ALEJANDRO JIMÉNEZ ALONSO

DE RODILLASSÉPTIMA EDICIÓN

(ampliada)

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CON LICENCIA DEL CONCILIO VATICANO II:

“Un Obispo Católico, Apostólico y Romano tuvo a bien distribuircierto número de ejemplares entre sus sacerdotes y fieles”.

“Los laicos, como todos los fieles… tienen la facultad, e inclusoa veces el deber de expresar su opinión acerca de lo que miraal bien de la Iglesia” (L.G. nº 37).

Pedidos a:“Mensajeros de la Vida”Apartado 58039080 Santander (España)Correo E.: informa@edisluxmundi.comPágina web: www.edisluxmundi.com

1.ª Edición - Mayo de 19892.ª Edición - Junio de 19913.ª Edición - Julio de 19924.ª Edición - Abril de 19995.ª Edición - Marzo de 20046.ª Edición - Febrero de 20067.ª Edición - Noviembre de 2009Ejemplar no comerciableISBN: 84-404-9655-9D. Legal: Z-1249-2004Imprime: GORFISA. Menéndez Pelayo, 4. 50009 Zaragoza

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Í N D I C E

Prólogos ..................................................................... 5

Introducción................................................................ 9

I. Postura litúrgica de institución divina ................... 12

II. Postura litúrgica enraizada en la Sagrada Escritura................................................................ 15

a- Para orar y adorarb- Para pedir perdónc- Para dar graciasd- Para recibir la Bendición.e- A veces las postura de rodillas da paso a una

postración sobre el rostro.f- El arrodillarse, como acto de Adoración, sólo

ha de reservarse para Dios.g- Manifestación de la Liturgia Eterna

III. Postura litúrgica basada en la Tradición ecle-siástica .................................................................. 23

IV. Postura litúrgica plasmada en la Historia del Mundo Cristiano.................................................... 29

I- En la Historia de la Iglesia

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A) De rodillas para orar y adorar con humildadB) Los Santos nos enseñan a comulgar de rodi-

llasC) Los Ángeles nos enseñan a comulgar de

rodillas

II- En la Historia del ArteIII- En la Historia de la Literatura universal.

V. La verdadera Adoración (Humillación integral)..... 54

A- Un razonamiento psicológico.B- Algunos aspectos de la verdadera Adoración.C- Los frutos.

VI. Los planes de los enemigos de la Fe................... 63

VII. No está prohibido comulgar de rodillas............... 67

Epílogo ....................................................................... 77

Anexo ......................................................................... 89

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PRÓLOGOA LA SEGUNDA EDICIÓN

Damos gracias a Dios que nos permite continuar sien-do testigos de su Amor.

Contentos de la primera edición, hemos tratado demejorarla en algunos aspectos, no sólo corrigiendo laserratas: Hemos reestructurado los capítulos para dejarmás clara la Doctrina de la Tradición eclesiástica; ade-más, se añaden algunos párrafos que hemos estimadoconvenientes.

No disponemos del «márketing» que asegura a lasempresas unos mínimos de difusión y venta de sus pro-ductos. Nosotros no tenemos móviles económicos. Sólonos mueve el Amor a Jesús, que está vivo en la SagradaEucaristía. Confiamos en Dios, y en la buena voluntad delos lectores para propagar el librito -dentro y fuera deEspaña- cómo un Mensaje de la verdadera Liturgia, quecontiene el verdadero Amor a Dios.

Bendito, alabado, adorado y amado sea Jesús en elSantísimo Sacramento del Altar.

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PRÓLOGOA LA TERCERA EDICIÓN

En nuestro deseo de ofrecer a Jesús Sacramentado lomás perfecto, hemos dado algún pequeño retoque a laedición anterior, especialmente ampliando el anexo.

Todo lo ofrecemos a María, la Madre de la Eucaristía.Que Ella bendiga a todos los lectores de buena voluntad.

PRÓLOGOA LA CUARTA EDICIÓN

Ante la proximidad del año 2000 en el que la Iglesiacelebrará un Año Eucarístico Internacional como centrodel Gran Jubileo, queremos aportar nuestro granito detrigo para preparar la sensibilidad litúrgica de nuestroshermanos: Una Liturgia basada al mismo tiempo en laConfianza y en la Humildad, en el Amor y el Respeto alSantísimo Sacramento, nos llevará a la adoración a Je -sús -“Dios de Dios, Luz de Luz-” en espíritu y en verdad.

Que María la Madre de la Eucaristía y Primera Ado -radora, bendiga esta 4.ª edición, -algo mejorada- paraque sus páginas puedan servir de luz y consuelo a todoslos fieles de corazón sencillo y buena voluntad, a quienesvan destinadas.

Santander, 25 de marzo de 1999 Festividad de la Anunciación del Señor

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PRÓLOGOA LA QUINTA EDICIÓN

Hemos de continuar pregonando también en el sigloXXI, que la Humildad es la “piedra angular” en las rela-ciones del hombre con Dios, y ha de marcar la verdade-ra Liturgia; y Humildad es aceptar lo que nos ordena laPalabra de Dios: “Ante Mí se doblará toda rodilla” (Is45,23).

Dios no da su Gracia a los soberbios (Lc 1,51). Él esel mismo ayer, hoy y siempre (Heb 13,8). No cambia;tampoco la condición humana: el hombre será siemprecreatura de Dios; por eso no puede cambiar la Liturgiaque Él se ha escogido y nos ha revelado: “El cielo y la tie-rra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Lc 21,33).

En la Fiesta de la Presentación del Niño Dios en elTemplo, ofrecemos esta nueva edición –algo ampliada– ala Madre de la Eucaristía, para que Ella la presente a suDivino Hijo y, con su Bendición, dé el fruto oportuno.

Santander, a 2 de Febrero de 2004

PRÓLOGOA LA SEXTA EDICIÓN

Porque «La Eucaristía es fuente y culmen de la vida yde la misión de la Iglesia» –lema del último Sínodo—queremos seguir aportando nuestro granito de trigo, enfavor de la Liturgia que haga eficaz en las almas esaVerdad. Con leves mejoras ofrecemos esta nueva edición

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a la Primera Adoradora, la Inmaculada Madre de laEucaristía.

Parece que se oyen rumores de vuelta a la SantaTradición, con el nuevo Papa Benedicto XVI. Así lo espe-ramos, pues sólo en ella se puede beber la Sana Doc -trina a la que se refería San Pablo, cuando profetizaba lallegada de un tiempo en el que no la soportarían las gen-tes (2Tim 4,3). Por eso exhortaba a los tesalonicensesdiciéndoles: “Mantened las tradiciones” (2Tes 2,15).

Damos gracias a los adoradores humildes y genero-sos, que propagan el librito en sus ambientes. Que elmismo Señor Sacramentado sea su recompensa.

Santander, a 12 de enero de 2006

PRÓLOGOA LA SÉPTIMA EDICIÓN

“Te doy gracias, Padre, Señor de Cielo y Tierra, por-que has escondido estas cosas a los sabios y entendidosy se las has revelado a la gente sencilla”(Mt 11, 25). Lagente sencilla entiende a la primera que arrodillarse anteDios es un deber de Justicia al tiempo que de respeto,amor y confianza. Arrodillarse ante Dios es un signo deentrega absoluta a su Divina Voluntad para que Él reineen nuestra vida. Esto hay que predicarlo, practicarlo, faci-litarlo. De este modo podrá el Santísimo hacer maravillasen los comulgantes, para renovar con ellos la Faz de laIglesia y de la Tierra.

En Santander, a 22 de noviembre de 2009, festividadde Cristo Rey.

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INTRODUCCIÓN

“La Iglesia, enriquecida con los dones de su Funda -dor, observando fielmente sus preceptos de Caridad, hu -mildad y abnegación, recibe la misión de anunciar elReino de Cristo y de Dios, de establecerlo en medio detodas las gentes, y constituye en la Tierra el germen y elprincipio de este Reino”. (Vat. 11, L.G., c. 1,5).

En el desempeño de esta misión, la Iglesia no recibemejor trato ni más facilidades que su Fundador. Estar enel mundo sin ser del mundo, sin someterse a él, llevaconsigo tentaciones y persecuciones. La lucha se acen-túa en estos últimos tiempos.

El actual renacimiento pagano es la manifestación deun humanismo soberbio, en el que se da culto al hombre,al que se le presenta como la medida absoluta de todaslas cosas. Sólo se habla de derechos humanos; éstos searbitran mediante leyes que marginan y conculcan losDerechos Divinos.

Formas de este movimiento revolucionario son, entremuchas, el liberalismo, el relativismo, la contestación, elhedonismo,... que conducen al ateísmo, a la inseguridad,a la rebeldía, al materialismo... a la ordenación de lospueblos al margen de los Planes de Dios.

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Las costumbres de la Iglesia -basadas en la Tradiciónviva que se enraíza en la Sagrada Escritura- se sientenafectadas por esta revolución:

- Internamente, exaltando el subjetivismo hasta pro-clamar la autonomía de la propia conciencia (hechodenunciado ya por Pablo Vl). Esto genera individualis-mos, ataques al Dogma, contestación,... que rompen launidad propia de la Iglesia de Cristo.

- Externamente, con una liturgia anárquica y humani-zada, desacralizada. Se busca la comodidad, la rapidez ysimplicidad de las ceremonias; el protagonismo humano,sea del que oficia, sea de los fieles. Se acentúa el carác-ter social de las celebraciones, y surgen múltiples estiloslitúrgicos, marcados todos por el desprecio a los valorespropios de ciertas formas o expresiones litúrgicas con-vencionales y tradicionales.

Juan Pablo II denunció algunas de estas desviacio-nes: “Confusión de las funciones, especialmente por loque se refiere al ministerio sacerdotal y a la función de losseglares... creciente pérdida del sentido de lo sagrado,...desconocimiento del carácter eclesial de la Liturgia,...Las consecuencias son: ...experiencias, cambios y cre-atividad indebidas desorientan a los fieles,... Ia res-quebradura de la unidad de Fe y de culto de la Iglesia,la inseguridad doctrinal, el escándalo y la perplejidaddel Pueblo de Dios, y casi inevitablemente, las reaccio-nes violentas” (1).

(1) Juan Pablo II. “Inestimabile Donum” (Introducción).

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Gran parte de los contenidos litúrgicos están in -cluidos en la Revelación. Importa tenerlo en cuenta,porque la Liturgia encauza y ordena nuestras relacionescon Dios; ayuda a poner las cosas en su sitio para que nose rompa el equilibrio: ante el Amor que se nos brinda enla Euca ristía, por ejemplo, no debemos cegarnos hasta elpunto de que olvidemos la distancia infinita entre nuestramiseria y la Santidad de Dios. La Gracia nos comunicacon Dios, pero no nos iguala a Él. Es nuestro Pan pero,sobre todo, es nuestro Dios.

Para el creyente humilde, la Liturgia es una muestrajusta de cariño hacia Dios. Para el soberbio, es una cargaque se opone a su afán de protagonismo.

Vamos a tratar en este folleto de la relevancia indis-cutible de una postura litúrgica: DE RODILLAS.

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IPOSTURA LITÚRGICA DE

INSTITUCIÓN DIVINA

a) Dice el C. Vatic. I: “La Revelación Divina se contie-ne en los libros escritos y en las tradiciones no escritas,que recibidas de los Apóstoles de boca de Cristo mismo,o por los mismos Apóstoles bajo la inspiración del Espíri -tu Santo, transmitidas como de mano en mano, han lle-gado hasta nosotros. Estos libros del Antiguo y del NuevoTestamento, íntegros en todas sus partes, tal como secontienen en la antigua edición Vulgata latina, han deser recibidos como sagrados y canónicos... no solamen-te porque contengan la Revelación sin error; sino porqueescritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Diospor Autor, y como tales han sido transmitidos a la mismaIglesia” (1).

b) Dice el C. Vatic. ll: “Los mismos signos visibles queusa la Sgda. Liturgia, han sido escogidos por Cristo o porla Iglesia para significar realidades invisibles” (2).

(1) C. Vaticano I - Ses. III, c. II.(2) C. Vaticano II - Sgda. Liturgia, c. 1, 33.

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Por eso mismo el Concilio manda: “Que nadie, aun-que sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa algu-na por iniciativa propia en la Liturgia” (3).

c) Efectivamente, en el A. Test. el mismo Dios dictaa su Pueblo el contenido litúrgico: objetos, ornamen-tos, ofrendas, óleos, lugares, medidas, disposición deelementos, significado, forma de actuación, palabras dela bendición... (Ex. 25, 9; y ss/Lev. 6, 3-4/Num. 6, 22-27).

Para el culto se escogen materiales nobles; nocomo Caín que escogía lo peor, o como Judas, que que-ría dar a los pobres el valor del perfume con que laMagdalena ungía a Cristo, en la más espontánea y bellaceremonia litúrgica de la Contrición. Así, por ejemplo, elArca de la Alianza (símbolo de nuestro Sagrario) habráde recubrirse de oro puro por dentro y por fuera (Ex. 37,21). En el Santuario arderán constantemente lámparas(Lv. 24, 1). De cada ofrenda “se presentará por eleva-ción una pieza reservada a Yavé” (Lv. 7, 14). (De aquíel que, en el Ofer torio de la Misa, se ofrezca por separa-do lo que luego se va a consagrar por separado). Elincienso se quemará por la mañana y al atardecer (Ex.30, 7).

Cuando el Sumo Sacerdote Simón derramaba el zu -mo de la vid al pie del altar, los hijos de Aarón tocabanlas trompetas, con fuerte sonido, para avisar que sehallaban ante el Altísimo. Entonces, todo el Pueblo auna, caía rostro en tierra para adorar al Señor, al Santode Israel. Cuando acababa la ceremonia, todo el Pueblo

(3) C. Vaticano II - Ibídem, c. 1, 22-3.

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volvía a postrarse para recibir la bendición del SumoSacerdote (Eclo. 50, 17-23). (Lo que nos recuerda, res-pectivamente, los toques de campanilla y el arrodillarseen la Consa gración y al final de la Misa para recibir labendición).

d) Por boca del Profeta Isaías, el mismo Dios sereserva para Su Liturgia una forma concreta deexpresión corporal: “ANTE Ml SE DOBLARA TODARODILLA” (Is. 45, 23). “De novilunio en novilunio, desábado en sábado, to da carne vendrá a postrarse anteMí, dice Yavé” (Is. 65, 23). Por eso el Sto. Profeta Davidnos exhorta: “Venid, postrémonos en Su Presencia,DOBLEMOS NUESTRAS RODILLAS ante Yavé,Nuestro Hacedor” (Sal. 95,ó). Y S. Pablo nos lo confirma:“Yo doblo mis rodillas ante el Padre, de quien procedetoda familia en los Cielos y en la Tierra” (Ef. 3, 14-15).

Y es que esta postura es símbolo de Adoración yFidelidad, que atrae las bendiciones de Dios: “Voy a dejarcon vida en Israel a siete mil, cuyas rodillas no se handoblado ante Baal, y cuyos labios no le han besado” (IRe. 19, 18).

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IIPOSTURA LITÚRGICA ENRAIZADA EN

LA SAGRADA ESCRITURA

a) Para orar y adorar.— Dice Romano Guardini: “Siempleamos fórmulas de Adoración, sirvámonos de lasde la Sagrada Escritura” (1). Veamos, pues:

- De rodillas y con las manos alzadas al Cielo orabaSalomón ante el altar de Yavé (I Re. 8, 54 y 11 Cro.6, 3).

- De rodillas, y con el rostro entre ellas, oraba el Pro -feta Elías en la cumbre del Monte Carmelo (I Re. 18,42).

- De rodillas y con las manos extendidas oraba Es -dras (Esd. 9, 5).

- De rodillas ora tres veces al día el Profeta Daniel ensu casa (Dan. 6, 10).

- El Rey Ezequías y toda la asamblea doblan las rodi-llas y se prosternan en el Templo del Señor (Il Cro.29, 29).

(1) Romano Guardini: “El Señor”, t. II, n. 4, pág. 349.

- También el Rey David se prosterna al entrar en elTemplo (Sal. 5, 8).

- Todo el pueblo de Betulia dobla las rodillas para ado-rar y bendecir a Dios, al conocer la obra de Judit enel campo asirio (Jdt. 13, 17).

- Mardoqueo se niega a doblar la rodilla ante Amán,pues no desea adorar sino al Señor (Est. 13 14).

- De rodillas adoran los Reyes Magos a Jesús enBelén (Mt. 2, 11).

- Los Apóstoles se postran ante Jesús cuando sube ala barca, después de haber caminado sobre lasaguas (Mt. 14, 33).

- El padre de una niña que acaba de morir, se postraante Jesús para pedirle que la resucite (Mt. 9, 18).

- Se postra ante Jesús una mujer cananea, para pe -dirle cure a su hija atormentada por el demonio (Mt.15, 25).

- De rodillas ante Jesús, el padre de un niño ende-moniado pide la curación de su hijo (Mt. 17, 14).

- De rodillas habla con Jesús el joven rico (Mc. 10,17).

- El ciego de nacimiento, curado por Jesús, se postraante El al saber que es Hijo de Dios (Jn. 9 38).

- Cristo ora de rodillas en Getsemany (Lc. 22, 41).

- Doblan la rodilla ante Cristo coronado de espinas,los sayones que se burlan de El (Mt. 27, 29).

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- Los Apóstoles se postran ante Cristo cuando se lesaparece en Galilea (Mt. 28, 17), y cuando Lo con-templan en la Ascensión a los Cielos (Luc 24, 52).

- De rodillas recibe el martirio S. Esteban (Hch. 7, 60).

- De rodillas ora Pedro para pedir la resurrección deTabita (Hch. 9, 40).

- De rodillas ora S. Pablo con los presbíteros de Efe -so en Mileto (Hch. 20, 36).

- De rodillas en la playa ora S. Pablo con los fieles deTiro, antes de embarcar camino de Jerusalén (Hch.21, 5).

- De rodillas caerá de forma espontánea el no cre-yente, cuando al ser descubiertos los secretos de sucorazón por los Profetas del Grupo de Oración, reci-ba la Luz de la Fe (I Cor 14, 24-26).

- De rodillas ora S. Pablo a Dios Padre para que elEspíritu Santo conceda el Don de Fortaleza a loscreyentes de Efeso (Ef. 3, 14-16).

b) Para pedir perdón:

San Juan Crisóstomo nos dice “Arrodillémonos, con-fesando nuestros pecados”. Sin duda que el Santo forjósu sensibilidad en la meditación de la Sagrada Escritura.Recordemos por ejemplo:

- Los hermanos de José en Egipto se prosternan anteél para pedirle perdón (Gen 50,19).

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- Cuando S. Pedro pregunta a Cristo cuántas vecesha de perdonar, el Señor le pone la parábola del reyque perdona las deudas al siervo que, de rodillas, lepide tiempo para pagarle. (Mt 18, 26-27).

- El leproso de rodillas ante Cristo para pedirle sucuración (Mc 1,40), es símbolo del pecador que con-fiesa sus culpas para obtener el perdón de Dios.

c) Para dar gracias

Uno de los diez leprosos curados, precisamente sa -maritano, vuelve a dar gracias a Jesús y ante Él se arro-dilla, rostro en tierra. En esta postura permanece escu-chando a Jesús, hasta que el Señor le ordena que selevante (Lc 17,11).

d) Para recibir la Bendición

- Al terminar el sacrificio, el Sumo Sacerdote “Simón,bajando, levantaba sus manos sobre la congregación delos hijos de Israel, para dar con sus labios la Bendición departe de Dios... De nuevo se postraban en tierra pararecibir de él la bendición” (Ecco 50, 22-23).

e) A veces la postura de rodillas da paso a una pos-tración sobre el rostro

- Abraham se postra en tierra cuando Yavé se le apare-ce en el encinar de Mambré (Gén. 18, 1 -3).

- Moisés se prosterna en tierra cuando siente la presen-cia de Dios en la nube (Ex. 34, 8).

- Cuando la Gloria de Yavé llena el Templo de Salo món,y baja fuego del Cielo para consumir la víctima, los

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Los polacos suelen rezar postrados, con el rostro en tierra y brazos encruz. Así nos cuentan oraba en casa durante la guerra el actual PapaJuan Pablo II cuando los alemanes efectuaron un registro. Todos los

hombres fueron deportados salvo Karol Wojtyla, pues los alemanes noabrieron la puerta tras la que se encontraba rezando.

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hijos de Israel caen rostro a tierra para adorar y confe-sar a Dios (II Cro. 7, 1-3).

- Balam se postra sobre el rostro cuando descubre en sucamino la presencia del Angel de Dios (Núm. 22, 31).

- A la orden del Rey David, la Asamblea se postra paraadorar, y bendecir a Dios (I Cro. 29, 20).

- “Ensalzad a Yavé, nuestro Dios, y postraos ante elescabel de sus pies: es El Santo”; nos dice el profetaDavid (Sal 99, 5).

- El Santo Job se echa en tierra para adorar (Job 1, 20).

- El Profeta Ezequiel cae rostro a tierra al ver la Gloria deDios (Ez. 1, 28).

- Judit se postra rostro en tierra, para pedir a Dios lesproteja del Ejército Asirio (Jdt. 9, 1).

- Todo el Pueblo que seguía a Judas Macabeo se postrasobre su rostro, al establecerse el culto en el Templo (IMac. 4, 54).

- De igual modo obran los tres Apóstoles en el mo mentode la Transfiguración de Cristo (Mt. 17, 6).

- Cristo en Getsemany, también se postró sobre SuRostro (Mt. 26, 39).

f) EI arrodillarse, como acto de adoración, sólo ha dereservarse para Dios

- Los hermanos de José se prosternan ante él parapedirle perdón, pero les corrige diciendo: “¿Estoy yoacaso en el lugar de Dios?” (Gén. 50, 19).

- Al ser tentado en el desierto, Cristo ordena al diablo:“Apártate Satanás, porque escrito está: Al Señor tuDios adorarás y a El sólo darás culto” (Mt. 4, 10).Recordemos que el diablo había pedido a Jesús quese arrodillase para adorarle.

- El Centurión Cornelio se postra a los pies de S.Pedro para adorarle, pero éste le dice: “Levántate,que yo también soy hombre” (Hch. 10, 25-26).

- El Apóstol S. Juan se pone de rodillas ante el Angelque le muestra las visiones, pero Este le dice: “Nohagas eso, pues soy consiervo tuyo y de tus herma-nos los profetas, y de los que guardan las Palabrasde este Libro. Adora a Dios” (Ap. 22, 8-9). Luego,también los Ángeles proclaman que el ponersede rodillas es forma escogida para adorar aDios.

g) Manifestación de la Liturgia Eterna

El Sto. Profeta David anuncia la llegada del Reino deCristo cuando dice: “Se postrarán ante El todas las fami-lias de las gentes” (Sal. 22, 28). “Se postrarán ante El to -dos los reyes; le servirán todos los pueblos” (Sal. 72, 11).

“Todas las gentes que Tú hiciste, vengan, Señor, apostrarse ante Ti y honren tu Nombre” (Sal. 86, 9).

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Recordemos la visión celeste de S. Juan. Cuandotodos los seres del Cielo y de la Tierra entonan un cánti-co de alabanza y bendición al que está sentado en elTrono y al Cordero, “Los ancianos cayeron de rodillas yadoraron” (Ap. 5, 14).

“Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor delTrono, de los Ancianos y de los Cuatro seres se postra-ron delante del Trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios,diciendo: Amén” (Ap. 7, 9-12).

Por eso exclama S. Pablo: “Al Nombre de Jesús,doble la rodilla cuanto hay en los Cielos, en la Tierra y enlos abismos, y toda lengua confiese que Jesucristo esel Señor, para Gloria de Dios Padre” (Flp. 2, 10-11) (2).Y al decir el Nombre, no se refiere al conjunto de susletras, sino a su significado: a la Persona de Cristo, alHijo de Dios, presente al proclamar Su Palabra, cuandonos reunimos para orar y, sobre todo, presente en laSagrada Eucaristía.

(2) Hacemos este subrayado -aunque fuera del tema- para denunciarel falso ecumenismo.

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IIIPOSTURA LITÚRGICA BASADA EN LA

TRADICIÓN ECLESIÁSTICA

La observancia de tradiciones la considera el C. Vati -cano II como “condición previa, absolutamente necesa-ria, para el restablecimiento de la unión” con otras igle-sias (1).

Resulta contradictorio que quienes se apresuraron ainterpretar el espíritu de este Concilio, hayan queridodespojar el Tesoro de tradiciones de la Iglesia. La expe-riencia demuestra que se ha resquebrajado la unidad yque, por tanto, algo esencial ha quedado afectado. Nosviene a la memoria la denuncia de Pablo VI: “Tengo lasensación de que por algún resquicio ha entrado elhumo de Satanás en el Templo de Dios” (2). Cincoaños más tarde mantenía esta preocupación y concreta-ba: “La Iglesia necesita dar marcha atrás debido a lasalteraciones en las ideas, en la vida social y en la mismavida religiosa. Necesita dar marcha atrás para apoyarse

(1) C. Vaticano II - “Unitatis Redintegratio”, c. II, 16.(2) Pablo VI: Audiencias del 29 junio y 15 nov. 1972.

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sobre la Roca de la Tradición Viva, para avanzar conseguridad por los nuevos caminos” (3).

Veamos, pues, cuál es la Doctrina de la TradiciónViva, la Doctrina de la única Iglesia fundada por Cristo:

“La Doctrina de la Fe que Dios ha revelado, no ha si -do propuesta como un hallazgo filosófico que deba serperfeccionado por los ingenios humanos, sino entregada ala Esposa de Cristo como un depósito divino, para serfielmente guardada e infaliblemente declarada” (4).

“Cosa, en verdad, sagrada es la Liturgia, pues por ellanos levantamos a Dios y con El nos unimos, atestiguamosnuestra Fe y nos obligamos a El con gravísimo de ber porlos beneficios y auxilios recibidos, de los que perpetua-mente estamos necesitados. De ahí el íntimo parentes-co entre la Sagrada Liturgia y el Dogma, así como en -tre el culto cristiano y la santificación del pueblo” (5).

Fijémonos bien, pues si de la pureza del Culto depen-de la Santificación del Pueblo, en estos momentos en quelas gentes se apartan de Dios está siendo hora de revisarel culto. Es urgente hacerlo. Y esta revisión litúrgi ca ha detener un fundamento bíblico, pues, como dice el C.Vaticano II: “En la Liturgia terrena preguntamos y to -mamos parte en aquella Liturgia Celestial que se cele-bra en la Santa Ciudad de Jerusalén, hacia la cual nosdirigimos como peregrinos y donde Cristo está sentado ala diestra de Dios como Ministro del Santuario y del Taber -

(3) Pablo VI: Audiencia del 28-3-77.(4) Pío IX - C. Vaticano I - Ses. III, c. II.(5) Pío IX - Const Ap. “Divini Cultus”.

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náculo verdadero (cf. Ap. 21, 2; Col. 3, 1; Heb. 8, 2). Can -tamos al Señor el himno de gloria con todo el Ejército ce -lestial; venerando la memoria de los Santos, esperamostener parte con ellos y gozar de su compañía; aguarda-mos al Salvador, Nuestro Señor Jesucristo, hasta que semanifieste El, nuestra Vida, y nosotros nos manifestemostambién gloriosos con El (cf. Fil. 3, 20; Col. 3, 4) (6).

Un ejemplo lo tenemos en el Profeta Daniel: Orabade rodillas en su casa tres veces al día. El Angel delSeñor le dice: “No temas, Daniel, porque desde el primerdía que intentaste de corazón comprender y te humillas-te delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras” (Dan.6, 10).

S. Agustín explica: “El Santo Daniel sufrió a los acu-sadores y perseguidores por haber sido encontrado ado-rando y orando a su Dios” (7).

Estamos defendiendo, pues, una postura de adora-ción humilde que reporta “la santificación del Pueblo”. Poreso continúa S. Agustín ilustrando y advirtiendo a quie-nes se acercan a recibir la Sagrada Eucaristía de cual-quier manera: “...Nos hizo (Cristo, el “Médico humilde”)un Alimento que recibiésemos y (con el que) quedáse-mos curados. ¿De dónde es este Alimento y a quiénesaprovecha? A los que hubieren imitado la humildaddel Señor...” (8).

(6) C. Vaticano II - Sacrosanctum Concilium 1,8.(7) S. Agustín - Contra Fausto L. 21, c. 21.(8) S. Agustín - Sermón sobre la Humildad de N.S. Jesucristo, n. 1.

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Es la misma Doctrina que enseña S. Juan Cri -sóstomo (s. IV), llamado “Doctor de la Eucaristía”: “...Aeste Cuerpo, aun recostado en el pesebre, lo adoraronlos Magos... imitemos al menos a los extranjeros, nos-otros los ciudadanos del Cielo” (9). Y recordemos que losMagos se arrodillaron ante Jesús. Y en otra homilía, alexponer las condiciones para acercarse a la Sgda. Co -munión dice: “...Arrodillémonos, confesando nuestrospecados” (10).

Otro testimonio lo encontramos en las Constitucio -nes de los Apóstoles (s. IV). Después de haber salidode la Asamblea los catecúmenos, penitentes, etc., y an -tes de la oración por la Paz, se manda: “No se acerqueninguno de los que no pueden. Cuantos somos fielesdoblemos la rodilla” (11).

Es una postura que defendió ya el Sínodo de Tours(año 813) quizás como reacción ante la secta de losAgoniclitas, de la que hablamos más adelante.

Un pasaje de W. Estrabón († 849) refiere que loshombres de su tiempo reciben la Comunión con loscodos apoyados en las cancelas del Altar (12).

Y en las instrucciones de Ulrico de Cluny (s. XI) sehabla ya del “reclinatorium”, que se cubre con un lienzopara las ceremonias (13).

(9) S. Juan Crisóstomo - Hom. 24, sobre la I Cor., n. 5.(10) S. Juan Crisóstomo - Hom. en la Natividad, 7.(11) Const. de los Apóstoles. L. 8, c. 10, n. 1.(12) W. Estrabón - De exord, etincrem. II, 6.(13) Consuet, Cluniacenses Pl 159, 722. Citado por M. Righetti en H.ª

de la Liturgia, II, n. 305.

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“En el rito de la Curia romana se considera tradicionalen el s. XII el comulgar de rodillas, y el único que co mul gade pie es el Obispo en el día de su Consagración” (14).

El Concilio Ecuménico de Trento (1545-1563) pre-tendió salvaguardar lo genuino de la Iglesia frente a lasherejías. Para ello quiso reformar las costumbres (sesiónIII) a la luz de las únicas Fuentes de la Revelación: laSagrada Escritura y la Santa Tradición (sesión IV). En elcanon 13 declara: “Si alguno dijere que los ritos recibidosy aprobados de la Iglesia Católica que suelen usarse enla solemne administración de los Sacramentos, puedendespreciarse o ser omitidos por el Ministro a su arbitriosin pecado, o mudados en otros por obra de cualquierpastor de las iglesias, sea anatema” (15).

Es Doctrina que –como ya hemos dicho– recoge el C.Vaticano II: “Que nadie, aunque sea sacerdote, añada,quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en laLiturgia” (16).

El Concilio de Trento definió con claridad: “Si algunodijere que en el Santísimo Sacramento de la Eucaris -tía no se debe adorar con culto de Latría, aun exter-no, a Cristo,... sea anatema” (17).

Este culto externo consiste sin duda en arrodillarse;así se deduce del canon 5, en la misma sesión, al recor-dar la Adoración de los Magos en Belén y la de los Após -

(14) P. Jungman, S. I. El Sacrificio de la Misa, n. 544.(15) C. de Trento, Sesión VII, canon 13.(16) C. Vaticano II. Sacrosantum Concilium, c. 1, 22-3.(17) Con de Trento, Ses. XIII, canon 6.

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toles en Galilea. ¿Qué cabría pensar entonces, de lossacerdotes, que prohíben la Comunión de rodillas?

Y no es posible otra interpretación -tal como hemosdemostrado en los dos primeros capítulos-, pues leemosen Ap. 5, 14: “Los ancianos cayeron de rodillas y ado -raron”.

Por lo expuesto vemos que no es cosa de pocaimportancia arrodillarse ante Dios. Pablo VI añadía:

“Os podrá parecer, quizás, que la Liturgia está hechade cosas pequeñas: actitud del cuerpo, genuflexiones,inclinaciones de cabeza, movimiento del incensario, delMisal, vinajeras. Es entonces cuando hay que recordarlas palabras de Cristo en el Evangelio: “El que es fiel enlo poco lo será en lo mucho” (Lc. 16, 10). Por otra parte,nada es pequeño en la Santa Liturgia, cuando se piensaen la grandeza de Aquel a quien se dirige” (18).

Sea pues nuestro lema la exhortación del Apóstol S.Pablo a los Tesalonicenses: “Manteneos firmes y con-servad las tradiciones que habéis aprendido de nos-otros...” (2 Tes. 2, 15). Porque “somos partícipes deCristo si conservamos firme hasta el final el templeprimitivo de nuestra fe” (Heb. 3, 14).

Veamos en la 1.ª Parte del siguiente Capítulo, unaconfirmación de la Doctrina de la Tradición vivida por losSantos, obras maestras del Espíritu de Dios.

(18) Pablo VI - Aloc. del 30-V-67.

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IVPOSTURA LITÚRGICA PLASMADA

EN LA HISTORIA DEL MUNDO CRISTIANO

I. EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

A) De rodillas para orar y adorar con humildad

En el capitulo III, al recordar la Doctrina de la Tradicióneclesial, hemos mencionado las Constituciones de losApóstoles (c. 380), a S. Juan Crisóstomo (354-407), a S.Agustín (354-430) y a distintos Concilios y Papas. Quere -mos continuar el rastro de los Santos:

1) Contemplando la figura del leproso arrodillado anteJesús, nos escribe San Beda (672-735): “Aquel hombrese arrodilla postrándose en tierra -lo que es señal dehumildad y de vergüenza- para que cada uno se aver-güence de las manchas de su vida. Pero la vergüenza noha de impedir la confesión; ...” (1).

2) De rodillas abandona S. Bernardo (1090-1153) “elmundo” para ingresar en el monasterio de Citeaux.

(1) S. Beda: Comentario sobre S. Marcos.

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3) San Isidro (1082-1170) oraba de rodillas en elcampo. Su cuerpo se conserva incorrupto en Madrid.Fue Fundador de la Cofradía para el Culto al SantísimoSacramento. ¡Con qué devoción se arrodillaría anteJesús Sacramentado!

4) En la Plaza de Tolosa la mula del hereje Guyardse arrodilla ante el Santísimo Sacramento, colocado enla Custodia que sostiene San Antonio de Padua (1195-1231).

5) Cuenta Sta. Brígida que en 1370 se le apareció laStma. Virgen María, y le contó que había dado a luz asu Hijo, sin dolores ni abatimiento, estando de rodillasen oración. Coincide con Sor María Jesús de Ágreda,con Ana Catalina Emmerick y con María Valtorta.

6) Santa Catalina de Siena (1347-1380), Doctora dela Iglesia, a veces se arrodillaba para besar el lugar quehabía pisado un sacerdote (2). ¿Con qué unción recibiríade rodillas al Hijo de Dios?

7) Dice S. Juan de Ávila (1500-1568): “Sentía gran-demente la ligereza con que procedían algunos sacerdo-tes, los cuales, en acabando de decir la Misa apenasestán dos Credos hincados de rodillas, y a veces con unasola, dando gracias a Dios; y con este ejemplo, ¿quéharán los populares, sino pensar que no es menester sinocomulgar e irse a comer o a pasear, sin más mirar lo quese ha recibido, ni dar más gracias por tal merced?” (3).

(2) “Doctrina espiritual de Santa Catalina de Siena”. J. Salvador y Con -de, O.P. Salamanca, 1984, pág. 103.

(3) S. Juan de Ávila, Obras Completas I, pág. 250.

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8) S. Francisco Javier (1506-1552) -en Ternate yMalaca- escribe una Declaración sobre el Símbolo de laFe. Queremos señalar en el punto 1: “...Mas los cristia-nos verdaderos y leales a su Dios y Señor, creen y ado-ran de voluntad y corazón a un solo Dios verdadero... ybien lo muestran cuando van a las Iglesias y ...ponenentonces los cristianos las rodillas en el suelo,...”.

9) San Pascual Bailón (1540-1592) fue nombradopor el Papa León XIII Patrono de las Asociaciones yCongresos Eucarísticos. La imagen más popular de esteSanto “es la del cuadro de Zurbarán, que lo presenta-como un símbolo de toda su vida- arrodillado en actitudadoradora al Stmo. Sacramento” (4).

10) S. Juan de Rivera (1533-1611), Arzobispo deValencia y Fundador del Colegio del Corpus Christi y dela Inmaculada, recomendaba a sus fieles que al doblarlas rodillas ante Jesús Sacramentado, no dejaran desai-rada a Su Madre. A él se atribuye la glosa: (5)

“Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebidasin pecado original”.

(4) “San Pascual Bailón”, de Pascual Rambla, O.F.M. Edic. Pr4ov. Fran -cis cana. Barcelona 1980.

(5) Cita del Hno. Ginés en “La Madre”, libro que recomendamos a quie-nes deseen conocer mejor, para amar más, a la Madre de Dios(Pedidos a nuestra editorial).

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11) San Francisco de Sales (1567-1622) Obispo deGinebra y Doctor de la Iglesia, que pasaba largas horasen oración, afirmaba: “Las almas se ganan de rodillas”.

12) El Rey español Felipe IV, se arrodilla ante toda laCorte, para besar la pierna de José Pellicer, resucitadapor la Virgen del Pilar el 29 de Marzo de 1640.

13) S. Pablo de la Cruz (1649-1775), Fundador de losPasionistas, en un retiro de 40 días, tiene una visión:Contempla a la Stma. Virgen rogando de rodillas paraque el Santo fundara la Congregación.

14) Un Angel manda arrodillarse a Santa CatalinaLabouré, al llegar al altar Mayor de la Capilla en la quela esperaba la Santísima Virgen. Era la noche del 18 al19 de Julio de 1830.

15) San Antonio María Claret (1807-1870) permane-ció en El Escorial veinticuatro horas de rodillas ante elSantísimo, del Jueves al Viernes Santo. No se levantópor ningún motivo.

El mismo Santo, al confesar a la Reina Española,como viera que ésta lo iba a hacer sentada, le dijo: “Derodillas, Majestad. Aquí no es una Reina sino una pobre-cita pecadora” (6).

16) S. Juan Bosco (1815-1888) en uno de sus céle-bres sueños proféticos (55/1866) se ve con sus jóvenesen una débil embarcación, azotada por el temporal. To -dos se arrodillan y se cogen de las manos para orar,

(6) Vida anecdótica de S. Antonio M.ª Claret”. Edit. Coculsa.

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aunque hay algunos “insensatos... burlándose de la acti-tud suplicante de sus compañeros” y que pronto caen alagua y desaparecen. Al final de la prueba se les aparecela Stma. Virgen, en quien habían confiado, en un magní-fico Templo, y todos caen de rodillas para entonar un cán-tico de alabanza.

Los místicos reciben de rodillas sus comunicaciones y videncias.

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En otro de sus sueños (88/1873) presenta a unosjóvenes tendidos en el suelo, implorando la misericordiadivina, mientras que otros “de pie, derechos, en acti-tud de rebeldía, con la cabeza erguida y vuelta haciael globo... como si quisieran desafiar la majestad deDios... estaban fríos, sin vida, y con el rostro negro comoel carbón”.

17) Monseñor Sánchez de Castro, Obispo de San -tander (España) exhortaba a sus sacerdotes a no subiral Altar sin haber pasado un rato de rodillas, haciendola preparación próxima, y a no salir del Templo sin emple-ar siquiera un cuarto de hora en acción de gracias, arro-dillado... a la vista del Pueblo, para que aprenda el res-peto con que ha de ser tratado el Augustísimo Sacra -mento” (7).

18) Monseñor Bougaud, Obispo de Laval (Fran -cia), nos confirma, a pesar del tiempo, cómo la posturalitúrgica que nos ocupa forma parte del corazón de laIglesia. En una exaltación del Sacramento de la Peniten -cia escribe: “Desde hace dieciocho siglos dice la Iglesia aesta Humanidad tan orgullosa: Arrodíllate y confiesatus faltas. Y desde hace dieciocho siglos, a pesar de lasmil resistencias individuales que se levantan todos losdías, la Humanidad se arrodilla y confiesa sus pecados.He ahí...” (8).

Este buen Obispo no se hubiera expresado así ennuestros días. Desgraciadamente, la Humanidad de este

(7) Monseñor Sánchez de Castro. Carta Pastoral (2-Feb.-1889).(8) “La Luz de la Fe”, de L. Calpena. Madrid. Tomo V, pág. 306.

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final de siglo XX se ha ensoberbecido hasta el punto dequerer romper las tradiciones que lleven la huella deDios, y por eso reniega del hombre que se arrodilla anteEl; mientras, va convirtiendo al hombre en esclavo de losídolos que ella misma fabrica.

19) El canónigo Rvdo. D. José Codina Canals cuen-ta en una de sus obras (9) la siguiente anécdota, referidaal Obispo suizo Monseñor Marmillod, ocurrida siendoéste Vicario de una Parroquia de Ginebra:

Era una de tantas noches en las que, antes de cerrarel templo, el Vicario hacía su visita al Santísimo y com-probaba que la iglesia quedaba vacía. Al acabar la visita-como de costumbre- besa el suelo y se despide delSeñor ante el Sagrario con una detenida genuflexión. Depronto oye un rumor en un ángulo de la Iglesia. Observaque se abre un confesonario y que de él sale una mujer.Sorprendido le viene a decir:

-¿Qué busca usted, señora, por estos lugares y aestas horas?

-Perdone, usted, mi atrevimiento. Soy una protestan-te; sin embargo he oído con mucho interés los sermonesque usted ha predicado últimamente sobre la presenciareal de Jesús en el Sacramento, y me convenció. Mequedaba sólo una duda; a saber: si vos creíais lo quedecíais. Como prueba quise ver cómo os portabais vosante el Tabernáculo (Sagrario) al encontraros solo en laIglesia creyendo que nadie os contemplaba. He observa-

(9) Rvdo. D. José Codina Canals, “La Verdadera Iglesia”, 2ª parte, p. 11º

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do vuestra genuflexión, que me ha indicado que creéis enla Presencia de Jesús en el Sagrario, y ya creo.

A los pocos días la señora se hacía Católica.

20) El Beato Manuel González García (1877-1940),Obispo de Palencia (España), fundó la “Pía Unión de lasMarías de los Sagrarios Calvarios”. Es autor de numero-sos escritos llenos de Amor eucarístico. El nos define elreclinatorio como el lugar “sobre el que hace su Oracióny reza su Oficio (el Obispo) y desde donde, como deestación telegráfica, comunica con sus sacerdotes y susfieles, y pide y recibe la luz y el calor y la fuerza que paraél y para ellos necesita” (10).

A Monseñor González, por sus Escritos, se le conocecomo El “Obispo del Sagrario Abandonado”. Cuentansus biógrafos que antes de llevar a la imprenta sus librossolía apoyarlos -ligera y respetuosamente- sobre la Puer -ta del Sagrario. En alguna ocasión le preguntaron sobreeste hecho y contestó: “El libro está de rodillas y no sepublicará hasta que no reciba la Bendición de Jesús” (11).

Pero también se le ha llamado “El Centinela peren-ne del Sagrario”; y no sólo por las incontables horas quepermanecía arrodillado ante El, sino por lo que explica lafotografía que acompañamos. Es el epitafio que él mismose escogió.

(10) “Arte y Liturgia” (2.ª Parte). D. Manuel González García. Obispo dePalencia.

(11) ”El Obispo del Sagrario abandonado”. J. Campos Giles. Editorial“El Granito de Arena” (Palencia), 4.ª Edición, pág. 496.

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Este era el epitafio de la tumba de Monseñor Manuel González, antes de ser beatificado. Se encontraba en el suelo de la Capilla

del Santísimo de la Catedral de Palencia (España)

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21) “Jesús te enseña que a Dios se le adora derodillas”.- En la conocida obra “Trono de la Sabidu -ría”(12), la mística Consuelo pone en boca de la Virgenesta enseñanza: “Los judíos normalmente oran de pie.Jesús era fiel cumplidor de la Ley de Moisés, porque Él¨no había venido a abolir la Ley sino a perfeccionarla ydarle cumplimiento” (Mt 5,17). Es sorprendente la actituddel Señor ante algunas tradiciones farisaicas que tendíanmás a la letra que al espíritu (2Cor 3,6); y viniendo Él aenseñar "lo que es justo y santo" (Ef 4,24) rompe con tra-diciones "que sólo son preceptos de hombres" (Mt 5,9),perfecciona lo imperfecto y hace aquello que es másgrato a los ojos del Padre.

Los fariseos alzan su voz para orar; Jesús, en cambio,huye del bullicio y "sube al monte, a solas, para orar"(Mt14,23); se aleja del mundo y se "va al desierto" (Mc 1,12).En el Huerto de los Olivos, "Jesús se aleja de los discí-pulos como un tiro de piedra y, puesto de rodillas, ora alPadre" (Lc 22,41). Si Jesús conserva esa actitud de reve-rencia y de profunda Humildad cuando se dirige al Padre,es porque la reverencia es imprescindible en la ora-ción, lo mismo que lo es la humildad. Jesús te enseñaque a Dios se le adora de rodillas.

Si quieres intimar con el Señor, retírate del bullicio,"entra en tu aposento"(Mt 6,6) y "dobla tus rodillas anteAquel" (Sal 44,12; Fil 2,10)a quien los ángeles adoranpostrados (Ap 7,11).”

(12) Consuelo, “Trono de la Sabiduría”, 23, 3. e

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Y en otro lugar de la misma obra (pg 437):

“Los Ángeles del Cielo se conmueven ante este Dontan excelente (La Eucaristía); por el contrario, el hombredemuestra en su trato con el Señor, oculto en el Sagrario,¨dureza de corazón¨ (Mc 16,14) y "falta de piedad" (Job15,4), porque muchas veces se acerca a recibir la Euca -ristía sin preparación, sin respeto y sin reverencia. Laingratitud es incomprensible, y las almas eucarísticas su -fren ante tantos atropellos; "la guerra se hace ahora con-tra Dios" (2 Crón 13,12), porque los hombres, a fuerza deexigir derechos, han considerado que "doblar la rodillaante su Dios y Señor" (Fil 2,10) ofende su orgullo y digni-dad. Sin embargo, éste es un camino muy peligroso que,paso a paso, conducirá a "la abominación en el LugarSanto anunciada por el profeta -el que tenga oídos que loentienda-" (Mt 24,15); porque, si no ponéis fin a tantosdesatinos, el castigo será inevitable. (...)

Amad intensamente al Amor de los Amores. Sedapóstoles de la Euca ristía y llevad a todos los hombres"esta buena nueva" (Lc 1,19): ¨ Jesús está en el Sagrarioy os espera. "Decid sin miedo: Aquí está vuestro Dios" (Is40,9), "venid y adorémoslo" (Mt 2,2; Lc 2,15).

B) Los Santos nos enseñan a comulgar de rodillas

Además de los Santos citados en el apartado anterior,queremos mencionar especialmente a:

- El Santo Cura de Ars (1786-1859), repuesto porJuan Pablo II como Modelo de sacerdotes, nos enseña acomulgar con toda unción:

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“...Para acercaros a la Sagrada Mesa, os levantaréiscon gran modestia, indicando así que vais a hacer algogrande; os arrodillaréis y, en presencia de JesúsSacramentado, pondréis todo vuestro esfuerzo en avivarla Fe... Vuestra mente y vuestro corazón deben estarsumidos en el Señor. Cuidad de no volver la cabeza auno y otro lado... Después que hayáis tenido la inmensadicha de comulgar, os levantaréis con modestia, volve-réis a vuestro sitio y os pondréis de rodillas...; antetodo, deberéis conversar unos momentos con Jesucristo,al que tenéis la dicha de albergar en vuestro corazóndonde, durante un cuarto de hora, está en Cuerpo y Almacomo en su Vida mortal” (13).

(13) Sto. Cura de Ars. Sermón sobre la Comunión.

S. Juan María BautistaVianney (Santo Cura de Ars).

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Es muy conocida la siguiente anécdota suya: Cuandoun sacerdote al que el Santo Cura acababa de resolveruna duda, le pregunta que dónde había aprendido Teolo -gía el Sto. Vianney le señaló el reclinatorio donde se arro-dillaba para rezar.

De este Sto. Sacerdote dijo el Papa S. Pío X: “¡HagaDios que todos los curas, sin excepción, tomen comomodelo al Venerable Vianney! ...” (21 -2-1904).

S. Pedro Julián Eymard.

- S. Pedro Julián Eymard (1811-1868) es el Funda -dor de los Religiosos y de las Siervas del Santísimo Sa -cramento. En 1939, el Papa Pío XII llamaba a este Santo,“Campeón de Cristo presente en el Sagrario”. Y JuanXXIII -el 9 de diciembre de 1962- en la ceremonia de Ca -

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nonización: “Honrad y festejad al que fue tan perfectoAdorador del Santísimo Sacramento”.

Y en el Decreto de aprobación de sus milagros sedice: “Entre los amantes insignes del Santísimo, ocupa elpuesto principal sin género de duda”.

Pues bien, este Santo nos enseña a Comulgar así:

“Llegado el momento de Comulgar... Id a la SagradaMesa con las manos juntas, los ojos bajos, el andar gravey modesto. PONEOS DE RODILLAS, con el corazónpenetrado del sentimiento de gozo y felicidad...” (14).

(14) S. Pedro Julián Eymard. “La Sagrada Comunión”. Preparación. III.(15) S. Pío X. Catecismo Mayor, n. 643.

San Pío X

- El Papa San Pío X (1835-1914), valiente defensordel respeto a la Sgda. Eucaristía, Papa y Santo nos dice:“EN EL ACTO DE RECIBIR LA SAGRADA COMUNIÓNHEMOS DE ESTAR ARRODILLADOS,...” (15).

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C) Los Ángeles nos enseñan a comulgar de ro -dillas

Desde 1917 todos los Papas han sido fieles devotosde la Virgen de Fátima. Nos cuenta Sor Lucia (16) que en1916 les visitó en tres ocasiones el Angel de Portugal,antes de las Apariciones de la Virgen al año siguiente.

La primera vez les enseñó a orar de rodillas e incli-nando la frente hasta el suelo. En la 2.ª les habló desacrificarse. Y en la 3.ª les enseñó a Adorar a la Sagra -da Eucaristía -corporal y espiritualmente-, arrodillándo-se con los niños antes y después de Comulgar, mien-tras recitaban una oración Modelo para la AdoraciónEucarística.

(16) Sor Lucía de Fátima. Memoria 2.ª, c. II, n. 2.

Monumento erigido en Fátima en el lugar de la Aparición del Angel.

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El Angel de Portugal no hace sino cumplir la Voluntaddel Padre Eterno, quien al introducir a Su Divino Hijo enel mundo ordena: “Adórenle todos los Ángeles deDios” (Heb. 1,6). Y es la justificación teológica que llenade sentido la genuflexión que debe realizar con todo cari-ño y devoción el Sacerdote, nada más elevar el Cuerpodel Señor sobre el Altar.

Por otra parte, las enseñanzas del Angel de Portugal,aunque son muy oportunas, no son nuevas; están enconsonancia con las que otro Angel instruye al Apóstol S.Juan (Ap. 22, 8-9) como hemos mencionado en pág. 20.

Y si un Angel, Habitante y Mensajero del Cielo,adora de rodillas al Santísimo, ¿cómo nosotros nosatrevemos a hacerlo de pie? ¿No dice el C. Vaticano IIque “en la Liturgia terrena preguntamos y tomamos parteen aquella Liturgia celestial que se celebra en la SantaCiudad de Jerusalén”? (17). Y en la Jerusalén Celeste,nos dice el Apóstol S. Juan que se adora de rodillas alCordero (Ap. 5, 14). ¿Quién ha interpretado tan mal elúltimo Concilio? ¿Por qué han desaparecido los recli-natorios? ¿Por qué se atreven algunos sacerdotes aprohibir la Comunión de rodillas?

Quizás la respuesta sea en parte, el dicho que se atri-buye a S. Agustín: “A Dios se va de rodillas, pero elhombre es muy fatuo y orgulloso para doblarlas”. Poreso, la Verdadera Doctrina de la Iglesia, que siempre seapoya en la Sagrada Escritura, nos recuerda (por ejem-plo en el IV Concilio de Constantinopla) que “abiertamen-

(17) C. Vaticano II, S.C. 1,8.

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te nos exhorta el Grande Apóstol Pablo a mantenerlas Tradiciones recibidas, ora de palabra, ora por carta,de los Santos que antes refulgieron” (18).

II. EN LA HISTORIA DEL ARTE

Artistas de todas las épocas han inmortalizado estapostura litúrgica de Institución divina, en innumerablesmanifestaciones. Recordemos algunas:

- De rodillas con las manos abiertas en oración, apa-rece el Rey de Asturias Alfonso II El Casto (791-842), en una miniatura del “Libro de los Testamen -tos” de la Catedral de Oviedo (España).

- Los Ángeles oran de rodillas ante el Trono de Dios,según una miniatura de la Escuela Lombarda delsiglo XV (Bibl. Trivulziana, Milán).

- De rodillas aparece Noé ofreciendo un sacrificio aDios, en el bajorrelieve de C. Storer, en la fachadade la Catedral de Milán.

- Salomón ora de rodillas en su Templo, según ungrabado de 1630 por Matthaus Merian.

- De rodillas presenta Tiziano a la Virgen en la Anun -ciación, en la Catedral de Treviso.

- Los artistas de finales del siglo XIV y comienzos delXV, presentan a la Virgen María arrodillada paraadorar a Su Hijo en Belén.

(18) Adriano II. IV Con. de Constantinopla (Cánones contra Focio).

- De rodillas en oración aparecen cubiertos con elManto de la Virgen numerosas almas. Las flechasque lanzan sobre ellas los enemigos del alma, serompen contra el Manto Salvador; pero alcanzanpara dar muerte, a quienes están fuera del Manto.Cuadro de Barnaba do Modena titulado “Señora dela Misericordia” (1375-76) en la Iglesia de los Sier -vos, de Génova.

- De rodillas presenta Van Eyck a los Ángeles y losAn cianos, arrodillados ante el Cordero en la Jeru -salén Celeste, interpretando así el pasaje de Ap. 5,14.

- En un grupo escultórico de 1549, en la Catedral deS. Pedro y S. Pablo, de Troyes (Francia), el futuroSan Agustín y su hijo Adeodato se encuentran derodillas para ser bautizados por San Ambrosio.

- Louis Le Nain (siglo XVII) pinta una bonita escena dela Navidad: La Virgen y S. José están arrodillados, lomismo que Ángeles y Pastores, en torno al DivinoNiño. Hasta el buey aparece inclinado en deseo deadoración; no así el asno, que asoma la cabezadetrás de las figuras, como ajeno a cuanto sucede.

- Alonso Cano (1601-1667) en uno de sus lienzos,representa a la Virgen María arrodillada para recibirla Comunión, y sujetando un paño para evitar quese caigan las Sagradas Partículas.

- Murillo (1617-1682) y también Hoffman (1880-1966), representan arrodillado al Hijo Pródigo antesu Padre. La misma forma y escena se recoge en un

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cuadro de la Escuela de Ferrara (siglo XVI). Sim -bolizan la realidad del Sacramento de la Penitencia.

- En dos mosaicos del siglo XII, de la Catedral de Mon -real, se ve arrodillado a un cojo sanado por Je sús, ya la Magdalena postrada a los pies del Maestro.

- De rodillas ora S. Francisco de Asís para expulsar alos demonios de Arezzo, según un cuadro de Giotto.

- Ribalta muestra en un cuadro a S. Bernardo arrodi-llado ante Cristo que le abraza. Escena que nos traea la memoria el Encuentro Eucarístico.

- Murillo pinta a S. Bernardo de rodillas ante la Virgencon el Niño Jesús.

- De rodillas aparecen los “Mártires de Ceuta”, en elmomento de ser sacrificados por orden del Sultán.Es en un cuadro de Lorenzetti (siglo XIV).

- De rodillas comulga San Dionisio antes de ser mar-tirizado (cuadro de Henry Bellechose, siglo XV).

- Sandro Botticelli (s.XV ) representa a S. Jerónimode rodillas para recibir su última Comunión.

- De rodillas representa Paolo Veronese (s.XVI) aSanta Lucía comulgando por última vez antes de sermartirizada.

- De rodillas recibe San Francisco su últimaComunión, según cuadro de Rubens (s.XVI-XVII).

- El pintor Martín Cabezalero (s XVII) pinta de rodillasa Santa Teresa para recibir la Comunión.

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- Tanzio da Varallo (s.XVII), pinta arrodilladas en lascalles de Milán, a las víctimas de la peste para reci-bir la Comunión de manos de San Carlos Borromeo.

- José Gutiérrez de la Vega (s.XIX), presenta a S.Fernando, Rey de Castilla y León, arrodillado pararecibir la Comunión que le serviría de Viático.

- De rodillas sufre el martirio San Cugat, según uncuadro de Ayne Bru (siglo XVI).

- Zurbarán pinta de rodillas, en 1638, a Fray Pedro deCabañuelas ante una Sagrada Forma, que aparecerodeada de fuego para disipar las dudas del fraile(siglo XVII).

- Goya presenta de rodillas a S. José de Calasanz,para recibir, en Viático, la Sagrada Comunión (co -mienzos del siglo XIX).

- Un exvoto de Philippe de Champaigne, en el Museode Louvre, muestra a la Madre Agnés Arnauld oran-do de rodillas para pedir la curación de Sor Cathe -rinne. El milagro se produjo cuando la Madre acabóla novena.

- De rodillas y doblada la cerviz, vemos a los Após -toles en el día de su Primera Comunión, en la UltimaCena. El cuadro es de Salvador Dalí. El mismo moti-vo y en la misma forma —de rodillas— había apare-cido antes, con Tiépolo, Justo de Gante, MeisterBertram,...

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- De rodillas dibuja Gustavo Doré al Colegio Apos -tólico recibiendo al Espíritu Santo, y a los Cruzadosal contemplar la ciudad Santa de Jerusalén.

- Andrea de Florencia representa de rodillas a los jus-tos esperando el Santo Advenimiento.

- De rodillas se encuentran los salvados, en “El Sue -ño de Felipe II”, tal como se aprecia en un cuadro deEl Greco, de 1579.

- Bruegel El Viejo presenta a los Apóstoles arrodilla-dos ante el lecho de la Virgen, en el momento deltránsito a la otra Vida.

- De rodillas ante la Virgen, en su Coronación, repre-senta a los bienaventurados del Cielo, EnguerrandCharonton, hacia 1454 (Hospice de Villeneuve lesAvignon).

III. EN LA HISTORIA DE LA LITERATURA UNIVERSAL

Sin pretender ser extensos tampoco en este apartado,entresacamos algunas muestras:

- Nos cuenta la Historia que Alejandro Magno cuandollega a hacerse Rey de los persas, se contagia delas costumbres orientales y se engríe hasta creersede filiación divina, sometiendo a humillantes y com-plejas ceremonias hasta a sus generales. Pues,bien en el año 327 a.C. ajusticia a Calístenes, sobri-no de Aristóteles, por haberse negado a besarle larodilla en la ceremonia llamada proskynesis (pos-trarse de rodillas); es decir, ya en la cultura persa

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entendían que arrodillarse era un gesto propio de laadoración a Dios.

- Los francos de Carlomagno se postran en tierra pa -ra recibir la bendición del Arzobispo Turpín (“Can -ción de Roldán”, c. 89).

- En el Milagro VII, Gonzalo de Berceo nos presentaa S. Pedro arrodillado ante Cristo, para pedirle lasalvación de un monje (Milagros de N.ª Señora).

- De rodillas se postra el Arcipreste de Hita al llegar ala ermita de Sta. María del Vado, para dar gracias aDios y pedir ayuda a la Stma. Virgen. El mismo pro-tagonista se hinca de rodillas ante don Amor parasuplicarle que se aloje en su tienda (“Libro del BuenAmor”, cs., IV y V).

- Lohengrin cae de rodillas al ver la blanca paloma delGrial, que le trae un aviso del Cielo.

- Guillermo Tell no dobla la rodilla ante el sombrero deGessler, pero sí lo hace para dar gracias a Dios,cuando se salva del naufragio y escapa del tirano (F.von Schiller: “Guillermo Tell”, acto IV, escena 1).

- Virgilio grita a Dante para que se arrodille y junte lasmanos, cuando aparece el Angel de Dios (“DivinaComedia”, Purg. Canto II).

- Colón se arrodilla y besa el suelo al poner los piesen el Nuevo Mundo. Entonan el “Te Deum Lauda -mus”. Alzan un Crucifijo, ante el cual todos hincan larodilla (“Vida de Cristóbal Colón”, por MarcelDʼlsard, c. XVIII).

- Vasco de Gama se arrodilla y alza la mano al Cielopara dar gracias a Dios, al divisar desde el barco lacosta de Calicut en la India (Luis de Camoes: “OsLusiadas”, canto VI).

- D. Quijote se pone de rodillas ante Dorotea, que noconsiente en hablarle hasta que no se levante (IQuijote, c. 46).

- Jeromín se arrodilla con los que rezan mientras elEmperador Carlos I de España agoniza en elMonasterio de Yuste (P. Luis Coloma-Jeromín. IP.,L. 1.°, c. 11).

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De rodillas en el hogar familiar, que debe ser la Iglesia Doméstica

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- Al avaricioso judío Shylock se le manda que se arro-dille para pedir clemencia ante el Dogo de Venecia(Shakespeare: “El Mercader de Venecia”, acto IV,escena 1).

- Tomás Moro presenta en “Utopía” a los sacerdotes,revestidos con ornamentos sagrados, arrodillados ycon las manos alzadas al Cielo, para pedir a Dios elfin de la guerra (Libro 2.°, i).

- Robinson Crusoe, perdido en la isla, se arrodillapara implorar el perdón y la ayuda de Dios, al sen-tirse enfermo y mientras recuerda su mala vidapasada (Daniel Defoe: “Robinson Crusoe”, c. VI).

- Gustavo Adolfo Bécquer, en su Rima 50, confiesahaber puesto de rodillas su corazón para idolatrar aquien amaba.

- Catalina Ivanovna se arrodilla con sus hijos pararezar, mientras el sacerdote confiesa y da la Comu -nión a su marido moribundo (Dostoyevski: “Crimen yCastigo”, c. VII).

- Benito Pérez Galdós, en el Episodio de Trafalgar,nos presenta a los marinos de Churruca, arrodilla-dos para recibir la absolución antes del combate.

- José María de Pereda, en “Don Gonzalo”, describelas costumbres del pueblo de Coteruco. En unaescena presenta a toda una familia arrodillada antela Purísima para rezar el Santo Rosario; devociónque el Escritor declara estar arraigada en las cos-tumbres de la familia montañesa.

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(19) Pío XII. “El Deber de la Oración” (13-3-1943).(20) Cita de “María entre nosotros”, n.º 219, pág. 3 (Ed. Obra Cultural -

Barcelona).

Una escena semejante haría exclamar al poeta J. M.ªGabriel y Galán: “Nunca es más grande el hombre quecuando está de rodillas”. Es este ya un dicho popularque recoge el Papa Pío XII al hablar del deber de laOración (19).

Y es que, como dice Pascal:

“¿Queréis tener Fe? ¿Deseáis creer enDios? Empezad por poneros de rodillas. Hacedla experiencia y comprobaréis que este sólo gestoos proporciona una sensación de equilibrio sobrevuestras pasiones, sobre la conducta de vuestravida y sobre la manera de aprehender el sentido dela Vida misma” (20).

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VLA VERDADERA ADORACIÓN

(Humillación integral)

A) UN RAZONAMIENTO PSICOLOGICO

Somos cuerpo y alma, materia y espíritu, forma yfondo. Todos los actos humanos -al modo sacramental-quedan determinados por esta doble dimensión. Salvo enlos casos de hipocresía, las formas externas de conduc-ta revelan el pensar y sentir del individuo.

La importancia de esta dualidad es decisiva. En elcuerpo humano, la piel no es el tejido más importante;pero sin ella el organismo se infecta y muere. A la larga,sería tan grave olvidarse de las formas por buscar auten-ticidad, como el quedarse en éstas sin calar en su inte-rior. Pensamiento y acto poseen una unidad indisolubleen el individuo. De aquí la gran lección que nos da laPsicología: “Se termina pensando como se obra,cuando no se obra como se piensa”.

Este desajuste tiene lugar cuando conociendo quehemos de adorar a Dios permanecemos sin arrodillarnos.Y a fuerza de no hacerlo se llegará a dudar de la presen-cia real, viva, de Jesús en la Eucaristía, y a perder la

humildad y el cariñoso respeto con que debemos estarante el Santísimo. Todo ello hará devaluar nuestra Fe ynuestra oración. Por eso nos atrevemos a denunciar queen el actual desprecio a las formas, se esconde un fondode malsanas intenciones.

El culto que el hombre debe tributar a Dios ha de serinterno y externo. Los sentidos corporales son -como laspotencias del alma- obra de Dios. Por eso hemos de ma -nifestarle el honor debido, también con muestras exterio-res de sumisión, recogimiento, respeto... Adoración, ensuma.

La postura de rodillas contribuye a que en la Ado -ración la humillación sea integral: en el cuerpo y ennuestro corazón.

Al ponernos de rodillas, pierde estatura nuestro cuer-po, para invitar al alma a doblegar su yo, y disponerla así,humilde, a que el Señor haga en ella maravillas.

Al ponernos de rodillas, nuestros pies se despegandel suelo para mirar al Cielo, en donde esperan un díacaminar. Un Angel podría -en esta postura- signar nues-tras plantas para el día de la Resurrección.

La postura de rodillas prescinde de los pies -que nosllevan y nos traen a veces por malos caminos- pues es lapostura de la renuncia a sí mismo, de la entrega, delsacrificio: «Heme aquí, Señor -dice también el cuerpoarrodillado- para hacer tu Voluntad» y no la mía.

Nos arrodillamos para renunciar a nuestras huellas,por seguir las de Jesús.

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(1) S. Pedro J. Eymard. “La Eucaristía y la Vida cristiana”, V, I.Ediciones Eucaristía. Madrid 1963.

Nos arrodillamos, obedientes, para cumplir la Palabradel Señor: «Ante Mí toda rodilla se doble». (Is. 45,23) .

Nos atrevemos a decir que cuando una persona searrodilla conscientemente ante Dios, cumple el deseo deS. Pablo: “Glorificad (pues) a Dios con vuestro cuerpo” (ICor. 6, 20).

Dicho con palabras de S. Pedro Julián Eymard:

“El Servicio de Nuestro Señor en el SantísimoSacramento debe ser litúrgico en su espíritu y ensu forma... Como Dios ha decretado el ceremonial desu culto, no quiere más obsequios que los que prescri-be, ni hechos de otra manera que como los prescribe.El hombre no tiene otra cosa que añadir sino elhomenaje de su Amor respetuoso y su leal obe-diencia”.

Y continúa este Santo, llamado “Apóstol de la Euca -ristía” y “Doctor de la Piedad Eucarística”:

“La Iglesia prescribe el mayor respeto delante delSantísimo Sacramento, sobre todo cuando está expues-to, pues entonces el silencio debe ser más absoluto ymás respetuosa la compostura. Quisiera que no se sen-tara ante el Santísimo expuesto y, aunque tolera esto, nodebe hacerse sin verdadera necesidad” (1).

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B) ALGUNOS ASPECTOS DE LA VERDADERA ADO-RACION

1. A la luz de un pasaje bíblico

“Siempre que los vivientes daban Gloria, Honor yAcción de Gracias al que está sentado en el Trono, quevive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianoscaían delante del que está sentado en el Trono, y se pos-traban ante el que vive por los siglos de los siglos, y arro-jaban sus coronas delante del Trono, diciendo: “Dignoeres, Señor, Dios Nuestro, de recibir la Gloria, el Honor yel Poder, porque Tú creaste todas las cosas y por tuVoluntad existen y fueron creadas” (Ap. 4, 9-11 ).

Veamos el comentario que de este pasaje nos haceRomano Guardini (2):

“¡Qué imagen tan grandiosa! Los veinticuatro Ancia -nos, representantes de toda la Humanidad que está anteDios, vestidos con trajes de fiesta y coronadas sus cabe-zas con Coronas de oro... se postran y arrojan sus coro-nas ante Aquel que está sentado sobre el Trono.

La figura erguida del hombre es un gesto perpetuoque dice: “Yo soy, yo estoy aquí, tengo fuerza y vo -luntad, dirijo mis cosas, defiendo mis derechos”. Elque adora abandona esta actitud erguida... El Adora dordice: “Eres tú, y no yo, el que tiene la Potencia; eres Tú yno yo el que es”. Abre en su propio yo un espacio al Poderdivino para que penetre y reine en su interior. Dios debehabitar y reinar en la esfera de la personalidad del Adora -

(2) Romano Gurdini. “El Señor”, T. II, págs. 343-349).

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dor, y constituirse en Aquel que es y reina en ella. El actode Adoración tiene una profundidad inconmensurable.”

2. Adorar es estar en la Verdad

Dice Xto: “Los verdaderos Adoradores adorarán alPadre en espíritu y en verdad” (Jn. 4, 23). Y continúa Ro -mano Guardini:

“Mediante ella (la Adoración) no es tan solo elcuerpo, sino también el alma la que se inclina anteDios; no es solamente el sentimiento dominador sino lalibre persona humana; y no se inclina tan sólo porqueDios es la realidad en sí y la potencia irresistible, sinoporque es la Santa Verdad y el Bien Supremo. Inclinarseante El no es tan sólo inevitable, sino justo. Adorar aDios es una manera de expresar la Verdad... He aquípor qué la Adoración es buena y por qué no comprometela dignidad del hombre, sino que la fundamenta. Porquela dignidad del hombre proviene de la Verdad, y cuandoel hombre se inclina ante Dios está en la Verdad y enla Libertad”.

Como dice otro escritor: “Frente a las cosas divinas, lapostura que da inteligencia es arrodillarse” (3).

3. La Adoración a Dios garantiza la pureza delespíritu

“La pureza de espíritu está relacionada con la Verdad.Un espíritu es puro cuando hace las distinciones necesa-rias y respeta los límites; cuando llama grande a lo quees, y pequeño a lo que lo es también; cuando no trans-forma nunca el sí en no y viceversa; cuando no borra

(3) J. Gómez Lorenzo - “Flama”. Breviario de Mística Sacerdotal, n. 365

nunca la línea absoluta de la demarcación que separa elbien del mal... (consiste en) que lo bueno no sea llamadomalo y lo malo no sea jamás llamado bueno... El espíri-tu se torna impuro por la mentira... cuando sacrifica susentido de la Verdad... cuando no tiene la voluntad de verlo que es, cuando es indiferente a la claridad de las ideas,cuando no somete sus juicios a las normas eternas,cuando ya no sabe que el honor de la Verdad es su pro-pio honor, cuando ensucia el sentido de las palabras...

Esta impureza del espíritu puede hacer enfermaral hombre... No enferma cuando peca contra la Verdad,sino cuando suprime la Verdad como tal, cuando no sepreocupa de ella o la somete a sus fines particulares o lacircunda de una espesa niebla. Entonces el espírituenferma, y es difícil decir hasta qué punto las enferme-dades llamadas psíquicas son consecuencia de ésta,puesto que el espíritu vive de la Verdad, mientras queel corazón y el cuerpo viven del espíritu.

Nuestra Adoración a Dios es la que garantiza la purezadel espíritu. Mientras el hombre adora a Dios, se in clineante Dios como ante el Ser que “es digno de re cibir laPotencia, el Honor y la Soberanía” porque es el Verda -dero y el Santo, queda al abrigo de la mentira.”

4. Necesidad de la Adoración

“No hay nada más urgente para el hombre queaprender a inclinarse con todo su ser ante Dios, aabrirle un espacio en su interior para que Dios penetre yreine en él porque Dios es digno de hacerlo. Pensar queDios es digno de Adoración, infinitamente digno porque

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es Aquel que es, y adorarle interiormente es un actogrande y santo que cura completamente el espíritu...Arrodillarnos y decirnos que Dios es y reina, que esdigno de poseer la Soberanía sobre todas las cosas,que es digno de ser Dios... Acaso encontremos unagran dulzura en el pensamiento de que Dios es digno deser Dios. Este pensamiento ha abrasado de Amor amuchos Santos”.

Por eso decía el Papa Pío XII: “Nada mejor ni másbeneficioso que el gesto con que el Sacerdote, elevandoal Cielo el Pan de los Ángeles, ante la multitud cristia-na arrodillada, y moviéndolo en forma de Cruz, invoca alPadre Celestial” (4).

C) LOS FRUTOS

1. Adoración Eucarística y respuesta vital

Es evidente que la Adoración Eucarística no consistesólo en un acto litúrgico externo. Si así fuere, Cristo po -dría decirnos: “Este pueblo me honra con las rodillas perosu corazón está lejos de Mí” (Is 29,13).

La verdadera Adoración Eucarística es la Fuenteque alimenta nuestra vida de adoración a Dios, entodas nuestras manifestaciones personales fuera delas paredes del Templo. Dice el Cardenal Primado (5):

“La Adoración es la reacción consciente y espontáneadel hombre que se llega y se sabe ante Dios. Se le adora

(4) Pío XII - Encíclica “Mediator Dei”, n. 169.(5) D. Marcelo González Martín, Cardenal Primado de España: “La

Adoración Eucarística en la Vida de la Comunidad Cristiana” (27-Mayo-

por su Grandeza, por su Bondad, por su Verdad, por laRevelación de su Vida y de su Amor, por su Redención.Se le adora con el dolor y el arrepentimiento de nuestropecado, con la gratitud de nuestro reconocimiento, con laacción de gracias de nuestro corazón, con la consagra-ción de nuestra vida, con la alegría de nuestro espíritupor todo lo bueno que se nos ha dado, con el acatamien-to amoroso, con el acto de Fe, con la práctica de la sobe-rana Voluntad de Dios”.

Es decir, el Verdadero Adorador quiere tener los mis-mos sentimientos que Cristo Jesús, humillado hasta lamuerte de Cruz; por eso dobla las rodillas (Fil. 2, 5-8). Alescuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica, sehace hijo de Dios, hermano de Jesús (Lc. 8, 21).

2. Adorar a Dios es amarle con todo nuestro ser(Mt. 22, 37) y amar al prójimo como El nos ha amado(Jn. 15, 12)

Continúa el Cardenal Primado: “El que adora a Diosen la tierra cree, espera y ama. Los que adoran a Dios enel Cielo, aman. El acto pleno de Adoración es el actopleno de Amor”.

Frutos del Amor verdadero son la Unión y la Fidelidad: “Sialguno me ama, guardará mi Palabra y mi Padre le amaráy vendremos a él y en él haremos morada” (Jn. 14, 23).

¡Qué maravilla! El verdadero Adorador sale del Tem -plo transformado en Sagrario, Patena, Altar, Morada deDios... Para ir presuroso a llevar a Jesús a las almas,como María en la Visitación; pues el Amor de Dios en un

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alma es Fuego incontenible del Espíritu Santo, con susDones y Frutos, que tiende a comunicarse a los demás.

3. La Verdadera Adoración nos lleva a alimentar-nos bien del Sacramento del Amor

Dice Jesús: “El que come Mi Carne y bebe Mi Sangretiene la Vida eterna y Yo le resucitaré en el último día... Elque come mi Carne y bebe mi Sangre está en Mí y Yo enél... el que Me come vivirá por Mí” (Jn. 6, 54-57).

Toda la Liturgia de la Era Cristiana está subordi-nada a este ideal: la unión con Cristo Sacramentado;pues “si no coméis la Carne del Hijo del Hombre y no be -béis su sangre, no tendréis Vida en vosotros” (Jn. 6, 53).

Es decir, al comulgar bien nos hacemos merecedores,He rederos, del Reino de los Cielos, pues hemos unidonuestras almas con el Príncipe de la Gloria: “Os he des-posado a un solo Marido para presentaros a Cristo comocasta virgen” (2 Cor 11, 2).

Sólo basta que le seamos fieles. Y si es así, reflejaránuestra vida en la Tierra el espíritu de las Bienaventu -ranzas: El Verdadero Adorador será humilde y pobre deespíritu (desprendido de riquezas y honores, no mirará anadie por encima del hombro); manso y alegre; resignadoen la adversidad; hambriento de extender el Reino deDios incluso con signos y prodigios (Mt. 10, 8; Mc. 16, 17-20), pues Jesús está vivo en sus Apóstoles; misericordio-so hasta olvidarse de sí mismo; limpio de corazón (o purode espíritu, como hemos visto), y testigo valiente que noteme las persecuciones y mofas, antes las tiene comogracia inmerecida pues le identifican más con su Maestro.

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VILOS PLANES DE LOS ENEMIGOS

DE LA FE

Los enemigos de la Fe Católica se alegran viendo depie a los creyentes en sus actos de culto. Citamos sóloalgunos ejemplos:

a) Ya en los siglos VII/VIII surgió la secta oriental delos “agoniclitas” o “agonictilas”. Sus miembros seempeñaban en que se debía orar de pie exclusivamente,nunca de rodillas. Esta causa les llevó a separarse de laIglesia Católica, que defendía que el hombre ha de pos-trarse ante Dios.

Da la impresión de que esta secta rebrota en nuestrosdías, con tal fuerza que quisiera apoderarse de las rien-das de la Iglesia. Y no es exageración, pues va siendocada vez mayor el número de los que consideran secta-rios a los que nos arrodillamos ante Dios.

b) En la Reforma Protestante Anglicana, Cranmerse esforzó en eliminar de la Misa todo lo que pudierahacer creer en una presencia real y corporal de Cristo,como Víctima inmolada y ofrecida. Para ello, en 1549modificó profundamente el Canon y las rúbricas. Una deéstas advertía: “El arrodillarse los fieles debe ser visto co -

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mo señal de humilde reconocimiento a Dios... y de ningúnmodo como acto de adoración a la vista del pan y vinosacramentales”.

Hooper declaraba: “El porte exterior, los gestos decomulgante, deben excluir todo supuesto, toda aparien-cia de idolatría, toda tendencia a ella. Ahora bien, arrodi-llarse es una señal, un signo exterior de honor y culto y,hasta aquí, la adoración del Sacramento ha constituidouna grave y condenable idolatría. Yo desearía, pues,que las autoridades ordenasen a los comulgantesque se mantuvieran de pie o sentados. Quedarse sen-tados, a mi parecer, sería lo mejor”.

La lucha contra la Comunión de rodillas era paraPhilip Hughes “la última piedra a colocar sobre el túmu-lo bajo el que yace la antigua creencia en la Santa Euca -ristía” (1).

Sin duda que este espíritu protestante se ha colado enla Liturgia Católica, por las grietas de un mal entendidoecumenismo.

c) En el “Epistolario Guaita-Rocá Encausse” apa-rece una carta fechada en 1888. En ella, Estanislao Guai -ta (conocido por “El Mago Negro” o “Poeta de Satanás”)escribe a Pablo Roca (excanónigo de Perpignan y grado33 de la Masonería). En uno de sus párrafos dice: “HE -MOS DE TRABAJAR ACTIVAMENTE PARA LOGRARQUE EN LOS TEM PLOS ROMANOS SE COMULGUEDE PIE. El día que lo consigamos, nuestro triunfo estaráasegurado”.

(1) Revista “Forts dans la Foi”, n.º 35.

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En el mismo año Pablo Roca le contesta y al haceralusión a dicho párrafo le dice: “Estoy totalmente deacuerdo con sus puntos de vista, pero será convenientepasar rápidamente a UNA SEGUNDA FASE, DANDO ELPAN EN LA MANO DE ESOS ANTROPÓFAGOS FANÁ-TICOS”.

Guaita le contesta de nuevo, al año siguiente (1889):“Con estos dos logros el resto caerá como fruta madura,puesto que la Eucaristía es solamente esto: ágape-sím-bolo de filantropía universal”. Es la tesis calvinista (2).

Todo esto coincide con uno de los objetivos del “Mas -ter-plan para destruir la Iglesia” descubierto en EE.UU.por el Doctor J. Domínguez, y que revela la vigencia delos objetivos de la Masonería Internacional, en contra dela Iglesia, después de la Segunda Guerra Mundial (3).

d) Alrededor del 1900, el Modernismo apareció den-tro de la Iglesia acumulando una serie de herejías. ElPapa S. Pío X lo condenó en 1907 y publicó el Decreto“La mentabili” y la Encíclica “Pascendi”, avisando del peli-gro.

Los modernistas querían obtener autorización paracomulgar de pie, alegando que los israelitas comieron depie el Cordero Pascual, símbolo y promesa de la Euca -ristía. La respuesta del Papa fue: “Los símbolos y pro-mesas se reciben de pie, mas la realidad se recibe derodillas y con amor”. Es evidente que los herederos de

(2) Revista Española “¿QUE PASA?”, n.º del 26-4-76.(3) Editado por Cenáculos del P. Pío. Ver cap. VI.

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aquellos modernistas- los progresistas de hoy- se hansalido con la suya.

e) Nos fijamos en una dolorosa noticia: la ermita de laStma. Trinidad de Lumbiere (Navarra-España) fue profa-nada, y destruido el Viacrucis de la montaña, en la vís-pera de la tradicional romería (1-6-85). Una mano desal-mada movida por Satanás, escribió en la pared: “Ningunacruz de pie; ningún ser humano de rodillas” (4).

No nos cabe la menor duda que estas palabras encie-rran una gran enseñanza: tenemos que arrodillarnospara que se mantenga en pie, erguido y triunfante, elArbol de la Cruz.

(4) Boletín español de las TFP, “Covadonga Informa”, n.º 123.

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VIINO ESTÁ PROHIBIDO COMULGAR

DE RODILLAS(ni podrá prohibirse nunca)

a) En la Santa Misa: La Instrucción “EucharisticumMysterium” (25-5-67) de la Sagrada Congregación deRitos dice: “Según la costumbre de la Iglesia, los fielespueden comulgar de rodillas o de pie” (34, a). “Cuandolos fieles comulgan de rodillas, no se exige de ellos otrosigno de reverencia para con el Santísimo Sacramento,porque la misma genuflexión expresa adoración. Perocuando se comulga de pie, se recomienda encarecida-mente... hagan una reverencia debida antes de la recep-ción del Sacramento...” (34, b).

La Instrucción “Inaestimabile Donum”, de laSagrada Congregación para los Sacramentos y el CultoDivino, aprobada por el Sto. Padre Juan Pablo II, el 17 deabril de 1980, revalida la disposición anterior en suIntroducción (A, 11).

b) Incluso fuera de la Misa: La citada Instrucción“Eucharisticum Mysterium” dice: “Los sacerdotes norehúsen administrar la Sagrada Comunión incluso fuerade la Misa, a los que lo pidan con justa causa” (33, a).

Asimismo, el Ritual de la Comunión y del Culto a laEucaristía dedica todo el c. I a la Sagrada Comuniónfuera de la Misa. En el punto 14 recuerda la cita anterior,y en el 16 añade: “La Sagrada Comunión fuera de la Misase puede dar cualquier día y a cualquier hora”.

El actual canon 918 recoge estos contenidos.

c) La Congregación para el Culto Divino y Disci -plina de los Sacramentos, en su boletín oficial “Notitiae”de Noviembre-Diciembre del 2002, hizo pública una car -ta a un Obispo en cuya Diócesis algunos sa cerdotes ha -bían cometido el abuso de negar la Comu nión a los fielesque se arrodillaban para recibir al Señor. El texto es comosigue:

Congregation de Cultu Divinoet Disciplina SacramentorumProt. nº 1322/02/L

Roma, 1º de Julio de 2002

Su Excelencia:

Esta Congregación para el Culto Divino y la Disciplinade los Sacramentos ha recibido recientemente informesde miembros de la feligresía de su Diócesis a quienes seles niega la Sagrada Comunión cuando, al acercarse arecibirla, se ponen de rodillas en lugar de permanecer depie. Los informes dicen que tal norma ha sido anunciadaa los fieles. Tenemos indicios de que semejante fenóme-no podría estar algo más extendido en la Diócesis, peroa esta Congregación no le es posible verificar si es así.No obstante, este Dicasterio tiene la seguridad de que SuExcelencia estará en una posición que le permita hacer

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una determinación más fiable sobre el asunto. De todasmaneras, las quejas proporcionan una ocasión a estaCongregación para hacer saber el criterio que habitual-mente se establece sobre esta materia, con el expresopedido a Ud. de que lo haga conocer a cualquier sacer-dote a quien sea necesario informarle.

La Congregación está de hecho preocupada por elnúmero de quejas similares que ha recibido, desde varioslugares en los últimos meses, y considera que cualquiernegativa de dar la Sagrada Comunión a un miembro dela feligresía, fundada en que se encuentra de rodillaspara recibirla, es una grave violación a uno de los dere-chos más básicos del feligrés cristiano, a saber, el de serayudado por sus Pastores por medio de los Sacramentos(Código de Derecho Canónico, Canon 213).

En vista de la Ley que establece que "los ministrossagrados no pueden negar los sacramentos a quieneslos pidan de modo oportuno, estén bien dispuestos y noles sea prohibido por el Derecho recibirlos" (C. Canónico843, 1), NO debe negarse la Sagrada Comunión a nin-gún católico durante la Santa Misa, excepto en casos quepongan en peligro de grave escándalo a otros creyentes,como el pecador público o la obstinación en la herejía oel cisma, públicamente profesado o declarado.

Aún en aquellos países donde esta Congregación haaprobado la legislación local que establece el permane-cer de pie como la postura para recibir la Sagrada Comu -nión, de acuerdo con las adaptaciones permitidas a lasConferencias Episcopales por la Institución GeneralisMissalis Romani n. 160, § 2, lo ha hecho con la condición

de que a los comulgantes que escojan arrodillarse noles será negada la Sagrada Comunión. De hecho,como Su Eminencia el Cardenal Joseph Ratzinger haenfatizado recientemente, la práctica de arrodillarse pararecibir la Sagrada Comunión tiene en su favor una tradi-ción multisecular, y es un signo particularmente expre-sivo de adoración, completamente apropiado en razónde la verdadera, real y sustancial Presencia de NuestroSeñor Jesucristo bajo las especies consagradas.

Dado la importancia de este asunto, la Congregaciónpide que Su Excelencia averigüe específicamente si estesacerdote, niega de ordinario la Sagrada Comunión aalgún miembro de la feligresía en las circunstancias des-critas más arriba y, si la queja se verifica, pide tambiénque Ud. le ordene, firmemente a él y a cualquier otro sa -cerdote que pueda haber tenido tal práctica, que se abs-tengan de actuar así en el futuro. Los sacerdotes de benentender que la Congregación considerará cualquierqueja futura de esta naturaleza con mucha seriedad, y siellas se verifican, actuará disciplinariamente en conso-nancia con la gravedad del abuso pastoral.

Agradezco a Su Excelencia su atención sobre esteasunto y cuento con su amable colaboración al respecto.

Sinceramente suyo en Cristo.JORGE A. CARDENAL MEDINA ESTÉVEZ

Prefecto

+FRANCESCO PÍO TAMBURRINOSecretario

d) En línea con el Documento anterior, la Instrucción“Redemptionis Sacramentum”, aprobada por Juan

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“De rodillas para orar a Dios Padre”

“De rodillas para unirse a Dios Hijo”

“De rodillas para recibir elEspíritu Santo”.

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Pablo II el 19 de marzo de 2004, en el punto 91 dice; “Noes lícito negar la Sagrada Comunión a un fiel, porejemplo, sólo por el hecho de querer recibir laEucaristía arrodillado o de pie”.

Y porque a Roma han llegado numerosas quejas porabuso de autoridad, humillaciones y faltas de Caridadhacia los fieles que se arrodillan para recibir el Sacra -mento del Amor, el punto 184 nos emplaza a denunciarestas situaciones: “Cualquier Católico, sea sacerdote,sea diácono, sea fiel laico, tiene derecho a exponer unaqueja por un abuso litúrgico, ante el Obispo Diocesanoo el Ordinario competente que se equipara en derecho, oante la Sede Apostólica, en virtud del Primado delRomano Pontífice”.

También ha recaído muchas veces la persecuciónsobre sacerdotes celosos de la Tradición, especialmentesensibilizados en el respeto al Santísimo Sacramento;estos pueden encontrar ayuda en la mencionadaInstrucción, que advierte: “… Si existe peligro de pro-fanación, no se distribuya a los fieles la Comunión enla mano” (p.92). Y en el tema de la Lengua Litúrgica:“Siempre y en cualquier lugar es lícito a los sacerdo-tes celebrar el Santo Sacrificio en Latín” (p. 112).

e) La nueva Ordenaci9ón General del Misal Roma -no, cuya edición española fue aprobada por la Congre -gación para el Culto Divino con fecha 23 de noviembre de2004, y publicada por primera vez en 2005, ofrece algu-nas normas que pueden ser un dique para contener algu-nos abusos:

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- “Los fieles… estarán de rodillas durante la Consa -gración, a no ser que lo impida la enfermedad o… Y losque no puedan arrodillarse… harán una profunda inclina-ción mientras el sacerdote hace la genuflexión…”

- “Allí donde sea costumbre que el pueblo permanez-ca de rodillas desde que termina la aclamación delSanto hasta el final de la Plegaria Eucarística, y antesde la Comunión cuando el sacerdote dice “Este es elCordero de Dios…”, es loable que dicha costumbre semantenga” (n. 43)

- “A los fieles no les es lícito tomar por sí mismosni el Pan Consagrado ni el Sagrado Cáliz, y menos aúnpasárselos entre ellos de mano en mano. Los fielescomulgan de rodillas o de pie… Cuando comulgan depie, se recomienda que antes de recibir el Sacramentohagan la debida reverencia…” (n. 160).

f) No podrá prohibirse nunca porque, como hemosdemostrado en los primeros capítulos, es una posturalitúrgica de institución divina enraizada en la SagradaEscritura y enseñada por la Tradición de la Iglesia, vivaen sus Santos. Y leemos en Gál. 1, 8: “aunque nosotroso un Angel del Cielo os anunciase un Evangelio dis-tinto del que os hemos anunciado, sea anatema”. Y,naturalmente, no le obedeceríamos.

g) La actitud de la Curia Vaticana refleja el espírituque alienta a nuestra publicación:

Monseñor Malcolm Ranjith, Secretario para la Con -gregación para el Culto Divino, declaraba al portal Petrus(22-02-08):

“Estoy convencido de la urgencia de revisar la prácti-ca de la Comunión en la mano y de volver a darla direc-tamente en la boca. Pienso que es apropiado volver aarrodillarse en el momento de la Comunión. Este gestorepresentaría un verdadero acto de respeto hacia el Dony el Misterio de la Eucaristía".

El Cardenal Antonio Cañizares, actual Prefecto parael Culto Divino, declaraba al diario La Razón (15/12/08):“No da la mismo poner la mano y comulgar de cualquiermanera que hacerlo con respeto; no da lo mismo co -mulgar de rodillas que de pie, porque todos esos sig-nos indican una actitud profunda,…” Y al diario ABC (20-04-09): "La Comunión de rodillas significa respeto a Dios,es el corazón del hombre que se postra ante quien leama hasta el extremo.(…) Es buscar todo el sentido ysuperar la secularización de nuestro Mundo”.

Monseñor Nicola Bux, Consultor de la Congregaciónpara la Doctrina de la Fe, declaraba (20/07/09): "Creoque la posición de rodillas para recibir la comunión es laque más responde al sentido del misterio y de lo sagra-do... Lo siento, pero no existe ningún texto de la Tradiciónque sustente recibir la comunión en la mano. Tampoco eltomad y comed todos, no hay ninguna mención de lamano y si queremos, los Apóstoles eran sacerdotes ytenían el derecho a la Comunión en la mano. Los orien-tales no la permiten".

El Cardenal Darío Castrillón Hoyos, Prefecto de laCongregación para el Clero y Presidente de la Comisión"Ecclesia Dei", declaraba al periodista Bruno Volpe(18/09/08): "La Liturgia se basa también en la Tradición.

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Es necesario volver a valorar el silencio, la genuflexión, ycomprender y hacer comprender también a los niños queno es bello tomar en la mano el Cuerpo de Cristo,…Debemos respetarlo, reverenciarlo, con respeto, derodillas, y sin tocarlo".

El ejemplo del Vaticano comienza a tener eco en lasdiócesis. Así por ejemplo, el Cardenal-Arzobispo de Limay Primado de Perú, D. Juan Luis Cipriani, manifestabael 20 de septiembre de 2009: “El modo más respetoso derecibir la Eucaristía es de rodillas y en la boca”.

Dom Athanasius Schneider, Obispo auxiliar deKaraganda, Kazajistán, dice en su libro “Dominus Est”:"Al final del período patrístico, la costumbre de recibir laSanta Comunión directamente en la boca se había con-vertido en una práctica establecida y casi universal (…)La actitud de adoración hacia Aquel que está realmentepresente en el humilde trozo de Pan Consagrado, nosolamente con su Cuerpo y su Sangre, sino también porla majestad de su Divinidad, se expresa de la forma másnatural y evidente a través del gesto bíblico de la adora-ción, de rodillas o en postración".

El Papa actual, incluyó en la homilía del CorpusChristi de 2008, el texto siguiente:

“Arrodillarse ante la Eucaristía es una profesión delibertad: quien se inclina ante Jesús no puede y no debepostrarse ante ningún poder terreno, por más fuerte quesea. Nosotros, los cristianos, sólo nos arrodillamos anteel Santísimo Sacramento, porque en Él sabemos y cree-mos que está presente el único Dios verdadero, que ha

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creado el Mundo y lo ha amado hasta el punto de entre-gar a su Unigénito Hijo (Cf. Juan 3, 16).

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Fiel a ese concepto S.S. Benedicto XVI ha empezadoa distribuir la Sagrada Comunión con toda la solemnidad,humildad y respeto propios de la Liturgia Tradicional: enla boca, de rodillas, con bandeja y cirios. Así lo podemosver en las dos fotos que insertamos, correspondientes alas festividades de Pentecostés y del Corpus Christi de2009. ¿Por qué no imitan todos al Papa?

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EPÍLOGO

Después de comprobar las raices bíblicas y tradicio-nales de esta postura litúrgica, recordamos las palabrasde S. Pablo: “Todas estas cosas... fueron escritas pa -ra amonestarnos a nosotros” (I Cor. 10, 11).

a) APRENDAMOS, pues, de los Patriarcas, de losProfetas, de los Apóstoles, de los Santos,... del leproso,del ciego,... y cumplamos al orar, al pedir perdón y, sobretodo al comulgar, con el mandato divino: “Ante Mí, todarodilla se doble” (Is. 45, 23; Rom. 14, 11).

¡Qué ejemplo nos da S. Juan Bautista! El Centuriónno se consideraba digno de que Jesús entrara en sucasa; S. Juan, ni siquiera de postrarse ante El para de -satar la correa de sus sandalias (Mc. 1, 7). A ambos seles recuerda antes de comulgar; pues es S. Juan el quedice: “He ahí el Cordero de Dios, que quita los pecadosdel mundo” (Jn. 1, 29). Pero sólo de “El Bautista” diceJesús, que es el mayor entre los nacidos de mujer (Mt.11, 11).

Y “no se puede argumentar que los tiempos cam-bian: “Cristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos”(Heb. 13, 8). Si El no cambia, ¿por qué cambiamos suLiturgia?”.

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b) DENUNCIAMOS a aquellos pastores que, llevadosde cierto liberalismo litúrgico y abusando de su autoridad,han contristado al Espíritu Santo (1) en nuestros herma-nos, al negar a éstos el derecho a recibir de rodillas a suDios.

Se llega en algunos templos a admitir bancos despro-vistos de reclinatorio; de este modo, los fieles permane-cen sin arrodillarse durante toda la Misa. Incluso en algúnseminario se obliga al seminarista a permanecer de piedurante la Consagración.

c) ROGAMOS a las Autoridades Eclesiásticas queintervengan con decisión para que se cumpla todaLiturgia. Recordemos algunas normas que se incumplencon frecuencia: (Las normas se refieren a la anteriorOrdenación del Misal Romano)

- “Ante el Santísimo Sacramento, guardado en el Sa -grario o expuesto públicamente, manténgase lapráctica venerable de la genuflexión en señal deadoración... con profunda reverencia, la genu -flexión no sea apresurada ni distraída” (Inaestimabi -le Donum, 8, 26). “Todas las veces que se pasaante el Sacramento” (n. 233) (2).

- En cada acto litúrgico hay que emplear las vestidu-ras sagradas que correspondan (n. 297 y ss.). Secumple así con el mandato bíblico: “Postraos anteYavé con ornamentos santos” (Sal. 96, 9).

(1) Texto de Ef. 41 30 citado por Juan Pablo II en “Dominicae Cenae”.(2) Cuando no se menciona la fuente de la norma, se refiere a la

Ordenación General del Misal Romano.

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- Recitando el Credo, al llegar a las palabras “y porobra del Espíritu Santo se encarnó..., todos se incli-nan; pero en las solemnidades de la Anunciacióny de la Natividad del Señor, se arrodillan” (n. 98).

- Hay que usar los Corporales (n. 80-c). Al extender-los se pueden recoger las posibles Partículas. Co -mo nos dice S. Isidoro Pelusiota, nos recuerdan laSábana de José de Arimatea que envolvió el Cuerpode Cristo (3).

- El pan y el vino se ofrecen por separado (ns. 102y 103). Es lógico, pues habrán de consagrarse porseparado. Nos recuerda el texto del Lev. 7, 14.

- Hay que realizar el “Lavabo” después del Ofer -torio (ns. 52, 80-c, 106 y 222). Supone actualizar elAntiguo Testamento antes de las ceremonias delNuevo (Consagración). Moisés, Arón y sus hijos,“siempre que entraban en el Tabernáculo de laReunión para acercarse al Altar, se lavaban comoYavé se lo había mandado a Moisés” (Ex. 40, 32).Así leemos: “¿Quién subirá al Monte de Yavé?¿Quién podrá estar en su recinto Santo? El demanos limpias y puro corazón...” (Sal. 24, 3). Poreso el Salmo 26 dice: “Lavaré mis manos entre losinocentes y andaré alrededor de tu altar...” Y el pro-feta Isaías exhorta: “Purificaos vosotros, quienescargáis los vasos del Señor” (Is. 52, 11).

La ceremonia nos recuerda también el lavatorio queJesús hizo a sus Apóstoles antes de la Ultima Cena.Es un rito que se ha mantenido en la Tradición ecle-

(3) S. Isidoro Pelusiota. Carta al Conde Doroteo, L. 1, c. 123.

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siástica. Así leemos en las “Constituciones de losApóstoles” (siglo IV): “Un subdiácono dé agua paralas manos a los sacerdotes, símbolo de la purezade las almas consagradas a Dios” (4). ¡Y qué preo-cupante es que desaparezcan estos símbolos!

- “Es un gravísimo abuso modificar las PlegariasEucarísticas aprobadas por la Iglesia, o adoptarotras compuestas privadamente” (InaestimabileDonum, 4-5).

- El Celebrante ha de realizar también inclinacio-nes de cabeza y de cuerpo (n. 234).

- Aunque el uso de la palia no es obligatorio, sí esmuy conveniente. Se evita así el que el sacerdoteesté retirando mosquitos del Cáliz en el Ofertorio,antes de la Consagración,... (n. 80-c).

- Hay que cubrir el Cáliz con un paño que puede sersiempre blanco (n. 80-c). Es una falta de respetoprescindir de él, y dejar que se llene de polvo en lacredencia, en la sacristía o en el altar.

- Los fieles permanecen arrodillados durante laConsagración, desde el toque de la campanilla(ns. 21 y 109). Se actualiza así el texto del Ecco. 50,17-23. Y es que a toda ostentación del SantísimoSacramento debe corresponder una humillaciónintegral por parte de los fieles.

- El sacerdote debe hacer genuflexión “después dela ostensión del Pan Consagrado, después de laelevación del Cáliz y antes de la Comunión (n. 233).

(4) Constituciones de los Apóstoles (s. IV): L. 8, c. 12, n. 12.

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- Ha de utilizarse la patena para la comunión de losfieles (bandeja) (Normas 80, c; 117, 246-b; 247-b;251) y el purificador si se comulga del Cáliz (n. 244-d) (Ver t. Ritual de la Comunión, C. 1.°, V-19) (5).

- Los fieles deben hacer un acto de adoración an -tes de comulgar (Eucharisticum Myst. 34, b; Inaes -timabile Donum, A-11; Ord. Gral.: n. 244-c; 246-b;247-b).

Y la mejor forma de Adoración es la que Dios seescoge y emplean los Santos y enseñan losCon cilios y pregonan los Ángeles: DE RODI-LLAS.

En consecuencia, PEDIMOS QUE SE RESTA-BLEZCAN LOS COMULGATORIOS ante el Altar,para que los fieles puedan ejercer con facilidad, elderecho a recibir de rodillas a su Dios.

- Es un abuso que rompe todo simbolismo eucarísti-co, y “no se admite que los fieles tomen por símismos el Pan Consagrado y el Cáliz Sagrado”(Inaest. Donum, A-9). Ni siquiera el Obispo podríaconceder permiso semejante.

- Si se cae alguna Gotita del Cáliz, el sitio debe la -varse con agua (n. 239). Se cumple así lo precep-tuado en Lev. 6, 20. Es lógico hacer lo mismo cuan-do cae la Sagrada Forma.

(5) Véase nuestra publicación “Hay que poner la bandeja al administrarla Sagrada Eucaristía”.

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- Los fieles deben saber cantar en latín algunaspartes del Ordinario de la Misa, sobre todo el Credoy el Padrenuestro (n. 30).

Esta norma es conforme al Decreto sobre SagradaLiturgia (n. 54) del Concilio Vaticano II, que dice:

“Procúrese, sin embargo, que los fieles sean capa-ces también de recitar o cantar juntos en latín laspartes del Ordinario de la Misa que les corresponde”.

Ayudemos al Sacerdote, poniendo nosotros la Bandeja.

- Hay que cantar o recitar el “Señor ten piedad” (n. 30).

- “El uso de encerrar en el Altar... reliquias deSantos, aunque no sean Mártires, es convenien-te conservarlo” (n. 266).

- “El acólito es instituido para el servicio del Altary como ayudante del sacerdote y del diácono” (n.65). ¡Cómo se nota su presencia sobre todo en elOfertorio y al sostener la patena en la Comunión delos fieles! Es difícil verlos en las Misas rezadas delos días laborables; no así en los festivos, en que seencargan también de pasar el cesto de las limosnas.¡Qué bueno sería que el Párroco se organizara lavida de tal modo que tuviera tiempo para ilusionar aalgunos de sus fieles con la ayuda en el altar!

- “Están prohibidos los experimentos litúrgicosya desde septiembre de 1970. La Sgda. Congrega -ción para el Culto Divino manifestó entonces: “Lasnormas y la forma para la Celebración Eucarísticason las dadas por la Institutio Generalis y por elOrdo Misae” (Instr. 3.ª, 12). Pablo VI quiso cortar losabusos: “Quien se aprovecha de la Reforma paradarse a experiencias arbitrarias, dispersa energías yofende el sentido eclesial”.

- Hay que facilitar a los fieles el acceso a las igle-sias y oratorios públicos, abriéndolos “durantebastantes horas de la mañana y de la tarde, paraque puedan fácilmente orar ante el Santísimo Sa -cramento” (Eucharisticum Mysterium 51).

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En la Liturgia Celestial, los veinticuatro ancianos caen de rodillas para adoraral Cordero de Dios (Ap 5,14). ¿Por qué no se hace

“en la Tierra como en el Cielo”, y se arrodillan los fieles cuando elSacerdote alza al Santísimo y dice

“Este es el Cordero de Dios…”?

d) En línea con el Documento anterior, la Instrucción“Redemptionis Sacramentum”, aprobada por JuanPablo II el 19 de marzo de 2004, en el punto 91 dice: “Noes lícito negar la Sagrada Comunión a un fiel, porejemplo, sólo por el hecho de querer recibir la Euca -ristía arrodillado o de pie”.

Y porque a Roma han llegado numerosas quejas porabuso de autoridad, humillaciones y faltas de Caridadhacia los fieles que se arrodillan para recibir el Sacra -mento del Amor, el punto 184 nos emplaza a denunciarestas situaciones: “Cualquier Católico, sea sacerdote,sea diácono, sea fiel laico, tiene derecho a exponer unaqueja por un abuso litúrgico, ante el Obispo Diocesanoo el Ordinario competente que se equipará en derecho, oante la Sede Apostólica, en virtud del Primado del Ro -ma no Pontífice”.

También ha recaído muchas veces la persecuciónsobre sacerdotes celosos de la Tradición, especialmentesensibilizados en el respeto al Santísimo Sacramento;es tos pueden encontrar ayuda en la mencionada Instruc -cón, que advierte: “…Si existe peligro de profanación,no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano”. Y en el tema de la Lengua Litúrgica: “Siempre y encualquier lugar es lícito a los sacerdotes a celebrar elSanto Sacrificio en Latín” (p.112).

e) La nueva Ordenación General del Misal Romano,cuya edición española fue aprobada por la Congregaciónpara el Culto Divino con fecha de 23 de noviembre de2004, y publicada por primera vez en 2005, ofrece algu-

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nas normas que pueden ser un dique para contener algu-nos abusos:

- “Los fieles… estarán de rodillas durante la Consa -gración, a no ser que lo impida la enfermedad o… Y losque no puedan arrodillarse… harán una profunda inclina-ción mientras el sacerdote hace la genuflexión…”

“Allí donde sea costumbre que el pueblo permanezcade rodillas desde que termina la aclamación del Santohasta el final de la Plegaria Eucarística, y antes de laComunión cuando el sacerdote dice “Este es elCordero de Dios…”, es loable que dicha costumbre semantenga” (n. 43)

- “A los fieles no les es lícito tomar por si mismosni el Pan consagrado ni el Sagrado Cáliz, y menos aúnpasárselos entre ellos de mano en mano. Los fielescomulgan de rodillas o de pie… Cuando comulgan depie, se recomienda que antes de recibir el Sacramentohagan la debida reverencia…” (n.160).

f) Queda vacío litúrgicamente el momento de la se -gunda elevación: “ESTE ES EL CORDERO DE DIOS...”.Ante la visión del Cordero, en la Liturgia celeste, los vein-ticuatro ancianos caen de rodillas para adorar (Ap. 5, 14).Y dice el C. Vaticano II: “En la Liturgia terrena pregunta-mos y tomamos parte en aquella Liturgia celestial...”(Sgda. Liturgia, c. 1, 8). Incomprensiblemente, despuésde este Concilio, cuando el Sacerdote alza el Santísimo–Elevación Menor– y dice “Este es el Cordero de Dios…”los fieles permanecen de pie. ¿Por qué no se hace en laTierra como en el Cielo, y se arrodillan los fieles? Así sehacía en la Liturgia anterior. Se adoraba de esta forma,

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una vez más, al Señor, y el fiel preparaba humildementesu corazón, como el publicano, esperando el momentosublime de la Comu nión.

Estamos plenamente convencidos de que sólo practi-cando una Liturgia basada en la humildad, en el recogi-miento y el respeto, podrá ser revitalizada la Iglesia.

Donde hay Amor y Fe, aparece el respeto formal. Sinembargo, es difícil reconocer estas virtudes, en unos ofi-cios atropellados o de liturgia libre, porque al celebrantele guste sentirse protagonista, olvidando que oficia enrepresentación de toda la Iglesia. En estas condicionesno se asimila debidamente el Pan Eucarístico, y se pier-den muchas de las gracias que reporta cualquier acciónlitúrgica. Como dice el Papa Juan Pablo ll: “Dios nosguarde de un comportamiento sin respeto, de unaprisa inoportuna, de una impaciencia escandalosa”(Carta “Dominicae Cenae”, 1980).

Corren, hoy, tiempos locos de soberbia liberal, deateís mo y materialismo. Hay que adaptarlos a la SagradaEscritura y a la Sagrada Liturgia; no al revés. Sólo asípodrán purificarse y llenarse de vida.

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ANEXO

Nos ha parecido oportuno recoger aquí tres testimo-nios ejemplares:

a) El primero corresponde al marino español AlvaroUrzáiz. Lo narra el conocido periodista español Luis Ma -ría Ansón. Es toda una gesta. Vedlo:

“TODAVIA EL HIDALGO”

Me llegan ahora, veladas por la distancia y la emo-ción, noticias conmovedoras de la muerte de AlvaroUrzáiz. Al escribir estas líneas, tengo la sensación deestar calcando palabras de Pérez del Pulgar, de dibujarpara el lector asombrado un Barón de Castilla, un Grandede la España Imperial, un conquistador del viento, de latierra y del mar.

Alvaro Urzáiz era un marino curtido a golpes de tra-gedia y de fuego en la Guerra de Liberación Española.Su vida ejemplar puede encontrarse repetida, sin necesi-dad de búsquedas minuciosas, en cualquiera de suscompañeros de armas. La Marina Española ha sabidoconservar, por encima del cabalgar de los siglos, sus res-plandores de honor y de gloria.

Hace todavía poco tiempo, Alvaro Urzáiz, con un cán-cer abrasándole las entrañas, se fue a un hospital deMunich a esperar, como todos los enfermos de cáncer, eldescubrimiento de ese remedio que no llega. Los doloresintensísimos no arrancaban una sola queja del Marinoespañol, ante el asombro de los médicos germanos.Extendido el cáncer a todo el cuerpo, cercana ya la ago-nía, Alvaro Urzáiz quiso recibir el Santísimo. Se avisóentonces con urgencia a un Sacerdote. Alvaro Urzáizestaba postrado en cama, inmovilizado, prácticamenteinútil, abrasado de fuego, azotado cruelmente por dolorestremendos, al borde de la muerte.

Cuando le avisaron que el Santísimo llegaba, pidió suuniforme de gala, se levantó de la cama y vistió la pren-da del orgullo y de la gloria. Luego, lentamente, prendióen ella sus condecoraciones, las Cruces de Guerra, lasdel Mérito Naval, la Placa de San Hermenegildo. Y con lavida que se le escapaba encerrada entre aquel mar decondecoraciones, con su uniforme de gala, vestido deazul y de heroísmo, Alvaro Urzáiz bajó paso a paso, avi-vando sus dolores crueles, arrastrándose, sin ayuda denadie, hasta la puerta del hospital. Allí el marino español,España entera temblando en sus ojos, se cuadró militar-mente, y esperó en aquella posición la llegada delCuerpo de Cristo.

Un Sacerdote humilde vino con el Cáliz oculto entrepaños negros, y el enfermo de cáncer, el moribundo,hincó sus rodillas en tierra. Se nubló la vista del Sacer -dote. Y la de los duros médicos alemanes. Tembló el hos-pital entero. Allí estaba vivo el espíritu de Alvaro Bazán,el de Churruca y Méndez Núñez, el de la España de

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todas las Grandezas y de todas las Conquistas. “Aes tri-plex circa pectus”, dijo Horacio para describir el valor delos primeros navegantes. “Un triple bronce alrededor delpecho”. Y de bronce, de oro, de amor y de nostalgias, decaballerosidad, de hidalguía, de dulzuras y de firmezaestaba hecho el corazón de Alvaro Urzáiz, Capitán deNavío, Español del Siglo XX, orgullo de la raza. Porqueeste Alvaro Urzáiz pertenece a un Pueblo que ama suHistoria y su Tradición, que se mueve aún por Honor ypor Hidalguía; que, aislado del materialismo torrencialque todo lo anega, produce todavía Hombres idénticos aaquellos Hidalgos que ensancharon el mundo, que for-maron razas ubérrimas, e hicieron realmente fecunda lasangre de España.

Muy poco tiempo después, Alvaro Urzáiz dio el Almaa Quien se la dio. Su muerte hizo revivir los versos deJorge Manrique. Según me dicen, acuden ahora las gen-tes al hospital para preguntar si todo esto es verdad, y sehan producido conversiones. Yo no sé añadir una palabramás a este relato emocionado, porque también, a veces,la pluma exige su tiempo para la meditación y el llanto.

Luis M.ª ANSON (1962, enero)

b) El segundo es un artículo extractado del P. Ricart,publicado en su «CRISTIANDAD» en Agosto-Sept. de1965.

“Desde niños, madres santas y sacerdotes celosos,nos lo habían enseñado. Allí, allí en el Sagrario está elSeñor. Allí, allí vive, ama y reina el mismo Dios. Y desdeentonces habíamos aprendido a rezar y adorar al

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Santísimo Sacramento del Altar, que por siempre —¡porsiempre!— sea alabado.

Y teníamos horror al templo profanado, a la tea incen-diaria, a la blasfemia antieucarística, a la irreverenciaconsciente, a la tristeza inmensa de los Sagrarios aban-donados.

Tenía que llegar la hora de las angustias extremas, lade las grandes mentiras con guantes de teologías deengaños, la de las zalemas de coexistencias irónicas. ¡Lahora taimada en que el orgullo naturalista se rebela con-tra los derechos divinos!

Yo veo, con llanto y pasmo, Señor, Sagrarios sobrecolumnas escuetas, laterales, despojadas; Sagrariossobre endebles y raquíticas tablas; Sagrarios sobre lasmesitas elementales de las vinajeras; Sagrarios insignifi-cantes, desapercibidos, ignorados...

¿Es que estorba el Sacramento? ¿Es que ya no vivi-mos el dogma de la Presencia Real? ¡Oh, no..! Es que loshombres de hoy necesitamos a Pedro Eymard que nosrepita: «¡Un Tabernáculo y basta!»; Francisco de Regis,visitando al Señor, calado de frío y nieve; Javier con susnoches ante el Sagrario; Juan de la Cruz descansandoante el Señor Sacramentado; Margarita María deAlacoque, con sus catorce horas ante el Santísimo en unJueves Santo; el Obispo Manuel González con sus librosy su divina chifladura por los Sagrarios-Calvarios. ¡Y eldivino y altísimo amor de doña Teresa Enríquez, «laLoca del Sacramento», la más emocionante epifanía quejamás el corazón humano ha pulsado en honor de laEucaristía! A ella se debe la fundación de las Hermanda -

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des Sacramentales, únicas imperadas por el Código enlas parroquias para dar honor al Santísimo y acompañar-lo en procesión solemne cuando se dirige a los enfermos(C. 711).

Que retornen los verdaderos teólogos de la Eucaristíay que callen ciertos murmullos espantosos que intentanponer celajes a la realidad divina del Santísimo Sacra -mento. Te necesitamos Tomás de Aquino, con Salme -rón, Laínez y Melchor Cano, con vuestras altísimassublimidades intelectuales junto con el celeste candor dePascual Bailón, el formidable lego que adora la HostiaSanta incluso después de muerto.

Que nos apremie Lo ren zo de Brindis caminando lar-gos caminos para celebrar Misa. Y las íntimas accionesde gracias eucarísticas de Ignacio de Loyola, de LuisGonzaga, de Balmes. Necesitamos otra vez los ejem-plos luminosos de las visitas al Santísimo de José deCalasanz, de Benito José de Labre... Y las profundassutilezas de Vázquez de Mella y las estrofas sublimes ydefinitivas de Verdaguer. ¡Y de otro Antonio de Paduaque haga arrodillar hasta los animales ante el Santísimo!

Señor Sacramentado: Yo comprendo a Teresa deJesús comulgando postrada a la hora de su Viático y aSan José de Calasanz, así como al glorioso Rey SanFernando, arrojándose del lecho al duro suelo a la llega-da de Vuestra Majestad, como nos lo presenta el cuadrode Virgilio Mattoni. Y hombres del mundo de hoy comonuestro Jacinto Benavente que comulga de rodillas enel suelo para morir. Lo que me confunde, Señor, es elinsólito desenfreno del comulgar de pie, contra toda

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Tradición, norma y sentimiento, en la tierra de los corpo-rales de Daroca, del «Sant Dubte» de Gerona, de lasHostias incorruptas de Alcalá, del Escorial y la HostiaSanta del Cebrero; de los Autos Sacramentales, del¡Santo Grial!

Lo que me desorienta y apabulla, Señor, es este afáninsano e hirviente, esquivo y mezquino que intenta parali-zar y deja mustia la reverencia al Sacramento. ¿Por quése nos arrebata el litúrgico tercer cirio de la Consagra ción,preceptuado donde hay costumbre, según el artículo 530del nuevo «Código de Rúbricas», del 25 de julio de 1960,de Juan XXIII, y vigente en España desde San Pío V?

¡Y tantas mujeres que han jubilado nuestras clásicasmantillas! ¿Es que la cabeza cubierta de la mujer en eltemplo no es precepto paulino, norma canónica? ¡Y lomás grave, Señor, y con harta profusión, con tan pim-pantes, toleradas y descaradas inmodestias!

¡Patria de las custodias turriformes de las catedralesde Toledo y Sevilla, de nuestro inmortal Arfe! ¡Custodiasde Santo Domingo de Silos y de Zamora, de Ávila y la dela Catedral de Barcelona sobre el trono de nuestro ReyMartín El Humano! La nobleza de nuestros metales pre-ciosos, ¿no se estremece de ira ante la ruindad de losque quisieran calcinar la fe explosiva y vital, trocada enamor y arte, genuflexión y flor, júbilo y multitud de nues-tras procesiones del Corpus?

Aquel Señor que multiplicaba panes y peces paramuchedumbres, del Sermón de la Montaña y del olor demasas de toda su vida evangélica. ¿Nos lo quieren redu-cir para minorías engoladas, con sus inexpresivas canti-

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nelas sin fervor de pueblo que canta sus himnos férvidos,mamados con la leche de la madre? Nos despojan deimágenes y floridas costumbres y hay empeño en quenuestros templos sufran sequedades luteranas... Ennombre de los niños, de los ancianos, de los obreros, delas mujeres sencillas, de los enfermos, de las aldeas, delos suburbios y de los barrios... en nombre de los intelec-tuales a lo Menéndez Pelayo y García Morente, de losTorras y Bages y los Mercier, de Paul Claudel y LópezPicó... En nombre de la Iglesia, del pueblo, de la poesía,de la tradición, del dolor humano, de la teología, de la his-toria y de la Gloria Divina, queremos fervientes procesio-nes del Corpus con sus gremios y corporaciones, con sucolorido y folklore, ya que ciertamente el beso de laGracia pasa también por este regazo de ingenuidades, yde amores sinceros del pueblo, ¡del Pueblo Cristiano!

¿Quién nos dará sacerdotes que sean Sagrariosvivientes a lo San Antonio María Claret, o locos divinosa lo Francisco de Asís que recorran tiendas de anticua-rios para restituir cálices, vasos sagrados, Sagrarios mal-vendidos, al culto del Señor? ¿Dónde se forjarán de nue -vo los apóstoles a lo San Juan Bosco, a lo San JoséBenito Cottolengo o a lo San Juan de Ribera o SanJuan de Ávila, convencidos de que todo bien procededel Sacramento del Altar?

Sólo Tú, María, Madre de la Iglesia, puedes darnosotra vez el gusto divino de la Eucaristía. Tú, la Madreaparecida en Lourdes y Fátima, la de los milagros por-tentosos en las procesiones eucarísticas de tus Santua -rios. Tú, la Reparadora, la Reina de la Misa y del Sagra -rio. Porque Tú eres Madre. Y lo que nos enseñaron nues-

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tras madres terrenas de pequeñitos ya no tiene bastantefuerza ante la espesa metralla de tantos sofismas combi-nados. Y sólo Tú puedes devolver a nuestra cabeza ycorazón el sabor de la Eucaristía. ¡Que no puede haberIglesia ni comunidad sin el Sagrario con todo el honor,culto y adoración! Y que del Sagrario y de tu CorazónInmaculado han de brotar las gracias de santificación yde conversión y caridad con los hermanos separados.

Sólo Tú, María, la gran Adoradora.

Sólo Tú, nadie más que Tú.

Porque hay mucha noche sobrecargada en el mundode las almas, con tantos Sagrarios inconcebiblementepostergados...

Y ya sentimos miedo. Y se agitan sombras de división,de escándalo, de espanto sobrenatural... ¡Porque Diosno puede resistir ataques al Sacramento!

Madre: que lo entendamos.

Madre: Danos Sagrarios con muchos adoradores, conmucha piedad, con muchas Horas Santas, con CuarentaHoras rebosantes de amor, con muchas velas, con fres-cos ramos de flores.

Madre: Aunque sea con milagros, que comprendamosde alguna manera que, desterrar, quitar el sitio o no darleel culto y la veneración que merece Jesús en la Euca -ristía, es dar un golpe de muerte a la Fe, al Amor, a laPaz, a la Justicia, a la Hermandad.

Y en esta asignatura del Sagrario, Tú sola, Madre,puedes revivir entre tus hijos hoguera de amor eucarísti-

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co. Pero que esto es lo único necesario y lo demás se dapor añadidura. ¡Porque el pecado horrendo es no amar alAmor! ¡La guerra atómica y satánica contra Dios es des-preciar al Sagrario!”.

José RICART TORRENS, Pbro.

c) El tercero es un artículo del P. Cossío († 1989) deSantander (España). Lo escribió en la revista católica deMadrid, «¿QUE PASA?» (n.° 321/21-2-70). Nos hemospermitido extractarlo un poco.

Más que dolido, flagelado, al ver que los fieles no searrodillan ante el Hijo de Dios, repite con una santa ironíala expresión “de pie”, al modo de latigazos espirituales ocorona de espinas, que le hace derramar todo un rosariode lamentos y denuncias. Al final proclama sus más fer-vientes anhelos de llegar de rodillas al encuentro conDios en la Eternidad; deseos que cumplió casi al pie dela letra cuando en el lecho de muerte, al ir a recibir elSanto Viático, se bajó de la cama para recibir de rodillas,en el suelo, al Señor.

¡DE PIE, ...AMARRADOS AL PIE DE LA COLUMNA!

PENSAMIENTOS Y SUPLICA

De pie. ¡Quién nos iba a decir que aquellos hombro-nes que antaño se pasaban de pie toda la misa bajo loscoros y contra las columnas, andando el tiempo iban aser los más litúrgicos!

De pie. Cuando veo sentarse después de comulgar alos fieles pienso en la plácida digestión de una

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Cristiandad que debe hacer reposo, que ha renunciado ala Cruzada y a la accesis, y optó por arrellanarse bur-guésmente cantando nuevas y jocundas marchas. Igualque Jesús, que terminada la cena salió al desafío con lastinieblas (entiéndase el estilo irónico).

De pie. ¡Qué difícil es ser bien pensado cuando losque ayer pregonaban que era accidental el comulgar depie, de la noche a la mañana nos espeten que comulgarde rodillas es romper la armonía del culto público!

De pie. Nadie sabe por qué mis ovejas aquellas, lasque se arracimaban de rodillas junto a mi altar en abiga-rrado colorismo, las que se amontonaban y se pisabancasi para arrebatarme el Pan de Vida de las manos, undía se pusieron en orden, en fila india, de una en una, enuna larga hilera. Pensé que despachaba en vez de cele-brar. Pensé en las colas de los tiempos de hambre.Pensé en las liquidaciones y en los saldos. Pensé que laCasa de mi Padre y su Mesa, se habían convertido en unimpersonal edificio y en un supermercado.

De pie. Me dijeron que habían entrado en una iglesiay habían preguntado, al ver a un Diácono desgañitarse,si aquello era una Misa o un ensayo de coreografía.

De pie. Yo no sé si comulgar de pie es accidental. Loque sí veo es que esos militantes tan celosos de cambiarlo accidental, han clavado la piqueta arteramente en uncimiento sustancial. Porque no me digan que la lucha fra-tricida entre pastores y rebaño, a la hora de comulgar noes algo sustancial.

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De pie. No puedo remediar que las largas colas decomulgantes me recuerden las filas de soldados de unejército en el momento de entregar las armas. Comoellos, como si estuvieran agotados, después de comulgarse sientan.

De pie. ¿Dónde habéis visto un comulgante, él clava-do de rodillas, en vela, absorto, acariciando el arma decombate que el Sacerdote le entregó para ganar y derro-tar al mundo?

De pie. Sí, eran aquellos. Los que un día se juraronante el Sagrario acordonarlo con brazos y rodillas. Hoyson los primeros que se han puesto de pie. Ellos nosaben, ¿cómo van a saberlo?, que me pisan el alma, queme aplastan. ¡Cursillistas de Cristiandad! ¿Olvidasteistan pronto aquello de que tiemble el mundo cuando unhombre se pone de rodillas?

De pie. Suele ocurrir que quienes más muestran sudesbordante simpatía por la incorporación de costumbresal acervo eclesial, son tremendamente antipáticos conlas costumbres ya adquiridas. Curiosa medida; en unaspartes, que la Iglesia se acostumbre a las legítimas cos-tumbres de los pueblos; en otras, desacostumbrar a laIglesia de sus legítimas costumbres.

De pie. ¿No tienen algo que decir los maestros de ladirección de espíritus a la hora del discernimiento de lasnuevas leyes litúrgicas? Muchos ayer las trasgredierontodas, y son los que hoy nos piden casi a latigazos quelas observemos todas.

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De pie. No entiendo ni puedo entender cómo jamáscristiano alguno se atrevió a comulgar de pie o a mandarque así se hiciera. Pero no soy tan cerril que no entiendaperfectamente que un día Satanás le envió a Jesús a quese pusiera de rodillas. Tal vez lo que no entienda es queSatanás valore ciertos gestos mucho más que miles decatólicos.

De pie. Fue esta semana. Cuarenta años apartado dela Iglesia y, por lo tanto, desconocedor de lo que hoy pasaen la Iglesia. Estaba agonizando, pero se me tiraba de lacama para ponerse de rodillas ante Jesús, que iba a sersu Viático. ¡Hermoso ejemplo de pueblo en marcha car-gado de ignorancias litúrgicas, y Angel del consuelo paralos que sudamos sangre hasta en la Liturgia!

¡DE RODILLAS!

Presido en Tu Templo, Señor. Estoy en pie, y sé queno soy sólo yo en la celebración de Tu Sagrada Misa. El“in persona Christi” me encumbra sobre todos y me abateante mí mismo.

Porque no soy como los demás hombres. Tú supisteedificar en el recinto de mi alma un templo íntimo, dondeel publicano que soy pudiera también caer de rodillas eninterioridades inefables y cerrar los ojos y dejar que hir-vieran mis pecados hasta que el alma quedara jugosa yempapada en saludables contricciones. Miles de Misassantas me rompieron por dentro día a día. Tu grandezadesangraba en mí Tu Misericordia, que chorreaba desdemis manos hasta tu altar.

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Pero hoy el velo de mi humilladero íntimo se ha ras-gado. Cuando tu fuerte y poderosa mano había hecho demis entrañas secas y de mis huesos humillados un ras-guño, cuando estaba exprimido y a punto de gozar elzumo de mi propia miseria y de tu generosa justifica-ción... viva ya en mí “la exaltación del Nombre que estásobre todo nombre, para que al Nombre de Jesús sedoble toda rodilla de los seres celestes y de los terrena-les y de los infernales, y toda lengua confiese queJesucristo es el Señor llamado a compartir la gloria deDios Padre” (Flp. 11, 10-11), otra oración me ha turbadoy me ha robado el sol que estaba dando luz a los abis-mos de mi nada. Oraban, Señor, oraban como en la pará-bola en que Tú nos salvaste a todos los publicanos de laTierra, erectos, verticales, mayestáticos... De pie solicita-ban Tu perdón, de pie Te comulgaban, de pie Te despe-dían y acogían Tu bendición. Mi Dios eterno, ¿es quedeliro?; ¿es que no puedo decirte que no entiendo, queno puedo entender, que no quiero entender, que entien-do que entender fuera pecado?

¡De pie, Señor, de pie...! Todo mi ser crispado, toda miira sacerdotal incontenida, todo yo llevado y arrebatadoen furia... Me olvidaba, Señor, sí, me olvidaba de que yosoy Sacerdote publicano. Quienes “no son como losdemás hombres” seguirán despreciando que no me atre-va a levantar los ojos ni a separar mis rodillas de las pie-dras. No quiero salirme de tu trazo, no quiero dejar queviva en mí aquella figurilla pecadora dibujada por Ti en tuTemplo Santo.

Seguiré poniendo el alma de rodillas cuando me pidanTus misterios de pie. Quiero la humillación de pasar por

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el mundo de rodillas, mendigando rodillas humilladaspara Ti.

Quiero en el triunfo de tu Reino, apretar tus manos derodillas y haber llegado a Ti, Padre y Hermano, por elúnico camino que conozco... DE RODILLAS”.