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anejosde anales dearqueologíacordobesaAnAAC [ 2 ] 2009-2010

Córdoba, 2010

Foto de portada:Triclinio, zona media de la pared de la domus del parque infantil de tráfico de Córdoba,decoración figurada, sátiro (Fotog. Á. Cánovas, © Convenio GMU-UCo).

D. L. Co: 857/2010I.s.s.n.: 1888-7449

ConFeCCión e impresión:

Imprenta san Pablo, s. L. - Córdobawww.imprentasanpablo.com

Comité de redACCión

direCtores

Desiderio VaQUeRIZo GIL (Universidad de Córdoba)juan Fco. MURILLo ReDonDo (GMU, ayto. de Córdoba)

seCretArios

josé a. GaRRIGUet Mata (Universidad de Córdoba)alberto León MUñoZ (Universidad de Córdoba)

VoCAles

alicia aRÉVaLo jIMÉneZ (Universidad de Cádiz)silvia CaRMona BeRenGUeR (Convenio GMU-UCo)Isabel FeRnÁnDeZ GaRCÍa (Universidad de Granada)eduardo FeRReR aLBeLDa (Universidad de sevilla)Bartolomé MoRa seRRano (Universidad de Málaga)Dolores RUIZ LaRa (GMU, ayto. de Córdoba)nuria de la o VIDaL teRUeL (Universidad de Huelva)

eVAluAdores externos

agustín aZKÁRate GaRaI-oLaÚn (Universidad del País Vasco)julia BeLtRÁn De HeReDIa BeRCeRo (Museu d'Historia de la Ciutat, Barcelona)Gian Pietro BRoGIoLo (Università di Padova)juan M. CaMPos CaRRasCo (Universidad de Huelva)teresa CHaPa BRUnet (Universidad Complutense de Madrid)Patrice CRessIeR (CRns, Université Lyon 2)simon KeaY (University of southampton)Paolo LIVeRanI (Università di Firenze)Francisco ReYes tÉLLeZ (Universidad Rey juan Carlos, Madrid)joaquín RUIZ De aRBULo BaYona (Universitat de Lleida)

CorrespondenCiA e interCAmbios

Área de arqueología, Facultad de Filosofía y LetrasPlaza de Cardenal salazar, 3. 14003 CóRDoBatel.: 957 218 804 - Fax: 957 218 366e-mail: [email protected]

Revista publicada por el Grupo de Investigación Sísifo (P.a.I., HUM-236), de la Universidad de Córdoba, y la Gerencia Municipal de Urbanismo de Córdoba, en el marco de su convenio de colabora-ción para la realización de actividades arqueológicas en Córdoba, entendida como yacimiento único.

www.arqueocordoba.com

La dirección de AnAAC no se hace responsable de las opinioneso contenidos recogidos en los textos, que competen en todo caso a sus autores

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índiCe

Pág. 11 / 18 GaRRIGUet Mata, josé antonio: “samuel de los santos Gener y los inicios de la arqueología Urbana en Córdoba”.

Arqueología Clásica

Pág. 21 / 44 RoDRÍGUeZ, M.ª Carmen: “el poblamiento rural del Ager Cordubensis: Patrones de asentamiento y evolución diacrónica”.

Pág. 45 / 72 León PastoR, enrique: “Portus Cordubensis”.

Pág. 73 / 86 CÁnoVas UBeRa, Álvaro; CastRo DeL RÍo, elena; VaRGas Cantos, sonia: “Intervención arqueológica preventiva en la nueva sede de eMaCsa (avda. Llanos del Pretorio, Córdoba)”.

Pág. 87 / 102 GUtIÉRReZ, M.ª Isabel; Mañas RoMeRa, Irene: “Los pavimentos del Convento de jesús Crucificado, Córdoba”.

Pág. 103 / 120 GaRCÍa, Begoña; PIZaRRo, Guadalupe; VaRGas, sonia: “evolución del trazado urbanístico de Córdoba en torno al eje tendillas-Mezquita. Hallazgo de una cisterna romana de abastecimiento de agua”.

Pág. 121 / 140 CastRo, elena; CÁnoVas, Álvaro: “La domus del Parque infantil de tráfico (Cór-doba)”.

Arqueología medieval

Pág. 143 / 182 CasaL, M.ª teresa; MaRtÍneZ, Rafael; aRaQUe, M.ª del Mar: “estudio de los vertederos domésticos del arrabal de Šaqunda: Ganadería, alimentación y usos derivados” (750 - 818 d.C.) (Córdoba).

Pág. 183 / 230 MURILLo, juan F.; RUIZ, Dolores; CaRMona, silvia; León, alberto; RoDRÍGUeZ, M.ª Carmen; León, enrique; PIZaRRo, Guadalupe: “Investigaciones arqueológi-cas en la Muralla de la Huerta del alcázar (Córdoba)”.

Pág. 231 / 246 PIZaRRo, Guadalupe: “el alcantarillado árabe de Córdoba II. evidencia arqueoló-gica del testimonio historiográfico”.

Pág. 247 / 274 aRnoLD, Felix: “el edificio singular del Vial norte del Plan Parcial RenFe. estudio arquitectónico”.

Pág. 275 / 288 León PastoR, enrique; DoRteZ, teresa; saLInas, elena: “Las áreas industriales en los arrabales de al-Yanib al Garbi de Qurtuba. el alfar del Cortijo del Cura”.

AnAAC n.º 2 CóRDoBa 2009-2010 Issn 1888-7449

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Pág. 289 / 302 saLInas, elena; VaRGas, sonia: “Un pozo tardoalmohade en el Hospital de santa María de los Huérfanos de Córdoba”.

Pág. 303 / 326 MaRtaGón, María: “Qurtuba y su territorio: una aproximación al entorno rural de la ciudad islámica”.

Pág. 327 / 342 LaRRea CastILLo, Isabel; HIeDRa RoDRÍGUeZ, enrique: “La lápida hebrea de época emiral del Zumbacón. apuntes sobre arqueología funeraria judía en Córdo-ba”.

Pág. 343 / 362 CÁnoVas, Álvaro; saLInas, elena: “excavaciones arqueológicas en el entorno de la Iglesia de santa Marina de Córdoba”.

publicaciones

Pág. 365 / 382 Convenio GMU-UCo. Publicaciones y actividades 2008-2010.

normas de redacción y presentación de originales

Pág. 383 / 386 normas de redacción y presentación de originales.

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a

La domus deL Parque InfantIL de tráfIco (córdoba) 1

eLena caStro deL rÍoArqueóloga

[email protected]

aLVaro cánoVaS uberaConvenio GMU-UCO

[email protected]

RESUMENLa excavación realizada en el Parque Infantil de Tráfico en la Avda. de la Victoria, Córdoba, ha sacado a la luz restos arqueológicos pertenecientes a varios periodos históricos. Cro-nológicamente encontramos en primer lugar una domus construida a mediados del siglo I - principios del II d. C., cuya colmatación se produce un siglo después. Tras un periodo de saqueo y abandono se produce una nueva ocupación en época tardoantigua, más concretamente a finales del s. IV d. C., cuando se construye un edificio y una necrópolis asociada a éste.

PaLabraS cLaVe: domus, arquitectura, pintura, mosaico, vicus

ABSTRACTThe rescue excavation developed at the Child’s Traffic Park in the Avenida de la Victoria (Córdoba), has reported archaeological remains from several historic periods. In a time sequence, the first phase are structures of a Roman domus built in the mid 1st c. or in the beginnings of the 2nd c. A. D., collapsed a century after. After a period of desertion and sacks, there is a new occupation phase in the Late Antiquity (late 4th c.) when it was

erected a building with an adjacent necropolis.

KeywordS: domus, architecture, painting, mosaic, vicus.

IntroduccIón

Entre Noviembre de 2003 y Junio de 2004, se lleva a cabo una Actividad Arqueo-lógica Puntual en unos terrenos de titularidad municipal, ubicados en el Paseo de la Victoria de la capital, donde se pretendía construir un aparcamiento subterráneo.

1 Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto de investigación “In Amphitheatro.

Munera et funus. Análisis arqueológico del anfiteatro romano de Córdoba y su entorno urbano (ss.

I-XIII d.C.)”, financiado por la Secretaría de Estado de Política Científica y Tecnológica (Dirección

General de Investigación, Ministerio de Educación y Ciencia), en su convocatoria de 2006, con apoyo

de la Unión Europea a través de sus Fondos Feder (ref. HuM2007-60850/HISt).

También se inscribe en el Convenio de Colaboración que el Grupo de Investigación del P.A.I.

HUM 236 mantiene con la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Córdoba para el

estudio de Córdoba, ciudad histórica, entendida como yacimiento único (www.arqueocordoba.com).

AnAAC N.º 2 CóRDobA 2009-2010 PáG. 121 / 140 ISSN 1888-7449

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Elena Castro del Río / Alvaro Cánovas Ubera

Durante la Intervención se practicaron dos cortes arqueológicos, el nº 2 ubicado al Norte, en terrenos del Parque Infantil de Tráfico y el nº 3 en el patio de la Guardería La Victoria (fig. 1).

Los primeros resultados arrojan una interesante secuencia histórica que arranca en época roma-no altoimperial y finaliza en época contemporánea. Los principales hitos son:

• La construcción de una domus extra moenia. Datada su construcción a mediados del siglo I d. C., se inserta en la expansión de la Colonia Patricia hacia poniente. Este desarrollo ur-banístico se viene investigando desde hace algunos años y se ha denominado dentro de la historiografía como vicus occidentalis2. La casa parece estar arruinada a mediados del siglo II d. C. y sufrirá un fuerte saqueo durante las primeras décadas del siglo III d. C.

• La erección de un edificio religioso alrededor del cual se distribuirán enterramientos cristianos a mediados del siglo V d.C.3

• La urbanización de un barrio en época almohade.

• La instalación de unos jardines públicos, que afortunadamente han salvaguardado los restos arqueológicos de la gran afección que ha provocado la construcción en época contemporánea.

En este estudio sólo nos centraremos en un primer análisis y exposición de los restos pertene-cientes a la casa y su inserción en la trama urbanística de la que forma parte, puesto que el estudio en profundidad (en curso) forma parte, como apuntábamos anteriormente, de un proyecto de inves-tigación de mayor envergadura. Por tanto los detalles más exhaustivos relativos a la construcción, transformación y ruina del edificio así como aspectos de la decoración pavimental, arquitectónica o mural, quedan reservados a la futura monografía de esta domus.

eL vicus occidentalis

El estudio de la casa se inserta dentro de uno mayor que va encaminado a resolver las dudas que se ciernen alrededor de la construcción del anfiteatro de la ciudad romana, recientemente descubierto (VAQUERIZo, 2003, addenda; VENTURA, 2004, 73-74) y de la urbanización de la zona a poniente de la muralla occidental.

El solar donde se ubica este barrio se localiza en una zona llana, perteneciente geológicamente a la tercera terraza del Guadalquivir, sobre terrenos cuaternarios (MURILLo et alii, 2002, 248), se-parado de la muralla por un arroyo4 que corre paralelo a la misma. El acceso desde la ciudad se haría a través de la puerta occidental5 para posteriormente cruzar un puente.

Esta zona limita al sur por un barranco debió servir durante la antigüedad como escombrera de la ciudad6. El límite occidental bien podría haber sido el propio edificio de espectáculos a tenor de la falta de datos sobre arquitectura doméstica romana a poniente del mismo, dato que se podría

2 Conviene señalar que las fuentes arqueológicas, en concreto epigráficas, han podido documentar el nombre de cuatro

de los vici de la ciudad, el vicus forensis (CIL II2/7 273) y el vicus hispanus (CIL II2/7 272), intra moenia, y el vicus turris y

vicus secunda fuera de las murallas (MELCHoR, 2004, 108), por lo que el resto de barrios de la ciudad no son conocidos por

sus nombres originales, y por tanto, son meras convenciones historiográficas.3 Sobre la fase tardoantigua de la excavación, vid. CASTRo, PIZARRo Y SáNCHEZ, 2006, 103, 117.4 Conocido como Uad–ar-Rusafa (CASTEJóN, 1929, 266) en época andalusí o Arroyo del Moro a partir de la conquista

cristiana (ESCobAR, 1989,116), desempeñará la función de foso de la muralla desde el momento de su construcción. 5 La puerta occidental de la cerca romana nunca ha podido ser documentada arqueológicamente. Conocida actualmen-

te como Puerta de Gallegos, nombre dado a partir de la conquista cristiana de la ciudad, tuvo en época islámica varios nombres

Bab-Amir al Qurashi, Bab Tahlabira o Bab-Liun (ESCobAR, 1989, 66).6 Durante las labores de Supervisión Arqueológica desarrolladas en los terrenos del antiguo Hotel Meliá Córdoba, se

pudo constatar este profundo barranco relleno por una serie de vertidos que arrancaban en época romana. En el plano del

catastro de 1928, aparece grafiado este barranco como vertedero por lo que su uso termina con la construcción del mencio-

nado hotel.

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LA domus dEL PARqUE InfAntIL dE tRáfICo (CóRdobA)

figura 1: Plano con la situación de la excavación arqueológica. © Convenio GMU-UCO.

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ver afianzado por la presencia de estructuras asignables, a priori, a villae suburbanae7. El límite septentrional podría estar marcado por la existencia de la villa documentada en la zona de Cercadilla (MoRENo, 1997)8. Por último, el límite oriental sería la propia muralla de la ciudad.

Durante los últimos años de la República y los primeros años del Imperio, la actividad en esta zona estuvo centrada en varios usos.

Por un lado, en las cercanías de la porta urbica occidental de la muralla, conocida con poste-rioridad como Puerta de Gallegos, se desarrolló una importante actividad funeraria como han dejado constancia los dos monumentos funerarios que se conservan en la actualidad. Esta actividad se ex-tenderá a lo largo de la vía Corduba-Hispalis, fosilizada en el Camino Viejo de Almodóvar.

Por otro lado, excavaciones del siglo pasado, han podido documentar para esta época la presen-cia de talleres e instalaciones fabriles (MURILLo, 2004, 50) que dejan en evidencia una incipiente actividad industrial, reflejada en fabricación de hornos y crisoles metalúrgicos.

A partir de época flavia, los usos del barrio cambiarán radicalmente, dedicándose a partir de este momento y hasta, aproximadamente, mediados del siglo III d. C. al uso residencial y comercial, favorecido por la dotación por parte de las autoridades de una red de abastecimiento9 y saneamiento de aguas (MURILLo et alii, 2002, 264) que llegaron a colmatar el foso de la muralla (MURILLo, 2004, 50). La refectio de la vía10, documentada en las excavaciones de los monumentos funerarios frente a la Puerta de Gallegos, pudo favorecer la edificación en el nuevo barrio.

La localización de tabernae, junto a la puerta de la ciudad, reaprovechando los monumentos funerarios (MURILLo et alii, 2002, 266) son un indicativo de los cambios funcionales del barrio y de la vitalidad del mismo, sin duda, favorecido por la ubicación a unos centenares de metros del anfiteatro que debió funcionar como impulsor de la actividad comercial.

En cuanto a la existencia de casas, conocemos restos de varias de ellas:

• La Casa de Thalassius11 excavada a unos metros al Sur del segundo monumento funerario circular frente a la Puerta de Gallegos. Dentro de la excavación realizada en el Paseo de la Victoria se documentan restos de, al menos, tres casas más aunque el estado de conserva-ción de las mismas difiere bastante de la arriba indicada.

• Restos del peristilo de una casa documentado en la calle Antonio Maura 10 (CASTILLo, 2003).

• Restos de un patio con un ninfeo tipo aedicola en la parte trasera del monumento septen-trional de la Puerta de Gallegos. Construido a mediados del siglo II d. C. contemporáneo, por tanto a varias tabernae localizadas en la parte delantera del antiguo monumento nos induce a pensar en una casa en este punto. Las viviendas romanas suelen presentar en su fachada, habitaciones que son utilizadas para uso comercial.

7 En las excavaciones realizadas en las últimas décadas en esta parte de la ciudad se han podido documentar algunos

restos asignables, según sus excavadores, a villae suburbanae: en la zona suroccidental, en el Poligono de Poniente 3, junto al

Polideportivo de Vista Alegre, contamos con una serie de cimentaciones de muros interpretados como la pars rustica de una

villa (RUIZ, 2001, 73; LóPEZ, 2001, 209); en el sector noroccidental, en el Pasaje Ruiz de Armenta esquina calle Garellano

(APARICIo, 1999) una reciente I.A.U. nos informa sobre estructuras domésticas interpretadas en este caso como parte de la

villa altoimperial de Cercadilla.8 otra hipótesis para este límite podría ser la propia via Corduba-Hispalis, un análisis de los restos documentados al

Norte de la Avda. de Medina Azahara podría aclarar la existencia o no de restos domésticos al norte de la misma.9 Dentro de estas obras se incluiría la construcción de un nuevo acueducto para la ciudad, documentado en la estación de

Autobuses (MURILLo et alii, 2002, 265) y que debió abastecer al edificio de espectáculos que se estaba construyendo, el anfiteatro. 10 Las obras vienen motivadas justamente para la instalación de una cloaca bajo la misma (MURILLo et alii, 2002,

264) que recogieran las aguas sucias de la nueva zona a construir.11 Denominada así por la inscripción documentada en el mosaico de una de sus estancias que alude al nombre de su

propietario.

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LA domus dEL PARqUE InfAntIL dE tRáfICo (CóRdobA)

figura 2: Planta restituida de la domus. © Convenio GMU-UCO.

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Elena Castro del Río / Alvaro Cánovas Ubera

La domus (fig. 2)

De la casa que presentamos tan sólo se ha excavado una pequeña parte. En concreto, en el Corte 3, un área de 225 m2 mientras que en el corte 2, ubicado al Norte del anterior, el área es de 3 m2 puesto que diferentes estructuras poste-riores han imposibilitado la excavación y documentación de los restos altoimpe-riales correspondientes a esta vivienda12. Por tanto, la parte fundamental de la casa corresponde a las estructuras excavadas en el Corte 3 (fig. 3).

A primera vista cabe destacar la zona meridional de un peristilo y una serie de estancias que abren al mismo, entre las que destaca en el eje axial Norte-Sur, un triclinium.

Presentamos a continuación el estado actual de la investigación, estancia por estancia:

espacio 1: peristylium

Del patio columnado de la domus conservamos 47 m2 excavados, divididos en dos zonas: una cubierta y otra descubierta en el centro. El ambulacrum presenta una anchura de 1,90 m en sus flancos oriental y occidental mientras que en el meridional su anchura aumenta hasta los 2,90 m. La techumbre de la que nada nos ha quedado, estaba sustentada, en su pórtico sur, por tres columnas de las que han permanecido tan sólo las zapatas de cimentación. El pavimento se encontraba saqueado de forma sistemática aunque sí permanecía la prepara-ción del mismo, en opus signinum. La aparición de varios fragmentos de losas de mármol blanco, bajo el estrato de saqueo de la casa nos hace pensar que la solería pudiera ser de losas de este material (Lám. 1).

12 De este corte tan sólo cabe destacar el hallazgo de un mosaico en un pequeño sondeo, lo

que viene a corroborar que la casa se extendería hacia el norte.

figura 3: Planta

con los derrumbes

pictóricos por

espacios. ©

Convenio GMU-UCO.

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LA domus dEL PARqUE InfAntIL dE tRáfICo (CóRdobA)

Los muros que conforman el pasillo porticado están construidos mediante una cimentación de mam-postería, un zócalo de sillería de opus quadratum y el resto del alzado en tapial.

En el lado oriental, pudimos documentar un vano de 1,24 m que conserva alrededor de un metro de al-zado, la quicialera doble en caliza micrítica gris azulada y marcas de los bastidores de madera de las puertas. Este acceso constituye la entrada a la Estancia 3.

En el lado opuesto, localizamos otro vano que no se encuentra enfrentado al anterior, y que consta de un muro conservado de 0,30 m de altura en sille-ría y una quicialera fragmentada en caliza micrítica gris azulada. Aunque la pieza no se encuentra en su completa, puesto que falta el tercio septentrional y por tanto el segundo quicio, la preparación de dicha losa nos arroja unas dimensiones de 1,61 m de ancho.

Por último, en el flanco meridional, se abren cuatro vanos, descentrados con respecto al eje princi-pal del patio, Norte-Sur.

Los situados en la zona occidental, pertenecen al comedor principal (Espacio 2) y como suele ser fre-cuente en época romana suelen ser tres, uno central de mayores dimensiones y dos laterales, destinados a la entrada y salida del servicio. El vano central pre-senta sus muros conservados a una altura de 0,50 m en sillería quadrata y una losa de acceso en caliza micrítica gris azulada con una anchura de 2,19 m. Al no presentar quicios, el vano debía cerrarse con cortinajes y no con puertas de madera. De los vanos laterales, el occidental, arranca directamente de la unión de los muros oeste y sur del ambulacrum y no ha conservado nada de su alzado ni de la quicialera de acceso, debido al fuerte saqueo producido en esta zona de la casa. El vano oriental del comedor, mejor conservado, presenta una altura de 0,50 m y doble quicialera en caliza micrítica gris azulada de 0,86 m, destaca las estrechez de la misma a la hora de colocar una puerta de dos hojas, de 0,43 m cada una.

El vano ubicado en la esquina suroriental del pasillo porticado, presenta una altura de muro conservado de 0,81 m en sillería y una quicialera de acceso doble de 1,56 m en caliza micrítica gris azulada. Esta puerta da acceso a un pasillo de comunicación con la zona meridional de la vivienda (Espacio 4).

bajo el estrato de saqueo, pudimos individualizar y documentar varios es-tratos de derrumbe de revestimiento mural in situ:

Realizados los primeros estudios del material pictórico exhumado, y aña-diendo los datos aportados por los fragmentos conservados aún en su posición original, podemos adelantar que la decoración del ambulacrum del peristilo se divide en tres zonas:

• Zona inferior con un zócalo decorado con un moteado en color verde, blanco, rojo y negro sobre fondo amarillo ocre de 0’44 m de altura.

• Zona media en la que se han representado dentro de un sistema paratác-tico, paneles en color rojo vinoso con sendos filetes de encuadramiento

Lámina 1: Vista del

ambulacrum del

peristilo. © Convenio

GMU-UCO.

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simples, uno interior en color beige y otro exterior en blanco, con cinco gotas en las esquinas. Desconocemos por el momento como serían los interpaneles de separación así como la posible existencia de un cuadro o escena en el centro de dichos paneles (Lám. 2).

• Zona alta, decorada con una sucesión de arquitecturas ficticias sobre fon-do blanco; se trata de pequeñas aedicolae sobre podio. Las columnas, acanalas, sostienen capiteles dóricos y entablamentos con friso decorado con triglifos y discos. Al centro de cada aedicola, se abre una balconada con un cancel en la zona inferior y un oscilum que pende de su centro, en la superior (Lám. 3).

Esta decoración posiblemente se repi-tiera en todo el pórtico del peristilo, adap-tándola a las diferentes puertas de entrada a las habitaciones y resulta bastante estan-darizada en época romana. El zócalo mo-teado es una forma habitual de decorar las zonas bajas de los muros mientras que la elección de paneles repetitivos en la zona media resulta económico cuando se debe decorar una gran extensión muraria. La zona alta se suele decorar con pequeñas es-tructuras sobre fondo blanco, que ayudan a ampliar el espacio de los muros abriéndolos al exterior.

La zona central del peristilo, descu-bierta, queda definida por tres zapatas de cimentación de calcarenita para la coloca-ción de las columnas que soportarían la techumbre del pórtico meridional del am-bulacrum. Los intercolumnios tienen unas

dimensiones de 2,11 m y 2,17 m y en su base se disponen canales de piedra que recogen las aguas procedentes del tejado, hecho constatable por los reba-jes realizados en las zapatas de calcarenita de las columnas para encastrar los tubuli verticales. Estos canales están cimentados sobre un murete de ladrillo trabado con mortero de cal. Tanto el mosaico marino como el pavimento de losas del ambulacrum se entregan a esta estructura de función bivalente, canal de evacuación y elemento delimitador de las áreas cubierta y descubierta del patio. Las cotas del mosaico del patio buzan hacia el centro del mismo por lo que es-tos canales seguramente estarían abiertos para evacuar el agua hacia el centro del mismo, donde seguramente habría una arqueta de registro que comunicara, con una cisterna bajo el peristilo, o bien con la canalización de evacuación de aguas general de la casa, documentada en la zona suroriental del ambulacrum. Esta conducción, fabricada en mampostería, con suelo de tegulae y cubierta de ladrillos de 0’28 m x 0’15 m, cruza de forma oblicua el ambulacrum meridional hasta conectar con el pasillo, Espacio 4.

En la esquina suroriental del patio encontramos el encañado de un pozo, con grandes sillares retallados con forma circular que debía conectar con una cisterna ubicada bajo el mismo. Este pozo correspondería con el puteal o brocal, elemento muy frecuente en las casas de época romana, que junto al cartibulum y

Lámina 2: Panel de

la zona media de la

pared del peristilo.

© Convenio GMU-

UCO.

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LA domus dEL PARqUE InfAntIL dE tRáfICo (CóRdobA)

otros elementos muebles configuran el mo-biliario de este tipo de espacios.

En el ángulo suroccidental del patio, se localiza uno de los dos pavimentos docu-mentados, para el que se dispusieron una serie de estratos de nivelación, en este caso una preparación con cantos y un opus sig-ninum, base para un hermoso mosaico con motivos marinos con una serie de elemen-tos figurados, mosaico nº 1 (Lám. 4).

Con lo que respecta al mosaico, la fi-gura mayor corresponde a un hipocampo sobre el que se debe disponer otra figura, posiblemente una Nereida, tal como mues-tra una rienda que parte de su boca. Junto a éste, encontramos otras figuras propias de la fauna marina como son un delfín y un pez sin clasificar; todas ellas aparecen en-marcadas por una cenefa en color ocre con flores en blanco. El mosaico es policromo y para su realización se han usado teselas de numerosos colores y tonalidades, algunas de ellas en pasta vítrea. El fragmento conservado se dispone en la es-quina más oriental y presenta un suave buzamiento hacia el centro del peristilo. Desconocemos si se extendería por toda la zona descubierta del peristilo o si, por el contrario, se trata de mosaicos dispuestos en los flancos.

El motivo representado en este mosaico corresponde según la tipología de Durán al grupo de fauna marina con figuras fantásticas, en este sentido la pre-sencia de hipocampos está estrechamente ligada a la iconografía de las Nereidas que suelen aparecer sentadas sobre sus co-las, desnudas o cubiertas con un manto que las cubre de cintura hacia abajo. Esta temá-tica tiene una larga perduración en el tiem-po desde el mundo griego y llega a Italia en época helenística, haciéndose habitual en el alto-imperio y teniendo una especial aceptación en Baetica. En Colonia Patricia, existen dos exponentes de esta iconografía, el mosaico recuperado en el Cortijo del Al-caide y el de la Corredera (DURáN, 1993: 233-235). El uso de los temas marinos viene favorecido por su propio carácter de-corativo y su especial adaptación a espa-cios acuáticos como fuentes y estanques de agua (MoRENo, 1995: 45).

El material usado en su realización suele tener una procedencia local, y concre-tamente, en el caso de las de pasta vítrea se reserva a partes muy concretas del mosaico y suelen ser frecuentes en representaciones de fauna marina como la que aquí presentamos, en las que junto a los reflejos marinos servirían para dar sensación de movimiento y veracidad a las figuras (MoRENo, 1995: 248-249).

Lámina 3: Zona

alta de la pared

del peristilo,

arquitectura fingida.

© Convenio GMU-

UCO.

Lámina 4: Mosaico

en la esquina del

patio. © Convenio

GMU-UCO.

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Elena Castro del Río / Alvaro Cánovas Ubera

Esta iconografía parece ser bastante frecuente en espacios relacionados con termas privadas y públicas, en las domus su disposición dentro del edificio suele corresponder a un espacio de recep-ción o al pavimento de una fuente (NEIRA, 1994: 1271). En el caso aquí presentado, la imposibili-dad de excavar el patio en su integridad, hace difícil la restitución hipotética del pavimento que quizás se reduciría sólo a los bordes de una fuente que podría estar localizada en el centro del peristilo, como en el caso de el Chorreadero, donde se documentó un mosaico, fechado a mediados del s. II d. C.) que pavimentaba los bordes de una fuente o estanque (bLáZQUEZ, 1982: 96).

La cronología de los mosaicos con esta iconografía está muy dilatada en el tiempo documentán-dose ya en Pompeya, Herculano y ostia, en esta última con numerosos paralelos de Nereidas sobre hipocampos, fechables en época altoimperial (DUNbAbIN, 1999: 62-65).

espacio 2: triclinium

Esta habitación está interpretada como sala de banquetes por una serie de elementos: en primer lugar por su ubicación dentro del edificio, esto es, en la zona más representativa de la casa, el extremo del eje principal que discurre de Norte a Sur; en segundo lugar por la presencia de una entrada triple, destacando esta estancia por encima del resto; por último, la composición de su pavimento con la se-ñalización de los elementos muebles que acompañan a los banquetes de época romana es definitoria.

Aunque no ha sido del todo excavado, podemos intuir como sería su planta tanto por presentar un esquema bastante habitual en este tipo de habitaciones como por la recomposición de la decora-ción del muro Este, de este modo podemos apuntar que sus dimensiones totales serían de 7’45 m x 8’45 m.

El acceso principal al triclinium está desplazado con respecto al eje del peristilo lo que se ex-plica por la presencia del pasillo que discurre paralelo al muro oriental del primero13 y que tiene una importancia funcional, la comunicación entre las zonas central y meridional de la casa.

En su interior se encuentran dos zonas claramente diferenciadas, una de tránsito y otra en la que se dispondrían los triclinia. En este sentido hay que indicar que estos espacios dedicados bási-camente al convite pueden presentar dos plantas; una planta con forma de “U”, en la que un panel central rectangular es rodeado por sus tres lados, ocupados por los lechos; y otra, con una planta que dibuja una “T + U”, cuya principal diferencia radica en que la zona cercana a la entrada presenta un espacio diafano destinado a actividades lúdicas (danza, espectáculos teatrales o musicales) que suelen amenizar el banquete (DUNbANbIN, 1991: 125-126) (Lám. 5).

En este caso nos encontramos con el segundo tipo. La zona de acceso al espacio en la que se dispone la “T” está pavimentada por losas de varios tipos de mármoles y definida por losas estrechas de pizarra negra. Algo similar ocurre en la zona central donde este material sirve para delimitar una inmensa losa de mármol de 2’00 x 0’90 m que marca la posición de la mensa. El lugar ocupado por los lechos carece de pavimento, en su lugar encontramos una preparación con restos de fragmentos de pintura triturada sobre la que se dispondrían los triclinia, que pudieron ser fabricados en obra de mampostería.

Los muros que delimitaban el triclinium están realizados con sillares cuadrangulares bien tallados que a cierta altura, por encima del zócalo, serían sustituidos por tapial como ponen de manifiesto las marcas de reverso en “v” del revestimiento mural recuperado del muro oriental. És-tos habían sido prácticamente saqueados hasta sus cimientos. El grado de saqueo es diferente en cada paramento pues mientras que el muro de acceso que conforma la triple entrada sólo lo fue en la zona oriental, el resto de paramentos lo fueron hasta el zócalo. Resulta significativo, una vez que se ha analizado el material pictórico recuperado de los derrumbes, la ausencia prácticamente total de elementos decorativos procedentes de la zona inferior de la pared, tan comunes en otras

13 Por otra parte esto parece ocurrir con cierta frecuencia en domus de otros lugares del imperio como Bulla Regia

(casa nº 3) (ALARCÃo, 1985).

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LA domus dEL PARqUE InfAntIL dE tRáfICo (CóRdobA)

partes de la casa donde los muros no han sido saquedos, hecho que se explica por la extracción de los sillares del zócalo del muro, con revestimiento incluido.

Con respecto a la decoración parietal, conservamos parte de los muros de acce-so desde el peristilo con decoración in situ, aunque el alto porcentaje de concreciones calcáreas sobre la superficie no permite atisbar nada de su desarrollo.

Durante la excavación, se pudo docu-mentar un gran derrumbe de revestimientos murales sobre el suelo de la estancia, co-rrespondiente a su muro Este y a los que habría que añadir la gran cantidad de frag-mentos recuperados del estrato de saqueo. El derrumbe aparece cortado en la zona central por un basurero medieval y en su extremo meridional por un muro de época almohade (Lám. 6).

El techo del triclinium debió ser abovedado como ponen de manifiesto los escasos elementos decorativos recuperados con improntas de cañas, que mues-tran una ligera curvatura. La techumbre de los salones destinados a los banque-tes suelen tener dos esquemas diferentes, siguiendo la composición tanto de la estancia como de su pavimento, esto es, el esquema “T + U”. En estos casos es habitual disponer un techo plano en la zona de la entrada (T) y una bóveda rebajada en el espacio reservado para los triclinia (U).

La decoración del muro Este, en un avanzado estado de estudio, revela una rica decoración en la destaca al centro un cuadro figurado de tamaño natural y sendas arquitecturas ficticias en los laterales. En cuanto al esquema general de la decoración destacan dos zonas:

• Zócalo corrido con imitaciones de placas de pórfido rojo y pórfido verde sobre fondo amarillo ocre, rematado por una cornisa ficticia con denticulados. Es más que posible que el zócalo represente un podio sobre el que descansen las columnas de las arquitecturas laterales mien-tras que las columnas principales de la decoración pudieran arrancar desde el nivel de suelo.

• Zona media y alta:

En primer plano, presenta dos columnas a tamaño natural decoradas con cubos en perspectiva que sustentan capiteles jónicos y una cornisa sencilla con un alero (Lám. 7). De cada uno de los capiteles nace una guirnalda, atada con sendas cintas que caen delicadamente. Ésta dibuja tres bucles y está compuesta por delicadas flores tripétalas en azul egipcio con terminaciones en blanco ensar-tadas en dos finas cintas negras, todo ello sobre fondo rojo ocre.

Lámina 5: Vista

del triclinio desde

el sur al final de

la excavación. ©

Convenio GMU-UCO.

Lámina 6: Vista del

triclinio desde el sur

con los derrumbes

pictóricos. ©

Convenio GMU-UCO.

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Elena Castro del Río / Alvaro Cánovas Ubera

En segundo plano, destacan tres ele-mentos principales: un gran cuadro figurado al centro y dos arquitecturas ficticias en los laterales.

El cuadro central presenta un fondo con paisaje mitológico dominado por ro-cas y arbustos. Entre los elementos repre-sentados destaca una cabeza masculina, joven, tocada con una corona vegetal poco habitual (Lám. 8), interpretada provisional-mente como hojas de pino y un tirso, objeto claramente vinculado a representaciones dionisíacas. Existen otros dos personajes en la composición de los que tan sólo con-

servamos restos de un cabello y parte de un brazo, concretamente un codo. El marco superior del cuadro, curvo, está decorado con una cornisa jónica con ovas y círculos que nace de dos elementos mal conservados que debemos interpretar como capiteles que sustentan pilastras. En las enjutas del arco, se representan sendos discos circulares o tondos.

Las arquitecturas laterales, simétricas, presentan columnatas corintias re-matadas con bóvedas de cañón decoradas con casetones en perspectiva. Las columnas delanteras tienen fustes decorados con roleos mientras que el resto son

acanaladas. Los arquitrabes, lisos, susten-tan aleros decorados con casetones, rema-tados con antefijas de estribos invertidos y elementos florales en los extremos (Lám. 9).

La decoración de la pared se ajusta a la composición del pavimento de tal ma-nera que el cuadro central se sitúa detrás de cada uno de los triclinia y las columnas principales de la decoración coinciden con las losas negras de pizarra que ubican los elementos muebles.

El techo, abovedado, presenta una de-coración “de relación continua” con tondos vegetales y filetes simples en colores rojo, verde y amarillo que encierran flores cua-tripétalas en colores alternos sobre fondo blanco.

espacio 3: procoeton

El espacio más oriental de la domus tiene acceso desde el peristilo y aún conser-va la quicialera con los dos goznes, en los que además se ha podido observar la presencia de una especie de masilla que ayudaría a corregir las posibles irregula-ridades del eje de la puerta. En torno a ellos ha quedado la huella del rozamiento circular de la puerta. En el interior del espacio, con 5,9 m2 excavados, destaca la conservación de sus estructuras tanto muros como pavimento, los primeros con una potencia de hasta 0’90 m y el segundo, un mosaico con una rica decoración (Lám. 10).

Lámina 7: Triclinio,

zona media de la

pared, primer plano

de la decoración,

capitel. © Convenio

GMU-UCO.

Lámina 8: Triclinio,

zona media de la

pared, decoración

figurada, sátiro. ©

Convenio GMU-UCO.

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LA domus dEL PARqUE InfAntIL dE tRáfICo (CóRdobA)

Esta habitación co-munica hacia el sur con la Estancia 5, interpretada como dormitorio.

La decoración musi-varia combina la bicromía en blanco y negro, domi-nante, con elementos trí-comos, tales como nudos o trenzas donde se utilizan teselas rojas y marrones. La técnica está bastante cuidada con teselas de 0’01 m x 0’01 m que en la zona de tránsito entre el espacio 3 y 5 dibujan un rectángulo realizado con filete triple en cuyo inte-rior se disponen pares de peltas, al exterior se dispo-nen otras de mayor tama-ño formando una línea de peltas yuxtapuestas tangentes. De sur a norte se han identificado otros tres grandes grupos, el primero corresponde a círculos concén-tricos y tangentes con líneas de cuadrados dentellados en el interior y florecillas en aspa en los ángulos; el segundo presenta una línea de círculos tangentes de cuatro husos con triángulos dentellados en los ángulos y cuadrados dentellados en el interior; el último es un cuadriculado de trenzas de dos cabos recargados con un filete mediano, en su interior se disponía otro rectángulo con espinas rec-tilíneas cortas, en oposición de colores que a su vez servía de marco a otra trenza de dos cabos.

El mosaico sufrirá una refectio provo-cada seguramente por su uso, especialmen-te en las zonas de tránsito. Esta reforma mantiene los motivos de peltas del mosaico original reduciendo algo su tamaño, aunque en su realización las teselas usadas fueron mayores. El marco exterior de peltas se cambió por otro sin decoración y la zona con trenzas de dos cabos con filete mediano fue sustituida por otras sin este último.

De la decoración mural, conservamos restos in situ de tres de sus muros con una decoración bastante compleja, que presen-taba un gran número de concreciones cal-cáreas que sólo pudimos limpiar con agua y engasar para su protección. Los muros conservaban un alzado de 0,90 m de altura, además de un importante derrumbe pictórico (Lám. 11).

De la decoración de las paredes realizamos una mera descripción a la espe-ra de completar las recomposiciones que nos permitan su estudio integral:

Lámina 9: Triclinio,

zona media de la

pared, decoración

arquitectónica

fingida. © Convenio

GMU-UCO.

Lámina 10: Vista de

la Estancia 3 al final

de la excavación. ©

Convenio GMU-UCO.

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Elena Castro del Río / Alvaro Cánovas Ubera

• Zona inferior con zócalo en color negro con una altura aproximada de 0,46 m y una decoración de elementos vegetales en verde combinados con semicírculos en color azul formando ondas sobre un rodapié rojo vinoso.

• Zona media compuesta por paneles en rojo ocre enmarcados por dos filetes de encuadramiento simples: el exterior en blanco con siete gotas en las esquinas mientras que el interior es negro (fig. 4).

espacio 4: Pasillo

Se trata de un pasillo de comunicación entre el patio y un sector de la casa localizado al Sur de funcionalidad desconocida. Presenta unas dimensiones de 6’10 m x 1’52 m. Este tipo de estancias de comunicación son un elemento habitual en las casas romanas puesto que la configuración de la misma a través de un eje principal Norte-Sur resulta difícil de estructu-rar y obliga a crear pasillos cubiertos. El ac-ceso desde el patio se realiza a través de un vano con doble quicialera. Los muros oriental y occidental sufren en época antigua un fuerte saqueo reduciéndolos a los cimientos. No con-serva ningún tipo de pavimentación aunque a lo largo del pasillo discurre una canalización de evacuación de agua (Lám. 12).

Conservamos restos in situ con una decoración de paneles en blanco con filetes de encuadramiento en rojo vinoso que debe responder a imitación de placas marmóreas. Los fragmentos recuperados de la colmata-ción de la estancia presentan a priori idéntica decoración. De este pasillo, destaca un panel recuperado con una decoración inacabada que nos podría estar hablando de una fase de redecoración o incluso de que la casa o alguna zona de la misma, aún no estuviera finalizada.

espacio 5: cubiculum

Se han excavado 3,41 m2, de los cuales la mayor parte estaban fuertemente alte-rados por un basurero de época almohade. El muro occidental y meridional de la estancia sufren en época antigua un saqueo por lo que tan sólo nos queda la ci-mentación del mismo, lindero con el pasillo identificado como Espacio 4. El acceso desde la antecámara (Espacio 3) se conserva en un magnifico estado, tal y como muestra la doble quicialera de caliza micrítica gris azulada de 0,98 m de longitud, la decoración de la jamba de la puerta y la sección del muro septentrional, único conservado, con una altura de 0’90 m. En la única zona donde se conservaban estratos asociados al abandono y colmatación de las estructuras se documentó

figura 4: Calco

del muro Sur de

la Estancia 3. ©

Convenio GMU-UCO.

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LA domus dEL PARqUE InfAntIL dE tRáfICo (CóRdobA)

un derrumbe de pintura perteneciente a las paredes y techo de la estancia.

Aunque los restos son muy exiguos, son muy clarificadores de la decoración de la estancia:

• Zócalo decorado con placas de imi-tación marmórea. Se observan dos tipos: brocatel en marrón claro sobre fondo blanco y un mármol por deter-minar en color verde, separados por bandas y filetes en color negro.

• Zona media-alta con una curiosa decoración de flores diseminadas, pájaros volando portando cintas además de un cesto de mimbre con frutas sobre fondo blanco (Lám. 13).

• El techo, plano, presenta una imitación de casetones en color verde y rojo con los marcos en blanco. Destaca el efecto de perspectiva conseguido con el sombreado de la mitad del casetón para dar profundidad. En el centro de cada uno de los casetones se representa un elemento vegetal, una roseta. Esta decoración presen-ta un gran número de trazas pre-paratorias de diferentes tipos que fueron utilizadas para ejecutar su decoración.

El sector occidental de la domus se ca-racteriza por la presencia de varios espacios de difícil identificación debido al estado de arrasamiento que presentan, en ellos se han excavado los estratos de nivelación, todos realizados con picadura de sillar. Las estan-cias presentan plantas de variada morfolo-gía y dimensiones.

espacio 6: procoeton

Es la estancia más septentrional de la zona occidental del corte 3. Presenta una planta trapezoidal de al menos 13 m², cuyo cierre occidental corresponde a la fachada de la calle. Su suelo se realizó con un pavimento de opus signinum que fue documentado en el perfil de la zanja de saqueo del ci-tado muro. Esta estancia comunica con el espacio 7, de ahí su interpretación y sería simétrica a los espacios 3 y 5 del lado oriental.

Esta habitación, por algún motivo que desconocemos, fue pavimentada de nuevo, para lo que se preparó un potente estrato de picadura de sillar que sig-

Lámina 11: Vista

de la Estancia 3

con los derrumbes

pictóricos. ©

Convenio GMU-UCO.

Lámina 12: Vista de

la Estancia 4 desde

el Norte. © Convenio

GMU-UCO.

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Elena Castro del Río / Alvaro Cánovas Ubera

nificó un aumento considerable en la cota de esta estancia con respecto a la de los espacios colindantes. Por este motivo se dispuso un sillar tallado a modo de escalón en la esquina SE lo que facilitó el acceso al espacio 7, del mismo modo que el vano de comunicación con el peristilo se dispuso a mayor altura.

espacio 7: cubiculum

Se dispone al sur del anterior, y en esta ocasión presenta una planta rectangular con unas dimensiones de 10’50 m². Como pudimos observar durante la excavación, la planta fue modificada en el proceso de construcción de la domus, tal y como muestra la presencia de la cimentación de su muro sur, realizado con mampuesto de

pequeño tamaño y cubierto con picadura de sillar, que se extiende hasta el cierre definitivo de este espacio por el sur. Por el oeste y el norte, los muros presentaban una cimentación similar al anterior en las primeras hiladas mientras que en las siguientes eran sustituidas por sillares rectangulares pero bastante irregulares. La última hilada está constituida por sillares mayores y mucho mejor tallados de 1’50 x 0’44 m.

Al oeste se dispone el Espacio 8, de planta trapezoidal y con similares características a los dos descritos con anterioridad. Limitaría con la calle y ante el estado de arrasamiento que presenta se hace muy difícil una interpretación.

La última estancia documentada, el Espacio 9, se dispone al sur, muy arra-sada en periodos posteriores, sólo conserva un pavimento de opus signinum.

Si la interpretación de los espacio 6 y 7 es correcta, las estancias 8 y 9 deben tener una función secundaria tanto por su situación, como por su cercanía al muro de fachada así como por la ausencia de comunicación con el patio de distribución.

Finalmente, en el extremo más occidental del corte se excavó una pequeña calle con orientación norte-sur, contemporánea a la domus. En relación con la construcción de la misma se documentaron varios de los estratos de preparación y nivelación que de abajo a arriba se componían de una capa muy consistente y compacta, sobre ésta un estrato de gravas y arenas, a continuación otra muy compacta realizada con mortero, arena y gravilla y finalmente losas de pudinga que en la zona excavada sólo se documentaron in loco. Delimitando la calle por el este documentamos una estructura realizada con sillares rectangulares retalla-dos a modo de escalón.

Los restos excavados en el corte 2, de muy difícil interpretación funcional, confirman la extensión de la domus hacia el Norte, donde deben encontrase otro buen número de estancias, entre ellas, la entrada.

bajo las estructuras tardorromanas, se localiza un mosaico en bastante mal estado de conservación con decoración bícroma y del que sólo se han podido documentar unas teselas y la preparación de mortero para el mismo. Asociado a

Lámina 13: Estancia

5, decoración de la

zona media, canasto.

© Convenio GMU-

UCO.

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LA domus dEL PARqUE InfAntIL dE tRáfICo (CóRdobA)

éste, bajo el mismo, pudimos documentar una estructura de ladrillo, posiblemente una canalización y una pieza de mármol corres-pondiente al umbral de un vano.

En el sondeo realizado en el espacio 1 del edificio tardorromano, se documentó otro mosaico en perfecto estado de con-servación del que se excavó su extremo noreste. Es polícromo con teselas en dis-tintas tonalidades dentro de la gama del rojo, amarillo y azul y presenta un motivo central con una composición en cuadricu-lado de cruces acantonadas de trenzas de dos cabos con pares de paralelogramos y octógonos adyacentes decorados con mo-tivos florales y enmarcados por líneas de postas con enrollado sencillo a su vez en-cuadrados por una línea de estrellas de cuatro puntas en aspas tangentes y dejando entrever una línea de rombos verticales y de círculos con cuadrados dentellados en su interior (bALMELLE, 1985). Este esquema tiene gran difusión, tanto cronológica como geográficamente, sobre todo en las provin-cias occidentales del imperio (MoRENo, 1995: 126). Los primeros pavimentos en los que se documenta esta composición se localizan en Pompeya y fueron realizados en opus signimum y opus tessellatum a partir de la primera mitad del s. I y durante el S. II (MoRENo, 1995: 36) (Lám. 14).

Los paralelos más cercanos los encontramos en la propia bética, este es el caso del denominado mosaico de la Medusa de la Colección Lebrija, fechado a inicios del s. III d. C. (DURáN, 1993: 318) o el geométrico con cabeza de Me-dusa de Carmona (bLáZQUEZ, 1982: 31-34).

Asociado a esta época, se documentan otras dos estructuras, un muro de sillares de calcarenita muy arrasado, orientado N-S, con restos de revestimiento que se deja entrever en el perfil y un suelo realizado con piedra de mina, posi-blemente relacionado con la pavimentación de la calle, de la que se localizaron varias losas y fragmentos de pudinga.

Dicha calle, documentada tanto en el corte 2 como en el corte 3, con una diferencia de cota de 0’80 cm. en una distancia que no supera los 10 m de lon-gitud, presenta reducidas dimensiones, lo que hace pensar que se trata de una via pública de carácter secundario que por las características de los estratos que la componen aún seguía en uso durante el proceso de colmatación de la domus.

La planta de la casa presenta una clara irregularidad, sin lugar a dudas motivada por la propia forma del solar, que debe adaptarse a la calle que dis-curre por el oeste. La investigación sobre el vicus occidental que se desarrolla actualmente desde la Universidad de Córdoba (vid. Nota 1) esperemos aclare la configuración del viario público en este sector.

Lámina 14: Mosaico

del Corte 2. ©

Convenio GMU-UCO.

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Elena Castro del Río / Alvaro Cánovas Ubera

La ruIna deL edIfIcIo

Tras un periodo de algo más de un siglo de ocupación, se produce el arrasamien-to definitivo de la misma que se realiza lentamente y difiere de unos espacios a otros, ya que en unos casos se ha producido una colmatación natural y en otros está directamente relacionado con el saqueo de las estructuras.

En el peristilo se documentaron varios derrumbes de pintura asociados a los muros que rodean el mismo, también un derrumbe de ladrillos coincidiendo con el vano central del triclinium. En cuanto a los estratos de colmatación se exca-

varon hasta tres, uno sobre la zona abierta del peristilo y los otros dos en la zona del ambulacrum, el último de ellos correspon-de a un estrato relacionado con el saqueo de los muros. Formando parte del mismo se documentaron varios sillares, fragmentos de opus signinum de muy variado tamaño, ladrillos, fragmentos de pintura y un capitel corintio en perfecto estado de conservación que por las características técnicas y forma-les que presenta se realizó a finales del s. I o principios del s.II (Lám. 15).

El triclinium fue colmatado principal-mente por un enorme derrumbe de pintura que se extendía por la mitad oriental del espacio, junto a ellos aparecieron nume-rosos clavos de hierro usados para fijar el mortero a paredes y techos. Por encima de este se excavó un estrato muy potente (1’00 m) de arcillas muy rojas, pertene-

cientes al tapial de los alzados con gran cantidad de fragmentos de la pintura, además de un conjunto de 17 monedas que nos han proporcionado una fecha post quem de la segunda mitad del siglo II d. C. Sobre estos estratos y en la zona más meridional del corte se documentaron dos hogueras y dos zanjas, sobre las que a su vez se identificó un nuevo estrato de colmatación.

En el espacio 3, sobre el mosaico se documentó un enorme derrumbe de pintura con fragmentos de gran tamaño. Por encima de este se disponían dos estratos más de colmatación en los que cabe destacar la presencia de enormes fragmentos de opus signinum.

El espacio 4 estaba colmatado por un derrumbe de pintura y otro de la-drillos que se concentraban en el extremo septentrional del mismo. Se produce también la colmatación definitiva de la canalización que discurría N-S.

Por su parte, el espacio 5 fue prácticamente arrasado en época islámica por lo que los estratos asociados a este periodo se reducen a un derrumbe de pintura que coincide con el acceso desde el espacio 3.

En la zona occidental de la domus los estratos asociados a este momento se encuentran muy afectados por los vertederos de época islámica. Todos ellos son similares, presentan un color rojizo, una consistencia media y fragmentos de mortero en distintas proporciones. A éstos hay que añadir las zanjas y rellenos asociados al saqueo de las estructuras que en estos espacios es mucho más intensa habiendo desaparecido por completo las estructuras o quedando simple-

Lámina 15: Capitel

localizado en el

saqueo de la domus.

© Convenio GMU-

UCO.

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LA domus dEL PARqUE InfAntIL dE tRáfICo (CóRdobA)

mente la primera hilada de cimentación de mampuesto. Además en los espacios 6 y 7 se excavaron restos in loco de las estructuras de la domus, una de ellas correspondía a un fragmento del dintel de una puerta que presentaba un corte aproximadamente a la mitad que indica que estaba siendo preparado para su traslado y posterior reutilización, y la otra a un sillar moldurado.

Tras el saqueo del muro occidental de la vivienda se produce una breve ocupación constatada por la presencia de dos crisoles que sin embargo no han proporcionado material alguno que permita afinar más sobre el momento en que esta se produce.

Finalmente en la calle se excavaron varios de sus estratos de colmatación y una zanja rellena con una losa de pudinga.

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Gerencia Municipal de Urbanismo Área de Arqueología

anejosde anales dearqueologíacordobesa

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Pág. 121 / 140 CaStro, elena; CánovaS, álvaro: “La domus del Parque infantil de tráfico (Córdoba)”.

Arqueología Medieval

Pág. 143 / 182 CaSaL, M.ª teresa; Martínez, rafael; ara-que, M.ª del Mar: “estudio de los vertederos domésticos del arrabal de Šaqunda: Ganadería, alimentación y usos derivados” (750 - 818 d.C.) (Córdoba).

Pág. 183 / 230 MuriLLo, Juan F.; ruiz, dolores; CarMona, Silvia; León, alberto; rodríGuez, M.ª Car-men; León, enrique; Pizarro, Guadalupe: “in-vestigaciones arqueológicas en la Muralla de la Huerta del alcázar (Córdoba)”.

Pág. 231 / 246 Pizarro, Guadalupe: “el alcantarillado árabe de Córdoba ii. evidencia arqueológica del testi-monio historiográfico”.

Pág. 247 / 274 arnoLd, Felix: “el edificio singular del vial nor-te del Plan Parcial renFe. estudio arquitectó-nico”.

Pág. 275 / 288 León PaStor, enrique; dortez, teresa; SaLi-naS, elena: “Las áreas industriales en los arra-bales de al-Yanib al Garbi de Qurtuba. el alfar del Cortijo del Cura”.

Pág. 289 / 302 SaLinaS, elena; varGaS, Sonia: “un pozo tar-doalmohade en el Hospital de Santa María de los Huérfanos de Córdoba”.

Pág. 303 / 326 MartaGón, María: “Qurtuba y su territorio: una aproximación al entorno rural de la ciudad islá-mica”.

Pág. 327 / 342 Larrea CaStiLLo, isabel; Hiedra rodrí-Guez, enrique: “La lápida hebrea de época emiral del zumbacón. apuntes sobre arqueología funeraria judía en Córdoba”.

Pág. 343 / 362 CánovaS, álvaro; SaLinaS, elena: “excavacio-nes arqueológicas en el entorno de la iglesia de Santa Marina de Córdoba”.

Publicaciones

Pág. 365 / 382 Convenio GMu-uCo. Publicaciones y actividades 2008-2010.

Anejos de Anales de Arqueología Cordobesa emana

del Convenio de Colaboración entre el área de ar-

queología de la universidad de Córdoba y el ayunta-

miento de la ciudad, que coordinan desde 2001 el

Prof. dr. desiderio vaquerizo (uCo) y el dr. Juan Fco.

Murillo (GMu), y sostiene el Grupo de investigación

del Pai HuM-236, dirigido también por d. vaquerizo.

AnAAC surge como instrumento para dar a conocer a

la opinión pública, sometiéndolas de paso al juicio crí-

tico de la comunidad científica internacional, las no-

vedades que generan a diario nuestras intervenciones

arqueológicas de carácter urbano o en el territorio, sin

descartar colaboraciones de profesionales cordobeses

o de otras procedencias que compartan el interés por

la investigación arqueológica sobre Córdoba, entendi-

da como ciudad histórica y yacimiento único.

imagen de portada:

Triclinio, zona media de la pared de la domus del parque infantil de tráfico de Córdoba, decoración figurada, sátiro

(Fotog. á. Cánovas, © Convenio GMu-uCo).