Antes de graduarme del colegio (antes incluso de pensar en la pgina del anuario o la excursin) ya saba que tena que volver a uno. Ante la mirada atnita de los que me preguntaban por mi futuro, repeta siempre convencido: Voy a estudiar literatura y a trabajar como profesor en un colegio, idea que se colg como un cuadro en mi cabeza, aunque cambiaran mis gustos musicales, mi manera de vestir o el largo de mi cabello. Luego me encontr con esta promocin, la promocin 2015, y lo que hasta el momento solo era un profundo amor platnico por la docencia se convirti en realidad: haba llegado a esto para quedarme, de la mano de treinta y cinco personas que se encargaron de convencerme. Es su culpa, s, que ahora est escribiendo esto. Fueron ellos y sus preguntas certeras, su curiosidad y su humor insaciable; ellos y sus historias, sus fines de semana, sus mil maneras de sentarse a leer, a escuchar, a sentir. Fueron ellos los que me ensearon a amar esto con la humanidad que requiere el caso, ms all de las mil razones posibles que antes necesitaba para argumentar mi conviccin. Hace ya mucho que me gradu del colegio (aunque muchos se empeen en decir lo contrario) y hace ya ms de un ao que llegu al Tilat, practicante imberbe e inexperto, y ese Dcimo que me recibi con la misma curiosidad que me inundaba el primer da que entr a sus salones de clase solo necesit un par de meses para aterrizar mis ya viejas mas no gastadas ganas de estar en donde estaba. No s cuntos agradecimientos deba recibir de su parte, no estoy seguro de que sean muchos, pero los que ellos se merecen estn entre cada espacio en blanco de estos prrafos parcos.

Jose.