Adaptación de Marisa Rubio Pedrero escrita por Joseph ... · MILI: Nosotras nos acostamos más...

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ARSÉNICO POR COMPASIÓN Adaptación de Marisa Rubio Pedrero escrita por Joseph Kesselring en 1939 REPARTO: NARRADORA Marisa INMA Lola JAVIER novio de INMA Sheila NAPOLEÓN Ana MILI tía MILI Montse MARILUZ tía MARILUZ Maricarmen Anciana DOLORES Charo Agente GEMA BRAVO Mª Ángeles MARGARITA Gracia PAQUI Mercedes Estamos en el confortable salón de la casa de tres plantas de las hermanas Mili y Mariluz, que viven con su sobrino Napoleón. Tía Mili está cerca de un arcón que está bajo una ventana, cuando de repente… entra Napoleón por la puerta del sótano al grito de: NAPOLEÓN: A la carga! Tía Mili sujeta las agujas del reloj de pared que tienden a caerse durante las cargas de Napoleón y éste se sienta con su mano oculta en el pecho de su chaqueta en una silla cercana a una mesa camilla. Tía Mariluz entra por la puerta de la calle dejando su abrigo en el perchero observando con ilusión sobre la mesa la botella de vino y una copa vacía que está a punto de ser retirada por tía Mili . MARILUZ: Mili, ¿Has tomado vino esta tarde? MILI: SÍ y me temo que la cena se retrasara hoy. Napoleón tienes que ir al sótano a cavar una trinchera. NAPOLEÓN: Eso está muy bien, muy bien, me preparare enseguida Napoleón, toca su trompeta, y sube corriendo por las escaleras con el grito:

Transcript of Adaptación de Marisa Rubio Pedrero escrita por Joseph ... · MILI: Nosotras nos acostamos más...

ARSÉNICO POR COMPASIÓN

Adaptación de Marisa Rubio Pedrero escrita por Joseph Kesselring en 1939

REPARTO:

NARRADORA Marisa

INMA Lola

JAVIER novio de INMA Sheila

NAPOLEÓN Ana

MILI tía MILI Montse

MARILUZ tía MARILUZ Maricarmen

Anciana DOLORES Charo

Agente GEMA BRAVO Mª Ángeles

MARGARITA Gracia

PAQUI Mercedes

Estamos en el confortable salón de la casa de tres plantas de las hermanas Mili y

Mariluz, que viven con su sobrino Napoleón. Tía Mili está cerca de un arcón que está

bajo una ventana, cuando de repente… entra Napoleón por la puerta del sótano al grito

de:

NAPOLEÓN: A la carga!

Tía Mili sujeta las agujas del reloj de pared que tienden a caerse durante las cargas de

Napoleón y éste se sienta con su mano oculta en el pecho de su chaqueta en una silla

cercana a una mesa camilla. Tía Mariluz entra por la puerta de la calle dejando su abrigo

en el perchero observando con ilusión sobre la mesa la botella de vino y una copa vacía

que está a punto de ser retirada por tía Mili .

MARILUZ: Mili, ¿Has tomado vino esta tarde?

MILI: SÍ y me temo que la cena se retrasara hoy. Napoleón tienes que ir al sótano a

cavar una trinchera.

NAPOLEÓN: Eso está muy bien, muy bien, me preparare enseguida

Napoleón, toca su trompeta, y sube corriendo por las escaleras con el grito:

NAPOLEÓN: A la carga!

Las tías divertidas lo observan, parando tía Mili la agujas del aquel viejo reloj de pie

que se caen con el movimiento terremoto de Napoleón en su escalada enloquecida por

las escaleras.

MARILUZ: Oh!

(Exclama Mariluz muy alegre y emocionada, dando palmitas).

MARILUZ: ¿Mientras yo he estado fuera?

MILI: SÍ querida, es que no sabía cuándo volverías y no podía tenerla esperando.

MARILUZ: Pero cielo, ¿tú sola?

(Reconoce Mili con todo orgullo).

MILI: Sí, yo. ¡Y lo he hecho muy bien!

MARILUZ: Voy a bajar a verla enseguida…

(Comenta Mariluz yendo hacia la entrada del sótano, pero tía Mili la detiene).

MILI: No, no, querida, no había tiempo, recuerda que estaba yo sola…

MARILUZ: Entonces ¿Dónde?

(Pregunta curiosa Mariluz reculando hacia su hermana Mili).

MILI: Mira dentro del arcón que hay bajo la ventana.

Ambas hermanas van hacia el arcón cuando entra Inma entusiasmada por la puerta de la

calle.

INMA: ¡Hola tías! Javier y yo nos hemos casado.

A pesar de que Inma siempre ha sido contraría a la idea del matrimonio, por ser un

espíritu libre, las tías se emocionan.

MARILUZ: ¡Oh, qué alegría!

MILI: ¡Qué alegría, vamos a celebrarlo! ¿Un poco de cava, tarta..?

INMA: No tenemos tiempo para todo eso…

MARILUZ: Tonterías querida, pero si ya está preparada la tarta…

INMA: Pero bueno, ¿es que ya a sabíais que me iba a casar?

MILI: Claro cariño, nada más le conociste lo supimos.

INMA: ¡Ay, qué pillas que sois! Venga… podemos celebrarlo antes de irnos.

Cede Inma que no les quiere quitar la ilusión a sus dulces tías.

MARILUZ: Ah qué bien, voy a prepararlo todo!

Lo celebra tía Mariluz entrado feliz en la cocina.

INMA: Tía Mili, ¿sabes dónde deje las notas de mi nuevo libro?

MILI: ¿Te refieres a ese de “Mujer no te cases, ya no se lleva”?

INMA: Sí ese, tengo que encontrarlo y romperlo antes de que lo vea “mi marido”.

MILI: Claro querida. No sé… Voy a buscarlo.

Tía Mili e Inma se ponen a buscar en las estanterías. Y Napoleón baja con una pala y

ropa de safari de su cuarto.

NAPOLEÓN: ¡A la carga!

Tía Mili detiene las agujas del reloj de pared, e Inma divertida le saluda.

INMA: ¿Cómo está, alteza real?

NAPOLEÓN: Estupendamente, estupendamente ¿qué noticias me trae?

INMA: ¡El país le apoya totalmente!

NAPOLEÓN: Si ya lo sé, ya lo sé. Bueno adiós, me voy al sótano, una nueva trinchera,

ya sabe…

Napoleón las deja en el salón, bajando por la puerta sótano.

INMA: ¿Has encontrado mis papeles, tía Mili?

MILI: No, pero mira es una foto de tu hermana Margarita, pobrecita, qué mal ha

acabado

Indica tía Mili mostrándole a Inma una foto que ha encontrado en una de las estanterías.

INMA: Bueno, ella siempre ha sido cruel desde pequeña. Seguro que estará en la cárcel,

con la marcha que llevaba…

Tía Mili se retira a la cocina, e Inma que sigue buscando levanta el arcón y al mismo

tiempo dice:

INMA: El otro día fui al cine y me acorde de ella, daban una de asesinos, se titulaba

crimen al descubierto, nada más empezar la obra aparecía un cadáver…

En ese momento mientras Inma dice cadáver abre automáticamente el arcón situado

bajo la ventana, lo cierra y sigue tan normal un segundo, después…:

INMA: Ehehhhhh!

Inma vuelve a abrirlo muy extrañada, se asusta, se sienta encima, mira al arcón, a la

habitación, otra vez al arcón… Inma esta perpleja y pone caras raras, hasta la

exageración, al no poder creer lo que cree haber visto y entreabre de nuevo el arcón

susurrando:

INMA: ¡Ehh, señora!

Inma cierra el arcón con cara de flipada y en ese momento entran las tías con arroz y

empiezan a tirárselo a la novia.

MARILUZ + MILI: Felicidades!!!!!

INMA: Dejad eso ahora tías!

(Se molesta Inma, quitándoles el arroz de las manos para dejarlo sobre la mesa).

INMA: Escuchad, tía Mariluz, tía Mili ¿recordáis que siempre hemos pensado en

internar a Napoleón en el sanitario Días Felices?

MILI: Si, claro.

MARILUZ: Claro, en cuanto nosotras hayamos muerto.

INMA: Pues no, Napoleón tiene que irse al sanatorio lo antes posible, acaba de bajar al

sótano, decidle que suba enseguida.

MILI: Bueno, no creo que haya tanta prisa.

MARILUZ: Cuando Napoleón está trabajando en las trincheras, no se le puede distraer.

INMA: Escuchadme bien, lo siento muchísimo pero tengo que deciros una cosa terrible.

Napoleón ha matado a una persona.

MILI: ¡Oh, tonterías!

INMA: Hay un cadáver en el arcón que hay bajo la ventana.

MARILUZ: Sí querida, ya lo sabemos.

INMA: Ahhhh!!! ¿Qué lo sabéis??!!!

MILI: Sí querida, pero no tiene nada que ver con Napoleón.

INMA: Pe pe per pero, Pe pe pero…

MARILUZ: Olvídate para siempre de esa señora.

INMA: ¡Olvidarme!

MILI: Es que nunca pensamos que llegaras a mirar ahí…

INMA: Pe, Pe, Pero quién es?

MILI: Es la señora García, Manuela García, es todo lo que se dé ella. Aparte de que es

de Leganés.

MARILUZ: Ah!!! ¿Es de Leganés? Eso está bien.

INMA: Eso es todo lo que sabéis, pero bueno pero ¿Qué hace aquí? ¿Qué es lo que le ha

pasado?

MARILUZ: Ha muerto.

INMA: ¿Qué ha muerto? Mira tía Mariluz, una mujer no se mete en el arcón de la

ventana y se muere.

MARILUZ: No, no hijita, se murió antes.

INMA: A ver si logro entender este lio. ¿Queréis decirme cómo murió?

MILI: Oh, Inma no seas tan cotilla, esa señora murió porque bebió un vaso de vino que

tenía veneno.

INMA: Ehh, Eh ¿pero y cómo tenía veneno en el vaso?

MILI: Pues se lo pusimos en el vino, porque se nota menos… en el café tiene un sabor

muy especial.

INMA: ¿Queréis decir qué!!!

(Inma no da crédito a lo que oye).

INMA: ¿Se lo pusisteis vosotras en el vino?!

MARILUZ: Si, claro… quién si no, y Mili la puso en el arcón porque el señor cura

estaba al llegar.

INMA: Ohh, ohh!!!, Miradme bien a los ojos. ¿Decís qué sabias lo que habías hecho y

no queríais que lo viera el reverendo?

MILI: No durante la merienda, no hubiera sido muy agradable, ¿no crees?

INMA: Asesinato en primer grado!!

MILI: Y ahora que lo sabes todo, procura olvidarlo, cariño. Creo que tu tía y yo

tenemos derecho a nuestros pequeños secretillos.

La tía Mariluz recoge el arroz para llevarlo a la cocina con tía Mili comentando como si

tal cosa:

MARILUZ: Ah, Mili, al venir hacia casa, vi a la señora María y me pregunto cuándo

vamos a llevar otra vez a su niño al cine.

MILI: Bueno, pues pronto, pero esta vez veremos lo que nosotras queramos. No quiero

ir a ver otra película de miedo más.

MARILUZ: Sí, no está bien que hagan esas cosas tan malas.

Inma se queda sola en el salón alucinando y perpleja, aun así coge el teléfono y marca

un número.

INMA: ¿Información? ¿Puede usted oír mi voz? ¿La oye? ¿Seguro? Eso quiere, quiere

decir que estoy aquí.

Inma cuelga el teléfono y se queda con cara de incrédula. Javier se asoma abriendo la

puerta de la calle.

JAVIER: ¡Hola!

INMA: Un momento, ahora no puedo.

Inma empuja a Javier fuera de la casa, cerrándole la puerta de la calle sin más

explicación. Al tiempo que salen las hermanas cantando con una tarta de la cocina con

toda naturalidad.

INMA: Tías, ¿Qué vamos a hacer?

MARILUZ: Pues celebrar tú boda cariño.

INMA: Pero tía Mariluz hay un cadáver en el arcón de la ventana.

MARILUZ: Así es! La señora García.

MILI: Cielo, ya te hemos dicho que te olvides de todo esto.

INMA: Olvidarme!! ¿Pero cómo voy a olvidarme?? Habrá que avisar a la policía!

MARILUZ: Vamos Inma ya eres mayorcita para perder el control de esta manera.

INMA: ¡Sí, pero no la podéis dejar ahí!

MILI: No lo pretendemos, cielo.

MARILUZ: No, Napoleón está en el sótano cavando una trinchera.

Inma hace cara de no entender nada y luego de entenderlo.

INMA: ¡Oh! ¿Es que pensáis enterrarlo en el sótano?

MILI: Sí es lo que hicimos con las otras.

INMA: Oye tía Mili no podéis...

Inma se para y se da cuenta de lo que ha dicho tía Mili:

INMA: ¿Otras?

MILI: Las otras señoritas.

INMA: ¿Cuándo dices otras quieres decir varias otras?

MARILUZ: Sí, sí hijita, esta hace el número once, ¿no es así querida?

MILI: No, esta es la doce.

MARILUZ: Creo que te equivocas Mili, querida, con esta son solamente once.

MILI: Mariluz, recuerdo perfectamente que cuando ha llegado la señora García he

pensado que con esta llegaríamos a la docena.

MARILUZ: Bueno Mili, yo creo que no deberíamos contar a la primera…

MILI: Pues, claro que la pongo en la cuenta, por eso son doce.

MARILUZ: Bueno seguramente tienes razón, siempre la tienes.

INMA: Doce, bueno doce,…

Javier vuelve a asomarse por la puerta de la calle.

JAVIER: ¡Hola cariño!

INMA: Ahora no, ahora no…

Le apremia Inma empujándole de nuevo hacia la calle y le cierra la puerta una vez

más, sentándose a continuación desesperada para recapitular:

INMA: ¿A ver dónde estábamos?, Doce!! Doce!!

MARILUZ: Sí hay que contar a la primera.

INMA: A ver ¿Quién es la primera?

MILI: La señora Luisa.

MARILUZ: Era una pobre anciana, todos sus parientes estaban muertos. Se había

quedado sola, nos dio mucha pena la pobre.

MILI: Por eso cuando le dio el ataque al corazón y se quedó muerta justo en esa silla,

tan tranquila ¿Recuerdas Mariluz?

MARILUZ: ¡Sí!

MILI: En ese mismo momento tomamos la decisión de que si podíamos ayudar a otras

ancianas solitarias a encontrar esa tranquilidad, lo haríamos.

INMA: Ohh, pobre mujer y dices que se quedó muerta aquí en esta silla.

(Inma se queda mirando la silla normal y luego da un salto que curiosamente sobresalta

a sus tías).

MARILUZ: Y entonces subió Napoleón que estaba cavando una trinchera y se pensó

que era una víctima de la fiebre amarilla y que había que enterrarla inmediatamente.

MILI: Entonces entre los tres la llevamos a la trinchera y le hicimos un entierro muy

decente.

MARILUZ: Bien! Ya lo ves, por eso te hemos dicho que no te preocupes en absoluto.

MILI: Nosotras sabemos exactamente lo que hay que hacer.

INMA: Claro ellas saben… un momento, decidme, ¿Qué paso con las otras? ¿No

habrán venido aquí para morirse no?

MILI: Claro que no, hijita. Mariluz, ¿Te parece que se lo digamos?

MARILUZ: Creo que sí.

MILI: Inma, ¿te acuerdas los frascos de veneno que estuvieron en las estanterías del

abuelo durante tanto tiempo?

MARILUZ: Sí. Mili… ¡tiene mucha habilidad para mezclar cosas!…

Haciendo apego de valor tía Mili revela su receta “secreta”:

MILI: Por cada 5 litros de vino le pongo una cucharadita de arsénico, media cucharadita

de estramonio y le añado una pizca de cianuro.

INMA: Humm, es un buen combinado!

MARILUZ: Sí, tanto es así que una de las señoritas murió diciendo qué delicioso.

INMA: Muy amable por su parte.

MILI: Mariluz no podemos estar de cháchara toda la tarde, hay que preparar una fiesta.

MARILUZ: Tienes razón.

INMA: No os preocupéis por la fiesta, no estoy para fiestas ahora.

MILI: Un vaso de vino te abrirá el apetito.

INMA: Sí, vino, ¿Vino?!!

Las hermanas entran a la cocina, e Inma de nuevo sola se sienta en otra silla, diferente a

la de la muerta, a la que mira con aprensión. Se oye a Napoleón cantando desde el

sótano.

INMA: Vaya tela, y Napoleón ahí, cantando, cavando tumbas, pensando en las victimas

de la fiebre amarilla.

(LOLA se coge la cabeza).

INMA: Esto es el fin, ya me imagino la noticia: el sindicato del crimen otra vez en

acción. Ehhh, Napoleón, claro, todo el mundo sabe que está loco… ¿Con quién podría

hablar? Con el juez Carlos, le llamo por teléfono.

Inma se levanta y se dirige hacia el arcón con cierta esperanza:

INMA: Qué maravilla si ya no estuviera…

Cuando Inma está empezando a abrir un poco el arcón, entra Javier por tercera vez por

la puerta de la calle.

JAVIER: ¿Qué haces?

E Inma al escucharle a Javier, reacciona cerrando corriendo el arcón, sentándose encima

de la tapa.

JAVIER: Inma, ¿Pero qué pasa? Ya me has cerrado la puerta tres veces ¿Aún no estás

preparada para salir? Llevo esperando un montón de rato.

INMA: ¿Qué estás haciendo aquí?

JAVIER: ¿Qué hago aquí? Pero ¿qué aún no te has preparado?

INMA: Ah sí claro, bueno… necesito un poco más de tiempo, ya te llamare mañana…

JAVIER: ¿Mañana? ¿Pero qué dices? Ah, siempre estas bromeando Inma… Venga coge

la maleta, la mía ya está en el taxi.

INMA: ¿En el taxi? Cariño lo siento pero ha ocurrido algo…

JAVIER: ¿Algo cómo qué? ¿Más importante que la luna de miel?

Inma acompaña a Javier a la puerta de salida de la casa…

INMA: Cariño vete a casa, por favor…

JAVIER: ¿A casa?, pero si nos hemos casado hoy!!

INMA: Si ya lo sé, querido, vete a casa, vete a dormir y descansa…

Inma, agobiada, empuja a Javier a la calle y le cierra la puerta, para coger el teléfono y

llamar:

INMA: Juez Carlos, se trata de Napoleón, tengo que hablar con usted inmediatamente...

No, no puedo esperar hasta mañana… Se trata de un asunto de vida o muerte…

Mientras Inma habla al teléfono, Javier, de lo más molesto, entra en la casa de nuevo sin

ser visto por Inma que le da la espalda y se sienta encima del arcón. Cuando Inma se

vuelve y ve a Javier sentado sobre el arcón, se descompone, dejando el teléfono

descolgado y grita:

INMA: Noo! Javier! ¿Pero qué haces?

JAVIER: Quiero saber qué pasa aquí.

INMA: No, no. No, aquí no… espérame en otro sitio.

Le asegura Inma a Javier, levantándole del arcón y tirando de él trata de llevarlo hacia la

puerta de la calle para que se quite de en medio.

JAVIER: ¿Pero no nos íbamos de luna de miel? No puedes casarte conmigo y un

minuto después cerrarme la puerta.

INMA: No. Te estoy echando de esta casa ¿Quieres irte ya de una vez?

Inma empuja a Javier afuera y cierra la puerta con violencia, volviendo a coger el

teléfono que cuelga como ahorcado:

INMA: Perdone señor juez. Es Napoleón, está muy, pero que muy mal, debería de

firmar los papeles para llevarle al sanatorio… Bien, ¿los firmara?... Hago otra llamada y

voy a verle en seguida…

Llaman al timbre de la puerta, sale tía Mariluz de la cocina para ir a abrirla y tía Mili la

sigue.

MARILUZ: Están llamando a la puerta querida...Oh, ¿cómo está usted? Pase.

Entra una viejecita. Inma ni se entera… está muy ocupada volviendo a llamar por

teléfono, totalmente ajena a lo que pasa a sus espaldas.

DOLORES: He visto que tienen una habitación para alquilar.

MARILUZ: Sí, pase usted.

DOLORES: ¿Es usted la dueña de la casa?

MARILUZ: Si soy la señorita Mariluz y esta es mi hermana la señorita Mili.

MILI: Mucho gusto, siéntese por favor.

DOLORES: ¡Encantada! Yo soy Dolores.

La anciana mira con cierto recelo alrededor toda la sala. Las hermanas le señalan una

silla y la acompañan invitándola a sentarse, mientras Inma está concentrada en marcar

un número de teléfono.

INMA: Oiga, ¿Información?... Quiero hablar con el sanatorio…

Tía Mariluz pregunta a la anciana.

MARILUZ: ¿Es usted de Fuenlabrada?

DOLORES: Sí, aunque no tengo casa, porque la tiraron para construir un Lider con

aparcamientos. Vivo en un hotel y no me gusta nada… Imaginen, es tan poco familiar.

MILI: Oh, ¿y su familia vive aquí en Fuenlabrada?

DOLORES: Desgraciadamente, ya no tengo familia con la que contar.

MARILUZ: ¿Está sola en el mundo?

DOLORES: Sí, muy sola.

Inma exclama desesperada al teléfono:

INMA: Sí…, el sanatorio días felices,…, sí,… dí-as fe-li-ces…

Ajena a los gritos de Inma, Tía Mili le comenta a la anciana.

MILI: Bien pues creo que ha venido al sitio perfecto.

INMA: Sí, Días , … sí, d de defunción, y a de asesinato…

Mientras tía Mili saca de la cocina una botella de vino y tres vasos en una bandeja y lo

lleva a la mesa.

DOLORES: ¿Hay siempre tanto ruido?

MARILUZ: Oh, no ella no vive con nosotras.

Inma continúa al teléfono. Ninguna parece ver a Napoleón que sale del sótano y toca la

trompeta para subir las escaleras.

NAPOLEÓN: ¡A la carga!

Mientras tía Mili ha parado las agujas del reloj de pared con toda tranquilidad, cosa que

la anciana Dolores observa sin salir de su extrañeza, lo hizo justo después de posar el

vino y los vasos en la mesa.

INMA: Sí perdone…

DOLORES: Quisiera ver la habitación, aunque creo que no me va a gustar…

(Asegura Dolores cada vez más incómoda, poniéndose en pie).

MILI: La habitación está arriba ¿no quiere probar un vasito de nuestro vino antes de

verla?

(Trata de disuadirla Mili, invitándola a sentarse de nuevo).

DOLORES: Yo no bebo vino nunca. Verán ustedes soy alérgica a las uvas. Me moriría

inmediatamente.

MARILUZ: Oh, vera, querida… este vino lo hacemos nosotras es de frutas del bosque.

DOLORES: ¿De frutas del bosque? No conozco vino de esa clase. Lo voy a probar.

(Se anima Dolores ante la novedad, volviendo a sentarse).

INMA: No, no quiero hablar con la lavandería días felices, es con el sanatorio!...

Sanatorio días felices…, sanatorio, sanatorio.

Sigue Inma insistiendo al teléfono al tiempo que tía Mili le sirve el vino a la anciana que

coge el vaso con curiosidad.

DOLORES: ¿Y cultivan ustedes las frutas silvestres?

MILI: No, pero el cementerio está lleno.

DOLORES: ¡Bueno salud!

Brinda la anciana llevándose el vaso a la boca, pero sin llegar a probarlo, lo vuelve a

dejar porque oye gritar a Inma:

INMA: Pero oiga señorita…, si gritara desde la ventana me oirían antes...no, no estoy

borracha…oiga!… Pero oiga!...

Mientras la anciana mira a Inma y las hermanas a la anciana.

INMA: ¿Cómo que la línea está ocupada?

Inma se desespera y se pone a dar golpes con el teléfono antes de colgarlo e ir hacia la

mesa. Coge la botella de vino y uno de los vasos vacíos y empieza a servirse. Las dos

tías se ponen de pie de un salto!!!

MILI: Inma! Ah! Ah! Ah! Ah!

INMA: No me vengas con ah ah ah ah, estoy nerviosa.

MILI: Inma, de este no…

Indica tía Mili a Inma con mimo, cogiéndola de la mano en la que sostiene el el vaso y

obligándola con suavidad a depositarlo sobre la mesa.

INMA: ohhhh!!!!

Exclama Inma girándose y viendo a la anciana por primera vez a punto de beber y

chilla:

INMA: ¡No beba!!

La anciano deja la copa y se levanta del susto, se queda de pie con la boca abierta y

blanca como un muerto, mientras Inma se dirige amenazante hacia la anciana que

camina hacía atrás hasta puerta de la calle para salir huyendo, mientras aquella extraña

joven la persigue apuntándola con el dedo y chillando:

INMA: ¿Quiere que le envenenen? ¿Quiere que le asesinen? ¿Quiere que le maten aquí?

La anciana sale corriendo de la casa. Y las hermanas se sientas tristes y decepcionadas:

MARILUZ + MILI: Jooo!!!

INMA: Escuchad no podéis hacer estas cosas. Es que no sé cómo explicaros. No es solo

que vaya contra la ley, es que está mal. No está bien hacer eso. La gente no lo

entendería,

Comenta Inma señalando a la puerta de la calle por la que acaba de huir la anciana:

INMA:… ella no lo entendería…

Las hermanas la escuchan sin comprender su regañina.

INMA: Lo que quiero decir, es que esto se está convirtiendo en una mala costumbre. A

ver, me voy a ver al juez, pero antes quiero que me prometáis una cosa.

(Les argumenta Inma, al verlas tan indefensas y pequeñitas como niñas).

MARILUZ: Vale, ¿qué es lo quieres que hagamos?

INMA: ¡Qué no hagáis nada! ¡Qué no hagáis nada de nada!

MILI: Pero Inma, pensábamos hacer el entierro antes de la cena.

INMA: No, no, no, esperar a que yo vuelva.

MARILUZ: ¿Y estarás en el entierro?

INMA: Si estaré. Pero recordar, no hagáis nada y que nadie entre en casa hasta que yo

vuelva, ¿Prometido?

MARILUZ + MILI: Sí.

Inma sale de la casa por la puerta de la calle, asegurándose de que no se moverán de

nuevo, mirando inquisidora a las tías con condescendiente autoridad.

MILI: ¿Sabes? Creo que hoy Inma no parecía la misma de siempre.

MARILUZ: Sí, es verdad, estará nerviosa por lo de la boda y eso.

MILI: Sí, eso será.

Llaman al timbre de la calle.

MILI: Voy a abrir.

MARILUZ: No. Hemos prometido no abrir a nadie. Mira por la mirilla.

MILI: Mariluz, son dos mujeres y no las he visto en la vida.

MARILUZ: ¿Estás segura?

MILI: Sí.

MARILUZ: Déjame que mire yo.

MILI: Sí, mira tú… ¿las conoces?

MARILUZ: No.

MILI: Bueno pues fingiremos que no estamos en casa.

Las tías se van a un lado de la habitación, en un rincón. Unas chicas vestidas de zorrón

verbenero, Margarita y Paqui entran en la casa con mucho estilo.

MARGARITA: Este es el hogar de mi juventud, de niña quería irme de casa y ahora no

veo la hora de volver.

PAQUI: Mira lo que hay ahí, bebida.

Dice Paqui entusiasmada señalando a la mesa y su contenido. A ella le ayuda mucho

beber a aliviar las tensiones.

MARGARITA: Como si nos estuvieran esperando.

MILI: ¿Quiénes son ustedes?

Salen las tías de su rincón.

MARGARITA: Tía Mili, Tía Mariluz. Soy Margarita.

MARILUZ: ¿Margarita? ¡No puede ser, márchese!

MARGARITA: Soy yo, Margarita vuestra sobrina.

MILI: Margarita pero, vas vestida como... como....

PAQUI: ¡Qué, guapísimas verdad!

(Se ríen Margarita y Paqui bastante desfasadas).

MARGARITA + PAQUI: Jajajajaja

PAQUI: Siempre me ha hablado muchísimo de esta casa y de sus queridas tías a las que

tanto quiere.

MARILUZ: Oh, Margarita, ha pasado tanto tiempo.

MARGARITA: Benditas seáis, me alegro de estar en casa.

Margarita y Paqui se sientan cómodamente como tomando posesión.

MILI: Bueno Mariluz y yo nos vamos un momento a la cocina, si nos perdonas un

momento, venimos enseguida.

Tía Mili recoge los vasos de vino, y Tía Mariluz está rápida a atrapar la botella de vino

antes que Paqui, que ya le estaba echando mano con todo gusto, la coja, y se van a la

cocina.

PAQUI: Bueno Margarita, ¿adónde quieres que vayamos? La policía ya tiene fotos

nuestras, nos estarán buscando…tendríamos que escondernos y esconder también en

algún sitio al señor Paco.

MARGARITA: No tienes que preocuparte por esa rata.

PAQUI: Pero Margarita, no podemos dejar su cadáver metido en el coche. No debías

haberlo matado. Únicamente por intentar propasarse… mujer, podíamos haberle

denunciado… no está bien… creo.

MARGARITA: Acudimos a él en busca de ayuda y nos traiciono. Se lo tiene bien

merecido. Nos vamos a esconder aquí un tiempo.

Salen de la cocina las tías con algo para picar.

MARILUZ: Aquí tenemos la merienda, supongo que luego os iréis, estaréis muy

ocupadas, ¿verdad?

MARGARITA: No, no. Os he echado tanto de menos que nos vamos a quedar unos

días.

PAQUI: Sí se está muy bien aquí.

Napoleón baja de su cuarto con un libro.

NAPOLEÓN: ¡A la carga!

Tía Mili sostiene las agujas del reloj de pared de la escalera.

NAPOLEON: Lo encontré, lo encontré, no se levanten señoritas. Aquí está la historia

de mi vida. Aquí está la foto que le dije generala.

Le muestra Napoleón a Paqui su libro:

NAPOLEÓN: Mire, aquí estamos las dos, este soy yo y esta es usted.

PAQUI: ¡Vaya como he cambiado, je!

NAPOLEÓN: Es que esa foto no se ha tomado todavía, aún no hemos ido a Rusia,

estamos en la fase previa y ahora generala vamos a ir los dos a inspeccionar la nueva

trinchera.

MILI: ¡No, Napoleón, a la trinchera no!

PAQUI: Ya iremos en otra ocasión, emperador, la trinchera debe estar muy lejos de

aquí.

NAPOLEÓN: Tonterías, esta abajo en el sótano.

MARGARITA: ¿En el sótano?

MARILUZ: Sí, le dejamos excavar las trincheras en el sótano.

NAPOLEÓN: ¡Generala!

PAQUI: ¿Sí, emperador?

NAPOLEÓN: Como emperador de toda la Francia y más allá, le exijo que me

acompañe a inspeccionar la nueva trinchera.

MILI: Creo que será mejor que vuelvas a la cama Napoleón.

MARGARITA: ¡Ah no, señora generala, inspeccione la trinchera!

Paqui se levanta y se va con Napoleón al sótano.

PAQUI: Bien, ¡Bon voyage!

MARILUZ: Bueno, Margarita, ¿os volvéis al hotel ya?

MARGARITA: Tía Mariluz, tengo que aclararte una cosa. No tenemos hotel, hemos

venido aquí directamente y nos vamos a quedar.

MILI: Pero, no podéis quedaros aquí…

Margarita se levanta en plan Cruela mala.

MARGARITA: Paqui y yo necesitamos un sitio donde quedarnos y seguro que

recordaras lo mala que puedo ser si me lo propongo, ¿verdad?

Margarita anda hacia ellas y las tías intimidadas hacia atrás.

MILI: Mariluz, tal vez podíamos dejar que durmieran aquí esta noche.

Paqui se asoma por la puerta del sótano.

PAQUI: Eh Margarita ven, ven aquí enseguida.

Margarita se va hacia Paqui y avisa a las tías.

MARGARITA: Se me olvidaba deciros que Paqui y yo vamos a usar el sótano un ratito,

estarnos muy ocupadas.

Se acerca a Paqui y ésta le dice.

PAQUI: Margarita, adivina como es la trinchera, he encontrado casa para el cadáver del

señor Paco. La trinchera es justo de su tamaño. ¿No es estupendo?

MARGARITA: Ja, ja, es una buena broma para mis tías, van a vivir con un cadáver en

el sótano, ¡jajaja!

PAQUI: Jajaja ¿y cómo lo traemos aquí?

MARGARITA: Sí, no podemos hacer que el señor Paco entre en casa por su propio pie.

Jajaja, Ponemos el coche al lado de la casa y cuando duerman lo entramos por la

ventana.

PAQUI: Vale.

Las chicas se dirigen a las hermanas que estaban esperando un poco asustadas al otro

lado del salón.

MARGARITA: Vamos a dejar el coche al lado de la casa. Podéis iros a dormir.

Margarita y Paqui salen por la puerta de la calle.

MARILUZ: Mili, ¿Qué es lo que vamos a hacer?

MILI: Bueno, no podemos permitir que pasen aquí más de una noche ¿Qué pensaran los

vecinos? Dos mujeres así, vestidas así… ¡Menudo escandalo! Imagínate que pensara el

reverendo.

MARILUZ: ¿Y qué pasará con la pobre señora García?

(Se pregunta Mariluz llevándose las manos a la cabeza)

MILI: Oh, se me había olvidado, la señora García.

Las dos tías se dirigen hacia el arcón.

MILI: No se debe encontrar muy cómoda ahí dentro. Ha sido tan paciente la pobre

señora. Creo que lo mejor sería que Napoleón se lo llevara abajo cuanto antes.

Napoleón sale del sótano muy orgulloso consigo mismo.

NAPOLEÓN: La generala ha quedado encantada, ha dicho que la trinchera tenía la

medida perfecta.

MARILUZ: Napoleón, tienes una nueva víctima de la fiebre amarilla.

NAPOLEÓN: ¿Otra víctima? Esto impresionara a la generala.

MILI: ¡No Napoleón! Hemos de mantenerlo en secreto.

NAPOLEÓN: ¿Un secreto de estado?

MARILUZ: Sí, ¿lo prometes?

NAPOLEÓN: Tenis la palabra del emperador de Francia. Que me muera si no la

cumplo.

(Asegura Napoleón haciendo la señal de la cruz al tiempo que escupe al suelo).

NAPOLEÓN: Y ahora ¿habéis pensado cómo hacerlo en secreto?

MILI: Lo mejor será que esperes a que esté todo oscuro y luego cojas el cadáver y lo

lleves abajo.

MARILUZ: Luego bajaremos nosotras para el funeral.

NAPOLEÓN: ¿Dónde está esa pobre diablo?

MILI: En el arcón de debajo de la ventana.

NAPOLEÓN: Esto parece una epidemia, ¡qué barbaridad!

Napoleón vuelve al sótano y las hermanas se alegran de su buena acción. Margarita y

Paqui entran por la puerta de la calle con un par de maletas.

MARGARITA: ¿Qué hacéis aun levantadas? ¿No os he dicho que os vayáis a dormir?

MILI: Nosotras nos acostamos más tarde, pero vosotras debéis estar muy cansadas del

viaje ¿no?

MARGARITA: ¿Nosotras cansadas? Estamos acostumbradas a salir de noche. Menos

mal que hemos venido a cuidaros. Iros a descansar tías.

PAQUI: Voy a subir las maletas a la habitación. ¡Buenas noches!

MARGARITA: Ahora nos iremos todas a dormir.

Todo el mundo se va: las tías y las chicas subiendo las escaleras a sus habitaciones.

Apagan la luz. Napoleón sale del sótano, coge el cadáver del arcón con cuidado y se lo

lleva abajo a su trinchera. Casi al mismo tiempo Paqui y Margarita bajan las escaleras y

abren la ventana, y se escucha a Margarita.

MARGARITA: Voy a por el cadáver al coche, saldré por esta ventana. Tú espérame a

este lado de la ventana y te lo paso.

Paqui la contesta desde dentro de la casa.

PAQUI: Vale, pásamelo... pesa mucho, ayúdame, pesa mucho…

Entre Paqui y Margarita entran con dificultar el cadáver...

MARGARITA: Ten cuidado, entre las dos. Poco a poco…

Llaman a la puerta y Margarita y Paqui esconden corriendo en el arcón al muerto. Nada

más hacerlo entra Javier por la puerta de la calle, encendiendo las luces.

JAVIER: ¡Hola! ¿Inma?

MARGARITA: ¿Quién es usted?

JAVIER: Ah, hola, soy Javier, me acabo de casar con Inma, ¿y ustedes que hacen

aquí… señoritas?

PAQUI: Nosotras vivimos aquí.

JAVIER: No, no las he visto nunca.

MARGARITA: Ella es la señorita Paqui y yo me llamo Margarita. Soy sobrina de las

tías y nos vamos a quedar una temporada.

JAVIER: Ah, he oído hablar de usted. Mucho gusto.

Napoleón sale del sótano.

NAPOLEÓN: No se admiten visitas este es un funeral íntimo.

Sostiene Napoleón subiendo a su cuarto.

NAPOLEÓN: ¡A la carga!

Bajan de sus dormitorios las tías vestidas de negro, a la carrera Mariluz sostiene las

agujas del reloj de pared.

MARILUZ: ¿Qué es lo que pasa?

MILI: Sí ¿Qué follón hay aquí?

Llaman a la puerta insistentemente, por lo visto alguien ha cerrado con llave, para

impedir más visitas sorpresa, suponemos. La tía Mili va a abrir. E Inma entra muy

nerviosa.

INMA: ya estoy aquí.

Javier que la estaba esperando va hacia ella.

JAVIER: Inma, ¿Dónde estabas?

INMA: Déjame cariño, ahora no…

Dice Inma entrando en la casa y al ver a las chicas:

INMA: Caramba, ¿Qué es eso?

Pregunta Inma reconociendo los ojos de su hermana Margarita:

INMA: ¿Pero qué haces tú aquí?

MARGARITA: Hola hermanita.

Inma se dirige a las tías.

INMA: ¿Pero no os dije que no dejarais entrar a nadie en casa? ¿No os lo dije?

Las tías y Javier rodean y agobian a Inma y hablan todas a la vez:

MARILUZ + MILI: pero Inma…

JAVIER: Inma

MARGARITA: He vuelto a casa Inma, te presento a Paqui. Hemos vuelto para

quedarnos.

INMA: Pero ¿Qué dices? ¿Para quedarte?

MARGARITA: Cuidadito Inma, ¿te has olvidado lo que te hacia cuando eras pequeña?

¿Cuándo te ataba a la silla y te dejaba horas con palillos bajos las uñas? Pues ahora soy

mucho peor, así que cuidadito con nosotras.

INMA: Claro que me acuerdo ¿Cómo me iba a olvidar? ¿De dónde has sacado esa pinta

de...?

Margarita Intenta pegar a Inma. Todo el mundo intenta separarlas y gritan a la vez.

JAVIER + PAQUI + MARILUZ + MILI: Parar… dejarlo… no os peleéis!

MILI: Cielo, Margarita y Paqui se van a quedar esta noche.

INMA: No, de eso nada, esta noche estoy yo aquí, esta y todas las demás.

JAVIER: Pero cariño,...

INMA: Espera Javier… de modo que no hay sitio para nadie más…

JAVIER: Pero Inma...

INMA: Un momento cariño… no os podéis quedar. Ya podéis largaros… ¿Dónde está

Napoleón, tengo que verle?

PAQUI: No ocuparemos mucho espacio, Margarita puede dormir en el sofá y yo en el

arcón de la ventana.

INMA: No de eso nada… ¿Dónde has dicho?... ¿En el arcón de la ventana?... Nadie va a

dormir en el arcón de la ventana, de hecho yo voy a dormir en el arcón de la ventana.

Dormiré aquí siempre. Mira Margarita, sed buenas, tomad 500 euros, marchaos y

buscad un hotel.

Margarita la tira el dinero a la cara a Inma.

MARGARITA: Inma ¿sabes lo que yo hago con los que intentan darme órdenes?

PAQUI: Pero Margarita, ¿es que se te ha olvidado el señor Paco? Ya sabes, el señor

Paco,

Le señala Paqui tirando del brazo a Margarita, guiñándole un ojo y haciendo señas.

MARGARITA: Ah sí, que boba, me había olvidado totalmente.

INMA:¡ A esta casa no viene nadie más! Vamos fuera de aquí.

PAQUI: Esta bien Margarita, vamos a hacer las maletas y te cuento mi idea.

Margarita y Paqui se dirigen a las escaleras. Pero antes de subir Margarita amenaza:

MARGARITA: Ya ajustaremos cuentas Inma.

INMA: ¿Qué te parece? Veinte años fuera de casa y tiene que volver justamente ahora.

Ah, Hola Javier… ¿Qué estás haciendo aquí?

JAVIER: Pero Inma…

INMA: ¿Qué ocurre cariño?

JAVIER: Esas mujeres no son buenas, Inma. ¿Qué pasa con nuestra luna de miel?

¿Ahora resulta que quieres quedarte a dormir en el arcón? Cariño, ¿es qué estás loca?

INMA: ¿Loca? !Cariño vuelve a tu casa tengo que hablar con el sanatorio!...

JAVIER: ¿A mi casa? Pero…

INMA: Vamos, por favor…

Insiste Inma cogiendo el teléfono y dándole la espalda.

JAVIER: Pero… pero…

INMA: Oiga Información, póngame con el sanatorio Días Felices…

JAVIER: Pero Inma, ¿no me has oído? ¿Y nuestra luna de miel?

INMA: Espera Javier, esto es muy importante.

JAVIER: ¿Muy importante? ¿Y yo, yo no soy importante?

Inma no escucha a Javier, tiene que llamar por teléfono.

INMA: Sí… ¿es el sanatorio?... Espera un momento Javier, no puedo oír lo que me

dicen.

JAVIER: Pero Inma! Nuestra luna de miel!!

INMA: Sí… ¿La firma del médico?... ¡Puedes callarte por favor, no oigo lo que me

dice!

JAVIER: ¿Sera posible? ¡Pues a la porra la luna de miel y la boda de las narices!

Concluye Javier saliendo muy enfadado por la puerta de la calle dando un portazo.

INMA:¡Gracias cariño, gracias!… Oiga… ¿Qué medico tiene que firmar los papeles?

…Javier, Javier… Bueno oiga, venga inmediatamente y lo arreglamos… Javier,

Javier,…Uy ¿Qué mosca le habrá picado? Tengo que sentarme un momento.

Inma sin darse cuenta se sienta sobre el arcón.

INMA: ¡Qué desastre, por favor!

Se pone a pensar y de repente se da cuenta donde está sentada, mira para todas partes

para que no le vean y abre el arcón muy despacito… se queda mirando normal y luego

sorprendida. Abre del todo y exclama:

INMA: ¡Demonios! Pero, ¡si no es señora es señor!

Cierra corriendo el arcón y grita:

INMA: Tía Mili! Tía Mariluz! Venid aquí!

Tía Mili acude con urgencia.

MILI: ¿Qué pasa cielito?

INMA: ¿No os había dicho que no entrara nadie en casa?

MILI: Bueno Margarita y Paqui vinieron y no pudimos...

INMA: No hablo de Margarita y Paqui… ¿Quién hay dentro del arcón?

MILI: Ya lo sabes la señora García.

INMA: ¡No es la señora García!

Se altera Inma abriendo el arcón para mostrárselo:

INMA: ¡Mira!

MILI: ¿Quién es este hombre?

INMA: ¿Me quieres decir que nunca habías visto a este hombre?

MILI: Pues claro que no, vaya manera de presentarse, todo el mundo cree que puede

venir a morirse a esta casa.

INMA: ¿Entonces dónde está la señora García?

MILI: Napoleón la llevo a la trinchera.

INMA: ¿Ya la habéis enterrado?

MILI: No, todavía no hemos tenido ni un minuto libre, la verdad es que siempre

habíamos querido celebrar un funeral doble. Aunque este hombre es un extraño… Voy a

contárselo a Mariluz.

Se va tía Mili e Inma tiene una pataleta de desesperación. Se sienta en el arcón. Aparece

Margarita bajando de su habitación sin maleta.

INMA: ¡Alto, Alto!

MARGARITA: Tal vez te interese saber que he decidido que nos quedamos aquí y que

te vas a ir ahora mismo.

Inma se levanta para encararla.

INMA: Escucha hermosa, no tengo humor para discutir ahora, o te vas por las buenas o

te tiro por la ventana

MARGARITA: Inma he llevado una vida muy extraña…

Sale de la cocina tía Mili llevando a tía Mariluz de la mano.

MILI: Mira Mariluz, ahora veras quien hay dentro del arcón.

Inma y Margarita salen gritando y corriendo a sentarse juntas en el arcón.

MARGARITA + INMA: Noooo, nooooo

Cuando llegan se miran, miran al arcón y se vuelven a mirar entre ellas, Inma pone cara

de felicidad se levanta despacio del arcón.

INMA: Margarita, deja que tía Mariluz vea lo que hay dentro del arcón. Tía Mili estoy

segura de que Margarita se va y se lleva a Paqui y a su silencioso señor… ¿Paco?…

Escucha Margarita te doy la oportunidad de que te marches y llevarte esa prueba que te

acusa. No puedes pedir nada más.

Margarita esta quieta y callada.

INMA: Bien, como quieras, en ese caso llamare a la policía.

Inma va hacia el teléfono y lo descuelga.

MARGARITA: No toques ese teléfono, piensa que lo que le ha ocurrido al señor Paco

te puede ocurrir a ti.

MARILUZ: ¿Paco?

MILI: Ya te contare, querida…

MARGARITA: ¡Suelta el teléfono Inma!

Llaman al timbre de la puerta. La tía Mariluz va a abrir. Entra una agente de policía.

AGENTE GEMA: Buenas noches, agente Gema Bravo a su servicio. ¿Algún problema,

señoras? Vi la luz encendida y quise asegurarme de que estaba todo bien.

MARILUZ: Pase, pase, por favor!

MILI: Sí, pase agente. Esta es mi sobrina Inma.

AGENTE GEMA: Encantada.

Se dan la mano, Inma todavía con el teléfono en la otra mano.

MARILUZ: Y esta es nuestra otra sobrina Margarita.

AGENTE GEMA: Oh, su cara me es conocida… ¿no habré visto su foto en algún sitio?

MARGARITA: No lo creo.

MILI: Seguro que tiene hambre, venga a la cocina y le daremos un tentempié para

seguir la jornada.

AGENTE GEMA: ¡Muy amable, muchas gracias!

Se van las tías y la agente a la cocina.

INMA: Escucha Margarita, es tu última oportunidad, mientras la agente está en la

cocina podéis iros tú, Paqui y vuestro amiguito.

Asegura Inma colgando el teléfono y señalando el arcón:

INMA: ¡Fuera de aquí los tres!

Inma se va a la cocina con cierta seguridad y Paqui que ha bajado a ver qué pasaba se

acerca a Margarita.

MARGARITA: Este problema con mi hermana tiene que arreglarse. Vamos a

quedarnos aquí, no soporto que me manden.

PAQUI: Pero Margarita ¿por qué no nos vamos? Tenemos un muerto en el arcón y a la

policía en la cocina.

MARGARITA: Tiremos al señor Paco al Lago Polvoranca. Volvemos y nos quedamos

tranquilamente. Aquí podemos escondernos y vivir perfectamente.

PAQUI: Pero Margarita. ¡Por favor!

MARGARITA: ¡Paqui cuando tomo una decisión es definitiva!

Paqui se va al sótano mientras Margarita abre el arcón, apenas lo está abriendo regresa

Paqui del sótano.

PAQUI: ¡Margarita! ¿Te acuerdas de la trinchera?

MARGARITA: Pues claro.

PAQUI: ¡Pues está ocupada!

Margarita cierra el arcón y desaparece con Paqui bajando al sótano. Inma sale de la

cocina y se asegura mirando en el arcón que continua ocupado por el señor Paco.

INMA: Oye creía haber dicho que… ¡Margarita! ¡Margarita!

Margarita y Paqui salen satisfechas del sótano.

MARGARITA: ¿Sí, Inma?

INMA: ¿Cómo es, qué aún estáis aquí?

MARGARITA: No nos vamos.

PAQUI: No.

INMA: Tú te callas. Voy a llamar a la agente.

MARGARITA: Si le dices a esa poli lo que hay en el arcón, yo le diré lo que hay en el

sótano.

INMA: ¿En el sótano?

MARGARITA: Hay una señora de cierta edad que al parecer está bastante muerta.

Ahora qué, ¿eh?

Sale de la cocina la agente de policía.

AGENTE GEMA: Bueno, sus tías me han invitado a cenar.

INMA: No, no, no se tiene que ir… Le invito a un café en la Perla.

AGENTE GEMA: Ummmm en La Perla… ¡Perfecto, me pilla en mi ronda, vamos!

Se van la agente e Inma por la puerta de la calle, al tiempo que entran las tías en el salón

saliendo de la cocina.

MILI: Creía que os ibais.

PAQUI: No, de hecho vamos a llevar a nuestro colega con la amiga de Inma.

MARILUZ: ¿La amiga de Inma?

PAQUI: Si tienen mucho en común.

MARGARITA: Si los dos están muertos… jajaja

MILI: Ah, ¿te refieres la señora García?

MARGARITA: ¿La señora García? ¿Es que vosotras sabéis lo que hay abajo?

MARILUZ: Por supuesto que lo sabemos, no es amiga de Inma, es una de nuestras

señoritas.

MARGARITA: ¿Vuestras señoritas?

MILI: Sí, y no consentiremos que en nuestro sótano se entierre a ningún extraño.

MARILUZ: Además, no hay sitio para el señor Paco, el sótano está totalmente lleno.

PAQUI: ¿Lleno? ¿De qué?

MILI: Hay abajo ya tenemos doce tumbas.

Margarita y Paqui se miran alucinadas.

MARGARITA: ¿Queréis decir que habéis asesinado a doce personas?

MILI: ¿Asesinado? ¡No! Lo que hacemos es una obra de caridad.

MARILUZ: Sí, es una obra de misericordia.

Paqui se sienta y se ríe.

PAQUI: jajajja, Esto es alucinante, a nosotras nos han perseguido por todas partes por

un par y ellas están aquí… Ya llevan doce, y tan felices… jajaja!!!

MARGARITA: Bueno, pues lo mismo da uno que dos y no soporto a mi hermana...

PAQUI: Eso, venga vamos a bajarle.

Margarita y Paqui cogen el cadáver del arcón y se van con él al sótano.

MILI: Esto no puede ser, ¡Margarita y Paqui tienen que irse ya!

MARILUZ: Si no se van, llamaremos a la agente de policía.

MILI: Vamos a ver si la vemos por la calle.

Salen las tías por la puerta de la calle. Y las chicas antes de regresar al sótano.

MARGARITA: De verdad, Paqui no soporto a Inma ¿Qué tal si nos la cargamos y

aprovechamos las trincheras para enterrarla?

PAQUI: No me parece bien ¿Por qué quieres un lio más?

MARGARITA: Desde pequeña que no la aguanto, he soñado con su muerte mil veces.

¡Hoy es el momento!

Entra Inma por la puerta de la calle. Se sienta en una silla.

INMA: Ya no puedo más… esto es agotador.

PAQUI: Tenemos que hablar.

INMA: Desde luego,

Mientras Margarita va por detrás se saca una cuerda y ata a Inma, y Paqui le pone un

pañuelo en la boca.

INMA: ¿Uhhhh?!!!

MARGARITA: Ja, La tenemos, ahora voy a matarte, Inma.

En ese momento entra la agente de policía por la puerta la calle que Inma

descuidadamente había dejado abierta.

AGENTE GEMA: ¡Alto! ¿Qué está pasando aquí señoras? ¡Por fin recuerdo sus caras!

¡¡Están las dos buscadas por asesinato!! ¡Ni se mueva, pajarracas! ¡Quedan detenidas!

La agente las amenaza con su arma y pide refuerzos a sus compañeros por la radio.

MARGARITA: ¡Pues si tengo que caer, no caeré sola! ¡En el sótano hay trece

cadáveres!

Inma amordazada se levanta con la silla e intenta ponerse delante de Margarita, tratando

de distraer a la agente de policía.

AGENTE GEMA: Bueno… ¿Trece qué? ¿De qué está hablando?

MARGARITA: ¡Acompáñeme al sótano y se lo enseñare!

AGENTE GEMA: A ver, a ver, a ver… ¿usted no es la famosa Margarita? ¿La que se

escapó la semana pasada de una cárcel para locas? Ahhh!... Ya entiendo lo de los treces

cadáveres. ¿Te crees que me chupo el dedo, qué la policía es tonta?

Asegura la agente de policía, esposando a Margarita sin contemplaciones, al tiempo que

Inma en su pelea de destrucción maniatada a la silla cae rendida y casi feliz ante la

puerta del sótano. Justo llegan los refuerzos de la policía y, a la orden de la Agente

Gema esposan también a Paqui, llevándose a ambas detenidas al coche patrulla.

Napoleón sale del sótano.

NAPOLEÓN: Es cierto que hay trece cadáveres.

AGENTE GEMA: Vaya, vaya… y usted, ¿quién demonios es?

NAPOLEÓN: Soy Napoleón, rey de Francia.

Se presenta Napoleón y señalando a Inma caída de espaldas ante él, pregunta:

NAPOLEÓN: ¿Esta mujer también ha muerto de la fiebre amarilla?

AGENTE GEMA: ¡Pero bueno!... Este hombre está como una regadera, hay que

ingresarle en un sanatorio ya mismo.

Afortunadamente para Inma las patas de la silla se han roto y consigue sentarse en el

suelo, a pesar de seguir atada al resto de la silla, afirmando enloquecida con la cabeza lo

que acaba de decir la agente. Entran las tías de la calle hablando entre ellas.

MILI: ¿Dónde estará la Policía? ¡Ah, sí está aquí!

MARILUZ: ¿Qué pasa?

Tía Mariluz desata a Inma que felizmente puede sacarse el pañuelo de la boca e

incorporarse.

AGENTE GEMA: Señoras este hombre tiene que ir a un sanatorio, dice que tiene 13

cadáveres en el sótano.

MILI: Es que hay 13 cadáveres en el sótano.

MARILUZ: Aunque el último se tiene que ir, no es una de nuestras señoritas.

AGENTE GEMA: ¿Señoritas? ¿Irse?

MILI: No se preocupe cada domingo les ponemos flores en las tumbas.

AGENTE GEMA: ¿Flores? Ay que díiita y me lo quería perder.

(Alucina la Agente)

AGENTE GEMA: Me parece que estas señoras tan encantadoras también están para ir

al sanatorio…

MARILUZ: ¿Sanatorio? ¿Quién va a ir a un sanatorio?

INMA: ¡Napoleón!

(Confirma Inma triunfal).

MILI: ¡Ah, no, por favor Inma!

AGENTE GEMA: Es la ley, señora, está trastornado y tiene que estar en un sanatorio,

igual que ustedes. Hagan el favor, señoras mías de firmar esta petición de internamiento

voluntario como familiares directos, usted también…

Le indica la agente a Inma que la mira como una condenada a cadena perpetua, viendo

que también se la llevan a ella al paso que van!

MARILUZ: Estupendo, con tal de ir con Napoleón firmaremos lo que sea.

Ambas tías e Inma, con todo su miedo, firman la petición. Cuando la agente Gema va a

acompañar a las hermanas a la calle, tía Mariluz le dice al oído algo a la policía, que

sale escoltando sólo a Napoleón por la puerta de la calle, dejándolas a ellas despedirse

de Inma.

MILI: Mariluz, creo que es hora de que se lo digamos.

MARILUZ: Díselo tú, Mili.

MILI: Inma, querida, estamos realmente muy preocupadas por una cosa.

INMA: Vamos queridas,

(Les cometa Inma sobrecogida a sus tías)

INMA: no tenéis que preocuparos, estaréis muy cómodas en Días Felices.

MARILUZ: Lo sabemos, y por eso estamos muy contentas. No es lo que nos preocupa,

querida, pero hay una cosa…

Tía Mariluz busca la forma de contárselo a Inma, tantos años, tantos secretos:

MARILUZ: Se trata de tu firma como pariente más próximo.

INMA: Bueno, es que lo soy ¿no?

(Suelta Inma como un lastre).

MILI: Pues… Ay Mariluz, díselo tú, que yo no puedo.

MARILUZ: Verás querida, tú e realidad no eres de la familia.

MILI: Tu madre entró en esta casa como cocinera y tú naciste tres meses después. Ella

era muy buena mujer y muy buena cocinera. No queríamos perderla, y se casó con ella

nuestro hermano, en paz descanse!

(Dice Mili haciéndose la señal de la Cruz). Inma observa a sus tías, sin saber en el fondo

si alegrarse por lo que está escuchando.

MARILUZ: Tu verdadero padre era cocinero en un barco mercante.

Ahora sí que Inma no puede disimular que se siente aliviada.

INMA: ¿M-m-me estáis diciendo que no… que no soy de la familia?

MILI: ¡Oh, cariño, qué disgusto te hemos dado! Estoy segura de que a Javier no le

importará.

MARILUZ: Seguro que no, querida niña!

La agente Gema vuelve a entrar por la puerta la calle.

AGENTE GEMA: Bueno señoras, va siendo hora de irse ¿eh?

MILI: Claro, claro, si no hay más remedio donde vaya Napoleón iremos nosotras.

AGENTE GEMA: Trece cadáveres en el sótano, menuda idea de locos…

¡Acompáñenme, por favor!

INMA: Sí, desde luego, muchas gracias agente. ¡Adiós!

Se despide Inma de la Agente con sensación de resaca. Ambas tías salen escoltadas por

la agente Gema por la puerta de la calle, cruzándose con Javier que entra anonadado de

ver ese revuelto de policías y a las tías saliendo escoltadas por la agente.

Inma que se cree sola en el salón se sienta sobre el arcón.

JAVIER: Cariño, no entiendo nada. ¿Qué está pasando aquí? ¿Es que ya no me quieres?

INMA: Oh, perdona Javier, claro que te quiero amor. ¿Me perdonas?

JAVIER: Por supuesto Inma, ¿pero me vas a contar qué pasa aquí?

INMA: Si cariño, vámonos de luna de miel y te lo cuento en el viaje...

Se abrazan y besan amorosamente y se disponen a salir por la puerta de la calle, cuando

Inma se para un segundo, y se da la vuelta hacia la puerta del sótano pensando en los

trece cadáveres,… Javier la observa suponiendo que está despidiéndose de la casa. Inma

se sacude la cabeza para alejar los pensamientos, y cogiendo de la mano a Javier, salen,

cerrando la puerta con llave.

FIN