Análisis proceso evaluativo. Docencia Universitaria.
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Grupo Hospital Pablo Tobón Uribe. Marzo
2013
Conclusiones
Unidad 4
“Evaluación” Curso virtual en Docencia
Universitaria Javier Antonio Gutierrez Rodas
ANALISIS DEL PROCESO
EVALUATIVO
GABRIEL EDUARDO GÓMEZ ESTRADA
Dentro de los problemas que se pueden
presentar en el proceso evaluativo de
nuestros programas educativos puedo
mencionar varios, con base en lo analizado
en el material de estudio y mi experiencia
educativa:
- No hay una coherencia entre los
contenidos curriculares y el sistema
evaluativo.
- El proceso evaluativo no es lo suficiente
objetivo para establecer el avance real
del estudiante.
- La valoración o nota “apreciativa” del
desempeño del estudiante puede
disminuir el esfuerzo del grupo en
formación.
- La falta de formación en docencia hace
que se pierda mucho del esfuerzo
planteado en los procesos de
planificación educativa.
- Aun predomina una transmisión vertical
del conocimiento.
Para mejorar el logro de los objetivos del
proceso educativo-evaluativo, considero se
debe:
- Procurar un sistema educativo donde el
docente tenga mas tiempo de contacto
con el educando, permitiendo una
educación basada en el aprendizaje a
partir de la solución de problemas,
donde los casos que requieren una
solución concreta sean enfrentados por
los estudiantes permitiendo un análisis
detenido de los pasos necesarios para
llegar al fin y valorando los logros que se
van consiguiendo día a día en el proceso,
permitiendo una adecuada
retroalimentación.
- Procurar que tanto el educador como el
educando tengan un conocimiento claro
del currículo, con objetivos y metas bien
definidas y conocidas al inicio del curso,
acorde a la realidad social.
- Mantener una motivación en el
estudiante en el proceso educativo,
incentivándolo a plantear solución a
situaciones reales y prácticas para su
desempeño profesional. Esto conlleva a
un deseo de aprender con una noción
clara de la responsabilidad de
autoevaluación y mejoramiento diario.
Considero que el proceso educativo debe
centrarse en un APRENDIZAJE
SIGNIFICATIVO para lo cual se requiere que
los estudiantes lleguen a cada nivel superior,
con unos logros bien definidos que permitan
un aprovechamiento del tiempo, usualmente
limitado, para lograr los objetivos
planteados. La actitud, aptitud y el nivel de
conocimiento son pilares fundamentales que
parten de una motivación y una pasión por el
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querer Ser. No es suficiente con una
experiencia amplia si no se ha profundizado
en el conocimiento del área de interés
(mensaje dejado a sus alumnos por Sir
William Osler).
Cada nueva etapa en el escalafón educativo
debe conllevar a una maduración donde se
resalte el afán por mejorar el nivel de
conocimiento práctico, en una
retroalimentación continua que parte de
interrogantes por resolver y resueltos; un
proceso donde el educador, con su nivel
académico y experiencia, permita hacernos
conocer nuestros errores y la forma de
corregirlos para mejorar el conocimiento, en
un proceso dialectico. El proceso de
aprendizaje del estudiante debe empezar
donde ha llegado el del docente, reduciendo
los errores inherentes a este. Para eso es
necesario que se tenga claridad por los
docentes, que el proceso educativo no debe
dar cabida al egoísmo ni al temor que el
alumno puede superar al maestro;
finalmente se trata que el alumno encuentre
nuevos caminos que hagan mejor las
condiciones de vida para todos. Lo anterior
enmarca mi pensamiento dentro de la teoría
del CONSTRUCTIVISMO, que ha guiado mi
proceso de estudio.
PAULA ANDREA GRANDA CARVAJAL
Las mayores debilidades de los procesos
evaluativos en nuestro medio:
- Global:
o Falta de cultura en relación con la
evaluación integral, formativa,
continua y parte del proceso de
aprendizaje.
o Conocimientos (saber) y
competencias (hacer) como foco de
evaluación, marginando la valoración
de actitudes y potencialidades (ser).
o Reducción de la evaluación a la
calificación.
o No se reconoce la evaluación como
una herramienta para el aprendizaje
bidireccional ni como formadora
para la toma de decisiones.
- En salud:
o Los profesionales asumimos como
docentes sin tener conocimientos
básicos de pedagogía, currículo,
didáctica ni evaluación.
o En Medicina, convivir en medio de la
sociedad del mutuo elogio y la
mutua necesidad distorsiona la
objetividad de la evaluación.
Además, tener bajo umbral de
tolerancia a la frustración y altos
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egos no permite reconocer errores y
aprender de ellos para hacer mejor
las cosas (esto no solo para la
evaluación, también para el ejercicio
profesional y la vida).
o La carrera contra el tiempo en la que
vivimos
Las alternativas para intervenir dichas
debilidades y mejorar los procesos
evaluativos:
- A todo nivel, diseñar estrategias para
enfatizar la formación en el ser, no solo
en el saber, en el hacer o en el saber
hacer.
- Estructurar y fortalecer la mentoría
dentro de los procesos formativos. Con
actividades como: prácticas en grupos
cada vez más pequeños, asignación de
tutores individuales que acompañen al
estudiante a lo largo del proceso de
formación con la respectiva evaluación
integral en las diferentes fases.
- Cualificación docente de los
profesionales de la salud vinculados a las
organizaciones con convenio docencia-
servicio.
CARLOS OLIVER VALDERRAMA MOLINA
¿Cómo mejorar la evaluación?
El proceso evaluativo de los estudiantes de
medicina en el nivel de postgrado en nuestro
medio es un desastre. Hoy en día es claro
que lo más difícil de hacer en una
especialización medico-quirúrgica es pasar el
examen de ingreso. “Después que estar
adentro, ya nadie lo saca”, es una expresión
frecuentemente utilizada por nuestros
residentes y por nuestros colegas. El
problema de la evaluación de estos
estudiantes comienza porque no hay
programas claros donde se expongan con
honestidad los conocimientos, habilidades y
actitudes que debe tener el estudiante, lo
que hemos aprendido con este curso a
denominar el currículo.
En segundo lugar no está claro quién evalúa
al estudiante, no hay profesores
comprometidos, ni vinculados, con la
universidad, recae en los profesionales
asistenciales de los sitios de rotación la
calificación del residente; y los métodos son
perversos, las hojas de calificación de las
universidades son inespecíficas, no hay
métodos que incluyan al estudiante dentro
de la evaluación, no solamente como objeto
de la evaluación sino como participante
activo de la misma. Me llamó la atención que
en alguno de los documentos mencionan la
posibilidad de hacer que el estudiante evalúe
a sus compañeros, esto parece temerario si
se hiciera en residencia, pero si se
comenzara a instruir a los estudiantes de
medicina en este ejercicio, cuando llegaran al
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nivel de postgrado serían más objetivos y sus
aportes serían aceptados por sus propios
compañeros, si estos han recibido la misma
formación.
Los métodos de evaluación que utilizamos
hoy en día no están dirigidos hacia el
aprendizaje significativo, sin embargo es lo
que tenemos disponible, está en nuestras
manos hacer que estas herramientas (por
ejemplo los exámenes orales y/o escritos),
sean objetivas y permitan que el estudiante
introyecte sus fortalezas y debilidades.
LINA MARÍA VELÁSQUEZ GÓMEZ
Dentro de la educación médica, nos vemos
enfrentados a múltiples formas de
evaluación, después de lo revisado en la
unidad, tal vez hemos sido enfrentados a
todas y cada una de las formas, sin embargo
no ha sido posible encontrar con cuál de ellas
realizar la adecuada valoración de las
capacidades de cada uno de nuestros
estudiantes.
Las principales debilidades de nuestro
sistema de evaluación es que no le permite a
cada alumno autoevaluarse y coevaluarse
como se propone en la unidad, el resto de las
formas de evaluación han sido empleadas en
algunas ocasiones con buenos resultados y
en otras no tan buenos.
Otra de las debilidades grandes es la gran
utilización de la memoria pues con esto, cada
estudiante está buscando una evaluación
sumativa que hace que no estemos
pendientes de nuestros pacientes (quienes
serán los que no evaluarán en el futuro) sino
de una nota con el objetivo de ser mejores,
pero muchas veces no nos damos cuenta que
el análisis y la puesta en práctica de estas
habilidades y conocimientos son los
necesarios para la atención de cada uno de
los pacientes.
En la práctica de la cirugía, la evaluación se
torna un poco más complicada puesto que
adicional a los conocimientos estamos en la
obligación de evaluar las habilidades y de
acuerdo a estas proporcionar una formación
directa para los nuevos cirujanos que se
verán enfrentados a la valoración de
pacientes.
Pero no sólo la evaluación de nuestros
estudiantes es la que nos debe parecer
importante, todos nosotros, los docentes
debemos autoevaluarnos y buscar
herramientas y estrategias para hacer de
nuestras intervenciones como docentes las
mejores.