Anonimo - La Mirada 07-07

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LA ESCUCHA CREATIVA, JEAN KLEIN

cuerpo os elija, dndole la oportunidad de que os cuente completamente su historia, su pasado; y ah es cuando constatis en vosotros la costumbre de querer dirigir las sensaciones, de querer ordenarlas y analizarlas.

Vuestro cuerpo es un esquema cerebral que continuamente repets y fijis. Para que este esquema se disuelva, vuestra atencin debe estar libre de toda tensin, debe ser global, total. En un momento dado vais a encontraros en lo que est detrs de la atencin, en la luz; inmediatamente despus, la percepcin del mundo objetivo se desvanecer y entonces os estableceris conscientemente en esta tranquilidad que no es una tranquilidad mental.

La naturaleza de la mente es funcin y, por tanto, movimiento: el pensamiento, la sensacin y el sentimiento son sus elementos constituyentes. De vez en cuando, podemos estar sin pensamiento, sin sensacin, pero nuestra naturaleza verdadera, la tranquilidad, trasciende la funcin.

Esta tranquilidad la encontris primero espontneamente cada vez que un pensamiento o una percepcin se desvanecen; ms tarde la viviris incluso en presencia de pensamientos y percepciones. Permanecer tanto en la ausencia como en la presencia de objetos. Encontraris esta misma tranquilidad detrs del que suea y detrs del que duerme.

Cada pensamiento aparece y desaparece en ella. Cada vez que un pensamiento desaparece, nace la ocasin de lo sagrado. La nica finalidad del objeto es apuntar hacia lo sagrado.

Volviendo al cuerpo: debis darle la posibilidad de vaciarse totalmente de las sensaciones de atraccin y repulsin y podris hacer entonces constataciones de gran inters. No debis visualizar el cuerpo, pues en tal caso no visualizarais ms que su esqueleto material; por el contrario, debis dejar vivir slo la sensacin y entonces se liberarn las energas.

Cuando estas energas y tensiones estn completamente eliminadas, encontraris una posicin corporal totalmente relajada. Para esto debis observar todas vuestras resistencias, todas vuestras reacciones, pues continuamente estis ejerciendo resistencia. En esta observacin reside la transformacin.

P.: En la meditacin, se trata de concentrarse en el cuerpo y frenar nuestras imgenes, o tenemos, ms bien, que dejarlas marchar?

R.: El cuerpo aparece como una imagen en tu tranquilidad, pues es sta lo nico que existe. Si dejas vivir la imagen visual, no tendrs ms que una parte del esquema corporal. Abandona la imagen y deja vivir la sensacin que es, igualmente, una imagen fijada en el dinamismo de tu cerebro. La imagen visual y la imagen tctil son fijaciones.

Has adquirido la costumbre de encontrarte, de sentirte, en un cuerpo. Si tu atencin est libre de toda intencin, de todo resultado proyectado, y si dejas vivir totalmente la sensacin corporal, no hay ms complicidad con la imagen cerebral y en esta lucidez no habitada, en esta atencin, el cuerpo, es decir, la imagen, puede liberarse y encontrar otras dimensiones, otras perspectivas.

As, el cuerpo se vaca totalmente y, cuando quieres encontrarlo, ya no hay cuerpo, est completamente vacante. El cuerpo aqu no es ms que un pretexto. No es de l de lo que hablamos, sino de la atencin, de la tranquilidad que esencialmente somos. La tranquilidad es un continuum. Todo objeto aparece de una forma discontinua. El mundo aparece en nuestra imagen corporal, en nosotros. No existe nada fuera de nosotros.

P.: Cmo es posible llegar a la conviccin de que no hay nada que buscar y nada que encontrar, teniendo en cuenta que siempre hay en nosotros algo que espera encontrar? Es esto un impedimento para una comprensin real?

R.: Qu es lo que te ha llevado a buscar? Ciertamente es una incomodidad, una carencia en ti. Entonces excavas en el arsenal de tu pasado para encontrar tal situacin o tal objeto con el fin de colmar esa carencia. Tu memoria te recuerda una experiencia pasada que te ha dejado en un estado de satisfaccin y buscar, por todos los medios, repetir esa experiencia. Una vez alcanzados el objeto o la situacin deseados, es incontestable que te encuentras, durante algunos momentos, en un estado de alegra, de no-deseo; pero muy pronto este mismo objeto te deja completamente indiferente.

En esta experiencia puedes hacer dos constataciones: en primer lugar, cuando estabas en la euforia, en ese estado sin eleccin, sin deseo, el objeto, supuesta causa de tal estado, no estaba presente. En segundo lugar, puedes constatar tambin que ni la imagen ni la nocin que tienes de ti eran percibidas en dicha experiencia. Estabas ntegramente en un estado no-dual. Esto prueba que lo que deseas profundamente no puede ser alcanzado de un modo objetivo.

Tienes que hacer estas constataciones y vas a darte cuenta de que el que busca no puede buscar y encontrar lo que ya conoce. Cuando uno se da cuenta de ello, se produce una detencin. Todo despliegue de energa hacia un objetivo o resultado cesa totalmente y el que busca pierde entonces su cualidad, pues ya no proyecta ningn objetivo. Se despierta en lo encontrado, es l lo encontrado, la tranquilidad o, en otros trminos, el yo soy.

No es con el razonamiento, sino permaneciendo ntegramente en la constatacin, como se realizan en nosotros la conclusin y la comprensin. No puedes hacer nada ms que constatar. Se trata de una comprensin total, instantnea, que abarca toda tu estructura.

P.: Cmo permanecer conscientemente en esta experiencia no temporal y, a pesar de todo, hacer frente a las exigencias cotidianas, mantenindose en la meditacin permanente como plano de fondo?

R.: En la meditacin vas a darte cuenta de que eres atrado siempre por el encanto de los objetos y de que ests acostumbrado a una eleccin que ha creado en ti moldes que se repiten constantemente: fijas el objeto, lo agarras y te aferras a l. Cuando asumes esto, se produce un soltar. Sientes la atencin sin tensin, que es vacuidad intemporal e inespacial. Entonces es cuando verdaderamente vives. La percepcin vive en ti, pero t no vives en la percepcin y en un momento dado te encontrars detrs de la atencin, pero, naturalmente, de una manera no objetiva.

Esta atencin no es mental; vas a observar esta tranquilidad en ausencia de los objetos y, ms tarde, en presencia de ellos. La accin se desarrolla sin que la tranquilidad sea de ninguna forma afectada por el movimiento.

Te dars cuenta, en el transcurso del da, de que ests en el yo soy y de que luego vuelves de nuevo a asumir la posicin de la persona. Colcate entonces conscientemente en el yo soy y podrs observar que se realiza una orquestacin, una regeneracin, una armonizacin.

En la posicin del yo soy, en la tranquilidad, no hay miedo ni ansiedad. Las cosas se desarrollan segn su naturaleza. En la tranquilidad hay perfeccin. Desde este punto de vista, t eres lo divino y lo divino no tiene necesidad de perfeccionamiento.

Esta comprensin te deja, en un momento dado, en la vacuidad total, que no es el vaco, sino, al contrario, la plenitud.

P.: Uno se deja guiar, pero quin gua y cmo sabe que es guiado?

R.: Djate guiar, pero no busques al que gua. Repara solamente en que no te dejas guiar y en que continuamente te opones a la corriente con tus ideas preconcebidas. Desde el momento en que despiertas totalmente a ti mismo en esta tranquilidad, no hay ya complicidad con tus esquemas habituales. El esquema de ser una persona es el que te retiene en la memoria. En el yo soy, en la tranquilidad, la persona no existe. All, est abierto a la omniposibilidad. Lo importante es estar conscientemente en este yo soy. Todo lo dems no son, en el fondo, ms que fuegos de artificio.

ROYAUMONT

P.: Usted ha dicho que el Yoga nos hace conocer el cuerpo. No es ms importante el compromiso que la forma de yoga que se practique?

R.: Para conocer el sujeto ltimo hay que pasar por el objeto. El objeto surge del sujeto ltimo y tambin muere en l. El conocimiento pasa primero por el conocimiento de lo que se percibe, es decir, de lo que somos: nuestro cuerpo, nuestros pensamientos, nuestras emociones. Lo que somos profundamente se revelar a continuacin. Lo que en un principio hemos considerado como lo que no somos se revela finalmente como la expresin de lo que somos. Este es el camino del yoga.

Pedaggicamente, nos consideramos primero como un objeto de contemplacin. Lo que en general se llama un sujeto no es ms que un objeto percibido, un objeto que conocemos bien, con sus deseos, sus temores, etc. Se pueden utilizar diferentes formas de yoga segn los individuos, pero todas estas formas llevan al conocimiento de s mismo.

P.: Es preferible elegir una sola va, un slo maestro en el yoga?

R.: Es preferible; pero puedes comenzar con un buen profesor, aunque, ms adelante, pueda resultar insuficiente; es lo que se llama un upaguru.

P.: Qu piensa usted de los maestros, los gurs y de la relacin con los discpulos?

R.: Para el maestro no hay discpulo.

P.: Cmo explica el que haya maestros? Cul es el fenmeno que nos empuja a crear maestros?

R.: Ser un maestro no es una profesin. Se es maestro a pesar de uno mismo. Si sientes la necesidad profunda de ser, encontrars a alguien en tu camino que te mostrar la perspectiva justa. La bsqueda es, antes que nada, el deseo profundo de ser autnomo, de ser independiente del propio cuerpo, de sus emociones, pensamientos y sentimientos.

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