Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97....

18
CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631) hicieron de las enseñanzas de San Agustín contra las tesis de Luis de Molina 1 Sylvio Hermann De Franceschi École Pratique des Hautes Études, Paris La catolicidad de la época moderna ha asistido al desarrollo lancinante y peligroso de una intensa controversia doctrinal en torno a la relación que mantienen gracia divina y libre arbitrio 2 . El resurgir de una polémica que había agotado las fuerzas de San Agustín cuando se enfrentó al monje Pelagio se debió, claro está, a la necesidad de contestar a los predestinacionismos luterano y calvinista, pero también a la necesidad de proponer una puesta al día de la teología católica que tuviera en cuenta las prescripciones formuladas por los padres tridentinos en el 4º canon del decreto De iustificatione, promulgado el 13 de enero 1547, en la 6 a sesión del concilio. En este canon parecía que se afirmaba que la voluntad humana era capaz de oponer resistencia al socorro divino: «Si alguno dijere que el libre albedrío del hombre movido y excitado por Dios nada coopera asintiendo a Dios que le excita y llama para que se disponga y prepare a lograr la gracia de la justificación y que no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo, sea excomulgado 3 ». El jesuita español Luis de Molina (1535-1600) 4 , profesor de la Universidad de Évora en Portugal, quiso obedecer esta conminación elaborando en su 1 Traducción de Marina Mestre Zaragozá. 2 Para una presentación sintética de la historia de la controversia, véase Rondet, 1948, y más recientemente, Quilliet, 2007. 3 Denzinger-Schönmetzer, 1976, n. 1554, p. 378. 4 Sobre Molina y el molinismo, véase Vansteenberghe, 1929. Véase también Lurz, 1932, y Stegmüller, 1935. También Peinado, 1968, y Queralt, 1975, 1976 y 1977.

Transcript of Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97....

Page 1: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97.

Agustinismo y molinismoDel uso que los Salmanticenses (1631)

hicieron de las enseñanzas de San Agustíncontra las tesis de Luis de Molina1

Sylvio Hermann De FranceschiÉcole Pratique des Hautes Études, Paris

La catolicidad de la época moderna ha asistido al desarrollo lancinante y peligrosode una intensa controversia doctrinal en torno a la relación que mantienen gracia divinay libre arbitrio2. El resurgir de una polémica que había agotado las fuerzas de SanAgustín cuando se enfrentó al monje Pelagio se debió, claro está, a la necesidad decontestar a los predestinacionismos luterano y calvinista, pero también a la necesidad deproponer una puesta al día de la teología católica que tuviera en cuenta lasprescripciones formuladas por los padres tridentinos en el 4º canon del decreto Deiustificatione, promulgado el 13 de enero 1547, en la 6a sesión del concilio. En estecanon parecía que se afirmaba que la voluntad humana era capaz de oponer resistenciaal socorro divino: «Si alguno dijere que el libre albedrío del hombre movido y excitadopor Dios nada coopera asintiendo a Dios que le excita y llama para que se disponga yprepare a lograr la gracia de la justificación y que no puede disentir, aunque quiera, sinoque como un ser inanimado nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo,sea excomulgado3». El jesuita español Luis de Molina (1535-1600)4, profesor de laUniversidad de Évora en Portugal, quiso obedecer esta conminación elaborando en su

1 Traducción de Marina Mestre Zaragozá.2 Para una presentación sintética de la historia de la controversia, véase Rondet, 1948, y más

recientemente, Quilliet, 2007.3 Denzinger-Schönmetzer, 1976, n. 1554, p. 378.4 Sobre Molina y el molinismo, véase Vansteenberghe, 1929. Véase también Lurz, 1932, y Stegmüller,

1935. También Peinado, 1968, y Queralt, 1975, 1976 y 1977.

Page 2: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

S Y L V I O H E R M A N N D E F R A N C E S C H I Criticón, 118, 20138 2

célebre Concordia liberi arbitrii cum gratiæ donis (1588) un nuevo sistema teológico queafirmaba la idea de una gracia suficiente, gratia sufficiens, concedida a los hombres postmerita præuisa y cuya suficiencia, que llegaba a ser una plena eficacia en virtud delconsentimiento del libre arbitrio, era valorada por Dios mediante el ejercicio de unaciencia media que le proporcionaba el conocimiento de los futuros contingentes5. Lascientia media se situaba entre la ciencia natural, scientia naturalis , o ciencia deinteligencia simple, scientia simplicis intelligentiæ , mediante la cual Dios conocía losposibles, es decir, todas las cosas que abarcaba su poder, contingentes o no, y de unacontingencia que significaba que podían ser como no ser6, y la ciencia libre, scientialibera, o ciencia de visión, scientia uisionis, mediante la cual Dios, tras su decreto, teníaun conocimiento absoluto y determinado de los contingentes destinados a realizarse7.Por su parte, la ciencia media permitía a Dios conocer, por intuición super-comprehensiva del libre arbitrio de cada uno, el resultado actual de las deliberacionesindiferentes de la voluntad humana situada en tal o cual circunstacia8. Dicho de otromodo, Dios podía de esta manera conocer con anticipación los méritos y deméritoscondicionales de sus criaturas y respetar así su libertad, mientras confirmabainfaliblemente la realización de su decreto de predestinación.

La publicación de las tesis molinistas suscitaron una viva hostilidad por parte de losdominicos, defensores patentados de las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino. Estos lereprochaban a Molina el atribuir un papel exorbitante al libre arbitrio, atentando así ala omnipotencia divina que se veía determinada a ajustar sus propósitos en función de lapresciencia que Dios podía tener de los actos humanos. Según los tomistas, y enparticular según los tomistas españoles, el molinismo contravenía directamente a ladoctrina de santo Tomás, pero también, y esto era mucho más grave, a las posiciones deSan Agustín, cuya autoridad in materia gratiæ et prædestinationis era imprescriptible9.Convocadas por Clemente VIII, las congregaciones de auxiliis se celebraron en Roma de1598 à 1607 para que jesuitas y dominicos pudieran contrastar sus respectivos puntosde vista en debates contradictorios. Las congregaciones resultaron poco concluyentes yacabaron con una ausencia de decisión del magisterio cuando el 28 de agosto de 1607 elpapa Pablo V impone silencio a ambas partes prohibiéndoles acusarse recíprocamente deherejía10. Los tomistas, defendidos por los dominicos Diego Álvarez (1550-1635) yTomás de Lemos (1550-1629)11, ya no podían acusar a los molinistas de pelagianismo.Por su parte, los jesuitas no podían tildar a los discípulos de santo Tomás decriptocalvinistas. Al no zanjar la cuestión, el pontífice romano había mantenido la igualortodoxia de ambos sistemas.

5 Para una historia del concepto de ciencia media, véase Knebel, 1991.6 Molina, 1953, q. 14, art. xiii, disp. 52, § 9, p. 339.7 Molina, 1953, q. 14, art. xiii, disp. 52, § 9, p. 339.8 Molina, 1953, q. 14, art. xiii, disp. 52, § 9, p. 340.9 Sobre la autoridad teológica de San Agustín en el siglo xvii, véase Flasch y Courcelles, 1998; y

Devillairs, 2007. Véase también Stella, 1982; Neveu, 1990; Quantin, 1999, especialmente «Augustin, docteurde la grâce», pp. 126-138; y Lubac, 1965.

10 Para una presentación reciente de las congregaciones de auxiliis, véase Broggio, 2005 y 2009.11 Sobre Lemos, véase Crevola, 1950 y 1951; Hernández Martín, 1981; y De Franceschi, 2011a.

Page 3: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

A G U S T I N I S M O Y M O L I N I S M O 8 3

Durante la interminable sucesión de las sesiones que marcaron el ritmo de lasdiscusiones entre jesuitas y dominicos de 1598 à 1607, la referencia a San Agustín fuenaturalmente crucial. En la congregación del 20 de septiembre de 1605, la primera quepresidió Paulo V, el papa pidió a las partes que examinaran un Scriptum del 9 de juliode 1603 en el cual Clemente VIII había resumido en quince puntos, apoyados ennumerosas citas, la doctrina de San Agustín sobre la gracia y la predestinación.Enfrentado al jesuita Hernando de la Bastida (1571-1637), a Tomás de Lemos no leresultó difícil erigirse en garante del más puro agustinismo recogido en el documentoclementino. En las nueve sesiones de las congregaciones de auxiliis que, del 12 deoctobre de 1605 hasta el 22 de febrero de 1606, se dedicaron en especial al análisis de latesis tomista de la predeterminación física, Lemos no dejó de ilustrar la innegableortodoxia agustiniana de este punto. Gran conocedor de las obras del Doctor de laGracia, el dominico combatió inexorablemente el sistema de la ciencia media medianteun arsenal de referencias destinadas a convertirse en lugares comunes de la controversiaentre tomistas y molinistas.

Corrió, pues, a cargo de los partidarios españoles del tomismo encarnar el partidoagustiniano durante las congregaciones de auxiliis y hacer de la defensa de lasenseñanzas de San Agustín una de las características de la escuela de Santo Tomás en elsiglo xvii. Un agustinimo tomista del que queremos aquí manifestar la influencia en elCursus theologicus iuxta miram Diui Thomæ præceptoris Angelici doctrinam, redactadopor los carmelitas descalzos de Salamanca, los famosos Salmanticenses12, de los que sepublicaron doce tomos de 1631 a 1712. El Cursus de Salamanca, monumental curso deteología ad mentem sancti Thomae, se convirtió rápidamente en la encarnación delauténtico tomismo para los teólogos católicos de la segunda modernidad, hasta el puntode conocer una última reedición a finales del siglo xix. El primer tomo, que contiene lostratados 3° y 5°, respectivamente De scientia Dei y De prædestinatione et reprobatione,es obra de Antonio Oliva y Ordás (1583-1637), en religión el P. Antonio de la Madre deDios; en él se encuentra claramente expresada y justificada la fiel adhesión de lostomistas al respeto escrupuloso de las posiciones agustinianas.

L a c i e n c i a m e d i a s o m e t i d a a l a p r u e b a d e l a g u s t i n i s m o

Desde el principio de los debates, los molinistas habían advertido que el principalpeligro para ellos provenía de la acusación que se les hacía de estar en contradicción conla doctrina de San Agustín. Por lo demás, Molina no había facilitado la tarea de susdefensores ya que no había dudado en afirmar en su Concordia que su sistema eranuevo y que, por no haberlo elaborado entonces, el Doctor de la Gracia no había hechoen su época sino turbar el espíritu de los fieles13. Muchos jesuitas buscaron sin embargoen las obras agustinianas, con obstinación y sin que les temblara el pulso, indicios queprobaran que el glorioso obispo de Hipona no había ignorado el poder divino deconocimiento de los futuros condicionales mediante el ejercicio de una ciencia media. Elinmenso teólogo que fue Francisco Suárez (1548-1617) había subrayado especialmente

12 Sobre los Salmanticenses , véase Merl, 1947; Llamas Martínez, 1955a y b, 1958, 1959 et 1984; Boudry,1949; Couture, 1962; y, más recientemente, Borde, 2001.

13 Molina, 1953, q. 23, art. iv et v, disp. 1a, memb. ult., § 6, p. 584.

Page 4: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

S Y L V I O H E R M A N N D E F R A N C E S C H I Criticón, 118, 20138 4

el comentario que San Agustín hacía en el capítulo xiv del De prædestinationeSanctorum, del versículo 11 del capítulo iv del Libro de la Sabiduría, en el que se evocael caso del justo amado por Dios y prematuramente llamado a él, «para que la maldadno pervirtiera su inteligencia —o el engaño sedujera su alma», ne malitia mutaretintellectum eius— San Agustín veía en ello la prueba de que Dios, tras haber concedidoal justo una muerte prematura para sustraerlo a la incertidumbre de los peligros de lavida terrenal, había tenido presciencia del futuro14, y Suárez subrayaba que se tratabaevidentemente de un futurum conditionatum puesto que no se realizó jamás15. De ahí adecir que el Doctor de la Gracia había aceptado implícitamente la hipótesis de la cienciamedia no había más que un paso que el jesuita daba sin dificultad, sin convencer conello al padre Antonio de la Madre de Dios, que respondió a los análisis suarecianos concríticas tan vehementes como venenosas.

Se trataba, en definitiva, de saber si el agustinismo podía considerarse premolinista,conclusión que los tomistas no querían que se adoptara bajo ningún concepto. La 10a

disputa del 3er tratado —dedicado al comentario de la cuestión 14 de la Prima pars de laSumma Theologiae de Santo Tomás— del tomo primero del Cursus de Salamanca esclarísima. El P. Antonio de la Madre de Dios recuerda en primer lugar que la autoridadde San Agustín nunca es tan grande como cuando se trata de la cuestión del socorro dela gracia divina y de los problemas anejos, como el de la ciencia media16. Eninnumerables concilios los padres asistentes habían adoptado las enseñanzas del Doctorde la Gracia, y la totalidad de los teólogos católicos le otorgaban una primacía doctrinalincontestable17. Con solo referirse a las reacciones que la doctrina de San Agustín habíasuscitado, tal y como reconocían los propios molinistas en sus primeras formulaciones,era necesario concluir que no se podía encontrar ningún modo de legitimar la frágilhipótesis de una ciencia media cuyo ejercicio precediera la definición del decreto divinode predestinación18. El P. Antonio de la Madre de Dios alega una carta que SanPróspero le mandó al obispo de Hipona en 428 o 429, en la que afirma que la lecturadel De correptione et gratia había edificado a los adversarios de Pelagio, pero quetambién había, aún más si cabe, asustado a sus propios partidarios hasta tal punto quepodía temerse que, en el calor de la disputa, espíritus muy virtuosos y muy agudosacabaran por turbarse y dejarse tentar por el pelagianismo19, máxime cuando lospelagianos aseguraban que, bajo el nombre de predestinación, San Agustín no hacía sinocorroborar la tesis de una necesidad fatal, fatalis necessitas20. Se encontrabanafirmaciones semejantes en una carta que el laico Hilario le escribía a Agustín desdeMarsella en 429: algunos pensaban que la doctrina del obispo de Hipona no ofrecía alos hombres sino desesperación21. De hecho, en su Concordia Molina se había referidoal testimonio de San Próspero para subrayar las consecuencias dramáticas que

14 Agustín de Hipona, De prædestinatione Sanctorum, c. xiv, § 26.15 Suárez, Tractatus de gratia Dei, 2o prolegómeno, c. iv, § 2, p. 67.16 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, I, 3er tratado, disp. x, 3er dubium, § 58, p. 622.17 Ibid.18 Ibid.19 Próspero de Aquitania a Agustín, c. 428-429, Epistola 225, § 2.20 Próspero de Aquitania a Agustín, c. 428-429, Epistola 225, § 3.21 Hilario a Agustín, c. 429, Epistola 226, § 6.

Page 5: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

A G U S T I N I S M O Y M O L I N I S M O 8 5

provocaron las tesis agustinianas al perturbar los espíritus hasta tal punto que se temióque los fieles se convirtieran al pelagianismo22. Para el P. Antonio de la Madre de Dios,era poco probable que se llegase a la desesperación empujado por una doctrina queinsistiera en la libertad del arbitrio; cabía al contrario creer que las enseñanzas de SanAgustín parecieron impulsar en su época la idea de una predestinación absoluta y de unacerteza infalible de los decretos divinos, y que los fieles habían visto en ellas la expresiónde una doctrina que aniquilaba el libre arbitrio para someterlo al yugo de una necesidaduniversal23. En cuanto al sistema que defendía la tesis de una ciencia media ejercida antedecretum Dei, es decir, con anterioridad a la certeza de la predestinación, estaba claroque favorecía tanto cuanto era posible la libertad creada24. De ello el P. Antonio de laMadre de Dios deducía, de manera bastante lógica, que la doctrina que había sumido enla duda a los uiri clari y egregii aludidos por San Próspero no podía ser una doctrina quedefendiera la hipótesis de una scientia media, sino más bien una doctrina que se leoponía diametralmente —y el carmelita concluía que, so pena de cometer un gravísimocontrasentido sobre las opiniones de San Agustín, no se le podía erigir en el autor de laciencia media25. Los argumentos suarecianos en favor de los fundamentos agustinianosdel molinismo eran así aniquilados a conciencia.

El teólogo salmantino no olvidaba subrayar que, siguiendo el testimonio de SanPróspero citado por el propio Molina, el agustinismo parecía justificar mucho más eltomismo que el sistema molinista26. Si, además, las tesis de San Agustín, defendidas porel propio obispo de Hipona con muchos sacrificios y con riesgo de su reputación y de suhonor, hubieran sido favorables al libre arbitrio tal y como querían darlo a entender losmolinistas, no se entendía por qué los uiri clari y egregii de los que hablaba SanPróspero y de los que contaba que habían terminado por abrazar el pelagianismo sehabían rebelado contra las posiciones agustinianas, a menos que se supusiera que fueroncompletamente estúpidos y que no las entendieron en absoluto27. Por lo demás, Molinareconocía indirectamente la dificultad de determinar premisas agustinianas para suteoría de la ciencia media cuando afirmaba con orgullo ser su inventor, y el P. Antoniode la Madre de Dios añadía de immediato que, por más que les pesara a los defensoresdel jesuita, no se había podido encontrar jamás a ningún autor que sostuviese que SanAgustín, en su polémica con los pelagianos, había recurrido a la hipótesis de una scientiamedia28 —el testimonio de los uiri clari y egregii mencionado por San Próspero les erademasiado útil a los molinistas como para que corrieran el riesgo de hacerlos pasar porimbéciles29. La defensa del agustinismo exigía, pues, una condena sin concesiones delmolinismo.

Para ilustrar su demostración y consolidarla aún más con el fin de re sponder a lasargucias de los jesuitas y demostrar las raíces agustinianas del tomismo, el P. Antonio de

22 Molina, 1953, q. 23, art. iv et v, disp. 1a, memb. ult., § 3, p. 582.23 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 623.24 Ibid.25 Ibid.26 Ibid.27 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, pp. 623-624.28 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 624.29 Ibid.

Page 6: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

S Y L V I O H E R M A N N D E F R A N C E S C H I Criticón, 118, 20138 6

la Madre de Dios no duda en recurrir a una audaz comparación histórica. Ladivulgación de las tesis de San Agustín, asegura, tuvo dos efectos inmediatos: en primerlugar, tal y como aseguraba San Próspero, turbaron tanto el espíritu de numerosos fielesque, escandalizados y desesperados, fueron así empujados al pelagianismo y habríanatacado estas tesis de manera aún más violenta si el magisterio romano no hubiesetomado cartas en el asunto. En segundo lugar, llevaron a muchos marselleses, en vidadel propio San Agustín, a recopilar extractos de sus obras o de las de otros autores paraprobar que tendían hacia las tesis de Pelagio. Tanto Molina como sus defensores habíantenido exactamente las mismas reacciones ante la teología defendida por la escuela deSanto Tomás, que rechazaba que Dios tuviera conocimiento de los futuros condicionalescon anterioridad a la definición de su decreto. También ellos se escandalizaron y habríandesde luego intensificado sus ataques si el papado no se hubiera interpuesto30. Tambiénellos, como los marselleses contemporaneos de San Agustín, habían recopiladoincesantemente en los antiguos teólogos, y en particular en las más venerablesautoridades tomistas, pasajes que parecían justificar el sistema molinista31. El parecidode las reacciones era demasiado evidente como para ser pasado por alto, e indicabaclaramente la convergencia antiagustiniana del pelagianismo y el molinismo.

Las propias prescripciones del magisterio romano corroboraban visiblemente eldiscurso del P. Antonio de la Madre de Dios. El Cursus de Salamanca recuerda muyoportunamente que, desde el principio de las congregaciones de auxiliis, los argumentosracionales y metafísicos de los jesuitas habían irritado a Clemente VIII. El soberanopontífice había ordenado entonces que el examen de las tesis en presencia se hicieraúnicamente a la luz de las enseñanzas de San Agustín y de Santo Tomás: la causa erademasiado importante como para dejarlas solo en manos de la dialéctica y la filosofía32.A partir de ese momento, subraya el P. Antonio de la Madre de Dios, los molinistas sevieron obligados a probar que su sistema, y en particular la tesis de la ciencia media,correspondía plenamente a la doctrina común del Doctor de la Gracia y del DoctorAngélico –una imposición tanto más difícil de respetar cuanto que el propio Molinahabía proclamado en su Concordia que las posiciones que adoptaba habían sidoignoradas por San Agustín33. No por ello dejaron de asegurar, con audacia pero demanera inconsecuente, que la noción de scientia media (que no el nombre) eraperfectamente compatible con los principios del Aquinate y del obispo de Hipona34 ysometieron a la atención del papa y de los prelados que asistían a las congregaciones deauxiliis numerosos pasajes de San Agustín y de Santo Tomás que, al menos esoafirmaban, favorecían la tesis de la ciencia media. Por lo demás, se podía estar tranquilo:no se les iba a escapar ningún texto que les pudiera ser útil. La Compañía de Jesús habíamandado a los debates a sus teólogos más sabios. Entre ellos se encontraba elP. Gregorio de Valencia (1550-1603), famoso por su concocimiento de la literaturapatrística y de la Suma de Santo Tomás, de la que había publicado, entre 1591 y 1597,es decir, en vísperas de la apertura de las congregaciones de auxiliis, un monumental

30 Ibid.31 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, pp. 624-625.32 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 625.33 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, pp. 625-626.34 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 626.

Page 7: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

A G U S T I N I S M O Y M O L I N I S M O 8 7

comentario en cuatro volúmenes35. Lo acompañaban los PP. Pedro Arrubal (1559-1608), Hernando de La Bastida, Juan de Salas (1553-1612), que preparaba susDisputationes (1607-1609) sobre la Prima pars de la Summa Theologiae del Aquinate36,y otros jesuitas más que proporcionaban cada día a su compañero una provisión detextos manuscritos o impresos sacados de las obras de los mejores autores de laCompañía. Los dominicos no les iban a la zaga: Tomás de Lemos era famoso por suadmirable conocimiento de la obra del Doctor Angélico y de Santo Tomás, asistiéndoleel P. Francisco Dávila (†1604), que había publicado recientemente en Roma un tratadoDe auxiliis diuinæ gratiæ (1599)37. Actuando como un poderoso refuerzo, la totalidadde la provincia española de la orden de Santo Domingo mandaba sin descanso a sudefensor en las congregaciones de auxiliis innumerables manuscritos en los que la causade la escuela de Santo Tomás era doctamente defendida a la par que se ilustraba suinnegable agustinismo. Una inmensa empresa apologética, pues, que respondía así almandato pontificio de limitarse en la confrontación del molinismo a las tesis tomistas yagustinianas.

La decisión del papa había tenido como consecuencia un nuevo enfoque de lapolémica, que no conllevó una disminución de los debates. El P. Antonio de la Madre deDios apunta que los jesuitas y los dominicos no habían aludido a los mismos textos deSan Agustín y de Santo Tomás para apoyar sus respectivos sistemas, lo que habíaocasionado estériles e interminables discusiones. Por otra parte, según el carmelita, losesfuerzos de los molinistas habrían sido vanos, pues el papa y los prelados quecomponían las congregaciones de auxiliis habían sido unánimes, con contadasexcepciones, en afirmar que ni San Agustín ni Santo Tomás habían favorecido jamás latesis de una ciencia condicional de Dios que tuviera conocimiento del consentimiento delarbitrio con anterioridad a la definición del decreto divino —y que, al contrario, ambosdoctores habían enseñado constantemente la doctrina de las predefiniciones absolutas deDios sin previsión de los méritos38. Según el propio papa y los asistentes que loacompañaban, los molinistas no podían jactarse de tener a San Agustín de su lado; elDoctor de la Gracia había condenado incluso por anticipación su tesis de la scientiamedia. Como definitiva confirmación de un veredicto atestiguado pero que nunca fuepronunciado, el P. Antonio de la Madre de Dios no duda en echar mano del testimoniode numerosos estudiantes y profesores con los que coincidió en los colegios deSalamanca y Alcalá, los cuales le confesaron que, convencidos por los principios de laciencia media, quisieron confortarlos con la lectura de San Agustín, pero su decepciónfue immensa al darse cuenta de que el obispo de Hipona se oponía manifiestamente aestas tesis39. Decepcionados, abandonaron de immediato sus convicciones molinistaspara abrazar el partido tomista como el único agustiniano.

35 Valencia, 1591-1597.36 Salas, 1607-1609.37 Dávila, 1599.38 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 626.39 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, pp. 627-628.

Page 8: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

S Y L V I O H E R M A N N D E F R A N C E S C H I Criticón, 118, 20138 8

L a g l o r i a d e l o s e l e g i d o s y l a p r e v i s i ó n d e l o s m é r i t o s

A partir de la tesis de la ciencia media, parecía que los partidarios del molinismo noiban a tener más remedio que cuestionar el principio agustiniano de la predestinacióngratuita de los elegidos para la gloria. Tras haber dedicado una parte de su tratado Descientia Dei a la legitimidad de los jesuitas que recurrían a San Agustín para apuntalarsu sistema de scientia media, era lógico que los Salmanticenses se detuvieran en lasopiniones del obispo de Hipona en el tratado De prædestinatione et reprobatione quededicaron al comentario de la cuestión 23 de la Prima pars de la Summa Theologiae deSanto Tomás. El P. Antonio de la Madre de Dios montaba en cólera ante laincompetencia teológica de los autores molinistas que afirmaban que, según SanAgustín, Santo Tomás y los Padres de la Iglesia, la elección de los predestinados a lagloria no era gratuita ni ante merita præuisa, sino ex iustitia et post merita præuisa40.Pobres intérpretes del glorioso obispo de Hipona, que fundaban su contrasentido sobrela exégesis de un pasaje, ciertamente ambiguo, del De diuersis quæstionibus adSimplicianum, donde San Agustín afirmaba que el decretum iustificationis no se basabaen la electio ad gloriam, sino que era, al contrario, la elección la que se basaba en eldecreto: «el decreto de la justificación no se sostiene sobre las obras buenas que hallaraDios y le movieran a elegir a los hombres; antes bien, porque está firme el propósito queÉl tiene de justificar a los que creen, por eso halla obras por las cuales elige para el reinode Dios»41. San Agustín añadía que San Pablo había dicho: «¿Quién acusará a losescogidos de Dios? Dios es el que justifica»42. Desde luego, la afirmación solo seentendía si la elección estaba precedida por la justificación: nadie podía ser elegido si nohabía sido previamente separado de los otros, o sea, justificado43. Al declarar que Dios«nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sinmancha delante de él»44, el apóstol admitía la tesis de una presciencia divina45. De lamisma manera, al evocar en la Epístola a los Romanos a Jacob y a Esaú, los dos hijos deIsaac y de Rebeca, San Pablo había recordado que, «pues no habían aún nacido, nihabían hecho aún ni bien ni mal», había sido dicho que el primogénito serviría al hijomenor, «para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por lasobras sino por el que llama»46. Siguiendo a San Agustín, el apóstol hablaba claramenteaquí de la liberalidad del don de Dios: nadie podía glorificarse de sus obras47. De ellodeducían los molinistas, tal y como los Salmanticenses no pasaron por alto, que, segúnel obispo de Hipona, la justificación, que no era sino la elección a la gracia, precedía a laelección a la gloria48. Dicho de otro modo, Dios concedía gratuitamente los mediosantes de recompensar ex iustitia las obras, y la electio ad gloriam no podía pues

40 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, II, 5o tratado, disp. ix, 2o dubium, § 40, p. 428.41 Agustín de Hipona, De diuersis quæstionibus ad Simplicianum libri duo, l. ier, q. 2, § 6.42 Rm 8, 33.43 Agustín de Hipona, De diuersis quæstionibus ad Simplicianum libri duo, I, q. 2, § 6.44 Eph 1, 4.45 Agustín de Hipona, De diuersis quæstionibus ad Simplicianum libri duo, l. ier, q. 2, § 6.46 Rm 9, 11-13.47 Agustín de Hipona, De diuersis quæstionibus ad Simplicianum libri duo, l. ier, q. 2, § 6.48 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 428.

Page 9: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

A G U S T I N I S M O Y M O L I N I S M O 8 9

considerarse gratuita. A pesar de las contorsiones realizadas, esta explicación tenía elmérito de conciliar molinismo y agustinismo.

Sin embargo, los molinistas no defendían unánimemente tan arriesgadainterpretación del famoso pasaje del De diuersis quæstionibus ad Simplicianum. En susCommentaria ac disputationes in primam partem Sancti Thomæ (1599), el jesuitaGabriel Vázquez (1549-1604) le había dado un lustre sin precedentes a la distinciónoperada por San Agustín entre elección y predestinación49. Para Vázquez, losadversarios del molinismo clamaban sin cesar que San Agustín favorecía el sistema deuna electio ad gloriam, o sea ad uitam æternam, gratuita y por ello decidida ante meritapræuisa. El jesuita pensaba sin embargo que no era posible encontrar un solo pasaje enlas obras del obispo de Hipona, incluso en sus textos más virulentos contra lospelagianos y semipelagianos, que viniera a corroborar tal conclusión50. Según Vázquez,la lectura errónea de San Agustín que proponían los enemigos de los molinistas sefundamentaba en una lamentable confusión entre elección y predestinación: la primerano era sino la voluntad de Dios de conceder la vida eterna a alguien, y provenía de unaprevisión de los méritos cuya adquisición permitía la segunda, que era la eterna ygratuita preparación de los dones de la gracia51. En sus análisis, Vázquez mostraba notomar en cuenta las sabias advertencias del jesuita Roberto Belarmino (1542-1621) en elDe gratia et libero arbitrio de sus Disputationes de controuersiis christianæ fidei (1586-1593)52. Para Belarmino, había que mantener que los hombres eran gratuitamenteelegidos a la gracia eficaz como a la gloria, guardando así fidelidad a San Agustín.

Belarmino no parecía tener el mejor concepto del argumento racional que, a partir deuna lectura abusiva del controvertido pasaje del De diuersis quæstionibus adSimplicianum, afirmaba que elegir suponía que hubiese preexistido una disparidad entrelos elegidos y los demás previa a la elección (lo que correspondía de hecho a afirmar quela electio saluandorum se llevaba necesariamente a cabo post merita præuisa)53.Recordaba que algunos autores habían distinguido entre predestinación gratuita yelección ad gloriam procedente de la previsión de los méritos —esta tesis, añadíaBelarmino, por otra parte no tenía nada que ver con el error de los pelagianos osemipelagianos, y parecía encontrar confirmación en el famoso pasaje del De diuersisquæstionibus ad Simplicianum54. A esto contestaba Belarmino que cuando redactó suopúsculo, Agustín aún era joven y no había medido la dificultad que conllevaba lacuestión a la que se enfrentaba55.

Por su parte, los Salmanticenses subrayan que Vázquez ha apartado la objeciónfundándose en un pasaje del capítulo iv del De prædestinatione Sanctorum en el que SanAgustín recomendaba a sus adversarios pelagianos la lectura del De diuersisquæstionibus ad Simplicianum56: con una edad ya avanzada, el obispo de Hipona no

49 Sobre el papel de Vázquez en la querella de la gracia, véase Elorduy, 1947.50 Vázquez, Commentaria ac disputationes in primam partem Sancti Thomæ, I, disp. lxxxix, p. 534.51 Ibid.52 Sobre las posiciones de Belarmino en la controversia de la gracia, véase Le Bachelet, 1931.53 Belarmino, De gratia et libero arbitrio, II, c. xv, pp. 323-324.54 Belarmino, De gratia et libero arbitrio, p. 324.55 Ibid.56 Agustín de Hipona, De prædestinatione Sanctorum, c. iv, § 8.

Page 10: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

S Y L V I O H E R M A N N D E F R A N C E S C H I Criticón, 118, 20139 0

renegaba de sus opiniones de juventud. Por otra parte, en uno de sus numerosossermones, San Agustín había defendido que Dios elegía a los suyos en función de sugracia y en función de los méritos de cada uno de ellos57. Según los Salmanticenses, paralos molinistas esto parecía significar que había primero elección gratuita a los dones dela gracia, y solo después elección ex iustitia a la gloria58. En este mismo sermón, SanAgustín había comentado un pasaje de la Epístola a los Romanos en el que San Pablocitaba las palabras que Dios le dijo a Elías (Rm 11, 4): «Me he reservado (Reliqui mihi)siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal». El apóstol precisabade immediato (Rm 11, 5): «Así también aun en este tiempo ha quedado un remanenteescogido por gracia»

Para San Agustín, Reliqui mihi indicaba que Dios había elegido a aquellos de los quehabía visto que se apoyarían en Él: no habían cambiado, eran tales y como Él los habíahecho59. Tal y como lo explican los Salmanticenses, para los molinistas el obispo deHipona había aceptado, con toda evidencia, la tesis de una elección a la gloria ex meritisal admitir implícitamente la de una elección gratuita a la gracia, absque præcedentibusmeritis60. Dadas las circunstancias, parecía que los molinistas podían recurrir coneficacia al testimonio agustiniano.

T e o l o g í a a g u s t i n i a n a y p r e d e s t i n a c i ó n g r a t u i t a

Por supuesto que el partido tomista no tenía la intención de dejarse arrebatar tanfácilmente la garantía que les proporcionaba la autoridad de San Agustín. El P. Antoniode la Madre de Dios mantiene que el obispo de Hipona no defendió jamás ninguna otraelección eficaz de los predestinados a la gloria que no fuera gratuita y antes de laprevisión de los méritos61. En el capítulo xiv del De correptione et gratia San Agustínescribía que no cabía duda de que Dios, que había hecho su voluntad en el cielo y en latierra y que incluso había hecho ya todo lo que había de pasar, podía imponer suvoluntad de manera irresistible al libre arbitrio y hacer así todo lo que quisiere, pueshacía siempre lo que quería, y cuando quería, con las voluntades humanas62. El Doctorde la Gracia apoyaba sus consideraciones en el versículo 26 del capítulo x del 1er Librode los Reyes: «También Saúl se fue a su casa, a Guibeá, y lo acompañaron los valientes aquienes Dios había tocado el corazón». San Agustín se preguntaba si, cuando Dios quisoque Saúl se convirtiera en rey, los israelitas eran realmente libres de someterse o no a sunuevo soberano, hasta el punto de tener el poder de resistirse a la voluntad divina63.Según el Doctor de la Gracia, Dios había tomado primero su decreto, y, a continuación,había inclinado los corazones hacia el fin que se proponía. San Agustín concluía así:

57 Agustín de Hipona, Sermones, 100, § 3.58 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 429.59 Agustín de Hipona, Sermones, 100, § 3.60 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 429.61 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, pp. 429-430.62 Agustín de Hipona, De correptione et gratia, c. xiv, § 45.63 Ibid.

Page 11: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

A G U S T I N I S M O Y M O L I N I S M O 9 1

Luego si cuando quiere establecer reyes en la tierra tiene en sus manos las voluntades de loshombres más que ellos las suyas, ¿quién sino Él hace que sea saludable la corrección y que lepenetre en lo hondo del espíritu para que sea llevado al reino de los cielos?64

Según los Salmanticenses, la doctrina de San Agustín estaba formalmente expresada:para realizar su intención primera de concederle a alguien el reino de los cielos, Dios lollevaba eficazmente hasta la corrección y la penitencia, del mismo modo que, en suvoluntad de otorgarle la realeza a Saúl, había conmovido eficazmente el corazón de sussoldados. La elección ad gloriam precedía a la penitencia y a los méritos, que no eranconcedidos sino porque Dios había ya tomado su decisión65. Para contrarrestar laspretensiones de los molinistas, los tomistas insistían en hacer del agustinismo unadoctrina de la predestinación gratuita.

Por lo demás, abundaban los testimonios que probaban que los defensores delmolinismo interpretaban equivocadamente a San Agustín. En el capítulo vii del Decorreptione et gratia, el obispo de Hipona dice a propósito de esos «elegidos que, segúnse ha dicho muchas veces, fueron llamados según designio, habiendo sido igualmentepredestinados y previstos» que

fueron elegidos para reinar con Cristo no al estilo de Judas, que fue elegido para las obras queconvenía por aquel que sabe usar bien de los malos, a fin de que por su infame traicióncumpliese la plausible misión para la que Él vino […] aquellos fueron elegidos por designio demisericordia, y éste por juicio; aquellos para reinar con Él, a éste para derramar su sangre66.

Se opone así la reprobación ex iustitia de Judas —elección gratuita sobre la cual losSalmanticenses insisten enfáticamente67. En sus Commentaria ac disputationes inprimam partem Sancti Thomæ, Vázquez había tenido que insistir sobre cómo cabíainterpretar las palabras de San Agustín según las cuales Dios había discernido elegidosad obtinendum regnum suum. Según el jesuita, no se trataba aquí de la elección a lagloria, tal y como lo defendían con uñas y dientes los adversarios de los molinistas, sinomás bien de elección a la gracia —y, en efecto, ésta no tomaba los méritos en cuenta68.Que la electio gratiæ fuera gratuita ya lo había dicho Agustín con claridad unas líneasmás arriba. Desde luego, la gracia no les era otorgada a los elegidos ex meritispræcedentibus, sino que ella misma era su mérito69. Dios eligió a los suyos perelectionem gratiæ antes de la misma Creación70. San Agustín convenía así con laspropias palabras de San Pablo que, en el versículo 6 del capítulo xi de la Epistola a losRomanos, volvía a aludir al caso de los soldados de Saúl cuyo corazón fue conmovido:«Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia». ParaVázquez, San Agustín aludía a la elección a la gracia pero en ningún caso a la elección a

64 Ibid.65 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 430.66 Agustín de Hipona, De correptione et gratia, c. vii, § 14.67 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 430.68 Commentaria ac disputationes in primam partem Sancti Thomæ, p. 536.69 Agustín de Hipona, De correptione et gratia, c. vii, § 13.70 Ibid.

Page 12: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

S Y L V I O H E R M A N N D E F R A N C E S C H I Criticón, 118, 20139 2

la gloria71. Según el jesuita, nadie podía negar que la vida eterna fuera otorgada segúnlos méritos, que provenían por su parte de la gracia. Todo el mundo debía tambiénnegar vigorosamente que la gracia premia las obras72. Esta era, según Vázquez, la puradoctrina de San Agustín. Se le podía objetar que el obispo de Hipona aseguraba que loselegidos lo habían sido para reinar con Cristo y que no se entendía que su elección a lagracia no conllevara la voluntad eficaz de Dios de otorgarles la gloria73. A esto contestaVázquez que la gracia es semilla de vida eterna y que cada vez que San Agustín afirmaque el reino de los cielos es otorgado sin previsión de los méritos no habla de la gloria,sino, por metonimia, de la preparación de la gracia; puede pues legítimamente afirmarseque el acceso al regnum cœleste viene dado sine meritis, pues forma parte de la electioad gratiam. Sin embargo, esto no impide considerar con San Agustín que la electio adgloriam, es decir, el don de la vida eterna, procede ex meritis præuisis74. Vázquezaseguraba haber probado de este modo la conformidad agustiniana de una de las tesismolinistas más esenciales.

Los textos fundamentales del agustinismo se ponían así, no sin dificultad, al serviciode los defensores de Molina. En el capítulo xix del De prædestinatione Sanctorum SanAgustín se detenía en la interpretación del versículo 4 del 1er capítulo de la Epístola a losEfesios, donde San Pablo afirmaba que Dios había elegido a sus elegidos ante mundiconstitutionem para que fuesen santos e irreprochables ante él, y no, tal y como loobservaba el Doctor de la Gracia, porque lo serían. Según San Agustín, no se podíaencontrar mejor prueba del error de Pelagio y sus partidarios:

Mas he aquí las palabras del apóstol: No porque conoció Dios en su presciencia que habíamosde ser santos e inmaculados, sino para que lo fuésemos por la elección de su gracia, por la cualnos hizo agradables en su amado Hijo. Al predestinarnos, pues, tuvo Dios presciencia de suobra, por la cual nos hace santos e inmaculados75.

Vázquez concluye que San Agustín solo quiso excluir aquí la tesis semipelagiana deuna elección a la gloria ex meritis arbitrii, y no la idea de una electio ad gloriam quetomara en cuenta los méritos adquiridos por la gracia —por lo demás, esto no era unpunto de discusión entre San Agustín y sus adversarios76. El obispo de Hipona nonegaba que la electio ad gloriam se hiciera en función de los méritos; simplemente, no setrataba de méritos que pudieran imputarse al libre arbitrio. Dicho de otro modo, segúnlas tesis agustinianas, no se podía hablar en rigor de elección gratuita a la gloria.

Los análisis de Vázquez que buscaban presentar una versión molinista delagustinismo irritaron a los Salmanticenses. El P. Antonio de la Madre de Dios recuerdaque la tesis de una elección gratuita de los predestinados a la gloria está sólidamentefundamentada en las Santas Escrituras77. Al interpretar las palabras «ad obtinendumregnum suum» del § 14 del capítulo vii del De correptione et gratia como refiriéndose

71 Commentaria ac disputationes in primam partem Sancti Thomæ, p. 536.72 Ibid.73 Commentaria ac disputationes in primam partem Sancti Thomæ, p. 537.74 Ibid.75 Agustín de Hipona, De prædestinatione Sanctorum, c. xix, § 38.76 Commentaria ac disputationes in primam partem Sancti Thomæ, p. 535.77 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 417.

Page 13: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

A G U S T I N I S M O Y M O L I N I S M O 9 3

sólo a la elección a la gracia, germen de vida eterna, Vázquez había ignoradocuidadosamente el sentido que les otorgaba el contexto. Según los Salmanticenses, laelectio ad gratiam, es decir, la electio ad regnandum in semine, no implicabanecesariamente que siguiera la concesión de la gloria pues era común a los reprobados ya los elegidos78. Pero en el pasaje en cuestión del capítulo vii del De correptione etgratia, San Agustín hablaba explícitamente de una especial elección de los predestinadosque no se aplicaba a los reprobados, puesto que conllevaba infaliblemente la obtenciónde la beatitud al llegar el momento79. De estos elegidos decía el Doctor de la Gracia:

Si alguno entre ellos se pierde, engáñase Dios; mas ninguno se pierde, por no caber engaño enDios. Si alguno perece de entre ellos, queda vencido el Señor por la fuerza de la depravaciónhumana; luego todos ellos se salvan, porque nada puede vencer a Dios. Y ellos fueron elegidospara reinar con Cristo80.

Para el P. Antonio de la Madre de Dios, era evidente que ninguno de los elegidos alos que San Agustín se refería podía perecer y el hecho se deducía necesariamente de suelección ad regnum cum Christo. Sin embargo, solo una electio efficax ad gloriam podíagarantizar que los predestinados no perecieran81. Por tanto, San Agustín no evocaba enel pasaje discutido únicamente la electio ad gratiam, tal y como lo afirmaba Vázquez.Para los Salmanticenses, la lectura que Vázquez proponía de San Agustín eracompletamente errónea. Por lo demás, era cierto —y nada era más cierto— que elglorioso obispo de Hipona era un partidario acérrimo de la tesis de una elección gratuitaa la gloria, ante merita præuisa et ex mera liberalitate Dei, sin que ello implicara unaatribución de la beatitud sine præcedentibus meritis82: se trataba de dos cosas distintas.Dios elegía gratuitamente a sus elegidos ad gloriam, y luego hacía que obtuvieran lagloria por los méritos que su gracia les proporcionaba83. Se rebatía así el razonamientode Vázquez, y los Salmanticenses llegaban a conclusiones radicalmente opuestas. SanAgustín venía así a engrosar el bando de un tomismo agustiniano del que nunca hubieradebido dejar de ser el estandarte.

La controversia que enfrentó en la época postridentina a tomistas y molinistasespañoles puso de realce una imprevisible ambivalencia del significado doctrinal delagustinismo a la vez que manifestó la pluralidad de matices en las pos iciones de los quesalieron en defensa de Molina. Desde las congregaciones de auxiliis, los discípulos de laescuela de Santo Tomás sabían que los partidarios de la Compañía de Jesús intentabanenarbolar la autoridad de San Agustín, a base de contorsiones interpretativas que no lebastaron al P. Hernando de la Bastida para derrotar a Tomás de Lemos. Con Vázquez,el molinismo fue aún más lejos y acabó por cuestionar públicamente la idea de unapredestinación gratuita a la gloria. No es que Vázquez evacuara del debate la gratuidad,

78 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, pp. 418-419.79 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 419.80 Agustín de Hipona, De prædestinatione Sanctorum, c. vii, § 14.81 Collegii Salmanticensis Cursus theologicus, p. 419.82 Ibid.83 Ibid.

Page 14: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

S Y L V I O H E R M A N N D E F R A N C E S C H I Criticón, 118, 20139 4

pero limitaba ésta a la elección a la gracia. Es ésta una curiosa inversión de la disputa dela que no querían ni oír hablar los congruistas canónicos como Belarmino. Para ellos, eldogma de la prædestinatio gratuita ad gloriam era intangible, y que lo fuera era la únicamanera según ellos de no apartarse de San Agustín. Ante las tesis de Vázquez, a las quelos Salmanticenses reservaron un trato especial, los tomistas españoles reaccionaronenérgicamente, tal y como habían reaccionado contra las tentativas de recuperación deSanto Tomás por parte de los molinistas. De Lemos a los carmelitas de Salamanca seestablece una continuidad que hace de la escuela de Santo Tomás, y de la ordendominica en particular, los guardianes de un agustinismo ortodoxo contra elagustinismo desviado que defendían los molinistas. No cabe, pues, extrañarse de que apartir de mediados del siglo xvii los jansenistas franceses hayan buscado en los tomistasespañoles el aval de la ortodoxia de sus posiciones pretendidamente agustinianas84. Eltomismo ibérico venía así curiosamente a socorrer a un agustinismo que el magisterioromano, sin embargo, no cejó en condenar con la mayor firmeza.

Referencias bibliográficas

Agustín de Hipona, De correptione et gratia.——, De diuersis quæstionibus ad Simplicianum.——, De prædestinatione Sanctorum.——, Epistolæ.——, Sermones , en Opera omnia, Nuova biblioteca agostiniana, Città Nuova Editrice

(www.augustinus.it).——, Obras de San Agustín, tomo VI, Madrid, BAC, 1956.Belarmino, Roberto, De gratia et libero arbitrio, en Disputationes de controuersiis christianæ

fidei, t. IV, Napoli, Giuseppe Giuliano, 1858.Borde, Bruno-Marie, «Le désir naturel de voir Dieu chez les Salmanticenses», en Surnaturel. Une

controverse au cœur du thomisme au XXe siècle, Revue thomiste, 101/1-2, 2001, pp. 265-284.Boudry, Georges, «La volontariété du péché originel selon les Salmanticenses et saint Thomas

d’Aquin», Ephemerides Carmeliticæ, 3/1, 1949, pp. 37-95.Broggio, Paolo, «Ordini religiosi tra cattedra e dispute teologiche: note per una lettura socio-

politica della controversia de auxiliis (1582-1614)», en Religione, conflittualità e cultura. Ilclero regolare nell’Europa d’antico regime, ed. Massimo Carlo Giannini, Cheiron. Materiali estrumenti di aggiornamento storiografico, 22/43-44, 2005, pp. 53-86.

——, La teologia e la politica. Controversie dottrinali, Curia romana e Monarchia spagnola traCinque e Seicento, Florence, Olschki, 2009.

Collegii Salmanticensis FF. Discalceatorum B. Mariæ de Monte Carmeli Cursus theologicus«Summam Theologicam» Angelici Doctoris D. Thomæ complectens, 20 vols., Paris/Rome,Victor Palmé/Éditions de la Congrégation pour la propagation de la foi, 1870-1883.

Couture, Roger, L’imputabilité morale des premiers mouvements de sensualité de saint Thomasaux «Salmanticenses», Rome, Presses de l’Université Grégorienne, 1962.

Crevola, Costanzo, «La interpretación dada a San Agustín en las disputas de auxiliis», Archivoteológico granadino, 13, 1950, pp. 5-171.

——, «Concurso divino y predeterminación fisica según San Agustín en las disputas de auxiliis»,Archivo teológico granadino, 14, 1951, pp. 41-127.

84 Véase De Franceschi, 2009 y 2011b.

Page 15: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

A G U S T I N I S M O Y M O L I N I S M O 9 5

Dávila, Francisco, De auxiliis diuinæ gratiæ et eorum physica siue efficaci motione, Rome,Domenico Liliotto, 1599.

De Franceschi, Sylvio, Entre saint Augustin et saint Thomas. Les jansénistes et le refuge thomiste(1653-1663): à propos des 1 re, 2e et 18e «Provinciales», prefacio de G. Ferreyrolles, Paris,Nolin, 2009.

——, «El tomismo agustiniano de los dominicos españoles. Tomás de Lemos y la referencia a SanAgustín en tiempos de las Congregaciones de auxiliis», Agustín en España (siglos XVI y XVII):Aspectos de Filosofía, Teología y Espiritualidad, eds. Marina Mestre Zaragozá et PhilippeRabaté, Criticón, 111-112, 2011a, pp. 191-213.

——, La Puissance et la Gloire. L’orthodoxie thomiste au péril du jansénisme (1663-1724): lezénith français de la querelle de la grâce, prefacio de O. Chaline, Paris, Nolin, 2011b.

Denzinger, Heinrich, y Adolf Schönmetzer, Enchiridion symbolorum, definitionum etdeclarationum de rebus fidei et morum, 36a ed., Freibourg imBreisgau/Roma, Herder, 1976.

Devillairs, Laurence, ed., Augustin au XVIIe siècle. Actes du Colloque organisé par Carlo Ossolaau Collège de France les 30 septembre et 1er octobre 2004, Florence, Olschki, 2007.

Elorduy, Eleuterio, «La predestinación en Suárez. Controversias con Vázquez, Salas y Lesio»,Archivo teológico granadino, 10, 1947, pp. 5-151.

Flasch, Kurt, y Dominique de Courcelles, eds., Augustinus in der Neuzeit. Colloque de laHerzog August Bibliothek de Wolfenbüttel, 14-17 octobre 1996, Turnhout, Brepols, 1998.

Hernández Martín, Ramón, «Tomás de Lemos y su interpretación agustiniana de la eficacia delos divinos auxilios», Augustinus , 26/101-102, 1981, pp. 97-138.

Knebel , Sven K., « Scientia media. Ein diskursarchäologischer Leitfaden durch das 17.Jahrhundert», Archiv für Begriffsgeschichte, 34, 1991, pp. 262-294.

Le Bachelet, Xavier-Marie, Prédestination et grâce efficace. Controverses dans la Compagnie deJésus au temps d’Aquaviva (1610-1613), 2 vols., Louvain, Museum Lessianum, 1931.

Llamas Martínez, Enrique, «Los Salmanticenses y la Inmaculada: su tesis sobre la redención y eldébito de la Virgen», Salmanticensis, 2/2, 1955a, pp. 265-298.

——, Los Salmanticenses, su vida y su obra. Ensayo histórico y proceso inquisitorial de sudoctrina sobre la Inmaculada, Madrid, Chamartín de la Rosa, 1955b.

——, «Problemas de autenticidad en torno al Curso Teológico Salmanticense», Salmanticensis,5/1, 1958, pp. 81-106.

——, «Una cuestión preliminar a la edición crítica del Curso Teológico Salmanticense. Laautenticidad de la disputa 15 del tratado XIII», Salmanticensis, 6/2, 1959, pp. 273-321.

——, «Presupuestos o base filosófica de la teología de los Salmanticenses», CuadernosSalmantinos de Filosofía , 11, 1984, pp. 481-496.

Lubac, Henri de, Augustinisme et théologie moderne, Paris, Éditions du Cerf, 2008 (1965).Lurz, Wilhelm, Adam Tanner und die Gnadenstreitigkeiten des 17. Jahrhunderts. Ein Beitrag zur

Geschichte des Molinismus, Breslau, Müller und Steiffert, 1932.Merl, Otho, Theologia Salmanticensis. Untersuchung über Entstehung, Lehrrichtung und

Quellen des theologischen Kursus der spanischen Karmeliten, Regensburg, Habbel, 1947.Molina, Luis de, Concordia liberi arbitrii cum gratiæ donis, diuina præscientia, prouidentia,

prædestinatione et reprobatione ad nonnullos primæ partis D. Thomæ articulos, ed. JohannesRabeneck, Oña/Madrid, Sapientia, 1953.

Neveu, Bruno, «Le statut théologique de saint Augustin au xviie siècle», en Troisième centenairede l’édition mauriste de saint Augustin. Communications présentées au colloque des 19 et 20avril 1990, Paris, Institut d’Études Augustiniennes (Collection des Études augustiniennes, sérieAntiquité, 127), 1990, pp. 15-28, repris dans ID., Érudition et religion aux XVIIe et XVIIIe

siècles, 1994, pp. 473-490.

Page 16: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

S Y L V I O H E R M A N N D E F R A N C E S C H I Criticón, 118, 20139 6

——, Érudition et religion aux XVIIe et XVIIIe siècles, prefacio de Marc Fumaroli, Paris, AlbinMichel, 1994.

Peinado, Jésus, «Evolución de las fórmulas molinistas sobre la gracia eficaz durante lascontroversias de auxiliis», Archivo teológico granadino , 31, 1968, pp. 5-191.

Quantin, Jean-Louis, Le catholicisme classique et les Pères de l’Église. Un retour aux sources(1669-1715), Paris, Institut d’Études Augustiniennes, 1999.

Queralt, Antonio, «Libertad humana en Luis de Molina», Archivo teológico granadino, 38,1975, pp. 5-156.

——, «Libertad humana en Luis de Molina. Sus elementos constitutivos y posibilidades en unorden natural», Archivo teológico granadino, 39, 1976, pp. 5-100.

——, «Tres estudios sobre Luis de Molina», Archivo teológico granadino, 40, 1977, pp. 5-45.Quilliet, Bernard, L’acharnement théologique. Histoire de la grâce en Occident, IIIe-XXIe siècle,

Paris, Fayard, 2007.Rondet, Henri, «Gratia Christi.» Essai d’histoire du dogme et de théologie dogmatique, Paris,

Beauchesne, 1948.Salas, Juan de, Disputationes in primam secundæ D. Thomæ, 2 vols., Barcelona, Graells et Dotil,

1607-1609. Stegmüller, Friedrich, Geschichte des Molinismus, vol. 1, Neue Molinaschriften, Münster,

Aschendorff, 1935.Stella, Pietro, «Augustinisme et orthodoxie, des Congrégations de auxiliis à la Bulle Vineam

Domini», XVIIe Siècle, 135, 1982, pp. 169-189.Suárez, Francisco, Tractatus de gratia Dei, en Opera omnia, ed. Charles Berton, t. VII, Paris,

Louis Vivès, 1857.Valencia, Gregorio de, Commentaria theologica in quibus omnes materiæ quæ continentur in

Summa theologica Diui Thomæ Aquinatis ac suis etiam locis controuersiæ omnes fideiexplicantur, 4 vols., Ingolstadt, Adam Sartorius, 1591-1597.

Vansteenberghe, Edmond, «Molinisme», Dictionnaire de théologie catholique, t. X/2, Paris,1929, cols. 2094-2187.

Vázquez, Gabriel, Commentaria ac disputationes in primam partem Sancti Thomæ, 2 vols.,Anvers, apud Belleros, 1621.

*

DE FRANCESCHI, Sylvio Hermann. «Agustinismo y molinismo. Del uso que los Salmanticenses(1631) hicieron de las enseñanzas de san Agustín contra las tesis de Luis de Molina». En Criticón(Toulouse), 118, 2013, pp. 81-97.

Resumen. La querella postridentina que enfrentó a tomistas y molinistas puso de manifiesto una imprevisibleambivalencia del significado doctrinal del agustinismo. Con Gabriel Vázquez, el molinismo acabó poniendo entela de juicio públicamente la idea de una predestinación gratuita a la gloria. Ante las tesis de Vázquez, lostomistas españoles reaccionaron enérgicamente. De Lemos a los carmelitas de Salamanca, se establece unacontinuidad que hace de la Escuela de santo Tomás, y especialmente la orden dominica, los guardianes de unagustinismo ortodoxo contra el agustinismo heterodoxo que defendían los molinistas.

Résumé. La querelle qui a opposé à l’âge post-tridentin thomistes et molinistes espagnols a mis en lumière uneimprévisible ambivalence de la signification doctrinale de l’augustinisme. Avec Gabriel Vázquez, le molinismeavait fini par mettre publiquement en cause l’idée d’une prédestination gratuite à la gloire. Face aux thèsesvazquéziennes, les thomistes espagnols ont vivement réagi. De Lemos aux carmes de Salamanque, le fil

Page 17: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas

A G U S T I N I S M O Y M O L I N I S M O 9 7

directeur est continu qui a posé l’École de saint Thomas, et l’ordre de Saint-Dominique spécialement, engarants d’un augustinisme orthodoxe contre l’augustinisme dévoyé que prônaient les molinistes.

Summary. The post-tridentine dispute opposing Thomists against Molinists showed the ambivalence ofAugustinian doctrinal meaning. Due to Gabriel Vázquez, Molinism turned up to question publicly the notionof a gratuitous predestination to heaven. Váquez’s contention provoked a powerful reaction among SpanishThomists. From Lemos to the Salamanca Carmelites there is a continuity that makes the Thomist school andparticularly the Dominican order the watchers of orthodox Augustinian thought against Molinists’ heterodoxapproach to Augustine’s doctrine.

Palabras clave. Agustín , San. Gracia. Madre de Dios, Antonio de la. Molina, Luis de. Salmanticenses.Tomás de Aquino, santo. Vázquez, Gabriel.

Page 18: Agustinismo y molinismo. Del uso que los «Salmanticenses ......CRITICÓN, 118, 2013, pp. 81-97. Agustinismo y molinismo Del uso que los Salmanticenses (1631)hicieron de las enseñanzas