ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

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ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO Instituciones para la gestión del agua: vernáculas, alegales e informales Jacinta Palerm Viqueira Tomás Martínez Saldaña editores ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO Palerm Viqueira, Martínez Saldaña. Editores. En la Antología se presentan estudios de caso sobre la administración del agua. La presencia, la preferencia social y la resiliencia de organizaciones de base para el gobierno y la operación de sistemas de riego y de sistemas de abasto de agua para uso doméstico. La sinergia y el desfase entre los marcos jurídicos y las capacidades de auto-organización comunitarias y multi-comunitarias. La gobernanza del agua se considera un asunto urgente y esencial en el país, sin embargo las propuestas de diseños organizativos han prestado poca o nula atención a las capacidades organizativas de los usuarios y han ignorado la exis- tencia de organizaciones de base eficaces. En el texto se argumenta que incorporar la realidad y experiencia de las auto- organizaciones a la legislación nacional, permitiría una gobernanza del agua más eficaz. Se argumenta que, a pesar de la ausencia de sinergia entre capacidades de auto-organización y legislación, las organizaciones de base han sido asom- brosamente resilientes.

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ANTOLOGÍA SOBRE RIEGOInstituciones para la gestión del agua:

vernáculas, alegales e informales

Jacinta Palerm ViqueiraTomás Martínez Saldaña

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En la Antología se presentan estudios de caso sobre la administración del agua. La presencia, la preferencia social y la resiliencia de organizaciones de base para el gobierno y la operación de sistemas de riego y de sistemas de abasto de agua para uso doméstico. La sinergia y el desfase entre los marcos jurídicos y las capacidades de auto-organización comunitarias y multi-comunitarias.

La gobernanza del agua se considera un asunto urgente y esencial en el país, sin embargo las propuestas de diseños organizativos han prestado poca o nula atención a las capacidades organizativas de los usuarios y han ignorado la exis-tencia de organizaciones de base eficaces.

En el texto se argumenta que incorporar la realidad y experiencia de las auto-organizaciones a la legislación nacional, permitiría una gobernanza del agua más eficaz. Se argumenta que, a pesar de la ausencia de sinergia entre capacidades de auto-organización y legislación, las organizaciones de base han sido asom-brosamente resilientes.

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Instituciones para la gestión del agua: vernáculas, alegales e informales

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Instituciones para la gestión del agua: vernáculas, alegales e informales

Jacinta Palerm ViqueiraTomás Martínez Saldaña

editores

COLEGIO DE POSTGRADUADOS

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Título de la obra:Antología sobre riego:Instituciones para la gestión del agua: vernáculas, alegales e informales

© Jacinta Palerm Viqueira© Tomás Martínez SaldañaEditores© 1a Edición, 2013

Edición original publicada por:D. R. © 2013, Colegio de PostgraduadosCarretera México-Texcoco Km. 36.5Montecillo, Texcoco56230, Estado de México

Biblioteca Básica de Agricultura:Colegio de PostgraduadosEditorial del Colegio de PostgraduadosUniversidad Autónoma ChapingoInstituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y PecuariasInstituto Interamericano de Cooperación para la AgriculturaGrupo Mundi-Prensa

ISBN: 978-607-715-141-8

© Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción, total oparcial de este libro ni el almacenamiento en un sistema informático, ni latransmisión de cualquier forma o cualquier medio, electrónico, mecánico,fotocopia, registro u otros medios sin el permiso previo y por escrito de lostitulares del copyright.

Impreso en MéxicoPRINTING ARTS MEXICO, S. de R. L. de C. V.Calle 14 no. 2430, Zona IndustrialGuadalajara, Jalisco, México. C.P. 44940Fax: 3810 5567www.tegrafik.com

Tiraje: 1000 ejemplares.

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Índice

PrólogoJosé A. Rivera

PresentaciónTomás Martínez

Introducción: Capacidades de auto-organización de los regantes y legislaciónJacinta Palerm Viqueira

I. Organizaciones autogestivas en los distritos de riego: el caso del módulo II (Nazas) del Distrito de Riego 017Carlos Cháirez Araiza, Jacinta Palerm Viqueira

II. Organizaciones autogestivas en los distritos de riego: el caso del módulo III (San Jacinto) del Distrito de Riego 017Carlos Cháirez Araiza, Jacinta Palerm Viqueira

III. Tradición hidráulica en el módulo de riego Valle de SantiagoBenito Rodríguez Haros

IV. Salvatierra, Distrito de Riego 011 Alto LermaBenito Rodríguez Haros, J. Trinidad Hernández Palmerín, Carla María Pérez Hurtada

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V. El sistema de riego Tepetitlán (México): mejoras en la distribución del agua a partir de la transferenciaAcela Montes de Oca Hernández, María Cristina Chávez-Mejía, Jacinta Palerm Viqueira

VI. Los reservorios secundarios (jagüeyes) en el siste-ma de riego Tepetitlán: el control localAcela Montes de Oca Hernández, Jacinta Palerm Viqueira

VII. Movilizaciones en época de estiaje en el Distrito de Riego 003 TulaGuadalupe Venado, Jacinta Palerm Viqueira

VIII. Junta de Aguas del río Tejalpa y sus afluentesNoé Antonio Aguirre González, Roberto Montes Hernández, Jacinta Palerm Viqueira

IX. La Cañada de Huamuxtitlán: estructuras organiza-tivas para la distribución del aguaAmérica Rodríguez Herrera, Berenise Hernández Rodríguez, Lidia Santos, Jacinta Palerm Viqueira

X. El riego por mangueras en ladera: los ejidos de Me-tepec, MorelosAnabel González Pérez, Maligé Guzmán Puente, Jacinta Palerm Viqueira

XI. ¿Continuidad o Ruptura? El sistema de riego del río Cuautitlán, Estado de MéxicoIsrael Sandré Osorio

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XII. La administración de sistemas de abasto de agua para uso doméstico en la región de los volcanes: el pa-pel de las comunidadesSara López, Tomás Martínez Saldaña, Jacinta Palerm Viqueira

XIII. Mujeres, agua potable y organización comunita-ria. Un estudio comparativo en la Sierra Mazateca de OaxacaAlejandrina García Dávila, Verónica Vázquez García

XIV. Las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada. Una breve revisión documentalRosa Josefina Bárcenas Argüello, Jacinta Palerm Viqueira

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Los casos presentados en esta Antología confirman que, a pesar de los cambios en el ambiente legal, político y regulatorio, así como de las implacables fuerzas de la modernización y de las tendencias de control por el Estado burocrático, el auto-gobierno como sistema de administración del agua persiste —lo que es una hazaña asombrosa. Una observación paralela es que nosotros, como científicos so-ciales, continuamos estudiándolos, tal y como debemos hacerlo. Pues muchos de nosotros estamos intrigados por las asociaciones de regantes que se auto-organi-zan y auto-gobiernan, que desarrollan sus propias reglas y otros contratos sociales por los que se rige la comuna de regantes, y que, también, al ser amenazados por fuerzas externas, se movilizan para defender sus derechos y tradiciones. En estos tiempos de recesiones económicas es especialmente útil estudiar organizaciones autogestivas que operan al margen del Estado, y que sirven como instituciones mo-delo de autosuficiencia. Debemos también evaluar un conjunto de otras presiones sobre el uso de los recursos naturales, tales como el crecimiento demográfico y la urbanización, la variabilidad climática, el cambio tecnológico, la globalización, los efectos de los mercados y una mayor demanda de agua por todos los sectores de la sociedad. ¿Puede la auto-gestión de los sistemas de riego adaptarse satisfactoria-

Prólogo

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mente a estas condiciones cambiantes, o habrá un punto de inflexión en el que son susceptibles al colapso?

Los sistemas de riego auto-gobernados en México, tal como otros sistemas ad-ministrados por pequeños agricultores alrededor del mundo, enfrentan creciente-mente retos a su integridad institucional y funcional. Estas instituciones y organi-zaciones de regantes pueden ser desestabilizadas de varias maneras:

1. En el sentido técnico: El sistema de flujo por gravedad del riego por ace-quias requiere una cantidad mínima de carga hidráulica para empujar el agua a través de toda la red de distribución (el canal general o acequia madre y laterales). La extracción de grandes cantidades de agua, ya sea del río o del canal mismo, por ejemplo, podrían reducir la carga hidráulica, especialmente durante periodos de bajo flujo como bajo condiciones de sequía. Sin agua en la bocatoma, los incentivos para la acción colectiva están en riesgo.

2. En el sentido de la administración: Una administración adecuada y equita-tiva de la acequia requiere que se mantenga completa. Como miembros de un sistema de propiedad común, los regantes comparten equitativamente los costos y beneficios de administrar el sistema. Esto también incluye la responsabilidad por la conservación, mantenimiento, reparación y limpieza anual de la propiedad común: la estructura de derivación, las compuertas, drenes, así como la red misma, la acequia madre y laterales. Cuando el sis-tema pierde parte de esta capacidad humana, la carga debe ser traslada a los regantes restantes.

3. En el sentido económico: La obligación principal del sistema es entregar agua a los campos de los agricultores con el fin de hacer crecer los cultivos, ya sea para auto-consumo, trueque o venta a mercados externos. La dis-tribución del agua a los campos crea un paisaje del agua, o un paisaje de trabajo que en sí produce servicios ecosistémicos como un bien social, pero también provee directamente a los regantes beneficios críticos económicos e ingresos. Si los rendimientos económicos declinan o desaparecen, la capa-cidad del colectivo para pagar por la operación y mantenimiento amenaza la viabilidad financiera del sistema.

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11PRÓLOGO

4. En el sentido político: Como sistemas de auto-gobierno, la funcionalidad de la acequia también depende de la participación constante y activa de to-dos los regantes; la pérdida de membresía puede erosionar la capacidad de estas democracias para establecer normas comunes, hacer decisiones ope-racionales, elegir autoridades, monitorear el cumplimiento, y llevar a cabo una supervisión adecuada de los asuntos de la acequia. Es también un cri-terio importante a considerar el reconocimiento –o su ausencia– por par-te de las agencias gubernamentales, por la legislación y las normativas. A menudo, bajo la apariencia de “reforma”, los cambios en las leyes usurpan la autoridad de los regantes sobre sus sistemas de riego a pesar de sus rei-vindicaciones históricas a la autonomía o a sus derechos de agua históricos.

En conjunto, estos factores pueden fusionarse, agravando la inestabilidad del sistema. Investigaciones sobre sistemas de propiedad común demuestran que los apropiadores de recursos naturales requieren un nivel mínimo de garantías de que su empresa de acción colectiva continuará funcionando como se diseñó original-mente, es decir, que sus derechos, privilegios y beneficios se mantendrán intactos en el futuro. Si se introducen cambios externos, o a veces internos, que amenacen estos acuerdos institucionales básicos, o si los costos son mayores que los recursos obtenidos, entonces sus incentivos para seguir invirtiendo en la empresa disminu-yen y todo el sistema puede desestabilizarse (Yang Tang, 1992). Los derechos de uso común a menudo proporcionan a los sistemas tradicionales cohesión social y una forma estable de administración del recurso que, a su vez, promueve una adap-tación eficiente a la cambiante disponibilidad de los recursos, pero la combinación de crecimiento demográfico, cambio tecnológico, cambio climático y políticas pú-blicas pueden y han desestabilizado a muchas instituciones de propiedad común existentes en el mundo (Runge, 1992).

¿Cómo puede el auto-gobierno contrarrestar estas y otras fuerzas potenciales de desestabilización? ¿Cuáles son los cimientos de estas organizaciones autogesti-vas, y cómo pueden fortalecerse en tiempos de perturbaciones del sistema natural o turbulencias en el entorno jurídico-político? Para analizar estas preguntas, con-sideremos los trabajos de Ostrom y Maass. Según Ostrom (1992), un sistema per-durable de propiedad común es uno que ha estado en funcionamiento por varias

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generaciones, que establece límites claramente definidos, y que confecciona reglas para la apropiación y provisión del recurso adaptadas a las condiciones locales. En consonancia con los principios de diseño de Ostrom, los regantes modifican las re-glas de operación según las características específicas de su entorno y, cuando en-frentan una turbulencia inesperada, echan mano de un reservorio de adaptaciones pasadas y determinan cómo resolver los nuevos problemas que se presentan. En trabajos más recientes, Ostrom modificó sus principios de diseño para desarrollar un marco de trabajo que analiza las interacciones humano-ambientales como com-plejos sistemas socio-ecológicos con atributos de gobernanza que pueden afectar y ser afectados por los contextos, de mayor o menor escala, socioeconómicos, políti-cos y ecológicos en los que están inmersos (Ostrom, 2007; Cox, 2010).

Según Maass (1978), el riego reduce la incertidumbre en un entorno de otra manera inhóspito, pero requiere que los agricultores mantengan un alto nivel de organización y auto-disciplina en sus procedimientos para distribuir una cantidad limitada de agua y para resolver conflictos sobre el desarrollo de suministros adicio-nales. ¿Cómo se organizan y cómo actúan los regantes colectivamente para controlar sus propios destinos como agricultores? ¿Las asociaciones de regantes operan bajo reglas de participación popular, control local y autoridad discrecional, y qué tanto se adhieren a los principios de justicia, equidad, y procedimientos para una ordena-da resolución de conflictos? Los sistemas de riego gestionados por agricultores que cumplen con los criterios establecidos por Maass son más propensos a perdurar, y las organizaciones exitosas se auto-renovarán cuando confronten amenazas a su solidaridad. Las perturbaciones y otros golpes al sistema colectivo a menudo abren oportunidades para renovar o reorganizarse en una nueva trayectoria, un elemento clave de capacidad adaptiva que se aprende a través de múltiples generaciones de memoria social sobre la institución (Folke, 2006).

Ultimadamente, lo que parece importar más en la cuestión sobre qué tan ro-busto es el sistema consiste en la capacidad de la organización de auto-gobierno no sólo para adaptarse al cambio, sino también para amoldar el cambio a un futuro más deseable, por rutas de desarrollo que son sostenibles (Folke, 2006). Los casos en esta Antología señalan terreno fértil que nosotros, como científicos sociales, podemos seguir investigando más realizar análisis a mayor profundidad, especial-mente en colaboración con otras disciplinas de las ciencias físicas y naturales, y en

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13PRÓLOGO

proyectos de investigación donde las asociaciones de usuarios del agua sean nues-tros colaboradores y co-investigadores. Los ensayos de los estudios de caso sobre sistemas auto-gobernados reunidos en este libro sugieren una serie de factores de resiliencia que podemos analizar no sólo para construir conocimiento, sino tam-bién para estimular el desarrollo de políticas públicas y legislación favorable a los sistemas de riego auto-gobernados:

1. La cultura de ayuda mutua2. Reglas de gobernanza3. Control local y autoridad sobre la toma de decisiones4. La capacidad adaptiva para recuperarse5. El poder y la solidaridad de la asociación

La supervivencia humana depende más de estrategias cooperativas de unión mu-tua que en los mezquinos intereses de los individuos motivados por la ganancia privada. A la resiliencia de los sistemas de riego auto-gobernados han contribuido muchos factores, pero el concepto de ayuda mutua recíproca es uno de los funda-mentos esenciales de la cohesión social. Los principios de mutualidad están inte-grados en las reglas para compartir y para la distribución equitativa del agua en un sistema rotativo de turnos. Los resultados de investigaciones de estudios de caso internacionales han concluido que los sistemas de gestión son más eficaces cuando las reglas de gobierno son diseñadas y se hacen cumplir por los mismos usuarios, y no impuestas por una remota burocracia. Cuando se compara con la adminis-tración por el Estado, el auto-gobierno tiende a ser más eficiente porque puede modificar las reglas de operación para adaptarse a las condiciones específicas del entorno social y físico, así como para responder a las contingencias en situaciones de cambio rápido (Yan Tang, 1992).

El control local y la autoridad discrecional en el gobierno son elementos cla-ves en la resiliencia del sistema, pues estas organizaciones de auto-gobierno son instituciones locales que aprenden a desarrollar la capacidad para responder a la retroalimentación ambiental más rápido que las agencias centralizadas. Al estar in situ las instituciones de autogobierno están físicamente más cerca de los recur-sos, y hay un mayor peso de “aprender haciendo”, aprendizaje que se acumula en

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la memoria colectiva de conocimiento ecológico práctico (Davidson-Hunt y Ber-kes, 2002). A su vez, la capacidad adaptiva de responder al cambio se ve reforzada por la memoria institucional de aprendizaje social y ecológico, esta memoria es un componente del capital cultural que ayuda con la recuperación y renovación cuan-do se producen eventos de crisis, debidos a los mercados externos, fallos en los re-cursos, nueva legislación, o políticas gubernamentales deficientes (Folke, Colding y Berkes, 2002).

En sus muchas décadas de estudiar el significado cultural de paisajes hidráu-licos ancestrales alrededor del mundo, Glick (2006) aboga por la preservación de huertas, oasis, pólderes y chinampas como artefactos humanos que han sido pro-veedores estables de alimentos. Según el análisis de Glick, los sistemas agrícolas tradicionales son intensivos en conocimiento y el conocimiento del funcionamien-to del sistema en su conjunto lo detenta el colectivo de los regantes, particularmen-te en lo que se refiere a micro regiones distintivas: suelos, condiciones climáticas, cultivos, y los requerimientos de agua para todos los nichos adecuados para la agri-cultura. La mutualidad de los regantes deriva de los valores implícitos en las reglas de operación para la distribución del agua, esto es la equidad, la justicia y el control local (Glick 2006).

En el contexto global, el poder de la asociación es una enseñanza a compartir por todas las culturas, como una estrategia de supervivencia equitativa, adaptable y perdurable. La diversidad cultural es en sí misma un recurso global, al igual que las instituciones de base que proporcionan recursos vitales bajo normas de ayuda mutua y en concordancia con las costumbres, creencias y valores locales que son importantes para el bien colectivo. Para los legisladores y los organismos que di-señan las políticas públicas, un sabio curso de acción sería el de reconocer, validar e incorporar el capital social de las culturas tradicionales. El auto-gobierno de los sistemas de riego no siempre es exitoso, pero estudios de caso de todo el mundo han demostrado que los regímenes jurídico-políticos que son más hospitalarios con las iniciativas locales es más probable que tengan como resultado organizacio-nes locales de auto-gobierno más efectivas (Yan Tang, 1992).

Se debe presionar, especialmente a los gobiernos, a desarrollar programas de asistencia legal, técnica y financiera para apoyar en lugar de debilitar a las institu-ciones locales. Los proyectos de mejora de la infraestructura de riego deben incluir

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los costos de participación por las asociaciones de usuarios del agua afectadas. Los financiadores de investigaciones deben presupuestar los costos de la participación de los regantes junto con otros gastos de la investigación. Para mejorar la cantidad y calidad de la participación local, las agencias públicas deben desarrollar progra-mas de fortalecimiento de las capacidades en colaboración con las asociaciones de regantes y sus autoridades, incluyendo las alianzas entre sistemas. La sinergia de estas relaciones horizontales probablemente se sumará a la capacidad de las organizaciones de regantes para movilizarse a favor del desarrollo de leyes y de políticas con una perspectiva “desde abajo” y no “desde arriba”.

José A. RiveraUniversity of New Mexico

Agradecimientos. A Guiomar Palerm por la traducción del inglés.

Referencias

Cox, Michael 2010 Exploring the Dynamics of Social-Ecological Systems: The Case of the Taos Valley Acequias. Tesis doctorado, School of Public and Environmental Affairs, Indiana University.

Davidson-Hunt, Iain J. y Fikret Berkes 2002 “Nature and society through the lens of resilience: Toward a human-in-ecosystem perspective.” In Navigating Social-Ecological Systems, Fikret Berkes, Johan Colding, y Carl Folke, eds. West Nyack, NY: Cambridge University Press, pp. 53-82.

Folke, Carl 2006 “Resilience: The emergence of a perspective for social-ecological systems analysis.” Global Environmental Change 16: 253-267.

Folke, Carl, Johan Colding, y Fikret Berkes 2002 “Synthesis: Building resilience and adaptive capacity in social-ecological systems.” In Navigating Social-Ecological Systems, Fikret Berkes, Johan Colding, y Carl Folke, eds. West Nyack, NY: Cambridge University Press, pp. 352-387.

Glick, Thomas F. 2006 “Historical Status and Cultural Meaning of Historic Hydraulic Landscapes: Oases”, ponencia presentada en el Primer Congreso Internacional sobre Oasis y Turismo Sostenible, Elche, España.

Maass, Arthur, y Raymond L. Anderson [1978] 1986 … and the Desert Shall Rejoice: Conflict, Growth and Justice in Arid Environments. Malabar, FL: Robert E. Krieger Publishing Co., pp. 1-10, 366-376.

Ostrom, Elinor 1992 Crafting Institutions for Self-Governing Irrigation Systems. San Francisco: Institute for Contemporary Studies, pp. 67-79.

Ostrom, Elinor 2007 “A diagnostic approach for going beyond panaceas” Proceedings of the National Academy of Science 104 (39): 15181-15187.

Runge, Ford C. 1992 “Common property and collective action in economic development.” In Making the Commons Work: Theory, Practice, and Policy, Daniel W. Bromley, ed. San Francisco: Institute for Contemporary Studies, pp.17-39.

Yan Tang, Shui 1992 Institutions and Collective Action: Self-Governance in Irrigation. San Francisco: Institute for Contemporary Studies, pp. 22, 129-131, 136.

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El pequeño riego es un logro tecnológico de la antigüedad que ha llegado hasta nuestros días. Está presente en todas las sociedades; algunas de ellas le deben su origen y su organización. Se entiende por pequeño riego la infraestructura y la ca-pacidad autogestiva de una familia o una pequeña comunidad de campesinos para llevar agua a las tierras labrantías y así producir alimentos. Normalmente el peque-ño riego implica una organización siempre presente que ata a un número deter-minado de productores organizados en sistemas de manejo de agua y autogestión administrativa de derechos y responsabilidades con el fin de que éste se mantenga de manera permanente.

El estudiar el pequeño riego es trascendente ya que la mitad de las cosechas del mundo se cultivan gracias a él: el arroz, el trigo, la cebada, el maíz son producidos por manos campesinas y productores rurales. Ni los grandes centros cerealeros en Estados Unidos o Europa, que alcanzan altísimos niveles de producción, de inver-sión y subsidio, compiten con los pequeños centros productores de todo el mundo en calidad y en resiliencia, sin contar con apoyos. En México la mitad del riego nacional se desarrolla gracias a los pequeños usuarios; la otra mitad es lo que se llama la gran irrigación, subvencionada por el Estado mexicano.

Presentación

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El libro que aquí se presenta es precisamente un aporte en este sentido. Des-pués de años de trabajo se logra conjuntar una serie de trabajos de campo, de infor-mes y de estudios que dan cuenta del proceso actual del pequeño riego en México. El recuento es directo, pesado, sin concesiones; se ve lo que existe, se presenta lo que se registró, virtudes de la investigación que permiten al lector acercarse al fe-nómeno del pequeño riego con cierta seguridad de acercarse y valorar por uno mis-mo lo que está sucediendo en la mitad del agro irrigado de México, precisamente el agro de la pequeña irrigación. A pesar de ser una muestra mínima a nivel nacional, los estudios de caso presentados en estas páginas nos aportan una imagen general compleja pero ilustrativa a nivel regional.

El común denominador que vemos en los estudios, incluido el sucinto ejercicio introductorio, lo constituye la comunidad, el estado y la descripción de los siste-mas hidráulicos en pequeña escala, es decir, los regadíos en manos de pequeños usuarios. La lectura general del texto nos conduce a señalar como primer concepto básico a la comunidad, comprendida dentro de la estructura social donde se ubica el sistema de riego, sus usuarios, sus autoridades, sus relaciones de derecho con-suetudinario que facilitan su manejo y sobrevivencia. Otro común denominador que aparece caso por caso es la complejidad agraria de los sistemas agrícolas, es decir, las múltiples formas de organización que no registra el derecho agrario. Los sistemas sociales que surgen del pequeño riego –aun cuando sea difícil limitarlos, registrarlos y orientarlos hacia objetivos de política nacional –requieren de lega-lidad y legitimidad que sólo pueden ser derivadas del derecho. Este libro nos da muestra fehaciente de ello.

Si calificáramos este proceso social de manejo comunitario de los sistemas de pequeño riego en términos de economía de energía diríamos que estamos delante de sistemas resilientes, o sea sistemas que tienen capacidad de sobrevivir, reprodu-cirse y continuar creciendo. El manejo del agua en forma comunitaria, no sólo en su conducción, sino en su captación y entrega, contribuye a estos fines. A final de cuentas es la organización autogestiva de la comunidad el motor de ésta y el riego, el inicio societario de la formación de su estructura social.

A la interrogante de qué tanta autoridad y capacidad regulatoria tiene la comu-nidad, se enfocan algunos de los artículos de este libro, que trata de dar respuestas de manera etnográfica. También responde a cuestionamientos tales como cuál es

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19PRESENTACIÓN

el papel del Estado como regulador del riego, qué indicadores deberían utilizarse para medir la eficiencia de la entrega del agua y si el Estado está cumpliendo su papel en esta importante función social. El valorar su papel es trascendente hoy en día porque el uso del agua en manos de intereses que buscan únicamente la espe-culación del capital ha resultado catastrófico, no sólo en el pequeño riego ni sólo en los países agrarios. Aún en los países desarrollados se ha abandonado la idea de privatizar el manejo del agua, haciendo caso omiso de la promoción de las institu-ciones monetarias internacionales en este sentido.

Las voces de los estudiosos aquí reunidos se unen a otras voces autorizadas en otras partes del mundo en la visión de la necesidad de analizar este tema y propo-ner soluciones a los problemas derivados de la irrigación y de su papel en la bús-queda de un planeta más sustentable.

Tomás Martínez SaldañaColegio de Postgraduados

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Esta Antología aborda casos en los cuales los usuarios se auto-gobiernan y que, además de gobernarse a si mismos, se ocupan también de la operación, es decir prescinden de contratar personal especializado.

En la primera parte de la Introducción presentamos el marco analítico: la dis-cusión sobre el impacto del regadío en la organización social, los límites a la au-togestión sin personal especializado y la importancia de un marco jurídico ade-cuado para estimular la autogestión. Se justifica el interés de explorar en el caso de México el impacto de un marco jurídico cambiante sobre las organizaciones de auto-gobierno.

En la segunda parte de la Introducción presentamos el análisis de los resul-tados de la investigación de casos. Mientras la expectativa era de imposibilidad o dificultades de gestión en ausencia de un respaldo jurídico a la organización, lo que muestra el análisis es la resiliencia de las organizaciones.

En la tercera parte de la Introducción presentamos una sinopsis de los estudios de caso compilados en esta Antología entrelazando legislación, políticas públicas y los estudios de caso realizados. Se hace referencia también a la dinámica y meto-dología utilizada por el equipo de investigación.

Introducción:

Capacidades de auto-organización de los regantes y legislación

Jacinta Palerm Viqueira

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CAPACIDADES DE AUTO-ORGANIZACION Y LEGISLACIÓN

Los estudios sobre organización social y riego proponen que hay una respuesta o contra-parte organizativa a la infraestructura hidráulica. Aunque los autores difie-ren sobre la respuesta social a la práctica de la agricultura de riego, coinciden en que hay consecuencias institucionales. El debate sobre la respuesta social al regadío opuso la necesidad de un Estado administrador (para la gran irrigación) a la capaci-dad de los regantes de contar con instituciones cohesivas, democráticas y capaces de negociar con el Estado (Wittfogel, 1957; Maass et al, 1976; Glick, 1970; Hunt, 1988).

En paralelo, se incorporó a la discusión la problemática específica de requeri-mientos distintos para la administración o, más visiblemente, para la operación de los pequeños y grandes sistemas de riego1. Los grandes sistemas, aun cuando se caractericen por contar con auto-gobierno2, requieren de personal contratado es-pecializado (de una burocracia o tecnocracia) (Mabry, 1996; Worster, 1985; Vaid-yanathan, 1985; Palerm, 2000, 2006). Por lo tanto es conveniente una tipología de la auto-gestión, como burocrática y no-burocrática.

Adicionalmente se ha explorado cómo diseños de la estructura de administra-ción y gobierno basados en niveles organizativos enlazados atenúan los requeri-mientos burocráticos aun en grandes sistemas de riego o en redes hidráulicas, el caso de Bali y el caso de España son paradigmáticos. Cada nivel desde el barrio o la comunidad hasta la cuenca tiene su propia organización, la cual participa y se enlaza con otra organización. Por ejemplo, en el caso de la acequia real del Júcar en España, un nivel organizativo reúne a 20 pueblos que conforman la comuni-dad de regantes (35,000 regantes y 20,000 hectáreas) y se enlaza con otro nivel organizativo: el sindicato que reúne a las acequias hermanas (6 acequias y 45,000 hectáreas), y, finalmente, se enlaza con el nivel organizativo llamado confedera-ción hidrográfica, que es también administrador de las presas de almacenamiento,

1 Sobre el concepto de sistema de riego ver Hunt (1988), que define sistema desde la toma de una fuente natural, lo que excluye presas de almacenamiento, coordinación a nivel de río y enlace entre sistemas por aguas de drenaje. Para estos otros casos se utiliza el término red hidráulica (Cressier, 1995; Palerm y Martínez, 1997). Sobre tamaño del sistema, definido como superficie regada: pequeño (menor a 5,000 ha.), mediano (5,000 a 20,000 hectáreas) y grande (mayor a 20,000 hectáreas) ver Palerm (2006, 2009).2 El auto-gobierno de grandes sistemas con tenencia de la tierra minifundista está todavía por demostrarse.

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23INTRODUCCIÓN: CapaCIDaDes De aUTO-ORgaNIzaCIÓN De lOs RegaNTes y legIslaCIÓN

nivel que ya corresponde a la administración por el Estado (Pimentel Equihua et al, 2009; para Bali ver Lansing, 1991). Este diseño se contrapone a aquel donde el gobierno de todo el espacio hidráulico se centraliza y se recurre a personal orga-nizado jerárquicamente en cadena de mando para la operación (Palerm, 2009b).

La caracterización del tipo de administración: burocrática y no-burocrática, retoma la discusión sobre el regadío como generador de burocracias y de jerar-quías o, en contraparte, la capacidad de la gente común de construir y administrar estructuras complejas (Erickson, 2006). Los límites impuestos por el tamaño y número de usuarios del sistema de riego están por establecerse, no obstante hay casos empíricos que rebasan los tamaños que se consideran pequeños (Palerm, 2006; Mabry, 2000).

Sin embargo, estas perspectivas, aunque demuestran la capacidad autogestiva de los regantes, con sus variaciones debidas al tamaño de los sistemas, número de usuarios y a los diseños de la estructura de administración y gobierno, no explican la variación entre regiones mundiales de la presencia de autogestión o de adminis-tración por el Estado para sistemas de riego comparables.

Para abordar la variación entre regiones mundiales, Sengupta (2002) propone que la existencia de legislación estable y consistente a largo plazo que otorga un marco jurídico a las organizaciones de regantes favorece su existencia y fortale-za; mientras que su ausencia favorece la debilidad, inexistencia e invisibilidad de las organizaciones de regantes. La comparación que realiza entre el caso de Japón, Filipinas y la India es muy sugerente. Mientras en Japón y Filipinas hay reconoci-miento legal de las organizaciones de regantes, en la India hay un muy limitado y muy reciente reconocimiento; en acorde con el planteamiento realizado: Japón y Filipinas cuentan con organizaciones de regantes, pero la India carece de organi-zaciones de regantes excepto la organización no-oficial a nivel de comunidad.

Bajo la perspectiva de que la capacidad de los regantes de auto-administrarse y de negociar con el Estado estaría muy vinculada a marcos jurídicos favorables a la existencia de organizaciones de regantes, se analizó el caso español. Se encontró (Giménez y Palerm, 2007) que desde las leyes de aguas de 1866 y 1879, en Espa-ña ha existido un reconocimiento jurídico como “comunidades de regantes”, y que, anteriormente y desde la reconquista, hubo reconocimiento jurídico, en forma in-dividualizada, para las organizaciones de regantes existentes. El análisis de otras

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regiones mundiales (provincia de Mendoza, Chile, Perú y México) arroja resultados similares a la propuesta de Sengupta (Palerm, 2010a). La importancia del respaldo legal a las organizaciones existentes también es abordada de manera muy sugerente para los pequeños regadíos de la región andina (Boelens, 2003; Boelens et al, 2005).

Cualquier marco jurídico, sin embargo, no es condición suficiente para promo-ver y consolidar la organización autogestiva. En el caso del Perú, por ejemplo, a principios del siglo XX se retomó la propuesta legislativa española, sin embargo la implementación provocó alzamientos campesinos; lo que, a su vez, llevó a revertir la legislación (Palerm, 2010a).

Los marcos jurídicos basados en la “tradición” de autogestión parecen ser es-pecialmente exitosos. En el caso de España la legislación de fines del siglo XIX se basó en el caso empírico de la huerta de Valencia. La legislación, además de pro-poner lineamientos basados en el caso de la huerta de Valencia, indicó que se daba reconocimiento formal a cualquier organización preexistente. En el caso de Chile, el modelo que se sigue para la legislación nacional estuvo basado en los ordena-mientos o normativa de la Sociedad del Maipo; caso que también sirvió de ejemplo empírico a seguir en el siglo XIX cuando se produce la gran expansión del regadío en Chile. En el caso del Japón, la ley del río de 1896 complementa, pero no sustitu-ye a las organizaciones tradicionales (Sengupta, 2002; Sarker, 2012).

Las organizaciones autogestivas tradicionales, a su vez y con anterioridad a las legislaciones nacionales, se sustentaron o crearon o recurrieron a marcos legales ad hoc, es decir para sistemas específicos, tal es el caso, ya mencionado, de España. En este mismo sentido, el caso de Holanda es especialmente ilustrativo, ya que las instituciones de diques y drenajes se desarrollaron a la par que la sociedad medie-val de los Países Bajos (Palerm, 2010b).

La fortaleza o debilidad legal de las organizaciones de regantes es especialmen-te visible ante uno de los procesos que inhibe a las organizaciones de regantes: la expansión de la administración por el Estado. Sengupta (1993), dejando de lado la discusión sobre la respuesta social a la práctica de la agricultura de riego, propone que mientras en los pequeños regadíos dispersos es más difícil y costoso que el Es-tado coopte la administración de los sistemas de riego, en los grandes regadíos es más fácil para el Estado poner en marcha una administración burocrática. Esto es, en la terminología de Mitchell (1975:533-534), la decisión social de centralización.

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25INTRODUCCIÓN: CapaCIDaDes De aUTO-ORgaNIzaCIÓN De lOs RegaNTes y legIslaCIÓN

En diversas regiones del mundo (India, Marruecos, Perú) se señalan como cau-sas de erosión y desaparición de las organizaciones tradicionales su substitución por una administración burocrática debido a la expansión de la administración por el Estado, coincidente o no con la incorporación de los regadíos tradicionales en proyectos modernos de regadío (Sengupta, 1993, Groenfeldt, 2004; Oré, 2005-a, 2005-b; Palerm, 2009a).

La capacidad de las organizaciones de regantes para negociar exitosamente con el Estado constructor de gran obra hidráulica que argumenta Maass (1976), en debate con la hipótesis hidráulica de Wittfogel (1957), está basado en casos que pertenecen a regiones mundiales (Estados Unidos y España) en que ha habido una legislación es-table y consistente para otorgar un marco jurídico a las organizaciones de regantes.

Es decir, aunque viejas o antiguas organizaciones autogestivas de regantes se correlacionan con instituciones fuertes, capaces de negociar con el Estado, susten-tables en el tiempo, con una buena gestión del agua (Maass, 1976; Ostrom, 1990), estas características no parecen depender únicamente de la capacidad de los re-gantes, sino también de una legislación nacional consistente en el largo plazo que otorga un marco jurídico estable a las organizaciones. En breve, una legislación nacional favorable y la capacidad de auto-organización hacen sinergia logrando consolidar instituciones. En los trabajos de Ostrom (1990), aunque se prioriza la capacidad de auto-organización, entre los principios de diseño para organizaciones autogestivas señala como un 7º principio, un mínimo reconocimiento de los dere-chos de organización por parte del Estado.

En el libro más reciente de Boelens et al (2011: 86 y ss) se aborda no solo la importancia del reconocimiento legal sino también la capacidad de defensa o de acción, que proponen como un 10º principio de diseño. Ello es pertinente debi-do a que los cambios más recientes en la legislación mexicana –y de otras partes del mundo– sobre aguas, así como sobre las comunidades (ejidos y comunidades agrarias) beneficiarias del reparto agrario, reflejan las políticas neoliberales: indi-vidualización de los derechos de agua, compra-venta y renta de derechos de agua, implantación de modelos empresariales (burocráticos o profesionalizantes) para la administración (Ruf, 2011; Boelens et al, 2011; Murillo, 2012: 83-85, 89-100, 102-107). En la acequias de Nuevo México, se tiene el desarrollo de organizaciones en defensa de las acequias hispanas tradicionales (Rivera, 1998; Rodriguez, 2006).

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26 AntologíA sobre riego

En caso de que efectivamente exista una fuerte sinergia entre las capacidades auto-organizativas de los regantes y la legislación, existe también una gran res-ponsabilidad de los estados nacionales dado que la legislación emitida es clave para consolidar y fortalecer las organizaciones de regantes. La discusión y puesta a prueba de esta propuesta no es solo interesante para el debate teórico, sino tam-bién para las políticas públicas nacionales. Los estados nacionales y los organismos internacionales, cuando menos en el discurso, consideran indispensable una bue-na gestión del agua.

El caso de MéxicoEn México no se reconoce antigüedad o historia a las instituciones de regantes: las instituciones de regantes, en el lenguaje oficial, se limitan a módulos, esto es, tra-mos de los Distritos de Riego transferidos a Asociaciones de Usuarios en la década de 1990; y a unidades de riego, cuya nomenclatura data de la legislación de aguas de 1992, aunque tiene el antecedente de las llamadas URDERALES (Unidades de Riego para el Desarrollo Rural), que data a su vez de legislación de 1972. Las orga-nizaciones de regantes reportadas en el Registro Público de Derechos de Agua (RE-PDA), instituido en 1992, son, sobre el papel, entes ahistóricos3 (Garduño, 2001, 2005a, 2005b; Garduño et al, 2003). No obstante, México es un país con presencia de regadío desde la época prehispánica, con construcción de infraestructura hi-dráulica en el periodo novohispano y decimonónico, así como una muy importante expansión durante el siglo XX4 –cabe preguntarse dónde están las instituciones de regantes de alcurnia o cuando menos las del arco temporal que va de principios del siglo XX a principios del siglo XXI.

En acorde con la propuesta de la influencia del marco jurídico sobre la fortaleza de instituciones de regantes, miramos hacia la legislación. Al dar seguimiento a la legislación sobre instituciones de regantes, para sopesar su continuidad, encontra-mos que la legislación –federal—inicia a fines del siglo XIX, precisamente en un

3 El REPDA responde, aparentemente, a la regularización de concesiones: “... it was estimated there were about 300,000 water users by 1992 and only about 2,000 water use concessions were issued between 1917 and 1992 ...” (Garduño, 2001); adicionalmente no hay señalamiento de concesiones previas a 1917. El REPDA, se señala en la Agenda del Agua, tampoco es un registro confiable de usua-rios y de extracciones del agua (Aboites et al, 2008).4 De 2,000,000 de hectáreas antes de la Revolución mexicana, según Tamayo (1958: 66, 67 y 82), a los 6,000,000 de hectáreas que actualmente se reportan (Palerm, 2005).

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proceso que se ha llamado de federalización de las aguas al pasar los asuntos de agua del nivel estatal al federal (Aboites, 1998). Con la Ley de Irrigación de 1926 nacen los Distritos de Riego y los reportes oficiales minuciosos sobre Distritos, así como la parquedad en los reportes sobre las superficies de riego fuera de los Dis-tritos. De hecho, el agregado de superficie regada fuera de los Distritos sorprendió (Escobedo, 1997a; Palerm y Martínez, 1997).

A la federalización de las aguas, se añade otra ruptura, sin duda de mucho ma-yor impacto, producida por el reparto agrario5, que transformó la tenencia de la tie-rra y el acceso al agua de riego al pasar los derechos a los beneficiarios del reparto agrario; los sistemas de riego que abastecían a unos pocos usuarios empezaron a abastecer a multitud de campesinos regantes. Hay entonces un antes y después de la federalización de las aguas y del reparto agrario.

Se evidencia también, en el curso del siglo XX, una expansión de la ad-ministración por el Estado y la supresión de organizaciones de regantes en el marco de los Distritos de Riego (Palerm, 2005). Hay organizaciones, oficiales, de regantes (asociación de regantes y junta de aguas) en –algunos– Distritos de Riego, hasta que en 1972 la administración de los Distritos pasa a ser atribu-to exclusivo de la federación (Rodríguez et al, 2007; Palerm, 2009a). En 1992 inicia la transferencia a los usuarios de tramos (llamados módulos de riego) de los Distritos de Riego, aunque el Estado federal conserva la administración de la obra de cabecera.

En el arco temporal del siglo XX y principios del XXI, hay un marco jurídico cambiante y confuso para las organizaciones de regantes. (Palerm, 2005; Palerm y Rodríguez, 2005, 2008). Fuera de los Distritos de Riego, las nomenclaturas ofi-ciales principales para las organizaciones de regantes son juntas de aguas –desde 1930 hasta 1992, urderales (unidades de riego para el desarrollo rural) –desde 1972 hasta 1992, y unidades de riego –a partir de 1992. La documentación sobre las organizaciones de regantes está dispersa entre el Archivo Histórico del Agua (AHA), el grupo documental dotación y accesión de aguas del Archivo General Agrario (AGA) y los expedientes sobre urderales en SAGARPA.

5 Desde la ley agraria pre-constitucional de 1915, y se cierra con las modificaciones al artículo 27 constitucional en 1992. El reparto agrario se concentra en el periodo del presidente L. Cárdenas (1934-1940).

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28 AntologíA sobre riego

Esta breve panorámica de los cambios en la legislación sobre agua en el curso del siglo XX debe complementarse con los cambios en la legislación agraria dado que esta última estaba por encima de la legislación sobre aguas desde 1915 (con la ley agraria pre-constitucional) hasta 1992 (Palerm, 2009c).

PROYECTO Y ANÁLISIS DE LOS ESTUDIOS DE CASO

Para dar respuesta a la pregunta planteada en el proyecto “Juntas de aguas, uni-dades de riego y otras organizaciones de regantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades autogestivas de los regantes” financiado por CONACyT, se dio seguimiento, en casos concretos, a la operacionalización de la legislación acerca de las instituciones para la gestión del agua de riego en el arco temporal de principios del siglo XX a principios del siglo XXI.

En el Cuadro núm. 1 presentamos un concentrado de estudios de caso (de este proyecto y otros) en los que se documenta la situación organizativa en el arco temporal de principios del siglo XX a principios del siglo XXI. Los casos han sido seleccionados para mostrar la diversidad de la operacionalización de la legislación, ya que no parece posible afirmar que exista algún estilo de opera-cionalización sistemática. Son en total 19 casos que corresponden a sistemas o redes hidráulicas con varios sistemas que utilizan aguas superficiales o bien a es-pacios hidráulicos bajo una sola administración, de diversas regiones de México: Coahuila, Chihuahua, Guanajuato, Michoacán, Estado de México, Hidalgo, Mo-relos, Puebla, Guerrero; tanto de Distritos, como de no-Distritos de Riego, y que, en conjunto, corresponden a una superficie regada de unas 85,000 hectáreas.

En el cuadro num. 1 se presentan los diversos niveles organizativos existentes en cada caso, desde el nivel de comunidad (aunque también existen niveles organi-zativos más pequeños que la comunidad, por campos, por barrios o por sectores), hasta uno o dos niveles organizativos multicomunitarios. Se hace la distinción en el cuadro entre organizaciones multicomunitarios oficiales y aquellas no-oficiales, informales, alegales o vernáculas. En la presentación que sigue los números entre corchetes corresponden a los casos en el cuadro num. 1.

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29INTRODUCCIÓN: CapaCIDaDes De aUTO-ORgaNIzaCIÓN De lOs RegaNTes y legIslaCIÓN

Análisis de los casos: El nivel multicomunitarioLa presencia del Estado: número de intervenciones –nivel multicomunitarioEn algunos espacios de regadío, la presencia del gobierno en los asuntos de agua de riego se limitó al reparto agrario, como en el caso del valle Coeneo Huaniqueo [12] o, como en el caso de La Cañada [11], donde la intervención del gobierno en asuntos de agua, adicional a aquella del reparto agrario, tuvo lugar en fechas muy recientes. La ausencia de intervenciones por parte del gobierno para implantar una institución u organización de regantes, no impidió un desarrollo organizativo mul-ticomunitario, que se expresa en acuerdos horizontales entre las comunidades.

En otros espacios de regadío, ha habido dos y hasta tres intervenciones por parte del gobierno para introducir una nueva institución. A continuación diversas modalidades encontradas.

En un conjunto de casos una institución de auto-gobierno ha sido reemplaza-da por otra como resultado de esas intervenciones, para gestionar exactamente el mismo espacio hidráulico multicomunitario, por ejemplo en el caso del Cuautitlán [1], de junta de aguas pasó a urderal y luego a unidad de riego; en los casos de El Cubo [4] y del canal Tenango [9] de junta de aguas pasaron a unidad de riego; y, en el caso de San Juan Teotihuacan [8], de junta de aguas pasó a urderal.

En otro conjunto de casos, la nueva institución de auto-gobierno (urderal y unidad de riego) no se hizo operativa a nivel multicomunitario, sino a nivel co-munitario; por ejemplo: urderal en los casos Nexapa [2] y Pilantitla [3], y uni-dad de riego en el caso Tejalpa [5]. La ausencia de reemplazo de la institución multicomunitaria (junta de aguas) en los casos del Nexapa [2] y Pilantitla [3] no tuvo mayor impacto, ya que en la legislación se mantiene el reconocimiento a las juntas de aguas hasta 1992. A partir de 1992, no tenemos información sobre el caso Pilantitla [3]; en el caso del Nexapa [2] hay apreciaciones divergentes, una de ellas indica que recibe un tratamiento especial por parte del gobierno, al darlo de alta como Distrito de Riego con la finalidad de ser sujeto a recibir apoyos para rehabilitación pero sin afectar los usos y costumbres organizativos –según in-formación de un funcionario de la Comisión Nacional del Agua (Rendón, 2005), otra indica que hubo modificaciones o propuestas de modificación de la organi-zación vernácula (Gómez Carpinteiro, 2005).

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30 AntologíA sobre riego

La introducción o reemplazo de una institución de auto-gobierno por otra, en la mayor parte de los casos, no parece haber causado más problemas que los trá-mites. Sin embargo, hay un caso, el del Tejalpa [5], en el cual no hay continuidad formal de una institución multicomunitaria, toda vez que la junta de aguas exis-tente no se reemplaza a partir de 1992 por una unidad de riego. Cabe señalar que hubo intervención gubernamental a partir de 1992, pero la intervención consiste en el establecimiento de unidades de riego en algunas comunidades, remplazando la estructura del ejido dedicada a los asuntos del agua.

La operacionalización de la introducción de urderales y unidades de riego se hizo, aparentemente, bajo criterios distintos. La diferencia de criterio es significati-va ya que implica un vacío de gestión a nivel multicomunitario, cuando la introduc-ción de nuevas instituciones se realiza a nivel comunitario, sin prever la situación multicomunitaria –como en el caso del Tejalpa [5]. No tenemos evidencia de qué tan generalizada es esta situación6.

La substitución, a nivel multicomunitario, de una institución ya existente por otra (junta de aguas, urderal, unidad de riego), sin que ello modifique las capacida-des locales de gestión, parece ser un excesivo gasto de dineros públicos.

Finalmente, en otro conjunto de casos, también referido al nivel multicomuni-tario, se substituye una institución de auto-gobierno (junta de aguas) por otra bu-rocrática-gubernamental, es decir: la inclusión del espacio hidráulico en un Distri-to de Riego. Siguiendo la línea de tiempo, unas décadas después, se conforma una nueva institución de auto-gobierno (módulo de riego). En unos casos la anterior junta de aguas y el actual módulo de riego gestionan exactamente el mismo espa-cio hidráulico, estos son los casos de valle de Juárez [14], Cuautla [16] y Valle de Santiago [18]. En otros casos la anterior junta de aguas y el actual módulo de riego gestionan espacios hidráulicos distintos, estos son los casos del Nazas [6] y [7].

La supresión, por decreto, de instituciones multicomunitariasEn ciertos casos la intervención del gobierno se enfocó a la supresión de institu-ciones multicomunitarias de auto-gobierno. Por ejemplo, en el caso de Valle de

6 La diferencia entre número de urderales y número de juntas de aguas, hace sospechar que este proceso fue frecuente. Otra explicación es el registro, como urderales, de multitud de pozos y de pe-queños aprovechamientos de uso comunitario no contemplados en las juntas de aguas; así como la expansión misma de la frontera de la agricultura de riego en el curso del siglo XX:

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Santiago [18] se suprimió, por decreto de 1938, una institución que databa de 1611. También en el caso del Cuautla se suprimió la junta de agua, por decreto de 1953; y las juntas de aguas en el Nazas [6] y [7], por decreto de 1962.

Otro caso en que se suprime la junta de aguas es en Valle de Juárez [14], espa-cio hidráulico que contaba con una institución de antiguo arraigo, donde, al igual que en Valle de Santiago [18], no hubo ruptura por cambio de usuarios en el marco del reparto agrario. Es decir, la supresión no es imputable a la incapacidad de los nuevos usuarios, beneficiarios del reparto agrario.

La auto-gestión multicomunitaria no-oficial La legislación y la intervención del gobierno federal prevén la formación de insti-tuciones, es decir el conjunto del espacio hidráulico administrado tiene una mesa o comité directivo. Pero hay otro arreglo multicomunitario que consiste en acuerdos horizontales entre comunidades. Este arreglo es llamativo ya que evita la forma-ción de una institución. Es un arreglo típico de la época colonial y del siglo XIX en México, aunque para otras regiones del mundo parece ser atípico (Lipsett-Rivera, 1999; Palerm, 2010a). En México, en el siglo XX y XXI, se presenta en lo no-oficial.

En el contexto de ausencia de presencia gubernamental para implantar institu-ciones multicomunitarias, ya mencionamos los casos del valle de Coeneo-Huani-queo [11] y de La Cañada [12], que se caracterizan por acuerdos horizontales entre comunidades. Los acuerdos de estos casos datan, hasta donde sabemos, desde el reparto agrario, tienen entonces unos 70 u 80 años de existencia.

En espacios donde supuestamente la distribución del agua se había centraliza-do en el aparato burocrático del Distrito de Riego, se encuentran también acuerdos horizontales, como son los casos del Nazas [6] y [7]. Aun después de la transfe-rencia han mantenido estos arreglos horizontales, abandonarlos significaría una centralización de la distribución del agua en el módulo de riego. En los casos del Nazas [6] y [7] la informalidad o el carácter no-oficial de los arreglos organizativos ha durado 50 años (desde 1962).

En otros casos, también de Distritos de Riego, como en el Tepetitlán [13] y el Cuautla [16], ha habido un desarrollo de acuerdos horizontales entre comunidades a partir de la transferencia. La efervescencia organizativa de base se ha dado a partir de las comunidades, poniéndose en contacto comunidades que comparten

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32 AntologíA sobre riego

canales para resolver problemas de distribución del agua. Estos procesos se han dado al margen o a pesar de la organización formal del módulo de riego (espacio hidráulico transferido del Distrito).

En otros casos más, también de Distritos de Riego, con resistencia a la expan-sión de la operación por la burocracia-gubernamental, como en el caso de Valle de Juárez [14], se conservó la institución de junta de aguas. Formalmente, en 1972 se suprimen las organizaciones de auto-gobierno en los Distritos; de tal manera que la resistencia abarcó desde 1972 hasta la transferencia, es decir 20 años7.

Es interesante que haya tanto conservación de viejas organizaciones, como creación de nuevas organizaciones. Es decir, por un lado, hay resistencia o con-servación de espacios de operación por los mismos usuarios en espacios hidráu-licos donde hubo una expansión de la operación burocrática-gubernamental. Por otro, al desaparecer la administración centralizada del Distrito, ha habido un proceso de efervescencia organizativa y expansión de la operación por los mismos usuarios.

En otros casos más, las instituciones oficiales existentes de auto-gobierno crea-ron un nuevo nivel organizativo, un caso, del Nexapa [2], conjunta unas 8,000 hec-táreas, el otro, del Cuautitlán [1], unas 9,000 hectáreas. Ambos casos se caracteri-zan por tener tenencia de la tierra minifundista. En el caso del Nexapa [2] el nuevo nivel organizativo data de principios de la década de 1960, el caso del Cuautitlán [1] data de principios de la década de 1970. Es decir 47 y 37 años de existencia en lo no-oficial.

Finalmente, hay formas organizativas que tienen que ver, no con la operación o la distribución del agua, sino con la negociación de volúmenes de agua en fechas determinadas, tal el caso de las movilizaciones por compuerta y por canal general del módulo Tepatepec [15].

Balance organizaciones multicomunitariasLa observación de la operacionalización de la legislación sobre las organizaciones para la gestión del agua de riego, en el arco temporal de principios del siglo XX a principios del siglo XXI, nos debía permitir abordar la pregunta planteada en la

7 En Valle de Juárez, en el periodo del estudio de caso, estaban todavía negociando las condiciones de la supuesta transferencia.

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33INTRODUCCIÓN: CapaCIDaDes De aUTO-ORgaNIzaCIÓN De lOs RegaNTes y legIslaCIÓN

propuesta de investigación: el impacto de los cambios o discontinuidades en la legislación sobre la capacidad de auto-gestión.

La perspectiva desde únicamente lo oficial, o desde lo realmente existente, es distinta. En primer lugar presentamos el balance de lo oficial, para enseguida hacer el balance integrando lo no-oficial. El balance de lo oficial muestra un deterioro, pero menor al que inicialmente habíamos supuesto.

En el siglo XX, debido a los cambios de legislación y a cómo se hacen operati-vos, hay afectación a las instituciones oficiales de auto-gobierno multicomunita-rias. La afectación está directamente relacionada con la expansión de la adminis-tración por el Estado, por ejemplo los casos del Nazas [6] y [7], el caso de valle de Juárez [14], del Cuautla [16], de Valle de Santiago [18] –lo que era un fenómeno ya esperado (Palerm, 2009a).

En el siglo XX, debido a los experimentos con tipos de instituciones multico-munitarias de auto-gobierno, hay reemplazos entre juntas de aguas, urderales y unidades de riego. La afectación fue mucho más limitada de que lo que habíamos esperado, parece limitarse a trámites burocráticos. No obstante, hay un caso, del Tejalpa [5], de pérdida del nivel multicomunitario oficial por omisión de segui-miento gubernamental; en 1992 se conforman unidades de riego en los ejidos y se pasa por alto la actualización, conforme a legislación vigente, de la organización multicomunitaria, con lo cual oficialmente desparece.

En segundo lugar presentamos el balance, incorporando la organización no-oficial. El balance muestra el siguiente panorama:

persistencia de organizaciones multicomunitarias de auto-gestión a pesar de su desaparición oficial y supuesta substitución por expansión de la adminis-tración por la burocracia-gubernamental; esto es casos Nazas [6] y [7], valle de Juárez [14], valle de Santiago [18];

persistencia de organizaciones multicomunitarias de auto-gestión a pesar de su desaparición oficial; esto es caso Tejalpa [5];

creación de nuevas organizaciones multicomunitarias de auto-gestión: arreglos organizativos de acuerdos horizontales, al margen de lo oficial; esto es casos Nexapa [2], La Cañada [11], Valle de Coeneo-Huaniqueo [12], Tepetitlán [13], Cuautla [16];

creación de nuevos niveles organizativos multicomunitarios de auto-gestión

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34 AntologíA sobre riego

que abarcan espacios hidráulicos relativamente amplios (cerca de 10,000 hectáreas) y con multitud de usuarios (tenencia de la tierra minifundista) al margen de lo oficial; esto es Cuautitlán [1] y Nexapa [2];

creación de organizaciones para negociar el agua; esto es Tepatepec [15].

En el balance realizado destaca la persistencia y creación de organizaciones multicomunitarias no-oficiales. En el conjunto de casos (cuadro núm. 1) la orga-nización multicomunitaria existente es mucho mayor que aquella que corresponde únicamente a lo oficial.

El gobierno federal actuó promoviendo y suprimiendo instituciones multico-munitarias para la administración de aguas de riego en el curso del siglo XX y lo que va del XXI. Sin embargo, la creación de organizaciones multicomunitarias no se limitó a la promoción por el gobierno. Los regantes, al margen de lo oficial, tam-bién participaron; no solo en la creación de instituciones multicomunitarias, sino también en la resistencia a su supresión.

Desde la perspectiva de las políticas del gobierno federal, el balance señala un dispendio de las capacidades de auto-gestión de los regantes, y un excesivo gasto en duplicar la misma organización sin que ello modifique las capacidades locales o mejore la gestión del agua. Los experimentos en tipos de instituciones de auto-go-bierno, así como el experimento de gestión por una burocracia gubernamental, han sido costosos.

En relación a la propuesta evaluada8, desde la perspectiva de lo visible, de lo oficial, puede sostenerse. Desde la perspectiva de lo invisible, de lo no-oficial, se encuentra una gran resiliencia de las organizaciones multicomunitarias, así como una efervescencia organizativa. A pesar de la ausencia de sinergia9 entre capacidades organizativas y legislación, hay una persistencia y creación de orga-nizaciones. Es posible que, en otras regiones del mundo, al igual que en el caso de México o, más bien, al igual que en esta selección de casos, el problema esté en la visibilización de las organizaciones multicomunitarias existentes, más que en su inexistencia.

8 Esto es, la existencia de legislación estable y consistente a largo plazo que otorga un marco jurídico a las organizaciones de regantes favorece su existencia y fortaleza, mientras que su ausencia favorece la debilidad, inexistencia e invisibilidad de las organizaciones de regantes. 9 Posiblemente, en lugar de ausencia de sinergia, habría que decir pobreza de sinergia.

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35INTRODUCCIÓN: CapaCIDaDes De aUTO-ORgaNIzaCIÓN De lOs RegaNTes y legIslaCIÓN

Análisis de los casos: El nivel de la comunidad La importancia del nivel organizativo comunitarioLa comunidad organizada con funciones de operación o distribución del agua10 parece jugar un papel central en dinamizar los arreglos multicomunitarios basa-dos en acuerdos horizontales, como en los casos de La Cañada [11] y valle de Coe-neo-Huaniqueo [12], así como el Nazas [6] y [7]. Las comunidades están detrás de la construcción del tercer nivel organizativo en el Cuautitlán [1] y en el Nexapa [2], además las comunidades están detrás de la persistencia de la organización multi-comunitaria para el sistema del Cuautitlán [1], una organización que tiene conti-nuidad desde la época prehispánica. En el caso de Tepetitlán [13] la importancia de las comunidades como unidades organizativas que distribuyen el agua al interior de cada comunidad y que dinamizan el sistema en su conjunto es evidente.

No obstante, cabe señalar que no en todos los casos la comunidad tiene un lugar central. En Valle de Juárez [14] y en Valle de Santiago [18], donde los re-gantes son propietarios privados medianos, la comunidad no parece ser un com-ponente central. En otro caso, el módulo Tepatepec [15], la compuerta y el tramo de canal son nodos organizativos, pero no lo son las comunidades; ello debido a que los vecinos de una comunidad no coinciden en compuerta e, incluso, en canal general. La organización sigue las necesidades de operación y mantenimiento de la infraestructura. Así, por ejemplo, también el caso de riego por mangueras [17] los grupos se limitan a los socios que comparten la misma manguera y olla de agua en la comunidad.

A pesar de estas excepciones, es evidente en el conjunto de casos la prevalencia de un nivel organizativo comunitario con funciones de distribución del agua; así como la contribución del nivel comunitario a la construcción de acuerdos horizon-tales y de niveles organizativos multicomunitarios. Es motivo de reflexión el que la dinamización de los niveles multicomunitarios parece muy vinculada a las comu-nidades organizadas, de tal manera que contar con el nivel organizativo comunita-rio parece un componente importante para construir un nivel multicomunitario o

10 En los Distritos también se encuentra participación de la comunidad organizada en manteni-miento de los canales generales multicomunitarios. La participación en mantenimiento no necesa-riamente va en paralelo con la participación en la distribución. Sin embargo los datos con los que contamos sobre la participación en el mantenimiento son más incompletos que aquellos sobre la distribución.

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36 AntologíA sobre riego

acuerdos horizontales entre comunidades, es decir construir organizaciones para administrar espacios hidráulicos más amplios.

El papel de la comunidad obliga a considerar la situación jurídica del nivel co-munitario, bajo el supuesto de que la fragilización o resiliencia puede impactar la construcción de organizaciones que administran espacios hidráulicos más amplios. Conviene reflexionar, en la línea del equipo de trabajo de Boelens que las comu-nidades, a su vez, dependen de la conservación de los derechos de agua (Boelens, 2003; Boelens et al, 2005, 2011). Los cambios en la legislación, a partir de 1992, tales como la individualización de los derechos de agua, así como la renta y com-pra-venta de derechos de agua fragilizan la situación jurídica de la comunidad y la capacidad de defensa de los derechos de agua.

Otra vertiente a considerar, es aquella referida específicamente a la persisten-cia o desaparición de la operación o distribución a nivel comunitario, considerando que la existencia misma de la comunidad organizada está estrechamente vinculada a su actividad de gestión (Wade, 1988; Agarwal et al, 1997, 2001; Palerm, 2009d). Cabe entonces considerar el impacto, posiblemente negativo, de la centralización de la administración debido a la supresión formal y efectiva de la administración a nivel de comunidad, como ocurrió en algunos Distritos y como parece ser el esque-ma en los módulos. La ausencia de un nivel de operación comunitario, o de algún equivalente local, posiblemente obliga a un modelo de gestión más burocrático, es decir con personal técnico contratado organizado jerárquicamente en cadena de mando (Palerm, 2000, 2006).

La presencia del Estado: número de intervenciones –nivel comunitarioLas comunidades de Mesoamérica pueden rastrearse hasta la época prehispánica, las comunidades de raíces mesoamericanas en el norte de México pueden rastrearse a la expansión o diáspora tlaxcalteca durante la colonia. La figura jurídica, durante la co-lonia, consistió en la llamada república, con bienes corporados y su propio gobierno.

Las leyes de desamortización, que prohibieron la propiedad corporada, fueron un duro golpe para las comunidades. El reparto agrario de la primera mitad del siglo XX restaura en gran medida a las repúblicas de indios, con propiedad corpo-rada y gobierno propio. Las nuevas formas de tenencia de la tierra son los ejidos y

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las comunidades agrarias (esta última corresponde a tenencia de la tierra de bienes comunales en virtud de la acción agraria de restitución).

Aunque en el análisis de la organizaciones multicomunitarias de riego se ha planteado la discontinuidad por el reparto agrario, cabría otro análisis que consiste en explorar la continuidad del nivel organizativo de la comunidad, con derechos de agua en contracción durante la segunda mitad del XIX y recuperados con el reparto agrario, para nuevamente entrar en un periodo de erosión con las políticas neoli-berales. Estos cambios han ido en paralelo a la situación jurídica de la comunidad.

La legislación agraria, hasta 1992, señala que los usuarios de riego del ejido o de la comunidad agraria deben nombrar un juez o comisionado de aguas para la distribución interna. En el curso del siglo XX, las intervenciones gubernamentales en el nivel comunitario, en el caso de los ejidos, han consistido en desplazar for-malmente la autoridad del ejido sobre el agua de riego. No obstante, la comunidad o los regantes de la comunidad han conservado la operación o distribución interior del agua. Es el caso de la conformación de urderales, que reúne a los regantes del ejido (González Luna, 1997); por ejemplo en el caso del Nexapa [2]. En otros casos, se reporta una organización a nivel de ejido que no está sujeta a las autoridades ejidales, es el caso del Cuautitlán [1] y, posiblemente también es el caso del canal Tenango [9]. También se han constituido unidades de riego a nivel de ejido, des-plazando a las autoridades ejidales de los asuntos del agua de riego, como en el caso del Tejalpa [5].

En todos estos casos parece estar reemplazándose una institución comunitaria para administrar el agua por otra (ejido, urderal, unidad de riego o algún otro tipo de asociación), pero sin que ello modifique las capacidades locales de gestión, lo que parece ser un excesivo gasto de dineros públicos.

Sin embargo en los Distritos de Riego y, más recientemente, en los módulos, no hay evidencia de intervenciones para reemplazo de instituciones a nivel comunita-rio. Posiblemente debido a que supuestamente la administración está centralizada en el Distrito o en el módulo.

Aparte de los ejidos y comunidades agrarias, no tenemos documentado para el siglo XX cuál es la situación organizativa formal de las comunidades con mini-fundio de propiedad privada, lo que fueron las aguas de los pueblos en el XIX y aguas de las repúblicas en la época colonial (Bárcenas et al, en esta Antología).

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38 AntologíA sobre riego

Otra vertiente organizativa de las comunidades, gira en torno a la legislación para comunidades indias (Avila, 2008). Para una discusión sobre el marco jurídico para el gobierno de las comunidades: el cuarto nivel de gobierno, es muy intere-sante el planteamiento de Olmedo (1995, 1999). No obstante, en la actualidad, la tendencia de la legislación es, aparentemente, la de desaparecer el nivel de gobierno comunitario.

La comunidad: un nivel organizativo y con funciones de operaciónMás que el reemplazo de instituciones formales comunitarias (o de su existencia formal), cabe destacar la alta frecuencia de un nivel organizativo comunitario que se ocupa de administrar el agua a nivel comunitario. En el caso de las juntas de aguas, hay un reconocimiento formal del nivel comunitario en la legislación. Sin embargo, en los casos de las urderales y unidades de riego multicomunita-rias no se ha hecho el seguimiento jurídico sobre el ámbito de competencia de la comunidad. En el caso del Cuautitlán [1], con urderal multicomunitaria, hay un reconocimiento del nivel comunitario; así como en los casos del Cuautitlán [1] y del Tenango [9] con unidades de riego multicomunitarias; pero en caso de El Cubo [4], con unidad de riego multicomunitaria, aparentemente se ha limitado el papel de las comunidades.

En los Distritos de Riego, la expansión de la administración por la burocracia gubernamental suprimió, en unos casos, a las juntas de agua pero no necesaria-mente suprimió el ámbito de competencia del ejido para hacerse cargo de la distri-bución del agua al interior de los ejidos. Por ejemplo, en los casos de Tepetitlán [13] y del Cuautla [16] se conservó la distribución interna por los ejidos, no obstante que la tendencia de la gerencia del Distrito fue la de suprimir, o tratar de suprimir, la operación por la misma comunidad.

En otros casos, también en Distritos, se suprimió formalmente el nivel multi-comunitario de las juntas, y, al parecer, también se propuso suprimir, o intentar suprimir, la distribución interior por los ejidos; sin embargo en los casos [6] y [7] del Distrito de Riego 017, se conservó, de hecho, la distribución interior, así como la distribución multicomunitaria.

A partir de la transferencia, en el módulo del Cuautla [16] y en los módulos de la parte alta del Nazas [6] y [7] se ha conservado la distribución interior; al igual

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que en el caso de Tepetitlán [13] 11. La gestión por la comunidad, no obstante la transferencia, parece caer en el ámbito de lo informal.

En el módulo Tepatepec [15] se tiene, desde antes de la transferencia, un cierta participación limitada a nivel compuerta con el nombramiento, por los usuarios de compuerta, de un zanjero. El nivel de compuerta, quizá promovido por el Distrito, carece de marco jurídico formal.

La comunidad: un nivel organizativo y con funciones de operación ¿oficial o informal?Los ejidos y comunidades agrarias comprendidos en juntas de aguas, como ya señalamos, tenían formalmente su propio ámbito de competencia. Sin embargo, para el caso del nivel comunitario en los Distritos de Riego, no se ha hecho el se-guimiento jurídico de la competencia del ejido (y de la comunidad agraria) para administrar, al interior, sus aguas. Tampoco se ha hecho el seguimiento jurídico de la competencia del ejido para los casos de las urderales y las unidades de riego multicomunitarias. El problema es saber qué legislación debe aplicarse.

En la legislación de aguas, a partir de 1992, se prevé una sola institución (mó-dulo o unidad de riego) a la que se le extiende el título de concesión y la que es responsable de operar en todo el espacio hidráulico; de tal manera que, aparente-mente, la decisión de conservar un nivel organizativo comunitario, con capacidad de realizar la distribución interna, es asunto de cada módulo o unidad de riego. En el caso de los módulos, el diseño organizativo consiste en centralizar la operación, de tal manera que las comunidades participan en la elección de su representante a la Asamblea del módulo, pero no participan –formalmente– en la distribución interna del agua.

Sin embargo, la legislación de aguas, a partir de 1992, también tiene un apar-tado sobre ejidos y comunidades agraria que no están incluidos en Distritos y Uni-dades de Riego; en estos casos, al parecer, las decisiones dependen del ejido y la comunidad agraria.

El carácter formal o informal de la gestión del agua a nivel comunitario es difícil de determinar, aunque es posible que la situación jurídica se modifique según la

11 Aunque el sistema del Tepetitlán finalmente fue transferido como unidad de riego y no como módulo.

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comunidad esté ubicada en Distritos de Riego (antes de la transferencia), módulos de riego, juntas de aguas, urderales, unidades de riego o en ninguna organización oficial. El carácter formal o informal, también puede modificarse debido al tipo de tenencia de la tierra y por la etnia. Se hace mención de la etnia debido a que la nueva legislación sobre comunidades indias puede tener algún impacto en el grado de autonomía formalmente reconocida. Para fines del cuadro núm. 1, hemos deci-dido prescindir de tratar de determinar si la gestión del agua a nivel comunidad es formal o informal.

La importancia de la comunidad en la organización de la gestión de espacios hidráulicos multicomunitariosConviene destacar que la discusión sobre la capacidad de los regantes de auto-or-ganizarse se refiere a la administración de sistemas que pueden ser considerados medianos, grandes o incluso muy grandes. El problema teórico radica en la ca-pacidad de auto-organizarse para administrar sistemas de riego medianos y grandes sin jerarquía y burocracias, o aún en el caso de contar o requerir de burocracia, la capacidad de controlar efectivamente a la burocracia. Desde la teoría no está en duda la capacidad de auto-organización para pequeños o muy pequeños regadíos.

El problema de la gestión comunitaria es en todo caso de políticas públicas. Las políticas neoliberales actuales, al igual que las políticas liberales del siglo XIX que prefirieron la propiedad privada, la iniciativa individual y el mercado no con-sideran que la comunidad organizada o la acción colectiva no solo contribuyen a la economía de cada individuo gracias a la gestión colectiva de los recursos, sino también contribuyen a la defensa del recurso. Es decir la comunidad organizada tiene más posibilidades de defender colectivamente el recurso que el individuo (Boelens et al, 2011).

Es posible que la fragilización de la capacidad de la comunidad, afecte no solo la gestión y defensa colectiva del recurso a pequeña escala, sino también aquellas organizaciones a mayor escala. Es decir que la comunidad organizada, cuando me-nos para los pequeños agricultores, sea una pieza fundamental (un building block) para aquellas auto-organizaciones que administran sistemas de riego medianos y grandes –y otros recursos de uso común de mayores dimensiones.

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En este contexto la capacidad de la organización comunitaria de persistir parece fundamental para la persistencia de las organizaciones multicomunitarias no-bu-rocráticas. El proceso en marcha sobre la gestión de los sistemas de abasto de agua de uso doméstico para comunidades rurales puede ejemplificar la resiliencia y per-sistencia de la organización comunitaria, así como los límites de la administración de corte más bien burocrática, aquella del municipio u organismo operador.

El caso de la administración de sistemas de abasto de aguas de uso doméstico para comunidades ruralesEn el caso de la administración de sistemas de abasto de agua de uso doméstico en México, hay un desplazamiento legal de la comunidad que se ha hecho visible en conflictos que enfrentan al ayuntamiento con las comunidades por la gestión de los sistemas de abasto y las redes de distribución. El desplazamiento se debe a una conjunción de cambios en las políticas públicas y en la legislación: en 1981 la en-trega de los sistemas de agua potable y alcantarillado que operaba la federación a los estados y ayuntamientos; en 1983 la reforma al artículo 115 constitucional obli-ga al municipio a atender el abasto de agua de uso doméstico; en 1992 una nueva ley agraria que resta atribuciones a los ejidos y comunidades agrarias; también en 1992 una nueva ley de aguas (Galindo et al, 2012).

La Ley de Aguas de 1992 y su reforma de 2004 deja únicamente resquicios complicados para que las comunidades puedan gestionar sus propios sistemas. Sin embargo las legislaciones estatales pueden re-introducir espacios de gestión comunitaria del agua. La variación entre las legislaciones estatales, en lo que compete a la auto-administración, es significativa. Por ejemplo, en Chihuahua, desde 1987, hay un Reglamento de las juntas rurales de agua potable; en Guana-juato la legislación de varios municipios, por ejemplo la del municipio de Moro-león con fecha de 1994, establece Comités Rurales de Agua; en San Luis Potosí la ley de aguas de 2006 contempla Comités de Agua Rural; en Tabasco el Regla-mento de la Ley de Usos de Agua del 2012 contempla para las comunidades rura-les la conformación de Unidades de Desarrollo Sustentable del Agua (UDESA). Al parecer, únicamente en dos estados, Guanajuato y Tabasco, hay políticas para promover la organización comunitaria y la auto-gestión de los sistemas de agua de uso doméstico.

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42 AntologíA sobre riego

Las políticas públicas de dotación de agua potable (por ejemplo, el crédito del BID para el Programa para la Sostenibilidad de los Servicios de Agua Potable y Saneamiento en Comunidades Rurales: PROSSAPYS, también llamado de Agua Potable y Saneamiento en Comunidades Rurales que está dirigido a comunidades con menos de 2,500 habitantes) en paralelo a los cambios en la legislación han hecho muy visible la problemática de elección de instituciones.

La selección de institución para la gestión del agua de uso doméstico en pe-queñas comunidades rurales, se relaciona no solo con ciertas ventajas de la ges-tión comunitaria local: bajo costo, eficacia, equidad, legitimidad; sino también con problemas serios en la gestión por el municipio o por organismo operador, tales como altos costos incurridos por el pago de nómina del personal contratado, lenta respuesta a desperfectos en el sistema, cobrabilidad, falta de legitimidad12.

Balance: organizaciones comunitariasLos cambios en la legislación apuntan a un desplazamiento de la comunidad como gestora de sus aguas. No obstante, las comunidades mantienen una importante presencia en la gestión del agua. En las urderales y unidades de riego multico-munitarias, las comunidades, cuando menos en los estudios de caso considerados (cuadro núm. 1), mantienen su propio espacio de gestión. En los Distritos (antes de la transferencia) y en los módulos transferidos, la participación de las comuni-dades en la gestión del agua parece más bien caer en lo informal. En el caso de la gestión de sistemas de abasto de aguas de uso doméstico, las comunidades tienen una presencia indudable. Es evidente que la legislación (salvo excepciones) y las capacidades organizativas de las comunidades no actúan en sinergia. La centrali-zación de la gestión puede desplazar la gestión por la comunidad o, cuando menos, hacerla invisible.

Continuidades en la gestión comunitaria: las aguas de los pueblosEn la historia del la gestión del agua de riego la investigación se ha centrado en gran medida en dos rompimientos: la llamada federalización de las aguas,

12 En el contexto del proyecto de investigación o con influencia del proyecto se desarrollaron estu-dios de caso sobre gestión de sistemas de agua para uso doméstico en comunidades rurales (Galindo et al 2007, 2009, 2011, 2012; Galindo, 2012; Villegas, 2010; Navarro et al 2010; Pimentel et al, 2012; García, 2012; García et al, en esta Antología; López et al, en esta Antología).

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sinónimo de centralización, y el reparto agrario, con la irrupción de multitud de nuevos usuarios. Sin embargo, en la búsqueda de continuidades, es intere-sante tomar como centro de atención a las comunidades que, por efecto de la legislación sobre desamortización, se vieron fuertemente afectadas y que, con el reparto agrario, recuperan en gran medida sus tierras y aguas. Las comuni-dades tienen su propia memoria histórica, es llamativo que en el Nexapa uno de los documentos clave para las comunidades es la llamada Sentencia Peñafiel, un repartimiento de 1635.

Sinergia entre auto-organización y legislaciónEn la argumentación que hemos desarrollado y que se expresa en los estudios de caso, se destaca la capacidad autogestiva de los propios usuarios. La legislación y políticas públicas debieran proveer el marco jurídico para reforzar y potenciar la auto-organización, sin embargo ello no parece ser el caso. La persistencia y vitali-dad organizativa parecen darse a pesar de la legislación.

Sin embargo no hay que olvidar que la expansión del regadío tiene un costo de aprendizaje (Escobedo, 1997: 317-319, ver también Serrano, 2000). En el caso del pequeño riego, donde hubo procedimientos para capacitar a los usuarios y entre-gar la obra (Fuentes et al, 1968), hay mención de evaluaciones13 por la Secretaría de Recursos Hidráulicos en 1969 y por la Secretaría de Agricultura y Ganadería en 1976 que indican fracaso de las obras, en un caso 50%, en otro 75% (Palacios, 1997: 48914; Martínez Saínos, 199815).

La política pública tiene que mantener el delicado balance de apoyar las capaci-dades de auto-organización, evitando las consecuencias de la organización insufi-ciente, pero también evitando tanta intervención que desplace la auto-organización.

13 Las referencias son a los resultados de evaluaciones realizadas, no se cuenta con la evaluación en si misma.14 En 1969 la SRH realizó estudios de evaluación sobre el estado de las obras de pequeña irriga-ción, encontrándose que muchas de ellas estaban en mal estado o definitivamente fuera de ser-vicio, estimándose éstas –-fuera de servicio– en cerca de 50% de las obras construidas (Palacios, 1997: 489).15 “... un compañero –Antelmo Morales– que estaba a cargo de la organización de los usuarios, estu-vo verificando alrededor de 5,500 obras construidas [por el Departamento de Ingeniería Agrícola de la Dirección de Agricultura de la Secretaría de Agricultura y Ganadería] entre 1956 y 1976, encontró que aproximadamente el 75% de las obras estaban inutilizadas de una manera o de otra o no presta-ban ningún servicio. (entrevista al Ing. Fernando Martínez Saínos, noviembre 1998).

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44 AntologíA sobre riego

La intervención excesiva, como es el caso de la administración por el Estado, fue una solución muy extendida en el mundo. Sin embargo, en las décadas de 1970 y 1980 algunos organismos internacionales comisionan estudios para evaluar la operación y mantenimiento de los sistemas de riego resultado de fuertes inversio-nes con fines de desarrollo. Con base en los resultados de los diagnósticos o evalua-ciones propusieron que una mayor participación de los usuarios o la entrega de la administración a los regantes, mejoraría la administración.

El problema central que apuntan es la distribución inequitativa del agua en cantidad y oportunidad, lo que a su vez afecta la producción agrícola. Otro problema que señalan es el alto subsidio a las cuotas por servicio de riego, dado que los regantes pagan cuotas muy bajas (Chambers, 1979, 1980; Wade y Chambers, 1980; Bottrall, 1982; Easter, 1985; Bhandarkar et al, 1988; Wi-lkens-Wells et al, 1988; Freeman, 1988; Paranakian et al, 1988; Shinn et al, 1988; Freeman et al, 1989).

La propuesta que se puso en marcha a nivel internacional es de la transferencia o entrega de la administración a los regantes. En México, en 1992, se estableció, por ley, la obligatoriedad de transferencia; probablemente el factor más impor-tante en México fue el alto subsidio. Sin embargo, en este nuevo proceso de orga-nización de los regantes, poco se está recurriendo a las experiencias organizativas propias de México. La convicción de los ingenieros-funcionarios de la CNA todavía no refleja la opinión del ingeniero Herrera y Lasso (1919, 1930) de que los usuarios son buenos para administrar.

LOS ESTUDIOS DE CASO EN ESTA ANTOLOGÍA

Los estudios de caso pretenden responder a la pregunta sobre el impacto de la operacionalización de los cambios en la legislación que regula cómo deben estruc-turarse (y llamarse) las organizaciones de regantes. El mismo tipo de problema se presenta para el caso de las aguas de uso doméstico en comunidades rurales, por lo que se incluyeron casos de este tipo. La centralidad de la comunidad en la gestión del agua, así como la posibilidad de analizar continuidades desde la perspectiva de las comunidades nos llevó a incluir avances sobre el marco jurídico en el siglo XIX relativo a las aguas de los pueblos.

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45INTRODUCCIÓN: CapaCIDaDes De aUTO-ORgaNIzaCIÓN De lOs RegaNTes y legIslaCIÓN

El equipo de investigación tuvo a lo largo del desarrollo del proyecto (2008-2012) talleres para presentar el proyecto, la metodología de investigación, avances de investigación, contrastes y comparaciones entre los estudios de caso.

La metodología de investigación se encuentra descrita en detalle en otros textos (Palerm y Martínez, 1997; Palerm et al, 2000), pero brevemente consiste en observar a lo largo de la ruta que sigue el agua las acciones de distribución del agua, de mantenimiento de la infraestructura, de resolución conflicto y de nom-bramiento de las autoridades.

Sobre autoría y orden de co-autores en esta Antología.- Los lineamientos sobre autoría coinciden con aquellos de la Britsh Sociological Association (BSA). En “Authorship guidelines” de la BSA se señala que deben ser co-autores aquellos que han realizado contribuciones académicas en cuando menos dos de los cuatro com-ponentes de un artículo: a) concepto o diseño; b) recopilación y procesamiento de datos, c) análisis e interpretación de datos; d) redacción de partes importantes del texto. En cuanto al orden de autoría se sigue aquel acostumbrado en las llamadas ciencias duras: el co-autor con mayor antigüedad (líder del grupo de investigación) se ubica al final; de tal manera que se sigue la norma, señalada en Tasharntke et al (2007) de énfasis en primer y último autor. Se coincide con los lineamientos de la BSA, donde se sugiere que aquellos con mayor antigüedad otorguen a los colegas más jóvenes la oportunidad de ser primeros autores, cuando sea apropiado. Sobre los usos y costumbres en cuanto al orden de autoría en distintas disciplinas ver ade-más Lake (2010), Osborne y Holland (2009), Zukerman (1968).

Casos Distritos de RiegoEl supuesto con el que se realiza la transferencia de los Distritos de Riego en Méxi-co a fines del siglo XX es de ausencia de organización de los usuarios. Este supuesto prescinde del hecho de que muchos de los Distritos de Riego se crearon sobre vie-jos regadíos con organizaciones de regantes ya existentes, así como del hecho que hubo una política del Estado de conformación de organizaciones de regantes en los Distritos de Riego e incluso de entrega de Distritos a los usuarios organizados. El viraje formal en la política se presenta en 1972 cuando la legislación de aguas indica que es competencia del ejecutivo federal la administración de los Distritos,

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aunque hubo supresión puntual de juntas de aguas en algunos Distritos anteriores a esa fecha, así como Distritos donde los usuarios se resistieron a la expansión de la operación por funcionarios del Estado (Palerm, 2009a; Rodríguez et al, 2007). En esta Antología se documentan casos adicionales de existencia y persistencia de la auto-organización, así como casos de nuevas organizaciones.Ensayos I y II –el Nazas. La intervención federal, en el espacio regado por los ríos Nazas y Aguanaval, inicia a fines del siglo XIX con la reglamentación de los ríos y con presencia de operadores que realizan la distribución entre las bocato-mas; a finales de la década de 1930 tiene lugar el reparto agrario de la tierras de riego y en 1939 recibe por primera vez la denominación de Distrito de Riego. En el reglamento del Distrito de Riego de 1939, se señala la obligatoriedad de que cada canal cuente con una junta de aguas, nombrada por los mismos usuarios, con funciones de distribución del agua. En 1962 se suspende, por decreto, el funciona-miento de las juntas de aguas: “Acuerdo por el que se determina que la Secretaría de Recursos Hidráulicos asumirá también las funciones que ahora están a su cargo de las Juntas Locales y Jueces de Aguas16 del Distrito de Riego número 17 de la Re-gión Lagunera” (Palerm et al, 2004; Palerm, 2009a).

En 1962, la SRH asume la distribución y conservación de la infraestructura hidráulica existente e inmediatamente la SRH nombra canaleros y afora-dores a nivel de secciones y zona de riego, respectivamente, lo que tuvo el impacto de un golpe de estado para las Juntas de Agua … (Ensayo II, en esta Antología).

En la década de 1990, se transfiere o entrega a los usuarios constituidos en Asocia-ciones de Usuarios, tramos –llamados módulos– del espacio hidráulico del Distrito para su administración. El Distrito conserva la operación de las obras de cabecera y red principal.

No obstante, desde antes de la transferencia y aún después de la transferen-cia, existe auto-organización de los usuarios para la distribución del agua en los

16 En las juntas de aguas con pocos usuarios en lugar de contar con un comité directivo (presidente, secretario, tesorero) se tenía un juez de aguas (Art 220 del Reglamento de la ley de aguas de propie-dad nacional de 30 de agosto de 1934). Pero no debe confundirse este juez de aguas con aquel indi-cado en la legislación agraria para ser encargado de las aguas del ejido y nombrado por los mismos ejidatarios (Palerm, 2005-a, 2009).

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47INTRODUCCIÓN: CapaCIDaDes De aUTO-ORgaNIzaCIÓN De lOs RegaNTes y legIslaCIÓN

pequeños sistemas de riego del Distrito localizados en la parte alta del río Nazas, espacio que corresponde actualmente a los denominados módulos I, II y III del río Nazas, así como en el espacio que actualmente corresponde al denominado módulo XIX “Jimulco” del río Aguanaval donde todavía hay entarquinamiento en cajas de aguas (Rodríguez et al, 2001). Los usuarios nombran, entre ellos mismos, regidores, que son los encargados de distribuir el agua; también tienen funciones para el mantenimiento que se realiza por faenas.

La figura de regidores, se encuentra vinculada a las juntas de aguas cuyo fun-cionamiento fue suspendido en 1962. En el único reglamento que hemos localizado de juntas de aguas para La Laguna: Normas Provisionales para la Distribución interior del canal de San Jacinto, que deriva aguas del río Nazas (1941) se señala en el Art. 16

Para auxiliar a la Junta de Aguas en el reparto del agua, se nombrarán seis regidores distribuidores uno por cada sector de usuarios. Estos regidores serán nombrados por la Junta de Aguas, pero a propuesta de la mayoría de los componentes de cada sector o grupo de usuarios.

Es posible que desapareciese la organización de junta de aguas, pero continuasen los regidores. Todavía en un espacio regado por el río Aguanaval los regantes reportan que hace tiempo hubo jueces de aguas, además de los regidores (Rodríguez et al, 2001).

En la parte alta del Nazas, con sistemas que tienen un par de centenas de hec-táreas de superficie de riego y el sistema más grande un par de miles de hectáreas de superficie de riego, no existe una organización centralizada, dependen de los acuerdos y coordinación horizontal entre los regidores. La existencia de juntas de agua implicaría una organización centralizada o unificada por canal, sin embargo carecemos de información sobre si realmente llegaron a hacerse operativas las jun-tas de aguas en la parte alta del Nazas.

Los regidores de agua, no obstante, han persistido en la informalidad por más de 50 años, desde 1962 cuando se suspende el funcionamiento de las juntas de aguas. A la fecha siguen siendo organizaciones no-oficiales, ya que los módulos en que se ubican los sistemas solo han dado un reconocimiento parcial a los regidores.

La persistencia de la auto-organización se vincula con los espacios menos in-tervenidos del Distrito de Riego 017 y en el Distrito hubo intervenciones de consi-

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48 AntologíA sobre riego

deración: desde la década de 1930 se construyeron dos presas de almacenamiento sobre el río Nazas y, en las décadas de 1960 y 1970, hubo un rediseño de canales, eliminación de las cajas de agua para entarquinamiento y expansión de la opera-ción por funcionarios del Distrito de Riego. En los espacios más intervenidos no parece haber persistencia de formas organizativas.Ensayos III y IV –el Lerma. La intervención federal en el espacio regado de lo que sería el Distrito de Riego 011 Lerma inicia con la reglamentación del río y con presencia de operadores que realizan la distribución entre las bocatomas, así como con la reglamentación de canales y conformación de juntas de aguas en las décadas de 1920 y 1930. Las intervenciones más importantes en infraestructura son la construcción de la presa Tepuxtepec para energía hidroeléctrica y la presa de almacenamiento Solís para riego. El primer reglamento como Distrito de Riego data de 1930. En 1938 se suspendió por decreto el funcionamiento de las juntas de aguas y las funciones de distribución del agua se centralizaron en el Distrito de Riego 011 Lerma.

En uno de los espacios de riego del Distrito, aquel de Valle de Santiago, se logró establecer que tiene un largo historial organizativo (documentación en Palerm et al, 2004; Sandré et al 2011; Garma, 1921 y Ensayo III en esta Antología), por ejemplo:

1611 Ordenanzas de la villa de Salamanca hechas por el cabildo de la villa para el buen gobierno de ella

1721 el Virrey Marqués de Valero, expidió y otorgó la confirmación de un conve-nio que tuvieron los Labradores en una Junta el día 4 de octubre del mismo año, ante don Antonio Moreno de la Cerda, Alcalde Ordinario de Salaman-ca, que en extracto dice: “apruebo el compromiso celebrado por los labra-dores del valle de Santiago, de la Villa de Salamanca, sobre el repartimiento de las aguas del río para el riego de sus haciendas”

1780 Acuerdo para el uso de la Laguna de Yuriria1850 Reglamento de aguas de Valle de Santiago, Guanajuato 1865 convenio solemne entre el representante de don Blas de los Heros, dueño

de la hacienda de San Nicolás y don Vicente González apoderado de los la-bradores del Valle, se estipuló hacer de calicanto los pilares de la presa de Santa Rita, cuya construcción fue costeada por los labradores del Valle y los fraccionistas de La Zanja

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49INTRODUCCIÓN: CapaCIDaDes De aUTO-ORgaNIzaCIÓN De lOs RegaNTes y legIslaCIÓN

1916 Reglamento general del Laborío del Valle de Santiago, Guanajuato 1930 Reglamento para la distribución interior de las aguas del canal del Labo-

río del Valle de Santiago, Guanajuato (SAF)1932 Formación de la Asociación de usuarios del río Lerma y laguna de Yuriria

(Laborío del Valle), Valle de Santiago

Es un caso de organización de regantes con alcurnia. Sin embargo, no obstante los siglos de funcionamiento autónomo, la decisión del Distrito de Riego fue de expan-sión de la operación por parte de los funcionarios del Distrito.

En el caso de Valle de Santiago hubo continuidad de los usuarios, aunque tam-bién hay reparto agrario. El grupo de propietarios privados del Valle de Santiago se mantiene unido y envía a un representante a las oficinas del Distrito de Riego, los funcionarios del Distrito integran también a un representante de los ejidatarios de Valle de Santiago.

Desde 1938 se mantiene una solidaridad y negociación común de los regantes de Valle de Santiago y, en la década de 1990, 50 años después, con la transferencia, la superficie de riego del Valle de Santiago: 13,480 hectáreas, queda nuevamente bajo la administración de los regantes constituidos en Asociación de Usuarios.

El módulo de riego Valle de Santiago es el módulo más exitoso del Distrito de Riego 011 Lerma, definiendo exitoso por las empresas fundadas: Servicios Agríco-las del Módulo Valle, Fondo de Aseguramiento Agrícola del Módulo Valle, Socie-dad Cooperativa de Consumo Agrícola del Módulo Valle.

Sin embargo, el esquema de funcionamiento del módulo para la administración del agua de riego no parece muy distinto de los otros módulos del Distrito, cuando menos, al igual que los otros módulos tiene una administración de tipo burocrática (Palerm, 2006). Está por hacerse una comparación sistemática con el funciona-miento de otros módulos en rubros tales como equidad en la distribución del agua, número de personal empleado, control de costos del módulo, etc.

En el Ensayo IV se presenta el estudio de caso del módulo Salvatierra del Distrito de Riego 011 Lerma, con antecedentes como junta de aguas, conformada en 1930. Como todas las juntas del Distrito su funcionamiento fue suspendido en 1938. El módulo, como en su momento la junta, está compuesto por varios sistemas de riego (hay 6 presas derivadoras y 6 canales generales). La superficie

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regable son 16,105.61 hectáreas, sin embargo, en 2009, se regaron sólo 7,753.78 hectáreas. La mayor parte de los usuarios son ejidatarios, es decir hubo un rom-pimiento de la continuidad de los usuarios con el reparto agrario. Actualmente el módulo presenta inequidad en la distribución entre aguas arriba y aguas abajo, parcialmente corregido por la presencia de pozos; tiene mucho personal contra-tado y presenta también costos muy altos que no se cubren con las cuotas por servicio de riego.Ensayos V y VI –el sistema de riego Tepetitlán. El sistema de riego Te-petitlán que riega una superficie de 9,768 hectáreas, pasó de manos de dos ha-ciendas unificadas en un solo propietario a multitud de usuarios con el reparto agrario. El sistema de riego se integró en algún momento al Distrito de Riego 033 edo de México, sin embargo, con la transferencia, se presentó el problema de no ubicar la declaratoria formal como Distrito de Riego. Es posible que hubiese un breve espacio de tiempo en que los nuevos regantes asumieron la operación del sistema. También es posible que durante cierto tiempo, a nivel de ejido, la distri-bución estuviese a cargo de jueces de agua nombrados entre los mismos regantes, cuando menos los jueces de agua a nivel ejido se reportan como auxiliares de los canaleros del Distrito17. Las intervenciones más importantes consistieron en la ampliación de la presa de almacenamiento y en un tercer canal principal, am-pliando la zona de riego.

Las comunidades de etnia mazahua del sistema de riego Tepetitlán rehusaron una transferencia bajo el modelo burocrático (Palerm, 2000, 2006), es decir de oficinas y personal de oficina, de gerente técnico y canaleros bajo su supervisión, así como otro personal contratado –rehúsan fundamentalmente por razones de costos. El sistema fue desincorporado como unidad de riego.

En lugar del esquema centralizado de toma de decisiones propuesto para la transferencia, consistente en que los representantes de cada comunidad (delega-dos) debían ser únicamente representantes a la Asamblea que a su vez debía nom-brar al Comité Directivo de la Asociación de Usuarios, que a su vez debía contratar al personal de operación y de oficinas; los delegados se asimilan a la figura de juez

17 En el Distrito de Riego 016 Morelos los ejidos sobre el río Cuautla nombran, aun durante la centralización de la operación en el Distrito, jueces de agua para encargarse de la distribución in-terior del agua (Ávalos et al, 2010; Palerm et al, 2001), ello corresponde con la legislación agraria (Palerm, 2009-a).

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de aguas y toman el liderazgo en la distribución del agua junto con las autoridades locales18. La distribución de agua en el sistema de riego Tepetitlán se organiza fun-damentalmente con acciones de las comunidades mismas: hacia afuera abriendo y cerrando compuertas sobre el canal principal, así como vigilando el agua y hacia adentro: estableciendo el orden de riego de las parcelas.

La desaparición de una autoridad centralizada en la distribución del agua, así como la existencia de dos Comités Directivos (por un conflicto entre los usuarios), llevó a realizar una evaluación sobre la situación de inequidad y posible deterioro en la distribución de agua desde la transferencia. Siguiendo una estrategia indi-recta: la variedad de maíz sembrado, se logró establecer que había mejoría en las fechas de riego; es decir que, a partir de la transferencia la distribución del agua había mejorado.

En el Ensayo VI se aborda el proceso más reciente de descentralización del manejo de los reservorios secundarios (jagüeyes) del sistema de riego Tepetitlán. También se aborda el papel de los reservorios secundarios en el sistema y, desde la década de 1960 y como Distrito, su progresiva eliminación, al parece por una preferencia ingenieril en el almacenamiento a nivel de la presa.

En el caso del sistema Tepetitlán se está ante una nueva organización para el manejo del sistema en su conjunto, que esencialmente se basa en la organización a nivel de comunidad. A su vez la organización a nivel de comunidad, siendo la población de etnia mazahua, ancla su capacidad organizativa en tiempos remotos, a su vez reforzada o re-creada por el reparto agrario; y, para el manejo del agua, da continuidad a un cargo propuesto en la legislación agraria: los jueces de agua –car-go que ya ha desaparecido de la legislación agraria. Todos los cargos de autoridad que las comunidades reconocen como autoridad, salvo el de delegados, carecen de un respaldo jurídico en la legislación vigente.

No está enteramente claro el rol de los dos Comités Directivos de la Asociación de Usuarios, las comunidades, a través de sus representantes (delegados), aparen-temente apoyan a uno u otro Comité según hayan cumplido con sus compromisos. Ensayo VII –el Mexquital. El valle de Mexquital se caracteriza desde prin-cipios del siglo XX por el riego con aguas negras de la Ciudad de México, hay

18 Los cambios desde 1992 en la legislación agraria implican la desaparición del juez de aguas en los ejidos y comunidades agrarias (Palerm, 2009-a).

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una compleja infraestructura que combina las salida de aguas negras (Tajo de Nochistongo, Emisor Central y Dren General del Valle) con cauces de ríos (río Salado, río Tula y sus afluentes) y vasos reguladores (presa Taximay, presa Re-quena, presa Endhó). Actualmente hay tres Distritos que dependen de estas aguas: 03 Tula, 100 Alfajayucan y 112 Ajacuba. El valle del Mezquital se caracte-riza por el minifundismo con tenencia de la tierra ejidal y de propiedad privada, aunque a partir de los cambios de la legislación, en 1992, el rentismo de tierras de riego es importante.

A finales de 1990 se inició la transferencia de tramos del Distrito 03 Tula. La transferencia ha tenido poco éxito, unos módulos no han aceptado la transferen-cia, otros han sido intervenidos, en ambos casos la Comisión Nacional del Agua ha contratado la administración de los módulos con un tercero.

El módulo 05 Tepatepec del Distrito de Riego 05 Tula, al igual que otros módu-los corresponde a un espacio contiguo pero regado por tres canales distintos: Canal Principal Requena, Canal Alto Requena y Canal Endhó. Ello significa que entre los usuarios del mismo módulo no hay una solidaridad de base hidrológica. Tampoco los usuarios de una misma comunidad coinciden en canal y compuerta.

Por lo general cuando se analiza la presencia de auto-organización en sistemas de riego, la atención se centra en las capacidades de distribución, mantenimiento y manejo del conflicto, pero la auto-organización más importante del Distrito de Riego 03 Tula es aquella para negociar agua con la autoridades del Distrito. Es in-teresante la perspectiva de Chambers (1986) que enumera diversas acciones, entre ellas recorridos para búsqueda o confirmación de información, negociación, sobor-nos, como acciones basadas en la capacidad auto-organizativa.

Las movilizaciones del Distrito de Riego 03 Tula se concentran en aquellos es-pacios con mayores restricciones de agua, es decir aquellas ubicadas aguas abajo, y, más particularmente, en aquellos canales generales con mayor inestabilidad de flujo, al depender principalmente del agua proveniente del Emisor Central, que carece de vaso regulador. La auto-organización es más importante en aquellos espacios con mayores restricciones, tal y como propone Wade (1979, 1988).

La capacidad de auto-organización es esencial para construir organizaciones para la administración de sistemas de riego. Cabe preguntarse porqué no se con-creta en el módulo Tepatepec y otros módulos del Distrito. Entre las razones pro-

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bablemente se encuentra que los usuarios de una misma comunidad reciben su agua de distintos canales y compuertas, de tal manera que la pertenencia a una comunidad no coincide con una solidaridad de base hidrológica; de igual manera, en el módulo, los usuarios reciben su agua de distintos canales y compuertas, de tal manera que la pertenencia al módulo –una construcción artificial realizada por el Distrito de Riego—no coincide con una solidaridad de base hidrológica. Tam-poco ayuda el que la solidaridad por compuerta es obstaculizada por los mismos canaleros de la empresa a cargo de la administración del módulo, al desplazar al representante por compuerta: el zanjero, nombrado por los mismos usuarios; así como al preferir el canalero de la empresa el no negociar el orden de distribución del agua con el conjunto de regantes por compuerta.

Casos de Juntas de Agua, URDERALES y Unidades de Riego19

Hacia fines del siglo XIX inicia una política federal de reglamentación de corrien-tes. El reglamento consiste en un cuadro o tabla de distribución de las aguas a los concesionarios y debía ser implementado por una organización de usuarios llamada junta de aguas, que actuaba como agente del Ejecutivo Federal. La re-glamentación abarcó tramos de ríos y sistemas de riego y estuvo a cargo de la SAF (Secretaría de Agricultura y Fomento), posteriormente de la SRH (Secretaría de Recursos Hidráulicos) y de la SARH (Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráu-licos) –esta documentación se encuentra actualmente en el Archivo Histórico del Agua y existe una compilación de los reglamentos (Palerm et al, 2004). La Comi-sión Nacional Agraria20 queda a cargo de elaborar y supervisar los reglamentos de los espacios donde sólo hay ejidos, y de participar cuando hay, además de ejidos, otros usuarios. Adicionalmente la Comisión Nacional Agraria queda a cargo de supervisar y sancionar los reglamentos internos (de los ejidos) sobre distribución del agua –esta documentación se encuentra en el en el grupo documental de Do-tación y Accesión de Aguas del Archivo General Agrario y existe una compilación de los reglamentos (Palerm et al, 2011). Las juntas de aguas tuvieron vigencia en la legislación hasta 1992.

19 El seguimiento a la legislación en Palerm (2005-a) y en Palerm y Martínez (2009). 20 La Comisión Nacional Agraria también fue cambiando de nombre, sucesivamente: Depar-tamento Agrario, Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, Secretaría de la Reforma Agraria.

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54 AntologíA sobre riego

Las urderales (Unidades de Riego para el Desarrollo Rural) aparecen en la le-gislación de 1972, en el texto de la ley se argumenta que son de apoyo a las comu-nidades rurales. Las urderales se registran en la SARH y los expedientes siguen en SAGARPA (Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación). Las urderales se crean en espacios de nueva infraestructura, pero también hay ejidos en que los ejidatarios con riego se constituyeron en urderal y otros casos en que la junta de aguas se trasformó en urderal –el proceso todavía está por estudiarse. Las urderales se encuadran en los CADER (Centro de Apoyo al Desarrollo Rural), a su vez encuadrados en los Distritos de Desarrollo Rural (DDR), que a la fecha dependen de la SAGARPA. Las urderales tuvieron vigencia en la legislación hasta 1992.

A partir de 1992, la ley señala que las unidades de riego deben obligatoria-mente organizarse en Asociaciones de Usuarios y recibir su título de concesión (que constará en el Registro Público de Derechos de Agua); al igual que los módulos de los Distritos de Riego. Los títulos de concesión se extienden por tiempo determinado (Palerm, 2005-b). Pero los ejidos y comunidades agrarias que no están en Distritos o Unidades de Riego, tienen su propio apartado en la ley y, aparentemente, según el texto de la ley, no requieren constituirse en unidad de riego.

Las cifras oficiales indican que hay miles de unidades de riego, en una super-ficie de 2.5 millones de hectáreas hay 22,772 unidades de riego registradas con una superficie de 1,709,723 hectáreas y otras 16,526 unidades no registradas con una superficie de 864,468 hectáreas; es decir un total de 32,298 unidades y una superficie de 2,574,191 hectáreas (Palacios, 1998). Sin embargo, los reglamentos (y acuerdos y convenios) de juntas de aguas suman, entre el AHA y el AGA, unos 600. El enorme diferencial probablemente debido a que las juntas de aguas agrupaban a usuarios sobre una corriente.

Por último, cabe señalar que la legislación de aguas a partir de 1992 es franca-mente confusa. Concesiones que tienen caducidad; ausencia de lineamientos de la delimitación de una unidad de riego; legislación diferenciada para ejidos según estén enmarcados o no en unidades y distritos de riego; ausencia de señalamien-

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to de la documentación fuente para la atribución21 como “unidad de riego”, basa-da aparentemente en actos jurídicos anteriores a 1992, etc. Ensayo VIII –el sistema de riego del Tejalpa. El espacio regado que go-bierna la junta de aguas del río Tejalpa, suma una superficie de 1,498 hectáreas; se encuentra en las orillas de la Ciudad de Toluca y en el espacio de crecimiento urbano de esta Ciudad. La Universidad Autónoma del Estado de México tiene participación en la junta como un usuario más. Al igual que en el sistema de rie-go Tepetitlán (Ensayos V y VI) es crítico regar en marzo para poder sembrar un maíz de ciclo largo, para ello cuentan con almacenamiento de agua en 88 jagüe-yes. Los jagüeyes almacenan el agua de la temporada de lluvias; su destrucción por abandono asociado a cambios del uso del suelo ha provocado inundaciones en la ciudad.

La junta de aguas del río Tejalpa se constituye en 1932 a partir de la reglamen-tación. Unos años antes había iniciado el reparto agrario. Con el reparto agrario se pasa de 16 a unos 50 usuarios, contabilizando como un usuario a cada ejido. El espacio reglamentado incluye dos canales generales interconectados, cada canal tiene su presa derivadora; en este espacio hubo unos 90 jagüeyes. Además el es-pacio reglamentado incluye unas 15 pequeñas presas derivadoras ubicadas aguas arriba y otras, también pequeñas, ubicadas aguas abajo. El sistema de tandeo que se utiliza en los dos canales interconectados aparentemente retoma acuerdos que datan del siglo XIX.

En 1996 la CNA convoca una asamblea y, al decir de gente de la región, pro-pone que cada ejido/comunidad constituya una unidad de riego y con ello reciba también el título de concesión. La junta de aguas hace la contra-propuesta de conformar una sola unidad de riego. En el proceso de negociación se escinde de la junta de aguas el espacio que corresponde a las pequeñas presas derivadoras ubicadas aguas arriba. A la fecha la junta de aguas sigue en funcionamiento, sin embargo no ha logrado tramitar su paso a unidad de riego. Algunos de los ejidos/ comunidades se han constituido en unidades de riego y han recibido su título de concesión, aunque siguen participando en la junta de aguas.

21 Siendo que algunos Distritos no han logrado constatar legalmente su existencia para proceder al trámite legal de transferencia, podemos imaginar que para las miles de unidades de riego hay aun mayores problemas. Esto es, suponiendo que “unidad de riego” corresponde a la llamada urderal (unidad de riego para el desarrollo rural).

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56 AntologíA sobre riego

El mantenimiento sobre los canales generales es coordinado por la junta de aguas, para la distribución del agua hay un canalero que entrega el agua a cada una de las 10 propiedades privadas y a cada uno de los 29 ejidos, que se encargan ellos mismos de la distribución interior del agua.

En este caso, es notable el desfase entre lo oficial y lo no-oficial; es solo la per-sistencia de la junta, actualmente no-oficial, lo que permite la continuidad de la gestión del sistema de riego.Ensayo IX –la Cañada. El río Tlapaneco, en la cañada de Huamuxtitlán en la Montaña de Guerrero, riega unas 3,000 hectáreas de 10 ejidos y comunidades agrarias beneficiarias del reparto agrario. El riego se realiza a partir de unas 19 presas efímeras cada una con su red de distribución que, por lo regular, desagua en el siguiente sistema; de tal manera que los sistemas están interconectados. Uno de los sistemas se amplia en la época de estiaje cuando se construyen canales tempo-rales en el lecho del río.

Sobresale el manejo de la ribera del río, se construyen trompezones para estabi-lizar el curso del río, así como para ganar terreno al río. Los trompezones consisten en líneas paralelas de estacados que se rellenan con piedras y ramas y donde se siembra vareta de sauce. En tramos, ya antiguos, hay impresionantes hileras de sauces. Es una técnica que posiblemente estaba en uso en la época prehispánica.

La administración de los sistemas que abarcan a más de una comunidad se rea-liza por acuerdos horizontales entre las comunidades; hay jueces de aguas y jueces de estacados que se encargan de la distribución del agua y de la reconstrucción de las presas efímeras y de los trompezones.

En la Cañada, después del reparto agrario, no hubo ni reglamentación, ni es-tablecimiento de urderales, pero en 2001, por contrato con la Comisión Nacional del Agua, un grupo de trabajo conforma 5 unidades de riego, que corresponden a 5 presas efímeras, y una Sociedad de Representación Limitada que conjunta a las 5 unidades. Las 5 nuevas unidades corresponden a espacios de riego que participan en el sistema que solo se estructura durante el estiaje. Recibe cada una de las uni-dades de riego su título de concesión. Las modificaciones formales en la organiza-ción no se han concretado, se conserva la gestión previa. Ensayo X –los manguereros. En las laderas del volcán Popocatepetl las co-munidades están haciendo uso, de manera creciente, de pequeños manantiales y

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57INTRODUCCIÓN: CapaCIDaDes De aUTO-ORgaNIzaCIÓN De lOs RegaNTes y legIslaCIÓN

de los ríos que nacen sobre sus laderas para uso doméstico y para riego. El uso se basa en la toma y conducción por mangueras. Decenas y cientos de mangueras se conducen desde las tomas, las mangueras van por el aire atravesando barracas y por tierra, cada una marcada con los lazos de color del pequeño grupo (5, 10, 15 usuarios) que compró e instaló la manguera y que usa el agua. El agua se conduce a una olla, en otros casos a una caja de material, desde donde se redistribuye por tandas. Cada usuario individual saca su manguera de la olla o caja hasta su parcela. El agua llega a las ollas o cajas y a las parcelas con bastante presión gracias a los fuertes desniveles. En las parcelas se riega directamente de la manguera y, más re-cientemente, se están instalando sistemas de goteo, se riegan huertas de durazno y de aguacate. Las organizaciones de grupos de manguereros se han dado al margen del estado; para el desarrollo tecnológico han aprovechado ofertas diversas del go-bierno. Existe un reglamento de 1951, pero la ampliación de tomas de agua, hasta donde se sabe, no cuenta con concesiones de agua para riego.

Para la junta de aguas de la parte baja del río Amatzinac, en el estado de Mo-relos, el aprovechamiento de agua en la parte alta ha significado que se quedaron sin agua de riego unas 700 hectáreas (Rivas, 2005; Espinosa, 2006). A cambio ha habido una intensificación de la agricultura en la parte alta, las huertas están totalmente dedicadas a la producción para el mercado y ha habido un progreso económico considerable. Cabe señalar que la Comisión Nacional del Agua se ha visto impotente para garantizar el acceso al agua a la junta de aguas de la parte baja del Amatzinac.

El caso que se describe, de la comunidad de Metepec, es un ejemplo del desa-rrollo de riego por mangueras en zonas de fuerte pendiente; la fuerte pendiente, es precisamente lo que ofrece grandes ventajas a la conducción por mangueras, lo que era, anteriormente, una fuerte restricción al riego por canales.Ensayo XI –el río Cuautitlán. En el caso del río Cuautitlán sabemos con cer-teza que hubo construcción prehispánica y que hay un uso continuado hasta la ac-tualidad. La historia prehispánica del río Cuautitlán inicia con el desvío del río. El control de las aguas del río Cuautitlán está asociada, desde cuando menos la época colonial, al manejo del nivel de las aguas de los lagos del valle de México. El centro de atención del estudio de caso corresponde a la presa de Atlaminca sobre el río Cuautitlán. La investigación de Israel ha logrado reunir información sobre la orga-

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58 AntologíA sobre riego

nización en torno a la gestión del regadío desde el siglo XVI. Hay información de repartimientos en la época colonial, por ejemplo los de 1587 y 1762 para la presa de Atlaminca y la Pila Real, así como información sobre merced de aguas y una toma desde la presa de Atlaminca para el pueblo de Teoloyucan. Entrado el siglo XIX el ayuntamiento de Cuautitlán asume la dirección de la gestión en coordinación con los pueblos, haciendas y ranchos; hay un reglamento municipal de 1914 que retoma los repartimientos y mercedes coloniales.

En la década de 1920 la intervención del gobierno federal provoca una movili-zación en contra de cambios en la distribución del agua, los inconformes se asocian en la “Agrupación de Representantes de Pueblos, Haciendas y Ranchos, Usuarios de las Aguas del Río Cuautitlán por medio de la Taza de Atlamica”. Tampoco satis-face la propuesta del gobierno federal de una junta de aguas del río Cuautitlán que abarca un espacio hidráulico amplio y con competencias bastante centralizadas. Poco después grupos de usuarios, de distintos sistemas de riego, exigen separarse y conformar sus propias juntas: Villa Nicolás Romero, Tepotzotlán, Teoloyucan, Cuautitlán, Cuamatla.

En el espacio hidráulico que tiene en común la presa de Atlaminca, se confor-man tres juntas de agua: de Cuautitlán, de Teoloyucan y, probablemente, la de Coyotepec. En la década de 1970 las juntas se trasforman en urderales y en la déca-da de 1990 en unidades de riego. La distribución del agua al interior de los ejidos la realiza una asociación de los regantes de cada ejido; posiblemente, antes de la década de 1970, esta fue realizada por comisionados ejidales y jueces de agua, con-forme a la legislación agraria (Palerm, 2009c). Las juntas, que así les llama todavía la gente del lugar, nombran a canaleros para la distribución del agua y coordinan el mantenimiento sobre los canales generales. Las tres juntas tienen una asociación informal, llamada asamblea de delegados, con representación de cada una de las juntas para coordinar la distribución del agua entre las tres organizaciones y dar mantenimiento a la infraestructura en común.

La evidencia apunta a una alta participación de las comunidades en organizar y supervisar la distribución del agua, como en el caso del sistema de riego Tepetitlán (Ensayos V y VI) la gestión está centrada en las comunidades. En la época colonial hay repartimientos (cuadros de distribución), pero no parece haber una institución en común –lo que es aparentemente típico en el México colonial y decimonónico

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(Palerm, 2010a). En el siglo XIX, el ayuntamiento de Cuautitlán sólo administró el agua en los límites municipales, con los pueblos, ranchos y haciendas de otros municipios se siguió, al parecer, una estrategia de acuerdos horizontales, es decir sin una institución en común. Como ya señalamos, en la organización actual: la Unidad de Riego Cuautitlán, las comunidades tienen una alta participación en su-pervisar la distribución en los canales generales.

Al igual que en el caso de Valle de Santiago (Ensayo III) se puede trazar la con-tinuidad organizativa de la gestión del agua; aunque a diferencia de Valle de San-tiago, las comunidades han sido muy exitosas en defender las formas de gestión del agua locales.

Casos agua entubada para uso doméstico en comunidades ruralesEn los últimos años se ha puesto atención a la administración de los sistemas de abasto de agua a las ciudades y, junto con la política de transferencia de los Distri-tos de Riego, se supone una descentralización (Pineda, 2002; Aguilar, 2011). Sin embargo, para las comunidades rurales, los cambios en las leyes significan una centralización, al pasar la administración de la comunidad al municipio o a un organismo operador.

Los estudios de caso sobre pequeños sistemas de agua entubada para uso do-méstico en comunidades rurales muestran la preferencia de la gente de conservar el control local, la eficacia de la administración en manos de las comunidades, así como los altos costos de una gestión burocrática en manos del municipio o de un organismo operador. Son sistemas que las comunidades han construido, con poco o ningún apoyo estatal; la inversión se ha realizado con las cooperaciones en dine-ro y trabajo de los vecinos. La llamada “descentralización” de los servicios de agua entubada para uso doméstico está significando, para las comunidades rurales, una expropiación y centralización de la gestión de sus sistemas (Galindo et al, 2007, 2012). El proceso actualmente en marcha permite sopesar la resistencia a la cen-tralización de la gestión del agua de riego y de uso doméstico en otros momentos de la historia de México.

Es también interesante la capacidad de apropiación de la tecnología. Los cam-pesinos, al igual que en el caso de las mangueras (Ensayo X), han sido capaces de apropiarse de la tecnología y realizar ellos mismos las obras.

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Ensayo XII –el papel de las comunidades. En la segunda mitad del siglo XX se entubaron aguas del deshielo de los volcanes y se condujeron, por gravedad, a una serie de comunidades; a la entrada de cada comunidad se construyeron cajas de almacenamiento, desde donde se abastecía a uno o dos hidrantes públicos. La construcción la realizó la SRH con participación, en dinero y faenas, de las comu-nidades. Con el tiempo las comunidades, con apoyos externos, invirtieron en las redes de distribución. La gestión del sistema común a las comunidades estuvo a cargo de la SRH y posteriormente de la Comisión Estatal de Aguas; la gestión de las redes de distribución estuvo a cargo de las comunidades. Las modificaciones en las leyes llevaron a que unos municipios más que otros, presionaron por administrar las redes. Las comunidades también invirtieron en sistemas de abasto, aunque de menor tamaño. Destaca la participación de las comunidades no solo en construir y operar por su cuenta, sino también en complementar la gestión por los organis-mos operadores, los municipios, la Comisión Estatal de Aguas y la SRH. El aspecto de complementariedad a la gestión oficial por el organismo operador o el ayunta-miento, marca los límites a la expansión de la administración más centralizada y los espacios de continuidad de la participación comunitaria, pero con el carácter de informal e invisible. En contraparte, los funcionarios tienen comentarios despecti-vos sobre la gestión por las comunidades. Ensayo XIII –Mujeres, agua potable y organización comunitaria. El estudio de caso se refiere a dos comunidades, ambas indias, con poca población. Cuentan con agua entubada que se conduce por gravedad a una caja de almacena-miento, de donde parte una red de distribución. En una comunidad, el sistema de participación en faenas no está funcionando. El argumento de la no participación se relaciona con los apoyos externos en salarios que reciben los encargados del agua. El resultado es el deterioro y mal funcionamiento del sistema por falta de mantenimiento. En la otra comunidad, el sistema de participación en faenas se mantiene vigente. Las mujeres son las que ven directamente reflejada en su carga de trabajo el buen o mal funcionamiento.

La continuidad de la gestión por las comunidadesEnsayo XIV –Las aguas de los pueblos. En este ensayo se aborda la legisla-ción decimonónica mexicana sobre aguas para riego, con énfasis en las aguas para

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los pueblos. En los últimos años ha habido avances en los estudios sobre regadíos y legislación sobre aguas para la época colonial; así como un fuerte avance en in-vestigación desde la llamada federalización de las aguas, es decir desde fines del XIX en que las aguas son crecientemente asunto del gobierno federal. Sin embar-go, el periodo previo a la federalización de las aguas, en el siglo XIX, es un tema no trabajado. El estudio se centra en dar seguimiento a los derechos corporados de aguas de las antiguas repúblicas, así como los lineamientos legales sobre la capacidad de administrar esas aguas. La desaparición jurídica de las repúblicas, en la primera mitad del siglo XIX, llevó a un desfase dado que la antigua repúbli-ca (comunidad) tenía la propiedad del título de la merced o concesión del agua, mientras que el Ayuntamiento tenía la administración del agua. En la segunda mi-tad del siglo XIX, después de la desamortización, aparentemente las aguas de uso común (de riego y de uso doméstico) no están sujetas a la desamortización (indi-vidualización). En la legislación de aguas de varios estados se precisa, durante el siglo XIX, el papel administrador o supervisor de la administración por los Ayun-tamientos sobre las aguas de uso común o aguas de los pueblos. En el caso, por ejemplo, de Guerrero se señala que “... será reglamentado por los Ayuntamientos, respetando las costumbre y derechos observados; y el mismo Ayuntamiento con-vocará á los interesados para que nombren un representante...” Las comunidades parecen haber conservado una alta autonomía y auto-gestión de las aguas de uso común. Al igual que en la época actual, el municipio parece más bien administrar las aguas de la cabecera municipal, mientras que las comunidades del municipio administra cada una sus aguas.

Agradecimientos. La conversación con varias personas fue de gran ayuda en la reflexión sobre los resultados del proyecto: Tomás Martínez Saldaña, Lydia Torre, José Luis Pimentel Equihua y José Rivera; para el cuadro fueron de gran ayuda Juan Ramón Pineda Torres y José Luis Pimentel Equihua. Un par de invi-taciones a realizar presentaciones fueron antecedentes importantes, la de El Cole-gio de San Luis al Seminario Gestión del agua y conflictos sociales: análisis de los ámbitos locales en marzo de 2011 y la de Blanca Jiménez a la Reunión general de la AMC: Ciencia y humanismo; Simposio de la sección de Ingeniería: La Crisis del Agua en enero de 2012. Varias personas leyeron y comentaron sobre el texto intro-

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ductorio: J. V. Palerm, Acela Montes y Patricia Torres. Además, Lydia Torre y Ma Luisa Torregrosa leyeron y comentaron todo el texto de la Antología. Un especial agradecimiento a Guiomar Palerm por la revisión del texto y a Israel Sandré por el apoyo con algunas figuras. Finalmente a todos los participantes en los talleres del proyecto, en especial a Nohora Guzmán.

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9,26

6 he

ctár

eas

el si

stem

a m

ás g

rand

e 7,

500

1920

s -a

1972

ejid

o co

n ju

ez d

e ag

uas

junt

as d

e ag

uas

(3)

Ensa

yo X

I, e

n es

ta A

ntol

ogía

1972

-199

2re

gant

es d

el e

jido

urde

rale

s (3)

Asam

blea

de

dele

-ga

dos

1992

-a la

fe

cha

rega

ntes

del

ejid

oun

idad

es d

e ri

ego

(3)

Asam

blea

de

dele

-ga

dos

2N

exap

a (P

uebl

a)12

can

ales

gen

eral

es

con

obra

de

cabe

cera

en

com

ún

8,10

0 he

ctár

eas

1920

s -a

1972

ejid

o co

n ju

ez d

e ag

uas

junt

as d

e ag

uas

(12)

Com

ité d

e rí

o

Oca

mpo

, 199

7; R

odri

guez

, 200

0;

Góm

ez C

arpi

ntei

-ro

, 200

5;

Ren

dón,

com

m.

pers

. 200

5

1972

-199

2ur

dera

l (re

gant

es

del e

jido)

y e

jido

con

juez

de

agua

s

junt

a de

agu

as

(12)

1992

-a la

fe

cha

urde

ral (

rega

ntes

del

ej

ido)

yej

ido

con

juez

de

agua

s

junt

a de

agu

as

(12)

Com

ité d

e rí

o

Dis

trito

de

Rie

go

(se

resp

eta

orga

ni-

zaci

ón e

xist

ente

)

3Pi

lant

itla

(Pue

bla)

sist

ema

de ri

ego

mul

ticom

unita

rio

1920

s -a

1972

ejid

oju

nta

de a

guas

(1

)Es

cobe

do, 1

997b

1972

-199

2po

sibl

emen

te

urde

ral (

rega

ntes

del

ejid

o)

junt

a de

agu

as

(1)

1992

-a la

fe

cha

n.d.

n.d.

Page 72: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

71INTRODUCCIÓN: CapaCIDaDes De aUTO-ORgaNIzaCIÓN De lOs RegaNTes y legIslaCIÓN

Sist

ema

o re

d hi

-dr

áuli

ca (

o un

idad

ad

min

istr

ativ

a)

Des

crip

ción

y

tam

año

(sup

erfi

cie

de r

iego

)pe

riod

osN

ivel

org

aniz

ati-

vo c

omun

idad

Niv

el o

rgan

i-za

tivo

mul

ti-

com

unit

ario

Niv

el o

rgan

i-za

tivo

mul

tico

-m

unit

ario

fuen

te

4El

Cub

o (T

arim

oro,

G

uana

juat

o)si

stem

a de

rieg

o

8 ej

idos

apr

ox.

1,80

0 he

ctár

eas

1920

s -a

1972

ejid

oju

nta

de a

guas

(1

)Bá

cena

s y G

alin

do,

com

m. p

ers.

201

2;

Crin

quan

t, 20

0419

72-1

992

ejid

oju

nta

de a

guas

(1

)

1992

-a la

fe

cha

ejid

o: a

trib

ucio

nes

de a

sign

ació

n de

ag

ua

unid

ad d

e ri

ego

(1)

5Te

jalp

a (E

do d

e M

é-xi

co)

dos s

iste

mas

de

rieg

o in

terc

onec

tado

s

1,50

0 he

ctár

eas

1920

s -a

1972

ejid

os c

on ju

ez d

e ag

uas

junt

a de

agu

as

(1)

Ensa

yo V

III,

en

esta

Ant

olog

ía

1972

-199

2ej

idos

con

juez

de

agua

sju

nta

de a

guas

(1

)

1992

-a la

fe

cha

ejid

os c

on ju

ez d

e ag

uas y

un

idad

es d

e ri

ego

(reg

ante

s del

ejid

o)

junt

a de

agu

as

(1)

6N

azas

(Coa

huila

): si

stem

as m

ultic

omu-

nita

rios

actu

al e

spac

io d

el

mód

ulo

II d

el D

istr

ito

de R

iego

017

sist

emas

mul

ticom

u-ni

tari

os, c

ada

uno

de

alre

dedo

r de

100

hec-

táre

as; e

n to

tal e

n el

es

paci

o ad

min

istr

ado

por e

l mód

ulo

5,00

0 he

ctár

eas

1920

s -a

1962

regi

dore

s por

sect

or

de u

suar

ios

junt

as d

e ag

uas

(por

cad

a pr

esa

y ca

nal)

(sus

pen-

dido

en

1962

)

Dis

trito

de

Rie

go

Ensa

yo II

, en

esta

An

tolo

gía

1962

-19

92re

gido

res p

or se

ctor

de

usu

ario

s

acue

rdos

hor

i-zo

ntal

es e

ntre

re

gido

res

Dis

trito

de

Rie

go

1992

-a la

fe

cha

regi

dore

s por

sect

or

de u

suar

ios

acue

rdos

hor

i-zo

ntal

es e

ntre

re

gido

res

Dis

trito

de

Rie

go

mód

ulo

Page 73: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

72 AntologíA sobre riego

Sist

ema

o re

d hi

-dr

áuli

ca (

o un

idad

ad

min

istr

ativ

a)

Des

crip

ción

y

tam

año

(sup

erfi

cie

de r

iego

)pe

riod

osN

ivel

org

aniz

ati-

vo c

omun

idad

Niv

el o

rgan

i-za

tivo

mul

ti-

com

unit

ario

Niv

el o

rgan

i-za

tivo

mul

tico

-m

unit

ario

fuen

te

7N

azas

(Coa

huila

): si

stem

as m

ultic

omu-

nita

rios

actu

al e

spac

io d

el

mód

ulo

III d

el D

istr

i-to

de

Rie

go 17

sist

emas

mul

ticom

uni-

tari

os,

entr

e 10

0 a

1,00

0 he

c-tá

reas

, el m

ás g

rand

e 1,

500

hect

área

s, e

n to

-ta

l en

el e

spac

io a

dmi-

nist

rado

por

el m

ódul

o 6,

371 h

ectá

reas

1920

s -a

1962

regi

dore

s por

sect

or

de u

suar

ios

junt

as d

e ag

uas

(sus

pend

ido

en

1962

)D

istr

ito d

e R

iego

Ensa

yo I,

en

esta

An

tolo

gía

1962

-19

92

regi

dore

s por

sect

or

de u

suar

ios

+ ej

ido

acue

rdos

hor

i-zo

ntal

es e

ntre

re

gido

res

+ ej

ido

Dis

trito

de

Rie

go

1992

-a la

fe

cha

regi

dore

s por

sect

or

de u

suar

ios

+ ej

ido

acue

rdos

hor

i-zo

ntal

es e

ntre

re

gido

res

Dis

trito

de

Rie

gom

ódul

o

8Sa

n Ju

an T

eotih

ua-

cán

(Edo

. de

Méx

ico)

sist

ema

de ri

ego

3,00

0 (y

por

la d

écad

a de

1990

se se

can

los

man

antia

les)

1920

s -a

1972

ejid

oju

nta

de a

guas

(1

)

Gon

zále

z H

uert

a, 2

000

1972

-199

2ej

ido

urde

ral (

1)

9Ca

nal T

enan

go (M

o-re

los)

sist

ema

de ri

ego

2,00

0 he

ctár

eas

1920

s -a

1972

ejid

oju

nta

de a

guas

(1

)R

ivas

, 200

0;

Reg

lam

ento

, 192

6

1972

-199

2n.

d.ju

nta

de a

guas

(1

)

1992

-a la

fe

cha

com

ité u

nida

d de

ri

ego

(reg

ante

s del

ejid

o

unid

ad d

e ri

ego

(1)

10Ar

anda

s (Ja

lisco

)si

stem

a de

rieg

o35

0 he

ctár

eas

proy

ecto

2, 0

00 h

ec-

táre

as19

72-1

992

1972

-199

2un

dera

l (1)

Cabr

era

et a

l, 19

97

cons

truc

ción

en

1970

s19

92-a

la

fech

a19

92 a

la fe

cha

n.d.

Page 74: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

73INTRODUCCIÓN: CapaCIDaDes De aUTO-ORgaNIzaCIÓN De lOs RegaNTes y legIslaCIÓN

Sist

ema

o re

d hi

-dr

áuli

ca (

o un

idad

ad

min

istr

ativ

a)

Des

crip

ción

y

tam

año

(sup

erfi

cie

de r

iego

)pe

riod

osN

ivel

org

aniz

ati-

vo c

omun

idad

Niv

el o

rgan

i-za

tivo

mul

ti-

com

unit

ario

Niv

el o

rgan

i-za

tivo

mul

tico

-m

unit

ario

fuen

te

11La

Cañ

ada

(Gue

rrer

o)re

d hi

dráu

lica,

los

sist

emas

est

án in

ter-

cone

ctad

os

19 si

stem

assi

stem

a m

ás g

rand

e 1,

342,

en

tota

l 3,0

00

hect

área

s

1920

s -a

1972

orga

niza

ción

por

ca

mpo

s (co

mis

io-

nado

s y ju

eces

de

agua

s)

acue

rdos

ent

re

cam

pos q

ue

com

part

en p

resa

de

riva

dora

Ensa

yo IX

, en

esta

An

tolo

gía

1972

-199

2

orga

niza

ción

por

ca

mpo

s (co

mis

io-

nado

s y ju

eces

de

agua

s)

acue

rdos

ent

re

cam

pos q

ue

com

part

en p

resa

1992

-a la

fe

cha

orga

niza

ción

por

ca

mpo

s (co

mis

io-

nado

s y ju

eces

de

agua

s)

acue

rdos

ent

re

cam

pos q

ue

com

part

en

pres

a +

S. d

e R

. L. (

1)

(con

junt

a a

las 5

un

idad

es d

e ri

ego)

unid

ades

de

rie-

go (5

) (no

en

to-

dos l

os si

stem

as

de L

a Ca

ñada

)

12Va

lle C

oene

o H

uani

-qu

eo (M

icho

acán

)re

d hi

dráu

lica

mul

-tic

omun

itari

a pa

ra

enta

rqui

nam

ient

o en

ca

jas d

e ag

ua

2,00

0 he

ctár

eas

1920

s -a

1972

ejid

o +

asam

blea

usu

ario

s en

cad

a ca

ja d

e ag

uaac

uerd

os e

ntre

ej

idos

Lópe

z-Pa

chec

o,

2002

; Lóp

ez-

Pach

eco

et a

l, 20

09

1972

-199

2ej

ido

+as

ambl

ea u

suar

ios

de c

ada

caja

de

agua

acue

rdos

ent

re

ejid

os

1992

-a la

fe

cha

ejid

o +

asam

blea

usu

ario

s de

cad

a ca

ja d

e ag

uaac

uerd

os e

ntre

ej

idos

Page 75: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

74 AntologíA sobre riego

Sist

ema

o re

d hi

-dr

áuli

ca (

o un

idad

ad

min

istr

ativ

a)

Des

crip

ción

y

tam

año

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cie

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iego

)pe

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osN

ivel

org

aniz

ati-

vo c

omun

idad

Niv

el o

rgan

i-za

tivo

mul

ti-

com

unit

ario

Niv

el o

rgan

i-za

tivo

mul

tico

-m

unit

ario

fuen

te

13Te

petit

lán

(edo

de

Méx

ico)

sist

ema

de ri

ego

9,72

1 hec

táre

as

1920

s -a

1972

ejid

o y

juec

es d

e ag

uas (

limita

da p

ar-

ticip

ació

n ej

idos

, el

juez

de

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s apo

ya

al c

anal

ero

del D

de

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Dis

trito

de

Rie

go

Ensa

yos V

y V

I,

en e

sta

Anto

logí

a

1972

-199

2

ejid

o y

juec

es d

e ag

uas (

limita

da p

ar-

ticip

ació

n ej

idos

, el

juez

de

agua

s apo

ya

al c

anal

ero

del D

de

R)

Dis

trito

de

Rie

go

1992

-a la

fe

cha

ejid

o y

juec

es d

e ag

uas

com

ités d

e ja

güey

acue

rdos

ent

re

ejid

os

14Va

lle d

e Ju

árez

, par

te

antig

ua (C

hihu

ahua

)si

stem

a de

rieg

o

1,80

0 he

ctár

eas

(peq

ueño

s pro

piet

a-ri

os)

1920

s -a

1972

n.d.

junt

a de

agu

asD

istr

ito d

e R

iego

Rod

rigu

ez H

aros

et

al,

2007

1972

-199

2n.

d.ju

nta

de a

guas

Dis

trito

de

Rie

go

1992

-a la

fe

cha

n.d.

junt

a de

agu

asob

ra d

e ca

bece

ra

adm

inis

trad

a po

r D

istr

ito d

e R

iego

en p

roce

so

tran

sfer

enci

a co

mo

mód

ulo

Page 76: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

75INTRODUCCIÓN: CapaCIDaDes De aUTO-ORgaNIzaCIÓN De lOs RegaNTes y legIslaCIÓN

Sist

ema

o re

d hi

-dr

áuli

ca (

o un

idad

ad

min

istr

ativ

a)

Des

crip

ción

y

tam

año

(sup

erfi

cie

de r

iego

)pe

riod

osN

ivel

org

aniz

ati-

vo c

omun

idad

Niv

el o

rgan

i-za

tivo

mul

ti-

com

unit

ario

Niv

el o

rgan

i-za

tivo

mul

tico

-m

unit

ario

fuen

te

15M

ódul

o de

rieg

o 05

“T

epat

epec

” (H

idal

go)

3 ca

nale

s gen

eral

es,

sólo

a n

ivel

de

Dis

tri-

to c

ompa

rten

obr

a de

ca

bece

ra

5,80

0 he

ctár

eas c

orre

s-po

nde

al e

spac

io a

dmi-

nist

rado

por

el m

ódul

o19

20s -

a 19

72n.

d.D

istr

ito d

e R

iego

Ensa

yo V

II, e

n es

ta A

ntol

ogía

1972

-199

2

zanj

ero

por c

om-

puer

ta n

ombr

ado

por l

os re

gant

es

(lim

itada

par

ticip

a-ci

ón e

n de

cisi

ones

de

dis

trib

ució

n)

Dis

trito

de

Rie

go

1992

-a la

fe

cha

zanj

ero

por c

om-

puer

ta n

ombr

ado

por l

os re

gant

es

(lim

itada

par

ticip

a-ci

ón e

n de

cisi

ones

de

dis

trib

ució

n)

mód

ulo

Dis

trito

de

Rie

go

16Cu

autla

(Mor

elos

)re

d hi

dráu

lica,

, lo

s si

stem

as e

stán

inte

r-co

nect

ados

10,0

00 h

ectá

reas

1920

s -a

1953

ejid

o y

juec

es d

e ag

ua

junt

a de

agu

as(s

uspe

ndid

o en

19

53)

Pale

rm e

t al,

2001

; Áv

alos

et a

l, 20

10;

Salc

edo

et a

l, 20

00, 2

002

1953

-199

2ej

ido

y ju

eces

de

agua

Dis

trito

de

Rie

go

1992

a la

fe

cha

ejid

o y

juec

es d

e ag

ua

acue

rdos

hor

i-zo

ntal

es e

ntre

ej

idos

que

se

abas

tece

n po

r le

mis

mo

cana

l

Dis

trito

de

Rie

gom

ódul

o de

rieg

o

Page 77: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

76 AntologíA sobre riego

Sist

ema

o re

d hi

-dr

áuli

ca (

o un

idad

ad

min

istr

ativ

a)

Des

crip

ción

y

tam

año

(sup

erfi

cie

de r

iego

)pe

riod

osN

ivel

org

aniz

ati-

vo c

omun

idad

Niv

el o

rgan

i-za

tivo

mul

ti-

com

unit

ario

Niv

el o

rgan

i-za

tivo

mul

tico

-m

unit

ario

fuen

te

17Pa

rte

alta

Am

atzi

nac

(Mor

elos

)pe

queñ

os si

stem

as

que

tom

an a

gua

por

man

guer

a

en c

onju

nto

apro

x. 8

0

lps e

n 19

51 y

afe

cta

agua

s aba

jo a

743

hec

-tá

reas

rieg

o po

r man

guer

as

1920

s -a

1972

5 a

10 so

cios

por

gr

upo

junt

a de

agu

as

--no

par

ece

con-

cret

arse

Ensa

yo X

, en

esta

An

tolo

gía;

Riv

as,

2000

, 200

5; E

spi-

nosa

, 200

6; R

egla

-m

ento

, 195

1

1972

-199

25

a 10

soci

os p

or

grup

oas

ocia

ción

de

man

guer

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77

INTRODUCCIÓN

Los Distritos de Riego en México tuvieron su origen la Ley de Irrigación de 1926, con la cual el Estado inició la construcción de obra hidráulica, en principio debido a la incapacidad de la iniciativa privada de construir gran obra hidráulica. Con la Ley Federal de Aguas, su administración se convirtió en obligación del Estado en 1972. Con la Ley de Aguas Nacionales, la transferencia de la administración a los usuarios se hizo obligatoria en 1992.

Se ha puesto poco énfasis en el núcleo de viejos regadíos o labores viejas en los Distritos de Riego, así como en la expansión de la administración estatal sobre viejos regadíos, en la política de las décadas de 1930 y 1940 de organizar a los usua-rios y entregar los Distritos de Riego, y en la existencia y persistencia de espacios gobernados por los mismos usuarios (Aboites, 2001; Palerm, 2009; Rodríguez y Palerm, 2007). Tampoco se ha puesto demasiada atención en el hecho de que mu-chos de los Distritos de Riego son agregados administrativos de regadíos que no comparten infraestructura, incluso que no comparten las mismas fuentes de agua o, más aun, ni siquiera están en espacios geográficos contiguos. En relación a este

I. Organizaciones autogestivas en los distritos

de riego: el caso del módulo II (Nazas) del Distrito de Riego 017

Carlos Cháirez Araiza | Jacinta Palerm Viqueira

Page 79: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

78 AntologíA sobre riego

último aspecto: la agregación administrativa, encontramos que, en realidad, hay una proliferación de pequeños regadíos (Palerm, 2009).

La implementación de la transferencia de los Distritos de Riego ha hecho caso omiso a las organizaciones ya existentes (Rodríguez, 2010). El modelo preferente ha sido de transferir a los usuarios espacios de riego (módulos) de un Distrito con la escala suficiente para financiar una administración burocrática: contratación de Gerente operativo o técnico, canaleros, personal de oficina, etc. De tal manera que el conjunto del espacio regado considerado se ha adecuado a las necesidades de tamaño “óptimo” del módulo y, bajo esta lógica, los espacios de riego se han con-juntado o se han subdividido.

Sin embargo, los pequeños (e incluso los medianos) sistemas de riego no re-quieren de una administración burocrática (Palerm, 2005, 2006-a), e incluso los regantes minifundistas prefieren una administración no burocrática (Palerm, 2006-b). Esta preferencia está documentada para el módulo Tepetitlán, caso en el que los regantes se resistieron a adoptar un modelo burocrático (Montes y Palerm, en esta Antología).

En este ensayo se presenta un estudio de caso sobre los pequeños sistemas de riego del módulo II del Distrito de Riego 017, y la manera en la que estos han dado continuidad a una gestión propia, antes y después de la transferencia.

EL DISTRITO DE RIEGO 017

El Distrito de Riego 017 corresponde al espacio regado en la Comarca Lagunera, ubicado en los estados de Durango y Coahuila. El clima es seco o desértico, con una precipitación media anual de 250 mm, y una evaporación potencial del orden de los 2,500 mm. El Distrito tiene una superficie inscrita total de 190,447 hectáreas en beneficio de 33,328 usuarios, aunque la superficie efectivamente regada fluctúa entre 20,000 y 80,000 hectáreas. Los ríos Nazas y Aguanaval riegan la Comarca Lagunera, pero los espacios regados por cada río son distintos, y la mayor parte co-rresponde al río Nazas. La infraestructura hidráulica sobre el río Nazas consiste en dos presas de almacenamiento, la presa Lázaro Cárdenas con una capacidad total de 4,438 millones de metros cúbicos (Mm³) y la presa Francisco Zarco con una capacidad total de 436Mm³. Entre el río Nazas y el Aguanaval se cuentan 40 presas

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79CASO DEL MODULO II (NAZAS) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

derivadoras, 665 km. de canales principales, y 1,1778 km. de canales secundarios (CNA, 1995; CNA, 2003).

En la parte alta del Nazas, en el tramo existente entre las dos presas de alma-cenamiento (Lázaro Cárdenas y Francisco Zarco), hay una multitud de pequeñas presas derivadoras de carácter efímero. Estas presas llegan a un total de 23, con sólo una hecha de mampostería. Cada toma tiene una superficie con concesión de riego de entre 100 y 500 hectáreas, y, en total, hay unas 6,044-21 hectáreas con concesión de riego, repartidas entre 1642 usuarios.

En la parte media del río Nazas, en el tramo situado aguas abajo de la presa de almacenamiento Francisco Zarco y hasta la presa derivadora San Fernando, hay multitud de pequeñas presas derivadoras, que llegan a un total de 8, de las cuales todas están hechas de mampostería. En total, hay unas 6,371-55 hectáreas con con-cesión de riego, repartidas entre 1,544 usuarios.

La parte baja del Distrito que corresponde al río Nazas cuenta con una pre-sa derivadora (San Fernando) hecha de mampostería, en donde se originan los canales generales Santa Rosa-Tlahualilo y Sacramento, que riegan espacios más amplios. En total, hay 74,993-12 hectáreas con concesión de riego, repartidas entre 30,139 usuarios.

La administración del Distrito, desde la transferencia, se divide entre la Jefa-tura de Proyecto y los módulos en manos de Asociaciones de Usuarios. En el caso de los pequeños sistemas, un módulo abarca varios sistemas de riego; mientras que en el caso de los sistemas más grandes, se subdividen en varios módulos. Hay veinte módulos en el Distrito de Riego: diecisiete de estos corresponden al río Na-zas, y los tres restantes al río Aguanaval. Dos de los módulos ubicados en el río Nazas están en el tramo alto, entre las presas de almacenamiento Lázaro Cárdenas y Francisco Zarco. Uno está en el tramo medio, y los 14 restantes están en la parte baja, con dos canales generales.

La tenencia de la tierra de riego en el Distrito se caracteriza por ser ejidal en su gran mayoría (81,491-34 ha), y, en menor proporción, de pequeña propiedad (11,917-54 ha). Hay 76,961-34 ha ejidales y 10,447-54 ha de pequeña propiedad en la zona del río Nazas, mientras que el río Aguanaval cuenta con 4,530-00 ha ejida-les, y 1,470-00 ha de pequeña propiedad. Cada ejidatario puede regar el total de su parcela en la parte alta y media del río Nazas, cuyo tamaño promedio oscila entre

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80 AntologíA sobre riego

3-20ha y 3-76ha respectivamente; sin embargo en la parte baja sólo puede regar 2-40 ha de las 8-00 hectáreas dotadas por ejidatario, siempre y cuando se trate de un año normal. En cuanto al río Aguanaval, cada usuario ejidatario puede regar un promedio de 2-17 ha en la parte alta (San Juan de Guadalupe), 1-02 ha en la zona media (Jimulco), y 0-87 en la parte baja (denominado Cuadro Bajo de Matamo-ros), siempre y cuando que se trate también de un año normal.

La organización del Distrito de RiegoExisten diversos textos sobre la organización de Distritos de Riego (Espinoza, 1962; Palacios, 1981). Actualmente consiste en una Jefatura de Proyecto a cargo del Jefe del Distrito de Riego que coordina las Subjefaturas de Operación, Conser-vación y Administración respectivamente, dependiendo a su vez de la Subgerencia de Operación del Organismo de Cuencas Centrales del Norte. Las áreas indicadas se encargan de la distribución de las aguas de riego (Subjefatura de operación), de la conservación y mantenimiento de las obras (Subjefatura de conservación), y, por último, de lo referente al trabajo administrativo (Subjefatura de administración). La Subjefatura de Ingeniería de Riego y Drenaje, encargada del asesoramiento al usuario para una aplicación eficiente del riego, y de la construcción de las obras de drenaje para la prevención o combate de los problemas debidos al empantana-miento y la salinidad ha dejado de estar en función desde aproximadamente el año 2008. (Ver Figura núm. 1. Esquema organizacional de la CNA para administración del DR 017 en la zona del río Nazas, 2010).

La Subjefatura o departamento de operación cuenta con 6 Unidades de Riego. Las Jefaturas de cada Unidad de Riego están a cargo de un Supervisor de Opera-ción que coordina y autoriza los avances de riego que presentan cada uno de los módulos existentes en el área de la Unidad de Riego, al tiempo que acude a las asambleas mensuales de los módulos en calidad de vocal del Consejo de Vigilancia, en representación de la CNA (Trabajo de campo, 2008).

La Subjefatura o departamento de conservación cuenta con tres Supervisores de conservación (dos para los módulos que existen en el estado de Durango, y uno para los módulos del estado de Coahuila) que cuidan el cumplimiento del programa anual de conservación presentado por cada módulo, así como de la supervisión de la maquinaria concesionada y de la maquinaria obtenida con recursos de PRODEP

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81CASO DEL MODULO II (NAZAS) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

(Programa de Desarrollo Parcelario), el mantenimiento y conservación de las obras de cabeza a cargo del DR 017, y de la realización de los concursos de obra pública y supervisión de las obras licitadas, entre otras cosas (Trabajo de campo, 2008).

En lo que respecta a la operación general del DR 017, ésta se realiza en base al volumen almacenado en las presas Lázaro Cárdenas y Francisco Zarco, que se registra el día primero de octubre de cada año (CNA, 2000). En fechas próximas posteriores, la CNA convoca a reunión de Comité Hidráulico por conducto del DR 017 con el fin de informar el volumen a extraer conforme a la decisión del Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas (COTAS), y de la superficie a regar que, por supuesto, se deriva del volumen a extraer. En esta misma reunión del Comité Hidráulico se aprueban también las cuotas por servicio de riego (CNA; 1995; CNA, 2003).

A su vez, los Presidentes de los módulos de riego informan por escrito a los Delegados1 de cada ejido sobre el volumen a extraer de las presas de almacena-miento, la superficie autorizada de riego y las cuotas por servicio de riego, con el fin de que le informen a sus representados en asamblea general del ejido (AU, 2000-a; AU, 2000-b).

En la parte baja del Distrito de Riego 017 se dispone de un aforador general y de cuatro aforadores auxiliares, los cuales, a su vez, se encargan de la entrega del volumen a los módulos de riego en los puntos de control autorizados. El aforador general se encarga del tramo existente desde la estación “Los Ángeles” en el río Nazas hasta el km. 24+750 del canal principal Sacramento, y realiza también la entrega del volumen autorizado a las tomas directas que se encuentran sobre el tramo que está bajo su responsabilidad. Adicionalmente, el aforador general hace entrega de volúmenes a los aforadores auxiliares: la entrega al primer aforador auxiliar se realiza en el punto de control autorizado del canal principal Tlahualilo; la entrega al segundo aforador auxiliar se hace en el punto de control autorizado del canal lateral derecho km. 3+500 del canal principal Sacramento; la entrega al tercer aforador es en el punto del control autorizado del canal lateral izquierdo km. 17+150 del canal principal Sacramento, y la entrega al cuarto aforador auxiliar es en el punto de control autorizado en el km. 24+750 del canal principal Sacramento

1 Delegados de Riego, representan a los ejidos y a las pequeña propiedad en el módulo, son cargos de elección por el conjunto de usuarios que representan.

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82 AntologíA sobre riego

(Trabajo de campo, 2008), (ver Cuadro num. 1 Puntos de control donde el Afora-dor general entrega a los aforadores auxiliares).

Como ya señalamos, los aforadores auxiliares del aforador general se encargan de entregar los módulos de riego a los Gerentes Técnicos de los módulos en los puntos de control autorizados. A su vez, estos últimos entregan en agua a su cuerpo de canaleros, para que se pueda distribuir entre las parcelas de los usuarios (Tra-bajo de campo, 2008).

En un estudio preliminar realizado por un equipo del Colegio de Postgradua-dos en el año 2007, se determinaron cuatro puntos de control para el módulo IV El Vergel, dieciséis para el módulo V Brittingham, dos para el módulo VII San Miguel, cuatro para el módulo VIII El Consuelo, cincuenta y dos para el módulo IX Buen Abrigo-Coyote, cincuenta y ocho para el módulo X Masitas, dos para el módulo XI Jiménez, siete para el módulo XII El Porvenir, quince para el módulo XIII La Marinera, cinco para el módulo XIV Santa Teresa, veinte para el módulo XIV La Rosita, dos para el módulo VI El Áncora, y, finalmente, once para el mó-dulo XVII José Zamarripa Cobos (Estudio preliminar, 2007). Sin embargo, estos puntos de control pueden cambiar año con año, dependiendo de la superficie a regar (Comm. Pers., 2007).

En la parte alta del Nazas el Distrito de Riego, hasta 2008, contaba con dos afo-radores para la Unidad de Nazas-Rodeo. Sin embargo, el esquema descrito para la parte baja no funciona, ni para la parte alta (Módulos de Riego, I Rodeo y II Nazas), ni para la parte media del Nazas (módulos III San Jacinto). Significativamente, a pesar de que en el mismo estudio realizado por el Colegio de Postgraduados se señalan 9 puntos de control para el módulo I Rodeo, 12 para el módulo II Nazas, y 16 para el módulo III San Jacinto (Estudio preliminar, 2007), ni el Aforador de la CNA ni los Gerentes Técnicos de los módulos con sus canaleros se encargan de distribuir el agua.

Los regantes de la parte alta y media, desde antes de la transferencia, tienen una organización propia para administrar los “estiajes” que se presentan durante el periodo de agosto a marzo, y para manejar el volumen que les corresponde de las aguas derivadas de las presas de almacenamiento. Los regantes también son los que se encargan de dar mantenimiento y de reconstruir las presas efímeras (Tra-bajo de campo, 2008).

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83CASO DEL MODULO II (NAZAS) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

La administración de los pequeños sistemas sobre estos tramos del río Nazas se “transfirieron” a tres módulos de riego: el módulo I (Rodeo), el II (Nazas), y el III (San Jacinto). Es decir, la operación supuestamente pasó del Distrito a tres Asociaciones de Usuarios.

La atención de este ensayo se centra en los procesos de organización para el riego de las pequeñas presas de la parte alta --en concreto, aquellas en el espacio correspondiente al llamado módulo II (Nazas), ejemplificado con el caso de la pre-sa y del canal general Santa Clara.

LOS PEQUEÑOS SISTEMAS DE RIEGO DE LA PARTE ALTA DEL NAZAS, CORRESPONDIENTES AL MÓDULO II

El tramo del río Nazas que corresponde al módulo II se extiende por 42.13 km., y corresponde a un pequeño valle de aluvión en forma de cañón. Hay 14 presas derivadoras efímeras, cada una con su correspondiente canal principal. Los cana-les principales corren próximos a la línea que separa el valle de la cota más alta, siempre paralelos a la corriente del río, pretendiendo regar la máxima superficie comprendida en el espacio que queda entre el canal y el río Nazas. En algunos partes del valle, el espacio entre el río y la montaña es tan reducido que algunos de los canales, como el Santa Bárbara I, están unidos a la montaña con fuerte mam-postería, que data del tiempo de la hacienda. Casi siempre, cada sistema drena a otro canal principal, o bien, al río a inmediaciones de la toma del siguiente sistema aguas abajo (Trabajo de campo, 2010).

La cañada es un continuo de regadíos, y la superficie de concesión es efectiva-mente regada, junto con algunas otras superficies de “terrenos federales” con dere-chos precarios. En total, se riegan aproximadamente 5,007-12 hectáreas (ver Cua-dro núm. 2). Las parcelas ubicadas en la margen derecha del río están orientadas de sur a norte, y las parcelas en la margen izquierda las parcelas están ubicadas de norte a sur, buscando regar a favor de la pendiente, y procurando que los exceden-tes o derrames puedan ser vertidos nuevamente en el río (Trabajo de campo, 2010).

Las presas derivadoras efímeras están hechas a base de piedras de río y costales de polipropileno, tipo azucareros, rellenos de grava y arena de la que el río arras-tra. Las piedras y costales se colocan sobre rollos de ramas de sauce (Salix spp.) y

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84 AntologíA sobre riego

de jarilla (Bracharis glutinosa); además, se utilizan trozos de plástico para tapar posibles filtraciones.

Los canales principales se originan en la presas derivadoras, y cuentan con compuerta metálica que regula el paso del agua. Los caminos para supervisión de los canales generales son de terracería, espaciosos (con un ancho de 2 a 3 m) y, generalmente, en algunos tramos flanqueados por árboles de nogal “criollo” de diferente altura, algunos llegando a tener alturas de treinta metros o más (Tra-bajo de campo, 2010).

El cultivo más típico está constituido por la alfalfa (Medicago Sativa L.), via-ble gracias a la relativa abundancia de agua del río Nazas, y se caracteriza por la facilidad para cosecharse y rendir ingresos al usuario cada veinticinco y/o treinta días, por los excelentes precios que ofrece el mercado (hasta 60 pesos la paca de 25 a 30 Kg.), la vida útil del cultivo de 3 a 7 años, la eliminación del barbe-cho-rastreo y bordeo en los años consecutivos al primer año y la total mecaniza-ción (siembra, corte, alomillado y empaque), así como la demanda constante por parte de la industria de la leche asentada en las vecinas ciudades de la Comarca de La Laguna (Trabajo de campo, 2010).

En orden de importancia, el siguiente cultivo sería el nogal pecanero (Carya illinoinensis), el fruto se consume regionalmente y también se vende a compra-dores del estado de Chihuahua para la industria alimenticia. La siembra de hor-talizas y oleaginosas (chile y cacahuate) solo se realiza en áreas reducidas y la producción se destina al consumo doméstico (Trabajo de campo).

El agua de riegoEl cauce del río Nazas, en este tramo, cuenta con agua todo el año gracias a las llamadas ‘aguas de estiaje’, que brotan en el cauce del río Nazas. Adicionalmen-te, las aguas de la presa de almacenamiento Lázaro Cárdenas transitan por el cauce. De esta manera, se pueden definir cuatro periodos según el tipo de aguas de cauce:

1. El comprendido entre la primera decena de marzo y la segunda decena de abril, en el que las aguas subálveas del río Nazas se empalman con las aguas provenientes de la presa Lázaro Cárdenas.

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85CASO DEL MODULO II (NAZAS) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

2. El comprendido entre la segunda decena de abril y la segunda decena de mayo, en el que se opera exclusivamente con las aguas subálveas prove-nientes del cauce del río Nazas.

3. El comprendido entre la segunda decena de mayo y la primera decena de agosto, en el que las aguas subálveas del río Nazas nuevamente se empal-man con las aguas provenientes de la presa LC.

4. El comprendido entre la primer decena de agosto y principios de la decena de marzo del próximo año, en el que se opera exclusivamente con aguas subálveas provenientes del cauce del río Nazas (Trabajo de campo, 2010).

La gestión local y la presencia extra-localLos Regidores son los encargados de distribuir el agua y de avisar al comisariado ejidal sobre la necesidad de organizar tareas de mantenimiento a realizar por los usuarios en la mayoría de los sistemas de riego del tramo del río Nazas que corres-ponde al módulo II. Los Regidores son usuarios nombrados (por elección o turno) en una asamblea de usuarios ejidatarios con concesión de agua de riego (ver Cuadro núm. 2). El puesto de Regidor tiene su origen en el reparto Agrario, ya que al entre-garse las tierras de la hacienda a los ejidatarios se tuvo la necesidad de nombrar a las personas que se encargarían de la distribución de las aguas (Entrevista, 2010).

Las excepciones a estas medidas son, en primer lugar, el sistema Emilio Ca-rranza (11), que tiene su origen a partir de la construcción de la presa Francisco Zarco (1965-1970), que hizo necesario el compensar con tierra de riego a los usua-rios de los sistemas afectados por el remanso del agua. Estas nuevas tierras se rie-gan por bombeo, y, durante sus inicios, sus gastos de operación quedaron a cargo de la SRH. Sin embargo, actualmente es la CNA la que está encargada de liquidar estos gastos. Así, la CNA mantiene personal para operar el cárcamo de bombeo, y el módulo contrata a canaleros para realizar la distribución. El sistema tiene dos grandes inconvenientes, primero, los estiajes no pueden ser levantados por el cár-camo Emilio Carranza debido a la falta de carga hidráulica, incluso los usuarios con apoyo del módulo hicieron una presa efímera en 2005 para mejorar la carga hidráulica –aún así sólo pueden recibir el riego cuando las compuertas de la presa LC se mantienen abiertas; segundo, con cualquier corriente de viento, se caen las cuchillas y el riego se interrumpe y si no se notifica oportunamente a la CFE y/o a la

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86 AntologíA sobre riego

CNA para que presione a la CFE, puede desfasarse el servicio de riego. (Entrevista, 2008, 2010; SRH, 1969; SRH, 1970).

La segunda excepción es el caso de los sistemasDoña Severa o del Conejo (10), que riega 173-98 ha, y San Pedro del Tongo (12), que riega 297-87 ha. En el caso de San Pedro Tongo, la administración del sistema no parece tener antecedentes de Regidores. En cambio, hay un tandeo, y cada usuario sabe la hora durante la que debe recibir y/o entregar el agua al siguiente usuario. Por el sonido local2, el comi-sariado local hace la convocatoria de mantenimiento de la infraestructura (presa y canal), y los usuarios saben ya qué tramo deberán atender. No obstante, reciente-mente el módulo contrató a un canalero que se ocupa de regular la compuerta de bocatoma y de llevar los informes de avance de riego al módulo — aunque, a decir de los usuarios, esto no les hace falta. Este llamado “canalero” no realiza labores de distribución de agua.

En el caso de El Conejo no hay Regidores, pues hay únicamente 12 pequeños propietarios y precarios, se nombra un trabajador cualquiera para realizar la dis-tribución. Cabe señalar que en el canal San Isidro, con sólo pequeños propietarios y precarios hay Regidor. Para el sistema El Conejo el módulo recientemente con-trató a un canalero, precisamente el mismo que está contratado para el sistema de San Pedro Tongo. Al igual que en el sistema de San Pedro Tongo, el “canalero” no realiza labores de distribución del agua.

La CNA hacía sentir su presencia al controlar los candados de la apertura de las compuertas de las bocatomas. El Aforador general de la CNA, hasta 2008, para este tramo del río y en el tiempo en se derivan aguas de la presa LC, regulaba la apertura de las compuertas de las bocatomas y, para que no se modificase la aper-tura, ponía candados. En tiempo de estiaje, el Aforador de la CNA retiraba los can-dados. Sin embargo, en 2010, en la bocatoma del canal “Santa Clara” en el período de estiajes y en el período en que se derivan aguas de la presa LC, no se observó la existencia de candados en la compuerta de la bocatoma. El cambio en la actuación de la CNA se debe a que el Aforador de la CNA, correspondiente a este tramo se jubiló en 2008 y no ha sido re-emplazado (Trabajo de campo, 2008, 2010).

2 Se le conoce como sonido local al uso de bocinas que se ponen en las azoteas de las casas, o se fijan sobre el techo o en el extremo superior de una estructura vertical, de manera que los anuncios comunitarios puedan ser escuchados por sus habitantes en un radio de aproximadamente tres y cinco kilómetros (Trabajo de campo, 2010).

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87CASO DEL MODULO II (NAZAS) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

El Aforador de la CNA también debía realizar dos aforos por día en los puntos de control de cada canal general. Sin embargo, suponemos que esta medición no se realizaba, ya que el tramo de río a recorrer es de 42.13 km, con malos caminos y sin puentes peatonales y/o vehiculares próximos y necesarios debido a que algunos canales están en la margen izquierda, y otros en la margen derecha.

En 2008, el módulo Nazas II vendió cinco millones de metros cúbicos a los módulos localizados en la parte baja del DR 017, al parecer el cálculo de “agua excelente” se realizó con bases informativas endebles sobre estadística de aforos, superficie regada y láminas de riegos. Además, diversos informantes aseguran que el Presidente del módulo no integró el pago a la contabilidad del módulo de riego (Entrevista, 2008; Trabajo de campo, 2008).

Hay presencia del módulo en lo que se refiere a apoyos en maquinaria para arreglar los caminos de acceso a los canales generales, para el desazolve de la bo-catoma del canal de Santa Clara, etc. Pero el apoyo no es sistemático y predecible. Hay también, por supuesto, presencia en recaudación y en la representación de los Delegados de riego al módulo. Otra presencia a señalar del módulo es el pago a los Regidores, el módulo de riego les otorga a los Regidores una compensación de $700 quincenales en los meses que se deriva agua de la presa LC. Los usuarios, a su vez, les compensan con $10 por riego ó $100 anuales (Entrevista, 2010).

Los derechos de aguaEn la parte alta y media del Nazas tienen acceso al agua de riego, además de las superficies ejidales y de propiedad privada que cuentan con concesión, parcelas en los llamados terrenos federales. Este fenómeno no se da en la parte baja del Nazas. Adicionalmente al tradicional acceso al riego de terrenos federales, en el caso del módulo II, se debe contabilizar como riego con derechos precarios el que se realiza a partir de las presas efímeras (13) del Sobaco y (14) Las Cruces (ver Cuadro num. 2). La superficie de riego de estos dos sistemas supuestamente iba a ser afectada con la construcción de la presa FZ, sin embargo el efecto de remanso de la presa FZ afecte sólo ocasionalmente al canal Las Cruces y, con aun menos frecuencia, al canal El Sobaco.

Los usuarios del agua con derechos precarios pagan actualmente la misma cuo-ta por servicio de riego al módulo; sin embargo carecen de representación. Los

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88 AntologíA sobre riego

usuarios del agua en los llamados terrenos federales son, por lo regular, familiares y vecinos de las comunidades.

El riego de terrenos federalesEl Jefe de la Zona de Nazas, Dgo., Javier Ríos Jaques, indica que el riego de superficie que está fuera del Padrón de Usuarios autorizado (terrenos federales) es una práctica que siempre se ha realizado. Hasta 1962, los terrenos sin derecho pagaban el servicio de riego con recibo oficial. En 1963, el finado Pánfilo Ríos Jaques, que en ese tiempo era Jefe de Zona, no les cobró, porque no se tuvo avenida de la presa LC. A partir de 1964, y hasta el año de 1968, tiempo durante el cual Francisco Olivas Núñez fungió como Jefe de Zona, se les cobró a los usuarios por este servicio aunque sin darles nin-gún recibo oficial; el primer año se cobraron $20 por hectárea, el siguiente $25, y así sucesivamente, hasta que el Jefe de Zona llegó a cobrarles $40 por hectárea. Hubo casos aislados en el que el Sr. Olivas Núñez ordenó que primero se proporcionara agua a estos terrenos, y después a los del Padrón de Usuarios (SRH, 1975-c).

A inicios de 1969, Javier Ríos Jáques, previendo que habría problemas con los referidos terrenos, y dado que su obligación era impedir que siguieran haciendo uso del agua, trató el asunto con el Ing. Salvador Jiménez Montes, Jefe de la Sexta Unidad de Riego Nazas-Rodeo, quien indicó que se les diera el servicio de riego a los terrenos indicados, siempre y cuando exhibieran el recibo oficial de pago reali-zado de $20 por hectárea (SRH, 1975-c).

En los años 1970, 1971 e inicios de 1972, los riegos de terrenos federales se operaron de la misma manera, pero, posteriormente, el Jefe de Unidad dio la ins-trucción verbal de que no se les cobrara, dado que se les ayudaría con el riego de una hectárea a cada uno de ellos, sin embargo, algunos regaron más de lo indicado, contando con algunas de las actas circunstanciadas que se levantaron al respecto (SRH, 1975-c).

Las autorizaciones para regar terrenos federales provenían, en la década de 1970, de la Jefatura de Unidad, que a su vez tenían su origen en la gestión que realizaban algunos grupos representados por Presidentes de Comisariado Ejidal o Presidentes Municipales (SRH, 1975-c).

En 1973, en relación al riego de terrenos federales, el Ing. Luis Estrada León en calidad de Gerente General, informaba al Presidente municipal Arnulfo To-

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rres Reyes, que de acuerdo al inciso (d) de la Cláusula Primera de las concesiones para el aprovechamiento agrícola de los terrenos federales, el concesionario del propietario del terreno federal se obligaba a no utilizar las aguas de la corriente o depósito a que corresponde el terreno por lo que su incumplimiento podría castigarse cancelando la concesión; más tarde, en 1975, el Ing. Luis Estrada León informaba al Jefe de la Sexta Unidad de Riego Nazas-Rodeo, que los propieta-rios de terrenos federales podían regar una superficie máxima de dos hectáreas con aguas derivadas de la presa LC, realizando el pago en las oficinas de la SRH (SRH, 1973; SRH, 1975-d).

En 1975, el Jefe de la Sexta Unidad Nazas-Rodeo, reportó que había un total de 483-25ha de terrenos federales regados (SRH, 1975-b; SRH, 1975-e) en la Zona de riego Nazas, cifra que no consideraba la correspondiente a los derechos preca-rios de los sistemas (13) del Sobaco y (14) Las Cruces. En 2008, un estudio de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro contratado por la CNA hizo reporte preliminar de 1,200 ha (Estudio preliminar, 2008).

LA PRESA Y CANAL GENERAL “SANTA CLARA”

El canal “Santa Clara” es herencia de la hacienda de Avino y del Carmen; riega 428-59ha, de las cuales 126-55 le corresponden al ejido La Perla con 62 usuarios, al eji-do San Pedro del Tongo 257-95 con 75 usuarios, a la pequeña propiedad “García” 14-09 ha con un usuario, y a la pequeña propiedad “Los Torres” 30-00 ha con un usuario (CNA, 1999-b; SRH, 1975-a; SRH, 1985). Además, hay una superficie de te-rrenos federales regados de unas 52-50ha (SRH, 1975-e; Trabajo de campo, 2010). A finales de los 1970, el canal principal fue revestido por la SRH, y tiene capacidad para conducir 1.15 m³/s (Entrevista, 2010).

Los RegidoresEl ejido La Perla, hasta mediados de la década de los 1980, contaba con un sólo Regidor. Sin embargo, ante la presencia de ciertos problemas suscitados con la distribución del agua, el ejido acordó nombrar a dos Regidores: el Regidor de arriba, llamado así porque se encargaría del kilómetro 4+662- hasta la bocatoma (km 0+000) en sentido contrario al flujo del agua, y el Regidor de abajo, llamado

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así porque se encargaría del kilómetro 4+662 al kilómetro 6+643, a favor de la corriente de agua del canal (Entrevista, 2010).

El nombramiento del Regidor ‘de arriba’ del ejido La Perla se realiza por turno ya que existe el acuerdo de que cada año el cargo de regidor se remplaza siguiendo el orden de las parcelas en dirección al flujo del agua y una vez concluido un ciclo se re-inicia con el primer usuario aguas arriba (Entrevista, 2010).

El nombramiento del Regidor “de abajo” o segundo Regidor del ejido La Perla se realiza anualmente en asamblea, pudiendo ser ratificado en función de su des-empeño para mover el agua (Entrevista, 2010).

El Regidor del ejido San Pedro del Tongo, que está encargado de distribuir el agua en las parcelas ubicadas entre el kilómetro 6+643 y el kilómetro 13+600 del canal Santa Clara, también es nombrado anualmente en asamblea, pudiendo ser ratificado en función de su desempeño para mover el agua (Entrevista, 2010).

Duración del cargo del Regidor El primer Regidor del ejido La Perla está en funciones por exactamente un año, mientras que el segundo Regidor del mismo ejido y el Regidor del ejido San Pedro del Tongo pueden durar en funciones uno o más años, dependiendo de su nivel de desempeño (Entrevista, 2010).

Labores en la distribución del agua que realizan los RegidoresLos Regidores son el eje fundamental en la distribución del agua, pues se encargan de entregarla a los usuarios, de poner y quitar candados en tomas directas que no deben de funcionar y en represos de interés para obtener la carga hidráulica requerida, de notificar a los usuarios/regadores para que tomen el agua una vez que termine de regar el usuario que le antecede, retirar basura y ramas de las bocatomas de sifones y represos para agilizar el tránsito del agua por el canal de riego, recorrer el canal desde el área de riego bajo su responsabilidad hasta la bocatoma del canal para evitar po-sibles robos de agua, vigilar los riegos con objeto de movilizar el agua y, en el tiempo durante el cual las aguas de la presa LC se empalman con las aguas del estiaje del río Nazas, de vigilar el canal para evitar posibles desbordamientos (Entrevista, 2010).

Adicionalmente, al asegurarse de sólo entregar agua a los usuarios que muestren boleta o su recibo de pago realizado al módulo de riego, los Regidores apoyan de

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manera indirecta al área administrativa del módulo por concepto de cuotas de riego en la captación de recursos.

Tandeo en el reparto del agua de riegoEl reparto del agua tanto para los meses de estiaje como para los meses en que se incorpora el agua proveniente de la presa de almacenamiento LC, se realiza por tandeo. Así, el primer Regidor del ejido La Perla, encargado del km. 2+205 al km. 4+662, recibe el agua del ejido San Pedro del Tongo cada tercer viernes de cada mes a las 7:00 am reteniéndola hasta las 2:00 am del sábado (19 horas en total); seguidamente, el segundo Regidor del ejido La Perla, encargado del km. 4+662 al 6+643, recibe el agua del primer Regidor el sábado a las 2:00 am, reteniéndola hasta el próximo martes a las 7:00 pm (3 días y 17 horas en total); finalmente, el Regidor del ejido San Pedro del Tongo, recibe el agua de manos del segundo Regi-dor del ejido La Perla, el martes a las 7:00 pm, reteniéndola hasta las 7:00 am del viernes de la segunda semana, contados a partir de que toma el agua (9 días y 12 horas en total). (Cuadro num. 3 Tandeo a nivel comunitario).

Vigilancia del canal de riegoLos Regidores se encargan de la vigilancia del canal, y ejecutan sus rondas cami-nando (‘a pie’), a caballo, en bicicleta o de ‘aventón’ en camionetas de usuarios que se dirigen a sus parcelas. Estas rondas se hacen las veces que se consideren necesa-rias, tanto de día como de noche para evitar posibles desbordamientos y/o robo de agua (Entrevista, 2010; Trabajo de campo, 2010).

Es práctica común que los Regidores de ambas comunidades coloquen y retiren candados de las tomas, según corresponda, con objeto de tener un control total sobre el caudal de la tanda, tanto durante los meses de estiaje, como en los meses en los que el agua extraída de la presa LC se empalma con el agua de los estiajes (Entrevista, 2010).

Durante el tandeo, cuando el Regidor del ejido San Pedro del Tongo entrega el agua al primer Regidor del ejido La Perla, el primeo sube a quitar todos los candados de las tomas de riego, que anteriormente había colocado como medida de seguridad para que los usuarios del ejido La Perla no tuvieran acceso al agua de la tanda correspondiente a su ejido. En caso de que el Regidor del ejido San

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Pedro del Tongo no quite los candados a tiempo para que la tanda entre al ejido La Perla, se ha dado el caso de que el Presidente del Comisariado de este último ejido bote los candados ‘a marrazos’ (Entrevista, 2010).

Una vez que el primer Regidor del ejido La Perla ha recibido el agua, al igual que el Regidor de San Pedro del Tongo, coloca candados en los represos clave así como en las tomas de riego para evitar el robo de agua, sobretodo por algunos propietarios de terrenos federales del mismo ejido que no tienen derecho a riego y que desean regar antes que los que tienen derecho (Entrevista, 2010).

Una vez concluida la tanda del primer Regidor del ejido La Perla, el segundo Regidor del mismo ejido recorre el canal para cerciorarse de que el primer Regi-dor del ejido indicado ha retirado los candados, y para colocar los propios en las tomas operadas por el primer Regidor y las que considere necesarias en el tramo bajo su responsabilidad.

El Regidor de San Pedro del Tongo opera de manera similar, colocando can-dados en todas las tomas correspondientes al ejido La Perla y en los que consi-dere necesarios en el tramo bajo su responsabilidad una vez que ha concluido la tanda del ejido La Perla (Entrevista, 2010).

Resolución de conflictosDurante el tiempo en el cual las compuertas de la presa LC se mantienen abier-tas, suele haber problemas con aquellos usuarios que cuentan con algunas pe-queñas áreas sembradas de hortalizas (tomate y chile) y por tanto, los riego a nivel de parcela se prolongan en perjuicio de los usuarios con derecho a riego que están esperando su turno. Ocasionalmente, hay también problemas con al-gunos usuarios de terrenos federales que toman el agua en el tiempo durante el cual se están regando las parcelas con derecho a riego. Asimismo, una vez que se cierran las compuertas de la presa LC, los usuarios con pequeña propiedad que se encuentra al final del canal, manifiestan que solo en el tramo por el que riega el ejido La Perla, en una sola tanda, les llegan a inhabilitar hasta once candados al introducirles astillas de madera, por lo que se ven precisados a romperlos (Entrevista, 2010).

En el primer caso, se habla de manera conciliatoria con el usuario, y se le so-licita mayor avance en el riego con el fin de solucionar el conflicto. En el segundo

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caso, se habla con el propietario del terreno federal, instándolo a tener paciencia, y advirtiéndole que, de lo contrario, se informará a las autoridades ejidales sobre su situación para que estas tomen las cartas al respecto. Finalmente, en el tercer y último caso, se acude a las oficinas del módulo II Nazas (Entrevista, 2010).

Mantenimiento y conservación del sistema “Santa Clara”Los Regidores a nivel de canal principal son los encargados de informar al Presi-dente del Comisariado sobre la necesidad de convocar a los usuarios para la reali-zación de trabajos de conservación y mantenimiento. También son los Regidores los que se encargan de supervisar dichos trabajos, llevar la lista de asistencia, y notificar al Presidente de Comisariado de cualquier inasistencia de alguno de los usuarios, para que este pueda enviar peones y cobrarle al usuario por concepto de fatiga para reintegro del personal contratado. Asimismo, el Regidor informa al Presidente de Comisariado del desempeño de cada comunidad, para que este negocie con su homólogo las próximas participaciones de su comunidad en la rea-lización de las tareas indicadas. La convocatoria para dichos trabajos se hace en cada ejido por el sonido local (Entrevista 2010).

En principio, la participación es proporcional a la tierra regada para los ejida-tarios y pequeños propietarios con derechos de agua. Sin embargo, en el caso de Santa Clara, los pequeños propietarios eluden algunos de los trabajos, mientras que los regantes en los llamados ‘terrenos federales’ participan en la limpieza del canal general y en la reconstrucción de la presa y otras fatigas del sistema.

Con el fin de determinar fechas para las fatigas, los Presidentes de los Comi-sariados, una vez informados por los Regidores, informan a su vez en la asamblea general del ejido, para que esta se encargue de la toma de acuerdos, tomando en cuenta los aspectos que se consideren relevantes para el funcionamiento del canal de riego (Entrevista, 2010).

El Presidente del comisariado del ejido La Perla le comunica la fecha para la reconstrucción de la presa a su homólogo del ejido San Pedro del Tongo. A nivel intercomunitario, los acuerdos para convocar a la limpia del canal se logran a tra-vés de los Presidentes del Comisariado, sin haber interrelación entre Regidores de un ejido y Presidentes de Comisariado de otro ejido (Entrevista 2010).

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El mantenimiento y reconstrucción de las presas derivadoras efímerasLa reconstrucción de la presa derivadora se realiza sin la participación de la CNA, pese a que son consideradas de propiedad federal, tampoco participa el módulo de riego, debido a que son obras que no fueron concesionadas (Entrevista, 2008). Esto sucede a pesar de la laboriosa burocracia en que los Supervisores de conservación del Distrito de Riego concentran la información de cumplimiento de los módulos para que a su vez el Distrito de Riego 017 informe a la Dirección de Infraestructura Hidroagrícola del Organismo de Cuencas “Cuencas Centrales del Norte” (Trabajo de campo, 2008).

Las presas deben reconstruirse obligatoriamente al menos tres veces al año:

1. La primera en la primera decena de mayo, después de que el Distrito de Riego 017 haya concluido la entrega del volumen de aniego o pre-siembra al módulo Nazas II, y haya dejado de derivar agua de la presa Lázaro Cárdenas (LC) a la presa Francisco Zarco. Por tanto, las compuertas de la presa LC de-ben estar cerradas, para que sólo el caudal de las aguas de estiaje o subálveas que brotan del cauce del río se mantengan en el área del módulo Nazas II.

2. La segunda reconstrucción se suele hacer después de la primera decena de agosto, una vez que se ha concluido la entrega del volumen correspondien-te a los riegos de auxilio del módulo Nazas II, y el Distrito de Riego 017 ha dejado de derivar agua de la presa LC a la presa FZ. Por tanto, nuevamente, las compuertas de la presa LC se han cerrado, para abrirse hasta abril del próximo año. Sólo aguas del caudal de estiaje, que brotan en el cauce del río, se mantienen en el área del módulo Nazas II.

3. La tercera reconstrucción es en noviembre, temporada durante la cual se escasea el agua subálvea con objeto de recoger la máxima cantidad de agua que permita conducir por el canal el volumen equivalente a dos o tres riegos (Entrevista, 2010).

La reconstrucción de la presa, sin embargo, puede hacerse en más ocasiones de las indicadas, siempre que exista la necesidad de capturar el agua producida entre presas derivadoras, o bien, cuando el caudal disminuye por filtraciones en la misma presa, teniendo como máximo, una duración de dos días con objeto de

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restablecer el riego de manera inmediata (Entrevista, 2010). Sobre longitud presas derivadoras ver Cuadro num. 4.

En el caso del sistema de riego Santa Clara (9), los dos ejidos y la pequeña pro-piedad beneficiada deben coordinarse. Debido a la renuencia del sector pequeña propiedad a participar en la reconstrucción de la presa, y la apremiante necesidad económica de los usuarios del sector social, la responsabilidad de la reconstruc-ción recae sobre los ejidos La Perla (29.53%, o 46.36m de los 157 m de longitud total) y San Pedro del Tongo (70.47%, o 110.64 m de los 157 m de longitud total) en función de la magnitud de la superficie de riego con la que cada uno cuenta (Entrevista, 2010).

En cuanto al orden de asistencia, primero asiste el ejido la Perla, seguido por San Pedro del Tongo, y, si después siguiera existiendo la necesidad de reforzar algunos puntos por donde se escapa el agua, cada uno de los ejidos regresa para encargarse de la presa durante el tiempo de su tanda (Entrevista, 2010).

La convocatoria para los trabajos se hace por el sonido local en cada ejido. Los usuarios deben llevar pala, machete y, aproximadamente, cinco costales de poli-propileno (Entrevista, 2010).

Los propietarios de terrenos federales o usuarios sin derecho a riego, sin voz ni voto en la asamblea general, e incluso sin autorización para asistir a ésta, partici-pan igual que los usuarios con derecho a riego en los trabajos de conservación de la presa derivadora, bocatoma, sifón, y, en el caso particular del canal general, en la limpieza de una losa3 por hectárea (Entrevista, 2010).

Limpia de la bocatoma del canalEl desazolve de la bocatoma del canal generalmente se realiza con la maquinaria concesionada por la Comisión Nacional del Agua al módulo y/o con maquinaria que el propio módulo ha adquirido con la mezcla de recursos provenientes de las aportaciones de los usuarios y del gobierno federal a través del Programa de Desa-rrollo Parcelario (PRODEP) (Entrevista, 2010).

En caso de que la maquinaria del módulo no acuda a limpiar la bocatoma del canal, que se azolva unas cinco veces al año debido a los desbordamientos del arroyo del “Cobre” o de “San Luis”, el cual desagua de manera torrencial en el río 3 Medida de longitud, corresponde limpiar la longitud de una losa por cada hectárea de riego.

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Nazas en época de lluvias, justo a unos cuantos metros aguas abajo de la bocatoma del canal. El desazolve se hace a pala por los propios usuarios; de la longitud total (50m) a desazolvar, 29.53% (14.77 m) le corresponde al ejido La Perla, y el resto, que sería el 70.47% (35.23 m) le corresponde al ejido San Pedro el Tongo, ya que la pequeña propiedad, que se encuentra en su área de influencia, no participa en el desazolve (Entrevista, 2010; Trabajo de campo, 2010).

Limpia del Sifón o “Pase de agua” o “Tortuga”El sifón, conocido por los usuarios como “Tortuga” o “Pase de agua”, y construi-do subterráneamente para salvar el paso del canal “Santa Clara” sobre el arroyo del “Cobre” o de “San Luis” (que, como se indicó, desagua en el río Nazas a unos cuantos metros de la bocatoma) lo desazolvan los usuarios con pala, machete y carretilla. La limpieza de su longitud total (82 m) le corresponde al ejido La Perla en un 29.53% (24.21 m), y al ejido San Pedro del Tongo en un 70.47% (57.78 m) (Entrevista, 2010). (ver Figura núm. 2. Croquis de sifón, “Pase de agua” o “Tortu-ga” subterráneo en el arroyo del Cobre o San Luis).

Limpia del canal generalLa limpia del canal, se hace tres veces al año. La primera es conocida como “gene-ral, y se realiza en enero/febrero de cada año, consistiendo en realizar el desazolve, desmonte y quema de residuos vegetales. Para este propósito, la compuerta gene-ral de la bocatoma del canal se cierra por un período de diez a quince días, acción que no afecta la producción agrícola, dado que el cultivo de la alfalfa está inhibido por las bajas temperaturas que se registran en la región, y el nogal se encuentra en dormancia por la misma razón (Entrevista, 2010).

La segunda limpia, conocida como “deslame”, se realiza en el mes de junio, y consiste en arrancar la lama, al tiempo que se despunta el zacate y las hierbas que se cuelgan al interior del canal y reducen la velocidad con que transita el agua. Para este propósito, la compuerta general de la bocatoma del canal se cierra por un período de dos días para realizarla en el mismo tiempo, dado que las temperaturas están en ascenso y por tanto, la alfalfa se encuentra en plena producción y el nogal en etapa de fructificación (Entrevista, 2010).

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La tercera limpia, conocida también como “deslame”, se realiza en la primera decena del mes de agosto para cortar la lama e incrementar la velocidad del agua captada de los estiajes. Para este propósito, la compuerta general de la bocatoma del canal se cierra por un período de dos días para realizarla en el mismo tiempo, dado que la alfalfa se encuentra en plena producción y el nogal en etapa de madu-ración del fruto (Entrevista, 2010; Trabajo de campo 2010).

La longitud total del canal Santa Clara (13.60 km.) se distribuye en proporción a la superficie de riego, de tal manera que al ejido La Perla le corresponde 29.53% (4.02 km), al ejido San Pedro del Tongo le corresponde un 60.19% (8.18 km), a la pequeña propiedad García un 3.29% (0.45 km), y a la pequeña propiedad un 7% (0.95 km). A nivel comunidad, en ambos ejidos, el tramo para la limpia se asigna en proporción a las hectáreas con que dispone cada usuario (Entrevista 2010). La pequeña propiedad no participa en la reconstrucción de la presa ni en la limpia de la bocatoma y sifón, pero sí lo hace en la limpia del canal principal.

Conservación caminos acceso a los canales generales En el 2008 hubo una importante inversión del módulo para reparar los caminos de acceso de los canales generales.

EL MÓDULO II NAZAS

La administración de los sistemas fue “transferida” a la Asociación de Usuarios del módulo II Nazas. La asamblea del módulo está conformada por 13 Delegados del sector social en representación de los ejidos Benito Juárez: 10 de Abril, Dolores Hidalgo, 25 de Diciembre, La Perla, Agustín Melgar, Nazas, San Pedro del Tongo, Francisco Sarabia, José Ma. Morelos, Paso Nacional, Emilio Carranza, Santa Tere-sa de la Uña, y un Delegado en representación de la pequeña propiedad. A su vez, la asamblea de Delegados nombra al Consejo Directivo y al Consejo de Vigilancia (CNA, 1999-a; CNA, 1999-b; De la Paz, 1999). (ver Figura núm. 3. Esquema orga-nizacional del módulo de riego II Nazas, 2010).

En las asambleas generales mensuales y extraordinarias del módulo II Nazas, los Delegados se acreditan ante la Asociación con un nombramiento firmado por sus representados (De la Paz, 1999).

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El Presidente del Consejo Directivo del módulo, hasta el 2008, recibía ingresos mensuales de aproximadamente $25,000.00 (veinticinco mil pesos 00/100 mn) por gastos comprobables, además de contar con despacho y línea telefónica propia, gastos de gasolina y teléfono móvil, y un vehículo personalizado, adquirido con las cuotas de los usuarios (Entrevista, 2008; Trabajo de campo, 2010).

El Presidente tiene el mando sobre el personal contratado: Gerente operativo, Recaudador, Estadístico, canaleros y personal de oficina. El presidente también administra la maquinaria concesionada y la obtenida con recursos PRODEP, así como las cuotas por servicio de riego.

El Gerente operativo, en este modulo, a diferencia de los módulos de riego de la parte baja del Distrito de Riego, no participa directamente en la distribución del agua, y su presencia en este ámbito sólo ocurre cuando alguno de los canaleros del canal “Emilio Carranza” no presentan los resultados esperados, cuando las bombas que surten al canal indicado disminuyen notablemente el caudal bombeado, o bien, cuando ocurren descomposturas electromecánicas en el cárcamo del mismo nom-bre, y es necesaria la presencia inmediata de la CNA (Trabajo de campo, 2008).

El trabajo del Gerente operativo se avoca más bien a la administración de la maquinaria concesionada, y la obtenida con recursos de PRODEP (traslado de operadores y maquinaria, supervisión de los operadores, obtención de refacciones, reparaciones de maquinaria, promoción, medición del desempeño de operadores, rendimiento de maquinaria, etc.).

El Estadístico del módulo es quien apoya y concilia los informes de superficie regada y volúmenes utilizados con el Supervisor de operación de la CNA (hasta el 2009 llamado Jefe de Unidad) (Trabajo de campo, 2008).

En la nómina de personal contratado también se dispone de un Recaudador que se encarga de recibir la cuota por servicio de riego de manos de los usuarios, y de depositarla en el banco, junto con los pagos producto de los trabajos realiza-dos por la maquinaria en obras al municipio, particulares o a los propios usuarios (Trabajo de campo, 2008).

En la corta historia del módulo de riego II Nazas, el segundo Presidente del módulo (que sustituyó al primer Presidente, mismo que fue destituido de su car-go) llegó a la Presidencia municipal de Nazas por el PAN. El tercer Presidente se quedó en la víspera de ser candidato del PRI a la presidencia municipal y, en el

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2010, recién llegado al módulo de riego, el cuarto Presidente fue candidato del PRI para ocupar la presidencia municipal, perdiendo las elecciones ante el PAN (Trabajo de campo, 2010).

Recaudación de cuotas En el período de enero a marzo, antes de que se abran las compuertas de la presa LC, la mayoría de los usuarios se acercan a las oficinas del módulo de riego a reali-zar el pago de la cuota por servicio de riego, o bien, para firmar el convenio con el módulo para que los recursos de PROCAMPO sean destinados al pago de la cuota por servicio de riego (Trabajo de campo, 2010).

Una vez que los recursos de PROCAMPO se encuentran en el CADER Nazas (Centro Agropecuario para el Desarrollo Rural) de la SAGARPA (Secretaría de Ga-nadería, Desarrollo Rural, Pesca y Agricultura), y que los usuarios pueden retirar los apoyos, el Jefe del CADER informa al personal del módulo de riego (Trabajo de campo, 2010).

Apoyos del módulo conservación de caminos y obra civil El módulo de riego cuenta con maquinaria concesionada y adquirida a través de PRODEP para la realización de obras relacionados con caminos y obra civil e in-cluso asegura que el 30% del importe de la cuota por servicio de riego que pagan los usuarios de un canal determinado, se destine a la realización de estos concep-tos (Entrevista, 2010); en los años 2007 y 2008 se logró cumplir cabalmente con el programa anual de conservación propuesto por el módulo pero del 2009 a la fecha no se ha realizado ningún trabajo de conservación que tenga significancia (Entrevista, 2010).

CONCLUSIONES

Es evidente que los cambios provocados por la transferencia han tenido un impac-to mínimo en los pequeños sistemas del tramo alto del Nazas. Los usuarios siguen gestionando por si mismos los pequeños sistemas de riego.

Interesa apuntar algunos rasgos de la organización para la gestión del agua que, tentativamente, pueden ser problemáticos:

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1. Los pequeños sistemas no cuentan con una institución donde la gestión del sistema se pueda discutir en conjunto. No obstante, entre ejidos en un mismo sistema hay estrategias para evitar que los usuarios de aguas arriba abusen del agua, ya que los Regidores de aguas abajo suben a controlar el espacio, poniendo candados. Por otra parte, la coordinación a nivel de cada sistema parece tener algunos fallos, pues los propietarios privados pueden eludir fa-tigas demandadas por el sistema, y el módulo no parece apoyar mucho para lograr una cooperación igualitaria de todos los usuarios a nivel sistema.

2. En el caso de los ejidos, la organización de faenas, seguimiento de la parti-cipación, nombramiento de Regidores y Delegados se realiza en asambleas de los ejidatarios con derechos de agua. Aparentemente, aquellos con dere-chos precarios no tienen una participación formal en la toma de decisiones.

3. La representación al módulo se da por los tipos de tenencia de la tierra (ejidal o privada) con derechos de agua. Esto significa que no existe una representación por sistemas, así el sistema Santa Clara cuenta con dos representantes (ya que hay dos ejidos) y la parte que le corresponda de representación de la pequeña propiedad, mientras que los sistemas San-ta Bárbara I, Nazas y La Flor cuentan con un solo representante (ya que un solo ejido es el que participa en los tres sistemas) y la parte que les corresponda de representación de la pequeña propiedad. Las estructuras de representación implican que los usuarios con derechos precarios están formalmente excluidos de los espacios de toma de decisiones tanto a nivel sistema como de módulo.

4. Las presas derivadoras sobre el río carecen de seguimiento por parte del módulo y de la CNA, aunque, formalmente, la CNA debería ser la encargada de dar el seguimiento. De igual manera, no parecen existir mecanismos de coordinación entre presas derivadoras, ni tampoco mecanismos de parti-cipación en la medición y en toma de decisiones sobre la cantidad de agua que se toma, y aquella que se deja pasar. Aparentemente, la medición (afo-ros) de agua era realizada por personal de la CNA hasta el 2008, y aunque la compra/venta de agua es atribución del módulo, la única medición que este parece realizar es vía los canaleros en tres de los sistemas.

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5. Por último, cabe señalar que no se ha abordado la eficacia en la actuación del módulo mismo. Desde la perspectiva de los pequeños sistemas, su fun-ción parece limitarse a la recaudación de cuotas, a algunos apoyos en ma-quinaria, y a un espacio para hacer carrera política.

Agradecimientos. Investigación realizada con el apoyo del proyecto CO-NACYT núm. 79201 “Juntas de aguas, unidades de riego y otras organizaciones de regantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades auto-gestivas de los regantes”

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102 AntologíA sobre riego

Palerm, J. 2005 “Gobierno y administración de sistemas de riego: tipologías”, Región y Sociedad, núm. 34, vol. XVII, Sept-Dic. 2005, pp. 3-33.

Palerm, J. 2006-a “Self-Management of Irrigation Systems, a Typology: The Mexican Case.” Mexican Studies/Estudios Mexicanos, vol.22, núm. 2, pp. 361–385.

Palerm, J. 2006-b “Organizaciones autogestivas para el manejo del agua” AgroNuevo, año, núm. 11, pp. 71-90.

Palerm, J. 2009 “Distritos de riego en México, algunos mitos” pp. 277-328 En J. Palerm, T. Martínez (eds.) Aventuras con el agua. La administración del agua de riego: historia y teoría, Colegio de Postgraduados.

Rodríguez Haros, B. y J. Palerm 2007 “Antes de la transferencia: la entrega de Distritos de Riego”, Agricultura. Sociedad y Desarrollo, vol. 4, núm. 2, pp. 105- 126.

Rodríguez, Haros B. 2010 “Las Juntas de agua: Un modelo de administración y operación de sistemas de riego” Primer Congreso Red de Investigadores Sociales Sobre el Agua. Disponible en http://redissa.hostei.com/rissa/Rodriguez_Benito.pdf

Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) 1969 “Plano de Zona de Riego Emilio Carranza”, escala 1:20,000. Lerdo, Dgo.

Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) 1970 “Acta de entrega provisional de terrenos para el reacomodo de ejidatarios miembros de los ejidos: Paso Nacional, San Pedro del Tongo, Santa Teresa de la Uña, Emilio Carranza, Francisco Sarabia y José Ma. Morelos, todos ellos del municipio de Nazas, estado de Durango, afectados por el vaso de la presa “Francisco Zarco”. Nazas, Dgo.

Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) 1973 “Oficio No. 310.- 7084 de fecha 6 de agosto de 1973, dirigido al C. Arnulfo Torres Reyes, Presidente municipal de Nazas, Dgo.”. Lerdo, Dgo.

Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) 1975-a “Relación de las tandas que hay establecidas en el campo, con las cuales se rige el servicio de riego en los canales de la Zona de Nazas; elaborada por Francisco Javier Río Jaques el 10 de Febrero de 1975”. Nazas, Dgo.

Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) 1975-b “Relación de personas que son poseedoras de terrenos sin derecho en la Zona de Nazas, con datos de superficie aproximada la cual es susceptible de riego por los canales que se mencionan”. Nazas, Dgo.

Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) 1975-c “Respuesta de cuestionario por el C. Francisco Javier Ríos Jaques al Ing. Reynaldo López Ramírez”. Nazas, Dgo.

Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) 1975-d “Circular No. 31 de 20 de mayo de 1975 del Jefe de Zona a los canaleros para informarles las órdenes sobre terrenos federales, contenidas en el oficio s/n de fecha 30 de abril de 1975 dirigido al Ing. Reynaldo Pedro López Ramírez, Jefe de la Sexta Unidad Nazas-Rodeo”. Lerdo, Dgo.

Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) 1975-e “Relación de personas que son poseedoras de terrenos sin derecho en ésta Zona, con datos de superficie aproximada la cual es susceptible de riego por los canales que se mencionan. Nazas, Dgo”. pp. 1-9.

Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH). 1975-f “Número de usuarios y hectáreas beneficiadas con el programa de reparación de presas y revestimiento de caminos”. Nazas, Dgo.

Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) 1976 “Relación de presas derivadoras de construcción rústica consistente en estacado, piedras, cascajo, arena, tierra y rollos de ramas, de arriba hacia abajo en el orden como se encuentran ubicadas sobre el río Nazas”. Nazas, Dgo.

Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) 1985 “Relación de usuarios que riegan por el canal Principal Santa Clara y sus laterales del Ejido La Perla”. Nazas, Dgo.

Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) 1990 “Clasificación de los ejidos y usuarios ejidales en el Distrito de Riego No. 17, Región Lagunera, Dgo. Y Coah. Primera Unidad de Riego Nazas-Rodeo”. Zona Nazas, Durango. Nazas, Dgo.

Page 104: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

103CASO DEL MODULO II (NAZAS) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

Entrevistas a usuarios

Agustín Reyes Sotelo. Fecha de nacimiento: 16 de Julio de 1966. Encargado de la Pequeña Propiedad “Torres” (Ma. Luisa Torres) y usuario del canal principal “El Tongo”.

Aquileo Carrillo González. Fecha de nacimiento: 10 de Mayo de 1928. Usuario del canal principal “Emilio Carranza” y ejidatario del ejido José Ma. Morelos, Nazas, Dgo.

Carlos Moreno Ontiveros. Fecha de Nacimiento: 15 de Enero de 1959. Usuario del canal principal “Santa Clara” y actual Regidor del ejido La Perla, Nazas, Dgo.

Doroteo Flores Hernández. Fecha de nacimiento: 05 de Mayo de 1945. Usuario del canal principal “Santa Clara” y ejidatario del ejido La Perla, Nazas, Dgo.

Ezequiel Gutiérrez Gallegos. Fecha de nacimiento: 12 de Agosto de 1949. Usuario del canal principal “Santa Clara” y ejidatario del ejido La Perla, Nazas, Dgo.

Federico Zapata Domínguez. Fecha de nacimiento: 12 de Marzo de 1928. Usuario del canal principal “El Ranchito” y ejidatario del ejido Agustín Melgar, Nazas, Dgo.

Juan Guisar Moreno. Fecha de nacimiento: 21 de Septiembre 1953. Usuario del canal principal “Santa Clara” y ex Presidente del Comisariado ejidal del ejido La Perla, Nazas, Dgo.

Juan Pantoja Marrufo. Fecha de nacimiento: 08 de Febrero de 1938. Usuario del canal principal “San Antonio” y Regidor del ejido Agustín Melgar, Nazas, Dgo.

Manuel Flores Cháirez. Fecha de nacimiento: 08 de Mayo de 1917. Usuario del canal principal “Santa Clara” del ejido La Perla, Nazas, Dgo.

Mario Gallegos García. Fecha de nacimiento: 12 de Septiembre de 1959. Usuario del canal principal “Santa Clara” y ex Regidor del ejido La Perla, Nazas, Dgo.

Reyes Zamora Barraza. Usuario del canal principal “Santa Clara” y actual Regidor del ejido La Perla, Nazas, Dgo.

Pabla Nava Ávila. Fecha de nacimiento: 1920. Nacida en la hacienda de Avino dependiente de la hacienda de San Antonio y actualmente vecina del ejido La Perla, Nazas, Dgo.

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104 AntologíA sobre riego

Figura 1. Esquema organizacional de la CNA para administración del DR 017 en la zona del río Nazas, 2010.

Departamento deconservación

MÓDULOSI. RodeoII. Nazas

MÓDULOSIII. San Jacinto

IV. El VergelV. Brittingham

MÓDULOSVI. Tlahualilo

MÓDULOSVII. San Miguel

VIII. El ConsueloIX. Buen Abrigo

MÓDULOSX. Masitas

XI. JiménezXII. El Porvenir

XIII. La Marinera

MÓDULOSXIV. Sta. Teresa

XV. La RositaXVI. El Ancora

XVII. J. Z. Cobos

Dirección de InfraestructuraHidroagrícolaSubdirector

Jefatura de ProyectoJefe del DR 017

Departamento de operación

Departamento de administración

Director

Organismo de Cuencas“Cuencas Centrales del Norte”

2a. UNIDADJerusalem - San Jacinto (ofnas en Gómez Palacio,

Dgo.)

3a. UNIDADTlahualilo

(oficinas en Tlahualilo, Dgo.)

4a. UNIDADMatamoros(oficinas en

Matamoros, Coah.)

5a. UNIDADFco. I. Madero

(oficinas en Fco. I. Madero, Coah.)

1a. UNIDADNazas - Rodeo

(oficinas en Nazas y Rodeo, Dgo.)

6a. UNIDADSan Pedro

(oficinas en San Pedro, Coah.)

Cuadro 1: Puntos de control donde el aforador general entrega a los aforadores auxiliares

Punto de entrega

Canal Ppal. Tlahualilo

Canal Lateral Derecho 3+500 del Canal Ppal. Sacramento

Canal lateral Izquierdo 11+700 del Canal Ppal. Sacramento

Km 24+700 Canal principal Sacramento

Km 24+750 Canal principal Sacramento

Módulos beneficiados

IV. El Vergel, V. Brittingham y VI. Tlahualilo

VII. San Miguel, VIII. El Consuelo y X. Buen Abrigo

X. Masitas, XI. Jiménez

XII. El Porvenir

XIII. La Marinera, XIV. Santa Teresa, XV. La Rosita, XVI. El Áncora y XVII. J. Zamarripa Cobos

Recibe volumen

1º Aforador auxiliar

2º Aforador auxiliar

3º Aforador auxiliar

Gerente técnico

4º Aforador general

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105CASO DEL MODULO II (NAZAS) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

Subtotales riego

Total riego

920

Núm. de usuarios

2,857-38

Superficie (ha)

Presa y canal principal

Nombre de ejidos operaciónEjido Pequeña propiedad Terrenos federales

74

Núm. de usuarios

949-74

Superficie (ha)

340

Núm. de usuarios

Regidor(1) Las Liebres Benito Juárez 50 100-00 0 0-00 49 61-25

Regidor(2) Santa Bárbara II Diez de Abril 41 61-00 1 33-00 13 9-50

Regidor(3) San Isidro 0 0-00 8 132-04 8 14-00

Regidor(4) Santa Bárbara I Nazas 28 94-00 2 141-71 10 10-00

Regidor(5) El Pueblo Nazas 52 169-00 20 127-10 50 107-25

tres Regidores(6) La Flor Nazas 81 284-60 5 50-59 54 109-25

tres Regidores(7) El Ranchito Nazas, Agustín Melgar y Dolores Hidalgo

82 212-00 12 55-03 63 64-50

tres Regidores(8) San Antonio Nazas, 25 de Diciembre y Paso Nacional

127 465-50 0 0-00 27 32-25

tres Regidores(9) Santa Clara(3) La Perla y San Pedro Del Tongo

137 384-50 2 44-09 33 (1)41-00

un cuidador compuerta con-

tratado por el (5)módulo

(10) El Conejo Paso Nacional 0 0-00 12 173-98 5 9-00

dos canaleros contratados por

el módulo

(11) Emilio Carranza

Francisco Sarabia 274 932-53 2 48-58 0 0

un cuidador compuerta con-

tratado por el (5)módulo

(12) San Pedro del Tongo

San Pedro del Tongo

48 154-25 10 143-62 28 25-25

Tres Regidores(13) El Sobaco Paso NacionalSta. Teresa de La Uña

350-00

(14) Las Cruces Emilio Carranza 250-00

(2)1083-25

(4)4,890.37

Superficie (ha)(SRH-e-,1975)

Cuadro 2: Superficie regada por sistema de riego

Nota 1.- para el caso particular del canal “Santa Clara”, la superficie actual de terrenos federales es de aproximadamente 52-50 ha (Trabajo de campo, 2010).Nota 2.- En 2008, en un estudio de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, contratado por la CNA, el reporte preliminar es de 1,200 ha, lo que eleva la superficie total de riego a 5,007-12 ha Nota 3.-Actualmente la presa efímera Santa Clara mide 157 m de longitud y no los 160 m reportados en 1976.Nota 4.- Considerando el ajuste en la superficie de terrenos federales el total regado es de 5,007-12 ha.Nota 5.- Recibe la denominación de “canalero”, pero solo atiende la compuerta de la bocatoma del sistema y lleva la estadística.Fuente: SRH, 1975 –a-; Entrevista, 2010

Page 107: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

106 AntologíA sobre riego

Cuadro 4: Dimensiones de las presas derivadoras efímeras en el año de 1976.

(4) Santa Bárbara I 155 m, 1.50 m y 0.70 m

(5) El Pueblo 135 m, 1.50-2.0 m y 0.60-0.90 m

(6) La Flor 260 m, 1 m y 1 m

(7) El Ranchito 179 m, 1m y 0.60-0.70 m

Presa y canal principal Longitud, ancho y altura de las presas, según reporte (SRH, 1976)

(1) Las Liebres 132 m, 3 m y 1.20 m

(2) Santa Bárbara II 146 m, 6 m y 0.60-1.10 m

(3) San Isidro 85 m, 3.20 m y 0.60-1.20 m

(11) Emilio Carranza canal de llamada del cárcamo Emilio Carranza

(12) San Pedro del Tongo

(13) El Sobaco

(14) Las Cruces

Presa y canal principal

(8) San Antonio

(9) Santa Clara

(10) El Conejo

140 m, 9 m y 1.30 m

Longitud, ancho y altura de las presas, según reporte (SRH, 1976)

260 m, 9 m y 1.30 m

160 m, 6 m y 1.30 m

120 m, 9 m y 1.50 m

Cuadro 3: Tandeo a nivel comunitario

Ejido Período Tiempo acumulado

Tramo de canal (km)

Sup. Riego (Ha)c/Derecho s/Derecho

Ejido La Perla –Primer Regidor Ej. La Perla-

Viernes 7:00am a 2:00 am del Sábado

19 horas 2+205 a 4+662 51.80 12.25

Ejido La Perla –Segundo Regidor Ej. La Perla-

Sábado 2:00 am a 7:00 pm del Martes

3 días y 17 horas 4+662 a 6+643 74.75 34.25

SUBTOTAL 4 DÍAS Y 12 HORAS 126.55 46.50

Ejido San Pedro del Tongo --Regidor San Pedro Tongo-

Martes 7:00 pm a 4:00 pm del Martes siguiente

6 días y 21 horas 213.75 6.00

Pp “García” --Regidor San Pedro Tongo-

Martes 4:00pm a 4:00am de Miércoles

12 horas 14.09 0.00

Ampliación Ejido San Pedro del Tongo --Regidor San Pedro Tongo-

Miércoles 4:00am a 7:00am del Jueves

27 horas 44.20 0.00

Pp “Los Torres” --Regidor San Pedro Tongo-

Jueves 7:00am a 7:00am del Viernes

24 horas 30.00 0.00

SUBTOTAL 9 DÍAS Y 12 HORAS 302.04 6.00

TOTAL 14 DÍAS 428.59 52-50

Fuente: Datos proporcionados por regidores de ambos ejidos y Gerente Operativo del Módulo de riego; SRH, 1975-a; SRH, 1975-f; SARH, 1985; SARH, 1990; CNA, 1999-b

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107CASO DEL MODULO II (NAZAS) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

material de relleno

Canal “Sta. Clara”

sifón subterraneo

Río Nazas

presa derivadora

compuerta

N

Arroyo San Luis

Figura 2. Croquis de sifón, “Pase de agua” ó “Tortuga” subterráneo en el arroyo del Cobre o San Luis.

Figura 3. Esquema organizacional del módulo de riego II Nazas (2010)

Estadístico

Consejo Directivo: Presidente, Secretario y

Tesorero con sus respectivos vocales

Consejo de Vigilancia: Presidente y tres vocales de los cuales uno es de la CNA y otro

de Gobierno del Estado

Asamblea General(máxima autoridad)

Asistente administrativoPresidente del

Consejo Directivo

Operadores de máquina

Gerente operativo Regidores comunitarios

Canaleros del módulo

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109

INTRODUCCIÓN

Las leyes mexicanas del siglo XX no han sido consistentes en cómo los usuarios deben consolidar una institución reconocida para la administración del agua, ni tampoco el espacio que pueda administrarse. Esto ha afectado la organización de los usuarios, y la gestión misma del recurso agua (Palerm, 2006-c; Palerm et al, 2004; Palerm, 2003). Cada ley de aguas parece partir de una tabla rasa, pretendiendo actualizar y re-organizar todo el espacio de regadío, exigiendo nue-vos tipos de reglamentos, nuevos espacios reglamentados, nuevos conjuntos de usuarios y nuevas organizaciones formales (Palerm, 2003). La ausencia de con-sistencia ha afectando a todos los espacios de regadíos, incluyendo a los llamados Distritos de Riego.

La autogestión en los Distritos de Riego, antes de la llamada trasferencia en la década de 1990, no es un hecho anómalo. Se tienen evidencias de que en un univer-so de 72 Distritos De Riego, aproximadamente el 25% de ellos corresponde a obras

II.Organizaciones autogestivas en los distritos

de riego: El caso del módulo III (San Jacinto) del Distrito de Riego 017 *

Carlos Cháirez Araiza | Jacinta Palerm Viqueira

* También publicado en Tecnología y Ciencias del Agua, vol. IV, núm. 4, correspondiente a octu-bre-diciembre de 2013.

Page 111: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

110 AntologíA sobre riego

de mejoramiento y ampliación de viejos regadíos y, en algunos casos, simplemente a viejos regadíos cuya administración pasó a manos del Estado. Además, en los Distritos de Riego, hubo políticas de organización de los usuarios y de gestión por los mismos usuarios, en un 38 % de un universo de 72 Distritos hay evidencia de organizaciones de regantes (Palerm, 2009).

Adicionalmente, no se ha puesto demasiada atención al hecho de que muchos de los Distritos de Riego son agregados administrativos de regadíos que no com-parten infraestructura, ni las mismas fuentes de agua o, más aún, ni siquiera están en espacios geográficos contiguos. La agregación administrativa disimula que, en realidad, hay una proliferación de pequeños regadíos (Palerm, 2009) que no re-quieren de una administración burocrática (Palerm, 2005, 2006-a), e incluso que los regantes minifundistas prefieren una administración no burocrática (Palerm, 2006-b; Montes y Palerm, 2010-a, 2010-b).

En este trabajo se presenta, a) La presencia de espacios de autogestión desde las primeras intervenciones del Estado Mexicano en la Comarca Lagunera y su progresiva expansión hasta la supresión de Juntas de Agua y, posteriormente, la devolución a los usuarios, y b) El estudio de caso sobre los pequeños sistemas de riego del módulo III del Distrito de Riego 017 (DR 017), que muestra que, antes y después de la transferencia, los usuarios han dado continuidad a orga-nizaciones autogestivas.

LOCALIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO

El módulo de riego III San Jacinto se encuentra en la parte media del DR 017, loca-lizándose en el tramo existente entre la presa de almacenamiento Francisco Zarco (FZ) y la antigua presa (represa) de San Fernando (SF), entre los meridianos 103˚ 46´ 25.52˝ y 103˚ 31´ 51.84˝, longitud Oeste, y los paralelos 25˚ 16´ 14.80˝ y 25˚ 30´ 39.81˝, latitud norte en el municipio de Lerdo, Durango, México.

El clima, según la clasificación de Köppen modificada por Enriqueta García, co-rresponde a BWhw (w) (e´) que se caracteriza por ser muy seco o desértico, semi-cálido con invierno fresco, temperatura media anual entre 18 y 22 ˚C y la del mes más frío menor de 18 ˚C; con régimen de lluvias de verano, por lo menos diez veces mayor cantidad de lluvia en el mes más húmedo de la mitad caliente del año que

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111CASO DEL MÓDULO III (SAN JACINTO) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

en el mes más seco, un porcentaje de lluvia invernal menor del 5 de la total anual; y, muy extremoso, oscilación mayor de 14 ˚C (CETENAL, 1970).

La mayor parte de la precipitación ocurre en el periodo de junio a octubre, sien-do julio, agosto y septiembre los meses más lluviosos. En contraparte, el período de máxima evaporación se registra de marzo a agosto, siendo los meses de mayor evaporación mayo, junio, julio y agosto.

La vegetación en las márgenes del río está conformada principalmente por álamos (Populus sp), sauces (Salix alba), sabinos o ahuehuetes (Taxodium mucronatum), hui-zache (Acacia tortuosa), mezquite (Prosapis juliflora), carrizo (Arundo donax), etc., mientras que más allá de la franja, donde termina la parte húmeda de las márgenes del río Nazas, se encuentra vegetación típica del desierto (Trabajo de campo, 2010).

DISTRITO DE RIEGO: LEGISLACIÓN Y REGLAMENTACIÓN (1888-1992)

La administración de las aguas del río Nazas, según el reglamento (proyecto/conve-nio) de 1890, bajo la Ley del 5 de junio de 1888, fue asumida por una Junta menor que debía nombrar un Juez de aguas que vigilaría el cumplimiento del convenio y el reparto de las aguas, y al cual la Junta le señalaría sus deberes y facultades (SF, 1890). Posteriormente, según el “Reglamento provisional para la distribución de las aguas del río Nazas” del 24 de junio de 1891, bajo la Ley del 5 de junio de 1888, la administración se realizaría por la Secretaría de Fomento, quien nombraría a un Ingeniero Inspector (Artículo 25°) y tentativamente se consideraría a futuro como figura asociativa un Sindicato (Artículo 27°) (SF,1891).

El control administrativos de la Secretaría, a nivel de río, continuó en el “Re-glamento para la distribución de las aguas del río Nazas, desde la presa de San Fernando hasta la presa de La Colonia en Coahuila” del 15 de junio de 1895, quien nombraría un Ingeniero Inspector (Artículo 25) (PEF, 1919). En las “Modificaciones al reglamento del 15 de Junio de 1895, sobre la distribución de las aguas del río Nazas, Durango” del 30 de agosto de 1909 se específica que el Ingeniero en Jefe de la Comisión Inspectora del río Nazas tendría a cargo la aplicación del reglamento (Artículo 30) (SEDFCI, 1909; DOF, 1909). En el “Pro-yecto de reglamento para el uso y la distribución de las aguas del Río Agua-

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112 AntologíA sobre riego

naval, en su trayecto comprendido entre la salida del Cañón del Realito, en el Estado de Durango, y su desembocadura en la Laguna de Viesca, del Estado de Coahuila” del 5 de abril de 1922, la SAF sería la responsable de nombrar el personal que debería de encargarse de la aplicación del Reglamento (Artículo 8) (SAF, 1922-a); en tanto, en el “Proyecto de reglamento para la distribución de las aguas del río Aguanaval que corresponden a los predios del llamado Cuadro de Matamoros de La Laguna, del Estado de Coahuila” del 11 de abril de 1922, la Comisión Inspectora del Río Aguanaval se haría cargo de la distribución a nivel de río, mientras que los usuarios a nivel de canal constituirían una Junta Directiva (Artículo 10) (SAF, 1922-b).

Las Leyes de 1910 (14 de diciembre), 1917 (6 de julio) y 1926 (8 de enero) no afectaron las disposiciones asentadas en las “Modificaciones al reglamento del 15 de Junio de 1895, sobre la distribución de las aguas del río Nazas, Durango”, ya que como se indica en la cláusula II del Título Noveno del “Reglamento y Ba-ses para la más justa distribución de las aguas del canal Santa Rosa” de julio de 1926, el volumen para el canal Santa Rosa del tramo reglamentado del río Nazas se mantuvo vigente, y los usuarios o accionistas siguieron representados por una comisión autónoma denominada Junta Directiva (CAIL, S.A., 1926). Esta misma figura de Junta Directiva se usó para representar la “Asociación de Usuarios” del tramo reglamentado del río Aguanaval, comprendido entre la salida del Cañón del Realito y la bocatoma del canal La Grulla en el “Reglamento provisional para la distribución de las aguas del río Aguanaval, desde la salida del Cañón del Realito, entre los límites de los estados de Coahuila y Durango, hasta la Boca-toma del Canal de la Grulla, en el estado de Coahuila” del 30 de agosto de 1926 (Artículos 12 y 18) (SAF, 1926).

Las “Asociaciones de Usuarios”, según la Ley de 1929 (7 de agosto), serían obligatorias cuando se tratara de aprovechamientos colectivos hechos con una sola toma ó en las zonas servidas por una empresa de riego en los casos y con-diciones que los reglamentos especiales determinen (Artículo 46, incisos a y b) y, sus funciones se ejercerían por la Junta Directiva (Art. 45), dejando la regla-mentación a la SAF y, la posesión, conservación y administración de los bienes objeto de esta ley a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (Art. 8 y 9) (SAF, 1929).

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113CASO DEL MÓDULO III (SAN JACINTO) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

La Ley de Aguas de Propiedad Nacional 1934 (30 de Agosto de 1934) conservó las Asociaciones de Usuarios (Art. 80) representadas por una Junta Directiva que debería presentar los presupuestos para la administración, construcción y repara-ción de las obras (Art. 85, incisos III y IV), pudiendo convertirse la Junta Directi-va en Junta de Agua (Art. 91), misma que se encargaría de aplicar el Reglamento con carácter de Agente del Ejecutivo, elegida por los usuarios, y donde además la Secretaría podría designar personal distribuidor (Art. 79 y 91 de la Ley y Art. 122, fracción VIII del Reglamento) (SAF, 1934; SAF, 1930). Así, quedó a cargo de la Secretaría la reglamentación del uso y aprovechamiento de las aguas de propiedad nacional (Artículo 70), y a cargo de los usuarios los reglamentos de aprovecha-miento colectivo que surtirían su efecto legal una vez aprobados por la Secretaría (Artículo 72) (SAF, 1934).

En 1936, al decretarse el fraccionamiento de la totalidad de las haciendas en la Comarca Lagunera, por acuerdo presidencial del 15 de diciembre del mismo año, se dispuso que la Comisión Nacional de Irrigación se hiciera cargo de la conserva-ción del Sistema de Riego de los Ríos Nazas y Aguanaval, y de la distribución de sus aguas, creándose de esta forma el Sistema de Riego No. 17 (15 de abril de 1938). En igual forma se constituyó la Comisión Mixta Reglamentadora de las aguas de las corrientes citadas, encargada de formular las normas reglamentarias para la correcta distribución de las aguas, en consonancia con las necesidades creadas con motivo de la transformación del Régimen de propiedad (BNCE, S.A., 1940-a).

En el año de 1939, la Comisión Mixta Reglamentadora presentó el proyecto de reglamento para el río Nazas ante la Secretaría de Agricultura y Fomento, el que fue aprobado y puesto en vigor después de habérsele hecho algunas modificaciones de importancia que favorecieron en mayor proporción al Sector Ejidal (BNCE, S.A., 1939, 1940-a). Entre estas modificaciones destaca la modificación al artículo 21 del Reglamento del Nazas, derivado del incremento al volumen preferencial para el sector social de 592,816,890 a 770,661,959 metros cúbicos, respectivamente, de un volumen medio anual derivado de 1,185,633.788 metros cúbicos, deducido de un período de 20 años (BNCE, S.A., 1940-a).

La medición de volúmenes a la altura de las compuertas principales era rea-lizada por el DR 017, empleando para ello aforadores, dejando a los interesados, a través de las Juntas Locales, el pago de los aforadores para la distribución in-

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114 AntologíA sobre riego

terna (BNCE, S.A.,1940-a), como se manifiesta en el “Reglamento para la dis-tribución de aguas del río Nazas en la región Lagunera de Durango y Coahui-la” (1939), donde cada uno de los canales deberá contar con una Junta de Aguas para cooperar en la correcta aplicación del Reglamento Interior de cada canal (Art. 3 al 6), dejando la operación de presas y compuertas de la red principal (Art. 10) a cargo del personal de la Comisión Nacional de Irrigación (CNI/(DR 017). Se prevé que la reglamentación interior de cada canal la haría la Comisión Mixta Reglamentadora de los río Nazas y Aguanaval (Art. 2º Transitorio, Inciso I) (DOF, 1939).

Sin embargo, según el Ing. Jorge Malottky, Subagente Técnico, el aprovecha-miento y la distribución eficaz de las aguas del río Nazas no había podido concre-tarse. Esto debido en parte a que el DR 017 se había limitado a servir las dotaciones en cada canal a la altura de las compuertas derivadoras, dejando la distribución a cargo de los usuarios (o al Banco Nacional de Crédito Ejidal -BNCE, S.A.-, quien contrataba los servicios de personal eventual), sin ejercer vigilancia y control, y, por otra, según el Ing. Florentino Flores, Jefe de División de Irrigación de la Sub Agencia Técnica, por incumplimiento de la Comisión Mixta Reglamentadora en cuanto a la elaboración de reglamentos interiores de canales (BNCE, S.A., 1940-a; BNCE, S.A., 1940-b; BNCE, S.A., 1940-c). Estos señalamientos se derivaron de las facultades conferidas al Banco Nacional de Crédito Ejidal para intervenir en las operaciones relacionadas con el riego de los ejidos refaccionados, conforme al ar-tículo 148 del Código Agrario, artículo 36 fracción IV de la Ley de Crédito Agrícola de enero de 1934, y el artículo 6˚ de la Ley de Crédito Agrícola, que reforma la Ley del 24 de enero de 1934, fechada el 2 de diciembre de 1935, así como el artículo 12 de la misma Ley (BNCE, S.A., 1939).

Posteriormente, en la Ley de Riegos de 1947 (1º de Enero), la conservación de las obras, la distribución de las aguas y, en general, la operación de los sistemas de riego queda a cargo de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), procurando organizar las Juntas de Agua o Asociaciones de Usuarios a los que finalmente deba hacerse la entrega de la operación de los Distritos o Unidades de Riego (Art. 35º), para que los operen directamente (Art. 36 º); sin embargo, en ningún caso, señala la Ley de Riegos, serán entregadas para su operación por los usuarios las obras de importancia que, a juicio del Ejecutivo, ameriten ser operados permanentemen-

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115CASO DEL MÓDULO III (SAN JACINTO) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

te por el Gobierno Federal (Art. 37º) (SRH, 1957). La Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SRH), apoyaría a la SAG para el mejor desarrollo de sus actividades (Art. 38º) (SRH, 1957).

En tanto, en el “Reglamento para la distribución de las aguas del río Nazas, en el Distrito de Riego de la Región Lagunera” (23 de Octubre 1947) se establece que la aplicación de éste será realizada por la SAG por conducto del DR 017 (Art. 2º), y que los canales principales indicados en el artículo 1º deberán organizar Juntas Locales de Aguas, las cuales cooperarán bajo la supervisión del Distrito de Riego para la distribución correcta de las aguas (Art. 3º) (SRH, 1947; SRH, 1957), y se constituirán en la forma que previene el “Reglamento para la organización y funcionamiento de las Juntas y Jueces de Agua”, debiendo quedar integradas por un Presidente, un Secretario, un Tesorero y de uno a tres vocales de conformidad con el número de grupos de usuarios (Art. 4º) (SRH, 1947).

Las Juntas de Agua deberían de formular sus presupuestos anuales de ingre-sos y erogaciones de conformidad con los usuarios de su canal. A su vez, estos presupuestos quedarían sujetos a la aprobación de la Gerencia del Distrito, la que, según se señala, los aprobaría si se apegaran a las disposiciones legales, y no resultan gravosos para los usuarios (Art. 6º). Como derecho de los usuarios, también se señala el recibir del Distrito de Riego los volúmenes en la bocatoma de los canales principales bajo el control de las Juntas de Agua (Art. 12º, Inciso 3a) (SRH, 1947).

En 1962 se decreta la supresión de las juntas de aguas en el Distrito de Riego de La Laguna con el “Acuerdo por el que se determina que la Secretaría de Recursos Hidráulicos asumirá también las funciones que ahora están a su cargo de las Juntas Locales y Jueces de Aguas del Distrito de Riego número 17 de la Región Lagunera” (DOF, 1962; Palerm, 2009), que señala:

“... de todo lo cual se deriva la necesidad imprescindible de que exista con-trol y disciplina unitarios en el aprovechamiento del agua que se opera en el Distrito de Riego número diecisiete, así como en la distribución de las aguas, en la conservación de las obras y en la explotación de los acuíferos subterráneos, para que sea posible lograr su mejor aprovechamiento.

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116 AntologíA sobre riego

Que a causa de la organización actual de la distribución de aguas estable-cidas en el reglamento expedido por la Secretaría de Recursos Hidráulicos el 23 de octubre de 1947, las autoridades del Distrito de Riego no pueden ejercer el control necesario ni la dirección técnica apropiada por interfe-rirlo la existencia de las Juntas Locales y Jueces de Aguas, quienes llevan a cabo la operación, distribución del agua y la conservación de las obras dentro de sus respectivas jurisdicciones.

Que es indispensable para poder resolver los problemas agrícolas econó-mico y el mejor uso aprovechamiento y distribución de las aguas de los ríos Nazas y Aguanaval que la Secretaría de Recursos Hidráulicos, por conducto del Distrito de Riego número diecisiete de la Región Lagune-ra, asuma la distribución total del agua entre los usuarios, la operación y conservación de las obras y el control riguroso de la explotación de los acuíferos. (...)”

LAS JUNTAS DE AGUA EN LA PARTE BAJA DEL DR 017 (1958-1962)

En un intento por reconstruir la historia de las Juntas de Agua en la parte baja del DR 017, se realizaron recorridos de campo por la Comarca de La Laguna, pudiendo rescatar testimonios de usuarios y ex funcionarios que por su edad recuerdan lo ocurrido en el período 1958-1962.

Organización y actividades del DR 017 La Gerencia General del DR 017 coordinaba los Departamentos de Operación, Conservación, Riego y Drenaje y Administración, mismos que se encargaban de la distribución de las aguas provenientes de la presa Lázaro Cárdenas (LC) y broncas del río Nazas (Departamento de operación), del mantenimiento y conservación de las presas derivadoras y canales principales (Departamento de conservación), de la concentración de la información sobre riegos que se envia-ba a la ciudad de México (Departamento de Riego y drenaje), y de lo referente al trabajo administrativo (Departamento de administración) (Entrevista a ex funcionario, 2010).

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117CASO DEL MÓDULO III (SAN JACINTO) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

Las Jefaturas de Unidad de Riego21 dependientes del Departamento de ope-ración, y con espacios geográficos similares a los que tienen las actuales Unidades de Riego, estaban a cargo de los Jefes de Unidad, cuyas funciones consistían en realizar el programa de riego de la misma Unidad de Riego, y por tanto del DR 017, así como en recoger los datos que se generaban en la Unidad junto con el Jefe de operación y el Gerente General, y en vigilar el cumplimiento del programa de riegos (Entrevistas 2009 y 2010). Las Jefaturas contaban con un auxiliar del Jefe de Unidad, un Aforador con dos ayudantes, Compuerteros, Inspectores de Riego y una cuadrilla de trabajadores (peones de maniobra) dirigidos por un topógrafo (Entrevistas 2009 y 2010).

En la presa de Guadalupe, correspondiente al tramo reglamentado del río Nazas, y ubicado en lo que ahora se denomina parte baja del DR 017, los Com-puerteros, empleados de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SRH), dormían en la oficina del telefonista para realizar los ajustes de las com-

1 Estas Unidades de Riego son divisiones administrativas del Distrito de Riego, no son las también llamadas unidades de riego para sistemas autogestivos fuera de los Distritos de Riego.

Figura 1. Esquema organizacional del DR 017, 1958-1962 (Entrevista, 2010)

Gerencia GeneralGerente General

Departamento de administración

Departamento de operación

Departamento deconservación

1a. UNIDADNazas - Rodeo

(ofi cinas en Nazas y Rodeo, Dgo.)

2a. UNIDADJerusalem -San Jacinto

(ofi cinas en GómezPalacio, Dgo.)

3a. UNIDADTlahualilo

(ofi cinas en Tlahualilo, Dgo.)

4a. UNIDADMatamoros(ofi cinas en

Matamoros, Coah.)

5a. UNIDADFco. I. Madero

(ofi cinas en Fco. I. Madero, Coah.)

6a. UNIDADSan Pedro

(ofi cinas en San Pedro, Coah.)

Departamento de Riego y Drenaje

Distrito de Riego 017Jefe DR 017

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118 AntologíA sobre riego

puertas hechas de agujas. Las compuertas de agujas se componían de tablas de madera de 4 pulgadas de espesor que se insertaban de forma vertical al cauce natural o canal, y que estaban sostenidas por rieles de fierro que se fijaban al muro de concreto construido en el talud vertical del canal, teniendo en la planti-lla del canal una estructura de concreto donde podía dejarse un espacio o “mue-lito” para alojar la base de las tablas de madera. Después de la Rehabilitación del DR 017 (1966-1972), las compuertas de aguja desaparecieron (Entrevista a ex funcionario, 2009).

El Inspector de Riegos (empleado de la SRH) supervisaba el reparto del agua realizado por los aforadores de las Juntas de Agua, levantaba el reporte diario de lo que se regaba en 24 horas y, en los meses que no había riego, nivelaba y limpiaba canales a pala, además de dar mantenimiento a las compuertas (Entrevista a ex funcionario, 2010).

En los meses de riego, el Compuertero (dos por cada compuerta de cada canal principal) era el responsable de maniobrar la compuerta (de agujas) bajo la super-visión del Inspector de Riego y al igual que el Inspector de Riego; y en los meses que no había riego, limpiaban canales (Entrevista a ex funcionario, 2010).

En tanto, a nivel de río había un Aforador General que hacía entrega del agua de riego al Aforador de cada Unidad (desde Lerdo, Durango a San Pedro de las Colonias, Coahuila) y, estos últimos le entregaban el agua a las Juntas de Agua de cada canal Principal (Entrevistas a ex funcionarios, 2009-2010).

Figura 2. Esquema organizacional de la Unidad de Riego, 1958-1962 (Entrevista, 2010).

Administrativo

Aforador de Unidad y 2 ayudantes

Compuerteros (los necesarios: 2 por

canal principal)

Inspectores de riego(los necesarios: 1 por

canal principal)

Topógrafo y cuadrillade trabajadores (5-6)

Auxiliar de Jefe UnidadJefe de Unidad

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119CASO DEL MÓDULO III (SAN JACINTO) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

Organización y actividades de las Juntas de AguaLas Juntas de agua de cada canal principal se componían de un Presidente, Secre-tario y Tesorero con sus respectivos vocales, así como de su plantilla de trabaja-dores: dos aforadores, compuerteros, y una cuadrilla de cinco a seis trabajadores (Entrevistas a ex funcionarios, 2009-2010), cuyos gastos de representación prove-nían de las cuotas por servicio de riego que los usuarios pagaban en las oficinas de la Junta de Aguas, mismas que entregaban un porcentaje a la SRH (Entrevista a ex funcionario, 2009).

En cuanto a la elección de la mesa directiva de la Junta de Agua, esta podía hacerse de varias maneras. En ciertas ocasiones, los usuarios de cada ejido traían su planilla, o bien, todos los usuarios de los ejidos se ponían de acuerdo en una asamblea general que podía realizarse en alguna de las comunidades, o en la co-munidad de Presa de Guadalupe, donde existían oficinas de las Juntas de Agua. Las reuniones de cambio de mesa Directiva, que se celebraban cada tres años, eran sumamente acaloradas: todos querían ser Presidentes, e incluso algunos de ellos estuvieron en el puesto de Presidente de la Junta de Aguas hasta diez años, siempre que contaran con el voto de los usuarios (Entrevistas a ex funcionarios, 2009-2010).

Entre las actividades que realizaban las Juntas de Agua pueden señalarse las relacionadas con el reparto del agua, la conservación de la infraestructura, reso-lución de conflictos, así como su respuesta al decreto de 1962, mediante el cual el Estado asumía las funciones que las Juntas de Agua realizaban hasta la fecha (En-trevista a ex funcionario, 2009; DOF, 192).

Reparto del agua Una vez que el Presidente de la Junta de Aguas recibía el volumen en el punto de control (que se distinguía por unos puentes de concreto sobre el espejo del canal), éste entregaba el volumen mencionado al Presidente de Comisariado o a un en-cargado del ejido, el cual finalmente le repartía a cada uno de los ejidatarios a los que le tocaba el agua (Entrevista a ex funcionario, 2009). El encargado del ejido realizaba su labor de marzo a septiembre de cada año, y recibía su pago por parte del ejido (Entrevista a ex funcionario, 2009).

Los aforadores de las Juntas de Agua aforaban los canales laterales cada doce horas, y podían trasladarse caminando (“a pié”) o en camioneta (Entrevista a ex

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120 AntologíA sobre riego

funcionario, 2009). En cada uno de estos canales laterales, cuyo número variaba según el canal principal, las compuertas quedaban a cargo de un Compuertero, empleado de la Junta de Agua (Entrevista a ex funcionario, 2009). En tanto, la cuadrilla de trabajadores de la Junta de Aguas sacaban la basura y le daban mantenimiento a las compuertas a cargo de la Junta de Aguas (Entrevistas a ex funcionarios, 2009-2010).

En el reparto del agua era común observar al Presidente, Secretario y Tesorero, vigilando juntos el canal para que se hiciera una correcta distribución del agua de riego, o bien resolviendo los problemas que se suscitaban en el reparto del agua (Entrevista a ex funcionario, 2009). También era común observar al Presidente de la Junta de Aguas recorriendo diariamente el canal en camioneta (la cual podía tener el logotipo “Juntas de Agua”) para trasladar la cuadrilla (brigada) de trabaja-dores al lugar de trabajo (Entrevista a ex funcionario, 2009).

Conservación de la infraestructura hidráulica La limpia de los canales principales y laterales quedaba a cargo de los usuarios. Cada uno de ellos tenía un tramo asignado en el que limpiaba y desazolvaba con pala en los meses de enero-febrero de cada año, previo levantamiento topográfico que realizaba la cuadrilla de trabajadores dirigida por el Topógrafo para determi-nar los volúmenes de desazolve (Entrevista a ex funcionario, 2009).

Figura 3. Esquema organizacional de las Juntas de Agua en la antigua presa Guadalupe, ubicada en la parte

baja del DR 017, 1958-1962 (Entrevista, 2009)

Asamblea Generalusuarios canal principal

Secretario Tesorero

Cuadrilla(Brigada) Trabajo

Aforadores(2)

PresidenteJunta de Aguas

Compuerteros(Los necesarios)

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121CASO DEL MÓDULO III (SAN JACINTO) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

Conflictos y su resoluciónComo se indicó, los problemas inherentes a la distribución del agua de riego se resolvían por conducto de la Mesa Directiva de la Junta de Agua. Sin embargo, existían problemas de tipo administrativo generados por la propia Mesa Direc-tiva, los cuales incomodaban a los usuarios: la cuota por servicio de riego tenía que ser pagada aun cuando no se disponía de suficiente agua en la presa LC, y la reducción de superficie de riego era inevitable (Entrevistas a ex funcionarios, 2009-2010); el Presidente de la Junta de Aguas regaba más superficie de la auto-rizada y manejaba los dineros a su antojo, incrementaba los gastos de operación (mayor número de compuerteros de los requeridos, más gasolina de la necesaria, etc.); entre otras cosas (Entrevista a ex funcionario, 2009).

Desaparición de las Juntas de Agua En 1962, la SRH asume la distribución y conservación de la infraestructura hi-dráulica existente, e inmediatamente nombra canaleros y aforadores a nivel de secciones y zona de riego respectivamente, teniendo como impacto un golpe de estado para las Juntas de Agua, resistiéndose a entregar los vehículos (Entrevista a ex funcionario, 2009).

En 1963 se inicia el revestimiento del canal Tlahualilo, y la concentración de una gran parte de las comunidades en la cabecera municipal de Tlahualilo, con objeto de compactar las áreas de riego y ahorrar agua al sembrar todos en “te-rreno unido” o áreas compactas. Los ejidos Córdoba, Valencia, Londres y Bar-celona respectivamente dejaron todo para concentrarse en Tlahualilo, cabecera municipal, en lotes urbanos que les fueron cedidos para construir colonias; el ejido Ceceda no se movilizó. (Entrevista a vecino del ejido Ceceda, Tlahualilo, Dgo., 2009).

El 14 de septiembre de 1966 se declara de interés público la ejecución del Programa del Plan de Mejoramiento Parcelario (PLAMEPA) (DOF, 1966; López, 1968), el cual incluyó la construcción de la presa FZ (1965-1970) para controlar las aguas broncas que escurrían de la cuenca media del Nazas, y la construcción del actual canal principal Sacramento, dejando en desuso los 24 canales en tierra y la sangría de Benavidez, así como las presas derivadoras existentes aguas abajo de la presa de San Fernando, centralizando la administración de las aguas del río Nazas

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122 AntologíA sobre riego

con la construcción y revestimiento de los canales principales Santa Rosa-Tlahua-lilo y Sacramento (Trabajo de campo, 2010).

En la justificación de la supresión de las Juntas de Agua se señala que la SRH asumirá las funciones que estaban a cargo de las Juntas de Agua y Jueces de Agua, debido al problema de aprovechamiento y distribución de las aguas superficiales y subterráneas (explotación del acuífero) (DOF, 1962), un tema que hasta la actuali-dad sigue vigente y sobre el cual se han vertido diferentes opiniones.

Sin embargo, por múltiples razones y con algunas variantes, las organizaciones propias de los usuarios en algunos pequeños sistemas de riego continúan existien-do en los módulos I, II y III del río Nazas, así como en el módulo XIX “Jimulco” del río Aguanaval (Trabajo de campo, 2009; Cháirez y Palerm, en esta Antología).

EL MÓDULO III SAN JACINTO

El módulo III San Jacinto está conformado por ocho presas derivadoras que exis-ten en el tramo del río Nazas comprendido entre la presa FZ y la actual represa de SF, mismas que dan origen a igual número de canales: presa Graceros (canal de llamada que abastece el cárcamo de Graceros), presa San Jacinto (canal principal San Jacinto), presa La Loma (canal principal La Loma), presa La Goma (canal principal La Goma), presa San Juan de Casta (canal principal San Juan de Cas-ta), presa El Sabino (canal principal El Sabino), presa San Pedro (canal principal San Pedro) y presa San Carlos (canal principal San Carlos). Las presas Graceros, San Jacinto, La Loma y La Goma respectivamente se encuentran en el Área Na-tural protegida Cañón de Fernández, que incluye el espacio comprendido entre las compuertas de la presa FZ y un lugar conocido como La Posta, próximo a la comunidad de Sapioriz, Durango.

El módulo, llamado así después de la transferencia de marzo de 1991, es una Aso-ciación Civil creada bajo la Ley de Aguas Nacionales y su Reglamento (CNA, 1994), e integrada por usuarios de los ejidos 21 de Marzo, San Jacinto, Juana E. García, León Guzmán, La Goma, Sapioriz, La Loma, El Rayo, 6 de Enero, Los Ángeles, Sector Monterrey, Villa Juárez, Carlos Real, Álvaro Obregón y el sector pequeña propiedad.

La superficie total de riego que administra es de 6,371-55 ha, de las cuales 5,502-02 corresponden al sector social con 1,475 ejidatarios, y 869-53 ha al sector peque-

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123CASO DEL MÓDULO III (SAN JACINTO) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

ña propiedad con 69 pequeños propietarios, lo que hace que cada ejidatario tenga en promedio 3-73 ha con derecho a riego, siempre que al 1º de octubre de cada año se disponga de volumen suficiente almacenado en el sistema de presas LC y FZ.

En el esquema administrativo del DR 017, el módulo pertenece a la Segunda Unidad de Riego “Jerusalem-San Jacinto” con oficinas en la ciudad de Gómez Palacio, Durango.

Estructura del módulo de riego En la Segunda Unidad de Riego “Jerusalem-San Jacinto”, el módulo San Jacinto dispone de oficinas de recaudación en las que una secretaria realiza los cobros por concepto de servicio de riego, y un pequeño cubículo para el Supervisor de ope-ración de la CNA que sirve de enlace entre el módulo y el DR 017. En este mismo lugar, compartiendo espacios, se encuentra el personal de los módulos IV “El Ver-gel” y V “Brittingham”, dependientes de la Unidad de Riego “Jerusalem”, así como el Supervisor de operación de la CNA responsable de la Unidad de riego indicada (Entrevista, 2010).

El módulo, además de la secretaria encargada de la recaudación, cuenta con un Gerente técnico y un Encargado de maquinaria, el primero con doce años de antigüedad en el cargo y responsable de elaborar el programa de riego por canal principal, recibir los informes diarios o semanales sobre avances de riego por parte de los Regidores apoyados económicamente por el módulo, mover ocasionalmente la maquinaria del módulo, citar a los Regidores indicados previo al inicio de los riegos de presiembra y auxilio con objeto de programar los riegos, así como acom-pañar diariamente al Supervisor de operación de la CNA para realizar los aforos de cada canal principal, entre otras cosas (Entrevista, 2010).

Por su parte, el Encargado de maquinaria es responsable de todo lo relacionado con la maquinaria concesionada y la adquirida con la mezcla de recursos del Pro-grama de Desarrollo Parcelario (PRODEP) y módulo de riego (Entrevista, 2010).

Todos ellos, incluyendo a los operadores de maquinaria y usuarios, conside-ran la caseta de riego ubicada en la Villa de León Guzmán como centro de reu-nión para la realización de los trabajos de campo y reuniones con los Delegados (representantes de usuarios). En este lugar, el Gerente técnico, operadores de maquinaria y, ocasionalmente, los Directivos del módulo, se reúnen a las 8:00

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124 AntologíA sobre riego

am de cada día para programar las actividades diarias, y, en los períodos en que se deriva agua de la presa FZ, la caseta también es utilizada como punto de en-cuentro entre el Gerente técnico y el Supervisor de operación responsable de la Unidad de Riego “San Jacinto” para la realización de los aforos y supervisión de riegos (Trabajo de campo, 2010).

Infraestructura hidráulicaEl tramo del río que ocupa el módulo III “San Jacinto” tiene una longitud total de 56 kilómetros, medidos desde la presa FZ hasta la represa de San Fernando (SF): 3.81 km de la presa FZ a la presa del bombeo de Graceros (1), 11.22 km de la presa de bombeo de Graceros a la presa de San Jacinto (2), 7.12 km de la presa San Ja-cinto a la presa de La Loma (3), 5.85 km de la presa La Loma a la presa de La Goma (4), 7.27 km de la presa de la Goma a la presa de San Juan de Casta (5), 2.09 km de la presa de San Juan de Casta a la presa El Sabino (6), 2.87 km de la presa El Sabi-no a la presa de San Pedro, (7) 7.50 km de la presa San Pedro a la presa San Carlos y 8.27 km de la presa San Carlos a la presa de San Fernando, considerada como la

Figura 4. Esquema organizacional del módulo III San Jacinto

Consejo Directivo:Presidente, Secretario y Tesorero

con sus respectivos vocales

Regidorescomunitarios

Operadores de maquinaria

Consejo de Vigilancia:Presidente y tres

vocales de los cuales unos es de laCNA y otro de Gobierno del Estado

Encargado demaquinaria

Asamblea General(máxima autoridad)

Presidente del Consejo Directivo

Gerentetécnico

Secretaria(Recaudadora)

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125CASO DEL MÓDULO III (SAN JACINTO) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

entrada a la parte baja del Distrito de Riego 017 (DR 017) y el lugar donde se distri-buye el caudal que transita por el río Nazas a los canales principales Sacramento y Santa Rosa-Tlahualilo (Trabajo de campo, 2010).

Las presas existentes son de mampostería, construidas con rocas de las monta-ñas que corren próximas y paralelas al cauce del río, teniendo la bocatoma del ca-nal en la margen derecha e izquierda del cauce del río, dependiendo del canal que se trate. El vertedor es transversal al cauce del río, siguiendo la línea imaginaria de la bocatoma del canal que daría continuación a la construcción del mismo sobre el río, pudiendo tener un desarenador en su estructura, además del que existe próxi-mo a la bocatoma (Trabajo de campo, 2010).

El desarenador construido en el vertedor de algunas de las presas, general-mente tiene una altura similar a la de su cresta, cuya abertura puede ser regulada mediante una compuerta metálica de dos hojas que se encuentra inserta en la es-tructura del vertedor, como ocurre en el desarenador próximo a la compuerta de la bocatoma del canal (Trabajo de campo, 2010).

Los canales se originan en las presas derivadoras, y son revestidos y dispo-nen de bocatomas equipadas con compuerta metálica de dos hojas para regu-lar el caudal proveniente del río Nazas. Su longitud es variable, pudiendo tener hasta 20.98 km, tal como en el caso del canal “San Jacinto”. La trayectoria que siguen se encuentra en función de la pendiente y la mayor superficie que puedan dominar. Algunos canales como el de “San Jacinto” o el canal de “La Loma” se deslizan entre los espacios reducidos que existen entre la montaña y el cauce del río, dando lugar a que, en algunos tramos, el muro de la montaña sea conside-rado como parte del canal (canal “San Jacinto”) y, en algunos otros, se hayan construido túneles para permitir el paso del agua (canal “La Loma”) (Trabajo de campo, 2010).

Los caminos para acceder a la presas son reducidos pero suficientemente am-plios para el tránsito de un automóvil. En algunos tramos, como en los caminos que conducen a las presa de los canales “San Jacinto”, “La Loma” y “La Goma”, los caminos son tan reducidos que a un extremo se observa el río, y al otro el canal plegado a la montaña (Trabajo de campo, 2010).

Una vez que los caminos emergen del Cañón de Fernández, estos continúan por una de las márgenes del canal, siendo utilizados por los usuarios para acceder

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126 AntologíA sobre riego

a sus parcelas o para trasladar sus cosechas a los centros de población asentados en un pequeño valle al final del Cañón de Fernández (Trabajo de campo, 2010).

RegidoresEn cada uno de los canales generales del módulo San Jacinto hay Regidores nom-brados por los mismos usuarios. Cada ejido tiene bajo su responsabilidad a un tramo para hacer la distribución del agua. Estos ejidos nombran a un Regidor de Canal para el tramo bajo su responsabilidad, el cual también puede ser llamado Regidor General o Regidor Mayor. El tramo de canal a cargo del Regidor de canal está subdividido en pequeños tramos que riegan zonas, pudiendo tener varias zo-nas, para las cuales se nombra también a un Regidor llamado “de zona”.

En el Distrito de Riego hay Regidores en la parte alta (módulos I y II) y media (módulo III) del río Nazas y en la región de Jimulco, regada por el río Aguanaval (módulo XIX) (Entrevista a ex funcionario, 2009). Los Regidores han estado en funciones desde antes de la transferencia, y siguen en funciones después de ella. El origen de los Regidores parece provenir de las Juntas de Agua posteriores al reparto agrario, tal como se muestra en el Art. 16 de las “Normas Provisionales para la Distribución interior del canal de San Jacinto, que deriva aguas del río Nazas” (N. Juan, 1941).

Artículo 16. Para auxiliar a la Junta de Aguas en el reparto del agua, se nom-brarán seis regidores distribuidores uno por cada sector de usuarios. Estos regidores serán nombrados por la Junta de Aguas, pero a propuesta de la mayoría de los componentes de cada sector o grupo de usuarios.

Manejo del aguaEn la administración del agua que realiza el módulo se distinguen tres períodos definidos: (a) el primero, comprendido entre la primera decena del mes de marzo y la segunda decena de abril, en que se abren las compuertas de la presa FZ para derivar el volumen necesario para los riegos de aniego o presiembra del área del módulo III “San Jacinto” y de los 14 módulos de riego que existen en la parte baja del DR 017; (b) el segundo, comprendido entre la primer decena del mes de mayo y la última decena del mes de julio, en que las compuertas de la presa FZ perma-necen abiertas para proporcionar los riegos de auxilio del área del módulo III “San

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127CASO DEL MÓDULO III (SAN JACINTO) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

Jacinto” y de los 14 módulos existentes en la parte baja del DR 017, y (c) el tercero, comprendido entre la primer decena del mes de agosto y la primer decena del mes de marzo del año próximo, en que los usuarios del módulo III “San Jacinto”, a diferencia de los dos primeros períodos, administran los estiajes que emanan del cauce del río Nazas sin la intervención de la Comisión Nacional del Agua (CNA) y del módulo (Trabajo de campo, 2010).

En los periodos en que se derivan aguas de la presa FZ, conocidas por los usuarios como “aguas controladas”, el Gerente técnico del módulo de riego se encarga de realizar los programas de riego por canal, de realizar los aforos dia-rios en los puntos de control autorizados de cada canal principal en compañía del Supervisor de operación de la CNA, contabilizar el volumen de agua utilizado en el riego, entregar el agua a los usuarios a nivel de bocatoma, revisar que los canales estén preparados conforme al tandeo aprobado entre los usuarios, recibir los avances de riego diarios o semanales de cada uno de los Regidores de canal y apoyados económicamente por parte del módulo, atender la problemática de los usuarios en cuanto al riego, así como de convocar a reunión a los Regidores indicados previo al inicio de los riegos de presiembra y auxilio, entre otras cosas (Entrevista, 2010).

Por su parte, el Supervisor de operación de la CNA, se encarga de llevar su pro-pia contabilidad del volumen de agua utilizado, así como de realizar los movimien-tos de las compuertas de las bocatomas en los canales principales, colocar canda-dos en las compuertas de las bocatomas de los canales principales, custodiar las llaves de los candados indicados, realizar en compañía del Gerente técnico los afo-ros diarios en los puntos de control autorizados de cada canal principal, autorizar los movimientos que tengan que realizarse sobre las compuertas de las bocatomas de los canales principales, realizar coordinación de acciones con los Directivos del módulo de riego, asistir en representación de la CNA a las reuniones de Delegados, y mantener informado al Jefe del Distrito de Riego de los sucesos que ocurren en el área de riego a su cargo, entre otras cosas (Entrevista, 2010).

En el periodo de estiaje, comprendido entre la primer decena del mes de agos-to y la primer decena del mes de marzo del año próximo, el Gerente y los operado-res de maquinaria continúan presentándose a las 8:00 am de cada día en la caseta de riego de León Guzmán, el primero para atender únicamente las instrucciones

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del Presidente del módulo de riego con respecto a posibles reuniones ejidales a las que deberá asistir, y los segundos para mover la maquinaria en posibles trabajos de nivelación de tierras, conservación de la infraestructura hidráulica o trabajos contratados por usuarios y/o particulares (Entrevista, 2010). Mientras tanto, el Supervisor de la CNA retira los candados de las compuertas de las bocatomas de los canales principales, y disminuye su presencia en el área agrícola del módulo para que los usuarios de cada canal principal asuman por completo la administra-ción del agua a nivel comunitario e intercomunitario (Entrevista, 2010; Trabajo de campo, 2010).

Los Regidores, que según el Gerente técnico son apoyados económicamente por el módulo con $800 pesos mensuales en el período de “aguas controladas”, atien-den el llamado del Gerente Técnico previo al inicio de los riegos de presiembra y auxilio para programar los riegos a nivel de canal principal, informan al módulo de los avances diarios o semanales de riego, entregan al módulo el censo de culti-vos, revisan diariamente el canal de riego, reparten el agua entre los usuarios de la comunidad, vigilan los posibles robos, ponen candados en tomas que no tienen derecho a riego, retiran la basura de los represos, vigilan la aplicación del tandeo reconocido por los usuarios, entregan el agua al Regidor de otra zona de riego, etc. Adicionalmente, en el período de estiaje, continúan realizando las mismas tareas, excepto aquellas que están relacionadas con la entrega de información al módulo de riego (Entrevista, 2010; Trabajo de campo, 2010).

Cultivos típicosEl área del módulo de riego se caracteriza en su mayoría por cultivo de maíz (Zea Mays) y sorgo (Sorghum vulgare) forrajeros, debido a la demanda de forrajes que presenta la industria de la leche asentada en las principales ciudades de la Comarca de La Laguna, así como los productores de leche de traspatio que se encuentran diseminados en las comunidades ejidales (Trabajo de campo, 2010).

En orden de importancia le sigue el cultivo de alfalfa (Medicago sativa L.), por presentar ingresos mensuales sostenidos de abril a noviembre a pesar de los daños que le ocasionan las lluvias que se registran en el período de junio a octubre, las heladas de noviembre a abril, así como la disponibilidad restringida de agua que se tiene de agosto a marzo de cada año, respectivamente (Trabajo de campo, 2010).

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En extensiones más reducidas se encuentran la huertas de nogal pecanero (Car-ya illinoinensis), chile (Capsicum annuum) para ventas en fresco y seco al menu-deo domiciliario, sandía (Citrillus lanatum), tomate (Lycopersicum esculentum), camote (Ipomea batata) y cultivos de invierno como col (Brassica oleracea L), rá-bano (Raphanus sativus L), cilantro (Coriandrum sativum L), lechuga (Lactuca Sa-tiva L.), etc. (Trabajo de campo, 2010).

Conflictos y resoluciónEn el módulo existe inconformidad por parte de Regidores y usuarios en contra del módulo de riego por el abandono en que se encuentran la red de caminos y la infraestructura hidráulica, particularmente las compuertas, mecanismos y presas, así como por el desempeño irregular de los operadores de maquinaria, quienes laboran uno o dos días y se le paga como si hubieran laborado la semana completa, por el uso de la maquinaria del módulo en el acondicionamiento de las calles de las comunidades rurales que promueven los candidatos a la presidencia del municipio de Lerdo, Durango para la obtención de votos, por la falta de trans-parencia en relación a quién se apoya económicamente en las comunidades por los trabajos que realizan los Regidores, por el privilegio que tienen algunos usua-rios en cuanto al uso de la maquinaria, por el apoyo económico que se da a las campañas de ciertos candidatos a Presidentes de comisariado que generalmente pertenecen al grupo que ostenta el poder en el módulo, por la compra de votos de los Delegados para favorecer a cierto candidato a la presidencia del módulo, por la sospecha que tienen sobre la existencia de aviadores en la nómina del módulo, por el incremento continuo en las cuotas por servicio de riego, y por la falta de rendición de cuentas, etc. (Entrevista, 2010).

La inconformidad con el módulo llevó a los usuarios del canal principal “La Loma” a solicitar amparo en contra del pago de la parte de la cuota por servicio de riego que se destina a gastos del módulo, reduciendo su compromiso financiero únicamente al pago de la alícuota, misma que recauda el Presidente del comisa-riado desde el año 2008, para hacer el pago oportuno a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (Entrevista, 2010).

En la actualidad, según la opinión de algunos usuarios del canal principal “La Loma”, la separación total del módulo de riego está en trámite, porque, además

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de la problemática expuesta, no reciben el apoyo del módulo y del DR 017 en su conflicto con la pequeña propiedad, que utiliza los estiajes del canal principal “La Loma” que le pertenecen en exclusiva al sector social (Entrevista, 2010).

La inconformidad que viven los usuarios del canal “La Loma” parece tener su efecto en los usuarios del canal “San Jacinto”, particularmente en algunos de los usuarios del ejido Juan E. García, quienes se quejan de la ausencia de apoyo y falta de reinversión de las cuotas en el mantenimiento de la infraestructura hidráulica (Entrevista, 2011).

Es importante señalar que los Regidores de canal y Regidores de zona no tie-nen el poder para solucionar la problemática que vive el módulo, reduciéndose su trabajo a todo lo relacionado con la distribución del agua. Según la opinión de algunos usuarios, los Directivos del módulo tampoco pueden solucionar la pro-blemática indicada por la recaudación reducida. Sin embargo, otra parte impor-tante de la asociación de usuarios los señala como responsables por el mal mane-jo de los recursos financieros, materiales y humanos con que dispone el módulo (Entrevista, 2010). En el caso del DR 017, su participación es restringida dada la exigencia de la Directiva de módulo de manejarse con autonomía (Conversación personal con ex funcionario, 2010).

La ausencia de rendición de cuentas por parte de los Directivos del módulo, así como la elección a puertas cerradas de la nueva mesa Directiva entre Direc-tivos y Delegados, llevó a algunos usuarios a tomar las oficinas del módulo en marzo del 2011 (Entrevista, 2011).

EL CANAL SAN JACINTO

El canal es herencia de la hacienda del mismo nombre, cuyos vestigios aún pue-den encontrarse en el actual ejido San Jacinto. Este canal está revestido, con una longitud total de 20.98 km, en cuyo desarrollo se origina el canal lateral derecho CLD 9+120 (canal “El Sabino”) con una longitud total 1.980 km, el CLD 15+992 (canal “El Tejaban”) con una longitud total de 7.055 km, el CLD 18+519 (canal “El Sauce”) con una longitud total 4.820 km, el CLD 19+879 (canal “La Higuera”) con una longitud total 3.125 km, así como el canal sublateral izquierdo CSLI 3+834 del CLD 15+992, con una longitud total 1.228 km (CNA, 2008; Trabajo de campo,

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2010). También se caracteriza por la existencia de una organización autogestiva para la administración del agua, y la existencia de Regidores para la distribución de la misma. La superficie total que riega es de 1911-85 ha, de las cuales 309-00 co-rresponden al ejido 21 de Marzo con 103 usuarios (incluye parcela escolar), 150-00 a la pequeña propiedad “La Posta” con 2 usuarios, 60-00 a los fraccionistas con 12 usuarios, 444-60 al ejido San Jacinto con 111 usuarios (incluye parcela escolar), 708-00 al ejido Juana E. García con 177 usuarios (incluye parcela escolar), y 240-25 al ejido León Guzmán con 87 usuarios (no incluye parcela escolar porque ésta se riega con el canal La Goma) (Entrevista, 2010).

El cana principal “San Jacinto”, según el actual Gerente técnico del módulo, es considerado el canal con mayor grado de dificultad para la operación, tanto por su mayor número de usuarios, como por la mayor cantidad de superficie que rie-ga, así como por los problemas de diseño y construcción que presenta en algunos tramos, sobretodo en el kilómetro 18+519 al 20+980 (tramo conocido como canal “Salamanca”), en el que su construcción está en contrapendiente, lo cual afecta de manera indirecta en su capacidad al canal “La Higuera” (CLD 19+879), y el riego de las parcelas que reciben el agua por el canal “Salamanca” (Entrevista, 2010).

El mismo problema que presenta el canal “La Higuera”, lo presenta el canal “El Sabino” (CLD 9+120) que se origina en el levantador de “El Sabino” a la altura del poblado de Santa Anita, ya que en el período de aguas controladas no tiene capacidad para conducir el gasto (q) total que transita por el canal principal “San Jacinto”, lo que dificulta el riego de las 27 parcelas que existen en la zona “De Los Vidrios” (Entrevista, 2011).

La presaLa presa San Jacinto está localizada a 25º 21’ 03.2’’ LN y 103º 44’ 26.00’’ LW en el corazón del Cañón de Fernández, el cual forma parte del Área de la Reserva Natural. Su construcción es de mampostería, con una longitud total de 280 m. El talud exterior de su vertedor mide 13.50 m, mientras que el talud interior, por el material de arrastre acumulado (cascajo y residuos orgánicos), solo mide 1.20 m. Aun así, existe suficiente carga hidráulica para que los estiajes existentes puedan ser derivados en su totalidad a la bocatoma del canal “San Jacinto” (Trabajo de campo, 2010).

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La distancia que existe entre la presa San Jacinto y la primer parcela que recibe el agua del río Nazas es de aproximadamente 5.380 km, lo que significa que los usuarios tienen que realizar la conservación de un tramo muerto pero necesario en la operación del sistema de riego (Trabajo de campo, 2010).

Cultivos típicos En el ciclo agrícola primavera/verano, cuando el canal “San Jacinto” puede tomar el máximo gasto (q) y los usuarios pueden regar el total de sus parcelas por la aper-tura de la presa FZ, en el área de riego se observa alfalfa, maíz forrajero y sorgo forrajero respectivamente. En tanto, en el ciclo agrícola otoño/invierno, cuando se cierran las compuertas de la presa FZ, los terrenos que fueron sembrados con maíz y sorgo se mantienen vacantes, existiendo en producción el cultivo de alfalfa que se riega con aguas de los estiajes (Trabajo de campo, 2010).

Las huertas de nogal pecanero existen en áreas reducidas, y los cultivos de hor-talizas de invierno son inexistentes (Trabajo de campo, 2010).

Estructura administrativa La estructura existente en el canal “San Jacinto” está determinada por el pe-ríodo en que se tienen aguas controladas, y por el período en que se tienen sólo aguas de estiaje.

En el primer período, el Supervisor de la CNA, los Regidores a nivel de canal y el Gerente operativo del módulo se encargan de la administración de las aguas a nivel de canal, mientras que, a nivel de zona agrícola, en el caso particular del ejido 21 de Marzo, Juan E. García y León Guzmán respectivamente, operan Regidores de zona. En el segundo período, ante la ausencia del Supervisor de la CNA y el Geren-te operativo del módulo, las comunidades de usuarios mantienen a los Regidores de canal y a los Regidores de zona para la distribución puntual a nivel de parcela. (Trabajo de campo, 2010; Trabajo de campo, 2011).

Los Regidores del canal San JacintoEn la opinión de los Regidores, los funcionarios del DR 017 no tienen idea de la organización existente a nivel de canal porque únicamente se avocan a entregar el agua en bloque en los puntos de control autorizados por la CNA (Entrevista, 2011).

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Nombramiento de los RegidoresLos Regidores, independientemente de la relación laboral que sostengan con el módulo de riego, son nombrados directamente por los usuarios del ejido o de la zona de riego en asamblea general o en reunión de usuarios en algún lugar público. Estos Regidores se encuentran en estrecha vinculación con la comunidad a través del Presidente del comisariado y el Presidente de vigilancia (Trabajo de campo, 2011). (Trabajo de campo, 2010).

En los ejidos 21 de Marzo, San Jacinto y Juan E. García, los Regidores de ca-nal son nombrados en asamblea general de usuarios de cada ejido, y su perma-nencia en el cargo depende de su honestidad y de su habilidad para distribuir el agua y evitar el conflicto. También puede ser que, como en el caso del ejido San Jacinto, su permanencia obedezca al interés de algún grupo de usuarios que pretenden ser favorecidos para regar únicamente de día. En el caso del ejido León Guzmán, el nombramiento del Regidor de canal se realiza cuando el grupo de usuarios se reúne en cualquier lugar público del pueblo, incluso en las calles (Entrevista, 2010).

En lo que respecta a los Regidores de zona en el ejido 21 de Marzo, estos son elegidos por los usuarios de zona que se reúnen en cualquier salón de la escuela primaria. En el ejido Juan E. García, los Regidores son nombrados por usuarios y/o usuarios arrendadores con intereses afines que se reúnen en alguna parcela de los mismos usuarios, dando previo aviso verbal entre los interesados. En el caso del ejido León Guzmán, los usuarios de la zona se reúnen en cualquier lugar del pueblo, e incluso en la calle (Entrevista, 2010; Entrevista, 2011).

Sin embargo, en el ejido Juan E. García puede ocurrir que algunos de los usua-rios que actualmente tienen arrendadas hasta 24 parcelas asuman el papel de Regi-dor de zona, llevando ellos mismos el control de los tiempos de tandeo, y moviendo el agua de una zona a otra zona, donde se encuentren la parcela propia y las parce-las arrendadas, tal como ocurre en la zona “El Trece”, donde el actual Presidente de comisariado dispone de la mayoría de las parcelas (Entrevista, 2010).

En el canal principal “La Goma”, inmediato aguas abajo del canal principal “San Jacinto”, el nombramiento del Regidor de zona también puede ocurrir en reunión del grupo de usuarios y las autoridades del módulo, tal como ocurrió con Manuel Carrillo Medrano, Regidor de la Primera Zona, cuando 15 de 42 usuarios

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134 AntologíA sobre riego

de la zona indicada se presentaron en la caseta de riego de León Guzmán para solicitar la destitución del anterior Regidor debido a irregularidades en el mane-jo del agua. El nombramiento también puede ser en reunión de usuarios de una zona agrícola, como ocurrió con Eusebio Puga García, Regidor de la Segunda Zona, cuando la mayoría de usuarios de esta zona lo designó Regidor, presentan-do el acuerdo al Presidente del Comisariado y Presidente de Vigilancia para su firma y reconocimiento, sustituyendo así al anterior Regidor por anomalías en la distribución del agua. El nombramiento de Vicente Velázquez Lozano, Regidor de la Cuarta Zona ocurrió de igual manera en el caso de Eusebio Puga García (Entrevista, 2010).

Tandeo comunitario e intercomunitarioEl ejido 21 de marzo, tanto en tiempo de “aguas controladas” como de estiaje, recibe el agua del ejido León Guzmán en la zona “El Carrizo” (Represo 14+426 del canal principal San Jacinto) los días lunes a las 9:00 pm, para entregarla a “La Fracción” los días miércoles a las 2:00 pm. En este intervalo de tiempo, la zona “El Carrizo”, que se encuentra aguas abajo del poblado 21 de Marzo, y que está considerada como la zona más alejada del ejido indicado, retiene el agua a partir de las 9:00 pm de los días lunes hasta las 9:00 am de los días martes. La zona “La Nopalera”, que es la zona más próxima a la bocatoma, retiene el agua a partir de las 9:00 am del día martes hasta las 8:00 pm del mismo día. La zona “El Sabino”, que sigue después de la zona “La Nopalera”, retiene el agua a partir de las 8:00 pm del día martes hasta las 3:00 am del día miércoles, y la zona “De Los Vidrios”, que sigue después de la zona “El Sabino”, retiene el agua a partir de las 3:00 am del día miércoles hasta las 2:00 pm del mismo día. Sin embargo, el tandeo descrito puede ser cambiado conforme a las necesidades hídricas de los cultivos establecidos, con previa autorización de la asamblea ejidal (Entrevista, 2011). El tandeo asignado al ejido 21 de Marzo, incluye el tandeo asignado a las 150-00 ha de la pequeña propiedad “La Posta”, que recibe 15 horas de agua cada dos semanas.

La Fracción, recibe el agua del ejido 21 de Marzo desde las 2:00 pm del día miércoles hasta las 8:35 pm del mismo día en el represo del km 14+426 del canal principal San Jacinto. El ejido San Jacinto recibe el agua de la Fracción desde

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las 8:35 pm del día miércoles en el punto conocido como “La Fracción” (Repre-so 14+492 del canal principal San Jacinto) hasta las 10:35 am del día viernes. El ejido Juan E. García recibe el agua del ejido San Jacinto a las 10:35 am del día viernes en el punto conocido como “Levantador de San Jacinto” (represo del canal “El Tejabán”), y la retiene hasta las 1:30 am del día lunes. Finalmente, el ejido León Guzmán recibe el agua del ejido Juan E. García a las 1:30 am del día lunes en cualquier zona en que termine su tanda (de manos de cualquier Regidor de zona o de un usuario), y la retiene hasta las 9:00 pm del día lunes, para entre-garla a esta misma hora al ejido 21 de Marzo en la zona “El Carrizo” (Entrevista, 2010; Entrevista, 2011).

Sin embargo, el tandeo intercomunitario puede modificarse, dependiendo de la apertura de la presa FZ (Entrevista, 2011; Trabajo de campo, 2011).

Regidores, tramos de responsabilidad sobre el canal San JacintoEjido 21 de Marzo.- En la actualidad, el ejido 21 de Marzo cuenta con un Regi-dor de canal y cuatro Regidores de zona que administran el tramo comprendido entre el km 5+380 y el km 14+426 del canal principal “San Jacinto”, mismo que se subdivide en el tramo de la zona “La Nopalera” (km 5+380 al km 9+006), que a su vez se subdivide en la subzona de “La Nopalera” (km 5+380 al km 8+406) y la subzona de “La Polvarera” (km 8+406 al km 9+006), la zona de “El Sabino”, existente en el tramo del km 9+006 y el km 10+172, la zona de “Los Vidrios”, existente en el tramo del km 10+172 y el km 11+652, y la zona de “El Carrizo”, existente en el tramo del km 11+652 y el km 14+426, donde inicia el tramo de “La Fracción” (Trabajo de campo, 2011).

En el tramo administrado por el Regidor de canal del ejido 21 de Marzo se rie-gan 103 parcelas de 3-00 ha con derecho a riego en una tanda de 41 horas, inclu-yendo la parcela escolar (Entrevista, 2010).

El Regidor del ejido 21 de Marzo, previo al inicio de la tanda de riego y con objeto de empezar el riego en la zona de “El Carrizo”, que se considera la zona de riego más alejada, levanta los represos (levantadores) existentes en el tramo comprendido entre el km 5+380 al 14+426 del canal principal “San Jacinto”, coloca candados en las tomas directas del tramo indicado para evitar posibles robos, verifica que las tomas con derecho a riego se encuentren abiertas, y cierra

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136 AntologíA sobre riego

el represo del km 14+426. Posteriormente, avisa a los Regidores de cada zona de la posible llegada del agua para que a su vez notifiquen a los usuarios regadores (Entrevista, 2011).

Una vez concluido el riego en la zona “El Carrizo”, el Regidor realiza los ajustes necesarios en los represos y tomas directas con y sin derecho a riego para que el orden de riego aprobado por la asamblea ejidal continúe en las zonas. También entrega el agua al Regidor de cada zona conforme al horario establecido, lo que significa que tiene que movilizarse de día y de noche en su bicicleta, apoyándose en una lámpara de baterías por la noche (Entrevista, 2011).

Al término de la tanda del ejido, el Regidor del ejido 21 de Marzo levanta el total de los represos del tramo km 5+380 al km 14+426 para que “La Fracción” pueda tomar su tanda (Entrevista, 2011).

Adicionalmente, el Regidor informa de posibles robos de agua a la asamblea ejidal para la posible aplicación de una multa de $5,000, la cual fue aprobada por los usuarios en asamblea ejidal, pero que nunca se ha aplicado a los infracto-res por razones de parentesco y amistad. El Regidor también puede informar de cualquier problema que surja con los usuarios, y, en cuanto a su relación con los Regidores a nivel de zona, ésta se circunscribe a la entrega del agua de la tanda de la zona (Entrevista, 2011).La Fracción.- La Fracción, actualmente propiedad de un pequeño propietario (55-00 ha), así como de un hijo de uno de los doce Fraccionistas que existían ori-ginalmente (5-00 ha), administra el tramo existente entre el km 14+426 y el km 14+982 del canal principal San Jacinto. Su tanda inicia a las 2:00 pm de cada miér-coles, y termina a las 8:35 pm del mismo día, teniendo un tiempo efectivo de 6 ½ hora, que incluye una hora de arrastre (Entrevista, 2010).

En el reparto del agua, los dos usuarios tienen el acuerdo que, una vez inicia-da la tanda, el pequeño propietario la tomará por dos tomas, y el hijo del Fraccio-nista por una toma respectivamente (Entrevista, 2011). Sin embargo, el pequeño propietario, cuenta adicionalmente con un pozo profundo que fue propiedad de los Fraccionistas y que actualmente vierte sus aguas a un estanque construido a la margen derecha del canal principal “San Jacinto”, mismo que apoya el riego de las 55-00 ha (Entrevista, 2011; Trabajo de campo, 2010).

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Por lo anterior, se deduce que La Fracción no cuenta con Regidores, y que la tanda de La Fracción es manejada por un pequeño propietario y el hijo de un ex Fraccionista (Trabajo de campo, 2011).

Como se indicó, el pequeño propietario y el hijo del ex fraccionista se encargan de recibir el agua del Regidor del ejido 21 de Marzo en la Fracción, así como de ha-cer el reparto del agua entre ellos, y de entregarla al Regidor del ejido San Jacinto (Entrevista, 2011).Ejido San Jacinto.- El ejido San Jacinto cuenta con un Regidor de canal que atiende el tramo existente entre el km 14+982 y el km 20+980 para los riegos de 111 parcelas de 4-00 ha con derecho a riego, incluyendo la parcela escolar, apoyándose para ello en el canal “El Tejabán”, el canal “El Sauce”, el canal “La Higuera”, y el tramo del canal principal “San Jacinto”, conocido como canal “Sa-lamanca”, así como en el canal sublateral izquierdo (CSLI) 3+834 del canal “El Tejabán”. En este ejido, no se observa la presencia de Regidores de zonas de riego (Entrevista, 2010; Trabajo de campo, 2010).

El Regidor del ejido San Jacinto, previo a recibir el agua de la tanda en el repre-so del km 14+982 del canal principal “San Jacinto”, levanta los represos existentes en el tramo del km 14+982 al km 20+980, y coloca candados en las tomas directas y en las bocatomas de los canales “El Tejabán”, “El Sauce” y “La Higuera” del canal principal “San Jacinto” respectivamente (Entrevista, 2010).

El represo del canal “La Higuera” (km 19+879) puede cerrarse totalmente o permanecer parcialmente abierto, dependiendo de la necesidad de regar las par-celas que se riegan con tomas directas que existen en el tramo del km 19+879 al km 20+980 del canal principal “San Jacinto”, conocido como canal “Salamanca” (Entrevista, 2010).

En caso que el represo del canal “La Higuera” se cierre totalmente, se espera a que se normalice el gasto (q) para iniciar los riegos en sentido contrario al flujo del agua, de manera que al término de la tanda del ejido se le pueda entregar el agua al ejido Juan E. García en el represo (km 15+992) del canal “El Tejaban”, obteniendo avances de riego mayores a nivel de ejido (Entrevista, 2010).

En este ejido a cada usuario le corresponden 40’, pero debido al arrastre que se hace del represo del km 14+982 al represo del km 19+879, el tiempo para cada usuario oscila entre 35’ y 37’, dependiendo del tiempo que se consuma en el

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138 AntologíA sobre riego

arrastre. En caso de que alguno de los usuarios con derecho a riego no estuviera a tiempo para tomar el agua de la tanda, se le da su tiempo a cualquiera de los usuarios que lo requiera, con la condición de restituírselo al usuario afectado en la tanda próxima a cuenta del usuario que lo disfrutó (Entrevista, 2010).

En el ejido San Jacinto no existen los Regidores de zona, por lo que el Regi-dor a nivel de canal es el encargado de notificar a los usuarios de la hora en que tomarán el agua, incluso en la madrugada, solicitándoles que estén atentos y pre-sentes en la parcela, así como de vigilar el canal principal y los canales laterales, levantar con carretilla de elevación las hojas de los represos, sostener las hojas de los represos con hilos y lazos, colocar candados, entregar el agua al ejido Juan E. García, y dar el servicio de riego a la mitad del total de las parcelas en cada tanda semanal (Entrevista, 2010).

El Regidor también informa al Presidente del comisariado y a la asamblea ge-neral de los conflictos que se suscitan a nivel comunitario ante la ausencia de Regi-dores de zona (Entrevista, 2010) Ejido Juan E. García.- El ejido Juan E. García, contraído a “Juane” en el vo-cabulario de los usuarios, dispone de dos Regidores a nivel de canal (Regidor General) para atender los riegos de 177 parcelas de 4-00 con derecho a riego, incluyendo la parcela escolar. Adicionalmente, el ejido cuenta con un Regidor de zona que atiende las zonas “La Chiripa”, “El Tejabán” y “La Chiripilla”, que riegan por el canal “El Tejabán”, así como dos Regidores de zona que atienden la zona “El Diablo”, un Regidor de zona que atiende la zona “El Trece”, dos Regidores de zona que atienden la zona “El Picacho” que riega por el canal “El Sauce” respecti-vamente, y un Regidor de zona que atiende la zona “La Higuera”, la cual riega por el canal “La Higuera” del canal principal “San Jacinto” (Entrevista, 2010; Trabajo de campo, 2010).

En este ejido, el Presidente de Vigilancia funge también como uno de los Re-gidores de canal, y su trabajo consiste en tener bajo su mando a los Regidores de zona, atender los conflictos en la distribución de agua que no puede resolver el Re-gidor de zona, atender los robos de agua y problemas de deslinde entre las parcelas de los usuarios, entre otras cosas (Entrevista, 2010; Entrevista, 2011).

En el ejido Juan E. García (“Juane”) existe la costumbre de que los usuarios, Presidente de comisariado, Presidente de vigilancia y Regidores de zona asistan

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a la reunión que celebran los días jueves de cada semana en la plaza principal del ejido para asignar las horas de la tanda del ejido en las zonas de riego y, por tanto, entre los usuarios (Entrevista, 2010).

Los días viernes, en los cuales el ejido Juan E. García recibe el agua en el re-preso del canal “El Tejabán”, el Regidor y los usuarios de las zonas “El Picacho” y “La Higuera” con interés en el riego se ocupan del levantamiento de los represos existentes en el tramo del represo del canal “El Tejabán” y el represo del canal “El Sauce” del canal principal San Jacinto (km 15+992 al km 18+519) respectivamente, manteniendo cerrado el represo de este último (Entrevista, 2010).

Una vez que transcurre la hora de arrastre otorgada por el ejido para conducir el agua del represo del canal “El Tejabán” al represo del canal “El Sauce”, se abre la compuerta de la bocatoma de este último para regar las parcelas con derecho que se encuentran en la zona “El Picacho”. En el caso contrario se abre el represo del canal “El Sauce” para que el agua transite hacia la zona “La Higuera” hasta el represo del canal “La Higuera” del canal principal San Jacinto, respectivamente (Entrevista, 2010).

Si el caso es regar las parcelas de la zona “El Picacho”, la zona “El Trece” y la zona “El Diablo” que riegan por el canal “El Sauce”, el ejido considera una hora de arrastre adicional de la bocatoma del canal “El Sauce” a las parcelas de las zonas indicadas para compensar lo alejado de las zonas. Si se pretende regar las parcelas de las zonas “El Tejabán”, “La Chiripa” y “La Chiripilla” que riegan por el canal “El Tejabán”, se consideran 55 minutos de arrastre del “levantador San Jacinto”, ya que también se encuentran al final de los linderos del ejido. Si el caso es regar las parcelas que se encuentran en la zona “La Higuera”, el tiempo de arrastre se des-cuenta del tiempo total asignado a la zona, a pesar de que se encuentra próxima a la zona “El Picacho”, quizá porque anteriormente la zona “La Higuera” contaba con agua abundante todo el año (Entrevista, 2010).

Los Regidores de zona, además de cuidar los tiempos de tandeo a nivel de zona y a nivel de usuario dentro de la zona, entregan el agua a los usuarios, llevan el control de los tiempos vendidos por algunos usuarios que no tienen cultivos perenes (alfalfa) y anuales (avena), levantan con carretilla de elevación las hojas de los represos, sosteniéndolos con hilos y lazos, entre otras cosas (Entrevista, 2010).

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En el tandeo del ejido Juan E. García, a diferencia de los ejidos 21 de Marzo y San Jacinto respectivamente, no existe una secuencia definida en el orden que debe seguirse en las zonas de riego. Por el contrario, el agua puede estar en una zona y ser trasladada inesperadamente hacia otra zona, sobre todo cuando se trata de arrendatarios que tienen varias parcelas en su poder (Entrevista, 2011). Inde-pendiente del tiempo de riego que cada zona de riego tiene asignado: “El Tejabán” (41 minutos), “La Chiripa” (37 minutos), la primer parte de la zona “El Diablo” que colinda al poniente con el ejido San Jacinto y al oriente con la segunda parte de la zona “El Diablo” (41 minutos), la segunda parte de la zona “El Diablo” que colinda al poniente con la primera parte de la zona “El Diablo” y al oriente con el ejido San Jacinto (40 minutos), “El Trece” que colinda al poniente con el ejido León Guzmán y al oriente con la zona “El Picacho” (42 minutos), “El Picacho” que colinda al poniente con la zona “El Trece” y al oriente con el cerro del Picacho (38 minutos) (Entrevista, 2010).

En el orden de riego que ocurre en la tanda de una semana del ejido Juan E. García, primero riega la zona de “La Higuera”, y le continúa la zona “El Picacho”, la zona “El Diablo”, Uvaldo Pardo (que la mueve a cualquier zona porque entre el tiempo de su parcela y las arrendadas tiene 14 horas), Luis Pardo (que entre el tiempo de su parcela y las arrendadas tiene 12 horas), la zona “La Chiripilla”, y, finalmente, la zona “El Tejabán (de abajo).

La tanda de la semana siguiente se repite en la zona de “La Higuera”, y le conti-núa la zona “El 13”, la zona “El Diablo”, Luis Pardo (que la mueve a cualquier zona porque entre el tiempo de su parcela y las arrendadas tiene aproximadamente 14 horas), la zona “La Chiripa”, y, finalmente, la zona “El Tejabán” (de arriba), hasta agotar las 63 horas con 55’ de la tanda total del ejido (Entrevista, 2011).

Adicionalmente, los Regidores de zona informan al Presidente de vigilancia (Regidor General) para que éste, en compañía del Presidente del comisariado, in-tervenga en la solución de posibles problemas relacionados con la distribución del agua, así como en posibles problemas de deslinde, etc.Ejido León Guzmán.- El ejido León Guzmán cuenta con un Regidor de canal o Regidor Mayor que atienden un total de 87 parcelas de aproximadamente 2-75 ha. El Regidor de canal o Regidor Mayor tiene bajo su mando a tres regidores de zona: un Regidor en la zona “El Panteón” que atiende 24 parcelas de 2 ¾ ha y que riega

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por el canal “El Tejabán”, un Regidor en la zona “Las Liebres”, ubicada aguas abajo de la zona “El Panteón”, que atiende 18 parcelas de 2 ¾ ha y que riega por el canal “El Tejabán”, y un Regidor en la zona “El Álamo” que atiende 27 parcelas de 2 ¾ ha y que riega por el canal “El Sauce” del canal principal San Jacinto respectivamente. Además existe la zona de “El Picacho”, una zona fuera de su control donde riegan los Libres 18 parcelas de 2 ¾ ha (Entrevista, 2010; Entrevista, 2011).

En el ejido León Guzmán existe la costumbre de que los usuarios, Presidente de comisariado, Presidente de vigilancia, Regidor mayor y, particularmente, los Regi-dores de zona se reúnan los días domingos de cada semana en la plaza principal del ejido, un domingo con dos de las cuatro zonas, y el domingo siguiente con las dos zonas restantes para asignar a los usuarios el tandeo del ejido a nivel de zona de riego. En esta reuniones, además de establecer el orden de riego al interior de las dos zonas que riegan en la tanda de una semana, se nombra a dos o tres usuarios de los que van a regar en primer orden para que estos puedan ayudar al Regidor ma-yor en el levantamiento de los represos existentes en el canal principal San Jacinto, usando para ello una carretilla de elevación (Entrevista, 2010).

El orden que sigue el ejido León Guzmán para la aplicación del tandeo a nivel de comunidad consiste en seguir la secuencia de las parcelas conforme al flujo del agua en el canal, en la zona de riego que se trate. En caso de que alguno de los usua-rios con derecho a riego no se presente para tomar el agua de riego, se le entrega al usuario siguiente próximo, perdiendo los derechos sobre la tanda el usuario au-sente (Entrevista, 2011).

En el período de estiaje, como en el período de aguas controladas, se sigue la misma mecánica en la distribución del agua, con la diferencia de que en el primer período se deja que los usuarios puedan regar a satisfacción los cultivos estable-cidos, dado que la mayoría de las parcelas esperan ser sembradas de maíz y sorgo forraje respectivamente el próximo año. En tanto, en el segundo período, los usua-rios pueden regar el total de la parcela (Entrevista, 2011).

En el proceso de distribución del agua, el Regidor Mayor o General o, en su caso, algún Regidor de zona, suben a entregar el agua al ejido 21 de Marzo en el punto autorizado. El Regidor Mayor, además, recibe el informe de cuánta agua trae la tanda del ejido de los Regidores, recorre el canal principal junto con los usuarios de alguna de las zonas en caso de que llegare a disminuir el agua de la

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tanda del ejido, exige a los Regidores de zona la limpia de los tramos, revisa la limpia de los tramos que le corresponden a cada usuario del ejido, indica al Re-gidor de zona los usuarios que deben pagar la limpia de los tramos que no fueron limpiados, indica al Regidor de zona los usuarios que deben ser castigados con el acceso al agua de la tanda debido a que no pagaron la limpia del tramo al peón que realizó los trabajos señalados, pide a los Regidores de zona que le exijan a los usuarios la boleta de pago de servicio de riego, y, en caso de que falte agua en el canal, puede ocurrir que acuda con los usuarios y el Regidor de zona a romper el candado de la bocatoma del canal principal “San Jacinto”, entre otras cosas (Entrevista, 2011).

Dificultades que enfrentan los RegidoresEl Regidor del ejido 21 de Marzo, que recorre aproximadamente 9 km del canal principal “San Jacinto” en bicicleta, al igual que los Regidores de zona del mismo ejido, no cuenta con el apoyo económico del módulo de riego, no dispone del equipo apropiado para realizar el recorrido nocturno del canal, y tampoco cuen-ta con el equipo adecuado para realizar el levantamiento de los represos que se encuentran sin volante y vástago. El Regidor del ejido San Jacinto, que recorre aproximadamente 5 km del canal principal “San Jacinto” en motocicleta, recibe $800 pesos mensuales de parte del módulo de riego en el período de aguas con-troladas, y $40 pesos de los usuarios en cada tanda durante el año, pero no cuen-ta con equipo apropiado para realizar el levantamiento de los represos que se encuentran sin volante y vástago. Los Regidores de zona del ejido Juan E. García, que recorren en bicicleta aproximadamente 4 km del canal principal “San Jacin-to”, 7.05 km del canal “El Sauce”, y 3.125 km del canal “La Higuera”, según sea la zona de que se trate, no cuentan con el apoyo económico del módulo de riego, ni tampoco con equipo apropiado para realizar el levantamiento de los represas que se encuentran sin volante y vástago. El Regidor mayor del ejido León Guzmán, que recibe $800 pesos mensuales del módulo en el período de aguas controladas, sube hasta la zona “El Carrizo” para entregar el agua al ejido 21 de Marzo, y para retirar los candados que colocó para que los usuarios de aguas arriba de la zona “El Carrizo” no pudieran robar el agua; este regidor carece del equipo adecuado de trabajo (Entrevistas, 2010).

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En el ejido Juan E. García, según la opinión de los Regidores de canal de otros ejidos, el Presidente de vigilancia en calidad de Regidor de canal, así como otro usuario del mismo ejido (ya fallecido), recibe $800 pesos mensuales en el período de aguas controladas. Sin embargo, los Regidores de zona no reciben el apoyo eco-nómico del ejido ni de los propios usuarios, conformándose con el uso de pequeños excedentes de agua que se presentan al término de la tanda de la zona. En tanto, los Regidores de zona del ejido León Guzmán reciben de $30 a $40 pesos por usuario y por tanda (Entrevista, 2010).

Llama la atención que algunas personas diferentes a los Regidores de canal y Regidores de zona aparentemente sean las que reciben el apoyo económico por los trabajos que realizan los Regidores en los canales principales del módulo. Según dicen, tal es el caso del ejido 21 de Marzo, en que el módulo apoya económicamente a una persona diferente al Regidor, o como ocurre en los canales principales “La Goma” y “La Loma” (Entrevista, 2010).

Conservación y mantenimiento del canalLos ejidos beneficiados con el canal principal “San Jacinto” coinciden en que se dan tres limpias anuales que incluyen los conceptos de desazolve, limpia y desmonte. La primera limpia se conoce como limpia general, y se hace en el mes de febrero. La segunda, conocida como limpia de auxilio, se hace en el mes de mayo, antes de la apertura de la presa FZ, con objeto de facilitar la conducción del agua por el canal. Finalmente, la tercera se hace en el mes de agosto para capturar la mayor cantidad del agua de los estiajes (Entrevista, 2011). Ejido 21 de Marzo.- En el ejido 21 de Marzo, cada usuario deberá limpiar 30 m del canal principal “San Jacinto”, así como en tramos alternos que se encuentran en “El Cañón de Fernández” (aproximadamente 30 a 35 usuarios), en el tramo existente a la altura del ejido El Refugio (aproximadamente 30 usuarios), y el otro a la altura de la Fracción (el resto de los usuarios). En el lateral “El Sabino”, los 27 usuarios existentes limpian aproximadamente 100 m, y todos los usuarios sin excepción limpian aproximadamente 100 m de regaderas en tierra, localmente lla-madas cequias (Entrevista, 2011).

El trabajo de conservación y mantenimiento en este ejido es revisado por el Presidente del comisariado y el Presidente de Vigilancia (Entrevista, 2011).

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Ejido Juan E. García.- En el ejido Juan E. García los usuarios deberán lim-piar en tramos alternos quince losas en el canal principal “San Jacinto” (45 m). A nivel de zona, los usuarios de la zona “La Higuera” deben limpiar 22 losas (66 m), los usuarios de la zona “La Trece” 12 losas (36 m), los usuarios de la zona “El Diablo” 11 losas (33 m), los usuarios de la zona “La Chiripa” 12 losas (36 m), los usuarios de la zona “La Chiripilla” 12 losas (36 m), y los de la zona “El Tejabán” 12 losas (36 m).

En caso de que algún usuario incumpla con la limpia del canal, este se limpia y posteriormente se le cobran entre $600-$700 pesos al usuario, o bien, se le castiga con el riego de la tanda (Entrevista, 2011).

El trabajo de conservación y mantenimiento en este ejido es revisado por el Presidente del comisariado y el Presidente de Vigilancia (Entrevista, 2011).La Fracción.- Los Fraccionistas limpiaban cinco losas aguas abajo del puente de San Jacinto y cinco losas aguas arriba del puente “Santa Anita”, mismas que se siguen conservando para la Fracción (Entrevista, 2011).

El trabajo de conservación y mantenimiento de la Fracción es revisados por los usuarios: “...los ejidos nada más están viendo quien incumple con la limpia…” (Entrevista, 2011). Ejido León Guzmán.- El ejido León Guzmán tiene cuatro tramos para limpia: “El Arroyo”, “La Lila”, “El Refugio”, y uno que está a la entrada del “Cañón de Fernández”, en el canal principal “San Jacinto”, donde cada usuario limpia nueve losas y media (28.5 ml). A nivel de zona, cada usuario limpia nueve losas y media (28.5 m), excepto en la zona de “Los Libres”, ubicada en las proximidades del cerro el Picacho, donde cada usuario limpia 44 losas, debido a que están colocados al final del canal (Entrevista, 2011).

En caso de que algún usuario incumpla con la limpia del canal, el Regidor mayor le indica al Regidor de zona que se pague un trabajador para su limpia. En caso de que se niegue a pagar, se le quita el agua de la tanda (Entrevista, 2011).

El trabajo de conservación y mantenimiento en este ejido es revisado por el Presidente del comisariado y el Presidente de Vigilancia; en tanto, a nivel inter-comunitario, es revisado por todos los usuarios del canal principal “San Jacinto” cada vez que se trasladan a sus parcelas o a otra comunidad por el camino del canal (Entrevista, 2011).

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Escasez de agua y estrategias de combateEn el período de “aguas controladas” la escasez se acentúa en los meses de marzo a mayo por el ascenso en las temperaturas y por los fuertes vientos que se presen-tan de febrero a marzo (o “las polvaredas”, como se conocen localmente), secando rápidamente las tierras. En el período de estiaje, la escasez se presenta de enero a febrero debido a que el caudal disminuye en el cauce del río (Entrevista, 2010).

En prevención a las restricciones de agua que se tienen en el tiempo de estia-je, los usuarios del canal principal “San Jacinto” optan por sembrar una parte de la parcela de maíz o sorgo, y la otra de alfalfa, como en el ejido Juan E. García, donde los usuarios en ambos períodos tienen tandas que oscilan entre 37 y 57 minutos por parcela, pudiendo regar el total de la parcela de aproximadamente 4 ha en el período de aguas controladas, y solo una parte en el período de estiaje (Entrevista, 2010).

También puede ocurrir que los usuarios suban hasta la presa del canal para hacer sangrías que unan los depósitos naturales (“juntar los charcos”), y poder dis-poner de un mayor caudal en el canal, como lo hizo este enero del 2010 un grupo de 40 usuarios del ejido Juan E. García (Entrevista, 2010); o bien, subir hasta el bordo que represa los estiajes del río Nazas y los 600 l/s que el DR 017 le proporciona a los usuarios del cárcamo de Graceros, veinticuatro horas posteriores al cierre oficial a la presa FZ, para destruirlo y permitir el paso del agua hacia la presa San Jacinto (Entrevista Funcionario CNA, 2011).

Los usuarios se sienten con derechos sobre las aguas proporcionadas después del cierre de la presa FZ ya que, señalan, el DR 017 convino en entregarles a los usuarios10 millones de metros cúbicos en el período de estiajes con motivo de la construcción de la presa FZ y que, según señalan, hasta el año 2000 se les entre-gaba a las 72 horas de haber cerrado la presa FZ, una vez concluido el período de aguas controladas, de los cuales el canal “San Jacinto” conducía 600 l/s. Al respec-to, según la opinión de algunos usuarios, en el año 2000, los Delegados del módulo hicieron que los Presidentes de comisariado de cada ejido firmaran un convenio para que el DR 017 suspendiera la entrega del volumen señalado y lo integrara al volumen del programa de riego que se aplica en el período de aguas controladas, lo que intensifica la escasez de agua en el período de estiajes (Entrevista, 2010, Entrevista, 2011).

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Tal y como ocurre en la mayoría de los casos, los usuarios no cuentan con la documentación probatoria del acuerdo firmado en que el DR 017 les entregaría el volumen indicado con motivo de la construcción de la presa FZ (Entrevista, 2010).

La construcción de la presa de almacenamiento FZ afectó negativamente a los pequeños sistemas, aquellos a los que inutilizó el vaso de la presa al quedar bajo las aguas los espacios de regadíos y, aquellos situados aguas abajo, al perder el agua de los estiajes.

CONCLUSIONES

Hacia finales del siglo XIX, el gobierno promueve un reglamento de distribución de las aguas del río Nazas, así como la conformación de una institución de los mismos usuarios para implementar el reglamento (SF, 1890). Sin embargo, poco después el reparto de las aguas del Sistema de Riego de los ríos Nazas y Aguanaval a nivel de río quedó a cargo del Estado Mexicano, sucesivamente de la SAF, CNI, SAG, SRH, SARH y CNA.

En la década de 1930, con el reparto agrario, los nuevos beneficiarios asumen el reparto del agua a nivel de los sistemas de riego. Los usuarios de cada canal debían organirse en una junta de aguas para cooperar en la correcta aplicación del Regla-mento Interior de cada canal.

Treinta años después, en 1962, por decreto presidencial se disuelven las Juntas de Agua y la gerencia del Distrito nombra aforadores a nivel de zona de riego y canaleros a nivel de sección de riego centralizando la operación y, con ello, suprimiendo la autogestión. No obtante la centralización de la adminis-tración, en algunos espacios hidráulicos persistió la autogestión. Además, estas formas de autogestión, ya tradicionales, persisten aún después de la transferen-cia de la administración de tramos del Distrito a los usuarios bajo el nombre de “módulos”.

La causalidad de por qué en unos espacios hidráulicos del Distrito de Riego aparentemente desparece por completo la autogestión y en otros persistió a pesar de su supresión formal, se vincula con otro factor: la modificación de la infraestruc-tura hidráulica con el llamado Plan de Mejoramiento Parcelario (1966), así donde no se modificó la infraestructura hidráulica, persistió la autogestión. La expansión

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de la administración por los funcionarios del Distrito se dio plenamente sobre es-tos espacios de riego rediseñados por los ingenieros.

El diseño organizativo de los módulos transferidos a los usuarios no consideró la existencia de la organización autogestiva tradicional. No obstante, los módulos de la parte alta y media del Nazas no han obstaculizado sus trabajos y, en el módulo de San Jacinto, han hecho algunos intentos por incorporar la organización tradi-cional al otorgar un salario a los Regidores nombrados por los usuarios, aunque no todos los Regidores reciben apoyo económico del módulo.

Parece deseable, para la buena gestión del agua de riego, la conservación de la capacidad de autogestión tradicional de los usuarios, concretada en actividades ta-les como nombrar regidores habilidosos en el manejo del agua, fijar tiempos reales de tandeo y arrastre, participar en el cobro de las cuotas por servicio al solicitar el comprobante de pago, presentar al módulo los avances de riego y estadística de cultivos establecidos, conservar y dar mantenimiento al canal.

Agradecimientos. Investigación realizada con el apoyo del proyecto CONA-CYT núm. 79201 “Juntas de aguas, unidades de riego y otras organizaciones de re-gantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades autogestivas de los regantes”.

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150 AntologíA sobre riego

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Entrevistas

Armendáriz Nava, José. Fecha de nacimiento: 24 de Mayo de 1929. Vecino del ejido Ceceda, Tlahualilo, Durango. Julio-Diciembre, 2010.

Aguilera Jacobo José Antonio. Gerente técnico del módulo III “San Jacinto”. Diciembre 2010.Aguilar Sillas, Raúl. Regidor del ejido La Loma, en el canal principal “La Loma”. Enero 2011. Álvarez Rosales Isaías. Usuario arrendatario y Regidor de la zona de riego “El Picacho” del ejido Juan

E, García, en el canal principal “San Jacinto”. Julio-Diciembre, 2010.Burciaga V., José Guadalupe. Regidor mayor del ejido León Guzmán, en el canal principal “San

Jacinto”. Enero 2011. Carrillo Medrano Manuel. Regidor de la Primera zona de riego del ejido La Goma, en el canal principal

“La Goma”. Agosto, 2010.Díaz Gutiérrez, Héctor. Presidente de la noria de hijos de ejidatarios, León Guzmán. Febrero, 2011.Espino Magallanes, Esteban. Regidor del ejido San Jacinto, en el canal principal “San Jacinto”.

Octubre, 2010.Facio Barbosa, Octaviano. Ex presidente del módulo III San Jacinto y usuario del canal principal “La

Loma”. Enero 2011.Hernández Ponce, Ricardo. Ex Regidor mayor y ex Regidor de zona “El Panteón” del ejido León

Guzmán. Febrero, 2011.

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151CASO DEL MÓDULO III (SAN JACINTO) DEL DISTRITO DE RIEGO 017

López Aranda, Manuel. Fecha de nacimiento: 4 de Septiembre de 1939. Inspector de Riego de la SRH (1957), en el área que regaban los canales de la presa Guadalupe del DR 017 (1957), vecino del ejido Presa de Guadalupe, San Pedro, Coahuila.

López Lara, José Ángel. Fecha de nacimiento: 2 de Octubre de 1932. Ex auxiliar de la Jefatura de Unidad San Pedro (1958-1961) y administrativo en las oficinas del DR 017 (1962).

Puga García Eusebio. Regidor de la Segunda zona de riego del ejido La Goma, en el canal principal “La Goma”. Agosto, 2010.

Rodríguez Ramírez, Olegario J. Regidor y usuario del ejido 21 de Marzo, en el canal principal “San Jacinto”. Enero 2011.

Salas Flores, Pedro. Fecha de nacimiento: 2 de Junio de 1934. Ex trabajador de Juntas de Agua (1958-1962) y Ex empleado de SRH, en el área que regaban los canales de la presa Guadalupe del DR 017 (1957), vecino del ejido Presa de Guadalupe, San Pedro, Coahuila.

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153

INTRODUCCIÓN

Hace algunos años empezamos a explorar la existencia de regadíos previos a la con-formación de los Distritos de Riego, así como la existencia de organizaciones propias de los regantes previas a la transferencia. La política de construcción de infraestruc-tura hidráulica financiada por el Estado y la conformación de Distritos de Riego inicia con la Ley de Irrigación de 1926, la política de transferencia de la administración de los Distritos de Riego a los usuarios inicia en 1992 con la nueva legislación de aguas.

La existencia de organizaciones de regantes previas a la transferencia parecen tener tres orígenes posiblemente traslapados:

a) la existencia del regadío y de una organización de regantes previa a la con-formación como Distrito de Riego, donde hay una continuidad de regantes no afectados o poco afectados por el reparto agrario. Tal parece ser el caso de Valle de Juárez.

b) la existencia del regadío y la conformación de organizaciones de regantes (que son beneficiarios del reparto agrario) previo o paralelo a la confor-

III. Tradición hidráulica en el módulo

de riego Valle de Santiago

Benito Rodríguez Haros

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154 AntologíA sobre riego

mación como Distrito de Riego. Tal parece ser el caso del Distrito de Riego Morelos y del Distrito de Riego de la Comarca Lagunera.

c) la conformación oficial de organizaciones en los Distritos de Riego y la entrega de los Distritos a estas organizaciones. Tales son los casos de los Distritos de Riego de Valle de Juárez, Ixmiquilpan, Pabellón y Santa Rosa (Palerm, 2009; Rodríguez y Palerm, 2007; Ávalos et al, 2010).

En esta exploración, una de las preguntas formuladas, y que sigue vigente, fue, ¿hasta qué punto había habido una resistencia por parte de los regantes, o de las organizaciones de regantes, hacia la expansión de la administración del Estado?’. Conforme a Maass y Anderson (1976), las organizaciones de regantes tienen la capacidad para negociar exitosamente con el Estado. Evidencia de re-sistencia se encontró, por ejemplo, en los casos de Labores Viejas, que se resistió a integrarse al Distrito de Riego Delicias, así como en la negativa de los regantes del Distrito de Riego Ixmiquilpan a entregar la administración del sistema a los ingenieros de la SRH o de la SARH en la década de 1970, año en el cual la legis-lación de 1972 señaló que la administración de los Distritos era competencia del ejecutivo federal, y en la resistencia de los ejidos que actualmente corresponden al módulo del río Cuautla del Distrito de Riego Morelos a que la administración del Distrito realizase la distribución del agua al interior de los ejidos (Palerm, 2009; Rodríguez y Palerm, 2007; Ávalos et al, 2010).

VALLE DE SANTIAGO

El módulo Valle de Santiago del Distrito de Riego Lerma es un espacio hidráu-lico cuya tradición organizativa arranca a fines del siglo XVI, y, actualmente, como veremos, hay indicios de que la organización persiste a pesar de la ex-pansión de la administración del Estado desde 1938, año durante el cual el fun-cionamiento de las juntas de aguas se suspende “temporalmente” hasta 1992, cuando la administración se transfiere a los usuarios organizados. Esta persis-tencia está probablemente vinculada a que, debido a la continuidad de propie-tarios privados, no hay un reemplazo completo de regantes por beneficiarios del reparto agrario.

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155TRADICIÓN HIDRÁULICA EN EL MÓDULO DE RIEGO VALLE DE SANTIAGO

Las ventajas de dicha persistencia organizativa probablemente se reflejan en que Valle de Santiago es uno de los módulos más exitosos del Distrito, pues sus usuarios han sido capaces de fundar diversas empresas adicionales a la admi-nistración del módulo. En 1995, conformaron la empresa Servicios Agrícolas del Módulo Valle de Santiago, cuyo objetivo central es ofrecer asistencia técnica e insumos a precios competitivos a los socios y al público en general. También, con el propósito de reducir las pérdidas por eventualidades ambientales y biológicas, conformaron el Fondo de Aseguramiento Agrícola del Valle de Santiago, y, en el 2001, formaron la Sociedad Cooperativa de Producción y Consumo del Módulo Valle, cuya intención es fortalecer los esquemas de comercialización de cosechas y acceso a insumos oportunos y a bajo costo.

Otro indicador de éxito en el módulo es, posiblemente, la contención de per-sonal de operación en puestos de supervisión del trabajo directo de distribución del agua.

METODOLOGÍA

La recopilación de información se basó en recorridos del sistema de riego, entre-vistas con personal y representantes del módulo, y revisión de documentos sobre el laborío de Valle de Santiago en el Archivo Histórico del Agua. Se hizo cotejo de toponimia de los documentos con la toponimia contemporánea.

EL LABORÍO DE VALLE DE SANTIAGO DESDE EL SIGLO XVI

Una publicación local de 1921 hace un recuento de la documentación en torno a las aguas del laborío de Valle de Santiago, y cita documentación de 1540, 1591, 1594, 1606, 1607, 1721, 1722, 1726, 1735, 1780, 1797, 1845.1850, 1852, 1862, 1865, 1866, 1868, 1910 (Garma, 1921; ver también Lara Nava, 1997).

El regadío del laborío de Valle de Santiago inicia con la presa derivadora San-ta Rita sobre el río Lerma. Inicialmente, la presa es del tipo efímera, y, poste-riormente, en mancomunidad con los regantes de La Zanja, se construye de cal y canto con fecha de 1866.

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156 AntologíA sobre riego

A fines del siglo XVIII, los labradores de Valle de Santiago consiguen ampliar su abasto con agua de la laguna artificial de Yuriria1. En un reglamento de princi-pios del siglo XX se señala que el laborío de Valle de Santiago puede optar entre recibir el agua por la presa derivadora de Santa Rita, o almacenar el agua en la laguna artificial de Yuriria2.

En las Memorias sobre Distritos de Riego de 1953 se señala que para llenar la laguna de Yuriria se toma el agua del río Lerma en la presa derivadora Lomo de Toro y se conduce por el canal Alto de Derivación.

La extracción de la laguna se realiza por medio del canal de Extracción hasta unas compuertas que dividen el agua entre el canal Comunicaciones (que condu-cen el agua a lo que actualmente corresponde al módulo Salamanca) y el canal del Laborío que riega el laborío de Valle de Santiago. El canal Laborío se divide en tres canales llamados canal primer padrón, segundo padrón y tercer padrón (SRH, 1953).

En 1921 se reporta una superficie de riego de 10,500 hectáreas (Garma, 1921). Actualmente, hay cálculos que sitúan la superficie regada entre 6,400 y 9,000 hec-táreas, y hay una superficie adicional de unas 4,000 a 7,000 hectáreas regadas con 260 pozos (Mejía-Sáenz, et al, 2003; Torres et al, 2011).

En la actualidad, los cultivos predominantes son cebada y trigo en el ciclo oto-ño-invierno, y sorgo y maíz en el ciclo primavera-verano.

LA AUTOGESTIÓN DEL LABORÍO DE VALLE DE SANTIAGO, DEL SIGLO XVI A 1938

Se conocen tres reglamentos para el laborío anteriores a la intervención federal, los tres reglamentos señalan que los regantes se gobiernan a si mismos. El primer reglamento es de 1611, otro es de 1850, y otro más de 19163. Los reglamentos pos-

1 Acuerdo para el uso de la Laguna de Yuriria, 1780.2 Reglamento para la distribución de las aguas del río Lerma y sus brazos llamados El Arroyo o río Lerma y El Arroyito o río de la Zanja en el tramo comprendido entre la presa Lomo de Toro y el rancho la Puerta del Valle, en los distritos de Jaral del Progreso y Valle de Santiago del estado de Guanajuato, 1930.3 Ordenanzas de la villa de Salamanca hechas por el cabildo de la villa para el buen gobierno de ella, 1611; Reglamento de aguas de Valle de Santiago, Guanajuato, 1850 ; Reglamento general del Laborío del Valle de Santiago, Guanajuato, 1916.

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157TRADICIÓN HIDRÁULICA EN EL MÓDULO DE RIEGO VALLE DE SANTIAGO

teriores (1930, 1932, 1934) se hacen bajo el marco de la legislación federal, pero también dejan la administración en manos de los regantes4.

La primera intervención federal en la gestión de las aguas del Lerma correspon-de a una reglamentación de distribución de las aguas del río. Este reglamento pro-pone una Comisión Distribuidora, la cual estaría a cargo de distribuir el agua entre las bocatomas5. Después de la Comisión Distribuidora vendría la administración como Distrito de Riego, que, inicialmente, distribuía el agua del río únicamente entre las bocatomas, al igual que la Comisión Distribuidora. Sin embargo, en 1938 se señala la suspensión de las juntas de aguas:

“Considerando que, para que pueda, hacerse debidamente la distribución de aguas en los terrenos comprendidos en el Distrito de Riego “Alto Río Lerma”, Guanajuato y Michoacán, dada la situación que prevalece actual-mente en la zona, fue indispensable que la Secretaría de Agricultura y Fo-mento, dictase acuerdo de fecha 11 de enero del año en curso [1938] por me-dio del cual se suspendió temporalmente el funcionamiento de las Juntas de Aguas de Acámbaro, Salvatierra, Jaral del Progreso y Valle de Santiago, encargándose de tal distribución la Comisión Nacional de Irrigación.” (Re-glamento General para el Distrito de Riego [011] “Alto Río Lerma”, estados de Michoacán y Guanajuato, 1938).

EL LABORÍO DE VALLE DE SANTIAGO, DE 1938 A 1992

La Jefatura el Distrito de Riego, al amparo de la legislación, tomó el control del sistema de riego y lo mantuvo hasta 1992, fecha en que transfirió la infraestructura a la Asociación de Usuarios. La Jefatura del Distrito de Riego, al asumir la adminis-

4 Reglamento provisional para la distribución interior de las aguas del canal del Laborío del Valle de Santiago, Valle de Santiago, Guanajuato, 1930; Puntos que servirán de base para formular los Es-tatutos de la Asociación de Usuarios río Lerma Laguna Yuriria, Laborío del Valle, Valle de Santiago; Gto 1932; Reglamento para la distribución de las aguas del río Lerma, en el tramo comprendido en el Distrito de Riego Número 11, Guanajuato, 1934. 5 Reglamento para la distribución de las aguas del río Lerma y sus brazos llamados El Arroyo o río Lerma y El Arroyito o río de la Zanja en el tramo comprendido entre la presa Lomo de Toro y el rancho la Puerta del Valle, en los distritos de Jaral del Progreso y Valle de Santiago del estado de Guanajuato, 1930.

Page 159: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

158 AntologíA sobre riego

tración y la operación, “ignoró” la existencia de la organización multi-centenaria de los Labradores del Valle de Santiago.

En 1947 hay un acuerdo que indica que en el Distrito de Riego Alto Lerma y otros Distritos enumerados se constituya un Consejo de Administración con un re-presentante de los ejidatarios y uno de los pequeños propietarios (además de otros representantes al Consejo). Más tarde, la legislación de 1951 y 1953 generalizaría esta figura a todos los Distritos6. Según el ingeniero Espinoza (1962):

“... de acuerdo con las disposiciones en vigencia ... los distritos de riego funcionan ahora por medio de un Comité Directivo dentro del cual los pequeños propietarios y los ejidatarios tienen cada uno su representante nombrado en reunión general de cada grupo, aunque pueden funcionar con régimen interno los otros organismos ya indicados [Asociación de re-gantes, Juntas de Agua y Asociación de Usuarios], pero la representación correspondiente ante el Comité Directivo y ante las autoridades del Dis-trito, la pueden hacer los representantes ya indicados, sin perjuicio de que también la hagan los otros organismos, con las mismas facultades de las asociaciones de regantes y las que establecen las disposiciones relativas a los comités directivos.”

Según señala Romero (2004), el Comité Directivo del Distrito de Riego 011 Lerma estaba integrado por representantes del gobierno estatal, PRONASE (Pro-ductora Nacional de Semillas), BANRURAL (Banco Rural), FERTIMEX (Ferti-lizantes Mexicanos), SARH (Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos), CONASUPO (Comisión Nacional de Subsistencias Populares), instituciones pri-vadas BANAMEX (Banco Nacional de México), BANCOMER (Banco Nacional de Comercio), FIRA (Fideicomisos Interinstituidos en Relación con la Agricultura), de organizaciones campesinas como la CNC (Confederación Nacional Campesi-na) y la CCI (Confederación Campesina Independiente), y por representantes de

6 Acuerdo para que se constituya un Consejo de administración e inspección que ejercerá sus fun-ciones en los Distritos de Riego que menciona, DOF 14 de febrero, 1947; Acuerdo determinando la constitución de consejos consultivos en los Distritos de Riego, DOF 27 de junio, 1951; Acuerdo que dispone se establezca en cada uno de los Distritos Nacionales de Riego, un Comité Directivo, DOF, 17 de enero, 1953; Reglamento del acuerdo del 2 de enero de 1953 por el cual se crearon los Comités Directivos de los Distritos Nacionales de Riego, 24 de junio, 1953.

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159TRADICIÓN HIDRÁULICA EN EL MÓDULO DE RIEGO VALLE DE SANTIAGO

los usuarios; dos representantes por cada Unidad de Riego7 (uno por cada sector: ejidal y propiedad privada).

En el caso de los ejidatarios, sus representantes eran casi siempre los comi-sariados ejidales o, en su defecto, cualquier otra autoridad ejidal. Al parecer, la CNC era la instancia promotora de la elección del representante de los ejidata-rios. En el caso de la pequeña propiedad, los representantes estaban vincula-dos a la CNPP (Confederación Nacional de la Pequeña Propiedad) (entrevista Martínez, 2011).

Hay varios comentarios que indican la cohesión de los propietarios privados del laborío de Valle de Santiago, estos propietarios privados al parecer tienen con-tinuidad con los propietarios anteriores al reparto agrario.

El señor Ezequiel Martínez, regidor del H. Ayuntamiento de Valle de Santiago 1979-1981 y usuario del Módulo señala sobre los propietarios privados:

“Desde siempre los propietarios han sido muy unidos, se han sabido de-fender, prácticamente de todos, para donde jala uno jalan todos eso es muy bueno. Todos están de acuerdo y se reunían muy seguido, tal vez cada treinta o cuarenta días o en ocasiones su representante les avisaba y se reunían de un día para otro; en el Distrito creo que les tenían miedo” (Sr. Ezequiel Martínez, 2012).

El señor Oscar Cortez, Cronista de la Ciudad de Valle de Santiago señala sobre los propietarios privados:

“Lo que sabemos sobre los Labradores del Valle de Santiago es que eran un grupo de propietarios muy unidos, tenían un representante legal que se encargaba de todos los tramites con el gobierno; entre ellos tenían mu-chos acuerdos para renta, préstamo y aparcería de terrenos de riego o para agostadero” (Sr. Oscar Cortez, 2012).

El Ingeniero José Ponce, Comisionado de CNA en el Modulo de Salvatierra señala que los representantes de los ejidatarios y de la pequeña propiedad rural del Valle de Santiago asistían a diario a la Jefatura del Distrito de Riego a solicitar información de todo tipo que, a su vez, trasmitían a los otros usuarios.

7 Las Unidades de Riego en los Distritos son subdivisiones operativas del Distrito.

Page 161: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

160 AntologíA sobre riego

EL MÓDULO

En 1992, la legislación nacional obliga a la transferencia de los Distritos de Riego. Así, la superficie de los Distritos se subdivide en módulos para la transferencia, y la operación de la obra de cabecera permanece en la Comisión Nacional del Agua.

El laborío de Valle de Santiago se constituye con 2,406 usuarios: 493 con propie-dad privada, y la superficie más frecuente por usuario es de 7 a 14 hectáreas, aunque se han conformado seis fincas de mayor tamaño, y 1,913 con tenencia de la tierra ejidal, cuya superficie promedio es de 4 hectáreas.

La administración del módulo se transfiere a los regantes integrados en una Aso-ciación Civil. La máxima autoridad de la AC es la Asamblea General. La Asamblea General está constituida por 70 delegados (representantes de la propiedad privada y del ejido); y esta a su vez elige entre los delegados a 10 miembros, 5 por cada sec-tor (propiedad privada y ejidal) con los cuales se conforma el Consejo Directivo de la Asociación. Los puestos del Consejo Directivo se alternan entre los dos sectores de tenencia de la tierra para cada administración (3 años). Así, en un bloque están el Presidente, Secretario y Comité de Vigilancia, y en el otro bloque el Tesorero y Vocales. De tal manera, una administración toca a la propiedad privada el bloque de Tesorero y Vocales, mientras que a la siguiente administración toca al sector social el bloque de Tesorero y Vocales (Figura núm. 1).

Cuadro 1. Distribución de la superficie por tenencia de la tierra

Tipo de usuario Número de usuarios Superficie (has)

Ejidatarios 1,913 7,130

Pequeña Propiedad 493 6,350

Total 2,406 13,480

Page 162: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

161TRADICIÓN HIDRÁULICA EN EL MÓDULO DE RIEGO VALLE DE SANTIAGO

El diseño organizativo es, al igual que en el caso del módulo Salvatierra (en esta Antología), de corte burocrático (Palerm 2000, 2006). Es posible que la Asociación tenga un mejor control de la proliferación de puestos de supervisión para la distribución del agua. Hay un jefe de canaleros y 10 canaleros, en contras-te con el caso del módulo Salvatierra del mismo Distrito de Riego, en el que hay una jerarquía de puestos del personal de distribución. También hay que señalar que, en las temporadas que no son de riego, los canaleros trabajan en las otras empresas del módulo. No hay un Jefe de Hidrometría en el organigrama, como lo hay en el módulo Salvatierra, aunque sí existe la oficina como espacio, y en esta hay una computadora donde los canaleros registran el avance de riego (ellos solos lo hacen, no hay secretaria) (Figura núm. 1).

El Departamento de Administración está integrado por un contador y una cajera que están bajo la observancia del Tesorero. El Departamento de Conser-vación cuenta con un alto número de operadores, que además de realizar tareas de mantenimiento en el sistema de riego, realizan traslados de insumos y otros productos que corresponden a las otras empresas del módulo (Figura núm. 1).

Figura 1. Consejo Directivo y personal de apoyo en el Módulo

Asamblea Generalde Delegados (70)

Consejo Directivo(5 ejidatarios y 5 propietarios)

Presidente (1)Secretario (1)

Vocal (1)

Comité de vigilancia (2)

Depto. deConservación 1 Encargado

12 operadoressoldadoralbanil

ayudante

Ejidatarios

1 cajera

10 canaleros

Depto. de Distribución

Jefe de Canaleros

Recepcionista

Pequeños propietarios

Tesorero (1)Vocales (4)

Depto. Administración

1 Contador

Page 163: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

162 AntologíA sobre riego

Parece indicativo de una mayor participación o conocimiento de los usuarios el que el plan de riegos es elaborado en un ejercicio colaborativo entre el jefe de canaleros, los canaleros y el presidente, secretario y tesorero del Consejo Directivo.

CONSIDERACIONES FINALES

La organización de los regantes de Valle de Santiago, actualmente bajo el nombre de Asociación de Usuarios del Módulo Valle de Santiago AC, ha dado una muestra de ha-bilidad y capacidad de recuperación ante los cambios sociopolíticos y legislativos que le ha permitido mantenerse por más de cuatro siglos, pasando prácticamente desaper-cibida por momentos, y manifestándose nuevamente con motivo de la transferencia.

La persistencia de la organización es posiblemente el fundamento del éxito en el establecimiento de varias empresas vinculadas al módulo: Servicios Agrícolas del Módulo Valle de Santiago, Fondo de Aseguramiento Agrícola del Valle de San-tiago y la Sociedad Cooperativa de Producción y Consumo del Módulo Valle.

Posiblemente existe también una gestión más eficaz del sistema de riego en comparación con otros módulos del Distrito: cantidad de personal contratado y distribución del agua más equitativa.

Lo que es innegable es que el modelo de expansión del Estado en la administra-ción del agua de riego fracasó al no poder otorgar una distribución equitativa del agua y al no poder cobrar cuotas por el servicio de riego suficientes para la autosu-ficiencia financiera, al mismo tiempo socavó a las organizaciones existentes o, en el caso de substitución de regantes por beneficiarios del reparto agrario, retrasó la conformación de organizaciones. Está por evaluarse el diseño organizativo para las Asociaciones de Usuarios de los módulos trasferidos.

Referencias

Entrevistas citadas

Martínez, Sr. Ezequiel fue regidor del H. Ayuntamiento de Valle de Santiago 1979-1981; usuario del Módulo. Entrevista junio 2012

Cortez, Sr. Oscar Cronista de la Ciudad de Valle de Santiago. Entrevista febrero 2012 Ponce, Ing. J. Jesús Comisionado de CNA en el Modulo de Salvatierra. Entrevista noviembre 2012,

junio 2012.

Page 164: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

163TRADICIÓN HIDRÁULICA EN EL MÓDULO DE RIEGO VALLE DE SANTIAGO

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Acuerdo para que se constituya un consejo de administración e inspección que ejercerá sus funciones en los Distritos de Riego que menciona, DOF 14 de febrero, 1947 En J. T. Lanz Cárdenas 1982 Legislación de aguas en México, Estudio histórico-legislativo de 1521-1981, tomo 1. Consejo editorial del Gobierno del estado de Tabasco, México.

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165

INTRODUCCIÓN

En México se había considerado la existencia de dos modelos para la administra-ción de sistemas de riego: a) la administración en manos del Estado en los lla-mados Distritos de Riego, supuestamente construidos con inversión pública, y b) la administración en manos de los usuarios organizados, también conocida como administración autogestiva.

En el caso de los Distritos de Riego, un proceso de transferencia de la administra-ción a los usuarios inicia a finales de la década de 1980 y en la década de 1990. A tra-vés de la Comisión Nacional del Agua (CNA), el Estado conserva la administración de la obra de cabecera, y entrega tramos (llamados módulos) a los usuarios constituidos en asociaciones civiles. De esta manera, se crearon varios módulos en un solo Distrito.

El diseño organizativo de estos módulos consistió en la elección de una mesa directiva electa por los usuarios, y en la contratación de personal calificado para la operación, así como personal de oficina –un diseño distinto al encontrado en regadíos tradicionales, y que se ha denominado ‘de autogestión burocrática’ (Palerm 2000, 2006).

IV. Salvatierra, Distrito de Riego 011 Alto Lerma

Benito Rodríguez Haros | J. Trinidad Hernández Palmerín | Carla María Pérez Hurtado

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166 AntologíA sobre riego

Sin embargo, el supuesto de ausencia de organizaciones de usuarios en los Dis-tritos de Riego antes de la transferencia es falso. Por un lado, algunos Distritos de Riego se conformaron en viejos regadíos donde había organizaciones de usuarios, y por otro, hubo políticas de organización de los usuarios en Distritos construidos con inversión pública (Palerm, 2004, 2009; Rodríguez-Haros y Palerm, 2007).

En algunos casos, la Junta de Aguas administró y operó a la par de la Je-fatura del Distrito en una especie de administración mixta, como en el DR-01 Pabellón en el estado de Aguascalientes. Una variante más es encontrada en los Distritos de Riego que, siendo declarados oficialmente establecidos, no fue-ron controlados por el Estado, y sus usuarios continuaron al frente de ellos; un ejemplo es el DR-027 Ixmiquilpan en el estado de Hidalgo. Aún otra variante se encuentra en el DR-011 Alto Río Lerma, donde el Estado asumió el control y en 1938 suprimió por decreto a las Juntas de Aguas (Palerm, 2004, 2009; Rodrí-guez-Haros y Palerm, 2007).

En este ensayo se presentan los resultados del diagnóstico realizado al Módulo de Riego 02-Salvatierra del DR-011 Alto Lerma, para el cual se localizó un ante-cedente de junta de aguas para determinar si había algún tipo de continuidad al presente de aquella organización. Los resultados de investigación están basados en trabajo de campo y en la revisión de documentos del Archivo de la Asociación de usuarios del módulo 02 Salvatierra y del Archivo Histórico del Agua.

EL DISTRITO DE RIEGO 011 ALTO LERMA

El Distrito de Riego cuenta con dos presas importantes: la presa Tepuxtepec, cons-truida por la Compañía de Luz y Fuerza del Suroeste de México, S. A., que data de 1926, y que fue hecha con fines de producción de energía eléctrica, y la presa Solís, construida por la Secretaría de Recursos Hidráulicos con fines de almacenamiento para riego y control de avenidas, y que data de 1946 (SRH, 1953; García Huerta, 2003; Mollard et al, 2005).

El 7 de noviembre de 1933 se decretó la creación del Sistema Nacional de Rie-go número 11, que comprendió toda la zona, desde la presa Tepuxtepec hasta la Ciudad de Salamanca (Acta núm.66 del 1 de noviembre de 1933 En AHA-AS, Exp. 33469, Fj.70).

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167SALVATIERRA, dISTRITo dE RIEgo 011 ALTo LERmA

El 25 de noviembre de 1933, el Secretario de Agricultura y Fomento C. Francis-co S. Elías dictó el acuerdo en el cual se reconoce que, a partir de la fecha, el control de todas las tomas establecidas en el río Lerma, desde Tepuxtepec a Salamanca, y la distribución de aguas del río en el tramo citado pasarían a depender de la Comi-sión Nacional de Irrigación (AHA-AS, C. 2279, Exp. 33469, Fj.70), pero la distribu-ción del agua a partir de las tomas sigue a cargo de juntas de aguas.

El 25 de febrero de 1938 se emitió el oficio 07-A-5, que contiene el acuerdo signado por el Secretario de Agricultura y Fomento Dr. José G. Parres, en el cual la actuación de las Juntas de Aguas comprendidas en tramo de la presa Tepuxtepec y Salamanca, Guanajuato se declaró en suspenso hasta nueva orden (AHA-AS, C. 2279, Exp. 33469, Fj. 264-265).

Entre los considerandos que sustentan dicho acuerdo se encuentra la justifica-ción de la suspensión de las juntas:

“(…) que el Sistema Nacional de Riego número ≠ 11 debe desarrollar con toda amplitud una acción conjunta y eficaz para el más eficiente aprove-chamiento de las aguas, mientras quedan terminadas las obras hidráulicas de mejoramiento de la red irrigadora, que se están ejecutando, y que las Juntas de Aguas citadas no han llenado debidamente su cometido, por lo que el mismo Sistema Nacional de Riego se ha visto obligado a llevar a cabo trabajos que corresponden a las Juntas ... “Que la mayor parte de los usuarios han estado remisos en el pago de sus cuotas, destinadas a la erogación de los gastos que demanda la aplicación de los reglamentos y la conservación de las obras y no acatan las disposicio-nes de las Juntas de Aguas, manifestando además animadversión en contra del Sistema Nacional de Riego que, para funcionar con entera regularidad y en beneficio colectivo, se ha visto obligado a auxiliar a las Juntas en el desempeño de sus labores”.

El Reglamento General para el Distrito de Riego [011] “Alto Río Lerma”, es-tados de Michoacán y Guanajuato se publicó en el Diario Oficial de la Fede-ración el 17 de marzo de 1939. Este reglamento hace referencia al acuerdo de suspensión de las juntas, y en el artículo 15 se establece además que “el Distrito de Riego tendrá absoluto control sobre todas las obras hidráulicas existentes o

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168 AntologíA sobre riego

que se construyan dentro de su jurisdicción, para aprovechar de cualquier forma las aguas del Río Lerma, encargándose del manejo de compuertas, vigilancia en ríos y canales, ya sean éstos últimos propiedad federal o particular, dirección y supervisión de obras o trabajos de mejoramiento que se ejecuten”. En el artículo 16 se establece la facultad del Distrito de Riego para contratar el personal nece-sario para cubrir lo dispuesto en el artículo 15, y en el artículo 17 se menciona que se fijarán cuotas a los usuarios que permitan la conservación y limpia de los canales principales.

Para Palerm (2009), es la poca paciencia de los funcionarios del Distrito de Riego lo que lleva a la suspensión de las Juntas de Aguas del río Lerma, ya que la suspensión de las juntas se produce justo después de enfrentamientos entre el gerente del Distrito y representantes de las juntas de aguas, en las que el jurídico de la Comisión Nacional de Irrigación emitió una opinión a favor de las juntas.

LA JUNTA DE AGUAS DE SALVATIERRA

En un primer paso se revisaron los reglamentos de juntas de aguas para el río Lerma con el fin de determinar su correspondencia con los espacios hidráulicos actuales de los módulos transferidos del Distrito de Riego 011 Alto Lerma.

La infraestructura descrita en el “Reglamento provisional para la distribu-ción de las aguas del río Lerma en el tramo comprendido entre las presas de Chamácuaro y Lomo de Toro, en los Distritos de Acámbaro y Salvatierra del estado de Guanajuato” del 19 de agosto de 1930 coincide con aquella correspon-diente al módulo de riego 02 Salvatierra.

La infraestructura de las presas derivadoras y canales recibida en 1992 por la Asociación de Usuarios del módulo 02 Salvatierra no ha sufrido cambios impor-tantes en comparación con la infraestructura de canales descrita en el reglamento de 1930 (Cuadro núm. 1).

Las modificaciones en la infraestructura de presas derivadoras y canales entre 1930 y 1992 consisten en:

las presas derivadoras se rehicieron con concreto armado;el canal San Pedro corresponde al actual canal San Agustín. Para afirmar

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169SALVATIERRA, dISTRITo dE RIEgo 011 ALTo LERmA

esto nos basamos en que la descripción del canal San Pedro de 1930 coincide plenamente con el actual canal San Agustín. El nombre fue cambiado probablemente debido a que, como reporta el reglamento, el canal San Pedro abastece a una planta denominada San Agustín;

el canal Reforma se prolongó con el canal secundario Ardillas. El canal Re-forma se origina en la presa derivadora de La Esperanza y conduce el agua hasta una tasa repartidora conocida como presa Reforma, de don-de parte el canal Ardillas. Otro canal es conducido y entubado para el abastecimiento a la planta hidroeléctrica de la Fabrica Carolina y Re-forma, ubicada en la zona urbana de Salvatierra, retornando el agua al cauce del río Lerma:

se revistieron algunos tramos de canales. Por ejemplo, en la década de 1970 el gobierno contrató a casi todo el pueblo para el revestimiento de las Ardillas.

Cuadro 1. Presas derivadoras y canales de riego en el Modulo 1930 y 1992

Presas derivadoras 1930 y 1992

Canales 1930

Canales 1992

Secciones de Riego 1992

Chamácuaro San Pedro San Agustín 88

Chamácuaro Eménguaro Eménguaro 87

Esperanza Reforma Reforma-Ardillas 82, 83, 84

San Nicolás San Nicolás San Nicolás 74, 79, 80, 81

Maravatío Santiago Maravatío Santiago Maravatío 75, 76, 77, 78

Batanes Batanes Batanes

Gugorrones Gugorrones Gugorrones 85, 86

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170 AntologíA sobre riego

Las presas y canales son de origen colonial. En los siglos XVI y XVII, en lo que hoy es el municipio de Salvatierra, los regadíos estaban en manos de cuatro grandes latifundios: el de Pedro de Arizmendi Gugorrón, el de López de Peralta (Valle de Tarimoro), el de los Carmelitas y el de los Agustinos. Algunos de los ca-nales construidos en aquella época son el canal San Nicolás y el canal Maravatío. La expansión del regadío y la apertura de nuevos canales se convirtió en fuente de conflicto por el uso de los volúmenes adicionales de agua para riego, y, sorprenden-temente estos conflictos continuaron hasta mediados del siglo XX (Murillo, 2007).

En el reglamento de 1930 se señala la creación de la junta de aguas. La junta debía estar integrada por un representante propietario y un suplente por cada uno de los aprovechamientos: canal San Pedro, canal Eménguaro, canal La Reforma, canal San Nicolás, canal Maravatío, canal de Batanes y canal de Gugorrones. Los representantes nombrarían de entre ellos a un Comité Ejecutivo conformado por un Presidente, un Secretario y un Tesorero. Para la distribución, la Junta de Aguas nombraría los Delegados y Distribuidores o Capitanes de Aguas, que serían los únicos autorizados para abrir y cerrar las compuertas.

La evidencia documental muestra que con la expedición del reglamento se constituyó la junta de aguas de Salvatierra, y que esta asumió la administración del sistema de riego con éxito. Sin embargo, en las exploraciones en campo no se ha encontrado evidencia sobre ninguna organización de los usuarios participando con el Distrito de Riego. Al parecer, la Jefatura del Distrito tomó el control absoluto y limitó la participación de los usuarios.

EL MÓDULO DE SALVATIERRA

En el módulo hay 70 núcleos de población con una superficie de riego de 16,105.61 hectáreas que beneficia a 6,606 usuarios individuales (Cuadro núm. 2). Sin em-bargo, en 2009, se regaron sólo 7,753.78 hectáreas en el ciclo primavera-verano, y poco más de 2,594.73 hectáreas en el ciclo otoño-invierno. Estas cifras no in-cluyen el riego con pozos privados y pozos oficiales. En el espacio de riego hay 18 pozos oficiales, así como pozos privados. Los pozos oficiales aportaron agua adicional a 4,500 hectáreas, que disminuyó a 3,470 hectáreas entre el 2003 y el 2004. Los pozos privados aportaron agua adicional a 5,057 hectáreas en 1996 y

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171SALVATIERRA, dISTRITo dE RIEgo 011 ALTo LERmA

1997, y a 14,815 hectáreas entre el 2005 y el 2006. La administración de los pozos oficiales se entregó a los ejidos y comunidades beneficiarios; dicha entrega fue justificada por la baja recaudación y el alto costo de mantenimiento y operación de los pozos.

Los ejidatarios tienen 2 hectáreas de riego en promedio, y los propietarios privados tienen 10 hectáreas en promedio, aunque existen tres propiedades con poco menos de treinta hectáreas. La pequeña propiedad es resultado de ventas de tierras por las haciendas poco antes del reparto agrario; no parece haber una continuidad de un grupo de viejos usuarios.

El proceso de transferencia de la infraestructura y de la entrega de un título de concesión a los usuarios organizados del módulo inicia el día 27 de octubre de 1992 cuando se protocolizó la Asociación ‘Productores Agrícolas del Módulo de Riego 02-Salvatierra del Distrito de Riego 011 Alto Río Lerma AC.

La Asamblea General de Delegados es el máximo órgano de decisión de la AC, y sus resoluciones obligan a todos los usuarios individualmente considerados. Di-cha Asamblea está constituida por dos representantes (llamados delegados) por ejido y pequeña propiedad. La Asamblea a su vez elije un Consejo Directivo, órga-no ejecutivo de la Asociación, entre sus miembros. Para esta elección se confor-man dos planillas que son votadas en forma secreta (en papeleta) o bien, en forma directa (levantando la mano). La modalidad se define por todos los delegados previamente a cada proceso. Así, la planilla elegida asumirá el cargo, y el Consejo Directivo durará en funciones tres años, pudiéndose reelegir una sola vez.

Los puestos del Consejo Directivo de la AC son de carácter honorífico, y están conformados por un presidente, un vicepresidente, un secretario, un tesorero, un pro-secretario, un pro-tesorero y tres vocales. El Consejo Directivo es directa-mente responsable de la administración y operación del módulo de riego, y, para cumplir con sus funciones, contrata al personal operativo y de apoyo necesario.

El personal contratado dedicado directamente a la distribución está confor-mado por 25 personas, desde el gerente general hasta los ayudantes de sección. Otro personal contratado, de oficina, suma 9 personas. En total, la Asociación cuenta con 34 personas contratadas.

La distribución y el mantenimiento están a cargo del personal contratado bajo la dirección de un gerente general, que a su vez tiene bajo su mando a 2 jefes de

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172 AntologíA sobre riego

margen, 15 jefes de sección, 8 ayudantes de jefes de sección, y dos secretarias como apoyo a la oficina del gerente general. Personal adicional que depende del Gerente consiste en un Jefe de Hidrometría, Estadística y Padrón de Usuarios, que tiene el apoyo de una secretaria y los operarios de la maquinaria del módulo (Figura núm. 1). La oficina del Consejo Directivo cuenta con una secretaria de apoyo al presidente del Consejo, y con un contador, una secretaria y dos cajeras de apoyo al tesorero del Consejo (Figura num. 2).

El total de salarios es de $2,146,482.45, dividido entre administración ($733,305.05), operación ($635,305.53), y conservación: ($777,871.87). En el informe 2010 se utiliza una fórmula para la distribución de los gastos: 20% para administración, 30% para operación y 50% para conservación. El total de gastos del módulo es de casi 13 millones. La recaudación es de 8 millones de pesos, y la diferencia se cubre con otros ingresos (6 millones) que corresponden a la renta de la maquinaria del módulo, el cual paga otro millón de pesos a la administración que coloca el agua en cada una de las presas derivadoras del módulo.

La importancia del personal contratado y el hecho de que la operación y man-tenimiento del módulo estén a cargo del Gerente y del personal a su mando le dan a la administración un carácter burocrático. El Gerente es responsable de la distribución del agua a los usuarios, así como de generar y reportar la estadística al Distrito de Riego y a la Comisión Nacional del Agua, del mantenimiento de la infraestructura, de la supervisión o vigilancia del personal de distribución, y del mantenimiento y el tratamiento de conflictos.

El Gerente coordina la elaboración del plan de riegos para el módulo con el Jefe de Hidrometría, Estadística y Padrón de Usuarios, y después somete el plan a la aprobación del Consejo Directivo y la Asamblea de Delegados.

El Gerente, a través del personal de distribución, recibe las solicitudes de rie-go y las aprueba conforme al avance en campo. La aprobación de una solicitud sólo se da si el usuario realiza el pago correspondiente y no tiene adeudos.

El Gerente delega con el Jefe de Hidrometría, Estadística y Padrón de Usua-rios para generar y reportar la estadística. En la oficina se lleva un registro del avance del riego (superficie regada por canal, usuarios atendidos, solicitudes de riego y copia de los recibos de pagos realizados), que se envía al Distrito de Riego y a la Comisión Nacional del Agua.

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El Gerente coordina el mantenimiento de la infraestructura, y elabora el pro-grama de mantenimiento, incorporando para ello el registro de desperfectos repor-tados por el personal de distribución y de los propios usuarios para organizar me-joras como revestimientos y entubamientos. La gestión del recurso para mejoras la realiza el Comité Directivo.

El mantenimiento de los canales principales y laterales, así como el manteni-miento de las estructuras de control se realiza con maquinaria del módulo y per-sonal contratado. Los usuarios, sin embargo, son los responsables de la limpieza de los canales parcelarios únicamente.

El Gerente es responsable de vigilar que el personal de distribución y man-tenimiento cumplan de la mejor manera con las tareas encomendadas. Los De-legados también realizan vigilancia sobre el cumplimiento de los acuerdos sobre mantenimiento y distribución del agua.

En cuanto al tratamiento del conflicto, el primer contacto que tienen los usua-rios es con el personal de distribución: ayudantes de sección, jefes de sección, jefes de margen, o gerente. Los usuarios también pueden acudir a las oficinas, donde el primer contacto es con las secretarias, que reciben indicaciones precisas a diario para atender los conflictos. En caso de ausencia del Gerente, el Presiden-te del Consejo Directivo atiende los casos.

El modelo de administración del módulo es aquel propuesto por la CNA para la transferencia. El modelo, sin embargo, ha dado a los usuarios pocas oportu-nidades para que adquieran y desarrollen los conocimientos y habilidades para asumir el control del módulo.

El módulo presenta problemas de inequidad en la distribución del agua en-tre aguas arriba y aguas abajo sobre los canales generales. Los usuarios de las comunidades más alejadas y ubicadas al final de los canales consideran que no han mejorado en nada desde la transferencia, pues ellos siguen sin agua y ‘ahora peor’, pues hay que pagar, limpiar los canales parcelarios, y de todos modos el agua no llega. Para solucionar el problema, desde antes de la trans-ferencia se recurrió a la perforación de pozos, de los cuales hay 18 oficiales. Adicionalmente, desde la transferencia se ha recurrido a la inversión en tubería para incrementar la eficiencia de conducción al sustituir los canales laterales y parcelarios por entubamientos.

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174 AntologíA sobre riego

Otro factor de inequidad consiste en que, aunque cada usuario tiene derecho a unos dos riegos por ciclo de cultivo, que se cobran a razón de 400 pesos por hectárea y riego, algunos usuarios dan hasta 4 riegos en la misma tierra y culti-vo, afectando así a otros usuarios aguas abajo; esto es tolerado o permitido por la oportunidad de pagos. En cambio, otros usuarios dan un sólo riego para adelantar la siembra (punta de riego), y después aprovechan el temporal.

CONSIDERACIONES FINALES

La transferencia de la administración de sistemas de riego está asociada a nivel internacional a la evaluación de inequidad en volumen y oportunidad de la dis-tribución del agua. Se planteó que la mayor participación de los usuarios podría mejorar la situación de distribución (Freeman, 1988). En México, la transferen-cia está además asociada al fuerte subsidio a los Distritos de Riego. Sin embargo, como hemos visto, la distribución del agua en el módulo presenta inequidad, y el pago por parte de los usuarios por el servicio de riego no cubre los costos de la gestión de los sistemas de riego del módulo.

En el diagnóstico realizado a la Asociación de Usuarios “Productores Agrí-colas del Módulo de Riego 02-Salvatierra del Distrito de Riego 011 Alto Lerma” en el estado de Guanajuato, los resultados demuestran que no existe ninguna organización social tradicional, y que la Asociación de Usuarios surgió con el Pro-grama de Descentralización de Distritos y Unidades de Riego a los Usuarios en la década de 1990, con una estructura organizativa centralizada. Desde entonces, la participación de los usuarios individuales se limita a la elección de dos delegados por cada ejido y pequeña propiedad inscritos en el padrón de usuarios.

Referencias

Archivos

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175SALVATIERRA, dISTRITo dE RIEgo 011 ALTo LERmA

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176 AntologíA sobre riego

Cuadro 2. Ejidos y pequeñas propiedades que integran las secciones de riego

Ejido/Pequeña PropiedadSección de Riego

Superficie en (has)

Número de usuarios

Suma 16,105.61 6,606

Ejido y pequeña propiedad de Puerta del Monte, Ejido El Coyol, Ejido El Capulín y Ejido San Nicolás.

74 1,116.19 414

Ejido Gervasio Mendoza, Ejido San Nicolás y Ejido de Cupareo.75 1,410.82 478

Ejido y pequeña propiedad de Santa Teresa, Pequeña Propiedad y Ejido de Hermosillo, Pequeña propiedad y Ejido de Santa Rita, Ejido y Pequeña Propiedad de Santiago Maravatío y Pequeña Propiedad y ejido de San Pablo Casacuarán.

76 762.95 375

77 1,136.22 413

Ejido de Maravatío del Encinal, Ejido de San Nicolás y Ejido y Pequeña Propiedad de Santa Teresa.

78 1,377.35 441

Ejido y Pequeña Propiedad de El Potrero, Ejido de San Nicolás y Ejido de El Capulín.

79 1,336.53 415

Ejido y Pequeña Propiedad de Santo Tomás, Ejido y Pequeña Pro-piedad de San Pedro, Ejido y Pequeña propiedad de San Buena-ventura, ejido Santo Domingo y Ejido de Janicho.

80 1,177.15 477

Ejido Molino de Ávila, Ejido San Buenaventura, Ejido Batanes y Ejido de Congregación de Huatzindeo.

81 560.36 315

Ejido y Pequeña Propiedad de La Luz, Ejido y Pequeña Propiedad de La Quemada, Pequeña Propiedad Rancho de Guadalupe, Ejido y Pequeña Propiedad de La Palma de la Luz, 2 pequeñas propie-dad, Ejido y Pequeña Propiedad de El Sabino, Ejido y Pequeña Propiedad de El Capulín y Ejido y Pequeña Propiedad de Ojuelos.

82 950.74 471

Ejido y Pequeña Propiedad de San José del Carmen, Ejido San Isi-dro, Ejido y Pequeña Propiedad de La Estancia de San José, Ejido El Ranchito y Ejido Urireo.

83 1,391.63 717

Ejido Urireo, Ejido de San Juan, Ejido de El Fénix, Pequeña Pro-piedad de Charco Largo, Ejido Panales Churubusco, Ejido Pana-les Jamaica, y Ejido La Calera.

84 1,547.94 522

Ejido San José del Carmen, Ejido y Pequeña Propiedad de La Luz, Ejido y Pequeña Propiedad de La Quemada, Pequeña Propiedad Los Negros, Ejido y Pequeña Propiedad de La Magdalena, y Ran-cho de Guadalupe.

85 1,344.46 518

Ejido y Pequeña Propiedad de La Angostura, Ejido Santo Tomás, Ejido San Juan y Pequeña Propiedad.

86 801.30 273

Ejido Eménguaro y Pequeña Propiedad en San Antonio Emén-guaro

87 364.34 364

Ejido y Pequeña Propiedad de San Agustín, El Refugio, Pequeña Propiedad, Ejido Santa Isabel Tola, Ejido San Elías, Ejido La Espe-ranza, Ejido El Pitayal y Ejido Urireo.

88 827.63 413

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177SALVATIERRA, dISTRITo dE RIEgo 011 ALTo LERmA

Figura 1. Personal distribución y mantenimiento en el módulo

Gerente General

Jefe de hidrometría, estadístíca y padrón

de usuarios

1 Secretaria

2 SecretariasOperadores

Jefe de margenizquierdo

3 Ayudantes de Jefe

de Sección

Jefe de margenderecho

5 Ayudantes de Jefe

de Sección

8 Jefes de sección 7 Jefes de Sección

Figura 2. Consejo Directivo y personal de apoyo

Secretario

Prosecretario

Vocal

Vicepresidente

Secretaria

Tesorero

Vocal

Protesorero

Consejo Directivo

Presidente

Vocal

Secretaria

Contador

2 Cajeras

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179

INTRODUCCIÓN

Se analiza si hay deterioro o mejora en la distribución del agua en la situación post-transferencia de un distrito de riego. El caso del sistema de riego Tepetitlán presenta algunas características particulares: los usuarios se negaron a adoptar un modelo burocrático de administración para la transferencia, básicamente por el elevado costo. El sistema de riego se transfirió, luego de un proceso largo de resis-tencia a la elevación de cuotas, como unidad de riego. Adicionalmente debido a un conflicto entre los usuarios, hay actualmente (2000-2010) dos comités directivos. La existencia de dos comités directivos es la explicación fácil de un aparente dete-rioro en la distribución del agua. Para determinar si había inequidad y deterioro en la distribución de agua y si estas eran atribuibles a la transferencia se siguió una estrategia de información indirecta: el análisis de los patrones de cultivo y de la organización para la distribución del agua a nivel de comunidad entre comunida-des aguas arriba y aguas abajo antes y después de la transferencia. La conclusión

V. El sistema de riego Tepetitlán (México):

mejoras en la distribución del agua a partir de la transferencia*

Acela Montes de Oca Hernández | María Cristina Chávez-Mejía | Jacinta Palerm Viqueira

* Con pocas modificaciones este texto se publicó en 2012 en Tecnología y Ciencias del Agua, vol. 3, núm. 1: 77-101.

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180 AntologíA sobre riego

es que la distribución inequitativa del agua ha caracterizado al sistema de agua desde antes de la transferencia y que, a partir de la transferencia, la distribución de agua incluso ha mejorado; aunque, en algunos pero pocos casos, ha efectivamente empeorado. Las mejoras en la distribución se relacionan con los procesos organi-zativos de las comunidades.

EL SISTEMA DE RIEGO

El sistema de riego Tepetitlán, se ubica en el Estado de México, en la cuenca alta del río Lerma, consiste en una presa de almacenamiento y una presa deri-vadora que da lugar a tres canales generales (Enyege, Tepetitlán y Tunal) que riegan una superficie de 9,721 hectáreas (Croquis núm. 1 esquema general del sistema). El sistema fue construido por las haciendas y tuvo dos modificaciones significativas, una ampliación realizada en 1964, que consistió en una nueva presa de almacenamiento y un nuevo canal general: El Tunal; y la reducción en el número de reservorios secundarios (jagüeyes) de 40 a 5 entre 1930 y 1970. Las tierras de riego de la hacienda pasaron a beneficiarios de la reforma agraria, con el tipo de tenencia de la tierra llamado ejido, en las décadas de 1920 y 1930. En el año de 1934 el Departamento Agrario convocó a las autoridades ejidales para constituir una junta de aguas, junta que, aparentemente, no fue creada, ya que no hay más noticias.

El sistema, a finales de 1940, inició operaciones como Distrito de Riego y fue adherido administrativamente a otros sistemas de riego formándose el Distrito de Riego 033. Antes del inicio de la gestión como Distrito de Riego no parece haber existido una autoridad de parte de la Secretaria de Agricultura y Fomento (SAyF) o del Departamento Agrario que tuviera personal a cargo de la presa y sus canales de riego. Las autoridades ejidales eran las encargadas de vigilar la distribución de agua al interior de sus respectivas comunidades. Cuando existía algún tipo de inconformidad entre pueblos sobre la distribución del agua, los abusos eran re-portados por las autoridades ejidales ante el Departamento Agrario quien enviaba a un representante para que pusiera orden en el espacio de regadío, a veces se amenazaba con enviar efectivos del ejército a fin de cuidar que el paso del agua en-tre comunidades. Por demás, aparentemente en 1936, el administrador de las ha-

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181el sistema de riego tepetitlán (méxico)

ciendas Enyege y Tepetitlán, haciendas que todavía contaban con una superficie de 211 hectáreas, era quien tenía las llaves para abrir y cerrar las compuertas de tablas de madera y, por lo tanto, era quien manejaba la presa (Guzmán y Vargas, 2003 11; Montes y Palerm, 2010; AHA-AS, C. 2441, Exp. 34397, f. 4-5; Archivo RAN, Exp. 761/410, f. 328).

El sistema de riego Tepetitlán, antes de la transferencia, era operado en lo que corresponde a las presas, canales generales y canales secundarios por la gerencia del Distrito; sin embargo en la distribución al interior de las comunidades había participación de autoridades ejidales (comisariado ejidal y/o juez de aguas1). El mantenimiento de los canales de riego estaba a cargo de los usuarios aunque los encargados de distribuir las tareas de limpieza del canal eran los canaleros del Dis-trito de Riego (Entrevista realizada al Sr. Juan Cabiedes. Canalero de 1964 a 1997. Fecha de entrevista 14 de septiembre de 2009).

En 1993 inicia el proceso de transferencia en el sistema de riego Tepetitlán. Los Distritos de Riego para ser transferidos se dividieron en módulos de riego; dependiendo de la superficie regada; la obra de cabecera seguiría siendo operada por la Comisión Nacional del Agua (CNA). La CNA propuso transferir el sistema de riego Tepetitlán del Distrito de Riego 033 como un módulo. En cada módulo de riego se crearon Asociaciones Civiles. Para formalizar una Asociación Civil era necesario elegir a representantes, llamados delegados de riego, por ejidos y propiedades privadas2.

El sistema de riego Tepetitlán está conformado por 34 comunidades. Pero, por el tipo de tenencia de tierra existen comunidades con ejido y con propiedad privada (minifundista) o con ambos tipos de tenencia (Cuadro núm. 1). Para la elección de los delegados de riego fue necesario que los delegados municipales3 en las comunidades con pequeña propiedad y las autoridades ejidales en los eji-dos convocaran a asamblea. En las asambleas, por comunidad y tipo de tenencia, la elección de las nuevas autoridades del riego fue por votación popular directa.

1 La ley agraria, hasta 1992, prevé el nombramiento de jueces de agua por la asamblea de ejidatarios para la distribución del agua al interior del ejido (Palerm, 2009).2 La elección de delegados de riego, en el contexto de la nueva Ley de Aguas (1992), significó el des-plazamiento formal de la autoridad ejidal sobre el agua.3 Los delegados municipales son autoridades electas por los mismos vecinos en las localidades de un municipio que no son la cabecera municipal.

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182 AntologíA sobre riego

De tal manera que se eligieron 46 delegados (de 31 ejidos y de 15 comunidades con propiedad privada). Además algunas comunidades tienen “barrios”, que son pequeños asentamientos que pertenecen a un ejido o un poblado de pequeña propiedad. Los “barrios” carecen de representantes (delegados de riego) propios, tampoco hay autoridades ejidales o delegados municipales propios del barrio.

A su vez el conjunto de delegados de riego, en asamblea, tenían la tarea de elegir un consejo directivo y un consejo de vigilancia. El consejo directivo, a su vez, debía contar con oficinas, personal de oficina, gerente técnico y canaleros (o personal para realizar la distribución).

En el sistema de riego Tepetitlán, sin embargo, los usuarios, comunidades de indios mazahuas, se negaron a adoptar un modelo burocrático de administración para la transferencia (Palerm, 2006), básicamente por el elevado costo. El siste-ma de riego se transfirió, luego de un proceso largo de resistencia a la elevación de cuotas, como unidad de riego –con su Asociación Civil. Una vez transferido, debido a un conflicto entre los usuarios, conflicto que a su vez fue instigado en parte por la Comisión Nacional del Agua, se crean dos comités directivos que han estado en funcionamiento desde el año 2000 (Montes y Palerm, 2010).

La dinámica de distribución del agua, según la apreciación basada en trabajo de campo, se presentaba confusa. Los usuarios se habían negado a adoptar un modelo burocrático de administración para la transferencia y no contaban con personal contratado para operar el sistema. A nivel de los canales generales apa-rentemente ambos comités directivos distribuían el agua. El calendario de riegos propuesto aparentemente se retrasaba debido a que las comunidades de aguas arriba no cerraban sus compuertas para dejar pasar el agua a las comunidades de aguas abajo. Los informantes daban fechas distintas de riego preferente según el tipo de suelo y la tecnología para barbechar. La ausencia de una operación con personal contratado y la existencia de dos comités directivos parecían la respues-ta más sencilla a un aparente deterioro en la distribución del agua.

Por lo tanto se propuso realizar un análisis sobre la distribución del agua a partir de la transferencia del sistema de riego Tepetitlán, para determinar si ha-bía deterioro o mejora en la distribución del agua y con ello determinar si la ne-gativa de las comunidades mazahuas a un modelo burocrático de administración había sido un éxito o un fracaso.

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183el sistema de riego tepetitlán (méxico)

ESTRATEGIA DE ANÁLISIS

Se determinó seguir una estrategia de información indirecta sobre la distribu-ción del agua no sólo porque la dinámica de distribución del agua se presentaba confusa, sino también por la dificultad que arrojaba la tensión entre los dos comités directivos.

Para determinar diferencias en la distribución de agua se seleccionaron comu-nidades en relación a la posición ocupada aguas arriba/aguas abajo con la perspec-tiva de contrastar los patrones de cultivos, antes y después de la transferencia. En el supuesto que las diferencias en el patrón de cultivos entre aguas arriba y aguas abajo serían un indicador de diferencias en cantidad y oportunidad del riego. Es decir, arrojaría información sobre la existencia de una desigual distribución. Los resultados permitieron determinar que efectivamente hay, antes y después de la transferencia, inequidad en la distribución.

A continuación, para determinar si había deterioro en la distribución de agua, la estrategia indirecta consistió en determinar, en una selección de comunidades ubicadas aguas abajo, si los patrones de cultivos eran típicos o recientes, es decir si databan o no desde la transferencia. Lo que arrojaría información sobre los cam-bios en la distribución y la dirección negativa o positiva del cambio. En los cuadros 2 y 3 se enumeran los casos seleccionados. En la selección (o muestra) se excluye-ron los casos de comunidades con acceso a agua de jagüey o bordo (estanque se-cundario de almacenamiento), aunque un caso quedó incluido por contar también con agua rodada directa de la presa. Los resultados permitieron determinar que, en el marco de una distribución inequitativa del agua, la situación de las comunidades aguas abajo había mejorado.

En paralelo, el otro indicador indirecto que se retomó, fue el de organiza-ción comunitaria diferencial. La respuesta de mayor organización comunitaria ante la escasez de agua es una observación analítica de Wade (1988). En los casos que presenta este autor, sobre un mismo canal, las comunidades de aguas abajo, con mayor escasez de agua, cuentan con mayor organización. Misma si-tuación que se ha analizado para los sistemas de riego del río Cuautla, donde se encontraron diferencias en la organización social comunitaria vinculadas a su posición aguas arriba/aguas abajo (Palerm, Pimentel, Salcedo, 2000). En otras

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184 AntologíA sobre riego

investigaciones se reportaba que la escasez de agua de riego, en un año dado, provocaba una respuesta organizativa con proliferación de nombramiento de autoridades del agua, es decir que la organización variaba entre épocas del año y entre años (Palerm, 2001).

Una medición relativamente sencilla de la organización comunitaria para el riego, consiste en determinar si existen autoridades reconocidas en asuntos de agua, así como el número y sus actividades en relación con la distribución, vigi-lancia, mantenimiento y manejo del conflicto (Palerm et al, 1997, 2000).

En primer lugar se contrastó la organización de comunidades ubicadas aguas arriba y aguas abajo. Los resultados indicaron que había una respuesta organizativa diferencial por ubicación. Es decir, efectivamente las comunida-des con mayores restricciones eran aquellas que estaban más organizadas. Tal y como presentan los estudios ya señalados (Wade, 1988; Palerm, Pimentel, Salcedo, 2000), la inequidad en la distribución se reflejaba en la organización comunitaria diferencial.

En segundo lugar, en las mismas comunidades de aguas abajo seleccionadas para dar seguimiento a cambios, antes y después de la transferencia, en los patro-nes de cultivo, se dio también seguimiento a la organización comunitaria. Por lo tanto se contaba con la información del patrón de cultivos, antes y después de la transferencia; así como la situación organizativa comunitaria. La información per-mitía establecer que había una correlación entre mantener o mejorar el patrón de cultivo y la respuesta organizativa comunitaria. Sistemáticamente las comunida-des aguas abajo, que se habían organizado, habían conseguido conservar o mejorar su acceso al agua.

Antes de seguir adelante, conviene señalar que la primera apreciación de los reportes preliminares sobre una reciente, después de la transferencia, prolife-ración de autoridades comunitarias vinculadas a la distribución del agua en las comunidades ubicadas aguas abajo, fue que ello parecía ser una respuesta orga-nizativa a la escasez de agua y, posiblemente, a una situación de creciente res-tricción del agua para riego y por lo tanto que la situación de la distribución del agua se deterioraba.

El error se centró en comparar la fluctuación en organización en comunida-des ya organizadas ante la abundancia o escasez de agua (Palerm, 2001) con el

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185el sistema de riego tepetitlán (méxico)

caso del sistema de riego Tepetitlán. La estrategia de análisis permitió develar algo mucho más interesante: la respuesta organizativa, en el caso del sistema de riego Tepetitlán, consistía en la creación de nueva organización. El retiro de la administración centralizada aparentemente había liberado las capacidades de respuesta organizativa de las comunidades.

Por lo tanto, la descripción cualitativa de la organización comunitaria en torno al riego y su análisis cobraba importancia para determinar qué acciones estaban siguiendo las comunidades de aguas abajo para mejorar la distribución del agua. Lo que estaban haciendo marcaba el éxito de rechazar un modelo bu-rocrático de administración.

La presentación se divide en tres partes: 1. El análisis sobre la distribución equi-tativa/inequitativa del agua de riego por el patrón de cultivos, específicamente por la variedad de maíz que se cultiva; 2. El análisis sobre la distribución equitativa/inequitativa del agua de riego por la organización diferencial para la distribución de agua de riego a nivel de comunidad y 3. El análisis del éxito de la respuesta organizativa de las comunidades ubicadas aguas abajo para mantener o mejorar el acceso a agua.

1. Análisis sobre la distribución equitativa/inequitativa del agua de riego por el patrón de cultivos, específicamente por la variedad de maíz que se cultivaEl cultivo dominante en el sistema de riego es el maíz y se determinó indagar sobre la variedad de maíces presentes, es decir de ciclo corto y de ciclo largo con atención a fechas de siembra, fechas de riego y de cosecha. Adicionalmente se determinó indagar qué otros cultivos se encontraban presentes con atención a fechas de siem-bra, fechas de riego y de cosecha.

Las comunidades que se benefician con el agua de la presa Tepetitlán, siem-bran distintas variedades de maíz, los extremos son una variedad de maíz de ciclo largo y otra de ciclo corto. El maíz de ciclo largo tiene una producción por hectárea mayor que el maíz de ciclo corto. La fecha en que reciben el riego y por lo tanto el tipo de variedad de maíz que siembran son factores que denotan inequidad en la distribución de agua.

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186 AntologíA sobre riego

Las lluvias, las heladas, el riego y el cultivo de maízEl sistema agrícola presente en Tepetitlán se encuentra a 2,600 metros sobre el nivel del mar, con una precipitación pluvial menor a los 800 mm, el clima es subhúmedo. La clasificación tradicional en Tepetitlán es la denominada de tierra fría. Por ser tierra fría las estaciones presentes son dos: la seca y la de lluvias. Las condiciones climáticas les impiden realizar más de una cosecha de maíz al año por la presencia de heladas. En cuanto a las heladas los campesinos mazahuas reconocen tres tiempos, las heladas tempraneras que inician en el mes de octubre, las heladas negras entre los meses de noviembre a febrero y las heladas tardías en el mes de marzo. No obstante realizan cultivos invernales como el haba y la avena dado que son resistentes a las heladas.

El tipo de riego que se presenta en las comunidades beneficiadas con la presa Tepetitlán es agua rodada utilizada como punta de riego y en ocasiones un riego de auxilio; la punta de riego es vital, de otra manera sólo se puede sembrar un maíz de ciclo muy corto o violento dados los límites impuestos por el inicio de la temporada de lluvias y el inicio de las heladas (Palerm, 1976). La fecha de la punta de riego determina que el maíz que se pueda sembrar sea de ciclo largo o corto, la cosecha en ambos casos se realiza durante los meses de noviembre y diciembre. La siembra debe realizarse después de las heladas negras (a partir del 12 de marzo) porque sembrar a principios de marzo implica el riesgo de perder la cosecha.

Tipos de suelos y fechas de riego preferencialesLa estrategia del patrón de cultivo para analizar la inequidad y modificaciones en la distribución del agua tiene una ventaja adicional sobre un análisis basado en el cuadro de distribución. El cuadro de distribución propuesto o real no permite, en el sistema de riego Tepetitlán, determinar plenamente si es posible la siembra de un maíz de ciclo más o menos largo ya que el tipo de suelo y la tecnología empleada en la preparación del terreno modifican las fechas de riego preferenciales.

Los mazahuas tienen en su clasificación del suelo tres tipos: la tierra barrial, la tierra blanca y la tierra arcillosa. El tipo de suelo es importante porque de-termina el tiempo de secado de la tierra después del riego de pre-siembra y, del tiempo de secado del suelo, depende la fecha en que debe iniciar la siembra del maíz. Unos tipos de suelo requieren mayor tiempo de secado y otros un menor tiempo. La variación tiene un rango de una a tres semanas.

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187el sistema de riego tepetitlán (méxico)

Sin embargo pueden modificar el tiempo de secado necesario del suelo al usar tecnología distinta (tractor o arado) para el barbecho, si se barbecha con yunta el tiempo de secado requerido para el mismo tipo de suelo es menor que si se bar-becha con tractor. En el suelo barrial, si se usa tractor para el barbecho, la tierra tarda en secar 15 días porque hay mayor profundidad de arrastre y volteado de suelo, pero si se utiliza la yunta la profundidad es menor y el tiempo de secado es entre una semana a 10 días. En el suelo llamado de “tierra blanca” si se usa tractor para el barbecho, la tierra tarda en secar entre 25 a 30 días, y con yunta de 15 a veinte días. En el suelo arcilloso, con tractor, la tierra tarda en secar entre 8 a 10 días y con yunta tarda unos 5 días. Así por ejemplo, en suelo barril para sembrar maíz marceño, usando para el barbecho tractor, se requiere regar en febrero, sin embargo si el barbecho se realiza con yunta se requiere menor tiempo de secado y el riego de pre-siembra se puede posponer.

Estas diferencias de suelo se presentan al interior de cada comunidad ya que los tipos de suelo se encuentran intercalados por toda la superficie de riego, dominan los suelos de tierra barrial y blanca, mientras que hay poco suelo de tierra arcillosa. Por lo tanto la toma de decisión de fechas de riego en relación al suelo se establece únicamente entre los usuarios de cada comunidad.

El patrón de distribución del agua El plan de riegos, establecido desde que era Distrito, indica que el riego inicia aguas arriba y termina aguas abajo. Los usuarios de aguas abajo deben esperar a que los de aguas arriba terminen de regar o cierren algunas compuertas para empezar a regar.

La inequidad en la distribución del agua tiene que ver con la posición que ocu-pan las comunidades de regantes, es decir si se encuentran aguas arriba o aguas abajo de canales principales o secundarios. Excluyendo los casos en que se cuenta con agua de reservorio secundario.

La diferencia en el tipo de maíz sembrado está marcado por las fechas en que las comunidades reciben el agua de riego, aquellas que reciben el agua temprano (mediados de febrero o principios de marzo) pueden sembrar el maíz de ciclo largo y las que reciben el agua a finales de marzo siembran el maíz abrileño, y aquellas que reciben el agua hasta finales de abril siembran el violento. El maíz

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188 AntologíA sobre riego

violento generalmente lo siembran los usuarios en terrenos de temporal y lo usan como último recurso cuando el agua que les llega es muy tardía. La variedad de maíz sembrada es un elemento que permite sortear las fechas distintas de riego y es un reflejo de la inequidad en la distribución del agua.

Las variedades de maíz utilizadas, según la clasificación local, en una gradiente de ciclo largo a corto son: Blanco marceño, Blanco abrileño, Amarillo, Negro, Rojo, Rosado. Con ello no se agota la gama de maíces, pero son las más comunes en el sistema de riego Tepetitlán.

Se tomó en consideración que la situación de las comunidades de aguas abajo se pudo haber visto agravada debido a que las comunidades ubicadas aguas arri-ba sobre los canales principales no cierran las compuertas al terminar de regar para la siembra de maíz marceño y abrileño debido a que tienen otros cultivos como el jitomate y la flor que requieren de 3 a 6 riegos durante los meses de fe-brero, marzo, abril y mayo. La presencia de otros cultivos se presenta sobre los canales generales Enyege y Tepetitlán, pero no sobre el canal general Tunal.

Resultados: análisis patrón de cultivosLa presencia de otros cultivos agua arriba sobre los canales generales Enyege y el Tepetitlán no se había modificado, es decir no había una expansión de la superficie dedicada a otros cultivos, distintos al maíz.

El patrón de cultivo del maíz en la gradiente de ciclo largo a corto: Blanco mar-ceño, Blanco abrileño, Amarillo, Negro, Rojo, Rosado mostraba que típicamente entre aguas arriba y aguas abajo había inequidad en la distribución, tanto antes, como después de la transferencia.

El patrón de cultivo del maíz en la gradiente de ciclo largo a corto: Blanco mar-ceño, Blanco abrileño, Amarillo, Negro, Rojo, Rosado mostraba que las comunida-des ubicadas aguas abajo reportaban el cambio a maíces de ciclo más largo, es decir que habían mejorado la fecha preferente de riego (Cuadros núm. 2 y 3).

2. Análisis sobre la distribución equitativa/inequitativa del agua de riego por la organización diferencial para la distribución de agua de riego a nivel de comunidadEn principio el incremento de la mayor organización comunitaria en relación al

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189el sistema de riego tepetitlán (méxico)

riego podía ser un indicador de mayor escasez de agua (Wade, 1988; Palerm, Pi-mentel, Salcedo, 2000; Palerm 2001).

El contraste entre la organización comunitaria en relación al riego, antes y des-pués de la transferencia, grosso modo, era de aumento. Antes de la transferencia, la organización comunitaria en relación al riego era muy limitada, aunque había participación de autoridades comunitarias en la distribución al interior de las co-munidades, así como en organizar la movilización de trabajo comunitario para el mantenimiento de los canales de riego del sistema, todas las actividades se realiza-ban bajo la supervisión de los canaleros del Distrito de Riego. En los Cuadros núm. 2 y 3 se detalle el aumento de autoridades encargadas del agua en las comunidades ubicadas aguas abajo.

Para la medición de la organización comunitaria, se contabilizaron autoridades reconocidas en asuntos de agua. Los ejidos tienen como autoridades del agua al comisariado ejidal, jueces de agua y delegado del agua y otras figuras como comité de riego y comité de vigilancia. Las comunidades con pequeña propiedad (mini-fundista) tienen como autoridades del agua al delegado municipal y al delegado de riego. En el caso de coincidir en un solo poblado ejido y pequeña propiedad puede haber colaboración entre ejido y pequeña propiedad.

Efectivamente, se encontró una organización diferencial entre comunidades ubicadas aguas arriba y aguas abajo. Mientras en las comunidades de aguas arriba la autoridad del agua se limita al delegado de riego (y al comisariado ejidal para organizar las faenas de mantenimiento), en comunidades de aguas abajo prolifera-ban las autoridades del agua: comisariado ejidal, jueces de agua, delegado de riego, etc. Los resultados se presentan en el Cuadro núm. 4.

3. Análisis del éxito de la respuesta organizativa de las comunidades ubicadas aguas abajo para mantener o mejorar el acceso a aguaLa correlación entre la organización comunitaria y el patrón de cultivo de maíz arrojó que las comunidades aguas abajo, sobre un canal general o sobre un canal secundario, que se habían organizado, habían conseguido conservar e incluso mejorar el acceso al agua, y que sólo en unos pocos casos la situación había empeorado.

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190 AntologíA sobre riego

La exploración de las estrategias organizativas y sus efectos permitieron deter-minar que las mejoras consisten a) en un adelanto de la fecha en que les llega el agua, lo que a su vez hace posible la siembra de un maíz de ciclo más largo, para ello las acciones organizativas han estado dirigidas a negociar hacia afuera de la comunidad; b) en una mayor superficie regada por comunidad, para ello las accio-nes organizativas han estado dirigidas a una cuidadosa distribución al interior de la comunidad acortando los tiempos de riego.

Es posible, entonces, afirmar que las comunidades han seguido dos estrategias organizativas, adicionales a la proliferación de autoridades del agua, una consis-tente en organizar tareas hacia el exterior y otra consistente en organizar tareas hacia el interior.

En cuanto a la proliferación de autoridades del agua. La estrategia que siguieron los ejidos, después de la transferencia, ha sido la inclusión de las autoridades ejida-les en la distribución del agua, modelo organizativo que fue también adoptado por las pequeñas propiedades considerando a los delegados municipales como figuras autorizadas en el riego. Este aspecto de autoridad formal no parece ser gratuito, ya que, con la transferencia, han sido negativamente afectados barrios ubicados aguas abajo, con poca población y sin autoridades locales propias.

En los cuadros 2 y 3 se presentan los resultados en forma resumida y en el si-guiente apartado se presenta la información etnográfica de algunos de los casos.

La etnografía de la organización comunitariaCANAL GENERAL ENYEGE. El canal Enyege tiene su origen a mediados del si-glo XIX. En 1920 se amplía la capacidad de la presa y se incrementa la longitud del canal de 16 a 36 kilómetros. Después del reparto agrario, según documentación en el Archivo del Registro Agrario Nacional y en el Archivo Histórico del Agua, hubo conflicto entre las comunidades de aguas arriba y aguas abajo; en los documentos se hace mención de la necesidad de un reglamento de aguas.

Aguas arriba sobre el canal general EnyegeLas comunidades ubicadas aguas arriba consideradas para el análisis fueron San Antonio Mextepec, San Agustín Mextepec y San Miguel Enyege.

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191el sistema de riego tepetitlán (méxico)

Esquema 1. Canal general Enyege

PRESA

Canal

pri

nci

pal

Enyege

Santa Cruz MextepecEjido

San Antonio MextepecEjido

San Agustín MextepecEjido y Pp

San Pedro El ChicoEjido

San Pedro El AltoEjido

San Isidro BoxipeEjido

Santa Ana la LaderaEjido y Pp

Santa Ana IxtlahuacaEjido y Pp

San Andres del PedregalEjido y Pp

San Miguel EnyegeEjido y Pp

Concepción EnyegeEjido

Canal secundario

Emilio Portes GilEjido

TungareoBarrio

TepetitlánBarrio

Dolores EnyegeEjido

San Juan de las ManzanasEjido

Santo Domingo de GuzmánEjido “Emiliano Zapata”

Guadalupe CachiEjido

Jagüey CachiVaqueríaPp

Jagüey “Presa Tecomate”

Jagüey “Presa Larga”

Guadalupe CachiEdjido

San Mateo IxtlahuacaEdjido y Pp

Santa Ana la LaderaEjidoSan Ignacio del PedregalEjidoSan Antonio de los RemediosEjido

San Pablo de los RemediosEjido

Ca

na

l pr

inc

ipa

l En

ye

ge

CANAL

PRINCIPAL

ENYEGE

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192 AntologíA sobre riego

En estas comunidades, de acuerdo con las fechas que manejan los comisaria-dos ejidales, jueces del riego y algunos usuarios, el agua está disponible cerca de un mes (20 de febrero al 20 de marzo). A pesar de que las fechas de riego de las comunidades aguas arriba terminan a mediados del mes de marzo, siguen abiertas las compuertas a la capacidad de máximo riego porque no existe un control de las autoridades en este espacio. La justificación que dan las autoridades de comunida-des aguas arriba para no cerrar las compuertas en sus totalidad es que los usuarios que siembran jitomate y flor siguen necesitando del agua.

“Nosotros no tenemos problemas con el agua del canal [Enyege] vaya a toda su capacidad, tenemos un mes de riego y cada usuario es responsable del día que debe regar sólo debe avisar al representante de su ejido que ya ha pagado su contribución y tener su recibo de pago, riegan aproximadamen-te 15 a 20 regadores por una toma (Entrevista a José Justo Cayetano. Co-misariado ejidal de San Miguel Enyege. Fecha de entrevista 12 de octubre de 2009.

Cuando el usuario considera apropiado regar, va y solicita al juez de aguas que abra la compuerta. Si el juez de aguas debe salir de su domicilio por motivos de trabajo o familiares, deja la llave con otra autoridad del ejido para que abra o la en-tregue al usuario y este pueda abrir la compuerta de acuerdo con sus necesidades. (Camilo, Benítez. Usuario del ejido de San Antonio Mextepec. Fecha de entrevista. 10 de octubre de 2009).

En los casos en que tienen compuertas particulares sobre el canal principal, como en San Antonio Mextepec, los usuarios pueden disponer del agua del canal principal sin la necesidad de que una autoridad de la Asociación Civil o de la pro-pia comunidad la regule.

La obligación de los usuarios es haber pagado la cuota de riego a la Asociación Civil y cooperar en el mantenimiento del canal general cuando así se requiere con dinero o con trabajo.

Aguas abajo sobre el canal general EnyegeLas comunidades ubicadas aguas arriba consideradas fueron Emiliano Zapata y Guadalupe Cachí.

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El ejido Emiliano Zapata se encuentra aguas abajo sobre el canal general Enye-ge (ver esquema 1) Aunque el ejido de Emiliano Zapata se encuentra aguas arriba de Guadalupe Cachí, primero riega Cachí debido a que la válvula de control esta en terreno de Cachí.

Las fechas de riego que tiene Emiliano Zapata son variables (del 15 o 20 de marzo al 30 de abril) aunque no tan extremas como cuando eran Distrito de Riego, los usuarios refieren que a veces los terrenos más alejados del canal optaban por sembrar en temporal (mayo) porque el agua no les llegaba.

El patrón de cultivos antes y después de la transferencia ha tenido cambios, antes sembraban el maíz amarillo, el negro, el rosado y rojo ahora siembran el maíz blanco abrileño, el amarillo, el negro y el rosado. Es decir por su patrón de cultivos la situación de fechas de abasto de agua ha mejorado.

El ejido de Emiliano Zapata, antes de la transferencia, no tenía una autoridad encargada del agua. El canalero del Distrito de Riego era quien establecía las fechas de riego y entregaba el agua a nivel de parcela. Había disputas al interior del ejido entre los usuarios porque no había un orden, el canalero abría y cerraba compuer-tas sin quedarse a vigilar las tomas. El comisariado ejidal servía de apoyo al cana-lero del Distrito de Riego en la distribución de agua al interior del ejido.

Después de la transferencia, a nivel interno, se estableció un Comité de Riego con su presidente, secretario y tesorero. El presidente del Comité de Riego también ocupa el cargo de delegado de riego de la Unidad de Riego Tepetitlán Asociación Civil. Los miembros del Comité también reciben el nombre de jueces de agua.

El Comité de Riego realiza las gestiones ante el Comité Directivo de la Aso-ciación Civil para el paso del agua antes de las fechas en que normalmente les entregaban (mediados de abril) logrando que les entreguen a mediados del mes de marzo y principios de abril. Para ello el Comité realiza una solicitud por escrito en diciembre. Además de manera directa aboga para que se obligue a los ejidos aguas arriba a que cierren compuertas después de terminar el riego.

En época de riego el Comité de Riego y usuarios del ejido Emiliano Zapata recorren el canal general Enyege por las tardes y cierran compuertas de las comu-nidades aguas arriba para aprovechar el agua por las noches; si el agua del canal Enyege es menor a la mitad por las mañanas también se forman grupos de usua-rios y, con apoyo del comisariado ejidal, recorren el canal general Enyege para ce-

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194 AntologíA sobre riego

rrar las compuertas donde no hay regadores. El trabajo que realizan los usuarios con apoyo de sus autoridades ejidales se enfrenta a las inconformidades de ejidos aguas arriba que tienen cultivos de flor y tomate, no obstante, finalmente acceden al cierre de compuertas.

El Comité de Riego también acude con las autoridades del ejido de Guadalupe Cachí y les solicitan poner orden en sus jueces de aguas para que no interpongan obstáculos como el cierre de compuertas cuando Emiliano Zapata está regando. La dinámica es que el Comité de Riego de Emiliano Zapata realiza una asamblea para encontrar una solución sobre la tardanza del riego, el primer paso consiste en acu-dir con el comisariado ejidal de Cachí para solicitarles verbalmente se abstengan de seguir tomando el agua en tiempo que no les corresponde, si las autoridades de Cachí no solucionan el “tapado de agua” en ese mismo día entonces se recurre a las autoridades del Consejo Directivo de la Asociación Civil para que intercedan para obligar a Cachí a cerrar sus compuertas.

El usuario debe estar disponible cuando se le necesite con ayuda en especie o en dinero, apoyando con los gastos que genera el ir al municipio de San Felipe del Progreso para solicitar al secretario de la Asociación Civil ponga orden en que Cachí acate las órdenes.

Los usuarios que están regando deben estar vigilando constantemente que no les tapen el agua los usuarios de Cachí, vigilan desde la compuerta del canal principal Enyege, y a todo lo largo del canal que lleva el agua a su ejido y que pasa por Cachí

“Es un desgaste fuerte, pero que tenemos que hacer, porque el juez solo nos abre la compuerta en nosotros esta vigilar que el agua llegue al terreno. A veces estoy regando y cuando veo ya disminuyó el agua del canal entonces con otros vecinos que también están regando vamos a ver dónde le taparon el agua y recorremos el canal como unos quinientos metros, para que al regresar otra vez ya nos taparon. Pero, ahora lo que hacemos es unos se quedan a regar y otros en la compuerta para cuidar que nadie la cierre, casi es por familias, un hijo o sobrino cuida mientras el papá o el tío riegan” (Entrevista al Sr. Felipe Reyes. Usuario del ejido de Emiliano Zapata, Fecha de entrevista 05 de noviembre de 2009).

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Cuando las autoridades de Cachí y Emiliano Zapata apoyaban al mismo Comité Directivo de la Asociación Civil, lo que sucedió en el año 2006, no hubo problemas para que el ejido de Cachí dejara pasar el agua a la comunidad Emiliano Zapata; en ese año, aunque el agua era poca, la dejaban pasar toda sin taparla (Entrevista a Sr. Roberto Ramos, consejo de vigilancia de Cachí. Fecha de entrevista. 11 de septiembre de 2009).

El Comité de Riego es el encargado de distribuir el agua al interior del ejido. Para poder mantener un orden en el riego a nivel de ejido los miembros del Comité se coordinan para vigilar las tomas de agua a lo largo y ancho del ejido. Para dis-tribuir el agua entre los regantes cada miembro del Comité tiene asignada a una tercera parte de los regantes del ejido (164); a cada miembro del Comité le corres-ponde entregar el agua a unos 50 regantes. A cada regante le asignan un número que corresponde a su turno de riego y se distribuye el agua por días. Adicionalmen-te, para los turnos de riego, un año inician los de la parte baja y otro año los de la parte alta.

“Desde las tres de la mañana vienen los usuarios a tocar a mi puerta para de-cirme, vamos ve abrir la compuerta voy a empezar a regar, me levanto como sonámbulo y vamos hasta el canal a veces me acompaña mi hijo, cuando regreso trato de dormir un poco y ya tengo otros dos usuarios diciendo va-mos necesitamos más agua, entonces voy y abro otras vueltas la compuerta, cuando llegan más usuarios que quieren regar les digo, espérense a otro día porque el agua ya no alcanza” (Entrevista al Sr. Lorenzo Zabala. Juez de agua de Emiliano Zapata. Fecha de entrevista 10 de enero de 2010).

El Comité de Riego establece fechas de riego y los usuarios deben respetarlas, caso contrario se les multa o se les deja hasta el final. Antes de dictar las ordenes de distribución de agua el Comité convoca a todos los regantes a una asamblea para informar lo necesario que es el acatamiento de órdenes, los beneficios y los perjuicios que el desorden acarrea. El Comité trata de concientizar a los regantes a que consideren que no son los únicos que requieren el riego y que la individualidad no ayuda a solucionar los problemas, que deben trabajar en equipo y mantener el orden y respeto a las autoridades que han electo. En la asamblea los regantes manifiestan sus opiniones. Las asambleas duran de 3 a 4 horas y son espacios de

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196 AntologíA sobre riego

desahogo lo cual ha favorecido la mejora de distribución de agua. Antes no había un espacio de concertación de intereses y despejo de dudas a nivel de ejido para la distribución el agua.

Las actividades del Comité de Riego en la distribución del agua al interior del ejido se refleja en el beneficio para los regantes: ahora todos los terrenos tienen agua para riego, a diferencia de antes de haberse creado este Comité cuando la mitad accedía al riego y la otra mitad no.

La organización también se visualiza en la limpieza de canales laterales, em-piezan los trabajos a las 6:00 de la mañana; todos los usuarios van limpiando los canales hasta terminar, primero inician los que llegan puntuales y cuando han he-cho un tramo grande de tres a cuatro metros entonces se anotan en una lista y con-tinúan los trabajos con los usuarios que van llegando. La presencia de los usuarios ayuda a las autoridades a mantener un control sin posibilidad de que existan usua-rios que no realicen sus labores o situaciones que den lugar al soborno, los usuarios vigilan tanto el desempeño de la autoridad como el de los mismos regantes.

Al inicio de los canales laterales se ubican los jueces de aguas que se dividen por canales laterales y van controlando que los usuarios no se retiren hasta terminar y al final del canal está el presidente del Comité anotando a los usuarios que llegaron hasta el final. Ejido de Guadalupe Cachí. Se ubica en la parte final del canal Enyege (ver es-quema 1). El ejido de Cachí accede a agua directa de la presa y, además, tiene acce-so al agua de tres jagüeyes que son: “Cachí”, “Presa Larga” y “Presa Tecomate”. En ambos casos han tenido mejoras en el patrón de cultivos.

En el caso de riego directo, el tipo de maíz que sembraban era el blanco abrile-ño, amarillo y negro, ahora siembran en mayor cantidad el maíz blanco abrileño y el amarillo de ciclo intermedio (entre ciclo largo y ciclo corto) dejando de cultivar el maíz de ciclo corto (negro), ello se debe a la organización de tareas hacia afue-ra del ejido, para gestionar que se conserven las fechas históricas de riego, y a la organización de tareas hacia dentro del ejido, para distribuir el agua de manera uniforme. Para mejorar la distribución del agua al interior establecieron más de un juez de aguas en el ejido, con el propósito de control de los usuarios en las tomas, situación que antes no existía provocando que los usuarios más cercanos a la toma aprovechaban el agua y los más lejanos quedaban con fechas tardías de riego.

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197el sistema de riego tepetitlán (méxico)

En el caso del agua del jagüey “Presa Tecomate”, el tipo de maíz que se sem-braba era el blanco abrileño y el amarillo, ahora siembran el maíz blanco marceño y blanco abrileño. La mejora en el patrón de cultivos se relaciona con el hecho de que las autoridades del ejido (delegado de riego y jueces de agua o de riego, comi-sariado ejidal) vigilan que realmente el llenado de agua de jagüey sea a su máxi-ma capacidad además de buscar apoyo ante el municipio para que el jagüey no se azolve y tenga mayor capacidad. Antes de la transferencia el jagüey no recibía el mantenimiento adecuado por lo que la capacidad de almacenamiento era menor. Adicionalmente, antes, para la apertura de los jagüeyes el canalero pedía el apoyo del Jefe de Canaleros y del Gerente del Distrito de Riego, los cuales venían a abrir en fechas que eran tardías para los regantes (finales de marzo).

“El agua del jagüey a veces estaba llena pero como no daban la orden se desperdiciaba y nadie podía abrir las compuertas porque la multa que po-nía el canalero era alta y los ingenieros decían que no podíamos abrirlas o nos castigarían, ahora pedimos autorización a la Asociación Civil cuando el jagüey tiene el agua necesaria” (entrevista al Sr. Eusebio Morales Vichis, juez de aguas manzana 7. Fecha de entrevista 12 de septiembre de 2009)

En el caso del agua del jagüey “Presa Larga, el tipo de maíz que se sembraba era el amarillo, el negro y el rosado ahora siembran el maíz blanco abrileño, el blanco marceño y el amarillo. La mejora en el patrón de cultivo se relaciona con la modi-ficación en las fechas de riego y en cambios en la distribución interna. El Distrito de Riego manejaba un tandeo donde primero regaba San Mateo Ixtlahuaca (del 01 al 30 de marzo) y después pasaba el agua a Guadalupe Cachí. Después de la trans-ferencia las autoridades de Cachí gestionaron con las autoridades de San Mateo Ixtlahuaca para que respetasen el tandeo propuesto por el Departamento Agrario, que dictaba quince días para San Mateo Ixtlahuaca y quince días para Guadalupe Cachí, regresando nuevamente a San Mateo Ixtlahuaca y continuando Guadalupe Cachí. Adicionalmente al cambio de fecha de riego, modificaron las fechas de riego internas, primero los usuarios alejados de la presa y luego los cercanos.

La distribución del agua en Cachí es de acuerdo a la superficie de riego que ten-gan los usuarios. Los usuarios con un cuarto de hectárea tienen derecho a medio día de riego, si el agua no fuera suficiente se les permite seguir regando hasta la

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198 AntologíA sobre riego

noche sin posibilidad de que el riego regrese nuevamente a su terreno, a los usua-rios con media hectárea les corresponde un día de riego con su noche y a los de una hectárea riegan de dos a tres días con sus noches. El agua por lo tanto va dis-minuyendo conforme los usuarios van desviando el agua del canal a sus terrenos y los altercados entre los usuarios aguas arriba y aguas abajo de los canales siempre están presentes pero los encargados de darles solución son los jueces de agua quie-nes aumentan o disminuyen el agua buscando estrategias para que ambos usuarios en disputa sean beneficiados. Los acuerdos que establecen los jueces de agua entre usuarios en disputa son el acordar que durante ese año el usuario aguas arriba encauce el agua a su terreno y el siguiente año deje pasar al usuario aguas abajo primero el agua y después sea él quien la tome.CANAL GENERAL TUNAL. El canal general Tunal data de 1964. El canal bene-ficia a nueve comunidades (con tenencia de la tierra ejidal y de pequeña propiedad) y a un barrio (ver esquema 2).

Esquema 2. Canal general Tunal

PalmillasPp

Calvario BuenavistaEjido y Pp

San Juan JalpaPp

San Felipe del ProgresoEjido y Pp

CabeceraEjido y Pp

San Juan CoajomulcoEjido

San Miguel TenochtitlánEjido

Tunal NenaciEjido

Canal secundario

Flor de MaríaPp

TorrecillasBarrio

PRESA

Ca

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Los usuarios refieren que antes de la transferencia “íbamos a la hacienda Enye-ge a comprar el agua, había una oficina y hacíamos filas enormes para pagar el agua y obtener nuestro comprobante de pago, el comprobante deberíamos enseñarle al canalero porque si no lo teníamos y nos encontraba regando nos cobraba una multa de entre 50 a 100 pesos, además del regaño que nos daba” (Entrevista a Sr. Pedro Vichís, usuario de Santa Ana la Ladera. 07 de julio de 2010).

El canalero del Distrito de Riego era el encargado de abrir y cerrar las com-puertas a nivel del canal general y mantenía una constante relación con los comisariados ejidales.

Los comisariados ejidales eran citados por el canalero en la hacienda Enyege para que entregaran un reporte sobre la situación de riego. Los asuntos que trataba el canalero con el comisariado ejidal estaban enfocados más hacia la parte econó-mica, cuántos habían pagado el riego y a cuántos detectaron que no lo pagaron. Los comisariados ejidales también eran los responsables del control y vigilancia de la limpia de canales de riego pero no participaban en la toma de decisiones sobre las fechas de distribución de agua a sus ejidos.

En el canal Tunal después de la transferencia la Asociación Civil detectó las problemáticas entre ejidos aguas arriba y aguas abajo, las constantes inconfor-midades de usuarios y autoridades que llegaban de manera personal al secretario y presidente de la Asociación Civil dieron pauta para que instauraran la figura de un canalero.

Aguas abajo sobre el canal general TunalLa última semana de marzo y la primera de abril las comunidades de aguas abajo reciben el agua toda vez que las comunidades aguas arriba ya han terminado de regar. A las comunidades de aguas abajo del canal general Tunal les beneficia que, a diferencia de los otros canales generales (Tepetitlán o Enyege), no hay cambio de cultivos, siguen sembrando maíz y no hay cultivos que requieran riegos puntuales (tomate, haba, flor).

La situación de distribución de agua en las comunidades aguas abajo en este canal no ha mejorado pero tampoco ha empeorado. Los cultivos que desde la re-forma agraria han tenido son el maíz y el tipo de maíz sembrado antes y después de la transferencia ha sido el abrileño.

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200 AntologíA sobre riego

Ejido y pequeña propiedad de Tunal Nenaci. Se ubica agua abajo sobre el canal general El Tunal. El patrón de cultivos no se ha modificado, siembran maíz blanco abrileño.

En la comunidad Nenaci se organizaron a partir del año 2000 para cuidar que las fechas de riego que tenían antes de la transferencia no empeoraran. El delegado de riego del ejido, el comisariado ejidal y el juez de agua trabajan de manera con-junta con el delegado municipal y el delegado de riego de la pequeña propiedad.

Cuando se retiró el canalero del Distrito de Riego hubo desorden en el riego por la apertura de compuertas, aparentemente las quejas se dirigen a la comu-nidad de San Miguel Tenochtitlán. La participación de las autoridades de Nena-ci (el delegado de riego del ejido, el comisariado ejidal, el juez de agua del ejido, el delegado municipal y el delegado de riego de la pequeña propiedad) consistió en gestionar hacia afuera que otras comunidades ubicadas aguas arriba respe-tasen las fechas que tenía implementado el canalero del Distrito de Riego. Las autoridades del ejido de Nenaci proponen y promueven un cambio de fechas de riego y que, sobre el canal general, se turne entre aguas arriba y aguas abajo el inicio del riego.

Al interior de la comunidad, una vez que llega el agua, los usuarios son res-ponsables de su distribución, con algún apoyo del comisariado ejidal aunque no es determinante su actuar.Barrio Torrecillas. El canalero del Distrito de Riego enviaba el agua al barrio Torrecillas por el canal secundario que beneficia al ejido Cabecera y los regantes del barrio Torrecillas acudían a una compuerta que se encuentra en el ejido de la Cabecera para esperar al canalero del Distrito de Riego. Actualmente, a pesar de que existe un canalero de la Asociación Civil sobre el canal general El Tunal, el ca-nalero sólo maneja las compuertas del canal general.

El delegado de riego del barrio Torrecillas, en algún momento, negoció con el ejido de Nenaci y el de Cabecera para que permitieran al barrio Torrecillas con-servar sus fechas históricas de riego; el delegado, aparentemente, no ha tenido más iniciativas.

Los usuarios del barrio Torrecillas deben acudir con las autoridades de las co-munidades Nenaci y Cabecera para informarse de los días de riego, de las faenas y de los acuerdos.

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En cuanto a la distribución al interior del barrio no existe una autoridad que controle y vigile las tomas de agua, hay disputas y son las familias las que inter-vienen para que se solucionen los problemas. Mismas disputas que había antes de la transferencia y que cuando el canalero del Distrito de Riego se enteraba de estos sucesos establecía multas económicas pero sin resolver el problema, por lo que año con año se presenta el mismo problema. Los enfrentamientos se agudi-zan a finales de marzo cuando los usuarios requieren el agua para poder sembrar antes de que termine el mes de abril y en este periodo de tiempo los regantes buscan afanosamente los medios para tener agua. CANAL GENERAL TEPETITLÁN. El canal general Tepetitlán es el más anti-guo de la zona de riego, data de 1800. El canal general Tepetitlán beneficia a ocho comunidades y dos barrios sobre el mismo canal (ver esquema 3).

Esquema 3. Canal general Tepetitlán

PRESAC

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Santa Cruz MextepecEjido

Dolores Hidalgo Ejido y Pp

San Antonio MextepecEjido

Emilio Portes GilBarrio TungareoBarrio Tepetitlán

PalmillasEjido

Concepción de los BañosEjido

San Juan JalpaEjido y Pp

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202 AntologíA sobre riego

Aguas abajo sobre el canal general Tepetitlán Ejido y pequeña propiedad San Juan Jalpa. La comunidad se localiza aguas abajo sobre el canal general Tepetitlán. El patrón de cultivos no se ha modificado, antes y ahora siembran maíz amarillo, rojo y rosado. Los usuarios toman el agua dependiendo de la capacidad que lleve el canal, no hay turnos de agua; cuando el agua no llega en el mes de abril siembran el maíz de ciclo corto para solventar la falta de agua y muchos de ellos se quedan sin sembrar o siembran avena, situación que ya se presentaba antes de la transferencia. Aguas abajo sobre el canal general Tepetitlán, un canal secundario El canal secundario abastece a San Antonio Mextepec, Dolores Hidalgo, los barrios del ejido Emilio Portes Gil, Concepción de los Baños y Jalpa Dolores (ver esquema 4).Dolores Hidalgo. Se ubica aguas arriba sobre el canal secundario (ver esquema 4). El patrón de cultivos ha mejorado, el tipo de maíz que sembraban era el blanco abrileño y ahora es el blanco marceño.

Es una comunidad donde hay coordinación entre las autoridades del ejido y de la pequeña propiedad para la gestión hacía afuera y para la distribución del agua al interior. Para la gestión hacia afuera se coordina con otra comunidad del canal secundario, San Antonio Mextepec, para negociar con comunidades de aguas arri-ba –y han mejorado las fechas de riego. En la comunidad también ha mejorado la distribución interna del agua con el nombramiento de cuatro jueces de agua, que se encargan de la distribución y de la vigilancia de tomas generales y laterales.

Hay una división del trabajo entre las autoridades que se acuerda en asambleas internas. El comisariado ejidal realiza gestiones con los tres niveles de gobierno (municipal, estatal y federal) para el mantenimiento y rehabilitación de las red hidráulica, se mantiene en contacto con el Comité Directivo de la Asociación Civil y negocia con las autoridades de San Antonio Mextepec para el paso del agua y para que se respete la cantidad y fechas que corresponden a la comunidad. Los jueces de agua atienden todo lo referente a fechas de riego a nivel de usuarios de la comuni-dad y del barrio Tungareo del ejido de Emilio Portes Gil.Barrios de Emilio Portes Gil. La tenencia de la tierra es ejidal. El ejido ocupa el tercer lugar con mayor número de regantes a nivel de sistema de riego y está dividido en cuatro barrios (barrio del Centro, barrio La Cañada, barrio Tepetitlán y barrio Tungareo), no hay una autoridad a nivel de barrio solo de ejido. La entrega

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de agua para el ejido está dispersa, los barrios toman el agua de distintos canales secundarios. Los barrios Centro, La Cañada y Tepetitlán toman el agua de un canal secundario que comparten con San Agustín Mextepec. El barrio de Tungareo toma el agua del canal secundario que comparten con Dolores Hidalgo.

Dependiendo de la toma de agua del canal es el lugar a donde acuden los regan-tes para que la autoridad de ese ejido les entregue el agua, por ejemplo los usuarios del barrio Tungareo acuden el juez de agua de Dolores Hidalgo para que les abra la compuerta, deben portar el recibo de pago a la Asociación Civil y cumplir con las faenas que determina el ejido de Dolores Hidalgo.

Los barrios del ejido de Portes Gil consideran que empeoró su situación con la transferencia, ya que, como señalan “antes íbamos a ver al canalero y lo esperá-bamos en la compuerta pidiéndole el agua y nos la mandaba ahora, aunque vea-mos al juez o al comisariado ejidal, nos dicen que si pero esperamos y esperamos y no llega el agua”.Concepción de los Baños. Se ubica agua abajo sobre un canal secundario del canal general Tepetitlán. Ha mejorado su patrón de cultivos, antes de la transfe-rencia tenían cultivo de maíz blanco abrileño, negro y rosado; actualmente tienen maíz blanco abrileño y amarillo. Han mejorado las fechas de riego, así como la distribución al interior; alcanzan a regar todos los usuarios.

Esquema 4. Canal secundario del canal principal Tepetitlán

Santa Cruz MextepecEjido y Pp

Dolores Hidalgo Ejido y Pp

Emilio Portes GilBarrios

Concepción de los BañosEjido

Jalpa DoloresEjido

Canal secundario

PRESA

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204 AntologíA sobre riego

La comunidad, antes de la transferencia, tenía como figura principal en la dis-tribución del agua al canalero del Distrito de Riego. El comisariado ejidal y el juez de aguas servían de apoyo al canalero para vigilar las compuertas de agua; algunas veces el canalero dejaba las llaves de las compuertas al comisariado ejidal o al juez para que abrieran y cerraran las tomas (válvulas de riego) al interior del ejido pero sólo en la cantidad que el canalero les especificaba. Las autoridades del ejido no tenían posibilidad de recorrer el canal para abrir y cerrar válvulas o compuertas de otros ejidos como ahora se realiza.

Las decisiones eran tomadas de arriba hacia abajo, el comisariado ejidal y el juez de aguas no podían cambiar fechas de riego porque las ordenes las dictaba el canalero del Distrito de Riego. Al juez de aguas del ejido no lo respetaban, pero decía –“a mi no me obedecen pero ahorita llamo al canalero y a ver qué le dicen” y la gente entonces obedecía.

Las comunidades no eran consultadas sobre las fechas en que deberían recibir el riego, simplemente el canalero del Distrito de Riego les informaba la fecha en que deberían empezar a regar, dejándolos siempre al final y a veces se quedaban sin regar.

Con el retiro del canalero del Distrito de Riego, después de la transferencia, la situación en el ejido fue de incertidumbre; el comisariado ejidal y el juez de aguas desconocían los mecanismos de gestión de agua hacia afuera, actividad que era realizada por el canalero del Distrito de Riego. Había constantes inconformidades de los regantes ya que se quedaban sin riego. Ello llevó a que el Comité Directivo de la Asociación Civil solicitara apoyo a la comunidad; en la asamblea que se convocó en el ejido Concepción de los Baños la decisión fue nombrar un Comité de Vigi-lancia del Riego integrado por el delegado de riego y tres usuarios denominados auxiliares de riego, vigilantes, vocales o jueces del agua.

El Comité de Vigilancia del Riego, durante las fechas de riego, vigila, día y no-che, el que los usuarios del canal principal no les corten el agua. Apoyan en la vigi-lancia grupos de usuarios, por ejemplo se ponen de acuerdo en grupos de 20 hasta 30 usuarios (hombres y mujeres) para ir a “traer el agua”. El Comité de Vigilancia al ingresar a otras comunidades y cerrar sus compuertas debe hacerlo previo infor-me de sus acciones a las autoridades locales para evitar discordias. Por lo general el delegado de riego de la Concepción de los Baños acude con las autoridades locales

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205el sistema de riego tepetitlán (méxico)

de las comunidades de aguas arriba a informar y solicitar permiso para cerrar com-puertas siempre y cuando las fechas de riego de estas comunidades estén cubiertas (01 de marzo al 30 de marzo).

Las autoridades de otras comunidades también los apoyan tratando de minimi-zar la afectación a las comunidades de aguas abajo y se comprometen a mantener cerradas las compuertas cuando ya han terminado de regar, pero es un trabajo con-tinuo de compromisos a la palabra y que efectivamente se cumplan los acuerdos.

Cuando los comisariados ejidales aguas arriba (Dolores Hidalgo, San Antonio Mextepec) del canal secundario no otorgan permiso al Comité de Vigilancia de Concepción de los Baños, de inmediato recurren con las autoridades de la Aso-ciación Civil y ésta convoca a asamblea a los delegados de riego de los ejidos y pe-queñas propiedades en disputa para solucionar el problema. El Comité Directivo de la Asociación Civil puede autorizar al Comité de Vigilancia de Concepción de los Baños a cerrar compuertas o designa a un integrante del Comité Directivo para cerrar las compuertas.

Las autoridades son las encargadas de distribuir el agua al interior del ejido, En la distribución, entre otras cosas, actualmente se favorece a los usuarios más alejados sobre el canal secundario, situación que antes no podían atender pues el comisariado ejidal y el juez de aguas no tenían oportunidad de cambiar el modelo de distribución que era siempre de arriba hacia abajo. Adicionalmente, en la distri-bución, se deja hasta el final a los usuarios que son morosos en el pago de riego y en su aportación en trabajo comunitario.Jalpa de Dolores. Se encuentra al final del canal secundario y cuenta única-mente con 12 usuarios y 6.5 ha. No hay coordinación entre el delegado de riego, el comisariado ejidal y el juez de aguas. Las fechas de riego se han mantenido igual que antes de la transferencia de hecho y continúan existiendo terrenos sin regar. No hay gestión hacia afuera y hacia adentro, siguen sembrando el maíz amarillo, rojo y rosado.

Una autoridad de Jalpa Dolores, sobre el riego, señala “nosotros no podemos ha-cer nada aunque lo intentemos, asistimos a sus reuniones [a las de la comunidad de Dolores Hidalgo] para que no nos dejen sin agua, pero no podemos opinar porque ellos son más y el canal está dentro de sus ejidos” (Entrevista al Sr. Rodolfo Crisanto. Juez de agua del ejido Jalpa Dolores Fecha de entrevista 15 de octubre de 2009).

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206 AntologíA sobre riego

CONCLUSIONES

La distribución del agua antes de la transferencia era –y lo sigue siendo después de la transferencia- inequitativa. El riego siempre inicia aguas arriba. Trawick (2001) señala que la distribución equitativa y de forma transparente del agua es la base de sistemas autogestivos de larga duración. Desde la perspectiva del sentido de lo justo, la distribución tradicional del agua es problemática. Lo que explica que hay presiones de las comunidades de aguas abajo para modificar este esquema y turnar entre aguas arriba y aguas abajo el inicio del riego.

Con el retiro de la administración centralizada del sistema de riego la distribu-ción del agua ha tenido modificaciones. Después de la transferencia, la capacidad de las comunidades de aguas abajo de organizarse y de gestionar el agua hacia afuera y de organizar la distribución hacia adentro de la comunidad ha permitido mantener y mejorar la distribución.

Después de la transferencia, el despliegue organizativo por comunidades de aguas abajo ha llevado a acciones de vigilancia colectiva, a acuerdos entre comunidades y a mejoras en las fechas de riego. Además el despliegue organizativo hacia adentro ha permitido regar una mayor superficie gracias a una distribución más eficaz del agua.

La descripción de las estrategias organizativas ha permitido detectar estrate-gias de gestión hacía afuera y hacia adentro, esta tipología parece interesante y una pista que puede seguirse en otros casos.

Es notable que la situación de distribución del agua reflejada en los patrones de cultivo se haya mantenido e incluso ha mejorado. Es llamativo que las autoridades del Distrito de Riego, en un esquema de gestión centralizada, tuvieran una distri-bución más inequitativa que la actual. El factor social, de organización comunita-ria, es clave en la mejora de la distribución del agua.

Es también llamativo que el despliegue organizativo de las comunidades se produce después de la transferencia; al parecer la capacidad y despliegue organi-zativo de las comunidades mazahuas estuvieron inhibidos por la administración centralizada del sistema Tepetitlán.

Finalmente, se ha mostrado que, a través de mecanismos sociales, ha mejorado la distribución del agua concretada en los patrones de cultivo; también se ha mostrado que estos mecanismos dependen estrechamente de la organización comunitaria.

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207el sistema de riego tepetitlán (méxico)

Agradecimientos. Investigación realizada con el apoyo del proyecto CONA-CYT núm. 79201 “Juntas de aguas, unidades de riego y otras organizaciones de re-gantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades autogestivas de los regantes”

Referencias

Archivos

Archivo del RAN (Registro Agrario Nacional). Ubicado en Calle Hidalgo. Colonia Centro, Ciudad de Toluca.

Exp. 108/0082, Foja 50. Dotación de agua y tierraExp 761/410, Foja 328. Asunto Dotación de AguasAHA (Archivo Histórico del Agua)AHA-AS, Caja 2441, Exp 34397, foja 4-5

Entrevistas

Benítez Camilo. Usuario del ejido de San Antonio Mextepec. Fecha de entrevista. 10 de octubre de 2009.

Cabiedes, Juan. Canalero del sistema de riego Tepetitlán de 1964 a 1997. Fecha de entrevista 14 de septiembre de 2009

Cayetano, José Justo. Comisariado ejidal de San Miguel Enyege. Fecha de entrevista 12 de octubre de 2009.

Crisantemo Rodolfo. Juez de agua del ejido Dolores Hidalgo. 15 de octubre de 2009Preciado, Feliciano, José Joel. Consejo de vigilancia del ejido de Emilio Portes Gil. Fecha de entrevista

12 de noviembre de 2009.Fermín Garduño. Usuario de Emiliano Zapata. Fecha de entrevista 10 de noviembre de 2009. Reyes Felipe. Usuario del ejido de Emiliano Zapata. Fecha de entrevista 05 de noviembre de 2009Segundo, Sánchez Juan. Juez de aguas de Dolores Hidalgo, Fecha de entrevista 29 de Septiembre

de 2009.

Bibliografía

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Montes, A. y J. Palerm 2010 “Las vicisitudes de la transferencia del sistema de riego Tepetitlán, estado de México/ Difficulties in the Tepetitlán Irrigation System transfer, estado de México”, Agricultura Sociedad y Desarrollo, vol. 7, núm. 2: 109-135.

Palerm, Angel 2009 “Sistemas Agrícolas en Mesoamérica Contemporánea” pp. 299-349, En J. Palerm (ed) Guía y lecturas para una primer práctica de campo, segunda edición, Universidad Autónoma de Querétaro.

Page 209: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

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Palerm, J. 2006 “Self-Management of Irrigation Systems, a Typology: The Mexican Case.” Mexican Studies/Estudios Mexicanos, vol. 22, núm. 2: 361–385.

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Wade, R. (1988), Village Republics: economic conditions for collective action in south India, Cambridge University Press.

2 1 4 84

Kilometros

Croquis 1. Esquema general del sistema.

San Juan Coajomulco

San Miguel Tenochtitlán

Flor de María

San Cristóbal de los Baños

Calvario Buenavista

El Tunal

Concepción de los Baños

San Felipe del ProgresoGuadalupe Colonia

La Cabecera

Dolores Hidalgo

San Juan Jalpa Centro

Santa Cruz Mextepec

San Antonio Mextepec

Jalpa Dolores

Emilio Portes GilSan Antonio de los Remedios

San Pedro el Chico

San Agustín MextepecPresa Tepetitlán

San Pedro el Alto

San Isidro Boxipe

Sta. Ana la Ladera

Santa Ana Ixtlahuaca

Santo Domingo de Guzmán

San Juan de las Manzanas

San Andrés del Pedregal

Dolores Enyege La Concepción Enyege

San Miguel Enyege

Guadalupe Cachi

VaqueríaSan Ignacio del Pedregal

Page 210: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

209el sistema de riego tepetitlán (méxico)

Cuadro 1. Comunidades y barrios del Sistema de Riego Tepetitlán.

Comunidades Canal general Tenencia de tierra Superficie Usuarios Superficie promedio

1. Santa Cruz Mextepec Tepetitlán Ejido 7.25 51 0.14

2. Emilio Portes Gil, conforma- do por los barrios: La Cañada, Centro, Tepetitlán y Tungareo

EnyegeTepetitlán

Ejido 897.45 436 2.06

3. Jalpa Dolores Tepetitlán Ejido 6.5 12 0.54

4. Concepción de los Baños Tepetitlán Ejido 523.80 350 1.50

5. San Cristóbal de los Baños Tepetitlán Ejido 174.20 174 1.00

6. San Pedro el Chico Enyege Ejido 5.00 4 1.25

7. San Pedro el Alto Enyege Ejido 922.25 484 1.91

8. San Isidro Boxipe Enyege Ejido 238.80 157 1.52

9. San Ignacio del Pedregal Enyege Ejido 466.55 141 3.31

10. Concepción Enyege Enyege Ejido 133.00 88 1.51

11. Dolores Enyege Enyege Ejido 220.90 143 1.54

12. San Juan de las Manzanas Enyege Ejido 106.80 144 0.74

13. Guadalupe Cachí Enyege Ejido 509.40 377 1.35

14. Emiliano Zapata Enyege Ejido 117.90 164 0.72

15. San Pablo de los Remedios Enyege Ejido 63.25 39 1.62

16. San Antonio de los Remedios Enyege Ejido 60.00 52 1.15

17. San Felipe del Progreso Tunal Ejido 157.10 57 2.76

18. San Juan Coajomulco Tunal Ejido 73.05 137 0.53

19. El Tunal Barrio Torrecillas Tunal Ejido 517.49 226 2.29

20. San Miguel Tenochtitlán Tunal Ejido 347.13 159 2.18

21. Vaquería Tunal Pequeña propiedad 88.89 1 0.78

22. Colonia Guadalupe Tunal Pequeña propiedad 36.53 22 1.66

23. Calvario Buenavista Tunal Pequeña propiedad 28.80 28 1.03

24. Flor de María Tunal Pequeña propiedad 91.43 34 2.69

25. San Antonio Mextepec Tepetitlán Ejido

Pequeña propiedad

184.65

5.00

251

30

0.74

0.17

continua...

Page 211: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

210 AntologíA sobre riego

26. Dolores Hidalgo Tepetitlán Ejido

Pequeña propiedad

319.70

14.00

240

14

1.33

1.00

Pequeña propiedad 27.53 32

27Palmillas Tunal Ejido 135.75 115 1.18

0.86

28. San Agustín Mextepec Enyege Ejido 369.45 336 1.10

Pequeña propiedad 14.00 14 1.00

29. Santa Ana la Ladera Enyege Ejido

Pequeña propiedad

192.85

3.50

718

32

0.26

1.10

30. Santa Ana Ixtlahuaca Enyege Ejido 9.15 18 0.51

Pequeña propiedad 35.40 63 0.56

Pequeña propiedad 35.68 57

31. San Andrés del Pedregal Enyege Ejido 297.20 144 2.06

0.63

32. San Miguel Enyege Enyege Ejido

Pequeña propiedad

176.75

26.35

200

49

0.88

0.54

33. La Cabecera Tunal Ejido 435.20 120 3.63

Pequeña propiedad 81.53 60 1.36

Pequeña propiedad 94.75 134

34. San Juan Jalpa Tepetitlán Ejido 360.02 405 0.89

0.71

Totales 9 511.38 6834 1.39

Cuadro 1. Comunidades y barrios del Sistema de Riego Tepetitlán.

Comunidades Canal general Tenencia de tierra Superficie Usuarios Superficie promedio

Nota.- Están enlistados sólo algunos de los barrios, aquellos que fueron ubicados en campo; no existe un registro de “barrios”. Fuente: Vargas y Guzmán, 2003 con modificaciones.

(continua)

Page 212: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

211el sistema de riego tepetitlán (méxico)

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212 AntologíA sobre riego

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213el sistema de riego tepetitlán (méxico)

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INTRODUCCION

En el sistema de riego Tepetitlán, se combina el riego directo por gravedad desde la presa, además del riego a partir de reservorios secundarios (jagüeyes). Los re-servorios secundarios se llenan antes del inicio de la temporada de riego. El riego a partir de los jagüeyes, permite, en principio, mejores fechas de punta de riego y, por lo tanto, la siembra de maíz de ciclo más largo en las parcelas situadas aguas abajo, en contraste con aquellas otras parcelas, también ubicadas aguas abajo, que reciben riego directo, considerando que en el sistema siempre se riega de aguas arriba a aguas abajo, tocándoles a las parcelas de aguas abajo sistemáticamente fechas de riego más tardías.

No obstante, hubo una disminución en el número de jagüeyes relacionada con mejoras y ampliaciones a la red hidráulica que realizó la autoridad del Distrito de Riego en la década de 1960.

Antes de la transferencia, la gestión de los jagüeyes estaba centralizada en la gerencia del Distrito de Riego. La transferencia del sistema como Unidad de Riego bajo un esquema de alta participación de las comunidades se expresa también en la

VI. Los reservorios secundarios (jagüeyes) en el

sistema de riego Tepetitlán: el control local

Acela Montes de Oca Hernández | Jacinta Palerm Viqueira

Page 217: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

216 AntologíA sobre riego

gestión de los jagüeyes. La gestión de los jagüeyes la realizan, actualmente, comités de riego conformados por los usuarios beneficiados.

El sistema de riego Tepetitlán, se localiza en la cuenca alta del río Lerma. El sistema consiste en una presa de almacenamiento y su derivadora, tres canales ge-nerales y una serie de reservorios secundarios (jagüeyes) sobre el canal general En-yege (ver figura núm. 1) El área que ocupa el embalse de la presa Tepetitlán es de 537.64 ha. El sistema beneficia a 9,650 usuarios ubicados en 31 ejidos y 15 pequeñas propiedades de los municipios de San Felipe del Progreso, Ixtlahuaca y Jocotitlán.

Los reservorios secundarios o jagüeyes son conocidos localmente con el nombre de presas y, en documentos de archivo se encuentran las denominaciones vasos de almacenamiento, vasos reguladores y bordos. El jagüey, voz antillana, o amanalli, voz nahuatl, es un estanque o alberca de agua. Preferimos utilizar el término jagüey porque es un término de amplia difusión en México y que abarca a toda la gama de estanques, incluyendo pequeños bordos. Es una tecnología que data de la época prehispánica, muy común en el centro y sur de México (Rojas, 2009:10).

Los jagüeyes o pequeños estanques tienen presencia por todo México, varían en el origen de las aguas que captan, así como en el uso que se da a las aguas. Por ejemplo los jagüeyes de los altos de Morelos se ubican en hondonadas y se llenan con el agua que se escurre por la superficie en temporada de lluvias, las aguas tienen uso doméstico y para abrevadero (Guzmán et al, 2005); los jagüeyes de los llanos de Apan se ubican sobre pequeñas corrientes presentes solo durante las lluvias y cuentan con infraestructura (zanjas) para conducir el agua a su interior, las aguas tienen uso doméstico y para abrevadero (Galindo et al, 2008); otros jagüeyes se llenan con agua de manantial durante las noches para regar durante el día, hay reportes de ampliación de los jagüeyes para ampliar la superficie de riego (Palerm, 1993); de manera similar se llenan con agua de galerías durante las noches para regar durante el día (Campos et al, 2000); también hay jagüeyes que sirven para recibir el agua de riego que les llega por gravedad y a partir del ja-güey realizan riegos puntuales (Ocampo Fletes, 1997; ver también Cruz y Bielsa, 2001); otros más corresponden a jagüeyes cuyo llenado inicia antes de la primera fecha de riego (entre octubre y diciembre) y que también pueden posteriormen-te almacenar el agua que les llega por tandeo (Aguirre et al, en esta Antología). Algunos autores apuntan a su importancia en la conservación de biodiversidad

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(Botero et al, 2009). Probablemente no hemos prestado la suficiente atención a la diversidad de los jagüeyes.

Vaidyanathan ([1985], 2009) además de apuntar las ventajas de los reservorios secundarios para realizar riegos puntuales, señala que puede significar una menor centralización funcional del sistema y otorgar un mayor rango de toma de decisio-nes a un nivel administrativo intermedio:

“En contraste, un tracto regado por canal que combina el almacenamiento principal con almacenamientos/pozos diseminados por el área de comando, ofrece la posibilidad de un mayor rango de manipulación de la cantidad, ca-lendario y distribución del agua en el nivel intermedio lo que también signi-fica que potencialmente el nivel administrativo intermedio tiene un mayor rango de decisiones a realizar e implementar.” (Vaidyanathan, 2009, pp. 117)

No obstante, en el sistema de riego Tepetitlán fue hasta la transferencia que el control sobre los reservorios secundarios pasó de una autoridad central a los usua-rios beneficiados por cada uno de los jagüeyes. Este nuevo nivel administrativo ha significado, aparentemente, una mejora en el manejo de los jagüeyes y, más parti-cularmente, en la fechas de riego a partir del agua de los jagüeyes.

La presentación se realiza en tres partes, la primera sobre la disminución de los reservorios secundarios entre 1920 y 2011, una disminución tentativamente vincu-lada a una concepción de las ventajas de una centralización funcional del manejo del sistema que implicó obras para agrandar la presa de almacenamiento y elimi-nación de reservorios secundarios. La segunda sobre la función de los jagüeyes en el sistema de riego Tepetitlán y la tercera sobre la implementación del control local para el manejo de los jagüeyes.

LA DISMINUCIÓN DE LOS RESERVORIOS SECUNDARIOS ENTRE 1920 Y 2011

Entre 1920 y 2011 el número de jagüeyes en el sistema disminuyó, en el Cuadro 1 se presenta la secuencia de pérdida de jagüeyes. La primera apreciación es que ello se debió al reparto agrario y a la invasión de los jagüeyes para dedicarlos a siembras, invasión producto del desconocimiento de los nuevos usuarios beneficiarios del

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reparto agrario. Hay diversos documentos al respecto de invasiones, de quejas de otros ejidatarios que se beneficiaban de las aguas del jagüey, de recuperación de los jagüeyes, de políticas de expropiación y de indemnización (Archivo RAN. Exp. 33/2914), (AHA, Aprovechamientos Superficiales. Caja 3243, Exp. 44543, Fojas 18,34-45, 94-95, 204.).

No obstante proponemos que otro de los factores relevantes o, posiblemente, el factor relevante, en la desaparición de los jagüeyes fue la concepción inge-nieril del manejo del sistema, cuando menos desde 1960. El sistema de riego de Tepetitlán contaba hasta 1960 con una veintena de jagüeyes, sin embargo estos disminuyeron en un 60% después de esa fecha. Un documento de 1966 suscrito por el ingeniero a cargo de la operación del sistema refiere que debe suprimirse el uso de los jagüeyes:

“El gerente del sistema de riego de Tepetitlán ha manifestado el 17 de enero de 1966 a la delegación del Departamento de Asuntos Agrarios y Coloniza-ción que dentro del sistema Tepetitlán existen alrededor de 20 pequeños vasos reguladores [jagüeyes], de los cuales han venido haciendo uso como auxiliares de la presa de Tepetitlán, que en la actualidad, no obstante que el volumen almacenado en esta obra hidráulica se duplicó, se tienen defi-ciencias para ministrar el agua a todos los usuarios debido a que el canal principal es muy reducido, y no capta toda el agua que debiera, que en la actualidad ya se vienen haciendo los proyectos para el ensanchamiento de este canal [Enyege] y los auxiliares para que posteriormente se dejen de uti-lizar todos esos pequeños vasos que indebidamente pero por necesidad los han venido utilizando la Secretaría de Recursos Hidráulicos” (Archivo del Registro Agrario Nacional. Dotación de tierra y agua. Exp. 761/410, Fojas 320, 358, énfasis nuestro).

LOS JAGÜEYES EN EL SISTEMA

En el sistema de riego Tepetitlán, desde que era operado por funcionarios del Es-tado, se riega de aguas arriba a aguas abajo. Las fechas preferentes de riego son en marzo, que permiten la siembra de un maíz de ciclo largo con mayores rendimien-tos; fechas posteriores, en abril y mayo, significan sembrar maíces de ciclo más

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corto debido al inicio de las heladas; por otra parte en febrero hay un alto riesgo de heladas (Montes de Oca et al, en esta Antología).

Lo que es indudable es que la operación del sistema, que inicia el riego directo de aguas arriba a aguas abajo, presenta una inequidad en las fechas de riego, de-jando poca o nula posibilidad a los ejidos de aguas abajo a tener fechas de riego directo tempranas y, por lo tanto, les niega la posibilidad de sembrar maíces de mayor rendimiento.

Los jagüeyes aparentemente cumplían dos funciones, un almacenamiento adi-cional a la presa y disponible en fechas críticas. Estas funciones dependen del he-cho de que es costumbre, desde la época de la hacienda, llenar los jagüeyes antes del inicio de los riegos directos (ver Cuadro núm. 2 sobre fechas llenado jagüeyes). El almacenamiento temprano en los jagüeyes ubicados aguas abajo en el sistema de riego Tepetitlán, permitían iniciar el riego en las fechas críticas, sin tener que esperar la llegada de los riegos directos. El llenado de los jagüeyes se realiza en febrero, mientras que los riegos directos, a partir de la presa, inician en marzo. El llenado de los jagüeyes en febrero permite, en principio, a las comunidades de aguas abajo empezar a regar en marzo con aguas del jagüey, lo que representa una considerable ventaja que incluye riegos puntuales para el cultivo de hortalizas, es-pecialmente tomate.

Por otra parte, la desaparición de los reservorios secundarios en la parte alta del sistema, originó mayor presión hacia el recurso de riego directo y ello, a su vez, significó que las fechas de riego ocupadas por los ejidos aguas arriba se alargasen, no obstante el aumento de capacidad del canal principal --cuando menos esta es la apreciación de los agricultores.

LOS JAGÜEYES Y EL CONTROL LOCAL

Cuando el sistema de riego Tepetitlán era operado por funcionarios del Estado, antes de la transferencia, el canalero del Distrito de Riego era el encargado de abrir las compuertas de los jagüeyes para regar. Los usuarios tenían que esperar hasta mediados de marzo para iniciar el riego, a pesar de que los jagüeyes estaban a su máxima capacidad. El motivo del retraso del riego con agua de jagüey se debía a las múltiples ocupaciones que tenía que realizar el canalero en la operación de los

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canales generales. Después de la transferencia, el Comité Directivo de la Asocia-ción Civil fue el encargado de abrir las compuertas de los jagüeyes, pero operaba en la misma forma que el canalero del Distrito de Riego: dejaban al final a los que regaban con agua de los jagüeyes.

La posibilidad de fechas de riego tempranas con el agua de los jagüeyes no se aprovechaba plenamente antes de la transferencia y aun poco después de la trans-ferencia. El potencial de los jagüeyes para riegos tempranos se potenció al imple-mentar Comités de Riego para cada uno de los jagüeyes, es decir al implementar un control local por parte de los mismos beneficiados.

Los beneficiarios de los jagüeyes con el respaldo de las autoridades ejidales propusieron al Comité Directivo de la Asociación Civil la opción de elegir a au-toridades propias de cada jagüey para hacerse cargo de su administración. A su vez, el Comité Directivo de la Asociación Civil solicitó, a los delegados de riego (representantes por ejido o propiedad privada a la Asociación Civil) convocar a asamblea de usuarios en cada jagüey. Se nombró para cada uno de los jagüeyes, excepto para el jagüey La Caja, un Comité de Riego compuesto de presidente, secretario y tesorero. En algunos Comités de Riego el delegado de riego funge también como presidente del Comité de Riego. Después de la elección del Co-mité de Riego, el Comité Directivo de la Asociación Civil entregó las llaves de las compuertas a los presidentes de cada Comité de Riego y, con ello, fueron delegadas las tareas de administración de los jagüeyes. En el caso de La Caja, en que no se ha conformado un Comité de Riego, la administración está a cargo del delegado de riego.

La función del Comité de Riego es asegurar el llenado de los jagüeyes y poner orden en la distribución del agua, entre usuarios de una comunidad y entre comu-nidades. Cuando hay conflictos entre usuarios o entre comunidades, por querer regar en la misma fecha, tiene derecho el Comité de Riego de cerrar las compuertas y suspender el aprovechamiento del agua hasta solucionar el problema. Hasta el momento las autoridades reportan que no han tenido que llegar a esos extremos, pues para consensuar las fechas de riego se llevan a cabo asambleas y tienen un control de asistencia.

La descentralización en el manejo del sistema de riego ha implicado que la Aso-ciación Civil no tiene fondos para su rehabilitación. El mantenimiento y rehabili-

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tación de los jagüeyes corre a cargo de los usuarios de cada jagüey, los Comités de Riego recaudan cuotas para la rehabilitación a los usuarios del jagüey respectivo.

La etnografía del control local de los jagüeyesJagüey San JoséEl jagüey San José beneficia aproximadamente a 400 usuarios (con aproximada-mente 1.3 hectáreas por usuario) del ejido de Santa Ana La Ladera. El jagüey se lle-na con dos tipos de agua: la de escorrentía, a razón de las lluvias y la que llega por el canal principal Enyege desde la presa Tepetitlán. El llenado del jagüey requiere de un mes ininterrumpido de llenado. Cuando el agua llega de manera tardía (15 de febrero) al jagüey, hay mucha presión por iniciar los riegos por parte de las comu-nidades que tienen riego directo. El jagüey cuenta con dos compuertas de salida, cada una con su red de distribución.

En el ejido las autoridades del agua son el Comisariado Ejidal, el delegado de riego (representante del ejido a la Asociación Civil), pero, además, para el jagüey se cuenta con un Comité de Riego (presidente, secretario y tesorero) y jueces de agua (o auxiliares de riego). Todos los cargos tienen carácter honorífico.

El Comité de Riego, encargado de la administración del jagüey, se elige en asam-blea conformada únicamente con usuarios beneficiados con agua del jagüey. La asamblea es convocada por el Comisariado Ejidal y el delegado de riego del ejido.

El Comité de Riego está a cargo del trámite de llenado del jagüey; el cuidado de que no haya desvíos de agua cuando se llena el jagüey, es decir que las compuertas hacia otros lugares estén cerradas; la apertura de la compuerta del jagüey para regar; la distribución de agua y la coordinación de los usuarios en época de riego; la recau-dación de cuotas para el mantenimiento del jagüey y de los canales de distribución.

Los usuarios del jagüey aportan su cuota de riego al delegado del ejido, pero el Comité de Riego recauda las cuotas para el mantenimiento y reparaciones del jagüey y de sus canales de distribución. El Comité de Riego lleva un libro de conta-bilidad donde se registra el nombre del usuario y la fecha de recaudación; también se registran los gastos tales como: compra de cadenas, compra de candados, bultos de cemento, arena, grava, etc. El registro sirve para que el Comité de Riego lleve un control de los trabajos que se han realizado, así como un seguimiento sobre usuarios cumplidos y no cumplidos con sus cuotas. Debido al deterioro de la in-

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fraestructura del jagüey el ejido está considerando retener las cuotas de riego para invertirlas en mantenimiento.

La administración del jagüey inicia con una serie de asambleas:

En el mes de octubre se lleva a cabo la primera reunión, el objetivo es que los usuarios ratifiquen o cambien la continuidad del Comité de Riego a cargo de jagüey. Se eligen también jueces de agua, uno por cada una de las dos compuertas del jagüey.

La segunda asamblea tiene como objetivo el llenado del jagüey, el Comité de Riego debe redactar un oficio dirigido al Comité Directivo de la Asociación Civil para solicitar el envió de agua por el canal general Enyege.

La tercera asamblea tiene como objetivo la fecha en que se empieza a regar con agua del jagüey y, para la apertura de las compuertas, se solicita permiso al Comité Directivo de la Asociación Civil.

En los oficios dirigidos al Comité Directivo de la Asociación Civil firma el Comi-té de Riego, el delegado de riego y van también las firmas y sellos del Comisariado Ejidal. El Comité de Riego, además del envío del oficio de la solicitud de agua, debe estar al pendiente de que el agua efectivamente sea enviada en las fechas acordadas (08 de febrero); el mayor retraso puede ser de dos a tres días, pero no debe sobre-pasar el día 10 de febrero. En caso de no llegar el agua en el periodo de entrega, el Comité de Riego solicita al Comité Directivo de la Asociación Civil un informe del retraso y ésta a su vez debe informar sobre los motivos del retraso. Las causas pue-den ser derrumbes en los canales principales, reconstrucción de un puente canal, rehabilitación de una compuerta y por falta de limpieza de los canales.

En cuanto el canal Enyege empieza a llevar agua, el Comité de Riego abre la compuerta para llenar el jagüey y, con los jueces de agua del ejido, recorren el canal Enyege para cerrar las compuertas que no llevan el agua al jagüey y, en general, evitar que otros usuarios hagan uso del agua para regar.

Las fechas de riego con agua del jagüey se confirman en asamblea; de hecho se mantienen las fechas y orden de riego de aguas arriba a aguas abajo establecidas desde antes de la transferencia: la parte alta del 26 de febrero al 16 de marzo; la parte media del 16 de marzo al 16 de abril, y la parte baja del 16 de abril al 30 de

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abril. El jagüey San José no se ha terminado de llenar cuando inician los riegos, ello explica el porqué el jagüey no se encuentra como otros (Tecomate y Larga) en llenado total para el día 27 de febrero.

Los jueces de agua custodian las llaves de los candados de las compuertas de salida del jagüey, establecen el horario para abrir las compuertas, normalmente atienden a los regantes de las 5:00 a las 7:00 am, y se encargan de realizar la distribución de agua.

El usuario que desee regar debe presentarse en la compuerta. Los usuarios que no llegan o llegan tarde, pierden su turno y deben esperar a que terminen de regar los que llegaron primero, entre tres a cinco días.

Los usuarios de aguas arriba que tienen un tipo de suelo barrial, que después de regarse deben esperar sólo entre 8 y 10 días para sembrar, prefieren dejar que usuarios de aguas abajo rieguen primero; sin embargo usuarios de aguas arriba con un tipo de suelo blanco, que después de regarse deben esperar entre 15 a 20 días para la siembra, requieren el riego a partir del 26 de febrero (sobre tipos de suelo y fechas de riego, ver Montes et al, en esta Antología).

Jagüey CachíEl jagüey Cachí beneficia a aproximadamente a 150 usuarios (con aproximada-mente 1.3 hectáreas por usuario) del ejido Guadalupe Cachí. El jagüey se llena con agua de la presa Tepetitlán que llega por el canal principal Enyege. El llenado se realiza en 13 días a partir del 16 de febrero. El jagüey cuenta con dos compuertas de desagüe, una de lado norte y otra de lado sur.

El jagüey cuenta con un Comité de Riego, el delegado de riego del ejido es ex oficio el Presidente del Comité de Riego. La solicitud al Comité Directivo de la Aso-ciación Civil para el llenado del jagüey la realiza el Comité de Riego.

La compuerta de lado norte es la primera en abrirse del 01 de marzo al 06 de marzo, ello debido a que los terrenos de la parte norte, al estar en parte alta, requie-ren regarse cuando el jagüey está a su máxima capacidad. Por lo regular el Comité de Riego entrega la llave de la compuerta a algún usuario que vive cerca.

La compuerta del lado sur se abre después, ya que los terrenos del lado sur están más bajos en relación al jagüey. La compuerta de lado sur es celosamente custodiada por el Comité de Riego para evitar, entre otras cosas, que sea abierta

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antes de las fechas de riego, así como para impedir el robo de agua del jagüey por vecinos del ejido Emiliano Zapata.

Los usuarios de agua del jagüey Cachí al tener fechas de riego tempranas, del 01 al 30 de marzo, siembran maíz de ciclo largo. Sin embargo vecinos del mismo ejido que riegan con agua directa de la presa Tepetitlán, tienen fechas de riego tardías y, por lo tanto, siembran maíces de ciclo corto: negros, rosados y rojos.

Jagüey TecomateEl jagüey Tecomate se ubica en términos del ejido San Ignacio del Pedregal y es compartido por tres ejidos: 190 usuarios del ejido San Ignacio del Pedregal, 100 usuarios del barrio Tecomate del ejido Santa Ana La Ladera y 60 usuarios del ejido Cachí. Cada usuario con un promedio de 1.3 hectáreas. Los jagüeyes Tecomate y Presa Larga son los de mayor capacidad en el sistema. El jagüey Tecomate se llena con agua de la presa Tepetitlán que llega por el canal principal Enyege. Su llenado se realiza en 20 días. En los primeros 15 días de riego disminuye a la mitad el agua almacenada y es necesario continuar el ingreso de agua al jagüey para que todos los usuarios puedan dar el primer riego.

Se consideró necesario implementar un Comité de Riego del jagüey ya que no se respetaban las fechas de riego entre ejidos. El delegado de riego del ejido San Ignacio del Pedregal citó a una asamblea para nombrar al Comité de Riego del ja-güey. La invitación a la asamblea se hizo extensiva a las autoridades (comisariados ejidales y delegados de riego) de los ejidos de Santa Ana la Ladera y Guadalupe Cachí. Desde este inicio quedó acordado que los miembros del Comité de Riego serían de San Ignacio del Pedregal por estar el jagüey dentro de este ejido y ser quien mayor número de usuarios tiene. El cargo de presidente del Comité de Riego, cuando menos en el primer nombramiento, recayó en el delegado de riego del ejido de San Ignacio del Pedregal.

El Comité de Riego debe coordinarse con las autoridades de los ejidos de Santa Ana la Ladera y de Cachí para informarles de las fechas de riego a partir del jagüey. El calendario de riegos establecido en este jagüey está relacionado a la topografía de los terrenos. A los usuarios del barrio Tecomate del ejido Santa Ana La Ladera les corresponden regar primero, pues sus terrenos están en la parte alta. El tiempo de riego que se le otorga es de 15 días del 01 al 15 de marzo). En seguida les toca

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regar a los usuarios del ejido San Ignacio del Pedregal, durante quince días del 15 al 30 de marzo. En caso de que el agua no sea suficiente, el tiempo de riego de los usuarios del barrio Tecomate del ejido Santa Ana La Ladera se reduce, pues los usuarios de San Ignacio del Pedregal deben regar. Los usuarios del barrio Tecoma-te, al ver reducido su tiempo, se organizan para que el mayor número de ellos rie-gue. Después de haber regado el barrio de Tecomate del ejido Santa Ana La Ladera y el ejido San Ignacio del Pedregal, se entrega el agua al ejido Guadalupe Cachí.

El cultivo predominante es maíz, aunque la variedad de maíz, entre los tres eji-dos, es distinta. Al barrio Tecomate del ejido Santa Ana de la Ladera, por ejemplo, le beneficia la posición de sus terrenos para tener riego temprano, lo cual permite que siembre maíz de ciclo largo; los usuarios del ejido San Ignacio del Pedregal siembran maíces de ciclo intermedio, y finalmente, el ejido Cachí, por tener el riego al último, siembra maíces de ciclo corto.

Jagüey Presa LargaEl jagüey Presa Larga es compartido por dos comunidades. En la comunidad de San Mateo Ixtlahuaca hay 450 usuarios con tenencia ejidal y 60 con propiedad pri-vada. Además riegan 120 usuarios del ejido Guadalupe Cachí. El jagüey se llena con agua que llega por el canal principal Enyege desde la presa Tepetitlán. El jagüey Presa Larga es, junto con el de Tecomate, de mayor capacidad, tienen por ello 20 días de llenado; además, durante la temporada de riegos directos, sigue entrando agua al jagüey. El jagüey cuenta con dos compuertas, cada una con su red de dis-tribución. Una compuerta corresponde al ejido y pequeña propiedad de San Mateo Ixtlahuaca y la otra al ejido de Guadalupe Cachí.

El Comité de Riego de este jagüey fue propuesto por las autoridades de la Aso-ciación Civil. Aparentemente algunos usuarios de Guadalupe Cachí no estaban de-jando pasar el agua a San Mateo Ixtlahuaca. Se le dio a San Mateo Ixtlahuaca el privilegio de que de esa comunidad saliera el presidente y secretario del Comité de Riego por que no tienen otras fuentes de acceso; y se incluyó como tercer miembro (secretario) del Comité de Riego a un componente de la mesa directiva de la Aso-ciación Civil para mediar en los conflictos entre las dos comunidades.

El privilegio en ocupar los cargos de presidente y secretario del Comité de Rie-go por usuarios de San Mateo Ixtlahuaca lo relacionan los usuarios, no solo por

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depender exclusivamente del agua del jagüey, sino también con el antecedente de que por “derecho histórico” pertenece el agua a los de San Mateo Ixtlahuaca; y que fue “hasta” 1946 cuando el Departamento Agrario autorizó la solicitud de usar agua del jagüey al ejido de Guadalupe Cachí.

“El agua del jagüey, pertenecía a San Mateo, pero los de Cachí fueron al De-partamento Agrario y solicitaron les fuera concedido un volumen de agua, el Departamento autorizó y ahora la compartimos” (Entrevista a ejidatario de San Mateo Ixtlahuaca y presidente del Comité de Riego: Sr. Roberto Ca-milo Espinoza, 29 de febrero de 2009).

Los usuarios de San Mateo Ixtlahuaca han tomado el acuerdo de turnar el inicio del riego entre los usuarios alejados del jagüey (es decir los de propiedad privada de San Mateo Ixtlahuaca) y usuarios cercanos al jagüey (es decir los del ejido de San Mateo Ixtlahuaca). Este acuerdo, se lleva a cabo con la condición de que los usuarios de propiedad privada cumplan con las obligaciones de limpia de canales de riego y cooperen con sus faenas como: rehabilitación de paredes de ja-güey, siembra de árboles en las orillas del jagüey y cooperaciones para el desasolve. El cultivo predominante es maíz, aunque la variedad, entre el ejido y la propiedad privada de San Mateo Ixtlahuaca, puede ser el de ciclo largo o corto, dependiendo de las fechas de riego.

Los usuarios de Guadalupe Cachí también turnan el inicio del riego entre aguas arriba y aguas abajo. Las fechas en que pueden utilizar el agua son del 01 al 15 de marzo o bien del 15 al 30 de abril. Las fechas se turnan, los usuarios de Cachí que durante un año reciben el agua en fechas tempranas para el siguiente año les corres-ponden fechas tardías. El tipo de maíz que siembran responde a las fechas de riego.

El trabajo del Comité de Riego es múltiple: gestionar el llenado del jagüey, abrir y cerrar compuertas del canal general, vigilar el canal, entregar oficios al Comité Directivo de la Asociación Civil, sancionar a los usuarios infractores, establecer fechas de riego, realizar asambleas. El cuidado de las compuertas y la distribución del agua se delega en los jueces de agua. Cada comunidad tiene su juez de agua, pero ambos acatan las disposiciones del Comité de Riego del jagüey.

Los jueces de riego tienen la función de estar en la compuerta del jagüey a partir de la 6:00 am del 01 de febrero al 28 de febrero que corresponde a la temporada

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baja de riego, desde las 4:00 am del 01 de marzo al 30 de marzo que corresponde a la temporada alta de riego, y desde las 5:00 am del 01 de abril al 30 de abril que corresponde a la temporada intermedia de riego. En cuando al segundo riego para el maíz, se realiza entre el 01 de mayo y el 15 de mayo y los jueces de aguas están en la compuerta a partir de las 7:00 am.

El Comité de Riego informa a los jueces la cantidad de agua que deben dejar pasar y el comisariado ejidal debe informar a los regantes la obligación que tienen de estar presentes el día de riego. El comisariado ejidal vocea o informa casa por casa a los regantes las fechas en que el agua será enviada a los canales.

Los regantes tienen la obligación de presentarse en la compuerta en la fecha que les corresponde regar; los jueces contabilizan a los regantes y abren la com-puerta a la capacidad de los solicitantes y del agua que tiene el jagüey. Cada juez de agua es responsable de su canal y no deben intervenir en el otro canal. Los jueces de agua entregan reporte del número de regantes que se benefician a diario con el agua al Comité de Riego.

Jagüey La CajaEl jagüey La Caja beneficia aproximadamente a 150 usuarios (con aproximada-mente 1.3 hectáreas por usuario) del ejido Santa Ana La Ladera. El jagüey se llena con agua que llega por el canal principal Enyege desde la presa Tepetitlán; se inicia el llenado a partir del 10 de febrero y cuenta con 12 días ininterrumpidos de agua. El jagüey cuenta con dos compuertas de salida que están en mal estado.

El delegado de riego está a cargo de solicitar el agua para el llenado del jagüey ante el Comité Directivo de la Asociación Civil. El delegado de riego también está a cargo de abrir la compuerta del canal general para que se llene el jagüey. Los usua-rios vigilan que no se cierre la compuerta que lleva agua al jagüey.

El delegado de riego del ejido no se ha encargado de entregar el agua del jagüey a los usuarios. Motivo por el cual se quejaron los usuarios al Comité Directivo de la Asociación Civil; los usuarios señalaron que el delegado de riego, después de cobrar la cuota de riego a los usuarios del jagüey, no hacia acto de presencia en las compuertas del jagüey. Ante la ausencia de autoridad para entregar el agua del ja-güey a los usuarios, la estrategia inicialmente consistió en que, posterior al llenado, los usuarios se conformaban en grupos de 5 a 10 regantes y abrían la compuerta

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del jagüey para regar y al terminar cerraban la compuerta. Los primeros en llegar a las compuertas eran los que tenían derecho a hacer uso de ella, lo que provocó con-flictos. Sin embargo no se ha implementado un Comité de Riego. Actualmente, las compuertas, durante el riego ya no se cierran, se dejan abiertas durante los meses de marzo y abril a la capacidad de riego para 10 usuarios.

Para la distribución del agua, los usuarios se guían por la fecha de pago de la cuota de servicio de riego. A los usuarios morosos en pagos se les deja al final. Son los propios usuarios quienes vigilan estas fechas cuando requieren el riego.

El agua de este jagüey complementa el agua que llega directa del canal. El agua del jagüey es crítica durante la temporada alta en que no necesariamente les llega el riego directo, ya que las compuertas del canal general se cierran para que el agua vaya a otros ejidos. Es en este periodo que recurren al agua del jagüey.

La mayor abundancia de agua se hace evidente en el patrón de cultivos, tienen importantes siembras de tomate de cáscara, que requiere de riegos cada 15 días; además de maíz.

CONCLUSIONES

Se han mostrado las ventajas de existencia de reservorios secundarios en el sis-tema, los jagüeyes en el sistema de riego aportan una cantidad de agua adicional en la fechas críticas de riego, que la operación del sistema no es capaz de aportar por riego directo. Es llamativa la política del Distrito de Riego de eliminación de jagüeyes.

También se ha mostrado que la gestión de los jagüeyes en el sistema de riego Tepetitlán ha mejorado con el control local. El control local ha involucrado una mayor participación de los usuarios: el nombramiento de sus propias autoridades para la gestión de los jagüeyes, para la distribución del agua del jagüey, así como la rendición de cuentas de las autoridades ante las asambleas de usuarios. Las au-toridades del agua se han multiplicado, con los Comités de Riego y los jueces de agua para la administración de los jagüeyes. El nombramiento de autoridades, se-leccionadas entre los mismos usuarios y por los mismos usuarios, ha reemplazado al personal especializado que respondía a la gerencia del Distrito de Riego. Los usuarios por su parte responden con faenas, cuotas y asistencia a las asambleas:

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229los reservorios secundarios (jagüeyes) en el sistema de riego tepetitlán

Los usuarios que no cumplen tienen poca o nula posibilidad de exigir, por ejemplo un cambio de fecha en el turno de riego.

Hay algunas estrategias interesantes en la conformación de los Comité de Riego cuando el jagüey es compartido entre varios ejidos, por ejemplo en el jagüey Presa Larga, donde usuarios más cercanos al jagüey (del ejido Cachí) no estaban dejando pasar el agua, se concentró la autoridad del Comité de Riego en el ejido ubicado aguas abajo, con un tercer miembro de la Asociación Civil. No obstante cada grupo de usuarios tiene su propio juez de aguas. En el jagüey Tecomate, compartido entre tres ejidos que riegan por turno, la autoridad del Comité de Riego se concentró en un ejido ubicado aguas abajo y con mayor número de usuarios.

Es interesante también la búsqueda de mayor equidad, con la estrategia de rompimiento de la distribución de agua de aguas arriba a aguas abajo típica de an-tes de la transferencia, es el caso de San Marcos Ixtlahuaca y de Guadalupe Cachí que riegan por el jagüey Presa Larga, en que están experimentando en turnar el inicio de la distribución de abajo hacía arriba y de arriba hacia abajo.

Agradecimientos. Investigación realizada con el apoyo del proyecto CONA-CYT núm. 79201 “Juntas de aguas, unidades de riego y otras organizaciones de re-gantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades autogestivas de los regantes”.

Referencias

Archivos

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ejidatarios por invasión de bordos o presas del sistema de riego Tepetitlán).AHA, Aprovechamientos Superficiales, Caja 3377, Exp. 46122, Foja 165, (Informes acerca del sistema

de riego Tepetitlán).AHA, Aprovechamientos Superficiales, Caja 2923, Expediente 40504, Foja 3, (Datos sobre número

de vasos de almacenamientos reportados en 1946).AHA, Aprovechamientos Superficiales, Caja 1659, Expediente 24145, Foja 36, (Respecto a número de

bordos en existencia en 1960).AHA, Aguas Nacionales, Caja 29, Exp. 366, Fojas 5,12, (Guadalupe Cachí).AHA, Infraestructura Hidráulica, Caja 236, Exp. 6176, Fojas 2, (Construcción de zona de riego de

Page 231: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

230 AntologíA sobre riego

Tepetitlán 1960).Archivo RAN, Dotación de tierra y agua, Exp. 761/410, Fojas 320, 358, (Respecto a la disminución de

jagüeyes por construcción de nueva presa en 1960).Archivo RAN, Dotación de tierra y agua, Exp. 33/2602. Fojas 2,113, (Santa Ana la Ladera).Archivo RAN, Dotación de tierra y agua, Exp. 33/2697. Fojas 13,56, (La Concepción Atotonilco).Archivo RAN, Dotación de tierra y agua, Exp. 33/2914. Fojas 59,77, (San Ignacio del Pedregal).Archivo RAN, Dotación de tierra y agua, Exp. 33/6809. Fojas 43-62, (Dolores Hidalgo).

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Page 232: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

231los reservorios secundarios (jagüeyes) en el sistema de riego tepetitlán

Figura 1. Sistema de riego Tepetitlán y localización jagüeyes

Presa TepetitlánC

anal

Tep

etit

lánCan

al T

unal

Jagüey “San José”

Jagüey “Tecomate”

Jagüey “Presa Larga”

Jagüey “Cachi”

Jagüey “La Caja”

Canal Enyege

0.5 1 2 3 40

Kilometros

Page 233: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

232 AntologíA sobre riego

Cuadro 1. Jagüeyes subsidiarios de la presa de Tepetitlán de 1937 a 2012

1937 1956 1960 1970-2012 Capacidad m³

Tecomate Chico Cachí Cachí Cachí

Tecomate Grande La Cuata Tecomate Tecomate 781,250 34-60

Torrecillas Torrecillas 244,800 15-30-00

Vaquería Vaquería 210,200 32

La Manga

San Francisco 142,000 7

La Cruz 12,200

San Luis San Luis 143,000

San Cristobal 286,000

Presa Larga Presa Larga Presa Larga Presa Larga 525,000 39-40

Presa la Soledad Presa la Soledad Presa la Soledad 52,000

Pescadores 209,000

Mayorazgo

Los Toros Loa Toros 52,000

Animas II 30,835

Animas 71,400 5-10

La Venta 131,600 4-70

La Trinidad Trinidad La Trinidad 388,200 5-20

La Tinaja 18,000

La Estación

Los Ángeles Ángeles Ángeles 328,110 27-34-25

Los Árboles Los Árboles Los Árboles 394.000 17

Cuatas de Santo Domingo 188,475

Dolores Dolores 138,250 7-90

Dolores II Terrenos de cultivo Dolores II 150,00 11-75

El Arco El Arco El Arco 232,250 15-55

El Muerto 25,000

El Rosario Terrenos de cultivo El Rosario 116,800 3-75

El Salitre El Salitre 81,900

La Atarjea 42,520

San José San José San José San José 467,500 18-70

San Juan de las Manzanas

San Lucas

San Miguel 476,000 60

Santa Bárbara 91,260

Santa Teresa Terrenos de cultivo Santa Teresa 26,140 3-26-75

Ha

Enyege 100,000 2-60

Bonyo 91,260 10

Cachi de la Cruz Cachi de la Cruz De la Cruz 17,000 2-60

La Caja La Caja La Caja La Caja 467,500 15-70

Cuatas de Guadalupe Cuatas de Guadalupe Cuatas de Guadalupe 354,875 10-75

Fuentes: AHA-AS, Caja 3377, Exp. 46122, Foja 165; AHA-AS, Caja 2923, Exp. 40504, Foja 3. AHA-AS, Caja 1659, Exp. 24145, Foja 36; AHA-Aguas Nacionales, Caja 29, Exp. 366, Fojas 5,12; AHA-Infraestructura Hidráulica, Caja 236, Exp. 6176, Fojas 2; Archivo RAN, Dotación de tierra y agua, Exp. 761/410, Fojas 320, 358; Archivo RAN, Dotación de tierra y agua, Exp. 33/2602, Fojas 2,113; Archivo RAN, Dotación de tierra y agua, Exp. 33/2697, Fojas 13,56; Archivo RAN, Dotación de tierra y agua, Exp. 33/2914, Fojas 59,77; Archivo RAN, Dotación de tierra y agua, Exp. 33/6809, Fojas 43-62.

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233los reservorios secundarios (jagüeyes) en el sistema de riego tepetitlán

Cuadro 2. Programa de llenado de jagüeyes 2011

Fechas de llenado: Mes de Febrero

08 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28

* * *

* * * * *

Ejido Jagüeyes

Santa Ana la Ladera San José

Santa Ana la Ladera/ La Caja

Guadalupe Cachi Cachi

San Andrés del Pedregal Tecomate

Guadalupe Cachi Larga

Nota: con asterisco, fechas de llenado con problemas de acceso al agua.

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235

INTRODUCCIÓN

Año con año, durante la época de estiaje (finales de marzo-julio), los agricultores del Distrito de Riego 003 Tula se movilizan con el fin de exigir a los funcionarios de la Comisión Nacional del Agua el suficiente líquido para regar sus cultivos. Du-rante el resto del año, estas organizaciones permanecen latentes, resurgiendo de manera similar durante las fechas de disminución del agua.

El objetivo de las organizaciones es negociar el volumen del agua. Una vez que empieza la escasez, los regantes se organizan por compuerta, por comunidad, y, conforme el estiaje se prolonga, buscan y se unifican en torno a un líder, de tal manera que el número de regantes en movilización aumenta. De igual manera, la contraparte con la cual negocian los regantes va escalando de jerarquía: del canale-ro en la compuerta, a las autoridades del módulo, a la gerencia del Distrito de Riego y a otras instancias gubernamentales.

Las negociaciones con los canaleros son a campo abierto. junto a la compuer-ta. Las negociaciones con las autoridades del módulo, de la gerencia del distrito y de otras instancias gubernamentales consisten en una movilización masiva de

VII. Movilizaciones en época de estiaje

en el Distrito de Riego 003 Tula

Guadalupe Venado | Jacinta Palerm Viqueira

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236 AntologíA sobre riego

regantes y los regantes exigen que la negociación con las autoridades se haga en un espacio abierto (patio de las instituciones, la calle con el funcionario colocado enci-ma de la batea de una camioneta pick up, estacionamientos de las dependencias). Los desplazamientos a mayor distancia se realizan en camionetas y autobuses de pasajeros alquilados para tal propósito.

Las negociaciones incluyen verificar los datos proporcionados por la Comisión Nacional del Agua, para lo cual los regantes realizan, junto con los funcionarios del Distrito, recorridos por las diferentes fuentes de abastecimiento. Las negocia-ciones también incluyen el exigir una distribución más equitativa del agua, y para este fin se hacen recorridos con los funcionarios con el fin de mostrar el contraste entre parcelas, unas con mayor estrés hídrico, y otras recientemente regadas. Hay una distribución inequitativa entre aguas arriba y aguas abajo sobre los canales ge-nerales del Distrito, que es evidente en el patrón de cultivos. Pero además hay una distribución inequitativa entre parcelas regadas por la misma compuerta.

Esta investigación se realizó en la época de estiaje en el Distrito de Riego 003 Tula en 2011, en el módulo de riego 05 “Tepatepec”. De acuerdo con los datos hi-drométricos de la Comisión Nacional del Agua, el estiaje del presente año se clasi-ficó como “muy severo”, cosa que no se había registrado desde hace 40 años.

El propósito de este trabajo es presentar la base organizativa y estrategias de negociación que tienen los agricultores para obtener el agua necesaria para el riego de sus cultivos. Los acuerdos o negociaciones se realizan con diversas autoridades del agua, que también saben cómo negociar.

La base organizativa para ir a negociar el agua se mantiene al margen de las organizaciones formales constituidas; la organización formal del módulo: asam-blea de delegados y comité directivo, o la representación en el comité hidráulico del Distrito no son ni los espacios de organización, ni los espacios de negociación.

Las movilizaciones de regantes a causa de los estiajes datan desde antes de la transferencia del Distrito de Riego, la cual (ciertamente incompleta) ha fracasado en solucionar dos problemas: primero, la distribución desigual o inequitativa del agua entre aguas arriba y aguas abajo sobre los grandes canales del Distrito --pro-blema típico de sistemas de riego administrados por el Estado (Bromley et al, 1980; Wade y Chambers, 1980; Bottrall, 1981: 27, 122, 137, 142; Bottrall, 1982; Bottrall, 1985: 13-14, 17, 37-38, 42.43; Chambers, 1986; Freeman, 1988; Shinn y Freeman,

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237movilizaciones en época de estiaje en el distrito de riego 003 tula

1988; ver también Wade, 1982). Segundo, y como consecuencia de lo anterior, no se ha logrado que los módulos transferidos sean los que negocien más agua, los que monitoreen la situación del agua, los que vigilen la existencia de patrones des-iguales de riego y de cultivos, cuando precisamente, al decir de los mismos autores, la organización de los regantes en instituciones formales y su representación en las instancias más altas de la administración del sistema sería la solución a estos problemas. No obstante, aún después de la transferencia, los regantes continúan organizándose para negociar más agua durante la época de estiaje.

La negociación de los módulos (las organizaciones formales) con las autorida-des del Distrito de Riego se da en el seno del comité hidráulico. Dichas reuniones se intensifican durante la época de estiaje. De manera ordinaria, se realizan una vez al mes y en estiaje aumentan hasta dos por semana. A estas reuniones acuden el Jefe de operación de Distrito de Riego, el Ingeniero en Jefe del Distrito de Riego y las autoridades de usuarios de cada módulo, como los presidente de las Asocia-ciones Civiles (en caso de módulos transferidos) o los representantes del Ejido y pequeña propiedad (en caso de módulos no trasferidos). El fin de estas reuniones es negociar el volumen disponible para cada módulo, y resolver los problemas que presenten. Aunque hay módulos que no cuentan con representantes dentro del Comité Hidráulico, es el caso del modulo 05 Tepatepec.

Sin embargo, esta negociación es insuficiente, por lo que surgen moviliza-ciones al margen de las estructuras formales. La organización informal para la negociación se gesta al interior de los módulos, ya sean transferidos, no transferi-dos o intervenidos, con mayores restricciones de agua. Es decir, aquellos módu-los ubicados aguas abajo, y más particularmente, aquellos canales generales con mayor inestabilidad de flujo (como el Canal Principal Requena). La mayor res-puesta organizativa proviene de los regantes con mayor restricción en el abasto, situación que coincide con los planteamientos de Wade (1979, 1988; ver también Palerm, et al, 2000).

ESTUDIOS SOBRE LAS ESTRATEGIAS DE LOS REGANTES

La organización de los regantes ha sido abordada principalmente como aquellas acciones dedicadas a las tareas de distribución y mantenimiento, así como otras

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238 AntologíA sobre riego

tareas consideradas críticas para mantener la buena gestión del riego, tales como resolución de conflictos y mecanismos de rendición de cuentas por las autoridades. Sin embargo, se ha dado poca atención a estrategias organizativas de los regantes, consistentes en movilizaciones con el fin de negociar más agua, informarse sobre la situación del agua en el sistema, organizar cooperaciones para sobornar a los canaleros, establecer negociaciones y acuerdos con otros regantes (al margen de los administradores del sistema), apropiarse del agua, organizarse para custodiar el agua para evitar desvíos, operación de facto (aunque no oficial) de alguna parte del sistema, acciones de mantenimiento (Chambers, 1980; Meinzen-Dick, Raju y Gulati, 2000: 33-34).

Así pues, la atención se ha enfocado más a la evaluación de las capacidades organizativas de los regantes para operar sistemas de riego que a sus estrate-gias en sistemas controlados por la burocracia del Estado. Adicionalmente estas estrategias posiblemente ha pasado “desapercibidas”, no obstante consistir en hechos conocidos y esperados por los ingenieros, debido a que, al igual que la respuesta organizativa en sistemas de riego vernáculos ante el estiaje o la se-quía, consistente por ejemplo en la proliferación de “autoridades” del agua para vigilar y controlar la distribución, es una respuesta visible únicamente durante el periodo de emergencia, que desaparece con la regularización del los riegos (Palerm, 1999, 2001).

Precisamente los problemas sentidos que llevan a estas acciones de organiza-ción “espontánea” son las que algunos autores, como ya señalamos, algunos auto-res han propuesto podrían solucionarse dentro de cauces instituciones mediante organizaciones formales de usuarios y la participación y representación formal de los regantes en la administración. En general, dichos autores señalan las ventajas del control de una conducta oportunista (consistente en acciones como robo de agua con o sin la participación de los encargados de operar) que permitiría solucio-nar la inequidad en la distribución entre aguas arriba y aguas abajo, y mejoraría la productividad global de la superficie de riego.

Proponemos que la organización para la movilización anual en el Distrito de Riego 003 Tula corresponde a una estrategia para enfrentar problemas en la dis-tribución de agua en el Distrito de Riego.

Page 240: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

239movilizaciones en época de estiaje en el distrito de riego 003 tula

EL DISTRITO DE RIEGO 003 TULA

Las aguas utilizadas en el Distrito de Riego 003 Tula provienen de aguas negras de la Ciudad de México que llegan al Valle del Mezquital, sin recibir ningún trata-miento previo, a través del Emisor Central, el tajo de Nochistongo y el Túnel Nuevo y Viejo del río El Salto (continuación del Dren General del Valle); además de las aguas que se reciben del Valle de México, se aprovechan aguas pluviales en cuenca propia (Croquis núm. 1. Distrito de Riego Tula 003).

Las aguas abastecen, además del Distrito De Riego 003 Tula, a los Distritos De Riego 100 Alfajayucan y 112 Ajacuba.

La red de distribución del Distrito de Riego 003 Tula no fue construida con un diseño original para el servicio de riego. Desde finales del siglo XIX se fueron cons-truyendo canales para aprovechar las descargas de las aguas residuales del Valle de México, y, de igual forma, se han abierto las zonas de riego (que a la fecha aún se siguen ampliando). Así, la red actual puede ser alimentada por las tres vías de descarga del Valle de México, y existen una serie de interconexiones que permiten llevar agua de riego a cualquier zona de riego desde prácticamente todas las fuen-tes de abastecimiento.

Cuadro 1. Relación de número de usuarios y superficie regada de los tres Distritos de Riego

Distrito de Riego Superficie regada Número de usuarios

003 Tula 52, 270 36,947

100 Alfajayucan 39 025.17 25,667

112 Ajacuba 7,408.02 3,659

Total 98 703. 19 66,273

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240 AntologíA sobre riego

La inestabilidad en el abasto del agua se da principalmente en los canales abaste-cidos directamente por el Emisor Central, ya que esta fuente de agua carece de vaso regulador; el canal más afectado es el Canal Principal Requena. Otros canales cuentan con presas reguladoras; por ejemplo, la presa Endhó abastece principalmente al canal Endhó, cuyo volumen se mantiene constante durante el año y, si bien en la época de estiaje aminora su volumen, no se ve tan afectado como el Canal Principal Requena.

En el Distrito de Riego 003 Tula se siembra maíz y frijol, alcanzando una pro-ducción por hectárea de 11.5 ton/ha para maíz en promedio. También se cuenta con otros cultivos de importancia económica, tales como calabaza, coliflor, avena, tuna, tejocote, pimiento morrón, y gran variedad de chiles, aportando la cuarta parte de producción de este cultivo a nivel nacional. También tiene gran importancia el cul-tivo de alfalfa.

EL MÓDULO DE RIEGO 05 TEPATEPEC

Los límites de los módulos corresponden a las unidades de riego anteriores a la trasferencia. Cada módulo fue transferido para su administración a una Asocia-ción Civil creada ex profeso. El módulo 05 Tepatepec, como otros módulos de riego del Distrito, consiste en un espacio geográfico contiguo que no comparte los mismos canales generales. Cuenta con tres canales generales paralelos que lo atraviesan1. Esta situación de entrada presenta un problema, ya que no existe una solidaridad o interés común de base hidrológica para todos los regantes que pertenecen al módulo (Coward, 1977).

El módulo 05 Tepatepec se ubica aguas abajo, tomando como referencia los tres canales generales de los que se abastece. Su ubicación en el Distrito de Riego es la penúltima, situación que lo coloca en precariedad en comparación con los módulos de aguas arriba y, al igual que otros módulos situados aguas abajo, tiene una fuerte tradición y experiencia en movilizaciones. Sin embargo, no todo el mó-dulo es afectado por igual. Dentro del módulo, los regantes que reciben el agua por el Canal Principal Requena (canal que recibe principalmente agua proveniente del

1 Hay un cuarto canal, paralelo a los anteriores, operado directamente por la Comisión Nacional del Agua, que fue construido después de la transferencia de la administración del módulo a una Asociación Civil.

Page 242: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

241movilizaciones en época de estiaje en el distrito de riego 003 tula

Emisor Central, y carece de vaso regulador), tienen los flujos más variables y mayor afectación en época de estiaje, siendo así los regantes con mayores afectaciones en época de estiaje, y, al mismo tiempo, son los que cuentan con mayor tradición y experiencia en movilizaciones al interior del módulo.

A pesar de que el Canal Principal Requena, al recibir el agua del Emisor Central, es el canal que se ve más afectado en época de estiaje, muchos agricultores buscan regar sus parcelas con su agua, debido, aseguran los regantes, a su mayor nivel de fertilidad, ya que sus aguas vienen más “crudas”— es decir, sin haber pasado por procesos de decantación o filtración que afecte la cantidad de micronutrientes. En contraparte, las aguas del canal Endhó vienen más “claras” después de haber sido decantadas en la presa Endhó por varios días. Gracias a esta presa reguladora, normalmente no se presentan problemas de abasto, salvo el presente año (2011), durante el cual se quedó sin agua.

Cada canal general riega superficies determinadas del espacio de riego del mó-dulo 05. Aunque, es posible pasar agua de los canales en la cota más alta para regar superficies del módulo que son normalmente regadas por canales en la cota más baja. Esto ocurre en el caso del Canal Alto Requena, que puede bajar agua al Canal Principal Requena por medio de la compuerta 36.

Por razones que no serán abordadas en este trabajo, el módulo 05 Tepatepec fue transferido a los usuarios; sin embargo, el 22 de febrero del 2007, la Gerencia del Distrito de Riego entregó su operación a un tercero. La Comisión Nacional del Agua no retomó su operación ya que, por ley, sólo puede operar la red principal y obra de cabecera.

La operación del módulo de riego consiste en recibir un volumen de agua sobre cada canal general, y entregar, aguas abajo, al siguiente módulo, una cierta canti-dad de agua. El aforo se realiza en puntos de control con las llamadas escalas gasto de entrada y salida.

Cada canal general que atraviesa el módulo tiene un cierto número de com-puertas en las cuales se realiza la entrega de agua a los usuarios (ver Cuadro núm. 2). En principio, los canaleros son los encargados de abrir las compuertas, aunque, con cierta frecuencia, ellos simplemente indican a los usuarios cuándo y cuánto deben de abrirse. Los canaleros determinan también el orden de riego para los regantes de cada compuerta.

Page 243: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

242 AntologíA sobre riego

Es bastante típico que una compuerta pertenezca a más de una comunidad, y que una comunidad pueda abastecerse de más de una compuerta, o incluso de canales y módulos distintos.

Ejemplos de compuertas que abastecen a regantes de varias comunidades:

La compuerta ‘El Sifón’ (también conocida como El Nueve del Canal Prin-cipal Requena) abastece al Ejido Veracruz (ejidatarios asentados en la localidad Colonia Dos Cerros) y a pequeños propietarios (minifundistas) de la localidad Colonia Dos Cerros y de la localidad G Parres.

La compuerta 23 Vieja del Canal Principal Requena (que es la que riega más superficie en el módulo) abastece a pequeños propietarios (minifundis-tas) de las localidades de El Tothie, El Bocaja, El Quemta, El Olvera, El Nativitas y El Rosario.

La compuerta 40 del Canal Principal Endhó abastece a pequeños propieta-rios (minifundistas) de las localidades Emiliano Zapata y San Salvador. Curiosamente, la superficie de la localidad San Salvador corresponde al módulo de riego 05 Actopan.

Ejemplo de comunidades que se abastecen de distintas compuertas, canales y módulos:

La comunidad de Tothie riega por las compuertas 4, 6 y 7 del Canal Alto Re-quena del módulo 01 Actopan, y las compuertas 23 Vieja y 23 Nueva del Canal Principal Requena del módulo 05 Tepatepec.

La comunidad San Juan Tepa riega por la compuerta 49 del Canal Alto Re-quena, y por las compuertas 15, 16, 17 y 18 del Canal Principal Requena.

La ausencia de correspondencia entre la compuerta por la que se riega y la localidad a la que pertenecen los regantes dificulta la cooperación. Las razones son bastante obvias: la cercanía facilita ponerse de acuerdo, y, adicionalmente, las comunidades cuentan con una estructura organizativa que pueden desplegar para diversos propósitos.

Page 244: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

243movilizaciones en época de estiaje en el distrito de riego 003 tula

In general, we would expect less participation where farmers live in di-fferent villages […] By contrast, where people are used to interacting in a common neighborhood or other social sphere, the marginal cost of getting together for irrigation is lower, and enforcing rules is easier if people want to protect their reputation and goodwill because of linkages between irri-gation and other activities. (Meinzen-Dick et al, 2000).

La dificultad para cooperar también aumenta cuando no se comparte el mis-mo canal, por ausencia de solidaridad de base hidrológica; como señala Coward (1977), cuando no existe correspondencia entre canal y comunidad, la base orga-nizativa necesariamente debe ser el canal.

Sin embargo, el canal no es la base organizativa para los módulos, y hay re-gantes que, aun compartiendo el mismo canal, están separados por los límites artificiales de los módulos.

Los canaleros del módulo, al ser operado este por un tercero ajeno a los usua-rios, son contratados y responden a la autoridad del módulo. Sin embargo, los usuarios han logrado conservar dos canaleros ‘propios’, que controlan ocho de las veintitrés compuertas del Canal Principal Requena, y todas las compuertas del Canal Endhó en los tramos correspondientes al módulo. Los canaleros ‘de los usuarios’ aunque no cuentan con una formación profesional en el ramo, tienen más de siete años de experiencia en la distribución de agua.

La forma de trabajo de los canaleros ‘de los usuarios’ es diferente a la de los canaleros contratados por el módulo, y está basado en una mayor participación de los regantes. Durante la época de estiaje, los usuarios determinan o ajustan en la compuerta el rol de riego de cada día con respecto al rol de riego propuesto, logrando así un consenso en presencia del canalero colocado por los regantes. De esta manera, los regantes están de acuerdo con el rol de riego, y, al formar parte de la toma de decisiones, se sienten comprometidos y tratan de que el rol se res-pete, vigilándose los unos a los otros.

Los canaleros ‘del módulo’ deciden quién va a regar y a qué hora, ocasionando que los agricultores discutan con el canalero si no están de acuerdo, o incluso en-tre ellos al sentir cierto favoritismo por parte del canalero. Sin entrar en detalles,

Page 245: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

244 AntologíA sobre riego

se constató, por la situación de cultivos regados por la misma compuerta, que existe una distribución inequitativa del agua por compuerta2.

Los regantes de cada compuerta pueden tener un representante, localmente conocido como zanjero. El zanjero se encarga de revisar que este limpia la zanja o zanjas por donde regará el usuario. El zanjero es un usuario de la compuerta, pro-pietario, no rentero, que vive cerca del canal, que se dedica a la agricultura como forma de vida y que habita con su familia en alguna de las localidades cercanas. La selección de zanjero se realiza por elección de los usuarios y el visto bueno del canalero; o bien el canalero puede sugerir al posible zanjero, y los usuarios pueden acreditarlo o proponer otra persona. Lo más importante al elegir al zanjero es que tanto el canalero como los usuarios confíen en él. 2 Un ejemplo es el contraste entre las parcelas con registro 4659 y 4667, que riegan por la com-puerta 19 del canal Endhó, con una superficie de 0.53 hectáreas en el caso de la primera, y de 2.082 hectáreas, en el caso de la segunda. El cultivo que presentan es alfalfa, tienen las mismas fechas de siembra, pero una va en su tercer riego, y la otra en el quinto. Otro ejemplo es el contraste entre las parcelas con registro 14168 y 14185, la primera con una superficie de 0.61 hectáreas, y la segunda de 2.00 hectáreas. El cultivo sembrado es maíz, con una diferencia en el estrés hídrico de la planta y el tamaño de la misma.

Cuadro 2. Canales y compuertas

Numero de compuertas

Rango número de usuarios por compuerta

Rango superficie de riego por compuerta (ha.)

Total usuarios

Total superficie (ha.)

Operado por

Institución del Canalero

Canal Alto Requena

36

3 a 116

1.42 y 84

1,235

960.85

Un solo canalero del km 9 al km 23

Uno, del ‘módulo’

Canal Principal Requena

23

1 a 414

0.95 y 552.93

1,993

3,613.87

Tres canaleros

Dos del ‘módulo’ y uno ‘de los usuarios’

Canal Endhó

29

5 a 68

2 a 129.98

879

1,305. 76

Un solo canalero del km 32 al km 41

Uno, ‘de los usuarios’

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Hay mayor número de zanjeros en las compuertas operadas por canaleros ‘de los usuarios’ que en compuertas operadas por canaleros ‘del módulo’. La actual administración por terceros del módulo ha quitado zanjeros, y, en estos casos, el canalero es el que revisa la zanja regadora hasta la parcela.

INICIA EL ESTIAJE

La época de estiaje en el Distrito de Riego 003 inicia en Semana Santa debido a la salida de habitantes de la Ciudad de México por vacaciones, esta salida provoca una disminución del flujo de agua proveniente de la Ciudad. Adicionalmente, año con año se aprovechan estas fechas para dar mantenimiento al Emisor Central. Sin embargo, durante este año (2011) en particular surgió un problema durante el mantenimiento: se hizo un tapón que no permitió el flujo de agua durante 15 días, situación que acrecentó el estiaje. Al quitar el tapón, ocurrió otro imprevisto: un accidente automovilístico, lo que obligó al cierre del Emisor para secar los canales y poder extraer los cuerpos. Un factor adicional fue la ausencia extraordinaria de precipitación pluvial. Las presas de almacenamiento (Endhó, Requena y Taxhi-may) se encontraban entre un 24 a 35 por ciento de su capacidad, y se empezó a extraer mayor volumen del autorizado, que aun así fue insuficiente para satisfacer la demanda de los cultivos establecidos.

INICIAN LAS MOVILIZACIONES

A continuación se describe la organización para ir a negociar, por compuerta, por tramo de canal por canalero, por comunidad, por módulo y en unión con otro mó-dulo. En el Cuadro núm 3 Las movilizaciones en números, se presenta un concen-trado de la movilizaciones del módulo 05.

La organización por compuertaLa primera forma de organización que se observó en este año, fue la organización por compuerta. En el caso de compuertas con zanjero o autoridad de la zanja, el proceso inicia cuando los regantes van a visitar al zanjero o autoridad a su casa, o directamente en la compuerta, debido a una inquietud por “hacer algo” para traer

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246 AntologíA sobre riego

el agua. De esta manera, grupos de cuatro o cinco personas acuden con el zanjero: unos días acuden unos, y otros días acuden otros; pero en ese lapso hay alguno que fue con diferentes grupos y les informa que existen más interesados; o tam-bién cada regante comenta a las personas más cercanas a él (amigos, familiares, vecinos) de su localidad sobre la necesidad de reunirse. Finalmente, se coloca un anuncio en la compuerta con una hoja o cartulina, con el siguiente texto: “Se cita a una reunión a los usuarios de la compuerta 16 para hablar sobre el estiaje el día 14 de Mayo a las 7:30 en la compuerta”. Este anuncio puede ponerlo cualquier usua-rio de la compuerta, apoyado por otros dos o tres regantes. Otros regantes notan el comunicado cuando acuden a pedir agua, y preguntan quién colocó el anuncio y, aunque no tenga un cargo, los campesinos acuden por el interés que tienen para organizarse, no importando mucho quién haya iniciado la propuesta de reunión.

Al llegar a la reunión, los campesinos se saludan de mano los unos a los otros sin preguntar quién fue el que los convocó, y comienzan a conversar sobre el estiaje (pláticas que son a veces precedidas por saludos, charlas sobre la familia y proble-mas personales); se forman grupitos de personas que se tienen afinidad (es decir, cada campesino llega a la reunión y se introduce en una conversación en el grupo de su elección). Más tarde, desde alguno de los grupos que están charlando se men-ciona que deben ponerse de acuerdo y que ya esperaron suficiente para comenzar la reunión como tal. Uno, dos, o hasta tres campesinos pasan al frente para fungir como moderadores (estas personas no se eligen, si no que salen por ellas mismas) y así da inicio la reunión. Se tratan aspectos sobre el estiaje; los campesinos des-criben la situación particular de su parcela y los demás escuchan y se va tomando en cuenta cada comentario que se dice, de tal manera que todos los que están ahí conozcan la situación de sus compañeros. Al terminar los moderadores o el mode-rador, les dice que ahora es momento de decir qué se puede hacer.

La siguiente parte de la reunión consiste en las propuestas, algunos campe-sinos proponen ir a las oficinas del módulo de riego en la cabecera municipal de Tepatepec, otros que a las oficinas del Distrito de Riego 003 en Mixquiahuala y así diferentes opiniones, algunas emitidas al mismo tiempo, que no dejan escuchar a sus compañeros. La discusión continúa hasta que se llega a un acuerdo sobre las opciones y las votan, siguen el mismo procedimiento para la hora y el día; por últi-mo deciden qué van a decir y quién los va a representar.

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La forma de elegir al representante es muy rápida: algunos mencionan que el representante puede ser uno de los regantes que fungió como moderador, y otros proponen a campesinos de su comunidad. Lo importante es que sean usuarios de la compuerta, no importando que sean de diferentes comunidades. Prefieren re-gantes letrados: el maestro, el ingeniero, etc. Subsecuentemente, en caso de que la persona propuesta esté presente, los campesinos le preguntan si acepta repre-sentarlos; si la persona propuesta está ausente, preguntan la causa y, en caso de que no asistiese a la reunión por motivos de fuerza mayor (tiene un hijo enfermo, falleció un familiar), los regantes valoran si es o no un buen prospecto para ir como su representante : que es una persona responsable que de otra manera hubiera acudido y que es conveniente que los represente. Finalmente, si la persona ausente es la seleccionada, se pide a algún vecino que le avise lo propuesto, y que le informe que ha sido citada para una nueva reunión.

A la persona propuesta se le pregunta si quiere acompañarlos y hablar por ellos; se le explica que fue elegido por tener mayor facilidad de palabra, ser estudiado, por conocer el tema, por la confianza que tienen en él, etc. Si no acepta, se elige a otro que pueda representarlos al momento de negociar el agua.

En la organización por compuerta no se juntan con la organización de otra compuerta. Las negociaciones se realizan, por lo regular, con las autoridades del módulo de riego en las oficinas del módulo. La organización desaparece después de la reunión con las autoridades del módulo. Es la primera organización en aparecer en el estiaje pero es también la primera en desaparecer para evolucionar a otras más complejas.

La organización por tramo de canal por canaleroSe entiende por ‘tramo de canal por canalero’ al tramo de canal general que ope-ra un solo canalero. El tramo puede ser más largo o más corto, lo que depende, por regla general, de la cantidad de hectáreas que riegue. Es decir, un canalero puede operar solo cinco compuertas que rieguen 1500 hectáreas, mientras que otro canalero puede operar quince compuertas que rieguen el mismo número de hectáreas. La organización que se forma durante el estiaje por ‘tramo de canal de canalero’ reúne a los usuarios que el canalero atiende directamente. En el caso del módulo 05 Tepatepec: el Canal Endhó y el Canal Alto Requena son atendidos

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cada uno por un canalero, mientras que el Canal Principal Requena es atendido por tres canaleros.

El proceso organizativo de ‘tramo de canal por canalero’ inicia en las compuer-tas, con las pláticas de los regantes con el canalero, y con los comentarios entre usuarios en las comunidades:

“No, ‘hora si el Miguel [canalero ‘del módulo’] anda bien mal, pobre no… ¿de dónde sacará pa darnos agua si no le dan?” “Si el Ebert [canalero ‘de los usuarios’] ya me dijo que no hay agua. Pero también, ¿qué haremos? Pues ni modo, tenemos que ir a ver ... para que le den más agua, sino ¿cómo le va a hacer pa darnos para regar las parcelas?”

Poco a poco, los usuarios deciden ir a comprobar si es verdad lo que dicen, para lo que van a preguntarle al canalero si lo escuchado (“que no tiene suficiente agua para darle a todos como en época normal”) es verdad.

Aunque los regantes se preocupan y lo entienden, están forzados a pedirle al canalero que comprenda su situación. Después de varias ocasiones en que ocurre lo mismo, los regantes deciden acudir en nombre del tramo a que le den más agua a su canalero, para este, a su vez, pueda repartir el agua con mayor rapidez a las parcelas. Esta organización se basa en la solidaridad de los regantes para con su ca-nalero, para poder apoyarlo y que este pueda ayudarlos en sus riegos; y se presenta en el caso de los canaleros ‘de los usuarios’ y en el caso de un canalero ‘del módulo’ que, dicen los regantes, se ha ganado su simpatía, por su buen trabajo y empatía con los regantes.

En el caso de los canaleros ‘del módulo’, si los regantes quieren movilizarse para que a su canalero le den más agua, el canalero los detiene, ya que puede ser sancionado por los jefes del módulo (por “alebrestarles” a la gente), la situación es diferente con respecto al canalero ‘de los usuarios’, que tiene el respaldo de los regantes y que, en el caso de tener problemas con las autoridades del módulo, es muy probable que los regantes lo defiendan a través de su representante, pero el canalero “del módulo” se hace acreedor a una sanción e incluso podría perder el empleo por alborotador.

En una primera fase, aunque los canaleros “del módulo” pueden detener a los regantes diciéndoles que arreglarán el abasto de agua, al aumentar el estrés hídrico

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en los cultivos, los regantes acuden al módulo a negociar, pero idean estrategias para evitar que al canalero le llamen la atención, así mencionan que es muy bueno en su trabajo, que el problema es ajeno a su persona y que el interés de los regantes no es cambiarlo, solo que le autoricen mayor gasto en sus compuertas ya que con la cantidad de agua que le destinan no cubre las demandas de agua.

Los usuarios van a las oficinas del módulo y negocian. Cuando regresan buscan al canalero y le mencionan lo que lograron: mayor numero de roscas autorizadas, más días abierta una compuerta, etc. El canalero, a su vez, llama al módulo por radio y pregunta al inspector para cerciorarse de que la información es verídica, pidiendo entonces autorización para ejecutar los acuerdos. Los canaleros ‘de los usuarios’ y aún con mayor razón los ‘del módulo’, no van con los usuarios a nego-ciar, sino que siguen con su trabajo de manera rutinaria.

Nuevamente, al igual que la organización por compuerta, esta organización por tramo de canal se desvanece (o revierte a la situación de latente, pero no activa) al tener el agua para regar sus cultivos o cede su lugar a otras organizaciones más complejas si continúa el estiaje.

La organización por comunidadLa organización por comunidad no es típica, como dicen los regantes:

“No, casi no. Mejor vamos por canal o por compuerta, pero así como pueblo no mucho.”“Pues sí, pero casi no mejor vamos juntos con más gente ajena de aquí del pueblo”.

La explicación, como ya señalamos, radica en que la solidaridad hidrológica no coincide con la comunidad, los vecinos de una comunidad no necesariamente comparten compuerta, canal o incluso módulo.

No obstante se hace uso de la organización y autoridades comunitarias. Los re-gantes acuden con alguna de las autoridades locales: comisariado ejidal, delegado municipal, juez de paz o con alguna otra persona, actualmente sin cargo, que ayu-dó en otras negociaciones, cuando consideran que su saber es mayor que el de la persona que actualmente ostenta un cargo. También se da el caso de que la nueva autoridad desconoce cómo proceder y él mismo acude con la persona que ocupó

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antes el cargo, para que le aconseje qué debe hacer. Así, por ejemplo, se observó que el actual Comisariado Ejidal acudió a buscar a su antecesor, y le permitió que guiara la reunión y negociación en las oficinas del módulo de riego, quedando él como simple observador.

Lo primero que hace la autoridad local (comisariado, delegado municipal, juez de paz) como representante es escuchar y buscar alternativas de solución. Es muy común que él mismo acompañe a los regantes inquietos para convocar a la gente.

La reunión se realiza en algún punto de la localidad, como el kiosco, en la CO-NASUPO del pueblo, o en las canchas de Básquet. Cuando logran ya juntarse entre 30 a 80 regantes acuerdan acudir a las a las oficinas del módulo de riego y dialogar con los ingenieros sobre la situación de estiaje. Antes de ir, discuten entre ellos y se ponen de acuerdo sobre los problemas y alternativas que van a presentar: por ejemplo, la situación de la compuerta 13 con dos riegos, etc. Posteriormente, se de-cide una fecha y hora para acudir al módulo de riego. En caso de que la autoridad local (comisariado, delegado municipal, juez de paz) representante de la comuni-dad esté ocupada de lunes a viernes, manda a alguien al módulo para que avise que la comunidad (por ejemplo, “Lázaro Cárdenas”) desea hablar con las autoridades del módulo sobre el problema del estiaje, por lo que solicitan su presencia el día sábado o domingo en las oficinas del módulo de riego.

Los regantes acuden a la reunión de manera pacífica. El representante pide una explicación sobre la situación de estiaje, y arregla algunos riegos de más o un mayor gasto (mayor número de roscas trabajando por compuerta), al terminar la negociación se retira con los regantes.

Este tipo de organización solo surge cuando es necesaria, desapareciendo muy rápido una vez tomado el acuerdo, y resurgiendo cuando no se ha cumplido lo acordado. Sin embargo, cuando el estiaje dura más tiempo, los campesinos deci-den unirse para conformar organizaciones más grandes.

La organización por móduloConviene puntualizar que la movilización que se realiza año con año en el módulo 05 corresponde a los regantes que se abastecen por el Canal Principal Requena y que, ante la situación de estiaje extraordinario de 2011, los regantes del módulo que se abastecen por el Canal Alto Requena y por el Canal Endhó se unieron a las

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movilizaciones. No obstante, es bastante común oír hablar de los líderes por mó-dulo en el Distrito, así el líder del módulo 05.

Los regantes del Canal Principal Requena, en respuesta a las constantes fluc-tuaciones que sufre su canal (golpes de agua o ausencia de agua), han desarrolla-do una organización funcional, que les permite movilizarse cuando lo consideran necesario y cuando hay problemas en los otros canales generales del módulo, los regantes de esos canales se unen a la estructura ya formada. Al unirse, buscan un representante que pasará a denominarse; líder del módulo, que hable por ellos ante las diversas autoridades de CONAGUA y Secretarías del Estado.

Este tipo de procesos se dan en todo el Distrito de Riego, más o menos similares pero no al mismo tiempo, ni llegan al mismo grado de complejidad, la organización es más intensa y coordinada en los espacios con mayores restricciones de agua. Existen variantes o diferencias en los estilos de negociación: por ejemplo, el mó-dulo Actopan tiene fama de cerrar carreteras, y, en el 2011, el módulo Tlahuelilpan abrió de manera simultánea todas las compuertas del módulo para mostrar su eno-jo (lo que causó enormes problemas a la operación del Distrito).

La movilización del módulo 05 Los regantes acuden a buscar a un ‘líder’ para que les “ayude a ir” con los jefes para negociar problemas del agua. Los regantes empiezan a comentar entre ellos el problema del desabasto por estiaje y van, primero, de manera individual a la casa o a la parcela del ‘líder’ y le platican el problema que cada uno tiene. A su vez el ‘líder’ acude al canal para hablar con el canalero sobre la situación de la parcela del campesino y buscar cómo ayudarlo. Luego este campesino le platica al otro y así empiezan a ir uno por uno con el líder, luego ya de dos en dos y así, hasta que la información corre como un rumor por la comunidad de donde es originario el regante con problemas, luego se extiende a otras comunidades. Incluso se llegan a poner fechas de reuniones, sin el conocimiento del líder, que de repente, ya tiene 15 o 20 campesinos enfrente de su casa.

De esta manera, el líder, vecino de una localidad perteneciente al módulo de riego, es cada vez más visitado y más presionado, hasta que decide citar a los usua-rios a una reunión para organizarlos y llevarlos ante las instancias correspondien-tes. En pocos días, las comunidades aledañas, e incluso de otros canales de riego

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(pero del mismo módulo) se informan y acuden a la reunión con el líder que los ha citado. Es importante mencionar que entre los regantes del módulo se encuentran los rentistas, que acuden a las reuniones y apoyan las movilizaciones.

El líder menciona que es mejor organizarlos y llevarlos “porque así están infor-mados y tranquilos” y él también puede dedicarse a su cosas. De no llevarlos segui-rán llegando a su casa día con día, “hasta que no los junte a todos y los acompañe”.

Movilización a las oficinas del Distrito de Riego y recorridoEn la reunión de los regantes, el líder proporciona información que previamente preguntó por teléfono al Jefe de Distrito y al Jefe de Operación. Los usuarios hablan de la necesidad de ir a las oficinas del Distrito a ser vistos, y el líder propone fechas, que, junto con un lugar de salida de los regantes, son establecidas por consenso. Al término de la reunión, el líder los incita a invitar a más regantes interesados, señala que los espera en el lugar y hora acordados, y menciona lo importante de su presencia y colaboración. A su vez, los regantes informan en sus comunidades de la fecha, hora, lugar de salida, y que la persona que los llevará es don fulano, vecino de la comunidad del Rosario.

El día esperado a la hora indicada los campesinos se reúnen en la entrada de la localidad El Rosario. Es un lugar cómodo, todos pueden estacionarse, pueden charlar y, al estar ubicado sobre la carretera que lleva a Pachuca (si van a las Secretarías) así como a Tula (si van a las oficinas del Distrito de Riego ubicado en Mixquihuala).

Apenas llega, el líder se baja de su camioneta para hablar con la gente allí reu-nida, y para cuando voltea ya tiene su camioneta llena con regantes que quieren ir con él, y que le tienen mucha empatía. Las señoras corren a saludarlo de beso y a subirse en la parte delantera de su camioneta. Empieza a organizar el traslado preguntando quién trae camioneta para ir acomodando a las personas. Las camio-netas van pasando con sus dueños, acomoda a las mujeres adelante, y los hombres se sientan en la parte de atrás. Al terminar de acomodar a su gente, les dice que lo sigan y que tengan cuidado pues llevan gente y que irán despacio. Les enseña un ademán que deben recordar, el cual indica que no deben rebasarse y que deben disminuir su velocidad, les pide que eviten formar dobles filas para no afectar a los demás, así la formación es uno atrás de otro. Salen en caravana treinta y seis

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camionetas, doce vehículos y dos microbuses, y, entre risas y tacos y tlacoyos, que llevan las señoras, van comiendo y riéndose todo el camino.

En las oficinas del Distrito de Riego 003, ubicadas en Mixquihuala, los medios de comunicación regionales ya están listos para tomar la nota. El líder ha convoca-do por llamadas telefónicas a las televisoras y a los periódicos estatales para pro-teger a sus agricultores de cualquier discriminación, ya que considera que frente de los medios de comunicación deberán ser mejor tratados en sus negociaciones.

Al llegar a las oficinas del Distrito de Riego 003, todos los regantes se bajan y entran a las oficinas detrás de su líder. En la oficina no caben todos, por lo que mu-chos quedan afuera. Algunos de ellos quieren hacer destrozos y abrir las puertas, pero el líder alcanza a escucharlos y les dice que tranquilos que van a hablar con el Ingeniero no a pelear, que por favor guarden silencio.

En la oficina del jefe del Distrito de Riego les dicen que el Ingeniero en Jefe del Distrito de Riego 003 Tula no está; por lo que el líder le pregunta a la secretaria que dónde está el Ingeniero. La secretaria dice que el ingeniero está en el Emisor Central en un recorrido. A lo cual se escucha un grito unísono de los regantes de ir a alcanzarlo a donde sea para hablar con él. La secretaria les dice que intentara comunicarse con él por teléfono sin embargo al poco les señala que el Ingeniero no contesta y que no sabe dónde localizarlo exactamente. Por lo que los regantes deciden ir con el siguiente en la cadena de mando del Distrito, el Jefe de Operación.

Salen de la oficina del Jefe del Distrito y van a la oficina del Jefe de Operación, ubicada en otra área de la misma institución. Una vez más, entran todos los que pueden. El Ingeniero propone que formen una comisión a la que con gusto atende-rá; a lo cual los campesinos responden con una rotunda negativa, y le hacen saber que debe salir a hablar con todos. El Jefe de Operación sale quejándose, diciendo que al que deben buscar es a su jefe, cuestionando al líder por llevarle gente, por-que “son amigos, y eso no se hace”, y que es mejor hablar en una comisión más tranquilos. Sin embargo, sale eventualmente a la calle, donde todos los campesinos lo esperan y lo suben a una camioneta con el líder para que hable con todos.

El Jefe de Operación comienza a hablar y da un informe sobre la situación de las presas, haciendo mención a la falta de lluvias, y a la falta de aporte al sistema por el Emisor Central. Al terminar de hablar, los campesinos demandan a gritos que les demuestre sus palabras, por lo que el Ingeniero sugiere un recorrido para

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su comprobación, a lo que manifiestan su acuerdo los campesinos. El líder le pide al Ingeniero que, por favor, los acompañe a las diferentes presas y al Emisor Central para verificar si la información dada es certera. El Ingeniero sube a su camioneta y avisa que, por favor, lo sigan. El líder acomoda a su gente más rá-pido y les pide vayan con cuidado, ordena una sola fila para no afectar el tráfico vehicular y les solicita ser cuidadosos porque llevan gente en la parte de atrás de las camionetas.

El líder va en la camioneta del Jefe de Operación, cuidando que los demás va-yan atrás. Sin embargo, algunos se adelantan y se pierden, aunque luego se los vuelve a encontrar por medio del uso del celular. El Jefe de Operación se comunica con el Emisor Central por radio para avisar que lleva un aproximado de 450 a 530 regantes que desean ingresar al Emisor para corroborar que, efectivamente, no tiene agua, por lo que pide autorización para el ingreso de las personas. Por radio le confirman que pueden ingresar siguiendo ciertas normas. El Jefe de Operación le pide al líder que por favor controle a su gente en la visita al Emisor. Al llegar al Emisor el líder habla con la gente, pidiéndoles que no hagan destrozos, griten o co-metan algún acto de vandalismo y les promete que habrá un espacio para el diálogo y para esclarecer dudas al final del recorrido.

Todos los campesinos acceden a las instalaciones y se solicita al Ingeniero en-cargado del Emisor que provea información del por qué no hay suficiente agua. A su vez, los campesinos constatan que no hay agua, recorren todo el Emisor, ven la escala de entrada que tiene y examinan la humedad en las paredes de cemento del Emisor para verificar que no haya signos de agua acomodada antes de su llegada.

“Mira, sí se ve poquita agua, y se ve que no ha subido.” “No hay marcas que haya habido agua en días. Mira, la pared no se ve mojada”.

Al final del recorrido el Ingeniero los lleva a un lugar en el mismo Emisor ahí habla, tranquilo, con los regantes y les explica qué pasa en el Emisor. Los regantes preguntan sus dudas sobre el Emisor, y, cuando salen, aunque más tranquilos, de-ciden ir a las presas en compañía del mismo Ingeniero.

Los regantes suben a las camionetas y van en caravana a la primera presa, la más cercana al Emisor Central, la presa Requena. Al llegar, el Ingeniero manda

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traer al presero para que les explique la situación, y los regantes recorren la presa para verificar que sea verdad. Se repite la misma estrategia que en el Emisor; los campesinos se acercan a la orilla de la presa para verificar que no haya estado más llena anteriormente, observan la escala que se encuentra pintada en la pared de la orilla de la presa. Efectivamente, la marca es muy baja y no hay agua.

En seguida abordan los vehículos y van a la siguiente presa, La Endhó, la recorren y verifican que efectivamente no tiene agua. Después se hace mención de la última presa, la presa Taxhimay, está muy lejos y que sería bueno ir otro día, pero le exigen al Ingeniero Jefe de Operación que por radio pida la situación actual de la presa y que todos pudieran escuchar la respuesta, lo cual el Ingeniero hace de inmediato.

En este punto, los regantes se encuentran ya cansados y asoleados, pero dia-logan de igual manera con el Jefe de Operación, haciéndole ver que entienden la situación, la escasez de agua en las presas y el Emisor, pero que entienda él a su vez que sus cultivos se están “marchitando” por falta de agua. Por lo que se hace un trato: los regantes se comprometen a no tomar más agua sin permiso y a cambio:

En el Canal Principal Requena se piden ajustes a sus tomas a lo cual el Inge-niero menciona que eso tendría que verlo pero les autoriza otros dos riegos (dos compuertas trabajando 24 horas - en promedio riegan un hectárea en 3 horas) durante una semana.

En los otros dos canales Canal Alto Requena y Canal Endhó, se pide mayor nú-mero de riegos, los cuales son autorizados.

La movilización cuenta con regantes de todo el módulo de riego y un líder que los representa a todos, pero las negociaciones se centran en cada canal de riego del módulo. Durante la negociación, se discute la situación de cada canal de riego del módulo, y se consiguen acuerdos para cada uno.

El líder agradece al Ingeniero por su atención y le señala que le gustaría que se reuniese más seguido con los regantes con el fin de informar. Los regantes aplau-den por la atención brindada y se muestran agradecidos. El Ingeniero les dice que cuando gusten que para eso está.

En la negociación, los regantes se comprometieron a participar en la supervi-sión, y que, en ese momento, van a checar el Canal Principal Requena y entregar

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un informe. Para la supervisión, el líder le pide al Ingeniero la programación del Canal Principal Requena, las compuertas que están trabajando (abiertas), y con qué número de roscas (abertura de la compuerta) para poder ir a checarla en cam-po, y entregar el informe acordado. Los regantes van al canal y, junto con el líder, revisan compuerta por compuerta del Canal Principal Requena (en el tramo del módulo 05), contando las roscas y ajustándolas de acuerdo a la programación.

En cada compuerta, el líder pide a los usuarios de la compuerta que se organi-cen para cuidarla, se dividen 24 horas (un día) entre el número de usuarios pre-sentes de esa toma, y de esta manera ya saben cuantas horas le toca a cada uno cuidarla; el líder les recomienda que busquen a los otros usuarios de la compuerta para que los ayuden en la supervisión durante la semana que el agua esté en el mó-dulo. El líder señala que cualquier observación o acontecimiento con respecto a su compuerta, le hablen a su celular a la hora que sea para que él pueda hacer llegar la información al Jefe de Operación, y este movilice al personal del módulo.

El recorrido termina a las 22:30 horas. El líder se despide de los usuarios, seña-lando que todos están muy cansados. Los regantes contestan que no confían en la Comisión Nacional del Agua (CNA o CONAGUA), y que les gustaría ir a otra insti-tución para tener más apoyo con el problema de sus cultivos. Se sugiere ir a las ofi-cinas de las Secretarías de Gobernación o de Agricultura (SAGARPA) en Pachuca.

Movilización para negociar con Agricultura (SAGARPA) en PachucaFinalmente, se decide salir al otro día a las nueve de la mañana, ya desayunados a las oficinas de la Secretaria de Agricultura (SAGARPA) y de ser necesario a las oficinas de la Secretaría de Gobernación en Pachuca, se acuerda el lugar de concen-tración. Para terminar, el líder le pide a cada usuario con camioneta que, debido a la hora que es y a la falta de transporte, por favor lleve a la gente que trae a sus casas. Agradece su apoyo, y todos se dan un aplauso.

Al día siguiente, la salida es rumbo a Pachuca, aunque aún no saben el destino exacto. Se barajan dos posibles opciones: Agricultura (SAGARPA) y Gobernación. En principio se propone ir a las oficinas de ambas secretarías. Al igual que el día anterior, el líder organiza el acomodo de los campesinos en las camionetas y, con el líder a la cabeza, salen en caravana unas 38 camionetas con un promedio de 8 a 10 personas por vehículo.

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En cuanto llegan a las oficinas de la Secretaria, el líder sube a la oficina del Se-cretario para pedir una audiencia. El funcionario, sin embargo, no se encuentra: les informan que está en una reunión en la Huasteca: Por lo que el líder pide una audiencia con el Jefe del Distrito de Riego Tula (mencionando que un día antes no lo pudieron encontrar) y con el Jefe a nivel estatal de la CNA para arreglar la situación. para hacer presión, los campesinos comienzan a decir que no se irán sino hasta que los atiendan. En respuesta, los funcionarios de la Secretaria piden el favor de una hora y hora y media más para poder atenderlos.

Los regantes, tranquilos, esperan en las instalaciones de la Secretaria. No agre-den ni molestan a nadie, solo esperan sentados a que llegue la hora a la que les han dicho van a ser atendidos. Mientras esperan, platican entre ellos, y algunos sacan tortas, tacos o jugos para comer. Después de la hora y media acordada, el líder entra a las oficinas a ver qué ha ocurrido; los funcionarios le señalan que solicitan que los campesinos formen una comisión que los represente para poder dialogar, argumentando no tener espacio para que pasen todos. El líder sale y da la informa-ción, a lo cual los regantes contestan que no y que el funcionario salga y dialogue con todos aunque sea en la calle.

Finalmente, abren un auditorio en la Secretaria donde todos entran en silencio. Aunque apretados, se empieza la reunión. Se les da la bienvenida a los regantes, y se menciona que el Secretario de SAGARPA no se encuentra, y que el Director Estatal de la Comisión Nacional del Agua está atendiendo otra manifestación de usuarios también del Distrito de Riego 003 Tula, pero del módulo Tlamaco - Juandhó en la Secretaría de Gobernación. No obstante, envía al secretario del Director Estatal de la Comisión Nacional del Agua, y al Ingeniero en Jefe de los Distritos de Riego 003 Tula, 100 Ajacuba y 112 Alfajayucan.

Se da la indicación de levantar la mano para solicitar una intervención y se le da la palabra al líder campesino. El líder agradece la atención brindada por parte de la Secretaria, y le envía un saludo al Secretario de SAGARPA de parte de todos los campesinos. Hace mención del recorrido realizado el día anterior al Emisor y a las presas, señala que reconocen la situación en la que se encuentran y proporciona los datos que le fueron dados por los preseros y el Jefe de Operación. A manera de queja, señala que el Ingeniero en Jefe del Distrito de Riego 003, 100 y 112 no se en-cuentra en el Distrito cuando lo necesitan, y que esto ocurre de manera constante.

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Los temas planteados por el líder para la reunión son:La necesidad de terminar las reparaciones del Emisor Central, para lo cual pi-

den el apoyo del Gobernador y del Secretario de SAGARPA.Que con los siete días de agua que la CNA ha asignado al módulo 05 para cubrir

sus riegos, no alcanzarán a regar todos.El mal manejo del módulo [se recuerda que el módulo 05 está intervenido y

operado por terceros]: demasiado personal con sueldos muy altos, y pro-blemas con la distribución.

El líder prioriza el tema del agua en estiaje, pero hace énfasis en que el segundo tema a tratar es el término de la administración del módulo por aquellas personas contratadas por la CNA.

La respuesta del secretario del Director Estatal de la Comisión Nacional del Agua es que ‘todos son amigos’, y que estos problemas se deben resolver platican-do como personas civilizadas. El secretario invita a los usuarios a permanecer en orden y expresar sus ideas, y el líder indica a los usuarios que todo debe llevarse tranquilo y ordenado por lo que la forma de intervenir es levantar la mano uno por uno y así se atenderá a todos.Ejemplos de intervenciones de los regantes:

El Comisariado Ejidal del Rosario toma la palabra y señala que el Ingeniero en Jefe del Distrito no les hace caso, que cuando lo invitan a una reunión no asiste, y solicita que cuando lo inviten asista y no los rehúya. Indica que en las partes altas del Distrito se están regando alfalfas, y que ellos ni maíz han regado.

Un regante señala que al Emisor Central se le de mantenimiento en una fecha diferente, que se le hable con el jefe de la Ciudad de México para que cam-bie la fecha, pues, año con año, los regantes se ven muy afectados por esta situación.

Un regante de la Colonia Veracruz le solicita al Ingeniero en Jefe del Distrito que se gire la orden para que realmente se atienda a los cultivos mas urgi-dos o necesitados y no se esté repartiendo el agua inequitativamente.

Un regante de la compuerta 16 del Canal Principal Requena señala que el rie-go de alfalfas en el Distrito de Riego 003 Tula es necesario, ya que la ma-

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yoría de los productores de alfalfa son ganaderos, y si se castiga la alfalfa se castiga el alimento para el ganado del que muchas familias dependen.

Un regante señala que los robos [toma de agua sin permiso por parte de los regantes] se da por necesidad, ya que muchas familias dependen de sus cultivos para vivir. Si no se les da la atención adecuada, se ven obligados a tomar el agua, porque de ahí subsisten.

Una señora señala que hay muchas madres solas que son usuarias del agua, y viven del campo por lo que piden que sean tomadas en cuenta.

Un regante solicita que el Ingeniero en Jefe del Distrito de Riego tenga especial atención en atender bien a los poquiteros [regantes con menos de una hec-tárea] de las comunidades, y no solo a los grandes rentistas, porque se ve el favoritismo en el reparto del agua por parte de la CNA.

El comisariado del Ejido Veracruz pide que las soluciones propuestas sean efectivas, porque solo se quejan de la falta de agua y no hacen nada para remediarlo, que el personal de la CNA solo da datos estadísticos del vo-lumen de agua, pero [el problema es que] su forma de distribución no es la adecuada.

Un regante, se queja del nuevo Jefe de Operación señalando que no tiene la capacidad para atenderlos bien, y que durante el período del Jefe de Ope-ración anterior [que trabajó durante diez años, hasta Febrero del 2011] no existieron los tandeos, y hubo una mejor administración del agua.

Un regante señala que los encargados de la administración del módulo 05 están recibiendo dinero por el servicio brindado, y que los usuarios del módulo no se ven beneficiados con su administración.

Respuesta de los funcionarios:Por parte de la CNA se comprometen a pedir la intervención del Gobernador,

así como, a través del Ingeniero en Jefe del Distrito 003 Tula, presentar los reclamos sobre la habilitación del Emisor ante el organismo de cuencas del Valle de México y el sistema de aguas que es el que está haciendo el mante-nimiento. También se comprometen, como CNA, a elevar esa solicitud ante la Dirección General de valle de México, para que le den prisa a la solución del problema

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Respecto al reparto inequitativo del agua, se estará buscando el distribuir el gasto de manera adecuada entre los diferentes módulos.

En cuanto a la restricción de cultivos [alfalfa], el segundo al mando de la Di-rección Estatal de la CNA señala que el riego para alfalfas no se ha res-tringido de manera tajante, y reconoce la importancia que tiene este pro-ducto como alimento para el ganado de la región, y la necesidad de contar con alimento para los animales.

El Ingeniero en Jefe del DDR 03 Tula informa sobre la situación actual del Distrito de Riego en cuanto a volúmenes disponibles.

En conclusión, los regantes obtienen información, y se reafirma la entrega de los riegos otorgados un día antes por el Jefe de Operación del Distrito de Riego.

El líder da las gracias por la atención, pide un aplauso para los funcionarios que los atendieron, y sale con su gente de vuelta a sus domicilios. El procedi-miento es el mismo: los que llevan camioneta van dejando a las personas en sus casas o en lugares cercanos a estas.

Movilizaciones con otros módulos de riegoEl módulo 05 Tepatepec decide apoyar a sus compañeros del módulo 01 Actopan, ubicado en la cola del Distrito de Riego 003 Tula. En esta ocasión, el acuerdo se da entre el líder del módulo Actopan y el líder del módulo Tepatepec. Para ello, el líder del módulo Actopan buscó al líder del módulo Tepatepec en su casa.

El líder de Tepatepec decide juntar a su gente. Con este fin, sale de su casa a las siete de la mañana, y recorre todo el Canal Principal Requena, en el tramo correspondiente al módulo, a la hora en que los regantes van a programar su riego: los regantes acuden con su recibo de pago para ponerse de acuerdo con el canalero sobre cuándo les toca regar. El líder convoca a la gente para las diez y media de la mañana en la calzada principal de la comunidad El Rosario, el motivo es acudir a apoyar a los compañeros del módulo Actopan. A pesar de que el líder solo avisó en el Canal Principal Requena, llegan regantes de los tres canales a la cita, ya que las personas al regresar a su comunidad van avisando a los que se van encontrando en el camino.

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Los regantes del módulo Actopan señalan que se encuentran en peligro sus cultivos debido a la falta de agua. Los regantes del módulo Tepatepec entienden la situación de los compañeros del módulo subsecuente. A las once de la mañana, se decide no esperar a nadie más, y comienzan a subir a las camionetas sin un orden definido, aunque las mujeres van en la parte de adelante, los demás se van subiendo conforme van avanzando las camionetas. Esta vez, el líder no acomoda a sus campesinos, ni se preocupa por ser particularmente meticuloso en el orden que deben llevar los vehículos, ya que el lugar de concentración queda muy cerca, y todos conocen el lugar muy bien. La concentración con los del módulo Actopan es en la entrada a la comunidad Caxuxi por la carretera México-Laredo.

Mientras tanto, en la entrada de la comunidad de Caxuxi, el líder del módulo ya ha iniciado la reunión con su gente a las nueve de la mañana. Durante esta reunión, los campesinos se muestran muy agresivos por la situación de la mala repartición del agua de riego por parte de la CNA. Deciden cerrar la carretera Mé-xico - Nuevo Laredo. Cierran la carretera colocando llantas y a ellos mismos en el paso de los vehículos; también se cierran las entradas a la comunidad de Caxuxi, y otro grupo va por telas en donde pintar sus demandas con pintura spray. Este proceso se da en un muy corto plazo: en veinte minutos, los campesinos están ya situados y organizados, ya saben en qué orden le tocará cuidar a cada uno cierta parte de la carretera. Acuerdan que su petición es hablar con el Director Estatal de la Comisión Nacional del Agua. A las 10:10 horas, tienen la carretera completa-mente cerrada. Los del modulo Tepatepec todavía no llegan. A las 10:45 horas el Ingeniero en Jefe del Distrito de Riego 003 Tula llega acompañado de personal de la Comisión Nacional del Agua que funge como su escolta personal, con el deber de protegerlo y evitar que salga lastimado el Ingeniero.

En cuando llega el Jefe del Distrito de Riego los campesinos lo suben a la parte trasera de una camioneta y le pasan un altavoz, los campesinos se muestran muy enojados por la falta de equidad en el reparto del agua a nivel Distrito de Riego y a nivel parcela3. Acusan al Ingeniero de favoritismo y de apoyar a los ricos. Le gritan groserías e insultos, pero el Ingeniero se limita a informarles sobre la situación ac-

3 Cabe acotar que la inequidad ‘a nivel Distrito’ se refiere a la diferencia en riegos entre módulos de aguas arriba y aguas abajo; y la inequidad ‘a nivel parcela’ se refiere a la diferencia que existe entre cultivos de parcelas que se riegan por la misma compuerta, debido a un mayor o menor nú-mero de riegos.

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tual de la hidrometría y volumetría del Distrito, proporcionando datos sobre el vo-lumen de las presas, y los volúmenes de extracción de las mismas, argumentando que él mismo les ha enviado agua, y que no entiende el por qué no les ha llegado. Los regantes se muestran más enojados al no encontrar respuestas concretas a sus preguntas como son:

“¿Por qué algunas parcelas de alfalfa riegan y ellos no?”“¿Por qué los ricos están regando y ellos no?”

El Ingeniero sigue sin contestar sus preguntas, y continúa argumentando su plan de riego y sus estrategias de apoyo para los módulos en situación de estiaje. Habla sobre el castigo de riego al cultivo de alfalfa4. Los regantes vuelven a cuestionar

“¿Por qué, entonces, algunos siguen regando alfalfas? “

Los regantes se molestan más y más, reclamándole al Ingeniero que repite las mismas respuestas, y no contesta propiamente a sus preguntas. Les interesa saber por qué unos riegan incluso alfalfas, y otros no pueden regar ni tan siquiera maíz. Esta situación dura un promedio de 45 minutos, hasta que los campesinos deciden tomar el micrófono para que todos escuchen sus inquietudes, y que el Ingeniero conteste las preguntas realizadas.

Una señora de edad avanzada sube a la camioneta con el apoyo de los demás regantes. Una vez que le proporcionan el altavoz, la señora se queja del maltrato que sufrió por parte del Ingeniero cierta vez que acudió a su oficina a pedirle apo-yo. Menciona que este le cerró la puerta en la cara y la trató sin educación, y, al final de su discurso, la señora le voltea un par de bofetadas al Ingeniero, ante lo cual los asistentes aplauden y gritan que se merece más. Así cada regante sube a la camioneta y se enfrenta con el Ingeniero, hasta que los regantes se enojan mucho más, deciden poner un ultimátum: no soltarán al Ingeniero hasta que no llegue el agua a sus parcelas. También demandan la presencia del Director Estatal de la Comisión Nacional del Agua para que “les dé la cara”.

4 Se llama “castigo” a la alfalfa, cuando se establece que en época de estiaje el cultivo de alfalfa se riegue al último y solo si alcanza el agua, dado que aunque el cultivo de alfalfa no se riegue, no se muere como otros cultivos, sino que solo se pierde un corte.

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Más tarde llegan los regantes del módulo Tepatepec con su líder, que reco-mienda orden a su gente. El líder de Tepatepec conversa con el líder del módulo Actopan, y acuerdan manejar cada uno a su gente, y evitar cualquier tipo de en-frentamiento entre módulos.

El líder del módulo Tepatepec es reconocido por los regantes como experto, como una persona que sabe mucho sobre las presas, que conoce la infraestructura del Distrito de Riego, que sabe hablar, que es buen gestor, que ha estado mucho tiempo en asuntos del agua, y que tiene experiencia en manejo del agua. Debido a esto, los regantes piden escuchar su punto de vista en torno a la situación. Como respuesta, el líder dice no estar de acuerdo con el deseo de provocar lesiones fí-sicas al Ingeniero, e invita a todos los regantes a soltarlo y dialogar de manera tranquila para llegar a un acuerdo. Sobre la situación del agua para Actopan hace referencia a la situación de las presas de almacenamiento y señala que de dar la orden en el Emisor Central de liberar agua para Actopan en ese mismo momento, debido a la escasa cantidad de agua en los canales de riego, el tiempo de conduc-ción sería de cuatro a cinco días; la única forma en la que podría llegar el agua al módulo Actopan en una situación de horas sería si se cerrasen todas las compuer-tas de los módulos aguas arriba.

En el lugar del cierre de carretera, ya han llegado los medios de comunicación, incluyendo a una televisora local que entrevista al líder del módulo Tepatepec.

Hay comentarios de los regantes de que el Ingeniero en Jefe del Distrito de Riego 003 Tula sienta lo que ellos sienten de no poder hacer nada para salvar los cultivos de los cuales subsisten. El líder del módulo Tepatepec invita a la vía pacífica y a la no violencia. Sin embargo, al ver que los regantes están discutiendo sobre si deben retener al Ingeniero, decide mover a su gente y sacarla de la movi-lización. Agradece a los del módulo Actopan por la invitación a realización de la movilización, pero manifiesta su desacuerdo con la violencia, así que mejor se re-tira con su gente. Argumenta que no quiere que terminen enojados, simplemente cada uno tiene diferentes formas de negociar el agua para su modulo. Al retirarse, recibe chiflidos y algunas groserías e improperios por algunos regantes del módu-lo Actopan, pero no permite que su gente conteste a la agresión, argumentando que esa no es la forma de pedir las cosas y que es mejor retirarse en paz, antes de meterse en más problemas.

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264 AntologíA sobre riego

Los regantes del módulo Actopan permanecen bloqueando la carretera por otras cinco horas, hasta que llegan los militares y, por medio de la fuerza, remue-ven a los regantes y liberan al Ingeniero en Jefe del Distrito de Riego.

Por su parte, el líder del módulo Tepatepec recomienda a su gente que es-tén preparados para regar, sabiendo de antemano que el canal vendrá lleno hasta el tope para abastecer a Actopan. Al día siguiente de la movilización, el agua efectivamente llega al módulo Actopan en cantidad suficiente para que los campesinos pueda regar sus parcelas, por lo que en los días posteriores se mantienen tranquilos.

ESTRATEGIAS DE LAS AUTORIDADES DE LA OPERACIÓN EN EL DISTRITO DE RIEGO

En contraparte a las estrategias de los regantes para negociar más agua, los en-cargados de la operación en el Distrito están también tomando medidas. Hay dos que conviene destacar: el incremento de la vigilancia y control del agua, y el acopio de información y negociación sobre la situación de los cultivos para priorizar los riegos.

VigilanciaDurante el estiaje, las autoridades del Distrito rolan al personal en diferentes hora-rios para evitar que los usuarios sepan cuándo van a llegar a supervisar los canales de riego. Aumentan la vigilancia a las 24 horas realizando rondines durante la no-che y el día, cuando normalmente solo vigilan durante el día. Los regantes, por su parte, rompen candados, toman agua sin permiso, y discuten con el canalero sobre el reparto del agua. Las autoridades del Distrito despliegan a la policía hidráulica para apoyar en vigilancia y, conforme avanza el estiaje, deciden pedir apoyo a la policía federal y al ejército para que resguarde los canales de riego. Las autoridades del Distrito realizan, con mayor frecuencia, aforos de canales y compuertas para tener un mayor control del agua que fluye por el sistema. Según avanza el estiaje, comienzan a gestionar con el Organismo de Cuenca del Valle de México el présta-mo de bombas para sacar agua de los canales.

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Acopio de información sobre situación urgencia de riegos y negociaciónEn el Distrito, está establecido que, durante el estiaje, se castigan las alfalfas y se da prioridad a los cultivos del ciclo agrícola primavera-verano considerados cultivos básicos: maíz, frijol, calabaza y chile. También está establecido priorizar riegos conforme a las necesidades de la planta. Para dar los riegos conforme a la necesidad de la planta, los canaleros de los módulos deben verificar el nivel de es-trés hídrico de las plantas, y así poder efectuar una distribución por la necesidad detectada del cultivo, priorizando los cultivos más necesitados.

Las autoridades del Distrito proponen a los módulos reuniones con los regan-tes por “tramo de canal por canalero”, para determinar la situación de urgencia de los cultivos. Esta información debe facilitar a las autoridades del módulo pro-gramar las compuertas con mayor necesidad de agua en el entendido de que se priorizan cultivos básicos sobre alfalfas, así como proporcionar a las autoridades del Distrito información sobre el agua que deben enviar por cada canal general. Cabe destacar que el agregado de información que requieren las autoridades del Distrito es por canal, y no por módulo.

Las autoridades del módulo dan la instrucción de que cada canalero cite a los regantes de su tramo para determinar y negociar la necesidad y priorización de sus riegos. En cada compuerta se nombra un representante de los usuarios. En las reuniones de los Canales Alto Requena y Endhó (ambos con un solo ca-nalero), al igual que en el Principal Requena, que es operado por tres canale-ros asisten los representantes por compuerta. En estas reuniones se acuerda la priorización de riegos con ayuda de los funcionarios del módulo; a las reuniones también acuden, eventualmente, el Jefe del Distrito de Riego, acompañado del Jefe de Operación.

Quizá deba señalarse que las autoridades del Distrito recurren a organizacio-nes no oficiales, como los representantes de compuerta o zanjeros, para establecer la necesidad y priorización de riegos.

Además de las anteriores acciones, las autoridades del Distrito responden a las movilizaciones de los regantes y, como ya se señaló, llevan a cabo un mayor núme-ro de reuniones del comité hidráulico, donde los módulos tienen representación, para llegar a acuerdos sobre distribución del agua.

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266 AntologíA sobre riego

LAS ESCUELAS DEL LIDERAZGO

La personalidad de los líderes de módulo atrae tanto la atención que conviene en-fatizar que en el Distrito existe un continuo proceso formativo de líderes. Para ser líder o representante de algún grupo el requisito es que tienen que ser regantes y dueños de las parcelas, como ejidatarios o propietarios privados, otro requisito es el expertise.

Líderes a nivel compuertaLos líderes de compuerta corresponden a representantes de los grupos más pe-queños en las negociaciones y movilizaciones. Los representantes de compuerta se caracterizan por ser regantes con facilidad de palabra y un cierto grado de escola-ridad, preferente de licenciatura. No suele importar si tienen o no experiencia en asuntos del agua, como dicen los mismos regantes: lo que buscan es que los acom-pañe un ingeniero o licenciado, y si no conoce mucho sobre el tema, los regantes le explican por el camino más o menos qué necesitan, para que él ‘como sabe hablar’, lo diga en ‘mejores palabras’. Algunos de los líderes de compuerta, en las moviliza-ciones del estiaje de 2011, ya habían ido de tres a cuatro veces a negociaciones, y, además, habían fungido como zanjeros, por lo que ya tenían cierto conocimiento sobre el funcionamiento del sistema. Aun así, sus negociaciones se limitan peticio-nes por más riegos o más volumen de agua por la compuerta, sin entrar en discu-siones sobre cuál zanja lleva más agua, cuál necesita más, cuál trabaja con menos, etc. No se entra en discusiones del sistema.

Líderes por comunidadLos líderes por comunidad pueden o no coincidir con algunas autoridad legalmen-te constituida, tal como el comisariado ejidal, delegado municipal, o juez de paz. Si la autoridad comunitaria no sabe del tema, se busca a alguien que conozca más, pudiendo ser su antecesor o alguien que anteriormente fue líder por compuerta o zanjero. Si la autoridad actual no sabe del tema, cede la negociación a la persona ‘que tiene más experiencia’, y esta es la que habla. Aunque la autoridad actual ceda la negociación, apoya acudiendo y presentándose como el Comisario Ejidal del Eji-do tal ante las autoridades del módulo.

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267movilizaciones en época de estiaje en el distrito de riego 003 tula

Cuando coincide la persona ‘que tiene más experiencia’ con aquella que está ocupando un cargo, como se dio en el caso del ejido de San Juan Tepa, el comisa-riado ejidal convocó a los ejidatarios como autoridad ejidal en la casa ejidal, y, ade-más, invitó a todos los regantes de esa comunidad, aún sin ser ejidatarios, para tra-tar sobre las acciones a tomar, y acudir a negociar con las autoridades del módulo.

En ocasiones los regantes piden la presencia de ‘un experto en el tema’ que tenga ya mucha experiencia, que haya administrado módulos de riego, que sepa gestionar, que sepa mucho sobre el estiaje, y que conozca el sistema de todo el Dis-trito de Riego. Los regantes piden que su comisariado que si puede invitar a dicho ‘experto en el tema’: un líder en asuntos del agua del módulo.

Líderes por módulos Los líderes por módulo son personas que han tenido cargos (delegado municipal, comisariado ejidal, etc.) en su comunidad, y que pueden o no tener un grado de estudio. Estos líderes tienen ya mucha experiencia en cuestiones del agua. Algunos han sido presidentes de módulos transferidos, y otros han sido presidentes de fon-dos de auto aseguramiento agrícola, o han gestionado escuelas, clínicas, o arreglos al panteón para sus comunidades. Conocen a gente en instituciones como CNA, SAGARPA o Gobernación, viven en las comunidades del módulo de riego, y son personas de fácil acceso: los regantes pueden abordarlos para cualquier problema en el momento que los necesiten. En particular conocen todo el sistema del Distrito de Riego e incluso la interacción con los otros Distritos de Riego, Ajacuba y Alfa-jayucan y conocen la Ley de Aguas Nacionales.

Formación de líderesCuando un líder carece de ‘experiencia’, acude a las reuniones y comienza presen-tándose y mencionando en dónde ha ocupado cargos como representante (com-puerta, comunidad, etc.). Probablemente ya fue líder de alguna otra cosa, como la construcción de una escuela. Para el nuevo liderazgo se allega a otros líderes y a los que tienen más experiencia sobre negociar agua. Es muy común ver a estos líderes con personas de edad avanzada que conocen el sistema de hace años, y a los cuales piden opinión sobre el siguiente paso a dar. Los nuevos líderes nunca toman decisiones por sí mismos, sino que acuden acompañados de más personas de su

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268 AntologíA sobre riego

confianza que les dan su opinión sobre alguna situación en particular. Los nuevos líderes necesitan tener gente que les explique cuestiones que aún no comprenden en su totalidad.

Algunos ejemplos de apoyos en las negociacionesCuando el líder desconoce cierto cuestionamiento que le hacen los funcionarios del módulo, permite que otro de sus seguidores conteste:

Autoridad del módulo: “Usted se refiere a la compuerta 37 del Endhó, la que riega a San Salvador. Mire, esa compuerta con anterioridad presentó problemas en sus mediciones. El año pasado, la Comisión mandó aforarla, pero no se han obtenido buenos resultados.”[un regante interviene al ver que su representante permanece callado]Regante: “Sí señor, pero el Ingeniero de CNA nos dijo que la verían pronto para evitar estos problemas de no saber cuánta agua nos dan. Ese día nos dijeron que nos autorizarían tres riegos mientras arreglaban esa compuerta.”[Al término, el regante vuelve a permanecer callado para permitir que su representante retome la negociación]Representante: “Sí [afirma], ese es el motivo que nos trae aquí, la falta de agua en nuestras parcelas y la inconsistencia en los acuerdos que toman con nosotros. Primero no dicen una cosa, luego hacen otra… venimos a que nos den los tres riegos que nos prometieron.”

Cuando un líder permite una intervención o cede a otro la negociación es por mayor experiencia, o porque el otro líder cuenta con información más reciente.

Ejemplo de un líder de módulo que cede la negociación a otro líder de modulo (Oficinas de Distrito de Riego 003 Tula):

Líder módulo Tlahuelilpan: “Ingeniero [dirigiéndose al Jefe de Operación del Distrito de Riego 003], el problema es ¿qué vamos a hacer con nuestras alfalfas?”Jefe de Operación del Distrito: “Sí, mira, estamos viendo eso. Posiblemente la otra semana ya van a poder regar. Esperamos que el Emisor se recupere del tapón, y ya abriremos los riegos a alfalfas.”

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Líder módulo Tlahuelilpan: “Pero sí hay agua, Ingeniero. Me acaban de de-cir que tienes agua. ¿Por qué no la das? Aquí está el amigo líder de Tepa, que acaba de llevar a su gente el sábado. Checaron y tenían agua. Entonces, ¿qué pasa? A ver, amigo de Tepa, explícale al Ingeniero cómo está su presa, porque tal parece que él no sabe cuánta agua tiene su presa.”Líder módulo Tepatepec: “Sí, mira, Ingeniero. Nosotros fuimos con mi gente el sábado y recorrimos las presas. Vimos la escala y era de 2.71. Con eso hemos estado años antes y no castigabas tanto alfalfas. Este año tandeas, pero en años pasados no se tandeaba, y regábamos más. Tan solo ve, estás mandando más agua para Ajacuba, cuando es nuestro derecho regar primero nosotros. Estás trabajando por represos, tarda más el agua en llegarnos. Mándala por los canales laterales, nosotros la desviamos para que llegue más rápido.”Jefe de Operación del Distrito: “Sí. Mira, [nombre del líder], lo que pasa es que ese día tuvimos que mandar agua a Alfajayucan. Por eso miraron la escala alta, pero no podemos dejarlos sin agua a ellos. Los represos los uso para subir el agua. Tú sabes que, si no los usamos, Alto Tepa no tiene agua. Los laterales estamos viendo, estamos viendo…”Líder de Tepatepec: “Mira, Ingeniero, aquí traigo los volúmenes de presas que dijeron tienen el día de hoy. Ya pedí un informe a su meteorológico so-bre las lluvias. No lloverá, necesitamos agua para las alfalfas, no queremos tomártela sin permiso, pero sí necesito que ayudes a la gente.”[El resto de la negociación la efectúa el líder del módulo Tepatepec. Al final salen de la reunión y un líder le comenta al otro:]Líder Tlahuelilpan: “Nooo... que paciencia les tienes a estos... [refiriéndose a los funcionarios de CNA]. La verdad qué bueno que hablaste mejor tú, para no estar en pleitos.”Líder de Tepatepec: “Sí, es que tú eres más de guerra. La cosa es demostrar-le que uno es campesino pero con educación, y hablarles bonito. Ya ves, nos dieron lo que pedimos, ni modos de decirnos que no, si sabíamos bien cómo estaba el agua en las presas y los canales.”Líder Tlahuelilpan: “Si es que tú acabas de ir. Yo no he movido a mi gente, pero a la próxima, si quieres, vamos nosotros, y ya te echamos un grito de cómo está todo allá arriba [a la parte alta del Distrito de Riego].”

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CONCLUSIONES

Las movilizaciones de los regantes tienen detrás una estructura organizativa y un cúmulo de conocimientos de saber cómo organizarse. Las movilizaciones son una estrategia de los regantes para negociar la distribución del agua, con dos componentes importantes: la información sobre la situación del agua y sobre la inequidad en los riegos por un lado, y, la presión sobre las autoridades a cargo de la operación por otro.

Existe una distribución inequitativa en el Distrito. Los espacios con mayores restricciones de acceso al agua son los que se movilizan. Es posible que la incapa-cidad de las organizaciones formales de los regantes para negociar la distribución del agua, tanto la inequidad permanente entre aguas arriba y aguas abajo, como durante el estiaje esté relacionado con un diseño de los módulos de riego que no corresponde a una solidaridad o interés común de base hidrológica para todos los regantes del módulo.

La unidad hidrológica a nivel compuerta y a nivel canal corresponde a un con-junto de regantes que se beneficia en común del recurso y que comparten la misma problemática. Así la planeación de operación se realiza de hecho por unidades hi-drológicas; ello se refleja, por ejemplo en las estrategias de las autoridades del Dis-trito para conjuntar información ‘por tramo de canal por canalero’. Bajo la lógica de que las unidades hidrológicas son las de operación y necesidad de cooperación, Coward (1977), señala que la institución de riego debe basarse en el canal y no en la comunidad, cuando pertenencia al canal y a la comunidad no coinciden. Probable-mente el mismo principio debiera aplicarse al diseño de los módulos.

Agradecimientos. Investigación realizada con el apoyo del proyecto CONA-CYT núm. 79201 “Juntas de aguas, unidades de riego y otras organizaciones de re-gantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades autogestivas de los regantes”.

Referencias

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Page 273: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

272 AntologíA sobre riego

Cuadro 1: Puntos de control donde el aforador general entrega a los aforadores auxiliares

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Page 274: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

273movilizaciones en época de estiaje en el distrito de riego 003 tula

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274 AntologíA sobre riego

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INTRODUCCIÓN

El espacio hidráulico que corresponde a dos sistemas de riego interconectados que riegan 1,498 hectáreas es actualmente administrado por una organización no ofi-cial, o, cuando menos, no reconocida por la Comisión Nacional del Agua. A pesar de no estar reconocida por la CNA, la organización está constituida como Asocia-ción Civil ante notario público.

La Asociación Civil administra el espacio correspondiente a la mayor parte del espacio hidráulico antes gestionado por una organización denominada ‘Junta de Aguas del Río Tejalpa y sus Afluentes’. El espacio hidráulico que actualmente no está comprendido en la Asociación Civil, pero que fue parte de la Junta de Aguas, corresponde a tomas comunitarias sobre el río Tejalpa y sus afluentes.

La creación de la organización de usuarios ‘Junta de Aguas’ fue resultado de una política del Estado, las modificaciones en cuanto a reducción del espacio hidráulico administrado por la organización de los usuarios así como su actual carácter no oficial son atribuibles a la operacionalización de la ley de aguas de 1992. Si la dinámica que presenta este estudio de caso es generalizable enton-

VIII. Junta de Aguas del río Tejalpa y sus afluentes

Noé Antonio Aguirre González | Roberto Montes Hernández | Jacinta Palerm Viqueira

Page 277: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

276 AntologíA sobre riego

ces hay un deterioro de la administración del agua al perder las organizaciones de usuarios reconocimiento oficial y al reducirse el espacio de actuación de las organizaciones.

La presentación se divide en tres partes. En la primera se describe el espacio hidráulico; en la segunda se aborda la creación de la Junta de Aguas y su trans-formación en Asociación Civil, y en la tercera se presenta la dinámica actual de la Asociación Civil en lo referente a mantenimiento y distribución del agua de riego.

DESCRIPCIÓN DEL ESPACIO HIDRÁULICO

El espacio hidráulico reglamentado en la década de 1930 comprende al río Tejalpa y sus afluentes. Aguas arriba sobre los afluentes del río Tejalpa hay una multitud de presas derivadoras que abastecen a otras tantas comunidades y pequeñas propie-dades (ver Figura núm. 1). Aguas abajo hay dos presas derivadoras que dan lugar a dos canales multicomunitarios interconectados. Estos dos canales son los que ac-tualmente conforman la AC. Además de esto, hay algunas presas derivadoras que riegan pequeños espacios aguas abajo (Ver Figura núm. 2). Con la reglamentación se implementa una junta de agua.

Antes del reparto agrario, en 1928, el espacio hidráulico estaba en posesión de 16 propiedades (haciendas y ranchos). En la primera reglamentación de 1932 hay 66 usuarios entre ejidos, pueblos, haciendas y ranchos. En la reglamentación de 1934 hay 54 usuarios entre ejidos, pueblos, haciendas y ranchos, y, actualmente, la A.C. incluye a 40 usuarios entre ejidos, pueblos, haciendas y ranchos. Sólo 21 usua-rios entre ejidos, pueblos, ranchos y haciendas se han separado de la Asociación Civil (Cuadros núm. 1-A, 1-B, 1-C y 1-D).

Los sistemas de riego de ‘aguas arriba’En las tomas comunitarias de “aguas arriba”, el riego se realiza en su mayoría con aguas directas y carecen de reservorios secundarios para almacenar el agua. Presas derivadoras o tomas sobre el río la Cocinera o Chiquito:

La toma de la Hacienda de BarbabosaLa toma del rancho de las Ánimas

Page 278: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

277junta de aguas del rio tejalpa y sus afluentes

Presas derivadoras o tomas sobre el río Tejalpa:Presa derivadora los Trozos (riego del ejido de San Juan de Las Huertas)Presa derivadora de las Minas (riego del ejido de San Juan de Las Huertas)Presa derivadora del Ejido de San Cristóbal TecolitPresa derivadora de los GuajotesPresa derivadora del Rancho del Molino de GuadalupePresa derivadora de San LorenzoLa presa derivadora de San Luis Mextepec y El Jaral

Presas derivadoras o tomas sobre el río San Pedro:Presa derivadora el PatioPresa derivadora La VirgenPresa derivadora El CoyotePresa derivadora de San Antonio AcahualcoPresa derivadora La EstrellaPresa derivadora El Capulín

Los sistemas de riego de ‘aguas abajo’Aguas abajo, a partir de las presas derivadoras del Calicanto y Jaral, que dan lugar a dos sistemas interconectados, cada ejido, comunidad o particular cuenta con re-servorios secundarios para almacenar el agua conocidos como ‘bordos’ (o ‘jagüe-yes, en otras regiones de México). En este espacio hay 88 bordos en uso, y 8 fuera de funcionamiento. Los bordos tienen la función de almacenar el agua de riego que llega por tandeo durante la temporada de riegos, así como almacenar agua una vez terminada la temporada de riegos para asegurar el primer riego.

La Asociación Civil administra la presa derivadora ubicada sobre el río San Pe-dro, conocida con el nombre de El Calicanto, que abastece al canal general El Ce-rrillo; y, aguas abajo, ya sobre el río Tejalpa, la presa llamada El Jaral, que abastece al canal general de El Parcionero. El canal el Parcionero se incorpora al canal El Cerrillo en la toma conocida como la Soledad. (ver Figura num. 2).

Además, aguas abajo, hay otras pequeñas presas derivadoras comunitarias sobre el río Tejalpa.

Page 279: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

278 AntologíA sobre riego

La distribución del agua de los ríos, tandeo de enero a junioLa distribución del agua sobre los ríos y sobre los canales, está basado en un tan-deo. Dicho tandeo consiste en que cada usuario recibe cierto número de horas de agua, en ciclos de 28 días, durante el periodo de enero a junio de cada año.

En la década de 1920 el espacio hidráulico a que se hace referencia contaba con 16 usuarios que se tandeaban el agua (Cuadro num. 1-a). El sistema de tandeos se encuentra reportado desde antes del reparto agrario y de la reglamentación. En 1928 el Ing. Carlos Ramírez Ulloa, comisionado por la Secretaria de Agricultura y Fomento (SAF) para informar sobre la situación de la infraestructura y distribu-ción del agua en el río Tejalpa, señala:

“... casi todos los usuarios del río Tejalpa tienen bordos solucionando con esto y con el sistema de tandeos muchos conflictos” (AHA, AS, C. 223, Exp. 5347)“... no es necesaria la reglamentación de esta agua, debido a que los usua-rios han implantado un sistema de tandeos que evita todo conflicto” (AHA, AS, C. 223, Exp. 5347, Fs 43).

Las aguas de los tandeos de enero a junio se almacenan en los bordos, para después regar cuando el cultivo así lo requiera. No obstante, cuando el bordo de la comunidad o ejido está lleno y no necesitan el tandeo, se avisa a algún in-tegrante de la mesa directiva de la AC, que no se va a tomar el tandeo y se pasa a alguna otra comunidad usuaria que lo requiera. Quien quiera que use el agua paga por ese tandeo. Si nadie requiere del agua no se sube al canal, sino que se deja continuar por el río.

El llenado de los bordos con las crecientesCuando se termina el calendario de tandeos y el riego de cultivos de enero a junio, se hace la limpieza de los dos canales generales de la Asociación Civil. La inspec-ción de la limpieza se realiza en septiembre, y el llenado de bordos inicia entre oc-tubre y diciembre. El orden de llenado de los bordos depende del orden en que las comunidades terminan los tramos de canal que les corresponde limpiar y pasan la inspección a cargo de la mesa directiva de la Asociación Civil. El almacenamiento de agua en los bordos, después de la temporada de riegos, es importante para ase-gurar el riego de punta en febrero.

Page 280: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

279junta de aguas del rio tejalpa y sus afluentes

CultivosLa mayoría de los ejidos y comunidades siembran maíz de ciclo largo. Los tra-bajos del ciclo agrícola inician con el barbecho en enero, y en febrero se realiza un riego de punta. La siembra se efectúa a mediados y finales de marzo e incluso hasta mediados de abril, y los primeros elotes se cosechan hacia mediados de septiembre. La cosecha inicia a finales de octubre y se prolonga hasta mediados de diciembre.

DE JUNTA DE AGUAS A ASOCIACIÓN CIVIL

A fines del siglo XIX se establece que es competencia del ejecutivo federal la re-glamentación de corrientes cuando son ríos navegables. A principios del siglo XX, la legislación de aguas indica que la reglamentación debe ser implementada por una organización de usuarios denominada ‘Junta de Aguas’. El primer paso en la reglamentación de corrientes por el ejecutivo federal era realizar la declaratoria de propiedad nacional de la corriente (Palerm, 2005).

En el caso del río Tejalpa y afluentes, las declaratorias de propiedad nacional de las corrientes se realizan en las décadas de 1920 y 1930 (ver Cuadro num. 2). Los primeros reglamentos son de 1932 y 1934 (ver Cuadro num. 3).

La política de reglamentación de corrientes, iniciada a finales del siglo XIX y que tuvo un gran impulso en la primera mitad de siglo XX, se traslapa con el repar-to agrario. Aunque se ha propuesto que el reparto agrario produce una ruptura en la administración del agua, hay una creciente evidencia de continuidades (Palerm, 2009: 227-228). Así por ejemplo, en el caso del Tejalpa, el tandeo que se establece en las reglamentaciones de la década de 1930 está basado con toda seguridad en el tandeo preestablecido que reporta en 1928 el Ing. Carlos Ramírez Ulloa, comi-sionado por la Secretaria de Agricultura y Fomento (SAF) para informar sobre la situación de la infraestructura y distribución del agua en el río Tejalpa.

Los reglamentos de 1932 y 1934 para el río Tejalpa y afluentes, así como modi-ficaciones y adecuaciones a los mismos reflejan la incorporación de nuevos usua-rios beneficiarios del reparto agrario, así como ajustes en la distribución de agua. No obstante el esquema básico se mantiene: a) en el reporte de 1928 se indican tandeos y horas de riego; b) en el reglamento del 1932 se indica un cuadro de dis-

Page 281: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

280 AntologíA sobre riego

tribución con fechas y duración para cada uno de los usuarios, es decir un tandeo; c) en el reglamento de 1934 el cuadro de distribución indica tandeos de 28 días y número de horas1.

La Junta de Aguas y posteriormente la Asociación Civil administran la red prin-cipal, mientras que la distribución interna está a cargo de autoridades propias de las comunidades. La AC se hace cargo de la distribución del agua a los ejidos, co-munidades, ranchos y haciendas conforme el tandeo, para lo cual tiene contratado a un canalero. Se encarga también de coordinar el mantenimiento (aunque cada usuario tiene su tramo asignado), de aprobar el trabajo realizado, de establecer el orden para el llenado de los bordos, de dirimir conflictos entre los usuarios, así como realizar negociaciones hacia afuera.

La estructura de organización, como Junta de Aguas, siguiendo el reglamento de 1934, y posteriormente como Asociación Civil, siguiendo los estatutos, consis-te en una Asamblea General conformada por los representantes de comunidades o ejidos y propiedad privada, la cual a su vez nombra de entre sus miembros a una Mesa Directiva. Los reglamentos de la Junta de Aguas y el estatuto de la Aso-ciación Civil marcan un relevo de dicha Mesa Directiva, sin embargo la tendencia ha sido de larga permanencia de las mesas directivas. La Mesa o Comité Directi-vo se mantuvo sin cambios entre 1981 y1999, y la Mesa Directiva de la AC se ha mantenido sin cambios desde 1999 hasta la fecha (2010). La larga permanencia de las mesas directivas, que podría ser un indicador de centralización de la toma de decisiones, va de la mano de frecuentes reuniones de los representantes para la toma de decisiones y, por lo tanto, no se puede hablar de una concentración de la toma de decisiones. Asambleas de la Asociación Civil.- Los representantes de las comunidades o ejidos y de los pequeños propietarios se reúnen en Asamblea una vez al mes, el primer domingo de cada mes. En las Asambleas se efectúan las siguientes acti-vidades: Pase de lista con la finalidad de sesionar el 50% más uno; se elige a un presidente de debates, el cual se encarga de ceder la palabra entre los usuarios; se efectúa la lectura del acta de la sesión anterior con el fin de verificar si hay

1 Por ejemplo, a un dado el ejido le toca el agua el 1 de enero de las 6 am hasta las 6 pm; el 29 de enero de las 6 am hasta las 6 pm, el 26 de febrero de las 6 am hasta las 6 pm, y así el 26 marzo, 23 abril y 21 mayo; para junio ya iniciaron las lluvias. En los cuadros de distribución se encuentra indicado el número total de horas de agua con el señalamiento que es en ciclos de 28 o 31 días.

Page 282: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

281junta de aguas del rio tejalpa y sus afluentes

pendientes sin resolver, y de poner al corriente a los usuarios que no asistieron a la asamblea anterior. La sesión inicia con la resolución de inconformidades entre los usuarios, que por lo general se refieren a abusos de aguas; se da paso al in-forme que entrega por escrito el canalero, haciendo mención de tandeos, infraes-tructura y problemas que hubiesen podido surgir a lo largo del mes. En seguida, se pasa a ‘asuntos generales’, en donde tratan temas tales como acuerdos de lim-pieza, abusos del agua, rehabilitación, problemas con las autopistas, información sobre la cosecha de peces en los bordos, invitaciones, etc. Finalmente, el secreta-rio de la Mesa Directiva levanta el acta de la Asamblea y todos los representantes firman, con lo que se concluye.

No obstante que el Estado inicialmente “impuso” la organización de usuarios en Juntas de Aguas (Valladares, 2004), los usuarios del río Tejalpa, al igual que usuarios de otras regiones, se apropiaron de la institución (González Huerta, 2000; Rivas, 2004). La Junta de Aguas creada en 1932 estuvo vigente hasta 1999, y tiene continuidad en la actual Asociación Civil.

Destaca el respeto a los tandeos de aguas mansas que no sólo se mantiene en el espacio de la Asociación Civil, sino aparentemente también en las comunida-des que se separaron. Destaca asimismo la implementación de un orden en la distribución de aguas broncas para el llenado de bordos o jagüeyes que no está contemplada en los reglamentos.

EL IMPACTO DE LA LEGISLACIÓN DE 1992 Y SU OPERACIONALIZACIÓN

A pesar de todo, la nueva Ley de Aguas de 1992, así como su operacionalización, han provocado una pérdida de reconocimiento oficial de la Junta de Aguas. Tam-bién han impedido o dificultado el proceso para oficializar la Asociación Civil que daría continuidad a la Junta de Aguas, y han contribuido a la separación de comunidades-ejidos de la Asociación Civil que también da continuidad a la Junta de Aguas.

Sin embargo la nueva ley de aguas de 1992, así como su operacionalización, han provocado la perdida de reconocimiento oficial de la Junta de Aguas. También han impedido o dificultado el proceso para oficializar la Asociación Civil que daría

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282 AntologíA sobre riego

continuidad a la Junta de Aguas, y han contribuido a que comunidades y ejidos de aguas arriba, que pertenecían a la Junta de Aguas, se separasen.

En la legislación sobre aguas de 1992 desaparece toda mención de las Juntas de Aguas. La legislación de aguas de 1972 consideró tres formas administrativas para el agua de riego: las juntas de aguas, los distritos de riegos e introduce las unidades de riego para el desarrollo rural (URDERAL). Sin embargo, la legislación de aguas de 1992 considera únicamente los distritos y unidades de riego. Así pues, actual-mente los usuarios deben conformar una Unidad de Riego, para lo cual es necesa-rio que los usuarios se constituyan en Asociación Civil, además de otros requisitos, que son ultimadamente necesarios para lograr contar con el reconocimiento oficial y que se le extienda un título de concesión a la Unidad de Riego. Es decir, otra innovación de la legislación de aguas de 1992 es un nuevo registro de concesiones (REPDA: Registro Público de Derechos de Agua), cuyos títulos, además, tienen validez solo por un período limitado de años.

Ciertamente, el trámite del REPDA es motivo de confusión, ya que, aparen-temente, no registra los derechos de agua tal y como están y que, a su vez, son continuación de concesiones preexistentes. Las concesiones originales pueden ser muy antiguas, aun en el caso del reparto agrario, pueden dar continuidad a una vieja concesión que pasó por accesión junto con la dotación en tierra de riego o pueden corresponder a la recuperación de derechos desde tiempos de la gentilidad (Palerm, 2009-B).

En el caso de la Junta de Aguas del río Tejalpa, la adecuación a la nueva legis-lación para poder recibir un título de concesión ocasionó una ruptura entre los usuarios con el resultado de que las comunidades ubicadas aguas arriba en el es-pacio hidráulico se independizaron. Sin embargo, los usuarios de los dos sistemas interconectados prefirieron dar continuidad a la Junta de Aguas, conformando así una Asociación Civil. Es posible que la continuidad esté vinculada a los requeri-mientos de manejo de los dos sistemas: la distribución de las aguas mansas en la temporada de riego y de las aguas broncas para almacenamiento en los bordos, así como el mantenimiento y el manejo del conflicto.

La Asociación Civil se constituye ante notario público, pero no está acreditada por la Comisión Nacional del Agua, y por lo tanto no cuenta con título de conce-sión. Por otra parte, algunos ejidos y propiedades privadas integradas en la Aso-

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283junta de aguas del rio tejalpa y sus afluentes

ciación están conformados en unidad de riego y cuentan con título de concesión. (Cuadro 1-d), al igual que algunos usuarios de “aguas arriba” que ya no pertenecen a la Asociación Civil (Cuadro 1-e).

La contribución de funcionarios al proceso de transformación de Junta de Aguas a Asociación Civil El funcionamiento de la junta de aguas se extiende desde la década de 1930 a la década de 1990, y la transformación en Unidad de Riego inicia en 1996. El día 11 de enero de 1996, un técnico de la CNA convocó a una reunión a la Junta de Aguas en las oficinas de la Comisión Nacional del Agua ubicadas en Metepec, Estado de México. El objetivo de esta reunión fue informar del proceso de transformación de Junta de Aguas a Unidad de Riego, así como de los requisitos y las documentacio-nes necesarias para llevar a cabo dicho trámite.

La propuesta inicial de la CNA, según los informes de los usuarios, fue de cons-tituir a cada ejido o comunidad como una unidad de riego. La contrapropuesta de los usuarios fue de simplemente dar continuidad a la Junta de Aguas bajo el nuevo formato de Unidad de Riego; para ello el primer paso era estar constituidos en Aso-ciación Civil. El trámite de mutar la Junta de Aguas en Unidad de Riego se inició con el acuerdo de todos los usuarios, y el acta de constitución en una sola Asocia-ción Civil tiene fecha del día 19 de febrero de 1999. Los usuarios que actualmente participan en la AC, al igual los de ‘aguas arriba’ que posteriormente se separaron, están registrados en el acta de constitución de la AC de 1999 (Cuadros 1-d y 1-e). El siguiente paso para la mesa directiva de la Asociación era el de obtener un título de concesión para conformar una única unidad de riego.

El proceso de gestión se vio interrumpido debido al fallecimiento del ingenie-ro encargado del trámite por la CNA en un accidente carretero en el año de 2000, y al fallecimiento del presidente de la mesa directiva encargado del proceso por parte de la AC en el 2002. Esto da paso a una serie de sucesos que interrumpen la transformación de Junta de Aguas a Unidad de Riego. El primero de estos sucesos sería la separación de 16 comunidades y 5 propiedades privadas de la Asociación Civil, estos usuarios ubicados aguas arriba en el espacio hidráulico y que cuentan con pequeñas tomas, desconocen a la primera mesa directiva de la AC elegida en 1999.

Page 285: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

284 AntologíA sobre riego

El segundo suceso es la conformación de unidades de riego, tanto en las comu-nidades y ejidos que se separan de la Asociación, como de aquellas pertenecientes a ella. Al parecer, el ingeniero encargado de concluir el proceso decide retomar el plan original de la CNA y conformar unidades de riego por comunidad o ejido. Aparentemente hay un pago por el servicio de trámite y la gente del lugar señala que los ejidos que no pagaron por este trámite son los que no están registrados en el REPDA. En el espacio hidráulico que administra la AC, 8 de 29 ejidos están registrados, y 3 de 10 propiedades privadas están registradas. En cuanto a los usua-rios “aguas arriba” que se separaron de la AC, 15 de 16 ejidos están registrados, y sólo una de las 5 pequeñas propiedades está registrada (Cuadros 1-d y 1-e).

No obstante que las comunidades-ejidos de aguas arriba se separan de la Aso-ciación, mantienen el tandeo que probablemente fue establecido desde antes de la implementación de la Junta de Aguas.

La permanencia de la organización no oficial: la Asociación Civil, que da con-tinuidad a la Junta de Aguas, probablemente se fundamenta en la necesidad del manejo coordinado de la infraestructura hidráulica: dos canales generales inter-conectados. Mientras que las comunidades que se separan de la Asociación no comparten infraestructura, pues cada una de ellas depende de su propia presa de derivación sobre los ríos que componen la subcuenca.

LA PROBLEMÁTICA ACTUAL DEL ESPACIO HIDRÁULICO

La Junta de Aguas como organización oficial ha desaparecido, y la Asociación Civil que le da continuidad no tiene reconocimiento oficial y su ámbito geográfico de competencia es menor a la antigua Junta de Aguas, debido al desligamiento de las comunidades de aguas arriba. Las unidades de riego reconocidas por la CNA, y que cuentan con título de concesión registrado en el REPDA, corresponden a ejidos y propiedad privada, ubicados tanto aguas arriba como en el espacio mismo que abarca la Asociación.

Con las modificaciones a la legislación y su operacionalización en campo, se rom-pe oficialmente con el manejo multicomunitario tradicionalizado para la distribución de agua, el mantenimiento de infraestructura y la mediación de conflictos del río Te-jalpa. Formalmente sólo hay organizaciones a nivel de comunidad. Se puede afirmar,

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285junta de aguas del rio tejalpa y sus afluentes

entonces, que desde la perspectiva de presencia de instituciones formales, la adminis-tración del agua ha empeorado al no existir instituciones formales multicomunitarias.

No obstante, la administración misma del agua de riego no ha empeorado, gra-cias a la decisión de los mismos usuarios de mantener una organización no oficial. Actividades tan importantes como el tandeo de aguas mansas, los acuerdos sobre distribución de aguas broncas para llenar los bordos, la coordinación del mante-nimiento de canales comunes, y la gestión de conflictos están en manos de una organizaciones no oficial y, en el caso de las comunidades de aguas arriba, en el respeto a la tradición de tandeos.

A pesar de esta capacidad de mantener la buena administración del agua de riego en funcionamiento, los usuarios del río Tejalpa enfrentan problemas para los cuales las nuevas organizaciones formales no coadyuvan a su solución, y, también, la nueva legislación ha creado nuevos problemas.

Los usuarios carecen de una institución formal que coadyuve a enfrentar situa-ciones tales como los problemas de contaminación, ya que los drenajes y desagües de los fraccionamientos nuevos se vierten en dicho cauce. Además se prevé un au-mento de esta problemática por cambios en el uso del suelo, y la construcción de nuevas unidades habitacionales que necesitan agua y drenaje. Así mismo la cons-trucción de carreteras o calles para el nuevo entorno urbano, interfieren con el regadío en dos formas principales, para enfrentar los problemas que crean nuevas vías de comunicación que interfieren en dos formas principales; por un lado sec-cionan el sistema al pasar carreteras por antiguas tierras de cultivo y por otro lo confinan y fraccionan a espacios cada vez más reducidos.

Un nuevo problema es el relacionado a los títulos de concesión oficiales que han entrado en la etapa de vencimiento. En este punto no se sabe si la CNA volverá a otorgar las concesiones por otros 10 años, o si la CNA se centrará en la dotación de agua potable para los nuevos fraccionamientos. Adicionalmente hay usuarios que carecen del nuevo título de concesión.

Un nuevo problema es el relacionado a los títulos de concesión oficiales que han entrado en la etapa de vencimiento. En este punto no se sabe si la CNA volverá a otorgar las concesiones por 10 años más, o si se centrará en la dotación de agua po-table para los nuevos fraccionamientos. Adicionalmente, hay usuarios que carecen del nuevo título de concesión.

Page 287: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

286 AntologíA sobre riego

Agradecimientos. Investigación realizada con el apoyo del proyecto CONA-CYT núm. 79201 “Juntas de aguas, unidades de riego y otras organizaciones de re-gantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades autogestivas de los regantes”.

Referencias

Archivos Consultados

Archivo Histórico del AguaAHA, AS, C. 223, Exp. 5347Archivo General AgrarioAGA, For -13-foj167 AGA, For -15-33-2987Archivo Histórico del Estado de MéxicoAHEM, FA, 1934. Vol. 13, Exp. 47/Fs 24.AHEM, CAM, 1940-1954. Vol. 128, Exp. 2-14582/Fs. 15.Archivo de la Junta de Aguas/ Asociación CivilRegistro Público de Derechos de Agua (REPDA), En línea: Consulta a la base de datos del REPDA http://www.conagua.gob.mx/REPDA/

Bibliografía

González Huerta, M. 2000 “El sistema de riego de los manantiales de San Juan Teotihuacán” en J. Palerm Viqueira y T. Martínez Saldaña (eds.) Antología sobre pequeño riego, vol. II Organizaciones autogestivas, Colegio de Postgraduados/ Plaza y Valdés, México.

Palerm, J. y T. Martínez Saldaña 1997 “Introducción: la investigación sobre pequeño riego en México” pp. 1-42 En T. Martínez Saldaña y J. Palerm Viqueira (eds.) Antología sobre pequeño riego, Colegio de Postgraduados.

Palerm, J. 2005 “Políticas del Estado para la administración y gobierno de sistemas de riego y redes hidráulicas” pp. 263-289 En Juan Manuel Durán, Martín Sánchez y Antonio Escobar (eds.) El agua en la historia de México, Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades/Universidad de Guadalajara y El Colegio de Michoacán, México.

Palerm, J. 2009 “Los antecedentes de las organizaciones de regantes, México” pp. 227-248 En J. Palerm, T. Martínez (eds.) Aventuras con el agua. La administración del agua de riego: historia y teoría, Colegio de Postgraduados.

Palerm, J. 2009-b Las aguas en la legislación agraria y las organizaciones de regantes Artículos y ensayos de Sociología Rural (revista de la UACh), núm. 6, pp. 18-47.

Rivas, María 2004 “Organización y readaptación organizativa para el riego: barranca Amatzinac, zona baja y Canal Tenango, Morelos”, Boletín Archivo Histórico del Agua: Organizaciones autogestivas para el riego, nueva época, año 9, 2004, publicación de aniversario (10 años) pp. 80-84.

Valladares de la Cruz, Laura R. 2004 “Conflictos hidráulicos en Morelos 1880-1940: de era de la hacienda al modelo ejidal campesino”, Boletín Archivo Histórico del Agua: Organizaciones autogestivas para el riego, nueva época, año 9, 2004, publicación de aniversario (10 años) pp. 67-79.

Page 288: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

287junta de aguas del rio tejalpa y sus afluentes

Cuadro 1. Usuarios identificados en inspección realizada en la Subcuenca del Río Tejalpa 1928.

RÍO / ARROYO USUARIO USO DEL AGUA TANDEO(meses de 31 días)

Tejalpa

1 Hacienda de Jicaltepec Riego 5 días

2 Hacienda San Cayetano Riego 5 días

3 La Laguna Riego 6 días

4 La Purísima Riego 1 día

5 R. San Bartolo Riego 1 día

6 R. San Bartolito Riego 1 día

7 Hacienda del Molino de Guadalupe

Riego 3 horas diarias

8 Hacienda Tejalpa Riego 12 horas diarias

San Pedro

9 Hacienda La Puerta Riego 4 días

10 Rancho El Capulín Riego 1 día

11 Rancho San Juan Riego 1 día

12 Rancho San Isidro Riego 1 día

13 Rancho San José Buenavista

Riego 2 días

14 La Palma Riego 1 día

La Cocinera

15 Rancho El Ejido Riego 1 día

16 El Rancho 1 día

* En tiempo de crecientes no hay reglamentación de agua, pues no es necesario por su abundancia. Comentarios del Ing. Ulloa, encargado de la inspección.

Fuente: AHA-AS, Caja 223, Exp. 5347, foja 63

Page 289: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

288 AntologíA sobre riego

Cuadro 1-B. Usuarios registrados en reglamentación provisional de la Subcuenca del Río Tejalpa 1932.

continua...

RÍO / ARROYO USO DEL AGUA 1SUP DE RIEGOUSUARIO

Tejalpa

Hacienda de Jicaltepec Riego1

San Cayetano Riego2

La Laguna y Anexas Riego 371-76-503

Hacienda de La Puerta Riego 146-76-294

Vecinos de Calixtlahuca Público y Doméstico U.P.D.5

Ejido de Tecaxic Riego 50-68-006

Hacienda de Serratón Riego 58-72-007

Rancho de Beatas Riego 137-77-508

Ejido de San Luis Mextepec Riego 33-40-009

Vecinos de San Luis Mextepec Público y Doméstico U.P.D.10

Vecinos de Zinacantepec Público y Doméstico U.P.D.11

Hacienda del Molino de Guadalupe Riego 53-25-0012

Vecinos de Tecaxic Público y Doméstico 14-35-0013

Vecinos de Tecaxic Público y Doméstico U.P.D.14

Rancho el Ejido Riego 104-02-0015

Ejido de San Cristóbal Tecolít Riego 262-00-0016

Vecinos de San Cristóbal Tecolít Público y Doméstico U.P.D.17

Ejido de San Juan de Las Huertas Riego 300-00-0018

Vecinos de San Juan de las Huertas Público y Doméstico U.P.D.19

20 Hacienda Tejalpa Riego 159-31-30

1 Hacienda La Puerta Riego 182-76-71

2 Hacienda El Arroyo Riego 126-00-00

3 Rancho El Capulín Riego

7 Rancho San Isidro Riego

6 Rancho Amealco Riego

5 Rancho Amealquito Riego

4 Rancho San Juan Riego

13 Vecinos de San Pablo Autopan Público y Doméstico

12 Ejido de San Pablo Autopan Riego

11 Hacienda de Nova Riego

10 Rancho de las Peñas Riego

9 Anexos a Nova Riego

8 Rancho San José Buenavista Riego

San Pedro

Page 290: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

289junta de aguas del rio tejalpa y sus afluentes

Cuadro 1-B. Usuarios registrados en reglamentación provisional de la Subcuenca del Río Tejalpa 1932.

continuación...

De la Cocinera

1 Rancho El Ejido Riego

2 Rancho de Ánimas Riego

3 Ejido de San Antonio Acahualco Riego

4 Hacienda de San Pedro Riego

5 Hacienda Tejalpa Riego

Chiquito o de la Huerta

1 Vecinos de Tecaxic Público y Doméstico 60-00-00

2 Rancho de la Luz Riego 9-58-92

3 Rancho El Ejido Riego 54-80-58

4 Rancho Zimbrones Riego 60-00-00

5 Hacienda Barbabosa Riego 66-00-00

6 Ejido de San Antonio Buenavista Riego 122-00-00

7 Vecinos de San Antonio Buenavista Público y Doméstico U.P.D.

8 Vecinos de Santa Cruz Cuahutenco Público y Doméstico U.P.D.

9 Hacienda de la Huerta Riego 263-85-50

San Pedro

14 Vecinos de San Pablo Autopan Público y Doméstico

15 Hacienda Taborda Riego

31Fábrica de Ladrillos y Tejidos de San Pedro

Fuerza Motriz

30 Hacienda de San Pedro Riego

29 Vecinos de San Antonio Acahualco Público y Doméstico

28 Ejido de San Antonio Acahualco Riego

27 Hacienda de Santa María Acahualco Riego

26 Hacienda de Santa Cruz Riego

25 Hacienda de San Francisco Riego

24 Rancho Ximbay Riego

23 Vecinos de San Francisco Tlalcilalcalpan Público y Doméstico

22 Ejido de San Francisco Talcilalcalpan Riego

21 Hacienda del Molino de Guadalupe Riego

20 Ejido de Zinacantepec Riego

19 Hacienda El Cerrillo Riego

18 Fundo de Santa María Nativitas Público y Doméstico

17 Hacienda Barbabosa Riego

16 Hacienda de Jicaltepec Riego

Fuente: AGA, For -13-foj167

RÍO / ARROYO USO DEL AGUA 1SUP DE RIEGOUSUARIO

Page 291: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

290 AntologíA sobre riego

RÍO / ARROYO USO DEL AGUAUSUARIO

Cuadro 1-C. Usuarios registrados en la reglamentación provisional de la Subcuenca del Río Tejalpa 1934.

Tejalpa

1 Pueblo de San Juan de Las Huertas Riego

2 Pueblo de San Cristóbal Tecolít Riego

3 Pueblo de Zinacantpec Riego

4 Pueblo de Tecaxic Riego

5 Pueblo de San Pablo Autopan Riego

6 Hacienda Tejalpa Riego

7 Hacienda del Molino de Guadalupe Riego

8 Rancho del Ejido Riego

9 Hacienda Serratón Riego

10 Hacienda de Nova Riego

11 Rancho San Bartolo y sus Anexos Riego

12 Rancho San José Buenavista Riego

13 Hacienda la Puerta Riego

14 Hacienda San Cayetano Riego

15 Hacienda San Isidro Riego

16 Rancho El Capulín Riego

17 Hacienda Arroyo y San Juan Riego

18 Hacienda de Palmillas Riego

19 Hacienda de Jicaltepec Riego

20 Pueblo de San Luis Mextepec Riego

21 Pueblo de Tecaxic Riego

San Pedro

1 El Contadero Riego

2 Pueblo de San Antonio Acahualco Riego

3 Pueblo de San Antonio Acahualco Públicos y Domésticos

4 Pueblo de San Francisco Tlalcilalcalpan Riego

5 Pueblo de San Francisco Tlalcilalcalpan Riego

6 Pueblo de San Francisco Tlalcilalcalpan Públicos y Domésticos

7 Planta de San Pedro Fuerza Motriz

8 Hacienda San Pedro Riego

9 Fábrica de Hilados de San Pedro Industrial

10 Hacienda Santa Cruz de los Patos Riego

continua...

Page 292: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

291junta de aguas del rio tejalpa y sus afluentes

continuación...

Cuadro 1-C. Usuarios registrados en la reglamentación provisional de la Subcuenca del Río Tejalpa 1934.

De la Cocinera

1 Pueblo de San Juan de las Huertas Riego

2 Pueblo de San Cristóbal Tecolít Riego

3 Pueblo de San Antonio Acahualco Riego

4 Rancho Ánimas Riego

5 Rancho El Ejido Riego

Chiquito o de la Huerta

1 Pueblo de Zinacantepec Riego

2 Hacienda la Huerta Riego

3 Fábrica de Ladrillos de la Hacienda de la Huerta Industrial

4 Compañía de Ferrocarril de San Juan de las Huertas Industrial

5 Pueblo de Zinacantepec Públicos y Domésticos

7 Pueblo de Santa Cruz Cuahutenco Riego

8 Pueblo de Santa Cruz Cuahutenco Públicos y Domésticos

9 Pueblo de San Juan de las Huertas Públicos y Domésticos

10 Pueblo de Tecaxic Públicos y Domésticos

11 Pueblo de San Pablo Autopan Públicos y Domésticos

11 Hacienda del Molino de Guadalupe Riego

12 Hacienda Barbabosa Riego

13 Hacienda la Huerta Riego

14 Hacienda San Francisco Riego

15 Hacienda del Cerrillo Riego

16 Hacienda de la Huerta Riego

17 Hacienda de Taborda Riego

18 Hacienda de Santa María Riego

San Pedro

RÍO / ARROYO USO DEL AGUAUSUARIO

Fuente: AHEM, FA, 1934. Vol. 13, Exp. 47/Fs 24

Page 293: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

292 AntologíA sobre riego

Cuadro 1-D. Usuarios registrados de la Asociación Civl del Río Tejalpa y sus Afluentes, 1999.

Comunidad / Ejido

USUARIOS TÍTULOS DE CONCESIÓN USO

1.- Ejido de Taborda

2.- Ejido de San Pablo Autopan

3.- Ejido de Tlachaloya 08MEX106880/12ABGE01 Agrícola

4.- Almoloya la Cabecera 5MEX300151/12AAPR36 Riego

5.- Ejido de San Martín Toltepec

6.- Ejido Almoloya de Juárez

7.- Ejido el Cerrillo

8.- Ejido San Martín la Puerta 08MEX105856/12ADGE99 Agrícola

9.- Ejido de San Marcos Yachihuacaltepec

10.- Ejido Mina México 08MEX 105465/12HMGE99 Público-Urbano

11.- San Bartolo la Purísima 5MEX101418/12AOGE95 Agrícola

12.- El Lavadero

13.- El Progreso Primera Sección

14.- El Progreso Segunda Sección

15.- Ejido de Calixtlahuaca

16.- Grupo de Ejidatarios y Propietarios

17.- Fracción el Panulo

18.- Ejido Santa Juana y El Capulín

19.- Ranchería Santa Juana la Purísima

20.- Fundo de Santa María Nativitas

21.- Ejido de Tecaxic 08MEX105977/12AAGE0008MEX106843/12HMGE00

Agrícola

22.- Ejido de Santiaguito Talcilalcali 08MEX104620/12HMGE99 Público-Urbano

23.- Fracción La Palma

24.- San José Buenavista

25.- Ejido del Murciélago 5MEX30008712AAPR4408MEX104671/12AAGE99

Agrícola

26.- Ejido San Mateo Tlalchichilpan

27.- Ejido de San Martín La Puerta

28.- Ejido de Tlaxomulco

29.- Ejido de Santa Cruz Atzcapozaltongo

continua...

Page 294: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

293junta de aguas del rio tejalpa y sus afluentes

Cuadro 1-D. Usuarios registrados de la Asociación Civl del Río Tejalpa y sus Afluentes, 1999.

USUARIOS TÍTULOS DE CONCESIÓN USO

continuación...

Particulares

30.- Manuel Colín (Tlachaloya) 08MEX105914/12AAGE00 Agrícola

31.- Rancho La Esperanza

32.- Facultad de Ciencias Agrícolas 08MEX105422/12AHGE9908MEX104936/12IMGE99

Agrícola

33.- Granja Apolo

34.- Manuel Colín (Rancho Barbabosa)

35.- Sra. Elena

36.- Antonio Santana

36.- Juan Colín (La Peña)

38.- Rancho San Bartolo 08MEX106810/12AAGE00 Agrícola

39.- Rancho La Venta

40.- Hacienda Serratón

Fuente: Trabajo de campo, consulta del REPDAElaboró: Aguirre 2007

Page 295: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

294 AntologíA sobre riego

Cuadro 1-E. Usuarios registrados de aguas arriba, 1999.

Comunidad/ Ejido

USUARIOS TÍTULOS DE CONCESIÓN USO

1.- Ejido de San Juan de las Huertas 5MEX300087/12AAPR5608MEX105869/12ASGE99

AgrícolaPúblico-Urbano

2.- Ejido de San Cristóbal Tecolít 08MEX104685/12AAGE99 Agrícola

3.- Ejido Tejalpa 08MEX105969/12AAGE00 Agrícola

4.- Ejido Santa Cruz Cuahutenco Sin título Agrícola

5.- Ejido de Zinacantepec 08MEX103587/12AMGE98 Agrícola

8.- San Antonio Acahualco 08MEX105896/12AMGE98 Agrícola

9.- San Francisco Tlalcilalcalpan 08MEX103508/12AAGE98 Agrícola

13.- Contadero 08MEX105429/12 HOGE 99 Público-Urbano

14.- San Pedro Tejalpa 08MEX106847/12HOGE00 Público-Urbano

15.- Ejido de San Lorenzo Cuahutenco 08MEX105441/12HMGE99 Público-Urbano

16.- Ejido Rancho San Nicolás Sin título Agrícola

Particulares Aguas Arriba

1.- Hacienda La Huerta Sin título Agrícola

2.- Hacienda el Molino de Guadalupe 08MEX103532/12IMGE9805MEX300137/12AMDE5705MEX300138/12AMSG70

Múltiples

3.- Hacienda Santa Cruz de Los Patos Sin título Agrícola

4.- Hacienda San Pedro Sin título Agrícola

5.- Hacienda Tejalpa Sin título Agrícola

Fuente: Trabajo de campo, consulta del REPDAElaboró: Aguirre 2007

Page 296: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

295junta de aguas del rio tejalpa y sus afluentes

Cuadro 2. Declaratoria de Propiedad Nacional

CORRIENTE FECHAS FUENTE

Río Tejalpa27 de enero de 1920, y publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 4 de marzo del mismo año

(AHEM, FA, 1934. Vol. 13, Exp. 47/Fs 3)

Río Tecaxic (1)21 de septiembre de 1925, y publicado el 2 de enero de 1926

(AHEM, FA, 1934. Vol. 13, Exp. 47/Fs 3)

Río San Pedro23 de septiembre de 1920, y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 16 de octubre siguiente

(AHEM, CAM, 1933. Vol. 117, Exp. 2-1408 y I-E-3 Bis/Fs 8)

Manantial del Capulín (2)21 de febrero de 1923, y publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 5 de abril de ese mismo año

(AHEM, FA, 1934. Vol. 13, Exp. 47/Fs 3)

Río de la Huerta o Chiquito (3)26 de julio de 1929, y se volvió hacer otra declaración el 22 de julio de 1931

(AHEM, FA, 1934. Vol. 13, Exp. 47/Fs 3).

El arroyo de la Cocinera (3)

23 de septiembre de 1920, y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 15 de octubre de ese mismo año, Éste es declarado de nuevo el día 27 de abril de 1923, y publicado el 30 de mayo del mismo año

(AHEM, FA, 1934. Vol. 13, Exp. 47/Fs 3).

Nota 1, El río Tecaxic es, bajo otro nombre, el mismo río que el llamado Tejalpa.Nota 2, Afluente del río San Pedro.Nota 3, Afluentes del río Tejalpa.

Page 297: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

296 AntologíA sobre riego

Cuadro 3. Reglamentos y modificaciones

FECHA NOMBRE DEL REGLAMENTO FUENTE CONSULTADA

1928 Reporte de distribución del agua de 1928 AHA, AS, C. 223, Exp. 5347

1932 Reglamento provisional para la distribución de las aguas del río Tejalpa o Parcionero, arroyo La Cocinera y río Chiquito, o de la Huerta, desde su nacimiento en terrenos del municipio de Zinacantepec del Estado de México hasta su desembocadura del primer río en el río Lerma. 1932.

AGA, For -13-foj167

1934 Reglamento previo para la distribución de las aguas de estiaje del río Tejalpa o de los parcioneros y sus afluentes: río San Pedro, La Huerta o Chiquito, y arroyos de la Cocinera: en el tramo comprendido desde su nacimiento en jurisdicción de Zinacantepec, Estado de México, hasta su desembocadura en el río Lerma. Enero de 1934.

Proporcionado por la mesa directiva de la Junta de Aguas en el año de 2006 y AHEM, FA, 1934. Vol. 13, Exp. 47/Fs 24.(1)

1937 Reglamento para la distribución de las aguas del río Tejalpa, Estado de México, 1937. (Es un reglamento parcial para ajustar al reparto agrario y queda comprendido en reglamentación general río Tejalpa emitido por la SAF.)

AGA, For -15-33-2987

1939 Modificación al reglamento realizada el 26 de julio de 1939 AHEM, CAM, 1940-1954. Vol. 128, Exp. 2-14582/Fs. 15.

1999 Conformación de la Asociación Civil de usuarios del Río Tejalpa y sus Afluentes

Proporcionado por la mesa directiva de la Junta de Aguas, 2006

Nota 1, Las dos versiones no son idénticas, una tiene fecha de enero y la otro fecha de marzo del mismo año, no hay diferencias significativas entre ellas.

Page 298: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

297junta de aguas del rio tejalpa y sus afluentes

Figura 1. Esquema de ubicación de presas derivadoras "aguas arriba"

Presa derivadora del Jaral

Presa derivadora del Calicanto

Presa derivadora del Capulín

Presa derivadora la Estrella

Presa derivadora de San Antonio y San Francisco

Presa derivadora las Animas

Presa derivadora Barbabosa

Presa derivadora San Lorenzo

Presa derivadora del Molino

Presa derivadora San Luis Mextepec

Presa derivadora del Hospital

Presa derivadora el Coyote

Presa derivadora los Guajotes

Presa derivadora de San Cristóbal

Presa derivadora

las minas

Presa derivadora la Virgen

Presa derivadora de los Arcos

Presa derivadora de los Oyameles

Presa derivadora

el Patio

Presa derivadora los Trozos

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Arroyo las Juntas

Page 299: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

298 AntologíA sobre riego

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Page 300: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

299junta de aguas del rio tejalpa y sus afluentes

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Page 301: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO
Page 302: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

301

INTRODUCCION

En la Cañada de Huamuxtitlán (Guerrero), el río Tlapaneco riega una superficie cercana a las 3,000 hectáreas beneficiando a 10 comunidades; la infraestructura consiste en 19 presas efímeras cada una con su red de distribución, aunque los drenajes de un sistema caen al siguiente, de tal manera que los sistemas están in-terconectados. Adicionalmente, cuenta con sistemas que se estructuran sólo en estiaje, uno de ellos abarca a 5 comunidades. La inversión en mano de obra en la reconstrucción de las presas efímeras y de los trompezones (barreras protectoras) es importante. La estructura organizativa para el manejo del espacio de riego se basa en acuerdos horizontales entre grupos de regantes, y no existen instituciones unificadas en funcionamiento. La CNA recientemente promovió la conformación de 5 unidades de riego y una Sociedad de Responsabilidad Limitada de Interés Público y Capital Variable que conjunta a las 5 Unidades.

La estructura organizativa vernácula sigue la regla de un canal, una organiza-ción; pero también la regla de una comunidad una organización. De tal manera que los canales están seccionados según la pertenencia a una u otra comunidad. Para

IX. La Cañada de Huamuxtitlán: estructuras

organizativas para la distribución del agua

América Rodríguez Herrera | Berenise Hernández Rodríguez Lidia Santos | Jacinta Palerm Viqueira

Page 303: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

302 AntologíA sobre riego

la gente del lugar es “el canal” de tal o cual comunidad. Como los canales drenan unos a otros, es imposible determinar el final de una red de distribución y el ini-cio de otra. No obstante hay claros compromisos en relación a las presas efímeras que consisten en la participación o no en la reconstrucción de una presa efímera, sobre esta base se esquematizaron las redes de distribución de los sistemas de La Cañada. Sin embargo, las redes de distribución se modifican en época de estiaje y se estructura un sistema que funciona sólo en esos meses.

En este ensayo se describe la infraestructura física y los arreglos sociales para la administración de los sistemas o, más propiamente, la red hidráulica de La Cañada. También se realiza una breve descripción de los trompezones y otras construcciones hidráulicas: barreras transversales, tepechihuites y presas derivadoras efímeras.

LA CAÑADA

El río Tlapaneco nace en la Montaña de Guerrero, en serranías que alcanzan los 3200 msnm, para luego descender en forma abrupta sobre una accidentada geo-grafía hasta llegar a los 700 msnm, donde se localiza la Cañada de Huamuxtitlán, un estrecho valle de unos 24 km. de longitud. En La Cañada confluyen otras co-rrientes, tales como Igualita, Tlalixtaquilla, Azompa, Xizintla y Coatlaco.

Bajo la influencia del Pacifico, la región se ve frecuentemente afectada por ex-traordinarios fenómenos meteorológicos durante las épocas de lluvia. Tan solo en-tre el año 1981 y el año 2005 se registraron 51 tormentas y huracanes, de los cuales 7 asolaron a la entidad (CNA, 2009).

En La Cañada, el río Tlapaneco riega una superficie de 2304.68 hectáreas, en donde se cultiva maíz, frijol, arroz1, calabacitas, jitomate, sandía, plátano, mamey y naranjo.

Los beneficiarios de los regadíos son vecinos de diez pueblos de dos municipios (Alpoyeca y Huamuxtitlán) que poseen la tierra en forma de bienes comunales, ejidales y, en menor medida, propiedad privada, con parcelas que oscilan entre menos de una a cuatro hectáreas de riego.

1 En la década de 1980 ocurrió la quiebra de los arroceros en la zona y se dejó de sembrar arroz, actualmente se está recuperando el cultivo.

Page 304: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

303la cañada de huamuxtitlán: estructuras organizativas para la distribución del agua

La Cañada de Huamuxtitlán es un espacio de riego que data desde la época prehispánica, y es posible que la técnica de barreras protectoras de sauce a lo largo del río, llamadas localmente trompezones, se haya utilizado desde la época pre-hispánica (Gutiérrez, 2002). Las barreras sirven para mantener al río en su cauce, ganar tierra a la ribera del río, y evitar la inundación intempestiva de las tierras de cultivo. Los trompezones se reconstruyen o adicionan anualmente, utilizando estacados, piedras y varetas de sauce (Gutiérrez, 2002; Velázquez, 2008; Rodrí-guez, Hernández y Palerm, 2010); hay reportes de estas barreras protectoras para el norte de México (Nabhan y Sheridan, 1977; Doolittle, 2003).

La cantidad de agua que traslada el río es variable: abundante durante el inicio de la temporada de riego, y escasa durante el estiaje. Esta agua se deriva a los sis-temas de riego mediante presas efímeras (llamadas bocatomas), construidas casi paralelas al cauce del río, siguiendo la misma técnica que la utilizada para las ba-rreras protectoras, salvo en lo referente a la plantación de varetas de sauce (sobre presas efímeras, ver Rojas, 2011).

Sistemas con más de una presa derivadoraActualmente (2011), hay 19 presas efímeras sobre el río, 11 sobre la margen izquier-da, y 8 sobre la margen derecha (ver Cuadro. núm. 1 y Croquis núm. 1). Cada una de estas presas derivadoras con su red de distribución se puede considerar como un sistema de riego (Hunt, 1997). Sin embargo, debido a que, en la mayoría de los casos, un sistema desagua en el canal de otro sistema, podemos también con-siderar que son sistemas de riego con más de una presa derivadora. Estos casos, siguiendo a Cressier (1995), los denominamos red hidráulica.

El desaguar un sistema en otro, beneficia al sistema que desagua ya que no requiere conducir el agua hasta el río, y beneficia al sistema que recibe, ya que le aporta una mayor cantidad de agua. Es también una ventaja cuando se da el caso de que el río destruya o inhabilite una presa derivadora, como ocurrió con la presa efímera del sistema Campo Nuevo en el año 2009; la conexión vía desagüe con un sistema aguas arriba permitió que siguiesen regando.

Desde la perspectiva social, no obstante que un sistema desagüe en otro, pu-diendo así considerarse un solo sistema con varias tomas, en todos los casos, con la excepción de las aguas del Coyahualco, no existen obligaciones sociales de contri-

Page 305: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

304 AntologíA sobre riego

buir a la reconstrucción de la presa efímera del sistema de aguas arriba cuando tie-nen su propia presa. Esta perspectiva social local implica que los que aprovechan las aguas de desagüe no son responsables por la presa y el sistema de conducción, y más bien “hacen el favor” de evitar el trabajo de conducir las aguas hasta el río. Por otra parte, evidentemente aprovechan el agua llamada “de drenaje”, que es par-ticularmente importante durante la época de estiaje. Sin embargo, esta situación cambia cuando el sistema de aguas abajo pierde su presa. En este caso, los regantes del sistema de aguas abajo participan en el mantenimiento, la reconstrucción y, probablemente, en la ampliación de la presa de aguas arriba. Aún así, cada grupo de regantes conserva sus propias autoridades del agua.

Los canales principales de los sistemas de riego que abastecen a regantes de varias comunidades, están socialmente divididos: los regantes de cada comuni-dad tienen “su” tramo de canal, con “su” propia autoridad. Así pues, “canal”, en la nomenclatura local, corresponde al tramo del canal principal que pertenece a los regantes de una dada comunidad.

ZANJAS DE ESTIAJE

El periodo de estiaje da lugar a otras redes hidráulicas. Aparecen las zanjas de estiaje, que sólo son posibles y visibles durante el estiaje (ver Cuadro núm. 1 y croquis núm. 2). El estiaje es tal que, por dar un ejemplo, los regantes del canal Las Huertas [14]2, ubicado sobre la margen derecha, pasan el agua de desagüe del canal La Parota [13], ubicado sobre la margen izquierda, a través del río, con el fin de integrarlo a su propio canal. Es decir, construyen un canal o zanja tem-poral en el lecho del río. Desde la perspectiva social, las aguas se consideran de desagüe, por lo que los regantes del canal Las Huertas no aportan trabajo u otros recursos para la reconstrucción de la presa ubicada aguas arriba. No obstante, en época de estiaje se conforma un sistema de riego La Parota – Las Huertas, con una sola presa en funcionamiento.

La red hidráulica más significativa que aparece durante el estiaje corresponde a las aguas del canal Coyahualco – Santa Cruz [15]. En el estiaje, un ramal lleva

2 Se indica entre corchetes el número de la presa derivadora, para facilitar su ubicación en el Cuadro num 1 y Croquis num 1 y num 2.

Page 306: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

305la cañada de huamuxtitlán: estructuras organizativas para la distribución del agua

agua al canal San Narciso – Conhuaxo [16], donde normalmente drena, y, median-te una zanja de estiaje, otro ramal pasa el agua, por el lecho del río, al otro margen para abastecer al canal principal de Tlalquiltepec [18] que, a su vez, normalmente desagua al canal principal de Huamuxtitlán [19], y enseguida nuevamente por el lecho del río, vuelve a cruzar al otro margen, mediante una zanja de estiaje, para abastecer al canal El Chahuil [17]. (Croquis num. 2).

EL CASO DE LAS AGUAS DE COYAHUALCO – SANTA CRUZ

Durante el estiaje, las aguas de Coyahualco – Santa Cruz [16] no se consideran de “drenaje”. Los canales que se benefician con sus aguas durante el estiaje participan con una cuota monetaria, aunque no participan con trabajo en el mantenimiento y reconstrucción de la presa derivadora efímera, ni con el mantenimiento del tramo de canal muerto que lleva el agua de la presa hasta las parcelas de los regantes de las comunidades de Coyahualco y Santa Cruz. Cada comunidad beneficiada duran-te el estiaje paga de $3000.00 a $4,000.00 pesos, excepto en el año 2009, cuando la autoridad de Coyahualco les cobró $10,000.00, una cuota excesiva de acuerdo a los vecinos de las comunidades beneficiadas sólo durante el estiaje. La posición de la comunidad de Coyahualco aparentemente deriva de que, en 1945, esta comu-nidad con la participación de la comunidad de Santa Cruz, construyó el canal con faenas y cooperaciones comunitarias.

La distribución de las aguas de Coyahualco--Santa Cruz se tandea entre los re-gantes de las comunidades de Coyahualco y Santa Cruz, el ramal que hace la ruta canal San Narciso–Conhuaxo [16], y el ramal que hace la ruta zanja de estiaje –canal principal Tlalquiltepec [18] – canal principal de Huamuxtitlán [19]– zanja de estiaje--canal El Chahuil [17]. La organización de este tandeo lo realiza la au-toridad del agua de la comunidad de Coyahualco. Sin embargo, la autoridad de la comunidad Coyahualco, parece limitarse a dirigir el agua en una u otra dirección, así como en cuidar, a través de un Juez de Aguas que, cuando el tandeo se dirige a uno u otro ramal, las regaderas de las comunidades Coyahualco y de Santa Cruz estén cerradas.

El paso del agua de un grupo de regantes hacia otro sobre la red, se realiza me-diante acuerdos entre comunidades. Por ejemplo, la comunidad de Huamuxtitlán

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conforma un Comité para época de estaje, que negocia y acuerda los turnos de agua con las autoridades del agua de las comunidades de Tlalquiltepec y Coyahualco. Los acuerdos se multiplican para los regantes al final de la red. Así, cuando el canal El Chahuil [17] tiene turno de agua, el Juez de Aguas del canal Coyahualco – Santa Cruz [15], el Juez de Aguas del canal principal Tlalquiltepec [18], el Juez de Aguas del canal principal Huamuxtitlán [19] vigilan simultáneamente cada uno en su pro-pio territorio, para que ningún regante abra las regaderas y el agua pase sin dificul-tad hasta El Chahuil [17].

El cuidado en cerrar regaderas por los jueces de cada comunidad es recompen-sado, aparentemente, por las comunidades de aguas abajo. Así, los del canal El Chahuil de la comunidad de Conhuaxco tienen que pagar a los jueces de agua de las comunidades de Coyahualco, Tlalquiltepec y Huamuxtitlán. Cuando Huamux-titlán riega, tiene que pagar a los jueces de agua de las comunidades de Coyahualco y Tlalquiltepec, y, cuando los de Tlalquiltepec riegan, sólo tienen que pagar al juez de aguas de Coyahualco. En el otro ramal, el acuerdo entre las comunidades de Coyahualco y Santa Cruz significa que el juez de aguas de Coyahualco cuida la dis-tribución. En cuanto a los regantes del canal San Narciso – Conhuaxco [16] de las comunidades de Santa Cruz y de Conhuaxco, ellos también pagan al juez de aguas de Coyahualco para que garantice el cierre de regaderas.

ORGANIZACIONES “OFICIALES”

En el año 2001, por iniciativa de la CNA, se creó una Sociedad de Responsabi-lidad Limitada de Interés Público y Capital Variable, denominada “Productores Agrícolas de la Unidad de Riego La Cañada Huamuxtitlán”, que a su vez reúne a Unidades de Riego creadas en los sistemas que reciben aguas de Coyahualco durante el estiaje:

Unidad de Riego La Barranca de Coatlaquito AC, comunidad de Coyahualco y comunidad de Santa Cruz (canal Coyahualco – Santa Cruz [15])

Unidad de Riego La Toma Directa AC, comunidades de Santa Cruz y comuni-dad de Conhuaxco (canal San Narciso – Conhuaxo [16])

Unidad de Riego Los Huamúchiles AC, comunidad de Conhuaxo (canal El Chahuil [17]).

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Unidad de Riego Los Ciruelos AC, comunidad de Tlalquiltepec (canal principal Tlalquiltepec [18])

Unidad de Riego Huamuxtitlán, comunidad de Huamuxtitlán (canal principal Huamuxtitlán [19])3

Según los documentos de constitución de las Unidades de Riego, la Asamblea General de estas organizaciones puede realizarse con todos los socios, o bien con los delegados de estos: los ejidatarios, los colonos, y los de pequeña propiedad, cada uno de los cuales está representado por dos delegados (Acta constitutiva de La Toma Directa, Santa Cruz, 2001).

En las actas se estipula que, en los Consejos Directivos, organismos de deci-sión de las Asociaciones Civiles, participarán en las reuniones, “con derecho a voz pero no voto”, miembros de algunas dependencias del gobierno federal, estatal y municipal. Pero la presencia gubernamental es aun mayor: el Comité de Vigilancia de las AC está conformado por un presidente, secretario y vocal designados por la CONAGUA y por un segundo vocal que es representante del gobierno del estado. Se señala, además, que los Consejos Directivos, en coordinación con la CNA y el go-bierno del estado, elaborarán la estructura operacional, la cual, una vez aprobada, no sufrirá modificación alguna.

No obstante la constitución formal y reconocimiento oficial de estas nuevas organizaciones: las Asociaciones Civiles de las Unidades de Riego y la Sociedad de Responsabilidad Limitada de Interés Público y Capital Variable, denominada “Productores Agrícolas de la Unidad de Riego La Cañada Huamuxtitlán”, ellas no han cobrado vida.

El mantenimiento de la presa y canal de Coyhualco no se organiza a través de la Sociedad de RL, sino que es asunto de las comunidades de Coyahualco y Santa Cruz. La distribución por tandeo del agua la negocia cada comunidad beneficiada con la comunidad de Coyahualco, y no en el seno de la nueva institución oficial donde cada una de las comunidades tiene representación. El cierre de regaderas para que el agua pase completa no la realiza un canalero contratado por la Socie-dad de RL, sino que la realizan los jueces de aguas de cada una de las comunidades

3 No está claro si Huamuxtitlán oficialmente conforma una Unidad de Riego. Adicionalmente, en el acta de la Sociedad de RL no figura la Unidad de Riego Huamuxtitlán. No obstante, en la comunidad aseguran contar con una Unidad de Riego, y con un nuevo “título de concesión” que debe, según di-cen, ser renovado en el 2014.

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por donde pasa el agua y que son recompensados por las comunidades de aguas abajo que reciben el agua.

En cuanto a las Unidades de Riego, tampoco han reemplazado a las instancias tradicionales, por ejemplo, la comunidad de Huamuxtitlán conserva a su comisión de estiaje, a sus comisionados por campo, y a su juez de aguas. Las autoridades de Bienes Comunales y Ejidales siguen teniendo un papel destacado en las tareas de mantenimiento, distribución y resolución conflicto.

Las Unidades de Riego aparentemente se crearon por sistema de riego. En el caso del sistema Coyahualco – Santa Cruz [15], reúne a dos comunidades (Co-yahualco y Santa Cruz), y, en el caso del sistema San Narciso – Conhuaxco [16], reúne también a dos comunidades: Santa Cruz y Conhuaxco. Las otras Unidades de Riego corresponden a sistemas que abastecen a una sola comunidad.

La estructura organizativa propuesta, sin embargo, no coincide con la estruc-tura organizativa vernácula donde cada tramo de canal que pertenece a una comu-nidad tiene su propia autoridad; e incluso, cuando hay cooperación en el manteni-miento y reconstrucción de presas efímeras compartidas, se establecen los tramos a cargo de cada comunidad.

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA ESTRUCTURA ORGANIZATIVA TRADICIONAL EN LA CAÑADA

Los sistemas que comparten una misma y única bocatoma o presa derivadora ca-recen de una institución en común. En lugar de eso, cada una de las comunidades, e incluso cada uno de los campos de una comunidad, cuenta con su propia autori-dad (comisionados o jueces del agua). Los regantes de cada comunidad tienen “su” tramo de canal. En cuanto a las presas derivadoras, los regantes se coordinan para el mantenimiento y reconstrucción; aunque, nuevamente, los regantes de cada comunidad tienen su propio comité, comisionado o juez de estacados. Las activida-des de mantenimiento de las presas efímeras y de los trompezones, integrales a los sistemas de riego, están coordinadas por autoridades específicas. Así, en el canal principal Alpoyeca [7] (de la comunidad Alpoyeca) hay un comisionado de esta-queros; en el tramo San Narciso (de la comunidad Santa Cruz) del canal San Nar-ciso – Conhuaxco [16] hay un comisionado de estaqueros; en el canal El de Abajo

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[11] (de la comnidad San Pedro Aytec) hay un juez de estacado; en el canal El Otate [12] (de la comunidad San Pedro Aytec) hay un juez de estacado; y, finalmente, en el canal La Parota – Campo Nuevo [5] (de la comunidad Alpoyeca) se reporta un comisionado de trompezones.

En el caso de las redes, en que un sistema drena en otro, y cada uno tiene su propia presa, los acuerdos parecen limitarse a que el canal que recibe las aguas sobrantes tiene la obligación de limpiar el tramo de canal, desde donde “termina” el canal de aguas arriba hasta el canal que recibe. No parece existir una formalización de acuerdos de solicitud de sobrantes y aceptación de esa solicitud, tal y como se describen para el valle de Orbigo, España, y para el río Cuautla, México (Guillet, 2006; Pimentel Equihua y Palerm 2000, Rodríguez Haros, Ávalos y Palerm 2004).

La red o sistema que se crea en época de estiaje con las aguas del canal Co-yahualco – Santa Cruz [15] depende del agua de una sola presa. El agua que viene desde una presa ubicada aguas arriba sobre el río requiere de tandeo para su distribución. No obstante, aún en este caso, no existe una institución en co-mún. Al igual que en los otros casos, cada grupo de regantes por comunidad tiene su propia autoridad del agua. Sin embargo, tiene un rasgo distintivo pro-pio y distinto a los otros sistemas y redes de La Cañada, ya que, en este caso, una comunidad juega un papel central: la comunidad de Coyahualco organiza el tandeo y, en unión con la comunidad de Santa Cruz, realiza el mantenimiento y reparación de la presa y canal, mientras que las otras comunidades aportan una cuota monetaria. Este caso recuerda a la descripción de Marc Ferri (1997) de sistemas controlados desde aguas arriba (comunidades sobiranes), y sistemas controlados desde abajo (comunidades jussanes). Este sería un caso de control desde aguas arriba.

En la estructura organizativa vernácula de La Cañada domina la ausencia de instituciones en común para la gestión de canales y presas. Cada tramo de canal es gestionado por la comunidad a la que pertenece el tramo, y la gestión de la pre-sa común se realiza mediante acuerdos horizontales entre comunidades. Incluso los regantes de una misma comunidad pueden tener únicamente autoridades por campos, aunque además de las autoridades por campos pueden contar con una autoridad (juez de aguas) para el conjunto de campos.

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El diseño organizativo basado en acuerdos horizontales entre comunidades que comparten el mismo canal y presa derivadora se encuentra también en el Módulo II y el Módulo III del Distrito de Riego 017 La Laguna (Cháirez y Palerm, en esta Antología). Es también un diseño organizativo característico para la época de la colonia y el siglo XIX en México (Palerm, 2009, 2010).

Es muy interesante la diferencia entre cómo se vigila la distribución de agua en los dos casos de La Laguna (Distrito de Riego 017) y en el caso de las aguas del canal Coyahualco – Santa Cruz [15] en La Cañada durante el estiaje. En los casos de La Laguna, la autoridad del agua de una comunidad es la encargada de vigilar todo el tramo de canal aguas arriba y pone candados en las tomas aguas arriba. Cuando el tandeo se mueve a otro ejido, su autoridad del agua sube para vigilar y poner sus propios candados. En el caso de las aguas de Coyahualco, la autoridad del agua de cada comunidad se encarga de cerrar las regaderas, y es recompensa-da por las comunidades ubicadas aguas abajo.

Ambos casos contrastan con los sistemas con una institución unificada, en los cuales, a nombre de todos, un canalero vigila el canal compartido y cierra las tomas a discreción, o vigila que la autoridad del agua de cada comunidad o sus regantes cierren regaderas y tomas.

El peso que tiene la comunidad (el ejido o la comunidad agraria) en la ges-tión es interesante. Los procesos de participación se organizan por los regantes de cada comunidad, bajo su propia autoridad del agua y de mantenimiento. La importancia de la gestión desde la comunidad tiene antecedentes en las Repú-blicas de indios y españoles de la Colonia, recuperadas a principios del siglo XX en la figura de ejidos y comunidades agrarias o de bienes comunales (Bárcenas y Palerm, en esta Antología).

La iniciativa desde el Estado de conformar Unidades de Riego pretendió unificar a los regantes por sistema y, con la conformación de la Sociedad de RL, crear una gestión unificada para el sistema que se crea durante el estiaje. Sin embargo, hay un evidente desfase entre la forma vernácula de organización y la propuesta oficial. Propuesta oficial que también margina a las autoridades ejidales y de bienes comunales.

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DESCRIPCIÓN DE LOS SISTEMAS Y REDES

La presentación está organizada por sistema (presa y red de distribución), y por la red que conjunta a varios sistemas al drenar unos a otros. Se presentan tam-bién los sistemas que se conforman únicamente en el estiaje. La numeración co-rresponde a la ubicación de presas en los Croquis num. 1 y 2, así como en el Cuadro num. 1.

1. Sistema presa/canal Las Palmas, comunidad Ixcateopan (margen derecha)El canal Las Palmas inicia en una presa ubicada en la margen derecha del río, y riega tierras de la comunidad de Ixcateopan, en un sector aislado del resto de cana-les por una pequeña elevación que rompe la continuidad de la planicie. Es el único canal que permanece aislado del resto de la infraestructura de riego por razones fi-siográficas, lo cual no les afecta, pues obtienen suficiente agua de su presa durante toda la temporada.

En este canal dos comisionados, nombrados por los regantes, constituyen la autoridad de riego. Los comisionados son los responsables del mantenimiento y el funcionamiento adecuado de la bocatoma, y de organizar la limpieza de los canales en las áreas de uso colectivo. Las faenas y el aporte de materiales para la recons-trucción de trompezones, presas o canales se distribuyen equitativamente según las áreas de riego de cada beneficiario.

RED con tres presas, comunidad Ixcateopan (margen derecha)Este grupo de tres canales, cada uno con su presa, puede ser también considerado como un canal con tres presas. Desde la perspectiva social, cada grupo de usuarios realiza el mantenimiento de su propia presa y canal.

No obstante, parecen haber algunas acciones de coordinación entre los comi-sionados, con el fin de garantizar un nivel de agua y funcionamiento adecuado de los tres canales.

2. Sistema presa/canal La Cruz – primer grupo, comunidad Ixca-teopan (margen derecha)El canal La Cruz – primer grupo inicia en una presa en la margen derecha

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del río, y riega tierras de la comunidad de Ixcateopan. El desagüe del canal se realiza a otro canal: La Cruz – tercer grupo. Los regantes nombran una autoridad del agua llamada comisionado. 3. Sistema presa/canal La Cruz – segundo grupo, comunidad Ix-cateopan (margen derecha)El canal La Cruz – segundo grupo inicia en una presa en la margen derecha del río, y riega tierras de la comunidad de Ixcateopan. El desagüe del canal se realiza a otro canal: La Cruz – tercer grupo.Los regantes nombran una autoridad del agua llamada comisionado4. Sistema presa/canal La Cruz – tercer grupo, comunidad Ixca-teopan (margen derecha)El canal La Cruz – tercer grupo inicia en una presa en la margen derecha del río, y además recibe el agua de desagüe de los canales La Cruz – primer grupo y La Cruz – segundo grupo. A su vez, desagua al río.El canal también beneficia a 4 regantes de la comunidad vecina de Alpo-yeca. Estos regantes tienen los mismos derechos y obligaciones que los de regantes del canal de la comunidad de Ixcateopan.

5. Sistema presa/canal La Parota – Campo Nuevo, de la comunidad de Alpoyeca (margen derecha)El canal La Parota inicia en una presa ubicada en la margen derecha. Hasta hace poco, el canal Campo Nuevo contaba con su propia presa, pero su destrucción en la temporada de lluvias del año 2009 lo llevó a depender de una sola presa, la de La Parota.

Cada “canal” cuenta con una autoridad del agua llamada comisionado. Los usuarios de ambos “canales” colaboran de manera proporcional al mantenimiento de la presa y la reparación de los trompezones que la protegen.

La presa del canal La Parota – Campo Nuevo se localiza en los campos de los regantes del canal La Cruz – tercer grupo (de la comunidad de Ixcateopan). Los re-gantes del canal La Parota y, actualmente, de la Parota – Campo Nuevo instalan ahí protección ribereña (trompezones) para proteger la presa, lo que a su vez beneficia a los regantes del canal La Cruz – tercer grupo.

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Se reporta un comisionado de trompezones, responsable de coordinar la cons-trucción de la protección ribereña.

El canal La Parota – Campo Nuevo desagua en el río.

RED con cuatro presas, comunidades Ixcateopan, Alpoyeca, San José Buenavista, San Pedro Aytec y Tlalquetzala (margen izquierda)Los canales principal margen izquierdo de Ixcateopan, principal de Alpoyeca, El Sa-bino, La Hacienda, El Rincón, El Sifón de las comunidades de Ixcateopan, Alpoyeca, San José Buenavista, San Pedro Aytec y Tlalquetzala conforman una red al desaguar un canal en el otro. Puede verse también como un canal con cuatro presas.

6. Sistema presa/canal margen Izquierdo de Ixcateopan, comu-nidad Ixcateopan (margen izquierda)Este canal provee agua a cinco campos: Cantil Azul, el Huizache, Grupo del Medio, Los del Rincón, y el Grupo de la Barranca Seca de la comunidad de Ixcateopan. El canal se encuentra parcialmente revestido con cemento (6.7 Km. de 10.42 CMS), resultado de un apoyo gubernamental de la SEDE-SOL “Empleo temporal”, recibido en 1985. El canal cuenta también con una compuerta metálica, actualmente inservible. Para regular el paso del agua, se recurre a palos, costales y arena.Cada campo cuenta con dos comisionados. En caso de conflicto entre los campos se recurre al comisariado ejidal de Ixcateopan. Todos los campos participan en la limpieza y mantenimiento de la presa, y cada campo se encarga del mantenimiento del tramo del canal que pasa por su sector.El canal, a la altura de Barranca Seca, desagua en el canal principal de Al-poyeca, favoreciendo así a varios campos de ésta comunidad, mientras que, para los de canal principal margen izquierda, Ixcateopan, significa no llevar el desagüe hasta el río.7. Sistema presa/canal principal de la comunidad de Alpoyeca, comunidad Alpoyeca (margen izquierda)El canal principal de Alpoyeca riega tres campos (Tamarindos, Huamuchi-lera y Xocotla). Los sobrantes, a la altura del campo Xocotla, se vierten en el canal de El Sabino de la comunidad San José Buenavista.

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Cada campo tiene un comisionado propietario y un suplente (en este canal son seis en total). La limpieza y mantenimiento de la presa, que está en el campo de los Tamarindos, está a cargo de los regantes de los tres campos. Se reporta un comisionado de estaqueros.8. Sistema presa/canal El Sabino, comunidad de San José Bue-navista (margen izquierda)El canal El Sabino riega tierras de la comunidad de San José Buenavista, y desagua en el sistema La Hacienda–El Rincón–El Sifón, a la altura del tramo denominado El Rincón, que corresponde a la comunidad de San Pedro Aytec.9. Sistema presa/canal La Hacienda–El Rincón–El Sifón, comu-nidades San José Buenavista y San Pedro Aytec y Tlalquetzala (margen izquierda)El canal La Hacienda – El Rincón – El Sifón, que riega parcelas de tres co-munidades, comparte la misma presa. El mantenimiento y reparación se realiza de manera proporcional entre los regantes de las tres comunidades. Los regantes de cada uno de los tramos de canal, que a su vez corresponden a tres distintas comunidades, limpian su propio canal. Cada canal cuenta con un Juez de Aguas, y, en el caso de El Sifón de la comunidad de Tlalquetzala, tienen además un vocal.La comunidad de Tlalquetzala se abastece con varios sistemas, los tramos correspondientes a Tlalquetzala son atendidos, cada uno, por un juez de aguas y un vocal.

RED con dos presas, comunidades San José Buenavista y San Pedro Aytec (margen izquierda).Los canales Zona Federal y El de Abajo, cada uno con su propia presa, conforman una red al desaguar el primero en el segundo.

10. Sistema presa/canal Zona federal, comunidad San José Bue-navista (margen izquierda)La autoridad del agua es un Juez de Aguas.La comunidad de San José Buenavista cuenta con tres canales que abas-tecen a parcelas de regantes de la comunidad, y cada canal tiene su propio juez de aguas.

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11. Sistema presa/canal El de Abajo, comunidad San Pedro Aytec (margen izquierda)La autoridad del agua es un Juez de Aguas. Se reporta también un Juez de estacado.

RED con dos presas, comunidades San Pedro Aytec y Tlalquetzala (margen izquierda); en estiaje: desde el desagüe del canal La Parota–zanja de estiaje–canal Las HuertasLos canales Otate y La Parota, cada uno con su propia presa, conforman una red al desaguar el primero en el segundo. La Parota desagua en el río, aunque, durante el estiaje, los regantes del canal Las Huertas en la otra margen aprovechan el agua vertida al río, construyendo una zanja en su lecho.

12. Sistema presa/canal Otate, comunidad de San Pedro Aytec (margen izquierda)El Otate cuenta con dos Jueces de Aguas y con un Juez de estacado. El canal El Otate vierte las aguas sobrantes en el canal La Parota.13. Sistema presa/canal La Parota, comunidad de Tlalquetzala (margen izquierda) La Parota cuena con un Juez de aguas y un vocal. El canal desagua al río, pero en época de estiaje las aguas sobrantes son aprovechadas por un canal en la otra margen del río.14. Sistema presa/canal Las Huertas, comunidad de Tlalquetzala (margen derecha)Tienen su propia presa, pero en época de estiaje pasan el agua del drenaje del canal La Parota al canal de Las Huertas mediante una zanja en el lecho del río. No se considera que exista obligación de cooperación con las presas efímeras de aguas arriba, ya que solo toman “agua de desagüe”.Se reporta como autoridad del agua a un Juez de aguas y un vocal.

RED con tres presas, comunidades Coyahualco, Santa Cruz, Conhuaxo (margen izquierda) Curso del agua fuera de la temporada de estiaje. La descripción de esta red se detalla en la descripción del curso del agua en época de estiaje.

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15. Sistema presa/canal Coyahualco–Santa Cruz, comunidades Coyahualco y Santa Cruz (margen izquierda) Este sistema desagua en el canal San Narciso – Conhuaxco16. Sistema presa/canal San Narciso–Conhuaxo, comunidades Santa Cruz y Conhuaxo (margen izquierda)El drenaje del canal San Narciso – Conhuaxo vierte en la parte final del canal El Chahuil. Se reporta un comisionado de estaqueros para el tramo de canal San Narci-so de la comunidad de Santa Cruz.17. Sistema presa/canal El Chahuil, comunidad Conhuaxo (mar-gen izquierda)

RED con dos presas, comunidades Tlalquiltepec y Huamuxtitlán (mar-gen derecha). Curso del agua fuera de la temporada de estiaje.La descripción de esta red se detalla en la descripción del curso del agua en época de estiaje.

18. Sistema presa/canal principal Tlalquiltepec (margen derecha)19. Sistema presa/canal principal de Huamuxtitlán (margen derecha)

RED de las aguas de Coyahualco – Santa Cruz en el estiajeLa presa y canal fueron construidos aproximadamente en 1945, con recursos pro-pios de los pueblos de Coyahualco y Santa Cruz, tanto monetarios como en especie y en trabajo.

Tiene su presa en la margen izquierda, a la altura de la comunidad de San José Buenavista. Antes de llegar a la comunidad de Coyahualco, el canal pasa por terre-nos de las comunidades de San José Buenavista, San Pedro Aytec y Tlalquetzala. Algunos campeisnos de San José Buenavista, San Pedro Aytec y Tlalquetzala to-man agua del canal de Coyahualco a cambio del paso del canal.

El agua se tandea entre Coyahualco – Santa Cruz y dos ramales. El tandeo del agua se organiza de acuerdo a las necesidades de los regantes de las distintas comunidades. Los turnos sólo pueden durar tres días para no causar estragos en las siembras de los otros canales participantes. Coyahualco organiza el tandeo.

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El mantenimiento y reparación de la presa y del tramo de canal entre la presa y el inicio del canal comunitario de Coyahualco corre a cargo de regantes de Co-yahualco y Santa Cruz, los regantes de las otras comunidades que reciben las aguas de Coyahualco en estiaje pagan una cuota monetaria, que fluctúa entre 3,000 y 4,000 pesos, excepto en el año 2009, cuando la autoridad de Coyahualco les cobró $10,000.00, lo cual fue, según su criterio, un exceso.

15. Coyahualco–Santa Cruz, comunidades Coyahualco y Santa Cruz (margen izquierda) Una vez que el agua llega a la comunidad de Coyahualco surte al canal co-munitario y riega los campos Rancho Viejo, Trapiche/Jale, Tonalapa, Cal-vario, Puente de Cualac y Los Bajaderos, y, enseguida pasa el agua al canal de la comunidad de Santa Cruz.Los regantes de Santa Cruz se coordinan con Coyahualco para la limpia del canal y la presa.La autoridad de agua es el Comité de usuarios de Riego, integrado por un presidente, secretario, tesorero y vocales. Durante el estiaje nombran un Juez de aguas que solamente tiene funciones de aguador.16. Ramal margen izquierda canal San Narciso–Conhuaxo, co-munidades de Santa Cruz y Conhuaxo (margen izquierda)Los regantes de las comunidades de Coyahualco y Santa Cruz tienen que cerrar sus regaderas para que el agua pase en cantidad suficiente al canal San Narciso–Conhuaxo en la margen izquierda. Toda el agua se envía hacia el ramal San Narciso–Conhuaxo.Los regantes del canal San Narciso–Conhuaxo tienen que pagar al Juez de Aguas de Coyahualco para que vigile el cierre de las regaderas en las comu-nidades de Coyahualco y Santa Cruz.Ramal margen derecha y margen izquierda: zanja de estiaje–canal prin-cipal Tlalquiltepec–canal principal Huamuxtitlán–zanja de estiaje–ca-nal El Chahuil, comunidades Tlalquiltepec, Huamuxtitlán y ConhuaxoLos regantes de las comunidades de Coyahualco y Santa Cruz tienen que cerrar sus regaderas para que el agua pase en cantidad suficiente a este ra-mal. El recorrido del ramal consiste en una zanja o canal hecho en el mismo lecho del río, a la altura de la comunidad de Tlalquetzala, que lleva el agua

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a la otra margen del río para abastecer al canal principal de Tlalquiltepec. De ahí pasa al canal principal de Huamuxtitlán y, enseguida va nuevamente por una zanja hecha en el lecho del río hasta alcanzar, en la otra margen del río, el canal El Chahuil. En este ramal, se turnan el agua que reciben a su vez del turno al ramal. La vigilancia de que todas la regaderas en las comunidades aguas arriba estén cerradas, en el turno correspondiente a una comunidad, corresponde a los jueces de agua de cada comunidad, que son recompensados por las comunidades de aguas abajo. 18. Canal principal Tlalquiltepec, comunidad TlalquiltepecPago a juez de aguas de la comunidad de Coyohualco (que incluye a Santa Cruz) para que vigile el cierre de regaderas.19. Canal principal Huamuxtitlán, comunidad HuamuxtitlánLas autoridades de agua son 5 comisionados, uno por cada campo. También interviene el comité de vigilancia del comisariado ejidal. En la época de es-tiaje se conforma un comité de estiaje para negociar los turnos y el pago de agua a Coyahualco (por el mantenimiento de la presa y el tramo de canal desde la presa hasta la comunidad de Coyohualco). Así pues, también es la responsable del pago a los jueces de aguas de las comunidades de Coyahual-co y Tlalquiltepec.17. Canal El Chahuil La autoridad del agua es el comité de usuarios de la comunidad de Con-huaxco. Se les paga a los jueces de aguas de Coyahualco, Tlalquiltepec y Huamuxtitlán para que vigilen el cierre de regaderas.

LOS TROMPEZONES Y OTRAS CONSTRUCCIONES HIDRÁULICAS: BARRERAS TRANSVERSALES, TEPECHIHUITES Y PRESAS DERIVA-DORAS EFÍMERAS

El río Tlapaneco está localizado en la zona de influencia de la actividad ciclónica y de tormentas tropicales provenientes del Océano Pacífico. En la temporada de llu-vias las aguas del río Tlapaneco bajan con fuerza al valle, ocasionalmente destru-yendo campos de cultivo, e incluso centros de población próximos a sus márgenes.

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Por ejemplo, los desastres ocurridos en los poblados de Tlaquiltepec y San Pedro Aytéc con el paso del huracán Cosme en 1989, que motivaron el traslado de ambos centros de población. Otro tanto ocurrió en el poblado de Ixcateopan en 1884, aún se pueden observar los restos de la iglesia y casas entre lo que ahora son huertos.

Frente al riesgo de inundación, la población construye una “protección ribere-ña” o trompezones que se observa como largas hileras de sauces en la orilla del río. Los trompezones dan un paisaje característico a La Cañada, ambas riberas cuentan con filas densas de sauces. Estudios arqueológicos en la zona proponen que los trompezones fueron, posiblemente, un elemento clave de los regadíos en la Cañada durante la expansión Azteca del reino de Tlachinollan (Gutiérrez, 2002).

Los trompezones son una construcción hecha a base de estacas, ramas, pie-dras y varas de sauce que forman una barrera a lo largo de la ribera del río y que protege a los campos de cultivos y a los centros de población de las amenazas de destrucción por las crecidas del río, así como para ganar terreno de cultivo al río y posiblemente, para estabilizar la tendencia del río a cambiar su cauce.

Los trompezones son una componente clave de los regadíos de La Cañada, dada la función de protección. La eficacia de la protección ribereña depende de la varia-ción en la fuerza de la corriente por las condiciones metereológicas, así como de la edad y del cuidado (podas) que los regantes prodiguen a la saucera. En 1989 con el paso del huracán Cosme, arrasó con tramos de viejos sauces, que correspondían a la protección ribereña. Para cuidar y ampliar la protección ribereña en los pobla-dos hay autoridades de los trompezones o estacados, además de autoridades de los sistemas de riego.

Los trompezones son construidos y reconstruidos por tramos de 20 a 500 me-tros en cada temporada. Según las posibilidades y necesidades de protección, se da prioridad a los lugares con riesgo de inundación, bocatomas o puntos de choque del río. Hay secciones de la ribera que no están protegidas, debido a que la fuerza del río ha derribado las sauceras, o bien, porque el río ha modificado su cauce. Evi-dencia de este último caso es un trompezón que ahora se ve como un islote dentro del río a la altura de la comunidad de Alpoyeca.

Cuando el río se recarga hacia un lado u otro y causa pérdidas de parcelas de cultivo en una u otra ribera del río, la normativa local indica que “el río decide los límites”. Esto significa que en ambas riveras, la que ha ganado y la que ha perdido

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playa deben construir una nueva barrera ribereña o trompezón a lo largo del nuevo límite con el río. Evidencia de la adquisición de tierra en una rivera, son los trom-pezones que quedan alejados de la margen del río.

Los trompezones generalmente se construyen al término de la temporada de riego, con el inicio de las primeras lluvias, entre mayo y junio. Los regantes com-pletan faenas que duran de 15 a 25 días, trabajando el día completo.

Las barreras se construyen en triple fila, con una longitud de 20 a 500 metros siguiendo la rivera del río Tlapaneco. Para comenzar, el llamado “armazón”, en una hilera paralela a la rivera y en la parte menos honda del río, se clavan seis estacas de 3 metros de largo (por 10 a 12 centímetros de diámetro) a una profundidad de 2 metros, dejando un espacio de un metro entre cada estaca. Este trabajo se realiza entre tres hombres: dos introducen la estaca en el lecho del río, realizando movimientos circulares, y cuando la arena presenta mayor resistencia, un tercer hombre golpea la parte superior de la estaca con un mazo de hierro. Acto seguido, se levantan dos hileras paralelas para formar una barrera de tres hileras, y entre cada una de esta hileras se deja una distancia de un metro.

Conforme avanzan, al añadir hileras, se incrementan las dificultades que en-frentan por la fuerza y profundidad del río; cuando el agua llega a la altura de la cintura o del pecho es necesario amarrar las estacas con una soga, para luego cla-varlas. El hombre que sujeta el mazo se sube a una estaca, previamente enterrada, para golpear y enterrar la estaca que se está colocando, primero unos 10 centíme-tros. Después se sube a la estaca someramente enterrada para pegarle a una segun-da estaca y enterrarla también someramente, y así sucesivamente, hasta enterrar las otras dos hileras de seis estacas a la profundidad requerida de dos metros.

Una vez que el armazón (3 hileras de 6 estacas) queda listo, otro grupo se en-carga de latear; es decir, colocar la rasta, que es un tejido realizado con ramas de árboles (ver Cuadro núm. 2). Las ramas con las que se realiza la rasta tienen una longitud de dos a cuatro metros y un diámetro de 2 a 5 centímetros. La actividad de latear consiste en la colocación de la rasta, donde se cruzan dos elementos acti-vos: la rasta en forma horizontal, y las estacas en forma vertical. La tarea de latear se realiza para cada hilera de estacas paralela a la ribera. El armazón queda listo cuando las tres hileras de estacas están lateadas y forman tres paredes. Para con-formar un muro más grueso, que tendrá dos metros de ancho entre las hileras de

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321la cañada de huamuxtitlán: estructuras organizativas para la distribución del agua

estacas (o “paredes”) se coloca más rasta, así como piedras o costales de arena. Al fondo se coloca una capa de rasta amontonada, sobre la cual se coloca una capa de piedras o costales de arena, y así sucesivamente se añaden capas de rastra y piedra o costales, hasta rellenar el hueco que conforme a la altura y distanciamiento entre las hileras de estacas tiene un metro de altura por un metro de ancho y, la longitud de un armazón, que es de 6 metros.

Lo último que se hace para tener el trompezón listo es plantar varetas de sauce sobre la barrera, guardando entre sí una distancia de 2 a 3 metros. Estas varetas se siembran cuando el muro ya ha recogido sedimentos aluviales (lama) entre la rasta, lo cual tarda aproximadamente una semana después de haber terminado el armazón. Las piedras y estacas protegen la vareta mientras ésta se afianza. Las varetas echan raíces y se desarrollan haciendo paxtle; es decir, entrelazando sus raíces y dando más fuerza a la estructura construida.

Una barrera de cien metros requiere una cantidad $ 25,500 pesos en materiales y en acarreo. La mano de obra no se contabiliza en términos monetarios, ya que el trabajo se realiza por faena o tequio. No obstante, un cálculo aproximado de la mano de obra invertida sería de $100 pesos (salario local) a 40 peones durante 15 días; es decir, $60,000 pesos, más $2,000 para el pago de la mano de obra utiliza-da para el corte y recolección de los materiales a utilizar (Cuadro núm. 3).Otras técnicas de barreras protectoras.- Además de los trompezones ca-racterísticos del paisaje de la Cañada, existen otras técnicas complementarias: las barreras transversales al río, y los tepechihuites.Barreras transversales al río.- Las barreras transversales funcionan como refuerzo para proteger los terrenos. Las barreras se levantan en puntos críticos y avientan el agua del río hacia el otro lado. Las barreras transversales pueden pre-sentarse junto con las barreras paralelas al río.

Las barreras se construyen a partir de estacas de sauce de 3 metros de largo por 10 a 12 centímetros de diámetro, las cuales se entierran haciendo una hilera que va desde la orilla hacia el río, se puede internar en el río de 5 a 50 metros. Una barrera tiene una doble hilera de estacas paralelas entre si y perpendiculares al curso del río; la distancia entre cada hilera es de 1.5m. La rasta se entreteje en cada hilera de estacas, empezando desde abajo. Se colocan piedras o costales de arena en medio de las hileras, amontonándolas hasta rellenar la barrera. Una variante de la barrera

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322 AntologíA sobre riego

transversal consiste en una sola hilera de estacas, colocando piedras o costales de arena detrás de la hilera. Las estacas dan la cara a la corriente del río, y las piedras le brindan un soporte.

Las barreras transversales pueden encontrarse en grupos de 7 a 15 barreras, cada una separada por 3 metros de distancia. Por ejemplo, sobre la rivera, un con-junto de barreras trasversales consistente en 8 barreras; cada barrera una doble hilera de estacas, con una distancia entre barreras de 3 metros y una longitud de cada hilera o barrera de 20 metros. Por ejemplo, un conjunto de 15 barreras, con una distancia entre barreras de 3 metros y una longitud de las hileras de 50 metros. Tepechihuites o conos.- Consisten en conos que se construyen enterrando 8 a 10 estacas de 5 metros de largo, a una profundidad de 1.5 a 2 metros, formando un círculo de 3 metros de diámetro; aunque los hay de distintos tamaños y hay señala-mientos de que antes se construían a mayor tamaño. Una vez enterradas las estacas, los trabajadores reúnen las estacas en el extremo superior para conformar un vér-tice y amarran las estacas del vértice con alambre recocido. La rasta se teje empe-zando desde abajo, dejando una sección del armazón sin cubrir. Después, la rasta se refuerza con amarres de alambre para que quede bien afianzada a las estacas, y, por la sección sin cubrir de rasta se introducen unas cinco piedras o unos diez costales de arena. Cuando el interior del tepechihuite queda lleno, se cierra con rasta.Bocatomas o presas derivadoras efímeras.- La bocatoma o presa deriva-dora se edifica siguiendo el mismo principio constructivo de los trompezones, uti-lizando estacas, rasta, y piedras o costales de arena, aunque no se siembran las varetas de sauce. Las bocatomas se construyen en el lecho del río, ligeramente per-pendiculares al curso del río, sin atravesar de lado a lado el río.

Las bocatomas varían en cuanto a lo largo y ancho de sus paredes según las características del lugar. Dependiendo de la fuerza del río, la bocatoma tendrá una, dos, o hasta tres hileras de estacas. En cada estación lluviosa son destruidas (total o parcialmente) por la fuerza de la corriente, o azolvadas por el arrastre de arena o piedras. La construcción, mantenimiento y reconstrucción de las tomas es una tarea permanente debido al comportamiento errático del río.

Hay bocatomas que no han cambiado de ubicación en años, lo que significa que el río no ha modificado su recorrido. En tal caso, los regantes sólo acuden para dar mantenimiento, cambiando la rasta y reacomodando las piedras. Sin embargo, en

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las ocasiones en que el río se mueve, éste puede dejar en desuso una antigua toma, por lo que los regantes se ven obligados a construir una nueva presa en una nueva ubicación, buscando para ello un lugar en la ribera que permita abastecer el sis-tema de canales de distribución, tomando en cuenta la pendiente y la cantidad de agua para los canales.

En febrero, al inicio del estiaje y conforme el río se va secando, los regantes pueden decidir alargar el embudo por donde entra el agua para facilitar su capta-ción, colocando para ello costales con arena, semejando un muro. Sin embargo, los costales tienen el inconveniente de que, al bajar el nivel del agua, el sol termina tostándolos y desintegrándolos. Aun así, a pesar de los inconvenientes, esta técnica es muy utilizada, pues los sacos constituyen una opción barata y fácil para armar y prolongar la presa, sin mencionar las áreas con suelo de tepetate, donde no es posible enterrar las estacas.

Durante el estiaje también se recurre al uso de una retroexcavadora para cana-lizar el agua hacia la bocatoma. Esta maquinaria suele costar $500 pesos por hora, y se necesitan de dos a tres horas para finalizar el trabajo, resultando en un costo que es absorbido por los usuarios de la toma.

Agradecimientos. Investigación realizada con el apoyo del proyecto CONA-CYT núm. 79201 “Juntas de aguas, unidades de riego y otras organizaciones de re-gantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades autogestivas de los regantes”

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Page 331: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

330 AntologíA sobre riego

Cuadro 2. Materiales utilizados en la infraestructura de riego tradicional

Material Se obtiene de Nombre científico Se consigue en Dimensiones

Largo Ancho

Ocote Pinus patula Schl. et Cham

Montaña alta 3 m 12 cm diámetro

Tlahuitole Leucaena diversifolia

Cerros aledaños 3 m 12 cm diámetro

Palo Dulce Eysenhardthia polystachya

Cerros aledaños 3 m 12 cm diámetro

Palo Herrero Mimosa benthamii J

Cerros aledaños 3 m 12 cm diámetro

Sauce Salix alba Ribera del río 3 m 12 cm diámetro

Cubata Acacia macrantha

Cerros cercanos 1-3 m 2-5 cm diámetro

Vara Blanca Cordia sp Cerros cercanos 1-3 m 2-5 cm diámetro

Quina Cinchona pubescens

Cerros cercanos 1-3 m 2-5 cm diámetro

Piedra y/o costales de arena

Cerros cercanos o río

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Vareta Sauce Salix alba Ribera del río 3 m 5 cm diámetro

Estacas

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Page 332: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

331la cañada de huamuxtitlán: estructuras organizativas para la distribución del agua

Cuadro 3. Costo de una barrera de protección ribereña de 100 metros

Material Valor unitario Se requiere Total

Estacas 10 1 800 estacas para 100 m 18,000

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Piedras 0 100 piedras grandes 0

Corte y recolección de material 100 20 x 2 2,000

Traslado de estacas 500 1 viaje redondo 500

Traslado de rasta 200 10 viajes redondos 2,000

Traslado de piedras 500 10 viajes redondos 5,000

Peones 100 40 por 15 días 60,000

Costo total 87,500

Faenas 62,000

Total a cubrir 25,500

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332 AntologíA sobre riego

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INTRODUCCIÓN

Los pequeños sistemas de riego de Metepec son posibles gracias a las mangueras que conducen el agua por gravedad, aprovechando los desniveles. El agua captada en las barrancas se conduce por mangueras, se concentra en ollas excavadas en el suelo, y se distribuye por mangueras a los campos de cultivo. Gracias a las man-gueras, las fuertes pendientes han pasado de ser un problema para la conducción de agua a ser un rasgo positivo. En este sentido se puede considerar el uso de la manguera para regar cultivos en lugares de fuerte pendiente, como una genuina revolución tecnológica.

En las laderas del Popocatépetl es común ver mangueras que llevan el agua a cultivos o a los pueblos para uso doméstico. En México existen otras pequeñas regiones de ladera que hacen uso de mangueras para regar, como un pueblo de Oa-xaca donde utilizan mangueras con aspersores (Sánchez Peraci, 1998). Todos estos casos de riego por manguera parecen ser de elaboración vernácula por campesinos minifundistas. Para Colombia se reporta apoyo técnico para riego por manguera en laderas, también para pequeños campesinos (Arango, 1998).

X. El riego por mangueras en ladera:

los ejidos de Metepec, Morelos

Anabel González Pérez | Maligé Guzmán Puente | Jacinta Palerm Viqueira

Page 337: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

336 AntologíA sobre riego

El interés de estos casos está en la capacidad de adopción de nueva tecnología por los campesinos y en la trasformación de la agricultura de ladera y en el impacto en los ingresos, así como en los impactos cuenca abajo al hacer uso de agua que antes se dejaba pasar (Rivas, 2005, Espinosa, 2006).

METEPEC: ANTECEDENTES DE LOS SISTEMAS DE RIEGO POR MANGUERAS

Metepec es un pueblo ubicado en las faldas del volcán Popocatépetl a 2,000 msnm, aproximadamente a 19 km de la cumbre, a su vez a 5,500 msnm. Se localiza entre las comunidades de Tétela del Volcán y Ocuituco, perteneciendo al municipio de este último. A las orillas de los ejidos del pueblo se encuentran dos barrancas, cu-yos caudales desembocan en el río Cuautla.

Los vecinos de la comunidad, en las barrancas aledañas, llenaban de agua ánfo-ras que trasladaban a la comunidad con la ayuda de animales de carga o vehículos particulares. El agua se usaba para beber y para uso doméstico. Más recientemen-te, se ha entubado el agua de manantiales ubicados en terrenos de la comunidad de Tetela del Volcán, para abastecer a la comunidad de Metepec, el agua llega por gravedad y los vecinos cuentan con tomas domiciliarias.

Antes de la implementación de ollas de agua y mangueras, había pocas plan-tas de aguacate y durazno; el manejo de huertas era mínimo, ya que el riego re-presentaba un costo elevado puesto que era necesario contar con algún vehícu-lo, grandes recipientes, o suficientes animales de carga para el traslado de agua, o en su caso comprar bastantes kilómetros de manguera, lo que representaba un gasto elevado y que por consecuencia nadie se había atrevido a trasladar el agua de las barrancas con mangueras. Por lo tanto, los ejidos eran usados en su mayoría únicamente para cultivos de temporal. La zona cuenta con una pre-cipitación pluvial de 2,341.63 milímetros por año, y el período de lluvias es de junio a octubre.

Los campesinos que tenían huertas fueron los que, de alguna manera, inci-taron al ayuntamiento a que les apoyara, ya que tenían que acarrear el agua con ánforas en sus vehículos o animales de carga durante el período de mayor sequía. En las huertas de temporal, si se plantaban, por ejemplo, 60 plantas solo llegaban

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337el riego por mangueras en ladera: los ejidos de metepec, morelos

a dar fruto 40 y, según comentan los productores, aun las plantas de aguacate no eran tan productivas como ahora con riego.

En el año de 1998 se inicia un nuevo proceso del uso del agua: se construyen las primeras ollas o tanques de agua con apoyo del ayuntamiento a través de programas federales que provienen de instituciones como SAGARPA. Más re-cientemente, muchas otras ollas han sido construidas con trabajo y capital de los mismos campesinos.

Las ollas de agua consisten en un hoyo rascado con pico y pala o con maquina-ria a una profundidad de 2 a 5 metros y un diámetro que oscila entre 2 y 6 metros. Para retener el agua, las paredes se recubren con plástico o membrana, que posee un tiempo de vida de aproximadamente 10 años.

El plan inicial del programa era únicamente captar agua de lluvia en las ollas, que sería usada en las pocas plantas de aguacate y durazno que tenían los productores; y, en un principio, estas ollas eran abastecidas únicamente por los temporales de lluvias, pero hacia el año 2001 se comenzaron a llenar con agua de las barrancas, transportada a las ollas mediante mangueras. El agua almace-nada en las ollas, a su vez, se conduce por manguera para regar las huertas de durazno y aguacate.

La construcción de ollas de agua ha ido en aumento, pues cada vez son más los campesinos que están interesados en el establecimiento de huertas. El número de plantas en una huerta oscila entre 100 y 300. Los costos de construcción de ollas y de compra de manguera siguen siendo relativamente altos, sin embargo, ya han probado las ventajas del riego. Además, al hacerlo en grupo, les permite aminorar los costos, con las ollas grupales y la manguera común hasta la olla. De tal manera que los productores cuyas parcelas son vecinas se asocian para la captación, con-ducción, almacenamiento y distribución del agua.

EL SISTEMA DE LAS MANGUERAS Y OLLAS

La captación y conducción de agua.-. Los pequeños sistemas inician con la captación de agua en el cauce de las barrancas y en los sitios donde hay pequeños manantiales. Las dos barrancas principales son Huilapa y Lixtla.

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338 AntologíA sobre riego

En la barranca se hace una caja con paredes de concreto de 50 cm. de ancho por 65 cm. de largo 45 cm. de alto que remansan el agua; la manguera se conecta a la caja.Una vez ubicada la manguera principal (es decir, la que conducirá el agua de ahí hasta las ollas grupales) en la caja; la manguera se va extendiendo, de preferencia se entierra a una profundidad de 30 cm., que los productores rascaron, con el fin de evitar que la manguera se rompa fácilmente. La manguera, de preferencia, se coloca en los lugares más boscosos, en donde no hay paso de peatones ni carros que puedan interferir en la conducción del agua. En ciertos casos, es necesario llevar las mangueras por el aire. Este tendido coincide con lo escrito por Arango (1998), que menciona cómo en los sistemas de riego por manguera en ladera, la red de riego se encuentra normalmente constituida por una o dos tuberías principales, y varias tuberías secundarias o ramales con varios hidrantes destinados a proveer de agua a las parcelas de riego.Sistemas sin ollas.- En los casos donde no construyen ollas grupales, la man-guera principal llega a la olla parcelaria de algún productor del grupo, o se efectúa el riego directo. Esto es posible gracias a que las mangueras cuentan con válvulas localizadas en la entrada de los terrenos, haciendo posible que el productor pueda controlar el agua que llega a su terreno mediante válvulas de control de cierre ma-nual, destinadas a sectorizar el riego (ver Arango, 1998).Las barrancas abastecedoras y bombeo.- El agua de la barranca Huilapa se puede conducir por gravedad a sólo una parte de los terrenos ejidales. Otros terre-nos ejidales únicamente pueden aprovechar el agua de la barranca de Lixtla, y ello únicamente elevando el agua con bombas de motor. Sistemas que toman agua de la barranca Huilapa.- Para la captación de agua se utilizan cajas de agua, que, como ya antes mencionamos, son pequeñas construcciones que permiten remansar el agua; la manguera principal se conecta a la caja, y de ahí se conduce hasta la olla grupal por gravedad. Gracias a las pendien-tes, el uso de bombas de motor no es necesario.Sistemas que toman agua de la barranca Lixtla.- A diferencia de la ba-rranca Huilapa, el agua de la barranca de Lixtla llega hasta los terrenos sólo por bombas de motor. En unos casos la bombean únicamente de la barranca a la olla, y en algunos otros tienen que bombear de la barranca a la olla, y de la olla a las huer-tas. Esto se debe a que, en parte del ejido el terreno es llano con poca pendiente, lo

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339el riego por mangueras en ladera: los ejidos de metepec, morelos

que impide que el agua llegue por gravedad, y, aunque la distancia entre barranca y parcela es menor que para el caso de las parcelas regadas por la barranca de Hui-lapa, es necesario el uso de bombas de motor.Ollas Grupales y Ollas Parcelarias.- Cuando el grupo tiene olla grupal, se conecta a la olla una manguera que pasará por todos los terrenos de los socios. El agua en la manguera principal se controla con válvulas para regular el paso a las mangueras de cada productor. En ciertos casos, los productores, tienen una olla parcelaria, de menores dimensiones a la olla grupal. Si el productor no tiene olla parcelaria, con la ayuda de válvulas, desvía el agua a su manguera o red de man-gueras para poder regar a gravedad. En caso de contar con olla parcelaria, el agua se deposita en la olla parcelaria y a partir de esta tiene su red de mangueras. Ventajas de la olla parcelaria.- Aunque la cantidad de agua según el tandeo sea la misma, las ollas permiten almacenarla. Carecer de olla parcelaria implica que los campesinos sólo pueden regar el día de tandeo. Con la olla parcelaria, los productores pueden decidir cuándo y cuánto regar. Costo del sistema.- El costo de los sistemas olla y manguera es muy variable según el tamaño de la olla grupas y la distancia. En promedio, el costo desglosado es el siguiente:

Rascar olla parcelaria: $300.Manguera particular (la que se extiende dentro del terreno) – 20 metros de manguera de 3 pulgadas: $2,000.Aportación en el grupo por socio para la compra de la manguera principal (que conducirá el agua desde caja de captación hasta la olla grupal y en los casos en que no hay olla grupal hasta el terreno: $10,000).

Organización por Grupos.- Para poder llevar el agua de las barrancas hasta los campos, los campesinos se organizaron en grupos de 3, 7 y 10 personas, y, con dinero aportado por cada uno, realizan la inversión en la construcción de la olla grupal y en la manguera para trasladar el agua desde la barranca hasta ha olla gru-pal. Actualmente se registran 7 grupos (ver Cuadro num. 1).Por regla general, los miembros del grupo se asociaron porque sus terrenos son vecinos, y, en varios casos son también parientes al ser ejidos familiares. Los ejidos familiares consisten en grandes porciones de terreno que fueron heredados y divi-didos entre los hijos y nietos.

Page 341: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

340 AntologíA sobre riego

Compra-Venta de Agua.- Existen dos productores poseedores de olla en su terreno, pero que no están en ningún grupo. Ellos compran el agua de alguna man-guera cercana. El precio por un día de agua es de 130 a 150 pesos.Tandeo de Agua.- El tandeo del agua depende del número de socios y el tamaño de la olla grupal.. Puede ser que la tanda corresponda a dos productores, un día a la semana; puede ser, en un grupo de 7 socios, que cada socio reciba su tanda un día de la semana; puede ser que la olla grupal sea lo suficientemente grande como para no requerir de tandeo. El día de la tanda se abren las válvulas de la olla grupal para llenar la olla parcelario y para realizar el riego directo.

Riego Parcelario.- Para el riego de las huertas hay tres métodos:a) Arrastrando Mangueras a las Plantas.- La mayoría de los productores arrastra sus mangueras hasta las plantas para regar. En este método, los produc-tores toman el agua de sus ollas con una manguera que tiene de 150 a 200 metros de largo, y que van llevando de planta en planta. Cuando los terrenos no están en ladera, los productores ponen una bomba a la orilla de su olla. La manguera es sostenida por el productor, y pasa de planta en planta. La duración del riego a cada planta depende del tamaño del árbol. Se depositan entre 30 a 60, en algunos casos hasta 200 litros de agua en cada planta.b) Sistema de Riego Parcelario Artesanal.- En los terrenos que se encuen-tran en ladera, los productores tienden la manguera a lo largo y ancho del terreno. En cada línea, el productor coloca un distribuidor de agua para lograr que el agua se reparta parejo entre las líneas; se perfora un pequeño orificio en la manguera donde hay planta, lo que permite el riego. Este método de riego solo lo pueden utilizar los productores que tienen campos en ladera y tiene las ventajas de que el trabajo del productor disminuye y que permite que el riego sea constante y justo para cada árbol. El tendido es diseñado por los mismos productores. c) Sistema de Riego por Goteo.- Este sistema es muy parecido al artesanal, pero mucho más elaborado, ya que es instalado por especialistas. En las zonas de ladera, es posible instalar equipos de riego por goteo y micro aspersión, ya que estas modalidades funcionan con bajas presiones y pequeños caudales (Arango; 1998:17).

Page 342: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

341el riego por mangueras en ladera: los ejidos de metepec, morelos

Este método es el menos común en el poblado, debido a que su instalación requiere de expertos. Hasta el momento, sólo dos productores han establecido este sistema en sus terrenos. El agua es tomada desde una olla de agua grupal y luego parcelaria, y desde ahí es repartida por pequeñas válvulas. Antes de llegar a estas, el agua pasa por un filtro que se usa para retener toda la basura, con el fin de evitar que los goteros se bloqueen. Un ejemplo de este sistema es el de don Pedro Martínez, un productor de aguacate y durazno que ha logrado establecer este sistema, el cual presenta los siguientes datos:

Su olla parcelaria almacena 87,500 litros, su ubicación es en el paraje de “Miztlanzingo”, riega 350 plantas de durazno cada 5 días, tiene goteros com-pensados (es decir, lo mismo riega en la primer planta que en las últimas), sus goteros riegan 8 litros por hora y aproximadamente 97 litros en cada planta al día. En tiempos de sequía, riega dos veces por semana. Una vez, el día de su tan-deo, y, a los cuatro días, con el agua que tiene almacenada en su olla. Durante los meses posteriores, un día a la semana es suficiente.

HUERTAS PRODUCTIVAS POR EL RIEGO CON MANGUERAS

La comunidad de Metepec ha mostrado gran avance gracias a la nueva forma de riego y las huertas (especialmente de aguacate y durazno) han aumentado. En los ejidos de la comunidad, actualmente se registran entre 55 y 65 huertas, que poseen un promedio de 60 plantas.

Anteriormente, las huertas, de durazno y aguacate no eran tan comunes como lo son ahora, y las que había eran de secano. La diferencia radica en las ollas de agua, ya que, en palabras de un productor: “el agua que subimos representa que habrá cosecha, ya que antes en la sequía solo alcanzábamos a cosechar un 30%, y eso si se lograban las frutas y de mala calidad”. Estas palabras son razón para ha-blar con certeza del impacto de las ollas de agua.

Actualmente, todas las huertas tienen un sistema de riego, ya que en un princi-pio fueron precisamente los pocos huerteros quienes participaron en los proyectos ofrecidos por la SAGARPA, y son, por supuesto, los que ahora cuentan con la ven-taja de las ollas en sus parcelas.

Page 343: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

342 AntologíA sobre riego

CONCESIONES DE AGUA

Hasta el momento, no hay ningún registro de concesión de agua por alguna institu-ción. Los productores únicamente han tomado el agua según el orden en el que han ido conformando los grupos, aunque en algunos casos encontraron manantiales de agua. Por tanto, las concesiones no existen, y el arreglo es solo de común acuerdo entre los grupos de productores.

CONCLUSIONES

La transformación en tierras de riego de las tierras de secano en fuertes pendientes gracias a las mangueras, tiene algo de fascinante. En especial porque estas han sido tierras marginales en manos de campesinos también marginados. Otro aspecto in-teresante en esta transformación ha sido el manejo vernáculo de la tecnología. No tenemos idea de la superficie involucrada, en Metepec son unas muy modestas 3.7 ha. con 2,780 árboles. Sin embargo, toda la ladera del Popocatépetl presenta estos pequeños sistemas. La adopción de estos sistemas en Tetela del Volcán y Hueya-pan, que tienen más trayectoria que Metepec, ha dejado sin agua para riego a unas 743 hectáreas río abajo. La capacidad de la CNA de limitar y regular los aprovecha-mientos por manguera ha sido inexistente.

Agradecimientos. Investigación realizada con el apoyo del proyecto CONA-CYT núm. 79201 “Juntas de aguas, unidades de riego y otras organizaciones de re-gantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades autogestivas de los regantes”.

Referencias

Arango Tobón, Julio César 1998 Manual de operación y mantenimiento para los Sistemas de riego en ladera, Universidad Nacional de Colombia, Sede de Medellín, Facultad de Ciencias Agropecuarias http://www.agro.unalmed.edu.co/departamentos/iagricola/docs/manual_operacion_mantenimiento.pdf

Espinosa Henao, Oscar Mauricio 2006 Sociedad y agua en Zacualpan de Amilpas, Una aproximación entre territorio, comunidad, organización social y conflictos, en torno a una cultura del agua, Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria.

Page 344: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

343el riego por mangueras en ladera: los ejidos de metepec, morelos

Rivas, Maria 2005 Escuadras cuasi militares para la defensa del agua en la zona baja del Amatzinac” Nueva Antropología vol. XIX, num. 64 sobre “antropología del agua” pp. 17-29.

Sánchez Peraci, Adoniram 1998 Organizaciones campesinas autogestivas y desarrollo rural sustentable estudio de caso: en la Sierra Juárez de Oaxaca., Tesis Maestría Estudios del Desarrollo Rural, Colegio de Postgraduados.

Page 345: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

344 AntologíA sobre riego

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INTRODUCCIÓN

En México, la continuidad y persistencia de viejas organizaciones de regantes está por investigarse sistemáticamente. En un primer momento, se pensó que la refor-ma agraria con la transformación de la tenencia de la tierra y la nueva redistribu-ción del agua había marcado un punto de ruptura entre las viejas organizaciones y las nuevas creadas por mandato del gobierno federal. Sin embargo, la existencia de documentos como acuerdos, convenios y reglamentos sobre distribución de agua anteriores a la injerencia federal (Sandré y Sánchez, 2011), ofrecen elementos de análisis que permiten ubicar continuidades en formas de organización, practicas en la distribución del agua, elección de autoridades y demás actividades presentes en la administración del agua entre las viejas organizaciones y la nuevas Juntas de Aguas o las aun más recientes unidades de riego.

El objetivo del presente trabajo es presentar la persistencia de instituciones, estructuras organizacionales y reglas operativas en el manejo autogestivo de la red hidráulica del río Cuautitlán, con una continuidad desde la época prehispánica a la actualidad, que mediante normas y acuerdos, adscritos en un sistema norma-

XI. ¿Continuidad o Ruptura? El sistema de riego

del río Cuautitlán, Estado de México

Israel Sandré Osorio

Page 347: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

346 AntologíA sobre riego

tivo local, administran colectivamente la red hidráulica (sobre la persistencia de organizaciones de regantes véase Sandré y Sánchez, 2011; Aboites, 2009; Palerm, 2009; Palerm y Martínez, 1997 y 2000).

Ello nos habla de la existencia de organizaciones de regantes de alcurnia en Méxi-co, que pese a los cambios en la legislación de aguas y a la intromisión del Estado en la administración de los sistemas de riego, se mantienen operando en la actualidad.

RED HIDRÁULICA Y ORGANIZACIONES DEL RÍO CUAUTITLÁN

La red hidráulica del río Cuautitlán comprende, entre sus principales obras hidráu-licas, la presa de Guadalupe, la presa de Atlamica, el canal del Chiflón, la Pila Real de Atlamica y los cinco canales principales que de ella parten: canal de San Loren-zo, canal de Huayapango, canal de Córdoba, canal Chiquito y canal del Molino; así como el ramal de canales secundarios que de estos se desprenden y que conducen aguas a la Unidad de Riego de Cuautitlán. Éste espacio de riego, desde la presa derivadora de Atlamica y probablemente la Pila, data desde la época prehispánica. Aguas abajo se localizan las compuertas de derivación nombradas de Berriozabal y Cuellar, las cuales conducen las aguas del río Cuautitlán a la Unidad de Riego de Teoloyucan y metros más adelante la compuerta nombrada de Teoloyucan que conduce agua a la Unidad de Riego de Coyotepec. El espacio de riego de Teo-loyucan data del siglo XVI según la merced de aguas de 15 surcos otorgada durante ese siglo y las primeras noticias del espacio de riego de Coyotepec datan del reparto agrario (Figura núm. 1).

La presa de almacenamiento Guadalupe está bajo control de la Comisión Na-cional del Agua (CNA) y las Unidades de Riego o Juntas de Aguas, a través de la Asamblea de Delegados, solicitan a la CNA el agua. La CNA entrega el agua conforme a la disponibilidad en la presa al inicio del ciclo de riego y conforme a los calendarios de riego presentados por las autoridades de las Unidades de Riego a través de la Asamblea de Delegados ante el administrador de la presa. La presa de Guadalupe tiene una superficie de 358 hectáreas que corresponde a su espejo de agua y con una capacidad de almacenamiento de 65 millones de litros. La presa comenzó a construirse en el año de 1936 y se concluyó en 1943, aunque se amplió su capacidad de almacenamiento en los años de 1966 y 1968.

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Para la autogestión de la red hidráulica existen una serie de organizaciones anida-das, desde el nivel más inclusivo: la Asamblea de Delegados1 organización aparen-temente no-oficial que tiene a su cargo el espacio y monumentos hidráulicos en común a la tres Unidades: la presa derivadora de Atlamica y cauce del Cuautitlán aguas abajo de la presa de Atlamica, así como la distribución del agua entre las tres organizaciones.

El siguiente nivel corresponde a las Unidades de Riego, llamadas por los regantes Juntas de Aguas. Cada una de las Juntas de Aguas se encarga de la in-fraestructura y distribución del agua sobre sus canales generales y entregan el agua a pueblos y comunidades.

El tercer nivel corresponde a los pueblos y comunidades, que tienen sus propias autoridades del agua y realizan su propia distribución interior, además de encargarse del mantenimiento de la red de distribución interior.

Actualmente la red hidráulica riega una superficie aproximada de 9,266 hec-táreas de tierra agrícola en manos de 5,800 usuarios, entre pequeños propietarios y ejidatarios. La Unidad de Riego de Cuautitlán tiene una superficie de riego de 7,500 hectáreas, la Unidad de Riego de Teoloyucan tiene una superficie de de riego de 1,420 hectáreas y la Unidad de Riego de Coyotepec tiene una superficie de riego de 346 hectáreas.

El espacio hidráulico forma parte de la Región Hidrológica número 26 deno-minada Alto Panuco, en la subregión del río Moctezuma (26D), dentro de las sub-cuencas 26 DP (Lagos de Texcoco y Zumpango), así como en la subregión del río Cuautitlán (26DN), Subcuenca río Cuautitlán (DN). La actividad agrícola se desa-rrolla en aproximadamente el 74% de la superficie de los municipios de Cuautitlán, Tultitlán y Tultepec.

HISTORIA DEL RÍO CUAUTITLÁN

Las márgenes del río Cuautitlán es un espacio habitado desde tiempos remotos y el río Cuautitlán ha estado sujeto a diversas intervenciones. El río Cuautitlán, fuente natural y principal de la red hidráulica, nace de la confluencia de los ríos de

1 Aunque coincide en el nombre (Asamblea de delegados) no es módulo de Distrito de Riego. En los módulos los delegados son representantes de ejidos y de otros grupos de usuarios por tenencia de la tierra y la Asamblea de Delegados, la máxima autoridad del módulo. En este caso, sin embargo, corresponde a una institución que agrupa a las tres Unidades de Riego.

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La Colmena, Monte Alto y San Pedro en el estado de México, sigue su curso entre lo escarpado de la Sierra de Las Cruces y su cauce se prolonga hasta la Sierra de Monte Alto. Antiguamente, desembocaba en el Lago de Texcoco, al que llegaba por el estrecho de Ecatepec, que se encuentra entre el cerro de Chiconautla y el extre-mo este de la sierra de Guadalupe. En tiempos prehispánicos se modificó su curso, para llevarlo a la laguna de Zumpango. En tiempos de la colonia el río Cuautitlán se condujo al río Tula en el estado de Hidalgo vía el tajo de Huehuetoca; aunque permanece una derivación sobre la margen derecha para llevar agua a la laguna de Zumpango por el canal Santo Tomás. (Figuras num. 2, 3, 4).

Desde tiempo inmemorial. Época prehispánica Según los relatos plasmados en los Anales de Cuautitlán, cuando los colhua llega-ron a Cuautitlán, fueron mal recibidos por los chichimecas, antiguos pobladores de la región, y los colocaron sobre las márgenes del río Cuautitlán con la clara intención de que con sus avenidas el río arrasara con sus casas y se enojaran y se fueran a otra parte.

Los hechos sucedieron tal cual lo predijeron los chichimecas, las aguas del Cuautitlán, en una de sus habituales avenidas, arrasaron y destruyeron las casas de los cuautitlanecas. Sin embargo, ante esta situación, en 1435, los cuautitla-necas deciden cambiar el curso río Cuautitlán, el cual atravesaba el pueblo del mismo nombre, para lo cual estancaron el cauce del río y comenzaron a excavar la tierra para desviar la corriente del Cuautitlán hacía la laguna de Citlaltepec (sección occidental de la laguna de Zumpango), los trabajos duraron dos años. La represa para estancar el río Cuautitlán se hizo en un lugar llamado Tepolnexco (en el actual Tepoxaco) y la desviación del río se hizo en un punto cercano al pueblo de Cuautitlán. El viejo cauce lo limpiaron y restauraron y se conservó como una acequia de riego (Rojas, 1974:85-96). Al parecer, antes de esta desviación, el río tenía su curso natural hacia la laguna de Texcoco por el estrecho de Ecatepec-Chi-conautla. La desviación del río con el fin de evitar las continuas inundaciones en el pueblo de Cuautitlán ante las constantes crecidas del caudal del río, también tuvo como objetivo utilizar su agua para el riego. El antiguo cauce, es decir, su cauce natural hacia el sur para desembocar en el lago de Texcoco, fue convertido en una acequia de riego y actuó quizá como “desfogue de emergencia” y en caso de

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sobreabundancia de agua se conducía a una laguna llamada Totoltepec, localizada en el actual pueblo de Totoltepec para posteriormente desaguar, total o parcial-mente, en el lago de Texcoco (Rojas; 1974:89).

Los indios de Cuautitlán, con el fin de contar con abastecimiento de agua continuo, construían anualmente una presa efímera en Atlamica, cuyas aguas se derivaban a un repartidor general, desde el cual se distribuía el agua mediante cuatro acequias, que permitían el abastecimiento de agua tanto en la misma zona de Cuautitlán como más al norte. Es posible, por lo tanto, que durante esas fechas se haya edificado el repartidor general de las aguas del río Cuautitlán, que fue co-nocido más adelante, durante la época colonial, con el nombre de la Pila Real de Atlamica o Pila Real. La finalidad de este repartidor fue la de distribuir las aguas del río para usos agrícolas y domésticos (Rojas, 1974:85-96). Según estimaciones de Teresa Rojas, tomando como punto de partida el pueblo de Cuautitlán, la ex-tensión de los canales era de 9 a 16.5 kilómetros, lo que nos puede dar una idea de la extensión e importancia del sistema hidráulico del río Cuautitlán.

La desviación del río Cuautitlán hacia el norte, en su nuevo cauce, que lo condu-cía hacia la laguna de Zumpango, a decir de Rafael A. Strauss, produjo tres formas de aprovechamiento del agua del río Cuautitlán:

“…el antiguo cauce, es decir, su cauce natural hacia el sur, fue convertido en sementera y actuó quizá como “desfogue de emergencia” en caso de so-breabundancia de agua. Es decir, parece que estamos ante otro elemento del control hidráulico prehispánico general del valle. La segunda forma es un repartidor general del agua, distribuida mediante cuatro acequias, que un mapa colonial y la respectiva información (1762) permiten reconstruir: el agua del río era detenida por una presa de barro, de la cual salía una acequia principal hacía un repartidor desde el que se distribuía el agua mediante cuatro acequias. La calidad de esta presa de barro permitía que fuera arrastrada por el río cuando éste aumentaba su caudal, es decir, en la época de lluvia, cuando no se necesitaba el agua del río. […] Aun cuando no he encontrado información sobre el control de esta distribución, creo que tuvo que haber existido un mecanismo que permitiera sacar por cada acequia determinada cantidad de agua para cada pueblo o pueblos. La

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tercera forma se refiere a la creación de una zona chinampera potencial al norte de Cuautitlán, específicamente en Coyotepec, donde había al pare-cer una laguna artificial...” (Strauss, 1974:170).

Época colonialInformación de los conflictos acaecidos entre indios y españoles durante la épo-ca colonial, proviene del análisis realizado por Rafael A. Strauss de un traslado, sacado en 1761 en el pleito de Félix Sandoval contra las autoridades del pueblo de Teoloyucan por el uso de las aguas del río Cuautitlán. El traslado asienta un conflicto por las aguas del Cuautitlán entre los indios de Cuautitlán y el moline-ro Antonio Pérez en 1587 (Strauss, 1974:147-154). Asimismo información sobre el sistema de riego y las obras hidráulicas del río Cuautitlán durante el período colonia proceden de la investigación de Teresa Rojas (1974:85-96). La informa-ción sobre los trabajos de las limpias del río Cuautitlán proviene del análisis del documento, “El común del pueblo de Teoloyucan contra Juan Manuel de Ari-zpreste, sobre aguas del río Cuautitlán, 1761”, realizado por Yolanda Reséndiz (1996:171-184).

En 1587, el agua del río Cuautitlán era objeto de disputas entre los pueblos indios de la región y un molinero español que estableció un molino de trigo en las cercanías del pueblo de Cuautitlán. Los indígenas acusaban al molinero de haber abierto una acequia arriba de la presa de Atlamica, la cual derivaba agua hasta su molino dejando sin agua a las demás acequias. Señalaron que con cautela y maña, el molinero había persuadido a los principales de Xaltocan, Zumpango, Teoloyu-can y Citlaltepec para que le permitieran edificar un molino cerca del pueblo de Cuautitlán y hacer una acequia para conducir agua del Cuautitlán; sin embargo, el molinero habiendo conducido el agua por su acequia, tapó las entradas de las acequias de los indios dejando sus tierras estériles y secas por falta de agua y riego. En defensa de sus derechos los indígenas señalaron que desde tiempo in-memorial, y antes de que los españoles llegaran a estas tierras, tenían en posesión una saca de agua, que derivaban del río Cuautitlán, con que sembraban y regaban sus tierras, así como para su sustento y pago de tributo. Asimismo señalaron que, anualmente, en la época de seca, construían una presa en el río en la zona cono-cida como Atlamica para conducir el agua a un repartidor general desde el cual se

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distribuía el agua mediante cuatro acequias. Por su parte el molinero argumentó, en su favor, que la presa que los indios construían anualmente no era permanen-te, que cada año en tiempo de secas se reunían diez mil indios para edificar una presa de barro que muchas de las veces no terminaban de construir quedándose sin agua y sin regar sus tierras y que, en tiempo de aguas, no tenían presa alguna ni agua en sus acequias, y que él había construido una presa duradera que asegu-raba el suministro de agua durante todo el año a las acequias.

En junio de ese mismo año y con el objetivo de dirimir el conflicto entre el mo-linero y los indios de Cuautitlán, se realizó una vista de ojos por parte de la Real Audiencia y del virrey marqués de Villa-Manrique.

La construcción de la presa permanente por parte del molinero español alteró la distribución de agua que se realizaba en la zona. El agua derivada por la acequia del Molino interrumpió el flujo de agua hacía Teoloyucan, Xaltocan, Coyotepec y Citlaltepec-Zumpango. La acequia del Molino o arroyo Acalhuacan o Tultitlan correspondía al antiguo cauce del río Cuautitlán antes de su desvió en 1435, con lo cual el agua del Cuautitlán volvía a correr hacia el sur para desaguar nuevamente en el lago de Texcoco, aunque quizás solamente durante los años más lluviosos.

En junio de 1587 se dictó sentencia y se determinó que la presa que durante años se había construido en Atlamica para conducir al agua a la Pila Real, se edifi-caría de cal y canto, sustituyendo a la antigua construida de césped y lodo. La presa permanente se construiría en el mismo lugar que la antigua presa: en Altamica, y serviría para que en tiempo de avenidas del río el agua no anegara las tierras y azolvara las acequias ni repartimientos. Se repartirían los costos presentes y futu-ros que representase la construcción de la presa. Se pondrían tomas y datas para distribuir el agua según lo que a cada parte le correspondía. La limpia del río, presa de Atlamica y desazolve de las cuatro acequias se realizaría una vez cada año, co-múnmente durante la época de secas, y estaría a cargo de los labradores y pueblos de la región de Cuautitlán.

Al pueblo de Teoloyucan se le concedió una merced de 15 surcos de agua del río Cuautitlán. Aunque no se especifica el lugar de la toma, es posible que ésta se ubi-case sobre el cauce del Cuautitlán en el punto donde sus aguas eran contenidas en la presa de Atlamica, ello basado en la información del conflicto entre el molinero y los indios de Cuautitlán.

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Sin embargo, entre la sentencia de 1587 y 1589, en que se da la sentencia en grado de revista, los pueblos de Zumpango, Teoloyucan, Citlaltepec, Xaltocan y Coyotepec, asentados en la zona norte de Cuautitlán, manifestaron ante la Real Audiencia su oposición a lo previamente determinado. Argumentaron que desde tiempo inmemorial aprovechaban las aguas del río que llamaban de San Juan At-lamican (río Cuautitlán) que atravesaba los mencionados pueblos más abajo de la toma y presa del pueblo de Cuautitlán, la cual aprovechaban en riego y para beber. La construcción de la presa permanente interrumpía el flujo de agua hacia esa re-gión, por tal motivo solicitaron que después de haber regado con las aguas de la presa los de Cuautitlán la dejaran volver al río.

Durante el siglo XVII, el sistema hidráulico del río Cuautitlán sufriría ma-yores modificaciones como resultado de las obras para dar salida artificial a las aguas de la cuenca del Valle de México por un canal de desagüe en la región de Huehuetoca. La obra, concluida en 1608, consistía en dos canales que conducían el agua, retenida en la laguna de Zumpango, hacía un túnel construido bajo la sierra y que enviaba el agua a otra cuenca. Las aguas que se contenían en la lagu-na de Zumpango provenían del río Cuautitlán, que para ese momento vertía en la parte occidental de la laguna, llamada de Citlaltepec (Candiani, 2009 y 2012) (Figura núm. 4).

En la segunda década del siglo XVIII, las aguas del río Cuautitlán son nueva-mente origen de conflicto. La información sobre este conflicto proviene del docu-mento “Pleito de Félix Sandoval contra las autoridades del pueblo de Teoloyucan, por el uso de las aguas del río Cuautitlán, 1761” (AGN, Tierras, vol. 2684, exp. 1) y del análisis del mismo documento que realiza Reséndiz (1996). Así, como de los trabajos de Sandré (2003 y 2004) que parten del análisis del documento “Copia certificada en 1896 del mapa de la distribución de las aguas del río Cuautitlán realizada el 18 de enero de 1763” (AHA, AS, c.1410, exp. 19277, f. 64).

En el año de 1761 don Félix de Sandoval, propietario de la hacienda la Corre-gidora, entabló juicio contra los naturales del pueblo de Teoloyucan, debido a que estos habían roto la acequia principal que conducía agua del río Cuautitlán, apo-derándose del repartidor (la Pila Real de Atlamica) que regulaba el agua, tomando más agua de la que legalmente les correspondía, y como su hacienda se ubicaba al final de una de las acequias ésta no recibía el líquido. Los indios del pueblo de

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Teoloyucan argumentaban en su favor que tenían acceso al agua del río Cuautitlán debido a una merced de 15 surcos de agua que les concedió la autoridad.

El conflicto fue dirimido ante la Real Audiencia, la cual nombró un perito experto en asunto de aguas que se trasladó a la jurisdicción de Cuautitlán con el fin de verificar el volumen de agua que le correspondía tanto al pueblo como a la hacienda. La inspección que llevó a cabo el perito se abocó a revisar la Pila Real de Atlamica, ubicada en el pueblo del mismo nombre, así como las zanjas por donde se distribuía el agua. Durante la inspección el perito se hizo acompañar de los gobernadores indígenas de los pueblos, dueños de las haciendas y dueños de los ranchos de la región. Los gobernadores explicaron que el curso del río Cuautitlán era hacia el norte, y entraba en el Real Desagüe, sus aguas eran contenidas por una presa de céspedes (no obstante, la mención de una presa de céspedes la presa de Atlamica se había construido de cal y canto en 1587) que atravesaba de un lado a otro el río, nombrada de Atlamica, aguas que seguían su curso después de ter-minados los riegos en Cuautitlán para aprovecharse en el pueblo de Teoloyucan. Señalaron que el agua contenida en la presa entraba por dos ojos de mampostería hacia un canal o acequia localizado en el bordo del río (al parecer se trataba de la acequia principal que conducía las aguas contenidas en la presa de Atlamica a la Pila Real de Atlamica, conocida a partir del siglo XIX con el nombre del canal del Chiflón), para ser contenida por unas compuertas, que dijeron ponerse luego que se terminaban los riegos. A corta distancia estaba una pila o repartidor general conocido con el nombre de Pila Real de Atlamica que servía para distribuir el agua por cinco bocas de mampostería, donde cada una de ellas surtía una acequia. Los indígenas le informaron al perito que la Real Audiencia había autorizado éste sistema de distribución de las aguas del río Cuautitlán en 1587.

De la supervisión realizada, el perito informó a la Real Audiencia que los natu-rales de Teoloyucan hacían uso de 20 surcos de agua directamente del Cuautitlán en lugar de los 15 que legalmente les correspondían según constataba la merced de aguas que les fue otorgada en 1587. Con ello mermaban el flujo de agua que ingresaba a la Pila Real de Atlamica, siendo el más afectado el propietario de la hacienda la Corregidora por hallarse al final de una de las acequias.

El 12 de marzo de 1762, el oidor Phelix Venacio Malo, como resultado del au-mento de las tierras agrícolas en la zona desde la repartición hecha en 1587, lo que

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había originado una creciente conflictividad por el uso del agua entre los españoles y los pueblos de Cuautitlán; determinó realizar un nuevo repartimiento de agua, basado por un lado en la presentación de los títulos o mercedes que presentaran los pueblos, haciendas, ranchos y barrios y, por otro, en la cantidad de tierras en propiedad a regarse (Cuadro num. 1).

Las haciendas concentraron un total de 56 surcos de los 120 (sin contabilizar los 15 surcos de Teoloyucan) que ingresaban a la Pila Real de Atlamica. Conside-rando que el volumen de agua se asignó a partir de la cantidad de tierras agrícolas que cada usuario poseía, esto significó que las mencionadas haciendas concentra-ron el mayor número de tierras de riego (Cuadro núm. 2).

El 18 de enero de 1762, don Felipe de Zúñiga y Ontiveros y don Ildefonso Yniestra Vejarano, comisionados por la Real Audiencia de la Nueva España para realizar el repartimiento de aguas del río Cuautitlán entregaron a las autoridades el plano concerniente a la nueva distribución del agua. La cantidad de líquido, conforme al repartimiento, equivalía a un volumen total de 120 surcos, estos eran encauzados hasta la Pila Real de Atlamica, la que a su vez los distribuía por medio de cinco acequias o canales de distribución. En las referencias de la inspección realizada al río Cuautitlán en estas fechas ya se consigna el funcionamiento de la quinta acequia, al parecer con el repartimiento del XVIII se oficializa el funcio-namiento de la quinta acequia.

En cuanto al pueblo de Teoloyucan, no es mencionado en el repartimiento de 1762 ya que el volumen de agua que gozaba no estuvo sujeto a modificaciones, se le respetaron los 15 surcos de agua que venían disfrutando según la merced de aguas otorgada en 1587. No obstante, en el plano de la distribución de aguas se señala la ubicación de la toma donde los naturales del mencionado pueblo deri-vaban aguas del río Cuautitlán. Por la descripción, la toma estaba ubicada sobre el cauce del río Cuautitlán, antes de la toma para el canal del Chiflón que condu-cía las aguas a la Pila Real de Atlamica.

Siglo XXDespués del repartimiento de 1762, la siguiente información con la que se cuen-ta, respecto a la gestión de la red hidráulica del río Cuautitlán es un Reglamento de agua emitido por el ayuntamiento de Cuautitlán en 1914: el “Reglamento

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para el reparto y aprovechamiento del agua destinada a regadío, limpias de la Taza Repartidora o Pila Real de Atlamica, canales anexos y zanjas regadoras y desaguadores, tierras, puentes, calzadas y caminos en esta Municipalidad” (AHA, AS, c. 559, exp. 8249, f. 243). En el curso del siglo XIX las repúblicas o comunidades corporadas perdieron la capacidad de administrar sus propios bienes, la administración, por lo menos para las aguas de los pueblos, se cen-tralizó en los ayuntamientos (Bárcenas y Palerm, en esta Antología; Sandré y Sánchez, 2011). En ese contexto, el ayuntamiento de Cuautitlán, se situó como la entidad encargada del control y manejo del agua a nivel local (Sandré, 2007). Sin embargo, la aceptación del ayuntamiento en el manejo del sistema por par-te de los usuarios, yacía en que éste mantuvo y respetó los ordenamientos le-gales y las costumbres locales de las comunidades en el manejo del recurso a nivel local.

Respecto al agua para el pueblo de Teoloyucan, el Reglamento de 1914 no pro-porciona información alguna. Sin embargo, según la información documental que existe para el periodo 1920-1945, cuando el gobierno federal inicia su injerencia en la gestión de las aguas del río Cuautitlán, da cuenta sobre la persistencia del derecho que sobre 15 surcos de agua mantenía el pueblo de Teoloyucan desde tiem-po inmemorial y se señala, en un informe de trabajo presentado por la Comisión Reglamentadora del río Cuautitlán ante la Secretaría de Agricultura y Fomento (SAyF) en 1925, que:

“En el cauce del río Cuautitlán y frente a la compuerta de El Chiflón los vecinos de Teoloyucan colocan una canoa de madera de 0.28 mts. de an-cho por 3 de largo para tomar sus aguas permanentes por el cauce del río el que desazolvan para formar un canal de cerca de un kilómetro de largo, aguas que son aprovechadas, como a 8 kilómetros más abajo […] Las aguas que toman los vecinos de Teoloyucan vienen por el cauce del río después de salir por la canoa establecida frente a la compuerta del Chiflón […] siguen por el cauce, derivándose una parte de ellas por la Compuerta de Berriozabal, conocida también con el nombre de Compuerta de San José [y otra parte, por la] Compuerta de Cuellar” (AHA, AS, c. 18, exp. 212, ff. 123-126).

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En el informe también se señala que el reparto de agua en Teoloyucan se encon-traba en manos de una Junta de Representantes de Usuarios2, sin la injerencia del ayuntamiento, que venía funcionando desde años atrás, y que se nombraba cada año.

Entre los elementos de continuidad entre el Reglamento de 1914 y el repar-timiento de aguas de 1762, podemos mencionar: 1) la distribución de agua entre pueblos, barrios, ranchos y haciendas se realizaría por medio del sistema de tan-deo, el cual procedería conforme al reparto realizado en 1762; 2) los trabajos de mantenimiento de la Pila Real de Atlamica y desazolve de los canales o acequias sería una labor que realizarían los usuarios como lo venían efectuando desde la época colonial y 3) la infraestructura hidráulica (presa de Atlamica, Pila Real y los cinco canales o acequias de riego) se mantuvo inalterado.

Entre los nuevos elementos normativos que consignó el Reglamento de 1914, podemos señalar las siguientes: el ayuntamiento tendría la facultad para auto-rizar la distribución del agua; nombrar las comisiones que creyera convenien-tes para vigilar el cumplimiento de los trabajos de mantenimiento y limpieza de la infraestructura hidráulica; imponer multas en dinero o cárcel a los usuarios que incumpliesen el Reglamento, robasen agua, incumpliesen con los trabajos de limpieza; realizasen cualquier modificación en la Pila Real de Atlamica, canales de riego y presas.

En referencia a las obligaciones de los usuarios podemos mencionar las si-guientes: tenían la obligación de realizar los trabajos de limpieza de la Pila Real de Atlamica, así como la de los canales y zanjas regadoras de toda la municipali-dad, quedaba prohibido que los usuarios sin previa autorización del ayuntamien-to construyeran cualquier tipo de obra que afectara la distribución del agua, era obligación de todos los propietarios de haciendas, ranchos o tierras llevar a cabo el trabajo de desazolve de los canales o zanjas de derivación que colindasen con caminos o veredas públicas, así como de las zanjas o canales que se ubicaran en sus propiedades.

2 Respecto a conformación de organizaciones de usuarios, se señala por primera vez en la Ley de Aguas de Propiedad Nacional de 1929 (Art 44 y 46) bajo el nombre de Asociaciones de Usuarios y se indica su obligatoriedad para los aprovechamientos colectivos (usuarios que aprovechan un mismo canal o toma) (Lanz, t. II, 1982:128). Aunque existe documentación de fecha anterior, 1925, que hace mención de la necesidad de conformar un sindicato o agrupación de regantes para las tomas en co-mún (“Proyecto de programa de operaciones que deben practicarse al efectuar la reglamentación en el uso de las aguas de propiedad nacional, 24 de febrero de 1925”. Comp. en Palerm, 2004).

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Finalmente en artículo transitorio del Reglamento, se considera el derecho al uso de agua para riego que tenían los pueblos, ranchos y haciendas de las munici-palidades de Tultepec, Tultitlán y Melchor Ocampo, las cuales estarían sujetas al Reglamento únicamente a lo que se refiere a las limpias de la Tasa Repartidora o Pila Real de Atlamica y a los canales de riego que corresponden a dichos pueblos. Este punto es relevante mencionarlo, ya que actualmente estos municipios forman parte de la Unidad de Riego de Cuautitlán, aunque no están mencionados en el repartimiento de 1762.

Otro elemento de interés es que el alcance de la autoridad del ayuntamiento de Cuautitlán termina en los límites municipales, con los pueblos, ranchos y hacien-das de otros municipios se sigue, al parecer, una estrategia de acuerdos horizonta-les, es decir sin una institución en común; estrategia típica de la época colonial y del siglo XIX (Palerm, 2009).

Siglo XX: la injerencia del gobierno federalA fines del siglo XIX inicia el proceso conocido como federalización de las aguas, que se basa en cambios en la legislación de las aguas: la expedición de la ley del 5 de junio de 1888 y las sucesivas leyes que permiten al gobierno federal iniciar gradualmente su injerencia en la gestión del agua, mediante el despojo de las fa-cultades legales que en materia de aguas hasta antes de esa fecha conservaban los ayuntamientos, estados y usuarios públicos y privados. Aunque hoy sabemos, a partir de estudios de caso, que éste proceso no fue tan avasallador como se pen-saba, persistiendo formas tradicionales de manejo del agua en algunas zonas del país, como el caso aquí analizado (Aboites, 1998).

Sobre esta base el gobierno federal solicitó a los usuarios del río Cuautitlán llevar a cabo los trámites correspondientes para validar su derecho al uso y aprovecha-miento de sus aguas. El 4 de marzo de 1922, la Secretaría de Agricultura y Fomento (SAyF) comisionó a los ingenieros Luis Azcue y Armando N. Andrade para realizar los trabajos de inspección de los aprovechamientos de las aguas del río Cuautitlán desde sus orígenes en el estado de México (Monte de Las Cruces) hasta su desembo-cadura en el estado de Hidalgo (río Tula, incluyendo la Laguna de Zumpango).

Durante 1922 y 1923 se realizaron trabajos de reconocimiento del río Cuau-titlán, los cuales sólo se abocaron a la zona aguas arriba del Cuautitlán, compren-

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dida desde su origen hasta la hacienda de Guadalupe localizada en el municipio de Cuautitlán. La SAyF, con base al reconocimiento, determinó que las aguas del Cuautitlán en esa parte eran aprovechadas por los pueblos de Villa Nicolás Ro-mero, Cahuacán, Magú, Santiago Iturbide, Tepoxaco, Santa Ana Jilotzingo, San Miguel Teipa y las haciendas de La Encarnación, Lanzarote, Los Ranchos y Gua-dalupe, así como los ranchos de Bocay, Buenavista, Chávez, Santa Ana la Bolsa y El Gavilan. También eran aprovechadas para la generación de energía motriz por la Compañía de Luz y Fuerza de México, la fábrica de Tejidos de Algodón Barron, la fábrica de Tejidos de Lana San Ildefonso y la fábrica de Tejidos de Algodón La Colmena (AHA, AS. c. 18, exp. 212. ff. 59-96).

Para 1924, debido a lo extenso de la zona que abarcaba el cauce del río Cuau-titlán y a los diversos aprovechamientos que se hacían de sus aguas, el jefe de la División de Aguas del Valle de Cuautitlán, dependiente de la SAyF, solicitó a esa Secretaría se conformara una comisión mixta de ingenieros y abogados para determinar la legalidad de los aprovechamientos de agua que realizaban los pue-blos de Cuautitlán y Teoloyucan y los demás usuarios; cuyos resultados serían complementarios a los iniciados durante los años de 1922 a 1923 y que, a su vez, serían la base para iniciar la reglamentación de las aguas del río Cuautitlán.

A finales de 1924, a iniciativa del gobierno federal, se integró una comisión denominada “Comisión Reglamentadora del río Cuautitlán”, el objetivo era con-tinuar con los trabajos de reconocimiento del Cuautitlán desde su nacimiento en el estado de México hasta su desembocadura en el estado de Hidalgo. Sin embargo, los trabajos de la Comisión no fueron nada fáciles, el 21 de abril de 1925, los usuarios del pueblo de Cuautitlán, congregados en la “Agrupación de Representantes de Pueblos, Haciendas y Ranchos, Usuarios de las Aguas del río Cuautitlán por medio de la Taza de Atlamica”, manifestaron mediante oficio a la SAyF su oposición a los trabajos de la Comisión, señalando que la Comisión no había respetado los derechos al uso del agua que venían gozando desde tiempo inmemorial y, para sustentar su argumento, indicaron que en la municipalidad de Cuautitlán existía un documento que avalaba los derechos que tenían para derivar aguas del río Cuautitlán a través de la Pila Real de Atlamica (AHA. AS. c. 559, exp. 8249, ff. 94-95).

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No obstante las inconformidades, el 22 de junio de 1925, el Ing. Anacleto Mar-tínez Pérez miembro de la Comisión Reglamentadora del río Cuautitlán entregó su informe de trabajo. En dicho informe se consignaba que los pueblos, haciendas y ranchos del municipio de Cuautitlán derivaban aguas del río Cuautitlán mediante cinco zanjas de riego que partían de la Pila Real de Atlamica, los volúmenes de agua, según la información presentada en el informe, no se habían modificado con respecto al repartimiento realizado en 1762 y, al parecer, eran los mismos volú-menes de agua que se respetaron en el Reglamento de aguas emitido por el ayun-tamiento de Cuautitlán en 1914. Asimismo según la información presentada en el informe, el volumen de agua que se distribuía a través de la Pila Real se mantenía inalterable desde la época colonial en sus cinco derivaciones, así como la deriva-ción de Teoloyucan:

“…cañón de Teoloyucan, el aforo practicado con molinete dio un gasto de 97.5 lps; Canal de San Lorenzo, el aforo practicado con molinete dio un gas-to de 117 lps; Canal de Hueyapango, el aforo practicado con molinete dio un gasto de 162.5 lps.; Canal de Córdoba, el aforo practicado con molinete dio un gasto de 240.5 lps; Canal río Chiquito, aforado con molinete dio un gasto de 78 lps y Canal del Molino, aforado con molinete dio un gasto de 182 lps.” (AHA. AS. c. 18, exp. 212, ff. 100-146).

La exactitud de la equivalencia entre los 877.5 lps, aforados con molinete, de los gastos de los cinco canales de riego y el de la canoa de Teoloyucan, con aquella de los 135 surcos que resultan de la suma de los 120 surcos de los cinco canales de riego indicados en el repartimiento colonial de 1762 y de la merced de 15 surcos al pueblo de Teoloyucan, es sospechosa. La equivalencia sale exacta utilizando la relación propuesta en el Decreto de 1863 de que un surco equivale a 6.5 lps, con lo cual 135 surcos por 6.5 lps es igual a 877.5 lps (Cuadro núm. 3). El surco inicialmente no era propiamente una medición volumétrica del agua, pero, además, cuando se pasó explícitamente a una concepción volumétrica, la equivalencia que en la Nueva España, en 1792, estableció Constansó fue de 3.2 lps. (Palerm y Chairez, 2002: 227-251 y 2011:101-120). No obstante, se conserva, cuando menos en “surcos”, el mismo reparto de agua entre 1762, 1914 y 1925 para el Cuautitlán (Cuadro num. 3).

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360 AntologíA sobre riego

En cuanto al control sobre las aguas, el informe de trabajo señala que las aguas derivadas mediante la Pila Real de Atlamica se encontraban en manos del regidor de aguas del municipio de Cuautitlán, quien nombraba a los jueces de aguas que se encargaban de repartir el agua entre los usuarios:

“Cuando uno de los interesados pide el agua para regar sus terrenos, ocurre al regidor y éste le otorga el permiso, si hay derecho, y avisa al juez corres-pondiente para que lo ponga en posesión del líquido por el tiempo y la can-tidad convenidos” (AHA. AS. c. 18, exp. 212, f. 1316).

No obstante, señala el informe, los usuarios de Cuautitlán, mediante Asam-bleas Generales realizadas en el salón de cabildos, buscaban independizarse de la tutela del ayuntamiento y que la distribución de las aguas de la Pila Real de Atla-mica estuviera en manos de una Junta integrada por los usuarios. Esta apreciación de enfrentamiento ayuntamiento-usuarios parece no ser exclusivo de este caso, Henao (1980:89-106), para el valle de Tehuacan, refiere situaciones de enfrenta-miento, incluso violento, entre usuarios y ayuntamiento.

Reglamentación Junta General de Aguas del río Cuautitlán 1929 Durante el año de 1928 se procedió a distribuir provisionalmente las aguas de acuerdo a los informes de trabajo presentados por la Comisión Reglamentadora. Con el fin de vigilar y normar la distribución del agua, la SAyF creó una organiza-ción de usuarios: la Junta General de Aguas del río Cuautitlán. Ese mismo año y con el fin de respaldar legalmente los trabajos de modificación en la Pila Real de Atlamica y canales de derivación que de ella partían, la SAyF emitió un decreto que declaró de utilidad pública la adquisición de los canales y zanjas del río Cuau-titlán (AHA, AS, c. 559, exp. 8249, ff. 332-338). La distribución provisional que implementó la SAyF, lejos de conciliar los intereses de los usuarios de Cuautitlán y Teoloyucan –dos de los más importantes usuarios de las aguas del Cuautitlán y que gozaban de derechos legales sobre el uso del líquido desde la época colonial– reac-tivó la inconformidad por los trabajos para la reglamentación de las aguas llevados a cabo por la SAyF (Sandré, 2005).

El 21 de enero de 1929, la SAyF comisionó al Ing. Anacleto Martínez Pérez para continuar con la reglamentación de las aguas del río Cuautitlán. En el informe de

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trabajo que presenta ese mismo año, señala que al llevar a cabo los trabajos de modificación del canal del Chiflón y la Pila Real de Atlamica, con el objetivo de distribuir equitativamente el líquido entre los pueblos de Cuautitlán y Teoloyucan, se habían presentado los vecinos del pueblo de Teoloyucan congregados en una Asociación de Usuarios y que habían procedido a desalojar a los trabajadores y a destruir por completo el avance de las obras hidráulicas, por lo que había solicitado el apoyo de un destacamento del ejército para poder concluir con los trabajos de modificación de la Pila Real de Atlamica. Los vecinos de Teoloyucan, para justificar su actuar, manifestaron que buscaban se les respetaran sus antiguos derechos de aguas (AHA, AS. c. 440, exp. 7816, ff. 33-34).

En octubre de 1929, en su segundo informe de trabajo, el Ing. Martínez señala que, debido a la extensión de la cuenca del río Cuautitlán, se habían elaborado cinco reglamentos provisionales para las distintas regiones, los cuales serían aplicados y administrados por las Asociaciones de Usuarios locales y que, posteriormente, una vez concluidos los trabajos de reglamentación, se elaboraría un solo Reglamento en el cual se fusionarían los cinco Reglamentos provisionales y se conformaría una sola Junta de Aguas, donde estarían representados todos los usuarios de la corrien-te y sus afluentes (AHA, AS, c. 2493, exp. 35015, ff. 28-47).

Los reglamentos parciales serían para los siguientes espacios de riego:la de Villa Nicolás Romero, encargada de administrar las aguas de los manan-

tiales Muchachos Quemados, Paso de las Borregas, Chiquitiña, Bonanchi, Tres Piedras, El Tepozán y Ojo de Venado derivadas por un repartidor denominado Agua de las Gallinas;

la de Tepotzotlán, encargada de administrar las aguas del río Tepotzotlán de-rivadas por la Zanja Real de Tepotzotlán;

la de Teoloyucan, encargada de administrar las aguas del río Cuautitlán deri-vadas por la canoa de Teoloyucan y compuertas de Berriozabal y San José Cuéllar;

la de Cuautitlán, encargada de administrar las aguas del río Cuautitlán deri-vadas por la Pila Real de Atlamica y

la de Cuamatla encargada de administrar las aguas del canal de Cuamatla (Figura núm. 5).

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362 AntologíA sobre riego

El 20 de diciembre de 1929, pese a la oposición de los usuarios de Cuautitlán y Teoloyucan, se conforma la Junta General de Aguas del río Cuautitlán, facultada para aplicar el Reglamento (AHA, AS. c, 2493, exp. 35015, ff. 48-65). La distribu-ción de las aguas del Cuautitlán, conforme al Reglamento de 1929 contemplaba una disminución del volumen de agua canalizado por la Pila Real de Atlamica al pasar de 120 surcos de agua a 98 surcos, los volúmenes de agua que hasta ese mo-mento se mantenían conforme al repartimiento de aguas de 1762 y al Reglamento de 1914, disminuyeron drásticamente. La exactitud de las cantidades de agua entre 1762 y 1914 es francamente dudosa, no obstante la queja refleja una disminución en la cantidad de agua entre 1914 y 1928 y la oposición se sustenta en la legitimi-dad del repartimiento de 1762 y otros antiguos títulos (Sobre medidas de agua ver Palerm y Chairez, 2002:227-251 y 2011:101-120).

La propuesta reglamentaria de las aguas del río Cuautitlán de 1929 tampo-co reconoció a las Asociaciones de Usuarios prevalecientes a nivel local y que, hasta antes de la implementación del Reglamento, administraban sus propios espacios de regadío.

Durante los años de 1924 a 1941, los usuarios de las diferentes regiones del río Cuautitlán defendieron su derecho a administrar el agua como lo venían haciendo. Desde sus organizaciones políticas, con sus principales y mayordomos, rechazaron y desconocieron a la Junta de Aguas del río Cuautitlán que centralizaba en una sola institución la administración del agua. Impugnaron los nuevos volúmenes de agua fijados en el Reglamento, argumentando que no se había tomado como base los derechos y volúmenes de agua que gozaban desde tiempo inmemorial.

La lucha de los usuarios se orientó a negociar la descentralización del control social y técnico de las aguas del Cuautitlán que pretendió ejercer el Estado, así como mantener las estructuras organizativas de las comunidades y pueblos en tor-no al recurso. Al amparo de la legislación entonces vigente las comunidades cam-pesinas de Cuautitlán, buscaron que el gobierno federal reconociera y oficializara a sus organizaciones locales, bajo el control y representatividad de los usuarios a nivel local, como Juntas de Aguas.

En lo que respecta al pueblo de Coyotepec, éste no estuvo considerado en los trabajos de reglamentación del río Cuautitlán. La información documental exis-tente en archivo proporciona datos sobre solicitudes de concesión de aguas del

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río Cuautitlán para riego, que las autoridades del pueblo de Coyotepec tramitan durante el periodo de 1914 a 1935. Estas solicitudes son para aprovechar los so-brantes de las aguas del río Cuautitlán aguas abajo de las tomas de los pueblos de Cuautitlán y Teoloyucan (AHA, AS, c. 816, exp. 11784; c. 816, exp. 11786; c. 758, exp. 10959; c. 759, exp. 10975; c. 760, exp. 10992 y c. 760, exp. 11000). Por otra parte, en el informe de trabajo que presentó la Comisión Reglamentadora en 1925, hay una mención general al pueblo de Coyotepec, en el que se señala el control que los vecinos de esa localidad realizaban de las aguas del Cuautitlán al-macenadas en la presa de Cuevesillas, perteneciente anteriormente a la hacienda de Jalpa:

“Según me informa el guarda-presa las aguas de esta presa están bajo el con-trol de los vecinos de Coyotepec y las órdenes de apertura de la compuerta la recibe él de los jueces de aguas de ese pueblo (…) según informe del guarda presa, que después fueron corroborados por el Guarda del río del Cuautitlán que recorre el tramo de Coyotepec, el agua de la presa de Cuevesillas se ago-tó el año pasado debido a que los vecinos de Coyotepec, que como dije antes, tienen el control, desperdiciaron el líquido al regar los terrenos adquiridos de la Hda. de Jalpa como ejidos…” (AHA, AS, c. 18, exp. 212, f. 127).

Salvo esta mención, no existe mayor información del pueblo de Coyotepec en el contexto de la reglamentación de las aguas del río Cuautitlán.

La lucha por la descentralización: Reglamentos de Juntas de Aguas 1933, 1935, 1936 y 1941 La propuesta del gobierno federal, con la Junta de Aguas del río Cuautitlán consis-tía en centralizar, en una sola institución, ciertamente en manos de los usuarios, la administración del agua. Frente al descontento generalizado en la región a la centralización de la distribución del agua en la Junta de Aguas del río Cuautitlán, tuvieron lugar las siguientes acciones por el gobierno federal:

El reconocimiento el 13 de enero de 1935 de la Asociación de Usuarios de Teo-loyucan (hoy Unidad de Riego de Teoloyucan) oficializándola como Junta de Aguas, la cual sería independiente de la de Cuautitlán y asumiría el control y distri-bución del agua en su localidad (AHA, AS, c. 2493, exp. 35015, ff. 158-161).

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364 AntologíA sobre riego

El reconocimiento de la Asociación de Usuarios de Villa Nicolás Romero y sus estatutos sobre distribución de aguas (AHA, AS, c. 2198, exp. 32618, ff. 26-34). En 1930, ante la inconformidad que mostraron los vecinos de Villa Nicolás Romero por el actuar de la Junta de Aguas del río Cuautitlán respecto a la distribución de agua hacia esa población, solicitaron a la SAyF autorizara su separación de la men-cionada Junta, argumentando falta de representatividad de sus intereses, solicitud que fue rechazada. Ante esta situación, la Asociación de Usuarios de Villa Nicolás Romero se negó a pagar las cuotas por uso de aguas ante la Junta de Aguas de Cuautitlán, así como a reconocer su autoridad en el manejo de las aguas. En 1931 la SAyF decidió terminar con el conflicto entre la Asociación de Usuarios y la Junta de Aguas, por lo que el 21 de septiembre de ese mismo año, emitió un decreto median-te el cual otorgó la autonomía a la Asociación de Usuarios de Villa Nicolás Romero y dio la autorización para organizar la Junta de Aguas de Villa Nicolás Romero que estaría a cargo de normar la distribución de las aguas de los manantiales arriba mencionados, de acuerdo a sus estatutos ya autorizados por esta Secretaría (AHA, AS, c. 2198, exp. 32618, ff. 14-15). En 1936 quedó oficialmente conformada la Junta de Aguas de Villa Nicolás Romero (AHA, AS, c. 2198, exp. 32618, f. 57).

El 16 de diciembre de 1933, mediante acuerdo emitido por la SAyF, se crea formalmente la Junta de Aguas del río Tepotzotlán otorgándole autonomía en el control y gestión de las aguas del río Tepotzotlán (AHA, AS, c. 2493, exp. 35015, ff. 139-140, para mayor información sobre la Junta de Aguas de Tepotzotlán: Sandré, 2009:177-210).

En 1934, los vecinos de las colonias Morelos, Zaragoza e Independencia perte-necientes al municipio de Villa Nicolás Romero, que venían disfrutando aguas del río Cuautitlán derivadas por el canal de Cuamatla, constituyeron la Junta de Aguas del canal Cuamatla y buscaron su reconocimiento ante la SAyF (AHA, AS, c. 440, exp. 7812, f. 166). El 20 de abril de 1934, el secretario de la SAyF, Pastor Rouaix, a través de un oficio que remitió a los vecinos de las colonias Morelos, Independen-cia y Zaragoza, integrantes de la Junta de Aguas del canal Cuamatla, les informó que esa Secretaría no otorgaría reconocimiento oficial a la mencionada Junta, ya que el canal por el cual derivaban agua era de propiedad privada. Sin embargo, en abierta desobediencia a las disposiciones de la SAyF, durante el periodo de 1934 a 1941, la Junta de Aguas del canal de Cuamatla normó los procesos de distribución

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de aguas del mencionado canal. En 1941, con el fin de dar legalidad a los procesos de distribución del agua, se conformó la Junta Directiva Local de Irrigación de Vi-lla Nicolás Romero y emitieron sus propios estatutos (AHA, AS, c. 440, exp. 7812, ff. 268-282). A pesar de que solicitaron la presencia de un delegado de la SAyF para legalizar el acto, la Secretaría no reconoció oficialmente a la Asociación ni sus esta-tutos. Fue hasta, el 22 de julio de 1941, que mediante escrito dirigido a la SAyF la señora Laura Iturbide Cobián, propietaria de la hacienda de Cuamatla y del canal del mismo nombre, otorgó la autorización a la SAyF para declarar de jurisdicción federal el canal de Cuamatla y dar por concluido el conflicto con la Junta de Aguas del mencionado canal (AHA, AS, c. 440, exp. 7812, f. 304).

Así la Junta de Aguas del río Cuautitlán (hoy Unidad de Riego Cuautitlán) quedo reducida al espacio hidráulico que corresponde a la presa derivadora de At-lamica y la Pila Real.

Modificaciones 1970s y 1990s, de Juntas de Aguas a URDERALES a Unidades de Riego En la década de 1970, la Ley de Aguas de 1972 indica la conformación de Unidades de Riego para el Desarrollo Rural. En el caso del río Cuautitlán implico la conver-sión de las Juntas de Aguas a URDERALES, a diferencia de, por ejemplo, la región de Puebla en que los ejidos ubicados dentro de las Juntas, son los que se cons-tituyen como URDERALES (Rodríguez, 1998). Anterior a la constitución de las URDERALES, la organización para el agua al interior de los ejidos y comunidades agrarias dependía de la Comisión Nacional Agraria (CNA) y posteriormente Secre-taría de la Reforma Agraria (SRA). Es decir, el agua al interior de los ejidos era un asunto que concernía al ejido y a la instancia gubernamental agraria. La creación de las URDERALES, significó el paso de la autoridad de la CNA (o de la SRA) a la SRH (o SARH) (Palerm, 2009:195-215).

En relación a la organización social de los usuarios, la Unidad de Riego preveía la conformación de una Asociación de Usuarios integrada en una Asamblea y diri-gida por una Mesa Directiva, la cual a su vez estaría conformada por un presidente, un secretario y un tesorero con sus respectivos suplentes, para administrar, con-servar y operar la URDERAL bajo la supervisión de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), actualmente esta función la asume la Secretaría de

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366 AntologíA sobre riego

Agricultura, Ganadería Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) en lo que hace a la productividad de la Unidad de Riego y la CNA en lo relativo al uso y aprovechamiento del agua (Palerm, 2009:96-215).

En este contexto, durante la década de 1970, las Juntas de Aguas de Cuau-titlán, Teoloyucan y Coyotepec cambian su denominación a URDERALES y, con la expedición de la Ley de Aguas de 1992, las URDERALES pasan a constituir-se como Unidades de Riego, lo que incluye el otorgamiento de un nuevo título de concesión de aguas registrado en el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA). En el caso de la Unidad de Riego de Cuautitlán, el nuevo título de concesión se encuentra registrado con fecha 16/08/1999, con número de asigna-ción 13MEX104369/26ABDA09 para utilizar en uso agrícola 40, 000,000 me-tros cúbicos de agua del río Cuautitlán almacenadas en la presa de Guadalupe. En el caso de la Unidad de Riego Teoloyucan el volumen de agua se encuen-tra considerado en la concesión a la Unidad de Riego de Cuautitlán. Respecto a la Unidad de Riego de Coyotepec tiene asignado el título de concesión número 13MEX102698/26ABDA08 con fecha de registro del 17/12/1997, para utilizar en uso agrícola 2, 233,000 metros cúbicos de agua de la presa de Guadalupe (Base de datos del Registro Público de Derechos de Agua, disponible en línea www.conagua.gob.mx/Rpda).

Caracterización de las tres unidades de riego que conforman la red hidráulica del río CuautitlánUnidad de Riego de Cuautitlán. La organización de los regantes es conocida localmente como Junta de Aguas. La máxima autoridad es la Asamblea General de Representantes integrada por representantes de los ejidos, ranchos, pueblos, barrios y pequeños propietarios. Cuenta con una Mesa Directiva integrada por un presidente, un tesorero, un secretario y dos vocales con sus respectivos suplen-tes. Estos cargos son de carácter honorífico.

La superficie de riego que administra la Junta de Aguas de Cuautitlán se extien-de sobre cinco municipios, Cuautitlán Izcalli, Cuautitlán México, Tultitlán, Tulte-pec y Melchor Ocampo, con sus ejidos, pueblos, barrios y ranchos. Las oficinas de la organización están localizadas en Avenida 16 de septiembre, número 324, Colo-nia Centro, C. P. 54800, Cuautitlán, México.

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Comparte el título de concesión, como ya señalamos, con Teoloyucan. La super-ficie que se riega con aguas que administra la Junta de Aguas es de 7,500 hectáreas, de las cuales 1,700 son de tenencia ejidal y 5,800 hectáreas de pequeña propiedad. Abastece de agua a 3,883 usuarios, 1,754 ejidatarios y 2,129 pequeños propietarios. El promedio de tenencia de la tierra de riego es de 4 hectáreas. A nivel ejidal es de 2 hectáreas y a nivel de pequeña propiedad, es de 3 hectáreas. Los principales cul-tivos son: alfalfa, maíz, trigo verde, sorgo, avena, cebada, hortalizas y frijol. Unidad de Riego de Teoloyucan. La organización de regantes es conocida localmente como Junta de Aguas. La Junta administra las aguas para regar una superficie de 1,420 hectáreas, 360 son de tenencia ejidal y 1,060 hectáreas de pe-queña propiedad. En total son 1,136 usuarios, 302 ejidatarios y 834 pequeños pro-pietarios. El promedio de tenencia de la tierra de riego es de 3 hectáreas. A nivel ejidal es de 2 hectáreas y a nivel de pequeña propiedad es de 3 hectáreas. Las ofi-cinas están localizadas en Avenida Fresno s/n, Barrio Tepanquiahuac, C.P. 54770, Teoloyucan. Unidad de Riego de Coyotepec. La organización de los regantes es conocida localmente como Junta de Aguas. La Junta administra las aguas par regar una superficie de 346 hectáreas, 152 son de tenencia ejidal y 194 hectáreas de pequeña propiedad. En total son 412 usuarios, 213 ejidatarios y 199 pequeños propietarios. El promedio de tenencia de la tierra de riego es de 3 hectáreas. A nivel ejidal es de 2 hectáreas y a nivel de pequeña propiedad es de 3 hectáreas. Las oficinas se encuen-tran localizadas en la Plaza Principal, Colonia Centro s/n, C.P. 54660, Coyotepec. ORGANIZACIÓN SOCIAL PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LA RED HIDRAULICA

La presentación de la actual organización para el funcionamiento de la red hidráu-lica es resultado del trabajo de campo realizado en la zona de estudio, trabajo de Archivo y de las entrevistas grupales e individuales con autoridades y personal de los tres niveles organizativos. Para el análisis de las capacidades autogestivas de las instituciones locales de Cuautitlán, se partió del modelo formulado por Tomás Martínez Saldaña y Jacinta Palerm para el estudio del funcionamiento de los siste-mas de riego, el cual pone énfasis en lo que califican como las tareas siempre pre-

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sentes en un sistema. Su propuesta metodológica consiste en estudiar las variables que permiten el funcionamiento de un sistema de riego (Palerm y Martínez, 1997), tales como la construcción de la obra hidráulica, el mantenimiento de la misma, la ampliación y la rehabilitación de la infraestructura, así como la distribución del agua entre los usuarios. A esta serie de variables se suman las tareas propias de la administración, tales como el diagnóstico de las necesidades, la formulación de le-yes y reglamentos, el monitoreo, la vigilancia, la rendición de cuentas y la solución de los conflictos.

Niveles organizativos en el sistema de riego La red hidráulica del río Cuautitlán, se encuentra organizada en tres niveles orga-nizativos autogestivos. El primer nivel organizativo consiste en una Asamblea de Delegados integrada por un representante electo de cada una de las tres Unidades de Riego y que coordina la realización de las tareas físicas y administrativas que de-manda la gestión del espacio hidráulico en común: río Cuautitlán, presa de Atlami-ca, Pila Real y canales de riego y compuertas de derivación. El segundo nivel organi-zativo consiste en las Unidades de Riego con plena autonomía para administrar su espacio hidráulico y con representación en el nivel organizativo superior (Asamblea de Delegados). El tercer nivel organizativo consiste en las comunidades que tienen representación al siguiente nivel organizativo: la Unidad de Riego respectiva.

Nos parece interesante iniciar la presentación de abajo arriba: de la comunidad a la Asamblea de Delegados. Del nivel que representa a 200 regantes al nivel que representa a 5,800 usuarios.

TERCER NIVEL ORGANIZATIVO: LAS COMUNIDADES Y PUEBLOS

El nivel de comunidad se ejemplifica con el caso del ejido Teyahualco, que riega por el canal El Chiquito de la Unidad de Riego de Cuautitlán. El ejido de Teyahualco, se localiza en el municipio de Tultepec, estado de México, tiene 261 habitantes de los cuales 127 son hombres y 134 mujeres, de estos 102 son usuarios: 24 mujeres y 78 hombres; tiene una superficie bajo riego de 201 hectáreas. El promedio de tenencia de la tierra en el ejido es de 2 hectáreas. Los cultivos en este ejido son alfalfa, trigo forrajero, frijol y verduras para el autoconsumo.

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Derechos de aguaLos derechos de agua que ampara a los ejidatarios tienen, en este caso, su origen en el proceso de reparto agrario acontecido en el municipio de Tultepec durante los años de 1920 a 1940. El ejido de Teyahualco, fue creado por resolución pre-sidencial el 12 de diciembre de 1929, con una superficie total de cuatrocientos sesenta y dos hectáreas expropiadas a la hacienda Cartagena. El 23 de diciembre de 1934, fue dotado a los vecinos del ejido de Teyahualco, municipio de Tultepec, estado de México, un volumen de 1, 355, 400 metros cúbicos anuales de agua del río Cuautitlán de los derechos que correspondían a la hacienda de Cartagena y rancho anexo Cadena, para el riego de las tierras ejidales que les fueron conce-didas por Resolución Presidencial del 12 de diciembre de 1929. La dotación de aguas incluía la servidumbre de las obras hidráulicas por medio de las cuales se derivaban y aprovechaban las aguas del Cuautitlán. La dotación de aguas corres-pondía a las aguas que corrían por la zanja de riego conocida con el nombre del El Chiquito (Diario Oficial de la Federación en biblioteca del AHA).

A partir de 1937 y hasta 1980, gradualmente, el ejido de Teyahualco vio frag-mentada su superficie original. El 23 de marzo de 1937, mediante acuerdo emi-tido por el presidente Lázaro Cárdenas, se determina el fraccionamiento ejidal del ejido Teyahualco; el 11 de octubre de 1937, se segregan terrenos del ejido para la creación de la zona urbana ejidal; el 19 de septiembre de 1961, se expro-pian 10 hectáreas de terrenos ejidales para la perforación de pozos artesianos; el 28 de junio de 1976, se expropia una superficie de 1-27-01.20 hectáreas a favor de Petróleos Mexicanos, para destinarse a la instalación del gasoducto Venta de Carpio Guanos y Fertilizantes. El 28 de junio de 1976, se expropia una superficie de 5-04-13 hectáreas, a favor de la SRH, para destinarse a formar parte de una obra hidráulica proyectada, la cual consiste en la perforación de una batería de 25 pozos, para alumbrar las aguas del subsuelo y en la construcción del acueducto que llevará los caudales extraídos hasta la planta Barrientos, en el municipio de Tultitlán, estado de México. El 27 de mayo de 1982, se expropia una superficie de 1-97-33-55 hectáreas a favor de la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas, para destinarse a la construcción del camino México-Zumpango; el 27 de junio de 1994, se expropió al ejido una superficie de 1-37-67 hectáreas de riego, a favor de la Comisión Federal de Electricidad, para destinarlos a la cons-

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trucción de la línea de transmisión denominada valle de México (Véase Diarios oficiales, fechas de 1920 a 1994, en Archivo Histórico del Estado de México).

Estructura organizativaLos ejidatarios con riego de Teyahualco se encuentran organizados en una Asocia-ción de Usuarios, conformada para otorgar representatividad a los 102 ejidatarios usuarios de las aguas de la Unidad de Riego Cuautitlán derivadas por el canal el Chiquito. La Asociación de Usuarios de los ejidatarios regantes del ejido es inde-pendiente de las autoridades ejidales .

Los ejidatarios regantes por votación en Asamblea eligen a su representante (propietario y suplente) a la Asamblea General de Representantes de la Unidad de Riego. Además del representante, se eligen los siguientes cargos: cuatro canaleros y un distribuidor de agua. Tanto el representante, como los canaleros y el distribui-dor de agua, son miembros de la comunidad, los cargos son de carácter honorífico y duran en funciones tres años.

Conforme lo establece el Reglamento de la Unidad de Riego Cuautitlán, las atri-buciones y obligaciones de las Asociaciones de Usuarios y sus autoridades a nivel comunidad son las siguientes:

El representante se encargará de controlar el sistema de riego a nivel comuni-dad y de la distribución del agua entre los usuarios, así como de supervisar la distribución del agua conforme a lo determinado por la Mesa Directiva de la Unidad de Riego.

Pagar oportunamente la cuota correspondiente al consumo de agua de sus re-presentados.

El representante de los usuarios (ejidos, pueblos, ranchos, barrios y pequeños propietarios) tendrá a su cargo preservar y mantener libres los accesos y lim-pios los canales primarios y secundarios mediante los cuales se abastecen de agua.

Formular un padrón de usuarios a nivel comunidad de acuerdo con los cambios que se originen, el padrón y sus actualizaciones quedará sujeto a revisión y aprobación de los integrantes de la Mesa Directiva.

Proporcionar el riego a los usuarios que oportunamente hayan pagado su cuota por servicio de riego y aplicar la sanción correspondiente.

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Cumplir y hacer cumplir a nivel comunitario y entre sus representados el Re-glamento de la Unidad de Riego.

Fomentar el mejoramiento económico y productivo de los usuarios promo-viendo y colaborando en las actividades del sistema de riego.

Dentro de las funciones y responsabilidades del representante del ejido, está también, elaborar el plan de riegos y someterlo para su autorización ante la Aso-ciación de Usuarios del ejido y, posteriormente, presentarlo ante las autoridades de la Mesa Directiva de la Unidad de Riego Cuautitlán. Coordinar conjuntamente con las autoridades de la Unidad de Riego la distribución de agua que se conduce por el canal de riego el Chiquito. Asimismo coordinarse con las autoridades de la Unidad de Riego para los trabajos de limpieza y mantenimiento de la infraestruc-tura hidráulica principal (Pila Real y los cinco canales).

DistribuciónEl representante del ejido recibe el agua del canal general El Chiquito y, a su vez, la entrega a los canaleros y distribuidor de agua del ejido quienes distribuyen el agua a los ejidatarios. También supervisa que los usuarios hayan cumplido con el pago por cuota de agua. Por cada hectárea de riego se cobran $70 pesos. Los riegos según el tipo de cultivo son: alfalfa 4 riegos, avena 4 riegos, maíz 4 riegos y fríjol 2 riegos durante el ciclo.

El mecanismo de distribución de agua a nivel de comunidad es el tandeo, los ejidatarios a través de acuerdos internos han decidido esta forma para regar sus terrenos. Puede haber intercambios de la tanda de agua, por ejemplo, si un eji-datario aguas abajo del canal tiene sembrada alfalfa, que comúnmente necesita 4 riegos por ciclo, y necesita el agua antes del tiempo establecido en su turno, y el ejidatario aguas arriba, y primero en turno para recibir el agua, tiene sembrado frijol que sólo requiere 2 riegos durante el ciclo, puede consentir o dejar pasar el agua para solucionar el problema. Este mismo mecanismo aplica para la modifi-cación de la distribución del agua en el canal principal.

La venta de agua entre ejidatarios, a diferencia de los intercambios de turno, no esta permitida y nunca se ha llevado a cabo. El robo de agua tampoco se pre-senta, la vigilancia tanto de los canaleros y distribuidor de agua impide los robos.

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Por lo tanto nunca se ha cobrado multa o aplicado sanción, en vista de que nadie se ha robado el agua.

MantenimientoEl mantenimiento lo realizan los usuarios con faenas, coordinados por su re-presentante, canaleros y distribuidor de agua. Los trabajos de limpieza co-múnmente se realizan un mes antes del inicio del ciclo de riego (noviembre) o cuando la infraestructura así lo requiera. El tiempo y días para llevar a cabo las labores de mantenimiento se concilia entre los ejidatarios y sus autoridades para determinar los días y tiempo que se invertirá en esta labor, con el objetivo de que todos los usuarios concurran. En el caso de que los trabajos de limpieza se tengan que adelantar, se convoca a Asamblea de Usuarios y se concilia una nueva fecha para realizar esta labor. A decir de los usuarios, esto sucede prin-cipalmente durante la época de lluvias cuando los canales de riego se ven obs-truidos por la basura que el agua arrastra en su camino y por los escombros o cascajo que carros materialistas provenientes del municipio de Tultepec llegan a depositar en la zona de riego.

Los trabajos de limpieza en el ejido empiezan a las 6:00 de la mañana: todos los usuarios van limpiando los canales hasta terminar, primero inician los que llegan puntuales y cuando han avanzado sobre un tramo de tres a cuatro metros entonces los canaleros o representante los anota en una lista y continúan los usuarios que van llegando. Los usuarios limpien el canal en proporción al terre-no que poseen. La presencia de todos los usuarios en esta actividad ayuda a las autoridades a mantener un control sin posibilidad de que existan usuarios que no realicen sus labores o que sobornen a las autoridades. Los usuarios vigilan tanto el desempeño de la autoridad como el de los mismos regantes.

Resolución de conflictosLos conflictos que se generan entre ejidatarios de Teyahualco principalmente tienen que ver con la distribución del agua o por el incumplimiento en la limpia de los canales de riego. En el caso de la distribución de agua el conflicto que se presenta es porque algunos ejidatarios no respetan el turno de agua que les corresponde y alteran los turnos de agua de acuerdo a sus propias necesi-

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dades. En otros casos, los conflictos por la distribución de agua involucran a las autoridades comunitarias por el incumplimiento o mal desempeño de sus funciones. Por ejemplo, para ilustrar este caso citemos el evento suscitado en el ejido de Tepojaco. En Asamblea extraordinaria en el ejido de Tepojaco con la asistencia de 96 ejidatarios de un total de 123 usuarios del ejido, se expuso la necesidad de destituir a los canaleros de la Asociación, bajo el argumento de que habían interrumpido sus labores de vigilancia de la distribución del agua y cerrado las compuertas de derivación antes de concluir el riego. Se señaló que se habían quedado sin riego 20 parcelas de ejidatarios aguas abajo, un total de 50 hectáreas. Se argumentó en la Asamblea que no querían que se volviera a repetir esta situación en el siguiente ciclo de riego, ya que era un problema muy recurrente entre los canaleros de cerrar las compuertas sin justificación alguna. En la Asamblea se procedió a destituir a los canaleros y se nombraron de entre los usuarios a cuatro personas que se hicieran cargo de manera provisional de la vigilancia de la distribución del agua, mientras se convocaba a elección de nuevos canaleros.

VigilanciaLos canaleros del ejido hacen recorridos diarios con el propósito de vigilar que no haya interrupción en el flujo de agua por deslaves, basura o robo de agua a nivel de los canales secundarios. El distribuidor de agua y el representante también reali-zan tareas de vigilancia para que los usuarios respeten los turnos asignados y para evitar que tomen el agua más tiempo del que les corresponde.

SancionesCuando una parte o partes de los canales no han sido debidamente limpiados o no se ha realizado la limpia, se reporta al usuario responsable de ese tramo ante la Asociación de Usuarios del ejido, para que ésta imponga al usuario una multa por el incumplimiento de su labor y si no quiere pagar la multa entonces se le corta el suministro de agua, obligándolo con ello a cumplir con su faena. Aunque, en general, el conjunto de usuarios cumple con las tareas de limpieza.

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RegistrosLos canaleros del ejido lleva el registro de cuotas, turnos de agua y faenas. El in-cumplimiento de algún usuario se reporta a la Asamblea de la Asociación de Usua-rios del ejido para su amonestación y resolución.

SEGUNDO NIVEL ORGANIZATIVO: LAS UNIDADES DE RIEGO

Se describe el caso de la Unidad de Riego de Cuautitlán, que es la Unidad de mayor superficie y número de usuarios.

Estructura organizativa de la Unida de Riego CuautitlánLa Unidad de Riego está gobernada por la Asamblea General de Representantes, que a su vez nombra una Mesa Directiva integrada por un presidente, un tesore-ro, un secretario y dos vocales con sus respectivos suplentes. Los cargos son de carácter honorífico. No obstante que existen cinco canales, la representación a la Asamblea no se hace por canal, tampoco existe formalmente un nivel organizati-vo por canal, sin embargo, hay una importante coordinación entre las comunida-des regadas por un mismo canal.

La Mesa Directiva nombra al personal que se encargara de llevar a cabo las ac-tividades técnicas y administrativas en relación con la gestión del sistema. Entre este personal destaca: el supervisor de distribución y los canaleros, los cuales son elegidos dentro del común de usuarios y sus cargos son de carácter honorífico.

A nivel administrativo la Unidad de Riego cuenta con personal que se contra-ta para apoyar las actividades de oficina de la Unidad: dos secretarias, un asis-tente y dos personas que apoyan los trabajos de la Mesa Directiva. Este personal es remunerado con las aportaciones que realizan los usuarios por el pago de de-rechos de agua.

Distribución de aguaEl plan de riegos contempla la propuesta de un patrón de cultivos determinados y la forma como van a ser atendidos con el servicio de riego, sin rebasar el volumen máximo autorizado.

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El supervisor y canaleros operan los cinco canales de riego que parten de la Pila de Atlamica, se encargan de vigilar la asignación y distribución a los representantes de comunidad que derivan el agua a lo largo de los cinco canales generales.

El supervisor de distribución se encarga de revisar aforos, canales de riego, compuertas principales y se encarga de entregar el agua a los canaleros.

Los canaleros se encargan de vigilar y supervisar la distribución de agua a nivel de canal, así como de los trabajos de mantenimiento de la infraestructura hidráulica principal, recorren de manera cotidiana los canales de riego vigilando que no existan problemas en la conducción del agua y problemas entre los usua-rios por la distribución del recurso. Los canaleros deberán mantener en buen funcionamiento las estructuras de control del agua, recorrer y vigilar que los ca-nales de riego estén libres de cualquier obstáculo que impida el flujo del agua y elaborar y reportar un informe sobre sus actividades, mismo que será entregado a la Mesa Directiva.

Acuerdos a nivel de canal, caso canal El Chiquito: Distribución de aguaLa distribución de agua a través de La Pila Real de Atlamica se realiza por los cinco canales de riego que de ella se desprenden. Asignada el agua por canal, conforme a volúmenes determinados según el plan de riegos por canal, compete a los representantes de usuarios de cada canal conciliar la distribución de aguas entre ellos. En el caso, por ejemplo, del canal de riego El Chiquito, el represen-tante del ejido Teyahualco, recibe el agua correspondiente a sus representados en la Pila Real de Atlamica donde son canalizadas en bloque a través del canal de riego el Chiquito, la recepción del agua se hace de manera conjunta con los representantes de los ejidos El Zapatero y San Pablo de la Salinas que también se abastecen de agua del mencionado canal. De manera conjunta los represen-tantes vigilan que los aforos de agua asignados al canal correspondan a la suma de los volúmenes de agua solicitados en los planes de riego de los respectivos ejidos. El mecanismo de distribución de agua a nivel de canal es el tandeo, los ejidatarios y sus representantes a través de acuerdos verbales internos estable-cidos entre ellos han decidido esta forma para regar sus terrenos.

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A nivel de canal general las comunidades que comparten el agua presentan grados de organización diferente. En las comunidades ubicadas aguas arriba el canalero de la Unidad autoriza al apertura de las compuertas, en las comunida-des ubicadas aguas abajo las autoridades encargadas de abrir y cerrar las com-puertas son los representantes de usuarios ya que ellos conocen las cantidades reales de agua que deben dejar pasar a cada parcela ante lo mermado del flujo de agua que llega y evitar, con ello, que algunos usuarios puedan hacer uso de más agua que la que les corresponde, ante la escasez de ésta. En el caso de las comu-nidades aguas arriba el flujo de agua es constante desde la compuerta generando en algunas ocasiones desperdicio de agua. El canalero de la Unidad mantiene abierta la compuerta hasta que los usuarios han terminado de regar.

El problema entre aguas arriba y aguas abajo en el canal siempre ha estado presente; anteriormente, a decir de los usuarios, las comunidades localizadas aguas abajo no eran consultadas sobre las fechas en que deberían recibir el rie-go, simplemente el canalero les informaba la fecha en que deberían empezar a regar, dejándolos siempre al final y a veces se quedaban sin regar. Actualmente el plan de riegos de la Unidad establece que la distribución de agua se lleva-ra a cabo mediante tandeo, iniciando aguas arriba y terminando aguas abajo, respetando los acuerdos entre usuarios a nivel canal general o canales secun-darios para cambiar la distribución de agua. A nivel del canal general y canales secundarios son las representantes quienes negocian entre ellos el cambio de la distribución del agua.

MantenimientoLos canaleros se encargan de vigilar los trabajos de mantenimiento de la infraes-tructura hidráulica principal. El mantenimiento consiste en el desazolve de los cinco canales de riego, la limpia de maleza y retiro de obstáculos a la libre circula-ción del agua. El mantenimiento de los canales primarios y secundarios se desarro-lla por faenas, las cuales se asignan por tramos de canal de acuerdo a la superficie de riego que cada usuario tenga. El mantenimiento anual se realiza dos meses an-tes del inicio del ciclo de riego, el cual comienza durante el mes de noviembre, así como cuando la infraestructura hidráulica lo requiere.

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Acuerdos a nivel de canal, caso el canal El Chiquito: MantenimientoLos representantes de los ejidos Teyahualco, El Zapatero y San Pablo de la Salinas que utilizan el canal El Chiquito coordinan las labores de limpieza y mantenimien-to de la infraestructura hidráulica del canal de riego El Chiquito y canales secunda-rios que de éste parten. El mantenimiento se realiza con las faenas de los regantes.

Las tareas de mantenimiento de la obra hidráulica son de vital importancia para optimizar la distribución del agua. Estas labores consisten principalmente en el desazolve y mantenimiento de los canales. Las tareas de mantenimiento del canal principal, El Chiquito, se distribuyen entre los ejidos de Teyahualco, El Zapa-tero y San Pablo de las Salinas, cada ejido tiene asignado un tramo de canal y den-tro de cada tramo cada ejidatario tiene asignada cierta cantidad de metros, de los cuales es directamente responsable. Respecto a los canales secundarios esta labor compete a los regantes de cada ejido. El incumplimiento de las labores de limpieza y robos de agua, a decir de los usuarios del canal de riego El Chiquito, nunca se han presentando, en el entendido de que el cumplimiento o incumplimiento de esta actividad es en beneficio o perjuicio de la colectividad.

Resolución de conflictosLos conflictos presentes en la Unidad de Riego, a decir de los usuarios tienen que ver con los cortes en los flujos de agua a nivel del canal y cambios en los volú-menes de agua asignados por canal. Por ejemplo, los usuarios del canal de riego San Lorenzo se han quejado continuamente de que los canaleros de la Unidad de Riego realizan cortes en el suministro de agua a que tienen derecho los usuarios de este canal, los usuarios señalan que el agua sobre el canal San Lorenzo, en un principio va a toda su capacidad, sin embargo, gradualmente el flujo de agua se ve interrumpido ocasionando que el riego a que tienen derecho se tenga que sus-pender. Esto sucede con frecuencia a causa del cierre de compuertas que, aguas arriba sobre el canal, realizan arbitrariamente los canaleros sin notificar a los representantes de los usuarios.

Las determinaciones que se han tomado por los usuarios y sus representantes es acudir directamente con el supervisor de la distribución quien tiene bajo su res-ponsabilidad a los canaleros y solicitarle de manera verbal se abstengan de seguir interrumpiendo los flujos de agua sobre el canal San Lorenzo, y si el supervisor no

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solucionan el corte del suministro de agua, se recurre a las autoridades de la Mesa Directiva de la Unidad de Riego para que intercedan y se obligue a los canaleros a no seguir realizando esta práctica. Los usuarios de aguas abajo sobre el canal deben vigilar constantemente el canal para que no les corten el agua o para volver a abrir el paso del agua. La vigilancia está a cargo de las autoridades a nivel comunidad, así como de grupos de usuarios que se ponen de acuerdo para ir a traer el agua.

Es también común entre los problemas relacionados con el suministro de agua, que los canaleros no cumplan en tiempo con la apertura de las compuer-tas para iniciar los riegos. En este tipo de situaciones es común que los usuarios busquen al canalero encargado de abrir las compuertas del canal y le insistan a cumplir con su labor.

“Es un problema recurrente, tenemos que corretear a los canaleros para que nos abran la compuerta, porque no nos abren la compuerta y tenemos que vigilar que cumplan con su labor y ver que el agua llegue a nuestros terrenos, a veces tenemos que iniciar el riego y nada de agua por el canal y entonces con otros vecinos que también van a regar vamos en busca del canalero para qué cumpla con su labor” (Entrevista realizada al Sr. Luis Fragoso, usuarios del canal de riego San Lorenzo, Unidad de Riego de Cuautitlán, 2009).

En ese sentido, a decir de los usuarios esta práctica favoreció la corrupción entre algunos canaleros quienes empezaron a solicitar un pago de dinero por abrir las compuertas. En otros casos se le invitaba la botella de tequila al canalero para realizar su labor.

Los conflictos entre usuarios, también, se presentan por el incumplimiento de los trabajos de mantenimiento y limpieza de la infraestructura hidráulica. Los tra-bajos de limpieza de los canales primarios se realizan por tramos de canal asig-nados a cada usuario dependiendo la superficie de riego que posea, esto permite mantener un flujo constante de agua por canal, sin embargo, ocurre que esta labor no es realizada por usuarios aguas arriba afectando a los usuarios aguas abajo: el flujo de agua a los usuarios aguas abajo se interrumpe hasta acabar de realizar la limpia del tramo. Este problema se resuelve en reuniones entre usuarios en las que se busca concientizar a los usuarios de cumplir con los trabajos de limpieza, para ello se ha insistido por parte de la autoridad que es de vital importancia mantener

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en buen estado los canales de riego y evitar pérdidas en los flujos de agua o corte en el suministro de la misma.

La resolución de los conflictos en relación a la distribución del agua, es re-suelta entre los representantes de usuarios. En caso de que el conflicto no sea resuelto, es llevado ante la Mesa Directiva de la Unidad de Riego.

Monitoreo y vigilanciaLos canaleros aforan al recibir el agua y en los puntos de entrega a las comunidades y vigilan para evitar fugas, tomas clandestinas, violación de candados o modifica-ción de estructuras de control. En época de riegos los canaleros están de tiempo completo y realizan recorridos constantes sobre los cinco canales de riego. Respec-to al monitoreo de las actividades de limpieza y mantenimiento de la infraestruc-tura hidráulica, está a cargo del supervisor de distribución de acuerdo a la infor-mación que le presentan los canaleros, ya que éste es el encargado de ir recibiendo el canal ya limpio. Se lleva un registro de los usuarios y tramos de canal que les corresponden limpiar para que todos y cada uno de los usuarios cumpla con esta actividad. En caso de encontrar un tramo de canal sin limpieza debe reportarse al usuario responsable de ese tramo con el supervisor de distribución y éste a su vez lo reporta a la Asociación de Usuarios de la comunidad o su representante, que, a su vez, lo sanciona con una multa y envía una cuadrilla para que realice la limpia, el costo lo debe pagar el usuario.

En lo que respecta a los pagos por servicio de riego, se lleva un registro de cada uno de los usuarios que ha realizado el pago correspondiente y se le entrega una boleta que, a su vez, deben mostrar a su representante para tener derecho a riego. En la distribución de agua se busca que los usuarios cumplan de manera precisa con los turnos que les corresponden para iniciar sus riegos. El trabajo del super-visor de la distribución y canaleros encargados de esta función es vigilado por los usuarios. Los usuarios los califican en función del desempeño, ello implica evitar beneficiar a familiares y amigos. Todos los usuarios deben adecuarse a la numera-ción que les corresponde en el riego, si no respetan el número que se les asigna se les deja que rieguen hasta el final del turno y, además, se les cobra una multa. Estos castigos obligan a los usuarios a ser responsables y ordenados en las fechas que se establecen en el calendario de riegos.

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Robos de aguaEl robo de agua es raro que se presente entre usuarios, el robo se presentaba prin-cipalmente en la zona de aguas abajo del sistema donde era común encontrar a pipas extrayendo agua de los canales de riego, agua utilizada para abastecer a las constructoras que laboran en la zona de Cuautitlán. Sin embargo, esta actividad se erradicó desde que las Unidades de Riego, en especial la de Cuautitlán han optado por vender de manera formal el agua a los piperos como mecanismo para hacerse de recursos económicos. Por pipa autorizada para cargar agua en Cuautitlán, se cobran $1,500 pesos por mes, independientemente del número de pipas que se puedan abastecer durante el mes.

Derechos de aguaEl derecho del agua para riego no se puede vender a otra persona, ni aun siendo de la misma comunidad. El derecho de agua se puede otorgar a otra persona siempre y cuando el terreno bajo riego sea vendido y la asignación del derecho al agua al nuevo usufructuario sea reconocida por la Asamblea de Representantes. De esta manera se hace el registro del nuevo usuario en el padrón de la Unidad. Asimismo el derecho del agua es transferible entre descendientes de padre a hijo o algún pariente que asuma el derecho al agua junto con la propiedad de la tierra, al cual se le respetan sus derechos, siempre y cuando cumpla con sus obligaciones en la organización.

RehabilitaciónLa rehabilitación se realiza al finalizar el ciclo de riego durante los meses de junio o julio. La Mesa Directiva en conjunto con los Representantes a nivel de comunidad y con la participación de la CNA, en este último caso, a decir de los usuarios, nunca sucede, elaboran un programa de conservación anual. La rehabilitación suele con-sistir en reparaciones menores en canales, reparación de compuertas, de represas, reparación de cortinas de las represas, entubamiento de canales y composturas generales en la Pila Real de Atlamica.

La decisión de rehabilitar alguna obra se toma de manera consensuada en Asamblea General de Representantes, considerando también, los costos para su reparación. La conservación depende de las cuotas y aportaciones voluntarias de

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los usuarios, ya que los trabajos de rehabilitación se consideran tomando como base el recurso existente en la caja de la Unidad. Si estas cuotas no son suficientes, el programa se adecua al porcentaje de las cuotas recibidas. En ocasiones se recibe apoyo de los municipios de Cuautitlán Izcalli y Cuautitlán que aportan trabajadores del municipio o maquinaria para llevar a cabo estas actividades. Ambos municipios son usuarios de la Unidad de Riego y, como usuarios, aportan maquinaria para los trabajos de mantenimiento de la infraestructura hidráulica. Tienen convenios suscritos con la Mesa Directiva de la Unidad para derivar aguas residuales a los canales de riego del río Cuautitlán. Los trabajos de conservación pueden realizarlos los mismos usuarios o pueden contratar albañiles u otros especialistas.

Supervisión por parte de la CNA y la SAGARPAEn relación a la supervisión que establece la CNA y SAGARPA a la Unidad de Rie-go Cuautitlán, el presidente de la Mesa Directiva, menciona que esta no se lleva a cabo. En las labores de rehabilitación y mantenimiento de la infraestructura hi-dráulica, donde se debe contar con la participación de estas dependencias para elaborar de manera conjunta el plan de trabajo de las obras de mantenimiento, nunca se ha contado con su presencia. La Mesa Directiva sólo notifica el inicio y fin de los trabajos de mantenimiento. En relación a la presencia de un represen-tante de la SAGARPA que debería validar las Asambleas de Usuarios, los cambios de autoridades locales, el plan de riegos y las tareas productivas de la Unidad; el representante ha dejado de asistir a las Asambleas desde hace 5 años atrás según mencionan algunos usuarios. La Mesa Directiva notifica los acuerdos alcanzados en Asamblea mediante escrito dirigido a la oficina respectiva. Respecto al plan de cultivos y riegos, es elaborado por la Mesa Directiva y se entrega para su validación a la SAGARPA al inicio de cada ciclo de riego. SAGARPA se limita a validar ad-ministrativamente el plan de cultivos y riegos, sin que exista un acompañamiento directo a los usuarios o visitas de campo que contraste la información en papel con lo que se presenta en el campo. Esto incumbe también las actividades de control de sanidad vegetal y extensionismo que están a cargo de la SAGARPA y que no se llevan a cabo. A decir de los usuarios y autoridades de la Unidad de Riego, la presencia de las dependencias del gobierno se limita a validar los trabajos técnicos administrativos de la Unidad de Riego.

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PRIMER NIVEL ORGANIZATIVO: LA RED HIDRÁULICA DEL RÍO CUAUTITLÁN

La Asamblea de Delegados La Asamblea de Delegados es un nivel organizativo resultado de la coordinación entre las tres Unidades de Riego para la operación, conservación y administración de la red hidráulica en común, esto es: a lo largo del cauce del río Cuautitlán desde la presa de Atlamica hasta la Unidad de Riego de Coyotepec y sobre la obra hidráu-lica en común a las tres Unidades de Riego.

La Asamblea de Delegados tiene sus orígenes, concebida como tal, a finales de la década de 1970 por la necesidad de una organización para coordinar las labores de distribución y vigilancia y enfrentar los problemas de contaminación del agua para riego y la disminución de los espacios dedicados a la agricultura de riego por la expansión de la mancha urbano-industrial. Sin embargo, a decir de los usuarios la coordinación entre las tres Unidades de Riego para la gestión de la red hidráu-lica se remontan a la década de 1920; otros regantes indican que la coordinación ha estado presente “desde siempre”. Desafortunadamente la documentación sobre los trabajos de la Asamblea de Delegados es escasa en los archivos de las Unidades de Riego y en otros archivos federales como el Archivo Histórico del Agua, por ello es difícil rastrear los origines de la Asamblea. La Asamblea de Delegados aparente-mente no tiene un carácter oficial.

Estructura organizativa La Asamblea de Delegados, esta integrada por un representante electo por la Mesa Directiva de cada Unidad de Riego. La Asamblea se reúne varias veces al año para resolver problemas relacionados con la distribución del agua, coordinar las activi-dades de mantenimiento y limpieza de la obra hidráulica y planear el calendario de riegos y solicitud de agua para el ciclo de riego que da inicio durante el mes de noviembre. Las reuniones de la Asamblea son públicas y concurren usuarios de las tres Unidades de Riego. Las reuniones se efectúan indistintamente en cualquiera de las oficinas de las tres Unidades de Riego y tienen lugar cuando las necesidades operativas a nivel de la red hidráulica.

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Las determinaciones tomadas por la Asamblea de Delegados son votadas por los usuarios en asamblea de los usuarios de las tres Unidades. Hay una amplia participación tanto de hombres como de mujeres en dichas reuniones. Muchas mujeres son titulares de derechos de agua y concurren con voz y voto. En algunos casos, las mujeres concurren en representación de sus maridos por hallarse estos trabajando en Estados Unidos. Las asambleas de la Asamblea de Delegados (de las tres Unidades) comúnmente se realizan antes del inicio del ciclo de riego y se rea-lizan durante la mañana y terminan en la tarde cuando se ha alcanzado consenso. A final de las asambleas es común que se ofrezca una comida a los participantes, ya que algunos de los usuarios concurren de lugares muy distantes.

Instancias de operación Para el desarrollo de sus actividades la Asamblea de Delegados cuenta con el apoyo de cada una de las Mesas Directivas de las tres Unidades de Riego. Depen-diendo de la superficie de riego cada Unidad de Riego aporta personal para la realización de tareas, tales como limpieza y mantenimiento de la infraestructura hidráulica en común, y distribución del agua entre las Unidades de Riego. El per-sonal que aporta cada Unidad de Riego es a título honorífico y son propuestos por cada Unidad de Riego y ratificados previa votación en la asamblea de la Asamblea de Delegados. Las propuestas de usuarios para aportar personal a la Asamblea de Delegados se lleva a cabo en cada Unidad de Riego durante las fechas en que inician en funciones las Mesas Directivas de cada Unidad, las cuales cubren un periodo de tres años en funciones.

Entre el personal de la Asamblea de Delegados, encontramos al Supervisor de Riego o de Agua, responsable de la coordinación general para la operación de la red hidráulica. El Supervisor tiene bajo su cargo un supervisor de canaleros, un jefe de administración y un jefe de conservación. Este personal es nom-brado de entre el común de usuarios de las tres Unidades.

El supervisor de canaleros tiene bajo su responsabilidad a 15 canaleros en-cargados de la vigilancia y distribución del agua, también aportados por cada Uni-dad de Riego. La actividad tanto del supervisor de caneleros como de su personal consiste en supervisar de manera cotidiana las obras hidráulicas de cabecera del sistema (presa de Atlamica, canal del Chiflo y cauce del Cuautitlán desde la presa

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de Atlamica), vigilar que los flujos de agua asignados a cada Unidad de Riego se mantengan constantes durante la temporada de riegos, resolver los conflictos que por la distribución del agua acontezcan entre los usuarios o representantes de cada Unidad. A decir de los usuarios, es común que los canaleros intervengan en la re-solución de conflictos por ser la autoridad inmediata a nivel local. En el desempeño de sus funciones no reciben remuneración alguna salvo un apoyo económico para el pago de comida, gasolina y para utensilios propios de su actividad (botas de plás-tico, ropa, herramientas, etcétera).

El jefe de administración tiene a su cargo el personal administrativo (se-cretaria, asistente, aforadores) que apoya en el desempeño de las actividades propias de la administración del sistema: diagnóstico de las necesidades, for-mulación de leyes y reglamentos, monitoreo de las actividades físicas y adminis-trativas, vigilancia, rendición de cuentas y resolución de conflictos. El personal administrativo también es propuesto o elegido entre los mismos usuarios. La se-cretaria y asistente es el único personal que recibe remuneración por el desem-peño de su actividad.

Finalmente, el jefe de conservación responsable del mantenimiento y reha-bilitación de la red hidráulica. El jefe de conservación coordina a los usuarios de las tres Unidades de Riego que concurren a realizar los trabajos de mantenimiento y limpieza de la red hidráulica en común cuando ésta así lo requiere. Esta actividad se realiza comúnmente antes del inicio del ciclo de riego.

El control del agua en la operación La Dirección de Infraestructura Hidroagrícola adscrita a la CNA controla las ac-tividades físicas y administrativas de la obra de cabecera presa de Guadalupe. El personal de la CNA consta de 15 personas entre el administrador encargado de la presa, el personal administrativo (secretarias, ingenieros, asistentes, etcétera) y el personal de operación (aforadores, técnicos operadores, especialistas en hidráuli-ca, etcétera). El control administrativo por parte del Estado respecto a la distribu-ción del agua se restringe al espacio de la presa de Guadalupe y cauce del Cuautit-lán hasta la presa de Atlamica, posteriormente esta actividad recae en el ámbito de las atribuciones de la Asamblea de Delegados para administrar y distribuir el agua entre las tres Unidades de Riego.

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El volumen de agua máximo autorizado para las tres Unidades de Riego se hace conforme a los volúmenes de agua reconocidos en sus títulos de concesión, sin em-bargo, en términos reales el volumen asignado, por la administración de la presa, considera la disponibilidad de agua que se tenga en la fuente de abastecimiento (presa). La disponibilidad de agua para cada año agrícola se determina en función del almacenamiento que se tenga en la presa al 2 de noviembre de cada año, día en el que inicia el ciclo de riego.

Supervisión por parte de la CNAEn relación a la supervisión que establece la CNA en la red hidráulica del río Cuau-titlán, las autoridades de la Asamblea de Delegados y presidentes de las Mesas Directivas de las tres Unidades de Riego, mencionan que esta no se lleva a cabo, al parecer la distancia y la falta de interés mostrada por los funcionarios encargados de esta labor ha simplificado las labores administrativas y favorecido su control en manos de los usuarios. Por ejemplo, los usuarios mencionan que la única presen-cia o relación que existen con las autoridades de la CNA es cuando se solicitan los volúmenes de agua para iniciar el ciclo de riego, esto tradicionalmente se realizaba previa reunión entre la Asamblea y autoridades de la presa de Guadalupe para con-ciliar el volumen de agua que se solicitaba para iniciar el ciclo de riego. A la fecha, ante la falta de interés o inasistencia del administrador de la presa a las reuniones convocadas, la solicitud de agua se hace mediante el envío de un oficio o por llama-da telefónica a la oficina del administrador.

Con respecto a la supervisión de los trabajos de mantenimiento y rehabilitación de la obra hidráulica, esta sólo se hace a nivel administrativo, es decir, la oficina respectiva de la CNA en el estado de México, encargada de la administración de las Unidades de Riego, acusa de recibido los reportes de los trabajos de mantenimien-to realizados por las Unidades de Riego, sin que exista una asistencia presencial de algún funcionario de dicha oficina. A nivel operativo esta actividad corresponde a los usuarios, quienes se hacen cargo del control de las tareas de conservación y supervisión en la red mayor.

La presa de Atlamica es el punto de control donde se recibe el agua en bloque procedente de la presa de Guadalupe. El control de los volúmenes de agua se cuan-tifica de manera precisa; estas mediciones sirven para cuantificar los volúmenes

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de agua suministrados por la administración de la presa, así como los que se su-ministran a las tres Unidades de Riego. Los aforos se realizan por personal de la Asamblea de Delegados, tomándose como base para el cálculo de volúmenes los aforos realizados por lo menos dos veces al día. Las Unidades de Riego, con el apo-yo técnico de la Asamblea, acondicionan los puntos de control para la distribución y entrega del agua al interior de cada Unidad de Riego, construyen las estructuras e instalan los dispositivos que la Asamblea les indica y los mantiene en todo tiempo en condiciones de buen funcionamiento.

Las Unidades de Riego deben ajustarse a los volúmenes programados en los planes de riego y es su responsabilidad vigilar que los usuarios no se excedan de su dotación individual. Si existe la necesidad de mayor volumen de agua a la consi-derada en el plan de riegos, ya sea porque los usuarios establecen cultivos con de-mandas mayores a las programadas o siembran superficies mayores, tendrán que obtenerla ante la Unidad de Riego en caso de existir volúmenes disponibles, sino es así, esta negociación incumbe al solicitante y su representante para negociarla internamente con otros usuarios.

Monitoreo y vigilancia Los trabajos de monitoreo y vigilancia que realizan las autoridades de la Asamblea de Delgados se circunscriben a la obras hidráulicas en común de las tres Unidades de Riego, presa de Atlamica, Pila Real de Atlamica y cauce del Cuautitlán aguas abajo de la presa de Atlamica. Estas actividades consisten en el aforo del agua en el punto de control, donde recibe el agua en bloque la Asamblea y en los puntos de distribución para cada Unidad de Riego. En los canales generales desde donde se distribuye el agua para los usuarios (ejidos, ranchos y pequeña propiedad) los afo-ros los realizan los canaleros de las respectivas Unidades de Riego en coordinación con los aforadores de la Asamblea.

También consiste en vigilar que la distribución del agua entre las tres Unida-des de Riego se cumpla cabalmente según los volúmenes de agua estipulados en el programa de riego previamente acordado entre las autoridades de las Unidades de Riego, así como vigilar que la obra hidráulica en común esté en buenas con-diciones, que no se interrumpa el flujo de agua por cortes o derivaciones de agua no autorizadas por la Asamblea, reportar y clausurar tomas de agua clandestinas,

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evitar la violación de candados o estructuras de control del agua (compuertas). Durante el ciclo de riego los canaleros están de tiempo completo vigilando con recorridos constantes toda la red mayor del sistema de riego.

Los canaleros cuentan con la facultad de la Asamblea de Delegados para re-solver conflictos entre usuarios y que puedan presentarse en el desempeño de su actividad. Entre los problemas más comunes que se encuentran a nivel de la red hidráulica y merecen la intervención de los canaleros en su resolución, por no ser tan graves y que pueden ser resueltos a nivel local, podemos mencionar, inte-rrupción del flujo de agua por obstrucción de los canales de riego principalmente por basura o cascajo que algunos usuarios o vecinos desechan sobre los canales, falta de mantenimiento y limpieza de los canales de riego por parte de algunos usuarios y conflictos por asignación de los volúmenes de agua.

Robos de agua Antes era común encontrar aguas abajo de la red hidráulica el robo de agua por piperos, agua utilizada para abastecer a las obras urbanas que se estaban realizando en la zona de Cuautitlán, sin embargo, esta actividad se erradico desde que las Unidades de Riego, en particular la de Cuautitlán han optado por vender de manera formal el agua a los piperos como mecanismo para hacerse de recursos económicos.

SancionesEn el caso del personal bajo responsabilidad de la Asamblea de Delegados, si es personal contratado, el caso del personal de oficinas, e incumple sus funciones delegadas por la Asamblea se le rescinde el contrato; si es personal honorífico, por ejemplo, cuando la distribución de agua bajo cargo del supervisor de agua, no se realiza conforme a lo determinado en el plan de riegos por omisión o por querer favorecer a una Unidad de Riego en particular, se retira de sus funciones al supervisor.

El personal nombrado por cada Unidad de Riego a la Asamblea de Delegados que incumple sus responsabilidades, es llevado ante la Asamblea de la Unidad de Riego respectiva, quien determina mediante votación la sanción a la que se hará acreedor. Estas situaciones suceden comúnmente entre los canaleros de la red hi-

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dráulica, quienes en ocasiones no cumplen con sus labores de supervisión y vigi-lancia y son acreedores a sanciones que van desde una multa en dinero o se les da de baja del cargo y por tal motivo quedan inhabilitados para desempeñar cualquier cargo por tres años en la Asamblea.

Otra sanción que aplica la Asamblea de Delegados corresponde al incumpli-miento por parte de los usuarios de las labores de rehabilitación y mantenimien-to de la infraestructura hidráulica común. La sanción consiste en multa en dinero o pago de las faenas que son asumidas por los demás usuarios. La Asamblea de Delegados sanciona a la Unidad de Riego en su conjunto.

Mantenimiento El mantenimiento del sistema implica el desazolve del cauce del río Cuautitlán y presa de Atlamica, de los canales primarios, limpia de maleza y obstáculos a la libre circulación del agua. Cada una de las Unidades de Riego aporta personal para el mantenimiento de la infraestructura hidráulica del sistema. La asignación de personal para el mantenimiento esta estrechamente relacionado con la super-ficie de riego de cada Unidad de Riego. Las fechas de limpieza comúnmente son cuando la infraestructura hidráulica lo requiere o dos meses antes del inicio del ciclo de riego, el cual da comienzo durante el mes de noviembre.

El mantenimiento del cauce del río Cuautitlán, se realiza cada dos ó más años dependiendo del grado de acumulación de tierra que presente. Esta actividad se coordina con las autoridades municipales de Cuautitlán Izcalli, Cuautitlán y la CNA, sin embargo, a decir de los usuarios pocas veces se ha logrado contar con su participación por lo que esta actividad es asumida por las tres Unidades de Riego. Respecto a la presa de Atlamica y canal del Chiflón, los trabajos de mantenimien-to y desazolve son realizados dos o tres veces al año. La vigilancia y monitoreo de esta actividad es supervisada por el jefe de conservación quien lleva un control único de todas las faenas que se tienen que cubrir. El incumplimiento de esta ac-tividad se castiga con el pago de una multa en dinero que puede ir desde 50 a 100 salarios mínimos o el pago del personal que la Asamblea designe para cumplir con esta actividad. La multa se aplica a la Unidad de Riego que incumpla con la actividad de mantenimiento encomendada.

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Rehabilitación Los trabajos rehabilitación que llevan a cabo las autoridades de la Asamblea de Delgados se circunscriben a las obras hidráulicas en común de las tres Unidades de Riego, presa de Atlamica, Pila Real de Atlamica y cauce del Cuautitlán desde la presa de Atlamica. La rehabilitación es una prioridad en relación a la admi-nistración del sistema. Esta actividad se realiza comúnmente al finalizar el ciclo de riego, la Asamblea de Delegados elabora de manera conjunta con las Mesas Directivas de las tres Unidades de Riego, un programa de conservación anual que cubre las necesidades que la infraestructura requiere. Estos requerimientos van desde pequeñas reparaciones a los canales primarios y secundarios, reparación de compuertas, o bien hacer represas, reparación de cortinas de las represas, en-tubamiento de canales y composturas generales en la presa de Atlamica.

En la conservación del sistema hidráulico se depende mucho de las cuotas y aportaciones voluntarias de los usuarios de las tres Unidades de Riego, ya que los trabajos de rehabilitación se consideran tomando como base el recurso existente en la tesorería de la Asamblea de Delegados. Si estas cuotas no fuesen suficien-tes, el programa se adecua al porcentaje de las cuotas recibidas. En ocasiones se recibe apoyo en especie (maquinaria) de parte de los municipios usuarios de las aguas del río Cuautitlán. Algunos municipios como es el caso del municipio de Cuautitlán Izcalli y Cuautitlán, aportan trabajadores o maquinaria para realizar estas actividades. La decisión de rehabilitar alguna obra según el grado de prio-ridad, se toma de manera consensuada entre las Asamblea y Unidades de Riego, considerando, también, los costos para su reparación. Dependiendo del proyecto a realizar (una obra grande) se contrata a un ingeniero civil. Si se trata de rehabi-litación de canales únicamente, se contrata personal de albañilería o los usuarios asumen este trabajo.

Conservación de las obras de cabecera La CNA a través de la Dirección de Infraestructura Hidroagrícola, tiene bajo su responsabilidad la conservación de las obras de cabecera que incluyen la presa de Guadalupe y el cauce principal del río Cuautitlán hasta la presa de Atlamica. La programación de los trabajos de conservación de las obras de cabecera la elabora la Dirección de Infraestructura Hidroagrícola y autoridades del municipio de Cuau-

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titlán Izcalli donde se localiza la presa de Guadalupe. Este programa contempla lo necesario para mantener en buen estado físico y de operación la presa de almace-namiento y el cauce principal del río Cuautitlán. Así como las estructuras, instala-ciones y mecanismos de control del agua, bajo responsabilidad de las autoridades federales y estatales.

CONCLUSIONES

La persistencia de instituciones colectivas y sus estructuras normativas en el ma-nejo del agua para riego en México, a pesar de los cambios legislativos en el tema y la supuesta presencia omnipotente del Estado en los asuntos de agua es un tema que no ha sido lo suficientemente tratado y estudiado.

La presencia de organizaciones de regantes de alcurnia en México no se puede dar por descartado, basado en el hecho de que en algunas zonas del país el cambio en la tenencia de la tierra y con ello en el acceso al agua, resultado del impacto del reparto agrario, barrió con las formas organizativas prevalecientes, muchas de ellas desde la época colonial, y la imposición de las nuevas figuras organizativas oficiales, conocidas como Juntas de Agua. Así como tampoco por la supuesta pre-sencia omnipotente del Estado mexicano en los asuntos de agua, a través de un aparato político-administrativo que le permitió arrebatar el control del líquido a comunidades, pueblos y Asociaciones de Usuarios a nivel local.

Es necesario matizar estos supuestos a la luz de los datos que han arrojado nuevas investigaciones, principalmente estudios de caso, que han cuestionado la caracterización del Estado mexicano, durante su actuar a finales del siglo XIX y du-rante las primeras décadas del siglo XX, como un ente todo poderoso capaz de ava-sallar a todos y cada uno de los usuarios del agua, en todos y cada uno de los rinco-nes del país. Esto no fue así, lejos de desaparecer, algunas instituciones de regantes preexistentes a la injerencia del gobierno federal, se mantuvieron a veces operando al margen de las disposiciones legales y en otras confrontándolo o adecuando las nuevas disposiciones legales en el tema del agua, a sus formas tradicionales de ges-tionar el recurso, esto con el objetivo de resistir y perdurar en el tiempo.

Es, entonces, necesario analizar las estructuras sociales e institucionales y evolución de las mismas en el contexto de la injerencia federal. Considerando

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que estas instituciones han operado en un espacio social y un campo de relacio-nes sociales históricamente construidas, donde: la organización social, procesos históricos, actores fuera de la colectividad de usufructuarios y procesos sociales más amplios tienen considerable peso en su evolución y persistencia. Es por lo tanto, en palabras de Jacinta Palerm (2009), necesario “…realizar estudios que abarquen plazos más largos, en lugar de acotarse al periodo mismo del relativo caos del reparto agrario”. De esta manera, se conseguirá aumentar la relevancia, el rigor y la validez de las evaluaciones que ya se realizan.

En ese sentido, espero que el análisis del caso de las comunidades del sistema de riego del río Cuautitlán, con sus limitaciones y modestos alcances analíticos, aporte datos para demostrar la existencia de organizaciones de regantes de alcur-nia en el país. Asimismo que los resultados de este trabajo sirvan para demostrar que es posible pensar en los espacios e instituciones locales como punto de parti-da para la construcción de una sociedad más justa y equitativa, ya que desde una lógica, cosmovisión y cultura propia, ofrecen alternativas viables para resolver problemas, conflictos sociales y ambientales que existen a causa del acceso y ma-nejo de los recursos, y que sirven de contrapeso a la hegemonía de los grupos e instituciones dominantes.

Agradecimientos. Investigación realizada con el apoyo del proyecto CO-NACYT núm. 79201 “Juntas de aguas, unidades de riego y otras organizaciones de regantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades auto-gestivas de los regantes”

A José Luis Hernández Coronado, AHA, informática, quien elaboró todas las figuras.

A la Dra. Jacinta Palerm por las observaciones, correcciones y sugerencias para mejorar el contenido del presente trabajo.

A los usuarios del sistema de riego del río Cuautitlán que están luchando por preservar su antiquísimo sistema de riego, bajo control comunal, pese a los gra-ves problemas que atraviesa.

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392 AntologíA sobre riego

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393el sistema de riego del rio cuautitlán, estado de méxico

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395el sistema de riego del rio cuautitlán, estado de méxico

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396 AntologíA sobre riego

Figura 2. Cauce natural del río Cuautitlán

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397el sistema de riego del rio cuautitlán, estado de méxico

Figura 3. Cauce del río Cuautitlán después de 1435

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398 AntologíA sobre riego

Figura 4. Desagüe de Huehuetoca

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399el sistema de riego del rio cuautitlán, estado de méxico

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400 AntologíA sobre riego

Cuadro 1. Repartimiento de las aguas del río Cuautitlán, 1762

Acequia UsuariosCantidad

surcos

Santa Bárbara o San Lorenzo Pueblo de Santa Bárbara y pueblos sujetos: San Mateo, San Lorenzo, Santa María Huecatitlán y San Sebastián Xala.

16 2

Total 18

Guayapango Hacienda de TecoacHacienda de SabinoHacienda de San Mateo AtocanPueblos de San Mateo y San Sebastián Xala (sujeto a Santa Barbará) y cinco barrios de Teoloyucan

3 4 10 8

Total 25

Córdoba Pueblo de Cuautitlán y Hacienda del SabinoHacienda de CoamatlaRancho de Angulo (anexo de la hacienda Lechería)Hacienda la CorregidoraRancho CadenaPueblos de San Miguel y VisitaciónPueblo de TultepecHacienda de Xaltipac

4 ½1

1 14

2/32

2 2

10 Total 37

De Cuautitlán o Río Chiquito Hacienda de CoamatlaRancho de AnguloPueblo de Cuautitlán y barrio de TlaltempanRancho de RiveroHacienda de AtempanBarrio de Santa María Axomulco (sujeto a la cabecera de Cuautitlán)

½ 1 ½

2 1 6 1

Total 12

Molino o de Tultitlan Hacienda de CoamatlaRancho perteneciente a Joseph FloresRancho perteneciente a Juan Antonio de EspíndolaCaseríos de la cabecera de CuautitlánRancho perteneciente a Manuel ÁlvarezMolino [como fuerza motriz, el agua se reutiliza para riego]Pueblo de TultitlánRancho del SalitreBarrio de San JosephHacienda de CartagenaHacienda los Portales

1 1 1 2/22 1/2 1

22

14 1 2 2/3 2 2/3 2

Total 28

Fuente: “Copia certificada en 1896 del mapa de la distribución de las aguas del río Cuautitlán realizada el 18 de enero de 1763”, en AHA, AS, c.1410, exp. 19277, f. 64.

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401el sistema de riego del rio cuautitlán, estado de méxico

Cuadro 2. Distribución por unidad económica

Unidad económica Número Total de surcos de agua

Haciendas 9 56

Pueblos 10 50

Ranchos 7 10

Barrios 3 4

Total 29 120

Cuadro 3. Comparación de las distribuciones del agua del río Cuautitlán, 1762, 1914 y 1925

Repartimiento, 1762

Reglamento, 1914

Informe, 1925

surcos lps

Canoa de Teoloyucan 15 15 147

Canal de Santa Bárbara o San Lorenzo 18 18 11

Canal de Guayapango 25 25 169

Canal de Córdoba 37 37 232

Canal de Cuautitlán o Chiquito 12 12 148

Canal del Molino 28 28 63

Total 135 135 770

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403

INTRODUCCIÓN

La controversia que existe a nivel institucional entre el municipio y las comunida-des sobre quién debe administrar los sistemas de agua de uso doméstico (Galindo et al, 2007, 2012) se manifiesta en la región de los volcanes en el Estado de México. En esta región, sobre las laderas de los volcanes, hay obras de captación de agua para uso doméstico que se conducen por tubería (línea central) hasta cajas de al-macenamiento para cada comunidad. Se consideraron las 6 líneas centrales que surten a comunidades del municipio de Amecameca. Las líneas centrales conducen el agua por gravedad a un total de 16 comunidades, que se ubican en el municipio de Amecameca, así como en otros municipios. Cada comunidad tiene su propia red de distribución.

Las administraciones de las líneas centrales multicomunitarias, construidas en la década de 1950 y administradas por la Secretaria de Recursos Hidráulicos, debían descentralizarse. Para recibir la administración de estas y otras obras, se creó en el estado de México la Comisión de Aguas del Estado (CAEM). En principio, en esta región, CAEM tomaría la administración de las líneas centrales multi-comunitarias y

XII. La administración de sistemas de abasto de agua para uso doméstico en la región de los

volcanes: el papel de las comunidades

Sara López | Tomás Martínez Saldaña | Jacinta Palerm Viqueira

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404 AntologíA sobre riego

multi-municipales. A su vez, el municipio respectivo debía operar las redes de distri-bución comunitarias, cobrar las cuotas y pagarle a la CAEM (Comisión de Aguas del Estado de México) por el agua que se consume. En los casos de líneas centrales ubi-cadas en un solo municipio, en principio, el municipio debería ser el administrador.

El organigrama oficial de administración: CAEM y municipios u organismo operador del municipio, no acaba de coincidir con la situación local. La “anoma-lía” consiste en la importancia de la participación de las comunidades en la cons-trucción y gestión tanto de las líneas centrales, como de las redes de distribución comunitarias.

Por ejemplo, muchas comunidades han preferido administrar ellos mismos las redes de distribución. Tanto los funcionarios de la institución encargada del ma-nejo del agua a nivel estatal (CAEM), como aquellos del organismo operador des-centralizado del municipio de Amecameca (Agua y Saneamiento de Amecameca: ASA) afirman que las comunidades han “secuestrado” los sistemas, y que no hacen bien su trabajo, ni tienen la capacidades de dotar a la población de agua o hacer un manejo eficiente de los sistemas, sobre todo porque lo hacen fuera de la ley.

El propósito de este artículo es señalar la participación de las comunidades en la construcción y administración de las redes de distribución, así como en la construcción y administración de líneas centrales comunitarias, y en la gestión de las líneas centrales multicomunitarias. Si las comunidades tienen la capacidad de realizar estas labores de manera eficiente, ¿por qué la legislación no les otorga un reconocimiento legal?

LOS SISTEMAS DE CAPTACIÓN DE AGUAS DE DESHIELO

En la zona de los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl, en la vertiente que corres-ponde al Estado de México, existen sistemas comunitarios y multicomunitarios que aprovechan las aguas de deshielo para el abastecimiento de uso doméstico y para rie-go. Bajo estudio, se encuentran tres de tipo multicomunitario, y tres de tipo comuni-tario, dedicados al abastecimiento de agua para uso doméstico (ver Cuadro núm. 1).

En la primera mitad del siglo XX, las aguas para uso doméstico se tomaban de los arroyos, y existían acuerdos sobre el aprovechamiento del agua de los cau-ces en la región. El agua de las primeras horas del día se destinaba para consumo

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405administración de sistemas de abasto de agua para uso doméstico en la región de los volcanes

humano, y, por lo tanto, estaba estrictamente prohibido lavar la ropa o abrevar a los animales. A razón del medio día, el agua era destinada al consumo de los ani-males, y, finalmente, ya por la tarde, el agua podía usarse para lavar la ropa o para otras actividades. Así, el agua del río corría lo suficiente durante la noche para que la misma rutina se pudiera repetir al día siguiente. Estos acuerdos posiblemente duraron hasta la década de 1950, fecha en la que las comunidades comenzaron a organizarse para gestionar la construcción de infraestructura.

Los sistemas multicomunitarios Morelos, Gabriel Ramos Millán y Alfredo del Mazo fueron construidos a solicitud de la población a principios de la década de 1950. Fue en esta misma fecha que también se construyó el sistema comu-nitario de El Salto, el cual abastece sólo a la localidad de Amecameca, que es cabecera municipal.

La infraestructura de los sistemas de agua de uso doméstico consistió, en una primera fase, en la construcción de una caja que capturaba los escurrimientos del deshielo y de los ameyales (pequeños ojos de agua) que se forman en las laderas de los volcanes, así como en la instalación de tubería que corresponde a la línea central, y en la construcción de cajas de almacenamiento para cada localidad. Desde la caja de almacenamiento, una tubería conducía el agua a la localidad con algunos hidran-tes o tomas públicas, a partir de las cuales la población acarreaba el agua hasta sus casas. En el caso de las localidades más pequeñas se podía compartir una caja, o incluso había únicamente una única toma directa de la línea central al poblado.

El costo de la obra en cada sistema, según la memoria de los usuarios, así como por las placas conmemorativas que aún se conservan en algunos poblados, fue di-vidido en tres partes: la primera fue cubierta por la Secretaría de Recursos Hi-dráulicos (SRH), la cual apoyó además con la dirección técnica; la segunda parte fue cubierta por los gobiernos municipales de Amecameca, Ayapango, Tenango del Aire y Ozumba, a los cuales corresponden las localidades, y, finalmente, la tercer parte fue cubierta por las comunidades, que, además, aportaron su mano de obra.

Durante la realización de las obras se constituyeron comités para cada uno de los sistemas (SRH, 1956). Estos comités estaban integrados por un presidente, secretario, tesorero y vocales, cuyos cargos eran ocupados por los representantes de cada comunidad que, a su vez, eran elegidos en asamblea general en cada pue-blo. Los comités sirvieron como enlace entre la SRH y las comunidades, y su fun-

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406 AntologíA sobre riego

ción era la de coordinar la distribución del trabajo entre las familias en el tramo correspondiente a cada comunidad, así como verificar que también cumplieran con el pago de la cuota.

Cuando se construyeron los sistemas, la Ley Federal de Ingeniería Sanitaria publicada en el Diario Oficial de la Federación el 3 de enero de 1948 (Secretaria de Asentamientos Humanos y Obras Públicas, 1981) establecía que, cuando las obras respectivas se hubiesen construido total o parcialmente con fondos del era-rio federal o con fondos obtenidos con el aval o garantía del gobierno de la Repú-blica, la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos administraría los sistemas de agua potable y los de alcantarillado, directamente o en la forma en que dicha dependencia se determinara en cada caso concreto, debiendo entregar dichos sistemas a las “autoridades locales” una vez que el gobierno federal hubiera recu-perado totalmente las inversiones aplicadas a dichas obras.

En 1971, el Estado de México creó la Comisión de Agua y Saneamiento como organismo dependiente del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado de México (Gaceta del Gobierno, 2008), y, en 1974, expidió la ley que crea el Organismo Pú-blico Descentralizado, denominado “Comisión Estatal de Agua y Saneamiento” (CEAS), cuyo propósito, según señala la ley, es construir, conservar, mantener, operar y administrar sistemas de agua potable y alcantarillado, así como ejecutar estudios y proyectos para dotar, ampliar y mejorar el suministro de agua potable y alcantarillado, e intervenir en la prevención y control de la contaminación am-biental en beneficio de las comunidades urbanas y rurales del Estado.

A partir de la expedición de esta ley, y con la creación de este organismo, la SRH cedió el manejo del agua de los sistemas a CEAS (en 1999, CEAS cambia de nombre, tomando el de ‘Comisión de Aguas del Estado de México: CAEM). Desde 1974, las líneas centrales multicomunitarias han sido operadas por CEAS/CAEM, a excepción del sistema Gabriel Ramos Millán, el cual fue entregado al Comité de Bienes Comunales de Amecameca para su administración y operación en la década de 1970. En cuanto al sistema comunitario para abastecer a la cabecera municipal Amecameca, éste fue aparentemente administrado por el mismo mu-nicipio desde un inicio.

En el caso del sistema multicomunitario Gabriel Ramos Millán, la adminis-tración fue tomada por el Comité de Bienes Comunales de Amecameca, ya que,

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407administración de sistemas de abasto de agua para uso doméstico en la región de los volcanes

de acuerdo a los comuneros, la fuente de abastecimiento del sistema se encuentra dentro de los límites de bienes comunales, y, por ser tierras comunales, a ellos les correspondía “todo aquello que estuviera dentro de los límites de los bienes comunales”, incluyendo el agua.

REDES DE DISTRIBUCIÓN

Hasta la década de 1980, los sistemas abastecían únicamente a hidrantes públi-cos. En esta década, cada comunidad comenzó a colocar su propia red de distri-bución local, y la población se benefició con tomas domiciliarias. En todas las comunidades, la población de la localidad financió y aportó su mano de obra para la introducción de la red. En algunos casos el municipio cubrió parte del costo del material o, también, las comunidades aprovecharon algún programa de gobierno; la asesoría técnica provino del municipio o de CAEM, aunque también hubo poblados que lo hicieron sin dicha asesoría. La administración de las redes de distribución quedó en manos de las comunidades que las habían construido.

En las décadas de 1980 y 1990, el gobierno mexicano emitió tres disposicio-nes que hicieron obligatoria la ingerencia de los ayuntamientos en el manejo de los sistemas de agua potable localizados en su jurisdicción territorial: en 1980 se emitió un decreto con el Acuerdo presidencial para transferirle a los gobiernos estatales y municipales esa atribución. En 1983, una reforma al Artículo 115 cons-titucional, y en 1992, la emisión de la Ley de aguas nacionales (Galindo y Palerm, 2012). A nivel local, esto significaba que la administración de agua de uso domés-tico debía pasar de de una administración comunitaria a una municipal.

Los sistemas multicomunitarios Morelos y Alfredo del Mazo administrados por CAEM, abastecen en su mayor parte a localidades ubicadas en el municipio de Amecameca. Para la administración de los sistemas de abasto de aguas de uso doméstico en este municipio, el 25 de agosto de 1995 se publicó un decreto so-bre la creación del Organismo Público Descentralizado para la Prestación de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento en la gaceta del gobierno del Estado de México. Este decreto señala que las atribuciones, organización y patrimonio se ajustarán a lo establecido en la “Ley de organismos públicos des-centralizados de carácter municipal para la prestación de los servicios de agua

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408 AntologíA sobre riego

potable, alcantarillado y saneamiento”, a su vez publicada en 1991 (Gaceta del gobierno del Estado de México, 2011).

Finalmente, en el año 2000, el municipio de Amecameca constituyó el Organis-mo Descentralizado para la prestación de servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento: Agua y Saneamiento de Amecameca (ASA). Desde su creación, los funcionarios de ASA argumentan que son ellos quienes deben administrar y ope-rar las redes de distribución de las comunidades ubicadas en el municipio.

En el caso de los municipios de Ayapango y Tlalmanalco no se han conformado organismos operadores, pero, conforme a la legislación, consideran que las redes de distribución de las comunidades deben ser administradas por el ayuntamiento.

La propuesta administrativa es, entonces, que CAEM opere la línea central (captación, tubería, cajas de almacenamiento), y que los municipios u organismos operadores municipales operen las redes de distribución.

Sin embargo, algunas comunidades se niegan a ceder la administración y ope-ración de sus redes locales, pues argumentan que si ellos aportaron su mano de obra y, en algunos casos, también el material, esas redes son “suyas”, y no hay razón para que el municipio u otra institución las maneje y después les quiera cobrar los costos de administración y operación. La mayoría de las comunidades prefieren administrar y operar ellos mismos su red de distribución local, y sólo algunos poblados aceptaron la administración y operación de sus redes por par-te del municipio. La administración comunitaria está bajo varias figuras legales: comités de bienes comunales, asociaciones civiles y comités de ejidatarios (ver Cuadro núm. 1).

Dichos comités comunitarios, sin importar la figura legal, coinciden en que todos están integrados por un presidente, secretario, tesorero, comisariado de vi-gilancia y vocales. Todos los cargos son honoríficos, y su elección se realiza en asamblea general del pueblo, cambiando cada tres años con la posibilidad de ser reelegidos si cumplen con su trabajo. Los comités comunitarios hacen rendición de cuentas de manera pública, presentan informes anuales y al final de su manda-to a la asamblea del pueblo. Los comités establecen el precio de la cuota anual en asamblea general; pero eximen a la población de la tercera edad, viudas o madres solteras y personas en condiciones de pobreza extrema; convocan a la población a realizar faenas cuando se requiere (ya sea por secciones, barrios, colonias o a toda

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409administración de sistemas de abasto de agua para uso doméstico en la región de los volcanes

la comunidad), pasan lista de los asistentes, y, en caso de que alguien no asista, se le pide una cuota correspondiente, ya sea en dinero, alimentos y bebidas, o en transporte para quienes sí van a las faenas. Hay sanciones a la población que no cumple. La colocación de nuevas tomas se realiza únicamente sí el interesado ha cumplido con otros deberes con la comunidad, como es participar en las fiestas del pueblo, colaborar con la comunidad cuando se requiere, etc. Hay una tarifa distinta para la población que es de ahí y para la gente recién llegada.

En cuanto a la operación, los encargados (un cargo ocupado a título honorí-fico) hacen recorridos por las redes para verificar el buen funcionamiento, y, en caso de requerirlo, ellos mismos realizan las labores de fontanería, como es cam-bio de válvulas o tuberías. Realizan también, cuando es necesario, el tandeo entre sectores de la red de distribución.

Otras comunidades, sin embargo, aceptaron entregar la administración al mu-nicipio respectivo y, en el caso de Amecameca, al organismo operador (ASA). Las comunidades de Aldea de los Reyes, Zentlalpan, Poxtla, San Diego Huehuecalco y San Pedro Nexapa aceptaron que ASA o el municipio de Ayapango adminis-traran y operaran sus redes de distribución; aunque en el caso del municipio de Tlalmanalco, todas las comunidades tienen su propia administración. Así, las ad-ministraciones municipales tienen la función de hacer recorridos para verificar el buen funcionamiento, y, en caso de necesitarlo, reparar fugas y cambiar válvulas y tuberías. De acuerdo al plan de desarrollo municipal, amplían la red y, en caso de ser obras de mayor tamaño, contratan a empresas que realicen la construcción. También establecen la tarifa anual por toma (Cuadro núm. 1).

Ahora bien, a pesar de haber entregado la administración, las comunidades están organizadas para llenar los vacíos que el ayuntamiento o el organismo ope-rador tienen en la administración y operación de las redes locales de distribución, como ocurre con respecto a la cantidad de personal suficiente para abrir y cerrar válvulas en cada localidad, o tandear el agua al interior de cada comunidad. Así, por ejemplo, algunas comunidades, como es el caso de Zentlalpan y de Poxtla, han conformado su propio comité de aguas como parte del equipo de trabajo del dele-gado municipal. Estos comités están integrados por una o dos personas.

En la localidad de Zentlalpan perteneciente al sistema Morelos hay una per-sona que conoce el nivel de agua que debe de haber durante cada época del año,

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410 AntologíA sobre riego

y, en caso de que no les esté cayendo la cantidad suficiente, informa al delegado. Ambas personas acuden entonces al comité de vigilancia de la línea central para informarse de la situación, y, en caso de requerirlo, acuden a la CAEM para soli-citar apoyo. En cuanto a la operación de la red de distribución, esta misma per-sona se encarga de abrir y cerrar válvulas para tandear el agua entre los barrios. En caso de reparación de fugas, el afectado debe acudir directamente a ASA para resolverlo. El comité de esta comunidad da el visto bueno para cualquier obra de ampliación, rehabilitación o mantenimiento que se le dé a la red, incluyendo la asignación de nuevas tomas.

La exigencia legal de que los municipios deben ser los administradores de las redes de distribución crea un problema de pagos, ya que los municipios deben pagar a CEAS/CAEM a partir de las cuotas que debieran cobrar por la administra-ción de las líneas centrales. Sin embargo, las comunidades que auto-administran su propia red de distribución no pagan cuotas al municipio, y CEAS/CAEM carece de un mecanismo para cobrar directamente a las comunidades.

Las comunidades no efectúan ningún tipo de pago directo a CAEM por la ad-ministración y operación de las líneas centrales. Es el municipio, o ASA en su caso, quienes le pagan a CAEM por el consumo de agua en bloque que tienen estas comunidades. Por ejemplo, en el caso de Ayapango, según señaló el regidor, el municipio le paga a CAEM por el agua que consumen todas sus delegaciones en conjunto (Ayapango, que es cabecera municipal y se abastece el sistema Sor Juana que funciona por re-bombeo de agua, Poxtla, que se abastece del sistema Morelos, Pahuacan y Mihuacán, que se abastecen del sistema Gabriel Ramos Millán), pese a que no todas las delegaciones pagan sus cuotas al municipio.

PARTICIPACIÓN DE LAS COMUNIDADES EN LA GESTIÓN DE LOS SISTEMAS DE CAPTACIÓN MULTICOMUNITARIOS

Los sistemas de captación con líneas centrales multicomunitarios: Morelos y Al-fredo del Mazo, fueron administrados por la SRH, y, posteriormente, por CEAS/CAEM. Las labores que CAEM realiza sobre la línea central de los sistemas bajo su mando son: limpiar las cajas de captación de agua y 200 metros más arriba de estas, verificar el buen funcionamiento de la tubería de la línea central, así como de

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411administración de sistemas de abasto de agua para uso doméstico en la región de los volcanes

las cajas de agua de cada comunidad, asignar la cantidad de agua a cada comuni-dad en función de la cantidad de población y de la época del año, y hacer trabajos de ampliación, rehabilitación y mantenimiento.

Las comunidades tuvieron una importante participación en la construcción, pero posteriormente han estado formalmente al margen de las instituciones que administran las líneas centrales multicomunitarias. No obstante, en todas las co-munidades que administran sus redes, y sin importar el tipo de figura bajo la cual están constituidos, el personal de los comités de cada comunidad realiza recorridos por todo el sistema. Es decir, desde la zona de los glaciares, la zona de escurrimien-tos, los ríos principales y la línea central.

En caso de encontrar algún bloqueo de los ríos por árboles caídos, desviación de cauces, etc., los comités convocan a la población para realizar faenas de limpieza y/o mantenimiento de los cauces, y, en caso de encontrar algún mal funcionamien-to de la línea central, dan aviso a CAEM para que repare el daño. El personal de la CAEM no realiza recorridos por la zona de captación de agua, ya que limita sus funciones únicamente a la infraestructura del sistema.

Caso sistema de captación multicomunitario MorelosEn el caso del sistema multicomunitario Morelos, la supervisión de las comuni-dades sobre la línea central se ha incrementado. En el 2003, los poblados perte-necientes al sistema Morelos se reunieron para conformar, ante notario público, el Comité de Vigilancia del sistema Morelos. Este comité está integrado por un presidente, un secretario, tesorero y vocales que representan a las comunidades involucradas, y que, a su vez, fueron elegidos en asamblea en cada pueblo.

El Comité de Vigilancia del sistema Morelos tiene la función de vigilar las labo-res de rehabilitación de la línea central que realiza CAEM, porque, al decir de los beneficiarios del sistema, los trabajos que hizo esta institución en esta misma fe-cha no funcionan bien. Por ejemplo, hay zonas que tienen fugas de agua, el diáme-tro del tubo para alimentar las cajas de almacenamiento de algunos poblados no es el adecuado y reciben menos agua que la que les corresponde, faltan por reha-bilitar dos cajas de almacenamiento. El Comité, desde que se conformó, realiza re-corridos en donde acuden por lo menos un representante de cada comunidad para verificar el funcionamiento del sistema en su conjunto, particularmente durante

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412 AntologíA sobre riego

la época de estiaje o cuando se dan cuenta que el nivel del agua no corresponde con los parámetros ya conocidos para cada época del año (ver Cuadro núm. 1).

La diferencia entre el actual Comité de Vigilancia y la forma como operaban las comunidades antes de la década de 1980 es que, con la actual figura ya reconocida ante notario público, los usuarios tienen una estructura de autoridades en común en la que participa un representante de cada localidad, todos bajo cargos honoríficos. Como Comité, los representantes tienen la obligación de hacer recorridos de manera conjunta por todo el sistema, así como verificar que la cantidad de agua que cae en la caja de almacenamiento de cada localidad sea la que por acuerdo le corresponde, y organizar faenas con la participación equitativa de los habitantes de cada localidad para la limpieza de todo el cauce (desde el glaciar hasta la caja de captación).

Caso sistema de captación multicomunitario Gabriel Ramos Millán El sistema Gabriel Ramón Millán tiene una historia algo distinta que los otros dos sistemas multicomunitarios, debido a que la administración del sistema pasó de la SRH al comité de bienes comunales de Amecameca. Según cuentan, el comité solicitó la administración, argumentando que la Ley Agraria dice que “todo lo que tienen dentro de los límites de sus posesiones comunales es de ellos”.

Las faenas de mantenimiento de las cajas de agua eran realizadas de manera independiente. Así, cada comunidad subía cuando lo consideraba necesario. La po-blación de Juchitepec en particular subía dos o tres veces al año, convocando para ello a gran parte de su población, y subiendo con camiones de volteo para hacer limpieza no sólo de las cajas de agua, sino de todo el cauce. En entrevista con algu-nos ex integrantes del Comité de bienes comunales, estos mencionan que al admi-nistrar la línea central el Comité le cobraba una cuota a cada poblado por el agua.

En el 2002, ASA (el organismo operador del municipio) solicitó al Comité de bienes comunales la entrega del padrón de usuarios del barrio de Atenco, el cual aceptó el ofrecimiento a cambio de que los comuneros pudieran ocupar cargos y recibir un salario dentro del organismo operador.

No obstante, en el 2003 los habitantes del barrio de Atenco en general deci-dieron desconocer a ASA y a CAEM para la administración y operación de la lí-nea central, y conformaron la Comisión de Aguas de Deshielo de los Volcanes de

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413administración de sistemas de abasto de agua para uso doméstico en la región de los volcanes

Amecameca AC ante notario público para administrar y operar la línea central, y para coordinar estas funciones en las redes de distribución de las comunidades pertenecientes a este sistema. La Comisión quedó integrada por un presidente, un secretario, un tesorero y un comisariado de vigilancia, este último verifica que se cumplan con los acuerdos establecidos.

La Comisión de Aguas de Deshielo de los Volcanes de Amecameca que ac-tualmente administra la línea central está conformada únicamente por habi-tantes del barrio de Atenco, sin hacer distinción entre comuneros y habitantes. Esta Comisión realiza labores como el cobro de una cuota anual para el resto de las comunidades, la administración y operación de la red de distribución del barrio de Atenco, y la coordinación de las labores de operación con el resto de las comunidades.

Para la operación de la línea central del sistema Gabriel Ramos Millán, cuya obra son las cajas de captación ubicadas en el paraje de Tomacoco, así como la línea central y las cajas de almacenamiento de cada poblado, la Comisión de Aguas de Deshielo de los Volcanes de Amecameca AC convoca al barrio de Aten-co, así como a los otros dos pueblos para subir a hacer limpieza. Estas faenas se realizan dos veces al año, y la convocatoria para los tres poblados se hace colo-cando carteles en las oficinas de cada delegación municipal y en los principales centros de reunión o de paso de la comunidad. En estos carteles se menciona el día y la hora.

Todas las personas ya saben que para poder asistir necesitan llevar por lo me-nos una herramienta de trabajo, ya sea picos, palas, o cualquier otra herramienta, y de preferencia llevar también botas de trabajo de hule para poder meterse al agua helada. El lugar de encuentro es en las cajas de captación, en las cuales se designan las tareas que realizará cada poblado. El comisariado de vigilancia se encarga de pasar lista a todos los asistentes, y es así como llevan el control de quiénes sí han cumplido. El comisariado también vigila que todas las personas que acudieron en verdad estén trabajando, y no “nomás estén jugando”. Cuando alguien no acude a las faenas, mencionan que en realidad no pueden obligarlo porque la asistencia es voluntaria, pero después, en las asambleas locales y particularmente cuando hacen una exigencia, sí se mencionan los nombres de quienes no han asistido a las faenas, además no tienen voz ni voto en las asambleas o para quejarse de la falta de agua.

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414 AntologíA sobre riego

Hemos observado que los días de faena son en realidad días de un gran convi-vio entre los asistentes. La gente es convocada alrededor de las nueve de la mañana del domingo previsto para reunirse en las cajas de aguas. En general, suele haber una asistencia de 70 personas, entre las que se procura repartir el trabajo equitati-vamente. El comisariado de vigilancia de la Comisión de Aguas de Deshielo de los Volcanes de Amecameca asigna las funciones más urgentes a realizar, y el orden en cómo se irán limpiando las cajas. Al principio, todos participan en la limpieza de la primera caja, pues esta suele ser la más sucia, pero conforme el trabajo va avan-zando, las personas se van distribuyendo entre la limpieza de la segunda caja y los canales que las conectan. Aunque el verificar que todos estén trabajando es la tarea del comisariado de vigilancia, la verdad es que todos los usuarios se están vigilando entre ellos, y verificando que todos trabajen por igual.

Para la limpieza de la tercera caja, todos se reúnen a trabajar al mismo tiempo, pues, a pesar de que suele estar casi completamente limpia, la caja tiene el doble de dimensiones que las otras dos, haciendo más difícil el trabajo. Al concluir la faena alrededor de las cinco de la tarde, el presidente de la Comisión de Aguas de Deshie-lo lleva comida, bebidas y uno que otro tequila para agradecer a los usuarios por su colaboración, y extendiendo el convivio por una o dos horas más. Este tiempo es aprovechado para comentar las necesidades del sistema en cuanto a reparaciones, distribución o ampliación de la infraestructura.

La administración y operación de las redes locales de distribución en las comu-nidades de Pahuacan y Mihuacán está a cargo de los comités de agua comunitarios. Su función es la de cobrar una tarifa anual por toma, y destinar una parte del di-nero recaudado para el pago correspondiente a la Comisión de Aguas de Deshielo por el derecho al uso de agua. También vigilan y dan mantenimiento a la red, y, en caso de ser necesario, acuden al 3er regidor en el municipio de Ayapango para que los apoye con pipas de agua durante la temporada de estiaje.

Por lo que se sabe de este caso, la administración ha sido encabezada por una de las comunidades de aguas arriba. Este caso es semejante al del canal Coyahualco de La Cañada de Huamuxtitlán, en el que, en lugar de tener una institución en común, una de las comunidades es la que coordina (Rodríguez et al, en esta Antología).

El sistema anteriormente abastecía a otras dos comunidades; es decir, cinco co-munidades en total. El número de comunidades no parece haber sido un problema

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415administración de sistemas de abasto de agua para uso doméstico en la región de los volcanes

para la gestión. La salida de las dos comunidades al final del sistema tiene que ver con el crecimiento de población en todas las comunidades, y con una nueva oferta de agua basada en el bombeo.

EXPANSIÓN DE LA DEMANDA Y LA OFERTA: NUEVOS SISTEMAS

Con la expansión de la demanda se dieron dos respuestas en la región. Una de ellas fue la inversión en más sistemas de captación, construidas y administradas por las mismas comunidades. La otra respuesta vino directamente de CAEM, con la cons-trucción de un sistema basado en el bombeo.

Sistemas comunitarios de captación de aguaLas comunidades de Santiago Cuautenco y Santa Isabel Chalma construyeron cada una un sistema de captación y conducción en la década de 1980, con el fin de complementar el abasto de agua del sistema Morelos. Estos sistemas fueron cons-truidos con la aportación económica y en mano de obra de su población; aunque también recibieron asesoría técnica y algunos apoyos de CAEM y del municipio. No obstante, la recaudación de fondos y organización del trabajo tuvieron que hacerla ellos mismos. El costo de la obra se dividió entre el número de familias de la comunidad, en proporción al nivel económico de cada una. Así, aquellos que no podían cubrir su cuota en dinero podían hacerlo con trabajo extra al ya asignado. La administración de las líneas centrales comunitarias quedó en manos de las comunidades que las construyeron (Cuadro núm. 1). Los sistemas comunitarios utilizan la red de distribución existente en cada localidad.

La administración de las líneas centrales comunitarias de Santiago Cuautenco y Santa Isabel Chalma está a cargo del Comité de bienes comunales de Cuautenco para el primer caso, y Aguas de Tlalcuilulco AC para el segundo. Ambas comuni-dades mantienen un estricto control para la administración y operación de sus sis-temas (las líneas centrales comunitarias), y no están dispuestas a ceder su manejo a CAEM o ASA por ningún motivo, argumentando que si ellos invirtieron dinero y mano de obra en la construcción de los sistemas, éstos son suyos, y no tienen por qué otorgarles ese derecho.

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416 AntologíA sobre riego

Por su parte, tanto CAEM como ASA han evitado cualquier intento por obte-ner el manejo de estos sistemas. En entrevista con un funcionario de ASA, éste mencionó que ninguna autoridad se ha atrevido a siquiera tocar el tema ante los comités, ya que eso les generaría demasiados conflictos con la población, y mejor prefieren “dejarlo así”.

Sistema por bombeo Durante la misma década de 1980, CAEM inició la construcción del sistema Sor Juana Inés de la Cruz, el cual funciona gracias a la extracción de agua de 4 pozos ubicados en el municipio de Tenango del Aire, y se extiende alrededor de 52 Km. cuesta arriba por medio de un sistema de re-bombeo de agua. Algunas de las co-munidades pertenecientes a los sistemas de deshielo, particularmente aquellas que se ubicaban al final de los sistemas de deshielo, se adhirieron al nuevo sistema, ya que, al aumentar la población en las comunidades de arriba, el agua ya no alcanza-ba a abastecer a las comunidades de abajo.

Conforme las comunidades se iban conectando al sistema Sor Juana Inés, la CAEM tomó la decisión de desconectarlos de los sistemas de deshielo en las líneas centrales que maneja. Así, los sistemas de deshielo multicomunitarios pasaron de abastecer a 16 comunidades de las originales 24.

CONCLUSIONES

Las comunidades han tenido y siguen teniendo un papel destacado en la gestión de los sistemas de agua de uso doméstico. Han invertido recursos, mano de obra, ad-ministran sus propias redes o complementan la administración municipal, gestio-nan las líneas centrales comunitarias, complementan la administración de CAEM de las líneas centrales multicomunitarias y, en un caso, la administran.

Como señala Pineda (2002), la principal característica del actual modelo de transferencia del sector agua potable es que se dirige a la consolidación de “orga-nismos operadores autónomos y manejados como empresas”. Esta visión mercan-til de eficiencia financiera y obtención de utilidades que predomina en el nuevo contexto de la gestión del agua choca con los mecanismos comunitarios de recipro-cidad, como la ayuda mutua, el tequio o los cargos honoríficos; arreglos sociales

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417administración de sistemas de abasto de agua para uso doméstico en la región de los volcanes

característicos de comunidades campesinas e indígenas bajo los cuales no es difícil suponer que las instituciones que garantizan el abasto de agua en comunidades campesinas e indígenas se han estructurado.

Las comunidades son capaces de establecer tarifas justas para la población, establecer sistemas de sanciones para todo aquel que no cumpla con las reglas, establecer sistemas de rendición de cuentas públicas eficientes para determinar el buen o mal funcionamiento de las autoridades y, en caso de que este no cum-pla, sancionarlo en la misma medida de que si lo hace bien obtiene el reconoci-miento de la gente. Mediante estos esquemas, la población está más involucrada en los problemas de abastecimiento de agua, porque cada año, al subir a hacer faenas, se da cuenta de los tipos de problemas que existen.

De acuerdo con Giménez y Palerm (2007), la falta de disposición del Estado para darle reconocimiento jurídico a la autonomía de estas instituciones va de la mano con la intromisión del Estado para administrar este recurso, sobrevaloran-do el trabajo que se hace desde las estructuras burocráticas, y menospreciando la capacidad de las comunidades para organizarse. Es una realidad que estas or-ganizaciones locales han logrado mantenerse por más de medio siglo, entre otras cosas porque cumplen con las características señaladas por Ostrom (2011) en cuanto a la sostenibilidad de las instituciones.

Agradecimientos. Investigación realizada con el apoyo del proyecto CONA-CYT núm. 79201 “Juntas de aguas, unidades de riego y otras organizaciones de re-gantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades autogestivas de los regantes”.

Referencias

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Gaceta del gobierno del Estado de México, 25 de 10 de 2011, Disponible en línea en la pagina del gobierno del Estado de México www.edomex.gob.mx/legistelfon/doc/pdf/ley/abr/leyabr001.pdf

Galindo Escamilla, E. y J. Palerm Viqueira Jacinta 2007 “Pequeños sistemas de agua potable, entre la autogestión y el manejo municipal en el estado de Hidalgo, México”, Agricultura, Sociedad y Desarrollo, vol. 4, núm. 2, pp. 127-146.

Page 419: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

418 AntologíA sobre riego

Galindo Escamilla, E. y J. Palerm Viqueira Jacinta 2012 “Toma de decisiones y situación financiera en pequeños sistemas de agua potable: dos casos de estudio en El Cardonal, Hidalgo, México” Región y sociedad, vol. XXIV, núm. 54. pp. 261-298.

Giménez Casalduero, M. y J. Palerm Viqueira Jacinta 2007 “Organizaciones tradicionales de gestión del agua: importancia de su reconocimiento legal para su pervivencia. El caso de España” Región y sociedad, vol. XIX, núm. 38, pp. 3-24

Ostrom, E. [1990] 2011 El gobierno de los bienes comunes. La evolución de las instituciones de acción colectiva, Fondo de Cultura Económica/SEMARNAP, México.

Pineda, Nicolas, 2002 “La política urbana del agua potable en México: del centralismo y los subsidios a la municipalización, la autosuficiencia y la privatización” Región y Sociedad, vol. 14, núm. 24. pp. 41-69.

Secretaria de Asentamientos Humanos y Obras Públicas 1981 Entrega de los sistemas de agua potable y alcantarillado a los gobiernos de los Estados, fortalecimiento del federalismo, SAHOP, Ciudad de México, México.

Secretaría de Recursos Hidráulicos 1956 Memoria de las obras de abastecimiento de agua potable, SRH, México.

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419administración de sistemas de abasto de agua para uso doméstico en la región de los volcanes

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INTRODUCCIÓN

Las comunidades rurales e indígenas tienen una memoria colectiva de formas organizativas y conocimientos que les han permitido abastecerse de agua. Cul-tura, ecología y organización son componentes que influyen en su gestión, al grado en el que incluso la infraestructura es construida y mantenida comunita-riamente. La auto-organización comunitaria se relaciona con la necesidad de re-solver problemas que requieren una acción colectiva (Wade, 1988). A su vez, la existencia de sistemas de recolección y abastecimiento de agua desempeñan un papel importante en la potenciación organizativa de las comunidades (Agarwal y Narain, 1991; Galindo y Palerm, 2007). La existencia de sistemas normativos fortalece la capacidad para resolver problemas que requieren una acción co-lectiva; normas y acuerdos comunitarios se sustentan en la solidez de valores y principios (Ostrom, 1999).

Sin embargo, en México, el gobierno no ha favorecido la autogestión comu-nitaria del agua. Las organizaciones comunitarias para la gestión del agua de uso doméstico carecen de reconocimiento jurídico; el municipio o un organismo ope-

XIII. Mujeres, agua potable y organización

comunitaria. Un estudio comparativo en la Sierra Mazateca de Oaxaca

Alejandrina García Dávila | Verónica Vázquez García

Page 423: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

422 AntologíA sobre riego

rador son los que deben, jurídicamente, administrar los sistemas de abasto de agua doméstica (Galindo y Palerm, 2007). Los sistemas de manejo tradicional son vistos como un obstáculo para la modernización (Barkin, 2003; Salazar y Paz, 2010) y los sistemas normativos locales son desplazados para aplicar la legislación federal en materia de aguas (Burguete, 2000; Romero, 2010).

En México, el aprovechamiento del agua se rige por el artículo 27 constitucio-nal y su ley reglamentaria (Ley de Aguas Nacionales). El ejecutivo federal ejerce la autoridad y administración en materia de los recursos hídricos del país a través de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).

Este artículo analiza la organización para la gestión de agua potable en dos lo-calidades del municipio mazateco San Jerónimo Tecoatl, Oaxaca: la cabecera mu-nicipal que lleva el mismo nombre, y Plan de Guadalupe, una de sus dos agencias municipales. Ambas comunidades se rigen por normas consuetudinarias para la elección de sus autoridades. Sin embargo, hay una diferencia notable entre ellas: la cabecera municipal recibe un presupuesto de la federación, y los integrantes del ayuntamiento son remunerados con una bonificación, motivo por el cual el comité que se ocupaba de mantener el sistema de agua potable desapareció hace aproxi-madamente diez años. Por el contrario, en la agencia Plan de Guadalupe, el comité todavía existe, y realiza labores cotidianas de administración y mantenimiento de la red. La cabecera enfrenta escasez durante varios meses al año (primavera y parte del verano), mientras que, en la agencia Plan de Guadalupe la escasez es menor. El artículo analiza el impacto de estas diferencias en las mujeres, principales usuarias del agua en el ámbito doméstico.

ZONA DE ESTUDIO

La etnia mazateca se llama a sí misma Ha shuta Enima, que quiere decir “los que trabajamos el monte, humildes, gente de costumbre” (Boege, 1988:19). También se les conoce como “mazatecos”, término que viene del náhuatl mazatecatl, o “gente del venado”. La mayor parte del territorio mazateca (75%) se ubica en la Sierra Madre Oriental del norte de Oaxaca, mientras que el 25% restante se extiende por las riberas de la presa Miguel Alemán y las llanuras costeras del Golfo de México en Veracruz (Neiburg, 1988; Luna, 2007).

Page 424: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

423mujeres, agua potable y organización comunitaria

El municipio de San Jerónimo Tecoatl se ubica en la parte alta de la Sierra Mazateca. Tiene un clima templado-húmedo con temperaturas promedio de 12 a 18°C. Está ubicado en cabecera de cuenca, lugar clave para la captura de agua para el resto de los ecosistemas. Esta cabecera se trata de una zona de alta pre-cipitación pluvial en la que se descarga la humedad que los vientos del norte y oriente traen desde el Golfo de México (Boege, 1988). Esas lluvias humedecen las partes altas, escurren o se infiltran para después surgir como manantiales y desembocar en arroyos que se unen al río Tonto, con un volumen medio anual de 9,158.62 millones de metros cúbicos que alimentan la presa Miguel Alemán y que, junto con la presa Cerro de Oro, produce 354,000 kilowatts de energía (SIGE, 2004). Conjuntamente con el resto del sistema hidrográfico del Papaloa-pan, estas aguas riegan a seis municipios del distrito de Tuxtepec, que en el 2005 alcanzaron una producción aproximada de 2,290,800 toneladas de caña de azú-car (OEIDRUS, 2005). Siguiendo su cauce, también riegan al sotavento veracru-zano, el cual contribuyó con un 23% de la producción de azúcar del estado en el ciclo 2003-2004 (Allende, 2007).

De acuerdo con el ordenamiento territorial realizado por el Grupo Consultivo Integral Nuevo Milenio (2008), el municipio de San Jerónimo cuenta con una su-perficie de 1,890 hectáreas. Su relieve se caracteriza por accidentados terrenos con pendientes hasta de 70 grados (40 en promedio), formando escarpados montes y profundas cañadas que abarcan de los 1,360 hasta los 2,600 msnm (CAMPO, 1999). La cabecera municipal tiene 859 habitantes (401 hombres y 458 mujeres), mientras que la agencia Plan de Guadalupe tiene 294 (140 hombres y 154 mujeres). El grado de marginación del municipio es “muy alto” (SNIM 2009).

San Jerónimo, la cabecera municipal, se extiende a lo largo de la carretera. Las viviendas reciben agua del manantial “San Martín”, ubicado a unos ocho kilóme-tros. Esta agua es transportada por una red de tubería galvanizada dividida en tres secciones, localmente conocidas como “línea de arriba”, “línea de en medio” y “lí-nea de abajo”. Por su parte, la localidad Plan de Guadalupe, consiste en viviendas dispersas, por lo que sólo un 64% de éstas se abastecen de la red de agua potable (tubería metálica) proveniente del manantial “Xanja Ijo”. El resto recibe agua de manantiales cercanos mediante mangueras, las cuales son adquiridas con los re-cursos de las mismas familias.

Page 425: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

424 AntologíA sobre riego

ESTRATEGIA METODOLÓGICA

Para recolectar información se utilizaron técnicas cuantitativas y cualitativas. Las primeras contribuyen a entender la relación entre datos, tendencias y com-portamientos, mientras que las segundas priorizan el esfuerzo por comprender la realidad social como fruto de un proceso histórico de construcción visto a partir de la lógica y el sentir de sus protagonistas. La combinación de estos métodos permitió tener un panorama más completo del fenómeno social estudiado (San-doval, 2002). Se utilizaron cinco técnicas de campo: entrevistas, observación participante, encuesta, talleres y recorridos de campo por el territorio munici-pal. Se inició con entrevistas exploratorias y observación participante, y, poste-riormente, se realizó una encuesta de carácter explicativo y seccional (Briones, 2002). Finalmente, se hicieron recorridos para ubicar las fuentes de agua que abastecen a ambas localidades.

El número de cuestionarios para la encuesta se determinó tomando 25% de la población total de hogares, quedando así de la siguiente manera: 58 en San Je-rónimo Tecoatl, y 25 en Plan de Guadalupe (83 en total). Con el objetivo de que cualquier vivienda pudiera ser encuestada, se diseñó una muestra estratificada a partir de las distintas zonas de ambas localidades. El cuestionario identificó las características socioeconómicas de las familias, el medio por el cual llega el agua a la vivienda, el tiempo que dura el estiaje, las responsabilidades de género en el manejo del agua y la participación de hombres y mujeres en el mantenimiento de mangueras, tuberías y tanques. Las preguntas fueron hechas únicamente a la mu-jer adulta de cada vivienda.

Los talleres fueron diseñados para trabajar de manera separada con hombres y mujeres, con la finalidad de asegurar una participación equilibrada. En la cabecera asistieron 11 hombres y 13 mujeres, mientras que en Plan de Guadalupe los hom-bres no aceptaron la invitación, y las mujeres sí lo hicieron, pero no llegaron a la cita, por lo que hubo que realizar entrevistas adicionales para obtener información similar en ambas localidades.

Las dinámicas y preguntas se centraron en la descripción del trayecto del agua desde sus fuentes hasta la vivienda, la división genérica del trabajo, los usos que hombres y mujeres dan al agua, las estrategias de abastecimiento en

Page 426: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

425mujeres, agua potable y organización comunitaria

tiempos de estiaje, y la calidad de los depósitos de almacenamiento de agua de cada familia en términos de durabilidad, movilidad y capacidad para mantener al agua limpia.

ORGANIZACIÓN PARA LA GESTIÓN DEL AGUA EN SAN JERÓNIMO, LA CABECERA MUNICIPAL

Labores de mantenimiento: limpieza de tuberías y tanques En el sistema de abasto de agua de la cabecera municipal se detectaron dos labores de mantenimiento. La primera es la limpieza de las tuberías por donde se traslada el agua. Las tuberías son rígidas, galvanizadas de dos pulgadas, y están colocadas de acuerdo con la pendiente. Se retiran hojas, tierra y raíces atoradas, principalmente en los tubos que están más próximos al manantial. En ocasiones hay que separar los tubos para que el aire acumulado salga y el agua pueda circular.

La segunda actividad es la limpieza de los dos tanques de almacenamiento ubicados al noroeste de la comunidad, los cuales están construidos con piedra y cemento. Uno de ellos tiene una capacidad de 75,000 litros (7.10m x 3.5m y 5.60m x 3.5m), y el otro de 95,530 litros (5.55m x 2.30m y 7.30m x 2.30m). Tam-bién debe limpiarse el tanque de captación ubicado justo debajo del manantial. La intensidad de estas labores aumenta en la temporada de lluvias.

La opinión generalizada es que estas actividades están a cargo del ayunta-miento. El encargado del sistema de agua de uso doméstico es un hombre nom-brado en asamblea, el cual trabaja con el presidente municipal, el síndico y los regidores/as de hacienda y salud. Todas las mujeres encuestadas (100%) señala-ron que dichas actividades son responsabilidad de la administración municipal, y 85.2% indicaron que se realizan sin colaboración de los/as usuarios/as.

Según señaló un vecino, Maximino Duarte, es “solamente que la autoridad no pueda, entonces sí convoca a ciudadanos que quieran dar su participación en for-ma voluntaria... Es que a veces, cuando llueve demasiado, se acumula tanta hoja, agua, tanta basura en los tanques, que la autoridad no se da abasto”. En estos casos, se espera que cada familia envíe a un varón, debido a que el trabajo de lim-pieza se considera “pesado” y ha sido socialmente construido como masculino.

Page 427: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

426 AntologíA sobre riego

No obstante, cuando en el verano del 2010 hubo una convocatoria para limpiar los tanques, solo llegaron 15 hombres de un total de 250 familias, una asistencia catalogada como deficiente por Román Reyes, el presidente municipal: “se ha invi-tado pero la respuesta es nula… prácticamente el trabajo pues es de la autoridad”.

El motivo que detona esta respuesta es que los integrantes del ayuntamiento reciben un apoyo económico del presupuesto de la federación, por lo que la gente ya no siente la obligación de colaborar con tequio (trabajo voluntario). Tal y como señalan los mismos vecinos: “cuando empiezan a llegar los recursos por el gobier-no federal a los municipios, ya no es por tequio, ya todo es pagado… se contrata a una persona que arma los tubos, que hace todo el trabajo, ya todo es pagado, ya la comunidad no aporta nada” (Benigno Duarte).

En algún momento de la historia de la comunidad, cuando se instalaron las pri-meras tuberías, existía un comité de agua potable cuyos integrantes se nombraban en asamblea y estaban un año en el cargo. La gente tiene en su memoria al menos tres comités distintos, cuya labor consistía en coordinar ampliaciones de tuberías, vigilar su buen funcionamiento, realizar reparaciones, mantener las tuberías lim-pias y lavar los tanques.

Enrique Guerrero, habitante de la comunidad de 82 años de edad, comenta que antaño “hubo [un] comité para tender la tubería de asbesto, y luego otro comité se nombró cuando se instaló la tubería de plástico, y luego otro cuando se instaló la tubería de fierro. Nada más hasta ahorita ya no ha habido comité, el encargado de esto es la autoridad, ellos son los que reparan”.

El actual presidente municipal dice que el tequio “se ha ido desgastando, como que se rompió ese vínculo, ese trabajo… de equipo que tenían anteriormente nues-tros papás, nuestros abuelos, se fue desgastando, ya ha pasado a segundo término” (Román Reyes).

Los cambios no son únicamente de actitudes cooperativas, sino también del sistema comunitario de sanciones; ya no existe un sistema de sanciones para aque-llos que no acuden al llamado. El 88.1% de las mujeres encuestadas indicaron que no hay ninguna multa para quien no asista a las faenas, siendo que anteriormente la inasistencia podía conducir a la pérdida de servicios comunitarios.

La reducida participación comunitaria en el mantenimiento de la red hidráu-lica, ha contribuido a que se presente una mayor escasez en tiempos de estiaje.

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Sistema de pagos y mecanismos de rendición de cuentasEl sistema de cobros y los mecanismos de rendición de cuentas también sufre un cambio importante a partir de la llegada del presupuesto de la federación. Ante-riormente se pagaba por el mantenimiento de sistema de agua de uso doméstico y se daba seguimiento a los gastos.

“se nombraba comité porque cobrábamos nosotros el agua, cuando fuimos no-sotros cobramos el agua, porque se rompe una tubería [y] como no había partici-pación [recursos federales], ¿quién va a dar? Teníamos que cobrar dos, tres pesos a cada persona, y ese dinero se utiliza[ba] para componer la tubería”. Las cuentas eran cuidadosas: “antes se llevaba [la] cuenta [de] hasta 20 centavos, cuando son tesoreros del municipio, porque ahí se sabe pues, cuántos somos y cuanto dinero da cada quien, pasa la lista y no aparece uno. Entonces ahí viene el trancazo, así era antes, aquí nada más se hacían cuentas. Ahora pues no sabe uno cuánto se gasta” (Pedro Duarte, de 72 años).

Actualmente no se realiza ninguna aportación por el servicio, porque ya “hay dinero en la presidencia”. Tal y como señala un vecino, Benigno Duarte: “el ar-gumento aquí de las familias es que no quieren pagar… lo primero que piensa la gente, no, pues hay dinero en la presidencia, que lo pongan ellos… nosotros damos tequio, con eso se la quitan”.

La autoridad municipal, en enero de 2011, decidió cobrar una cuota de 150 pe-sos por cada nueva toma de agua, que sería recabada por el tesorero municipal. Sin embargo, las personas que han recurrido a este servicio son pocas, pues, según la encuesta, dos tercios de las mujeres (60.7%) nunca han pagado alguna cuota para tener agua en su domicilio. Del porcentaje restante que sí ha pagado (38.3%), la inmensa mayoría (95.5%) señaló que se hizo por una sola vez para tener acceso al servicio, lo cual confirma la existencia del sistema de cuotas únicamente para la instalación de nuevas tomas.

Mujeres y uso doméstico del agua En cuanto a los usos del agua por género, de acuerdo con la encuesta, 100% de los hombres ocupan el agua para aseo personal; un 8.6% la utilizan para limpiar la casa, y 1.7% para preparar alimentos y asear a otras personas (hijo/as, adulto/as mayores). En contraste, 100% de las mujeres ocupan el agua para limpiar la casa,

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cocinar, bañarse a sí mismas y a otras personas. Además, un 77.5% la utilizan para la crianza de sus animales, y un 82.7% para cultivos del solar.

“Nosotras, hay que lavar, limpiar, trastes, lavar todo pues” (Agripina González).“El agua se ocupa para trastes, para la comida, baño” (Margarita Pino). Las mujeres aprendieron a lavar la ropa de sus esposos separada de la de ellas,

lo cual representa una mayor carga de trabajo: “Mi mamá me enseñó… tu ropa aparte, del hombre aparte [se lava con] otro jabón, otra batea… Y mi mamá siem-pre me dijo… tu ropita aparte, aparte la camisa” (Beatriz Reyes).

El trabajo doméstico de las mujeres es permanente y difícil de percibir: “Y no se nota nuestro trabajo, porque, por ejemplo, nosotras las mujeres, a lavar, trapear, poner los frijoles, hacer la comida, las que hacen tortillas, hacen tortillas y ya se acabó y no se vio el trabajo, y los hombres hacen un solo trabajo y él es el que trabaja más, dicen. Pero no, viéndolo bien, no. Hay que lavar la ropa de los niños, hay que bañarlos… Y no se ve el trabajo… ya trapeaste, si hay niños, pues ya ensuciaron, ya tiraron” (Victoria Bolaños).

Los nuevos materiales con los que están hechas las casas de San Jerónimo (tabique, varilla, cemento) significan mayor trabajo de limpieza y consumo de agua: “la verdad, gastamos más agüita ahorita, porque nosotros… trapeamos, te-nemos baño, porque antes no, nada más barremos y ya con eso. Nadie decía, voy a trapear mi casa, porque es de tierra, porque ahorita sí gastamos más… agua por el piso” (Guillermina Sánchez). Sin embargo, las mujeres reconocen que tener tomas de agua en casa representa una comodidad: “antes así sufríamos, antes lleva uno ropa sucia para lavar, allá a donde está el cafetal del tío Leonardo, se lleva unos tacos” (Bonifacia Merino).

La merma de las normas locales para la gestión del agua, reflejada en la re-ducida participación comunitaria en el mantenimiento de la red hidráulica, ha contribuido a que se presente una mayor escasez en tiempos de estiaje. Todas las encuestadas reportaron haber sufrido de falta de agua durante la primavera de 2011.

La autoridad distribuyó el líquido por secciones del pueblo, cerrando algunas llaves de paso y abriendo otras, llegando a tardar hasta 12 días. También compró pipas con capacidad de 10,000 litros, pero la demanda nunca fue abastecida del todo. “Repartió el agua la autoridad, pero unos días, ya de ahí ya no. Luego hasta

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las señoras se peleaban por el agua, unas se ponían más listas y otras no. Y ya mejor no fui” (Claudia Calvo).

La mayoría de las mujeres (70.6%) se vio en la necesidad de trasladarse a ma-nantiales para lavar ropa y abastecerse de agua. Los manantiales más cercanos es-taban llenos, y había que hacer turnos. “Tengo que ir a buscar a otro lado… hemos [encontrado] otro pocito allá abajo… es una subida tremenda, pero a que espere la cola que está ahí, mejor vamos a buscar otro lado” (Victoria Leovano). “Te esperas para lavar... Fui a lavar hasta donde está don Enrique. Le pedí permiso, porque luego en otros lugares, no dan permiso” (Margarita Guerrero). “Ahí estamos yendo a lavar, es un chorrito, pero es seguro el chorrito, porque no se ha secado. Una per-sona nada más lava, porque dos no cabemos” (Apolonia Valencia).

A medida que el estiaje se fue alargando, el agua de los manantiales cercanos fue disminuyendo. Las mujeres tuvieron que dirigirse a otras comunidades en las cuales no siempre fueron bienvenidas:

“Otro problema es que no nos daban como quiera el agua, aunque… tiene la gente, no te dan, por ejemplo en Santa Catarina te negaban el agua. Fuimos a pedir que nos regalaran agua, nos decían que no porque ya se estaba escaseando. En San-ta Cruz nadie nos dijo nada, agarramos el agua… La señora nos vio la otra vez que estábamos agarrando agua, nos dijo que agarráramos, que no había problema… Porque el señor que nos empezó a dar primero ya no nos quiso dar… nos dijo que la autoridad mandó a avisarle que no estuviera dando agua, ahí sí de plano ya no nos dio” (Claudia Calvo).

La escasez de agua modificó los hábitos de consumo: 91% de las mujeres seña-laron que en tiempos de estiaje ocupan menos agua, y 85.7% indicó que reutiliza el líquido. Las mujeres almacenan agua en todo lo que se puede, y alargan sus jor-nadas de trabajo. “Para guardar agua tengo cubetas, los botes, mi tamalera, ¡pues sí! tuve que agarrar mi tamalera para agarrar agua” (Ángela Valencia). “A las dos [de la madrugada] me paré, ahí estoy…todos estaban roncando, ¡ah, pero eso sí! Al otro día todos se quieren bañar… Yo no me he bañado… yo llené y todos ya se bañaron” (Victoria Bolaños).

A pesar de ser las principales afectadas, la mayoría (76.8%) de las mujeres no asiste a las asambleas en donde se toman decisiones con respecto al agua. Un por-centaje considerable (82.5%) señaló que es importante que alguna mujer ocupe al-

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gún cargo de autoridad en relación al agua, dado su importante papel como usuaria del recurso: “sería importante, sí, porque las mujeres sabemos cómo nos hace falta el agua, creo que nosotras sabemos más cosas que los hombres de lo que nos hace falta” (Margarita Pino).

ORGANIZACIÓN PARA LA GESTIÓN DEL AGUA EN PLAN DE GUADA-LUPE, LA AGENCIA

Labores de mantenimiento: limpieza de tuberías y tanquesLas labores de limpieza en el sistema de abasto de agua de uso doméstico de Plan de Guadalupe son las mismas que en el sistema de la cabecera municipal: extraer hojas, tierra y raíces atoradas en los tubos y destape de tubos para que salga el aire acumulado. También hay que limpiar el tanque de capción y los tres tanques de almacenamiento. El tanque de captación se encuentra al pie del manantial y, muy cerca, a unos 15 metros se encuentra el primer tanque de almacenamiento con capacidad de 7,000 litros de agua (2.37 x 1.95 x 1.50 x 2.37). Al poniente de la comunidad existe otro tanque de almacenamiento con capacidad de 22,600 litros (4.06 x 1.76 x 3.15 x 1.76), y, finalmente, en el centro de la comunidad se encuentra el tanque de mayor capacidad, con 47, 810 litros (5.15 x 5.82 x 1.80, 5.10 x 5.76 x 1.80).

En Plan de Guadalupe hay un comité de salud encargado del sistema de abasto de agua de uso doméstico. El comité de salud está compuesto por el presidente, el secretario y el tesorero (todos varones), los cuales son elegidos en asamblea para que cumplan el cargo por un año. El comité de salud supervisa los tanques, clora el agua y hace la convocatoria de faenas de limpieza del sistema: “los tanques se lavan cada dos meses, porque andamos atentos cada 15 días, si hay basura pues se tiene que hacer el aseo. Cada 15 días lo verificamos, le echamos cloro, menos de la mitad de una botella de como 200 ml a los dos que están en la toma” (Jesús Florentino).

Para la limpieza, un día viernes cada dos meses, el comité comienza a “ran-chear”, o avisar a cada jefe o jefa de familia que el lunes siguiente realizarán faena para limpiar la infraestructura hidráulica. Además del aviso personal, vocean a través del aparato de sonido. El lunes siguiente, todos los hombres que atendie-ron la convocatoria se dividen las actividades de limpieza, llevando azadón y ma-

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chete, además de otras herramientas que aporta el comité, como pinzas, alambre, y cloro para desinfectar el agua.

En total participan “entre 48 y 50” personas: “Nos basamos en las que tiene toma de agua, ellos son los que más tienen obligación de participar. Los que par-ticipamos somos entre 48 y 50, a veces hay familias que nada más mandan a uno, porque los hijos viven con los papás y pues ya se reduce uno” (Jesús Florentino). La familia que no mande representante tiene que pagar una multa acorde a lo que cobra un jornalero en la región, que va de 50 a 70 pesos,” “Si no va mi esposo, pagaríamos 70 pesos” (Aurelia Marín).

Las jefas de familia tienen que participar en el tequio, pero no les toca limpiar tuberías, manantial o tanques, sino la casa de salud: “lavan el tinaco de la casa de salud, mientras los hombres se van a arreglar el tubo. Como murió mi espo-so, pues tengo que ir yo a la faena, mis hijos no van porque se fueron a México” (Emilia García). Puede verse que hay una asignación de actividades de acuerdo al género: algunas actividades se consideran “pesadas” para las mujeres, y deben realizarse fuera del espacio comunitario y en compañía de varones, lo cual repre-senta un obstáculo adicional para la participación femenina.

En Plan de Guadalupe se detectaron iniciativas para cuidar asuntos menores relacionados con la red hidráulica. “A veces, aunque no anuncian, se organizan entre vecinos, se dicen no hay agua, vamos a verlo, y se van, aunque sean dos o tres personas van, pero al ver que van esas dos o tres personas… otros ven y se van también” (Erika Gutiérrez). Cuando no pueden resolver el problema, infor-man al comité, el cual trata de atenderlo con la colaboración de la población. Así fue como se construyó uno de los tanques para almacenar más agua: “Convoca-ron a los ocho días a toda la gente, llevaron cemento y fueron a hacer otro tanque chiquito por allá, por eso ahorita tenemos mucha agua” (Erika Gutiérrez).

Sin embargo, hay que recordar que un tercio de la población (36%) de Plan de Guadalupe se abastece con mangueras; ello se debe a la dispersión de las vi-viendas y la mayor facilidad de conectarse por manguera a un manantial que extender la red del sistema. Las mangueras son flexibles, de plástico, y tienen un diámetro de media pulgada. Se colocan de acuerdo a la pendiente, y pueden trasladarse entre las copas de los árboles. Para limpiarlas hay que soplar para eliminar materia orgánica atorada, lo cual se complica cuando hay que hacerlo en

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cada intersección de manguera, o a lo largo de dos kilómetros. Si el soplar no fun-ciona, entonces hay que azotar la manguera. “Yo voy cuando no llega el agua, voy a ver la manguera. La azoto para que salga la basura, le soplo” (Emilia García). Algunas personas colocan un filtro casero (pedazos de costal, botellas de plástico agujereadas) en la salida del manantial.

La limpieza de las mangueras es responsabilidad de cada familia; es decir, no es coordinada por el comité de salud. Debe hacerse cada dos semanas o cada mes, periodicidad que aumenta en la época de lluvias. Un poco menos de la mitad (44%) de las familias que se abastecen por mangueras tienen pequeños tanques de almacenamiento. El tenerlo está en función de la capacidad del manantial, de la autorización del dueño del terreno, y de los recursos económicos de cada familia. La limpieza de tanques y manantiales se realiza aproximadamente cada mes de forma rotativa. “Somos tres los que agarramos agua de ahí. Cuando no van ellos, pues vamos nosotros” (Aurelia Marín).

Las mujeres de Plan de Guadalupe que se surten de agua con mangueras en-frentan mayores dificultades que las que tienen agua por tubería, ya que el siste-ma de mangueras es bastante rústico, y las reparaciones dependen de las familias que lo utilizan más que de la organización comunitaria. Sucede que los tanques de almacenamiento se llenan rápidamente y el agua se desborda, que las man-gueras explotan (“explotó la manguera, y otra vez me fui, ya no regresó el agua… dos, tres, cuatro vueltas di” Guadalupe García), o que las mangueras se tapan con materia orgánica y el agua no fluye. La mitad de las mujeres (45.5%) señaló que la labor de limpiarlas es de los hombres, y un tercio (27.2%) dijo que es de las mujeres. Lo más común es que ellas tengan que hacerlo si su marido no está en casa y ellas necesitan el agua. Así lo cuenta Emilia García:

“A veces voy dos veces al día, me tardo dos o tres horas. Donde están conecta-das las mangueras, ahí las desconecto para que se destapen. Cuando no hay agua, tengo que ir dos o tres veces. Me tardo, a veces me paso todo el día allá, limpian-do, si no llega pues me regreso otra vez a verlo. Cuando estoy lavando y no llega el agua, pues tengo que dejar de lavar y voy a ver a dónde está atorado… le muevo y regreso a la casa, si ya está llegando el agua pues sigo lavando, si no, pues otra vez regreso” (Emilia García).

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Las familias que se abastecen con mangueras también participan en las faenas de limpieza de tanques y tuberías porque sus hijos e hijas asisten a la escuela o a la clínica donde se ocupa agua de la red. “Cuando es faena van los hombres, aunque no tengan agua de tubería van, porque los niños van a estudiar allá arriba, pues ocupan el agua entubada en la escuela, por eso a fuerza tienen que ir los esposos” (Aurelia Marín). Sin embargo, estas familias no pagan multa por inasistencia a las faenas: “si no voy, no me pasa nada… [a] los que tienen agua que viene del tubo les toca la multa. Nada más a los que tienen agua entubada. Yo nada más voy a ayudar es mi gusto” (Arturo García). Sin embargo, enfrentan dos desventajas: primero, se ven en la necesidad de limpiar sus propias fuentes de agua y sistemas de almacena-miento sin ayuda comunitaria, y segundo, participan en un sistema de trabajo no pagado del cual se benefician poco, pues no tienen tomas de agua en sus viviendas.

Sistema de pagos y mecanismos de rendición de cuentasEn Plan de Guadalupe nunca se han cobrado cuotas por el servicio del agua, sino que simplemente hay que cumplir con los tequios y nombramientos a determi-nados cargos. Hay tolerancia cuando no se puede pagar una multa, pues lo que importa es que no se deje de participar en la comunidad:

“Hay muchos que dicen doy 50 o 60 [pesos], no tengo ahorita, para la otra, no hay presión de que ‘a fuerza dame’… Si falla una vez se le pasa, dos veces también, pero se le corta cuando ya no quieren participar definitivamente en la comunidad, es cuando se les cancela el agua. Pero hasta ahora no han pasado casos así. La asamblea puso esa tarifa de 50 pesos. En la asamblea también se define si se le va a quitar el servicio” (Jesús Florentino).

La lista de pagos y adeudos está a cargo del tesorero del comité de salud. El dinero es ocupado para comprar refacciones, o bien, para el convivio después de terminar el tequio. “Ese dinero se ocupa para comprar un refresco, para darle a los que van a la faena” (Jesús Florentino). Es decir, se trata de cantidades pequeñas que no permanecen en manos del tesorero por mucho tiempo.

Mujeres y uso doméstico del agua Todas las mujeres encuestadas dijeron utilizar agua para la limpieza de la vivienda, la preparación de alimentos, el aseo personal y el de otras personas. Asimismo,

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la mayoría la usa para la crianza de animales (88%) y cultivos del solar (68%). En contraste, los hombres encuestados ocupan agua principalmente para el aseo personal. Sólo 16%, 8% y 4%, respectivamente, la usan también para la crianza de animales, regar cultivos o asear la vivienda. Hombres y mujeres señalaron que las actividades domésticas son responsabilidad de las mujeres.

En Plan de Guadalupe en comparación con la cabecera municipal, las mujeres tienen menores dificultades para acceder al recurso, y ello se refleja, por ejemplo, en que tanto las que se abastecen de tubería (75%) como las que se abastecen de manguera (66.7%), indicaron que no tienen depósitos especiales para la tempo-rada de estiaje. Los recipientes más comunes son cubetas y galones: “Sólo tengo galoncitos de cinco litros, no ocupo grandes… Aquí hay agua, pues. Nada más tene-mos en donde hierve el agua… la tina para lavar la ropa. Nunca he comprado botes grandes. Como aquí hay agua” (Emilia García).

Durante la primavera del 2011, al igual que en la cabecera municipal, tam-bién se presentó un problema de escasez en Plan de Guadalupe, aunque no tan severo como el de la cabecera. El flujo del agua se redujo, tanto para las mu-jeres con tubería galvanizada como para aquellas que usan manguera, pero el agua siguió llegando, “aunque sea poco”. “El agua que me llega de la tubería me alcanza nada más para la comida, café para tomar... con eso, aunque poquito, lavo” (Carolina Feliciano).

El abasto de agua por la red del sistema, durante el estiaje, al parecer tiene problemas de distribución equitativa. Las personas que viven en la parte más baja no reciben agua debido a que el líquido está siendo utilizado en la parte de arriba. En otras ocasiones, el agua que logra seguir su curso llega hasta las últimas casas, y son las que están en medio las que se quedan sin agua. Las personas que no reciben agua durante el día la almacenan en la noche. “Pero de la tubería me llega poquito. La gente de arriba ocupa mucho el agua y no me llega mucho hasta acá. Viene muy noche y lleno todos mis botes” (Ana Estrada).

Cerca de un tercio (28%) de las mujeres de Plan de Guadalupe tuvieron que trasladarse a ríos o manantiales para lavar o abastecerse de agua. Tal es el caso de Isabel Cerqueda: “Más de 20 días sin agua, tenemos que ir hasta el río a lavar. Tuve que ir a lavar hasta el río, de bajada media hora, de subida una hora”. Había que llegar antes que otras mujeres para “ganar lugar para lavar” o bien llenar los

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depósitos con rapidez. A diferencia de la cabecera municipal, no se reportó que se les negara el acceso al agua por los dueños de los terrenos en donde se encuentra el recurso.

A pesar de ser las principales afectadas, la mayoría de las mujeres encuestadas (58.3%) no asiste a las asambleas en donde se toman decisiones con respecto al agua. Las que sí acuden lo hacen en representación de hijos o esposos que traba-jan fuera del pueblo, en atención a una organización comunitaria que sí funciona. Asimismo, 60% de las mujeres de Plan de Guadalupe señaló que es importante que una mujer tenga algún cargo relacionado con el agua. La proporción es menor que en la cabecera (82.5%), probablemente porque las mujeres de Plan de Guadalupe no han vivido escasez severa, y todavía no perciben la necesidad de involucrarse en el aparato de gestión comunitaria.

CONCLUSIONES

Este trabajo se propuso comparar dos sistemas de gestión del agua en el municipio mazateco de San Jerónimo, Oaxaca: el de la cabecera municipal y el de una de sus agencias llamada Plan de Guadalupe. La cabecera tiene tres veces más habitantes (859 versus 294) que la agencia, así como dos tanques de almacenamiento con una capacidad de 170,530 litros en total, mientras que la agencia tiene tres con una ca-pacidad total de 77,410 litros. En la cabecera esto equivale a 198 litros por habitan-te, mientras que en Plan de Guadalupe son 263. En ambos casos se rebasa la norma establecida por la Organización Mundial de la Salud para los requerimientos de consumo e higiene básica: 50 a 100 litros diarios por persona (Guevara et al, 2010). El problema se presenta especialmente en la cabecera, donde en tiempos de estiaje la autoridad implementa tandas que a veces resultan en que el agua tarde hasta 12 días en llegar. Más de dos tercios (70.6%) de las mujeres tuvo que trasladarse a manantiales para lavar ropa y abastecerse de agua durante la primavera del 2011.En la cabecera municipal, la falta de agua en tiempos de estiaje podría resolverse, según el Doctor Manuel Ortega Escobar, especialista en hidráulica del Colegio de Postgraduados, construyendo un tercer tanque de almacenamiento. En una visita al manantial que surte a la cabecera municipal, el Doctor Ortega constató que el volumen de agua existente es suficiente para hacerlo.

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Sin embargo, la participación comunitaria es limitada incluso en labores de limpieza de tubería y tanques, y sería difícil motivar a los usuarios para actividades de construcción. Las labores de mantenimiento, que antes se hacían con tequio, han sido trasladadas a la autoridad municipal, cuyo poder de convocatoria para el trabajo voluntario se ha visto reducido en la última década. No existe un sistema de sanciones para aquellas personas que no participan, y cobrar por el servicio de mantenimiento de la red ha sido posible sólo cuando se trata de una nueva toma. Tanto las autoridades actuales como la gente en general atribuyen esta situación a la penetración de la federación en el aparato de gobierno de la cabecera municipal mediante la asignación de un presupuesto anual. Esto ha mermado el sistema lo-cal de gestión del agua basado en normas de reciprocidad (trabajo y aportaciones voluntarias) y rendición de cuentas (transparencia en el uso de los recursos). Ya no existe una estrategia comunitaria que organice la gestión del agua.

En Plan de Guadalupe, existe una organización dedicada al mantenimiento de la red de agua potable surgida de y legitimada por la asamblea comunitaria, que carece de financiamiento federal. Esta organización tiene capacidad de convoca-toria a realizar faenas y capacidad de sanción. Se realizan convocatorias cada dos meses para hacer actividades de limpieza, y las familias acuden al llamado, incluso aquellas que no reciben agua de tubería, simplemente porque sus hijos e hijas asis-ten a la escuela y a la clínica de salud. Existe un sistema de sanciones para aquellas personas que no cumplen que sólo aplica a personas con agua de tubería, e incluso hay iniciativas para resolver problemas que no involucran al comité de salud sino hasta que su presencia es ineludible.

La proporción de mujeres de Plan de Guadalupe que tuvo que trasladarse a un manantial para lavar ropa y abastecerse de agua durante la primavera del 2011 fue menor a la de San Jerónimo cabecera (28% versus 70.6%). Las que sí lo hicieron no enfrentaron negativas, como sí sucedió con las mujeres de la cabecera.

Hay que recordar, sin embargo, que 36% de las viviendas de Plan de Guadalupe se abastece con un sistema rústico de mangueras que es atendido por las propias familias. Cuando las mangueras se tapan y el agua no llega, las mujeres invierten considerable tiempo y esfuerzo en destaparlas. Estas familias participan en los te-quios para el mantenimiento de la red, pero no tienen acceso en sus casas al sis-tema de abasto comunitario. Por lo tanto, es necesario señalar que el sistema de

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abasto de agua de uso doméstico en Plan de Guadalupe presenta deficiencias por no tener cobertura de toda la población.

A pesar de estos inconvenientes se constata que la organización comunitaria que persiste en Plan de Guadalupe es vital no sólo para el mantenimiento de la red hidráulica, sino también para la construcción de infraestructura, recientemente se construyó un nuevo tanque de almacenamiento, con faenas y cooperaciones de los vecinos, alternativa difícil de visibilizar en la cabecera municipal.

La población de Plan de Guadalupe comparte principios y valores que se re-flejan en acuerdos y normas. Las sanciones son aceptadas por los usuarios/as, y su aplicación garantiza mejores resultados en el acceso al recurso. El comité de salud cumple una función fundamental ya que tiene el poder que le fue dado por la asamblea para coordinar las acciones de limpieza, ejecutar sanciones y dirimir conflictos. También conoce las necesidades de la población, el número de usuario/as y el manejo de la infraestructura. Esto redunda tanto en el mantenimiento del sistema de abasto de agua de uso doméstico, como en la calidad de vida de las fa-milias que tienen acceso.

El ejercicio comparativo permitió constatar que cada sistema normativo tiene un impacto distinto en las mujeres. En tiempos de estiaje, las mujeres de la ca-becera enfrentan severos problemas de escasez, y la mayoría debe trasladarse a manantiales e incluso sufrir negativas para abastecerse del líquido. En contraste, en Plan de Guadalupe se reportó una proporción menor de mujeres que debieron trasladarse. Ambas comunidades comparten el hecho de que la mayoría de las mu-jeres no participa en las asambleas donde se toman decisiones relacionadas con el agua. Sin embargo, las mujeres de la cabecera perciben de manera más apremiante la necesidad de involucrarse, dada la severidad de los problemas de escasez que han enfrentado en años recientes.

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439mujeres, agua potable y organización comunitaria

Sistema Nacional de Información Municipal (SNIM) 2009 Indicadores por municipio. Instituto Nacional de Federalismo Municipal, México. Recuperado el 17 de agosto de 2012 de http://www.inafed.gob.mx/

Wade, R. 1988 Village republics: economic conditions for collective action in South India, Cambridge University Press, Estados Unidos.

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INTRODUCCIÓN

Algunos estudiosos de la temática del agua han propuesto que, a finales del siglo XIX, el agua pasa de ser un asunto del ámbito local de ayuntamientos y estados a ser del ámbito federal, ello se ha denominado la federalización de las aguas. La caracteriza-ción como ámbito municipal, estatal o federal gira en torno a la capacidad de otorgar concesiones y a la administración del agua (Aboites, 19981; Tortolero, [2000], 20062; Bojórquez, 20063; Domínguez, 20084; Birrichaga, 20095; Sánchez y Sandré, ms6).

No obstante, en el curso del siglo XIX hubo grandes cambios para las comuni-dades, como la eliminación de la propiedad corporada y de la capacidad jurídica de administrar los recursos propios. Estos cambios son similares a los que se dan a partir de la década de 1990 con la ley agraria de 1992 (Palerm, 2009a).

El centro de atención es la comunidad y, más en particular, las aguas de los pueblos. Se pretende dar seguimiento a las bases jurídicas de la existencia y desa-parición de la propiedad corporada a la par de la comunidad corporada en México, con especial énfasis en la situación particular de los derechos de agua y en la capa-cidad jurídica de administración de las aguas.

XIV. Las aguas de los pueblos: legislación sobre

aguas y la propiedad corporada. Una breve revisión documental

Rosa Josefina Bárcenas Argüello | Jacinta Palerm Viqueira

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442 AntologíA sobre riego

La situación de las aguas de los pueblos se aborda desde la legislación, se toma como punto de partida la legislación colonial, para contrastar con los cambios que se introducen con la legislación de aplicación nacional y estatal emitida en el siglo XIX y principios del siglo XX. La pretensión es contar con la información sobre los cambios legislativos y analizar el impacto del marco jurídico sobre la gestión del agua. El análisis de los cambios en la legislación sobre las aguas de los pueblos se complementa con la revisión de estudios de casos que abordan el impacto local de los cambios en las leyes.

Proponemos que la propiedad de derechos de aguas y la administración de las aguas en las Repúblicas de Indios y en las Repúblicas de Españoles coinci-dían. Sin embargo, con la legislación liberal del siglo XIX, se abre un vacío legal, primero sobre la capacidad jurídica de administración, y posteriormente sobre la propiedad de los derechos de aguas de las antiguas Repúblicas de Indios. Las legislaciones estatales sobre aguas del siglo XIX parecen abordar esta problemá-tica al legislar sobre “las aguas de los pueblos”. Adicionalmente, como veremos, las antiguas Repúblicas de Indios se resistieron a la pérdida de la administración y de la propiedad.

El estudio se divide en dos momentos históricos: la época colonial, y la época independiente. La época colonial se inicia con el estudio con la legislación indiana, y concluye con la Constitución de Cádiz. En la época independiente se aborda la legislación que surge a partir de la Constitución de 1824, hasta el fin del Porfiriato o la ley agraria de 1915.

La comunidad, como señalamos, está al centro del análisis, por ello conviene primero abordar algunas interpretaciones sobre la comunidad corporada. Son las interpretaciones sobre la comunidad que han llevado a políticas públicas favora-bles o contrarias a su existencia jurídica.

ALGUNAS INTERPRETACIONES DE LA COMUNIDAD CORPORADA

La existencia de la propiedad corporada se ha estudiado como una etapa evoluti-va (el comunismo primitivo), como una respuesta social a factores ecológicos, y como resultado de un acto jurídico del Estado.

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443las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

La comunidad corporada como una etapa evolutiva: Las descripciones de comunidades agrarias organizadas inician con el estudio del derecho consuetudi-nario. Maine ([1861] ,1980) realiza un análisis de la evolución del derecho, basado en el caso de las comunidades aldeanas de la India. Señala que las comunidades tienen una organización basada en el contrato: se encargan del gobierno interno, de la policía, de la administración de justicia, de administrar fondos, del prorrateo de impuestos, y de obligaciones públicas. Propone que la propiedad común, tal y como se presenta en la comunidad aldeana, es antecesora de la propiedad privada.

En la introducción a la obra de Maine, Morgan ([1861] ,1980) indica “que la sociedad primitiva, hasta donde se tienen huellas legales reconocibles de ella, co-mienza con el grupo y no con el individuo”. Además refiere que Maine muestra a la comunidad aldeana de la India como un grupo de copropietarios.

Los análisis de la comunidad aldeana ubicarían sus características como una etapa evolutiva y, por lo tanto, eventualmente, como un arcaísmo en la secuencia evolutiva.

La perspectiva evolutiva de la propiedad corporada a la propiedad individual empataría muy bien con las ideas del liberalismo económico del siglo XIX, que se centra en el concepto de que, para progresar, es necesaria la propiedad privada. Domina el concepto del mercado y el homo economicus de Adam Smith.

A finales del siglo XVIII, las ideas progresistas llegaron a las Indias. Según Ortiz (1993), el control que los pueblos de indios ejercían sobre recursos como el agua y la tierra (es decir, su organización corporativa) era visto por el reino como un obstáculo para el desarrollo.

Con el argumento de que la propiedad comunal impedía el avance del país, se propone la división de la propiedad en Nueva España con el fin de sacar a los in-dios de la situación de atraso. Así, por ejemplo, a finales del siglo XVIII el Obispo de Michoacán Abad y Queipo indicó que la falta de propiedad privada en el pueblo y la mala división de las tierras producían efectos perjudiciales a la agricultura, la población y al Estado en general. Abad y Queipo propuso una serie de leyes que servirían para levantar a los indios de su miseria, reprimir sus vicios, y estrecharlos con el gobierno. Estas leyes también constituirían la base de un gobierno liberal y benéfico, y son del tenor siguiente: “la división gratuita de todas las tierras rea-lengas entre los indios, (...) y la división gratuita de las tierras de comunidades de indios entre los de cada pueblo. (...)” (Abad y Queipo, 1813:26).

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444 AntologíA sobre riego

El fraile Antonio de San Miguel era de similares ideas liberales. Para 1799, ya proponía la división de tierras comunales, y la igualdad civil de indios y españoles (Florescano, 1995).

Sencillamente, al convertir la tierra en propiedad privada individual se estimu-laría la producción agrícola. El individualismo y la igualdad civil fueron los prin-cipios que se consideraron serían los que estimularían el progreso económico del país (Sánchez, 2008).La comunidad corporada como respuesta social a factores ecológicos: Mabry (1996) y Wade (1988) refieren que la comunidad corporada o la acción co-lectiva es una respuesta social a factores ecológicos.

Las comunidades para resolver problemas de escasez y de riesgo desarrollan sistemas sociales de manejo de sus recursos. Esto se hace evidente en el análi-sis de normas creadas y aplicadas de manera consuetudinaria al interior de la comunidad. Estos sistemas sociales pueden permanecer a lo largo de los años, aún sin el reconocimiento del Estado. Precisamente por el trasfondo ecológico, y al repercutir positivamente la solución de cooperación comunitaria sobre la capacidad económica de cada unidad doméstica, es que persiste la comunidad organizada. Por lo tanto, en este análisis, los cambios en la legislación nacional que amparan o suprimen la base jurídica de la propiedad corporada afectan, pero no necesariamente anulan, a la comunidad y la organización social para hacer frente cooperativamente a factores de escasez y riesgo. Esta perspectiva se imbrinca con los análisis de la llamada Nueva Economía Institucional (North, 1993; Ostrom, 2000).

Evidentemente, tanto la posición del individualismo como la de la comuni-dad corporada (donde el individuo está sujeto a las decisiones de la colectividad) son políticas que buscan el progreso y la mejora económica de los individuos.La comunidad corporada como un acto jurídico emanado del Estado: Para algunos autores la cualidad corporada de la comunidad es meramente re-sultado de la existencia de la propiedad corporada(Thouret, citado por Pallares, 18977). En la Nueva España, se establece cómo debe conformarse la propiedad corporada con la legislación indiana, y, si bien la ley de 1856 se suele tomar como el inicio para eliminar la propiedad que tanto instituciones civiles como religio-sas poseían de manera corporada, es desde la Constitución de Cádiz que se hacen

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intentos por parte de la autoridad central por eliminar dicho tipo de propiedad. Su reaparición jurídica en 1915 va de la mano con el reparto agrario y con la crea-ción de los ejidos y bienes comunales. Sin embargo, en 1992 hay un nuevo emba-te a la propiedad corporada con las modificaciones de la Ley Agraria, y, aunque no desaparece, la propiedad corporada se reduce.

LA PROPIEDAD CORPORADA EN LA EPOCA COLONIAL: COMUNIDAD Y REPÚBLICA

En la Nueva España se establecieron dos tipos de núcleos de población: los pue-blos de indios y los pueblos de españoles, cada uno con su gobierno propio, el cual estaba en manos de un concejo o república. Tanto los pueblos de indios como los pueblos de españoles tuvieron bienes corporados, y sus concejos o re-públicas fueron las entidades con personalidad jurídica para llevar a cabo la ad-ministración de dichos bienes. Además de lo anterior, los concejos o repúblicas tenían la facultad para resolver asuntos penales y civiles de menor importancia en su jurisdicción (Meyer [1984], 19978; Margadant, 19719; Birrichaga y Suárez, 200810; Urquiola, 200611; Fernández, Endfield y O’Hara, 200412; García, 200213).

Las mercedes de agua en la época colonialLa forma de acceder a las aguas era mediante merced (concesión) de la Corona. No obstante, hay cierta discusión sobre si se podía dar el caso de que las mercedes de tierra incluyesen el agua. Tal y como, por ejemplo, señalan Margadant (198614, 198915, 199216) y Meyer, ([1984], 199717), ello se fundamenta especialmente en la designación de tierras de pan llevar (de riego), de pan coger, y de pan sembrar (temporal) (Galván, [1868], 199818; Mendieta, 192319). Sin embargo, otros auto-res tales como Sanz de Escobar (174920), Molina (190921), Dougnac (1984) y Baa-de, (199522) afirman que la merced de aguas iba siempre separada de la merced de tierra. La controversia aún no ha sido resuelta (Vergara, 199823).

Por otra parte, en la legislación colonial se señala el uso común de los pastos, montes y aguas en donde no hubiere título o merced hecha por el Rey (Libro IV, Título 17, Ley V, Recopilación de Indias, [1681], 1976; Lasso de la Vega, [1761], 199824; Orozco, [1925] 197525).

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446 AntologíA sobre riego

Durante esta época, los individuos, así como los pueblos de indios y los pueblos de españoles en tanto corporaciones reconocidas por la Corona, eran sujetos de obtener mercedes (Baade, 199526).

Para la fundación de las poblaciones, la legislación indiana refiere que, por disposición de la Corona, el lugar descubierto podía ser ocupado y repartido en solares entre los pobladores, y que se debía procurar “tener el agua cerca, y que se pueda conducir al pueblo, y heredades, derivándola, si fuere posible, para mejor aprovecharse de ella, y los materiales necesarios para edificios, tierras de labor, cultura y pasto, con que excusaran el mucho trabajo y costas, que se siguen de la distancia. (…)”, (Libro IV. Título VII Ley I, de la Rec. de Ind., [1681], 1976).

Además, se podían tener derechos de agua por otros mecanismos:

Prescripción y composiciones: Además de las mercedes, el derecho de aguas se podía adquirir por prescripción. Es decir, por el simple hecho de hacer uso del agua. Y el uso del agua sin título a la vista se regularizaba mediante composicio-nes. (Margadant, 197127; Salazar, 200728; Libro IV, Título XII, Ley XV de la Rec. de Ind. [1681], 197629).Desde tiempos de la gentilidad: Asimismo, en las leyes de Indias se estable-ció que los indios no debían recibir agravio en sus personas y bienes, entre los cuales se encontraban las aguas y tierras previamente en su posesión. Se espe-cificó el dejarles a los indios sus tierras, heredades y pastos cuando se otorgaran mercedes de tierra y agua a los españoles, y se emitieron leyes que hablaban sobre la confirmación de las posesiones y tierras pertenecientes a los indios, sobre la protección de sus derechos, y sobre la necesidad de repartirles lo necesario para labrar o hacer sus sementeras y crianzas (en Libro IV, título X, Ley I; Libro IV, Título XII, Ley V; Libro IV, Título XII, Ley XIV de la Rec. de Ind. [1681], 1976).

Mercedes y administración del agua: algunas diferencias entre repúblicas de españoles y de indiosEn los pueblos de españoles, una vez fundados (lo que implicaba diversos trá-mites legales, así como la merced de tierras y aguas por parte de la Corona), el gobierno constituido repartía y mercedaba tierras de labor (llamadas suertes), las cuales pasaban a ser de propiedad privada (Mendieta y Núñez [1923], 1978:43). El

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gobierno constituido también mercedaba aguas para riego y uso doméstico a sus habitantes (Plan de Pitic, [1789]30, Salazar, 201031).

Los gobiernos locales solo mercedaban lo que a su vez les había mercedado la Corona. Por lo tanto, esto no implicaba una descentralización en la capacidad de mercedar (concesionar) el agua.En los pueblos de indios, las tierras de repartimiento, también llamadas ‘de común repartimiento’, ‘de comunidad’, o ‘de parcialidades’, existían como el equi-valente de las suertes. No había propiedad privada, sino usufructos. Mendieta (1965:170) señala que “la propiedad de estas tierras pertenecía a los pueblos y no a las personas particularmente consideradas; pero las familias se sucedían por ge-neraciones en la posesión de ellas y así, de hecho, constituían una especie de pro-piedad privada familiar”. En el mismos sentido, Arrioja (2009:11) señala que, en el caso de Oaxaca, a medida “que las parcelas de repartimiento se destinaron para el sustento familiar, no fue extraño que algunos indios perpetuaran sus derechos de usufructo por varias décadas, e incluso que los traspasaran entre los miembros de su familia mediante mecanismos tradicionales, como las herencias y los matri-monios”. En ambas repúblicas, la administración del agua estaba a cargo del cabildo (Meyer [1984], 199732; Urquiola, 200633; Fernández, Endfield y O’Hara, 200434). En los pueblos de españoles el cabildo mercedaba el agua, pero este mecanismo no parece estar presente en los pueblos de indios.

Clasificación de los bienes de las repúblicasa) Los bienes en los pueblos de indios: la clasificación de los tipos de bie-

nes de los pueblos de indios no es uniforme, no obstante suele abarcar las siguientes categorías: Fundo legal del pueblo (destinada para la edificación de casas, plaza y templo); parcelas de común repartimiento (tierras usu-fructuadas, asignadas en parcelas a cada tributario para el sostenimiento familiar y que estaban incluidas en el fundo legal); bienes de comunidad o bienes de propios (terrenos, bienes y derechos provenientes de una conce-sión real con los cuales los pueblos obtenían ingresos para pagar tributos al rey); los ejidos, aguas, bosques, pastos, dehesas, y montes. (Ver Cuadro núm. 1. Los bienes en las repúblicas durante la época colonial).

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448 AntologíA sobre riego

b) Los bienes en los pueblos de españoles: se encuentran algunas di-ferencias con respecto a los bienes en los pueblos de indios, básicamente porque los españoles tenían propiedad privada, y porque no había bienes destinados para que se pagara tributo con sus productos. (Ver Cuadro núm. 1. Los bienes en las repúblicas durante la época colonial).

En ambas clasificaciones, las aguas no tienen un lugar destacado. Las aguas en las Repúblicas de españoles caían dentro del rubro de bienes de propios, mientras que en las Repúblicas de indios las aguas, aparentemente, podían quedar com-prendidas en diversas categorías: el equivalente en agua a las tierras de común re-partimiento, también en los bienes de la comunidad o de propios para arrendarse y generar ingresos para la comunidad y otros rubros (Ver Cuadro núm. 2 El agua en la república de indios).

La administración del agua: los repartimientosDurante la Colonia, la administración del agua estaba en manos de Repúblicas y de individuos. No parece haber instituciones que reuniesen a los distintos mer-cedados (corporados o individuales). La gestión de espacios hidráulicos más am-plios que la hacienda, las comunidades o las ciudades se resolvía recurriendo a los tribunales en caso de conflicto. La Audiencia enviaba a un experto que, después de reconocer el terreno y los derechos de agua de los usuarios, dictaba una sentencia. Esta sentencia podía consistir en un cuadro de distribución de las aguas, denominado repartimiento.

Muy rara vez se propusieron guardias para vigilar la distribución durante estos repartimientos. Más bien, la expectativa era que cada usuario obedeciese el repartimiento, y, en todo caso, en las tasas partidoras estaban vigilantes los distintos usuarios.

Lipsett-Rivera (1999) abordó este aspecto para la Puebla colonial, señalando que, ante el conflicto, se recurría a los tribunales y a otras medidas, tales como tu-multos, montonerías y destrucción de infraestructura hidráulica --pero no se con-formaron instituciones.

Algunos estudios de caso que parecen típicos, son, por ejemplo, el del Valle de Texmelucan a fines del siglo XVII, donde los pueblos de indios apelaron a las

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449las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

autoridades para que hicieran justicia. En este caso, la Real Audiencia realizó vis-ta de ojos a través de sus oidores, a fin de verificar los problemas que había entre éstos y particulares (Mazabel, 2007). Otro estudio es el realizado para el Valle de Atlixco, donde los labradores piden al virrey su intervención. Esta vez, el virrey nombra un Juez repartidor de aguas que realiza vista de ojos, recorridos, y recibe testimoniales a fin de llevar a cabo el repartimiento de agua del río Cantarranas en 1592. Una vez realizado el repartimiento, el “juez” se retira (Camacho, 2004). Un ejemplo más es “una larga y complicada controversia por el agua, que se re-solvió obligando a trabajar conjuntamente a Pablo Montoya (un particular) con los indígenas de Santa Ana (comunidad indígena) en la construcción de un canal de riego” (Meyer, [1984], 1997:145).

Hasta el momento, la evidencia apunta a que no existen instituciones ad hoc para la administración del agua que reuniesen a los distintos mercedados. Una excepción parece ser el caso de Yuriria, ya que hay mención de un comisionado encargado de repartir el agua, así como de multas (Acuerdo para el uso del agua de la Laguna de Yuriria de 178035). Por otra parte, el señalamiento de guardias en, que sepamos, dos repartimientos parece ser un indicador de conformación de instituciones, aunque fuese para el nombramiento y pago de los guardias (Pa-lerm, 2009b: 231-232).

Capacidad de toma decisiones del estado, precariedad de las mercedes de aguasAunque la administración del agua era un asunto local y fracturado, en caso de conflicto había una intervención del estado, que, adicionalmente, conservaba la capacidad de modificar las mercedes.

Los derechos de aguas estaban supeditados a nuevos criterios de la autori-dad, lo que implicaba que no eran definitivos y tenían así un carácter precario (Margadant, 198936). Vergara (1998) indica que la intervención de la Corona se ejecutaba a través del establecimiento de prohibiciones y regulaciones de los ríos, al tiempo que establecía la forma en que los particulares debían realizar el apro-vechamiento de los ríos.

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450 AntologíA sobre riego

EL SIGLO XIX: IMPACTOS DE LA LEGISLACIÓN SOBRE LAS REPÚBLICAS

En este apartado interesa analizar dos procesos: la pérdida de la capacidad jurídica de auto-administración de la propiedad corporada por las repúblicas (salvo que se constituyesen como ayuntamiento), y la individualización de la propiedad cor-porada debido a una exigencia jurídica. El primer proceso corresponde al período entre la Constitución de Cádiz hasta la Ley Lerdo (de desamortización); e segundo arranca desde la Independencia y aún antes, pero cobra impulso nacional con la Ley Lerdo.

El abordaje desde la perspectiva de legislación tiene como principal problema el exceso: en el siglo XIX hay nueva legislación por los cambios entre gobierno federalista y centralista. Adicionalmente, cada estado en los periodos de gobierno federalista, o cada departamento en los periodos de gobierno centralista, generaba su propia legislación.

Así, por ejemplo, en el caso del estado de Michoacán, en el que existe una com-pilación de legislación del siglo XIX, esta se extiende por treinta tomos37, mientras que la compilación del estado de México consta de treinta y un volúmenes38. Adicio-nalmente a la revisión de la legislación, se presenta el problema de abordar la ope-racionalización de la legislación y la reacción de las repúblicas. La presentación se centra, por lo tanto, en la legislación federalista (o centralista), y en algunos ejem-plos de legislación estatal sobre la administración de los bienes de comunidad de las extintas repúblicas, anclados en estudios de caso sobre la respuesta de los pueblos.

La substitución de repúblicas de indios y de españoles por ayunta-mientos constitucionalesLa legislación que surge a partir del siglo XIX es de ideología liberal, que privilegia el individualismo por encima del corporativismo colonial y pregona la igualdad jurídica de todos los individuos (Roseberry, 2004).

Con la Constitución de Cádiz desaparecen las repúblicas de indios y españoles. La propiedad corporada de las repúblicas de indios pierde el carácter jurídico de inalienable. Además, los españoles y mestizos pueden vivir en poblaciones que an-tes sólo eran de indios, y viceversa. En términos jurídicos, los indios desaparecen.

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451las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

En lugar de las repúblicas, las disposiciones de las Cortes de Cádiz señalan que deben conformarse ayuntamientos.

La administración de la propiedad corporada de las republicasUna vez desaparecida la figura jurídica y territorial del pueblo de indios, pueblo compuesto, como señala García (2002:254), por la república y la comunidad; los pueblos que se constituyeron en ayuntamientos conservaron la propiedad y la ad-ministración. Sin embargo, la capacidad jurídica de los pueblos para auto-gober-narse desaparece cuando estos no se constituyen como ayuntamientos. Por lo tanto hay un problema jurídico, ya que, teniendo la propiedad, los pueblos no tienen la capacidad jurídica de administrar los bienes.

Tampoco se incorpora legislación sobre la capacidad jurídica de las comuni-dades de contar con propiedades. La legislación de los estados se dirige a elimi-nar la propiedad corporada, y, con la Ley Lerdo de 1856 y la Constitución de 1857, se prohíbe cualquier tipo de propiedad corporada. Aparentemente, hay un desfa-se jurídico cuando se dan disposiciones en las que se refiere a propiedades de los pueblos, y se señala que la administración de esas propiedades queda a cargo de los ayuntamientos, si se considera que en la Constitución de Cádiz, en la Cons-titución federal de 1824 y subsecuentes de las entidades federativas sólo se hace mención del municipio y del ayuntamiento como figuras legalmente reconocidas.

La pregunta a la que queremos dar seguimiento es ‘¿qué ocurre en particular con las aguas de los pueblos para uso doméstico y de riego?’. Nuevamente en pa-ralelo con la situación contemporánea en la que las aguas para uso doméstico de los ejidos han pasado por ley a deber ser administradas por el ayuntamiento y el título del derecho de agua lo debe detentar el municipio, provocando así no pocos enfrentamientos entre la cabecera municipal y los pueblos del municipio (Galindo y Palerm, 201139), asimismo para las aguas de riego de los ejidos hay un proceso en marcha para conformar Unidades de Riego con un gobierno sobre las aguas inde-pendiente del ejido (Palerm, 2006:2; Palerm, 2009a: 204-208).

Sin embargo, ¿fue realmente un problema la conversión de repúblicas a ayun-tamientos?, ¿se puede afirmar que algunas o muchas repúblicas se quedaron sin la capacidad de gobernar sus propiedades? Existe diversa interpretación del impacto del cambio de repúblicas a ayuntamientos.

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452 AntologíA sobre riego

a) El tamaño de los ayuntamientos. La exigencia de tamaño (número de población) es una consideración importante para constituirse como ayuntamien-to, y ello parece ser un factor en la capacidad de las repúblicas para constituirse como ayuntamientos.

El gobierno de las repúblicas de indios se realizaba por un cabildo electo por ellos mismos. No parece establecerse un mínimo de población, pero se refiere que con 40 casas se eligiese un alcalde y un regidor (Libro VI, título III, Ley XV de la Rec. de Ind. [1681], 197640).

En la Constitución de Cádiz del 18 de marzo de 1812 se establece que deben ser mil los habitantes para conformar un ayuntamiento, (Constitución de Cádiz compilada en Tena ([1957], 200241). Dos meses después, el decreto del 23 de mayo de 1812 establece que los pueblos que no lleguen a mil habitantes, pero que por sus circunstancias consideren que deben tener ayuntamiento, deben in-formar a la diputación para que provea lo conducente, (Decreto compilado en Arevalo ([1829], 200542).

Entre la Constitución de Cádiz y la primera Constitución del Estado mexicano de 1824 se emitió el Reglamento Provisional Político del Imperio Mexicano de 1822. Con el Reglamento Provisional queda abolida la Constitución de Cádiz, pero siguen vigentes los decretos, leyes y órdenes emitidos hasta el 24 de febrero de 1821, entre ellos los que establecen el número de habitantes para la conforma-ción de ayuntamiento. Así pues, los ayuntamientos con sus respectivas atribucio-nes subsistían (Reglamento compilado en Tena [1957], 200243).

La primera Constitución de los Estados Unidos Mexicanos de 1824 es de corte federal, y la legislación pertinente a los ayuntamientos corresponde a las legisla-ciones estatales.

Aparentemente, las Constituciones estatales siguieron el patrón ya establecido para los ayuntamientos en la Constitución de Cádiz (Fraser, 1991). Por ejemplo, la Constitución del estado de Michoacán de 1825 requiere 4,000 habitantes para constituir un ayuntamiento (Constitución de Michoacán de 19 de julio de 1825, compilada en Coromina, 188644).

La excepción45 es el estado de Oaxaca, ya que:“...como en ninguna otra entidad del país- la Constitución oaxaqueña de 1825 reconoció una forma de gobierno... que recibió el título de “república”

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y se fijó en aquellas localidades cuya población no llegara a los tres mil habi-tantes. (…) La propia carta concedió a las repúblicas las mismas estructuras y atribuciones que a los ayuntamientos; es decir, unos y otros se encargaron de cuidar el orden y la vida pública de los pueblos, formar reglamentos so-bre salubridad y ornato, (…) construir y reparar edificios públicos, recaudar y administrar los fondos de propios y arbitrios, colectar las contribucio-nes que dictaba la ley, promover las actividades agrícolas, ganaderas e in-dustriales, y formar padrones y toda clase de registros públicos”, (Arrioja, 2009:9; ver también: Mendoza, 200246).

En 1835 se cambia de un gobierno federal a uno centralista. Según las Bases Constitucionales de 1835, se incrementa el número de habitantes requerido para constituirse como ayuntamiento: cuatro mil habitantes en los puertos, ocho mil en los pueblos, y, para poblados de menor tamaño, se señala el nombramiento de jueces de paz (Sexta Ley Constitucional, compilada en Tena, [1957], 200247).

Cuando se establece de nueva cuenta el gobierno federalista, éste emite el de-creto del 22 de agosto de 1846, que señala que, mientras se publica una nueva constitución, la Constitución de 1824 entrará nuevamente en vigor (Acta de refor-mas de 1847, en Tena, [1957], 2002).

Después de la Ley Lerdo, el tamaño requerido de los ayuntamientos tiene poca importancia, ya que las leyes de desamortización prohíben la propiedad corporada, y, además, la Constitución de 1857 prohíbe a los ayuntamientos el tener propieda-des (Constitución de 1857, en Tena, [1957], 200248).b) Otras interpretaciones. Existen algunos autores que consideran que con la Constitución de Cádiz, los pueblos sujetos (o barrios) se libran de los pueblos cabe-cera al lograr constituirse como ayuntamientos (Buye, 200749; Cortés, 200750). Sin embargo, hay señalamientos de la necesidad de matizar esta propuesta (Escobar, 200751). Apuntan, por ejemplo, que la relación pueblo cabecera/pueblos sujetos se conserva, solo que los pueblos cabecera pasan a estar en manos de no-indios, mientras los pueblos sujetos mantienen su carácter indio (Escobar, 200752; Ortiz y Serrano, 200753). En el mismo sentido, pero ubicando el conflicto en el mismo pueblo cabecera (Henao, 198054, ver también Sánchez, 200855). También se apunta que no todas las repúblicas de indios aprovecharon la coyuntura de la legislación

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de las Cortes de Cádiz para convertirse en ayuntamientos (Serrano, 200756) y que, para el caso del estado de México, pocas repúblicas de indios se transforman en ayuntamientos (Ortiz y Serrano, 200757).

Por otra parte, en algunos casos las formas de gobierno locales se mantuvieron al margen de la legislación (Hernández, 200758; Cortés, 200759, Güemez, 200760; Salinas, 201161).

En todo caso el aspecto que interesa es qué sucedió jurídicamente con los bie-nes de los pueblos que no se constituyeron en ayuntamiento.

Legislación sobre la administración de la propiedad corporada de los pueblosEn los periodos de gobierno federal, la posible legislación sobre cómo administrar los bienes de comunidad de las repúblicas que no eran ayuntamientos correspon-dió a los estados. Esto se debe a que, a nivel federal, tanto la Constitución de 1824 como la Constitución de 1857 no legislaron sobre el municipio (Ochoa, 198562), y no parece haber legislación alguna del gobierno centralista al respecto, aunque puede existir una legislación de los departamentos. Sobre la capacidad administra-dora del municipio existe el antecedente del decreto del 23 de junio de 1813, que señala la capacidad jurídica de los ayuntamientos para la administración e inver-sión de los caudales de propios y arbitrios (Decreto compilado en Arevalo ([1829], 200563). Falta revisar las constituciones de los estados para ver qué dicen sobre el municipio y el ayuntamiento.

Se buscó, por lo tanto, expresamente legislación estatal (o su equivalente en el periodo centralista: departamental) que abordase la administración de la pro-piedad corporada de anteriores Repúblicas no constituidas como ayuntamientos. Como se señaló más arriba, es para los estados de México y de Michoacán que se ha localizado compilación de legislación estatal o departamental.

La información preliminar que aportan investigadores, así como los primeros resultados de la revisión de las compilaciones sobre legislación, apuntan a que, efectivamente, los ayuntamientos tomaron la administración de los bienes de co-munidad en sus manos, y que ello fue motivo de conflicto y de precisiones en la legislación (Cortés, 2003; Ortiz, 1993; Birrichaga y Suárez, 2008; Coromina, 1886-1887; y Téllez y Piña, 2010). Queda para un trabajo posterior la presentación y

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análisis de la situación jurídica sobre la administración de la propiedad corporada, y, en particular, determinar la situación administrativa de las aguas de los pueblos.

Eliminación de la propiedad corporada antes de las Leyes de ReformaParalelamente a la substitución de las repúblicas por ayuntamientos, hay un proceso de legislación a favor de la individualización de la propiedad corporada. Posterior a la Constitución de Cádiz, se emitieron una serie de disposiciones legales por las Cortes de Cádiz (ver Cuadro núm. 3. Decretos de las Cortes de Cádiz a favor del reparto), y otras más en las entidades, que apuntaban a la disolución de la propiedad corporada.

Además, entre la Constitución de Cádiz y la primera Constitución del Estado mexicano, se emitió un reglamento que legisla sobre el reparto de las tierras co-munales. En el Reglamento Provisional Político del Imperio Mexicano de 1822, se establece como atribución de diputados provinciales, ayuntamientos y alcaldes, la elaboración y envío de planes de repartimiento de tierras al gobierno supremo.

En el numeral 3 del artículo 90 del reglamento mencionado se establece que tanto el diputado provincial, como los ayuntamientos y los alcaldes de acuerdo con el Jefe Político, deberán “...enviar al Gobierno supremo para su aprobación planes juiciosos, según los cuales pueda hacerse efectivo en plena propiedad entre los ciu-dadanos indígenas y entre los beneméritos, industriosos, el repartimiento de tie-rras comunes o realengas, salvo los ejidos precisos a cada población” (Reglamento, compilado en Tena, [1957], 2002). Leyes anticomunales en los estados. Después de la independencia en varios estados, se aprobaron leyes ordenando a los pueblos el repartimiento de tierras comunales (Knowlton, 1995). Fraser (1991) menciona que, hacia 1829, en los esta-dos de Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Texas, Jalisco, México, Michoacán, Nuevo León, Puebla, Sonora, Sinaloa, Veracruz y Zacatecas se habían dictado leyes anti-comunales. La mayoría de las cuales ordenaba únicamente la división de terrenos propios y de repartimiento, dejando a los ejidos inafectados; pero en los estados de Puebla, Sonora, Sinaloa y Zacatecas toda la tierra comunal quedó sujeta a división, incluyendo el fundo legal. Para 1847, el sentimiento anticomunal era fuerte en los estados y en la capital.

Queda para un trabajo posterior la presentación y análisis de la situación jurídi-ca sobre la propiedad corporada, y, en particular, el determinar la propiedad sobre

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los derechos de las aguas de los pueblos basados en la legislación que se encuentra compilada para el estado de México y de Michoacán.64

Pero hay indicaciones de que, en Michoacán, las aguas no se incluyeron en la individualización de la propiedad (García, 199265)

ELIMINACIÓN NACIONAL DE LA PROPIEDAD CORPORADA: LAS LEYES DE REFORMA

Las Leyes de Reforma de 1856. También denominadas Ley Lerdo o Leyes de Desamortización, estas tuvieron como propósito el poner en circulación los bienes inmuebles de las corporaciones de carácter perpetuo o indefinido. La propiedad corporada de las anteriores Repúblicas de Indios estaba incluida en esta categoría (Labastida, 189366). Sobre los bienes afectados y cómo fueron afectados (ver Cuadro núm. 4. Bienes de los pueblos que fueron afectados por la desamortización). Las aguas de los pueblosLa legislación (e investigación) sobre la desamortización de la propiedad corpora-da de las antiguas Repúblicas se ha centrado en la tierra, obviando otros recursos. La información sobre el recurso del agua es singularmente parca.

El único señalamiento directo sobre aguas que se ha ubicado en la legislación sobre desamortización es el siguiente:

“Si las aguas son de uso público o corrientes, no están comprendidas en la ley de desamortización; pero que si lo están en caso de que sean estancadas y correspondan a terrenos de corporaciones”. (Circular resolución del 27 de agosto de 1856, compilada en Labastida, 1893:23).

En comentario sobre la legislación, Escobar (2005) señala que, si bien al prin-cipio se pudo considerar que la legislación estaba básicamente dirigida a repartir y distribuir la tierra, con la resolución del 27 de agosto de 1856 se estipuló que el agua también formaba parte de la legislación.

Carecemos de la definición sobre “aguas de uso público o corrientes”, así como de la definición de “aguas estancadas”. Sin embargo, una resolución del 18 de sep-

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tiembre de 1856 señala que el avalúo de las aguas estancadas debía verificarse “por cuenta del comprador en las ventas convencionales, del mejor postor en los rema-tes, y del beneficiado en caso de prestación personal”, y que el cumplimiento de las disposiciones citadas correspondía a la primer autoridad política del lugar en que se encuentren los bienes en cuestión.

Presumiblemente, las aguas de uso público incluyen a aquellas para uso do-méstico, pero no tenemos claro en qué categoría caían las aguas para riego en los solares y huertas del fundo legal, así como aquellas destinadas para el riego de otras tierras de los pueblos. Por otra parte, las aguas que se arrendaban y que estaban comprendidas dentro de los bienes de comunidad presumiblemente pa-saron a los arrendatarios.

El Imperio de Maximiliano. La legislación que se emitió durante el Imperio de Maximiliano también forma parte de esta etapa histórica.

La ley del 1º de Noviembre de 1865 establecía el procedimiento a seguir para dirimir los conflictos en materia de tierras y aguas entre los pueblos, (Ley, en Fabila, 1981).

La ley del 26 de Junio de 1866 ordenaba que los terrenos que pertenecieran a los pueblos en forma colectiva fueran adjudicados en propiedad individual a los vecinos en cuestión, prefiriéndose los pobres a los ricos, los casados a los solte-ros, y los que tenían familia a los que no la tenían. Ciertos terrenos de aprovecha-miento colectivo continuarían bajo un régimen de propiedad comunal (Ley, en Fabila, 1981).

Finalmente, la ley del 16 de octubre de 1866 prevé la creación de terrenos co-munales para cada población (un fundo legal y un ejido), (Ley, en Fabila, 1981). No se hace mención especial para las aguas.

A decir de Margadant (1971:176), en esta legislación “se observa un liberalis-mo (la preferencia por la propiedad privada) templado por consideraciones de sentido común y respeto a las tradiciones locales”. No obstante, Pani (1998) men-ciona que no se pretendía proteger formas de vida y de producción tradicionales con la legislación imperial, toda vez que proponía integrar a las comunidades a una economía dinamizada por la propiedad privada.

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Reacciones en defensa de la propiedad corporada y estrategias de las comunidades para sobrellevar la desamortizaciónDespués de 1856, las poblaciones indígenas recurrieron a varias acciones legales a fin de conservar sus bienes comunales, tales como “alternativas no violentas por parte de los comuneros indígenas para negociar qué parte de la tierra y agua quedaría de manera comunal, dándoles un marco de legalidad que tuvieron que aceptar los gobiernos estatales y nacionales. (…) Estas alternativas fueron, desde la manera en que presentaron los amparos hasta la conformación de sociedades agrarias y condueñazgos” (Escobar y Gutiérrez, 2007:253-254).La capacidad de litigar de los pueblos. Orozco realiza un análisis de las disposiciones que se emitieron durante La Reforma, y argumenta que no se su-primió legalmente la comunidad, ya que, si bien “las leyes de reforma abolieron y prohibieron las comunidades religiosas, cofradías y hermandades; (…) ninguna ley ha suprimido la Iglesia, el Estado, el Municipio ni las comunidades indígenas” (Orozco, [1925] 1975:101). No obstante –señala– los tribunales negaron toda po-sibilidad de defensa a las comunidades, ya que consideraron que, una vez “decre-tada la desamortización de bienes de comunidades de indígenas (…); y siendo la propiedad común la razón de ser de dichas comunidades, extinguida legalmente esa propiedad, las comunidades mencionadas han dejado de existir ipso facto como personas jurídicas” (Orozco, [1925] 1975:99).

En los litigios, por lo tanto, se tuvieron que presentar como individuos que actuaban colectivamente, algunos ejemplos en SCJN (199267), García y Román (200768), Camacho (200769).De propiedad corporada a condueñazgos. La figura de condueñazgo o so-ciedad privada de accionistas copropietarios permitió que las tierras comunales de los pueblos pudieran dejar de ser jurídicamente comunales, sin necesidad de un reparto individual. En Veracruz, aparentemente, esta fue una propuesta del mismo gobierno estatal, al que le urgía la desamortización de las tierras para “po-der sujetarlas al pago del impuesto predial” (Kourí, 2001:210), y como una solu-ción frente a la resistencia indígena de las comunidades (Escobar, 2001:19270). Otros casos de condueñazgo se reportan para el oriente potosino (Escobar, 2008) y para Oaxaca (Mendoza, 2008).

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De propiedad corporada a sociedades agrícolas. Otra estrategia consistió en la conformación de sociedades agrícolas (Camacho, 2007; Mendoza, 2008).

Lo que se puede observar es la insistencia de las comunidades por conservar sus bienes comunales, incluso muchos años después de la desamortización, (Ma-rino, 200871).

LEGISLACIÓN SOBRE AGUAS EN EL SIGLO XIX

En este apartado retomamos la legislación del siglo XIX referida en general a las aguas, y no aquella específica a las aguas de los pueblos.

Con la Independencia, la legislación colonial seguiría vigente. Ello se indica explícitamente en, por ejemplo, la Constitución de Apatzingán del 22 de octubre de 1814 (Constitución, compilada en Tena, [1957], 200272), el Tratado de Córdo-ba del 24 de agosto de 1821 (Tratado, compilado en Tena, [1957], 200273), y el Re-glamento Provisional Político del Imperio Mexicano del 18 de diciembre de 1822 (Reglamento, compilado en Tena, [1957], 200274). Mientras no se emitiese una nueva legislación republicana, un orden de prelación en el que habían de apli-carse los cuerpos jurídicos de la época anterior debía imperar en la resolución de negocios jurídicos. Ello consistía en darle prioridad (en los periodos federalistas, que no en los centralistas) al derecho emitido por los congresos mexicanos, se-guidos por los Decretos de las Cortes de España y Reales Cédulas de 1811 a 1821, y así sucesivamente, hasta llegar al derecho romano (Aguirre, 1849; González, 1988; Cruz, 2005: xxxii, xxxvii).

En los ordenamientos de carácter nacional, tales como la Constitución de 1824, las Leyes Constitucionales de 1836, y la Constitución de 1857, no se hace mención alguna sobre las aguas de la nación –excepto una, que refiere a aguas marítimas (Constitución de 1857, compilada en Tena [1957], 200275).

La primera declaración republicana nacional o federal sobre las aguas apa-rentemente corresponde a una disposición por parte del Gobierno de Antonio López de Santa Anna sobre los ramos que forman la Hacienda pública: el Decreto de fecha 29 de mayo de 1853, en el que en su artículo primero señala que “Per-tenecen al dominio de la Nación (…) Los ríos, sean o no navegables; los arroyos, corrientes de agua y lagos que estén situados en terrenos que no sean de dominio

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de particulares” (Decreto, en Carmona, 2007). Sin embargo, este artículo no hace mención sobre los títulos de concesión.

En 1863 se publica un decreto con el sugerente título de ‘Ley general sobre tierras y aguas’, que no obstante se refiere única y exclusivamente a la conversión de medidas antiguas al sistema métrico decimal. Se hace alusión a esta “ley” en el decreto número 10, que es dado por el S. Congreso de Nuevo León el 24 de noviembre de 1873, en el artículo 1º. Se lee “Queda vigente y debe aplicarse en el Estado la ley general sobre tierras y aguas expedida por el Gobierno de la Unión, en virtud de sus amplias facultades, con fecha 2 de agosto de 1863 y publicada en esta capital en 20 del mismo mes y año”. Ese mismo decreto del 2 de agosto de 1863, es compilado por Pallares (1897), bajo el título “Disposiciones sobre medi-das de terrenos y aguas”, mientras que Fabila (1981) lo compila con el título “Ley implantando el sistema métrico decimal para las medidas de tierras y aguas”.

La siguiente declaración republicana nacional o federal sobre las aguas apa-rentemente corresponde a los Códigos Civiles de 1870 y de 1884 con vigencia na-cional76, en que señala que las aguas son propiedad del Estado (artículos 1066 y 965 respectivamente). Además, señala que “La propiedad que sobre las aguas pertenece al Estado, no perjudica los derechos que sobre ellas hayan adquirido las corporaciones o particulares por título legítimo, según lo que se establece en las leyes especiales sobre bienes de propiedad pública. (…).” En los artículos 1087 y 984 respectivamente se establece que “Las concesiones de aguas que se hicieren por autoridad competente, se presumen que son otorgadas sin perjuicio de otros derechos anteriormente adquiridos”. (En Código Civil, 1870 y Código Civil, 1884).

Las primeras legislaciones federales sobre aguas corresponden al Porfiriato, siendo la primera la Ley sobre vías generales de comunicación de 1888 (Palerm, 2004). Esta Ley se considera un marcador del inicio del centralismo en el manejo de las aguas.

Hay una cierta confusión en torno a lo que dice la Constitución de 1857 sobre las aguas. Trujillo (2011:156) señala que “el régimen de aguas no fue determinado por los estados [sic] hasta la Constitución de 1857. En esa Constitución se estable-ció la facultad de la Federación para legislar en materia de vías generales de comu-nicación”. Si bien es cierto que la Constitución de 1857 faculta, en el artículo 72, fracción XXII, al congreso “para dictar leyes sobre vías generales de comunicación

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y sobre postas y correos; para definir, determinar cuáles son las aguas de jurisdic-ción federal y expedir leyes sobre el uso y aprovechamiento de las mismas”, este texto no se incorpora al artículo de la Constitución sino hasta la reforma del 20 de junio de 1908 (Constitución de 1857 y decreto de reforma, en Tena, [1957], 2002). Otro autor, Ortiz (2011:20), señala que “la Constitución de 1857, en su artículo 42, establecía lo que debía entenderse como territorio nacional; también señalaba cuáles eran las partes integrantes de la Federación, e incluía diversos ordenamientos que tenían relación con las llamadas aguas de propiedad nacional” (Ortiz, 2011:20). Sin embargo, el artículo 42 que refiere dicho autor sólo señala “el territorio nacional comprende el de las partes integrantes de la federa-ción, y además el de las islas adyacentes en ambos mares” (Constitución de 1857, en Tena, [1957], 2002). Ratificamos: en ninguna parte de la Constitución de 1857 hay referencia a las aguas. El origen de la confusión posiblemente está en una mala lectura de Herrera y Lasso, donde señala que “el movimiento de centralismo, iniciado al promulgarse la Constitución de 1857, se acentúo francamente con la expedición de las leyes sucesivas del 5 de junio de 1888, 6 de junio de 1894, 17 de diciembre de 1896 y 18 de diciembre de 1902” (Herrera y Lasso, [1919], 1994:131).

En breve, es hasta fines del siglo XIX que el Ejecutivo federal comienza a legis-lar sobre agua, y a otorgar concesiones.

Autores citados al inicio de este ensayo (Aboites, 1998:46; Tortolero, [2000], 2006:53-54; Bojórquez, 2006:113; Domínguez, 2008:345; Birrichaga, 2009:43; y, Sánchez y Sandré, ms) señalan que la facultad de otorgar concesiones radicaba en los estados, e incluso en los municipios. Esta versión, según Tortolero, tiene el siguiente origen: Molina Enríquez ([1909], 1979: 252), basado a su vez en Luis Ca-brera (1972: 361), señala que “(...) en el período colonial los intendentes tenían ple-na jurisdicción para tratar los asuntos de agua y de aplicar la Real Orden de 1754, [y que] al efectuarse la independencia, ‘por una especie de inercia administrativa’, los estados continuaron conociendo en materia de aguas sin disputa alguna. (...) La centralización, como la llama Molina Enríquez, se da sobre todo al finalizar el siglo con las leyes del 5 de junio de 1888, 4 de junio de 1894, 17 de diciembre de 1896 y 18 de diciembre de 1902). (...)” –y Tortolero continua con el señalamiento de que— “Herrera y Lasso ... ([1919], 1994:136) casi copia al calce la tesis Cabrera-Molina cuando dice: ‘Durante el Virreinato, los intendentes coloniales tenían plenas facul-

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tades para conocer los asuntos de tierras y aguas, por lo cual, y por simple razón de inercia, los estados al establecerse un régimen federal, trataron de conservar su independencia en estas materias’.” (Tortolero, 2008: 24 y 26).

La matriz de periodización que señala la centralización de los asuntos de aguas a partir de 1888 corresponde a Cabrera-Molina Enríquez (Tortolero, 2008: 23-27).

Las primeras legislaciones sobre aguasLas primeras legislaciones sobre aguas en la República mexicana son las de los estados: la del estado de Sonora de 1843, las de Nuevo León y Coahuila entre 1851 y 1893, y la de Zacatecas de 1863. Estas legislaciones preceden a las primeras leyes españolas de aguas de 1866 y 1879, y la de Sonora precede al Reglamento General de Aguas o Reglamento para el Juzgado de Aguas de Mendoza, emitido en 1844. (Ver Cuadro núm. 5 Legislaciones sobre aguas en los estados).

En el contexto de la tesis sobre la inercia de Cabrera-Molina, resulta muy sugerente que en la legislación de Nuevo León y Coahuila de 1857 se toma nota de la fluctuación entre gobierno centralista y federalista, y se reconocen las mercedes otorgadas por el gobierno central y por el estado, así como las anti-guas mercedes coloniales:

“Artículo 10. Es atendible y legítima toda merced concedida por el Gober-nador del Nuevo Reino de León D. Martín de Zavala77 y sus antecesores, así como la que proceda de otros gobernadores anteriores ó coetáneos en Coahuila y posteriores en una y otra provincia, si por sus instrucciones ó diplomas se demuestran que hayan tenido facultades para mercedar tie-rras y aguas: son también legítimas las concesiones que aparezcan com-puestas ante el virreinato de México ó juzgado privativo de composiciones, y las hechas por las legislaturas de Nuevo-León y Coahuila en las épocas en que ha regido el gobierno federal, o por el supremo nacional cuando ha estado centralizado el poder.” (Decreto Núm. 11 del Con-greso del Estado Libre y Soberano de Nuevo-León y Coahuila, 1857, comp. en Sandré y Sánchez, ms).

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Primeras legislaciones republicanas sobre mercedes o concesionesLa primera legislación que se refiere explícitamente a otorgar mercedes o conce-siones de aguas en la república mexicana data de 1851, y corresponde al estado de Nuevo León, seguida por la de 1857, que corresponde a los estados de Nuevo León y Coahuila.

En 1851 se señala que “El agua que resulte sobrante después de cubiertas las mercedes registradas es propiedad del Estado” (Art 16, Decreto Núm. 122, 3 de Octubre de 1851); En el Decreto Núm. 11, 16 de Octubre de 1857 se repite el artículo 16, ahora como artículo 19, y se señala un procedimiento para que el gobierno del estado otorgue mercedes de aguas. En 1860, el gobernador señala que los ojos de agua aislados en propiedad particular no son denunciables.

La legislación de Zacatecas de 1862 no refiere explícitamente el otorgamien-to de mercedes, pero sí refiere permisos para la construcción de obras sujetos a, “primero: que necesitan dicha gracia para sus labores propias, y, segundo, que de ella no se seguirá perjuicio de tercero” (Art 4). Los permisos los otorga el gobierno del estado por 5 años (Art 7). Sin embargo, no hay necesidad de permiso para los propietarios o arrendatarios en la vega de los ríos (Art 1, 2, 3). La legislación tam-bién señala que “Quedan subsistentes los privilegios concedidos hasta la fecha para aprovechamiento de aguas...” (Art 8) con algunas condicionantes, mismas que se refieren en el Art 4, y que incluyen la presentación de los títulos.

Aunque ya posteriores a la ley centralizadora de 1888, otras legislaciones esta-tales que legislan sobre concesiones son Guerrero (1898), Oaxaca (1905), Michoa-cán (1906), y Guanajuato (1923).

Las aguas de los pueblos en las legislaciones estatalesEn un apartado anterior, planteamos el problema de la administración de la pro-piedad corporada de las anteriores Repúblicas no constituidas como Ayuntamien-tos. La evidencia de la legislación, señalamos, sugiere que los Ayuntamientos to-man la función de la administración. En otro apartado, planteamos el problema del destino de los derechos de aguas (de uso doméstico y de riego) de las anteriores Repúblicas con la desamortización, así como su administración.

Las legislaciones estatales de aguas que se refieren a aguas de los pueblos, tomas de agua de comunidad o presas de comunidad, aguas de Corporaciones

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son de los siguientes estados: Sonora (1843 y 1933), Guerrero (1988), Oaxaca (1905), Michoacán (1906). Se incluye en el análisis la legislación estatal sobre aguas posterior a la legislación federal centralizadora, ya que, a partir de aquella fecha (1888), hay aguas de jurisdicción federal, pero también hay aguas de juris-dicción de los estados (Palerm, 2004:2; Palerm, 2009b:229). La jurisdicción de los estados iría desapareciendo en el siglo XX con las declaratorias de aguas de jurisdicción federal, y con la ampliación de la definición de las aguas sujetas a la legislación federal.

La ausencia de capacidad jurídica de los pueblos o comunidades de autogo-bernase es aparentemente la preocupación detrás de legislaciones estatales sobre administración de las aguas de los pueblos, tomas de agua de comunidad o pre-sas de comunidad, aguas de Corporaciones. La autoridad administrativa sobre estas aguas es, por lo que entendemos, el Ayuntamiento, pero, frecuentemente, la administración se delega a los usuarios mismos. Destaca que se incluyen explíci-tamente aguas para riego. Pero, además, y considerando que corresponden las le-yes estatales sobre aguas a legislación posterior a las leyes de Reforma y anterior a la ley agraria de 1915, salvo la legislación de aguas del estado de Sonora (1843), hay un reconocimiento explícito a la existencia de aguas de los pueblos. Es decir, a aguas de propiedad corporada, o, dicho de otra manera, aguas cuya concesión no ha sido individualizada.

Es interesante que en algunos casos se señale que las atribuciones del muni-cipio se extienden también sobre las de aguas de particulares con tomas manco-munadas. La problemática de la administración de toma mancomunada ha sido resuelta en otros países al legislar sobre la obligatoriedad de asociación, en Chile bajo la figura de asociaciones de canalistas, y en España bajo la figura de comuni-dades de regantes (Palerm, 2009c). (Ver Anexo núm. 1)

Reglamentos de aguas de municipiosLa existencia de aguas de los pueblos o aguas que mantienen su carácter corporado se encuentra también en un pequeño conjunto de reglamentos emitidos por mu-nicipios después de las Leyes de Reforma. Los reglamentos se refieren a agua para riego, y a veces exclusivamente a aguas para riego. (Ver Cuadro núm. 6. Reglamen-tos que aluden a las aguas de los pueblos).

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Concesiones de aguas por los AyuntamientosEn la época colonial, los cabildos de las Repúblicas de españoles concesionaban aguas que, a su vez, tenían ya concesionadas. Lo mismo parece ocurrir durante el siglo XIX.

Por ejemplo, un decreto de Michoacán en 1857 señala que “se autoriza a los ayuntamientos para que puedan conceder el uso de las aguas que no sean de pro-piedad particular, y que estén introducidas al fundo de sus respectivos pueblos” (Decreto del Estado de Michoacán del 18 de noviembre de 1857, En Coromina, 1887a:16). En el mismo tenor están los artículos ya citados sobre las legislaciones estatales sobre aguas de Oaxaca (1905), y de Michoacán (1906).

LA REAPARICIÓN DE LA PROPIEDAD CORPORADA EN MÉXICO, SIGLO XX: LOS EJIDOS Y BIENES COMUNALES.

La lucha armada a principios del siglo XX genera una serie de cambios en la legis-lación mexicana. Entre estos se encuentra la ley agraria de 1915, que es perfeccio-nada con el artículo 27 de la Constitución de 1917. Con este artículo nuevamente se establece la propiedad corporada en México, misma que es reglamentada con la legislación agraria.

“En muchos sentidos y en muy diversos lugares subsistieron, se reforzaron y se expandieron antiguas formas de usar el agua, basadas en arreglos y nor-mas locales, muy relacionadas con la pequeña escala de los aprovechamien-tos. Es el mundo de la pequeña irrigación o del agua pueblerina, como se le denomina aquí para descartar no lo opuesto a las ciudades sino el manejo local -y no nacional- de las aguas. Lo más paradójico es que la expansión del agua pueblerina tiene que ver con otras políticas gubernamentales: la reforma agraria y la inversión en pequeña irrigación.” (Aboites, 2009: 15).

CONCLUSIONES

La desaparición de las Repúblicas (que al tiempo que tenían propiedad se gober-naban) crea el problema de pueblos que, siendo propietarios, no tienen capacidad jurídica de administración. Estamos rastreando la legislación que hace al Ayunta-

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miento administrador de las propiedades corporadas. A partir de las Leyes de Re-forma, se prohíbe todo tipo de propiedad corporada (salvo aquella de uso público), pero la legislación de la desamortización en torno a las aguas de los pueblos es poco abundante y poco precisa. La evidencia de las legislaciones estatales sobre aguas apunta a que los ayuntamientos son administradores de las aguas de los pueblos, tomas de agua de comunidad o presas de comunidad y aguas de Corporaciones. Destaca que las aguas a las que se refieren no son necesariamente aquellas para el abasto de uso doméstico, incluyen, o incluso se refieren exclusivamente, a las aguas de riego. También destaca que los Ayuntamientos no necesariamente administra-ron directamente las aguas, sino que delegaron en los usuarios la administración.

La historia jurídica de las aguas de los pueblos se mueve en paralelo a la resis-tencia de las antiguas Repúblicas de indios, resistencia que abarcó simplemente rehusar aceptar la nueva legislación, o mediante estrategias legales como los con-dueñazgos y las sociedades agrícolas.

Por último queremos, señalar que la legislación de los estados no se incorpo-ra en las historias de la legislación de las aguas en México realizados por juristas (Lanz Cárdenas, 1982; Dentón, 2006; Domínguez, 2008; Rabasa y Arriaga, 2011).

Agradecimientos. Investigación realizada con el apoyo del proyecto CONA-CYT núm. 79201 “Juntas de aguas, unidades de riego y otras organizaciones de re-gantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades autogestivas de los regantes”

Referencias

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474 AntologíA sobre riego

Cuadro núm. 1. Los bienes en las repúblicas durante la época colonial

República de indios República de españolesFundo legal del pueblo, “tierras para vivir y sem-

brar”; “tierra por razón de pueblo”; “seiscientas varas que como a pueblo les pertenece”.- El área que el rey otorgaba a un pueblo al momento de su fundación, destinada para la edificación de casas, plaza y templo. Las casas tenían huerta y lugar para animales de granja (Tanck de Estrada, 1999:78i).

Traza de la ciudad.- Terreno que salía del dominio de la Corona, y pasaba a dominio de los primeros pobladores o al ayuntamiento que la erigía y que se encargaba de distribuirlo. (Pallares, 1897:VI-IIii).

La propiedad privada de los indios, denominada “de propio peculiar adquisición”. (Tanck de Estada, 1999:79-82).

Propiedad privada.- Solares repartidos en suertes una vez hecha la fundación del pueblo. (Libro IV. Título VII Ley 1ª; ver también Libro IV. Título VII. Ley XI. Rec. de Ind). Otras propiedades pri-vadas adquiridas por merced, prescripción, com-posición y compra, entre ellas el agua.

Parcelas de común repartimiento o tierras de par-cialidades indígenas o de comunidad.- Tierras usufructuadas, asignadas en parcelas a cada tributario para el sostenimiento familiar (Men-dieta y Núñez, 1965:170; Knowlton, 1991:184; Menegus, 2001; Arrioja, 2009:10) y que estaban incluidas en el fundo legal (Mendieta y Núñez, 1965:170; Knowlton, 1991:184; Fernández, End-field y O’Hara, 2004:171-175; Tanck de Estrada, 1999:78).

Bienes de comunidad, fondos de comunidad de in-dios, o bienes de propios.- A finales del siglo XVI-II, con la Instrucción de Intendentes “los fondos de comunidad de indios quedaban sometidos al mismo régimen que los propios y arbitrios” (Or-tiz, 1993:163; Ordenanza de Intendentes, [1786], 2008iii). Con ello se empezó a utilizar como sinó-nimos los propios y arbitrios con bienes de co-munidad. Los propios eran los terrenos, bienes y derechos provenientes de una concesión real; con los cuales los pueblos obtenían sus ingresos, eran administrados por los ayuntamientos, con sus productos se pagaban tributos al rey, tam-bién se utilizaban para las necesidades del pue-blo, para pagar sueldos del gobierno interior, y realizar obras públicas, entre otros (Mendieta y Núñez, 1965:170; Margadant, 1971:85; Knowl-ton, 1991:184; Menegus, 2001; Arrioja, 2009:10).

Propios, y Pósito.- Las cosas que pertenecen solo al concejo de la ciudad. Por este nombre entende-mos: las heredades, casa u otro cualquier género de hacienda que tienen las ciudades para los gas-tos públicos. (LI.1 y 2. tít. 13. Lib. 4 Rec. de Ind. Y todo el tít. 5. lib 7 Rec. de Cast.; LI. 2. y 5. Tit 13. lib. 4 Rec de Ind. Real Instrucción de 30 de julio de 1760, Rec. de Cast. e Instrucción citadas por Álvarez [1826], 1982). La Administración y las cuentas de propios se regulaba en el. Tit.13 libro 4 de la Rec. Ind. (Dougnac, 1994).

Aguas.- “En el caso de Puebla el agua y la tierra fue-ron concedidas a la ciudad como parte de sus propios desde 1548 y el ayuntamiento era la ins-titución que debía otorgar estas mercedes (...) El agua, como se ha mencionado era propiedad de la ciudad, por lo tanto no se vendía, sólo se cedía su usufructo...” (Salazar, 2010:2-3).

Arbitrios.- Eran los ingresos discontinuos como con-tribuciones ocasionales. Tít. 15 libro 4 Rec. de Ind. “se debe decir lo mismo que de los propios pues tienen un mismo fin y destino” (Álvarez [1826], 1982:24).

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475las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

Ejidos.- Consistían en terrenos ubicados a la salida del pueblo. Estos terrenos podían ser montes o agostaderos que se utilizaban para el paso y pas-toreo de ganado, aprovechamiento de recursos naturales, recreación, y para absorber el creci-miento de la población, Su aprovechamiento era comunal, y no podían ser cultivados (Mendieta y Núñez, 1965:170; Margadant, 1971:85; Knowlton, 1991:184).

Ejido.- Campo que está a la salida de las ciudades, villas, pueblos y lugares, en el cual no se planta ni se labra, y es común a todos los vecinos. Su extensión debe ser tanta se necesite para que, en el caso de que crezca la población, siempre quede bastante espacio para que la gente pueda salir a recrear, y los ganados puedan pastorear sin ha-cer daño (L.13. tít. 7. Lib. 4 de la Rec. de Ind.). Álvarez señala “unas leyes señalan una, otras dos leguas a los ejidos; pero esto debe ser arbitrario con atención a las circunstancias de la grande-za de las ciudades, número de sus habitantes” (Álvarez [1826], 1982:16). Dougnac (1994) men-ciona que los ejidos tenían la misma regulación que las dehesas, y que, mientras la población no aumentara, eran de utilización colectiva.

Aguas, bosques, pastos, dehesas, y montes.- Eran propiedades de uso y explotación colectiva. El agua podía usarse para abrevar ganado, y para el riego de tierras comunalesiv. Los bosques, pastos, dehesas y montes eran utilizados para el pasto-reo y extracción de leña (Margadant, 1971:85; Knowlton, 1991:184; Menegus, 2001; Endfield y O’Hara, 2004:171-175; Arrioja, 2009:10).

Pastos y aguas.- Sean comunes a todos los vecinos de cada lugar, para que los puedan gozar libremente y traer allí sus ganados. (LI.5.7 y 8. Tít. 17. lib.4 de la Rec. de Ind.); otras disposiciones en (LI. 8.14 y 16. Tít. 17. Lib. 4 de la Rec. de Ind.), (L. 9. tít. 31 Lib. 2. Rec. de Ind.).

Montes y términos públicos.- De ellos se han de sacar la madera para construcción y leña.; y abrigos para los ganados con el fin de que los vecinos se puedan aprovechar de todo. (Casi todo el tít. 7. del lib. 7 de la Rec. de Cast.; L. 15. tít. 7 de la Rec. de Cast.) (Rec. de Cast. citada por Álvarez [1826], 1982:17).

Dehesas o pastos.- En un principio eran bienes para el uso comunitario, (Dougnac, 1994), ocasional-mente eran arrendadas por el cabildo. (Álvarez [1826], 1982).

Plazas, fuentes.- Arenales y lugares donde se juntaren los capitulares, definidos por Partidas, 3.28.9. (Partidas citadas por Álvarez [1826], 1982).

Bienes de las cofradías.- Entre los cuales hay también tierras de labor. La mayoría de las cofradías de indios eran instituciones corporativas cuyos fon-dos y bienes manejaban los indígenas (a menudo bajo la dirección del cabildo indígena) para obte-ner una ganancia. Podría decirse que, en muchos pueblos, la cofradía era una organización mer-cantil con nombre religioso (Tanck de Estada, 1999v; Mendoza, 2002vi).

Nota. Las reformas borbónicas y el establecimiento de Intendencias, los bienes de comunidad de los pueblos indígenas, con la Ordenanza de Intendentes de 1786, pasaron a estar bajo el control del superin-tendente (Margadant, 1988b). La Ordenanza de Intendentes contiene una serie de disposiciones relativas a los bienes de comunidad: para manejarlos y administrarlos; para conocer del origen y estado de los bienes; para establecer reglamentos interinos y preferencia de hacer guardar lo dictado en la Recopilación de Indias sobre los bienes de comunidad que no contradigan la Ordenanza; y de la manera de dividir las partidas de los gastos; entre otras. (Ordenanza de intendentes, [1786], 2008).

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476 AntologíA sobre riego

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i “El pueblo de indios no sólo englobaba el casco urbano con su plaza, iglesia y casas, sino que abarcaba una extensión más amplia de tierra. Este terreno, otorgado por el rey al pueblo en el momento de su fundación se conocía como ‘tierras para vivir y sembrar’. Durante el siglo XVIII se le denominaba ‘tierra por razón de pueblo’ o ‘seiscientas varas que como a pueblo les pertenece’. Alrededor de 1790, se llamaba ‘fundo legal del pueblo’.” (Tanck de Estrada, 1999:78). Esta autora también refiere que había una milpa comunitaria incluida en el fundo legal, que se cultivaba en parcelas por cada tributario para entregar su producto a la caja de comunidad (Tanck de Estrada, 1999:79-82).

ii El fundo era al pueblo de indios lo que la traza al pueblo de españoles (Pallares, 1897).iii Artículo 28 “Con el objeto de arreglar uniformemente el gobierno, manejo y distribución de todos los propios y

arbitrios de las ciudades y villas de españoles, y de los bienes comunes de los pueblos de indios de aquel imperio, cometo privativamente la inspección de unos y otros a la Junta Superior de Hacienda, (...)” y el Artículo 44 “Iguales reglas a las que van prevenidas respecto de las expresadas Juntas Municipales deberán observar proporcionalmente los Subdelegados Españoles que han de establecer los Intendentes en los Pueblos Cabeceras de meros indios indicadas en el artículo 12 por lo que mira a la dirección y manejo de tierras y otros bienes de sus comunidades (...)” (Ordenanza de Intendentes, [1786], 2008).

iv Las tierras comunales eran aquellas que se trabajaban colectivamente para subvenir gastos comunales ligados a festividades, compra de ornamentos, pleitos jurídicos y otras derramas; y en caso de que hubiera agua [comunal], esta podía ser utilizada para regar sus tierras comunales, es decir, también podía haber tierras comunales de riego (Fernández, Endfield y O’Hara, 2004:171-175).

v “Según la legislación eclesiástica, una cofradía era: una reunión de determinado número de fieles para dedicarse en común al ejercicio de obras piadosas y de caridad… Las cofradías no pueden establecerse sin la competente autorización de los prelados de las diócesis en que están enclavadas. las cofradías indias no tenían licencia y operaban bajo la supervisión de la república; … Estas corporaciones, ricas en tierras, ganado y capitales, funcionaban sin autorización eclesiástica, ya que su fundación y la de casi todas las que hay en el reino no eran arregladas a la disposición de la ley.” (Tanck de Estrada, 1999:451,457).

vi “…en la segunda mitad del siglo XVIII la política borbónica trató de controlar el ingreso de las cajas de comunidad, estableciendo reglamentos específicos para cada pueblo, … restando autonomía a las autoridades locales sobre el manejo de los fondos comunales. Con la Ordenanza de Intendentes de 1786, y los respectivos reglamentos, los pueblos de indios perdieron el control de sus bienes. En adelante tuvieron que presentar las cuentas para su revisión y enviar el dinero sobrante de su caja de comunidad a las arcas reales. … Una de las estrategias de los pueblos para evitar la fiscalización y el control externo de sus bienes de comunidad fue trasladar sus bienes a las cofradías religiosas, … Las cofradías indígenas bajo la supervisión del gobierno municipal o “cofradía de república” no sólo fueron una empresa comunal orientada a solventar el culto religioso, sino también fueron una caja de ahorro y préstamo.” (Mendoza, 2002:751).

vii Pueden consultarse los siguientes artículos relativos a los bienes de las repúblicas de indios: Art. 28. “Con el objeto de arreglar uniformemente el gobierno, manejo y distribución de todos los Propios y Arbitrios de las ciudades y villas de españoles, y de los Bienes Comunes de los pueblos de indios, (...). someto privativamente la inspección de unos y otros, a la Junta Superior de Hacienda, (...)”. Art. 31. “Luego que los Intendentes tomen posesión de sus empleos han de pedir a cada una de las ciudades, villas y lugares de españoles, y pueblos de indios de sus provincias, una razón puntual, y firmada de las justicias y escribanos de ayuntamiento, donde los hubiere, de los propios y arbitrios, y bienes de comunidad que gozan; de la concesión y origen de ellos; de las cargas perpetúas, o temporales que sufren; de los gastos precisos, o extraordinarios a que están sujetos; de los sobrantes, o faltas que resulten al fin de cada año; y de la existencia, custodia y cuenta de esos caudales; (...)”. Art. 33. “Con prolijo examen (...), han de formar un Reglamento Interino, para los propios y arbitrios, o bienes de comunidad de cada pueblo, moderando, o excluyendo las partidas de gastos que parecieren excesivas, o superfluas, aunque estas se hallen señaladas y permitidas por ordenanzas o reglamentos antiguamente aprobados, (...). Y mediante no ser mi real ánimo variar los destinos que las leyes del Libro VI, Título IV de la Recopilación dan a los bienes comunes de los pueblos de indios, y ser aquellos en parte muy diferentes de los que tienen y deben darse a los propios y arbitrios de los pueblos de españoles, ordeno que para la formación de dichos reglamentos respectivos a pueblos de meros indios y a sus bienes de comunidad, incluso sus censos, se tengan presentes, y en la debida consideración las 38 leyes de los citados libro y título, en cuanto no se opongan a lo dispuesto por esta instrucción.”; además los Art. 34; Art. 44; Art. 45; Art. 47; (Ordenanza de Intendentes, [1786], 2008).

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477las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

Cuadro núm. 2. El agua en la república de indios

Bienes en la república de indios Las aguasFundo legal En el libro de Poblaciones se lee, “muchas y buenas aguas para beber,

y regar” (Libro IV, título V. Ley I, en Rec. de Ind. [1681], 1976); “Una real cédula de 1º. de diciembre de 1573, dispuso que los sitios destina-dos a la erección de pueblos o reducciones de indios tuvieran aguas, tierras, montes y un ejido de una legua de largo donde pudieran te-ner sus ganados, cuya disposición fue reproducida el 15 de octubre de 1713”. (Labastida, 1893:20). Con esto se puede decir que aquí las aguas son separadas de los ejidos al nombrarlas específicamente.Fernández, Endfield y O’Hara (2004:149) refieren que “al fundarse las poblaciones, éstas recibían con su fundo legal agua para el abasto de la población y del ganado.

Bienes de comunidad, fondos de co-munidad de indios o bienes propios.

Las aguas que eran bienes de comunidad (y que después fueron lla-madas ‘de propios’) se arrendaban para generar ingresos a la comu-nidad (Tanck de Estrada, 1999:102,105,106i); Mendoza (2002:751) refiere que “los bienes de comunidad estaban constituidos por (…), manantiales, (…)”;para el caso de Puebla Henao señala que “las aguas comunales que se distribuían por medio del ayuntamiento de Ajal-pan, eran las aguas con que había sido dotada la comunidad indígena” (1980:91), la importancia para el Ayuntamiento de los ingresos pro-venientes de la renta de aguas; (1980:96ii), este autor también refiere el intento por rematar las aguas comunales con las leyes de desamor-tización, (1980:98-100iii ). Suponemos que las aguas comunales a las que se refiere Henao son bienes de comunidad.El agua podía usarse para abrevar ganado y para el riego de tierras comunales, (Fernández, Endfield y O’Haraiv).

Ejidos García (1992:47) refiere “que los ejidos no eran otra cosa más que tierras de aprovechamiento general (…) y abastecimiento de agua”.

Aguas, bosques, dehesas y montes, propiedad de uso y explotación co-lectiva.

“El agua de uso comunal era administrada por el cabildo que ejercía el derecho corporativo” (Fernández, Endfield y O’Hara, 2004:149), y las aguas comunales para el uso particular de los vecinos del pueblo servían para abrevar animales domésticos, (Fernández, Endfield y O’Hara, 2004:171-175;); el agua estaba destinada a satisfacer sus ne-cesidades (Knowlton, 1991:184).

Bienes de cofradías Henao (1980) refiere que eran los mayordomos quienes administra-ban las aguas y hacían el reparto de las mismas.

Nota: No se encontraron datos sobre aguas en el rubro “La propiedad privada de los indios” y tampoco para “Parcelas de común repartimiento, o tierras de parcialidades de indígenas o de comunidad”

Fuente: Fernández, Endfield y O’Hara, 2004; García 1992; Henao, 1980; Knowlton, 1991; Labastida, 1893; Mendoza, 2002; Recopilación de Leyes de Indias, [1681], 1976; Tanck de Estrada, 1999.

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478 AntologíA sobre riego

i La fiscalización de los bienes comunales por los contadores del virreinato reveló que los pueblos de indios no sólo tenían ingresos provenientes del real y medio y el arrendamiento de tierras, sino de una variedad de actividades relacionadas con la tierra, la agricultura y el comercio. (…) Muchos pueblos contaban con presas y sistemas de riego para sus cultivos, pero sólo algunos arrendaban agua a los no indios y por eso sus nombres aparecían en la cuentas de Propios y Arbitrios: San Luis de la Paz, Rincón y Pénjamo en la intendencia de Guanajuato; Etla en Oaxaca; Tula y especialmente Texcoco –que recibía 700 pesos- y San Andrés Chiautla, Puebla –que cobraba 50 pesos diarios-; en el norte Parras, Coahuila, intendencia de San Luis Potosí y Malpaís, intendencia de Durango, controlaban el agua en sus distritos.” (Tanck de Estrada, 1999:102, 105, 106).

ii Una vez instaurados los ayuntamientos y desaparecidas las repúblicas de indios, ya en la época independiente, pero antes de las leyes de reforma, Henao refiere que “el ayuntamiento sigue operando con los patrones tradicionales que había desarrollado el gobierno indígena. Daba aguas de compensación, … Poseía además un fondo propio de aguas que podía vender o que utilizaba para gratificar a las personas. … De todos los ingresos del ayuntamiento, 89% provenían de los fondos adquiridos por aguas.” (Henao, 1980:96).

iii “Las leyes de la Reforma liberal, entro otros objetivos pretendieron destruir al estructura corporativa de las comunidades indígenas. Y son este criterio se manejaron en el valle de Tehuacán, … A pesar de las numerosas leyes que se expidieron, tal proceso sin embargo se vio obstaculizado por varios factores. … Una vez terminados los disturbios políticos y bajo la segunda presidencia de don Porfirio Díaz, se intenta poner en práctica las leyes de reforma que habían permanecido suspendidas. … Las aguas comunales, al igual que los terrenos comunales se intentaron rematar a particulares, con el fin de que aportaran mayores ingresos a la municipalidad. Aunque en Altepexi, muchas aguas y terrenos fueron vendidos, en Ajalpan tal remate no se llevó a cabo por la protesta de la clase indígena, cuyo representante comienza a asumir un papel importante en la defensa de los indígenas (Henao, 1980:98-100).

iv Las tierras comunales eran aquellas que se trabajaban colectivamente para subvenir gastos comunales ligados a festividades, compra de ornamentos, pleitos jurídicos y otras derramas; y, en caso de que hubiera agua [comunal], esta podía ser utilizada para regar sus tierras comunales. Es decir, también podía haber tierras comunales de riego (Fernández, Endfield y O’Hara, 2004:171-175).

Cuadro núm. 3. Decretos de las Cortes de Cádiz a favor del reparto

Fecha expedición Bienes que afectóDecreto del 13 de marzo de 1811

En el libro de Poblaciones se lee, “muchas y buenas aguas para beber, Art. 2. Que la gra-cia del repartimiento de tierras de los pueblos de los indios no se extienda a las castas. (Decreto, en Arévalo [1829], 2005).

Decreto del 9 de noviembre de 1812

Art. 5. Se repartirán tierras a los indios, que sean casados o mayores de veinticinco años fuera de la patria potestad, de las inmediatas a los pueblos, que no sean de dominio particular o de comunidades; más si las tierras de comunidades fuesen muy cuantio-sas con respecto a la población del pueblo a que pertenecen, se repartirá, cuando más, hasta la mitad de dichas tierras, debiendo entender en todos estos repartimientos, las diputaciones provinciales, las que designarán la porción de terreno que corresponde a cada individuo, según las circunstancias de éste y de cada pueblo. (Decreto, en Arévalo [1829], 2005).

Decreto del 4 de enero de 1813

Art. 1º. Todos los terrenos baldíos o realengos, y de propios y arbitrios con arbolado o sin el, (...) excepto los ejidos necesarios a los pueblos, se reducirán a propiedad particu-lar, (...); Artículo 2º De cualquier modo que se distribuyan estos terrenos, será en plena propiedad ... (Decreto, en Arévalo [1829], 2005).

Decreto del 13 de septiembre de 1813

Art. 6. Los religiosos misioneros deberán cesar inmediatamente en el gobierno y ad-ministración de las haciendas de aquellos indios [reducidos], quedando al cuidado y elección de estos disponer por medio de sus ayuntamientos, y con intervención del jefe superior político, se nombren entre ellos mismos los que fueren de su satisfacción, y tu-vieren más inteligencia para administrarlas, distribuyéndose los terrenos, y reducién-dolos a propiedad particular, con arreglo al decreto de 4 de enero de 1813 sobre reducir los baldíos y otros terrenos a dominio particular. (Decreto, en Arévalo [1829], 2005).

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479las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

Cuadro núm. 4. Bienes de los pueblos que fueron afectados por la desamortización

Bienes afectados Disposiciones nacionales que los afectaron

Fundo legal del pueblo Resolución del 13 de noviembre de 1856 [Toluca], refiere que el fundo legal lo demarcan las leyes vigentes y señala que las tierras poseídas pro indiviso y que pertenezcan a corporación son sujetas a desamortización; tam-bién la resolución señala que son las autoridades locales las que mejor conocen cuáles son los terrenos que están destinados a servicio público. (Labastida, 1893).

Resolución de 2 de enero de 1857 [Jilotepec], declara que los terrenos exce-dentes del fundo legal se repartan entre los mismos vecinos de las pobla-ciones. (Labastida, 1893).

Bienes de comunidad, fondos de comunidad de indios, bienes de propios

Ley de desamortización de junio 25 de 1856.- adjudicación en propiedad a quienes las tienen en arrendamiento, las fincas rústicas o urbanas que tienen o administran como propietarios las corporaciones. (art. 1º) (Se-gura, 1861; Labastida, 1893).

Resolución 19 de diciembre de 1856.- [Michoacán] los arrendatarios tienen derecho a la adjudicación, aún cuando los terrenos arrendados perte-nezcan a comunidades de indígenas. (Labastida, 1893).

Acuerdo de 2 de agosto de 1878, refiere que el reparto de los propios quedó establecido en la ley de desamortización. (Pallares, 1897).

Aguas, bosques, pastos, dehe-sas, y montes

Ley de desamortización de junio 25 de 1856.- las fincas rústicas o urbanas que no estén arrendadas se adjudicaban al mejor postor en almoneda (art. 5) ) (Segura, 1861; Labastida, 1893).

Ejidos Circular de 12 de mayo de 1890, es una excitativa a los gobernadores de los estados para que se reduzcan a propiedad particular los ejidos de los pueblos. (Pallares, 1897)

Ley de 26 de marzo de 1894, señala que se debe continuar con el fracciona-miento y adjudicación de los terrenos que formen los ejidos y los exce-dentes del fundo legal, (art. 67); si algún pueblo continuaba poseyendo a título de ejidos demasías, podía ser admitido a composición, (art. 68) (Pallares, 1897).

Parcelas de común reparti-miento o tierras de parcialida-des indígenas o de comunidad

Ley de desamortización de junio 25 de 1856: adjudicación en propiedad a quienes censo enfitéutico, las fincas rústicas o urbanas que tienen o ad-ministran como propietarios las corporaciones. (art. 2) (Segura, 1861; Labastida, 1893).

Reglamento de 30 de julio de 1856, se adjudicaban las fincas rústicas o ur-banas dadas en arrendamiento, a censo enfitéutico o como tierras de repartimiento, (Art. 1º.); ventas convencionales de las fincas no arren-dadas de las comunidades y parcialidades de indígenas, (art. 11). (Segu-ra, 1861; Labastida, 1893).

Resolución de 11 de noviembre de 1856.- [San Francisco Tepeji del Rio].- declara que los terrenos de repartimiento que poseen desde tiempo in-memorial, deben de tenerlos y disfrutarlos los indígenas referidos en absoluta propiedad, que están exentos de pagos porque no se adjudican con la ley de desamortización, sino que ya estaban en propiedad de ellos; se atiende al reparto hecho en la colonia. (Labastida, 1893).

Circular de 16 de noviembre de 1860 [Veracruz], esta circular dictada por el gobierno de Veracruz retoma otras resoluciones y en ella se establecen las reglas para el reparto de los terrenos del común de los pueblos. (La-bastida, 1893).

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480 AntologíA sobre riego

Acuerdo de 20 de marzo de 1868 en este acuerdo se menciona que los bienes de parcialidades ya debían estar repartidos y en caso de que no fuera así, tenían que reducirse a propiedad privada. Establece que los capitales, réditos y demás productos de dichos bienes, debían administrarse por los Ayuntamientos por ser estos los que debían cuidar de todo lo desti-nado a beneficio común o municipal, (art. 1º.); en caso de que hubiere bienes en común, los ayuntamientos debían cuidar que se conviertan a propiedad privada, (art.3) (Pallares, 1897).

Reglamento de 20 de abril de 1878, reglamento que establece cómo se debe hacer la adjudicación de terrenos de comunidad. (Pallares, 1897).

Informe y acuerdo de 2 de agosto 1878 que aclara cuáles son los terrenos de repartimiento y los terrenos sujetos a obvenciones con los que se paga-ban tributos al soberano. (Pallares, 1897).

Circular de 12 de mayo de 1890, es una excitativa a los gobernadores de los estados para que se reduzcan a propiedad particular los terrenos de co-mún repartimiento de los pueblos. (Pallares, 1897).

Bienes de las cofradías Resolución 20 de diciembre de 1856, señala que tanto los terrenos de comu-nidad llamados también de cofradía como los ganados de comunidad o cofradía debían repartirse. (Labastida, 1893).

Resolución de 2 de septiembre de 1859 [Veracruz], indica que los bienes de cofradías que no consistan en bienes raíces no deben de repartirse. (Pa-llares, 1897)

Circular de 16 de noviembre de 1860 [Veracruz], además de establecer las reglas para el reparto de los terrenos del común de los pueblos. Señala cómo debe hacerse el reparto de los bienes de cofradía y que al ser los bienes de cofradías varios (“tierras de tal extensión que entre ellas hay diversas clases y accidentes como sinuosidades, pantanos, tepetates, montes y tierras útiles de las llamadas de pan llevar”) y de difícil repar-to lo mejor es “pasen a poder de los ayuntamientos o municipalidades” para su administración. (Labastida, 1893).

Aguas Resolución del 27 de agosto de 1856, [Texcoco], estipuló que el agua también formaba parte de la legislación, pues el Ministerio de Hacienda con-sideró que en la desamortización se incluían las aguas que estuvieran comprendidas en las corporaciones, exceptuando solamente las desti-nadas a uso público o corriente. La resolución a la letra señala “Si las aguas son de uso público o corrientes, no están comprendidas en la ley de desamortización; pero que si lo están en caso de que sean estancadas y correspondan a terrenos de corporaciones”. (Labastida, 1893).

Resolución del 18 de septiembre de 1856 sobre el avalúo de las aguas estanca-das. Debía verificarse, “por cuenta del comprador en las ventas conven-cionales, del mejor postor en los remates, y del beneficiado en caso de prestación personal”, y a la primer autoridad política del lugar en que se encuentren los bienes de que se trate, le correspondía el cumplimiento de las disposiciones citadas (Segura, 1861; Labastida, 1893).

Nota. No ha sido posible localizar disposiciones específicas para el caso de las aguas, excepto la mencionada para el caso de Texcoco del 27 de agos-to de 1856, y la resolución de 18 de septiembre de 1856.

Fuente: Labastida (1893); Pallares (1897) y Segura (1861).

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481las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

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i La ley de 25 de junio de 1856 sobre desamortización incluía totalmente la propiedad corporativa o bienes comunales de los pueblos. Esta ley indicaba que, tanto las fincas rústicas como las urbanas que tenían o administraban las corporaciones, debían adjudicarse en propiedad a los que las tenían arrendadas. La adjudicación incluía los que tenían a censo enfitéutico las fincas rústicas o urbanas de corporación. Estableció que, en el nombre de corporaciones, se comprenden todas las comunidades religiosas, ayuntamientos, y, en general, todo establecimiento o fundación que tuviera el carácter de duración perpetua o indefinida. La misma ley indicaba cómo eran los procedimientos para su adjudicación; las fincas urbanas y las rústicas que no estaban arrendadas a la fecha de la publicación de esa ley se podían adjudicar al mejor postor en almoneda, que se celebraba ante la primera autoridad política del partido; se establecieron los derechos que tenían los inquilinos sobre las propiedades y las formas de pago. La ley también previno que se exceptuaba de la enajenación los edificios que estaban destinados inmediata y directamente al servicio de las corporaciones. Determinaba que, en el caso de los ayuntamientos, también quedaban exceptuados los edificios, ejidos y terrenos destinados de forma exclusiva al servicio público de las poblaciones a las que pertenecían; la misma ley dispuso que ninguna corporación tenía capacidad legal para adquirir o administrar más bienes que los ya mencionados dedicados al servicio público. Los que adquirían las fincas en propiedad podían enajenarlas y disponer de ellas como cualquier propiedad que se adquirió legalmente. También contenía disposiciones relativas a la escrituración de las adjudicaciones, la manera de resolver controversias relativas a la adjudicación, y el costo de la traslación de dominio (Ley de desamortización, compilada en Pallares, 1897). Esta ley tuvo efectos que causaron perjuicio a los arrendatarios y labradores pobres, ya que, por su precariedad económica, estos no podían adquirir el dominio directo (Margadant, 1971). De ahí que se buscara a través de la resolución del 9 de octubre de 1856 que estos pudieran adquirir los bienes. En ésa resolución se señala que “(…) todo terreno cuyo valor no pase de 200 pesos (…) se adjudique a los respectivos arrendatarios, ya sea que lo tengan como de repartimiento, ya pertenezcan a los Ayuntamientos, o esté de cualquier otro modo sujeto a la desamortización, sin que se les cobre alcabala ni se les obligue a pagar derecho alguno (…)” (Resolución, compilada en Labastida, 1893:13). Mendieta señala que con esta resolución se “provocó la desamortización de los pueblos de indios y de los bienes del Ayuntamiento, lo que produjo desastrosas consecuencias.” (Mendieta, [1923] 1978:123).

ii Las ya citadas del 9 de octubre; 7 de noviembre y 18 de diciembre de 1856 (sobre el valor del terreno) y la del 2 de enero de 1857 (Sobre los terrenos excedentes del fundo legal).

Page 483: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

482 AntologíA sobre riego

Cuadro núm. 5. Legislaciones sobre aguas en los estados

Sonora

Reglamento económico para la distribución y conserva-ción de las aguas en los pueblos de Sonora, 7 de abril de 1843Ley de Aguas del Estado de Sonora, 30 de junio de 1933

1843

1933

Nuevo León y Coahuila

Decreto núm. 122, 3 de Octubre de 1851; Decreto núm. 143, 5 de Marzo de 1852; Decreto núm. 11, 16 de Octubre de 1857; Notificación del gobernador 26 de Octubre de 1860; Notificación del gobernador, 2 de Agosto de 1863; Decreto núm. 10, 24 de Noviembre 1873; Decreto núm. 47, 7 Diciembre de 1892; Decreto núm. 66, 18 de Agosto 1893 del estado de Nuevo León y entre 1857-1863 de los estados de Nuevo León y Coahuila.

18511852185718601863187318921893

Zacatecas Ley de aguas del Estado de Zacatecas, 1862 1862

San Luis Potosí

Ley Orgánica reglamentaria de la Sección X del Título II de la Constitución del Estado, decreto núm. 47 , 1872; refor-mada el 19 de mayo de 1873 [reforma aún no localizada];Decreto num. 20 [San Luis Potosí], expedida en 21 de mayo del corriente año [1898] por la H. legislatura

187218731898

Durango Ley sobre uso de aguas públicas en Durango, 1881 1881

Guerrero Ley reglamentaria sobre propiedad y aprovechamiento de aguas, Guerrero,1898 1898

Oaxaca Ley sobre el uso y aprovechamientos de las aguas del Es-tado, Oaxaca, 1905 1905

Michoacán Ley sobre el uso y aprovechamiento de las aguas en el es-tado, Michoacán, 1906 1906

Guanajuato Ley para el fomento de la irrigación en el Estado de Gua-najuato, 1923 1923

Fuente: Sánchez y Sandré ms.

Page 484: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

483las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

Cuadro núm. 6. Reglamentos que aluden a las aguas de los pueblos

Año Disposición Uso Sobre aguas de Emitido por

1849 Reglamento de aguas del pueblo de Alfajayu-can, Estado de Hidalgo, 1849 Riego La cabecera mu-

nicipal

Regidor del Ayunta-miento y comisiona-dos de Alfajayucan

1860 Reglamento de aguas de Zamora, Michoacán, 1860 Riego La cabecera mu-

nicipalAyuntamiento y par-

ticulares

1873 Reglamento de aguas y caminos de Zamora, Michoacán, 1873 Riego La cabecera mu-

nicipal Ayuntamiento

1877 Reglamento de agua del pueblo de Ixtapan de la Sal, Estado de México, 1877

Riego y abasto do-méstico

La cabecera mu-nicipal Ayuntamiento

1884 Reglamentos de los manantiales Las Fuentes en Atlacomulco, Estado de México, 1884 Riego La cabecera mu-

nicipalComisión nombrada por el Ayuntamiento

1893 Reglamento de aguas de Río Verde, San Luis Potosí, 1893 Riego La cabecera mu-

nicipal Ayuntamiento

1899 Reglamento de aguas del municipio de Santa María del Río, San Luis Potosí, 1899 Riego La cabecera mu-

nicipal Ayuntamiento

1916Reglamento para la distribución de las aguas del manantial Las Fuentes, Estado de México,

1916Riego La cabecera mu-

nicipal Ayuntamiento

1919 Reglamento para el uso del agua de la ciudad de Cadereita Jiménez, Nuevo León, 1919 Riego La cabecera mu-

nicipal Ayuntamiento

1898Reglamento para la distribución de las aguas

del manantial de La Media Luna, Ríoverde, San Luis Potosí, 1898

Riego, fuerza motriz y abasto

doméstico

Dos ciudades (ambas cabecera

municipal) que se abastecen del mis-

mo manantial

Gobierno del estado

1901

Proyecto de Reglamento para la distribución de las aguas del manantial la Media Luna, San

Luís Potosí, 1901

Riego, fuerza motriz y abasto do-

méstico

La cabecera mu-nicipal

Ayuntamiento para que sea aprobado

por el gobierno del estado.

1888 Bases para el uso y reglamentación del agua de Jicotepec, Veracruz, 1888 Riego

Convenio entre dos municipios (Tenan-

go y Nogales)

1839Ordenanzas municipales para el régimen in-

terior municipal de las autoridades locales del Pueblo de Seris. Abril de 1839

Riego Pueblo que no es cabecera municipal Juez de Paz

1854 Reglamento de la acequia de Nombre de Dios, Chihuahua, 21 de abril de 1854

Riego y abasto do-méstico

Pueblo que no es cabecera municipal Ayuntamientoi

1896 Reglamento de labores y riegos de la municipa-lidad de Santa Rosalía, 1896

Riego y abasto do-méstico

Todo el municipioii

Ayuntamiento

1900 Reglamento de aguas del municipio de Santa Cruz de Rosales, Chihuahua, 1900

Riego, ornato del municipio y abasto

doméstico

La cabecera mu-nicipal Ayuntamiento

Fuente: Sánchez y Sandré ms y, en el caso del pueblo de Seris, municipales para el régimen interior municipal de las autoridades locales del Pueblo de Seris. Abril de 1839 --proporcionadas por Bojórquez.

i “ Consiguientemente a lo prevenido por el excelentísimo ayuntamiento de la ciudad de Chihuahua con fecha 21 de abril del año 1854 cuidará el gobernador del pueblo de San Cristóbal del Nombre de Dios de las aguas de la acequia madre.” (Comp. en Sánchez y Sandré ms).ii “Art. 1º. (…) Tanto la acequia como su servidumbre de paso son propiedad inalienable e imprescriptible de cada comunidad.” Art. 21.- “Para el servicio de las labores dentro de la municipalidad habrá un aguador nombrado por la comunidad por cada presa o sea por cada labor.” (Comp. en Sánchez y Sandré ms).

Page 485: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

484 AntologíA sobre riego

Anexo núm. 1 Legislaciones estatalesFuente: legislación compilada en Sánchez y Sandré ms.SonorA, 1843En 1843, la legislación sobre aguas de Sonora se refiere a las aguas de los pueblos, o tam-bién: tomas de agua de comunidad o presas de comunidad.Las aguas de los pueblos, tomas de agua de comunidad o presas de comunidad“Artículo 17. Todos los pueblos del departamento que tengan tierras de panllevar con pre-sas de comunidad, y que necesiten de encargados para la distribución de los ríos, harán elección de comisionados de agua ante la primera autoridad local.”“Artículo 18. Por cada presa de comunicad se nombrará a un comisionado y será pagado su trabajo a expensas de los labradores a quienes va a servir. Las autoridades, de acuerdo con dichos labradores, designarán la cuota con que cada uno deba contribuir, y si ella ha de ser en dinero u otra especie.”“Artículo 19. Las autoridades que juzguen de más influencia al engrandecimiento de la agricultura [deberán] reducir a un solo comisionado el gobierno de dos o más presas de comunidad; podrán hacerlo siempre que estén dentro de los ejidos del pueblo, y cuando no esté en contradicción la mayor parte de los labradores, pero en ese caso deberá disfrutar ese comisionado una dotación proporcionada a la recompensa que merezcan sus trabajos.”“Artículo 20. Para cumplimiento de lo que dispone el artículo 17, todos los años el día pri-mero de enero, se reunirán los labradores que se beneficien con tomas de aguas de comu-nidad, en las consistoriales de cada pueblo o en el lugar que sea costumbre y ante el primer alcalde o juez de paz harán elección de los comisionados para el reparto de aguas.”“Artículo 35. Los indígenas que en comunidad posean algunas tomas de agua nombrarán de entre ellos mismos el comisionado que ha de distribuir el riego de sus heredades, con-forme se previene en este reglamento; mas si estuvieren mancomunados en aquellas con los mismos vecinos, tienen el derecho de votar y ser votado en el nombramiento de comi-sionado para el reparto de aguas.”El Reglamento generaliza la reglamentación para todos los casos de tomas mancomunadas: “Art. 49 (...) se hará extensivo [este reglamento], no solamente a las ciudades, villas y pueblos que tengan tierras de regadío, sino también a las demás poblaciones que aunque desde su fundación han sido de propiedades particulares, hoy con la multiplicación de sus poseedores forman ya congregaciones administradas con independencia de otras municipalidades.”

Page 486: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

485las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

SonorA, 1933Las presas de comunidadArt. 18.- Todos los Ayuntamientos y Comisarías de Policía del Estado que tengan tierras de explotación agrícola con presas de comunidad en su jurisdicción, extenderán los nombra-mientos de Comisionados de Agua que se necesiten para el engrandecimiento de la agricultu-ra, quienes se encargarán de la distribución de las aguas.Art. 19.- La elección de Comisionados de Aguas se hará ante la Autoridad Política del lugar, por los agricultores que pertenezcan a la Comunidad, que usen el agua y paguen los gastos, siempre cuando tengan cuando menos seis meses de estar cultivando un predio. El voto será personal y la elección se hará por mayoría entre los que concurran a la junta.Art. 20.- Cada año, con quince días de anticipación cuando menos, los Ayuntamientos y Co-misarías de policía, por conducto de los Comisionados de Aguas convocarán a los Comuneros de su jurisdicciones que tengan cuando menos seis meses de cultivar sus terrenos a una junta que deberá verificarse el 15 del mes de enero, en la cual se procederá a la designación de nue-vos Comisionados que concurran cuando menos la mitad más uno de los Comuneros.TRANSITORIO, “PRIMERO.- Los Ayuntamientos del Estado deberán reglamentar la pre-sente Ley de acuerdo con las necesidades especiales de las Comunidades de su jurisdicción, debiendo someter los Reglamentos a la aprobación del Congreso.”

Guerrero, 1898En 1898, la legislación sobre aguas de Guerrero se refiere a aguas de jurisdicción federal, aguas de uso común o de jurisdicción estatal y en posibilidad de ser concesionadas por el gobierno del estado y aguas del dominio privado. Divide las aguas del dominio privado en aquellas que corresponden a derechos de particulares (Art 10), en aquellas que pertenecen a Corporaciones (Art 11), y, finalmente, el caso de individuos particulares con tomas man-comunadas (Art 12). Señala que las aguas de dominio privado “son (…) las que pertenecen en propiedad á los particulares...” (Art. 4º), para luego hablar de las aguas que pertenecen a Corporaciones como un tipo de aguas del dominio privado. Las Corporaciones parecen ser el equivalente de las tomas de comunidad de Sonora. Las aguas de Corporaciones“Art 11.- El uso de las aguas que pertenezca a Corporaciones autorizadas o permitidas por la ley será reglamentado por los Ayuntamientos, respetando las costumbre y derechos obser-vados; y el mismo Ayuntamiento convocará á los interesados para que nombren un repre-

Page 487: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

486 AntologíA sobre riego

sentante común que gestione judicial y administrativamente los derechos de dichas Corpo-raciones, cuando ese nombramiento sea necesario ó lo solicite alguno de los miembros de la Corporación. En caso de no concurrir tres miembros á la elección, el Ayuntamiento nom-brará dicho representante, cuyos trabajos serán remunerados por la misma Corporación.”Para el caso de las tomas mancomunadas (Art 12 al 16), se indica que la intervención del Ayuntamiento se dará solo cuando no se ponen de acuerdo y “á petición de cualquiera de los comuneros”.“Art. 12. Cuando varios individuos particulares sean copropietarios de un curso ó depósito de agua y no proceda en derecho la acción comuni dividusido, ni se pongan de acuerdo para consignar su escritura pública la forma en que deben usar del agua común, la distribución de gastos de conservación y vigilancia y el nombramiento de un representante común para defender los derechos de los comuneros, el Ayuntamiento del lugar respectivo, á petición de cualquiera de los comuneros, convocará á éstos á una junta de avenencia á afecto de que, de acuerdo con la mayoría de ellos, se reglamente el uso y aprovechamiento de las aguas de que se trata, así como el reparto de los gastos que demanden su conservación y vigilancia.”“Art. 13. Dicho reglamento determinará la forma, tiempo y medida en que deben usar los comuneros del agua que les pertenece, los encargados de vigilancia que debe haber, la dis-tribución de gastos de la misma vigilancia de las obras necesarias para el uso del agua, y la manera de convocar á los copropietarios ante el Gobierno ó ante la autoridad judicial, así como las facultades que tiene el Ayuntamiento para hacer ese nombramiento en caso de no concurrir el número de individuos que se fije como quórum.”“Art. 14. En la expedición de dichos reglamentos se respetarán cuidadosamente los dere-chos de los copropietarios según sus títulos y se distribuirán proporcionalmente los gastos.”“Art. 15. A falta del avenimiento á que se refiere el artículo anterior, el Presidente mu-nicipal pasará desde luego el expediente respectivo al Juez de 1ª. Instancia del Distrito, para que de acuerdo con las prescripciones de la presente ley resuelva lo que en derecho haya lugar.”“Art. 16. La autoridad judicial en juicio sumario decidirá las controversias que se sus-citen con motivo de la expedición de los reglamentos de que hablan los artículos ante-riores y su aplicación siempre que la controversia revista carácter civil por tratarse de violación de los derechos de los particulares. Después de concertado expresamente un reglamento o después de seis meses de publicado no cabe ningún recurso contra él, ex-cepto el de petición.”

Page 488: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

487las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

Oaxaca, 1905En 1905, la legislación sobre aguas de Oaxaca se refiere a aguas públicas o de jurisdicción estatal y en posibilidad de ser concesionadas por el gobierno del estado, aguas del dominio privado y aguas mercedadas. Las aguas que constituyan vías generales de comunicación y que estén dentro del territorio del estado son de competencia federal. (Art 1, 2).

En la legislación de Guerrero y de Oaxaca señalan “aguas del dominio privado”. Sin em-bargo, lo que en la legislación de Guerrero llaman “aguas del dominio privado” equivale a lo que en la legislación de Oaxaca llaman “aguas mercedadas”, y lo que en la legislación de Oaxaca denominan “aguas del dominio privado” corresponde a aquellas aguas como manan-tiales, estanques que nacen o se ubican en un predio del dominio privado, y por lo tanto son de la propiedad del dueño ó dueños del terreno (Art 4 y 5), así como las aguas subterráneas que hubiese alumbrado el dueño por medio de pozos (Art. 7° ). Es decir, corresponden a las aguas que, a principios del siglo XX en la legislación federal, se llamarían aguas privadas (Palerm, 2004).Las aguas de los pueblos“Art. 15 Pertenecen á los pueblos las aguas que nazcan y las que hayan sido alumbradas á su costa en terrenos de aprovechamiento comunal y demás que los ayuntamientos ó Agencias municipales posean para el servicio y objeto de su institución, las estancadas y las pluviales que caigan y se recojan en los mismos terrenos y las que hubieren adquirido por merced, donación ú otro título legal, así como las sobrantes de sus fuentes, cloacas y establecimien-tos públicos. De esta agua se destinarán preferentemente al abastecimiento de la población respectiva, las que puedan utilizarse al efecto.”“Art. 36. Corresponde á los Ayuntamientos y Agentes municipales la administración de las aguas á que se refiere el artículo 15 en las Municipalidades de su jurisdicción; y de ellas po-drán hacer concesiones, primero: para baños y establecimientos de pequeñas industrias y en las que no haya de utilizarse el agua como fuerza motriz, y tercero: para riego de terrenos comprendidos en límites de la Municipalidad respectiva.Art. 43. La distribución del agua para riego se hará por riguroso turno previamente estable-cido, y bajo la inspección y vigilancia del Regidor del ramo o Agente municipal.Resulta interesante que proponen la posibilidad de “establecer comunidades de regantes con sus sindicatos y jurados respectivos” en el caso de “aprovechamiento colectivo de aguas públicas para riego” (Art 131). Evidentemente, la terminología de comunidades de regantes corresponde a la legislación española de fines del siglo XIX. Mientras tanto, sin embargo,

Page 489: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

488 AntologíA sobre riego

el “aprovechamientos colectivo” estará a cargo de los Ayuntamientos (Art 132); es decir, aparentemente, al igual que en Sonora, las tomas mancomunados o de aprovechamiento colectivo quedan bajo la jurisdicción de los Ayuntamientos. “Art. 131. Queda facultado el gobierno para establecer comunidades de regantes con sus sindicatos y jurados respectivos, si lo juzgare conveniente, en vista de las concesiones que hiciere ó aprobare de aprovechamiento colectivo de aguas pública para riego.”“Art. 132. Entretanto, el régimen y distribución de las aguas públicas destinadas á aquel aprovechamiento, estará á cargo de los Ayuntamientos y Agentes municipales en los límites de su jurisdicción mediante un arbitrio municipal, que será aprobado por el Gobierno. (...)”

Michoacán, 1906En 1906, la legislación sobre aguas de Michoacán divide las aguas en aquellas de vías gene-rales de comunicación, conforme á la ley general del 5 de Junio de 1888 (es decir, aquellas de jurisdicción federa) y aguas de jurisdicción del Estado. A su vez, esta las divide en aguas públicas o en posibilidad de ser mercedadas por el gobierno del estado, aguas mercedadas y aguas del dominio privado por precepto legal (Art. 1-2), y define las particularidades y límites de estas últimas (incluye los casos de aguas pluviales, de manantial, de pozo, de socavón, de galería, de tajo (Art. 3-8, 10-18).Las aguas de los pueblosArt. 19. Pertenecen a los pueblos las aguas que nazcan en terreno de aprovechamiento co-munal, las que hayan sido alumbradas á su costa en esos mismos terrenos y las demás que los Ayuntamiento posean para el servicio y objeto de su institución; las estancadas y las pluviales que caigan y se recojan en los mismos terrenos y las que hubieren adquirido por merced, donación ú otro título legal, así como las sobrantes de sus fuentes, cloacas y esta-blecimientos públicos. De esta agua se destinará preferentemente al abastecimiento de la población respectiva, las que puedan utilizarse al efecto.Art. 40º. Corresponde a los Ayuntamientos administrar las aguas á que se refiere el Art. 19, en las Municipalidades de su jurisdicción, y de ellas podrán hacerse concesiones: I. Para los usos domésticos de los habitantes; II. Para baños y establecimientos de pequeñas indus-trias y en las que no haya de utilizarse el agua como fuerza motriz y III. Para riego de terre-nos situados en las orillas de las poblaciones pertenecientes á la municipalidad respectiva.Art. 43. Las concesiones se harán por tiempo limitado á las personas que lo soliciten, y éstas y sus sucesores en el dominio disfrutarán por el plazo prefijado, siempre que sean cumpli-

Page 490: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

489las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

das en el pago de las cuotas, que les fueren asignadas, según la clase de aquéllas. El plazo de la concesión puede prorrogarse, ú otorgarse de nuevo aquélla, siempre que para ello no hubiere inconveniente.Art. 47. La distribución del agua para riego se hará por riguroso turno previamente estable-cido, y bajo la inspección y vigilancia del regidor del ramo.En cuanto a particulares que tienen en común aguas, no corresponde, como en otros esta-dos al Ayuntamiento, sino a la autoridad administrativa o, lo que es lo mismo, al Ejecutivo del estado (Art. 125). También hay mención de que es el Ejecutivo del estado el encargado de reglamentar la coordinación entre presas.Art. 163. Cuando varios particulares sean copropietarios de un curso ó depósito de agua, y no proceda en derecho la acción común dividundo, ni se pongan de acuerdo en la manera de hacer uso del agua común, la autoridad administrativa, oyendo á los interesados, expe-dirá los reglamentos á que hayan de sujetarse al hacer uso de sus derechos.Art. 164. Cuando una zona en la que haya varias presas que se acostumbran abrir en deter-minadas épocas, esté en tal situación geográfica que la corriente natural de las aguas haga que éstas tomen un cauce común, el Ejecutivo, también con audiencia de los interesados, expedirá los reglamentos respectivos para que no se haga simultáneamente el desagüe de las presas con perjuicio de los propietarios inferiores.

Page 491: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

490 AntologíA sobre riego

Notas

1 “Las facultades de los gobiernos estatales se referían sobre todo al otorgamiento de nuevas mer-cedes y a la resolución de conflictos” (Aboites, 1998:46).

2 “Para obtener una merced era necesario dirigirse al virrey o a la municipalidad. (…) Entre 1821 y 1888, a falta de un estado fuerte, el agua está en poder de las autoridades locales y regionales (…) durante el período nacional al establecerse el sistema federal … las autoridades locales y estatales serán las encargadas de vigilar la validez de las concesiones de agua hechas en siglos anteriores y de otorgar nuevas; sólo en caso de conflicto se recurría al gobierno federal” (Tor-tolero, [2000], 2006: 41, 53 y 54).

3 “De esta manera [con la ley de 1888], se conculcó la facultad de los ayuntamientos para otorgar concesiones de agua para uso agrícola, debido a que las aguas de los ríos quedaron bajo la jurisdicción federal.” (Bojorquez, 2006: 80); “A manera de recordatorio, cabe decir, que en el periodo colonial,… el recurso agua era propiedad de la Corona española. Ya en la vida indepen-diente quedó bajo el control de los Ayuntamientos.” (Bojorquez, 2006:113).

4 “Al finalizar la colonia, los intendentes tenían plenas facultades para conocer de los asuntos de aguas y tierras, las autoridades locales y estatales serán las encargadas de vigilar la validez de las concesiones de aguas hechas en siglos anteriores y de otorgar nuevas; solo en caso de conflicto se recurría al gobierno federal. La administración de los recursos hidráulicos fue un proceso controlado por las instancias locales.” (Domínguez, 2008: 345).

5 “… hasta mediados del siglo XIX el manejo y control del agua era un asunto local; los gobiernos estatales y municipales, junto con los particulares, marcaban la pauta sobre la gestión del re-curso hidráulico, aspecto heredado del período colonial.” (Birrichaga, 2009:43).

6 “Al término de la dominación española, las prerrogativas del gobierno central que se había cir-cunscrito, al parecer, a la concesión de derechos originales sobre el recurso y su intervención eventual en la resolución de casos de crisis muy agudas por el acceso al líquido, con lo cual daba libertad a los usuarios y autoridades locales para ejercer el control directo en la gestión y admi-nistración de los recursos hidráulicos, gradualmente se fueron diluyendo durante la primera mitad del siglo XIX. Así, por ejemplo, el otorgamiento de mercedes o derechos de agua quedó en el ámbito de los ayuntamientos principalmente y, en mucha menor medida, en las esferas administrativas de los gobiernos estatales. (…) Entre las facultades asumidas por los ayunta-mientos durante la formación y consolidación del orden republicano fue la capacidad para la asignación de mercedes o derechos de agua en sus circunscripciones. Estas facultades fueron especialmente referidas en los reglamentos de agua pues reflejaban una posición clara respecto al manejo del recurso en términos institucionales y sociales. En lo primero porque señalaba los alcances jurisdiccionales logrados por los ayuntamientos frente a la ausencia de un gobierno central fuerte. En lo social, porque reflejaban el control dominante que habían adquirido los grupos de poder económico regionales formados por hacendados, rancheros y comerciantes y vinculados por lazos de parentesco y compadrazgo.” (Sánchez y Sandré, ms).

7 En la Asamblea francesa de 1789, Thouret señalaba que “las corporaciones no tienen ningún derecho real por su naturaleza, porque ni naturaleza propia tienen, no son sino una ficción, una concepción abstracta de la ley, que puede hacerlas o constituirlas como le plazca y que después de haberlas hecho, puede modificarlas a su gusto. (…) las corporaciones no existen sino por la ley, y por tal razón, la ley tiene sobre todo lo que a ellas concierne y sobre su propia existencia,

Page 492: ANTOLOGÍA SOBRE RIEGO

491las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

una autoridad ilimitada. (…) La ley, después de haber creado las corporaciones, puede supri-mirlas … La autoridad que ha podido declarar la incapacidad para adquirir, puede, con el mis-mo título, declarar la incapacidad para poseer.” (Thouret, citado por Pallares, 1897: CIX, CX).

8 “El agua en las tierras que pertenecían a la comunidad, como el agua en la tierra real, era para uso comunal y era administrada por el cabildo, que ejercía el derecho corporativo.” (Meyer, [1984], 1997:129).

9 La Segunda Audiencia permitió “a las comunidades indígenas administrarse ellas mismas, [y les concedió también] jurisdicción en asuntos penales y civiles de menor importancia. (…) Los cabildos mismos eran como pequeñas audiencias: les correspondían funciones judicia-les, administrativas y legislativas (ordenanzas de cabildos). Su función judicial era más bien de apelación, correspondiendo la primera instancia a los alcaldes ordinarios.” (Margadant, 1971:62 y 66).

10 “En el siglo XVI el gobierno español reconoció que las comunidades indígenas eran cuerpos organizados sobre estatutos y con personalidad jurídica que les daban carácter perpetuo o in-definido y la capacidad de administrar la propiedad de sus bienes raíces.” (Birrichaga y Suárez, 2008:246).

11 “El conocimiento sobre los inicios de las operaciones en los pueblos y villas, parten en buena medida de la constatación de que las “licencias” de fundación, o el reconocimiento formal de su presencia, fue acompañado por la concesión de tierras, licencia para el uso de aguas y el reconocimiento a un cuerpo local de autoridades, con atribuciones para los procesos de distri-bución de tierras y aguas.” (Urquiola, 2006:4).

12 “Al fundarse las poblaciones, éstas recibían con su fundo legal agua para el abasto de la po-blación y del ganado. El agua de uso comunal era administrada por el cabildo que ejercía el derecho corporativo.” (Fernández, Endfield y O’Hara, 2004:149).

13 “… cada pueblo tuvo en su república un cuerpo de gobierno y en su comunidad un conjunto de bienes colectivos. República y comunidad eran componentes del pueblo. Así se consolidó la figura jurídica y territorial de pueblo de indios.” (García, [2000], 2002:254).

14 “La investigación reciente del derecho indiano demuestra que en la práctica sí hubo derechos de agua implícitos en mercedes de tierra concedidas en las Indias, en caso de que éstas se re-fieran a tierras de pan llevar, tierras de labor, labranzas y algunas categorías más. Y esto queda confirmado por Prudencio Antonio Palacios, uno de los notistas a las Leyes de Indias.” (Mar-gadant, 1986:959).

15 “Prudencio Antonio de Palacios, titular de una larga y distinguida carrera indiana desde fines del siglo XVII hasta mediados del siglo XVIII escribe, … ‘Las aguas vienen en concesión de los campos, aunque no se expresen, porque las aguas son necesarias para regar los campos’.” (Margadant, 1989:142).

16 “…en caso de que la Corona mercedara la tierra, tácitamente las fuentes y las aguas por debajo de tal tierra fueron comprendidas en la merced. Parece que estamos en presencia de otro caso más de otorgamiento tácito de derechos sobre aguas, implícito en mercedes de tierras, al lado de aquellos otorgamientos implícitos en mercedes de tierra indicadas con nombres especiales, como “tierras de regadío”, “tierras de riego”, “tierras de labor” o “tierras de pan llevar”, cuya existencia Taylor ha demostrado convincentemente, en mi opinión.” (Margadant, 1992:257).

17 “De las tres principales clasificaciones de las tierras de cultivo, se puede deducir con certeza que el derecho de agua implícito sólo podía extenderse a las tierras de pan llevar. (…) Si se … otorgaba un pedazo de tierra de pan llevar incluso si no estaba especificada el agua, podía infe-

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492 AntologíA sobre riego

rirse con certeza que se le concedía el agua que iba con ella.” (Meyer, [1984], 1997:134).18 “En cuanto a los nombres y calidades de las tierras, ha de tenerse presente que: Tres calidades

de tierras hay, según reales ordenanzas, de las cuales las primeras se llaman de Pan sembrar, las segundas se llaman de Pan coger, y las terceras de Pan llevar. Las tierras de pan sembrar, son las de trigo aventurero: las de Pan coger son las de temporal, y las de Pan llevar son las de riego, esto es, las que tienen aguas.” (Galván, [1868], 1998:181).

19 “… para los efectos de las mercedes y ventas de tierras, se distinguían tres clases de ésta: de pan sembrar, de pan coger y de pan llevar. Las primeras son las propicias al cultivo del trigo –tie-rras de trigo aventurero-; las segundas son las tierras de riego, y las últimas las temporalearas.” (Mendieta, 1923:38).

20 “En esto sólo advierto que teniendo, como tiene, Su Majestad fundada su intención para el dominio de tierras y agua, y siendo de su Real Patrimonio, no pueden los poseedores que son detentadores [N. del E.: Detentador. El que retiene la posesión que no le toca], alegar prescrip-ción con patente mala fe, mayormente cuando aún con ella Su Majestad ha usado repetidas veces de tanta benignidad, convidando con el beneficio para que los que con mala fe hubieren poseído diez años, se admitan a composición, y es terquedad no querer componerse. (…) de suerte que para riego de caballerías de [tierras] se hacen las mercedes de agua por surcos, y de la misma forma para suertes de cañas, para batanes, molinos, ingenios y trapiches, y suele ser motivo de pleitos cuándo en las mercedes se dice que se hace del agua necesaria para alguna de las cosas referidas, y es lo mejor expresar el número de surcos de que se hace la merced…” (Sanz de Escobar, 1749).

21 “El carácter de ribereña que una propiedad territorial pudiera tener, o la sola existencia de corrientes de agua dentro de la propiedad, no eran títulos suficientes para conferir derechos de aguas, si la merced no declaraba expresamente que la propiedad de las tierras se hubiera concedido con al de las aguas. En suma, no había accesión de las aguas. El concepto de la propiedad de las aguas, nació pues, en Nueva España juntamente con el de la propiedad de las tierras, y durante mucho tiempo ambos conceptos fueron inseparables, pues habiendo tenido ambas propiedades el mismo origen, siendo idénticas las formas de su adquisición, y viniendo casi siempre yuxtapuestas ambas propiedades, no sorprende que durante mucho tiempo no se haya pensado en la propiedad de las aguas independientemente de la de las tierras, y que no haya habido oportunidad para que se formara un cuerpo de doctrina especial, respecto de la propiedad de las aguas.” (Molina, 1909:169).

22 “… todos los derechos de aguas de origen español o mexicano tuvieron que basarse en merce-des expresas…” (Baade, 1995:31).

23 “Margadant habla de ciertos “derechos implícitos”, para los casos de una merced de tierra en que no se hubiese señalado expresamente los derechos de agua. Si se considera la opinión de Antonio Dougnac en el sentido que las mercedes de tierra y agua eran totalmente diferentes, se podría contradecir la opinión de Margadant. No obstante, creo que es adecuada la conclusión de Margadant, y éste podría ser otro ejemplo de la flexibilidad del régimen jurídico de las aguas en el derecho indiano; además, no significa el quebrantamiento del principio de la necesidad de previa concesión, pues si bien no hay aquí una concesión o merced de aguas propiamente tal, si hay una merced de tierras, que involucraría también las aguas necesarias para regarlas, lo que parece natural y lógico. Incluso, como he adelantado, hay textos que en apariencia se refieren textualmente sólo a las tierras, en forma implícita es dable concluir que también incluyen las aguas necesarias para regarlas.” (Vergara, 1998:116-117).

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493las aguas de los pueblos: legislación sobre aguas y la propiedad corporada

24 El Reglamento General de las medidas de las aguas de 1761 señala que todas “las aguas de los públicos ríos, del público y común uso: que no se presuma haber de ser públicas y comunes en cuanto a su uso personal y doméstico, (…) libertad para que cualquiera pueda sacar la que quisiere, para el socorro de sus domésticas necesidades…” (Lasso de la Vega, [1761], 1998:261).

25 “No siendo navegable un río, puede cualquier vecino del pueblo por donde pasa, extraer parte de sus aguas para regar sus tierras, (…) con tal que lo haga sin perjuicio del uso comunal, o del destino que el pueblo les hubiese dado. Partida 3ª. Título 32, Ley 18.” (Orozco, [1925], 1975:131). Carecemos de una versión de las Partidas para su consulta.

26 “Los derechos adquiridos bajo estas leyes [coloniales y mexicanas] son de tres clases: los dere-chos de las municipalidades (villas, pueblos, etc.), derechos de los pueblos indígenas, y dere-chos de los individuos.” (Baade, 1995:25; ver también pp. 32-33).

27 La composición es la “convalidación de una situación ilegal mediante el pago de derechos.” (Margadant, 1971:73).

28 “Las composiciones fueron un medio por el cual los españoles podían legalizar las apropiacio-nes de tierra y agua que se habían adjudicado en forma ilegal a través de un pago en dinero.” (Salazar-Exaire, 2007:148).

29 “Que se admita la composición de tierras: considerando el mayor beneficio de nuestros va-sallos, ordenamos y mandamos a los Virreyes y presidentes gobernadores, que en las tierras compuestas por sus antecesores no innoven, dejando a los dueños en su pacifica posesión; y los que hubieren introducido y usurpado más de lo que les pertenece, conforme a las medidas, sean admitidos en cuanto al exceso, a moderada composición, y se les despachen nuevos títulos de tierras por ministros: y todas las que estuviere por componer, absolutamente harán que se venda a vela y pregón, y rematen en el mayor ponedor, dándoselas a razón de censo al quitar, conforme a las leyes y pragmáticas de estos reinos de Castilla: y remitimos a los Virreyes, y Presidentes el modo y forma de la ejecución de todo lo referido, para que lo disponga con la menos costa, que sea posible: y por excusar lo que se pueda seguir de la cobranza, ordenaran a nuestros oficiales reales de cada distrito, que al hagan por su mano, sin enviar ejecutores valiéndose de nuestras Audiencias reales, y donde no las hubiere, de los corregidores, y porque se han dado algunos títulos de tierras, por ministros, que no tenían facultad para repartirlas, y se han confirmado por Nos en nuestro consejo, mandamos, que a los que tuvieren cedula de confirmación, se les conserve y sean amparados en la posesión dentro de los límites en ellas contenidos, y en cuanto hubieren excedido, sean admitidos al beneficio de esta ley. (Felipe IV, 27 de mayo de 1631).” (Libro IV, Título XII, Ley XV, en Rec. de Ind. [1681], 1976).

30 El Plan de Pitic de 1789 ejemplifica la fundación de la villa del Pitic, actualmente Hermosillo, capital del estado de Sonora, en donde en el punto 3 se establece que, por Instrucción de su Majestad, se demarca y amojona el terreno concedido a la nueva población; y, para promover el fomento de la nueva población, se señala que “el uso y ejercicio de la Real jurisdicción queda a cargo del Gobernador Político de la Provincia, y del Alcalde Mayor o Teniente…” quienes eran los encargados de “…hacer los repartimientos de casas solares y aguas…”. El punto 10 señala que “…se ejecutará le repartimiento entre los primeros pobladores echando suertes…” Más adelante, el punto 15 indica que “Verificado el amojonamiento y aplicación de las ocho suertes de regadío a favor de los Propios de la nueva población, las restantes que hubiere útiles en su Distrito, ya sean de regado o de temporal, quedarán a beneficio de los pobladores, a quienes se irán repartiendo y mercenando a medida que se vayan estableciendo en ella, y no siendo posible dar regla fija sobre el número de suertes que podrían repartirse y mercenarse a cada

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poblador, se deja al prudente arbitrio del Comisionado la facultad de regular y mercenarles las que considere suficientes a la manutención de la familia de cada uno…” (Plan de Pitic, 1789 recopilado en Margadant, 1988a:706 y en Aboites et al., 2000:73).

31 “En el caso de Puebla, el agua y la tierra fueron concedidas a la ciudad como parte de sus pro-pios desde 1548, y el ayuntamiento era la institución que debía otorgar estas mercedes … El agua, como se ha mencionado, era propiedad de la ciudad. Por lo tanto, no se vendía, sólo se cedía su usufructo.” (Salazar, 2010:2-3).

32 “El agua en las tierras que pertenecían a la comunidad, como el agua en la tierra real, era para uso comunal, y era administrada por el cabildo, que ejercía el derecho corporativo.” (Meyer, [1984], 1997:129).

33 “El conocimiento sobre los inicios de las operaciones en los pueblos y villas parten en buen medida de la constatación de que las “licencias” de fundación, o el reconocimiento formal de su presencia, fue acompañado por la concesión de tierras, licencia para el uso de las aguas, y el reconocimiento a un cuerpo local de autoridades, con atribuciones para los procesos de distri-bución de las tierras y aguas.” (Urquiola, 2006:4).

34 “El agua de uso comunal era administrada por el cabildo que ejercía el derecho corporativo.” (Fernández, Endfield y O’Hara, 2004:149).

35 Disposiciones que hablan de una autoridad, multas y los arreglos que se realizarán con lo que se obtenga de la multa: “9ª.- … que las tandas se hagan de … en lo sucesivo, desde el 20 de febrero hasta otro igual de marzo, a disposición del señor comisionado, que ha de hacer el re-partimiento conforme a las porciones y mercedes que … a cuyo efecto queden en su poder los títulos que consta habérsele exhibido en diligencias de los autos citados, de … suerte se evita-rán y quedan disueltas las juntas. 10ª.- Ítem, que cualquiera persona, sea labrador o particular, o de cualquier estado, que abriere portillos o pusieren tomas en la acequia madre, se les saquen … cincuenta pesos de multa. 11ª. Que en igual conformidad, los labradores formen abrevaderos en sus pertenencias a sus ganados, de suerte que no derrumben los bordos de la acequia madre, habiendo agua en ella, bajo la dicha pena de cincuenta pesos, aplicada éste y la anterior para mejoras de la misma acequia y demás maniobras a este fin conducentes.” (Acuerdo para el uso del agua de la Laguna de Yuriria de 1780, en AHA. Aprovechamientos Superficiales, Caja 1396, exp. 19096, fs.17-39).

36 “En 1643, el repartimiento de aguas de Yzucar resultó insatisfactorio, de manera que el virrey ordenó una reestructuración total del sistema (lo cual confirma que los derechos de aguas nun-ca eran definitivos: tenían carácter precario, quedando siempre supeditados a nuevos criterios por parte de la autoridad superior).” (Margadant, 1989:143).

37 Recopilación de Leyes, formada y anotada por Amador Coromina, oficial 4º. de la Secretaría de Gobierno, del estado de Michoacán.

38 Téllez G. Mario y Piña L., Hiram (editores versión facsimilar digitalizada) 2010 Colección de Decretos del Congreso del Estado de México, 1824-1910. 31 volúmenes. Co-edición: Poder Le-gislativo LIV Legislatura estado de México; Instituto de Estudios Legislativos; Universidad Autónoma del estado de México; El Colegio Mexiquense.

39 Refieren para el estado de Hidalgo que “la creación de organismos operadores municipales genera tensión y desgaste donde ya hay instituciones comunitarias o multicomunitarias para el abasto del agua.” (Galindo y Palerm, 2011:214-215).

40 El número de habitantes y el número de alcaldes para las repúblicas de indios se establece “… en cada pueblo, y reducción haya un alcalde indio de la misma reducción, y si pasare de ochen-

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ta casas, dos alcaldes, y dos regidores, también indios, y aunque el pueblo sea muy grande, no haya más de dos alcaldes, y cuatro regidores: y si fuere de menos de ochenta indios, y llegare a cuarenta, no más de un alcalde, y un regidor, los cuales han de elegir por año nuevo otros, como se practica en pueblos españoles, e indios en presencia de los curas.” (Libro VI, Título III, Ley XV de la Rec. de Ind. [1681], 1976).

41 “Art. 309. Para el gobierno interior de los pueblos habrá ayuntamientos compuestos de alcalde o alcaldes, los regidores y el procurador síndico, y presididos por el jefe político donde lo hu-biere, y en su defecto por el alcalde o el primer nombrado entre éstos, si hubiere dos. Art. 310. Se pondrá ayuntamiento en los pueblos que no le tengan, y en que convenga le haya, no pu-diendo dejar de haberle en los que por sí o con su comarca lleguen a mil almas, y también se les señalará término correspondiente.” (Constitución de Cádiz, compilada en Tena, [1957], 2002).

42 Decreto para la formación de los ayuntamientos constitucionales del 23 de mayo de 1812 man-da que se establezcan ayuntamientos en los pueblos que no los tuvieren y que conviniera que hubiese en adelante bajo las siguientes reglas: “I. Cualquiera pueblo que no tenga ayunta-miento, y cuya población no llegue a mil almas, y que por sus particulares circunstancias de agricultura, industria o población considere que debe tener ayuntamiento, lo hará presente a la diputación de la provincia, para que en virtud de su informe se provea lo conveniente por el gobierno. II. Los pueblos que no se hallen con estas circunstancias seguirán agregados a los ayuntamientos a que lo han estado hasta aquí… agregándose al más inmediato en su provin-cia los que se formares nuevamente… IV. Como no puede dejar de convenir que haya entre l gobierno del pueblo del pueblo y su vecindario aquella proporción que es compatible con el buen orden y mejor administración, habrá un alcalde, dos regidores y un procurador síndico en todos los pueblos que no pasen de doscientos vecinos; un alcalde, cuatro regidores y un procurador en los que teniendo el número de doscientos vecinos, no pasen de quinientos; un alcalde, seis regidores y un procurador en los que llegando a, quinientos no pasen de mil; dos alcaldes, ocho regidores y dos procuradores síndicos en los que desde mil no pasen de cuatro mil; y se aumentará el número de regidores a doce en los que tengan mayor vecindario.” (De-creto compilado en Arévalo, [1829], 2005).

43 “Art. 1º. Desde la fecha en que se publique el presente reglamento, queda abolida la consti-tución española en toda la extensión del Imperio. Art. 2º. Quedan, sin embargo, en su fuerza y vigor las leyes, órdenes y decretos promulgados anteriormente en el territorio del Imperio hasta el 24 de febrero de 1821, en cuanto no pugnen con el presente reglamento, y con las leyes, órdenes y decretos expedidos, o que se expidieren en consecuencia de nuestra independencia. Art. 91. Subsistirán también con sus actuales atribuciones…, los ayuntamientos de las capitales provinciales, los de cabezas de partido y los de aquellas poblaciones considerables, en que a juicio de las diputaciones provinciales y jefes políticos superiores, haya competente número de sujetos idóneos, para alternar en los oficios de ayuntamiento, y llenar debidamente los objetos de su institución. Art. 92. En las poblaciones que carezcan de la idoneidad requerida, habrá, sin sin embargo a discreción de las mismas diputaciones y jefes políticos, uno o dos alcaldes; uno o dos regidores, y un síndico, elegidos a pluralidad de su vecindario”. (Reglamento, compilado en Tena, [1957], 2002).

44 La Constitución señaló que los ayuntamientos se establecerían “Art. 104. … en los que por sí, o con su comarca, consten lo menos de cuatro mil almas.” Y en los que no llegaren a este número “Art. 105. … se unirán entre sí hasta completarlo para formar ayuntamiento.” (Constitución, compilada en Coromina, 1886-1887).

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45 Aunque el análisis en curso de las Constituciones estatales arroja que la existencia de munici-pios “pequeños” prevaleció en varios estados de la República mexicana.

46 “… la Constitución local de 1825 preservó parte de las organizaciones política y económica de los “extintos pueblos de indios”, al otorgar a los pequeños pueblos el rango de “república”. Según las leyes, la “nueva institución” sería la encargada de financiar la escuela de primeras letras … recaudar, administrar e invertir los productos de los propios y arbitrios, y los fondos del común. Así, los pequeños pueblos o repúblicas como Tepenene, mantuvieron su territorio comunal y sus Propios y Arbitrios (el nuevo término para los bienes de comunidad), no sólo por la costumbre y su resistencia, sino también porque así lo establecía la Constitución estatal.” (Mendoza, 2002:755).

47 “Art. 22. Habrá ayuntamientos en las capitales de departamento, en los lugares en que los ha-bía el año de 1808, en los puertos cuya población llegue a cuatro mil almas, y en los pueblos que tengan ocho mil. En los que no haya esa población, habrá jueces de paz, encargados también de la policía, en el número que designen las juntas departamentales, de acuerdo con los goberna-dores respectivos.” (Sexta ley constitucional, compilada en Tena, [1957], 2002).

48 Art. 27 constitucional, 2º. Párrafo: “… Ninguna corporación civil o eclesiástica, cualquiera que sea su carácter, denominación u objeto, tendrá capacidad legal para adquirir en propiedad o administrar por sí bienes raíces, con la única excepción de los servicios destinados inmediata y directamente al servicio u objeto de la institución.” (Constitución de 1857, compilada en Tena, [1957], 2002).

49 “La vigencia de la Constitución de Cádiz provocó, en palabra de Annino, una revolución lo-cal en la cual los pueblos buscaban separarse de sus cabeceras y los ayuntamientos lograron apropiarse del poder fiscal y judicial del aparato estatal y, a la vez, proteger sus prácticas de autogobierno.” (Buye, 2007:62).

50 “Los [pueblos] sujetos aprovecharon la disposición gaditana para constituirse en gobierno aparte y desprenderse de su antiguo gobierno indígena.” (Cortés, 2007:36).

51 “Todo indica que “la revolución territorial” que menciona Antonio Annino habría que matizar-la para la primera etapa (1813-1814) y posiblemente para la segunda (1820-1821).” (Escobar, 2007:146).

52 “El ayuntamiento gaditano y su heredero se van a sobreponer a las autoridades étnicas, preten-diendo eliminar la cabeza piramidal del gobierno indio: el gobernador, quien representaba el mayor rango de la jerarquía política.” Se aprecia “un desplazamiento del centro político indio a las localidades subalternas, en otras palabras, los pueblos indios volvieron a recrear su es-tructura, ya no en las cabeceras sino en los pueblos-sujetos, barrios, rancherías, siendo ahora el regidor el representante del territorio indígena.” (Escobar, 2007:137-138).

53 “La inmensa mayoría de las repúblicas de naturales se convirtieron en localidades dependien-tes de los nuevos ayuntamientos. Por ejemplo, en la Huasteca potosina y en el Bajío guana-juatense, la jerarquía estaba marcada por la existencia de repúblicas de indios que rodeaban cabildos españoles. En estas regiones, los ayuntamientos constitucionales se establecieron en las antiguas cabeceras españolas, lo cual implicó que los gobiernos étnicos desaparecieran, como en Celaya, o bien que continuaran pero en una relativa nulidad institucional, como en las huastecas.” (Ortiz y Serrano, 2007:11).

54 “El ayuntamiento se convierte en un punto intermedio en el cual confluyen tanto la organi-zación político-religiosa de la comunidad local, como en la organización política del gobierno nacional. Para el caso de Altepexi, esto fue posible hasta el momento en que pasa a ocupar un

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lugar subordinado frente al municipio de Ajalpan, como junta auxiliar y por tanto a ser ma-nejado de acuerdo a los intereses que se desarrollaban en Ajalpan. En el valle de Tehuacán se dieron, por tanto, dos procesos diferentes en cuanto a la organización político-religiosa, y el control del agua. a) En algunos pueblos como Chilac, la clase indígena siguió controlando el agua comunitaria y reforzó su estructura político-religiosa, la cual pasó a identificarse con el ayuntamiento. b) En otros pueblos, como Ajalpan las dos clases sociales [indios y españoles] entraron en conflicto por la apropiación de los recursos, buscando para ello el control político local. La gente de razón se apodera de éste y trata de subordinar a los indígenas, política, social, económica y religiosamente. La estructura político-religiosa se vuelve ambivalente, en cuanto propicia la identificación de la clase indígena frente a los mestizos y en cuanto es utilizada por éstos últimos como un mecanismo de dominación.” (Henao, 1980:90-91).

55 “…los derechos [que] habían sido otorgados a todo el pueblo … fueron heredados por la muni-cipalidad con todas las servidumbres que tenía la república de indios, o sea, que pertenecían al territorio como tal, … el derecho sobre las tierras, aguas y bosques que el pertenecían pasó al municipio, cuyas derechos representaba el ayuntamiento. … La institución de los ayunta-mientos constitucionales provocó un enfrentamiento con las comunidades indígenas, pues la creación de ayuntamientos, en su mayoría dominados por población mestiza, suponía el some-timiento de aquéllas a su autoridad y gobierno, además de obligarlas a entregar sus bienes de comunidad para ser administrados por éstos. Conforme este parámetro, se puede recalcar que la ciudad de Rioverde, aunque ya no fuera considerada “de indios” y en esta vivieran mestizos, mulatos y no indios, conservó los derechos que tenían aquéllos sobre las tierras, aguas y bos-ques, lo que no dejo de causar conflictos cuando se trató de pelear por esos derechos, pues hubo confusiones por el cambio de república a ayuntamiento.” (Sánchez, 2008:116-117).

56 “Al contrario de otras provincias novohispanas, como Puebla, Yucatán y México, en los pueblos de indios de Guanajuato, entre 1810-1814, no se aplicó por completo la legislación gaditana sobre ayuntamientos, ya que únicamente se erigieron estos consejos municipales en Apaseo, San Miguel Octopan, San Pedro Tenango, Chamacuero, San Juan de la Vega e Ixtlán.” (Serra-no, 2007:416).

57 “En el estado de México, de las 1,245 repúblicas de indios sólo 202 se convirtieron en ayunta-mientos después de 1820.” (Ortiz y Serrano, 2007:11).

58 “Al iniciar el año 1820, seguían funcionando en Michoacán los gobiernos de las repúblicas de indios, … ejerciendo una amplitud de funciones jurisdiccionales y administrativas apoyados en usos y costumbres más que en una legislación expresa que les confiriera tales funciones.” (Hernández, 2007:250).

59 “Pese a que la Constitución del estado [de Michoacán] de 1825 no reconocía el gobierno de las “extinguidas repúblicas de naturales”, éstas subsistieron de facto en la antiguas ex-cabeceras de república, oponiéndose a que los nuevos ayuntamientos –dominados por mestizos- contro-larán sus tierras de comunidad.” (Cortés, 2007:35).

60 “Las repúblicas –por lo menos durante la primera época del constitucionalismo gaditano- tam-bién coexistieron con los ayuntamientos.” (Güemez, 2007:108).

61 “Con la nueva organización liberal se quedó fuera legalmente aunque prevalecía en los usos y costumbres, la tradición de autogobierno de los pueblos organizados en repúblicas de indios.” (Salinas, 2011:84).

62 “… el régimen constitucional mexicano, a partir de la independencia, olvidó e ignoró al muni-cipio por razones de técnica legislativa. Se pensaba en el constitucionalismo clásico de aquella

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época, del siglo XIX, que la federación no debía interferir la autonomía de los estados en sus regímenes interiores, en donde se encuentra el régimen municipal. Por lo tanto, se afirmó que la Constitución general no podía legislar en materia municipal, y así sucedió que en las cons-tituciones de 1824 y 1857, no se abordó el municipio. Había de ser hasta la época de Carranza cuando comienza ya a aflorar el constitucionalismo moderno y comienza ya a avocarse, a dictar leyes, que resguardarán la autonomía de los municipios.” (Ochoa, 1985:26).

63 “Art. 11. Estará a cargo de cada ayuntamiento la administración e inversión de los caudales de propios y arbitrios, …” (Decreto compilado en Arévalo, [1829], 2005).

64 Para Michoacán se está revisando la compilación de Amador Coromina (1886-1887) y para el estado de México la compilación editada por Téllez y Piña (2010).

65 “Si bien es cierto que se pretendían dividir todas las tierras con la finalidad de crear pequeños propietarios, es muy posible que el gobierno tuviera ciertos recelos sobre que los indígenas una vez repartidas las tierras pudieran subsistir de manera individual, de ahí que en el artículo 35 los montes, aguas y pastos –que se conocían como ejidos- se dejarán para uso común, pudien-do los indígenas encontrar aquí una fuente complementaría a su economía.” (García, 1992:55). La ley de 13 de diciembre de 1851 dice textualmente: “Art. 35. No podrán repartirse las tierras y solares que forman las calles, plazas y cementerios, ni las que estuvieren consagradas a algún objeto público, ni los fundos legales y ejidos de los pueblos. Art. 36. El gobierno reglamentará esta ley, y al hacerlo dirá cuáles son o en que consisten los fundos legales de los pueblos y sus ejidos, señalados por las antiguas leyes españolas. Art. 37. A los ayuntamientos que son deposi-tarios y administradores de terrenos comprendidos en el artículo anterior corresponde guardar y custodiar en sus archivos, los títulos de propiedad, con cuyo deber cumplirán eficazmente.” (Ley compilada en Coromina, 1886-1887).

66 “Entre las corporaciones de carácter perpetúo o indefinido a que se refiere la ley de 25 de junio de 1856, están incluidos los pueblos o comunidades de indígenas y los municipios que los re-presentan; en consecuencia, quedaron comprendidos en el precepto general de la desamortiza-ción los bienes raíces que les pertenecían, y que al legislación de reforma califica de comunales. La legislación española prohibió terminantemente la venta, préstamo, empeño y arrendamien-to de tierras de indios, con lo que abrió la puerta a un cierto género de amortización aún más perjudicial que la del clero, … Esta ley primero, y después las otras disposiciones suministraron los medios de remediar semejante situación, que por desgracia las autoridades locales han logrado hacer hasta ahora ineficaces. La adjudicación de bienes raíces de corporaciones era la base fundamental de la reforma, y las resoluciones de 29 de agosto, 17 de septiembre, 20 de octubre, 13 y 28 de noviembre, 24, 26 y 29 de diciembre de 1856, consecuentes con el sistema adoptado, declararon que los bienes comunales arrendados a la fecha de la expedición de la ley se adjudicaran al arrendatario, quedando por lo mismo comprendidos en el precepto general. Los bienes no arrendados pertenecientes a esta clase de comunidades pueden considerarse bajo dos aspectos: primero, los destinados a un servicio público; segundo, los explotados por los comuneros individualmente, pero sin que tal explotación constituya un beneficio público. En ambos casos los bienes que se trata pueden ser fincas, terrenos, montes y aguas, y para cada una de estas especies se han dictado disposiciones especiales…” (Labastida, 1893:19)

67 Un ejemplo de “que los pueblos, lo mismo que las comunidades de indígenas, estaban incapa-citados para litigar” (SCJN, 1992:227) es el conflicto en el estado de Hidalgo, entre los pueblos de San Bartolomé Tepetitlan y San Francisco Sayula contra los dueños de la Hacienda de Endó, sobre la propiedad de unos terrenos, que por ser del común de esos pueblos, en la sentencia de

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la Primera Sala del Tribunal Superior del Distrito se declara que los pueblos no tenían perso-nalidad jurídica para comparecer en juicio, ante esta situación se interpone un amparo, que los pueblos pierden toda vez que no tramitaron permiso al Jefe Político para ser actores y porque la Constitución extinguió las comunidades indígenas. (SCJN, 1992:87)

68 Un ejemplo del actuar individual y no colectivo es en el estado de México, cuando la comunidad de Atarasquillo consigue amparo de la justicia federal contra los actos de la autoridad muni-cipal de Lerma quien pretendió despojarlos de la ciénega de Chignahuapan. Los “vecinos de Atarasquillo se presentaron ante la Justicia Federal no como una corporación o “pueblo”, sino como un conjunto de individuos propietarios de la ciénega… Los quejosos argumentaron que, si bien las leyes federales habían proscrito en 1856 la posesión y administración colectiva de los bienes raíces de antigua propiedad corporativa, ellos habían asumido a partir de esa fecha la propiedad individual de la ciénega de Chignahuapan, pero que, por encontrarse constante-mente anegada, les había sido imposible dividirla entre todos y que entonces habían decidido gozar de ésta mancomunadamente. De esta forma, los vecinos de Atarasquillo habían asumido ante la justicia que formaban un colectivo de individuos con personalidad jurídica para litigar y solicitar amparo por los actos de autoridad perpetrados en 1878 en contra de sus garantías individuales.” (García y Román, 2007:227).

69 Para el sur del Valle de Toluca, Camacho (2007) analiza tres juicios de amparo a los que re-currieron los vecinos de los pueblos en calidad de “individuos”, para evitar de alguna manera perder sus bienes comunales.

70 “El 7 de diciembre de 1874 la legislatura del estado de Veracruz autorizó al gobernador –debido esto a la resistencia indígena ante la división de la tierra a los ayuntamientos para que, en el caso de división individual, ésta no fuera recomendable en consideración a los conflictos que se pudieran generar- para que procediera al reparto de grandes lotes de propiedad colectiva a los que se denominó condueñazgos. La introducción de este tipo de tenencia de la tierra, recogió en gran parte el espíritu desamortizador, ya que las tierras de los pueblos indios eran divididas en grandes lotes y dentro de éstos cada “socio” tenía un cierto número de hectáreas para sem-brar de manera individual, pero la tierra en su conjunto seguía perteneciendo al pueblo, dado que no se entregaban título de propiedad individual. La división en grandes lotes y las conce-siones a varios dueños establecía una forma de permanencia de la propiedad, con el objetivo de que no se perdiera el derecho sobre la misma y de establecer los límites de la territorialidad de un pueblo.” (Escobar, 2001:183).

71 Marino (2008) describe el caso de Huixquilucan, donde las poblaciones indígenas insisten en conservar la administración de sus bienes comunales.

72 “Art. 211.- Mientras que la Soberanía de la Nación forma el cuerpo de leyes, que han de sustituir a las antiguas, permanecerán éstas en todo su rigor, a excepción de las que por el presente, y otros decretos anteriores se hayan derogado, y de las que en adelante se derogaren.” (Constitu-ción de 1814, compilada en Tena, [1957], 2002).

73 “Art. XII. Instalada la Junta provisional gobernará interinamente conforme a las leyes vigentes en todo lo que no se oponga al Plan de Iguala, y mientras las Cortes formen la constitución del Estado.” (Tratado compilado en Tena, [1957], 2002).

74 “Art. 1º. Desde la fecha en que se publique el presente reglamento, queda abolida la Constitu-ción española en toda la extensión del imperio. Art. 2º. Quedan, sin embargo, en su fuerza y vigor las leyes, órdenes y decretos promulgados anteriormente en el territorio del Imperio has-ta el 24 de Febrero de 1821, en cuanto no pugnen con el presente reglamento, y con las leyes,

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órdenes y decretos expedidos, o que se expidieren en consecuencia de nuestra independencia. Y porque entre las leyes dictadas por las cortes españolas hay muchas tan inadaptables como la Constitución, que aquí sería embarazoso expresar, se nombrara una comisión de dentro y fuera de la Junta que las redacte, y haciendo sobre ellas las observaciones que le ocurran, las presente a la misma Junta o al futuro Congreso, para que se desechen las que se tengan por inoportunas.” (Reglamento compilado en Tena, [1957], 2002).

75 El artículo 72, fracción XVI, en donde se facultaba el Congreso “para conceder o negar la entra-da de tropas extranjeras en el Territorio de la federación, y consentir la estación de escuadras de otra potencia, por más de un mes, en las aguas de la República.” En plena referencia a las aguas marítimas. (Constitución de 1857 compilada en Tena, [1957], 2002).

76 “En vano se dice que el Código fue expedido para el Distrito y territorios, pues en el precepto [Art. 1076] se refiere a todos los bienes de la Unión.” (Pallares, 1897:XVI). El artículo mencio-nado señala “que la Unión, el Distrito y la California en sus casos, así como los Ayuntamientos se consideran como particulares para la prescripción de sus bienes que sean susceptibles de propiedad privada.” Para el caso de Michoacán, el Decreto número 87 del 31 de julio de 1871 señala: “Art. 1º. Se adopta para el Estado el Código Civil del Distrito Federal y territorio de la Baja California, sancionado en 13 de diciembre de 1870. Art. 4º. El Código comenzará a regir en el Estado desde el día 1º de enero de 1872. (Decreto en Coromina, 1886- 1887).

77 Cuarto gobernador del Nuevo Reino de León de 1625 a 1664.

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Moscas blancas. Temas selectos sobre su manejoOrtega Arenas

Los transgénicos. Oportunidades y amenazasVillalobos Arámbula

El cultivo del maíz. Temas selectos. Vol. I y IIRodríguez Montessoro y De León

¿Qué hacemos con el campo mexicano?Villa Issa

Agricultura: deterioro y preservación ambientalDe la Isla de Bauer

Las ciencias agrícolas mexicanas y sus protagonistas. Vol. I, II y III

Casas, Martínez e Infante

Producción de árboles y arbustos de uso múltiplePimentel Bribiesca

El zacate búfalo Martínez Reyna

Ariete HidráulicoOrtega Rivera

Sabiduría del desierto, agaves y cactosParks S. Nobel

Semillas mexicanas de maíz: su potencial productivoTrueba Carranza

Practical Plant NematologyManzanilla y Marbán

Manzaneros chihuahuensesFavret Tondato

El frijol silvestrePeña Valdivia

Herbolaria MexicanaJiménez Merino

El libro de los Bovinos Criollos de AméricaDe Alba Martínez

La operación de los sistemas de riegoPalacios y Exebio

Manual práctico de ArcView GIS 3.2Mejía Sáenz

Cultivo del tomate en hidroponía e invernaderoVelasco, Nieto, Navarro

Agroecología y enfermedades de la raíz en cultivos agrícolas.García Espinosa

Impacto ambiental de Incendios ForestalesFlores Garnica

Manejo de fertilizantes químicos y orgánicosSalgado García y Núñez Escobar

Captación de agua de lluviaAnaya Garduño

Turismo RuralJuárez y Ramírez

Las variedades del chayote y su comercio mundialJ. Cadena y M. de L. Arévalo

El ensalitramiento de los suelos bajo riegoAceves Navarro

Guía ilustrada de plantas ornamentalesTorres, Velasco, Rodríguez, Reynoso y García

Caña de azúcarSalgado, Lagunes, Núñez, Ortíz, Bucio y Aranda

Said Infante GilJudith [email protected]

Editorial del Colegio de PostgraduadosCarretera México-Texcoco Km. 36.5

Montecillo, Texcoco56230, Estado de México

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Antología sobre riegoInstituciones para la gestión del agua: vernáculas, alegales e informales

Jacinta Palerm ViqueiraTomás Martínez Saldañaeditores

Se terminó de imprimir en julio 2013 en Printing Arts México, Guadalajara, Jalisco, México. El tiraje consta de 1,000 ejemplares.

“El Colegio de Postgraduados está comprometido con el manejo responsable de los productos forestales, es por ello que buscamos a través de nuestros proveedores de impresión apoyar al Forest Stewardship Council, principal organismo internacio-nal de certificación forestal. Las publicaciones que editamos y que llevan la etiqueta FSC® han sido impresas en papel certificado FSC®, lo cual garantiza que dicho papel proviene de fuentes responsables y ha sido custodiado en todos los pasos del proceso desde su elaboración hasta la impresión”.

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