Adiós a la Universidad

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Entrevista con Jordi Llovet relacionada con la publicación de su libro "Adiós a la Universidad" en el que retrata la decadencia y abandono de las humanidades en la universidad española.

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4/4/2011 de La Vanguardia

Jordi Llovetpublica un libro,Adu a la Universitat(Galaxia Gutenberg), largamente esperado en los medios culturales y universitarios de Barcelona, porque en l deba explicar las razones de su alejamiento prematuro de la docencia. Tras una larga espera, el libro est ya en la calle y el lector encontrar un ensayo atpico, nada convencional, en el que relata divertidas andanzas del autor por Londres, Pars o Nueva York, mezcladas con sus experiencias como alumno, su labor como traductor, iniciativas como elCollegi de Filosofia, el porqu de su enemistad con Molas, y, sobre todo, una dursima y argumentada crtica al abandono del proyectoilustradoyhumanistapor parte de laUniversidad. Llovet era uno de los destinados a suceder a sabios comoBlecua,Batllori,VernetyMart de Riquer.Ha escrito un libro con un ttulo rotundo, Adis a la universidad. Desde que se supo que lo escriba, se haba creado una expectacin por si haba all un ajuste de cuentas. Al final lo ha escritosine ira et studio. Respirarn tranquilos sus enemigos?

Creo que respirarn tan tranquilos o intranquilos como suelen; mi libro no afecta a nadie especialmente, es una reflexin sobre el estado de humillacin, decadencia e indignidad en que han cado las facultades de humanidades; todo lo dems va de relleno. No es bueno vengarse de los que te han hecho alguna mala pasada: si as fuese, la universidad habra generado montaas de libros, porque en ella suceden cosas muy ominosas, casi inexplicables si tenemos en cuenta que se trata de una comunidad de gente sabia. No conozco ninguna empresa privada en la que se den actitudes tan vergonzosas como en la universidad. Por lo dems, lo que hay que hacer con los enemigos es lo que preconizaba Marco Aurelio: ser lo ms distinto posible de ellos, comportarse al revs que ellos. No olvide tampoco que el libro tiene un subttulo que reza:"El eclipse de las humanidades". Esto es lo que de verdad me ha ocupado en este libro: el hecho de que las humanidades, ms todava que las ciencias sociales, ocupen un no-lugar absoluto en la sociedad de nuestros das, pero un lugar que podran recuperar.En el libro lo explica, por qu decidi adelantar su marcha de la universidad?Bueno, mi libro explica una cosa esencial, como ya le he dicho, y otras accidentales y muy variadas: los primeros apartados narran mi evolucin "intelectual" desde la niez hasta que abandon la universidad, y los segundos son calas en problemas muy severos, que necesitan remedio de un modo acuciante: por qu las carreras humansticas tienen una nota de corte de selectividad de un 5 pelado; por qu estudian humanidades muchos estudiantes que deseaban estudiar periodismo o "audiovisuales", por qu otros estudian filologa como podran estudiar aeronutica o ortodoncia (no los ingresados en lenguas clsicas, por cierto, que son los mejores y los ms valientes); cmo se promocionan los profesores; por qu no existe ya ninguna idea acerca de la jerarqua profesoral (los alumnos s son muy respetuosos); porque el lugar del saber ha desaparecido de las facultades humansticas a favor de una profesionalidad muy angostada, casi estril; por qu la universidad ha abandonado toda pretensin de formar cvicamente a su alumnado, y, por fin, por qu las nuevas tecnologas han convertido la enseanza, en general, en una larga sesin de animacin infantil y deslumbramiento.Dice que Bolonia ha puesto fin al humanismo. Qu entiende por humanismo en el siglo XXI (no el renacentista)?El humanismo quiere decir lo mismo en cualquier poca de la historia.Carlomagnole dio un empuje inestimable en los siglos VIII-IX; los literatos provenzales, catalanes y franceses le dieron otro en el siglo XII, Petrarca y los humanistas italianos se lo dieron en los siglos XIV y XV, los philosophes se lo dieron en el siglo XVIII, y los grandes intelectuales del siglo XX hoy cada vez ms raros se lo dieron en aquel siglo tan brbaro. El humanismo no es ninguna utopa; slo es una especie de meta-crona que encuentra su momento feliz de vez en cuando, cada dos o tres siglos, y por perodos de tiempo ms o menos efmeros. Queda siempre un lastre, una sazn de los logros de todo perodo en el que el humanismo ha sido algo valorado; y sobre esos restos, que no creo que vayan a desaparecer nunca vea usted qu xito tuvo la pelcula Troya, y qu xitos cosecha el equipo de ftbol llamado iax pueden edificarse todava muchas cosas cargadas de sabidura, de humanidad y de civismo. No cabe duda de que en estos momentos las humanidades estn muy desprestigiadas vea lo que dijo hace poco el conseller Boi Ruiz--, pero el humanismo y los clsicos siempre vuelven. Es cuestin de esperar y, mientras tanto, no bajar la guardia a pesar de todos los atropellos de los gobiernos neoliberales, que fueron los que impulsaron elPlan Bolonia.Qu consecuencias cree que tendr ese abandono de la formacin universitaria? Cul es su modelo?La peor consecuencia de formar profesionales en las ramas ms especializadas imaginables y no hombres, en el sentido pleno de la palabra, acarrear una merma de los fundamentos mismos de la democracia: no se puede edificar una democracia slida, ni aqu ni en ninguna parte, sin una poblacin soberana desde el punto de vista intelectual. Las facultades tcnicas y cientficas darn al mercado todo lo que ste necesita para perpetuar el espejismo del Progreso, pero las facultades humansticas ya no van a generar, de momento, aquellos antiguos profesores con una vastsima cultura, que eran los que sealaban la verdadera salud del cuerpo social y poltico. La educacin, a todos sus niveles, necesita un giro radical.No solo en la universidad falta esa elite de los mejores que usted defiende, no cree que est ausente en otros mbitos?No exactamente. En la empresa privada, por ejemplo, suben los mejores y quedan arrinconados los intiles. Eso sucede incluso en las facultades tcnicas y cientficas: si no resuelves un logaritmo, te suspenden, y se acab la discusin. Pero en las de ciencias sociales y humanidades filologa, filosofa, historia, sociologa, psicologa, etctera cualquiera puede acabar la carrera aunque no sepa prcticamente nada ni haya ledo un solo libro de arriba abajo: esto es un hecho. Luego estos profesionales recalan, en su mayor parte, en la enseanza: de aqu que los Institutos de Enseanza Media estn llenos de excelentes profesores, cargados de buena fe, de virtud y de saber, pero tambin llenos de paseantes, indolentes y amigos del funcionariado, una de las grandes lacras tanto de la enseanza media como de la enseanza superior.Somos menos cultos, luego ms manipulables?La sociedad, tomada en su conjunto, nunca ha sido culta, salvo que entendamos, y es algo cierto, que hay otras formas de cultura enormemente importantes en la configuracin de toda sociedad: admiro a las personas que, en algn lugar recndito del pas, estudian el folclore, elaboran mapas de variaciones dialectales o desarrollan actividades vinculadas a las formas ancestrales de la mitologa y las costumbres de los pueblos. Eso s: una sociedad no puede prescindir de una lite culta, y las lites cultas de los pases occidentales son hoy mucho menos cultas que hace, pongamos por caso, cincuenta o cien aos. Poseer cultura (de la alta, se entiende) est hoy completamente desacreditado: parece una superchera y un acto de soberbia. Los que estn muy acreditados son losfutbolistasyBeln Esteban: ya me dir. Como he dicho, hoy se cierne sobre todas las capas de la sociedad una enorme sospecha acerca de lo que sea un sabio, un gran profesor o un erudito. Si los privilegiados que han podido realizar estudios superiores poseen ya tan slo una vaga cultura, homologable con la de las capas media y baja de la sociedad, entonces toda la sociedad acusa este declive y se degrada. Si un hijo no recibe explicaciones claras y distintas de sus padres o de sus profesores acerca de las opciones que tiene en el momento de emitir su voto electoral, es muy probable que no vote, o que vote a cualquiera que le parece ms guapo que los dems, o que es anti-taurino. Eso es tambin una consecuencia de la llamada por Guy Debord "sociedad del espectculo". Cuando resulta que Operacin Triunfo dispone de una cadena para ella sola, que emite cada da esta indecencia durante veinticuatro horas, entonces es muy probable que la gente tienda a imitar esas formas de vida y esos comportamientos. Slo el ejercicio severo y tenaz de la inteligencia evitara que esas barbaridades se propagaran por todo el cuerpo social, pervirtiendo los fundamentos, no slo del civismo, sino tambin de la moral y de la poltica. Contra todo eso slo cabe una solucin: educacin y ms educacin. No me cansar de repetirlo. Esta s es una inversin segura, pero a largo plazo: por esto ningn gobierno ha abordado en Espaa, en los ltimos treinta y cinco aos, una reforma sensata de la educacin.Qu responsabilidad tiene en este fenmeno el uso de las nuevas tecnologas?Yo form parte de una comisin ministerial en la que una veintena de profesores de todas las universidades del pas discurrieron con la ministra Garmendia, y luego con el ministro Gabilondo, acerca del beneficio o el perjuicio que puede significar la entrada indiscriminada de las nuevas tecnologas en las aulas, y otros muchos asuntos. La mayora de estos asesores coincidimos en que las nuevas tecnologas, siendo como son utilsimas en muchas ramas del saber, de la tcnica, de la ciencia y de otras cosas, resultan un instrumento engaoso e ineficaz en el caso de la educacin. Me explico: esas nuevas tecnologas y quizs la tcnica en general, incluido el microondas o el minipimer han acostumbrado a la humanidad a resolver de un modo inmediato labores que antes se realizaban gracias a procesos mucho ms mediatizados: es mejor una mahonesa hecha a mano que con el uso de una mquina. La inmediatez y la no-discriminacin de la informacin que procede deInternet, por ejemplo, convierte a cualquier persona, y an ms a un nio o a un adolescente, en seor de un reino puramente virtual. En el fondo, los convierte tanto en amos de algo como en esclavos de lo mismo, porque ya sabemos hasta qu punto la gente joven depende de estos elementos y se comunica mediante ellos de una manera peregrina, mendaz y falta de la elocuencia ms elemental. Y algo ms. Las nuevas tecnologas se presentan a la civilizacin juvenil pues los jvenes neo-tecnolgicos han forjado, hoy, tanto una nueva cultura como una nueva "mentalidad", como una nueva civilizacin como un divertimento. Los profesores que asistamos a esas reuniones con los ministros que he dicho, coincidamos todos en que la educacin es un proceso lento, mediatizado, esforzado, que no puede jugar con las mismas armas que la cultura del ocio, porque entonces no saldrn de las escuelas personas educadas sino amigos de la diversin. Creo que eso es lo que est sucediendo. Como puede usted imaginar, los ministros no nos hicieron ningn caso, y de aqu a pocos aos veremos a toda una generacin de estudiantes de secundaria convertidos en una especie de autmatas mucho menos civilizados que el pato de Vaucanson, que era un pato mecnico que coma, digera y defecaba: naturalmente, ni hablaba ni pensaba. Hace poco, Jaume Vallcorba me coment que, en una feria del libro de Guadalajara (Mxico), alguien insinu que bamos hacia una civilizacin en la que el lenguaje de la imagen sera soberano y suficiente. No hay que ser muy perspicaz ni muy exigente en la terminologa para darse cuenta de que esta aseveracin contiene dos falacias: no hay civilizacin sin lenguaje, ni siquiera sin mitos, que estn forjados en el elemento verbal; como no puede decirse, en modo alguno, que las imgenes sean ms eficaces, para la educacin, que las palabras. Reivindicar el lugar y la dignidad de la palabra y el dilogo en la educacin y en la construccin del civismo no tiene nada de novedoso: as se fund el saber dialogal de Scrates y Platn, as evolucion la discusin acerca de los universales en la Edad Media, as se produjo el fastuoso desarrollo del saber durante el periodo del Humanismo, as y con este mismo elemento se elabor la Encyclopdie, y tambin en el seno de la palabra surgieronWittgenstein, Canetti, Musil o SigmundFreuden el siglo XX. GeorgeSteineralert sobre la posibilidad de que la palabra, es decir, el Verbo, desaparezca del horizonte de la educacin y de muchas prcticas de la vida cotidiana de las actuales sociedades, pero cuesta imaginar que se produzca algn avance en el terreno del conocimiento si la palabra se funde como una vela ante el viento huracanado del progreso y de la tcnica. Hoy sopla un vendaval de este cariz, y me temo que va a costar mucho resituar al Verbo en el lugar que ocup, en la civilizacin de Occidente, entre los presocrticos y buena parte del siglo XX. Martn de Riquer tambin alertaba de este fenmeno, y deca, con mucha gracia, que no tardaremos en sonarnos la nariz con las orejas.Collegi de Filosofa, Institut d'Humanitats, Sociedad de Estudios Literarios, de qu est ms satisfecho?Estoy muy satisfecho de todas estas iniciativas. De hecho, la primera de ellas, el Col.legi de Filosofa, fue el embrin de las otras dos y de muchas actividades culturales que se desarrollan en estos momentos en Barcelona. All estaban Rubert de Vents y Eugenio Tras, Antoni Vicens, Josep Ramoneda y muchos ms... Rubert es hoy el presidente del Institut d'Humanitats, Vicens es un psicoanalista de gran categora, Tras es uno de los pocos ensayistas que quedan en Espaa, Ramoneda es el director delCCCB. Y all estaba tambin yo me nombraron presidente en atencin a mi pasin por el protocolo, que dirijo las actividades literarias del Institut. Luego, en el seno del propio Institut, cre la Sociedad de Estudios Literarios (SEL), que reuni a lo ms granado de la intelectualidad letrada de Barcelona, profesores o no. O sea que estoy muy satisfecho de todo ello, como lo estoy de haber sido profesor de literatura durante ms de treinta aos en mi facultad.El papel de intelectual, como Thomas Mann o Carles Riba, est ya en declive definitivo?Absolutamente. Aparecen algunos pseudopensadores que se echan incienso a s mismos con un incensario ms grande que el de Santiago de Compostela, pero eso no acaba de definir a un intelectual. A mi juicio, es intelectual el sabio que posee, adems de sabidura, una ya rara forma de caridad, o de piedad, hacia sus conciudadanos; y esto es ahora algo muy infrecuente. Por lo dems, hay que reconocer que la figura del intelectual ha perdido, socialmente, el prestigio que haba posedo hasta los tiempos deSartreo deCamus, en Francia, o de BertrandRussell, HannahArendto IsaiahBerlinen el mundo anglosajn. Ahora no pintan, socialmente hablando, nada. Si a un conocedor de la historia intelectual de Espaa le pidieran que nombrara a intelectuales de peso del siglo XX, no vacilara en nombrar, por lo menos, aUnamunoy aOrtega y Gasset, y quizs aEugenio d'Orso a JimnezFraud. Si hoy se hiciera una encuesta semejante, el resultado desembocara en el "no sabe, no contesta", o arrojara una nmina de profesionales de las letras de esos que han crecido y desaparecern como la espuma.A qu se dedicar ahora? Su desencanto es horaciano?Siempre he hecho una vida enormemente discreta. En mi vida no he hecho otra cosa que leer, estudiar, ensear, conversar y rer. O sea que las cosas no van a cambiar mucho, sobre todo teniendo en cuenta que mi rector, Ddac Ramrez, ha sido muy generoso conmigo y me ha extendido una venia docendi que me permitir seguir enseando a pesar de mi situacin de prejubilado. Volver a frecuentar a mis colegas ms queridos Miralles, Vidal, Sigun, Del Olmo, Prtulas, Quetglas, Artigas, Riquer, Pinto y muchos otros: casi todos de clsicas, y saludar con cortesa a mis enemigos, como me ensearon Blecua y Batllori. Voy a dar slo seis crditos anuales; tambin podra hacerlo en la Universidad Pompeu Fabra si yo lo pidiera, porque me nombraron profesor invitado y yo les voy a regalar mi biblioteca de 30.000 volmenes, mi discoteca y mi pinacoteca; ya fuimos al Notario--, pero de momento me conformar con dar algunas clases en mi universidad, a la que amo, a pesar de algunos hechos lamentables que sucedieron, como la eliminacin de mi licenciatura en Literatura Comparada, que tena 150 alumnos: qu ms se poda pedir, cuando hay licenciaturas con media docena de estudiantes? Pero as fueron las cosas. Amo la profesin de ensear, y me siento muy a gusto con los chicos y chicas de primer curso, que, en trminos generales, me parecen personas de gran categora moral. Como ya empiezo a envejecer, la juventud me da nimo, y, encima, mucha esperanza a pesar del panorama que preside las facultades humansticas en estos momentos, a consecuencia del malhadado Plan Bolonia, eficaz para las ciencias y las tcnicas, pero feroz con las humanidades, que no le interesan un pepino. Los chicos que se encerraron hace dos aos en mi universidad lo percibieron con una gran clarividencia: lo nico que le preocupa al Plan Bolonia es incardinar rentablemente la universidad con el mercado; pero ya me dir usted qu mercado existe para un filsofo, para un hebrasta o para un telogo: son estudios que podran desaparecer sin que nadie se alarmara. Quizs sta ha sido una de las razones por las que he escrito este libro: porque alguien deba dar la voz de alarma ante una situacin que es, en verdad, humillante y penosa.Por qu ha mezclado en su libro aspectos autobiogrficos con otros de tipo terico?Voltaire deca que todos los gneros son buenos, salvo los aburridos. De modo que, como no quera aburrir a los lectores slo con resmenes de historia de la universidad o de las grandes etapas del humanismo europeo, los he mezclado con diversos aspectos y ancdotas de mi formacin y de mi experiencia universitaria. Como no pretendo ser un santo, menos todava cuando critico a impos e infieles, presento todos mis defectos con absoluta sinceridad: he hurtado libros, he construido mquinas engaabobos, he escrito libros malos algo imperdonable, y cosas as. Con estos apuntes autobiogrficos, entremetidos en el discurso general del libro, el lector descansar y se solazar. Todo menos dar la lata; y todo menos creerse mejor que el resto de la humanidad o que el resto de mis colegas.

Fragmento del libro"Los grandes mitos religiosos de la civilizacin europea -en Grecia y Roma fueron los dioses, en Europa cristiana fue Dios, en la poca del humanismo fue el Hombre, en el siglo XVIII fue la razn- se encontraron, a partir del siglo XIX, desplazados por un mito nuevo, de constitucin pagaba y del todo profana: el mito del Progreso. En nuestros das, aquella garanta mitolgica "exterior" al marco siempre cerrado de la enseanza, ha tomado la forma elemental del amor a los negocios, el consumo, la acumulacin dE bienes, la ilusin de "bienestar" y, algo nuevo, una mentalidad y una cultura cotidianas derivadas de las formas actuales del ocio y de las nuevas tecnologasAkl autor le parece observar que las nuevas generaciones buscan ms la fama que no la grandeza, quieren antes la aclamacin que el reconocimiento, y construyen pequeas sociedades autosuficientes a travs del telfono mvil, el Chat y Facebook, todas ellas Ersatze de la vida social y poltica en un sentido global. Todo ello sigue una ley de la historia presente, segn la cual, el pasado es algo desacreditado y toda hiptesis de futuro resulta una probabilidad en la cual es mejor no pensar"