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Las pruebas de resistenciarealizadas a lascentrales nuclearesespaolas
Terapia gnica: muchas promesas y pocos avances
Entrevista con MaraNeira Gonzlez,directora de SaludPblica y MedioAmbiente de la OMS
Teora de las entidadesreguladoras y el CSN
alfaRevista de seguridad nuclear y proteccin radiolgica
Nmero 16IV trimestre 2011
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S e cumple estos das el primer ani-versario del terremoto y el con-siguiente tsunami que asolaronla costa este de Japn y provocaron el
accidente de la central nuclear de Fu-
kushima Dai-ichi. Un suceso que sigue
marcando la hoja de ruta de la seguridad
nuclear en todo el mundo. Como conti-
nuacin a los artculos y noticias publi-
cados en los anteriores nmeros de Alfa,
incluimos en este un amplio anlisis del
proceso puesto en marcha para mejorar
la seguridad de las centrales nucleares
espaolas ante posibles catstrofes de
origen natural, incluso de proporciones
muy superiores a las esperables por los
datos histricos y las caractersticas de
cada emplazamiento.
Las llamadas pruebas de resistencia,
establecidas por la Comisin Europea
en el mes de mayo y que se han realiza-
do en casi todas las centrales nucleares eu-
ropeas, han supuesto un intenso traba-
jo, desarrollado a lo largo de varios meses,
para poder cumplir con los plazos esta-
blecidos por la Comisin. El 31 de octu-
bre las centrales espaolas entregaron
sus respectivos informes al Consejo de Se-
guridad Nuclear, quien los evalu y los
remiti el 31 de diciembre a la Comisin
Europea. El artculo detalla el contexto
en el que se puso en marcha esta inicia-
tiva, los objetivos marcados por la Comi-
sin Europea, el procedimiento y meto-
dologa seguidos por las centrales
espaolas, el papel del CSN y las conclu-
siones del informe final entregado a las
autoridades europeas.
Un aspecto reseable de las pruebas
de resistencia, dada su relacin con el
accidente de Fukushima, es el riesgo ss-
mico de nuestro pas, que en 2011 dio
muestras de su existencia en el terremo-
to que asol la ciudad de Lorca. Inclui-
mos en la revista un reportaje donde se
informa de los riesgos asociados a las
manifestaciones telricas en nuestro pas,
entre ellos los derivados de la actividad
volcnica, que tuvo tambin el ao pa-
sado gran protagonismo por la erupcin
submarina ocurrida en las inmediacio-
nes de la isla de El Hierro.
Entre los numerosos usos de las ra-
diaciones ionizantes son siempre desta-
cables los relacionados con el diagnsti-
co y el tratamiento mdicos, incluso en
actividades aparentemente lejanas, como
en el caso de la terapia gnica. Un repor-
taje incluido en este nmero nos expli-
ca las prometedoras perspectivas abier-
tas por esta lnea teraputica, iniciada
hace ya ms de dos dcadas, los proble-
mas que han impedido hasta ahora con-
vertir esas promesas en realidades y el
rumbo de las investigaciones que se
desarrollan para solventarlos.
Hablando de cuestiones mdicas, la
voz ms autorizada en todo el mundo es
la de la Organizacin Mundial de la Sa-
lud. La directora de su divisin de Salud
Pblica y Medio Ambiente, la asturiana
Mara Neira, es en esta ocasin la prota-
gonista de la entrevista, donde explica la
importancia de esta organizacin, los
problemas que afronta y, ms en con-
creto, su papel en temas cercanos a la ac-
tividad del Consejo, como el uso de las
radiaciones ionizantes.
La revista se completa con un art-
culo de carcter terico donde el vicepre-
sidente del Consejo, Luis Gmir, analiza
la justificacin e imbricacin de los or-
ganismos reguladores en el entramado de
la administracin democrtica y de los
condicionantes que pueden afectar a su
credibilidad. a
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Pruebas de resistencia
El CSN remiti el 31 dediciembre a la Comisin
Europea el informe final delas pruebas de resistenciarealizadas a las centrales
nucleares espaolas
Presentacin
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REPORTAJES
4 Terapia gnica: muchas promesas y pocos avancesTras ms de 20 aos de investigacin y experimentacin, el objetivo de curarenfermedades de origen gentico mediante la modificacin o implantacin delos genes implicados ha demostrado estar plagado de dificultades. Pese a todo,las investigaciones para superar los problemas prosiguen y mantienen viva lapromesa de llegar a un tratamiento eficaz para las miles de enfermedades gen-ticas o en las que los genes juegan un papel esencial, incluido el cncer.
Gene therapy: many promises and few breakthroughs. After more than 20 years ofresearch and experimentation, the objective of curing illnesses of genetic origin through themodification or implantation of the genes involved has proven to be plagued with difficulties.Nevertheless, research aimed at overcoming the problems continues and keeps alive thepromise of achieving an efficient treatment for the thousands of genetic illnesses or those inwhich the genes play an essential role, including cancer.
11 Los cazadores de terremotosLa localidad murciana de Lorca y la isla canaria de El Hierro nos han recordadodurante 2011 que Espaa no est exenta de riesgos ssmicos y volcnicos. Aunquemuy lejos de la intensidad con que se manifiestan estos fenmenos telricos en otraspartes del planeta, nuestro pas sufre terremotos y erupciones, a veces con gravesconsecuencias en forma de vidas humanas y de daos econmicos. La ordenacindel territorio y los proyectos de infraestructuras deben tenerlo en cuenta.
Earthquake busters. Both the town of Lorca in Murcia and the island of El Hierro in theCanaries reminded us in 2011 that Spain is not entirely free from seismic and volcanicrisk. Although not with anything like the intensity shown by these telluric phenomena inother parts of the planet, Spain does suffer from earthquakes and eruptions, sometimeswith serious consequences in terms of human lives and economic damage. This shouldbe borne in mind in land planning and infrastructure projects.
RADIOGRAFA
18 La transmutacin: el futuro de la gestin del combustibleirradiado?
Transmutation: the future of irradiated fuel management?
ENTREVISTA
20 Mara Neira, directora de Salud Pblica y Medio Ambiente de laOrganizacin Mundial de la Salud: Todava en muchos pases eltener un nio, que es dar vida, es una causa de muerteNeira reivindica la labor que la OMS realiza, especialmente en los pases menosdesarrollados, repasa los retos de salud a los que se enfrenta la humanidad en laactualidad y destaca los medios diagnsticos y teraputicos que la investigacinpone en nuestras manos, incluyendo el uso de radiaciones ionizantes.
Mara Neira, director of Public Health and the Environment of the World Health Organisation:In many countries, having a child, which is giving life, still entails death. Neira defends thework performed by the WHO, especially in the under-developed countries, and explains thehealth-related challenges faced by mankind and underlines the diagnostic and therapeuticresources made available to us by research, including the use of ionising radiations.
SUMARIO
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26 PANORAMA
IN MEMORIAM
33 Recuerdo del expresidente del CSN Juan Manuel Kindeln,fallecido el pasado 30 de diciembre
In memory of Juan Manuel Kindeln, ex-president of the CSN, who passed away onDecember 30th last.
ARTCULOS TCNICOS
37 La teora de las entidades reguladoras y el CSNEl vicepresidente del Consejo de Seguridad Nuclear y catedrtico de PolticaEconmica, Luis Gmir, analiza en este artculo de carcter terico el papelque juegan los organismos reguladores en las sociedades democrticas y lasclaves de su credibilidad, con especial referencia al propio Consejo y al PlanEstratgico aprobado recientemente para el periodo 2011-2016.
The theory of the regulatory bodies and the CSN. In this article the vice president of the Nuclear
Safety Council and professor of Economics and Politics, Luis Gmir, analyses the theoretical na-
ture of the role played by regulatory organisations in democratic societies and the keys of their
credibility, with special reference to the Council and the Strategic Plan recently approved for the
period 2011-2016.
44 Las pruebas de resistencia realizadas a las centrales nucleares espaolasTras el accidente ocurrido en la central nuclear japonesa de Fukushima, la UninEuropea decidi someter a las centrales nucleares europeas a una reevalua-cin de sus mrgenes de seguridad, de acuerdo con las lecciones extradas deaquel accidente. Tras un proceso de anlisis exhaustivo, el Consejo de Segu-ridad Nuclear remiti el pasado 31 de diciembre los informes finales corres-pondientes a las evaluaciones realizadas a las centrales nucleares espaolas,con los resultados y conclusiones obtenidos. Se detallan tambin las accionespropuestas para mejorar la seguridad nuclear de estas instalaciones frente asituaciones extremas.
The stress tests performed by the Spanish nuclear power plants. In the wake of the accident
that occurred at Fukushima nuclear power plant in Japan, the European Union decided to sub-
ject the European plants to a reassessment of their safety margins, in accordance with the les-
sons learned from that accident. On December 31st last, following a process of exhaustive analy-
sis, the Nuclear Safety Council submitted the final reports corresponding to the evaluations
performed by the Spanish nuclear power plants, with the results obtained and conclusions
drawn. Also detailed are the actions proposed to improve the nuclear safety of these facilities in
response to extreme situations.
58 EL CSN INFORMA
70 SISC
72 PUBLICACIONES
alfaRevista de seguridad nucleary proteccin radiolgicaEditada por el CSNNmero 16 / IV trimestre 2011
Comit Editorial
Presidenta:
Carmen Martnez Ten
Vicepresidente:
Luis Gmir Casares
Vocales:
Purificacin Gutirrez Lpez
Juan Carlos Lentijo Lentijo
Isabel Mellado Jimnez
David Redoli Morchn
Asesor externo:
Manuel Toharia
Coordinador externo:
Ignacio F. Bayo
Comit de Redaccin
David Redoli Morchn
Concepcin Muro de Zaro
Natalia Muoz Martnez
Antonio Gea Malpica
Jos Luis Butragueo Casado
Vctor Senderos Aguirre
Ignacio F. Bayo
Edicin y distribucin
Consejo de Seguridad Nuclear
Pedro Justo Dorado Dellmans, 11
28040 Madrid
Fax 91 346 05 58
www.csn.es
Coordinacin editorial
Divulga S.L.
Diana, 16 - 1 C
28022 Madrid
Fotografas
CSN, Divulga y Javier Fernndez
Impresin
Grficas Varona
Polgono El Montalvo
37008 Salamanca
Depsito legal:
ISSN-1888-8925
Consejo de Seguridad Nuclear
Fotografa de portada
iStockphoto
Las opiniones recogidas en esta publi-
cacin son responsabilidad exclusiva
de sus autores, sin que la revista Alfa
las comparta necesariamente.
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La terapia gnica pasa por ser una delas frmulas teraputicas ms pro-metedoras. La idea de utilizar ma-terial gentico para tratar o prevenir en-
fermedades resulta de lo ms seductora,
pero la sencillez de su planteamiento
contrasta terriblemente con las dificul-
tades y peligros de llevarla a cabo. Los ge-
nes son responsables de muy diversas
enfermedades, y la posibilidad de reem-
plazar los defectuosos o introducir al-
guno que falta podra solucionar nume-
rosos trastornos hereditarios, algunos
tipos de cncer y ciertas enfermedades in-
fecciosas. Pero de la teora a la prctica
hay un abismo, y a pesar de algunos lo-
gros de las ltimas dcadas, la terapia
gnica sigue siendo un tratamiento ex-
REPORTAJE
Gonzalo Casino, Periodista cientfico
Nacida en 1990 como una va revolucionaria para conseguir la curacin de muchas de las mi-les de enfermedades humanas que tienen un origen o un componente gentico, la terapia g-nica ha resultado ser mucho ms complicada de lo que en principio pareca. Por eso, transcu-rridas ms de dos dcadas desde los primeros ensayos, sigue siendo una tcnica meramenteexperimental, que tan solo ha sido ensayada, y no siempre con xito, en unos cuantos casos.Pero la investigacin contina avanzando en numerosos laboratorios de todo el mundo paratratar de resolver los problemas planteados y convertir sus promesas en realidades.
La informacin gentica humana se encuentra escrita en 3.000 millones de bases de ADN.
El tratamiento con genes sigue siendo experimentalpero estn mejorando sus perspectivas
Terapia gnica: muchas promesas y pocos avances
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perimental, que slo se aplica en el mar-
co de ensayos clnicos controlados y cuan-
do no existen otras terapias curativas
para las enfermedades.
Se considera terapia gnica cualquier
manipulacin de los genes de las clulas
del organismo con el fin de tratar una en-
fermedad. La modalidad ms habitual
es la insercin de un gen ausente o la
sustitucin de un gen mutado por uno
sano y perfectamente funcional. Otra
aproximacin teraputica consiste en in-
tervenir en la regulacin gentica: desac-
tivar un gen que causa una patologa, o
bien activar un gen cuya funcin es in-
hibir una enfermedad. Y cabe tambin la
posibilidad de modificar genticamente
las clulas inmunitarias para que se vuel-
van ms eficaces.
Todas estas posibilidades son cierta-
mente muy atractivas, pero la situacin
actual de esta prometedora terapia que-
da muy bien acotada por un hecho: to-
dava no existe ningn producto terapu-
tico autorizado por la Food and Drug
Administration (FDA), la agencia del
medicamento de Estados Unidos, que
marca la pauta de los tratamientos y sus
indicaciones en todo el mundo. Desde
que se iniciaron los ensayos clnicos con
esta tcnica en 1990, las enormes expec-
tativas creadas no se han visto satisfechas
y, en conjunto, los avances experimen-
tados han resultado oscurecidos por al-
gunos importantes contratiempos.
El primer gran revs para esta moda-
lidad teraputica lleg en 1999, con la
muerte de un joven de 18 aos, Jesse
Gelsinger, que participaba en un ensayo
clnico de terapia gnica para tratar una
enfermedad gentica: la deficiencia de
ornitina-transcarbamilasa (OTCD, en
sus siglas en ingls), una enzima del ci-
clo de la urea cuya ausencia causa pro-
blemas en la eliminacin de desechos
orgnicos por la orina. Gelsinger muri
de un fallo multiorgnico a los cuatro das
de empezar el tratamiento experimental,
posiblemente como consecuencia de una
respuesta inmunitaria exagerada frente
al vector vrico que se utiliz para intro-
ducir en el organismo del paciente el gen
que sintetiza la enzima OTC.
Genes teraputicosEl reto maysculo que tiene planteada
la terapia gnica es cmo hacer para in-
sertar un gen sano precisamente en
aquellas clulas que lo necesitan (clu-
las diana). Aunque todas las clulas de
una persona tienen el mismo genoma,
es decir, exactamente los mismos genes
y la misma secuencia de ADN, los dife-
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| REPORTAJE |
James Bainbridge, autor de un ensayo de terapia gnica para combatir la ceguera hereditaria.
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rentes genes se expresan en unas u otras
clulas, segn la actividad que tienen
que realizar. La funcin de los genes se
traduce, en esencia, en la sntesis de una
protena, que es a la postre la que reali-
za una funcin estructural o metabli-
ca, y cuya deficiencia puede producir
una enfermedad. As, por ejemplo, en las
clulas beta del pncreas se expresa una
coleccin limitada de las varias dece-
nas de genes que componen el genoma
humano, entre los que se incluyen espe-
cficamente los que codifican la pro-
duccin de insulina.
Cuando un gen es defectuoso, lo que
ocurre es que la protena que produce no
cumple su funcin o ni siquiera llega a
sintetizarse, y el resultado es una enfer-
medad gentica. Con la terapia gnica
se pretende corregir ese gen defectuoso,
normalmente insertando dentro del ge-
noma de las clulas diana un gen sano o
teraputico capaz de producir la prote-
na que hace falta. Otras aproximaciones
menos habituales son la sustitucin del
gen anormal por otro normal mediante
un proceso de recombinacin gentica y
la reparacin del gen alterado mediante
un proceso de mutacin inversa.
Para introducir el gen teraputico en
las clulas del paciente, los investigado-
res han ideado un procedimiento que
aprovecha la capacidad infectiva de los
virus, que son entidades infecciosas es-
pecializadas en insertar sus genes en las
clulas vivas para reproducirse, convir-
tindolos en vehculos transportadores o
vectores del gen teraputico. Para ello, hay
que eliminar previamente los genes v-
ricos que tienen capacidad patgena e in-
sertar en su genoma el gen teraputico.
Estos virus modificados genticamen-
te se dirigen selectivamente contra las c-
lulas diana, ya sean las clulas de la san-
gre, las de los pulmones o las del hgado.
El vector vrico se encarga entonces de
insertar el gen teraputico en el genoma
de las clulas infectadas. Desde el mo-
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El complemento radiolgico
La radioterapia ha demostrado sobradamente ser un tratamiento eficaz
para diversos tipos de tumores malignos. Es, junto con la quimioterapia y la
ciruga, uno de los pilares del tratamiento del cncer. Las radiaciones ioni-
zantes son desde hace un siglo una opcin teraputica local para eliminar
las clulas y tejidos cancerosos, ms sensibles a la radiacin que las clulas
y tejidos normales, que se utiliza en alrededor de la mitad de los enfermos
de cncer.
Recientemente, diversos estudios han mostrado que la radioterapia
puede ser tambin un eficaz complemento de la terapia gnica. El tratamien-
to combinado ha resultado tener un mayor efecto antitumoral que una de las
dos terapias de forma aislada, y podra ser til en los gliomas cerebrales, aun-
que la dosis radiactiva ha de ser reducida para prevenir efectos adversos. En
el cncer de prstata, el cctel de radioterapia y terapia gnica utilizando
como vector el virus del catarro comn tambin ha ofrecido resultados pro-
metedores en algn estudio preliminar, que deber ser confirmado en estu-
dios clnicos ms amplios.
La terapia gnica ofrece tambin la posibilidad de focalizar ms eficaz-
mente la radioterapia, reduciendo la principal limitacin del tratamiento
radiactivo, que es el dao indiscriminado a los tejidos sanos circundantes.
En diversos experimentos se estn poniendo a punto tcnicas de transferen-
cia gentica para hacer que las clulas malignas sean ms sensibles a la
radioterapia.
Radioistopos y nucletidos radiactivosLos materiales radiactivos, principalmente radioistopos y nucletidos
radiactivos, son asimismo de gran utilidad en las tcnicas de terapia gnica
y, en general, de ingeniera gentica. Estos productos radiactivos se utilizan
fundamentalmente para marcar el material gentico que se va a utilizar en
una terapia gnica y de este modo poder hacer un seguimiento detallado.
As, los nucletidos radiactivos (citosina, adenina, y guanina y timina mar-
cados con partculas radiactivas) permiten determinar la tasa de sntesis de
ADN, y conocer la rapidez, eficiencia y precisin en la duplicacin del geno-
ma celular marcado.
Los radioistopos (istopos creados artificialmente cuando el ncleo
inestable de un elemento qumico se descompone) se estn utilizando
tambin para monitorizar la transferencia gentica en diversos tipos de
terapia gnica, especialmente en el tratamiento del cncer. Las posibili-
dades teraputicas incluyen la modificacin gentica de las clulas
tumorales para aumentar su inmunogenicidad, la introduccin de genes
productores de anticuerpos intracelulares (intracuerpos) contra los
oncogenes y la transferencia de genes citotxicos para eliminar las clu-
las malignas. En todas estas aproximaciones, todava experimentales, los
radioistopos se utilizan como marcadores genticos para estudiar la
evolucin del proceso. a
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mento en que las clulas empiezan a sin-
tetizar la protena deficitaria puede decir-
se que se han convertido en clulas sanas.
Pero el uso de estos virus como vec-
tores plantea diversos problemas para
el paciente, principalmente la posibili-
dad de que se desencadene una respues-
ta inflamatoria o inmunitaria exagera-
da. Aparte de esto, estn las amenazas
siempre presentes de toxicidad y de que
la capacidad patognica del vector vri-
co no haya sido eliminada por comple-
to y, una vez dentro del organismo del
paciente, pueda reactivarse y causar una
enfermedad.
Existe adems el riesgo de que los vi-
rus usados como vectores no alcancen
slo a las clulas diana (aquellas que tie-
nen genes mutados o ausentes y que son
las que se pretende tratar), sino que se in-
troduzcan en clulas sanas. Si esto ocu-
rre, las clulas sanas podran quedar afec-
tadas y producirse diversos trastornos y
enfermedades, incluyendo algunos tu-
mores. Todos estos problemas, entre otros
muchos, son los que han impedido que
la terapia gnica se haya convertido en
una opcin teraputica real y consolida-
da, ms all de su aplicacin en el mar-
co de los ensayos clnicos.
Los nios burbujaEl sndrome de inmunodeficiencia se-
vera combinada (SCID, en sus siglas en
ingls), o sndrome de los nios burbu-
ja, fue la primera enfermedad en la que
se experiment la terapia gnica, y es un
buen ejemplo de lo que han sido las ex-
pectativas y desilusiones de esta tcni-
ca teraputica en las dos ltimas dca-
das. Esta rarsima patologa hereditaria
(apenas hay 40 casos anuales en todo el
mundo) se caracteriza por un comple-
to dficit inmunolgico que hace que la
ms mnima infeccin pueda ser mor-
tal. De ah que los nios afectados, que
suelen ser diagnosticados en el primer
ao de vida, necesiten vivir en una bur-
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| REPORTAJE |
Basta una alteracin en una base de ADN para producir una enfermedad gentica.
Estructura de un virus, queconsta de una membrana ex-terna e informacin gentica
en su interior.
Nanoestructura lipdica utili-zada para llevar material ge-
ntico a las clulas, como al-ternativa al uso de virus.
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buja absolutamente estril para estar a
salvo de cualquier virus o bacteria y po-
der sobrevivir.
El primer ensayo clnico de terapia g-
nica, emprendido por William French
Anderson el 14 de septiembre de 1990
para solucionar el dficit de la enzima
adenosindeaminasa (ADA) de una nia
burbuja de cuatro aos, fue ampliamen-
te aclamado como un gran xito y como
el inicio de la nueva era de la medicina
gentica. Lo que hizo el equipo de An-
derson en el National Heart, Lung and
Blood Institute de Estados Unidos fue
utilizar un virus como vector para inser-
tar el gen correcto que se encarga de pro-
ducir la protena ADA. Este tratamiento
lo repitieron peridicamente durante
dos aos en la joven paciente y en otra
nia de nueve aos con la misma enfer-
medad. Ambas nias consiguieron llevar
una vida normal.
En 1993 los investigadores empeza-
ron a utilizar terapia gnica para tratar
a recin nacidos con dficits de ADA.
La idea era insertar los genes sanos que
codifican la protena ADA en clulas in-
maduras extradas del cordn umbilical
y reintroducirlas posteriormente en el
cuerpo del beb. Como consecuencia
del tratamiento, los recin nacidos expe-
rimentaban aumentos estables en sus
niveles de la enzima ADA, pero la solu-
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A la izquierda, ensayo de terapia gnica para el tratamiento de la fibrosis qustica mediante un inhalador. A la derecha, varios de los niosafectados por el sndrome de inmunodeficiencia severa combinada, tratados experimentalmente con terapia gnica mediante inyeccin.
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cin no era definitiva ni estaba exenta de
problemas.
El uso de retrovirus como vectores
para insertar los genes sanos es uno de los
grandes problemas de la terapia gnica. Al
menos dos nios burbuja que fueron tra-
tados con terapia gnica desarrollaron un
trastorno de tipo leucmico a principios
de la dcada de 2000, lo que oblig a la
FDA en enero de 2003 a prohibir tempo-
ralmente el uso de esta tcnica con vec-
tores retrovirales en clulas sanguneas.
Aunque la suspensin se levant
poco despus, la terapia gnica sigue
sin ser una opcin real para el trata-
miento de los nios burbuja. Incluso
han cogido fuerza tratamientos farma-
colgicos convencionales para garanti-
zar una cierta proteccin inmunitaria del
enfermo hasta que aparezca un donan-
te adecuado de mdula sea y se le pue-
da realizar un trasplante para solucio-
nar su enfermedad.
Riesgos y problemas tcnicospendientesPara consolidarse como una opcin tera-
putica para las enfermedades genticas,
la terapia gnica debe antes resolver una
serie de escollos tcnicos que la mantie-
nen confinada como un procedimiento
experimental. Aparte de las amenazas de
toxicidad e infeccin inherentes al uso
de virus como vectores, est el riesgo de
estimular la respuesta inmune hasta el
punto de reducir o anular la efectividad
teraputica de los genes insertados. Como
cualquier sustancia extraa que entra en
un organismo, los genes teraputicos y sus
vectores desencadenan una respuesta in-
munolgica que se hace ms intensa al re-
petir las infusiones teraputicas.
Esta necesidad de repetir la terapia es,
por s misma, un obstculo importante
para la efectividad del tratamiento. Hoy
por hoy, la terapia gnica es un tratamien-
to de corta duracin. Los genes que se in-
sertan en las clulas diana no slo debe-
ran integrarse perfectamente en la maqui-
naria gentica para producir las protenas
necesarias, sino que deberan mantener-
se funcionales de forma duradera y las
clulas deberan sobrevivir durante un
largo tiempo. Pero esto no es as. El alto
ritmo de divisin celular impide que la te-
rapia gnica siga funcionando y haya que
repetir el tratamiento una y otra vez.
Otro de los graves riesgos de esta tc-
nica es la posibilidad de inducir un tumor.
Cuando se inserta un gen en un lugar
equivocado a lo largo de la secuencia ge-
ntica, existe la posibilidad de que esta in-
sercin conduzca al desarrollo de un tu-
mor maligno. Y no es una posibilidad
remota, como ha podido constatarse en
algunos ensayos clnicos.
A todo esto, hay que sumar las difi-
cultades de abordaje de las enfermeda-
des multignicas. Los trastornos causa-
dos por mutaciones en un nico gen son
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| REPORTAJE |
La capacidad infecciosa de los virus, como el VIH de la imagen, puede aprovecharse para llevar los genes sanos a las clulas.
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los mejores candidatos para la terapia
gnica, pero la mayora de las enferme-
dades ms comunes estn causadas por
los efectos de una compleja combina-
cin de variaciones en numerosos ge-
nes, como son, por ejemplo, la enferme-
dad coronaria, la diabetes, la hipertensin
arterial, el alzhimer, la artritis y algunos
tipos de cncer, entre otras patologas.
A pesar de todos estos y otros proble-
mas, son muchos los equipos en todo el
mundo empeados en resolverlos y dedi-
cados desde hace varias dcadas a poner
a punto una tcnica teraputica que, si se
consigue optimizar, sera una solucin
ideal para no pocas enfermedades.
Una buena prueba de la vitalidad de
esta rea de investigacin es la existen-
cia de revistas cientficas consagradas a
la terapia gnica. El grupo Nature (NPG)
tiene desde 1997 una cabecera dedica-
da a esta rea de conocimiento: Gene
Therapy; por si fuera poco, dos aos des-
pus, los editores de Nature empezaron
a publicar otra revista dedicada exclusi-
vamente a la terapia gnica del cncer:
Cancer Gene Therapy. Adems de estas dos
relevantes publicaciones, existen Current
Gene Therapy, Human Gene Therapy,
The Journal of Gene Medicine y Molecular
Therapy, entre otras revistas revisadas
por pares.
Recientes avancesEn estas revistas se han publicado algu-
nos de los principales avances registrados
en los ltimos aos y que han hecho re-
cobrar una cierta esperanza en las posi-
bilidades reales de la terapia gnica. As,
por ejemplo, en 2006, investigadores del
National Cancer Institute de Estados Uni-
dos consiguieron modificar gentica-
mente un tipo de clulas inmunitarias,
los linfocitos, para dirigirlas especfica-
mente contra clulas cancerosas de un
paciente afectado por un melanoma me-
tastsico avanzado. Fue la primera vez que
la terapia gnica se us con xito para tra-
tar un cncer en humanos.
Otros importantes logros han sido el
xito del primer ensayo clnico con tera-
pia gnica para tratar un tipo de cegue-
ra hereditaria, publicado en este caso en
la principal revista de medicina clnica,
el New England Journal of Medicine, en
2008, y la curacin de dos enfermos afec-
tados por una enfermedad de las clulas
mieloides.
Adems, la terapia gnica se ha utili-
zado para tratar enfermedades leves. Uno
de sus recientes xitos ha sido frente a una
dolencia crnica menor pero muy habi-
tual: la enfermedad periodontal. Me-
diante la transferencia gentica a las c-
lulas de la zona con un vector vrico, un
grupo de investigadores de la Universi-
dad de Michigan han conseguido mejo-
rar considerablemente la calidad de vida
de estas personas.
Sin embargo, no parece que este vaya
a ser un tratamiento habitual, ya que la
terapia gnica es todava exagerada-
mente cara. Adems de resolver los ml-
tiples problemas tcnicos pendientes y
de superar el examen de los ensayos cl-
nicos, esta tcnica deber lidiar con al-
gunas cuestiones ticas, como son, en-
tre otras, la aplicacin en las clulas
germinales o la delimitacin de la fron-
tera entre lo que es una enfermedad y
una incapacidad gentica. a
10 | alfa | 16 / 2011
La terapia gnica debe resolver an numerosos escollos tcnicos para dejar de sermeramente experimental, pero empieza a haber indicios de que lo conseguir.
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16 / 2011 | alfa | 11
| REPORTAJE |
H ace cerca de 500 aos, en 1522,un terremoto destruy Almeray el municipio granadino deUgijar casi en su totalidad. Con una
magnitud de 6,5 en la escala Richter,
aquel desastre es el primero de los que
hoy se cuenta con informacin feha-
ciente sobre lo ocurrido y no ha habi-
do otro que causara tanto dao hasta dos
siglos despus: el terremoto de Lisboa de
1755, cuando se calcula que pudo haber
hasta 100.000 muertos.
REPORTAJE
Rosa Martn, Periodista,
redactora de El Mundo.
El riesgo ssmico y volcnico en Espaa
Los cazadoresde terremotos
Mancha de la erupcin submarina de El Hierro vista por el satlite de la NASA Rapid-eye.
La localidad murciana de Lorca y la isla canaria de El Hierro nos han recordado durante 2011que Espaa no est exenta de riesgos ssmicos y volcnicos. Aunque muy lejos de la inten-sidad con que se manifiestan estos fenmenos telricos en otras partes del planeta, nues-tro pas sufre terremotos y erupciones, a veces con graves consecuencias como la prdi-da de vidas humanas y daos econmicos. La ordenacin del territorio y los proyectos deinfraestructuras deben tenerlo en cuenta.
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Estas dos fechas son un reflejo de
la situacin sismolgica en Espaa, un
pas en el que, afortunadamente, hay
pocos sesmos catastrficos, aunque
los de poca magnitud no dejan de pro-
ducirse debido a que su territorio limi-
ta, por el sur, con el lugar de encuen-
tro de las placas tectnicas euroasitica
y africana. Se calcula que cada ao se
producen unos 2.000 de estos terre-
motos de poca monta. En estas cir-
cunstancias, son muchos los investi-
gadores que piensan que los espaoles
somos poco conscientes del peligro,
sobre todo porque a menudo se olvida
que el mayor problema de un sesmo es
que nunca se puede predecir.
El sudeste de Levante, la Cordillera
Btica, Galicia y Pirineos, y desde luego
Canarias, son reas donde el mapa sismo-
lgico espaol se tie de rojo. Pero es un
documento que se ha quedado viejo.
Por ello, expertos de universidades
e instituciones cientficas preparan en
estos momentos un nuevo mapa de pe-
ligrosidad al que se incorporarn los
hallazgos que, desde 2002, han revela-
do nuevas zonas de riesgo en el terri-
torio nacional. Se espera que est listo
a finales de febrero de 2012, aunque
subsisten diferencias de criterio entre
gelogos y sismlogos que dificultan
llegar a un consenso cientfico.
12 | alfa | 16 / 2011
Las centrales nucleares,reforzadas tras FukushimaEl tsunami que en marzo del ao pasado destruy la
central japonesa de Fukushima Dai-ichi hizo necesario
un proceso de revisin en casi todas las centrales
nucleares europeas, que han tenido que ser sometidas a
pruebas de sismorresistencia, para comprobar si estn
preparadas para una debacle de similar magnitud. En el
caso de Espaa, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)
ha presentado, hace escasas semanas, un informe en el
que se pone de manifiesto que las instalaciones espao-
las han superado todos los test realizados en los ltimos
seis meses, aunque tendrn que someterse a algunas
reformas que refuercen su seguridad.
Este plan de mejoras, que las tendrn en obras hasta
el ao 2016, ser obligatorio para todas las plantas,
segn dej claro la presidenta del CSN, Carmen
Martnez Ten, en la presentacin del informe, que ha
sido remitido a finales de ao a la Comisin Europea.
Una de las ms importantes ser la creacin, a
medio y largo plazo, de centros de apoyo para casos de
emergencia en cada central, que servirn como refugio
para los trabajadores si es necesario, as como otro cen-
tro comn a todas ellas, con medios humanos y mate-
riales disponibles para intervenir en 24 horas desde el
momento que surja la alarma. Segn Juan Carlos
Lentijo, director de Proteccin Radiolgica del CSN,
estos refugios debern estar cerca de las centrales, pero
a una distancia suficiente como para garantizar la segu-
ridad. El central est previsto que se construya en
Madrid.
Ms inmediatas sern las mejoras para paliar la pr-
dida de energa elctrica y, por tanto, la capacidad de
refrigeracin del reactor en caso de accidente, como
ocurri en Fukushima, donde se fusionaron por ello los
dos ncleos. Para ello, se recomienda la utilizacin de
bombas o generadores disel que permitan ampliar su
autonoma de ocho, como hay ahora como mximo,
hasta 72 horas de funcionamiento.
Se obliga tambin a reformar los sistemas de filtra-
cin y venteo de gases y vapor hacia el exterior de las
plantas. De este modo, se trata de evitar explosiones
como las que sufrieron los edificios en la planta japo-
nesa por la acumulacin de hidrgeno. La filtracin de
estas emisiones antes de ser liberadas evitar que los
elementos txicos salgan al exterior y contaminen los
alrededores.
Respecto a las piscinas donde se acumula el com-
bustible radiactivo gastado, se exige a todas las centrales
nucleares la disponibilidad de medios para aportar agua
cuando sea preciso, as como mejorar el control de la
temperatura de esa agua.
Adems, el informe recoge que las estructuras de las
instalaciones debern resistir sesmos de 0,3 g (gravedad
terrestre), aunque ninguna instalacin se ha construido
en fallas activas.
Todos estos cambios se realizarn a lo largo de los
prximos cinco aos, y tendrn un coste econmico ele-
vado para las compaas titulares de las centrales, pero
Martnez Ten indic que habr que hacerlos cueste lo
que cueste. De hecho, algunos han sido propuestos por
las propias empresas.
En total, el CSN ha realizado 24 inspecciones en las
que ha comprobado que, pese a que necesitan este refor-
zamiento en la seguridad, las seis centrales nucleares
espaolas superan todas las pruebas de resistencia a las
que se han sometido. a
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Ese nuevo mapa, al igual que el que
ahora existe, ser el instrumento bsi-
co para saber dnde se debe aplicar la
normativa sismorresistente, es decir,
donde debern tenerse en cuenta deter-
minadas caractersticas de construc-
cin a la hora de levantar edificios y
obras pblicas para evitar colapsos,
como el que se produjo en un alto edi-
ficio en Lorca (Murcia) este mismo ao.
Por ello, todos los expertos coinciden en
que conocer el pasado ssmico de un te-
rritorio es el elemento fundamental que
ayudar a determinar el nivel de riesgo
que debe asumir su poblacin.
Pocos datos histricos El problema es que en Espaa son muy
escasos los datos que se conservan an-
teriores a la Reconquista. Los archivos
islmicos se destruyeron o salieron
rumbo a pases rabes, y lo poco que se
sabe se rescat de archivos eclesisticos
y referencias literarias que no dejan de
ser poco cientficas.
Para los gelogos, acostumbrados
a estudiar fenmenos que duran cien-
tos de miles de aos, esa informacin
histrica es insuficiente porque no se
puede abarcar un periodo de tiempo
lo bastante amplio como para cubrir
un ciclo ssmico completo si se trata de
conocer el actual riesgo real en terri-
torio nacional. Se deberan tener en
cuenta todas las fallas activas que hay
en las Pennsula Ibrica y ello requie-
re de estudios paleosismlgicos, es
decir, detectar terremotos que ocurrie-
ron hace 1.000, 5.000 o 10.000 aos. Te-
nemos que averiguar dnde ocurrieron
y de qu magnitud fueron, asegura
Miguel ngel Rodrguez Pascua, del
Instituto Geolgico y Minero de Es-
paa (IGME).
Este amplio margen de tiempo tie-
ne su justificacin: en la Pennsula las
velocidades de formacin de los movi-
mientos terrestres son mucho meno-
res que en otros lugares del planeta. El
territorio espaol peninsular se encuen-
tra sobre la placa euroasitica, que li-
mita al sur con la africana, acercndo-
se a una velocidad de 5 milmetros por
ao, en lugar de los 83 milmetros que
se produce entre las que afectan a Japn.
Como las tensiones son tan lentas, es
preciso echar la vista muy atrs, porque
es este el nico escenario fiable a la
hora de estar prevenidos en el futuro,
argumenta el gelogo.
Rodrguez Pascua es uno de los co-
laboradores voluntarios para la elabo-
racin de la nueva cartografa de ries-
gos que prepara el Instituto Geogrfico
Nacional (IGN), el organismo del Mi-
nisterio de Fomento responsable de
todo lo que tiene que ver con terremo-
tos a travs de la Red Ssmica Nacional.
16 / 2011 | alfa | 13
| REPORTAJE |
Efecto del terremoto de Lorca en una de sus iglesias.
MIG
UEL
A. R
ODR
GUEZ
PAS
CUA
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-
Los inicios de la red ssmicaFue a finales del siglo XIX cuando Es-
paa comenz a contar con una rudi-
mentaria instrumentacin cientfica
que permita registrar la duracin de los
movimientos de la tierra. An no se co-
noca la existencia de las placas conti-
nentales, pero ya se saba que aquellos
temblores que causaban grandes des-
trucciones no eran castigos divinos de
carcter bblico, sino fenmenos que
ocurran en el interior del planeta.
A lo largo del siglo XX se monta-
ron algunos observatorios de geofsica
por todo el pas que registraban algu-
nos datos, pero no fue hasta 1985 cuan-
do se puso en marcha una verdadera
red de alerta cuyo objetivo era ayudar
a prepararse frente a una catstrofe,
mediante la elaboracin de un mapa en
el que quedaran fijadas las zonas de
mayor peligro.
Con la nueva Red Ssmica Nacional
se instalaron los primeros 26 sismgra-
fos por todo el territorio espaol, apa-
ratos que enviaban el registro del mo-
vimiento del suelo a Madrid en tiempo
real, utilizando la lnea telefnica. El
sistema tena un grave hndicap la l-
nea se saturaba con sesmos que supe-
raran la magnitud 4, es decir, los ms
peligrosos pero la tecnologa de hace
20 aos no daba para ms.
A partir de 1999 comenzaron a ins-
talarse las estaciones actuales, que ya
son digitales y con transmisin va sa-
tlite. Hoy existen 42 unidades de es-
tas instrumentaciones, de las que diez
utilizan la telefona mvil, y adems se
cuenta con 113 acelermetros, que son
los instrumentos que miden la acelera-
cin del suelo en las regiones de mayor
riesgo.
Cuando la seal de estas estacio-
nes llega a la central de Madrid, gracias
a un procedimiento automtico de cl-
culo, sabemos dnde est situado el epi-
centro del terremoto, su profundidad y
su magnitud, y el tiempo mximo que
tardamos en conocer esos datos desde
el inicio es solamente de dos minutos.
En el caso de Lorca, con un sesmo de
magnitud 5,1 en la escala Richter, se tar-
d un minuto y 25 segundos en calibrar
el sesmo. Ese dato inmediatamente se
publica en la pgina web del IGN, don-
de todos los ciudadanos pueden saber lo
que est ocurriendo en ese mismo mo-
mento, explica Emilio Carreo, direc-
tor de la Red Ssmica Nacional.
Esta publicacin es consultada con-
tinuamente. Slo durante el pasado
mes de octubre, la web tuvo 1,2 millo-
nes de entradas de personas pendien-
tes de lo que estaba ocurriendo en la isla
canaria de El Hierro: desde julio all se
est produciendo una gran actividad
volcnica submarina, similar a la que
dio origen al archipilago hace 30 mi-
llones de aos. An hoy, contina muy
activa y est provocando infinidad de
sesmos.
La Red ha logrado, adems, que el
flujo de informacin sea de ida y vuel-
ta. Las personas que estn en zonas
donde se ha producido algn movi-
miento ssmico tienen a su disposi-
cin un cuestionario en el que explican
cmo han sentido los efectos del ses-
mo y son sus respuestas las que ayudan
a valorar a los cientficos su intensi-
dad en la superficie de forma autom-
tica y en pocos minutos. Es un dato
que no se podra obtener sin la colabo-
racin ciudadana.
De forma paralela, esta misma in-
formacin se enva a los servicios de
Proteccin Civil, a las compaas elc-
tricas, a las autoridades autonmicas y
a otras instituciones. De ah que sea
tan importante contar con unos ma-
pas de peligrosidad que nos ayuden a
paliar los daos en la medida de lo po-
sible, explica Carreo.
Como muestra, pone un ejemplo:
en Bam (Irn), en el ao 2003, fallecie-
ron ms de 26.000 personas con un
sesmo de 6,3 en la escala Richter, mien-
tras que en Virginia (Estados Unidos)
otro sesmo de 5,8 no supuso ningn
dao personal ni material importante
porque sus edificios estaban prepara-
dos para resistir el envite.
En busca de terremotosLos gelogos recuerdan que la Tierra
est viva, aunque al habitarla se nos
olvide. Las placas tectnicas que divi-
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Mapa de peligrosidad ssmica de Espaa (periodo de retorno: 500 aos).
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den la litosfera no han dejado de mo-
verse desde que se formaron, hace ya
4.000 millones de aos. Cada da se re-
gistran en el mundo tres o cuatro te-
rremotos de magnitud 6 (en El Hie-
rro, la mayora no han superado el
valor 4) y al ao hay, al menos, 28 de
magnitudes superiores a 7, que siem-
pre son catastrficos, como el ocurri-
do en Fukushima (Japn) en marzo de
este ao (de 9,0).
Pero los terremotos no son el pro-
blema. Es ms, sin estas placas que se
acercan y se separan, el planeta no ten-
dra continentes, ni montaas, ni un
ciclo estable de agua, ni carbono, y sin
todo ello no existira la diversidad de
formas de vida que hoy conocemos.
Tampoco habra un proceso natural
para compensar los cambios en la lumi-
nosidad del Sol, ni habra depsitos de
carbn, petrleo o gas natural.
La cuestin es que actualmente so-
bre la corteza terrestre habitan 7.000
millones de seres humanos y se han
construido infraestructuras (puertos,
presas, rascacielos, industrias qumi-
cas, centrales nucleares, etctera) que
hacen a la humanidad mucho ms vul-
nerable frente a este tipo de desastres.
Las personas, a la hora de asentarse,
no han discriminado geolgicamente
qu lugares eran ms inestables y cu-
les no. No tenan un mapa de riesgos.
Para elaborar esa nueva cartografa
en proyecto, los gelogos dedicados al
estudio de las fallas, que son las vlvu-
las de escape de la presin que se acu-
mula bajo la corteza terrestre, estn uti-
lizando tres tipos de tcnicas. Una de
ellas es el estudio de la energa que li-
beraron esas fallas cuando se produje-
ron, dando lugar a fracturas que an son
visibles al analizar los estratos. El cali-
bre de esa energa se deduce midiendo
su longitud y el escaln que hoy es vi-
sible en los sedimentos. Para encontrar
las fallas que no estn a la vista hacen
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| REPORTAJE |
El terremoto que afect a la ciudad de Lorca tuvo una magnitud de 5,1 en la escala de Richter.
M
IGUE
L A.
ROD
RGU
EZ P
ASCU
A
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-
trincheras en el suelo, siguiendo las pis-
tas que les ofrece su geomorfologa. Se
podra decir que somos cazadores de te-
rremotos del pasado, reconoce Rodr-
guez Pascua. Es lo que se llama paleo-
sismicidad.
Otro de los mtodos es el anlisis de
las licuefacciones del suelo que se pro-
ducen cuando en los sedimentos no con-
solidados, es decir, que no son duros,
ocurre un sesmo que los mueve como
si se tratara de un fluido. Los gelogos
estn investigando los fondos de algunos
lagos peninsulares donde, por falta de
oxgeno y de animales, no se han llega-
do a distorsionar los estratos.
Una tercera va es la llamada ar-
queo-sismologa, que no es otra cosa
que el estudio de monumentos hist-
ricos de gran antigedad, como cate-
drales e iglesias, y tambin yacimien-
tos arqueolgicos, como el de Baelo
Claudia, en Cdiz, en los que todava
hay huellas de que sufrieron algn te-
rremoto, aunque no conste en sus ar-
chivos. La arqueologa nos ofrece una
ventana temporal grande, y nos ayuda
a conservar el patrimonio histrico,
argumenta Rodrguez Pascua, gelogo
del IGME.
Sin bolas de cristalPrecisamente, el conocimiento previo de
cmo fueron los movimientos ssmi-
cos en Lorca en el pasado ayud a re-
forzar y estabilizar algunos de sus edi-
ficios ms emblemticos de modo que
apenas sufrieron daos estructurales,
aunque otros, como la iglesia de San-
tiago, colapsaron con el terremoto.
A finales de septiembre la ciudad
murciana fue elegida como sede de unas
jornadas del Instituto de Patrimonio
Cultural de Espaa en cuyas conclu-
siones los expertos sealaban que, pese
a ello, hay que revisar las normativas ac-
tuales de sismorresistencia de la cons-
truccin, que comenzaron a aplicarse en
1968. Desde entonces, han ido cam-
biando a medida que se modificaba la
cartografa de las reas de riesgo.
Para los que trabajan en esta com-
plicada tarea de la prevencin, no hay
una bola de cristal en el caso de los te-
rremotos, sino solamente mucho traba-
jo, y aseguran que queda mucho por
estudiar, pero escasean los medios, no
el inters de los profesionales. El terre-
moto de Lorca no fue una sorpresa por-
que all hay una falla. Tambin en Ga-
licia se han registrado sesmos de poca
magnitud en los ltimos decenios, ex-
plica Rodrguez Pascua.
Jos Jess Martnez Daz, natural
de Lorca y profesor de Geologa en la
Universidad Complutense de Madrid,
es miembro del Grupo de Tectnica Ac-
tiva. Martnez Daz, como su colega del
16 | alfa | 16 / 2011
Torre de la iglesia de Santiago Apstol, de Lorca, tras el terremoto.
M
IGUE
L A.
ROD
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IGME, es de los que creen que no se
puede bajar la guardia, aunque nos fa-
lle la memoria histrica, y que el mapa
de peligrosidad del IGN est incomple-
to y debera incluir datos geolgicos.
Olvidar las catstrofes es un mecanis-
mo de supervivencia, y eso es humano,
pero s que deberan estar bien regis-
tradas en las normativas. Por ello, los
gelogos insistimos en que hay fallas
activas para las que no sirve tener sis-
mgrafos, sino que hay que organizar
muchos grupos para trabajar en el cam-
po, formar a muchos investigadores,
seala.
Como experto, no duda de que al-
gn da el ser humano pueda ser capaz
de predecir, con datos cientficos, el lu-
gar y la fecha de un terremoto. Ya he-
mos detectado que antes de que se pro-
duce un sesmo hay cambios en los
acuferos, en la presin de los fluidos y
en la temperatura, pero tambin es cier-
to que no siempre ocurren y que no
comprendemos an el mecanismo,
apunta.
Mientras ese da no llegue, su fija-
cin tambin son las fallas activas. Ya
hay registradas ms de 150 en todo el
territorio. Los sistemas volcnicos, como
los de El Hierro, son mucho ms pre-
decibles que los peninsulares, pero esta
es una investigacin bsica que es fun-
damental, aunque no se valore, se que-
ja el investigador.
Controles de la normativaEl otro campo de batalla es el de la cons-
truccin de edificios y obras que sean
seguras, objetivo ltimo de su labor.
Desde 1968, en Espaa existen norma-
tivas, que se actualizan con periodici-
dad, pero nadie sabe con absoluta cer-
teza cmo se organiza el control y las
inspecciones por parte de las adminis-
traciones responsables.
Martnez Daz recuerda que uno
de los ms mortferos sesmos en Espa-
a tuvo lugar en 1800 en Torrevieja,
con cientos de muertos. Hoy es un mu-
nicipio que ha crecido a lo ancho y lar-
go de la costa levantina con mucho des-
control. La normativa sismorresistente
implica que se utilice un tipo de hor-
mign flexible, con varillas de acero,
para evitar que colapsen las vigas en
caso de sesmo, pero tambin es preci-
so controlar elementos como cornisas
y otras decoraciones ornamentales, que
causaron las vctimas en Lorca, recuer-
da el profesor.
En los gabinetes municipales con-
sultados se limitan a sealar que se
cumple la normativa vigente, pero los
cientficos estn convencidos de que el
control deja mucho que desear por-
que, entre otras cosas, en muchos ayun-
tamientos no hay tcnicos que conoz-
can el Real Decreto sobre construccin
sismorresistente, del ao 2002.
Jos Chacn, catedrtico de Inge-
niera del Terreno, en la Universidad
de Granada, es uno de los que tienen se-
rias dudas de su cumplimiento: Pre-
gunte en los ayuntamientos si hacen
estudios de la sismicidad de los terre-
nos donde se levantar una torre, pre-
gunte si conocen los requisitos, res-
ponde al ser requerida su opinin.
En un artculo cientfico publicado
a finales del ao pasado en la revista
cientfica Geoevents, Heritage and the
role of the igcy, Chacn conclua que los
riesgos derivados de la peligrosidad ss-
mica en la Cordillera Btica se incre-
mentarn en el futuro porque se estn
recalificando terrenos rurales como ur-
banizables en una zona donde el ries-
go es elevado. La Cordillera Btica in-
cluye fallas activas con un potencial
ssmico evaluado, con solvencia con-
trastada, que establece la posibilidad
real de que sucedan terremotos de mag-
nitud superior a seis en cualquier mo-
mento. Sin embargo esta constatacin
no ha ido acompaada de actuaciones
suficientemente significativas a escala
municipal que mejoren la resistencia
de los edificios o la planificacin de
cambios de emplazamiento de la pobla-
cin afectada a edificios ms resisten-
tes. Se sigue construyendo con cimen-
taciones superficiales en zonas que
podran licuar bajo acciones ssmicas se-
veras sin que se revisen tales aspectos
tcnicos o se analicen sus consecuen-
cias, concluye.
El catedrtico, adems, pone algunos
ejemplos: un terremoto de 6,5 en la es-
cala Richter en Granada, debido a la fal-
ta de control en muchas de sus cons-
trucciones, causara de 1.000 a 5.000
muertos, y entre 8.000 y 30.000 heridos.
Desacuerdo en la R edPese a ello, desde la Red Ssmica Nacio-
nal no tienen claro que en el nuevo
mapa se tengan que incluir todas las
reas con fallas activas. Emilio Carre-
o reconoce que no se ha llegado a un
consenso cientfico: Los gelogos es-
tn empeados en que incorporemos
todas, pero este mapa de peligrosidad
se hace para periodos de retorno que no
superen los 500 aos, as que no tiene
sentido incluir zonas donde no ha ha-
bido ningn movimiento en 10.000
aos, argumenta.
El director de la Red, no obstan-
te, s cree que es preciso saber dnde
se encuentran para evitar construir
edificaciones de alto riesgo. En ese
caso s que es necesario tener una nor-
mativa especfica, pero en un contex-
to general an no hay consenso. In-
cluiremos algunas de las fallas activas
que han identificado, pero no todas.
Y en todo el mundo se hace as, in-
siste Carreo.
An con el tema abierto, el director
de la Red confa en tener a finales de fe-
brero un proyecto avanzado. En Espa-
a no tenemos fcil prevenir los movi-
mientos, aunque estamos en ello. a
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| REPORTAJE |
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-
La gestin del combustible gastadoes uno de los mayores retos asocia-dos a la energa nuclear. Actual-mente se generan en el mundo unas
11.500 toneladas de combustible irra-
diado al ao, de las cuales un tercio es re-
procesada, lo que implica que cada 12
meses el combustible gastado que se al-
macena sin reprocesar aumenta en unas
8.000 toneladas.
Grupos de expertos en ingeniera
nuclear, principalmente en Francia, Ja-
pn, Rusia y Estados Unidos, investigan
desde hace dcadas para dar con la tec-
nologa que convierta en realidad la trans-
mutacin a nivel industrial. Se trata de
una tecnologa que permitira, por un
lado, transformar los residuos radiacti-
vos de alta actividad y vida media muy
larga en nuevos ncleos atmicos de ms
rpida desintegracin y menor toxici-
dad y, por otro, reducir su volumen de
manera muy significativa. Adems, el
propio proceso de transmutacin po-
dra producir hasta un 30% ms de ener-
ga. Esta conversin de un istopo en
otro se lleva a cabo bombardeando el
tomo con un haz de neutrones de alta
intensidad para provocar una transfor-
macin del ncleo y la consecuente libe-
racin de energa.
La tecnologa necesaria para llevar a
cabo la transmutacin, an en proceso
de investigacin y desarrollo, se baraja
desde hace aos como posible solucin
a la problemtica derivada del tratamien-
to no slo del combustible gastado de las
centrales nucleares, sino tambin del ar-
mamento nuclear. Segn la comunidad
cientfica, debera estar totalmente dis-
ponible en el ao 2040.
El combustible gastado de las centra-
les nucleares est compuesto por distin-
tos istopos: uranio (94,7%), productos
de fisin (4,1%), plutonio (1,1%) y act-
nidos minoritarios neptunio, americio
18 | alfa | 16 / 2011
RADIOGRAFA La transmutacin: el futuro de la gestin delcombustible irradiado?
Mara del Vigo Fernndez,rea de Comunicacin
del CSN
Fbrica de combustibles
Centralnuclear
Almacn temporal
Planta de reproceso
Residuoslquidos dealta actividad
PuU, Pu
Ciclo cerrado avanzado
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-
16 / 2011 | alfa | 19
| RADIOGRAFA |
y curio (0,1%), sustancias que combi-
nan un alto nivel de radiotoxicidad con un
largo tiempo de vida[*]. Estos istopos tie-
nen periodos de actividad muy diferentes,
por lo que el primer paso del tratamiento
de los residuos consiste precisamente en se-
parar unos elementos de otros mediante
operaciones qumicas y metalrgicas.
El uranio y el plutonio extrados del
combustible irradiado son materiales nu-
cleares que siguen teniendo aplicacin
energtica, un factor que ha impulsado
considerablemente las investigaciones y ha
hecho que la tecnologa para separarlos
(PUREX) est a da de hoy totalmente
desarrollada y comercializada. Sin embar-
go, la separacin de algunos actnidos me-
nores y de los productos de fisin est an
en fase de investigacin, principalmente
porque presenta mayores dificultades: con
el empleo de mtodos acuosos los istopos
tienen cargas electrnicas muy similares,
por lo que se separan en grupos, y los m-
todos no acuosos producen corrosin.
Tras la fase de la separacin, los ra-
dionucleidos se convertiran en nuevos
elementos combustibles que podran ser
utilizados en reactores rpidos de cuar-
ta generacin o en sistemas subcrticos
accionados por acelerador (ADS), en los
que seran irradiados con haces de neu-
trones de alta energa obtenidos a travs
de reacciones de espalacin de protones
contra ncleos pesados (como el plomo,
por ejemplo). El tipo de istopos resultan-
tes de esta maniobra tendra un perodo
de semidesintegracin (tiempo que nece-
sita un istopo para reducir su actividad
a la mitad) de unos 300 aos, con lo que
su gestin sera considerablemente ms
sencilla. En realidad, la transmutacin
consiste, simplemente, en acelerar el pro-
ceso natural de decaimiento de los isto-
pos. Todos los istopos radiactivos van
transformndose con el tiempo y emi-
tiendo, al hacerlo, radiacin. La cadena de
desintegracin es el conjunto de radioi-
stopos que se generan en este proceso, en
el que un istopo radiactivo decae en otro,
y as sucesivamente, de forma que se va re-
duciendo gradualmente la actividad del
mismo, hasta que se convierte en un ele-
mento estable. Ahora bien, el tiempo que
tarda un istopo en desintegrarse vara en
funcin del elemento del que se trate, y
puede oscilar entre unas milsimas de se-
gundo y varios millones de aos.
Las investigaciones sobre la trans-
mutacin se remontan al desarrollo de la
energa nuclear, en los aos 50, pero han
sufrido altibajos a lo largo de la historia
debido a la falta de consenso internacio-
nal sobre sus beneficios. Sin embargo, a
finales de la dcada de los 80, con las di-
ficultades asociadas a la implantacin de
los almacenamientos geolgicos profun-
dos, la idea de la transmutacin resurgi
como opcin complementaria, y las in-
vestigaciones cobraron fuerza en los 90.
Actualmente, los desafos para la I+D
en este campo se pueden resumir en tres
vas de investigacin:
Encontrar el mecanismo ms ade-
cuado para generar el flujo neutrnico de
espectro rpido necesario para la trans-
mutacin, ya que se barajan diversas po-
sibilidades tanto de reactores como de sis-
temas ADS.
La bsqueda de materiales nu-
cleares adecuados para fabricar un com-
bustible que demuestre las condiciones
ptimas para la irradiacin.
La mejora y simplificacin de
las tecnologas de reproceso y separa-
cin, de cara a reducir el tamao de los
equipos, aumentar la resistencia a la co-
rrosin y la separacin de los actnidos
minoritarios. a
[*]Estos valores corresponden a un combusti-
ble irradiado con un enriquecimiento inicial
del 3,5% en U-235 y un grado de quemado de
40.000 MWd/tU.
Pb
PlutonioPu
Espalacin Fisin
Capturaneutrnica
100Ru
99Tc
129I
130Xe
AmericioAm
p
n
n
n n n
n
n
Separacinacuosa
avanzada
Separacinpirometalrgica
TransmutadorADS
Almacenamientodefinitivo
residuos de altaactividad
Fbrica de combustibles
y blancos
Residuosalta
actividad
Residuosde alta
actividad
AMPu / PF
Actnidos minoritarios (AM)Productosfisin (PF)
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L leg a la Organizacin Mundialde la Salud (OMS) hace 19 aos ydurante este tiempo ha visto pa-sar ya a cuatro directores generales. Du-
rante los ltimos aos el cargo est en
manos de la doctora Margaret Chan,
que acaba de ser elegida para un segun-
do mandato de cinco aos y de la cual
ella es una de sus colaboradoras princi-
pales. Pero para Mara Neira, lo impor-
tante no son las personas que en un mo-
mento determinado asumen la
responsabilidad de su gestin sino la
propia institucin, de quien dice: Es
algo muy slido e intemporal; una idea,
una filosofa, una misin, que es servir
a la salud pblica mundial. Por eso con-
sidera que aunque a veces haya estado en
el centro de la polmica, la OMS conser-
va casi intacta una reputacin forjada a
lo largo de 65 aos de historia.
PREGUNTA: Qu papel juega la OMSen el mundo actual?
RESPUESTA: Yo creo que tenemoscuatro aspectos fundamentales en los
que existe un gran consenso en todo el
mundo. El primero es proporcionar la
opinin cientfica ms creble, funda-
mentada y neutra en temas de salud. La
segunda es el poder de convocatoria
que tiene, gracias al cual podemos reu-
nir a los mejores expertos del mundo
en cada tema y sabes que van a res-
ponder y a ofrecerte su colaboracin,
desde el punto de vista cientfico, aca-
dmico, clnico esto es lo ms boni-
to, el poder institucional que nos pro-
porciona y que bien usado es muy til.
En tercer lugar, definir las prioridades
de investigacin, ya que todas son in-
teresantes y hay que dar prioridad a
ciertos temas y lneas de investigacin,
asegurarnos de coordinar esa investiga-
cin y servir de plataforma para cana-
lizar y compartir esa informacin. Y en
cuarto lugar la funcin de monitoreo,
evaluacin y asistencia tcnica a los pa-
ses que lo necesitan.
P: Despus de casi 20 aos en la OMS,cmo ve el trabajo que lleva a cabo?
R: Sigue teniendo para m la mismamotivacin, la misma pasin y el hormi-
gueo especial de la gente convencida de
lo que hace. Tienes el privilegio de estar
participando en algo muy especial. No
producimos coches ni mquinas, pero
pensamos que lo que hacemos tiene una
influencia en el bienestar de las personas
y eso es lo que nos estimula y motiva.
P: Pero tambin debe tener un altogrado de frustracin por todo lo que no se
consigue realizar, no?
R: La frustracin creo que es unsentimiento que a cierta dosis no debe-
ramos abandonar nunca; es un ingre-
diente importante de tu trabajo diario,
porque si no llegaramos a una autosa-
tisfaccin poco positiva. Yo sigo estan-
do profundamente insatisfecha cada
vez que viajo a frica y otras zonas, in-
cluso a pases emergentes, donde veo
que hay un desarrollo econmico fan-
tstico, que a veces no se acompaa de
algo tan bsico como unos estndares
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Ignacio F. BayoPeriodista cientfico,
director de Divulga
Entrevista con Mara Neira, directora de Salud Pblica y Medio Ambiente de la Organizacin Mundial de la Salud
Todava en muchos pases eltener un nio, que es dar vida,es una causa de muerte
ENTREVISTA
Mara Neira Gonzlez (La Felguera,
Asturias, 1962) se licenci en Medicina
y Ciruga por la Universidad de Oviedo, y
ms tarde se especializ, en diferentes
universidades francesas, en Endocrino-
loga y enfermedades metablicas, en
Nutricin y en Salud pblica, completan-
do su formacin con un diploma en Ges-
tin de Emergencias y Crisis en Suiza.
Entre 1987 y 1989 trabaj en Mdicos
Sin Fronteras como coordinadora mdi-
ca en El Salvador y Honduras. Despus
ejerci en frica, primero en Ruanda,
como asesora mdica del Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo; y
luego en Mozambique, como asesora en
Salud Pblica del Ministerio de Sanidad.
En 1993 se incorpor a la Organizacin
Mundial de la Salud como coordinadora
del Grupo Especial Mundial de Lucha
Contra el Clera y, ms tarde, como di-
rectora del Programa de Control, Preven-
cin y Erradicacin de Enfermedades
Transmisibles. En el ao 2002 fue nom-
brada directora de la Agencia Espaola
de Seguridad Alimentaria y tres aos
despus regres a la OMS como directo-
ra del Departamento de Salud Pblica y
Medio Ambiente, cargo que sigue ejer-
ciendo en la actualidad. Ha recibido, en-
tre otras distinciones, la medalla de la
Orden del Mrito Nacional francesa y el
nombramiento de miembro de la Acade-
mia de Medicina de Asturias.
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de salud ocupacional y proteccin en el trabajo.
Hay cierta tendencia a creer que con el desarrollo
econmico automticamente llega la salud y a ve-
ces s, pero no es algo automtico y suelen persis-
tir desigualdades enormes. China, por ejemplo, est
creciendo mucho pero sigue siendo uno de los
pases con dificultades para cumplir uno de los ob-
jetivos del milenio que es el saneamiento; una
gran parte de la poblacin tiene dificultades para
acceder a cuestiones bsicas de saneamiento, agua
potable etc. Y lo mismo ocurre en Brasil, en India...
pases con un gran crecimiento que no se acom-
paa de mayor salud y proteccin social.
P: Cules son los grandes retos de la salud pbli-ca mundial para los prximos aos?
R: Ahora mismo quizs el mayor reto, y el quemayor coste va a suponer para los pases desarro-
llados, es el que tiene que ver con nuestro estilo de
vida y con nuestro bienestar. Es lo que se denomi-
nan enfermedades crnicas no transmisibles, como
diabetes, hipertensin, hipercolesterolemia y cncer,
que estn asociadas al consumo desmesurado de
alimentos y el sedentarismo. Otro gran reto es el pro-
blema del envejecimiento de la poblacin, con el au-
mento de las enfermedades degenerativas que con-
lleva. Son nuestros grandes retos, no solo porque
generan enfermedad y muerte sino tambin porque
son crnicas y suponen un gasto que tambin va
a ser muy difcil de sostener. Tenemos los desafos
de siempre relacionados con la falta de agua y de
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| ENTREVISTA |
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saneamiento y la mortalidad materno-infantil en pa-
ses pobres, donde las enfermedades transmisibles si-
guen siendo el principal problema. Y otro gran
desafo para los pases ricos y, sobre todo, para esos
que estn creciendo muy rpido, es
la contaminacin ambiental y las en-
fermedades que causa. Es un riesgo
que nos est afectando a todos.
P: Las enfermedades crnicas notransmisibles son caractersticas de
los pases del primer mundo pero em-
piezan a afectar a los dems, no es
cierto?
R: Totalmente, porque adems nose requiere ni una generacin para ver
sus efectos. En cuanto un africano
empieza a mejorar su nivel de vida, y ni siquiera de
forma sustancial, uno de los primeros efectos secun-
darios es sedentarismo y obesidad, con lo cual esta-
mos viendo una transicin epidemiolgica en pases
que tradicionalmente no tenan obesidad ni estas
enfermedades relacionadas. Va a haber una carga dual
de enfermedad en estos pases en desarrollo.
P: Es decir, van a sufrir a la vez enfermedades dericos y de pobres.
R: Exactamente, porque hay una gran desigual-dad. Y adems est el problema de la urbanizacin.
En el ao 2020 ms de la mitad de la poblacin
mundial vivir en ciudades o en zonas perifricas a
la ciudad, atrados por unos servicios que creen que
son mejores, y la realidad es que se forman grandes
zonas de favelas alrededor de esos ncleos urbanos.
Esto va a representar tambin un gran desafo para
la salud pblica.
P: En enfermedades infecciosas la OMS ha con-seguido algunos xitos importantes, principalmente
la erradicacin de la viruela. Qu nuevos retos se
plantean?
R: Los de las enfermedades infecciosas son talvez los ms visibles. Ahora mismo el reto es la erra-
dicacin de la polio, porque an queda un peque-
o grupo de pases en los que no estamos avanzan-
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Tenemos en marcha un trabajosobre los anlisis y estudios quehay que hacer en Fukushima paralos prximos 15 o 20 aos
PREGUNTA: En el caso de accidentes nucleares como los deChernbil y Fukushima, han hecho o estn haciendo estu-
dios epidemiolgicos?
RESPUESTA: S. Ese es nuestro papel. Hacer primerouna evaluacin del riesgo potencial para la salud y en ese
caso qu medidas hay que tomar inmediatas. Nosotros en
el caso de Fukushima pedimos la evacuacin inmediata en
un radio de 20 kilmetros en torno a la central, dijimos qu
tipos de medidas profilcticas haba que tomar: sacar a la
gente que pudiera estar en zona de riesgo, administrar pas-
tillas de yodo y evitar la comercializacin de los alimentos
de esa zona. Y esas medidas se tomaron inmediatamente.
Ahora estamos poniendo en marcha un trabajo que nos per-
mitir hacer recomendaciones sobre qu tipo de anlisis y
de estudios hay que hacer en Fukushima para los prxi-
mos 15 o 20 aos.
P: Qu resultados se han obtenido en el caso de Cher-nbil, tras 25 aos desde el accidente?
R: Los resultados se ofrecieron a los 20 aos. Fue unagran revisin, con centenares de expertos y con unos re-
sultados concretos. Obviamente cuando pones un estu-
dio epidemiolgico en marcha tienes que definir antes los
criterios y circunstancias. En este caso, dado que en la
Unin Sovitica haba una gran falta de transparencia y
de comunicacin, mucha de la informacin que se debe-
ra haber recogido durante las semanas que siguieron al
accidente se perdi. No obstante, los registros de cnce-
res que hicimos en las zonas afectadas concuerdan con
los datos de otras de caractersticas similares y pudimos
ver si haba un aumento del nmero de cnceres sobre
lo esperado.
P: Los datos de casos de cncer y mortalidad que ofrecila OMS eran inferiores a los que aportaron algunas organi-
zaciones no gubernamentales.
R: Bueno, nosotros hicimos el estudio con ciertas con-diciones. Es muy preciso y muy riguroso. Obviamente
otras organizaciones no tienen por qu seguir esos crite-
rios y se pueden basar ms en la observacin o en otras fuen-
tes. Nuestros resultados concuerdan perfectamente con
los que hizo despus la agencia de investigacin global del
cncer y otros estudios y se basan en la literatura de todo
lo que se ha publicado en esos 20 aos. a
Ahora mismo el reto es laerradicacin de la polio yempezamos a vislumbrar elfinal del tnel en la malaria
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do por razones de guerra, inestabilidad poltica e in-
cluso cuestiones religiosas. Pero adems de la polio
empezamos a vislumbrar el final del tnel en la ma-
laria; y tenemos que ser muy agresivos tambin en
la disminucin de la mortalidad materno-infantil.
Todava en muchos pases el tener un nio, que es
dar vida, es una causa de muerte.
P: La ciencia est abriendo nuevas lneas de in-vestigacin en campos como la gentica, la inmuno-
loga y las clulas madre. Cree que darn los frutos
que prometen?
R: Desde luego no hay que abandonar ningunade ellas. La OMS intenta agilizar esas investigacio-
nes, facilitar el intercambio entre las comunidades
cientficas y orientar sobre qu lneas de investiga-
cin tienen que ser las prioritarias para que el im-
pacto sea el adecuado, porque, como en un domi-
n, segn la ficha que muevas puedes hacer caer 100
fichas o 300, y nuestra idea es encontrar aquella fi-
cha que en cuanto la toques produzca un efecto
cascada muy grande. Todas las lneas son recomen-
dadas, aunque conviene recordar que mucha parte
de la investigacin se dirige a conseguir mayores be-
neficios econmicos. La investigacin mdica est
avanzando mucho en temas de esttica, por ejem-
plo, porque ah es donde hay mercado. Ahora mis-
mo, el 90% de los recursos de investigacin se de-
dican a problemas que afectan a pases muy ricos
pero que representan menos del 10% de los proble-
mas de salud pblica global, mientras que para otros
problemas ms importantes no hay fondos porque
no hay mercado despus.
P: En la trayectoria de la OMS ha habido momen-tos en que ha sido puesta en cuestin, por asuntos como
la gripe aviar y la gripe A. Hubo un exceso de alar-
mismo por parte de la OMS en sus recomendaciones?
R: Yo creo que se ha producido una pequea ro-tura en ese caparazn que hasta hace poco tenamos,
en el que nuestra credibilidad estaba totalmente in-
tacta. Es un pequeo resquebrajamiento que se pro-
duce con ambas gripes, efectivamente, por primera
vez en los 65 aos de vida que tiene la OMS. Yo creo
que lo fundamental de esa trayectoria tiene que ver
con millones de vidas salvadas, con el acceso a me-
dicamentos, a agua potable, a vacunas, a nuevas for-
mas de diagnstico y tratamiento, con la erradica-
cin de enfermedades, con la ayuda a los pases que
lo han necesitado etctera. La gente no sabe lo que
hace la OMS, ese trabajo silencioso donde se define
qu tipo de insecticida hay que utilizar, qu tratamien-
to profilctico hay que tomar, etctera. En el caso de
la gripe, ya sabemos que una alerta global no va a ge-
nerar nunca consenso, ya que las posibilidades cien-
tficas de acertar no son tan claras como cuando se
trabaja en otro tipo de enfermedades. En este caso
haba que asumir un riesgo y la directora general lo
asumi y eso nos expone a un inters meditico,
global e instantneo, que tradicionalmente no hemos
tenido, y genera obviamente todo tipo de opiniones
y es inevitable que haya divergencias. El problema hu-
biera sido que no hubiramos emitido una alarma
y hubiese habido una pandemia.
P: Pero no ha habido un problema de comuni-cacin en estos casos?
R: Est claro que en salud pbli-ca a veces no se trata tanto de gestio-
nar la crisis como de acertar con la
comunicacin del riesgo. Se le ex-
plica a alguien que el tabaco est de-
mostrado que mata y sin embargo la
gente no reacciona o no en la forma
que quisiramos, y sin embargo se es-
candaliza cuando se encuentra una
sustancia potencialmente cancerge-
na en un producto que consume,
aunque el riesgo solo exista cuando
se encuentra en cantidades gigan-
tescas. La comunicacin del riesgo efectivamente es
uno de los desafos, que requiere una capacidad no
solo cientfica sino tambin social. En el caso de la
gripe, lo que ocurri es que por primera vez la OMS
tuvo que comunicar global e instantneamente, 24
horas al da, y no solo a los ministros de Salud con
los que hablamos habitualmente o los investigado-
res o los periodistas cientficos, sino al mismo tiem-
po a la persona de la calle, el poltico, el economis-
ta y la poblacin general. Eso es un reto y no puede
generar consenso total.
P: Hubo otro tema controvertido el ao pasado,que fue la inclusin de los telfonos mviles en la lis-
ta de productos potencialmente cancergenos.
R: Ah no hubo ningn error de la OMS, lo quepasa es que una cosa es comunicar a la comuni-
dad cientfica, que entiende perfectamente esa cla-
sificacin de sustancias carcinognicas que tene-
mos y lo que significa posible carcinognico, y
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| ENTREVISTA |
El 90% de la investigacin se dedica a problemas dericos, que suponen menos del 10% de los problemas de salud pblica mundial
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otra comunicar eso mismo a la poblacin gene-
ral, que le da una interpretacin completamente
distinta. La Agencia de Investigacin sobre el Cn-
cer, la IARC, que depende de la OMS y se dedica
solo al cncer, anunci de forma muy transpa-
rente lo que ese comit cientfico haba decidido,
clasificando a los telfonos mviles como posible
carcinognico, lo que significa que cuando se ha-
gan investigaciones sobre las causas de cncer se
incluyan, para ver si se encuentra algo o no. Eso
la comunidad cientfica lo entiende, pero comu-
nicrselo as a la poblacin general, efectivamen-
te genera alarma. Creo que en 24 horas se aclar
y qued todo explicado, pero quizs sea una con-
secuencia de ese cambio meditico que ha tenido
la OMS y que ahora ocupa titulares cuando antes
no los tena. Ya me gustara tener titulares todos
los das y poder decir que el tabaco mata; nadie me
iba a hacer mucho caso pero eso es as y es mu-
cho ms importante.
P: Asume la OMScompetencias en este cam-
po de las radiaciones no
ionizantes?
R: Sobre todo las dedirigir la investigacin.
Poner encima de la
mesa las preguntas para
las que queremos res-
puesta y convocar a los
expertos que nos las van
a dar. Y luego traducir-
las en respuestas de sa-
lud pblica, para que la
gente entienda lo que
significa. Hay preguntas
en este mbito para las
que la ciencia no tiene
an respuestas, no hay
un hecho demostrado,
un vnculo causa-efecto
en aspectos como el uso
del telfono mvil y cn-
cer, pero obviamente el
que no exista esa eviden-
cia no quiere decir que
no la pueda haber y te-
nemos que seguir bus-
cando. La OMS est muy al tanto de todos los es-
tudios que se hacen en distintos pases, sumamos
todo eso, lo escrutamos de la manera ms eficaz po-
sible y vamos sacando conclusiones, pero de mo-
mento seguimos investigando.
P: No solo son los mviles, son las lneas de altatensin, los microondas, las antenas
R: S, lo ponemos todo en el mismo paquete. Demomento no hay ninguna evidencia que demues-
tre la asociacin causa-efecto en las ondas electro-
magnticas no ionizantes. En el caso de las sustan-
cias qumicas hay muchas en las que sabemos que
hay efecto carcinognico y nos gustara poder aler-
tar un poco ms.
P: En este aspecto, colaboran con la normativaeuropea Reach sobre efectos de sustancias qumicas?
R: La OMS puede dar normas y guas pero notenemos capacidad legislativa excepto para el ta-
baco, porque los pases adaptaron el acuerdo mar-
co para que pudiramos emitir medidas legales,
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pero Reach es un ejemplo de cmo afrontar un
problema as en Europa. Lo que hacemos es pro-
mover la investigacin para que se vea qu tipo
de sustancias estn asociadas con qu tipo de pro-
blemas y enfermedades e intentar poner medidas
de salud pblica, independientemente de lo que
la industria privada haga por su cuenta para re-
ducir el riesgo de que una sustancia de ese tipo
entre en el mercado.
P: Donde s tienen un cometido claro es en el m-bito del uso de radiaciones ionizantes en medicina.
R: La agencia de la ONU que se ocupa de laenerga atmica y nuclear es el OIEA, nosotros nos
ocupamos de la relacin radiacin y salud, de
cmo afecta la radiacin a la salud, tanto en be-
neficios como en riesgos, porque tiene un papel
en el sistema sanitario para diagnosticar y tratar
enfermedades y queremos que el uso de esas ra-
diaciones sea apropiado, medido, estudiado De
momento sabemos que hay mayor beneficio que
riesgo pero obviamente queremos que los profe-
sionales de la salud usen la radioterapia de forma
equilibrada y apropiada para no invertir la rela-
cin riesgo/beneficio. En caso de que se produz-
ca algn accidente con radiaciones ionizantes, la
OMS tiene el papel de saber cmo puede afectar
a la salud de las personas y asegurarse de que se
toman las medidas adecuadas. Tambin hacemos
normativas para que haya una proteccin ade-
cuada tanto de las personas que trabajan con la ra-
diacin como de los pacientes, para que reciban
el tipo de tratamiento adecuado, y en fin toda la
normativa y los estndares bsicos que se tienen
que emplear como referencia.
P: Y se estn empleando adecuadamente lasradiaciones en medicina, al menos en el mundo
occidental?
R: Bueno, todava de vez en cuando tenemos al-gn tipo de incidente, afortunadamente muy aisla-
do. Hubo uno recientemente en Francia, donde por
un error se estaban suministrando dosis ms altas.
Y a veces hay un uso excesivo del diagnstico con
radiacin ionizante, que a lo mejor se podra susti-
tuir por otros mecanismos. Queremos efectivamen-
te que sirva, y sirve mucho, y utilizarlo lo mejor po-
sible porque el potencial es muy bueno, pero que sea
en beneficio del paciente y protegiendo al profesio-
nal que lo usa. En este sentido tenemos una inicia-
tiva global que hemos lanzado hace un par de aos
para el uso estratgico de las radiaciones ionizan-
tes en los centros mdicos y que los pacientes estn
informados, que los profesionales estn informados
y que haya un uso racional y sabio de algo tan til.
P: Un ejemplo concreto que ha sido objeto de po-lmica son las mamografas, que hay quienes aconse-
jan hacrsela anualmente y otros dicen que cada dos
aos por los riesgos que lleva asociados. Hay algn
criterio emitido por la OMS?
R: La OMS no quiere pronunciarse en todo. Anivel nacional cada pas emite sus propias normas
de acuerdo con la evidencia cientfica que nosotros
damos y que ellos adaptan. Siempre en cuestiones
de salud pblica hay que jugar con
ese equilibrio riesgo-beneficio en
la balanza, pero no es una relacin
universal. Yo dejara la decisin a los
profesionales de la medicina de cada
Estado, de acuerdo con las capaci-
dades y posibilidades que tengan y
la epidemiologa de ese pas. Hay
que poner muchos factores sobre la
mesa para tomar la mejor decisin
posible, que no tiene por qu ser
idntica en todos los pases.
P: Incluidos factores econmicos.R: Incluidos, claro. En pases
donde el presupuesto para medicina preventiva sea
menor habr que dar prioridad a aquellas inter-
venciones que tengan mayor beneficio a nivel de po-
blacin general y no a nivel individual.
P: Considera que s