ALMANAQUE -...

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ALMANAQUE HUMORÍSTICO IDE 1 JIJ P A R A 7 CORDOBA. MARTINEZ Y TAI,LEDA. CTTWT VWCTTAOT*»» T\\VTT\. \1.

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ALMANAQUE H U M O R Í S T I C O

I D E

1 •

JIJ P A R A

7 C O R D O B A .

M A R T I N E Z Y T A I , L E D A . CTTWT VWCTTAOT*»» T\\VTT\. \ 1 .

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T A L M A N A Q U E HUMORÍSTICO.

ÉPOCAS CÉLEBRES.

M presente año es de la era cris-tiana ó nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, el 1867

De la creación del mundo el. . 5850 Del diluvio universal, el. . . . 4195 De la poblacion de España, el. . 4111 De la de Madrid, el 4036 De la fundación de Roma, según

Varron, el De la corrección Gregoriana, el. . Del pontificado de N. S. Pió IX, el Del reinado de S. M. la Reina

D.1 Isabel II, el De la instalación de las Córtes ge-

nerales y extraordinarias en Cá-diz, el

2617 286 22

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COMPUTO ECLESIÁSTICO. Aureo núm 6: Epacta XXV: Indicción Romana 10: Letra dominical f; y del

Martirologio romano F.

FIESTAS MOVIBLES.

Domingo de Septuagési-m a , el 17 febrero.

Miércoles de Ceniza, el. . 6 marzo. Pascua de Resurrección, el 21 abril. Letanías, el 27 28 29 mayo Ascensión del Señor, el 30 mayo.

Pentecostés, el. . . . 9 junio. Santísima Trinidad, el. . 16 junio. Corpus Christi, el. . . 20 junio. Primer domingo de Ad-

viento l . ° diciembre.

Entrala Primavera el. El Estío el 21 junio.

CUATRO ESTACIONES. 21 marzo. |F.l Otoño el.

El Invierno el. 23 setiembre, 21 diciembre.

DIAS EN QUE SE SACA ÁNIMA, SEGUN LA BULA DE LA SANTA CRUZADA. El 17 de febrero: el 12, 23, 24 y 31 de marzo: el 12, 13 y 23 de abril, y

el Í 3 y 15 de junio.

NOTA.—Por breve dado en Roma N. SS. P. Pió IX, se ha dignado prorogar por ocho años desde el de 1862, el privilegio para poderse comer carnes saludables en los dias de Cuaresma y en las vigilias que ocurran en el año, á excepción de los dias que expresamente se señalan en este Calendario.

ECLIPSES.

Habrá cuatro este año, dos de sol y dosde luna.

El primero, eclipse anular de sol visible como parcial, el 6 de marzo. Principia á las 7 y 27 minutos de la mañaua: inedia á las 8 y 42 minutos: concluye á las 10 y 6 minutos.

El segundo, eclipse parcial de luna invi -sible, el 20 de marzo.

El tercero, eclipse total de sol invisible, el 29 de agosto.

El cuarto, eclipse parcial de luna visible, el 13 de setiembre. Principia á las 10

Í38 minutos de la noche: media á las 2 y 7 minutos de la misma: concluye

á la una y 36 minutos de la madrugada del 14.

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T A L M A N A Q U E H U M O R Í S T I C O .

ENERO, (Acuario.) FEBRERO. (Piscis).

1 Martes.1 La Circuncisión 2 Mié reo. San Isidoro. 3 Jueves, san Antero.£¿£ 4 Viera, san Tilo. 5 Sábad. .san Tolesforo.

I fc^ Luna[nuev. 6 Domin. ¿os Stos. Reyes. 7 Lúoes. san Julián. 8 Martes, san Luciano. 9 Miérco. san Julián.

10 Jueves. 11 Viern. 12 Sábad. 13 Domin.

14 I.únes.

San Agaton. san Higinio. san Arcadio. san Leoncio.

C. crecienL san Hilario.

15 MArles, sau Pablo. 16 Miérco. 17 .Jueves. 18 n e r n . 19 Sábad. 20 Domin.

21 Lunes.

san Fulgencio, san Antonio. La C. S. Pedro, san Gumersindo D. Nomb. Jesús.

Luna llena, sta. Inés.

1 Viern. 2 Sábad. 3 Domin. 4 Lúnes.

5 Martes. G Miérco. 7 Jueves. 8 Viern. 9 S'-bado

10 Domin. 11 I.únes. 12 Mártes.

13 Miérco. ¡14 Jueves. ¡15 Viern. 16 Sábad. 17 Domin. 18 Lunes.

22 Martes, san Vicente. 23 Miérco 24 Jueves. 25 Viern. 26 Sábad. 27 Domin.

28 Lúnes. 29 Martes. 30 Miérco.

san Ildefonso. N. S. de la Paz. La Con. S. Pablo san Policarpo. san Juan Crisós. \íZ7y C. meng san Julián, san Frauc. Sales santa Carlina.

31 Jueves .{san Pedro piolas

19 Martes. 20 Miérco. 21 Jueves. 22 Viern. 23 Sábad. 24 Domin. 25 Lúnes. 26 Mártes.

¿7 Miérco. Jueves.

San Cecilio. La Purificación san lilas, san Isidoro.

Luna nuev. santa Agueda, santa Dorotea, san Romualdo, san Juan Mata, santa Apolonia. santa Escolástic. san Valeria, santa Eulalia.

C. crecient. san Marcelo, san Raimundo, san Faustino, san Julián, san Ignacio, san Simeón.

Luna llena, san Alvaro, san León, san Félix, san Pedro Antio san Florencio. san Mafias. san Cesáreo, san Alejandro, fc^* C. meng. san Baldomcro, san Román.

MARZO. ¡Aries).

1 Viern. 2 Sábad. 3 Domin. i Lúnes. 5 Martes. 6 Miérco.

¡ 7 Jueves. J 8 Viern. j 9 Sábad. '10 Domin.; 11 Lúnes. |

¡12 Martes. 13 Miérco.

14 Jueves. 15 Viern. 16 Sábad. 17 Domin. 18 I.únes. 19 Martes. 20 Miérco.

21 Jueves. 22 Viern. 23 Sábad. 24 Domin. 25 Lúnes. 26 Mártes. 27 Miérco.

Jueves.

29 Viern. 30 Sábad. 31 Domin.

fian Rudcsindo. san Simplicio. Quincuagésima san Casimiro, san Adriano. Ceniza.

Luna nuev. sto. Tomás de A san Juan de Dios santa Francisca. I de Cuaresma. san Eulogio, san Gregorio, san Rodrigo.

C. crecient. santa Florentina santa Leocricia. Los 40 stos. ms. II de Cuaresma. san Grabriel A. san José, san Niceto. gC/" Luna llena, san Benito, san Pablo, san Víctor. IIIde Cuaresma I.nÁnu;, Mi-ifii san Braulio, san Ruperto, san Casto, ü ? " C. meng. san Eustasio. sanJ.Climaco. IV de Cua resma

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o

ABRIL. (Tauro).

¡ $ Viera. 6Sábad.

¡ 7 Domin. 8 Lunes. 9 Martes.

10 Miérco. 11 Jueves.

\ i Viera. 13 Sábad.

H4 Dom in 15 Lunes. 18 Mártes 1" Miérco 16 Jueves

19 Viera. 120 Sábad. 21 Domin

Lum?s. 8 Martes

I MiéreO g> Jueves [26 Viera. «Sábad.

MAYO. (Géminis.)

1 Lúne=. iSta. Teodora. l | 2 Martes, ¡san Francisco P. 2 3 Miérco. san Ricaido. 31 4 Jueves.'san Isidoro. 4

fC/* Luna nuev. I san Vicente FerJ san Ce les t ino . ! Pus i Olí. san Dionisio, santa M * Cleofé. 9| san Ezequiel. 10¡ san León el Mag.! j L ^ C. crecient. ]] Üol. Ni ra. Sra. san Hermeneg. liamos. santa Basilisa. santo Toribio. san Elias. Santo.

Luna llena. Santo. Santo. Pascua de Resu.

'san Solero, sa n Jorge.

¡san Gregorio, san Man os, •san Cielo, santo Toribio. í ^ r - C. meng Cuasimodo. san Pedro de V.aj san Amador.

12 13 14 15 16 17 18

19 '20 21

22

23 ¡24 N 26

Miérco. Jueves. Viern. Sábad.

Domin. Lunes. Martes. Miérco. Jueves. Viern.

S'bado Domin. Lunes. Martes. Miérco. Jueves. Viern. Sábad.

Domin. Lunes. Martes. Miérco. Jueves. Viern. Sábad. Domin.

san Atanasio. Inv.de laSta.C sta. Mónica. (¡¿y^ Luna nuev N." S.* Araceli.

La apar. S. Mig. san Gregorio, san Antonino.

C. crecient san Mamerto. F.1 P. de S. José san Segundo, santo Domingo. S. Isidro. san Juan Nep.°

¡san Pascual.

san Secundino. sania Catalina. La a¡> de Sant/ sanJ. P.° Regis san Gregorio, san Felipe Neri.

C. meng. sta. M.° Mag. san Esteban, san PedroReg.0

Lúnes. Martes Miérco Jueves. LaHscen. aeit Vieru. san Torcuato.

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JUNIO. (Cáncer.)

1 Sábad. San Venancio. 2 Domin. san Marcelino.

i i Luna nuev. 3 Lunes. san Isaac. \ Martes. san Alejandro. 5 Miérco. san Sancho. G Jueves. san Felipe. 7 Viern. siu Pedro. 8 Sábad. san Norberto. 9 Domin. Pascua de Peni.

C. crecient. • 10 Lunes. sta. Margarita.

11 Martes. san Uernabf. 12 Miérco. san Juan. 13 Jueves. san Antonio. 14 Viern. san Basilio. 15 Sábad. sta. Benilde. 16 Domin. La S." Trinidad. 17 LÚnes. sau Anastasio.

Luna llena. 18 Martes. san Ciríaco. 19 Micrco. santa Juliana. ,20 Jueves. Corpus Chrisli. 21 Viern. san'Peí agio. ¡22 Sábad. san LuisGonza.* 23 Domin. sta. Agripina. 2í Lunes. A*, des. Juan li.D

25 Mártes. san Eloy. C. meng.

26 Miérco. s. Juan.ys.Pab.0

27 Jueves. sa n Zoiío. 28 Viern. El Stmo. C. de J. 29 Sábad. s. Pedros. Pablo. 30 Domin. Com. s. Pahlo.

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T A L M A N A Q U E H U M O R Í S T I C O .

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JULIO. (Leo).

1 Lúnes.

2 Martes. 3 Miérco. 4 Jueves. 5 Viern. 6 Sábad. 7 Domin. 8 Lúnes.

9 Mártes. 10 Miérco. 11 Jueves. 12 Viern. 13 Sábad. 14 Domin. 15 I.únes. 16 Mártes.

17 Miérco. 18 Jueves. 19 Viern. 20 Sábad. 21 Domin. 22 I.únes 23 Martes. 2Í Miérco.

25 Jueves. 26 Viern. 27 Sábad. 28 Domin. 29 I.únes.

0 ' artes. 31 Vierto.

San Casto. Luna nuev.

Visitac. N.a S." san Trifon. san Laureano, san Atanasio. santa Lucía, san Argimiro. santa Isabel.

C. crecient. san Cirilo, stos. 7 herrn. mr.-san Pió I. san JuanfíuaIb. 0

san Anacleto. san Buen:.vent.a

s in Camilo. N.* S.a Cármeo. gC?" Luna llena-san Sisenando. sta. Marina, sta. Aurea, san Elias, sta. Práxedes, sta. María Mag.a

san Apolinar, sta. Cristina, fc^ c . meng. Santiago. sta. Ana. san Aurelio, san Nazario. sta. Marta, san Teodomiro. san Ignacio.

AGOSTO. (Virgo). SETIEMBRE. (Libra.)

1 Jueves. 2 Vi- n. 3 SáS d. •i Domin. 5 Lúnes. 6 Martes. 7 Miérco.

8 Jueves. 9 Viern.

10 Sábad. 11 Domin. 2 Lúnes. 3 Martes.

14 Miérco. 15 Jueves.

16 Viern. 17 Sábad. 18 Domin, 19 Lúnes. 20 Martes. 21 Miérco. 22 Jueves.

23 Viern. 24. Sábad. 25 Domin. 26 Lúnes. 27 Martes. 28 Miérco. 29 Jueves.

30 Viern. 31 Sábad.

San Pedro. N." S . ' Angeles. Inv . s . Esteban, sto. Domingo. N.* S.* Nieves. Transflg. del Sr. san Cayetano.

C. crecient. san Ciríaco. s .Justo y Pastor san Lorenzo. san Tiburcio. s ta . Clara, san Hipólito, san Ensebio. I^a Asunción. £1/-' Luna llena, san Roque, san Pablo, san Joaquín, san Luis, san Bernardo, san Bonoso. san Timoteo.

C. meug. san Cristóbal. san Bartolomé. Puris. C. de M. san Felipe, san Rufo. sa Agustín. De . do s. J . B.

Luna nuev. sta. Rosa de L. an Ramón N.

1 Domin. 2 L» nes. 3 \l< rtes. 4 Mii reo. 5 Jm ves.

6 Viern. 7 Sábad. 8 Domin. 9 Lúnes.

10 Martes. 11 Miérco. 12 Jueves. 13 Viern.

14 Sábad. 15 Domin. 16 Lúnes. 17 Martes. 18 Miérco. 19 Jueves. 20 Viern. 21 Sábad.

¡22 Domin. 123 Lúnes. >4 Maites. 25 Miérco. 2 6 J u e \ e s . 27 Viern.

28 Sábad. Domin.

30 Lúnes.

S. Gil. san Antolin. san Sandalio. s ta . Cándida, san Lorenzo. C T C. crecient san Vicente, san Pantaleon. Nat. de N.a S . ' san Gorgonio. san Nicolás san l 'roío. san l eoncio. san Felipe. S T Luna llena. Kxaltac. de laC Dulce nombre, san Cornelio. Imp. de llagas, san Emila. san Genaro, sau Rogelio. san Mateo. KX C. meng. Dolores glorios. san Lino. N." S.a Mercedes san Lope, san Cipriano, san Cosme. £3* '-Ufia nu» v. san Adolfo. Dodic. s. Miguel, san Gerónimo.

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A L M A N A Q U E H U M O R Í S T I C O . —

/

OCTUBRE. (Escorpio.) NOVIEMBRE. (Sagitario.)

\ Martes. -2 Miérco. 3 Jueves. 4 Viern.

! 5 Sábad.

6 Domin. ¡ 7 Lunes.

H Martes. 9 Miérco.

10 Jueves. 11 Viern. 12 Sábad. 13 Domin.

l í Lunes. 15 Mártes.

|lt> Miérco. 17 Jueves. 1S V-ern. 19 Sábad. 20 Domin.

21 Lunes. tí Márks. 23 Miérco. 2i Jueves. 2"> Viern. 20;.Sábad. 2" Domin.

28 Lúnes. Mártes.

: '0 Miérco. 31 Jueves

San Remigio. Angeles Custod. san Cándido, san Francisco, san Froilan.

C. crecient. N.a S.u Rosario, san Márcos. sta. Brígida, san Dionisio, san Francisco, san Luis Beltr. N.n S." del Filar, san Fausto.

Luna llena, san Calixto, s la . Teresa, san Galo, sta. Eduvigis. san Lúeas, san Pedro Alcán san Wenceslao. S O 3 C. meng. sta. Ursula, sta. M.B Salomé san Pedro Pase

!san Rafael, san Gavino. san Servando, san Vicente. i ^ y Luna nuev san Simón. san Narciso, san Claudio. San Quintín.

1 Viern. i Los .Sanios. 2 Sábad. IConm. de difun

|j 3 Domin. San Valentin. i Lunes, ¡san Cárlos.

5 MártesJ 6 Miérco. 7 Jueves.1

8 Viern. 1

9 Sábad. 10 Domin. 11 Lunes.

12 Martes. 13 Miérco. 14 Jueves. 15 Viern. 16 Sábad. 17 Domin. 18 Lunes.

19 Mártes. ¡ 20 Miérco. i 21 Jueves.

.< 22 Viern.

.¡ 23 Sábad. 124 Domin. 25 Lunes.

¡ 26 Mártes.

. ,27 Miérco. 1128 Jueves. Í29 Viern. 30 Sábad.

C. crecient. san Zacarías, san Leonardo, san Florencio, san Severo. Dedic. ig. en R.a

Pat. de N." S.4

san Martin. Luna llena,

san Martin, san Diego, san Serapio. san Eugenio, santa Gertrudis S. Acis. y Vicl D . igs .P . y s . P . fcl^.C. n\eng. santa Isabel, san Félix. Present. de N. 8. santa Cecilia-san Clemente san Juan de la C.j24 santa Catalina. Invenc. de reliq i O ^ Luna nuev. santa Flora. Desp. de N." S." san Saturnino. S Andrís.

DICIEMBRE. (Capricorn.) J

1 Domin. 2 Lunes. 3 Martes. 4 Miérco,

25

Jueves. Viern. Sábad. Domin. Lunes. Martes. Miérco.

Jueves. Viern. Sábad. Domin. Lunes. Mártes. Miérco.

Jueves. Viern. Sábad. Domin. Lunes. Martes. Miérco.

Jueves. Vi ero. Sábad. Domin. Lúnes. Martes.

San Gregorio, santa Bibiana, san Francisco J. santa Bárbara, t j r ' C. crecient. san Pedro Cris, san Nicolás Bar. san Ambrosio. La Purísima, santa Leocadia. N . 'S . ' d e Lorcto. san Dámaso. O » Luna llena, santa Eulalia, santa Lucía, san Esniridion. san Valeriano, san Eusebio. san Lázaro. Espect. de N. S.

y- C. meng. san Nemesio, santo Domingo. santo Tomás. san Demetrio, santa Victoria, san Gregorio La Natividad. fcjr' Luna nuev. San Esteban. San Juan após. Los inocentes. santo Tomás C. Trasl. deSantia, san Silvestre.

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8 ALMANAQUE HUMORÍSTICO.

J U I C I O D E L A Ñ O . Aunque té ponga en un brete

voy, lector. & molestarte: au'iero el horóscopo darte el año sesenta y siete.

Mas no temas que en ¿«unto tan grave, en silencio quedeu algunas cosas que pueden hacer reir á un difunto.

Y pues que la cosa e§ seria y envuelve graves cuestiones, dejemos las digresiones y entremos pronto en materia.

Habrá pillos colosales, mas largos, según me cuentan, que lus gabanes que ostentan aquí los municipales.

Los médicos no darán remedios estrafalario», ni menos los boticarios con láudauo matarán.

Aunque el trigo en los graneros mucho abunde, me parece que eu Córdoba de us "treces-no saldrán los panaderos.

lío vendrá con sus falanges de Parcas.—«si lo espero.— el fatídico viajero. d<- las r¡b»-r* del Ganges.

D«« ti<rt*s nguus repletan, como fíenipre yo Us veo. se burlaran del aseo ln# urinarias cubetas.

Creciendo mas el furor que anuí por los toros vemot, en cada pollo tendremos un fumoso lidiador.

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T A L M A N A Q U E

Los niñas, bien sean gazmoñas ó bien piquen de discretas, no sabrán hacer calcetas, p.T" cabrán hacer "moñas."

Y algunas con gran cachaza, aquí, mas que en otra parte, solo aprenderán el arte de dirigir una plaza.

Y aunque yo no lo celebro, juzgando toro á cualquiera* desde el marqués al hortera harán en la calle el "quiebro."

Y habrá quien creyendo ver por todas partes toretes. nos pondrá un par de rehiletes alguna esquina al volver.

Habrá quien sin compasión, creyendo que somos fraguas, nos bañe con "ciertas aguas" desde algún alto balcón.

Aunque asombre á mas de cuatro fuera (fe aqui tal misterio, convertido en cementerio seguirá nuestro teatro.

A fin de que brillen mas nuestros mústios reverberos, unos cuan tos e x t r a n j e r o s pondrán fábrica de gas.

Y asi algunos infelices no tendrán la suerte indina, de dejar en una esquina los sesos ó lasi narices.

Se verán muy pocos fraques; habrá pollos sin cacumen, y crecerán en volúrnen los famosos miriñaques.

Todo el que quiera ligero al otro mundo marcharse, podrá al punto suicidirse fumándose un coracero.

A cientos se morirán los avaros imprudentes; y harán bien, porque esas gentes ae sobra en el mundo están.

Con el ánimo intranquilo verán bastantes personas trocada la calle Almonas en un caudaloso Nilo.

Y aunque con ánsia febril por tener cloaca suspiren.

H U M O R Í S T I C O .

tal vez hecha no la miren hasta el año cuatro mil.

Ni una niña casadera, —y esto á los pollos lo fio,— dejará de ir en estío á la Victoria ó libera.

Y si en "pescar" están duchas y fieles saben mostrarse, es fijo que sin casarse no habrán de quedarse muchas.

Pues ha de haber este año tal furor casamentero, que hallar un pollo soltero lia d<- ser bastante estraño.

Del tifus se morirán mas de cien mil usureros, y nunca los taberneros aguado el vino darán.

Antes de tomar asiento en diligencia ó wagón, tendremos por precisión que hacer todos testamento.

Por tal razón, y esto es llano, aunque no hubiese un pleitista subirá á capitalista hasta el mas pobre escribano.

Los trenes vomitarán mil viajeros cada dia. los cuales á ver la " r ia" de leías tierras vendrán;

Tn<?o habrá, si se hacen siembras tendrán vino los borrachos, y de una vez seis muchachos » darán á luz ciertas hembras.

Habrá lluvia «le destinos, y si hace viento, de tejas, y en los hierros de las rejas iio se atarán ya pollinos.

Aunque el por qué no discurro, marcharán, nadie se asombre, por los arroyos, el hombre, por las aceras, el burro.

Y aunque alguno contradiga esta verdad, descontento, nadie ganará el sustento rascándose la liarriga.

Mas si pasa de otro modo cuanto aqui doy por posible, sabed que el honiDre es falible y que está DIOS SOBRE TODO.

M. J. Ruiz.

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A L M A N A Q U E H U M O R I S T I C O . 1 1

DESVENTURAS MATRIMONIALES. i .

J u a n Perez e ra un aprendiz de hombre. Esto es, J u a n Pérez tenia cuatro lust ros al decir de un amigo suyo gace t i l l e ro ó sea veinte años s e g ú n af i rmaba su señora madre .

J u a n Perez hab ia concluido la car rera que emprenden las tres cuar tas par tes de los hi jos de Espa-ña. Es decir , J u a n Perez era abo-gado .

Un a b o g a d o e n nues t r a ac tual MA-NERA DE SER, lo mismo s i rve p a r a di-rector g e n e r a l de Obras publicas, que para agen te de policía. Nuestro héroe no es taba ni tan al to ni tan ba-jo. Era senci l lamente OFICIAL SESTODE

LA CLASE DE OCTAVOS d e u n a d e l a s m u -

chas oficinas que adtninistran la po-ca hac ienda de esta nues t r a cara pátr ia .

Gozaba J u a n Perez el sueldo de ocho mil reales anua les ó sea, de ochocientos escudos, s egún la noví-sima contabi l idad. P a r a emplear f ruc tuosamente tan crecida renta. J u a n Perez pensó en casarse y se casó. La m u j e r era bellísima:*lia mában la en Madrid el S O L DE C I E N P O

ZUELOS, por habe r nacido en dicho pueblo en u n a de las emigraciones ve ran iegas que la moda ha esta-blecido en nues t ra sociedad contem-poránea . Sabido es que el Sol de Cienpozuelos es tan bello como el Sol de Paris, Roma ó Madrid.

Anita , así se l l amaba la m u g e r de J u a n Perez. era tan r ica en be l leza como pobre en bienes de for-tuna . A pesar de esto, Anita estaba habi tuada al lu jo que es consentido

á las solteras. Quizá la determinó á casarse el deseo de cambiar su sombreri to de tu l por uno de tercio-pelo adornado de p lumas de m a r a -bús y sus prendidos de flores por los collares de per las y los adere-zos de diamantes que no podia usa r en el estado de doncelléz.

Los ocho mil reales de sueldo de su mar ido la impidieron real izar es-las i lusiones. Anita tuvo que renun-ciar á los bailes donde bri l laba an-tes de casarse: tuvo que olvidar la existencia de los teatros: tuvo que recoser los pantalones y que remen-lar las camisas de Juan Perez, ¡Hor-

rible situación! Ani ta maldijo la hora en que co-

noció á J u a n Perez y este á su vez madijo la hora en que conoció á su Anita. El matr imonio fué desde en-tonces un infierno abreviado y . . . Anita se murió y . . . como consecuen-cia lógica su EX-MABIDO acató los ines-c ru t ab le s designios de la Prov ¡deu-d a y lloró con resignación sr DES-GRACIA .

U. La esperiencia es una g r a n maes-

t r a de verdades. Enseña el modo de evitar las desgrac ias despues de ha-ber las padecido. Juan Pere z apren-dió en su primer matr imonio que donde no hay har ina todo es mohi na. Y provisto de esta enseñanza determiuó casarse s e g u n d a vez con la h i ja de un comerciante eu vinos. —Los maldicientes le l l amaban tabernero—tan po' re en perfeccio-nes físicas como rico en CONDICIONES

metálicas. Ramona, este era • su

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MJi.iiiAwi. r, n .u .

nombre, podia considerarse como el VICEVERSA de Anita.

Este s e g a n d o matr imonio t ra jo la a rundancia á la casa de nuest ro hé-boe. Pero con los miles duros de Ra-mona, vinieron también los parien-tes zafios ú exigentes , y las bur las de los amigos y el RETRAIMIENTO de los METICULOSOS en cuestiones de abolen-g o y sobre todo vino Ramona con un génio indomable y unas FORMAS

SOCIALES destructoras de toda socie-dad y un entendimiento I N C O M P R E S I -

BLE, es decir, incapáz de compren-der. Fué un segundo CICLO del infier-no que amaneció en el primero. Y este matr imonio terminó como to-dos; es decir por la mue r t e de uno de los cónyuges . Y el c ó n y u g e que le tocó morir fué Ramona: y J u a n Perez quedó viudo por s e g u n d a vez.

111.

Nuestro pro tagonis tahabia ap r en -dido por esperiencia es ta otra ver-dad: las pr imeras sopas nose digie-ren . Aleccionado con esta l a r g a car-r e ra ó CARRERAS matr imoniales , dijo u n dia Juan Perez: ahora sí que voy á casa rme bien. Y en efecto, se casó con 1).' Leonor Cabeza de Yaca y Ladrón de Guevara , cuyos apel l i -dos tan feos como ilustres, indican c laramente la e levada cuna de la tercera m u g e r de nues t ro J u a n Pe-rez. Pero hé aquí que I).a Leonor sabia perfectamente los cuar te les de

raba los enfermos por sus propias manos; sabia enorgul lecerse de los preclaros hechos de sus progeni to-res, pero ignoraba la divisa de una i lus t re casa f rancesa : nobleza obli-g a . Esta sab idur ía y es tas i gnoran -cias de nues t ra I).a Leonor , produ-jeron sus na tu r a l e s consecuencias . J u a n Perez tenian que a j u s t a r la cuenta del cr iado y la de la l a v a n -dera porque su m u g e r i g n o r a b a la a r i tmét ica y desdeñaba el aprender -la; J u a n Perez tenia que p a g a r u n a cos turera que le cosiese has ta los bo tonesque se ca ian dé los g u a n t e s ; J u a n Perez tenia que d i r ig i r la l im-pieza de la casa porque su m u g e r n o s e ocupaba de es tas menudencias .

Verdad es que nues t ro héroe ha -bia heredarlo la fo r tuna de su se-g u n d a m u g e r ; pero los g a s t o s que le c reaba el carác te r de D.® Leonor mermaban sus intereses y de pre-cipicio en precipicio, ó sea de deu-da en deuda, le conducian á una ru ina cier ta y de todo punto inevi-table. Hay que advert i r , queD. a Leo-nor Cabeza de Vaca y Ladrón de Guevara , tenia muchos escudospin-tados y pocos escudos sonantes: aun cuando ab r igaba la fundada espe-ranza de a l canza r un t i tu lo de mar -qués, con g r a n d e z a de España de p r imera clase» despues de la muer -te de su ac tua l poseedor y diez de sus par ientes mas cercanos que su-c e s i v a m e n t e hab ían de heredar le . • A p o y á n d o s e e n su f u t u r o engran- -

su escudo de a rmas ; pero ignoraba decimiento, I).* Leonor t a c h a b a á por completo los reales que t iene un su marido de mezquino en sus pen-escudo; sabia p a s a r l o s dias y l a s a m i e n t o s y le l l amaba c icatero . r<>-noches sin hacer nada s e g ú n exigía ñoso, avaro , miserable y o t ras pa-su elevada clase, pero ignoraba que labri l las que todas anda r í an muy I).* Isabel la Católica hi laba y que cerca en un diccionario a e sinóni-Santa Isabel re ina de H u n g r í a cu- 'mos .

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A L M W 4 0 T t R l i n H O n i S T T C f * . 1 3

Junn Pérez oía las calificaciones que le ap l icaba su mu je r , mollino y anontazado . Veía muy c l a r a BU

rez de Toledo. Terminada Ja core monto . los novios salieron y ara Sin za en t re c u y a s ag res te s ¿ í o ñ t á ñ a

pr Mina ru ina y m u y tu rb ias lus piensan p a s a r l o s p r i m e r ^ mesasde «><l>eranzas de (Mijf randecimieutode.suInúá-ce hÍBéh»' BU infierno matr imonia l , j o r a h a y Infectivamente Elisa v J u a h pasa-p e r i n n b a . . . pero lo q u a J u r a b a y ron su luna rie'mie! er* una bf f i l s i -per juraba se sabrá en el capi tu lo si- ma casa de camiio' ocul ta eVitre las

Guillermo de viajes.

^ íWet fWabo-ntr¿»te en to-

guiente.

I V .

montañas d Tell . Desj ues regresaron á £ | p a i l a

'no diario en'<

año

Junn Perez quedó viudo por ter- «los los saloités: fle t* <ias ias a r i s t e -cera vez, y resolvió poner en práct i - erar ías; l á qué sé áftímtéré con solo c a u n j u r a m e n t o q u e había hecbo en ¡nacer, es decir , l a ( », 1»

ues- ' n > \ o n : r i - ; : - . n ; ! i j i e s de-c i r l a <|;-} ¡íinery: v h q lie se ád^uífr-re charlando, es ' iscir , : a d e la polí-t ica. f ' .

Nuestro an t iguo Jfian ^é rezcon-vertido en ' el Sr. D. Juan Perez de Soto y Ramírez de Toledo resolvió la cuestión matr imonial y pudo ex-c lamar como el sábio gr iego: Eu-R E K A .

Pero los años habían pasado y nues t ro héroe babia l legado á los se-senta y su m u g e r ' s o l o tenia t re inta y ocho. Sea la diferencia de edades, sea otra la causa, el triste caso acon-ta •ció en la forma siguiente: Juan Perez entró i una hora desacostum-brada en el gabine te de su esposa y no viendo A nadie pasó ii la alcoba. Sotare el lecho yacía Elisa, al pare-cer enferma; nuestro héroe rse ape-sadumbró como era natura l , volvió al gabine te para tomar un pomito de esencia y acercárselo <i la nariz de su cara mitad—estilo a n t i g u o -pero notó sobre la mesa del tocador

los t jom| !osdesu tercer matr imonio: |qu ó uo casarse ó casarse con u n a m u - ~ ger que fuese bel la , r ica y noble, pa raev i t a r d e e s t e modo las desven-turas de sus tres an ter iores campa-ñas mat r imonia les .

Y Juan Perez que como vamos viendo era muy afortunado, TROPEZÓ con la h i j a única de los condes de¡ Rioverde que era bella como el sue-ño de un poeta, y rica como las es-peranzas de un banquero y noble como las fantas ías de un rey de ar-mas. Y esta n iña tenía veinte años y Juan Perez cuaren ta y d:>s. pero el amor no repara en edades. Y LA CORÍU SPOHDEKCIA d e u n d í a , d e u n m e s y de un año de que no queremos acordarnos insertó en t re un suelto donde se recomendaba una pomada para hacer nacer el cabello y otro donde se daba cuen ta de una corri-da de toretes lidiados por los aficio-nados de Córdoba la s iguiente no-ticia:

«Anoche se'verificó el enlace de la bella señori ta I).a Elisa de G u z - un sombrero de hombre cuyaproce-man y Mendoza hija única délos se- dencia era sospechosa. Buscó el ñores Condes de KÍoverde, con el se- dueño de aquel, ARTKFAC rodé cabeza ñor don Juan Perez de Soto y Hami-iy lo encontró deba jo de un sofá, po

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14 ALMANAQUE HUMORISTICO.

sicion no la mas adecuada p a r a h a -llarse de visita.

J u a u Perez que era caballero an-tes que todo, desafió al intrépido Lo-velace: real izado el desa f ió le intro-dujo una ba la entre pecho y espal-da y dejó vengado su HOROR y publ i -cada S U D E S H O N R A .

V.

Juan Perez se hal la en la actual i -dad separado de su cuar ta m u g e r . Noches pasadas contaba á un amigo desu niñéz, la historia de sus desven-tu ras matr imoniales . Cuando termi-nó de hablar , su amigo , que le habia, escuchado con mucha atención, so-lo le contestó las s igu ien tes ó pare-! cidas palabras:

—Querido J u a n , no debe sorpren-der te el resul tado tan fa ta l que han tenido t u s c u a t r o matr imonios . Tú, como la inmensa mayor í a de los hombres, cuando has creído que te casabas por amor , solo lo h a s hecho por el deseo sensua l que inspira la belleza física y cuando has querido casar te por razón, te has dejado lle-var de un calculo mezquino; has buscado la belleza del cuerpo, los goces de la r iqueza y los tr iunfos de la vanidad; has olvidado que rique-za, y nobleza poco valen cada una de por si, poco valen también reuni-das, cuando no se ha l l an acompaña-das de la san ta , de la imperecedera VIRTUD.

Luis Vidart .

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A L M A N A Q U R H U M O R Í S T I C O .

LA MESA DE ESTUFA. Airosa, luciendo tapeto de flores

y en Amplias a r rugas f runcido ta r tan , de viejas y pollos, do gallos y niñas la mesa de estufa, l lenándose vá.

Ya solo en s.r torno se inira un vacío, no queda mas hueco que para un sillón, á un lado está Obdulia, Mercedes al o t r o . . . . [Caramba y qué hueco! ¿Te gusta lector?

Pues sígneme y entra que yo te presento, visito la casa y es t imo un placer en dar te ésa silla que tanto codicias aun cuando yo tenga que es tarme de pié.

Obdulia es hermosa , Mercedes encanta , capaces son arabas de haberte fe l iz . . . . e n t r e m o s . . . mas, guarda que encierra íaestufa y envuelve en sus pliegues misterios sin fin....

¡La mesa de estufa! Coraza que umbr ío discurre el otoño templando el hogar preciso es que sepas lo que es ese mueble ven, dame tu brazo, volvamos atrás .

Dejemos que charlen las viejas cotorras buscando en su centro calorico y luz, que fume y bostece la tropa do barbas, ó j uegue á los naipes y escúchame ttf.

Cuando las noches de invierno llegan y su cor te jo triste despliegan do helados copos, de vendabal, á las camillas y chimeneas, en las ciudades, villas ó aldeas, vá t i i i tando la humanidad.

Viejos y mozos, tras del Estío, diques de fuego ponen a! frió, que les acecha pérfido, cruel ,

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U H A N A ' J U R H U M O I U S T I C O .

y (lo aquí nacen esas esiones quo so improvisan en los solones, en las ter tul ias y en los cafés.

A las estufas van «i .porlia t iernos pimpollos, on compañía «le sus abuelas ó sus mam.is, V como dicen que igual sendero llevan coustanies sQga y caldero,. . tras de la? niñas los pollos van.

Allí las viejas, con papalina previas U> gafas, si so e x a m i n a , hacen calceta, que es un p r imor , moviendo á veces de alguno en mengua mas que los dedos, torpe la lengua, sin ver que infr ingen la ley de Dios.

Unas', escojeti por muletilla (y á lo que ent iendo DO es maravilla ni c.o»l diaria de censurar) que sí las r a«a$ ó los conejos, si los chorizos frescos ó añejos cuestan ¿ tanto , valen .-í tal.

Ksía, se que ja de que la J a r a va por las nubes y de aquí saca que es preferible comer jamón; otra , creyendo ser a l u d i d a . . . . diz que la gusta cabra cocida mas au.i que (jallo puesto en a r róz ,

Otras, departen mientras de modas cosa que p!aeo también á tildas , lo mismo en Roma que en Stambull , y haciendo lazos de fantasía las noches pasan, si no ya el dia soñando blondas y marabú».

l ina r ílere q u e ora la gorra vá guarnecida con piel de Zorra hasta las cintas del babolet; oir repl ca que la elegancia

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ALMVN'AQUB I U M O R Í S T I C O . 1 7

lo q u e mas nuevo llega de Francia son las capotas á. Lataliwr.

(lual, que si el trago color 'altana dice IDOS propio para mañana que los azules do moaré amigue ce udo al talle, por mas decoro , con cinta verde y hevilla do oro de esas que l ' amau Emperatriz.

Cual, si las mangas son bullonadas y si e:i la laida van colocadas liras (jrosella puestas al biés: Cual, dice, en suma , que lo rjne prita es una banda negra, que estriba del hombro izquierdo con mucho aquel. .

. » . Asi char lando, sin gran empoño,

unas tras otras, dejan al sueño q u e se apodere de su labor , y e s q u e las falta, para conteuto, la mejor salsa de su al imento, la deliciosa murmuración.

Como'tentada del enemigo dice una — «Aspasia, tiene un abrigo de cachemira con Astracan y á fé que ignoro clama entre risos) de donde salen p u e s . . . . tantas misas como se rezan orí ese a l tar .

Y como si esta pulla maligna fuera la ansiada torpe consigna que ávida espera la reunión todas se ponen en movimien to . . . . Doña Cristeta recita nn cuento mas de picante quo en J u b o el Sol

Hoto ya el fuego, dice ladina la que está al lado, que su vecina cuando amanece sale al ja rd ín

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A L M A N A Q U E I i r M O R Í S T I C O .

Y por si pega, la historia adorna diciendo al paño, con cierta sorna que ella bien sabe lo que hace al l í . .

, Ya por encanto despier tas todas dejan los t rapos , dejan las modas y se disponen para morde r ; la mesa entonces, en cuanto abarca , mas q u e d e estufaos una charca donde hay serpientes de cascabel.

Quienr asegura que fulanita, que por lucirlo se despepita, debe en la tienda todo el baúl ; Quien, que no estraña que de ese modo lleve en paseo codo con codo lo mismo al pollo <juc al avesirúz.

Quien, que á meng ana la salió un primo que la regala con mucho miiuo y que hasta coche la va á pone r —Eso no es cierto, por vida m i a , — que si lo fuera yo lo sabría (dice otra vieja matusalén)

Esta repara , con gran mister io, q u e el Tal, fué habido de un adul ter io cuando reinaba Napoleón; — j V a y a un defecto (chilla otra Urraca) pues un primita para mi Paca por ese estilo quisiera y o —

—Eso va en gustos, Doña Tereucia, yo, por mi par te , digo en conciencia que escrupul izo y es natura l ; Timbre , r iquezas, todo detesto, un empleado con fin honesto para mi Lola quisiera m a s —

—Uff y que peste! l íbreme el cielo de aquesa gente de poco pelo con sus protestas y su buen fin-, |Qué hor ro r ! |Me asusto, Doña Pancracial

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T A L M A N A Q U E H U M O R Í S T I C O .

Quedan cesantes y en la desgracia se echan de bruces sobre el país—

— «Nada, amiguitas , digo v io fundo q u e lo acepiable que hay en el mundo son los parientes de posicion: ' u n primo <\ t iempo y ande la bola, • a u n q u e del centro venga de Angola, si suma en renta medio mi l lón .—

— E s o aseguran , tiene el de marras (salta otra grulla con antiparras) y dá dineros al treinta y tres—

— ¡Picaro a varo I ¡lástima de o rol — (las demás viejas gritan en coro, cou cada ojazo como una nuez)

—¡Bel lo part ido para una hambrienta! (dice la una) con mis cuarenta si me pretende, le hago la c r u z —

— ¡Hija y que dengues! (otra replica)* eso lo. dices porque no pica ¡que si picara!— ¡buena eres tú!.!

— jBah! pues á tiempo hemos llegado para melindros, cuando es probado, fuera de dudas y discusión

"que estamos libres de todo asedio porque ni un hombre para un remedio se halla por esos mundos de Dios :»—

—Mira Sorbería como derrocha con su Don Fru tos de Calamocha que así parece Don Ezeqtiicl después que tanto se dijo antaño si era ra i . ino,s i era tacaño, mísero, avaro, cual no se v e . - -

Así zurciendo chismes y embrollos suenan las nueve, llegan los pollos y la tertulia cambia de faz;

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A L N A N A Q U R H U M O R Í S T I C O .

ya nadie chista, ya no hay un p r o — una marinóla rasca el brasero con la badila monumenta l .

Inte roa Jan do sus ta bu re t es cabe las niñas, los mozalvctcs con disimulo vánse á embut i r y aquí es donde ontra , leeler , la gorda como el torrente que se desborda Amor sus frenos desata allí.

Cio*o ; desnudo, tal que dn g r ima , se posesiona de la tarima y allí escondido, se erige en Rey: á nadie asombra su es t raño porte , plei o homenaje ríndonle y corto . inanrís pezuñas, patas y pies.

Saltan los nervios en su desvelo, con la llegada del rapa /ue lo que-es combustible mas que el I'iron lo cual dá m.irgen, lector quer ido , •i que t ra / ieso cupido y haya las suyas en de r redor .

Yensc, a u n q u e el cierzo c rudo no apr ie te , todas las uñas bajo el tapete con el pretesto del fogaril , en cuya forma, sin que esto falle, vuelven al punto , bien quo en detallé, los circunstantes ;í depar t i r .

—«.Mucho bas ta rdado picaro Arturos

si así te portas, cuenta seguro qu*. me enveneno, ¡ya lo v e r á s l » — Así «*? su novio saluda ilstrella, mientra una nía no que vo es la de ella plega y arruga-su delantal .

Otro polluelo, mas atrovido, como al descuido y á pie perdido busca la bota de su ilusión, pero tropieza por su desgracia

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con la pezuña crónica y lácia de un mamotreto del año dos.

Calla la v i e j a . . . . duda y s u s p i r a . . . . sospecha el mozo, se escama Elvira porque á sus plantas crece el b e l e n . . . . al fin la b r u j a , que el lapsus nota, — d e donde (gruñe) vendrá una bota q u e haciendo señas me pisa el pié. —

—¡Vívo ra insana!—(masca el Tenorio, que recatado del e .nboltorio daba á sus tibias nueva actitud,) —perdí el camino... daré otro avance... si esa lechuza, d i j iere el lance salvando á Elvira de un pa ta tús .»

—¡Cuán to te qu ie ro , Wolfando mió, (dice otra clori, dándole un lio muy de lapadas á su galán) de mi amoroso, dulce arrebnto toma la p rueba , llizo y Hctrato ... Dime Wolfando ¿quieres aun mas?—

—«Ido lo hermoso, prenda que adoro , quiero esas manos en que el tesoro de tus cabellos viene hasta m í . — —¿Y si lo advierten?—Deja temores obras , mi vida, son los amores , dáme esa mano, Fanny gen t i l .—

—Alguien se tuesta, huele á quemado, (grita de pronto, sobresaltado, uno cualquiera de la soiré). ¡Critico Ínstame! ¡Caso imprevisto! todos se agachan y.... es para visto, lo q u e el de Chipre suele esconder.

liólulas, dedos en maridage, piés, que, do quiera, van, de viage y hacen un cuar to de conversión,

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cotos recondos, tierra valdia, Jaulas, alambres, telegrafía, todo eso vieras, caro lector.

Todo eso vieras j aun eso es poco, que en el palacio del niño loco las t ravesuras no tienen fin; lo dicho, empero , lector, te baste que dar me temo, si sigo, al t ras te con lo q u e es cuerdo no r e f e r i r . . .

Así en la estufa las horas se pasan unos se queman, otros se abrasan, hablan y accionan todos al par ;

Sin que haga falta (y esta es la negra nunca algún tonto que acaba en suegra su historia verde, sn amante afan .

Y pues ya conoces á fondo ese mueble que alegra de invierno la uraña estación, corramos al lado de Obdulia y Mercedes., marchemos al punto , que r ido Lector.

Leopoldo Cresta r.

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EL BAILE DE PEPITO, — Madre, acaba rá V. de a r reg la r -

se?... ¡Jesús, cuán ta calmosería! —Niña. . . Niña. . . Mira que nos

quedamos en casa: que estoy yo mas que ha r t a de tu mard i t a porka y de tus bailes y de t u Juani l lo que. . . va-ya si se a r r ima.

—Jesús, madre , que me achichar-ra V. la s a n g r e con tan to PEGO.

Porque en Córdoba, se l l ama PEGO

ó PEGOLETE á una cosa tonta ó insus-tancial.

La m a d r e se pone el mantón ne -gro, un pañuelo blanco de algodon á la cabeza y el histórico vestido de ind iana . Su hi ja , ardiendo en de-seos de pene t ra r en el modesto tem-plo de Tersípcore, apr ie ta el paso, mientras la anc iana l l ega j adean-te, con el solo objeto de que la ni-ña se p ingorree con un oficial de barbero, que danza de uua manera CICA, r a s g u e a la vihuela y can ta al-g u n a que otra m a l a g u e ñ a si nó muy bien, al menos con picaresca inten-ción para que su novia le gu iñe el ojo á hur tad i l l as del cancerbero, vu lgo s u e g r a , que está en todo, y en caso de desliz. . . a r r ía cada lapo que can ta el credo.

Ya estamos en el salón. Un violin con la figura de los de Stradiva-rius, una g u i t a r r a que toca Carmo-na el ciego y a lguna que otra vez una flauta, son el ins t rumental del bai le popular de Pepito, cuyos acor-des corren pare jas con el ab igar ra -do adorno de la sala , en la aue pe-ne t ran las señoras g rá t i s y los ca-bal leros por el módico precio de diez y siete cuartos .

Allí sostiene el orden por si aca-so hay PATA ó CULEBRA, dos ó t res vi-g i lan tes con un subinspector de id., y por consiguiente el municipal , que en el baile de Pepito está, como si d igéramos, DENTRO DEL CUARTEL.

La m u r g a toca una danza; los po-llos se sonríen frotándose las manos y . . . ca taplum: en baile.

Aquello es digno de elogio. Quién se mueve sin saber cómo se mueve. Quién, afectando una e legancia in-conveniente; estrecha tanto á su enamorada pare ja que conmueve al espectador, y quién, por último, so-breexcitado por la PITA se decide des-pues de muchos dias de juveni l ti-midez, á hacer una nrofesion de amor á la doméstica del vecino, que es una aga rena de BARBI y que toma cada vara que es un gusto .

—Mirosté, lo que es yo, soy una muger , que no tengo incominiente en que osté me hable; pero la ver-dá, si osté, varaos al decir, no vie-ne con giien fin... porque yo estoy ya escamá de los hombres."¡Qué re-tunísimos son! vienen, sacan lo que pueden, se bur lan de una. y écheles osté un ga lgo ; si te vide, no ma cuerdo.

—Currilla, me estás haciendo pae-sé con ese inardecío relato. . . Quié-reme tú . Curril la, tú eres una mu-ge r de fa i t igas . . . ¡jóle! bendita sea la gras ia! Y t i rándose el sombrero á la e spa lda , y metiéndole la ma-no en los ojos, concluye sus protes-tas con la frase ordinaria de.. . "^a-le osté mas que Napoleon!

Curril la se limpia el sudor—por-

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que Curri l la suda—y el neófito amante dice para sus adentros con los ojos en blanco «¡Ya la fleché?»

Se acabó la danza y con ella los ósculos, el obl igado de rodilla, y las otras mil za randa jas que son la sal-silla que priva donde hay f u e g o y estopa.

El amante verdadero y el seduc-tor espléndido, acompañan á sus be-l las CURSIS de ancha cadera y buen cimiento al remedo de AMBIGÚ, donde se toman dos merengues , y donde es de r igor beberse una copa de aguard ien te de bala rasa ó ae ro-soli.

Hé aquí los accidentes de la bu -lliciosa reunión du ran t e las pr ime-ras horas.

Despues y en a l g u n a s ocasiones es la neg ra .

—A esa m u g e r no la g i ierve os-té á mirá . por que lo igo yo.

El séxo bello se estremece, hay movimiento, y se escurre haciendo comentarios, hácia la calle.

La BROXC\ se a rma con dimes y diretes, hay un lance de bofetadas á la vuelta de la esquina, que con-cluye á la intimación de un oficial de zapatero que yo conozco, y que t iene el génio a legre y decidor.

—Caballeros, sacabó: esto es far-t a d e bebía . . . Y tú , Antouuelo, t ráe-te otra vez la cara de la ta .

El templo de Bacoabre un peque-ño postigo y los ternes se convidan y se rien.

Una niña de quince abri les, que quedó accidentada en el salón y que ' es unacos ture ra dé las buenas , vuel-1

ve en sí en los brazos de su chavá l .

Solo un qu inqué nut r ido por óho verde, l anza sus melancólicos res-plandores.

El baile está disuelto. Es la una de la m a d r u g a d a , y el

silencio en Córdoba. ¿ es ta hora , es el silencio de los cementerios .

Solo se oye el dulce r u m o r de a l g ú n suspiro que se pierde pronto, porque la embr i aguez del placer con su al iento abrasador , seca los lábiosde los laboriosos a m a n t e s que han hecho su agos to en el renom-brado baile de Pepito.

—Adiós, que v e n g a s m a ñ a n a TREM-PANO,—dice e l la .

—Descudia. vida mía , contes ta el ga l an dándose un tirón de l a s sola-pas de su chaque ta á la vez que mue-ve el cuello con gracioso donaire .

El baile de Pepe es un verdadero potpurr i . A él asisten m u g e r e s AI-RADAS, m u g e r e s de buen aire, y mu-geres en fin de s i n g u l a r he rmosura .

A un lado las noches de BRONCA, el espectáculo no puede ser mas ameno.

Yo te doy mi parab ién , simpático Pepito. T ú has regenerado á Córdo-ba, sacando de su adyeccion á u n a juventud que promete, en t r egándo-la á los placeres del baile. Córdoba te debe un adelanto y n u n c a ap lau-di rá lo bas tan te tu abnegac ión al p resentarnos an te los ojos, los bue-nos t iempos de Capel lanes y de Mi-gue l i to Bar reda .

¡Loor á ti, que has sabido á fuer-za decons tanc ia y de vigi l ias , c rear un espectáculo de t a n t rascenden-tales consecuencias!

CRF.SCTTE L'T VULTIPLICÁMINE...

M. G. Aguilar.

i

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I ALMANAQUE HUMORISTICO.

LA RATONERA. *

El teatro cordobés , llamado la ra tonera , es un prodigio del a r te ; una gloria cordobesa, ya lo miremos por dent ro , ya lo miremos por fuera .

Aquí no vale tu tia: la cosa no t iene vuel ta : morirá sin remis ión, lo mismo el ratón empresa , que el rato» espectador, y todo el vicho q u e cuela; unos por falla de pan , otros por malas comedias, y otros por indigestión de títeres y zarzuelas. Pero téngase presente que en aquesta ra tonera no se pescan mas ratones que de patio ó de cazuela, por que s iempre están desiertos los palcos y las plateas. ¡Taima! ¡la Torre! ¡Carrif! ¡Moratin! ¡Lope de Vega: ¡Bien hicisteis en moriros por no ver tal ra tonera! ! !

L. Mararer y Al faro.

—Pepito ¿por qué mordió Eva la manzana?

—Por que no tenia cuchillo para par t i r la .

LA ESTRELLA DE LA MARINA.

Cuando bajas á la playa Mari á coger conchítas antes que á la playa alcance con sus ecos mi bocina; cuando vuelvo de la pesca con mi amor y mi barquilla y en el arenal encallo donde se alza tu chocila; por la huella delicada de tu pié, risueña cifra, que ha bordado algún Arcángel en la luz de mis pupilas, conozco Mari del alma, Mari hermosa de mi vida, que has venido tü á esperarme de la mar hasta la orilla, y que al ver la blanca estela de mi nave, agradecida, murmuras te la plegaria que mi madre repetía cariñosa, al divisarla columpiándose en la b r i sa . . . Gracias, gracias, dulce Mari, por mi bien, Dios te bendiga; mientras mire yo en la arena de tus pies la huella escrita al tornar de mis afanes con mi amor y mi barguilla ni le tiemblo á las borrascas ni del mar temo las i ras . . . que, por mí, vela en la costa la estrella de la marina...

L.

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A: MANAOUE M MORÍSTU O .

Di j a m e usted. don T n f o n : ?como se ha puesto tan grueso.? -Pues , don Cosme, claro es eso: me pise, amigo, a la unión, y t r a jue como un camueso.

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MADRIGAL.

Si en pos de la tormenta os gra to ver el Sol y el Sol sepulta sus t renzas de oro en nubes apiñadas, si en t r e nieblas oculta y pobre de esplendor su luz ostenta al romper su boton las madrugadas , menos triste es el din, bien que por triste, solo cause enojos, para quien como yo tiene tus ojos que brillan mas que el Sol de Andalucía.

L.

Maestro, mi lagro será que me ' t a iga la loter ía , decía un aprendiz de zapatero sin de ja r su t rabajo , y repitió diez veces la esclarnacion. hasta que al fin le repitió el maestro:

—Qué números has jugado? —Yo? n inguno . —Pues entónces cómo quieres

que te caiga? —Pues por eso d igo que se rá un

milagro.

Abuelita? por qué habla tanto el a lmanaque de las lunas nuevas y nunca de las viejas?

—Hijo mió porque con las lunas sucede lo mismo que con las muge-res: de las viejas nadie se acuerda .

—Deseugáñcse V. (me decia el médico dias atrás) mient ras vea ese BARÓMETRO t an bajo, no podrá V. tener alivio.

—.Mi cr iada Juanica que habia

I oido este pronóstico con g rand í s i -ma atención, entró en mi alcoba á la m a ñ a n a siguiente, con aire m u y satisfecho:

—Vaya Señorito; hoy estará V. mejorcito.»

—Pues no lo creas, Juanica , que antes me siento peor.

—¿Pero, Señorito;? cómo puede ser eso, si anoche colgué el MAMO-

TRETO junto al techo?

EPIGRAMA.

Regando el ja rd ín Andrés una mañana temprano, bajo un rosal muy lozi.no preguntó á la bella Inés:

¿Recuerdas, niña, la historia de aquella noche que a q u í . . . . ? y ella repl icó:—Si; aquí p e r d í . . . . la memoria .

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PELIGROS DE L Mucho ojo con la fotografía. Este descubrimiento tan inocen-

te, tan Cándido y tan inofensivo á primera vista, guarda grandes peli-gros para la humanidad .

.Ningún ciudadano estilo demo-crático) puede presentarse en p ú -blico sin correr el r iesgo de ser fo-tografiado á pesar suyo.

Acabo de leer en un periódico francés que todos los q u e asistan á un concierto que ha de verificarse á beneficio de los huérfanos por causa del cólera, recibirán con el billete que les proporcionará dis-f ru ta r de las melodías de Mozart, Weber y Meyerber, una contraseña para ser fotografiados en el acto.

Hace poco se repart ía una nove-la titulada Venganza por Herencia, que ofrecía á los suscri tores su r e -trato en fotografía ó (aquí entra la gorda) ó el de la persona que de-signasen! II

Siguiendo este e jemplo , un afa-mado Sastre, un Sombrerero y los gallegos de las Tendillas piensanj ofrecer semejante ventaja á sus fa -vorecedores.

Juan , Pablo y otros conocidos reposteros (de media nuche en adelante) darán en lo sucesivo igual obsequio á todo el que con-suma i \ rs. en su establecimiento.

A FOTOGRAFIA. Las parejas, tendrán derecho á

un grupo de capr icho. Sabemos de algunos periódicos

que anunc ia rán á su cabeza con le-tras muy gordas lo s iguiente:

«Todos los señores suscri tores por t r imestre recibirán además de un e jemplar de los Apuntes de la célebre carterita, encuadernado en papel glasé lila; que con tanto éxito publicó el Diario de Córdoba su r e -•rato en dos posturas diferentes . »

Los re t ra tos serán en adelante la prima obligada de toda empresa industrial y mercant i l .

Vá V. á Sevilla, Cádiz ó Málaga, ¿en pr imera?

Retrato de cuerpo en t e ro : dos posturas.

¿En segunda? Busto; un e jemplar . Tomará V. una butaca para Mo-

rat in. Ret ra to al canto . Los bañistas de la Ribera ; qu ince

dias de abono? Retrato en t r a je de natación. Toda la temporada? g rupos de

familia. Se fotografiarán los que tomen

,tres quemadil los en el Recreo y I'uzzini.

Los q u e compren un décimo de la loter ía .

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ALMANAQUE H U M O R Í S T I C O . ' * 5>9

Los que se sienten en las sillas llares de retratos á la circulación pública, sin que la variedad de t i -pos raros y estrambóticos en la ma-yor parte, ejerza cierta influencia en

del Asilo. Y no dudamos que el gobierno

entre también en fotografiar á los que paguenmasde un escudo en las la propagación dé la belleza pública. subastas de Bienes nacionales.

De forma, que un prójimo (estilo bíblico) por poco gastador que sea puede encontrarse con una doceni-ta de retratos por dia.

Según c 'lculo de un conocido es-tadista, suben á quinientas noventa T nueve mil el número de personas que viven de la fotografía.

Hay q u e añadir á esta cifra otra casi semejante de aficionados.

Los hay, que ¡tasan la vida foto-grafiando al prógimo.

Un amigo mió después de ha-ber agotado á sus numerosos pa-rientes, conocidos y allegados, ha concluido por fotografiar al munici-pal y las cubetas urinarias de su cuartel.

Decididamente la fotografía es la mania del siglo.

Esta mania fotográfica esta foto-grafía-morbo-asi .itica, puede tener serias consecuenrias para el por -venir.

No se arrojan así sin peligro mi-

Las Señoras que se encuentren en cierto estado, deben huir sobre lodo de esa plaga de nwstruarios que llenan esquinas y estableci-mientos.

Dichas exiviciones influyen hasta en la paz de las familias.

Voy ií probarlo. Mi amigo D. Cándido estaba ayer

desconsolado por que su tierna espo-sa (linda trigueña por cierto) aca-baba de favorecerle con un vástago rubio y sonrosado como un q u e -rubín, siendo él mas negro que un mandinga; rompiendo así todas las tradiciones de su raza.

Y todo por qué? me dccia muy apurado.

Porque la infeliz Juanita habia mirado con fruición el retrato de un cierto primo teniente de caballe-ría, que se parece al muchacho co-mo dos gotas de agua.

Y luego dirá V que no hay peli-gro en la fotografía. . .?

M.

Jugando a l tresillo una señora avanzada en años, se quejó uno de los jugadores de que no hubiese fallado una car ta del contrario.

—No tengo tr iunfos repuso la tal . —Veruad: Hace quince años que

obtuvo V. el último.

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ALM A NAQUE 11ITMOU ÍSTlCC).

MISTERIO. Kra una noche . . . . pu ra brillaba

la blanca luna del tibio Abril, y á sus fulgores yo contemplaba correr las ondas del Gualquivir .

Mas de improviso, leve barquilla, aHte mis ojos so deslizó, y audaz bogando cabe la orilla corriente arriba se encaminó.

A los reflejos vi de la luna que iban en ella dama y galán, y entro sus alas brisa importuna trájome un eco grato, sin par .

Eco armonioso, eco que un ciego conocería dónde nació; eco que forman labios de fuego que en «¡nsias locas une el aipor.

Eco que envuelvo sueños de glorin, eco que excita mágico afan, prólogo bello de alguna historia que un desenlace grato tendrá

Pues esc acento que amor ahoga, entre las brisas breve espiró, mientras la barca, boga que boga, á un bosquccillo se encaminó '

I)e los amores bajo el imperio ¿dónde caminan solos los dos? Y el eco d ice :—¡Es un misterio! ¿Quién lo adivina?—¡Sábelo Dios!

m. ./. u. :

l"n aino tenia dos criados, J u a n y P e d r o : P regun tó al primero:

—Juan, qué estás naciendo:

—Nada Señor: — Y q u é hace Pedro? —Esta ayudándome .

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• \ >,vytii m¡ í iumi i n,\t~.

No íiay nada mas ¿iverlfdo, le Jo aseguro, lector. que un sojo de caballero en el helio ripodon.

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CANTARES.

Si es que me llevan ahogado alguna vez á tu puerta, es señal de que en invierno pase per la Corredera.

Hombres de Estado conozco que en talentos y mesura están como nuestras calles en ciertas noches: á oscuras.

Tras del turrón en la feria se van tus ojos, muchacha; cosa que á mí me sorprende no siendo tú moderada.

Por mudar tanto de amantes quizás te comparen, niña, con los hombres que en España suelen cambiar de camisa.

Cuando en el balcón te miro paso mas penas, mi cielo, que las que pasa un cesante cuando vá tras de un empleo.

Era rico, y me querias; soy pobre y ya me detestas; y es que quieres, como muchos, irte al sol que mas calienta.

FÁBULA.

Vió una joven mariposa, En el brillar de un espejo. El vivo y claro reflejo De un3 luz pura y hermosa: Ante la cstraña ilusión Parando al punto 5u vuela. De gozarla sintió anhelo Y fué á tocar la visión; Mas chocando en el cristal Con rudo golpe, aturdida. Cayó al suelo dolorida Y lloró triste su mal.

Otra mariposa bella Que á la primera seguía. Muy burlona, se reia, De la inocencia de aquella. Y satisfecha volando Confiada en su esperiencia, Por alarde hacer de ciencia, A la luz se íué acercando: Y al avanzar poco á poco, Hácia la llama azulada. Por el calor embriagada Vino á morir en el foco.

Nunca lector, será bueno Que en tí solo te confies: Ni de ilusiones te fies Ni goces del mal ageno.

Angel M. Castiñeira

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Al.HA NAQUE H U M O R I S T I C O .

CRUCES. Con la cruz de las penas Venimos «1 la vida; Con una cruz de rosas y azucenas La infancia nos convida. Del sol de la niñez al tibio rayo Bendecimos la cruz de la existencia, V adoramos la cruz del mes de Mayo Con flores de inocencia. Nace el niño, la madre en su cariño Vierte en su cuna del candor las luces Y ya comprende el niño Que la vida es un mar lleno de cruces.

Crece el niño después; besa las flores De un mundo de colores Todo lo admira, y en su nuevo asombro l l pisar la región de los amores La cruz de una mujer lleva en el hombro . El niño admira la mujer que adora, El niño se enamora por su daño, Y cuando ciego el niño so enamora So encuentra con la cruz de un desengaño; El pobre niño, en el amor se abrasa. Le aconseja el demonio, ¡Ayí el niño se casa Y carga con la cruz del matrimonio.

El hogar es un mundo do poesia. Un nido de purísimas aromas En donde dos palomas

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3 - i A L M A N A Q U E H U M O R I S T I C O .

Sea rru lian noche y día. El hogar es un bálsamo precioso Para la herida del amor insana El hogar es un bello paraíso Donde lo principal es la inanzam. I)e tiernos hijos el alegre en jambre . Puebla el hogar modesto, Mas, los padres se m i r a n . . . fienen h a m b r e Y él carga con la c r u r del Presupuesto.

Todos del mundo sobre el mar p ro fundo Llevamos una cruz:

^La última cruz que nos ofrece el mundo Está en el a taúd!

A. F. (¿rilo.

Entró un cabal lero de visita en casa de una señora, é ínter in venia esta, se puso á hab la r con su lujo, muchacho de ocho años, el cual le p reguntó sinó le había hecho daño la torta .

—¿Qué[torta, chiquillo? —La de Belen, que dice inainá

que se la comió V. toda.

Papá quiero que me compres un bastón como el de I). Luis.

—Quién es don Luis? —Toma el forastero que viene

todos los dias á ver á m a m á cuando t u estas en la oficina.

—Tilin, Til in. —Está I). José? —(El niño) si señor, pero me en-

ca rgó que s iempre que V. viniese dijese que hab ia salido.

Hace unos dias acudieron á mi casa irnos a m i g o s y mi cr iado sirvió una bande ja con cua t ro vasos de a g u a , do» ílenos y dos vacios.

—Por qué t r aes esos vasos sin nada :

—Seüoirto los l lenos son pa ra loa que t e n g a n sed y los vacios para los que no i a t e n g a n .

Tengo u n a m i g o t a n generoso que cuando se le pide un c igar ro dice:

Lo siento no t engo mas q u e es-te q u e voy á encender y otro que me fumaré en segu ida .

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\ I . M \ T \ ( J N H U O I U S I M H .

ASTROLOCTÍA JUDICIARIA. PRONÓSTICO.

Quien naciere en este año Será imbécil , imprudente Temerario, impertinente Interesado, tacaño. Medrará por el engaño, Dará culto á la Fortuna, Mostrará desde la cuna Perversas inclinaciones, Que tan bellos son los dones De la caprichosa tuna.

Y nacerán generales Y poetas y oradores Y síbios legisladores Y' perfectos liberales. Habrá patricios leales Llenos de virtud y brio Que bagan guerra al hado impío Sin arrastrarse en el cieno, Que el hombre es bueno ó no es bueno Pero al fin tiene albedrio.

El astrólogo de antaño.

X. f u é á Cádiz en un tren de re-creo, en t ró en un fonducho de la plaza de S. J u a n de Dios.

Toáb era de mala calidad, mal preparado y peor servido.

Nuestro amigo comió siij decir una pa labra y después pagó.

Entonces hizo venir al dueño del

establecimiento. —Compañero quiere V. da rme un

abrazo, le dijo. Y' como el fondista t i tubease aña-

dió: Sí abráceme V. porque es la últi-

ma vez que nos veremos en este mundo!!

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TTT w m k s k o i b h u m o r í s t i c o .

1)108 SOBRE TOBO. Mis amigos han decidido publ i- l Tero la pereza . . . tan sabrosa, tan

car un almanaque ilustrado, sino sosegada, tan inofensiva, tan iner -ilustre ni mucho menos ilustrísi-mo. Pues Señor: Dios sobre todo.

Por que frasecilla es esta que ha biendo perdido su origen basado en la fó cristiana, y en la mas humi l -de resigna ¿ion, se ha convertido en locucion fatalista por sus seis lados cabales.

Dios sobre todo, en la acepción común, viene á ser lo mismo que ruede la bola.

Dejarlo estar. Y'á sonará lo que fuese. No hay que apurarse. En una palabra: el quietismo

bajo todos sus aspectos. jQué gran cosa es el quietismo.

te, que ni siquiera dice esta boca es mia

Qué sistema filosófico vale lo que el sistema cordobés?

No hacer caso de ferro-carr i les y tonterías, de inventos y zaran-dajas .

Labrar la tierra como nuestro pr i -mer abuelo despues del desaguisado á que le incitára su mujer en pr i -mer término, y en lontananza la serpiente . . .

Tener un mercado modelo como el de la Plaza de la Constitución, es decir, de una de' las ocho ó diez que se vienen ensayando desde 1 8 1 2 donde todo se expende en el suelo

Eso de no tener uno nada que para mayor comodidad de los com-hacer pradores, que no tienen mas que

jCuánto se delinque cu Córdoba ¡agacharse cortésmente, y apartar lo en el sétimo de los vicios capitales! 'que les conviene oyendo media

La pereza es el mas seductor de docena de insolencias antes de ce r -todos los pecados.

Qué horrible es la soberbia! ^ qué repugnante la avaricia! ^ qué comprometida la lujuria! Y qué ridicula la ira! Pues dónde me dejan Vdes. la

gula, ¿quién tiene piedad de los tragones?

Y qué cristiano no detesta á los envidiosos?

rar el trato. 1

Por tan sencillo método se o b -tienen los peces y las anguilas, lo§ sábalos y los albures, saturados de hediondo cieno.

Las verduras en estado de pu t r e -facción.

Todo .lo que se ameniza con las bestias de distintas especies dispues-tas para los atropellos y arrollones,

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A L M A N A Q U E H U M O R I S T I C O .

v el gusto de contemplar á los m u -nicipal' s, de levitón, presidiendo el acto.

Aquí, como Vdes. pueden notar, no hay nada q u e hacer ni mejorar, porque si el Señor 110 quiere no tendrá el cólera, y por lo tanto. Dios sobre todo.

Y abandonando el mercado de abastos dar uña vnolt3 por las ru i -nas del paseo de San Martin consa-grado con el nombro de calle del Gran Capitan. •

Para que San Martin no tenga donde echar una cana al aire, y el Gran Capitan se atasque en barro hasta la c in tura .

Dando por resultado práctico: Dos hileras de naranjos traídos

del pais de los liliputienses. Dos casas bonitas. Vfinte de abigarrado y detesta-

ble aspecto. Un rincón, receptáculo de in -

mundicias que dá gloria. Y un edificio de extraña forma,

que p<ir ser del Estado no podr.: nunca reformarse.

Aquí paró el boulevart cordobés despues de gastos, proyectos y fa-tigas.

Pero á bien que para el año de tres mil de nuestra era estará una gran cosa la referida calle, y nues-tros tata ra táta ra nietos se pascarán por ella tan orondos.

Y si no se pasean no serán gen-tes de gusto, ó no querrán hacerlo, y Dios sobre todo.

Pero debe consolarnos la activi-dad empleada en otras obras, de la cachaza y parsimonia que demues-tra lo dicho anteriormente.

El murallon do la ribera, vervi II valia.

Magnífico dique, destinado á ha-cer entrar en razón al Guadalqui-vir rio, y no periódico, que no es el murallon fiscal ni cosa seme-jante.

Gran obra si estuviera coucluida, ó si siquiera se pensára en con-cluirla.

Para muestra de lo que somos capaces, basta con lo hecho. A qué terminarla?

Cuánto menos monótono es ver desde la orilla opuesta las escaleri-llas y postigos de la calle paralela al rio, las mas negras, los otros de -siguales, sucios, raquíticos y rotos, que 110 la lisura del muro de sille-ría, con su antepecho de hierro res-paldando los asientos ofrecidos á la comodidad del público?

De esta manera, es decir sin con-clusión, pueden apreciarse las ven-tajas de los dos sistemas, por lo que se ha convenido por todos los a y u n -

tamientos habidos y por haber , que el muro de contención no se acabe nunca. El r ió se guardará muy bien

G

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w.u v.N.vyüE III MORibriuu.

de entrar en las callos do la pobla-c ión . . . y sino se g u a r d a . . . . Dios sobre todo y amen .

l 'or la doctrina cuyo panegírico venimos haciendo hemos dejado sin baldosas las siete octavas partes de la c iudad, y si empedramos , tal cual vez, sus calles, lo hacemos por un procedimiento de rompe-tobillos que no hay mas que pedir .

Aquí no entendemos de zopos, ni gente delicada de piés, sino de funámbulos y equilibristas.

Pasemos por alto el barr ido, las cloacas y aun el a lumbrado p ú -blico.

Dejemos á un lado lo de pasea» por la noche en el invierno, y el cerrar herméticamente las puer tas para comer, costumbre hospitalaria si las hay , y vengamos. . . á qué? á criticar otra cosa? nada de eso.

No tenemos ateneos ni casi aca-demias. Esto es consolador.

Para q u é diablos sirven esos centros de controversia que en vez de i lustrar producen jaquecas , y mareos, y frió en las estremidades?

Hablemos de los adelantos. Los adelantos, si: ahí está la c re -

ciente afición al toreo. jViérais las damas premiando la

bravura y gentileza de los diestros, y de los zurdos, con cajas de d u l -ces, ramos y coronas de llores pe r -fumadas!

¡Vierais á la dorada juven tud de nuestros tiempos con chupa y za -patilla, aguardando , para bur lar le , el e m p u j e de un aspirante á fiera!

¡Vierais lidias d e toretes e j ecu -tadas por jóvenes de las pr imeras familias, y de las segundas y de las demás!

Quién mata y descabolla con ga -l lardía .

Quién arranca la moña como p u e -de.

Quién hace su .aprendiza je po-niendo casi medio par de bande r i -llas al recorte .

Quién planta el acerado rejón al bicho, lo mismo en la barrera que en los medios de la plaza; salvando su penco de los pi tones del pr ínci -pe de las dehesas de Andalucía .

Y como todo se hace con buen fin

La diversión es lo de menos . El cui to y la religión son nuestra

mi ra . Yo no sé hasta q u é pun to la c o -

sa sea ortodoxa y a d m i s i b l e . Pe ro vaya una corrida para cos-

tear un manto á la imagen do la madre de Dios, tesoro inagotable de caridad y de du lzura .

Vaya otra para la efigie veneranda de la q u e llevó á término la r econ -quista . Los moros eran unos brutos , y aquí evidentemente es torbaban.

Y como el fin santifica los medios

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A L M A N A Q U E H U M O R Í S T I C O . O Í T

esperamos asistir a u n baile de mác-j Y las jamonas tan románticas y caras cuyo producto se destine al tan averiadas como acredita la es-dote de una monja recoleta.

Nos falta su poquito de horósco-po, y allá va.

Es casi seguro que lloverá la p r i -mavera y el otoño de 1 8 6 6 .

Y achicharrará el sol en el vera-no

pericncia. Y los gallos tan recalcitrantes co-

mo suelen. Y por virtud de lodo, la coyun-

da matrimoniad no la alcanzará un galgo. i Y sino sucede nada de esto, su-

Iten se tiritará de frió en el in - eederá otra cosa, porque no tengan vierno. ¡Vdes. cuidado algo ha de suceder, y

Los pollos tardíos seguirán tan Dios sobre todo y Santas Pascuas, insufribles como en el año anterior.

Y las niñas de la propia edad tan insustanciales como de costumbre.

.1. G. Ruano.

SONETO. Mucho proyecto insigne «MI embrión Sed do innovar, y afán por de r ru i r : Diferidos á el tardo porvenir . Monumentos do lilfa y de ilusión. Gran calle de fu tura cspeciacion. Baldosas, har to duras de seguir; Y pasmosa presteza en construir , Como indica un fluviátil mu ral Ion; Mermado cu fuentes rolas el raudal. Etica y triste la nocturna luz, Astros de ciencia, libertad y fé: MurJja música y bombo celestial. Mucho varón preclaro y mucha c ruz . . . hallo en cierta ciudad que yo me sé.

rrancis&j llorja Pahon.

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ALMANAQUE 111 *«'lW»in

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A KM A\AQUI HUMORÍSTICO.

MORALEJAS.

Por correr tras las monas cierto mico Dió un tropezon, y se rompió el hocico; Esto prueba lector si lo examinas Que no suele haber flores sin espinas.

Por walsar D. Antonio con Luisita, Se rompió cuatro veces la levita; Esto prueba á mi ver de un modo claro Que el baile casi siempre cuesta caro

Por hacer cortesías D. Canuto Dió un pisoton y le llamaron bruto: Lo queTdice muy claro cual tu ves Que es á veces mejor ser descortés.

EPIGRAMAS.

Regañando Pedro Azcona con su muje r cierto dia, eres tonta, la decía, rabias por hacer la mona. ¿Y tú, bárbaro Muley,? dijo la esposa enfadada, hacer la mona no es nada en cambio tú haces el . . . . Buey.

Al marchar Pepe Cornijo á los toros cierto dia, su esposa con melodía de esta manera le dijo: Si no l levas á tu Rosa de lo que ha ré no respondo, pues ya sabes m u y á fondo que soy un poco.... celosa.

A. Diaz.

Del peinado de los cuernos, Que es una cosa endiablada, Por el demonio inventada Me hablaba D. Lino ayer; Y al escucharlo D. Bruno. Que es lodo un hombre derecho. Decía muy satisfecho: —«Para cuernos, mi muje r»—

La señora A... visitando la casa de cierto jóven célebre por el lu jo y la suntuosidad de sus muebles, esclamaba:

—¡Qué hermoso!, parece cosa de un cuento de hadas.

—No, amiga mia, le contestó la jóven, de un cuento de las u n Y UN A NOCUBS.

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\2 VI.MAXAyui: " l MUIU5TH.U.

EN UN ÁLBUM. Me pides, Celia, que á tus rizos lleve

lozana flor de mágicos colores, cuando el campo no luco so la nievo ni verde grama ni pintadas flores.

Flor eres tú que al regalado beso de casto amor en tu ilusión te meces, y tan cándida al verte en mi embeleso mas bella que otra alguna me pareces.

Por eso, Celia, aunque en n ú afán quisiera hallar la flor para adornar tus rizos, de envidia acaso la infeliz muriera doltu faz"al mirar los mil hechizos a A

Mas hoy, mi Celia, que de ti me alejo, yo, que la dicha de mirarte ansio, perfumada de amor aquí te dejo la pobre flor del pensamiento mió.

M. J. li.

Nuestro amigo el doctor A... f u é l l amado úl t imamente á u n a casa donde le rogaron prestase sus cui-dados á un jóven que parecía a ta -cado de una enfermedad de con-sunción.

La madre estaba a n e g a d a en l lanto.

—Cómo h a venido á este estado de postración, p r e g u n t ó el doc-tor , á qué a t r ibuye V. esta t r is-teza?

—Es una pasión desgraciada res-ponde la madre , este pobre hijo mió, no come, no sosiega, n a d a le . . .

—¿Y á quién quiere de ese modo? —A una mozuela , costureri l la de

tres a l cuar to .

9 —Señora, pues entonces dar le una

c u c h a r a d a á t a rde y noche,

Fel ici taban á l a jóven Baronesa de. . . por el heredero de tan i lustre t í tulo, que h a b í a de dar á luz y ase-g u r a n que el la contes taba:

—No decirle n a d a ¿ m i marido: es u n a sorpresa que le preparo .

Señorito, es un mudo que pide li-mosna .

—Estás s egu ro q u e es mudo? —Toma, si él mismo me lo ha di-

cho.

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ALMANAQUE HUMORÍSTICO. T T

UNA PARTIDA GITANA.

Robó un gitano un j u m e n t o : roas al finio aver iguaron v en la cárcel lo encer raron conminándolo al momonto.

Llega el Juez y preguntó; —Cómo te llamas?—Yo? Curro, —Y dime, ¿has robado un burro? — P o r estas, on juez , que no.

—Y aun niega* desvergonzado un hecho tan claro y vil* cuando la guardia civil te halló en el b u r r o montado?

—Usía no se desmande si yo platico y descurro: sí señó, yo iba en el b u r r o pero eso es señó lo grande.

Er q u e iba robao era yo j sumersé lo repare: jprobesillo! Dios ampare al probé q n e me l ibró.

— T ú ibas robado?—Eso: sí, yo señó que de eso vivo estaba en lo ar lo un olivo pescando pr imos allí,

Cuando el bu r ro , sepa osté que deba jo ó mí corría yo me e scu r r í . . . y sepa usía que me caí encima dé.

Entonses el ar ras t rao, aunque yo pegaba voses, laigaba pingos y coses y mo llebaba achanta o.

Yo subió en sus cuadriles iba lo mesmo que un sap')

y ya iba á sortar el t rapo cuando dique á los siviles.

— P u d o ba ja rse .—El guasón on jues , de lanimal i to jué y me pilló ei remardi to un bocao del corbejon.

Con que osté en su giien juic io y siendo en toilo tan ducho es menesté me dé el rucho en cambio del prejiiisio.

A. Alcalde Valladares.

FABULILLA.

Zapiron, el gato fiero que á la ratonil canalla daba sangrienta batalla aun en su mismo agujero , tomó afición al puchero y una tajada robó: liatón-Perez que lo vió esclamó rabo entre patas: —Si por que robo me malas, ¿por qué robas como yo?

Moral: ¿pudiera aplicarse en nuestra pobre nación, (políticos no enfadarse) la pregunta del ratón?

Papá que quieren decir esas tres eses que pones al final de] las c a r -tas . .? . —Quieren decir, Siempre, Serás

Salvage.

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A L1A.>.1VUE> 11 «-1 1

FÁBULA.

Dicen que un monaguillo se guardaba los cuar tos del cepillo y que al sabe rio un neo acto continuo le qui tó el empleo: y el muchacho cesante esclamaba aflig :do y sollozante: — N o se puede esperar n ingún servicio tratándose de gentes del oficio!

UNA FLOR.

Libro pintoresco y vario, Cárcel de lindos primores, Almanaque literario, * Bellísimo calendario Do ricas perlas y flores.

Hoy quenco mi tuzo á reunir Las flores de ini cantar , Quo en tus hojas han de abrir , Aun cuando quiero reír Quiero también suspirar .

Con dulce melancolía Dejo entro tus flores bellas Una flor triste y sombría; jCuán poco valdrá entre aquellas, la flor do la pena mia!

•Josefa Crespo.

Le doy á V. l a e n h o r a b u e n a por l a g r a n c ruz . . . .

—Gracias, g rac ias . —¿Y cómo h a sido eso? —Hombre , una sorpresa. La otra

noche al l l e g a r á casa desciendo de mi c a r r u a j e y mi por tero m e entre-g a l a credencial . Pero he visto que ent re los nuevamen te agrac iados , solo h a y dos personas de la aristo-cracia rancia , q u e son el Marqués de. . . y . . . . yo .

—¡Ah! con q u e V. es t amb ién de la . . . .

—Si, desciendo de D.»Alonso el . . . —Pues no me acaba V. de decir

que descendía de su car rua je?

En casa deRizzi . Sirven un p la to «lo zorzales. Un ing lé s t r a s l ada al s u y o el

contenido ín t eg ro do la f uen t e y se p repara á comer .

—Señor, dice l leno de inquie tud el que está á su de recha . ;'i mí tam-bién me gus tan los zorznlez.

—Oh!, no t an to como á mi!

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LA PfEDRA FILOSOFAL.

CIENTO FANTÁSTICO.

Convidáronme en cierta ocasion á visitar el laboratorio de un famoso alquimista; al en t r a r en él descubrí á 1111 hombrecil lo pálido mirando atentamente 1111 ho rno sobre el cual había una cacerola de cobre dorado. La reverberación del fuego i lumi-naba su rostro descarnado, tenía los caliellos herizados, la barba l a r -ga y sucia, una máscara de cieno le cubr ía el rostro y sus vestidos estallan asquerosos y desordenados. En cuanto me vió se puso el dedo en la boca para hacerme guardar silencio, y obedecí su indicación.

Estuvo soplando por espacio de algunos minutos , y de repente mi -rando al cielo, rae enseñó una n u -be negra,, puso atención, y d i jo : truena: buenoI La alegría brillaba en su triste semblante. Se acerca la tempestad, añadió, sal/jamos.

Empezó á re lampaguear , y me tomó por la mano diciendo: Ah qué dicha! suenan truenos y quizás,... Vamos al aire libre. Me pareció que quería salir al encuent ro de la t em-pestad, se subió á un montecii lo, tendió los brazos á un hombre que se descubría á lo lejos, este q u e lo vió, le hizo señas y corr ió hacia nosotros. De repente sale un rayo

de la nube abrasada, cae sobre el lombre quo corría y lo consumo

como un fósforo. El alquimista dió un grito de alegría. Corrió á el s i -tio en que el fuego del cielo había descompuesto aquel cuerpo h u m a -no, se bajó , recogió una piedrecilla t r iangular y esclamó levantándose: Ya no necesitamos de nada: red aquí la piedra filosofal....

—¿Y cómo se encuentra ahí y nó en otra parte?—Oh! respondió, hace cuarenta años que acecho el rayo y el trueno, esta gran obra, que hace tantos siglos se busca en cano, no puede formarse sino por la descomposición súbita ¿ instan-tánea de un hombre, y el rayo solo es capaz de fundir tan preciosa materia.—Me puso en la mano la piedra filosofal y mientras con sus gesticulaciones daba á entender las diversas sensaciones que abitaban su alma, ot ro rayo mas terrible que el anter ior lo descompuso á su vez. .No tuve tentaciones de mira r , por si encontraba una segunda piedra mas perfecta que la primera, pues -to que provenía de un filósofo, sino que hu í precipitadamente llevando conmigo la piedra que por tan ma-ravillosa casualidad haJya h e r c l a -

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y u r , n i . m ' i t i a i i< u .

do. Con ella fui á establecerme á una gran ciudad donde alquiló un cuar to espacioso: al dia siguiente compre cuantos cachivaches l lena-ban la t ienda do un calderero, y aquella misma noche, despucs de cerrar bien las puer tas , convertí todas las cacerolas en o ro puro , las fui haciendo pedazos, y con aque-llos preciosos f ragmentos reuní en poco tiempo sumas prodigiosas.

Entonces lodo el mundo me hizo la córte, múdeme á vivir en un pa-lacio, tuve cocinero, mayordomo, ca r rua je s magníficos, las m u g e -res decían que era encantador , y ¡i posar de mi corto talento, pa -saba por el mas sábio de la ciudad.

Como estaba soltero, las m u g e -res se desvivían por conquis tarme, llovían sobre mí los elogios, y no tenían lin las atenciones que me prodigaban. Entro las señoritas a m -biciosas y coquetas que se d i spu ta -ban mi mano, desplegando una a r -tillería completa de suspiros y gra-cias estudiadas, escogí una j o v e n -cita de aire ingenuo, que 110 me había dirigido miradas ni suspiros. Mis bodas fueron bril lantes y me felicité de haber sabido escojer , en medio de aquella multi tud* de j ó -venes, la mas modesta y mas t í -mida.

l ' u cé lebregersa logis ta , casi tan fuer te en antigüedades como mi

compadre Tarícsiaco, y tan csacto y verídico como mi amigo el c r o -nista-homeópata, averiguó Que un ascendiente mió habia sido m u e r -to en la batalla de Clavijo, y me regaló un árbol genealógico p r o -bando mi descendencia de I). S a n -cho el Gordo por las hembras , y un escudo de a rmas con cinco s a -lamanquesas de sable en campo de oro; en cuanto á mi m u g e r probó que era descendiente de Fruela I cuar to rey de As ürias . Le di c i n -cuenta mil reales por su t r aba jo , y colgué el cuadro en el sitio mas vi-sible de mi salón.

A uno que d i jo comiendo en mi mesa, que todos los hombres son iguales y q u e la nobleza debe fun-darse en las vir tudes personales , le respondí que era preciso haber n a -cido noble para ser algo en esto mundo, y a u n q u e cayó, po rque coniia m u c h o , despucs de una res -puesta tan convincente , le advert í á mi por tero , que 110 le volviese á permit i r la entrada en casa. Al mis-mo t iempo le cobró par t i cu la r ca-riño á o t ro convidado que sostuvo, que si el Gran Serior se hacia por casualidad cr is t iano, 110 podría c r u -zarse de la orden de Cala Ira va, por no serle posible hacer p ruebas do nobleza por parto de madre .

Hallábame una noche acostad» con mi cara mitad en un magnifico

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ALMANAQUE HUMORISTICO.

lecho, considerando embelesado la era de t e rnura , vi con asombro, suntuosidad de la habitación, cuan-do vi en t ra r una porcion de vam-piros, q u e empezaron á llevarse los muebles que la adornaban . Por mas señas q u e les hacia para que 110 cont inuasen, se lo iban llevan-do todo, haciéndome profundas r e -verencias, y mis criados l lamándo-me excelencia, robaban cuanto po-dian del movil iario. Muchos vesti-dos de negro , á quienes no cono-cía, venían á reclamar su parlo y se apoderaban de lo que me per te -necía, enseñándome papeles, que tenían la virtud de qu i ta rme de la vista todos mis muebles , y uno en figura de hombre con una vara en la mano, gr i tando Justicial se lle-vó el cofrecillo en q u e estaba uii piedra preciosa.

Volviéndome en aquel apuro liá-cia mi adorada esposa, la dije: Los vampiros me han despojado de cuan-to tenia\ pero me quedas tú, que eres mi vida, mi felicidad... Echó-se á l lorar, y cuando yo creia q u e

que mi mitad tan dulce, tan inge-nua, se levantó de ent re mis b r a -zos, corrió toda la habitación con el gesto de una Bacante, y viendo que estaba sin muebles, se apode-ró de una bolsa que los vampiros habían dejado por olvido en un bolsillo de mi pantalón, vino hácia mí, me dió una vigorosa bofetada y desapareció. *

Aturdido con esta escena iba á levantarme para seguirla, impul-sado por mi amor hácia ella, c u a n -do un vampirillo mas delgado que los otro.?, so a r ro jó sobre mí , que habia engordado algo con el buen trato, y me chupó vivo, loase él hinchando á medida que yo me adelgazaba, hasta que me quedé tan ligero qu • el v iento me sacó de mi magnífica cama, y me hizo sa-lir por la ventana. Anduve algún tiempo dando vueltas por el aire, hasta que tropecé con la punta de una roca, que afor tunadamente me desper tó .

C. Jtamirez de Arellano.

— P a p í ¿cuando vo sea grande podré casarme con mi abuela?

—('.rail tunante / h a s de casarte con mi madre?

—Toma , no so ha casado V. con la mia?

Me parece que hoy tose V. m e -jor que ayer, decia un médico á su enfermo:

No es cstraño, respondió este, porque h e estado soñando toda la noche.

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ALMANAQUE HUMOR ISTKXX.

-Dottor. el niño esta. malo . - D e q u e s e q u e j a , s e ñ o r a ? — D e s d e q u e l \ a v i s í o la. r i a no puede cerrar i ¿ toca . —! Efec lo de l e n t u s i a s m o tjueleha cansado, señora , el c o n t e m p l a r e s a a a lha ja . /» que lanío se a d m i r a e n Cordoia!

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T ALMANAQUE HUMORÍSTICO.

1AY! Vierte el alba en los montes sus sonrisas

l)e t enue claridad; Alegre en t re espadañas el a r royo .

Corriendo va jay!

Ya sale el sol; los pá ja ros gorjean Su canto matinal,

V las llores á impulsos de la brisa. Se besan y a . . .

jay! Ya vuelven las abejas de los huertos

Cubiertos de azahar, Al alcázar de miel en donde habitan

Que es su panal, ¡ay!

Repican las campanas de la aldea Con rápido compás;

Los amantes t ransfórmanse en esposos Ante el Altar,

¡ay! Juegan los niños sobre el musgo blando

Cerca del manantial; l.os dichosos , las sombras de los bosques

Buscando v a n . . . . jay!

Y en medio de es'.e amor y esta alegría Y cs'.a felicidad;

¿Qué solo está mi corazon, el pobre, Qué solo e s t á ! . . . .

jay! Julio Alar con y Mtlóidez.

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ALMANAQUE HUMORISTICO.

VERDADES GORDAS. Murió el buen J u a n del cólera á pr incipios

Y su muer te achacaron á sus vicios, Diciendo que tomó una bor rachera Cuando nunca probó el vino s iquiera .

Mientras no está este mal ya declarado Todo el tjue muere de él, va deshonrado.

Por rendir culto á Venus mur ió en Francia t ' n médico famoso, y á ignorancia Su mal a t r ibuyeron , pues no vió El abismo en que torpe se met ió .

En cierta ocasion dada El hombre de mas vista no ré nada.

Yo no sé en que consiste El no ver una viuda jóven t r i s te .

Será (¡ite la tristura Quita la féria porque desfigura?

Francisco González de la Mota.

MÁXIMAS. De una célebre obra filosófica,

del erudi lo escri tor ruso kukov i f . tomamos las siguientes máximas cogidas al acaso ent re las mil n o -tables que enc ie r r a :

Debe y no pagues, que somos mortales .

Tuyo ó ageno, 110 le acuestes sin dinero.

Haz lo que debas, a u n q u e debas lo q u e liagas.

Donde quiera que fueres , haz lo que te dé la gana .

#

Aunque j u e g u e s con tu abuolo, las darás un b a r a j u e l o ,

E! h o m b r e es tantas veces tonto cuantas voces se lia de una m u j e r .

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S I J H & l t a g f S P I u a u n i.«u< .

LETRILLA. Ayl del que riñe

con la for tuna y nace pobre t rabaja y suda, porque el adagio dice y se funda , que al perro flaco todo son pulgas.

Si u n potentado millones chupa , es por supuesto q u e Diosle ayuda ; mas si Per ico vende aceitunas y gana un peso por toda suma, 110 es que lo gana, es q u e lo h u r t a : que al perro flaco todo son pulgas.

Si el marquesi to seduce á Rufa y engaña á Petra y á Juana bur la , es platonismo que á nadie asusta; mas si 1111 pobrete su Inés saluda, ya se suponen raptos y fugas: que al perro paco todo son pulgas.

Si una señora lleva su turba de enamorados á la tertulia, goza el t r ibuto d é l a hermosura ; mas si Ruper ta , muchacha oscura, pela la pava, suelta la pluma: que al perro flaco todo son pulgas.

Si el rey de Congo presto enviuda y quiere á otra , es cosa j u s a ; mas en su caso la tal difunta, mor i r debiera sin mas excusa y en una hoguera con la fé p ira: que al perro flaco todo son pulgas.

Si el padre-grave con su facundia suelta nn rebuzno, es que se burla , y si el muchacho dice una pulla que lleva en gracia la sal oculta, v no la entienden »

es que rebuzna:

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que al perro favo todo son pulgas.

Si yo cantara por mi ventura épicos rasgos ¡\ Motez ¡ma, fuera 1111 poeta de noble a lcurnia; mas layl diciendo cuatro aleluyas soy un coplero de fama oscura: (pero me rasci y echo las pulgas.)

Vise io.

AL BAÑO DE LA PADILLA

Bañábase la Padilla y del baño al rededor , estaba el rev de Castilla • con los grandes de Sevilla q u e gozaban su favor.

Uno «1 uno cada cual agua del baño tomó en su copa de cristal y tan solo uno falló á galantería ta l .

Díjolc el rey i r r i tado —¿tienes vacia la copa? . . . ¿No es el caldo do tu agrado? V contestó Maldonado; — Y o me reservo la sopa.

El Vizconde de San Javier.

EPITAFIOS

Propiedad nuestra las losas, nunca cedimos la acera .

Aquí yacen buenas mozas, ó alguna recua ha r ine ra .

El ju ic io , esperan, final, para cu ra r sus anginas.

La calle de Gondomar, la del Cuerno y Capuchinas.

Las mató , con t ra r iedad , abandono y desacato.

Estas son de la ciudad La policía y o rna to .

II. de V

EPIGRAMA.

IEsposa de un alguacil con t r a j o de t e r c iope lo 11 nada le cuesta ese l u j o . . . . — ¡ Q u é dicesl Pues ¿cómo es oso? — E s que t iene por mar ido un h o m b r e suf r ido y bueno q u e ayer se 11 inaba Antonio; mas hoy se llama . . Cornelio.

M. J. 11.

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Es lan grande el entusiasmo que e/ ver la. /va nos cansa, que d lodos /os cordobeses allí se nos cae Ja ¿a¿a.

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T A L M A N A Q U E HUMORÍSTICO.

CAMPANADAS.

lié aquí las que corresponden á las parroquias de esla c iudad, en casos de incendio:

Catedral 1 San Tedro 2 San Andrés 3 San Lorenzo 4 Santa Marina 5 San Nicolás de la Villa.. G San Miguel 7 Compañía 8 San Juan 9 Ajerqufa 10 Santiago 11 Magdalena 12 Espír i tu-Santo 1 3 San Basilio 14 Merced 1 5

Para los incendios en despobla-do se darán como señal t res golpes con la campana mayor en las pa r -roquias de la Catedral, San Nico-lás de la Villa, Salvador, Santa Ma-rina y San Andrés, cuyas t res cam-panadas a l te rnarán por espacio de una hora con el volteo de una es-qui la . «

F R A N Q U E O

DE LA CORRESPONDENCIA.

CARTAS para el interior de las poblaciones.—Donde e.->tá es table-cido, hay que poner un sello de Jos cuar tos por cada media onza ó fracción de ella: y por estas no se pagará el cuar to llamado del cartero.

Vara todos los pueblos de la Pe-nínsula é Islas adyacentes. El f ranqueo es obligatorio. Un sello de cuat ro cuar tos por cada media onza ó fracción de ella.

Certificados. — Además de los se-llos de f r anqueo o t ro de dos reales.

Para Cuba fj Puerto-Rico.—Un sello de un real por cada media on-za ó fracción de ella.

Certificados.—Además del f r a n -queoi un sello de cua t ro reales.

Para las Islas Filipinas.—Un sello de dos reales por cada media onza ó fracción de ollas.

Certificados.—Además del f r a n -queo , cuat ro sellos do dos reales cada uno .

Par ¡os vapores ingleses.—Un sello de dos reales por cada cuatro adarmes ó fracción de ellos.

Certificados.—Además del f r an -queo , un sello de ocho reales .

Para ambas Amé ricas.—Un se-llo de cua t ro reales por cada c u a -

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tro adarmes ó fracción de ellos, 'voluntario. T r é T ^ e l l o ^ r í ^ T u a f S " Para Inglaterra.—Es voluntar io cuar tos p o r c a d a cuat ro adarmes

el f r a n q u e o . — l ' n sello de dos r e a - ó fracción de ellos, les p<»r cada cua t ro adarmes ó frac- Las car tas no f rauqueadas , pa-ción de ellos. gan por el mismo peso de cada cua-

Certificados.—Además del f r an - tro adarmes dos reales, queo. un sello de cuat ro reales. Certificados.—Además del f r a n -

Para Francia.—El f ranqueo es queo, un sello de t res reales.

TARIFA DE REDUCCION DEL VALOR DE LOS SELLOS DE i CUARTOS A REALES Y CENTIMOS-

Sellos. Ra. Cs. i Sellos. Rs. Cs.

1 » 48 29 13 65 2 » 95 30 l i 12 3 1 42 31 14 59 4 1 89 32 15 6 5 2 30 33 15 53 6 . 2 83 34 16 »

7 3 30 35 16 48 8 3 77 36 16 95 9 4 2 i 37 17 42

10 4 71 38 17 89 11 5 18 39 18 36 12 5 65 40 18 83 13 6 12 41 19 30 14 6 59 42 19 77 15 7 « 43 20 24 16 7 53 44 20 71 17 8 » 45 21 18 18 8 48 40 21

• 19 8 95 47 22 12 20 9 42 48 22 59 21 9 89 49 23 6 22 10 30 50 23 53 23 10 &3 51 2Í »

24 11 30 52 21 48 25 11 77 53 24 95 96 12 l i 54 25 42 27 1» 71 55 25 89 28 13 18 56 26 36

jilos. Ra. Cs. Sellos. Rs. Cs.

57 26 83 85 40 » 58 27 30 Mi 40 48 59 27 77 87 40 95 60 28 24 88 41 42 61 28 71 89 41 89 62 29 18 90 42 36 63 29 65 91 42 *3 6f 30 12 • 92 43 30 65 30 59 93 43 77 66 31 6 94 44 24 67 31 53 95 44 71 68 32 » 96 45 18 69 32 48 97 45 65 70 32 95 98 46 12 71 33 42 99 46 59 72 33 89 100 47 6 73 3 i 36 200 94 12 74 34 as 300 141 18 75 35 30 400 188 24 76 35 77 500 235 30 77 36 24 600 282 36 78 36 71 700 329 42 79 37 1* 800 376 48 80 37 65 900 423 54 81 38 12 1000 470 60 82 38 59 2000 941 20 83 39 6 3000 1411 80 ai 39 53 4000 1882 40

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OT3\0lJE HUMORISTICO:

P/ano para el embellecimiento déla p/azue/j de Gerommo Paez.

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Nuevo s j j t e m * de cazar conejos

a domicilio.

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L M A H A V U Z J Í U M Ü J \ U I J l ü

Ese que veis por Jos áires es, Jecfor, /?/ 771 as 777 menos, 1177¿travo joven pzie //ene 77717c/i a afición a/ toreo.

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A L M A N A Q U E

TARIFA DEL P A P E L SELLADO P Al ' r .L P A R A D O C U M E N T O S P Ú B L I C O S .

Precio Cuantía del acto. del sello.

II¡isla 1,000 rs . 2

Desde 1,001 á 2 ,000. . . 4 2 ,001 ;i 4 ,000 . . . 8 •1,001 á 8 .000 . . . . . 16 8 ,001 á 10,000. . . . 32

16,001 á 30,000. . . . 60 30,001 á 50 ,000 . . . . 100 50,001 á 75,000. . . . 150 75 ,001 en ade lan te . . . 200

P A R A A C T U A C I O N E S J U D I C I A L E S -

Sello que corres-

Cuantía del juicio. ponde. Hasla 600 ra 1 . 2 De 601 hasta 10.000. . . 1 Do 10.001 hasta 50,000. . 6 De 50.001 hasta 100.000. 8 Do 100.001 en adela n i r . . . 10 P A R A R E I N T E G R O S A L E S T A D O Y M U L T A S .

l ' l icKodc 2 r*. Pliego de 100 rs . _ 4 — — 500 — _ § - — 1,000 -— 20 — — 5,000 — — 50 —

P A R A D E R E C H O S D E M A T R Í C U L A EN L A S

U N I V E R S I D A D E S , I N S T I T U T O S , ETC.

Pliego de 20 rs . I Pliego de 60 rs. — 3 0 - | - 80 -_ 40 — i — 100 — _ 50 — 1 — 140 —

P A R A P Ó L I Z A S DE O P E R A C I O N E S DE B O L S A . Precio

Cantidad de la operacion. del sello. Hasta 500.000 rs . no-

minales 10 De mas de 500.000 ¡d. id.

á 1,000.000 15 De mas de 1.000.000 id. id.

en adelante 20

P A R A T I T U L O S , D I P L O M A S

Y D E M Á S A C T O S EN QUE INTER VIENEN L A S

A U T O R I D A D E S C I V I L , MILITAR Y

E C L E S I Á S T I C A .

Sueldo anual del empleo. Importe del sello.

De menos de 3,000 rs . . . 4 De 3,001 á 5 .000. . . . 8 . De 5,001 á S.000. . . . . • 16 De 8,001 á 14,000. . . . . 32 De 14,001 á 24,000. . . . . 60 De 24,001 á 40,000. . . . De 40.001 á 50,000. . . . 150 De 50,001 en adelante . . . . 200

P A R A DOCUMENTOS DE C O M E R C I O .

Precio Cantidad de giro. del sello.

Hasta 2 ,000 rs De 2,001 á 5 ,000. . . 2 ,50 De 5 .001 á 10.000.. . e

De 10.001 ú 20.000. . . ! i o De 20.001 a 30 ,000 . . . . 15 De 30.001 á 40.000. . . . 20 De 40,001 á 50,000. . . . 25 De 50.001 a 60 .000. . . . 30 De 00.0¡)1 ñ 70,000. . . . 35 De 70,001 á 80.000. . . . 40 He 80,001 á 90,000. . . . 45 De 90,001 á 100,000.. . . 50 De 100.001 á 120.000.. . . 60 De 120,001 á 140,000.. . . 70 De 140,001 á 160.000.. . . 80 De 160.001 á 180.000.. . . 90 De 180.001 á 200,000. . . . 100 De 200,001 á 250.000. . . . 125 De 250,001 a 300,000. . . : 150 De 300,001 á 350,000. . . . 175 De 350,001 en adelante. . . 200

P A R A LIBROS DE C O M E R C I O .

Sello de 60 céntimos. P A R A DOCUMENTOS P R I V A D O S -

En cuentas y recibos de 300 ó mas reales se tiRu el >ello de 50 céntimos.

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Ü! Yo te sa ludo , r e g e n e r a d o r de la Europa!! )

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kÍmoristico.

> , . — J

Ynconvenien tes de pelar Ja pava s in el con sea ti m i e n t o de papa.

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(¡ i ALMANAQUE HUMORISTICO,

Ferro-carriles andaluces.

De MálagaJt Córdoba.

Ilabri dos trenes diarios. F.l primero saldrá de .Málaga á las 'J de la mañana y llega á Córdoba á las 7,31 minutos de la noche.—El segundo sale á las 8,25 de la noche y llega á Córdoba á las 4,7 de la mañana: este segundo tren conduce el corroo.

De Córdoba á Málaga habrá otros dos trenes diarios: el primero saldrá de Cór-doba á las t) do la mañana, llegando á Málaga á las 4,22 de la tarde.—El segun-<o sale de Córdoba á las 3,25 d é l a tarde \ llega á Málaga á las 11,4 de la noche: conduce el correo.

Precios di Málaga á Córdoba y vice-versa.—Primera clase, 93 rs. 50 cénti-mos.—Segunda clase, 70,25.—Tercera clase, 12,50.

Sección de Bobadilla á Antequera. Hay tres trenes: saldrán de Bobadilla

á la i y 10 minutos de la tarde, á las 7 ) 2-4 minutos de la noche, y á las 11 V ó minutos de la misi ia . Llegarán á Antequera respectivamente á la 1 y 43 minutos do la tarde, y á las 11 y 43 minutos de la misma.

De Antequera saldrán á las 7 y 5 ra i -

ia noche, llegando respectivamente á Bo-badilla á las 7 y 38 minutos de la maña-na; á las 12 y 43 minutos do la tarde, y ú !as 8 y 24 minutos de la noche.

Precios:—Primera clase 8 rs.—Segun-da, G.—Tercera 3 rs. 75 cénts.

De Córdoba á Sevilla. Habrá dos trenes diarios. Saldrá el pri-

mero de Córdoba á l a s 7 y 15 minutos de la mañana,llegando á Sevilla á las 11 y 48 minutos de la misma: De Sevilla sale á las 8 de la mañana y llega á Córdoba á las 12 y 41 minutos de la tarde.

El segundo tren sale de Córdoba á las 3 y 35 minutos de la larde, y llega á Sevi-lla á las 7 y 44 minutos de la noche. Es-te tren conduce el correo general y se puede ir directomenie á Cádiz. De Sevilla sale á las doce de la noche y llego á Cór-doba á las 4 y 20 minutos de la mañana. Este tr« n conduce el correo y se pu>'de venir directamente de Cádiz.

Precios de Córdoba á Sevilla y vicever-sa. Primera clase, 57 rs. 75 cénls. Segun-da clase, 43 rs. 25 cénts. Tercera clase. 26 rs.

De Utrera á Moron. Hay dos Irenes diarios: sale el primero

de Utrera á las 10 de la mañana, el se-gundo á las 7 h. 30 m. de la noche.— Moron salen á las 11,45 de la mañana y á las 9,10 de la noche.

Precios.—Primera clase,20rs.—Según da, 14,50.—Tercera, 9,50.

De Sevilla á Cádiz. Hay dos trenes diarios: sale el primero

á las 7 y 35 minutos de la mañana: el se-gundo á" las 8 de la noche, llegando á Cá-diz respectivamente á las 12,50 de la tar-de y á las 12,45 de la noche. • L o s otros dos de Cádiz á Sevilla salen: el primero á las 7,15 minutos de la maña-na: el segundo, á las 6,15 de la noche, llegando á Sevilla respectivamente, á las 12.30 de la tarde y á las 11,30 de la noche.

(Precios de Sevilla á Cádiz y vice-versa. 5 cénts.—Se-nutos de la mañana; á las 12 y 10 minu Primera clase, 72 rs. y 71

tos de la tarde, y á las 7 y í 7 minutos «le gunda. 53.—Tercera, 31,75.

De Córdoba á Andújar. Habrá además del auesalo para Madrid,

un tren que corre solamente entre estas dos poblaciones. Sale de Andújar á las 7 y 10 minutos de la mañana y llega á Cór-doba á las 10 y 53 minutos de la misma. Sale de Córdoba á las 4 y 30 minutos de la tarde, y lie; minutos de la

Precios: Primera clase, 34 rs. r»0 c.'-nt. —.Segunda clase, 26 rs. 75 cénts.—Tercera clase, 16 rs. 50 cénts.

llega á Andújar á las 8 noche.

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De Córdoba á Madrid. Habrá un solo tren, que saldrá de Cór-

doba á las 5 de la mañana, y llegaráá Ma-drid á las 11 y 5 minutos "de la noche. Saldrá de Madrid á l a s 9 y 15 minutos de l.i D" he, y llegará á Córdoba á las 3 y 5 minutos déla tarde.

Precios: en primera clase 194 rs. 50 cénts.: segunda clase 150 rs. 75 cénis.: tercera clase 92 rs. 50 cénts.

Los relojes de la línea se arreglarán por el Meridiano de Madrid.—Los despachos de billetes se cierran cinco minutos antes de la salida de cada tren.

Hay establecidas fondas en las estacio-nes de Alora, Bobadilla, Córdoba, Andú-jar. Alcázar y .Madrid. F.l despacho cen-tral de Madrid está en la calle de Alcalá, número 30.

A L M A N A Q U E H U M O R I S T I C O .

CORREOS. 6 5

Reducción de reales á escudos.

He aquí una demostración por la que se c o m p r e n d e r á que con solo d e s -membra r de la cant idad d e rea les la unidad, q u e d a conver t ida en escudos, y dicha unidad a g r e g a d a á los cént i -mos se convierten en reales con solo aumen ta r un cero .

C A S T I D A D E S EN L A S M I S M A S EN

Reales. Cénts . Escudos . Milés.

1 .694,578 90 ~ " 1 6 9 . 1 5 7 890 538 ,130 12 53 ,813 12

46 ,963 50 4 ,096 350 7 ,000 • 700 »

903 4 90 304 89 77 8 977 12 31 1 231

9 6 » 906 2 0 5 9 9 20 599

1 » » 100

2 .277 ,893 69 " 2 2 7 , 7 8 9 369

Entradas. De Madrid y su ca r r e r a á las 3 y 5

minutos de la l a rde . De Cádiz y su c a r r e r a y de Sevilla

y la s u y a á las 4 y 20 minutos d e la majuana.

De Sevilla, segunda espedicion, á las 12 y 41 minutos de la t a rde .

De Málaga y su c a r r e r a á las 4 y 7 minutos de la m a ñ a n a .

De los pueblos de la s ie r ra á las 3 de la m a ñ a n a .

, Salidas. Para Madr id y su ca r r e r a á las 5

d e la m a ñ a n a . Para Cádiz y su ca r r e r a , Sevilla y

la s u y a a las 3 y 3 5 minutos de la ta rde .

P a r a Sevilla, segunda espedieion, á las 7 y 15 minutos de la mañana .

Para Málaga y su c a r r e r a á las 3 y 25 minutos de la ta rde .

Para los pueblos de la s ierra a las4 y 30 minutos d é l a t a rde . lloras de despacho en la administración

principal. Servicio de reja.

De siete á nueve J e la m a ñ a n a . De una á cinco de la ta rde .

Servicio de certificados. De tres á siete d e la m a ñ a n a . De doce á cinco de la t a rde .

Se recojo la correspondencia depos i -t ada en los buzones de la poblacion. A la una y media de la ta rde . A las diez de la noche. En el de la principal se puede d e -

posi tar para su inmediato curso has ta diez minuto^ an te s d e las horas que se fijan para las salidas.

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A l ^ A Á f ^ k KUMOJ^ISTICO.

Carreras de c a t a l l ú s en la fe r i a de l a S a l a d .

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Un ba i le en el gran mundo .

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