ANTECEDENTES SOBRE PERFIL DEL DOCENTE.docx
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ANTECEDENTES
Con miras a realizar un estudio científico y objetivo que arroje luz sobre el perfil del
docente, se visitaron varias bibliotecas nacionales, se revisaron revistas y se
consultaron diversas fuentes vía internet en las que se encontraron temas
relacionados con la investigación.
La primera investigación fue encontrada en la Biblioteca Pedro Mir de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo, sustentada por Epolonia Oncida y
otros, titulado Perfil del docente desde la perspectiva de los/as estudiantes del
Liceo Matutino Mercedes Bello, Municipio de Nigua, en el año 2004.
La investigación tuvo como objetivos: Determinar las características del perfil del
docente a partir de las opiniones de los estuditos de la educación Media de Liceo
Mercedes Bello; verificar y analizar las condiciones profesionales de los
educadores/as dominicanos y determinar las condiciones culturales y los
maestros.
Estos encontraron lo siguiente hallazgos: el perfil de los docentes debe impulsar
junto con sus estudiantes nuevas prácticas pedagógicas, dando dimensiones a su
rol como actor y propiciador de aprendizaje significativo de valores, actitudes y
práctica que conduzcan a la formación de sujetos democráticos, libres y en
capacidad de dialogar permanentemente con la realidad con el fin de poner
alternativas de cambios para una sociedad más justa y solidaria a través de una
acción teórico práctico que ofrezcan la oportunidad de mayor crecimiento personal
y profesional.
Debe mostrar calidad humana, dominar saberes y actitudes que se inscriban
dentro de un marco teórico filosófico, democrático y participativo, con una amplia
visión de futuro.
El docente debe mostrar seguridad en si mismo y estabilidad emocional. Además,
debe apreciar el trabajo como actividad dignificante y liberadora.
Una segunda investigación fue encontrado fue el presentado por Carolina
Mercedes Burgos y otros, titulado Perfil del Docente Dominicano promedio, desde
la perspectiva de diferentes sectores de la sociedad, durante el año 2003.
La tesis tuvo como propósito describir las expectativas de los religiosos católicos
sobre el maestro dominicano promedio, respecto a las características de la
dimensión pedagógica y describir las expectativas de los religiosos católicos sobre
el maestro dominicano promedio respecto a las dimensiones socio-cultural.
Estos llegaron a la conclusión que los sectores esperan que los docentes ejerzan
su rol con responsabilidad y seriedad, basado en los principios éticos y morales.
Un tercer informe encontrado fue el sustentado por Ysabel R. Herrera y otros,
titulado: Perfil del docente del Nivel Inicial. Durante el año 2005, en Santo
Domingo. La investigación perseguía describir las características del perfil del
docente del Nivel Inicial.
La investigación arrojó luz sobre lo siguiente: el docente del Nivel Inicial debe
tener buena salud física y mental; buen humor y alegría; debe ser paciente e
imparcial, critico, dinámico, creativo y democrático. Además consciente de su
especialización y conocedor del desarrollo psicológico, físico y fisiológico del
niño/a.
También, se encontró una tesis presentada por: Carmen Fior Daliza Santana
Morales, titulado: Perfil docente dominicano desde la perspectiva de los maestros
de los colegios del Distrito Educativo 15-01, de Los Alcarrizos, Municipio Santo
Domingo Oeste.
La investigación tuvo como objetivo caracterizar el docente dominicano desde
distintas perspectivas y verificar las condiciones en las que imparten docencia los
docentes del Nivel.
En el estudio mostró los siguientes hallazgos: a nivel personal, el perfil, es el
conjunto de atribuciones que ejerce la función docentes tales como: sexo, edad,
lugar de trabajo, experiencia docente y área de enseñanza. De acuerdo a los
autores, la comunicación profesional incluye la parte pedagógica, científica general
y cultural.
El quinto estudio encontrado fue el sustentado por Francisco Ventura y otros,
titulado: Perfil Docente desde la Perspectiva de los Funcionarios de la Secretaría
de Educación en el Municipio de Mao, República Dominicana, durante el período
2003.
De acuerdo a la investigación el perfil del docente debe ser competivo, con
unicidad de conocimiento, con habilidades para transmitir estos conocimientos a
los educandos.
Los profesores deben promover el trabajo en equipo con metodología que
conlleven a la creación. Estos no deben abusar de su saber para mantener el
grupo de alumnos en una situación de aprendizaje pasiva. Por último, debe
permitir que la personalidad de educando, emerja.
Se halló un monográfico sustentado por Yesenia del Carmen Ramos, y otros,
titulado: El perfil docente desde la perspectiva de los administradores, Escuela del
Distrito Educativo 07-02, 07-01 y 07-07, de la provincia Salcedo.
En esta se cita a la Enciclopedia Práctica del Docente (2002), en donde se explica
que se exige que los maestros realizan amplias tareas, actividades especializadas
y competencias especificas, y expresar que los componentes de modelo
profesional sean:
El conocimiento y la habilidad en la especalidad y competencias curriculares;
capacidad de tratar y analizar problemas y fenómenos de realidades de una
manera transcendental y la capacidad de organización y proceso de aprendizaje
en relación a los textos curriculares más amplios.
En la obra de Friga Barriga, titulada: Estrategias docentes para un aprendizaje
significativo, se afirma que “al docente se le han asignado diversos roles: el de
transmisor de conocimientos, el de animador, el de supervisor o guía del proceso
de aprendizaje, e incluso el de investigador educativo”. A lo largo del presente
trabajo el autor sostiene que la función del maestro “no puede reducirse a la
simple transmisión de la información ni a la de facilitador del aprendizaje, en el
sentido de concretarse tan sólo a arreglar un ambiente educativo enriquecido,
antes bien, el docente constituye un organizador y mediador en el encuentro del
alumno con el conocimiento. Aunque dicha mediación se caracteriza de muy
diversas formas.
El profesor es mediador entre el alumno y la cultura a través de su propio nivel
cultural, por la significación que asigna al curriculum en general y al conocimiento
que transmite en particular, y por las actitudes que tiene hacia el conocimiento o
hacia una parcela especializada del mismo. (Gimeno Sacristán, 1988; Rodrigo,
Rodriguez y Marrero, 1993, p. 243).
Continua afirmando el autor que, “en consecuencia, podemos afirmar que tanto los
significados adquieridos explícitamente durante su formación profesional, como los
usos prácticos que resultan de experiencias continuas en el aula (sobre rasgos de
los estudiantes, orientaciones metodológicas, pautas de evaluación, etc.) ,
configuran los ejes de las prácticas pedagógicas del profesor, el contexto
socioeducativo donde se desenvuelva, el proyecto curricular en el que se ubique,
las opciones pedagógicas que conozca o se le exijan, así como las condiciones
bajo las que se encuentra en la institución escolar.
Es difícil llegar a un consenso acerca de cuáles son los conocimientos y
habilidades que un “buen profesor” debe poseer, pues ello depende de la opción
teórica y pedagógica que se tome, de la visión filosófica y de los valores y fines de
la educación co los que se asuma un compromiso.
De acuerdo a Cooper (1999) se pueden identificar algunas áreas generales de
competencia docente, congruentes con la idea de que el profesor apoya al alumno
a construir el conocimiento, a crecer como persona y a ubicarse como actor crítico
de su entorno. Dichas áreas de competencia son las siguientes:
1. Conocimiento teórico suficientemente profundo y pertinente del aprendizaje, el
desarrollo y el comportamiento humano
2. Despliegue de valores y actitudes que fomenten el aprendizaje y las relaciones
genuinas.
3. Dominio de los contenidos o materias que enseña.
4. Control de estrategias de enseñanza que faciliten el aprendizaje del alumno y
lo hagan motivante.
5. Conocimiento personal práctico sobre la enseñanza.
En una línea de pensamiento similar, Gil,, Carrascosa, Furió y Martinez-
Torregrosa (1991) consideran que las actividades docentes, y los procesos
mismos de formación del profesorado, deben plantearse con la intención de
generar conocimiento didáctico o saber integrador, el cual trascienda el análisis
crítico y teórico para llegar a propuestas concretas y realizables que permitan una
trasformación positiva de la actividad docente. En su propuesta de formación para
docentes de ciencias a nivel medio, estos autores parten de la pregunta ¿Qué
conocimientos deben tener los profesores y qué deben hacer?
1. Conocer la materia que han de enseñar.
2. Conocer y cuestionar el pensamiento docente espontáneo.
3. Adquirir conocimientos sobre el aprendizaje de las ciencias.
4. Hacer una crítica fundamentada de la enseñanza habitual
5. Saber preparar actividades.
6. Saber dirigir las actividades de los alumnos.
7. Saber evaluar.
8. Utilizar la investigación e innovación en el campo.
Por lo anterior, es evidente que, tal como opina Maruny (1989) enseñar no es solo
proporcionar información, sino ayudar a aprender, y para ello el docente debe
tener un buen conocimiento de sus alumnos.
Otra obra encontrada fue de la autoria de Carlos Tunnermann, titulada Desafíos
del docente Universitario ante el Siglo XXI, aquí se afirma que: “La función central
del docente consiste en orientar y guiar la actividad mental constructiva de sus
alumnos, a quienes proporcionará una ayuda pedagógica a su competencia.” Libro
2
El docente universitario para el siglo XXI tiene que estar componetrado de que la
Universidad, como señala Philp G. Aitbach, se encuentra en el centro de la
sociedad del conocimiento, desde luego es la institución más importante dentro del
complejo proceso de creación y distribución del conocimiento. Pero también tiene
que conocer las tendencias que globalización de la economía esta imponiendo a
dicho proceso. (Carlos Tunnmerman, 2000, p. 166)
La doctora Miledys Tavárez amplia más el estudio en su conferencia ¿Perfil del docente en latinoamerica? En donde hace un recorrido por distintos países
En Argentina, su docente al concluir su formación: deberá dominar los contenidos
básicos comunes y ser capaz de contextualizarlos en su tarea docente.
Estar en condiciones de fundamentar teóricamente sus prácticas de
enseñanza enmarcadas en concepciones éticas y sociales del conocimiento,
en función de la escuela y de la educación.
Tener condiciones personales y la formación ética y técnica requerida para
establecer relaciones institucionales y personales positivas.
Ser capaz de participar, juntamente con otros docentes, en la elaboración y la
implementación del Proyecto Educativo Institucional, de acuerdo con el
contexto social particular de la escuela.
Ser capaz de analizar y de interpretar los resultados de su trabajo, de
evaluarlos y de modificarlos para mejorar la calidad de los aprendizajes.
Estar en condiciones de efectuar actividades de búsqueda, sistematización y
análisis de información de fuentes primarias, de resultados de innovaciones y
de investigaciones, así como de bibliografía actualizada sobre temas
En Colombia los docentes serán capaces de: resolver los problemas de la
educación y de la enseñanza que van a ser objeto de su intervención, las teorías
que los explican y ayudan a comprender críticamente, lo mismo que de aquellas
que le permitan entenderse a sí mismo y a sus alumnos, los saberes con los
cuales va a formar a otros y de las competencias didácticas propias del ejercicio
de su actividad formativa, las fuentes de la realidad y del criterio que
contextualizan la profesión en los ámbitos local, nacional e internacional, y un
dominio de la historia y de la lógica vinculado con la comprensión y la
construcción de teorías pedagógicas, en tanto conocimientos que fundamentan su
profesión y le otorgan identidad intelectual, los criterios y las normas que regulan
la profesión y su ejercicio ético y responsable.
En Panamá: La formación del docente panameño establece el siguiente perfil: un
educadorcapaz de preservar y enriquecer su salud física, mental y social
comprometido con los valores cívicos, éticos, morales, sociales, políticos,
económicos, religiosos y culturales, dentro de un espíritu nacionalista, con amplia
visión del universo, con sentimientos de justicia social, solidaridad humana,
vocación docente y actitud crítica, creativa y científica en el ejercicio de la
profesión.
En México deben tener: Un dominio cabal de su materia de su trabajo, por haber
logrado una autonomía profesional que le permita tomar decisiones informadas,
por comprometerse con los resultados de su acción docente, por evaluarla
críticamente, por trabajar en conjunto con sus colegas, y por manejar su propia
formación permanente. El maestro de educación básica dispondrá de las
capacidades que le permitan organizar el trabajo educativo, de diseñar y poner en
práctica estrategias y actividades didácticas con el fin de que todos sus educandos
alcancen los propósitos de la educación; de reconocer la diversidad de los niños
que forman el grupo a su cargo. Atender a su enseñanza por medio de una
variedad de estrategias didácticas que desarrollará de manera creativa.
Reconocerá la importancia de tratar con dignidad y afecto a sus alumnos;
Aprovechará los contenidos curriculares y las experiencias y conductas cotidianas
en el aula y en la escuela para promover la reflexión y el diálogo sobre asuntos
éticos y sobre problemas ambientales que disminuyen la calidad de vida de la
población; Propiciará el desarrollo moral autónomo de sus alumnos, y favorecerá
la reflexión y el análisis del grupo.
En República Dominicana:
Que sea graduado universitario con el nivel de formación inicial requerido por el
sistema, y con la capacidad de desempeñarse en el trabajo con dominio de sus
funciones, tanto pedagógicas como administrativas.
Que tenga capacidad de aprendizaje y un espíritu crítico e innovador que le
permita valorar las nuevas corrientes e incorporarlas a su práctica, con el
objetivo de hacer el mejor aporte posible a la comunidad educativa a la que
pertenece.
Que sea íntegro, capaz de servir de modelo y de ejemplo a sus alumnos y a
los que trabajan en su entorno. Que tenga capacidad de actuar con
ecuanimidad y equilibrio, que exprese su identidad con la cultura nacional, y
sensibilidad social en sus prácticas y actividades y con los seres que le
rodean.
Que sea respetuoso de su entorno y siempre comprometido con la
excelencia. Que sea un individuo capaz de integrarse a una comunidad y de
comprometerse con una visión de excelencia.
Con capacidad para examinar críticamente y para transformar su práctica
docente.
Como vemos son muchas las acciones tanto morales, científicas, de gestión y
competencias personales que debe exhibir un docente cuando se gradúa y es
colocado en su aula, pero que pasa luego con ese docente?, quien lo apoya’,
quien le ayuda?, quien lo supervisa o acompaña?, que investigaciones se hacen
para verificar dicho perfil?.
La autora continua analizando ¿Pero cuál es el Papel de la Formación?,
veamos 7 :
Por su parte Tatto (1998) sostiene que los propósitos de la formación de maestros
pueden moldear tanto las creencias de los docentes acerca de lo que resulta
apropiado en la enseñanza, como las concepciones acerca de su rol profesional.
Y Retomando a Buchman (1986), dice que las concepciones acerca del propio
papel como docente, a su vez moldean la práctica educativa. Por ello creo de
lugar que tiremos un ojo crítico a las diversas posiciones o modelos de formación
que nos han circundado en la historia.
MODELO NORMALIZADOR
El papel del profesor consiste en explicar los temas y mantener el orden en la
clase.
Rel. Alumno-docente: la autoridad absoluta del docente en relación al alumno. No
se tienen en cuenta ni los intereses ni las ideas de los alumnos: “la tábula rasa”
Evaluación: Centrada en "recordar" los contenidos transmitidos. Atiende, sobre
todo al producto. Realizada mediante exámenes.
EL PARADIGMA TECNOLOGICO
El papel del profesor consiste en la exposición y en la dirección de las actividades
de clase, además del mantenimiento del orden. No se tienen en cuenta los
intereses de los alumnos. Sus ideas previas, son consideradas como "errores" que
hay que sustituir por los conocimientos adecuados. Evaluación: Centrada en la
medición detallada de los aprendizajes.
EL PARADIGMA ACADEMICISTA
Rel. Alumno-docente: El papel del alumno consiste en la realización sistemática de
las actividades rigurosamente planificadas. El papel del profesor consiste en la
exposición y en la dirección de las 25 actividades de clase, además del
mantenimiento del orden. No se tienen en cuenta los intereses de los alumnos. El
papel del alumno es eminentemente pasivo.Evaluación: Centrada en la medición
detallada de los aprendizajes: imp. Producto. En este paradigma es donde cobra
significación el concepto “rendimiento académico”
PARADIGMA ALTERNATIVO
Rel. Alumno-docente: El papel del profesor es no directivo; coordina la dinámica
general de la clase
como líder social y afectivo. Evaluación: Centrada en las destrezas y, en parte, en
las actitudes. Atiende al proceso, aunque no de forma sistemática. Realizada
mediante la observación directa y el análisis de trabajos de alumnos (sobre todo
de grupos).
En la formación de docentes, así como en la educación sistematizada o no, desde
tiempos remotos ha influenciado siempre la ley del que domine ideológicamente la
cuestión social, política y económica y se ha decidido, a favor de mantener en la
escuela la tradición cultural y los criterios de ciencia y tecnología existentes.
Hemos visto que se ha pasado de una posición normalizadora, tecnológica a una
academicista.
En la actualidad los docentes se debaten entre cual es su rol, el de sacerdote
como fue al principio, el de un obrero o el de un profesional?. Es un problema sin
solución aun, ya que hay un problema de identidad social y laboral, como nos dice
Tudesco, (2001)., sin embargo llueven las exigencias al maestro de este tiempo,
pero sin reconocérsele, ya que se le atribuye una labor vocacional y sacrificada.
Otros autores afirman que el papel del docente debe ser:
Estima de su condición de educador
Lo primero que se desea es que el docente aprecie su propia condición como una
importante función social y asuma su ejercicio no por necesidad o porque no se
puede hacer otra cosa, sino por vocación. Lamentablemente el ejercicio de esta
profesión no goza de un alto status social y mucho menos de una adecuada
remuneración económica en nuestro medio. Pero se la puede asumir como misión,
ingrata y dura con frecuencia, pero que también tiene sus satisfacciones y
realizaciones plenificantes. Estas no suelen ser inmediatas, sino que maduran con
el correr de los años y se cosechan al ver que los esfuerzos realizados cuajan en
nuevas generaciones de hombres y mujeres bien formados, líderes benéficos de
la sociedad.
Excelencia académica y competencia profesional
Es la aplicación del antiguo adagio latino: "Nemo dat quod non habet" (Ninguno
puede dar lo que no tiene). Si se quiere trasmitir la ciencia, la cultura amplia, la
especialización, uno como docente tiene que estar imbuido de ellas. El atractivo
del prestigio personal permite influir positivamente sobre las personas de los
universitarios y servir de modelo de identificación para los futuros profesionales.
Esto implica en el docente el universo de su sólida formación profesional y abarca
el amplio abanico de sus competencias culturales y psicológicas.
Educación permanente
El docente debe actualizarse constantemente respecto de sus actitudes
personales, de los contenidos de las materias que imparte y de los métodos
pedagógicos que utiliza. Nuestra misión requiere una continua prontitud para
renovarnos y adaptarnos. Y mas cuando el cambio es tan rápido.
Capacidad para comunicar el saber y los saberes
No bastan los conocimientos ni el ser uno eminente en su profesión, o en las
ciencias, o en las técnicas de su especialización. "El mundo no necesita buenas
ideas, sino gente capaz de expresarlas" (James Keller). Todos podemos citar
nombres de técnicos muy diestros, de excelentes profesionales, investigadores
notables, verdaderos "pozos de ciencia", pero lamentablemente incapaces de
hacerse entender por un grupo de universitarios, o de influir en la formación de su
personalidad. Mucha ciencia, pero carencia para comunicarla. Tenemos que
aprender o comunicar la ciencia y la técnica, si queremos ser docentes
universitarios. Un buen profesor, moderno y actualizado, tiene que acumular
aportes invaluables de la psicología y de las ciencias pedagógicas.
Funciones del buen docente
Un buen profesor es aquel que logra desarrollar los capacidades intelectuales de
sus alumnos y formarlos científicamente. Para ello es importante una buena
ejecución de los siguientes procesos educativos: • Formar la inteligencia más que
la memoria de sus alumnos
- El cultivo de la memoria sigue siendo útil y aun a veces indispensable para
mantener a la mano muchas cosas que se necesitan para la vida práctica, para la
investigación científica o el ejercicio profesional. Dentro de ciertos límites y con las
debidas matizaciones, impuestas por la moderna psicología, conserva todavía
algún valor el viejo adagio de Cicerón: "Memoria excolendo augetur" (la memoria
se acrecienta con el ejercicio. Una memoria que jamás se ejercita difícilmente
puede rendir frutos. Sin embargo, por el exceso de memorismo y enciclopedismo
en que se cayó en anteriores épocas, hay que seguir teniendo cuidado de no caer
de nuevo en lo que Paolo Freiré llamó "la educación bancaria". Es decir, en asumir
la cabeza del alumno como si fuera una cuenta bancaria en la que el profesor
deposita información, que exigirá o su debido tiempo en forma tal vez implacable,
como puede exigir el dinero depositado en su cuenta corriente. No podemos
además olvidar que, con las innovaciones tecnológicas en informática, nuestros
alumnos tienen cada día más fácil acceso a bancos de datos y redes que les
suministran casi todo el material de información que necesiten para sus tareas,
análisis y trabajos de investigación. Hay menos necesidad de recargarles su
propia memoria biológica. Hay que insistirles en que se metan ya a detectar y
bajar información de los grandes "sites" del actual Word Wide Web, cada día más
a su alcance.
- Junto con los conocimientos, las informaciones y las técnicas (que siempre
conservan su importancia), el buen profesor trata de formar el intelecto del
estudiante. En otras palabras, busca la manera de fomentar la capacidad de
raciocinio del estudiante, estimular sus capacidades críticas para juzgar los
hechos, teorías, argumentos, doctrinas, personajes, sistemas.
Todo esto se puede lograr sin necesidad de formar mentalidades escépticas o
agnósticas, ni mucho menos personalidades cínicas, inclinadas a repetir con
autosuficiencia aquella frase de Pi1atos:"Y qué es la verdad?".
El buen docente fomenta en su alumno el espíritu investigativo, el hábito de la
lectura, la capacidad de crítica sana, objetiva y madura; 1os hábitos de trabajo
intelectual, la motivación para seguir estudiando y aprendiendo durante toda la
vida, no por obtener una buena nota y aprobar un curso, sino para acrecentar los
propios conocimientos, para ser una persona mas competente y por lo mismo más
útil a 1a sociedad.
Pero para formar estas cualidades en los universitarios, el profesor tiene que
poseerlas; tiene que servir para ellos de modelo de identificación. George Harvey,
entrenador de basquet de Brooklyn, dijo a sus jugadores que tenían que leer un
libro cada semana si querían permanecer en el equipo. Uno de los jugadores
afirmaba más tarde: "George hizo que muchos de nosotros fuéramos a la
universidad". Ojalá que nosotros los profesores universitarios supiéramos
estimular el ansia de leer, de aprender y de investigar, como lo hizo este sencillo
entrenador de baloncesto.