Análisis Estructural Del Ideograma Gentilicio de Los Aztecas en El Códice Boturini _ Patrick...

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Análisis estructural del ideograma gentilicio de los aztecas en el Códice Boturini PATRICK JOHANSSON K. El glifo gentilicio, correspondiente a los aztecas en el Códice Boturini, plantea problemas de interpretación a nivel del significante pictórico. De hecho las lecturas indígenas de dicho glifo realizadas en el siglo xvi no aducen "azteca" sino "cuitlahuaca" incurriendo, segúnparece, en un error de lectura. Realizamos en este artículo, un análisis del significante icónicoy de las relaciones que se establecen entre el sentido referido y el sentido producido por la imagen. La conclusión es que más que un simple glifo gentilicio, el significante pictórico correspondiente alpueblo azteca representa un ideograma con alto valor simbólico. Introducción -Cl gentilicio "azteca" ha sido y sigue siendo con- siderado por muchos historiadores, especialmente extranjeros, como sinónimo de mexica por lo me- nos si atendemos al título de sus obras. 1 Esta asimi- lación se debe a veces a convicciones propias del investigador, otras veces simplemente a factores editoriales de difusión, ya que el primer vocablo es más conocido que el segundo. Si en ciertos contex- tos la denominación del pueblo del sol por un tér- mino genéricamente más extenso no afecta el dis- curso historiográfico ni la verdad establecida, en otros la confusión puede dificultar y aun imposi- bilitar la comprensión de las fuentes. I3no de estos contextos lo constituye precisa- mente la gesta azteca-mexica que culminó con la fundación de México-Tenochtitlan. En dicho con- texto, la distinción entre los dos gentilicios cons- tituye un nexo toral en la red actancial de la na- rración. Como lo veremos adelante, la "mutación" de los peregrinos aztecas en guerreros mexicas tie- ne un valor cratofánico. A nivel discursivo, la sa- lida onomástica de los mexicas de su crisálida az- teca equivale a un nacimiento. Entre las variantes expresivas que relata la lla- mada Peregrinación de los aztecas figuran los tex- tos pictóricos, los cuales si bien mantienen con las versiones verbales del relato estrechos lazos dialécticos, no constituyen una mera consignación gráfica de la oralidad. A la vez que refieren he- chos y acciones comunes a la mayoría de las va- riantes, los textos pictóricos producen, mediante una semiología propia, un sentido "ilegible" pero no por esto inaprehensible en términos cognitivos. Aun cuando no llega al umbral de la percepción consciente, el sentido producido por el discurso pictórico enriquece el coipus de textos correspon- diente a la gesta formativa de los mexicas. El Códice Boturini, llamado también Tira de la peregrinación, copia probablemente realizada en el siglo xvi a partir de un original precolombi- no,2 es uno de los ejemplos más representativos de la diégesis pictórica de los antiguos nahuas. En Estudios Mesoamericanos Núm. 2, julio-diciembre, 2000

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Ideogramas y análisis

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  • Anlisis estructural del ideograma gentilicio de los aztecasen el Cdice Boturini

    PATRICK JOHANSSON K.

    El glifo gentilicio, correspondiente a los aztecas en el Cdice Boturini, plantea problemas de interpretacin a niveldel significante pictrico. De hecho las lecturas indgenas de dicho glifo realizadas en el siglo xvi no aducen "azteca "sino "cuitlahuaca" incurriendo, segn parece, en un error de lectura.

    Realizamos en este artculo, un anlisis del significante icnicoy de las relaciones que se establecen entre el sentidoreferido y el sentido producido por la imagen. La conclusin es que ms que un simple glifo gentilicio, el significantepictrico correspondiente al pueblo azteca representa un ideograma con alto valor simblico.

    Introduccin

    -Cl gentilicio "azteca" ha sido y sigue siendo con-siderado por muchos historiadores, especialmenteextranjeros, como sinnimo de mexica por lo me-nos si atendemos al ttulo de sus obras.1 Esta asimi-lacin se debe a veces a convicciones propias delinvestigador, otras veces simplemente a factoreseditoriales de difusin, ya que el primer vocablo esms conocido que el segundo. Si en ciertos contex-tos la denominacin del pueblo del sol por un tr-mino genricamente ms extenso no afecta el dis-curso historiogrfico ni la verdad establecida, enotros la confusin puede dificultar y aun imposi-bilitar la comprensin de las fuentes.

    I3no de estos contextos lo constituye precisa-mente la gesta azteca-mexica que culmin con lafundacin de Mxico-Tenochtitlan. En dicho con-texto, la distincin entre los dos gentilicios cons-tituye un nexo toral en la red actancial de la na-rracin. Como lo veremos adelante, la "mutacin"de los peregrinos aztecas en guerreros mexicas tie-

    ne un valor cratofnico. A nivel discursivo, la sa-lida onomstica de los mexicas de su crislida az-teca equivale a un nacimiento.

    Entre las variantes expresivas que relata la lla-mada Peregrinacin de los aztecas figuran los tex-tos pictricos, los cuales si bien mantienen conlas versiones verbales del relato estrechos lazosdialcticos, no constituyen una mera consignacingrfica de la oralidad. A la vez que refieren he-chos y acciones comunes a la mayora de las va-riantes, los textos pictricos producen, medianteuna semiologa propia, un sentido "ilegible" perono por esto inaprehensible en trminos cognitivos.Aun cuando no llega al umbral de la percepcinconsciente, el sentido producido por el discursopictrico enriquece el coipus de textos correspon-diente a la gesta formativa de los mexicas.

    El Cdice Boturini, llamado tambin Tira de laperegrinacin, copia probablemente realizada enel siglo xvi a partir de un original precolombi-no,2 es uno de los ejemplos ms representativosde la digesis pictrica de los antiguos nahuas. En

    Estudios Mesoamericanos Nm. 2, julio-diciembre, 2000

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    efecto, con la excepcin de la lmina 21,3 la in-fluencia de la pintura espaola que se manifiestade manera relativamente discreta en el documen-to no parece haber afectado la semiologa indge-na de la imagen. Adems de referir pictogrfica-mente las tribulaciones de los impetrantes alsedentarismo, las formas, el tamao, la posicin,y ms generalmente la sintaxis compositiva de lasunidades pictricas producen un sentido sensibledifcil de conceptualizar en trminos verbales sino es mediante un discurso analtico meta textual.Los glifos arquetpicos que constituyen una "com-petencia" del lenguaje visual nhuatl, coexisten eneste cdice con diversas configuraciones pictri-cas no "catalogadas" productoras de sentido.

    Los estudios realizados hasta ahora sobre la es-critura del Cdice Boturni se limitaron generalmen-te a cotejar las variantes orales de la Peregrinacincon la imagen del cdice a nivel de contenidos sinconsiderar que el texto pictrico poda expresar algoque no deca el texto verbal. En efecto, la imagencuenta con recursos semiolgicos propios, distin-tos de las estrategias lingsticas, que le permitenproducir un sentido formal no reductible al verbo.

    Dentro de la semiologa de la imagen nhuatlprehispnica, los glifos gentilicios, as como lostopnimos y los antropnimos, no ofrecen seriasdificultades de lectura, ya que la relacin entre elsignificante pictrico y el significado es general-mente arquetpica.

    Los glifos gentilicios de los barrios que apare-cen en la lmina 2 del Cdice Boturni pertenecena esta categora de signos arquetpicos repertoria-dos, menos uno, el ms importante de todos, elque corresponde al pueblo "elegido" en el con-texto de este relato: los aztecas.

    El significante pictrico correspondiente algentilicio "azteca" se compone de un cuadrado ydel signo arquetpico del agua:

    Ahora bien qu relacin semiolgica se pue-de establecer entre el significante glfico a la vistay el significado "azteca". Consideraremos a con-tinuacin algunas posibilidades.

    Lecturas indgenas del glifo en el siglo xvi

    El prototipo (hoy desaparecido) a partir del cual sevolvi a pintar la Peregrinacin de los aztecas en elsiglo xvi fue probablemente ledo por unos infor-mantes cuya lectura se transcribi alfabticamentehasta figurar, quizs despus de varias transcripcio-nes, en los llamados Cdice Aubin, Ms. 40 y Ms.85,,'* as como en las versiones de Chimalpahin.

    Las versiones alfabticas que proporcionan tan-to el Cdice Aubin como el Ms. 40 aducen el gen-tilicio "cuitlahuaca" como lectura de este glifo.Todo parece indicar, sin embargo, que se trata deun error de lectura ms que de una variante en lainformacin. En efecto, si el significante grficoremite a los cuitlahuacas cabe preguntarse dn-de est el glifo gentilicio de los hroes de la histo-ria: los aztecas?

    Por otra parte la tipologa de la lectura "cui-tlahuaca" correspondiente al glifo mencionado,sugiere que hubo una confusin entre el signo delagua que integra el complejo glfico del CdiceBoturni y la imagen representativa de la lamaacutica culatl.

    Los glifos toponmicos o gentilicios coirespon-dientes a Cuitlahuac o cuitlahuaca son de hechoalgo distintos.

    Lmina 2, Cdicemendocino.

    Lmina 2, Cdice Boturni (detalle).

    Antonio Peafiel, Nomen-clatura geogrfica de

    Mxico, p. 31.

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    El tenor excrementicio, manifiesto en estosglifos, difiere notablemente del dinamismo cris-talino del signo del agua.

    Un sintagma pictogrfico: "agua blanca"?

    La denominacin gentilicia de los migrantes es,hasta su encuentro con los mimixcoas y el subse-cuente sacrificio de estos ltimos, "azteca". Estaapelacin corresponde, como lo hemos sealado,al estado "gestativo" de una nacin indgena quenace a la existencia plena cuando, despus de unrecorrido inicitico y de dicho sacrificio, adquie-re el nombre de mexica.

    Antes de analizar el glifo correspondiente alpueblo azteca, conviene establecer el o los senti-dos que puede tener el gentilicio.

    El significado de "azteca"

    El sentido ms inmediato de "azteca" es el quederiva del topnimo Aztlan, el lugar de origen,"lugar de garzas" y por extensin "lugar de blan-cura". El topnimo podra deberse al hecho (his-trico) de que haba muchas garzas en la isla de laque salieron un da los migrantes. Sin embargo, esms probable que la blancura del origen sea laproyeccin mitolgica de un arquetipo humanoque confiere a un acromatismo pleno de colorespotenciales, un sentido difuso de principio o tran-sicin. Tanto Aztlan como Mxico-Tenochtitlan,la nueva Aztlan, son ante todo lugares de blancu-ra: "Auh niman oquittaque iztac in ahuehuetl,iztac in huexotl, in oncan ihcac, ihuan iztac inacatl, iztac in tolli, ihuan iztac in cueyatl iztacin michin, iztac in cohuatl, in oncan nemi atlan"(Y luego lo vieron, blanco el ahuehuete, blanco elsauce, que all est en pie, y blanco el carrizo,blanco el tule, y blanca la rana, blanco el pez, blan-ca la culebra que all viven en el agua).5

    Adems del acromatismo de Aztlan, su tenorinsular y cueo son tambin arquetpicos del ori-gen. El agua remitira en este caso a las aguasintrauterinas en las que se gestan los seres. Los

    paradigmas "blancura" y "agua" se integraranentonces en una sintaxis "mito-lgica" con valoractancial.

    Ahora bien, el adjetivo correspondiente a"blanco" es en nhuatl iztac (color de la sal, iztatl)pero se expresa tambin en ciertos contextos me-diante la forma arcaica aztac (color de garzas,aztatl).6 Esta ltima acepcin, en composicin conel vocablo "agua" otl, da aztacatl "agua blanca" o"agua de garzas". Generado por derivacin gra-matical a partir de Aztlan o sintagma nominal, elgentilicio podra haber mudado la [a] central en[e] por disimilacin.7 Con el tiempo aztacatl sehabra vuelto aztecatl.

    El significante pictrico de este significado

    Si el gentilicio "azteca" representa una modifica-cin fontica de aztacatl "agua de garzas" o "aguablanca", el glifo correspondiente debera de refle-jar de alguna manera el sentido o el sonido de estecompuesto verbal. Aun cuando el gentilicio pue-de haber sufrido una "erosin" fontica a lo largode la historia, es probable que el glifo que le co-rresponde haya conservado su forma original.

    La representacin del agua es aqu inequvoca.En cuanto al concepto "blancura", aparentemen-te ausente del glifo, podra, sin embargo, habersido representado, dentro del cuadrado, por unapigmentacin blanca hoy desaparecida.

    Por lo general, en los cdices nahuas cuandoel blanco constituye el significante del significa-do correspondiente, en nhuatl: iztac o aztac, seencuentra dentro de un crculo:

    _...

    I o?

    Lmina 1, Cdice Xlotl (detalle)

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    El antropnimo del personaje llamadoIztacmitl "flecha blanca", consta del pictograma"flecha" y de un crculo que estuvo un da proba-blemente pintado de blanco.

    El hecho que el elemento cromtico se encuen-tre dentro de un cuadrado en nuestro cdice po-dra no ser ms que una variante formal dentrodel sistema de escritura, sin embargo, tanto el ta-mao del cuadrado como el contexto picto-narra-tivo de la Peregrinacin sugieren que la mediacinsimblica entre el significante grfico y su signifi-cado es de ndole distinta.

    El glifo en el "con-texto" pictricode la lmina 2

    La composicin de la lmina

    En el espacio rectangular que constituye la lmi-na 2, destaca una composicin ortogonal definidapor los barrios colocados verticalmente en la franjaizquierda y los cuatro teomamas situados sobreun eje horizontal. La proximidad de los barrios ala orilla izquierda de la lmina se debe a su nexodiegtico8 con la verticalidad del monte Colhua-can, en cuyos parajes vivan dichos barrios. Estaposicin descentrada deja, a nivel grfico, un es-pacio vaco que ocupan parcialmente los cuatropersonajes que avanzan sobre un eje horizontalmaterializado por las huellas.

    Las tensiones semiolgicamente pertinentescreadas por la distribucin de las unidades pict-ricas en el espacio de la lmina son las siguientes:

    Una verticalidad compacta e inmvil de losocho barrios que configuran una unidad.

    Una horizontalidad dinmica de los cuatroteomamas que se ven rodeados por un es-pacio vaco al dirigirse hacia la parte dere-cha de la lmina.

    Una ortogonalidad manifiesta entre los dosejes.

    El barrio "azteca" se encuentra en el punto deinterseccin de los dos ejes. Los barrios que acom-

    Lmina 2, Cdice Boturini.

    paan a los aztecas son respectivamente, hacia aba-jo: los xochimilcas, los chalcas, y los huexotzincas.Del barrio azteca hacia arriba figuran los malinal-cas, los chichimecas (o tlahuicas), los tepanecas ylos matlatzincas.

    El carcter cntrico y angular de los aztecas,en relacin con los dems barrios y ms general-mente con la distribucin de las unidades pictri-cas dentro del espacio grfico, les confiere un pa-pel protagnico, aun cuando este rasgo expresivono es legible.

    Los siete barrios son ocho! Un cmputo"mito-lgico"dlosentes numricos

    Oriundos de Aztlan-Chicomoztoc, es decir deAztlan-Siete-cueva, los barrios tienen que ser sie-te. En efecto, en este contexto mitolgico, tantoel exponente numrico como la cueva expresan elcarcter matricial del origen. El siete aparece fre-cuentemente en la "gestacin" simblica de losms diversos entes. En cuanto a la cueva, es unarquetipo, nhuatl mesoamericano, y ms gene-ralmente universal del vientre materno.9 Estasconsideraciones pueden parecer coercitivas y poco"objetivas" al querer imponer una lgica preesta-blecida a un texto que podra referir un dato real.Sin embargo, si consideramos que el relato aquanalizado constituye un corpus cerrado en trmi-nos estructurales, la totalidad del sentido produ-cido debe de definir la funcin actancial de laspartes que la componen. En este contexto, el ex-

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    ponente numrico "siete" se inscribe en la isotopa"gestacin", meollo semntico de la historia, mien-tras que el "ocho" presente en algunos documen-tos no parece integrarse funcionalmente a losmecanismos diegticos de la narracin.

    Ahora bien, si algunas fuentes refieren la can-tidad de siete barrios10 mientras que otras hablande ocho11 a qu se debe esta variante en un datode suma importancia para la historia?

    El CdiceBoturni, aqu considerado, tiene pin-tados ocho barrios, lo que parece contradecir loantes enunciado, pero la contradiccin podradirimirse si consideramos no la cantidad de ba-rrios referida sino una construccin numerolgicadel sentido que podra diferir notablemente delcmputo normal.

    Como lo hemos sealado, en el contexto emi-nentemente gensico que es el de las primeras l-minas del cdice, el exponente numrico siete deChicomoztoc, smbolo de la totalidad indivisade la esencia no manifiesta, no puede ser sustitui-do por el nmero ocho, el cual tiene otrasvalencias simblicas. De hecho, en la lmina 4 delmismo cdice, la escisin del siete en cuatro en-tes solares: los teomamas y tres entes lunares: losmimixcoas, consagra la diferenciacin funcionalentre entes cuyo antagonismo es precisamente apartir de este momento el motor del movimientouniversal.

    A qu se debe la presencia manifiesta de ochobarrios cuando la mecnica actancial del relatorequiere siete?

    1+7 = 7: un cmputo "mito-lgico"Es posible que el dato: ocho barrios (chicuey calpul-tin) que encontramos en probables lecturas indge-nas del cdice resulte de una percepcin influidapor los criterios occidentales de objetividad que pre-valecieron despus de la conquista. Aun cuando eltexto oral adujera "siete barrios", es probable quela presencia de ocho barrios en una lmina induje-ra al copista indgena, o a un informante no muyavezado o quizs que se dejara convencer, a rectifi-car el dato diegtico oral en aras de lo que les pare-ca una evidencia numrica.

    Por otra parte, es tambin probable que en lalmina 2 del Cdice Boturni, el pueblo azteca nose incluya dentro del cmputo de los barrios a losque trasciende de alguna manera. El eje que pasapor el glifo gentilicio que le corresponde divide,sobre el eje vertical, a los barrios en dos grupos:uno de tres y otro de cuatro, situndose los aztecasen el centro mismo de esta divisin sin que se su-men numricamente al resto de los barrios.

    La relacin del centro con la periferia podrano haber sido acumulativa en el mundo nhuatlprehispnico sino cualitativamente integradora.Prueba de ello lo constituye el dios del fuegoXiuhtecuhtli, quien encama el centro por excelen-cia, y que tiene entre otros nombres el de Nauhyo-huehue, literalmente "el viejo cuadratura". El cen-tro gneo que contiene potencialmente a los cua-tro horizontes cardinales toma como nombre elnmero de estos ltimos. En otro contexto, el"quinto sol" el cual aade a los cuatro elementos ya los cuatro horizontes cardinales el movimientocclico, se llama Nahui ollin "cuatro movimiento".

    Asimismo, la relacin de los aztecas con losdems barrios podra ser analgica a la relacinde Xiuhtecuhtli, el fuego, con los horizontes car-dinales, la de un eje cntrico cuantitativamenteasimilado a la totalidad de los entes que genera oque lo rodean. En dado caso el uno azteca ms lossiete barrios seguiran siendo siete en la semiolo-ga propia del mito.

    Carcterizacinposicionaldelglifo

    Como lo hemos mencionado, el glifo gentiliciode los aztecas se encuentra en el punto donde searticulan el eje vertical definido por los barrios yel eje horizontal que establecen los teomamas. Estacolocacin le confiere el valor posicional de "cen-tro", con todo lo que este formema puede impli-car en trminos semiolgicos, a la vez que deter-mina visualmente el punto de partida de losmigrantes.

    Aun cuando ni los contornos ni el tamao deldibujo destacan la importancia de los aztecas enrelacin con los otros barrios, el formema de po-

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    sicin "centro" determina su funcin protagnicaen el relato pictrico.

    Ahora bien, en este contexto el significante delgentilicio azteca podra trascender su papel deconsignacin pictogrfica de un vocablo y teneruna funcin ideogrfica.

    El agua y el fuego: un ideogramacon valor actancial

    La relacin algo inslita del glifo con el significa-do "azteca" nos hace pensar que una mediacinsimblica ms compleja que la que vincula gene-ralmente, a travs de un pictograma o un fono-grama, un significante con su significado, debehaber relacionado la imagen aqu analizada consu referente.

    Si el elemento "agua" es inconfundible, el te-nor semiolgico del cuadrado que lo acompaaes ms crptico, ya que ninguna relacin fonolgi-ca ni pictogrfica directa parece unir el significantecon su significado. Una mediacin ideogrficapodra por lo tanto vincular el gentilicio con surepresentacin pictrica.

    La unin frtil del agua y del fuego

    La tetraloga del cuadrado remite generalmente, enMxico como en otras partes del mundo, a la tierra

    y a su organizacin cardino-temporal. Sin embar-go, es preciso recordar que los contextos especfi-cos en los que se encuentran los signos determinanfrecuentemente otras lecturas de dichos signos. Enel caso aqu referido, el macrocontexto es cosmog-nico mientras que el microcontexto sugiere la ideade origen, de principio, de gnesis.

    Ahora bien, como lo comprueba un anlisissistemtico de la mitologa nhuatl precolombi-na, el agua y el fuego son dos elementos cuya reu-nin determina generalmente hechos cosmog-nicos. La expresin atl, tlacbinolli, "agua, fuego",por ejemplo, as como su configuracin pictogr-fica, remiten a la guerra sagrada con carctercosmognico.

    El pictograma agua/fuego simboliza en este con-texto no slo la guerra (atl, tlacbinolli) sino tam-bin la gestacin agonstica y el subsecuente naci-miento del Templo Mayor de Mxico-Tenochtitlan.

    En algunas variantes de la Peregrinacin de losaztecas, el lugar donde se yergue el nopal con elguila, lugar donde se edificar el Templo Mayory ms generalmente la ciudad de Mxico-Tenoch-titlan, es, entre otras apelaciones, atlatlayan "ellugar donde arde el agua" y tleatl, literalmente"fuego-agua".12

    Una imagen de la Historia tolteca chichimecailustra magistralmente, en un mismo contextocosmognico, aunque para otra nacin indgena,13la unin frtil del agua y del fuego:

    El teocalli de la guerra sagrada (Museo de Antropologa).

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    Historia tolteca-chichimeca (fol. 16v).

    Adems del agua y del niego presentes en laimagen, es interesante constatar que estos elemen-tos estn enmarcados en cuadrngulos, y que tan-to la espiral del agua como las grecas del fuegoremiten a la fertilidad.

    Bicuadrado como representacin grfica del/neg

    La imagen de un cuadrado para representar el fue-go no es arquetpica en la simbologa pictricanhuatl prehispnica. Sin embargo, el cuadrado ola cuadratura estn a veces relacionados con elfuego, por lo que la asimilacin que proponemoses plausible.

    En la primera lmina del Cdice Fejrury-Mayer, por ejemplo, el espacio en el que se en-cuentra el dios del fuego, Xiuhtecuhtli, est deli-mitado por un cuadro:

    m~ ^.,,ay-