Analisis de Los Adioses

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Los adioses Juan Carlos Onetti La estructura universal de "Los adioses" de Juan Carlos Onetti, nos guía por los caminos de los diferentes narradores que nos propone el autor en esta obra. Nos lleva de la mano del narrador, la  persona que bien podría s er un hombre o una mujer, o de la mano del enfermero, o de la Reina, ambos con oídos y ojos en lugares claves. La novela "Los adioses", está escrita en primer lugar, desde el punto de vista del almacenero, donde se expone como tema central la realidad del ser humano. Él o la almacenera es quien nos  brinda confianza para que creamos en la historia, en lo que ve y lo que razona. No es hasta el final que se nos descubre el género de este narrador, cuando dice: "Me senté en el diván, estremecido y en paz; preferí no moverme cuando entró la muchacha y fue recta hasta la cama..." , hasta este punto, el lector es cómplice y se hace parte de los razonamientos. Por otra parte, los acontecimientos van sucediendo en las voces de quienes cuentan, de quienes conjeturan, de quienes tienen la idea de lo que está sucediendo por lo que ven, no por lo que le han confesado. ¿Qué sucedía realmente con aquellas personas? ¿Está Onetti criticando la facilidad con que los seres humanos llegamos a conclusiones faltas? Puede ser. Ahora bien, la manera en que nos lleva a descubrir la verdad es magistral. Yéndose por las ramas, por lo superficial, desnuda ante nuestros ojos a los seres humanos y a ellos, esas dos mujeres que se aferran a ese hombre tanto como él se lo permite.  Nos gusta hacer conjeturas, crearnos juicios de los demás, sentir pena o repulsión por lo que creemos que son o hacen. ¿Con qué derecho? preguntará Onetti. Sabiendo todos lo que allí concurrían que era un lugar de despedidas, de adioses finales, es casi una trampa caer en enjuiciamientos a ciegas. Escrita en clarísima manera de expresar, "Los adioses" deshace la fatalidad, la convierte en entereza y aplomo, en un despedida digna de un ser humano que aún al final de su existencia se ve impelido a terminar de manera digna su existencia. Juzgarlo por su suicidio es lo mismo que  juzgarlo por lo que no había hecho. Parece llenarse de júbilo y alegría el enfermo, quizá porque sabe la verdad de lo que dicen sobre él, quizá porque sabe la verdad de sí mismo, y porque sabe que con su acción estará aleccionando a los que se arriesgan a construir grandes edificios de especulaciones ante lo que no conocen, solo por la percepción de una realidad creada a oscuras. Onetti sabe que los lectores van a dar con estos pequeños anzuelos. Nos dejar pecar con los pecadores, nos brinda un cebo de superior calidad y esa carnada nos convierte en uno más de sus personajes, el enfermero o la mucama. En resumen, "Los adioses" no solo expone el dolor de la despedida de los que se mueren y los que lo llorarán, también expone el adiós el almacenero, traicionado por sí mismo, y de todos los que participaron de convertir a aquella escena en una farsa, todos los que juzgaron y enjuiciaron, incluida yo.

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7/23/2019 Analisis de Los Adioses

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Los adiosesJuan Carlos Onetti

La estructura universal de "Los adioses" de Juan Carlos Onetti, nos guía por los caminos de losdiferentes narradores que nos propone el autor en esta obra. Nos lleva de la mano del narrador, la persona que bien podría ser un hombre o una mujer, o de la mano del enfermero, o de la Reina,ambos con oídos y ojos en lugares claves.

La novela "Los adioses", está escrita en primer lugar, desde el punto de vista del almacenero,donde se expone como tema central la realidad del ser humano. Él o la almacenera es quien nos brinda confianza para que creamos en la historia, en lo que ve y lo que razona. No es hasta elfinal que se nos descubre el género de este narrador, cuando dice: "Me senté en el diván,

estremecido y en paz; preferí no moverme cuando entró la muchacha y fue recta hasta la

cama..." , hasta este punto, el lector es cómplice y se hace parte de los razonamientos.

Por otra parte, los acontecimientos van sucediendo en las voces de quienes cuentan, de quienesconjeturan, de quienes tienen la idea de lo que está sucediendo por lo que ven, no por lo que lehan confesado. ¿Qué sucedía realmente con aquellas personas? ¿Está Onetti criticando la

facilidad con que los seres humanos llegamos a conclusiones faltas? Puede ser. Ahora bien, lamanera en que nos lleva a descubrir la verdad es magistral. Yéndose por las ramas, por losuperficial, desnuda ante nuestros ojos a los seres humanos y a ellos, esas dos mujeres que seaferran a ese hombre tanto como él se lo permite.

 Nos gusta hacer conjeturas, crearnos juicios de los demás, sentir pena o repulsión por lo quecreemos que son o hacen. ¿Con qué derecho? preguntará Onetti. Sabiendo todos lo que allíconcurrían que era un lugar de despedidas, de adioses finales, es casi una trampa caer enenjuiciamientos a ciegas.

Escrita en clarísima manera de expresar, "Los adioses" deshace la fatalidad, la convierte enentereza y aplomo, en un despedida digna de un ser humano que aún al final de su existencia seve impelido a terminar de manera digna su existencia. Juzgarlo por su suicidio es lo mismo que juzgarlo por lo que no había hecho.

Parece llenarse de júbilo y alegría el enfermo, quizá porque sabe la verdad de lo que dicen sobreél, quizá porque sabe la verdad de sí mismo, y porque sabe que con su acción estaráaleccionando a los que se arriesgan a construir grandes edificios de especulaciones ante lo que noconocen, solo por la percepción de una realidad creada a oscuras. Onetti sabe que los lectoresvan a dar con estos pequeños anzuelos. Nos dejar pecar con los pecadores, nos brinda un cebo de

superior calidad y esa carnada nos convierte en uno más de sus personajes, el enfermero o lamucama.

En resumen, "Los adioses" no solo expone el dolor de la despedida de los que se mueren y losque lo llorarán, también expone el adiós el almacenero, traicionado por sí mismo, y de todos losque participaron de convertir a aquella escena en una farsa, todos los que juzgaron y enjuiciaron,incluida yo.