Ampliación del modelo comunicacional de Jakobson como ... · 1 ORTEGA Y GASSET, José, Obras...

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Carlüs ELÍAS ca ri os.eli as@releline.e · COMUNIC 'IÓN Y SO Vo l. XV m. 2 • 2002 29-5 4 Fac ul tad de Cien cia' Je la lnÍ l111w 1ción. C al le Mad ri d, 1 26. 28903 G e tafe. Es pañ a. Profe or ti ru lar int erino Je Period ismo Especia li zado en la Univer idaJ Ca rl os 1 11 de Madrid. Li ce nciado en iencias de la lnh rmación (Peri id is mo ) y en Cie nci as Químicas por i< l Universidad de La Lag una. Doctor en iencias de la In fo rm ac ió n por la U ni ve rs id ad de la Lagum1. Ampliación del modelo comunicacional de J akobson como fórmula para acercar el men-- saje experto al periodístico: la figura del emi-- sor secundario The Jakobson 's Communicative Model extension as a way to approach the expert message to the journalistic message: The secondary sender. RESUMEN: en este articulo se i ntenta analizar cómo se comunica mediática - mente el conocimiento por los exper- tos y qué analogías y diferencias tiene esa comunicación con el mensaje periodístico. Muchos expertos comuni- can su disciplina con sus códigos en las revistas especializadas y éstas consti- tuyen una de las fuentes principales de los periodistas . El trabajo de tradu- cir los códigos del mensaje especializa- do en los del mensaje periodístico es muy complejo. El discurso de divulgación quizá sea la única conexión real entre el lenguaje de los expertos y el de los periodistas. Está claro que si ambos grupos de pro- fesionales aprendiesen ese discurso, el flujo entre ellos se facilitaría. Mientras se alcanza ese momento se propone la figura del emisor secundario amplian- do así, para el caso del periodismo especializado, el modelo comunicacio- nal de Jakobson. Palabras clave: lenguaje especializa - do, producción del mensaje, periodis- mo especializado, teoría de la comu- nicación ABSTRACT: This research t ry to analyse how is know/edge comunicated by experts and wich are the analogies and differences between experts and jour- nalísm messages. The first ones comu- nícate their results with theirs owns code systems in scientific meetings or publícations. But these magazines are a/so one of the main sources for specia- lized journalism. The complícated job of translating scíence codes into journa - lism message is the main point of a suc- cessful specialized publications. Popularizing science discourse maybe wíll be the onliest real oportunity of conecting expert and journalist langua- ges with the socíety. But if these pro - fessional groups don't learn this dis- courses each other. there are an onliest solution: include a secondary sender as a translator. So we have to increase the traditional Jakobson's communicatio- nals model for specialized journalism. Key Words : Specialized /anguages, message production, specialized jour- nalism, communication theory "' ,.. c.; 29 z .

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Carlüs ELÍAS

carios.el ias@rele line.e · COMUNIC 'IÓN Y SO ~ !EDAD Vol. XV • Nú m. 2 • 2002 • 29-54

Facul tad de C iencia' J e la lnÍl111w 1ción . Cal le Madrid, 126. 28903 G etafe. España.

Profe or ti ru lar interino Je Period ismo Especia li zado en la U ni ver idaJ Carlos 111 de Madrid . Licenc iado en

iencias de la lnh rmac ión (Peri id ismo) y en Ciencias Q uímicas por i<l Universidad de La Laguna. Doctor en

iencias de la Info rm ac ión por la Uni versidad de la Lagum1.

Ampliación del modelo comunicacional de J akobson como fórmula para acercar el men--saje experto al periodístico: la figura del emi--sor secundario

The Jakobson's Communicative Model extension as a way to approach the expert message to the journalistic message: The secondary sender. RESUMEN: en este articulo se intenta analizar cómo se comunica mediática-mente el conocimiento por los exper-tos y qué analogías y diferencias tiene esa comunicación con el mensaje periodístico. Muchos expertos comuni-can su disciplina con sus códigos en las revistas especializadas y éstas consti-tuyen una de las fuentes principales de los periodistas. El trabajo de tradu-cir los códigos del mensaje especializa-do en los del mensaje periodístico es muy complejo. El discurso de divulgación quizá sea la única conexión real entre el lenguaje de los expertos y el de los periodistas. Está claro que si ambos grupos de pro-fesionales aprendiesen ese discurso, el flujo entre ellos se facilitaría. Mientras se alcanza ese momento se propone la figura del emisor secundario amplian-do así, para el caso del periodismo especializado, el modelo comunicacio-nal de Jakobson.

Palabras clave: lenguaje especializa-do, producción del mensaje, periodis-mo especializado, teoría de la comu-nicación

ABSTRACT: This research t ry to analyse how is know/edge comunicated by experts and wich are the analogies and differences between experts and jour-nalísm messages. The first ones comu-nícate their results with theirs owns code systems in scientific meetings or publícations. But these magazines are a/so one of the main sources for specia-lized journalism. The complícated job of translating scíence codes into journa-lism message is the main point of a suc-cessful specialized publications. Popularizing science discourse maybe wíll be the onliest real oportunity of conecting expert and journalist langua-ges with the socíety. But if these pro-fessional groups don't learn this dis-courses each other. there are an onliest solution: include a secondary sender as a translator. So we have to increase the traditional Jakobson's communicatio-nals model for specialized journalism.

Key Words: Specialized /anguages, message production, specialized jour-nalism, communication theory

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CARLOS ELÍAS

L a comunicación del conocimiento de los expertos es uno de los pilares fun-damentales del progreso de la soc iedad. De nada vale que la ciencia, la eco-nomía, la medicina o las resoluciones judiciales avancen si esos contenidos no llegan a la poblac ión . Y la brecha entre los avances, sobre todo científi-cos y tecnológicos, y lo que la sociedad conoce de ellos es cada vez mayor 1

Existen dos formas de luchar contra este despropósito: que los period istas se especialicen en áreas temáticas o que los expertos conozcan las herramientas de la comunicación mediática. Ambas posibilidades pueden, y deben, coe-xistir. N o obstante, en esto, como en muchos otros temas, existe una tercera vía, que denominaremos el emisor secundario, y que puede ser utilizada hasta que ambos colectivos (expertos y periodistas) aprendan a entenderse.

¿Se puede resolver este problema desde el periodismo? Según Jav ier Femández del Moral y Francisco Esteve ' la manera más eficaz que tiene el periodismo de resolver una situación como la actual en la que existe un exce-so de información cada vez más especializada es, justamente, a t ravés de la especialización del periodismo. Estos autores ostienen que el periodismo especializado nace precisamente para contrarrestar los efectos perversos del nuevo superespecialismo que hace que tanto la sociedad como los expertos no sean capaces de contextualizar ni asumir los avances que continuamente se producen.

Ya en 1929 Ortega y Gasset criticaba la nueva "barbarie del especialis-mo"3. Según el filósofo español, el científico 4 se estaba especializando tanto que, en realidad, sólo conocía muy bien una parte cada vez más ínfima del saber al tiempo que se hacía más inculto de un saber completo, que es el ver-dadero conocimiento: "El especialista 'sabe' muy bien su mínimo rincón de universo; pero ignora de raíz todo el resto" 5.

1 Informe sobre period ismo sani tari de la Organizac ión Mundial de la Salud (2002) . Programa de Difusión C ientífica del Ministerio de C iencia y Tecnología (1998). VI Programa Marco de la UE. 1 FERNÁNDEZ DEL MORAL, Jav ier y ESTEVE RAMÍREZ, Francisco, Fundamentos de la información periodística especializada, Síntesis, Madrid, 1993 . 1 ORTEGA Y GASSET, José, Obras Completas, Tomo IV. Ediciones Cast il la (sex ta edición), Madrid, 1966 (artículo publicado en Revista de Occidente en 1929). 4 En realidad Ortega se refiere sobre todo al científico experimental, pero creo que su análi-sis puede extenderse a las ciencias ac iales y a algunos periodistas especializadm. Sobre todo a aquellos que han llegado a la espec ialización como colaboradores expertos y no como perio-distas que luego se especializan. 5 !bid., p. 218.

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AMPLIACIÓN DEL ~IODEL L'OMU 1 ACI NA!. DE )AKOBSO COMO F RMULA rARA ACERCAR EL MENSAJE ...

Ortega arremete de forma muy dura contra lo e peciali ta :

No es un sabio, porque ignora formalmente cuant no entra en u espe-cialidad; pero tamp co e un ignorante, porque e un 'hombre de ciencia' y onoce mu bi n u p rciúncula del univer o. Habrem de decir que es un sabio- ignorante, c a obremanera grave, pues i.gnifica que e un eñor el cual e c mportará en todas las cuestion que ignora, no como un igno-rante, sino con tod La petulancia de quien en u cue tión e pecial e un abio 6•

i estas reflexiones las hacía Ortega y Gasset en el año 1929, época en la que ya alertaba del peligro que e cernía en la sociedad si e la dejaba en manos de e tos "e peciali ta ", ¿cuál erá la situación a principios del igl XXI en la que lo plane- de e tudios de enseñanza media y universidade on cada día má e pecializad , obre todo de de la re~ rmas educativa

c memada n los año ochenta. La "bar arie" d la que habla el filó ofo está cada día más vigente y una de las nueva lacra que afectan a nuestra ocie-dad.

Re ulta muy esclar cedora la matizac ión que hacen Javier Fernández del Moral y Franci co E t ve obr lo que debe ser el m demo periodismo e pe-cializado y, s bre tod , 1 que no debe ser.

Hay que tener en cuenta que la lnforma 1 n Periodí tica Especializada nace ju tamente para ha er frente a la especialización del conocimiento. No e trata por tamo de ofrecer una di ciplina específica acerca de la espe-cialización en la información, co a a toda luce r bsurda, como ab urdo sería plantear <lisc iplina de medicina espe ializada, de derecho especiali-zado o de econ mía e p cializada. e trata, por el contrario, de hacer po i-ble al periodi m u penetración en el mundo de la e pecialización, no para formar parre de ese mun lo, no para convertir a nuestro profe iona-les en fa l o e p ciali ra , no para obligar al periodismo a parcelarse, a ub-dividir e, a comparrim mar e, ino al contrario: para hacer de cada e-pe-cialidad algo comunicable, objeto de información p riodfsrica, u ·ceptibl de codificación para m nsaje univer ales 7•

E ro implica que exi ten una caracten nea y uno pr ce os que gobier-nan el periodismo e pecializado y lo que, desde mi punto de vista, e má

6 /bid., p. 21 . 7 FERNÁNDEZ DEL M RAL, J., op.cir., p. 11 .

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CARLO. ELÍA

importante: estos princtp10 on generales a to<la la área de comunicación. Respecto a e te a unto l autore mencionad , que e encuentran entre lo pioneros en la intr ducci ' n de e ta disciplina en E paña, son más explícitos:

{ ... )el propó ito de e ta disciplina, que viene a ju t ifica r un eje centra l d comunicación para codas las áreas de e pec ializac i6n objeto de estudio periodístico, un cor~ u único, aplicable le ·pué· a cada materia en con-creto las actuale o la fu turas. Nuestro objetivo, por lo tanto, al defi nir e ta disciplina deja fuera la descripción del bjcro de comunicación, para centram o en la comunicación mi ma. o no· intere an la demá cien-cia ino como materia comunicables, como emi ora· de hechos o accio-nes susceptible de er comunicados ' .

Una correcta aplicación de esto principio generale pretende generar buenos profesionales del peri dismo especializado. in querer entrar ahora en temas de historia del periodismo, sí merece la pena señalarse que el inme-diato precursor del periodi mo especializado ha sido el periodismo expli ati-vo, que contextualiza explica lo hechos noticio o . E ta modalidad recon-vertida en periodismo e pecializado ha salvado a la pren a de perecer ante la inmediatez de la radio y la televi ión 9 y, lo que aún e · más trascendente, ha mejorado la imagen y el pre tigio de una profesión qu en muchas ocasione se caracteriza por la frivolidad, la falta de rigor, el en acionalismo o el de -c nacimiento de lo temas que rrata.

La exigencia de la especia lización periodística es ya un hecho incontro-vertible. El actual es un periodi mo con di ti nto niveles ele especializa-ción, pero casi p r definición podría decir e que e. specializado. El perio-dismo no se entiende in e ·pec ia lización ic.

Para Diezhandino la complejidad de la ociedad actual obliga al periodi -ta a e pecializarse para p der informar, en el verd d ro entido periodístico, del hecho noticioso. P rque, en su opinión , el periodi ta del siglo XXI no d be conformarse con describir el hecho noticioso

Ademá de de cribir l s hechos básicos que permitan entender nue rro

8 /bid. v fr. QUESADA, Mont errar, Periodismo especializado, Edicion lntemacionales Univer icarias, Madrid, L998. 10 DlEZHA DINO N IETO, María Pilar, "E pecialización y periodismo de ervicio" en ESTE-VE, Francisco (coord.) Estudios sobre lnfom1ación Periodística Especializada, Fundación an Pablo-CEU, Valencia, 1997, p. 86.

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AMPl.IA IÓN DEL M DEL COMUNI A 10 AL DE JAKOB N OM F RMULA PARA A ER AR EL MEN AJE ..

mundo y lo que eso hechos significan, hay que indicar por qué on impor-tante , en qué c ntexto hay que situarlo , adónde no conducen. Se dice a los lectores lo que . ucedió, por qué ucedió, qu , ignifica lo que ucedi y que es probable e uceda a continuación 11 •

Pero puede c n guir e e ta premisa ó lo de de el p ri dismo. En trabaj anteriore 11 e demuestra que e to es complicad i no ex i te una colabora-ción de de la fuente y que la realidad puede ocultar e manipular e sin que ni iquiera el periodista especializado pueda darse cuenta. El periodismo pe-cializado es un.a herramienta muy poderosa para luchar contra la ocultac ión. del conocimiento por parte de lo expertos, pero debe c mplementar e con otra .

¡ _, Planteamiento del problema: el lenguaje e:xperto

Una idea aceptada hace tiempo es que la principal barrera que separa lo abere específicos d 1 c njunto de la sociedad es preci amente la barrera lin-

güí rica. El probl ma radica n una imposibi.lidad para de cifrar el idioma cada vez má hermétic y e pecializado que crean 1 experto para de ignar lo nue o terri torio qu emergen a la luz de la ci ncia .

Términos frecuente como e-business, capital intel ctual, bienes de pro-duc ión, ciclo macr conómico expansivo, clorofluor arbonos, quark, len-te gravitatorias, gene directore del desarro llo, clona ión , etc., son diffcile de c mprender para un.a per ona con cultura media, inclu o habiendo estu-diad un bachillerato e pecífic . En periodi mo e pecializado existen varia ár a · en las que este problema se agrava porqu la terminología es mucho má compleja. Entre e ' ta áreas de tacan la c ientífica, ec nomía, tribunale , medio ambiente y anidad. También e cierto que mucha expre iones no t ie-nen inónimo en el lenguaje real que puedan u tituir a u compleja termi-nal gía. La profesora Bertha utiérrez o tien en u libro La ciencia comien-za en la palabra 11

:

11 /bid., p. 87. 12 ELÍA , Cario (2001) "Period ismo especializado en medio ambienre: e l caso Doñana 0 1110

paradigma de manipulac ión informativa", Ámbiros, revista andaluz.a de comunicación, n 2 6, pri-mer . emnre de 2 01 , pp. 297-303. 13 GUT l ÉRREZ RODILLA, B rrha , La ciencia comienza en la palabra . Análisi e hisroria del len-guaje cienáfico, Edicio nes Penín ula, Barcelo na, 199 , p. 92.

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CARLO ELÍ/\ -

La precisión en los términos permite la traducción de una lengua a otra, por medio de términos que ignifiquen exactamente lo mi mo en ambas; de esa forma los especialistas de una determinada disciplina sea cual sea la lengua que hablen, tienen la ventaja de poder referi r e a la misma reali -dad con palabra de significante di tinto pero que co inciden íntegramen-te en el ignificado.

Junto a esta dificultad, recientemente, se han comenzado a percibir que la complicación no re ide totalmente en el lenguaje de algunas ciencia , ino tambi én en la gradual desnaturalización de us concepto · y su lógica, obre todo en ciencias experimentale c01n o la física: el espac io de cuatro y más dimensiones, la antimate ria, la luz que retr cede atraída por los aguj eros negros, los reloje que adelantan o atrasan según la teoría de la relatividad o, recientemente, el color del universo. Pero también en economía ocurre esta circunstancia: despidos masivos en industri as que tienen grandes beneficios, contabilidad creativa que ha sido utilizada en las empresas del boom tecnoló-gico, por no hablar de la explicación de determinadas sentencias judiciales cuyas exposiciones escapan a la lógica.

Frecuentemente e tas dificultades léx icas y conceptuales son citadas como el facto r primordial de la incompren ibilidad de los textos, lo cual haría nece ario la existencia de un profe ional capaz de traducir el di cur o para los ciudadanos comune . Según Fem ández del Moral y Esteve, este profesional podría ser el periodista especializado. No ob tante, éste tiene mucha veces la dificultad de penetrar en una ciencia que u a un lenguaje hermético, pue no debe olvidarse tampoco, sobre todo desde el punto de vista periodístico, el problema del vocabulario experto utilizado como forma de ocultar una rea-lidad que no se quiere transmitir:

La fa lta de claridad -o el ocul tamiento consciente de la realidad- en el dis-curso científico obedece a diversas razone . En algunos ca os e ju tifica en lo que en el análisis conver acional se conoce como principio de corte ía de Leech, pue trata de facilitar la comLmicación. Por ejemplo, cuando un médico utiliza el término neoplasia en lugar de cáncer o carcinoma. Puede llegar a comprenderse que en estos ca os algunos médicos rom pan con la claridad para que el enfermo no logre entender; ouas veces, ·in embargo e justifica má difíci lmente, porque entonces el lenguaje científico sirve

de escudo protector o es un igno de pertenencia a un grup , como si la dificultad de compren ión obedeciera a la gran dificultad del contenido de los conceptos que contiene el mensaje H.

¡q !bid., pp. 101-102.

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AMPLIACIÓN DEL MODELO JMUNI ACIONAL DEJAKOBSON OMO FÓRMULA PARA ACERCAR EL MEN AJE ...

¿Cómo, entonces, puede la sociedad acceder a un conocimiento que los propios experto quieren ocultarle? Para cante tar a e ta pregunta hay que referirse al m delo comunicacional que e pr duce en la divulgación y a la relación que guardan l men ajes producido por lo expertos con los de los propios periodi ta . Y, finalmente, a la relacione ntre el lenguaje de l expertos y el de lo medios de comunicación.

2.- Diferencias entre el mensaje de los expertos y el de los periodistas

La mayoría de lo autores que se ocupan de la divulgación de las di cipli-nas especializada en ~ rma i temática suelen caracterizarla como una labor de traducción lel lenguaj de la di ciplina y de los entendidos en la materia al lenguaje com(m, poniendo énfasi en la d ificultad léxica que produce el creciente vocabulario e pecializado de las di ciplina n permanente renova-ción y subdivi ión. Una circun rancia, é ta última, qu e relaciona con la "barbarie del especiali mo" ya mencionada.

No obstante, el paradigma de la complejidad del lenguaje está en la cien-cia experimental. Aunque no abundan los e tudio sobre el lenguaje de la literatura científica, obre todo en España, todo lo autores asumen que interpretar un texto científico supone enfrentarse a un nuevo idioma total-mente diferente al periodí rico, al literario o al de la ciencia sociales cuyo vocabulario procede de la diferentes evolucione de la lenguas. N o a í el men aje científico. egún René Wellek y Austin Warren:

El lenguaje científico tiende a un si tema de igno como el de las mate-mattca la lógica simbólica; su ideal es el lenguaje universal como la cha-racceristica universa/is que Leibniz había comenzado a proyectar a fine del siglo XVJII. Comparado con el lenguaje científico, el literario suele re ·ul-tar deficiente en cierto aspecto . Abunda n ambigüedade , como cual-quier otro lenguaje hi tórico, está lleno de hom nimias, de categoría · arbitrariru e irracionale , como el género gramatical. Está transido de acci-dentes hi tórico , de recuerdos, de asociaciones, en una palabra, e uma-mente c nnotativo. Además el lenguaje li terario di ta mucho de ser mera-mente ignativo. Tiene u lado expre ivo, conlleva el tono y la actitud del que habla o d 1 que lo e cribe; y no declara expresa simplemente lo que dice, sino que qui r influir en la actituJ Jel lector, per uadirle y, en últi-ma instancia, hacerle cambiar. Hay, además, otra importante distinción que hacer entre lenguaje literario y lenguaje científico: en el primero ·e hace hincapié en el igno mismo, en el imbolismo fónico de la palabra.

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CARLO ELÍA

Para llamar la atención obre él e han inventado técnica de todas clase , como el metr , la al iteración y la escala fónica 11•

E interesante observar que e ta magnífica diferenc ia que hacen Wellek y Warren sobre ambos tipo de lenguajes está muy asumida por cada uno de los colectivos que los utilizan y la d iferencia constituye, en mi pinión, la fuen -te d muchos de los de encuentro · entre experto y p riodi ta que definen el periodi mo e pecializado.

Lo cient(ficos de precian el iml:oli mo fónico o u actitud, u opm1on y u reflexiones obre un d terminado tema y alaban la lógica simbólica. omo señala el miembro de la Academia Americana de iencias y profe or

de Historia de la Ciencia John Bumham

A la mayoría de 1 s periodistas sólo le interesa la c iencia si ésta cura defi-nit ivamente el cáncer. Por el contrario, a lo ci ntífic s 61 les intere a la prensa i e tá e cri ta n latín, contiene abundantes fórmulas matemáti -cas y en el artículo periodístico queda claro que, en realidad, lo que en él se cuenta no e especialmente era cendente o importante. E ta actitude tan encontrada entre ambos colectivos han generado que, en el caso de la divulgación c ientífica, e haya propiciauo el anriperiodi mo 16•

iendo éste un problema para el periodismo, con idero que aún son má grave las consecuencia que de e te desencuentro se pr ducirán en la socie-dad actual y del futuro.

En el mundo de los medio de comunica ión, lo· lcmento de ensaciona-li mo y egment ción de la información fueron, preci amente, lo de la uperstición c ntra la que lucharon los primeros divulgadore de la ciencia,

los cuales e enfrentaron a la uperstición con la reglas del escepticismo y del naturalismo. P ro en la actualidad, la realidad de lo medio de comunica-ción ha cambiado d forma radical. En estos momento , e tá ampliament tolerado que en los medio aparezcan hasta la más rancias supersticiones, o inclu o, que estén dominados por el pensamiento mágico 17•

15 WELLEK, René y WARRE , Austin, Teoría Literaria, Gred , Madrid, 19 5, pp. 27-2 (ver ión española de Theary of Literarure, Harcoun Brace Jovanovich , ueva York, 1962). 16 BUR HAM, John , How upersrüion Won and Science Lost: Popularizing Science and Healt/1 in che United Srares, Rucgers Univer ·ity Press, ew Jer ey, 19 , p. 196. 17 /bid., p. 7

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AMPLIACIÓN DEL MODELO COMUNICACIONAL DE JAK B ON COMO FÓRMULA PA RA A ER AR EL MENSAJE ..

2.1.- El modelo comunicacional de ]akobson aplicado al periodismo

E tá claro que, en el ca o de no solucionar e te problema de la fa lta de comunicación entre experto y la ociedad, puede que se produzca una invo-lución . La ituación ideal estaría en que ambos colectivo llegaran a un punto en común en el que e entendieran con claridad. Desde mi punto de vi ta, e to podría conseguirse en España si el peri di mo fuera materia obliga toria en todas las facu ltades. N o sólo de ciencias o ingenierías, sino también de derecho, economía, historia o filología. La característica más significativa con respecto a la divulgación es, según Y riart 18, que la ciencia, y en este con-cepto se incluyen las ciencias sociales y, en general, los avances en el cono-cimiento, e manifiesta también -e impre cindiblemente- como comunica-ción.

La ciencia también ha sido definida como "conocimiento público" 19• Este

carácter de publicidad del conocimiento es esencial para su verificabilidad. Divulgar el conocinüento significa que la info rmación principa l debe r

el mensaje que ese conocimiento genera cuando él mismo se realiza como comunicación. A í, egún Yriart, "la divulgación científica en su realización más dura, es un mensaje acerca del mensaje".

Sin embargo, en el proceso comunicativo no sólo interesa el mensaje, pues éste despojado de su emi or, sus receptores, su código, su canal y u refe-rente real, resultaría ininteligible.

En esto reside una de la diferencias entre d ivulgar los conocimiento o simplemente difundirlo .

Debe recordar ·e que en el modelo comunicacional de Jakobson 20 los ele-mentos de la comunicación son el emisor, que e · el que habla y da informa-ción ; el receptor, que e 1 que escucha la información; el mensaj e (la infor-mación en sí); y el canal, por donde la escucha.

Jakob ·on aclara:

No hay duda que exi te un feedback entre el acto de hablar y el de e u-char, pero la jerarquía de los dos proceso e contraria para el codificador y el de codificador. Estos dos distintos aspectos de la lengua son mutua-mente irreductib le , ambo on igualmente esenciale 21

18 YRIART, Martín F., "La divulgación de las ciencias co mo prob lema comunicac ional". Arbor, n" juni -julio (1990), pp. 163- 178. 19 C fr. ZIMAN , John. E/ conocimiento público, Ed. Fondo de ultu ra Económica, México, 1972. 10 JAKOBSON, Roman , Ensayo de lingüística general, A riel, Barce lona, 1984. Zl /bid., p. 88.

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En este modelo, la presencia de emisor y receptor son muy importantes: "Los intentos de construir un modelo lingüístico sin ninguna relación con el hablante n i con el oyente y atribu ir así a un código la existencia desligada del acto de la comunicación, amenazan convertís al lenguaje en una ficción escolástica" 22 •

Este problema que apunta] akobson puede producirse en la comunicación científica cuando el experto transmite sus conocimientos sin pensar en el receptor o cuando sólo tiene en cuenta a un receptor perteneciente a su minúsculo gremio.

En el contexto de este 1nodelo, ¿qué significa un emi or secundario? En primer lugar, definamos cómo se aplicaría el modelo comunicacional

de Jakobson al periodismo. La fuente (emisor) trasmite su mensaje al recep-tor (periodista). Pero normalmente aquí puede producirse una anomalía del modelo tradicional de conversación entre dos personas, puesto que en perio-dismo muchas veces el receptor puede condicionar el mensaje del emisor. Es decir, el emisor no expresa voluntariamente lo que en ese momento necesi-ta trasmitir al receptor; sino que el receptor (periodista) tiene un cuestiona-rio previo que puede ir modelando el mensaje del emisor.

En este aspecto se encuentra la primera disfunción del modelo comuni-cacional entre experto y periodista. Y es que, como veremos más adelante, el referente para ambos (experto o periodista) no es el mismo y, por tanto, el mensaje que el emisor quiere transmitir y el que el receptor quiere escuchar no coinciden.

El modelo comunicacional de Jakobson se complementa en el caso del periodismo con una segunda fase. En ella el periodista se convierte en emi-sor, no de lo que él quiere trasmitir, sino de lo que le ha dicho la fuente (emi-sor primario) . El receptor del periodista es la sociedad con toda la compleji-dad que eso significa: el nivel de receptividad de la sociedad es una media de un número de receptores que puede oscilar desde los miles en el caso de medios especializados y muy interesados hasta los cientos de miles o millones en el caso de medios generalistas. Es, por tan to un receptor amo1fo, aunque el periodista sí que conoce aproximadamente las características sociológicas y culturales de su público a través de estudios previos que haya encargado el medio para el que trabaja. De hecho, elabora su información pensando en ellas.

Llegados a este punto creo conveniente definir los integrantes del mode-lo de Jakobson aplicado al periodismo: el emisor primario sería la fuente; el

22 /bid., p . 89.

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AM PLIACIÓN DEL MODELO C :lMUNICACIONAL DE JAKORSON OMO FÓRMULA PARA ACERCAR EL MENSAJE. ..

receptor primario sería e l periodista y receptor ecundario, la sociedad. Debe matizarse que el modelo se complica aún má porque cuando la fuente (emi-or primario-experto) habla con el receptor (periodi ta) está pensando má

en el receptor ecundario (sociedad) que en el primario y esto distorsiona e l modelo comunicaciona l, porque se considera al periodi ta como un canal y no como un receptor.

S i a esto añad imos que muchas veces la identificación del receptor secun-dario no es la mi ma para la fuente (casi siempre pien a que habla para otros colegas) que para el periodista que sí suele conocer el perfil de su audiencia, se entiende por qué el modelo comunicacional no funciona correctamente.

Debe ob ervar e que e ta última disfunción e produce porque el emisor pri-mario no e tá en contacto directo con el receptor ecundario (sociedad ). El modelo comun icaci mal tradicional no prevé esta ci rcun tancia, de forma que el emisor siempre adapta u mensaje al receptor y lo va cambiando a medida que observa cómo é te l va comprendiendo. Por ejemplo, un físico nuclear o un juez podrá adaptar su men aje a un receptor con poca capacidad de com-prensión. Pongamos que intenta explicar un de cubrimiento o una sentencia judicial a su hijo de diez años. Lo adapta porque conoce la circunstancias del receptor y como la comunicación es bidireccional e puede amoldar el mensa-je de forma continua. Pero e o, repito, no se da en el caso del periodismo.

2. 2. La figura del emisor secundario

Es en este contexto en donde se puede introducir la figura del emi or ecun-dario como elemento para mejorar el modelo comunicac ional. Este emi or secundario podría ir ubicado en dos lugares. El primero de ellos sería entre el emisor primario (fuente-experto) y el receptor primario (periodista). A esta figura la llamaremos a partir de ahora emisor ecundario-experto. La segunda posibilidad e que e te emi or secundario esté entre el periodista y la sociedad y a éste lo llamaremo emisor ecundario-period i ta especializado.

En función de dónde e ubique algun as de sus característica podrían diferir aunque otras son comune , siendo ambos emi ore tan diferentes. Incluso, la. dos figuras deben coexi tir para mejorar la comunicación experto-periodista.

2. 2 .1. Emisor secundario-experto

Exi ten disciplinas muy complejas en las que e muy difícil que el perio-di ta aprenda el lenguaje e pecífico. Para estos caso e propone este 'emisor

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ecundario-experto", el cual debe er un puente-traductor entre el experto ( mi or primario) y el periodi ta (receptor primario).

Uno de los aspecto d l model propue to e que en él, el emi or de la información sigue siendo el experto, ya que a él e va a r ferir explícitam n-te el mensaje del periodi ta. Pero este emisor ecundari rá el "maestro de ceremonias", intérpr te traductor del men aje de la disciplina en cuestión .

E te caso es muy útil cuando el periodista acuda a emrevi tara un exper-to protagoni ta en un área muy c ncreta de u di ciplina. u dedicación de doce horas diaria al mismo a unto durante mucho añ le hace perder el c ntexto de la realidad, n ya re pecto a la ocied d en general sino re pec-to a la generalidad cientffica. encontramos de nuev con el concepto de Ortega y Gas et de la barbarie del e pecialismo.

Una manera de re o lver e te conflicto podría er a travé de esta nueva figura de emisor secundari , mediante la cual exista la po ibilidad de que el periodi ta tenga dos emisores: el que protagoniza el hecho noticioso y el que traduce lo que eso ign ifica, lo que implicaría, com e ha mencionado, ampliar el modelo clásico de Jakobson .

Esta ituación d incluir do emisores de la infonnación - uno que da la información y otro que la traduce al periodi ta, quien a u vez continúa con 1 pr ce o de traducción al público- e produce, en la práctica, cada día con

má asiduidad de la qu en principio parece. A í, l In tituto de Astrofísica d Canarias (IAC) pi nero, entre otros mucho a p eta , de aquellos rela-ci nado con la comunicación de su trabajo, ha creado la figura del "asesor científico" que no es otra o a que un científico con especial habilidad para explicar los términos a tr fí ico .

uando el periodi ta ha finalizado su entrevi ta con el científico autor de la inv tigación concreta por las que u medio de comunicación e ha inte-resado, e recibido por el "a e or científico" a qui n el periodi ta le cuenta, a modo de resumen, lo qu "ha entendido" de u entrevi ta con el cien tífico, emi or primario.

También lo utiliza cuand ti ne dudas a la hora de redactar -trascod ificar al lenguaje periodístico la in~ rmación científica- su rep rtaje o noticia.

E ta figura del emisor secundario en ciencia es relativamente novedosa en España -el CSIC o las univer idades no disponen de ella- y upone, en la prácti a que el men aje e interpretado por dos mi ore antes de que 1 r cept r -en este cas el periodi ta- lo transfonne para lo re ptores finale , la ciedad.

También se utiliza en economía. Por ejemplo el canal pecializado en economía Bloomberg utiliza e te tipo de emisor e undario que explican ituaciones. Lo que ucede e que en este caso n fu ncionan como emi ores

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AMPLIA IÓN DEL MODELO :C MUNICA IONAL DEJAKOBSON COM FI: !\MULA PARA ACERCAR EL MEN. AJE ..

cundarios com e describe aquí -para ayudar al periodi tas- sino que su función es la de un experto divulgador. En general son expertos anónim que divulgan bien, aunque a veces pueden ayudar al periodista cuando é te hace una entrevi ·ra a una fu nte relevante.

E te papel no es el que de empeñan en la actualidad los gabinete de prensa, porque en llo xi ten, obre todo, periodi ta generali tas. Y este tipo de emisor ecundari debe ser un experto on cualidades divulgadora un periodista e pecializado aunque este profe ional l propondremo para el egundo tipo de emi or ecundario que veremo má adelante.

El paradigma d e ta situación sería los gabinete d prensa de las revistas Nature o Science, cada día má · xtendido al resto de la publicaciones cientí-fica 23 . Se trata de introducir periodistas que traduzcan 1 mensaje del cien-tífico al mensaje periodí rico. También se realiza n al práctica en algun gabinetes de comunicaci n de bancos importante que quieren a egurarse de que u mensaje sea bien comprendido. En el área de medicina alguno lab -ratorios también cuentan on este emi or secundario.

Pero en la teoría d la comunicación no existen muchas referencias obre un modelo de comunicación que introduzca la necesidad de un emis r vica-rio o secundario para qu el men aje llegue correctament al receptor prima-rio, periodista. in embargo, esta estrategia favorecería enormemente la c municación de d t rminada áreas pecializad , pue minimiza dos de lo factores que má impiden el flujo comunicativo en tre expertos y periodista : el de conocimiento mutu entre el trabajo que ambo de empeñan y la en-ación de inferi ridad del periodista y de up ri ridad del experto, que impi-

den una buena compren ión del mensaje. El desconocimiento mutuo e resolvería porqu te a esor de comunica-

ción o agente secundario e encargaría de ase orar al periodi ta en término muy coloquiale sobre el interés directo del hech noticio o complejo y del experto al que va a entrevistar. El experto también tendría la posibilidad de informarse sobre el peri di ta y, lo que e más importante, se asesoraría a tra-vé de un colega de di ciplina al que respeta -no a través del periodista del abinete :le prensa, al qu a menudo desprecia- d la n ce idad de hacer la

declaraciones así como de lo intere es que tiene el periodi ta. Lo importante e que el a e or deberá comunicar e en lo do código : el

del experto especializado y el periodístico, y deb er respetado por ambo para que su men aje tenga credibilidad.

B Cfr. ELÍAS, Cario , "influencia de la revistas de impacto en el periodi mo científico y en la ciencia actual", Revista Españow de Investigaciones Sociológicas (REIS), nº 98 (2002), pp. 12 -136; y ELÍA , arlo , "La comunicación mediática de Nawre y su influencia en la pren-a y la ociología de l;i ciencia e pafiola", Revista Comunicar, n2 19, (2002), pp. 37-41.

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Respecto a los mutuos complejos de inferioridad y superioridad de perio-dista y experto respectivamente derivan, en cierto modo, del desconoci-miento mutuo. El redactor, por su formación generalista, no comprende cier-tas jergas especializadas, lo que le lleva a no preguntar demasiado por temor a parecer excesivamente desinformado y provoque el desprecio de la fuente.

Este hecho implica que en muchas ocasiones no se atreva a traducir los tecnicismos y el mensaje resultante aparece ininteligible por el receptor secundario, la sociedad, y pobre para el emisor primario, el experto.

Pero este problema también se resolvería mediante la intervención del asesor especializado con el que el periodista tiene confianza corno para pre-guntar hasta los aspectos mínimos de una información, lo cual eliminará su complejo de inferioridad.

El complejo de superioridad respecto al periodista del experto proviene de varias situaciones. Respecto a los científicos, es un hecho que en España no se les valora la divulgación, pues la mayoría de la investigación se financia con fondos públicos, con lo cual los científicos no necesitan promocionar sus hallazgos para captar subvenciones, como sucede, por ejemplo, en Estados Unidos. Los científicos españoles, y aquí incluyo a todos los profesores uni-versitarios, no creen que la divulgación a la sociedad de sus conocimientos sea un mérito. Tampoco valoran a quien desarrolla este trabajo y peor aún: muchas veces se critica al colega que aparece repetidamente en los medios de comunicación .

Pero otro tipo de expertos como jueces, fiscales o economistas o altos fun-cionarios del estado lo que tienen es un complejo de superioridad que les impide reconocer que una de las labores que conlleva su trabajo es precisa-mente la de divulgar lo que hacen y por lo que les paga la sociedad.

El emisor secundario sería ese experto (juez, economista, científico, médi-co, etc.) sensibilizado y conocedor de los medios de comunicación, que los valora y que tiene capacidad para convencer e informar al emisor primario del código que debe utilizar para que el mensaje especializado sea compren-dido por el periodista.

En este caso se podría plantear el problema de que este emisor secunda-rio, al final, en lugar de mejorar la comunicación, que es lo que se pretende, sólo fuera un elemento perturbador o, lo que es peor, manipulador al cono-cer ambos lenguajes. Debernos tener en cuenta que en periodismo especiali-zado se da un problema relacionado con la denominada notic ia acatamiento en el que la autoridad de la fuente provoca que el periodista confíe en ella y no contraste suficientemente las informaciones que le dan esas fuentes. Este emisor secundario-experto podría favorecer esta circunstancia si no desem-peña bien su trabajo.

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A~iPLIAL.IÓN DEL MC>DELO COMUNICACIONAL DEJAKOBSON OM FÓRMULA PARA ACERCAR EL MENSAJE ...

Está comprobado 24 que los profesionales se socializan con su gremio, al cual suelen defender antes que a la verdad si ésta les perjudica. Un juez, un científico o un profesor univer itario intentará siempre maquillar una infor-mación que atente contra u profesión, aunque la noticia sea cierta. Por ello, no dejo de considerar que habría que tener cuidado con este emisor ecun-dario. La prevención podría ser similar a la que e tiene con los periodistas de los gabinetes de prensa, ya que é tos también interfieren en el proceso comunicat ivo porque a veces suelen trabajar más para favorecer lo intere es de la fuente que le contrata que los del periodi mo. No obstante, sabiéndo-los usar, un gabinete de pren a puede ser útil para el periodista y lo mi mo sucede con este emisor secundario.

Es obvio que para lo tema en los que no interviene el componente gre-mial, este modelo ampliado de Jakob onde incorporar un emi or secundario podría resolver algunos problemas.

Otra po ibl e solución para mejorarlo ería que ese emisor secundario-experto estuviera contratado por el medio de comunicación z; y otra que los criterios ético " y m.orales, entre los que e tá revelar la verdad, primaran por encima de otro menos apropiado como el de la defensa del corporativ ismo.

Re pecto a que este emisor secundario sea un periodista, plantearía algu-no problema . En primer lugar esta figura podría as imilarse a la de los gabi-netes de prensa actuales (asesores de prensa). La experiencia enseña que, al menos en España, esto period istas del gabinete apenas discuten con la fuen-te sobre el contenido de declaraciones y su figura iempre está por debajo de la fuente-experta. Nunca al mismo nivel. La precariedad laboral que ex i ·te en periodi mo y el hecho de que aún no se haya consolidado como una pro-fesión de prestigio -muchos profesionales (médicos, abogado , filó logos, cientLficos) piensan todavía que no hace fa lta estudiar periodismo para ejer-cerlo, aunque no conciben que en sus respectivas profesiones suceda lo mismo- provoca una gran u misión del periodista de gabinete al experto 26•

En realidad, su papel consiste muchas veces en agradar al experto, no en faci-litar el trabajo del periodista de los med io . Por otra parte, la cada día mayor

24 fr. NELKIN , Dorothy, La ciencia en el escaparate, Fundesco, Barce lona, 1990. 25 No existen suficientes estudio sociol6g icos para afi rmar que un experto que abandone su trabajo y se emplee como a esor en un medio de comunicación, deje de defender los postu la-dos definitorios de su anterior profesi n para umergirse en los del periodismo. 26 C fr. GARCÍA DE CORT ÁZAR, Marisa y GARCÍA DE LEÓN , María Antonia, Profesionales del periodismo. Hombres y mujeres en los medios de comunicación , Centro de Investigaciones Sociológicas ( I ), Mad rid , 2000.

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agre ividad de estos periodi tas de gabinetes provoca que mucho profe io-nale de los medios se fíen meno de ellos que de la propia fuentes exper-ta .

2.2.2. El emisor secundario-periodista

En este caso el emi or secundario se situaría entre el receptor primario (el periodista) y el secundario (la ociedad) . Esta figura puede asimilarse con la del jefe de sección o el redactor jefe que suelen con cer más algunos tema que el periodista que los scríbe. Es un egundo filtro, que podría englobar e dentro de la teoría del gatekeeper en la que no vamo a detenernos, pero que en algunos casos sirve para mejorar la infonnación espec ializada y ev itar que se cometan errores.

E te emisor secundario-periodista también pu de actuar a esorando a la fuente (emisor primari ) de f; rma que la comunicación experto-periodista se produzca de forma fluida sin necesidad de emisore secundarios-expertos.

En esta faceta de emi or secundario-periodista también podrían incorpo-rarse a los profesare universitarios de periodismo que d berían impartir esta disciplina en el resto de las facultades (ciencia , ingeniería , derecho, econó-micas, historia, filo logía, sociología) como materia obligar ria de manera que los futuros expertos conozcan las claves del periodismo y pueda mejorarse la comunicación entre los dos colectivos.

3. Características y funciones del emisor secundario

¿Cuál debe ser la función de e te emisor ecundario ? La principal erá ayudar a realizar una buena información al periodi ta generali ta o a especia-li zado en esa área. ¿Qué características debe poseer para llevar a cabo esa fun-ción? La necesaria para colaborar en la supuesta traducción del lenguaje especializado al lenguaje común. ¿Cómo se logra la calidad de estos mensa-je ? Y, sobre todo, ¿cómo evitar esos efectos negativo que horrorizan a los expertos cuando leen algunos artículos en la prensa o en los emanarios de gran drculación ?

Para contestar a estas preguntas hay que referir e no sólo al lenguaje en sí, tal y como ya se ha comentado, sino que, creo, lo problemas también están en el propio modelo comunicacional. Considero que para responder a estas cue tione no sólo basta con analizar diferencias de lenguaje . Además, debe

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M lrLI A IÓ DEL M DEL 'OMUNICA IONAL OEJAK0 13 ON COMO FÓRMULA PARA A ERCAR El MENSAJE ...

proftmdizar e en un primer paso en el modelo comunicacional de la divulga-ción. Oespué , en la relac ión que guardan los mensajes producidos por lo expertos con los de los propios periodi tas. Y, fina lmente, en las relacione entre Le lenguaje de los expertos y el de los medios de comunicación. EL emi-sor secundario debe conocer todo esto para poder desempeñar bien su fun-ción.

Investigadores como G orges Mounin 27 repararon hace ya tiempo en que el de la traducción n o es un problema meramente léxico. Lo que e traduce, señala, no son lenguajes sino mensajes y son esto , con su estructu ra, su con-texto y su co- texto, los que forman verdaderamente su significado, y no lo términos individuales que los conforman.

Según el análisis textual clásico de Teum van Oijk 28 La estructuras típi-cas de la noticia peri dística y del artículo especializado escrito por un exper-to son claramente diferente .

De acuerdo con el e quema de Van Oijk, e l discurso de la noticia perio-dística se de compone en un resumen y un relato, el cual, a su vez, e integra con episodio y conclusione . Por el contrario, el artículo de un experto tiene una estructura argumentativa-expositiva, que se pone de manifiesto en su unidades organ izativas, pues e desarro lla corno un planteamiento del pro-blema que se completa con u solución, realizándose la secuencia: sumario, in troducción, antecedentes, materia le , métodos, resultados, conclusione y discusión .

Resulta interesante observar cómo di t intos tipo de info rmaciones ocu-pan lugare · d iferentes en ambo esquemas de supere tructuras textuale de Van Dijk, con objetivo y efectos también di tin tos. A f, mientras el artícu-lo e crito por un experto coloca las conclusiones cerca del final, el relato periodístico las adelanta a los primeros tramos del texto.

También es re levante y coincidente en esta estrategia que en la noticia periodís tica los antecedentes del caso quedan relegados para el final del texto, mientras que en e l a rtículo del experto son virtualmente parte de la hipóte is y e encuentran en el encabezamiento.

De de la perspectiva periodí tica se h a utilizado tradic ionalmente una serie de preguntas para controlar i la información que contiene una noticia está completa y ubicada en el lugar apropiado del texto.

Estos controladores son las "w" ingle a·, e dedr las sie te preguntas: qué, quién, cuándo, dónde, cómo, por qué y para qué. Las cuatro primera , se

27 Cfr. MOUNIN , Ge r>e , Le· probleme théoriques de la craduction, Ed. Gallimard, París, 1963. 28 VAN DIJK, Teum, La ciencia del texw, Ed. Pa idó , Buenos Ai re , 1983.

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up ne que deben e tar explí ita · en el primer párrafo de la noticia -espe-cialmente i se trata de una noticia de agencia- o c rea de él. Los tre re -cantes pueden ocupar lo último egmento del texto de la noticia, de forma que el editor pueda cortarlo de abajo hacia arriba sin eliminar ningún dato impre cindible.

En el caso del peri Jista pecializado que debe e cribir un relato de hecho , la información correspondiente a e ro tre últim · controladores -cómo, por qué y para qué- también erá crucial para él. A í, egún Yriart, el "por qué" identifica lo antecedente del hecho noti i o, lo estudios y la

b ervaciones previa que permitieron detectar un pr lema no re uelto en un determinado campo de la ciencia.

EL "para qué" señala el ignificad del hecho notici o, u posible con-ecuencias, su aplicaciones, ean prácticas o como un paso en el avance

hacia nuevos problemas y e a ocia claramente on la discusión. El "cómo" apunta tal vez a lo que diferencia al periodismo especializado

de La mera transmisión d infonnación. El "cómo" e el r lato que cuenta de fi rma periodí rica la argumentación del artículo de un experto.

~ Explicarle al periodi ta 1 ignificado del cómo, el porqué y el para qué es ;.. un trabajo de la fuente, p ro también el emi or ecundario podría ayudar ;..

u mucho en e ta rarea. 46

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~ 3. l. El emisor secundario como traductor de lenguajes

A menudo se compara el trabajo de lo periodi ta e pecializados con el de traductor, por cuanto lo primero han de encargar d 1 cometido de ree -cribir la disciplina de la qu quieren informar con palabra del lenguaj común, a partir de una jerga para mucho incompren ible. Esta actividad de convertir el discur del exp rto en periodí rico, egún Bertha Gutiérrez, puede llevar asociada varia di funciones y para evitarla también sería con-veniente la figura del mi or ecundario:

Dado que la palabras le! lenguaje común no son d 1 todo capaces de apre-hender y expre ar lo contenido del discur' científico -razón por la cual la ciencia elabora u propio. términos-, cuando el vulgarizador reemplaza lo tecnicismo p r in ' nimo aproximativo tomado t.lcl lenguaje de todos lo días, de alguna manera deforma, reduce y caricaturiza el contenido de eso tecnicismo; n orra · palabras podría estar d naturalizando la ciencia19•

l9 , UTIERREZ, B., op. cit., p. 320.

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AMPLIACI N DEL MODELO COMlfNICACI )NAL DE JAKOBSON MO F<-~RMULA PARA ACERCAR El MEN AJE ..

Otras con ecuencias implícita en la divulgación, en el entido de tra-ducción, serían que el di cur o divulgador contempla una re tricción obliga-toria del contenido del men aje científico y de u preci i -n , a í como un cambio en lo argumento de la demo tración. Esto últim no e taría causa-do por la compren ión o incompren ión lingüística o terminológica ino, "fundamentalmente, p rque un y otro -especiali tas y no e peciali tas- no tienen el mi mo referente" Jo.

A í, el hecho de que el referente de ambos discur o ea diferente expli-caría la inclu ión de distinto recursos emotivo , como e l humor, l juego de palabras o la alu ion con tantes a e lemento del mundo cotidiano, en los textos de divulgación y, al mismo tiempo, que e os mi mos elemento estén proscritos en el di cur o científico. Una apropiada explicación de este hecho a la fuente tambi ·n paliaría muchos de lo problemas que afectan a u comunicación con lo periodi ta .

Re pect a cómo e laborar un discur o de divulgación partiendo de uno ci ntífico, Gutiérrez indica la iguiente pauta que ueden ampliar e para cualquier texto escritos por expertos que se pretenda c nvertir en periodis-m e pecializado: ~

El autor d un trabajo de divulgación debe entre acar del di cur o que ha romado com ba e de partida tre o cuatro idea e enciales de la que e va a ocupar, olvidándo e del resto; es decir, de entre toda la información exi tente en e e trabajo fuente, tiene que hacer una elección y coger ·olamente uno punto concretos, relevantes, ya que en el discurso vulga-rizador no todo puede tener cabida ( ... ). Tampoco Jebe olvidar el divul-gador - obre todo ·i e periodi ta- que se enfrenta a un mundo Je conoci-miento y no de uce os; por tanto, n.o rodo e noti ia, ni la información debe er tratada c mo si lo fuera; la noticia no podrá ser más que un pre-texto para la divulgación" 11 •

Otros inve tigadore , c mo Yriart, so tienen qu la diferencias entre el di cur o del experto y el divulgativo pueden deber e también a la de natura-lización. Y hace especial hincapié en la c iencia experimentales, "pue en u esfuerzo por conocer mejor e l mundo del que parte, el hombre ha termi-nado colocando la realidad que e tudia la ciencia má allá de lo entido " 11

!O /bid., p. 321. JI /bid., p. 322. n Op. cit., p. 173.

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ARLO ElÍ •

Para avalar e a upue ta de naturalización de la ci ncia Yriart propone 1 iguiente ejemplo :

Los quark y lo agujero negros en cuyo cenrro el tiempo es infinito, los neurotransmis res o los liposomas, por ejempl , sól se tornan visibles a través de instrumentos complejos y no si1:rnpre I< imagen obtenida e , n realida 1, una amplificación óptica ino qu ésta es una proyección teóri-ca de dato experimentale cuya relación con el objeto de e tudio e difí-cil de preci ar para el profano. De e ta manera, en la mayoría de los ca o , la conclu ión científica e obtiene a travé de una lectura no-analógica, como un valor numérico. En definitiva, una expresión abstracta que recorta la realidad en una forma totalmente distinta a la que e tamo aco tumbrado en nuestras percepc ione cotidian a 11.

El lenguaje que la ciencia rea para discurrir acerca de la realidad es, pue , a tra to, asensorial y ·istemático. Su vocabulario pretende ser biunívoco, para que en ara de la preci ión y en detrimento de la ec nomía del di cur-

' a cada objeto corr p nda un término olamente, y vice ersa. Según Y riart, mucha vece la lógica científica, como por ejemplo en el

caso de las inve tigaciones a trofí icas no iempre e evidente. Su utilidad parece disolver e en la infinita especialización de la ciencia , hasta parecer que u único propó ito es el avance del conocimiento, p r í mismo.

Cabe preguntar e i e tarea del emisor secundari traducir los meo aje de la ciencia al lenguaje c tidiano. Para Marro e Yriart '4, el periodista no debe traducir el lenguaje ci ntífico al cotidiano porque é te último es predo-minantemente oral, fragmentado en dialectos e idiole tos definidos por nive-les educacionales, ocupacionales, estratificación o ial y di tribución geográ-fica entre otros factore .

Lo que sí debe hac r el periodista, a juicio de e tos inve tigadores, e tra-ducir los mensaje de la c iencia al lenguaje e crito, gobernado por reglas pr -pia y dotado de proc s s destinados a asegurar la materialización con éxito de los objetivos comuni acionales, y en esta tarea pueda ayudar mucho el ern isor secundario.

E te lenguaj de lo medios que no es el cotidiano, posee sin embargo alguna caracterí tica comune con el último. A í ambo on esencialmen-

11 /bid. 34 MARRO, Mabel e YRLART, Martín, Procedimientos de trascodifi ación del lenguaje de las cie11-cias al de la divulgación cienrífica, Ed. Mimeo, Madri , 19 8.

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AMPLIA IÓN DEL MODELO COMUNI A lONAL DE JAKOBSON COM F RMULA PARA A ER AR El MENSAJE ...

te narrativos, apelan constantemente a lo ensorial y a recursos motivacio-nale basados en l sentimientos: curiosidad, mied , de eo.

De de el campo de la ciencia e critica la impreci ión del lenguaje de 1 medio , en el cual no cabe el vocabulari biunív c de la ciencia. in embargo, e ta falta de definición biunívoca no es una limitación absoluta y puede paliar e con la creación de un nuevo di cur o en el que lo térmi-nos biunfvo os de la ciencia cobren analógicamente significado, recupe-ren u ensorialidad y, sobre codo, revelen u relación con la realidad que comparten el científico y el lector de periódic s 35 •

Conseguir est ría el proceso de trascodificación que reali.zan lo divul-gadore y para el que cuentan con un arsenal d recur o de diferentes efec-to , que van de de la inonimia y el ejemplo, en un extr m , hasta la defini-ción y la metáfora en otro, pa ando por la analogía y la apo ición explicativa. Todos estos elemento contribuyen de forma difer nte a la infom1ación, la motivación y la fluid z de la lectura.

Para Y riart, la definición hace la mayor contribución a la información del di cur o, mientra que la m táfora sería e l recur de mayor poder motiva-ci nal y e l ejemplo e un eficaz facilitador de la comprensión, que favorece la fluidez de la lectura. E ta premisas on válida para 1 periodi mo especia-lizado en cualquier área temática.

Baudeuin Jourdant 36 ha llamado la atención obre 1 peligro del lenguaje altamente metaforizado en la divulgación ci ntífica, e pecialmente en el a pecto de la producción t xtual cuya importancia re ulta cada vez má evi-dente: el que trata de lo mecanismos de control de la pr ducción de enti-do en el proceso de la escritura, descritos por Joh.n R. Hayes y Linda Flower 37

En el modelo de e to inve tigadores estadouniden e , la escritura e un conj unto de proce o de planificación, producción y revisión cominu que

de arrollan hasta obtener un resultado adecuado al objetivo propuesto. Para el emisor ecundario o el periodista especializad , la fase de la revi-

ión cobra una importancia e pecial, dado que, siendo un traductor, no ólo deb tener en cu nta u propia intención comunicativa, al gen erar u men-

15 YR IART, M., o/J. cit., p. I 74. Jó fr. JOURDANT, Baudcuin, "Vulgarisation scientifique et ideo logie", citado por YRIART, Martín, op .cit. 37 HAYE , John R . y FLOWE, Linda ., ldenrifying che organization of v.nitíng process, Ed. Gregg y teinberg, Nueva York, 1980.

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aje, ino, sobre todo, la del emi or del mensaje traducido. Por ello, el uso de metáforas puede ser de acon ejable, pues é ta no son elementos de traduc-ción y pueden distar ion.ar el mensaje original.

3.2. El emisor secundario y los tecnicismos

Respecto a los aspecto lingüísticos del discur o de periodismo e peciali-zado destacan, entre los sintácticos, el empleo d estructuras simple , donde e integran frase corta formadas por palabras de fácil comprensión para el

profano. El discurso de divulaación no renuncia -aunque no sea impre cin-dib le- a una de la caracterí ricas sintácticas má típicas del discm o del experto: la preferencia por el estilo impersonal, que se con igue mediante el empleo de la tercera persona del singular y las distintas formas de construc-ción pasiva que ocultan sujetos de las oraciones. Este estilo impersonal es uti-lizado porque refuerza la impre ión "de conferir al artículo un halo de objeti-vidad" 38• N o obstante , desde el punto de vi ta periodístico resulta má rentable personalizar los hecho .

El buen discurso de peri dismo especializado de taca porque en él se evi-tan lo tecnici mo en la medida de lo posible. E to provoca que sean susti-tuido por paráfra i constru ida con palabra del lenguaje común.

Paráfrasis que puede reducirse a ser un pseudo-equivalente del término, originando la multiplicidad de parasinónimos, o dando lugar a sintagmas explicativos má o meno largos. No es cierta, pue-, la afirmac ión de que en la vulgarización de la ciencia no se rea liza creación neológica: que no se recurra a la neología de forma no significa que no e recurra a la neolo-gía de sentido 19•

Con esto no quiero decir que los tecn.tctsmo estén completamente excluidos del discurso del periodismo especializado, sino que cuando se emplean , aparecen de forma ai lada y con escasas referencias al conjunto ter-minológico al que pertenecen. En el caso de usarse tecnicismos se introdu-cen y se intentan definir, al menos, la primera vez que se usan. Otras veces ese intento de definición e ayuda o se ilustra con uno o varios ejemplos y, en otros casos, hay divulgadores que recurren a la comparación o la metáfora

3 GUTIÉRREZ, B., op . cit., p. 326. 39 lbid.

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AMPLIA IÓN DEL MODELO OMUNI A 10 AL DE JAKOBSON COMO F RMULA PARA A ERCAR EL MENSAJE ..

para definir el término técnico. La profe ora Bertha Gutiérrez da el siguien-te consejo:

A lo largo del texto, el divulgador deberá ir graduand la elecci n de lo término , u and primero los que on má cercano al público al que e dirige, antes de servirse de aquello má d ifíciles, que necesitan la compa-ración o la metáfora •0.

En general, todo e to pro edimiento originan una pérdida de precisión; obre todo como ya e ha mencí nado, el establecimiento de las compara-

ciones o de metáfora , pue obligarán a poner énfasi ola y exclusivament en un punto de vista en detrimento de otro , con lo que e han de perder ine-vitablemente mucho matices.

La falta de preci ión de l di curso de divulgación frente al del experto e m nifiesta también en la au encia, en el primero, de una presentación rigu-rosa de cifra o fecha , pue é ta no contribuirían a la captación del interé d ! lector; en la pérdida de neutralidad, mediante el u o de pregunta retóri-ca -como ¿quién podría pensar hace cien año ?- que tienen la mi ión d atraer la atención del lector y contribuir a darle un mayor en acionali mo al artículo, y c n el u o adj tiv calificativo p objetivos -vertigino , e pectacular, gigante co-, raro en otra modalidades del lenguaje de lo expertos.

in embargo, cada día e van infiltrando má término del vocabulario e pecializado, sobre todo en algunas áreas temática , en el lenguaje común , de fonna qu puede que e e tén rompiendo e a arrera ntre el vocabula-rio e pecializado y de difusión y las disfunciones menci nadas ha ta ahora irán disminuyendo.

El paradigma de e ta afirmación es el periodi mo deportivo donde los tec-nici mos son comprend ido p r la gran mayoría de 1 s receptores.

Para Guti rrez, el tratamiento de la terminología en la divulgación e tá e trechamente fijado p r la relación que e da entre el abulario de una lengua y la sociedad que la habla, de fi rma que en la actualidad, la mayor parte de lo di cur os vulgarizadore citan gran cantidad de tecnicismos, mul-tiplicado por paráfra i no marcada . La explicación a e te hecho e justifi-caría en que la exi t ncia de vocabularios esp cializado e taría en estos momentos bastante admitida y, además, porque, s gún Gutiérrez, "un discur-

.¡o /bid., p. 327.

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RLO ELfAS

so de divulgación que pretendiera ignorar los tecnicismo parecería poco fia-ble" ~1 .

Frente a lo que sostiene Gutiérrez, creo que e l u o de tecnici mas no e -tá en estos momentos más genera lizado que hace unos años ni que pareciera poco fiable un texto que no lo contuviera. Lo que sucede e que, actual-mente , el impacto de determinadas área temáticas como la biología, la medicina, la economía o la justicia es tan fuerte que el lenguaje cotid iano ha impregnado de numerosos términos del di curso de los experto ; pero, i estos términos pertenecen ya al vocabulario común , creo que no podrían denominarse tecnici mos.

En cua lquier caso, considero que el objetivo de divulgar cualquier área periodística en la sociedad justificaría plenamente los dos en ores: el abuso de tecnicismos o su au encia con la p rdida de precisión del lenguaje que lleva aparejada esta última. La complejidad de la transmisión de muchos tipos de mensajes especializados no puede desalentar a expertos y periodistas de forma que se opte por no divulgarlo ante de hacerlo de forma incorrecta, pues sólo puede corregirse y mejorarse lo que se hace mal, pero nunca lo que ni siquie-ra e hace .

4. Conclusión final : el reto de los expertos españoles es aprender el discurso de la divulgación

Considero que l importante e · que tanto lo expertos como lo periodi -tas sean consciente de que las diferencias en lo mensaje de ambos profe-ionale obedecen al objetivo de mejorar la comunicación hacia lo · recepto-

res para los que van dirigidos. En este caso, lo periodistas lo han asumido mejor y han previ to fórmulas para saltar de un a otro: ya ea mediante un emisor secundario o mediante un periodista especializado en gabinetes de prensa. Sin embargo, la gran mayoría de los experto españoles, de de la cien-c ia al derecho o la economía, aún no acepta que sus discursos ean traduci-dos al lenguaje periodístico. e enfadan con lo redactores que los entreví -tan y lo artículo que insertan en los diarios generalista copian la fórmula textual del discur o científico, por lo que resultan muy difíciles de leer. Esto llega a tales extremos que, en realidad, lo que le importa al medio de comu-nicación es la firma y muchas veces se parte de la base de que lo que cuen-

41 !bid., p. 329

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te el experto ólo lo van a entender sus colega . Pero e o es inadmi ible en un diario generalista.

Una pequeña selección aleatoria de cuarenta texto e critos por expertos españoles y publicados en diarios nacionales durante 1998 42 demuestra que todos ellos carecen de elementos de sensibilidad y de atractivo para el lector. Faltan metáforas, anécdota y ejemplos cotidiano que acerquen el texto al lector de la calle.

Los expertos e paño les no sólo redactan pocos artículo periodísticos sino que, al contrario que sus homólogos estadouniden es, on poco propensos a escribir libro de divulgación. En e ta rarea, participan más lo period istas que los propios expertos. En Estados U nidos ocurre lo contrario. El problema podría estar en la dificultad que tienen los licenciados españoles para redac-tar, pues en sus planes de estudio carecen de as ignatura que les aporten esos conocimiento .

En este sentido, vuelvo a sugerir que una de las fórmulas para mejorar el flujo de comunicación entre expertos, periodistas y sociedad en España sería que en toda la facu ltade de de las de ciencias experimentales e ingenierí-as hasta las de derecho, económicas o pedagogía se enseñen as ignaturas rela-ci nadas con el lenguaje y la comunicación, así como con el periodismo.

ólo conociendo ambo lenguajes -el experto y el periodí tico- podrá proce-derse a la tra cod ificación . Aunque la mayoría de los expertos españoles des-precien estas técnicas, quizá sea su única posibilidad de que ean entendidos y, finalmente, apoyados y aceptados por la ociedad.

La idea que ubyace en esta iniciativa ería que no le corresponde a la mayoría de la población no experta aprender el lenguaje de una minoría, sino, obviamente, al contrario.

41 ELIAS, arlo , Flujos de informaci6n entre científicos y /Jrensa. Te·i doctoral (inédica), Universidad de La l aguna , 2000.

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