado. Localización: Relativamente fotófilo. Preferencia natural por los suelos húmedos o in­cluso cenagosos. Notas de interés: El arce desa­rrolla generalmente un tronco único corto, pero también puede presentar varios tron­cos. El samaridio típico del ar­ce no se encuentra en todos los individuos, pues, a diferen­cia de los arces de nuestras la-

titudes, la especie es dioica Además del arce negundo existen otras variedades asiá­ticas de arce con hojas piona­das. El "boxelder", nombre con que se designa este árbol en Norteamérica, carece de interés forestal. . Identificación: Fácilmente re­conocible por la combinación de samaridios y hojas piona­das opuestas parecidas a las del fresno con 5 folíolos irre­gular y toscamente aserrados. Los brotes suelen ser de color verde guisante y pruinosos.

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·'·

Serbal de cazadores con frutos

Serbal de cazadores Sorbus aucuparia L.

/

Aspecto: Arbol o arbusto, hasta 16 m. Verdor estival. Hojas: Alternas. Pinnadas, de 10-20 cm de longitud, con 9-19 folíolos lanceolados, aserra­dos en el borde, con envés gris verde, piloso o glabro. Flores: V, VI. En panículas umbeliformes, de 1 cm de an­cho, blancas, 2-4 estilos. Frutos: VII-X. En racimos densos, globulares, de 7-1 O mm, rojo escarlata. Corteza: Lisa, gris, con lenti ­celas alargadas y transversa­les. A veces con súber longitu-

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Hojas pinnadas

Rosáceas

dinalmente agrietado. Distribución: Europa, Siberia, Asia Menor, Cáucaso. Locali­zación: Desde el llano hasta el borde del bosque. Bosques de caducifolios y de coníferas, claros, bordes de caminos, linderos de bosque. Escasas exigencias. Especie entre fo­tófila y semiumbrática. Notas de interés: Es una espe­cie de exigencias mínimas. Los frutos, se mantienen en el árbol hasta el invierno, son comestibles, pero por su alto índice de tanino, de ácido má­lico y de principios amargos tienen un sabor ácido y hasta

Hoias

Flores

amargo. El serbal dulce (va­riedad edulis) tiene frutos muy grandes, pobres en prin-

. c1ptos amargos, pero neos en azúcar y en vitamina C. Identificación: El serbal de ca­zadores se parece al serbal co­mún, del que, sin embargo, se distingue por su corteza, por sus flores y por sus frutos. Además las yen1as invernales del serbal de cazadores son de color violeta oscuro y pilosas con tomento blanco, mientras que las del serbal común son de color veder brillante, visco­sas y ligeramente pilosas en los bordes escamosos

Hoias

Frutos

Serbal común Sorbo. Azarollo Sorbus domestica L. Características que lo distin­guen del serbal de cazadores: Aspecto: Hasta 23 m. Hojas: Envés generalmente piloso. Flores: Mayores (1,5 cm de ancho), generalmente 5 esti­los. Frutos: Globulares o pirifor­mes, amarillos o pardos en la madurez, con frecuencia colo­rados. Corteza: Inicialmente rugosa por sus lenticelas redondas. Formación temprana de un

Hojas pinnadas

Rosáceas

Serbal común

súber gris pardo comparti­mentado mediante grietas. Distribución: Mediterráneo, Suroeste de Europa central. Localización: Especie termófi­la. Crece sobre todo en bos­ques mixtos de robles, fre­cuentemente en suelos calizos. Notas de interés: El serbal co­mún es una vieja planta de cultivo. Su madera, dura, de fibras finas y elástica, se pres­ta maravillosamente para los trabajos de carpintería y de ebanistería. Sus frutos , ricos en tanino, fueron apreciados como fruta

··;E

(en crudo sólo son comesti­bles muy maduros y pastosos) y también constituyeron un medicamento muy difundido , (por ejemplo, contra la dia- _ rrea y la disentería). Las pe­queñas cantidades de zu.m.o de serbal co1nún añadidas al mosto de manzana clarifican

>

la sidra, aum~ntan su conser­vabilidqd y mejoran su sabor. Muchas de estas ventajas re­sultan perfectamente desco­nocidas. Como consecuencia el serbal común es muy escaso y en muchas partes es una es­pecie amenazada de extin-. ~

CJOn.

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Robinia, rama con frutos

Las leguminosas Con sus más de 1 O 000 espe­cies, las legumniosas constitu­yen uno de los grupos más nu­merosos y más difundidos en el reino vegetal. La caracterís­tica común a todas ellas es la legumbre, que se desarrolla a partir de un carpelo, contiene normalmente varias semillas y se abre en la madurez en dos líneas longitudinales (en algu­nas especies las legumbres maduras caen sin abrirse). Las hojas suelen ser pinnadas y al­ternas. Las leguminosas pue­den ser árboles, arbustos o

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Hojas pinnadas

Leguminosas

plantas herbáceas, entre ellas muchas de cultivo (por ejem­plo, el trébol, el guisante, la soja, el cacahuete). La mayo­ría de las especies presenta en sus raíces nódulos, en los que viven bacterias (del género Rhizobium ). Esta simbiosis con las bacterias permite a las plantas fijar el nitrógeno del aire, por lo cual muchas legu­minosas constituyen un abono ideal. Teniendo en cuenta la constitución de la flor las le­guminosas se clasifican en pa­pilionáceas (Fabaceae) con sus típicas flores papilionadas

(robinia, sofor ), cesalpiniáce­as ( Caesalpiniaceae) con flo­res débilmente cigomorfas (al­garrobo, gleditsia de tres espinas raigón del Canadá) y mimosáceas (Mimosaceae) con flores radiales (acacia mi­mosa). Los árboles de estos grupos se encuentran sobre todo en los trópicos, donde tienen gran importancia; en Centroeuropa no existe un re­presentante autóctono que

/

pueda considerarse como ár-bol.

Flores

Robinia Falsa acacia Robinia pseudoacacia L. Aspecto: Hasta 30 m. Verdor estival. Hojas: Imparipinnadas, de 20-30 cm de longitud, con 7-19 folíolos delgados, elípticos y enteros. Pedúnculo en la base generalmente con dos espinas. Flores: V, VI. Papilionadas blancas en racimos péndulos. Frutos: IX, X. Legumbres de color pardo, planas, 5-11 cm de longitud. Corteza: Súber de formación temprana, grueso, profunda­mente asurcado, de color gris

Hojas pinnadas

Leguminosas

Robinia

pardo (fotografía pag. 43). Distribución: Este de Améri­ca del Norte. Aclimatado en Europa. Localización: Zonas cálidas de llanos y colinas. Escasas exigencias. Especie fotófila. Notas de interés: La robinia llegó a Europa, donde no tar­dó en propagarse, a comien:­zos del siglo XVII. Es de cre­cimiento rápido, desarrolla vástagos radicosos y gracias a las bacterias de sus nódulos enriquece el suelo con nitró­geno. De ahí su interés para la reforestación de baldíos y pa­ra la consolidación de taludes.

Sus flores, muy olorosas y ri­cas en néctar, atraen a las abe­jas. Su madera, de corazón gris amarillo a pardo, es dura, pesada, elástica y resistente. Por su gran durabilidad es muy apropiada para fabricar objetos que quedan a la in­temperie (postes, vallas). Casi todas las partes de la robinia son tóxicas. Identificación: Brotes vigoro­sos con espinas pares ( estípu­las transformadas). Las yemas invernales no son visibles, pues quedan bajo los estigmas foliares.

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Hojas pinnadas

~~~~~-k~~--~~----L--

.leguminosas

Algarrobo

Algarrobo Ceratonia siliqua L.

/

Aspecto; Arbol o arbusto, hasta 10m. Verdor perenne. Hojas: Paripinnadas, de 10-20 cm de longitud, con 6-10 folía­los ovalados, enteros, coriáce­os, haz de color verde oscuro brillante. Flores: VIII-X . Distribución monoica. Con inflorescencias amentosas erguidas, agrupa­das en ramas viejas. Frutos: III-IV. Legumbres de 10-20 cm de longitud, de color pardo oscuro; se desprenden en la madurez.

. Distribución: Extendido por

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todo el Mediterráneo como planta cultivada desde épocas remotas. Localización:Bosques resis­tentes de caducifolios, zonas secas y pedregosas; en suelos calizos. En Centroeuropa no resiste los inviernos. Notas de interés: El algarrobo es una de las plantas caracte­rísticas del Mediterráneo. Sus frutos , ricos en azúcar, almi­dón y proteínas, son comesti­bles y permanecen cerrados en la madurez. El sarcocarpo, dulce, es blando al principio y duro después. Para la alimen­tación humana las legumbres

desempeñan un papel desta­cado de un modo indirecto, a través de la alimentación ani­mal. Antes las semillas, duras

_y pardas, se utilizaban como medida de peso. De ahí deriva el "quilate"usado para medir piedras preciosas. Identificación: Las hojas, ás­peras, verde oscuras lustrosas y paripinnadas, y las legum­bres, de color chocolate, son otras de sus característiéas. En el paisaje seco del verano me­díterráneo destacan a lo lejos las copas cupuliformes, inten­samente verdes y densamente pobladas de algarrobo.

Algarrobo, frutos

Acacia mimosa, flores

Acacia mimosa Mimosa Acacia dealbata Link Aspecto: Hasta 30 m. Verdor perenne. Hojas: Doblemente pinnadas, 8-14 cm de largo. Hasta 18 pa­res pinnados de primer orden; cada uno compuesto de nu­merosos folíolos de 3-4 mm, alargados, grisáceos, pilosos. Flores: I-IV. En capítulos pe­queños, globulares, amarillos lustrosos; capítulos en panícu­las·grandes. Aromáticas. Frutos: Legumbres planas, de color pardo rojizo. Corteza: Grisácea, lisa.

Hojas pinnadas

Leguminosas

Acacia mimosa

Distribución: Sureste de Aus­tralía. En Europa, árbol de adorno. Localización: Escasas exigen-

. cias; tol.era la sequedad. Notas de interés: La acacia mimosa es uno de los árboles ornamentales preferidos en Europa meridional y en con­diciones favorables aléanza los 20m de altura. En Centro­europa no resiste el invierno, aunque al término de esta es­tación sus flores amarillas se ofrecen en las tiendas como "mimosas". Las acacias inclu­yen unas 700-800 variedades predominantemente tropica-

les. Esta especie es muy im­portante en los bosques secos

/

de Australia y de Africa. Identificación: Parecida la aca­cia sedosa, también llamada acacia persa o árbol del sueño ( Albizia julibrissin), originaria de Asia. Es un árbol pequeño, de verdor estival y de copa ancha. Es menos sensible a las heladas que la acacia mimQSa y por sus vistosas flores de co­lor rosa (VII-IX) , con sor­prendentes estambres de has­ta 4 cm de largo,se cultiva en Europa meridional e incluso, aisladamente, en zonas de cli­ma suave de Centroeuropa.

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Hojas pinnadas

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Leguminosas

Acacia de tres espinas

Acacia de tres espinas Gleditsia triacanthos L. Aspecto: Hasta 40 m. Verdor estival. Hojas: Pinnadas simples o do­bles. 10-30 folíolos por hoja, lanceolados, hasta 3,5 cm· de longitud, claramente dentados en el borde. Hojas doblemen­te pinnadas con 16 lacinias de primer orden. Flores: VI, VII. Distribuidas monoica o dioicamente, en parte hermafroditas. Poco vis­tosas, verdeamarillentas, en racimos axiales estrechos. Frutos: X. Legumbres de co­lor pardo oscuro, de 20-40 cm

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de longitud, en forma de cin­ta, generalmente en espiral. Semillas encamadas en una masa cárpica d~lce. Corteza: Súber escuamiforme superficialmente agrietado. Tronco y ramas con vigorosas espinas simples o ramificadas. Distribución: Este de Améri­ca del Norte. En Centroeuro­pa, en parques. Localización: Suelos húmedos ricos en sustancias nutritivas, aunque también crece en ·sue­los pobres y secos. Notas de interés: En nuestras latitudes es frecuente en par­ques y avenidas y presenta en

Acacia de tres espinas, hoias

Acacia del Japón, flores·

otoño bellos tonos amarillos. Las legumbres se-desprenden cerradas del árbol y contienen un sarcocarpo de sabor dulce, por lo cual en N orteamérica se denomina "honey locust" o "sweet-locust". Notas de interés: La caracte­rística más notable son las es­pinas de su tronco y de sus ra­mas, de color castaño oscuro brillante y de hasta 20 cm de longitud. Ocasionalmente se cultiva también una variante sin espinas (variedad inermis). Las hojas de un mismo árbol pueden ser pinnadas sencillas o dobles.

Acacia del Japón

Acacia del Japón , /

Arbol de la miel, Arbol de las pagodas, Falsa acacia del J a­pón Sophora japonica L. Aspecto: Hasta 25 m. Verdor estival.

~ojas: 15-25 cm de longitud, tmparipinnadas con 7-17 folío­los pedunculados, longitudi­nalmente aovados, enteros, con ari sta en el extremo. Flores: VIII, IX. Papilionadas de color verde o amarillo cla­ro, en racimos tern1inales. Frutos: Legumbres circulares, de 5-8 cm de longitud, arruga­das entre las semillas (2-6). .Corteza: D.e color pardo oscu-

Hojas pinnadas

Leguminosas

ro o grisáceo, agrietada. Distribución: Corea, China. En Centroeuropa, en parques. Localización: Suelos frescos , ricos en sustancias nutritivas. Notas de interés: Planta sin espinas, folíolos aovados, con arista corta en el extremo.

Raigón del Canadá Gymnocladus dioicus K. Koch Aspecto: Hasta 25 m. Verdor estival. Hojas: Doblemente pinnadas, 30-90 cm de longitud. Folíolos aovados, 3-8 cm de longitud, acuminados, enteros (fotogra­fía pags. 50/51).

Flores: VI. Generalmente dioicas. Hasta 2 cm de longi­tud, de color verde claro, en grandes panículas terminales. Frutos: Legumbres de color pardo oscuro, de 10-18 cm de longitud, que en invierno se desprenden sin abrirse. Corteza: Súber gris, escuami­forme. Distribución: Centro de Nor­teamérica. En Centroeuropa, árbol ornamental. Localización: Bosques mixtos de caducifolios de terrenos bajos húmedos. Notas de interés: Hojas siem­pre bipinnadas.

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Hojas pinnadas

Hipocastanáceas

Castaño de Indias ro1o

Las hipocastanáceas Las hipocastanáceas son árbo­les o arbustos (unas 13 espe­cies) de verdor estival con hojas opuestas y pinnatipal­meadas. Su único re presen­tante europeo es el castaño de Indias , que por la espléndidá vistosidad de sus flores y por sus bellísimos tonos amarillos e n otoño es uno de nuestros árboles ornamentales más ex­tendidos. Las flo res, que segregan abun­da nte néctar , son polinizadas por los abejorros y por las abejas. Las manchas de color (las llamadas marcas de jugo)

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existentes en los sépalos, blan­cos, sirven para atraer a los in­

sectos. La madera de las hipocastaná­ceas carece de interés comer­cial. Es clara, blanda , muy uniforme y finamente estruc­turada, pero poco resistente a la climatología adversa. A ve­ces se utiliza para muebles de cocina o para tornear. Ade más del castaño de Indias, e n nuestros parques y jardines se cultivan otras hipocastána­ceas, gene ralmente arbustivas. Un árbol de adorno muy fre­cuente es el castaño de I odias rOJO , que es un híbrido d e l

.Castaño de Indias, hojas

Castaño de Indias, frutos

castaño de Indias norteameri­cano y del europeo. A pesar de la similitud de su nombre el castaño de Indias y el ~asta­ñ<? (pags. 114/115) tienen po­cas afinidades entre sí. El cas­taño es una fagác ea y s us castañas, comestibles, son fru­tos e n nuez, mie ntras que e l del castaño de Indias común es una cápsula verde y es pi no­sa.Las castañas, pardas , son las semillas d e estos frutos . Contienen mucho almidón , pero por su alto índice de sa­ponina (3-5°/o) son tóxicas pa­ra el hombre.

Hojas pinnadas

Hipocastanáceas

Castaño de Indias, inflorescencias Castaño de Indias ro¡o, inflorescencias

Castaño de Indias Aesculus hippocastanum L. Aspecto: Hasta 30 m. Tronco de crecimiento torcido. Hojas: Pedunculadas, pinnati­palmeadas con 5-7 folíoloso sésiles, de hasta 25 cm de lon­gitud, lanceolados. Flores: IV-VI. Panículas erec­tas y terminales. H ermafrodi­tas o unisexuales. 5 sépalos blancos, con manchas amari­llas o rojas. Frutos: IX, X. Cápsulas globu­lares, de 6 cm de d iámetro, con cáscara gruesa, verde, ás­pera y espinosa. Semillas de 1-3 cm de diám e tro , d e color

pardo oscuro brillante y con cordón gris. Corteza: Súber escuamiforme pardo gris (pag. 43). Distribución: Originario del Sureste de Europa y de l Oeste d e Asia: Albania, Norte de Grecia, Bulgaria , Cáucaso , ha sta e l Himalaya . Europa central y occidental. Localización: Se encue ntra en bosques de montaña y de des­filade ros húmedos y sombríos. Preferencia por los sue los are­nosos y fangosos ricos e n sus­tancias nutritivas, húmedos y frescos. Especie semiumbráti­ca.

Notas de interés: El castano de Indias se reconoce tam­bién, cuando carece de hojas. por sus yemas invernales grandes, de color pardo rojizo lustros y viscosas (fotografía pag. 34). El castaño de Indias rojo (A esculus x carnea= Aesculus hippocastanum x Aesculus pa­via) se distingue d e l castano de Indias común por sús folio­los, más pequenos, más áspe­ros, más oscuros y muchas ve­ces pedunculados , por su s flores, rojas y más pequeñas y por sus frutos, me nos o inclu­so nada espinosos.

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Fresno excelso

Los fresnos

¡;,_

Los fresnos son un género de las oleáceas (Oleaceae), con alrededor de 60 especies, que se encuentra fundamental­mente eh las zonas de clima templado del hemisferio sep­tentrional. Son árboles o ar­bustos de verdor estival, con hojas opuestas e imparipinna­das. E l fruto es un agnenio, de semilla única y unilateralmen­te alado.

El fresno es uno de nuestros árboles de fronda más impor­tantes tanto ecológica como industrialmente. Crece muy rápidamente y si el terreno es

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Hojas pinnadas

Oleáceas

favorable (por ejemplo, una vega) puede cortarse a los 70-80 años (edad máxima, alre­dedor de 300 anos). Su madera, dura y pesada, es monocromáticamente clara o bien parduzca en el corazón. Se utiliza como madera maci­za o como revestimiento en la industria del mueble o en in­teriores. Por su alta consisten­cia y dureza es ideal para fa­bricar escalezas , aparatos deportivos y mangos de herra­mientas. R esulta muy interesante la biología floral del fresno. In­dividualmente las flores ape­nas son visibles por carecer de

Fresno, yemas invernales

El fresno es una especie de las oleáceas y aparece separadamente o en -pequenos grupos, nunca en formaciones amplias. En estado libre desarrolla una copa de gran diámetro.

cáliz y de corola. Aparecen en primavera antes que las hojas y se polinizan a trav és d e l viento. Las flores son tanto hermafroditas como única­mente masculinas o única­mente femeninas. La frecuen­cia de los diversos tipos de flores puede variar de árbol a árbol. Además de los fresnos monoi cos están los di oicos , fresnos únicamente masculi ­nos o únicamente femeninos.

Inflorescencias

Inflorescencias en la floración

Frutos

Fresno excelso Fraxinus excelsior L. Aspecto: Hasta 40 m. Hojas: Pinnadas, de 20-35 cm de longitud, con 9-15 folíolos lanceolados u ovalados, sé si­les excluido el terminal, de 4-10 cm de longitud, finamente aserrados en los bordes. Flores: III-V. En panículas la­terales , péndulas; estambres de color rojo pardo a violeta. Frutos: VIII-X . En agnenio, lisos, de 3-4 cm de longitud, linguliformes y alados, gene­ralmente en panículas péndu­las racimosas. Corteza: Gris, lisa durante mucho tiempo; súber con gran

Hojas pinnadas

Oleáceas

Hoias

Las flores del fresno excelso aparecen antes que las hoias. (Fotografía superior izquierda: inflorescencias masculinas antes de brotar; fotografía central izquierda: inflorescencias durante la floración). Ocasionalmente las yemas florales se abren ya en marzo. Los frutos maduran en otoño, pero pueden permanecer en el árbol durante el invierno.

densidad de grietas longitudi­nales (fotografía pag. 43). Distribución: Europa, Cáuca­so, Asia Menor. Localización: Bosques de fronda mixtos, hasta monta­ñas de media altura. Bordean­do ríos y arroyos. Suelos fres­cos o húmedos, profundos, ricos en sustancias nutritivas. También en suelos calizos de escasa profundidad. Especie semi umbrática. Identificación: Cuando está sin hojas ayudan a identificar­lo las yemas invernales, gran­des y de color oscuro mate. U na variante ornamental del fresno excelso es el fresno de

hoja única (Fraxinus excelsior 'Diversifolia'), cuyas hojas son indivisas (no pinnadas) o constan de un gran folíolo ter­minal y de sólo un par de folí­olos sensiblemente más pe­queños. Similar al fresno excelso es el fresno de hoja estrecha (Fraxinus angustifo­lia) que, aclimatado en el Sur y en el Sureste de Europa y en Asia Menor, en Centroeuropa se encuentra ocasionalmente en parques y jardines. Sus ye­mas son de color pardo oscu­ro , los folíolos son lanceola­dos y las infloresce ncias e infrutescencias en racimos.

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Orno

Orno Fresno del maná, fresno flori­do Fraxinus ornus L.

/

Aspecto: Arbol o arbusto, hasta 20m. Hojas: Pinnadas, 15-30 cm de longitud, con 5-9 folíolos ova­lados (lanceolados), 4-8 cm de longitud, pedúnculo corto. Flores: IV-VI. Generalmente hermafroditas. En grandes pa­nículas terminales erectas o péndulas. 2-4 pétalos estre­chos, blancos. Aroma intenso. Frutos: Infrutescencias termi­nales como las del fresno ex-

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Hojas pinnadas

Oleáceas

celso (pag. 69), pero algo más pequeñas. Corteza: Gris, lisa. Distribución: Europa meridio­nal, Asia Menor. Al Norte de los Alpes, árbol de adorno. Localización: Bosques de frondosas y montes bajos de zonas cálidas; suelos secos y calizos. Especie fotófila. Notas de interés: En Europa meridional el orno es un árbol forestal muy importante, que suele encontrarse junto a ro­bles pubescentes, ostrias, al­meces o castaños. Su presen­cia más septentrional se

Yemas invernales

Hoias

Flores

registra en la región subalpina (Sur de Suiza y del Tirol, Ca­rintia); al Norte de los Alpes sólo se cultiva como árbol de adorno. A diferencia del fres­no excelso, que se poliniza a través del viento, el orno lo hace mediante los insectos, a los que atrae por su color, blanco, y su intenso aroma. El "maná" es la savia del orno solidificada por el aire; contie­ne manita. Se utiliza como materia prima de medicamen­tos y antiguamente se obtenía en el Sur de Italia haciendo rasguños en los árboles.

Jabonero de Chirta, flores

Jabonero de China, hoias

Identificación: Inconfundible durante la floración. A dife­rencia del fresno excelso (pag. 69), las yemas invernales son de color gris pardo y tomento­sas, las-hojas tienen menos fo­líolos, claramente peduncula­dos, y la corteza es lisa, como la de las hayas. Jabonero .de China Koelreuteria paniculata Laxm. Aspecto: Hasta 15 m, copa an­cha. Verdor estival. Hojas: Alternas. Hasta 35 cm de longitud, imparipinnadas con 7-15 folíolos ovalados, 3-10 cm de longitud, entre irre-

Hojas pinnadas

Sapindáceas ~ --~~~~--~~~~

Jabonero de China, frutos

Por la vistosidad de sus flores, por la llamativa forma de sus frutos y por sus hermosos tonos otoñales, el iabonero de China es un árbol de adorno de sumo ,interés. Pertenece a las sapindáceas, familia próxima a las hipocastanáceas y a··las aceráceas, extendida sobre todo en los trópicos.

gularmente aserrados y pro­fundamente lobulados. En al­gunas formas las hojas son en parte bipinnadas. -Flores: VI-VIII. Hermafrodi­tas o unisexuales. En grandes panículas erectas y terminales; flores amarillas, de 1 cm de anchas. Frutos: VIII-IX. Cápsulas de 4-5 cm de diámetro, ovoides, vesicularmente hinchadas, de cáscara seca, con semillas del tamaño de un guisante, de co­lor pardo oscuro. Corteza: Súber gris pardo, longitudinalmente surcado.

Distribución: Japón, Corea, China. En Centroeuropa, en parques y jardines. Localización: Preferencia por suelos húmedos y ricos en sus­tancias nutritivas. Identificación: Son típicos sus folíolos , ·grandes y grosera­mente bordados, sus flores , amarillas y en grandes inflo­rescencias erectas, y sus fru­tos, que dan la impresión de hinchados.

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Distintivo amarillo

#

Arboles de hoia indivisa

y opuesta

Los árboles de este grupo se distinguen por presentar dos hoias indivisas opuestas en cada nudo del e¡e caulinar. El limbo puede ser lobulado y hendido.

Arce falso plátano

Katsura

~ Rama de arce falso plátano con inflorescencias péndulas.

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Hojas indivisas, opuestas

Aceráceas

Arce falso plátano a finales de verano

Las aceráceas Existen unos 150 arces distin­tos. · La mayoría de las es­pecies de este género se en­cuentra en las zonas septen­trionales de clima moderado. Son generalmente árboles o arbustos de verdor estival ( to­das las especies aquí citadas), con hojas opuestas, de pedún­culo largo, generalmente pal­matilobuladas y en contadas ocasiones no lobuladas o pin­nadas (arce negundo, pag. 57). Las flores son radiales, de an­chura no superior a 1 cm, nor­malmente con cáliz, con coro­la y con una llamativa protu-

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berancia anular que se llama disco. El fruto es muy típico del género, pues al llegar la madurez se divide en dos fruc­tículos de una sola semilla, provistos de expansiones membranosas en forma de ala (samaridios ). En Europa central existen cinco especies de aceráceas. El arce de Montpellier y el asar sólo se encuentran espo­rádicamente al Norte de los Alpes, concretamente en lu­gares cálidos. Ambos son de desarrollo arbustivo y rara vez se convierten en árboles pe­queños. Están muy difundidos

el arce falso plátano, el arce real y el arce menor; todos ellos proporcionan madera de calidad. Aunque ·las diferen­cias entre las diversas especies son mínimas, quienes trabajan con la madera prefieren en general el arce falso plátano al arce real. El arce menor tiene menos interés comercial, pues no crece tanto como las otras dos especies, por lo cual sus troncos no son rectos, ni sufi­cientementre gruesos, ni ofre­cen madera aprovechable.La madera de arce es de un color único, clara, regularmente es­tructurada, medianamente pe-

!l.

Arce falso plátano en invierno

sada, dura, resistente y elásti­ca. Es muy apropiada para en­chapados, muebles, instru­mentos de música, utensilios doméstic~s y de cocina y para artículos torneados. Dada su gran resistencia al frotamiento es una de las mejores maderas para tableros de mesa no re­cubiertos, sobre todo para mesas de restaurantes. Desde el punto de vista bioló­gico es muy interesante la dis­tribución sexual en las flores de las aceráceas. En general existe una tendencia ininte­rrumpida desde las hermafro­ditas a las flores unisexuales,

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Hojas indivisas, opuestas

Aceráceas

i

que en una fase avanzada de esta evolución, como en el ar­ce negundo (pag. 57), pueden estar distribuidas dioicamen­te. Esta evolución de las flores puede observarse en una mis­ma inflorescencia en el arce falso plátano, en el arce real y en el arce menor. Junto a las flores hermafroditas aparecen flores unisexuales o al menos flores en las que uno de los se­xos está en retroceso. En esta situación se da un cambio de la entomopolinización a la anemopolinización. Todas las especies autóctonas se polini­zan por insectos, mientras que

el arce negundo, representan­te "moderno" del género, lo hace a través del viento. Los fructículos de los arces son alados. Al desprenderse del árbol caen a tierra en vue­lo helicoidal. La reducida ve­locidad de caída hace posible que cuando el viento es fuerte puedan ser transportados a larga distancia.

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Hojas indivisas, opuestas

Aceráceas

Arce falso plátano en primavera

Arce falso plátano Arce blanco Acer pseudoplatanus L. Aspecto: Hasta 35 m. Hojas: Limbo de 10-20 cm de longitud y de anchura similar, con 5 lóbulos aovados, acumi­nados, con senos cuneiformes intermedios; borde irregular­mente aserrado; haz verde os­curo mate, envés verde gris, más o menos piloso. Pedúncu­lo sin látex. Flores: IV-V. De color amari­llo verdoso, en panículas pén­dulas, delgadas de 5-15 cm de longitud, situadas al extremo de braquiblastos foliados.

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Frutos: IX-X. Los dos fructí­culos forman ángulo entre recto y agudo; núculas globu­lares. Corteza: Inicialmente de color pardo gris, lisa. Posterior for­mación de un súber gris pardo con manchas rojas, del que se desprenden escamas planas (fotografía pag. 43). Distribución: Montañas del Centro, Sur y Sureste de Eu­ropa; Cáucaso. Localización: Desde las zonas montañosas a la región subal­pina. Crece sobre todo en suelos profundos, ricos en humus y

en sustancias nutritivas, fres­cos y hasta húmedos, calizos en muchos casos, en sitios frí­os y de ambiente húmedo. Es­pecie semiumbrática. Notas de interés: El arce falso plátano es un árbol típico de montaña. En medio de un ha­yedo o de un bosque de piceas destaca en otoño por el lumi­noso color amarillo oro de su follaje. En ejemplares viejos la parte del agrietado y escua­miforme súber expuestas al viento aparece recubierta de musgo y de líquenes. Para de­sarrollarse bien, necesita más humedad y un suelo más rico

Inflorescencia

Frutos

en sustancias nutritivas que el haya. Los lugares ide~es son los que ofrecen suelos y am­bientes húmedos, como desfi­laderos de montaña o pen­d~entes sombrías, donde puede perpetuarse junto a ol­mos montanos y a fresnos. Aisladamente puede llegar hasta el límite de la zona fo­restal (a unos 1500 J1?. en los Alpes septentrionales y a 2000 m en el Valais ). Por sus raíces, muy ramificadas y relativa­mente profundas, el arce falso plátano es resistente a los temporales. Además de sus zonas de distribución natural,

Hojas indivisas, opuestas

Aceráceas

Hoias

Con sus nudosos, gruesos y cortos troncos y sus magníficas copas cupuliformes, los vieios arces, hechos y derechos, son típicos de numerosas llanuras alpinas. Sus panículas florales, estrechas y ~éndula$, aparecen al mismo tiempo que las ho1as.

se cultiva tanto forestalmente en lugares más profundos co­mo en parques y jardines. Al­canza un máximo de 500 años. Identificación: A diferencia del arce real (pag. 78) las ho­jas son mate, tanto en el haz como en el envés, y carecen de cualquier brillo; los lóbulos foliares son aserrados en el borde, pero nunca con dientes acuminados y, al frotarlos, sus pedúnculos no desprenden lá­tex. Es típico del arce falso plátano el súber desca1nable (como el del plátano), con di­bujos diversos de color gris , pardo o rojizo. A diferencia

del arce falso plátano las hojas del arce menor (pag. 80) des­prenden látex, son más peque­ñas y presentan lóbulos ro­mos. En Europa meridional el arce falso plátano se puede confundir con el asar (Acer opalus), cuyas hojas , sin em­bargo, son más pequeñas, con lóbulos cortos, romos y trian­gulares y con senos poco pro­fundos. Cuando está sin hojas se puede identifica r por sus yemas invernales, opuestas, grandes, aovadas , de color verde lustroso.

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Arce real

Arce real Arce aplatanado Acer platanoides L. Aspecto: Hasta 35 m. Hojas: Limbo de 10-20 cm de longitud y otros tantos de an­chura, con 5 (rara vez 7) lóbu­los acuminados de borde con pocos y agudos dientes , con senos redondeados entre ellos; ambas caras débilmente brillantes, glabras. Pedúnculo con látex. Flores: IV- Y. Verde amari­llas, en panículas terminales, erectas o inclinadas. Frutos: IX-X. Los dos fructí­culos forman ángulo obtuso;

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Hojas indivisas, opuestas

Aceráceas

núculas planas. Corteza: Inicialmente gris cla­ra, lisa. Súber de gris oscuro a negruzco, con densos surcos longitudinales, sin desprendi­miento de escamas. Distribución: Europa, Cáuca­so, Asia Menor. Localización: Fundamental­mente en colinas y en las zo­nas bajas de los montes. Bos­ques mixtos de frondosas. Preferencia por los suelos frescos o húmedos, ricos en sustancias nutritivas, frecuen­temente calizos . Menos exi­gencias que el arce falso pláta­no. Especie semiumbrática.

Notas de interés: El arce real es un árbol de lugares más profundos que el arce falso plátano. Crece como una es­pecie arbórea más bien extra­ña en bosques de tilos, en bos­ques de praderas y en hayedos y robledales. Es muy difícil encontrarlo en montaña a al­turas superiores a los 1000 m. Donde mejor se propaga es en el Báltico. Generalmente el arce real no alcanza la s di­mensiones del arce falso plá­tano; las alturas superiores a los 25 m son excepcionales. También la edad suprema al­canzable , entre 150 y 200

Frutos

años , es claramente inferior a la de su congenese. Como en otras aceráceas, también las hojas del arce real caídas se descomponen rápidamente y originan un humus beneficio­so , biológicamente activo. Existen numerosas formas or­namentales. Abundan las que tienen hojas de tonos rojizos. Debido entre otras cosas a su hermosa coloración otoñal , amarilla con notas rojizas; el arce real es un árbol muy apropiado para parques y jar­dines. Al ser cada vez mayor la falta de espacio en nuestras ciudades , el arce esfera ad-

Hojas indivisas, opuestas

Aceráceas

Aislado, el arce real es un árbol impresionante, sobre todo por sus espléndidas flores amarillas, que aparecen inmediatamente antes que las hojas, y también por su tonalidad otoñal, amarilla dorada intensa con notas rojizas.

quiere cada vez más impor­tancia. Esta variedad de arce real , designada con el nombre de 'G/obosum', se caracteriza por la lentitud de su desarro­llo y por mantener su copa durante mucho tiempo una forma esférica cerrada. Mu­chos árboles de avenidas y de parques llaman en verano la atención porque sus hojas es­tán repletas de manchas ne­gras alquitranosas. Se trata de una micosis muy frecuente , la costra rugosa del arce o enfer­medad de las manchas de al­quitrán (agente: Rhytisma acerinu.m) , que ataca también

a otros arces , concretamente al arce falso plátano. Identificación: A diferencia del arce falso plátano (pag. 76), las hojas del arce real son glabras y lustrosas y los lóbu­los presentan en el borde sólo , unos pocos dientes de punta aguda. Al frotar el pedúnculo sale látex (dato importante pata diferenciarlo del arce azucarero (pag. 81 ). En su fa­se de carencia de hojas el arce real se reconoce por las yemas invernales , opuestas, aovadas, generalmente de color rojo vi­noso, dispuestas en las ramas.

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Arce menor en otoño

Arce menor Arce silvestre Acer campestre L. Aspect o: Árbo l o arbusto, hasta 12m. Hojas: Limbo de S-10 cm de ancho, con (3-) S lóbulos ro­mos, los tres delanteros suelen ser ligeramente lobulados. Pe­dúnculo con látex. Flores: IV-V. De color amari­llo verdoso, en panículas ter­minales erectas o pé ndulas. Pedúnculo y perianto pilosos. Frutos: IX. Pilosos al pri nci­pio y glabros después. Los dos fructículos forman un ángulo de unos 180 ° Núculas planas.

t\0

Hojas indivisas, opuestas

Aceráceas

Corteza: Ramas con bandas de corcho. Súber gris pardo , con finos surcos que forman rectángulos pag. 43). Distribución: Europa, Norte de África, Asia Menor. Localización: Desde el llano a la montaña. Bosques de fron­dosas mixtos, linderos de bos­ques, setos; suelos entre secos y frescos , ricos en sustancias nutritivas, cal izos; pide más calor que el arce real y el arce fal so plátano . Especie se­miumbrática. Notas de interés: Edad máxi­ma lS0-200 años, gran capaci­dad para desarro ll ar brot es

Frutos

troncales, planta para setos. Identificación: Las bandas de corcho en form a de alas son una señal distintiva. Aparecen en los brotes vigorosos, pero no están tan marcadas e n todas. Hojas mucho más pe­queñas que las del arce menor y las de l falso arce plátano . Lóbulos romos. Es muy parecido e l arce de Montpellier (Acer monspessu­lanum) , cuyas hojas , sin em­bargo, son más ásperas y más pequeñas, con sólo 3 lóbulos de tamaño simi lar , aovados , enteros. Alas de los frutos en ángulo agudo o en paralelo.

Arce de Capadocia, hojas

Arce azucarero Acer saccharum Marsch Aspecto: Hasta 40 m. Hojas: Limbo de 8-14 cm de tamaño, con S lóbulos en pun­ta y con unos pocos di e ntes grandes en e l borde. Senos entre lóbulos de forma circu­lar. Pedúnculo sin látex. flores: IV-V. Verde amarillas, penden en fascículos sobre largos y flácidos pedúnculos. ~VIII-IX. Los dos fruc­tículos forman ángulo agudo. Núculas globulares. CPrteza: Súber gris, agrietado. D.istribución: Este de Nortea­rnérica. En Centroeuropa, en

Hojas indivisas, opuestas

Aceráceas

En nuestras latitudes el arce azucarero y el arce de Ca~adocia se cultivan con fines ornamentales. En otono presentan una maravillosa coloración, de tonos amarillos oro intenso, con ciertos tonos rojizos o naranja en el arce azucarero.

parques y jardines. Localización: Suelos ricos en sustancias nutritivas, húme­dos , fangosos. Especie se­miumbrática. Notas de interés: El arce azu­carero es el "sugar maple" de los norteamericanos. D e su savia, rica en azúcar, que se consigue a finales de invierno haciendo agujeros en el tron­co, se obtiene jarabe de arce (maple syrup). Tras espesar el líquido, con 30 litros de savia se logra aproximadamente un litro de jarabe. Un árbol gran­de proporciona hasta 200 li­tros de savia por temporada.

En Centroeuropa el arce azu­carero suele encontrarse oca­sionalmente como árbol de adorno, aunque es menos fre­cuente que despliegue su es­pléndida coloración amarilla de otoño, que en su país de origen contribuye al fascinan­te " lndian Summer". Ide ntificación : A difere nci a del arce real (pag. 78) ti e ne pedúnculos sin látex. En par­ques puede encontarse el arce de Capadocia (Acer cappado­cicum): Hojas de 8-14 cm, con S-7 lóbulos largamente acumi­nados, prácticamente enteros.

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Arce palmado ¡aponés

Arce palmado ¡aponés Acer palmatum Thunb.

" Aspecto: Arbol, hasta 8 m. Hojas: Limbo de 5-10 cm de largo y de ancho, con 5-7 (9) lóbulos lanceolados, larga­mente acuminados, aserrados, y con senos profundos. Flores: V. Panículas inclina­das. Frutos: X-XI. Los dos fructí­culos en ángulo obtuso. Distribución: China, Japón , Corea. En Centroeuropa, ár­bol de adorno. Localización: Suelos ricos en sustancias nutritivas, no de­masiado húmedos.

82

Hojas indivisas, opuestas

Aceráceas

Identificación: Hojas, con se­nos profundos y con lóbulos estrechos acuminados. Se cul­tivan variedades que se distin­guen por el crecimiento y por la forma y color de las hojas.

Arce plateado Arce blanco americano Acer saccharinum L. Aspecto: Hasta 35 m, general­mente varios troncos. Hojas: Limbo de 8-16 cm de largo y de ancho , profunda­mente hendidas, pentalobula­das; lóbulos largamente acu­minados, con dientes largos o lóbulos pequeños y agudos en

Arce palmado ¡aponés, hoias

Arce plateado, ho¡as

el borde; envés plateado. Pe­dúnculo sin látex. Flores: II-IV. Verde amarillas. Masculinas y femeninas en ra­milletes densos, separados o en árboles distintos. Frutos: V-VI. Los dos fructí­culos de color pardo claro , curvados en forma de sable, forman ángulo recto. N úculas oblongas. Corteza: Súber gris, longitudi­nalmente agrietado, a veces se

desprende en escamas. Distribución: Este de Nortea­mérica. En Centroeuropa. Localización: Suelos húme­dos. Escasas exigencias.

Katsura, ho¡as

Katsura, dos brotes cortos con un pecíolo y una yema cada uno.

No sólo su porte, sino su caprichoso folla¡e hacen del katsura un espléndido árbol de parques y iardines. Las hoias,acorazonadas, son de color rosa o bronce al brotar y de color amarillo brillante en otoño.

Identificación: Hojas de envés plateado, profundamente hen­didas, pentalobuladas.

Katsura Cercidifilo Cercidiphyllum japonicum Sieb.& Zucc. Aspecto: Hasta 30m, con mu­chos troncos. Verdor estival. Hojas: Palmatinervias; 3-10 cm de tamaño, aovadas o cir­culares, con base en forma de corazón, aserradas. Flores: III,IV. ·nioicas. Poco vistosas, pequeñas, sin perian­to, con inflorescencias en for­ma de pequeñas cabezas.

Hojas indivisas, opuestas

Cercidifiláceas

Katsura en otoño

Frutos: Folículos curvados, de 1,5-2 cm de longitud. Corteza: Súber gris pardo, grueso, asurcado. Distribución: Japón, China. En Centroeuropa, árbol de adorno. Localización: Suelos frescos o húmedos, profundos. Notas de interés: En Japón, el katsura es uno de los árboles de fronda más importantes desde el punto de vista indus­trial. Su madera, ligera y blan­da, con albura parda clara y corazón rojizo duradero, se utiliza para muebles y recubrí-

. . " m1entos, en carptntena y en

trabajos de talla. El katsura es un árbol de fronda, con una estructuración clara de su sis­tema de brotes en largos y cortos. Mientras que en los primeros las hojas son opues­tas y más bien longitudinal­mente aovadas (fotografía pag. 73), los segundos, extra­ordinariamente comprimidos, presentan una sola hoja, entre redondeada y acorazonada. Identificación: Fácilmente re­conocible por sus hojas , opuestas, acorazonadas o re­dondeadas, aserradas. Por su forma las hojas se parecen a las del ciclamor (pag. 140).

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Olivo

Olivo Aceituno Olea europaea L. Aspecto: Árbol o arbusto, hasta 10 m, tronco nudoso y con frecuencia de formas lla­mativas. Siempreverde. Hojas: Coriáceas, pedúnculo corto, 4-8 cm de longitud, lan­ceoladas, enteras, con un co­lor verde grisáceo por el haz y plateadas por el envés, debido a presentar numerosas esca­mitas apretadas en toda la su­perficie. Flores: IV-VI. En panículas dispuestas en las axilas folia-

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Hojas indivisas, opuestas

Oleáceas

res, pequeñas, hermafroditas, blancas. Aroma agradable. Frutos: IX-X. Globulares o aovados. 1,5-3,5 cm de diáme­tro, carnosos, al principio ver­des, entre violáceos y negros en la madurez. Corteza: Gris clara , súber agrietado en cuadros. Distribución: Mediterráneo. Al Norte , hasta los Alpes merdionales (Tesino meridio­nal, Largo de Garda, Sur del Ti rol). Localización: Suelos rocosos , secos, Especie fotófila. Notas de interés: El olivo es

una de las plantas cultivadas más antiguás. Actualmente si­gue teniendo gran interés co­mercial en sus innumerables variedades. Su forma silvestre (Olea europaea ssp. silvestris), parte integrante del maquis (monte bajo siempre verde) , es generalmente arbustiva y tiene hojas más pequeñas, fru­tos esféricos y ramas espino­sas. Ya en la antigüedad el aceite de oliva se utilizaba pa­ra cocinar y para quemar y también con fines litúrgicos. Los olivares, con el destello plateado de las hojas de sus

¡ •

Frutos

árboles , que desarrollan for­mas extrañas en su crecimien­to, definen amplias zonas del paisaje mediteráneo. En mu­chos casos en las formas gro­tescas de los troncos de olivo interviene el hombre. La ma­dera sufre con frecuencia la agresión de un hongo que la destruye. Las partes afectadas se raspan inmediatamente; en casos extremos se practican en el árbol agujeros , por lo cual los troncos adquieren formas nudosas y extrañas. Como puede llegar a alcanzar 1 500 años, el olivo es uno de

Hojas indivisas, opuestas

Oleáceas

Tronco

los árboles de vida más larga en Europa. Se cultiva también en Japón , India, Australia, Su­ráfrica y Estados Unidos . Apenas plantea exigencias en cuanto al suelo, pero para de­sarrollarse necesita mucha luz. Las heladas, sobre todo , comprometen su desarrollo, por lo cual en Centroeuropa es absolutamente preciso res­guardarlo del frío. Al igual que la cereza, la acei­tuna es un fruto en drupa. El sarcocarpo es comestible, ju­goso y aceitoso y rodea a un hueso áspero y duro. La ma-

dera, pesada, dura y muy de­corativa, tiene también interés económico. Es muy apropiada para trabajos de carpintería y de torneado. Identificación: Inconfundible en sus lugares de origen. Sus hojas , opuestas, enteras , lan­ceoladas, de sorprendente gris plateado en su envés, permi­ten una identificación segura de la especie a lo largo de to­do el año.

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Paulonia en flor

Paulonia imperial Paulownia tomentosa Steud. Aspecto: Hasta 15 m. Verdor estival. H.ojas: Muy grandes y larga­mente pedunculadas.Limbo de 15-40 cm de longitud, latia­ovadas o acorazonadas, ente­ras o en ocasiones débilmente trilobuladas. Flores: IV-V. 5-6 cm de diá­metro , corola violeta clara, campaniforn1e con 5 lóbulos desiguales y borde arrugado. Flores en panículas erectas, de 20-30 cm, cónicas. Frutos: VIII-X. Cápsulas par­das, aovadas, de 2-4 cm.

86

Hojas indivisas, opuestas

Escrofulariáceas

Corteza: Súber pardo grisá­ceo, reticularmente asurcado.

/

Distribución: China. Arbol de adorno en Europa central y meridional. Localización: Suelos frescos, ricos en sustancias nutritivas. Sensible a las heladas. Especie fotófila. Notas de interés: A diferencia de Asia oriental y de Nortea­mérica, Europa es pobre en cuanto a especies arbóreas, sobre todo en cuanto a espe­cies de flores vistosas y llama­tivas. La paulonia y la catalpa son dos artículos de importa­ción que tratan de suplir esta

Ho¡as

Flores

Frutos

carencia. A parte de sus visto­sas flores, su valor ornamental reside en sus hojas, inusual­mente grandes en nuestras la­titudes. Ahora bien, la paulo­nia soporta el invierno sólo en lugares de temperatura suave. Identificación: Las flores , no sus hojas ni sus frutos , se pa­recen a las de la catalpa. Los brotes son gruesos, pardos y densamente pilosos. En in­vierno la paulonia se reconoce por sus yemas florales , gran­des, globulares , pilosas , que

. aparecen ya a finales de vera­no antes de la floración.

Catalpa, flores

,. '

Por sus flores, grandes y exóticas, la paulonia y la catolpa son árboles ornamentales de gran · interés. La catalpa llama la atención, además, por sus frutos, largos y en forma de iudías, que permanecen en el árbol hasta muy avanzado el • • 1nv1erno.

Ca talpa Catalpa.bignonioides Walt Aspecto: Hasta 15 m. Verdor estival. Hojas: Opuestas o en vertici.­los de a tres. Muy grandes y largamente pedunculadas . Lin1bo de 10-25 cm de longi­tud (incluso mayor en brotes vigorosos) , latiaovadas o aco­razonadas , enteras o, ra­ran1ente , con 1-2 lóbulos pequeños acuminados. Desa­gradable olor al triturarlas. Flores: VI-VII. 3-5 cm de diá­metro, corola blanca campani­forme con borde rizoso desi ­gualmente pentalobulado, con

Hojas indivisas, opuestas

Bignonáceas

Hoias y frutos

franjas amarillas y manchas púrpura en el interior. Flores en panículas grandes, erectas, conoidales. Frutos: IX-X. Cápsulas en for­ma de judías, del diámetro de un lápiz, de 20-40 cm de longi­tud. Corteza: Súber escuamiforme, gris pardo, delgado, finamente asurcado. Distribución: Sureste de Nor­teamérica. En Centroeuropa, árbol de adorno. Localización: Preferencia por suelos frescos , ricos en sustan­cias nutritivas. Sensible a las heladas. Especie fotófila.

Identificación: Sus hojas, no sus flores ni sus frutos, pue­den confundirse con las de la paulownia. Los frutos, largos, permanecen maduros en el ár­bol hasta la primavera. En algunos parques se cultiva la catalpa regia (Catalpa spe­ciosa), que apenas se distin­gue de la catalpa común. Sus flores son algo mayores ( 4-6 cm) y sus hojas no despiden un olor desagradable al ser trituradas.

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Distintivo verde

# .

Arboles de hoia indivisa

y alterna

En las páginas que siguen se describen árboles caduci­folios con hoias indivisas, alternas. El limbo o lámina foliar consta de una sola parte, que puede ser lobula­da o presentar cortes pro­fundos.

Carpe

Roble pubescente

<IIIIIIITilo

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Hojas indivisas, alternas

Salicáceas

Avenida con álamos negros híbridos

, Alamos Los álamos son uno de los dos géneros de la familia de las sa­licáceas (Salicaceae). Son ár­boles (raramente arbustos) de verdor estival, con hojas opuestas, indivisas y en gene­ral largamente pedunculadas. Son dioicos, por lo que sus flores masculinas y femeninas se encuentran en individuos distintos. Las inflorescencias, amen tos péndulos, aparecen en primavera antes que las hojas. Cada flor individual, muy poco vistosa, se encuen­tra en el eje de una bráctea aserrada o deshilachada.

90

A diferencia de los sauces, la polinización se efectúa a tra­vés del viento. El fruto es una cápsula que contiene numero­sas semillas muy pequeñas do­tadas de penacho. Muchas de estas semillas se unen entre sí formando la lana seminal, que el viento transporta en mu­chos casos a largas distancias. En general conservan su capa­cidad germinativa sólo duran­te unos días. Existen aproximadamente 40 especies diferentes de álamos, que se encuentran en la zona templada del hemisferio sep­tentrional.

En Centroeuropa crecen es-/ .

pontanemente tres especies: el álamo negro, el álamo blan­co y el álamo temblón. Los álamos son las especies arbóreas autóctonas de creci­miento más rápido. Compara­dos con las piceas, pueden producir el doble de madera en sólo un tercio de tiempo. Su madera, ligera, blanda y de escasa durabilidad en condi­ciones naturales, es muy apro­piada para fabricar tableros de virutas, celulosa y papel, y también para fabricar cerillas, paletas, cajas, cestas de chapa, zuecos de madera o prótesis.

Hojas indivisas, alternas

Salicáceas

, Alamo negro, frutos y lana seminal

De ahí que desde hace mucho tiempo los álamos ocupen las preferencias de los cultivado­res de plantas, tanto más cuanto que muchas especies, incluso las procedentes de zo­nas geográficamente muy dis­tantes, pueden cruzarse sin problemas entre sí y los híbri­dos tienen un crecimiento más rápido que los progenitores. Los álamos cultivados en bos­ques o campos son en su gran mayoría variantes consegui­das por cruce o selección que por regla general se propagan mediante esquejes. Sólo los especialistas pueden distinguir

las innumerables especies existentes, que llevan nom­bres tales como 'Rochester', 'Robusta', 'Max' o 'lngolstadt 3a'. Para una visión más com­pleta se clasifican en grupos o secciones. Económicamente son de interés los siguientes grupos - álamo negro, que incluye

los álamos negros europeos y los norteamericanos

- álamo blanco, que incluye el álamo temblón y el ála­mo blanco, y, finalmente álamo balsámico tacamaha­ca. Las especies originarias de este grupo proceden de

Norteamérica. En nuestras latitudes los álamos balsá­micos son cultivados. Lla­man la atención por sus ye­mas invernales, grandes, muy viscosas e intensamen­te aromáticas.

Como muchas especies de ála­mos se cultivan en lugares no apropiados para ellos y dado que han sido atacados por to­da una serie de enfermedades, las esperanzas económicas de­positadas durante los últimos años en el cultivo de álamos han quedado satisfechas sólo parciamente.

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Avenida de chopos lombardos

;

Alamo negro Chopo negro Populus nigra L. Aspecto: Hasta 35m. Hojas: Limbo de 5-1 O cm, de triangular a aovada, acumina­da, borde finamente aserrado, glabras. Pedúnculo 2-6 cm . Flores: III-IV. Amentos de hasta 10 cm. Brácteas deshila­chadas, no ciliadas. Frutos: V-VI. Cápsulas oper­culares bilobuladas en infru­tescencias péndulas. Semillas mayores que las del álamo plateado y las del temblón. Corteza: Formación temprana de un súber grueso, agrietado,

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Hojas indivisas, alternas

Salicáceas

pardo oscuro (pag. 43). Distribución: Europa, Siberia occidental, Asia Menor y cen­tral, Norte de África. Localización: Bosques de ri­beras de depresiones fluviales , lagos y aguas estancadas. Pre­ferencia por suelos húmedos y pantanosos, temporalmente anegados, ricos en sustancias nutritivas y bases, arenosos y legamosos. Especie fotófila , necesita calor, puede dañarle la sequía. Notas de interés: El álamo ne­gro desarrolla vástagos radi­cosos y puede alcanzar los 300 años. La especie pura es muy

Álamo negro, hoia

;

Alamo negro, infrutescencias

poco frecuente en nuestras la­titudes. Por un lado su espacio vital -bosque de pradera en la ribera de los grandes ríos- ha desaparecido. Por otro, los álamos negros que se cultivan ahora son casi todos varieda­des procedentes de cruces con el álamo negro de Norteamé­rica (Populus deltoides), que se designan como híbridos ca­nadienses, bastardos euroa­mericanos o álamos del Cana­dá (Populus x canadensis). El chopo lombardo (Populus ni­gra 'Italica'), es un álamo ne­gro transformado por muta-. / . .

c1on en su crectmtento.

, Alamo cano, hoia

El álamo cano es un híbrido natural entre el álamo temblón y el álamo blanco. Por su rápido crecimiento y por sus escasas exigencias suele plantarse en vegas, avenidas y parques.

Identificación: En invierno por sus brotes, glabros, de co­lor amarillo ocre , con grandes yemas invernales viscosas y acuminadas en las ramas.

;

Alamo cano Chopo cano, álamo gris de Picardía Populus canescens Sm. Aspecto: Hasta 38 m. Hojas: De tamaño y forma muy variables. 4-10 (15) cm de longitud; en los braquiblas­tos, de redondeadas a aova­das, no lobuladas, con toscos dientes obtusos; en los macro­blastos, más o menos lobula-

Hojas indivisas, alternas

Salicáceas

, Alamo c~.no

das. Enyés gris tomentoso, calvescente después. Flores: Como las del álamo blanco (pag. 94). Frutos: Como los del álamo blanco. Corteza: Como la del álamo blanco (fotografía pag. 41). Distribución: Europa central y suroriental, Asia occidental. Localización: Bosques de pra­dera de las depresiones fluvia­les; tolerante en cuanto al te­rreno. Notas de interés: El álamo ca­no es un híbrido natural entre el álamo blanco y el álamo temblón (pag. 95). Como éste

último desarrolla vástagos ra­dicosos. Alcanza una edad máxima de 150 años. Identificación: Presenta for­mas de transición al álamo blanco y, sobre todo, al álamo temblón. Se diferenciadel pri­mero en que sus hojas son dé­bilment~ lobuladas ya en los macroblastos, con un envés menos piloso (en muchos ca­sos es imposible establecer di­ferencias basadas sólo en las hojas).y del álamo temblón en que inicialmente las hojas y las yemas son grises y tomen­tosas.

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#

Alamo blanco

, Alamo blanco

/

Alama blanco, chopo Populus alba L. Aspecto: Hasta 35· m. Hojas: Pedúnculo de 2-5 cm, piloso; limbo de4-10 cm de largo, a veces mayor en vásta­gos vigorosos; redondeadas o aovadas, lobuladas en los ma­croblastos, no lobuladas en los braquiblastos; borde sinuado con dientes obtusos; haz pu­bescente y glabro y lustroso después; el envés más o me­nos tiempo tomentoso blanco. Flores: III-IV. Amentos de hasta 10 cm de largos. Brácte­as florales ciliadas, con dien-

94

Hojas indivisas, alternas

Salicáceas

tes cortos e irregulares. Frutos: V-VI. Cápsulas pe­queñas en infructescencias péndulas; semillas pequeñas. Corteza: Gris claro, lisa du­rante mucho tiempo, con ve­rrugas suberosas romboidales; súber gris oscuro, grueso, con surcos longitudinales. Distribución: Centro, Sur y Este de Europa, Siberia occi­dental, Asia occidental, N arte

/

de Africa. Localización: Bosques de pra­dera de las grandes depresio­nes fluviales. Suelos frescos a húmedos, ocasionalmente anegados, ricos en sustancias

Haz de la hoia

Envés de la hoia

El álamo blanco crece , espontaneamente en bosques de praderas, formando comunidad con robles, olmos y fresnos. También está muy extendido como árbol de avenidas y de parques.Eienvéstomentoso blanco de sus hoias es su característica distintiva. '

nutritivas; también suelos se­cos, arenosos. Requiere calor. Especie fotófila. Notas de interés: Alcanza los 400 años; desarrolla abundan­tes vástagos radicosos. Identificación: Se caracteriza porque sus hojas, al menos las de los macroblastos, presen­tan un envés densamente to­mentoso blanco. Las hojas son muy variables en cuanto a la forma y al tamaño, redondea­das y no lobuladas én los bra­quiblastos, mayores y trilobu­ladas o pentalobuladas en los macroblastos, sobre todo en ~os vástagos vigorosos.

Hoia

Amentos masculinos

, Alamo temblón Chopo temblón, lamparilla Populus tremula L. Aspecto: Hasta 30 m. Hojas: Pedunculadas. Limbo de lqs braquiblastos de 3-8 cm, redondeadas, con borde de toscos dientes; en los ma­croblastos hasta 15 cm, acora­zonadas y aovadas, con borde finamente dentado; glabras y de haz lustroso. Flores: II-IV. Amentos de hasta 10 cm. Brácteas ciliadas, con dientes largos y agudos. Frutos: V-VI. Cápsulas pe­queñas en infructescencias péndulas. Semillas pequeñas.

Hojas indivisas, alternas

Sali(áceas

, Alamo temblón en otoño

Corteza: Amarillo oscuro, li­sa, luego con grandes verrugas suberosas romboidales; súber gris oscuro, agrietado. Distribución: Europa hasta Si-

, heria oriental, Norte de Afri-ca, Asia Menor. Localización: Hasta el nivel subalpino. Bosques mixtos de frondosas, linderos de bos­ques, riberas, baldíos. Suelos de secos a húmedos, ·ricos o pobres en sustancias nutriti.,. vas. Especie fotófila. Notas de interés: Es una espe­cie arbórea pionera tolerante en cuanto al entorno. Necesita

,- ~ ; ' f.

luz, es resistente a las Heladas

y crece rápidamente en sus primeros años. Fructifica ya en su juventud y produce enormes cantidades de semi­llas capaces de volar. Además puede propagarse rápida e in­tensamente por brotes radico­sos. Generalmente no supera los lOO años. Los pedúnculos, largos y lateralmente aplana­dos, hacen posible que una li­gera brisa provoque el prover­bial "temblor" de sus hojas.

'

Identificación: Son muy carac-terísticas s~s hojas,largamente pedu~~u~~das, redondeadas, de 'borde·toscamente dentado, .. ' glabras. -·! J) • -- • •

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Sauce blanco en invierno

Sauces -

E l género de los sauces com-pt:ende unas 500 especies, ex­tendidas fundamentalmente por el hemisferio septentrio­nal y en su mayor parte ver­des en verano. Todas ellas se caracterizan por tener sus ye­mas invernales rodeadas por una sola escama en forma de capucha. Las hojas son alter-

- nas, indivisas y en general con pedúnculo corto. Los sauces son dioicos, por lo cual cada planta tiene exclusivamente flores femeninas o masculinas. Las flores de ambos sexos es­tán dispuestas en amentos.

96

Las flores son muy poco visto­sas y carecen de perianto; las masculinas tienen normal­mente dos estambres, y. sólo unas pocas especies tienen

.,

más (hasta ocho). Es muy típi-co de muchos sauces que sus amentos aparezcan recubier­tos por una suave capa sedosa plateada. La flor del sauce uti­liza sus órganos segregadores de néctar (nectarios) para atraer a los insectos poliniza­dores. El sauce cabruno y el sauce dafnoide, por ejemplo, son muy importantes para las abejas, pues florecen al co­mienzo de la primavera en

·una época en que las abejas no tienen prácticamente nin­gún otro alimento. El fruto del sauce es una cápsula dehisc,ente con dos valvas que contiene muchas semillas. Las semillas son muy pequeñas, tienen penacho y, unidas en­tre sí formando la lana semi­nal, son trasladadas por el viento a grandes distancias. Las semillas pueden germinar inmediatamente después de -alcanzada la madurez; pero como contrapartida pierden muy pronto su capacidad ger­minativa. En Europa central existen unas 30 espe,cies au-

1

Hojas indivisas. altcrn ~ts

Salic·áceas .. _. · · ~ ·~

Sauce cabruno, ame.ntos florales femeninos Sauce cabruno, amentos florales masculinos

Los sauces son dioicos, por lo que en una misma planta sólo hay amentos masculinos o femeninos. Cada amento . contiene, alineadas en un e¡e, numerosas florecillas apétalas y asépalas, que segregan abundante néctar para atraer a los insectos polinizadores.

Sauce blanco, amentos florales masculinos

tóctonas, de las cuales sólo unas pocas son árboles. En ningún otro género de ár­boles de fronda destacan tan­to como en los sauces la diver­sidad de espaciQ~ vitales poblados y la variedad de for­mas de crecimiento. En los Alpes elementos pertenecien­tes a este género desbordan con mucho los límites de ar­bolado en forma de arbustos enanos de sólo unos decíme­tros de altura o_en forma de arbustos rastreros. Por otra parte, el sauce blanco es un espléndido árbol de los bos­ques de pradera de las zonas

profundas, que en condiciones favorables puede alcanzar 30 m de altura y 1 m de diáme-

. tro. Entre estos dos extremos existen todos los tipos de for­mas transitorias, aunque la · mayoría de los sauces tiene un desarrollo arbustivo. En general, para el aprove­chamiento de la madera sólo se tienen en cuenta los árbo-les. La madera de sauce es • blanda y relativamente ligera. Se utiliza para fabricar aglo­merados, celulosa, juguetes,

.., . . zuecos, protes1s, caJas y cestas. N o obstante', en el m.ercado maderero el sauce sólo ocupa

una posición marginal, aun­que sigue teniendo interés co­mercial en cestería. Con los largos, delgados y flexibles vástagos, los mimbres, se fa­brican las cestas más diversas. Para conseguir los mimbres se "descabezan" los sauces a la altura de un hombre en inter­valos regulares de unos años. Así aparecen los "sauces de cabeza", tan característicos de muchos paisajes fluviales. Por

. . sus escasas ex1genc1as y por su capacidad de brotar los sauces han tenido tradicionalmente gran importancia en la biolo­gía industrial.

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Sauce blanco

Sauce blanco Salguero, salguera Salix alba L. Aspecto: Hasta 30 m. Hojas: Lanceoladas, 5-10 cm , acuminadas, de borde aserra­do, pilosidad sedosa plateada en ambas caras o sólo en el envés; pedúnculo de 2-8 cm, piloso. Flores: (pag. 97) IV-V. Amen­tos en braquiblastos con ho­jas, estrechos, de hasta 6 cm. Frutos: V-VII. Corteza: Súber gris, con pro­fundos surcos longitudinales. Distribución: Europa, Siberia occidental, Asia Menor y occi-

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t-Ioja:-; indivisas. alternas

Salicáceas

/

dental, Norte de Africa. Localización: Depresiones flu­viales; suelos de ribera de humedad variable, ricos en sustancias nutritivas, calizos, arenosos. Especie semiumbrá­tica. Notas de interés: Los bosques de ribera, han quedado redu­cidos a su mínima expresión por la regulación de los ríos. El sauce triste ('Tristis' ) es una variedad luctuosa del sau­ce blanco con ramas amarillas que penden fláccidamente. Identificación: Reconocible a distancia por su follaje, gris plateado. Se distingue de la

Sauce triste

Sauce blanco, ramas

Mimbrera frágil, ramas

mimbrera frágil por la pilosi­dad de sus yemas, de sus vás­tagos jóvenes y de sus hojas.

Mimbrera frágil Salix fragilis L. Diferencias respecto del sauce blanco: Aspecto: Hasta 20 m. Hojas: Hasta 18 cm de longi­tud, de borde más acusada­mente aserrado, glabras en ambas caras, haz lustroso; pe­cíolo 1-2 cm de largo, con glándulas. Distribución: Europa, Siberia occidental, Suroeste de Asia. Localización: Riberas de ríos

Envés de las hoias

infrutescencias ·

y de arroyos; generalmente suelos pobres en cal. Identificación: Se diferencia del sauce blanco en que sus yemas, sus brotes y sus hojas, lustrosas, son gl;~ros. Los brotes son lustrosos, de color amarillo oscuro, y se quiebran fácilmente en los puntos de ramificación produciendo un chasquido. Suele formar una especie híbrida con el sauce blanco (= Salix x rubens).

Sauce cabruno Zar gatillo Salix cap re a L.

/

Aspecto: Arbol o arbusto,

Ho,i as ind ivisas, a ltern~í s

Salicáceas

Sauce cabruno masculino en flor

El sauce cabruno es un árbol pionero típico. Suele aparecer en claros de bosque, en terrenos baldíos y en canteras y graveras abandonadas. Se trata de lugares que conquista rápidamente, pues comienza a florecer desde muy pronto y produce cada año ingentes cantidades de minúsculas semillas, muy germinativas, que el viento traslada a grandes distancias.

hasta 12m. Hojas: Elípticas, 4-10 cm, con punta corta, generalmente un poco retorcida, de borde lige­ramente aserrado o liso; haz piloso al principio, glabro y con frecuencia ligeramente lustroso después; envés de verde oscuro a blanquecino, densa pilosidad suave, nerva­dura netamente destacada. Flores: (pag. 97) III, IV. Amentos con pedúnculo muy corto, aovados, de 2-4,5 cm. Frutos: V, VI. Corteza: Gris, lisa con verru­gas suberosas romboidales. Súber agrietado.

Distribución: Europa, Siberia, Asia Menor, Asia central y Asia oriental. Localización: Hasta los límites de la zona forestal. Claros de bosque, linderos y bordes de caminos; árbol pionero, en graveras, en taludes. Preferen­cia por suelos húmedos, ricos en sustancias nutritivas, fan­gosos. Especie fotófila. Notas de interés: A diferencia de la mayoría de los sauces, se reproduce mal por estacas. Identificación: Son típicas sus hojas elípticas, ligeramente arrugadas, con envés gris y suavemente piloso.

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Mimbreras

Mimbrera, ramas

Mimbrera Salix viminalis L.

" Aspecto: Arbolo arbusto, hasta 10m. Hojas: Lanceoladas angostas, hasta 20 cm de longitud y 2 cm de anchura, borde revuel­to y liso, envés piloso con re­flejos. Pecíolo hasta 1 cm. Flores: III-IV. Amentos poco pedunculados, cilíndricos. Frutos: V-VI. Cápsulas densa y cortamente pilosas. Corteza: Súber gris, con pro­fundas grietas longitudinales. Distribución: Europa, Asia. Localización: En zonas pro­fundas. Bosques de riberas.

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Hojas indivisas. alternas

Salicáceas

Sauce gris, ramas

Suelos arenosos y cenagosos. Identificación: Se diferencia del sauce gris en que la pilosi­dad del envés aparece como peinada, lo que da lugar a un brillo plateado metálico.

Sauce gris Salix elaeagnos Scop. Diferencias respecto de la mimbrera: Aspecto: Hasta 16 m. Hojas: Hasta 15 cm de largo, envés mate, pilosidad tomen­tosa gris. Pecíolo hasta 5 mm de largo. Flores: 111-V. Amentos más estrechos; los dos estambres

Magníficos e¡emplares de mimbrera definen la imagen de muchos paisaies fluviales. Sus troncos, parcialmente huecos, ofrecen espacio vital

• a numerosas especaes animales, como la paloma zurita, el mochuelo, el lirón o diversas variedades de murciélagos. \

de las flores crecen en el ter­cio inferior. Frutos: Cápsulas glabras. Distribución: Montañas de Europa central y meridional, Asia Menor. Localización: Bosques de pra­dera de las riberas de los ríos de montaña (hasta las zonas subalpinas ); especie pionera en suelos de humedad varia­ble, generalmente calizos, are-

.. nosos y guiJarrosos. Identificación: Se diferencia de la mimbrera en que la pilo­sidad del envés se entrelaza transversalmente en un to­mento denso sin reflejos.

Hojas indivisas. alternas

Salicáceas

Sauce dafnoide, rama

Sauce dafnoide, ramas lavadas en invierno Sauce laurifolio, hoias e infructescencias

Sauce dafnoide Salix daphnoides Vill. Aspecto: Hasta 15m. Hojas: Lanceoladas, 3-10 cm, de borde aserrado, al princi­pio pilosas, glabras después, haz verde oscuro lustroso. Las estípulas se juntan creciendo con el pecíolo. Flores: III-V. Amentos no pe­dunculados, cilíndricos, 3-5 cm de longitud. Frutos: V-VII. Corteza: Gris, con surcos lon­gitudinales poco profundos. Distribución: Europa. Localización: Ríos y arroyos ; suelos arcillosos de arena.

Identificación: Brotes general­mente rojos lustrosos, con pruina azul clara en el segun­do año, lavable en aros.

Sauce laurifolio Salix pentandra L. Aspecto: Árbol o arbusto, hasta 12m. Hojas: De latilanceoladas a elípticas, 4-12 cm, glabras, en­vés verde oscuro lustroso, borde glanduloso finamente aserrado, glándulas viscosas. Pecíolo con glándulas. Flores: V-VII. Amentos en pedúnculos foliados, cilíndri­cos, con olor a miel; flores con

4-8 estambres. Frutos: VI-X. Infrutescencia pedunculada, péndula. Corteza: Súber gris oscuro, longitudinalmente agrietado. Distribución: Europa, Asia, Cáucaso. Localización: Bosquecillos de pradera (hasta zonas subalpi­nas ), ciénagas, suelos de tur­ba, de arena o de guijarro. Identificación: Es el más tar­dío en florecer y fructificar de todos los sauces. Los amentos florecidos desprenden olor a miel y las hojas, viscosas, ver­des, lustrosas, huelen a bálsa­mo. Brotes glabros, lustrosos.

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Abedules pubescentes

Abedules Existen unas 40 especies dis­tintas de abedules, extendidas por las zonas de clima templa­do del hemisferio septentrio­nal hasta las regiones subárti­cas. Todas ellas incluyen árboles de verdor estival, con hojas alternas, indivisas, ase­rradas o dentadas. Las flores son unisexuales, normalmente monoicas y dispuestas en amentos. La polinización se efectúa a través del viento. Los amentos femeninos dan lugar a estróbilos de paredes más o menos gruesas. Los es­tróbilos se deshacen enlama-

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Hojas indivisas. alte rnas

Betuláceas

durez y desprenden las minús­culas núculas, provistas de dos alas membranosas. El interés por los abedules de­riva sobre todo del color de su corteza. Desde el blanco bri­llante (provocado por el ses­quiterpeno betulina) la paleta de los colores posibles se extiende al negro intenso pa­sando por el naranja y los dis­tintos tonos de pardo. Su atractivo. se realza por el he­cho de que la corteza se des­prende del tronco en tiras finí­simas y estrechas o en grandes trozos retorcidos. De ahí que nada tenga de extraño el inte-

rés que como árboles orna­mentales despiertan entre no­sotros muchos abedules origi­narios de Asia oriental o de Norteamérica, a los que el co­lor y la estructura de su corte­za dan un carácter exótico.

El abedul enano (Betula na­na) y el abedul arbustivo (Be­tula humilis) son pequeños ar­bustos cuya propagación se limita a los cenagales. El abe­dul común y el abedul pubes­cente se dan con más frecuen­cia y son verdaderos árboles. Económicamente carecen de importancia en nuestras latí-

Abedul cerezo ¡aponés

Abedul amarillo

tudes. Para muchos-ingenieros de montes los abedules son "maleza" que compromete el desarrollo de especies econó­micamente "más interesan­tes", por lo que hay que com­batir contra ellos. Por otra parte, no consiguen afirmarse durante mucho tiempo en la mayoría de nuestros bosques. En cuanto especies pioneras clásicas los abedules producen cantidades enormes de frutos, que el viento puede trasladar a grandes distancias. Son ade-

, . mas muy poco eXIgentes, re-sisten a las heladas y crecen con extraordinaria rapidez du-

1 1 ojas indivisas. alternas

Betuláceas

Abedul chino de corteza roia

-· ... ·-~.. __.,.,. ~ ......... t~ .....

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----- -- ....... . - ---···- .. _- -·- ---·-

'

Abedul de Maximowicz

rante sus primeros años, pro­piedades todas ellas que una especie arbórea necesita para afincarse en superficies caren­tes de bosques. El inconve-

. , . ntente esta en que necesitan mucha luz para su desarrollo, aparte de que su esperanza de vida es muy pequeña. Los abedules de más de 100 años constituyen una excepción. El resultado es que en el curso de la evolución natural del bosque las especies de vida más larga y que toleran mejor la sombra, con el haya, des­plazan a los abedules. Su des­tino es el de emigrar a lugares

Abeduldeloscánoes

Abedul pubescente

que resultan demasiado fríos, húmedos, secos o pobres en sustancias nutritivas para otras especies arbóreas. La madera del abedul común no se distingue prácticamente de la del abedul pubescente. Está finamente estructurada, es clara, suele presentar un suave brillo sedoso y es relati­vamente blanda, pero es resis­tente y elástica. Se utiliza so­bre todo en mobiliario, en tornería y en escultura en ma­dera. Es una madera muy soli­citada para las chimeneas do-

, . mesttcas.

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Avenida de abedules

Abedul común Abedul de Europa, abedul ve­rrugoso, abedul péndulo Betula pendula Roth Aspecto: Hasta 30m. Las ra­mas ascienden en ángulo agu­do. Los extremos penden acentuadamente. Hojas: Triangulares o romboi­dales, 4-7 cm, acuminadas, do­blemente aserradas en el bor­de, glabras, viscosas. Tonos amarillos en otoño. Flores: IV-V o en amentos visibles ya el verano anterior, hasta 10 cm en la floración . 2 en amentos erguidos, estre­chos, 2-4 cm, verdes.

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Hojas indivisas, alternas

Betuláceas

Frutos: VII-IX. En piñas. Ca­da una de las dos alas es más ancha que la núcula. Corteza: Lustrosa, blanca, ve­rrugas suberosas oscuras y transversales; se exfolia en bandas transversales papirá­ceas. Súber negruzco con grie­tas longitudinales (pag. 39). Distribución: Europa, Siberia, Cáucaso, Asia Menor, Norte de Persia. Localización: Hasta niveles subalpinos. Bosques claros de frondosas y de coníferas, lin­deros de bosques, praderas, terrenos baldíos. Poco exigen­te , incluso en suelos pobres en

sustancias nutritivas, ácidos, tolera suelos humedos. Espe­cie fotófila, resistente a las he­ladas, raíces no muy profun­das, y numerosas. Identificación: Reconocible por su blanca corteza que va­ría de árbol a árbol. Se dife­rencia del abedul pubescente en que las hojas y los brotes son glabros y en que los bro­tes son ligeramente viscosos, con numerosas glándulas resi­nosas (abedul verrugoso).

Abedul pubescente Betula pubescens Ehrh Aspecto: Hasta 30 m. Las ra-

1

Hojas indivisas. alterna~ ,

Betuláceas

Abedul común, estróbilos

A. pubescente, amentos Ó

Abedul pubescente, estróbilos Abedules pubescentes

mas y ramillas se distancian más o menos rígidamente. Hojas: De aovadas a romboi­dales, 3-6 cm de longitud, án­gulos generalmente redondea­dos, simple o doblemente aserradas, envés piloso, des­pués glabras hasta los ángulos nérveos. Pecíolo pi1-oso. Color amarillo en otoño. Flores: Como las del abedul

, comun. Frutos: Como los del abedul común, aunque ninguna de sus dos alas sea mucho más ancha que -la núcula. Corteza: Como la del abedul común, aunque no suele ser

tan clara, sino más bien de co­lor blanco mate; más tarde co­mienza a formarse el súber (pag. 103). Distribución: Europa ( excep­to el Mediterráneo), S iberia, Cáucaso. Localización: Desde la llanura a los límites del bosque en la montaña (en los Alpes centra­les hasta 2200 m). Bosques ce­nagosos y pantanosos, bos­ques subalpinos de coníferas, de alerces y de cembros. Ge­neralmente en suelos húme­dos y hasta pantanosos, po­bres en sustancias nutritivas, ácidos, con humus. Aparte de

que necesita más agua, es me­nos exigente que el abedul co­mún. Especie resistente a las heladas, fotófila, con raíces poco profundas y numerosas. Identificación: Se diferencia del abedul común en que las puntas de sus ramas no son colgantes. Los brotes jóvenes son pilosos. Suelen perder la pilosidad, deben observarse las puntas más recientes. Bro­tes con pocas verrugas. En parques y jardines pueden encontrase como árboles or­namentales las siguientes va­riedades:

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Abedul amarillo

Abedul negro americano Abedul fluvial,abedul de agua Betula nigra L. Aspecto: Hasta 30m. Hojas: De aovadas a romboi­dales, 3-9 cm, borde con ase­rrado tosco o lobulado, envés verde gris a blanco grisáceo y más o menos pilo.so. Corteza: Pardo rojizo a gris plateado; de los troncos y ra­más se desprenden jirones ri­zosos. Súber negruzco. Distribución: Estados Unidos.

Abeduldeloscánoes Abedul papirífero Betula papyrifera Marsh.

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lloja~ indivisas. al ternas

Betuláceas

Aspecto: Hasta 40 m. Hojas: Aovadas, acuminadas, 4-10 cm de longitud, borde con doble aserrado tosco, al principio pilosas por ambas caras, después glabras. Corteza: (pag. 103). Lisa, blanca, se exfolia en bandas transversales, aparecen capas corticales interiores naranjas. Súber pardo, agrietado. Distribución: Norteamérica.

Abedul de Maximowicz Betula maximowicziana Reg. Aspecto: Hasta 30 m. Hojas: De acorazonadas a ao­vadas, acuminadas, grandes

(hasta 15 cm de longitud y 11 • cm de anchura), irregular­mente aserradas o dentadas. Corteza: (pag. 103). Pardo na­ranja, gris o blanca; se exfolia en finas bandas transversales. Corteza: (pag. 103). Lisa, na­ranja a pardo rojizo; se exfolia en finas bandas transversales. Distribución: Japón.

Abedul chino de corteza roia Betula albosinensis Burk Aspecto: Hasta 20m. Hojas: Oblongoaovadas, con largo acumen, 5-9 cm de lon­gitud, doblemente aserradas, envés con pilosidad sedosa en

Abedul cerezo de Japón

Abedul de Maximowicz

los nervios. Distribución: China.

Abedul de Erman Betula ermanii Cham. Aspecto: Hasta 20m. Hojas: De triangulares a oblongoaovadas, con base re­donda transversalmente hen­dida o acorazonada y acumen alargado, 5-10 cm de longitud, toscamente aserradas. Pecíolo 1-2,5 cm de largo, glanduloso. Corteza: Lisa, blanco amari­llento, rojiza o enteramente blanca; se exfolia en finas bandas transversales.

Hojas indivisas. a lternas

Betuláceas

Abeduldeloscánoe

Abedul de Erman

Distribución: Noreste de Asia, Japón.

Abedul cerezo de Japón Betula grossa S.& Z. Aspecto: Hasta 25 m. Hojas: Aovadas con acumen alargado, base generalmente acorazonada, 5-10 cm de lon­gitud, doblemente aserradas, nervios del envés y pecíolo, de 1-2,5 cm de longitud, con pilo­sidad sedosa. Corteza: Lisa, de gris oscura a negruzca; sólo presenta hendi­duras a una edad muy avanza­da (>fotografía p. 103). Distribución: Japón.

Abedul chino de corteza roia

Abedul negro americano

Abedul amarillo Betula alleghuniensis Britt. Aspecto: Hasta 30m. Hojas: Aovadas con acumen alargado, base generalmente acorazonada, 7-13 cm de lon­gitud, doblemente aserradas, con pilosidad sedosa en los nervios del envés. Pecíolo de hasta 1 cm de largo. Corteza: (>fotografía p. 103). De amarilla a gris plateada o parda grisácea, lustrosa, se ex­folia en finas bandas transver­sales papiráceas. Distribución: Este de Nortea-

" . menea.

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Aliso

Alisos Género de las betuláceas con unas 30 especies arbóreas y arbustivas, extendidas en el hemisferio septentrional. Ho­jas alternas, simples, aserra­das; flores monoicamente dis­tribuidas, en amentos, polinización a través del vien­to; amentos largos, fláccida­mente péndulos en la flora­ción; amentos cortos, en forma de piña, dan lugar a es­tróbilos leñosos, que se man­tienen hastaque desaparezcan las núculas. En Europa cen­tral hay tres especies autócto­nas de alisos: el aliso, el aliso

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Hojas indivisas. alternas

Betuláceas

gris y el aliso verde. Los alisos autóctonos forman simbiosis con actinomicetos, que pueden fijar el nitrógeno del aire. El lugar en que se produce la simbiosis son las excrecencias bulbosas de las raíces, que pueden alcanzar el tamaño de un puño. De ahí que el suelo situado debajo de los alisos experimente un en­riquecimiento de nitrógeno. La madera de aliso se utiliza para fabricar muebles, cajas y diversos utensilios domésticos y de cocina, así como también en piezas de torno y de talla. La vida del aliso es corta; el

Aliso en bosque fracturado

aliso común alcanza los 120 años, pero el aliso gris rara vez supera los 50 años.

Aliso Al no Alnus glutinosa Gaertn. Aspecto: Hasta 35 m. Hojas: De redondas a ovala­das, 4-10 cm de longitud, par­te anterior redonda o escota­da, al principio viscosas, 5-8 pares de nervios laterales, en­vés piloso en los ángulos nér­veos y glabro en el resto. Flores: 111-IV. Las inflores­cencias aparecen ya en el ve­rano anterior a la floración .

El lugar propio del aliso gris son las zonas montañosas. Es muy importante a la hora de afianzar el suelo en las pendientes con riesgo de desprendimientos y en los taludes de las orillas debido, entre otras cosas, a su extraordinaria producción de vástagos radicosos.

Frutos: IX-X. Estróbilos 1-2 cm de largos, pedunculados. Corteza: Lisa, pardo lustroso. Formación de un súber oscu­ro, agrietado (pag. 42). Distribución: Europa, Cáuca­so, Siberia, Norte de África. Localización: Generalmente en lugares profundos. Ribe­ras, de ríos y arroyos bosques húmedos de pradera y de ali­sos. Suelos anegados, profun­dos, normalmente pobres en cal , ricos en sustancias nutriti­vas y en humus. Especie fotófila , resistente a las heladas.Identificación: Se parece al aliso gris

Hojas indivisas. alternas

Betuláceas

Alisos grises

Aliso gris Aliso blanco, aliso cano Alnus incana Moench Diferencias frente al aliso co­mún: Aspecto: Hasta 25m. Gene­ralmente varios troncos. Hojas: Elípticas, acuminadas, no viscosas, 8-15 pares de ner­vios laterales, envés verde gris, piloso o glabro, sin pilosi­dad axilar. Frutos: Infrutescencias ligera­mente más pequeñas, lateral­mente sésiles o cortamente pedunculados. Corteza: Lisa, gris, escasa for­mación de súber; troncos con

nervios dorsales (pag. 42) Distribución: Europa, Cáucaso. Localización: Zonas montaño­sas. En cursos de agua. Suelos húmedos, generalmente ricos en sustancias nutritivas, cali­zos; evita las aguas estanca­das. Soporta la sequía mejor que el aliso común. Identificación: Parecido al ali­so común. El aliso verde (Alnus viridis), que crece en forma de arbusto en las zonas montañosas, tie­ne hojas más pequeñas, de en­vés verde claro y glabras hasta el ángulo nérveo.

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Carpe, hoias

Amentos masculinos

Carpe Hojaranzo Carpinus betulus L. Aspecto: Hasta 30 m. Verdor estival. Hojas: De elípticas a latilance­oladas, 5-11 cm de longitud, doblemente aserradas, nervios laterales no ramificados -o muy raramente- hasta el bor­de foliar. Pecíolo frecuente­mente rojizo. Flores: V-VI. Monoicamente distribuidas. Amentos o en brotes del año anterior, los ? , terminales en brotes del mis­mo ano. Anemopolinización. Frutos: IX-X. Núcula en la ba-

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Carpes en otoño

El carpe es una especie de bosques mixtos de frondosas.Ha sido obieto de primordial atención en la economía fore.stal, pues rebrota muy bien. Se caracteriza por su tronco, gris, de corteza lisá y con intumescencias longitudinales y surcos generalmente muy darQs (nervadura tensora).

se de una vaina trilobular en infrutescencias de hasta 15 cm de longitud. Corteza: Lisa, gris, modelada en forma de red, posterior­mente con grietas poco pro­fundas. Escasa formación de súber. Tronco con nervios tensores (intumescencias lon­gitudinales y surcos) (pag. 42). Distribución: Europa, Cáuca­so, Asia Menor. Localización: Bosques mixtos de frondosas~ bosquecillos y setos de llanuras y de colinas. Suelos de frescos a húmedos, ricos en sustancias nutritivas, profundos, arcillosos. Especie

semiumbrática de raíces pro­fundas. Notas de interés: Su madera es una de las más duras de las especies arbóreas autóctonas. Es extraordinariamente elásti­ca y resistente y resulta la más

' adecuada para los objetos de uso sometidos a fuertes pre­siones mecánicas. Tiene un gran valor como combustible. El carpe es una planta muy apropiada para los setos, pues después de podados rebrotan sin problemas. Alcanza una edad máxima de 150 años. Identificación: Se parece al postria o carpe negro.

Ostria, infructescencia

Os tria Carpe negro, falso carpe Ostrya carpinifolia Scop.

" Aspecto: Arbol o arbusto, hasta 20 m. Verdor estival. Hojas: Con nervios laterales ramificados hasta el borde fo­liar. Pecíolo verde. Flores: IV-V. Monoicamente distribuidas. Los amentos o aparecen el año anterior. Amentos ? en el extremifde brotes foliados. Frutos: IX, X. Nuez recubier­ta por un pericarpo abolsado. Corteza: Al principio lisa, gris. Súber oscuro, escuamiforme, Distribución: Europa meridio-

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Hojas indivisas, altcrütis Betulácea S. , /.,.,..,.,.,, .. ,,

Ave.llano turco, hoia

Avellano turco, infructescencia

nal, Asia Menor, Cáucaso. Localización: Pendientes cáli­das, secas, rocosas. Identificación: Sus infrutes­ceneias, semejantes a las del lúpulo, y súber agrietado.

Avellano turco Corylus clurna L. Aspecto: Hasta 20 m. Verdor estival. Hojas: Elípticas o redondea­das, acun1inadas, base acora­zonada, 7-15 cm de longitud, de doblem.ente aserradas a le­vemente lobuladas. Pecíolo 2-6 c1n de longitud. Flores: II-IV. C.¿ en amentos.

Inflorescencias S? como ye­mas de hojas, pero con estig­mas filiformes rojos. Frutos: IX-X. N úculas de has­ta 2 cm de diámetro, rodeadas por un involucro glanduloso profundamente deshilachado. Setnillas comestibles. Corteza: Súber gris, de esca-

" mas asperas. Distribución: Europa meridio­nal hasta Asia occidental. Localización: Robledales mix­tos termófilos. Identificación: Se diferencia del avellano autóctono per su tronco, único, de súber áspe­ro.

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Haya común

Hayas La característica de esta familia es que la inflorescencia está rodeada por una cúpula en forma de copa que se lignifica en el proceso de maduración. Si el hombre no hubiese inter­venido tan agresivamente, los hayedosylosbosquescubrir~

an amplias extensiones de Eu­ropa central y occidental. El clima equilibrado, suave y hú­medo es el ideal para el haya común. El haya es, en nues­tras latitudes, el árbol de fron­da más frecuente y económi­camente más importante,

112

Hojas indivisas. alternas

Fagáceas

pero muchos hayedos se han talado por presión de la agri­cultura o bien han sido trans­formados en bosques de coní­feras. La capacidad competitiva del haya desapa­rece en los lugares en que las heladas invernales son muy fuertes o se multiplican las he­ladas tardías. El haya evita asimismo la sequedad y los suelos empapados (por ejem­plo, los bosques de pradera). Frente a otras especies que necesitan más luz tiene la ven­taja de que puede desarrollar­se también en la sombra. Las hayas pueden llegar a los

300 años y alcanzar dimensio­nes considerables (de hasta 40 m de altura y 1,5 m de diáme­tro en el tronco). Su madera es rojiza clara, aunque con los años puede presentar uncen­tro rojizo pardo. Es dura, pe­sada y resistente y puede tra­bajarse perfectamente. Se utiliza fundamentalmente en carpintería y en la fabricación de muebles, traviesas para fe­rrocarril, utensilios domésti­cos y de cocina, juguetes y ce­lulosa. En los parques se encuentran diversas variantes ornamenta­les del haya. Las hayas rojas

Inflorescencias femeninas

Inflorescencias masculinas

Cúpula

tienen hojas de color rojo os­curo más o menos acentuado. En las hayas lloronas las ra­mas penden en forma de arco.

Haya Fagus sylvatica L. Aspecto: Hasta 40 m. Verdor estival. Hojas: Elípticas, 5-10 e~ de longitud, enteras p ligeramen­te dentadas, con pilosidad se­dosa al principio. Flores: IV, V. Monoicamente distribuidas. en o glomércu­los péndulos largamente pe­dunculados, ~ de dos en dos en capítulos erectos tomento-

Hojas indivisas. a lt e rnas

Fagáceas

Hoias

Por su propia naturaleza el haya es la especie más competitiva de Europa central. Si en un bosque cerrado desarrolla troncos largos, sin ramas hasta muy arriba, estando aislada origina una copa amplia y muy frondosa sobre un tronco corto ramificado desde muy abaio (fotografías páginas 14/1 S). Las flores aparecen en primavera ¡unto con las hoias. Las cúpulas cárpicas permanecen algún tiempo en el árbol después de caer los hayucos.

sos. Anemopolinización. Frutos: IX-X. Núculas en pa­rejas, con tres aristas afiladas, de 1-2 cm de longitud (hayu­cos) en una cúpula leñosa y espinosa, que en la madura­ción sé abre en 4 valvas. Corteza: Gris plateada, lisa hasta edad avanzada. Poca formación de súber (pag. 42). Distribución: Europa. Localización: Bosques de frondosas desde las llanuras al nivel montañoso (en Europa meridional sólo en montañas). Los mejores son los suelos ar­cillosos, frescos, medianamen­te profundos o muy profun-

dos, sueltos, ricos en sustan­cias nutritivas, aunque tam­bién se desarrolla en suelos ácidos. Especie umbrática de raíces profundas. Identificación: Puede encon­trarse ocasionalmente en par­ques el haya oriental (Fagus orientalis ), muy parecida, es­pecie autóctona en Europa suroriental, Norte de Persia, Cáucaso y Asia Menor. Tiene hojas algo mayores con 7-12 pares de nervios laterales, con pilosidad sedosa en el envés (el haya común tiene 5-9 pa­res).

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Castañal en otoño

Castaños El género de los castaños for­ma parte de la familia de las· fagáceas y comprende unas 10 especies arbóreas o arbustivas de verdor estival. La misma designación científica del úni­co representante europeo del género indica que este árbol es una planta cultivada, pues la palabra "sativa" significa "cultivada". En tiempos sus frutos, las castañas, ricos en almidón, fueron un alimento muy importante sobre todo en Italia. La madera del castaño, muy parecida a la del roble, se ha utilizado muchísimo para

114

I fojas indivisas. a lternas

Fagáceas

fabricar muebles, duelas, esta­cas y cepas, y también como material de construcción en interiores y en exteriores. Se cree que el castaño es ori­ginario del Suroeste de Asia. Desde épocas remotas se ha cultivado en todo el ámbito mediterráneo hasta el borde merdional de los Alpes. Fue­ron probablemente los roma­nos los que lo introdujeron, junto con la vid, en Europa central. U na enfermedad de la. corte­za, el cáncer del castaño, ha producido efectos devastado­res en muchas plantaciones de

Europa meridional. Reciente­mente esta epidemia ha perdi­do fuerza, pues su agente, un hongo (Cryphonectria parasí­tica), originario de Asia orien­tal, que llegó a Europa a par­tir de 1938 a través de N orteamérica, se ha debilita­do en cuanto a su virulencia.

Hoias

Inflorescencias masculinas

·~

Castaño Castanea sativa Mili. Aspecto: Hasta 35m. Hojas: Lanceoladas, 10-30 cm de largas, ásperas, dientes es­pinosos, haz lustroso. Flores: V-VII. Monoicamente distribuidas. o en inflores­cencias erectas espiciformes, de 25 cm; S? en inflorescen­cias aisladas o en grupos en la base de los amentos, envuel­tas por una cúpula con esca~ mas lanceoladas. (pag. 28). Frutos: IX, X. Nueces (casta­ñas) de color pardo lustroso, de 2-3 cm; encerr:ados en gru­pos de1-3 en una cúpula espi-

"T

1 lojas indivisas. alternas

Fagáceas

lnfrutescencias

Los frutos del castaño, las castañas, se mantienen dentro de una cúpula espinosa hasta que llegan a la madurez. Las flores, de intenso aroma, atraen y alimentan a - . numerosos Insectos, como escaraba¡os, abeiorros y abeias. A pesar del parecido de sus nombres, el castaño no tiene nada que ver con el castaño de Indias.

nosa, verdeamarillenta y que luego se abre en 4 valvas (pag. 29). Semillas comestibles. Corteza: Al principio lisa, de color verde oliva. Súber pardo gris, con profundos surcos longitudinales (pag. 43). Distribución: Sur y Sureste de Europa, Sur de Centroeuropa, Asia Menor, Cáucaso. Localización: Bosques mixtos

\de frondosas, en zonas de abundantes precipitaciones, de clima cálido en verano y suave en invierno. Preferencia por los suelos esponjosos, de poco calizos a intensamente ácidos, frescos o húmedos. Es-

pecie semiumbráltica de raí­ces profundas. Nota de interés: Brota muy bien del tronco, por lo cual to­davía hoy se cultiva territo­rialmente en el monte bajo. Su importancia como árbol frutal ha decrecido y forestal­mente el castaño tiene un in­terés menor, aunque propor­ciona un~ madera muy

· valiosa. Alcanza una edad má­xima de 500 años, aun cuando según algunas referenciaspue­de llegar a los 1 000 años. Identificación: Inconfundible por sus hojas, sus ffores y sus frutos.

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Roble carvallo

Robles Es imposible señalar el núme­ro exacto de tipos de robles existentes. Se calcula que este género de la familia de las fa­gáceas incluye entre 250 y 600 especies. Se encuentran en las zonas templadas del hemisfe­rio septentrional y algunas es­pecies se extienden por el Sur hasta las regiones tropicales. Los robles constituyen un gru­po que presenta una extraor­dinaria variedad de formas. Entre ellos hay representantes de verdor estival y de siem­preverdes, árboles impresio­nantes y simples arbustos.

116

Hojas indivisas. alternas

Fagáceas

Las hojas, simples y alternas, son generalmenvte pinnatilo­buladas, aunque también pue­den ser enteras o dentadas. · Las flores están monoicamen­te distribuidas, las femeninas en amentos péndulos, las mas­culinas en racimos más o me­nos erectos. El fruto (bellota) es una nuez, que esconde su parte inferior en una cúpula en forma de plato o de escudi­lla. Tras el .haya, el roble carvallo y el roble albar son los árboles de fronda más frecuentes y de mayor interés económico de Centroeuropa. Por sí mismos,

les resulta muy difícil compe­tir con las hayas. Así, el roble carvallo se da con mayor fre­cuencia en los lugares en que hace demasiado frío para el haya o en suelos muy húme­dos y pobres en oxígeno, en tanto que el roble albar pre­fiere los lugares secos. Los ro­bles predominan en suelos ácidos, pobres en sustancias nutritivas. En la distribución actual de los robles ha influi­do decisivamente el hombre. A lo largo de los siglos el ro-. ble fue la especie forestal más importante, que se protegía y cultivaba siempre que era po-

Roble carvallo

Roble boreal roio americano

sible. La economía forestal media y baja apoyaba decidi­damente al roble por su capa­cidad de brotar del tronco hasta una edad muy avanzada. La madera de roble ha sido un material de construcción insustituible y al mismo tiem­po una importante fuente de energía. De la corteza se han obtenido sustancias para cur­tir el cuero. En tercer lugar las bellotas, ricas en almidón, han tenido una importancia capi­tal en la alimentación delga­nado porcino. Bastaba con que los robles tuvieran un "engorde" para llevar los cer-

..

Hojas indivisas. alternas

Fagáceas .

Roble p~bescente

Roble cerris

' dos al bosque. Cuando los es­tablos sucedieron al campo y las patatas a las bellotas deca-

. yó rápidamente el interés por los robles. La consecuencia fue que muchos robledales se convirtieron en bosques de coníferas suministradores de madera rápida. Recientemen­te, sin embargo, los ingenieros de montes se han interesado por el roble, tras advertir que, aunque se desarrolla más len­tamente que las coníferas, produce una madera muchísi­mo más valiosa y además lo hace en un bosque preferible desde el punto de vista ecoló-

gico al de las piceas. El roble albar y el roble carvallo pue­den alcanzar altas edades; los 300-400 años no son raros y se puede hablar de una edad má­xima de 800 años. La madera de roble e~ muy dura, pesada y resistente; su corazón dura mucho incluso sin protección alguna y bajo el agua la duración es casi ilimi­tada. Se usa en los puentes, en la construcción hidráulica y en la minería, en escaleras y en suelos, como madera maciza o como recubrimiento en mue­bles e interiores, y además po­see alto valor calorífico.

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Roble carvallo

Roble carvallo Quercus robur L. Aspecto: Hasta 40 m. Verdor estival. Tronco con vigorosas ramas .. Hojas: Pecíolo de 2-12 mm de largo, de elípticas a invertida­mente aovadas, 6-16 cm de longitud, glabras (infrecuente el envés con pilosidad fascicu­lar a lo largo del nervio), 3-6 lóbulos en cada lado, base acorazonada y auriculada; en la parte central de la lámina foliar los nervios laterales ter­minan también en los senos. Flores: IV-V. Inflorescencias pedunculadas (pag. 25).

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;'/tibjas indivisas. a lternas

fiagáceas

Frutos: IX -X. En infructes­cencias largamente peduncu­ladas (pag. 117). Bellotas ci­líndricas, hasta 3,5 cm, pardas con bandas longitudinales os­curas en su fase verde. Corteza: Súber grueso, gris pardo, con surcos Longitudina­les profundos (pag. 43). Distribución: Europa, Cáuca­so. Localización: Bosques mixtos de frondosas llanuras y coli­nas, menos frecuente en el ni­vel montanoso.Suelos legamo­sos y arcillosos frescos y húmedos, ricos en sustancias nutritivas, profundos. En de-

Amentos masculinos

Ho¡a

presiones fluviales o en suelos ácidos, pobres en sustancias nutritivas .. Especie fotófila de raíces profundas. Identificación: Dada su gran variabilidad, a veces resulta difícil distinguir del albar. El roble carvallo tiene pecíolos cortos, pero infrutescencias largamente pedunculadas. En el roble albar sucede lo con­trario: pecíolo largo e infruc­tescencias cortamente pedun­culadas. En el momento de identificarlas se presenta ade­más el problema de que am­bas especies pueden cruzarse

· entre sí.

Roble albar, ho¡a

Roble albar, frutos

Roble albar Quercus petraea (Matt.) Liebl. Diferencias respecto del roble carvallo: Aspecto: Tronco generalmen­te derecho hasta la cima. Hojas: Pecíolo 1-3 cm de lar­go, envés con pilosidad fasci­cular a lo largo del nervio cen­tral, 4-8 lóbulos en cada lado, base de cuneiforme a ligera­mente acorazonada, en la par­te media del limbo sólo excep­cionalmente los nervios laterales terminan en los se­nos menos profundos. Flores: Inflorescencias corta­mente pedunculadas o sésiles.

Hojas indivisas, altern ~ts , ~ ..

Fagaceas

Roble albar

Frutos: Arracimados en infru­tescencias sésilés o cortamen­te pedunculadas. Bellota casi siempre sin franjas, de color pardo único o con manchas. Distribución: Europa, Cáuca­so. Localización: Generalmente en colinas o llanuras, en sue­los legamosos o pedregosos secos o frescos, blandos, ricos 0 pobres en;Sustancias nutriti­vas; evita las aguas estanca­das. Especie semiumbrática. Notas de interés: El roble al­bar y el roble carvallo tienen numerosos parásüos. Las oru­gas de muchas mariposas cau-

san algunas primaveras graves daños en las hojas. En verano el mildiu del roble puede ata­car a las hojas y a los tallos. Dada su .enorme capacidad de regeneración, debida funda­nlentalmente a la posibilidad de rebrotar en casos extremos a partir de las "yemas laten­tes", el roble repara pronto estos daños. Identificación: Se parece al roble carvallo, pero tiene ho­jas de peciolo largo e infruc­tescencias de pedúnculo cor­to.

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Roble pubescente

Roble pubescente Quercus pubescens Willd.

/

Aspecto: Arbol o arbusto, hasta 25 m. Verdor estival. Hojas: 5-12 cm de longitud, pinnatilobuladas, envés verde grisáceo y pubescente. Flores: IV-V. Frutos: IX-X. En infrutescen­cias pedunculadas (pag. 117). Corteza: Súber gris pardo, agrietado. Distribución: Europa meridio­nal, Sur de Europa central y occidental, Asia Menor. Localización: Suelos secos, de calizos a débilmente ácidos, blandos, pedregosos, de pen-

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Hojas indivisas. alternas

Fagáceas

dientes soleadas. Fotófila. Identificación: Brotes recien­tes, pecíolos y envés pubes­centes (de ahí su nombre).

Roble cerris Roble cabelludo, roble de Turquía Quercus cerris L. Aspecto: Hasta 35 m. Verdor estival. Hojas: 8-15 cm de longitud, ásperas; envés con pilosidad rizada, gris verde, irregular y muy lobuladas, lóbulos redon­dos o puntiagudos, toscamen­te dentados. Estípulas fila­mentosas persistentes.

Roble cerris, hoia

Roble pubescente, hoia

Flores: IV-V. Frutos: IX-X. Cúpulas con es­camas filiformes caídas (pag. 117). Madura en el otoño del segundo año. Corteza: Súber oscuro con surcos profundos. Distribución: Sur y Sureste de Europa, Asia Menor. En Cen­troeuropa, en parques. Localización: Bosques, suelos calizos y silicatados. Identificación: También reco­nocible en invierno por la ve­llosidad áspera de sus brotes .y porque sus yemas están recu­biertas por estípulas filamen­tosas secas. ..

Encina, hoias y frutos ióvenes.

Encina, súber

Encina Quercus ilex L.

/

Aspecto: Arbol o arbusto, hasta 35 m. Siempreverde. Hojas: Coriáceas, de lanceola­das a elípticas, 3-8 cm de lar­gas, enteras o dentadas pun­zantes, envés gris tomentoso. Pecíolo de hasta 1,5 cm de longitud. Flores: IV-V. Frutos: IX-X. Cúpula con es­camas romas muy adheridas. Corteza: Súber gris, con sur­cos , dividido en rectángulos. Distribución: Mediterráneo. Localización: Bosques medi­terráneos.

Hojas indivisas. alternas

Fagáceas

Alcornoque, hoias y frvtos ¡óvenes

, Alcornoque, corteza

Identificación: Se parece al al­cornoque, aunque se distingue de él por la corteza.

Alcornoque Qu~rcus suber L.

/

Aspecto: Arbol o arbusto, hasta 20 m. Siempreverde. Hojas: Como la encina. Frutos: Como la encina, pero las escamas de la cúpula son lanceoladas y están más suel­tas e incluso caídas. Corteza: Troncos y ramas con gruesa corteza suberosa, tos­camente asurcada, blanda, gris ceniza. Recién descorte­zados, los troncos son de color

pardo rojizo. Distribución: Mediterráneo. Localización: Bosques medi­terráneos. Notas de interés: Cultivado desde antiguo para obtener corcho. La primera corteza suberosa, poco elástica, tiene poco valor. Eliminada esta ca­pa, a los 20 años de edad, el alcornoque desarrolla un sú­ber blando de alta calidad, que puede cosecharse repeti­damente cada 10 años. Identificación: Su corteza su­berosa lo distingue de la enci­na, a la que se parece por su foliación.

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Roble americano

Roble americano Roble rojo del Norte Quercus rubra L. Aspecto: Hasta 50 m. Verdor estival. Hojas: Limbo de 10-25 cm, con 4-6 lóbulos dentados a ambos lados, senos interme­dios redondos o cuneiformes, que casi nunca alcanzan el centro de la mitad longitudi­nal de la hoja. Pecíolo de 2-5 cm de longitud. En otoño, co­lor rojo, amarillo o castaño. Flores: V. Frutos: X. Bellotas achatadas, aoavadas, de hasta 2,5 cm, so­las o en parejas en un pedún-

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Hojas indivisas . alternas

Fágáceas

culo corto y grueso. Cúpula plana, el primer año la bellota sólo alcanza el tamaño de un guisante, madura en el otoño del segundo año (pag. 117). Corteza: Gris, lisa durante mucho tiempo; súber con sur­cos longitudinales no muy profundos. Distribución: Este de Nortea­mérica. Aclimatado en Euro­pa. Localización: Bosques de frondosas. Suelos húmedos, legamosos, aunque también relativamente secos, arenosos. Especie fotófila de raíces pro­fundas.

Roble americano, amentos Ó

Roble americano, hoia

1

Notas de interés: El roble americano llegó a Europa a fi­nales del siglos XVII y fores­talmente es en la actualidad la especie de origen foráneo más importante. Por su atractiva coloración otoñal (no siempre roja) suele cultivarse en lindes de bosques, en orillas de ca-

. mtnos y en parques. Identificación: Se caracteriza por los dientes agudos arista­dos de sus lóbulos foliares. Se le parecen el roble escarlata y el roble palustre americano · (pag. 123), cuyas hojas suelen

/ -ser mas pequenas y con senos profundos.

Roble de verdor invernal

El roble de verdor invernal ( Quercus x turneri 'Pseudoturneri1 es un roble cultivado exclusivamente como árbol ornamental, ligeramente sensible a las heladas, que conserva hoias verdes durante todo el invierno. Es un híbrido, aparecido problamente en Inglaterra a finales del siglo XVIII, entre la encina y el roble carvallo. Los árboles siguientes son ornamentales

Roble de Hungría Quercus frainetto Ten. Aspecto: Hasta 40 m. Verdor estival. Hojas: Pecíolo 2-8 mm de lar­go; limbo 10-20 cm de longi­tud, envés piloso, 7-10 lóbulos a cada lado y con senos pro­fundos y estrechos, lóbulos generalmente dentados o dé­bilmente lobulados. Distribución: Sur de Europa.

Roble del Cáucaso Quercus macranthera Fisch. et M. Aspecto: Hasta 20 m. Verdor estival.

------..---· ••:. ' o -

Hojas indivisas. alternas

Fagáceos

Roble de Hungría

Roble escarlata J

Hojas: Pecíolo 1-2 cm; limbo 6-8 cm, envés tomentoso gris,. con 7-11 lóbulos a cada lado, senos no muy profundos. Estí­pulas filiformes persistentes. Distribución: Montañas del Cáucaso y del Norte de Per-.

sta.

Roble escarlata Quercus coccinea Muencbh. Diferencias respecto al roble americano, muy parecido: Aspecto: Hasta 30 m. Hojas: Por término medio más pequeñas (8-18 cm de · longitud), con 3 ( 4) lóbulos a cada lado y con profundos se-

Roble del Cáucaso

Roble palustre

nos setnicirculares. Distribución: Este de Nortea-

/ . menea.

Roble palustre americano Roble de los pantanos Quercus palustris Muenchh. Diferencias respecto al roble

. amencano: Aspecto: Hasta 30m. Hojas: Más pequeñas (7-13 cm de longitud) por término medio. Por lo demás, como el roble escarlata. Frutos: Globulares, de sólo 12 mm de grosor. Distribución: Este de Nortea-

" . menea.

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Olmo montano

Olmos Los olmos son árboles (rara vez arbustos) de verdor esti­val con hojas alternas, dis­puestas en dos hileras, sim­ples, aserradas. Llama la atención el hecho de que en general la base foliar es clara­mente asimétrica. Las flores, hermafroditas, ge­neralmente polinizadas a tra­vés del viento, se agrupan en racimos densos y, al menos en las especies europeas, apare­cen al iniciarse la primavera mucho antes que las hojas. El fruto es una nuez plana rodea­da de alas membranosas.

124

...

Hojas indivisas. alternas

Ulmáceas

Son tres los olmos autóctonos de Centroeuropa: el olmo montano, el olmo temblón y el negrillo. Como típicas espe­cies de bosques mixtos los ol­mos aparecen en nuestros bosques generalmente aisla­dos o en pequeños grupos. El más común es el olmo monta­no, que se encuentra en bos­ques de montaña acompañan­do a las hayas. El negrillo necesita más calor y se en­cuentra sobre todo en Europa meridional. El olmo temblón, finalmente, es un árbol típico de las grandes depresiones del Centro y del Este de Europa.

Por su bellísismo veteado la madera de olmo es una de las maderas autóctonas más de­corativas. Tiene una albura amarillenta clara y un corazón entre pardo claro y pardo cho­colate; es bastante pesada, du­ra y elástica. Se utiliza en la fabricación de muebles, en carpintería y tornería y para fabricar mangos de herra­mientas y aparatos de depor­te. Los olmos autóctonos ape­nas se diferencian por su madera, aunque la del negrillo se considera la mejor.

Frutos

El olmo montano es un árbol típico de montaña. Como las restantes . , espec1es autoctonas . florece muy pronto. En muchos casos los frutos alados han alcanzado su pleno desarrollo cuando brotan las ho¡as. Estas se caracterizan por la asimetría de la base del limbo.

Olmo montano Olmo de monte U/mus glabra Huds. Aspecto: Hasta 40 m. Hojas: Pecíolo de 3-6 mm de longitud, elípticas, 8-16 cm de largas, con frecuencia tres acúmenes perceptibles, haz con pilosidad áspera y mate, . doblemente aserradas. Flores: 111-IV. Individuales, 3-5 mm de longitud, pedúnculo corto, periantio ciliado rojo aherrumbrado. Frutos: IV-VI. 2-3 cm , corta­mente pedunculados, núculas en el centro de la sámara. Corteza: Súber pardo gris, ·

Hojas indivisas. alternas

·Uimáceas

1 nflorescenc ias

Hoias

longitudinalmente agrietado. Distribución: Europa, Asia Menor, Cáucaso. Localización: Bosques mixtos de colinas y montañas. Suelo rico en sustancias nutritivas, de frescos a húmedos, profun­dos, blandos. Lugares fríos y húmedos (cañadas y declives umbríos). Especie semi um­brática de raíces profundas. Notas de interés: Desde 1920 la muerte del olmo ha origina­do en toda Europa una dismi­nución de las tres especies au­tóctonas que pone en peligro su subsistencia. La enferme­dad se debe a un hongo ( Op-

hiostoma ulmi) que obstruye los conductos de agua del ár­bol. Los síntomas externos son marchitez y la pérdida de ramas y d~ partes de la copa hasta que muere todo el ár­bol. El agente se difunde a través del escarabajo de la al­bura del olmo y no hay posibi­lidad de combatirlo. El olmo montano puede al­canzar hasta los 400 años. Identificación: A diferenciá del negrillo y del olmo tem­blón (pag. 126), las hoj~s d~l olmo montano tienen ptlost­dad áspera mate en el haz Y presentan triple acumen.

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Olmo temblón

Olmo temblón Ulmus Laevis Pall. Hojas: Tomentosas por ambas caras, después haz glabro y débilmente lustroso, envés dé­bilmente piloso. Flores: Muy pedunculadas, por lo cual los ramilletes flo­rales cuelgan "temblones". Frutos: Más pequeños, pedun­culados, péndulos, semillas en el centro de la sámara, alas ci­liadas en el borde. Corteza: Súber que suele ex­foliarse en escamas. Distribución: Centro, Este y Sureste de Europa, Cáucaso. Localización: Bosques ·de pra-

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llojas indivisas. alternas

Ulmáceas

dera de depresiones. Identificación: Flores y frutos largamente pedunculados. Ramas sin bandas suberosas.

Negrillo Ulmus minor Mili. Aspecto: hasta 30 m. Hojas: Pecíolo de 5-12 mm, elípticas, 4-12 cm, haz glabro y lustroso, aserradas. Flores: 111, IV. Individuales, 3-5 mm de largas, cortamente pedunculadas, periantio cilia­do blanco. Frutos: IV-VI. 1,5-2,5 cm de diámetro. Corteza: Súber pardo gris,

Olmo temblón, rama

Olmo temblón, frutos

Olmo temblón, ho¡a

agrietado y cuarteado. Distribución: Europa, Norte

/

de Africa, Asia Menor, Cáu-caso. Localización: Bosques de frondosas y bosquecillos de llanuras y de colinas. Suelos de moderadamente secos a frescos, ricos en sustancias nu­tritivas. Especie semiumbráti­ca de raíces profundas. Notas de interés: Intensa for­mación de vástagos radicosos. Identificación: Ramas con ban­das suberosas longitudinales. A diferencia del olmo monta­!10 (pag. 125) el haz de las ho­jas suele ser glabro y lustroso.

Almez

Almez Aligonero, latonero Celtis australis L.

/

Aspecto: Arbol o arbusto, hasta 25m. Verdor estival. Hojas: Dispuestas en doble hi­lera, 5-16 cm, de aovadas a lanceoladas, de punta larga y fina, aserradas, haz áspero, envés tomentoso. De la base foliar, asimétrica, salen tres vigorosos nervios foliares. Flores: V. Individuales,pedun­culadas, pequeñas, hermafro­ditas en las axilas foliares con dos estigmas plumosos; flores en ramilletes escasos. Frutos: VIII-X. Drupas globu-

Hojas indi visas. alternas

Ulmáceas

lares, de aproximadamente 1 cm de diámetro, de pardo rojizo a violeta oscuro. Pulpa de sabor agradable. Corteza: Gris, lisa durante lar­go tiempo, luego agrietada Distribución: Mediterráneo, por el Norte hasta los Alpes meridionales. Localización: Bosques de frondosas y bosquecillos. Sue­los secos, pedregosos. En Eu­ropa meridional suele plantar­se como árbol de calles. Al Norte de los Alpes sólo en lu­gares templados . Identificación: Corteza, simi­lar a la del haya, y las hojas,

Almez, rama

Zelkova del Cáucaso, rama

largamente acuminadas. En Centroeuropa se cultiva ocasionalmente el almez nor­teamericano ( Celtis occidenta­lis ), que tiene un súber áspero y asurcado. También puede encontrarse en parques la zel­kova del Cáucaso (Zelkova carpinifolia), que destaca por su copa, en forma de ramille­te, com ramas apretadas que se elevan rígidamente, y por su corteza, que se exfolia en escamas. Las hojas son corta­mente pedunculadas, de 2-7 cm de longitud, de haz áspero, lanceoladas y toscamente ase­rradas.

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Higuera

Higuera Ficus carica L.

" Aspecto: Arbol o arbusto, hasta 10m. Verdor estival. Hojas: Alternas. Peduncula­das, contorno redondeado, hasta 20 cm , profundamente palmeada con 5 (3-7) lóbulos, raras veces no lobuladas. Flores: Unisexuales, peque­ñas. En el interior de un re­ceptáculo carnoso y piriforme, las o en el fondo, las ~ en la parte superior cerca de una minúscula abertura. Frutos: Infrutescencias piri­formes (higos), 5-8 cm, ver­des, pardas o violetas hasta

128

Hojas indivisas. alte rnas

Moráceas

1

negras; la pulpa, comestible, de color verde o rojo, contie­ne las pequeñas núculas. Corteza: Gris, lisa. Distribución: Mediterráneo, hasta los Alpes meridionales; Suroeste de Asia. Localización: Pendientes se­cas, pedregosas. Al Norte de los Alpes sólo resiste el invier­no en lugares muy suaves. Notas de interés: Planta de cultivo muy antigua. Los higos secos contienen un 50o/o -de azúcar y son ricos en calcio. La situación biológica floral es muy compleja. En cada fa­se vegetativa los higos silves-

Ho¡a

1 nfrutescencia

tres desarrollan tres genera­ciones de infrutescencias. Dos de ellas, la primera y la última del año, permiten la multipli­cación del insecto polinizador, el cínife del higo (Blastophaga psenes). Los higos comestibles proceden exclusivamente de las flores de verano. En los hi­gos cultivados la situación de la flor depende en mayor o menor medida de la del higo silvestre. Son muchas las espe­cies que producen higos sin polinización. Identificación: Inconfundible por sus hojas, sus flores y sus frutos.

. .

Morera blanca

Morera blanca Moral blanco Morus alba L.

" Aspecto: Arbol o arbusto, hasta 15 m. Verdor estival. Hojas: Alternas. Muy varia­bles. Pecíolo superior a 1 cm, portador de látex. Limbo 6-15 cm de largo, latiaovado, acu­minado, generalmente acora­zonado en la base, no lobula­do o irregularmente lobulado, borde aserrado, haz glabro y liso. Flores: V -VI. Unisexuales, monoica o dioicamente distribuidas, o en amentos pedunculados, 1,5-3 cm, ver-

Hojas indivisas, alternas

Moráceas

des claros, ~ en capítulos pe­dunculados de 5-12 mm . Frutos: VIII. Pequeñas núcu­las rodeadas por un perianto carnoso, que constituyen una infrutescencia similar a la zar­zamora. La infrutescencia es 1-2,5 cm de larga, peduncula­da y blanca, rosa o violeta en la madurez; es comestible y de sabor ligeramente dulce. Corteza: Súber pardo gris, agrietado. Distribución: Originaria de Asia oriental. Cultivo intenso en el Sureste y en el Sur de Europa, ocasional en Centro­europa en lugares suaves.

Morera blanca,

Morera blanca, frutos

Morera negra, hoia

Localización: Bosquecillos, jardines, avenidas. Notas de interés: Las moreras son plantas cultivadas. Sus ho­jas (sobre. todo las delicadas de la morera blanca) sirven para la cría de las orugas del gusano de seda. Identificación: Es muy pareci­da la morera negra (Morus ni­gra). Tiene hojas más ásperas, con haz escabroso, peduncula­das o sésiles; frutos de rojos a negros, de agradable sabor agridulce. Son comestibles en crudo o cocidos y con ellos se preparan jaleas, mermeladas, jarabes o vinos.

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'

Tulipero de Virginia

Tulipífero de Virginia Tulipero americano, tulipia Liriodendron tulipifera L. Aspecto: Hasta 60 m en su pa­ís de origen, hasta 35 m en E uropa. Verdor estival. Hojas: Largamente peduncu­ladas; limbo de perfil casi cua­drado, 8-18 cm de diámetro, con un lóbulo grande y doble­mente acuminado y con dos lóbulos laterales. De color amarillo dorado en otoño. Flores: Hermafroditas, gran­des, terminales, con forma de tulipán. Periantio con 3 sépa­los verdeamarillos, caídos, que se desprenden pronto, y 6

130

Hojas indivisas, alternas

Magnoliáceas

·-

pétalos erectos, de color ama­rillo verdoso o amarillo azu­fre, con manchas naranja en la base. Frutos: X. Estróbilos erectos, 6-8 cm de longitud, pardos, con numerosas núculas aladas lingüiformes. Corteza: Súber gris oscuro, longitudinalmente agrietado. Distribución: Este de Nortea­mérica. En E uropa, árbol or­namental de gran aceptación. Localización: Especie fotófila poco exigente. Suelos profun­dos, blandos, de frescos a hú­medos, ricos en sustancias nu­tritivas.

Hoia

Flor

El tulipero de Virginia hace honor a su nombre: sus flo­res, grandes y en forma de tulipán, son soberbias. Este árbol ornamental de tanta aceptación resulta inconfun­dible asimismo por sus ho­ias, de forma muy variada, que en otoño adquieren una tonalidad amarilla de oro.

Notas de interés: Uno de los mayores y más bellos árboles de fronda de N orteamérica (donde se lo conoce como "yellow poplar"). Su madera, ligera y blanda, con corazón amarillento o pardo, es muy solicitada para interiores y pa­ra muebles. E n Europa es 1nuy apreciado como árbol or­namental por la vistosidad de sus flores y por sus bellísismos tonos otoñales, aunque tam­bién se han realizado intentos de producción forestal. Identificación: Inconfundible por sus flores y por sus hojas.

Magnolia común, flor

Magnolia kobus, flores

Por sus flores, grandes y espléndidas, las magnolias son árboles ornamentales de gran aceptación. Las cul­tivadas en nuestros iardines

• son, en su 1nmensa mayo-ría, variedades conseguidas por selección y cruce de di-

• versas espec1es.

Magnolia común Magnolia grandiflora L. Aspecto: Hasta 25 m. Siem­preverde Hojas: Alternas. Coriáceas, ásperas, elípticas, 12-25 cm de longitud, enteras, haz verde oscuro lustroso, envés pardo aherrumbrado tomentoso. Flores: V-VIII. Hermafrodi­tas, grandes, erectas, de agra­dable aroma, 15-25 cm de an­chura, 6-12 pétalos blancos. Frutos: Estróbilos aovados, tomentosos, de hasta 12 cm . Corteza: Súber escuamiforme gris, delgado. Distribución: Sureste de Nor-

Hojas indivisas, alternas

Magnoliáceas

Magnolia común

" teamérica. Arbol ornamental frecuente en Europa meridio­nal. E n Centroeuropa sólo en climas muy suaves. Localización: E n depresiones húmedas. Identificación: Los brotes jó­venes, las yemas y el envés de las hojas, parecidas a las del árbol gomera, son tomentosos y de color pardo rojizo.

Magnolia kobus Magnolia del N arte de Japón Magnolia kobus D C.

" Aspecto: A rbol o arbusto, hasta 20 m. Verdor estival. Hojas: Alternas. E lípticas, 6-

18 cm de longitud, cortamente acuminadas, enteras. Flores: IV. Hermafroditas, hasta 12 cm de anchura, blan­cas, algunas ligeramente roji­zas en el exterior. Frutos: Estróbilos acodados, alargados, hasta 12 cm de lon­gitud. Semillas muy rojas. Distribución: Japón. E n Cen­troeuropa, árbol ornamental. Localización: Escasas exigen­cias en cuanto al suelo. N atas de interés: Además , se cultivan en nuestras latitudes otras muchas, sobre todo de tipo arbustivo.

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Avenida de plátanos

Plátano Plátano de Levante, plátano de Londres Platanus x hispanica Münchh.(=Platanus x acerifo­lia) Aspecto: Hasta 35m. Verdor estival. Hojas: Pecíolo 4-12 cm de lar­go; limbo 12-25 cm de longi­tud y otros tantos de anchura, palmatilobuladas con 3-5 (ra­ra vez 7) lóbulos acuminados, dentados con senos toscos a enteros; generalmente el ló­bulo central no es mucho más largo que ancho en la base. Flores: V. En inflorescencias

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Hojas indivisas, alternas

Platanáceas

unisexuales, mo¡10icamente distribuidas. Las pequeñas y poco vistosas flores densa­mente apretadas en capítulos globulares (inflorescencias parciales) de 1 cm de diáme­tro, que penden en grupos de 2-3 de un eje común. Anemo­polinización. Frutos: IX, X. Nueces cónicas, de aproximadamente 1 cm de longitud, pilosas en la base, en capítulos pardos, cerdosos, de 2-4 cm de diámetro, que pen­den de un largo pedúnculo en grupos de 1-3 (rara vez más). Corteza: Temprana formación de un súber liso, de gris a par-

do- amarillento, que se exfolia en escamas finas, irregulares, más o menos grandes, por lo que el tronco y las ramas más vigorosas aparecen con llama­tivas manchas claras y oscuras (pag. 42). Distribución: De origen des­conocido. Cultivado en toda Europa desde hace mucho tiempo como árbol de par­ques y avenidas. Localización: Donde mejor se desarrolla es en suelos frescos y profundos. Especie fotófila de raíces profundas. Notas de interés: El plátano se caracteriza por el hecho de

que las yemas invernales se ocultan en una cavidad del pe­cíolo y sólo aparecen tras la caída otoñal de la hoja. El plá­tano común de nuestros par­ques y avenidas es un híbrido entre el plátano oriental y el plátano occidental ( Platanus occidentalis), .que por regla general se reproduce por esta­cas. Aislado, da lugar a un ár­bol impresionante de copa enorme, espaciosa y muy ra­mificada, y de tronco corto y grueso. Admite la poda regu­lar y se desarrolla bien incluso en los ámbitos urbanos. Un hongo (Apiognomia vene-

Hojas indivisas, alternas

Platanáceas

ta) provoca el marchitamiento de las hojas del plátano, que se manifiesta en el oscureci­miento de las hojas recién brotadas. Las plantas se recu­peran el mismo año mediante el brote de nuevas hojas. Identificación: Son caracterís­ticas la corteza con su profu­sión de manchas, las hojas, pa­recidas a las del arce pero alternas (las del arce son opuestas) , y las inflorescen­cias e infructescencias globu­lares. Las últimas se mantie­nen en el árbol durante todo el invierno. Es posible confundirlo con el

Plátano oriental, hojas

plátano oriental ( Platanus orientalis), cuyas hojas están más profundamente hendidas, sus lóbulos son más estrechos y la longitud de los lóbulos centrales es superior a la an­chura de su base. Las inflores­cencias y las infrutescencias constan de 2-7 capítulos. El plátano oriental está aclimata­do en Europa suroriental, Asia Menor, Norte de Persia e Himalaya occidental, donde se encuentra sobre todo en lu­gares húmedos. En Centroeu­ropa apenas si aparece en cul­tivos, pues es muy sensible a las heladas.

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Peral

Peral silvestre Pyrus pyraster Burgsd. Aspecto: Árbol o arbusto, hasta 20m. Verdor estival. Hojas: Pecíolo tan largo o más que la lámina foliar, que es aovada o redondeada, de 2-8 cm, aserrada o casi entera, glabra y lustrosa o pilosa (a veces densamente vellosa). Flores: IV, V. En braquiblas­tos en racimos de pocas uni­dades, hermafroditas, de 2-4 cm, pétalos blancos, antera roja, estilos libres hasta la ba­se. Polinización por insectos. Frutos: IX, X. De piriformes a globulares, 2-3,5 cm de diáme-

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Hojas indivisas, alternas

Rosáceas

tro, de color amarillo parduz­co, sabor agrio. Corteza: Súber cuarteado, es­camoso, pardo gris. Distribución: Europa, Asia occidental. Localización: Robledales se­cos o monte bajo de pendien­tes soleadas con suelos pedre­gosos y superficiales; también en bosques de pradera con suelos lega m osos y ricos en sustancias nutritivas. En los Alpes hasta los 850 m de altu­ra. Raíces profundas, especie relativamente fotófila. Notas de interés: El peral si l­vestre es una de las especies

Frutos

originarias del peral común (Pyrus cornrnunis), cuyos fru­tos son mayores, y dulces de maduros, y cuyos brotes care­cen de espinas. Con frecuen­cia es difícil distinguir los pe­rales comunes asi lvestrados de los perales silvestres. La madera del peral es parda rojiza o parda oscura, dura y pesada y es muy solicitada pa­ra fabricar muebles y para tra­bajos de talla y de tornería. El peral alcanza una edad máxi­ma de 150 años. Identificación: Los braqui­blastos suelen transformarse en espinas.

Manzano común, fruto

Manzano silvestre europeo Malus sylvestris Mili. Aspecto: Árbol o arbusto, hasta 10m. Verdor estival. Hojas: Pecíolo menos de la mitad de largo que la lámina foliar , que es redondeada- o aovada, 4-9 cm de longitud, aserrada, pilosa o glabra. Flores: IV-V. En los braqui­blastos en racimos poco flora­dos , hermafroditas, 2-4 cm de anchura, pétalos blancos, fre­cuentemente rojos en su parte externa, antera amarilla , esti­los juntos hasta la mitad. Poli­nización por insectos. Frutos: IX-X. Manzanas glo-

Hojas indivisas, alternas

Rosáceas

Entre nosotros los manzanos y perales auténticos son muy poco frecuentes. De sus formas cultivadas existen muchísimas variedades, aunque la producción actual se concentra en unas pocas. Son muchas las variedades antiguas que se han perdido.

bulares, 2-3 cm de diámetro, verde amarillento, con pómu­los rojos, sabor agrio. Corteza: Súber pardo gris, fi ­namente agrietado, se exfolia en escamas delgadas . Distribución: Europa, Asia Menor, Transcaucasia. Localización: Bosques mixtos de frondosas , bosques de pra­dera, linderos de bosques, se­tos y monte bajo. Suelos fres­cos, profundos, ricos en sustancias nutritivas . . Especie termófila , de raíces superficia­les, entre fotófila y semi um­brática. Notas de interés: El manzano

silvestre es una de las especies de las que mediante cultivo se han logrado las numerosas va­riedades del manzano común (Malus domestica), que se di­ferencia del manzano silvestre en que sus ramas carecen de espinas, sus hojas son muy pi­losas sobre todo en el envés, sus pedúnculos florales son tomentosos y sus manzanas son mayores y más dulces. La madera es pesada y de co­lor pardo rojizo y con ella se fabrican muebles y productos de tornería y de talla. Identificación: Los braqui­blastos son a veces espinosos.

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Cerezo silvestre

Cerezo silvestre Cerezo de monte Prunus avium L.

·.

Aspecto: Hasta 30 m. Verdor estival. Hojas: Pecíolo 2-5 cm de lar­go, con dQs glándulas nectarí­feras rojas. Limbo platilance­olado a elíptico, acuminado, 6-15 cm, aserrado. En otoño tonos rojos o amarillos. Flores: IV-V. En los braqui­blastos en racimos de 2-4 uni­dades; pétaLos de 1-1 ,5 cm, blancos. Polinización por in­sectos.

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Frutos: VII. Cerezas globula-res, 1-1,5 cm de diámetro, ro-

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Hojas indivisas, alternas

,. Rosáceas

Cerezo silvestre, hoia

Guindo, frutos

jo oscuro en la madurez, con hueso liso, pulpa agridulce. Corteza: Lisa, pardo gris o pardo rojo brillante, con ve­rrugas suberosas transversa­les, se exfolia en bandas trans­versales; formación tardía de un súber gris oscuro longitudi­nalmente agrietado (pag. 42). Distribución.: Europa, Asia Menor, Cáucaso, Norte de

" Persia, Norte de Africa. Localización: Desde la llanura a las zonas medias de monta­ña. Bosques mixtos de frondo­sas, linderos, setos. Suelos frescos, medianamente pro­fundos o muy profundos, ricos

en sustancias nutritivas, lega­mosos. Especie moderada­mente termófila, fotófila, de raíces no muy profundas. Notas de interés: El cerezo sil­vestre es la forma originaria del cerezo común. La madera, de bellísima tonalidad, pardo­rrojiza y considerablemente dura, es muy apreciada en ebanistería y en carpintería de interiores. Edad máxima: unos 100 años. Identificación: Es parecido el guindo (Prunus cerasus). Sus · hojas son más pequeñas, más tiesas y algo lustrosas; los fru­tos son agrios.

,.

Cerezo aliso

Cerezo aliso C€rezo de racimos, cerezo pado Prunus padus L. Aspecto: Árbol o arbusto~ hasta 18 cm. Verdor estival. Hojas: Pecíolo de 1-2 cm de largo, generalmente con dos glándulas nectaríferas en el extremo superior; limbo plati­lanceolado a elíptico, 5-12 cm de longitud, finamente aserra­do, haz verde oscuro, envés verde grisáceo, nervios latera­les unidos con el borde en for­ma de arco. Flores: V-VI. Hermafroditas, blancas, aromáticas, en raci­mos péndulos de 10-15 cm de

. ~f' ' - .

Hojas indivisas, alterlilas ,., ·

Rosáceas

longitud. Frutos: VII-VIII. Drupas del tamaño de un guisante, negras lustrosas en la madurez, hueso asurcado, pulpa amarga. Corteza: Súber liso, gris oscu­ro, rara·vez superficialmente agrietado (pag .. 42). Distribución: Europa, Asia. Localización: Bosques húme­dos, bosques de pradera, lin­deros de bosques, junto a aguas estancadas. Suelos lega­mosos y arcillosos de frescos a húmedos, profundos, ricos en sustancias nutritivas. Especie semi umbrática. Notas de interés: La corteza

Ce'rezo aliso, flores

Cerezo aliso, hoia

Cerezo negro americano

de las ramas huele desagrada­blemente (basta con rasgarla ligeramente). Desarrolla con frecuencia varios troncos. Las ramas generalmente penden. Es muy parecido el cerezo ne­gro americano (Prunus seroti­na). Tiene un súber escamoso agrietado y sus hojas son más

/

ásperas, haz lustroso,enves con densa pilosidad a lo largo del nervio medio. Procede de Norteamérica; en nuestras la­titudes suele cultivarse como árbol ·ornamental y está asil­vestrado en algunas partes. Florece un poco más tarde que el cerezo aliso autóctono.

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Mostajo Sorbus aria Crantz Aspecto: Árbol o arbusto, hasta 20m. Verdor estival. Hojas: Pecíolo de 1-2,5 cm, to­mentoso blanco; limbo elípti­co, 6-14 cm, doblemente ase­rrado, pero no lobulado; hojas jóvenes tomentosas blancas o grises por ambos lados, poste­riormente sólo en el envés. Flores: V-VI. En panículas umbelares terminales, herma­froditas; pétalos blancos, 3-4 cm; sépalos y pedúnculos con tomento blanco. Polinización por insectos. Frutos: X. E n racimos com-

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Hojas indivisas, alternas

Rosáceas

pactos, globulares, pomifor­mes, 1-1,5 cm, de color naran­ja a rojo escarlata; pulpa fari­nosa insípida. Permanecen en el árbol durante el invierno. Corteza: Gris, lisa durante mucho tiempo, con lenticelas romboidales; súber longitudi­nalmente agrietado. Distribución: Europa. Localización: Desde la llanura hasta el nivel subalpino. Ro­bledales, hayedos y pinares claros, monte bajo peñascoso, declives soleados. En zonas de veranos cálidos, de suelo poco profundo, seco, legamoso o pedregoso, frecuentemente en

Frutos

terrenos calizos. Especie fotó­fila o semi umbrática de raíces profundas. Notas de interés: Los frutos contienen ácidos málico y cí­trico. Pueden prepararse con ellos mermeladas y jarabes y antiguamente se obtenía de ellos vinagre. El mostajo crece muy lentamente y puede al­canzar hasta 200 años. La ma­dera es pesada, dura , elástica, de color castaño rojizo en el corazón y apreciada en torne­ría. Identificación: Son típicos los pedúnculos y el envés blanco­tomentosos.

Peral de monte, hoja

Peral de monte Sorbus torrninalis Crantz Aspecto: Hasta 20m. Verdor estival. Hojas: Pecíolo 2-5 cm de lon­gitud; limbo latiaovado, 5-12 cm de longitud, 3-4 (5) lóbu­los acuminados en ambos la­dos, aserradas, verdes por am­bas caras. Coloración otoñal amarilla o roja. Flores: V, VI. Blancas, l -1,5 cm de anchura, hermafroditas, en panículas umbela res erec­tas. Polinización por insectos. Frutos: X. Pomiformes, globu­lares o aovados, 1,5 cm de diá­metro, pardos con puntos cla-

Hojas indivisas, alternas

Rosáceas

Peral de monte en flor

El serbal de Suecia (Sarbus intermedia) es entre nosotros un árbol de parques y de avenidas de mucha aceptación. Se parece al mostajo, pero tie­ne hojas de borde más profundamente hendido, más o menos lobuladas y frecuentemente pinnati­partidas en su parte inferior.

ros en la madurez. Corteza: Súber pardo gris, con escamas pequeñas. Distribución: Oeste, Sur y Centro de Europa, Asia Me­nor, Norte de Persia, Noroes­te de África. Localización: Bosques con muchos robles y monte bajo de zonas montañosas. Suelos de frescos a secos, general­mente calizos, legamosos, blandos. Espécie termófila , semi umbrática, de raíces mo­deradamente profundas. Notas de interés: Especiera­ra , protegida. Los frutos son comestibles cuando están muy

maduros y blandos. Como los del serbal común (pag. 59), son muy ricos en principios curtientes y antiguamente se utilizaban como remedio con­tra la diarrea y la disentería. La madera, muy valiosa, pesa­da, dura y sumamente elásti­ca, se utiliza en la fabricación de muebles y en tornería opa­ra fabricar metros e instru­mentos de madera. Identificación: Inconfundible por sus hojas de forma típica, verdes por ambas caras, gla­bras o dispersamente pilosas.

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Ciclamor en plena floración

Ciclamor Árbol del amor, algarrobo lo­co, árbol cercis Cercis siliquastrum L. Aspecto: Árbol o arbusto, hasta 10m. Verdor estival. Hojas: Pecíolo 2-4 cm; limbo casi circular, arriñonado, 6-12 cm, entero , redondeado por delante o estriado, glabro por amb~s caras, envés verde gris o verde azul. Flores: III, IV (antes de salir las hojas). De color rosa a vio­leta, de unos 2 cm, peduncula­das, hermafroditas, papiliona­das, en ramilletes racimosos cortos; siempre en las ramas

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Hojas indivisas, alternas

Leguminosas

más viejas, frecuentemente en las ramas más vigorosas o en el tronco. Polinización por in­sectos. Frutos: IX, X. Vainas 6-12 cm de longitud, planas, finamente acuminadas, con muchas se­millas, verdes al principio, ro­jas o pardo oscuras y aperga­minadas de maduras, suelen permanecer en el árbol duran­te el invierno. Corteza: Súber pardo negruz­co, muy finamente cuarteado. Distribución: Europa meridio­nal , Asia Menor hasta Persia. Se ha cultivado desde hace mucho tiempo.

Ciclamor en otoño

Localización: Bosques claros de frondosas, monte bajo, jun­to a cursos fluviales. Suelos blandos, pedregosos,. Especie fotófila y termófila. Notas de interés: Árbol orna­mental muy extendido en el Sur de Europa. En Centroeu­ropa, sólo cultivable en zonas templadas. Esta especie tiene la particularidad de que sus flores brotan en las ramas más viejas o incluso en el tronco (floración caulinar) . Identificación: Las hojas se parecen a las del katsura (pag. 83), aunque son alternas (opuestas en el katsura)

La davidia o árbol de las palomas es un fenómeno notable de nuestros par­ques. Debe su nombre a las llamati.(,as y blancas hojas de la base de sus in­florescencias, que como blancas palomas se agitan al viento durante la flora­ción. Esta especie fue des­cubierta en 1869 en las montañas de China occi­dental por el misionero francés A. David (de ahi la designación cientifica de Davidia). Las primeras se­millas de esta especie lle­garon a Europa en 1897.

Davidia Árbol de las palomas, árbol de los pañuelos Davidia involucrata Baill. Aspecto: Hasta 20m. Verdor estival. Hojas: Largamente peduncu­ladas; limbo 8-15 cm de largo, latiaovado con base acorazo­nada, con el borde aristado y dentado, envés tomentoso o glabro y de verde amarillento a verde azulado. Flores: V-VI. Inflorescencias largamente pedunculadas en el extremo de braquiblastos foliados. Una flor hermafrodi­ta y numerosas flores O ,sin

Hojas indivisas, alternas

Nisáceas

Davidia en flor

periantio, por inflorescencia. En la base de la inflorescencia dos hipsófilos grandes (hasta 16 cm de longi tud y otros tan­tos de anchura), verdeamari­llos al principio, blancos le­chosos después. Frutos: X. Drupas largamente pedunculadas, globulares, 2,5-4 cm de diámetro, verdes, par­das después, con hueso asur­cado de 3-5 semillas. Corteza: Súber pardo gris, es­camoso. Distribución: China occiden­tal. En Centroeuropa, árbol ornamental. Loalización: Suelo rico en sus-

tancias nutritivas, no demasia­do seco. Notas de interés: En nuestras latitudes se cultiva sobre todo la variedad vi/moriniana, con envés glabro y hojas verdea­zuladas. Identificación: Por su forma las hojas se parecen a las del tilo, pero su borde tiene dien­tes aristados. Durante la flora­ción es inconfundible por las dos hipsófilos blancos de la base de la inflorescencia, una de las cuales es claramente mayor que la otra.

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Paseo de tilos en otoño

Tilos Los tilos son árboles de ver­dor estival con hojas acorazo­nadas dispuestas en dos hile­ras. Las flores son olorosas, hermafroditas , y se unen en inflorescencias péndulas. Se polinizan a través de insectos. El pedúnculo de la inflores­cencia se desarrolla con un hipsófilo liguliforme. Tanto el tilo silvestre como el tilo común son, especies poco frecuentes. Como brotan bien del tronco, en las épocas de economía forestal baja y me­dia abundaban más que en la actualidad. Las fibras de su

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Hojas indivisas, alternas

Tiliáceas

corteza se uti lizaban para fa­bricar productos de cordelería y, en jardinería, como mate­rial para atar. Las flores de l ti­lo, la tila, son un alimento ex­traordinario de las abejas. Con las flores secas se prepara la infusión de tila, que es su­dorífica y depurativa. La ma­dera, finamente estructurada, de color blanco amarillo a blanco rojizo, es ligera y blan­da. Para los escultores y los torneros es muy apreciada desde hace mucho tiempo, pues admite una manipula­ción fácil y limpia.

Tilo silvestre Tilo de hojas pequeñas Tilia cordata Mili. Aspecto: Hasta 40 m. Hojas: Pecíolo 2-5 cm de lar­go, glabro; limbo acorazona­do, 3-10 cm, aserrado, envés verde azulado, excepto la pi­losidad axi lar parda de los án­gulos nérveos. Flores: VI , VII. 4-11 flores por inflorescencia. Frutos: IX. Núculas globula­res, 5-8 mm de diámetro, de cáscara delgada, imprecisa­mente angulosos. Corteza: Súber de gris oscuro a negro, con densas grietas

longitudinales (pag. 43). D istribución: Toda Europa. Localización: Bosques mixtos de frondosas de zonas de ve­ranos cálidos. Suelos de fres ­cos a moderamente secos, ri­cos en sustancias nutritivas, legamosos. Especie umbrática de raíces profundas. Identificación: A diferencia del ti lo común, las hojas son más pequeñas, glabras, pilosi­dad axilar parda (blanquecina en las hojas jóvenes). Los nuevos brotes son general­mente glabros (p ilosos en el tilo común).

Hojas indivisas, alternas

Tiliáceas

De todas las especies arbóreas de fronda autóctonas los tilos son los últimos en florecer. Las flores segre­gan mucho néctar y son polinizadas por abejas, abe· jorros y otros insectos. Con ellas se prepara la conoci­da infusión sudorífica para combatir los constipados febriles. El tilo tuvo enorme importancia en la vida cultural de nuestros antepasados. Tilos de hasta 1000 años siguen hablando todavía de aquellas épocas.

Tilo común Tilia platyphyllos Scop. Hojas: Pecíolo piloso, limbo de hasta 17 cm de longitud (incluso más en los vástagos vigorosos) , envés verde claro, más o menos débilmente pilo­so, ángulos nérveos con pilosi­dad axia l blanquecina. Flores: Generalmente 1-3 se­manas antes que el tilo silves­tre. Inflorescencias de 2-5 flo­res. Frutos: Núculas de 8-10 mm , de cáscara dura (no puede partirse con los dedos) , clara­mente estriadas. Distribución: Centro, Oeste,

Sur y Sureste de Europa hasta e l Cáucaso. Localización: Bosques de fronda mixtos de zonas mon­tañosas, preferencia por los lugares de veranos cálidos, in­viernos suaves y ambientes húmedos. Especie semium­brática. Identificación: El tilo platea­do (Tilia tomentosa), cultiva­do entre nosotros como árbol de parques y avenidas, proce­de del Sureste de Europa. Tiene envés tomentoso de gris a blanco y en otoño sus hojas son de color dorado.

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Cerezos en un pastizal alpino

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.

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Contaminación atmosférica, acidificación del suelo, riesgo de catástrofes climatológicas: he aquí las expresiones de moda para refleiar él peligro que se cierne sobre el medio ambien­te~ Los múltiples efectos negativos de nuestros actos no deian de repercutir, ni mucho me­nos, en los árboles de hoias caduca. Los "informes sobre las plagas forestales" de los últi­mos años y las estadísticas oficiales sobre el estado de salud de nuestros bosques refleian estremecedoramente los estragos causados sobre los árboles caducifolios. El hombre pone en peligro la gran variedad formada a ·lo largo de siglos de evolución. El siguiente capítulo pretende señalar algunas de las formas de contrarrestar individualmen'e las posibles pér­didas.

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Protección

Volviendo a los árboles caducifolios

En principio Europa cen­tral era exclusivamente

una zona selvática. El bos­que se extendía por todas partes, exceptuadas las des­pobladas cumbres de los Al­pes y las extensas llanuras pantanosas. Si la naturaleza tuviera algo que decir, este bosque lo se­ría de árboles de hoja cadu­ca . En tal caso la especie más extendida, con mucha diferencia, sería el haya, en hayedos puros o en bosques mixtos de robles, olmos, ar­ces, fresnos y otros árboles según los diversos suelos. Los grandes bosques cerra­dos de coníferas, dominados por las piceas y los abetos, se circunscribían y se cir­cunscriben a las zonas mon­tañosas más altas y climáti­camente más duras. Se han mantenido hasta hoy en am­plias superficies de las par­tes altas de las zonas monta­ñosas medias de todo el centro de Europa aunque también aquí el hombre ha­ya alterado la mezcla origi­nal de las especies y la es­tructura del bosque.

De la multiplicidad a la unicidad Se han talado -y desgracia­damente todavía se siguen talando- muchos bosques de frondosas por exigencias de la agricultura, de los asenta­mientos urbanos y de las ví-

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as de tráfico, y grandes ex­tensiones de las superficies restantes se han convertido en tristes bosques de piceas y de pinos. Los campos, cru­zados inicialmente por una gran variedad y diversidad de espléndidos árboles aisla­dos, bosquecillos y setos, se han degradado en amplias extensiones de terreno hasta convertirse en estepas agra­rias. Y esto no es todo. Las consecuencias de nuestra ci­vilización, con las más diver­sas formas de contamina­ción atmosférica en primer término, tan negativas para la flora, la fauna y el hom­bre, repercuten también so­bre los árboles de hoja cadu­ca, incluso allí donde parece que la naturaleza se conser­va intacta. En una palabra: los árboles de hoja caduca están en peligro. ¿Qué ha­cer?

Disminución de la polución atmosférica La exigencia de adoptar me­didas que reduzcan la conta­minación atmosférica no só­lo corresponde al común de las gentes, sino que afecta también al individuo. Re­nunciar al coche siempre que sea posible y utilizar, en cambio, medios de transpor­te que respeten el medio ambiente es una manera dé traducir en obras dicha exi­gencia. Es precisamente

aquí, sin embargo, donde muchos de nosotros com­probamos lo difícil que re­sulta sacrificarse en aras del medio ambiente. N u estros buenos propósitos fracasan ante el hecho de que los me­dios públicos de transporte constituyen una alternativa insuficiente al coche particu­lar.

N u e va concepción de la explotación forestal Otra forma de hacer frente a la peligrosa desaparición de la multiplicidad consiste en la plantación intensiva de árboles de hoja caduca. Este punto de vista se va impo­niendo progresivamente en la explotación forestal, que durante mucho tiempo se centró primordialmente en el cultivo de piceas y de pi­nos. Son muchas las. admi­nistraciones forestales que se han propuesto plantar en gran escala hayas, robles, fresnos, arces y cerezos, y también especies tan poco frecuentes como el mostajo y el serbal. Y lo hacen no sólo por proteger la natura­leza y las especies. En efec­to, se ha comprobado que, comparados con los bosques exclusivamente de coníferas,

· los bosques mixtos y de frondosas son ecológica­mente mucho más estables, es decir, menos atacables por las tormentas, la nieve y

Efectos de la erosión provocados por la falta de vegetación.

los insectos. De ahí que a la larga tales bosques ofrezcan una alternativa económica más aceptable. ¡Demos otra oportunidad a los árboles de hoja caduca!

El bosque constituye la meior defensa del suelo. Las copas de los árboles aminoran la violencia de las precipitaciones y las raices

retienen la tierra. Destruido el bosque, la erosión amenaza a las pendientes; así se pierde irremisiblemente el suelo.

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Protección No sólo en el bosque se pue­de trabajar a favor de los ár­boles caducifolios. Cada uno, por ejemplo, pue­de contribuir con sus conse­jos y sus acciones, dentro de su comunidad, a que en la construcción se prescinda del uso de la madera de los árboles y a que se planten nuevos árboles en las cam­pañas de reforestación y a que se utilice mayor canti­dad de papel reciclado para evitar la tala de árboles de una forma incontrolada para obtener pasta de papel.

Plantación Obviamente lo tiene más fá­cil quien tiene la suerte de poder cultivarlos en su pro­pio jardín. Si muchas plantaciones per­dieran la monotonía deter­minada por el predominio de coníferas, los árboles de hoja caduca dispondrían de

/ . mas espacio para mostrar-nos cuan bellos pueden ser.

Momento de plantación La plantación de un árbol es algo que debe pensarse y prepararse bien comenzan­do por el momento mismo de la plantación. Las plantas de raíz desnuda deben plantarse en otoño o en primavera, mientras que las que se presentan con grandes cepellones se pue­den plantar también en ve­rano dado que disponen de más reservas que les permi­ten soportar mejor la plan­tación.

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Protección

Lugar propicio Tratándose de árboles, la elección del lugar adecuado tiene una enorme importan­cia; al final terminan siendo muy grandes y posterior­mente no se pueden trans­plantar o el trasplante sólo puede efectuarse con enor­mes costos. Se observa repetidamente que los árboles se plantan demasiado juntos, muy cer­ca de los edificios o -lo que suele acarrear graves incon­venientes- con una proximi­dad excesiva a la granja del vecino. En cuestión de árbo­les, setos o arbustos la ley impone determinadas dis-. /

tanc1as segun sean sus res-pectivas alturas. Antes de la plantación deben tenerse ri­gurosamente en cuenta las prescripciones legales, que difieren de un país a otro. Es preferible, en cualquier caso, hablar previamente con el vecino y enterarsede la legislación vigente.

La tortura de la elección Junto a las limitaciones im­puestas por el espacio, la elección de la especie co­rresponde plenamente al gusto personal. Para unos la prioridad recae sobre los frutales, pensando incluso en la posibilidad de que una de las especies elegida sea tan poco frecuente como el mostajo o el serbal. Tienen unas flores maravillosas, sus frutos son comestibles y en otoño adquieren unos tonos bellísimos. El problema está en que el mercado sólo rarí­simanente ofrece. ejemplares

jóvenes de estas especies au­tóctonas, algo realmente pa­radójico si se piensa en la amplísima oferta de plantas exóticas. Para otros la selec­ción de la especie viene de­terminada por una corteza decorativa o por una colora­ción otoñal singularmente atractiva. Otras preferencias se inclinan por uno u otro ti­po de sauce. Sus preciosos amentos (sobre todo los de las plantas masculinas) apa­recen al iniciarse la prima­vera, en unas fechas en que las flores son todavía casi excepcionales, por lo que con esta elección se hace un notable favor a las abejas. También la robinia propor­ciona alimento a las abejas de manera destacada, pero tiene dos inconvenientes graves. En primer lugar sus hojas, su corteza, sus frutos y sus semillas son tóxicos, por lo que deben adoptarse las debidas precauciones con los niños pequeños. Por otra parte la robinia tiende a desarrollar nuevas raíces.

. Para evitar que el jardín se convierta en plazo corto en una masa espesa de robinias es imprescindible arrancar los brotes, extremadamente espinosos, que surgen conti­nuadamente del suelo.

La plantación Por regla general la planta

• se compra en un vtvero o en un centro especializado. Los catálogos informan de las existencias y facilitan obser- · vaciones muy importantes sobre el suelo requerido, el crecimiento y la atención de

1· .

f •

Plantación de árboles

la planta en cuestión. • U na vez comprada la

planta es importante evi­tar que las raíces se se­quen. Antes de proceder a la plantación se reco­mienda poner en agua las raíces durante algunas ho­ras. Si no es posible la plantación inmediata, se precede a enterrar la planta, es decir, se hun­den provisionalmente las raíces en el suelo de for­ma que queden totalmen­te cubiertas de tierra.

• La plantación propiamen­te dichd comienza con la excavación de un hoyo lo suficientemente grande para que las raíces que­pan holgadamente. Las raíces dañadas deben ser retiradas con cuidado.

• A continuación se intro­duce la planta en el hoyo que se rellena de tierra menuda, abonada o no con estiércol, mientras se agita repetidamente la planta. Debe procurarse

·que no queden grandes huecos entre las raíces. Es también importante que la planta no se encuentre en .una profundidad supe­rior a la de su lugar de procedencia, teniendo además en cuenta que con el tiempo la tierra se asienta en el hoyo.

• Finalmente se pisa con firmeza la tierra, se la re­cubre con una gruesa ca­pa de material orgánico para evitar que se seque, se arrodrigona la planta y se riega abundantemente todo el hoyo.

Antes de introducir la planta en el hoyo ya excavado se eliminan totalmente con una tiiera de ¡ardín las raíces dañadas.

Se pisa firmemente la tierra alrededor del tronco y se recubre de una capa de materiales orgánicos

• para ev1tar que se seque.

Se rellena cuidadosamente el hoyo con tierra. Debe procurarse que la planta se coloque a la altura correcta y que mantenga una posición vertical.

Para proteger la planta se recomienda arrodrigonarla. El hoyo debe regarse generosamente.

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, Arboles caducifolios en un medio urbano Los árboles elevan la cali­dad de vida de 1':1 ciudad de muchas maneras. • Filtran el polvo de la at­

mósfera, aminoran el rui­do y ofrecen sombra.

• Su transpiración, la eva­poración de agua, enfría la atmósfera y eleva la hu­medad del aire relativa­mente seco de la ciudad.

• No pueden olvidarse los efectos sobre el bienestar psíquico del hombre. Los árboles aportan vida a la ciudad y evitan que se pierda, incluso lejos del campo libre, la sensación del ritmo de las estacio­nes.

La vida urbana también estresa a los árboles A los árboles se les exigen todas estas funciones incluso en condiciones adversas. Las especies arbóreas culti-

150

Protección

vadas en parques y avenidas / son, en su gran mayona, es-

pecies silvestres. En general las condiciones de vida en la ciudad difieren considera­blemente de las del empla­zamiento natural y compro­meten la vida del árbol. Los problemas comienzan ya en el subsuelo. No es infre­cuente que el suelo incluya escombros y que sea más o menos compacto. Está, además, el clima urba­no. Sobre todo en los días de calor, el aire de la ciudad está más caliente y más seco que el del campo. Esto crea en los árboles problemas de suministro de agua, proble­mas que se agudizan por el hecho de que a consecuen­cia del "sellado" de la super­ficie del suelo y de los suelos compactos la mayor parte de las precipitaciones fluye superficialmente, por lo que apenas si llega agua a la raíz. La sal utilizada en el invier-

no para eliminar los hielos crea un nuevo problema. Por un lado ataca directa­mente al árbol, y por otro deteriora la estructura del suelo que, de no tener estos 11 aditivos 11

, favorecería la formación de raíces.

La colaboración es imprescindible Por muchas que sean las causas del deterioro de la vi­da urbana, existen otras tan­tas posibilidades de poner remedio. Todos debemos preocuparnos más de los ár­boles. Sólo así conseguiremos que el espacio urbano sea un es­pacio habitable en el que podamos disfrutar de la agradable compañía de los arboles y de las plantas en general.

Fotografía de la izquierda: He aquí el destino de muchos árboles de ciudad: tronco entre re¡as y superficie libre reducida al mínimo.

Fotografía de la derecha: _..... "Aquí donde estamos ••• ". Más que cualquier otro árbol, el tilo ocupó el centro de la vida cultural de nuestros antepasados. El tilo constituía el lugar de cita de la comunidad rural y baio su . enorme y frondosa copa se celebraban fiestas o asambleas.

'

••

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Índice de e~pecies y temático

~

lndice de especies y temático

Los números de las páginas impresos en negrita remiten a las fotografías en color.

A abedul amarillo 103, 106, 107 abedul arbustivo 102 abedul cerezo de Japón 103, ·

107 abedul común 39, 102, 104,

105 abedul chino de corteza

roja 103, 106, 107 abed~l de agua 106 abedul de Erman 107 abedul de Europa 104 abedul de los cánoes 103,

106,107 abedul de Maximowicz 103,

106,107 abedul enano 102 abedul fluvial106 abedul negro americano

106,107 abedul papirífero 106 abedul péndulo 104 abedul pubescente 103, 105 abedul verrugoso 104 abedules 102 Acacia dealbata 63 Acacia de tres espinas 64 Acacia del Japón 64, 65 acacia mimosa 63 acacia persa 63 acacia sedosa 63 aceituno 84 Acer cappadocium 81 Acer campestre 80 Acer monspessulanum 80 A cer negundo L. 57 Acer opalus 77

152

Acer palmatum 82 . Acer platanoides 78, 79 Acer pseudoplatanus 76,77 Acer saccharinum 82 Acer saccharum 81 aceráceas 7 4 Aesculus x carnea 67 Aesculus híppocastanum 67 Aesculus x pavía 61 Ailanthus altissima 56 ailanto 42, 56 álamo blanco 94 álamo cano 41, 93 álamo común 94 álamo gris de Picardía 93 álamo negro 43,92 álamo negro americano 92 álamos 90 Albizia julibrisin 63 alcornoque 121 algarrobo 62

· algarrobo loco 140 aligonero 127 aliso blanco 109 aliso 42, 108 aliso gris 42, 109 alisos 108 almez 127 almez occidental127 alno 108 Alnus gutinosa 108 Alnus incana 109 alterna 20 amento 26 anemopolinización 26 Angiospermae 13 angiospermas. 13 árbol cercis 140 árbol de la miel 65 árbol de las pagodas 65 árbol de las palomas 141 árbol del amor 140 árbol del cielo 56 árbol del sueño 63

árbol de los dioses 56 árbol de los pañuelos 141 arbusto 10 arce aplatanado 78 arce azucarero 81 arce blanco 76 arce de Capadocia 81 arce falso plátano 35, 43, 46,

73,74,75,76,77 arce de Montpellier 80, 81 arce menor 43, 80 arce negundo 57 arce palmada japonés 82 arraigo de brotes 31 Asar 77 aserrado 22 asimilados 38 avellano turco 111 Azarollo 59

B banda suberosa 39 base foliar 20 Betula albosinensis 106 Betula alleghaniensis 108 Betula ermanii 107 Betula grossa 107 Betula humilis 102 Betula maximowicziana

106 Betula nana 102 Betula nigra 106 Betula papyrifera 106 Betula pendula 104 Betula pubescens 104 bonsai 12 bordo 57 braquiblasto 18 brote 30 brote guía 16 brotes cortos 18 brotes largos 18

~ • # •

lndice de espec1es y temat1co

brotes laterales 16 brotes troncales 16

e cámbium 38 capítulo 26 cápsula 28 carpe 42, 89, 110 carpe negro 111 Carpinus betulus 110 Castanea sativa 115 castaño 19, 29, 43, 114, 115 castaño de Indias 43, 51,67 castaño de Indias rojo 415,67 castaños 114 ca talpa 87 Catalpa bignonioides 87 ca talpa regia 87 Catalpa speciosa 87 Celtis australis 127 Celtis occidentalis 127 Ceratonia siliqua 62 cercidifilo 83 Cercidiphyllum japonicum 83 Cercis siliquastrum 140 cerezo aliso 37, 42, 137 cerezo de monte 136 cerezo de racimos 137 cerezo negro americano 42,

137 cerezo pado 137 cerezo silvestre 137 ciclamor 140 cigom.orfo 24 clon 31 clorofila 21,45 cogollo 26 conductos 20 coníferas 12 copa, formas de 16 corteza 38 corteza suberosa 39 corteza, tipos 41 Corylus colurna 111 cotiledón 32 cotiledón de reserva 32 chopo 94

chopo cano 93 chopo lombardo 92 chopo negro 92 chopo temblón 95

D

davidia 141 Davidia involucrata 141 Davidia vilmoriniana 141 dentado 22 dioicas 24 disco alar 31 doblemente pinnada 22 drupa 28

E embrión 32 encina 121 entomopolinicación 26 epidermis 39 escamas, de yemas 34 espiga 26 estigma 24 estilo 24 es_típulas 20

F Fagus sylvatica 113 Fagus orientalis 113 falsa acacia 61 falsa acacia del Japón 65 falso carpe 111 falso zumaque 56 fecundación 26 fertilidad 30 Ficus carica 128. florabilidad 30 flores 24 flores , hermafroditas 24 flotador 30 folículo 28 folíolo22 folíolo terminal 22

fotófila, especie 30 Fraxinus angustifolia 69 Fraxinus excelsior 68,69 Fraxinus excelsior "

Diversifolia ", 69 Fraxinus ornus 70 fresno excelso 27, 43, 68, 69 fresno de hoja estrecha 69 fresno 4e hoja única 69 fresno del maná 70 fresno florido 70 fructificación 45 fruto alado 30,31 fruto compuesto 29 fruto, tipos 30

G género 13 germinación 32

. g1mnospermas gingko 13 Gingko biloba 13 Gleditsia triacanthos 64 guindo 136 Gymnocladus dioicus 65 Gymnospermae 13

H haya 10, 14/15, 17, 32, 42, 44,

112,113 haya del Asia Menor 113 haya oriental113 hayas 112 hayuco 32 hermafrodita 24 higuera 128 hipocastanáceas 66 hoja indivisa 22 hojaranzo 110 hojas pinnadas 22

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~

lndice de especies y temático

1 imparipinnada 22 )florescencias 26

jabonero de China 71 J uglandacaeae 52 juglandáceas 52 Juglans regia L. 52, 53 Juglans nigra L. 54

K katsura 73, 83 Koelreuteria paniculata 71

L lámina foliar 20 lamparilla 95 latonero 127 legumbre 28 leguminosas 60, 140 lenticelas 39, 41 líber 38 limbo 20 liquen 40 Liriodendron tulipifera 130 lobuladas 22

M macroblastos 18 magnolia común 131 magnolia del Norte

de Japón 131 Magnolia grandiflora 131 magnolia kobus 131 Magnolia kobus 131 Malus domestica 135 M alus sylvestris 135 manzano común 135 manzano silvestre 135 mimbrera 100

154

mimbrera frágil 98 mimosa 63 monoicas 24 morera blanca 129 morera negra 129 Morus alba 129 Morus nigra U9 mostajo 138

N

N e grillo 126 nervio foliar 20 nervio medial 20 nogal alado común 55 nogal45,52,53 nogal negro americano 54 Noguera 53 nudo 20

o Olea europaea 84 Olea europaea ssp. silvestris 84 Oleaceae 67 olivo 84 olmo de monte 125 olmo montano 31,124, 125 olmo pedunculado 126 olmo temblón U6 olmos 123 opuestas 22 orno 70 ostria 111 Ostrya carpinifolia 111 ovario 24

p

palmatipinnadas 22 panícula 26 panícula u m be lar 26 paripinnada 22 paulonia imperial 86 Paulownia tonzentosa 86 pedúnculo floral 24

peral silvestre 134 peral común 134 periantio 24 peridermis 39 pétalo 24 pinnas 22 pinnatilobuladas 22 plátano 42, 132 plátano de Levante 132

híbrido común plátano híbrido español 132 plátano occidental133 plátano oriental133 Platanus acerifolia 132 Platanus x hispanica 132 Platanus occidentalis 133 Platanus orientalis 132 polen, granos de 26 polinización 26 Populus alba 94 Populus canescens 93 Populus deltoides 92 Populus nigra 92 Populus nigra ((Italica'' 92 Populus tremula 95 Prunus avium 136 Prunus cerasus 136 Prunus padus 137 Prunus serotina 137 pterocaria de hojas de

fresno 42, 55 pterocaria del Cáucaso 55 pterocaria del Japón 55 Pterocarya fraxinifolia

Spach 55 Pterocarya rhoifolia 55 pubertad 30 Pyrus communis 134 Pyrus pyraster 134

Q

Quercus cerris 120 Quercus coccinea 123 Quercus frainetto 123 Quercus ilex 121 Quercus macranthera 123 Quercus palustris 123

~

lndice de especies y temático

Quercus petraea 119 Quercus pubescens 120 Quercus robur 118 Quercus rubra 122 Quercus suber 121

R racimo 26 radial24 radícula 32 raigón del Canadá 50,51 ,65 ramas adheridas 18, 19 raquis 20 reproducción asexual 30 reproducción vegetativa 30 robinia 43, 61 Robinia pseudoacacia 61 roble albar 119 roble americano 21, 117, 122 roble cabelludo 120 roble carvallo 25, 43, 116,

117,118 roble cerris 117, 120 roble de Hungría U3 roble del Cáucaso 123 roble de Persia 123 roble de Turquía 120 roble escarlata 123 roble palustre americano 123 roble pubescente 89, 117, UO roble rojo del Norte 122 robles 116, 117 rudimento seminal 24

S salguera 98 salguero 98 Salix alba 98 Salix cap re a 99 Salix daphnoides 101 Salix eleagnos 100 Salix fragilis 98 Salix pentandra 101 Salix viminalis lOO sapindáceas 71

sauce blanco 96, 97, 98 sauce cabruno 12, 97, 98 sauce dafnoide 101 sauce gris 100 sauce laurifolio 101 sauces 96 segundosrenuevos17 semilla 28 semillas, propagación 29 sépalo 24 serbal común 59 serbal de cazadores 51, 58 serbal dulce 58 serbal silvestre 139 siembra de arrendajo 30 simarubáceas 56 Sophora japonica 65 sorbo 59 Sorbus aria 138 Sorbus aucuparia 58 Sorbus aucuparia var.

edulis 58 Sorbus domestica 59 Sorbus torminalis 139 súber 39 subespecie 13

T tejidos conductores 39 tejidos de almacenamiento

39 Tilia cordata 142 Tilia platyphyllos 143 Tilia tomentosa 143 tilo común 89, 143 tilo plateado 143 tilo silvestre 43, 142, 143 tilos 142 tipo chopo 17 tipo roble 17 tulipia 130 tulipero americano 130 tulipero de Virginia 130

u U/mus glabra 125 Ulmus laevis 126 Ulmus minor 126 umbela 26

V

variedad 13 vástago radicoso 30 vena foliar 20 verdor estival 12 verruga suberosa 39, 41 verticilar 20

y

yemas 34 yemas axilares 36 yemas desnudas 35 yemas latentes 18 yemas florales 36 yemas foliares 36 yemas generativas 36 yemas laterales 16, 36 yemas mixtas 36 yemas terminales 16, 36

z zarga tillo 99 zelkova del Cáucaso 127 Zelkova carpinifolia 127

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J

r

Título original: Laubbaume Traducción: Ambrosio Berasaín Villanueva

© Grafe und Unzer GmbH, München, y EDITORIAL EVEREST, S. A.

Printed in Spain - Impreso en España

Los autores: Dr. Gregor Aas: diplomado en ciencias forestales,es colaborador en la cátedra de Botánica Forestal de la Universidad de Münich y autor de Gran Guía de la Naturaleza} Árboles de la Editorial Everest. Andreas Riedmiller: experto jardinero, es un fotógrafo de reconocida experiencia en temas de la naturaleza especializado en los árboles, colaborando con Gregor Aas en la Gran guía de la Naturaleza, Árboles en la Editorial Everest.

Los fotógrafos: Las fotografías han sido realizadas por Andreas Riedtniller con la colaboración de: Aas: págs. 100, 110, 123, 134; Kremer: pág. 34; López: pág. 127; Scherz: págs. 34, 58,62,63,85,87; Thónnissen: pág. 33; Zauner: pág. 98.

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ioias pinnadas

Serbal de cazadores (pag. 58)

Fresno excelso (pag. 69)

Robinia (pag. 61 ) Castaño de Indias (pag. 67)

Nogal común (pag. 53)

Arce falso plátano (pág. 76)

Tabla clasificatoria de hojas

Visión panorámica de los grupos arbóreos más extendidos.

Las referencias a las páginas facilitan la búsqueda de cualquier especie.

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Hoias indivisas alternas Hoias indivisas, alternas •

Roble del Cáucaso (pag. 123) Carpe (pag. 11 O) Cerezo silvestre (pag. 136)

Tilo común (pag. 143)

Plátano (pag. 132)

Aliso (pag. 1 08)

Haya (pag. 113) #

Alamo negro (pag. 92)

Negrillo (R p. 126) Sauce cabruno (R p. 99) Abedul común (pag. 1 04) Mostaio (pag. 138)