Amor de Cabaret Capítulo 7
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Amor de Cabaret
Capítulo 7
Eran las 6 de la tarde en Xalapa…
Alma abría la puerta del cabaret y vio
a la mujer tirada en el suelo, una botella de
whisky vacía y las mesas desordenadas.
Inmediatamente y con cara de espanto se
dirigió a ella, la levantó y la puso entre sus
brazos, estaba ahogada en alcohol y no
respondía de sí misma:
- Querida ¡Qué estupidez has hecho!-
dijo Moto
- Déjame, quiero a mi hombre aquí-
contestó Amado
- No digas tonterías Elena, no sé
exactamente qué buscabas con esto
pero no es nada bueno
- Claro que sí, quería soñar con él,
recordar su rostro, su olor, tenerlo
conmigo otra vez
- Por favor, sabes que así nunca lo
tendrás. Debes bañarte, arreglarte, ser
más femenina y no hacer estas
idioteces.
- Enséñame a ser mejor mujer, enséñame
a hablar bien y posar con elegancia.
Quiero ser una hembra perfecta para
Omar.
- Está bien, lo haré, pero por el momento
vamos a bañarte y que descanses, hoy
no trabajas.
Y así entre empujones y uno que otro
tropiezo, Alma logró llevar a Elena, la bañó y
metió en cama. Elena se la pasó durmiendo
esa noche, nada ni nadie pudo levantarla,
sólo descansaba, y soñaba con su gran amor.
Mientras tanto, esa noche Aleh andaba
de un lugar a otro, buscaba entre las demás
cabareteras y no encontraba a Elena –
seguramente se largó con Omar- pensó. Alma
atendía a sus misteriosas amistades y la sonora
tocaba de lo más normal, lo único que
faltaba era ella, la más grande puta de
Xalapa, después de varias horas Amado
despertó, no se movió de la cama veía al
techo mientras trataba de recordar lo que
pasaba, la blancura de las paredes
(relativamente blanco, considerando que la
mugre invadía al lugar) no le podía dar
alguna respuesta lógica sobre el por qué
estaba ahí.
Movió la cabeza y observó el reloj, ya
era demasiado tarde, con cara de espanto
se levantó inmediatamente y se empezó a
arreglar para salir a escena, el maquillaje
corriente no podía ayudarle mucho para
quitarse esa cara de tristeza pero al menos
algo podía hacer por ella. A los pocos minutos
escuchó la voz de Aleh gritando por el pasillo:
-¿Dónde está Elena Amado? ¿Es que
acaso ahora se va a creer la dueña del
burdel?
Se apresuró colocándose el vestido
que la apretaba como embutido y siguió con
el cabello, al momento entró Aleh al cuarto:
- Así que aquí estabas eh
- Perdón, se me hizo un poco tarde- dijo
Elena
- ¿Un poco? Ya es más de media noche,
y parece que te olvidas de tu lugar en
este putero
- Ya estoy casi lista, no demoro
- Bien, cuando salgas, asegúrate de que
Omar se la pase “bien”, hoy más que
nunca necesito que entre efectivo a la
caja del cabaret.
La cara de Amado pareció cambiar en un
instante, el hombre de su vida llegaba a verla,
terminó más rápido de lo que pensó y antes
de salir dijo a Barahona:
- Gracias, me has hecho la noche
- No sé qué le ves de bueno- contestó
Aleh murmurando.
Y efectivamente, al llegar a la pista pudo
ver ese traje negro, aún a pesar de la
distancia podía oler esa loción tan de
hombre. Una botella de vino los esperaba
como siempre, antes de dirigirse Elena alzó su
vestido un poco más de lo normal y acomodó
su busto, ese caminar raro con sus tacones no
lo había perdido, nunca logró aprender a
caminar bien como cualquier mujer con
zapatos altos.
Al llegar a su mesa tocó su espalda dando
un ligero masaje, el diputado cerraba los ojos
mostrando total satisfacción, “sabía que
llegarías” le dijo mientras la tomaba de la
cintura (o al menos del lugar donde debería
estar) y la sentaba en sus piernas.
- Cuéntame ¿Me extrañaste o ya
encontraste con quién olvidarme? –
Preguntó Omar a su acompañante con
un tono seductor
- Sabes que te espero todas las noches,
aunque tú me olvides- Dijo Amado
- Por favor nena, no es que me olvide, tú
sabes que lo nuestro es sólo… algo
sexual, sabemos divertirnos y eso está
bien.
Ante tal frase Elena sintió un golpe muy
fuerte en el pecho, la indignación que podría
parecer irónica en ella era toda una realidad.
No podía creer que aquel hombre que iba a
visitarla con frecuencia (según ella) le dijera
semejantes palabras. ¿Acaso todo el
enamoramiento eran ilusiones que solamente
ella se había formado?
-¡Estúpido! ¿Eres capaz de verme como
solo eso? ¿Un cuerpo donde descargar tus
necesidades de macho?- Al mismo tiempo
que decía esto, Amado abofeteaba al
diputado y le aventaba el vino encima. Acto
seguido, corrió desesperadamente hasta su
cuarto en donde se encerró durante mucho
tiempo. Mientras, la gente veía a Omar por el
papelito que habían hecho él y su
acompañante, todos lo observaban y sólo
gritaba “¿Qué? ¿No tienen nada mejor que
hacer que estarme criticando?”
Cuando por fin cayó en cuenta de sus
palabras fue a buscar a Elena, tocaba la
puerta mientras hablaba pero no le abría,
definitivamente el orgullo pesaba más en ese
instante.
- Cariño, perdón, no fue mi intención
hacerte sentir de esa forma, abre la
puerta y hablemos- suplicaba Omar
una y otra vez
Del otro lado, ya dentro del cuarto, Elena
se encontraba en un rincón sollozando,
pensando en lo que le había dicho Omar,
Aleh Tenía razón, ese hombre no era para él,
nunca podrían ser felices. A final de cuentas
el que Gómez fuera político no le quitaba su
pasado de puta. Amado sabía
perfectamente cómo se manejaba el
negocio del sexo servicio, las drogas y el
alcohol, toda una organización
perfectamente administrada que funcionaba
bajo los más estrictos “principios” de toda
empresa eficaz y eficiente, no manejaban
nada relacionado con la ética y las buenas
costumbres, aunque la fidelidad y la palabra
era algo que no debía faltar en cualquier
organización, ahí la firma podía ser una simple
formalidad, pero el hecho de que un hombre
diga: “Sí, acepto el trato”, valía tanto como su
peso en oro.
¿Qué pasaría si Elena saliera a la luz
pública del brazo de Omar? Para empezar las
revistas de espectáculos estarían tras ella
tratando de saber cuál era el nombre de esa
mujer que había flechado al soltero eterno
que aquel entonces representaba el
diputado. Todos los ojos del país estarían
sobre ellos, queriendo saber la verdad,
primero se enterarían de su nombre, después
de su edad y lugar de nacimiento (tal vez); y
conforme pasara el tiempo estarían rascando,
enterándose y pidiendo cada vez más y más.
Así hasta llegar a su profesión de puta, golfa y
cabaretera, ¡Ah, pero eso sí! De buenos
sentimientos. Sin duda alguna nadie iba a
confiar en el amor que se tenía ese par,
creerían cualquier baratija que los medios de
comunicación inventaran para provocar más
morbo y rating: Interés por parte de Elena
para ser la próxima primera dama, Un
embrujo de ella, tal vez con unos amigos de
Catemaco, y ¿por qué no? Quizá hasta una
supuesta homosexualidad del diputado y el
uso de una cabaretera para ocultarlo.
Realmente lo que ellos dijeran y sintieran
no importaba, sólo, lo que estuviera a la luz
pública en cualquier medio, ya fuera impreso
o televisivo. ¿Y las consecuencias? En un
principio se vería una baja en la confianza del
pueblo para votar por el diputado, su
popularidad aumentaría, pero no con una
buena imagen. Poco a poco iría bajando su
credibilidad en las encuestas, hasta llegar a
un punto en el que nadie lo iba a querer para
representarlos como país, Elena sería
tachada, desprestigiada (¿más?), a lo mejor
hasta apedreada, el pueblo mexicano suele
ser muy inestable en cuestiones de polémica.
No faltarían los chistes que envolvieran al
político y su mujer en alguna situación
embarazosa, los jóvenes dirían: “¿Ya te sabes
el de Omar Gómez y la puta?” o “Eres tan
golfa y abierta como Elena Amado”. Ese tipo
de comentarios que, aunque entre los
patriotas suelen ser graciosos y sacarnos la
sonrisa del día, para las víctimas involucradas
en este caso sería como apuñalarlos sin
piedad y compasión.
Amado no paraba de llorar mientras Omar
tocaba la puerta desesperadamente
esperando que ella abriera. Después de un
rato el diputado dejó de tocar, al parecer se
había ido, Elena se levantó, se acercó un
poco a la puerta para cerciorarse de que él
ya no estuviera y entonces abrió,
inmediatamente Omar apareció impidiendo
que ésta le cerrara la puerta e insistió hasta
que lo dejó pasar. Ya dentro del cuarto, Elena
se sentó en la orilla de la cama, Gómez le hizo
compañía a un lado, tomó su mano con
delicadeza y entonces dijo:
- En verdad discúlpame, tú no mereces
vivir todo esto. Nadie conoce tu
verdad ni el cómo llegaste hasta estos
límites, soy un idiota por insultarte de
esa forma, en verdad perdóname-
Dicho esto tocó su rostro con suavidad.
- Descuida, ya sé cuál es mi lugar en tu
vida, una simple cabaretera con la
cual te puedes acostar cada que se te
antoje- contestó ella mientras limpiaba
sus lágrimas
- Tú sabes que a pesar de lo que
signifique tu vida, ocupas un lugar
especial, por algo vuelvo, tengo una
agenda ocupada: reuniones,
campaña, viajes, pero siempre, cada
que puedo y tengo un espacio libre ,
eres la primera en mi lista de cosas
pendientes por atender
- Omar, por favor, te suplico que no
juegues conmigo de esa forma, si sólo
me ves como algo sexual, déjame y no
vuelvas, yo sabré como levantarme
- No podría jugar contigo después de
saber todo lo que has sufrido, no quiero
hacer lo mismo que todos ellos han
hecho, quiero darte la mayor felicidad
mientras esto dure- Dijo Omar y la besó
con frenesí.
Y es que, cuando Alma se comprometió
en ayudar a Elena, pensaba en contarle toda
la verdad sobre su historia, cada uno de los
tropiezos que tuvo y las lágrimas que ya había
derramado. Todo esto con tal de ablandar el
corazón del diputado y que no se atreviera a
dañar a su protegida. Después de ese beso,
la cama los invitó a pasar la noche, se
entregaron uno al otro, sintiendo el calor de
sus cuerpos que al rozarse podían
comunicarse diciendo lo mucho que se
amaban, Amado tal vez no era la joven
virgen, pero entregaba su cuerpo a Omar
como si fuera la primera vez que estaba con
un hombre, y él la protegía en cada beso,
cada caricia, haciendo que ella pudiera
sentirse cómoda entre sus brazos. Ninguno
había sentido esa experiencia, la de tener
sexo por amor y no por simple calentura, ese
momento en que tus necesidades se fusionan
con tus sentimientos, dando como resultado
una mezcla perfecta entre amor y pasión,
experimentando lo más curiosos y únicos
sentimientos de cualquier hembra y varón al
momento de hacer el amor. No estaban ahí
para satisfacerse ellos mismos, sino para
satisfacer el uno al otro.
Un poco antes del amanecer Omar
empezó a vestirse, Elena envuelta en sábanas
preguntó:
- ¿Volverás? Dime que tendré la fortuna
de estar nuevamente entre tus brazos
- Claro, sabes perfectamente que
apenas mis labores me lo permitan
vendré a estar contigo- contestó Omar
mientras se acercaba a Amado para
darle el beso de despedida.
Mientras tanto, en la oficina de Aleh, se
encontraban Alma y él platicando acerca de
todo lo sucedido:
- ¿Le contaste la verdadera historia de
Elena?- preguntaba Aleh sorprendido
- Sí, ¿por qué no? – contestó Alma
- No debiste
- Tenía que decirle a Omar lo mucho
que valía Elena por haber sobrevivido
ante tanto sufrimiento
- Sí claro, ahora resulta que una
prostituta tiene un valor en la sociedad
- Aleh, sabes que Elena no pidió esta
vida, es sólo lo que le ha tocado vivir,
es cómo el músico que tiene un talento
y lo aprovecha para deleitar a su
público, o el médico que emplea sus
conocimientos para hacerle un bien al
pueblo. Es, el lugar que le correspondió
ocupar en este mundo.
- No discutiré ese punto, pero ¿Crees
que Omar tome en cuenta todas tus
palabras y no le haga daño? Sabemos
que él no se encuentra en la mejor
posición para dar a conocer a Elena a
los medios
- Pues, tal vez tengas razón, pero espero
por el bien de nuestra amistad, que si
Omar no puede hacerla feliz, al menos
la deje en paz. Por ahora, quiero
proponerte algo…
- Dime- contestó Barahona mientras
terminaba de acomodar unos papeles
en su escritorio.
- Todo este asunto de Elena y Omar ha
hecho que ella deje de interesarse en
el negocio, es más, ya ni siquiera los
clientes preguntan por ella, el amor la
ha vuelto un tanto gris y sin chiste para
los hombres que sólo vienen por un
poco de diversión.
- Tienes razón ¿Qué quieres hacer?
- He pensado que tal vez podemos
contratar a alguien más, darle un
cambio a este lugar, conservando la
imagen de cabaret pero con alguien
más, que pueda dar un show…
- ¿Un show? ¿ahora seremos circo o
qué?
- ¡Para nada! Imagínate que ahora
además de tener a la Sonora
cantando podamos tener a alguien
que cante y divierta a nuestros clientes.
- ¡OK! No sé si esto vaya a funcionar pero
confiaré en ti, espero traigas a alguien
que nos aporte mucho efectivo…
Lo que Aleh no sabía era que Alma
pensaba precisamente en eso, llevar más
ganancias al burdel de una manera única,
empleando sus conocimientos sobre
Negocios Internacionales.
AB