TIEMPO ORDINARIOGrupo Discípulos

PRESENTACIÓN:

Lo que tenés en tus manos en este momento (o en tu computadora) es el esfuerzo de muchos que tratamos de renovar nuestras celebraciones desde la música. Fue pensado y elaborado desde la experiencia de jóvenes que, como vos, ayudan en las misas con la animación musical. Y estamos seguros que vos también andás haciendo este camino de búsqueda, y por eso es que hoy estás mirando y escuchando este CD.

El disco tiene el siguiente material: introducciones a las canciones y al CD, todos los cantos para cada parte de la misa, las letras en formato Word (que están en un archivo llamado “letras de canciones para el Tiempo Ordinario”) y las partituras de todas las canciones, separadas en Melodía (la “voz principal”, como se la suele llamar) y los arreglos para otras voces en una carpeta dentro de este CD.

Nuestra propuesta:

El CD empieza con una breve introducción sobre lo que es el espíritu del Tiempo Ordinario, sus características y cosas que te conviene tener en cuenta a la hora de elegir las canciones para la misa.

Luego viene un esquema que se repite en todo el CD: una introducción a modo de animación para cada parte de la misa donde podría ir un canto, y la canción propiamente dicha. Las canciones son a modo de ejemplo, o sea, para que veas cómo se aplican los criterios que te vamos a enumerar más abajo y puedas buscar por vos mismo las canciones que más ayudan a tu comunidad a celebrar al Dios de la Vida.

En la entrada, el ofertorio (o presentación de los dones, mejor dicho), en la comunión, en la poscomunión y la salida vas a encontrarte con dos canciones. La primera es más novedosa y la segunda es más tradicional, por lo general, pero renovada. Esto te va a servir para que tengas la posibilidad de poder acompañar en alguna misa de adultos.

Si prestás atención, vas a notar que cada canción suele empezar con una sola voz o el coro cantando la misma melodía. Pero después, en la mayoría, aparecen arreglos a cuatro voces o alguna voz que le da un “toque” especial. Esto lo hicimos pensando en los distintos grupos que aportan en la liturgia, tanto en aquellos que se la rebuscan como pueden (solos o con uno que ayuda a cantar), como en los coros un poco más armados que pueden cantar a varias voces y embellecer un poco los distintos cantos.

No te preocupes. Como te dijimos arriba, tenés todo el material de las partituras en un PDF y las letras completas en el archivo de Word.

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Algunos criterios…

El objetivo principal del disco es darte herramientas para que vos puedas manejar los consejos básicos sobre la música en la liturgia. Y esto es importante porque nos ayuda a elegir lo mejor para la celebración y no lo que más nos gusta. No son difíciles y, además, se van adaptando a tu comunidad según la manera que tienen de rezar y de celebrar.

Antes que nada te aclaramos una cosa. Estos criterios son los que a nosotros nos resultan los más propios y adecuados a la liturgia que vivimos en Buenos Aires, en la mayoría de las parroquias, pero no son los únicos. Hablá con el cura encargado en tu parroquia, charlen sobre esto y fíjense que es lo mejor para ustedes. Puede que tu sacerdote opte por otros tan válidos como estos. De todas formas, no está mal escuchar otra campana. Así que si te interesa el tema podés buscar por tu cuenta.

1. Mirar a la asamblea: quiénes celebran

La regla de oro (y esto vale para todos los criterios que existen y que puedan venir) es mirar a la gente concreta que celebra en la misa (llamada Asamblea). Hay que buscar qué cosas hacemos en la celebración que sirven mejor para que todos puedan vivir en profundidad y plenitud el misterio de la pascua que nos reúne. Lo difícil de esto es no dejar que sea más importante mi gusto personal sobre lo que más conviene a todos. Puede ser que haya cosas para mejorar y corregir, que haya que educar y crecer para cambiarlas, pero hay otras que solo dependen de nuestra manera de celebrar. Tené cuidado.

2. Qué celebramos

Es importante el contexto de la celebración. Todas las misas van a estar marcadas con fuerza por el tiempo litúrgico que vive la Iglesia, por lo cual es muy necesario que sepas lo fundamental acerca del espíritu y las normas que propone la liturgia a la hora de la misa. Al principio del CD tenés el correspondiente al tiempo ordinario. Después entran, por ejemplo, alguna fiesta particular que se celebra ese día (patronales y otros), un santo, etc.

Un comodín para meterte de lleno en lo que se celebra es leer las lecturas antes del ensayo o, mejor, al comienzo del mismo, a modo de oración. Prestá atención sobre todo a la primera lectura, al salmo y al Evangelio.

Otra propuesta es preguntarle al cura sobre qué va a predicar o en qué va a centrar la misa, porque hay veces que se puede elegir entre varias celebraciones.

Vamos por partes…

1. Entrada

El canto de entrada tiene varias funciones:

Primera: introducirnos en la misa, que podamos meternos en tema sobre la celebración que hoy vamos a vivir.

Segunda: congregarnos, generar la asamblea que va a celebrar, unirnos en un mismo cuerpo. Y un signo de esto es la unión de las voces, que son distintas pero hacen un solo canto.

Tercero: es bueno que tenga cierta extensión, para poder dar tiempo a lo anterior.

Cuarto: Tiene que hablar de la comunidad y, de ser posible, de lo que se celebra o lo que buscamos en este momento de la liturgia. Conviene que se use el “nosotros” en lugar del “yo”, por ejemplo: es más apropiado “somos un pueble que camina” que “vine a alabar a Dios”.

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Quinto: Acompañar la procesión de entrada. Algunos curas te van a decir que termina cuando llegan al altar. Es un criterio. Pero puede ser que no te alcance ese tiempo para lograr lo que dijimos antes. Por tanto, es bueno “tomar el pulso” a la asamblea, mirar si ya estamos listos para celebrar la Eucaristía.

2. Saludo inicial

En algunas parroquias se canta cuando se hacen la señal de la cruz. Nosotros te proponemos un canto, pero no quiere decir que sí o sí tengas que imponerlo en tu comunidad. Acordate de la regla de oro. Si sirve… ¡¡adelante!!

3. Señor, ten piedad (o Kyrie)

La propuesta que te hacemos en el CD incluye el Kyrie dentro del acto penitencial. Tenés cantadas las intenciones (o moniciones) y la respuesta del pueblo. Sabé que, si se quieren hacer cantadas las moniciones, no es necesario que las haga el cura. Uno del coro las canta y el resto, junto a la asamblea, responden.

4. Gloria

Es un himno muy antiguo y fue pensado para ser cantado en la celebración. Cuando no lo cantamos le sacamos fuerza a su mensaje, que nos invita a cantar la alegría de que Jesucristo nos salvó, a darle gracias la Padre y a pedir para que podamos recibir con apertura la gracia que Dios nos regaló.

A este canto no se le debe cambiar la letra. Es parte importante de la celebración ya que nos viene de la antigua tradición de la Iglesia. Por ello hay que respetarlo y no modificarlo, a no ser que, por necesidad a la hora de la composición, adaptes apenas su forma sin alterar su contenido, su mensaje esencial.

El que te presentamos es para ser cantado alternando entre el coro y el pueblo. Tiene un estribillo para que lo canten todos, y las estrofas para que las aclame el coro. Vas a ver que lindo suena “Gloria a Dios en el cielo” cuando cantan todos juntos el estribillo.

5. Salmo

De lo que suele y debe cantarse, ahora viene el salmo. Nosotros no hicimos ninguno (por ahora) porque tenés muchas propuestas dónde buscar. Fijate “72 Salmos” de Osvaldo Catena, que hace poquito lo reeditó el grupo Pueblo de Dios y que es un material muy bueno, con CD y partituras. También tenés en el leccionario las antífonas nuevas que hizo el padre Bevilacqua, junto a otros. Y, por último, los que elaboró Taulé.

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6. Aleluya

Significa “Gloria al Señor”. Se canta antes del Evangelio. También conviene que se cante, porque resalta mejor que viene algo importante, que Jesús se hace presente en su Palabra siempre viva y nueva. Podés cantar solamente “Aleluya” o, como te proponemos nosotros, una estrofa o versículo.

Un dato: en el caso que sea bueno para profundizar en la Palabra proclamada, se podría hacer un canto después de la homilía, tipo posevangelio. Otra opción es volver a cantar el aleluya.

7. Credo

En Buenos Aires no solemos tener mucha tradición de cantar nuestra profesión de fe, pero nosotros te proponemos una muy linda, adaptada de un centroamericano (Ascoy) que puede ser una alternativa para alguna festividad importante.

8. Ofrendas (o presentación de los dones)

Este canto acompaña, por lo general, la procesión de los dones y/o su presentación. Hay ocasiones en las cuales es bueno no cantar y dejar que cada uno revise su semana y ofrezca sus sacrificios y gozos. Este puede ser unos de los temas para mirar la letra de la canción, colaborar con este milagro cotidiano de poner todo en manos de Dios para que lo renueve y lo llene con su Vida Nueva. También puede aludir al tiempo litúrgico o a la fiesta del día.

9. Santo

Es un canto importantísimo en la liturgia de la Eucaristía. Pide ser cantado y respetado en su letra, por lo mismo que te decíamos en el Gloria. Y este es bueno que lo canten todos, no a coros ni con respuestas.

10.Elevación

Este canto es optativo. Pero sabé que la elevación no es una mini adoración. Solamente es reconocer a Jesús que se hace presente en la consagración.

11.Padrenuestro

Esta oración es muy linda cantada lentamente, con dulzura y suavidad, dejando que cada palabra decante en el corazón. Esta versión de Néstor Gallego es muy hermosa, sobre todo con los arreglos que hizo Juani Stramucci. Si podés, no le cambiés la letra. Además de que no se debe, confunde mucho porque la gente la sabe de memoria y no tiende a leer aun cuando le des la letra. La música que usés tiene que ser discreta y ayudar a expresar los momentos o “climas” que genera rezar la oración del Señor.

12.Paz

Tampoco se suele cantar mucho, porque es un tiempo muy breve que te queda antes del Cordero. Sin embargo, algunos curas bajan del altar para darle la paz a la gente de los primeros bancos y tardan en volver. Para que no quede un tiempo demasiado largo y sin sentido, es una buena alternativa cantarlo para esperar hasta el Cordero de Dios (ahora te contamos que hay que esperar).

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El canto o la oración del Cordero debe acompañar y comenzar con la fracción del pan, no durante la paz. Nosotros lo solemos cantar con un formato de dos “ten piedad” y luego “danos paz”, pero si el gesto dura mucho se puede repetir más veces el primero, y si dura poco se puede cantar una vez “ten piedad” y luego “danos paz”. Y se repite porque es un canto letánico (su fuerza está en la repetición, que va marcando a fuego en el corazón aquello que se reza). Manifestamos que Cristo esta vivo y presente y que es nuestro salvador, “que quita el pecado del mundo”.

14.Comunión

Esta canción tiene que ser muy alegre, porque nos encontramos con Jesús de una manera muy especial: entramos en comunión todos los que estamos presentes (a través de la unión con Cristo) entre nosotros y con toda la Iglesia. Debe hablar de la experiencia personal y de la relación fraterna que vivimos con nuestros hermanos.

15.Poscomunión

Este canto tiene que ayudar a meditar (por eso también se lo llama “de meditación”) y a agradecer sobre lo que acabamos de vivir. Tiene que ser muy tranquilo y no es necesario que la gente sepa la letra. Se les puede proponer que cierren los ojos y escuchen con atención para dejar que la música y la letra nos lleven al objetivo de este momento.

Te pedimos un favor: valorá el silencio también. No siempre hay que cantarlo ni tiene que ser para “llenar el hueco”. Aunque lo cantes, dejá un minutito para dejar hablar a Dios de una manera especial y después ayudarlo con la canción. Vas a ver que la gente te lo va a agradecer.

16.Salida

Tiene que ser un canto que nos hable sobre el envío que nos hace Cristo (“vayamos en paz”) para llevar lo vivido y celebrado en la misa a nuestra vida cotidiana. Acompaña la salida de los ministros y de la gente. Nunca hay que “obligar” a que la gente se quede para cantar porque se pierde el sentido del momento litúrgico. También se suele usar acá un canto a la Virgen María (en el Cd te ponemos uno de cada uno).

¡¡Hasta luego!!

A modo de despedida, te invitamos a seguir buscando, a querer hacer más visible el sentido de fiesta en las celebraciones litúrgicas. Y, sobre todo, a rezar mucho por tu comunidad desde tu carisma: la música al servicio de los demás. Y también te pedimos que reces por nosotros, para que te podamos seguir ayudando desde acá.

Y si tenés sugerencias, encontrás cosas para mejorar, querés contarnos qué te pareció el material o aportar material nuevo… ¡¡Bienvenido!! Escribinos a:

grupo_discipulosbsas@yahoo.es

¡¡¡Un gran abrazo en Cristo!!!

Grupo Discípulos.

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