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    Antonio Blay

    PERSONALIDAD YNIVELES SUPERIORES

    DE CONCIENCIA

    Primera edicin: Mayo, 1991

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    PRLOGO

    Esta obra indita hasta hoy, est compuesta por el material de un curso de Psicologa profunda que A.Blay imparti en varias ocasiones. Es el resultado de la transcripcin de las grabaciones realizadas en directodurante las conferencias correspondientes a dicho curso y que luego se han conservado en cassettes. Esta

    transcripcin ha sido realizada por uno de sus estudiantes con la autorizacin explcita de los herederos deBlay.En la adaptacin se ha procurado mantener el estilo directo y la espontaneidad propia de Blay en sus

    charlas. Tambin se han respetado, en la mayora de los casos, las repeticiones de las ideas bsicas por sufuncin didctica. Blay cultivaba voluntariamente la repeticin de conceptos presentndolos de distintasformas; as lo que no resultaba suficientemente claro expresado de un modo, poda ser entendido al cambiar laformulacin del ejemplo. Esto tambin resultaba prctico por la diversidad de personas que formaban parte desu auditorio.

    Constitua algo habitual en sus cursos -y un mrito en la forma en que desplegaba sus argumentaciones-, elque partiendo desde lo puramente psicolgico y ms inmediatamente evidente a la comprensin de suauditorio, basndose precisamente en esto comprensible, poco a poco los temas iban escalando altura hastaabordar los ms abstractos, pero, incluso stos, eran expresados siempre con su proverbial claridad,lcidamente, y con una naturalidad tal que exclua cualquier impresin de una supuesta presuncin por su

    parte.Era un maestro de los juegos de palabras y su charla, en el fondo sencilla, llana, aunque discurriera

    frecuentemente por profundos cauces metafsicos, iba calando hondo en el auditorio. Naturalmente, esteefecto no slo era una consecuencia de las palabras sino tambin del modo y la intencin con que eran

    pronunciadas, de la profundidad de su procedencia y, sin duda alguna, de su presencia centrada y expandida.Yesto, evidentemente, es imposible de trasladar a la imprenta; es sta la diferencia capital entre el espritu yla letra. A pesar de esto, en la obra escrita (y transcrita) de Blay hay mucho, mucho espritu.

    ste es el nico libro de Blay en el que se trata profundamente -adems de otros temas ms habituales ensu enseanza-, del uso de tcnicas de autoexpresin, de descarga y de profundizacin, basadas en el estmulomusical, que desarroll en sus grupos con grandes resultados psicolgicos.

    En la segunda parte de la obra se tratan los temas ms profundos y metafsicos de su enseanza, aunquesiempre desde un punto de vista prctico, como de algo alcanzable, experimentable, como siempre l mismoaseguraba y confirmaba con su irradiante presencia, clidamente humana.

    Para el estudiante que siente en s una verdadera aspiracin hacia lo Superior, este libro puede constituir

    un verdadero instrumento de trabajo experimental hacia el conocimiento de s mismo en todos los niveles,psicolgicos y espirituales, y llegar as a una autntica expansin de conciencia, a la liberacin interior.

    Finalmente, sirvan tambin estas lneas para destacar la encomiable labor emprendida por EdicionesIndigo en la recuperacin de parte de la obra de A. Blay.

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    PRIMERA PARTE

    1. DINMICA Y NIVELES DE LA PERSONALIDAD

    La vida humana como contraste

    La mayor parte de las personas vive su existencia como un contraste entre ilusiones y desilusiones, entreunas situaciones que son placenteras y otras de conflicto, de dolor. Si encuestramos a un grupo numeroso de

    personas en relacin a la idea que tienen de su vida, evaluada como positiva o negativa, agradable odesagradable, etc., probablemente encontraramos a un mayor nmero de ellas que afirmaran que la balanzase inclina del lado negativo.

    Esto es realmente decepcionante si, por otra parte, consideramos que la vida debiera ser algocompletamente positivo, que la vida debiera constituir un crecimiento constante en relacin a las propiasfacultades, a la conciencia clara de s mismo, a la comprensin de las cosas, a la capacidad creativa, y estecrecimiento conducira progresivamente a una mayor vivencia de lo positivo.

    Pues la vida est hecha, bsicamente, de cosas positivas. El impulso extraordinario que nos hace vivir, quees nuestro impulso vital, es algo totalmente positivo, totalmente afirmativo. Y todas las facultades que vanemergiendo de nuestro interior, tambin todas ellas son bsicamente positivas. Si todos los componentes

    bsicos de la vida son, en s, positivos por qu la vida, en lo personal, resulta frecuentemente tan negativa,tan amarga? Examinemos qu es lo que ocurre; pues al ser todos pacientes o vctimas en un grado u otro, esde la mayor importancia que entendamos qu es lo que nos pasa, qu es lo que trastorna este plan, podramosdecir, previo, inicial, de la vida, convirtiendo algo sumamente positivo en algo tan negativo.

    Todos buscamos la felicidad, el bienestar; por qu los buscamos? La respuesta inmediata sera: porqueno los tenemos. Pero examinndolo ms a fondo veremos que la cosa no es tan simple, ya que la verdaderarespuesta aade otro matiz. Efectivamente, buscamos la felicidad porque no la tenemos, pero adems,porquede algn modos la tenemos. Cuando yo tengo en m el deseo de felicidad, de plenitud, de paz, de bienestar,de inteligencia, de poder, etc., cuando yo siento esa ansia de lo positivo, de dnde me viene sino de algo

    positivo que est en m? De dnde me viene la demanda, la intuicin, el deseo, sino de algo que de algn

    modo est ya en mi interior? Si yo no tuviera en algn grado esa felicidad, esa plenitud, yo no tendra ninocin de esta posibilidad de plenitud.Cuando registro en m un malestar, es porque de algn modo existe en mi interior una nocin profunda de

    bienestar. Y este contaste entre lo que hay profundamente en m y lo que yo vivo en mi zona conscienteperifrica, es lo que moviliza mi aspiracin. Es este contraste el que nos hace desear un modo ms pleno, mscompleto, de vida -en la forma que se plantee cada uno. As, el hecho de que exista en nosotros un malestar,es testigo de que hay en nosotros en algn sitio, un bienestar. Cuando hay en m un dolor, hay tambin en m,de algn modo, una felicidad. Si todo yo fuera dolor, yo no podra aspirar a la felicidad. Aspiro a la felicidad,tiendo hacia ella, porque de algn modo la siento vivamente en m, porque para m tiene un sabor de algoconocido y deseable.

    Es lo mismo en cuanto a la inteligencia. Si yo deseo desarrollar mi inteligencia, es porque de algn modoesa mayor inteligencia est en m. Pues si yo llegase al trmino, al completo de mipropia inteligencia, enm no habra la demanda de mayor inteligencia. Estara saturado, para m sera suficiente.

    Cuando en nosotros aparece la aspiracin, la demanda espontnea, natural, hacia algo, es porque ese algoest pidiendo desarrollarse, actualizarse. Por lo tanto, cuando nos lamentamos de las cosas desagradables odel modelo negativo que vivimos, hemos de aprender a intuir, detrs de la experiencia inmediata negativa, lapresencia de algo positivo, que es lo que nos impulsa a buscar la solucin.

    Lo que nos sobra

    Gran parte del trabajo de realizacin consiste, no en adquirir cosas que no tenemos, en adquirir unafelicidad, una plenitud, una paz, una comprensin, una energa que no tenemos, sino en eliminar las cosas que

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    entorpecen la toma de conciencia actual de lo que ya tenemos. Nuestro desarrollo siempre va de dentro haciafuera; todas nuestras capacidades surgen siempre de un ncleo, y a partir de l se desarrollan centrfugamente,

    perifricamente. El ncleo primordial, bsico, siempre es interno; lo exterior sirve como material paraactualizar lo interior. Si una cualidad, una facultad, no est en lo interno, por ms facilidades, informacin oayudas que se presten desde lo externo, la persona no llegar a realizar o actualizar nada de dicha cualidad. La

    persona slo puede desarrollar lo que de algn modo ya tiene dentro.A travs de un trabajo de limpieza y simplificacin interior es posible llegar a la realizacin de s mismo, a

    vivir en unestado de serenidad, de paz, plenitud, fuerza y eficiencia. Y el trabajo no consiste nunca en ponercosas dentro, sino ms bien en soltar cosas de dentro, en eliminar cosas que estorban la actualizacin de estascualidades.

    La base est en lo interno

    En el terreno de los problemas personales, para lograr entender qu es lo que ocurre, no basta que miremos(como solemos hacer) las circunstancias que nos rodean y protestar por aquello que nos parece negativo,desagradable, o contrario a nuestro deseo, y decir: yo sera feliz slo si mis circunstancias externascambiasen,si las personas que me rodean fuesen de otro modo, si yo tuviera una situacin econmica distintade la que tengo, etc.. Efectivamente, lo exterior est compuesto de cosas muy necesarias; pero lo exteriorsolamente lo podemos conseguir a travs de lo interior. Mediante el ejercitamiento y la dinamizacin denuestras capacidades podremos movilizar lo exterior; en suaspecto social, econmico o incluso circunstancial(por lo menos hasta cierto punto). Lo externo est supeditado a lo interno en un 80 o un 90 %. Por otra parte,la experiencia demuestra que cuando a una persona, por un factor extrao a ella misma, le cambian lascircunstancias, una vez pasado el perodo de novedad, alegra e ilusin, al cabo de un tiempo la personavuelve a encontrarse con problemas similares a los existentes antes del cambio. Porque los problemas novienen dados por una determinada situacin exterior sino por el modo de vivirlassituaciones. Y si no cambiael modo de vivir no puede cambiar la situacin de un modo estable. Estudiemos, pues, estos mecanismos,

    porque ello nos sealar el camino a recorrer.Nuestra vida es una confrontacin constante con el mundo, con el ambiente que nos rodea, y nuestra

    mente es el campo donde confluyen todos los factores de esta confrontacin. Estos factores pueden dividirseen dos grandes grupos: a) factores internos y b) factores externos. Por a), nosotros nos proyectamos hacia elambiente, tratamos de utilizar el ambiente para satisfacer nuestras necesidades, nos apoyamos en lo externoviviendo en una simbiosis con ello. Por b), el ambiente est penetrando en nosotros, nos obliga a ser de un

    modo y no de otro, nos impone unas normas que nosotros hemos de aprender a obedecer y a adaptarnos aellas. Pero esta frmula de apariencia tan sencilla, cuando se analiza con detalle, ya no lo es tanto. Para eso,hemos de examinar cules son los factores internos que confluyen en nuestra mente, pues constituyen la partems importante de nuestro bien-vivir o de nuestro mal-estar.

    Los niveles de la personalidad

    Nuestra mente registra impulsos y necesidades, registra estmulos y respuestas de varios rdenes, puesnuestra personalidad presenta una gama muy compleja de vivencias. Para facilitar su comprensin podemosestudiarla en forma de estratos o niveles.

    1. El primer estrato, el ms evidente, es el del nivel fsico. Mi mente, al registrar lo fsico, tiene la nocindeyo como cuerpo.

    2. Elsegundo nivel es el de la fuerza que est animando el cuerpo. A esta fuera la podemos llamar energavital y corresponde al nivel vital-instintivo.

    3. Este nivel es el de nuestro campo afectivo; comprende todo lo que corresponde a la afectividad en todossus grados y matices.

    4. ste es el que corresponde a nuestro campo mental con todas sus facultades.Por encima de estos niveles hay todava tres ms, que son los que constituyen la personalidad en su

    dimensin superior o espiritual, as como los que hemos enumerado constituyen la personalidad elemental.Estos tres niveles ms sutiles son la contraparte superior de los elementales; as, hay un nivel mental-superior,un nivel afectivo-superior y un nivel de energa-superior. Examinaremos esto brevemente para tener unas

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    nociones claras de cada uno de esos niveles, tratando de que nosotros reconozcamos a cada uno de ellos ennuestra propia experiencia.

    El nivel fsico es evidente; es el primero del que tomamos conciencia porque es el que percibimosmediante nuestros sentidos: yo como cuerpo. Pero curiosamente, este cuerpo que consideramos tanimportante, al que queremos tanto -la prueba de que nos interesa mucho es de que nos preocupamos cuandosufre una alteracin; si est ms flaco o ms gordo, si hace ms buena cara o ms mala cara, si est msalgo distinto de lo normal-, este cuerpo, que nos parece la base, el substrato de nuestra vida, de nuestraexperiencia, este cuerpo, no tiene vida propia; este cuerpo es una cristalizacin, y su animacin proviene delotro nivel, del nivel de la energa vital. O sea, que la vida de nuestro cuerpo est en el nivel vital, y el cuerpo,como forma, como materia, es slo un producto de esta energa vital y de su modo de funcionar. Por esto, sinosotros queremos arreglar cosas del cuerpo, podemos, s, echar mano de procedimientos fsicos,materiales, pero la verdadera base para modificar el funcionamiento del cuerpo est en trabajar desde el nivelde las energas vitales y no desde el nivel de la materia fsica en s. La energa es la que est manteniendo a lamateria. La materia es la cristalizacin de la energa que circula y funciona de un modo particular. La energaes la causa, el cuerpo es el efecto. Si necesitamos actuar sobre nuestra salud, no nos preocupemos del efecto ytrabajemos al nivel de las causas, al nivel de las energas vitales. Slo eso ya traslada la direccin de nuestrointers a otro nivel.

    El nivel de la energa vital(onivel instintivo-vital) es muy importante, no slo porque es el fundamentode la vida y de la salud sino porque, desde el punto de vista del funcionamiento psicolgico, es el que

    proporciona la energa base a nuestra personalidad elemental. Cuanto ms y mejor funcione la energa a

    nuestro nivel vital, ms la persona, en su vida cotidiana, se sentir optimista, fuerte, con solidez, con empuje,en forma. Todos tenemos la experiencia de que en cuanto se presenta un malestar orgnico (aunque sea unsimple estado febril), automticamente disminuyen nuestras facultades. Es como si nuestro organismo sehundiera cuando existe una alteracin intensa en el funcionamiento de la energa vital. Por eso, la energa vitales importantsima por ser el soporte de nuestra psicologa cotidiana elemental. En la mayora de las personases el nivel que aporta ms energa al psiquismo. En este aporte de energas le sigue en importancia el nivelafectivo (el siguiente).

    El nivel afectivo es en el cual yo siento atraccin o rechazo hacia algo. Es la sede del amor y del odio. Yotiendo a amar aquello que es afn conmigo; aquello que tiende a completarme, a darme lo que me falta. Ytiendo a rechazar, porque en m despierta odio (aunque sta es una palabra muy fuerte), antipata, etc., todoaquello que aparece como contrario a mi afirmacin, mi satisfaccin, mi plenitud. As, vemos que nuestroamor o nuestro rechazo no estn basados en un criterio esencialmente tico o moral sino que tienen una base

    psicolgica de satisfaccin personal. Lo que va a favor de mi afirmacin despierta automticamente mi

    simpata, mi aprobacin, es algo bueno, agradable; y yo tiendo a amar aquello. En cambio, las cosas (osituaciones, o personas) que van en contra o que a m me parece que se oponen a mi satisfaccin, a miplenitud, despiertan automticamente en m un sentimiento de rechazo. Lo curioso es que este deseo desatisfaccin personal, de afirmacin, de bienestar, de plenitud, o la negacin de ello, yo lo confundofrecuentemente con unos valores morales determinados. As, digo de una persona que es buena y de otra quees mala; y si no lo digo, lo pienso. Y si no digo que es mala, digo otra palabra que en un grado u otrorepresenta lo mismo. O sea, que yo vivo el mundo dividido en dos sectores: el sector que va a favor de lo quedeseo, de lo que pido, de lo que anhelo, y ste es el mundo bueno; y el otro sector que es el que se opone, ome obstruye (o as lo creo), y a ese sector le llamo malo. Pero eso no quiere decir que estos sectores sean en s

    buenos o malos. Son buenos o malos slo en relacin con mi objetivo personal. El nivel afectivo es de granimportancia porque es ah donde estn la mayora de los problemas de las personas. Es ah donde sufrimos ydonde, gozamos. Es el campo de batalla en el que luchamos para sentirnos felices o desgraciados.

    La mente -aunque en el nivel de la personalidad elemental presenta muchos sub-niveles- es, en general, un

    instrumento maravilloso mediante el cual, por un lado percibimos el mundo que nos rodea y lo convertimosen datos y en smbolos, y por otro lado percibimos el mundo interno, el cual tambin nos lo formulamos endatos, en informacin. Luego, de los datos que hemos formulado del mundo exterior y del mundo interior,elaboramos relaciones y sistemas de relaciones entre ellos, estructuras. Como consecuencia de estaelaboracin, disponemos de unos esquemas de valores que sern el patrn de nuestra conducta.

    Es porque yo puedo retener en m la idea de objeto, de tal objeto o tal otro, y que esta idea yo la puedorelacionar con mis deseos y necesidades, que se elabora el proceso de pensamiento por el cual yo puedomanejar las cosas en mi mente sin necesidad de las cosas fsicas. Esta capacidad representativa de mi mente esuna maravilla, y es lo que permite que podamos tener una accin eficaz, productiva, que podamos ordenarnuestra vida y transformar hasta cierto punto las cosas exteriores. Es una facultad extraordinaria; mas esta

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    facultad tambin est al servicio de mi afirmacin personal, de mis necesidades personales; y es lgico que assea, pues es gracias a mi mente que yo veo lo que me conviene, lo que es bueno y til para m. Pero fijmonosen que toda esa valoracin de lo bueno, lotil, est centrada alrededor de mi satisfaccin, mis deseos, misobjetivos. O sea, es una mente egocentrada. Igual que el sentimiento, que tambin era egocentrado. Sonfacultades que estn al servicio de la construccin, consistencia y desarrollo de nuestra personalidadindividual.

    Los niveles superiores

    La mente superiores el nivel gracias al cual nosotros podemos percibir las verdades en s, verdadesuniversales, verdades de un orden abstracto; no la verdad inmediata de cada cosa referida a otro sistema devalores, sino los valores en s, universales: la nocin de verdad, de justicia, de orden, etc. stas son nocionesque van ms all de las modalidades meramente individuales, que van ms all de nuestra convergencia hacialo personal. Diramos que son facultades que se extienden ms all de la persona, que la trascienden, perofacultades que estn en nosotros.

    El nivel afectivo superiores aqul en el cual sentimos el amor, el bien y la belleza, pero como realidad ens; no como algo que va a favor de mi satisfaccin o bienestar personal, sino como la capacidad que tengopara comprender, para intuir y sentir admiracin ante lo que es la Belleza en s, elBien en s, o el Amor en s.El amor superior no me aade ni me quita nada personalmente, es supra-personal.

    El nivel de energa superiores el de la voluntad espiritual, y viene a ser comoel polo opuesto al de laenerga vital. As como la energa vital es la principal fuente de energa en el plano de la personalidad de lavida cotidiana, la energa del nivel superior de la voluntad espiritual -que es una energa fabulosa- es, dealgn modo, la fuente de donde procede todo loque llamamos personalidad superior oniveles superiores de la

    personalidad.

    Estabilidad de los niveles superiores

    La caracterstica de los niveles superiores es que, una vez se establece contacto con ellos, una vez lesabrimos paso, tienen una vigencia constante, permanente.

    Como hemos visto antes, cuando mi energa vital est alterada, mi mente personal tambin sufrealteraciones, disminuye; tambin mi afectividad influye en mi modo de pensar, o en mi salud. Vemos que hayunas fluctuaciones habituales y que todos las tenemos. Podramos decir que el ritmo de la personalidadelemental est acelerado y sujeto a los cambios, a las oscilaciones, de tono alto, de tono bajo, a estar bien, aestar mal, etc. En cambio, losniveles superiores tienen una estabilidad, una vigencia constante.

    La persona que llega a establecer contacto, a abrirse al campo mental superior, mantiene siempre laclaridad mental que corresponde a este nivel superior; aunque su salud est resentida o sus facultadeselementales mermadas.

    El nivel afectivo superior, una vez se abre camino hacia l y se contacta, se mantiene siempre brillando,tanto si yo me encuentro bien como si me encuentro mal, tanto si las cosas me satisfacen como si no; es algoque brilla con una luz propia que no se altera nunca.

    En el nivel de la voluntad espiritualocurre exactamente lo mismo; es una energa que no sufre ningunaoscilacin, es un potencial extraordinario que siempre est all, y que cuando conseguimos contactarlo es paranosotros una fuente que nunca se agota ni disminuye, pase lo que pase.

    De hecho, los niveles superiores son la fuente de lo que estamos buscando. La mente superior es la fuente

    de la verdad, de la evidencia; el nivel afectivo superior es la fuente de la felicidad, del bienestar y la paz; y elnivel de la energa superior es la fuente del poder, de la voluntad.

    A travs del contacto, de la sintona con esa dimensin superior, nosotros podremos vivir eso queanhelamos. El problema est en que nosotros sentimos la demanda de esos niveles superiores -demanda de

    bienestar, de felicidad, de verdad, de inmortalidad- pero pretendemos vivir esta demanda mediante los niveleselementales. Ah es donde se producen cortocircuitos, contradicciones, tensiones, conflictos. Esto lo veremoscon detalle ms adelante.

    Puntualicemos que estos niveles no son estticos, todos ellos son dinmicos; son energas que estnfluyendo constantemente. Y este fluir, esta dinmica natural, espontnea, de estos niveles, es lo que hace

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    funcionar a nuestra existencia. De hecho, nuestra vida es exactamente el resultado del modo de funcionardeesos niveles. De ah podemos colegir cul es el sentido real de nuestra existencia. Para qu vivimos? Qu

    buscamos tras las sucesivas acciones de nuestra vida?Cul es la razn, el objetivo que se busca, consciente oinconscientemente?

    El sentido de la vidaEl sentido de nuestra vida consiste en desarrollar las capacidades que estn en nuestro interior;

    desarrollarlas, consolidarlas y expandirlas. Estas facultades se desarrollan hasta cierto lmite. Luego, algunasde ellas cristalizan, otras se expanden, y otras disminuyen. Veamos, por ejemplo la curva de crecimiento delcuerpo; sta tiene una trayectoria definida, llega aun punto en que se detiene, y despus de un tiempo de untrazado, podramos decir, en planicie, declina, regresa. En algunas personas, la mente declina paralelamentecon la disminucin de su energa vital, y llega un momento en que la persona ya no puede adaptarse asituaciones nuevas, tendiendo a repetir loque ha aprendido, pues su mente est conectada a su energa vital

    porque no ha adquirido una independencia propia. En cambio, en otras personas observamos como a pesar desu declinacin vital se produce una mayor expansin de su nivel mental.

    En cuanto a los niveles superiores, si se llega a establecer un contacto estable con ellos, permaneceninalterables a travs de todas las curvas o regresiones de la evolucin e involucin de lo elemental. As, la

    persona que ha sido capaz de vivir el amor en su dimensin superior, ese amor no declina, no se oscurece,sino que cada vez brilla ms. La persona que ha alcanzado el nivel intuitivo de la mente superior, el cual le

    permite comprender las cosas de un modo directo, esto no declina con su cuerpo, ni siquiera con su cerebrofsico, sino que la intuicin se mantiene vigente y cada vez ms lcida. Y lo mismo cabe decir del nivel deenerga espiritual.

    Por lo tanto, vemos que en un sentido externo, objetivo, la demanda que hay en nuestra vida es la dedesarrollar todas nuestras capacidades. En la medida en que las desarrollamos, vivimos nuestra vidaafirmativamente; pero en la medida en que las facultades quedan por desarrollar, nos sentimos incompletos,frustrados, insatisfechos.

    Conciencia de s

    Paralelamente al desarrollo de las facultades existe un desarrollo subjetivo: es el de la conciencia de unomismo. Yo tomo conciencia de m en la medida en que ejercito mis facultades, y cuanto ms ejercitoactivamente mis facultades, ms tomo conciencia de m. Por lo tanto, la conciencia que tengo ahora de m esexactamente la resultante de las facultades que yo he ejercitado. Cuanta ms energa yo he ejercitadoactivamente, ms slida ser la conciencia que tenga de m; cuanta ms inteligencia he ejercitado, ms clara yluminosa ser la intuicin que tenga de m como sujeto.

    En la medida en que el desarrollo de las facultades adquiere un grado ptimo, tambin la conciencia de sadquiere una condicin de felicidad, de plenitud, de totalidad. Esto es lo que est detrs de nuestra existencia;y nosotros somos infelices cuando no desarrollamos nuestras facultades positivas, pero vivimos de un modo

    pleno, afirmativo, cuando hay un desarrollo real, completo, de nuestras capacidades positivas.Todos estamos buscando siempre estas dimensiones profundas de Ser, de Plenitud, de Inteligencia clara,

    de Libertad. Esto es algo que necesitamos vivirlo, pues esta demanda se origina en nuestra naturalezaprofunda, la cual est empujando para que desarrollemos ms y ms nuestras capacidades. En definitiva, laPlenitud est al trmino del desarrollo.

    Para vivir la plenitud hay que vivir de un modo cumplido, pleno, las cosas de la vida; y a nosotrosmismos, activamente, movilizando todo lo que est dentro y que no se ha vivido. Y en la medida quemovilicemos, que ejercitemos, que tomemos conciencia de estos contenidos, se produce automticamente unatranquilizacin, una satisfaccin, unbienestar, una plenitud interior.

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    2. LA BASE DE NUESTROS PROBLEMAS

    A modo de resumen del captulo anterior

    Decamos que el sentido de la vida tena una doble vertiente: la objetiva, que consiste en la necesidad dedesarrollar nuestras capacidades latentes movilizando todos los niveles, tanto los elementales como lossuperiores; y lasubjetiva, la cual presenta la necesidad de una expansin y profundizacin de la conciencia,que se produce paralelamente al desarrollo objetivo de las facultades; as, yo voytomando conciencia de m,conciencia profunda de ser, de paz, de armona, de plenitud. Si los niveles externos, objetivos, no semovilizan, no se puede llegar a esta realizacin interior como sujeto. Por lo tanto, podemos decir que todoslos estados deficientes que la persona vive, todos los estados negativos de duda, de inseguridad, de tensin, dedepresin, son debidos a que algo interior no se ha desarrollado plenamente y no se ha podido convertir enexperiencia positiva y afirmativa de la realidad en s mismo y de s mismo.

    Los factores que condicionan nuestras experiencias

    Estando en nuestra naturaleza todo predispuesto hacia la Realizacin, hacia la Plenitud, por qu, pues,vivimos alejados de esta plenitud? por qu esa plenitud se considera incluso como algo utpico e imposiblede alcanzar en esta vida?

    Porque existen unos problemas fundamentales ligados a factores internos y externos, pues nuestraexperiencia siempre es el resultado de estos dos factores: el interno,por el cual los niveles de la personalidadtienden a movilizarse a travs de los propios impulsos, y el externo, elemento inseparable de toda experienciaya que el mundo exterior es el lugar de contacto para la satisfaccin de nuestras necesidades. Vemoslos.

    1. Factor interno

    Por elfactor interno existen tres motivos bsicos.a) Vivimos de una manera muy elemental. Vivimos solamente a travs de nuestro cuerpo, de nuestra

    energa vital, de nuestra afectividad y de nuestra mente. Y esto es lo que constituye, en la mayora de los

    casos, la gama exclusiva de experiencias cotidianas. Existen en nosotros unas demandas de orden superior,pero no estn suficientemente vivas y por ello no se les da una respuesta, una salida, y no se desarrollan. Y noobstante, nosotros aspiramos auna paz superior, a una armona superior; mas, si aspiramos a lo superior peroslo vivimos lo inferior, lo elemental, no hay duda de que estaremos en un callejn sin salida. Lo inferior es loinferior y lo superior es lo superior; y slo podemos recoger el fruto de la plenitud superior, viviendo,actualizando y movilizando las energas y las experiencias a un nivel superior.

    b) Vivimos de una manera muy superficial. Por qu? Porque la educacin que recibimos no nos educa deun modo profundo, no nos ayuda a tomar conciencia profunda de nosotros; de tal manera que cuando a una

    persona se le pregunta qu piensa o qu siente respecto a tal cosa o a tal otra, muchas veces se pierde y noes capaz de descubrir cules son sus motivaciones, sus necesidades interiores. Todo eso le pasacompletamente inadvertido, y tiene que ser quiz un extrao, un experto o un psiclogo (o alguien quedesempee un rol similar) quien pueda intuir qu es lo que est ocurriendo dentro de la persona, pues ella vivecon la sensibilidad encerrada en su propio interior.

    Otra causa de la falta de profundidad la constituye el ritmo habitual de vida que llevamos, puesconstantemente estamos solicitados por lo exterior. Tenemos que atender al trabajo, resolver asuntos, ver

    personas, desplazarnos, manejar factores externos, etc., y eso, con prisas, y en una gama compleja y variadade situaciones. Esto hace que nuestra mente se desarrolle slo de puertas hacia fuera y no hacia dentro.Vivimos centrifugados

    c) Nos hemos desarrollado de un modo desintegrado, de un modo inconexo. Un sector se ha desarrolladoal margen del otro, y as cada sector viene a tener su vida propia, su objetivo propio. Esto crea luchas,tensiones, contradicciones interiores. La persona desea, por su sentimiento y aspiracin, una cosa, por sumente, otra cosa, y quiz por su fuerza instintiva, otra diferente; y estas cosas estn en conflicto entre s. Yeste conflicto interior le obliga a vivir en conflicto con lo exterior. Porque cuando exteriormente trata de

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    adaptarse a una situacin que satisface a uno de los niveles de su personalidad, estn los otros niveles endesacuerdo; realmente, es difcil encontrar una persona que est toda ella integrada en lo interno y en loexterno.

    Todas estas circunstancias impiden la realizacin de nuestras potencialidades, impiden que se llegue a estavivencia afirmativa, positiva, plena. Por ello conviene estudiar qu podemos hacer por nuestra parte paracompensar lo que la educacin o las circunstancias no nos han proporcionado. Y conseguir as, gracias a unadireccin, a una autoformacin, suplir esta deficiencia en la formacin y desarrollo de nuestra personalidad.

    2. Factor externo

    El mundo exterior no es algo pasivo, en el cual nosotros podamos expresar, exteriorizar, nuestrosimpulsos, nuestras necesidades, nuestros deseos, sin ms, sino que es un mundo vivo, con una configuracin,con una forma, con una fuerza y un dinamismo propios. Entonces, nuestro dinamismo y fuerza personales se

    ponen en contacto con el dinamismo y fuerza del ambiente que nos rodea, y esto trae como consecuencia elque nosotros lleguemos a una adaptacin oa una inadaptacin con el exterior.

    El exterior me proporciona el material que necesito para crecer, para desarrollar mi cuerpo, mi afectividady mi inteligencia. El ambiente me ofrece el medio para poder manifestar mi aportacin, mis elaboraciones.Pero el ambiente tambin me est diciendo cmo he de ser yo, cmo me he de conducir y cmo no he dehacerlo. As pues, es una doble corriente la que se establece, de exigencias y de necesidades, entre yo y elambiente. Yo quisiera prescindir del ambiente porque me pone trabas o porque me obliga a cosas que no me

    gustan, pero, porotra parte, no puedo prescindir del ambiente porque l me da la materia prima con la cualnutrirme y crecer personalmente, y tambin el medio donde poder expresar y aplicar de unmodo concreto miselaboraciones.

    De esto resulta que vivimos una especie de ambivalencia en relacin con el mundo. Por un lado me esindispensable, me es til; quiero a este ambiente, este entorno,: porque gracias a l yo me desarrollo ysubsisto, y a la vez me siento relativamente seguro, relativamente protegido, afirmado. Por otro lado, esemismo ambiente provoca en m unrechazo porque me obliga, me impone cosas y me frustra en muchos demis deseos y demandas. As, hay una constante dialctica entre lo que yo pretendo ser y lo que el mundo

    pretende de m.Esto es una constante, no ya hablando de la sociedad en general, sino en el ejemplo ms concreto como el

    que viene representado en toda relacin entre dos personas. Yo necesito de la otra persona, sea paracomunicar, sea para amar, para proteger o para ayudar; sea para ser amado, ser protegido o ser ayudado. Peroesa persona, a quien necesito y amo, tiene un modo propio de ser, quiz unas deficiencias, me falla en

    determinados momentos, o me pide unas cosas que noson las que yo quera darle, (o que no crea tener quedarle). ste es elhabitual y constante juego, a veces dramtico, de la interrelacin.

    Anlisis de nuestras experiencias

    Cada instante consciente de interaccin entre yo y el mundo es lo que se llama una experiencia. Laexperiencia es el elemento base gracias al cual se desarrolla mi personalidad. Se desarrolla mi cuerpo cadavez que yo loejercito, que lo hago andar o correr, que practico un deporte, o cuando como, etc. Se ejercita ydesarrolla mi afectividadcada vez que yo puedo expresar algo que siento o cuando recibo algo que los demsexpresan afectivamente. Me permite desarrollar mi mente cada vez que yo estudio, conozco, recibo datos,informaciones, ocuando yo elaboro mis propias ideas y las comunico o las pongo enprctica.

    Siempre es a travs de un hacer, de una ejercitacin, como se desarrollan mis capacidades y,

    consecuentemente, mi conciencia comosujeto que est haciendo, queest experimentando, que est viviendo.Podemos decir que somos la suma de nuestras experiencias. Nosotros hemos desarrollado, externa einternamente exactamente lo que hemos ejercitado a lo largo de nuestra vida. Cada experiencia viene asercomo un ladrillo en la construccin del edificio de nuestra personalidad.

    Estudiemos estas experiencias porque son esenciales para entendernos a nosotros mismos y entender a losdems; y tambin para actuar constructivamente en la relacin humana.

    Varias clases de experiencias

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    Las experiencias pueden verse desde varios ngulos y cada uno de ellos tiene su propia importancia, y sepueden clasificar como:

    1) positivas y negativas; 2) superficiales y profundas; 3) activas y pasivas.

    1. Experiencias positivas y negativas

    Una experiencia espositiva cuando gracias a ella se sigue el curso normal de mi proceso de desarrollo; espositiva cuando yo puedo desarrollar mis facultades o cuando recibo la afirmacin de lo que yo soy.Es la queapoya el crecimiento de mi ser y de mi hacer. Eso ocurre cada vez que yo puedo ejercitar alguna de misfacultades positivas; y tambin cada vez que el ambiente me confirma que yo tengo esas capacidades o unosvalores o cualidades positivas.

    Una experiencia negativa es la que niega u obstruye el desarrollo de mis capacidades positivas. Laexperiencia negativa se produce cada vez que yo intento hacer algo o pretendo ser algo, y la experiencia setraduce en un fracaso, en una negacin de ese algo. La experiencia negativa es la que representa la negacinde mi ser y de mi hacer.

    El nio que empieza a andar, siente el impulso de andar, lo intenta y se cae; ah tenemos una experienciasencilla de tipo negativo: el nio se cae. Es una experiencia negativa mientras est ejercitando algo. Tambinlo es cuando el nio trata de expresar algo a su madre, por ejemplo, y la madre, en aquel momento muynerviosa, irritada y poco consciente de lo que dice, rie al nio dicindole que se calle, que se est quieto, que

    es tonto, que no sirve para nada, etc. Es tambin un ejemplo de negacin que, en este caso, se recibe delexterior. Todos, de pequeos, habremos sido objeto de crtica en alguna ocasin, que no servimos para talcosa, que no valemos, que no llegaremos nunca a nada, que somos una desgracia, etc. Ahora, de mayores,seguramente nos remos de esas cosas, pero en el momento en que se dijeron, en una mentalidad infantil y

    procedentes de una persona a quien se ama, esto representa un traumatismo, es una sentencia de negacin.La experiencia negativa es de dos tipos: completa e incompleta.a) La experiencia negativa completa representa la expresin de algo que fracasa. Es cuando, como

    decamos, el nio se pone en pie e intenta andar, pierde el equilibrio y cae. Cuando intentamos pasar unexamen y nos suspenden. Cuando pretendemos hacer un negocio y fracasa. Cuando quiero hacer una amistady soy rechazado.

    Las experiencias negativas son inevitables en nuestra vida. Pero la experiencia negativa puede tener unresultado positivo, dependiendo de cmo nosotros reaccionemos ante ella. Si ante la experiencia negativa yoreacciono con mi capacidad de ver y de hacer, me habr servido de aprendizaje previo; entonces, mi prxima

    gestin, mi prximo intento ser ms perfecto, ms elaborado. De hecho, todo aprendizaje se hace de estamanera; todo aprendizaje se hace equivocndose, fallando, fracasando en los pequeos intentos. En la medidaen que ante el fracaso nosotros reaccionamos con nuestra capacidad de hacer y con nuestra inteligencia activa,entonces el fracaso se convierte en un elemento constructivo porque moviliza ms energa y ms inteligencia(o con ms datos). La experiencia negativa, sea cual sea el nivel en que se produzca -fsico, afectivo,intelectual, profesional, etc.- se convierte en un elemento positivo cuando nosotros reaccionamos

    positivamente. Todas las grandes personas, en el terreno que sea, se han hecho grandes gracias a su reaccinfrente a lo negativo; nadie se ha hecho grande slo con experiencias positivas. Crecemos apoyndonos sobrelas lecciones amargas aprendidas.

    b) La experiencia negativa incompleta se produce cuando, existiendo el impulso a hacer algo, se reprimeeste impulso para evitar una experiencia negativa. Yo estoy en una reunin y se me ocurre una idea, la voy adecir pero me callo por temor a quedar mal, a que no me interpreten correctamente, por miedo a equivocarme,a que me critiquen, etc. Era una experiencia que iba a producirse; y como toda experiencia era una energa

    que a travs de mi mente, de mi cuerpo y de mi afectividad iba a formularse en una experiencia concreta, perola idea de fracaso, el temor, me impiden dar salida a esta energa y completar la expresin que se estabaelaborando; entonces la experiencia queda reprimida, incompleta, y aquella energa queda inhibida, replegada,

    por falta de expresin. Con esta actitud pretendo evitar un mal, hacer el ridculo o fracasar; pretendo evitaruna experiencia negativa, pero eso mismo es ya una experiencia negativa,pues la vivo negativamente. Peroadems, con la gravedad de que la inhibicin, al no liberarse la energa que estaba en curso, deja retenidaaquella energa en lo interno. Una energa que estaba en marcha y destinada a convertirse en accin quedareplegada, retenida. Una energa que tena que transformarse en un modo de vivirme a m mismo, en uncrecimiento de la propia conciencia, al no producirse, no se traduce en una experienciade m, no fortalece miyo; en su lugar hay una nocin de fracaso de m mismo ante la situacin; no de fracaso en relacin al exterior,

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    sino de m ante m.De esto, pues, se originan dos focos de tensin. Por un lado, la energa retenida produce una

    insatisfaccin interior y una inquietud,porque busca una salida, expresarse de un modo u otro. Y por otrolado, el juicio que se forma en m, de fracaso, de no estar a la altura de las circunstancias, me perseguirempujndome a que yo trate de recuperar este prestigio, de mejorar mi marca para demostrar que valgoigual o ms que los dems. ste es el origen de nuestro mundo de ensoacin, del mundo onrico que estamosconstantemente elaborando;soando en situaciones que me gustara o que espero llegar a vivir, en las que yo

    podr demostrar mi capacidad, mi inteligencia, mi valor, y los dems tendrn que aceptar mi capacidad, miprestigio, mi fuerza, etctera. En mi sueo estoy jugando a ser la persona ideal que quiero llegar a ser, porqueestoy tratando de compensar la imagen frustrada y el sentimiento carencial que tengo de m.

    Una experiencia negativa completa, o un fracaso rotundo, no me deja as en un trmino medio; meproduce un hundimiento total o bien es causa de una reaccin positiva; pero no es algo que perdura, que seinterpone constantemente entre mi capacidad real y mi presente inmediato como en el caso de la experienciaincompleta. Las energas inhibidas se llevan constantemente dentro, empujando, buscando liberarse,realizarse.

    Esto ser objeto de estudio particular, pues precisamente en este tipo de experiencias est la base de casitodos los estados negativos de inseguridad, de tensin y de depresin.

    2. Experiencia superficial y experiencia profunda

    La mayor parte de experiencias o de situaciones de la vida diaria despiertan en nosotros un ecorelativamente superficial; son las ms corrientes en nuestra vida cotidiana, familiar, social, profesional.

    Pero todos hemos tenido momentos en que la situacin se vive de un modo que despierta algo muyprofundo en nosotros, algo muy ntimo; aquella circunstancia se vive como algo muy especial, algo nico.Puede tratarse de una situacin exterior muy dramtica o muy solemne, pero puede no serlo. Puede tratarse deuna experiencia que en s no tiene nada de particular, pero algo hace que yo viva aquello profundamente; yquiz se trata de algo que yo he estado haciendo diariamente, rutinariamente, y de repente, un da, aquellodespierta una resonancia muy profunda dentro de mi ser.

    No deben confundirse la experiencia profunda con la experiencia intensa. Una experiencia puede serintensa y a la vez puede ser superficial. Si estoy leyendo tranquilamente en mi habitacin y de repente oigouna explosin, aquello puede producir en m un sobresalto, una experiencia intensa, incluso muy intensa, perono necesariamente profunda. La intensidad depende de la cantidadde energa que se moviliza en m, pero laprofundidad viene dada por el nivel en que se vive esta energa.

    La importancia de las experiencias que nosotros vivimos en momentos de una profunda resonancia, resideen que se convierten en los pilares de nuestra personalidad. Si las experiencias en s eran como los ladrillos,las experiencias profundas constituyen los pilares bsicos del edificio. Todo lo que estoy viviendo en elmomento de una resonancia profunda, queda marcado como con fuego en mi interior porque la profundidadyola vivo con un sentido de realidad e importancia muchsimo mayor que todo lo dems. En estos momentoses cuandoyo me siento ms yo; es cuandoyo estoy ms cerca de mi propia realidad. Y esto se vive con unafuerza y un sentido de importancia tan grandes, que hace que la situacin externa (o incluso interna) que sevive en aquel momento quede asociada al sentido de profundidad. Entonces, el psiquismo queda condicionado

    por la situacin concreta de aquel momento. O sea, que son dos cosas diferentes pero que se asocian: lasituacin que se producey mi respuesta ms o menos profunda a ella.

    Hemos dicho que la situacin puede derivar del exterior(a) o de mi propio interior (b).a) Experiencia derivada del exteriorYo puedo estar simplemente, mirando un jardn que he mirado ya muchas veces. Pero un da, al mirar el

    mismo jardn, siento una impresin ms profunda y de repente aquel jardn se convierte para m en algo muyimportante. De hecho, la importancia no est en el jardn sino en la resonancia profunda propia; pero comosta se produce en el momento en que estoy viendo el jardn, yo, sin darme cuenta, traslado la importancia aljardn. A partir de aquel momento, aquel jardn, (y los jardines en general) tendrn una importanciapreponderante en mis valores.

    b) Experiencia interiorYo puedo encontrarme pensando en un problema o imaginando una situacin; o quiz est temiendo una

    situacin determinada, un castigo o una desgracia. En otros muchos momentos similares he estado pensando eimaginando sin que ocurriera nada de particular; pero un da, quiz en aquel momento en que estoy pendientede un temor, se abre algo ms profundo en m, llego a un estrato ms hondo de mi ser experimentando la

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    profundidad; entonces, aquel temor que otras veces se haba deslizado por mi psiquismo sin mayoresconsecuencias, de repente queda registrado en profundidad porque lo asocio a la hondura de la vivencia quetengo de m. A partir de aquel momento, el tener miedo o el estar en una situacin expectante se convertir

    para m en algo muy importante.Yo tiendo frecuentemente, y casi siempre sin darme cuenta, a buscar la repeticin de las experiencias

    profundas. Mediante la repeticin de la situacin (exterior o interior) yo intento renovar la experiencia. Estohace que se forme en m una gama de valores alrededor de unas situaciones determinadas.

    Si queremos averiguar cules son las experiencias profundas que hemos tenido -por lo menos algunas deellas- slo tenemos que observar que es lo que ms nos gusta; pero por aficin, no por obligacin, lo que nosgusta de veras. Generalmente es algo que en una ocasin despert en nosotros una vivencia interior. Y aquelloque me gust, no me gust por s mismo sino por lo que despert en m. La vivencia fij aquella cosa, aquel

    juego, aquel deporte, aquella situacin, y la fij de un modo tan intenso, que yo luego me he dedicado a giraralrededor de aquello, una y otra vez, intentando revivir la experiencia.

    As se forman las aficiones a los deportes, por ejemplo; pero tambin se forman as ciertas obsesiones detipo sexual, ciertas preocupaciones de tipo econmico, o profesional, etc.

    As se explica la situacin paradjica de la persona que ha vivido en profundidad una experiencia detemor, o miedo. El resultado de esta experiencia ser que la persona se sentir obligada una y otra vez abuscar situaciones de miedopara revivir la resonancia profunda. Lo curioso del caso es que el miedo es algodesagradable, negativo; por lo tanto, la persona conscientemente rechaza el miedo, pero el condicionamiento

    profundo le obliga a buscar situaciones de miedo. Inconscientemente busca lo que conscientemente rechaza.

    Se puede dar toda clase de combinaciones. Pero lo importante para nosotros es darnos cuenta de la causade nuestras motivaciones profundas.

    3. Experiencias activas y pasivas

    Experiencia activa es cuando yo me siento yo, haciendo; yo me siento sersegn hago. Experiencia pasivaes cuando yo me siento yo al percibir, al recibir; yo me siento sersegn me hacen.

    Ah est la clave del problema tan general de la dependencia del exterior. Por qu dependemos tanto de laopinin de los dems? De lo que los dems piensan o dicen de m, o de lo que me hacen? Por qu para mes tan importante esto? Porque yo no me vivo de un modo directo sino que he aprendido a vivirme en funcinde los otros.

    Cuando el otro me alaba, despierta en m un sentimiento positivo de valor y entonces me siento afirmado;pero me siento afirmado slo como reaccin a lo exterior, no porque yo sea realmente ms, no porque yo haya

    desarrollado algo o crecido en algo, sino simplemente porque el exterior se muestra favorable y me dice queyo valgo, que soy ms, etc. Y, naturalmente, cuando el ambiente me critica, cuando no me es favorable,entonces, como yo no he aprendido a apoyarme en una conciencia directa de mi ser, me siento negado,desgraciado.

    Estoy pendiente siempre de la opinin de los dems. Estoy necesitando constantemente que los demspiensen bien de m y no puedo soportar la crtica ni siquiera la indiferencia. Y eso es as porque yo no heaprendido a vivir una conciencia independiente de m; porque yo he crecido en una conciencia de m que dehecho es una relacin con el ambiente.Noes una conciencia de yo slo, sino que es un conciencia de yo-to de t-yo.

    Por eso, las personas que han desarrollado solamente este nivel de experiencia horizontal, de contacto con,de relacin con -lo mismo si es activa que si es pasiva-, cuando se encuentran solas, despus de pasado untiempo pensando, teorizando y poniendo en orden sus problemas, se aburren, se sienten solas; porque estnaorando una vez ms esa constante relacin, ese hacer hacia el otro o recibir del otro. Y una vez ms se juega

    con el mismo juego de sentirse afirmado o de sentirse negado, el mismo juego de tratar de afirmarse haciendounas cosas determinadas para provocar en el otro una respuesta afirmativa.Hemos de aprender a ver cmo est constituida nuestra vida y qu es lo que predomina en ella mediante

    un anlisis de los puntos estudiados:1) Cules son mis experiencias negativas ms intensas, las que condicionan negativamente mi vida?

    Cules son mis miedos?2) Cules son mis experiencias profundas ms importantes? Esto lo descubrir observando cules son

    mis principales valores.3) De qu modo he construido yo mi conciencia de relacin con el mundo? Cuanto ms la haya

    constituido de un modo activo y radiante, ms relativamente independiente ser. Cuanto ms se haya formado

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    de un modo pasivo, recibiendo, resultar mucho ms dependiente de las situaciones y tender a sentirmevctima de los dems o del mundo.

    Es importante ver esto, pues as tendremos los elementos para poder empezar a dirigir a voluntad lasexperiencias y encauzarlas en la direccin que sea ms conveniente, ms positiva.

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    3. ENERGA, AUTOIMAGEN Y ESTADOS EMOCIONALES

    La personalidad como sistema de energas

    Decamos que mediante las experiencias hemos ido desarrollando nuestra personalidad, nuestrascapacidades y tambin nuestra conciencia. Por lo tanto, nuestro funcionamiento actual esel resultado de lasuma de nuestras experiencias. Pero toda experiencia tiene varias facetas; en este captulo las trataremosdesde el punto de vista de la energa.

    La personalidad total es un sistema de energas. Todos los niveles de la personalidad son energacualificada que se manifiesta en forma de energa vital, afectiva, mental, intuitiva, tica, esttica, etc., perosiempre se trata de energas. Es interesante aprender a estudiar nuestro modo personal de ser en razn de lasenergas porque toda experiencia es (y ha sido) una dinamizacin de energas. Este estudio nos har ver unsentido ms dinmico, ms operativo, de las experiencias y el porqu se producen en nosotros determinadosestados.

    Energa en la nocin del mundoEn relacin a las experiencias activas y pasivas, se ve claramente que si yo he desarrollado en mi vida una

    actitud de espectador ms bien que de actor, en mi mente se han ido registrando ms imgenes del mundo,dedos dems, de lo que ocurre en mi vida, de lo que me hacen, que no de m mismo en accin. Enconsecuencia, la imagen que tengo del mundo se ha ido cargando de energa y yo vivo la energa de los otros,en lo que me rodea; no la vivo en primera persona.

    Son los dems que hacen, que dicen, que me imponen, que me obligan, que me quieren, que no mequieren. Esta accin que yo veo constantemente en los dems, en todo lo dems, va cargando el sector de mimente en el que yo registro el mundo exteriorcon ms energa. En cambio, el sector que yo vivo como

    propio, el quevivo con el nombre de yo, no recibe energa porque no acta. El resultado de esto es que param, la imagen del mundo tiene ms fuerza que mi propia imagen; el valor que veo en los dems tiene msfuerza que mi propio valor. As, yo siempre me sentir disminuido en relacin con los dems, siempre creer

    que los dems son ms importantes, ms fuertes, ms reales, porque habr desarrollado ms la energa en elsector de la mente que registra el mundo objetivo.

    Energa en la nocin del yo

    En cambio, si yo desarrollo ms experiencias de tipo activo, estoy dinamizando mi capacidad de accin,sea fsica, mental o afectiva. Esta energa que se expresa activamente se registra en mi interior como algo queyo hago, o que yo soy, o que yo expreso. Entonces, la nocin que yo tengo de m mismo se va cargando conms energa, con toda la energa que voy exteriorizando, y esta energa es la que hace que yo me viva confuerza, con realidad, con seguridad.

    Intentemos ver en qu proporcin estn cargados los sectores de nuestra mente, si con ms fuerza en lanocin de nosotros mismos o en la nocin de los dems.

    Yo me siento igual que los dems? A la hora de actuar, de convivir, de tratar con las personas, demanejar los asuntos me siento, en general, igual que los dems, o me siento menos que los dems? Larespuesta a estas preguntas depende de cmo se hayan vivido las experiencias, si de un modo activo o de unmodo pasivo. La energa es lo que nos da conciencia de realidad, de seguridad; no existe seguridad si no hayuna gran cantidad de energa inmediatamente disponible para el yo personal. Cuando dispongo de energa yome siento fuerte, seguro; y cuanta ms energa sienta disponible en m, ms slido, fuerte y seguro me sentir.Si dispongo de poca energa en m, me sentir dbil; y cuanta ms energa yo sienta en los dems, no slo mesentir ms dbil sino inferiora los dems. Vemos, pues, que el tema de las energas es fundamental porquenos explica la nocin tan importante de la seguridad y la decisin, de la fuerza y de la realidad con que unovive frente a losdems.

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    Las personas que tienen problemas de inferioridad -aparte de otros mecanismos que estudiaremos- sonpersonas que han vivido ms en plan de espectadores que de actores. Posiblemente ellas ampliaran estecomentario diciendo: no en plan de espectadores sino de vctimas. Porque seguramente han vivido lassituaciones como vctimas, estando debajo de, y sufriendo la fuerza de los dems.

    Poder dinamizar energas, actualizarlas y conectarlas con el yo consciente es recuperar la fuerza de smismo, la seguridad; no una seguridad ficticia basada en ideas o en sueos sino una seguridad real basada enla materia prima de nuestro ser: la energa.

    Las actitudes

    El problema de las energas conlleva el de las actitudes. Cuando yo me siento fuerte, estoy tranquilo antelas situaciones; cuando yo me siento dbil, tiendo a eludir las situaciones, tiendo a protegerme. Esta

    proteccin adopta dos actitudes: huyendo o encerrndome dentro de m mismo (que es otro modo de huir).Depende de la energa que la persona ha actualizado en nombre propio el que se viva a la defensiva o que seviva en un estado de apertura serena, tranquila. Nadie puede abrirse si tiene miedo, si se siente amenazado.Existe un instinto bsico de autodefensa cuando uno es dbil; y ste conduce a protegerse. En el reino animal,ante un enfrentamiento, el ms dbil o inferior, huye, y si no puede huir, se encierra dentro de s y quedainerte (como muerto).

    Hemos aprendido a adoptar distintas actitudes segn sean lassituaciones. Ante los amigos,porejemplo,solemos sentirnos tranquilos porque los amigos son personas que nos aceptan -por eso son amigos-; con ellosnotenemos que defendernos ni ocultarnos, nos sentimos libres, sueltos. Pero ante los padres -por ejemplo, enel caso de personas jvenes que conviven con los padres- muchas veces lo que existe, o persiste, es unmecanismo defensivo, de cierre; aunque existan una buena voluntad y un afecto, frecuentemente existetambin como un aislamiento, un sentimiento de autoproteccin o cerrazn, quiz porque uno ha vivido msde una vez situaciones de amenaza, de incomprensin, de rechazo o de impotencia.

    La actitud ante los superiores, por ejemplo, en el trabajo, o ante las autoridades, etc. cul es? Puede ser lamisma: de proteccin, de huida; o tambin, de protesta, (lo cual es otro modo de huir, de protegerse). Siempreque por parte de la persona existe un ataque sistemtico, significa que la persona necesita defenderseatacando, lo que es otro modo de defenderse. As, vemos varias actitudes: la huida, el replegarse y el ataque.Pero el ataque slo se produce si la persona de algn modo se siente fuerte, aunque sea slo en parte,pues sise sintiera fuerte del todo no necesitara atacar. Lo que ocurre es que la persona a veces se siente dbil en unsentido y se siente fuerte en otro; entonces ante la situacin la persona siente miedo, pero a la vezsurge su

    protesta, y la energa que la persona moviliza se manifiesta en forma de agresividad en contra de. Por eso estan general en todo el mundo la actitud de protesta ante los que gobiernan, sean de la ideologa que sean; setrata de un mecanismo natural.

    Tenemos una actitud de autoproteccin, de encerrarnos, de vivir como detrs de una trinchera? Otenemos una actitud abierta, de sintona, de aceptacin? Si lo observamos, esto nos dar una indicacin clarade la seguridad o inseguridad en que vivimos. Las actitudes que hemos desarrollado funcionan de un modoautomtico, y suelen ser diferentes segn sea el mbito de nuestras relaciones. Para los amigos tenemos untipo de actitud; para los familiares, otro; para el jefe (o jefes), otro; para los subordinados, otro. Examinandocules son nuestras actitudes habituales ante los distintos sectores de la vida, descubriremos en qu nossentimos fuertes y en qu tenemos miedo.

    La valoracin de las experiencias

    Otro aspecto de toda experiencia es que siempre existe una idea de la situacin y en consecuencia, unavaloracin de lo que ocurre.

    Cada vez que yo entro en contacto con el mundo, ste, o bien se muestra favorable o propicio hacia m, obien se muestra hostil, difcil. Entonces, yo, no solamente tengo la imagen de la persona o de la situacin queme hace fcil o difcil una cosa, sino que inmediatamente aado una valoracin del mundo, de aquel pequeosector del mundo, de aquella persona, de aquel ambiente, y digo: ese ambiente, esa persona, ese mundo, esmalopara m. Adems, existe una reciprocidad entre la imagen que yo me formo del mundo y la imagen queyo me formo de m en relacin con este mismo mundo (o ambiente, o situacin). Porque no son dos

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    valoraciones distintas; se trata de una misma valoracin a la que por un extremo llamo mundo y por el otrollamo yo.

    Cada vez que yo estoy con una persona compartiendo con ella una situacin determinada, yo vivo aquellasituacin bien o mal. Si la vivo mal, este sentido del mal abarca al otro y a m. Sila vivo bienabarca a m y alotro.

    Esto es muy importante porque nos demuestra que cuando nosotros nos sentimos mal, vemos todo mal, ycuando nos sentimos bien, vemos todo bien. Por qu? Porque no hay separacin real entre nuestro modo devalorarnos a nosotros y nuestro modo de valorar el mundo. En cada instante, en cada experiencia, se hace unavaloracin conjunta. Toda experiencia de contacto con el entorno es una relacin que se establece; unarelacin que tiene dos polos,pero que es una sola experiencia. La valoracin que me hago de m y del mundoes importantsima pues es lo que da sentido o no a mis experiencias.

    La imagen-idea del yo

    Hemos visto que el sentido real de nuestra vida consiste en que desarrollemos todo nuestro potencialinterno y a la vez lleguemos a una conciencia de plenitud, de felicidad de realidad, ya que eso es lo que estdetrs de todas nuestras motivaciones.

    sta es la necesidad primordial que existe en nosotros. Pero ocurre que hay experiencias que resultan sernegativas. Hay experiencias en que yo trato de conseguir esta afirmacin, esta plenitud, pero el mundo no mela ofrece, me rechaza, me niega algo, o por lo menos yo lo vivo as. En lugar de la afirmacin que busco, meencuentro con un rechazo, un vaco, un malestar. Pero la demanda de plenitud, de felicidad, subsiste, es unaconstante; qu ocurre, entonces? Pues ocurre que yo trato de elaborar a travs de mi mente una imagen dem. Esta yo-imagen es muy importante porque la estoy viviendo en cada momento. Esta imagen de m se vaformando poco a poco mediante mis experiencias. Si yo tengo experiencias felices con las personas o lassituaciones, yo me hago una imagen-idea de m, positiva, armonizada con el mundo. Yo sintonizoarmnicamente con el mundo, el mundo est en armona conmigo. Pero ante experiencias negativas-desengaos, rechazos, fracasos-, yo me siento negadopor el mundo, mesiento disminuido. Y esa necesidadque tengo de felicidad y de plenitud, al chocar con la negacin o el fracaso, me obliga entonces a desear, aquerer, a pensar, a imaginaruna felicidad. Y esto lo hago a travs de mi mente. Y as se va formando unaidea, una imagen idealizada de m mismo, que yo mismo me fabrico.

    Yo ya poseo una idea de m, pero esta idea de m, como vive facetas negativas, entonces yo la utilizo paraperfeccionarla idealmente. Entonces me digo: a m me gustara llegar a ser una persona muy inteligente,

    muy hbil, muyfuerte, etctera (una serie de cualidades). Hasta que esta imagen idealizada llega a constituirel objetivo mximo. Se trata de la misma plenitud-felicidad que busco, pero revestida con un lenguaje deimgenes e ideas atravs de mi mente. Entonces, este yo-idealizado es el que estoy tomando como referencia

    para medir y valorar las cosas, y como objetivo a lograr para mi felicidad; esto es una constante. Tanto si medoy cuenta de ello como sino me doy cuenta, cada situacin que vivo la comparo con este objetivo: meayuda o me acerca esto, aesta afirmacin ideal de m? Eso va a favor de este valor, de esta fortaleza, de esta

    perfeccin? En la medida que la experiencia me afirma en esa direccin, yo la vivir como afirmativa,positiva. Pero si la entiendo como opuesta a esta valoracin, la vivir como negativa. As, esta idea que yo mehe hecho de m (y la consecuente idealizacin) se convierte en elpunto central que me sirve para medir todaslas cosas y situaciones; es esta medida la que utilizo para decidir si me he de sentir feliz o desgraciado.Cuanto ms exigente sea este yo-idealizado ms difcil ser que en mi vida real yo encuentre condiciones quesatisfagan esta exigencia; cuanto menos exigente sea yo en esta idealizacin, menos problemas tendr con las

    personas porque no estar comparando mi situacin con algo tan ideal.

    Si yo pudiera vivir sin ninguna idealizacin, simplemente en mi realidad presente, sin ningn proyectoidealpara mi futuro, yo no tendra ningn conflicto ni con las personas ni con las situaciones. Yo me sientonegadopor una situacin porque espero ser afirmado. Ycuanto ms espero ser afirmado ms corro el peligrode sentirme negado. Cuanto msestoy pendiente de lo que deseo, cuanto ms identificado o ms colgadoestoy con lo que yo sueo, deseo y espero, con lo que yo creo que debo llegar a ser, ms lejos estar de larealidad inmediata; ms la realidad presente estar chocando, contrastando con este ideal, y yo estarteniendo ms dificultades con las personas y las situaciones.

    Si yo formo una imagen de m mismo como siendo un personaje con muchos derechos, mucho prestigio einteligencia, mucha habilidad -nos referimos a la imagen-idea, no a la habilidad o inteligencia reales-,entonces cada vez que alguien no reconozca esta habilidad, o el prestigio, o los derechos, etctera, yo me

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    sentir frustrado, y estar en conflicto con aquella persona que no acepta o no reconoce estos valores.En cambio, si yo vivo en la simplicidad de mi ser, sin preocuparme de teorizar, de idealizar, sino viviendo

    mi habilidad, mi inteligencia, mi capacidad tal como es; sin estar pendiente de la idea ni del ideal sinoviviendo la realidadinmediata del presente, yo estoy pendiente de la idea de m, mas tambin estoy pendientede los dems respecto a m. Cuanto ms yo est viviendo la realidad de m, ms podr prescindir de mis

    propias ideas de m y de las de los dems.

    Las emociones

    La valoracin que yo hago de m y que hago del mundo es lo que me induce eso que llamamos emocioneso estados. Cada vez que yo pueda vivir situaciones que van a favor de lo que deseo, me sentir feliz,afirmado, satisfecho, ilusionado; siempre que mi experiencia va en direccin a esta afirmacin -real o ideal-yo vivo un estado positivo. Cuando la experiencia parece que va en contra de lo que yo pretendo real oidealmente, entonces siento una reaccin interior negativa. En definitiva, las emociones no son nada ms queel contraste entre lo que yo deseo y lo que el mundo me da.

    Cuanto ms cosas deseo ms difcil es que el mundo me d lo que deseo; en consecuencia, soy msvulnerable emocionalmente, ms cosas pueden ir en contra del deseo. Cuanto menos deseo, menos vulnerablesoy porque no hay nada que se oponga. Por esto, un estado emocional intenso, muy sostenido, indica que la

    persona est excesivamente pendiente de lo que desea, y que est constantemente comparando, contrastandoeste deseo con lo exterior; est esperando de loexterior la confirmacin, la ayuda, la realizacin de lo que elladesea. Indica que la persona no se vive ella misma en presente sino que se vive en sus deseos, en suproyectode llegar a ser; no vive su capacidad real, actual, no dinamiza su energa aqu y ahora sino que est pendientede sus logros o demostraciones futuras. Es un mundo psicolgico de fantasa -que todos conocemos porhaberlo vivido en un grado u otro- que denota que la persona no vive su realidad, su fuerza, su inteligencia, sucapacidad de amar, en presente; est pendiente de una idea-deseo que se expresa a travs de la imaginacin deun futuro, y eso hace vulnerable a la persona. No encontraremos a ninguna persona con tensin, con angustiao inseguridad, que no est pendiente de un deseo de futuro y que nolo sienta amenazado. Toda inseguridad, otensin, o depresin -lo veremos en detalle ms adelante- no es ms que la negacin, real o supuesta, de estedeseo de afirmacin futura.

    Esto deriva del hecho de que nuestras ideas y valoraciones son injustas o errneas (por lo menos,parcialmente), pues estamos juzgando no objetivamente sino en relacin a nuestros deseos, aspiraciones oexigencias. Esto, que resulta cmico vindolo en una competicin-espectculo como el ftbol, por ejemplo

    donde al sealarse una falta, sta es inevitablemente protestada por los jugadores del equipo culpable y suspartidarios, puede llegar a ser trgico cuando estamos juzgando a personas, a familiares, a colaboradores y lesestamos aplicando inconscientemente este criterio de comparacin o contrastacin con nuestros deseos

    personales de afirmacin.El juicio objetivo slo es posible cuando uno no depende para nada de la otra persona ni de la situacin,

    cuando uno se da cuenta de que no le ser quitado ni aadido nada sea cual sea el resultado de la situacin.Pero mientras yoest involucrado (o crea estarlo) en una situacin, es muy difcil que exista una objetividadreal. Esto lo vemos tambin frecuentemente en las discusiones entre amigos, o familiares, donde cadapersona tiene razn. Si uno logra situarse bien dentro de la perspectiva de cada uno por separado, se ve quecada uno tiene razn, mejor dicho, su razn; y desde esta razn particular, es natural y justificable que la

    persona est molesta. Pero la misma situacin vivida por la otra persona desde su razn, origina su enfado omolestia tambin perfectamente justificable. Por qu?, porque cada uno est viviendo la situacin no por loque es en s, sino en virtud de unas valoraciones personales y esto produce una inevitable tendenciosidad. Por

    eso hemos de ser precavidos al emitir juicios sobre personas. A no ser que estemos estrictamente obligados -acausa de nuestra funcin de padres o de superiores en el trabajo- a tomar decisiones, hemos de ser sumamentecautos en emitir juicios, pues no basta con ver unos hechos como ciertos; para poder juzgar correctamente unasituacin hay que vertodos los aspectos, incluido el modo de ser y de sentirde la persona involucrada. Juzgara una persona por unos pocos datos, por ciertos que sean, es incorrecto; a veces es inevitable hacerlo, peroexiste el riesgo de ser injusto.

    Lo curioso es que este mismo problema existe con nosotros mismos, pues nos estamos juzgando siempre.Tenemos la misma actitud frente a nosotros que frente a los dems. Yo tengo la exigencia de llegar a ser de unmodo X; yo me exijo ser una persona lista, que no se equivoca, que tiene habilidad y una serie de cualidades.Entonces, cuando descubro que tengo fallos, que me equivoco, esto representa una negacin de mi valor ante

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    m mismo, representa una depreciacin (una disminucin de precio) de m mismo, y me enfada, me deprime.Constantemente nos juzgamos: He hecho bien esto? He quedado bien? He demostrado mi inteligencia? Yeso es funesto,porque cuanto ms yo formule juicios sobre m mismo, ms me alejar de mi capacidad defuncionar tal como soy; cada vez que interpongo la pantalla del juicio en lo que hago, estoy poniendo un muroa la espontaneidad, a la capacidad real de hacer, de entregarse, de movilizar los recursos interiores, lascapacidades profundas, ante una situacin. Esto se ve claramente en los exmenes; cuando uno ha deexaminarse de algo, pasa grandes apuros. Por qu?; pues no slo porque el suspenso de una asignatura puedarepresentar una prdida de tiempo y dinero, o se quede mal ante los padres o tutores, o ante los dems, sino

    porque se trata de un examen del yo; no es simplemente un examen de matemticas o de economa, sino quese vive la situacin como si examinaran al yo. Porque el yo se atribuye esa inteligencia, esa capacidad quedesea llegar a poseer, entonces se vive la situacin como una prueba en relacin a si soy tan listo o no losoy. Y la tristeza por un suspenso se origina en el hecho de que yo he quedado mal ante m mismo y antelos dems. He quedado mal ante mi propio pedestal, ante mi yo-idealizado. Si no existiera esta amenaza delprestigio ante m mismo, de que yo valgo o no valgo ante m, entonces las angustias de los exmenesquedaran reducidas al mnimo.

    Vemos pues que el deseo expectante de desear una afirmacin, una revalorizacin de m, y la sensacin desentirme constantemente amenazado eso ya no es simplemente una emocin de miedo, temor o protesta, sinoque se convierte en un estado emocional.

    La emocin es una reaccin de descarga ante una situacin, es algo que se produce en un momentodeterminado, pero si lo que produce la reaccin es algo que permanece (o se vive como si permaneciera),

    entonces lo que se crea es un estado de malestar, de angustia, un estado negativo que, como todos ellos, estbasado en la constante comparacin o contrastacin entre lo que yo quiero o pretendo imaginativamente llegara ser y lo que el mundo me est concediendo, o del modo en que me valora. Siempre se trata de unavaloracin de presente-futuro.

    Hay que resolver el problema de los estados negativos. Y no es distrayndose, no es huyendo de lasituacin, aunque pueda ser correcto distraerse en un momento de gran ansiedad o gran preocupacin (paradar descanso a la tensin interior), pero eso nunca ha solucionado nada, eso es simplemente un aliviomomentneo.

    Tampoco la medicina puede solucionar a fondo el problema, pues aunque proceda a anestesiar las vas atravs de las cuales registramos la ansiedad, esto no resuelve nada; simplemente soluciona el malestar, perono el problema. La solucin est en eliminar las causas. Por qu vivo la situacin de un modo negativo?Porque nome siento fuerte, slido, no me siento con un valor real, y espero llegara ser fuerte, a tener estevalor. Y porque estoy colgado de este futuro, vivo el presente como una especie de denuncia constante a mi

    inseguridad, a midebilidad. Slo desarrollando y reforzando mi capacidad de ser, desarrollando mis energasa partir de mi valoracin real, en presente, de m, slo as eliminar las causas de toda comparacin, -dualidadque es el elemento bsico de toda debilidad-, slo as eliminar todo lo que sean estados negativos y esavulnerabilidad que tanto hace sufrir.

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    4. ESTRUCTURAS PSICOLGICAS BSICAS

    El Yo-experiencia y el Yo-idea

    Examinemos los elementos estructurales bsicos de nuestra personalidad ya que ellos son la clave de lacomprensin de nuestros estados internos en lo que tienen de negativo y de positivo. Hemos visto que estoselementos son:

    1. El Yo-experiencia (lo real)Es el resultado de todo lo que vivimos de un modo activo. Gracias a las experiencias, dijimos,

    movilizamos las energas, desarrollamos nuestros niveles, actualizamos nuestra inteligencia y adquirimosunos modos de reaccin ante las situaciones. Esta respuesta que damos una y otra vez va desarrollando ennosotros un eje que es la base de nosotros mismos en el mundo de los fenmenos, en lo existencial. Yorealmentesoy lo que he desarrollado: en inteligencia, en energa, en afectividad, en capacidad de adaptacin,etc.; sta es mi verdad objetiva, yo soy exactamente esto.

    2. El Yo-idea (mecnica mental fantasiosa)

    A travs de las experiencias incompletas, insatisfactorias, la idea que tenemos de nosotros mismos vaadquiriendo una fuerza especial porque se utiliza esta idea imagen para verse a s mismo en una situacindistinta, realizando imaginativamente lo que, de hecho, no se ha podido desarrollar. Es un modo de vivir lasatisfaccin que no se ha podido tener en la vida real a causa de unas experiencias frustrantes. As, yo voyutilizando mi imagen y mi idea de m en un sentido imaginativo orientado a los deseos internos y que se vaalejando poco apoco de lo que es el yo-experiencia real. Entonces yo tiendo a ser en mi mente distinto de loque soy enmi realidad. Por esto existe tanta diferencia entre mis propsitos y mis realizaciones; por ejemplo,cuando me hago un programa de trabajo, lo hago con mi mente y por lo tanto est en juego el yo-idea,pero larealizacin del programa debe hacerla el yo-experiencia, y ste siempre presenta un desfase conel yo-idea.Este desfase puede ser en ms o en menos, pero lo frecuente es que uno crea que puede hacer mucho ms; ycompone un programa magnfico en el que hay tiempo para todo, se cumplen losobjetivos, todo es excelente,

    pero luego, un da por una circunstancia, otro da por otra circunstancia, otro da porque uno lo pospone parael da siguiente, etctera, el hecho es que hay una reduccin notable en la realizacin de los objetivos, ycuando la persona al cabo de un tiempo vuelve a hacer un nuevo programa suele suceder lo mismo. Estoindica que estn en juego mecanismos distintos, los de planificacin y los de ejecucin: el yo-idea y el yo-experiencia.

    Este yo-idea es muy importante porque es el que usamos para pensar en nosotros, es el que tomamos comoreferencia para valorarnos y para medir las cosas que los dems dicen o hacen. As, por ejemplo alguien

    puede manifestar una idea que me lesiona; por qu me lesiona? Porque implica una valoracin de mi prestigio. Yo me siento ofendido porque alguien me ha dejado de lado o porque no se me tiene laconsideracin que creo merecer. Entonces este yo-idea pasa a ser el centro de mi vida intelectual, mividavivida como mente, como idea.

    O sea que vivimos dos planos distintos. El plano de la idea en el cual soy vulnerable a toda idea negativa yen el que me siento atrado por toda idea afirmativa. Y el plano de mi experiencia real, de mi yo-experiencia,en el que soycapaz de hacer unas cosas determinadas o no soy capaz de hacerlas. Cuanto ms se separe el yo-idea del yo-experiencia -cuanto ms yo vaya hinchando o deformando la idea que tengo de m- ms estar en

    conflicto con la vida real porque estar viviendo en mimente con la presuncin de hacer y de valorar unascosas, y de que me valoren a m de una manera determinada, y la realidad cotidiana no estar de acuerdo conesta planificacin mental. Cuanto ms yo choque con la realidad, ms frustrado me sentir y mayor necesidadtendr de desear futuras realizaciones, futuras grandezas; ir hinchando ms y ms este yo-idea.

    Anlisis de estos sectores

    Es importante ver claro el mecanismo del yo-idea y el valor real de nuestro yo-experiencia. Para calibrar el

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    valor real de ste, hemos de mirar lo que nosotros hacemos realmente. Si hago un examen retrospectivo de lasexperiencias de mi vida, lo que he hecho en una ocasin y en otra ocasin, y en otra, aparte de lasmotivaciones, simplemente los hechos, aquello me dar una visin clara, innegable, del yo-experiencia.

    Para apreciar la importancia que para m tiene el yo-idea he de observar cules son las cosas que memolestan, que me enfadan oque me deprimen. Las cosas me disgustan en la medida que van en contra de loscontenidos del yo-idea cuando este yo-idea es fuerte en m y yo dependo de l. Cuando yo no vivoslidamente el yo-experiencia es cuando yo estoy ms colgado a mi representacin; entonces, ms me duelenlas ideas negativas de m. Este dolor, al vivirse como una ofensa o una negacin, puede llegar a producirresultados fisiolgicos funestos. Hay personas que han padecido un colapso cardaco a causa de un disgusto.Y qu es un disgusto? Simplemente la negacin de una idea; la negacin de un valor que hay en la mentealrededor del yo-idea.

    Es importante que uno aprenda a distinguir en su vida prctica esos dos niveles de su realidad. El yo-idealo vivimos cuando estamos pensando; el yo-experiencia cuando actuamos. Cuanto ms dbil es el yo-experiencia ms fuerte es el yo-idea. Cuanto ms uno necesita refugiarse en la idea y en las interpretacionesde s mismo es que vive con poca fuerza la positividad de su yo-experiencia en su vida inmediata.

    Observando nuestra vulnerabilidad -respecto a las personas o al ambiente- mirando qu es lo que conmayor facilidad me enfada, me molesta, me irrita, me deprime, tendr una medida aproximada de la fuerzaque tiene en m el yo-idea. Este yo-idea est a medio camino entre lo que soy (el yo-experiencia) y lo quedeseara llegar a ser (el yo-idealizado), y funciona siempre en direccin hacia el yo-idealizado. Llega unmomento en quees muy difcil diferenciar entre yo-idea y yo-idealizado, pues forman un continuo. Eso es

    muy importante porque la mayor parte de estados negativos afectan al yo-idea o al yo-idealizado pero no alyo-experiencia; y la verdadera solucin para los estados negativos no consiste en hacer nada con el yo-idea oel yo-idealizado, sino en hacer algo con el yo-experiencia, porque ste es la nica base real. Precisamente

    porque esta base real no est plenamente desarrollada, por eso tienen tanta fuerza el yo-idea y el yo-idealizado. En la medida en que aprendamos a desarrollar el yo-experiencia, fortaleceremos nuestra nocindirecta de nosotros mismos, nos viviremos con mayor seguridad y plenitud y no necesitaremos depender deunas interpretaciones de nosotros ni de unos proyectos de futuro. Estar viviendo cada vez ms mi presente deun modo pleno, intenso, profundamente afirmativo

    Inseguridad, tensin, miedo, angustia, depresin

    A partir de la base psicolgica conocida podremos entender esos estados negativos.

    La inseguridad

    El estado de inseguridad se produce cada vez que hay en m la amenaza, real o supuesta, contra la plenitudo la afirmacin de mi yo-experiencia, miyo-idea o mi yo-idealizado.

    Supongamos un ejemplo de amenaza a mi yo-experiencia derivada de una situacin de peligro real. Yovoy en avin y el aparato empieza a hacer movimientos bruscos o ruidos extraos. En aquel momento yo vivouna situacin de posible peligro o amenaza para mi yo-experiencia, para mi vida real. Entonces me sientoinseguro; pero sta es una inseguridad natural, es una inseguridad que nose puede valorar como un estadonegativo sino como una reaccin propia positiva, de la mente y del organismo. Es un mecanismo normal quetiende a buscar soluciones para alejar el peligro.

    Ahora bien, existen otras situaciones en que se producen los mismos efectos y en cambio el peligro no esdel mismo orden. Cada vez que yo siento amenazado mi yo-idea se produce exactamente esta sensacin de

    inseguridad; y siento esta amenaza cada vez que alguien o algo parece que va a demostrar o a decir que yo novalgo, que yo no soy lo que yo creo ser; no lo que soy en mi experiencia sino lo que creo, lo que estinscrito en mi yo-idea. Y cada vez que yo me enfrente a una situacin en la que exista el peligro de que secontradiga la afirmacin que yobusco de m, quedeseo o pienso de m, yo vivir un estado de inseguridadequivalente a un peligro para miyo fsico.

    Tambin se producir un estado de inseguridad no ya cuando alguien ataque mi yo-idea sinocuando seataque al yo-idealizado, o sea, la posibilidadde que yo llegue a esa meta ideal que se fabrica en m. Todo loque vaya en contra de esta idealizacin yo lo vivir como algo que me produce un malestar, una inseguridad.

    Lo importante aqu es ver cmo vivimos de un modo muy real algo que slo tiene valor en el orden de lasideas, y porque se parte de la idea, de la representacin de uno mismo y no de la realidad de uno mismo.

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    Observemos, adems, que esta posible amenaza que produce inseguridad, lo mismo puede proceder delexterior que del interior. Puede llegar del exterior cada vez que alguien me critique, me rechace o memenosprecie; o cuando una circunstancia me haga quedar mal, o minegocio fracase, o me suspendan en unexamen. Pero tambin puede venir del interior, pues yo tengo muchas cosas en mi interior; puntos dbiles,defectos, etctera, pero especialmente tengo impulsos reprimidos; y estos impulsos se refieren, bsicamente, ala sexualidad y a la agresividad. Naturalmente, si salen de mi interior, entonces deterioran la idea amable,

    bonita, educada, civilizada, evolucionada, que tengo de m mismo; entonces yo dejo de ser esa persona buenay aceptable que yo pensaba y me siento una persona primitiva, una persona que ha bajado de nivel. Paraevitarlo, he de estar vigilando de que no salgan estos impulsos reprimidos, esas tentaciones, esas debilidadesinteriores. Cuando existen estos factores interiores, entonces la inseguridad ya no depende de una situacinexterna sino que es un estado permanente. Mientras haya en m fuertes impulsos que amenacen, que empujen

    por salir, siempre estar en peligro. Este peligro interior se manifestar ms intenso, se har ms patente, en elmomento en que una situacin externa provoca la salida de lo interno; cuando est frente a una injusticia, ofrente a una situacin violenta, entonces estos hechos estimulan a mis propios impulsos a que salgan. O seaque la inseguridad habitual que hay en mi interior queda actualizada por una situacin exterior y entonces yocreo que la inseguridad me viene dada por lo que es externo a m; pero la situacin exterior no me produce lainseguridad sino que simplemente agudiza, pone de manifiesto, despierta la inseguridad que ya existe dentrode m. Si yo interiormente no tuviera esta represin, podra afrontar la situacin externa de un modo tranquilo,sin problema. Esto se ve muy claro cuando la persona ha hecho un trabajo de limpieza y de actualizacin de smismo, pues entonces puede asistir a situaciones de violencia, a situaciones intensas, con una gran

    tranquilidad interior.Resumiendo, la inseguridad deriva de toda amenaza real o terica, efectiva o supuesta, que recibe la

    persona respecto a su yo-experiencia, su yo-idea o su yo-idealizado; y esta amenaza lo mismo puede venir delexterior que del interior.

    La tensin

    Qu es la tensin? La tensin es el resultado de vivir en medio de dos fuerzas de direccin contraria yque afectan a la valoracin del yo.

    Nuestro organismo est acostumbrado a la alternancia entre esfuerzo y descanso (o tensin y reposo).Cuando la persona tiene un motivo que le invita o le obliga a seguir el esfuerzo, por ejemplo el cumplimientode un deber, el hacer una obra til para alguien, etctera, se encuentra por un lado con este factor exterior quele empuja a hacer, y por otro lado est toda su tendencia instintiva y de costumbre que le invita a

    desinteresarse de aquello y a descansar. El encuentro entre estas dos tendencias produce una tensin, que eneste caso ser orgnica al estar relacionada con un esfuerzo fsico. Pero las tensiones afectan tambin al yo-idea y al yo-idealizado. El yo-idea vive en tensin constantemente. Por qu? porque ya nace de una tensin.El yo-idea se origina del hecho de reprimir dentro de s cosas que estn empujando por salir. Pueden serimpulsos de protesta o de desagrado que yo he de retener, mientras por otra parte estoy obligado a hacer otrascosas, o a ser amable, y hacer buena cara cuando de hecho lo que yo deseara es explotar.

    O sea, que el yo-idea, ya por definicin, es una tensin. Por esto, cuando la persona llega a normalizar suvida interior, a madurar, a actualizar sus energas, la primera experiencia notable es la de gran descanso, la deuna relajacin interior. Toda persona psicolgicamente madura nos producir siempre la impresin de unaserenidad, de una calma, aunque est trabajando intensamente. Y ello es debido a que sus esfuerzos, si losrealiza, son externos, no internos. Los peores esfuerzos son los que resultan de la divisin interior, de ladivisin de s mismo; porque esa dualidad conflictiva interna, uno la est viviendo en todo momento ysituacin. O sea, que no existe nada que uno pueda hacer en paz.

    Las personas que viven de esta manera conflictiva -y son muchas-, utilizan mucho ms esfuerzo delnecesario para su trabajo y tampoco descansan realmente a la hora de descansar. Es frecuente el caso de lapersona que dice que se levanta ms cansada que al acostarse. Ello es debido a que hay una constante tensininterior, y esa tensin se lleva siempre sobre uno mismo; si adems se le aade una tensin externa, eso nohace ms que aumentar la tensin total.

    Otras veces la tensin se produce, por ejemplo, cuando la persona quiere vivir tranquila y aislarse,retirarse, evitando todo lo que sea esfuerzo o lo que sea riesgo, para refugiarse en el aislamiento, en elabandono, podramos decir, de la vida de lucha; pero por otra parte hay otro sector suyo que le obliga aluchar, porque si no lucha no se sentir afirmado, no sentir que triunfa, no demostrar que vale(independientemente de necesidades objetivas, como el trabajo para vivir, para mantenerla familia, etctera).

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    Cuando la persona se encuentra entre estas dos lneas de accin vive un estado de tensin.Cmo sabemos cundo hay tensin en nosotros? Se puede ver claramente que hay tensin cuando, no

    teniendo una obligacin expresa de hacer algo, no obstante no podemos descansar. Tambin hay tensincuando ante un estmulo determinado mi respuesta es desproporcionada al mismo. Cuando me dicen algo y yocontesto a voz en grito o en unos trminos exagerados. Siempre que no h