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AMENAZAS A LA MEDICINA TRADICIONAL DERIVADAS DE LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO DR-CAFTA Y ADA UE-CA ASOCIACION PARA LA PROMOCION Y EL DESARROLLO DE LA COMUNIDAD “CEIBA” Km. 56.5 carretera Interamericana Casa No. 1-265. Buena Vista, Chimaltenango. [email protected] Teléfonos: (00 502) 78396033 - 78391033 Guatemala, Septiembre de 2,011

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AMENAZAS A LA MEDICINA TRADICIONAL DERIVADAS

DE LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO

DR-CAFTA Y ADA UE-CA

ASOCIACION PARA LA PROMOCION Y EL DESARROLLO DE LA COMUNIDAD “CEIBA”

Km. 56.5 carretera Interamericana

Casa No. 1-265. Buena Vista, Chimaltenango.

[email protected]

Teléfonos: (00 502) 78396033 - 78391033

Guatemala, Septiembre de 2,011

AMENAZAS A LA MEDICINA TRADICIONAL DERIVADAS

DE LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO

DR-CAFTA Y ADA UE-CA

Estudio elaborado por:

Asociación para la Promoción y el Desarrollo de la Comunidad - CEIBA-

Con el apoyo de:

CORDAID

Coordinación del Estudio:

José Cedillo

Natalia Atz Sunuc

Componente de Salud

Autor:

Cristina Chávez Alvarado

Multiservicios Agroindustriales

Revisión de contenidos:

Equipo de Dirección de Asociación CEIBA

Elías Raymundo Raymundo, Multiservicios Agroindustriales

Diseño de portada:

Melissa Reyes

El contenido del mismo es responsabilidad exclusiva de su autor

Documento libre de propiedad intelectual. Se permite su reproducción parcial o total, con fines

no lucrativos, siempre que se cite la fuente.

ASOCIACION PARA LA PROMOCION Y EL

DESARROLLO DE LA COMUNIDAD “CEIBA”

Km. 56.5 carretera Interamericana

Casa No. 1-265. Buena Vista, Chimaltenango.

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Teléfonos: (00 502) 78396033 - 78391033

Programa de Salud de Agencia

Cristiana Católica de Holanda

CONTENIDO

RESUMEN EJECUTIVO………………………………………………………………………………………………. v

PRESENTACION……………………………………………………………………………………………………….. 1

I. MEDICINA TRADICIONAL………………………………………………………………………………………. 2

II. MEDICINA TRADICIONAL MAYA…………………………………………………………………………… 3

III. PRESERVACION MEDICINA TRADICIONAL MAYA VERSUS MODELO ECONOMICO… 3

IV. IMPACTO DE LOS TLC EN LA MEDICINA INDIGENA……………………………………………… 8

V. DE LA SUPERVIVENCIA A LA VIDA, NO A LAS PATENTES………………………………………. 9

VI. CONCEPTOS IMPUESTOS…………………………………………………………………………………….. 19

VII. EL USO DE LA MEDICINA TRADICIONAL, DERECHO INALIENABLE……………………… 37

VIII. CORPORACIONES FARMACEUTICAS MAS PROCLIVES A PATENTAR…………………… 49

IX. TLC Y DERECHOS INDIGENAS………………………………………………………………………………. 56

X. CITAS BIBLIOGRAFICAS………………………………………………………………………………………… 60

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LISTA DE ACRÓNIMOS Y ABREVIATURAS

ADN Ácido Desoxirribonucleico. ADA UE-CA Acuerdo de Asociación con la Unión Europea y Centro América. ADPIC Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad

Intelectual relacionados con el Comercio. AUTOADSCRIPCIÓN Cómo la gente se siente o quiere transmitirlo. BIOPROSPECCIÓN Búsqueda sistemática, clasificación e investigación para fines

comerciales u holísticos de nuevas fuentes de compuestos químicos.

CDB Convenio sobre Diversidad Biológica. COMMODITIES Productos cuyo valor viene dado por el derecho del propietario. DR-CAFTA Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos Centroamérica

y Republica Dominicana. DEMOGRAFÍA Ciencia que tiene como objeto el estudio de las poblaciones

humanas. DESINDIGENIZACIÓN Perdida de la identidad étnica de los grupos. ECOSUR El Centro de Investigaciones Ecológicas del Sureste ECOSUR

(hoy llamado El Colegio de la Frontera Sur) es una institución mexicana, de investigación científica y carácter federal, creada en 1974. Su sede está en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Entre sus campos de estudio están la biomedicina y la biología tropical. En el presente estudio se hace referencia a ECOSUR únicamente en cuanto a su relación ampliamente cuestionada e interrumpida con el ICBG-Maya.

GATT Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio. ICBG-Maya Programa Internacional de Grupos Cooperativos para la Biodi-

versidad, por sus siglas en inglés (International Cooperative Biodiversity Groups), fundado en 1992 por cinco altas dependencias del gobierno norteamericano con la finalidad expresa de descubrir fármacos. El ICBG-Maya es uno de sus proyectos de área específicos, fue interrumpido por rechazo comunitario en Chiapas, México.

IPC Comité de Propiedad Intelectual. INTERCULTURALIDAD Se refiere a la interacción entre culturas de una forma

respetuosa. MONOCULTURAL Identidad cultural, lo que nos da pertenencia. ONU Organización de las Naciones Unidas. OMC Organización Mundial del Comercio. OMPI Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. OIT Organización Internacional del Trabajo. PIB Producto Interno Bruto. SICA Sistema de Integración Centroamericana. TLC Tratados de Libre Comercio. TRIPS Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el

Comercio. UNESCO Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la

Ciencia y la Cultura. VISIBILIZACIÓN Hacer visible lo que no se ve a simple vista.

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RESUMEN EJECUTIVO En este documento nos proponemos abordar la cuestión de las patentes comerciales por parte de grandes corporaciones farmacéuticas sobre recursos del conocimiento tradicional de los pueblos, considerando que es indispensable comprender qué son para luego entender por qué los Tratados de Libre Comercio representan una amenaza para la Medicina Tradicional Maya. Por ello necesitamos abordar qué es una patente comercial hoy, en estos ámbitos, y, como el nombre del estudio lo expresa, qué tienen que ver con ello ese tipo de acuerdos comerciales que son los llamados Tratados de Libre Comercio. En cuanto a las patentes, muy poco tiene que ver en la actualidad esa idea que podríamos asumir, de que se trata de un inventor que quiere registrar el fruto de su esfuerzo a fin de poder vivir de su rara manía de investigar y seguir inventando cosas, cobrando algo por el acceso o uso, por parte de otros, de su invención personal. Estamos en un mundo en que la riqueza y la pobreza se han distanciado tanto entre sí (una enorme desigualdad), que muy numerosos segmentos de población en los países pobres del Sur apenas sobreviven entre limitaciones y carencias, mientras muy reducidos grupos de ricos en los países desarrollados, o del Norte, concentran fortunas inimaginables. Estos últimos, que son dueños de gigantescas corporaciones empresariales, tienen todo el acceso que desean a los gobiernos más poderosos del mundo, disponiendo de sus leyes y acciones de diversa índole, que deben tender a proteger y ampliar sus intereses privados. Y buscan por sobre todo el seguir acumulando siempre más, sin que quede más que en el espacio de la crítica social aquel gran drama humano y ambiental que ello va dejando en el planeta y en nuestras vidas. Cuando hablamos, entonces, de que las patentes hoy tienen casi exclusivamente que ver con el interés de estas corporaciones,1 debemos tener presente que en aras de la acumulación de riqueza, sus dueños y agentes requieren certezas jurídicas no sólo en cuanto a sus propiedades sino también a lo que se van apropiando. Leyes y procedimientos internacionales que se van aceptando a la larga, son creaciones que responden en gran medida a ello. Controlan, en gran medida, foros y lobbies internacionales (el cabildeo de pasillo en espacios de decisión e intervención internacional). Tienen más que derecho de picaporte a los despachos de los más altos funcionarios de gobierno en sus países sede, no digamos ya en nuestros pequeños países. Compran a través de instancias particulares, como universidades privadas (principalmente), centros de estudios y asociaciones varias, capacidades y voluntades. Manipular a la opinión pública no les es tan difícil ya que poseen un gran poder de persuasión sobre los medios de comunicación aún cuando no son de su propiedad, que es la publicidad que los sostiene. Actúan estratégicamente en función de la ruta que definen sus planificadores para ir avanzando en sus objetivos particulares. Así, las patentes son hoy, el reconocimiento jurídico, según órdenes definidos por ellos mismos, casi enteramente a favor de las corporaciones empresariales más grandes del mundo por las cuales se les reconoce como patrimonio exclusivo un conocimiento o recurso de interés social. Si no hubiera este interés social en el recurso a patentar no habría interés económico en ello; el interés social es frecuentemente una necesidad real de la gente, lo que implica entonces que se dispone de un bien que contará siempre con mercado que pague por ello. Quienes puedan pagarlo podrán acceder al bien en cuestión, de los demás la iniciativa privada se desentiende, esos están fuera de la preocupación y razón de ser de las

1El 90% de las patentes en el mundo están en manos de entes privados de Estados Unidos, Europa y Japón.

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empresas, a lo sumo generan „lástima y algún programa menor de beneficencia (que ahora se llama Responsabilidad Social Empresarial). Lo social en sí, en su extensión y problemática es cosa ya no de la iniciativa privada sino de la esfera pública, es decir de los gobiernos, que rotan según la democracia periódicamente tratando de ofrecer e implementar soluciones para paliar los efectos del modelo, por supuesto no enfrentarlo ya que, dicen, esa no sería la función de las administraciones. Los gobiernos „generan un clima propicio para la inversión‟ al tiempo que procuran „atender los problemas sociales‟. A este último respecto dicen atender lo que entendemos como efectos, no sus causas (causas como la explotación, el despojo, la discriminación y colonialismo interno, la ausencia histórica de servicios y oportunidades sociales reales por parte del Estado para todos).

Y como todos sabemos, la situación es gravemente problemática en términos de pobreza y extrema pobreza, desnutrición, migración laboral internacional, violencia social e individualismo, alienación (o esa forma de ignorancia que frecuentemente se caracteriza por repetir modelos dominantes, así sea a nivel de las expectativas que nos hacen soñar como y lo que el sistema desea, o promueve sin querer también entre sus marginales sin proponérselo). Que es nuestra realidad y nuestra gente, Nosotros.

La contradicción que siempre implica una patente entre ese derecho particular reconocido (a una gran corporación empresarial de países del Norte desarrollado) y la necesidad amplia pero carente de medios para acceder a ese bien del cual incluso puede depender su vida o la de sus seres queridos, o de nuestro país, es patente. Evidente, clara. Parecerá un juego de palabras, pero patente es la contradicción entre el que existan medicamentos para aliviar y garantizar vida a un enfermo o enferma de VIH y que esa persona haya de morirse porque la forma de producir ese medicamento está patentado, y es propiedad exclusiva, de una corporación que prefiere ganar dinero a salvar vidas. Curiosamente cuando tenemos problemas en la vida y queremos describirlos, recurrimos en su caso extremo al de una enfermedad o un mal que hace a la gente sufrir y que necesita y desea quitarse; hablamos de las soluciones como si fueran „medicinas‟, pero aquí es así de real el asunto. La gente sufre y muere sin que ello importe a los dueños de patentes. Entonces, aquí tenemos ya un problema racional, político y humano de primer orden que debemos cuestionar y consiste en la raíz del modelo capitalista en los ámbitos de la salud.

Pero el asunto no se queda allí sino que es peor aún, hasta los niveles de lo inconcebible para cualquier persona con sensibilidad social y entendimiento en el mundo. Esta locura a que ha llegado el mundo moderno de hoy nos presenta el que en su competencia por enriquecerse más y más, las corporaciones farmacéuticas no sólo sostengan sus patentes frente al drama humano, o que se empeñen en extenderlas más y más antes del tiempo que siempre se ha estipulado para que cesen y toda la sociedad libremente pueda acceder al bien en cuestión2 (además lo evaden con trucos burdos, basados en formalismos, legalismos o nuevas disposiciones legales a favor suyo).

En su voracidad, salen en pos de nuevos recursos biológicos a patentar aunque no los hayan inventado en sus corporaciones sino que se trate de especies vivas, producto de la naturaleza.

Dos países en el mundo se niegan a aceptar las disposiciones internacionales que son

2 Si bien las obras pasan a dominio público cuando los derechos patrimoniales expiran, el Congreso de Estados Unidos

incrementó en 1831 el plazo inicial del copyright de 14 a 28 años (o sea, con las „renovaciones‟ por un periodo igual al original, se llegó a un máximo de 42 años de protección) y en 1909 extendió el plazo de renovación de 14 a 28 años (obteniéndose un máximo de 56 años de protección). Y, a partir de los años 50, comenzó a extender los plazos existentes en forma habitual (1962, 1976 y 1998).

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contrarias al patentar organismos vivos, éstos son: los Estados Unidos de América y el Japón. Confían en que por su fuerza y la lógica económica, el resto de países desarrollados les seguirá y así modificarán, ya éstos con ventaja, esas normas internacionales que una vez ellos mismos generaron. De dicha manera va modificándose la legislación internacional, por la demostración de que es posible hacerlo y que de ello se derivan ganancias que es la racionalidad común de los países centrales del sistema económico global.

Y entonces, estamos hablando del descubrimiento de nuevas especies como patentables. Pero no sólo ello, también especies conocidas por la humanidad o por un grupo humano pequeño de algún rincón del planeta, pero que no estaba asentada en los registros de sus oficinas llamadas internacionales, según sus infinitamente complejos y caros procedimientos para hacerlo. Y se convierten en una verdadera aspiradora de un espíritu de propiedad que el capitalismo le atribuye a cuanto ve y puede buscar qué uso comercial darle. Variedades no conocidas de una especie biológica, plantas regularmente, o especies biológicas conocidas pero aún no patentadas. También sus componentes moleculares, los genes. No importa que dichos genes por ejemplo, provengan de la sangre de un indígena que tiene o se le presume resistencia a una enfermedad determinada, ese gen al ser detectado y conocido por ellos puede ser patentado y pasar a ser propiedad de una corporación farmacéutica3. Entre 1981 y 2006, más del 50 % de los medicamentos aprobados están basados en estructuras de productos naturales: 5.7 % productos naturales, 27.6 % derivados de un producto natural frecuentemente por semi-síntesis, 17.1% generados por síntesis total pero el farmacóforo4 fue un producto natural (Newman & Cragg, 2007)5. En 2001-2002 aproximadamente el 25 % de los medicamentos más vendidos en el mundo fueron productos naturales o sus derivados (Butler, 2004)6. Revisemos algunos ejemplos y casos de patentes corporativas:

La biopiratería farmacéutica empezó a conocerse hacia la década de los 50s del siglo pasado, con el caso de la Rosa Vinca, proveniente de Madagascar, que la multinacional Eli Lilly empezó a comercializar contra el cáncer infantil. El recurso ahí existía y podía ser accesible para los pueblos y niños que lo requiriesen, pero una empresa se lo apropió arrebatándoselo a aquéllos que no podían pagar su oferta de salud (patentó la Rosa Vinca).

Otro caso destacado es el del Nim, un árbol de la India con propiedades plaguicidas naturales, que ya tiene sobre sí más de 35 patentes en Estados Unidos y Europa. Comunidades locales de India que habían usado tradicionalmente sus propiedades, se han visto privados de él por los precios de mercado que ahora tiene.

3 “A finales de los ochentas se gestó un movimiento impulsado por doce de las mayores empresas de los Estados Unidos -

Bristol Myers, Du Pont, General Electric, General Motors, Hewlett Packard, IBM, Johnson & Johnson, Merck, Monsanto, Pfizer, Rockwell y Warner-, que conformaron el Comité de Propiedad Intelectual (IPC, por sus siglas en inglés) junto con un conglomerado de empresas japonesas denominado Keidanren, y otro de origen europeo, la UNICE." Su primer gran objetivo fue acabar con las leyes nacionales mediante un marco global que les fuera propicio a sus empresas. "Al poner en el mismo plano procesos y productos, esta legislación abría dado paso a las compañías para patentar todo aquello que encontraran, aunque no fuera modificado en lo más mínimo, como es el caso de una secuencia genética, y permitió que se patentara desde el genoma completo de un gusano hasta fragmentos del ADN del genoma humano cuya función aún se desconoce, sin dejar de mencionar el caso de las células de dos personas, un indígena de Nueva Guinea y otro de Panamá, ambos habitantes de regiones aisladas, que parecían poseer resistencia a ciertas enfermedades, y a quienes nunca se les notificó eso, ya que la compañía que estableció esta categoría alegaba ser su detentora". Carrillo Trueba (2006). "De patentes y derechos y de los pueblos indígenas" en Ciencias, julio-septiembre, número 083. México: UNAM. pp. 30-37. 4 El farmacóforo fue primero definido por Paul Ehrlich en 1909 como "una unidad central molecular que transporta (phoros) los

rasgos esenciales responsables para la actividad biológica" de una droga (=pharmacon) (Ehrlich. Dtsch. Chem. Ges. 1909, 42: p.17). 5 Newman DJ & Cragg GM (2007). Natural products as sources of new drugs over the last 25 years. J Nat Prod 70: 461 - 477.

6 Butler MS (2004). The role of natural product chemistry in drug discovery. J Nat Prod 67: 2141 - 2153.

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Otro caso es el del Rupunine, un derivado de la nuez del árbol Ocotea Rodiei, que los campesinos de Brasil han usado ancestralmente para dolencias cardiacas, neurológicas, para controlar tumores y tratar infertilidad. C. Gorinsky, un etnobotánico de la Universidad de Oxford se hizo de la patente de este derivado.

Otro más es el Tepezcohuite, referido a Chiapas y utilizado por los mayas para quemaduras. Se ha patentado el procedimiento para aprovechar su corteza tostada, los precios aumentan y el recurso silvestre escasea.

Otro caso destacado es el de la planta sagrada Ayahuasca (Bannisteriopsis caapi), potente alucinógeno empleado por chamanes de la cuenca amazónica. Una ciudadana norteamericana, Loren Miller, presentó la patente en Estados Unidos, a pesar de estar tan documentada su existencia y su uso ceremonial ancestral. Mediante una fuerte oposición indígena, la patente fue finalmente denegada.

Adicionalmente a las anteriores consideraciones en nuestro análisis, tenemos que, para avanzar en la carrera de las corporaciones farmacéuticas a ese tipo de apropiaciones exclusivas y excluyentes que son las patentes, recurren a los conocimientos que los pueblos y en especial los pueblos indígenas poseen sobre recursos medicinales, su obtención, propiedades, usos y efectos. Ello les implica una orientación valiosa frente al inmenso universo de plantas que aún no han sido analizadas desde la perspectiva de la salud o la enfermedad. De las 265 mil especies de plantas superiores que se calcula que habitan el planeta, únicamente se han estudiado en busca de actividad farmacológica entre un 5 y 10% de ellas, entonces el conocimiento existente entre los pueblos orienta oportunamente en la caza de recursos eficaces. No debemos creer que todo este conocimiento indígena haya sido sistematizado y enteramente conocido de manera tal que le sea plenamente accesible a las corporaciones farmacéuticas y su apropiación para fines comerciales exclusivos. Quizás el mejor indicador y ejemplo de que no es así lo constituye el abortado gran proyecto, por su envergadura, del ICBG Maya que un etnobotánico de la Universidad de Georgia quiso emprender de la mano de la institución regional ECOSUR en los Altos de Chiapas, el cual implicaba a varias de las principales instituciones del gobierno norteamericano en materia de cooperación internacional para el desarrollo y la salud, así como a varias corporaciones farmacéuticas. Este proyecto consistía en hacer de los médicos y parteras tradicionales de Chiapas el mecanismo para la obtención de importantes segmentos de un saber eficaz y propio al cual aún no han terminado de acceder. El proyecto ICBG Maya fue interrumpido por el rechazo abierto y el apoyo nacional e internacional a la protesta de manipulación que levantaron los propios médicos y parteras tradicionales indígenas, mayas, de Chiapas, en 2001. Es decir, que la prospección (el mapeo o exploración), la bioprospección a través del saber tradicional sigue siendo de elevado interés para la corporaciones farmacéuticas, mientras acá tiende en cierta medida a operar la campaña ideológica de que son atrasados e ineficaces, a fin de hacernos cada vez más consumidores de sus productos comerciales y de marca. Ni los acuerdos comerciales ni los tratados de libre comercio con las principales potencias económicas, en lo particular ya que tienen un impacto más severo, pueden nunca implicar ninguna medida que contravenga o limite el libre uso nacional para el consumo, el comercio en el marco nacional ni con terceros países de los recursos y el ejercicio de la medicina tradicional, puesto que ello forma parte de derechos culturales y a la salud no sólo protegidos sino que deben ser apoyados según leyes y reglamentos nacionales así como internacionales de derechos humanos y otros específicos. Sin embargo, con esos derechos

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de los pueblos del país y los pueblos del mundo en general colisionan, especial y frontalmente, las patentes. ¿Qué incidencia tienen los Tratados de Libre Comercio respecto de las patentes en materia de salud en general y de sistemas de salud indígena en lo específico? A este respecto cabe tenerse en cuenta de que los dos grandes TLC’s suscritos y/o en proceso de suscripción (esto es, el CAFTA-RD, de la región centroamericana y la República Dominicana con Estados Unidos, y el ADA UE-CA o Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Centro América por aprobarse en el Congreso de la República) no son meros acuerdos comerciales ni con pares cualquiera. En la primer consideración, se trata de convenios amplios que implican medidas económicas, legislativas y jurídicas, así como administrativas, que facilitan los intereses de las corporaciones del Norte mediante el aval de fracciones poderosas si bien numéricamente reducidas (por ello llamadas oligarquía) del gran empresariado nacional. Implican sendas afectaciones a la economía social, en especial la de las nutridas mayorías. Dificultan que el Estado nacional se oriente como corresponde a garantizar prioritariamente los intereses sociales y nacionales en base a las decisiones de las sociedades en que se sustenta (es decir entorpece la democratización y función debida del Estado en términos políticos sentándole límites y restricciones). Ello agrava la vulneración de derechos de pueblos y poblaciones en favor de capitales principalmente extranjeros que se irá manifestando en agravamiento de los índices de vulnerabilidad social que ya padecemos.

A lo anterior hay que añadirle que si bien los TLC‟s responden a bloques, no cabe entenderlos como momentos que se quedan aislados en el tiempo y cuyos efectos en sí pueden ser monitoreados a corto y mediano plazo. Es más bien un proceso del cual emergen estas figuras para hacer suscribir a un país acciones acordes a los intereses de las corporaciones extranjeras, una dinámica de por sí más importante que los mismos TLC, lo que se sigue derivando de manera no plenamente transparente a partir de los mismos y sus instancias ministeriales y técnicas de seguimiento, así como por otras iniciativas de mediano y gran calado que en todo su conjunto van definiendo el comportamiento que debe seguir un país, sus instituciones, políticas y disposiciones respecto de aquello que sea del interés de las corporaciones extranjeras siempre y cuando, en principio, no cuente con una oposición social amplia y firme al respecto.

La segunda consideración referida es que no son procesos que se den, obviamente, entre países iguales ya que ningún país igual aceptaría tales despropósitos por parte de otro, sino producto de la subordinación y el sometimiento de unos países por parte de otros (ya que todo es mediado por sus Estados), los unos casi siempre en el Norte desarrollado y los otros en el Sur tercermundista, relación asimétrica o desigual que es fruto del ejercicio de poder que se denomina imperialismo. No son meras relaciones de intercambio comercial entre dos países capitalistas, como pudiera ser la de Guatemala con el Perú donde sus élites económicas acuerdan disposiciones en sus funcionamientos respectivos para favorecer los intereses de sus empresas. Es la disposición por la cual las grandes corporaciones del Norte van tomando control de todo aquello que en una pequeña porción del planeta les pueda representar interés, en función de ello hacer a sus Estados adecuar sus leyes y funcionamiento a fin de facilitarles su desenvolvimiento e intereses. De esa cuenta, lo que vimos con las patentes y su facilitación en el CAFTA, que es bien sustancial y amplio en dicho acuerdo (todo aquello que había que cambiarse a nivel

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legislativo, por ejemplo7), palidece en comparación con lo que se está estableciendo en el Acuerdo Transpacífico de la cuenca pacífico sur y definirá tras su aprobación, el desenvolvimiento de la Organización Mundial de Comercio. Es algo dinámico y progresivo que requiere preparación y posturas claras de parte de nuestras sociedades y gobiernos en el Sur.

Defender la llamada „propiedad intelectual‟ es una de las demandas fundamentales del llamado „libre comercio‟ y el capitalismo contemporáneo. Contra ello se alzan importantes y numerosas voces en el mundo, por parte de todos los sectores de las sociedades que comprenden la barbaridad y los costos humanos en que ese afán se traduce. Los estudiantes no pueden estudiar porque no se deben fotocopiar los libros, hay que comprarlos y si no se tiene dinero para ello, es su problema: esos serán los intelectuales que pensarán críticamente el modelo que otros nos han hecho vivir. La gente no puede aprender computación a menos que pueda pagar, como se debe, cinco o diez veces el costo del equipo en programas. La gente no puede oír música o ver cine, a menos que cubra el precio internacional (en dólares) de los productos culturales. La gente no puede curarse porque los laboratorios no pueden producir los medicamentos aunque saben exactamente cómo hacerlos (genéricos) pero el procedimiento es privado (patente), sean estos laboratorios privados o públicos.

Sin embargo, ellos no saben (las corporaciones farmacéuticas) cómo curar algo que ya existía o de pronto aparece, y no lo inventaron ellos como muchos sospechan, y buscan ese conocimiento que existe entre esos pobres que no podían acceder a nada, y no importa, se lo llevan, lo registran a su nombre, y tienen una ley que sistemáticamente se ha opuesto a incorporar que divulguen el origen de los materiales utilizados en sus fórmulas para proteger su saqueo.

Así de clara es la cuestión de la relación de poder que el sistema económico establece. Promueven ese tipo de visiones y ordenamientos de la „propiedad privada intelectual‟, en ocasiones de las formas más inesperadas para los pueblos, como el que funcionarios y organizaciones sociales se pregunten si no tenemos también el „derecho‟ de patentar los propios conocimientos para evitar así que las corporaciones se los roben. Y ahí entramos a un importante dilema, no tanto centrado en que es casi imposible lograrlo, sino si tiene sentido hacerlo por sus implicaciones y costos tanto políticos como éticos.

Mucho se ha dicho sobre quién sería aquel que pueda representar a un pueblo para patentar un recurso de la salud tradicional indígena. Todo lo que se nos ocurra pueda ser cuestionado al respecto si no por parte de la comunidad misma por el futuro de este pueblo. No habría otro interlocutor posible que una autonomía con plena y total participación social comunitaria. No sus municipalidades por supuesto, ya que esa ha sido la estrategia para introducir minería o proyectos como el antes referido en Chiapas (las comunidades organizadas, autónomas, revirtieron ese mecanismo). Pero además tenemos la unidad del propio pueblo

7 Tras la aprobación por el Congreso de la República del CAFTA vinieron reformas a las leyes nacionales, y entre varias otras,

las relativas a patentes. Las reformas legales para la implementación del „TLC República Dominicana-Centroamérica-Estados Unidos de América‟ es el Decreto Ley 11-2006. Como antecedente, el Decreto 56-2000 modificó la Ley de Derecho de Autor y Derechos Conexos (Decreto N° 33-98) y en su artículo 43 modificó expresamente el artículo 274 del Código Penal, entrando en vigencia el 1 de noviembre del 2000. Ya derivado del CAFTA, el Decreto 11-2006 destina su Capítulo VI a la propiedad intelectual (modificando el Decreto 57-2000, Ley de propiedad industrial y sus reformas). Ese Capítulo VI es proporcionalmente bien extenso dentro de la ley derivada de ese tratado de libre comercio: de los 131 artículos que comprenden esa Ley, 82 son del Capítulo VI.

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maya, cómo podría definirse la patente de una planta en el espacio de una comunidad lingüística y no de otra vecina o de hasta la otra punta del mundo maya, o de toda la matriz mesoamericana y más allá en que dicha planta y conocimiento existe? Podría éticamente patentarse una planta y negársela de su historia a otras comunidades indígenas? Finalmente, que acaso pensar en los ingresos económicos con las corporaciones farmacéuticas como socios no sería acaso seguir sus pasos de vivir de rentas (no trabajo) a costa del acceso a la salud de quienes pagan por esos medicamentos los montos de las patentes en cuestión? Dar un paso así no significaría la enorme dificultad de no poder parar y de paso aceptar todo el esquema de propiedad de recursos en general que los pueblos cuestionan, sufren y enfrentan? Por otra parte, todas esas dificultades se pueden resolver cuando se responde a la agresión de una patente corporativa, ya que esa misma matriz común de pueblos y civilizaciones mesoamericanos se encuentra en conciencia y organización al rechazar no sólo la intención de las corporaciones sino que puede fortalecer y divulgar al mundo una visión diferente de lo que es la creación intelectual, su función de intercambio horizontal y libre entre los pueblos, su solidaridad y reconocimiento como puntales de la construcción de un mundo diferente.

Finalmente, parte importante de este estudio ha sido el reflexionar cómo la medicina indígena es más que los medicamentos en sí. Esto es fundamental que se piense y comprenda, en torno a toda la problemática y retos de la salud comunitaria y social en general, así como en cuanto a los posibles riesgos y retos que implica el incorrecto rumbo actual de la economía global.

La Medicina Maya como toda medicina es un sistema de conocimiento que se basa en el diagnóstico y reconocimiento de enfermedades y causas, dicho sistema tiene un ordenamiento del conocimiento depositado en especialidades, o terapeutas, que en el caso de la medicina maya son muy diversos. Eso es mucho más importante que el emplear recursos varios (medicamentos) frente a males conocidos. Estas sociedades injustas generan diversidad de males físicos y del alma que no advertimos hasta que la dolencia o el desorden social nos presentan sus lamentables manifestaciones. La normalidad en que vivimos es un acostumbramiento al sufrimiento derivado del hambre, el trabajo excesivo, la ausencia de oportunidades, del debilitamiento en ocasiones extremo de nuestra extensión natural: la comunidad. También de situaciones a la que nos acostumbramos incorrectamente como el machismo, el racismo, la discriminación por razones muy variadas, el no poder cumplir los ideales o imperativos de proveer a las familias, del desgarramiento social que deja la migración, etc. Todas estas son causas de desequilibrios que desencadenan enfermedades físicas y psicosociales, tanto en la persona como en el ambiente social inmediato en que esa causa impacta.

La Medicina Indígena no es ni debe ser entendida como la fuente del diagnóstico y solución de toda cuestión socio-comunitaria, pero sí es un enfoque que debe poder seguirse desarrollando para construir un examen y diagnóstico de qué sentimos y vivimos para tratar comunitariamente de enmendarlo en función del bienestar físico y espiritual de la persona. No hay conocimiento médico real que no se base en la verificación de sus resultados, ni en la no detección de las causas y percepción de problemas que debemos poder analizar socialmente para vivir mejor hacia la salud.

Los modelos mercantilistas de la salud que nos imponen las corporaciones farmacéuticas dicen (a través de mecanismos varios) y nos hacen creer que nuestros medicamentos son supersticiones, pero varios de ellos sí que se los quiere apropiar. Luego nos invaden de

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medicamentos para cuanto mal, ya de manera extrema sufrimos. Pero no se entiende con el médico tradicional y la partera, no entiende su don de servir, su paciencia y capacidad de intervención para examinar con el paciente la causa del problema, de ordenar con la participación comunitaria y fortalecida lo que es el espacio social de una tradición viva que se apoya pensando ante todo en el bien común, y que mantiene viva una civilización que se va encontrando con otras en el mundo para construir una Humanidad diferente a ésta de hoy. Eso las corporaciones no lo entienden, no les interesa, y lamentablemente muchos de nosotros tampoco, pero tal vez haya claves significativas aunque inadvertidas de salud social cuando lo entendamos, acompañemos y apoyemos respetuosa y constructivamente. En la medida en que entendamos la importancia social del don o vocación a la que los médicos indígenas atribuyen su razón de servir, podremos con plena conciencia impulsar estrategias de apoyo hacia su desarrollo que es desarrollo mismo de la comunidad y que es una manera de contrarrestar los efectos de los TLCs. Este análisis puede y debe ser un punto de partida que nos haga reflexionar y evaluar críticamente intervenciones de “desarrollo” que hemos impulsado en las comunidades, en las que hemos invisibilizado este conocimiento y a los actores de la medicina tradicional, promoviendo en su lugar nuevos actores en salud, llamados promotores, que a pesar de haber hecho un gran aporte en su momento a la comunidad, hoy en día puede corroborarse, en muchas partes del país, que su existencia es no solo económica- sino culturalmente insostenible. El reto de trabajar con los actores de la medicina maya, medicina tradicional o indígena, como se le quiera llamar, representa poner en marcha también nuevos modelos de relacionamiento hacia ellos y ellas, haciendo lo posible de evitar aquel modelo (que sobre todo hacia las comadronas se ha querido imponer) “de sustitución de sus conocimientos tradicionales por conocimientos occidentales, „más higiénicos, seguros y correctos‟. Ante las amenazas a las medicinas tradicionales que este modelo económico trae a través de las patentes, es hoy un buen momento de aprender a valorizar lo que hemos olvidado, de conocer a fondo lo que queremos y debemos defender, de tomar conciencia del gran legado que son los principios éticos que aún llevan implícitos las medicinas tradicionales y que ejercen los muchos médicos tradicionales que afortunadamente hoy en día siguen existiendo en nuestras comunidades. Y no perder de vista el precedente que han dejado los médicos indígenas de Chiapas, que solamente a partir de estar fortalecidos en su organización, han logrado evitar que su conocimiento sea aprovechado y mercantilizado a partir de proyectos de “investigación y desarrollo” como el proyecto ICBG Maya.

PRESENTACIÓN

Reconocidos estudiosos en los temas de salud y medicinas tradicionales estiman que un 80% de la población mundial recurre a estos tipos de conocimientos y recursos para su bienestar. Pensamos que ello es producto de que en primer lugar tales conocimientos y recursos existen, pero asimismo de que son eficaces y necesarios.

No es deseable ni se prevé posible el que ello deje de ser así. Hoy no es posible que deje de ser así por la pobreza y el costo inaccesible de infinidad de medicamentos de patente. Pero tampoco se prevé posible en el futuro, sobre la base de una opción de comprensión y colaboración solidaria, y libertad verdadera.

En nuestros días, tanto el conocimiento de los pueblos originarios como la biodiversidad del planeta enfrentan serios retos para sobrevivir y desarrollarse en sus propios términos. Las causas de eso son múltiples, pero cabe destacar el que, sobre la persistencia de ignorantes prejuicios discriminadores, viene a querer asentarse ahora el ímpetu renovado de un modelo económico y político global.

De dichos prejuicios e ímpetus es que se deriva y viabiliza la implementación de aquello que traen determinados acuerdos comerciales. Sobre todo los denominados de libre comercio. Estos buscan, en primera instancia, a partir de normas legales y usos mercantiles, imponer una forma de desenvolvimiento de un tipo particular de medicina, así como un tipo único de medicamentos.

Además, si históricamente se han saqueado conocimientos eficaces de las medicinas ancestrales y de los pueblos tradicionales e indígenas, ese interés subsiste y se amplía.

Por si fuera poco, tanto esas otras medicinas indígenas como sus conocimientos y recursos son relegadas al olvido en un tipo de mundo promovido que no pinta muy libre, ni plural, ni justo, ni sano.

Hay dinamismo en la medicina tradicional, no sólo hay conocimiento sino una capacidad diferenciada y valiosa de conocer entre sus practicantes. Hay valores y principios entre los que destaca la función social entre las comunidades. Pero hay también un derecho y forma propia de incorporarse en la construcción de un mundo diferente. Donde estos pueblos, que Naciones Unidas reconoce como un patrimonio cultural común a la Humanidad entera porque es expresión de sí misma en su diversidad, aporten plenamente no sólo sus secularmente ansiados tesoros y secretos, sino por su valor intrínseco y su voz propia en cuanto a su manera de ver y construir la Vida.

El presente estudio procura aportar elementos de análisis en cuanto a los retos que una visión deshumanizadamente mercantil de la vida y el mundo representan para los sistemas de conocimiento mayas en el campo de la salud.

Se trata de una aproximación que recoge elementos generalmente poco considerados de las visiones de comunidades mayas frente a las condiciones actuales y el cómo, en la manera correcta de desenvolverse a través de ello, se hila la continuidad del pasado hacia el porvenir.

El Quiché, marzo de 2011.

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I. MEDICINA TRADICIONAL

La medicina tradicional de los pueblos es llamada así, como tradicional, a partir de que en la historia reciente de Occidente emerge una forma específica de medicina a partir de principios y métodos de construcción como cualquier otra, pero sobre todo de verificación diferenciada que es lo que se arroga diferentemente, de conocimiento médico, la cual se define como científica.

En materia de principios y métodos para arribar al conocimiento hay una gran diversidad entre las civilizaciones del planeta, afortunadamente. Y ese estatuto que la medicina occidental o científica aprecia tanto de la verificabilidad en cuanto a lo acertado del conocimiento, es algo en realidad universal a toda forma de conocimiento real entre las culturas (si no, no habría más conocimiento que el de occidente y su medicina, su ciencia, su civilización parecería haber surgido de la nada como un Dios súbitamente inspirado por una chispa extraordinaria de genialidad o porque simplemente heredó las pretensiones de la iglesia católica en cuanto a su relación con la Verdad).

Lo cierto es que ese principio de la verificación del conocimiento es la base de intercambio entre las medicinas diversas de la Humanidad. Otros abordajes de la ciencia son válidos, sin que la cuestión de la eficiencia estricta del conocimiento específico en este campo sea lo fundamental. En el caso de las medicinas sí es universalmente la base de intercambio y relación, y así lo ha sido siempre a través de los siglos y milenios.

Lo que ocurre es que hay formas ideológicas que concurren con el conocimiento en sí o las prácticas sociales. Y esas formas ideológicas, no pocas veces basadas en la ignorancia –es decir, el desconocimiento llano de la diversidad que nos conforma si no la historia misma de la Humanidad y sus saberes-, se convierte asimismo en poder. Poder de dominación, superioridad y sometimiento, desprecio colonial y racista. Los modelos económicos y el cómo los actores se suman en tareas específicas a la promoción de productos y ganancias, en pos de más y más control son factores reales que dinamizan este tipo de historias aún contemporáneas.

Por eso es necesario discernir, o analizar, el tipo de interlocutores ya que una persona científica que suele caracterizarse por la humildad, el interés de intercambiar, conocer, compartir y servir al prójimo difícilmente cae en el error de subvalorar otros sistemas médicos que no son científicos a la usanza convencional de Occidente, pero que sí lo son por todo lo fundamental y previsiblemente en diversos aspectos incluso superiores, por ende complementarias en la búsqueda universal y diversa del saber médico.

Se les llama medicinas tradicionales de los pueblos porque no hay pueblo en la historia de la humanidad que no haya desarrollado medicina como sistema de conocimiento, más allá de sus recursos específicos para enfrentar la enfermedad. Por ello la humanidad ha sobrevivido hasta el día de hoy tal cual es de diversa. Pero tiende a definírsele como medicina tradicional indígena porque sobre todo esos pueblos que mantienen una relativa coherencia propia en base a un origen común diferenciado de las grandes embestidas de la asimilación, conservan enfoques preciados del cómo enfrentar y vencer enfermedades diversas no sólo propias sino susceptibles a todos, viejas y por venir, pero sobre todo la ignorancia universal en sí que no se supera sin pasar por lo que Naciones Unidas en su existencia reconoce como patrimonio común de nuestra Humanidad.

De suerte, en realidad, tradicionales no son precisamente sino por efecto de como ideológicamente una medicina que ciertamente ha avanzado enormemente se concibe como

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futuro en tanto que tiende ideológicamente a dejar en su imaginario prácticas sociopolíticas y económicas como relegada a un pasado, lo cual es incorrecto. Las Medicinas Indígenas están vivas y se desarrollan de manera diferente a la medicina científica occidental, forman parte del corpus médico y también cultural en sentido amplio más allá de su eficacia (al igual que todas), del conjunto de saberes y prácticas socialesde la Humanidaden el campo de la salud y la vida.

II. MEDICINA TRADICIONAL MAYA

La medicina tradicional maya, es pues, todo aquel conocimiento sobre el ser humano, que un grupo determinado (en este caso los pueblos mayas) tiene sobre las prácticas, hábitos, costumbres que lo mantienen en equilibrio con su entorno, sobre los desequilibrios que causan enfermedades y sobre las maneras y recursos terapéuticos que le devuelven la salud. Estos conocimientos y prácticas sanitarios del pueblo maya, son en principio colectivos, sociales, siendo esta una manera de preservarlos, han sido transmitidos de generación en generación, a través de su uso cotidiano, de su puesta en práctica a diario. El desuso de la misma (que entre otras cosas obedece a la sustitución de sus recursos por medicamentos de farmacia), hace que este sistema de preservación se interrumpa y muchos de sus conocimientos se pierdan del colectivo o inicien un proceso de deterioro, que implique después su ineficacia.

III. LA PRESERVACIÓN DE LA MEDICINA TRADICIONAL MAYA ANTE EL MODELO ECONOMICO ACTUAL

De manera similar a como ocurre con la preservación de conocimientos calendáricos prehispánicos, cuyas raíces se prolongan hasta el periodo clásico de la civilización maya (sin plenamente representarlo en la actualidad), los conocimientos en salud pudieron mantenerse en la medida que la Medicina europea de los siglos dieciséis al diecinueve mostrara tanta inutilidad, más que desinterés, frente a la dura suerte de los entonces proporcionalmente muy mayoritarios indígenas.

Hay quienes opinan que este ámbito, el de la salud, no fue de los más atendidos por el poder colonial y en el primer siglo de la etapa independiente de Guatemala, pero ello equivaldría a omitir la función de los curas al respecto de la gestión de la salud de los cuerpos, pero sobre todo de las almas. Y, en tal sentido, corresponde considerar la terrible serie de epidemias que fueron diezmando a las poblaciones, una y otra vez, frente a la impotencia de ambas Medicinas.

Los estudios de demografía colonial de G. Lovell, por ejemplo, que detallan abundantemente el efecto de aquellas variadas epidemias y fueron abatiendo el número de población, por ello más que por otras causas de orden social, implicarían que hasta mediados de los años cincuentas del siglo XX los indígenas pudieran recuperar la demografía que tenían al momento del arribo de los españoles, en 1523.

Esto último hay que matizarlo con dos precisiones. La primera es que muy pocos años antes de 1523 se estima que ya la población indígena maya en lo que es actualmente Guatemala había experimentado una espantosa epidemia derivada de la ausencia previa de contacto con otras regiones de la distribución humana, lo que implicó que la mitad de su población muriera entonces, aún antes de que los españoles pusieran un pié en Guatemala. Ello, producto de los naturales contactos e intercambios entre pueblos mesoamericanos cuando ya aquéllos, de manera directa o indirecta, habían tomado contacto con los europeos en otras regiones del continente. Es decir que ese descenso tremendo de población indígena

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que va teniendo lugar en el curso de los siglos hasta recuperarse a mediados del siglo XX, es mucho más severo si la estimación se hace respecto de unos pocos años antes del arribo de los europeos en persona. Pero, por otra parte, y este es nuestro segundo matiz, más relevante que el anterior: si a mediados del siglo XX los indígenas recuperan el número de población que tenían en 1523, de entonces a la fecha el proceso de desindigenización no ha parado. Es decir que, con todo y fallas en las metodologías empleadas en el último Censo Nacional de Población (2002), de una población tan mayoritaria en los siglos precedentes, ésta se redujo a alrededor de un 42% según criterio del encuestador y, todavía menos, por auto adscripción (es decir, cómo la gente se siente o quiere transmitirlo).

Veamos que las dos medicinas, la maya y la europea, durante cuatro siglos fueron impotentes ante los problemas epidemiológicos que por largos cuatrocientos años se presentaron. Pero, tal y como podemos constatar hoy, todo aquello que fuera de eso sigue constituyendo la medicina cotidiana de las comunidades, es lo que incluso sobrepasó en tal periodo a los conocimientos médicos europeos de la época. Y lo que es más importante, que entonces la función priorizada en y como parte de su ignorancia por estos actores del ejercicio colonial, fue el trabajo sobre los espíritus o las mentes. Esa otra dimensión también se juega en la Medicina Maya y cobra un requerimiento y función destacada frente a una serie de amenazas y efectos que están ligadas con el proceso de desindigenización forzada, si bien muchas veces invisible, de las personas indígenas y sus comunidades.

Estudios científicos interculturales más precisos podrían llevarnos a reconocer tanto los valores y aportes de la Medicina Maya por especialidades, según una y otra perspectiva, y el cómo la Medicina occidental fue recogiendo saberes y recursos de su propia historia tradicional y la de otros pueblos del mundo.

Es innegable el avance de la Medicina occidental. Sin embargo, hay que señalar el hecho de que una vertiente del conocimiento logró desarrollarse (la occidental) en tanto que otras fueron relegadas a condiciones muy adversas e impuestas en su esfuerzo de hacer eso mismo, medicina.

Asimismo, el cómo esa Medicina occidental, bajo un orden capitalista de funcionamiento, ha ido constituyéndose en un mundo de sistemas, relaciones y flujos de poder económico; no toda, por supuesto, pero sí su vertiente y tendencia principal. Y cómo, dicha lógica, hoy vuelve a nuevas formas de saqueo e imposición de subordinación con esto de la gran economía capitalista en expansión, sus biotecnologías (o modificaciones genéticas), patentes (o apropiación patrimonial de formas biológicas), prohibiciones al intercambio de productos para la salud entre pueblos e intercambio y restricciones al intercambio entre culturas de conocimiento que llaman „libre comercio‟, etc. Es decir, todo eso que hay de social ligado a las Medicinas (lo que siendo social, conocemos como economía política, fines no pacíficos, especulación financiera, indiferencia por la salud de las mayorías, si no peores visiones estratégicas y ejercicios al respecto de la salud humana).

Mucho de eso „social‟ en cuanto a las Medicinas abordaremos en el siguiente capítulo, de cara a la anterior reflexión. Hablaremos críticamente de la Medicina occidental no tanto desde una perspectiva culturalista, sino cómo se figuran en ella –al igual que potencialmente en cualquier Medicina- básicamente dos formas de entenderse y desenvolverse en cuanto a la función social. Ahora nos situaríamos en la Medicina Maya específicamente, haciendo abstracción -o caso omiso- de ese riesgo igualmente presente en ella (o cualquier otro sistema de conocimiento y práctica médica en el mundo).

Partiríamos de que la Medicina Maya, así sea en su expresión más marginal y práctica, no

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está en retroceso sino en curso de expansión. Hay razones de costo en ello, que son importantes y tendencialmente incrementales. Pero sobre todo, en su diseminación fuera de los ámbitos indígenas, ello obedece a una ampliación de cultura en determinados segmentos de la sociedad no indígena en general, en nuestros países y el mundo.

Si para el mundo, tal cual referiremos, hay la estimación de que un 80% de la población en el planeta recurre a este tipo de recursos médicos tradicionales, en Guatemala dicho índice es fácilmente superior. Excede ampliamente lo que es la proporción de población indígena. Ha logrado incorporarse por su reconocimiento y valoración, y no necesariamente es algo que se va perdiendo sino aumentando –como fácilmente puede apreciarse en las prácticas de los adultos, ya que aquí el joven no es el indicador metodológico idóneo por su salud misma, así como de los adultos hacia los niños, y en cuanto a la creciente apertura y accesibilidad de recursos bastante variados, en progresiva accesibilidad para nacionales y extranjeros-.

Este es un fenómeno que de manera decisiva tiene que ver con la irrupción de los pueblos indígenas en la vida del país, que no sólo es masacres sino un costoso ejercicio y decisión que pasa por el Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas.

Este último no tanto por su ampliamente postergado cumplimiento, sino por la plataforma de lucha por la visibilización y dignificación, que el indígena maya guatemalteco ha venido desplegando costosa pero eficazmente y de manera notable desde décadas atrás.

Hay en curso una revivificación del ser maya, con sus derivas y reflexiones propias, que orgullosamente reconoce y evidencia su cultura e identidad, luchando derechos para sí y el conjunto amplio del país.

Tiende relaciones y contactos hacia el exterior aunque aún muy restringidos a algunas personas y ámbitos, aún no se posiciona propiamente en el plano internacional como pueblo. Como tal, como pueblo, sabe de íconos indígenas en América Latina, pero aún no recoge y lanza plenamente su voz a dicho nivel.

Sin embargo, con los acontecimientos de los últimos cinco o seis años en torno de la avalancha de proyectos extractivos de recursos naturales ha ido definiendo en carne propia, desde lo más nutrido de sus comunidades, la ruta de una correcta comprensión de la naturaleza de retos que enfrentan los pueblos indígenas y los pueblos todos de la región.

Lo anterior es importante porque hablar del estado de la Medicina Maya actual pasa por la combinatoria de la pobreza, la ausencia de políticas estatales para reconocerla, desarrollarla y aprovechar sus beneficios en aras del conjunto, pero, además, el saqueo global, al cual ella como muchos otros segmentos de la vida y territorios se ve amenazada.

En el primer ámbito, la pobreza, es indudable que la indiscutible y amplia eficacia de los conocimientos y recursos de la Medicina Maya se ven ligados al carácter social y accesible para sus usuarios en la pobreza mayoritaria del país y las comunidades indígenas.

Hay en ello una síntesis, una vinculación que no ha de verse como una mera transición histórica (síntesis de la pobreza misma y el tipo de orientación médica) sino como la estructura conceptual o de cosmovisión que se articula funcional y eficazmente con su razón de ser.

La función social es lo que define ahora la correcta naturaleza de los sistemas médicos, dadas las condiciones del medio social.

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Ha de percibirse funcionalidad social reforzada. Es un recurso vital para las comunidades, sus usuarios. Ello se ve y vive en innumerables ejemplos, de muchos ámbitos de lo que es la Medicina; en este caso específico, la Medicina Maya.

Con inmensos esfuerzos, y no es exagerado decir sacrificios, es un conocimiento que se sigue desarrollando. No puede decirse que no sea así. Más adelante profundizaremos en el por qué, más ello radica en la naturaleza misma de lo que es un sistema de conocimiento médico, ciencia propiamente en sentido amplio, diferenciados y propios.

Decir que no hay desarrollo en la Medicina Maya pese a condiciones grandemente adversas, equivaldría a negar, por ejemplo, que siga habiendo un avance y desarrollo en el conocimiento agrícola.

Ese desarrollo existe, pero también hay que señalar, como denuncia a un patente incumplimiento de lo que, en los instrumentos internacionales, es el reconocimiento formal a su condición de Patrimonio Común de la Humanidad (los pueblos indígenas y sus culturas), que ese desarrollo de un conocimiento diferente y propio es menospreciado, relegado y obstruido por actores de esferas públicas y privadas.

La mayor parte de los guatemaltecos nace mediante el ejercicio y acompañamiento de una vertiente de la Medicina Maya, que son las parteras o comadronas. No muchos países en el mundo pueden referir eso. Sin embargo, no se les reconoce social y públicamente, por parte del Estado. Atender su existencia parece una y otra vez traducirse en cursos de higiene a las mismas… No obstante que ellas están abiertas e interesadas en ampliar sus conocimientos (que no son pocos, ni técnica ni culturalmente), las capacitaciones estatales vuelven una y otra vez a caer en ese mismo tipo de contenidos. La causa es que no hay una política estatal clara ni implementación debida de lo poco avanzado al respecto.

Sin políticas claras ni mecanismos de monitoreo y evaluación participativa al respecto, el desconocimiento y los prejuicios derivados de la discriminación, así sea involuntaria, hace que, desde responsabilidades públicas, se asuma de tal modo el desenvolvimiento de organismos del Estado en materia de salud.

De ahí que, en este ámbito de las parteras, como en varios otros, lo que fundamentalmente demandan las y los médicos tradicionales indígenas, mayas, es que el Estado reconozca y valore su aporte a la salud de la población indígena y guatemalteca.

Por ejemplo, en política pública de salud, el Estado guatemalteco está implementando programas comunes en América Latina de transferencias condicionadas, enfocadas a los ámbitos de mayor prevalencia de pobreza y pobreza extrema. Uno de los más graves indicadores que definen la pobreza es la mortalidad materna e infantil, por ello es una de las grandes líneas de metas para el cumplimiento para los Objetivos del Milenio. Sin embargo, para tales intervenciones y programas estatales no se ha considerado en dónde están las experiencias más exitosas de intervención indígena (es decir de la Medicina Maya) en lo que respecta a abatir los índices de mortalidad materno infantil.

En vez de lo anterior, se va directamente a atender con métodos no pertinentes culturalmente -y como si las experiencias y aportes indígenas en el tema no existieran-, a aquellos ámbitos donde la situación es más crítica y generalmente serían buenos receptores de sistemas médicos indígenas, su cultura e idioma.

El Estado trabaja sus intervenciones más importantes en materia de salud social sin tomar en consideración la existencia de la Medicina Maya y aporte posible en esos temas. La

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ineficacia de las metas buscadas está ligada a la falta de pertinencia cultural, al modelo mono cultural en los sistemas de salud públicos. Además, ello podría implicar una disminución de costos, mayor concurso de recursos humanos y conocimientos, formas más democráticas y participativas de emprender el desarrollo social.

Es triste pero necesario señalar, tratándose de una política de Estado que se sostendrá a mediano plazo, que lo mismo que vemos y referíamos en los espacios locales del sistema de salud lo encontramos en las políticas públicas nacionales de salud. No es que necesariamente predomine en este segmento el problema de la orientación capitalista de la medicina. Suelen presentarse problemas de limitación de la acción pública y la salud misma por rezagos de discriminación e ignorancia predominantemente involuntarios, heredados, persistentes en cuanto a la forma de toma de decisiones en sí.

El tema de la pobreza amerita explorarse más. Uno de los criterios para definirla es el contar con menos de dos dólares al día por persona para cubrir las necesidades, pero esa es solamente una determinación para efectos de comparaciones internacionales. De manera universal y para lo específico de cada contexto, en economías no monetizadas incluso, pobreza es no llenar los requerimientos para una vida medianamente digna (transporte, vivienda, educación, salud, recreación, etc.). Y pobreza extrema es cuando no se satisface ni lo más básico para vivir, que es la alimentación, por lo cual se expresa en desnutrición (aguda, crónica o baja talla) y muerte por enfermedades comunes (respiratorias, diarreicas). La Medicina Maya no se orienta solamente a lo que es la pobreza extrema, sino a la pobreza: al no poder tener una vida digna, sana, feliz. A eso que en estos contextos del tercer mundo, particularmente, se complica de maneras tan peculiares en cuanto a su ausencia o su búsqueda, sus ámbitos implicados en ambos casos y las vivencias diversas.

Aspectos de la pobreza es la ausencia de satisfactores materiales, pero también los efectos de la discriminación y sus efectos muchas veces difíciles de reconocer, asimismo la ausencia de democracia real y participativa (el poder tomar decisiones, proponer, ser debidamente escuchado y tomado en cuenta). Pobreza es lo contrario a todo aquello que universal y específicamente entendemos como desarrollo. Es ausencia de desarrollo de la comunidad y la sociedad de la cual se es miembro.

La pobreza es el campo fundamental de la Medicina, si bien en la atención de la pobreza no concurre solamente la Medicina en su atención y auxilio. Desde la perspectiva de las Medicinas y, por ende, de la Medicina Maya –no sólo por desenvolverse en ella como océano-, es eso que la pobreza es, a lo que se aboca desde su perspectiva específica la Medicina Maya.

Lo hace con limitaciones como toda Medicina, pero con otras adicionales, producto de la historia vivida y la estructura económica, política y cultural vigente. Sin embargo lo hace, tiene vocación de servicio y sirve. Su conocimiento lo realiza en una esfera de resistencia social, eso siempre le otorga ventajas a la integralidad del saber.

Con todo lo anterior presente, algo que contrasta entre la Medicina Maya y otros sistemas médicos contemporáneos, es que antes de proceder a examinárseles a sus especialistas, la Medicina Maya es algo que se vive entre el pueblo indígena, excepto ahí donde inducidamente ello le ha sido arrebatado en formas diversas de desindigenización, en su cotidianeidad no especializada, como conocimiento y resistencia, tanto en la cura como en la prevención de sus propias vidas, familias y comunidades.

Lo que es salud, lo que es no verse en las dimensiones por otros olvidadas, de lo que es la

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pobreza vivida, eso aún se cuida allí mediante formas propias. De otro modo esas culturas hace tiempo habrían dejado de existir.

IV. SOBRE EL IMPACTO DE LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO EN LAS MEDICINAS INDÍGENAS

Si mantenemos presente el hecho de que más que un Tratado o los Tratados en sí, la cuestión está referida al modelo capitalista global que despliega sus acciones a través de estos y otras varias iniciativas concomitantes y acordes a sus intereses de control económico, político y otros órdenes necesarios para garantizar y propiciar la progresividad de dicho esquema, entonces cabría señalar los siguientes puntos fundamentales:

Quien tiene una empresa busca que esa empresa se mantenga funcionando para lo que sirve que es rendir ganancias así como el que otras no se la coman en el marco de las competencias. Si es grande reinar y mantener dicho dominio ya que de ello se derivan las más cuantiosas ganancias y entonces se siente triunfador y se llama líder en el mercado. Una empresa no tiene tiempo, ni interés, en velar por resolver todos esos problemas sociales que están como ambiente fuera de lo que estrictamente esa empresa hace. Aunque hay veces que ese tipo de ambiente deteriorado o infeliz es lo que precisamente necesita para que la empresa en lo particular o su ramo sobrevivan. Se supone que ese otro tipo de cosas las ve, en tanto no afecte los intereses de las empresas que tienen el poder, otra esfera que es la del poder público.

Ahora bien, desde el lado de esa gran parte mayoritaria del planeta que no somos empresarios exitosos y menos aún de aquéllos que requieren o gustan de ver ambientes sumidos en la miseria, la cuestión es qué tanto podemos contar con las esferas públicas para resolver los problemas que nos interesan propiamente a las mayorías que es nuestra vida.

El problema principal, aunque nos cueste a veces entenderlo, de la relación entre todo eso de los tratados de libre comercio y la salud es que generan pobreza e infelicidad y esa es la causa principal de los problemas de salud de las mayorías. De ahí en fuera lo que nos ofrecen son medicamentos caros, no les gustan los genéricos porque les reducen ganancias y hacen lo posible por negárnoslos protegiendo sus patentes, base de su acrecentamiento de fortunas que colisionan con nuestro derecho a vencer enfermedades en lo específico (no tanto la salud como la entendemos o debiéramos entender los pueblos).

Promueven la privatización de servicios mismos, como los de salud y educación. Los recibe quien los puede pagar, los recibe de calidad quien puede pagar más. Promueven sin freno alguno eso que llaman „ambientes propicios para la inversión‟ que es reducir todo tipo de derechos sociales y laborales de las mayorías y acrecentar la desigualdad y el enriquecimiento. Los servicios se sumen en el abandono y la falta de recursos.

Los pueblos recurren a preservar y recrear sus propios recursos tradicionales para la salud así como a intercambiar e incorporar los provenientes de otros sistemas de salud no capitalistas, de otros pueblos del mundo.

El sistema económico, político, social y cultural avanza al espacio mismo de las comunidades destruyendo y privatizando los recursos naturales no renovables, profundizando los niveles de explotación, reduciendo todo tipo de derechos, y buscando saquear lo ha podido conservarse en materia de conocimientos y recursos propios.

El modelo amenaza con apropiarse esos recursos para a su vez vendérnoslos caros e impedirnos su utilización por la vía de una figura jurídica que sobre todo impone y tratará de

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seguir imponiendo bajo el nombre de patente.

Los pueblos no aceptan ese concepto y defienden la vida: la salud es un medio para un concepto más amplio de futuro que entendemos como vida y humanidad.

V. DE LA SUPERVIVENCIA A LA VIDA, NO A LAS PATENTES

Abordaremos la cuestión de determinados acuerdos comerciales y sus posibles impactos respecto de la Medicina de los Pueblos Indígenas. Nos referimos a „determinados‟ acuerdos comerciales porque es necesario distinguir la naturaleza de los acuerdos comerciales bilaterales o regionales centro o latinoamericanos respecto de aquellos otros con grandes potencias económicas y políticas, a los que llamamos „tratados de libre comercio‟, y hasta el momento refieren dos muy peculiares: el Tratado de Libre Comercio DR-CAFTA y el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, ADA UE-CA.

Estos dos, pero sobre todo el primero, define mucho más que un simple tránsito de mercancías entre países. Una muy amplia proporción de analistas no ve en ello sino, el establecimiento de relaciones de poder, en la definición de bloques regionales de hegemonía que les implican enormes ventajas a poderes mundiales de gran calado.

Sus efectos se experimentan ya y se prevén de tal envergadura que podríamos asumir, en primera instancia, que es benéfico para la medicina tradicional de los pueblos indígenas ya que traerá tales niveles de pobreza que la gente se verá muy necesitada de remedios baratos y eficaces para sus maltrechos cuerpos y almas. Lo decimos amargamente, pero asimismo, como un reto de función social.

No hay en lo anterior mayor misterio, cada vez más unos pocos podrán comprar salud en tanto que las mayorías tendrán que aprender a diagnosticar y prevenir enfermedades comunes.

No es cosa de ideología el prever así el futuro inmediato, tomemos como ejemplo la desnutrición infantil. El acuerdo comercial DR-CAFTA tras ser suscrito entró en vigor el 1º de julio de 2006, sin embargo, el país es actualmente el cuarto lugar mundial en desnutrición: Guatemala está perdiendo progresivamente su soberanía alimentaria.

Asimismo, se planteaba con estos acuerdos comerciales se tendrían fuentes de empleo y oportunidades, pero actualmente uno de cada diez guatemaltecos está trabajando de migrante en el extranjero. Se decía que traería regulaciones y ordenamientos, pero hoy la ciudadanía vive sometida a la inseguridad e infuncionalidad de sus instituciones. Ofrecían inversión extranjera directa pero hoy parece que hay que estar agradecidos con las regalías de la extracción contaminante y destructiva de materias primas. Hablaron de progreso, pero Guatemala es cada vez más dependiente de la cooperación o los empréstitos internacionales.

El país en su Tercer Informe sobre Cumplimiento de las Metas del Milenio de la ONU advierte al foro mundial que no podrá alcanzar varios de los indicadores suscritos. Se cuantifica una reducción de pobreza, sin embargo hay cada vez más pobres. No está claro cuál es la causa de dicha reducción, pero es de asumirse que un inmenso sacrificio cada vez más difícil de sostener por la gente.

Sostener los procesos de intervención estatal para el efecto de eliminar la pobreza implicaría cantidades enormes crecientes de esfuerzos (que a la fecha no se demuestra si las políticas de choque de las transferencias condicionadas constituyan a mediano plazo una solución).

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Puede calcularse que al ritmo de las estimaciones oficiales de reducción de la pobreza, ésta terminará en el país cuando nazca el bisnieto de los niños y niñas que están naciendo hoy en el país.

Es cierto que no todo lo anterior es efecto directo de estos acuerdos comerciales. Se trata de problemas estructurales de naturaleza histórica, sobre los cuales vienen estos instrumentos a desenvolverse. Difícilmente cabría intentar sostener que, una vez suscritos, constituyen realmente la alternativa a los problemas anteriores y sus efectos en la salud de la población. Es, hasta el momento al menos, evidente que por el contrario: tienden a agravarlos.

Uno de los pocos cables filtrados apenas por Wikileaks alude al interés por proscribir los medicamentos genéricos en aras de las grandes y poderosas patentes, lo que finalmente fue resuelto favorablemente a favor de las grandes patentes en el Congreso de la República.

Acabamos de presenciar el bochornoso espectáculo del Congreso de la República enfrascado en sus mezquinos quehaceres sin voltear a ver una donación millonaria de fondos de las Naciones Unidas para la salud. Hay problemas crecientes de acceso a medicamentos en los hospitales.

Todo lo anterior nos lleva a preguntarnos por los efectos, no sólo específicamente de estos acuerdos comerciales en la medicina tradicional de los pueblos indígenas, sino en todo el modelo económico político que dichos acuerdos y otras iniciativas por el estilo, nacionales e internacionales, ejercen sobre el conjunto de las Medicinas. Sólo entonces podríamos determinar sus riesgos y retos para la medicina tradicional indígena, específicamente.

Dichos acuerdos, así como el gran modelo al cual responden, se caracteriza para los efectos del presente análisis en dos principios: a. la privatización como primacía del interés individual sobre el interés social; y b. la mercantilización acumulativa. Sus dos consecuencias más directas son la desposesión y la desigualdad.

Para explorar los efectos de la privatización y la mercantilización en la salud, hemos establecido ya sus efectos en la sociedad: la gente se enferma más de lo justo.

En el lenguaje práctico, común, de quienes se enferman más de lo justo, medicina es sinónimo de remedio. Buscamos remedios porque algo evidentemente anómalo y que no pinta nada bueno comienza a ocurrir sin apariencia de irse por sí mismo, o cuyo desenvolvimiento comienza a afectar un desempeño „normal‟ y/o amenaza con seguir desarrollándose.

Cuando eso ocurre, lo que se busca es un remedio pero, como uno no sabe qué tiene y cuál sería el remedio para eso, acude con alguien que sabe. Ése o ésa que sabe, conoce de remedios porque sabe de males diversos. Su saber es saber conectar eficazmente males con remedios.

Aunque ese que sabe tenga algún don para ello, el conocimiento que interpone es social (no sólo suyo), es un producto histórico (no sólo presente) y vivo (no acabado sino en desarrollo). Este otro extremo es realmente el significado de Medicina.

Más que medicamento, Medicina es: remedios, diagnósticos, investigación, prevención.

Podríamos cambiar el término „remedio‟ por medicamento, en parte porque siempre es tema de discusión, y ello es normal, si un medicamento es realmente un „remedio‟. La Medicina

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(no el medicamento) podría y debería coadyuvar a ser un remedio para la enfermedad misma, para su ausencia de diagnóstico y prevención sociales.

Por ejemplo, la gente ahora se vive inyectando cosas para los nervios, ¿será ese un „remedio‟?

Medicamento es un término que ni de lejos agotaría los recursos que las distintas medicinas interponen para revertir las enfermedades. Hay curas o remedios como una nutrición sana, balanceada y culturalmente pertinente que sólo metafóricamente podríamos llamar „medicamento‟ (es „como si fuera el medicamento‟ que necesita, pero es cura a problemas de salud fundamentales). Hay recursos de lo más variado, de origen animal, vegetal o mineral, fisioterapias y masajes, contactos físicos, lenguajes, actividades que no implican ingestas. En todas las medicinas.

Ello y su empleo depende de lo que se sabe de la „enfermedad‟ y su diagnóstico. Porque si el sujeto que referíamos al inicio, busca la medicina cuando su desenvolvimiento „normal‟ se ve afectado, es muy probable que ese sujeto venga enfermo y no de una sola cosa desde antes de ese punto de la manifestación; y afecta su estado „nomal‟, el cual puede ser el de una persona no sana. El desgaste empieza mucho antes de que nos venza. Entonces la pregunta de „cuál es tu problema‟ es un proceso de indagación y diálogo. Siempre suele aprenderse un poco de salud cuando se habla con un médico, no importa de qué tradición cultural sea.

La Medicina es, evidentemente, conceptos de salud y enfermedad. Más, lo que el actual modelo económico mundial y sus variados aspectos imponen sobre todas las Medicinas existentes es, progresivamente, lo siguiente:

a. Busca vender sus medicamentos, los cuales provienen de grandes transnacionales farmacéuticas.

b. Busca curar sólo en la medida que ello constituya ganancia, es medicina privada destinada a eso.

c. Por tanto se orienta a quienes pueden pagar más.

d. No busca prevenir socialmente porque eso no sería rentable (al menos a la luz de su interés privado).

e. No quiere que ninguna de todas las Medicinas existentes resuelva o implemente los diagnósticos y la prevención sociales porque eso implicaría socavar los fundamentos de su existencia misma.

Los diagnósticos y las medidas de prevención, mientras más sociales y por tanto eficaces sean („peor‟ aún si son participativos), llevan a una y otra Medicina a confrontar intereses económicos, políticos e ideológicos.

No han sido pocas las veces que en América Latina los médicos universitarios han entendido las causas de problemas tan comunes como la desnutrición, que es vivida como algo „normal‟ en las comunidades (desnutrición crónica o baja talla). Claro que es posible tratar de paliarla de diversos modos pero su causa última no radica en la eficacia o no de los paliativos interpuestos, sino en problemas de carácter estructural. Eso no significa que las Medicinas sean peligrosas, también lo serían la alfabetización, el derecho a la exigencia del

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cumplimiento de las leyes, la democracia misma.

La dos últimas décadas han servido para fortalecer determinados diagnósticos para una intervención en varios renglones, que abarcan la educación, la pertinencia cultural, medidas parciales de articulación entre conocimiento y practicantes, etc. La integralidad del diagnóstico ha venido cambiando, en torno de ello unos enfatizan unos aspectos y otros, otros distintos. En tanto, la desnutrición ha venido desenvolviéndose hasta situarnos en el cuarto lugar mundial que señalábamos.

Hay que ser autocríticos al verlo así: hemos ido adoptando, con sus matices, una forma de diagnosticar y de interponer un cierto tipo de remedios. Las Medicinas (no los medicamentos), con sus variantes, de cara a la salud social (o más específicamente la salud en la sociedad) han venido siendo orientadas por una mano invisible a relacionar de determinada manera enfermedades con curas de alcances restringidos.

Asimismo, hemos aplanado el alcance de la investigación en salud preventiva en todas las Medicinas.

El Conocimiento en función social, no de mercado, es el marginado. En los términos del modelo dominante descrito, todo es bienvenido. Sobre todo porque ninguna Medicina, en esencia –nos los demuestra el sistema económico global- ninguna está atada a la función social de su servicio. Todo aquello que es eficaz es susceptible de incorporarse al mercado y aún más que aquello que hoy reina en sus términos (ya que también hay muchas cosas ineficaces que se valoran bien mercantilmente).

Lo que está en juego es una ética de conocimiento y función social que implica no a una sino a todas las Medicinas existentes.

La enfermedad que aqueja a aquel que la desconoce y jamás podría pagar por una cura es la clave de, cuando menos, el Conocimiento de todas las Medicinas.

Por ello, la principal amenaza y peligro que hoy se vive con los acuerdos comerciales, y lo que éstos buscan, es la deformación de la orientación de todas las Medicinas hacia el no ver más que enfermos y remedios, a disputarse entre sí los matices de la implementación de esto, a devenir cada vez más figuras religiosas en el sentido más amplio: a una lucha de verdades en pugna, sometida a la competencia en diversos grados de exterioridad y pragmatismos como Medicinas a las que no les interesa realmente curar, sino lucrar manteniendo intocado aquello que está fuera de su disciplina y objeto clientelar: la salud del pueblo.

Es muy difícil determinar cuál es el campo tradicional de las Medicinas. Podríamos pensar que siempre ha requerido ir más allá de los cuerpos y las mentes de quienes se saben, sienten o creen enfermos. Por supuesto también atiende otros tránsitos generalmente naturales de la vida, pero en la enfermedad, su diagnóstico y prevención es donde está el meollo de su aporte. Desde su óptica determinada, las Medicinas tienden a abocarse al todo social. Y las mejores Medicinas, todas, trabajan con la gente. Sin ser maestros en general, educan. Sin ser constructores de profesión, diseñan infraestructura y construyen.

Por ello, ante todo, la Medicina es investigación social. Una atención particular en el desarrollo de la investigación social, por y con la sociedad. Y sus variadas expresiones culturales son ejercicios propios de investigación y desarrollo social en perspectiva.

Las Medicinas tienen más en común en cuanto a sus comportamientos respecto de las

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cuestiones de la privatización y la mercantilización acumulativa en el campo de la salud, que diferencias abstractas entre sí de orden cultural. Porque todas las Medicinas van hacia su integración en el modelo dominante o hacia el desarrollo en aras y mediante la prosecución social y participativa de la salud de la población.

A la luz de las anteriores consideraciones, en el ámbito específico de la Medicina llamada tradicional indígena no es propiamente su carácter „alternativo‟ a otra Medicina lo que está en juego, sino: a) la tradicionalización de sus productos; b) la folklorización o vaciamiento interno de sus procedimientos de reproducción y desenvolvimiento propio, en diálogo con otras „tradiciones‟ cognitivas en el terreno de la salud si se desea; c) el derrotero de una forma de religiosidad que ha sido estudiada en determinados aspectos de la Medicina institucional y oficial en sus vertientes públicas o privadas, así sea por desequilibrios históricos en cuanto a la organización social y sus formas de autoridad y representación indígenas, que en este caso amenazaría con desbordar las posibilidades propias del segmento (es decir el ser un remedo del cura, el maestro, el doctor, el alcalde, el técnico agrícola, el farmaceuta, el juez, etc., todas ellas figuras culturalmente impuestas).

La tradicionalización de sus productos es una forma de reducción inducida de lo que es la Medicina, producto de que, tanto lo social como el conocedor y su espacio de conocedores (o especialistas) mismo(s) se han ido debilitando en la fórmula, en aras de los productos legados del pasado. Es como el heredar un instrumento pero no ser más artistas de su labranza y perfeccionamiento. Eso ocurre incluso con las semillas, claro que no siempre.

Las mujeres al hilar los huipiles y textiles mayas tienen una narrativa propia de su trabajo. Los médicos mayas tienen su juramento hipocrático que no es objeto de este estudio referir. El juramento hipocrático, que originalmente empezaba encomendándose a un montón de dioses griegos sigue esencialmente siendo el mismo de hoy, y entre otros principios: me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad. Para el maya es su pueblo de maíz y por extensión la Humanidad.

Pero estamos en tiempos en que todo quiere desequilibrarse en formas bien precisas, no sólo en enunciaciones abstractas de „equilibrios‟. Por ejemplo, la privatización como modelo actual que tiende a exacerbarse hasta lo impensable viene tratando cada vez más de extender el tiempo en el que un derecho es privado (un derecho de autoría, una propiedad intelectual y otros inventos por el estilo) frente a lo que es el derecho social a los productos del conocimiento humano. Hay quienes quieren patentar las expresiones idiomáticas y faciales, ponerle precio al aire, patentar el genoma humano. La gente asegura sus ojos, su tipo de cutis y al rato todo eso va a estar en la bolsa de valores. Cualquiera va a poder comprar acciones y especular con el precio de lo que sea. Pero del lado de la Humanidad su desposesión será absoluta, recordemos que en aras de su salud puede ir a la cárcel por posesión e ingesta de determinadas plantas. Las universidades irán yendo por este camino, de seguir, salvo para una muy pudiente élite o que ya está engarzada con las empresas, sus requerimientos educativos, pautas de desenvolvimiento y pensamiento. La salud no le pertenecerá pero ya no sólo como prácticas hipocráticas diversas sino la salud a nivel de su cuerpo y mente misma. Y eso no sólo una parte de una, sino una parte de todas las Medicinas, lo ven y se oponen a ello.

Se oponen a ello, poseen principios y narrativas al respecto, pero lo hacen especialmente a través de un quehacer diferenciado puramente médico. Es decir, aquí aquello de médico sánate a ti mismo, hay que verlo no en el simple plano de la eficacia de los medicamentos sino en el de cómo la salud empieza por el que el sujeto de la medicina se entienda a sí mismo como un „científico‟ y miembro de su comunidad y Humanidad. No porque tenga que

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ser un dechado de salud, convencionalmente entendida, sino porque se ve a sí mismo como el ser en desarrollo, y capacidad y deber de servicio.

En ese sentido, es un motor pero sólo sano en la medida que coadyuve a echar a andar todos los demás motores diferenciados en el espacio de su comunidad. En dicho proceso es donde irá aprendiendo cuáles son las enfermedades de distinta índole que afectan no el desenvolvimiento de la sociedad, su organización y encaminamiento, ya que ello implicaría que fuese destinado natural o divinamente a asumir las funciones de liderazgo y autoridad, sino aquello que estrictamente está relacionado de manera objetiva con el equilibrio y bienestar físico y mental de las personas.

El médico no está capacitado para hablar ni trabajar sobre “la salud del grupo”, “la salud de la sociedad”, “los males o enfermedades” y menos aún “las plagas” de la sociedad. Claro que lo puede hacer su persona, o gremio, pero en dicho momento no es el médico o la médica de quien estamos hablando.

Con todo, guardando esta atención en mente, el médico podría concurrir desde la atención de su propia salud y la del resto de miembros de la comunidad al esfuerzo de echar a andar este proceso de la comunidad tal cual.

El medicamento es un gran logro pero no hay ningún médico de ninguna medicina que no valore más la prevención social, excepto el segmento de todas las medicinas que es proclive o ha caído en los brazos del modelo dominante. Un medicamento puede salvar a una persona de una enfermedad pero no salvar a la persona en sí, ningún médico es en realidad un salvador, la gente no se está salvando ni mucho menos por la fe que le ponga a las cosas, las medicinas, los doctores. Se salva al interponer en el conjunto de su sociedad los entendimientos precisos y acciones tendientes a vivir con justicia social, económica, respeto a la diversidad cultural, de género, etaria, etc.: en tanto vaya resolviendo humanamente las causas de los males verdaderos que la aquejan y mantienen sumido en el temor y la miseria (estos dos últimos términos, es la Declaración Universal de los Derechos Humanos). La persona y la sociedad se salvan en tanto vaya resolviendo esas causas. Como decía el juramento hipocrático: mi poder y discernimiento será en beneficio de los enfermos y les apartará del terror y el prejuicio.

Varios preceptos médicos indígenas, socialmente entendidos y aceptados por las comunidades como tales, les permiten a los pueblos indígenas el percibir como desencadenantes de enfermedades a determinadas pautas dominantes de desenvolvimiento, y en diseminación, global.

En esa consideración, dos preguntas clave parecen presentársenos con el arribo de este complejo afán ligado a, pero no restringido a ello y que excede, los acuerdos comerciales mismos. Estas serían: ¿Patentar o no patentar aquellos recursos naturales propios de nuestras geografías (o territorios), sea que les usemos y/o conozcamos o no?, y; ¿Patentar o no patentar aquellos conocimientos propios generados por nuestros antepasados, en generación o por generar?

Las dos cosas hay que explorar porque podrían estar ligadas. La segunda pregunta la abrimos de tal manera no para complicarnos más la vida, sino en busca de un consejo en firme de cara al futuro, ya que nuestros pueblos no sólo son pasado.

Hoy resistimos, bajo condiciones de gran adversidad, por la preservación y desarrollo de formas propias de hacer ciencia y tecnología que forman parte del Patrimonio Común de la Humanidad. Sabemos que venimos de la Vida a la Resistencia frente a tanta

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adversidad, pero asimismo que nos encaminamos como siempre a la Vida. Al Buen Vivir, como le llaman los pueblos originarios en el Sur del continente.

Como parte de esa Humanidad toda, que igualmente sigue ese camino, hay que vislumbrar desde las mejores enseñanzas culturales la dimensión planetaria del cambio que queremos construir. Si no, bastaría con pretender patentar el maíz (en una alianza bilateral de Estados entre México y Guatemala), que tendría que sustentarse en algo tan específico como la creación cultural prehispánica del maíz, lo cual enfrentando a las transnacionales mundiales de semillas y alimentos terminaría siendo finalmente el hacerse en parte socios de ellos y cobrar regalías por los pocos granos que hoy alimentan al África.

Lo que equivaldría a invertir en la bolsa, la especulación de los „commodities‟: lucrar con el hambre.

Es políticamente impensable, pero imaginemos que ese „logro‟ se pudiera: corporativizarse. Tener esa „visión empresarial moderna‟. Una alianza de ese tipo.

Pero por qué alianza, si solos podríamos: ¿no somos acaso, pues, los hijos de los creadores del maíz?

Con estas cosas en mente se habla de nuestra pobreza como argumento, se ve lejos y sueña „en grande‟. Pero la gente no lo entiende igual, y surge entonces una forma de liderazgo diferenciado. Ahí la identidad ya es mercancía, sea que se le compre o no; los conocimientos diferenciados están puestos al servicio de una forma de privatización. Nunca se le ha visto corporativamente, para todo un grupo, porque ni el derecho ni el poder económico funcionan así. Lo que sí funciona así y es bien común es la entrada de ciertos giros y usos ideológicos, liderazgos y oportunidades diferenciadas, ventajas comparativas para objetivos bien puntuales del poder o difusos en cuanto a dificultar otros objetivos y visiones que el modelo dominante no entiende.

La mediación para algo semejante es pensar de un modo particular, en el que el discurso de la „necesidad‟ se conjuga con valoraciones de envidia, ambición y competencia. Para lo que eso, a fondo, desarrolla en la persona no siempre bastan las aclaraciones racionales de lo que se puede y debería, qué bueno si fuera así; tampoco los meros procesos sociales y de orden ritual para una reaceptación social. No pocas veces es estrictamente necesaria una intervención en el terreno de la salud y no como instrumento sino en su esfera específica de intervención, cuando el mismo sujeto lo requiere. Nuevamente, cuál es la etiología y prevención de la enfermedad social.

La aspiración que se manipula es una vida basada en rentas no en trabajo creador (exceptuando de este análisis a la investigación misma que abordaremos después). Es querer salir de la pobreza por la vía de coparticipar o emprender un cobro meramente de rentas.

En lo que respecta a la salud misma, la cuestión es igual o aún más compleja. Se dice, es que otros se están enriqueciendo con nuestros recursos y producción. Es cierto que es un robo colosal, pero ¿será el camino correcto asociarse entonces con ellos? ¿Deja uno de robar cuando aquello que se ha vuelto mercancía es reapropiado en sociedad con quien lo ha mercantilizado, en una lógica de mercado para la acumulación, es decir al precio que sea? ¿Dando un paso en ese esquema podemos dar marcha atrás, fijarle límites, soñar modalidades? Todo esto parece un parte aguas radicales, una disyuntiva en el camino. Para un lado la ruta dice: patentemos todo. Pare el otro: no patentemos nada. Parece que no hay

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medias tintas, un „medio patentemos‟, que es lo que solemos hacer, probar.

El aprendizaje social entre la adversidad nos ha mostrado que si uno u otro intenta algo y „le funciona‟, „quizás sea ese el camino‟. Por ejemplo, uno prueba un remedio para la siembra, otro prueba irse de migrante, aquel vende un producto. La cosa aquí es quién vende, quién representa, cuál es el sujeto titular de derecho que es parte de la negociación. ¿Es una familia, una aldea, un municipio? ¿Va a traer eso división en las comunidades? ¿Tienen las Comunidades en sentido amplio, los Pueblos, el estatuto jurídico reconocido? Un recurso ¿podría ser deslindado a una comunidad lingüística en detrimento de otra, y fijar linderos así entre las mismas?

Sin embargo, es un robo de las transnacionales. ¿Cómo puede haber un robo de algo que no es mercancía propia? Ahí hay otra clave. Roban, es una apropiación indebida de lo propio. Pero ellos lo roban para hacerlo mercancía. Nosotros también usualmente intercambiamos en el mercado productos, en ello no hay falta. Es un tipo específico de mercado el que representa el problema, no el tamaño del mismo.

Viene una transnacional y se apropia indebidamente de un conocimiento ancestral indígena, lo que indigna de ello no es que no nos estén pagando al menos parte de eso sino el que se vuelva una especie de capital. (En realidad no es que estén sacando ganancia de los conocimientos de los antepasados sino aprovechando las rentas de la inexistencia de mayores conocimientos y accesibilidad por parte de quienes requieren satisfacer una necesidad).

Hay dos cosas que interesan ante esa disyuntiva: la comunidad como tal y su futuro, el desarrollo de la forma propia de conocer y distribuir los frutos de dicho conocimiento.

La disyuntiva: una dirección del camino dirá una cosa de esas mismas dos prioridades (que patentar traerá los fondos para ello, supuestamente), la otra dirá igualmente sus argumentos (que no patentar nada, parte de principios culturales, políticos y filosóficos). Esta última vemos y creemos que es la correcta: no patentar nada que sea producto o se derive de manera fundamental de los conocimientos sociales e históricos de los pueblos indígenas. Las creaciones subjetivas, artísticas, industriales, científicas dependerán de los derechos, intereses y voluntades de las personas en lo particular. Es el patrimonio común de un pueblo lo que no se debe patentar ni por parte de ese pueblo en defensa de nada, ni siquiera bajo pretexto de garantizarlo con ello al resto de la Humanidad. Ello constituiría un sacrificio en realidad ya que una vez se dé el primer paso no podrá pararse en pretender patentar (privatizar y mercantilizar) todo, aceptando las reglas de un mundo ajeno que se le impone a la Humanidad.

Luego de dicha opción, habremos de pensar qué hacer frente a quienes se apropian y hacen mercancía capitalista de nuestros frutos. Que es otra cosa, el reto. A estas alturas, tales preguntas, que en última instancia serían objeto en realidad de una profunda y sostenida Consulta, no sólo plantean problemas sino la necesidad de atención de aspectos del espíritu que aquí sólo podemos esbozar analíticamente, no dejar de señalar su existencia, pero no el pretender abordarlas desde el punto de vista mismo de la medicina tradicional indígena, que es lo que correspondería larga y progresivamente en nuestra visión del porvenir.

Vale la pena, entonces, para estas reflexiones, el recordar las palabras que el jefe indio Seattle le envió al presidente de los Estados Unidos en 1855. Es un poco largo pero cuando las palabras son sabias no están de más en la consideración de temas tan vitales, dice:

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Así Termina la Vida y Comienza la Supervivencia Carta del Jefe Indio Seattle

El Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras. El Gran Jefe también nos envía palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos esta gentileza porque sabemos que poca falta le hace, en cambio, nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego y tomarse nuestras tierras. El Gran Jefe de Washington podrá confiar en lo que dice el Jefe Seattle con la misma certeza con que nuestros hermanos blancos podrán confiar en la vuelta de las estaciones. Mis palabras son inmutables como las estrellas.

¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros? Lo decimos oportunamente. Habéis de saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja.

Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las fragantes flores son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las praderas, el calor corporal del potrillo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia. “Por eso, cuando el Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. El Gran Jefe manda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros. El será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por eso consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Más, ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El agua centelleante que corre por los ríos y esteros no es meramente agua sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos estas tierras, tendréis que recordar que ellas son sagradas y deberéis enseñar a vuestros hijos que lo son y que cada reflejo fantasmal en las aguas claras de los lagos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.

Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras, deberéis recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos de vosotros; deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daréis a cualquier hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino. Deja detrás de él las sepulturas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe. Olvida la sepultura de su padre y los derechos de sus hijos. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su

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insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras de sí sólo un desierto.

No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace doler los ojos al hombre de piel roja. Pero quizá sea así porque el hombre de piel roja es un salvaje y no comprende las cosas. No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde pueda escucharse el desplegarse de las hojas en primavera o el orzar de las alas de un insecto. Pero quizá sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las cosas. El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. ¿Y qué clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la laguna? Soy un hombre de piel roja y no lo comprendo. Los indios preferimos el suave sonido del viento que acaricia la cala del lago y el olor del mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por la fragancia de los pinos.

El aire es algo precioso para el hombre de piel roja porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco parece no sentir el aire que respira. Al igual que un hombre muchos días agonizantes, se ha vuelto insensible al hedor. Mas, si os vendemos nuestras tierras, debéis recordar que el aire es precioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con toda la vida que sustenta. Y, si os vendemos nuestras tierras, debéis dejarlas aparte y mantenerlas sagradas como un lugar al cual podrá llegar incluso el hombre blanco a saborear el viento dulcificado por las flores de la pradera.

Consideraremos vuestra oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, pondré una condición: que el hombre blanco deberá tratar a los animales de estas tierras como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta. He visto miles de búfalos pudriéndose sobre las praderas, abandonados allí por el hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo cómo el humeante caballo de vapor puede ser más importante que el búfalo al que sólo matamos para poder vivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrir también al hombre. Todas las cosas están relacionadas entre sí.

Vosotros debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, debéis decir a vuestros hijos que la tierra está plena de vida de nuestros antepasados. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñados a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen el suelo se escupen a sí mismos.

Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia.

Aún el hombre blanco, cuyo Dios se pasea con él y conversa con él -de amigo a amigo no puede estar exento del destino común-. Quizá seamos hermanos, después de todo. Lo veremos. Sabemos algo que el hombre blanco descubrirá algún día: que nuestro Dios es su mismo Dios. Ahora pensáis quizá que sois dueño de nuestras

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tierras; pero no podéis serlo. El es el Dios de la humanidad y Su compasión es igual para el hombre blanco. Esta tierra es preciosa para El y el causarle daño significa mostrar desprecio hacia su Creador. Los hombres blancos también pasarán, tal vez antes que las demás tribus. Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por vuestros propios desperdicios. Pero aún en vuestra hora final os sentiréis iluminados por la idea de que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial. Tal destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cerrada por un enjambre de alambres parlantes. ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Así termina la vida y comienza la supervivencia….

Siempre nos dirán que al oponernos a toda patente, predominio del interés individual sobre el social en materia incluso de derechos de autor y de propiedad intelectual, lo hacemos por atrasados, ignorantes, tontos condenados y en última instancia responsables de nuestra pobreza. En realidad es una decisión que se basa netamente en valores, es realista en cuanto a los imposibles también y cauta, pero sobre todo hay que verlo como un encuentro de lo mejor de nuestras tradiciones éticas y como la mejor de todas las inversiones, ya que sale al encuentro de todos los demás pueblos de la tierra, intelectuales y creadores que también se oponen a todo ello y son quienes más que resistir, como decía el Jefe Seattle, luchan por la construcción del mundo futuro.

VI. CONCEPTOS IMPUESTOS

También se ha dicho que otra manera de proteger la biodiversidad y el conocimiento indígena sería patentándolos, pero una sola mirada a los requisitos y los recursos financieros necesarios para obtener una patente permite reconocer lo imposible de esta medida. Además, va en contra del modo de vida de los pueblos indígenas, de su cultura, en la que existen formas de transmisión, preservación y generación de conocimiento generalmente bien establecidas, que lo hacen accesible en su mayoría a todos los miembros de una comunidad, quienes lo enriquecen por medio de la innovación y el aporte de nuevos elementos.8

Estados Unidos empezó a interesarse en el control de mercados internacionales hacia los años veinte, en torno de su crisis de falta de mercados para sus mercancías pero asimismo en la construcción de su hegemonía global. En buena medida ésta se logra finalmente cuando se entreveía ya el final de la Segunda Guerra Mundial, en la cual no sólo no se definió el triunfo sobre los países del eje sino las alianzas y relaciones de poder entre las potencias capitalistas aliadas de cara al resto del mundo.

Dos años después del fin de la guerra, Estados Unidos impulsó la creación de un acuerdo multilateral conocido como GATT (General Agreement on Tariffs and Trade, o Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), en 1947. El GATT sería el precursor de la actual Organización Mundial de Comercio, OMC. Los antiguos miembros del GATT crearon en 1995 la OMC, un 1º de enero, y el 31 de diciembre del mismo año dieron por disuelto el antiguo GATT. Este cambio, como todo lo que se observa en este tema, irá significando

8 Carrillo Trueba (2006). "De patentes y derechos y de los pueblos indígenas" en Ciencias, julio-septiembre,

número 083. México: UNAM. pp. 30-37.

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cada vez una mayor ambición de control, relaciones internas entre países desarrollados y países del Tercer Mundo, y un mayor endurecimiento de las disposiciones conceptuales y normativas que genera e impone.

Al igual que en la negociación de acuerdos comerciales tan complejos e importantes como los tratados de libre comercio, tanto el GATT como la OMC trabajan en base a lo que denominan „rondas de negociaciones‟. Estas son duros procesos de „negociación‟ que dependiendo de la instancia y tema pueden durar días, meses o años.

La octava ronda del GATT (que fue conocida como la Ronda de Uruguay), y que tuvo lugar de 1986 a 1993, acuerda crear la OMC y también el reforzar la protección a la propiedad intelectual, extendiendo la ley comercial internacional al sector de los servicios, así como una liberalización de la inversión externa (los capitales globales). Estos aspectos van estrechamente ligados: amplias condiciones para el arribo selectivo de grandes capitales, extracción de recursos diversos (usualmente materias primas) y nuevas patentes. Guatemala se adheriría dos años más tarde (el 21 de julio de 1995), en el año que referíamos que todos los países del GATT se adhieren a la naciente OMC.

La OMC funciona también en base a rondas de negociación conocidas como Conferencias Ministeriales, y ha celebrado seis. La 1ª, de 1996, en Singapur; la 2ª, de 1998, en Ginebra; la 3ª, de 1999, en Seattle, que también fue conocida como Ronda del Milenio y fracasó por las protestas masivas conocidas como la Batalla de Seattle, por lo que no produjo ningún acuerdo ni declaración; la 4ª, de 2001, en Doha que produjo el “Programa de Doha” (que abordaremos seguidamente); la 5ª, de 2003, fue en Cancún y no logra ninguna declaración por el desacuerdo de países desarrollados con la posición del G-21, integrado por países del Sur, que reclamaba la eliminación de subsidios agrícolas en países desarrollados; y la 6ª, realizada en Hong Kong en que se aprueba una Lista de Preguntas a los Ministros, que incluye 5 puntos referidos al proteccionismo en la agricultura y otros temas.

Lo que tenemos en la 5ª y 6ª rondas de negociación de la OMC es el reclamo de países en desarrollo, principalmente potencias emergentes, que cuestionan el que se promueva el neoliberalismo en la agricultura en el Sur (lo cual ampliamente se ha cumplido para desgracia nuestra) pero que, al mismo tiempo, gobiernos como el de Estados Unidos destinen subsidios para proteger las suyas propias. Estos temas nos ayudan a entender las diferencias entre ambos, pero no deben confundirnos en cuanto a que lo que los „gobiernos del Sur‟ están exigiendo son iguales condiciones de cara al modelo neoliberal que vienen avalando.

La Cuarta Ronda de Negociaciones, decíamos, realizada en Doha, Qatar, el año 2001, tuvo la inmensa presión de la lucha que se libró previamente en las calles de la ciudad de Seattle, Estados Unidos, apoyada ampliamente por los movimientos populares del mundo, y que había conducido al estrepitoso fracaso de la anterior cumbre de la OMC. Así, se generaron condiciones para que en Doha se emitieran Declaraciones relativas a los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS, por sus siglas en inglés) y sobre la Salud Pública, las cuales permitieron (por ejemplo, el artículo 80 del TRIPS) el que los Estados, ante emergencias sanitarias, puedan explotar la patente de una empresa extranjera. Es decir, tomar el conocimiento privado transnacional y producir por sí mismos los medicamentos para salvar de la mortandad a sus pueblos.

Este fue un paso positivo logrado por el repudio mundial al no poder atenderse a la población enferma que está muriendo cuando existen los conocimientos y recursos en el mundo para producir medicamentos de bajo costo, en función de los anhelos de lucro de las

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transnacionales farmacéuticas. Sin embargo, la tendencia general presente y en perspectiva es, con todo y que una importante lucha se libra al respecto, en favor de las empresas.

Otro elemento útil de considerar es el que casi a la mitad del tiempo de vida que tuvo el GATT, antes de devenir en OMC, se creó a partir de la Conferencia de Estocolmo un organismo de Naciones Unidas que es la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), que a la fecha administra 24 convenios internacionales al respecto, que serán usualmente referidos en los textos de tratados de libre comercio y que vienen reforzando la tendencia general. Cuando se refieren „los convenios‟ (como el de París o Budapest, por ejemplo) es a esta administración de la OMPI que se está aludiendo. Por supuesto, la OMPI irá acogiendo otros nuevos convenios que grandes intereses puedan ir generando.

La presión social en el mundo hace que la cuestión de la propiedad intelectual sea frecuentemente tema de debate dentro de la OMC. Antes de los acuerdos del GATT, en la Ronda de Uruguay, de 1993, "cada país contaba con sus propias leyes de propiedad intelectual, su sistema de patentes resultado de su historia y de su situación social, económica y cultural."9

En varios de estos países "no era posible patentar un producto, sólo los procesos para su obtención -lo cual difería de la legislación estadounidense que permitía patentar procesos y productos. La idea era proteger la innovación tecnológica sin impedir su libre curso; es decir, la posibilidad de que otros inventaran un proceso distinto para obtener el mismo producto.

“Sin embargo, a finales de los ochentas se gestó un movimiento impulsado por doce de las mayores empresas de los Estados Unidos -Bristol Myers, Du Pont, General Electric, General Motors, Hewlett Packard, IBM, Johnson & Johnson, Merck, Monsanto, Pfizer, Rockwell y Warner-, que conformaron el Comité de Propiedad Intelectual (IPC, por sus siglas en inglés) junto con un conglomerado de empresas japonesas denominado Keidanren, y otro de origen europeo, la UNICE."10 Su primer gran objetivo fue acabar con las leyes nacionales mediante un marco global que les fuera propicio a sus empresas.

"Al poner en el mismo plano procesos y productos, esta legislación abría paso a las compañías para patentar todo aquello que encontraran, aunque no fuera modificado en lo más mínimo, como es el caso de una secuencia genética, y permitió que se patentara desde el genoma completo de un gusano hasta fragmentos del ADN del genoma humano cuya función aún se desconoce, sin dejar de mencionar el caso de las células de dos personas, un indígena de Nueva Guinea y otro de Panamá, ambos habitantes de regiones aisladas, que parecían poseer resistencia a ciertas enfermedades, y a quienes nunca se les notificó eso, ya que la compañía que estableció esta categoría alegaba ser su detentora"11. El 90% de las patentes de nuevas tecnologías pertenecen a compañías multinacionales.

Se trata de un marco impuesto de concepciones y leyes contra el desarrollo científico y tecnológico de los pueblos y en contra de dicho desarrollo puesto en favor de los pueblos. Norman Farnsworth explica que buena parte de los habitantes del mundo recurre todavía de manera directa a las plantas para curarse -80% de la población mundial se trata con métodos tradicionales, de los cuales 85% consisten en plantas, lo que representa un inmenso potencial para el desarrollo humano.

9 Carrillo, op. cit.

10 Ibid

11 Ibid

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¿De qué conceptos en sentido estricto se está hablando en estos temas? Básicamente habríamos de trabajar con tres: Propiedad Intelectual, Derecho de Autor, y Patente. Hay muchas más especificaciones convencionales, como el tema de las marcas, las denominaciones de origen, etc.; así como otros nuevos que vienen a derivarse de la biotecnología o modificación genética de organismos vivos.

Fuera de lo anterior, hay también algunos más como el de Patrimonio de la Humanidad, referido a obras tangibles o intangibles cuyos alcances les hacen meritorios de tal grado de reconocimiento cultural por parte de la UNESCO y posiblemente, si están incluidas en los listados presentados por los países miembros, de apoyo financiero para su sostenimiento, pero esto es otra cosa para lo que sería la gran lógica tendiente a la privatización progresiva del conocimiento y sus productos que se busca universalizar. Comprender, entonces, los tres conceptos fundamentales mencionados es lo que básicamente requerimos para el abordaje y análisis de la cuestión que nos ocupa.

El esquema de relación entre los tres conceptos es que la propiedad intelectual como concepto y marco general de derecho se subdivide en lo que sería la propiedad industrial (procesos y productos propiamente industriales) y el derecho de autor o lo que es lo mismo copyright (referido a creaciones intelectuales y artísticas). Patente es la figura jurídica de la titularidad patrimonial de un derecho de invención.

Como podrá apreciarse, la propiedad intelectual en última instancia arriba a dos tipos de figuras: las patentes relativas a procesos industriales e invenciones en general, y los derechos de autor. La patente y el derecho de autor son esencialmente lo mismo (dirigida a los creaciones intelectuales y artísticas en sí mismas, la figura „derecho de autor‟ es una forma de patente).

En los términos de la Declaración Mundial sobre la Propiedad Intelectual (votada por la Comisión Asesora de las políticas de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), el 26 de junio del año 2000, la propiedad intelectual es entendida similarmente como "cualquier propiedad que, de común acuerdo, se considere de naturaleza intelectual y merecedora de protección, incluidas las invenciones científicas y tecnológicas, las producciones literarias o artísticas, las marcas y los identificadores, los dibujos y modelos industriales y las indicaciones geográficas".

La patente es un derecho negativo que otorga el Estado a un inventor. Se le llama derecho negativo porque lo que hace es limitar el derecho de otros respecto de algo. En este caso que terceros hagan uso de la tecnología patentada, a menos que el titular de la patente les autorice a implementarla bajo las condiciones que el titular quiera fijar. Es una especie de monopolio que el Estado otorga de manera temporal según términos del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC o, en inglés, TRIPS y se trata del anexo 1C del Convenio por el que se crea la OMC, firmado en 1994, en la Ronda de Uruguay del GATT), fijado en veinte años. Después de dicho plazo, los patentes pasan a dominio público. Pero como es de suponerse, al igual que con la prescripción de las deudas que se las arreglan los grandes intereses para que nunca prescriban, existen mecanismos para imponer el derecho privado sobre el dominio público. Y uno de los más usuales actualmente es el ir ampliando y ampliando el tiempo de dichos derechos sobre una invención para que nunca llegue a dominio público y siga constituyendo una fuente de ganancia privada. Asimismo, la nueva generación de tratados de libre comercio, como se prevé aún más en el caso del Trans-Pacific Partnership que era secreto y

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se filtró12, los grandes capitales y sus gobiernos ya ni siquiera quieren reconocer la figura del dominio público. Esto nos muestra en toda su claridad que el asunto no es quedarse sólo en la atención de los de por sí graves tratados de libre comercio suscritos sino que éstos son abiertos y los instrumentos internacionales que se van generando e imponiendo como un proceso que excede los anteriores, es lo que va determinando la contradicción entre propiedad privada y propiedad social o colectiva.

Otro aspecto que hay que prever de las patentes es que son bienes que pueden circularse y colocarse en la bolsa. Se trata de una especie de capital y en dicho terreno ya sabremos quién manda. Pueden establecerse porcentajes de propiedad sobre una patente dada; al igual que la propiedad inmobiliaria, los derechos se pueden transferir por actos entre vivos o por vía sucesoria, pudiendo rentarse, licenciarse, venderse, permutarse o heredarse.

Las patentes solían y aún suelen creerse ligadas a lo que es con toda precisión una invención. Pero esto ya no es tan cierto por lo que se están inventando al respecto… (El „descubrimiento de una forma de vida‟, la relativamente fácil para ellos modificación de un gen para patentar un nuevo organismo vivo, etc.).

No se consideran invenciones, y por tanto no generan patentes: los principios teóricos o científicos; los descubrimientos que consistan en dar a conocer o revelar algo que ya existía en la naturaleza, aun cuando anteriormente fuese desconocido para el hombre; los esquemas, planes, reglas y métodos para realizar actos mentales, juegos o negocios y los métodos matemáticos; los programas de computación; las formas de presentación de información; las creaciones estéticas y las obras artísticas o literarias; los métodos de tratamiento quirúrgico, terapéutico o de diagnóstico aplicables al cuerpo humano y los relativos a animales, además, la yuxtaposición de invenciones conocidas o mezclas de productos conocidos, su variación de uso, de forma, de dimensiones o de materiales, salvo que en realidad se trate de su combinación o fusión de tal manera que no puedan funcionar separadamente o que las cualidades o funciones características de las mismas sean modificadas para obtener un resultado industrial o un uso no obvio para un técnico en la materia. Sin embargo, algunas de las anteriores, evidentemente, sí pueden generar derechos de autor.

No se pueden patentar los procesos esencialmente biológicos para la producción, reproducción y/o propagación de plantas y animales; el material biológico y genético tal como se encuentran en la naturaleza; las razas animales; el cuerpo humano y las partes vivas que lo componen; las variedades vegetales y minerales. Lo anterior es válido excepto para Estados Unidos y Japón.

Planteábamos que la propiedad intelectual se clasifica en dos categorías:

La propiedad industrial, que es el derecho exclusivo que otorga el Estado para usar o explotar en forma industrial y comercial las invenciones o innovaciones de aplicación industrial o indicaciones comerciales que realizan individuos o empresas para distinguir sus productos o servicios ante la clientela en el mercado (invenciones,

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Trans-Pacific Partnership (TPP) es la nueva iniciativa de tratado de libre comercio impulsada por Estados Unidos. El tratado es negociado en conjunto con Australia, Brunei, Chile, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Las negociaciones, que se efectúan en secreto, acaban de sufrir un serio revés tras la filtración extraoficial del capítulo sobre propiedad intelectual. El capítulo en cuestión incluye diversas disposiciones que afectarán el acceso a medicamentos, los derechos de las personas en Internet, la libertad de expresión y el respeto a la vida privada, entre otros. Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=124164. El documento filtrado puede conocerse en: http://www.keionline.org/node/1091.

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marcas, dibujos y modelos industriales, así como indicaciones geográficas de origen). Todo ello se puede patentar.

Derechos de autor o el reconocimiento que hace el Estado a favor de un creador de obras literarias y artísticas, en virtud del cual otorga su protección para que el autor goce de prerrogativas y privilegios exclusivos de carácter personal y patrimonial (derechos que tienen los artistas sobre sus obras, derechos de los intérpretes sobre sus ejecuciones e interpretaciones, derechos de los autores de fonogramas sobre sus grabaciones, derechos de las empresas de radiodifusión sobre sus programas, tanto de radio como de televisión, etc.)

El derecho de autor es un conjunto de normas y principios que regulan derechos morales y patrimoniales (de reproducción, comunicación social, traducción y conexos). Se aplica a la autoría de obras literarias, artísticas, científicas o didácticas, sean inéditas o publicadas. Si bien las obras pasan a dominio público cuando los derechos patrimoniales expiran, el Congreso de Estados Unidos incrementó en 1831 el plazo inicial del copyright de 14 a 28 años (o sea, se llegó a un máximo de 42 años de protección) y en 1909 extendió el plazo de renovación de 14 a 28 años (obteniéndose un máximo de 56 años de protección). Y, a partir de los años 50, comenzó a extender los plazos existentes en forma habitual (1962, 1976 y 1998).

Son objeto de protección las obras originales del campo literario, artístico y científico, cualquiera que sea su forma de expresión, soporte o medio. Entre otros: libros, folletos y otros escritos; obras dramáticas o dramático-musicales; obras coreográficas y las pantomimas; composiciones musicales con o sin letra; obras musicales y otras grabaciones sonoras; obras cinematográficas y otras obras audiovisuales; obras de dibujo, pintura, escultura, grabado, litografía; historietas gráficas, así como sus ensayos o bocetos; obras fotográficas; gráficos, mapas y diseños relativos a la geografía, a la topografía o a las ciencias; proyectos, planos, maquetas y diseños de obras arquitectónicas y de ingeniería; programas informáticos; entrevistas; sitios web, etc.

Hay varias categorías de materiales que generalmente no son elegibles para la protección de derecho de autor. Éstas incluyen, entre otras: trabajos que no han sido fijados en una forma de expresión tangible (por ejemplo, obras coreográficas que no han sido escritas o grabadas, o discursos improvisados o presentaciones que no han sido escritas o grabadas); ideas, procedimientos, métodos, sistemas, procesos, conceptos, principios, descubrimientos, aparatos, como diferenciaciones de una descripción, explicación o ilustración; obras que consisten totalmente de información que es de conocimiento público y no representan un trabajo que tenga un autor original (por ejemplo, calendarios, tablas de peso y estatura, cintas métricas o reglas, y listas o tablas obtenidas de documentos públicos u otras fuentes de uso común); las leyes, reglamentos y demás normas (se pueden publicar pero no dan exclusividad a menos que impliquen un trabajo en torno de ello).

Veremos, ahora, el importante endurecimiento que vienen a significar los tratados de libre comercio al respecto de estas lógicas, en los casos del DR-CAFTA y el ADA UE-CA, y lo que se vislumbra va a introducirse a partir del Acuerdo Transpacífico.

El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos o DR-CAFTA (siglas de Central América Free Trade Agreement a lo cual se agregaría RD porque al mismo se le incorporaría después la República Dominicana, o Dominican Republic), más que un acuerdo de todos los países signatarios entre sí, es un amplio acuerdo comercial de los Estados Unidos con la región como una sola. No obstante lo anterior, de cara a la relación con Estados Unidos lo que

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privaron fueron los intereses empresariales de cada país en lo particular.

Su cronología es la siguiente. El 24 de septiembre de 2001 se emitió un primer comunicado de prensa con motivo de una reunión para el efecto de empezar a trabajar el acuerdo por parte de altos funcionarios de política comercial de Centroamérica y Estados Unidos. A ello le seguirían los llamados Talleres Técnicos preparatorios, que tuvieron lugar el primero en noviembre de 2001 en San Salvador (en enero 2002 el presidente de EEUU notificaría a su Congreso de su intención), y seguirían sucesivamente realizándose en Washington, San José, Antigua Guatemala y los dos últimos en Washington, nuevamente, para finalizarse esta etapa en septiembre de 2002.

La negociación del CAFTA, propiamente, tendría lugar en nueve rondas que tuvieron lugar entre el 27 de enero de 2003 y el 12 de diciembre del mismo año, en diversas ciudades de Centroamérica y Estados Unidos. Específicamente en la octava ronda (sesiones especiales) que tuvo lugar en Washington D.C., se acordaron en principio las disposiciones sobre la observancia de los derechos de propiedad intelectual, mediante los cuales se garantiza el establecimiento o mantenimiento de procedimientos y recursos administrativos, civiles y penales adecuados para su efectiva protección, garantizando las facultades que tienen los jueces nacionales para, por ejemplo, ordenar a su discreción la destrucción de mercancías falsificadas o pirateadas, pero a su vez, pudiendo destinarlas a programas de beneficencia, según lo establece, por ejemplo, la legislación costarricense.

Por otra parte, según los informes de las sesiones extraordinarias de negociación (octava ronda), en el tema de patentes se lograron aspectos de la posición defendida por Centroamérica. Específicamente, que en el capítulo de propiedad intelectual no se establezca ninguna obligación de patentar métodos de diagnostico, terapéuticos y quirúrgicos para el tratamiento de personas o animales. Esa era la intención norteamericana.

Asimismo, se acordó mantener la facultad de realizar importaciones paralelas de medicamentos en el país, así como no limitar de ninguna manera las facultades para otorgar licencias obligatorias, con lo cual se aseguran dos de las herramientas más efectivas con que se cuenta para garantizar el acceso a los medicamentos y la seguridad social. Asimismo, se mantiene la facultad establecida en el Artículo 5 del Convenio de París, en el sentido que las Partes puedan cancelar una patente por falta de explotación.

Seguidamente a la fase de negociación, se generaron planes de acción para cada país, en 2004 transcurrió la negociación de República Dominicana, y entre enero de 2005 y diciembre de 2009, el CAFTA fue siendo aprobado por los Congresos y entrando en vigor en diferentes fechas para cada país. En el caso guatemalteco, el 10 de marzo de 2005 fue aprobado por el Congreso de la República entre amplias e intensas manifestaciones populares en contra, como el Decreto 31-2005. Es un Decreto bastante escueto: en base a 6 considerandos, decreta sólo dos cosas: que se aprueba el CAFTA y que lo hace de urgencia nacional. El CAFTA entró en vigencia en junio de 2006.

El texto en sí del CAFTA en un muy extenso documento de 22 capítulos y tres anexos, el cual probablemente muy pocos diputados leyeron íntegramente.

En el ámbito de la salud sólo aparecerá en su mayor aproximación como medidas fitosanitarias en tráfico de mercancías. Sin embargo, el Capítulo 15 es relativo a Derechos de Propiedad Intelectual, estableciendo en su artículo 15.1, inciso 2, la ratificación del tratado de OMPI sobre Derechos de Autor (1996); en el inciso 3, el Tratado de Cooperación en

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Materia de Patentes, según su revisión y enmienda (1970) y el Tratado de Budapest sobre el Reconocimiento Internacional del Depósito de Microorganismos a los fines del Procedimiento en Materia de Patentes (1980); en el inciso 4, el Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (1991) (Convenio UPOV 1991), más que el subpárrafo anterior no aplicará a cualquier Parte que otorgue protección efectiva mediante patentes a las plantas a la fecha de entrada en vigor de este Tratado; el inciso 6, el Tratado sobre el Derecho de Patentes (2000); el inciso 16, proyectos de educación y difusión acerca del uso de la propiedad intelectual "como instrumento de investigación e innovación”, dice, además de intercambios y administración de informaciones estatales e internacionales al respecto; y, entre otros, todo el mayúsculo inciso 15.9 es relativo a patentes.13

Tras la aprobación por el Congreso de la República del CAFTA vinieron reformas a las leyes nacionales, y entre varias otras, las relativas a patentes. Las reformas legales para la implementación del „TLC República Dominicana-Centroamérica-Estados Unidos de América‟ es el Decreto Ley 11-2006.

Como antecedente, el Decreto 56-2000 modificó la Ley de Derecho de Autor y Derechos Conexos (Decreto N° 33-98) y en su artículo 43 modificó expresamente el artículo 274 del Código Penal, entrando en vigencia el 1 de noviembre del 2000.

Ya derivado del CAFTA, el Decreto 11-2006 destina su Capítulo VI a la propiedad intelectual (modificando el Decreto 57-2000, Ley de propiedad industrial y sus reformas). Ese Capítulo VI es proporcionalmente bien extenso dentro de la ley derivada de ese tratado de libre comercio: de los 131 artículos que comprenden esa Ley, 82 son del Capítulo VI.

El VI (Propiedad Intelectual) empieza en el Art. 34, refiriéndose a marcas, nombres comerciales, denominaciones de origen. El Art. 54 modifica el 103 de la anterior ley 57-2000, que es solicitud de patentes y aplica a invenciones. El Art. 56 modifica el 109 y se refiere a invenciones biológicas. El Art. 64 reforma el Art. 139 bis del Dto. 57-2000, quedando así: “Artículo 139 bis. Cancelación de patente por fraude. La patente puede ser cancelada en caso de fraude cuando ésta se haya otorgado a una persona individual o jurídica que no haya tenido derecho a la misma.” Pero establece que “Este proceso de cancelación sólo puede ser iniciado por la persona individual o jurídica que por ley tiene derecho a la patente”. El Capítulo se extiende en modificaciones a la Ley de Propiedad Industrial hasta el artículo 116.

El CAFTA viene dirigido a contemplar plenamente la legislación nacional de cara a su biotecnología de modificación genética de especies vivas.

En lo que respecta al Acuerdo de Asociación Unión Europea – Centroamérica (ADA UE-CA), éste parte de una premisa ante lo cual hemos de ser realistas para todo tratado de libre comercio inscrito en un proceso capitalista que se impone progresivamente: “Los acuerdos se caracterizan por su amplitud y su carácter abierto y “en curso”, que obliga a los países firmantes a ampliar periódicamente lo acordado y a emprender en los años por venir un número indefinido de reformas jurídicas, administrativas, económicas y sociales cuyo fin es otorgar condiciones cada vez más favorables a las inversiones de las empresas europeas. Constituyen verdaderas reformas constitucionales “progresivas” que serán definidas a nivel

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http://www.sice.oas.org/Trade/CAFTA/CAFTADR/CAFTADRin_s.asp

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ministerial, lejos del seguimiento que puedan hacer los parlamentos o la opinión pública de cada país.”14

El 29 de Junio de 2007 se anuncia oficialmente el inicio del proceso de negociación del Acuerdo. Se determinan los criterios técnicos y el cronograma de trabajo. Se estarían realizando 10 rondas de negociación, las cuales tendrían lugar en países centroamericanos y Bruselas.

Cada ronda tendría una periodicidad de tres meses aproximadamente. La primera se realizó en el mes de octubre de 2007, en Costa Rica; la segunda en febrero de 2008, en Bruselas; la tercera en abril de 2008, en El Salvador; la cuarta ronda se realizó en Bruselas en julio de 2008; la quinta fue en octubre 2008, en Guatemala; en diciembre de 2008 se realizó una sesión técnica previa a la siguiente ronda; la sexta ronda fue en Bruselas, en enero de 2009; el tema de las patentes fue abordado en la segunda y sexta ronda, principalmente. En marzo 2009 se realizó una sesión técnica previa a la VII Ronda; esta séptima ronda fue en Honduras, en marzo 2009; pero a raíz de divergencias en el proceso, dicha séptima ronda fue suspendida ante el retiro de los negociadores de Nicaragua.

De marzo a junio se realizaron dos sesiones técnicas para buscar retomar el proceso conductor de la negociación.

Con el Golpe de Estado suscitado en Honduras en junio de 2009, el proceso quedó prácticamente estancado. Se realizaron sesiones técnicas para encontrar salidas políticas en términos de continuar con la negociación y a diciembre de 2009, lo que existían era malestar e incertidumbre en torno a si realizaba otro mandato negociador en el sentido de que Honduras quedara fuera por el Golpe de Estado.15 Sin embargo, ampliamente criticado, luego de ocho de meses de estancamiento, la Unión Europea decidió normalizar sus relaciones con Honduras, y así se realizó de manera pragmática pese al golpe de Estado, la negociación del ADA en Bruselas, los días 21 a 26 de febrero de 2010. La conclusión de la negociación tuvo lugar en Madrid, en mayo de 2010.

Una vez terminado el proceso de negociación, inicia una etapa de ratificación e implementación del Acuerdo que podría durar entre 2 y 5 años.

La interrupción que tuvo lugar con motivo del golpe de Estado guarda aspectos sumamente interesantes, no sólo por las críticas que suscitó la disposición de la UE a normalizar sus relaciones con el gobierno hondureño, sino porque precisamente el movimiento social y popular centroamericano había, previamente al golpe, constituido al Presidente Manuel Zelaya en el portavoz de sus demandas de cara al Acuerdo de Asociación:

“La propuesta fue elaborada para que por medio del gobierno de Manuel Zelaya se presentara a los presidentes centroamericanos en el marco de la reunión del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) la cual se realizó en el mes de Mayo 2009 en la República de Nicaragua. Con esta propuesta se esperaba abrir un diálogo directo con los Presidentes en torno al Acuerdo de Asociación, dado que a la fecha en el conjunto de la región esto no ha sido posible para el movimiento social organizado”, plantea el estudio de Morales y Garza (2009).

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Morales, Henry y Jesús Garza. El acuerdo de asociación Unión Europea y Centroamérica. Guatemala: Movimiento Tzu Kim Pop, 2009, pág. 32. 15

Ibid, pp. 38-39.

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La demanda política de los movimientos, redes y organizaciones sociales de Centroamérica a los Presidentes centroamericanos sobre el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea fue:

Suspensión inmediata de las negociaciones: Es necesaria la suspensión inmediata de las negociaciones hasta en tanto no se acuerden nuevas y compartidas bases de negociación por parte de Centroamérica.

Esta suspensión servirá para que los gobiernos centroamericanos analicen los impactos de los proceso y tratados de libre mercado como factores desencadenantes de la crisis financiera y la recesión planetaria, condición fundamental para replantear las futuras relaciones con la Unión Europea, así como la oportunidad de efectuar verdaderos y democráticos espacios de consulta a la sociedad civil para definir la forma de desarrollo e integración que requerimos los pueblos, con autodeterminación y respeto a la vida.

En dicho marco de construcción y adhesiones de la posición común, las organizaciones indígenas asentaron:

Los participantes del encuentro consideramos que el modelo neoliberal destruye y arrasa con los pueblos a través de la privatización y de la destrucción de los elementos naturales que se evidencia en el desarrollo de mega proyectos como las presas, la minería, los monocultivos, entre otros.

Son los Tratados de Libre Comercio y los mega proyectos los que destruyen los eco-sistemas, generan pobreza, hambre, migración, delincuencia, violación a los derechos de los pueblos mesoamericanos y en especial a los pueblos originarios, y explotan la mano de obra barata. Pero también son éstos, junto con la falta de soberanía alimentaria, que ponen en riesgo la salud de los pueblos envenenando los suelos, las plantas y a las personas; favoreciendo múltiples enfermedades y en especial las que afectan a las mujeres y sus derechos humanos.

En esta semana ratificamos nuestro rechazo a la firma de tratados como el Tratado de Libre Comercio (TLC), los Acuerdos de Asociación (ADA), el Proyecto Mesoamericano conocido anteriormente como Plan Puebla Panamá, entre otros. En contraste, exigimos a los gobiernos de la región ratificar o cumplir, según su caso, con el Convenio 169 de la OIT y que se respeten otros tratados que beneficien a las poblaciones en general y en especial de los pueblos indígenas, con el cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas aprobado recientemente por Naciones Unidas.

Por ello nuestro rechazo contundente a todas las formas de patente de la biodiversidad y a que sean las bolsas de valores o instancias como la Organización Mundial del Comercio (OMC) las que impongan los precios de nuestros productos.

No podemos saber cuál es el futuro pero sí, inspirándose en los usos del pensamiento médico, tomar las acciones posibles para que ese futuro se acerque a aquello que más se aproxime a la salud integral de un pueblo y los pueblos todos del mundo, así como prevenir efectos dañinos o a lamentar.

Con los Acuerdos Comerciales del llamado „libre comercio‟, el espíritu que le dio lugar y les precede, hay dos amenazas fundamentales que se le presentan a la Medicina Tradicional

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Maya al igual que a todo sistema médico en el mundo:

a. La privatización: esa descomunal, persistente e ilimitada ansia impuesta por grandes poderes corporativizados y sus aparatos diversos tendiente a la privatización y concentración de la propiedad; y

b. una forma de mercantilización. La forma dominante de mercantilización destinada a generar y acumular riqueza al costo que sea, su naturalización de la desnaturalización (o legitimación), su carácter abstracto (despersonalizado) y especulativo financiero.

De la Resistencia hacia el Reto Creciente y General de Lucha Por la Vida En el mundo es ampliamente conocido que Estados Unidos y Japón son los dos países más reaciamente opuestos a suscribir acuerdos que limiten los dos principios sacrosantos de las grandes corporaciones y sus agentes. El saqueo y monopolización de los recursos biológicos provenientes de otras regiones del planeta es ostentosamente contraria al declarativo „libre comercio‟. Obviamente no son estos dos los únicos Estados en que se asientan las grandes corporaciones interesadas en detectar, apropiarse e impedir que terceros accedan a recursos de origen biológico. Y que como hemos señalado antes, implica pensar, al respecto, no sólo en grandes consorcios químico farmacéuticos, sino también agrícolas biotecnológicos, industriales modernos en muy amplios sentidos, etc., todos ellos naturalmente con nexos o derivaciones a fines y aplicaciones no siempre pacíficas). Las grandes corporaciones, hoy en día, no están cobijadas bajo la prudente función reguladora estatal, que acaso otrora existiera. Por el contrario, muchos reconocen y documentan más bien lo opuesto: que dichas grandes corporaciones son las que determinan a principales actores y funcionamiento económico político, en lo fundamental, de los principales Estados del planeta, su utilización de recursos y procedimientos. Asimismo, hay que tener presente que estas grandes corporaciones, cuando se dice que se han transnacionalizado, no es sólo porque asienten sus dispositivos de insumos y mercados, etc. en pequeños países de „ultramar‟; sino porque la conformación misma de su capital, fundamentalmente, expresa ese carácter. No por los discretos márgenes de acciones permanentemente en las bolsas financieras, sino por el control real de las mismas que es el poder que se desenvuelve en fusiones y absorciones de las grandes empresas entre sí, es decir, el control fundamental de lo más sustantivo del modelo en su conjunto y razón de ser. Lo anterior ayuda a entender varias cosas que hace falta formular al final de nuestro análisis. La primera de ellas es que, el mundo de las patentes hay que entenderlo como un lenguaje cada vez más común, desgraciadamente, impulsado pero no exclusivamente, por ciertos Estados. Efectivamente, el 90% de las patentes en el mundo están en manos de entes privados de Estados Unidos, Europa y Japón. Pero toda esa lógica es al mismo tiempo suscrita, defendida y promovida por quienes representarían los intereses de los llamados „países del Sur‟, a nivel de la Organización Mundial de Comercio. Si vemos diferencias entre el comportamiento específico del núcleo fundamental de poder de decisión corporativo de Estados Unidos y Japón respecto de los otros países desarrollados que despuntan en estas lógicas –es decir, sus núcleos fundamentales de intereses

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corporativos y las estrategias que pueden o buscan seguir con sus convergencias o diferencias-. Y, más aún, de estos dos últimos con los comportamientos observados en potencias emergentes y otros llanamente sumidos en la condición de subdesarrollo. Todas esas variantes presentarán un mismo patrón de intereses, a distinta escala, pero en el mismo sentido en lo que respecta a patentes. Como se trata de un mismo modelo o sistema global, en proceso de transnacionalización, concentración y profundización, la dinámica estructural que caracteriza a esta lógica de las patentes no tiende, ni tenderá a nada justo. Pensar o querer creer lo contrario implicaría suponer que los sistemas jurídicos o políticos (sean nacionales o multilaterales) puedan funcionar por sí mismos, de manera independiente o por sobre el conjunto de principales intereses económicos. Ello sólo se ve, en cierta medida, cuando ocurre una transgresión de reglas y procedimientos definidos por ese mismo conjunto. Por ejemplo, como hemos señalado, la Organización Mundial de Comercio. Ahí las rondas de negociación simplemente se suspenden, no llegan a „acuerdos‟, se posponen para la siguiente conferencia ministerial, o dos o tres más, indefinidamente. Así ha ocurrido en la flagrante continuidad de subsidios agrícolas que por razones políticas y de seguridad alimentaria nacional establecen países como Estados Unidos, mientras que vía „acuerdos comerciales‟, „gestiona‟ el que en marcos normativos y políticas públicas formales o informales de otros países dichos subsidios se eliminen. Ahí la cuestión del poder, y del „poder de negociación‟ específicamente, es clara. Pero hay que observar asimismo que lo que los llamados „países del Sur‟, o dichos Estados y los intereses que de fondo representan, están exigiendo no por mera „demostración lógica de la falacia que implica el neoliberalismo‟ ese fin de los subsidios en Estados Unidos y Europa, sino para que el modelo dominante, tal cual se pregona, se haga realidad. Si lo viéramos desde la perspectiva de lo común que hay entre un pequeño productor agrícola o pecuario de nuestros países latinoamericanos y los de algún país de Europa o los Estados Unidos, eso sería algo muy distinto que cuando los Estados latinoamericanos acuerpan la lucha por el fin de los subsidios en países desarrollados. Aunque eso suene „justo‟, lo que hay detrás de las posiciones gubernamentales es un interés económico de empresas varias representado en las gestiones internacionales. Toda la derecha económica más definida en su orientación ideológica y política del mundo, unida, coincidirá en esa postura anterior. Pero hay una mayor aún, que es la que se impone sobre ese conjunto en la dinámica histórica real, más derecha aún que la anterior si cabe (y sí cabe), cuya misión y ejercicio a través de los mecanismos más inconfesables, se abstrae de todo ese tipo de „igualitarismo‟ al mismo tiempo que lo promueve en el resto para gestar eso que son los imperios. Esto es importante entenderlo porque, aunque es básico realmente, genera en la disparatada equiparación pretendida entre „naciones‟ o „Estados‟ el tipo de nociones y flujos que sustentan todo ese andamiaje y modelo imperial real. El discurso capitalista de élites nacionales en países llanamente sometidos al subdesarrollo o de potencias emergentes, incluso, oculta y manipula un lenguaje común con esos esquemas de privatización y mercantilización en gran escala para la ganancia.

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Dicho en otras palabras, hay que ser cuidadosos con ciertos discursos „nacionalistas‟ o de bloques emergentes y/o „alternativos‟ que en realidad no son tan alternativos. Un discurso aparentemente „anti-imperial‟ puede servir -y frecuentemente en estos terrenos sirve- para terminar adoptando el lenguaje y objetivos promovidos por el poder transnacional, de aquí y allá. Puesto que finalmente, en base a dichas aceptaciones y sus concreciones es que hacen todos ellos sus negocios, en general. Principalmente las potencias emergentes situadas en los trópicos son quienes, frente a las grandes corporaciones, se mueven en la defensa de los intereses de países llamados mega diversos (o con una gran diversidad biológica, fuente de infinidad aún de recursos bióticos diversos que evidentemente son apetecidos por otros que carecen de dicha diversidad, pero por cuyo avanzado y desigual desarrollo son precisamente los principales interesados, a la vez, en el saqueo y la privatización). Tema focal al respecto, es el intento de modificación del Acuerdo sobre los Aspectos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio ADPIC (Art. 27.3.b), desde el interior de la misma OMC, por parte de varios países liderados por India y Brasil, por varias rondas. A ello se opone Estados Unidos:

Los EEUU sustentan su oposición a las modificaciones del párrafo 3 b. del artículo 27 del ADPIC, con el argumento de que serían más fácilmente alcanzables los objetivos de la CDB mediante leyes nacionales y disposiciones contractuales basadas en la legislación, que podrían incluir compromiso sobre la divulgación de cualquier aplicación comercial de los recursos genéticos y conocimientos tradicionales asociados. La retórica estadounidense provoca una serie de cuestionamientos: a) ¿Tal propuesta legitimaría la biopiratería, disfrazada en contratos ampliamente favorables a las empresas? b) ¿Estarían protegidos los derechos de las comunidades solamente por contratos entre partes totalmente desiguales en poder económico, político y en capacitación técnica y jurídica como son las comunidades indígenas y las grandes corporaciones de investigación y desarrollo de productos farmacéuticos? c) ¿Estarían preparados los gobiernos y órganos locales para imponer términos justos en los contratos ante empresas con facturación anual mayor que su producto interno bruto (PIB)? d) ¿Cuál sería el límite legal para las pretensiones de las empresas multinacionales? ¿Leyes nacionales que no son efectivas ni siquiera entre sus nacionales, en su territorio? ¿Órganos gubernamentales con poca capacidad técnica, infraestructura y administradores públicos corruptibles y fácilmente influenciables? Durante décadas, la diplomacia de los EEUU ha impuesto, a través de presiones políticas y económicas, la adhesión masiva de los países al ADPIC. Para las empresas estadounidenses es importante mantener un sistema internacional de propiedad intelectual, con amplia posibilidad de patentamiento de la biotecnología, sin embargo mal adaptado para la protección de los conocimientos tradicionales.16

En el movimiento de los países mega diversos, y en torno de ello, hay varias posiciones diferentes. Es preciso tenerlo presente. Las más claras y que definen el movimiento realmente alternativo en el planeta van en el sentido de una cosa fundamentalmente: oponerse a las patentes. Aquí recordemos que

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Berger Filho, Airton Guilherme. La propiedad intelectual y los derechos al patrimonio genético en el derecho internacional. Conferencia. Universidad de Caxias do Sul, Brasil.

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„patente‟ es el derecho patrimonial exclusivo y excluyente (o jurídicamente negativo, que nadie más que el propietario de ella acceda al bien patentado). Las „arenas‟ en que dicha lucha se juega, además del campo de sentido y posición política, cultural e ideológica al respecto (la formulación clara del por qué los pueblos se oponen a las patentes y contra qué intereses va la oposición en ello), es también en varios campos específicos y sobre todo en el de la salud humana. Aquí, en la salud, además de la oposición llana a las patentes, también se suele jugar la postura alternativa como promoción incluso de regímenes de excepción a las patentes nacionales o internacionales. O bien, el denodadamente pugnar por reducir el tiempo que jurídicamente privatiza el conocimiento para la elaboración de productos y sus procedimientos mismos para generarlos, en aras del dominio público universal. Sólo que este último campo podría implicar una incómoda convergencia, e incluso, posible aceptación incorrecta de los derechos de patente industrial como norma a aceptar, por eso conlleva un marcado riesgo de orden político. No tener la debida claridad al respecto implica el riesgo de encontrarse en el lobby de los agentes del patentamiento, ya sea en espacios internacionales o nacionales. Cuando decimos, y hay que comprenderlo tal cual, que una corporación ha patentado un producto derivado del conocimiento de los pueblos o la biodiversidad de un país, lo que estamos diciendo no es que lo haya „saqueado‟ y se lo haya „apropiado‟ en el sentido de que no estamos ganando mientras aquéllos sí lo está haciendo. Es sencillamente que no podrá ser utilizado en la esfera comercial que rige los intercambios o la producción industrial internacionales por otros que quienes sus dueños de la patente. Se trata de un sentido de propiedad excluyente de y para su origen. De ahí lo complicado del asunto y el que genere tanta confusión si no se asume con coherencia y consecuencia la posición alternativa mundial contra las patentes. Dicho en otras palabras, la posición alternativa mundial, no es en contra de que los pueblos no ganen en dicho proceso de patentes corporativas, sino en la dirección de que no existe la privatización del conocimiento y los recursos en general para el desarrollo de los pueblos del mundo. Esa distinción es crucial. Por ejemplo, determinadas cámaras empresariales y comerciales de Guatemala, y ciertas asociaciones de comercio no guatemaltecas pero en Guatemala, vienen curiosamente denunciando que en países del Asia, textiles con diseños tradicionales guatemaltecos estén siendo producidos industrialmente. Y dicen que eso es un abuso y que aquéllos „deberían de pagar por eso‟, motivo por el cual promueven la lógica jurídica de las patentes y la coparticipación en cuanto a la „propiedad‟. Si eso se acepta, sin preguntarse además de dónde a acá tanta virtud y „patriotismo‟, se aceptará que aquello que es de uno se convierta en valor mercantil exclusivo. Es decir aquello que entendemos como „patrimonio‟ de los pueblos, adquiere un sentido de „patrimonio‟ económico en un mundo capitalista. Base para aceptar las reglas del poder dominante. A ese respecto lo que, luego de un análisis a profundizar más, podría hacerse es que quien sea que re-produzca un aporte cultural de la Humanidad, reconozca nada más y nada menos el origen o la inspiración de ese bien. Aquí estamos hablando de una forma específica, no cualquiera ni la dominante, de entender eso que el mundo de las patentes llama „marca de

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origen‟. Más no es ello exactamente, ya que no implicaría ninguna dimensión mercantil y eso para el capitalismo y su mundo de patentes sería absurdo, no tendría sentido para ellos. Pero para los pueblos sí. Ello no equivaldría a „impedir‟ que cualquier otro en el mundo que quiera re-producir „queso Zacapa‟ no lo pueda hacer, y que sólo pueda etiquetar su producto, a nivel de marca y etiquetado, como „queso tipoZacapa‟. Pero sí significaría el que reconozca que dicho queso es básicamente inspirado o siguiendo los procedimientos tradicionales de tal o cual parte del mundo, ya que ello promoverá la capacidad cultural y los productos mismos de dicha región. Eso último no implicaría la terriblemente impensable gestión, de establecer ese tipo de procedimientos para todo aquello que vemos y no vemos de nuestros mundos culturales y productos diversos, sean éstos para el intercambio mercantil o no. Pero sí una gestión directa convergente con otros pueblos y de cara a aquellos quienes lo están produciendo, que permite una visión diferenciada de la que se quiere promover engañosamente como quitarle a otros „el derecho que es de uno‟ (equivalente y antesala del patentar y de patentarlo todo). Así, el problema con las corporaciones químico farmacéuticas no es que no paguen parte del botín de apropiarse en exclusiva de un producto que muchas veces proviene de una comunidad del tercer mundo, mega diversa en lo específico o no. Y por ello, esto es bien importante, Estados Unidos (sus corporaciones) son los más reacios en el planeta, si bien no los únicos entre los desarrollados, los más opuestos a que se divulgue el origen de los componentes biológicos que integran sus productos. Porque en su lógica, ello significaría tener que derivar parte de sus „ganancias‟ con sus nuevos „socios‟, las que obtiene del mercado y la gente que necesita esos productos, y en tal sentido a tener que reconocer „pérdidas‟, cuando todo lo que busca y dice defender es el „ganar‟ a cualquier costo. En el lobby, muy importante, para que las corporaciones divulguen el origen de sus componentes, hay posiciones diferenciadas que, también, hay que saber discernir con claridad. La más interesante, aún bastante inexplorada, y ética de todas sería la que implique cara a cara, pueblo con transnacional, la declinación de una patente corporativa. Ello generaría una acción digna del viejo jefe Seattle, por ejemplo, de cara a la lucha por un nuevo mundo; un ejemplo digno a ser conocido, seguido y multiplicado en el planeta. Para el efecto no importaría la ruta de tener que demostrar que ese recurso es endémico o absolutamente único de la región de un pueblo que lucha por ese derecho y visión distinta, afortunadamente... Todo lo contrario, permitiría que todos aquellos pueblos que comparten ese conocimiento y sus geografías que lo contienen, en cualquiera de sus variantes biológicas atinentes, se uniesen en esa misma lucha. Y podrían haber varias luchas así simultáneamente, convergentes además con los usuarios de dicho bien, quienes lo necesiten. Otra inmensa virtud de este tipo de visiones opuestas a las patentes, que son consecuentes y congruentes con ellas, inclusive en cuanto a sí mismos, es que no impide el desarrollo del Conocimiento sino que puede converger no ingenuamente con él, estableciendo alianzas virtuosas inicialmente alternativas, que en el futuro sean la norma. Hoy estaríamos tentados por el discurso legitimador de las patentes, a pretender regular y negar oscamente toda investigación para el conocimiento. Aquí hay algo importante a

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entender. Y es que las grandes corporaciones, muy rara vez o casi nunca, establecen con su nombre propio la investigación de campo cultural, botánica o biológica en general, de bioprospección, o búsqueda, identificación y experimentación de esos recursos. Para eso cuentan con los más variados mecanismos y agentes privados a la larga, consciente o inconscientemente, voluntaria o involuntariamente, asociados, incluso vía diversos tamaños de empresas, instituciones y personas, a las grandes corporaciones. Es algo similar a la minería, donde las pocas más grandes corporaciones mineras del mundo, establecen empresas „nacionales‟ y prestanombres para realizar sus muy específicas exploraciones (no así ya para la explotación). Pero con una inmensa diferencia, realmente inmensa, y es que en los terrenos biológicos sí interviene la más amplia gama, que acabamos de referir, de estudiosos. Y pretender cerrarse a ello equivaldría nada más y nada menos que entrar en una posición bastante absurda, próxima a la misma lógica que se quiere cuestionar. Lo que sí no es absurdo, sino por el contrario –manteniéndose coherente con la visión seguida y sus principios de oposición a las patentes- sería muy pertinente, es que el Estado establezca una regulación directa a las empresas susceptibles, casas matrices e intermediarios, que realicen bioprospección en Guatemala y pretendan patentar cualquier recurso biológico o de otro tipo, el que obligatoria y públicamente lo informen al Estado, y que el mismo en caso de incumplimiento de ello se reserve el derecho de emprender acciones legales en contra de las mismas. Ello podría ser usado en el futuro contra la existencia de patentes mismas. Constituiría una normativa nacional tendiente a saber y seguir el origen no divulgado que se pelea internacionalmente. En todo caso, hay que reconocer que la tendencia, para países incluso como Brasil que es una potencia económica y política emergente, es que las oficinas de patentes en los países latinoamericanos permiten patentar un producto ante las leyes de un tercer país, ya podremos adivinar cuáles países.No obstante, los pueblos y organizaciones sociales pueden converger en la dirección de ello, y de hecho es necesario que se haga. Sólo un movimiento amplio y atento puede conocer y actuar para impedir ese tipo de acciones corporativas. Por todo lo anterior, es muy difícil determinar –si no imposible- quiénes serían las „empresas‟ que intervienen nacional y localmente en la bioprospección y detección de recursos biológicos en proceso de ser patentados. La respuesta certera es sencilla, en su extremo al final de la cadena: las grandes y principales empresas mundiales del ramo. Los mecanismos para el efecto, todo proceso de producción o socialización de información o conocimiento, escrita o verbal, académica o no... No hay forma ni tiene sentido el callar o interrumpir la socialización, uso y difusión de los recursos tradicionales para la salud, más bien lo contrario. Ello debe de ir ligado con una visión de cómo se entiende y ha de entender la salud, y los recursos para la salud, todos, no sólo los tradicionales. Con propios y extraños. Si bien la lucha contra ese modelo, en lo que respecta a la salud, no es algo que pueda resolverse sólo en el campo de la salud y menos por sus especialistas, de hecho bastante atareados y dificultados para llevar a cabo sus importantes tareas y funciones sociales específicas. Podríamos decir que si bien la negativa a querer divulgar el origen de los recursos patentados por las corporaciones, y finalmente aprovechados por las mismas, es fundamental de vencer internacionalmente a fin de involucrar a los actores todos entonces pertinentes en cuanto a rebatir dichas patentes (no a coparticipar de las mismas), hay que entender dos tipos de ámbitos en que éstas vienen generándose.

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Una es la pequeña, relativa al conocimiento de los pueblos ancestrales y sus nichos de asentamiento, por lo general. Otra, grande y cada vez más importante, es la de los espacios naturales en relativa conservación. Los primeros (decimos pueblos ancestrales en sus nichos de asentamiento „por lo general‟, ya que hay pueblos indígenas en aislamiento voluntario en regiones sumamente naturales y diversas que constituyen una excepción en América), constituirían el ámbito relativamente pequeño frente a lo otro. Pero ello no debe llevarnos a error, ya que lo que se está patentando es tan absurdamente común como el caso de la ayahuasca sudamericana. Esos casos son sumamente interesantes para los pueblos, ya que permiten enfrentar ese tipo de patentes, así como todo el modelo que hay detrás de ello. Ya no digamos si ocurriera el ejercicio de un derecho patrimonial de patente en contra de los pueblos en sí, que para las empresas implicaría un altísimo riesgo de perder su patente y cuestionar el modelo en su conjunto. Lo que en ello juega, es el interés dominante por mantener dicho modelo frente a la opinión pública, es decir, en términos políticos. Por ello es tan importante el promover una visión contraria a la existencia de patentes en sí. Más bien a donde apunta la cuestión, y aún no es fácil del todo para las corporaciones ligadas a recursos biológicos en cualquier de sus ramos, es al efectivamente modificar un sólo gen a una especie determinada para, entonces sí, hacerla calificar en el campo de la „invención‟. Pero ello implicaría riesgos muy variados, y costos, sobre todo a nivel del mercado al que van destinadas. En todo caso, cabe prever que esa sería una salida para justificar el ámbito de la patente, como en el caso de la modificación genética del maíz. Lo cual conlleva el ámbito de la oposición contra la biotecnología genética. En cuanto a la biotecnología, estamos ante otro tipo de establecimiento de monopolios que no es meramente jurídico, por absurdo que sea, como el de las patentes solamente. Ya que lo que fundamentalmente implica la biotecnología genética como riesgo, entre otros abusos de un patrimonio cultural ya universal, es la contaminación biológica. En otras palabras, que de cara al monopolio lo que se viabilice es la destrucción por contaminación biológica, adicional, de un germoplasma nativo. Eso viene ocurriendo en el campo de la agricultura mundial, según denuncias numerosas provenientes de todas partes. Con todo y que el ámbito „pequeño‟ no está exento del riesgo de las patentes corporativas, el riesgo mayor se produce en cuanto a la investigación aplicada a espacios en que no media el conocimiento humano precedente. Este ámbito aparentemente escaparía a lo que es el tema de nuestro estudio (la medicina tradicional). Sin embargo, los pueblos habrían de seguir profundizando en cuanto a una perspectiva intercultural respecto de nuevas posibilidades y el sentido social de la investigación para la salud. En todo caso, los efectos generales que se derivan tanto de los acuerdos de libre comercio, la lógica de inserción económico política que subyace a éstos y por tanto les antecede, configura y trasciende en sí mismos, genera un conjunto muy amplio de impactos que de manera directa o indirecta afectan la salud y la vida de personas, pueblos, medio ambiente e institucionalidad democrática. No es nada difícil percibir la orientación extractivista que marca la inserción de los países latinoamericanos actualmente, su orientación a una explotación desmedida de recursos naturales y materias primas, en aras de un modelo de supuesto desarrollo e „inserción competitiva en la economía global‟, y ello, como se señalaba al inicio, amenaza con destruir las fuentes de recursos, conocimientos y apoyos institucionales que se requerirían en el campo de la salud y de la medicina tradicional específicamente para poder, de manera real,

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definir una construcción del desarrollo propio, cultural y ambientalmente sostenible. En lo que respecta a marcos institucionales y normativos, la situación prevaleciente es de falta de voluntad política y consecuencia para dar cumplimiento, viabilidad y desarrollo a lo ya preceptuado incluso nacionalmente. El Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria, que forma parte integral del Acuerdo de Paz Firme y Duradera suscrito a fines de 1996, y sustentado por la Ley Marco de los Acuerdos de Paz (52-2005), para empezar. Dicho Acuerdo establece en su Parte II Desarrollo Social, Sección A Salud, inciso F, que como parte de la solución a aquello establecido en sus Considerandos, el Estado se compromete (por tanto) en el sentido siguiente: Valorándose la importancia de la medicina indígena y tradicional, se promoverá su estudio y se rescatarán sus concepciones, métodos y prácticas. El conjunto de la normativa nacional, institucional y de políticas vigente está asimismo contenido, por ejemplo, en el Acuerdo Gubernativo 115-99, Sección III, Capítulo IV, Artículos 42 y 75; el Decreto 90-97, Cap. IV, Arts. 17 y 18, Cap. II, Art. 39, Cap. III, Arts. 164 y 169; el Decreto 42-2001 Ley de Desarrollo Social, Cap. II, Arts. 3, 4, 5 y 16, Sec. II, Art. 24; El Plan Nacional de Salud para Todas y Todos los Guatemaltecos (2008), del MSPAS: grandes desafíos, visión, misión, declaración de compromiso…; sus Lineamientos Estratégicos para la Salud 2008-2012, Secs. 2 y 3 (Promover y fortalecer acciones que garanticen la accesibilidad a medicamentos. Reconocimiento al uso y práctica de la medicina alternativa y tradicional), entre otros. Los numerosos instrumentos internacionales17 suscritos por el Estado que estarían respaldando la existencia y desarrollo de la medicina tradicional conducen en los espacios normativos e institucionales a una normativa que, inclusive, hubo de ser establecida y procurada a nivel de un acuerdo de paz... Es decir que, no poca letra y declarativa sin cumplimiento real en Guatemala ha venido a añadirse a la cuestión que de fondo, como hemos señalado, evidencia ignorancia, diversas expresiones de la discriminación subyacente, expresa mala fe en actores con poder de decisión o incidencia, formal o informal, en aras de las dinámicas macro económicas que los circuitos convencionales de las grandes empresas y corporaciones promueven y viabilizan en los países más vulnerables y dependientes del tercer mundo. Ante ello, es evidente que la acción pública, gubernamental, debiera ser un factor indispensable y esencial en cuanto a definir y verificar la consecuencia en el cambio de política pública real respecto de la medicina tradicional, para la salud de las y los guatemaltecos. Asimismo, la importancia de figuras convergentes y en grados diversos, de facilitadores efectivos de procesos concomitantes con la preservación y desarrollo de la

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Declaraciones, convenios e instrumentos internacionales del sistema de Naciones Unidas como: el Convenio No.169 de la OIT, Arts. 24 y 25; Convenio 107 de la OIT, Art. 20; Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, Art. 5; Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Art. 12; Convenio sobre Diversidad Biológica. Art. 8 j; Declaración Universal de los derechos de los pueblos indígenas (2006) Arts. 23 y 24. Asimismo, del Sistema Interamericano como: el Protocolo Facultativo de San Salvador, Art.10; Declaración Americana de los derechos y deberes del Hombre, Arts. 11 y 16; Convención Americana de Derechos Humanos, Arts. 4 y 5. También el Proyecto de Declaración Americana de los Derechos de los Pueblos Indígenas, Sec. XII Salud y Bienestar. Adicionalmente existen: la Observación General 14, numeral 27, “el más alto nivel posible de salud” del Comité DESC – ONU (2000); Uso sostenible de los recursos biológicos: sistemas y experiencias nacionales de protección de los conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (2001); Sistemas y experiencias nacionales de protección de los conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales, Naciones Unidas (2000); Ley marco para América Latina sobre medicina tradicional y medicinas complementarias, Parlamento Latinoamericano (2006); Resolución de la 56a Asamblea Mundial de la Salud WHA56.31, OMS (2006); Declaración de Beijing Adoptada en el Congreso de la OMS sobre Medicina Tradicional, Beijing (China), 8 de noviembre de 2008; y Reunión 2010 del Comité de Bioética de la UNESCO.

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medicina tradicional indígena. Pero lo más importante de todo, más allá de cualquier otra figura o proceso que coadyuve o provenga de arriba, son los propios procesos organizativos y de producción de sentido, significado y posición política que las comunidades por sí mismas vayan definiendo a fin de defender y desarrollar sus sistemas propios de salud, en un marco de diálogo y alianzas con otros segmentos afines de la salud y las medicinas varias; participando y posicionándose efectivamente en torno de los campos y situaciones críticas nacionales o internacionales que se presentan; y asimismo, de cara a todo aquello que también, de manera indirecta y derivado de las lógicas económico políticas globales vigentes, viene a deteriorar y agredir el mundo social y natural de los pueblos indígenas y latinoamericanos en general.

VII. El Uso de la Medicina Tradicional, Derecho Inalienable

Evidentemente, ni los tratados de libre comercio ni ningún tipo de acuerdo comercial podría implicar ningún tipo de impedimento legal para hacer uso de la medicina tradicional en el sentido de su producción y consumo, promoción y desarrollo en nuestro país.

Lo anterior está amparado y garantizado como derecho cultural por sendos instrumentos internacionales de carácter cultural, sanitario, científico tecnológico, etc. (del Sistema de Naciones Unidas y varios de sus organismos, la Organización de Estados Americanos y diversos organismos del Sistema Interamericano, o convenios internacionales bilaterales o multilaterales), al igual que en la normativa nacional a nivel de leyes constitucionales, reglamentos ministeriales y acuerdos fundamentales (como el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, que tiene estatuto legislativo a través de su Ley Marco).

Todo ello, si bien no en la medida y alcances que corresponderían, es y seguirá siendo implementado en Guatemala en dirección, como señalábamos, de no sólo garantizar su uso sino su reconocimiento, incorporación al sistema de salud del Estado, su accesibilidad y su desarrollo en sus propios términos culturales.

Tanto el Estado como la sociedad en general no sólo pueden legal y éticamente fortalecer la medicina tradicional indígena o no indígena sino que deben hacerlo en beneficio de la salud general de la población, el desarrollo de la ciencia y tecnología propia de los Pueblos, las culturas originarias y la eficiencia de la gestión pública del Estado al respecto, además del honrar y dar cumplimiento a sus obligaciones y compromisos internacionales en tales sentidos.

El no hacerlo le constituiría al Estado un causal de denuncia internacional y nacional ante diversos foros e instancias con potestades sancionatorias (es decir que puede, por ejemplo, desde la Comisión o la Corte Interamericana de Derechos Humanos, del sistema interamericano, el mandatarse al Estado a garantizar el uso, desarrollo y promoción de la medicina tradicional indígena si el Estado no lo hiciere a petición de un interponente).

Por otra parte, dichos Acuerdos no implican el que no se puedan exportar dichos productos hacia Estados Unidos o Europa. Es importante tener presente que el exportarles no implica ninguna necesidad de patentes.

En los contenidos negociados tanto en el CAFTA como en el ADA, los recursos de la medicina tradicional centroamericana no están contemplados. Hasta ahora, su exportación es posible si bien ello no se facilita. Pueden exportarse si bien cumpliendo una serie de protocolos específicos para el efecto.

Tal como hemos analizado la tendencia de la globalización en favor de las empresas

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farmacéuticas, este renglón potencial de exportación desde América Central hacia tales destinos es progresivamente dificultado, sobre todo en Europa (ver, por ejemplo, la denuncia del Collectif pour la Défense de la Médecine Traditionnelle18 de las restricciones que actualmente se quieren introducir para restringir en Europa la circulación comercial de recursos de este tipo, incluso los suyos propios). En Europa hay una lucha por defender estos derechos que no están amparados en sus sociedades como derechos indígenas, a diferencia de nuestro caso.

Es posible que para Guatemala, una situación similar se venga a presentar en términos de regulaciones y restricciones de orden sanitario en cuanto a la comercialización de productos industriales de la medicina tradicional dirigidos a la circulación nacional. Ante dicho tipo de situaciones que exceden el ámbito de la presente investigación habrá que desarrollar estudios específicos y efectivamente el analizar posibles intereses de la gran industria farmacéutica en ello, así como participar al respecto de su definición.

En lo que respecta a la producción, uso y comercialización de productos naturales de la medicina tradicional indígena no podría haber nunca ninguna cortapisa o dificultad -ni en lo que respecta a los territorios indígenas ni al nacional- que se deriven de los tratados de libre comercio o ningún acuerdo comercial, siempre y cuando no exista una patente sobre los mismos, cuya eventualidad sin duda constituirá un connotada disputa legal y política frente a empresas privadas farmacéuticas.

El uso nacional de la medicina tradicional bajo ningún concepto es, ni podría ser, afectado por tratados internacionales de naturaleza comercial ya que por constituir derechos indígenas o culturales ello está amparado por instrumentos internacionales de primer orden e imprescriptibles.

En todo caso, para concluir el presente estudio, se detalla por capítulos en el texto mismo del CAFTA-RD, sus 22 capítulos y 3 anexos la anterior cuestión requerida.

18 Colectivo para la Defensa de la Medicina Tradicional (trad.). Puede conocerse sus denuncias contra la Comisión Europea en su sitio

web: http://www.defensemedecinenaturelle.eu/.

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CAFTA-RD y Uso Nacional de la Medicina Tradicional (Análisis Específico Solicitado por Capítulos y Anexos)

Capítulo / Anexos del CAFTA-RD Contenido / Aspectos Atinentes Afectación al Uso de la Medicina Tradicional

1. Disposiciones Iniciales / Initial Provisions19

“Las Partes interpretarán y aplicarán las disposiciones de este Tratado… de conformidad con las normas aplicables del Derecho Internacional.”

Evidentemente, todos los tratados e instrumentos internacionales de Derechos Humanos subsisten. El uso, difusión y fortalecimiento de la medicina tradicional en el espacio nacional guatemalteco está protegido por ese ámbito reconocido en las disposiciones internacionales del tratado. En las disposiciones iniciales no hay nada que afecte el uso nacional de la medicina tradicional.

2. Definiciones Generales / General Definitions20

“Respecto a Guatemala, el espacio terrestre, marítimo y aéreo bajo su soberanía, así como su zona económica exclusiva y su plataforma continental, sobre los cuales ejerce derechos soberanos y jurisdicción, conforme al Derecho Internacional y a su Derecho Interno.”

El uso de la medicina tradicional está regido y amparado por leyes y reglamentos nacionales, así como por la supremacía de instrumentos internacionales según el Art. 46 vigente de la Constitución. Por dicha razón nada contenido en la sección de definiciones generales del tratado afecta el uso nacional.

3. Trato Nacional y Acceso de Mercancías al Mercado / National treatment and market access for goods

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Categorías de desagravación de Guatemala22

Reglas de desgravación relativa a comercio internacional, no al uso.

No afecta el uso nacional de la medicina tradicional porque el tratado en todo su conjunto y partes refiere el comercio internacional, no el uso nacional de los productos guatemaltecos. (Para mayor aclaración aún, favor de ver el pié de página explicativo para este Capítulo 3 y todos los sucesivos capítulos y anexos del Tratado)

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19

http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/01%20Disposiciones%20iniciales%2003.08.pdf 20

http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/02%20Definiciones%20generales%2004.08.pdf 21

http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/03%20Trato%20Nacional%20y%20Acceso%20a%20Mercado%2005.08.pdf 22

http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/GU%20Notas%20Generales%20esp.pdf

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23Qué significa que ‘no afecta el uso nacional’? Este tratado, al igual que todo tratado de libre comercio, regula el comercio

internacional (y) de determinados productos y servicios, incluidos los financieros, contemplados en el Tratado. Existen productos

que son comerciados internacionalmente entre Guatemala y Estados Unidos que no forman parte del Tratado y, sin embargo, se

comercian. Los productos de la medicina tradicional guatemalteca, por supuesto, no forman parte del Tratado, esto es que no gozan

de un beneficio especial para su exportación a Estados Unidos. Es sabido que las partes negociadoras privilegiaron del lado

guatemalteco a varias de las más grandes empresas de capital guatemalteco, y del lado norteamericano a los intereses del gran

capital norteamericano, incluidas naturalmente las farmacéuticas. Los productos de la medicina tradicional guatemalteca no

entrarían al Tratado de Libre Comercio, más como se señalara, siguiendo una serie de protocolos comerciales habituales pero cada

vez más complicados, podrían exportarse hacia Estados Unidos y sin por ello requerirse necesariamente de una patente para el

efecto de su exportación hacia allá. Ahora bien, fuera de lo que es el comercio internacional de los productos contemplados en el

Tratado de Libre Comercio, de manera directa y explícita éste no tiene nada que ver con el uso de la medicina tradicional

guatemalteca y sus productos en el territorio nacional o respecto de otros países terceros a la relación de Guatemala y Estados

Unidos definida en el CAFTA.

Por uso nacional referimos absolutamente todo lo que se haga con la medicina tradicional guatemalteca (su producción nacional

para autoconsumo por quien sea, su producción nacional para fines comerciales que sea destinada al mercado nacional); todo ello

está regido por leyes nacionales guatemaltecas y los tratados internacionales de derechos humanos a que Guatemala y sus pueblos

se acogen y de los que se benefician. Con ese uso nacional no tiene nada que ver el Tratado de Libre Comercio CAFTA.

En el mismo sentido, „usos nacionales‟ también sería el producirlo para comerciarlo hacia (otros) países terceros fuera de Estados

Unidos: el CAFTA no tiene nada que ver con que productores guatemaltecos produzcan para la exportación a Centro América, Sur

América o ninguna otra parte del mundo ya que eso no está determinado por el CAFTA.

Esta razón de que el Capítulo 3 tenga que ver únicamente con el comercio internacional entre Estados Unidos y Guatemala de

lo establecido como productos incorporados al CAFTA (sean productos o servicios incluidos los financieros), es la misma

razón que determinará uno a uno todos los subsiguientes capítulos y apéndices que no afecten el uso nacional de la medicina

tradicional guatemalteca. (Si así hubiera sido, se habría incurrido en una contradicción flagrante con leyes nacionales y tratados

internacionales de derechos humanos vigentes en Guatemala y, en lo que respecta a tales contenidos, habría una

inconstitucionalidad o causal de denuncia internacional de dicho tratado de libre comercio).

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4. Reglas de Origen y Procedimientos de Origen / Rules of Origin and Origin Procedures24 Anexo 4.1 (Reglas de Origen Específicas)25

Estimaciones de costo y trato arancelario según origen entre partes signatarias, para fines de comercio no relativa al uso.

No afecta el uso nacional porque este capítulo en lo específico trata sobre las reglas de origen de los productos que forman parte del tratado cuando son comerciados internacionalmente en el marco del CAFTA. Por ende no implica a la medicina tradicional y su uso que no forma parte del CAFTA ni su uso nacional guarda ninguna relación con el comercio internacional en cuestión.

5. Administración Aduanera / Customs Administration and Trade Facilitation26

Trata lo relativo al comercio y aduanas, no a usos de productos nacionales.

No afecta el uso nacional y el capítulo se refiere a la administración aduanera de productos comerciados internacionales siempre y cuando estén contemplados en el CAFTA, que no es el caso de la medicina tradicional.

6. Medidas Sanitarias y Fitosanitarias / Sanitary and Phytosanitary Measures27

Trata lo relativo a aspectos fitosanitarios en productos que se comercializan, no al uso nacional.

No afecta el uso nacional. El capítulo 6 de medidas sanitarias se refiere única y exclusivamente a lo acordado en ese renglón para aquellos productos comercializados internacionalmente, siempre y cuando estén contenidos en el CAFTA.

24

http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/04%20Reglas%20de%20origen%2003.08.pdf

25 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/Anexo%204.1%20Reglas%20de%20origen%2005.08.pdf

26 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/05%20Administracion%20aduanera%2003.08.pdf

27 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/06%20Medidas%20Sanitarias%2003.08.pdf

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7. Obstáculos Técnicos al Comercio / Technical Barriers to Trade28

Específico al comercio, no uso de productos nacionales.

No afecta el uso nacional. El capítulo 7 relativo a obstáculos técnicos al comercio hace referencia a regulaciones técnicas y sus límites única y exclusivamente en lo que respecta a los productos comerciados internacionalmente entre Estados Unidos y Guatemala siempre y cuando estén contemplados en el marco del CAFTA.

8. Defensa Comercial / Trade Remedies29

Litigio relativo a comercio, no uso de productos nacionales.

No afecta el uso nacional. El capítulo 8 tiene que ver con litigios por medidas tomadas por una u otra parte del acuerdo cuando se ponen barreras de diversa índole al tránsito entre Estados Unidos y Guatemala y se refiere únicamente a los productos contemplados en el CAFTA. Si respondemos a un requerimiento de análisis de este tipo, obviamente tampoco este capítulo afecta el uso de la medicina tradicional porque el uso nacional no tiene nada que ver con el comercio internacional y menos aún con el comercio internacional de productos contemplados como parte del CAFTA.

9. Contratación Pública / Government Procurement30 Anexo 9.1 (Compromisos de Acceso a Mercados)31 Anexo 9.2i32

Aspectos administrativos gubernamentales ligados al comercio, no uso de productos

No afecta el uso nacional. El capítulo 9 regula medidas administrativas para facilitar el comercio internacional de

28

http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/07%20Obstaculos%20Tecnicos%20%2003.08.pdf

29 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/08%20Defensa%20Comercial%2003.08.pdf

30 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/09%20Contratacion%20publica%2003.08.pdf

31 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/09.1.2_b__i_%20CSP%20cobertura%20US-CA-RD%2004.08.pdf

32 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/09.1.2_b__ii_%20CSP%20cobertura%20CA%2004.08.pdf

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Anexo 9.2ii33 nacionales. productos entre Estados Unidos siempre y cuando estén contenidos en el CAFTA. El uso no puede estar afectado por ello porque no está contemplado su comercio internacional como parte del CAFTA, y el uso nacional no tiene ninguna relación con el CAFTA, ni en general ni en este capítulo gubernamental para el comercio internacional de productos CAFTA.

10. Inversión / Investment34

Finanzas relativas al comercio internacional, no uso de productos nacionales.

No afecta el uso nacional. Este capítulo está referido a la serie de disposiciones y cambios que regirán todo el ámbito financiero y bancario relativo al comercio internacional de productos contemplados en el CAFTA y la relación comercial bilateral Estados Unidos-Guatemala. No guarda ninguna relación con el uso nacional de la medicina tradicional y por ende, naturalmente, no tiene relación con el uso o no uso de la medicina tradicional en Guatemala.

11. Comercio Transfronterizo de Servicios / Cross Border trade in Services35

Comercio de servicios internacionales, no uso de productos nacionales.

No afecta el uso nacional. En el mismo sentido al anterior capítulo de inversión, el capítulo 11 rige lo relativo a servicios asociados al comercio internacional de los productos comerciales contemplados en el CAFTA. El uso nacional o cualquier relación internacional que la medicina tradicional tenga con terceros países o incluso con Estados Unidos, ocurre al

33

http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/09.1.2_b__iii_%20cobertura%20CA-RD%2003.08.pdf

34 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/10%20Inversion%2003.08.pdf

35 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/11%20Servicios%2003.08.pdf

44

margen del CAFTA y todas sus disposiciones. La medicina tradicional no forma parte del CAFTA y su uso nacional es por lógica lo opuesto a comercio internacional que es el tema (y restringido a una serie de productos) del CAFTA.

12. Servicios Financieros / Financial Services36

Servicios financieros adicionales, no uso de productos nacionales.

No afecta el uso nacional. El capítulo 12 amplía y hace precisiones a lo contenido en el capítulo 10 (inversión, servicios financieros y banca). Se refiere únicamente a aquello que se vincula al comercio de productos y condiciones generales para el comercio de los productos contemplados en el CAFTA. No afecta el uso de la medicina tradicional porque el uso nacional no es comercio internacional y si se comerciara internacionalmente hacia Estados Unidos no forma parte del CAFTA.

13. Telecomunicaciones / Telecommunications37

Sector telecomunicaciones. No afecta el uso nacional. Las disposiciones relativas a telecomunicaciones no tienen absolutamente nada que ver con la medicina tradicional en ninguna de las variantes imaginables.

14. Comercio Electrónico / Electronic Commerce38

Comercio electrónico y regulaciones.

No afecta el uso nacional. El comercio electrónico se refiera únicamente al de productos contemplados en el comercio internacional en el marco del CAFTA y la

36

http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/12%20Servicios%20Financieros%2005.08.pdf

37 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/13%20Telecomunicaciones%2003.08.pdf

38 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/14%20Comercio%20Electronico%2003.08.pdf

45

medicina tradicional está fuera del CAFTA. A solicitud expresa de análisis, el uso nacional no sólo no puede ser afectado por el comercio electrónico de productos CAFTA sino que uso nacional no es comercio internacional de productos CAFTA.

15. Derechos de Propiedad Intelectual / Intellectual Property rights39

Este segmento sí afectaría al uso nacional de recursos específicos de la medicina tradicional siempre y cuando fuesen patentados.

Este es el único segmento que de manera expresa afectaría todo uso de determinados recursos de la medicina tradicional siempre y cuando alguien patente y convierta en propiedad privada un recurso de la medicina tradicional. Su análisis es lo que aborda el presente estudio en su conjunto.

16. Laboral / Labor40

Relaciones laborales en producción para el comercio internacional, no uso de productos nacionales.

No afecta el uso nacional. Este capítulo se refiere única y exclusivamente a las relaciones laborales que están implicadas en los productos que son comerciados internacionalmente como parte del CAFTA. Si se abarata el trabajo ello reduce costos y afecta la competitividad de la contraparte y por ende la competencia comercial. Si, fuera de los productos CAFTA, las relaciones fueran de esclavitud ello nada tendría que ver con las determinaciones y resoluciones de diferendos CAFTA. Por ello todo lo que de relaciones laborales tuviera que ver con medicina tradicional que no forma del tratado, no tiene ninguna afectación

39

http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/15%20Propiedad%20intelectual%2003.08.pdf

40 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/16%20Laboral%2003.08.pdf

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con la medicina tradicional, y aún menos cuando no se le comercia internacionalmente hacia Estados Unidos.

17. Ambiente / Environment41

“Reconociendo el derecho de cada Parte de establecer sus propios niveles de protección ambiental y sus políticas y prioridades de desarrollo ambiental, así como de adoptar o modificar, consecuentemente, sus leyes y políticas ambientales, cada Parte garantizará que sus leyes y políticas proporcionen y estimulen altos niveles de protección ambiental y deberán esforzarse en mejorar esas leyes y políticas.”

Este capítulo establece regulaciones ambientales que deben observar los productos que se intercambian comercialmente entre Estados Unidos y Guatemala, como parte del CAFTA. Igual que en el tema laboral, si el país fuera destruido en el ámbito de productos que no son intercambiados bilateralmente en el marco del CAFTA, el CAFTA ahí no tendría nada que ver. Por ende, no afecta el uso nacional ni beneficia, excepto si por la producción de una mercancía CAFTA fuera afectado indirectamente el ambiente de un producto de la medicina tradicional. Ejemplo, si una maderera que exporta a Estados Unidos en el marco del CAFTA afecta el ambiente, un tercero puede denunciarlo afectándose a esa empresa maderera ante las instancias CAFTA.

18. Transparencia / Transparency42

Disposiciones anti-corrupción relativas al comercio internacional, no uso de productos nacionales.

No afecta el uso nacional. Este capítulo 18 refiere la necesaria transparencia y legalidad administrativa para el comercio de los productos comerciados internacionalmente en el marco del CAFTA, que no es el caso de la medicina tradicional por no formar parte del

41

http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/17%20Ambiental%20%20%2003.08.pdf

42http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/18%20Transparencia%2003.08.pdf cuando

47

CAFTA, y menos aún del uso nacional de la medicina tradicional.

19. Administración del Tratado / Administration of the agreement and Trade Capacity Building43

Administración del tratado de libre comercio.

No afecta el uso nacional. El capítulo 19 refiere el cómo se va a administrar y dirigir el sostenimiento del tratado, no a nada específico de los productos comerciales CAFTA, menos aún de cualquier producto comercial bilateral Estados Unidos – Guatemala no CAFTA, ni del uso de productos no relacionados con el CAFTA como es el caso de la medicina tradicional.

20. Solución de Controversias/ Dispute Settlement44

Instancias y procedimientos para dirimir conflictos entre empresas en materia de comercio internacional.

No afecta el uso. Las controversias se refieren únicamente al comercio, administración, ambiente, relaciones laborales y cualquier otro aspecto del CAFTA siempre y cuando tenga que ver con productos contemplados en el CAFTA, que no es el caso de la medicina tradicional.

21. Excepciones / Exception45

Relación del CAFTA con otros acuerdos comerciales en materia de tributación, impuestos y expropiaciones de empresas.

No afecta el uso nacional. El capítulo 21 refiere las excepciones del CAFTA en cuanto a otros tratados internacionales, es explícito con nombre de tratados y artículos y no refiere a otra cosa que aquello implicado en el comercio internacional y todo su andamiaje institucional y jurídico para lo contenido en el CAFTA, que no es el caso de la

43

http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/19%20Administracion%2003.08.pdf

44 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/20%20Solucion%20Controversias%2003.08.pdf

45 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/21%20Excepciones%2003.08.pdf

48

medicina tradicional (no lo contempla).

22. Disposiciones Finales / Final Provisions46

Generales finales, adhesiones y denuncias al tratado.

No afecta el uso nacional. El capítulo 22 de disposiciones finales refiere generalidades para ratificar o renunciar al CAFTA por parte de los Estados signatarios.

Anexo I (Medidas Disconformes de Servicios e Inversión) / Annex I (Services/Investment Non-Conforming Measures)47

Restricciones a compra de tierras por extranjeros en El Petén, derechos de salvaguarda a inversión y comercio guatemalteco (empresas) mantenida según leyes nacionales y en lo que no aplica el Acuerdo.

No afecta el uso nacional. Este capítulo contempla salvaguardas específicas por parte de los Estados a lo contenido de manera general para todas las partes signatarias. Ya que la medicina tradicional no forma parte del CAFTA nada de esto es atinente ni afecta de manera directa a la medicina tradicional. Los anexos abordan los campos de la inversión y los servicios financieros, su contenido no tiene variaciones temáticas sino de orden cronológico conforme fueron siendo generados hasta la definición final del CAFTA tal cual es actualmente.

Anexo II (Medidas Disconformes de Servicios e Inversión). Listas de Guatemala48

Reservar en cuanto al estatuto de „nación más favorecida‟ en materia comercial (aviación, pesca y marítimos), servicios interfronterizos.

Anexo III (Medidas Disconformes de Servicios Financieros). Listas de Guatemala49

Definiciones propias nacionales a texto final del acuerdo; servicios financieros.

46

http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/22%20Disposiciones%20Finales%2003.08.pdf

47 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/Anexo%20I%20GUA%2004.08.pdf

48 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/Anexo%20II%20GUA%2004.08.pdf

49 http://dace.mineco.gob.gt/mineco/cafta/Anexo%20III%20GUA%2004.08.pdf

49

VIII. ACERCA DE LAS CORPORACIONES FARMACÉUTICAS MÁS PROCLIVES A PATENTAR

Titulando su entusiasta análisis “Lo mejor está por venir, análisis de mercado farmacéutico en Centroamérica”, un consultor para mercadeo en este ramo industrial escribe que las condiciones regionales: “muestran una fotografía muy atractiva para las casi 630 empresas farmacéuticas que compiten hoy en la región. Adicionalmente la existencia de múltiples Tratados de Libre Comercio con diferentes países, generan facilidades de ingreso a la región para empresas extranjeras.” (Bitácora Farmacéutica, 2009).

Más si esa es la estimación general y diversa para la región, “Las realmente fabricantes de nuevos compuestos químicos farmacéuticos e investigadoras son unas 100 a nivel mundial. Se llaman a sí mismas empresas innovadoras”, nos señalan Barrutia y Zabalo (en Sector farmacéutico, patentes y acceso a medicamentos en el sur, 2003).

Asimismo, dichos autores refieren que según la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas, “el sector farmacéutico es intensivo en tecnología, por tanto está concentrado en los países industrializados del Norte, que suponen más del 90% de la producción mundial y el 97% de las actividades de investigación y desarrollo (EFPIA, 2000)”.

Es importante considerar que para lo relativo a la producción industrial de medicamentos, existen tres tipos principales de éstos: los patentados, los genéricos (en principio, libres de patente) y los dispensados sin receta médica u OTC (Over The Counter, que en español sería aproximadamente medicamentos „de mostrador‟). Gambardella señala que las empresas fabricantes de genéricos y medicamentos sin receta suelen ser compañías nacionales dedicadas a la manufactura y comercialización de productos farmacéuticos, pero no a la investigación (Gambardella et al., 2001, 2-3)50.

De lo anterior se deriva que, en tanto corporaciones como tales ya que los mecanismos de prospección e investigación varían y pueden estar mediados por terceros, de estas aproximadamente cien empresas que se dedicarían a „innovar‟ corresponda considerar el top ranking mundial de la industria. Así, en su edición de mayo 2009, la revista Pharmaceutical Executive publicó las 50 principales del globo, quienes en su conjunto facturaron 558 mil millones de dólares en 2008, sólo en el renglón de medicamentos de prescripción, lo que representa un crecimiento en ventas del orden del 1.4% respecto del año anterior.

50

Gambardella, A.; Orsenigo, L.; Pammolli, F. (2001). Global competitiviness in Pharmaceuticals. A European perspective. Enterprise Papers, European Communities.

50

10 Principales Compañías Farmacéuticas del Mundo (Ventas anuales en Billones de Dólares Estadounidenses)

Compañía

USD

1. Pfizer $20.5

2. GlaxoSmithKline $18.4

3. AstraZeneca $16.3

4. Johnson & Johnson $16.0

5. Merck $15.5

6. Amgen $13.4

7. Roche $13.1

8. Novartis $12.4

9. Eli Lilly $11.4

10. Sanofi-Aventis $11.0

Fuente: “The pharm exec 50” in Pharmaceutical Executive, mayo 2009. 68-78.

Aunque nuestra atención está dirigida a corporaciones farmacéuticas y específicamente al segmento de prospección, investigación y patentes de recursos de la medicina tradicional, cabe observar dos puntos. El primero es el que se refiere a la naturaleza, por ejemplo en Estados Unidos, de los medicamentos de prescripción más vendidos de todos, los cuales están relacionados con problemas psíquicos y de gordura: eso es lo que orienta el objetivo de mercado y la lógica de utilidades, así como lo que genera una sociedad con problemas de salud no atendidos de la manera en que lo hace la medicina tradicional en el plano de la persona y la sociedad. Esto nos expresa la sustitución de la medicina y su objetivo la salud social, y manifiesta la primacía de la gestión de un tipo de fármacos como mecanismo de lucro en sustitución de la atención de la salud social por sí misma.

51

Principales Clases de Medicamentos por Ventas en Estados Unidos (2008) (En Billones de Dólares de Estados Unidos)

Medicamentos USD

Antipsicóticos $14.6

Lípido reguladores (grasa) $14.5

Inhibidores de bomba de protones $13.9

Desórdenes de peso $11.3

Anti-depresivos $9.6 A

Antagonistas de la angiotensina II $7.5

Anticuerpos antineo monoclonales $7.5

Erythropoyetinas $7.2

Anti-artritis $6.0

Anti-plaqueletas, oral $5.3

Fuente: “The pharm exec 50” in Pharmaceutical Executive, mayo 2009. 68-78.

Como lo señalan Barrutia y Zabalo: “la investigación farmacéutica no se orienta principalmente hacia las enfermedades de la mayoría de las personas, sino hacia los males característicos de las sociedades del Norte, donde se concentra su mercado y habita algo menos del 15% de la población mundial. Las enfermedades típicas de los pobres quedan así olvidadas, ya que su escaso poder adquisitivo implica poco negocio potencial (PNUD, 1999). Por ejemplo, entre 1975 y 1999, de las 1.393 nuevas entidades químicas puestas en el mercado solamente 16 son para tratar enfermedades tropicales y tuberculosis (Trouiller et al., 2002, 2188-89)”. (Barrutia y Zabalo, op. cit.)

Nuestra observación complementaria es que los medicamentos que no son de prescripción, es decir los OTC o de venta libre, son aquellos que por lo regular constituyen el fuerte principal de los recursos de la medicina tradicional de los diversos pueblos: analgésicos, antibióticos, antiácidos, expectorantes, anti diarreicos, anticonceptivos, refuerzos nutricionales, higiénicos, etc. Ámbitos, pues, en los que generalmente sí hay alternativas viables y sostenibles de salud entre los pueblos.

Con todo, la necesidad de sustitución y dependencia del mercado corporativo se induce ya sea por sustitución de alternativas propias que son viables o bien en la medida que estas grandes empresas mundiales de medicamentos controlan en exclusiva, monopólicamente, bajo la figura de patentes un amplio número de medicamentos altamente requeridos por las personas y sociedades. Pensemos por ejemplo, en el primer caso, en el de la promoción de la función de ciertos agentes de mercadeo hacia la figura médica que es susceptible a ello y cómo ésta prescribe a sus pacientes un medicamento determinado de una casa comercial, en vez de un genérico. Por el otro, el de la necesidad, tenemos enfermedades como el VIH SIDA cuya necesidad de medicamentos existentes muestra claramente la contradicción entre la necesidad de producir genéricos al cual se oponen las corporaciones propietarias de patentes. La necesidad creada por sustitución de alternativas viables o las más objetivas e imperiosas que dinamizan y dan razón de ser a estas empresas destinadas a la gestión de utilidades.

América Latina representa la región más reducida del planeta en cuanto a acceso a estos medicamentos, pero muestra el segundo crecimiento más importante del planeta (12.6 % anual) comparable al de África/Asia/Australia. La necesidad real de estos medicamentos, que rige mayoritariamente la demanda, no siempre puede ser satisfecha en razón del costo de los medicamentos de patente.

52

Principales Empresas Farmacéuticas en Ventas Centro América 2009

(en Dólares de Estados Unidos)

Sanof-Aventis 61,673,391 Roche 20,929,061

Pfizer 59,611,665 Essex Farma 18,285,363

Abott 55.405.623 Bristol Myers Sqb 15,650,470

Merch 53,541,417 Bayer Cc 14,482,016

Novartis Fama 46,812,467 Altian Pharma 13,899,226

Glaxosmithkline 45,786.322 Rowe 13,472,862

Unipharm-pahrmanov (local) 43,470,307 Penalab 13,461,779

Bayer Shering Ph 42,066.762 Stein (local) 13,442,890

Roemers 40,416,897 Nestle 12,893,244

Menarini 37,912,651 Lilly 12,455,966

Aztraseneca 37,912,651 Lancasco (local) 11,831,344

Jannsen Cilag 30,549,306 Servier 11,393,974

Merck Sharp Dome 30,300,869 Asofarma 22,363,727

MK 26,738.459 Laprin (local) 10,524,163

Boehringering 24,199,304 White Farm. 10,434,948

Otras 432,426,641

Fuente: Rivera, basado en datos de IMS 2009.

De las 15 principales corporaciones que la revista Pharmaceutical Executive destaca a nivel mundial (en su orden de importancia: Pfizer, GlaxoSmith Kline, Sanofi Aventis, Novartis, AstraZeneca, Johnson & Johnson, Merck, Roche, Eli Lilly, Wyeth, Bristol-Myers Squibb, Abbott, Bayer, Amgen y Schering-Plough), todas ellas tienen representación en Guatemala, con excepción de AstraZeneca que cubre la región desde Costa Rica, y Amgen, empresa líder en genética.

Si se estima en 630 el número de empresas farmacéuticas en el área centroamericana, pero solamente unas 100 a nivel mundial hacen investigación e „innovación‟ (patentable), una veintena está identificada en el área mesoamericana por actores científico estatales pero aparentemente con funciones de intermediación hacia ese ámbito empresarial (Cordero, C., La industria farmacéutica en búsqueda de nuevos elementos: explorar la biodiversidad):

53

Empresas Farmacéuticas y Campos de Investigación Mesoamérica (1996)

Compañía Tipo de Organismos que Investigan Abbott Microbios y plantas Boehringer Ingelheim Plantas y microbios Bristol-Myers Squibb Hongos, microbios, organismos marino y plantas Ciba-Geigy Microbios, organismos marinos y plantas Eli Lilly Plantas y algas Glaxo Hongos, microbios, organismos marinos y plantas Inverni della Beffa Plantas Merck & Co. Hongos, microbios, organismos marinos y plantas Miles Hongos, microbios, organismos marinos y plantas Monsanto Plantas y microbios National Cancer Institute de E. U. Plantas, microbios. insectos, organismo marinos y hongos Pfizer Plantas y arañas (veneno) Pharmagenesis Productos naturales usados en la medicina tradicional de Asia Phytopharmaceuticals Plantas Rhone-Poulenc Rorer Plantas, organismos marinos y microbios Shaman Pharmaceuticals Plantas Smith-Kline Beecham Microbios, plantas y organismos marinos Sphinx Pharmaceuticals Plantas, organismos marinos, hongos y algas Sterling Winthrop Microbios, plantas y organismos marinos Syntex Plantas y microbios Upjohn Co. Microbios y plantas Fuente: Cordero, Carlos, "Prospección farmacéutica y la conservación de la biodiversidad",

en revista Ciencia y Desarrollo (en prensa) México D.F., 1996.

La anterior es una información específica, bastante difícil de obtener (recordemos cómo estos temas vienen a ser celosamente guardados como parte de las estrategias y métodos económico políticos de las farmacéuticas, según ha revelado Wikileaks en casos como los de la lucha contra los genéricos en Guatemala o Ecuador). Son datos disponibles para 1996, los Estados deberían tener un control actualizado de estudios que se efectúan, actores y financiamiento. Más si esta base de datos se cruza con la información de las 15 principales corporaciones farmacéuticas del mundo, según Pharmaceutical Executive, seis de ellas destacan como grandemente susceptibles de concentrar patentes del tipo que analizamos: Pfizer, GlaxoSmith Kline, Merck, Eli Lilly, Bristol-Myers Squibb, y Abott.

En todo caso, una posible inquietud del lector por requerir aproximaciones a previsibles actores en el mundo de las corporaciones farmacéuticas que pudiesen arrogarse una patente, no debe hacernos olvidar que por la vía de las compra-ventas de patentes sus gestores terminarán situándolas ahí donde puedan ser empleadas como parte de una producción monopólica de fármacos (y una lógica de obtención de ganancias a través de la producción de cara a la necesidad social). Que es el destino, no sus medios. El despojado en todo caso, según la perspectiva del Sur y sus pueblos es la Humanidad, su necesidad y derecho común a la salud integral.

54

AGRAVIOS Y PATENTES

Los conocimientos de las medicinas tradicionales del mundo han provisto por milenios valiosos recursos para la salud de la humanidad, especialmente aquellos provenientes de la herbolaria. Sin embargo, actualmente, la gran industria farmacéutica capitalista busca despojar de esos conocimientos y recursos a los pueblos no en aras de la salud sino de acrecentar sus ingresos basados en el monopolio de satisfactores y la creciente necesidad y demanda mundial de salud.

Entre 1981 y 2006, más del 50 % de los medicamentos aprobados están basados en estructuras de productos naturales: 5.7 % productos naturales, 27.6 % derivados de un producto natural frecuentemente por semi-síntesis, 17.1% generados por síntesis total pero el farmacóforo51 fue un producto natural (Newman & Cragg, 2007)52. En 2001-2002 aproximadamente el 25 % de los medicamentos más vendidos en el mundo fueron productos naturales o sus derivados (Butler, 2004)53.

La biopiratería farmacéutica empezó a conocerse hacia la década de los 50 del siglo pasado, con el caso de la Rosa Vinca, proveniente de Madagascar, que la multinacional Eli Lilly empezó a comercializar contra el cáncer infantil. El recurso ahí existía y podía ser accesible para los pueblos y niños que lo requiriesen, pero una empresa se lo apropió arrebatándoselo a aquéllos que no podían pagar su oferta de salud.

Otro caso destacado es el del Nim, un árbol de la India con propiedades plaguicidas naturales, que ya tiene sobre sí más de 35 patentes en Estados Unidos y Europa. Comunidades locales de India que habían usado tradicionalmente sus propiedades, se han visto privados de él por los precios de mercado que ahora tiene.

Otro caso es el de Rupunine, un derivado de la nuez del árbol Ocotea Rodiei, que los campesinos de Brasil han usado ancestralmente para dolencias cardiacas, neurológicas, controlar tumores y para tratar la fertilidad. C. Gorinsky, un etnobotánico de la Universidad de Oxford se hizo de la patente de este derivado.

Otro caso es el del Tepezcohuite, referido a Chiapas y utilizado por los mayas para quemaduras. Se ha patentado el procedimiento para aprovechar su corteza tostada, los precios aumentan y el recurso silvestre escasea.

Otro caso destacado es el de la planta sagrada Ayahuasca (Bannisteriopsis caapi), potente alucinógeno empleado por chamanes de la cuenca amazónica. Una ciudadana norteamericana, Loren Miller, presentó la patente en Estados Unidos, no obstante estar tan documentada su existencia y uso ceremonial ancestral. Con la oposición indígena mediante, la patente fue denegada no por el hecho de tratarse de una planta sagrada sino sobre la base de prueba de que la variedad ya existía antes.

51

El farmacólogo fue primero definido por Paul Ehrlich en 1909 como "una unidad central molecular que transporta (phoros) los rasgos esenciales responsables para la actividad biológica" de una droga (=pharmacon) (Ehrlich. Dtsch. Chem. Ges. 1909, 42: p.17). 52

Newman DJ & Cragg GM (2007). Natural products as sources of new drugs over the last 25 years. J Nat Prod 70: 461 - 477. 53

Butler MS (2004). The role of natural product chemistry in drug discovery. J Nat Prod 67: 2141 - 2153.

55

Uno más es el de la Maca, que mejora la fertilidad y la disfunciones sexuales, fundamental en la dieta y farmacología de las tierras altas de Puna, Perú. Grandes consorcios han solicitado patentes sobre la misma.

Existen numerosos ejemplos más, pero además de la patente en sí, el impacto que reciben determinados recursos naturales para la salud es algo que, las comunidades deben vigilar y proteger para que no se extingan y existan provisiones (uso sostenible). Por ejemplo, cuando se desarrolló Taxol®, droga contra el cáncer, la demanda por la sustancia activa, paclitaxel, derivada de la corteza del tejo del Pacífico (Taxux brevifolia), amenazó la supervivencia del árbol, hasta que investigadores encontraron la forma de usar partes renovables del mismo.

Sin embargo, uno de los casos más interesantes e importantes para Guatemala en materia de esfuerzos para la prospección farmacéutica tendiente a la biopiratería de las patentes de conocimientos tradicionales, así como de luchas exitosas por parte de los pueblos indígenas y en específico de sus médicos tradicionales organizados, la tenemos muy próxima en la experiencia del ICBG Maya54 que aconteció en Chiapas, México.

En esencia, el Dr. Brent Berlin, un investigador etnobotánico de la Universidad de Georgia que venía trabajando casi desde inicios de los años noventa, impulsó en Chiapas poco antes de 1998, un proyecto de investigación farmacéutica que implicaba involucrar y contar con el conocimiento indígena en la región de Los Altos, desde la base de la institución local Ecosur, pero contando con financiamiento de corporaciones farmacéuticas varias y del gobierno de Estados Unidos. Explícitamente el proyecto de investigación iba dirigido a patentar, pero ello no se les explicó a las comunidades ni a sus especialistas. La lucha de denuncia que desarrolló el Consejo Estatal de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales de Chiapas que aglutina a 10 organizaciones, a través de la Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas, A.C. (OMIECH), fue decisiva, convocando importantes apoyos indígenas locales, nacionales e internacionales. Pese a varios esfuerzos iniciales por mantener el proyecto frente a la oposición indígena, por engaños y abusos, este proyecto que formaba parte de la gran plataforma ICBG fue suspendido en 2001. Hay varios estudios de cómo se desarrolló y logró impedir con la organización de las comunidades indígenas mayas de Chiapas este grave intento por no ir sólo a la naturaleza sino pasar por el conocimiento ancestral y comunitario para despojarlo a favor de las transnacionales de fármacos.

DECLARACIÓN INTERNACIONAL DE CANCÚN DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Quinta Conferencia Ministerial de la OMC, 2003

Cancún, Quintana Roo, México. (Fragmento)

Detener las patentes de seres vivos y otros derechos de propiedad intelectual sobre recursos biológicos y conocimiento indígena. Asegurarse de que nosotros, los Pueblos Indígenas, conservamos nuestros derechos a tener control sobre nuestras semillas, plantas medicinales y conocimiento indígena. Pedimos una declaración explícita de prohibición de patentes de seres vivos en el acuerdo TRIPS. Pedimos también que se anulen los derechos de patente, solicitudes de patente y reclamaciones de las corporaciones, individuos o gobiernos sobre las plantas, semillas y conocimientos indígenas e, incluso, sobre materiales genéticos humanos de los Pueblos Indígenas. La biopiratería debe pararse y debe obtenerse el libre consentimiento informado previo de los Pueblos Indígenas antes de conceder el

54

Bioprospección, Conservación de la Biodiversidad y Desarrollo Sustentable en los Altos de Chiapas, conocido como "ICBG-Maya".

56

acceso a sus recursos. El tema de la protección del conocimiento tradicional no debe tratarse en el marco del TRIPS de la OMC, porque sus principios básicos contradicen los conceptos, valores y ética que subyacen los sistemas de conocimiento indígena.

Asegurar el derecho fundamental de los pueblos Indígenas a la salud. El derecho de los países a tomar medidas para proteger la salud pública y promover el acceso a las medicinas, debe tener prioridad sobre sus obligaciones de protección de los derechos de propiedad intelectual de las corporaciones. La protección de patentes, solicitada por las corporaciones farmacéuticas y biotecnológicas, debe limitarse para proteger la salud pública y la seguridad y para asegurar la producción y fácil acceso a medicinas esenciales baratas. La salud es un derecho humano básico y los Pueblos Indígenas deberían disfrutar de este derecho. Se debería (…) eliminar los obstáculos innecesarios para la importación y exportación de medicinas necesarias, para proporcionar medicinas asequibles a los pobres.

IX. TRATADOS DE LIBRE COMERCIO Y DERECHOS INDÍGENAS

Si nos preguntáramos, de manera general, en qué afectan los Tratados de Libre Comercio a los derechos de los Pueblos Indígenas habríamos de recordar que éstos no refieren meros acuerdos comerciales sin más, sino sendos compromisos impuestos por potencias mundiales hegemónicas contra los Estados de los cuales formamos parte, sin poder definir aún a la medida de todos y todas quienes los conformamos y tenemos derecho a diseñar en aras de la justicia social, la democracia auténtica y la forma de vida que nos merecemos y queremos legar a nuestras futuras generaciones.

No hay que ver a los Tratados en sí mismos, como momentos aislados solamente, sino como parte de un proceso que busca extraer cada vez más recursos, más trabajo por menos, el generar dependencias y reducir derechos a todos y todas en general a decidir, dignificarse socialmente, poder producir e intercambiar en condiciones de iguales, vivir en ambientes sanos propios pero abiertos, con regulaciones, que respondan a nuestras culturas propias, en paz y bienestar común, empezando por quienes más lo necesitan. Los Tratados de Libre Comercio son expresiones de un modelo de acumulación global de capital que prosigue a través de diversos mecanismos y nuevos tratados profundizados la desigualdad y el sometimiento general de los pueblos en el tercer mundo, de orígenes coloniales y poblados de pobreza.

Como Pueblos Indígenas, los Tratados de Libre Comercio así como el movimiento y tendencia general señalados afectan la construcción de un Estado diferente conformado por los pueblos que lo habitamos y definido íntegramente de abajo hacia arriba. Estos Tratados nos caen impuestos por la negociación entre intereses reducidos de sectores nacionales poderosos en costosa aceptación de todo lo demás que implican para el país y sus mayorías. Ahora vivimos los Pueblos Indígenas el impacto de estos Tratados y sus lógicas en los mismos territorios de nuestras comunidades, entre otros, como extracción de recursos minerales y naturales variados.

Sin embargo, de la lucha importante y oportuna que se viene realizando contra sus efectos en los territorios y el entendimiento del movimiento y tendencia general que busca imponerlo, se deriva la construcción de democracia real y también la descolonización no sólo de nuestras comunidades y territorios sino del Estado guatemalteco mismo. Desde nuevas bases podremos los pueblos indígenas en Guatemala, junto al resto de América Latina, establecer procesos de intercambio más justos con el resto del mundo. Pero desde otro tipo de bases y procedimientos, donde eso que fundamentalmente se agrede con estas iniciativas que es nuestro ser sea que se construya la relación próspera entre iguales por la

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que hemos luchado siempre.

Veinte Principios Rectores de los Pueblos Indígenas Frente a la Amenaza Global en Salud.

Ellos tenían la sabiduría, lo santo, no había maldad en ellos. Había salud, devoción, no había enfermedad, dolor de huesos, fiebre o viruela, ni dolor de pecho ni de vientre. Andaban con el cuerpo erguido.

Chilam Balam de Chumayel

1. La protección de la naturaleza y su biodiversidad es fundamental. Las comunidades y la sociedad en su conjunto han venido tomando conciencia de la importancia de defender a la naturaleza de agresiones. Para todos, esa defensa y los esfuerzos reales por garantizar su preservación y desenvolvimiento sano propio, significará futuro de salud en muchos sentidos. Entre otros, el poder ejercer dignidad así como legar valores y calidad de vida para los pueblos y biósfera en general. El principio de la solidaridad intergeneracional es clave en ello, así se ligan los tiempos pasados, presente y futuro: haciendo de todos y todas nuestras herencias, las cargas y los logros de hoy, y los logros del mañana. Porque hoy forjamos la memoria del futuro, aquello que avergonzará o llenará de orgullo a los de más adelante.

2. Entonces, lo que hay que hacer es enfrentar las amenazas del presente pensando y forjando ese futuro que queremos en el corto, mediano y largo plazo, basándonos en el principio de la solidaridad intergeneracional y la forja de Humanidad.

3. La carga de hoy es grande. Por ello hay que ser muy eficaces en curar el cuerpo social, en su aspecto físico, sobre todo allí donde ese cuerpo social sufre más. No sólo allí, por supuesto, pero especialmente allí donde los segmentos más vulnerables padecen y expresan la enfermedad física del cuerpo social. Y eso hay que estarlo monitoreando muy bien, ya que varía en el ciclo del año en función del clima, la disponibilidad de alimentos, enfermedades y vectores. En toda sociedad sometida a estos injustos modelos de desarrollo vigentes hay grupos de edad especialmente vulnerables, sectores, que asimismo varían y ello hay que monitorearlo con la atención y sensibilidad del caso.

4. Pero la carga de hoy es también grande en cuanto a otro tipo de dolencias que no suelen manifestarse de la misma manera ni ocupar los volúmenes de estadísticas e indicadores salvo en páginas rojas y expresiones patentes de desequilibrio que denotan la existencia de la dimensión del sufrimiento y la desorientación.

5. La „cura‟ del „cuerpo social‟ es tarea de todos y todas, no sólo de los médicos de cualquier Medicina, y por ende tampoco, en principio, sólo de los médicos tradicionales mayas. Pero su atención científica propia al respecto en las personas es, desde su perspectiva, enteramente su misión. Y es, de manera esencial, la vía para seguir desarrollando sus sistemas de conocimiento e intervención en el campo de la salud.

6. Al respecto de la salud, en todo su conjunto, es previsible que los pueblos indígenas desarrollen métodos de monitoreo propios y eficientes, así como medicamentos y procedimientos de sanación también diversos.

7. En el ámbito específico de la medicina tradicional herbolaria hay posibilidades pero también límites impuestos por el deterioro así como homogeneidad relativa de los nichos biológicos en que las comunidades indígenas están asentadas. Todos los pueblos indígenas de América Latina poseen retos y matrices científico culturales muy similares, su intercambio es fundamental para fortalecer la función

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social y recursos de sus conocimientos. Ello puede y deber seguirse en el fortalecimiento y desarrollo de las culturas propias de cada pueblo.

8. Al respecto de esto último hay tres retos que es necesario considerar. En primer lugar, el acceso a los medios para poder realizarse plenamente puede implicar una distorsión y optimización de los propios procedimientos y necesidades de las comunidades al respecto de dichos encuentros y construcciones. En segunda instancia, aunque ello es poco probable hay que mantener y fortalecer los principios comunes de visión de los pueblos ya que algunos pocos pueblos o actores de los mismos podrían ser proclives a confusiones en los lobbies de las transnacionales. En tercer lugar, el procurar situar en los encuentros el espacio ritual pero sobre todo de reflexión, intercambios propios en materia de salud en sus sentidos amplios y estrictos, así como los posicionamientos que correspondan.

9. En el campo de la comunicación y el intercambio de los pueblos indígenas entre sí, en la esfera de la salud indígena, hay que trabajar el que sin intervenciones desviantes de su desarrollo, los Estados levanten medidas que dificultan este desarrollo ampliado de la comunicación y el desarrollo del conocimiento de los pueblos entre sí.

10. En materia de políticas públicas es fundamental que los Estados otorguen las plenas garantías y medios para el desarrollo de la ciencia y la tecnología de los Pueblos Indígenas (tal y como está establecido en el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas y diversos tratados y convenios internacionales en la materia), sin que ello implique la imposición de agendas o intereses que no respondan ni a la visión de los indígenas ni a los intereses nacionales. Aunque en este terreno se siguen reproduciendo pautas de colonialismo y etnocentrismo en los campos de lo que sería el conocimiento y la ciencia en su sentido más amplio, es evidente que existe una muy fuerte agenda global (especialmente en los campos de la agricultura, la salud, la educación, acceso al financiamiento, y determinados modelos de participación).

11. Es imperativo que las medidas que el Estado emprende de manera temporal en la forma generalizada en América Latina de las transferencias condicionadas, como políticas de Estado, a fin de paliar los más crudos efectos de la desigualdad, se incorporen libre y debidamente conocimientos, practicantes y procedimientos indígenas a fin de eficientar sus efectos buscados en materia de salud.

12. En general, el Estado guatemalteco debe revisar su política de salud a la luz de y con la participación de los pueblos indígenas, especialmente priorizando lo que es el nivel de atención en salud comunitaria. Definir políticas públicas claras y diferenciadas de lo que ha venido realizándose, de manera prácticamente invariable, en las últimas cuatro administraciones de gobierno (posteriores a la suscripción de los acuerdos de paz).

13. La patente falta de acceso a la salud de los guatemaltecos es producto directo de las condiciones históricas y estructurales injustas del país, no obstante, mucho puede y debe hacerse para la obligación de garantizar la salud así como el hacerlo en formas a la vez eficaces y culturalmente correctas.

14. Las patentes que implican el reconocimiento de derechos patrimoniales a favor de poderosos actores privados -como son las corporaciones farmacéuticas, químicas, bélicas, etc.- es en sí mismo un tema que la Humanidad debe cuestionar y enfrentar.

15. Lo anterior, aún antes del segmento que en ello, además, implica a los pueblos y la biodiversidad de los pueblos y países del tercer mundo, que constituyen claras expresiones de saqueo cultural y biopiratería.

16. En ello se expresa el envilecimiento del conocimiento científico, pero al mismo tiempo requiere el encuentro y convergencia común de las diversas tradiciones científicas a

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fin de enfrentarlo. 17. Los pueblos deben estar informados no sólo de esas acciones que se vuelven a la

larga contra el acceso universal a la salud, la garantía de vida y derechos, así como al desarrollo real que es preciso forjar.

18. Asimismo y de la manera más clara, los Pueblos Indígenas deben ser conscientes y fortalecer la conciencia universal de que el concepto y la economía política de las patentes, el saqueo cultural y la biopiratería no puede ni debe ser tolerado, y jamás admitirlo como un modelo en el cual se deba participar, ni como efecto derivado de las denuncias legales que al respecto puedan ser emprendidas contra corporaciones y terceros en general.

19. La noción misma de patente es una especie de cáncer para la visión, los métodos y objetivos de los sistemas de conocimiento indígenas en salud.

20. También los pueblos indígenas, y sobre todo ellos, tienen el derecho y el deber de producir sus pensamientos claros al respecto y hacérselos conocer al mundo, como hizo el jefe Seattle.

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X. CITAS BIBLIOGRAFICAS

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55

La negociación del ADA, por implicar la UE 23 idiomas oficiales que incluyen el español y a los cuales será oficialmente

traducido en igual número como „textos auténticos‟, estableció que el idioma oficial del Acuerdo es el inglés. De manera que

puede accederse a traducciones libres al español solamente de su texto principal, constituido por cinco partes, el cual es

fácilmente accesible en diversidad de fuentes. Sin embargo, para una revisión y estudio detallado del ADA, lo que corresponde

es acceder a sus 21 Anexos y 6 Apéndices en el idioma oficial, único disponible.

Una fuente complementaria al Ministerio de Economía de El Salvador es el sitio web del Observatorio para el Acuerdo de

Asociación entre Centro América y la Unión Europea, el cual ofrece versión oficial y traducción libre del Preámbulo y sus Cinco

Partes, proveyendo acceso a la lista de anexos, protocolos y declaraciones del Acuerdo en su idioma oficial:

http://www.observatorioca-ue.com/?page=textos.

56Habiendo sido aprobado por el Organismo Legislativo, el Mineco publica las versiones oficiales en español e inglés del

Preámbulo, los 22 Capítulos y 3 Anexos que constituyen el Acuerdo.

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