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A c a d e m i a I b e r o a m e r i c a n a d e C r i m i n a l í s t i c a y E s t u d i o s F o r e n s e s

100 pesos / 8 dlls.

Año 1, Núm. 1Primer semestre de 2011

México

El químico forense en la investigación criminalísticaL. RafaeL MoReno G.

Marcadoresgenéticos en hijosde padres biológicosVeRónica MoLina aRaujo

UrUgUay

Semiótica de laescena del crimen RobeRto de Los santos

aleMania

La prueba de vozen la investigación criminalísticaHeRMann j. KünzeL

españa

Sistemas de gestión en los laboratorios forensesjosé GonzáLez aRRabaL

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INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS PENALES


DIRECTORIO DEl InsTITuTO naCIOnal

DE CIEnCIas pEnalEs

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Director Generaldel Instituto Nacional de Ciencias Penales

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Secretaria General de Extensión

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junTa DIRECTIva DE la aCaDEmIa IbEROamERICana DE CRImInalísTICa

y EsTuDIOs fOREnsEs

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Presidente

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Vicepresidente

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Vocal

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Delegado de Relaciones Internacionales


REvIsTa DE CRImInalísTICa

y EsTuDIOs fOREnsEsaño 1, núm. 1


Revista de Criminalística y Estudios forenses

publicada por el Instituto nacional de Ciencias penalesmagisterio nacional núm. 113, Col. TlalpanDelegación TlalpanC.p. 14000, méxico, D.f.Tel. 5487 1500

Issn: en trámite

Reserva de Derecho al uso Exclusivo no. 04-2011-031413222800-102Certificado de licitud de Título: pendienteCertificado de licitud de Contenido: pendiente

Distribución: Instituto nacional de Ciencias penalesEnero - junio de 2011

Editor responsable: juan Carlos Gómez martínez

las opiniones expresadas en cada uno de los artículos son de la responsabilidad exclusiva de los autores y, por tanto, no reflejan la posición del inaCipe sobre los temas abordados en ellos.

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I n a C I p E


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COnTEnIDO

L. raFaeL Moreno G.El químico forense en la investigación criminalística . . . . . . . 9

roberto de Los santos

Semiótica de la escena del crimen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

HerMann j. KünZeL

La prueba de voz en la investigación criminalística . . . . . . . . 37

veróniCa MoLina araujo

Marcadores genéticos en hijos de padres biológicos . . . . . . . . . 51

josé GonZáLeZ arrabaL

Sistemas de gestión en los laboratorios forenses . . . . . . . . . . . 71


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El QuímICO fOREnsE En la InvEsTIGaCIón

CRImInalísTICa

L . Rafael Moreno G .*

En memoria de la maestra Martha Franco de Ambriz, excelente química forense e inigualable amiga .

introduCCión

En su prólogo al interesante volumen titulado El siglo de la investigación criminal, de jürgen Thorwald, William Hewitt apunta:

la moderna investigación criminal es hija de la era que vio nacer las ciencias físico-naturales y sociales, surgidas en el siglo xix. Dicho siglo dio una fisonomía completamente nueva a la lucha ancestral de la so-ciedad humana contra los elementos extraños o nocivos que habitan en toda sociedad: a la lucha contra el elemento criminal que surge, con renovada fuerza, al cambiar las formas sociales.

a lo largo de cien años, las ciencias físico-naturales proporcio-naron a los creadores de la investigación criminal los materiales de construcción para los grandes cimientos sobre los que se asientan hoy la lucha —de alcance mundial— contra el crimen en todos sus grados y formas.

así, tenemos que al vigoroso desarrollo de la medicina forense, a lo largo del siglo xix, contribuyeron fundamentalmente la cada vez más acusada intervención del Estado en la sociedad —con el consiguiente recurso al dictamen pericial del médico: problemas laborales, policiales, forenses, etc.—, y la metódica aplicación de la física, la química y la biología en la resolución de las cuestiones que plantea la relación entre la medicina y la ley.

* Investigador emérito del Instituto nacional de Ciencias penales (inaCipe).


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si revisamos algunos textos de medicina forense de los siglos xix y xx, podemos constatar que la mayoría contiene capítulos relativos al examen de indicios de naturaleza orgánica e inorgáni-ca, describiendo con especial cuidado las técnicas analíticas quí-micas que se aplicaban para su identificación. así tenemos que Orfila (mateo josé buenaventura, 1787-1853), médico y químico español, en su célebre obra Traité des poisons ou Toxicologie géné-rale (parís, 1814-1815) describe las técnicas analíticas que le per-mitieron la identificación de venenos o substancias tóxicas. En los asuntos judiciales su dictamen fue muy solicitado, y durante algún tiempo se le consideró como un oráculo en dicha materia. En el célebre proceso de marie Capelle lafarge, el dictamen emi-tido decidió la condena de dicha dama, pues, en contra de lo que afirmaron otros peritos, halló residuos de arsénico en las vísceras de Charles lafarge, su marido, según declaró Orfila en aquel en-tonces:

Comparecemos para presentar nuestro informe al tribunal. voy a com probar primero, que hay arsénico en el cuerpo de lafarge; se-gundo, que este arsénico no procede de los reactivos utilizados ni de la tierra que rodeaba el féretro; tercero, que el arsénico descubierto por nosotros no corresponde al contenido normal de arsénico que se encuentra en todo cuerpo humano […].

De esta manera da cumplimiento a lo estipulado en su magis-tral tratado que le valió el nombramiento de médico de luis XvIII, en el sentido de que “para afirmar que ha habido envenenamien-to es necesario comprobar la existencia del veneno, haciendo las experiencias químicas que lo prueben de un modo convincente […]". O sea, que los juicios periciales solamente tienen valor si son resultado de su comprobación científica. “la criminalística —como bien apuntó Israel Castellanos— en ninguna de sus ramas es arte adivinatorio, magia blanca, ni superchería, sino una disci-plina científica nutrida, sostenida y vigorizada por todas las ramas del saber humano”.

asimismo, incluyen interesantes capítulos sobre envene-namientos pedro mata en Tratado de medicina y cirugía legal (1846), Ch. vibert en Précis de médicine légal (1893), Cesar lom-broso en Lezioni di medicina legale (1900), victor balthazard en Manual de medicina legal (4a. ed., 1933), josé antonio Gisbert Calabuig en Medicina legal y toxicología (1977), nerio Rojas en Medicina legal (12a. ed., 1979), Guillermo uribe Cualla y Camilo


El QuímICO fOREnsE En la InvEsTIGaCIón CRImInalísTICa

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uribe González en Medicina legal, toxicología y siquiatría forense (11a. ed., 1981), y alfredo achaval en Manual de medicina legal (3a. ed., 1988). Igualmente, estos tratados contienen capítulos en los cuales se describen las técnicas analíticas empleadas en la identificación de indicios biológicos (sangre, semen, saliva, pelo, etcétera).

Conforme a lo antes expuesto, podemos apreciar que algu-nos métodos y técnicas que hoy conforman la criminalística, en el pasado figuraban como capítulos de la medicina forense. no obstante que la criminalística es considerada una disciplina au-tónoma —precisamente a partir de que fijó su objeto propio, for-mal y específicamente determinado de estudio—, aún hoy algu-nos autores la siguen considerando dentro del capitulado de la medicina forense, como también son consideradas la química y la toxicología forenses.

ahora bien, como el objeto formal de estudio de la crimina-lística es el indicio, y éste puede ser de naturaleza diversa, las técnicas de examen varían, conservándose en todo momento el método propio; es decir, el conjunto de procedimientos por los cuales se plantea y resuelven los problemas formulados.

Las CienCias Forenses

la naturaleza muy variada de los indicios trajo como consecuen-cia el nacimiento de nuevas disciplinas científicas, denominadas en su conjunto forenses, entre las cuales se encuentra la química, la bioquímica, la biología, la balística, la toxicología, la documen-toscopía, etc. sin embargo, de todas ellas la química forense juega un papel preponderante, en especial la analítica, herramienta in-vestigativa por excelencia.

las técnicas químicas analíticas —que son distintas y numero-sas, algunas muy sofisticadas— hacen acto de presencia en la ma-yoría de las ciencias forenses en el curso de las investigaciones, de ahí la gran importancia de la química forense y, en consecuencia, de los peritajes que se emiten en esta materia, pues en no pocas ocasiones son determinantes en el proceso. Efectivamente, de la gran diversidad de peritos forenses, el perito químico forense resul-ta ser el más solicitado para examinar manchas de sangre, semen, saliva; para detectar en las manos de un sospechoso residuos del disparo de un arma de fuego; para examinar la naturaleza de tin-


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tas y papeles; para determinar la presencia de alcohol en sangre, o bien de drogas y venenos fuera y dentro del cuerpo humano, vivo o muerto; para analizar cristales, fibras, plásticos, pinturas, por mencionar algunos de los problemas que debe resolver. para todo esto es necesario realizar una investigación con rigor metódico, es decir, establecer los procedimientos que deben seguirse, el orden de las observaciones, experiencias y razonamientos, así como las técnicas que ha de aplicar como parte del método.

La investiGaCión periCiaL

la investigación pericial es una búsqueda objetiva, racional y sis-temática de la verdad criminalística que culmina con el dictamen pericial, “medio subsidiario de la inteligencia del juez, auxiliándo-lo al modo como los anteojos auxilian el sentido de la vista”, según la afortunada expresión de pietro Ellero.

la investigación pericial no puede realizarse de cualquier for-ma, sino que ha de someterse a ciertas normas e inspirarse en principios fundamentales, a fin de que sea verdaderamente útil para los fines de la justicia. la ignorancia de este hecho da lugar a que eminentes profesionistas sean en la práctica mediocres o pésimos peritos.

En resumen, la esencia de la investigación pericial —como la de toda investigación— consiste en la recolección y el análisis sis-temático de los datos. la recolección de datos requiere de una mi-rada sutil, entendiendo por ella el hábito de observar, el espíritu alerta e inquisitivo, la inteligencia activa que percibe todo lo que es desusado y que ve un problema en sus más recónditos aspectos.

la recolección de datos, primer paso de la investigación pe-ricial, debe ir seguida de la ordenación no menos laboriosa de los mismos, a fin de descubrir correlaciones y consecuencias uni-formes.

a continuación se formula la hipótesis, el principal instrumen-to intelectual de la investigación, que es necesario someter a la sanción de la experiencia, para lo cual se escogen experimentos y observaciones precisas, completas y concluyentes. Respecto de las hipótesis se debe procurar no aferrarse a ellas, sino subordinarlas a los hechos y examinarlas con rigor crítico. Qué ilustrativas resul-tan las siguientes palabras de santiago Ramón y Cajal, el famoso histólogo español, premio nobel de medicina y fisiología en 1906



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junto con Camilo Golgi: “si por impulsos incoercibles forjamos hi-pótesis, procuremos al menos no creer demasiado en ellas”.

La peritaCión quíMiCo Forense

Todo lo dicho anteriormente es válido para la peritación química, y al ser parte de la investigación criminalística debe ajustarse, si se quiere proceder con eficacia y rapidez, al método científico, cuyo objetivo fundamental consiste en solucionar problemas de forma racional.

viene al caso hacer referencia al procedimiento denominado “eliminación sistemática”, método de gran valor cuando se trata de utilizar técnicas químicas para determinar una sustancia des-conocida. por ejemplo, cuando se trata de investigar la causa de una intoxicación, se eliminan gradualmente todas las posibles al-ternativas hasta concentrarse en un campo específico. a menudo es posible encontrar una solución más rápida mediante este siste-ma de eliminación gradual, que tratando de encontrar respuestas directas, pero a ciegas.

la comprobación factual de la hipótesis que le sirve de guía al perito durante su investigación representa un paso fundamental. En efecto, la comprobación científica, ya sea factual o formal, es el paso final de todo el proceso de investigación, que incluye el planteamiento de un problema, la formulación de una hipótesis, las consecuencias de ésta, las técnicas de contrastación y la com-probación. ahora bien, la comprobación determinará la verdad o falsedad, así como la validez o invalidez de la solución propuesta en la hipótesis.

En suma, la estrategia general de la investigación consiste en trabajar siempre con algún objetivo muy claro en la mente, a pe-sar de lo cual se debe permanecer alerta y aprovechar cualquier oportunidad inesperada que se presente. además, no olvidar que el error rodea furtivamente al investigador y penetra en él en la menor oportunidad.

La quíMiCa Forense y Los avanCes de La CienCia y de La téCniCa

la química forense se ha beneficiado de los logros científicos y tecnológicos de la química de la cual se desprende. Durante el


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siglo xx la química pasó del estado de una joven ciencia que bus-caba oscuramente sus fundamentos, al de una disciplina de pri-mer orden, edificada a partir de leyes fundamentales y aportando contribuciones importantes a ciencias como la medicina y la bio-logía, así como a la investigación científica de los delitos. En con-secuencia, la investigación química ocupa un lugar importante no solamente en las universidades, sino también en los programas industriales y en los planes gubernamentales.

En el transcurso del siglo pasado, la interpretación matemática de los fenómenos químicos se convirtió en algo muy frecuente. El punto de vista físico-químico penetró en las otras ramas de la quí-mica y apareció incluso en los dominios orgánico y biológico. los métodos instrumentales han tomado gran importancia en quími-ca analítica y en el estudio de las relaciones estructurales, permi-tiendo obtener rápidamente datos que resultaban inaccesibles con los métodos tradicionales. Quizá pueda vislumbrarse en él cierto sentido de unificación del conocimiento científico y cierto afán de síntesis, y sobre todo una extraordinaria conjunción de ciencia pura y ciencia aplicada.

no hay duda de que toda investigación científica funda men-tal es un servicio social de la mayor trascendencia. aun los cam-peones de la idea de que la ciencia tiene como papel esencial el bienestar material de la sociedad, reconocen que las ciencias fun-damentales son más importantes para ese fin que las ciencias apli-cadas.

sólo habrá progreso si se cultivan las investigaciones en las ciencias fundamentales, sin considerar si tienen o no aplicacio-nes inmediatas. Todo descubrimiento o noción verdadera tendrá aplicaciones tarde o temprano. la investigación fundamental es la fuente de los grandes descubrimientos, mientras las investigacio-nes aplicadas sólo resuelven problemas limitados.

la aparición de equipos de investigación es un hecho par-ticularmente importante. Estos equipos están frecuentemente constituidos por grupos de especialistas representantes no so-lamente de las diversas ramas de la química, sino también de las matemáticas, la biología y la medicina. los descubrimientos toman así un carácter colectivo que nunca había sido tan claro en otros tiempos; así, por ejemplo, la memoria que anuncia el descubrimiento del einstenio y del fermio contiene el nombre de 16 científicos.

la investigación sólo puede existir si está en manos de hom-



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bres de ciencia bien preparados (en el presente caso, de quími-cos forenses profesionales de la investigación criminalística); dar recursos a los incompetentes es malgastar el dinero y engendrar una burocracia improductiva de mediocres envanecidos, indepen-dientemente del gran daño social que ocasionarían.

Hoy en día, los químicos y biólogos forenses disponen de po-derosas herramientas, algunas muy sofisticadas, para obtener in-formación cualitativa y cuantitativa acerca de la evidencia física sometida a su consideración.

El buen uso de estas herramientas o instrumentos analíticos requiere que los expertos tengan una cabal comprensión de los principios fundamentales en los que se basan los sistemas de me-dición modernos. sólo así pueden elegir, inteligentemente, entre distintas posibilidades para resolver un problema analítico; sólo de esta manera pueden valorar las dificultades que implican la mayoría de las medidas físicas, y sólo así están en condiciones de desarrollar un criterio respecto de las limitaciones de las medicio-nes, en términos de sensibilidad y exactitud.

Históricamente, los métodos analíticos suelen clasificarse en clá-sicos e instrumentales. los métodos clásicos separan los compo-nentes de una muestra mediante precipitación, extracción o des-tilación; una vez separados, se tratan con reactivos para generar productos que pueden ser identificados por su color, su punto de ebullición o de fusión, su solubilidad en una serie de disolventes, su olor, su actividad óptica o su índice de refracción. una vez de-tectados se pueden cuantificar por medidas gravimétricas o volu-métricas, métodos que si bien todavía se usan en los laboratorios de criminalística, su grado de aplicación general disminuye con el paso del tiempo, ocupando su lugar cada vez más las técni-cas instrumentales distintivas de la moderna investigación de los delitos.

un instrumento para el análisis químico convierte, en sentido muy amplio, una señal analítica que no suele ser detectable ni comprensible directamente por un ser humano en una forma que sí lo es. En tal virtud, un instrumento analítico puede considerar-se un dispositivo de comunicación entre el sistema en estudio y el perito.

En suma: a medida que se perfeccionan los instrumentos de observación y los aparatos de medida, el perito químico forense colaborará con las autoridades más eficazmente en el esclareci-miento de la verdad.


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La espeCiaLiZaCión deL perito, requisito indispensabLe

El enfoque moderno de la criminalística exige de sus cultores la más estricta actitud científica. Esto ha traído como consecuencia que los encargados de administrar justicia cuenten con un auxi-lio técnico-científico de la más elevada calidad, debido a que “los jueces juzgan según se les informa”, como atinadamente expresó mazel. por ello la justicia debe agotar la investigación, y sus encar-gados poner a prueba toda su sagacidad y reflexión con la ayuda de los abundantes medios que hoy día pone a su alcance la criminalís-tica para obtener la prueba irrefutable del delito y de la identidad de su autor.

Dentro del vasto campo de la química forense se han creado diversas especialidades, en virtud de que los problemas que se le plantean son variados y cada vez más complicados. Esta circuns-tancia ha traído la necesidad de la especialización, establecien-do para ello cursos de capacitación, maestría y aun doctorado en ciencias forenses —con especialidad en química forense—, cursos impartidos en las facultades de química de las universidades o en los institutos de ciencias forenses, es decir, en organismos de re-conocida solvencia moral y científica.

la peritación exige del experto conciencia y ciencia, la que se obtiene mediante la especialización. se le pide la comprobación relativa a un punto determinado, la que debe ser lógica, rigurosa, suficiente, exhaustiva. sus pruebas deben ser objetivas. sus verda-des de orden científico, y como tales susceptibles de comprobar. le compete afirmar lo que tiene probado; lo que excede o contra-dice la observación no es de su dominio, no pertenece a la cien-cia, sino a tesis o hipótesis que están fuera de ella. En suma, debe probar tal o cual conclusión, eliminando de su dictamen los jui-cios provisorios y oscilantes. lo que se le pide son hechos reales, comprobados, no hipótesis. En fin, todo esto es logrado mediante una seria y estricta preparación científica, es decir, mediante la especialización.

El perito químico, al igual que los demás peritos, conserva-rá autoridad en problemas de su especialidad, en tanto cuide ser relator imparcial de los hechos científicos que se someten a su peritaje. sin embargo, si permite que la fantasía o el proselitismo le conquisten, la adhesión a sus dictámenes o a sus palabras no tardará en faltarle.



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eL pensaMiento CrítiCo y La investiGaCión periCiaL

la investigación pericial constituye un método para descubrir la ver-dad. Es en realidad una forma de pensamiento crítico que comprende la definición y redefinición de problemas; la formulación de hipóte-sis o soluciones sugeridas; la recopilación, organización y valoración de datos; la formulación de deducciones y alcance de consecuencias y, por último, el ensayo cuidadoso de las conclusiones para deter-minar si encajan con las hipótesis formuladas. En otras palabras, la peritación es simplemente una sistemática y redefinida técnica de pensar que emplea herramientas, instrumentos y procedimientos especiales para obtener una solución del problema planteado. Esta delicada labor precisa del perito profundos conocimientos, gran ex-periencia, honestidad a toda prueba y una permanente actitud críti-ca. sin embargo, en tanto seres humanos no están exentos de incu-rrir en errores premetodológicos, metodológicos y/o técnicos.

los premetodológicos son de carácter subjetivo o personal, a saber: deshonestidad, dogmatismo, apatía, prejuicio, etc.; los me-todológicos resultan de evaluaciones inadecuadas o forzadas del proceso investigativo, mientras los técnicos se deben a deficiencia tanto del desempeño experimental como del muestreo.

deontoLoGía periCiaL

El perito en cualesquiera de las ramas de la criminalística debe estar atento al cumplimiento de sus deberes profesionales, ya que ciencia sin conciencia, como expresó un filósofo francés, es ruina del alma.

a mi juicio, en cumplimiento de su responsabilidad, el perito debe tener presente los siguientes deberes profesionales: ser cons-ciente de las limitaciones de su capacidad científica; ser metódico, claro y preciso en sus dictámenes; mantener actualizados sus co-nocimientos técnicos y científicos; colaborar eficazmente con las autoridades en el esclarecimiento de la verdad; dictaminar sobre cuestiones técnicas y científicas sin emitir opiniones de carácter legal; actuar con imparcialidad, acuciosidad, dedicación y pruden-cia; aplicar los métodos y las técnicas de la investigación científi-ca en la búsqueda de la verdad; fundar sus conclusiones sobre la


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verificación de los hechos; escuchar y ponderar ecuánimemente, con espíritu abierto, las objeciones metodológicas y técnicas que cuestionen sus dictámenes, y excusarse de dictaminar sólo por razones técnicas.

La aCtitud CrítiCa y La disCusión, instruMentos inteLeCtuaLes deL perito

los problemas de orden criminalístico que el perito debe resol-ver requieren determinada postura intelectual, caracterizada por una actitud crítica que sólo admite conclusiones basadas en la verificación. El propio perito procurará establecer firmemente el procedimiento general que debe seguir, el orden de las observa-ciones, experimentaciones y razonamientos. una vez establecido el camino general por recorrer, señalará los procedimientos par-ticulares o técnicas, en su mayoría de orden instrumental, que deberá aplicar para tal fin. En suma, el perito deberá proceder con todo rigor científico, teniendo siempre presente que, como toda disciplina fáctica, el verdadero criterio de la criminalística es la verificación.

asentemos que el perito químico forense, como los peritos de otras especialidades, tiene el derecho de razonar y pensar li-bremente bajo su propia responsabilidad, pero no tiene derecho a equivocarse, pues si se equivoca el error judicial es seguro, y ello resulta, las más de las veces, de su incompetencia técnica, de su falta de experiencia, de su ausencia de prudencia y de su precipitación, enemiga mortal de la investigación, dado que ésta requiere de determinados pasos y cada uno de tiempo determi-nado. Omitir pasos y acortar tiempos conduce necesariamente al error. Tengamos presente que no afecta a la seguridad jurídica el crimen impune, mas sí la vulnera en su esencia misma el castigo al inocente.

para concluir, es verdad que la justicia debe recurrir a la prue-ba pericial química o toxicológica cada vez que semejante medida pueda llevarla al descubrimiento de la verdad, pero tal decisión re-sulta beneficiosa si el perito procede, en el curso de la peritación, con ciencia, con estricto rigor metódico, con conciencia y con una permanente actitud crítica.

pongo punto final a estos conceptos mencionando tres condi-ciones que, a mi juicio, son incompatibles con la misión del peri-



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to: el orgullo que ciega, la ignorancia que no hace dudar de nada y la deshonestidad que envilece y degrada.

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